Tesis Maestría Eduardo - Cedem

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UNIVERSIDAD DE LA HABANA CENTRO DE ESTUDIOS DEMOGRÁFICOS TESIS DE MAESTRÍA EN ESTUDIOS DE POBLACIÓN LA PROVINCIA DE MATANZAS Y CUBA: AZÚCAR, POBLACIÓN Y POBLAMIENTO (1492-1981) Autor: Lic. Eduardo Ramón San Marful Orbis Tutora: Dra. Sonia Montiel Rodríguez Noviembre, 2003 A la memoria de mi padre. A mi madre, y a Jesús. ÍNDICE INTRODUCCIÓN I. POBLACIÓN Y POBLAMIENTO EN CUBA: SUS RELACIONES CON LA INDUSTRIA AZUCARERA. 1.1 La etapa precolombina. 1.2 La etapa colonial: desde el siglo XVI hasta finales del siglo XVII. 1.2.1 Población y azúcar en Cuba en el siglo XVIII. 1.2.2 Población, azúcar y guerras de independencia en el siglo XIX. 1.3 El siglo XX: República y Revolución. 1.3.1 El período republicano, 1902-1958. 1.3.2 Cuba revolucionaria, 1959-1999. II. AZÚCAR Y DEMOGRAFÍA HISTÓRICA EN MATANZAS (1492-1898). 2.1 Algunas características físico-geográficas de la provincia. 2.2 La etapa precolombina. 2.3 Los siglos coloniales: población e industria azucarera, 1492-1799. 2.3.1 Los siglos XVI y XVII. 2.3.2 El siglo XVIII. 2.4 El siglo XIX. 2.4.1 Azúcar y población hasta 1861. 2.4.2 Las guerras de independencia: su impacto en la población y el doblamiento, 1868-1898. III. EL SIGLO XX: REPÚBLICA Y REVOLUCIÓN. 3.1 Los cambios poblacionales durante la república neocolonial, 1902-1958. 3.1.1 El primer período intercensal, 1899-1907. 3.1.2 El segundo período intercensal, 1907-1919. 3.1.3 De crisis a crisis, 1920-1931. 3.1.4 El período 1931-1953. 3.1.5 Los años anteriores al triunfo de la Revolución, 1953-1958. 3.2 Población en Revolución, 1959-1999. 3.2.1 Los primeros años revolucionarios. 3.2.2 El censo de 1970. 3.2.3 El último censo cubano del siglo XX. 3.3 El grado de concentración de la población urbana en la provincia de Matanzas en el siglo XX. CONCLUSIONES RECOMENDACIONES. FUENTES. ANEXOS. INTRODUCCIÓN El tema del poblamiento y su distribución espacial es cada vez más recurrente en las reflexiones de buena parte de los científicos sociales, sobre todo en los estudios de los demógrafos, geógrafos e incluso historiadores y economistas, pues hay que tener presente que existen nexos sustanciales entre la distribución poblacional y las circunstancias históricas y económicas. Los procesos demográficos, en grado decisivo, están condicionados por procesos económicos, pero también los demográficos influyen sobre los económicos; y en ambos casos desempeña un papel importante el poblamiento, es decir la forma de establecerse o asentarse la población. En Cuba, los estudios puramente demográficos pocas veces han relacionado el tema de la población y sus asentamientos al fenómeno económico más importante de la Isla: la agroindustria azucarera. La industria azucarera es la principal rama industrial del país y la de más larga historia, pues sus inicios se remontan a la segunda década del siglo XVI, con la aparición de los primeros trapiches. En términos generales, también fuera de Cuba, resultan relativamente escasos los resultados publicados de investigaciones que, desde el punto de vista socio-demográfico, estudian estas relaciones en territorios donde la economía está sustentada principalmente por el desarrollo de la industria azucarera. Sin embargo, la producción azucarera, descrita como “complejo económico-social” por el ya clásico estudio del historiador cubano Manuel Moreno Fraginals en los años 1960, ha sido vista por numerosos especialistas en su calidad de espacio generador de transformaciones que van desde lo social hasta lo económico. En este sentido, Moreno afirma que “El azúcar, en su desarrollo creciente conformó una serie de fenómenos políticos, sociales, religiosos, culturales, etc., como hechos autónomos, sin insertarlos en la estructura productora”1. La producción del dulce promovió un conjunto de transformaciones en los distintos espacios de la vida social de la Isla que conformaron relaciones estrechas con el desarrollo del poblamiento en sus diferentes regiones. No obstante, resultan escasos los estudios que, con la suficiente sistematicidad, vinculen los procesos del desarrollo de la agroindustria azucarera con la evolución de la población asociada a la misma. Historiografía, población y azúcar: logros y ausencias. Tomando en cuenta el corpus total de la literatura cubana, una buena parte de la misma gira alrededor de la economía azucarera. Muchas obras han dado cuenta de las profundas transformaciones territoriales, sociales, económicas y culturales que la industria azucarera introdujo en el país. En términos generales, en esta literatura prevalece la opinión de que el complejo agroindustrial cañero, como era de esperar, desempeña el papel decisivo en la formación social y económica de la nación. Notables autores han contribuido a conformar la bibliografía en torno a las repercusiones que ha tenido la industria azucarera para la historia social, económica y política cubana. De ella nos hemos servido para alcanzar nuestros objetivos. De suma importancia, por sus aportes interpretativos y documentales al tema, resulta Alvaro 1 Moreno Fraginals, Manuel. “Palabras Iniciales”. En: El Ingenio, complejo económico social cubano del azúcar. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1978, tomo 1, p. 9. Reynoso, padre de la agricultura científica cubana, quien desde el siglo XIX divulgó las vías para intensificar y diversificar los cultivos2. Ya en el siglo XX, son varios los autores que se dedican al asunto que abordamos, ya sea desde perspectivas netamente económicas, históricas, demográficas, o que involucren a estas tres vertientes. Entre ellos, hay que destacar a Ramiro Guerra, con su Azúcar y población en Las Antillas3, que analiza el origen del latifundio cañero y su relación con la sustitución de la población blanca por la negra; Fernando Ortiz, con su interesante Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar4, obra magna de la historiografía cubana, donde mediante una relación de contrastes y semejanzas, penetra en el entorno cultural y social producido por la industria azucarera; y también a Luis V. de Abad, quien en su Azúcar y caña de azúcar, ensayo de orientación cubana5, dedica un espacio a fomentar nuevos métodos y formas de cultivar la caña, entre otros aspectos. No caben dudas, sin embargo, que la obra capital para un estudio como el que nos proponemos, es El Ingenio: complejo económico-social cubano del azúcar,6 de Manuel Moreno Fraginals, quien desarrolla la evolución de la tecnología azucarera en sus vínculos con la vida social y política de las épocas que atraviesa. El volumen de fuentes que allí se presenta, y su diverso origen, hacen de este texto un asidero imprescindible en las investigaciones demográficas relacionadas con el azúcar. Después del triunfo de la Revolución en 1959, además de la obra ya mencionada de Moreno Fraginals, otros autores han incursionado en este tema. En nuestra opinión, merecen mencionarse Juan Pérez de la Riva, insigne demógrafo e historiador cubano, quien a través de su obra El Barracón y otros ensayos,7 reúne un conjunto de trabajos que abordan problemas vinculados a la población, el poblamiento y los procesos económicos que sobre ellos influyen. Otra obra suya, también de capital importancia para esta investigación, y realizada en aquellos años – a pesar de haber visto la luz pública en 2000 – es Los culíes chinos en Cuba (1847-1880). En la misma, Pérez de la Riva disecciona, con métodos magistrales, el asunto de la inmigración china en la Isla, sus particularidades sociales, políticas y económicas, así como su vida cotidiana. Ya más recientemente, los estudios asociados a los procesos demográficos que ocurren en torno a la economía azucarera, han tomado otros derroteros. Ejemplo de ello es la obra de Rebecca Scott, La emancipación de los esclavos en Cuba,8 quien desde una 2 Entre las numerosas obras de Reynoso, han sido consultadas para este trabajo las siguientes: Ensayo sobre el cultivo de la caña de azúcar (Imprenta del Tiempo, Habana, 1862) y la Selección de textos, realizada por Francisco Díaz Barreiro, en la colección Palabra de Cuba, de la Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1984. 3 Guerra y Sánchez, Ramiro. Azúcar y población en las Antillas. Cultural S. A., Habana, 1927. La edición consultada es la de la Editorial de Ciencias Sociales, en 1976. 4 Ortiz, Fernando. Contrapunteo Cubano del Tabaco y el Azúcar. Jesús Montero Ediciones, Habana, 1940. 5 Abad, Luis V. de. Azúcar y caña de azúcar, ensayo de orientación cubana. Editora Mercantil Cubana, La Habana, 1945. 6 Moreno Fraginals, Manuel. El Ingenio: complejo económico-social cubano del azúcar. ed.cit. 7 Pérez de la Riva, Juan. El Barracón y otros ensayos. Editorial de Ciencias Sociales, Colección Sociología, La Habana, 1975. 8 Scott, Rebecca. La emancipación de los esclavos en Cuba. La transición del trabajo esclavo al trabajo libre. 1860-1899. Fondo de Cultura Económica, México, 1989. perspectiva integradora, analiza las consecuencias del proceso de la abolición de la esclavitud para este sector de la población colonial. A esta se añade Del Ingenio al Central,9 de Fe Iglesias, cuyo centro de reflexión está orientado hacia el estudio de las transformaciones que sufrió la rama azucarera en el período 1880-1890, es decir, causas vías y formas que asumió la concentración azucarera, lo que implica el paso de la manufactura a la fábrica. Sin embargo, todos los autores mencionados anteriormente se basan en el análisis de los elementos del dinamismo cronológico sin tomar en cuenta los referidos al dinamismo de la distribución espacial de la población. Este tema no ha sido tratado por autores cubanos. Sólo el académico polaco Andrezj Dembicz se acerca a la temática cuando en su obra Plantaciones cañeras y poblamiento en Cuba,10 trata la evolución de las plantaciones de caña de azúcar en Cuba, tomando en cuenta la dinámica cronológica y espacial de los procesos de poblamiento del país y las estructuras internas de plantaciones seleccionadas de caña de azúcar. También lo hace el geógrafo español José Luis Luzón en su Economía, población y territorio en Cuba. (1899-1983),11 donde muestra de qué manera, en Cuba, las transformaciones económicas han afectado el crecimiento de la población y a la distribución geográfica, y sus vínculos con el desarrollo azucarero. Recientemente, apareció una edición cubana, aumentada y corregida, de Cuando reinaba Su Majestad el azúcar 12, del historiador norteamericano Roland Taylor Ely, quien centra el análisis en la gestión empresarial, en los aspectos sociológicos del proceso cubano, más allá del azúcar y del esclavo, y en las mentalidades; el hombre de empresa y las consecuencias de su gestión o de su falta de iniciativa, asuntos que ocupan en el estudio de este autor un lugar que, por lo general, no aparece en otras obras cubanas de este tipo. Aunque no referidas a Cuba, otras investigaciones han sido realizadas sobre este tema. Como ejemplo podemos citar Población y azúcar en el noroeste argentino,13 de Alfredo Bolsi y Patricia Ortiz, argentinos, que analizan la transición demográfica y la mortalidad infantil vinculada a los complejos agroazucareros de esa parte del país sudamericano. En América Latina, no obstante, la literatura existente sobre la problemática agraria deja ver el predominio de estructuras desequilibradas, resultado de una desigual distribución de la tierra y complejas formas de tenencia. El factor determinante ha sido el proceso histórico de ocupación y las formas de producción capitalista. Los principales 9 Iglesias García, Fe. Del Ingenio al Central. Editorial de Ciencias Sociales, Colección Historia, La Habana, 1999. 10 Dembicz, Andrzej. Plantaciones Cañeras y poblamiento de Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, Colección Demografía, La Habana, 1989. 11 Luzón, José Luis. Economía, población y territorio en Cuba. (1899-1983) Ediciones Cultura Hispánica del Instituto de Cooperación Iberoamericana, Madrid, 1987. 12 Ely, Roland T. Cuando reinaba Su Majestad el azúcar. Editorial Imagen Contemporánea, La Habana, 2001. 13 Bolsi, Alfredo y Patricia Ortiz. Población y azúcar en el Noroeste de Argentina. Instituto de Estudios Geográficos, Facultad de Filosofía y Letras, Tucumán, 2001. aportes, entre otros, provienen de un conjunto de trabajos históricos de Argentina, entre los que se destacan el ya mencionado estudio de Bolsi, junto a otros como los de Pucci 14 y Campi 15. En ellos se analiza la subdivisión de la propiedad rural cañera poniendo énfasis en el proceso histórico de ocupación. En otros trabajos se enfatiza en la distribución capitalista de la tierra, ejemplo de ellos son los de Balán16, Bravo17 y Manzanal y Rofman18. Estudios que abarquen población y estructuras agrarias no abundan, pero se pueden citar los de los mexicanos Crespo19, que analiza los efectos de la Reforma Agraria en la industria azucarera mexicana; Jiménez Guzmán20, quien hace lo mismo pero circunscrito a una región específica azteca y Takayanagui García21 . En cuanto a la estructura de la tenencia de la tierra en Brasil se tienen trabajos como los de Correia de Andrade22, que presenta las complejidades de las estructuras agrarias debido a los conflictos de los movimientos campesinos sin tierra, entre otros. Este breve repaso de la historiografía cubana y extranjera, dedicada a estos temas, revela que los objetivos planteados por esta investigación han sido poco abordados por las ciencias demográficas y geográficas en Cuba. De ahí su novedad. Para lograr estos propósitos, se requiere una reflexión más amplia donde se haga un balance de los resultados arrojados por los estudios de otras ciencias sociales y económicas sobre esta temática. Para esta investigación, las fuentes de información básica han sido los censos y padrones realizados durante la etapa colonial, incluyendo por supuesto el censo de 1899, ya en plena ocupación norteamericana de Cuba, y los correspondientes al siglo XX: 1907, 1919, 1931, 1943, 1953, 1970 y 1981. Como es conocido, las informaciones 14 Pucci, Roberto. “La población y el auge azucarero en Tucumán”. En: Breves contribuciones del IEG. No. 7, Tucumán, 1992. 15 Campi, Daniel. “Los ingenios del norte: un mundo de contrastes”. En: Devoto, Fernando y Marta Madero. Historia de la vida privada en la Argentina. Tomo 2. Taurus Ediciones, Buenos Aires, 1999. 16 Balán, Jorge. “Una cuestión regional en la Argentina: burguesías provinciales y mercado nacional en el desarrollo agroexportador” En: Desarrollo Económico, no. 69, vol. 18, IDES, Buenos Aires, 1978. 17 Bravo, M. C. “El campesinado: de labradores a cañeros. De la diversificación agraria hacia el monocultivo” En: Población y Sociedad. Revista Regional de Estudios Sociales. Fundación Yocavil. Tucumán, 1998. 18 Manzanal, M. y Roffman, A. Las economías regionales de la Argentina: crisis y políticas de desarrollo. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1988. 19 Crespo, H. Historia del Azúcar en México II. Fondo de Cultura Económica, México, 1990. 20 Jiménez Guzmán, Lucero. La industria cañero-azucarera en México. El Estado de Morelos. Segunda Parte, Aporte de Investigación 12. UNAM, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, México, 1988. 21 Takayanagui García, Ernesto. Las condiciones de vida y de trabajo del jornalero agrícola migrante en el estado de Morelos: caso de los cortadores de la caña del albergue de Tlaltizapan. Zafra 1993-1994. UNAM, Facultad de Economía, México, 1996. 22 Correia de Andrade, M. “A crise da agroindustria azucareira no nordeste do Brasil”. En: Simposio no. 12, Tema: Actores sociales y Estado en los complejos azucareros latinoamericanos. Siglo XX. Tucumán, 2000. censales tienen deficiencias, sobre todo los de la primera mitad del siglo pasado, pero es la única fuente de datos existente para este estudio. También servirán de base informativa las estadísticas demográficas captadas a través del Sistema de Información Estadística Nacional (SIE-N), emitidas por el Centro de Estudios de Población de la Oficina Nacional de Estadísticas. Otra fuente importante son los Anuarios Demográficos de Cuba, publicados entre 1976-2000, por la Oficina Nacional de Estadísticas, antiguo Comité Estatal de Estadísticas. También nos apoyaremos, en otras obras de carácter histórico, económico y cultural de distinto origen. Preguntas, objetivos e hipótesis: El interés de este trabajo se centra –en el amplio contexto de las relaciones entre población y agroindustria azucarera– en el problema de la evolución de la población en áreas de economía azucarera desde el siglo XVI hasta el XX. El área geográfica seleccionada es la provincia de Matanzas la cual, junto a Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus comprenden el macizo cañero central. Matanzas fue el corazón azucarero cubano desde mediados del siglo XIX, con una rica trayectoria en este sector económico, y también es uno de los productores más importantes del país al alcanzar, en varias zafras, cifras millonarias. La pregunta central que se quiere responder con este trabajo es la siguiente: ¿Cómo ha incidido el desarrollo de la industria azucarera a través de los siglos en la distribución espacial de la población en la provincia de Matanzas? La solución al problema planteado se encontrará mediante la evaluación de la siguiente hipótesis de trabajo: en los territorios de economía agroazucarera, las características de la población y su distribución espacial están influidas fuertemente por factores inherentes al desarrollo socioeconómico vinculado a esta actividad productiva. Para iniciar la búsqueda de respuestas a esta interrogante, el trabajo se plantea como objetivo fundamental: establecer, en el caso de la provincia de Matanzas, las transformaciones que se han producido en la población y en los asentamientos en un territorio de economía azucarera. El logro de este objetivo general, plantea la necesidad de alcanzar los siguientes objetivos específicos: • • • • Establecer un marco teórico conceptual de la distribución espacial e histórica de la población en Cuba y en la provincia de Matanzas. Determinar los cambios experimentados y analizar comparativamente las características de la evolución de la población en la provincia de estudio. Describir los principales factores que han incidido en la historia del poblamiento en la provincia de Matanzas, con la intención de proporcionar elementos que permitan comprender los procesos referentes a la distribución espacial de la población matancera. Caracterizar la dinámica poblacional yumurina referente a dos aspectos fundamentales: el crecimiento de la población y la dinámica de la distribución territorial de la población en el período que media entre el siglo XVI y el XX. Para este estudio han sido utilizadas entre otras las siguientes variables: • • • • • • • • • • • • • Población: Conjunto de los habitantes de un territorio determinado. Se tendría en cuenta la población residente en la provincia por municipios o según la magnitud poblacional de cada localidad Crecimiento: Se denomina así al incremento algebraico, positivo o negativo, del número de persona que integra la población en un período determinado. Este crecimiento es consecuencia de las entradas (nacimientos e inmigraciones) y de las salidas (defunciones y emigraciones), que tienen lugar en la población. Para su medición se utilizará la tasa media anual de crecimiento. Densidad de población: Vincula el número de habitantes y el área territorial que ocupa. Grado de urbanización: Expresado como el porcentaje de las población urbana respecto al total del territorio. Curva de Lorenz: Es una manera gráfica y analítica para determinar la forma en que una población se distribuye en cierta cantidad de pequeñas áreas geográficas. Índice de Gini: Índice sintético del grado de concentración. Fecundidad: Fenómeno cuantitativo directamente relacionado con la procreación. Se utilizará fundamentalmente la tasa bruta de natalidad. Mortalidad: Se refiere a la acción de la muerte sobre la población. Como medida será utilizada la tasa de mortalidad general e infantil. Territorio: Desde el punto de vista geográfico, es una porción extensa de tierra, determinada de modo natural, mientras que desde un ángulo demográfico pudiera considerarse como un sistema de interacciones dinámicas determinadas por factores naturales y sobre todo humanos. A partir de este concepto, se estudiará cómo ha sido la territorialización, como expresión de la manera en que se ordena el paisaje agrario y agroindustrial. Distribución espacial: Es la forma en que la población ocupa el espacio que habita. La población puede concentrarse en áreas relativamente reducidas (ciudades, pueblos, poblados, etc.) o residir en viviendas dispersas. Lugar de residencia: De acuerdo con los criterios utilizados en el censo de 1981, es el sitio donde cada individuo tiene su vivienda habitual, en la que guarda sus pertenencias. Lugar habitado: Es toda agrupación de cinco o más viviendas separadas que no distan entre sí más de 200 metros; debe tener un nombre que lo identifique así como ciertos linderos o límites, de manera que constituya una unidad socioeconómica diferente de otras vecinas. El lugar habitado puede ser conocido como: metrópolis, ciudad, pueblo, poblado, caserío, finca, granja, hacienda, cooperativa, colonia, batey, central azucarero, campamento, etcétera. Poblamiento: Se entiende como tal la disposición o forma de distribuirse que la población adopta al ocupar el espacio que habita. Proceso de asentamiento de un grupo humano en diversas regiones de la tierra, o simplemente es el efecto o acción de poblar. Se reconocen distintos tipos de poblamiento, que varían según sus autores. Entre ellos se pueden citar los siguientes: 1- lineal: la población se dispone a los lados de ejes longitudinales como ríos, carreteras, líneas de ferrocarril, etc. 2- nucleado: la población se concentra en un área reducida en núcleos bien definidos. 3- disperso en nebulosa: a partir de un núcleo central de alta densidad de población, la concentración se va reduciendo paulatinamente hasta llegar a distribuirse la población en forma dispersa. 4- brasileño: la población se concentra en una franja costera periférica del territorio, sin penetrar apenas hacia el interior del mismo. 5- antillano: la ocupación del territorio es prácticamente total, exhaustiva. Métodos de trabajo: Los métodos que serán empleados en esta investigación descansarán en el análisis estadístico y los resultados de los distintos censos levantados en Cuba, así como también se utilizarán métodos descriptivo-comparativos, técnicas propias del análisis demográfico y de representaciones gráficas y cartográficas, ya que la expresión cartográfica es, en las Ciencias Geográficas, una de las formas clásicas de enunciar de manera sintética el conocimiento logrado a partir de distintas fuentes de información. Un principio metodológico insoslayable será la consideración de aquellos aportes ya brindados por otras disciplinas. Fundamentación teórico-metodológica de la investigación: El enfoque espacial y locacional ha sido una tarea primordial del quehacer del geógrafo; pero a su vez, la Geografía ha estado sometida a fuertes críticas por especialistas de otras disciplinas. Para Puyol y Méndez: la Geografía conserva todavía la capacidad de ofrecer una visión amplia y sinóptica de las relaciones espaciales en los asuntos humanos, trascendiendo a la subdivisión convencional de fenómenos en económicos, sociales y políticos 23 El espacio es el objeto de la Geografía. Aunque, según el brasileño Santos, esta ciencia “se atrasó en la definición de su objeto y llegó incluso a ignorar totalmente dicho problema”, se refiere también a que la “preocupación por su objeto explícito –el espacio social- siempre se dejó en un segundo plano”. Además, añade que esta es una de las causas del atraso en el campo teórico y metodológico de las ciencias geográficas 24. Mientras, en el estudio ya mencionado de Puyol y Méndez, se plantea que la Geografía Humana se encarga del estudio del espacio humanizado a través del tiempo, transformando la naturaleza. En este sentido apunta Briceño que “El espacio es una unidad compleja multidimensional, que adquiere múltiples formas y comportamientos dentro de la totalidad global de la sociedad”25. Santos, en otro de sus trabajos, caracteriza al espacio como “una mezcla de dinamismo y unidad que reúne materialidad y acción humana”26 La Geografía es considerada como una ciencia polifacética, porque trata del funcionamiento y efecto sobre el espacio de procesos económicos, sociales y 23 Méndez, Ricardo y Rafael Puyol. Geografía Humana. Cátedra de Geografía, Madrid, 1995. 24 Santos, Milton. Metamorfosis del espacio habitado. Ediciones Oikus-Tao, Vilassar de Mar, 1996. p. 12. 25 Briceño, Manuel . Consideraciones sobre la Formación del Espacio en Venezuela. 1976, p.1-3. 26 Santos, Milton. Los Espacios de la Globalización. Editorial Oikos-Tau, Barcelona, 1993, p. 69-77. políticos, y cada uno origina su propio campo de investigación, pero a la vez, esta es una disciplina carente de teoría. De aquí la importancia de hacer algunas reflexiones acerca del espacio. El calificativo que asume una población cualquiera, está directamente relacionado con las actividades que realiza y con el sistema de interrelaciones que establece con su medio, lo que conlleva a la formación y organización de un espacio bien definido. Por tanto, se puede afirmar que es la naturaleza de ese espacio la que determina la condición. Briceño, en un curso virtual sobre ordenamiento y gestión territorial, define que “un mismo espacio es algo muy distinto para el guerrero, para el pastor, el agricultor o el artista y que el espacio sagrado es diferente al profano...tantos espacios distintos según qué ojos lo interpretan o deseen utilizarlo, ni más ni menos” 27. Santos cataloga al espacio “como la morada de los hombres, su lugar de vida y de trabajo”, y también como “un sistema de realidades, o sea, un sistema formado por cosas de la vida”28. El espacio geográfico de los antiguos era la “oikumene”, la cual según Dollfus, que no era más que el lugar donde las condiciones naturales permitían la organización de la vida en sociedad y que “al igual que para los antiguos, para nosotros la oikumene sigue siendo la tierra habitada”. 29 Como se ha visto, la definición de espacio geográfico no es única. Esta categoría varía de uno a otro autor, pero en lo que sí coinciden es en que el espacio debe ser considerado no sólo en su calidad de soporte físico, sino como un conjunto de relaciones históricas en su dinámica epocal. En este sentido, la categoría de espacio geográfico incluye los ámbitos rural y urbano, vistos en su interrelación y evolución. Ello nos permite utilizar el calificativo de espacio geográfico como sinónimo de naturaleza socializada, sin que varíe el contenido de la definición. El espacio geográfico se construye con la actividad del hombre, y a medida que las fuerzas productivas evolucionan se va haciendo más complejo, de aquí se vayan segregando los diferentes espacios como: los rurales, los urbanos, los industriales, los agrícolas, etc. El espacio es un hecho social, un factor social y una instancia social, pero no depende únicamente de la estructura económica y está dotado del poder de reproducirse. A su vez, todos estos espacios, que son creados y modificados por el hombre, están subordinados y son resultado de una dinámica global. En el presente trabajo se estudia un territorio político-administrativo, la provincia de Matanzas, donde el espacio ha estado caracterizado por el desarrollo de la actividad azucarera y sus cambios a través del tiempo, relacionado con la población y su desarrollo en esta época. Desde el punto de vista metodológico, esta investigación de carácter demográficohistórico, sistematiza y abarca todo el acontecer matancero desde las comunidades aborígenes hasta finales del siglo XX. Para un mejor estudio del tema, se ha dividido la investigación en cuatro capítulos, los cuales abarcan los siguientes contenidos: el 27 Briceño, Manuel. Ordenamiento y gestión territorial: fundamentos teórico-metodológicos. Curso electrónico, Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, Universidad de Los Andes, 2002. Disponible en: www.forest.ula.ve 28 Santos, Milton. Ibídem, p. 71. 29 Dollfus, Olivier. El espacio geográfico. OIKOS-TAU, Barcelona, 1990, p. 8. capítulo I analiza la evolución de la población y el poblamiento en Cuba, en sus relaciones con la industria azucareras, de manera general. El segundo acápite se ofrece una panorámica, entre 1492-1898, de la historia demográfica de la provincia de Matanzas, y su interrelación con la producción de azúcar. Por su parte, el tercer capítulo ofrece un examen del siglo XX, siguiendo los mismos enfoques metodológicos del anterior, y explica el grado de concentración de la población urbana en la provincia yumurina en este siglo. El trabajo incluye, como apoyatura y en íntima relación con las reflexiones capitulares, un copioso anexo estadístico que contiene tablas, mapas y figuras que coadyuvan a la mejor comprensión de los temas abordados. Toda Tesis de Maestría lleva consigo los reconocimientos a las personas e instituciones que colaboraron en su realización. Con mi tutora, la Dra. Sonia Montiel Rodríguez, establecimos una relación de trabajo muy cordial y sincera, crítica y reflexiva, que permitió pulir detalles y ampliar horizontes. La amistad y el cariño no fueron óbices para un desenvolvimiento exitoso de esta investigación. Todo lo contrario. También mi reconocimiento al Dr. Alfredo Bolsi, de la Universidad de Tucumán, Argentina, quien fue el que me dio el impulso inicial para llevar a cabo estas indagaciones, y estuvo al tanto de mis progresos investigativos. Agradezco su buena voluntad a todos aquellos que quisieron, y pensaron, que esta tesis llegaría a buen término. Y a los que no, también, porque me sirvieron de gran estímulo. Al Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, mi especial gratitud, por las consideraciones que ha tenido respecto a mi trabajo intelectual, y los lógicos problemas que lo han afectado. Estoy en deuda, en particular, con el Dr. Juan Carlos Albizu Campos, el cual me tendió su mano en todo momento, al igual que la Dra. Otilia Barros, siempre muy pendiente de mis avances en el tema. Me gustaría reconocer el apoyo brindado por el Lic. Gabriel Ramírez Núñez, del Departamento de Organización, Cartografía y Supervisión, de la Dirección Nacional del Censo, Oficina Nacional de Estadísticas. En Matanzas, estoy en deuda con instituciones como la Biblioteca y el Archivo Provincial, así como también con los compañeros de la Dirección de Planificación Física y la Oficina de Estadísticas que tan solícitamente acudieron en mi ayuda, especialmente al Ing. Guillermo González y a los licenciados Marina Galán, Juana Rosa Oramas y Gustavo Castellanos. Finalmente a mi familia, por todo el tiempo que he dejado de atenderla y, especialmente, mi madre a quien debo todo. Y a mi sobrino Pablo Abelis, por su valiosa ayuda, que nunca escatimó tiempo para ofrecerme su valioso apoyo; para él, mi eterno agradecimiento. Esta investigación ha sido ardua porque, si es difícil relacionar de manera intrínseca los fenómenos demográficos con los históricos, lo es más cuando se considera que esta metodología aún da sus primeros pasos en nuestro país. Y, sobre todo, si tenemos en cuenta el poco avance de las historias demográficas locales y provinciales que obligan, en ocasiones, a usar como únicos referentes los pasajes de la historia nacional. Resumir en pocas cuartillas la historia sociodemográfica de una provincia puede resultar riesgoso y complicado. Escribir desde la historia sobre la demografía, o viceversa, uniéndolas ambas en una explicación coherente, resulta una labor ardua y compleja. No obstante, esperamos que esfuerzos como el que realizamos durante esta investigación abra nuevos caminos en la utilización de la demografía histórica, en su calidad de instrumento de las ciencias sociales para conocernos mejor a nosotros mismos. I. POBLACIÓN Y POBLAMIENTO EN CUBA: SUS RELACIONES CON LA INDUSTRIA AZUCARERA. En la distribución espacial de la población inciden dos elementos fundamentales: los de tipo físico-geográfico y los socioeconómicos. El primero tiene una influencia variable en el desarrollo del poblamiento, de acuerdo con el grado de desarrollo que presentan las fuerzas productivas en un momento determinado y como éstas asimilen el espacio geográfico. Pero si bien los factores naturales han ejercido cierta influencia en el poblamiento de Cuba, en tanto que condicionan la actividad vital de los hombres, la forma en que a través de los diferentes períodos históricos se ha llevado a cabo la asimilación socioeconómica del país, constituye el elemento esencial para la comprensión del poblamiento cubano30. La organización territorial de la población depende del carácter de su distribución, la que a su vez está condicionada por la organización territorial de la producción. Ello se puede apreciar mediante el nivel alcanzado por las fuerzas productivas durante el dominio colonialista primero, luego el neocolonialismo y por último en la etapa socialista. El proceso histórico de asentamiento de la población en Cuba está marcado por las características de la asimilación y explotación del país que evolucionaron a lo largo de más de medio milenio, trascurrido desde la llegada de Cristóbal Colón hasta la actualidad, y en el que pueden distinguirse diferentes períodos. I. 1 La etapa precolombina. La población aborigen cubana estuvo formada por diferentes grupos, desde poblaciones muy arcaicas, con herramientas de sílex y una economía basada en la caza y recolección, grupos dedicados a la pesca, recolección y caza, otros con técnicas de pesca y recolección, provistos de algunas herramientas y con un uso escaso de la cerámica, hasta diversas oleadas de comunidades araucas dedicadas a las faenas agrícolas. Aún son insuficientes los estudios realizados por métodos radiocarbónicos que permitan precisar su secuencia cronológica y sus desplazamientos, menos aún las rutas seguidas por los grupos dedicados a la agricultura. Nuestros primeros moradores, sin dudas, se asentaron en las costas y sabanas debido a que en aquella época Cuba estaba cubierta de exuberantes y frondosos bosques, que no solo le proporcionaban alimentación, sino también constituían un obstáculo para penetrar al interior de la Isla. Posteriormente se trasladaron al interior a través de los ríos. Esta idea la afirma el geógrafo alemán Leo Waibel cuando realizó un estudio, en 1943, sobre el paisaje original del archipiélago cubano: “El paisaje original de Cuba consistía en una diversidad de formaciones vegetales, incluidos diversos tipos de bosques de maderas duras, pinares, parques, donde se alternaban bosques de maderas duras con las praderas, sabanas con palmas y pinos esparcidos; formaciones de cactus y arbustos espinosos, propios de un desierto y ciénaga. Era tan inusitada la variedad en 30 Gerhartz Muro, J. L. y Favier González, L. Distribución territorial y crecimiento de la población en Cuba. I. P. F. Diciembre de 1996. Pág. 15. una isla tan relativamente pequeña que, en lo que respecta a Cuba puede ser descrita como un “Continente en miniatura” (...) Los bosques ocuparon originalmente alrededor de dos tercios de la superficie de la Isla; si se añaden los parques, la proporción se eleva un poco más”.31 Los historiadores nos presentan diferentes clasificaciones sobre nuestros primeros pobladores relacionadas con sus lugares de asentamiento. Una de las primeras clasificaciones es la realizada por Bartolomé de las Casas hacia principios del siglo XVI, en la que dividió a estos pobladores en tres culturas distintas: los guanahatabeyes o guanahatabibes, los ciboneyes y los tainos. En 1921, los arqueólogos norteamericanos J. W. Fewkes y Mark Harrington fundieron a los guanahatabeyes con los ciboneyes en una sola indocultura, a la que le dieron por nombre ciboney, determinando entonces dos indoculturas: los ciboneyes y los taínos, esta última más desarrollada. Más tarde, en 1942, Irving Rouse señaló la existencia de solo dos culturas: una agrícola alfarera con instrumentos de piedra, y la otra desconocedora de la agricultura y con instrumentos de concha. A su vez, la primera la subdividió en taínos y subtaínos, y la segunda en ciboney Guayabo Blanco y ciboney Cayo Redondo. Un año más tarde, en 1943, Don Fernando Ortiz precisó la existencia de tres indoculturas: ciboney Guayabo Blanco o aunabey; guanahatabey o ciboney Cayo Redondo; y bari o ciboney y taínos32. Ernesto Tabío y Estrella Rey, en 1966, realizaron una nueva denominación sobre la base de la clásica: al ciboney lo dividen en dos fases (Guayabo Blanco y Cayo Redondo) y los agricultores en taínos y subtaínos e incorporan un nuevo grupo cultural, el mayarí. Pero los estudios arqueológicos e históricos han ido desentrañado una visión distinta a la observada hasta ese momento. Es entonces, en 1979, cuando el investigador Tabío Palma, sobre la base de nuevas pesquisas, realiza una nueva clasificación y periodización de los primeros habitantes antillanos y, por ende en Cuba, en la cual asume tres tipos culturales: preagroalfareros, protoagrícolas y agroalfareros. Esta nueva nominación fue aceptada y utilizada por los investigadores tantos caribeños como cubanos33. A finales del pasado siglo aparece otra una nueva clasificación de los aborígenes: paleolítico, mesolítico y neolítico34, realizada por Lourdes Domínguez, Jorge Febles y Alexis Rive. En 1999, Lillián J. Moreira de Lima, en su libro “La sociedad comunitaria de Cuba”, define a los antiguos pobladores del archipiélago cubano, con otra óptica, donde tiene primordialmente en cuenta las realidades económico-sociales de los pobladores, según los medios básicos de subsistencia, a partir de los cuales se pueden explicar el contexto general de desarrollo de las comunidades. Estas son: comunidades cazadoras, comunidades pescadoras, comunidades con posible agricultura esporádica y las que alcanzaron un desarrollo agrícola avanzado. A nuestro juicio, esta clasificación es la 31 Leo Waibel, La toponimia en el paisaje cubano, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 1984, pp. 32 y 33. Citado por Lillián Moreira de Lima, La sociedad comunitaria de Cuba, ed. cit., 21 y 22. 32 Fernando Ortiz, Las cuatro culturas indias de Cuba, 1943. 33 Para más detalle remítase a : Ernesto Tabío, Nueva periodización para el estudio de las comunidades aborígenes de Cuba. En Islas No. 78, Universidad Central de Las Villas. 1984, pp.35-34 34 Véase: José M. Guarch, Estructura para las comunidades aborígenes en Cuba, 1990 y en Historia de Cuba. La colonia. De varios autores, 1995 más completa pues utiliza elementos novedosos en la forma de encauzar el estudio de esa etapa histórica, y le asigna al hombre, como ser social, la capacidad de organizar concientemente su vida, de seleccionar los hábitats favorables, de actuar positivamente ante el medio, de perfeccionar sus herramientas de acuerdo con las necesidades de su economía, tomando en cuenta las condiciones ecológicas, las tradiciones y la mentalidad social. En resumen, Moreira de Lima expone en su clasificación que no son los componentes de la cultura material los que priman, sino que son los hombres los que forjan su propio desarrollo, otorgándoles una función activa dentro de sus comunidades. El desarrollo de las investigaciones arqueológicas e históricas ha permitido alcanzar un conocimiento más amplio y profundo acerca de nuestros primeros pobladores en lo que se refiere a las informaciones que nos llegaron a través de cronistas como Cristóbal Colón, el padre Las Casas y Diego Velásquez, quienes pudieron entrar en contacto con los grupos de agricultores araucos, y se refirieron a los pescadores asentados en los Jardines de la Reina, ofreciéndonos algunas nociones de los otros grupos que habitaban en el occidente cubano. Se conoce que estos últimos eran remanentes de poblaciones que anteriormente ocuparon vastas áreas de toda la Isla, además de grupos humanos en diferentes estadios de desarrollo. El poblamiento de Cuba en esta etapa precolombina es mucho más complejo y disímil que lo descrito por los cronistas y los mismos estudios de las décadas de los años 1960 y 1970. Hasta ahora está determinado por arqueólogos y paleontólogos que el poblamiento del archipiélago cubano se realizó dentro el período geológico holoceno, último periodo geológico que está en pleno desarrollo y cuenta con unos doce o diez mil años de antigüedad, estando sujeto a cambios que excluyen la posibilidad de la entrada a nuestro archipiélago por vía terrestre. Desde inicio del siglo XX, se han venido hallando manifestaciones de la existencia de comunidades aborígenes cubanas en distintos sitios, como es el caso de comunidades protoagrícolas en Aguas Verdes, en Baracoa, provincia de Guantánamo y en Playitas en las márgenes del río Canímar, en la provincia de Matanzas, donde se han encontrado evidencias de cerámica aborigen. Los araucos (etapa agroalfarera) son considerados como los principales pobladores de las Antillas, pues fue el grupo humano más numeroso que entró en contacto con los conquistadores venidos desde el otro lado del océano y, por tanto, es de quienes los cronistas nos dejaron la mayor información. Cuando se habla de araucos en el área antillana, se está hablando de “taínos”, expresión usada por los españoles para identificarlos. Esta palabra en lengua arauca significa “buenos”35. Dichas comunidades de agroalfareros se expandieron por todo el territorio cubano, y entraron en contacto con otras culturas, recibieron influencias de otras áreas y crearon la más compleja sociedad de nuestra etapa aborigen. Se asentaban en los más disímiles lugares, preferían sitios altos para construir sus moradas, alrededor de las cuales hacían sus siembras. Al producirse la llegada de los conquistadores a nuestras tierras, que inicia el fin del predominio de la cultura de los grupos aborígenes, nuestras comunidades agroalfareras se encontraban en la etapa de la división natural del trabajo (sexo y edad), y se aprecian síntomas del tránsito hacia una etapa patriarcal. El monto de la población indígena cubana ha sido objeto de controversias entre distintos investigadores, porque no hay referencias fidedignas. El número estimado de aborígenes 35 Juan Francisco Álvarez, Cuba, sesenta siglos antes de Colón. Publicigraf. La Habana, Cuba. 1994. en el momento de la Conquista, oscila entre 60 000 y 300 000, según la fuente que se consulte. Respecto a esta última cifra, señala Jacobo de la Pezuela: “En vano se esforzarían en hallar referencias suficientes para calcularla, los que las buscasen en la escasa documentación que de la época de la Conquista existe. (…) Unos la computaban en 200 000 habitantes, algunos en 300 000, otros en más; pero todos por pura suposición y conviniendo que, inhábiles los naturales primitivos para las labores de las minas y la agricultura, fueron rápidamente desapareciendo…”36 I. 2 La etapa colonial: desde el siglo XVI hasta fines del siglo XVII. La población aborigen del país desapareció poco después de la colonización, debido al bárbaro genocidio español. De 1510 a 1550, según informa Pérez de la Riva “... en cuarenta años una población de 100 000 individuos asentados en tierras fértiles fue reducida a la mísera cantidad de menos de 5 000 por obra y gracia de la colonización española”37. Este exterminio fue el resultado fundamentalmente de la introducción de nuevas enfermedades, los suicidios masivos adoptados como alternativas a la esclavitud, las matanzas indiscriminadas, las inhumanas condiciones de trabajo y el brusco descenso de su reproducción. El desarrollo socioeconómico y poblacional de Cuba, desde la llegada de los españoles a la Isla en 1492 hasta aproximadamente la primera mitad del siglo XX, ha estado en dependencia de las oleadas migratorias internacionales, debido a su escaso poblamiento aborigen y a una deficiente política migratoria llevada a cabo durante la mayor parte del período colonial, como resultado de una falta de preparación de la metrópolis para acometer las tareas del poblamiento de la mayor de Las Antillas. Debe recordarse que Cristóbal Colón al partir de Palos de Moguer, salió en busca de la codiciada India y no a enfrentarse a tierras desconocidas. Ya en Cuba, el 27 de noviembre de 1492 pudo observar entre las montañas de la región de Baracoa “grandes humos y grandes poblaciones en ellas, y las tierras muy labradas”... También el 3 de diciembre, subiendo a una montaña la halló “toda llana y sembrada de muchas cosas de la tierra [...] y en medio de ella estaba una gran población”38, según deja escrito en su diario. En Cuba se identifican dos procesos simultáneos que marcaron el devenir del poblamiento en la conquista y colonización. El primero fue, a principios del siglo XVI, con la fundación por Diego Velásquez de las primeras 7 villas39, primera expresión de 36 Jacobo de la Pezuela: Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la Isla de Cuba. Imprenta del Banco Industrial y Mercantil. Madrid, 1866. Tomo IV. 37 Juan Pérez de la Riva, Desaparición de la población indígena cubana. Revista Universidad de La Habana. No. 176-177. Año 1972. 38 Juan Pérez de Tudela. Colección documental del descubrimiento (1470-1506). Real Academia de la Historia, CSIC, Fundación MAFRE América, 1994. p. 159. 39 En 1512, fue fundada Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa; en 1513, San Salvador de Bayamo; en 1514, La Santísima Trinidad, Sancti Spiritus y San Cristóbal de La Habana; y en 1515, Santa María de Puerto Príncipe y Santiago de Cuba. poblamiento colonial, en las cuales se concentró la mayor cantidad de la población que procedía de España. Estas villas fueron constituidas por decreto, no solo para asegurar el desarrollo de lugares poblados en un inicio que sirvieran más tarde como punto de partida a la expansión colonizadora hacia el interior de la Isla, sino que también estabilizaran el poder español.40 En estas villas tiene su sede el cabildo que administra la justicia, atiende los asuntos económicos y sociales, en él se redactan los contratos; también son centros de dirección militar, lugares de residencia de los alcaldes y los tenientes gobernadores, de las parroquias, donde los ministros religiosos realizaban sus oficios y llevaban el control demográfico de los lugares habitados. Con estas primeras villas, no solo se inició el proceso de asentamiento de la población cubana, sino que también comienzan a delimitarse las jurisdicciones que tienen como centro las villas. El segundo proceso consistió en la apropiación de tierras para su explotación (con diferentes características a lo largo de nuestra historia), causa fundamental del exterminio de nuestra población autóctona. Al mismo tiempo sirvió para la formación y dispersión de la población rural en un proceso complejo que llegó hasta mediados del siglo XX. Esto se inició con la repartición de las llamadas vecindades, según el historiador Julio Le Riverend41, lo cual permitió la instauración de minifundios para la explotación agrícola y ganadera. A partir de 1523, España autorizó el libre comercio entre las colonias, y fue Cuba la más beneficiada. Debido a su situación geográfica, se convirtió en el proveedor fundamental de comidas y animales para las demás colonias, principalmente para el Virreinato del Perú y para México. Diez años más tarde se produjo un viraje en la situación económica de la Isla, pues al escasear el oro se quiso sustituir por las extracciones de cueros pero estas producciones no podían cubrir los altos precios de las importaciones. Ello fue atenuado por el llamado “comercio de rescate” o contrabando. En 1542, se suprimieron “las encomiendas”, pero para entonces apenas sobrevivían aborígenes. La necesidad de esta fuerza de trabajo trajo como consecuencia la paulatina introducción de esclavos africanos. La primera señal de la presencia africana en Cuba aparece en una Real Cédula de 1513 que aprobó el traslado de cuatro negros esclavos al país. Hacia 1544, se estima que no había más de 700 esclavos africanos. Entre horros o libres, cimarrones o esclavos fugitivos y esclavos, puede considerarse que hacia 1600 había unos 4 000 africanos en la Isla. Se sentaban las bases de una economía de plantación. Nadie como Don Fernando Ortiz ha descrito ese proceso: “Los negros trajeron con sus cuerpos sus espíritus, pero no sus instituciones, ni su instrumentario. Vinieron negros con multitud de procedencias, razas, lenguajes, culturas, clases, sexos y edades, confundidos en los barcos y barracones de la trata y socialmente igualados en un mismo régimen de esclavitud. Llegaron arrancados, heridos y trozados, como las cañas en el ingenio, y como éstas fueron molidos y estrujados para sacarles su jugo de 40 Véase Mapa 1, donde también aparecen la localización y fecha de fundación de otros importantes asentamientos poblacionales. 41 Julio Le Riverand. Historia Económica de Cuba. Editora Universitaria. Segunda Edición. La Habana, Cuba. 1965. p.64 trabajo. No hubo otro elemento humano en más profunda y continua trasmigración de ambientes, de culturas, de clases y de conciencias”42. No se tienen datos suficientes para determinar con exactitud la fecha de introducción de la primera caña de azúcar en Cuba. Se supone que acompañara a los primeros conquistadores provenientes de La Española, con Diego Velásquez en 1511. En las postrimerías del siglo XVI aparecen los primeros trapiches, que comienzan a modificar el paisaje cubano. La población de la Isla estaba integrada por blancos, negros e indios, más mestizos y mulatos. Los blancos crecieron muy poco por una escasa natalidad, aunque el esplendor alcanzado por el cultivo del tabaco atrajo a numerosos canarios. Los negros aumentaron por crecimiento natural y por el arribo de un mayor número de esclavos vinculados a la incipiente industria azucarera. La población indígena fue reconcentrada en determinados pueblos en las cercanías de La Habana, como en Guanabacoa, y se formó en la propia ciudad un barrio llamado Campeche (también conocido como “del Espíritu Santo”, por la parroquia de su nombre) integrado por indios oriundos de la región mexicana de igual nombre. En el oriente del país, los aborígenes se asentaron en los caseríos El Caney y Jiguaní. Aunque generalmente se llama “mestizaje” al cruzamiento de razas, los mestizos en Cuba surgen de la unión de las razas blanca e indígena, y los mulatos como resultado de la unión de la blanca y la negra. Se conforman así los distintos grupos étnicos que comienzan a habitar estas tierras. Como dijera Fernando Portuondo en su Historia de Cuba: “Sin dudas, el mestizaje sirvió enérgicamente a la cultura indígena para fijar algunos de sus rasgos peculiares en el lenguaje y en el modo de vivir del pueblo formado en Cuba después de la conquista.” 43 A principios del siglo XVII, La Habana es declarada, por la corona española, capital de la colonia. Debido a su privilegiada posición geográfica, esta servía en la función de puerto-escala para la flota española, donde se reunía toda la riqueza proveniente de las Indias para su posterior envío a España Ello hizo que, paulatinamente, se fueran incrementando los asentamientos poblacionales alrededor de la rada habanera. Ejemplo de ello es el pueblo de Regla, fundado en 1683. La influencia de la ciudad se trasmitió a toda la región occidental, y desde Matanzas hasta Bahía Honda, se fomentó la creación de pequeños caseríos cuyo objetivo era la guarda costera y también el desarrollo de algunos cultivos como el del tabaco, lo cual dio origen a las vegas de tabaco, que ya, en el último cuarto de siglo, gozaba de reconocida fama internacional. A inicios de este siglo se erigen los primeros ingenios en La Habana, Matanzas y también en Santiago de Cuba y Bayamo, ya hacia 1620 se habían construido entre trapiches e ingenios alrededor de 50 fábricas de azúcar, lo que trajo como consecuencia nuevos asentamientos poblacionales en sus entornos. También a finales de esta centuria la industria maderera se desarrolló para la construcción de embarcaciones y la exportación 42 Fernando Ortiz. “Del fenómeno social de la “transculturación”y su importancia en Cuba”. En: Menéndez, Lázara. Estudios afrocubanos. Facultad de Artes y Letras. Universidad de La Habana, La Habana, 1990; t. I, p. 242. 