Suple Uro2 2010 - Revista Mexicana De Urología

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EDITORIAL Mensaje del Editor E l Congreso Nacional de Urología de la Sociedad Mexicana de Urología es un fiel reflejo del esfuerzo de los urólogos de nuestro país, especialmente del grupo que conforma la mesa directiva que le corresponde organizarlo. En él, se concluye la dedicación de muchas horas de trabajo con el propósito de tener cada año una mejor organización, calidad científica y social que nuestros tiempos exigen. A los asistentes, participantes e invitados, entre otros, nos toca colaborar con los organizadores para lograr un congreso exitoso y convivir en armonía, participando de las actividades académicas y sociales con el fin de incrementar nuestros conocimientos y lazos de amistad en un bello escenario, como lo es Cancún, Quintana Roo. En el presente suplemento están incluidos los trabajos que se enviaron para enriquecer el programa científico, producto de la organización del pensamiento clínico y científico de numerosos urólogos de varias partes del país y del extranjero, que realizaron estudios de investigación o aportaciones de su experiencia en trabajos libres, carteles, videos y casos clínicos, todos ellos, muy valiosos para mejorar el conocimiento clínico del ejercicio urológico. Dentro de los trabajos enviados en sus diferentes modalidades felicitamos a los urólogos que tuvieron la decisión de concluir sus colaboraciones en el formato para su publicación en la Revista Mexicana de Urología, mismos que serán tomados en cuenta para concurso dentro del congreso y publicados en nuestra revista. Para aquellos trabajos que aún no están en el formato de publicación, los exhortamos a terminarlos para que obtengan la validez que se requiere en todo trabajo de investigación: la validez de la publicación, pues un estudio no se puede considerar finalizado hasta que no haya sido difundido en el ámbito que pueda ser de interés. En la Sociedad Mexicana de Urología todos debemos estar conscientes que nuestro órgano oficial de difusión, la Revista Mexicana de Urología, tendrá el impacto científico que todos en su conjunto queramos darle, enviando trabajos para publicación de alto nivel científico; asimismo, podremos incrementar su presencia en los índices de mejor nivel mundial y afianzar su internacionalización con su difusión bilingüe (español e inglés) con su página propia enlazada a la de nuestra sociedad: www.revistamexicanadeurologia.com Dr. Luis R. Beas Sandoval Editor • CONTENTS • CONTENIDO Editorial Editorial LXI CONGRESO NACIONAL DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA LXI CONGRESO NACIONAL DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA Presentation of works/ Video 1 Presentación de trabajos en video 1 Presentation of works/ Free Works 19 Presentación de trabajos libres 19 Presentation of works/ Clinical Cases 61 Presentación de casos clínicos 61 Presentation of works/ Posters 63 Presentación de trabajos en cartel 63 CONGRESO NACIONAL LXI Congreso Nacional de la Sociedad Mexicana de Urología Presentación de trabajos en video Reconstrucción ureteral con técnica de colgajo de Boari para el tratamiento de fístula ureterovaginal, con acceso robótico. Primera experiencia en Latinoamérica René Sotelo,1 Oswaldo Carmona,1 Robert de Andrade,1 Juan Arriaga,2 Camilo Giedelman,1 José Saavedra1 1 Instituto Médico “La Floresta”. Caracas, Venezuela. 2 Hospital General del Estado, SSA. Hermosillo, Sonora, México. Objetivo del estudio: Presentar el primer caso reportado en Latinoamérica. Paciente de género femenino, de 53 años de edad, con 95 kg de peso y estatura de 1.56 m, para un índice de masa corporal de 39; antecedente de tabaquismo crónico intenso. Antecedentes quirúrgicos de cesárea, hernioplastias umbilical y epigástrica e histerectomía abdominal por liomiomatosis uterina hace 6 meses. Consulta por incontinencia urinaria, la cual ha progresado desde que se le practicó la histerectomía, por lo que necesita usar 8 pañales al día. Por cistoscopia se observa proceso inflamatorio en trígono vesical, con salida de índigo carmín por el meato ureteral derecho y a través de la cúpula vaginal, pero no por el meato ureteral izquierdo. En estudio tomográfico se detecta trayecto fistuloso ureterovaginal izquierdo. Se realiza reconstrucción ureteral izquierda con técnica de colgajo de Boari por laparoscopia, con asistencia robótica; se mantiene hospitalizada a la paciente durante tres días, sin que ocurran complicaciones postoperatorias. Se retira sonda de Foley a las tres semanas y se quita sonda ureteral a las cuatro semanas. Cuatro meses después, la paciente se mantiene asintomática, no sufre incontinencia urinaria y sus urocultivos son negativos. Manejo laparoscópico de litiasis renal Sotelo-Noguera René J,1 De-Andrade Robert,1 Carmona Oswaldo,1 ArriagaAguilar Juan,2 Giedelman-Cuevas Camilo A,1 Saavedra-Dugarte José G,1 Saldaña Mario3 1 Instituto Médico “La Floresta”. Caracas, Venezuela. 2 Hospital General del Estado, SSA. Hermosillo, Sonora, México. 3 Clínica Número 25 IMSS. Monterrey, Nuevo León, México. Objetivo: Presentar la técnica de procedimientos laparoscópicos para el tratamiento de la litiasis renal. Material y métodos: Se revisaron dos casos de litiasis renal, ambos en pacientes de género femenino y sin antecedente de cirugía abdominal. Se utilizó acceso transperitoneal. Resultados: En uno de los casos se practicó cirugía anatrófica con 26 minutos de isquemia y se obtuvo un cálculo coraliforme completo; el otro caso quirúrgico fue una pielolitotomía con la que se obtuvieron múltiples litos inmersos en abundante matriz. La media de duración en ambos procedimientos fue de 120 minutos. No se desarrollaron complicaciones. Conclusiones: Los procedimientos laparoscópicos parecen otra opción excelente para el tratamiento de litiasis en porción superior del aparato urinario superior. Heminefrectomía polar superior por NOTES (Natural Orifice Transluminal Endoscopic Surgery) híbrido con acceso transvaginal Sotelo-Noguera René J,1 De-Andrade Robert,1 Carmona Oswaldo,1 Gill-S Inderbir,2 Arriaga-Aguilar Juan,3 Giedelman-Cuevas Camilo A,1 Saavedra-Dugarte José G1 1 Instituto Médico “La Floresta”. Caracas, Venezuela. 2 USC University Hospital. Los Angeles CA, USA. 3 Hospital General del Estado, SSA. Hermosillo, Sonora, México. Antecedentes: La duplicación de pelvis renal y uréter es la anomalía más frecuente de la porción superior del aparato urinario. La heminefrectomía de polo superior es el tratamiento que se aplica cuando las anomalías de duplicación se acompañan de ureterocele y ectopia ureteral relacionados con fracción de polo superior no funcional o infectada. Objetivos: Describir la cirugía de NOTES híbrido de polo superior transvaginal en una paciente de 24 años con infecciones recurrentes y función deficiente del polo superior derecho. Métodos: Se llevó a cabo el procedimiento con un trócar de cirugía bariátrica por la vagina y un dispositivo de puerto simple multicanal (Triport, Olympus Surgical) en el ombligo. Se movilizó el colon e identificaron ambos uréteres. Se ejerció tracción sobre el uréter superior, hacia el polo superior. Se seccionó el uréter, que fue liberado detrás del hilio renal. Se identificó y seccionó el aporte vascular del polo superior. Se utilizó bisturí ultrasónico para la heminefrectomía. Se extrajo la muestra por vía vaginal. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 1 Presentación de trabajos en video Resultados: Tiempo de operación 150 minutos. Hemorragia de 50 cc. Después de una semana, se realiza exploración laparoscópica a la paciente, ya que se halló un urinoma en el lecho quirúrgico. Se realizó la aspiración del urinoma y la colocación de drenaje. La paciente se recuperó sin problemas. En la consulta de revisión a los 6 meses, ella persiste asintomática y su urocultivo es negativo. Conclusiones: La heminefroureterectomía híbrida transvaginal NOTES es factible. Al colocar un puerto transvaginal y otro puerto umbilical, se restaura la muy necesaria triangulación, al mismo tiempo que se logra un resultado estético prácticamente sin cicatrices. El acceso híbrido sirve como un paso seguro para procedimientos NOTES puros. Manejo laparoscópico de las hernias incisionales Sotelo-Noguera Rene J,1 Carmona Oswaldo,1 De-Andrade Robert,1 ArriagaAguilar Juan,2 Giedelman-Cuevas Camilo A,1 Saavedra-Dugarte José G1 1 Instituto Médico “La Floresta”. Caracas, Venezuela 2 Hospital General del Estado, SSA. Hermosillo, Sonora, México. Introducción: Las aplicaciones de la laparoscopia se encuentran en franca expansión en la cirugía urológica; han evolucionado con la experiencia y se han aportado datos que confirman sus resultados equivalentes a largo plazo. Aunque las complicaciones son poco frecuentes, han tenido efecto significativo en la reducción de la morbilidad perioperatoria y la rapidez de recuperación. Objetivos: Informar acerca de la experiencia de los autores en el tratamiento laparoscópico de hernias incisionales, después de cirugía laparoscópica. Antecedentes: Estudios multicéntricos de procedimientos laparoscópicos informan que se forman hernias postincisionales con una frecuencia de 0.2 a 1.8%. Asimismo, se informa que el mejor tratamiento es la reparación laparoscópica con colocación de malla. Material y métodos: Se trató a dos pacientes con antecedentes de prostatectomía radical laparoscópica, quienes padecían hernia incisional en la cicatriz umbilical, que fue el sitio donde se colocó un tócar de 10 mm. Una vez determinado el diagnóstico, se llevó a cabo la reparación por laparoscopia, con colocación de malla, sin complicaciones en el postoperatorio. Resultados: Reparación completa del defecto herniario sin que se observara ningún tipo de complicación ni recidiva en las consultas posteriores. Conclusiones: Se tienen mayor posibilidad tratar las hernias incisionales por procedimiento laparoscópico mientras más temprano se determine el diagnóstico; además, causa mínima morbilidad y propicia recuperación más temprana. Reconocimiento y manejo de las lesiones de recto durante la prostatectomía radical robótica Sotelo-Noguera René J,1 Carmona Oswaldo,1 De-Andrade Robert,1 Arriaga Juan,2 Giedelman-Cuevas Camilo A,1 Saavedra-Dugarte José G1 1 Instituto Médico “La Floresta”. Caracas, Venezuela 2 Hospital General del Estado, SSA. Hermosillo, Sonora, México Antecedentes: La incidencia de lesión rectal durante prostatectomía robótica, según se informa en las publicaciones 2 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 médicas, oscila de 0.2 a 0.8%. Este problema puede ocurrir en cualquier parte de la glándula prostática, incluso en su base, en la trayectoria posterolateral de las bandeletas neurovasculares o en la punta de la próstata. Debido a esta baja incidencia, es posible que el cirujano no la considere y la descarte durante el procedimiento. Objetivo: Ilustrar los diferentes cuadros clínicos de lesiones rectales producidas durante prostatectomía radical robótica y revisar las técnicas de reparación que pueden servir como referencia para la práctica quirúrgica. Métodos: Se tomaron muestras de lesiones de recto que sucedieron durante prostatectomía radical con la finalidad de localizar las distintas áreas de la glándula prostática donde se produjeron. Se aplicaron diferentes técnicas para identificar dichas lesiones: con la prueba de las burbujas, exploración digital del recto y la prueba de la luz visible y el guante con el rectoscopio. Resultados: Las pruebas diagnósticas de las burbujas y de la luz, confirmaron lesiones rectales que sólo fueron consideradas en la exploración quirúrgica. En el peritoneo del fondo de saco se halló una lesión similar a la rectal, la cual fue descrita y explicada. La sutura libre de tensión en dos planos y la interposición de epiplón constituyeron aspectos clave para la reparación de las lesiones rectales. Conclusiones: A veces, la lesión rectal resulta una complicación devastante, que resulta letal cuando no se establece el diagnóstico en el quirófano. Sin la posibilidad del tacto que ofrece la cirugía abierta, el diagnóstico de la lesión rectal durante prostatectomía robótica requiere de técnicas específicas. Conocer el diagnóstico y el manejo de estas técnicas resulta crucial para disminuir la morbimortalidad de la prostatectomía radical robótica. Alternativas terapéuticas para evitar fuga urinaria después de prostatectomía radical, laparoscópica o robótica Sotelo-Noguera René J,1 Carmona Oswaldo,1 De-Andrade Robert,1 ArriagaAguilar Juan,2 Saldaña-Guajardo Mario J,3 Giedelman-Cuevas Camilo A,1 Saavedra-Dugarte José G1 1 Instituto Médico “La Floresta”. Caracas, Venezuela. 2 Hospital General del Estado, SSA. Hermosillo, Sonora, México. 3 IMSS Clínica 25. Monterrey, Nuevo León, México. Introducción: Después de prostatectomía laparoscópica, en alrededor de 10% de los casos se produce fuga por la anastomosis; la mayoría de las veces, el problema se resuelve con medidas conservadoras y sólo de 0.9 a 2.5% de los pacientes requiere intervención quirúrgica. Objetivo: Compilar el material de archivo disponible acerca de diferentes cirugías, en diversas circunstancias clínicas, con roturas de anastomosis, tanto parciales como totales. Material y métodos: El presente estudio es una combinación de (1) revisión de la literatura sobre las técnicas terapéuticas para evitar fuga urinaria por la anastomosis, (2) una presentación de la experiencia de un sólo cirujano en 650 casos de pacientes que se sometieron a prostatectomía laparoscópica o robótica entre los años 2002 y 2009, y (3) una compilación multiinstitucional de videos que señalan y detallan sus diferentes técnicas para tratar la fuga urinaria. Resultados: De los 650 pacientes tratados, doce padecían trastorno clínico de fuga urinaria (1.8%). De esos 12 casos, una anastomosis fue realizada con puntos de sutura separados y las Presentación de trabajos en video otras 11 con sutura continua de monocrilo 2-0. En 3 casos se encontró gran cantidad de orina en cavidad abdominal, lo cual se resolvió con la colocación bilateral de sondas en doble jota. De los pacientes con fuga, 42% ya habían sido operados de la próstata. Conclusiones: La fuga urinaria es poco frecuente y a menudo se resuelve de manera espontánea. El conocimiento de las posibilidades del tratamiento conservador es fundamental ante estas circunstancias desafiantes y, cuando tales medidas fallan, es posible realizar reparación laparoscópica o robótica de manera segura. Reparación de fístula vesicovaginal, accesos laparoscópico y robótico Sotelo-Noguera René J,1 Carmona Oswaldo,1 De-Andrade Robert,1 ArriagaAguilar Juan,2 Saldaña-Guajardo Mario J,3 Giedelman-Cuevas Camilo A,1 Saavedra-Dugarte José G1 1 Instituto Médico “La Floresta”. Caracas, Venezuela. 2 Hospital General del Estado, SSA. Hermosillo, Sonora, México. 3 IMSS Clínica 25, Monterrey, Nuevo León, México. Introducción: Las fístulas vesicovaginales son una complicación de cirugía uroginecológica; se estima que su incidencia oscila entre 0.3 y 2%. El 90% de los casos es posterior a la realización de una histerectomía abdominal. Objetivo: Mostrar las técnicas laparoscópica y robótica, como alternativas mínimamente invasivas para el tratamiento quirúrgico de esta patología. Métodos: Se realizó reparación de la fístula por vía laparoscópica en 28 pacientes y por técnica robótica en una paciente. En todos los casos se utilizó asistencia cistoscópica, intubación del trayecto fistuloso, resección del mismo, rafia de vagina y de vejiga en dos planos e interposición de colgajo con apéndices epiplóicos. Resultados: Se realizó el procedimiento en 28 casos por técnica laparoscópica. La edad promedio de las pacientes era de 39 años, 93% de ellas tenía antecedente de histerectomía y en 75% de los casos no hubo tratamiento previo de fístula; la mayoría de las pacientes recibió tratamiento conservador por más de 2 meses. Conversión: 0%. Promedio de hospitalización: 3 días. Promedio de permanencia de sonda de Foley: 10.4 días. Periodo de vigilancia en meses: 26 (límites de 3 a 60 meses). Se produjeron 2 complicaciones y una recidiva en las 28 pacientes. En el caso en que se practicó corrección robótica de la fistula se tuvo éxito durante la intervención y en el postoperatorio al cabo de 2 meses de vigilancia. Análisis: Se destaca que a 75% de las pacientes intervenidas se les había dado tratamiento conservador, sin éxito. Estas técnicas mínimamente invasivas constituyen una alternativa excelente para resolver el cuadro: similar tiempo de hospitalización y permanencia de sonda que en la cirugía convencional abierta. Conclusiones: Las técnicas de mínima invasión (laparoscópica o robótica) constituyen una alternativa al tratamiento de la fístula vesicovaginal por vía abdominal. Complicaciones durante la prostatectomía radical robótica Sotelo-Noguera René J,1 Carmona Oswaldo,1 De-Andrade Robert,1 PatelVipul,2 Tuerk Ingolf,3 Arriaga-Aguilar Juan,4 Saldaña-Guajardo Mario J,5 Giedelman-Cuevas Camilo A, Saavedra-Dugarte José G1 Instituto Médico “La Floresta”. Caracas, Venezuela. Florida Hospital Global Robotics Institute, Celebration FL, USA. 3 Caritas St. Elizabeth´s Medical Center, Boston MA, USA. 4 Hospital General del Estado SSA. Hermosillo, Sonora, México. 5 IMSS Clínica 25, Monterrey, Nuevo León, México. 1 2 Introducción: Con todas las técnicas de prostatectomía radical es posible que surjan complicaciones; por lo tanto, es importante la identificación y tratamiento de estos problemas en el entorno de la cirugía robótica, ya que plantea dificultades únicas. Objetivo: El objetivo de este vídeo es presentar imágenes de algunas de las complicaciones que pueden ocurrir con la prostatectomía robótica. Métodos: se ha compilado una serie de videos quirúrgicos recabados en múltiples instituciones. Estos videos muestran diferentes lesiones: en el nervio obturador, en la vena ilíaca externa, hemorrágicas de la vena dorsal, ureterales, rectales, rotura de anastomosis y la progresión del clip de Hem-o-lock. En cada caso se muestra el tratamiento que se dio según las circunstancias. Resultados: En estos videos se demuestra la importancia de la identificación temprana de las lesiones y complicaciones, sean laparoscópicas o robóticas, así como el tratamiento correcto de estas complicaciones. Conclusiones: Con la técnica robótica de prostatectomía radical se tiene el mismo espectro de complicaciones que con la cirugía abierta o la laparoscópica. Las complicaciones no son inherentes al robot, ya que a veces se deben a error del cirujano, técnica incorrecta o ambas cosas. La identificación temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales cuando aparecen estas complicaciones. Prostatectomía radical laparoscópica extraperitoneal Barroso-Chávez Alejandro, Hernández-León Omar Hospital Juárez de México, México, D.F. La prostatectomía radical es el tratamiento recomendado para pacientes con cáncer de próstata que, por lo demás, gozan de buena salud y su esperanza de vida es de por lo menos 10 años. La operación erradica el cáncer en la mayoría de los casos, pero no está exenta de morbilidad y mortalidad. Con intención de disminuir la morbilidad de la cirugía convencional, se ha desarrollado la técnica de prostatectomía radical laparoscópica (PRL). Los primeros que publicaron esta técnica fueron Schuessler, Guillonneau y Vallancien del Instituto Montsouris de París, quienes la desarrollaron y lograron que hoy sea una operación de rutina en muchos hospitales. La PRL es la más reciente innovación técnica en el tratamiento del cáncer de próstata. Para el cirujano, este procedimiento ofrece mejor visualización de la anatomía, menos pérdida de sangre, y mejor conservación de las estructuras anatómicas; para el paciente, la prostatectomía radical laparoscópica virtualmente elimina el periodo de convalecencia postoperatoria. Material y métodos: Se presenta el caso de paciente masculino de 62 años de edad sin antecedentes de importancia, quien padecía cáncer de próstata localizado T1c, APE de 10, Gleason 3 + 3 = 6, con más de 50% de biopsias positivas (8 biopsias) en ambos lados. Se le practicó prostatectomía radical laparoscópica. Resultados: El procedimiento quirúrgico tuvo una duración de 3 horas, sangrado de más o menos 300 ml durante la Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 3 Presentación de trabajos en video intervención, ninguna complicación durante la cirugía ni en el posoperatorio; se colocó drenaje rígido que se quitó al 4 después de la operación. Se dio de alta al paciente a las 48 hrs de la intervención. Discusión: La PRLE tiene varias ventajas potenciales sobre la prostatectomía radical laparoscópica por vía transperitoneal. En primer lugar, al no crearse neumoperitoneo, se evitan las complicaciones derivadas de la disminución del retorno venoso propias del neumoperitoneo; en segundo lugar, se facilita el acceso en pacientes con cirugías intraabdominales previas al evitar las sinequias y adherencias intraperitoneales; de la misma manera, al mantener el campo quirúrgico fuera de la cavidad peritoneal, se minimiza la posibilidad de complicaciones mecánicas o térmicas en las vísceras huecas intraabdominales. Con la técnica transperitoneal se requiere colocar al paciente en posición de Trendelenburg, lo cual no es necesario para la PRLE; de esta manera se evitan las complicaciones debidas a la posición, como restricción ventilatoria. Por último, la técnica extraperitoneal permite confinar posibles complicaciones como hemorragia y filtración urinaria al espacio extraperitoneal, lo que abre la posibilidad de practicar un tratamiento conservador en estos casos. Conclusión: En el Hospital Juárez de la Ciudad de México, la prostatectomia radical laparoscópica extraperitoneal ha dado buenos resultados, tanto oncológicos como de mínima invasión; en dicha institución se han realizado 8 PRL por esta técnica en el periodo de 1 año; por tal motivo era de vital importancia exponer uno de estos casos en este video. Ureterectomía laparoscópica y rodete vesical asistido con resección transuretral Camarena-Reynoso Héctor R, Solares-Sánchez Mario E, Martínez-Cervera Pedro, Álvarez-Velazco Gustavo, Gallardo Jesús, Jiménez-Ríos Miguel A. Instituto Nacional de Cancerología, México. Antecedentes: La primera nefroureterectomía laparoscópica fue realizada por Clayman en 1991. Desde entonces, se han determinado los aspectos técnicos y la seguridad de los procedimientos laparoscópicos hasta quedar bien establecidos. En la actualidad hay múltiples series de nefroureterectomías laparoscópicas publicadas; en cada una se aplicaron las distintas técnicas (transperitoneal o retroperitoneal) y diversos tratamientos de uréter distal y rodete (abierto, resección transuretral y laparoscópico). El tratamiento mínimamente invasivo no es ventajoso sobre otros en relación con morbilidad, resultados estéticos y regreso a la actividad. Sin embargo, todos han causado menor morbilidad que la cirugía abierta. La eficacia de la nefroureterectomía laparoscópica en relación con el control del cáncer está bien determinada, con tasas de supervivencia, recurrencia local e índice de metástasis a distancia similares a la cirugía abierta. Caso clínico: Paciente de género masculino con 64 años de edad y antecedentes de tabaquismo durante 10 años (consumo de 3 cigarrillos a la semana), suspendido hace 24 años. Esta persona padecía diabetes mellitus de 2 años de evolución, tratada con hipoglucemiantes por vía oral y control adecuado. El padecimiento actual inició con hematuria macroscópica. Acudió con urólogo fuera del instituto, quien le solicitó TAC en la que halló bolsa hidronefrótica en lado derecho, lito incrustado en pelvis renal, quiste complejo con componentes sólidos en porción medial de la bolsa hidronefrótica y exclusión del riñón derecho. El paciente fue enviado al Instituto Nacional de 4 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 Cancerología (INCan). En el interrogatorio informó que había perdido 11 kg de peso en 2 meses. Se realizó biometría hemática y se detectó anemia hipocrómica normocítica, con niveles normales de calcio sérico, deshidrogenasa láctica y fosfatasa alcalina; los resultados de las pruebas de función hepática estuvieron dentro de parámetros normales. No se observaron alteraciones en tele de tórax ni en cistoscopia. Los estudios de citología urinaria dieron resultados negativos y la pielografía ascendente no indicó defectos de llenado en uréter, pero el medio de contraste no logró llegar a la pelvis, a causa de un lito incrustado. Por nefrectomía radical derecha sin complicaciones, se detectó carcinoma urotelial papilar de bajo grado en pelvis renal, con diferenciación escamosa focal. Se determinó límite quirúrgico de uréter y no se hallaron signos de células neoplásicas en vasos. No se detectaron metástasis ganglionares, pero se hallaron pruebas de hemorragia reciente en glándula suprarrenal derecha. Ante este descubrimiento de histopatología, se decidió programar ureterectomía laparoscópica con rodete vesical y resección transuretral para asistencia. Se colocó el paciente en posición de dorsolitotomía, con inclinación lateral izquierda a 45°. Se abrió rodete de mucosa del meato ureteral derecho, con 5mm de margen meata,l hasta observar tejido muscular; se introdujo sonda ureteral derecha y se inició tiempo abdominal laparoscópico, para lo que se colocaron 3 trócares (uno de 10mm a la altura del ombligo y 2 más, de 5 y 10 mm, a nivel de la línea clavicular media. Se liberaron adherencias de otra cirugía anterior, se identificó el uréter y se le disecó desde su ligadura de cirugía previa y siguiendo su trayectoria hasta la unión ureterovesical; simultáneamente, se continuó con resección de rodete vesical transuretral con asa de corte, bajo visión directa y laparoscópica. Se extrajeron uréter y rodete por uno de los puertos de laparoscopia; se realizó el cierre del defecto vesical con puntos totales seromusculares; se corroboró inexistencia de fugas y se verificó la hemostasia. Se calculó sangrado de más o menos 150 cc. El paciente evolucionó bien y se le dio de alta al siguiente día. El resultado del estudio de histopatolgía fue: uréter y rodete vesical con fibrosis, inflamación crónica leve inespecífica y reacción granulomatosa a cuerpo extraño en la adventicia. Conclusión: La ureterectomía laparoscópica asistida con resección transuretral es una opción terapéutica viable para pacientes tratados previamente con nefrectomía radical. Es un procedimiento seguro, con baja morbimortalidad y que permite al paciente una rápida recuperación y pronto retorno a sus actividades Reparación laparoscópica tipo O´connor de fístula vesicovaginal con interposición de apéndice epiploico Cruz-Nuricumbo Eduardo, Villalobos-Gollás Miguel, Narváez-Morales José Antonio, Celis José Luis, Tiscareño-Pérez Jorge Mario División de Urología, Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán. México. Antecedentes: La histerectomía abdominal es la principal causa de origen de fístula vesicovaginal, con un porcentaje del 0.1 al 0.2%. Hay diferentes vías de acceso para el tratamiento de fístulas vesicovaginales, aunque por lo general se prefieren el acceso vaginal para fístulas infratrigonales y el abdominal para fístulas supratrigonales o pacientes con vagina estrecha y fístula cercana a los uréteres, entre otras. La primera descripción del acceso laparoscópico fue realizada por Nezhat en 1994 Presentación de trabajos en video y el primer informe de su empleo en México fue presentado por Montoya en 2007. Objetivo: Presentar el caso y la técnica de corrección de fístula vesicovaginal por vía laparoscópica. Materiales y métodos: Paciente de género femenino con 42 años de edad y los siguientes antecedentes: histerectomía abdominal por miomatosis uterina en 2008, plastia de fístula vesicovaginal por acceso vaginal, tres meses después, y recurrencia de fístula a los 8 meses. Resto sin importancia. Padecimiento actual caracterizado por salida de orina continua por vía vaginal. Se realizó cistograma en octubre de 2009 y se observó fuga supratrigonal de medio de contraste. Se practicó cistoscopia en junio de 2010 y se observó orificio fistuloso supratrigonal de 0.5 cm de diámetro, en posición media, a dos centímetros de cada meato ureteral. Resultados: Se realizó cierre de fístula vesicovaginal por acceso transabdominal laparoscópico, con tiempo quirúrgico de 295 minutos y sangrado de 50 cc. Se siguieron los siguientes pasos: 1. cistoscopia con canalización de uréteres y trayecto fistuloso, 2. creación de neumoperitoneo por técnica de Hasson, 3. liberación de adherencias, 4. apertura de fondo vesical hasta trayecto fistuloso, 5. disección por separado de capa vaginal y capa vesical, 6. cierre transversal en un plano vaginal, con interposición de apéndice epiploico y cierre longitudinal de vejiga en un plano. 7. colocación de drenajes y prueba de llenado vesical con 200 cc. Extracción de sondas ureterales a los 3 días del postoperatorio, retiro de sonda de Foley a los 18 días. Cistograma a los 20 días del postoperatorio, sin signos de fuga del medio de contraste. Hoy, la paciente no padece fugas de orina. Conclusión: El acceso laparoscópico para la corrección de fístula vesicovaginal tiene ventajas bien conocidas, como la magnificación de los tejidos, disección minuciosa de los planos, menor volumen de sangrado, pronta recuperación y mejor aspecto estético. Al seguir los principios de la técnica abierta y la adaptación de la técnica a la vía laparoscópica, se logra alta tasa de éxito. Hemostasia de plexo venoso profundo sin uso de suturas en prostatectomía radical laparoscópica Cruz-Nuricumbo Eduardo, Villalobos-Gollás Miguel, Narváez-Morales José Antonio, Celis José Luis, Ramos Eleazar División de Urología. Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán, México. Antecedentes: El control del plexo venoso profundo durante prostatectomía radical es indispensable para lograr un campo quirúrgico limpio y evitar hemorragia profunda. La administración de dióxido de carbono de 15 mm Hg de presión durante prostatectomía radical laparoscópica favorece la hemostasia. La hemostasia de plexo venoso profundo con punto de transfixión en la técnica laparoscópica de Montsouris es similar a la descrita por Walsh en cirugía abierta. A lo largo de los años se han descrito diversas técnicas y dispositivos para facilitar el control hemostático. Objetivo: Demostrar la posibilidad de utilizar un bisturí ultrasónico para el control hemostático del plexo venoso profundo durante prostatectomía radical laparoscópica. Materiales y métodos: Paciente masculino con 70 años, sin antecedentes de importancia. Padecimiento actual de 2 meses de evolución, caracterizado por síntomas de vaciamiento urinario. E.F. tacto rectal con induración en lóbulo prostático izquierdo. Estudios de laboratorio: APE 39 ng�ml; PFH: fosfatasa alcalina, 81 UI�l. BH normal; TP 12 seg; TPT, 27 seg. Tele de tórax sin signos de metástasis. Gammagrama óseo negativo a metástasis. TAC: próstata hipertrófica con bordes regulares bien definidos y sin adenomegalias en cavidad pélvica. Bx de próstata: Gleason 6 (3+3), grado II en 40% del lóbulo derecho y en 80% del izquierdo. Resultados: Se lleva a cabo prostatectomía radical laparoscópica transperitoneal, más linfadenectomía pélvica; se mantiene control hemostático del plexo venoso profundo, en su mayor parte con bisturí ultrasónico y el resto con grapas tipo Hemo-lock. Hemorragia de 300 cc, sin necesidad de transfusión durante la intervención ni en el postoperatorio. El paciente evoluciona de manera favorable, sin que se desarrolle hematoma pélvico. Resultado histopatológico definitivo: próstata con adenocarcinoma acinar de grado III, Gleason 7 (3+4), con invasión a capsula prostática, y bordes quirúrgicos positivos. T3aN0Mx ECIII. Actualmente se mantiene en estrecha vigilancia al paciente, quien padece continencia urinaria al 100%, con APE de control a los tres meses de 0.02 ng�ml. Conclusión: El control con bisturí ultrasónico es la única técnica que aplican muchos cirujanos para mantener la hemostasia del plexo venoso profundo. Hasta el momento, en el centro hospitalario de los autores se imita la técnica de hemostasia sin complicaciones de hemorragia durante la operación ni de incontinencia. Linfadenectomía laparoscópica pélvica limitada en paciente con cáncer de próstata con factor pronóstico de alto riesgo Cruz-Nuricumbo Eduardo, Villalobos-Gollás Miguel, Narváez-Morales José Antonio, Celis José Luis, Ramos Eleazar División de Urología, Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán, México. Antecedentes: La linfadenectomía pélvica es una parte establecida de la prostatectomía radical; permite obtener información pronóstica o para el tratamiento de pacientes con enfermedad local avanzada. La cirugía de mínima invasión ha extendido su campo a la linfadenectomía pélvica, descrita desde 1990 por Gershman. Algunos autores consideran que la disección de los ganglios obturadores e iliacos externos es benéfica en casos de riesgo intermedio o alto. Aún existe controversia en qué tan limitada o extendida debe ser la linfadenectomía pélvica. Objetivo: Dar a conocer la técnica de disección ganglionar limitada en pacientes con cáncer de próstata. Materiales y métodos: Paciente masculino con 70 años de edad, sin antecedentes de importancia. Padecimiento actual de 2 meses de evolución caracterizado por síntomas de vaciamiento urinario. E:F: tacto rectal con induración en lóbulo prostático izquierdo. Estudios de laboratorio: APE 39 ng�ml; PFH, 81 UI�l de fosfatasa alcalina; BH, tiempos y química sanguínea normales. Tele de tórax sin signos de metástasis. Gammagrama óseo negativo a metástasis. TAC: próstata hipertrófica con bordes regulares bien definidos, sin adenomegalias en pelvis ni abdomen. Biopsia de próstata: Gleason 6 (3+3) grado II, en 40% de lóbulo derecho y 80% de lóbulo izquierdo. Resultados: Se practicó linfadenectomía pélvica bilateral, limitada a ganglios obturadores, con tiempo quirúrgico de 100 minutos. Se solicitó estudio transoperatorio que tuvo resultado negativo de cáncer y se prosiguió con prostatectomía radical Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 5 Presentación de trabajos en video laparoscópica. El paciente con evolucionó de manera favorable, sin lesión en vasos iliacos ni en nervios. El resultado histopatológico definitivo fue de ganglios linfáticos con hiperplasia linforreticular en 2�2 ganglios derechos y en 6�6 ganglios izquierdos. Adenocarcinoma acinar prostático grado, III Gleason 7 (3+4) con invasión a cápsula prostática y bordes quirúrgicos positivos. T3bN0Mx ECIII. El paciente no sufrió linfocele ni lesión funcional de nervio obturador; actualmente se le mantiene en estrecha vigilancia y en APE de control a los 3 meses se halló una concentración de 0.02 ng�ml. Conclusión: La linfadenectomía pélvica laparoscópica es un procedimiento seguro para la detección de metástasis ganglionares. Los estudios más recientes sugieren realizar linfadenectomía extendida a pacientes con mediano o alto riesgo, sin embargo la disección limitada resulta suficiente en casos seleccionados. puede confundirse con los de apendicitis, mucocele y tumor intestinal o retroperitoneal. La técnica laparoscópica diagnóstica terapéutica es indispensable en la búsqueda de testículo no descendido; además, como se comprobó en este caso, la laparoscopia permite diagnosticar de manera precisa la masa intraabdominal. Por lo tanto, conviene que en todo paciente masculino con criptorquidia no palpable y masa abdominal, se descarte el diagnóstico de tumor testicular intraabdominal relacionado con torsión. Orquiectomía laparoscópica de tumor testicular intraabdominal asociado a torsión Caso: Paciente masculino con edad de 61 años. AHF: Negativos. APNP: originario y residente de Valle de Santiago, Guanajuato, casado, campesino, católico, sin toxicomanías. APP: RTUP hace 3 años, uretrotomía interna hace 1 año. Problema: Paciente masculino de 61 años de edad; acude por síndrome obstructivo urinario bajo grave y síndrome de irritación vesical; en ocasiones, micción sólo por goteo. EF: facies álgica, globo vesical y dolor a la palpación suprapúbica; se realiza uretrocistograma retrogrado con el que se corroboran múltiples estenosis en uretra peneana y bulbar, así como fibrosis del cuello vesical. PLAN: se realizan uretrotomía con láser de holmio e incisión en el cuello de la vejiga, también con láser de holmio, sin complicaciones; se retira sonda de Foley a los 8 días, con micción normal; el resultado de uroflujometrías de control a los 6 y 12 meses fue de 18 ml�seg. Discusión: El tratamiento de la estenosis de uretra con láser de Holmio es una nueva alternativa que tiene menor porcentaje de recidivas a corto y largo plazo, debido a que durante la incisión no hay rotura de vasos, hemorragia ni inflamación, que por lo general predisponen a la reestenosis después de uretrotomía convencional con corte en frío (con cuchilla). Cruz-Nuricumbo Eduardo, Villalobos-Gollás Miguel, Narváez-Morales José Antonio, González Luis División de Urología, Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán, México. Antecedentes: Se calcula que la frecuencia de tumor testicular en personas con criptorquidia es de 3 a 48 veces mayor que en la población general. Se desarrolla cáncer en alrededor de 10% de los testículos no descendidos; de éstos, el 30% corresponde a testículos intraabdominales y la variedad histológica más común de estos tumores es la de seminoma. Se sabe que la torsión y la transformación maligna son complicaciones de testículo no descendido; sin embargo, la relación de torsión testicular con cáncer testicular criptorquídico intraabdominal es sumamente rara. En las publicaciones médicas se ha informado sobre unos 40 casos. Objetivo: Presentar el caso y el enfoque terapéutico para pacientes con tumor testicular relacionado con torsión en testículo intraabdominal. Materiales y métodos: Paciente masculino con 24 años de edad y antecedente de criptorquidia derecha sin tratamiento. El padecimiento actual inició hace 3 meses con dolor abdominal bajo, náusea y vómito, acompañados de aumento de volumen en hipogastrio, posteriormente asintomático. E.F.: tumor móvil en hipogastrio, de más o menos 10 × 8 cm, con bordes regulares y no doloroso. Marcadores tumorales: DHL 310 U�L, HGC fracción beta (0.52 mUl�ml), alfafetoproteína 2.43 ng�ml. USG: doppler pélvico: se observa imagen de 10 × 7 × 7.7 cm en hipogastrio, anterior a la vejiga y con ecogenicidad heterogénea, sin flujo en el interior de la masa. TAC: imagen quística con medición de 12 UH separada de vejiga de 10 × 9 × 7 cm. Tele de tórax sin signos de metástasis. Resultados: Se realiza laparoscopia diagnóstica terapéutica en la que se observa testículo intraabdominal con cordón espermático torcido. Tiempo quirúrgico de 45 minutos, hemorragia de 40 cc. Informe de histopatología de neoplasia maligna no clasificada, con necrosis completa indicativa de tumor germinal. Marcadores tumorales postquirúrgicos: DHL, 143 U�L; HGC fracción beta, 1.85 mUl�ml; alfafetoproteína, 2.5 ng�ml. TAC postquirúrgica a los 3 meses sin signos de actividad tumoral; marcadores negativos. Paciente en vigilancia oncológica. Conclusión: El tumor testicular intraabdominal relacionado con torsión es una entidad en extremo rara. El cuadro clínico 6 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 Estenosis de uretra y fibrosis del cuello. Tratamiento con láser de holmio. Caso clínico abierto Gaona-Reyes Alma D Clínica “La Salud”. Valle De Santiago, Guanajuato, México. Estenosis de la unión ureteropiélica. Tratamiento con láser holmio. Caso clinico abierto Gaona-Reyes Alma D, Avalos-Huante Ramiro Hospital “Médica Campestre”. León, Guanajuato, México Caso: Paciente de género femenino con edad de 51 años. AHF: negativos. APNP: originaria y residente de León, Guanajuato, casada, ama de casa, sin toxicomanías. APP: plastia de la UUP a los 18 y 30 años. PO de incisión endoscópica en frío hace 6 meses. Problema: Dolor en fosa renal derecha después de quitar la sonda doble J del lado derecho; la molestia se ha incrementado hasta ser incapacitante, acompañada de IVUs intermitentes y pielonefritis en el lado derecho. EF: fascies álgica; signo de Giordano en lado derecho (+++); EGO y urocultivo: leucocituria, cultivo de E. coli; urografía excretora: estenosis de la unión ureteropiélica, ectasia en riñón derecho. Plan: Se realizó cirugía de incisión endoscópica en la UUP derecha con láser de holmio. Evolución: Satisfactoria, se quitó la sonda doble J al mes. Un año después, la paciente sigue asintomática. Presentación de trabajos en video Discusión: El tratamiento de la estenosis en la unión ureteropiélica tiene múltiples opciones, la incisión endoscópica con láser de holmio es una buena alternativa, pues durante la cirugía se realiza una incisión controlada, la hemorragia es menor, se requiere menos tiempo de recuperación y hay menos porcentaje de recidiva. Infundibulotomía endoscópica con láser de holmio García Miguel,1 Zenil Adan,2 Colorado Alberto,3 Aguado Humberto,4 Madrigal Ricardo5 2,3 Médicos urólogos, Hospital “Christus Muguerza” Sur. Monterrey N.L. México. 1,4,5 Residentes de urología, Centro Médico Nacional del Noreste, UMAE 25. Monterrey NL, México. Antecedentes: La estenosis infundibular es un trastorno obstructivo del sistema colector; puede ser congénita o adquirida, secundaria a infección, traumatismo o tumor. De manera específica, se trata de un hidrocáliz ocasionado por la obstrucción del infundíbulo. Su diferencia fundamental con megacálices, quistes renales y divertículos caliceales es que estos últimos son dilataciones idiopáticas del sistema caliceal, sin signos de estenosis infundibular. Es probable que en muchos casos no se diagnostique esta entidad, debido a que lo síntomas son inespecíficos; el más común es dolor en flanco; en etapas tardías ocasiona hipertensión arterial e, incluso, a veces progresa a insuficiencia renal. Objetivo: Mostrar la versatilidad de la nefroscopia flexible y el uso de láser de holmio en el tratamiento de alteraciones anatómicas, como la estenosis infundibular. Materiales y métodos: Paciente de género masculino con edad de 27 años y antecedente de dolor abdominal intermitente tipo cólico, localizado en flanco izquierdo. Inicialmente se había diagnosticado intestino irritable al paciente y se le trató contra dicho trastorno. Se aplicó protocolo de estudio de vías urinarias y se halló litiasis en el rinón izquierdo, en el sistema colector medio, con ectasia en el respectivo sistema, además de litiasis ureteral en tercio superior. Se programó al paciente para ureteroscopia y nefroscopia flexibles, con litotricia. Por pielografía retrograda se descubrieron un hidrocáliz en el sistema colector medio y dos litos en su interior. Por nefroscopia se detectó estenosis infundibular, misma que se resolvió mediante infundibulotomía con laser de holmio; asimismo, se realizó litotricia con láser. Resultados: Con la práctica de nefroscopia flexible y con láser de holmio se logró la eliminación total de la obstrucción en el cáliz medio; también se logró resolución al 100% de la litiasis renal subyacente. Hasta ahora, el paciente se ha mantenido asintomático. Discusión: Ésta es una entidad poco común, de modo que no se ha establecido una conducta quirúrgica estándar; sin embargo, en algunas series se ha informado sobre resolución de la estenosis infundibular hasta en 80% de los pacientes después de un solo procedimiento endoscópico con láser de holmio y de casi 94% con reoperación. Conclusiones: Si bien no existen consensos actuales acerca del tratamiento de alteraciones anatómicas complejas a nivel intrarrenal, como la estenosis infundibular, el tratamiento endourológico de estos trastornos constituye una excelente alternativa, gracias a la versatilidad de la nefroureteroscopia flexible y la eficacia del láser de holmio. Cuerpo extraño en uretra. Video endoscópico de un caso y revisión de la bibliografía González-Valle Juan Carlos, Corona-Montes Víctor Enrique, Bonilla-Becerril Miguel A., Garduño-Arteaga Leopoldo Hospital General de México OD. México, D. F. Introducción: Con relativa frecuencia, en los servicios de urgencias se hallan cuerpos extraños uretrovesicales. Las causas pueden ser de cualquiera de las siguientes clases: yatrógenas, por autoinserción o por migración de estructuras adyacentes a vejiga o uretra. Lo más común es la autointroducción de diversos objetos con formas, tamaños y dimensiones variadas con fines de masturbación ó placer. El tratamiento consiste en extraer el cuerpo extraño por vía endoscópica, cuando es posible; en los casos de objetos amorfos o de mayor tamaño se recurre a la cirugía abierta para resolver el problema. Objetivo: Revisión y video de un caso clínico en el que se muestra un cuerpo extraño intravesical y el intento infructuoso de extracción endoscópica, por lo que se recurrió a la cirugía abierta. Caso clínico: Paciente de género masculino con edad de 27 años, quién acudió a urgencias e indicó que tenía un cuerpo extraño en la uretra desde hacía 3 días. El paciente se lo había introducido para autodilatación porque había sufrido estenosis de meato uretral. Tenía antecedente de tabaquismo (+) durante 20 años, a razón de un cigarrillo al día; alcoholismo social ocasional y toxicomanía (+) (cocaína una vez por semana). Homosexual desde hacía 10 años. Los resultados de la exploración física estuvieron dentro de parámetros normales, excepto por leve uretrorragia. Los resultados de estudios de laboratorio estuvieron dentro de parámetros normales. Se le practicó videocistoscopia y se detectó un fragmento de lápiz en uretra bulbar que ocasionaba falsa vía posterior al suelo prostático. Se intentó quitar el fragmento con una pinza para cuerpos extraños, pero no hubo éxito. Luego se realizó la extracción por cirugía abierta en región perineal. El paciente tuvo evolución postoperatoria adecuada; después, fue valorado y tratado en el servicio de psiquiatría y, por último, se le dio de alta de la unidad. Discusión: La mayoría de los casos de cuerpos extraños autointroducidos sucede en un ambiente erótico-sexual, por lo que muchos pacientes intentan ocultarlo o incluso retrasar la ayuda médica, mientras la molestia clínica no sea muy intensa. La mayoría de estas personas padece deficiencias mentales. En algunos casos influyen condicionantes psicológicos (como en personas con alteraciones psiquiátricas que llevan a cabo prácticas autolesivas), condicionantes sociales (como maniobras evasivas de personas en el ámbito carcelario o lesiones genitourinarias en menores de edad) o condicionantes jurídicos (lesiones por armas de fuego). La satisfacción erótico-sexual es uno de los motivos más frecuentes. Las referencias en la bibliografía son numerosas y de lo más variado en cuanto al origen de los cuerpos extraños intravesicales. Algunos pacientes son sintomáticos, pero otros no. El tratamiento dependerá de la localización del cuerpo extraño, su tamaño, forma y movilidad, así como del género y edad del paciente y la existencia de lesiones asociadas. Una vez analizadas estas características, y siempre que sea posible, la vía más recomendada para la extracción del cuerpo extraño es la endoscópica, aunque en contadas ocasiones es necesario recurrir a la cirugía abierta. También se puede utilizar la vía laparoscópica con guía cistoscópica. Conclusiones: Los casos de cuerpos extraños intravesicales son poco frecuentes y por lo general corresponden a pacientes con Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 7 Presentación de trabajos en video alteraciones mentales o a personas que los utilizan con fines erótico-sexuales; sin embargo, a veces el problema se debe a migración de cuerpos desde o ser un trastorno yatrógeno. El cuadro clínico inicial es muy variado, aunque la mayoría de los pacientes son asintomáticos y se descubre el trastorno de manera fortuita al realizar estudios de imagen. Sin lugar a dudas, el tratamiento más adecuado es la extracción por vía endoscópica, aunque en ocasiones es necesaria la cirugía abierta, como en el caso de nuestros pacientes, en 3 de los cuales se practicó extracción por vía endoscópica; los 3 pacientes evolucionaron en forma adecuada y sin complicaciones posteriores. Linfadenectomía inguinal bilateral laparoscópica en cáncer de pene. Aspectos técnicos Hernández-Castellanos Víctor A, Morales-Montor Jorge G, CantellanoOrozco Mauricio, Fulda-Graue Santiago D, Martínez José Ángel, MuñozIbarra Erick L, Pacheco-Gabhler Carlos División de Urología. Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. México, D. F. Antecedentes: El cáncer escamocelular en pene es un trastorno raro. En Europa y Estados Unidos constituye de 0.4 a 0.6% de todas las neoplasias. El factor pronóstico más importante es la presencia y extensión de metástasis linfáticas, que son detectadas al momento del diagnóstico en 28 a 64% de los enfermos, aunque se confirma su existencia en 47 a 85% de los casos. Sin embargo, 25% de los pacientes tendrá metástasis sin ganglios palpables. Debido a que la supervivencia a 5 años de 65 a 75%, se reduce a menos del 50% en casos de invasión ganglionar, la linfadenectomía cumple una función terapéutica muy importante, además de ser curativa para 75% de las personas con 1 o 2 ganglios inguinales invadidos y para 20% de quienes padecen invasión pélvica. Por tanto, la linfadenectomía ilioinguinal bilateral es el tratamiento más eficaz para erradicar las metástasis ganglionares. Caso clínico: Paciente de género masculino con edad de 69 años, originario y residente del Distrito Federal, casado, católico, jubilado, con antecedente de hemorroidectomía y tabaquismo durante 20 años. Su padecimiento inició en febrero de 2010 con incapacidad para retraer el prepucio, debido a una lesión tumoral de aspecto vegetante, dura, exofítica, ulcerada, de 1.5 cm y crecimiento rápido, con úlceras satélites localizadas en la parte dorsal del prepucio; región inguinal sin ganglios palpables. Se realizó circuncisión con resección amplia en junio 2010, con informe de histopatología de carcinoma epidermoide subepitelial invasor, moderadamente diferenciado, bordes quirúrgicos libres de tumor (4mm), localizado en prepucio y sin permeación vascular (T1,N0,M0,G2). Se realizó linfadenectomía inguinal bilateral modificada por vía laparoscópica, con la que se obtuvieron 15 ganglios derechos y 16 izquierdos. Se evacuaron las zonas I, IV y V de Daseler, ya que son los sitios con mayor frecuencia de metástasis. El procedimiento se realizó sin complicaciones y se dejaron drenajes cerrados en ambas regiones inguinales. El paciente tuvo buena evolución postoperatoria y fue dado de alta a los 5 días del postoperatorio. Conclusiones: El cáncer escamocelular de pene es un trastorno con pronóstico desfavorable en los casos metastásicos; por tanto, es necesario iniciar el tratamiento a la mayor brevedad posible. La cirugía es fundamental para la curación de pacientes con enfermedad localizada y diseminación linfática locorregional. La linfadenectomía inguinal temprana se mantiene 8 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 como parte integral del tratamiento, ya que mejora el pronóstico, puesto que permite alcanzar supervivencia a 5 años mayor al 60% y se logrará la misma supervivencia, incluso en 20% de los casos con invasión a ganglios pélvicos. El acceso laparoscópico presenta amplias ventajas en cuanto a morbilidad, y recuperación, además de dar un resultado oncológico adecuado. Nefrectomía radical con cavotomía y trombectomía. Aspectos técnicos Hernández-Castellanos Víctor A, Morales-Montor Jorge G, CantellanoOrozco Mauricio, Fulda-Graue Santiago D, Santana-Ríos Zael A, Martínez José Ángel, Camacho-Castro Alberto, Pacheco-Gabhler Carlos División de Urología, Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. México D. F. Antecedentes: Los tumores renales constituyen entre 2 y 3% de todas las enfermedades malignas diagnosticadas. De 4 a 15% de estas neoplasias se acompañan de un trombo tumoral en la vena renal o en la vena cava inferior (VCI) y el tipo histológico más frecuente en los tumores con trombo tumoral asociado es el de carcinoma de células renales. Alrededor un tercio de los pacientes ya padece enfermedad metastásica a distancia al momento del diagnóstico, lo que empeora pronóstico. La existencia de trombo tumoral conlleva peor comportamiento biológico, pero no necesariamente peor pronóstico. Con cirugía es posible curar de 40 a 75% de los pacientes con trombo tumoral. Los tumores que invaden la grasa perirrenal, con ganglios linfáticos o invasión directa a las paredes de los vasos tienen peor pronóstico. La cirugía radical es el único tratamiento curativo. Caso clínico: Paciente de género masculino con edad de 76 años, originario y residente del D. F., casado, católico, chofer. Antecedente de adenectomía en abril 2010. RHP: hiperplasia nodular, DM tipo 2 y HAS. El padecimiento inició en julio de 2010, después de adenectomía con hematuria macroscópica terminal y coágulos filiformes. Examen físico: varicocele GII derecho, resto sin alteraciones. Se solicita US renal, con el que se detecta ectasia pielocaliceal derecha. TAC: tumor de 7 x 7cm en riñón derecho, localizado en polo superior y región hiliar, con trombo en vena cava. RMN: tumor en riñón derecho, con trombo en vena cava nivel II. TAC de tórax: sin signos de metástasis. Pruebas de función hepática sin alteraciones y GG óseo negativo. Se practica nefrectomía radical derecha con cavotomía y trombectomía. El acceso es por incisión de Chevron, con movilización medial en bloque de colon, duodeno y cabeza de páncreas y sección del ligamento triangular hepático para la movilización del hígado y exposición de la vena cava desde la porción subhepática hasta la infrarrenal; control del pedículo renal con ligadura de la arteria y control proximal, distal y de vena renal contralateral. Se localizó del trombo y se realizó cavotomía de 4 cm con exéresis de un trombo de 3 cm. Hubo pérdida hemática de 500 ml, pero el procedimiento terminó sin complicaciones. Se dejó drenaje cerrado, el cual fue retirado a las 48 horas. El paciente tuvo buena evolución posoperatoria y fue dado de alta a los 5 días del posoperatorio. RHP: tumor de células claras de riñón, Furhman II, con invasión a vena renal. (T3aNoMo). Conclusiones: La cirugía radical es el único tratamiento curativo potencial en caso de tumor renal con trombo, porque no se cuenta con ninguna otra alternativa que sea eficaz. La baja incidencia de complicaciones quirúrgicas y la disminución de la mortalidad durante la operación gracias a la introducción de métodos de diagnóstico, monitoreo durante la intervención ha permitido que la cirugía resulte viable en estos casos, con supervivencia de 40 a 60% a 5 años. Presentación de trabajos en video Esfínter urinario artificial para el tratamiento de la incontinencia urinaria en vejiga neurogénica. Aspectos técnicos Hernández-Castellanos Víctor A, Morales-Montor Jorge G, Cantellano-Orozco Mauricio, Fulda-Graue Santiago D, Urdiales-Ortiz Alejandro, Fernández-Noyola Gerardo, García-Salcido Francisco J, Pacheco-Gabhler Carlos División de Urología, Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. México, D. F. Antecedentes: La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina. La incontinencia urinaria continua es la pérdida continua de orina sin esfuerzos o contracciones involuntarias del detrusor; este trastorno tiene diversas causas posibles, como fistulas urinarias, anomalías congénitas del aparato urinario y lesiones neurológicas. Estas últimas pueden ocasionar alteraciones en el esfínter urinario y la función del detrusor, las cuales causan anormalidades en el almacenamiento y el vaciamiento vesicales. El concepto de compresión bulbouretral como tratamiento de la incontinencia urinaria masculina fue introducido por Berry en 1961 y desarrollado por Kaufman. La técnica consiste en comprimir la uretra bulbar por medio de un dispositivo de silicona. En la última década, el esfínter urinario artificial ha resultado uno de los mayores avances en el tratamiento de la incontinencia urinaria en adultos. Sin embargo, el tratamiento quirúrgico de la incontinencia esfintérica neurógena aún continúa en debate. El esfínter urinario artificial AMS 800 es un dispositivo hidráulico fabricado con silicona y se utiliza en el tratamiento de incontinencia urinaria con buenos resultados. Caso clínico: Paciente de género masculino con edad de 44 años, originario de Michoacán y residente del DF, católico, soltero, programador. Antecedentes: accidente automovilístico en 1975 (con cirugía de columna torácica (T10) en 1975, paraplejía, vejiga neurógena), incontinencia urinaria continua tratada parcialmente con cateterismo limpio intermitente (CLI). Nefrectomía izquierda simple por pielonefritis xantogranulomatosa en riñón izquierdo (2005). Su padecimiento inició hace un año con imposibilidad de controlar la incontinencia urinaria continua con cateterismo limpio intermitente (CLI). Hoy con sonda transuretral de derivación. Urodinamia: vejiga disfuncional, detrusor arrefléxico, esfínter uretral atónico, nula sensibilidad propioceptiva y distensibilidad disminuida. Cistoscopia: uretra permeable, esfínter uretral externo y cuello vesical abiertos, vejiga con baja capacidad (250 ml), incontinencia urinaria continua. Se procedió a colocar esfínter urinario artificial tipo AMS 800 a nivel de la uretra bulbar, por acceso escrotal. El paciente tuvo buena evolución postoperatoria y fue dado de alta a los 5 días del postoperatorio. A las 6 semanas se activó el esfínter urinario artificial y se comprobaron continencia adecuada y micción controlada con maniobra de Crede. Conclusiones: El éxito a largo plazo del esfínter urinario artificial está bien documentado en varios estudios con tasas de continencia de alrededor de 60% a 5 o más años. Hoy el modelo AMS 800 es el más difundido y con el que se han logrado mejores resultados a largo plazo. El empleo del esfínter artificial llega a ocasionar erosión del sistema en 32% de los casos, complicaciones mecánicas en 13.2% y complicaciones infecciosas en 4.5%. La selección del paciente debe ser minuciosa por la morbilidad y los costos que conlleva la colocación del esfínter artificial. Nefrectomía radical laparoscópica por puerto único. Informe de primer caso en México Kibanov Viktor, González Miguel, Zuviri-González Antonio Hospital Español. México, D. F. Antecedentes: La cirugía laparoendoscópica de puerto único (CLPU) es una alternativa reciente a la cirugía laparoscópica convencional. Actualmente la cirugía laparoscópica ha revolucionado la cirugía urológica y oncourológica. Incluso en instituciones con experiencia, se considera que la nefrectomía radical laparoscópica es el tratamiento estándar para cáncer renal T1b-T2. A pesar de que la CLPU es una técnica mínimamente invasiva, los informes actuales están limitados por el escaso número de pacientes. Los beneficios potenciales de la CLPU son que deja menor cicatriz, causa menos dolor posoperatorio y permite que el paciente se reincorpore más pronto a su trabajo, en comparación con la cirugía laparoscópica convencional, aunque faltan estudios que lo corroboren. Asimismo, aún se carece de estudios que describan los resultados oncológicos y clínicos a largo plazo. Objetivo: Describir la técnica de cirugía laparoendoscópica de puerto único para tratar nefrectomía radical en un paciente con carcinoma de células renales, variante oxifílica, así como revisión de la bibliografía. Material y métodos: Se describe el caso de un paciente de género masculino con edad de 74 años y antecedentes de resección transuretral prostática en noviembre 2009, con resultado histológico benigno. Sin enfermedades concomitantes. Buena mecánica miccional. En abril 2010 desarrolló absceso pararrectal, que se le trató por cirugía, y hematuria macroscópica asintomática. Se decidió tomar TAC de aparato urinario, con la que se detectó tumor de 4 cm de diámetro en el riñón izquierdo, en tercio medio adyacente al hilio renal. Se practicó nefrectomía radical izquierda por puerto único en Julio 2010, en el Hospital Español de la ciudad de México. Se colocó al paciente en posición de lumbotomía izquierda, y se abrió incisión de 5.5. cm en línea pararrectal izquierda para colocar Gel Point con 3 trócares. Se indujo neumoperitoneo y se procedió con la disección de adherencias del intestino; posteriormente se accedió a retroperitoneo por la línea de Toldt izquierda, para liberar el uréter izquierdo y, luego, disecar y engrapar el hilio renal; a continuación, se practicó disección amplia del riñón, con grasa perirrenal y suprarrenal. Se sacó la pieza en la bolsa de extracción y se colocó drenaje Biovac; por último se cerró la herida. El tiempo quirúrgico fue de 2 horas. No surgieron complicaciones durante la intervención y la hemorragia fue mínima. Resultados: El paciente logró evolución posquirúrgica adecuada, lo que permitió quitarle el drenaje y darlo de alta en 48 horas. Regresó a sus actividades laborales a las 2 semanas. Un mes más tarde se realizó control de BH, QS, etcétera y se obtuvieron resultados dentro de los parámetros normales. Los resultados de histología fueron anormales y se requirió análisis inmunohistoquímico para su diagnóstico; por este método se concluyó que había carcinoma renal de células oxifílicas de grado nuclear 3 de Furhman, sin invasión a la cápsula renal ni infiltración a tejido adiposo perirrenal. Discusión: La cirugía urológica se realiza con mayor frecuencia por métodos menos invasivos, como la cirugía laparoscópica convencional y, más recientemente, la CLPU, así como la técnica con asistencia de robot. En México existen pocos centros donde la cirugía laparoscópica urológica se realiza de manera cotidiana, aunque la tendencia es hacia un constante aumento en su realización a nivel nacional. Aquí se describe el primer caso de cirugía laparoendoscópica de puerto único atendido en México, con buenos resultados y con tiempo quirúrgico y evolución equiparables a los de cirugía laparoscópica convencional. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 9 Presentación de trabajos en video Conclusión: La CLPU es un método reproducible que requiere de preparación y trabajo constante en la curva de aprendizaje. Es una técnica reciente e innovadora para la que aún falta definir los resultados oncológicos y clínicos de una manera prospectiva y comparativa. Anastomosis ureteropiélica de uréter retrocavo por laparoscopia López-Alarcón Alejandro, Navarrete-García Enrique, Gaytan-Escobar Edgar, Aguado-López Humberto, García-Rodríguez Miguel Ángel, HernándezCastro Salvador Unidad Médica de Alta Especialidad IMSS No. 25. Monterrey, Nuevo León, México. Esta anomalía comúnmente conocida como uréter retrocavo o circuncavo, abarca regularmente al uréter derecho, que de manera característica se medializa en sentido dorsal a la vena cava inferior, cruzando en sentido medial a lateral. La pelvis renal y el uréter superior se dilatan y toman la forma de una J o de gancho de pesca. El trastorno se clasifica en 2 subtipos, según Kenawi y Williams. El tipo 1 se manifiesta con hidronefrosis y patrón obstructivo y el tipo 2, que puede o no incluir hidronefrosis, además de que el uréter sigue un trayecto más cefálico y horizontal, por detrás de la cava. Con el patrón obstructivo se observa el uréter sobre la pared lateral de la vena cava, debido a la compresión con los tejidos perivertebrales. En cuanto al origen embriológico, se dice que el trastorno se debe a un defecto por atrofia de la vena subcardinal en su porción lumbar, por lo que el uréter queda en posición dorsal a dicha vena. A esta anomalía en el desarrollo vascular se debe que se le asigne el término de vena cava preureteral. La incidencia es de 1 en 1500 autopsias, con frecuencia tres veces mayor en varones que en mujeres. Su manifestación clínica puede ser dolor en flanco o abdominal, infecciones de vías urinarias, de repetición o de forma incidental. Por lo general, en los estudios radiográficos la urografía excretora no permite visualizar la porción del uréter por debajo del cruce sobre la vena cava; en tal caso es posible realizar una ureteropielografía retrograda. El tratamiento es quirúrgico y se requiere una anastomosis ureteroureteral o ureteropiélica, con resección del segmento retrocavo, que generalmente es aperistáltico. Se presenta el caso de una paciente con 25 años de edad, la cual niega antecedentes de importancia. Su trastorno inició hace 3 meses con dolor en flanco derecho tipo cólico, de moderada intensidad, intermitente y con irradiación a fosa iliaca derecha, sin factores exacerbantes ni molestias acompañantes, además de dos cuadros de infecciones urinarias en dos meses, por lo que se inició protocolo de estudio con examen general de orina, urocultivo, ultrasonido renal y urografía excretora. Se descubrió uréter retrocavo Tipo 1. Se realizaron anastomosis ureteropiélica y resección del segmento retrocavo por laparoscopia. Tres meses después, se tomó urografía de control, en la se apreciaron adecuada concentración y eliminación del medio de contraste, así como discreta ectasia pieloureteral derecha, además de que la paciente informa que está asintomática. Nefrectomía de donante por laparoscopia, técnica del Instituto de Urología Robótica y Laparoscópica López-Verdugo José F, Zapata-González José A, Camacho-Trejo Víctor F, Maya-E. Alberto 10 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 Instituto de Urología Robótica y Laparoscópica, Monterrey, Nuevo León, México Introducción: Actualmente se considera que la nefrectomía laparoscópica pura y manoasistida es la mejor cirugía para tratar la nefrectomía del donante. Objetivo: Mostrar que algunas estrategias para el control vascular pueden limitar el tiempo de isquemia caliente. Pacientes y métodos: La técnica quirúrgica que se describe en el video se ha puesto en práctica en las últimas 40 nefrectomías efectuadas en el Instituto de Urología Robótica y Laparoscópica, de manera consecutiva. Los principales aspectos técnicos son la colocación, desde el principio, de un gelport-laparoscopic system y, luego de pinzar la arteria y vena renales de manera manoasistida, extraer la unidad renal por el puerto del gelport. Resultados: La serie incluye 35 nefrectomías izquierdas y 5 derechas. En 25 % de los casos se halló complejidad anatómica (más de una arteria, vena o uréter). El tiempo quirúrgico promedio fue de 168 minutos, con un tiempo de isquemia caliente de 74 segundos en promedio (60 a 90). No hubo casos de conversión a cirugía abierta. Sólo se informó de una complicación por desgarro de la vena renal, la cual fue reparada con prolene vascular durante la intervención. Se calculó que, en promedio, la hemorragia fue de 96 ml (80 a 216). El promedio de estancia hospitalaria fue de 3.6 días. Discusión: Vale la pena destacar varios aspectos específicos de técnica aplicada: la colocación inicial de dos trócares de 10 mm pararrectales permite el intercambio de lente entre puertos, con lo que mejora la visión en cada paso de la técnica quirúrgica; el uso de hemo-o-lock es poco frecuente en otros centros, pero este dispositivo presenta ventajas, como fijar el injerto sin grapas, rápida canulización en la cirugía de banco, conservar la longitud de la arteria y vena (poca remodelación), bajo costo (comparado con el de usar endoengrapadoras). No usar endobolsa también tiene ventajas: reduce el tiempo de cirugía, hay menor manipulación del injerto, y no se corren riesgos, puesto que es un órgano sano. Otro aspecto importante es el uso de gelport, que ayuda a la conversión a cirugía manoasistida en cualquier momento y permite la extracción rápida de la unidad renal. Conclusiones: Con el perfeccionamiento de la técnica de nefrectomía del donante por laparoscopia se mimetizan los importantes principios de la cirugía abierta. Es necesario realizar estudios prospectivos para comprobar si esta técnica ha sido un factor decisivo para el funcionamiento del injerto renal. Cirugía laparoendoscópica en un solo sitio López-Verdugo José F, Zapata-González José A, Camacho-Trejo Víctor F, Maya-E. Alberto Instituto de Urología Robótica y Laparoscópica, Monterrey, Nuevo León, México Objetivo: Informar sobre los primeros casos clínicos de cirugía laparoscópica en un solo sitio (LESS, laparoendoscopic single site surgery) atendidos en el Instituto de Urología Robótica y Laparoscópica. Estos casos incluyen ureterolitotomía, resección de quistes renales y nefrectomía simple. Métodos: Se realizaron las siguientes intervenciones: una ureterolitotomia izquierda en un paciente de 35 años de edad, una nefrectomía simple izquierda por exclusión renal secundaria a hidronefrosis a un varón de 41 años y una resección de quistes a un paciente de 60 años. Se utilizaron Triport e instrumentos articulados. En dos de los tres casos fue necesario utilizar un puerto alterno de 5 mm. Presentación de trabajos en video Resultados: Todos los procedimientos fueron técnicamente exitosos y no hubo necesidad de realizar incisiones cutáneas extraumbilicales. El tiempo quirúrgico promedio fue de 117 min (110 a 154), hemorragia de 55 ml en promedio (45 a 65) y estancia hospitalaria de 1.5 días (1 a 2). No surgieron complicaciones durante las cirugías; se administraron 30 mg diarios de ketorolaco, como único analgésico y el dolor por escala visual análoga fue de 8.10, 7.10 y 9.10 para la ureterolitotomía, la nefrectomía y la resección de quistes, respectivamente. Discusión: Al día de hoy se ha informado de tres grandes series de procedimientos urológicos con LESS. White y colaboradores de la Clínica Cleveland informaron sobre sus primeros 100 casos; específicamente, 74 casos de cirugía renal y los demás de cirugía pélvica. Seis pacientes requirieron conversión a cirugía laparoscópica, pero ninguno a cirugía abierta. Las otras dos series son casuísticas similares. Con base en éstas tres series, se ha demostrado que LESS es reproducible, técnicamente variable y su espectro de procedimientos está en aumento, ofreciendo al enfermo excelente satisfacción y acortamiento de la morbilidad posoperatoria. Conclusiones: LESS es una técnica promisoria para casos como los anteriores. La poca disponibilidad del material consumible y el alto costo han impedido que el procedimiento llegue a ser rutinario. Cistectomía radical robótica con derivación urinaria intracorpórea López-Verdugo José F, Zapata-González José A, Camacho-Trejo Víctor F, Maya-E Alberto Instituto de Urología Robótica y Laparoscópica, Monterrey, Nuevo León, México Introducción: La cistectomía radical permanece como el tratamiento preferido para pacientes con cáncer de vejiga localizado o cáncer vesical recurrente. Hoy la cirugía de mínima invasión se ha posicionado en este campo; además, la cistectomía laparoscópica y la asistida por robot son procedimientos reproducibles. Ahora, la cuestión se enfoca en la derivación urinaria y en los procedimientos realizados totalmente con técnica intracorpórea. Objetivo: Describir la técnica de cistectomía radical robótica y de derivación urinaria intracorpórea que aplican los autores. Métodos: Se presentan dos casos de derivación urinaria intracorpórea posterior a cistectomía radical y linfadenectomía pélvica asistida por robot. En estos casos se siguió la técnica de Studer con aplicación intracorpórea. Se utilizó el sistema DaVinci SystemTM (Intuitive Surgical, Mountain View, CA, USA) para realizar tanto la cistectomía como la derivación urinaria. Resultados: Tiempo quirúrgico promedio 8.5 horas y hemorragia promedio de 620 ml. Los resultados oncológicos y funcionales fueron excelentes. Discusión: Se identificó por técnica intracorpórea el segmento intestinal que se utilizaría para la derivación urinaria. El manejo del intestino dentro de la cavidad abdominal se facilita con la visión tridimensional y los movimientos del instrumental endoWrist. Las anastomosis ileoureteral e ileouretral se facilitan con el sistema Da Vinci. En los casos aquí presentados, los autores demostraron la reproducibilidad de la cirugía abierta mediante técnicas de mínima invasión. Conclusiones: La cistectomía radical laparoscópica asistida por robot, con derivación urinaria intracorpórea es un procedimiento reproducible. Mientras la cistectomía y linfadenectomía extendida con robot son procedimientos hoy realizados de manera rutinaria, las derivaciones intracorpóreas empiezan a ser consideradas como una opción más en la parte de reconstructiva de la vía urinaria. Colposacropexia laparoscópica asistida por robot López-Verdugo José F, Zapata-González José A, Camacho-Trejo Víctor F, Maya-E Alberto Instituto de Urología Robótica y Laparoscópica. Monterrey, Nuevo León, México Introducción: La colposacropexia es el tratamiento quirúrgico preferido para tratar el prolapso genital femenino y los defectos de soporte de la cúpula vaginal. Objetivo: Mientras en numerosos estudios se ha demostrado que las técnicas de laparoscopia convencional pueden reproducir la técnica abierta, en el presente video se muestra que el sistema DaVinci, ofrece las ventajas de la cirugía de mínima invasión, aunadas a la precisión quirúrgica y la visión tridimensional; con esto se logra que la técnica del procedimiento resulte más sencilla y dé los mismos resultados que la laparoscopia convencional. Métodos: Se presenta el caso de una mujer con edad de 60 años, que sufrió prolapso genital total: se le practicó preparación mecánica intestinal y fue puesta a dieta de líquidos claros un día antes de la cirugía, además de administrarle tromboprofilaxis con heparina antes del procedimiento. La paciente fue colocada en posición de litotomía, con sonda Foley y, luego de aplicarle anestesia general, se realizó neumoperitoneo con aguja de Veress. Se colocaron 5 puertos, el umbilical para la cámara, tres de 8 mm para el robot y uno de 10 mm para el asistente. Se procedió a retraer lateralmente el recto sigmoides y a exponer el promontorio sacro, cortado de manera enérgica del peritoneo suprayacente. Se identificó el espacio rectovaginal y se cortó el peritoneo para exponer la pared vaginal posterior y la cúpula vaginal. Se diseco la vejiga de la pared vaginal anterior. Efectuado lo anterior, se fijó el extremo de un segmento de malla de 10 x 3 cm a la cúpula vaginal y al promontorio, con puntos separados de prolene 2-0. La peritonización de la malla fue el último paso. Se dejó drenaje por un día y se retiró la sonda de Foley a las 24 horas. Discusión: Las técnicas quirúrgicas de reconstrucción del suelo pélvico están en constante cambio y, en la valoración, se considera que fueron exitosas cuando no vuelve a ocurrir el prolapso con procedimientos de mínima invasión como los mencionados. La tasa de éxito varía de 58 a 100%. Resultados: A las 24 horas de posoperatorio, en la exploración física se comprueba la reducción total del prolapso; la prueba miccional muestra que la micción es espontánea dentro de rangos normales. Conclusiones: El sistema DaVinci proporciona las herramientas necesarias para reproducir la técnica abierta, con las ventajas que ofrecen los tratamientos de mínima invasión. La función del asistente en la técnica de prostatectomía radical laparoscópica y asistida por robot del IURL Zapata-González Jose A, López-Verdugo José F, Camacho-Trejo Víctor F, Maya-E Alberto Instituto de Urología Robótica y Laparoscópica, Monterrey, Nuevo León, México Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 11 Presentación de trabajos en video Objetivo: Presentar de una manera visual las funciones que debe realizar el asistente durante la prostatectomía radical laparoscópica (PRL) y la prostatectomía laparoscópica asistida por robot (PRLAR), así como presentar claves sugerencias que facilitarán al asistente el cumplimiento de su función. Métodos: Se analizaron cada uno de los pasos en que participa el asistente, tanto en el control de la imagen, como en la separación, sujeción, disección y aspiración, lo mismo que en la parte reconstructiva. Se analizaron 100 videos de PRL y las últimas 20 PRLAR para determinar los pasos más repetitivos en la labor del asistente. Resultados: Se observa la participación del asistente con la mano izquierda en un 100% y con la mano diestra en un promedio de 76.4% (71.2 a 78) del tiempo quirúrgico, en laparoscopía convencional. En cirugía con sistema DaVinci, el asistente participa en un 100% del tiempo con un solo instrumento. Discusión: La mayoría de los informes acerca de PRL y PRLAR son descripciones técnicas de los pasos que debe dar el cirujano y de su propia responsabilidad en la ejecución de procedimiento quirúrgico; sin embargo, son pocos los informes donde se expliquen de manera detallada las funciones del asistente en cada paso del técnica quirúrgica. Como sucede con el cirujano, es necesario que el asistente conozca perfectamente la anatomía pélvica y la secuencia de la técnica quirúrgica ya., que ésta depende mucho del asistente. Conclusiones: La reproducibilidad de la técnica de prostatectomía radical laparoscópica y asistida por robot depende de manera crucial del asistente. La estandarización de sus maniobras (al igual que las del cirujano) facilitará la realización del procedimiento quirúrgico. Ligadura estándar del complejo venoso dorsal profundo, comparado con el control distal del complejo venoso dorsal profundo en la prostatectomía radical laparoscópica asistida por robot. Efectos sobre continencia, potencia y resultados oncológicos López-Verdugo José F, Zapata-González José A, Camacho-Trejo Víctor F, Maya-E Alberto Instituto de Urología Robótica y Laparoscópica. Monterrey, Nuevo León, México Antecedentes: La importancia neuroanatómica y vascular de la región periprostática y del complejo pubovesical, se refleja en los resultados finales de continencia y potencia de los pacientes a quienes se practicó prostatectomía radical laparoscópica asistida por robot (PRLAR). Objetivo: Evaluar el efecto de una técnica quirúrgica, con corte atérmico y sutura selectiva continua sobre las afluentes distales del complejo venoso dorsal profundo (ADCVDP), comparada con la técnica estándar de ligadura de la vena dorsal (CVDP), y sus implicaciones sobre la potencia, continencia y estado oncológico del ápex prostático, en pacientes que cumplen los criterios de inclusión. Diseño, material y métodos: Estudio prospectivo que incluyó dos grupos de pacientes con cáncer de próstata clínicamente localizado, sin factores de progresión tumoral alto, menores de 65 años, potentes antes de la cirugía. El grupo A (10 pacientes) sometidos a ligadura estándar y el grupo B (10 pacientes) sometidos a control distal del CVDP. La técnica estándar fue la ya descrita, punto único a nivel del ápex prostático y suspensión del cuello vesical. La técnica 12 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 selectiva consistió en corte del ADCDVP con tijera atérmica, hasta identificar la uretra, misma que se secciona, para luego extirpar la próstata. Con aspiración gentil sobre el ADCDVP se identifican la fascia periprostática, los senos venosos abiertos y la uretra. Se lleva a cabo el cierre selectivo del ADCDVP con sutura continua. No se realizó suspensión del cuello vesical. Se comparó a los dos grupos en términos de edad, IMC, APE, signo de Gleasson preoperatorio y posoperatorio, y estado histopatológico del ápex prostático. Se valoró continencia los días 8, 30 y 90. La potencia fue valorada con el índice internacional de disfunción eréctil. Por protocolo, a todos los pacientes sometidos a cirugía radical de próstata y potentes, se les administró desde el posoperatorio inmediato 50 mg de sildenafil, cada tercer día. Se valoró el estado histopatológico del ápex prostático. Resultados: No se observaron diferencias significativas en tiempo quirúrgico, (excluyendo tiempo de linfadenectomía), hemorragia o complicaciones. La continencia fue igual en ambos grupos a los días 8 y 30; se observó una mejoría franca, en cuanto a potencia, a los días 90 (97, 97,98), pero en el grupo B desde la segunda semana del posoperatorio (p menor de .005). En ambos grupos se informaron márgenes negativos en el ápex. Discusión: La recuperación temprana de la continencia debe ser una de las prioridades en la PRLAR. Cuando se realiza el punto de CVDP es importante evitar la afección a fibras de esfínter urinario. Por el contrario, mediante el control de ADCDVP se identifican con precisión el tronco primario y la sutura selectiva del mismo, que no lesiona las fibras del esfínter. Conclusión: El control de ADCVDP es parte de la conservación de collarín periprostático. Esta técnica puede contribuir a la recuperación temprana de la continencia y mejorar la potencia, sin presentar riesgos para la seguridad oncológica de la PRLAR. Este es un informe preliminar con pocos pacientes y se requieren otros estudios con mayor casuística. Fístula vesicovaginal: reparación laparoscópica López-Verdugo José F, Zapata-González José A, Camacho-Trejo Víctor F, Maya-E Alberto Instituto de Urología Robótica y Laparoscópica, Monterrey, Nuevo León, México Introducción: La causa más frecuente de la fístula vesicovaginal en México se halla, sin duda, en los trastornos que requieren procesos quirúrgicos, tanto obstétricos como ginecológicos. Material y métodos: Se informa acerca del caso de una paciente de 49 años de edad con antecedente de fístula vesicovaginal secundaria a histerectomía por miomatosis uterina y una reparación previa fallida por acceso vaginal. Se planeó una intervención laparoscópica para tratar la fístula. Resultados: Se accedió a la fistula con un catéter ureteral. Para aplicar la técnica, se colocaron cuatro puertos transperitoneales. El procedimiento quirúrgico duró aproximadamente 2 horas y 30 minutos. La hemorragia fue de 30 ml. Se utilizó la técnica de O’Connors. La paciente inició a ingesta oral 24 horas después de la cirugía. Se le dio de alta al segundo día posoperatorio; se quitó la SFTU al 8 día posoperatorio, después de un cistograma que dio resultados normales. Conclusiones: La resolución laparoscópica de la fístula vesicovaginal es factible y segura. Cuando se reproducen de manera sistemática los principios aplicados en la cirugía abierta, esta técnica ofrece la misma tasa de éxito, con la menor morbilidad posible. Presentación de trabajos en video Cistectomía radical (exenteración anterior), ureterectomía izquierda residual, uretrectomía y linfadenectomía bilateral por laparoscopia y neovejiga continente (tipo indiana); por cáncer de vejiga y uréter residual. Presentación de un caso Marquina S Manuel, Esquivel P Pablo, López-Velarde V Gilberto Star Médica – CMQ. Aguascalientes, Ags., México Antecedentes: La cistectomía radical o exenteración pélvica anterior con linfadenectomía pélvica es el tratamiento óptimo para tratar cáncer de vejiga invasivo y algunos casos de cáncer de vejiga no invasivo, pero de alto grado. Es un procedimiento enérgico con una tasa de morbimortalidad significativa, la cual oscila entre 25 y 30% en el posoperatorio temprano; esto ha originado una búsqueda para disminuir ese índice. La cirugía laparoscópica disminuye la hemorragia, el hilio postoperatorio, acorta la estancia hospitalaria y aminora el dolor posquirúrgico, sin alterar los resultados oncológicos. Objetivo: Presentar un caso complejo de cáncer en vejiga y en uréter (residual). Material y método: Paciente de género femenino de 52 años de edad, que padeció hematuria macroscópica, por lo que acudió a consulta. El facultativo ordenó un estudio de ecografía renal con el que se detectó un tumor en riñón izquierdo; por tanto, solicitó la asistencia de un cirujano oncólogo. Le practicaron nefrectomía izquierda abierta por vía anterior (Diciembre 2008). Persistió la hematuria intermitente y fue tratada con antibiótico. Se recibió a la paciente en agosto de 2009 y el estudio de histopatología del riñón indicó carcinoma de células transicionales. Se tomó TAC de abdomen y sólo se descubrieron tumores en vejiga. Con tele de tórax se obtuvieron resultados normales. Se realizó RTU de tumores vesicales (en septiembre de 2009). El informe de patología indicó 65 gramos resecados con Ash 2 que invadía la lámina propia, pero no el músculo (T1 N0 M0 G2). Se aplicó BCG y la muer regresó en mayo de 2010 con hematuria macroscópica. Se ordenó TAC de abdomen, que fue realizada hasta agosto de 2010; en dicho estudio se halló uréter izquierdo (residual) con actividad tumoral, así como varios tumores en vejiga; con tele de tórax se obtuvieron resultados normales. Por cistoscopia se observó que el tumor (quizá de grado 3) protruía por la uretra. Se realizaron exenteración pélvica anterior, ureterectomía izquierda (residual), uretrectomía, linfadenectomía bilateral y neovejiga tipo Indiana (en agosto de 2010). Resultado: Tiempo de hospitalización, 3 días; tiempo quirúrgico, 7 horas; hemorragia de más o menos 800 ml, según informe del anestesiólogo (Hb preoperatoria de 10 gr, se transfundieron 3 paquetes globulares y quedó con Hb de 11.5 g). En estudio de histopatología se halló carcinoma de células transicionales de grado 3, que invadía a la vejiga (T2 N0 M0 G3) y el uréter (T1 N0 M0 G3), así como 38 ganglios negativos a enfermedad maligna. Discusión y conclusión: En la bibliografía internacional se han presentado múltiples publicaciones de cistectomías radicales, en varones y mujeres, por carcinoma de células transicionales invasivo de vejiga, efectuadas por cirugía abierta, laparoscópica y asistida con robot. Sin embargo, en México continúa el predominio de la cirugía convencional (abierta) y quizá este caso sea de los primeros que se tratan por laparoscopía. Tratamiento videolaparoscópico; a propósito de un caso de tumor primario sincrónico, renal y suprarrenal Merayo-Chalico Claudio E, Fernández-Noyola Gerardo, Sánchez-Turati Gustavo, Hernández-Castellanos Víctor, Saavedra-Briones Dorian, Ahumada-Tamayo Samuel, Martínez José Ángel, Fulda-Graue Santiago, Santana-Ríos Zael, UrdialesOrtiz Alejandro, Cantellano-Orozco Mauricio, Morales-Montor Gustavo, PachecoGahbler Carlos Hospital general “Dr. Manuel Gea González”. México, D. F. Introducción: Los tumores sincrónicos renales y suprarrenales son poco frecuentes. A pesar de que muchas de las masas suprarrenales en el contexto de CCR son metástasis, hay otras lesiones suprarrenales con distintas implicaciones diagnósticas, terapéuticas y pronósticas que pueden coexistir con CCR. Objetivo: Presentar el caso de un paciente con diagnóstico de tumor renal y suprarrenal ipsolateral sincrónico, a quien se le practicó nefrectomía radical por técnica videolaparoscópica. Caso clínico: Paciente de género masculino con 50 años de edad que presentó cuadro de crisis hipertensiva y síndrome coronario agudo, por lo que se le hospitalizó y trató en terapia intensiva, con buena respuesta. Como parte del protocolo de estudio, primero se detectó hipocaliemia de 2.4 meq�ml, resistente al tratamiento, así como aumento en la concentración sérica de aldosterona a 52 ng�dl. Por tanto, se practicó TAC abdominal, con la que se descubrieron dos tumoraciones dependientes del riñón y la glándula suprarrenal del lado derecho, las cuales medían 3 y 4 cm, respectivamente. El estudio de metanefrinas dio resultado negativo y los demás de estudios de extensión dieron indicaciones negativas de metástasis, por lo que se practicó nefrectomía radical derecha por laparoscopia. El paciente tuvo buena evolución tras la cirugía y se le dio de alta al cuarto día posoperatorio. El resultado del estudio de histopatología indicó carcinoma de células renales con diferenciación sarcomatoide y carcinoma de corteza suprarrenal derecha. Discusión: En escasas publicaciones se ha informado sobre tumores sincrónicos de riñón y glándula suprarrenal ipsolateral; la mayoría de dichos informes incluye tumores metastásicos de carcinoma de células renales y de mama. Existe una clara relación entre el carcinoma de células renales y el desarrollo de otras neoplasias malignas sincrónicas o metacrónicas; las más frecuentes son las de mama, los tumores pancreáticos y el cáncer de colon; sin embargo, no se ha logrado establecer una relación entre carcinoma de células renales y carcinoma de corteza suprarrenal, debido a su poca incidencia. La presentación de este caso clínico corrobora la predisposición documentada, a desarrollar otras neoplasias relacionadas con el carcinoma de células renales; además, se indica que el tratamiento videolaparoscópico es una opción quirúrgica adecuada en estos casos. Tratamiento quirúrgico con la técnica de 16 puntos para la enfermedad de De la Peyronie Ortiz-Lara Gerardo E, Sarquella-Geli Joaquim,* Rojas-Cruz César,* Palma-Cepi Christian,* Garza-Cortés Eduardo R, Gómez-Guerra Lauro S Hospital Universitario UANL “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México. *Fundación Puigvert, Barcelona, España. Antecedentes: Este padecimiento fue descrito por primera vez en 1743 por Francois Gigot De la Peyronie. Se trata de una cicatriz fibrosa no elástica o placa calcificada que afecta a la túnica albugínea del cuerpo cavernoso y causa deformidad, erecciones dolorosas y, con frecuencia, disfunción eréctil. Shahram describió por primera vez (en 2002) la técnica de los 16 puntos para la corrección de la enfermedad de la Peyronie, la que aplicó a 132 pacientes con buenos resultados. Objetivo del estudio: Presentar la técnica de los 16 puntos y la experiencia de los autores con la misma, pues consideran que es una muy buena opción de tratamiento quirúrgico en la gran mayoría de los casos. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 13 Presentación de trabajos en video Material y métodos: Se captó a 3 pacientes de la consulta externa en la institución de los autores, cuyos casos fueron atendidos de diciembre de 2009 a la fecha. A los tres pacientes se les diagnosticó enfermedad de Peyronie. Los tres acudieron por deformidad peneana importante que les impedía la penetración sexual; todos cumplían los criterios para enfermedad estable y se les consideró para tratamiento quirúrgico. Se practicó cirugía de corrección con la técnica de 16 puntos. Resultados: En los tres pacientes se resolvió la curvatura, sin que quedara curvatura residual y se produjeran sin recidivas durante un periodo de vigilancia de 6 meses. No hubo disfunción eréctil posterior a la cirugía en ninguno de ellos. Después de la intervención, el pene se acortó 1 cm en promedio; sin embargo, no esto generó problemas a ninguno de los pacientes, quienes se mostraron satisfechos con el resultado de la cirugía, porque de nuevo lograron la penetración sexual. Discusión: El tratamiento quirúrgico de la enfermedad de la Peyronie está indicado sobre todo para pacientes que no logran la penetración y es una opción posible para aquellos que soliciten la operación por estética. Se debe practicar la cirugía a pacientes con enfermedad estable durante al menos 6 meses. La técnica de los 16 puntos es senxilla, versátil, aplicable prácticamente a cualquier tipo de placa y curvatura, con hemorragia mínima, menos riesgo de disfunción eréctil posquirúrgica y, tal vez, con un menor acortamiento que con otras técnicas quirúrgicas de plicatura. Por ello, los autores la consideran una buena opción. Conclusiones: Hasta el momento, la técnica de 16 puntos ha dado buenos resultados en cuanto a la corrección de la curvatura y los pacientes quedan satisfechos con los resultados, sin importar la localización de la placa ni el grado de curvatura. Ultrasonido en la evaluación de la incontinencia urinaria femenina no neurológica Ramírez-Ley César R, Ramírez-Lucero César F, Arias-Rosales Coinda Unidad de Urología Ginecológica del Centro Ginecológico y Reproducción Humana. Tijuana B.C. México Antecedentes: Existen informes de que la prevalencia de incontinencia urinaria femenina en México es de 46.5%. En Tijuana, los datos preliminares obtenidos en el centro de los autores y por Fronteras Unidas Prosalud, indican una prevalencia de 42%. En el estudio sobre incontinencia urinaria, la historia clínica y el examen físico no deben ser utilizados como únicas herramientas, ya que es posible que los diagnósticos sean erróneos hasta en 50% de los casos. La urodinamia es indispensable en la mayoría de los casos. Por lo anterior, los autores utilizan la ecografía como complemento importante de la valoración. Objetivo del estudio: Mostrar la anatomía ecográfica más importante y su aplicación clínica para el diagnóstico de incontinencia urinaria de esfuerzo en la mujer. Material y métodos: Con la paciente en posición ginecológica y con el empleo de ultrasonido GE Logiq 3, transductor vaginal de 8Hz, colocado en dentro del introito, se realiza la identificación ecográfica de las estructuras anatómicas del área, se realizan mediciones uretra-cuello vesical, en reposo y al esfuerzo, en busca de hipermovilidad uretral y otros datos indicativos de mecanismo esfinteriano débil o, incluso, vejiga hiperactiva; también se mide el residuo posmicción y se determina por ecografía la correcta posición de mallas suburetrales, esto último en el posoperatorio. Resultados: Con esta técnica se logra una sensibilidad de 92% y una especificidad de 79.6% en el diagnóstico de incontinencia urinaria de esfuerzo por hipermovilidad uretral. Además es posible aplicarla de 14 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 manera cómoda para la paciente, ya que se eliminan la necesidad de la prueba de Qtip y la colocación de sondas para medir el residuo posmicción en la valoración de consultorio, entre otras ventajas. Discusión: Esta aplicación de la ecografía es cada vez más popular, pero su aceptación ha sido lenta, debido a la gran variedad de técnicas y criterios diagnósticos publicados. La técnica empleada por los autores está validada ampliamente y es reproducible, con una curva de aprendizaje relativamente baja para el operador y con una buena correlación entre las observaciones ecográficas, urodinámicas y clínicas. Conclusiones: La ecografía en el diagnóstico de incontinencia urinaria de esfuerzo en la mujer es confiable, accesible, con sensibilidad y especificidad altas, lo que la convierte en instrumento útil para la valoración inicial y posquirúgica de la paciente incontinente. Afalia congénita: tratamiento con avance uretral Santana-Ríos Zael, Fernández-Noyola Gerardo, Cantellano-Orozco Mauricio, Cuevas-Alpuche Juan, Morales-Montor Gustavo, Pacheco-Gahbler Carlos División de Urología, Hospital General Dr. Manuel Gea González. México D. F. Antecedentes: La afalia congénita es resultado de una falla en el desarrollo del tubérculo genital. Es una entidad en extremo rara. Se calcula una incidencia de 1 por cada 10 a 30 millones de nacidos vivos. En la bibliografía se hallan alrededor de 80 casos informados. Por lo generalmente, el cariotipo es 46XY y el aspecto clínico es de un escroto bien desarrollado, con testículos descendidos y falta de pene. Por lo regular, el ano está desplazado en sentido anterior y la uretra puede emerger en él, adyacente al margen anal; en otros casos, emerge dentro del recto. A veces, este trastorno se acompaña de otras malformaciones, como criptorquidia, reflujo vesicoureteral, riñón en herradura, agenesia renal y ano imperforado, así como anomalías musculoesqueléticas o cardiopulmonares. Skoog y Belman (1989) revisaron 60 informes y encontraron que los meatos uretrales implantados en posición más proximal conllevaron mayor incidencia de malformaciones y muerte neonatal. Al menos 60% de los pacientes tienen meato posesfintérico, localizado a nivel del margen anal. El 28% de los pacientes tiene meato preesfintérico con una comunicación uretral, ya sean fístulas prostatorrectales, vesicorrectales o atresia rectal. Se debe hacer la valoración genética de los pacientes al nacimiento y buscar malformaciones relacionadas. Es importante proponer una reasignación de sexo temprana. Objetivo: Presentar un caso de afalia congénita y su tratamiento con avance uretral. Caso clínico: Paciente de género masculino de 14 años de edad, sin antecedentes patológicos perinatales, producto de una gesta 4, en un embarazo normoevolutivo de 38 semanas, con adecuado control prenatal, así como peso y talla adecuados al nacer. Al momento del parto se detecta afalia y, luego de estudio genético, se propone reasignación de sexo; sin embargo, la madre no lo aceptó. El paciente presentó cuadro de litiasis vesical a los 12 años (tratada por cistolitotomía abierta), además de infecciones urinarias de repetición con múltiples tratamientos. El paciente fue enviado por el servicio de psicología a valoración urológica por las infecciones urinarias de repetición, con informe de micción por el recto, con pujo y tenesmo vesical, así como continencia de 100 por ciento. A la exploración física se observó que el paciente tenía fenotipo masculino y su edad aparente era similar a la cronológica; se halló cicatriz infraumbilical a nivel abdominal (compatible con el antecedente de cistolitotomía abierta), características sexuales secundarias, falta de pene, vello púbico de distribución androide, ambos testículos Presentación de trabajos en video en bolsas escrotales de tamaño y consistencia normales. Se observó implantación anterior de ano, con meato ureteral posesfinteriano sin salida espontánea de orina. Sexo cromosómico 46XY por cariotipo, perfil hormonal normal, examen general de orina con datos de infección urinaria, con urocultivo positivo para E. Coli multirresistente. En estudio urodinámico se detectó uropatía obstructiva infravesical; la urografía excretora no mostró alteraciones del aparato urinario. Por cistoscopia se observó uretra posesfinteriana permeable, vejiga con orina turbia que contenía abundante sedimento, meatos ureterales bien implantados y paredes vesicales trabeculadas. Con resonancia magnética no se detectaron signos de restos Mullerianos ni comunicaciones uretrales con meato posesfinteriano. Se practicó avance uretral al paciente y se dejó meato perineal sin complicaciones. Conclusiones: La afalia congénita es trastorno sumamente raro cuyo tratamiento requiere un grupo multidisciplinario, además de técnicas de avance uretral con la finalidad de mejorar la mecánica miccional y evitar lesión en la porción superior del aparato urinario. Prostatitis granulomatosa no tuberculosa más micosis urinaria. Informe de un caso Alias-Melgar Alejandro, Morales-Covarruvias Jesús Alejandro, Téllez-Sánchez Mario, Zuviri-González Antonio, Vásquez-Flores Alberto, Trujillo-Vázquez Erick, DíazVega Juan Carlos, Espinosa-Perezgrovas Daniel Centro Médico Nacional “20 de Noviembre ISSSTE”. México, D. F. Antecedentes: Excepto con las especies de Candida, es poco frecuente que el aparato genitourinario sea el sitio primario de infección micótica; no obstante, a veces es afectado por la localización de una infección sistémica. Por lo general, la aspergilosis, la criptococosis y la ficomicosis afectan al aparato genitourinario en el contexto de una enfermedad diseminada en huéspedes inmunodeprimidos. El tratamiento de estas infecciones se enfoca en la enfermedad multisistémica, que también abarca al aparato genitourinario. Presentación del caso: Se presenta el caso de un paciente de género masculino mayor de 70 años, originario del D. F., radicando en el Estado de Veracruz, de ocupación en ingeniería civil, casado, con carga genética para DM2 por parte materna y sin otras alteraciones; habitaba en casa propia que contaba con todos los servicios. COMBE con resultados negativos y cirugía de apendicectomía en 1957, negación de alergias y transfusiones; DM2 de reciente diagnóstico en tratamiento con gibenclamida (1 tableta vía oral cada 12 horas); negación de tabaquismo y alcoholismo, resto preguntado y negados. El padecimiento inició en enero del 2010, con signos de síndrome obstructivo urinario bajo y de disminución de calibre y de chorro urinario. Acudió al servicio de urgencias por retención aguda urinaria, por lo que requirió cateterismo con sonda de Foley 16 Fr, sin ningún incidente. Se decidió realizar cistoscopia diagnóstica y se observaron lesiones exofíticas en región uretral peneana, a 5 cm del meato urinario, que obstruían 60% de la luz uretral; en región prostática se detectaron lóbulos coaptantes al 100%, de predominio derecho, DVC de 3.0 cm así como importante sedimento, meatos ortotópicos, expulsión de orina sin sangre, vejiga con lesión en fondo vesical. Método: Ante tales descubrimientos, se decidió realizar RTUP y biopsia de lesión vesical y uretral. Sin accidentes ni incidentes, se envía muestra a estudio de histopatología, en el que se determinaron lesiones en uretra (uretritis focal aguda), a nivel vesical (cistitis focal aguda) y en tejido prostático (prostatitis) granulomatosa no tuberculosa. Se decidió dar tratamiento sistémico con anfoterecina B (50 mg� 24 horas) y fluconazol (400 mg�24 horas, vía oral). Actualmente prosigue el tratamiento; se realizó cistoscopia de control a los 6 meses y se observó mejoría de las lesiones; se tomó nueva muestra de lecho prostático en la que se detectó prostatitis crónica, sin signos de levaduras micóticas. Continúa la administración sistémica de antimicóticos, ya que en la bibliografía se indica que el tratamiento debe durar 1 año. Se realizó UROTAC y no se hallaron signos de lesiones vesicales, uretrales ni renales. Discusión: Las infecciones micóticas son un raro trastorno genitourinario, lo mismo que la coccidiodiomicosis. Como el paciente realiza sus labores en cuevas y lugares con alto índice de humedad afronta grandes riesgos de padecer estas enfermedades, y más aún por el factor agregado del estado de inmunodepresión de la diabetes tipo II, así como su pronta respuesta favorable a los antimicóticos sistémicos. Conclusión: En la bibliografía son raros los casos de pacientes con enfermedad micótica agregada a una prostatitis granulomatosa no tuberculosa, sin infección pulmonar micótica preexistente y con acción obstructiva de las lesiones a nivel uretral. Con tratamiento sistémico, estos pacientes mejoran de manera tardía; sin embargo, en el caso aquí informado, las lesiones y sintomatología obstructivas se resolvieron en cuatro meses y no hubo otras lesiones en el aparato genitourinario, Nefrectomía parcial y crioablación de angiomiolipomas renales en paciente monorreno Terrazas-Ríos José L, Campos-Salcedo José G, Martínez-Juárez Noe E, FloresTerrazas José E, Castro-Marín Melchor, López-Silvestre Julio C, Mendoza-Álvarez Luis A, Zapata-Villalba M, Estrada-Carrasco Carlos E Hospital Central Militar, México D.F Antecedentes: El angiomiolipoma renal es una variante de hemartoma, que pude aparecer en casi cualquier órgano; a nivel renal, forma parte del complejo de esclerosis tuberosa, el cual incluye convulsiones, retardo mental y adenoma sebáceo, así como angiomiolipomas en 50% de los pacientes; en este caso se forman múltiples tumores, a diferencia de los pacientes que los desarrollan en forma aislada, sin relación con esclerosis. Objetivo del estudio: Se presenta en video un caso de angiomiolipomas múltiples en una paciente monorrena, tratada con nefrectomía parcial por un angiomiolipoma de 4 cm y con crioablación de dos angiomiolipomas de aproximadamente 2 cm. Informe del caso: Paciente de género femenino de 32 años de edad, sin antecedentes cronicodegenerativos de importancia, pero con antecedente de angiomiolipomatosis renal bilateral con manifestación inicial de síndrome de Wünderlich, para lo que se requirió nefrectomía izquierda en 2007. Después, se mantuvo vigilancia mediante resonancia magnética nuclear, con lo que se comprobó el crecimiento de una masa en el polo superior renal, hasta alcanzar un tamaño aproximado de 4 cm; también se verificó la existencia de dos masas de aproximadamente 2 cm, localizadas en la convexidad renal derecha. La paciente fue llevada a nefrectomía parcial por el angiomiolipoma del polo superior; además, mediante estudio de resonancia magnética nuclear, se identificaron dos masas en polo superior y en la convexidad de unos 2 cm, las cuales fueron tratadas mediante sonda de crioablación con sistema de gases argón-helio, lo que permitió la resolución de las lesiones. En tomografía de control se identificó la resolución de las lesiones. Conclusiones: Se cuenta con muchas opciones para el tratamiento de angiomiolipomatosis renal, desde vigilancia hasta nefrectomía parcial, nefrectomía total, embolización de las lesiones y crioterapia. En esta ocasión, se presenta una variante terapéutica para este trastorno, la cual resulta una opción segura y viable para conservar la función renal en pacientes monorrenos. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 15 Presentación de trabajos en video Traumatismo vesical. Tratamiento laparoscópico en el Hospital Español de México Uberetagoyena-Tello de Meneses Israel, Martínez-Arroyo Carlos, Serrano-Correa Luis Alberto, Paredes-Mendoza Jorge, Gómez-López José Manuel, SalgueiroErgueta Raúl, Marina-González Juan Manuel Hospital Español de México, México D.F. Antecedentes: La causa más frecuente (82%) de roturas vesicales es traumatismo externo. La roturas intraperitoneales son causadas por vejiga distendida con incremento súbito de la presión intravesical, traumatismo abdominal contuso, el cual lesiona la porción más débil, que es el domo vesical. El tratamiento convencional incluye laparotomía exploradora, pero algunos autores informan de reparación laparoscópica. Objetivo del estudio: Presentar el tratamiento laparoscópico de traumatismo vesical intraperitoneal en el Hospital Español. Material y método: Paciente de género femenino de 31 años de edad, con antecedente de apendicectomía en 1990. Ingresó al hospital porque una hora antes había sufrido un dolor en hipogastrio con intensidad 10�10; además tenía pujo, tenesmo vesical e incapacidad para la micción, luego de sufrir un accidente automovilístico con choque frontal. Ella conducía su automóvil y usaba el cinturón de seguridad. En la exploración física se halló abdomen plano, peristalsis hipoactiva, doloroso blando a la palpación, tanto superficial como profunda, de predominio en hipogastrio, con rebote positivo y signo de Giordano bilateral positivo. Estudios de laboratorios al ingreso: Na, 133; glucosa, 132; creatinina, 0.97; FA 0.3; BT, 0.9; TGO, 42.9, PT, 7.98; albúmina 4.3; BUN, 10; LDH, 183; LT 10.6, Hg 14.4; HTO, 43.3; plaquetas, 314; bandas, 3%; neutrófilos, 7.97; linfocitos, 1.73; TP, 12.6; TTPA, 31.4; INR 1.09. EGO: características, rojo turbio, pH 5, hemoglobina 250, eritrocitos incontables, bacterias escasas. TAC abdominopélvica: con defecto de llenado en vejiga. La paciente tuvo evolución favorable y se le dio de alta. Resultados: En posición de litotomía modificada, se realizó cistoscopia diagnóstica, con la que se detectó defecto en el domo vesical. Se decidió realizar laparoscopia diagnostica, pero no se hallaron signos de lesiones abdominales; se realizaron cistorrafia en dos planos y lavado abdominal. Discusión: La rotura vesical es frecuente en politraumatismos contusos; de éstos, son intraperitoneales en 25 a 43 % de los casos. Se debe basar el tratamiento en la cinética del traumatismo. Actualmente resulta útil la cirugía laparoscópica en pacientes seleccionados. Conclusión: La reparación laparoscópica de una rotura vesical intraperitoneal es reproducible y disminuye la morbilidad por el propio trastorno y por el procedimiento. Nefrectomía laparoscópica en trasplante renal Vilchis-Cárdenas Marco A., Camacho-Trejo Víctor M., Sánchez-Puente Julio C., Reyes-García Iván, Aragón-Tovar Anel R. Unidad Médica de Alta Especialidad No. 25, Centro Médico Nacional del Noreste, Instituto Mexicano del Seguro Social. Monterrey, Nuevo León, México Antecedentes: Se han desarrollado múltiples técnicas de cirugía urológica de mínima invasión. Entre ellas, en el decenio de 1990 se realizó la primera nefrectomía de donador vivo, por vía laparoscópica. Hoy se considera que la nefrectomía laparoscópica es una de las técnicas preferidas para trasplante de donador vivo, y se está convirtiendo en el nuevo estándar, ya que es utilizada en 97% de los grandes centros de trasplante de Estados Unidos y Europa. Objetivo del estudio: Presentar la experiencia de los autores en la técnica de nefrectomía laparoscópica manoasistida en donante renal vivo. 16 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 Material y métodos: Existen dos accesos principales para la NLDV: el transperitoneal, es el más difundido (el que practican los autores) y el retroperitoneal. Para efectuar la cirugía, se llena con gas el abdomen (neumoperitoneo) para crear un espacio de trabajo; en la pared abdominal, se insertan dos trócares, a través de los cuales se introducen un laparoscopio y los instrumentos de trabajo; además, se hace una incisión de 5 a 7 cm por donde el cirujano introducirá la mano. La cirugía se lleva a cabo bajo visión endoscópica. Cuando el riñón está completamente liberado, se le extrae por la herida mayor. Resultados: A la fecha, en las más de 70 nefrectomías de donante vivo por laparoscopia realizadas en Unidad Médica de Alta Especialidad No. 25, los resultados han sido: disminución del dolor, menos morbilidad postoperatoria, estancia hospitalaria más breve y menor periodo de recuperación, con reintegración más pronta del donador a la vida social y laboral. Discusión: La nefrectomía laparoscópica manoasistida es una técnica reproducible, con ventajas en la disminución del tiempo de isquemia caliente y el acortamiento de la curva de aprendizaje en cirugías laparoscópicas puras. El empleo de la mano aumenta la seguridad del cirujano, pues conservar el tacto durante la cirugía compensa parcialmente la falta de visión tridimensional y también permite la identificación de las estructuras vasculares y el control, en caso de hemorragia aguda. Una nueva técnica de nefrolitotomía percutánea para pacientes con riesgo de sepsis: nefrolitotomía percutánea con aspiración Villalobos-Gollás Miguel, Cruz-Nuricumbo Eduardo, Jiménez-Heredia Israel Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán, Mérida, Yucatán Antecedentes: Se considera que la nefrolitotomía percutánea (NLP) es el mejor tratamiento para litos (que no sean de ácido úrico) mayores de 2 cm. A mayor tamaño del cálculo, mayor será el riesgo de complicaciones infecciosas (como fiebre, síndrome de reacción inflamatoria sistémica, sepsis o choque séptico). Estas complicaciones se deben a que bacterias y endotoxinas pueden pasar al torrente sanguíneo durante la NLP, a causa de manipulación del lito, alta presión en el tracto urinario, disrupción vascular y urotelial o reflujo pielovenoso-linfático. Este riesgo aumenta por comorbilidades en el paciente, como infección de vías urinarias, obstrucción urinaria, tiempo operatorio prolongado y alta presión en el tracto. Por lo regular, se recomienda suspender la NLP cuando se observa pus en la punción, aunque algunos autores han continuado con la NLP en tales circunstancias. Se desarrolló una técnica para disminuir la presión y evitar el uso de irrigación durante la NLP, ya que con litotricia neumática no se requiere irrigación, que, incluso, puede resultar nociva al constituirse en el medio de transporte para bacterias y endotoxinas hacia el torrente sanguíneo. Objetivo del estudio: Informar sobre la experiencia adquirida con esta nueva técnica llamada nefrolitotomía percutánea con aspiración (NLPA) y mostrar su uso en un video. Material y métodos: Esta técnica fue desarrollada por uno de los autores (MVG) y primero fue utilizada en pacientes con litiasis renal y obstrucción infundibular múltiple, en quienes no era posible colocar un drenaje con sólo una nefrostomía, debido a obstrucción segmentaria múltiple y a que en la punción se produjera salida de material purulento por accidente. La NLPA consiste en una punción estándar y cultivo inicial. Se dilata el tracto a 28 Fr y se utiliza un nefroscopio 24 Fr, permitiendo comunicación libre de aire�líquido y evitando aplicar la succión al urotelio. Se introduce el nefroscopio sin irrigación, utilizando succión directa para aspirar orina y sangre. Esto permite la visualización del tracto y, en dado caso, es posible Presentación de trabajos en video irrigar de forma momentánea para limpiar el lente. Una vez localizada la piedra se inicia litotricia neumática con succión. Aquí se puede activar de nuevo la irrigación por un segundo para facilitar la aspiración de fragmentos muy pequeños y detritos. En ningún momento se llena con irrigación la cavidad renal. Se apaga la bomba de succión para navegar dentro del tracto, o bien, se puede expandir para avanzar la camisa. Es posible detectar la desobstrucción de otros infundíbulos cuando se observa otra vez salida de pus y orina. Al desobstruir por completo los infundíbulos, se puede optar por continuar la NLP hasta extraer todos los fragmentos o terminar el procedimiento para administrar antibióticos y valorar un procedimiento secundario (LEOCH o NLP). Resultados: Se presenta la técnica y un video de dicha técnica en una paciente con obstrucción infundibular múltiple. Se ha utilizado esta técnica en 17 pacientes con punción purulenta y litos coraliformes. Hasta el momento no se ha desarrollado ninguna complicación séptica, sólo fiebre en una paciente. Discusión: Hasta donde saben los autores, no se había descrito una técnica similar a la NLPA; esta es la única, hasta donde saben, que no requiere distensión hídrica del sistema colector. Actualmente, los autores han empleado NLPA en todo procedimiento percutáneo que permita la visualización, sin irrigación, aunque se tengan o no signos de infección, pues consideran que el tiempo de mayor translocación bacteriana y de endotoxinas es en el momento de la litotricia, cuando se pulveriza el interior del lito, con liberación de fragmentos diminutos que pueden pasar al torrente sanguíneo. Además, es una técnica reproducible, ya que fue utilizada por otros urólogos del mismo centro con la misma eficacia. Conclusión: Este video muestra las características de la técnica y la posibilidad de realizar una NLP con aspiración y sin distensión hídrica. En pacientes con punción purulenta, el procedimiento ha resultado exitoso, ya que en ningún caso se produjo sepsis ni otra complicación infecciosa. Esta técnica es una alternativa para NLP y habrá que comprobar su utilidad en estudios prospectivos para realizar una comparación adecuada. Dispositivo intrauterino calcificado intravesical tratado con endolitotricia y extracción endoscópica Arceo-Olaiz Ricardo, Villeda-Sandoval Christian I, Sotomayor-De Zavaleta Mariano, Feria-Bernal Guillermo Servicio de Urología, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. México, D.F., México Antecedentes: La migración del dispositivo intrauterino (DIU) hacia la vejiga, con la subsecuente formación de un lito alrededor del mismo, es un trastorno poco frecuente. Por lo general, las pacientes desarrollan síntomas relacionados con un cuerpo extraño en vejiga. Presentación del caso: Se informa sobre el caso de una paciente con un DIU intravesical, el cual fue extraído por vía endoscópica. Materiales y métodos: Mujer de 24 años de edad con antecedentes de un embarazo resuelto por parto y colocación de DIU durante la misma intervención, hace 5 años. La paciente acudió a revisión subsecuente y su médico le colocó un segundo dispositivo intrauterino, ya que en la exploración física no encontró el primero. Después iniciaron síntomas urinarios bajos de almacenamiento (frecuencia, urgencia), hematuria macroscópica intermitente e infecciones de vías urinarias de repetición, a razón de 3 a 4 cuadros al año. Inicialmente se practicó una ecografía vesical, en la que se observó una imagen hiperecógena, irregular y con centro que se destaca al el Doppler; asimismo se observó una imagen correspondiente a un dispositivo colocado adecuadamente en el útero. Se complementó con urotomografía y se detectó un DIU calcificado a nivel vesical, así como un segundo DIU a nivel intrauterino. Se realizó endolitotricia y extracción endoscópica del DIU intravesical. Técnica: Bajo sedación, asepsia y antisepsia, se realizó cistoscopia con la que se halló el DIU calcificado, adherido a la mucosa de la pared vesical, a nivel del fondo. Se liberó el dispositivo de la pared mediante tijeras endoscópicas, con las que seccionaron sus hilos. Luego se realizó endolitotricia con láser de holmio, litotritor neumático y pinza de litotritor para separar el DIU de la calcificación que lo rodeaba. Se extrajo el DIU por vía transuretral con la pinza para cuerpo extraño y se realizó lavado vesical con Ellyck para limpiar la vejiga de todos los fragmentos de lito. Se colocó sonda de Foley transuretral durante 5 días y, posteriormente, fue extraída sin complicaciones. Hoy, la paciente se encuentra asintomática, sin infecciones de vías urinarias. Discusión: El DIU es un método anticonceptivo seguro. A pesar de sus pocas complicaciones, se ha informado sobre la migración del dispositivo hacia la vejiga. Todos los casos registrados en la bibliografía mencionan perforación uterina con la subsecuente migración del dispositivo hacia la vejiga. Sin embargo, se debe considerar la posibilidad de una inadecuada colocación en la vagina. Una vez en la vejiga, se manifiesta como un cuerpo extraño que provoca síntomas urinarios bajos de almacenamiento (frecuencia, urgencia), disuria, incontinencia urinaria, dolor suprapúbico, hematuria e infecciones urinarias de repetición. En ocasiones se ha informado calcificación del dispositivo. El tratamiento de esta complicación es la extracción del cuerpo extraño. Conclusión: Se han presentado distintas opciones terapéuticas para cuerpos extraños intravesicales (como un DIU), ya sea cistolitotomía o cistoscopia. La elección de la vía de acceso depende del tamaño del cuerpo extraño calcificado, pero en ambas instancias se han obtenido resultados adecuados. Prostatectomía radical retropúbica abierta con técnica interfascial Torres-García Aarón, Yaber-Gómez Efrén K, Alias-Melgar Alejandro Hospital “Ángeles del Pedregal”. México D. F. Antecedentes: Los primeros registros del tratamiento quirúrgico del cáncer de próstata datan de 1905, cuando Hugh Hampton Young describió la técnica quirúrgica por vía perineal. Posteriormente, Millin describió en 1947 la primera técnica por vía retropúbica. Ambas técnicas conllevaban una morbilidad muy elevada (lesión en el recto, lesión uretral, hemorragias masivas, fugas anastomóticas, linfoceles, infecciones, impotencia e incontinencia). En 1979, Reiner y Walsh describieron la anatomía del complejo venoso dorsal y la técnica quirúrgica de su ligadura para disminuir la pérdida sanguínea y facilitar la disección de la próstata. Años más tarde, en 1983, y mediante estudios en fetos y cadáveres, Walsh describió la técnica quirúrgica conservadora de nervios, con la que demostró buenos resultados oncológicos, con mejoría de la continencia y la función sexual. El conocimiento anatómico de la pelvis, los nervios generadores de la erección y la continencia han permitido desarrollar nuevos accesos quirúrgicos con los que es posible resolver la patología oncológica y mantener tanto la continencia como las erecciones. Objetivo del estudio: El presente video presenta la técnica quirúrgica de la prostatectomía radical por vía retropúbica, con disección en el plano interfascial. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 17 Presentación de trabajos en video Material y métodos: Pacientes de género masculino con diagnóstico de adenocarcinoma de próstata localizado, en etapas T1 y T2, y tratados con prostatectomía radical abierta. Discusión: Se han presentado varias descripciones de los planos anatómicos que abarcan a la próstata y la fascia de Denonvilliers. Hasta el día de hoy, hay controversia sobre la nomenclatura adecuada de estas estructuras; sin embargo, la mayoría de los cirujanos coincide en que existen tres planos de disección: intrafascial, interfascial y extrafascial. El plano interfascial es avascular y está 18 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):1-18 localizado entre la fascia prostática y la fascia de Denonvilliers. Se ha practicado disección interfascial sobre todo en cirugía laparoscópica, con buenos resultados oncológicos. Conclusiones: En la prostatectomía radical retropúbica, la disección por vía interfascial permite establecer buen control hemostático del complejo venoso dorsal, así como buena exposición del ápex prostático, márgenes quirúrgicos negativos y adecuada continencia urinaria, además de conservar la función eréctil. CONGRESO NACIONAL LXI Congreso Nacional de la Sociedad Mexicana de Urología Presentación de trabajos libres orales Síndromes paraneoplásicos asociados al carcinoma de células renales. Incidencia y correlación con factores pronósticos Acosta-Garduño Jorge, Navarrete-García Enrique, Aragón-Tovar Anel R, Castillo-Chavira Gilberto, Vilchis-Cárdenas Marco A Servicio de Urología. Unidad Médica de Alta Especialidad No. 25. Centro Médico Nacional Noreste. Instituto Mexicano del Seguro Social, Monterrey, Nuevo León, México Antecedentes: El carcinoma de células renales (CCR) constituye la causa del 2% a 3% de todas las neoplasias malignas del adulto, y es el más letal de todos los cánceres urológicos. Los factores pronósticos más importantes, que determinan la sobrevida a cinco años, comprenden el grado tumoral, la extensión local del tumor, las metástasis a ganglios linfáticos regionales y la evidencia de enfermedad metastásica al momento en que se formula el diagnóstico. La presentación clásica del CCR incluye la triada de dolor en flanco, masa palpable y hematuria. Actualmente se observa en muy pocos pacientes esta triada. Hasta un tercio de ellos muestran signos y síntomas de síndrome paraneoplásico. Objetivo: Evaluar la incidencia de los síndromes paraneoplásicos asociados al CCR, así como su correlación con los factores pronósticos. Material y métodos: Se realizó una evaluación de los pacientes sometidos a cirugía renal por diagnóstico de tumor renal durante los meses de julio del 2009 a junio del 2010, se determinó la incidencia de los síndromes paraneoplásicos asociados y su correlación con los factores pronósticos. Resultados: El estudio incluyó a 53 pacientes, 31 del sexo masculino y 22 del sexo femenino, de los cuales 35 (66%) presentaron una o más alteraciones correspondientes a un síndrome paraneoplásico, entre ellas las más frecuentes fueron hipercalcemia (18.8%), anemia (35.8%), hipertensión arterial (28.3%), síndrome de Stauffer (18.8%) y síntomas constitucionales(32%). Se encontró, además, una correlación positiva con los factores pronósticos adversos ya establecidos en la literatura mundial. Discusión: Los síndromes paraneoplásicos son el resultado de una actividad celular aberrante en la faceta de malignidad. Bajo condiciones fisiológicas normales, el riñón lleva a cabo varias funciones endócrinas y metabólicas. En el CCR, estos procesos pueden perder su regulación normal. La mayoría de los síndromes paraneoplásicos asociados al CCR se tratan solamente con nefrectomía. La recurrencia de un síndrome paraneoplásico previo debe alertar al médico sobre la posible progresión de la enfermedad. Conclusiones: Es muy importante entender la biología de los síndromes paraneoplásicos, puesto que pueden ser la manifestación inicial de enfermedad primaria o recurrencia de la misma. Es posible que la continua investigación sobre muchos síndromes paraneoplásicos asociados con CCR permita, algún día, mejorar el diagnóstico, así como las modalidades terapéuticas para tratar esta patología única. Laser Greenlight HPS: Eficacia de la fotovaporización prostática con láser verde con 80 y 120 W en el manejo de crecimiento prostático benigno Gutiérrez-Aceves Jorge, Acuña-López Juan A, González-Ramírez Alejandro, Reyes-Mazzini Román, Chiang-Cortés David Instituto de Endourología. Guadalajara, Jal., México. Introducción y objetivo: La fotovaporización prostática con laser verde (greenlight) es una de las modalidades para el tratamiento quirúrgico del crecimiento benigno de próstata de aparición reciente. El objetivo de este estudio consistió en valorar la eficacia y seguridad del procedimiento Material y métodos: Se efectuó un análisis retrospectivo de nuestra base de datos, que incluyó a pacientes quienes habían sido sometidos a fotovaporización con laser verde de 80 y 120 W, durante el periodo comprendido entre enero 2007 a agosto 2010. Se analizó de manera pre y posoperatoria (a los tres meses) el volumen prostático, IPSS y la orina residual, así como el tiempo que estuvo colocada la sonda transuretral, días de estancia hospitalaria y complicaciones trans y posoperatorias. Se realizó un análisis comparativo entre los pacientes tratados con laser verde de 80 W (grupo 1) y quienes recibieron terapéutica con laser de 120 W (grupo 2). Resultados: El estudio incluyó a un total de 105 pacientes; en 82 de ellos se utilizó laser verde de 80 W (grupo 1) y en 23 también el laser verde pero de 120 W (grupo 2). La media de edad fue de 64 vs 65.7, respectivamente, el volumen medio prostático vaporizado en el grupo 1 fue de 31.7 cc y en el grupo 2, de 56.6 cc (P < 0.001); en promedio el IPSS disminuyó 11.5 puntos en el Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 19 Presentación de trabajos libres orales grupo 1, y 11.4 puntos en el grupo 2 (NS). El tiempo quirúrgico fue de 98 min vs 80 min, respectivamente (P < 0.001). El retiro de la sonda transuretral se midió en días, 1.2 vs (NS). En lo que respecta a las complicaciones a corto plazo, 4 pacientes del grupo 1 presentaron RAO y 1 paciente del grupo 2. Conclusiones: La vaporización fotoselectiva para tratamiento del crecimiento prostático benigno con láser greenlight, tanto de 120 como de 80 W, es una técnica segura y eficaz que ofrece resultados terapéuticos similares, en ambas modalidades y bajos índices de complicaciones. Uso de la pentoxifilina como tratamiento de la astenospermia Aguado-López Humberto,1 Aragón-Tovar Anel,2 De la Parra-Márquez Miguel,3 López-Alarcón Alejandro,1 Colorado-García Alberto4 1 Residente 5ª año Urología, 2Jefe de Servicio Urología UMAE #25, 3Cirujano Plástico y Reconstructivo con Maestría en Ciencias Médicas, 4Médico Urólogo adscrito HGZ # 33, Monterrey, Nuevo León, México Antecedentes: La infertilidad primaria constituye una de las principales causas de consulta andrológica. Sus principales causas son a, b y c. La infertilidad primaria se presenta ocasionalmente como astenospermia. Se han publicado reportes sobre las propiedades de la pentoxifilina en el tratamiento de este binomio. Objetivo: El estudio tuvo como finalidad determinar la seguridad y eficacia de la pentoxifilina en el tratamiento de astenospermia en pacientes con infertilidad primaria. Material y métodos: El diseño se basó en un ensayo clínico aleatorio. Criterios de selección: pacientes de consulta externa del Servicio de Urología con diagnóstico de infertilidad primaria con astenospermia. Criterios de exclusión: otras alteraciones del espermograma como varicocele, espermocultivos positivos para infección y enfermedad de cilio inmóvil. Previo consentimiento informado, se dividieron en forma simple los participantes en dos grupos: el primero correspondió al grupo terapéutico al que se administró 400 mg diarios de pentoxifilina y el segundo al grupo de control que recibió placebo. Se efectuó seguimiento con espermogramas cada 3 meses. Resultados: Participaron en el estudio 23 pacientes divididos en dos grupos, en los cuales ni la edad ni el espermograma inicial tuvieron significancia estadística. En el grupo 1, las mediciones entre los espermogramas trimestrales tuvieron diferencias significativas con p < 0.0001, en cambio en el grupo placebo fue p > 0.05, de lo que se deduce que la pentoxifilina aumenta significativamente la movilidad espermática. Conclusiones: Con lo obtenido en este estudio, efectivamente observamos que la pentoxifilina aumenta significativamente la movilidad de los espermatozoides en relación al placebo, siendo más notoria a los 9 meses después del inicio del tratamiento, con lo que comprobamos que es un método útil de tratamiento para la astenospermia, pero aún sin resultados de embarazo. 20 Departamentos de Urología, Patología y Radiología e Imagen del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, Distrito Federal Antecedentes: La necrosis en pacientes con carcinoma de células renales (CCR) parece ser un factor pronóstico de supervivencia independiente del que es específico del trastorno maligno. El estadio tumoral, que es el factor más importante, se obtiene mediante tomografía computada (TC) con contraste intravenoso, que resulta fundamental para el diagnóstico de estos tumores. No obstante, no se ha estudiado ampliamente la capacidad de ésta para predecir la aparición de necrosis. Objetivo: Nuestro estudio tuvo como finalidad determinar si el coeficiente de atenuación correlaciona con necrosis en CCR. Material y métodos: Se consideró a 115 pacientes, que fueron tratados quirúrgicamente por diagnóstico de tumor renal de noviembre 2004 a febrero 2009. Se observó que 36 de ellos tuvieron una TC contrastada de 64 cortes en el Sistema de Comunicación de Archivo de Pacientes (PACS por sus siglas en inglés), mismos que conformaron la población de estudio. Un mismo radiólogo reevaluó la TC para obtener el coeficiente de atenuación de la fase simple y venosa, tanto en la totalidad de la lesión neoplásica como en la zona con más hipovascularización, y determinar el reforzamiento medido en Unidades Hounsfield (UH). Se efectuó una revaluación de todas las piezas histopatológicas para determinar la posible existencia de necrosis. Resultados: De los 36 pacientes incluidos, se eliminaron 2 por embolización prequirúrgica y 1 por no contar con el material histopatológico adecuado. De los 33 analizados, el 78% fueron hombres con una media de edad de 59 años (38-84). Se practicó nefrectomía radical a 94% de los pacientes. El subtipo histológico fue: células claras, 78%; papilar, 10%; cromófobo, 6%; no clasificable, 6%. El 42% correspondió al estadio I, 21% al estadio II, 24% al estadio III y 12% al estadio IV. El 30% tuvo un grado nuclear 1; 36%, grado 2; 15%, grado 3, y 18%, grado 4. En 27% de los sujetos se encontró necrosis. Los pacientes con grado nuclear alto (3 y 4) tuvieron mayor frecuencia (61.5%) de necrosis en el análisis histopatológico en comparación con quienes tuvieron un grado nuclear bajo (1 y 2), es decir, el 5% (p = 0.0004). Al evaluar la atenuación en toda la lesión, el reforzamiento promedio en los pacientes con necrosis fue de 18.5 ± 15.4 UH vs 41.3 ± 21.6 UH (p=0.006). Al evaluar sólo la zona más hipovascular del tumor, el promedio de reforzamiento en los pacientes con necrosis fue de 1.88 ± 1.76 UH vs 13.41 ± 3.31 UH, en los que no tuvieron necrosis (p = 0.04). Discusión: La necrosis parece ser un factor adverso en el pronóstico de los pacientes con CCR, amén de que forma parte de nomogramas de supervivencia. El hecho de que se pueda predecir su existencia desde la TC puede ayudar a determinar, con elementos adicionales, el pronóstico de un paciente que afectado por un tumor renal. Conclusión: El comportamiento del coeficiente de atenuación, medido en TC contrastada, parece tener relación con las características histológicas del CCR, en virtud de que el reforzamiento en UH de toda la lesión y/o de la zona más hipovascular del tumor puede predecir la necrosis. Correlación del coeficiente de atenuación en tomografía computada con la presencia de necrosis en el análisis histopatológico en cáncer de células renales Efecto de la aplicación intravesical de la toxina botulínica en la calidad de vida del paciente con lesión medular y vejiga neurogénica en el Instituto Nacional de Rehabilitación Aguilar-Davidov Bernardo, Villalobos-Gollas Miguel, Castillejos-Molina Ricardo, Feria-Bernal Guillermo, Uribe-Uribe Norma, Barrios-Ordoñez Adriana I, IbarraFombona Raúl J, Rodríguez-Covarrubias Francisco Ahumada-Tamayo S, Pérez-Hernández B, Pérez-Zavala R, León-Hernández S, Durán-Ortiz S Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 Presentación de trabajos libres orales División de Urología del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y División de Urología del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, México, Distrito Federal Antecedentes: Van Ermengem aisló por primera vez la toxina botulínica en 1897, se trata de la neurotoxina biológica más potente conocida por el ser humano; su acción consiste en inhibir la liberación de acetilcolina en la unión colinérgica presináptica, lo que provoca parálisis flácida de los músculos esquelético y liso. Esta toxina deriva del coco gram positivo Clostridium botulinum, y fue aprobada para su uso terapéutico por la FDA en 1989. La primera vez que se utilizó en vía urinarias inferiores fue en 1987, cuando se inyectó en el esfínter vesical externo de un paciente con disinergia vésico esfinteriana. Se conocen 7 serotipos (A, B, C, D, E, F, G) del microorganismo, pero sólo los serotipos A y B se emplean en medicina. En la actualidad se utiliza la toxina botulínica tipo A (TB-A) para pacientes con lesión medular, que sufren disinergia vésico esfinteriana. También se usa para casos de vejiga hiperactiva de origen neurogénico y no neurogénico. En la práctica se obtienen resultados desde los primeros 7 a 30 días y la duración de su efecto se prolonga hasta por 6 meses. Objetivo: el estudio se realizó para evaluar dicho efecto en la calidad de vida del paciente (del INR) con lesión medular y vejiga neurogénica posterior a la aplicación de TB-A intravesical. Material y métodos: se incluyeron 16 pacientes con lesión medular crónica, de uno y otro sexo, con VNAP/DV comprobada por clínica y estudio de urodinamia previo a la aplicación de TB-A. Se llevó a cabo una encuesta en tres tiempos: pre-aplicación, al mes y a los 3 meses. Se consideraron aspectos sociales, de pareja, laborales, psicológicos y funcionales. Se efectuó un estudio urodinámico de control con un mínimo de 3 meses posaplicación en todos los pacientes como medida objetiva para determinar el efecto de la TB-A. Resultados: el promedio de los cambios presentados en las dimensiones del cuestionario, que evaluó la calidad de vida al mes y a los 3 meses en comparación con la valoración preaplicación, tuvo significación estadística. En todos los pacientes se apreció una mejoría en la capacidad vesical, en forma variable (desde 20-80 ml en promedio). Esto no mostró concordancia con la edad, el tiempo de evolución de la lesión, ni el sexo. Sin embargo, se observó que en quienes tuvieron menor capacidad vesical previa, ésta fue mayor en la prueba de urodinamia de control. Discusión: la División de Rehabilitación Neurológica del INR atiende 509 pacientes con lesión medular y vejiga neurogénica secundaria, de los cuales 383 corresponden al sexo masculino (75.24%) y 127 al femenino (24.95%). se ha observado que un porcentaje considerable de ellos cursa con vejiga de alta presión con disinergia vesico-esfinteriana. Este problema afecta de manera negativa la calidad de vida del paciente con lesión medular. La toxina botulínica posee la capacidad de actuar sobre el tejido muscular y provocar relajación de la vejiga neurogénica, lo que aumenta la capacidad de la misma y disminuye en forma considerable el riesgo de reflujo vesico-ureteral e hidronefrosis secundaria. Conclusiones: la aplicación intravesical de la toxina botulínica mejoró la calidad de vida de los pacientes con lesión medular y vejiga neurogénica secundaria, además, evitó los riesgos urológicos que conlleva este trastorno. Cabe añadir que este procedimento tiene baja morbimortalidad. Determinación de microRNA en orina para la detección de cáncer de próstata en pacientes mexicanos en el Hospital General “Dr. Manuel Gea González” Ahumada-Tamayo Samuel, Saavedra-Briones D, Cantellano-Orozco M, Salido-Guadarrama A, Rodríguez-Dorantes M, Urdiales-Ortíz A, HermándezCastellanos V, Merayo-Chalico C, Sánchez-Turati G, Fernández-Noyola G, Muñoz-Ibarra E, Camacho-Castro A, Gracía-Salcido F, Morales-Montor J.G, Pacheco-Gahbler C. División de Urología, Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, México, Distrito Federal Antecedentes: El cáncer de próstata (CaP) es el segundo tipo de neoplasia maligna más frecuente en la población masculina. En la actualidad, las principales pruebas diagnósticas comprenden la exploración rectal y la evaluación del antígeno prostático específico (PSA). La identificación de marcadores moleculares asociados al CaP, constituye un aporte científico que ha mejorado la capacidad para identificar a individuos con riesgo de padecer CaP. El PCA3 es un marcador que ha tenido un papel significativo como indicador diagnóstico no invasivo en orina, ya que constituye un mRNA específico de próstata, tal vez no codificante, cuya expresión se encuentra anormalmente elevada en neoplasias prostáticas, en comparación con lo observado en tejidos adyacentes no-neoplásicos. Hasta ahora no existe un marcador histológico o molecular que permita hacer una predicción temprana del CaP. Actualmente se estudian los microRNA (miRNAs), que son secuencias cortas de RNA no codificantes de 18 a 22 nucleótidos que se expresan y desempeñan un papel en el control de la expresión génica, pueden sufrir amplificaciones, deleciones o reacomodos vinculados con el cáncer. Objetivo: Determinar la asociación de miRNAs en orina para el diagnóstico de CaP en pacientes mexicanos del Hospital General Dr. Manuel Gea González. Material y métodos: El estudio incluyó a 30 pacientes que fueron sometidos a biopsia de próstata entre los meses de mayo a julio del 2010, a quienes se les tomó una muestra de orina posterior al masaje prostático, y antes de la biopsia, con la finalidad de determinar en dicha muestra la concentración de miRNA. Se hizo una selección de las muestras que tenían una concentración mayor de 50ng/ml de miRNA (18/30 muestras), a éstas se les realizó amplificación de miRNAs, así como una cuantificación de 373 miRNAs por PCR en tiempo real. Resultados: De los 18 pacientes con miRNA mayor de 50 ng/ ml, 9 tuvieron biopsias positivas y 9 biopsias negativas. Se obtuvieron 373 miRNA de los 18 pacientes, 50 de las cuales mostraron expresión en las 18 réplicas (100%) que se realizaron. De los 50 miRNAs sólo 21 miRNAs se repitieron en todas las muestras. De este conjunto, se identificó sobre-expresión de 19 miRNAs (miR-196b, -574-3p, let-7b, -7c, -7d, 7e,-7g, miR -200b, -149, -20b, -17, -184, -20a, -106a, -671-3p, -148a, -429, -31, -100) y sólo dos mostraron se observaron sub-expresados (miR -150, -328). Discusión: Las firmas de expresión de miRNAs tienen el potencial de ser útiles para el diagnostico, pronostico y predicción de la respuesta terapéutica en diversos tipos de enfermedades humanas, como el cáncer, así como para establecer la diferenciación entre neoplasias benignas y las de tipo maligno. Se han logrado avances en el desarrollo de métodos para el estudio de miRNA que se hallan en tejidos de órganos y en células, sin embargo, aún se desconoce mucho acerca de su posible presencia en fluidos. La variabilidad en la cantidad de RNA recuperado puede ser explicada por la diferencias interindividuales en la Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 21 Presentación de trabajos libres orales cantidad de células prostáticas que se descaman y vierten en la orina. El número de pacientes y de muestras utilizadas es muy pequeño, lo que no permite asegurar que los miRNA expresados encontrados en este estudio tengan una asociación directa con cáncer de próstata. No obstante, en estudios realizados en otras instituciones se han encontrado expresiones de miRNA similares a las identificadas por nosotros. Conclusiones: Se seleccionó un grupo de 21 miRNA en el que se hallaron diferencias de expresión significativas entre las muestras de CaP. Conclusiones: Los valores encontrados hasta ahora corresponden a los de una población joven. Encontramos un flujo máximo de 25.5 ml/seg, que concuerda con lo reportado en la literatura para este grupo etario, así como un IPSS de 1.8. Se requiere disponer de una muestra mayor para conocer las variaciones en otros grupos y la posible creación de un nomograma para los pacientes mexicanos. Valores de referencia de uroflujometría e IPSS en una muestra de hombres mexicanos: estudio piloto Barroso-Chávez Alejandro, Viveros-Contreras Carlos Hospital “Juárez” de México, México D.F. Arceo-Olaiz Ricardo, Villeda-Sandoval Christian I, García-Mora Arturo, FeriaBernal Guillermo, Castillejos-Molina Ricardo A Departamento de Urología, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. México D.F. Antecedentes: La uroflujometría es un estudio no invasivo que forma parte de la urodinamia. Constituye una herramienta esencial para el diagnóstico de padecimientos de vaciamiento vesical, y forma parte de la atención de pacientes con síntomas del tracto urinario inferior (STUI). Con base en estudios poblacionales de sujetos sanos, se han propuesto diferentes valores de referencia con la finalidad de normar un criterio y crear herramientas diagnósticas como los nomogramas. Objetivo: Establecer valores y rangos normales de referencia para la uroflujometría de varones mexicanos sin síntomas en el tracto urinario inferior. Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio piloto, observacional y descriptivo, que incluyó a pacientes masculinos sanos voluntarios de la población de nuestro instituto, a quienes se les realizó una uroflujometría con deseo miccional normal. Además, se evaluaron las características demográficas, comorbilidades y se aplicó el cuestionario Internacional de Síntomas Prostáticos (IPSS) validado en español. Finalmente, se realizó un análisis estadístico descriptivo con medidas de tendencia central. Resultados: Participaron 51 voluntarios con una media de edad de 29.7 años ± 6.2 (22-50), talla promedio de 173.9 cm ± 7.6 (155-190) y peso promedio de 73.4 kg ± 13.9 (51-120). Sólo 2 pacientes informaron que se les había diagnosticado hipertensión arterial sistémica, el resto no refirió comorbilidades. Se obtuvo un IPSS total promedio de 1.8 ± 3.3 (0-17). En la uroflujometría se encontró un tiempo de retraso en el inicio de la micción de 5.8 segundos (± 4.8), el tiempo de micción total fue de 22.6 segundos (± 9), el tiempo para alcanzar el flujo máximo, de 8.9 segundos (± 6), flujo máximo de 25.5 ml/segundo (± 10.8), flujo promedio de 15.2 ml/segundo (± 6.2) y un volumen total de micción de 329.2 ml (± 175.9). Discusión: Se han estudiado los valores normales de uroflujometría en otras poblaciones, y se han estructurado nomogramas para determinar los estándares en hombres mayores de 55 años (nomograma de Bristol), y en menores de 55 (nomograma de Siroky). Estos nomogramas establecen los parámetros normales de acuerdo con el volumen vertido, y permiten determinar las desviaciones estándares. La población incluida en este estudio piloto fue predominantemente joven y sana. En virtud de que los nomogramas son proyecciones, se requiere un mayor número de pacientes para determinar los posibles rangos de referencia en los parámetros propuestos. 22 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 Tratamiento laparoscópico de quistes renales en el Hospital “Juárez” de México Antecedentes: El riñón es uno de los órganos del cuerpo humano donde aparecen quistes con mayor frecuencia. Los quistes renales son las lesiones benignas más frecuentes y representan el 70% de todas las masas renales asintomáticas. Pueden ser solitarios o múltiples, y se detectan en más del 50% de los pacientes mayores de 50 años como hallazgo frecuente. Una pequeña proporción de los quistes renales puede causar síntomas, entre los cuales el más común es el dolor. Desde la clasificación propuesta por Bosniak, en 1986, con base en los hallazgos demostrados en el TAC, ha habido mayor consenso en relación a la manera de tratar a los pacientes según la categoría en la que se hallan. A medida que se incrementa la disponibilidad de las pruebas de imagen y se introducen mejoras técnicas en la calidad de las mismas, cada vez se detectan más lesiones renales casuales. El uso generalizado de la ecografía abdominal (EA) ha condicionado el aumento exponencial de la detección incidental de los quistes renales. El estudio radiológico aislado más importante para establecer la naturaleza de una masa que ocupa parte del riñón es la TAC con cortes finos. La mayoría de los quistes no requieren intervención quirúrgica. Sin embargo, en algunos pacientes puede ser necesaria la exploración, marsupalización o la extirpación de las lesiones. A menudo, el drenaje percutáneo y la escleroterapia son los tratamientos de primera línea para los pacientes con quistes renales sintomáticos, pero estas modalidades terapéuticas no siempre son eficaces y pueden conllevar un riesgo significativo de fibrosis cuando se usan en pacientes con quistes perihiliares. Con la aparición de la cirugía laparoscópica, como opción de tratamiento con invasión mínima para pacientes con quistes renales (sintomáticos o complejos), ha cambiado la estrategia a seguir, ya que esta técnica ofrece una vía mínimamente invasiva, bajo visión y control directos. Objetivo: Conocer la frecuencia, así como resultados fidedignos de la cirugía laparoscópica para drenaje y decorticación de quistes renales durante el periodo comprendido de de enero de 2008 a mayo de 2010. Materia y métodos: Se realizó un estudio con diseño tanto restrospectivo como prospectivo, descriptivo y transversal que se analizó estadísticamente mediante ANOVA: media, mediana y desviación estándar. Se incluyeron 30 pacientes con diagnóstico de quiste renal simple que fueron sometidos a drenaje y decorticación laparoscopia en el mismo en el Hospital Juárez de México, durante el periodo comprendido entre enero de 2008 a mayo de 2010. Se consideró la edad y género de los pacientes, localización del quiste (riñón derecho o izquierdo), tamaño del quiste sometido a drenaje y decorticación laparoscópica, clasificación de Bosniak, tiempo quirúrgico, técnica quirúrgica utilizada, sangrado operatorio, estancia intrahospitalaria, Presentación de trabajos libres orales complicaciones transquirúrgicas, complicaciones posquirúrgicas inmediatas y mortalidad de dicho procedimiento; datos que se recabaron de los expedientes completos de cada uno de los pacientes. Resultados: Durante el periodo comprendido entre enero de 2008 a mayo de 2010 se dio tratamiento a 30 pacientes con diagnóstico de quistes renales simples en el Hospital Juárez de México, con una distribución por sexo de 21 mujeres (70%) y 9 hombres (30%), la edad promedio de los pacientes fue de 54 años (rango: 23-77 años). El diagnóstico de quiste renal se formuló, en primera instancia, por medio de USG renal y posteriormente con TAC abdominopélvica con medio de contraste, que se practicó a todos los pacientes, la indicación de drenaje y decorticación quística fue principalmente por dolor lumbar no asociado a ninguna otra patología 92% (28 pacientes), con urocultivo negativo, y dos pacientes (8%) con aumento progresivo del tamaño quístico en los controles ecográficos. El tamaño promedio de los quistes fue de 8.6 + 2.1 (rango: 5-13 cm), ubicados en el riñón derecho en 70% de los pacientes (21) y 30% (9) en el riñón izquierdo. Según la clasificación de Bosniak, 20 quistes (67%) fueron de tipo I, 10 (33%) de tipo II, el valor de creatinina prequirúrgica promedio de los pacientes fue de 1.0 mg/dl (0.51.5), ninguno de ellos experimentó elevación de la creatinina en el postoperatorio. La vía de abordaje laparoscópica utilizada fue transperitoneal y retroperitoneal; se realizaron 18 procedimientos transperitoneales y 12 retroperitoneales, con un tiempo quirúrgico promedio de 131 ± 24.6 minutos (rango: 90-180) y un sangrado operatorio de 59 ± 39.4 ml. En esta serie el promedio de hospitalización fue de 2.3 ± 0.7 días, se colocó drenaje Penrose a todos los pacientes, en la vía transperitoneal y sonda Nelaton en la retroperitoneal, los cuales se retiraron al momento del alta del paciente (48 h). Todos los procedimientos quirúrgicos se efectuaron sin necesidad de conversión a cirugía abierta, y no se registró ninguna complicación transquirúrgica ni posquirúrgica inmediata. El análisis anatomopatológico informó, en todas las muestras, que se trataba de quistes renales simples. Discusión: El Hospital Juárez de México se encuentra en proceso de avance en lo que atañe a técnicas quirúrgicas modernas, por lo que es de vital importancia analizar los resultados de dichas técnicas. En este trabajo se analizaron los resultados del procedimiento laparoscópico en el tratamiento de los quistes renales sintomáticos. En la revisión de series publicadas, no se encontró diferencia significativa en cuanto a los resultados generales y nuestra serie; sin embargo, existen muy pocas series reportadas con el mismo número de casos en un periodo de revisión de 2 años, que abarca nuestro reporte. En el Hospital Juárez de México hay una alta frecuencia de quistes renales sintomáticos, que ameritan tratamiento quirúrgico y, por fortuna, se cuenta con la infraestructura necesaria para resolver esta patología con mínima invasión. Conclusión: A menudo el tratamiento primario de los quistes renales sintomáticos consiste en el drenaje percutáneo y escleroterapia. Sin embargo dicho tratamiento no siempre es eficaz y puede plantear un riesgo significativo de fibrosis cuando se usa en los quistes perihiliares. Con el surgimiento de la cirugía laparoscópica ha cambiado la estrategia a seguir, ya que esta técnica ofrece una vía mínimamente invasiva, bajo visión y control directo. En el Hospital Juárez de México se ha visto que constituye una alternativa que ofrece seguridad y eficacia, comparables a las de la cirugía percutánea y abierta, pero además aporta todos los beneficios de la cirugía mínimamente invasiva, como son la corta estancia hospitalaria, menor dolor postoperatorio, escaso tiempo de recuperación y retorno temprano a las actividades habituales, así como los buenos resultados estéticos. El drenaje y decorticación laparoscópica, son además, procedimientos simples, con pocas complicaciones y mínima tasa de recidivas. Curva de aprendizaje de la nefrectomía laparoscópica en un modelo experimental animado tipo conejo Bonilla-Becerril Miguel Ángel, Pérez-Ybarra Samuel Enrique, Toledo-Ortiz Rosbel, Rosas-Nava Jesús Emmanuel, Manzanilla-García Hugo Arturo Hospital General de México, México, D.F. Introducción: La cirugía laparoscópica está reemplazando con rapidez a la cirugía abierta en todos los procedimientos, debido a que conlleva una menor morbilidad, mejores resultados cosméticos, reducción del tiempo de hospitalización, menor dolor y un lapso más breve de recuperación. El método tradicional de enseñanza para adquirir la habilidad y destreza quirúrgicas se ha basado en el principio de Halsted (ver – hacer – enseñar). Objetivo: Determinar y comparar los tiempos quirúrgicos del procedimiento de nefrectomía laparoscópica, en un modelo experimental animado tipo conejo, de tres cirujanos del Hospital General de México, en distintas intervenciones. Material y métodos: Se realizó un estudio prospectivo, observacional, longitudinal, comparativo del tiempo que requieren los médicos del Hospital General de México para realizar una nefrectomía laparoscópica. Participaron tres médicos del Hospital General de México, O.D., que ya habían tomado el Curso de Cirugía Laparoscópica Básica, que se imparte en las Instalaciones del Servicio de Cirugía Experimental del Hospital General de México, O.D. Resultados: Los tiempos utilizados para realizar las cirugías se acortaron durante el entrenamiento en los cirujanos No. 1 y No. 2. Sin embargo, en el cirujano No. 3 no se observaron diferencias en los tiempos utilizados. En la mayoría de las intervenciones quirúrgicas realizadas por los cirujanos 1 y 2, se encontraron diferencias marginalmente significativas; de hecho existe una tendencia a la reducción de tiempos quirúrgicos. Al calcular el promedio de reducción del tiempo quirúrgico en las 10 cirugías realizadas, se encontró un porcentaje de 30.36% para el cirujano 1, de 30.25% para el cirujano 2 y apenas de 24.35% para el cirujano 3. Conclusiones: En este estudio se apreció la importancia de llevar a cabo el entrenamiento laparoscópico en el modelo experimental tipo conejo, ya que éste permite desarrollar destrezas, practicar la disección, ligadura y corte de estructuras anatómicas, en las que hay ciertas similitudes con el humano, amén de que es posible enfrentar con complicaciones, como el sangrado, que el cirujano debe aprender a resolver. El impacto de la preservación de nervios sobre el índice de márgenes positivos después de prostatectomía radical asistida por robot Camarena-González L, Nuñez-Nateras R, Ferrigni RG, Andrews PE, Castle EP. Hospital General de Occidente, SSJ. Zapopan, Jalisco, México; Mayo Clinic, Scottsdale, AZ, USA. Introducción: Los avances en el conocimiento de la anatomía de la pelvis masculina han hecho posible el desarrollo de Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 23 Presentación de trabajos libres orales la prostatectomía radical preservadora de nervios (NS). Dadas estas mejoras se ha convertido en el procedimiento óptimo para tratar la enfermedad de órgano confinado. Sin embargo, la preservación de los nervios se ha relacionado con el aumento de márgenes positivos. (PSMs). Precisamente, la meta de nuestro estudio fue determinar si la conservación de nervios aumenta el riesgo de márgenes positivos en series de Prostatectomías Radicales Asistidas con Robot (RARP). Material y métodos: Se realizó una revisión retrospectiva de pacientes sometidos a RARP en la Clínica Mayo en Arizona, entre agosto 2004 y junio 2010. El número total de de pacientes (1076), que se dividió en tres grupos con base en el tipo de preservación de nervios: grupo I, preservación bilateral de nervios (BNS) con 772 casos; grupo II, preservación unilateral de nervios (UNS) con 122 casos, y grupo III, 182 casos sin preservación de nervios (NNS). Nuestro objetivo consistió en comparar los PSM entre los tres grupos; las variables adicionales evaluadas incluyeron edad, índice de masa corporal (BMI), peso de la próstata, puntuación de Gleason preoperatoria y estadio patológico. El análisis estadístico se realizó con el uso del software SPSS 10®. Resultados: Se encontraron márgenes positivos (PSM) en 194 (18%) pacientes. El mayor índice de PSM (44.7%) se ubicó en la porción apical. Los índices de márgenes positivos fueron 16%, 18% y 23% para los grupos I, II y III, respectivamente. No se halló diferencia significativa entre los tres grupos. Como se esperaba, el índice de márgenes positivos aumentó con una mayor estadificación patológica, suma de Gleason y PSA preoperatorio. Conclusiones: Este estudio ilustra que la preservación de nervios no tiene efecto significativo en la incidencia de márgenes positivos, como se ha visto en otros reportes. Hay una correlación directa entre estadio patológico final, suma de Gleason, PSA pre-operatorio y el aumento en el riesgo de márgenes positivos. Validación externa del calculador de riesgo de cáncer de próstata del PCPT en una cohorte mexicana Camarena-Reynoso Héctor R, Solares-Sánchez Mario E, Gallardo-Aguilar Jesús, Álvarez-Velasco Gustavo, Martínez-Cervera Pedro, Morales-Montor Jorge G, Pacheco-Gahbler Carlos, Calderón-Ferro Francisco, Jiménez-Ríos Miguel A. Departamentos de Urología del Hospital General “Dr. Manuel Gea González” y del Instituto Nacional de Cancerología. México D.F. Introducción: El antígeno prostático específico es el método más utilizado para la detección del cáncer prostático en todo el mundo. Con la finalidad de integrar otros factores de riesgo asociados e individualizar la predicción del riesgo que cada paciente tiene de padecer cáncer de próstata se han elaborado modelos e instrumentos de cálculo que evalúan dicho riesgo. El instrumento denominado prostate cáncer prevention trial (PCPT) se ideó como una herramienta que determina el riesgo de sufrir cáncer de próstata y cáncer de alto grado específico en pacientes que son considerados para biopsias de próstata. Este instrumento ha demostrado su utilidad predictiva en pacientes de raza blanca, afroamericanos e hispanos residentes de estados unidos, sin embargo hasta ahora no se ha demostrado su validez en nuestra población. Objetivos: Determinar si el PCPT resulta útil en una cohorte mexicana, así como en pacientes menores de 55 años. Material y métodos: Se analizaron los expedientes de los pacientes a quienes se les realizaron biopsias de próstata en 24 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 el Hospital General Dr. Manuel Gea González y en el Instituto Nacional de Cancerología en el periodo comprendido entre 2005 a 2010. Se recolectaron las variables que se incluyen en el PCPT, las cuales incluyen raza, edad, determinación del antígeno prostático específico, tacto rectal, antecedente de biopsias previas, historia familiar y el uso de inhibidores de 5 alfa reductasa. Se analizó una cohorte de 844 pacientes, de quienes se disponía información completa, para determinar la eficacia predictiva del PCPT para el cáncer de próstata y el de alto grado. Se generaron curvas ROC y se compararon las áreas bajo dichas curvas. De manera independiente se evaluó el calculador PCPT en pacientes menores de 55 años para determinar su utilidad en este grupo de edad para el cual no fue diseñado el calculador. Resultados: Se detectó cáncer de próstata en 68% de los pacientes, 26% de estos tuvo cáncer de próstata de alto grado (Gleason mayor de 7). El promedio de edad fue de 68 años, y el promedio del antígeno prostático específico fue de 23 ng/ ml. En el 54% el tacto rectal permitió albergar sospechas. En los pacientes de más de 55 años el calculador fue predictivo para cáncer de próstata (ABC = 0.6), así como para cáncer de alto grado (ABC = 0.67). p = 0.001; en ambos casos tuvo mayor utilidad que el antígeno prostático especifico. También fue predictivo de cáncer de próstata y de alto grado en los pacientes menores de 55 años. Conclusiones: El instrumento para calcular el riesgo de cáncer de próstata del PCTP es válido para la población mexicana. Sin embargo, las áreas absolutas bajo la curva ponen en tela de juicio su uso en la práctica clínica diaria. Vasectomía sin bisturí, experiencia de los últimos 5 años Valdepeña-Estrada RE, Córdoba-Basulto DI, Castellanos-Hernández H, Navarro-Vargas JC, Velázquez-Macías RF. Servicio de Urología del Centro de Cirugía Ambulatoria del ISSSTE, Servicio de Urología en el Hospital Regional Licenciado Adolfo López Mateos del ISSSTE, México, Distrito Federal. FES Iztacala, UNAM, Estado de México, México. Antecedentes: La vasectomía es el procedimiento de esterilización más utilizado en los varones. Actualmente, el médico dispone de diferentes técnicas quirúrgicas para realizarla. La modalidad sin bisturí tiene diversas ventajas sobre los procedimientos tradicionales que utilizan incisiones; entre ellas que no requiere sutura, es más rápida en su ejecución y tiene menor frecuencia de complicaciones, tales como hematomas, hemorragias, infecciones y dolor. Objetivo: Describir los resultados obtenidos durante los últimos cinco años con la vasectomía en el Centro de Cirugía Ambulatoria ISSSTE, los hallazgos transoperatorios, así como las características sociodemográficas de la población a quien se realiza este procedimiento. Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio retrospectivo, descriptivo y cualitativo. Se hizo la compilación y análisis de las estadísticas sobre las intervenciones de vasectomía, desde el mes de julio del año de 2005 hasta julio de 2010. Se recopilaron los datos correspondientes a las estadísticas de los años de 2005 a 2010, se recuperaron de la notas de campo y libretas de programación de cirugía del servicio de urología. Para el procesamiento de los datos estadísticos, se utilizó el programa SPSS versión 10 con licencia de uso de la UNAM. Se empleó estadística descriptiva para las frecuencias y porcentajes. Presentación de trabajos libres orales Resultados: Se han realizado 746 vasectomías con técnica de Li en los últimos cinco años. El promedio de edad de los hombres vasectomizados fue de 36.6 años. El condón fue el método anticonceptivo más empleado antes de la vasectomía. La edad promedio de inicio de vida sexual de los hombres fue de 17.4 años. La mayoría de ellos tenían dos hijos al momento de la vasectomía. Hallazgos transoperatorios: agenesia en 2 casos, conducto supernumerario, 1 caso, y duplicidad de conductos deferentes bilateral en 1 caso. Discusión: La vasectomía es un método anticonceptivo eficaz, ya que prácticamente esteriliza al 100% de los pacientes. Sin embargo existe una pequeña proporción de pacientes en quienes puede producirse una recanalización espontánea entre ambos extremos del deferente, en un porcentaje que oscila entre 0.16% 17, 0.2-1% 1, 11 y un 2% 2,19. Es importante insistir en el estudio de espermatobioscopia para la confirmación de la esterilidad y realizar, poco a poco, algunos cambios en los patrones socioculturales que limitan el hecho de que los hombres acudan a practicarse este estudio. Coincidimos con algunos autores en que se requiere la capacitación en la técnica de la vasectomía sin bisturí y de la oclusión de los conductos deferentes, para que el procedimiento se realice de manera adecuada en beneficio del paciente. Finalmente, consideramos que es necesaria la participación multidisciplinaria para brindar atención integral al paciente que acude a realizarse la vasectomía, con el objetivo de cubrir sus necesidades médicas y psicológicas durante todo el proceso Conclusión: La vasectomía sin bisturí requiere de capacitación. Se trata de un procedimiento ambulatorio de baja morbilidad y con una eficacia de 99%. Se requiere continuar con el trabajo multidisciplinario para brindar la atención integral antes, durante y después de la cirugía. Frecuencia de complicaciones en la biopsia transrrectal de próstata ecodirigida Castellanos-Hernández H, Cruz-García VP, Navarro-Vargas JC, VázquezNiño CL, Figueroa-Zarza M, Bernal-García R, Landa-Soler M, VelázquezMacías RF. Servicio de Urología. Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos” del ISSSTE, México, Distrito Federal. Antecedentes: La biopsia de próstata es el único procedimiento que se conoce hasta ahora para establecer el diagnóstico de cáncer de próstata. La introducción del APE, el progreso técnico y el uso extensivo de la ecografía transrrectal tiende a mejorar notablemente la posibilidad de identificar el tumor maligno en su etapa inicial. Se considera que este procedimiento diagnóstico es seguro, por lo que se realiza con frecuencia en pacientes ambulatorios y por lo regular en consultorio. Sin embargo, la biopsia prostática tiene un índice no desdeñable de complicaciones Objetivo: El estudio tuvo como finalidad identificar cuál es la frecuencia de complicaciones, tanto mayores como menores, de la biopsia transrectal de próstata ecodirigida en pacientes con sospecha clínica de cáncer de próstata a quienes se les practicó este procedimiento Materiales y métodos: Se realizó un estudio descriptivo, observacional, prolectivo, transversal, el cual incluyó a 117 pacientes, con sospecha clínica de cáncer de próstata y elevación de Antígeno Prostático Específico (APE) y/o tacto rectal sospechoso, a quienes se les realizó biopsia transrectal de próstata, guiada por ecografía, en el servicio de urología del Hospital Regional Lic. Adolfo López Mateos del ISSSTE, y siguieron el control en la consulta externa de dicho servicio. Se realizó una entrevista telefónica cuatro semanas posteriores al procedimiento a cada uno de ellos, en la cual se les interrogó acerca de: la persistencia y duración de hematuria macroscópica y rectorragia, fiebre, hematospermia, retención aguda de orina, datos de síntomas vagales durante el procedimiento, si requirieron internamiento o alguna otra medida terapéutica. Asimismo, se obtuvieron del expediente datos como edad de los pacientes, número de biopsias a que habían sido sometidos, número de muestras tomadas en el último evento, comorbilidades, volumen prostático, cifra de APE y resultado histopatológico. Se excluyó del estudio a los pacientes portadores crónicos de sonda transuretral antes a la toma de la biopsia y a los que no respondieron a la entrevista telefónica. Resultados: Un total de 33 pacientes (28.2%) no tuvieron hematuria macroscópica, mientras que 84 (70.18%) sí la presentaron, en este último grupo, la duración de este trastorno tuvo un intervalo de 1 a 15 días con una media de 2.74 ± 2.3 días. Treinta y nueve sujetos (33.3%) sufrieron rectorragia, con duración de 1 a 7 días, con una media de 1.62 ± 1.2 días. Además, 53 pacientes experimentaron ardor uretral posterior a la realización del procedimiento, con una duración de 1 a 15 días, con una media de 3.6 ± 3.18 días. Doce sujetos (10.3%) presentaron hemospermia, y 105 (89.7%) no la presentaron. Seis pacientes (5.1%) informaron que habían sufrido un episodio de retención aguda de orina luego del procedimiento, que se corrigió una semana después, con éxito en todos los casos. Siete pacientes (6%) tuvieron fiebre después del procedimiento, por lo que fueron atendidos en el servicio de urgencias, con impregnación antibiótica; ninguno presentó sepsis intensa. Ocho sujetos (6.8%) informaron haber tenido sintomatología urinaria obstructiva baja posterior al procedimiento. Dos pacientes (1.8%) experimentaron mareo y diaforesis inmediatamente después de la biopsia, y se les manejó de manera conservadora, por lo que no requirieron internamiento. Se informó de otra complicación, orquiepididimitis, en un paciente 0.9%, quien ameritó tratamiento intrahospitalario. Discusión: La frecuencia de complicaciones, sobre todo infecciosas, es baja y concuerda con lo descrito por otros autores, esto se debe a la profilaxis antibiótica que se maneja en estos pacientes. Sin embargo, la hematuria macroscópica es más alta que la descrita en la literatura, esto puede deberse a la curva de aprendizaje al realizar los primeros procedimientos. Conclusión: La biopsia transrrectal de próstata constituye un procedimiento necesario para la detección de cáncer de próstata; no obstante, este procedimiento no es inocuo y, por lo tanto, es necesario evaluar cuales son las complicaciones más frecuentes tanto mayores como menores que conllevan tras la realización de este procedimiento. Pene oculto: Manejo quirúrgico Espinoza Giordano, Torres-Eduardo, Castro-Juan, Estrada Juan, García Miguel, Madrigal Ricardo, Gaytán Edgar, Peña Alfonso Servicio de Urología Pediátrica, Hospital General de la Zona 33 IMSS. Monterrey Nuevo León, México. Antecedentes: El pene oculto, también llamado escondido o enterrado, constituye en la actualidad un problema tanto diagnóstico como quirúrgico. Se trata de un trastorno poco frecuente cuyo cuadro clínico incluye: pene pequeño, aparente a la vista, fimosis intensa, goteo posterior a la micción y problemas de retención aguda de orina. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 25 Presentación de trabajos libres orales Objetivo: Informar la experiencia obtenida en 7 casos tratados quirúrgicamente en nuestro servicio de urología pediátrica HGZ 33, que incluyó a seis pacientes pediátricos y a un adulto. Material y métodos: Se realizó la corrección quirúrgica en 7 pacientes por medio de la siguiente técnica: 1. Bajo anestesia general (niños) y local (adulto), previa asepsia y antisepsia, se colocó a los pacientes en decúbito dorsal; 2. Se realizó incisión subcoronal circuncisional, así como el desglobamiento del pene hasta la sínfisis de pubis; 3. A continuación se liberaron las adherencias hasta base de pene, lo que incluyó el ligamento suspensorio de éste; 4. Se colocaron puntos de fijación, tanto dorsal como ventralmente, con monocryl 5-0 del dartos del pene a la túnica albugínea y/o a la aponeurosis de la pared abdominal anterior cercana al pubis; 5. Se procedió a cubrir el eje del pene con un colgajo tipo byar y se suturó piel en la línea media y subcoronal con puntos simples con polidioxanona 6-0; 6. Se colocó vendaje compresivo con gasas y película autoadherible (tegaderm) 7. Se retiró a las 72 horas. Resultados: Desde el punto de vista funcional, los 7 pacientes tienen una columna miccional de buen calibre y uniforme, estéticamente el eje del pene es cilíndrico y uniforme. Discusión: El pene oculto es una patología poco común. En grandes centros de atención pediátrica se reportan de 3 a 8 casos por año. Nuestra entidad ha tratado tres entidades clínicas distintas: pene membranoso, pene oculto y pene atrapado. Las indicaciones para cirugía comprenden desde aspectos estéticos, dificultad para la micción y para realizar la limpieza, retención aguda de orina parcial y temporal en el prepucio e infecciones de vías urinarias. Conclusiones: El tratamiento de un pene oculto debe siempre ser quirúrgico, existen diferentes técnicas quirúrgicas para su tratamiento, cabe decir, que ninguna es superior a la otra. Nosotros optamos por utilizar la técnica antes descrita, porque con ella hemos obtenido buenos resultados. Índices somatométricos como determinantes de las características prostáticas en pacientes del Hospital General de México, O.D. Corona-Montes Víctor E, Manzanilla-García Hugo A Hospital General de México, O.D. México, D. F. El siguiente trabajo se realizó en el Hospital General de México con la finalidad de determinar si hay relación entre la somatometría humana y el volumen prostático, para lo que se utilizaron el índice de masa corporal (IMC), la superficie corporal total (SCT) y la circunferencia abdominal (CA), y de manera consecutiva investigar si es posible relacionar a los pacientes con sobrepeso y obesidad con nuestras variables somatométricas y las variables prostáticas (volumen prostático, peso prostático y antígeno prostático específico con su fracción libre). Se llevó a cabo un estudio transversal analítico en un grupo de 218 pacientes de la consulta externa del servicio de Urología del Hospital General, para el que fue necesario equipo de ecografía para estudio transrrectal, báscula con estadímetro, cinta métrica y equipo para determinación de ELISA. Este trabajo se verificó entre junio del 2008 y mayo del 2010. 26 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 Resultados: El estudio incluyó a 218 hombres con edad promedio de 65 años, cuyo peso fluctuó entre 36.5 y 100 kg, la talla promedio fue de 1.62 m con un rango entre 1.38 y 1.82 m. El promedio de circunferencia abdominal fue de 92.9 cm, el Índice de masa corporal, de 26.6, con un rango entre 17 y 38. Con el IMC se encontraron correlaciones entre el peso prostático y el volumen prostático similares, sin diferencia estadística significativa. En lo que respecta a la SCT, el resultado no tuvo significación estadística con el peso prostático ni con el volumen prostático, aunque fue significativa para la CA. Finalmente, la relación entre CA, el peso prostático y el volumen prostático dio resultados que no tuvieron significación estadística. En cuanto al antígeno prostático específico y su fracción libre, el resultado fue estadísticamente significativo con una relación directamente proporcional entre estas dos variables y el volumen prostático. Impacto clínico y funcional del uso de la toxina botulínica en niños con incoordinación detruso-esfinteriana Cuevas-Alpuche Instituto Nacional de Pediatría. México, D.F. Introducción: La obstrucción uretral funcional causada por incoordinación detruso-esfinteriana (IDE) es un trastorno común en niños, tanto en aquéllos con afectación neurológica evidente (malformaciones congénitas del tubo neural), como en aquéllos sin alteraciones morfológicas neurales demostrables. La IDE se caracteriza por obstrucción uretral funcional, con flujo urinario disminuido, demostrable por urodinámica y por esfínter uretral y detrusor hiperactivos, y simultáneos durante la fase de vaciamiento. En 1990, Dykstra y Sidi reportaron el uso de toxina botulínica (TxB-A) para la corrección de este problema, y hay reportes de otros autores, con grados variables de eficacia, aunque muy escasos en niños. En esta serie evaluamos el impacto clínico y funcional de la toxina aplicada al esfínter uretral externo de niños con IDE. Material y métodos: Se revisaron los expedientes de pacientes con IDE atendidos en el servicio de urología de una institución, en el periodo comprendido entre marzo del 2008 a noviembre del 2009, a quienes se aplicó TxB-A. En todos los casos se analizaron las siguientes variables en el periodo previo a la aplicación: edad al momento del tratamiento, sexo, síntomas urinarios, anomalías congénitas asociadas, urea y creatinina séricas, Hb, Hto, TP, TPT, EGO, urocultivo, ecografía renal y vesical (USRV), cistouretrografía urinaria (CUM) y estudio urodinámico. No se administraron fármacos con efecto colinérgico o adrenérgico en la etapa anterior al estudio urodinámico ni en la posterior a la aplicación de TxB-A. Se registró la respuesta clínica (sintomática) en cada paciente a la semana, a los 2, 4 y 6 meses de su aplicación, clasificándose como “mejoría”, “sin cambios” o “desfavorable”, de acuerdo con las definiciones de dichas variables. En todos los pacientes se efectuaron USRV, CUM, QS, EGO, UC y UD a los 4 meses de la aplicación de TxB-A. Resultados: El trabajo incluyó a 43 niños con IDE: 16 masculinos y 27 femeninos, con edades entre 2 y 16 años (promedio: 7.9). La incontinencia urinaria y la infección fueron las manifestaciones clínicas más frecuentes previas a la aplicación de TxB-A. En 14 casos (32%) se detectó una alteración neurológica como causa de la IDE. Entre las alteraciones asociadas con IDE encontramos hidronefrosis en 59% y reflujo vesicoureteral Presentación de trabajos libres orales (RVU) en 43%, como las más comunes. En todos los casos la IDE se corroboró por urodinámica, con presión del detrusor > 40 cc H2O en el 65% de los casos y flujometría promedio de 10.5 ml/ seg. La CUM mostró irregularidad de la pared vesical en 100% de los niños, cuello abierto en 83% y diámetro del esfínter externo uretral disminuido significativamente en 83%. Posterior a la aplicación de TxB-A, hubo “mejoría” clínica en 28 casos (65%), “sin cambios” en 14 (32%) y “desfavorable” en 1 (2.3%). Se observó eliminación o disminución de RVU, con mejoría notable de los parámetros urodinámicos en 83% de los menores. No se observaron efectos indeseables ni colaterales del fármaco durante el periodo de seguimiento. Tampoco se observaron efectos colaterales ni indeseables atribuibles al fármaco. Conclusión: La mayoría de los pacientes con IDE mostraron una respuesta clínica (sintomática) favorable, con la aplicación de TxB-A en el esfínter uretral externo, lo que correlacionó con una mejoría significativa de los parámetros funcionales del tracto urinario bajo. La TxB-A debe incluirse como opción terapéutica valiosa en los casos de incoordinación destruso-esfinteriana. Efectividad del dextropropoxifeno durante la biopsia transrrectal de próstata. Estudio comparativo doble ciego y aleatorizado De la Cruz-Gutiérrez SM, Landa-Soler M, Castellanos-Hernández H, Figueroa-Zarza M, Bernal-García R Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, ISSSTE, México, D.F. El cáncer de próstata constituye uno de los problemas de salud más importantes del mundo occidental. La detección del mismo se lleva a cabo por medio de una biopsia de próstata, que es una prueba dolorosa y cruenta. La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) define el dolor como una experiencia sensorial y emocional desagradable con daño tisular real o posible descrito en términos del daño causado. Alrededor de 60 a 90% de los pacientes refieren molestias cuando se les hace la biopsia de próstata, las cuales pueden ser leves, ocasionar dolor intenso e incluso producir reacciones vasovagales. El dolor que experimenta el paciente implica una clara reducción del número de biopsias que se obtienen durante la prueba y, por tanto, una disminución de la tasa de detección del cáncer de próstata. La biopsia sextante ha dejado de ser la técnica ideal para toma de muestras, y se ha considerado a la biopsia sistemática ampliada como la prueba estándar para el diagnostico de cáncer de próstata, dado que con ella se incrementa el número de muestras tomadas a 12 y se reduce el grado de dolor referido por los pacientes. Se ha demostrado que el Bloqueo Periprostático (BPP) es una técnica eficaz en el control del dolor comparado con otras técnicas como anestésicos locales tópicos y analgésicos orales. En nuestro protocolo para toma de biopsias transrrectales decidimos utilizar el dextropropoxifeno (opiáceo del grupo de la metadona), que se administra por vía oral en su forma de clorhidrato de dextropropoxifeno, y ejerce su efecto analgésico al actuar sobre los receptores µυ, localizados en diferentes niveles en el sistema nervioso central, supraespinal, e interactuar en el sistema aferente con lo que reduce la actividad de la vía espinotalámica en su origen e inhibe, en forma posináptica, a las neuronas de la vía paleoespinotalámica. Asimismo, actúa sobre receptores del sistema límbico y la corteza donde tienen efecto sobre el componente afectivo de desagrado y angustia, con lo que reduce la sensación del dolor. Objetivo: Demostrar que el uso del dextropropoxifeno es más eficaz para el control del dolor durante la biopsia transrrectal de próstata (guiada por ecografía) que la administración de placebo. Material y métodos: Se incluyeron 60 pacientes sometidos a biopsia transrrectal de próstata guiada por ecografía, durante el periodo comprendido entre el mes de noviembre de 2009 a abril de 2010. Los sujetos de estudio se dividieron aleatoriamente en dos grupos; en el Grupo 1 (n = 30) se utilizó la técnica de bloqueo simple apical, con el uso de 5 ml de xilocaína al 2% en aplicación única, más dextropropoxifeno 65 mg por vía oral 30 min antes del procedimiento; en el Grupo 2 (n = 30) se utilizó la técnica de bloqueo simple apical previo a la toma de biopsias con 5 ml de xilocaína al 2% y placebo por vía oral 30 min antes del procedimiento, Se comparó el dolor experimentado durante la introducción del transductor y la toma de muestras mediante el uso de la escala EVA. Resultados: En ambos grupos el dolor percibido durante la introducción de transductor tuvo una media de 4.77 ± 2.95 y 5.27 ± 2.70 en los grupos 1 y 2, respectivamente. La media presentada para la toma de muestras fue de 2.23 ± 2.25 para el grupo 1 y 3.33 ± 1.97 para el grupo 2, el Ramsay posterior al procedimiento fue de 1.63 ± 0.490 y 1.50 ± 0.509 para los grupos 1 y 2, respectivamente. Discusión: El presente estudio se llevó a cabo para demostrar la mejor eficacia del dextropropoxifeno en el control del dolor durante la toma de biopsia prostática transrrectal guiada por ecografía + bloqueo apical simple vs placebo. Las virtudes del empleo de análogos opiáceos sintéticos por vía oral consisten en que eliminan el componente afectivo de angustia y desagrado durante la infiltración inicial, lo que representa una mayor aceptación del procedimiento, aunada a una menor necesidad de medicamento asociado a reacciones adversas, así como a una menor posibilidad de complicaciones sépticas. Conclusiones: Se concluyó, con base en los resultados estadísticos, que el uso previo del opiáceo durante el bloqueo apical simple es más eficaz para el control del dolor durante la biopsia transrrectal de próstata guiada por ecografía que la administración de placebo. Comparación entre TVT y TOT en el tratamiento de incontinencia urinaria de esfuerzo De León-Jaén Siviardo C Universidad Autónoma de Guadalajara. Guadalajara, Jalisco, México. Introducción: Este estudio comparó los beneficios y las complicaciones de la cinta vaginal sin tensión (TVT) y la cinta transobturador (TOT) en el tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo femenina. Material y métodos: Se incluyó a 45 mujeres quienes fueron tratadas mediante las técnicas para incontinencia urinaria TVT y TOT. Se obtuvo la historia clínica de todas las pacientes y se les realizó un examen clínico; asimismo, se les aplicaron cuestionarios de calidad de vida, ecografía pélvica y estudios urodinámicos. Se valoró el resultado de la cirugía y las complicaciones peri o posoperatorias. Resultados: Ambas técnicas son seguras y eficaces no se encontraron diferencias significativas en lo que respecta a complicaciones intraoperatorias, pero sí un aumento en las complicaciones posoperatorias en la técnica de TOT. En el seguimiento promedio de 24 meses, la curación objetiva (seca) en general fue de 75% para TVT y 80% para TOT. El éxito Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 27 Presentación de trabajos libres orales promedio fue adecuado para ambos procedimientos. Los síntomas postoperatorios de urgencia urinaria persistieron en 44% de las pacientes en el grupo TVT vs al 24% en el grupo de TOT. Conclusión: El TOT es un método seguro y eficaz al igual que TVT para la cirugía de la IUE femenina, con complicaciones mínimas en el seguimiento promedio de 24 meses. Neuromodulación vesicosacra en el manejo de la vejiga hiperactiva resistente a tratamiento (Interstim). Un nuevo método De León-Jaén Siviardo C, García-Sánchez Daniel., Vásquez-Delgado Lorena R Universidad Autónoma de Guadalajara, Guadalajara, Jalisco y Urodinamia “Star Médica”. México, D.F. Introducción: Entre los métodos de tratamiento de la vejiga hiperactiva resistente a tratamiento, se encuentran los TENS transvaginales y transrrectales, la estimulación a los nervios tibial y pudendo, la toxina botulínica, las neuroprótesis de estimulación sacra y el nuevo método de neuroestimulador sacral (Interstim). La finalidad del presente trabajo es mostrar la utilidad y la facilidad de esta técnica en pacientes que no mejoran con tratamientos conservadores. Material y métodos: La aplicación se realiza bajo anestesia local insertando una aguja en el foramen de S3 y guiándola con fluoroscopia, se realiza una prueba de estimulación con un electrodo de prueba temporal o transitoria y, posteriormente, se programa la colocación del electrodo definitivo. Resultados: Se ha informado de 40 a 90% de curación, con una disminución en el uso de toallas de 5.4 a 1.2. Los efectos adversos informados son dolor en el sitio del implante e infección, entre otros. Conclusión: La neuromodulación con Interstim es un tratamiento nuevo que utiliza impulsos eléctricos programados por telemetría de forma precisa, los cuales ayudan a estimular los nervios sacros y, así, modular los reflejos neurales que influyen en vejiga, esfínter anal y músculos del suelo pélvico. Ésta es una nueva opción para el tratamiento de la vejiga hiperactiva. ¿Es el varicocele una entidad independiente o coexiste con patologías causales en la infertilidad masculina? Echavarría-Sánchez. Mirna G, Martínez-Cruz Silvia, Dr. Ruiz-Olvera Francisco, Izaguirre-Irías Carlos R, Sánchez M. Maribel, Xóchitl Mirna Guadalupe, Flores E. Xóchitl, Serrano Heidi Clínica de Andrología y Departamento de Imagenología, Instituto Nacional de Perinatología. Introducción: El varicocele es una entidad prevalente asociada con la infertilidad masculina, sin embargo, cuando se analizan los resultados del tratamiento médico vs quirúrgico no se menciona si coexiste con otras entidades capaces de mejorar o alterar el resultado reproductivo. Objetivo: Conocer patologías que coexisten con el varicocele (según la localización y grados del mismo). Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio retrospectivo con la base de datos de la Clínica de Andrología del INPer (el cual abarcó el periodo de enero de 2007 a julio de 2010) de pacientes con varicocele diagnosticados con ecografía y estudios estandarizados de clínica. Los datos se ingresaron en una 28 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 hoja de cálculo de Excell y se analizaron con medidas de tendencia central. Resultados: De un total de 750 pacientes que ingresaron entre 2007 y 2010, 324 presentaron varicocele (prevalencia de 43.2%); de ellos, 250 tuvieron varicocele izquierdo (77.10%), 62 (19.13%) en ambos lados y 12 (3.70%) derecho. La edad promedio del grupo fue de 34 ± 5.84 (rango 18-54 años), con infertilidad primaria 214 (promedio 5.7 ± 3.6) y secundaria 109 (4.76 ± 2.86). En lo que respecta al factor infeccioso: 155 tuvieron cultivo negativo y 103 cultivo positivo; con datos clínicos y seminograma, 63; se excluyeron 3 pacientes de quienes no había estos datos. Con otros hallazgos ecográficos escrotales y/o transrrectales: 214 (85.6%), tales como quistes, calcificaciones, espermatoceles, etc. Con procesos endócrino-metabólicos, 227 (90.8%). Conclusiones: Es preciso considerar otras patologías coexistentes con el varicocele para poder integrar un tratamiento adecuado, ya sea médico, quirúrgico, y/o con técnicas de reproducción asistida, con la finalidad de mejorar y mantener un pronóstico reproductivo en la población con infertilidad masculina. Perfiles hormonales de pacientes con varicocele e infertilidad masculina Echavarría-Sánchez Mirna G, Martínez-Cruz Silvia, Ruiz-Olvera Francisco, Izaguirre-Irías Carlos R, Sánchez M. Maribel, Flores-Escobar Xóchitl, Serrano Heidi Clínica de Andrología y Departamento de Imagenología, Instituto Nacional de Perinatología (INPer), México D.F. Introducción: El varicocele es una entidad prevalente asociada con infertilidad masculina. Este trastorno se ha relacionado con incremento de los niveles de FSH e/o hipogonadismo. Objetivo: Conocer los perfiles hormonales de pacientes con varicocele (según los grados del mismo) e infertilidad masculina, quienes son tratados en la Clínica de Andrología del INPer. Material y métodos: Se efectuó un estudio retrospectivo de los pacientes con varicocele, diagnosticado por ecografía y estudios clínicos estandarizados, quienes fueron tratados en Clínica de Andrología del INPer, durante el periodo de enero de 2007 a julio de 2010, y cuyos datos fueron tomados de la base de datos del instituto. Dichos datos se capturaron en una hoja de cálculo de Excel y se analizaron con medidas de tendencia central (% de frecuencia, promedio ± desviación estándar). Resultados: De un total de 750 que fueron tratados del 2007 a 2010, 272 pacientes cumplieron el criterio de varicocele con perfiles hormonales (LH, FSH, testosterona, estradiol y prolactina) y volúmenes testiculares medidos por ecografía. De los cuales 110 tuvieron varicocele de grado 1 (40.44%), 72, de grado 2 (26.47%) y 90 presentaron varicocele grado de 3 (33.08%). La edad promedio del grupo fue de 34.26 ± 5.89 (rango 18-54 años), con infertilidad primaria 173 (promedio 5.7 ± 3.7años) y secundaria 98 (4,87 ± 2.95 años). Los niveles de los pacientes con varicocele G-1 fueron: LH 3.49 ± 2.51 mUI/mL; FSH 5.73 ± 4.75mUI/mL; testosterona total, 16.07 ± 6.21ng/mL; estradiol 27.74 ± 11.13 pg/mL; prolactina 11.41 ± 7.53 ng/mL; volumen testicular derecho, 13.32 ± 4.25 cc y volumen testicular izquierdo, 12.73 ± 4.42 cc. En lo que respecta a los pacientes con varicocele de G-2, se observaron los siguientes niveles: LH, 2.89 ± 1.21 mUI/mL; FSH 4.26 ± 2.77mUI/mL; testosterona total, 17.52 ± 5.99 ng/mL; estradiol 30.28 ± 12.61 pg/mL; prolactina 12.44 ± 10.92 ng/mL; volumen testicular derecho 13.42 ± 4.01 cc y volumen testicular izquierdo 12.14 ± 3.32 cc. Los sujetos con varicocele de G-3 tuvieron los siguientes niveles: LH, 3.2 ± Presentación de trabajos libres orales 1.59 mUI/mL; FSH 5.20 ± 3.85mUI/mL; testosterona total, 17.2 ± 7.31ng/mL; estradiol, 30.70 ± 17.7 pg/mL; prolactina, 12.28 ± 10.62 ng/mL; volumen testicular derecho, 13.59 ± 3.96 cc y volumen testicular izquierdo, 12.67 ± 3.66 cc. Conclusiones: En los tres grados de varicocele, se observó inversión en la relación LH/FSH, sin tener un incremento de la FSH que sugiriera daño tubular, lo que correlaciona con hipotrofia testicular leve. Obesidad y síndrome metabólico en pacientes con varicocele e infertilidad masculina Echavarría-Sánchez Mirna G, Martínez-Cruz Silvia, Ruiz-Olvera Francisco, Izaguirre-Irías Carlos R, Sánchez M. Maribel, Flores-Escobar Xóchitl, Serrano Heidi Clínica de Andrología y Departamento de Imagenología, Instituto Nacional de Perinatología (INPer) Introducción: El varicocele es una entidad prevalente asociada a infertilidad masculina. En años recientes se ha planteado en la literatura especializada la posible asociación de la obesidad, como factor predisponente de este trastorno y del grado que adquiere, así como la repercusión de estos dos en la capacidad reproductiva masculina. Objetivo: Conocer el Índice de Masa Corporal (IMC), así como el síndrome metabólico de pacientes con varicocele (según los grados del mismo) e infertilidad masculina, que reciben atención en la Clínica de Andrología del INPer. Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio retrospectivo de los pacientes con varicocele diagnosticado por ecografía y estudios clínicos estandarizados, quienes fueron tratados entre enero de 2007 y julio de 2010, y cuyas historias clínicas se tomaron de la base de datos de la Clínica de Andrología del INPer. Los datos de interés para este estudio se ingresaron en una hoja de cálculo de Excel y se analizaron con medidas de tendencia central (% de frecuencia, promedio ± desviación estándar). Resultados: De un total de 750 pacientes que recibieron tratamiento entre 2007 y 2010, 272 cumplieron el criterio de varicocele, datos completos en la historia clínica de peso, talla, tensión arterial, circunferencia abdominal y resultados de la química sanguínea con perfil de lípidos. De ellos, 110 tuvieron varicocele de grado 1 (40.44%), 72 grado de 2 (26.47%) y 90 presentaron varicocele de grado 3 (33.08%). La edad promedio del grupo fue de 34.26 ± 5.89 (rango 18-54 años): con infertilidad primaria, 173 (promedio 5.7 ± 3.7 años), y secundaria, 98 (4,87 ± 2.95 años). En los pacientes con varicocele de G-1, el IMC fue de 28.29 ± 4.54, y 19 tuvieron síndrome metabólico (15 con 3 criterios y cuatro con 4 criterios). En los sujetos con de varicocele de G-2, el IMC fue de 28.14 ± 3.92, y 14 tuvieron síndrome metabólico (12 con 3 criterios y dos con 4 criterios). Finalmente, en los pacientes con varicocele de G-3, el IMC fue de 28.13 ± 5.27, y 17 presentaron síndrome metabólico (12 con 3 criterios y cinco con 4 criterios). Conclusiones: En nuestra población de pacientes con infertilidad y varicocele, observamos que el sobrepeso y la prevalencia de síndrome metabólico fue menor a 20%. Plastia genital en extrofia vesical Espinosa Chávez GB Servicio de Cirugía Pediátrica, División Urología del HGZ No. 33, IMSS, Monterrey, Nuevo León, México. Introducción: Se denomina extrofia vesical una malformación congénita compleja, que abarca anatómicamente a la región caudal del cuerpo, lo que incluye el tracto urinario inferior, la pelvis ósea, el periné, el recto y los genitales. Su reconstrucción quirúrgica constituye un reto por la complejidad de las estructuras anatómicas involucradas. Resulta en extremo difícil que el paciente logre la continencia urinaria a través del meato urinario externo reconstruido. Estos pacientes nacen con genitales deformados que después de la reconstrucción primaria requieren una revisión quirúrgica antes de que lleguen a la pubertad. Estos pacientes nacen con aspiraciones de encontrar una pareja, tener relaciones sexuales y reproducirse. Este informe describe el tipo de reconstrucción genital que se requiere en niños y niñas nacidos con extrofia vesical, para que alcancen una edad adulta plena y normal o casi normal. Objetivo: Informar el tipo de reconstrucción genital en ambos sexos de pacientes nacidos con extrofia vesical, para antes de la pubertad para que alcancen una edad madura a casi normal. Material y métodos: El autor ha realizado reconstrucción genital a 16 pacientes nacidos con extrofia vesical, antes de la pubertad, precedida por reconstrucción ósea (para cierre del anillo pélvico, urinaria (para la creación de un reservorio urinario adecuado). Los pacientes fueron 9 niñas y 7 niños. En varones, la reconstrucción genital incluye: plastia de alargamiento del pene con plastia del glande y uretra. En niñas se necesita plastia vaginal de labios mayores y menores, además de abdominoplastia. Resultados: Desde el punto de vista estético, los pacientes del sexo masculino alcanzaron un pene de longitud adecuada con erecciones normales, se logró eyaculación en sólo 4 casos. Uno de los pacientes ha experimentado el acto sexual. En niñas se logró que tuvieran vagina central y simétrica, con labios mayores y menores casi normales. Ahora, seis de ella tienen relación sexual con su pareja. Ninguna ha logrado embarazo. Conclusión: La extrofia vesical es una malformación congénita compleja desde el punto de vista anatómico, y presenta grandes dificultades para la reconstrucción urinaria y genital. Los resultados quirúrgicos obtenidos son poco exitosos desde el punto de vista funcional, con respecto a la meta de alcanzar la continencia urinaria tan deseada en estos desafortunados pacientes. Respecto de la función sexual afectada en estos pacientes, es muy difícil lograr que desarrollen genitales adecuados para la edad adulta y que puedan tener una relación sexual plena. Se debe tratar a este tipo de pacientes centros hospitalarios de concentración, por facultativos capacitados y avezados en urología y pediatría. Es un gran error dar tratamiento quirúrgico parcial y sentenciar al paciente a la hostilidad médica. Manejo con mínima invasión en urolitiasis bilateral López V,1 Alcalá M,1 Sánchez P,1 Estrada B,2 Becerra E,3 Juvenal R,3 Orozco S,2 Palacios C,2 Barragán E,2 Patiño G.2 1 Médico adscrito de Urología Laparoscópica y Endourología, ISSSTE, Monterrey, Nuevo León. 2Médicos Residentes de Urología, ISSSTE, Monterrey, Nuevo León. 3Médico Urólogo, Fellow de Urología Laparoscópica, ISSSTE, Monterrey, Nuevo León, México Antecedentes: La prevalencia de la litiasis varía según la raza. Los antecedentes de esta patología son más frecuentes en hombres mayores de raza blanca, y menos frecuentes en mujeres de raza negra. La formación de cálculos es frecuente y el riesgo de padecerlos supera el 12% en los hombres y el 6% en las mujeres. La incidencia alcanza un máximo de 3/1000 por año entre Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 29 Presentación de trabajos libres orales los 40 y 60 años y luego empieza a descender. Los cálculos renales son bilaterales en 10 a 15%, para estos pacientes la literatura consigna diferentes tipos de tratamientos, entre ellos, NLP, LEOC, laparoscopia y ureteroscopia, lo que depende del tamaño y la ubicación de los cálculos para decidir el tratamiento con invasión mínima, así como la posibilidad de realizarlo en un solo acto quirúrgico. Objetivo: Dar a conocer un caso de urolitiasis bilateral que se trató con invasión mínima. Material y métodos: Paciente masculino de 30 años de edad, con litiasis renal izquierda y litiasis ureteral del tercio superior derecho. Resultados: Se optó por el abordaje laparoscópico y la vía transperitoneal con tres puertos. La ureterolitotomía laparoscópica se realizó en el tercio superior y se logró extraer la totalidad de los cálculos. A continuación se colocó, por vía percutánea, el catéter doble J y se dejó drenaje retroperitoneal. Posteriormente se posicionó al paciente en decúbito ventral para efectuar la nefrolitotomía percutánea con dilatadores de Amplatz. El abordaje se hizo por el cáliz inferior y se colocó nefrostomía la cual fue retirada al segundo día postquirúrgico y el drenaje al tercer día del egreso del paciente. El tiempo aproximado de ambos procedimientos fue 190 minutos con un sangrado de 300 cc, sin que hubiera complicaciones. Discusión: Cuando se revisa la experiencia en pacientes con litiasis bilateral y el tratamiento con invasión mínima, se debe considerar la posibilidad de realizar la operación de ambos riñones en un solo tiempo quirúrgico. Hoy en día, la determinación del método/s más adecuado/s para un paciente con litiasis, depende de varios factores: características del cálculo (tamaño, constitución, grado y tiempo de retención), afectación de la unidad renal, disponibilidad de equipos, experiencia quirúrgica, costo, aceptación del paciente y preferencias del urólogo. Mediante las técnicas antes descritas, aplicadas en el mismo tiempo quirúrgico, se obtuvieron resultados equiparables a los de las técnicas abiertas, pero se redujo la tasa de morbilidad, estancia hospitalaria y el tiempo de recuperación del paciente. Conclusión: En los últimos años ha aumentado en nuestro hospital la experiencia en cirugías mínimamente invasivas, con las cuales hemos obtenido hasta la fecha resultados satisfactorios. Por ello se decidió realizar en este paciente la ureterolitotomía laparoscópica y nefrolitotomía percutánea en un solo tiempo quirúrgico, lo que le reportó grandes. En la literatura no se ha informado de muchos casos en los que se haya optado por este tipo de tratamiento, y los que han sido reportados, refieren resultados satisfactorios, por lo que consideramos que se trata de un procedimiento con invasión mínima seguro y eficaz, el cual es reproducible y se puede llevar a cabo en los diferentes hospitales, siempre que cuenten con cirujanos debidamente entrenados y con los instrumentos necesarios para llevarlo a cabo. Gastrocistoplastia de aumento en vejiga neurogénica en paciente pediátrico Espinosa C,1 Torres M,2 Estrada B,3 Peña R,3 Madrigal M,3 Gaytan E,3 Garcia R,3 Castro D.3 1 Médico adscrito de urología pediátrica, HGZ 33, división de cirugía pediátrica, área urología pediátrica, Monterrey, Nuevo León.2 Médico urólogo Fellow uro pediatría HGZ 33, división de cirugía pediátrica, área urología pediátrica, Monterrey, Nuevo León. 3Médicos residentes r4 Urología, División de cirugía pediátrica, área de urología pediátrica, Monterrey, Nuevo León, México 30 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 Antecedentes: A lo largo del tiempo se ha observado que diferentes segmentos del tracto gastrointestinal ofrecen múltiples recursos para la reconstrucción de la vía urinaria. En las últimas décadas ha resurgido el interés en este campo, lo que se advierte en la amplia gama de posibilidades de reconstrucción del aparato urinario de que disponemos en la actualidad. La ampliación de la vejiga con injerto de intestino fue descrita por Mikulicz en 1899, aunque su utilización no se extendió hasta medio siglo después, cuando Goodwin publicó sus casos de ampliaciones con intestino delgado y grueso. Más tarde, Leong describió el uso del estómago para la ampliación vesical. En los últimos 20 años esta técnica se ha realizado fundamentalmente en niños con extrofia vesical y mielomeningocele, en adultos con entidades urinarias diversas y en algunos pacientes con vejiga hiperactiva. Objetivo: Describir la técnica de gastrocistoplastía de aumento en un niño con vejiga neurogénica secundaria a mielomeningocele, como un procedimiento seguro y reproducible. Material y métodos: Paciente femenino de 6 años de edad con diagnóstico de vejiga neurogénica, secundaria a mielomeningocele y reflujo vesico ureteral de grado V. Resultados: Se llevó a cabo un procedimiento de gastrocistoplastia de aumento, en el cual se tomaron 10 cm del cuerpo de estómago en forma triangular, sin afectar la irrigación gastroepiploica derecha; se realizó el descenso por vía transmesocólica hasta la cúpula vesical previamente configurada de manera de bivalva, donde se realizó la anastomosis, previa cateterizaciòn ureteral. La paciente permaneció en ayuno durante 5 días sólo con apoyo de líquidos por vía IV, y al 7 día se efectuó el retiro de catéteres ureterales, el mismo día que se le dio de alta, y se inició el cateterismo limpio intermitente. El tiempo quirúrgico fue aproximadamente de 140 minutos, con hemorragia de 400 cc, sin complicaciones. Discusión: Consideramos viable el uso de estómago en la ampliación vesical de niños, puesto que, en comparación con otros segmentos intestinales, éste ha demostrado ser más noble en lo que respecta a las alteraciones metabólicas. Aunque se han descrito otro tipo de alteraciones como disuria, el Sd. de vaciamento gástrico e incluso litiasis vesical; consideramos que este procedimiento es seguro y reproducible en este tipo de pacientes. Conclusiones: La gastrocistoplastia de aumento representa una alternativa confiable en población pediátrica, ya que ofrece ventajas clínicas sobresalientes como las alteraciones metabólicas de secreción y absorción, con lo que se evita la acidosis metabólica que se presenta en pacientes en los que se usan segmentos intestinales; así como la mínima producción de moco lo que evita complicaciones como la litiasis y la obstrucción urinaria. Características clínicas y patológicas de pacientes con cáncer de próstata que presentan metástasis óseas al momento del diagnóstico Fernández-Noyola Gerardo, Martínez J. Ángel, Ahumada-Tamayo Samuel, Santana-Ríos Zael, Urdiales-Ortiz Alejandro, Fulda-Graue Santiago, Hernández-Castellanos Víctor, Sánchez-Turati Gustavo, Merayo-Chalico Claudio, Saavedra-Briones Dorian, Cantellano-Orozco Mauricio, Morales-Montor Gustavo, Pacheco-Gahbler Carlos. Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, México, D.F. Antecedentes: El cáncer de próstata es uno de los problemas malignos más importantes y frecuentes en la población Presentación de trabajos libres orales masculina de México. A pesar del avance y accesibilidad del antígeno prostático especifico, alrededor del 22% de los casos nuevos que se diagnostican tienen enfermedad metastásica. La evolución natural del cáncer prostático se caracteriza por metástasis a huesos en aproximadamente 65 a 80% de los pacientes con enfermedad avanzada. En estos sujetos, las metástasis generan una morbilidad importante, que incluye dolor, fracturas patológicas y discapacidad. Más aún, la mitad de los pacientes con enfermedad metastásica fallecerán en un lapso de 30 a 35 meses. Se debe añadir que de 85 a 100% de los pacientes que mueren por cáncer de próstata muestran metástasis óseas en los estudios de autopsia. Las nuevas recomendaciones, publicadas en las guías internacionales, han permitido lograr tasas de detección de metástasis óseas al momento del diagnóstico que varían de 79 a 81%. Objetivos: Determinar las características clínicas y patológicas de los pacientes con diagnóstico de cáncer de próstata tratados en el servicio de urología del Hospital General Dr. Manuel Gea González, para determinar cuáles se asocian con enfermedad metastásica a hueso, y establecer un punto de corte para identificar en nuestra población a quienes deben ser sometidos a un estudio para detección de metástasis óseas al momento del diagnóstico. Material y métodos: Se revisaron, en forma retrospectiva, los expedientes de pacientes con diagnóstico de cáncer de próstata, que fueron tratados en nuestra institución entre enero de 1991 y diciembre del 2009, a quienes se realizó un estudio de gamagrama óseo con Tc-99m MDP para determinar enfermedad metastásica ósea al momento del diagnóstico. Criterios de inclusión: Pacientes con expedientes completos y diagnóstico de cáncer de próstata a quienes se les hizo un gamagrama óseo al momento del diagnóstico. Criterios de exclusión: Pacientes con expedientes incompletos, con diagnóstico de otro cáncer primario, que en su evolución natural cause afección ósea, pacientes que recibieron tratamiento hormonal previo a la realización del estudio de gamagrama óseo, pacientes con alguna patología ósea previamente diagnosticada, pacientes con gamagrama óseo no concluyente de enfermedad negativa o positiva de metástasis óseas. Resultados: Se colectó información retrospectiva de los expedientes clínicos de pacientes que cumplieron con los criterios de selección. De manera rutinaria en nuestro servicio se practica el estudio de gamagrama óseo a los pacientes, de conformidad con las recomendaciones de la NCCN. La edad promedio de los pacientes fue de 69 años. Al momento del diagnóstico de cáncer de próstata se encontró que el 30.9% de ellos tuvieron metástasis óseas. En los pacientes con APE menor de 10 sólo se detectaron metástasis en el 10% con este valor de antígeno. En quienes el APE varió entre 10 y 20 mg/dl, se observó que el 23% tuvieron metástasis, y en los pacientes con APE mayor de 20 mg/dl se encontraron en el 35% de los casos. En cuanto a las características patológicas, se detectaron metástasis óseas en el 28% de los pacientes cuyo Gleason fue igual a 8; en 45% de quienes tuvieron un Gleason de 9 al momento del diagnóstico, mientras que en 100% de los pacientes con Gleason de 10 puntos se detectó enfermedad metastásica a hueso al momento del diagnóstico. En lo que respecta al tacto rectal, 22% de los pacientes con estadio clínico T1c presentaron metástasis óseas; 32% de los que fueron diagnosticados con estadio clínico T2; 33%, con estadio T2b, y 75% de los casos con estadio clínico T3. Conclusiones: Como cabía esperar, las metástasis óseas se presentan más frecuentemente en pacientes con APE mayor de 20 mg/dl y Gleason indiferenciado. Sin embargo, la tasa de metástasis, en general, fue del 30.9%, lo cual es mayor que lo reportado en la literatura mundial, debido a que nuestra población acude a solicitar atención médica hasta el momento en que experimenta síntomas de enfermedad avanzada. Discusión: La recomendación tras el análisis de casos, es que se debe realizar el gamagrama con Tc-99m MDP para detección de metástasis óseas al momento del diagnóstico a los pacientes con Gleason menor de 7, tumor palpable y antígeno prostático especifico total mayor de 10, así como a todos los pacientes con Gleason de 8 a 10, independientemente del valor del APE inicial. Con estas medidas se puede evitar la realización de gamagrama óseo al 81% de los pacientes, con un valor predictivo negativo tan alto como de 99.6 por ciento. Frecuencia de masas renales parenquimatosas detectadas de forma incidental mediante ultrasonido renal Figueroa-Zarza Moisés, Landa-Soler Martín, Castellanos-Hernández Hibert, Cruz-García-Villa Patricio, Ayuso-Escamilla Jorge Xavier. Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, ISSSTE, México, D. F. Antecedentes: La ecografía representa un instrumento clave en el arsenal diagnóstico del urólogo, en virtud de es rápido, eficaz, no invasivo, libre de radiación y relativamente barato. En el caso de la evaluación renal, la ecografía ofrece ventajas particulares, en especial proporciona información anatómica renal detallada. Esto permite diagnosticar o excluir trastornos obstructivos, inflamatorios o masas invasivas, de las cuales incluso aporta información que permite sospechar si son benignas o malignas. Los tumores corticales renales forman parte de una familia de neoplasias que se encuentran subdivididas en benignas o malignas, con base en la clasificación de Heidelberg, la cual comprende detalles histológicos que ayudan a predecir el potencial metastásico de un tumor. La ecografía constituye una herramienta importante en la evaluación de un tumor cortical renal, ya que puede caracterizar una lesión como quística o sólida, lo que hace posible su vigilancia posterior o tratamiento inmediato por parte del médico urólogo. Objetivo: Determinar la frecuencia de tumores renales sólidos parenquimatosos detectados como hallazgo incidental al realizar una ecografía a sujetos mayores de 18 años, sin antecedentes de patologías renales conocidas previamente. Asimismo, determinar las dimensiones renales ecográficas en la población estudiada. Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio descriptivo, observacional, prospectivo y transversal, que abarcó el periodo comprendido entre el 13 enero del 2009 y el 16 de abril del 2010, con una muestra de 200 pacientes, de uno y otro sexo, que acudieron a consulta externa del servicio de urología del Hospital Regional Licenciado Adolfo López Mateos del ISSSTE, quienes no contaban con antecedentes de enfermedad renal conocida o sintomatología relacionada con este trastorno como motivo de referencia y que aceptaron que se les practicara un estudio de ecografía renal, previa firma de una hoja de consentimiento informado. Resultados: Se registró la dimensión de los riñones derecho e izquierdo de todos los pacientes; se encontró un paciente con agenesia renal derecha. Las dimensiones anatómicas de los riñones estudiados fueron de 102.55 x 49.48 x 50.20 para el riñón derecho y 100.30 x 49.13 x 50.62 para el izquierdo. La frecuencia de masas renales parenquimatosas insospechadas en la población estudiada, tanto en general como por sexo, fue de 10.1% para Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 31 Presentación de trabajos libres orales quiste renal derecho en los pacientes de sexo masculino y de 3.8% en los de sexo femenino. En cuanto al quiste renal izquierdo, se observó una frecuencia de 9.5% en el sexo masculino y de 1.9% en el femenino. En lo que respecta a los tumores renales sólidos, la frecuencia en el riñón derecho fue de 1.4% en varones, y de 3.8% en mujeres, y tumores en riñón izquierdo de 1.4% en los sujetos masculinos y 3.8% en los femeninos. Los tumores de aspecto maligno tuvieron una frecuencia de 0.7% en el sexo masculino y 3.8% en el femenino. Discusión: El dolor lumbar mostró diferencias clínicamente significativas (valor de p < 0.05), en lo que atañe a su relación con el hallazgo de tumores sólidos de aspecto maligno. En los pacientes con dolor lumbar, las dimensiones renales fueron más altas, lo que tuvo relación con tumores sólidos y de aspecto maligno, y mostró una sensibilidad de 66. 67% y una especificidad de 93-91%. La disponibilidad de la ecografía renal como herramienta diagnóstica en la consulta externa de urología hizo posible la detección temprana de tumores renales benignos y malignos, ya fuera para seguimiento posterior o tratamiento inmediato, según lo requirió cada caso, lo que concuerda con lo que se ha publicado en la literatura especializada como ecografía urológica integral. Conclusiones: Las dimensiones renales normales promedio de los riñones, medidas polo a polo, en los pacientes que participaron en el estudio mostraron una diferencia de 8-10 mm menor a las reportadas en pacientes europeos. El dolor lumbar constituyó una diferencia estadísticamente significativa en quienes tuvieron dimensiones renales por arriba de la media para el riñón izquierdo, órgano donde se encontró la mayor frecuencia de tumores sólidos de aspecto maligno. La ecografía renal como método de tamizaje permitió la detección temprana de tumores renales, en pacientes que no tenían antecedentes de enfermedad renal y que no fueron enviados al servicio de urología, ni se encontraban en proceso de vigilancia por sospecha de enfermedad renal, principalmente cuando el paciente ha presentado en forma previa dolor lumbar. Experiencia en 5 años del manejo de incontinencia urinaria de esfuerzo mediante la técnica de sling transobturador en el Hospital General “Dr. Manuel Gea Gonzalez”, SSA Fulda-Graue Santiago D, Hernández-Castellanos Víctor A, Santana-Ríos Zaél A, Urdiales-Ortiz Alejandro, Pérez-Becerra Rodrigo, Merayo-Chalico Claudio, Sánchez-Turati Gustavo, Cantellano-Orozco Mauricio, Morales-Montor Jorge G., Pacheco-Gahbler Carlos División de Urología, Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, México D. F. Antecedentes: La técnica de sling, que se basa en la teoría integral de Petros y Ulmsten, así como en la teoría de trasmisión de la presión de Enhoerning, fue introducida en 1978 por McGuire y Lytton, quienes utilizaron la fascia latta para lograr la suspensión de la uretra. El uso de materiales sintéticos no degradables como el polipropileno, hace posible mantener la tensión sobre la uretra durante varios años. El procedimiento de sling tiene como finalidad formar una hamaca alrededor de la uretra, con lo cual le da un soporte extra para evitar su movilidad. En 1998, en Holanda, Nickel y colaboradores reportaron que habían realizado el primer procedimiento con éxito, en el cual usaron una cinta de poliéster, que insertaron a través de la fosa del obturador y alrededor de la uretra, para el tratamiento de 32 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 la incontinencia urinaria de esfuerzo realizado en perros. En el 2001, en Francia, Delorme efectuó en seres humanos el procedimiento de sling transobturador, con el que evitó mayor disección retropúbica y la cistoscopia. Dargent, en el 2002, informó que había efectuado el procedimiento en 71 pacientes con resultados a corto plazo comparables a los del sling pubovaginal. Shlomo Raz (2003) en la Universidad de California. Reportó una tasa de éxito con el sling transobturador de 89% con un seguimiento a 1 año. Sus resultados se analizaron mediante cuestionarios de incontinencia, y el éxito de la cirugía se definió como el mejoramiento de los síntomas mayor del 50%. Objetivo: Evaluar los resultados, complicaciones transquirúrgicas y posquirúrgicas con el uso del sling transobturador en pacientes con incontinencia urinaria de esfuerzo en nuestra institución en un periodo de 5 años; a la vez, determinar la tasa de éxito de la cirugía, mediante la aplicación de cuestionarios con validez internacional a pacientes de consulta externa. Método: Se llevó a cabo un estudio observacional, abierto, transversal, retrospectivo y descriptivo. Para ello se revisaron expedientes de pacientes con incontinencia urinaria de esfuerzo y mixta posoperados, quienes fueron sometidos en nuestra institución a la técnica de sling transobturador y se hallaban libres de tensión, durante el periodo de marzo del 2005 a febrero del 2010. Se analizó el grado de incontinencia urinaria preoperatoria mediante la escala de Sandvick´s, así como las complicaciones transoperatorias, entre ellas hemorragia, lesión vesical y retención aguda de orina, Asimismo, se analizaron las complicaciones posquirúrgicas tardías como infecciones, dispareunia, rechazo de la malla, descarga vaginal crónica y síndrome de dolor pélvico crónico; también se revisó la aplicación del cuestionario internacional de incontinencia (ICQ- SF) a los 6 meses, al año y posteriormente cada año, para medir el éxito del transobturador. Se consideró que la cirugía había tenido éxito si los síntomas habían mejorado al menos 50% con respecto al estado preoperatorio. Resultados: El estudio incluyó un total de 43 pacientes femeninas posoperadas con sling transobturador en nuestra institución por incontinencia urinaria de esfuerzo (40%) y mixta (60%), el grado de intensidad, según escala de Sandvick, que se vio con más frecuencia fue de leve a moderada en 85% de los pacientes. Entre las complicaciones transoperatorias no se encontró ninguna lesión vesical y todos los pacientes reportaron hemorragia menor de 200 cc, pero un paciente sufrió un hematoma posquirúrgico. Doce por ciento de las pacientes informaron haber experimentado complicaciones tardías, la más frecuente de las cuales fue dispareunia, seguida de urgencia de novo y síndrome de dolor pélvico crónico. La tasa de éxito, reportada como una mejoría de los síntomas al menos de 50%, según la escala internacional de incontinencia, fue de 89% al año y del 70% a 5 años. Conclusiones: La cirugía de sling transobturador para la corrección de incontinencia urinaria de esfuerzo constituye un método seguro con morbilidad aceptable (menor de 12%). Con tasas de éxito a corto plazo de 90% y a largo plazo del 70 por ciento. Prostatectomía radical como tratamiento primario para cáncer de próstata localizado de alto riesgo. Experiencia en el Instituto Nacional de Cancerología Gallardo-Aguilar Jesús, Camarena-Reynoso Héctor, Álvarez-Velasco Gustavo, Martínez-Cervera Pedro, Solares-Sánchez Mario, Jiménez-Ríos Miguel A. Instituto Nacional de Cancerología. México, D. F. Presentación de trabajos libres orales Antecedentes: El tratamiento óptimo del cáncer de próstata (CaP) localizado de alto riesgo es un tema que se discute actualmente en la bibliografía mundial. Las guías internacionales proponen la radioterapia externa (RT) como primera opción y relegan la prostatectomía radical (PR) a terapéutica de segunda línea. A la fecha, sin embargo, no existe ningún estudio clínico prospectivo aleatorio que avale dicha recomendación. En contraste, la bibliografía especializada incluye múltiples estudios retrospectivos de cohortes poblaciones, con seguimiento a largo plazo, los cuales sugieren que la cirugía no sólo ofrece resultados similares a la radioterapia sino posiblemente superiores. Objetivo: Informar sobre la experiencia adquirida en prostatectomía radical como tratamiento primario de cáncer de próstata localizado, en pacientes de alto riesgo, en el Instituto Nacional de Cancerología. Material y métodos: Se realizó un análisis retrospectivo de los pacientes con CaP localizado de alto riesgo (clasificación de D´Amico) tratados con prostatectomía radical de 1989 a 2006. Resultados: En este lapso, 139 pacientes fueron sometidos a prostatectomía radical por CaP localizado. 39.5% (n = 55) de estas cirugías se realizaron en pacientes que cumplen criterios de alto riesgo. La edad y el APE promedio en este grupo fueron de 63.5 ± 7.42 años y 17.8 ± 30.8 ng/ml, respectivamente. El patrón de Gleason pre y postoperatorio más común fue 8. Con base en este patrón, 27.2% (n = 15) de los pacientes fueron clasificados correctamente conforme a la pieza definitiva, 32.7% (n = 21) tuvieron disminución y 40% (n = 22) aumentaron en la escala, respectivamente. Con base en el estadio y Gleason final, 10 pacientes cumplieron criterios de riesgo intermedio, lo que representó una sobrestadificación del 19%. Diez pacientes presentaron estadio T4, según la clasificación de AJCC 2006. La hemorragia transoperatoria y la duración promedio de la cirugía fueron de 1378 ± 1109 cc y 199 ±60 min, respectivamente. Sufrió complicaciones mediatas el 5% (n = 3) con una defunción por choque hipovolémico. El APE promedio posoperatorio y a los 12, 24 y 60 meses fue de 0, 0.02, 0.1 y 0.2, respectivamente. El 50% de los pacientes recibió tratamiento complementario con RT o terapéutica de supresión androgénica. Discusión: El tratamiento de pacientes con CaP de alto riesgo mediante prostatectomía radical es un tema controvertido. Desde el punto de vista técnico, no existe hasta la fecha evidencia de que en centros especializados la prostatectomía en pacientes de alto riesgo tenga mayor morbilidad en comparación con pacientes con riesgo menor. El punto de vista a favor de este procedimiento sostiene que la cirugía tiene la capacidad de lograr tasas de curación bioquímica hasta del 60% a 8 años, sin necesidad de tratamientos complementarios, en especial en pacientes con cáncer confinado a la pieza quirúrgica, independientemente del patrón de Gleason. Además, series contemporáneas reportan un sobrestadificación en cerca del 30% de los pacientes con los métodos actuales. Los que se inclinan por la RT argumentan que, a pesar del tratamiento, cerca del 50% de los sujetos tendrán factores de mal pronóstico en la pieza quirúrgica, lo que los hará candidatos a RT complementaria o de salvamento, lo que suma la toxicidad de ambos tratamientos. No existen, hasta la fecha estudios prospectivos aleatorios que resuelvan de manera satisfactoria esta pregunta. En virtud de la historia natural prolongada de esta enfermedad, incluso en pacientes sin tratamiento, no es válido ningún estudio con resultados a mediano o corto plazo para intentar sacar conclusiones. Los estudios en cohortes poblacionales con seguimientos a 15 años o más, como el de Albertsen y Tewari, sugieren que la PR no sólo es similar a la RT como terapéutica definitiva para el CaP, sino posiblemente superior. Inclusive radiooncólogos como el propio D´Amico han encontrado en el análisis de sus series resultados similares, lo que ha llevado a que ciertos grupos en centros médicos internacionales de excelencia, como el Memorial Sloan Kettering, M.D. Anderson y Leuven, en Bruselas, lleven a cabo cada vez con más frecuencia este tipo de abordaje radical. Al interpretar los resultados hay que considerar, también, que la RT por sí misma nunca ha sido capaz de alcanzar niveles de nadir del APE tan bajos como la PR, por lo que éste constituye un factor determinante bien establecido del resultado final en la supervivencia. Además, en la bibliografía hay reportes que sugieren que, a largo plazo, la RT puede ocasionar neoplasias secundarias en el sitio de radiación como Ca de recto y vejiga. Conclusiones: la PR llevada a cabo en pacientes con CaP de alto riesgo constituye una técnica segura con complicaciones y mortalidad similares a las informadas para pacientes con menor riesgo. En esta serie, los resultados bioquímicos a mediano plazo indican que no se trata de una terapéutica inferior, en cuanto a los resultados reportados, comparados con los obtenidos con la RT en la bibliografía internacional. La prostatectomía radical debe considerarse como tratamiento de primera línea en pacientes de alto riesgo aptos para el procedimiento quirúrgico. Embolización prequirúrgica de tumores renales. Experiencia en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” García-Mora Arturo, Olvera-Daniel, Rodríguez-Covarrubias Francisco, FeriaBernal Guillermo, Sotomayor Mariano Departamento de Urología, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. México D. F. Antecedentes: La embolización en tumores renales fue descrita en la década de los 70, y a lo largo del tiempo, ha tenido diversas indicaciones como la paliación del dolor o hematuria, previo a terapia con citosinas y previo a la cirugía para facilitar la disección y disminuir el sangrado. Diversos estudios han analizado el papel que tiene este procedimiento como adyuvante a la nefrectomía radical, especialmente en tumores renales voluminosos o en aquellos que tengan trombo tumoral dentro de la vena renal o la cava. Los resultados han sido contradictorios. Objetivos: Analizar la experiencia con este procedimiento en un centro de tercer nivel. Material y métodos: Realizamos una revisión de la base de datos de nefrectomías radicales en el Instituto. Identificamos 410 pacientes que fueron llevados a nefrectomía radical, 8 de los cuales fueron sometidos a embolización prequirúrgica de la arteria renal (EPAR), todos con partículas de polivinil alcohol. Analizamos variables demográficas, como género, edad; el tiempo entre la embolización y la nefrectomía, complicaciones derivadas de ambos procedimientos y variables transoperatorias como sangrado, requerimientos transfusionales; el estadio clínico y patológico, así como el diagnóstico histopatológico final. En todos los pacientes se realizó estadificación preoperatoria. La decisión de realizar embolización preoperatoria fue individualizada en cada caso por el cirujano encargado del caso, siendo la indicación en el 87.5% de los casos, la presencia de circulación colateral importante observada de manera subjetiva en la tomografía. Resultados: De los 8 pacientes identificados, 4 fueron hombres y 4 mujeres, la edad promedio fue de 55.6 años ± 8.58. El 75% de las lesiones se localizaron en riñón izquierdo, el promedio Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 33 Presentación de trabajos libres orales del diámetro mayor de la lesión por tomografía trifásica fue de 15.03 cm ± 1.98 cm. El 75% de las nefrectomías se realizó como intento curativo. Siete tumores (87.5%) presentaban abundante circulación colateral en retroperitoneo. Cinco tumores (62.5%) fueron catalogados como T2; tres como T3. El 75% de las embolizaciones se realizó previo al traslado del paciente a la sala de quirófano el mismo día de la nefrectomía. El sangrado tranoperatorio promedio fue 1281 ml (350-3000 ml). Discusión: Las indicaciones iniciales para la embolización de la arteria renal, fueron para paliar la hematuria o síntomas asociados a tumores inoperables. Posteriormente, surgieron estudios que sugerían su uso preoperatorio en tumores grandes, con las ventajas teóricas de disminución del sangrado, y creación de planos de disección por edema del tejido. Desde entonces ha habido resultados contradictorios, desde estudios que reportan hasta un 25% de mejoría en la sobrevida de pacientes embolizados, hasta otros que afirman que existe mayor sangrado, mayor tiempo operatorio y morbilidad posquirúrgica). Las complicaciones más comunes relacionadas al procedimiento, es el desarrollo de dolor lumbar y de hipertensión sistólica, reportada hasta en 75% de los casos, como ocurrió en un paciente en nuestra serie, en quien fue necesario posponer la cirugía por 48 horas. Esta complicación se ha atribuido a hiperreninemia del lado embolizado. En nuestra serie, encontramos que la nefrectomía se facilitó por una aparente disminución en la circulación colateral de acuerdo a la observada en el estudio tomográfico inicial. Conclusión: La EPAR es un procedimiento seguro, con mínima morbilidad que puede ofrecer ventajas en tumores con extensa circulación colateral. En nuestra experiencia, no hubo mortalidad relacionada al procedimiento, y solamente una complicación menor derivada directamente del mismo. nefrostomía derecha y drenajes. Se difirió para dos meses más tarde la creación de una anastomosis transureteral terminolateral. Se efectuaron laparotomía de exploración y disección retroperitoneal. Se localizó un segmento ureteral en tercio superior y se cruzó el uréter por vía retroperitoneal, a través de una ventana transmesocólica, por debajo de la mesentérica inferior; se biseló el segmento distal de uréter derecho y se realizó ureterotomía en porción medial; se colocó una sonda doble J en el lado izquierdo. Se reintervino para crear la anastomosis terminolateral uréter-uréter. Se mantuvo derivación a nefrostomía derecha. Resultados: La paciente evolucionó de manera favorable sin mostrar signos de fístula. Seis semanas después de la cirugía, se quitó la sonda ureteral y se planeó el cierre de la nefrostomía previa nefrostografía. Discusión: Las alternativas de reconstrucción de una lesión en tercio superior de uréter son la realización de un autotrasplante o la sustitución del segmento ureteral distal con íleon. Los beneficios de ambos procedimientos superan las posibles complicaciones que implica la ejecución de una transanastomosis ureteral. A pesar de ello, es común que se decida evitar la manipulación del uréter sano. Conclusiones: La anastomosis transureteral representa una alternativa confiable en casos de lesión iatrógena en uréter que comprometa un segmento superior del conducto, cuando no sea factible la reconstrucción distal del segmento lesionado. En términos generales, cuando la técnica quirúrgica es meticulosa, la intervención no debe representar un riesgo para el uréter contralateral. Transuretero anastomosis en lesión ureteral iatrogénica en paciente pediátrico Gaytán-Escobar Edgar, Espinosa-Chávez Giordano B, Torres-Medina Eduardo, Estrada-Bujanos Juan IMSS- HGZ 33, Urología Pediátrica, Monterrey, Nuevo León Espinosa Giordano,1 Torres Eduardo,2 García Miguel,3 Gaytán Edgar,4 Estrada Juan5 ¹ Médico adscrito a Urología Pediátrica, División Cirugía Pediátrica, Hospital General de Zona No. 33, IMSS 2 Fellow en Urología Pediátrica, División Cirugía Pediátrica, Hospital General de Zona No.33, IMSS 3,4,5 Residente de Urología pediátrica, Hospital General de Zona No.33, IMSS Antecedentes. Las lesiones ureterales iatrógenas se relacionan con procedimientos quirúrgicos diversos, 52% son de origen ginecológico, 9% están relacionadas con cirugía de colon y 4% son causadas por distintos procedimientos de cirugía general o vascular (4%); se calcula que hasta 42% de los casos están relacionados con procedimientos urológicos, sobre todo de endourología. Por lo regular, el diagnóstico se establece en el postoperatorio inmediato, con base en los síntomas, entre los cuales el dolor abdominal, la fiebre y la sepsis son los más característicos. Las posibilidades terapéuticas se relacionan con la extensión del daño, las condiciones basales de la cavidad abdominal y del momento en que se establezca el diagnóstico. Objetivo: Describir el tratamiento quirúrgico inmediato y tardío lesiones ureterales en tercio superior, mediante la práctica de anastomosis transureterales. Materiales y métodos: Se presenta el caso de una paciente de 8 años de edad que sufrió lesión ureteral derecha a nivel de L3 durante una cirugía abdominal por apendicitis complicada. Luego de observar que la menor tenía una evolución errática en el posoperatorio inmediato, se determinó reintervenirla, detectándose un urinoma, mismo que se trató con la colocación de 34 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 Ileovesicostomía continente más apendicocecostomía en el manejo de vejiga e intestino neurogénico Antecedentes: La derivación urinaria continente, técnica ideada por Casale, así como el uso del procedimiento de Malone para enemas colónicos anterógrados, descritos desde el decenio de 1990 como alternativas para el tratamiento de vejiga e intestino neurogénicos, inicialmente efectuada en pacientes pediátricos y, posteriormente, en adultos, se agregan como opciones quirúrgicas para el tratamiento de estos pacientes. Objetivo: Describir una derivación urinaria continente e intestinal para la creación de enemas colónicos anterógrados como alternativa quirúrgica en el tratamiento del paciente adulto con vejiga e intestino neurogénicos. Material y métodos: Paciente femenino de 50 años de edad con vejiga e intestino neurogénicos secundarios a enfermedad de Parkinson, acinética, con dos años de evolución con vejiga átona e infecciones repetidas de vías urinarias secundarias, así como incontinencia intestinal. Se le practicó ileovesicostomía continente con la técnica de Casale y apendicocecostomía para enemas colónicos anterógrados, según la técnica de Malone. La evolución postquirúrgica fue favorable, con inicio de cateterismos limpios intermitentes y de enemas colónicos anterógrados realizados por la misma paciente hacia el décimo día postquirúrgico. Resultados: Seguimiento con estomas permeables, funcionales; la paciente no ha presentado fugas ni estenosis a través de estomas, los cateterismos limpios intermitentes y enemas colónicos anterógrados los realiza la misma paciente. Presentación de trabajos libres orales Discusión: Se han reportado el empleo de ambas técnicas quirúrgicas por separado, asé como en forma simultánea, y se mencionan como complicaciones más frecuentes la estenosis de los estomas, fugas y falsas vías. Conclusión: El empleo de técnicas de derivación vesical e intestinal en pacientes con vejiga e intestino neurogénicos son alternativas viables para pacientes selectos, ya que mejoran su calidad de vida. Tratamiento quirúrgico con mallas en incontinencia urinaria. Experiencia en el Hospital General de México. O.D. Gil-García J. Fernando, Rosas-Nava Emmanuel, Almanza-González Mario S. Hospital General de México, OD, México, D. F. Introducción: La incontinencia urinaria o pérdida involuntaria de orina, más bien constituye un síntoma que puede deberse a una amplia variedad de enfermedades. La incontinencia puede deberse a varias causas. Principalmente afecta a mujeres mayores de 60 años, aunque puede ocurrir a cualquier edad. La mayoría de los profesionales de los servicios sanitarios clasifican la incontinencia según los síntomas o circunstancias en las que ocurre. En la población normal, la incidencia de este trastorno en mujeres de más de 65 años es de más del 25% y en los hombres, alrededor del 15%. Como antes se mencionó, hay diferentes tipos: incontinencia de esfuerzo, incontinencia por urgencia, incontinencia por rebosamiento e incontinencia mixta. El diagnóstico comprende una buena historia clínica y un examen físico adecuado, que ha de incluir un examen de pelvis exhaustivo para buscar causas corregibles de la pérdida de orina. Además, incluye pruebas de laboratorio y gabinete, cistoscopia y urodinámica. El conocimiento detallado de la fisiología del piso pélvico y, por ende, de la fisiopatología de la incontinencia, permite determinar los procedimientos quirúrgicos más eficaces y con menor morbilidad intra y posoperatoria. Aunque los resultados de las técnicas transobturatrices (TOT) son ligeramente superiores a los de las Cintas Libres de Tensión (TVT), en lo referente a morbilidad intraoperatoria, consideramos prudente hacer un seguimiento a largo plazo, debido a las diferencias cronológicas que existen, hasta la fecha, entre las dos técnicas. El éxito del tratamiento quirúrgico para corrección de incontinencia urinaria femenina, depende no sólo del buen conocimiento de las técnicas y de los recursos disponibles para ponerlas en práctica, sino de la experiencia de los especialistas y, obviamente, de las conclusiones obtenidas con base en la Medicina Basada en la Evidencia. Es un requisito fundamental, proporcionar información detallada a las pacientes candidatas a la cirugía, advertirlas sobre las complicaciones tanto intra como postoperatorias y la eficacia de los procedimientos. Asimismo, reviste gran importancia tener en cuenta que hasta el momento no ha sido descrito un procedimiento quirúrgico que alcance el 100% de eficacia en el manejo de la incontinencia urinaria femenina. Objetivo: Revisar los beneficios del tratamiento quirúrgico que comprende la colocación de mallas para corregir la incontinencia urinaria de pacientes femeninos del Hospital General de México. Además, asimismo, identificar las complicaciones quirúrgicas pre y posoperatorias. Material y métodos: Se efectuó un estudio retrospectivo y observacional, en el que se incluyeron pacientes con diagnóstico de incontinencia urinaria, a quienes se les realizó diagnóstico en el Servicio de Urología del Hospital General de México. Se consideró la edad, tipo de incontinencia, tipo de cirugía y complicaciones de ésta. Resultados: El estudio incluyó un total de 51 pacientes tratadas por incontinencia urinaria de esfuerzo, que se dividieron en 2 grupos: el primero comprendió a 21 pacientes a quienes se les colocó malla sling: el Grupo 2, a 30 pacientes a quienes, además de la malla sling, se les realizó la reparación de cistocele (ya fuera con malla anterior o sólo con plastia anterior). Se hizo una subdivisión por edad en: menores de 40 años, 5 pacientes con edad promedio de 35.4 años; de 40-60 años, 33 pacientes con un promedio de edad de 49.3 años; mayores de 60 años, 13 pacientes con un promedio de edad de 68 años. El promedio de edad global fue de 50.9 años. En el Grupo 1 (pacientes a quienes se les colocó un sling) se encontraron como hallazgos urodinámicos: 12 pacientes con IUE (57.15%); 7 sin IUE (33.33%) y 2 con hiperflujo (9.51%). Entre las complicaciones observadas en este grupo de pacientes se reportaron: 2 con dolor inguinal (9.51%); 1 con IUE continuo (4.77%); 1 paciente con punción de cuello vesical (4.77%); 1 paciente con erosión de malla (4.77%); 1 paciente con obstrucción (4.77%). Las 15 pacientes restantes (71.42%) no manifestaron ninguna complicación. Se hizo seguimiento del 100% de pacientes (21 pacientes), y se comprobó que el 95.23% (20 pacientes) se mantuvo sin datos de IUE, y sólo una (4.77%) presentó IUE, a pesar del tratamiento. Se observó un promedio de 7 meses sin IUE, con rangos de 1 a 16 meses. En lo que atañe al Grupo 2 (pacientes a quienes se les colocó sling más reparación anatómica), se subdividieron en: pacientes a quienes se les realizó colpoplastia anterior, 21 sujetos (70%), y 7 a quienes se les colocó malla anterior (30%). El diagnóstico preoperatorio más frecuente fue cistocele de G II, 16 pacientes (53.3%), seguido del de cistocele de G III (13 pacientes (43.3%) y una paciente con cistocele de GI (3.4%). Hallazgos urodinámicos: 14 pacientes con IUE (46.7%); 4 con obstrucción (13.3%), y 12 sin IUE (40%). Entre las complicaciones presentadas en este grupo se reportó: 2 pacientes con IUE continuo (6.66%); 1 paciente con obstrucción (3.33%) y 1 paciente con erosión de la malla (3.33%). El 86.68% (26 pacientes) no presentó ninguna complicación. Se realizó seguimiento del 100% de las pacientes (30 pts.), lo que permitió comprobar que el 93.33% (28 pacientes) se mantuvo sin datos de IUE y 2 pacientes (6.66%) presentaron IUE a pesar del tratamiento. Se observó un promedio de 7.74 meses sin IUE, con rangos de 1 a 18 meses. Discusión: Al analizar la edad de las pacientes, se observó que la IUE se manifestó, predominantemente, a partir de la cuarta década de la vida, resultado que coincide con lo reportado por diferentes autores. Uno de ellos, Horno, observó que el 80.5% de estas pacientes se encontraba en la quinta y sexta décadas de la vida. Los principales síntomas clínicos fueron los de incontinencia de grado I o II, de lo que se colige que no necesariamente se requiere realizar grandes esfuerzos para que aparezca la IUE. Al asociar la IUE con los diversos grados de relajación pelviana, es posible afirmar en torno a este problema, que el grado de prolapso no está en relación directa con la intensidad de la incontinencia; sino con fenómenos urodinámicos del mecanismo de micción, situación que coincidió con los resultados de nuestro estudio; no así con el rectocele, que no fue muy frecuente, y al que otros autores lo reportan con una mayor frecuencia de 1:11. Respecto a la evaluación clínica, realizada mediante las pruebas de continencia urinaria, suele darse mucha importancia a este tipo de evaluación, lo que concuerda con los resultados satisfactorios que se obtienen después del tratamiento quirúrgico: 85% de curación; y dejan para el estudio urodinámico sólo un número mínimo de pacientes con interpretación diagnóstica compleja. En relación con los antecedentes de un tratamiento quirúrgico previo, los resultados confirman la efectividad de la vía vaginal como tratamiento quirúrgico de esta enfermedad. La Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 35 Presentación de trabajos libres orales frecuencia de las complicaciones posoperatorias coincide con los reportes de otros estudios. En lo que respecta a la evaluación del resultado mediato de la intervención, se puede considerar que el obtenido en el estudio es bueno. Debe resaltarse que estas pacientes aún deben pasar la “prueba del tiempo”, que se efectúa, como mínimo, 2 años después del posoperatorio. Por ende, para poder considerar como definitivo el 95% de éxito, reportado como dato preliminar, se les mantiene vinculadas a la consulta de uroginecología, con citas periódicas para revisión. Conclusiones: Este procedimiento es rápido y fácil de realizar. Además, cuenta con la ventaja de poderse efectuar de manera ambulatoria; tiene una curva de aprendizaje rápida; buenos resultados funcionales, con bajo porcentaje de complicaciones, así como de persistencia de la incontinencia urinaria de esfuerzo, amén de un cumplimiento adecuado de las recomendaciones médicas. Eficacia de la epinefrina intraprostática durante la resección transuretral de próstata para disminuir el sangrado transoperatorio Lira-Dale Alejandro, Maldonado-Ávila Miguel, Gil-García José Fernando, Mues-Guízar Enrique Hans, Nerubay-Toiber Rubén. Hospital General de México, México, D. F. Objetivo: Determinar si el uso de epinefrina intraprostática durante la resección transuretral de próstata (RTUP) reduce el sangrado transoperatorio. Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio prospectivo, experimental, aleatorio y doble ciego, con 23 pacientes que fueron sometidos a RTUP. Para ello se les dividió en dos grupos: 1) en el primero se usó epinefrina intraprostática transoperatoria, y 2) en el segundo, placebo con inyección de agua intraprostática transoperatoria. Se realizó cuantificación del sangrado transoperatorio mediante la recolección total del líquido de irrigación, del cual se tomó una muestra para determinar el volumen de hemoglobina en el mismo, por medio de la fórmula (hemoglobina de líquido de irrigación x 1000)/hemoglobina sérica pre-quirúrgica. Se analizaron, también, las variables pérdida de sangre, tiempo de resección, volumen prostático, gramos resecados. Se utilizaron métodos estadísticos de t de Student y la correlación de Pearson. Resultados: El grupo 1, al que se administró epinefrina incluyó a 13 pacientes y el 2 a 10. El promedio de hemorragia del grupo de epinefrina fue significativamente menor que el del grupo que recibió placebo (127.48 vs. 267.57, IC 95%, 45-234, p < 0.001). No hubo diferencias estadísticamente significativas entre los promedios de gramos resecados y tiempo de resección de los dos grupos. En el grupo de epinefrina un paciente presentó crisis hipertensiva transoperatoria (7.7%). Conclusiones: La inyección intraprostática de epinefrina puede ser de utilidad para reducir la hemorragia durante la RTUP en pacientes seleccionados, pero debe realizarse monitoreo cardiovascular durante la aplicación del mismo. Registro del manejo de la retención urinaria en México. Experiencia Reten-World Gómez-Guerra Lauro Salvador y el grupo de Estudio Reten-World México Servicio de Urología del Hospital Universitario de la UANL, Monterrey, Nuevo León, México. 36 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 Antecedentes: Actualmente no existe un consenso acerca del el tratamiento óptimo de la RUA en términos del tipo de duración del cateterismo y el tratamiento posterior a éste. Objetivos: Evaluar la práctica terapéutica actual de la retención urinaria aguda (RUA), espontánea y precipitada, relacionada con hiperplasia prostática benigna (HPB). Material y métodos: Se incluyó a 601 pacientes (edad promedio de 68.4 años) a los que se aplicó cateterismo por retención urinaria aguda relacionada con HPB, quienes fueron atendidos por 138 urólogos mexicanos y cuyo trastorno fue clasificado como retención espontánea (debido a evolución natural de HPB) o precipitados (secundaria a otro evento desencadenante). Entre la información recabada se incluye evolución de HPB, tipo de cateterismo y tratamiento del trastorno. Resultados: De los 601 pacientes a los que se pudo evaluar, 268 (44.6%) padecieron RUA precipitada y 333 (55.4%) tuvieron RUA espontánea. Los principales factores desencadenantes fueron los siguientes: ingesta de alcohol importante (52.6%), infección de vías urinarias (25.4%), necesidad de aplazar la micción (7.1%), medicamentos (6.7%), anestesia local y/o regional (6.3%), otros factores (4.9%), retención fecal (3.0%), litiasis (2.6%), dolor anorrectal agudo (1.1%). Conclusiones: La ingesta importante de alcohol es la principal causa de RUA precipitada; la mayoría de los pacientes que la padecen tienen la próstata de menor tamaño y sufren más infecciones de vías urinarias graves que quienes desarrollan RUA espontánea. Independientemente del origen de la RUA, los intentos sin catéter (ISC), seguidos de un periodo corto de bloqueo alfa1-adrenérgico constituyen el estándar en México y el mundo, con mejores resultados en el primer intento de ISC en la RUA precipitada y una cantidad mínima de pacientes necesitó cirugía inmediata. Después de una ISC exitosa, a la mayoría de los participantes se les administraron bloqueadores alfa1 y se mantuvo vigilancia médica de forma regular. Este estudio recibió fondos irrestrictos de Sanofi-Aventis. Precipitado (N=268) Espontáneo (N=333) Total (n=601) P 68.0 68.8 68.4 0.270 Episodio previo de RUA (%) 20.1% 13.8% 16.6% 0.039 Volumen prostático <50g (%) 43.7% 45.7% 44.9% 0.162 HPB descubierto por RUA (%) 38.4% 44.9% 42.0% 0.111 IVUB’s (%) 17.7% 32.8% 25.6% 0.002 Tipo de catéter Uretral (%) Suprapúbico (%) Intermitente (%) 97.4% 1.5% 1.1% 98.8% 0.3% 0.9% 98.2% 0.8% 1.0% 20.9% 26.0% 23.8% Edad promedio Volumen drenado >1000 ml 0.254 0.156 Presentación de trabajos libres orales Hospitalización por RUA Tratamiento posterior al cateterismo ISC Cirugía inmediata Catéter por largo tiempo y cirugía Stent/sonda permanente Tabla 1. Precipitado (N=268) Espontáneo (N=333) Total (n=601) P 16.8% 14.2% 15.4% 0.383 78.7% 7.1% 11.9% 2.6% 65.2% 10.5% 21.6% 2.1% 71.2% 9.0% 17.3% 2.3% <0.001 0.141 0.002 0.681 Uso de bloqueador alfa1 antes del ISC* (%) 86.3% 84.3% 85.3% 0.574 Promedio de días del cateterismo antes del ISC 8 9 8 IVUB’s: Infección de Vías Urinarias Bajas; ISC: Intento sin catéter; *Alfuzosina 68.2%, Tamsolusina 26.1%, Otros 5.7%;**bloqueador Alfa1 solo 68.1%, bloqueador Alfa1 + inhibidor de la 5-alfa reductasa 19.9%, inhibidor de la 5 alfa reductasa solo 0.3%, Otro 2.2%. ¿Es el acceso al cáliz superior un procedimiento inseguro durante la nefrolitotomía percutánea? González-Ramírez M. Alejandro, Negrete-Pulido Óscar R, Ávila-Herrera Pedro, Gutiérrez-Aceves Jorge. Nuevo Hospital Civil de Guadalajara, Instituto de Endourología, Universidad de Guadalajara. Guadalajara, Jalisco, México. Introducción: El acceso a cáliz superior resulta de mayor utilidad durante la nefrolitotomía percutánea (NLPC) cuando la litiasis es compleja. Hay cierta preocupación por las complicaciones intratorácicas que pudieran surgir durante este abordaje, y es por esto que se ha tratado de evitar en la medida de lo posible. Objetivo: Comparar el índice de complicaciones entre pacientes en quienes se utilizó el acceso a cáliz superior con los pacientes en los que se optó por el acceso a cáliz medio/ inferior y que fueron sometidos a NLPC durante un periodo de cuatro años en un centro de entrenamiento endourológico. Material y métodos: Se analizó de manera retrospectiva la información disponible de 243 pacientes a quienes se les realizó una NLPC. Las variables analizadas fueron: índice de transfusión sanguínea, disminución del nivel de hematócrito en las 48 horas posoperatorias, perforación del sistema colector, lesión a órganos adyacentes y complicaciones en general. Se compararon estos datos entre dos grupos: punción a cáliz superior (Grupo 1) y punción a cáliz medio/inferior (Grupo 2). Resultados: Se identificaron 48 pacientes del Grupo 1, cuya indicación (67%) fue litiasis coraliforme, en 24 de ellos (50%) el abordaje se realizó con tracto múltiple. El promedio del tamaño de los cálculos fue de 33 mm para el Grupo 1 y de 29 mm para el 2 (p = 0.11). No hubo diferencias en complicaciones entre ambos grupos (Tabla 1). Ningún caso con acceso al cáliz superior presentó lesiones intratorácicas ni a órganos adyacentes. Disminución promedio en el nivel de hematócrito PO Grupo 1 n 48 (%) Grupo 2 n 195 (%) p= 3.44% 3.99% 0.28 Índice de transfusión sanguínea 3(6.3%) 10(5.1%) 0.75 Perforación del sistema colector 7(14.6%) 37(19%) 0.479 Complicaciones en general 13(27.1%) 45(23.1%) 0.56 Conclusiones: El acceso por el polo renal superior es seguro y no incrementa la morbilidad, cuando se realiza como parte de un acceso con tracto único o múltiple. Morbilidad y resultados terapéuticos del tracto múltiple en la nefrolitotomía percutánea: experiencia en un centro de entrenamiento endourológico González-Ramírez M. Alejandro, Negrete-Pulido Óscar R, Ávila-Herrera Pedro, Gutiérrez-Aceves Jorge Nuevo Hospital Civil de Guadalajara, Instituto de Endourología, Universidad de Guadalajara, Jalisco, México. Introducción: En la nefrolitotomía percutánea (NLPC) es crucial la extracción total de los cálculos con mínima morbilidad. En casos con litiasis compleja, se precisa el acceso con múltiples para lograr la extracción completa de las piedras. Se cree que al aumentar el número de tractos percutáneos se incrementa, exponencialmente, la incidencia de complicaciones relacionadas con el procedimiento. Objetivo: Reportar nuestra experiencia en términos de eficacia, así como la incidencia de complicaciones derivada del acceso percutáneo con múltiples tractos. Material y métodos: Análisis de casos de pacientes operados de NLPC durante el periodo comprendido entre 2006 y 2009, tomados de nuestra base de datos sobre. Las variables analizadas fueron: extracción total de cálculos, perforación de sistema colector, índice de transfusión sanguínea, disminución del nivel de hematócrito en las 48 horas posoperatorias y de creatinina sérica, determinada dos semanas después del procedimiento. Se compararon estos resultados entre dos grupos: tracto múltiple (Grupo 1) y tracto único (Grupo 2). Resultados: Se analizaron los expedientes de 243 pacientes (Tabla 1). La extracción total de cálculos en pacientes con carga litiásica compleja fue mayor en el grupo 1, sin una diferencia significativa en la incidencia de complicaciones. Tabla 1. Grupo 1 n:58 Grupo 2 n:185 p= Extracción total de cáculos 46 (79.3%) 123 (66.7%) 0.058 Tamaño del cálculo (promedio) 35.59 mm 29.10 mm 0.003 < 0.0001 Cálculos coraliformes 39 (67.2%) 58 (31.4%) Perforación sistema colector 10 (17.2%) 34 (18.4%) 0.844 4 (6.9%) 9 (4.9%) 0.549 3.98% 3.85% 0.774 0.370 g/dl 0.515 g/dl 0.886 Índice de transfusión sanguínea Variabilidad del nivel de hematócrito PO (promedio) Variabilidad del nivel de creatinina sérica PO (promedio) Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 37 Presentación de trabajos libres orales Conclusiones: Nuestra experiencia nos permite deducir que el beneficio significativo del acceso renal percutáneo con tracto múltiple justifica este procedimiento sin un incremento en la morbilidad del mismo, y, por lo tanto, este debe de ser el tratamiento de elección en pacientes con gran carga litiásica o con una distribución compleja de cálculos dentro del sistema colector. Ureteroscopio flexible de fibra óptica. ¿Es necesaria la camisa de acceso ureteral en la nefrolitotricia retrógrada? González-Ramírez M. Alejandro, Ávila-Herrera Pedro, Gutiérrez-Aceves Jorge. Nuevo Hospital Civil de Guadalajara, Instituto de Endourología, Universidad de Guadalajara, Jalisco, México. Introducción: No existe un criterio estricto para el uso de la camisa de acceso ureteral, una de sus indicaciones es el diámetro del ureteroscopio a utilizar y el tamaño del cálculo. Se cree que la dilatación generada por la camisa de acceso ureteral puede provocar mayor edema, isquemia y perforaciones inadvertidas en el uréter durante su colocación, al igual que una mayor incidencia de espasmos ureterales y cólicos en el periodo posoperatorio. Objetivo: Analizar nuestra experiencia con el ureteroscopio flexible para el tratamiento de nefrolitiasis. Material y métodos: Análisis retrospectivo de nuestra base de datos y multimedia de las nefrolitotricias retrógradas efectuadas con ureteroscopio flexible de fibra óptica calibre 7.5/8.4Fr, durante el periodo comprendido entre enero del 2005 a enero del 2010. Las variables analizadas fueron: tamaño de los cálculos, sitio anatómico del cálculo, tipo de dilatación ureteral, uso de camisa de acceso ureteral, tiempo de operación, número de pases del ureteroscopio flexible, número de pases con la canastilla de nitinol, uso de catéter ureteral doble J y complicaciones relacionadas con el traumatismo ureteral. Resultados: Se identificaron 70 pacientes. El tamaño promedio de los cálculos fue de 13.64 mm. Se realizó dilatación óptica ureteral con ureteroscopio semirrígido 8.5Fr al 100% de los pacientes, en 6 ellos (8.6%) se utilizó la camisa ureteral de acceso. El tiempo promedio de la ureteroscopia fue de 48.67 minutos (7-132 min). En 98.6% de los sujetos se utilizó un catéter ureteral doble J. Cuatro pacientes (5.7%) sufrieron estenosis ureteral secundarias al procedimiento, en 1 (1.4%) se utilizó camisa de acceso. Al comparar a los pacientes de estenosis con el resto de la población analizada identificamos que el número de pases promedio fue de 5 vs 2 (p = < 0.0001) y el número de pases con canastilla fue de 4.75 vs 1.59 (p = < 0.0001), respectivamente. No hubo diferencia significativa en relación al tiempo que requirió el procedimiento, carga de cálculos y colocación de catéter doble J. Conclusiones: La ureteronefrolitotricia con ureteroscopio flexible sin camisa ureteral de acceso es un procedimiento que se puede llevar a cabo de manera segura. Sin embargo, en pacientes que en quienes se requiere en repetidas ocasiones del acceso ureteral, utilícese recomienda el uso de la camisa de acceso ureteral con la finalidad de disminuir el traumatismo que se genera de manera secundaria. Tratamiento con HiFU para cáncer de próstata. Experiencia inicial en México González-Ramírez M Alejandro, Gutiérrez-Aceves Jorge. Nuevo Hospital Civil de Guadalajara, Instituto de Endourología, Universidad de Guadalajara, Jalisco, México. 38 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 Introducción: El tratamiento focal ablativo con ultrasonido de alta frecuencia (HiFU) se empezó a estudiar hace aproximadamente 10 años. Inicialmente tuvo como finalidad el tratamiento de los pacientes con cáncer de próstata localizado o de bajo riesgo, pacientes con enfermedad residual o recurrencia local, posterior a un tratamiento primario con intento curativo, y actualmente ha comenzado a formar parte del tratamiento de pacientes de alto riesgo, además de considerarse de manera selectiva con fines paliativos. Objetivo: Reportar nuestra experiencia inicial con el uso de HiFU Ablatherm® en pacientes con cáncer de próstata. Material y métodos: Análisis de 26 pacientes quienes fueron tratados con HiFU Ablatherm® durante el periodo comprendido de enero del 2009 hasta julio del 2010. Se analizaron variables oncológicas [antígeno prostático específico (APE), Gleason, TNM clínico, y funcionales [IPSS], función eréctil, incontinencia urinaria, antes del tratamiento, se clasificaron de acuerdo con los grupos de riesgo de D´Amico. Como parte del seguimiento se realizó medición de APE y se definió la recurrencia bioquímica de acuerdo a la definición de Phoenix. Asimismo, se evaluó el IPSS, función eréctil e incontinencia urinaria, además de otras complicaciones relacionadas con el tratamiento. Resultados: El 15.4% correspondió al grupo de riesgo bajo, el 46.1% riesgo intermedio y 38.5% riesgo alto. Media de seguimiento de 10 meses (1-18 meses). En 24 pacientes se realizó resección transuretral de próstata, previo HiFU, en todos los pacientes el tiempo de hospitalización fue de 24 horas y la permanencia promedio de la sonda Foley, de 8.8 días (7-28 días). 30% de los pacientes del grupo de riesgo alto, 8.3% de riesgo intermedio y 0% de riesgo bajo sufrieron recurrencia bioquímica. El 28.5% padece disfunción eréctil severa, el 12.5%, incontinencia urinaria de esfuerzo leve y el 25%, síntomas moderados de almacenamiento urinario con una duración promedio de 6 meses. El 15% tuvo infección de vías urinarias, que se trató de manera ambulatoria. Un paciente permaneció 4 semanas con la sonda Foley transuretral como consecuencia de retención urinaria postratamiento. No se observó ninguna otra complicación relacionada con el procedimiento. Conclusiones: El tratamiento de cáncer de próstata con HiFU Ablatherm® es un procedimiento de mínima invasión, con una recuperación rápida del paciente y mínima morbilidad. Requerimos de un mayor periodo de seguimiento para el análisis oncológico, pero hasta el momento los resultados muestran que el control ha sido satisfactorio en aquellos pacientes considerados de riesgo bajo e intermedio. Estudio global de la Oficina de Investigación Clínica de la Sociedad Endourológica (CROES) de nefrolitotomía percutánea: indicaciones, complicaciones y resultados en 5803 pacientes Jean de la Rosette, Dean Assimos, Mahesh-Desai, Gutiérrez Jorge, James Lingeman, Scarpa Roberto, Ahmet-Tefekli, on behalf of the CROES PCNL Study Group. Objetivos: Evaluar las indicaciones actuales, la morbilidad perioperatoria y los resultados sobre la tasa libre de cálculos en pacientes sometidos a nefrolitotomía percutánea (NLP) durante el periodo comprendido entre noviembre del 2007 y diciembre del 2009 en todo el mundo. Pacientes y métodos: La Oficina de Investigación Clínica de la Sociedad Endourológica (CROES) recabó información, de forma Presentación de trabajos libres orales prospectiva y consecutiva, de pacientes tratados con nefrolitotomía percutánea (NLPC) en centros de todo el mundo durante el lapso de un año. La NLPC se realizó según el protocolo de estudio y las guías de práctica clínica locales. Se registró la carga y la localización litiásica; las complicaciones posoperatorias se clasificaron de acuerdo con la clasificación modificada de Clavien. Resultados: Entre noviembre del 2007 y diciembre del 2009, 96 centros de Europa, Asia, América del Norte, América del Sur y Australia trataron a 5 803 pacientes. De ellos, 1 446 (27.5%) tuvieron litiasis coraliforme, y en 940, 956 y 2 603 pacientes los cálculos se localizaron en los cálices superior, medio e inferior, respectivamente. La mayoría de los procedimientos (85.5%) estuvieron libres de complicaciones. Las complicaciones mayores relacionadas con el procedimiento incluyeron: hemorragia importante (7.8%), perforación de pelvis renal (3.4%) e hidrotórax (1.8%). Hubo necesidad de administrar transfusión sanguínea a 328 pacientes (5.7%) y tuvo fiebre > 38,5 °C el 10.5% de ellos. La distribución de las complicaciones, según los grados de clasificación de Clavien, fueron: sin complicación (79.5%), I (11.1%), II (5.3%), IIIa (2.3%), IIIb (1.3%), IV (0.3%), IVb (0.2%) o V (0.03%). En el seguimiento a 30 días la tasa libre cálculos fue de 75.7%, y el 84.5% de los pacientes no requirieron tratamiento adicional. Conclusión: La NLPC es una técnica eficaz y segura para la extracción mínimamente invasiva de cálculos renales, puesto que por medio de ella se obtiene una alta tasa de éxito y una baja tasa de complicaciones mayores. Expectativas de la población masculina en cuanto a la realización del tacto rectal Gutiérrez-García Jesús D,1 Gómez-Guerra Lauro S,3 Hernández-Torres Andrés Uriel, Blanco-Guzmán Alfredo, Hernández-Galván Fernando.2 1 Residente 2Médico Adscrito 3Jefe del Servicio de Urología. Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”. Monterrey, Nuevo León., México. Antecedentes: El cáncer de próstata es la neoplasia maligna más común en la Unión Americana, después de las lesiones cutáneas. Los métodos utilizados actualmente para la detección del mismo son el examen dígito rectal y la medición del Antígeno Prostático Específico. En conjunto, ambos procedimientos aportan información al urólogo sobre cuáles pacientes requieren que se les haga una biopsia prostática transrrectal diagnóstica. En países desarrollados estos dos exámenes los efectúa de manera rutinaria el médico familiar, mientras que en nuestro país, la práctica más común es el uso del APE y se excluye el tacto rectal, lo que depende de la actitud del médico hacia este procedimiento o la percepción del paciente sobre el mismo. Conforme a los rasgos culturales del paciente latinoamericano, por lo regular se hacen muchas especulaciones en torno a la virilidad y a los diferentes factores que pueden provocar un cambio en las preferencias y/o los hábitos sexuales. Entre las principales especulaciones están las relacionadas con la exploración dígito rectal en el paciente masculino por parte del personal médico. En la actualidad, la literatura médica no consigna un estudio que haya explorado la expectativa del paciente antes y después de una exploración dígito rectal. Por ello, normalmente los comentarios que hacen los profesionales médicos, que incluyen dentro de su práctica clínica esta técnica exploratoria, se basan en su experiencia y conocimientos empíricos sobre la actitud del paciente, pero no en ningún estudio profesional sobre este tema. Objetivo: Determinar la percepción emocional de la población masculina respecto al tacto rectal y si tiene la disposición de someterse a la técnica exploratoria Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio observacional, transversal, comparativo no ciego. Se efectuó una encuesta a 200 pacientes, que acuden al servicio de Urología del Hospital Universitario para consulta regular o como parte del programa de estudio para la salud del hombre (PESH). Se consideró como posible candidato a todo paciente masculino mayor a 45 años de edad, que solicitó consulta en el Servicio de Urología de dicho hospital y que cumpliera con los criterios de inclusión. Resultados: Los datos obtenidos, permitieron determinar que al 60% de los pacientes encuestados no se les había practicado el tacto rectal. Al 80% de los pacientes encuestados no se les había propuesto la realización del tacto rectal. El 80% aceptarían realizarse la exploración prostática; del restante 20% que se negó a someterse a este procedimiento, el 35% aceptó realizarlo al momento de la consulta. Discusión y conclusiones: El Cáncer de próstata es el trastorno maligno más común en la Unión Americana, luego de las lesiones en piel. Los métodos utilizados actualmente para la detención del mismo son el examen dígito rectal y la medición del Antígeno Prostático Específico. En el caso de América Latina, por razones culturales, se hacen muchas especulaciones, sobre la virilidad y los diferentes factores que pueden provocar un cambio en las preferencias y/o los hábitos sexuales. El presente estudio permitió determinar que la mayoría de los pacientes están dispuestos a realizarse la exploración prostática. No obstante, hay que considerar que quienes respondieron a nuestro instrumento de trabajo acudieron a solicitar atención médica y no forman parte de la población abierta. Correlación del tipo de vejiga neurogénica con hidronefrosis en pacientes con disrrafia del tubo neural sin reflujo vesicoureteral Hernández-Torres Andrés U,1 Gutiérrez-González Adrián,2 Gómez-Guerra Lauro,2 Blanco-Guzmán Jesús Alfredo.3 1 Residente. 2Médico Adscrito. 3Médico pasante Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”. Monterrey, Nuevo León. México. Introducción: La disrrafia del tubo neural (DTN) tiene una incidencia de 1 en 1000 recién nacidos vivos, y constituye el defecto más frecuente en la región lumbosacra. Un gran porcentaje de estos pacientes tiene anormalidades en las pruebas urodinámicas y la mitad de ellos padecen disinergia vesicoesfinteriana. Se ha observado que un subgrupo de estos pacientes conlleva un alto riesgo de sufrir deterioro del tracto urinario superior, lo que se manifiesta inicialmente con hidronefrosis y reflujo vesicoureteral (RVU), principalmente en quienes tienen valores de punto de fuga superiores a 40 cm de H2O. Objetivo: Correlacionar el tipo de vejiga neurogénica en los pacientes con hidronefrosis sin RVU. Material y métodos: Se efectuó un análisis de 528 pacientes con diagnóstico de mielomeningocele, que fueron atendidos en el periodo comprendido entre el año de 1995 a 2010, de los cuales se eligieron los que tenían hidronefrosis no secundaria a RVU. Como requisito de inclusión cada paciente debía de contar con ecografía renal, vesical y un estudio urodinámico De acuerdo con los hallazgos urodinámicos, los pacientes se clasificaron en 4 grupos: Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 39 Presentación de trabajos libres orales a) Presiones vesical y esfinteriana altas; b) Presión vesical alta y esfinteriana baja; c) Presión vesical baja y esfinteriana alta; d) Presión vesical y esfinteriana bajas. Resultados: De los 528 pacientes, el 37 (7%) tuvo hidronefrosis secundaria a reflujo vesicoureteral, y 22 (4.1%) mostraron hidronefrosis sin reflujo vesicoureteral. Al realizar el análisis por unidad renal obtuvimos un total de 38 unidades que distribuimos de la siguiente manera: Resultados: El tipo predominante de hidronefrosis fue la bilateral. En cuanto al sexo, la hidronefrosis presentó la misma incidencia tanto en sujetos femeninos como en masculinos, pero se encontró que bilateral es más común en estos últimos. Respecto al estudio urodinámico, la hidronefrosis es más frecuente en pacientes con presión vesical y esfinteriana bajas. Conclusiones: La hidronefrosis fue más frecuente en pacientes con presión vesical baja y esfinteriana baja, lo cual contradice lo que cabria esperar de acuerdo con los resultados del estudio urodinámico, por lo que es necesario profundizar e investigar el mecanismo fisiopatológico de la hidronefrosis. Índice de transección capsular prostática en prostatectomía radical asistida con robot y prostatectomía radical retropúbica abierta Jáuregui ME, Núnez-Nateras R, Castle P Erik, Rodríguez RJA, Ferrigni G Robert Mayo Clinic, Phoenix, AZ Servicio de Urología, Hospital General de Occidente, Secretaria de Salud Jalisco, Zapopan, Jalisco, México. Introducción: Se dice que hay transección capsular (CT) prostática cuando el urólogo, de manera inadvertida, diseca dentro del tejido prostático; dicha disección puede ser tanto en tejido prostático maligno como benigno, lo cual ocasiona que el borde de la próstata de esta región quede dentro del paciente. En diferentes estudios se ha informado sobre el efecto adverso que causa en el pronóstico del paciente la transección capsular en enfermedad órgano confinada. Es difícil identificar histológica la transección capsular (CT); esto se debe, en parte, a los cambios en la próstata como resultado del crecimiento tumoral y, en parte, a los distintos criterios utilizados en la evaluación de la patología. Una preocupación frecuente en lo referente a la cirugía robótica es la falta de percepción táctil durante la disección del tejido. Esta falla en la sensación se compensa con la mejor visibilidad que permite el procedimiento robótico. En el presente estudio se analiza la tasa de CT en pacientes con cáncer de próstata en estadio clínico T2 a quienes se les practicó prostatectomía radical asistida con robot (PRAR) y prostatectomía retropúbica abierta (PRA). Material y métodos: Se analizó un total de 200 pacientes de la base de datos de la institución de los autores. Las personas estudiadas tenían diagnóstico de cáncer de próstata en estadio T2 y fueron tratadas con prostatectomía. Dicha base de datos está aprobada por el Comité de Bioética del hospital. Se constituyó la muestra con 100 pacientes en los que se realizó PRA en la era prerrobótica del hospital (antes de 2004). Tal selección tuvo la finalidad de evitar que se escogiera a pacientes que se hubieran sometido a procedimiento abierto robótico. Los otros 100 pacientes se sometieron al procedimiento robótico, y constituyen los últimos casos de dicha base de datos, con la intención de 40 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 analizar una serie madura de PRAR. Todos los procedimientos fueron realizados por el mismo cirujano. Se definió como CT a la presencia de tinta en las glándulas prostáticas. Además se analizó la tasa y el sitio de la CT entre los procedimientos. La localización se clasificó en base, parte media y ápex de la glándula. Otros factores analizados fueron datos demográficos (edad, IMC, ASA), calificación de Gleason y APE antes de Qx. Resultados: Los datos demográficos de los pacientes fueron muy similares en todos los procedimientos (p = 0.568). El índice de CT fue del 38% y 43% para ORP y RARC, respectivamente (p = 0.564), el sitio de la CT fue similar en todos los grupos. De los factores analizados, ninguno resultó factor pronóstico significativo de la CT para ningún procedimiento. Más tarde se analizó la detección de márgenes positivos; la tasa fue de 8% y 10% para los grupos de ORP y RARP, respectivamente (p = 0.325). En ambos grupos, PRAR y PRA, la CT se relación con la existencia de márgenes positivos (p = 0.037). Conclusiones: Se ha dicho que tanto la percepción táctil como la mejora en la visión son factores importantes en los resultados de la prostatectomía abierta y asistida con robot; en esta investigación no se halló ninguna diferencia entre el índice de CT de ambos procedimientos, pero las observaciones realizadas fundamentan que los márgenes positivos en el cáncer confinado órgano están relacionados con la CT. Eficacia de la tamsulosina más furosemide y dexametasona en el tratamiento de litos mayores de 5 mm y menores de 10 mm en el tercio inferior del uréter Jiménez-Heredia I, Solís G Cantón MB, Sosa-Escalante H, Medina-Ocampo JA, Quintal-Pinelo D, Jiménez-Zavala JD Instituto Mexicano del Seguro Social, Centro Médico Nacional “Ignacio García Téllez”. Mérida, Yucatán, México. Antecedentes: Aún no se ha logrado estandarizar el tratamiento médico de litiasis ureteral en el tercio inferior con alfa bloqueadores, diuréticos y anti inflamatorios, que es una opción terapéutica para pacientes bien seleccionados. En algunas series, 50% de los litos mayores de 5 mm han requerido litotricia extracorpórea o ureterolitotricia. Por su parte, la tamsulosina aumenta la tasa de expulsión de los litos en el tercio inferior ya que, a diferencia de otros alfa-bloqueadores, tiene afinidad con los adrenorreceptores alfa 1A y alfa 1D. Objetivo: Determinar si la tamsulosina en combinación con furosemida o con furosemida y dexametasona es eficaz y reduce el tiempo de expulsión de litos del tercio inferior del uréter. Material y métodos: De abril del 2008 a julio del 2010, en el CMN “Ignacio García Téllez” se atendió a 50 personas que padecían litiasis en el tercio inferior del uréter y tenían litos de diámetro mayor de 5 mm y menor de 10 mm. Por asignación aleatoria, se distribuyó a estos pacientes en tres grupos. A los del grupo I (GI) se les administró tamsusolina, en dosis de 4 mg/ 24 h; a los del grupo II (GII) se les dio tamsusolina (4 mg/24 h) y furosemida (20 mg/24 h), y los del grupo III (GIII) recibieron tamsulosina (4 mg/c24 h) más furosemida (20 mg/24 h) y dexametasona (8 mg/24 h). Se realizó un estudio prospectivo, longitudinal, con vigilancia quincenal a los pacientes en sesiones de valoración de la litiasis por medio de placas simples de abdomen, por ecografía, urografía excretora o tomografía axial computarizada. Se suspendió el tratamiento a los 60 días de vigilancia, para dar paso al protocolo de ureterolitotricia en los casos en que falló el tratamiento. Se excluyó a los pacientes Presentación de trabajos libres orales que eran monorrenos o tenían concentración sérica de creatinina mayor de 1.2 mg/dl, leucocitosis, antecedente de lituria o cirugía ureteral, Se analizaron las variables clinicopatológicas, el porcentaje de expulsión del litos, el tiempo promedio de expulsión y el diámetro de los litos expulsados. Resultados: La edad promedio de los 42 pacientes que concluyeron era de 39 años. En el GI quedaron 18 pacientes y en 88% de ellos la expulsión del lito ocurrió, en promedio, al día 26.72 del tratamiento, aunque dos requirieron ureterolitotricia; el tamaño promedio de los litos expulsados fue de 6.8 mm. En el GII quedaron 14 pacientes, 85% de los cuales expulsó el lito al día 33 de tratamiento, en promedio, pero dos requirieron cirugía: el diámetro promedio de los litos fue de 6.6 mm. En el GIII quedaron 10 pacientes y 83% de ellos expulsaron el lito al día 22, en promedio, pero dos requirieron cirugía; el tamaño promedio de los litos fue de 5.9 mm. Discusión: El tamaño de la muestra no fue suficiente para determinar si el tratamiento concomitante con furosemida o dexametasona proporcionaba una tasa mayor de eliminación del lito que fuera estadísticamente significativa. A diferencia de lo realizado en otros estudios, la selección de los pacientes fue muy estricta; lo que hace interesantes los resultados obtenidos. Resulta obvio que la tamsulosina es un medicamento que puede ser utilizado para promover la expulsión de litos. En el presente estudio se corroboraron los resultados obtenidos en investigaciones semejantes efectuadas en el ámbito internacional. Conclusiones: El tratamiento con tamsulosina es una opción terapéutica para el tratamiento de litiasis en el tercio inferior, pero su combinación con tamsulosina más furosemida o con tamsulosina, furosemida y dexametasona no elevó la tasa de expulsión en esta serie. Hipogonadismo asociado a síndrome metabólico en varones infértiles Juárez-Bengoa Armando, Rodríguez-Perdomo David, Pizano-Zárate María L Instituto Nacional de Perinatología “Isidro Espinosa de los Reyes”. México, D.F. Antecedentes: La infertilidad afecta del 10 al 15% de las parejas, y el varón es responsable de 50% de las causas; una de ellas es el hipogonadismo hipogonadotrópico que se caracteriza por disminución de los niveles séricos de hormona luteinizante (LH), hormona foliculoestimulante (FSH) y testosterona (T). Por otra parte, el Síndrome Metabólico (SM) comprende un conjunto de alteraciones que predisponen a enfermedad cardiovascular isquémica y que tienen repercusiones en diversos sistemas. No está claro si los cambios producidos por el síndrome metabólico afectan la fertilidad del varón por medio de alteraciones hormonales. Objetivo: Analizar los niveles hormonales asociados al síndrome metabólico en varones infértiles y comparar los componentes del SM y el perfil hormonal entre varones con y sin hipogonadismo. Método: El estudio incluyó a 60 pacientes con infertilidad, quienes fueron divididos en dos grupos; el primero estuvo integrado por 37 pacientes con síndrome metabólico (SM) y el segundo por 23 que no tenían dicho síndrome. Se compararon los siguientes factores: edad, tiempo de infertilidad, peso, Índice de Masa Corporal (IMC) y puntuación del IIEF-5. También se compararon los niveles de hormona luteinizante (LH), hormona foliculoestimulante (FSH), testosterona (T), estradiol (E2) y prolactina (PRL). Una vez identificados los pacientes con hipogonadismo, que se definió como concentración sérica de testosterona total menor de 9.9 nmol/L, se procedió a comparar los parámetros seminales (volumen, concentración, movilidad progresiva, morfología normal y total de células móviles (TCM)) entre los pacientes con y sin hipogonadismo. Asimismo se comparó el peso, IMC, perímetro abdominal (PA), testosterona y globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG) entre dichos grupos. Se utilizó una prueba de t para muestras independientes de variables cuantitativas, así como la prueba de U de MannWhitney para variables sin distribución normal, y se consideró significativo p < 0.05. Resultados: En el grupo con SM, la edad tuvo un rango de 34.6 ± 6.0 años, el tiempo de infertilidad de 5.6 ± 3.0 años, el peso de84.1 ± 12.4 Kg, el IMC de 30.2 ± 3.5 Kg/m2, la puntuación IIEF-5 de 19.7 ± 3.9. En el grupo sin SM, los valores respectivos fueron 33.2 ± 5.3 años, 5.2 ± 3.0 años, 70.3 ± 10.5 Kg, 24.9 ± 3.5 Kg/m2, 21.4 ± 3.5 respectivamente. El peso y el IMC tuvieron diferencia estadística. En los sujetos con SM la LH, FSH, T, E2 y PRL tuvieron un rango de 3.5 ± 11 mU/mL, 5.6 ± 4.5 mU/ mL, 18 ± 7 nmol/L, 33 ± 11 pg/mL y 9.5 ± 3 ng/mL. Los valores respectivos sin SM fueron de 4.3 ± 3.5 mU/mL, 5.3 ± 5 mU/mL, 23.4 ± 10 nmol/L, 36.7 ± 15.4 pg/mL y 13.0 ± 15.5 ng/mL. Entre los grupos hubo diferencias en T y E2. En el grupo de pacientes con hipogonadismo el volumen seminal, concentración, movilidad progresiva, morfología normal y TCM fueron de 2.5 ± 1 ml, 77.8 ± 47 millones/mL, 52.0 ± 20.6%, 3.8 ± 3.5%, 114.8 ± 114.1. Los valores respectivos para los pacientes sin hipogonadismo correspondieron a 2.9 ± 1 mL, 65.3±68.1 millones/mL, 46.5 ± 28.1%, 4.8 ± 7%, 93.6 ± 89.3 millones; no hubo diferencia en ninguno de los parámetros. El peso, IMC, PA, T y SHBG en el grupo con hipogonadismo fueron de 98.6 ± 18.6 kg, 33.9 ± 4.3 kg/m2, 114.8 ± 7.9 cm, 7.8 ± 2.4 nmol/l, 33.5 ± 25.5 ng/dl. En los sujetos sin hipogonadismo fueron de 76.7 ± 11.9 kg, 27.5 ± 3.9 kg/m2, 95.7 ± 8.6 cm, 20.9 ± 8.9 nmol/l, 13.1 ± 1.3ng/dl. Todas estas variables tuvieron significancia estadística. Discusión: El síndrome metabólico tiene una alta prevalencia entre los varones infértiles (61.6%). En los pacientes del grupo 1 se observó hipogonadismo en 10.8% de los casos. El nivel de estradiol más elevado asociado con el síndrome metabólico indica una mayor aromatización, probablemente secundaria a la cantidad de tejido adiposo. El hipogonadismo no se asoció con disminución de parámetros seminales, pero se desconoce el tiempo que tenían los pacientes con esta condición. El hecho de que el hipogonadismo se observara solamente en pacientes con síndrome metabólico indica que éste es un factor de riesgo para su aparición. Conclusiones: El hipogonadismo se presentó únicamente en el grupo de pacientes con síndrome metabólico. Dado que la fertilidad requiere un estado hormonal adecuado, el síndrome metabólico pudiera estar relacionado con