43 Fernando Portuondo del Prado. Historia de Cuba. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1974. de maderas preciosas. Durante el período se fundaron las villas de Santa Clara, en 1689, y de Matanzas, en 169344. En 1655 la zona oriental de la Isla recibió una oleada migratoria de Jamaica como resultado del paso de esta colonia española a manos inglesas. La población blanca peninsular disminuyó debido a epidemias –como la fiebre amarilla- y a una escasa inmigración tanto al inicio como a la mitad del siglo, mientras aumentaba la población negra debido a su alta demanda para los trabajos de la caña de azúcar. Durante todo el siglo continuó el aumento de los esclavos por medio del comercio legal, se incrementaron los mulatos libres en relación con los negros libres, y también aumentó el número de esclavos fugitivos. Por otra parte, la población aborigen apenas subsistía y era empleada en el servicio doméstico. Saco, Arango y Parreño, Domingo del Monte y Jacobo de la Pezuela han calculado a la población cubana hacia 1697 en 50 000 habitantes; la mitad de ellos eran negros, mulatos y mestizos, y del total aproximadamente la mitad habitaba en La Habana. Pero se desconoce la cifra exacta pues no había estadísticas oficiales, aunque, ya al finalizar el siglo, se inició una cierta actividad de esta índole en las parroquias cuando se comienzan a registrar los nacimientos, defunciones y matrimonios. 1.2.1 Población y azúcar en Cuba en el siglo XVIII. En 1701, la familia de los Borbones propició cambios políticos y económicos en la Isla al implementar un estricto sistema de centralización administrativa. La primera mitad de ese siglo se caracteriza por el auge del cultivo del tabaco, aunque finaliza el período con una relativa disminución de su producción, derivado del establecimiento de la factoría y el estanco del tabaco. Sin embargo, la industria azucarera continuó su desarrollo y se incrementó la cantidad de ingenios, fundamentalmente en la región central y Puerto Príncipe. Cuba se perfilaba como uno de los principales productores y exportadores de azúcar. Ambos cultivos –tabaco y caña de azúcar- demandaron un incremento de la mano de obra, tanto blanca como negra. Se produjo una nueva inmigración de familias blancas desde La Florida, las islas Canarias y Santo Domingo, y hubo un crecimiento inusitado del número de esclavos. En 1760, como resultado de una visita eclesiástica realizada a su diócesis, el obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz escribió su Historia de la Isla y la Catedral de Cuba, en ella calculó la población de Cuba en unos 134 545 individuos, y consideró que 50 000 estaban asentados en La Habana. La difusión de la ganadería a través del sistema latifundista incrementó la colonización del país, y trajo como consecuencia que la población se diseminara en pequeños grupos. Posteriormente, el desarrollo de la agricultura, como base fundamental de la economía de la isla, al contrario de la ganadería, aumentó y concentró a la población, fundamentalmente en núcleos rurales, los que formarían verdaderos núcleos urbanos durante los siglos XVIII y XIX. Durante la primera mitad del siglo XVIII se fundaron entre otros, los pueblos de Bejucal (1713), Holguín (1726), Santa María del Rosario (1733), Güines (1735), Santiago de las Vegas (1745) y Morón (1750); en la segunda mitad, se fundaron los pueblos de Niquero (1751), Nuevitas (1776), y Manzanillo (1784)45, lo que denota una distribución más amplia de la población en el territorio. 44 45 Véase mapa No. 1 que se anexa. Véase mapa no. 1. Dada la preocupación del gobierno del marqués de la Torre (1771-1776) por conocer el estado socioeconómico de la Isla, se levantó el primer censo oficial de Cuba. El conteo arrojó una población de 171 620 habitantes, de los cuales 100 499 (58,6 por ciento) eran varones y 71 121 (41,4 por ciento) eran hembras. De este total, 56,2 por ciento eran blancos, 18,0 por ciento de color, libre; y 25,8 por ciento esclavos. Durante la última década del siglo XVIII, el gobierno de don Luis de las Casas realizó, en 1792, otro censo. Este confirmó que la población era de 273 975 habitantes, lo que representa con relación al censo de 1774, una tasa de crecimiento de 2,5 habitantes por cada cien, cifra considerable para la época. Los varones representaban 53,5 por ciento del total general y las mujeres 46,5 por ciento. Los blancos formaban el 48,8 por ciento y los grupos etnosociales el 51,2 por ciento, lo cual revela un aumento de la población no blanca durante el período intercensal, y este aumento fue mayor en el grupo esclavo.46 Tanto en el censo de 1774 como en 1792, se observa una diferencia entre los sexos, lo que marca el carácter de factoría que tenía Cuba durante ese siglo. El aumento del número de mujeres en 1792 con respecto a 1774 indica un factor de contribución al crecimiento natural de la población cubana. Los datos de estos empadronamientos manifiestan que, en el último cuarto de siglo XVIII entraron a la Isla algo más de 128 000 esclavos, procedentes del continente africano. El cultivo de la caña de azúcar se fue extendiendo y, con él, los ingenios movidos por tracción animal, en extensiones de alrededor de 20 caballerías de tierra y con una producción alrededor de 10 mil arrobas47, los cuales van conformando asentamientos poblacionales vinculados a ellos y conocidos con el nombre de “bateyes” 48. Otro cultivo que se desarrolla es el del café, fundamentalmente después de la Revolución de Haití, momento en el cual se fomenta la creación de cafetales. También se fortalece el crecimiento del cultivo del tabaco, no solo importante por su producción, sino también porque genera asentamientos de población. 1.2.2 Población, azúcar y guerras de independencia en el siglo XIX. Para conocer y entender el poblamiento cubano, un elemento indispensable lo es el crecimiento y la expansión de la industria azucarera y, por ende, de la población esclava traída del continente africano primeramente y del asiático después. En los primeros momentos de la colonización, el arribo de africanos a Cuba se produjo en pequeñas 46 Para más detalles, puede consultarse Los censos de población y viviendas en Cuba. Estimaciones, empadronamientos y censos de población de la época colonial y la primera intervención norteamericana. Tomo II. Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Investigaciones Estadísticas, La Habana, s.f. 47 Concepción Álvarez y Jordi Borjas. Recopilación de documentos sobre asentamientos humanos. Facultad de Arquitectura (ISPJAE) e Instituto de Planificación Física (IPF). La Habana, Cuba, 1999. 48 Se define como un lugar llano y limpio, a modo de plaza, que los aborígenes usaban para sus cantos y bailes (areitos) y para el juego de pelota (batos). Con el tiempo la palabra se ha utilizado para identificar especialmente a los complejos económicos-habitacionales que se fomentaron en torno a los ingenios azucareros. También se llamó batey a los núcleos rurales fomentados en las colonias cañeras, para los trabajadores agrícolas de la industria azucarera, después de la abolición de la esclavitud y el proceso de concentración en la producción en esta industria. cantidades, como correspondía a las necesidades de la economía colonial. Su inusitado incremento comenzó a finales del siglo XVIII y alcanzó su clímax en la primera mitad del siglo XIX, con el propósito de satisfacer la demanda de fuerza de trabajo de las plantaciones esclavistas, especialmente las azucareras y las cafetaleras. Relacionado con este fenómeno de la entrada masiva de esclavos africanos a la Isla, el proceso de poblamiento reviste características importantes que consideramos oportuno tratar ahora. Nos referimos esencialmente al proceso del apalencamiento. Cuando el esclavo huía de la explotación a que era sometido por sus amos europeos, se convertía en un cimarrón. Vivía en lugares intrincados e inaccesibles, donde no podía ser encontrado con facilidad. Así surge una nueva forma de hábitat del negro esclavo: el palenque, unidad de asentamiento de esclavos prófugos. Estas unidades de asentamiento no tuvieron un carácter regional, sino más bien generalizado, intensivo y permanente, dotado de rasgos singulares desde el punto de vista histórico-demográfico. Los palenques, si bien existieron desde los inicios de la implantación de la esclavitud, cobraron gran importancia a finales del siglo XVIII y en la primera mitad del siglo XIX con el auge de la plantación azucarera. En la medida en que la introducción de esclavos crecía, aumentaba el número de palenques. A mayor porcentaje de población esclava, más noticias se encuentran acerca de estos asentamientos. Uno de los contemporáneos de esta época, el gobernador de Santiago de Cuba, Eusebio Escudero, los definió como: “Se ha dado el nombre de palenque a aquellas cuevas o espesuras donde se refugian esclavos y se reúnen con principalísimo objeto de safarse (sic) de los trabajos de sus amos. En ellos forman su establecimiento de casas provisionales, y de aquellas provisiones más necesarias para el sustento, como son al negro los plátanos, al ñame, las malangas, frijoles y otros granos. Eligen su capitán al que generalmente se subordinan todos. Las faltas de carne las suplen con puercos cimarrones,... jutías y pesca de los ríos.”49 Esta descripción resulta de gran autenticidad, ya que durante los cinco años de su gobierno (1816-1821), esta autoridad se ocupó especialmente del exterminio de palenques. Lo más usual entre los apalencados fue la construcción, en zonas intrincadas, de pequeños ranchos de madera, yagua y paja; aunque, también, se hicieron muy conocidos los asentados en grandes cavernas y, sobre todo, en las ciénagas y pantanos. En los palenques solían reunirse grupos de hasta cincuenta cimarrones; esto fue lo más común. A pesar de ello, existen referencias de asentamientos de más de trescientos negros en las zonas del Oriente cubano, Matanzas y Pinar del Río. Tal era la importancia que las autoridades españolas concedían a este tipo de asentamiento, que en 1848 se le solicitó al Capitán General de la Isla, por medio del Real Consulado, un informe de todos los palenques existentes en Cuba. Este informe constituye un 49 Archivo Nacional de Cuba. Fondo Real Consulado y Junta de Fomento, legajo 141, no. 6935. verdadero padrón de los palenques asentados en el país, en el cual se estiman alrededor de 80, pero sólo han podido ubicarse 62 de ellos. 50 Otra característica de la forma de asentamiento de los esclavos lo fue el llamado “conuco”. Este no era otra cosa que una pequeña parcela proporcionada al esclavo dentro de la propiedad rural del amo. En ella construía su casa o bohío, tenía siembras y animales para su autoabastecimiento. Los conucos formaban a veces pequeños poblados, los que tomaban la forma del sistema de poblamiento de la población indígena originaria. O sea, en forma de círculo. La casa del esclavo tomó el nombre de “bohío”, y el área central, recibió el nombre de “batey”. Todas estas palabras pertenecían a las lenguas aborígenes. El aumento de la cantidad de esclavos hizo necesaria una estricta vigilancia de los mismos. Así surge el barracón, muy ligado al desarrollo de la industria azucarera. 51 Entre 1859 y 1860, existían en el país 1 385 ingenios, distribuidos —según la División Político-Administrativa de la época— en 1 065 en el departamento Occidental, y en 300 en el Oriental. En esos momentos, el departamento Occidental cubría prácticamente toda la isla, a excepción del territorio que hoy ocupan las provincias orientales, y concentraba la mayor cantidad de población del país, radicando en él las actividades económicas fundamentales. Durante el siglo XIX, en Cuba se realizaron ocho censos, siete de ellos durante la dominación colonial española (1817, 1827, 1841, 1846, 1861, 1877, 1887) y el último (1899), justamente cuando el país transitaba hacia una fase neocolonial, luego de la intervención estadounidense en la Guerra de Independencia de 1895. Ellos nos proporcionan, a pesar de inexactitudes que se presentan en algunos casos, datos más objetivos en torno al proceso de poblamiento de la Isla. El primero de ellos, el de 1817, fue concebido bajo el mando del Gobernador y Capitán General Don José Cienfuegos; presenta un total de 551 899 personas distribuidas por gobiernos, jurisdicciones, partidos y pueblos, tomando en cuenta las castas, sexos y edades. La fuente principal de los errores fue la ocultación por parte de muchos propietarios del verdadero número de sus esclavos, tal vez recelosos de un incremento de los impuestos. No obstante, el aumento de la población estuvo determinado fundamentalmente por la entrada de esclavos, los cuales componían el 36 por ciento del total. Una primera derivación de este censo, que señalaba el incremento de la población negra de la isla, fue el Decreto de Colonización Blanca, del 21 de octubre de 1817. Hay que tener en cuenta el horror de la población blanca colonialista ante los sucesos relativamente recientes en la vecina Haití. La Revolución Haitiana provocó una oleada migratoria compuesta por propietarios franceses (blancos) que huían de las insurrecciones de los mulatos y negros en la vecina isla. Por Real Orden se encargó el fomento de la población blanca, y se dispuso la formación de nuevos pueblos, como Jagua y Guantánamo, entre otros, y se le dio libre entrada a todo extranjero blanco que 50 51 Ibídem. Legajos 141, 144, 145 y 151. Para una historia más detallada de estos procesos asociados al desarrollo de la esclavitud, véase: Pérez de la Riva, Juan. El Barracón. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. Y La Esclavitud en Cuba, colección de ensayos realizada por la Editorial Academia, en La Habana, 1986, a raíz del centenario de la abolición de la esclavitud. fuera útil. El Censo de 1827 se confeccionó bajo el mandato del Capitán General Don Francisco Dionisio Vives, y tuvo como principal propósito verificar el incremento de esclavos observado en el censo anterior, así como desechar las fuentes de errores posibles en aquel entonces Este empadronamiento resulta sumamente importante por ser el primero en su clase que presenta la población y la riqueza de los tres departamentos en que estaba dividida la Isla, lo mismo que de las jurisdicciones, partidos, ciudades y pueblos. La población entonces se encontraba distribuida en 12 ciudades, 8 pueblos y 98 villas y lugares habitados. El estudioso Jacobo de la Pezuela52 ha elogiado, de manera un tanto exagerada, este censo, pero tiene razón al considerar que sus resultados son los que más se acercan a la realidad (704 487 habitantes). Del total de residentes en la Isla, el 44 por ciento correspondía a la población blanca y el 56 restante, es decir más de la mitad, a la de color, como puede observarse en el Cuadro No.2. Para que se tenga una idea una idea de la magnitud del crecimiento de la población esclava, según Ramón de la Sagra 53, el censo de 1774 registró una población esclava de 44 333 personas, el de 1792 de 84 590, el 1817 de 199 145, y el de 1827 de 286 942, lo que significa que en 52 años transcurridos desde el primer censo hasta éste, la población esclava había experimentado un crecimiento del 547 por ciento, es decir se había sextuplicado la población negra esclava. Con respecto a la población blanca, hay un mayor número de varones gracias a la inmigración canaria, principalmente masculina, que vino a establecerse en las zonas rurales. En aquel momento, la Isla estaba dividida en tres Departamentos: Occidental, Central y Oriental. Las zonas de mayor asimilación económica y demográfica fueron las que participaban del pujante desarrollo azucarero que se extendía desde Pinar del Río hasta penetrar el centro del país. El desarrollo más intenso de la producción azucarera se produjo desde Bahía Honda y San Cristóbal hasta Trinidad y Remedios54. En el citado censo de 1827, se registró la existencia de 1 000 fábricas de azúcar entre trapiches e ingenios, los cuales tenían una producción de 73 000 toneladas largas españolas.55 En el período que media entre el censo de 1827 y 1841 tuvo lugar un hecho de gran trascendencia histórica y económica: la introducción del ferrocarril, con lo cual se dio solución a las preocupaciones viales. El primer tramo ferroviario se inauguró el 19 de noviembre de 1837, en Bejucal, y un año más tarde, el mismo 19 de noviembre, el camino de hierro llega al corazón del centro productor de la época: San Julián de los Güines. Desde entonces las líneas férreas comunicaron todas las áreas azucareras del país. A partir de este momento se puso de manifiesto una contradicción cuya resolución 52 Véase Jacobo de la Pezuela: Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la Isla de Cuba. Imprenta del Establecimiento de Mellado, Madrid, 1863 53 Sagra, Ramón. Historia Económica, Política y Estadísticas de la Isla de Cuba. Imprenta de las Viudas de Arazoza y Soler, La Habana, 1831. Este autor corrigió errores de calculo en los censos de 1714, 1792 y 1817. 54 55 Véase Concepción Álvarez y Jordi Borjas. Ob. Cit. 1 tonelada larga, medida de peso utilizada en la época, equivale a 1016 kilogramos, 2240 libras y 1.12 tonelada corta. V. http://www.puntoprofesional.com/MEDIDAS.HTM daría un impulso decisivo a la industria azucarera: mientras la sacarocracia modernizaba la transportación del azúcar, se negaba a introducir la máquina de vapor en la industria y se empeñaba en la explotación del trabajo esclavo. Cuando finalmente introduce la máquina de vapor en el ingenio, se produce un salto cualitativo en las relaciones de producción y sus resultados económicos56. A partir de la introducción del ferrocarril comenzó la expansión azucarera y se rompieron los límites territoriales impuestos hasta entonces para hacer posible la explotación de tierras vírgenes en el interior del país. Este hecho coincide con el crecimiento del mercado comprador norteamericano y, además, con la entrada del azúcar cubano en el mercado inglés. Esta etapa es conocida como “the golden age of the competition”, según el historiador Manuel Moreno Fraginals.57. Esta revolución industrial, que se inicia por la introducción del “camino de hierro” en la industria azucarera, es el acicate principal para la evolución sociodemográfica de la sociedad cubana en el siglo XIX y para la polarización de las contradicciones entre las relaciones de producción esclavistas y las necesidades de modernización de las fuerzas productivas.58 Si en la primitiva industria azucarera cubana predominó el ingenio de fuerza motriz animal, por falta de grandes ríos, ya desde mediados del siglo XIX se producen las transformaciones tecnológicas que conducirán al cambio en la industria azucarera insular. El ingenio mecanizado se convirtió así en la célula generadora del gran “ingenio-central”, que agudizó la crisis de la esclavitud y afirmó el trabajo asalariado. Entre 1840 y 1860 se producen las primeras transformaciones técnicomecánicas azucareras. Por ejemplo, en 1841 se instala el primer “tren de vacío” en el ingenio La Mella, en el territorio de Limonar, Matanzas.59 Por otra parte, la presencia del ferrocarril estableció vínculos más estrechos entre las zonas urbanas y rurales, así como entre las provincias, lo cual facilitó la movilidad de la población y contribuyó al desarrollo de nuevos asentamientos poblacionales alrededor de los nacientes centrales azucareros que sustituirían a los viejos ingenios debido a nuevas tecnologías como el tacho de vapor y las centrífugas, que iban aumentando gradualmente las capacidades de molida y por ende las áreas de cultivo. Como 56 Eduardo San Marful Orbis. Población y Azúcar. En C.D. XVII Jornadas de Historia Económica. Universidad Nacional de Tucumán. Argentina, 1998. 57 Manuel Moreno Fraginals. El Ingenio, complejo económico y social cubano del azúcar. Editorial De Ciencias Sociales. La Habana, Cuba, 1978. T. I p. 272. 58 En el año 1845 José Antonio Saco publicó infinidad de artículos sobre un tema que se discutió ampliamente por esos año, en que se propugnaban las posibilidades de realizar la labor de los ingenios por blancos y negros . Por esa misma época el Conde de Pozos Dulces hizo sus primeros comentarios sobre la separación de la industria de la parte agrícola. Según la obra de Francisco Henares, en el año 1878 con la libertad de los negros esclavos y con la introducción en 1837 del ferrocarril, se separa la parte agrícola de la industrial, creándose el cultivador o “colono independiente”, el cual previo contrato se comprometía a proveer de caña al ingenio. Es en estos momentos que a estas fábricas de azúcar se les denomina “centrales” para diferenciarlos de los “ingenios” que continuaban siendo los que solamente molían sus propias cañas (llamadas de administración). En: René Castellanos Romeu, Evolución Histórica de la distribución territorial de la producción azucarera.. I.P.F. La Habana, 2001. p. 1 59 Moreno Fraginals, Manuel. “Breves notas históricas del azúcar en Cuba”. En: Cuba Comercio Exterior. Año 6, febrero de 1970, pp. 41. consecuencia surge “el colono”, es decir, cañeros que en sus fincas cultivaban la gramínea para vender a los centrales azucareros y asentaban población rural en ellas. También la proximidad de un ramal ferroviario provocaba de inmediato la agrupación en chozas de población; estos asentamientos tomaron el nombre de “chucho”, que con el tiempo, se convirtieron en importantes pueblos. Al iniciarse la crisis del sistema esclavista y luego de un período de notable progreso económico, se levantó el censo de 1841 bajo el gobierno de Gerónimo Valdés Recogió un total de 1 007 624 habitantes60. Este notable incremento poblacional tiene sus fundamentos en la inmigración de franceses y españoles procedentes de México debido a los conflictos bélicos en aquel país, el refuerzo de tropas enviadas por España a Cuba ante los aires emancipatorios de entonces y la introducción de esclavos de manera clandestina -se estima que en el período intercensal se introdujeron 237 500 esclavos en Cuba-. En este momento fueron censados 436 495 negros esclavos, la cifra más alta registrada en un censo. Se constata así el crecimiento demográfico más intenso de la colonia, ocurrido entre 1774 (cuando se registraron 44 333 esclavos) y 1841. Durante el gobierno del Capitán General Leopoldo O’Donnell, se realizó el censo de 1846. Este es el censo más dudoso y polémico levantado durante la etapa colonial, a tal extremo que en la actualidad no se toma en cuenta en un análisis demohistórico. En esta etapa comienza a repercutir en la Isla la Revolución Industrial, fundamentalmente en la industria azucarera, aunque también se hace sentir en otras industrias, como la del tabaco y la minera, mientras que el cultivo del café comienza a decaer considerablemente, lo cual trae como resultado una disminución de la inmigración de esclavos. En 1856, se reorganizó el sistema estadístico de la Metrópolis trayendo como resultado que los levantamientos de los censos futuros fueran simultáneos en Cuba y en España (los de 1861, 1877 y 1887). Los procedimientos utilizados en la captación y procesamiento manual de la información censal de 1861 fueron similares a los usados en los censos de los años 1857 y 1860. En general, se opina que el censo de 1861 es el más detallado de los que se hicieron durante la colonia, el más exacto y completo, aunque se le critica la banalidad de sus comentarios demográficos. La Isla fue dividida en dos zonas atendiendo a la explotación de los recursos económicos: la Occidental y la Oriental, a diferencia del anterior que lo hizo en tres. Por primera vez, aparecen en este censo de 1861 registrados, por nacionalidad, los asiáticos y los mexicanos debido a la importación de culíes como mano de obra semiesclava desde 1847, y al arribo de yucatecos contratados desde 1849. La población total de la Isla se dedujo en 1 396 470 habitantes, como puede verse en el Cuadro No. 2, de los cuales el 56,8 por ciento era blanca y el 43,2 por ciento de color (el 16,7 por ciento eran libres y emancipados y el 26,5 eran esclavos). Este censo coincide con el proceso de declinación de la “industria esclavista”, ya que la supresión de “la trata” había sido decretada en 1845, el número de personas sometidas a la esclavitud descendió a 370 553, y el de las que habían ganado la condición de libres y emancipados había aumentado a 323 497. Estos datos censales tienen que ser tomados con reservas por las omisiones en lo referente a la población esclava, que debieron ser notables. Con respecto a la composición por grupos étnicos y status social, se registró 60 Para más información remítase al Cuadro No. 1 un aumento de los blancos (debido a las migraciones). Según las estadísticas de 1860, y como se presenta en el cuadro siguiente, en la zafra de ese año, el número de fábricas de azúcar se había elevado a 1 338 y la producción de 508 429 toneladas largas españolas. De estas unidades activas en 1860, el 29,1 por ciento eran trapiches, el 0,5 por ciento ingenios movidos por agua, y el 70,4 por ciento restante eran ingenios movidos por vapor. En cuanto a la distribución espacial de la industria azucarera cubana, el 79 por ciento de las fábricas de azúcar, que poseían el 93 por ciento de las áreas de cañas y que producían el 90,8 por ciento de la producción nacional, se ubicaban en el Departamento Occidental, que entonces comprendían a las antiguas provincias de Pinar del Río, La Habana, Matanzas y Las Villas; y sólo el 21 por ciento de las fábricas azucareras, con el 7 por ciento de las áreas cañeras y que producían el 9,2 por ciento del total de la zafra, se localizaban en el Departamento Oriental, antiguas provincias de Camagüey y Oriente. Cuadro No. 1. Trapiches e ingenios que molieron en la zafra de 1861. Cuba. Trapiches e ingenios Trapiches Ingenios movidos por agua Ingenios movidos por vapor Total Fab. de azúcar Áreas de caña Producción Cantidad Por ciento Cantidad Por ciento Cantidad Por ciento 390 6 942 1 338 29,1 0,5 70,4 100,0 1 920 106 18 648 20 674 9,3 0,5 90,2 100,0 41 727 2 785 463 737 508 249 8,2 0,6 91,2 100,0 Fuente: Rebello, Carlos. Estadísticas relativas a la producción azucarera de la Isla de Cuba, formadas competentemente y con la autorización de la Intendencia del Ejército y Hacienda. La Habana, 1860. Rectificaciones en las cifras de producción del Grupo Cubano de Investigaciones Económicas de la Universidad de Miami, Un estudio sobre Cuba. University of Miami, 1963. En Enciclopedia de Cuba, autores varios. San Juan y Madrid, España, 1975. Segunda Edición, t.8, cuadro 1, p.455. Esta fuente anota que no se incluyeron 19 trapiches que solo elaboraron raspaduras y 7 ingenios que no molieron durante esa zafra. El Censo de 1877 se realizó cuando finalizaba la primera guerra de independencia, y tal vez por ello el empadronamiento fue deficiente, se calculó el monto poblacional en 1 521 684 habitantes, de los cuales un 64,3 por ciento era española, casi la tercera parte (32,1 por ciento) no era blanca, excepto los asiáticos —que eran el 2,9 por ciento —, y el resto se agrupaban en “extranjeros”, como se aprecia en el Cuadro No. 2. Esta clasificación no tomaba en cuenta a los criollos (se consideraban como españoles), quienes libraban una larga guerra contra la metrópolis; tampoco recogía el número de esclavos existentes en Cuba, calculado por la Dirección General de Hacienda, en unos 199 094, incluyendo los coartados. El censo de 1887 fue el séptimo y último de los censos realizados durante la colonia, pues la metrópolis no pudo llevar a cabo uno concebido para la noche del 31 de diciembre de 1897 al 1ro. de enero de 1898. La Guerra de Independencia de 1895 lo impidió. El censo se realizó en un momento de transformaciones económicas, políticas y sociales, en medio de un período denominado, por José Martí, la “Tregua Fecunda”, entre la Guerra de los Diez Años y la Guerra de 1895. En 1878, Cuba fue dividida, por Real Decreto, en seis provincias, las cuales estaban conformadas por partidos judiciales y se instauraron las leyes orgánicas provincial y municipal de la metrópolis. En 1886 se decretó, formalmente, la abolición de la esclavitud y más de 100 000 esclavos se convirtieron en trabajadores asalariados. La población total fue considerada como 1 631 687 habitantes, lo cual denota un bajo crecimiento, ocasionado, entre otras causas, por la Guerra de los Diez Años. También se aprecia una considerable disminución de la población no blanca, incluyendo a los asiáticos, pues estos grupos étnicos fueron los más afectados por la guerra61; además, la abolición de la esclavitud impidió la importación de grandes remesas de negros esclavos, las cuales ya se veían mermadas desde antes. El 1ro. de enero de 1899 comenzó la ocupación norteamericana de Cuba, frustrando así más de treinta años de lucha de los cubanos por su independencia. Derrotada España en la guerra hispano-cubano-norteamericana, los Estados Unidos se adueñaron también de Puerto Rico, la isla de Guam y las Filipinas. Al finalizar el siglo XIX, la población cubana ascendía, según en el censo de 1899, a 1 572 797 habitantes, lo que representaba un decrecimiento de lo arrojado por el censo de 1887. Según estimaciones realizadas, se calcula que la tasa bruta de mortalidad en esos momentos alcanzaba un nivel de 26,3 defunciones por mil habitantes, lo cual no resulta lógico que sea menor que la estimada para 1907 ( 29,7); por ello fue necesario recurrir al método de tipificación para los años 1899, 1907 y 1919, utilizando la estructura de la población de 1907, la que aparentemente era la menos afectada por elementos externos; así, estas tasa tipificadas son de 31,6; 29,7 y 27,0 para los años de 1899, 1907 y 1919 respectivamente62. Del total de la población, el 66,9 por ciento clasificaba como blanco (el 57,9 eran nativos y el 9,0 eran extranjeros), mientras que el 33,1 por ciento eran de color (desglosados en 14,9 por ciento negros, 17,3 mestizos y 0,9 chinos)63. En resumen, como ha podido observarse en este panorama de la evolución poblacional cubana, el desarrollo de la industria azucarera ha sido el motor fundamental del proceso demográfico cubano durante el siglo XIX, tanto en lo concerniente al crecimiento de la población como a su diversificación racial y distribución espacial. La demanda más notable para el desarrollo de esta industria fue el incremento de la inmigración de fuerza de trabajo esclava procedente de África, lo que trajo como consecuencia que, a principio del siglo XIX, la población negra superaba la blanca, y llenó de terror a las autoridades españolas por los hechos recientes en la vecina Haití. Se impuso una política de “blanqueamiento” de la Isla, y ello condujo a la inmigración libre de españoles, principalmente de Islas Canarias, y, hacia mediados de siglo, se “contrataron” chinos (“culíes”) y yucatecos como fuerza de trabajo asalariada. En cuanto al aporte económico de los africanos, todavía en nuestros días pueden verse evidencias de la magnitud que alcanzaron los ingenios azucareros y los cafetales, receptores de grandes contingentes de esclavos. En ellos no solo se situaban los 61 Para más detalle véase el Cuadro no. 2 62 Para más información al respecto consúltese La población de Cuba. Centro de Estudios Demográficos. La Habana, Cuba, 1996. p.p. 53 y 59. 63 Ibídem. edificios industriales, sino también los bohíos de los esclavos y posteriormente los grandes barracones, donde se les encerraban después de las jornadas de trabajo, construcciones que contrastaban con las lujosas mansiones de propietarios y administradores64, las que de alguna manera contribuyeron al desarrollo del poblamiento del archipiélago cubano. La consolidación de La Habana como centro económico, político y administrativo reforzó la polarización que ha caracterizado al sistema de asentamientos de Cuba. La red de asentamientos respondía directamente al desarrollo de la producción azucarera, el 90 por ciento de la cual se originaba en zonas de occidente y parte del centro65. En las zonas productoras de azúcar se establecieron las urbanizaciones más fuertes, consolidándose ciudades y pueblos como centros productores o como puertos exportadores66. De esta manera, unida fuertemente a los procesos productivos, se fue poblando Cuba durante cuatro siglos. En síntesis, han sido varias las corrientes migratorias que fueron conformando la población cubana hasta el siglo XIX: Los aborígenes caribeños y de costas cercanas del continente; los españoles, provenientes de zonas muy diversas, quienes comienzan a establecerse a partir de 1510; los esclavos africanos, inmigrantes forzosos a través de todos los siglos coloniales; los culíes y los yucatecos, quienes arribaron a mediados del siglo decimonónico; y otros inmigrantes en menor cuantía, como franceses, alemanes, jamaicanos, entre otros. Cada grupo etnosocial, con su cultura, hábitos, creencias, manera de ver el mundo, aportó su presencia y su memoria para ir conformando nuestro perfil en un intenso proceso de transculturación 67. Como apunta Don Fernando Ortiz: “No hubo factores humanos más trascendentes para la cubanidad que esas continuas, radicales y contrastantes transmigraciones geográficas, económicas y sociales de los pobladores.”68 64 Fundación Don Fernando Ortiz. La ruta del esclavo en Cuba. Ediciones GEO. Cuba, 1998. 65 Véase el mapa 1. 66 Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Instituto de Geografía e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía. Cuba. 1988. 67 Eduardo San Marful Orbis. El poblamiento de Cuba hasta el siglo XIX a través de los censos. Revista Universidad de La Habana. No. 248. La Habana, Cuba, 1998. 68 Fernando Ortiz: “Del fenómeno social de la ‘transculturación’ y su importancia en Cuba”. (Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar. Cap. II). En Estudios afrocubanos (selecciones de lectura a cargo de Lázara Menéndez). Facultad de Artes y Letras, Universidad de La Habana, La Habana 1990. Tomo I, p. 241. Cuadro No.2. Población por estratos etnosociales y sexos. Cuba. Censos de 1817 – 1899. ESTRATOS SOCIALES Y SEXO TOTAL Varones Hembras R.M.1 BLANCOS Por ciento del total Varones Hembras R.M.1 BLANCOS LIBRES2 Por ciento del total Varones Hembras R.M.1 ESCLAVOS Por ciento del total Varones Hembras R.M.1 1 CENSOS 1841 18613 1774 1792 1817 1827 1877 171620 100499 71121 273979 146618 127361 704 487 1 007 624 1 396 470 1 521 684 403 905 584 097 800 575 850 520 300 582 423 527 595 895 671 164 1 344 1 379 1 343 1 267 311 051 418 291 793 484 988 624 44,2 41,5 56,8 65,0 1887 1899 1 631 687 67,6 1 572 797 815 205 757 592 1 076 1 052 397 66,9 1 413 1151 96440 133553 56,2 48,8 553 033 313 728 239 305 1 311 239 830 43,4 55576 40864 1360 30847 72299 61254 1180 55930 130 519 109 311 1 194 114 058 168 653 142 398 1 184 106 494 227 144 191 147 1 188 152 238 468 107 325 377 1 438 232 433 558 371 430 253 1 298 533 060 607 187 495 702 1 225 528 798 563 113 489 284 1 151 520 400 18,0 20,4 20,6 15,1 15,2 16,7 35,0 32,4 33,1 16152 14695 1099 44333 25,8 26989 28941 933 84496 30,8 58 885 55 173 1 067 199 145 36,0 51 962 54 532 953 286 942 40,7 75 703 77 135 981 436 495 43,3 133 746 98 187 1 355 370 553 26,5 292 149 240 911 1 213 - 275 413 253 385 1 087 - 252 092 268 308 940 - 28771 15562 1849 47330 37166 1273 124 324 74 821 1 662 183 290 103 652 1 768 281 250 155 245 1 812 218 722 151 831 1 441 - - - 882 600 749 087 1 178 1 102 889 Relación de Masculinidad. Se expresa en Varones por 1 000 hembras. 2 Incluye a la población asiática a partir de 1861. El Censo de 1877 situó a los esclavos en la “población de color” sin desagregarlos. A partir de 1887 se refiere al total de No Blancos, por haberse abolido formalmente la esclavitud en 1866. 3 A partir de este censo, la población fue considerada como Población Presente. Fuente: “Cuadro 6”. En Los Censos de Población y Viviendas en Cuba. Tomo I, Vol. I. Instituto de Investigaciones Estadísticas. Comité Estatal de Estadísticas, La Habana, 1988, p. 98. 1.3. El siglo XX: República y Revolución. Para el estudio de esta etapa nos basaremos fundamentalmente en las informaciones estadísticas que nos revelan los censos de población, a pesar de sus virtudes y desaciertos, que tuvieron lugar durante la primera mitad del siglo XX. Nos referimos a los de 1907, 1919, 1931, 1943 y 1953, etapa considerada como el inicio de la modernidad censal por muchos investigadores69. Para la segunda mitad del siglo, después del triunfo revolucionario en enero de 1959, son de consulta indispensable los censos de población y vivienda realizados en 1970 y 1981, y los Anuarios Demográficos de Cuba. 69 Como lo indica también, entre otros La población de Cuba, Ed. cit., p. 11. 1.3.1 El período republicano, 1902-1958 Las guerras de independencia del siglo XIX provocaron que el país arribara al siglo XX con un medio rural destruido y despoblado. Al término de la guerra de independencia de 1895-1898, comenzó un proceso de crecimiento de la población rural, con el retorno de muchas personas a sus lugares de origen y en parte con la inmigración de colonos que llegaron a establecerse en algunas zonas agrícolas del país. Entre 1899 y 1907, la población cubana aumentó en 476 183 habitantes, lo que representa una alta tasa media anual de crecimiento del orden del 3,3 por ciento (Véase Cuadro No. 4), que al decir de las memorias censales de 1907 ”resulta una proporción muy elevada, tanto que no se encuentra en ningún anterior período de la historia de Cuba y aún en la de los Estados Unidos”, y continúa expresando: "cuando se formó el censo de 1899, el país acababa de terminar una guerra desastrosa de cinco años de duración, y de entonces la Isla ha gozado de ocho años de grande y casi no igualada prosperidad” 70 . Un componente importante a tener en cuenta en el crecimiento que se ha observado entre 1899 y 1907, es la tasa de natalidad estimada para ese año de 47,6 por mil nacidos vivos, que resulta elevada al compararla con la estimada para 1899 (32,8 por mil nacidos vivos)71. La culminación de la guerra, más cierta estabilidad política, y el inicio de cierto auge económico son, básicamente, los elementos que quizás condicionaron el gran incremento de la tasa de natalidad. En 1907, se estimó una población urbana del orden de los 889 667 habitantes, y la rural del 1 149 313, para un nivel de urbanización del 43,9 por ciento. Al comparar esta cifra con las registradas por el censo anterior, se observa que la población urbana no aumentó tan rápidamente como el total, y el aumento de la población se efectuó con mayor rapidez fuera de las ciudades, en las zonas rurales. Anotan las memorias de este censo que “Quizás esta circunstancia se haga más de notar por el hecho de que mientras la población total ha aumentado en 8 años el 30,2 por ciento, representando la parte rural no menos del 38,2 por ciento de este aumento, la población urbana solamente aumentó el 21,4 por ciento, ó sea un poco más de la mitad de lo que representa el elemento rural”72. Durante este año censal, existían en el país 186 ingenios que produjeron en la zafra 1906-1907, 1 444 310 toneladas de azúcar, lo que representó un aumento de 214 574 toneladas con respecto a la molida de 1905-1907. De 1916 a 1919, fue el mayor período de inmigración, coincidiendo con el momento de mayor prosperidad de la industria azucarera, debido al alza del precio del azúcar, y con la Primera Guerra mundial. 70 Oficina del Censo de los estados Unidos. Censo de la República de Cuba. Washington , 1908. 71 La población de Cuba. Ed. Cit. 72 Ob. Cit. Según los datos censales de 1919, la población cubana era de 2 889 004 habitantes; entre este censo y el precedente, la población aumentó en un 40 por ciento; es decir, manifestó una tasa media anual de crecimiento del orden del 2,9 por ciento (véase Cuadro No. 4), y una tasa bruta de natalidad del orden del 39,6 por mil nacimientos por habitantes. Aunque el aumento no fue tan elevado como el que se registró de 1899 a 1907, es considerable también y según las memorias censales de 1919 “es debido, sin duda alguna, a la extraordinaria prosperidad de que goza esta Isla desde que la Guerra Mundial la convirtió en el centro azucarero del mundo”, y continúa explicando que esto se demuestra por el crecimiento de las provincias que se dedican al cultivo de la caña de azúcar, “las cuales disfrutan de una prosperidad casi sin paralelo en el mundo”...73 Con respecto a la población por zonas, se alcanzó el monto de 1 290 955 personas en la urbana y de 1 598 049 en la rural, para un grado de urbanización del 44,7 por ciento superior al observado en 1907 (43,9 por ciento). Como puede apreciarse, al igual que en los censos de 1899 y 1907, la población rural superaba a la urbana, fundamentalmente, como se había expresado anteriormente, por el auge del cultivo de la caña de azúcar debido a los altos precios del dulce a finales de la Primera Guerra Mundial (1914-1917). Esta etapa es conocida en la historia del período como la “danza de los millones”. En 1919, continúa teniendo la capital del país el mayor porcentaje de población residente en ciudades. En este año se registró una ciudad entre 50 000 y 99 999 habitantes, 7 entre 20 000 y 49 999; es por esta razón que la menor proporción de población se concentra en ciudades. A partir del censo de 1931, la población urbana superó a la rural, situación que se mantiene hasta la actual fecha. Lo anteriormente expuesto, lo corrobora la producción de la molida de 1919 que ascendió a 4 104 205 toneladas, aumentando con respecto a la contienda de 1918 en 571 115 toneladas, o sea un 16,2 por ciento.74 El avance de la red ferroviaria en la Isla, posibilitado por el desarrollo de nuestra principal industria, provocó el despliegue de nuevos asentamiento a su alrededor, como aparece en las memorias censales de ese año75. Con el nacimiento de la República mediatizada, Matanzas quedó comunicada también a través del Ferrocarril Central (F. C.) con Santiago de Cuba. En Cuba, la distribución geográfica de la población se inició desde las costas hacia el interior, y posteriormente estuvo vinculado al desarrollo de la industria del azúcar, en sentido Oeste–Este, hasta las dos primeras décadas del siglo XX, cuando el capital foráneo asimiló las grandes propiedades del oriente del país para nuevas inversiones industriales; a principio del siglo XX se construyeron aproximadamente treinta centrales azucareros, fundamentalmente en las antiguas provincias de Camaguey y Oriente, debido a la compra barata de grandes extensiones de tierras, lo que propició así la creación de grandes latifundio para el cultivo de la caña. El surgimiento de estos treinta centrales promovió la fundación de nuevos asentamientos poblacionales o bateyes en sus alrededores. La organización territorial para gobernar, también sirve para conocer que la concentración poblacional del archipiélago cubano ha variado considerablemente en el tiempo. En 1774 la Isla se dividía en dos departamentos, el Occidental o de La Habana 73 Censo de la República de Cuba. 1919. Editorial Maza, Arroyo y Caso. S. en C. La Habana, Cuba, 1921. 74 Ob.cit. 75 Véase Mapa 2 –el de mayor extensión- y el departamento Oriental o de Santiago de Cuba, sus capitales llevaban el mismo nombre: La Habana y Santiago de Cuba. En 1827 se estructuraba la Isla en tres departamentos: Occidental, Central y Oriental, y 22 jurisdicciones. En 1862, se vuelve a dividir en dos departamentos (Occidental y Oriental) y 30 jurisdicciones, y desde 1878 hasta 1975 en seis provincias, las cuales cambian de nombre con el decursar del tiempo, en 1878 eran Pinar del Río, Habana, Matanzas, Santa Clara, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba. A partir del censo de 1953 toman los nombres de Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Las Villas, Camagüey y Oriente. Y en 1976, surge la nueva división político-administrativa que divide el país en 14 provincias y 169 municipios, de ellos uno especial, Isla de la Juventud. Para esta última división se tuvo en cuenta la importancia de las ciudades que se estaban fortaleciendo mediante los procesos de industrialización, localización de servicios superiores y vinculación a las infraestructuras de carácter nacional, desarrollo que las iba señalando como centro de influencia de los territorios que las rodeaban. Con esta nueva estructura se trató de crear ámbitos territoriales con perspectivas de desarrollo y aminorar las diferencias entre la zona occidental y la oriental, y entre la parte urbana y la rural. Se observa por otra parte, independientemente de la división político–administrativa, un elemento importante que se ha de tener en cuenta para el estudio del poblamiento cubano: el desarrollo de las vías de comunicación. Primeramente la introducción del ferrocarril durante la primera mitad del siglo XIX y su posterior desarrollo, ya mencionado anteriormente76. Por otra parte, desde 1937, la inauguración de la Carretera Central, vía que se constituye en el eje de comunicación más importante de Cuba, cy que contribuye a fijar y concentrar una parte considerable de la población. El eje constituido por la Carretera Central agrupa en una franja de 5 km. de ancho a cada lado y 1 220 de extensión, el 45 por ciento de la población cubana. Se extiende desde la provincia de Pinar del Río hasta la de Guantánamo. En ella se asienta el 55 por ciento de las ciudades de Cuba que en 1970 tenían más de 20 000 habitantes, así como 500 puntos poblados con más 1 000 habitantes, lo que evidencia el carácter urbano de ese eje de poblamiento, donde la densidad promedio alcanza los 350 habitantes por km2 77 . Otro eje de poblamiento lo constituye el sistema vial norte, que partiendo del pueblo de Viñales en la provincia más occidental recorre 590 kilómetros hasta llegar a la ciudad de Camagüey. Un tercer eje hace un recorrido de 300 kilómetros por el sur del archipiélago cubano, hasta llegar a Trinidad en la región central. Ambos ejes en conjunto aglutinan la décima parte de la población.78 A lo largo de estos tres ejes (la Carretera Central, el sistema vial norte y el sur) viven más de la mitad de todos los cubanos. 79 Con la construcción de la Carretera Central quedaron enlazadas las ciudades más importantes al principal puerto del país, La Habana. Ello fue la causa de que el tráfico de cabotaje disminuyera y las ciudades interiores crecieran80. Así, Cárdenas y 76 Que se extiende durante el siglo XX debido a las inversiones norteamericanas, en esos momentos se desarrollan localidades entre ellas Colón y Morón, favorecidas por el avance de este sistema de transporte. 77 Comité Estatal de Estadísticas. Atlas Demográfico de Cuba. La Habana, Cuba, 1975, p. 20. 78 Véase Mapa 3. 79 La población de Cuba. Ed.cit. 80 Véase Mapa 4. Cienfuegos, por ejemplo, disminuyen en importancia a favor de Santa Clara, Holguín y Guantánamo. El censo de población de 1931, registró una población urbana superior a la rural (2 035,0 y 1 927,0 mil habitantes respectivamente) alcanzando el país un nivel de urbanización del 51,4 por ciento. Por tanto, puede decirse que entre 1919 y 1931 el incremento fue de 6,7 por ciento, lo que está justificado por la continua llegada de inmigrantes al país y una crisis en la industria azucarera como reflejo de la gran crisis general del capitalismo de 1929, que incentivó los desplazamientos poblacionales del campo a la ciudad en busca de mejores oportunidades de empleo. Mientras la tasa media anual de crecimiento de la población fue del orden del 2,6 por ciento, menor en 0,3 por ciento a la registrada en el período 1907-1919. Esta disminución se debió a que hasta 1931 existía una tendencia decreciente en la tasa de natalidad (39,6 en 1919 y 34,8 en 1931, por mil respectivamente81). Durante este censo se estimó un grado de urbanización del orden del 51,4, según puede apreciarse en el Cuadro No. 5. En ese momento la ciudad de La Habana pasa a obtener la categoría de metrópolis por la cantidad de población residente en la misma, y al mismo tiempo concentraba la mayor cantidad de población residente en ciudades. Debe señalarse que este censo registró dos ciudades en la categoría entre 50 000 y 99 999 habitantes, y ocho en la magnitud entre 20 000 y 49 999. La población registrada según los datos del empadronamiento de 1943 era de 4 778 583 habitantes con un grado de urbanización del 54,6 por ciento, teniendo en cuenta que su población urbana alcanzó la cifra de 2 607 490 habitantes y la rural de 2 171 093 (véase Cuadro No. 5). Según explica las memorias de este censo, “la población cubana aumentó como consecuencia de la formación de numerosos núcleos de población.”. Es decir, que la República aumenta ahora con 246 núcleos que no existían hace doce años, “126 están en la provincia de Oriente que es la que acusa un aumento más considerable de su población total”82. Con respecto a 1931, hubo una disminución de la tasa media anual de crecimiento (1,6 por mil) lo cual, según el mismo censo revela, se debió a una disminución de inmigrantes que tuvo lugar entre 1931 y 1943 (20 505 inmigrantes) en comparación con los registrados entre 1917 y 1931, que fue de 598 906. También esta baja de crecimiento está asociada al bajo crecimiento natural debido a los efectos de la crisis económica sufrida de 1931 a 1934, según apunta la misma fuente83; téngase en cuenta que la tasa de natalidad (33,3 nacimientos por mil habitantes) decreció con respecto a la estimada para 1931 (34,8) Los censos agrícolas de 1931 y 1946 muestran un incremento sustancial de la concentración de tierra en manos de grandes propietarios y compañías agroindustriales, fundamentalmente de capital norteamericano, con el objetivo de expandir la agricultura cañera. Las fincas mayores de 400 hectáreas, latifundios cañeros y ganaderos, representaban el 58 y 77 por ciento respectivamente, de la superficie agrícola total. Por otra parte, en 1946, de las fincas menores de 70 hectáreas, solo el 34 por ciento se 81 Centro de Estudios Demográficos. La población de Cuba. Ed.cit. Tabla 4. 82 Censo del año 1943. Editorial P. Fernández y Cia. La Habana., Cuba, 1945. 83 Ibídem, p. 719 explotaba en condiciones de propiedad; y del área agrícola total del país, sólo el 32 por ciento, era realmente explotada por sus dueños. El monto de la población según los resultados del censo de 1953, ascendía en miles de habitantes a 5 828, se estima una tasa de crecimiento medio anual para el período intercensal 1943-1953 del orden del 2,1 por ciento, ligeramente superior al acaecido en el anterior período intercensal (1,6 por ciento) (Véase Cuadro No. 4); en este incremento inciden más los movimientos migratorios internos urbanos-rurales, que a la natalidad; aunque ésta ha excedido a la mortalidad; existe un descenso de la fecundidad de 1943 a 1953 (de 33,3 a 28,2 por mil) y la tasa bruta de mortalidad estimada para ese año fue muy inferior a la de 1943, también estimada (de 15,8 pasó 6,3 por mil)84. Cuadro No. 3 Tasa bruta de natalidad y mortalidad. Cuba. Años seleccionados AÑOS TASAS BRUTAS (por mil) NATALIDAD MORTALIDAD 1899 32,8 26,3 1907 47,6 29,7 1919 39,6 24,6 1931 34,8 21,0 1943 33,3 15,8 1953 28,2 6,3 1958 27.3 6,4 Fuente: La población de Cuba. Centro de Estudios Demográficos. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, Cuba, 1976. Tablas 4 y 9. Del total de habitantes, 3 324,6 miles residían en las zonas urbanas, mientras 2 504,4 miles en la rural, lo que equivale a un nivel de urbanización del 57 por ciento, como aparece reflejado en el Cuadro No. 5. Este alto valor se asocia fundamentalmente a los movimientos migratorios procedentes de áreas rurales (debido al carácter estacional o cíclico de la zafra azucarera el obrero agrícola se desplazaba hacía la ciudad, en un esfuerzo para obtener otro empleo durante el tiempo muerto), así como a movimientos procedentes de otros países. Téngase en cuenta que la zafra de 1953, fue inferior a la realizada en 1943, pasando de 7 298 023 toneladas de azúcar a 5 223 889. Otro elemento a tener en cuenta al analizar el grado de urbanización es que desde 1951, los bateyes asociados a los ingenios azucareros clasificaban como urbanos85. Este censo revela una fuerte urbanización, no correspondiente a la base económica monoagropecuaria existente, donde el azúcar representaba alrededor del 81 por ciento de las exportaciones. Más del 60 por ciento de la fuerza de trabajo residía en las zonas urbanas, y algo más del 41 por ciento de la población económicamente activa se ocupaban en labores agrícolas que incluyen las propias de la industria azucarera. 84 85 La población de Cuba. Ed .cit. p. 30 y 53. Ley No. 3 de 1951, promulgada el 24 de mayo del propio año, denominada “Comercio Libre en los Bateyes”. Esta Ley, dispuso que se extendieran urbanizado los bateyes de los centrales azucarero al efecto del comercio libre, estableciendo la obligación de destinar un lote de terreno (de no menos de una caballería de tierra) contigua al batey, para el fomento de un centro urbanizado. En Censo de Población, Viviendas y Electoral. Informe General. 1953. Oficina Nacional de los Censos Demográficos y Electoral, Tribunal Supremo Electoral. Editorial P. Fernández y Cía. La Habana, Cuba. 1955. p. XV. Cuadro No. 4 Población, tasa de crecimiento y relación de masculinidad. Cuba. Censos Siglo XX. Censos 1907 1919 1931 1943 1953 1970 1981 Población total 2 048 980 2 889 004 3 962 344 4 778 583 5 829 029 8 569 121 9 723 605 Tasa de crecimiento1 33,1 29,1 26,1 15,9 21,1 21,6 11,4 Población por sexos Varones Hembras 1 074 882 1 530 509 2 102 620 2 498 810 2 985 155 4 392 970 4 914 873 974 098 1 358 495 1 859 724 2 279 773 2 843 874 4 176 151 4 808 732 Relación de masculinidad (2) 1 103 1 124 1 131 1 096 1 050 1 052 1 022 Fuente: Elaborado por el autor a partir de las fuentes censales correspondientes. (1) Se expuso por mil habitantes. (2) Se expresa en varones por mil hembras. Cuadro No. 5 Población residente por zonas y grado de urbanización. Cuba. Censos Siglo XX. Censos 1907 1919 1931 1943 1953 1970 1981 Población por zonas de residencia Total Urbana Rural 2 048980 889 667 1 149313 2 889004 1 290955 1 598049 3 962344 2 035034 1 927310 4 778583 2 067490 2 171093 5 829029 3 324628 2 504401 8 569121 5 187849 2 584167 9 723605 6 712030 3 011575 Grado de urbanización1 43,9 44,7 51,4 54,6 57,0 60,5 69.0 Fuente: Elaborado por el autor a partir de las fuentes censales correspondientes. (1) Se expresa en por ciento. En resumen, desde que se fomentaron las plantaciones azucareras, en los albores del siglo XIX, nuestra agricultura ha estado siempre necesitada de brazos. La cuestión ha sido resuelta, desde entonces, primero con la inmigración forzada de los negros esclavos, que engrosaron las fuerzas trabajadoras de este cultivo en las principales zonas productivas del país —léase, el Occidente—; cuando esta corriente, debido a circunstancias históricas internas y externas, comenzó a debilitarse, vinieron entonces casi 150 000 chinos contratados, los famosos “culíes”. Estos trabajadores foráneos fueron los factores determinantes del auge económico cubano. Ya en la segunda mitad del siglo XIX, cuando hubo que modernizar la economía plantacionista y sustituirla por otra más eficaz y menos costosa, se hizo necesaria la concentración de la producción y, por ende, de la población para estos fines. Las redes ferroviarias aún desarticuladas mostraban un esquema de lo que sería más tarde nuestro sistema de comunicaciones. 1.3.2 Cuba revolucionaria, 1959-1999. A partir de la segunda mitad del siglo XX es que se comienza a recoger datos estadísticos confiables de forma continua sobre la población cubana, sus características y dinámica, y ello nos permitirá, en esta parte de la investigación, tener una mejor visión del poblamiento cubano86. El triunfo de la Revolución cubana en 1959, propició relevantes transformaciones económicas, políticas y sociales. Estas han tenido como objetivo principal la creación de un orden de equidad y justicia social. No es posible abarcar todas, pero se hará referencia a aquellas que tienen una mayor incidencia en el tema que se trata. Joaquín Rallo, arquitecto español radicado en Cuba, expresaba que: El mapa del país, en 1959, refleja fundamentalmente dos estructuras económicas: una monoproductora y otra consumidora de artículos importados. La primera la constituyen 161 centrales azucareros que se sirven del 52 por ciento de la tierra cultivada, una densa red de ferroviaria y 23 puertos exportadores. La segunda está formada por una gran ciudad, con el 21 por ciento de la población del país, y el 90 por ciento de las importaciones... 87 Otro rasgo importante de la nueva situación revolucionaria lo plantea Juan Pérez de la Riva, en un artículo publicado en 1964: La Revolución Cubana, como todos los grandes cambios estructurales ocurridos en el país, ha provocado importantes movimientos de población: aparece una emigración de relativa importancia de elementos que encontraban dificultades para adaptarse a un nuevo modo de producción y a quienes un vecino poderoso ofreció inusitadas facilidades. Esto es, sin dudas, uno de los rasgos originales de nuestra problemática demográfica, pero su importancia es bastante secundaria.88 Los cambios demográficos resultantes de este proceso inevitablemente incidieron en los distintos sectores económicos del país, incluyendo el azucarero. Además, a esto puede agregársele que el sector azucarero estaba conformado por industrias de pequeñas y medianas escalas en la región centro-occidental, y por los “colosos” de Camagüey y 86 Desde 1960, como parte del funcionamiento de una economía planificada centralmente, las estadísticas asumen un papel relevante para el control y evaluación de los planes de desarrollo económico y social, y para la definición e implementación de políticas de desarrollo. En este entorno es que puede hablarse entonces, del auge y consolidación de una organización institucional para las estadísticas mediante la creación de un Sistema Nacional y otros complementarios en actividades básicas de Salud, Educación, etc. Desde 1976, se dispuso, como organismo de la Administración Central del Estado Cubano, la creación del Comité Estatal de Estadísticas como institución rectora en materia de estadísticas en el país, incluyendo la realización de Censos y Encuestas. Para más detalle ver Cuba, Transición de la Fecundidad. Cambio Social y Conducta Reproductiva. La Habana, Cuba, 1995. p. 95. 87 Rallo, Joaquín. “Cuba 1959: 161 centrales y una capital”. En: Ciudad y Territorio, no. 63-64, enerojunio, Madrid, 1985. 88 Pérez de la Riva, Juan. “La población actual de Cuba”. En: Cuba Comercio Exterior. La Habana, año I, no. 1, mayo-junio de 1964, pp. 21-24. Oriente. Del total de centrales, 36 pertenecían al capital foráneo, principalmente norteamericano, que producían el 42 por ciento del azúcar cubano. Desde el punto de vista poblacional, existía una marcada diferencia entre el occidente y el oriente del país. La zona occidental presentaba una estructura tupida de asentamientos, con un alto nivel de conectividad y servicios; mientras la zona oriental presentaba tipos de urbanización bien diferentes: la región camagüeyana con bajas densidades, pocos núcleos urbanos y el desarrollo concentrado en la cabecera provincial, y la región oriental las altas tasas de natalidad y una fuerte emigración provocaban un crecimiento fuerte en otras ciudades. A esta organización pudiera llamársele estructura productiva azucarera, mientras que junto a ella coexiste otra definida como estructura consumidora, fundamentalmente de artículos de importación, localizada en la Capital cubana, que contaba con el 21 por ciento de la población total, la fuerza de trabajo más calificada, el principal puerto exportador de la industria no azucarera y una infraestructura importante de los servicios. Cada año del proceso revolucionario ha estado matizado por hechos económicos, políticos y sociales de significativa importancia que han influido en los factores del crecimiento de la población. A partir de 1959, se produce una marcada alza de la fecundidad que se prologa hasta mediados de los años sesenta, produciéndose un “baby boom”; de acuerdo con las estimaciones de las estadísticas continuas, en el año 1964, la tasa de natalidad fue de 35,0 por mil. Varios son los factores que inciden en este comportamiento. Estos factores se relacionan por los efectos del comienzo de los profundos cambios sociales que crea una mayor seguridad económica, social y política A estos factores habría que agregar otros aspectos, tales como el aumento de los matrimonios y uniones, la carencia de métodos anticonceptivos y una mayor restricción para la práctica del aborto, que como determinantes inciden directamente en el aumento de los niveles de la fecundidad. La población cubana ha experimentado una importante declinación del ritmo de su tasa anual de crecimiento, pasando de valores estimados de 24,9 en 1965 (fecha en que la captación de las estadísticas demográficas comienzan a ser más sólidas89) a 3,8 por mil habitantes en el año 2000. Como se puede apreciar, el descenso fue gradual y sostenido, exceptuando el año 1980, en el que habiendo ya un nivel muy bajo de crecimiento natural (9,4 por mil habitantes) el factor migratorio determinó una caída violenta, incluso tomando un valor de -6,2 por mil habitantes, produciéndose una reducción del número de habitantes con respecto a 1979 (60 549 personas) La emigración fue tan fuerte que el signo de crecimiento se invierte y la población decrece. Este fue un fenómeno circunstancial en el tiempo (en ese momento la tasa del saldo del movimiento migratorio externo fue de -14,6 por mil habitantes, la más baja hasta el momento), ya que paulatinamente la población ha ido retomando los ritmos propios de su tendencia. Por otra parte el crecimiento natural de la población cubana ha disminuido desde 1965 al 2000 (de 27,9 a 6,0 habitantes por cada mil), proceso en que la mortalidad ha 89 Por Ley 1175 de marzo de 1965, se estableció como válida la definición internacional de nacido vivo, lo que representó un salto de calidad no solo en las estadísticas de nacimiento, sino también en todas las estadísticas demográficas. permanecido casi constante en el tiempo, mientras hay una declinación en los niveles de la mortalidad, cuyo nivel se ha reducido a más de la mitad, al pasar de 34,3 a 12,8 nacimientos por mil habitantes respectivamente de 1965 al 2000. Estos niveles que se registran de la fecundidad y la mortalidad, no son más que el resultado de la acción de factores económicos, sociales y políticos que inciden en conjunto sobre la conducta reproductiva y la capacidad de sobrevivencia de la población, a partir de acciones especificas y puestas en práctica con esos objetivos fundamentales en la esfera de la salud. Resumiendo, y como expresa el Dr. Juan C. Albizú Campos, la migración externa es el elemento conductor —hasta el momento— de la evolución de la población ya que cada vez el papel del crecimiento natural es más pasivo, como se observó en el año 198090. Durante esta etapa, se realizaron dos censos de población, uno en 1970, el primero del proceso revolucionario. Y el otro en 1981, el último realizado en el siglo XX. Según el censo de 1970, la población de Cuba ascendía a 8 569, 1 miles de habitantes, que representa con respecto al censo de 1953 una tasa media anual de crecimiento del orden del 2,2 por ciento, y se registró un decrecimiento de casi la mitad (1,1) con respecto a igual tasa entre 1970 y 1981. Esta evolución de las pautas del crecimiento poblacional obedeció a una modificación del comportamiento de las variables que sobre el mismo inciden, es decir; el crecimiento natural y los movimientos migratorios. En 1981, alrededor del 69 por ciento de la población cubana (6 712, 0 miles de habitantes) residían en lugares habitados clasificados como urbanos —en 1970, solo residían el 60 por ciento—, es decir, radicaban en la metrópolis, ciudades, pueblos y poblados. Ello, unido al desarrollo científico-técnico e industrial de las ciudades, ha provocado el mayor desarrollo de las mismas, y su expansión en el territorio ha traído como consecuencia un cambio de imagen en el mapa nacional. Entre uno y otro censo, la tasa media anual de crecimiento urbano fue del 2,3 por ciento, ligeramente inferior en 0,2 puntos porcentuales al alcanzado en el período 1953-1970, que se estimó en 2,5 por ciento. A pesar de este decrecimiento, su crecimiento absoluto fue de algo más de un millón de habitantes. Por otra parte, el 31 por ciento (3 381,3 miles de habitantes) residían en zonas rurales (poblados rurales, caseríos, bateyes, granjas, etc.), que representa una disminución con respecto al año censal de 1970, en ese momento representó más del 31 por ciento de la población total. Este censo muestra por primera vez durante el siglo XX un decrecimiento en cifras absolutas de la población rural en casi 370 mil personas. La clasificación de lugares urbanos ha variado de un censo a otro; es decir cada censo ha empleado su propia definición de población urbana y rural. Las clasificaciones de 1970 y 1981 tienen bastantes semejanzas. Entre 1970 y 1981, 408 lugares habitados urbanos figuran en ambos censos; 134 lugares habitados rurales pasaron a ser urbanos en el último censo, ya que adquirieron en el período determinados parámetros que lo concibieron como urbano; se registraron 32 nuevos lugares habitados urbanos y otros 23 que eran urbanos en 1970 y pasaron a ser rurales en 1981. En el cuadro No. 6 se muestran los cambios ocurridos en las nomenclaturas de 1970 a 1981. 90 Juan C. Albizu-Campos Espiñeira, Población y desarrollo. Características socio-demográficas de la población cubana. En Hacia un desarrollo sostenible Centro de Estudios Demográficos. La Habana, Cuba, 2002. T.4 En el decursar de estos once años, se ha producido un aumento notable de la urbanización del país al pasar del 60,5 en 1970 a 69,0 por ciento en 1981. Cuadro No. 6. Cambios ocurridos en la nomenclatura de lugares habitados urbanos. Cuba. Censos de 1970 y 1981. Cambios Población urbana (en miles) Diferencia 1970 1981 poblacional Lugares habitados urbanos que figuran en ambos censos (408) 5 172,9 6 447,2 Lugares habitados rurales en 1970 urbanos en 1981 (134) 204,9 Lugares habitados urbanos en 1970 rurales en 1981 (23) 15,0 - Nuevos lugares habitados urbanos en 1981 (42) Total de población urbana 59,9 5 187,9 6 712,0 1 274,3 204,9 -15,0 59,9 1 524,1 Fuente. Comité Estatal de Estadísticas. Censo de población y viviendas, 1981. República de Cuba. La Habana, Cuba, 1984. V. 16, C. 9 El incremento poblacional urbano observado entre 1970 y 1981 se debe en primer término a un aumento del 83,6 por ciento de aquello lugares que clasificaron en ambos censos como urbanos; al incremento del 12,5 por ciento por los que cambiaron de clasificación, y un 3,9 por ciento se debe a la creación de nuevos lugares urbanos, es decir, al desarrollo de nuevas comunidades. La revolución social emprendida ha ejecutado políticas específicas de desarrollo. Ejemplo de ello es la Ley de Reforma Agraria, iniciada en el mismo año 1959, que produjo cambios muy importantes en la estructura del país, entre ellos, el surgimiento y fortalecimiento de comunidades tanto urbanas como rurales, la entrega de títulos de propiedad de la tierra a los que la trabajaban, el aprovechamiento pleno de los recursos naturales y humanos, la diversificación de la producción agropecuaria, la eliminación del latifundio, la creación de formas cooperativas de producción, y el incremento del producto agrícola a fin de cubrir las necesidades del consumo. Al concluir la aplicación de esta Ley, en 1962, la distribución del área agrícola comprendía un 29 por ciento en granjas del pueblo (estatales), un 12 por ciento de cooperativas cañeras y un 59 por ciento en el sector privado. Más adelante, las cooperativas cañeras se disuelven y pasan a ser granjas del pueblo. Tal hecho y la aplicación de la Segunda Ley de Reforma Agraria, que limitó la propiedad privada a 67 hectáreas, hicieron que a finales de 1963, el sector estatal ocupara el 60 por ciento de las tierras agrícolas y el privado el 40 por ciento. Entre los propósitos de esta Segunda Ley se encontraban: asegurar el paso a una agricultura intensiva mediante el cambio tecnológico, la electrificación y urbanización rural; los que definieron el modelo de desarrollo agropecuario del país durante estos años, que estuvo caracterizado por sistemas de producción a gran escala, una alta especialización, una excesiva intensificación, el monocultivo de exportación agrícola y otros insumos, así como la importación de alimentos. Además, este modelo, actualmente vigente en muchos de sus componentes, se transfirió al sector campesino modificando, en gran medida, sus formas tradicionales de manejo de la tierra. El tratamiento de la agricultura como una actividad industrial incrementó sustancialmente problemas ambientales, entre ellos, la deforestación, en especial de las zonas montañosas del país, la perdida de la fertilidad, la salinización y la erosión de los suelos. También reafirmó el predominio de los obreros agrícolas y el éxodo de la población rural hacia las ciudades, como máxima expresión de su desarraigo de la tierra. A principios de los años 60, las inversiones se dirigieron hacia un esquema de diversificación industrial, en los últimos años de esa década, y el Estado cubano se propuso realizar en 1970 una zafra de 10 millones de toneladas, pero solo se alcanzó la cifra de poco más de 8 millones. En 1972, Cuba entró en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) donde el aporte fundamental de la Isla era el azúcar de caña, el níquel y los cítricos. La reestructuración de la producción agropecuaria y las transformaciones tecnológicas en algunos territorios, implicó la creación en algunos lugares de nuevos asentamientos. Este proceso propició unos 600 asentamientos, construidos ente los últimos años de 1970 y los primeros de la década de los 80, donde se estima habitaron alrededor de 380 mil personas en 95 mil viviendas construidas, fundamentalmente en zonas cañeras y ganaderas, aproximadamente el 9 por ciento en la llamada franja de base 91. Estos asentamientos fueron localizados en zonas despobladas como Camagüey y Ciego de Ávila, en La Habana —que sufrió fuertes transformaciones agropecuarias— y en provincias montañosas como Guantánamo. El monto poblacional de estos nuevos asentamientos era variable y dependía del motivo que lo originaba, el 22 por ciento de estos nuevos asentamiento clasificaron como urbanos durante el censo de 1981, debido, fundamentalmente, a sus características infraestructurales y de servicios. Paralelamente, en estos años se produjo una drástica reducción de los asentamientos rurales, fundamentalmente en el grupo de los menores de 200 habitantes, como se observa en el siguiente cuadro. 91 Según el Sistema de Asentamiento Poblacionales, que es el conjunto de asentamientos urbanos y rurales donde se distribuye la población y las actividades que ellas generan, clasificados, relacionados y organizados jerárquicamente de acuerdo a sus funciones político-administrativas, económicas y de servicios. Para el caso cubano, este se divide en: 1-Capital del país o Metrópoliss. 2-Capitales provinciales. 3-Ciudades intermedias. 4 –Restantes cabeceras municipales. 5-Asentamientos urbanos de base. 6-Asentamientos rurales de base mayores de 200 habitantes. 7-Asentamientos rurales menores de 200 habitantes y población dispersa. En este caso la franja de base está conformada por el conjunto de asentamientos y su población residente que no poseen funciones político-administrativas y se suponen más cercanos física, funcional y sicológicamente a la base agropecuaria del país., comprende los niveles del 5 al 7 señalados. Cuadro No. 7 Niveles del sistema de asentamientos. Cuba. Años 1970, 1981 y 1995. Niveles del S. A. P. Ciudad Habana. Cabeceras provinciales. Cabeceras municipales. Asentamientos de base urbanos. Asentamientos rurales mayores de 200 habitantes. AÑOS 1970 1981 1995 Asen. Pob. Asen. Pob. Asen. Pob. 1 1 786,5 1 1 929,4 1 2 176,6 12 1 349,5 12 1 751,1 12 2 115,3 142 1 486,2 142 2 014,7 142 2 418,8 293 565,7 429 1 016,8 429 1 464,3 1 793 773,1 2 893 1 232,7 2 598 1 389,4 Asentamientos rurales menores de 200 habitantes y población dispersa. 15 837 2 608,2 9 941 1 778,9 3 720 1 414,8 Total 18 078 8 569,2 13 418 9 723,6 6 895 10 979,2 Fuente: Concepción Álvarez y Jordi Borjas. Recopilación de documentos sobre asentamiento humanos. Facultad de Arquitectura (ISPJAE) e Instituto de Planificación Física (IPF). La Habana, Cuba. 1999. Página 19. El derrumbe del campo socialista de Europa del Este, a partir de 1989, generó en Cuba la repentina pérdida del acceso a créditos y al intercambio ventajoso con un mercado seguro, que representaba más del 80 por ciento de su comercio exterior y la totalidad de sus necesidades energéticas. El precio del azúcar, que a mediados de los años 70 tuvo un alza que alcanzó los 60 centavos por libra, posteriormente bajó a un promedio de 9 centavos; y la importación de petróleo (alrededor de 13 millones de toneladas antes de este período) disminuyó a menos de la mitad. Por su parte el Producto Interno Bruto (PIB) acumulaba, hasta 1993, una caída superior al 35 por ciento92. La crisis también produjo, entre otros problemas, la reducción de más del 40 por ciento del producto agropecuario; la caída, aún mayor, del trabajo; el deterioro y falta de reposición de los medios mecánicos y del ganado, y el incremento de las tierras ociosas93. Los cambios ocurridos a partir de este momento estuvieron dirigidos a crear unidades productivas de menores dimensiones, recuperar y elevar la producción agropecuaria y la eficiencia económica dentro de este importante sector de la economía cubana. Desde los años 60 y hasta 1989, el sector estatal (que se había incrementado por abandono de los campesinos, compras del Estado y motivos de utilidad pública) ocupaba el 80,7 por ciento del total de tierras agrícolas. A partir de 1993, se produjo una conversión de casi la mitad de las tierras estatales en cooperativas. La estructura de tenencia (no de propiedad) se modificó a favor del sector cooperativo y del incremento de la tenencia 92 Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) y PNUD. Investigación sobre desarrollo humano y equidad en Cuba.1999. Editorial Caguayo S.A. La Habana, 2000. 93 Para más detalle consúltese Juan Valdés Paz. Procesos agrarios en Cuba.1959-1989.Editorial Ciencias Sociales. La Habana, Cuba., 1997. parcelaria; en el año 1997 el sector estatal ya contaba con un 48,7 por ciento, el cooperativo un 39,4 por ciento y los individuales un 11,9 por ciento. Si bien las experiencias positivas de los campesinos agrupados en cooperativas (un 8,6 por ciento del total de tierras en 1989) influyeron en la selección de esta forma de organización para la nueva estructura agraria (Unidades Básicas de Producción Cooperativa –UBPC), de alguna manera se retomaron propósitos de inicios de los años 6094. En estas cooperativas se incita el empleo de métodos compatible con la sustentabilidad. En este panorama, la caña de azúcar sigue ocupando más del 30 por ciento de las tierras cultivables del territorio nacional y representa el 53,4 por ciento del total de las exportaciones agrícolas. Aunque la producción de azúcar está siendo redimensionada en la economía cubana, continúa y continuará siendo el producto agrícola de mayor importancia para las exportaciones, a la que se une otros cultivos como el tabaco y los cítricos. Resumiendo, en general se aprecia un nivel de concentración y urbanización de la población que, incluso históricamente, ha sido mucho mayor que el correspondiente al desarrollo alcanzado por la base económica que los sustenta, independientemente de que las cifras tienen limitaciones en su comparabilidad, por haber sido empleadas diferentes definiciones de zonas urbanas y rurales en cada censo. 94 María Caridad Cruz. Logros y desafíos de la agricultura sustentable en Cuba. Revista Temas. No. 30. Julio-Septiembre 2002. La Habana, Cuba. 2002. II. AZÚCAR Y DEMOGRAFÍA HISTÓRICA EN MATANZAS (1492-1898). En el capítulo anterior se ofreció una panorámica del poblamiento en la Isla, poniendo énfasis en sus vínculos con el desarrollo de la industria azucarera. Teniendo en cuenta las líneas generales de estos nexos, en este capítulo nos proponemos analizar y reflexionar, a partir de las informaciones censales y otros datos complementarios de tipo histórico, geográfico y estadístico, acerca de las relaciones entre la economía azucarera, la población y el poblamiento en la provincia de Matanzas, corazón azucarero de Cuba en la segunda mitad del siglo XIX. Este objetivo se torna complicado debido a las numerosas transformaciones que, en todos los órdenes, afectaron a este territorio del Occidente cubano. Hemos dividido, para su mejor comprensión, el estudio en varias etapas que se corresponden con los acontecimientos económicos, políticos y sociales acaecidos en la provincia y en el país, teniendo en cuenta además, los períodos censales. 2.1 Características físico-geográficas de la provincia. La provincia de Matanzas está situada en la porción centro de la región occidental de Cuba, y geográficamente está ubicada entre los paralelos 22°01´, 23°15´ de latitud Norte y los meridianos 80°31´, 82°09´ de longitud Oeste. Limita al Norte con el Estrecho de La Florida, al noreste con la provincia de Villa Clara, al Sureste con la provincia de Cienfuegos, al Sur con el Mar Caribe y al Oeste con la provincia de La Habana y la ensenada de La Broa95. El área del territorio yumurino es de 11 595,5 5 km2, sin incluir los cayos que abarcan una extensión de 160,2 km2, de ellos corresponden a los cayos del norte 83,5 km2, y a los del sur 74,9 km2. Por su extensión, ocupa el segundo lugar entre las provincias del país. Su capital es Matanzas, y se encuentra dividida en 14 municipios: Matanzas, Cárdenas, Varadero, Martí, Colón, Perico, Jovellanos, Pedro Betancourt, Limonar, Unión de Reyes, Ciénega de Zapata, Jagüey Grande, Calimete, y Los Arabos. Entre las ciudades y pueblos más importantes se encuentran Matanzas, Cárdenas, Colón, Jovellanos, Jagüey Grande y Varadero La topografía de la provincia es predominantemente llana, más del 80 por ciento del territorio presenta estas características. Las alturas de la provincia son de poca magnitud y estas se localizan hacia el noroeste. Sus suelos son fértiles y productivos, destinados a la actividad agropecuaria, en los que se destacan los ferralíticos rojos, los húmicos carsimórficos y los hidromórficos pantanosos. La costa norte es típica de emersión en el tramo comprendido desde el limite con la provincia de La Habana hasta punta de Hicacos, bordeada en casi toda su extensión por un litoral de corales fósiles, los que son conocidos popularmente como seborucos, aunque también aparecen algunas playas. Desde punta de Hicacos hasta el límite con la provincia de Villa Clara, la costa es de sumersión, en esta zona aparecen algunas ciénagas costeras y abundantes manglares. 95 Para más detalle véase Mapa 5 que se anexa. La costa sur, desde el límite con la provincia de La Habana y hasta la bahía de Cochinos, es de sumersión, extendiéndose la ciénaga hacia el interior en la conocida Ciénaga de Zapata. La costa, desde la bahía de Cochinos hasta el límite con la provincia de Cienfuegos, es de emersión, y al igual que en la costa norte, se caracteriza por una topografía de diente de perro y ocasionalmente algunas playas. Toda la provincia de Matanzas se encuentra incluida en la región de Occidente, según la clasificación de las regiones geográficas realizadas para Cuba por el Dr. Antonio Núñez Jiménez. De las subregiones que comprenden esta región de Occidente, la provincia de Matanzas ocupa: • Alturas Habana – Matanzas: se encuentran localizadas al noroeste de la provincia, en ellas predominan las alturas calizas, con un peculiar aspecto mogótico. En estas alturas se localiza el punto culminante de esta subregión, el Pan de Matanzas, con 309 m. de altura. • Alturas de Bejucal – Madruga – Coliseo: se extienden por el centro de la provincia, donde predominan la marga, la peridotita y la caliza como roca adyacente. Estas rocas, fundamentalmente las margas, sobre terrenos ondulados, hacen que se desarrollen sobre ellas un suelo húmico - carbonatado, muy fértil y de excelentes condiciones para la agricultura. También esta subregión se desarrolla los suelos tipos aluviales. En esta subregión se localiza la loma de Jacán con 316 m de altura, formada por serpentinitas. • Peniplano de Cuba en Occidente: es la subregión más extendida por todo el territorio de la provincia. Este peniplano comprende una franja limitada al norte por las Alturas Habana – Matanzas y la sierra de Bibanasí, y al sur por la Ciénaga de Zapata. Está constituida por estratos de rocas calizas que buzan ligeramente hacia el sur, las que por su lavado hace que predominen los suelos rojos y fértiles, óptimos para las labores agrícolas, que además presentan la característica de ser pocos pedregosos. Abundan las cavernas, que son inundadas por las aguas subterráneas de la cuenca sur. • Ciénaga Litoral: por el sur se extiende desde el límite con la provincia de La Habana llegando hasta la bahía de Cochinos. Se interna en el territorio, a partir de la ensenada de la Broa, formando la Ciénaga de Zapata, ella está formada por extensos fangales, zonas inundadas y lagunas –como la laguna del Tesoro- y en su centro se advierte una franja de rocas calizas con gran desarrollo del diente de perro y casimbas o cavidades. En la Ciénaga de Zapata se haya el humedal mayor con que cuenta la Isla. Además, allí existe una rica biodiversidad. Por la costa norte también aparecen tramos de costas cenagosas desde la península de Hicacos hacia el este. En esta subregión se desarrollan, en gran extensión, los suelos pantanosos que, aunque no tienen aprovechamiento agrícola, poseen una gran riqueza forestal. • Formación Coralina del Norte: como su nombre lo indica, se localiza al norte de la subregión Habana – Matanzas; incluye las costas hasta la península de Hicacos, continuando con el archipiélago Sabana – Camagüey y la barrera coralina, catalogada como la segunda del mundo por su extensión, y llega hasta • la provincia de Camagüey. En esta subregión abunda el diente de perro y las grutas marinas. Formación Coralina del Sur: localizada al sur de la provincia, esta subregión se extiende desde la Bahía de Cochinos hasta el límite con la provincia de Cienfuegos. Otra de las características físico-geográficas de la provincia de Matanzas, es la presencia de 15 familias de suelos, de ellos aptos para las labores agrícolas son 12, lo que hace de este potencial natural, un recurso importante para la economía provincial. Sus suelos son fértiles y productivos, destinados a la actividad agropecuaria, en los que se destacan los ferralíticos rojos, los húmicos carsimorficos y los hidromórficos pantanosos. Según lo que reporta el Diccionario de Nombres Geográficos96, con respecto a la superficie total tierras, en 1995, el 42,3 % de las tierras son agrícolas y el 28,8 % de tierras son forestales, con respecto a las tierras agrícolas, el 12,2 % son pastos. Se cosecha caña de azúcar en un 37 %, cítricos el 8,7 %, arroz el 2,5 % y cultivos varios (granos, hortalizas y tubérculos) el 5,8 %. En cuanto a la hidrografía de la Provincia, al igual que ocurre en todo el país, los ríos son cortos y con caudal escaso y el régimen de precipitaciones es uno de los factores importantes que determinan el régimen de los ríos; el nivel más bajo se observa en el período de seca, de noviembre hasta abril; en el período de lluvias el nivel de las aguas en los ríos puede aumentar con rapidez dando lugar, en muchas ocasiones, a severas inundaciones. Pero en Matanzas se remarca el hecho de que un alto porcentaje del suelo está conformado por calizas como roca que subyace, la que, debido a su permeabilidad, no permite el escurrimiento superficial; es por ello, que las reservas hídricas principales se encuentran en el manto freático. La confluencia de estos factores más la topografía predominantemente llana, hacen que la construcción de presas y micropresas se encuentre limitada. Las aguas subterráneas de la provincia tienen gran importancia económica, y se utilizan ampliamente para satisfacer las necesidades de abastecimiento de agua a la población y para el regadío. En esta provincia abundan las aguas sulfurosas, con un contenido de ácido sulfúrico de 8 a 33 mg /l. Para el aprovechamiento de ese recurso hídrico se cuenta con el balneario de San Diego de los Baños. Matanzas posee solo el 5 por ciento de las cuencas fluviales del país y, ocupa una superficie aproximada de 50 km2. Dentro de las corrientes fluviales más importantes que corren por todo el territorio de Matanzas se encuentran el río Hatiguanico que atraviesa la Ciénaga de Zapata y desemboca en la ensenada de la Broa; el Hanábana, que separa las provincias de Matanzas y Cienfuegos. El río La Palma es otra corriente fluvial importante, que desemboca en la costa septentrional matancera; también en la hidrografía matancera se destacan los ríos Canímar, Yumurí, San Juan y Buey Vaca. Además de estos ríos, la hidrografía de Matanzas cuenta con dos bahías de importancia nacional, como es la de su propio nombre, que a diferencia del resto de las bahías cubanas, no es una bahía de bolsa, puesto que está abierta a lo largo de una falla o una zona de fallas, y la de Cárdenas, que en realidad es un mar interior de gran riqueza 96 Comisión Nacional de Nombres Geográficos. Oficina de Hidrografía y Geodesia .Diccionario de Nombres Geográficos. Ediciones Geo, La Habana, 2000. faunística; pero ambas bahías posibilitan el desarrollo de una fuerte actividad portuaria, ambas situadas en la costa norte, mientras que en la costa sur se localiza la Bahía de Cochinos. A la bahía de Matanzas vierten sus aguas los ríos San Juan, Canímar, Yumurí, y Buey Vaca. Con respecto a las precipitaciones, son mayores hacia el centro de la provincia, y en menor medida en las costas. Al igual que en todo el archipiélago cubano, en Matanzas existen dos estaciones, la de lluvias, de mayo a noviembre, y la seca de diciembre a abril. Con relación al clima, como promedio de los valores anuales absolutos, las estaciones meteorológicas de Matanzas han registrado valores mínimos de 11,6 0 C y los máximos de 34 0 C97. Por lo general las temperaturas, al igual que las precipitaciones no presentan variaciones con respecto al territorio nacional, las temperaturas más frías ocurren en el mes de enero y las más altas en los meses de julio y agosto. Entre los recursos combustibles con los que cuenta la Provincia se hallan la turba y el petróleo. Hay reservas muy grandes de turba, que sobrepasan los 500 millones de toneladas de turba seca en la península de Zapata, mientras que la extracción de petróleo está concentrada en la costa norte. Con el petróleo se relacionan los yacimientos de asfalto. Como puede apreciarse en todo lo anterior, en esta provincia existieron, dadas sus características físico-geográficas, excelentes condiciones para el desarrollo de la industria azucarera y el consecuente poblamiento. 2.2. La etapa precolombina La población y el poblamiento del actual territorio matancero están íntimamente relacionados con los primeros pobladores de la Isla, es decir, los aborígenes cubanos. En este sentido, la historia de las investigaciones arqueológicas y su relación con los asentamientos de los aborígenes en Matanzas se remontan al año de 1913, cuando el ingeniero Juan Antonio Cosculluela Barrera descubre, durante trabajos en la Ciénaga de Zapata, un montículo denominado “Guayabo Blanco”, que más tarde daría nombre a una de las culturas aborígenes cubanas98. Otros hallazgos de asentamientos se encontraron en los sitios de Venero Prieto, Ventura y Cayo de las Estacas en la Laguna del Tesoro. En la década de los años sesenta y hasta el momento, se han sucedido toda una serie de hallazgos por parte de grupos espeleológicos, como son los del río Canímar y sus riberas. En ellos se localizan más de una veintena de importantes sitios de asentamientos que abarcan las culturas paleolíticas, mesolíticas y neolíticas. Es decir, grupos de cazadores-pescadores-recolectores hasta los agricultores-ceramistas. Desde la desembocadura del Canímar hasta frente a El Morrillo se localiza un asentamiento agroalfarero con una antigüedad que se remonta al siglo XIV99. En diversos parajes de la 97 Instituto de Geografía de la Academia de Ciencias de Cuba y Instituto de Geografía de la Academia de Ciencias de la URSS. Atlas Nacional de Cuba. Impreso por la Editora No.2 de la URSS. URSS, 1970. 98 Véase: Cosculluela, Juan Antonio. Cuatro años en la Ciénaga de Zapata. Memorias de un ingeniero. Habana, 1918, pp. 18-21. 99 Varios autores. Matanzas: Síntesis Histórica. Coedición Matanzas-Barranquilla. Barranquilla, Colombia, 1998, p. 1. Esto puede ser debido a que en 1519, Juan de Rojas (sobrino de un hermano de costa oriental de la amplia bahía de Guanima habitaban familias aborígenes; su ubicación en las márgenes del río dio lugar a los poblados de Guaybacua y Caneymar, sitios ahora conocidos como Bueyvaca y Canímar.100 Otra huella conservada en Matanzas lo constituye la Cueva de Las Cazuelas 101, donde en el interior se encontraron entierros primarios dentro de una elipse de piedra, , acompañados de restos de objetos de cerámica, caso único que conserva la arqueología matancera. Muy cerca de esta cueva, existe otra llamada “de los Perros”, donde se localizaron restos humanos, entre ellos un cráneo de adulto con deformación tabular oblicua, un gran fragmento de olla de barro, así como amontonamiento de huesos de perros, que fueron identificados como pertenecientes al perro mudo que tanto llamó la atención a los conquistadores europeos. La ubicación de sitios de asentamientos aborígenes cercanos a las costas y los ríos, es una muestra palpable de que el mar no constituyó un obstáculo para los hombres aborígenes, sino una vía de comunicación; tal es así que, entre las evidencias de su cultura, se halló en la Playa Jorajuría una canoa monoxila –hecha de un solo tronco- en bastante buen estado de conservación102. 2.3. Los siglos coloniales: población e industria azucarera, 1492-1799. En los inicios de la colonia, esta población autóctona sufrió los desmanes, apuntados en el capítulo anterior, que afectaron la población indígena general, y paulatinamente se fue extinguiendo. Diezmada esta potencial fuerza de trabajo, tuvo que ser sustituida prontamente por la fuerza de trabajo esclava. La etapa colonial comprende casi cinco siglos, desde la conquista y colonización del territorio matancero hasta el fin de la dominación española en la Isla, en 1898. La fragmentada, diversa y dispersa información existente acerca de los parámetros poblacionales a considerar, nos han obligado a subdividir esta etapa colonial en varios acápites que se relacionan con las informaciones de los empadronamientos de la época. 2.3.1 Los siglos XVI y XVII. El primer hecho significativo de la historia matancera sucedió en 1510, fecha en que según Diego Velásquez y los cronistas de Indias, los aborígenes de la comarca fustigaron y mataron a un grupo de españoles. El hecho adquirió singular relevancia porque aún no se había iniciado la conquista de Cuba, y esta temprana acción rebelde Diego Velásquez) en la estancia que fomentó su tío en el río Canímar, fomentó el pueblo aborigen de Caneymar, por la zona del Morrillo, con el objetivo de reconcentrar allí a los aborígenes para utilizarlos luego en las encomiendas. 100 Más información puede encontrarse en la monumental obra de Francisco J. Ponte y Domínguez, titulada Matanzas: Biografía de una Provincia, publicada en 1959, en La Habana, por la Academia de la Historia de Cuba. Véase las páginas 2-3. 101 Véase Matanzas: Síntesis Histórica. Ob. cit. p. 2. 102 Ibídem, Cap. I. adquiere el mérito de la primacía a la par que, por su repercusión sangrienta, dio nombre a este lugar103. En 1514 comienza la ocupación del territorio con la apropiación de las tierras por Diego Velásquez que fomentó algunas estancias de yuca y casabe104, que ya en 1518 abastecieron la expedición de Juan de Grijalba que se dirigía a México. Además, en sustitución del pan de harina de trigo, estas estancias sirvieron para abastecer de casabe a la población española en general, así como al resto de las expediciones que partían para el continente americano. Después de constituido el Cabildo de la Habana es que comienzan a otorgarse las llamadas “mercedes” sobre toda la superficie de su jurisdicción, en las que ya estaban incluidas las tierras de la que sería después la provincia de Matanzas. En ese tiempo, aparecen las unidades territoriales y de producción llamadas hatos, corrales, estancias y sitios. Las dos primeras tenían una forma circular, y radios de 2 y 1 leguas respectivamente105. Gran número de concesiones de esta naturaleza se habían realizado ya antes de la fundación oficial de Matanzas, y la consiguiente constitución de sus municipios o cabildos106. Es conocido que las tierras del litoral norte de la provincia fueron ocupadas desde fechas muy remotas, y existen evidencias de que en el extremo suroccidental, Hanábana-Zapata, también vivió un proceso similar de poblamiento hispano con anterioridad a 1550, pero al margen de los Cabildos que eran los facultados para la realización de esas tareas a partir de la cuarta década del siglo XVI. La concesión a Inés de Gamboa, viuda de Pedro Velásquez, de mercedes en los sitios de Caneymar y la Sabana de Macurijes, decretada por el cabildo de La Habana con fecha 4 de marzo de 1558107, y los sucesivos otorgamientos para cría de ganado en Hanábana, Bibanasí, Limones Chicos y Camarioca, en los años 1559 -1601, propiciaron un paso de avance en el desarrollo y poblamiento en el territorio. A partir de ese momento, comienza la ocupación del territorio yumurino, proceso de rápido poblamiento que en apenas pocos años fue cubriendo importantes puntos del espacio matancero como: Matanzas y Macurijes en 1558, San Antón y Guanajayabos en 1559, La Hanábana y Bibanasí en 1566, Cimarrones y Río Cañas en 1568. Estas áreas, que surgieron en el siglo XVI, se convirtieron en núcleos fundamentales desde el punto de vista demográfico y económico. “Ciertas diligencias como la primera compraventa de tierras, en 1579, y el documento expedido en La Habana en 1587, concediéndole a 103 Fray Bartolomé de Las Casas es uno de los primeros que narra este evento en su Historia de las Indias. Imprenta De Miguel Ginesta. Madrid, España, 1876. T. IV. Pág. 31. 104 Todas estas producciones agrícolas se basaron en el uso del sistema de encomiendas, que no era más que una forma encubierta de esclavitud o nefasta apropiación del trabajo de unos hombres por otros, que existía en el mundo desde muchos siglos atrás. El sistema de encomiendas tenían una base ética y moral asentada en la evangelización de los “infieles”. Al respecto, pueden verse los capítulos dedicados a la conquista y colonización de Cuba, en el libro titulado Historia de Cuba 1, del profesor Arturo Sorhegui D ´Mares, publicado por las ediciones ENPES, La Habana, 1989, pp. 11-16. 105 Véase Figura 1 en los anexos. 106 . En: Archivo Histórico Provincial de Matanzas. Actas Capitulares del Cabildo de Matanzas. Libro I. 107 En: Archivo Nacional de Cuba. Fondo Escribanías : Regueyra, año 1590, legajo 182, no. 12337. Luis Herrera el derecho a beneficiarse de las minas de sal existentes en Punta de Hicacos”108, nos señalan hitos a seguir en el desarrollo del poblamiento en el territorio. En 1585, el navío Porto Santo desembarcó un cargamento de negros con destino al hato de Macurijes, Hacia 1590 el hacendado Alonso Suárez de Toledo producía miel en sus haciendas del litoral norte, y un informe de Maldonado Barnuevo a la Corona española sobre el estado de la industria azucarera en Cuba, en 1598, revelaba la existencia de cañaverales en Matanzas desde hacía más de 40 años.109 En 1660, cuando el monarca español concede un préstamo de 40 mil ducados para impulsar el desarrollo azucarero de la colonia, dos de los 17 favorecidos por el monarca tienen sus fábricas de azúcar en Matanzas. Uno de ellos es Pedro Suárez de Gamboa, con un trapiche que poseía 4 calderas y 20 esclavos; el otro beneficiado fue Sebastián Fernández Pacheco, dueño de un ingenio que abarcaba 6 casas, 4 calderas y 19 esclavos. Ambas fábricas de azúcar se localizaban próximas a la bahía de Matanzas, lo cual fue contribuyendo al desarrollo de los asentamientos en tan importante zona. Queda así evidenciado el aumento del interés de las autoridades, y de los propietarios por la región yumurina, en la intensificación del proceso colonizador. Testigos esenciales resultan la concesión de tierras para el fomento de nuevos ingenios junto al río Canímar en 1630 y 1667; en Arroyo de Ácana en 1660; y en 1667 para la construcción de un trapiche para la elaboración de miel en el corral de San Francisco de las Cidras. Todos ellos fueron promoviendo el asentamiento poblacional en esas zonas. El cultivo de la caña de azúcar y la cría de ganado mayor y menor, el inicio de la tala de árboles de maderas preciosas, fundamentalmente en el nordeste del territorio, la explotación de salinas y la aparición del comercio de rescate, perfilan la pujanza del asentamiento alrededor de la rada matancera. Al mismo tiempo se van delineando dos zonas en proceso de conformación: una en la costa nordeste y otra hacia el centro del territorio. La primera se corresponde con los municipios actuales de Cárdenas y Martí; y la segunda se extiende desde Limonar hasta Los Arabos. La referencia más antigua relacionada con la división territorial de Matanzas data del 9 de noviembre de 1693 y aparece en el Libro I de las Actas Capitulares del Cabildo de dicha ciudad, en el cual señala, como área de su jurisdicción, seis leguas en contorno, lo que comprendía los hatos o corrales siguientes: Yumurí, Corral Nuevo, Caunabaco, el corral de Matanzas, San Agustín, el sitio de Aguacate, La Magdalena, San Pedro, Limones Chicos, Caoba, Laguna de Palos y el hato de Canímar con el sitio del ingenio fundado en él. Dichas áreas poblacionales, sin embargo, se veían asoladas de manera frecuente por los ataques de corsarios y piratas. No solamente los franceses entraban por la bahía de Matanzas y se abastecían de provisiones en las haciendas de Alonso Suárez de Toledo; sino también la escuadra del holandés Peter Heyn, quien, en 1628, luego de saquearla, hundió la Flota de la Plata (que trasladaba las riquezas de las colonias a la Metrópolis). Este hecho demostró la necesidad de fortificar la bahía y la conveniencia de erigir una población en su entorno. Así se funda la ciudad de San Carlos y San Severino de 108 109 Ruiz, Raúl. Matanzas: temas con variaciones. Ediciones Matanzas, 2002. p. 15. Para más información al respecto, véase: Ruiz, Raúl. Ob. cit., p.15, y la compilación de trabajos titulada: Matanzas, síntesis histórica. Coedición Matanzas-Barranquilla, 1998. Matanzas el 12 de octubre de 1693. Para ello se hacen venir 36 familias canarias 110 que formaron el núcleo central. A ellas les sucedieron oleadas migratorias de isleños, que no solo se integraron a la incipiente comunidad, sino que también contribuyeron decisivamente a la formación de la población campesina, aportando su mano de obra para el desarrollo del cultivo del tabaco. De importancia fue la construcción del Castillo de San Severino, que protegería a la población de los ataques de corsarios y piratas y daría empleo a los pobladores. En 1695 comienzan las funciones del Cabildo Matancero, en un área jurisdiccional de 6 leguas a la redonda y donde se encontraban asentamientos como: Yumurí, Corral Nuevo, Caunabaco, Corral de Matanzas, San Agustín, Aguacate, La Magdalena, San Francisco, Santa Ana, Las Moscas, La Sabanilla, Las Cidras, San Pedro, Limones, Chicos, Caobas, Laguna de Palos y el hato de Canímar. 2.3.2. El siglo XVIII En el caso de los siglos XVIII y XIX, por su importancia capital para la historia de la población y el poblamiento en Cuba, amén de que en ellos transcurre la formación de la nación cubana, se ha hecho necesario establecer una estructura que separe los grandes momentos históricos y sociodemográficos que acontecen en los mismos. Así, nos hemos decidido por una división que tenga como punto de partida los procesos históricos que en ellos ocurren. La economía de la provincia de la Matanzas del siglo XVIII conserva como factor básico el desarrollo de la ganadería, pero con una particularidad nueva: el crecimiento de potreros. Esto conlleva a un nivel de especialización que no existía. Mientras tanto el establecimiento de la ciudad de Matanzas dio impulso al cultivo del tabaco. En pocos años, los alrededores del naciente núcleo poblacional se convirtieron en potentes vegas de tabaco –de envidiable desarrollo por las excepcionales condiciones de la planta de hojas muy jugosas y gruesas-. Alrededor de 1650, se reportaban vegas de tabacos en otras zonas de la actual Matanzas como son Hanábana y Guamacaro. Por otra parte, el cultivo de la caña de azúcar no crecía mucho en este período. Las escasas estadísticas y la carencia de cualquier tipo de información al respecto obstaculizan un análisis detallado.111 En toda la centuria, al menos hasta 1793, el 110 Véase Matanzas: Síntesis Histórica. Ed. Cit. p. 30. Sin embargo, en el libro Matanzas: Desarrollo económico y demográfico, ed. cit., refiere que fueron 33 familias las que tenía, en un inicio, este núcleo poblacional. La misma fuente hace una estimado total de 302 habitantes, de ellos 201 civiles y 101 militares, residentes en un área de 0,12 kilómetros cuadrados. Este núcleo inicial, de lo que sería la futura ciudad, fue construido sobre los terrenos del Hato Canímar, perteneciente a la familia Sotolongo. Repartido entre las familias fundadoras, según la misma fuente, se les entregó 34 caballerías de tierra en total. Hay que tener presente que en el poblamiento de Cuba, tuvo mucha influencia la inmigración canaria. El auge de esta inmigración está dada por una Real Cédula de 1688 que encargaba a las autoridades españolas en las Islas de Cuba y Puerto Rico, que dieran facilidades y tierras a las familias canarias que llegaran. Posiblemente las primeras familias canarias fundadoras de lo que sería más tarde la ciudad de Matanzas, estuvieran dentro de las beneficiarias por esa medida. De ahí se desprenden todas las consecuencias y beneficios otorgados por las autoridades. Así mismo, el auge del cultivo de tabaco desde un principio en esta zona puede debérsele a estas familias. 111 No hay constancia de cifras exactas, pues la Isla continuaba sin estadísticas oficiales, y el monto de españoles, esclavos y aborígenes se ha estimado por los historiadores partiendo de las visitas eclesiásticas y algunas citas de autores de épocas posteriores como José Antonio Saco, Francisco de Arango y Parreño, desarrollo de Matanzas en relación con el cultivo de la caña de azúcar fue algo discreto, así como su poblamiento; hay cierto progreso pero con suma lentitud. La pobreza del territorio matancero en cuanto a este sector, se percibe por el insignificante número de fábricas de azúcar y en la lenta extensión de su cultivo. Para que se tenga una idea, la composición social de la población cubana durante la primera mitad del siglo XVIII fue caracterizada por Nicolás Joseph de Ribera en su “Descripción de la Isla de Cuba”, escrita en 1757. Con respecto a Matanzas resulta interesante conocer la siguiente descripción que hace el autor: “Matanzas esta veinte leguas al oriente de la Habana en la vahia (sic) de su nombre, es un pueblo corto con nombre de ciudad.”112 Esta información, junto a otras recogidas, sirvió al obispo Morell de Santa Cruz113 para conformar su crónica de visita eclesiástica; en ésta el Obispo reportó 3 ingenios114. En 1766 la cifra era sólo de 5, cuya producción fundamental era raspadura y mieles y solo uno producía además aguardiente de caña115. Esta cantidad de ingenios era aún insignificante, así lo refleja un documento estadístico de la época al consignar que eran “trapiches de ninguna consideración”.116 En esta época, el tomo IV de las Actas Capitulares del Cabildo de Matanzas, muestra el territorio yumurino dividido en partidos: Matanzas, Guamacaro, Macurijes, Guamutas y la hacienda del Sur.117 El censo de 1774 (el primer censo considerado como oficial), registró un total de 3 249 habitantes clasificados de la siguiente manera: 1 852 eran hombres, de ellos 1163 blancos y “de color” 689, entre ellos: libres 174 (99 mulatos y 75 negros) y 515 esclavos (10 mulatos y 505 negros). Por su parte las mujeres 1 397, estaban conformadas por 854 blancas y 543 “de color”, de ellas libres 157 (84 mulatas y 73 negras) y esclavas 386 (5 mulatas y 381 negras). Como puede apreciarse, el número de hombres superaba al de las mujeres, y la población blanca superaba a la negra en ambos sexos. En este censo se reportaron 5 ingenios. Domingo del Monte, entre otros. 