la génesis del hipogonadismo y, en consecuencia, con la infertilidad. Resolución endourológica de urolitiasis masiva secundaria a estancia prolongada de catéter doble J Kibanov Víktor, Sánchez M Carlos, Sánchez C Guadalupe, Salazar C Guido, Juárez A Joel, Gutiérrez O Ramiro, Sánchez S Rodrigo, Verduzco M Emmanuel Introducción: Los casos de calcificación completa del catéter doble J a permanencia prolongada (más de 1 año) son raros, pero debido a los problemas que plantea su manejo quirúrgico Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 41 Presentación de trabajos libres orales siempre constituye un reto lograr su resolución completa. El progreso de la endourología y el uso de láser de Holmio permiten resolver con éxito estos casos complejos, siempre que se cuente con el equipo adecuado en la clínica o el hospital. Objetivo: Demostrar la eficacia del tratamiento endourológico en pacientes con calcificaciones masivas provocadas por colocación y permanencia prolongada del catéter doble “J”. Material y métodos: Se presenta la revisión de tres casos de pacientes de sexo femenino, con edades de 30, 34 y 41 años, provenientes de instituciones del sector público, que tuvieron colocado un catéter doble J por un periodo mayor de 1 año, porque desconocían que eran portadoras de dicho dispositivo. Las calificaciones en las tres mujeres incluían los rizos inferiores, los trayectos ureterales de los catéteres y rizos superiores. El primer tiempo siempre fue una cistolitotricia con intento de retiro del catéter, en un caso esto se pudo hacer parcialmente. El segundo tiempo consistió en ureterolitotricia flexible con láser de Holmio, que permitió el retiro completo de los catéteres y fragmentos litiásicos en dos pacientes y en una – nefrolitotricia percutánea por calcificación masiva del rizo superior. Resultados: En las tres pacientes se consiguió la extracción completa de los catéteres calcificados, pero en una quedaron residuos de cálculos ureterales resueltos con LEOCH como tercer tiempo. Las pacientes presentaron buena función renal postratamiento sin elevación de azoados. La composición físico-química de los cálculos, consistió en de fosfatos y oxalatos de calcio. Discusión: El desarrollo de habilidades para el acceso percutáneo combinado con conocimiento de la ureteroscopia rígida y flexible es indispensable para la resolución exitosa de estos casos. El advenimiento de nuevas tecnologías como el láser de Holmio y los instrumentos flexibles indiscutiblemente han mejorado y facilitado los resultados. Conclusiones: La diversidad de los procedimientos endourológicos actuales y el uso de láser de Holmio hacen posible el manejo exitoso de las calcificaciones masivas en las vías urinarias. La decisión del tipo de tratamiento por el que se debe optar para conseguir extracción completa de los catéteres calcificados depende de la disponibilidad de los equipos necesarios y del adiestramiento del personal médico. Nefrolitotricia percutánea. Experiencia de 11 años Kibanov Víktor, Sánchez M. Carlos, Sánchez C. Guadalupe, Salazar C. Guido, Juárez A. Joel, Gutiérrez O. Ramiro, Sánchez S. Rodrigo, Verduzco M. Emmanuel Antecedentes: La nefrolitotricia percutánea (NLP) es el tratamiento de elección cuando los cálculos son grandes. Desde hace 11 años, la NLP ha pasado a ser un procedimiento quirúrgico rutinario en nuestra clínica. Objetivo: Describir la experiencia adquirida a lo largo de 11 años con la nefrolitotricia percutánea en la Uro-Clinic. Material y métodos: Se revisaron los expedientes clínicos del año de 1999 a agosto del 2010 de los pacientes que requirieron tratamiento con nefrolitotricia percutánea. Todos ellos fueron referidos por múltiples convenios con diferentes instituciones de salud. Resultados: Entre 1999 y octubre 2004 se realizaron 131 NLP, a partir de octubre del 2004 a agosto del 2010 se atendió a 338 pacientes con NLP, de los cuales el 62% fueron referidos por el hospital Pemex Sur. El rango de edad comprendió a sujetos de 42 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 17 a 85 años, con mayor afectación entre 31 y 50 años, la relación entre hombres y mujeres fue de 49% a 51%, el tamaño de los cálculos de 1.5 cm a 11.5 cm, el número de sesiones por paciente, 1.31. En cinco procedimientos fue necesario utilizar dos accesos percutáneos y en un paciente, 3 accesos. Hubo complicaciones en 3.6% de los casos, entre ellas hemorragia, bacteriemia, bradicardia, hipotensión, y perforación intestinal. Discusión: Los resultados obtenidos al utilizar la nefrolitotricia percutánea para el tratamiento de los cálculos grandes son similares a los publicados en las revistas internacionales. Otros procedimientos quirúrgicos como ureteronefroscopia flexible con láser de Holmio, cirugía laparoscópica y robótica están en evolución continua, aunque todavía no pueden reemplazar a la NLP. Conclusión: La nefrolitotricia percutánea es el tratamiento de elección para cálculos grandes, puesto que conlleva pocas complicaciones y ofrece una buena tasa de éxito, es factible de realizarlo en una clínica ambulatoria cuando se cuenta con el equipo y personal adecuados. Nefrectomía laparoscópica mano asistida de donador renal vivo. Experiencia inicial en el Hospital Centenario “Miguel Hidalgo” Laguna-Teniente Iván R, Alvarado-Murillo Ramón F, Gil-Guzmán Enrique, Lupercio-Luévano Salvador, Romo-Franco Luis, Reyes-Acevedo Rafael, Chew-Wong Alfredo. Centenario Hospital Miguel Hidalgo, Aguascalientes, Aguascalientes, México. Antecedentes: El trasplante renal constituye la mejor opción para pacientes con insuficiencia renal en etapa terminal. En la última década, la cirugía laparoscópica ha sido adoptada por muchos centros hospitalarios, y asociada a la mano asistida, ha logrado beneficios posoperatorios sobre la laparoscopia estándar. Objetivo: Exponer nuestra experiencia inicial con la nefrectomía laparoscópica de mano asistida en donador renal vivo en el Hospital Centenario Hospital Miguel Hidalgo. Material y métodos: Mediante un estudio retrospectivo, observacional y descriptivo, se revisaron 63 expedientes de donadores renales sanos, intervenidos por laparoscopia de mano asistida, en el servicio de urología, durante el periodo comprendido de octubre del 2008 a octubre del 2009. Se analizó, edad, sexo, tiempo de isquemia caliente, días de estancia hospitalaria, hemorragia transoperatoria, anatomía vascular, creatinina sérica preoperatoria del donador, complicaciones transoperatorias, tiempo quirúrgico e Índice de masa corporal. Resultados: Se llevó a cabo el análisis estadístico con el SPSS (PASW 18). De la población estudiada el 31.78 % fueron varones (n: 20) y 68.3% mujeres (n: 43), con una media de 39.4 ± 8.9 años (19 a 53). El tiempo de isquemia caliente tuvo una media de 3.2 minutos ± 1.2 (1.4 a 7 min.). Con una media de estancia intrahospitalaria de 3.16 días (1 a 21días). Respecto a la hemorragia transoperatoria, se reportó una media de 226 ml, (30 a 1 000 ml). Anatomía normal (una vena, una arteria y un uréter) en 70.8% (n: 45) y con variantes anatómicas 29.2% (n: 18). En lo que atañe a complicaciones se observaron en 10.8%, y la más común fue la lesión vascular (5), seguida de la esplénica (2), y por último de la pleural (1). El 1.5% de los pacientes requirió trasfusión. La creatinina tuvo una media de .86 (5 a 6 mg/dL). La media del tiempo quirúrgico fue de 153.2 ± 51.5 (60 a 280 min) El IMC promedio fue de 26.9 ± 3.6 (18 a 35) Presentación de trabajos libres orales Discusión: El aprendizaje de la laparoscopia de mano-asistida es más rápido que la laparoscopia convencional. Gracias a esta técnica se han reducido en nuestro servicio las indicaciones de nefrectomía abierta convencional; en 2008 el 20% de las nefrectomías se hicieron por laparoscopia de mano-asistida; en el año 2009, la nefrectomía laparoscópica se convirtió en el procedimiento estándar en el servicio. Conclusiones: Con el advenimiento de la laparoscopia ha sido posible reducir el dolor postoperatorio, la estancia hospitalaria, lograr una mejor recuperación del paciente con reincorporación más rápida a su vida habitual, amén de una evidente mejoría cosmética. En virtud de que esta es la mejor técnica, mínimamente invasiva, que cuando se combinó con la introducción de la mano no dominante del cirujano, permitió reducir la incidencia de complicaciones. Encontramos una significancia estadística entre el volumen de hemorragia en la nefrectomía y la cifra de creatinina en el receptor. Estudio comparativo de la eficacia de dos anestésicos locales intrauretrales para la realización de cistoscopia rígida en pacientes masculinos Lomelín-Ramos José P, Almanza-González Mario S, Maldonado-Ávila Miguel Hospital General de México, México D.F. Antecedentes: La cistoscopia se convertido en una parte fundamental del instrumental urológico para el diagnóstico y tratamiento de múltiples trastornos urológicos. Esta técnica ha cambiado mucho desde sus inicios, pero, a la fecha, no se ha logrado practicarla sin anestesia y sin dolor. Se ha visto que el dolor causa múltiples alteraciones sistémicas, las cuales se exponen a continuación, junto con los diferentes tipos de anestésicos locales que se han utilizado y propuesto para la disminución del dolor durante la cistoscopia rígida. Objetivo del estudio: Comparar la eficacia de la lidocaína, tetracaína y placebo para reducir el dolor durante la cistoscopia. Material y métodos: Comparar la eficacia de la lidocaína, tetracaína y placebo en la reducción del dolor durante la cistoscopia. Se diseñó un estudio clínico experimental controlado, prospectivo, longitudinal, ciego simple. Se incluyó a 60 pacientes de género masculino y edad indistinta, a quienes se les realizaba cistoscopia como único procedimiento. Una vez seleccionado el paciente, se le hacía saber que podía participar en el protocolo, con los posibles riesgos y beneficios; y se le pedía que firmara la forma de consentimiento informado. Con jeringa 10 ml, se aplicaba una inyección intrauretral directa de tetracaína al 0.5%, lidocaína al 2% o agua inyectable, según cada grupo, y se dejara ahí durante 5 minutos, mientras se realizaba oclusión manual del meato, para evitar la salida del líquido administrado. Se procedía a introducir el cistoscopio, previa lubricación con jalea estéril, y se realizaba el procedimiento; al concluir éste se pedía al paciente que, con base en la escala visual análoga del dolor, evaluara el dolor durante el procedimiento. Para la comparación de medias múltiples, se realizó el análisis de la varianza (ANOVA), correspondiente a un diseño experimental completamente aleatorio de un solo factor. En todos los casos se consideró que las diferencias eran estadísticamente significativas para un valor de p < 0.01. Se realizó una análisis con la prueba post Hoc de Bonferroni, para establecer la relación entre los tres grupos. Resultados: Se incluyó en el estudio a un total de 60 pacientes, los cuales cumplieron con los criterios de selección. Se realizo el estudio con 20 pacientes en cada uno los tres grupos. Se observaron diferencias estadísticamente significativas de los grupos de tetracaína (p < 0.001) y lidocaína (p = 0.003) con el de placebo. Sin embargo, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre tetracaína y lidocaína (p = 0.377), aunque sí se logra distinguir una diferencia en cuanto a los porcentajes de dolor entre estos últimos dos grupos. Discusión: Con base en los resultados obtenidos, se observó que (como ya se había visto en estudios previos) la cistoscopia rígida con la aplicación de lidocaína si tiene una mejoría significativa en cuanto a la disminución del dolor. No se han informado los mismos resultados para cistoscopia flexible con este mismo tratamiento de anestesia local, como se puede comprobar en diversas publicaciones, así como en el meta-análisis. No se halló en la bibliografía ningún informe sobre el empleo de tetracaína para anestesia intrauretral, pero al considerar sus propiedades farmacológicas de absorción e inicio de acción en las mucosas, vida media y tipo de inervación de la uretra, así como por la probada seguridad de aplicarla en las mucosas, se decidió emplearla para ver de qué manera reduciría el dolor durante el procedimiento. Se encontró que, aun cuando no hubo una disminución del dolor estadísticamente significativa en comparación con el grupo de lidocaína, los porcentajes de diferencia son menores, con lo que se pudo comprobar que éste fármaco es eficaz para reducir el dolor durante el procedimiento, por lo que será conveniente que se realicen más estudios con este anestésico, a fin de saber qué tan ventajoso es, comparado con la lidocaína. Conclusiones: Se halló que, en comparación con placebo, tanto la lidocaína como la tetracaína son eficaces para aminorar el dolor ocasionado por la cistoscopia rígida diagnóstica, cuando se aplican directamente en la uretra 5 minutos antes del procedimiento; la diferencia fue estadísticamente significativa, con p < 0.001. Se descubrió que, aunque no hay significancia estadística en cuanto a la diferencia entre los grupos de tetracaína y lidocaína, sí existe una diferencia en cuanto a las medias de dolor, por lo que hacen falta más estudios para validar el grado de diferencia entre estos dos fármacos. Evaluación metabólica de 27 pacientes con urolitiasis de alto riesgo recurrente en el Centro Médico ISSEMyM López-Zepeda Abraham, Gutiérrez-Rosales Rubén, Aragón-Castro Marco A, Guadarrama-Benítez Benjamín, Costilla-Montero Axel, Cisneros-Chávez Roberto, Pérez-Guadarrama Oliver A, Ruvalcaba-Oceguera Guillermo E, Castillo-Rivas Laura C Servicio de Urología. Centro Médico ISSEMyM, Metepec, Estado de México, México. Antecedentes: La evaluación metabólica es un procedimiento diagnóstico útil para determinar la urolitiasis, que debe ser considerada una enfermedad metabólica que tiende a recurrir. Objetivo: Determinar la prevalencia de alteraciones metabólicas en pacientes con alto riesgo de recurrencia y su impacto según el sexo y la edad. Material y métodos: Se efectuó un estudio descriptivo de 27 pacientes (16 hombres y 11 mujeres), con patología litiásica con alto riesgo de recurrencia. El estudio metabólico consistió en recolección de orina de 24 horas, para cuantificar calciuria, uricosuria, fosfaturia, oxaluria, citraturia y creatininuria. Así como niveles séricos de calcio, ácido úrico, fósforo y PTH. Para el análisis estadístico se utilizó t-de Student y se consideró significativa cualquier p < 0.05. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 43 Presentación de trabajos libres orales Resultados: Se diagnosticó al menos una alteración metabólica en el 74.04% (20/27) de los pacientes; el 40.7% (11/27) presentó dos o más alteraciones metabólicas. Las más frecuentes fueron la hipercalciuria, 29.62% (8/27); hipocitraturia, 29.62% (8/27); hiperoxaluria, 25.9% (7/27); hiperuricemia, 22.2% (6/27). No se observaron diferencias significativas en cuanto a edad o sexo entre los grupos con y sin alteración metabólica. Discusión: La mayoría de los pacientes con patología litiásica recurrente o de alto riesgo presentan una o más alteraciones metabólicas, entre las que predominan la hipercalciuria e hipocitraturia. En este estudio no hubo diferencias entre los dos sexos en la mayoría de las alteraciones metabólicas, ni tampoco en su distribución etaria. Conclusiones: Se diagnosticó en 74.04% de los pacientes algún cambio metabólico, lo que demuestra la necesidad de realizar estudios metabólicos en pacientes de alto riesgo, debido a que existe un manejo médico específico para estas alteraciones que permite disminuir la recurrencia de litiasis. Clitoroplastia de reducción: Reporte de un caso Espinosa-Chávez Giordano E, Madrigal-Medina Ricardo E, Torres-Medina Eduardo, Estrada-Bujanos Miguel Instituto Mexicano del Seguro Social, Hospital General de Zona No. 33, Monterrey, Nuevo León, México Antecedentes: La clitoroplastia de reducción es un procedimiento poco común. Se realiza para feminización genital en diferentes patologías, más comúnmente en trastornos del desarrollo sexual, como en el caso de la paciente que presentamos en este trabajo. Objetivo: Describir una técnica de clitoroplastia de reducción exitosa para la conservación de sensación táctil del clítoris y mejorar el desarrollo de vida sexual posterior. Material y métodos: Paciente femenino de tres años de edad, con un trastorno del desarrollo sexual clasificado como hermafrodita verdadero, 46XX, con agenesia vaginal, con un megaclítoris de 5 cm de longitud por 7 mm de espesor. Nuestra paciente fue sometida a una clitoroplastia de reducción con preservación neurovascular, así como reducción de volumen glandular. Resultados: La paciente obtuvo una pronta y adecuada recuperación de los tejidos en cuanto a vascularidad y aspecto de sus órganos sexuales externos. Discusión: Hay múltiples técnicas que han sido utilizadas desde 1960. Se describió la amputación del clítoris, con la finalidad de preservar su sensibilidad y viabilidad vascular, funcionalidad cercana a la normal, así como aspecto físico aceptable. Conclusiones: La importancia de esta técnica sobre la resección de clítoris es que preserva la sensibilidad de este órgano, con el propósito de que la paciente llegue a tener una vida sexual de mayor calidad. Fístulas vesicovaginales: diagnóstico y manejo. Experiencia de 20 años en el Hospital General “Dr. Manuel Gea González” Martínez José A, Hernández-Castellanos Víctor, Fernández-Noyola Gerardo, Ahumada-Tamayo Samuel, Morales-Montor Jorge G, Cantellano-Orozco Mauricio, Pacheco-Gahbler Carlos Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. México D.F. 44 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 Antecedentes: Las fístulas vesicovaginales son comunicaciones anormales entre el epitelio vaginal y el vesical, lo que da por resultado la fuga continua de orina a través de vagina. Su reparación se puede llevar a cabo por vía vaginal, abdominal o una combinación de ambas. El acceso vaginal tiene una tasa de éxito de 90%, y es menos invasivo, permite menor pérdida sanguínea, dolor y menos tiempo de estancia hospitalaria. El tratamiento abdominal está indicado para pacientes con: fístula retraída con vagina estrecha, necesidad de reimplante ureteral, patología pélvica asociada, múltiples trayectos fistulosos, fibrosis por radiación y obesidad mórbida. Objetivos: Conocer la etiología y tratamiento de las fístulas vesicovaginales en pacientes atendidas en el servicio de Urología de Hospital General Dr. Manuel Gea González. Material y métodos: Se realizó un estudio abierto, observacional, retrospectivo y transversal, que incluyó a pacientes con diagnóstico de fístula vesicovaginal tratadas en el servicio de urología del Hospital General Dr. Manuel Gea González, entre el 1º de enero de 1990 y el 31 de julio de 2010. Resultados: La media de edad fue de 48 años; las causas del trastorno fueron: cesárea (15%), histerectomía abdominal total (60%), cesárea e histerectomía (15%), reparación de desgarro vaginal de grado II (4%) e histerectomía y Burch (6%). Las localizaciones más frecuentes observadas: retrotrigonal (65%), intertrigonal (20%), piso vesical (15%). Se realizó por vía transvaginal en 35% y transvesical en 65%. Discusión: Las fístulas vesicovaginales constituyen un padecimiento urológico que afecta en gran medida la calidad de vida de las pacientes y compromete la función de los aparatos y sistemas afectados, lo que repercute en forma importante en el estado general de salud de las personas afectadas. El conocimiento de su etiología y tratamiento es de suma importancia para el urólogo por la frecuencia de este problema en la población que acude a los servicios de urología. El tratamiento adecuado mejora en forma importante la calidad de vida de las pacientes y hace posible su reintegración a las actividades laborales, lo que tiene repercusiones en la economía de la población en edad productiva. Conclusiones: La fístula vesicovaginal constituye un padecimiento que afecta a pacientes con antecedentes de cirugía gínecoobstétrica. En todos los casos hubo salida de orina transvaginal como primer síntoma y el diagnóstico se realizó en forma clínica con apoyo de estudios de imagen (urografía excretora y cistografía) y cistoscopia. Los dos accesos empleados dieron buenos resultados, aunque en la mayoría de las pacientes se optó por el acceso transvesical. Incidencia de trombo en vena cava en cáncer renal. Casuística de nuestra institución y revisión de la literatura Morones-Landeros Ricardo, Jiménez-Heredia Israel, Surur-Zaiback Edgar Hospital Regional “Ignacio García Téllez” Mérida Yucatán. Introducción: El carcinoma de células renales con invasión a vena cava ocurre en alrededor del 4-15% de éstas neoplasias. La modalidad primaria de tratamiento se basa en nefrectomía radical y trombectomía. El trombo en vena cava que se presenta en el cáncer de células renales no está asociado necesariamente con peor pronóstico, si no se asocia con metástasis, tiene buen pronóstico de sobrevida a largo plazo. Sin embargo la importancia del pronóstico del nivel del trombo en vena cava es controversial. Los pacientes sometidos a nefrectomía radical Presentación de trabajos libres orales por carcinoma de células renales con trombo en vena cava inferior presentan índices de sobrevida a 5 años que oscilan del 32% al 64%. La nefrectomía radical, aunada con la resección del trombo en vena cava es la modalidad primaria de tratamiento. Material y método: Se recopilaron 19 expedientes clínicos de un total de 159 cuyos criterios de inclusión consiste en pacientes tratados con nefrectomía radical con cavotomía por trombo en vena cava secundario a cáncer de células renales en el periodo comprendido de 2005 – 2009 en el Centro Médico Nacional del Sureste, Mérida Yucatán, se analizaron comorbilidades, sitios de metástasis, complicaciones trasquirúrgicas y postquirúrgicas así como sangrado transoperatorio además de analizar la sobrevida de acuerdo a nivel de tumor de acuerdo a clasificación de Nevus Resultados: El promedio de edad de nuestros pacientes incluidos fue de 58.4 años, de los cuales fueron 13 hombres y 6 mujeres. El tiempo transcurrido del diagnóstico a la intervención quirúrgica fue de 65 días. De acuerdo al TNM 11 pacientes fueron T3b y 8 pacientes T3c. De acuerdo a la graduación de Furhman encontramos 2 pacientes grado I, y 12 pacientes grado II y 5 pacientes grado III. El total de nuestros pacientes correspondieron a carcinoma de células claras. El promedio de sangrado transoperatorio fue de 1150cc. La sobrevida a 5 años fue de 21%, y de acuerdo al nivel del trombo en vena cava fueron 16 pacientes en nivel II y 3 pacientes nivel III. Nuestras principales complicaciones postquirúrgicas fueron 6 lesiones pleurales así como 4 abscesos residuales, 1 bronco-espasmo y 1 dehiscencia de herida quirúrgica. El tamaño tumoral en promedio fue AP 12 cm así como lateral 15 cm. Las principales comorbilidades fueron diabetes mellitus en el 33.8% e hipertensión arterial en el 26.3%. Las principales metástasis encontradas fueron óseas en el 36.8% seguidas de las metástasis pulmonares 15.7%, cerebrales 5.2%, cuero cabelludo 5.2%. Encontramos cáncer sincrónico en cabeza de páncreas en el 5.2%. Conclusiones: En nuestra institución tenemos la misma frecuencia internacional de cáncer renal con trombo en vena cava. La sobrevida de nuestro pacientes es aceptable, las diferentes comorbilidades no influyen en el pronóstico así como tampoco el nivel del trombo en vena cava. Bloqueo androgénico intermitente: mejor calidad de vida y control del cáncer de próstata Muñoz-Islas Edgar I, Navarrete-García Enrique Servicio de Urología, UMAE 25 IMSS, Monterrey, Nuevo León, México. Antecedentes: El cáncer de próstata ocupa el primer lugar como causa de muerte por tumores malignos del sexo masculino; en el año 2001 ocasionó 4 030 fallecimientos. El papel de la supresión de andrógenos en el tratamiento del cáncer de próstata metastásico ha quedado bien establecido, desde que Huggis y Hodges describieron esta alternativa terapéutica en 1941. La supresión de andrógenos se relaciona con diversos efectos adversos. Un estudio reciente sugiere que estas alteraciones se presentan en más del 50% de los varones sometidos a tratamiento de supresión androgénica. Se ha investigado el bloqueo androgénico intermitente como posible alternativa del bloqueo continuo, con la finalidad de mejorar la calidad de vida y disminuir las posibilidades de progresión con independencia androgénica. Objetivo: Este estudio se efectuó para evaluar si el bloqueo androgénico intermitente ofrece a los pacientes una mejor calidad de vida, controla el cáncer de próstata y reduce los efectos adversos inherentes a esta terapéutica de supresión androgénica. Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio prospectivo, analítico, longitudinal, preexperimental, antes y después, con varias mediciones posteriores a la prueba. Para ello se seleccionaron pacientes (derechohabientes del IMSS adscritos a la unidad UMAE No. 25 de Monterrey, N.L), que acudían a la consulta externa del servicio de Urología y tenían el diagnóstico histopatológico de cáncer de próstata, y quienes reunían los criterios de inclusión. El estudio abarcó el periodo comprendido entre los meses de enero del 2009 a junio del 2009. Resultados: Se incluyeron 12 pacientes, de los cuales se excluyó 1, que falleció por causa ajena a patología urológica, y 1 porque no quiso continuar en protocolo. El rango de edad de los pacientes fue de 60 a 70 años. Se observó mejoría en cuanto a la disminución de los síntomas adversos ocasionados por el tratamiento de supresión androgénica, sin que hubiera mejoría en la calidad de vida. Discusión: El uso de la terapéutica de supresión androgénica continua, ya sea médica o quirúrgica, ha sido bien establecido en pacientes con cáncer de próstata, puesto que hace posible que tengan mejoría de sus síntomas hasta del 85%, independientemente del desarrollo hormonal y de la progresión de la enfermedad, con una media de 18 meses. Sin embargo, una opción consiste en ofrecer el bloqueo androgénico intermitente, para prolongar el tiempo medio de evolución de la enfermedad progresiva y con independencia hormonal, sin afectar en la calidad de vida, pero con reducción considerable de los síntomas adversos, ocasionados por la supresión androgénica. Conclusión: El bloqueo androgénico intermitente constituye una opción de tratamiento para los pacientes con cáncer de próstata, con mejoría notable en los síntomas adversos ocasionados por la supresión androgénica continua. Fistula arteriovenosa renal asociada a embarazo como causa de hematuria. Reporte de un caso y revisión de la literatura Gómez-Herrera JL,1 Navarro-Vargas JC,2 Castellanos-Hernández H,2 Vázquez-Niño CL,2 Cruz-García Villa P,2 Figueroa-Zarza M,2 Vázquez-Arroyo D2 1 Médico adscrito al servicio de Urología HRALM ISSSTE 2 Médico Residente de Urología HRALM ISSSTE. Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”. ISSSTE, México, D.F. Introducción: Se denomina fístula arteriovenosa a una comunicación anómala (que no pasa por el lecho capilar) entre una arteria y una vena. Las fístulas arteriovenosas renales constituyen una patología muy poco frecuente en urología clínica. Se clasifican en adquiridas y no adquiridas. Las primeras, a su vez, se subdividen en yatrógenas, traumáticas, espontáneas e inflamatorias. Por lo general, se manifiestan con hematuria y dolor, pero el diagnóstico definitivo sólo se formula, de manera definitiva, mediante estudios de imagen, los cuales, además, permiten determinar las diversas formas de tratamiento. Una forma aún más rara es la fístula arteriovenosa renal espontánea del embarazo, pues no hay más de siete casos reportados en la bibliografía. Caso clínico: Se expone el caso de una mujer de 26 años sin antecedentes patológicos de importancia, la cual cursaba embarazo de 11 semanas de gestación, cuando experimentó un cuadro de inicio súbito caracterizado por hematuria total con coágulos filiformes y conglomerados sin otra sintomatología Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 45 Presentación de trabajos libres orales agregada, por lo que acudió al servicio de Urgencias del Hospital Regional Lic. Adolfo López Mateos, donde fue valorada por el servicio de Urología, que decidió realizar un protocolo de hematuria (ecografía renal y vesical por embarazo y pruebas de laboratorio), con lo que se descartó infección urinaria, tumoración o litiasis. Se manejó la paciente con lavados vesicales y cistoclisis, sin que hubiera remisión de la hematuria ni disminución significativa de la cifras de hemoglobina y hematócrito. Ante esta situación, se decidió practicarle una cistoscopia en la cual se observó la vejiga sin patología aparente, pero en el meato ureteral izquierdo se observó sangrado rutilante, lo que obligó a la realización de ureteroscopia izquierda, la cual tuvo como hallazgos hemorragia pulsátil proveniente de cavidades renales izquierdas. Se procedió al tratamiento con hemotransfusiones, y hubo remisión espontánea posterior a la ureteroscopia del primer episodio de hematuria, con posterior recidiva de la misma y con características similares, por lo que se solicitó la intervención del servicio de perinatología del hospital. Por acuerdo conjunto, se le realizó angiorresonancia renal y angiografía renal supe selectiva, por medio de la cual se diagnosticó fístula arteriovenosa cirsoide izquierda. La paciente evolucionó con periodos de remisión espontánea y reincidencia con menor impacto en sus cifras de hemoglobina y hematócrito, pero, debido a la edad del producto, se prosigue el tratamiento conservador con vigilancia estrecha, lo que hace posible que la paciente llegue a término de su embarazo por medio de cirugía cesárea a las 39 semanas de gestación. Se obtuvo un producto único vivo en excelentes condiciones, con calificación Apgar de 9/9, y sin malformaciones congénitas. Después del evento quirúrgico, la paciente ha evolucionado satisfactoriamente en un lapso de 10 meses, sin haber presentado recidiva del cuadro. Se ha efectuado control radiológico sin evidencia de fístula arteriovenosa, por lo que se catalogó la patología como fístula arteriovenosa espontánea. Discusión: El riñón es un órgano profusamente vascularizado y con pequeñas arterias y venas que corren juntas. Las perforaciones arteriovenosas cicatrizan adecuadamente; sin embargo, la hipertensión, esclerosis y fibrosis intersticial dificultan el cierre inmediato de dichas perforaciones. Además, un hematoma intrarrenal puede crear un canal arteriovenoso por un mecanismo de presión. Esto puede, eventualmente, propiciar la formación de una fístula arteriovenosa. Las características clínicas de las fístulas arteriovenosas renales dependen de su tamaño (magnitud de la comunicación), localización (proximidad a la vía urinaria), tiempo de evolución y etiología. Los principales síntomas son cardiovasculares y urológicos, y se manifiestan por un soplo intraabdominal, insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial y hematuria. La arteriografía renal selectiva constituye el método fundamental para el diagnóstico de fístulas arteriovenosas renales, dado que es superior a cualquier otro método diagnóstico. Con la arteriografía, además de confirmar si hay una fístula, se puede apreciar su volumen, su localización en relación con la arteria aferente y el estado del sistema venoso eferente. En los casos de fístulas de corta evolución y pequeño tamaño, asintomáticas u oligosintomáticas (como sucede con una gran mayoría de fístulas arteriovenosas posbiopsia renal percutánea, con algunas traumáticas y con las congénitas descubiertas accidentalmente), el mejor tratamiento inicial ha de ser conservador, manteniendo una actitud expectante con vigilancia periódica. Esta actitud deriva de la experiencia clínica que existe al respecto, la cual demuestra que una gran mayoría de estas fístulas, aproximadamente 90%, se resuelven de forma espontánea en un lapso de dos a 24 meses. 46 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 Conclusión: Debido a lo inusual y poco frecuente de la asociación entre esta patología y el embarazo, se realizó una revisión cuidadosa de la bibliografía actual existente. A Láser de diodo en hiperplasia prostática benigna Nolazco Alejandro, Caldas Mauricio, Featherston Marcelo, Hernández Alberto, Ares Jorge, Rozanec José, Vallone Cayetano. Servicio de Urología. Hospital Británico de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina Propósito: El láser se incorporó a la práctica médica a partir del año 1970. En la actualidad el Láser de Diodo 980 nm constituye una alternativa válida para el tratamiento de la Hiperplasia Prostática Benigna (HPB). Se trata de un método seguro para el paciente con alta tasa de vaporización del tejido, que requiere menos de 24 horas de internación, brinda una rápida recuperación y escasos síntomas de disuria. En este estudio evaluamos sus resultados. Material y métodos: En noviembre del 2007 se introdujo en la Argentina el láser de diodo 980 nm; de los 243 pacientes que fueron operados hasta junio del 2010, se analizan 128 pacientes a quienes se hizo seguimiento durante 18 meses. Se estudió el flujo máximo (Qmax) y el IPSS (International Prostate Symptoms Score) pre y posoperatorio. En este resumen se hace una descripción de la energía total utilizada en Joules, el número de fibras empleadas y el volumen prostático. Resultados: La edad de los pacientes fue de 69.28 ± 9,22, a quienes se hizo un seguimiento a 18 meses. Se observó un aumento estadísticamente significativo del flujo máximo (Qmax) y una disminución estadísticamente significativa de IPSS al realizar la vaporización de próstatas con un volumen medio de 71.36 (rango 20- 159 g). Conclusiones: La vaporización prostática con láser de diodo 980 nm, ha sido una técnica segura y eficaz en pacientes con HPB que reciben atención en nuestro centro. El sangrado es mínimo y no requiere de lavado vesical en el posoperatorio. Además, se evita el síndrome de reabsorción, y los tiempos de permanencia de la sonda y de hospitalización son menores. Efectos de la cirugía renal abierta y de la litotricia extracorpórea con ondas de choque, fallidas, en la realización y resultados finales de la nefrolitotomía percutánea Ochoa-Del Real Juan Manuel, González-González, Felipe de Jesús, Minakata-Ochoa Federico, Carvajal-García Román, Galeana Ruiz Rodolfo. Departamento de Urología del Hospital Regional “Dr. Valentín Gómez Farías”, ISSSTE, Zapopan, Jalisco, México. Objetivo: Evaluar los efectos de la cirugía renal abierta y del tratamiento con litotricia extracorpórea con ondas de choque (LEOCH), que han sido fallidas, en la realización y resultados finales de nefrolitotomía percutánea (NLPC). Material y métodos: Un total de 74 procedimientos de NLPC consecutivos para extracción de cálculos renales se efectuaron en nuestra institución de enero del 2007 a octubre del 2009. De esos 74 pacientes, 8 (10.8%) con una antecedentes de LEOCH fallida en el mismo lado se incluyeron en el grupo I y 15 (20.3%), quienes fueron sometidos a cirugía renal abierta (± LEOCH) en el mismo riñón se incluyeron en el grupo II. Los restantes 51 Presentación de trabajos libres orales pacientes (68.9%) sin antecedentes de LEOCH ni cirugía renal abierta, conformaron el grupo III. La demografía de los pacientes, características de los cálculos, hallazgos quirúrgicos, como tiempo de operación, tiempo de acceso al sistema colector, tiempo de fluoroscopia, tasa de éxito, necesidad de tratamientos adicionales y complicaciones, se documentaron con detalle y se compararon para cada grupo. Resultados: No hubo diferencias entre los tres grupos en cuanto a edad, sexo, peso y ubicación lateral de los cálculos. El tiempo quirúrgico promedio, tempo de acceso al sistema colector, tiempo de rastreo fluoroscópico, tasa de complicaciones, tiempo de remoción de nefrostomía, y periodo de hospitalización fueron similares en cada grupo (P > 0.05 para cada parámetro). Las tasas libres de cálculos, después de la NLPC fueron de 75% en el grupo I; 73.3% en el grupo II, y 68.6% en el III. Estas tasas se incrementaron a 100%, 80%, y 92.2%, en los grupos I, II y III, respectivamente, después de una segunda intervención (NLPC, LEOCH o renoureteroscopía). Conclusiones: Nuestro estudio demuestra claramente que la NLPC como técnica estándar puede realizarse de forma segura en pacientes con antecedentes de nefrolitotomía abierta o LEOCH, sin que haya mayor riesgo de complicaciones, y con una tasa de éxito similar a la de los pacientes sometidos a NLPC sin intervención previa. Pacientes con diagnóstico de tumor renal operados de nefrectomía radical en UMAE # 25 IMSS Monterrey, Nuevo León, en el periodo comprendido entre el primero de Enero del 2008 y el 31 de Diciembre del 2009, revisión estadística Peña-Rodríguez Alfonso, Navarrete-García Enrique, Aragón-Tovar Anel Rogelio, Castillo-Chavira Gilberto, Saucedo-Salinas Luis Antonio, SánchezPuente Julio César, Reyes-García Iván Alejandro, Camacho-Trejo Víctor Florentino, Acosta-Garduño Jorge, Aguado-López Humberto, López-Alarcón Alejandro, Muñoz-Islas Édgar Itzcóatl, Vilchis-Cárdenas Marco Antonio, Castro-Duarte Juan Carlos, García-Rodríguez Miguel Ángel, Gaytán-Escobar Édgar, Madrigal-Medina Ricardo Elieser. Departamento de Urología del Centro Médico Nacional del Noreste, Instituto Mexicano del Seguro Social, UMAE # 25, Monterrey, Nuevo León, México. Antecedentes: El Centro Médico Nacional del Noreste y el departamento de Urología, con sede en la Unidad Médica de Alta Especialidad número 25, ubicada en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, brinda servicio a la región noreste del país desde 1958 y es un centro de concentración de pacientes provenientes de los estados de Coahuila, Tamaulipas, San Luis Potosí, y Nuevo León, principalmente. Por ello capta un gran número de pacientes con diagnóstico de tumor renal, ya que este centro hospitalario resuelve el tratamiento final de dichos pacientes. Estos antecedentes explican por qué es importante establecer un análisis estadístico de la casuística del centro. Objetivo: Proporcionar un panorama estadístico epidemiológico de los pacientes adscritos a la UMAE # 25 de Monterrey Nuevo León con diagnóstico de tumor renal, que han sido tratados mediante nefrectomía radical durante el periodo comprendido entre el 1 de enero del 2008 al 31 de diciembre del 2009, con la finalidad de sentar las bases para posteriores estudios de investigación que se deseen hacer en este Centro. Material y métodos: Se realizó un estudio retrospectivo, descriptivo, transversal, de todos los pacientes con diagnóstico de tumor renal operados en la Unidad de Medicina de Alta especialidad # 25 del Centro Médico Nacional del Noreste, durante el periodo comprendido entre el primero de enero del 2008 al 31 de diciembre del 2009. Asimismo se llevó a cabo un desglose estadístico por diagnóstico histopatológico, grupos etáreos y sexo. Se obtuvieron los datos directamente de los expedientes clínicos y de los reportes histopatológicos. Resultados: El estudio incluyó a 127 pacientes con diagnóstico de tumor renal, tratados mediante nefrectomía radical en 2008 y 2009 en esta institución. De ellos, 66 fueron masculinos y 61 femeninos, y se encontraron semejanzas estadísticamente importantes en cuanto a prevalencia de estirpes histológicas con los reportados en la literatura especializada. Discusión: Las estirpes histopatológicas reportadas en la literatura en lo que respecta a tumores renales, se clasifican en malignos, benignos y de origen inflamatorio. Entre los tumores malignos el más frecuente es el de células claras, entre los tumores benignos encontramos, en orden de frecuencia, el oncocitoma y el angiomiolipoma, y entre las patologías de origen inflamatorio, la más frecuente, que puede diagnosticarse como tumor, es la pielonefritis xantogranulomatosa, En nuestro reporte hallamos cifras estadísticas similares a las reportadas en la literatura, Además, se sienta precedente estadístico en nuestro centro hospitalario para realizar futuras investigaciones. Es importante establecer que el objetivo principal del estudio consistió en establecer una base de datos estadísticos dentro de nuestro medio hospitalario, y probablemente este estudio forme parte de otros en el futuro. Conclusiones: El Centro Médico Nacional del Noreste es un importante referente a nivel nacional en cuanto al tratamiento de tumores renales, debido al gran volumen de pacientes que maneja, por ende es menester registrar de manera científica la labor ardua que se desarrolla dentro del mismo. Así pues, consideramos que nuestro trabajo constituye un aporte importante para las actividades que se realiza nuestro servicio. Primera determinación del antígeno prostático específico como factor pronóstico de progresión en cáncer de próstata tratado con prostatectomía radical Pérez-Becerra Rodrigo, Morales-Montor Jorge G, Cantellano-Orozco Mauricio, Calderón-Ferro Francisco, Santana-Ríos Zael A, Merayo-Chalico Claudio E, Hernández-Castellanos Víctor, Saavedra-Briones Dorian V, Camacho-Alberto, Pacheco-Gahbler Carlos. División de Urología, Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. México D. F. Antecedentes: En Europa y Estados Unidos cada año se formulan de 230 000 a 240 000 diagnósticos de cáncer de próstata a pacientes masculinos. En México, en el año 2003 se obtuvieron 6 536 registros histológicos de cáncer de próstata, lo cual lo ubica como uno de los tumores más frecuentes en la población masculina, de hecho, ocupa el segundo lugar como causa de muerte en varones (sólo detrás del cáncer de pulmón), con 3 766 defunciones por año y una incidencia de 11.9 por 100 000 habitantes. Afecta con mayor frecuencia a hombres que han rebasado los 60 años, en especial al grupo de mayores de 75 años, quienes integran casi la mitad de los casos con el 47%. Para este mismo año, según el informe de histopatología sobre neoplasias malignas, ocurrieron 4 602 decesos por cáncer de próstata. Aproximadamente 40% de los pacientes elige el tratamiento definitivo con prostatectomía radical (PR). Los índices de control en el caso de enfermedad localizada son altos, pero del 20-30% Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 47 Presentación de trabajos libres orales de los pacientes experimentarán recurrencia, que se manifiesta inicialmente con incremento en el antígeno prostático específico (APE), sin evidencia clínica ni radiológica de metástasis. Esta recurrencia bioquímica (RB) es indicativa de tejido prostático epitelial, y se asume que constituye cáncer. El curso de la recurrencia bioquímica es variable, pero no reemplaza la progresión clínica ni la mortalidad específica por cáncer de próstata, amén de que se halla pobremente asociada. Una característica importante de los pacientes con riesgo de progresión clínica, es la determinación de un incremento en el APE, que indica enfermedad local o sistémica. La recurrencia bioquímica se define como cualquier nivel detectable de APE posterior a la prostatectomía radical o un incremento en el APE después de un periodo en el que no fue detectable. Dos aumentos sucesivos de APE ≥ 0.4 constituyen la definición óptima de recurrencia bioquímica que predice eventos clínicamente significativos. Objetivo: Determinar si la primera determinación del APE es útil para evaluar la respuesta al tratamiento y la posible recurrencia bioquímica en pacientes con cáncer de próstata tratados con prostatectomía radical. Material y métodos: Estudio descriptivo, observacional, retrospectivo de pacientes con cáncer de próstata tratados con prostatectomía radical en el Hospital General Dr. Manuel Gea González. Se revisaron los expedientes clínicos con diagnóstico de cáncer de próstata de quienes fueron tratados con prostatectomía radical, asimismo se revisó la primera determinación del APE a los 3 meses postquirúrgicos para correlacionarla como factor pronóstico de recurrencia bioquímica. Resultados: Se revisó un total de 260 expedientes, de los cuales sólo se incluyeron185. Se detectó recurrencia bioquímica de más o menos 33%; los estadios patológicos para los pacientes fueron: T1, un paciente (0.5%), no se documentó ningún caso en estadio T1b, 18 pacientes correspondieron a T1c (10%), 22 a T2a (12%), 10 pacientes a T2 b (5.5%) y también 10 a T2c (5.5%); la recurrencia promedio se produjo, aproximadamente, alrededor de 17 meses después del tratamiento. La vejiga hiperactiva (VH) está relacionada con la disfunción detrusor esfínter (DDE). Utilidad de la uroflujometría con electromiografía (EMS) Pérez-Martínez Carlos, Vargas-Díaz Irma Beatriz Centro de Urología Avanzada CUrA. Cd. Delicias, Chihuahua. México. Introducción y objetivos: El control neurofisiológico de la vejiga y el reflejo de la micción son en particular inciertos, ya que participan el SN central y el periférico En cuanto a su interrelación con otros órganos y sistemas, se ha logrado definirla de manera parcial, que abarca a los músculos abdominales y el piso pélvico Se sabe que la disfunción detrusor/esfínter (DDE) puede causar alteraciones en el vaciamiento vesical y ser factor del síndrome de vejiga hiperactiva (VH). El objetivo del presente estudio es investigar la frecuencia de DDE en mujeres que padecen VH, estudiadas por uroflujometría con electromiografía (EMS). Material y método: De enero 2008 a 2010, se revisaron los expedientes de pacientes del sexo femenino de todas las edades que acudieron a valoración urológica con molestias de VH. Se incluyó a quienes con trastorno que cabía dentro de la definición. Se excluyó a todas las pacientes que tomaban alcohol de manera abusiva. IVU: Tb, GU, diabetes mellitus, antecedente 48 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 de neoplasia vesical o genital, histerectomía, radioterapia. EVC: cirugía de columna o hernia discal, cistocele grave con o sin prolapso genital. Se usó el equipo de urodinamia multicanal marca Andrómeda, Munich, Gr. Para la técnica de EMS se aplicaron electrodos pediátricos para EKG Mca. 3M, a 3 cm del esfínter del ano, en radios de 2 y 10 horas, previa tricotomía y asepsia con torundas alcoholadas. Se recabaron datos de edad, uroflujometría con EMS y diario vesical. Se clasificaron los casos de manera arbitraria en dos grupos: Con disfunción detrusor/esfínter (SÍ DDE): Micción con trazo disinérgico o espigas mayores a 20 rnicrovolts y Sin disfunción detrusor/esfínter (NO DDE): Micción con trazo no disinérgico o espigas menores a 20 microvolts. Los datos fueron capturados en Excel y procesados por χ2, con intervalo de confianza de 95% (95% IC), por análisis de una y de varias variables, por medio del programa estadístico SPSS. Resultados: Se pudieron evaluar 143 expedientes. En el grupo SÍ DDE: 108 casos (75.5%), media de edad de 41.62 años (DS 22.12). La media del Qmáx fue de 16.24 cc/s (DS 9.09) y la media de nicturia de 2.5 micciones (OS 1.2). En el grupo NO DDE: 35 casos (24.5%), media de edad de 58.11 años (DS 13.45). La media del Qmáx fue de 14.38 cc/s (DS 8.26) y la media de nicturia de 3.11 micciones (DS 2.64). Conclusiones: Se demostró DDE en 75.5% de los casos de VH estudiados por los autores. Se demostró diferencia estadísticamente significativa de edad entre ambos grupos (p = 0.000 × ANOVA), así como de nicturia (p = 0.004 × ANOVA). No hubo tal diferencia en el Qmáx (p = 0.285 × ANOVA). Estas observaciones indican que conviene la realización rutinaria de uroflujometría con electromiografía en la valoración de la VH. Virus del papiloma humano (VPH) en la balanitis perlada. Importancia clínica de la peneoscopia Carlos Pérez-Martínez, Irma Beatriz Vargas-Díaz Centro de Urología Avanzada CUrA. Ciudad Delicias, Chihuahua, México. Introducción y objetivos: La infección por VPH en el hombre puede ser asintomática. Excepto por las verrugas o condilomas, no existe una lesión cutánea patognomónica de esta infección, que se ha demostrado incluso en piel de aspecto sano. Se ha dicho que la balanitis perlada es una forma de manifestación de las infecciones por VPH. Se llama peneoscopia a la exploración del pene con lentes de gran aumento, con o sin ácido acético y se la ha utilizado para el diagnóstico. El objetivo del estudio fue la evaluación de la frecuencia de infección por VPH en pacientes con balanitis perlada, en una clínica urológica del estado de Chihuahua. Material y método: Se revisaron los expedientes de peneoscopias practicadas de enero 2008 a 2010 a pacientes con diagnóstico de balanitis perlada a quienes se hubiese realizado estudio de histopatología. Los datos recabados fueron edad, tiempo de evolución y diagnóstico histopatológico; fueron capturados en Excel y procesados por ANOVA, con intervalo de confianza de 95% (IC 95%), por medio del programa estadístico SOSS. Técnica de peneoscopia: Se usaron lupas quirúrgicas para revisar el pene de los pacientes, en particular el surco balanoprepucial. Cuando se observaban lesiones de “balanitis perlada”, se tomaron muestras para biopsia excisional por la siguiente técnica: se administró anestesia local con lidocaína simple al 1% y se utilizaron tijeras de iris para tomar muestras de las lesiones Presentación de trabajos libres orales para biopsia, que fueron enviadas a estudio de histopatología. Resultados: Fue posible evaluar 46 expedientes, los cuales fueron clasificados en dos grupos, según el resultado del estudio histopatológico de la biopsia: el grupo VPH se formó con 82.60% de los casos (38/46), que tuvieron resultado positivo para VPH; el otro fue el grupo SINVPH, compuesto por 17.40% de los casos (8/46), quienes obtuvieron resultado negativo para VPH. Los informes de histopatología fueron así: hiperqueratosis e hiperplasia epitelial reactiva, 6 casos; lesión verrucosa simple sin coilocitos, un caso, y molusco contagioso un caso. En la tabla 1 se muestran las variables edad y tiempo de evolución. Tabla 1. Variables por Grupo Variable N = 46 Grupo VPH (38/46) Grupo SINVPH (8/46) Sig. (ANOVA) Edad (años) 27.84 (DS ± 8.38) 29.00 (DS ± 5.53) p < 0.711 Tiempo de evolución (meses) 4.45 (DS ± 4.66) 14.75 (DS ± 11.72) p < 0.000 Conclusiones: En esta serie, el patólogo informó infección por VPH en los casos diagnosticados como “balanitis perlada” (82.60%). No se observó diferencia estadísticamente significativa entre las edades promedio de ambos grupos (p < 0-711, en ANOVA), pero sí en el tiempo de evolución hasta la aparición de las lesiones (p <0.000 en ANOVA). De estos resultados se infiere que es necesario realizar estudios para descartar infección por VPH en los casos de balanitis perlada, con base en los signos clínicos y la rápida evolución del padecimiento, ya que esto impedirá que muchos casos de la infección queden sin diagnosticar. En consecuencia se podrán tomar medidas de prevención, como valoración ginecológica de las parejas y vacunación de los contactos del paciente infectado. Vigilancia de tumores renales. Experiencia en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Olvera-Posada Daniel, García-Mora Arturo, Ramírez-Bonilla Mario, ChapaIbargüengoitia Mónica, Feria-Bernal Guillermo, Rodríguez-Covarrubias Francisco. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, México, D.F. Resumen: La vigilancia de los pacientes con tumores renales constituye una opción terapéutica que ha surgido en los últimos 10 años. El descubrimiento incidental de masas renales en pacientes ancianos o con alto riesgo quirúrgico ha permitido ofrecer esta nueva opción terapéutica. En la actualidad, se sugiere que esta modalidad de tratamiento debe ofrecerse a los pacientes con lesiones sólidas menores de 3 cm de diámetro, porque es baja probabilidad de que se produzcan lesiones metastásicas durante el seguimiento. El objetivo de este trabajo es describir la experiencia inicial del INCMNSZ en una serie de 7 pacientes con lesiones renales, quienes fueron referidos a la consulta del departamento de urología, y para los que se decidió, inicialmente, realizar vigilancia de la lesión. Se examinaron los expedientes incluidos en la base de datos prospectiva de tumores renales (quistes Bosniak 3, 4 o lesiones sólidas) bajo vigilancia. Se analizaron las características demográficas, comorbilidades y características radiológicas de todos los estudios de imagen relacionados. Se describe la causa, el tiempo de seguimiento y la situación final de los pacientes. En total se analizaron siete pacientes; con una media de seguimiento de 12.85 meses (1-31 meses); en tres de ellos se decidió vigilar las posibles comorbilidades, los otros cuatro rechazaron el tratamiento quirúrgico al momento del diagnóstico inicial. Las dimensiones promedio de las neoplasias fueron 3.6 x 3.5 x 2.3 cm. Inicialmente tres lesiones se describieron como quistes Bosniak 3; una lesión como Bosniak 4 y tres como lesiones sólidas, con comportamiento radiológico de CCR. Un paciente con quiste Bosniak 3, después de 13 meses de seguimiento, decidió someterse a ablación del quiste, y tuvo un hematoma renal que se vigiló en forma intrahospitalaria y ahora externa sin evidencia de enfermedad. Se ejerció vigilancia de un paciente con lesión sólida durante 17 meses, quien mostró una elevada tasa de crecimiento y dolor lumbar durante el seguimiento, no se documentaron lesiones metastásicas; se le sometió a nefrectomía parcial con diagnóstico histopatológico de carcinoma renal papilar tipo 2. Los 4 pacientes restantes continúan bajo vigilancia en la consulta externa de urología, con estudios tomográficos semestrales. En algunos casos, se realizó IRM para definir de manera adecuada las características de la lesión. Conclusión: La vigilancia de lesiones renales constituye una opción terapéutica, sobre todo en pacientes con comorbilidades. Este trabajo describe la experiencia inicial en un hospital de tercer nivel, con un tiempo de seguimiento aceptable, durante el cual dos de siete pacientes fueron intervenidos; uno, sometido a ablación por radiofrecuencia, otro a nefrectomía parcial. Los cuatro pacientes restantes se encuentran bajo vigilancia hasta el momento, con una media de 12.8 meses de seguimiento, ninguno ha presentado lesiones a distancia. Conforme la expectativa de vida aumente en la población mexicana, será mayor cantidad de pacientes que serán candidatos a esta nueva modalidad de tratamiento. Carcinoma de células renales en pacientes jóvenes y en adultos mayores: ¿existe diferencia entre las variables clínicopatológicas y las tasas de supervivencia? Ramírez-Muciño Arturo, Gabilondo-Navarro Fernando, Feria-Bernal Guillermo, Rodríguez-Covarrubias Francisco Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. México, D.F. Antecedentes: El carcinoma de células renales (CCR) ocurre predominantemente en la séptima década de la vida, con una incidencia de 3 a 6% de neoplasias en el adulto. Sólo se observa en 3 a 7% de los pacientes menores de 40 años. En otras neoplasias se ha encontrado un pronóstico menos favorable para los adultos jóvenes, sin embargo, esto no se ha corroborado en CCR. De hecho, algunos estudios han demostrado una menor supervivencia de los adultos mayores que de los jóvenes, lo que guarda relación con las características patológicas. Material y métodos: Estudio retrospectivo que comparó las variables clínicas y patológicas entre adultos jóvenes (≤ 45 años) y mayores (≥ 70 años) con diagnóstico de CCR, quienes fueron tratados quirúrgicamente de marzo de 1980 a noviembre de 2009 en el INCMNSZ. Se excluyó al grupo de pacientes entre 45 y 70 años, en un intento por reducir el sesgo potencial del comportamiento biológico entre los dos grupos. Se evaluaron las variables clínicas (estado de desempeño del Eastern Cooperative Oncology Group, ECOG). En cuanto a las variables patológicas se incluyeron el estadio (TNM 2002), grado nuclear (Fuhrman) y subtipo histopatológico. Mediante el método de Kaplan-Meier se evaluó la supervivencia a cáncer específico (SCE) y libre de recurrencia (SLR). Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 49 Presentación de trabajos libres orales Resultados: De un total de 411 pacientes tratados quirúrgicamente, se escogieron, según los criterios de selección, 145 sujetos, 63 adultos jóvenes (43.5%), en el grupo 1, y 82 adultos mayores (56.5%) en el grupo 2. La edad promedio en el grupo 1 fue de 38 años (rango de 22 a 45 años) y en el grupo 2 de 75 años (rango de 70 a 92); en ambos grupos predominó el sexo masculino sin diferencia estadística (55.5% en el grupo 1 y 59.7% en el 2). El tiempo promedio de seguimiento fue de 50 meses (rango 1-271). En lo que atañe a las variables clínicas no se encontraron diferencias significativas, ya que el estado de desempeño del ECOG fue 0 en 80% en el grupo 1 y de 88% en el grupo 2 (p = 0.16). El tipo histológico más frecuente fue CCR de células claras para ambos grupos (81% para el grupo 1 y 85% para el grupo 2). Se encontraron 2 casos con diferenciación sarcomatoide en el grupo 2. La distribución, de acuerdo al TNM, en el grupo 1 fue 25 pacientes (41%) en estadio I, 16 (26%) en estadio II, 14 (22%) en estadio III y 7 (11%) en estadio IV; en el grupo 2, 33 pacientes (40%) en estadio I, 11 (13%) en estadio II, 31 (38%) en estadio III y 7 (9%) en estadio IV, sin diferencia significativa entre los dos grupos (p = 0.12). Tampoco se encontró diferencia respecto al grado de Fuhrman (p = 0.77), puesto que en el grupo 1, el 67% tuvo grado bajo (Fuhrman 1-2) y 33% grado alto (Fuhrman 3-4); en el grupo 2, el 65% fue de grado bajo y el 35% de grado alto. Los pacientes jóvenes presentaron invasión linfovascular con mayor frecuencia (81%) que los adultos mayores (66%), con una diferencia significativa (p = 0.04). Aunque no se encontró una diferencia significativa, la SLR de 5 y 10 años fue menor en el grupo 1 (68 y 63%) en comparación con el grupo 2 (82 y 72%, p = 0.19). Tampoco hubo diferencia en la SCE a 5 y 10 años, ya que fue de 80 y 77% en el grupo 1 y 81 y 69% en el grupo 2 (p = 0.88). En el análisis de una variable, el estadio patológico (p < 0.0001) y el grado de Fuhrman (p = 0.01) se asociaron con la SCE; la edad no tuvo un impacto significativo (p = 0.88). En el análisis de varias variables, el estadio patológico fue el único factor independiente para SCE (p < 0.0001). Discusión: Nuestros resultados muestran que los adultos mayores tienen características clínicas y patológicas similares a las de pacientes más jóvenes, por lo que la edad avanzada no parece ser un factor pronóstico independiente. No obstante, otros autores han demostrado que la edad menor de 45 años es un factor pronóstico favorable para mayor supervivencia y menor tasa de progresión a 5 años, y que se asocia a variables patológicas de bajo riesgo (estadio y grado nuclear). El tratamiento del paciente anciano ha sido un reto oncológico para el urólogo, ya que hay evidencia de enfermedad más agresiva y baja supervivencia a cáncer específico. Sin embargo, en nuestra serie no se pudo llegar a resultados similares, de lo que se deduce que el tratamiento debe ser el mismo en todos los grupos de edad, siempre y cuando las condiciones de salud sean óptimas. Esto implica no excluir al paciente mayor de un tratamiento radical, siempre que se valoren las comorbilidades, ya que el riesgo de muerte por CCR a 5 años es menor que por otras causas (4% vs18%). Conclusiones: No existen diferencias entre las variables clínicas o patológicas, ni entre los márgenes de supervivencia (SCE o SLR) al comparar pacientes con CCR menores de 45 años y mayores de 70 años, por lo que el abordaje terapéutico debe ser el mismo. Servicio de Urología y Laboratorio Clínico, Unidad de Bacteriología. Hospital General de Occidente, Secretaría de Salud. Jalisco, México. Resistencia antimicrobiana con especial enfoque a ciprofloxacino en urocultivos del Hospital General de Occidente Variables psicosociales en hombres mexicanos con disfunción eréctil con tratamiento de tadalafil diario en comparación con sildenafil a demanda Rincón-Gallardo CSI, Rodríguez RJA, Villarruel HR, Olivares GN, Rivas GR, Ochoa PA, Jáuregui ME, Camarena GLL, Saucedo LOM, Espinoza JY Mota, TV, Ortiz RM 50 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 Introducción: La infección de vías urinarias es causa de 7 millones de consultas anuales y 1 millón de hospitalizaciones en Estados Unidos. Representa 1.2% de todas las consultas por parte de mujeres y 0.6% de las de hombres. Afecta al 30% de las mujeres de 20 a 40 años de edad y su prevalencia en ellas es 30 veces mayor que en los hombres. Las infecciones de vías urinarias son causadas por una especie bacteriana única en más de 95% de los casos. E. coli causa 85% de las IVU en pacientes externos y 50% en pacientes hospitalizados. El objetivo del presente estudio es valorar la resistencia bacteriana de los urocultivos realizados en el Hospital General de Occidente (HGO), con especial enfoque en ciprofloxacino. Material y métodos: Se realizó un estudio retrospectivo de muestras de urocultivos para valorar la flora bacteriana y la tasa de resistencia a antimicrobianos (con énfasis en ciprofloxacino) confirmados por antibiograma en el Hospital General de Occidente de enero de 2009 a enero de 2010. Se incluyó en el estudio a 1 000 pacientes cuyos urocultivos produjeron crecimiento bacteriano de más de 100 000 UFC/ml. Se valoró por servicio la tasa de resistencia al fármaco. Los medios de cultivo utilizados para la prueba cuantitativa fueron agar y brolacin, con toma de muestra por medio de asa calibrada; para la identificación y sensibilidad se utilizó el medio de agar Mac Conkey, con el sistema automatizado VITEK 2. Resultados: Se incluyeron en el estudio 1000 urocultivos con crecimiento bacteriano de 100 000 UFC/ml o más; de estos mil, el número de urocultivos sensibles a ciprofloxacino fue de 628 (62.8%) y el de los resistentes a ciprofloxacino fue de 372 (37.2%) el resultado por servicio fue: en consulta externa, de un total de 204 (20.4%) muestras con crecimiento bacteriano, 84 (41.2%) fueron resistentes y 120 (58.8%) fueron sensibles; en cirugía general, de un total de 18 (1.8%) muestras, 8 (44.5%) fueron resistentes y 10 (55.5%) fueron sensibles; en ginecología, de un total de 92 (9.2%) muestras, 42(45.7%) fueron resistentes y 50 (54.3%) fueron sensibles; en pediatría, de un total de 356 (35.6%) muestras, 44 (12.35%) fueron resistentes y312 (87.65%) fueron sensibles; en urología, de un total de 186(18.6%) muestras, 106 (56.9%) fueron resistentes y 80(43.1%) fueron sensibles; En medicina interna, de 144 (14.4%) muestras, 94 muestras(65%) fueron resistentes y 54(35%) fueron sensibles. E patógeno mas cultivado fue E. coli (en 73.6% de las muestras), Klebsiella pneumoniae (en 8%), Pseudomonas auriginosa (en 3.4%), y Enterobacter cloacae (2.6%). En el restante 12.4% se obtuvieron diversas unidades formadoras de colonias. Conclusión: En los resultados del presente estudio se aprecia un incremento en los niveles de resistencia a ciprofloxacina respecto de algunos años atrás. La razón de estos aumentos es el uso desmedido de fluoroquinolonas en los últimos años, tanto en el ámbito hospitalario como en la comunidad, lo cual ha incrementado la presión selectiva, de modo que se ha favoreciendo la selección, adaptación y diseminación de los mecanismos de resistencia al antimicrobiano. Rubio-Aurioles Eusebio,1 Sorsaburu Sebastián,2 Huynh Ngan,3 Issa Maher,4 Reyes-Vallejo Luis Antonio.5 Presentación de trabajos libres orales 1 Asociación Mexicana para la Salud Sexual, A.C. (AMSSAC), México D.F., México. 2 Eli Lilly and Company, Indianapolis, In, USA. 3 Eli Lilly Australia, NSW, Australia. 4 Eli Lilly Canadá, Ontario, Canadá. 5 Eli Lilly México, México D.F., México. Antecedentes: Estudios efectuados con varones mexicanos que padecen disfunción eréctil (DE) han demostrado que el tratamiento con inhibidores de fosfodiesterasa 5 (PDE5) mejora los resultados psicosociales. Este primer estudio global se propuso investigar la diferencia en los resultados psicosociales con el empleo diario de tadalafil vs los inhibidores de PDE5 (sildenafil y tadalafil) usados a demanda por varones mexicanos con DE. Objetivo: Comparar los resultados psicosociales conforme a la puntuación obtenida en el dominio “autoconfianza sexual” del Psychological and Interpersonal Relationship Scales (PAIRS), de pacientes con DE que toman diariamente tadalafil, en comparación con los que toman sildenafil a demanda. Material y métodos: Se analizó un subgrupo de varones mexicanos con DE, previamente tratados con inhibidores de PDE5 a demanda, quienes participaron un ensayo multicéntrico, aleatorio, abierto y cruzado. Resultados: De 378 pacientes que participaron, 84 eran mexicanos; la media de edad fue 56 años y del índice de masa corporal de 27.5 kg/m2. El uso previo de inhibidores de PDE5 fue similar entre los pacientes (tadalafil 61.9% vs sildenafil 57.1%). Se observó que la puntuación del dominio “autoconfianza sexual” (PAIRS) mejoró significativamente con dosis diarias de tadalafil, con respecto a la administración de sildenafil a demanda ([diferencia de media del mínimo cuadrado (MMC) ± EE; 95% IC] 0.25 ± 0.08; IC, 0.10, 0.40; p = .001) y tadalafil a demanda comparado con sildenafil a demanda (0.28 ± 0.08; 0.13, 0.43; p < .001); pero no se encontró diferencia significativa entre tadalafil diario y tadalafil a demanda (-0.03 ± 0.08; -0.19, 0.12; p = .652). Hubo mejoría significativa en la puntuación del dominio “espontaneidad” (PAIRS) con tadalafil diario con respecto a sildenafil a demanda y de tadalafil a demanda con respecto a sildenafil a demanda, con una diferencia de MMCtEE; 95% IC de 0.13 ± 0.06; 0.02, 0.24; p =.022 y 0.12 ± 0.05: 0.02, 0.23; p = 0.24. La puntuación del dominio “preocupación por el tiempo” (PAIRS) disminuyó significativamente con tadalafil diario comparado con sildenafil a demanda (-0.39 ± 0.06; -0.52, -0.27; p < .001) y con tadalafil a demanda sobre sildenafil a demanda (-0.28 ± 0.06; -0.40, -0.15; p < .001). No se encontraron diferencias significativas entre tadalafil diario y sildenafil a demanda o tadalafil a demanda y sildenafil a demanda en el dominio “función eréctil” (IIEF). Dieciséis pacientes no continuaron el estudio; se reportaron 3 acontecimientos adversos. Discusión: Este análisis de subgrupo es consistente con los resultados obtenidos en la población total del estudio. La restauración de los patrones normales de la vida sexual en hombres con DE constituye una meta terapéutica importante que implica más que recuperar la función eréctil. Conclusiones: Los varones mexicanos con DE mostraron mayor mejoría en la autoconfianza sexual, espontaneidad y reducción de la preocupación por el tiempo transcurrido entre la toma del fármaco y la relación sexual, cuando recibieron tratamiento con tadalafil diario y a demanda, en comparación con sildenafil a demanda. Especificidad de la determinación de PCA3 en orina para la detección de cáncer de próstata en pacientes mexicanos en el Hospital General Dr. Manuel Gea González Saavedra-Briones Dorian V,1 Rodríguez-Dorantes Mauricio,2 Morales-Montor Jorge,2 Miranda-Ortiz Haydee,2 Salido-Guadarrama Ivan,2 Merayo-Chalico Claudio E,1 Martínez-Arroyo Carlos,3 Cantellano-Orozco Mauricio,1 PachecoGahbler Carlos1 1 División de Urología del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. México D. F. 2 Instituto Nacional de Medicina Genómica. México D.F. 3 Médico asociado del Hospital Español de México; Médico adscrito al Hospital General “Tacuba”, ISSSTE. México D. F. Antecedentes: En México, el cáncer de próstata (CaP) es la segunda causa de muerte por cáncer en hombres. La especificidad del APE y el tacto rectal (TR) varía de 24% a 37%. Más de 75% de los hombres con valores de APE en el rango de 2.5-10 ng/ml o con TR sospechoso (o ambas cosas) tiene una primera biopsia negativa. Por lo que el valor pronóstico positivo de la biopsia es muy bajo. Se demostrado que la determinación del gen PCA3 en orina tiene especificidad de 72% y sensibilidad de 58%. Hasta la fecha, se ha informado de alta especificidad y sensibilidad a diferentes cortes la puntuación de PCA3, con la observación de que el incremento en éste aumenta la probabilidad de una biopsia de positiva, lo que mejorando la precisión en la detección del CaP. Objetivo del estudio: Establecer la utilidad clínica de la determinación de PCA3 en orina para el diagnóstico de CaP mediante la medición de su especificidad en la biopsia de pacientes mexicanos atendidos en el Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. Material y métodos: Se incluyó a 163 pacientes con APE sérico mayor a 4 ng/ml o tacto rectal anormal (o ambos factores). Se recolectaron los primeros 20 a 30 ml de orina posterior al masaje prostático previo a la realización de la BxTRUS. Se tomaron 12 cilindros por cada paciente. Las muestras se depositaron en tubos que contenían 20 ml de una solución estabilizadora de ácidos nucleicos. Se centrifugaron los tubos a 3000 rpm, se lavó el botón celular con solución amortiguadora de fosfatos (PBS). Una vez obtenido el botón celular, se inició la extracción de RNA total por medio del Kit RNA easymini kit (Quiagen). Para verificar la cantidad y la calidad del RNA obtenido, se utilizaron un chip y el bioanalizador 2100 (Agilent). Se realizó la retrotranscripción inversa para la obtención de cDNA. Se tomaron 2µl de cDNA para la amplificación del gen PCA3 por medio de sondas Taqman (Applied Biosystems). Se calculó el puntaje de PCA3 por la expresión relativa de mRNA PCA3. El rendimiento del PCA3 fue valorado en términos de sensibilidad y especificidad, mediante comparación de sus resultados con los obtenidos por biopsia. Resultados: De los 163 pacientes, las biopsias de 52 (32%) dieron resultado positivo para cáncer y hubo cuatro con PCA3 indeterminados o negativos. Se definió grado de Gleason 3+3 en 23 (45%) pacientes, 4+3 en tres (5.5%), y 4+4 en 17 (33%); 5+4 en tres (5.5%) y 5+5 en 6 (11%). El AUC en la curva ROC para PCA 3 fue 0.72. (IC 95% 0.59 a 0.85) con una p = 0.005. El APE total sérico mostró una AUC de 0.69 (IC 95% 0.52 a 0.86). Se utilizó la curva ROC para determinar la sensibilidad y especificidad de la prueba para el PCA3, con diferentes puntos de corte. Usando como corte 31, la prueba mostró sensibilidad de 83% y especificidad del 44%. El valor pronóstico positivo para PCA3 es de 39%, el valor pronóstico negativo es del 93%. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 51 Presentación de trabajos libres orales Conclusiones: La especificidad y el valor pronóstico negativo de la prueba PCA3 indican que se puede utilizarla como un marcador tumoral en orina que aumenta la precisión en el diagnóstico del CaP. Tratamiento laparoscópico de la litiasis urinaria. Experiencia del Hospital General “Tacuba” del ISSSTE Saavedra-Briones Dorian V, Merayo-Chalico Claudio E, De La Peña Méndez Silverio,2 Flores-Murcio Francisco J,1 Martínez-Arroyo Carlos1 1 Médicos adscritos de Urología. Hospital General Tacuba ISSSTE. México D.F. 2 Médico adscrito de Cirugía General. Hospital General Tacuba ISSSTE. México D.F 3 Residentes de Urología. Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. México D. F. 3 3 Antecedentes: La ureterolitotomía laparoscópica es una modalidad de tratamiento válida para la resolución de la patología obstructiva provocada por la litiasis urinaria. Está indicada en casos de cálculos ureterales grandes, del tercio medio y superior, con retención crónica e intentos terapéuticos fallidos con litotricia extracorpórea, endoscópica o percutánea, o por no disponer de ellos, antes de una indicación de cirugía abierta. En 1992, Paúl Escovar describió la técnica por vía transperitoneal y, luego, Gaur describió la técnica por vía retroperitoneal. Objetivo del estudio: Demostrar la eficacia del tratamiento laparoscópico en litiasis de tercio superior y medio de uréter en hospitales de segundo nivel, sin litotricia extracorpórea. Material y métodos: Se presentan 7 casos con resolución de la litiasis urinaria en el tercio superior y medio del uréter, atendidos entre 2008 y 2010. Los síntomas de los pacientes fueron hematuria y dolor en el flanco del lado del cálculo. En el urograma excretor practicado se comprobó la presencia del cálculo, ubicado en el tercio superior o medio, además de ureteropielocaliectasia o hidronefrosis; todos los cálculos fueron radiopacos. La indicación para la extracción laparoscópica del cálculo se determinó por la localización de los litos y sus dimensiones. Todos las intervenciones se realizaron por vía transperitoneal. Se colocó un catéter ureteral doble J antes de la laparoscopia. Se utilizaron 4 puertos: 1 umbilical, 2 en la línea media axilar ipsolateral al lito y un cuarto en la axilar posterior, para formar un diamante. Se incidió la fascia de Told para acceso retroperitoneal y se practicó una disección de 2 cm en sentido proximal y distal a la litiasis. Se realizaron ureterotomía o pielotomía con tijera en sentido longitudinal para extraer el lito. Se colocó un drenaje en todos los casos, por preferencia del cirujano. La vía oral se reinicio tres horas después de la cirugía. Se quitó el catéter doble J cuatro semanas después del procedimiento y se tomo una nueva urografía excretora a las 6 semanas. Resultados: La extracción del lito vía laparoscópica fue exitosa en los 7 pacientes. 4 mujeres y 3 hombres; se realizaron cinco pielolitotomías, 3 derechas y 2 izquierdas, y dos 2 ureterolitotomías izquierdas. El tiempo estimado del procedimiento fue de 120 min en promedio (90 a 240 min). La pérdida sanguínea estimada fue de 50 cc. La dimensiones promedio de los litos fueron 2.5 cm de longitud (1.5 a 3cm) y 1.2cm de ancho (1 a 2.3 cm). La estancia hospitalaria fue de 2 días en todos los casos. En un sólo caso se produjo lesión de la serosa del colon descendente, la cual se resolvió con suturas intracorpóreas de seda, sin mayor morbilidad en la evolución. Conclusiones: El tratamiento laparoscópico de la litiasis es seguro y reproducible en hospitales de segundo nivel de atención 52 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 que no dispongan de la LEOCH o de tratamiento endoscópico percutáneo. Se logra la resolución en un solo procedimiento con una baja tasa de morbilidad. Nefrectomía radical lumboscópica con un solo puerto Sánchez M Carlos, Kibanov S Viktor, Salazar C Guido, González D Miguel Uro-Clinic 2000, México D.F. Antecedentes: La utilización de un solo puerto para la práctica de la cirugía laparoscópica con el sistema de Applied GelPOINT™ fue presentada comercialmente durante el Congreso Americano de Urología de 2010 y fue introducida en México en mayo del 2010. Tanto el Dr. González como el Dr. Kibanov ya han practicado nefrectomías con este sistema, pero por vía transperitoneal, sin que hasta el momento se tengan pruebas del empleo de GelPOINT™ por vía lumboscópica para practicar nefrectomía radical. Objetivo del estudio: Mostrar que, por el poco espacio de que se dispone, la utilización de un solo puerto por vía retroperitoneal o lumboscópica es ideal para la realización de la nefrectomía radical. Materiales y métodos: El día 18 de agosto del 2010 se operó a un paciente de género masculino con 44 años de edad, quien tenía un tumor renal derecho de 7 cm de diámetro que abarcaba la mitad inferior del riñón y que fue descubierto de manera fortuita en estudio por dispepsia. En posición de lumbotomía, se realiza una incisión de 1 cm de longitud en la intersección de la línea media axilar y un punto central entre la cresta iliaca y el borde de la última costilla; por esta incisión se diseca hasta la fosa lumbar, se crea una cámara de trabajo con el balón de espacio preperitoneal, se explora el retroperitoneo con una lente de 30º, a través de un trócar “Blont Tip” y posteriormente se amplía la incisión inicial hasta 7 cm. Se introduce el puerto GelPOINT™ y, a través de éste, un trócar de 5 mm y dos de 10 mm, éstos últimos para la lente de 10 mm, de 30º, en tanto que los instrumentos de corte, disección, coagulación y engrapado, por el de 10 mm, sin pinzamiento hemolock para la arteria de 10 mm y 16 mm para la vena renal. Una vez controlado y cortado el hilo renal, se inicia la disección, tanto roma como cortante, de los bordes de riñón y al final se extrae el riñón con la mano, que se introduce por el puerto único para efectuar a mano la última parte de la disección. Resultados: Tres horas de intervención, con hemorragia de 200 ml, hospitalización por tres días y dolor mínimo. El paciente comió y deambuló al día siguiente. Resultado de histopatología: carcinoma renal de células claras, de patrón sólido y quístico, con necrosis del 60%. Grado nuclear dos de Fuhrman. Estadio Pt1pN0. Discusión: Si bien el retroperitoneo es un espacio pequeño para trabajar por laparoscopia, esta “desventaja” puede ser aprovechada en el trabajo con GelPOINT™ y, con seguridad, cuando se difunda este procedimiento se convertirá en una excelente opción. Conclusión: La Nefrectomía por lumboscopia con este tipo de puerto único ofrece una excelente forma de aprovechar un espacio pequeño. Prostatectomía radical y adenomectomía prostática por laparoscopia, bajo bloqueo peridural como forma de anestesia Sánchez M Carlos, Sánchez C Guadalupe, Kibanov S Viktor, Salazar C Guido, González G Miguel Uro-Clinic 2000, México D.F. Presentación de trabajos libres orales Antecedentes: La forma clásica de anestesia para cirugía laparoscópica es la general, sobre todo cuando la vía de acceso es la transperitoneal y no se ha indicado que el bloqueo peridural sea la única forma de anestesia para cirugía prostática por laparoscopia. Objetivo del estudio: Mostrar que el bloqueo peridural como única forma de anestesia es factible y reproducible en la cirugía prostática por laparoscopia. Materiales y métodos: Se utiliza un equipo de bloqueo peridural (Perifix), con aguja del 16. Primero se administra anestesia local con xilocaína al 2% simple para el acceso; una vez en el espacio peridural por la aguja se inyectan 10 ml (200 mg) de xilocaína al 2%, más epinefrina, y se inserta el catéter peridural, y por el que se inyectan 5 ml de ropivacaína con 7.5 mg/ml (37.5 mg). Esta dosis tiene una duración de 3 horas; como sedoanalgesia se administran midazolam y fentanilo a dosis respuesta. Se apoya la oxigenación con puntas nasales por las que se pasa O2 al 100%, a 3 L por minuto. Para efectuar la capnografía, se coloca una mascarilla y se introduce el sensor dentro de la misma. De enero de 2005 a julio de 2010 se ha operado a 20 pacientes por esta técnica, 17 prostatectomías radicales y 3 adenomectomías prostáticas; se ha excluido a pacientes con riesgos cardiopulmonares importantes. Resultados: Se ha operado con éxito a 17 pacientes, pero a tres hubo que intubarlos por inquietud, después de transcurridas 3 horas de cirugía. El tiempo quirúrgico ha variado de 2.5 a 5 horas. Sobra decir que la recuperación anestésica es inmediata y, por tanto, más rápida. Al día siguiente de la operación, los pacientes se bañan en regadera, deambulan e inician la vía oral. Discusión: El bloqueo peridural siempre ha generado menor riesgo quirúrgico y mejor recuperación que la anestesia general, por lo que al transpolar estos resultados a la cirugía laparoscópica se obtuvieron las mismas ventajas al seleccionar a los pacientes menos obesos (grado 2 o más). Conclusión: El bloqueo peridural es factible y reproducible cuando se selecciona a los pacientes. Identificación de cepas de E. coli resistentes a quinolonas, en hombres con infecciones urinarias; caracterización molecular mediante la técnica de PCR de los grupos taxonómicos, identificación de genes qnr A y B y correlación de la respuesta clínica a las terapias antimicrobianas Sánchez-Turati J Gustavo, Merayo-Chalico Claudio, Hernández-Castellanos Víctor A, Saavedra-Briones Dorian, Santana-Ríos Zael, Fulda-Graue Santiago, Urdiales-Ortiz Alejandro, Pérez-Becerra Rodrigo, Fernández-Noyola Gerardo, Ahumada-Tamayo Samuel, Muñoz-Ibarra Erick, Camacho-Castro Alberto, García-Salcido Francisco, Morales-Montor Jorge G, Cantellano-Orozco Mauricio, Pacheco-Gahbler Carlos Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. México D.F. Antecedentes: Las infecciones urinarias son la infección más frecuente en el medio mexicano. El microorganismo causal más común es Escherichia coli, que ha desarrollado resistencias contra antimicrobianos por medio de modificación de genética. La identificación de microorganismos resistentes con adquisición de mecanismos transferibles de resistencia a β-lactámicos como las β-lactamasas de espectro extendido (ESBL) incrementa la resistencia. En nuestro país, los estudios que involucran cepas de E. coli uropatógenas (UPEC) son limitados, por lo que los autores proponen determinar las características de los grupos filogenéticos y, con ello, descubrir las bases moleculares de la resistencia a quinolonas en cepas de UPEC de hombres adultos, mediante la detección de los genes plasmídicos qnr A y qnr B. Aunque estos son de baja resistencia, implican la transferencia de otros factores más importantes como: genes plasmídicos, el aminoglucósido acetiltransferasa, genes de proteínas con repeticiones pentapéptido, bombas de eflujo y genes cromosómicos. Objetivos: Identificar los grupos filogenéticos de E. coli resistentes a quinolonas en pacientes masculinos con infecciones urinarias ESBL positivos que acuden al Hospital “Dr. Manuel Gea González”. Conocer la frecuencia con que los pacientes responden al tratamiento médico establecido y definir las características clínicas de la población portadora de cepas resistentes. Materiales y métodos: Estudio descriptivo, abierto, observacional, retroprolectivo y transversal. Se estudió a pacientes con diagnóstico de infecciones por E. coli ESBL positivas en hombres mayores de 18 años, tratados en el Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, entre el 1º de enero de 2010 y el 31 de julio de 2010. Se determinaron por técnica de PCR las características de los genes chu A, yja A y TSPE4.C2 para los grupos filogenéticos, así como los genes qnr A y B para la resistencia. Resultados: Estas determinaciones permitieron identificar: Grupo A: 9/35 (25.71%); Grupo B2: 13/25 (37.14%) y grupo D: 13/35 (37.14%). La expresión encontrada para genes de resistencia fue de: 51.4% (18/35) qnr A y 62.8% (22/35) qnr B. Se halló la relación de ambos en litiasis renal (18%) y estenosis de uretra (27.3%). Predominaron con la presencia de qnr A - B en: IRC (36.4% vs 8.3%) y el cáncer (36.4% vs 16.7%). Sin predominancia en: sonda de Foley (54.5% vs 75%), prostatitis (81.8% vs 87.5%) y vejiga neurogénica (18.2% vs 33.3%). Discusión: Se aprecia la presencia importante de cepas comensales con repercusión clínica. El tratamiento empírico inicial con fluorquinolonas, incluso por en periodos largos, no resultó eficaz. En los pacientes con prostatitis y altas concentraciones de antígenos prostáticos no se resolvieron los síntomas, sino hasta después de la RTUP, sin lograr la erradicación de la bacteriuria y con microabscesos encontrados en las piezas de patología. Esto explica la naturaleza invasiva de las colonias y un porcentaje importante de expresión de qnr A - B (80% vs 46%). Se debe tomar en cuenta lo anterior en pacientes bajo vigilancia por altas concentraciones de antígenos nula o deficiente respuesta a los antimicrobianos en el EGO. Conclusiones: Existe un aumento en la prevalencia de grupo A en relación con lo informado en la bibliografía internacional, además de la expresión frecuente de qnr A y B en un tercio de las cepas. Cerca del 50% de las cepas del grupo D expresan genes de resistencia. Ningún paciente mejoró con tratamiento antimicrobiano cuando la causa fue prostatitis, pero sí lograron mejoría con RTUP. La presencia de la sonda de Foley, la prostatitis y RAO determinaron la mayor prevalencia de genes de resistencia, en comparación con IRC, vejiga neurogénica y litiasis. La presencia de cepas ESBL aún en ausencia de genes qnr A y B expresa una resistencia incrementada. Cáncer de células renales, factores patológicos pronósticos y nuevas estrategias de estadificación Santana-Ríos Zael, Urdiales-Ortiz Alejandro, Fulda-Graue Santiago, Hernández-Castellanos Víctor, Pérez-Becerra Rodrigo, Merayo-Chalico Claudio, Sánchez-Turati Gustavo, Fernández-Noyola Gerardo, Martínez Ángel, Ahumada-Tamayo Samuel, Morales-Montor Gustavo, CantellanoOrozco Mauricio, Parraguirre Sara, Pacheco-Gahbler Carlos Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 53 Presentación de trabajos libres orales División de Urología y Anatomía Patológica, Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, México D.F. Antecedentes: El cáncer de células renales (CCR) representa el 3% de las neoplasias malignas y es el cáncer urológico más letal. Tradicionalmente ha sido estadificado con base en una clasificación puramente anatómica. Aunque estas clasificaciones han proporcionado buena información pronóstica; los datos publicados últimamente muestran algunas controversias en cuanto a dichas clasificaciones, de manera que se ha mencionado que pueden utilizarse nuevos sistemas de clasificación y sobre todo los factores pronósticos que puedan involucrarse en el tratamiento del CCR. La 7ª edición del American Joint Comitee on Cancer (AJCC) Cáncer Staging Manual, publicada en 2010, muestra cambios en la estadificación del CCR por características patológicas y factores pronósticos. Objetivo: Conocer el comportamiento clínico y patológico, así como los factores pronósticos para pacientes con CCR atendidos en el Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, reclasificándolos según la nueva clasificación TNM presentada en la AJCC 2010 y analizando su comportamiento a largo plazo. Material y métodos: Estudio retrospectivo, longitudinal, abierto y observacional. Se revisaron los expedientes de los pacientes sometidos a nefrectomía radical o cirugía conservadora de nefronas por CCR (n = 120) en el período de enero de 1996 a mayo del 2010 en la institución de los autores y se analizaron factores clinicopatológicos como género, edad, ECOG, tipo histológico y grado nuclear de Furhman, se clasificaron los casos con el TNM, según la AJCC 2002, y se les reclasificó, de acuerdo a sus características patológicas, con el nuevo TNM, según la AJCC 2010, para determinar los factores pronósticos a largo plazo. Resultados: El 40% de los CCR mostraron características patológicas que requirieron su reclasificación con al nuevo TNM según la AJCC 2010. Los factores patológicos pronósticos más importantes que se observaron fueron: grado nuclear de Furhman, tamaño tumoral con un punto de corte de 10cm, infiltración a la glándula suprarrenal, existencia de trombo en vena cava, afección en ganglios linfáticos, independientemente del número y, por último, formación de metástasis. Discusión: Este trabajo muestra la importancia conocer los factores patológicos pronósticos para el CCR, según su comportamiento y su pronóstico a largo plazo; aquí radica la importancia de la actualización para la nueva clasificación TNM según la AJCC 7ª edición (2010), en la que los tumores T2 se subdividen en T2a y T2b, según el tamaño tumoral, la afección en glándula suprarrenal, por su comportamiento, ahora se clasifica como T4, las diferencias significativas en cuanto a los trombos tumorales se aprecian a nivel de la vena renal (T3a) y a nivel de la vena cava no muestra cambios; los afección ganglionar se simplifica a N0 o N1 si hay infiltración, independientemente del número. Conclusiones: Las características patológicas pronósticas en el CCR se encuentran definidas en diversos estudios y, de acuerdo con éstas, se presentaron las propuestas para la nueva clasificación, recientemente publicada. Es necesario conocer el nuevo TNM para el CCR y reclasificar a los pacientes que lo padezcan. Estadificación del cáncer de células renales. Historia, evolución y perspectivas futuras Santana-Ríos Zael, Morales-Montor Gustavo, Cantellano-Orozco Mauricio, Pacheco-Gahbler Carlos División de Urología, Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. México D.F. 54 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 Antecedentes: La estadificación del cáncer de células renales (CCR) describe la extensión anatómica de la enfermedad, lo cual es determinante para el pronóstico y el seguimiento de los pacientes. Desde la década de 1970 se ha observado un incremento en la detección de CCR, lo que se ha relacionado con la aparición de estudios de imagen más precisos, como la tomografía, y aunque actualmente se detectan más tumores en estadios tempranos, la mortalidad por CCR aún es elevada (alrededor de 20 a 25%). El sistema Tumor, Ganglios y Metástasis (TNM) es un método de estadificación que se ha basado en grandes estudios multicéntricos, con altos niveles de evidencia, para facilitar decisiones terapéuticas. En las últimas dos décadas se han realizado múltiples estudios en los que se han evaluado los factores pronósticos, con la finalidad de mejorar la estadificación del CCR. La primera estadificación del CCR fue elaborada por Flocks y Kadesky, en 1958; se basaba en características anatómicas y patrones de diseminación. Posteriormente, Robson mejoró la clasificación al agregar la afección vascular y su nivel. Este sistema fue abandonado y sustituido por la clasificación TNM, introducida en 1974 por la International Union Against Cancer (IUAC), la cual inicialmente se basó en características subjetivas, por lo que para 1987 la IUAC, junto con el American Joint Comitee on Cancer (AJCC), realizaron la primera gran revisión, en la que eliminaron características cualitativas y subjetivas, derivadas de grandes estudios basados en análisis de imagen e histopatología Con el estudio de la evolución natural del CCR, el mejor entendimiento de su biología y pronóstico han generado los últimos avances para lograr una clasificación con relevancia clínica. Las últimas revisiones se realizaron en 1997 y 2002, con algunos cambios importantes entre una y otra, por ejemplo en los puntos de corte para clasificar el tamaño tumoral y se establecieron subdivisiones para enfermedad confinada a un órgano, además de incluir la determinación del nivel de afección vascular. A partir de la clasificación de 2002, se han realizado múltiples estudios en los que se han presentado factores pronósticos a largo plazo, con base en características patológicas y su comportamiento clínico con el fin de mejorar y modificar nuevamente la clasificación. La última revisión de la AJCC en su 7ª edición (2010) incluye nuevos cambios en la estadificación del cáncer renal con subclasificaciones de la enfermedad confinada a un órgano, la afección vascular y el nivel del trombo tumoral; también se mejoró la clasificación de la infiltración a glándula suprarrenal y se hizo una simplificación en cuanto a la enfermedad ganglionar. Objetivo: Presentar el desarrollo histórico y la clasificación actual del cáncer de células renales, así como los estudios que respaldan esta nueva clasificación. Material y métodos: Se revisó un total de 74 publicaciones referentes a los antecedentes históricos y la evolución de la estadificación del cáncer de células renales, así como los nuevos estudios que han propuesto y respaldado la nueva clasificación TNM publicada por la AJCC en su 7ª edición (2010). Resultados: Se muestran resultados publicados referentes a los factores pronósticos que han generado la evolución en la estadificación del CCR hasta la actualidad. Discusión: Este análisis muestra la forma en que evolucionaron los conocimientos sobre la biología y el comportamiento del CCR, desde sus primeras clasificaciones, y los cambios generados por los diagnósticos a partir de la aparición y mejoramiento de los estudios de imagen, que han generado cambios graduales y cada vez más precisos para el diagnóstico, estadificación y el vigilancia de estos pacientes. Presentación de trabajos libres orales Conclusiones: Es importante conocer los cambios en el nuevo TNM, publicado por la AJCC en 2010, así como la evolución y los estudios que avalan dichos cambios con el fin de estadificar y dar seguimiento a los pacientes con CCR. Efecto del ejercicio físico en pacientes con disfunción eréctil Saucedo-Molina Jorge, Ontiveros-Díaz Gerardo, González-Pérez Alejandro Servicios Médico-Sociales del Hospital de “Jesús” A.C. Antecedentes: Algunos cambios en el estilo de vida como iniciar o mantener el hábito de hacer ejercicio físico disminuyen significativamente el riesgo de padecer problemas de disfunción eréctil. Objetivo: Evaluar el efecto de iniciar un programa de ejercicio en pacientes sedentarios con diagnóstico de disfunción eréctil Material y métodos: Se realizó un estudio longitudinal, prospectivo, intervencionista, no aleatorizado y sin grupo control. Para evitar el manejo de variables heterogéneas, se excluyó a pacientes que sufrieran diabetes mellitus, hipertensión arterial, síndrome metabólico, dislipidemia, hipogonadismo o hiperprolactinemia. Se excluyó a los pacientes que no cumplieron con el programa, el cual consistió en iniciar con 30 minutos de ejercicio moderado (caminar o trotar) 4 días cada semana y aumentar paulatinamente a 60 minutos 4 a 6 días a la semana. Resultados: Se invitó a 56 pacientes, de los cuales aceptaron participar 48. El rango de edad fue de 38 a 64 años, con promedio de 52. La vigilancia promedio fue de un año. Todos tenían una relación estable y el apoyo de su pareja. Cumplieron el programa sólo 21 pacientes (44%). De ellos, 18 (86%) tuvieron resultados favorables y no necesitaron de ningún otro tipo de tratamiento para la disfunción eréctil. De los pacientes que cumplieron, 15 (71%) notaron los resultados en el segundo mes y los demás en el tercero. La eficacia global fue de 21/48 (37%). Discusión: Hace dos años se presentaron los resultados de un estudio inverso, en el que se mostró la baja incidencia de disfunción eréctil (2%) en hombres que hacían ejercicio regularmente. En otros estudios se ha encontrado que el ejercicio disminuye significativamente el riesgo de disfunción eréctil. También hay otros cambios en el estilo de vida del paciente, como diminución de peso o reducción de niveles de estrés, que influyen favorablemente en la función eréctil. No hay estudios exactamente comparables a éste, ya que, en general, se han manejado varios aspectos, como mantener una dieta más o menos estricta, además del programa de ejercicio, o disminuir o abandonar el hábito de fumar, la ingesta de café o alcohol. Otros han sido aplicados incluyendo únicamente pacientes obesos. En general arrojan resultados favorables; sin embargo, son dependientes de la disciplina del paciente y la cooperación de su pareja. Conclusiones: Un programa de ejercicio físico puede ser eficaz para el tratamiento de la disfunción eréctil en pacientes seleccionados. El problema fundamental es una alta tasa de incumplimiento del programa. Función sexual en hombres tratados por cáncer testicular Lugo-García Juan A, Sejas-Torrico Leo F Hospital “Juárez” de México. México D. F. Antecedentes: De toda la patología oncourológica que afecta al varón, el cáncer testicular presenta una singularidad, ya que desde que se empezó a utilizar la quimioterapia con platino, en combinación con cirugía y radioterapia, el cáncer testicular se ha convirtió en una enfermedad curable. Los tratamientos modernos han dado como resultado un gran grupo de pacientes varones con expectativa de vida elevada, los cuales constituyen un grupo óptimo para estudiar los patrones de disfunción eréctil, ya que en su gran mayoría se trata de pacientes jóvenes, en la plenitud de la vida sexual. El uso de cuestionarios preparados para medir la calidad de la sexualidad debería incluir no sólo preguntas enfocadas en el parámetro más frecuentemente aludido, que es la calidad de erección, sino también abordar aspectos como el deseo sexual y los problemas en la eyaculación. Se han efectuado muchos estudios de este tipo, la mayoría tomando en cuenta series de pacientes de hospitales, con un periodo de vigilancia menor de 5 años. Objetivo del estudio: Determinar si han sufrido problemas con la función sexual los pacientes tratados por CA testicular en el Hospital “Juárez” de México en el periodo comprendido entre enero de 2005 y enero de 2010. Materiales y métodos: Se realizó un estudio de prevalencia, de tipo descriptivo, transversal y retrospectivo, en pacientes tratados por cáncer testicular en el Servicio de Urología del Hospital “Juárez” de México entre el 1 de enero de 2005 y el 31 de enero de 2010, a fin de valorar la función sexual. Se reunieron 35 pacientes que completaron el protocolo. Se procedió a recabar la información mediante la revisión de las historias clínicas de los pacientes tratados por cáncer testicular en el Servicio de Urología, desde enero de 2005 hasta enero de 2010 y que, además, cumplían los criterios de inclusión. Todos los pacientes seleccionados que accedieron para participar en el estudio fueron citados al hospital para darles una explicación más exhaustiva y que firmaran la forma de consentimiento. Además, se les aplicó un cuestionario dirigido que tuvo en cuenta la escala de disfunción eréctil del índice internacional de función eréctil (IIEF, por sus siglas en inglés) e incluyó preguntas dirigidas a valorar deterioro del deseo sexual y problemas en la eyaculación. Resultados: Fueron 35 los pacientes tratados por cáncer testicular en el período comprendido por el estudio que cumplieron con los criterios de inclusión del mismo y que, además, fueron localizados. Una vez aplicado el Índice Internacional de Función Eréctil, se obtuvieron los siguientes resultados: 15 pacientes con función eréctil normal (43%), 17 con disfunción eréctil leve (48%), 3 con disfunción eréctil moderada (9%). Ningún paciente sufría disfunción eréctil grave. Fueron pocos los pacientes que refirieron problemas de eyaculación durante (4 pacientes = 11.4%) o después del tratamiento (5 pacientes = 14.2%); la mayor parte del grupo no sufrió estas molestias (31 pacientes = 88.6% sin alteraciones de la eyaculación durante el tratamiento, y 30 pacientes = 85.8% sin alteraciones después del tratamiento). Tampoco se observó disminución del deseo y apetito sexual en la mayoría de los pacientes durante el tratamiento (30 pacientes = 85.8%) ni después (32 pacientes= 91.4%). Cinco pacientes tuvieron apetito sexual disminuido durante el tratamiento (14.2%) y otros tres después (8.6%). Discusión: El porcentaje de desarrollo de disfunción eréctil fue elevado: de 57.2%, sin bien en la mayor parte de los casos se trató de una DE leve (48.5%) sólo escasos pacientes sufrieron DE moderada (8.5%). Como ya se dijo, no se presentaron casos de DE grave; sin embargo, al comparar esto con datos de prevalencia de DE en la población normal (en el mismo grupo etáreo de los pacientes estudiados) con una cifra de 9.7% de DE total, 7.9% de DE leve y 1.2% de DE moderada, se aprecia que sí existe mayor incidencia de disfunción eréctil, aunque leve, relacionada con el padecimiento de cáncer Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 55 Presentación de trabajos libres orales testicular. Las alteraciones de eyaculación informadas fueron escasas. Se registró en el estudio un porcentaje de pacientes que tuvieron alteración del deseo sexual de un 15% durante el tratamiento y de un 9% después del tratamiento. Esta incidencia es menor a la que se encuentra en la bibliografía, donde se indican porcentajes hasta de 40% durante el tratamiento y 20% después del tratamiento de pacientes con el deseo y apetito sexual disminuidos. Hay relación entre el mayor porcentaje de varones afectados durante el tratamiento, que duplica el porcentaje posterior al mismo, lo cual se aprecia en la mayoría de las series. Tal vez, ello se debe al estrés mismo del choque emocional que causan el trastorno y su tratamiento. Conclusiones: Los pacientes tratados por Ca testicular tienen mayor incidencia de disfunción eréctil, si bien ésta es de grado leve. No se detecta aumento de alteraciones de la eyaculación en pacientes que padecen Ca testicular. El deseo sexual sí disminuye en los pacientes diagnosticados y tratados por Cáncer testicular, sobre todo durante el tratamiento, aunque luego tienden a normalizarse. Función renal basal y a 5 años en pacientes sometidos a nefrectomía radical en el Departamento de Urología del Instituto Nacional De Cancerología Solares-Sánchez Mario E, Camarena-Reynoso Héctor, Álvarez-Velasco Gustavo, Gallardo-Aguilar Jesús, Martínez-Cervera Pedro F, Jiménez-Ríos Miguel A Departamento de Urología del Instituto Nacional de Cancerología, México D.F. Antecedentes: En estudios se ha demostrado incremento significativo en el riesgo de desarrollar insuficiencia renal (definida como una concentración sérica de creatinina mayor de 2 mg/ dl) en pacientes sometidos a nefrectomía radical en comparación con aquellos en que se practicó nefrectomía parcial. Las guías actuales definen enfermedad renal crónica como una tasa de filtración glomerular (TFG) menor de 60 ml/min por 1.73 m2, o bien la presencia de marcadores de lesión renal, como albuminuria o estudios de imagen con signos anormales por tres meses o más. Las secuelas de enfermedad renal crónica son: insuficiencia renal, complicaciones como hipertensión arterial, anemia, malnutrición, neuropatía, disminución en la calidad de vida, incremento en el riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad. Hasta 24% de los pacientes con cáncer renal tienen TFG entre 45 y 59 ml/min y, luego de nefrectomía radical, se eleva hasta en 30% el riesgo de tener TFG < 45 ml/min. Objetivo del estudio: Valorar la función renal basal y en un periodo de vigilancia a 5 años de pacientes sometidos a nefrectomía radical en el Instituto Nacional de Cancerología. Material y métodos: Se realizó un análisis retrospectivo de 16 pacientes a quienes se practicó nefrectomía radical por cáncer renal en el Departamento de Urología del Instituto Nacional de Cancerología, en el año 2005. Se midió la concentración basal de creatinina (mg/dl) y se calculó la depuración basal de creatinina por medio de la fórmula de Cockcroft-Gault (CrCl = (140edad [años]) × peso (kg) dividido entre (72 × creatinina sérica [mg/dL]). A continuación, se revisaron los valores de creatinina sérica durante la fase de vigilancia oncológica a los 3, 6, 9, 12, 24, 36, 48 y 60 meses. Resultados: Se realizó analizaron los casos de 16 pacientes, 10 de género masculino y 6 de género femenino. La edad promedio fue de 49 años (25 a 70). Entre los antecedentes de importancia, 56 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 hubo cuatro (proporción 0.25) con diabetes mellitus y siete (proporción 0.43) con hipertensión arterial. El peso promedio de los pacientes fue de 75.9 kg (40-110). La concentración basal promedio de creatinina fue de 1.06 mg/dl (0.69-1.8). La depuración promedio de creatinina, calculada por la fórmula de CockcroftGault, fue de 92.84 (38.8 a 177.93). En algún momento durante su seguimiento, en 11 de los 16 pacientes se elevó la concentración sérica de creatinina; en cinco de ellos persistieron los niveles elevados de creatinina hasta el final de la vigilancia. Discusión: Aunque la población mexicana corre un riesgo de insuficiencia renal relacionada con diabetes mellitus e hipertensión arterial. La proporción de pacientes en la población del estudio fue baja (0.25 y 0.43, respectivamente). Sólo cuatro (0.25) pacientes tuvieron concentración sérica basal de creatinina superior a los valores normales. Se observó una proporción de 0.12 para tener una depuración de creatinina basal menor a 45 ml/min. Sin embargo, hasta en una proporción de 0.68 de los pacientes tuvieron elevación del nivel sérico de creatinina en algún momento de la vigilancia. Conclusiones: Los pacientes sometidos a nefrectomía radical corren riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica. Se considera que la determinación de la tasa de filtración glomerular basal debe formar parte integral del algoritmo de decisión de tratamiento del cáncer renal. Ya que, en la medida de lo posible, se deberá conservar la mayor cantidad de tejido renal funcional para prevenir el efecto nocivo de la enfermedad renal crónica. Vía sagital posterior. Abordaje ideal para el manejo de malformaciones del sistema genitourinario en la población pediátrica Espinosa Giordano,1 Torres Eduardo,2 Madrigal Ricardo,3 Castro Juan,3 Peña Alfonso,3 Gaytán Édgar,3 García Miguel3 1 Urólogo Pediatra, Adscrito a la División de Cirugía Pediátrica. 2Urólogo en Adiestramiento en Urología Pediátrica Adscrito a la División de Cirugía Pediátrica. 3 Médico Residente de Urología Pediátrica. Hospital General de la Zona 33. Monterrey, Nuevo León, México. Introducción: El acceso por vía sagital posterior es muy utilizado para tratar las diferentes malformaciones complejas del aparato genitourinario en pacientes pediátricos, sobre todo del seno urogenital y cloacas, todo esto gracias a los avances realizados por el Dr. Peña en 1982 y el Dr. Hendren, quienes son los pioneros fundamentales de los conocimientos en esta área. Por esta vía es posible acceder por la línea media, a través del periné, al recto y al conducto común o seno urogenital, separar sus estructuras y descenderlas a través del periné para ubicarlas en sus sitios anatómicos, con lo que se conserva buena continencia urinaria y fecal y disminuye de manera considerable la frecuencia de estenosis de tipo vaginal y de fistulas urinarias, lo que permite proporcionar una calidad de vida adecuada a estos pacientes Material métodos: Se presentan los ocho casos de operaciones realizadas en la institución de los autores entre 1995 y 2010 en los que se utilizó esta vía de acceso para la corrección de las malformaciones congénitas mencionadas y los resultados obtenidos con dicha vía. Resultados: Todos los casos se resolvieron en un solo tiempo quirúrgico y no se produjeron complicaciones por fistulas o estenosis de las estructuras del seno urogenital y cloacas, sino que se conservaron dilataciones periódicas y derivación urinaria adecuada. Presentación de trabajos libres orales Conclusiones: Esta vía de acceso es óptima para tratar tal tipo de anomalías congénitas, siempre respetando la línea media de las estructuras del recto, con lo que se reduce el número de complicaciones y mejoran los tiempos quirúrgicos que se requerían antes. Por tanto, se recomienda este acceso para tratar las patologías indicadas, así como otras que se desarrollen a nivel del recto y el periné. El uso de los antibióticos en los pacientes con mielomeningocele Triana-Vázquez Fernando, Gutiérrez-González Adrián, Blanco Alfredo Servicio de Urología del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”. Monterrey, Nuevo León, México Antecedentes: La infección urinaria es una respuesta inflamatoria del epitelio urinario a la invasión urinaria, que conlleva bacteriuria y piuria. Engloba diversas entidades clínicas caracterizadas por la colonización e invasión del aparato urinario por microorganismos patógenos. La incidencia de las infecciones la parte inferior del aparato urinario depende de la edad y género del paciente. En el primer año de vida, en particular durante los primeros tres meses, son más frecuentes en los varones (3.7%) que en las niñas (2%); después de los tres meses esto cambia y el trastorno se vuelve más frecuente en las niñas (3%) con que en los niños (1.1%). Las infecciones de las vías urinarias inferiores en pacientes pediátricos son causa común de fiebre de origen a determinar en pacientes menores de 3 años. El riesgo de la infección de vías urinarias inferiores durante la primera década de vida es de 1% en varones y de 3% en mujeres. Se ha dicho que 5% de las niñas en edad escolar y más de 0.5% de los niños en edad escolar sufren al menos un episodio durante su vida escolar. Las infecciones del aparato urinario son frecuentes en niños con mielodisplasia y se debe tratar oportunamente las infecciones urinarias, en cuanto son identificadas. Objetivo del estudio: Exponer la experiencia clínica en el tratamiento de infecciones de vías urinarias en pacientes con disrafismos de la médula espinal, con base en las nuevas tendencias terapéuticas y no sólo a partir de los resultados de urocultivo con toma de muestra estéril. Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio retrospectivo en el cual se realizó una revisión de la base de datos de pacientes con disrafismos de la médula espinal (mielomeningocele en la mayoría de los casos) de los cuales se tiene un registro de visitas periódicas. Como parte de la vigilancia, se solicitan estudios paraclínicos (urocultivo) para determinar la infección de vías urinarias, con base en los resultados; a partir de éstos y de la valoración clínica se toma la decisión terapéutica, con base en las nuevas tendencias. Se decidió tratas a los pacientes con base en el resultado de su urocultivo y la presencia de síntomas generales, como fiebre (≥ 39 °C.), más las características físicas de la orina (transparencia o turbidez, fetidez) como parámetros del desarrollo de una respuesta inflamatoria (leucocituria) e iniciar el tratamiento con antibióticos, según fuese el resultado del antibiograma. Discusión: Debido a la constante manipulación de las vías urinarias; la frecuencia de bacteriuria y cultivos positivos es mayor en pacientes con mielomeningocele que en la población general y en los que tienen cuadro clínico atípico, lo que ha dado lugar a que se les administren de antibióticos de manera discriminada cuando tienen bacteriuria o cultivos de orina positivos. Conviene saberlo para facilitar la disminuir el empleo excesivo de esquemas innecesarios y ayudar a que disminuya la resistencia bacteriana. Conclusiones: Los esquemas de antibióticos para el tratamiento de las infecciones de vías urinarias en los pacientes con mielomeningocele sólo deben usarse en aquellos que tengan urocultivo positivo y cuadro clínico o alteraciones en las características físicas de la orina. Esto hará que disminuya el número de esquemas de antibióticos de 53 (50%) que se utilizarían solo con base en los resultados del cultivo a 17 (16.3%), basados en el cuadro clínico y las características de la orina. Cáncer superficial de vejiga. Experiencia de 15 años en el Hospital Español de México Uberetagoyena-Tello De Meneses Israel, Mancera-Steiner Carlos, SalgueiroErgueta Raúl, Paredes-Mendoza Jorge, Martínez-Arroyo Carlos, MarinaGonzález Juan Manuel Hospital Español de México. México, D.F. Antecedentes: En Estados Unidos, ésta es la cuarta causa de cáncer y la novena causa de muerte, la cual ocurre entre la sexta y séptima décadas de la vida, con una incidencia de 57 000 nuevos casos al año, con una relación hombre-mujer de 3:1. El carcinoma de células transicionales es el más frecuente (9095%). El 75% de los tumores son superficiales, 20% son invasivos y el 5% restante corresponde a metástasis de novo. Objetivo del estudio: Describir y analizar la incidencia y comportamiento del cáncer superficial de vejiga en un periodo de 15 años. Material y métodos: Se llevó a cabo un estudio retrospectivo observacional que abarcó de enero de 1995 a enero de 2010, con un total de 213 pacientes, de los cuales, a 103 se les realizó un análisis descriptivo del comportamiento que tuvo el trastorno. Resultados: Con un total de 103 pacientes, atendidos en 15 años, se obtuvo una edad media de 71-39 años (54-91). El 64.1% de hombres y un 35.9% de mujeres presentó síntomas relacionados, como hematuria (72.1%), SUOB (15.7%) y SUIB (12.2%); unos con factores de riego relacionados, como tabaquismo (47 pacientes, 45.5%), colorantes (7, 6.8%) y otros sin factores (49, 47.5%). Con respecto a la etapa tumoral: 58.25% fueron t1a; 22.33%, t1b y Ca in situ; 19.41%, con un grado de diferenciación de bajo grado en 84 (81.55%) pacientes y de alto grado en 19 (18.44%) pacientes, con recurrencia en el 63.4% de los casos y los demás sin recurrencias. Discusión: Se trata de un estudio con un número de casos de cáncer superficial de vejiga importante para un hospital privado, donde se pudo determinar el porcentaje del grado de diferenciación de la etapa tumoral y las recurrencias. Conclusión: El cáncer superficial de vejiga tiene una alta incidencia en la población mexicana, con una gran influencia del tabaquismo, lo que genera gran número de recurrencias. Uretroplastia por estenosis de uretra en el adulto. Experiencia en un centro de tercer nivel Ugalde-Zink Javier,1 Castillejos-Alonso Ricardo,2 Villeda-Sandoval Cristian,3 Feria-Bernal Guillermo,4 Sotomayor-De Zavaleta Mariano5 1 Residente de 2do año de Urología, 2Médico adscrito al servicio de Urología, 3 Residente de 1er año de Urología, INCMNSZ. 4Jefe del Servicio de Urología. 5 Médico adscrito al Servicio de Urología Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. México D.F. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 57 Presentación de trabajos libres orales Antecedentes: La estenosis de uretra en el adulto conlleva gran morbilidad para los pacientes y, por lo regular, la única alternativa terapéutica es la reconstrucción del segmento afectado. En el presente trabajo se expone la experiencia adquirida en el INCMNSZ en tal reparación quirúrgica durante un periodo de 10 años. Objetivo: Valorar los resultados de las uretroplastias por estenosis de uretra en el adulto, en un centro de referencia en México. De manera secundaria, analizar factores pronósticos de éxito en esta población. Material y métodos: Se llevó a cabo un análisis retrospectivo de los expedientes correspondientes a personas con uretroplastias (A T-T. UCP, UMO, UP) por estenosis de uretra confirmadas por cistouretrografía en el periodo transcurrido de enero de 1999 a mayo de 2010. Los factores analizados como pronósticos de éxito en el estudio fueron edad, tipo de reparación, longitud de la estenosis, IVU previas, uretrotomía y dilataciones previas a la reparación, uso de cistotomía, así como DM y obesidad. Resultados: Se incluyó en el estudio a un total de 38 casos de uretroplastia, en un grupo de pacientes con edad promedio de 59 años. La mayoría los casos (84.6%, 33) fueron de origen traumático, con antecedente de RTUP (14), que fue el más frecuente. La localización más informada fue en la uretra bulbar (33.3%), con una longitud promedio de la estenosis de 2.3 cm y predominio de anastomosis terminoterminal como método de reparación (47.4%, 18). La reestenosis (34%) y la infección de vías urinarias (47%) fueron las complicaciones más predominantes, durante un tiempo promedio de vigilancia de 33 meses. La tasa de éxito en esta serie fue de 66% y no se observaron factores pronósticos de importancia estadística en los análisis con una y con varias variables. Conclusiones y discusión: La estenosis de origen traumático es la causa más frecuente en esta serie; la reparación término terminal continúa como la vía más frecuente de reparación, con una tasa de éxitos de 66%. No se hallaron factores pronósticos de éxito en esta investigación. La reestenosis y las infecciones de vías urinarias subsecuentes son problemas que es posible solucionar de manera conservadora en la mayoría de los casos. Seguimiento de pacientes con adenocarcinoma renal según los grupos de riesgo del Sistema Universitario de Estadificación Integrado (UISS) Urdiales Alejandro, Santana Zael, Hernández Víctor, Fulda-Graue Santiago, Pérez B Rodrigo, Cantellano Mauricio, Morales M Gustavo, Pacheco G Carlos División de Urología, Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. México D.F. Antecedentes: El carcinoma de células renales (CCR) es la más letal de las neoplasias urológicas; se manifiesta como enfermedad metastásica en más o menos 20% a 30% de los casos y más de 40% de los pacientes finalmente muere por esta enfermedad. Aún se prefiere la resección quirúrgica como tratamiento de la enfermedad clínicamente localizada. De 20% a 40% de los pacientes sufrirá recurrencia después de la nefrectomía. Esta alta tasa de recurrencia justifica la importancia la vigilancia por largo plazo. Definir las guías de seguimiento para éstos pacientes es importante, tanto desde la perspectiva médica como de la económica, de manera que sea posible detectar tempranamente a los con que desarrollen enfermedad recurrente tratable, para minimizar la realización de estudios 58 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 innecesarios, sin sacrificar la supervivencia del paciente. La Universidad de California desarrolló el Sistema Universitario de Clasificación Integrado (UISS = University Integrated Staging System), que se basa en una estratificación de grupos de riesgo y combina el TNM, el ECOG y el grado nuclear (Fuhrman), con separación de los casos de riesgo bajo (T1, Fuhrman 1-2, ECOG 0), intermedio (resto de las combinaciones) y alto (T3, Fuhrman 3-4, ECOG 1 o más, o T4, con cualquier grado Fuhrman y ECOG). A pesar de no contar con un consenso mundial acerca de la vigilancia de estos pacientes, las guías de la NCCN de 2010 basan el seguimiento según el protocolo de estratificación de la UISS. No se cuenta con estudios de seguimiento en México que utilicen este sistema de estratificación para poder validarlo con la población nacional. Objetivo del estudio: Agrupar a los pacientes con diagnóstico de cáncer renal operados en grupos de riesgo bajo, intermedio y alto, según la clasificación de la UISS, y comprobar la utilidad de esta clasificación para la vigilancia y el tratamiento. Material y método: Estudio retrospectivo, descriptivo, abierto, observacional y, longitudinal que incluyó a los pacientes operados por adenocarcinoma renal en el Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, entre enero de 1998 y diciembre de 2009. Se clasificó a todos los pacientes según los grupos de riesgo de UISS y se analizó el tiempo sin recurrencia en cada grupo. Resultados: De los 120 pacientes estudiados, 26% fueron de bajo riesgo, 58% de riesgo intermedio y 16% de alto riesgo. Se obtuvieron una de tasa de pacientes sin recurrencias a 5 años de 89%, 62% y 39% para el bajo, intermedio y alto riesgo, respectivamente. El tiempo promedio a la recurrencia fue de 29, 16 y 8 meses para los grupos de riesgo bajo, intermedio y alto, respectivamente. La mayoría de pacientes operados por adenocarcinoma renal en Estados Unidos son de riesgo bajo, mientras que la mayoría de los pacientes de la población mexicana son de riesgo intermedio; esto se debe en parte a la gran cantidad de pacientes diagnosticados de manera fortuita en fases tempranas en Estados Unidos. Conclusiones: El pronóstico para personas con adenocarcinoma renal difiere según la estratificación de la UISS. La mayoría de pacientes operados por adenocarcinoma renal en Estados Unidos son de riesgo bajo, mientras que la mayoría de los pacientes en México son de riesgo intermedio. Es necesario realizar más estudios y con mayor número de pacientes de diferentes instituciones para validar este sistema en la población mexicana. Experiencia en nefrectomía laparoscópica de donador en un centro de tercer nivel Razón-Gutiérrez Jesús E, Villeda-Sandoval Christian I, Rodríguez-Covarrubias Francisco, Gabilondo-Pliego Bernardo Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. México D.F. Antecedentes: La nefrectomía laparoscópica de donador es una modalidad quirúrgica que ha sustituido a la técnica abierta, debido a las ventajas ya reconocidas, como menor estancia hospitalaria, menor hemorragia, mejor control del dolor posoperatorio y resultados más estéticos. Objetivo: Revisar la experiencia inicial del Instituto en este procedimiento. Material y métodos: Estudio retrospectivo y descriptivo. Se analizó la base de datos de donadores renales de enero de 2005 a agosto de 2010. Para el análisis se incluyeron las siguientes Presentación de trabajos libres orales variables: edad, género, índice de masa corporal (IMC), número de arterias y venas del injerto, tiempo operatorio en minutos, cantidad de hemorragia (mL) durante la intervención, tiempo de isquemia caliente, necesidad de trasfusión sanguínea, días de estancia hospitalaria y complicaciones perioperatorias. Además se valoró la concentración sérica de creatinina, hemoglobina y hematócrito pre y posoperatorios, concentración sérica de creatinina al mes y a los 6 meses posquirúrgicos. Resultados: Un total de 59 pacientes fueron llevados a nefrectomía de donador laparoscópica, asistida con la mano, de julio del 2008 a agosto del 2010. De ellos, 28 fueron hombres y 31 mujeres, todos con edad 36.27 ± 10.44 años. En todos los casos se practicó nefrectomía izquierda. En 44 pacientes se encontró arteria renal única y en 15 doble; 57 tenían vena única y 1 vena doble. No hubo pérdidas de injerto. En un caso se requirió de conversión a cirugía abierta por lesión vascular. El IMC fue de 24.36 ± 2.03 Kg/m2, el tiempo quirúrgico de 244.2 ± 66.9 min. El tiempo de isquemia caliente promedio fue de 4.83 ± 3.74 min y el sangrado de 218.64 ± 163.97 mL. No se requirió de transfusiones. La estancia intrahospitalaria fue de 3.83 ± 0.69 días. La concentración de creatinina, preoperatoria y a las 24 horas, 1 mes y 6 meses fue: 0.77 ± 0.16 mg/dL, 1.26 ± 0.28 mg/dL (p<0.001), 1.10 ± 0.3 mg/dL (p<0.001), 1.19 ± 0.29 mg/ dL (p<0.001). La concentración preoperatoria de hemoglobina y a las 24 horas: 15.13 ± 1.39g/L, 12.95 ± 1.48 g/L (p<0.001). Hematócrito preoperatorio y a las 24 horas: 44.4 ± 4.53%, 37.52 ± 4.64% (p<0.001). Se encontraron las siguientes correlaciones: IMC y tiempo quirúrgico (p=0.04), isquemia caliente con sangrado (p=0.01) y tiempo quirúrgico (p<0.001). Discusión: Las variables perioperatorias son similares a las de la experiencia de otros centros en el mundo. Las variables metabólicas muestran una disminución esperada. El IMC puede relacionarse con mayor tiempo operatorio, así como el sangrado y el tiempo quirúrgico total con mayor tiempo de isquemia caliente, quizá por mayor exigencia técnica. Conclusiones: Los resultados obtenidos en esta investigación son similares a los informados en la mayoría de las series publicadas hasta el momento, con lo que se demuestra que la nefrectomía laparoscópica de donador es un método seguro, con tasas de hemorragia para las que se requieren transfusiones. Energía monopolar y bipolar en resección transuretral de próstata: Necrosis en tejido por análisis histopatológico García-Mora Arturo, Villeda-Sandoval Christian Isaac, Aguilar-Davidov Bernardo, Feria-Bernal Guillermo, Castillejos-Molina Ricardo Servicio de Urología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. México, D.F. Antecedentes: La resección transuretral de próstata (RTUP) es el procedimiento quirúrgico preferido para tratar obstrucción prostática benigna (OPB), por su bajo índice de complicaciones y buenos resultados. La RTUP convencional utiliza energía monopolar e incluye el uso de glicina, para una adecuada visibilidad durante el procedimiento. Una temible complicación es el síndrome de resección transuretral (SRTU). Para solventar esta complicación, desde 2005 se ha propuesto el empleo de energía bipolar como alternativa, que utiliza solución salina como líquido de irrigación, con lo que se elimina el riesgo de SRTU. El tejido resultante de la RTUP es analizado por patología, pero hasta hoy se desconoce el efecto del cambio de energía en la calidad del tejido resecado. Objetivos: Comparar la calidad de tejido obtenido mediante resección monopolar contra bipolar, medida como necrosis porcentual e la muestra enviada a patología. Descartar la influencia de otras variables sobre la calidad del tejido obtenido. Materiales y métodos: Se realizó una revisión retrospectiva de pacientes sujetos a RTUP desde la llegada del sistema bipolar, de 2008 a 2010. Se incluyó a 29 pacientes. El tejido obtenido fue valorado por un solo patólogo, que no sabía qué tipo de resección se había efectuado; determinó el porcentaje de necrosis por análisis morfométrico. Se obtuvieron otras variables como edad del paciente, peso de tejido resecado y diagnóstico de cáncer. Se realizó un análisis de correlación entre variables y comparación entre grupos para encontrar diferencias significativas, así como análisis de una y de varias variables. Resultados: Se incluyó a 16 pacientes de RTUP monopolar y 13 de bipolar. Su edad en promedio era de 72.3 años (± 7.8) vs 74.46 años (± 7.42), el peso de la muestra obtenida fue de 20.3 g (± 14.5) vs 28.4 g (± 15.6), respectivamente, sin diferencia estadísticamente significativa. La necrosis observada fue 20.1% (± 21.9) vs 40.71% (± 23.3), p=<0.01 y se diagnosticó cáncer en 3/16 vs 0/13, p=0.04. Hubo correlación entre el tipo de corriente y la necrosis, p=<0.01; entre cáncer y el tipo de corriente, p= 0.04, y entre cáncer y necrosis, p=0.04. Los análisis de una y de varias variables no arrojaron resultados concluyentes. Discusión: La necrosis fue mayor en las muestras obtenidas con energía bipolar y se observó correlación entre el hallazgo de cáncer y el uso de energía monopolar. Conclusiones: Aunque no se pudo demostrar por análisis de varias variables, se considera que el uso de energía bipolar influye en la calidad de muestra sujeta a análisis patológico. Se requieren estudios con más pacientes para lograr un análisis adecuado. Criocirugía como terapia en cáncer de próstata Xochipiltécatl-Muñoz DJ, Castellanos-Hernández H, Neave-Sánchez EA, Bernal-García R, Figueroa-Zarza M, García-Camilo M, Velázquez-Macías RF. Hospital Central Sur de Alta Especialidad, PEMEX Picacho. Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos” ISSSTE. México D.F. Antecedentes: La criocirugía, ha resurgido como una evolución tecnológica y una opción de tratamiento mínimamente invasivo cuyo uso se ha incrementado marcadamente en la última década. Originalmente aceptada como salvamento para falla local posrradioterapia, actualmente es utilizada para tratamiento primario. Se le han efectuado numerosos cambios en las últimas cuatro décadas, con el objetivo de mejorar la seguridad y la reproducibilidad. Desde el desarrollo de las criosondas 17-G y el uso de gas argón como agente congelador, así como el empleo de ultrasonido transrrectal como guía, la sonda térmica uretral y los transductores monitores de temperatura, todo esto ha hecho que el procedimiento sea seguro y más reproducible. Objetivo: Describir la experiencia que se ha tenido en el Hospital Central Sur de Alta Especialidad PEMEX Picacho con el uso de la crioterapia en cáncer de próstata Material y métodos: Se realizó un estudio observacional, retrospectivo, transversal y descriptivo, con revisión de los expedientes de 38 pacientes que fueron sometidos a crioablación prostática por cáncer de próstata en el Hospital Central Sur de Alta Especialidad de Pemex Picacho, en el periodo comprendido desde enero de 2007 hasta abril de 2010. Se incluyó únicamente a pacientes con diagnóstico histopatológico de adenocarcinoma Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 59 Presentación de trabajos libres orales prostático, en etapa clínica T1b a T2b; se valoró el estadio tumoral por examen digital rectal, con gammagrama óseo y TAC abdominopélvica, sin que se hallaran signos de actividad tumoral fuera del órgano. Resultados: El intervalo de edad fue de 51 a 76 años, con una media de 64 años y DE ± 6.5; el intervalo de antígeno prostático al momento del diagnóstico fue de 3.4 a 15 ng/dl, con una media de 9.9, DE ± 6.8; el intervalo de suma de Gleason fue de 2 a 7 puntos, con una media de 5, DE ± 1.5; la moda de la sumatoria fue 2 + 3. El antígeno prostático posterior al procedimiento tuvo una media de 0.97, con DE ± 0.77. El tiempo de estancia hospitalaria fue de 2 a 5 días, con una media de 2 y DE ± 0.7. En 40.7% de los casos se obtuvieron resultados negativos en biopsia de control y 3.7% fueron positivos. 85.2% de los pacientes desarrolló impotencia y 14.8% conservaron la potencia. El 92.6% de los pacientes conservaron la continencia y 7.4% sufrieron incontinencia. En 11.15% se desarrolló estenosis, pero no en el restante 88.9 por ciento. Discusión: Como tratamiento primario, la criocirugía prostática es una posibilidad promisoria en cuanto a resultados a corto plazo. Los resultados oncológicos dependen de una buena selección de pacientes, junto con un monitoreo exacto de las temperaturas alcanzadas dentro y fuera de la próstata. La ecografía transrrectal cumple una función crucial para la localización óptima de las criosondas y los termopares. En cuanto a los resultados oncológicos, se ha tomado en cuenta el antígeno prostático es el mayor componente de las valoraciones del resultado del tratamiento de cáncer de próstata, de modo que se han determinado sus niveles para cirugía y radioterapia, aún no se cuente con estudios que hayan identificado el antígeno después de crioablación. Conclusión: Persiste el debate sobre cuál es el tratamiento óptimo de cáncer de próstata. Dada la alta incidencia de la enfermedad y de las morbilidades asociadas con las opciones estándar, los médicos y pacientes continúan interesados en opciones mínimamente invasivas; la crioterapia es una opción viable para pacientes con cáncer de riesgo bajo o intermedio, así como para pacientes de alto riesgo quirúrgico. Uso de crioablación en masas renales pequeñas Xochipiltécatl-Muñoz DJ, López-Conde CL, Castellanos-Hernández H, Neave-Sánchez EA, De La Cruz-Gutiérrez SM, Figueroa-Zarza M, García Camilo M, Velázquez-Macías RF Hospital Central Sur de Alta Especialidad, PEMEX Picacho. Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, ISSSTE. México D.F. Antecedentes: Los avances tecnológicos han cambiado la forma de diagnosticar y tratar los tumores renales. Hoy, muchas 60 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):19-60 neoplasias son descubiertas de manera fortuita. Actualmente se van desarrollando tratamientos de ablación para reducir la morbilidad que conllevan otros procedimientos. Estos tratamientos presentan mayor dificultad técnica la nefrectomía parcial convencional. En la actualidad, la crioablación se basa en el efecto JouleThompson, el cual se describe como el empleo de gas argón a través de sondas para enfriar de y helio para calentar, con lo que se pasa, en menos de 30 segundos, de una temperatura de +70° a otra de -180°C. Se logra la destrucción del tumor por dos mecanismos; el primero es por daño directo a la célula, con la consecuente muerte celular. El segundo mecanismo es una lesión vascular, seguida de pérdida de la circulación tumoral y, en consecuencia, muerte celular. La selección de pacientes para crioablación incluye a los que tienen tumores pequeños menores de 4 cm, riñón único, trastorno de la función renal o tumores bilaterales. Las técnicas de imagen que se utilizan para el procedimiento percutáneo son ecografía, tomografía computarizada y resonancia magnética. Objetivo: Describir la experiencia que se ha tenido en el Hospital Central Sur de Alta Especialidad PEMEX Picacho con el empleo de la crioterapia para tratar masas renales pequeñas. Material y métodos: Se realizó un estudio observacional, retrospectivo, transversal y descriptivo. Se revisaron los expedientes de cuatro pacientes a los se había practicado crioablación percutánea guiada por ultrasonido y tomografía axial computarizada de masa renal, por detección tomográfica de tumor de células renales, confirmado por biopsia percutánea en el Hospital Central Sur de Alta Especialidad de PEMEX Picacho, en el periodo comprendido desde febrero de 2009 hasta abril de 2010. Se incluyó únicamente a pacientes con diagnóstico de adenocarcinoma de células claras, T1, Fuhrman 1 y 2. Resultados: El intervalo de edad fue de 65 a 71 años, con media de 68 años. Con un seguimiento de 12 a 14 meses, todos los pacientes presentaron tumores únicos, dentro de un rango de tamaño de 2.8 a 3.5 cm. Todos fueron tratados bajo sedoanalgesia; a dos se les realizó procedimiento guiado por tomografía axial computarizada, y a otros dos guiado por ultrasonido. Se trató a dos mujeres y dos varones, los cuales presentaron una valoración preoperatoria con un riesgo quirúrgico Goldman 3; con la vigilancia radiológica, sólo en un paciente se detectó progresión tumoral a los 4 meses. Discusión: Se ha demostrado que la crioablación renal da buenos resultados en el tratamiento de masas renales pequeñas, con mínima morbilidad, pero aún hace falta experiencia para lograr mejores resultados. Conclusión: La crioterapia de masas renales, es un procedimiento promisorio, mínimamente invasivo; en México es limitado por el costo y por la falta de experiencia en su aplicación. CONGRESO NACIONAL LXI Congreso Nacional de la Sociedad Mexicana de Urología Presentación de casos clínicos Caso clínico cerrado De-León Jaén Siviardo C, Sierra-Mendoza Juan M, Vásquez-Delgado Lorena R, Cortes-Gudiño Francisco J, Martínez-Castro Miguel A. Hospital Angel Leaño, Universidad Autónoma de Guadalajara, Guadalajara, Jalisco, México. Paciente masculino LRA de 61 años que acudió a consulta de urología por cuadro de hematuria macroscópica intermitente de una semana de evolución, niega otra sintomatología, así como pérdida de peso, astenia, adinamia y con buen estado general. En sus antecedentes personales niega tabaquismo, alcoholismo o alergias no padece enfermedades como diabetes hipertensión arterial, hace 12 años fue operado por RTU por tumor vesical de células transicionales grado ll Asch T1 N0 Mo siendo manejado con instilaciones intravesicales de nitomicina C y cistoscopias de controles negativas y dado de alta hace 4 años, evolucionando satisfactoriamente. Sus signos vitales y examen físico resultaron normales. Tumor renal diagnosticado en mujer embarazada, caso clínico abierto Se solicitó USG obstétrico, con el que se detectó embarazo gemelar de aproximadamente 29 semanas de gestación, con ambos productos vivos y crecimiento intrauterino reducido para la edad gestacional. Por USG renal obtuvo una imagen hiperecoica en polo superior del riñón derecho, de más o menos 5 cm de diámetro, acompañado de ectasia bilateral. Por resonancia magnética nuclear se observaron signos de tumoración renal derecha dependiente de lóbulo superior, de 5 cm de diámetro. La imagen se reforzó al administrar gadolinio, con aumento del calibre de las venas renal y cava inferior, por debajo del diafragma. Se administraron hemotransfusiones y se practicó cistoclisis en el servicio de obstetricia; la hematuria remitió de manera espontánea al cuarto día de hospitalización, periodo en el cual se administraron medicamentos para maduración pulmonar fetal. Se atendió a la paciente en consulta externa, con vigilancia estrecha, y al alcanzar la edad gestacional de 35 semanas, determinada por FUR, cual se practicó cesárea sin complicaciones. Dos semanas después de la cirugía, se programó nefrectomía radical derecha, la cual se llevó a cabo sin complicaciones. Caso clínico cerrado Fernández-Noyola Gerardo, Cantellano-Orozco Mauricio, Morales-Montor Gustavo, Pacheco-Gahbler Carlos Hospital General Dr. Manuel Gea González. México, D.F. Gaona-Reyes Alma D, Martínez-Canseco Jesús Centro Médico Santa Fe. León, Guanajuato, México. Caso Clínico: mujer de 35 años de edad, católica, estudios de Primaria incompleta; niega antecedentes crónicodegenerativos, alérgicos, así como transfusiones, tabaquismo y etilismo; antecedentes quirúrgicos positivos de 2 cesáreas. AGO: G2 C2; FUR hace 32 semanas. Cursa con embarazo normoevolutivo, controlado por las Divisiones de Ginecología y Obstetricia del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. Padecimiento actual: Inició 24 hs antes de su ingreso al servicio de urgencias por un cuadro de hematuria macroscópica total indolora, acompañada de coágulos amorfos de inicio espontáneo, el cual no había remitido, por lo que acudió a urgencias de ginecología. Se cumplió el protocolo de estudio completo y se halló lo siguiente: Hb de 7.7 g/dL, hematócrito de 22%, EGO con eritrocitos incontables, así como abundantes leucocitos y resultado positivo de nitritos. Paciente de género femenino, de 46 años de edad; originaria y residente de la ciudad de León, Guanajuato, casada, estudios hasta 6° año de Primaria, católica, con trabajo de intendente; tuvo resultados negativos en estudios de AHF y de toxicomanías. APP: Cuatro cesáreas, la última hace 12 años; padece asma desde los 6 años de edad y su última crisis fue hace 8 años. AGO: Menarca a los 12 años; ritmo 30 × 4, con irregularidad en los últimos tres períodos. IVSA 22 años, G IV, P 0, C 4. Problema: Dolor lumbar izquierdo leve a moderado desde hace 5 años, intermitente, que cede al tomar antibióticos y analgésicos no especificados. Hace un mes, el dolor se volvió intenso e incapacitante; es un dolor de tipo pungente que se localiza en región lumbar izquierda, en el ángulo costovertebral (a nivel de L1-L2), sin irradiaciones y acompañado de escalofríos, síndrome consuntivo y distensión abdominal intermitente. Acudió al Servicio de Urgencias del IMSS en repetidas ocasiones, donde le aplicaron medicamentos Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):61-62 61 Presentación de casos clínicos no especificados por ella y que sólo aliviaban el dolor por unas horas. Al regresar a su domicilio, el dolor regresaba con las mismas características. Como no logró ninguna mejoría después de 3 días de acudir al IMSS, decidió acudir al Servicio de Urgencias de un hospital privado. A la exploración física se observó aspecto de la paciente acorde con su edad real, facies álgica y pálida (++), signo de Giordano izquierdo positivo, síndrome consuntivo y síndrome febril. EGO: pH 5.6, leucocitos 3-4/c, eritrocitos negativos, bacterias (-), cristales, glucosa, proteínas, urobilinógeno negativo. BH: Hb 11, Hto 36, leucocitos 16 000, segmentados 80%, bandas 6%; los demás parámetros fueron normales. Glucosa, 110 mg/dL; urea, 22 mg/dL; Cr, 0.9 mg/dL, ácido úrico 4.5 mg/dL. Placa simple, urografía excretora y TAC se comentarán en sesión. Síndrome de Stauffer. Caso clínico cerrado Flores-Terrazas Efraín, Castro-Marín Melchor, López-Silvestre Julio César, Campos-Salcedo José Gadu, Zapata-Villalba Miguel Ángel, MendozaÁlvarez Luis Alberto, Estrada-Carrasco Carlos Emmanuel, Martínez-Juárez Noé Esaúl, Terrazas-Ríos José Luis Antecedentes: Hasta en un 20% de los casos, el carcinoma renal se relaciona con síndromes paraneoplásicos, los cuales pueden ser precursores de enfermedad primaria o recurrente, por lo que su identificación facilita el diagnóstico temprano de carcinoma renal de células claras. Se desarrolla disfunción hepática en 10 a 15% de los pacientes con carcinoma renal de células claras no metastásico. Objetivo: Presentar el caso de un paciente con 49 años de edad, hipertensión de reciente diagnóstico y sin antecedentes quirúrgicos, quien sufre trastorno con evolución de 2 meses, 62 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):61-62 con ataque al estado general de salud, anorexia y pérdida de peso de 10 kg, así como coluria, acolia y prurito generalizado, por lo que se le diagnosticó síndrome de Stauffer secundario a carcinoma renal de células claras. Discusión: El carcinoma renal de células claras se caracteriza por diversas manifestaciones, a veces oscuras, que constituyen un paradigma latente. Dado que los múltiples signos y síntomas iniciales son sistémicos y poco específicos, se ha dado en llamarle el “tumor del internista”. La tríada clásica de hematuria, dolor en el flanco y masa palpable (tríada de Guyon) sólo aparece en 10% de los pacientes. Este caso ilustra la importancia del diagnóstico temprano de tumor renal por sus manifestaciones clínicas sistémicas para estar en posibilidad de ofrecer tratamiento quirúrgico adecuado. Conclusiones y revisión bibliográfica: el síndrome de Stauffer fue descrito inicialmente en 1961 en pacientes con carcinoma renal de células claras no metastásico. También se le llamó “hepatomegalia nefrógena”. Por lo general, la disfunción hepática remite después de nefrectomía. La incidencia puede variar de 3 a 20%. Se producen cambios bioquímicos de incremento en la concentración sérica de fosfatasa alcalina, disproteinemia, prolongación del tiempo de protrombina, hepatoesplenomegalia y cambios histológicos no específicos. Las causas son múltiples mecanismos de lesión hepatocelular, secreción de hepatotoxinas por el tumor y activación del sistema inmunitario contra hepatocitos. Asimismo se ha relacionado con producción de citocinas por el tumor, sobre todo IL-6. Las principales manifestaciones clínicas son hepatoesplenomegalia, aumento en la concentración de fosfatasa alcalina, disminución de la de albumina sérica y prolongación del tiempo de protrombina. Este síndrome no es exclusivo de carcinoma renal de células claras, pues también aparece con liomiosarcoma, angiosarcoma, histiocitoma maligno, adenocarcinoma bronquial y cáncer próstata. CONGRESO NACIONAL LXI Congreso Nacional de la Sociedad Mexicana de Urología Presentación de trabajos en cartel Adenocarcinoma de próstata sincrónico con linfoma linfocítico (Hodgkin) informe de un caso y revisión de la bibliografía Acevedo-García Christian, Rubio-Zamudio Ulises, Rosas-Ramírez Alejandro, Roque-Rodríguez GG, Arias-López D Hospital General de México, O.D. México, D.F. Introducción: El adenocarcinoma de próstata y el linfoma linfocitico Hodgkin son trastornos frecuentes en adultos mayores; sin embargo, se hallan pocos casos informados en la bibliografía actual de tumor doble sincrónico con infiltración de linfoma linfocitico a la glándula prostática. Se define el diagnóstico de adenocarcinoma de próstata por manifestaciones secundarias inespecíficas secundarias a linfoma Hodgkin. Objetivo: Presentar un informe de caso de adenocarcinoma de próstata sincrónico con linfoma linfocítico Hodgkin (originalmente presentado en el Hospital General de México) y comentar su sintomatología, diagnóstico y tratamiento, además de realizar una revisión de la bibliografía sobre el tema. Caso clínico: Paciente de género masculino con edad de 66 años, a quien se practicó plastia inguinal derecha hace 35 años y padece hipertensión arterial, en tratamiento. Su padecimiento actual inició hace 6 meses con pérdida de 30 kg de peso, astenia, adinamia, hiporexia, nicturia 2, tenesmo vesical y polaquiuria. En la exploración se preció: palidez de tegumentos; tórax sin alteraciones; abdomen con tumoración palpable en mesogastrio, dura, fija, con bordes regulares, de aproximadamente 10 × 10 cm; extremidades inferiores con edema infrarrotuliano bilateral, godete ++/+++. Por tacto rectal de percibió próstata de 3 × 3 cm, de consistencia incrementada, móvil, con bordes bien delimitados, eutérmica, enganchable, no dolorosa, sospechosa, sin nódulos. Con APE 6.46 ng/dl, fracción libre 1.23 ng/ ml (19%). Con base en biopsia transrectal se diagnosticó adenocarcinoma acinar de próstata, Gleason 6 (3+3). Por TAC se detectaron múltiples adenopatías retroperitoneales periaórticas y retrocavas. Se practicó biopsia excisional de ganglio pélvico, en la que se descubrió probable carcinoma metastásico de ganglios retroperitoneales con células metastásicas en 70% y 30% de linfocitos. Por inmunohistoquímica se detectó linfoma linfocítico Hodgkin clásico de tipo depleción linfoide. Se inició quimioterapia con 690 mg de dacarbazina, IV, en dos sesiones, dosis única de adriamicina (46 mg, IV) única y tres sesiones con 15 U de bleomicina IV y 10 mg de vinblastina IV en 3 sesiones. El APE posquimioterapia fue de 0.97 ng/ml, con fracción libre 0.21 ng/ml. No se administró tratamiento médico para la el adenocarcinoma de próstata. Conclusión: En la bibliografía no se halla una importante base de datos de tumor doble primario de esta naturaleza. Se eligió quimioterapia para tratar este linfoma linfocítico Hodgkin y se logró una disminución de la cantidad de este tipo celular, el cual había infiltrado la próstata; en consecuencia, se redujo la concentración de antígeno prostático específico, lo que a su vez generó una disminución de la carga tumoral. Metástasis poco frecuentes en tumores testiculares. Informe de dos casos y revisión de la bibliografía Acevedo GC, Roque GG, Arias D, Rubio U, Rosas A Hospital General de México, O.D. México, DF. Introducción: La hemorragia en porción alta de tubo digestivo es poco frecuente como manifestación inicial de coriocarcinoma de testículo, motivo por el cual existen pocos casos informados en la bibliografía. Esto da lugar a diagnóstico tardío y alta mortalidad al momento del mismo. El coriocarcinoma de testículo es una neoplasia frecuente en hombres de 15 a 35 años. Representa menos de 1% de los tumores testiculares y del seminoma clásico. También es común su invasión metastásica a ganglios linfáticos retroperitoneales y, con menor frecuencia, a piel, pulmones, hígado, riñón y cerebro; las metástasis al tubo gastrointestinal muy raras (5%). El 95% de las metástasis de los casos se forman en intestino delgado; el sitio más frecuente es el duodeno, seguido de esófago, estómago y colon. Objetivo: Presentar un informe de caso de coriocarcinoma de tes-tículo y de un seminoma clásico (presentado originalmente en el Hospital General de México), comentar su sintomatología, diagnóstico y tratamiento, además de realizar una revisión de la bibliografía sobre el tema. Caso clínico: Paciente de género masculino con edad de 25 años, sin antecedentes de importancia. Dos días antes de su ingreso al hospital, su padecimiento inició con astenia, adinamia, disnea, palpitaciones y evacuaciones melénicas en número de tres; por lo que se le practicó una endoscopia, con la que se descubrió un nódulo hemorrágico en el cuerpo gástrico. En la exploración se apreciaron palidez de tegumentos y múltiples lesiones en piel, con neoformaciones nodulares, eritematosas y Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 63 Presentación de trabajos en cartel violáceas de 1 a 4 cm. En examen cardiopulmonar se detectó soplo holosistólico plurifocal. No se observaron alteraciones en el abdomen ni en el pene; el testículo derecho medía 6 × 5 cm y era pétreo, no doloroso, eutérmico, sin cambios de coloración ni alteraciones en el cordón espermático; el testículo izquierdo no presentó alteraciones; tampoco las extremidades. Exámenes de laboratorio: leucocitos, 8.3; Hb 5.5; Hto, 15%; linfocitos, 1100; neutrófilos 6400; plaquetas 306 000; química sanguínea, tiempos de coagulación sin alteraciones; DHL, 1143; alfafetoproteína, 11.12; fracción beta de la HCG > 1000 m UI/ ml. En tele de tórax se observaron múltiples áreas radiopacas de circulares indicativas de metástasis. Por TAC se detectaron lesiones en estómago y riñón indicativas de metástasis. Más tarde, el paciente expulsó evacuaciones melénicas, sufrió choque hipovolémico y falleció. Informe de necropsia: tumor metastásico compatible con tumor de células germinales, con componente de coriocarcinoma. Paciente de género masculino con edad de 45 años, quien padeció hematemesis en una ocasión y tuvo dos episodios de defecación con melena, dos días antes su llegada al hospital, por lo que fue ingresado a urgencias, para protocolo de estudio de hemorragia en porción alta del tubo digestivo. El enfermo no tenía antecedentes de importancia para su padecimiento actual. En la exploración física se observó: palidez de tegumentos cardiopulmonar, sin trastorno aparente; abdomen blando depresible pero no doloroso, sin signos de irritación peritoneal, testículo derecho aumentado de tamaño de 4 × 3 cm, perineo no doloroso y sin cambios de coloración; extremidades sin alteraciones. En biometría hemática se hallo: leucocitos, 8 000; neutrófilos, 72; plaquetas, 345; Hb, 6.8; Htc, 20.5, con tiempos de coagulación y química sanguínea dentro de parámetros normales. Se practicó endoscopia y se tomó muestra de duodeno para biopsia, en la que se detectaron marcadores tumorales: CGH, 0.4; AFP, 2; DHL, 60; también se descubrieron metástasis de células germinales, por lo que se diagnosticó seminoma clásico y se practicó orquiectomía radical derecha. Conclusión: En la bibliografía se registran pocos casos de metástasis de coriocarcinoma de testículo a porción alta del tubo digestivo y piel, debido a la baja incidencia de manifestaciones clínicas de sus metástasis a diversos órganos. Por consiguiente, es difícil lograr el diagnóstico y tratamiento oportunos. La tasa de supervivencia a 5 años con este tumor alcanza hasta 80%, porque hay respuesta adecuada a la quimioterapia. Las metástasis a piel y la hemorragia en tubo digestivo son signos de mal pronóstico, pero son en extremo raras. Por tanto, es importante realizar diagnóstico diferencial en jóvenes con hemorragia en porción alta del tubo digestivo. Síndrome de Wunderlich. Informe de un caso y revisión de la bibliografía Acevedo GC, Garduño AL, Virgen GF, Jaspersen GJ, Roque RG, Arias LD Hospital General de México, O.D. México, DF. Introducción. El síndrome de Wunderlich es poco frecuente y afecta sobre todo a pacientes con tumor renal, pero muy rara vez aparece en pacientes con hemofilia tipo A. Sin embargo, muchos casos no son diagnosticados, por la falta de sintomatología y por las vagas manifestaciones clínicas y radiológicas. A pesar de todo, el tratamiento es de fácil aplicación y no es difícil solucionar el problema. Objetivo: Presentar el informe de un caso de síndrome de Wunderlich (presentado originalmente en el Hospital General de México), comentar su sintomatología, diagnóstico y tratamiento, además de realizar una revisión de la bibliografía sobre el tema. 64 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 Caso clínico: Paciente de género masculino con edad de 22 años y antecedentes de importancia de previas transfusiones de plasma, en la infancia. Su padecimiento inició hacía tres días con dolor en fosa renal derecha, acompañado de hematuria macroscópica total. El enfermo niega cualquier otro síntoma. En la exploración se apreció palidez de tegumentos, regular hidratación, función cardiopulmonar sin trastorno aparente, abdomen blando depresible y no doloroso (sin signos de irritación peritoneal), signo de Giordano derecho positivo, genitales sin alteraciones. También se hallaron factores VII de 0.7%, IX de 39% y resultado negativo de FVW, con tiempos de coagulación, biometría hemática y química sanguínea dentro de parámetros normales. EGO sin alteraciones. Conclusión: El síndrome de Wunderlich es una enfermedad rara, poco frecuente, y se manifiesta con síntomas vagos, motivo por el cual a menudo se pasa por alto este diagnóstico. El trastorno es poco frecuente en pacientes con hemofilia A y sólo aparece con cierta frecuencia en relación con tumores renales. Urinoma unilateral espontáneo como manifestación de tumor vesical. Informe de un caso y revisión de la bibliografía Acevedo GC, Rosas RA, Rubio ZU, Roque RG, Arias, D. Hospital General de México, O.D. México, DF. Introducción: Los urinomas espontáneos son poco frecuentes y sobre todo que aparezcan de manera unilateral; es aún más raro que surja como manifestación de un tumor vesical, aunque es un trastorno común en pacientes con cirugía de la vía urinaria. Objetivo: Presentar el informe de un caso de urinoma unilateral espontáneo (presentado originalmente en el Hospital General de México), comentar su sintomatología, diagnóstico y tratamiento, además de realizar una revisión de la bibliografía sobre el tema Caso clínico: Paciente de género femenino con edad de 52 años y sin antecedentes de importancia. Su padecimiento inició hacía ocho días con dolor en fosa renal derecha, acompañado de náuseas, vómito, sin fiebre ni escalofríos; el dolor irradiaba a la región inguinal ipsolateral. La enferma negó hematuria y lituria. En la exploración se apreció: palidez de tegumentos, regular hidratación, función cardiopulmonar sin trastorno aparente, abdomen blando, depresible no doloroso y sin signos de irritación peritoneal; signo de Giordano derecho positivo. Se hallaron genitales sin alteraciones, con orina concentrada. La mujer negó pérdida de peso y fiebre. Se abrió nefrostomía derecha, por la que se logró excreción de orina de alrededor de 400 cc y se observó mejoría clínica de la paciente. Conclusión: Es poco frecuente que el urinoma unilateral aparezca de manera espontánea, pero más aún como manifestación inicial de un cáncer de vejiga. Hematoma renal espontáneo. Síndrome de Wunderlich Alfaro-Alcocer Jorge Antonio,1 Carvajal-García Román,1 González-González Felipe de Jesús,1 Galicia-Gaona Ariel,2 Zamora-Varela Francisco René2 1 Urólogos del Hospital Regional “Valentín Gómez Farías”. Guadalajara, Jalisco, México. 2 Residentes de Urología del Hospital Regional “Valentín Gómez Farías”. Guadalajara, Jalisco, México. Presentación de trabajos en cartel Paciente de género masculino con 42 años de edad, originario y residente de Ameca, Jalisco. Negó todo antecedente de enfermedades cronicodegenerativas. Un día tras ingresar al servicio de urgencias, el padecimiento inició con dolor abdominal súbito de moderada intensidad y punzante en hipocondrio izquierdo, que irradiaba al ángulo costovertebral ipsolateral. No padecía náuseas, vómitos, escalofríos ni fiebre. Ingresó deambulando, consciente, orientado, en buen estado general, con ligera palidez de piel y tegumentos, pero con estabilidad hemodinámica y función cardiopulmonar sin ningún problema; el abdomen se presentaba globoso por panículo adiposo, con peristalsis, y era blando, depresible, no doloroso, sin signos de irritación peritoneal; no se palparon masas ni visceromegalias y extremidades íntegras. Estudios de laboratorio al ingreso: leucocitos, 22 mil; Hb, 14.7 mg/dl; Hto, 46.8%; plaquetas, 448; Cr, 1.8; urea, 53; EGO, normal. En TC simple abdominal con medio de contraste, se observó riñón y uréter derechos de morfología normal; además, se vio una imagen que desplazaba al riñón izquierdo. Esa masa medía alrededor de 15 × 10 cm, con zonas heterogéneas hipodensas e hiperdensas y aparente infiltración a grasa perirrenal, con adecuada captación de medio de contraste por parénquima renal; la vejiga tenía morfología normal. Durante su hospitalización, el paciente continuaba con dolor de leve intensidad; además, la concentración de Hb descendió hasta 9.3 mg/dl, sin que se observara inestabilidad hemodinámica. Se decidió mantener al enfermo en observación y, sin administrar procedimiento quirúrgico, se dio de alta al paciente. En su primer mes de evolución, el paciente tuvo buen estado general, con estabilidad hemodinámica; se realizaron de laboratorio de control y se halló lo siguiente: leucocitos, 10 mil; Hb, 13.1; Hto, 41%; plaquetas, 441 000; tiempos de coagulación normales; Cr, 1.1; urea, 28. En TC abdominal de control se apreciaron imágenes heterogéneas hiperdensas e hipodensas de menor diámetro a expensas de riñón izquierdo. Doble lesión accidental. Tumor renal relacionado con aneurisma de la aorta abdominal infrarrenal. Informe de un caso Alias-Melgar A, Huante-Pérez JA, Zuviri-González A, Díaz-Vega JC, LeyvaMendívil C, Espinosa-Pérez Grovas D. Departamento de Urología, Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, ISSSTE. México, D. F. Resumen: Los tumores de células renales son las neoplasias renales más frecuentes de las que se diagnostican por métodos de imagen. Es característico que el paciente sufra dolor lumbar, hematuria y tenga una masa palpable, aunque esta tríada es observada en un porcentaje bajo del total de los pacientes. Debido al desarrollo de nuevas técnicas de imagen, como la ecografía y la tomografía axial computarizada, se ha incrementado el número de casos en que se diagnostica de tumor renal, incluso en etapas más tempranas y en pacientes asintomáticos, ya que muchas veces se solicitan dichos estudios inicialmente por algún síntoma extraurinario. El descubrimiento fortuito de dichas lesiones permite iniciar el tratamiento en etapas más tempranas de su evolución clínica. Caso: Paciente con edad de 63 años y antecedente de HAS de 4 años de evolución, tratado con IECA y antagonistas del calcio. El padecimiento inició un mes antes que se realizara la valoración y los primeros síntomas fueron dolor lumbar punzante que irradiaba al glúteo derecho por el trayecto del ciático; se incrementaba con la flexión y la extensión del muslo derecho y cedía con reposo; por tanto, se solicitaron estudios básicos de laboratorio y USG de abdomen alto. Se descubrió riñón derecho con bordes lobulados y medidas de 11.2 × 5.3 × 5 cm; además, en el polo superior se observó una imagen redondeada heterogénea, con tabiques de 4.6 × 4.9 cm, sin dilatación del sistema colector; en el riñón izquierdo no se observaron alteraciones. Se solicitó TAC abdominopélvica, en la que se confirmó la lesión renal en el polo superior, con los mismos signos; también se descubrió un aneurisma en aorta abdominal infrarrenal, de pax 5 cm. En la exploración se halló que el paciente tenía buen estado general, no se palpaba masa renal ni tumoración abdominal pulsátil (debido al panículo adiposo) y tenía pulsos palpables 3/3 de proximal a distal, lo mismo que flujos trifásicos en ambos lados. Se realizó la valoración en los servicios de angiología y urología y se decidió practicar nefrectomía radical derecha por una tumoración renal T1b y la exclusión del aneurisma de aorta abdominal en un mismo tiempo, lo que estaría a cargo del servicio de angiología. Se abrió incisión en línea media infra y supraumbilical, con lo que se vio aneurisma de 5.4 cm de diámetro × 7 cm de longitud; se disecó el aneurisma y se localizó arteria renal derecha para cortarla y ligarla; se dejó referencia del AAA. Se procedió a realizar nefrectomía radical, sin complicaciones, y se obtuvo pieza quirúrgica de más o menos 15 × 6 cm. posteriormente, en el polo superior se observó una lesión con diámetro aproximado de 5 cm. Se procedió a terminar la exclusión del AAA con colocación de injerto. El paciente requirió vigilancia en el servicio de terapia posquirúrgica, de donde egresó a los 5 días. En el estudio histopatológico se determinó tumor renal de células claras, Furman 2, y se informó de 5 ganglios negativos. Comentario: Con el desarrollo de nuevas y más precisas técnicas de imagen, es posible detectar tumores renales en etapas más tempranas; dicha ventaja permite tener un mejor pronóstico al realizar un tratamiento temprano; además, al principio este paciente presentó síntomas neuromusculares característicos y también se corroboró dolor tipo ciático; sin embargo, como el diagnóstico de dicha entidad sólo era diferencial, se protocolizó con estudios de imagen con los que se localizó, en un primer paso, la lesión del polo superior del riñón derecho, lo que indujo a tomar una TAC de abdomen, con detección fortuita de una segunda lesión (el aneurisma de la aorta abdominal). Con el presente caso se muestran las ventajas de los métodos de imagen como herramienta fundamental para la detección temprana de distintas lesiones en otros órganos. Carcinoma de células renales con translocación Xp11. Informe de un caso Álvarez-Velasco Gustavo, Solares-Sánchez Mario E, Martínez-Cervera Pedro, Gallardo-Aguilar Jesús, Camarena-Reynoso Héctor R, Jiménez-Ríos Miguel A Instituto Nacional de Cancerología. México, D. F. El término carcinoma renal de translocación abarca a los carcinomas renales que se desarrollan en niños y pacientes jóvenes y en quienes existe una translocación genética con punto de rotura en Xp11.2. Algunos de estos pacientes tienen el antecedente de haber recibido tratamiento con quimioterapia. En los tumores con morfología papilar característica se identifica la fusión ASPL-TFE3. El tumor es de curso indolente y se manifiesta en estadios avanzados a edades tempranas. En fecha reciente Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 65 Presentación de trabajos en cartel se describieron carcinomas renales con translocación Xp11.2 en adultos jóvenes, en quienes la evolución clínica es más agresiva. Desde el punto de vista histológico, estos carcinomas se componen de papilas tapizadas por células claras, así como por nidos y alvéolos acompañados por cuerpos de psammoma. En ocasiones su citoplasma es levemente eosinofílico. Es característico que estos tumores sean positivos a inmunohistoquímica de melanoma (Melan-A, HMB45) y que no expresen citoqueratina y vimentina, o lo hagan muy débilmente. Asimismo, son positivos con CD10 y con el marcador de carcinoma renal. De manera específica estos tumores muestran tinción nuclear con TFE3. No está bien definido el tratamiento para adultos. Informe del caso: Paciente de género masculino con edad de 22 años y antecedente de tabaquismo leve (1 a 2 cigarrillos por semana), sin exposición a productos químicos ni quimioterapia. En noviembre del 2009 se le atendió en el INCan por pérdida de 10kg de peso en 5 meses, un mes con dolor lumbar irradiado a flanco izquierdo y aumento del perímetro abdominal. Se tomó ecografía abdominal en la que se observó esplenomegalia. Por TC se identificaron múltiples lesiones nodulares en pulmones y mediastino, derrame pleural izquierdo, tumor renal izquierdo y múltiples lesiones en hígado. Para determinar el diagnóstico se realizó biopsia incisional, en la que se descubrió carcinoma renal morfológicamente compatible con carcinoma de translocación, con resultados positivos de CD10 y vimentina, y negativos de CEA, CK20, CK7, cromogranina, Melan-A y sinaptofisina. Fue tratado con sorafenib durante 4 meses, sin obtener respuesta clínica, con deterioro del estado funcional y progresión de la enfermedad. Hoy, el paciente está con cuidados paliativos. Actualmente el carcinoma de células renales con translocación es una entidad bien conocida. Afecta sobre todo a niños y adultos jóvenes; al momento del diagnóstico se halla en etapas avanzadas y es de evolución clínica agresiva. El tratamiento no está bien definido, aunque se ha informado de respuestas con terapia blanco, similares a las obtenidas en el caso de carcinoma renal convencional. El diagnóstico se establece por inmunohistoquímica y pruebas genéticas. Se debe considerar este carcinoma en los casos de tumores renales de presentación atípica o en pacientes jóvenes con la enfermedad en etapas avanzadas. Fístula vesicovaginal y ureterovaginal izquierda, secundaria a HTA Arango-Martínez Willver, Hernández-León Omar Hospital Juárez de México. México D.F. Antecedentes: Desde tiempos inmemoriales han existido las fístulas genitourinarias, de lo que se tienen antecedentes que datan de 2050 años a.C., secundarias a partos difíciles. En el siglo XVII se consideraban que las fístulas vesicovaginales eran incurables, hasta que en 1672 fueron tratadas con afrontamiento de bordes y, en 1839, Haywar describió la reparación por planos. Más tarde se describieron otros tipos de plastia vesicovaginal, adecuadas al diámetro del orificio y la longitud del introito vaginal y, en relación con fístulas ureterovaginales, para determinar la necesidad de reimplante ureteral. Objetivo del estudio: Mostrar la eficacia de la reparación de fístula vesicovaginal por técnica de O´Connor. Material y métodos: Paciente de género femenino con 39 años de edad y antecedente de histerectomía abdominal por miomatosis uterina, hacía 3 años. 66 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 La paciente padecía salida transvaginal de orina, sin realizar esfuerzos físicos, después de la intervención quirúrgica; informa que siente el deseo miccional, así como ardor transuretral ocasional y tiene necesidad de usar hasta 4 toallas femeninas, por lo cual acudió a consulta con un facultativo particular, quien diagnosticó fístula vesicovaginal y hace 2 años practicó plastia por vía vaginal. Las pérdidas transvaginales de orina persistieron, por lo que, hacía 12 meses, de nuevo se realizó reparación de fístula transvaginal. Sin embargo, la paciente aún sufría salida de orina transvaginal, motivo por el cual se programó cistoscopia, con la que se identificó una fístula vesicovaginal y una ureterovaginal izquierda. En consecuencia, se le practicó reimplante ureteral izquierdo, más plastia tipo O´Connor, con lo que se logró la remisión de fuga de orina transvaginal. Resultados: En el posoperatorio, la paciente evolucionó de manera favorable, sin pérdida transvaginal de orina, tolerancia a la VO y sin fiebre. Se le dio de alta y se mantuvo vigilancia en consulta externa; se le retiró SFTU y sonda doble J del lado izquierdo, ya sin fístula vaginal ni cutánea. Discusión: La plastia de O´Connor es la técnica quirúrgica que ha logrado mayor tasa de éxito en el tratamiento de fístulas vesicovaginales. Por tanto, se ha relegado a un segundo plano la plastia vesicovaginal por vía abdominal, se utiliza principalmente en casos complejos o recidivas, sobre todo en casos de fístula ureterovaginal en los que no se obtienen los resultados esperados. Conclusiones: Las fístulas vesicovaginales y ureterales constituyen un bajo porcentaje de este tipo de trastornos; la mayoría de veces se relacionan con intervenciones obstétricas o hemorragia que dificulta la visualización de campo quirúrgico y si no se da el diagnostico adecuado, pasará desapercibida la relación con fístula ureterovaginal y no se logrará el éxito esperado o la elección de otro tipo de técnica quirúrgica por los fracasos anteriores. Tuberculosis testicular: presentación de un caso y revisión de la bibliografía Arias-López Daniel, Acevedo-García Crisitian, Roque Gerardo, MoyoMartínez Edmundo, Guillermo Soria Hospital General de México. México D. F. Introducción: La tuberculosis de los testículos es casi siempre secundaria a infección del epidídimo que, en la mayoría de los casos, se adquiere vía hematógena. La orquitis sin afección del epidídimo es un cuadro poco frecuente, es imposible diferenciar esta tumefacción de un tumor, por lo que se requiere una exploración temprana cuando no se aprecia respuesta rápida al tratamiento quirúrgico antituberculoso. Los focos tuberculosos en el epidídimo son causados por la diseminación metastásica de microorganismos a través del torrente sanguíneo. Por lo general, la enfermedad comienza en la cola epididimaria, dado que tiene mayor irrigación sanguínea que otras partes del epidídimo. Caso clínico: Paciente de género masculino con 35 años de edad, sin antecedentes de importancia. Su padecimiento inició dos meses antes de ser hospitalizado porque sufrió traumatismo contuso en testículo izquierdo, con aumento de volumen, cambios de coloración, eritema, dolor intenso 8/10. Se le trató con antibióticos no especificados, sin lograr mejoría, después se agregaron fiebre no cuantificada y drenaje espontáneo de material purulento en hemiescroto izquierdo, motivo por el cual acudió al servicio de urgencias de este hospital, donde se decidió internarlo. En la EF se encontraba despierto y orientado en tres esferas, con función cardiopulmonar sin trastorno aparente, Presentación de trabajos en cartel abdomen blando y depresible, sin signos de irritación peritoneal, pene cilíndrico, prepucio retráctil, con testículo derecho de consistencia y tamaño normales, indoloro, testículo izquierdo aumentado de tamaño a 10 × 8 cm, con aumento de consistencia, doloroso, eritematoso y con un orificio de 0.5 cm en el polo inferior, por donde drenaba material purulento escaso; extremidades con tono y fuerza conservados. Estudios de laboratorio realizado el 30-07-10: leucocitos, 7.5; neutrófilos, 76%; Hb, 8.1; Hto, 25; plaquetas, 438: glucosa, 88; urea, 23.5; creatinina, 0.5; ácido úrico, 5.5; TP, 12.3; INR, 1, 97%; TTP, 28.8. USG testicular (30-07-10): testículo izquierdo con pérdida de su patrón en sal y pimienta, heterogéneo, sin flujo vascular observado con Doppler; testículo derecho también heterogéneo, con imágenes hipoecógenas en su interior, indicativas de probables microabscesos; además, se aprecian imágenes anecoicas en región inguinal izquierda indicativas de crecimientos ganglionares. Discusión: La tuberculosis genitourinaria es causada por un bacilo aerobio estricto con características de ser acidorresistente y alcoholresistente; sensible a la luz solar, el calor, la luz ultravioleta y algunos desinfectantes, pero resistente a la desecación. Este aumento se relacionaba con infección por HIV, y se debió al aumento de la migración, tratamiento con BCG contra cáncer vesical y trasplante renal. Los pacientes con SIDA corren alto riesgo de desarrollar infecciones como la tuberculosis. La incidencia de Tb en pacientes con SIDA es 500 veces mayor que en la población general y en tales enfermos es mayor el riesgo de que sea extrapulmonar. Una persona con tuberculosis activa puede infectar de 10 a 15 personas al año. Los síntomas y signos de la tuberculosis genitourinaria son de intensidad y duración variables. Los síntomas más frecuentes son dolor en flanco (cólico nefrítico por fragmento calcificado), coágulo o litiasis (43.6%), disuria (43.1%), hematuria (39.6%; hematuria total e intermitente en el 10% y microhematuria en el 50%), frecuencia (34.4%), nicturia (17.8%), hemospermia, infertilidad (10%), HTA (5 a 10%, y 25% en monorrenos), astenia, anorexia, y adelgazamiento, así como pionefrosis febril y tóxica (raras). Conclusiones: Actualmente, la tuberculosis es una enfermedad que ha resurgido y es secundaria a la enfermedad por HIVSIDA, por lo que es importante detectarla y tratarla de manera adecuada. Este es un caso infrecuente de tuberculosis testicular que se diagnosticó después de orquiectomía, ya que al principio el paciente desconocía todo tipo de antecedentes de importancia y, como las imágenes ecográficas no permitían conclusiones definitivas sobre patología testicular, pues sólo mostraban inexistencia de flujo vascular. Historia natural de la enfermedad. Carcinoma de células renales, seguimiento por 6 años: reporte de caso Becerra L, Hermosillo C, Carvajal R, González F Departamento de Urología, ISSSTE. Zapopan, Jalisco, México. Antecedentes: Los casos de carcinoma de células renales constituyen de 2 a 3% de todas las neoplasias en el adulto, con porcentajes de supervivencia de 65% a 5 años. Como el paciente rechazó los procedimientos quirúrgicos y médicos durante 5 años, se tuvo la rara oportunidad de hacer un registro radiográfico de la evolución natural de la enfermedad. Presentación del caso: Paciente de género masculino con 57 años de edad, quien acudió a la unidad de atención familiar que le correspondía, donde informó que su enfermedad inició desde julio 2004, con dolor en región costovertebral izquierda y se irradiaba a genitales. Con base en estudios de imagen, se le diagnosticó tumor renal, se perdió la vigilancia al paciente, pero el continuó realizándose estudios de imagen auto-indicados hasta el 2010, gracias a lo cual se puede tener un registro radiográfico de la evolución natural de la enfermedad. Conclusión: El caso presenta una extraordinaria oportunidad de estudiar la evolución natural del carcinoma de células renales. Debido a la peculiaridad del caso, la enfermedad ha proseguido su evolución natural sin tratamiento y ahora se cuenta con un registro ecográfico y tomográfico del crecimiento y la distribución del tumor, lo que ha servido para adquirir mayores conocimientos sobre la forma en que evoluciona el carcinoma de células renales. Tumor en cavidades renales metastásico a sistema nervioso central. Informe de un caso y revisión de la bibliografía Bonilla-Becerril Miguel A, González-Valle Juan C, Rosas-Nava Jesús E, LiraDale Alejandro, Rosas-Ramírez Alejandro, Rubio-Zamudio Ulises Hospital General de México. México D. F. Introducción: Los tumores en cavidades renales son relativamente infrecuentes; constituyen alrededor del 10% de todos los tumores renales y 5% de todos los uroteliales. Rara vez se manifiestan en pacientes menores de 40 años y tienen un máximo de incidencia entre los 60 y 70 años. Es más común en afroamericanos que en otras razas. Se desarrolla con mayor frecuencia en pacientes de género masculino, en una relación hombremujer de 3:1. El tabaquismo es el principal factor relacionado con el desarrollo de tumor de células transicionales en porción superior del aparato urinario. La manifestación clínica más frecuente es hematuria macroscópica (75%). Los estudios diagnósticos son examen general de orina y citologías urinarias. Se ha sustituido la urografía excretora con urotomografía, aunque sirve para determinar extensión local y metástasis a distancia. La pielografía ascendente es útil en casos de insuficiencia renal y en pacientes alérgicos al medio de contraste. La cistoscopia es importante para descartar lesiones vesicales coexistentes. El tratamiento puede ser conservador en estadios tempranos o cuando la cirugía está contraindicada. Para casos en que se considere tratamiento quirúrgico en estadios tempranos, se ha descrito la resección endoscópica de las lesiones y, en estadios tardíos, la nefroureterectomía con rodete vesical. La vigilancia por largo plazo es crucial, dado el alto porcentaje de recidivas. Caso clínico: Paciente de género femenino con 27 años de edad; sin antecedentes de importancia para el padecimiento. En trastorno inició con hematuria total de 6 días de evolución, acompañada de coágulos amorfos, disuria, tenesmo vesical, astenia y adinamia. En la exploración física, la paciente estaba orientada, consciente, un poco deshidratada, con palidez de piel y tegumentos +++, frecuencia aumentada de ruidos cardiacos. Abdomen plano, blando, depresible, no doloroso; se halló una tumoración en el flanco derecho (que no descendía con la maniobra de Montenegro), con peloteo, pero sin signos de irritación peritoneal, genitales de características normales para la edad; con sonda transuretral se halló derivación con gasto de orina hemática. Extremidades íntegras con fuerza conservada. Integridad neurológica. Al ingreso de la paciente al hospital, tenía concentración de Hb de 10.10 g/dl y hematocrito de 30.2%. Las pruebas de química sanguínea, las de función hepática y los tiempos de eran coagulación normales. Más tarde Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 67 Presentación de trabajos en cartel hubo descenso de la concentración de hemoglobina hasta 6.7 g/dl. Se realizó transfusión de múltiples paquetes globulares. Por cistoscopia se halló molde de coágulos de 200 cc, así como un coágulo filiforme en meato derecho. Se programó a paciente para nefroureterectomía derecha con rodete vesical, la cual se realizó sin complicaciones. Se halló carcinoma urotelial de alto grado, de 7.7 × 5.5 cm, con infiltración a parénquima renal y su capsula (sin rebasarla) e invasión renal y sin tumor en borde quirúrgico vesical. En el tumor se observó extensa necrosis y moderada angioinvasión. En telerradiografía de tórax se detectó nódulo pulmonar bilateral indicativo de metástasis. Por USG renal se apreció imagen heterogénea dependiente del riñón derecho, indicativa de tumor; el riñón izquierdo era normal. En urotomografía se observó imagen heterogénea a nivel de riñón derecho, la cual se reforzó al administrar medio de contraste (31 a 65 UH); también se vio imagen quística con interior heterogéneo a nivel de la corteza renal de riñón izquierdo, compatible con quiste renal Bosniak II-III. Se dio de alta a la paciente, quien reingresó una semana después por cefalea intensa y signos de hipertensión endocraneana. Se tomó tomografía de cráneo y se descubrieron signos de lesión metastásica a nivel de lóbulo occipital derecho. La paciente sufrió deterioro neurológico secundario a metástasis y falleció antes de recibir tratamiento complementario Discusión: La paciente tenía cuadro atípico de tumor en cavidades renales, tanto por la edad como por la existencia de metástasis a sistema nervioso central, ya que en la bibliografía únicamente se han registrado cuatro casos. En 2009, de un total de 57 760 casos de cáncer renal, se calcularon 2270 casos de cáncer en cavidades renales y uréter en Estados Unidos. Además, la paciente no tenía factores de riesgo identificables. El tumor de células transicionales (TCT) representa más del 90% de los tumores uroteliales en la porción superior del aparato urinario. Las otras variedades histológicas son carcinoma epidermoide (1-7%) y adenocarcinoma (1%). El TCT se puede diseminar por invasión directa al parénquima renal o a estructuras adyacentes, por vía linfática o sanguínea. Los sitios más comunes de metástasis son hígado, pulmón y hueso. La primera manifestación clínica en la paciente de este caso fue tardía, a pesar de que el tumor ya estaba en un estadio avanzado. Se sospechó el diagnóstico por la hematuria y fue confirmado al realizar urotomografía. Se aplica tratamiento médico como adyuvante para el tratamiento quirúrgico o en pacientes para quienes el tratamiento quirúrgico está contraindicado. Se ha descrito el uso inmunoterapia con BCG o mitomicina para estadios tempranos. El esquema preferible para quimioterapia sistémica es con metrotrexato, vinblastina, doxorrubicina y cisplatino. No se ha definido la utilidad de la radioterapia en este caso. Con este diagnóstico el tratamiento quirúrgico es prioritario. En el caso de enfermedad de bajo grado o en estadio superficial el estándar de referencia es el tratamiento endoscópico conservador. Para estadios más avanzados el tratamiento preferible es la nefroureterectomía radical. Se debe mantener vigilancia estrecha del o la paciente, debido al alto riesgo de recurrencias locales o a nivel vesical. Con estos pacientes, es necesario mantener la vigilancia por largo plazo. En el caso particular aquí informado quedó pendiente el complemento terapéutico con quimioterapia así como un tratamiento complementario particular para las metástasis cerebrales y sus complicaciones que, según se comenta en la bibliografía, consiste en la resección de las lesiones con estereotaxia y, en algunos casos, radioterapia. Conclusión: Los tumores en cavidades renales son más frecuentes en la población adulta, pero no por ello se debe pasar por alto la posibilidad del diagnóstico en pacientes jóvenes. Se 68 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 debe recordar que el tratamiento preferible en estadios más avanzados es la nefroureterectomía radical con rodete vesical, así como valorar quimioterapia coadyuvante y posterior vigilancia estrecha por largo plazo, dada la posibilidad de recidivas tumorales. Tumor fibroso solitario de un caso en el Hospital General “Dr. Manuel Gea González” Camacho-Castro Alberto J, Sánchez-Turati José G, García-Salcido Francisco J, Muñoz-Ibarra Erick, Ahumada-Tamayo Samuel, FernándezNoyola Gerardo, Martínez José A, Pérez-Becerra Rodrigo, Santana-Ríos Zael A, Urdiales-Ortiz Alejandro, Fulda-Graue Santiago, Hernández-Castellanos Víctor, Saavedra-Briones Dorian, Merayo-Chalico Claudio E. , CantellanoOrozco Mauricio, Morales-Montor Jorge G, Pacheco-Gahbler Carlos División de Urología, Hospital General “Dr. Manuel Gea González” Antecedentes: Es un tumor mesenquimatoso raro con diferenciación fibroblástica, inicialmente fue descrito en localización pleuropulmonar, reportado por Kemplerer y Rabin en 1931 como tumor fibroso benigno de la pleura, o mesotelioma fibroso, su diagnóstico es incidental sobre todo en tumores pequeños, en tumores grandes existe sintomatología urinaria con efecto de presión, se presenta con mayor frecuencia en pacientes entre la cuarta y séptima década de la vida, hay ligero predominio en el sexo femenino, macroscópicamente se observa tejido fibrótico como liomioma Objetivo: Presentar el primer reporte de caso de tumor fibroso solitario vesical en México Caso clínico: Masculino de 46 años de edad, sin antecedentes de importancia, PA: Inició 10 meses previo a su ingreso con hematuria macroscópica total, con coágulos, de inicio súbito, indolora. Acude a valoración en nuestra institución donde a la EF: Signos vitales normales, abdomen con presencia de masa palpable en hipogastrio de aproximadamente 10 x 10 cm, adherida a planos profundos. Laboratorio: Hb 8.2 g/dL, Hto 23.6%, Glucosa 127 mg/dL, BUN 44 mg/dL, Creatinina 3.14 mg/dL, EGO: densidad 1.026, pH 7.0, proteínas 60 mg/dL, cetonas 15 mg/dL, sangre ++++, eritrocitos incontables. Inicialmente se realizó RTUV hemostática, documentando la presencia de tumor vesical sólido que ocupa la totalidad del piso. En estudios de extensión: TAC abdominopélvica con presencia de tumor de vejiga que ocupa la base en su totalidad, densidad de 33 y 55 UH, con coágulos en su interior, así como ureterohidronefrosis bilateral; se colocaron catéteres de nefrostomía bilaterales para asegurar la función renal; posteriormente se realizó segunda RTUV, con resultado histopatológico: Tumor fibroso solitario con necrosis en el 30%, CD34 (+++), vimentina (++), S100 (++). Finalmente se realizó una excisión total de la tumoración vesical con reporte histopatológico: Tumor fibroso solitario benigno de 12x8.5x8cm, con necrosis en el 5%, actualmente continúa bajo vigilancia a través de la consulta externa con 8 meses de seguimiento Discusión: Los tumores fibrosos solitarios se pueden presentar como síndromes paraneoplásicos, como osteoartropatía degenerativa e hipoglucemia, en donde la inmunohistoquímica a CD34 es un rasgo característico; estos suelen ser tumores bien delimitados, frecuentemente encapsulados, benignos, de crecimiento indolente y pueden cursar asintomáticos por un largo periodo de tiempo, pudiendo alcanzar dimensiones de hasta 10 kg. Se han reportado en la literatura mundial 12 tumores fibrosos solitarios a nivel urológico, de los cuales 5 fueron Presentación de trabajos en cartel dependientes de próstata, 1 de cordón espermático y 6 de vejiga, en nuestro país sólo se ha reportado un caso paravesical; se han tomado diferentes medidas de manejo en cada uno de los casos que van desde la cistectomía radical hasta la tumorectomía, sin tener hasta el momento un protocolo de manejo establecido. Conclusiones: El tumor fibroso solitario es una patología poco común y el manejo del mismo se debe valorar de forma individual, dependiendo de las características presentes en cada caso, siendo la preservación del órgano una prioridad siempre que sea posible la misma Linfoma bilateral. Presentación de un caso Solares-Sánchez Mario Emmanuel, Camarena-Reynoso Héctor Ramón, Martínez-Cervera Pedro Fernando, Álvarez-Velasco Gustavo, GallardoAguilar Jesús, Jiménez-Ríos Miguel Ángel Departamento de Urología del Instituto Nacional de Cancerología. México DF. Introducción: el empleo de métodos de imagen no invasivos y de alta resolución ha permitido diagnosticar un mayor número de masas adrenales asintomáticas (incidentalomas); se informa que la incidencia es de 0.35 a 4.4% en TAC y de 1.4 a 5.7% en series de autopsias. Según su causa, los tumores más frecuentes son los adenomas adrenales, con una frecuencia de 36 a 94%, el cáncer de suprarrenal se desarrolla en 1.2 a 11% y las metástasis a otros órganos en 0 a 21%. Las infecciones, procesos granulomatosos y linfomas tienen escasa incidencia. Caso clínico: paciente de género masculino con edad de 55 años, sin antecedentes de importancia; su padecimiento inició con pérdida de peso de 12 kg en 4 meses, con lumbalgia derecha. Acudió con un médico, quien ordenó tomografía axial computarizada (TAC) y resonancia magnética nuclear (RMN) abdominopélvicas, en las que se identificaron tumores suprarrenales bilaterales: del lado derecho de 5 × 6 cm, del lado izquierdo de 3 × 3 cm, ambos de aspecto sólido, sin hipertensión ni signos de grasa en su interior. No se descubrieron signos de adenopatías regionales y no se detectaron alteraciones en el resto de los órganos intraabdominales. Se informó que las concentraciones de catecolaminas y metanefrinas en orina estaban dentro de parámetros normales. El paciente fue remitido al Instituto Nacional de Cancerología, donde se le practicó TAC de cráneo y tórax, sin hallar signos de lesiones neoplásicas, cerebrales o pulmonares. Se observaron cambios de densidad en cuerpos vertebrales torácicos. Gammagrama con MIBG negativo. Con sospecha clínica de carcinoma adrenal en el lado derecho y adenoma en el izquierdo, se le propuso realizar inicialmente adrenalectomía derecha por vía laparoscópica. Surgió dolor óseo en columna torácica, parestesias en hemiabdomen inferior. Extremidades inferiores con fuerza, sensibilidad y reflejos conservados, así como marcha atáxica. Bajo la sospecha de compresión del conducto medular, se le tomó RMN en la que se determinaron lesiones líticas secundarias a infiltración neoplásica en T1 a T5, con fractura patológica en T4 y T8 e invasión al 50% del conducto medular, compresión del saco dural e inestabilidad de la columna torácica .Fue tratado con radioterapia (RT) paliativa (30 Gy en 10 sesiones); se logró disminución significativa de dolor óseo y la marcha mejoró hasta ser normal. En RMN de control se observó respuesta completa de las lesiones en columna. A partir de las observaciones realizadas en columna vertebral y fiebres vespertinas con máximos hasta de 39°C, se consideraron los siguientes diagnósticos diferenciales: infección micótica, micobacteriana, o ambas, con afección suprarrenal y de columna dorsal, por lo que se realizaron tinciones específicas, PPD y cultivos, los cuales dieron resultados negativos. Se decidió realizar biopsia del tumor suprarrenal derecho, guiada por tomografía. En el estudio histopatológico se descubrió linfoma difuso de células B grandes, de tipo no centrogerminal. Los estudios de inmunohistoquímica con CD 20, MUM1, Bcl 6 y CD 3 lo confirmaron. Se inició tratamiento con quimioterapia a base de esquema CHOP – R, actualmente en segundo ciclo. Discusión: la valoración de los tumores suprarrenales se basa en establecer la diferencia entre masa maligna o benigna y funcional o no funcional. Existen pocos casos publicados en la bibliografía en que se informe de afección suprarrenal bilateral (19 de 27 casos publicados con linfoma primario de suprarrenales). Análisis de rearreglos genómicos en cáncer de próstata agresivo Cárdenas-Cadena Sergio A,1,2 Grondin Yohann,2 Leach Robin J,3 Reveles Xavier T,4 Garza-Guajardo Raquel,5 Ponce-Camacho Marco A,5 ÁncerRodríguez Jesús,5 Gómez-Guerra Lauro S,6 Rojas-Martínez Augusto,1,2 OrtizLópez Rocío1,2 1 Departamento de Bioquímica y Medicina Molecular, Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Monterrey, NL, México; 2 Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias de la Salud, UANL Monterrey, NL, México; 3Department of Cell and Structural Biology, University of Texas Health Science Center at San Antonio, TX, USA; 4Combimatrix Molecular Diagnostics, Irvine, CA, USA; 5Servicio de Anatomía Patológica y Citología, Hospital Universitario UANL, Monterrey, NL, México; 6Servicio de Urología, Hospital Universitario UAL, Monterrey, NL, México. Antecedentes: El cáncer de próstata (CaP), según su agresividad clínica y grado de invasión, se puede clasificar en no agresivo (crecimiento lento y poca o nula actividad metastásica) y agresivo (progreso rápido y metastásico). Los estadios iniciales de esta patología presentan dificultades para el clínico, debido a la carencia de biomarcadores disponibles para definir posible evolución tumoral, pronóstico y guiar las decisiones terapéuticas. Objetivo del estudio: Desarrollar un perfil genómico de biomarcadores del tejido prostático que permitan la clasificación de CaP en agresivo o no agresivo, en pacientes con CaP en etapas iniciales y de diagnóstico reciente. Material y métodos: En este trabajo se realizó un análisis retrospectivo de muestras de DNA genómico aisladas de tejido prostático embebido en parafina. Las muestras provenían de pacientes con CaP agresivo (n = 15) y no agresivo (n = 8). Se utilizó la técnica de microarreglos de hibridación genómica comparativa (aCGH). La plataforma de hibridación está constituida por 3052 clones únicos diseñados para detectar los loci donde se localizan genes relacionados con CaP, como PTEN, TMPRSS2, MEN1 y c-MYC, así como detectar desbalances en el número de copias, con una resolución promedio 0.8 Mb (mediana de 346 Kb) a lo largo del genoma nuclear humano. Resultados: El análisis por aCGH permitió desarrollar un perfil genómico que permite clasificar al CaP en agresivo o no agresivo en un 70% de los casos. Se logró identificar regiones relevantes de pérdidas y ganancias, posiblemente relacionadas con CaP, como ganancias en las regiones 8q24.21 y 5p15.33 (loci de los genes MYC y TERT, respectivamente) y la pérdida en 8p21 locus del gen NKX3-1, entre otras regiones que contienen genes que aún se hallan en análisis. Discusión: Los resultados del estudio concuerdan con informes previos de ganancia y pérdida de genes relacionados con Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 69 Presentación de trabajos en cartel CaP (Baird y colaboradores, 2010 y Marian y colaboradores, 2010) en los cuales se propone que la ganancia del gen TERT está relacionada con CaP; otros postulan que la ganancia del protooncogén MYC y la pérdida del gen supresor de tumor NKX3-1 se relacionan con CaP de agresividad moderada y alta (Sun y colaboradores, 2007 e Ishkanian y colaboradores, 2009), así como la pérdida en 14q32 (región rica en genes) también tiene relación con la respuesta inmunitaria (Rose y colaboradores, 2010). Los resultados permiten inferir que, a pesar del alto grado de heterogeneidad del CaP, existen ciertas regiones de pérdida y ganancia dentro del genoma tumoral que tal vez estén relacionadas con su agresividad. Conclusiones: El empleo de aCGH permitió determinar las características generales de las alteraciones genómicas en el tejido prostático tumoral, con lo cual se pudo desarrollar lo que hoy en día se considera el primer perfil genómico clasificador de CaP que posibilita la distinción entre un tumor no agresivo y otro agresivo, con un error de clasificación de 30%. Este trabajo marca el inicio de una clasificación del CaP basada en perfiles genómicos para hacer el diagnostico más preciso y, de esta manera, ajustar las modalidades terapéuticas a las necesidades del paciente para mejorar su calidad de vida. Carcinoma no productor de la corteza. Presentación y reporte de un caso Celis-Flores José L, González-Rivera Luis, Cruz-Nuricumbo Eduardo, Villalobos-Gollas Miguel, Ceballos-Zapata Julio, Narváez-Morales José Antonio Departamento de Patología y Urología. Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán. México. Introducción: El carcinoma de la corteza suprarrenal es una enfermedad muy rara y de mal pronóstico. La incidencia anual es de 1 a 2 personas por millón. Los pacientes pueden presentarse con un síndrome hormonal o con síntomas generales de una masa abdominal. La patogenia es desconocida. La mayoría de los tumores son esporádicos y el 60% son hormonalmente activos. Cuando el tumor es productor el síndrome de Cushing, sólo o con virilización, es la manifestación inicial más frecuente. La resección quirúrgica completa es el tratamiento preferible para carcinoma de la corteza suprarrenal. Se administra mitotano cuando la cirugía no es posible, después de resección incompleta o para tratar la enfermedad metastásica. Con frecuencia se utilizan combinaciones de quimioterapia con etopósido, doxorrubicina, cisplatino y mitotano. Objetivo: Presentar el caso clínico de una paciente con carcinoma de la corteza suprarrenal no productor y revisión de la bibliografía. Material y métodos: En el presente estudio se halló un caso de carcinoma de corteza suprarrenal, atendido de agosto de 2008 a julio de 2010 en el Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán. Resultados: La edad de la paciente era de 47 años. El cuadro clínico inicial de la paciente incluía dolor abdominal crónico acompañado de dificultad para la respiración, pérdida de 35 kilogramos de peso y tumoración palpable en hipocondrio y flanco derecho, sin otras manifestaciones. Estudios de laboratorio preoperatorios: glucosa a 392 mg/dl, LDH, 689; cortisol en orina, 38.64 mcg/24 horas; aldosterona, 116.5 pg/ml; ACTH, 23.95 pg/ml; androstenediona, 0.64 pg/ml; electrólitos séricos normales. Por TAC se detectó tumoración dependiente de polo superior de riñón derecho, de 12 × 17 cm. Por angiografía se 70 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 descubre probable tumor suprarrenal; además se realizó embolización de arteria renal derecha con macropartículas de alcohol polivinílico. Se practicó tumorectomía y, posteriormente, se administró radioterapia (50Gy) a lecho quirúrgico. Etapa Clínica III. En TAC de control se aprecian signos de progresión de la enfermedad y en espera de inicio de quimioterapia. Observaciones de anatomía patológica: Lesión neoplásica maligna de aspecto epitelial. El patrón arquitectónico fue de proliferación lobular en láminas sólidas de células poligonales grandes con citoplasma claro espumoso, otras con citoplasma denso eosinofílico. Los núcleos muestran pleomorfismo intenso y de gran actividad mitótica atípica. La cápsula invadida y 50% de necrosis tumoral. Resultados de inmunohistoquímica positivos a calretinina, inhibina, melan A, EMA, y negativos a CD10, CK 7 Myo D1, cromogranina A y a HMB 4. Diagnóstico definitivo: carcinoma de corteza suprarrenal con necrosis del 50% e invasión capsular y extracapsular, así como invasión vascular. Ocho de ocho ganglios linfáticos con hiperplasia mixta. Conclusiones: El diagnóstico de carcinoma de la corteza suprarrenal es difícil de establecer, ya que la frecuencia es baja y a su comportamiento agresivo, debido a que el diagnóstico se define la mayoría de las veces en etapa avanzada como en la paciente de este caso, por lo que es necesario identificarlo y distinguirlo de otros trastornos benignas. Este tipo de carcinoma es de mal pronóstico, con 0% de supervivencia a 5 años y, de manera general, de 2.9 meses en pacientes no tratados. Hidrocele como manifestación clínica de Tb genitourinaria Cisneros-Chávez Roberto,1 Aragón-Castro Marco A,1 Gutiérrez-Rosales Rubén,1 Morales-Ordaz Omar,1 Guadarrama-Benítez Benjamín,1 CostillaMontero Axel,1 López-Zepeda Abraham,1 Pérez-Guadarrama Oliver A,1 Carrillo Ponce Claudia,2 Morales-Padilla Arturo2 1 Servicio de Urología, Centro Médico ISSEMYM, Metepec; Edo de México, México. 2Servicio de Patología, Centro Médico ISSEMYM, Metepec; Edo de México, México. Antecedentes: Se ha informado de tuberculosis extrapulmonar hasta en 10% de los pacientes con antecedente de tuberculosis pulmonar. Se ha observado un periodo de latencia de hasta 22 años. Entre los casos de tuberculosis extrapulmonar, la afección en el aparato urinario representa de 30 a 40% y afecta al epidídimo hasta en un 55%. Por lo general, la epididimitis tuberculosa es resultado de una tuberculosis prostática, la cual es secundaria a tuberculosis renal o pulmonar. Entre las manifestaciones clínicas se hallan crecimiento testicular y dolor escrotal, fiebre (poco frecuente) e hidrocele (5% de los pacientes). Por histología, es uno de los granulomas caseosos y no caseosos que destruyen túbulos seminíferos e intersticio. Presentación del caso clínico: Paciente de género masculino con 53 años de edad, habitante de una comunidad rural, sin antecedentes de tabaquismo ni alcoholismo, con antecedente de rinitis alérgica tratada con esteroides y antileucotrienos. Fue enviado a la consulta externa porque tenía hidrocele derecho, demostrado por ecografía testicular, por lo que se le programó para hidrocelectomía. En la intervención se drenaron 70 cc de liquido cetrino; en toda la superficie del testículo derecho se hallaron lesiones granulomatosas de 3 mm, las cuales se extendían hacia epidídimo, túnica albugínea y túnica vaginalis, en su cara interna, por lo que se decidió practicar orquiectomía ipsolateral y se envió la pieza a patología. Al microscopio se Presentación de trabajos en cartel observó que en la túnica vaginal (serosa testicular) había numerosos granulomas, conformados por células epitelioides, que alternaban con linfocitos maduros y células gigantes de tipo Langhans. Conclusiones: Los signos y síntomas en la orquiepididimitis tuberculosa son de leve intensidad, por lo que se debe de considerar la probabilidad de esta patología cuando hay hidrocele. Fístula vesicovaginal: Experiencia en el Centro Médico ISSEMYM y revisión de la literatura Cisneros-Chávez Roberto,1 Aragón-Castro Marco A,1 Gutiérrez-Rosales Rubén,1 Morales-Ordaz Omar,1 Guadarrama-Benítez Benjamín,1 CostillaMontero Axel,1 López-Zepeda Abraham,1 Pérez-Guadarrama Oliver A,1 Carrillo-Ponce Claudia,2 Morales Padilla Arturo2 1 Servicio de Urología, Centro Médico ISSEMYM, Metepec; Edo de México, México. 2Servicio de Patología, Centro Médico ISSEMYM, Metepec; Edo de México, México. Antecedentes: Las vesicovaginales son las fístulas adquiridas más comunes en el aparato urinario; se han relacionado con lesión vesical durante algún procedimiento quirúrgico en órgano pélvico hueco, principalmente histerectomía, colporrafía anterior, reparación de un cistocele, cirugía contra incontinencia y también se han relacionado con neoplasias, irradiación pélvica, rotura uterina y traumatismo obstétrico. Objetivo: Presentar la experiencia de la institución de los autores en el diagnóstico y tratamiento de fístulas vesicovaginales. Material y métodos: Se realizó una revisión de los expedientes de pacientes que fueron atendidas en el servicio de urología del Centro Médico ISSEMYM durante el periodo comprendido entre enero de 2008 y agosto de 2010. Resultados: Se revisó un total de 13 expedientes, de los cuales se incluyeron sólo 11 que se encontraban completos y contaban con vigilancia adecuada en consulta externa. La edad promedio de las pacientes fue de 44.7 años, en un intervalo de 37 a 55, IMC de 22.26 a 32.87, con media de 25.75. La principal causa fue un procedimiento quirúrgico, la histerectomía por acceso abdominal en todos los casos, que se llevó a cabo por causas obstétricas (aborto incompleto, atonía uterina y desprendimiento de placenta) en 27.27% de los casos y por causas ginecológicas en el 72.72% de las pacientes. De primera instancia se ofreció tratamiento conservador con sonda de Foley transuretral durante dos meses; con este procedimiento sólo en una paciente (9.09%) se resolvió el cuadro; por tanto, a las demás se les practicaron uretrocistografia y cistoscopia como parte del protocolo de diagnóstico. Posteriormente se les dio tratamiento quirúrgico. El tiempo que transcurrió entre la lesión y la cirugía fue de 3 a 36 meses, con una media de 8.2 meses, aunque el intervalo más frecuente fue de 4 meses (4/11). En todos los casos se realizó fistulectomía de Sims y se obtuvo buena respuesta hasta en un 90% de las pacientes; sólo una de la dos a quienes no se les dejó cistotomía sufrieron recurrencia del cuadro 45 días después de operadas. La estancia intrahospitalaria fue de 5.5 días, en promedio, y el sitio más frecuente de fístula vesicovaginal fue retrotrigonal (54.54%). Conclusiones: Las fístulas vesicovaginales tienen buena respuesta al tratamiento quirúrgico. En su experiencia los autores han obtenido un 90% de resolución de la sintomatología. En algunas pacientes también se ha observado resolución del cuadro con tratamiento conservador. Se obtienen buenos resultados al diferir la cirugía por lo menos de 3 a 4 meses. Cáncer testicular. Experiencia en el Centro Médico del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) Costilla-Montero Axel, Aragón-Castro Marco A, Gutiérrez-Rosales Rubén, Morales-Ordaz Omar, Guadarrama-Benítez Benjamín, Cisneros-Chávez Roberto, López-Zepeda Abraham, Pérez-Guadarrama Oliver A, MartínezMartínez Miguel Ángel, Carrillo-Ponce Claudia, Morales-Padilla A Centro Médico del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios. Toluca, Estado de México, México. Introducción: El cáncer testicular constituye del 1 al 1.5% de las neoplasias en el hombre y el 5% de los tumores urológicos. En EU surgen de 3 a 6 nuevos casos por 100,000 hombres al año y el 5% de los casos es bilateral. De acuerdo al registro histopatológico de las neoplasias malignas (2001), en México, el cáncer testicular es el tumor sólido más curable y, después del cáncer de próstata, es la neoplasia urológica más frecuente en el hombre en general y la neoplasia urológica más frecuente en el hombre en edad laboral. Para este trabajo se llevó a cabo un análisis de los resultados de la serie inicial de pacientes con diagnóstico de cáncer testicular tratados en el servicio de Urología del Centro Médico del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM). Objetivos: Presentar la experiencia de la institución de los autores en el tratamiento de cáncer testicular. Material y métodos: Se revisaron los expedientes de enfermos con diagnóstico histopatológico corroborado de cáncer testicular durante el periodo comprendido entre noviembre de 2004 y julio de 2010, en Centro Médico del ISSEMyM. Se analizaron factores como edad al momento del diagnóstico, factores de riesgo, como criptorquidia y carga genética para cáncer testicular. La valoración incluyó, en cada paciente, exploración física completa, exámenes básicos de laboratorio y gabinete (determinación sérica de β-gonadotropina coriónica humana (β-hCG), α-fetoproteína (AFP), y DHL; así como ecografía testicular, tele de tórax y tomografía axial computarizada abdominopélvica, simple y con medio de contraste. Resultados: Se revisó un total de 36 expedientes, de los cuales sólo se incluyeron 30 que se encontraban completos e incluían vigilancia adecuada en consultas postquirúrgicas. La edad promedio de los pacientes fue de 34.5 años, con un rango de 17 a 54 años de edad. De los pacientes incluidos, dos (6.6%) tenían carga genética positiva para cáncer testicular; se trataba de un hijo y un hermano de otro paciente, pero el 93.4% restante no tenía antecedentes similares. En 2 pacientes (6.6%) se encontró antecedente de criptorquidia, que fue tratada con orquidopexia en la infancia; la neoplasia se desarrolló en el testículo afectado y no se ha registrado recidiva en el testículo contralateral. Se demostró bilateralidad en un solo paciente (3.3%), con trastorno metacrónico, con un intervalo de tiempo aproximado de 24. Se detectó predominio del testículo derecho, con 16 pacientes (52.8%), contra 14 (47.2%) con afección en el testículo izquierdo. A todos los pacientes se les practicó orquiectomía radical, con acceso inguinal en 29 de ellos (96.6%) y por vía abdominal a uno; este último fue sometido a laparotomía por abdomen agudo. La variedad histológica más frecuente fue la del seminoma puro clásico, en 20 pacientes (66.6%); se halló teratoma maduro en un paciente (3.3%) y tumor de saco vitelino puro en otro (3.3%). Se observaron neoplasias de células germinales con patrón mixto en 8 pacientes (26.6%), en quienes se halló el siguiente orden de frecuencia: seminoma en 75% (6 pacientes), tumor Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 71 Presentación de trabajos en cartel del saco vitelino en 62.5% (5 pacientes), carcinoma embrionario en 50% (4 pacientes), teratoma maduro en 50% (4 pacientes) y coriocarcinoma en 37.5% (3 pacientes). Los periodos de vigilancia para estos pacientes han variado de 2 meses a 5 años 8 meses y, hasta el momento, no han ocurrido defunciones por esta enfermedad. Conclusiones: En la actualidad se considera que los cánceres testiculares son tumores sólidos del hombre, pero esto se ha debido en parte a su relación con marcadores séricos específicos, los cuales han permitido una vigilancia adecuada, con intervención más temprana en el curso de la enfermedad. En el Centro Médico del Instituto ISSEMyM se han logrado excelentes resultados en el tratamiento de pacientes con cáncer testicular, así como en la mayoría de las patologías que afectan el aparato genitourinario, lo cual se ha reflejado en la franca disminución de la morbimortalidad en estos pacientes. Oncocitoma renal. Reporte de un caso y revisión de la literatura Costilla-Montero Axel, Aragón-Castro Marco A, Gutiérrez-Rosales Rubén, Morales-Ordaz Omar, Guadarrama-Benítez Benjamín, Cisneros-Chávez Roberto, López-Zepeda Abraham, Pérez-Guadarrama Oliver A., MartínezMartínez Miguel Ángel, Carrillo-Ponce Claudia, Morales-Padilla A Centro Médico del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios. Toluca, Estado de México, México. Antecedentes: El oncocitoma renal es una neoplasia benigna y constituye una lesión rara del riñón. Clínicamente es indistinguible del carcinoma de células renales, ya que la radiología sólo muestra un tumor renal sólido cuyo diagnóstico definitivo sólo se logra mediante estudio histológico. Objetivos: Presentar el caso de una paciente con diagnostico documentado de oncocitoma renal, así como realizar una revisión de la bibliografía. Material y métodos: Se revisó el caso clínico de una paciente con 69 años de edad, con detección fortuita de tumor renal derecho, por lo que se le practicó nefrectomía radical. Resultados: El informe histopatológico del producto de nefrectomia derecha indicó neoplasia benigna, morfologicamente compatible con oncocitoma renal de 7 cm. Conclusiones: Si bien los oncocitomas renales son neoplasias raras, cada vez se hallan más informes sobre casos en la bibliografía médica, sobre todo porque en la medida en que los clínicos y los patólogos los conocen mejor, han logrado diferenciarlos cada vez más del carcinoma de células renales y, como ya se dijo, es fácil confundirlos. Actualmente se tienen suficientes elementos de juicio, tanto clínicos como paraclínicos, imagenológicos, bioquímicos y anatomopatológicos, para lograr este objetivo, con todo lo que ello implica, tanto para el paciente, por el comportamiento biológico de la neoplasia; como para las instituciones de salud, ya que por la naturaleza benigna del tumor no es necesario realizar intervenciones quirúrgicas radicales ni costosas, como tampoco aplicar procedimientos de vigilancia por posible extensión del tumor. 