112 Comité Estatal de Estadísticas. Los censos de población y viviendas en Cuba. Instituto de Investigaciones Estadísticas. La Habana, 1988. t. I , V. I , p. 84. 113 Pedro Agustín Morell de Santa Cruz (1694-1768) fue obispo de Nicaragua - Costa Rica de 1751 a 1753 y en Cuba desde 1754 hasta su muerte. Para más detalle sobre la labor realizada por este religioso puede consultarse Episcopologio de la Iglesia en Cuba en: http://www.frie.edu/ mirandas/obispos/biom.htm. 114 Matanzas: síntesis histórica. Ed. Cit., p. 30. 115 En la primera mitad del siglo XVIII, la economía azucarera estaba en un total estancamiento en Cuba y también en Matanzas, solo en la jurisdicción de igual nombre contaba con un ingenio de fuerza hidráulica en las inmediaciones del río Canímar. En 1878, se fundó en el Corral Yumurí (denominado Matanzas) otro ingenio; en 1734 el hacendado Ignacio Rodríguez Escudero construyó el ingenio Nuestra Señora de la Soledad de Macio. Años más tarde, en 1756, el marqués de Justiz de Santa Ana fundó otro en el Corral Yumurí (en el valle homónimo). En 1758, aparecen dos nuevas fábricas de azúcar, una perteneciente a Andrés Carrillo (El Babuey Colorado) y el otro de Rafael Valdivia, también en el Corral Yumurí. 116 117 Matanzas: síntesis histórica. Ed. cit., p. 31. En. Archivo Histórico Provincial de Matanzas Actas Capitulares del Cabildo de Matanzas. p. 231 correspondiente al cabildo del 19 de febrero de 1773.. En 1763, tiene lugar un intercambio de territorios entre las Coronas española e inglesa, mediante el cual La Habana, en poder de los británicos desde 1762, retorna a España a cambio de La Florida. El Conde de Jibacoa y el Marqués Jústiz de Santa Ana donan tierras para el asentamiento, en las proximidades de la ciudad de Matanzas, de 64 familias floridanas de origen español118, que emigran a Cuba de acuerdo con este tratado, lo que permite la fundación de la localidad de Ceiba Mocha. Se sospecha que, también alrededor de 1763, se haya erigido en Guamutas un poblado transitorio de apoyo a las actividades relacionadas con los cortes de maderas que eran atendidos directamente por la Real Marina. De igual manera, se percibe en Hanábana la posibilidad de un caserío hacia finales del siglo XVIII, lo cual se evidencia por el reporte de un cementerio y por la marcada densidad poblacional en torno a la parroquia local, como aparece reflejado en los libros parroquiales. El padrón general de 1778 (actualmente no considerado como uno de los censos oficiales, pero en el caso de esta investigación ofrece una referencia poblacional) da cuenta de un cierto progreso en la jurisdicción de Matanzas en lo que respecta al desarrollo de lo que sería, posteriormente, nuestra principal industria. Este censo reportó un total de 10 ingenios distribuidos geográficamente de la siguiente manera: 4 en Yumurí, 1 en El Naranjal, 1 en Guamutas, 2 en Guamacaro y 2 en Hanábana. La población también creció poco. Si cuatro años atrás se reportaban 3 249 habitantes en la jurisdicción Matanzas, según el padrón de 1778 era de 3 631 pobladores. A finales del siglo XVIII, con la decadencia de la economía tabacalera surgía poco a poco la azucarera. El censo de 1792 reportó un total de sólo 8 fábricas productoras de azúcar. Al respecto Moreno Fraginals apunta, muy certeramente, que “hacia fines del siglo XVIII Matanzas carece de significación en la historia azucarera.”119 Desde el punto de vista poblacional este censo registró un total de 6 221 matanceros (lo que representa una tasa de crecimiento medio anual para el período intercensal 1774-1772 muy baja, de menos de 3 personas por cada mil habitantes); como se puede observar en el siguiente cuadro, la población masculina representaba el 60,6 por ciento de la total y la femenina solo el 39,4 por ciento. Cuadro No.8 Población por sexos y grupos étnicos. Matanzas. Censo de 1792. Grupos étnicos Blancos Negros de ellos: Libres Mulatos Negros Esclavos: Mulatos Negros Total 118 119 Total Varones Hembras 3 423 1 945 1 478 2 798 1 828 970 898 673 226 490 266 224 408 406 2 1 900 1156 744 271 160 111 1 629 996 633 6 221 3 773 2 448 Ibídem, p. 34. Moreno Fraginals, Manuel. El Ingenio; complejo económico social cubano del azúcar. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, Cuba, 1978. t. I. , Pág. 141. Fuente: Los censos de población y viviendas en Cuba. Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Investigaciones Estadísticas. La Habana, 1988. t. I.,V. 2, p. 71 En Cuba, durante el año 1792, se reportó la existencia de 529 ingenios. De ellos sólo 8 correspondían a Matanzas, y su producción representaba el 1,5 por ciento de la producción nacional. El paisaje azucarero de entonces era débil. Partiendo de la ciudad de Matanzas, éste se extendía hacia el sur hasta el poblado de Santa Ana; por el noroeste hasta llegar al partido del Yumurí; y por el este hasta Guacamaro. Sólo 3 ingenios se reportaban fuera de la jurisdicción de Matanzas: 2 en Hanábana y 1 en Guamutas.120 Es notable el crecimiento posterior de la industria y cultivo de la caña de azúcar, en este territorio, estimulado por la Revolución Haitiana y sus efectos demoledores sobre la que, hasta ese momento, había sido la principal productora y exportadora de azúcar y café del mundo. 121 El censo de Las Casas, en 1792, arrojó para Matanzas cifras significativas. La jurisdicción de Matanzas resultaba una de las más despobladas de Cuba. En ella residía sólo el 2,2 por ciento de la población del total de la Isla. Al comparar estas cifras con las del censo de La Torre (1774), puede evaluarse la situación poblacional en el momento del despegue económico, de aquí la necesidad imperiosa de la fuerza de trabajo esclava. Se destaca un evidente aumento, en términos absolutos, en todos los estratos poblacionales. En su conjunto el crecimiento es de 91,4 por ciento, pero el más significativo está en la población “de color” (127,1 por ciento), mientras que el de la blanca sólo fue del 69,7 por ciento. En términos relativos las cifras son aún más explícitas. Los blancos que en 1774 representaban el 62 por ciento, en 1792 son solo el 55 por ciento, y los negros y mulatos, que en el primer censo representaban el 37,9 por ciento, en el segundo son el 44,9. 122 La mano de obra esclava comienza a ser de una imperiosa necesidad debido al auge que va tomando el desarrollo agrícola. Los censos de Luis de Las Casas en 1792 y de José de Cienfuegos en 1817, demuestran que en la primera fecha los negros y mulatos de la jurisdicción Matanzas representaban el 44,9 por ciento de la población del territorio, mientras que en el segundo censo representaban el 53,9 por ciento. Desde 1791 y hasta los primeros años del siglo XIX, la inmigración blanca procedente de Santo Domingo y Haití comienza a tener grandes dimensiones en esta región.123 120 Sagra, Ramón de la. Historia política, económica y estadística de la Isla de Cuba. Imprenta de las Viudas de Arazoza y Soler, Habana, 1831. p. 64. 121 Uno de las consecuencias de la Revolución de Haití fue la emigración de hacendados, muchos de ellos con sus esclavos, que se asentaron en diversas zonas cubanas. Entre ellas, Matanzas, donde transformaron las faldas montañosas en ricos cafetales; desecaron ciénagas para convertirlas en fértiles sembrados, además de construir caminos para comunicar sus estancias con los centros urbanos de consumo. Introdujeron variedades de caña más modernas y nuevos sistemas para la elaboración de azúcar en los ingenios. 122 Todas las cifras censales que se manejan han sido extraídas de los censos que aparecen en la publicación antes citada del Comité Estatal de Estadísticas. 123 Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Investigaciones Estadísticas. Los censos de población y vivienda en Cuba. Ediciones CEE-IIE, La Habana, 1988, tomo 1, vol. 2, pp. 5-7. En 1793 muy pocos asentamientos urbanos están definidos: son ellos Matanzas, Guamutas, Hanábana y Ceiba Mocha. En 1798 la ciudad de Matanzas sólo tenía 3 000 habitantes y sus casas eran todas de paja. Su riqueza consistía en 3 ingenios, dos potreros y ningún cafetal. Por el puerto sacaban sus azúcares 22 ingenios de un naciente cinturón azucarero que tenía su límite oeste en Corral Nuevo y hacia el sur se extendía hasta Guanábana. La fuerza total de trabajo era de 911 esclavos y 110 hombres blancos. Nunca es bueno confiar en los datos censales de la época, pero se presume que la cifra está dentro de límites reales. Ya por entonces había comenzado el fomento de ingenios y en los próximos años se concluyen 32 e inician 14 más. Como la región habanera, Matanzas poseía todas las condiciones objetivas para el desarrollo124. En la diócesis de Matanzas solo existían 5 templos: Matanzas, Guamutas, Macurijes, Guamacaro y Hanábana. Pero el vertiginoso crecimiento económico, al incrementar la población, esparció por los campos miles de personas acostumbradas a la práctica del culto cristiano. De esta manera comienza un proceso de solicitudes a fin de levantar instalaciones católicas auxiliares, dada su dependencia de las ya existentes. Este fenómeno constituye una expresión del proceso de concentración poblacional. La actividad económica propugnó las bases de los asentamientos poblacionales de la época; pero no hay que olvidar el poder cohesionador que tuvo la red religiosa, entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, con la creación de iglesias y parroquias en distintos puntos como San Hilarión de Guamutas, San Cipriano de Guamacaro, Santa Catalina Mártir de Macurijes y Nuestra Señora de la Altagracia del Hanábana. El incremento de los núcleos poblacionales estuvo centrado en la jurisdicción de Matanzas y las zonas aledañas, especialmente en el Norte y el Este. El primer centro urbano que surge es Santa Ana, cuando los vecinos decidieron construir en 1794 una pequeña capilla. Tres años más tarde, en 1797, los pobladores de Ceiba Mocha edificaron otra. En numerosas ocasiones, la fecha de fundación de una comunidad está dada por el año de construcción de su templo. La explosión azucarera estuvo precedida y acompañada por la demolición de haciendas, que despuntaba por el noroeste y marchaba hacia el este. Vegas de tabaco y sitios de labor fueron sustituidos, en forma abrupta, por cafetales y cañaverales debido al “estanco” del tabaco, y también por la falta de interés de los Estados Unidos, en estos momentos, por el producto cubano. Paralelamente, se produce el auge del renglón cafetalero con la llegada de inmigrantes franceses y otros. Los partidos de Limonar, Ceiba Mocha, Aguacate y Camarioca comienzan a producir y a exportar café. Con la crisis del sector tabacalero, la manufactura del azúcar recibe un incremento acelerado. Tiene lugar el nacimiento de poblados y caseríos y hay un incipiente desarrollo urbanístico. En 1795, por la importancia que va tomando el desarrollo agrícola, fundamentalmente el azucarero, se crea en Matanzas la sucursal del Real Consulado de Agricultura, Industria, y Comercio125, más tarde conocida como Junta de Fomento. Esta institución 124 125 Moreno Fraginals, Manuel. Ob. cit. pp. 140 y 141. Se estableció por Real Cédula de 4 de abril de 1794, como Junta para el Fomento de los reglones relacionados con la economía del país, a ella se le encargó la administración de la justicia en los pleitos mercantiles y los relacionados con la agricultura. También se ocupó entre otras muchas cosas de la optimización de la explotación de la fuerza de trabajo esclava; por esta razón encargó estudios y orientó sobre como debía ser la alimentación de los esclavos y su curación, y sobre el exterminio de los político-administrativa necesaria para la función del gobierno local, desempeñó un importante papel en el fomento de la economía matancera y, por la misma razón, estuvo estrechamente vinculada con el desarrollo de la esclavitud. Un hecho que marcó el comienzo de un período de prosperidad y repercutió en todos los sectores, pero fundamentalmente en el económico, fue la rehabilitación del puerto de Matanzas en el año de 1793. Ello facultaba el intercambio comercial con España y sus colonias, y permitía la introducción de esclavos africanos, los cuales serían utilizados como mano de obra en los ingenios matanceros. Más tarde, en 1818, este puerto fue rehabilitado totalmente, y contribuyó, al intensificarse el tráfico portuario, con el despegue de la plantación esclavista en la región. 2.4 El siglo XIX Como habíamos advertido al iniciar el acápite correspondiente al siglo XVIII, se ha determinado, para la mejor comprensión de estos procesos demográficos e históricos, dividir el siglo XIX en dos partes. La primera abarca desde los finales del siglo XVIII hasta la información contenida en el censo de 1861 —el inmediatamente anterior a las guerras de independencia—, y la segunda resume los procesos relacionados con las guerras en sí, sus consecuencias para la población cubana, la llamada “Tregua Fecunda” y la última guerra por nuestra libertad en ese siglo. 2.4.1 Azúcar y población hasta 1861. En la última década del siglo XVIII todo está listo para asumir el despegue económico y social de la Atenas de Cuba con la arrancada en grande de la producción azucarera. Una verdadera fiebre inversionista se desató en la región con vistas a fomentar nuevas plantaciones de caña y café. Las haciendas tabacaleras daban paso a los nuevos ingenios. Esto produce una importante transformación en el paisaje geográfico, pues se dejaba atrás un tipo de cultivo diferente a los que ahora asumirían los nuevos hacendados, el uso del suelo sería completamente distinto al hacer un uso más extensivo del espacio sobre la base de una explotación más intensiva de la mano de obra esclava. La fuerza de trabajo de las vegas migra hacia las labores azucareras y tabacaleras. Debido al desplazamiento de la población de Guamacaro hacia la zona de Limonar, el párroco que servía el templo solicitó su traslado y el de la Iglesia hacia ese lugar. En 1809 se concretó la mudanza y ese año se considera como el de fundación de Limonar. En 1813, con la inauguración de la iglesia y con el comienzo de registros de nacimientos, defunciones y matrimonios en los libros parroquiales, se sitúa la fecha de fundación del pueblo de Alacranes. En otros puntos muy poblados del espacio matancero se erigieron templos: Sabanilla del Comendador en 1808, Yumurí en 1811, seguidos de Guásimas y Cárdenas, Corral Nuevo en 1812, mientras que Canasí lo hizo en 1813, todo lo cual corrobora la densidad poblacional que ya existía. Durante el gobierno del capitán general de la Isla José Cienfuegos en 1817 126 se realiza un censo. En aquel momento, la población de Matanzas solo representaba el 5,1 por palenques en Cuba. 126 Aún en esta fecha existía una falta de unidad territorial o regionalización, por lo que en trabajos realizado de estimación de la población por Juan Pérez de la Riva para esa época, utilizaba el término de “países del archipiélago cubano”, empleando para ello las denominaciones de siglos anteriores: Habana, Cuatro Villas, Puerto Príncipe (Camagüey) y Cuba (Oriente). ciento de la zona occidental (registró un total de 408 537). El número de habitantes creció entre el censo de 1792 y el de 1817. Los estimados en 1817 representan el 303,5 por ciento en relación con el censo de 1792. Entre los negros y mulatos se registró un crecimiento superior: 52,9 por ciento contra 47 por ciento de blancos. El alto porcentaje de negros, y dentro de ellos de esclavos, estuvo en franca dependencia de los cambios que se produjeron en la estructura productiva con el establecimiento de “las plantaciones”. Estas cambiaron la estructura demográfica de la población, pues los esclavos serían la fuerza de trabajo principal y necesaria, sobre todo para el desarrollo que se venía efectuando en la industria azucarera. Cuadro No. 9 Población por sexos y grupos étnicos. Matanzas. Censo de 1817. Grupos étnicos Total Varones Hembras Blancos 9 511 5 399 4 112 Negros de ellos: 11 123 6 239 4 884 Libres 1 676 891 785 Mulatos 834 451 383 Negros 842 440 402 Esclavos: 9 447 5 348 4 099 Mulatos 245 123 122 Negros 9 202 5 225 3 977 Total 20 634 11 638 8 996 Fuente: Los censos de población y viviendas en Cuba. Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Investigaciones Estadísticas. La Habana, 1988. t. I.,v. 2, p. 79. En 1817, surgen los caseríos de Cantel, Camarioca, así como el de Palmillas. La construcción de nuevos lugares de culto católico, así como la reubicación geográfica de algunos de ellos, en esta primera mitad del siglo XIX, debe considerarse como una expresión de desenvolvimiento poblacional y desarrollo económico: Cimarrones (1821), Cabezas (1822), Lagunillas (1825), Hanábana (1829), El Roque y Corral Falso (1832) y Hato Nuevo (1835). La declaración en 1818 del libre comercio de Cuba con todos los países, marcó un momento decisivo para la economía. Fue el inicio de dos decenios brillantes para el comercio, la agricultura y la industria. Es así como Matanzas es ya, en estos años, “uno de los primeros puertos azucareros del mundo”127. También en ese año se crea una línea de comunicación terrestre entre Matanzas y La Habana, inicialmente con diligencias a las que posteriormente se incorporó el servicio de volantas y quitrines. También por vía marítima se fomentó la comunicación entre ambos lugares con la creación de una línea de buques de vapor, de carga y de pasajeros. Ambas líneas de comunicación ayudaron al traslado de muchas personas que posteriormente quedaron residiendo en Matanzas dadas las posibilidades de desarrollo económico y social. 127 Moreno Fraginals, Manuel. Ob. cit., p. 141. Una primera fase de esplendor matancero data del período que media entre 1818 y 1839 como consecuencia de la sustitución de las viejas estructuras; la agricultura y la industria en general se fueron extendiendo más allá de los límites de Bemba y Cárdenas. Ya en 1835 estaban segmentadas algunas haciendas, como las de Jagüey Grande y Pendejeras. En 1836, Macurijes, Río Nuevo, Cimarrones, Artemisal y otras haciendas tabacaleras fueron demolidas para dar paso al cultivo cañero. A pesar del cese de la trata de manera legal en 1845, en lo adelante se fue consolidando la tendencia al crecimiento sostenido del peso de la mano de obra esclava. Los barracones de esclavos se iban extendiendo por el territorio a medida que llegaban negros africanos. Por el puerto de Matanzas entraron, en 1819128, más de 5 mil negros bozales para ser utilizados básicamente en las producciones azucareras y cafetaleras. Al unísono con la inmigración negra, la blanca proseguía durante estos años, pero en menor cuantía. Se constata que hacia 1828, un crecido número de colonos y comerciantes se establecieron en la ciudad de Matanzas y en los poblados de Canímar, Cárdenas, Camarioca, Sumidero y Limonar, entre ellos algunos estadounidenses. La zona costera de Matanzas se convirtió, en esos años, en lugar de tráfico intenso de africanos entre la Isla y los Estados del sur de la Unión Norteamericana. Numerosos documentos de la época atestiguan la intensidad de este comercio inhumano.129 Según registros del censo de Vives, realizado en 1827, el 57,9 por ciento de la población de la jurisdicción de Matanzas era esclava, y la de “color”, en su conjunto, representaba el 63,5 por ciento. En este censo se contemplaba a Matanzas y cinco partidos rurales. Mientras que Matanzas estaba conformada por una ciudad, 9 pueblos, 8 aldeas o caseríos. Cuadro No.10 Población por sexos y grupos étnicos. Matanzas. Censo de 1827. Grupos étnicos Blancos Negros de ellos: Libres Mulatos Negros Esclavos: (1) Total Total Varones Hembras 16 671 8 994 7 677 29 124 17 969 11 155 2 602 1 201 1 401 1 235 570 665 1 367 631 736 26 522 16 768 9 754 45 795 26 963 18 832 (1) Los mulatos y negros, dentro de los esclavos aparecen unidos en este censo. Fuente: Los censos de población y viviendas en Cuba. Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Investigaciones Estadísticas. La Habana, 1988. t. I.,v. 2, p. 88. 128 En 1819 se inauguró un servicio público semanal entre La Habana y Matanzas de carga y pasajeros, lo cual contribuyó al desarrollo de los asentamientos en la región yumurina. Pronto comenzaron las rivalidades entre ambas ciudades, lo cual estimuló sobre todo el progreso del ornato público en Matanzas, que ya en 1829 contaba con alumbrado público y comenzaba la sustitución de las cubiertas de guano de sus casas por techos de tejas. Véase Ponte y Domínguez. Ob. cit., p. 102-103. 129 Véase al respecto: Archivo Provincial de Matanzas. Fondo Gobierno Provincial, legajo 21, exp. 21, 22, 45, 86 107 y 117-119. El crecimiento del número de los ingenios es uno de los indicadores a considerar. En el año 1817, la jurisdicción de Matanzas contaba con 76 ingenios. En 1827, se concentraban en el Departamento Occidental, el 44,9 por ciento de los ingenios cubanos. Las fábricas cañeras matanceras representaban el 11 por ciento del total nacional y el 24, 7 por ciento del Departamento Occidental. Lo más característico es el aumento de la producción: la región Habana-Matanzas que representó entre el 83,7 por ciento y el 88,5 por ciento del nacional. En 1834 el número de fábricas de azúcar matanceras es de 213, y sobrepasaban los límites geográficos de la jurisdicción al aparecer nuevas fábricas en los territorios de Colón, Guamutas, Jovellanos, Cárdenas y Macurijes. Las zonas de cultivo y producción de caña de azúcar se extendieron al sur a través de Alacranes y Unión de Reyes, y fueron más allá de Bolondrón para llegar a Colón. Mientras que por el nordeste los cultivos cañeros llegaron a Cárdenas y comenzaron a extenderse hasta Guamutas. El poblado de Cárdenas, que hasta 1817 virtualmente no mostraba ningún signo importante de interés, comenzó a desarrollarse y se considerará, más adelante, como uno de los puntos económicos más promisorios de Cuba. Con el establecimiento en 1819 de una oficina recaudadora de impuestos y para el despacho de goletas, comenzó a desarrollarse el puerto que, más tarde, con su habilitación, serviría para dar salida a la producción de territorios cercanos como Lagunillas, Cimarrones y Macurijes. Pero no fue hasta el 8 de marzo de 1828, en que se fundó oficialmente la ciudad bajo el nombre de San Juan de Dios de Cárdenas. Conjuntamente con el crecimiento remolachero europeo en el período 1826-1839, en los ingenios matanceros se iban aplicando innovaciones técnicas, tanto agrícolas como industriales, al mismo tiempo que se continuaban recibiendo maquinarias inglesas con la ayuda de la Diputación Patriótica130. En los años sucesivos se fue aplicando el vapor a los trapiches; los ingenios matanceros iban dejando a la zaga la fuerza motriz animal y la semimecanizada. Paralelamente, La Habana y Matanzas eran el asiento de los mayores cafetales cubanos. A los 75 existentes en 1817 en la jurisdicción de Matanzas, se contraponen 203 en 1827 (el 16 por ciento de los existentes en el Departamento Occidental). El área geográfica se mantiene estable y, aunque hacia 1840 el número de plantaciones decrece en Cuba, en Matanzas permanece con pocas alteraciones. La producción nacional se había mantenido alta durante los primeros años del segundo cuarto de siglo XIX. La producción del azúcar comenzó a amenazar a la cafetalera cuando en la década de los treinta comienzan los precios del café a descender, dada la competencia de Brasil y de algunos países centroamericanos. Como ya se dijo, el azúcar y el café, esencialmente el primero, fueron eliminando la producción tabacalera del territorio matancero. Una de las causas fue el cese de las compras de tabaco verdín. En 1827, el número de sembrados se redujo a 15 en la jurisdicción de Matanzas, representando el 0,58 por ciento del total occidental y del 0,24 por ciento de las vegas de la Isla. Entre 1818 y 1839, el proceso de la plantación esclavista en el territorio yumurino provocó cambios sustanciales en la regionalización económica al quedar establecidas tres regiones: la ciudad de Cárdenas y su puerto fueron un núcleo importante en la economía en el territorio; la zona noroeste, con centro en la ciudad de Matanzas, la cual prosiguió su papel hegemónico; y una tercera región, integrada por los territorios de 130 Organización civil concebida para realizar proyectos de desarrollo y mejoras para la población. Jagüey Grande, Calimete y la Ciénaga de Zapata al sur. Paralelamente, en ese período, en la ciudad de Matanzas se iniciaron transformaciones desde el punto de vista urbanístico: se construyeron los primeros edificios importantes y se fomentaron los barrios de Versalles y Pueblo Nuevo. Mientras, el trazado urbanístico, las vías de comunicación y los servicios públicos fueron objeto de ciertas mejoras. En 1827, Matanzas produce ya el 25 por ciento del azúcar cubano. Este territorio se convirtió en uno de los que más negros esclavos albergaba. El censo de 1827 registró que la población total de Matanzas se había duplicado. Esta ocupaba el cuarto lugar por su población en el país, siendo antecedida sólo por La Habana, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba. El crecimiento poblacional de mulatos y negros continuaba ininterrumpidamente, para representar el 63,5 por ciento de la población total. Los esclavos casi se triplicaron en relación a las cifras censales de 1817 (57,9 por ciento). Este continuo incremento de la población negra, la brutalidad de la explotación de africanos, dentro de un sistema esclavista que progresaba, estableció las condiciones para las sublevaciones esclavas. Así, en 1825 estalló la primera de importancia en el cafetal “El Solitario”, en el partido de Sabanazo, para extenderse a los de Camarioca, Sumidero, Limonar y Guamacaro. Ello abrió una etapa de importantes rebeliones esclavas que, con el auge del sistema de plantaciones esclavistas, se hicieron más frecuentes y fuertes, como la de “Triunvirato” en 1843 y “La Escalera” en 1844. Otro proceso que adquirió una alta connotación en esta región fue el apalencamiento de los negros esclavos que huían de la sobreexplotación a que eran sometidos en los ingenios azucareros y haciendas cafetaleras. Generalmente, los palenques tomaban el nombre del lugar geográfico donde se asentaban o viceversa. Este es el caso, del ejemplo mencionado por Ponte y Domínguez cuando plantea que “parece que de antiguo menudearon evasiones de esclavos en la jurisdicción de Matanzas (…) y que formaron sus palenques en la serranía próxima al Pan, porque esa altiplanicie, siempre resultó llamada El Palenque. Y hacia levante (…) hubo la localidad de Cimarrones” 131. Solamente en la jurisdicción de Matanzas, entre 1800-1850, se localizaron 10 palenques: Cuadro No. 11 Palenques de la jurisdicción de Matanzas, 1800-1850. Año 1828 1828 1829 1830 1830 1847 1847 1848 1848 1849 131 Ponte y Domínguez. Ob. cit., p. 121 Nombre del Palenque Espinal Puerto Escondido El Plan Bermejal Limones Grandes Montes de Oro Caunabuco Maya Yumurí (loma) Sierra de Cimarrones Fuente: La Rosa Corzo, Gabino. “Los palenques en Cuba: elementos para su reconstrucción histórica”. En: La Esclavitud en Cuba. Editorial Academia, La Habana, 1986., p. 109) También se tienen noticias de otros palenques. Los mismos constituyeron una unidad de asentamiento más en el espacio geográfico matancero, fundamentalmente en regiones apartadas. A través de la recolección, la caza y la agricultura se desarrolló la vida económica de estos sitios. Allí también concibieron sus familias y vivieron durante años. Muchos de estos palenques se disolvieron durante las guerras independentistas pues sus integrantes se incorporaron a ellas. En 1841, según el censo de población, la conformación territorial de la jurisdicción Matanzas era de una ciudad, 9 pueblos, 8 aldeas y 9 partidos; en ellos residían 85 040 matanceros. En las tres primeras categorías, que en aquel entonces fueron consideradas como urbanas, vivían 21 070 habitantes, y de las 6 ciudades existentes en la Isla de Cuba una era la ciudad de Matanzas. Mientras que los partidos, considerados como rurales en aquella época, estaban integrados por: 161 ingenios con 29 696 habitantes, 175 cafetales donde residían 13 330 habitantes y 1881 fincas y establecimientos donde habitaban 20 944 habitantes; en total en estos 9 partidos residían 63 970 personas que representaban el 75,2 por ciento del total de la población de la jurisdicción, mientras que en el conjunto de la ciudad, pueblos y aldeas, habitaban el 24,8 por ciento del total. El poblado de Nueva Bermeja (después Colón) había nacido, como expresión del desarrollo económico, el 18 de agosto de 1836, al formalizarse ante notario la que 20 años después sería la primera zona azucarera de Cuba. Del total de población registrada por este censo, el 61,5 por ciento correspondía al sexo masculino y el 38, 5 por ciento restante al femenino. Con respecto al color de la piel, se continuó observando que el mayor porcentaje, 68 por ciento, recaía en la población negra y solo se registraron un 32 por ciento de población blanca, como muestra el cuadro siguiente. Cuadro No.12 Población por sexos y grupos étnicos. Matanzas. Censo de 1841. Grupos étnicos Blancos “De color” de ellos: Libres Esclavos Total Total Hombres Mujeres 27 148 15 439 11 709 57 892 36 833 21 059 4 570 2 277 2 293 53 322 34 556 18 766 85 040 52 272 32 768 Fuente: Los censos de población y viviendas en Cuba. Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Investigaciones Estadísticas. La Habana, 1988. t. I.,v. 2, p. 93, 94 y 95. El censo de 1841 refleja como la sucesiva introducción de esclavos en el territorio matancero en la etapa de mayor afluencia negrera (1800-1840), trajo en consecuencia el asiento de múltiples representantes de cada uno de los grupos étnicos de las zonas de África que sufrieron la extracción esclavista. Yorubas, bantúes, carabalíes y ararás se asentaron en los ingenios y demás fábricas de azúcar yumurinos, lo que contribuyó a que, treinta años después, en 1871, las jurisdicciones de Matanzas, Cárdenas y Colón, unidas a Sagua la Grande, concentran el 36 por ciento de los esclavos de la Isla, cuando toda su población sólo representaba el 15 por ciento de su población total general. En estos años, el ferrocarril apareció como imperiosa necesidad del desarrollo azucarero, dada la dispersión geográfica de las plantaciones y la existencia de sólo dos puertos para la exportación. La plantación azucarera, al adentrarse en las tierras vírgenes y alejarse de las costas y puertos, demandó nuevas soluciones. En 1837 se constituyó la Empresa del Ferrocarril de Cárdenas —la primera en Matanzas y la segunda en la Isla. En 1839 surgió la Empresa del Ferrocarril Matanzas-Sabanillas y la del Ferrocarril Júcaro. Y en 1842 la del Ferrocarril de Coliseo. En Matanzas, como en ningún otro lugar de Cuba, hubo una óptima articulación entre el ferrocarril y la industria azucarera, lo que redundaba en beneficio no solo para la industria azucarera, sino también para las compañías ferroviarias. En las rojas tierras de la provincia, las vías férreas se habían tendido pensando en las arrobas de azúcar por transportar, y se aseguraba, ante cada posible conexión o prolongación, un tráfico suplementario132. En 1848, el territorio matancero estaba penetrado por el “camino de hierro”, pero aún existían amplias zonas carentes de estos servicios, lo cual determinaba la competencia para el dominio de las nuevas tierras. A pesar de esto, la introducción del ferrocarril en el espacio geográfico matancero aceleró la dinámica de la economía, de la población y del poblamiento. Es así que, en 1840, los tramos de ferrocarril ya llegaban desde Cárdenas hasta Cimarrones, y a finales de ese mismo año el tránsito por ferrocarril arribaba al entonces pequeño pueblo de Bemba —actual Jovellanos—, el cual se convertiría en uno de los centros ferroviarios más importantes de la Isla. Indudablemente, el vertiginoso ascenso económico de la zona propició el establecimiento de una red de ferrocarriles que unían diversos puntos del territorio matancero, pero también es importante reconocer las consecuencias que tuvo este desarrollo para los asentamientos. En este sentido, el ferrocarril contribuyó decisivamente al crecimiento poblacional de algunos asentamientos y posibilitó el progreso de los mismos, no sólo desde el punto de vista económico sino también social. Prueba de ello lo constituye el avance hacia zonas feraces, en pos de atraer su producción azucarera hacia el puerto de Matanzas. Dicen Ponte y Domínguez: “La primera senda alcanzó a la taberna o bodega “La Unión”, propiedad de Manuel de los Reyes, sitio de entronque general o grande unión con el ferrocarril de Güines”133. Este fue el origen del pueblo de Unión de Reyes. En 1848, concluyen las obras del Ferrocarril de Coliseo y los entronques de las vías de la Compañía Caminos de Hierro de La Habana con las del ferrocarril de la Empresa Matanzas-Sabanilla. En 1857, se fusionaron las empresas de Cárdenas y Júcaro, quedando en esta fecha vinculados entre sí con La Habana todos los poblados y ciudades matanceras con servicios ferroviarios. Paralelamente por el norte proseguía el empeño de mejorar las comunicaciones Habana-Matanzas. A mediados de siglo, las líneas férreas llegan a la Nueva Bermeja y Agüica. En 1860, llegaron Caminos de Hiero a la capital yumurina y al año siguiente llegó el Ferrocarril Bahía. En 1869, no quedaba virtualmente un rincón de la geografía matancera que no contara con la presencia 132 Zanetti Lecuona, Oscar y García Álvarez, Alejandro. Caminos para el azúcar. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1987. p. 234 133 Ponte y Domínguez, J. J. Ob. cit., p. 112 ferroviaria, excepto la Ciénaga de Zapata. En cada uno de estos puntos de llegadas o entronques se iban fomentando o desarrollando nuevos asentamientos, que con el decursar de los años desaparecieron o se mantuvieron, pero la Ciénaga de Zapata continuó sin comunicación por más de un siglo. Como plantea Ponte y Domínguez: “El auge inversionista de los hacendados azucareros creó ramales a diestro y siniestro” 134 Y, a raíz de este avance, surgen nuevos asentamientos, nuevos poblados. El desarrollo ferrocarrilero también facilitó el progreso técnico de los ingenios que se extendieron por la región matancera. En 1840, en “La Mella”, en Limonar, se instaló el primer tren al vacío, considerándose el primero en Cuba altamente mecanizado. Dos años más tarde, el “Flor de Caña” quedó equipado con la más alta tecnología del momento. A la par que se expandía el vapor se manifestaban las contradicciones máquina-esclavo, y paulatinamente se iba pasando de la producción extensiva a la intensiva. En 1844 molieron en Matanzas 316 fábricas, y para sustituir parte de la mano de obra esclava, desde 1847 comenzó la inmigración asiática135, y un número significativos de ellos se asentaron en Matanzas y fundamentalmente en el ingenio de la Nueva Bermeja. El mayor incremento que tuvo la introducción de chinos en Cuba fue durante los años 1847 a 1859; las jurisdicciones de Cárdenas, Colón y Matanzas absorbieron las tres cuartas partes de dicha migración. Estos inmigrantes eran utilizados en faenas rústicas en los ingenios y cafetales. El azúcar matancero siguió tres líneas espaciales de expansión136. La primera, que ya vimos, nació de la ciudad y se dirigió al sureste bordeando las pequeñas montañas por el antiguo camino Guanábana-Limonar. La segunda fue la también analizada fuerza propagadora que naciera en Güines y fue copando la llanura roja. Y la tercera y más importante tuvo a Cárdenas como centro exportador de sus azúcares y se dirigió por el sur arrasando la antigua región de Cimarrones para encontrarse con la fuerza difusora de Bemba o Jovellanos. Otro ramal funcó Recreo —hoy Máximo Gómez-—, San José de los Ramos y Banagüises. Y del mismo modo que en la zona de Güines y Guanajay tuvo lugar el tránsito del pequeño ingenio a la gran manufactura esclavista, en esta zona 134 Ibídem, p. 113 135 La importación masiva de chinos comienza el día 3 de julio de 1847 cuando llega a Cuba un cargamento de 571, en el vapor “Oquendo” proveniente en lo fundamental de las provincias de Juangdon y Fukien. La travesía se realizaba desde el puerto de Macao al de La Habana. Los emigrantes chinos pueden dividirse en tres categorías: 1) Los sinkay, trabajadores libres que sólo se comprometen a devolver el precio del pasaje con el importe del salario ganado donde y como mejor les conviene 2) Los culíes semilibres, o del head money contratados por capitalistas de Francia e Inglaterra, que se les obligaban a trabajar cinco año en condiciones inferiores al resto de la clase obrera, con el solo objetivo de devolver el importe del pasaje, cantidad que en la mayoría de los casos no representaba más de tres o cuatro meses de salario bruto; una vez terminado el contrato, los patrones debían repatriarlos gratuitamente o entregarles en efectivo una cantidad equivalente a su precio, es decir el head money. Esta condición se cumplía más o menos según las épocas y los lugares , pero en todos los casos el chino tenía la posibilidad de quedarse en el país a donde había sido llevado, transformándose en un trabajador asalariado más. 3) los culíes, traídos a Cuba y llevados a Perú que, a falta de otro término mejor, llamaremos contratados semisiervos, trabajan en condiciones similares a los esclavos durante ocho años, y tenían que reengancharse, volver a China por sus propios medios, lo cual era imposible, o convertirse en esclavos municipales perpetuos. Hasta cerca del año 1880 entraron en Cuba y en condición de semiesclavitud unos 150 000 culíes. Para más detalle, véase: Pérez de la Riva, Juan. Demografía de los culíes chinos en Cuba (1853-74) La Habana, 1967. p. 112 y 179. 136 Véase Mapa 6 que se anexa. matancera se operó, a mediados de siglo, el proceso definitivo de la manufactura a la gran industria. En 1852, de los 17 ingenios más productivos de la Isla, 14 correspondían a Matanzas. A mediados del siglo XIX, las fábricas azucareras matanceras representaban el 37,6 por ciento del total de la región occidental y el 29,3 por ciento de las del país, y aportaban el 55,6 por ciento de todo el azúcar nacional. Así se convirtió esta región en el núcleo central del azúcar cubano en el siglo XIX. La habilitación del puerto de Cárdenas en 1843 trajo un amplio incremento del comercio marítimo con el exterior y aceleró el poblamiento de sus alrededores, los cuales vieron crecer en cuatro veces los números de habitantes. Una opulenta población se abría paso. El régimen español convencido del gran desarrollo logrado por la incipiente villa hizo que dejase de ser un partido rural en 1843, y se creó la Tenencia de Gobierno de Cárdenas, la cual abarcaba casi una tercera parte de Matanzas, y eran las zonas más ricas y cultivadas de la región 137. Ello permitió que en la jurisdicción cardenense muy pronto se establecieran hasta 275 ingenios y trapiches. Cuando la crisis de 1857, el azúcar de Cárdenas, Matanzas y Colón, representaba el 55,56 por ciento de la producción total de la Isla. Por entonces los ingenios matanceros cubrían un total de 16 915 caballerías (226 999 hectáreas), de las cuales 8 117 (108 930 hectáreas) estaban sembradas de cañas. Compárese esta última cifra con las 9 918 caballerías (133 100 hectáreas) de cañas cortadas en Matanzas para la zafra efectuada un siglo después —en 1959— y se comprenderá por qué hacia la década de 1858-1868 la expansión matancera había llegado a su fin al agotar las tierras. El desarrollo azucarero tendría que buscar nuevos caminos. 138 Con la tecnificación, las proporciones entre esclavos y asalariados iniciaron un proceso de inversión. Varios intentos se realizaron para sustituir la mano de obra negra. Pero un nuevo alivio vino en auxilio de los plantadores e industriales: la importación de colonos asiáticos a partir de 1847. Mientras los negros significaban para los terratenientes preocupación, control y sublevaciones, los asiáticos resultaban una panacea. Estos laboraron, además, en la construcción de los ferrocarriles y en oficios variados. A partir de los años 1860 cesa la imperiosa necesidad de aumentar la cantidad de fábricas; el acento recayó en el tamaño y la productividad; había comenzado la concentración de la producción. En los territorios matanceros se ubicaron los más connotados centros azucareros cubanos. La plantación había penetrado en las profundidades del territorio matancero: por el este se había trascendido el límite de la Nueva Bermeja; en el sur Macurijes y Cabezas exhibía 53 instalaciones; en el norte Guanajayabo y Guamutas aparecían con 55. Hasta la zona norte del actual municipio Calimete llegaba la expansión; pero aquí se detuvo. La ocupación de Calimete y de Amarillas será un hecho de la década siguiente. Entre 1840 y 1860 la zona Habana-Matanzas mantuvo su supremacía en la producción azucarera cubana, aunque con propensión a disminuir su significación. Las tres jurisdicciones yumurinas se consolidaban cada vez más como centros del azúcar cubano 137 Cárdenas comprendía como distritos, los partidos de Lagunillas, Guásimas, Cimarrones, Macurijes, Hanábana, Guamutas, Palmillas, Ceja de Pablos y Cantel, ésta última adicionada posteriormente. 138 Moreno Fraginals. Ob. cit., pp. 140-141. y, ya en 1857, su producción representaba el 55,6 por ciento de la producción azucarera de toda la colonia. Dado el impulso azucarero y del ferrocarril, en 1843 el puerto de Cárdenas quedó completamente habilitado para el comercio internacional. Entre 1857 y 1860, de 178 ingenios, el 59, 5 por ciento embarcaban por Cárdenas, el 25,8 por ciento por Matanzas y el 11, 2 por ciento por La Habana, el porcentaje restante lo realizaba por otros puertos de menor importancia en aquel momento. Los avances económicos provocaron transformaciones de tipo urbanístico, educacional y de infraestructura en las ciudades, pueblos y caseríos. En la ciudad de Matanzas, las barriadas de Versalles y Pueblo Nuevo prosiguieron su desarrollo urbano. Proliferaron en los centros instalaciones que contribuyeron a una vida más plena y saludable. En 1840, un nuevo cementerio se erigió en la urbe yumurina. A partir del año siguiente, Cárdenas también contó con un camposanto. Ocho años después, los cardenenses tuvieron un hospital, y en 1859 llegó a esta ciudad el alumbrado público. Colón, por su parte, inició un notable desarrollo urbanístico en 1857. Se instaló el alumbrado público, y en 1864, el primer hospital. Dichos cambios se vieron aparejados a nuevas disposiciones en torno a las divisiones internas del territorio. La antigua división territorial de la Isla en tres departamentos (Occidental, Central y Oriental) conservada desde 1821 con algunas modificaciones, desaparece a partir de 1850 para refundirse en dos. El departamento Occidental aumentó con la mitad limítrofe del antiguo departamento Central; y la otra mitad entró en la jurisdicción del Oriente. El departamento Occidental o provincia de la Habana se compuso de 21 jurisdicciones o términos de gobierno político o militar, de los cuales tres (Matanzas, Cárdenas y Colón) abarcaban nuestra actual provincia. Matanzas tenía categoría de gobierno. Todas estas transformaciones se reflejaron en el censo de 1861. Bajo el gobierno del general Francisco Serrano, Duque de la Torre, se realizó el censo de 1861, calificado como uno de los mejores de la etapa colonial. El Cuadro 13 nos presenta la situación poblacional registrada. En total, se registró unas población ascendente a 208 678 habitantes, lo que representa un incremento poblacional de más de 123 mil matanceros con respecto al censo de 1841139. En los veinte años transcurridos entre el censo de 1841 y 1861, se registró una tasa medias de crecimiento intercensal del 23,75 por ciento. El territorio cubano estaba dividido en ese momento en dos Departamentos: Occidental y Oriental, y en 32 jurisdicciones; al Occidental le correspondían 24 y de ellas 3 al territorio matancero: Matanzas, Cárdenas y Colón, que del total de población del territorio de estudio representaban el 42,1; 27,8 y 30,1 por ciento respectivamente. Por sexos, el 62,0 por ciento eran hombres, mientras que el 38,0 por ciento restante pertenecían al sexo femenino; la relación por sexos representaba un índice de masculinidad de 163 varones por cada 100 hembras, relación que se hace superior entre la población blanca (186,6 varones por cada 100 hembras), más que entre la población negra (163,1). 139 No se tomaron las cifras del censo levantado durante el año de 1846, ya que existen muchas dudas con respecto a su calidad, pues existe una disminución de la población y en relación al número de villas y pueblos. Un elemento a tener en consideración, durante este conteo poblacional, es la clasificación que se realizó atendiendo a la etnia de la población en: europea, yucateca140, asiática, todos ellos considerados como blancos, y donde los criollos estaban considerados dentro de los europeos. Mientras que la población negra era clasificada como libre, esclava y emancipada. Teniendo en cuenta esta clasificación, el 49,1 por ciento de los residentes en el territorio matanceros eran blancos, y el 50,9 por ciento eran negros. Dentro de la población blanca era alto el porcentaje de población europea, y significativo el número de población proveniente de Asia. Mientras que dentro de la población negra, continuaba siendo importante el peso que tuvo (44,7 por ciento del total general), sobre todo en la jurisdicción de Colón. Estos altos por cientos de población esclava estaba dado por el número de ingenios y trapiches que existían en el territorio de la actual Matanzas; el censo de 1861 reportó un total de 394 (Cuba poseía 1 521, de ellos 1 253 en el Departamento Occidental), distribuidos de la siguiente manera por jurisdicciones: 134 en la de Matanzas, 147 en Cárdenas y 113 en Colón, que a pesar de ser la que menos fábricas de azúcar poseía, era la que más producía, según informa el referido censo. Cuadro No.13 Población por sexos y grupos étnicos. Provincia de Matanzas. Censo de 1861. Grupos étnicos Total Varones Hembras Europea 43 765 25 626 18 139 Yucateca 109 77 32 Asiática 3 803 3 801 2 Total blanca 47 677 29 504 18 173 Libre 7 737 3 630 4 107 Esclava 32 181 18 862 13 319 Emancipada 215 154 61 Total “de color” 40 133 22 646 17 487 Total J. Matanzas 87 810 52 150 35 660 Europea 22 865 13 958 8 907 Yucateca 61 51 10 Asiática 5 429 5 420 9 Total blanca 28 355 19 429 8 926 Libre 1 932 925 1 007 Esclava 27 418 16 613 10 805 Emancipada 282 218 64 Total “de color” 29 632 17 756 11 876 Total J. Cárdenas 57 987 37 185 20 802 Europea 20 904 12 241 8 663 Yucateca 62 53 9 Asiática 5 510 5 510 Total blanca 26 476 17 804 8 672 Libre 2 874 1 213 1 161 140 Los yucatecos fueron los prisioneros de guerra de la insurrección agraria de 1848. Los políticos yucatecos declararon que esos prisioneros conforme a la legislación de guerra, debían sufrir la pena de muerte y resultaba una medida transaccional con la civilización, perdonarle la vida y enviarlos a trabajar a Cuba para resarcirse el gobierno de los gastos que le costaba sostener la guerra La historia recoge la entrada de los primeros yucatecos (135) por La Habana en 1849,en el vapor “el Cetro” que venían al igual que los culíes a trabajar en la agricultura cañera. Durante doce años que duró el tráfico de yucatecos a Cuba, se calcula en unos 2 000 los que arribaron a nuestra tierra. El censo de 1861, registró un total de 1 047 yucatecos. Para más detalle puede verse Pérez de la Riva, Juan. Ob. cit., p. 29 y 51. Esclava Emancipada Total “de color” Total J. Colón Europea Yucateca Asiática Total blanca Libre Esclava Emancipada Total “de color” Total del territorio 33 699 332 36 405 62 881 87 534 232 14 742 102 508 12 043 93 298 829 106 170 208 678 20 761 258 22 232 40 036 51 825 181 14 731 66 737 5 768 56 236 630 62 634 129 371 12 938 74 14 173 22 845 35 709 51 11 35 771 6 275 37 062 199 43 536 79 307 Fuente: Los censos de población y viviendas en Cuba. Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Investigaciones Estadísticas. La Habana, 1988. t. I.,v. 2, p.111-128. La población de Matanzas, según el censo de 1861, residía de acuerdo con la categorización dada a los asentamientos poblacionales, en una ciudad, una villa, 16 pueblos y 23 aldeas o caseríos, distribuidos por jurisdicciones de la siguiente manera: en Matanzas vivían 87 810 personas en una ciudad (de igual nombre), 7 pueblos y 8 aldeas o caseríos; en Cárdenas residían 57 987 habitantes en una villa (de análogo nombre) , 3 pueblos y 8 aldeas o caseríos; y en Colón moraban 62 881 personas en 6 pueblos y 7 aldeas o pueblos. Mientras en la región oriental del país, la guerra del 68 alcanzaba cada vez más fuerza, en la provincia de Matanzas sus efectos no se sentían, fundamentalmente en la economía, por la influencia que ejercían los grandes hacendados azucareros y los ricos comerciantes españoles asentados en la provincia. La población yumurina siguió su crecimiento y continuó siendo, en comparación con otras regiones de Cuba, una población rica. 2.4.2 Las guerras de independencia: su impacto en la población y el poblamiento, 1868-1898. En la segunda mitad del siglo XIX, con la crisis de la esclavitud, comienzan las transformaciones. Los hacendados matanceros no repartieron, como otros, partes de sus tierras a sus esclavos, sino que propiciaron la colonización blanca en la provincia, trayendo colonos blancos españoles de las regiones más pobres de España. Estas familias provenientes de la Metrópolis se concentraban en algunos lugares al darles tierras en arriendo para el cultivo de la caña que debían entregar a los centrales. Así fue avanzando la concentración y centralización del capital azucarero. Dieciséis años más tarde la población de Matanzas continuaba su crecimiento poblacional, según el censo de población de 1877. Como se había explicado anteriormente, cuando en el capitulo anterior fue analizado todo lo relacionado con la población empadronada por el censo de 1877, sus resultados generaron toda una serie de cifras controvertidas que aparecieron en diferentes publicaciones especializadas. Aunque este censo se realizó en momentos en que aún la guerra del 68 no había finalizado, también su calidad fue deficiente, fundamentalmente por clasificar a la población en dos categorías “de hecho y de derecho”141, y por las diferentes interpretaciones en el momento de computar sus resultados finales, lo cual originó diferencias apreciables no solamente para el total general de Cuba, sino también para las seis provincias que conformaban la división político-administrativa del territorio nacional en aquel momento. Según el “Resumen General por provincias del censo de población de 1877”, aparecen dos categorías poblacionales, la de hecho y la de derecho, en el caso de Cuba. La primera ascendía a 1 521 684 habitantes y la segunda a 1 509 291, esta última cifra es la que aparece como oficial en los Anuarios Demográficos de Cuba. Matanzas no estaba exenta de estas dificultades, se registró un total de 283 121 habitantes como población de hecho y 278 991 como de derecho. En ambos casos eran cifras bastantes elevadas en comparación con las que aparecieron publicadas más tarde, en 1881, en el Boletín Oficial de Hacienda, que ofrece un resumen general por provincias muy detallado de la isla de Cuba, según el censo de 1877, y de acuerdo con los criterios de Antonio López Pérez, jefe de la Sección de Población de la Dirección General de Haciendas. A juzgar por estos criterios en Matanzas residían 250 728 habitantes. Pero a pesar de todas las controversias relacionadas en torno a sus cifras, al menos se puede tener una idea de cuantos habitaban en Matanzas en aquel entonces. Una noción particularizada de cómo estaba conformada la población matancera durante el censo de 1877, se pueden apreciar en el cuadro que sigue. Para nuestro análisis tomaremos las cifras de población cuantificada como de derecho. La población creció con respecto a los estimados del censo anterior en más de 70 mil residentes, que representa una tasa de crecimiento medio anual, en el período intercensal 1861-1877, de 18,0 por mil habitantes. Estaba integrada por un alto porcentaje de hombres (56,5 por ciento) y solo un 43,5 por ciento de mujeres; la relación de población según sexos registra un índice de masculinidad del orden de los 130,1 hombres por cada 100 mujeres, inferior con respecto al registrado durante el censo de 1861. Cuadro No. 14 Población de hecho y derecho por sexos y grupos étnicos y nacionalidad. Matanzas. Censo de 1877. Grupos Población de Hecho Total Españoles Extranjeros Asiáticos “De color” 141 Población residente Varones Hembras 134151 1994 18101 118998 69853 1431 18070 64108 64298 563 31 54890 Población transeúnte Varones Hembras Total 4393 826 1341 3317 2968 684 1341 2009 1425 142 1308 Total de población de Hecho Total Varones Hembras 138544 2820 19442 122315 72821 2115 19411 66117 65723 705 31 56198 La técnica censal ha llevado a establecer una distinción entre la población residente o población con residencia habitual o población de jure o población de derecho, es decir con referencia al lugar donde reside habitualmente y la población de facto o población de hecho presente en la vivienda el día del censo. La primera está compuesta por el conjunto de personas presentes en el lugar de su residencia habitual el día del censo y por los ausentes temporales, es decir las personas ausentes de su residencia habitual al momento del censo. La segunda está formada por el conjunto de personas presentes y por transeúntes en la vivienda el día del censo. Estas dos formas de empadronar una población no producen el mismo resultado, aún en el caso del total de población del país. Consúltese al respecto: Unión Internacional para el Estudio Científico de la Población. Diccionario Demográfico Multilingüe. Centro Latinoamericano de Demografía. Bélgica, s. f. p.53. Total 273244 153462 119782 12768 7002 2875 Población de Derecho Población residente Españoles Extranjeros Asiáticos “De color” Total 134151 69853 64298 1994 1431 563 18101 18070 31 118998 64108 54890 273244 153462 119782 Ausentes temporales 2533 313 1500 1401 5747 1595 188 1494 1000 4277 283121 160464 122657 Total de población de Derecho 938 136684 71448 65236 125 2307 1619 688 6 19601 19564 37 401 120399 65108 55291 1470 278991 157739 121252 Fuente: Los censos de población y viviendas en Cuba. Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Investigaciones Estadísticas. La Habana, 1988. t. I.,v. 2, p. 133. En cada grupo étnico, donde aún a los criollos se les clasificaba como españoles, los varones siempre superaban a las mujeres numéricamente. Es de destacar que continuaban siendo en menor cuantía las mujeres asiáticas y las extrajeras, lo cual conspiraba en contra de la etnia asiática para poseer una reproducción propia. Mientras que las españolas y las “de color”, en ese orden, son las de mayor porcentaje con respecto al total provincial, 23,4 y 19,8 respectivamente. Como en 1861, la población blanca (españoles, extranjeros y asiáticos) representaba el mayor porcentaje (58,6 por ciento del total), dentro de ellas la población española es la de mayor peso. En la década del 60 y 70, surgió la necesidad otra vez de importar fuerza de trabajo china; estos inmigrantes que debían venir como colonos, vinieron como esclavos. De un total de más de 46 mil asiáticos (entre residentes presentes, residentes ausentes y transeúntes) que cuantificó el censo de 1877 en la Isla, el 44 por ciento se registraron en la provincia de Matanzas y especialmente en el ayuntamiento de igual nombre, como puede apreciarse en el propio registro censal142. También se registraron altas concentraciones de asiáticos en Colón, Cárdenas y Macurijes, lo que indicaba el nivel de deterioro del régimen de plantaciones como tal, que pretendía buscar nuevas formas de subsistencia. En 1861, la provincia de Matanzas era la segunda provincia que más ingenios o centrales azucareros poseía (el 25,9 por ciento del total nacional), solo antecedida por Santa Clara. Ya en el año de 1877, Matanzas aumentó el número de sus fábricas productoras de azúcar para convertirse en la provincia que más industrias poseía. Tanto en 1861 como en 1877, en Cárdenas se localizaba el mayor número de ellas. Estas fábricas se encontraban distribuidas de la manera siguiente: JURISDICCIÓN FÁBRICAS DE AZÚCAR 1861 1877 1861 1877 Colón Colón Jovellanos Cárdenas Matanzas Alacranes 113 147 134 - 116 62 155 131 45 Cárdenas Matanzas 142 Para más detalle, véase: Los censos de población y viviendas en Cuba. Ob. .cit. t. I.,v. 2, p. 144-146. Estos asentamientos también se caracterizaron por la gran concentración de población negra que residía en ellos como mano de obra esclava en las labores azucareras. La guerra de independencia causó estragos en la industria azucarera, fundamentalmente en las dos provincias orientales, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba. mientras que Matanzas se mantuvo con un alto porcentaje de fábricas de azúcar hasta el año de 1894. Entre 1877 y 1894 hubo, debido a la centralización, una reducción de 75 ingenios y se supone que fundamentalmente fue en la jurisdicción de Matanzas, que era la que poseía ingenios más viejos, y por lo tanto menos productivos, comparados con los de Cárdenas y Colón, que eran los más moderno, grandes y productivos de entonces. Cuadro No. 15 Distribución de ingenios o centrales azucareros por provincias. Años Seleccionados. Años Provincias 1861 1877 1894 1899 CUBA 1 521 1 191 1 100 217 Pinar del Río 96 88 70 7 Habana 166 179 166 20 Matanzas 394 509 434 72 Santa Clara 438 331 332 73 Puerto Príncipe 159 3 5 3 Santiago de Cuba 268 81 93 42 Fuente: Para los años 1861 y 1877. Memorias de la Real Sociedad de Amigos Económicos del País de La Habana. Serie 8a . Año 1o. T. 1. Y para 1894 y 1899. Matanzas: Desarrollo Económico y Demográfico. Editorial Estadísticas. La Habana, 1993. El fin de la Guerra de los Diez Años, y la pacificación de la Isla llevada a cabo por el General Martínez Campos, provocaron que la Corona española reformara el gobierno de Cuba. Así, se promulgó el 9 de junio de 1878 un decreto para reorganizar la división administrativa de la Gran Antilla. Ahora, eran seis provincias civiles, bautizadas con los nombres de sus capitales: Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Santa Clara, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba. Nace a la vida jurídica la provincia matancera, formada por el antiguo territorio de su gobierno político y militar, más las jurisdicciones de las tenencias de Cárdenas y Colón, y la capitanía pedánea de Alacranes. Al igual que las cinco restantes provincias, Matanzas se hallaba dividida en partidos judiciales (4), estos en ayuntamientos (24), y a su vez estos en pueblos, grupos y caseríos que en total sumaban 66. PARTIDOS AYUNTAMIENTOS Alacranes o de Alfonso XII Alacranes o de Alfonso XII, Bolondrón y Unión de Reyes. Cárdenas Camarioca, Cárdenas, Guanayajabo y Lagunillas. Colón Colón, Cuevitas, Jovellanos143, La Managua, Macurijes, Perico, Roque, y San José de los Ramos. Matanzas Cabezas, Canasí, Corral Nuevo, Guamacaro, Matanzas, Sabanillas del Comendador y Santa Ana. Cimarrones, Guamutas, En el contorno geográfico, también se comenzaron a definir los límites provinciales con respecto a las provincias vecinas de La Habana y Santa Clara. Nos dice Ponte: 143 Antiguo pueblo de Bemba; cambió de nombre en 1870. “Al oeste (...), su línea divisoria tuvo entrantes y salientes desde Puerto Escondido en el extremo norte, a la ensenada de la Broa en el punto sur, pero el tiempo la hizo estable. Y su límite al este (...) aprovechaba en parte el curso de los ríos La Palma y Hanábana, hasta la desembocadura de este a la Laguna del Tesoro siguiendo hacia el sur para concluir en la costa meridional de la Isla, por el sitio llamado “La Máquina” en la bahía de Cochinos. Poseía casi por entero, pues, la ciénaga occidental de Zapata.”144 Precisamente, la ciénaga de Zapata constituyó en el siglo XIX un factor geográfico adverso al desarrollo económico y poblacional del sur matancero. La provincia se desarrolló sobre todo hacia el norte, excluyéndose de este progreso social la zona sur. Ello contrastaba con las demás ciudades de litoral norte cubano. Porque La Habana, también en la costa norte, capital de la Isla, contaba con un embarcadero en la costa sur que le facilitaba las comunicaciones. La competencia internacional, a finales del siglo XIX, del azúcar de remolacha en el viejo continente junto a otros factores, como la introducción y aplicación de nuevas tecnologías en su procesamiento y la construcción y centralización de un capital financiero, fueron factores que afectaron a la sacarocracia matancera, lo cual acrecentó las contradicciones sociales y el descontento. Las décadas de 1880 y 1890 son testigos en las zonas de mayor producción azucarera, entre ellas Matanzas, del proceso de concentración productiva en la industria del azúcar. El cambio tecnológico y organizativo trajo como consecuencia la disminución de las fábricas de azúcar en número; pero, a la vez, provocó el aumento de la producción en otras, las cuales ampliaron su tamaño y alcance145. La provincia de Matanzas mantuvo su alta productividad hasta los inicios de la guerra. En 1884, varios capitalistas asociados establecieron en Cárdenas una gran refinería de azúcar, que fue a la sazón la mayor de mundo al refinar hasta cuarenta mil toneladas anuales. Complejos procesos tuvieron lugar en la Isla durante estos años de entre guerras, motivados sobre todo por la necesidad que tenían los productores de azúcar de abaratar los costos para obtener mayores ganancias en el mercado norteamericano, del cual dependía básicamente la prosperidad cubana. Entre ellos, tiene singular importancia la concentración y centralización de la industria azucarera, calificado por algunos autores, como “un proceso traumático” y “la verdadera revolución del azúcar en Cuba”146. Como se ha planteado: 144 Ponte y Domínguez, J. J. Ob. cit., p. 215 145 Véase al respecto, el magnífico trabajo de Fe Iglesias García, titulado Del Ingenio al Central, publicado por la Editorial de Ciencias Sociales, en La Habana, en 1999. En el mismo, analiza el proceso de concentración de la producción azucarera entre 1880-1890. Este atravesó por diversas fases: las dos primeras relacionadas con la evolución interna del cambio; la tercera, condicionada por la Guerra de Independencia de 1895 y sus efectos. 146 Véase al respecto la obra de Manuel Moreno Fraginals, ya citada, y el más reciente aporte de Fe Iglesias, en su Del Ingenio al Central, publicado en La Habana, en 1999, por la Editorial de Ciencias Sociales. “La concentración de la producción en la industria azucarera cubana pasó por diferentes fases, entendidas como un cambio durante el cual disminuye el número de unidades y aumenta la producción, lo que quiere decir mayor tamaño de las fábricas y, sobre todo, más eficiencia productiva”.147 Todas estas transformaciones influyeron en el desarrollo poblacional cubano, y fundamentalmente en el poblamiento de la provincia matancera. Diez años después del censo de 1877, se realizó el noveno y último de los censos coloniales. Al igual que ocurrió en el censo anterior, las cifras de población tanto para Cuba como para sus provincias vuelven a referirse a la población de hecho y de derecho. Según los registros la población de hecho ascendía a 259 578 habitantes, mientras que la de derecho era de 253 616. Llama la atención la diferencia de 5 962 individuos entre la población de hecho y la de derecho; es natural que sea mayor la primera que la segunda por el considerable número de transeúntes registrados, lo que puede estar avalado por el considerable comercio marítimo que provocaban sus dos puertos. Con respecto a Cuba, la población de derecho residente en Matanzas, durante este último padrón de la época colonial, sólo representa el 15,8 por ciento para ocupar el cuarto lugar teniendo, aventajada por las provincias de Habana, Santa Clara, y Santiago de Cuba, en ese orden. Tomando la cifra “población por derecho”, se observa con respecto al censo de 1877 una disminución de algo más de 25 mil residentes; según estas cifras se puede estimar una tasa de crecimiento medio anual para ese período intercensal de –9,5 por mil habitantes. La disminución que presenta el monto poblacional de Matanzas pudo haber estado influenciada por la terrible crisis de la producción azucarera que azotaba al territorio, lo que obligó a que muchos agricultores migraran hacia otras provincias donde pudieran encontrar trabajo mejor remunerado debido a la virginidad en que se encontraban los nuevos terrenos. Además, a esto se le une la existencia de posibles omisiones en el padrón general de Matanzas148. Debe tenerse presente que este padrón fue realizado en el período conocido como “tregua fecunda”, es decir entre el fin de la Guerra de los Diez Años (1868-1878) y el comienzo de la Guerra de Independencia (1995-1998), etapa que se caracteriza por las transformaciones que tiene lugar en el país en lo económico, político y social. Todos estos factores repercutieron de manera desfavorable en los asentamientos y en el patrón poblacional yumurino: Primeramente, se produjeron cambios en la industria azucarera, en la cual el proceso de concentración se aceleró, los latifundios cañeros crecieron, y el proceso cañero se dividió en dos partes: la agrícola —que pasa a manos de los colonos— y la industrial. Se transforma, considerablemente, la morfología de este sector en el territorio matancero. 147 148 Iglesias, Fe. Ob. cit., p. 5. Para más detalle puede consultarse las valoraciones que aparecen en Consideraciones sobre la población de la Isla de Cuba según el censo del 31 de diciembre de 1887, pronunciado por Cornelio C. Coppinger en una conferencia ofrecida en la Real Sociedad Económica de La Habana y publicada en la Revista Cubana, Imprenta de A. Álvarez y Compañía. La Habana, 1891. Desde el punto de vista social, un año antes del censo –—es decir, en 1886—, se produjo oficialmente la abolición de la esclavitud, lo que trajo como consecuencia que los esclavos pasaran a ser trabajadores asalariados. La guerra influyó, sobre todo, en lo que respecta al número de defunciones y a la disminución de la natalidad. Ambos hechos repercutieron en el monto poblacional de Matanzas. Con la abolición de la esclavitud y la continuación de la expansión azucarera hacia la región oriental, muchos de los africanos y sus descendientes emigraron hacia zonas de mayor actividad azucarera. Otros se desplazaron hacia zonas urbanas, y una minoría permaneció en sus antiguos ingenios. A pesar de estos movimientos demográficos, el territorio matancero y zonas como Jagüey Grande, Jovellanos y Perico continuaron como centros de gran población negra, descendiente de los “africanos de nación”. En 1887 se reafirma la tendencia, ya observada en censos anteriores, de un predominio numérico de los varones. Se registró que del total de población, el 57,1 por ciento eran varones y el 42,9 restante eran mujeres, lo que representa una relación de masculinidad de 1 331 varones por cada mil mujeres. Atendiendo a la nacionalidad, este padrón enumeró a un 94,8 por ciento como españoles y el 5,2 por ciento como extranjeros. Aún, en este último censo de la etapa colonial, al criollo se le consideraba, dentro del grupo de españoles. La población por derecho, en este padrón, no aparece desglosada por grupos étnicos. Cuadro No.16 Población de hecho y derecho por sexos y grupos étnicos y nacionalidad. Matanzas. Censo de 1887. Población de hecho Población residente Población transeúnte Total Varones Hembras Total Varones Hembras Españoles 237 925 130 318 107 707 7 653 5 148 2 505 Extranjeros 13 110 12682 428 890 828 62 Total 251 035 142 900 108 135 8 543 5 976 2 567 Población de derecho Población residente Ausentes temporales Total Varones Hembras Total Varones Hembras Españoles 237 925 130 318 107 707 2 511 1 870 641 Extranjeros 13 110 12682 428 70 58 12 Total 251 035 142 900 108 135 2 581 1 928 653 Grupos Total de población de Derecho Total Varones Hembras 245 578 135 366 110 212 14 000 13 510 490 259 578 148 876 110 702 Total de población de Derecho Total Varones Hembras 240 436 132 088 108 348 13 180 12 470 440 253 616 144 828 108 788 Fuente: Los censos de población y viviendas en Cuba. Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Investigaciones Estadísticas. La Habana, 1988. t. I.,v. 2, p. 133. La población matancera se asentaba en 23 términos municipales, de ellos los más poblados fueron: Matanzas, Cárdenas, Colón, Macurijes y Bolondrón. El área de la provincia en aquella época fue calculada en 8 486 kilómetros cuadrados (hoy en día se ha definido la superficie de la provincia en 11 978, 2 kilómetros cuadrados), que al relacionarnos con la población empadronada nos remite a una densidad poblacional de 29, 8 habitantes por kilómetros cuadrados, algo inferior a la estimada para el censo de 1877, que fue de 32,8 habitantes por kilómetros cuadrados. En 1895 estalló nuevamente la lucha insurreccional y Matanzas ocupó el puesto correspondiente. El 20 de diciembre de ese mismo año, la columna invasora atravesó el río Hanábana y penetró en la provincia. Gómez y Maceo acordaron el incendio de cañaverales simultáneamente en varios sitios para confundir al enemigo sobre la ubicación exacta de la columna invasora. Con esta táctica se contrarrestaron las desfavorables condiciones del relieve y la gran concentración de las fuerzas españolas, pero al mismo tiempo, esta táctica de lucha fue lacerando paulatinamente una de las riquezas naturales que poseía la provincia. Al inicio de 1896, toma posición del gobierno y de la jefatura del ejército Español de operaciones el General Valeriano Weyler quien llegó a la Isla con órdenes expresas de desarrollar una guerra a muerte contra la revolución independentista. Entre sus medidas se encontraba la de aislar a los insurrectos del apoyo que le brindaba la población civil mediante la concentración de la población residente en zonas rurales en las urbanas, con lo cual quedaron los campos prácticamente despoblados. Las consecuencias de esta medida, conocida como “Bando de Reconcentración”, dictada en octubre de ese mismo año, se sintieron con fuerza en Matanzas. Tal fue así que el Secretario de Estado de los Estados Unidos cursó una carta a las autoridades españolas en noviembre de ese año, donde hacia constar que a consecuencia de esa política de reconcentración habían muerto de hambre, entre enero y octubre de ese año, dos mil personas en la ciudad capital de esta provincia. Este es otro elemento a tener en cuenta en la disminución de la población que se reflejó en el censo de 1899. Otro hecho que afectó a la población matancera fue cuando, ya en plena guerra, el 11 de mayo tres buques norteamericanos bombardearon la ciudad de Cárdenas. Las consecuencias económicas y sociales que para Matanzas tuvo esta contienda fueron muchas: la primera, primordialmente en el sector agrícola, mientras que en lo social afectó todo lo concerniente a la salud, educación, etc., lo cual se reflejó también en las estadísticas demográficas. Matanzas, la región más productiva de azúcar antes de 1895, fue la que más sufrió los embates de la guerra. Es visible cómo en los años anteriores a la guerra, o sea entre 1890 y 1893, el mayor número de nacimientos en Cuba, en términos relativos se producen en la provincia de Santa Clara, seguido por la de Matanzas. Esto se mantuvo en los dos primeros años de la guerra, pero en 1897 y 1898, la provincia del Yumurí pasó al tercer lugar. La cifra descendió con respecto al ritmo que existía hasta entonces. Entre 1895 y 1898, el número de nacimientos en la provincia fue disminuyendo de manera notable, como puede apreciarse en el siguiente cuadro: Cuadro No.17 Total de nacimientos. Provincia de Matanzas. Años seleccionados. Años 1895 1896 1897 1898 Nacimientos 5 859 4 237 2 302 1 276 Fuente: Ruiz, Raúl R. Ob. cit., p. 187. Esta fue una tendencia general dentro de las provincias en el período de la guerra. Matanzas, junto a Pinar del Río y La Habana, fueron las que más disminuyeron su población con respecto a Cuba (77, 9; 76, 6 y 93, 9 por ciento, respectivamente). Debe apuntarse que en 1895 como en 1899, Matanzas era la región con más zonas cultivadas. En 1895, el 36, 2 por ciento de su territorio estaba sujeto a faenas agrícolas. Sin embargo, ya en 1899 el área cultivada provincial había disminuido a un 16 por ciento. El gran desastre se ubicó en la industria azucarera del territorio. Antes de la guerra, Matanzas era el principal centro productor de azúcar de Cuba, era el núcleo de la economía insular. La guerra iniciada en 1868, no había dañado en lo esencial este emporio, por ello, al producirse el levantamiento armado de 1895, los recursos fundamentales del país se concentraban en esta provincia. Antes de 1895, Matanzas contaba con 434 fábricas de azúcar del total de 1 100 existentes en la Isla. La cifra representaba el 39, 4 por ciento. Después de la guerra, sólo quedaron en pie 207 ingenios, de ellos, 72 pertenecían a Matanzas —lo cual representaba un 34, 7 por ciento del total. Una comparación entre ambas cifras de ingenios, antes y después de la guerra, arroja que la provincia poseía sólo el 16, 5 por ciento de la infraestructura azucarera con la cual aparecía en 1895. Por si esto fuera poco, el siguiente cuadro muestra un número aproximado de los ingenios149 demolidos por provincias, lo cual confirma nuestras anteriores afirmaciones acerca de la gran destrucción que causó la guerra en Matanzas: Cuadro No. 18 Ingenios demolidos, clasificados por provincias. 1899-1900. Provincia Total de Ingenios demolidos ingenios Cifras absolutas Cifras relativas Pinar del Río 48 7 14, 5 Habana 85 24 28, 2 Matanzas 271 121 44, 6 Santa Clara 160 6 3, 7 Puerto Príncipe 10 3 30, 0 Santiago de Cuba No se publicaron datos al respecto Fuente: Cuba. Gobernador Militar Leonard Wood. Civil report of the military Goverment, 1899-1900. Habana, 1900, tomo 7, pp. 160-161, 211, 243, 280-281, 291. El fin de la Guerra de Independencia en 1898, encontró una Matanzas casi devastada. El territorio fue escenario de encarnizados combates entre las tropas insurrectas y el ejército español. La guerra, aplicada consecuentemente sobre la riqueza agrícola, asoló los campos. La política de reconcentración de la población rural, llevadas a cabo por Valeriano Weyler, como se vio, provocó el abandono de gran parte del espacio rural. Además, el bloqueo naval impuesto a la Isla por los norteamericanos, entre abril y agosto de 1898, causaron hambrunas en las ciudades; Matanzas y Cárdenas, los dos puertos más importantes de la provincia se vieron sacudidos por una gran crisis económica y social. Finalmente, el 1ro. de enero de 1899 cesó la soberanía española sobre Cuba y se implantó la dominación norteamericana. En resumen, los siglos coloniales depararon al territorio matancero una evolución poblacional condicionada por los factores geográficos y económicos, donde tuvo 149 Como plantea Fe Iglesias, en su citado libro, “es muy difícil diferenciar entre los verdaderos centrales y los ingenios o fincas azucareras que, aunque mantenían esa denominación, la mayoría no eran otra cosa que verdaderas colonias de caña, y muchos de ellos era probable que estuvieran subdivididos en pequeñas fincas”. Iglesias, Fe. Ob. cit., p. 167 enorme incidencia, hacia finales de la etapa, las condiciones sociales. Entre aquellos merece destacarse la agroindustria azucarera, la cual contribuyó decisivamente al desarrollo del poblamiento y la población de Matanzas, y a su esplendor económico y cultural; entre estos últimos, la Guerra de Independencia de 1895 y la política de la corona española. III. EL SIGLO XX: REPÚBLICA Y REVOLUCIÓN. 3.1 Los cambios poblacionales durante la República Neocolonial, 1902-1958. El siglo XX representa para la Isla, y por ende para Matanzas, una sucesión ordenada y de cierta regularidad en la realización de los censos de población. Por ello, es posible dividir los períodos a estudiar partiendo de los conteos de población y sus resultados. Una peculiaridad de este siglo es que comienza, censalmente, en el año de 1899, cuando se realiza el más profundo y riguroso registro de la población cubana de todo el siglo XIX. 3.1.1 El primer período intercensal, 1899-1907. Con el izamiento de la bandera norteamericana en el Palacio de Gobierno Provincial el primer día del siglo XX, comenzaba la ocupación de los Estados Unidos. Así se dio inicio a la etapa neocolonial, cuando el capitalismo norteamericano empleó sus estrategias de penetración en amplios sectores productivos cubanos. Ello, unido a las consecuencias de la guerra de independencia, dejó como secuelas un estancamiento en el orden socioeconómico, pobreza en las amplias masas de la población matancera y una dependencia de los Estados Unidos no solo en el plano político, sino también en el económico. Según los mapas publicados por la Sección de Informes del Departamento de la Guerra de los Estados Unidos de América, en el censo de 1899 el área de Cuba era estimada en 44 000 millas cuadradas150. De ellas, 3 700 correspondían a Matanzas, lo que daba lugar a una densidad poblacional de 54,7 habitantes por millas cuadradas, sólo antecedida por la provincia de la Habana. Con respecto a Cuba, la provincia yumurina continuaba ocupando el cuarto lugar en el monto poblacional, al igual que 1879. Ahora representaba el 12, 9 por ciento del total de la población cubana, antecedida por las provincias de la Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba. El último censo tomado bajo la dirección de la Corona española registró una población, para Matanzas, de 259 578 habitantes, y la población total según el censo de 1899 fue de 202 444 habitantes, lo que representa una tasa de crecimiento medio anual en el período 1887-1899, de –20,6 habitantes por cada mil. Esta pérdida de población se puede atribuir a la recién finalizada guerra de independencia, y al sistema de reconcentración aplicado en ella por las autoridades españolas. Matanzas contaba con una población residente en ciudades de mil habitantes o más, de 103 578 pobladores (51, 2 por ciento del total), la cual se concentraba en 17 pueblos o villas. Mientras, en ciudades de ocho mil o más habitantes residían 58 314 (28, 8 por ciento de total). Estas eran Matanzas (36 374 habitantes) y Cárdenas (21 940 habitantes). Son interesantes las precisiones que establece el censo de 1899 en cuanto a los límites de los asentamientos poblacionales. Según los autores del mismo: 150 El censo de 1899 explica que no existen datos precisos acerca del área del archipiélago cubano debido a que los mapas trazados con anterioridad carecen de homogeneidad y rigor científico. Véase: Informe del Censo de Cuba. 1899. Washington, Imprenta del Gobierno, 1900. p. 79-80 “las ciudades en Cuba no tienen límites que las separan de una manera exacta de los distritos rurales á sus alrededores. Las ciudades lo mismo que los distritos rurales están divididos en barrios y muchos de éstos se extienden desde los límites de las ciudades hasta los distritos rurales, (...) y comprenden la población tanto urbana como rural. Por tal motivo, es imposible fijar con exactitud la población de las ciudades, aunque se cree que se ha hecho la mejor separación”. 151 Al realizar un análisis del conteo poblacional por términos municipales, se observa que sólo hubo un aumento de población (41 121 habitantes) en tres municipios: Cárdenas, Colón y Perico. Mientras que en los 21 restantes diminuyó. Por otra parte, se observa que los mayores porcentajes de población se concentraban, en primer lugar, en Matanzas (22,4 por ciento), seguida por Cárdenas (12,3 por ciento). En este momento, la provincia estaba integrada por 24 términos municipales y 128 barrios, en los cuales la población se distribuía de la siguiente manera: Cuadro No. 19 Población por términos municipales. Provincia Matanzas. 1887 y 1889. Término Municipal Alacranes (antiguo Alfonso XII) Bolondrón Cabezas Canasí Cárdenas Carlos Rojas (antiguo Cimarrones) Colón Cuevitas 1887 1899 8 711 8 110 11 816 8 802 4 524 23 354 6 879 9 179 5 184 1 993 24 861 3 174 16 679 6 323 12 595 5 807 Guamacaro 10 245 6 000 Jagüey Grande (formado de Colón) Jovellanos Macagua Macuriges ... 5 853 8 518 5 410 13 374 7 529 5 042 10 405 % del Término 1887 1899 % del total Municipal total 4, 01 Martí 11 589 8 905 4, 40 (antiguo Guamutas) 4, 53 Matanzas 56 379 45 282 22, 37 2, 56 Máximo Gómez 8 132 4 046 2, 00 0, 98 Méndez Capote 5 349 2 158 1, 07 12, 28 Palmillas 8 818 7 647 3, 78 1, 57 Perico 3 204 4 449 2, 20 (antiguo Cervantes) 6, 02 Roque 2 816 4 464 2, 21 2, 87 Sabanillas del 8 871 5 205 2, 57 Comendador 2, 96 San José de los 9 031 6 765 3, 34 Ramos 2, 89 Santa Ana 6 219 2 965 1, 46 (antiguo Cidra) 3, 72 Unión de Reyes 8 135 5 226 2, 58 258 578 202 444 100,00 2, 49 Total provincial 5, 14 Fuente: Elaborado por el autor a partir de Informe del Censo de Cuba. 1899 Washington., Imprenta del Gobierno, 1900. p. 190. Como se observa, la población por términos municipales se distribuye de manera bastante uniforme, excepto los municipios de Carlos Rojas y Matanzas, que poseen los menores y mayores porcentajes. Además de estas consideraciones, el censo deja implícito que un asentamiento de 1 000 habitantes o más se califica como urbano, por lo que podemos apuntar que la población urbana representaba aproximadamente el 51, 2 por ciento y la rural sólo el 48, 8 por ciento de total. Ello puede verse en la siguiente tabla: 151 Informe del Censo de Cuba. 1899. Washington, Imprenta del Gobierno, 1900. p. 82. Tabla No. 20 Población de los pueblos, villas y ciudades. Provincia Matanzas. 1899 Pueblos, villas y ciudades Población Pueblos, villas y ciudades Población Bolondrón 2 604 Macagua 1 467 Cabezas 1 721 Manguito 1 534 Cárdenas 21 940 Matanzas 36 374 Colón 7 175 Máximo Gómez 1 743 Corral Falso 3 823 Perico 2 436 Cuevitas 2 634 Roque 1 482 Güira 1 676 Sabanilla 2 200 Iglesia 3 441 San José de los Ramos 2 310 Jovellanos 4 721 Santa Ana 1 421 Limonar 2 876 Total 103 678 Fuente: Elaborado por el autor a partir del Informe del Censo de Cuba. 1899. Washington, Imprenta del Gobierno, 1900. p. 200. En relación a la estructura por sexo y color de la piel, en la provincia matancera se continuó registrando la existencia de más varones que hembras. En por cientos representaban del total 51, 2 y 48, 8 respectivamente, mostrando un índice de masculinidad del orden de 1 050 varones por cada mil hembras. En lo que respecta al color de la piel, se registró un mayor porcentaje de blancos que de población “de color”. Dentro de los primeros, prevalecen los blancos nativos; mientras que en el segundo grupo son mayoritarios los negros. Es destacable la significativa población asiática apuntada por el censo (2, 08 por ciento). A continuación, una tabla que muestra estos resultados: Cuadro No. 21 Estructura de la población por color de la piel y sexo. Provincia Matanzas. 1899. Estrato social Total Blancos: Nativos Extranjeros “De color”: Negros Mestizos Chinos Cifras absolutas Cifras relativas Total Varones Hembras Total Varones Hembras 202 444 103 726 98 718 100, 00 51, 24 48, 76 117 917 62 174 55 743 58, 25 30, 71 27, 54 102 682 50 324 52 358 50, 72 24, 86 25, 86 15 235 11 850 3 385 7, 53 5, 85 1, 67 84 527 41 552 42 975 41, 75 20, 53 21, 23 47 793 22 389 45 404 23, 61 11, 06 12, 55 32 528 14 964 17 564 16, 07 7, 39 8, 68 4 206 4 199 7 2, 08 2, 08 0, 00 Fuente: Elaborada por el autor a partir de los datos ofrecidos por el Informe del Censo de Cuba. 1899. Washington, Imprenta del Gobierno, 1900. pp. 206-207. La estructura de la población por grandes grupos de edades acusa que mucho más de la mitad de la población (58, 97 por ciento) se encontraba entre los 15 y 59 años. También en igual grupos de edades tanto para los varones como las hembras. Acontecimientos como los que se verificaron en Cuba y, por ende, en sus provincias, ejercieron una fuerte influencia en la población impidiendo los nacimientos o aumentando la mortalidad infantil. Sólo el 7, 9 por ciento de la población estaba comprendida entre 0 y 4 años, como puede observarse en la Pirámide No.1 que se adjunta. Por otra parte, la población en edades avanzadas representa el 6, 2 por ciento de la población. Cuadro No. 22 Estructura de la población por grandes grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1899. Grupos de edades Total Varones Hembras 0 - 14 70 441 35 580 34 861 15 - 59 119 384 61 114 58 270 60 y más 12 619 7 032 5 587 Total 202 444 103 726 98 718 Fuente: Elaborado por el autor a partir de la Tabla No.1 que se anexa. Muy relacionados con la merma de la población matancera, se encuentran distintos aspectos económicos, como es la fuerte crisis que sacudió a la industria azucarera en ese territorio. Matanzas, que era una de las regiones más azucareras y productivas antes de 1895, fue la que sufrió, como ya se dijo, los mayores embates de la guerra en este renglón de la economía. Dicha industria, y todo tipo de actividad agropecuaria, quedó arrasada. Por ejemplo, en la jurisdicción de Matanzas el área cultivada de azúcar en 1895 era de 2 910, 8 caballerías de tierra, y esa cifra se redujo cuatro años después a 1 035, 3 caballerías. Un informe presentado por Robert P. Porter, Comisionado Especial de los Estados Unidos en Cuba en 1898, mostró los efectos de la guerra del 95 cuando decía: “aludiendo al efecto producido por la guerra de 1895 a 1898 sobre la industria azucarera, espanta contemplar la horrible disminución causada en la fuente principal de la riqueza y la renta de un país para el gobierno, así como para sus habitantes...” 152 En el mismo año, el Secretario de Agricultura, Comercio e Industria, Don Perfecto Lacoste, informaba que: “... la zona de azúcar se extiende desde la tercera parte oriental de la provincia de Pinar del Río hasta la mitad oriental de la provincia de Puerto Príncipe, existiendo la parte más rica y mayor de esta área en la provincia de la Habana, Matanzas y Santa Clara, siendo Matanzas la más productiva de las tres. (...) La experiencia (...) fue común a todos los hacendados de toda la región azucarera, habiendo sufrido más los de la provincia de Matanzas.”153 El desplome de la industria azucarera en la provincia influyó en los asentamientos poblacionales, toda vez que, al unísono, se produjo un desplazamiento de los propietarios hacia el capital estadounidense. En 1899, el grupo Hawley constituyó la Cuban American Sugar Company, y adquirió los ingenios localizados en el municipio de Colón. Dos años después, esa misma compañía compró la única refinería de azúcar existente en Cuba, situada en el municipio de Cárdenas. Por su parte, la corporación Hershey apareció en el poblado habanero de Santa Cruz del Norte con un poderoso central y refinería, expandiendo su imperio a algunos centrales de la provincia de Matanzas, situados en el término municipal del mismo nombre, además de Santa Ana 152 Informe al Censo de Cuba. 1899. Ed. Cit. p. 534 153 Ibídem, p. 540. (antiguo Cidra) y Juan Gualberto Gómez. Esta empresa también puso en funcionamiento un ferrocarril eléctrico, que comunicaba sus propiedades con los puertos de La Habana y Matanzas, dedicándose además al servicio de pasajeros. Con el comienzo de la República, en 1903, en Matanzas se instaló para el fomento en toda la costa norte del henequén, la firma Heydrich Raffoer, y dos años más tarde la sucursal del banco The Royal Bank of Canadá. En lo que respecta a la industria azucarera, se produjo un proceso de desactivación de todos los ingenios irrentables, lo que propició que el capital norteamericano pudiera comprar tierras y maquinarias a buenos precios, a lo que se le sumó el estancamiento de los precios del azúcar que duraría hasta la Primera Guerra Mundial. Para que se tenga una idea de cómo marchó este proceso de desactivación, de 54 ingenios que se reportaron en 1902, en 1905 quedaron 41; en 1909, 40 y a partir de 1921 el número oscilaba entre 20 y 24 ingenios, hay que tener presente que a los nuevos propietarios no les interesaba en ese momento aumentar la producción, pues con las capacidades instaladas resolvían los requerimientos del mercado norteamericano. Entre 1899 y 1907, la población matancera creció en más de 37 000 habitantes, lo que representa una tasa media de crecimiento intercensal del orden de 31,1 por mil habitantes. Con respecto al total nacional, ocupa el quinto lugar compartido con Pinar del Río, ya que ambas tenían aproximadamente el mismo número de habitantes. En el censo de 1907 Matanzas fue la provincia que menos creció. Ese mismo año se realizaron cambios en la estructura político-administrativa de toda la Isla. Los mismos consistieron, casi por completo, en la supresión de los pequeños términos municipales, y la agrupación de sus territorios en los municipios vecinos. Así, de 132 términos municipales que existían en 1899, se redujeron en 1907 a 82. En el caso de la provincia de Matanzas, estos quedaron en 10, de los 24 existentes con anterioridad. De estos 82 municipios, en el país, aparecen con pérdidas de población, Viñales en Pinar del Río y Cárdenas en Matanzas. El resto de los municipios creció en población, como se muestra en el cuadro No. 23. Resulta difícil estudiar las ciudades de la época, pues las mismas no tienen un límite determinado que pueda separarlas de la población rural que las circunda. De un total de cinco ciudades mayores de 25 000 habitantes, la provincia de Matanzas sólo contaba con una: la de igual nombre, con 36 009 habitantes, seguida en importancia por las de Cárdenas y Jovellanos con 24 280 y 9 246 habitantes, respectivamente. Por otra parte se registró un total de 109 641 residiendo en asentamientos de más de mil habitantes, lo cual representaba el 45, 7 por ciento de la población total. Esto denota una disminución con respecto al censo anterior. Cuadro No. 23 Población por municipios y cambios ocurridos en los mismos. Provincia Matanzas. 1899 y 1907. Municipio Población 1899 1907 Cambios desde 1899 Alacranes Bolondrón Cárdenas 13 294 9 580 28 606 15 838 12 377 28 576 Se le añadió Cabezas Se le añadieron Méndez Capote y una parte de Carlos Rojas Colón 43 816 52 006 Se le añadieron Macagua, San José de los Ramos, Palmillas, Perico y una parte de Agramonte, el barrio de Coliseo de término Guamácaro y Roque. Jagüey Grande Jovellanos Martí Matanzas 9 026 9 116 12 851 55 620 10 256 17 024 15 104 64 385 Pedro Betancourt Unión de Reyes 10 405 10 030 13 044 11 202 Se le añadió una parte de Agramonte Se le añadió una parte de Carlos Rojas Se le añadió Máximo Gómez Se le añadió Santa Ana, Canasí y una parte de Guamaro Antiguo Macuriges Se le añadió Sabanillas, menos el barrio Auras Total provincial 202 444 239 812 Fuente: Censo de la República de Cuba. 1907. Oficina del Censo de los Estados Unidos, Washington, 1907. p. 192. Entre 1906-1908, el coronel E. St. Greble, Consejero del Departamento de Gobernación de Cuba154, estimó el área total del país en 114 524 kilómetros cuadrados. De ellos, 8 444 pertenecían al territorio matancero, lo que representaba, aproximadamente, 28, 4 habitantes por kilómetro cuadrado. Era la segunda provincia más densamente poblada, después de La Habana, con un valor de 64, 4 habitantes por kilómetro cuadrado. El municipio más densamente poblado era Cárdenas (89, 4), mientras que el menos densamente poblado era Martí (12, 5). El cuadro siguiente muestra la densidad poblacional en los municipios matanceros. Cuadro No.24 Densidad poblacional por municipios. Provincia Matanzas. 1907. Municipios Población Área Densidad* Municipios Alacranes Bolondrón Cárdenas 15 838 12 377 28 576 700 626 320 22, 6 19, 8 89, 3 Colón Jagüey Grande 52 006 10 256 2 316 585 22, 4 17, 5 Jovellanos 17 024 408 41, 7 Población Área Densidad* Martí 15 104 Matanzas 64 385 Pedro 13 044 Betancourt Unión de Reyes 11 202 Total provincial 239 812 1 211 1 370 733 12, 5 47, 0 17, 8 175 8 444 64, 0 28, 4 * Se expresa en habitantes por kilómetros cuadrados 154 Greble preparó una serie de mapas con algún grado de exactitud. Dichos mapas se realizaron a una escala de dos millas inglesas por cada pulgada. De los mismos se tomaron las medidas de las áreas de los municipios y la totalidad de los barrios. Fuente: Elaborado por el autor a partir de los datos ofrecidos por el Censo de la República de Cuba. 1907. Ed. Cit., p. 199. Del total de población, el 51, 5 por ciento eran varones y el 48, 5 restante eran hembras. Estos datos eran muy semejantes a las proporciones calculadas en 1899. Las cifras por sexos registraron un índice de masculinidad de 1 063 por cada mil hembras. En relación a la población por color de la piel y nacionalidad, se cuantificó una mayor proporción de población blanca (61, 9) que “de color” (38, 1). Dentro de la población blanca, el mayor peso lo tuvieron los blancos registrados como nativos. Mientras, en la población “de color”, son los negros los que representaban el mayor porcentaje de población. En este último caso, ello obedece en cierta medida al hecho de que, durante el siglo XIX, la mayor parte de la población esclava de Cuba se concentraba en los territorios de la provincia matancera. Hay que subrayar que sólo las mujeres blancas extranjeras y las amarillas eran menores en cantidad que los hombres; en tanto que las mujeres nativas, como las negras y mulatas, sobrepasaban al número de varones, dentro de sus respectivas razas y nacionalidades. Esto pudo deberse a una sobremortalidad masculina como consecuencia de las guerras de independencia, a la cual se sumaban los hombres, fundamentalmente los blancos nacidos en Cuba (en este caso en Matanzas) y también negros y mulatos que abrazaron las ideas libertadoras. Cuadro No.25 Estructura de la población por raza y nacionalidad según sexo. Provincia Matanzas. 1907. Raza / Cifras absolutas Cifras relativas Nacionalidad Total Varones Hembras Total Varones Hembras Total 239 812 123 560 116 252 100,00 51, 52 48, 48 Blancos: 148 135 78 682 69 853 61, 94 32, 81 29, 13 Nativos 130 879 64 765 66 114 54, 58 27, 01 27, 57 Extranjeros 17 656 13 917 3 739 7, 36 5, 80 1, 56 “De color”: 91 227 44 878 46 399 38, 06 18, 71 19, 35 Negros 50 633 24 272 26 361 21, 11 10, 12 10, 99 Mestizos 37 654 17 337 20 017 15, 58 7, 23 8, 35 Amarillos* 3 290 3 269 21 1, 37 1, 36 0, 01 *El autor respeta la clasificación de la época. Fuente: Elaborada por el autor, a partir de los datos ofrecidos por el Censo de la República de Cuba. 1907. Ed. Cit., pp. 316-317 Un balance de la estructura por edades de la población se puede observar a través de la Pirámide No.2 que se anexa, ella muestra que la mayor proporción se encontraba en las edades comprendidas entre 15 y 59 años (58, 6 por ciento), seguida de las edades más jóvenes (34, 8 por ciento), aunque superior en más de 13 000 habitantes a las registradas en 1899. Ello estuvo dado por el aumento en número de la población menor de un año, que en 1899 era de 2 274, y en 1907, de 6 896. Aunque igualmente se registró un mayor porcentaje de varones en cada uno de los grandes grupos de edades, por edades quinquenales sólo existieron 3 grupos donde el número de hembras superaba al de los varones: de 15 a 19, de 90 a 94 y de 100 y más. En los dos últimos grupos se debió, como era de esperar, a la sobremortalidad masculina que siempre existe en las edades avanzadas. Mientras, en el primer grupo pudieran ser varias las causas: una posible emigración o mortalidad debida a la guerra de independencia. Cuadro No. 26 Estructura de la población por grandes grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1907. Grupos de edades Total Varones Hembras 0 - 14 83 508 42 006 41 502 15 - 59 140 624 72 693 67 931 60 y más 15 680 8 861 6 819 Total 239 812 123 560 116 252 Fuente: Elaborado por el autor a partir de la Tabla No. 2 que se anexa. 3.1.2 El segundo período intercensal, 1907-1919. Como se ha planteado anteriormente, durante el primer cuarto de siglo de la República se continuaron acentuando las desigualdades entre los diferentes grupos y clases sociales de la provincia155. Entre 1907 y 1919, la población aumentó en más de 72 000 habitantes y el ritmo de crecimiento fue relativamente lento, registrándose una tasa de crecimiento intercensal de 21, 9 por mil habitantes. Con relación a la población total de Cuba, la matancera representaba el 10, 8 por ciento, ocupando el cuarto lugar en el monto poblacional (312 704 habitantes), antecedido por las provincias de Oriente, Habana y Santa Clara. Este proceso cobró cierto impulso a inicios de la década de 1920, cuando el desplazamiento interno de los habitantes del archipiélago se unió a la emigración canaria, influenciados por las oportunidades de empleo que les proporcionaba la provincia de Matanzas. En 1916, la norteamericana Sugar Corporation compró los ingenios Santa Gertrudis y el Feliz, ya demolidos. También poseía los centrales Conchita en el municipio Unión de Reyes (actual Puerto Rico Libre) y en Calimete el Mercedes (en estos momentos el 6 de Agosto). Durante los doce años transcurridos desde el censo de 1907 hasta el censo de 1919, se efectuaron nuevos cambios en la estructura político-administrativa del país. De los 82 municipios que existían en 1907, aumentaron a 112 en 1919. Matanzas no estuvo exenta de estas transformaciones, y su división interna pasó a ser de 19 municipios156. Como puede apreciarse, excepto Cárdenas, Martí y Pedro Betancourt, todos los municipios sufrieron modificaciones y, con respecto a su población, solamente el municipio de Alacranes disminuyó la misma en un 15, 1 por ciento en relación a 1907. El resto de los municipios registraron un incremento de sus habitantes. En este grupo se 155 Un importante análisis de la relación entre la industria azucarera, su desarrollo en Cuba y las contradicciones clasistas imperantes en la sociedad insular, es el estudio de John Dumoulin, titulado Azúcar y lucha de clases. 1917. Publicado por la Editorial de Ciencias Sociales, en La Habana, en 1980, Dumoulin apunta hacia la necesidad de imbricar las estadísticas demográficas y económicas, con los aspectos sociales que caracterizan esta época. 156 Véase Mapa 7 que se anexa. destacan San Antonio de Cabezas y Agramonte, que, en términos porcentuales, su aumento fue de 78, 2 y 60, 2 por ciento, respectivamente. En el censo de 1919, aún no existía una diferenciación entre población urbana y rural, porque expresa que “con respecto a la población de las ciudades, debe entenderse que en Cuba no hay límites fijos entre el elemento urbano y la población rural que los rodea”157. Esta situación, como se observa, se repite desde 1899. Sin embargo, más adelante el propio censo explica que la población urbana en Cuba comprende a los residentes en ciudades de más de mil habitantes, lo que nos hace pensar que ya se va llegando a una definición de estas características. Cuadro No. 27 Población por municipios. Provincia Matanzas. 1919. Municipio Población 1907 1919 Agramonte Alacranes 7 831 10 676 12 547 9 067 Por ciento Cambios entre 1907 – 1919 total provincial Excluido de Colón y Jagüey Grande 4, 01 Excluidos barrios Cabezas y 2, 90 Bolondrón Cárdenas Carlos Rojas Colón 11 158 28 576 7 471 18 808 12 516 32 753 8 900 27 560 4, 00 10, 47 2, 85 8, 81 7 211 2 681 9 553 11 369 10 282 14 115 3, 64 3, 29 4, 51 Manguito Martí Matanzas 12 026 15 104 52 804 18 559 23 878 62 638 5, 94 7, 64 20, 03 Pedro Betancourt Perico Sabanilla 13 044 8 533 6 602 18 874 12 068 7 943 6, 04 3, 86 2, 54 5 162 7 381 9 200 8 313 2, 94 2, 66 Magdalena Excluido barrio de Río Auras Excluido de Jovellanos Excluido barrio Agramonte, Altemisal, Amarillas, Banagüises, Calimente, Caobillas, Céspedes, Dos Hermanos, La Siega, Manguito, Norte del Perico, Sur del Perico, Quintana, Roque y San José de los Ramos Excluido de Matanzas Excluidos barrios Asiento y Jobabo Excluidos barrio Coliseo, pueblo de Carlos Rojas, San Joaquín, Tosca y Toscano Excluido de Colón Excluidos barrios Guamacaro, Limonar, Caobas, Sumidero, Paso Seco y Santa Ana 1, 2, 3, 4 y 5 Excluido de Colón Excluido de Unión de Reyes y Bolondrón Excluido de Alacranes Excluido de Colón 4 370 5 819 5 927 6 195 1, 90 1, 98 Excluido de Matanzas Excluido barrio de Sabanilla Guamacaro Jagüey Grande Jovellanos San Antonio San José de Ramos Santa Ana Unión de Reyes 157 los Censo de la República de Cuba. Año de 1919. Habana, Maza, Arroyo y Caso, S. en C., 1920. Total provincial 239 812 312 704 100, 00 - Fuente: Elaborado por el autor a partir de los datos ofrecidos por el Censo de la República de Cuba. Año de 1919. Ed. Cit. p. 283. La ciudad de Matanzas registró en ese censo una población de 41 574 habitantes, clasificando entre las siete ciudades cubanas con más de 25 000 habitantes, sólo antecedida por La Habana, Santiago de Cuba y Camagüey. Dicho ascenso nos muestra el desarrollo de la población en esa localidad. En el mismo año, la ciudad de Cárdenas, con 27 477 habitantes, se encontraba dentro de esa clasificación en el séptimo lugar. Era Matanzas la única provincia con dos ciudades en dicha clasificación. En sus territorios concentraba 145 235 en ciudades de más de mil habitantes, que representaba el 46, 4 por ciento de la población total, mientras que en el censo anterior (1907) agrupaba 109 641 habitantes; es decir, el 45, 7 por ciento de la población total matancera. Estas cifras manifiestan el ligero crecimiento observado en las ciudades de más de mil habitantes. Entre 1907 y 1919 no se realizaron otras mediciones de área de Cuba. Al menos ello no se registró en la información censal de este último año. Atendiendo a la división político-administrativa vigente en ese momento, el área del territorio yumurino era de 8 444 kilómetros cuadrados; ello representaba el 7, 4 por ciento de territorio nacional, con una densidad poblacional de 37, 0 habitantes por kilómetro cuadrado, sólo antecedida por la provincia de La Habana (84, 9)158. Por términos municipales, Matanzas, Cárdenas, Colón, Martí y Pedro Betancourt eran los que mayores porcentajes de población concentraban. En su conjunto, en ellos se asentaba el 52, 9 por ciento de la población matancera. Con relación a la estructura por edad de la población provincial, se continúa observando el predominio de los varones sobre las hembras. Todo indica una relación de masculinidad de 1 122 por cada mil hembras. En este censo, la población atendiendo al color de la piel se dividió en blancos nativos y blancos extranjeros. La población “de color” incluía a negros, mestizos y amarillos, siguiendo las clasificaciones anteriores. Cuadro No. 28 Estructura de la población por color de la piel y sexo. Provincia Matanzas. 1919. * Color de la piel Total Blancos: Nativos Extranjeros “De color”: Negros Amarillos Mestizos 158 Cifras absolutas Total Varones Hembras 312 704 165 364 147 340 217 298 117 494 99 804 192 681 97 708 94 973 24 617 19 786 4 831 95 406 47 870 47 536 47 251 22 920 24 331 2 884 2 802 82 45 271 22 148 23 123 Cifras relativas Total Varones Hembras 100, 00 52, 88 47, 12 69, 49 37, 57 31, 92 61, 62 31, 25 30, 37 7, 87 6, 23 1, 54 30, 51 15, 31 15, 20 15, 11 7, 33 7, 78 0, 92 0, 90 0, 03 14, 48 7, 08 7, 39 Debe recordarse que las provincias de La Habana y Matanzas eran las más pequeñas, territorialmente, en el país. La Habana representaba el 7, 2 por ciento, mientras Matanzas, encarnaba el 7, 4 por ciento del área nacional. * Se ha respetado la clasificación original. Fuente: Elaborada por el autor a partir de los datos ofrecidos por el Censo de la República de Cuba. Año de 1919. Ed. Cit., p. 404. En el cuadro anterior puede observarse que la población blanca superaba a la “de color”, y dentro de la blanca, la mayor proporción pertenecía a los blancos nativos —mucho más de la mitad de la población total— y dentro de la población “de color”, a los negros. Es destacable la poca cuantía de asiáticos159. Otra cuestión que salta a la vista es el alto porcentaje de la población de color residente en el municipio de Colón (53, 3 por ciento de su población total).160 Vinculado a la estructura por sexo y edades de la población, que nos muestra la Pirámide No.3, se registró que el mayor porcentaje (52, 5 por ciento) se encontraba comprendido entre los 15 y 59 años. Por sexo, igualmente, tanto para varones como hembras, los mayores porcentajes se encontraban en esas edades. Hay que destacar el alto porcentaje (41, 9 por ciento) de población que se localizaba en el primer gran grupo de edades, lo que nos permite suponer que hubo, en el período transcurrido entre el censo de 1907 y este, un aumento del número de nacimientos, pues el número de niños menores de 1 año pasó de 6 896 en 1907 a 7 021 en 1919, y una posible disminución de la mortalidad, principalmente la infantil. Con respecto al anterior censo, se puede observar que solamente hubo un incremento poblacional en el grupo de edades comprendida entre 0 – 14 años (6, 6 puntos porcentuales), lo que nos hace pensar en un lento rejuvenecimiento de la población. Cuadro No. 29 Estructura de la población por grandes grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1919. Grupos de edades Total Varones Hembras 0 - 14 131 165 66 687 64 478 15 - 59 164 071 89 235 74 836 60 y más 17 468 9 432 8 026 Total 312 704 165 364 147 340 Fuente: Elaborado por el autor a partir de la tabla que se anexa. 3.1.3 De crisis a crisis, 1920-1931. El período inicial que media entre 1898 y 1925 se caracterizó, en líneas generales, por el crecimiento de la economía cubana y el dominio de los intereses estadounidenses. Se incrementó la producción azucarera, y se afianzó el carácter monoproductor y monoexportador de la economía cubana, así como su dependencia respecto al mercado 159 Cuando se habla de población asiática o “amarilla”, no solamente debe pensarse en los chinos. En esta época se dieron fenómenos de inmigración de otras partes del continente asiático. Son los casos de los coreanos y los japoneses. Para un estudio más detallado de estas inmigraciones y sus particularidades en Cuba, pueden verse: Japoneses en Cuba. Ediciones Fundación Fernando Ortiz, La Habana, 2002; y Coreanos en Cuba. de la misma editorial, en 2000. 160 Véase: Censo de la República de Cuba. Año de 1919. Ed. Cit., pp. 309 y 404. de los Estados Unidos. Apareció una gran concentración de capitales, desaparecieron los ingenios con poca capacidad productiva y aumentaron los latifundios cañeros en manos de compañías norteamericanas. De esta forma, vuelve a cambiar el paisaje agrícola de la provincia matancera. El precio del azúcar se elevó súbitamente en 1919 para caer nuevamente a finales de 1920, lo que trajo consigo la ruina de muchos hacendados y dueños de ingenios que se vieron en la imperiosa necesidad de hacer entrega de sus propiedades a sus acreedores. Como en toda Cuba, también Matanzas se vio en la misma situación de crisis, sobre todo quien más la sintió fue la población rural. Durante los años que van desde el fin de la Primera Guerra Mundial hasta la crisis general del capitalismo de 1929, se produce una gran inestabilidad en la producción azucarera cubana. Iniciada con la famosa crisis de 1921, que provocó un descenso notable de los precios del azúcar con respecto a años anteriores; su lenta recuperación se produjo con los primeros disparos de la Segunda Guerra Mundial. Estos procesos acentuaron la dependencia con relación al poderoso vecino del Norte, y en el caso que nos ocupa, en Matanzas, provocaron que numerosas fábricas de azúcar fueran absorbidos por monopolios norteamericanos, tales como la Sugar Corporation, que en 1926 operaba los ingenios “Álava”, “Conchita”, “Mercedes”, “Santa Gertrudis” y “Soledad”, y la Hires Sugar Company, que adquirió el “Dos Rosas” en Cárdenas. La depresión azucarera posterior, provocada por la crisis mundial de 1929, arrastró tras de sí a todo el país, e hizo que fábricas de azúcar como “Triunfo”, “Jesús María”, “España” y “Australia”, pasaran a manos estadounidenses. Durante el gobierno de Gerardo Machado se construyó, entre otras obras importantes, el Hospital de Maternidad de Matanzas, que fue una importante contribución a la mejoría asistencial de los nacimientos en la provincia, y la Carretera Central. A lo largo del eje urbano que conforma la carretera Central, en el territorio matancero, se localizan importantes ciudades como la capital provincial, Matanzas, y otras como Limonar, Jovellanos, Perico, Colón y Los Árabos, cabeceras municipales de 6 de los 14 municipios que componen la provincia. La década de los años 20 se caracterizó en Cuba por el establecimiento de gobiernos pro imperialistas y el agudizamiento de las contradicciones internas en la Isla. Alfredo Zayas (1921-1925) y Gerardo Machado (1925-1933)161, fueron los presidentes de la vapuleada república cubana de entonces. Asimismo, esta es la época conocida en la historiografía insular, como la del “despertar de la conciencia nacional”, sobre todo porque durante estos años se producen infinidad de hechos que demostraron que las clases populares, la intelectualidad y otros sectores de la población cubana estaban adquiriendo una verdadera noción de los problemas que afectaban al país. Nótese que en esta década ocurren la Protesta de los 13, en 1923, y el surgimiento del primer Partido Comunista de Cuba162, en 1925. En la provincia matancera, el movimiento asociativo se amplió en sus objetivos políticos; en este sentido, surgen durante este período 161 Una visión integradora del período de la tiranía machadista puede encontrarse en: Domingo Cuadriello, Jorge. “El machadato setenta años después”. En: Palabra Nueva. Revista de la Arquidiócesis de La Habana, año 12, julio-agosto, 2003, no. 121, pp. 10-15. También, el ya clásico estudio de José A. Tabares del Real, La Revolución del 30: sus dos últimos años, publicada por la Editorial de Ciencias Sociales, en 1978. 162 De este, hubo células muy activas en las ciudades de Cárdenas y Jagüey Grande. organizaciones como el Directorio Estudiantil Matancero (DEM), en 1930, y otras instituciones de izquierda que sufrieron, junto a las demás del país, la dura represión del gobierno de Machado. La lucha social tuvo su clímax en 1931 con la paralización total de toda la enseñanza. Estos enfrentamientos a la tiranía no sólo ocurrieron desde las filas revolucionarias. El 8 de agosto de 1931 se produjo un alzamiento de un grupo de asociaciones antimachadistas, dirigidas por el Partido Unión Nacionalista. En Matanzas actuaron distintos grupos de alzados que provocaron el establecimiento del Estado de Guerra por parte del gobierno. Finalmente, las grandes huelgas obreras de henequeneros, zapateros y azucareros, ocurridas entre 1932 y 1933, pusieron en máxima tensión la situación política en la provincia.163 El 12 de agosto de 1933 huyó el tirano Gerardo Machado hacia los Estados Unidos, y se produjo el fin de su gobierno, cerrándose así una etapa oscura de la historia cubana. Dos años antes, en 1931, había tenido lugar un nuevo censo de Cuba. Este no fue objeto de publicación en su momento dadas las críticas condiciones sociales en las cuales fue realizado.164 Los inicios de esta década se caracterizaron por un gran flujo migratorio hacia la Isla, sobre todo por parte de europeos —principalmente españoles— y de otras nacionalidades como chinos y antillanos contratados por compañías norteamericanas, para trabajar en las zafras azucareras. Muchos de ellos no sólo fueron a laborar en los nuevos centrales del Oriente cubano, sino que engrosaron las listas de trabajadores de las fábricas de azúcar de la zona occidental, en lo fundamental Matanzas. Es oportuno señalar que este censo no ofrece las mismas posibilidades de análisis que los anteriores, porque sus estructuras clasificatorias son diferentes (ejemplo de ello son los grupos poblacionales, agrupados en edades decenales) y además, no se especifican los cambios ocurridos en los términos municipales, los cuales aparecieron con posterioridad en el censo de 1943. En los doce años que median entre el censo de 1919 y el que nos ocupa, la población matancera ascendió a 337 119 habitantes. Es decir, hubo un incremento poblacional del 7, 8 por ciento, lo que indica una tasa media anual de crecimiento de 6, 2 habitantes por cada mil. La población de la provincia registró el 8, 5 por ciento del total nacional. Como habíamos apuntado anteriormente, el 9 de julio de 1878 la Isla fue dividida en seis provincias, las que a su vez se subdividieron en 124 municipios con 1 196 barrios. Pero desde 1919 el número de municipios había sido alterado, por crearse en dicha fecha y hasta 1931, doce nuevos municipios en todo el territorio nacional. En el caso de la provincia de Matanzas estos fueron: Arcos de Canasí, Los Arabos y Máximo Gómez165. En el siguiente cuadro puede apreciarse como de los 22 municipios en que estaba dividida la provincia, en nueve de ellos la población decrece con respecto al conteo de 163 Véase al respecto, más información en: Matanzas. Síntesis Histórica. Ed. Cit., pp. 32-35. 164 Aunque en la década del 30, la Editorial Luz-Hilo publicó algunos cuadernos relacionados con el censo, no es hasta 1978 que se publican en su totalidad las Memorias inéditas del Censo de 1931, por la Editorial de Ciencias Sociales, en La Habana. A partir de ellas se han elaborado los datos y las reflexiones que describen y explican sus características. 165 Véase en el anexo el Mapa 8. 1919. Por otra parte, los municipios más poblados eran Matanzas, Cárdenas, Colón y Manguito, que representan cada uno del total provincial, el 20, 4; 12, 0; 6, 8 y 6, 3 por ciento, respectivamente. Debe tenerse en cuenta, para este análisis, los cambios sufridos en la estructura territorial interna de ellos. Mientras que los más densamente poblados eran, en primer lugar, el de Cárdenas con 126 habitantes por kilómetro cuadrado, seguido por el municipio de Matanzas, con 90, Unión de Reyes, el municipio con menos área, tenía una densidad de 81 habitantes por kilómetro cuadrado. La provincia, en su conjunto, presentaba una densidad poblacional de 39 habitantes por kilómetro cuadrado, sólo antecedida por la provincia de La Habana (119 hab./km2). Cuadro No. 30 Estado comparativo de la población y su densidad por municipios. Provincia Matanzas. 1919 y 1931. Municipio Población 1919 1931 Área ( km2 ) Densidad (hab./ km2 ) 1919 1931 Agramonte 12 547 10 804 363 34, 56 29, 76 Alacranes 9 067 8 320 559 16, 22 14, 88 Arcos de Canasí (1) 5 468 125 43, 74 Bolondrón 12 516 11 823 594 21, 07 19, 90 Cárdenas 32 753 40 571 320 102, 35 126, 78 Carlos Rojas 8 900 8 925 194 45, 88 46, 00 Colón (2) 27 560 22 944 717 38, 44 32, 00 Guamacaro 11 369 11 729 385 29, 53 30, 46 Jagüey Grande 10 282 10 665 432 23, 80 24, 69 Jovellanos 14 115 13 112 214 65, 96 61, 27 Los Arabos (3) 8 295 320 25, 92 Manguito 18 559 21 279 655 28, 33 32, 49 Martí (4) 23 878 16 516 886 26, 95 18, 64 Matanzas (5) 63 638 68 772 761 83, 62 90, 37 Máximo Gómez (6) 9 852 325 30, 31 Pedro Betancourt 18 874 17 428 733 25, 75 23, 78 Perico 12 068 12 968 218 55, 36 59, 49 Sabanilla del Encomendador 7 943 7 665 129 61, 57 59, 42 San Antonio de Cabezas 9 200 9 593 141 65, 25 68, 04 San José de los Ramos 8 313 8 506 196 42, 41 43, 40 Santa Ana (Cidra) 5 927 5 540 99 59, 87 55, 96 Unión de Reyes 6 195 6 344 78 79, 42 81, 33 Total provincial 312 704 337 119 8 444 37, 03 39, 92 (1) Arcos de Canasí: Este municipio fue creado por Ley del 10 de junio de 1924, con el barrio de Canasí segregado del municipio Matanzas. (2) Colón: A este municipio le fueron segregados los barrios de Arabos, Macagua, Monte Alto y San Pedro de Macuriges, para formar el municipio de Los Arabos. (3) Los Arabos. Este municipio fue creado por Ley de 10 de junio de 1924, con barrios segregados de municipio Colón. (4) Martí: A este municipio le fueron segregados los barrios de Máximo Gómez, Rancho del Medio y Sabanilla de la Palma para formar el municipio de Máximo Gómez. (5) Matanzas: A este municipio le fue segregado el barrio de Canasí para fomentar el municipio Arcos de Canasí. (6) Máximo Gómez: Este municipio fue creado por Ley del 10 de junio de 1924, con barrios segregados del municipio Martí. Fuentes: Elaborado por el autor a partir de Memorias Inéditas del Censo de 1931. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1978. Tabla 6, pp. 156-158; 191. Y Censos de Población, Viviendas y Electoral. Informe General. Enero 28 de 1953. P. Fernández y Cía, S. en C., La Habana, 1955. p. XXV. Entre pueblos y ciudades, según el conteo de población de 1931, en Matanzas sumaban 32, dos más que en 1919. En ellos residían un total de 176 804 habitantes, lo que representaba el 56, 54 por ciento de la población total matancera. Este aumento de 14 996 residentes representaba una tasa media anual de crecimiento del orden de 7, 4 habitantes por cada mil; a pesar de que se observan algunos asentamientos que disminuyeron su población como muestra el Cuadro 31. Cuadro No.31 Población en las ciudades y pueblos de mil habitantes o más. Provincia Matanzas. 1919 y 1931. Tasa de Pueblo o ciudad Municipio Población crecimiento 1919 1931 anual Agramonte Alacranes Amarillas Arcos de Canasí Banagüise Bolondrón Calimete Camarioca Cárdenas Carlos Rojas Central España Cidra Coliseo Colón Guamutas Güira de Macuriges Jagüey Grande Jovellanos Lacret Agramonte Alacranes Manguito Arcos de Canasí San José de los Ramos Arcos de Canasí Manguito Matanzas Cárdenas Carlos Rojas Perico Santa Ana Guamacaro Colón Martí Bolondrón Jagüey Grande Jovellanos Martí 2 716 4 178 1 108 1 971 3 708 1 638 1 612 27 477 1 946 1 781 1 143 8 046 1 647 13 679 2 857 1 715 7 282 2 700 3 077 1 452 1 023 1 695 3 063 1 778 1 013 33 552 1 686 1 016 1 578 1 084 8 996 1 044 16 905 1 022 3 712 6 580 -0, 5 -21, 9 25, 8 -11, 7 -14, 5 7, 1 -30, 9 18, 4 -11, 1 -9, 5 -4, 3 9, 8 -30, 5 19, 1 -53, 5 96, 9 -8, 0 Los Arabos Limonar Majagua Manguito Martí Matanzas Máximo Gómez Pedro Betancourt Perico Los Arabos Guamacaro Majagua Manguito Martí Matanzas Máximo Gómez Pedro Betancourt Perico Sabanilla del Encomendador San Antonio de Cabezas San José de los Ramos Unión de Reyes Total 2 398 3 922 2 911 1 669 1 582 41 574 2 846 4 762 4 014 Sabanilla del Encomendador 2 391 San Antonio de Cabezas 3 011 San José de los Ramos 1 356 Unión de Reyes 4 868 161 808 2 303 2 547 3 735 1 908 2 010 49 778 2 570 4 921 3 816 2 063 2 060 1 272 4 845 176 804 -3, 1 -29, 2 23, 6 11, 9 22, 5 16, 4 -8, 1 2, 8 -4, 1 -11, 4 -25, 3 -5, 2 -0, 4 - Fuente: Elaborado por el autor a partir de los datos ofrecidos por Memorias Inéditas del Censo de 1931. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1978.Tabla 6, pp.178-185. En relación a la población por zonas de residencia, el censo anota que en la zona urbana vivían 163 318 habitantes166 y, en la rural, 173 801. Ello apuntaba a un nivel de urbanización del 48, 4 por ciento. Del total de residentes en Matanzas, la información censal de 1931 señaló que la misma estaba conformada por más varones que hembras (55, 4 y 44, 6 por ciento, respectivamente). En términos de relación de masculinidad, esta era de 1 244 varones por cada mil hembras. Al realizar un análisis atendiendo al color de la piel o grupo étnico —como se denominaba en esa época167—, el mayor porcentaje era de población blanca (73, 5 por ciento), mientras que la población “de color” era de 26, 5 por ciento. Dentro de esta sobresalía la población que clasificaba como mestiza sobre la negra y la “amarilla”. En todos los grupos había una mayoría de varones, excepto en el de la población “mulata”, donde las hembras superaban muy ligeramente a los varones. Todo ello puede observarse en el cuadro que presentamos en seguida. Cuadro No.32 Estructura de la población por color de la piel y sexo. Provincia Matanzas. 1931* Color de la piel Total Blanca De color: 166 167 Cifras absolutas Total Varones Hembras 337 119 186 904 150 215 247 712 140 579 107 133 89 407 46 325 43 082 Cifras relativas Total Varones Hembras 100, 00 55, 44 44, 56 73, 48 41, 70 31, 78 26, 52 13, 74 12, 78 Ob. cit. t.6, p. 181, en esta tabla no se hace referencia a que consideran población urbana. Es imprescindible hacer una acotación en este apartado. El carácter racista y la sumisión a los Estados Unidos de los autores del censo, conllevan a que, al presentar la población clasificada por razas, lo hayan hecho de manera incompleta. Por una parte, los blancos son subdivididos en “cubanos” y “extranjeros”; por la otra, en grupo abierto, el “elemento de color”. Aquí se incluyen negros, mestizos y “amarillos”, sin tener en cuenta su nacionalidad, como no sea en tablas y textos donde se trate específicamente el tema. Aunque para la provincia, solamente la población blanca viene como un todo, y no clasificada como antes se ha dicho. Negra Amarilla Mestiza 37 824 2 608 48 975 19 360 2 481 24 484 18 464 127 24 491 11, 22 0, 77 14, 53 5, 74 0, 73 7, 27 5, 48 0, 04 7, 26 * Se respeta la clasificación original del censo. Las cifras por sexo del total según el censo, fueron corregidas por el autor, ya que al sumar los totales parciales no coincidían con el total general. Fuente: Elaborado por el autor a partir de Memorias Inéditas del Censo de 1931. Ed. cit. Tabla 7, p. 195. Por municipios, Jovellanos es el que, de su población total, más población negra y mestiza registró (21, 1 y 20, 1 por ciento, respectivamente), y dentro de él, la ciudad de igual nombre. También se observó que en todos los municipios primaba la población nativa sobre la extranjera. Según las fuentes consultadas, la población sólo aparece desglosada por grupos de edades decenales y tampoco aparece clasificada por sexo, lo que hace más difícil su análisis. Se pueden apreciar los altos porcentajes de población entre 0-9 años y 10-19 años, que en conjunto representaban más del 49 por ciento del total de la población, lo que indica un ligero rejuvenecimiento poblacional que se viene presentando en Matanzas, debido, posiblemente, al incremento en el número de nacimientos. Con respecto a las defunciones, el censo apunta una tendencia hacia la disminución entre 1920-1931, y esto se refleja, ligeramente, en la población con edades más avanzadas (de 60 años y más) al pasar de 5, 6 por ciento en 1919, a 5, 9 en 1931. 168 Cuadro No. 33 Población según grupos decenales de edad. Provincia Matanzas. 1931 Grupos de edades Menos de 1 año 0–9 10 – 19 20 – 29 30 – 39 40 – 49 50 – 59 60 – 69 70 – 79 80 – 89 90 y más Total Población Total Por ciento 8 873 2, 63 86 693 25, 71 79 686 23, 64 63 366 18, 80 33 685 9, 99 33 638 9, 98 20 027 5, 94 12 209 3, 62 5 177 1, 54 1 995 0, 59 643 0, 19 337 119 100, 00 Nota: Al realizar la suma total, faltaban 16 personas para hacer coincidir las cifras de 337 103 a 337 119. Por lo tanto fue necesario utilizar el método de prorrateo. Fuente: Elaborado por el autor a partir de Memorias Inéditas del Censo de 1931. Ed. cit., Tabla 11, p. 210. 168 Véase tabla No. 4 que se anexa. Los saldos poblacionales que arrojaron los censos de 1919 y 1931 se relacionaban íntimamente con los procesos económicos que tenían lugar en la Isla, los cuales afectaban, sobre todo, a la provincia de Matanzas. Como consecuencia de la incesante merma en el número de sus centrales y en el total de sacos de azúcar elaborados, de los 51 ingenios que efectuaron la zafra de 1902, sólo 17 quedaban activos al cabo de tres décadas. Esta disminución presenta índices de hasta 10 ó 12 fábricas de molida por decenio. Según datos aportados por Ponte y Domínguez, en 1934 la molienda sólo rindió el 8, 29 por ciento de la zafra de la Isla. Entonces se registró la producción más baja en todo el curso de la historia republicana. Esa decadencia de la industria azucarera en Matanzas, a partir de 1919, tuvo gran peso en el éxodo de buen número de sus habitantes. Esto se puede deducir si se comparan las cifras del censo de 1919 y el inmediatamente posterior. La pérdida absoluta de población en varios asentamientos que antes registraban crecimiento demográfico, fue una de las consecuencias de esta crisis. Como dice Ponte y Domínguez: Un estudio de ese período censal, de 1919 a 1931, pone en claro, además, que Pinar del Río y Camagüey ya aventajaban a Matanzas en el número de habitantes. De esa suerte, la provincia quedó a la zaga en la distribución porcentual de la población total de Cuba, con su empadronamiento de 337 119 individuos... 169 Estos años también son testigos de la declinación de los núcleos urbanos de Matanzas y Cárdenas. Ambas ciudades habían sido despojadas, por la compañía Ferrocarriles Unidos de La Habana, de sus talleres de reparación de material ferroviario, los cuales ofrecían grandes fuentes de empleo a la población residente en ellas y sus alrededores. El tráfico azucarero en sus puertos, que seguían exportando las producciones de la provincia, no disminuyó; sin embargo, sus muelles y espigones eran cada vez más deficientes, lo que obligó al transporte del azúcar por lanchones para su estiba. Esto resultaba más caro, sobre todo para Cárdenas. Esta situación originó que las empresas navieras suprimiesen la escala que, en esa plaza marina, realizaban para sus embarques desde Nueva York, Nueva Orleáns y Saigón. Sobre ello dice Ponte: “La decadencia de Cárdenas no sólo fue en varios giros de negocios comerciales. Asimismo, minoró el rendimiento industrial de manera ostensible; incluso poniendo en crisis las salinas de Punta de Hicacos, que desde comienzos del siglo XVIII eran explotado por el primitivo sistema de extracción. Pero, con todo, la localidad mantuvo su primacía como centro de refinación de azúcares, al igual que productor de alcoholes y aguardientes en destilerías y alambiques”. 170 En lo concerniente a la ciudad de Matanzas, el factor geográfico y económico que más influyó en su estancamiento relativo fue el ascenso de la ciudad de La Habana. 3.1.4 El período 1931-1953. 169 Ponte y Domínguez, J. J. Ob. cit., p. 297. 170 Ibídem, p. 299. La gran inestabilidad política, consecuencia del fin de la tiranía machadista y la “mediación” de las autoridades norteamericanas entre las distintas fuerzas que aspiraban al poder en la Isla, fue la característica principal de la década de 1930-1940. Asimismo, esta época revistió especial significación para la historia cubana, ya que durante estos años se abolió la ignominiosa Enmienda Platt, en 1934, a la vez que se producía un incremento de los lazos de dependencia entre Cuba y los Estados Unidos. El surgimiento de figuras de corte dictatorial, sin embargo, continuó los senderos de Machado. En este camino, Fulgencio Batista comenzó a convertirse en el “hombre fuerte” de la política cubana. Esta década vio el ascenso de un poderoso movimiento de apoyo popular a la causa de la República Española, sumida en una guerra civil entre 1936-1939. En Matanzas, se crearon Comités de Ayuda al Niño Español y centros de reclutamiento de voluntarios para ir a la península a luchar contra el fascismo171. Como plantea Arnaldo Jiménez de la Cal: “los últimos años de la década del 30 iban dejando atrás una etapa difícil en la que si bien, las fuerzas populares fueron derrotadas, no es menos cierto que ganaron en madurez, organización y experiencia, cuestiones vitales para la profundización de la lucha posterior”.172 Los inicios de la década de 1940 estuvieron signados por la discusión y entronización de una nueva Constitución republicana, y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, con sus posteriores efectos represivos sobre las masas populares, motivados por la política de “Guerra Fría”. La Segunda Guerra Mundial marcó una reanimación en la principal industria cubana, que con su producto apoyó al esfuerzo bélico aliado. Las zafras fueron aumentando anualmente, y de poco más de dos millones y medio de sacos173 en la de 1939-1940, pasó a más de cinco millones en la de 1947-1948, con la consiguiente bonanza económica para un país como Cuba que había sufrido la brutal depresión de los años 30. Los puertos de Cárdenas y Matanzas se vieron favorecidos por los embarques de diferentes producciones, entre ellos, por supuesto, del azúcar. Otra industria que se reanimó fue la henequenera, involucrada en los esfuerzos bélicos. Todos estos factores favorecieron el incremento del nivel de empleo en la población. La declaración de una zona franca en Matanzas, en terrenos limítrofes con el puerto y la bahía, a mediados de 1934, presumía la posibilidad de que, alrededor de esta, se desarrollaran centros industriales y de comercio que darían trabajo a cientos de matanceros y afianzaría el poblamiento de sus alrededores. Esta idea coincidió con notables cambios en el peso del azúcar e igualmente en el volumen de su exportación. Pero leyes norteamericanas de 1934 y 1937 quebraron todas las posibilidades de aumento en las capacidades exportadoras de azúcar. Ello hizo comprender la necesidad de diversificar los cultivos en Matanzas si se deseaba un progreso económico, y así se 171 Algunos matanceros cayeron en la defensa de la República Española. Ellos son Julio César Valdés Cofiño y Antonio Correa Salas, entre otros. 172 Jiménez de la Cal, Arnaldo. “Matanzas Neocolonial”. En: Matanzas. Síntesis Histórica. Ed. Cit., p. 36-37. 173 Cada saco contenía 350 libras. En el censo de 1943, sin embargo, se habla de sacos de 325 libras. comenzaron a utilizar los terrenos de la costa norte hasta llegar a Cárdenas, fundamentalmente en el cultivo del henequén. En 1939 existían en funcionamiento 23 fábricas de azúcar que aportaban, en conjunto, a la zafra nacional un total de 2 242 108 sacos. Para ello se cultivaron algo más de veinte mil caballerías de tierra. Estos centrales174 fueron: Central Álava Australia Carolina Conchita Cuba Dolores Dos Rosas Elena España Guipuzcua Limones Municipio San José de los Ramos Jagüey Grande Carlos Rojas Alacranes Pedro Betancourt Pedro Betancourt Cárdenas Arcos de Canasí Perico Martí Guamacaro Central Mercedes Por Fuerza Progreso Puerto San Ignacio Santa Amalia Santo Domingo Soledad Tinguaro Triunfo Zorrilla Municipio Manguito Manguito Cárdenas Arcos de Canasí Agramonte Carlos Rojas Unión de Reyes Jovellanos Perico Guamacaro Los Arabos Como se aprecia, en 15 de los 22 municipios que conformaban la provincia, existía como mínimo un central azucarero que se mantuvo funcionando durante las siguientes zafras, hasta 1943, con una producción de 3 156 348 (1940); 3 006 719 (1941) y 3 219 088 (1942) sacos de 325 libras. Ya en estos momentos las producciones de las provincias de Oriente, Camagüey y Las Villas175 eran mayores que las de Matanzas. En medio de esta situación de auge azucarero, tuvo lugar el censo de 1943. Sus datos corroboran que la población residente en Matanzas el 25 de julio de 1943, día que se tomó como fecha de la enumeración, fue de 361 079. Ello representó, en aquel momento, el menor peso poblacional dentro del total de las provincias (7, 6 por ciento), ocupando el último peldaño entre los territorios de la Isla. Con respecto al conteo poblacional de 1931, la provincia sólo aumentó en 23 960 personas, que en por ciento representa el 7, 11 de crecimiento, y una tasa media anual de crecimiento del orden de los 5, 7 habitantes por cada mil. Este bajo crecimiento poblacional no fue solamente en Matanzas, sino también en la provincia de Pinar del Río. Refiriéndose al particular, el propio censo de 1943, apuntó: El aumento de estas es tan pequeño, que parece, realmente, que ambas provincias están llegando a un grado de completa saturación no obstante ser su densidad de población inferior a la de todas las demás provincias, excepción hecho de la de Camagüey. Tal estabilidad refleja, aparentemente, una incapacidad de estas provincias de aumentar sustancialmente su población en un futuro próximo dentro de su actual estado de desenvolvimiento económico.176 174 Véase en el Mapa 9 que se anexa, donde también aparecen ubicados los centrales según año de fundación. 175 Antigua Santa Clara. 176 En: Informe General del Censo de 1943. P. Fernández y Cía, S. en C., Habana, 1945. p. 722. Este pronóstico no se cumplirá, ya que, como se verá más adelante, el censo de 1953 registró un aumento del número de habitantes fundamentalmente en el territorio que nos ocupa. La distribución de la población por municipios presentó un crecimiento en la mayoría de ellos177. Solamente, con respecto a la información censal de 1931, disminuye la población en cuatro municipios, de un total de 22. Estos son: Agramonte, Carlos Rojas, Martí y Máximo Gómez. Continuaron siendo Matanzas y Cárdenas los municipios más poblados, seguidos de Colón, Manguito y Pedro Betancourt; estos cinco en su conjunto albergaban a un poco más de la mitad de la población total. En otro orden de información, queremos plantear que, relacionado con la densidad de la población, Matanzas en 1943, con 42, 8 habitantes por kilómetro cuadrado, era superada por provincias como La Habana y Santa Clara. Se observa un incremento de este indicador al compararlo con el de 1931. Ello se aprecia en el Cuadro No.33. 177 Para más detalle con respecto a la división político-administrativa de la época puede véase el Mapa 10 que se anexa. Cuadro No.33 Estado comparativo de la densidad de población por municipios. Provincia Matanzas. 1931 y 1943 Población Área Densidad (hab./km2) 1931 1943 (km2) 1931 1943 Agramonte 10 804 10 846 363 29, 76 28, 89 Alacranes 8 320 8 422 559 14, 88 15, 07 Arcos de Canasí 5 468 6 070 125 43, 74 48, 56 Bolondrón 11 823 11 995 594 19, 90 20, 19 Cárdenas 40 571 45 289 320 126, 78 141, 53 Carlos Rojas 8 925 8 791 194 46, 00 45, 31 Colón 22 944 25 052 717 32, 00 34, 94 Guamacaro 11 729 13 839 385 30, 46 35, 95 Jagüey Grande 10 665 11 021 432 24, 69 25, 51 Jovellanos 13 112 15 116 214 61, 27 70, 64 Juan Gualberto Gómez* 7 665 8 699 129 59, 42 67, 43 Los Arabos 8 295 9 679 320 25, 92 30, 25 Manguito 21 279 22 474 655 32, 49 34, 31 Martí 16 516 15 871 886 18, 64 17, 91 Matanzas 68 772 73 749 761 90, 37 96, 91 Máximo Gómez 9 852 9 823 325 30, 31 30, 22 Pedro Betancourt 17 428 18 637 733 23, 78 25, 43 Perico 12 968 14 122 218 59, 49 64, 78 San Antonio de Cabezas 9 593 10 051 141 68, 04 71, 28 San José de los Ramos 8 506 9 206 196 43, 40 46, 97 Santa Ana (Cidra) 5 540 5 914 99 55, 96 60, 04 Unión de Reyes 6 344 6 743 78 81, 33 86, 45 Total provincial 337 119 361 079 8 444 39, 92 42, 76 Municipios * Antiguamente Sabanilla del Encomendador. Fuente: Elaborado por el autor a partir de los datos ofrecidos por el Informe General del Censo de 1943. Ed. Cit.. Tabla 4, p. 817. Cuatro municipios disminuyeron su densidad de población, lo que está en correspondencia con una disminución de su población total. Cárdenas y Matanzas continuaron mostrando los más altos niveles de densidad, mientras que Alacranes, a pesar de haber aumentado los niveles de este indicador, continuó, a nivel provincial, como el de menor cuantía. Para una mejor localización de los municipios puede verse el Mapa 8 que se anexa. A continuación puede observarse un cuadro comparativo entre las ciudades, atendiendo a su rango y a su población, en los años censales 1931 y 1943: Cuadro No. 34 Población y número de ciudades, según rango de ciudades. Provincia Matanzas. 1931 y 1943. Rango de la ciudad 1931 1943 Número Población Número Población Menos de 1 001 58 19 914 74 27 285 De 1 001 a 4 000 25 48 045 26 49 573 De 4 001 a 8 000 3 16 343 5 27 451 De 8 001 a 25 000 1 8 996 1 11 534 De 25 001 a 100 000 2 83 330 2 91 903 Total 89 176 628 108 207 746 Fuente: Elaborado por el autor a partir de la información suministrada por el Informe General del Censo de 1943. Ed. Cit..p. 723. Como puede observarse, en Matanzas aumentaron todas las ciudades atendiendo a su rango poblacional. De 89 ciudades en total, estas pasaron a 108. En ellas residía el 57, 5 por ciento de la población. También puede verse cómo hubo una mayor concentración de la población en las ciudades mayores de 25 000 habitantes, en este caso Matanzas y Cárdenas. En ellas habitaban, en conjunto, un cuarto de la población matancera en 1943. La población residente en ciudades de más de 8 000 habitantes, desde 1907 hasta este año censal, acusó un aumento de la población en las mismas, así como el por ciento que representa en relación a la población total. El cuadro que insertamos a continuación muestra esta tendencia: Cuadro No. 35 Distribución de la población en ciudades de más de 8 000 habitantes. Provincia Matanzas. 1907 - 1943. Censo Total 1907 1919 1931 1943 239 812 312 704 337 119 361 079 Población Por ciento del En ciudades mayores total de 8 000 habitantes 69 535 28, 99 77 097 24, 65 92 326 27, 39 103 437 28, 64 Fuente: Elaborado por el autor a partir de la información suministrada por el Informe General del Censo de 1943. Ed. Cit. p. 725. Al realizar un estudio sobre la clasificación de la población en urbana y rural, se hace imprescindible tener presente la valoración que, al respecto, hace la metodología censal de entonces, cuando dice: “En el actual censo no se establecieron distritos de numeración urbanos y rurales. El criterio que se siguió fue el de considerar habitado en distrito urbano a todo aquel que apareciera viviendo en una casa que tuviera una dirección expresada con el número de la casa – o sin número – y nombre de una calle, y considerar rural todo el que apareciera habitando una finca, o una casa que no estuviera situada en una calle. Lo anterior se refiere al concepto de urbano y rural propiamente hablando. Las características de la población se han estudiado, sin embargo, no sólo en base de este concepto, sino diferenciando entre ciudades de cinco mil habitantes y más y el resto de la población, considerando como resto toda aquella que no habita en dichas ciudades. En el análisis, luego de estudiar la distribución entre urbano y rural, en este sentido general, se han hecho las comparaciones con el censo anterior, no sobre la base de ciudades de cinco mil y más habitantes, sino de ocho mil y más. Ello se debe a que, aunque el censo de 1931 presentó las características en base a ciudades de cinco mil y más, no hizo el análisis sino en base de ocho mil y más”.178 En resumen, no consta la norma seguida para clasificar un barrio como urbano o rural, y por ende su población. Existen contradicciones, en este censo, en cuanto a la clasificación de la población en urbana o rural, porque sólo se toma en cuenta si esta vive en una calle, y esto no es una definición de profundidad que permita diferenciar lo urbano de lo rural. Además, según los autores de la información censal de 1943, los de 1931 cometieron el error de presentar las características de la población sobre la base de su residencia en ciudades de cinco mil habitantes o más, cuando en realidad se referían a ciudades de ocho mil habitantes o más. Por sexo, el 52, 6 por ciento de la población total eran varones, mientras que el 47, 4 pertenecían al sexo femenino, relación igual a la de los censos anteriores. Esta relación entre varones y hembras representó un índice de masculinidad de 1 111 varones por cada mil hembras, inferior, sin embargo, a la registrada en el censo anterior. En todos los grupos de edades, también se presentó una supremacía del sexo masculino sobre el femenino. Se observa que la población blanca continúa siendo mayoritaria y, dentro de ellos, los clasificados como “cubanos” son los de mayor porcentaje.179 Dentro de la población “de color” continúa prevaleciendo la población de mestizos (12, 6 por ciento) sobre los negros y “amarillos”; en este último grupo se observa una disminución de 903 personas. 180 178 Informe General del Censo de 1943. Ed. Cit..p. 1017 179 En este censo la población nacida en Cuba no se clasificó como “nativa”, sino como “cubano”. 180 Para más detalle, véase en el mismo censo la Tabla 8, p. 855. Cuadro No. 36 Estructura de la población por color de la piel y sexo. Provincia Matanzas. 1943* Color de la piel Total Blanca: Cubanos Extranjeros De color: Negra Amarilla Mestiza Cifras absolutas Cifras relativas Total Varones Hembras Total Varones Hembras 361 079 190 018 171 061 100, 00 52, 63 47, 37 277 527 146 184 131 343 76, 86 40, 48 36, 38 269 207 140 258 128 949 74, 56 38, 85 35, 71 8 320 5 926 2 394 2, 30 1, 63 0, 67 83 552 43 834 39 718 23, 14 12, 15 10, 99 36 349 19 386 16 933 10, 07 5, 37 4, 70 1 705 1 482 223 0, 47 0, 41 0, 06 45 498 22 966 22 532 12, 60 6, 37 6, 23 * Se respeta la clasificación original del censo. Fuente: Elaborado por el autor a partir de Informe General del Censo de 1943. Ed. Cit. Tabla 8, p. 855. En la Pirámide No.4, que se anexa, se puede observar como en cada grupo de edad se palpa la supremacía del sexo masculino sobre el femenino, solamente se invierte esta tendencia en los últimos grupos de edades quinquenales (85 – 89; 95 – 99 y 100 y más), lo cual se debe a la sobremortalidad masculina que generalmente aparece en las edades finales de la vida. Por grandes grupos de edades, se puede apreciar también que el mayor porcentaje de población se localiza entre los 14 – 59 años (59, 89 por ciento) seguido del grupo de edades comprendida entre 0 – 13 años con el 33, 55 por ciento). Dentro de este grupo de las edades más jóvenes, se observó un muy ligero aumento con respecto al censo de 1931 en las edades menores de 1 año.181 Todo esto nos indica el lento crecimiento vegetativo que ha tenido la provincia en doce años. Los autores del censo proclaman como causas de esta lentitud “la disminución relativa de los nacimientos o aumento de la mortalidad infantil —causa que puede producir la menor proporción de niños en la población—, es un fenómeno relativamente reciente, posterior en todo caso, a la crisis económica y trastornos políticos y sociales sufridos por el país a partir de 1933”182. Por grupos decenales de edades al compararse estos con los estimados para 1931, se registró que los grupos comprendidos entre los 5 – 29 años, disminuyeron su porcentaje con respecto a la población total. Y a partir de la edad de 30 años, los grupos de edades fueron porcentualmente mayores en 1943 que en 1931, excepto el de 40 – 49 años, como nos muestra la tabla que se anexa.183 181 Este censo no contempla las edades de 15 años como un grupo independiente, sino que las agrupa entre 14 y 19 años. Por tal motivo, no se pudo seguir el método de clasificación por grandes grupos de edades., que utilizamos con los anteriores censos. Para más detalle, véase el cuadro que aparece en la página 759, del censo citado. 182 Ibídem, p. 758. 183 Véase Tabla No.7 que se anexa. Cuadro No. 37 Estructura de la población por grandes grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1943. Grupos de edades 0 – 13 14 – 59 60 y más Total Total 121 156 216 254 23 669 361 079 Varones 62 227 114 655 13 136 190 018 Hembras 58 929 101 599 10 533 171 061 Fuente: Elaborado por el autor a partir de la Tabla No.8 que se anexa. Los años posteriores a la II Guerra Mundial se caracterizaron en la provincia matancera por la búsqueda de nuevas direcciones por parte del capital norteamericano. Ejemplo de ello, fue el establecimiento de la industria rayonera en 1949. Anteriormente, fue la planta deshidratadora de vegetales en Colón, destinada a cubrir necesidades del Ejército de los Estados Unidos, y que siguió, después, produciendo para el mercado interno y la exportación, lo que trajo aparejado un aumento en el número de puestos de trabajos. Fue en esa época en que comenzó el fomento turístico con el lanzamiento internacional de la playa de Varadero, como un balneario caracterizado por el juego y el recreo. En el mismo, ocurrió un crecimiento de la población en el pueblo del mismo nombre y los aledaños184. También el gobierno construyó en este período algunas obras públicas, aunque para ello fue necesario el concurso de la ciudadanía para el arreglo de calles, parques, etc. Especialmente, el Patronato Pro-Calles, suplió las obligaciones gubernamentales en este sentido. El auge del populismo como tendencia política y el aislamiento y represión contra los comunistas conllevaron al triunfo del Partido Auténtico, que gobernó el país entre 1944 y 1951. Paralelamente, el movimiento obrero experimentó un alza en su actividad organizativa con la creación en 1940 de la Dirección Provincial de la CTC en Matanzas. Sobre todo, el primer gobierno auténtico, el de Ramón Grau San Martín, reprimió duramente el movimiento obrero y creó, en 1947 una CTC patronal que contaba con la anuencia y protección del Ministerio del Trabajo185. Asimismo, en Matanzas fueron notorias las huelgas dirigidas por los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza en 1945, 1948 y 1950. Fue también importante el desarrollo del movimiento campesino nucleado alrededor de la Asociación Nacional Campesina de Cuba, que tuvo en el territorio yumurino filiales muy activas. En 1949, la fundación del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), infundió a los movimientos populares nuevas esperanzas de renovación nacional a través de la figura de su máximo líder, Eduardo Chivás, quien prometía en su programa electoral antiguos 184 Uno de los pilares de este desarrollo turístico, lo fue el mejoramiento de las vías de comunicación. Entre ellas, resalta la construcción del tramo de la Vía Blanca entre Matanzas y Varadero, en 1946. Y el aeropuerto de Matanzas en 1950, junto a las famosas Cuevas de Bellamar – que es la instalación turística más antigua de la provincia y del país, aún en servicio – además de la construcción del puente sobre el río Canímar, en 1951. 185 Al frente de este Ministerio se encontraba Carlos Prío Socarrás, quien le ganaría las elecciones presidenciales a Grau, por el mismo Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), en 1948. anhelos del pueblo cubano, como la justicia social y la extinción de la corrupción político-administrativa. 186 3.1.5 Los años anteriores al triunfo revolucionario, 1953-1958. El 10 de marzo de 1952, el golpe de estado encabezado por Fulgencio Batista, frustró las esperanzas cubanas. Las perspectivas económicas que brindaba el territorio yumurino no resultaban atractivas para ir a residir en él. Por el contrario, la provincia mantuvo su decrecimiento relativo de población, como se evidencia en el censo, ya analizado, de 1943, y en el de 1953. En este último, Matanzas figuraba como la provincia con menor número de habitantes de Cuba. Sólo alcanzó 395 780, equivalentes al 6, 8 por ciento del total de habitantes de la Isla. Desde un punto de vista histórico, la provincia declinó su parte proporcional de la población de Cuba, al pasar del 13 por ciento en 1899, a este valor cincuenta años después. Este descenso puede ser una consecuencia de la emigración a otras provincias, principalmente a La Habana y Camagüey, debido a las fluctuantes condiciones económicas que anulaban el crecimiento que pudo haber resultado de su desarrollo natural. En relación a la industria azucarera, es menester referir que, en 1952, se estableció la cifra récord de producción de 835 mil toneladas de azúcar crudo. En 1953 aún se mantuvo la división por municipios existentes en 1943187. En relación con la distribución de su población, se observó que prácticamente el municipio de Agramonte había mantenido igual población, sólo cuatro habitantes de diferencia entre un censo y otro. Por otra parte, tres municipios disminuyeron su población: Arcos de Canasí, Bolondrón y San Antonio de Cabezas, siendo este último el que, porcentualmente, tuvo un mayor decrecimiento (- 2, 7). En el resto de los municipios, el número de habitantes creció. Entre ellos sobresalieron, por su crecimiento medio porcentual con respecto a 1943, Carlos Rojas (19, 8), Colón (17, 5) y Perico (16, 4). 186 Acerca del tema de la corrupción político-administrativa en Cuba, puede verse el interesante estudio de Enrique Vignier y Guillermo Alonso, La corrupción administrativa en Cuba, 1944-1952, publicado por la Editorial de Ciencias Sociales, en La Habana, 1978. También, para profundizar en el estudio de estos años, específicamente en la provincia de Matanzas, recomendamos el importante trabajo de Esperanza Sánchez Bencomo y Raúl Ruiz Rodríguez, titulado El Instituto de Matanzas. Centro de tradición revolucionaria., publicado en La Habana, por la Editora Política, en 1981. 187 En el Mapa 11 que se anexa, no solamente aparece la división en municipios, sino también se añade al mismo un listado de los barrios que conforman cada uno de ellos. Cuadro No. 38 Estado comparativo de la densidad de población por municipios. Provincia Matanzas. 1943 y 1953 Población Área Densidad (hab./km2) 1943 1953 (km2) 1943 1953 Agramonte 10 486 10 490 363 28, 89 28, 9 Alacranes 8 422 8 961 559 15, 07 16, 0 Arcos de Canasí 6 070 6 026 125 48, 56 48, 2 Bolondrón 11 995 11 398 594 20, 19 19, 1 Cárdenas 45 289 52 520 320 141, 53 164, 1 Carlos Rojas 8 791 10 531 194 45, 31 54, 3 Colón 25 052 29 530 717 34, 94 41, 2 Guamacaro 13 839 14 957 385 35, 95 38, 8 Jagüey Grande 11 021 11 188 432 25, 51 25, 9 Jovellanos 15 116 16 974 214 70, 64 79, 3 Juan Gualberto Gómez* 8 699 9 177 129 67, 43 71, 1 Los Arabos 9 679 11 078 320 30, 25 34, 6 Manguito 22 474 24 457 655 34, 31 37, 3 Martí 15 871 16 544 886 17, 91 18, 7 Matanzas 73 749 82 619 761 96, 91 108, 6 Máximo Gómez 9 823 10 169 325 30, 22 31, 3 Pedro Betancourt 18 637 20 121 733 25, 43 27, 5 Perico 14 122 16 443 218 64, 78 65, 4 San Antonio de Cabezas 10 051 9 776 141 71, 28 69, 3 San José de los Ramos 9 206 9 626 196 46, 97 49, 1 Santa Ana (Cidra) 5 914 6 254 99 60, 04 63, 2 Unión de Reyes 6 743 6 941 78 86, 45 89, 0 Total provincial 361 079 395 780 8 444 42, 76 46, 9 Municipios * Antiguamente Sabanilla del Encomendador. Con respecto a los cambios de la toponimia puede consultarse la Tabla No. 20 que se anexa. Fuente: Elaborado por el autor a partir de los datos ofrecidos por República de Cuba. Tribunal Superior Electoral. Oficina Nacional de los Censos Demográficos y Electorales. Censos de Población, Viviendas y Electoral. Informe General. Enero 28 de 1953. P. Fernández y Cía, S. en C., La Habana, 1955, tabla VII, pp. 12-13 También la población registró una baja paulatina en la densidad, perdiendo el segundo lugar nacional que poseía desde mucho tiempo atrás, para ocupar el tercero en 1943, y descender al cuarto diez años después. Ahora era superada por las provincias de Habana, Oriente y Las Villas. Por municipios las mayores densidades poblacionales las continuaron registrando Cárdenas, Matanzas y Unión de Reyes. Cuadro No. 39 Población y número de ciudades, según rango de ciudades. Provincia Matanzas. 1943 y 1953. Rango de la ciudad 1943 1953 Número Población Número Población Menos de 1 001 74 27 285 26 50 079 De 1 001 a 4 000 26 49 573 4 23 499 De 4 001 a 8 000 5 27 451 2 26 199 De 8 001 a 25 000 1 11 534 1 43 750 De 25 001 a 100 000 2 91 903 1 63 916 Total 108 207 746 34 207 443 Fuente: Elaborado por el autor a partir de los datos ofrecidos en: República de Cuba. Tribunal Superior Electoral. Oficina Nacional de los Censos Demográficos y Electorales. Censos de Población, Viviendas y Electoral. Informe General. Enero 28 de 1953. P. Fernández y Cía, S. en C., La Habana, 1955, tabla VIII, p. 19. Del total de la población considerada urbana, más del 89 por ciento de la misma residía en ciudades entre 1000 y 100 000 habitantes. De ellas, y en conjunto, en cuatro ciudades vivían más del 57 por ciento de la población urbana. Eran ellas Matanzas, Cárdenas, Colón y Jovellanos, lo que demuestra la preferencia de la población de residir en ciudades grandes donde existieran infraestructuras de servicios y económicas mucho mejores; además, en estas ciudades se concentraba el mayor potencial productivo y de empleo de la provincia. Es también destacable como en muchos centrales azucareros la población sobrepasaba los 1 000 habitantes.188 Matanzas y Cárdenas, las dos principales localidades de la provincia, no crecieron lo suficiente. La primera empadronó 63 916 residentes, en 1953, lo que representa un 75, 7 por ciento respecto al número de moradores que registró en 1899. Esto la situaba como la capital provincial cubana que no había duplicado sus habitantes en medio siglo, atribuible quizás a su localización excéntrica; pues las otras cinco ciudades cabeceras de provincia se hallaban ajenas a dicho factor geográfico —en el mismo período registraron un considerable aumento de su población. Así fue como la ciudad de Matanzas se convirtió en la sexta ciudad del archipiélago, tras La Habana, Marianao, Santiago de Cuba, Camagüey y Santa Clara. Cárdenas también descendió en el orden de los núcleos urbanos del país, y posiblemente un elemento importante que tuvo cierta influencia fue el efecto de no estar sobre la vía eje de la Carretera Central. Esta ciudad bajó del sexto al décimo lugar, o sea, después de Matanzas, Guantánamo, Cienfuegos y Holguín. Dos asentamientos poblacionales merecen atención por el crecimiento que se va desarrollando en ellos. El primero, San Miguel de los Baños, dotado con manantiales de aguas carbonatadas alcalinas, de gran poder curativo, se convirtió en uno de los parajes 188 Puede consultarse más detenidamente en: República de Cuba. Tribunal Superior Electoral. Oficina Nacional de los Censos Demográficos y Electorales. Censos de Población, Viviendas y Electoral. Informe General. Enero 28 de 1953. P. Fernández y Cía, S. en C., La Habana, 1955, tabla VIII, p. 19. más visitados de la provincia. El segundo fue Varadero, que en 1955 sería declarado oficialmente “Centro Turístico de Varadero”, y se crearía un organismo oficial para su planificación y desarrollo en aras de convertirlo en un “summer resort”. Un elemento que desempeñó un papel importante en el desarrollo poblacional de Matanzas lo fue, sin dudas, la autopista conocida bajo el nombre de Vía Blanca, la cual concluye en Varadero. Esta vía, al igual que la Carretera Central, denominada también como Circuito Norte, sirvió de acercamiento entre los centros productores y de consumo. La Vía Blanca unió a las poblaciones de Cárdenas, Máximo Gómez, Martí y Lacret. Análogos propósitos tuvo la construcción de la vía llamada Circuito Sur que, partiendo del poblado de Los Palos (en la actual provincia de La Habana) recorre San Antonio de Cabezas, Bermeja, Alacranes, Unión de Reyes, Bolondrón, Güira de Macuriges, Navajas, Pedro Betancourt, Torriente, Jagüey Grande, Manguito, Calimete y Amarilla, en la región matancera189. Las necesidades económicas de la provincia influyeron en que el mapa vial enlazara todos los puntos cardinales del territorio. Ejemplo de ello es la carretera que unió Matanzas con Unión de Reyes, cruzando Cidra y Juan Gualberto Gómez. Otros entronques a la Carretera Central son los realizados de Cárdenas a Coliseo, Lagunillas a Jovellanos, Manguito a Colón cruzando por Guareiras. De tal manera, poco a poco se fueron uniendo todos los asentamientos poblacionales en este inicio de la segunda mitad del siglo XX. En 1953 se consideró a la población urbana como los núcleos de población donde residían 150 habitantes y más, con determinadas condiciones cualitativas, entre ellas fluido eléctrico y servicios médicos. Y rural, al resto de la población que no tuviesen las condiciones mencionadas con anterioridad. Del total de población, 231 737 residían en zonas consideradas urbanas, lo cual representaba el 58, 6 por ciento, y 164 043 en zonas rurales, para un 41, 4. Si tomásemos la clasificación realizada en censos anteriores190 para designar la población urbana y rural, se observa un lento crecimiento de la primera, al pasar de 57, 5 por ciento en 1943, a 58, 0 en 1953. Cuadro No. 40 Estructura de la población por color de la piel y sexo. Provincia Matanzas. 1953. Color de la piel Cifras absolutas Cifras relativas Total Varones Hembras Total Varones Hembras Total 395 780 204 852 190 928 100, 00 51, 76 48, 24 Blancos 307 230 159 363 147 867 77, 63 40, 27 37, 36 De color: 88 550 45 489 43 061 22, 37 11, 49 10, 88 Negra 47 622 24 827 22 795 12, 03 6, 27 5, 76 Amarilla 1 216 1 043 173 0, 31 0, 26 0, 05 Mestiza 39 712 19 619 20 093 10, 03 4, 96 5, 07 Fuente: Elaborado por el autor a partir de los datos ofrecidos en: República de Cuba. Tribunal Superior Electoral. Oficina Nacional de los Censos Demográficos y Electorales. Censos de 189 190 Véase, para más detalles, el Mapa 12 que se anexa Debe recordarse que en los censos de 1931 y 1943, el criterio que se siguió fue el de considerar urbano a todo aquel que apareciere empadronado, viviendo en una casa que tuviera una dirección expresada con el número de casa, – o sin número – y nombre de una calle. En tanto, rural se consideraba todo el que apareciera habitando una finca, o una casa que no cumpliera los anteriores requisitos. Población, Viviendas y Electoral. Informe General. Enero 28 de 1953. Ed. Cit., Tabla XVIII, pp. 49-50.. El conteo de 1953 informó, como ha venido sucediendo históricamente, la existencia de más varones que hembras; como también se puede apreciar gráficamente a través de la Pirámide No.5 que se anexa. La relación entre ambos sexos resultó de 1 073 varones por cada mil hembras, inferior a la estimada para 1943. Por color de la piel, se cuantificó una supremacía de la población blanca sobre la “de color”: 77, 63 por ciento contra 22, 37. Debe mencionarse la existencia de un mayor número de población negra que de mestiza, a la inversa de lo sucedido diez años atrás, dado por el decrecimiento de esta en 2, 5 puntos porcentuales en el período analizado. También se observó un decrecimiento de la población “amarilla”, con respecto a la de 1943. 191 Un análisis de la población por color de la piel, según el censo, registra una mayor cantidad de varones que de hembras en cada grupo, excepto entre la población mestiza donde las hembras tenían mayor cuantía. Cuadro No. 41 Estructura de la población por grandes grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1953. Grupos de Cifras absolutas Cifras relativas edades Total Varones Hembras Total Varones Hembras 0 - 14 139 784 71 366 68 418 35, 32 18, 03 17, 29 15 – 59 224 934 116 384 108 550 56, 83 29, 41 27, 42 60 y más 31 062 17 102 13 960 7, 85 4, 32 3, 53 Total 395 780 204 852 190 928 100, 00 51, 76 48, 24 Fuente: Elaborado por el autor a partir de la Tabla No.8 que se anexa. Por grandes grupos de edades se observa que el mayor porcentaje de la población se localizaba entre los 15 – 59 años. Para tener un elemento de comparación —aunque los grupos de edades difieren en un año de los de 1943— se observó un decrecimiento de este grupo, mientras que los restantes aumentaron con respecto a lo informado en el censo anterior. La disminución de población en el segundo grupo de edades puede estar dada por movimientos migratorios internos hacia otras regiones del país en busca de mejores opciones de empleo, educativas, sanitarias, etc. En el primer grupo, sin embargo, presumimos que este aumento se debió a una disminución de la mortalidad en estas edades, pues cada grupo creció con respecto al año 1943, excepto el de menos de 1 año que decreció, lo cual puede estar causado por una disminución de la natalidad. Es menester señalar que ya a estas alturas de 1953, en la provincia se había incrementado la infraestructura sanitaria, tanto en clínicas privadas como en los hospitales públicos. Por sexo, la provincia presentaba poca diferencia en el primer gran grupo de edades, mientras que en el resto de los grupos la población masculina era mayor que la femenina; solamente al realizar un análisis por grupos quinquenales, es ligeramente superior el número de mujeres entre los 25 – 29 y 85 y más años. Esto se observa de forma nítida en la tabla que se anexa. 192 191 El decrecimiento de la población “amarilla” puede ser causado por la disminución de la emigración china a la provincia y la mezcla – el mestizaje - con otros segmentos poblacionales. Por lo tanto se produce una declinación natural de las etnias que componen este sector de la población. 192 Véase Tabla No.8 que se anexa. Los años que transcurren desde la realización del censo de 1953 —año por demás significativo para la historia cubana por los acontecimientos del 26 de julio—, se caracterizan por la imposición de una férrea dictadura militar, apoyada por los Estados Unidos. A la vez, el gobierno de Batista favoreció las inversiones de los grandes capitales foráneos y nacionales en sectores estratégicos de la industria y el turismo. En este sentido, 1955 es testigo de la selección del batey del central “Progreso”, en Cárdenas, como el sitio más apropiado para el emplazamiento de una fábrica de papel periódico que utilizaba como materia prima los derivados del azúcar. La existencia de una red vial en la provincia, unido a las capacidades exportadoras del puerto de Cárdenas, promovieron estos intentos de diversificar las posibilidades de la industria azucarera en una región donde este cultivo era tradicional. Es indudable que estas tentativas provocaron una mayor concentración de población obrera en dichos lugares. A su vez, la cabecera provincial se vió favorecida por el Plan de Estímulo Fabril lanzado por el gobierno en distintas zonas de la República que ofrecieran ventajas marítimas y proximidad a centros poblacionales con más de 50 000 habitantes. Por ello, en 1957 es creada la Ciudad Industrial de Matanzas, que respondía a estos requisitos y, además, ya contaba con una zona franca desde la década anterior. La década de 1950 encerró entre sus grandes paradojas la convivencia de una política de mano dura desde el punto de vista político y social, y el crecimiento de los ingresos nacionales, los cuales se incrementaron hasta situarse en los últimos años del decenio en el orden de los 2 000 millones de dólares anuales. Como manifiesta Charadán López, “Pero no menos del 25 al 30 por ciento de ese ingreso nacional se derivaba, en realidad, de la industria azucarera, de la cual también dependía el empleo directo de alrededor de 15 por ciento de la fuerza de trabajo”193. Es evidente, no obstante, que la situación que vivía el país era lo que más impactaba la vida de sus habitantes. La segunda mitad de la década de 1950 fue una época convulsa en Cuba y también en Matanzas. Las ciudades de este territorio fueron escenario de grandes enfrentamientos con la tiranía batistiana y sus fuerzas represivas. 3.2 Población en Revolución, 1959-1999. 3.2.1 Los primeros años revolucionarios. Antes de referirnos a los resultados de los censos de 1970 y de 1981, se hace imprescindible una introducción no sólo por los nuevos horizontes que se abren en Cuba después del triunfo de la Revolución, sino también porque las transformaciones que ocurren en la división político-administrativa tienen que tomarse en cuenta a la hora del balance. En los primeros años del triunfo revolucionario, el joven gobierno se trazó un conjunto de estrategias para eliminar gradualmente las diferencias entre el campo y la ciudad. Paralelamente, comenzaron los intentos para organizar y diversificar la producción agropecuaria, que, debido a las leyes de Reforma Agraria, se puso en manos del Estado alrededor del 70 por ciento de la superficie cultivable de país. Ello, unido a la nacionalización de los grandes capitales foráneos y nacionales en nuestra principal 193 Charadán López, Fernando. La Industria Azucarera en Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, Colección Economía, La Habana, 1982., p. 97 industria, requirió de respuestas tales como la conformación de empresas agropecuarias estatales y la racionalización de las relaciones agroindustriales, por sólo citar dos de las más importantes. Los años ´60 fueron testigos de grandes cambios en las políticas sociales por parte del gobierno revolucionario, todas a favor de las amplias mayorías. La extensión de los servicios médicos gratuitos, el acceso a la educación en todos sus niveles, la conformación de planes masivos de educación física y deportes, los planes de industrialización y electrificación, los avances en la aplicación de la ciencia y la técnica a la economía agrícola, y el establecimiento de una política distributiva del ingreso social, que se caracterizó desde sus inicios por la equidad y la justicia social, contribuyeron notablemente a que el país fuera alcanzando niveles más altos de desarrollo. A partir de 1962, se realizó en todo el país el plan de desarrollo de la industria azucarera, principal renglón económico de Matanzas, provincia que recibió los beneficios de este proyecto nacional. De esta manera, se iba transformando el paisaje rural y, por ende, todo lo relacionado con los asentamientos y la población residente en ellos. Al asumir el Estado nuevas funciones económicas y sociales, tomando conciencia de su compromiso de mejorar las condiciones de vida, se encontró con una división en provincias inadecuada a estos fines, que databa de la época colonial, y una conformación en municipios fundamentada en premisas impositivas y electorales. Baste señalar que las cuatro provincias occidentales, con el 45 por ciento del área total del país y el 58 por ciento de su población total, concentraban el 75 por ciento de los municipios. Por ello, fue necesario realizar estudios para la reorganización territorial cubana, más conocida como División Político-Administrativa. En este sentido, hubo dos momentos importantes; el primero ocurrió en 1963, cuando manteniendo —salvo excepciones— los límites tradicionales de las provincias, incluyó la instancia de la Región, con 47 unidades y aumentó el número de municipios a 300. Este cambio tuvo consecuencias significativas porque las Regiones se convirtieron en unidades operativas que consolidaron su centro y opacaron la acción de los municipios tradicionales. En el caso de la provincia de Matanzas, entre 1961 y 1962, todo el territorio perteneciente al municipio Aguada de Pasajeros, de la provincia de Las Villas, pasa a su jurisdicción bajo el nombre con que se le conoce actualmente: Ciénaga de Zapata.194 Posteriormente, entre 1966 y 1970, crece de 26 a 31 municipios195, agregándosele los de Varadero, Cantel-Camariocas, San Pedro de Mayabón, Torriente y Ciénaga de Zapata. En la década de los años 70 se crearon los órganos del Poder Popular, siendo Matanzas el primer territorio en implantarlos, y sus experiencias se trasladaron al resto de las provincias cubanas. Toda esa organización de funciones administrativas requeriría de un nuevo marco territorial, por lo que se evaluaron diferentes modelos para la organización territorial que concluyó en 1976, mediante la aprobación, en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, de una nueva División Política Administrativa, aún vigente 194 Véase Mapa 13 que se anexa. 195 Ibídem, Mapa 14. en la actualidad196. La misma se estructura en tres niveles: Nación, 14 Provincias y 169 Municipios. Es oportuno llamar la atención acerca de la importancia que la distribución territorial de los habitantes del país ha tenido en este proceso. A la población hay que analizarla como fuerza de trabajo, el principal elemento de desarrollo con que se cuenta; pero, a la vez, debe considerarse como demandante de todo un conjunto de necesidades para su vida cotidiana, sin olvidar que la aspiración máxima es que los ciudadanos se conviertan en actores dinámicos y protagónicos del gobierno popular. Por lo mismo, la estructuración de esa población en asentamientos, expresada en su localización espacial, características demográficas, acciones productivas, administrativas y de servicios, sus relaciones con otras ciudades y pueblos, y con el territorio circundante, han sido aspectos de importancia cardinal para definir esta nueva organización territorial del país. Para una mejor comprensión y comparación de los resultados de los dos últimos censos del siglo XX, o sea 1970 y 1981, hemos utilizado como base la división política administrativa establecida en 1976. 3.2.2 El censo de 1970. Desde finales 1969, y durante todo el año 1970, el país acometió una de las tareas económicas más gigantescas de toda su historia: el intento de producir diez millones de toneladas de azúcar. La provincia en esta contienda contribuyó en más de un millón de toneladas. Posterior a este esfuerzo hubo una pequeña disminución:; sin embargo, se perfeccionaron los métodos en cada una de las zafras siguientes y paulatinamente se fue obteniendo un crecimiento hasta sobrepasar, en 1975, las cifras producidas durante el capitalismo. Estas producciones se realizaron con cuatro centrales menos y también con un porcentaje menos de áreas sembradas. La zafra de 1970, nacionalmente, y por ende en cada territorio, trajo consigo una gran movilidad de población, sobre todo hacia los lugares que tenían una escasa fuerza de trabajo. Presumiblemente, estas movilizaciones —que traspasaron las fronteras provinciales— deben haber influido en que muchos de los movilizados se quedaran residiendo en los lugares destinados al contraer relaciones afectivas y encontrar condiciones de asentamiento. No se tienen datos que corroboren esta suposición, la cual sólo pudiera ser confirmada por una encuesta. El primero de los censos realizados por la Revolución en el poder fue el de 1970. En esa fecha, la población matancera ascendía a 494 486 habitantes que, en relación al censo de 1953, representó un crecimiento intercensal del orden del 26,5 por ciento y una tasa media anual de crecimiento de 13, 04 habitantes por cada mil. Con respecto a su peso en el total nacional, este era del 5,8 por ciento, inferior al que representó en el censo anterior. En este caso, Matanzas quedó rezagada al noveno lugar, atendiendo a la división político-administrativa actual, antecedida por Ciudad de La Habana, Santiago de Cuba, Holguín, Villa Clara, Granma, Pinar del Río, Camagüey y La Habana197. 196 Discutida y aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, como Ley de División Políticoadministrativa, no. 1304, del 3 de julio de 1976. 197 Como habíamos anotado anteriormente, tomamos para este conteo el estimado oficial de la población de 1970, realizado en base a la nueva división político administrativa. Véase: Estimado de la Población Residente de la Nueva División Político Administrativa. 6 de septiembre de 1976. JUCEPLAN, La El censo de 1970 rompe con las estructuras al uso en los censos anteriores a 1959, debido, principalmente, a que en este momento las estructuras político-administrativas (provincias, municipios y regiones) estaban en una fase de transición hacia su definitiva concreción territorial. Ello hace que los datos censales sean muy difíciles de comparar, tanto con los censos anteriores como con los posteriores. El siguiente cuadro muestra la división interna de Matanzas después de la ley 1304 de 1976198. La provincia quedó subdividida en 14 municipios; 8 menos que en 1953. Y se convirtió en la segunda provincia más extensa del país, sólo superada por Camagüey. Su área aumentó notablemente a 11 980, 5 kilómetros cuadrados —que incluye los cayos adscritos a la provincia199. En el caso de los municipios, cuando se analiza la densidad de la población, no se toma en cuenta el área de los cayos. El área de tierra firme total es de 11 741, 7 kilómetros cuadrados. Es de destacar que el municipio Ciénaga de Zapata posee la mayor extensión de la provincia y de la nación, y el menor número de residentes, —el 1, 5 por ciento del total de la población provincial y el 36 por ciento de su área— registrando, por tanto, la densidad poblacional más baja de la provincia (1 hab./km2), lo cual nos pone en presencia del territorio más despoblado de Matanzas200, mientras que el municipio Varadero, con la menor área, registró la mayor densidad poblacional según los datos censales (459 hab./km2). En otro orden, los municipios de Matanzas y Cárdenas continúan presentando altas densidades poblacionales en relación al resto. Cuadro No.42 Población, área y densidad de población por municipios. Provincia Matanzas. 1970. Municipio Matanzas Cárdenas Varadero Martí Colón Perico Jovellanos Pedro Betancourt Limonar Unión de Reyes Ciénaga de Zapata Jagüey Grande Calimete Los Arabos Total Provincial Población 95 728 69 242 10 191 21 327 53 630 25 495 40 562 27 107 20 609 38 711 6 577 34 429 27 089 23 875 494 486 Área (km2) (Tierra firme) 316, 7 570, 5 22, 2 937, 8 597, 0 267, 7 504, 6 387, 9 449, 4 855, 9 4 230, 4 881, 7 957, 5 762, 2 11 980, 5* Densidad de población (hab./km2) 302, 3 121, 3 459, 0 22, 6 89, 8 95, 2 80, 4 69, 9 45, 9 45, 1 1, 5 39, 0 28, 3 31, 3 41, 3 Habana, 1976. Así se pueden comparar fácilmente estos datos con los de 1981. 198 Véase Mapa 15 que se anexa. 199 Para más detalle consúltese la Tabla No.9 que se anexa. 200 Debe recordarse que en este municipio se localiza el humedal mayor del archipiélago cubano. * Recuérdese lo dicho anteriormente. En esta cifra total, se incluyen las áreas de los cayos adscritos a los territorios municipales de la provincia matancera. Fuente: Elaborado por el autor a partir de : Estimado de la Población Residente de la Nueva División Político Administrativa. 6 de septiembre de 1976. JUCEPLAN, La Habana, 1976. Así se pueden comparar fácilmente estos datos con los de 1981. pp. 66-67. De manera general, se observa que el número de asentamientos superiores a 200 habitantes, aumentó de 39 a 47. Esta población, a los fines censales, es considerada como urbana. Resulta necesario apuntar lo que este conteo definió en este sentido: Es urbana la población residente en los lugares habitados por 2 000 habitantes y más, así como en los de menos de 2 000 o de 500 habitantes que contaban con cuatro de las características siguientes: alumbrado público, calles pavimentadas, acueducto, red de alcantarillado o cloacas, servicio médico asistencial y centro educacional. No obstante, mediante el registro previo de lugares habitados se definió, excepcionalmente, como población urbana algunos pueblos construidos por la Revolución que no tenían la población planteada y contaban con las condiciones exigidas.201 Por ello es que este censo registró una población urbana de 307 565 habitantes. Es decir, el índice de urbanización matancero ascendió a 62, 2 por ciento. Se observa como las ciudades de Matanzas, con 86 596 habitantes, y Cárdenas con 54 913, concentraban el 46 por ciento de la población urbana. Dentro de las clasificaciones que hace este censo, consideró por su monto poblacional a ambas ciudades como “de segundo orden”, rango que sólo fue ocupado por la de Matanzas en 1943 porque Cárdenas, se recordará, fue considerada “de tercer orden” en este mismo registro censal. Otras ciudades de importancia, Colón en este caso, albergó a 26 472 habitantes, ciudad catalogada “de tercer orden” en el censo de 1970. Pudiera afirmarse que, en su conjunto, en estas tres ciudades vivían más del 54 por ciento de la población urbana matancera; mientras que en los pueblos que abarcan la población de 2 000 a 19 999 habitantes, catalogados en “primer, segundo y tercer orden”, habitaban más de 113 000 personas. Ellas representaban casi el 37 por ciento de la población total urbana. Estas cifras nos indican la preferencia de la población por residir en ciudades y pueblos grandes. O sea, en asentamientos poblacionales mayores de 2 000 habitantes. En los asentamientos rurales, ya mucho mejor definidos, sólo residían 186 921 habitantes, que representaban del total de población, el 37, 8 por ciento. 201 República de Cuba. Junta Central de Planificación. Censo de Población y Viviendas 1970. Editorial ORBE, La Habana, 1975. pp. XVI. Cuadro No. 43 Total de lugares habitados urbanos por categorías poblacionales. Provincia Matanzas. 1970. Rango 50 000 – 99 999 20 000 – 49 999 10 000 – 19 999 5 000 - 9 999 2 000 - 4 999 1 000 - 1 999 500 999 200499 Total Provincial Cantidad de asentamientos Poblacional (en miles) 1953 1970 1953 1970 1 2 63,9 141,5 1 1 43,8 26,5 2 1 26,2 16,2 4 6 23,5 47,4 12 14 32,9 50,2 9 12 13,4 19,6 8 8 5,7 5,1 2 3 0,9 1,1 39 47 210,3 307,6 Fuente: Elaborado por el autor a partir de: Comité Estatal de Estadísticas. Censo de Población y Viviendas de 1981. Provincia Matanzas. Oficina Nacional del Censo, La Habana, 1983. Vol. IV, cuadro 424, p. LXXX. Lamentablemente para las estadísticas demográficas del país, no fueron publicadas las cifras de población atendiendo al color de la piel, a pesar de que este dato fue recogido durante el empadronamiento. Es por ello que en este estudio no puede realizarse un análisis de la población atendiendo al atributo color de la piel, como se había hecho en los censos anteriores. Por otra parte, la composición de la población por sexo y edad de la Pirámide No.6 que se anexa, nos presenta, al igual que se ha venido realizando a través de la historia demográfica matancera, un predominio del sexo masculino sobre el femenino. Mientras que los varones representaron el 51, 1 por ciento, las hembras sólo registraban el 48, 1 por ciento del total. Esta relación por sexo significa un índice de masculinidad de 1 079 varones por cada mil hembras. Los grupos que mayor índice de masculinidad presentaron fueron los comprendidos entre los 50-54 y el de 30-34 años; en tanto que el grupo de edad más avanzado, es decir, el de 85 años y más, presentó el menor índice202. Este rango etario recibió, sin dudas, la influencia de la sobremortalidad masculina que ocurre en lo últimos años de la vida. Cuadro No. 44 Estructura de la población por grandes grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1970. Grupos de Cifras absolutas Cifras relativas edades Total Varones Hembras Total Varones Hembras 0-14 165 738 84 928 80 818 33, 53 17, 18 16, 35 15- 59 279 251 145 058 134 185 56, 47 29, 34 27, 13 60 y más 49 487 26 631 22 866 10, 00 5, 38 4, 62 Total 494 486 256 617 237 869 100, 00 51, 9 48, 10 Fuente: Elaborado por el autor a partir de la tabla que se anexa. 202 Puede consultarse para más detalle la Tabal No. 10 que se anexa. Al igual que en 1953, la mayor cantidad de población se concentraba en el grupo comprendido entre los 15-59 años y con un valor porcentual casi semejante al de 1953. Por otro lado, hubo una disminución de casi dos puntos porcentuales en el primer grupo de edades, a pesar del incremento del número de nacimientos que se registró en la década del 1960, mientras que el grupo de edades avanzadas, 60 años y más, presentó un ligero incremento, de dos puntos porcentuales con relación al conteo poblacional de 1953. Estas cifras nos hacen pensar en un ligero envejecimiento de la población matancera. En los años setenta comenzó la introducción masiva de máquinas cortadoras de caña, que suplió la falta de brazos, y al mismo tiempo aumentó la productividad. Para que se tenga una idea, en la zafra 1989-1990, la provincia de Matanzas alcanzó el mayor nivel de mecanización (85,2% de mecanización de la cosecha), lo que humanizó más este tipo de labor. 3.2.3 El último censo cubano del siglo XX. El último censo cubano de población y viviendas, efectuado en el siglo XX, se realizó en 1981. Como instrumento estadístico, permitió evaluar la situación del país desde el punto de vista demográfico, y su relación con otros sectores: economía, educación y vivienda. De esta manera, facilitó la elaboración de las políticas socioeconómicas correspondientes a los años venideros. Con una población ascendente a 559 260 habitantes, según el conteo de 1981, Matanzas ocupó el noveno lugar en el monto poblacional de las provincias del país, al igual que en 1970, después de las provincias de Ciudad de La Habana, Santiago de Cuba, Holguín, Villa Clara, Granma, Camagüey, Pinar del Río y la vecina La Habana. Con respecto al año 1970, la provincia creció poco (64 774 habitantes), lo que representa un crecimiento del 13, 1 por ciento, o sea la mitad del crecimiento observado en el período intercensal 1953-1970, y una tasa media anual de crecimiento de 11, 2 habitantes por cada mil. A pesar de este bajo incremento, fue la octava provincia con mayor porcentaje de crecimiento en este período intercensal. En ello intervino el crecimiento natural propiamente dicho, de unos 71 000 habitantes, y una disminución superior a las 7 000 personas por el concepto del saldo migratorio. Cuadro No. 45 Población, área y densidad de población por municipios. Provincia Matanzas. 1970 y 1981. Densidad de población (hab./km2) Población Área 1970 1981 (km2) 1970 1981 Matanzas 95 728 110 767 316, 7 302, 3 349, 8 Cárdenas 69 242 73 538 570, 5 121, 3 128, 9 Varadero 10 191 14 810 22, 2 459, 0 665, 9 Martí 21 327 23 299 937, 8 22, 6 24, 2 Colón 53 630 62 215 597, 0 89, 8 104, 2 Perico 25 495 28 879 267, 7 95, 2 107, 9 Jovellanos 40 562 49 240 504, 6 80, 4 97, 6 Pedro Betancourt 27 107 30 279 387, 9 69, 9 78, 0 Limonar 20 609 20 805 449, 4 45, 9 46, 3 Unión de Reyes 38 711 41 496 855, 9 45, 1 48, 5 Ciénaga de Zapata 6 577 7 090 4 230, 4 1, 5 1, 7 Jagüey Grande 34 429 43 512 881, 7 39, 0 49, 3 Calimete 27 089 28 406 957, 5 28, 3 29, 7 Los Arabos 23 875 24 924 762, 2 31, 3 32, 7 Total Provincial 494 486 559 260 11 980, 5* 41, 3 46, 7 Municipio * En esta cifra total se incluyen las áreas de los cayos adscritos a los territorios municipales de la provincia Matanzas. Fuente: Elaborado por el autor a partir de : Censo de Población y Viviendas de 1981. Provincia de Matanzas. Comité Estatal de Estadísticas, Oficina Nacional del Censo, La Habana, 1983. Vol. IV, Tabla 1, pp. 7-14 Los municipios que más crecieron en estos años fueron Varadero, debido a su importancia turística, con una tasa media anual de crecimiento de 3, 4 por ciento. Seguidamente se ubicaron Jagüey Grande (2, 1 por ciento) y Jovellanos (1, 8 por ciento), mientras que entre los territorios municipales se hallaron Limonar, Calimete y Los Arabos. En conjunto, los municipios Matanzas, Cárdenas, Jovellanos y Colón — que eran los municipios de mayor monto poblacional— albergaban 295 760 habitantes, lo cual representaba más del 52 por ciento del total de la población matancera. La densidad de la población en el territorio yumurino fue de 46, 7 habitantes por kilómetro cuadrado, lo que representó con respecto al censo de 1970, un aumento de 4, 6 habitantes, inferior a la registrada nacionalmente, que fue de 87, 5 habitantes por kilómetro cuadrado. En relación a la cantidad de población por municipio, se observó un aumento en cada uno de ellos, al igual que lo ocurrido con su densidad de población. Como en 1970, el municipio Ciénaga de Zapata continuaba siendo el de menor densidad poblacional203; mientras que el municipio de Varadero poseía el mayor número de habitantes por kilómetro cuadrado. Por otra parte, el municipio Matanzas, donde se 203 Es evidente que las características físico-geográficas de este municipio limitan, a pesar de las políticas de desarrollo económico y social llevadas a cabo en este territorio por la Revolución, el crecimiento acelerado de la población. Tómese en cuenta que esta zona está compuesta por el mayor humedal del país, y que en el mismo se ubican ecosistemas de gran valor natural y cultural. localiza la capital provincial, alcanzó una densidad de 349, 8 habitantes por kilómetro cuadrado. Esta provincia ocupó el segundo lugar por su porcentaje de población urbana entre las catorce que componen el país. Su 75, 6 por ciento la situó en el grupo de las provincias más urbanizadas. La población que, a los fines censales, era considerada como urbana se definía en tanto población residente en lugares habitados por una población de 2 000 habitantes o más, en primera opción; después, a todos los lugares habitados con una población residente de 500 a 1 999 habitantes, y que contaran con cuatro de las siguientes características: alumbrado público, acueducto, red de alcantarillado o cloacas, servicio médico asistencial, centro educacional y calles pavimentadas. Pero era imprescindible que apareciera incluido, entre las cuatro características referidas, el alumbrado público. Como una tercera opción se consideraba urbano a todo asentamiento con una población de 200 a 499 habitantes y, que contara con las seis características enumeradas anteriormente. 204 En términos relativos, en el período intercensal de 1970-1981, el grado de urbanización creció de un 62, 2 por ciento a un 75, 6 (13, 4 puntos porcentuales). Este incremento poblacional urbano de más de 115 000 habitantes, no solamente se debió al crecimiento natural de la población residente en dichos asentamientos. Como indican las estadísticas demográficas, también influyo en ello el número de migrantes de zonas rurales a urbanas al mejorar sus condiciones de vida y crecer el número de construcciones de nuevas viviendas205, y además, al incremento del número de asentamientos urbanos: 5 fueron de nueva creación y 22 cambiaron de clasificación, es decir, de rural a urbano. Estos 27 asentamientos aglutinaban a más de 39 000 habitantes, como puede observarse en el cuadro siguiente: Cuadro No. 46 Cambios ocurridos en los lugares urbanos entre 1970-1981. Provincia Matanzas. Cambios Población urbana (en miles) 1970 1981 Diferencia Lugares habitados urbanos que figuran en ambos censos (45) 307, 0 383, 7 76, 7 Lugares habitados rurales en 1970, urbanos en 1981 30, 4 30, 4 (22) Lugares habitados urbanos en 1970, rurales en 1981 (2) 0, 6 (0, 6) Nuevos lugares habitados urbanos en 1981 (5) 8, 6 8, 6 Total provincial 307, 6 422, 7 115, 1 204 Censo de Población y Viviendas de 1981. Provincia de Matanzas. Comité Estatal de Estadísticas, Oficina Nacional del Censo, La Habana, 1983. pp. XXXV. Se observa la poca variación existente en las definiciones de “lo urbano” entre este censo y el inmediatamente anterior. 205 Para que se tenga una idea, si comparamos las viviendas particulares existentes en 1981 con las que existían en 1953, se observa el incremento que ha existido en el período que media entre ambos censos. De 53 097 viviendas más, teniendo su representación máxima en la parte urbana con 50 105, y de 2 992 en la rural. Estos datos fueron extraídos del censo de 1981, ed. cit., p. CXXXIX. Fuente: Elaborado por el autor a partir de : Censo de Población y Viviendas de 1981. Provincia de Matanzas. Comité Estatal de Estadísticas, Oficina Nacional del Censo, La Habana, 1976. Vol. IV, Cuadro 4, p. LVI. En el espacio geográfico yumurino se localizaban, según el censo de 1981, un total de 890 lugares habitados206, que atendiendo a su magnitud se agruparon en: 1 “Ciudad de primer orden” – Matanzas; 1 “Ciudad de segundo orden” – Cárdenas; 2 “Ciudades de tercer orden” – Colón y Jovellanos. En estas ciudades habitaba el 38, 8 por ciento del total provincial. También se localizaron 34 pueblos, en los que habitaba el 29, 5 por ciento de la población matancera. Entre ellos se encontraban, a su vez, cabeceras municipales: Perico, Pedro Betancourt y Jagüey Grande, que clasificaron como “pueblos de primer orden”; Varadero, Martí, Unión de Reyes, Calimete y Los Arabos, que clasificaron como “pueblos de segundo orden”; mientras que Limonar clasificó como “pueblo de tercer orden”. Asimismo, se localizaron 161 poblados y otros 691 de menos de doscientos habitantes, integrados por bateyes, caseríos y granjas. En conjunto, el 31, 7 por ciento de la población de Matanzas vivía en estos últimos asentamientos. Cuadro No. 47 Lugares habitados según su magnitud y población residente. Provincia Matanzas. 1981. Total de lugares Magnitud Población habitados Total Por ciento Ciudades: Primer Orden (100 000 – 499 999) Segundo Orden (50 000 – 99 999) Tercer Orden ( 20 000 – 49 999) Pueblos: Primer Orden (10 000 – 19 999) Segundo Orden (5 000 – 9 999) Tercer Orden (2 000 – 4 999) Poblados: Primer Orden (1000 – 1 999) Segundo Orden ( 500 – 999) Tercer Orden ( 200 – 499) Caseríos, bateyes, granjas, etcétera: (- 200) Población dispersa: Total provincial: 1 1 2 100 813 59 626 56 181 18, 0 10, 7 10, 1 3 10 21 37 145 62 101 65 701 6, 6 11, 1 11, 8 30 38 93 691 40 795 25 995 29 333 43 595 36 975 559 260 7, 3 4, 6 5, 2 8, 0 6, 6 100, 0 890 Fuente: Ibídem., tabla VI, p. 24. Cabe señalar que la capital provincial se encontraba entre las 9 ciudades más pobladas del archipiélago cubano, con una población residente de 100 813 habitantes, que representaba el 18 por ciento del total provincial. De los 890 lugares habitados, 73 de ellos poseían las características que los clasificaban como asentamientos “urbanos”; es decir, sólo el 82 por ciento del total de asentamientos. En ellos residían 422 766 personas que, del total provincial, representaban el 75, 6 por ciento, mientras que el 24, 4 restante pertenecía a lugares rurales y residía en 817 asentamientos clasificados como tal. Debe destacarse que, 206 Véase Mapa 16 que se anexa. exceptuando la provincia Ciudad de La Habana, que por definición toda su población es urbana, Matanzas y Camagüey poseen los mayores grados de urbanización en el país. Cuadro No. 48 Lugares habitados urbanos, según su magnitud y población residente. Provincia Matanzas. 1970-1981. Lugares habitados urbanos Magnitud Ciudades: Primer Orden (100 000 – 499 999) 1970 - Segundo Orden (50 000 – 99 999) Tercer Orden (20 000 – 49 999) Pueblos: Primer Orden (10 000 – 19 999) Segundo Orden (5 000 – 9 999) Tercer Orden (2 000 – 4 999) Poblados: Primer Orden (1000 – 1 999) Segundo Orden ( 500 – 999) Tercer Orden ( 200 – 499) Total provincial 1981 Población 1970 1981 Total Por Total Por (en ciento (en ciento miles) miles) 1 - - 23, 8 46, 0 8, 6 100, 8 59, 6 56, 2 2 1 1 2 141, 5 26, 5 1 6 14 3 10 20 16, 2 47, 4 50, 2 5, 3 15, 4 16, 3 37, 2 62, 1 63, 7 8, 8 14, 7 15, 1 12 8 3 47 26 9 1 73 19, 6 6, 4 36, 2 5, 1 1, 6 6, 7 1, 1 0, 4 0, 2 307, 6 100,0 422,7 8, 5 1, 6 0, 1 100,0 14, 1 13, 3 Fuente: Ibidem., Cuadro 24, p. LXXX. En el período intercensal que se analiza, disminuyó sustancialmente la población dispersa al pasar de “78 510 habitantes”207 en 1970 a unos 36 975 habitantes en 1981, casi la mitad. Entre los factores que pueden explicar este descenso de la población dispersa se encuentran: la creación entre 1970 y 1981 de nuevos asentamientos, muchos de los cuales sobrepasaron los 1 000 habitantes; el desarrollo creciente de muchos lugares habitados urbanos y rurales; los planes agropecuarios que conllevaron el establecimiento de formas superiores de producción e incluyeron el proceso de concentración de las propiedades rurales y la formación de las cooperativas de producción agropecuaria (CPA) en la provincia208; la extensión y perfeccionamiento de los servicios sociales y el desarrollo industrial; la construcción de viales y presas; y el movimiento de la población dispersa a núcleos poblacionales mayores. Todos estos elementos favorecieron la concentración poblacional y el proceso de urbanización matancero. En 1981 se calculaba como “urbana” la población de 200 habitantes y más, que cumpliera con ciertas características urbanísticas y sociales ya descritas. Las diferencias con el anterior cuadro 47 estriban en que en la categoría de poblados se excluyeron 125 asentamientos rurales, con una población que oscilaba entre los 200 y 1 999 habitantes, 207 Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Evolución de la urbanización en Cuba. La Habana, 1984. Cuadro 10, p. 52. 208 Leiva, Chongo. “Constituida en Matanzas la primera CPA con más de 150 caballerías”. En: ANAP, no. 10, octubre de 1980. pp. 12-15. En este artículo se muestran las particularidades del proceso de unificación de tres cooperativas campesinas en la zona del Valle de Guamacaro, en el municipio de Limonar. que no reunieron los requisitos para clasificar como asentamientos urbanos; así como un pueblo de tercer orden y los 691 asentamientos que agrupan los caseríos, bateyes, granjas y otros tipos de núcleos poblacionales. Se aprecia que el número de lugares clasificados como “urbanos” pasaron de 41 a 73. Se observa a la ciudad de Matanzas pasando a ser una ciudad “de primer orden” en 1981, mientras que Cárdenas se mantuvo como una ciudad “de segundo orden”, al igual que en el censo anterior. Las otras ciudades de importancia (Colón y Jovellanos) clasificaron como “de tercer orden”. En conjunto estas cuatro ciudades albergaban a más de 216 000 personas, que representaban el 51, 2 por ciento del total de la población urbana. De manera general, es notorio el incremento de pueblos al pasar de 21 en 1970, a 33 en 1981. Atendiendo a su clasificación, hubo un aumento superior en los pueblos “de tercer orden”. El mayor incremento de asentamientos urbanos se constató entre los poblados “de primer orden”, tanto en el número de ellos como de su población residente, en tanto que disminuyeron los poblados clasificados como “de tercer orden”. Lo anteriormente expuesto demuestra la tendencia de la población matancera a residir en lugares habitados de magnitudes superiores a los 1 000 habitantes. Como se evidencia hasta aquí, se han producido importantes y positivos cambios en la distribución espacial de la población en el territorio yumurino, particularmente en las zonas urbanas. Estos cambios se adecuan en mayor grado a las necesidades y objetivos socioeconómicos de una provincia que se encuentra en vías de desarrollo. La distribución por sexo en Matanzas durante 1981 era de 285 494 varones y 273 766 hembras, o sea el 51, 0 y 49, 0 por ciento respectivamente, que representó una relación por sexo de 1 043 varones por cada 1 000 hembras. Como se aprecia, la provincia continuó con una prevalencia de población masculina sobre la femenina, aunque hubo un ligero decrecimiento en relación a las cifras reportadas, fundamentalmente en el porcentaje de varones con respecto al total. Los varones de la provincia aumentaron en el período intercensal 1970-1981 en un 11, 3; mientras que las hembras lo hicieron en una proporción superior: 18, 7 por ciento. Cuadro No. 49 Estructura de la población por color de la piel y sexo. Provincia Matanzas. 1981 Color de Cifras absolutas Cifras relativas la piel Total Varones Hembras Total Varones Hembras Total 559 260 285 494 273 766 100,00 51,05 48,95 Blancos 425 192 218 038 207 154 76,02 38,98 37,04 De color: 134 068 67 456 66 612 23,98 12, 07 11, 91 Negra 71 063 36 621 34 442 12,71 6,55 6,16 Amarilla 588 347 241 0,11 0,07 0,04 Mestiza 62 417 30 488 31 929 11,16 5,45 5,71 Fuente: Elaborado por el autor a partir de: Ibídem. Tabla 3, pp. 17 – 19. Atendiendo al color de la piel, más del 76 por ciento de la población matancera es blanca, el 12, 7 por ciento son negros, los mestizos alcanzan el 11, 2 por ciento, y los de origen asiático sólo representaban el 0, 1 por ciento. Estos últimos fueron los sobrevivientes de las emigraciones precedentes del tercer tercio del siglo XIX, o descendientes de los mismos. Como en el censo de 1970 no se procesó la información referente a este atributo de la población; en esta parte nos vemos obligados a compararlos con los de 1953, para saber cuáles han sido sus tendencias. En este sentido, se observa un ligero decrecimiento porcentual de la población blanca, cuya tendencia era de aumento. En este período decrece en 1, 5 puntos porcentuales. La mestiza, por su parte, que venía disminuyendo, aumentó en 1, 1 y por primera vez deja de disminuir desde 1931. En cambio, la población asiática sí mantuvo un ritmo decreciente, de un 0, 3 a un 0, 1 por ciento, en 1953 y 1981, respectivamente. Y la población negra registra un aumento de 0, 6 puntos porcentuales. A lo largo de la historia demográfica de la provincia de Matanzas, se nota cómo las diferentes corrientes migratorias ocurridas a través del tiempo, tanto internas como externas, y el crecimiento natural de la población, están reflejadas en los diferentes ritmos de crecimiento que afectan la estructura de la población por color de la piel. En relación a la estructura de la población por “color de la piel” se observa que tres municipios presentaron altos porcentajes de población negra, con respecto a su total poblacional. Estos son: Jovellanos (17, 6), Martí (16, 9) y Cárdenas (14, 1). Se observa que los territorios ocupados por estos municipios todavía manifiestan las características de concentración de la población negra, que en los siglos XVIII y XIX se debía al desarrollo de la plantación esclavista azucarera. Con respecto a la población mestiza, altos porcentajes presentaron Calimete (15, 0), seguido de Martí (13, 7) y Cárdenas (13, 0). A su vez, como es lógico, estos cuatro municipios tuvieron los más bajos porcentajes de población blanca en relación con su población total. 209 La estructura por sexos y edades, a través de la Pirámide No.7 que se anexa, muestra que la población matancera estaba conformada por un 51, 1 por ciento de población masculina y el 49, 9 restante de población femenina. La relación entre sexos indicaba 1 061 varones por cada 1 000 mujeres. Ello manifiesta que continuó prevaleciendo la población masculina sobre la femenina en esta provincia. Esta relación se va a observar en cada uno de los grupos quinquenales de edades.210 Solamente, y como ha venido ocurriendo, en el grupo de edades de 85 años y más, es donde se presentó una mayor cantidad de mujeres que de hombres debido a la sobremortalidad masculina que ocurre en los últimos años de la vida. Si comparamos estos índices de masculinidad de 1981 con los calculados para 1970, podemos arribar a la conclusión de que existe un decrecimiento en buena parte de los grupos de edades, excepto los comprendidos entre 0-4; 10-14; 75-79 y 80-84 años. Al confrontar las estructuras por edades de la población de 1981 con las de 1970, se aprecia un envejecimiento de la población. El cuadro siguiente muestra dichas características: Cuadro No. 50 Estructura de la población por grandes grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1981. Grupos Cifras absolutas de edades Total Varones Hembras 0-14 154 853 79 473 75 380 15- 59 334 465 169 689 164 776 209 Cifras relativas Total Varones Hembras 27, 69 14, 21 13, 48 59, 80 30, 34 29, 46 Para más detalle pueden consultarse la tabla 4 que aparece en las páginas 20-22, de la edición citada del censo de 1981. 210 Véase al respecto, la Tabla No.11 que se anexa. 60 y más Total 69 942 36 332 33 610 559 260 285 494 273 766 12, 51 6, 50 100, 00 51, 05 6, 01 48, 95 Fuente: Elaborado por el autor a partir de la Tabla No. 11 que se anexa. En 1981, la población de menos de 15 años era aproximadamente de 27, 7 por ciento, y en 1970 era de 33, 5 por ciento. O sea, descendió en 1981 en 5, 8 puntos porcentuales con relación a 1970, debido a la reducción de la natalidad en la década entre censos. Ello contrasta con el ensanchamiento de la base de la pirámide poblacional de 1970, causada por la explosión demográfica de los años ´60. El grupo de 15-59 años aumentó al pasar de un aproximado de 56, 5 por ciento en 1970 a un 59, 8 en 1981. Este crecimiento pudo estar vinculado a los movimientos migratorios laborales sucedidos durante la Zafra de los 10 millones de 1970, y que después muchas de estas personas se quedaron residiendo en las distintas localidades de la provincia de Matanzas. O, también, a los contingentes poblacionales que se vienen arrastrando desde 1960-1965, período en que aumentó el número de nacimientos. El porcentaje de población del grupo de 60 años y más aumentó al pasar del 10 por ciento en 1970 a 12, 5 en 1981; reafirmándose el proceso de crecimiento de la población yumurina. Estos análisis pueden verse más claramente en las pirámides de edades para el año de 1981 que se presentan en los anexos de esta investigación. Hasta la década de los ochenta, en Matanzas se encontraban funcionando veinte centrales azucareros, con una capacidad potencial de molida diaria de 5 730 mil arrobas. En 1987 se construyó, en el municipio Los Arabos, el central “Mario Muñoz”, único erigido en la provincia después de los años veinte. Esta fábrica azucarera estaba dotada de las más avanzadas técnicas en materia azucarera. Sus máquinas echaron a andar en la zafra de 1986-1987. Es indiscutible que en Matanzas la industria azucarera sirvió para el desarrollo del doblamiento, pero hubo otros factores económicos, al final de este siglo XX, que colaboraron en este aspecto; entre ellos podemos mencionar el desarrollo en la zona sur (principalmente en el municipio Jagüey Grande) del plan citrícola “Victoria de Girón”, y más recientemente, en la costa norte, el incremento de la actividad petrolera y del turismo (fundamentalmente en el municipio Varadero). 3.3 El grado de concentración de la población urbana en la provincia de Matanzas en el siglo XX. Dentro de los procesos demográficos, la urbanización es uno de los rasgos más importantes de la civilización actual. Íntimamente relacionado con una de las fases de la Revolución Científico-Técnica, iniciada en la década de 1950, este proceso se caracteriza por los flujos migratorios rurales hacia los centros urbanos, donde se concentra la actividad social. Esto ha implicado un rápido crecimiento de la población urbana. Por supuesto, el fenómeno está muy relacionado con diversos factores sociales, económicos, políticos, sociológicos y culturales. Actualmente la urbanización, debido a su complejidad, constituye uno de los fenómenos sociales más estudiados por los economistas, geógrafos y demógrafos, en sus vínculos con otros indicadores demográficos, como son la estructura poblacional, el tamaño de las ciudades, los movimientos migratorios, la formación de los mercados laborales urbanos, etcétera. A su vez, el proceso de urbanización se interrelaciona históricamente con estos indicadores, modificándolos de acuerdo con el grado de desarrollo socioeconómico de cada territorio. Un aspecto importante, muy tenido en cuenta en las últimas reflexiones sobre este tema, es el asociado al sector informal urbano pues, a medida que aumenta el grado de urbanización, crece la demanda de los servicios que ofrece este sector. La Revolución Cubana heredó una urbanización distorsionada en la que se manifestaban los rasgos socioeconómicos y políticos de épocas pretéritas. Las zonas urbanas crecían de forma espontánea y desproporcionadamente. A partir de 1959, este proceso se detuvo y comenzaron a producirse cambios importantes en la urbanización. Al impulso de la planificación económica centralizada, se inició el desarrollo de otras zonas del país, donde otros centros urbanos se tornaron cada vez más importantes como polos de atracción poblacional. Se crearon nuevos asentamientos. Y muchas localidades rurales crecieron y se transformaron debido al empuje de una política continuada de urbanización acorde con las necesidades del desarrollo del país. Teniendo en cuenta que la historia censal de Cuba del siglo XX se caracteriza por el uso de distintos conceptos de “población urbana”, en este epígrafe se homogeneizaron bajo una sola definición para hacer comparables los resultados de los censos. Se considera como “población urbana” a toda aquella que residía en asentamientos de 1 000 y más habitantes, para todos los censos comprendidos entre 1907 y 1981. Además, en todos los casos, los asentamientos de 1 000 y más habitantes se relacionaron con las cifras que las fuentes originales registraron; aunque posteriormente hayan sido incluidas dentro del perímetro urbano de otra localidad. Asimismo, toda la información utilizada en esta investigación parte de la división político-administrativa vigente. El objetivo de este epígrafe es realizar un enfoque histórico de cómo ha evolucionado esta compleja temática sólo basándonos en datos estadísticos, ya que los hechos o motivos que conllevaron a las transformaciones de este indicador han sido explicados en el acápite precedente. No obstante, es imperativo insistir en el hecho de que tomaremos como rasero para considerar “urbana” una población determinada, solamente el hecho de contar con 1 000 habitantes y más, lo que no debe verse como una contradicción con lo expresado cuando analizábamos los censos del siglo XX, y discerníamos acerca de los diferentes paradigmas de “lo urbano” empleados en los mismos. Por ejemplo, si en algunos censos, una localidad que aglutinaba 1 000 o más habitantes era clasificada como “rural”, de acuerdo con los objetivos de este epígrafe serán consideradas como “urbanas”. Para la realización de un estudio sobre la población urbana, en su calidad de aspecto fundamental dentro del poblamiento de la provincia Matanzas, nos apoyaremos en la aplicación de varios métodos conducentes a determinar la concentración de la población: el grado de urbanización, la curva de Lorenz y el índice de Gini. Como se sabe, el grado de urbanización es uno de los indicadores más comunes para medir el proceso de urbanización. El comportamiento del mismo, a través de los distintos conteos poblacionales, ha tenido fluctuaciones con respecto a la media nacional; pero siempre ha sido alta. Cuadro No. 51 Grado de urbanización. Cuba y Provincia Matanzas. 1907-1981. Censos 1907 1919 1931 1943 1953 1970 1981 Grado de urbanización (en por ciento) Cuba Matanzas 45, 54 46, 73 45, 99 47, 19 48, 35 46, 81 49, 60 49, 86 54, 02 52, 77 61, 00 63, 35 70, 06 75, 52 Nota: Grado de urbanización de acuerdo a la definición adoptada en este epígrafe. Fuente: Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas, 1981. Evolución de la urbanización en Cuba, 1907-1981. La Habana, 1984. Cuadro 7, p. 30. Solamente Matanzas presentó valores por debajo de la media nacional en los años 1931 y 1953; en el resto de los años censales fue superior. Exceptuando Ciudad de La Habana, cuyo territorio es urbano por definición, las provincias de Matanzas y Camagüey fueron las que presentaron el por ciento de urbanización más elevado en el período 1907-1981, para llegar a obtener indicadores con valores de 75, 52 y 75, 13 por ciento, respectivamente, en el último censo del siglo XX. Toda esta información nos lleva a afirmar que la urbanización en la provincia de Matanzas ha sido un proceso acelerado y secular. También ambas provincias lograron, en el período que se estudia, un incremento aproximado en la población urbana de 29 puntos porcentuales, mientras que a nivel nacional la población urbana se incrementó casi en 25 puntos porcentuales con respecto al censo inicial. Además, Matanzas y Camagüey en 1907 tuvieron el mayor porcentaje de población urbana entre todas las provincias del país. Cuadro No. 52 Población total, urbana y rural, según la Nueva División Político-administrativa. Provincia Matanzas. 1907-1981. Censos Población (en miles) Total Urbana Rural 1907 234, 646 109, 641 125, 005 1919 307, 739 145, 235 162, 504 1931 332, 638 155, 694 176, 944 1943 355, 978 177, 492 178, 486 1953 391, 035 206, 340 184, 695 1970 494, 486 313, 242 181, 244 1981 559, 260 422, 352 136, 908 Nota: Grado de urbanización de acuerdo a la definición adoptada en este epígrafe. Fuente: Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas, 1981. Evolución de la urbanización en Cuba, 1907-1981. La Habana, 1984. Tabla 1, p. 65. La población total de Matanzas se incrementó en 324, 614 habitantes en el período 1907-1981, y logró alcanzar al final del período aproximadamente 2, 4 veces la población inicial. La población rural aumentó, en este período, en 312 711 habitantes y mantuvo su predominio sobre la urbana hasta el censo de 1943; pero en el período 1943-1953 fue superada por la urbana, que alcanzó el 75 por ciento de la población total yumurina. Independientemente del ligero aumento absoluto de la población urbana, el peso relativo de la provincia disminuye al pasar de un 11, 7 por ciento del total nacional en 1907 a un 6, 2 en 1981. Por su parte, la población rural sólo logró un aumento en el período 1907-1981 de 11 903 habitantes. Su peso, nacionalmente, en 1907 fue del 11, 2 por ciento, y pasó a ser de 4, 7 en 1981. En el siguiente cuadro se observa que, en el transcurso del siglo XX, la población matancera, tanto la total como las que clasifican como urbana y rural, han disminuido su peso relativo en el contexto nacional. Cuadro No. 53 Distribución porcentual de la población total, urbana y rural con respecto a Cuba. Provincia Matanzas. 1907-1981. Censos Porcentaje de Población Total Urbana Rural 1907 11, 4 11, 7 11, 2 1919 10, 7 10, 9 10, 4 1931 8, 4 8, 1 8, 6 1943 7, 5 7, 5 7, 4 1953 6, 7 6, 5 6, 9 1970 5, 8 6, 0 5, 4 1981 5, 7 6, 2 4, 7 Fuente: Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas, 1981. Evolución de la urbanización en Cuba, 1907-1981. La Habana, 1984. Cuadro 7, p. 21. De manera general, se puede apreciar que el ritmo de crecimiento de la población total ha disminuido desde el primer período intercensal hasta el correspondiente al de 1970-1981. Todas las tasas de crecimiento presentaron valores por debajo de la registrada nacionalmente. Por su parte, la población rural mantuvo también un decrecimiento hasta llegar su tasa de crecimiento a valores negativos en los dos últimos períodos intercensales. La provincia de Matanzas registró nacionalmente las menores tasas en la mayoría de los períodos y reflejó tasas de crecimiento de la población urbana inferiores a la media nacional, excepto en el último período analizado, que es mayor. 211 Es destacable, nuevamente, como el proceso de expansión azucarera que tuvo lugar en el país durante los primeros 25 años del siglo XX, a través de la creación de nuevas zonas productoras de azúcar en las provincias orientales, influyó de manera notable en la fuerte disminución de la tasa de crecimiento urbano en el período comprendido entre 1907 y 1919 en Matanzas. Todo ello debido, seguramente, a las fuertes corrientes migratorias que discurrieron hacia las nuevas zonas azucareras. Entre los dos últimos censos, debe subrayarse que, la creación de nuevas comunidades —localidades que se desarrollaron y lograron arribar a los 1 000 y más habitantes—, así como el crecimiento 211 Para más detalles, puede consultarse el Censo de Población y Viviendas, 1981. Evolución de la urbanización en Cuba, 1907-1981. Ob. cit., p. 24 y 29 de muchos centros urbanos, incidieron directamente en el aumento de la tasa de crecimiento urbano en detrimento de la población rural. Cuadro No. 54 Tasas de crecimiento de la población total, urbana y rural. Cuba y Provincia Matanzas. 1907-1981. Cuba / Períodos intercensales Matanzas 1907-1919 1919-1931 1931-1943 1943-1953 1953-1970 1970-1981 Cuba: 2, 85 2, 61 1, 58 2, 08 2, 16 1, 15 Urbana 2, 91 3, 01 1, 79 2, 97 2, 82 2, 39 Rural 2, 78 2, 24 1, 37 1, 11 1, 26 - 1, 25 Matanzas: 2, 25 0, 65 0, 57 0, 99 1, 33 1, 12 Urbana 2, 34 0, 58 1, 10 1, 58 2. 34 2, 69 Rural 2, 18 0, 71 0, 07 0, 36 - 0, 11 - 2, 53 Nota: Tasa media anual de crecimiento geométrico expresada en por cien habitantes. Fuente: Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas, 1981. Evolución de la urbanización en Cuba, 1907-1981. La Habana, 1984. Cuadro 6, p. 28. A partir del triunfo revolucionario de enero de 1959, se comenzaron a producir importantes cambios socioeconómicos. Sin embargo, no es hasta finales de la década de 1960 que se continuó acentuando la tendencia a la concentración de la población urbana en las ciudades más grandes. Cárdenas y Matanzas, fundamentalmente, y ésta última como cabecera provincial. La información censal de 1981, al compararla con los datos aportados por el censo de 1970, reveló un ligero incremento de la concentración poblacional. Hubo un aumento de 24 lugares habitados con características urbanas, sobre todo entre los asentamientos de 1 000 y 1 999 habitantes. También fueron tomando importancia, por su peso poblacional, las ciudades “de tercer orden”, así como los pueblos catalogados como “de primero”, “segundo” y “tercer orden”. La población matancera, al igual que la del resto del país, ha manifestado una marcada tendencia a residir en zonas urbanas, y dentro de estas en las ciudades. Posiblemente entre los factores que han dado origen a esta preferencia de los cubanos, está la precaria situación que siempre existió en la parte rural del país hasta 1959. Además, en esto han influido no solo las guerras de independencia de finales del siglo XIX, sino también la política de reconcentración forzada de la población en las ciudades, llevadas a cabo por los colonialistas hispanos en esta época. Todo esto convirtió a las ciudades en polos de atracción de la población. Cuadro No. 55 Población de 1 000 y más habitantes, por número de localidades y tamaño de población. Período 1907-1981. Tamaño de las localidades 100 000– 499 999 Localidades Población 50 000 – 99 999 Localidades Población 20 000 – 49 999 Localidades Población Población según censo 1931 1943 1953 1907 1919 1970 1981 — — — — — — — — — — — — 1 100 813 — — — — — — 1 54 844 1 63 916 2 141 509 1 59 626 2 60 289 2 69 051 2 83 330 1 37 059 1 43 750 1 26 472 2 56 181 — — — — — — 1 11 534 2 26 199 1 16 263 3 37 145 2 16 370 2 15 328 2 15 576 3 18 569 4 23 499 6 47 449 10 62 101 4 12 741 12 39 597 12 37 226 14 39 207 11 29 974 14 50 150 20 63 692 14 20 241 14 21 259 14 19 562 11 16 279 14 19 002 20 31 399 31 42 794 22 10964 1 30 14523 5 30 15569 4 31 17749 2 33 20634 0 44 31324 2 68 422352 10 000 – 19 999 Localidades Población 5 000 – 9 999 Localidades Población 2 000 – 4 999 Localidades Población 1 000 – 1 999 Localidades Población TOTAL Localidades Población Fuente: Elaborado por el autor a partir de la Tabla No.12 que se anexa. Posteriormente, se acentuó el carácter hipertrofiado de la distribución espacial de la población con una mayor concentración de los habitantes en un pequeño número de localidades. En el año 1953, residían aproximadamente el 30, 9 por ciento de la población urbana en localidades de 50 000 habitantes; esta localidad (Matanzas) significaba sólo el 3 por ciento del total de los lugares habitados urbanos de la provincia; mientras, en los asentamientos de 1 000 a 4 999 habitantes que representaban el 75, 7 por ciento de todas las localidades, sólo residía el 23, 7 por ciento de la población urbana. Como se ha podido observar a través de toda esta exposición, el número de asentamientos poblacionales en el territorio yumurino ha ido en constante aumento, para finalizar el siglo XX con un total de 451 asentamientos poblacionales212, de ellos el 17,7 por ciento clasifican como localidades mayores de mil habitantes. Atendiendo a su magnitud poblacional estos 451 asentamientos se encuentran divididos en: 1 2 3 2 14 20 38 42 89 160 80 ciudad de primer orden ciudades de segundo orden ciudades de tercer orden pueblos de primer orden pueblos de segundo orden pueblos de tercer orden poblados de primer orden poblados de segundo orden poblados de tercer orden caseríos bateyes Mientras que, atendiendo a la jerarquía estos asentamientos, se dividen en: 1 13 58 141 238 cabecera provincial cabeceras municipales asentamientos urbanos en municipios asentamientos mayores de 200 habitantes asentamientos menores de 200 habitantes Ya se había explicado anteriormente que para este estudio de la concentración de la población urbana, nos apoyaríamos en la utilización del método de la curva de Lorenz para la interpretación geométrica de la concentración poblacional, unido al índice de Gini para la interpretación aritmética de la misma. Este último método se hace necesario cuando existe una superposición de las curvas pues nos proporciona el valor del área entre la curva y la diagonal, con lo que se indica que a mayor área, mayor concentración. 212 Según datos aportados para esta investigación por el Departamento de Organización, Cartografía y Supervisión de la Dirección Nacional del Censo, Oficina Nacional de Estadísticas. Al interpretar los gráficos213 que nos muestran las curvas de Lorenz y las tablas 214 que nos proporcionan el índice de Gini, puede observarse que en ningún momento censal la curva se superpone a la línea de 45º en los gráficos —que corresponde a la llamada línea de equidistribución—, lo que estuviera indicando que la población matancera ocupa uniformemente el territorio, y el índice de Gini hubiera tomado el valor 0. Pero no es así. En el caso que nos ocupa, la curva de Lorenz se aparta de la línea de equidistribución en todos los momentos censales, y mientras más se aparta mayor es el grado de concentración de la población matancera, y de ahí resulta que el índice de Gini se aproxima al valor de 1, en este caso sería en el censo de 1953. 213 214 Véase en los anexos los Gráficos del 3 al 9. Véase en los anexos las Tablas de la 13 a la 19. Para la confección de la curva de Lorenz, se siguió la metodología utilizada en Estudio exploratorio sobre la distribución de la población en dos provincias cubanas: La Habana y Pinar del Río. Centro de Estudios Demográficos. Serie 1, Estudios Demográficos No. 10, La Habana, 1976; y en Censo de Población y Viviendas, 1981:. Evolución de la urbanización en Cuba. 1907-1981. Ob. cit. En ellas, al igual que en este trabajo, el rango de amplitud en que se clasifican las localidades no es homogéneo. Además, no se utiliza en ningún momento la superficie de las localidades, debido, considera este autor, a la dificultad de obtener con debida precisión la referida información, como lo presenta el profesor Manuel Rincón en el caso de Costa Rica en 1973 en Distribución espacial y migraciones internas. Aspectos metodológicos. Centro Latinoamericano de Demografía. Serie B, No. 1009. San José Costa Rica, 1984, pp. 16-19. Cuadro No. 56 Índice de Gini. Provincia Matanzas. 1907-1981. Censo Índice de Gini 1907 0, 5942 1919 0, 5410 1931 0, 5924 1943 0, 5927 1953 0, 6430 1970 0, 6349 1981 0, 6362 Fuente: Elaborado por el autor a partir de las Tablas No. 13 - 19 que se anexan. De manera general, en la tabla anterior se puede observar un aumento de la concentración a través de todo el siglo XX en períodos con distintos rasgos, y es destacable la ligera disminución del índice en 1970. Matanzas presentó un decrecimiento en 1919 con respecto a 1907, para luego registrar un incremento hasta el año censal de 1953. Posteriormente, decrece en 1970, y retoma en 1981 el crecimiento que se había producido hasta la primera mitad del siglo. En resumen, a través del tiempo, existe una marcada tendencia a la concentración poblacional, fenómeno que es exponente también de una utilización más racional de los servicios y de las fuentes de empleos. V. CONCLUSIONES. A lo largo del análisis realizado hasta aquí, sobre la evolución del poblamiento y sus vínculos con la agroindustria azucarera en la provincia de Matanzas, se ha demostrado que en este territorio, las características de la población y su distribución espacial están fuertemente influenciadas por factores inherentes al desarrollo socioeconómico vinculado a esta actividad productiva. La reconstrucción histórica de los procesos demográficos acaecidos, a través de las diversas fuentes consultadas –entre ellas los censos de población, y otras obras relacionadas con la temática–, ha arrojado que el desarrollo de la agroindustria azucarera en Cuba, desde sus orígenes en el siglo XVI hasta el pasado siglo XX, ha conformado, en una buena parte, la distribución espacial de su población. En el momento de pensar metodológicamente esta investigación, nos encontramos con un problema que recorre todas las reflexiones sobre la demografía histórica: las fuentes. Abordar temas como de la población en épocas remotas remite obligadamente a los estudios de los censos, a pesar de sus incoherencias u omisiones. Pero, también, a apoyarnos en numerosos estudios particulares y generales sobre la historia cubana, y matancera. Si bien en un principio el poblamiento se dirigió desde las costas hacia el interior, a medida que fue transcurriendo el tiempo y se fueron incorporando actividades económicas sedentarias, como el ya mencionado cultivo de la caña de azúcar, el tabaco y el café, los asentamientos poblacionales comenzaron a localizarse alrededor de los mismos. Ya en el siglo XVIII se advierte una distribución espacial de la población íntimamente relacionada con la economía de esa época. En este sentido, durante el siglo XIX esta dependencia se fortaleció. El auge de la economía plantacionista, con sus grandes concentraciones de población esclava, y la especialización de los puertos como exportadores de productos agrícolas hacia el exterior, provocó un crecimiento de los asentamientos poblacionales, tanto urbanos como rurales. Dos acontecimientos de trascendental importancia contribuyeron a que estos procesos se consolidaran en el país: el perfeccionamiento de las tecnologías productivas a partir de la introducción de la máquina de vapor y del ferrocarril, y las guerras de independencia del siglo XIX. Durante la época colonial, diversos factores demográficos, histórico-sociales, culturales y políticos influyeron en las sucesivas transformaciones de los asentamientos poblacionales cubanos, a saber: - - las migraciones forzosas de los esclavos africanos y los culíes chinos que fueron configurando la estructura poblacional cubana, que como ha dicho Fernando Ortiz, sirvió para fijar algunos rasgos peculiares en la cultura y en el modo de vivir. el establecimiento de diferentes divisiones político-administrativas, emanadas del gobierno colonial. Fundamentalmente, puede señalarse 1878 como hito en este sentido porque es a partir de esta fecha cuando por primera vez se conforman las provincias como entidades territoriales y políticas, y también, por supuesto, poblacionales. - la construcción de nuevos lugares de culto católico, así como la reubicación geográfica de algunos de ellos, considerado como expresiones del desenvolvimiento poblacional y desarrollo económico. el avance de las redes ferroviarias, utilizadas primeramente como medios de transporte de las producciones azucareras, provocó el despliegue de nuevos asentamientos a su alrededor. Estos elementos, entre otros muchos, van delineando las características de los asentamientos poblacionales en la Isla. Los primeros treinta años del siglo XX, no trajeron cambios profundos en el poblamiento cubano. Este ha seguido dependiendo de las vías de comunicación, ferrocarriles y carreteras que son consecuencia del desarrollo azucarero. Tanto la política colonial española como la neocolonial aplicada por los Estados Unidos, acentuaron estas directrices. Sí se observa un crecimiento de la población blanca en algunas zonas del país, producto de las grandes oleadas migratorias de españoles hacia Cuba. El segundo tercio del siglo XX, se caracterizó por una industria azucarera restringida en su producción y, además, expandiéndose hacia el Oriente. Desde el punto de vista poblacional subsistían contrastes entre el Occidente y el Oriente del país. La zona occidental presentaba una densa estructura de asentamientos muy conectados entre sí por una amplia red de servicios. Mientras, la zona oriental acusaba tipos diferentes de urbanización. La región camagüeyana por ejemplo, registraba bajas densidades, pocos núcleos urbanos y el desarrollo concentrado en la cabecera provincial. La región oriental, con altas tasas de natalidad y una fuerte migración interna, que provocaba un crecimiento fuerte de otras ciudades. En fin, los núcleos poblacionales no se encontraban tan articulados como en el Occidente. Adentrándonos en el espacio geográfico objeto de esta investigación, Matanzas se revela como uno de los territorios donde más acentuada se observa la relación entre poblamiento y agroindustria azucarera. Ello está dado por la evolución particular de este territorio en el contexto cubano a través de los siglos. En el primer cuarto del siglo XVI, al comenzar las estructuraciones propietarias y, por ende, poblacionales, aparecieron las primeras manifestaciones de los asentamientos coloniales en la provincia. A partir de ellos se inició un lento aunque progresivo proceso de poblamiento. El estado inicial de estos núcleos poblacionales fue extremadamente precario, sobre todo en sus vías de comunicación, lo que impidió una estrecha interrelación entre los mismos. Ya desde finales del siglo XVIII, el agotamiento de las tierras aptas para el cultivo de la caña en La Habana provocó un desplazamiento hacia el este, hacia tierras de la actual Matanzas, de estas plantaciones. Los primeros lustros del siglo XIX son testigos del incontenible avance de la agroindustria azucarera, la cual se estructura espacialmente en pequeños ingenios. Estos, a su vez, se conviertieron en pequeños asentamientos (bateyes) con un carácter autosuficiente. La irrupción del ferrocarril entre 1840-1880 creó redes articuladas de asentamientos hacia el interior de los territorios matanceros (Colón, Jagüey Grande, y Unión de Reyes, entre otros) y también comunicó las zonas productoras con los principales puertos exportadores (Matanzas y Cárdenas). Lo dicho anteriormente permite comprender como el espacio matancero, a mediados del siglo XIX y hasta hoy, aparece cubierto de una enorme cantidad de bateyes y pequeños caseríos, perfilándose una jerarquización de estos asentamientos de acuerdo a las magnitudes poblacionales de los mismos. Esta investigación ha arrojado que de 890 lugares habitados en Matanzas en 1981, se localizaron 67 fechas de fundación; de esta cuantificación se desprendió que el mayor porcentaje corresponde al siglo XIX, durante el auge de la industria azucarera. El 9 por ciento fueron fundados en el siglo XVIII, 7 por ciento en el siglo XX, 4 por ciento en el siglo XVII y 1 por ciento en el siglo XVI. Ello permite confirmar que el poblamiento de la zona matancera tuvo un momento de auge en el siglo XIX. Por otra parte, de los 57 centrales que se cuantificaron a principios del siglo XX, tres fueron fundados en el siglo XVII y 53 en el siglo XIX, de estos últimos 28 corresponden a la primera mitad, mientras que los 25 restantes pertenecen a la segunda mitad. Solamente un central fue construido en el siglo XX. A finales del siglo XX, molían en Matanzas 21 centrales azucareros. De estos, 1 fue fundado en el siglo XVIII, 19 en el siglo XIX y 1 en el siglo XX. Estos datos corroboran la antigüedad y la larga tradición de esta industria en Matanzas, base de un complejo sistema económico que incluye el sector agrícola, la red de caminos, los ferrocarriles y los puertos de embarque. Es evidente que en el caso matancero, el desarrollo poblacional y su poblamiento estuvo aparejado al crecimiento y expansión de la industria azucarera. El crecimiento azucarero de Matanzas, vino acompañado de enormes contingentes de fuerza de trabajo esclava, la cual también contribuyó a la diversidad de asentamientos poblacionales en el territorio. El palenque fue uno de los más generalizados, para dar lugar posteriormente a determinados núcleos poblacionales cuya permanencia, en muchos casos, fue limitada. La población negra en la provincia matancera reviste especial significación, pues ella ha influido de manera notoria en la cultura y los modos de vida de la población en esta zona cubana. La tecnificación de las fábricas de azúcar, proceso que tiene lugar durante toda la centuria decimonónica y que se acentúa después de la primera guerra de independencia (1868-1878), provocó la desaparición de los viejos ingenios, y el surgimiento del central. Esta nueva estructuración creó un caos funcional, pues las áreas vinculadas a los centrales se disgregaron, y permanecieron los antiguos bateyes y caseríos. La abolición de la esclavitud en 1886 permitió que el esclavo – que representaba una gran masa de población – se conviertiera en trabajador asalariado; sin embargo, este no emigra a la ciudad pues el escaso desarrollo industrial hizo que este permaneciera en los bateyes. En los inicios del siglo XX se produjo una expansión de la producción azucarera hacia el Oriente, lo cual provocó que el peso relativo de la producción matancera disminuyera. Las condiciones que generaron este desplazamiento estuvieron motivadas por tener la provincia ocupadas todas las tierras aptas para este cultivo, por la existencia de un gran número de minifundios y centrales (y algunos ingenios) que no posibilitaron la creación de grandes colosos; además, la destruida economía de la región oriental, tras la guerra de independencia, y la existencia de una gran población desempleada, no posibilitaban el ofrecimiento de altos salarios . Ya para 1930, la importante vía de comunicación que constituyó la Carretera Central atravesaba la provincia matancera; esta carretera se convirtió en un fuerte eje de concentración y urbanización de la población. El éxodo rural no se hizo más violento hacia las ciudades porque la población se encontraba diseminada en los minifundios y pequeños poblados, los cuales estaban equipados solamente para el intercambio más elemental. Se comenzaron a estructurar los sistemas de asentamientos alrededor de centros como Matanzas, Cárdenas, Colón y, de menor importancia, Jovellanos. Los mismos centralizaron el incipiente desarrollo industrial, presentaron un sistema de servicios diferenciados del resto de los asentamientos, y llega a tener cierta jerarquía debido a su infraestructura. Antes del triunfo revolucionario, Matanzas se caracterizaba por una deformada red de pueblos, con centrales y plantaciones azucareras cuyas relaciones con los asentamientos poblacionales por ellas generadas no cambió desde la primera mitad del siglo XIX; la provincia poseía un gran número de minifundios con explotación agrícola casi artesanal y una discutida división político administrativa que databa de 80 años, la cual respondía solamente a criterios de carácter electoral y no al desarrollo económico de las poblaciones. La Revolución generó un cambio estructural que posibilitó la erradicación de las contradicciones inherentes al sistema capitalista. La desaparición del latifundio, la aparcería y el precarismo, mediante la entrega de tierras a los campesinos; la formación de granjas estatales y cooperativas al unísono de la nacionalización de las tierras y los centrales, comenzaron la transformación integral de las zonas rurales. Unido a lo anterior se comenzaron a paliar las diferencias entre el campo y la ciudad. Se construyeron viviendas en zonas rurales, rodeadas de las mejores condiciones de vida posibles. Y surgieron nuevos asentamientos. El ordenamiento territorial, en estos años, se estructuró en base a las necesidades económicas de la provincia, y de sus potencialidades poblacionales. Los regionales (Matanzas, Cárdenas, Colón, Jovellanos y Jagüey Grande) y sus correspondientes municipios, propiciaron el uso y explotación científica de los suelos con la introducción de los nuevos adelantos tecnológicos, la especialización de los territorios, y la integración técnico-económica de las tierras, tanto del sector estatal como del privado. Ello produjo una concentración de la población rural en asentamientos poblacionales provistos de una amplia gama de servicios básicos y una infraestructura adecuada que respondía a las necesidades de la población. Ejemplos de ellos son los planes citrícolas Victoria de Girón, y el de Triunvirato en el Plan Genético de Matanzas. A partir de 1976, con la implantación de la nueva división político-administrativa en Cuba, se eliminó la instancia regional y se constituyeron 14 municipios. El sector campesino privado comenzó un movimiento hacia superiores formas de producción al crearse las cooperativas agropecuarias; y la población rural aún dispersa comenzó a concentrarse en los asentamientos existentes o en otros creados a tales fines. La dinámica poblacional yumurina, tomando en cuenta dos aspectos fundamentales: el crecimiento de la población y la dinámica de la distribución territorial de la población durante el pasado siglo XX, se define por un aumento acelerado de la población urbana, para alcanzar altos grados de urbanización hasta la actualidad. Desde 1907 hasta 1970 la población urbana se concentró en mayor grado, mientras que, en el último período intercensal, de este siglo, esta tendencia se atenúa. El cambio de las localidades rurales a la clasificación urbana tomó cada vez más importancia con relación a los demás factores de crecimiento de la población urbana, aunque la migración rural-urbana continuó siendo factor destacado del crecimiento. En 1981, se incrementaron las localidades de 1000 y más habitantes, en un 217 por ciento con relación a las 29 existentes en 1953. Matanzas, junto a Ciudad de La Habana y Camagüey, constituyó el grupo de provincias que presenta mayor grado de urbanización en 1981. La intensificación del proceso de formación de cooperativas agropecuarias, en los años 1980, incidió en el crecimiento de determinados asentamientos. La urbanización en Matanzas ha tenido un desarrollo ascendente en el siglo XX, sobre todo en su segunda mitad. Se constató que junto a ella, tuvo lugar un proceso de concentración de la población rural dispersa en asentamientos de 200 y más habitantes. En el período intercensal 1970-1981 disminuyó sustancialmente la población dispersa, al producirse una paulatina aglutinación de esta población en nuevos pueblos, dotados de mejor infraestructura. VI. RECOMENDACIONES. La investigación que aquí ofrecemos, en el marco de la dinámica poblacional a través de las fuentes censales principalmente, resulta una aproximación al conocimiento de la problemática general del territorio en el tema de su población y el poblamiento relacionado con el desarrollo de la industria azucarera, con la intención de abrir así el camino para posteriores estudios sobre Matanzas y otras provincias del país. Por ello recomendamos: - - - realizar “estudios de caso” en la provincia que, por su importancia socioeconómica, hayan sido afectados por la reestructuración de la industria azucarera. estimular el estudio inter, multi y transdiciplinario de la historia demográfica de las provincias cubanas, y sus localidades. promover estudios integrales donde el factor sea fundamentalmente los aspectos socioeconómicos que más impactan a los miembros de los asentamientos poblacionales ubicados en áreas que han sido objeto de la desactivación de centrales azucareros. analizar el impacto socioambiental de las áreas antes ocupadas por cultivos cañeros que, a partir de la reestructuración de la industria azucarera, estarán dedicados a organopónicos y huertos intensivos, cultivos varios, desarrollo pecuario, forestales y frutales de todo tipo. investigar, desde la óptica del sistema de asentamientos humanos en la provincia de Matanzas, cómo ha influido la reestructuración de la industria azucarera, apoyándose en las informaciones que brindará el censo de población y viviendas del año 2003, y las estadísticas continuas del sistema de información demográfico. Esto daría continuidad al estudio que aquí presentamos. Fuentes. Fuentes Censales: 1. Censo de la República de Cuba bajo la administración provisional de los Estados Unidos 1907. Oficina del Censo de los Estados Unidos, Washington, 1908. 2. Censo de la República de Cuba. Año de 1919. Habana, Maza, Arroyo y Caso, S. en C., 1920. 3. Censo de Población y Viviendas de 1981. Provincia de Matanzas. Comité Estatal de Estadísticas, Oficina Nacional del Censo, La Habana, 1976. 4. Comité Estatal de Estadísticas. Los censos de población y viviendas en Cuba. Instituto de Investigaciones Estadísticas. La Habana, 1988. 2 t. 5. Departamento de la Guerra. Oficina del Director del Censo de Cuba. Informe sobre el Censo de Cuba. 1899. Washington, Imprenta del Gobierno, 1900. 6. Junta Central de Planificación. Dirección Central de Estadística. Estimado de la Población Residente de la Nueva División Político Administrativa. 6 de septiembre de 1970. JUCEPLAN, La Habana, 1976. 7. 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Zanetti Lecuona, Oscar y García Álvarez, Alejandro. Caminos para el azúcar. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1987. 92. Fuentes Documentales: Archivo Histórico Provincial de Matanzas. Fondo Actas Capitulares del Cabildo de Matanzas. Archivo Nacional de Cuba. Fondos: Escribanías, Gobierno Superior Civil, Gobierno General, Real Consulado y Fomento. TABLAS ANEXAS. Tabla No. 1 Estructura de la población por grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1899. Grupos Población de edades Total Varones Hembras 0–4 16 068 8 073 7 995 5–9 27 079 13 606 13 473 10 – 14 27 294 13 901 13 393 15 – 19 22 143 10 183 11 960 20 – 24 19 498 9 468 10 032 25 – 29 17 788 8 852 8 936 30 – 34 14 418 7 453 6 965 35 – 39 12 097 6 421 5 676 40 – 44 10 866 5 866 5 000 45 – 49 8 302 4 571 3 731 50 – 54 8 667 4 895 3 772 55 – 59 5 605 3 407 2 198 60 – 64 5 799 3 352 2 447 65 – 69 2 550 1 497 1 053 70 – 74 2 202 1 159 1 043 75 – 79 703 370 333 80 – 84 795 388 407 85 – 89 201 99 102 90 – 94 234 106 128 95 – 99 64 31 33 100 y más 71 30 41 Total 202 444 103 726 98 718 Relac. Masc. 1 010 1 010 1 038 851 944 991 1 070 1 131 1 173 1 225 1 298 1 550 1 370 1 422 1 111 1 111 953 971 828 939 732 1 051 Fuente: Departamento de la Guerra. Oficina del Director del Censo de Cuba. Informe sobre el Censo de Cuba. 1899. Washington, Imprenta del Gobierno, 1900. p. 218. Tabla No.2 Estructura de la población por grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1907. Grupos de edades Total 0–4 38 421 5–9 23 695 10 – 14 21 392 15 – 19 27 393 20 – 24 25 553 25 – 29 20 226 30 – 34 15 916 35 – 39 14 652 40 – 44 12 885 45 – 49 9 423 50 – 54 9 067 55 – 59 5 509 60 – 64 6 621 65 – 69 3 047 70 – 74 2 941 75 – 79 1 188 80 – 84 1 065 85 – 89 313 90 – 94 273 95 – 99 112 100 y más 120 Total 239 812 Población Varones Hembras 19 394 19 027 11 873 11 822 10 739 10 653 13 198 14 195 12 949 12 604 10 223 10 003 8 289 7 627 7 686 6 966 7 032 5 853 5 317 4 106 4 809 4 258 3 190 2 319 3 714 2 907 1 834 1 213 1 692 1 249 674 514 553 512 170 143 128 145 54 58 42 78 123 560 116 252 Relac. Masc. 1 019 1 004 1 008 930 1 027 1 022 1 087 1 103 1 201 1 295 1 129 1 376 1 278 1 512 1 355 1 311 1 030 1 189 883 931 538 1 063 Nota: Se incluye la población desconocida en el grupo abierto de 100 y más. Fuente: Elaborado por el autor a partir del Censo de la República de Cuba. 1907. Ed. Cit., Tabla 8 , p. 328 Tabla No. 3 Estructura de la población por grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1919. Grupos de edades 0–4 5–9 10 – 14 15 – 19 20 – 24 25 – 29 30 – 34 35 – 39 40 – 44 45 – 49 50 – 54 55 – 59 60 – 64 65 – 69 70 – 74 75 – 79 80 – 84 85 – 89 90 – 94 95 – 99 100 y más Total Población Total Varones Hembras 42 406 21 565 20 841 46 945 23 924 23 021 41 814 21 198 20 616 32 218 16 514 15 704 19 616 10 650 8 966 24 768 12 955 11 813 22 998 12 745 10 253 19 268 10 909 8 359 14 840 8 277 6 563 12 885 7 296 5 589 10 733 5 938 4 795 6 745 3 951 2 794 6 565 3 564 3 001 3 468 1 972 1 496 2 961 1 508 1 453 1 618 919 699 1 488 758 730 546 305 241 430 212 218 144 78 66 248 126 122 312 704 165 364 147 340 Relac. Masc. 1 035 1 039 1 028 1 052 1 088 1 097 1 243 1 305 1 261 1 305 1 238 1 414 1 188 1 318 1 038 1 315 1 038 1 266 972 1 182 1 033 1 122 Nota: Se incluye la población desconocida en el grupo abierto de 100 y más. Fuente: Elaborado por el autor a partir del Censo de la República de Cuba. 1919. Ed. Cit., Tabla 8 , p. 417 Tabla No. 4 Defunciones. Provincia Matanzas. 1920-1931. Año 1920 1921 1922 1923 1924 1925 Defunciones 6 100 5 488 5 335 4 602 5 406 4 568 Año 1926 1927 1928 1929 1930 1931 Defunciones 4 823 5 181 4 144 4 278 3 650 3 856 Fuente: Memorias Inéditas del Censo de 1931. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1978. Tabla 2, p. 284Tabla No. 5 Estructura de la población por grupos de edades. Provincia Matanzas. 1931. Grupos de edades Menos de 1 0-9 10-19 20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80-89 90 y más Total Población Total Por ciento 8 873 2,63 86 693 25,71 79 686 23,64 63 366 18,80 33 685 9,99 33 638 9,98 20 027 5,94 12 209 3,62 5 177 1,54 1 995 0,59 643 0,19 337 119 100,00 Nota: Los datos que aparecen en la fuente de donde fue extraída esta información presenta un descuadre de 16 personas. Fue necesario utilizar el método de prorrateo para hacer coincidir la cifra de 337 103 a 337 119. Fuente: Elaborado por el autor a partir de las Memorias inéditas del Censo de 1931. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1978. Tabla No. 6 Relación de ingenios que existían en 1902, los construidos después y los que del total aun se mantienen en la actualidad. Provincia Matanzas. No Nombre Ingenios antiguo activos (1) Código Nombre actual México Capacidad Año Municipio de molida Última Planta @/24 h (5) Funda zafra Derivado (3) do 1 ALAVA 2 ARAUJO (2) 301 302 3 AUSTRALIA 4 CAROLINA 5 CONCHITA 303 304 305 6 CUBA 7 DOLORES 8 DOS ROSAS 9 ESPAÑA 306 307 308 Cuba Libre P. Betancourt Jaime López 310 10 GUIPUZCUA Colón Calimete 441.000 230.000 (4) 1845 1840 J. Grande Jovellanos 230.000 225.000 350.000 1862 1905 1823 Jovellanos Cárdenas 520.000 140.000 154.000 1865 1823 ? España Republicana Perico 582.000 1863 RA, FD 311 Esteban Hernández Martí 280.000 1863 LT 11 LIMONES 312 Fructuoso Rodríguez Limonar 220.000 ¿ 12 13 14 15 MERCEDES 313 314 315 317 6 de Agosto Calimete Calimete Cárdenas J.Grande 340.000 259.000 270.000 150.000 1856 1874 ¿ ¿ 16 SANTA AMALIA 318 225.000 1843 17 SANTA 319 200.000 1845 SANTO DOMINGO 320 241.000 1805 19 SOLEDAD 20 TINGUANO 321 322 Jovellanos Colón 260.000 400.000 ? 1841 21 TRIUNFO 323 Limonar 170.000 1796 22 ZORRILLA 324 Los Arabos Los Arabos Cárdenas 180.000 1830 PORFUERZA PROGRESO SAN IGNACIO RITA 18 23 ARRECHABALA 24 AGUEDITA 325 Reynold García Australia Granma Puerto Rico Libre Humberto Álvarez Jesús Rabí U. de Reyes J.S.Comas William Soler Victoria de Jovellanos Yaguajay René Fraga Colón Moreno Juan Ávila U. de Reyes Julio Reyes Sergio González Horacio Rodríguez Mario Muñoz Mario Muñoz J. A. Echeverría Los Arabos DA TB 1962 1962 1990 RA, RF 1859 ? 1916 25 ALGORTA Continuación : 26 ANGELITA 27 ARMONÍA 28 CARMEN 29 DULCE NOMBRE 30 ESPERANZA 31 FELIZ 32 FLORA 33 JESÚS MARÍA 34 JICARITA 35 LUISA O CONDESA 36 NUEVA LUISA 37 OCCITANIA 38 OLIMPO 39 PORVENIR O LOS Perico 1859 ? 1907 Martí ? ? ? ? 1912 1921 1910 1921 1875 ? 1868 1874 ? ? 1920 1921 1925 1927 1909 1919 ? ? ? 1876 1910 1907 1914 1927 40 41 42 43 Cárdenas Perico Limonar ? ? 1855 ? 1912 1921 1918 1911 P. Betancourt P. Betancourt Los Arabos Calimete Bolondrón Bolondrón Limonar P. Betancourt Limonar Jovellanos Los Arabos Jovellanos U. de Reyes ÁNGELES PRECIOSO REGLITA SAN CAYETANO SAN GONZALO O MAJAGUA U. de Reyes 44 SAN RAFAEL 45 SAN VICENTE 46 SANTA CATALINA P. Betancourt Jovellanos Perico ? ? ? 1910 1927 1907 47 SANTA J. Grande ? 1907 Martí ? 1928 ? 1853 ? ? ? 1922 1922 1918 1924 1907 CATALINA 48 SANTA GERTRUDIS 49 50 51 52 53 SARATOGA SOCORRO Sabanilla TRIUNVIRATO Limonar J. Grande UNIÓN VALIENTE O TOLÓN P. Betancourt U. de Reyes Jovellanos 54 VICTORIA O ? 1907 TERAN Los centrales que aparecen a continuación no están incluidos en el trabajo de René Castellanos y sí en el mapa de Perré J.M.Quijano Arcos de ELENA 1824-31 1970 Canasí PUERTO SAN JUAN BAUTISTA LA PAZ NUEVA LUISA Puerto Libre Arcos de Canasí Arcos de Canasí Calimete Jovellanos 1824-31 1970 1844 1918 1877 1826 1903 Fuente: Castellanos Romeu, René J. Evolución histórica de la distribución territorial de la producción azucarera” Tomo I. Análisis, Resúmenes y Conclusiones. Dpto. Investigaciones. I.P.F. La Habana, Cuba, 2001. Y, Perret Ballester, A. Mapa de ingenios de la provincias Matanzas. Año 1992, revisado en 1998. en Archivo Provincial de Matanzas. Nota: El central Elena, luego J. M. Quijano; también El Puerto, después Puerto Libre, antes de la nueva división político-administrativa, perteneció a la provincia de Matanzas. Balance: Ingenios existentes en 1902.............52 Ingenios construidos después............2 Total.................................................54 Ingenios demolidos..........................33 Ingenios activos en 1960..................21 Notas: (1) Los nombres en mayúsculas son los fundados antes de la Revolución y que se mantienen o mantuvieron funcionando después de 1959. (2) Los códigos de los ingenios activos corresponden a los asignados en 1960. (3) Los municipios son los de la DPA actual. (4) Se indican con ? a los ingenios fundados antes de 1902, pero sin fecha exacta. (5) Norma potencial del año 1960, excepto el Mario Muñoz que es del año de su fundación. Simbología: DA ............Destilería Alcohol. FD...........Fábrica de Dextrana. RA..............Refinería Azúcar. FC............Fábrica de Caramelos. TB...............Tablero Bagazo. LT............Levadura Torula. Tabla No. 7 Estructura de la población por grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1943. Grupos de edades 0–4 5–9 10 – 13 14 – 19 20 – 24 25 – 29 30 – 34 35 – 39 40 – 44 45 – 49 50 – 54 55 – 59 60 – 64 65 – 69 70 – 74 75 – 79 80 – 84 85 – 89 90 – 94 95 – 99 100 y más Total Población Total Varones Hembras 47 448 24 632 22 816 41 532 20 920 20 612 32 176 16 675 15 501 42 958 21 954 21 004 35 120 18 032 17 088 30 272 15 395 14 877 27 669 14 362 13 307 24 992 13 651 11 341 16 575 9 597 6 978 12 173 6 442 5 731 14 738 8 409 6 329 11 757 6 813 4 944 8 901 5 184 3 717 5 402 3 039 2 363 4 320 2 342 1 978 2 293 1 207 1 086 1 541 773 768 618 294 324 394 218 176 161 64 97 39 15 24 361 079 190 018 171 061 Relac. Masc. 1 080 1 015 1 076 1 045 1 055 1 035 1 079 1 204 1 375 1 124 1 329 1 378 1 395 1 286 1 184 1 111 1 007 907 1 239 660 625 1 111 Fuente: Elaborado por el autor a partir del Informe General del Censo de 1943. Ed. Cit., Tabla 10, p. 874 Tabla No. 8 Estructura de la población por grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1953. Grupos Total Población Relac. Varones Hembras Masc. de edades 0–4 5–9 10 – 14 15 – 19 20 – 24 25 – 29 30 – 34 35 – 39 40 – 44 45 – 49 50 – 54 55 – 59 60 – 64 65 – 69 70 – 74 75 – 79 80 – 84 85 y más Total 47 691 24 396 23 295 46 875 23 896 22 979 45 218 23 074 22 144 38 226 18 942 14 284 33 418 17 275 16 143 30 274 15 100 15 174 27 989 14 450 13 539 26 424 13 404 13 020 24 538 13 041 11 497 20 701 11 123 9 578 13 623 7 758 5 865 9 741 5 291 4 450 11 284 6 206 5 078 8 346 4 791 3 555 5 031 2 830 2 201 2 955 1 587 1 368 1 851 934 917 1 595 754 841 395 780 204 852 190 928 1 047 1 040 1 042 1 326 1 070 995 1 067 1 029 1 134 1 161 1 323 1 189 1 222 1 348 1 286 1 160 1 019 897 1 073 Fuente: Elaborado por el autor a partir de República de Cuba. Tribunal Superior Electoral. Oficina Nacional de los Censos Demográficos y Electorales. Censos de Población, Viviendas y Electoral. Informe General. Enero 28 de 1953. P. Fernández y Cía, S. en C., La Habana, 1955. Tabla XV, pp. 33. Tabla No. 9 Superficie Territorial. Provincia Matanzas. 1970 y 1981. Municipios Matanzas Cárdenas Varadero Martí Colón Perico Jovellanos Pedro Betancourt Limonar Unión de Reyes Ciénaga de Zapata Jagüey Grande Calimete Los Arabos Área Total de Tierra Firme Área Total de la provincia Superficie Territorial Total Distribución 2 (km ) porcentual 316, 973 2, 70 570, 481 4, 86 22, 242 0, 19 937, 800 7, 99 597, 023 5, 09 267, 713 2, 22 504, 606 4, 29 387, 920 3, 30 449, 368 3, 83 855, 885 7, 29 4 230, 442 36, 03 881, 678 7, 51 957, 481 8, 15 762, 448 6, 49 11 741, 760 100, 00 11 980, 564* - * Incluye los cayos adscritos a la provincia. En el caso de los municipios se excluyen los mismos. Fuente: Comité Estatal de Estadísticas. Oficina Nacional del Censo. Censo de Población y Viviendas de 1981. Provincia Matanzas. La Habana, 1981. Volumen IV, tabla 5, p. .23. Tabla No.10 Estructura de la población por grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1970. Grupos Población de edades Total Varones Hembras 0–4 60 678 31 075 29 603 5–9 62 930 32 283 30 647 10 – 14 42 130 21 562 20 568 15 – 19 43 198 22 067 21 131 20 – 24 43 159 22 498 20 661 25 – 29 39 077 20 265 18 812 30 – 34 33 620 17 665 15 955 35 – 39 27 073 13 938 13 135 40 – 44 25 598 13 183 12 415 45 – 49 23 640 12 341 11 299 50 – 54 22 486 11 850 10 636 55 – 59 21 400 11 259 10 141 60 – 64 17 442 9 407 8 035 65 – 69 14 517 7 959 6 558 70 – 74 5 488 3 047 2 441 75 – 79 5 511 2 913 2 598 80 – 84 3 872 1 973 1 899 85 y más 2 667 1 332 1 335 Total 494 486 256 617 237 869 Relac. Masc. 1 050 1 053 1 048 1 044 1 089 1 077 1 107 1 063 1 062 1 092 1 114 1 110 1 170 1 214 1 248 1 121 1 039 997 1 079 Fuente: Junta Central de Planificación. Dirección General de Estadística. Estimado de la Población Residente de la División Político Administrativa. 6 de septiembre de 1970. JUCEPLAN, La Habana, 1976. p. 18. Tabla No. 11 Estructura de la población por grupos de edades y sexos. Provincia Matanzas. 1981. Grupos de edades 0–4 5–9 10 – 14 15 – 19 20 – 24 25 – 29 30 – 34 35 – 39 40 – 44 45 – 49 50 – 54 55 – 59 60 – 64 65 – 69 70 – 74 75 – 79 80 – 84 85 y más Total Total 37 000 55 622 62 231 64 539 43 444 40 993 42 375 38 036 32 879 26 290 23 743 22 166 20 712 18 095 14 419 9 975 3 425 3 316 559 260 Población Varones 19 050 28 498 31 925 32 605 21 858 20 569 21 402 19 383 16 904 13 469 12 237 11 262 10 764 9 450 7 452 5 302 1 808 1 556 285 494 Hembras 17 950 27 124 30 306 31 934 21 586 20 424 20 973 18 653 15 975 12 821 11 506 10 904 9 948 8 645 6 967 4 673 1 617 1 760 273 766 Relac. Masc. 1 061 1 051 1 053 1 021 1 013 1 007 1 020 1 039 1 058 1 051 1 064 1 033 1 082 1 093 1 070 1 113 1 118 884 1 043 Fuente: Comité Estatal de Estadísticas. Oficina Nacional del Censo. Censo de Población y Viviendas de 1981. Provincia Matanzas. La Habana, 1976. Volumen IV, tabla 1, p. 7. Tabla No. 12 Localidades de mil y más habitantes. Provincia Matanzas. Censos 1907 – 1981. Censos Localidad Provincia Matanzas Cárdenas Colón Jovellanos J. Grande P. Betancourt Perico Unión de Reyes Varadero Martí Los Arabos Máximo Gómez Agramonte Santa. María Calimete Bolondrón San Antonio Cabezas Juan Gualberto Gómez Limonar Carlos Rojas Alacranes Amarillas Manguito Torriente San José de los Ramos Itabo Cent. España Republicana Coliseo Cent. Australia San Miguel de los Baños Cidra Cent. Sergio González. Cent. 6 de Agosto San José de Marcos Carlota San Pedro de Mayabón Ceiba Mocha Hoyo Colorado Bermejas Banagüises Güira de Macurijes Boca de Camarioca Manuelito 1981 1970 1953 1943 1931 1919 1907 422 352 313 242 206 340 177 492 155 694 145 235 109 641 100 813 86 596 63 916 54 844 49 778 41 574 36 009 59 626 54 913 43 750 37 059 33 552 27 477 24 280 35 217 26 472 15 755 11 534 8 996 8 046 7 124 20 964 16 263 10 444 7 036 6 580 7 282 9 246 15 579 8 760 5 244 4 374 3 798 2 629 1 826 11 274 9 032 6 863 6 030 4 921 4 762 3 349 10 292 8 293 6 041 4 508 3 816 4 014 1 322 8 114 7 057 5 351 5 503 4 845 4 868 3 941 7 092 9 078 2 640 2 050 6 630 4 492 2 605 2 640 2 010 1 582 6 359 5 229 1 690 2 771 1 885 6 340 4 452 3 770 2 570 2 846 1 708 6 198 4 610 2 948 2 607 2 700 2 716 1 852 5 855 5 406 3 837 2 260 2 040 1 778 1 638 1 180 5 065 4 273 3 444 3 168 3 063 3 708 2 581 5 042 3 671 2 309 2 191 2 060 3 011 4 982 3 409 2 570 1 944 2 063 2 391 4 882 4 397 3 301 2 595 2 303 2 398 1 659 4 733 3 050 2 163 1 618 1 686 1 946 1 635 4 681 4 420 3 165 2 157 3 077 4 178 2 870 4 342 2 767 1 935 1 579 1 452 1 108 1 986 3 655 2 440 2 569 2 226 1 908 1 669 1 181 3 516 1 775 3 212 1 831 1 269 1 462 1 272 1 356 1 389 2 989 1 842 1 511 1 049 1 146 2 913 1 870 1 600 1 292 1 016 2 790 2 316 1 765 1 433 1 084 1 143 2 748 2 548 1 696 2 547 1 981 1 463 1 342 1 578 1 781 2 368 1 768 1 212 2 320 1 530 1 192 2 244 2 144 2 048 1 225 2 030 2 016 1 288 1 695 1 999 1 392 1 933 1 608 1 087 1 875 1 628 1 245 2 110 1 695 1 971 1 130 1 868 1 776 1 187 1 166 1 102 1 333 1 253 1 863 1 845 - CONTINUACIÓN: Localidad Cent. Méjico Triunvirato Guareiras Cayo Ramona Cent. Reynol García. Céspedes Guanábana Río piedra Navajas Cent. Fructuoso Rodríguez. Macagua Jesús Rabí Cent. René Fraga Cantel Cent. Granma Cent. Puerto Rico Libre Carlos Rodríguez. Cent. Jaime López Isabel Israel Ruiz El Roque Pedroso Cent. José Smith Comas Santa Ana Camilo Cienfuegos No.1 Granja Cuba Libre Guamuta Camarioca Jacán 1981 1 748 1 624 1 551 1 510 1 498 1 496 1 457 1 316 1 294 1 242 1 222 1 213 1 201 1 186 1 173 1 168 1 139 1 095 1 066 1 056 1 044 1 041 1 030 1 031 1 010 - 1970 1 521 1 411 1 310 1 577 1 235 1 092 1 331 - 1953 1 031 1 122 1 003 - Censos 1943 1 237 - 1931 1 044 1 013 - 1919 1 327 1 647 1 612 2 076 1907 1 033 - Fuente: Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas de 1981. Evolución de la urbanización en Cuba. 1907-1981. La Habana, 1984. Tabla 4. pp. 91-92. Tabla No. 13 Distribución de la población residente según tamaño de las localidades y por la nueva división político-administrativa. Provincia Matanzas. 1907. Localidades Distribución Por ciento Población porcentual acumulado Magnitud Cant Loc. Pob. Loc. Pob. Yi Xi yi xi 200 000 y más 100 000 – 199 999 50 000 – 99 999 20 000 – 49 999 2 60 289 9,09 54,99 9,09 54,99 10 000 – 19 999 9,09 54,99 5 000 – 9 999 2 16 370 9,09 14,93 18,18 69,92 2 000 – 4 999 4 12 741 18,18 11,62 36,36 81,54 1 000 – 1 999 14 20 241 63,64 18,46 100,00 100,00 TOTAL 22 109 641 100,00 100,00 Gi = 1, 2195 – 0, 6253 = 0, 5942 Xi (Yi +1) Yi (Xi-1) 499.86 999,72 499,86 635,57 2542,29 1482,40 8154,00 3636,00 12195,87 6253,83 Fuente: Elaborada por el autor a partir de Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas de 1981. Evolución de la urbanización en Cuba. 1907-1981. La Habana, 1984. Tabla 4. pp. 91-92. Tabla No. 14 Distribución de la población residente según tamaño de las localidades y por la nueva división político-administrativa. Provincia Matanzas. 1919. Localidades Distribución Por ciento Población porcentual acumulado Magnitud Cant Loc. Pob. Loc. Pob. Yi Xi yi xi 200 000 y más 100 000 – 199 999 50 000 – 99 999 20 000 – 49 999 2 69 051 6,66 47,54 6,66 47,54 10 000 – 19 999 6,66 47,54 5 000 – 9 999 2 15 328 6,66 10,55 13,32 58,09 2 000 – 4 999 12 39 597 40,01 27,37 53,33 85,36 1 000 – 1 999 14 21 259 46,67 14,64 100,00 100,00 TOTAL 30 145 235 100,00 100,00 Gi = 1,2583 – 0, 7173 = 0,5410 Xi (Yi +1) Yi (Xi-1) 316,62 633,23 316,62 386,88 3097,94 1136,99 8536,00 5333,00 12583,79 7173,49 Fuente: Elaborada por el autor a partir de Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas de 1981. Evolución de la urbanización en Cuba. 1907-1981. La Habana, 1984. Tabla 4. pp. 91-92. Tabla No. 15 Distribución de la población residente según tamaño de las localidades y por la nueva división político-administrativa. Provincia Matanzas. 1931. Localidades Distribución Por ciento Población porcentual acumulado Magnitud Cant Loc. Pob. Loc. Pob. Yi Xi yi xi 200 000 y más 100 000 – 199 999 50 000 – 99 999 20 000 – 49 999 2 83 330 6,66 53,53 6,66 53,53 10 000 – 19 999 6,66 53,53 5 000 – 9 999 2 15 576 6,66 10,00 13,32 63,53 2 000 – 4 999 12 37 226 40,01 23,91 53,33 87,44 1 000 – 1 999 14 19 562 46,67 12,56 100,00 100,00 TOTAL 30 155 694 100,00 100,00 Gi = 1,3201 – 0,7277 = 0,5924 Xi (Yi +1) Yi (Xi-1) 356,51 713,02 356 51 423,11 3388,05 1164,70 8744,00 5333,00 13201,58 7277,32 Fuente: Elaborada por el autor a partir de Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas de 1981. Evolución de la urbanización en Cuba. 1907-1981. La Habana, 1984. Tabla 4. pp. 91-92. Tabla No. 16 Distribución de la población residente según tamaño de las localidades y por la nueva división político-administrativa. Provincia Matanzas. 1943. Localidades Distribución Por ciento Magnitud Cant Población porcentual acumulado Loc. Pob. Loc. Pob. Yi Xi yi xi 200 000 y más 100 000 – 199 999 50 000 – 99 999 1 54 844 3,23 30,90 3,23 30,90 20 000 – 49 999 1 37 059 3,23 20,88 6,46 51,78 10 000 – 19 999 1 11 534 3,23 6,50 9,69 58,28 5 000 – 9 999 3 18 569 9,67 10,46 19,36 68,74 2 000 – 4 999 14 39 207 45,16 22,09 64,52 90,83 1 000 – 1 999 11 16 279 35,48 9,17 100,00 100,00 TOTAL 31 177 492 100,00 100,00 Gi = 1,5347 – 0, 9420 = 0,5927 Xi (Yi +1) Yi (Xi-1) 199,61 501,75 167,25 376,49 666,09 1758,47 6452,00 9420,30 1128,30 4435,10 9083,00 15347,76 Fuente: Elaborada por el autor a partir de Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas de 1981. Evolución de la urbanización en Cuba. 1907-1981. La Habana, 1984. Tabla 4. pp. 91-92. Tabla No. 17 Distribución de la población residente según tamaño de las localidades y por la nueva división político-administrativa. Provincia Matanzas. 1953. Localidades Distribución Por ciento Población porcentual acumulado Magnitud Cant Loc. Pob. Loc. Pob. Yi Xi yi xi 200 000 y más 100 000 – 199 999 50 000 – 99 999 1 63 916 3,03 30,98 3,03 30,98 20 000 – 49 999 1 43 750 3,03 21,20 6,06 52,18 10 000 – 19 999 2 26 199 6,06 12,70 12,12 64,88 5 000 – 9 999 4 23 499 12.,12 11,39 24,24 76,27 2 000 – 4 999 11 29 974 33,33 14,53 57,57 90,80 1 000 – 1 999 14 19 002 42,43 9,20 100,00 100,00 TOTAL 33 206 340 100,00 100,00 Gi = 1,5863 – 0, 9433 = 0,6430 Xi (Yi +1) Yi (Xi-1) 187,74 632,42 158,10 393,17 924,39 2200,99 5757,00 9433,65 1572,69 4390,86 9080,00 15863,71 Fuente: Elaborada por el autor a partir de Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas de 1981. Evolución de la urbanización en Cuba. 1907-1981. La Habana, 1984. Tabla 4. pp. 91-92. Tabla No. 18 Distribución de la población residente según tamaño de las localidades y por la nueva división político-administrativa. Provincia Matanzas. 1970. Localidades Distribución Por ciento Población porcentual acumulado Magnitud Cant Xi (Yi +1) Yi (Xi-1) Loc. Pob. Loc. Pob. Yi Xi yi xi 200 000 y más 100 000 – 199 999 50 000 – 99 999 2 141 509 4,54 45,18 4,54 45,18 307,68 243,48 20 000 – 49 999 1 26 472 2,27 8,45 6,81 53,63 486,96 400,56 10 000 – 19 999 1 16 263 2,27 5,19 9,08 58,82 1336,39 671,65 5 000 – 9 999 6 47 449 13,64 15,15 22,72 73,97 4034,32 2044,34 2 000 – 4 999 14 50 150 31,82 16,01 54,54 89,98 8998,00 5454,00 -1 000 – 1 999 20 31 399 45,46 10,02 100,00 100,00 100,00 100,00 15163,35 TOTAL 44 313 242 8814,03 Gi = 1,5163 – 0,8814 = 0,6349 Fuente: Elaborada por el autor a partir de Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas de 1981. Evolución de la urbanización en Cuba. 1907-1981. La Habana, 1984. Tabla 4. pp. 91-92. Tabla No. 19 Distribución de la población residente según tamaño de las localidades y por la nueva división político-administrativa. Provincia Matanzas. 1981. Localidades Distribución Por ciento Población porcentual acumulado Magnitud Cant Xi (Yi +1) Yi (Xi-1) Loc. Pob. Loc. Pob. Yi Xi yi xi 200 000 y más 100 000 – 199 999 1 100 813 1,47 23,87 1,47 23,87 70,18 55,85 50 000 – 99 999 1 59 626 1,47 14,12 2,94 37,99 223,38 150,79 20 000 – 49 999 2 56 181 2,94 13,30 5,88 51,29 527,77 353,27 10 000 – 19 999 3 37 145 4,41 8,79 10,29 60,08 1502,00 769,49 5 000 – 9 999 10 62 101 14,71 14,70 25,00 74,78 4068,78 2246,50 2 000 – 4 999 20 63 692 29,41 15,08 54,41 89,86 8986,00 5441,00 -1 000 – 1 999 31 42 794 45,59 10,14 100,00 100,00 100,00 100,00 15378,11 TOTAL 68 422 352 9016,90 Gi = 1,5378 – 0,9016 = 0,6362 Fuente: Elaborada por el autor a partir de Comité Estatal de Estadísticas. Instituto de Demografía y Censos. Censo de Población y Viviendas de 1981. Evolución de la urbanización en Cuba. 1907-1981. La Habana, 1984. Tabla 4. pp. 91-92. RELACIÓN DE LOS MUNICIPIOS Y BARRIOS. PROVINCIA DE MATANZAS. CENSO DE 1953. Municipio y barrio AGRAMONTE Municipio y barrio Municipio y barrio 1. Asiento 2. Cabecera 3. Caobillas 4. Jabaco ALACRANES 5. Estante 6. Este 27. Pueblo Nuevo 7. Oeste 8. Tinajitas 33. Tosca 34. Toscano COLÓN BOLONDRÓN 35. Agüica 36. Este 37. Guareiras 38. Jacán 12. Bolondrón 39. Laguna Grande 13. Galeón 14. Gonzalo 40. Oeste 41. Palmillas 65. Monte Alto 15. Güira de Macurije GUAMACARO 16. Las Piedras 17. Lucía 26. Méndez Capote 52. Pueblo 53. Rovira 28. Varadero JOVELLANOS 29. Versalles 54. Asunción CARLOS ROJAS 55. Isabel 30. Cabecera 56. Realengo 31. Madan 57. San José 32. San Joaquín JUAN Municipio y barrio Municipio y barrio 77. Río de la Palma 104. Punta Brava MATANZAS 78. Bachicha 79. Bailén 80. Barracones 81. Bellamar 82. Camarioca 83. Cárcel 105. Torriente 106. Tramojos PERICO 107. Altamisal 108. Norte 109. Quintana 110. Roque 58. Canímar 59. La Palma 60. Mondéjar 84. Ceiba Mocha 111. Sur 112. Ting 113. Bija 61. Pueblo 87. Guanábana 88. Ojo de Agua 89. Refugio 90. San Luis 114. Cabecera 115. Lima 116. Magdalena 91. San Severino SAN JOSÉ DE LOS RAMOS 92. Simpson 93. Versalles 118. Banagüises 119. Cunagua MANGUITO 94. Yumurí 120. San José de los Ramos 42. Canímar 67. Amarillas MÁXIMO GÓMEZ SANTA (CIDRA) 43. Caobas 44. Coliseo 68. Calimete 69. Céspedes 95. Máximo Gómez 121. Bermejales 122. Cidra 70. Dos Hermanas 97. Sabanilla 20. Tienda Nueva 45. Guamacaro 46. Limonar 71. Manguito 21. Zapata CÁRDENAS 47. San Miguel 48. Sumidero MARTÍ 72. Guamutas PEDRO 124. San Ignacio BETANCOURT 98. Cabecera Norte 125. Santa Ana 22. Cantel JAGÜEY GRANDE 73. Lacret 23. Fundición 24. Guásimas 25. Marina 49. Gallardo 74. La Teja 50. López 75. Martí 51. Murga-Sinú 76. Motembo ARCOS DE CANASÍ 9. Cabecera 10. Norte 11. Sur 18. Manuel Álvarez 19. Punta Brava GUALBERTO GÓMEZ 62. Río de Auras LOS ARABOS 63. Cabecera 64. Macagua 66. San Pedro de Mayabón 85. Colón 86. Corral Nuevo 96. Rancho del Medio 117. Vieja Bermeja ANA 123. San Cayetano 99. Cabecera Sur UNIÓN DE REYES 100. Ciego 126. Iglesia 101. Linche 102. Navajas 103. Platanal 127. Unión