72 Departamento de Urología y Patología del Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, ISSSTE, México, D.F. Introducción: En la actualidad, la tuberculosis todavía constituye un problema de salud pública a nivel mundial, con mayor prevalencia en los países subdesarrollados. La tuberculosis genitourinaria es una infección crónica granulomatosa y, después de la diseminación linfática, se considera que es la manifestación extrapulmonar más común de la tuberculosis en todo el mundo, ya que afecta hasta en 46% de los casos. A continuación se presenta el informe del caso de un paciente con aumento de volumen escrotal, con resultado histopatológico compatible con tuberculosis. Caso clínico: Paciente de género masculino con edad de 36 años, sin antecedentes de importancia y con cuadro caracterizado por aumento de 5 mm en el volumen del hemiescroto izquierdo, llegando hasta 4 cm en tres días, acompañado de dolor leve a la movilización. El paciente negó sintomatología urinaria baja o sexual; Tenía genitales externos acordes su edad y sexo; ambos testículos en bolsas escrotales de forma y tamaño normales, no dolorosos, epidídimos de forma y tamaño normales y no dolorosos, hemiescroto derecho sin alteraciones, hemiescroto izquierdo con tumoración móvil independiente de testículo y cordón, de 2 × 2 cm, indurada y no dolorosa. Se realizó exploración quirúrgica. En el estudio final de histopatología se descubrió inflamación crónica granulomatosa, compatible con tuberculosis. Se solicitaron estudios de extensión. El paciente fue enviado a infectología, donde se inició tratamiento antifímico. Discusión: La Tb urogenital es la segunda forma más frecuente, después de la linfática. Hasta en 20% de los casos de TB pulmonar se ha observado afección al sistema genitourinario, sobre todo en riñones (80%) y sólo en 5% de los casos se localiza en genitales masculinos. En el caso de TB del epidídimo es frecuente que haya dolor, masa escrotal y sensación de pesantez, como síntomas principales. En pacientes con Tb urogenital, el examen general de orina da resultados anormales hasta en 99% de los pacientes, con el hallazgo característico de piuria estéril. El cultivo del tejido resecado en pacientes con Tb escrotal es de importancia decisiva. Se considera que la ecografía escrotal es útil para la valoración de lesiones testiculares o extratesticulares. En la actualidad, se debe tratar a estos pacientes con un esquema antifímico y el tratamiento quirúrgico se reserva únicamente para los casos en que fracasa la quimioterapia y los síntomas persisten. Conclusión: La tuberculosis urogenital es cada vez más frecuente, como consecuencia de la diseminación de la infección por vía hematógena o linfática, a partir de un foco pulmonar en pacientes con algún tipo de inmunosupresión. La importancia de realizar un diagnóstico oportuno radica en que permite evitar tratamientos inútiles y costosos, así como procedimientos quirúrgicos sin sustento diagnóstico. Perinefritis enfisematosa en injerto renal Tuberculosis escrotal: reporte de un caso y revisión de la literatura Cruz G. Patricio,1 Figueroa Z. Moises,1 Navarro V. Juan C,1 García R. Antonio2 1 Servicio de Urología, Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, ISSSTE. México D.F. 2Servicio de Trasplantes, Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, ISSSTE, México D.F. Cruz G. Patricio, Vázquez A. David, Landa S. Martin, Figueroa Z. Moisés, Schroeder U. Mauricio, De La Torre R. Fernando Introducción: Se considera que los abscesos perirrenales constituyen una de las patologías del retroperitoneo con mayor Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 Presentación de trabajos en cartel mortalidad y morbilidad. Se ha documentado una estrecha relación de algunos factores con el desarrollo de abscesos perirrenales, en particular la diabetes mellitus, que según se ha informado, es el más importante. El diagnóstico de absceso perirrenal no es fácil de establecer y se requiere alto grado de sospecha por parte del médico. En los pacientes con trasplante renal son comunes las infecciones, como consecuencia de la inmunosupresión a la que son sometidos con la intención de preservar el injerto. La perinefritis enfisematosa consiste en la formación de acumulación perirrenal de gas y que puede ser consecuencia de un absceso renal roto, un hematoma infectado o la invasión por bacterias productoras de gas. Se presenta el caso de una paciente con antecedente de trasplante renal y un cuadro de perinefritis enfisematosa. Caso clínico: Paciente de género femenino con edad de 64 años y antecedente personal de diabetes mellitus 2 de 25 años de evolución, hipertensión arterial sistémica no tratada e insuficiencia renal crónica de 5 años de evolución, además de trasplante renal de un pariente donador vivo, un año antes que surgiera su padecimiento actual; atendida por un médico particular que prescribió tratamiento de inmunosupresión. En los últimos tres días inició un cuadro diarreico, con fiebre, hiporexia, náuseas y malestar general. Se le detectó hiperglucemia de 517 mg/dl, por lo que acudió al servicio de urgencias. En la exploración de abdomen se halló herida quirúrgica en flanco derecho con dehiscencia de 1 cm, sin salida de secreciones, dolor a la palpación profunda en hipogastrio, flanco y fosa iliaca derecha; se palpa zona de injerto renal de consistencia aumentada, sin crepitaciones. Se ordenó tomografía axial computarizada en la que se observó una imagen en fosa iliaca derecha, irregular, heterogénea y con gas en su interior, lo que indicaba absceso en el injerto renal. Se realizó exploración quirúrgica con salida de gas no fétido, 200 ml de líquido grisáceo y hematoma perirrenal antiguo, el cual se drenó y lavó. Se le dio de alta por mejoría; al mes se practicó ecografía con Doppler del injerto renal y apreciaron índices de resistencia normales en todos los vasos. En gammagrama renal con DTPA tomado a los dos meses se detectó filtrado glomerular total de 25.41 ml/min a expensas del injerto renal. Discusión: Según la definición de los criterios de los Centers for Disease Control and Prevention (USA) se considera que una infección relacionada con el sitio quirúrgico puede manifestarse hasta incluso 3 meses después del procedimiento realizado. Se han estudiado los factores de riesgo para el desarrollo de infecciones en tejidos blandos y dependientes de las zonas quirúrgicas tras la colocación de un trasplante renal y se ha encontrado que la micción durante la apertura vesical y el tratamiento inmunosupresor aumenta el riesgo que corre el paciente de sufrir infecciones postquirúrgicas, además de la diabetes mellitus, la obesidad y el tabaquismo. El principal microorganismo aislado en la mayoría de las series es E. Coli y hasta ahora no se ha definido un régimen de profilaxis antimicrobiana estandarizado, ya que los esquemas propuestos no cubren algunos patógenos aislados en algunos casos. No se cuenta con un informe de casos de perinefritis enfisematosa, de modo que, caso contrario a la recomendación de iniciar el tratamiento de los pacientes con perinefritis infecciosa postrasplante renal con antimicrobianos y vigilancia, en estos caso tal intervención crea mayor riesgo de mortalidad para el paciente y de sufrir pérdida del injerto, por lo que debe considerarse como primera opción el tratamiento quirúrgico. A pesar de que se ha propuesto el drenaje percutáneo de los abscesos perirrenales como una opción terapéutica, el drenaje quirúrgico abierto continúa siendo la mejor opción para el tratamiento en estos enfermos. Conclusiones: Debido a que la formación de abscesos perirrenales y las infecciones de tejidos blandos en pacientes con trasplante renal representan un riesgo importante de morbimortalidad y su frecuencia aumenta cuando se aplica inmunosupresión, resulta necesario descartarlos en todo paciente con signos generales de infección, para que el tratamiento sea oportuno y eficaz. La perinefritis enfisematosa en pacientes con injerto renal es rara y, a pesar de no haber encontrado una serie de casos informados que sugieran un tratamiento estandarizado, se deberá considerar la cirugía con la finalidad de conservar el injerto renal. Reflujo vesicoureteral y su asociación con la hidronefrosis Dimas-Botello Ricardo Iván, Gutiérrez-González Adrián, Gómez-Guerra Lauro, Blanco-Guzmán Alfredo Servicio de Urología, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey. NL, México. Introducción: El reflujo vesicoureteral (RVU) es una anormalidad de la unión ureterovesical. Generalmente es congénita y se debe a debilidad de la musculatura del trígono. La mayoría de los casos se manifiesta por infecciones de vías urinarias. El 85% de los casos ocurre en mujeres. El RVU se clasifica en 5 grados: grado 1, reflujo sólo en uréter; grado 2, reflujo en uréter y pelvis, sin dilatar uréter o riñón; grado 3, reflujo en uréter, pelvis e infundíbulo, con dilatación leve del uréter; grado 4, reflujo en uréter, pelvis, infundíbulo y cálices, con dilatación ureteral moderada y con uréter tortuoso leve; grado 5, reflujo en uréter, pelvis, infundíbulo y cálices, con dilatación intensa de uréter y riñón y con uréter muy tortuoso. La hidroureteronefrosis es causada por una debilidad congénita del músculo ureteral, una descompensación por aumento del trabajo de esta musculatura al tratar de desplazar más la orina y por la alta presión hidrostática transmitida desde la vejiga por el orificio ureteral incompetente, en especial al momento de la micción. Objetivo: Demostrar que los cambios renales ecográficos se relacionan con los grados de reflujo vesicoureteral altos (4 y 5). Material y métodos: Se analizó a un total de 46 pacientes con reflujo vesicoureteral, con un total de 59 unidades renales demostrado por cistograma miccional, a los cuales se les tomó un eco renal en un plazo no mayor de 1 año entre los 2 estudios. Resultados: Se observó prevalencia de RVU en 46 pacientes; 13 padecían RVU bilateral y produjeron 26 unidades renales; 13 tenían RVU derecho y 20 sufrían RVU izquierdo, lo que dio un total de 59 unidades renales. RVU bilateral en 26 unidades renales, 14 en mujeres y 12 en hombres de las cuales 3 eran de grado 1, sin hidronefrosis; 1 de grado 2 ,sin hidronefrosis, 5 de grado 3, de las cuales 4 tenían hidronefrosis bilateral y 1 no tenia hidronefrosis; 17 de grado 4, de los cuales 16 tenían hidronefrosis bilateral y 1 sin hidronefrosis. RVU derecho en 13 unidades renales, 6 en mujeres y 7 en hombres, de las cuales 2 eran de grado 1, sin hidronefrosis; 5 de grado 2, 2 con hidronefrosis derecha y 3 sin hidronefrosis; 1 de grado 3 sin hidronefrosis; 6 de grado 4, 2 con hidronefrosis bilateral, 2 con hidronefrosis derecha y 2 sin hidronefrosis. RVU izquierdo en 20 unidades renales, 13 mujeres y 7 hombres, de las cuales 2 eran de grado 1, sin hidronefrosis; 5 de grado 2, 1 con hidronefrosis derecha y 4 sin hidronefrosis; 4 de grado 3, 2 con hidronefrosis bilateral y 2 sin hidronefrosis; 13 de grado 4, 6 con hidronefrosis bilateral, 2 con hidronefrosis izquierda y 5 sin hidronefrosis. No se observaron pacientes con RVU de grado 5 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 73 Presentación de trabajos en cartel Conclusiones: En los pacientes con RVU de grado 1 no se demostró hidronefrosis. De los pacientes con RVU de grado 2, un 27% tiene hidronefrosis y de los pacientes con RVU de grado 3, un 66% tiene hidronefrosis. De los pacientes con RVU de grado 4, un 87% tiene hidronefrosis. Percepción de la función sexual en pacientes con diabetes mellitus o enfermedad de Parkinson después de recibir tratamiento con células madre Dimas-Botello Ricardo Iván, Gómez-Guerra Lauro Salvador, Soto-Valdez Miguel, García-Torres Fabián, Blanco-Guzmán Alfredo Hospital Universitario “José Eleuterio González”, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey NL, México. Introducción: Se considera que un ovocito fertilizado y un blastómero son células totipotenciales, por su capacidad para diferenciarse y formar un organismo completo. La división del blastocito da origen a un grupo de células denominadas pluripotenciales o células madre embrionarias, por su capacidad de autorregenerarse y su capacidad para diferenciarse en cualquiera de las 3 líneas celulares. Una vez diferenciadas, estas células denominadas multipotenciales son capaces de regenerarse y, así, mantener los distintos aparatos y sistemas del organismo. El tratamiento con células madre (TCM) multipotenciales tiene su fundamento en la capacidad de estas células para regenerarse y diferenciarse en tejidos de un aparato o sistema en especifico. Una teoría para explicar la enfermedad de Parkinson atribuye el trastorno al deterioro en el endotelio vascular, que también es una complicación de diabetes mellitus; además, el deterioro en el endotelio vascular es una causa de disfunción eréctil. Objetivo: Conocer la percepción de los pacientes con diabetes mellitus (DM) o enfermedad de Parkinson (EP) respecto a su función sexual, antes de recibir TCM y después de recibirlo. Material y métodos: Se analizó a un grupo de 11 varones de entre 47 y 69 años de edad, quienes respondieron al llamado de los autores y acudieron a la cita para valoración, entre un total de 80 pacientes tratados con células madre; 9 de los que acudieron padecían DM y los otros 2, EP; todos se hallaban en tratamiento médico y tenían buen control de su enfermedad. En 2007, todos los pacientes recibieron una sesión de TCM con células multipotenciales tomadas de la medula ósea, las cuales se administraron por vía IM en el músculo sóleo. Se les preguntó cómo percibían su función eréctil y su actividad sexual antes de recibir la TCM, un año después de recibir el tratamiento y cómo la percibían ahora. Se utilizó el índice internacional de la función eréctil (IIFE) para estandarizar los criterios de esta función. Resultados: De los 11 pacientes interrogados, 3 mejoraron. Uno tenía 58 años de edad y padecía DM de 8 años de evolución, con un IIFE previo de 48, un año después fue de 69 y el actual de 73. Otro paciente con 62 años de edad tenía DM de 8 años de evolución, con un IIFE previo de 61, no hubo mejoría al año y el IIFE actual había mejorado a 71. El tercer paciente, con 51 años de edad, sufría DM de 14 años de evolución, con un IIFE previo de 46, que al año aumentó a 51 y el actual era de 50. Tres 3 pacientes permanecieron sin cambio, uno de 67 años con EP cuyo IIFE previo, postratamiento y actual era de 72; los otros dos padecían DM; uno tenía 57 años de edad y DM de 6 años de evolución, con IIFE previo, al año y actual de 75, en tanto que el otro tenía 64 años de edad y DM de 5 años de evolución, con IIFE previo, al año y actual de 20, 20 y 19, respectivamente. 74 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 Otros tres pacientes permanecieron igual después de 1 año de recibir TCM, pero en la actualidad había disminuido su IIFE. Uno, de 58 años, tenía DM de 6 años de evolución e IIFE previo de 67, al año de 66 y actual de 53; el segundo, de 47 años, padecía DM de 5 años de evolución y su IIFE previo fue de 65, al año de 64 y el actual de 59; el tercer, de 61 años, tenía DM de 5 años de evolución y su IIFE previo fue de 70, al año de 70 y el actual de 60. Dos pacientes empeoraron después de un año de recibir TCM; uno, de 60 años, tenía EP y su IIFE previo fue de 52, disminuyó a 19 al año y así permanecía., El otro paciente tenía 69 años de edad y padecía DM de 10 años de evolución; su IIFE previo fue de 65, disminuyó a 61 al año de la tratamiento y el actual era de 61. Conclusiones: Se demostró mejoría subjetiva en el 27% de los pacientes; 54.4% y permanecía igual un año después del tratamiento, pero el IIFE de 50% de ellos empeoró hasta la actualidad; en 18% de los pacientes el IIFE empeoró desde un año después del tratamiento. Utilidad de la prueba de condón o preservativo en pacientes con infertilidad masculina con hipospermia (con valores limítrofes en plasma seminal) Echavarría-Sánchez Mirna G, Martínez-Cruz Silvia, Ruiz-Olvera Francisco, Izaguirre-Irias Carlos R, Sánchez M Maribel, Xóchit Mirna G, Flores E Xóchitl, Serrano Heidi Clínica de Andrología y Depto. de Imagenología del Instituto Nacional de Perinatología. México D. F. Material y métodos: Se realizó estudio descriptivo, retrospectivo, en varones infértiles por hipospermia (con valores limítrofes) y duda de la misma. La prueba consistió en solicitar al paciente que cumpliera los criterios de abstinencia sexual para toma de muestras, en dos ocasiones mediante coito, y colectara la muestra seminal en un preservativo y lo llevara al laboratorio, donde sería valorado respecto del volumen seminal. Los datos fueron capturados en Excel y se aplicó análisis estadístico con medidas de tendencia central. Resultados: En total, fueron 27 pacientes del grupo de hipospermia a los que se les realizó la prueba. El promedio de edad fue de 33.8 ± 5.88 y el rango de volumen del plasma seminal fue de 0.4 a 3.5 mL. Ocho pacientes indicaron disminución del volumen de eyaculado en comparación con el de años anteriores; 15 presentaban sintomatología prostática y dos tenían antecedente de ETS (VPH). Por ecografía transrrectal se detectó patología prostatovesicular en siete de los pacientes. Conclusiones: La prueba de condón es de apoyo diagnóstico para detectar hipospermia verdadera en pacientes con volúmenes limítrofes de eyaculado, como parte de estudios previos a la realización de la ecografía transrrectal. Presentación de un caso clínico de azoospermia asociada a hidrocele Echavarría-Sánchez Mirna G, Izaguirre-Irias Carlos R, Ruiz-Olvera Francisco, Martínez-Cruz Silvia, Flores-Escobar Dócil. Centro Médico Masculino. México D.F. Introducción: De 10 a 20% de la población masculina con problema de infertilidad presentará azoospermia y es necesario Presentación de trabajos en cartel distinguir si es obstructiva o no obstructiva, lo cual repercutirá en el pronóstico reproductivo. Material y métodos: Se valoró a un paciente de 32 años, obeso, con antecedente de orquiectomía derecha por sospecha de seminoma; no recibía quimioterapia ni radioterapia posquimioterapia y padecía azoospermia. Valoración hormonal: normogonadotrópico, con hidrocele clínico izquierdo de moderado a grave. Por ecografía testicular se corroboró hidrocele izquierdo grave que desplazaba y comprimía el testículo ipsolateral, en el que se apreciaron flujos arteriovenosos normales. En octubre de 2008 se realizó hidrocelectomía con eversión de la vaginal. Resultados: Se esperó la recuperación posoperatoria y se solicitó seminograma postratamiento, el cual fue realizado en abril de 2009 y permitió definir volumen de 2 mL, densidad de 1 × 106 mL, movilidad de 12% y morfología de 1%. Actualmente, el paciente estaba en espera de realizarse TRA de alta complejidad. Conclusiones: La azoospermia puede estar acompañada por otras patologías que pueden corregirse, con lo que es posible mejorar el pronóstico reproductivo de la pareja. Caso clínico: aspermia asociada a infertilidad Echavarría-Sánchez Mirna G, Izaguirre-Irias Carlos R, Ruiz-Olvera Sergio F, Preciado R. Raymundo, Martínez-Cruz. Silvia, Vega-Hernández Eva, Mergol V. Miguel Centro Médico Masculino. México D.F. Introducción: Los trastornos de la eyaculación son poco frecuentes y suelen relacionarse con infertilidad masculina; pueden ser funcionales u orgánicos y será menudo son síntomas satélites de otra patología. Aneyaculación: Falta total de eyaculación (sea anterógrada o retrógrada), debida a nula emisión del semen de vesículas seminales, próstata, y conductos eyaculadores hacia la uretra; relacionada con la sensación orgásmica normal. La aneyaculación es ocasionada por disfunción del sistema nervioso central o periférico, o secundaria a cierto tipo de medicamentos. Material y métodos: Paciente (31 años) con aspermia de larga evolución (centrifugado de orina negativo), disfunción sexual (disminución de libido y erección); tenía antecedentes de eyaculación positiva hasta los 21 años; percibe la sensación eyaculatoria y orgásmica. Se realizó uretrocistoscopia con resultados normales; en biopsia testicular por punción (2004) se detectaron espermatozoides inmaduros con poca movilidad. El paciente recibió tratamientos anteriores con gonadotropina coriónica, hormona foliculoestimulante, undecanoato de testosterona y vardenafilo. Se realizó una valoración en julio de 2008 y se halló que el paciente era normogonadotrópico, con bajas concentraciones de testosterona y estradiol, perfil tiroideo alterado. Se inició tratamiento con levotiroxina y se realizó prueba dinámica con citrato de clomifeno y hGC, con respuesta adecuada. Se inició tratamiento con HGC + Levotiroxina. Resultados: Se lograron eutiroidismo y concentraciones normales de testosterona y estradiol. En septiembre del 2008 se informó que en orina poseyaculado había concentración 6 × 10 6 /mL, con movilidad de .04% (B) y morfología 3%. Se practicó procedimiento de ICSI y se logró embarazo gemelar doble con espermatozoides de eyaculado. Se reabsorbe 1 saco en la semana 6-8 y actualmente cursa embarazo de 12-13 semanas. Conclusión: Se puede dar tratamiento médico contra endocrinopatías y mejorar el pronóstico reproductivo de la pareja. Neumoescroto en un paciente traqueostomizado Espinosa-Pérez Grovas Daniel A, Zuviri-González Antonio, Hernández-Beltrán Miguel Ángel, Mateos-Chavolla Jorge P, Neave-Sánchez Ernesto A, GuzmánHernández Felipe, Cortez-Betancourt Roberto Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, ISSSTE. México, D.F. Objetivo: Presentación del caso y revisión de la bibliografía. Antecedentes: El neumoescroto es un trastorno raro, al que se presta poca atención en la bibliografía urológica. Se presenta el caso de un paciente al que se le practicó una traqueostomía y desarrolló neumoescroto secundario. Caso: Paciente de género masculino con edad de 72 años y diagnóstico de carcinoma epidermoide de amígdala; tenía los antecedentes de hipertensión arterial sistémica y diabetes mellitus tipo 2 con adecuado control médico. Fue hospitalizado porque padecía disnea. Se realizó una gasometría con la que se descubrió alcalosis respiratoria. Debido al aumento progresivo la insuficiencia respiratoria se decidió practicarle una traqueostomía. Se aplicó el procedimiento sin complicaciones durante la intervención, en la que se colocó una cánula de traqueostomía de 9 mm. En el posoperatorio se desarrolló enfisema subcutáneo masivo, que se extendió hasta la bolsa escrotal y se formó neumoescroto. Se dio tratamiento conservador, con resolución espontánea del cuadro de enfisema. Se dio de alta el paciente para continuar con tratamiento oncológico. Discusión: Se ha informado sobre casos de neumoescroto desde 1962, cuando Archer GJ destacó que el enfisema ocasionaba aumento del volumen escrotal por acumulación de gases dentro de la túnica vaginal. Nelson y colaboradores informaron que dicha acumulación se forma entre las fascias subcutánea profunda y espermática. Se define neumoescroto como la distensión de la bolsa escrotal causada por la acumulación de aire u otros gases en ella. Algunas veces, el aire en la bolsa escrotal es un signo inicial de enfermedades que ponen en riesgo la vida (gangrena de Fournier), pero otras sólo es un hallazgo fortuito, relacionado con enfermedades más benignas. Se han considerado varios mecanismos patológicos por los que el aire podría llegar al escroto desde una fuente lejana. Millmond colaboradores describieron la difusión subcutánea de aire como el mecanismo patológico más probable, el cual consistiría en que el gas salga de la fuente de origen y se difunda a través del tejido celular subcutáneo, hasta llegar al escroto. Otra vía por la que el aire podría llegar al escroto sería la retroperitoneal, a lo largo del conducto inguinal, sobre la superficie de los cordones espermáticos. Menos probable es la difusión intraperitoneal de aire a la túnica vaginalis. En la mayoría de los casos de neumoescroto descritos en la bibliografía médica, el aire provino de una fuente lejana al escroto. Las publicaciones médicas no incluyen descripciones de casos secundarios a la práctica de traqueostomía, aunque se han publicado casos secundarios a colocación de tubos de pleurostomía, a intubación traumática y a neumotórax a tensión; también existen informes de casos ocasionados procedimientos laparoscópicos o perforaciones durante colonoscopias; sin embargo, se debe diferenciar entre presencia de gas en el escroto y enfisema subcutáneo escrotal, que a la exploración la clínica se acompaña de crepitación de la piel escrotal. Conclusión: El neumoescroto es trastorno poco frecuente y de fácil diagnóstico. Sin embargo, es necesario determinar su origen para descartar enfermedades graves que requieran tratamiento quirúrgico inmediato. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 75 Presentación de trabajos en cartel Rotura espontánea de vejiga en una paciente con síndrome de sección medular Espinosa-Pérez Grovas Daniel A, Zuviri-González Antonio, HernándezBeltrán Miguel A, Mateos-Chavolla Jorge P, Díaz-Vega Juan C, GuzmánHernández Felipe, Cortez-Betancourt Roberto Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, ISSSTE. México, D.F. Objetivo: Presentación del caso y revisión de la literatura. Antecedentes: Por lo general, las roturas de vías urinarias son causadas por traumatismos abdominales, ya sean abiertos o cerrados. La rotura espontánea de vejiga es un caso raro, sin importar la causa subyacente. Se ha informado que la incidencia de rotura espontánea de vejiga es de 1 en 126 000 admisiones hospitalarias. Se clasifica como intraperitoneales, extraperitoneales o intra-extraperitoneales a las roturas o perforaciones vesicales, según la porción de la vejiga donde se produzca solución de continuidad. Las extraperitoneales suelen localizarse en la cara anterior, cerca del cuello vesical y, por lo regular, son puntiformes o parciales, mientras que las intraperitoneales se producen a nivel de la parte posterior de la cúpula y son de aspecto lineal. Se utiliza el adjetivo espontáneo desde que fue introducido en la nosología urológica como equivalente de exclusión etiológica, traumática o yatrógena de la causa inmediata de la rotura vesical, la cual puede ser extraperitoneal o intraperitoneal (ésta última es un poco más frecuente). Sin embargo, aunque no siempre es posible determinar con precisión la causa de lesión espontánea, por lo general, se puede reconocer los factores propios y alteraciones de la pared vesical relacionadas (no necesariamente) con trastorno obstructivo vesicouretral intrínseco o extrínseco. Entre otros, son factores causales de rotura vesical la distensión de la vejiga, el aumento de presión intracavitaria, alteraciones patológicas de la pared (inflamación, neoplasias, fibrosis) o cambios ultraestructurales involutivos relacionados con la edad, identificables en el músculo liso y en determinados elementos del estroma, coadyuvantes de una menor resistencia y mayor vulnerabilidad. La clínica de la rotura vesical incluye un cuadro sindrómico variable que varía desde un leve dolor hipogástrico hasta abdomen agudo. En 90% de los casos, la perforación extraperitoneal se acompaña de hematuria. Caso: Paciente de género femenino con edad de 53 años y antecedente de condrosarcoma a nivel de T12, el cual ocasiona un síndrome de sección medular, con paraplejía y alteraciones en la sensibilidad, así como pérdida del control de esfínteres. Acudió al servicio de urgencias con cuadro de dolor abdominal de 48 horas de evolución. Al ingresar presentaba signos de respuesta inflamatoria sistémica con TA 110/60, FR 22, FC 100 y temperatura de 37.8°. En la exploración física se apreció paraplejía, con distensión abdominal y signos de irritación peritoneal, rebote positivo. Los resultados de estudios de laboratorio fueron: Hb, 11g/dl; Hto, 34; leucocitos, 12000; neutrófilos, 87%; creatinina, 1.2 mg/dl; urea 40; EGO con leucocitos y bacterias incontables. Se realiza TAC simple en la que no aprecia claramente una etiología de abdomen quirúrgico. Debido a tal cuadro clínico, se decidió realizar exploración quirúrgica, que se llevó a cabo mediante laparotomía exploradora en la que se hallaron alrededor de 300 cc de líquido libre dentro de la cavidad, así como una perforación de unos 3 cm en el domo vesical, la cual fue reparada de primera intención. La paciente evolucionó sin problemas y egresó a las 72 horas, con sonda transuretral. Discusión: La rotura vesical es una urgencia quirúrgica y puede causar la muerte. La combinación de síntomas inespecíficos y la inexistencia de antecedente de traumatismo dificultan 76 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 el diagnóstico. Múltiples causas se han relacionado con rotura espontánea de vejiga; entre ellas, tumores vesicales, posradioterapia, cistitis eosinofílica, enfermedades infecciosas crónicas, cistitis necrosante y vejiga neurógena. Esta última causa alteración en la sensibilidad y permite una sobredistención vesical. Se ha demostrado que, tras la distención, el domo vesical se vuelve el punto más vulnerable de la vejiga. La rotura vesical por distención excesiva es intraperitoneal en la gran mayoría de los casos y genera síntomas de irritación peritoneal, por presencia de orina en la cavidad. La reabsorción de desechos urinarios ocasiona insuficiencia posrrenal no obstructiva, con incremento de azoados. Debido a que la rotura es intraperitoneal, se necesita reparación quirúrgica, a diferencia de lo que se requiere con roturas extraperitoneales, que se pueden tratar de manera conservadora, con una sonda transuretral. Conclusión: La rotura espontánea de vejiga es un trastorno raro y de difícil diagnóstico, en el cual hay que tener un alto grado de sospecha. Después de diagnosticarla, la reparación es relativamente sencilla y, por lo general, se realiza durante la cirugía, con cierre primario de la vejiga. Sin embargo, cuando se retrasa el diagnóstico, este trastorno puede resultar letal. Adenoma de von Brunn: presentación de un caso Espinosa-Pérez Grovas Daniel A, Zuviri-González Antonio, Hernández-Beltrán Miguel Ángel, Mateos-Chavolla Jorge Pedro, Neave-Sánchez Ernesto Antonio, Guzmán-Hernández Felipe, Cortez-Betancourt Roberto Centro Médico Nacional 20 de Noviembre ISSSTE. México, D.F. Objetivo: Informe del caso y revisión de la bibliografía. Antecedentes: El desarrollo embrionario de la vejiga es sumamente complejo. En su estadio temprano forma parte de la cloaca y se deriva del intestino primitivo. Por su origen embrionario, el epitelio vesical retiene la capacidad de diferenciarse en distintos tipos. Esto puede ser el reflejo de los tipos histológicos benignos del epitelio vesical, así como de sus variantes anaplásicas. En 1946, el profesor Cifuentes Delatte utilizó por primera vez el término cistopatías para referirse a ciertas afecciones vesicales en las que se advertían lesiones histológicas características. A petición de la OMS, Mostofi desarrolló en la década de 1970 su famosa Clasificación Internacional Histológica de Enfermedades Tumorales de la Vejiga, aplicada a escala mundial, sobre todo por los institutos dedicados a estas entidades; a las que se les llama anomalías epiteliales y lesiones seudotumorales. Caso: Paciente de género femenino con 39 años de edad, originaria y residente de Xalapa, Veracruz; casada, católica. Negó antecedentes hereditarios de importancia y tabaquismo. APP CA papilar de tiroides tratado por tiroidectomía total en 2007, régimen actual con levotiroxina, 150 mcg/día. Se le practicó cesárea en enero 2007. Acudió a consulta por dolor abdominal inespecífico y negó sintomatología urinaria; se le realizó USG abdominal el 14/01/10 y se detectó lesión sólida de 52 × 38 mm en porción superior de la vejiga. Se practicó cistoscopia, con la que se halló lesión de unos 5 cm en cúpula, fondo y pared lateral derecha, sésil y con edema papilar; se tomaron 5 muestras de la lesión para biopsia. El resultado histopatológico fue de nidos de von Brunn, sin signos de lesión maligna. Se realizó cistectomía parcial. En el informe de histopatología se indicaron nidos de von Brunn, sin signos de enfermedad maligna, bordes libres de lesión mayores de 1 cm. Discusión: El síndrome disúrico recidivante es una de las afecciones urológicas más frecuentes en la mujer; sus consultas por Presentación de trabajos en cartel este trastorno superan el 70% de todas las que hacen. La metaplasia escamosa aparece entre la segunda y la tercera décadas de la vida, mientras que la quística, los nidos de Von Brunn, las glandulares y foliculares se detectan a edades más tardías. La inflamación crónica de la lámina propia causa proliferación del epitelio, que ocasiona invaginación con formación de nidos, criptas y, en algunos casos, glándulas entéricas. Otra hipótesis etiológica está basada en los remanentes embrionarios que se originan en el seno urogenital y provocan la formación de glándulas entéricas (con o sin mucosa) en la vejiga. Los nidos uroteliales en la submucosa de vejiga, uréter y pelvis renal pueden presentar gran dificultad para el diagnóstico. Las proliferaciones benignas como los nidos de von Brunn y la cistitis quística glandular son frecuentes en vejigas normales, pero a veces es posible confundirlos con la variante de nidos del carcinoma urotelial, en particular cuando los nidos se encuentran relativamente profundos en la lámina propia. La clínica de esta patología esta en relación directa con su localización, su tamaño y su extensión. Cuando está a nivel del cuello vesical, las manifestaciones clínicas pueden parecer de un cuadro obstructivo, incluso en algunos casos se ha demostrado cuadro de reflujos vesicoureterales, debido a vejigas con alta presión. A veces, al nivel del meato ureteral genera un cuadro de ureterohidronefrosis marcada y si ocupa casi toda la extensión de la vejiga, se puede hablar de una cistopatía quística. La citoscopia permite la observación directa de estas estructuras y facilita, mediante la toma de muestras para biopsia, la definición del diagnóstico. En muchos casos, el aspecto macroscópico de estas formaciones constituye una buena guía de la características anatomopatológicas de la lesión. El tratamiento se basa fundamentalmente en evitar los factores desencadenantes. Para ello será necesario administrar tratamiento antibiótico, en caso de infecciones urinarias crónicas, o antiinflamatorios no esteroideos, cuando se sospecha que existe un componente inflamatorio. Se requieren resección endoscópica sobre el cuello vesical, cuanto existe obstrucción a dicho nivel, y litroticia endoscópica, en los casos de litiasis vesical. La vigilancia es similar a la que se lleva a cabo para casos de neoplasia vesical superficial. Conclusión: La detección de lesiones vesicales conllevará un protocolo de estudio completo para descartar enfermedad maligna. La existencia de nidos de von Brunn puede dificultar el diagnóstico, por lo que muchas veces es necesaria la resección completa por RTUV o, incluso, una cistectomía parcial, en caso de lesiones sésiles que afectan gran parte de la vejiga. Priapismo isquémico secundario a tadalafil Espinosa-Pérez Grovas Daniel A, Vázquez-Flores Alberto, Zuviri-González Antonio, Trujillo-Vázquez Eric I, Téllez-Sánchez Mario, Muñoz-Contreras Israel, Guzmán-Hernández Felipe, Cortez-Betancourt Roberto Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” ISSSTE. México, D.F. Antecedentes: La ciencia molecular ha establecido la función de la 5-fosfodiesterasa en la fisiología de la erección, por medio de la degradación de GMP cíclico, que actúa como segundo mensajero del óxido nítrico. Si bien el empleo de algunos agentes para la disfunción eréctil, como las inyecciones intracavernosas, han mejorado ostensiblemente las posibilidades de tratamiento de la impotencia, no es menos cierto que su utilización ha dado lugar a un significativo aumento en la incidencia de priapismo. Si bien el uso de inhibidores de 5-fosfodiesterasa no se ha relacionado ampliamente con el priapismo, aquí se expone el segundo caso informado en la bibliografía de priapismo por el consumo de tadalafil. Objetivo: Presentación del caso y revisión de la bibliografía. Caso: Paciente de género masculino con 47 años de edad y sin antecedentes de importancia. El cuadro inició 48 horas antes la valoración. El paciente informó sobre el antecedente de consumo de 80 mg de tadalafil antes que iniciara el cuadro. En la exploración física se halló que el paciente tenía facies de dolor y tumefacción de grado 3 a 4 en el pene. Se realizó gasometría de cuerpos cavernosos con pH de 6.8 y las siguientes concentraciones: pCO2 de 70.1, pO2 de 6.4 y HCO3 de 12. Debido a la hipoxemia, se decidió realizar derivación de Winters, pero no se observó mejoría clínica ni gasométrica a las 24 horas, por lo que se decidió efectuar una derivación safenocavernosa de Grayhawk. El paciente no sufrió complicaciones posquirúrgicas y fue dado de alta 48 horas más tarde, con tumefacción de grado 1 y sin signos de isquemia. Actualmente, el paciente indica que padece disfunción eréctil, sin erecciones espontáneas. Discusión: Se puede definir el priapismo como una erección demasiado prolongada, que por lo general sólo afecta a los cuerpos cavernosos (CC) y es desencadenada ocasionalmente por un estímulo sexual y, por lo regular se acompaña de dolor y dificultad para la micción. El diagnóstico diferencial abarca por lo menos dos procesos fisiopatológicos muy distintos; uno de bajo flujo o isquémico y el otro de alto flujo o no isquémico. Cuando la presión intracorpórea es mayor que la presión arterial media, las arterias cavernosas que recorren el cuerpo cavernoso sufren compresión pasiva, por lo cual no llega sangre este cuerpo que, en consecuencia, no recibe oxigenación adecuada. La valoración inicial de todo paciente con priapismo debe incluir un interrogatorio sobre el priapismo (duración, grado de dolor, uso de medicamentos) y estudios de laboratorio; sin embargo, el diagnóstico diferencial entre el trastorno isquémico y el no isquémico dependerá de gasometría cavernosa, US Doppler de pene o ambas. Una vez que se haya definido el diagnóstico de priapismo isquémico, será importante practicar la intervención quirúrgica pertinente, que incluirá derivaciones cavernoesponjosas o derivación safenocavernosa, como se decidió en este caso. El laboratorio informó que el priapismo secundario a tadalafil es en extremo raro, ya que sólo ocurre en 1 de cada 10 000 casos. En la bibliografía se registran pocos casos de priapismo secundario a inhibidores de 5-PDE, pero la mayoría de ellos se relacionan con sildenafil y sólo uno con tadalafil. Conclusión: El consumo de inhibidores de la 5-fosfodiestersa ha revolucionado el tratamiento de la disfunción eréctil, a pesar de las advertencias acerca del consumo del fármaco. Se sabe poco sobre priapismo secundario al consumo de estos medicamentos. Incidencia de la rotura de cuerpos cavernosos en el Hospital “Juárez” de México Espinoza-Flores Lidio E, Viveros-Contreras Carlos Hospital “Juárez” de México, México D.F. Antecedentes: La rotura de cuerpos cavernosos es una rara entidad, encuadrada dentro de las urgencias urológicas. La causa más frecuente es la actividad coital. El diagnóstico se basa fundamentalmente en el cuadro clínico. Hoy, se prefiere el tratamiento quirúrgico de urgencia, dada la poca frecuencia de complicaciones Objetivo: Investigar la incidencia de la lesión, sus causas específicas, tiempo de evolución, sitio específico de la rotura de los cuerpos cavernosos y tipo de tratamiento administrado en el Hospital “Juárez” de México a los pacientes con rotura de cuerpos cavernosos. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 77 Presentación de trabajos en cartel Material y métodos: Estudio retrospectivo, observacional, descriptivo, longitudinal y analítico. Se analizaron todos los casos de pacientes con traumatismo de pene que acudieron al Hospital “Juárez” de México, durante un periodo de 5 años. Resultados: Se hallaron 10 casos en 5 años; la media de edad de los pacientes era de 32.6 años. Horario para acudir a atención médica de 4 a 24 horas. Promedio de estancia hospitalaria, 1.5 días. Etiología: coito (70% de los casos) y masturbación (30%). Todos los pacientes fueron sometidos a tratamiento quirúrgico. Todos ellos tenían aumento de volumen y de tumescencia, 80% escucharon chasquido, 70% sufrieron dolor. El 70% de los pacientes estuvieron en vigilancia y sólo 2 padecieron erección dolorosa. Discusión: El cuadro de traumatismo peneano con rotura de cuerpos cavernosos es relativamente raro. Su incidencia calculada en Estados Unidos es de 1 caso por cada 175 000 ingresos hospitalarios. En México no se cuenta con publicaciones que indiquen la incidencia real, sino que sólo registran casos aislados. En el presente estudio se halló un total de 10 caos de pacientes con traumatismo de pene y, en un período de 5 años, sólo 7 sufrieron rotura de cuerpos cavernosos. Conclusiones: El traumatismo peneano es una entidad poco frecuente. El diagnóstico es clínico y clave para la recuperación funcional rápida con el mínimo de secuelas es la reparación quirúrgica inmediata de la lesión. linfedema escrotal gigante, por lo que se programó extirpación quirúrgica, la cual se realizó de manera satisfactoria. Resultados: El paciente fue sometido a cirugía bajo anestesia regional; antes se realizó cistostomía suprapúbica y, de inmediato, se extirpó el tejido excedente en bolsas escrotales, así como el tejido redundante. Se hallaron elementos del cordón espermático, englobados en tejido fibroso, acartonado, rugoso y con vasos de neoformación, algunos de gran calibre. En el posoperatorio hubo buena evolución, con genitales funcionales. Discusión: Se han descrito numerosos tratamientos para esta enfermedad: medidas locales, como elevación de los miembros inferiores, vendajes compresivos y adecuada higiene de la piel. También se utilizan medicamentos, como diuréticos y benzopironas, que disminuyen la cantidad de proteínas en el tejido intersticial, activan macrófagos y refuerzan la barrera capilar para evitar la exudación de proteínas, con lo que se busca reducir la presión hidrostática y el riesgo de infección por cronicidad de trastorno. En realidad, estos procedimientos son de muy poca utilidad; a la mayoría de los pacientes con enfermedad crónica es necesario tratarlos con cirugía. Existen dos conductas definidas para este manejo. Conclusiones: El linfedema escrotal es una enfermedad deformante de los genitales que ocasiona disminución de la calidad de vida para los pacientes y que requiere tratamiento, que en el caso aquí presentado fue quirúrgico. Linfedema escrotal gigante. Tratamiento quirúrgico Pionefrosis, más ureterolitiasis derecha, más cistitis enfisematosa Espinoza-Flores Lidio E, Torres-Aguilar Jesús, Viveros-Contreras Carlos, Pliego-Díaz Mirón Andrés Hospital “Juárez” de México, México D.F. Galicia-Gaona Ariel, Valencia-Ortiz Francisco Javier, Carvajal-García Román, Zamora-Varela Francisco René, Castro-Alfaro Adalberto Residentes de Urología del Hospital Regional “Valentín Gómez Farías”. Urólogos y residentes de Urología en Hospital Regional “Valentín Gómez Farías” de la Ciudad de Guadalajara, Jalisco, México. Antecedentes: Se conoce como linfedema genital a la hipertrofia e hiperplasia de los tejidos epidérmicos y subcutáneos. La piel adquiere la forma de la epidermis de un paquidermo (de donde recibe el nombre de elefantiasis), que se vuelve muy gruesa, en forma de cuero y se seca porque generalmente las glándulas sebáceas quedan destruidas; el escroto puede alcanzar tamaños monstruosos. Existen dos tipos de linfedema genital: congénito (enfermedad de Milroy) y adquirido: elefantiasis del trópico (filaria). Objetivo: Presentación del caso de un paciente con edad de 34 años, portador de linfedema genital gigante de larga evolución y revisión de la bibliografía. Material y métodos: Paciente de género masculino con edad de 34 años, originario y residente del Estado de Puebla, México, campesino, viviendo en unión libre, católico y con escolaridad hasta 2° año de secundaria. Habitaba una casa en el medio rural y sus hábitos higiénicos y dietéticos eran deficientes. Datos de tabaquismo y alcoholismo ocasionales positivos. Negó otras toxicomanías, alergias, transfusiones, traumatismos, enfermedades cronicodegenerativas e intervenciones quirúrgicas. Su padecimiento inició desde la infancia, cuando desarrolló lesiones granulomatosas en cuello, miembros inferiores y escroto. El paciente informó que inicialmente aumentaban de tamaño, luego secretaban material blanquecino y finalmente cicatrizaban. El volumen del escroto había aumentado de manera progresiva hasta el momento actual; el crecimiento abarcó la totalidad del escroto y pene. Negó síntomas urinarios y dolor; sólo indicó gran aumento de los genitales, que dificultaban la deambulación. Negó atención médica antes de asistir a la primera consulta en la institución de los autores. Se diagnosticó de 78 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 Paciente de género masculino con edad de 68 años de edad, originario y residente de Morelia, Michoacán, casado, católico. Su madre falleció por complicaciones de DM 2 y su padre murió por IAM. Dos hermanos con DM 2 controlada. Habitaba en una casa urbana. No padecía zoonosis ni vivía en hacinamiento ni con promiscuidad; tabaquismo durante 22 años (consumo de 5 a 6 cigarrillos al día), suspendido desde hacía 4 años; consumió bebidas alcohólicas de los 19 a los 56 años, hasta llegar a la embriaguez, con frecuencia semanal o quincenal. Tipo sanguíneo A (+). Cuadro de vacunación completo. Antecedente de DM 2 de 12 años de evolución, tratado inicialmente con glibenclamida + metformina y, en la actualidad, con insulina NPH. HAS de 10 años de evolución, tratado con captopril. IRC de 8 meses de evolución, tratada inicialmente con diálisis peritoneal y en la actualidad con 2 sesiones semanales de hemodiálisis. Antecedente de hipotrofia renal izquierda, diagnosticada desde hacía 30 años. Sin antecedentes de traumatismos ni alergias. Hacía 5 meses recibió transfusión por anemia ferropénica. Su padecimiento inició hacía 8 meses, con ataque al estado general, fiebre no cuantificada, dolor de moderado a intenso en fosa renal derecha, irradiado a flanco derecho y fosa renal derecha; síntomas de irritación en vías urinarias bajas, náuseas y vómito. Acudió al servicio de urgencia donde fue valorado por IDX. Se observaron signos de pielonefritis o apendicitis; para definir el trastorno, se solicitaron estudios de laboratorio, con los resultados que se indican a continuación. BH: leucocitos, 11.5; Hb, 13; Htc, 38.3; PQT, 258. QS: creatinina, 1.3; urea, 58; glucosa, 146. EGO: leucocitos, 68; eritrocitos, 10 × c, Presentación de trabajos en cartel nitritos (+); bacterias abundantes. En urocultivo se aisló E. coli multirresistente, con más de 1 millón de UFC. Rx abdominal AP, sin signos de niveles hidroaéreos ni imágenes indicativas de litos. US renal con riñón izquierdo hipotrófico, riñón derecho con ectasia leve y signos de proceso inflamatorio en parénquima, compatibles con pielonefritis derecha. Se inició tratamiento médico con ceftriaxona + amikacina y un antiinflamatorio. Se obtuvo buena respuesta, por lo que se decidió darlo de alta. Diez días después del egreso reinició la misma sintomatología, a la que se agregaron palidez de tegumentos, astenia, adinamia, anorexia y alteraciones del estado de conciencia. Se realizaron estudios de laboratorio, en los que se apreció aumento de creatinina a 8.6, urea a 87, glucosa a 187 y anemia, con Hb de 7.3, cuenta leucocitaria de 16.4 y K a 5.8. En Rx de abdomen se observó imagen compatible con litiasis ureteral derecha, por lo que se inició segundo esquema de antibiótico + diálisis peritoneal por 10 días y. posteriormente, se inicia hemodiálisis, con valoración en el servicio de nefrología. La evolución del paciente fue tórpida, de modo que se solicitó TAC simple abdominopélvica multiseccional, con cortes coronales, en la que se apreciaron hidronefrosis grave compatible con pionefrosis por densidad, litiasis ureteral en tercio superior derecho y signos de cistitis enfisematosa. Se ordenó Rx de abdomen, en la que se vio imagen compatible con cistitis enfisematosa. Se decidió practicar uretrocistoscopia + ureteroscopia + pb y se colocó de sonda doble J. Se realizó cistoscopia y se halló vejiga compatible con cistitis enfisematosa y meato ureteral derecho con estenosis. Se intentó ureteroscopia, pero hubo dificultades técnicas para introducir el endoscopio, por lo que se decidió colocar sonda doble J, por la que drenó abundante material purulento. Se tomaron muestras de pared vesical para biopsia y se dejó sonda de Foley transuretral a derivación. En el estudio histopatológico se informó de cistitis enfisematosa, con urocultivo sensible a imipenem, por lo que se inició tratamiento médico con este fármaco. El paciente evolucionó con mejoría, remisión de síntomas y mejor función renal, con niveles de creatinina que llegaron a 2.3. Se cancelaron las sesiones de hemodiálisis y la ureterolitiasis derecha se resolvió en un segundo tiempo quirúrgico, posterior a la convalecencia del primero. Cáncer de pene: tratamiento de ablación con láser de holmio. Caso clínico abierto Gaona-Reyes Alma D, Lara-Macías J Antonio Hospital “La Luz”. León, Guanajuato, México. Problema: Paciente de género masculino con 36 años de edad. AHF y APNP negativos. Originario y residente de León, Guanajuato, divorciado, ingeniero, católico, tabaquismo leve (1 a 3 cigarrillos/día durante 2 años). Antecedente de relación sexual sin protección desde hacía 2 años, de manera intermitente, con pareja conocida. Hacía un año había aparecido una pequeña lesión de 2 mm en el glande; a los 2 meses apareció otra de 2 mm en el prepucio, por lo que acudió al servicio de dermatología, donde se le aplicó podofilina durante 3 meses. Como no logró mejoría, solicitó una segunda opinión a otro dermatólogo, que le aplicó nitrógeno líquido durante 6 meses. El paciente observó que la lesión aumentaba de tamaño. En los últimos 2 meses suspendió los tratamientos médicos y las lesiones aumentaron de manera considerable, por lo que acudió a consulta. EF: Signos vitales normales, edad aparente acorde a la real, buena coloración de tegumentos y mucosas, función cardiopulmonar y abdomen normales. En genitales, pene no circuncidado, tumor de 2 cm de diámetro en el prepucio; al retraer este último se observa que la base del tumor está libre. Se ve otra lesión de 1.5 cm de diámetro mayor en el glande, a 4 mm del meato uretral; al parecer es superficial y no invade el cuerpo cavernoso. Plan: Se practicaron circuncisión y ablación del tumor del glande, ambas con láser de holmio. Estudio patología: Prepucio con carcinoma escamocelular, moderadamente indiferenciado; bordes libres de tumor, virus del papiloma positivo, PCR positiva para VPH 16, lesión en el glande: enfermedad de Bowen, carcinoma in situ en el prepucio, PCR positiva para VPH tipo 16. Evolución: De nueve meses; paciente asintomático, sin signos de recidiva. Discusión: El cáncer de pene representa de 2 a 5% de los cánceres del sistema genitourinario; es poco frecuente en USA, pero en México y el resto de Latinoamérica su incidencia es mayor porque la mayoría de los varones no están circuncidados. Con diagnóstico temprano la cirugía es ambulatoria, menos invasiva y con resultado estético aceptable, además de evitar intervención mutilante que causa gran impacto psicológico en los pacientes. El tratamiento de ablación con láser de holmio es una excelente alternativa, ya que ofrece las mismas ventajas que otras técnicas microquirúrgicas (micrografía de Mohs), pero con un mejor resultado estético, mínimas molestias para el paciente y menor porcentaje de recidiva. Prostatectomía radical después de trasplante renal: Reporte de un caso y revisión de la literatura García-Mora Arturo,1 Ramírez-Bonilla Mario,1 Feria-Bernal Guillermo,1 Gabilondo-Pliego Bernardo2 1 Departamento de Urología, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. México D.F. 2 Departamento de Trasplantes, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. México D.F. Antecedentes: La supervivencia de pacientes con trasplantes renales es cada vez mayor, gracias a los mejores esquemas de inmunosupresión disponibles hoy en día; por ello, este grupo de pacientes llega a edades más avanzadas que las observadas anteriormente. Dichos esquemas de inmunosupresión aumentan el riesgo de desarrollo de diversas neoplasias, entre las que se encuentra el cáncer de próstata. El cuadro clínico de estos pacientes plantea gran dificultad terapéutica para los urólogos y, cada vez con mayor frecuencia, se opta por tratamiento quirúrgico en estos casos. Aquí se presenta el primer caso en México de una prostatectomía radical en un paciente, después de recibir trasplante renal. Presentación del caso: Paciente de género masculino con 62 años de edad y antecedente de DM 2 de 15 años de evolución, con complicaciones crónicas. Se realizó trasplante renal de donador vivo relacionado (TRDVR) por IRCT secundaria a DM 2. Se inició inmunosupresión con 6 mg al día de tacrolimús, 5 mg al día de prednisona y 1 g al día de mofetil micofenolato (MMF); ahora era tratado con creatinina. En mayo de 2009 se detectó un APE de 5.73 ng/ml y tacto rectal normal. Por ecografía transrectal se descubrió un volumen total de 20.5 cc. Se realizó biopsia de próstata y el informe de histopatolgía fue de un adenocarcinoma acinar de próstata, con signo de Gleason 3 + 4 en un cilindro. Se practicó prostatectomía radical retropúbica (PRR) con linfadenectomía pélvica unilateral. Se llevó Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 79 Presentación de trabajos en cartel a cabo la cirugía sin incidentes ni accidentes, con hemorragia aproximada de 600 cc. El informe final de patología fue de adenocarcinoma acinar 4 + 3 en 45% de la próstata, con márgenes quirúrgicos negativos, sin invasión perineural, ganglionar ni a vesículas seminales. El paciente está en vigilancia. Un año después de la cirugía, el paciente tenía continencia completa, con APE indetectable y buena función eréctil. Discusión: Está bien demostrado que los receptores de trasplante afrontan mayor de desarrollar neoplasias de novo (hasta de 100 veces más que la población general), sobre todo dermatológicas y linfoproliferativas. Penn y colaboradores demostraron que de desarrollar cáncer de próstata se incrementa de 2 a 5 veces en esta población (los inhibidores de calcineurina se han relacionado, in vitro e in vivo, con cáncer de próstata); y, además, con más tumores metastásicos que en la población general, lo que se atribuye a mayor secreción de factor de crecimiento β. La edad promedio a la que se manifiesta el cáncer de próstata en receptores de trasplantes es de 69.2 años, con un tiempo de 67 meses entre el trasplante y el desarrollo del tumor. Se ha investigado el efecto que puede provocar el tipo de inmunosupresor en las características del cáncer, y se encontró que la combinación de un inhibidor de calcineurina con azatioprina se relaciona con tumores avanzados, con un riesgo relativo de 8.7 con respecto a población general. Se han propuesto diversas opciones para tratar a estos pacientes, desde el tratamiento de expectación hasta la prostatectomía radical por diversas vías. También se han descrito diferentes tipos de acceso para prostatectomía radical, con la única variante (en todas estas series) de que la linfadenectomía se practica únicamente de manera contra lateral al injerto, por el alto riesgo de causarle lesión vascular; los resultados que se obtienen por dichos accesos son similares, y dependen de la experiencia que se tenga en el centro donde practiquen la intervención. Las complicaciones informadas en el estudio con mayor número de pacientes tratados con prostatectomía radical, son similares a las observadas en un grupo de pacientes sin trasplante. Conclusiones: La incidencia de cáncer de próstata en pacientes con trasplante renal es mayor que en la población general; y, por lo general, los tumores tienen características más agresivas. El tratamiento para estos pacientes es muy similar al que se da a la población general. La prostatectomía radical es una opción curativa viable que se puede practicar por diversos accesos, con la diferencia de que sólo se practica linfadenectomía unilateral. La elección de la vía de acceso dependerá de la experiencia del cirujano. La tasa de complicaciones es aceptable y, en términos generales, similar a la observada en población abierta. Enfermedad de Peyronie. Uso de submucosa intestinal porcina para el tratamiento (SURGISIS). Informe de tres casos García-Salcido Francisco J, Hernández-Castellano Víctor A, Sánchez-Turati José G, Saavedra-Briones Dorian V, Merayo-Chalico Claudio E, Fulda-Graue Santiago D, Santana-Ríos Zael, Urdiales-Ortiz Alejandro, Pérez-Becerra Rodrigo, Ahumada-Tamayo Samuel, Martínez José A, Fernández-Noyola Gerardo, Camacho-Castro Alberto J, Muñoz-Ibarra Erick, Cantellano-Orozco Mauricio, Morales-Montor Jorge G, Pacheco-Gahbler Carlos Departamento de Urología Hospital General Dr. Manuel Gea González; México, Distrito Federal. 80 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 Antecedentes: La enfermedad de Peyronie se caracteriza por la aparición de placas de fibrosis en la túnica albugínea de los cuerpos cavernosos, su etiología principalmente se desarrolla de manera principal por micro traumas producidos con el pene erecto con subsecuente formación de cicatrices que ocasionan la formación de las mismas. Se ha sugerido asociación con procesos infecciosos y enfermedades autoinmunes. 40% se les asocia con la contractura de Dupuytren. Su incidencia es de aproximadamente 1% afectando de manera principal a hombres entre los 45 a 60 años. El principal síntoma que refieren los pacientes es el dolor con las erecciones además de referir una desviación con el pene erecto, la disfunción eréctil se asocia en un 40%. La evaluación de los pacientes debe incluir el modo y tiempo de inicio. La enfermedad tiene dos fases: una aguda asociada con erecciones dolorosas y progresión de la enfermedad y una crónica en la cual el dolor disminuye y se estabiliza la enfermedad. El manejo conservador es el tratamiento inicial de elección para los pacientes que se encuentran en la fase aguda utilizándose una variedad de fármacos diversos como la vitamina E, colquicina, tamoxifeno y el verapamilo; el tratamiento quirúrgico es el tratamiento de elección cuando la deformidad impide el coito pero no puede ser considerada hasta que la enfermedad se ha estabilizado en la fase crónica. El uso de submucosa porcina se empleado en la enfermedad de Peyronie con resultados satisfactorios en mejoría de la de la enfermedad de Peyronie. Objetivo: Presentación de 3 casos de Enfermedad de Peyronie resueltos quirúrgicamente con resección en H y aplicación de injerto de submucosa de intestino porcino (surgisis). Caso clínico 1: Masculino de 53 años de edad con antecedente de diabetes mellitus e hipertensión arterial inicio su padecimiento actual 2 años previos con disfunción eréctil además de curvatura peneana con erecciones dolorosas, con placa en región dorsal central del pene de 1 cm x 1.5 cm, en prueba de alprostadil se evidencia curvatura a la izquierda de 90° manejando con colquicina y vitamina E con mejoría del 30%. Caso clínico 2: Masculino de 60 años de edad inicio padecimiento actual 1 año previo con presencia de curvatura dorsal peneana además de disfunción eréctil, en la exploración física se palpa la presencia de placa en región dorsal con curvatura ventral no dolorosa, en prueba de alprostadil se evidencia la presencia de curvatura ventral de 80° con tratamiento medico durante 9 meses con mínima mejoría. Caso clínico 3: Masculino de 60 años de edad con antecedente de lupus eritematoso discoide tratado con cloroquina, padecimiento actual de 9 años de evolución con presencia de curvatura peneana con desviación cefálica acompañada de dolor en la exploración física se corrobora la presencia de placa fibrosa en región dorsal en prueba con alprostadil se encuentra desviación ventral con una desviación de 80° , se diagnostico Enfermedad de Peyronie manejo con Vitamina E y colquicina durante 6 meses sin presentar mejoría. Los 3 pacientes fueron sometidos a resección en H con aplicación de surgisis. Resultados: En 2 de los 3 pacientes en la prueba post quirúrgica con alprostadil se demostró: Caso 3: corrección de la curvatura; Caso 2: paciente con curvatura de aproximadamente 20° (60° de corrección), Caso 1: presento una mejoría de 70% no acepto prueba de alprostadil. Discusión: La incisión de la placa y colocación de parche es el tratamiento de elección para la Enfermedad de Peyronie severa. Esta impide el coito cuando el paciente tiene placas largas , con una curvatura severa o con un pene corto, lo cual hace que el Presentación de trabajos en cartel pene pierda su longitud con los procedimientos de plicación, las ventajas del uso de submucosa intestinal de porcino son: un fácil uso por sus características bioquímicas , por lo cual es una alternativa útil en el tratamiento de la enfermedad de Peyronie, provee de longitud y flexibilidad corrigiendo la curvatura peneana generando crecimiento de células sanas en el sitio de la fibrosis y remodelando a tejido funcional. Conclusiones: Los resultados de nuestra experiencia en el uso de submucosa de intestino de porcino (surgisis) demuestran su eficacia en corregir la curvatura en la enfermedad de Peyronie. Diecisiete casos de fractura de pene Garza-Cortés Roberto,1 Gómez-Guerra Lauro,2 Arrambide Gustavo,2 Ortiz Gerardo,1 Gutiérrez Jesús,1 Valdés Federico,1 Hernández Andrés,1 Salazar Jose,1 Dimas Ricardo,1 Suárez Óscar,1 Romero Rodrigo,1 Urrutia Sergio,1 García Fabián,1 Lugo Carlos1 Servicio de Urología del Hospital “Universitario José E. González”, UANL. Monterrey, Nuevo León, México. 1 Residente de Urología, 2 Médico Adjunto de Urología Antecedentes: La serie más grande de fractura de pene que se ha publicado hasta ahora incluye 210 casos en un estudio retrospectivo. Esta fractura es considerada una urgencia quirúrgica, en la que el pronto tratamiento quirúrgico da lugar a una buena evolución. Las demás series de casos publicados incluyen menos casos y en la inmensa mayoría de ellas se describe un tratamiento es muy similar al aquí descrito. Objetivo: Exponer el tratamiento para este tipo de pacientes y la experiencia de los autores en 17 casos. Material y métodos: Se incluyó a los pacientes en quienes se confirmó fractura peneana; se excluyeron tres casos que se habían presentado como fractura de pene, pero cuyo diagnóstico final fue de rotura de la vena dorsal del pene. En los pacientes aceptados se valoraron edad, mecanismo de lesión, tiempo que tardó el paciente en solicitar ayuda médica, sitio de la lesión, tipo de sutura se aplicó y su evolución. Resultados: De los 17 casos presentados se halló lo siguiente: media de edad de inicio, 36 años de edad; tiempo promedio que tardaron los pacientes en acudir a consulta después de sufrir su lesión, 11.6 horas; mecanismo predominante de lesión, autoinfligida; sitio principal de lesión, cuerpo cavernoso del lado derecho (sólo hubo un caso de daño bilateral en cuerpos cavernosos y un caso de lesión uretral); material utilizado para la rafia, vicrilo 1-0 en cuerpo cavernoso y crómico 3-0 en piel. En todos los casos se practicó la circuncisión. Predominó una evolución favorable, excepto en dos pacientes que sufrieron incurvación peneana en los meses posteriores. A todos los pacientes se les administraron AINE y profilaxis con antibióticos. Discusión y conclusiones: Se presentan 17 casos de fractura de pene y su tratamiento quirúrgico. Se exploró a otros tres pacientes con diagnóstico de fractura de pene, pero se descubrió que sólo habían sufrido rotura de la vena dorsal del pene. Estos pacientes también informaron que se oyó un chasquido al momento de la lesión. Algo característico es el aumento de volumen y dolor en el área de la lesión. El diagnóstico es clínico y sólo se tomó uretrograma retrógrado en casos con uretrorragia. El material utilizado incluye hilo de vicrilo de diferentes calibres, sobre todo 1-0, y en todos los casos se practicó la circuncisión. Automutilación de genitales Garza-Cortés Roberto,1 Gómez-Guerra Lauro,2 Gutiérrez-Gamboa Juan,2 Ortiz-Gerardo,1 Gutiérrez Jesus,1 Valdés Federico,1 Hernández Andres,1 Salazar José,1 Dimas Ricardo,1 Suárez Óscar,1 Romero Rodrigo,1 Urrutia Sergio,1 García Fabián,1 Lugo Carlos1 Servicio de Urología del Hospital “Universitario José E. González”, UANL. Monterrey, Nuevo León, México. 1 Residente de Urología, 2 Médico Adjunto de Urología Antecedentes: Sólo se han informado algunos cientos de casos de automutilación de genitales y el problema es todavía más raro en personas sin trastornos psiquiátricos, se incluyen casos de mutilación parcial y total de genitales, tanto de pene, como de contenidos escrotales. Aquí se presenta el caso de un paciente que se infligió mutilación parcial de la base del pene y región escrotal Objetivo: Mostrar el tratamiento que se dio en la institución de los autores a un paciente con automutilación de genitales, y compararlo con los publicados en la bibliografía. Materiales y métodos: Caso de un paciente con lesión de genitales autoinfligida. Se llevó a cabo una revisión retrospectiva del el caso y se valoró la evolución del paciente en el corto plazo. Resultados: Paciente de género masculino con 34 años de edad, residente del Estado de Nuevo León, quien acudió al servicio de urgencias por una hemorragia en el área genital; llegó al hospital dos horas después de infligirse la herida. Ingresó con signos vitales estables, estabilidad hemodinámica y dolor en genitales. Se realizó interconsulta con el servicio de urología y se valoró al paciente. Se llevó a cabo interrogatorio con la intención de investigar si había consumido algún tipo de droga o alcohol, lo que fue negado por el paciente, quien estaba orientado con respecto a tiempo y espacio; sin embargo, refería alucinaciones auditivas. Se realizó interconsulta con servicio de psiquiatría, quienes valoraron el caso en conjunto con los autores. Se solicitaron estudios básicos de laboratorio, así como examen general de orina. El paciente afirmó durante el interrogatorio que una voz le dijo que sus genitales eran la causa de la gran culpa que sentía y que debía mutilarse. Por tal motivo, el paciente tomó unas tijeras y procedió a la mutilación; sin embargo, el dolor no le permitió continuar para alcanzar su objetivo. El paciente fue tratado con analgésicos, antibióticos y cierre primario de la herida. En el examen general de orina no se hallaron eritrocitos y el paciente tuvo micción espontánea, por lo que no se requirió uretrograma retrógrado. Después del cierre primario por el servicio de urología, se internó al paciente en unidad psiquiátrica con un diagnóstico de esquizofrenia. Discusión: Por lo general, los pacientes con lesiones de genitales autoinfligidas son personas con diagnóstico de trastorno psiquiátrico. Se clasifica a estas lesiones según el área lesionada y el grado de profundidad. El paciente de este informe sufrió lesión en base del pene y área escrotal; también refirió que causó la lesión en los cuerpos cavernosos con la punta de las tijeras. Sin embargo, las lesiones que sufrió fueron superficiales y se pudo tratarlas con cierre primario. Es importante recalcar la importancia del tratamiento conjunto con el servicio de psiquiatría, ya que, por lo regular, estos pacientes tienden a reincidir en sus problemas y pueden cometer intento de suicidio. En el tratamiento urológico de estos casos se deben tomar en cuenta la profundidad de la lesión y los órganos afectados. Si el paciente sufre uretrorragia, habrá que ordenar uretrograma retrógrado y estudiarlo. En algunos centros se llevan a cabo Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 81 Presentación de trabajos en cartel estudios de imagen, como ecografía peneana, pero en este caso no fue necesario. Después del tratamiento urológico, se debe valorar al paciente en el servicio de psiquiatría. El tratamiento con antibióticos es igual al se administra en casos de herida por arma blanca en cualquier otra parte del cuerpo. En los días posteriores a su hospitalización, el paciente evolucionó de manera satisfactoria; luego fue trasladado a un hospital psiquiátrico regional. Conclusiones: La mayoría de las veces, la automutilación de genitales es un problema de pacientes con un diagnóstico de trastorno psiquiátrico (como el caso aquí presentado). Las heridas que se causan los pacientes pueden variar desde simples laceraciones hasta mutilación completa de los genitales, tanto de pene de como testículos. En este caso fue posible la reparación primaria. El médico debe tener en mente que debe realizar interconsultas con el servicio de psiquiatría para administrar un tratamiento en conjunto a estos pacientes. En cuanto a las heridas, se administra el mismo tratamiento que en los casos de heridas por arma blanca en cualquier otra parte del cuerpo; es decir, con analgésicos y reparación quirúrgica. Priapismo resistente de bajo flujo. Tratamiento con derivación safenocavernosa Nerubay-Toiber Rubén, Jungfermann-Guzmán René, Lira-Dale Alejandro, Rosas-Nava Jesús Emmanuel. Hospital General de México, México D.F. Introducción: Se ha definido al priapismo como una condición patológica que caracteriza por erección peneana que persiste más allá o no está relacionada con la estimulación sexual. La fisiopatología del priapismo ha sido una “gran desconocida” hasta que se iniciaron los estudios clínicos en pacientes, en su mayoría afectos de disfunción eréctil, para cuyo diagnóstico o tratamiento se administraban medicamentos vasoactivos por vía intracavernosa. El priapismo se clasifica en isquémico (veno-oclusivo), que es la forma más frecuente, y priapismo arterial (no isquémico), que es la modalidad menos frecuente, causada por el ingreso no controlado de sangre cavernosa. Objetivo: Se presenta el caso clínico de un varón de 23 años de edad con priapismo de bajo flujo, resistente refractario a los tratamientos habituales. Caso clínico: Paciente GMB de 23 años; ocupación, comerciante; antecedentes de importancia de tabaquismo, alcoholismo y toxicomanías negadas; hipertensión de un año de evolución, tratada con nifedipino (10 mg vía oral cada 8 horas), insuficiencia renal crónica de un mes de diagnóstico, secundaria a hipoplasia renal bilateral, en tratamiento sustitutivo con diálisis peritoneal, transfusiones (+) sin complicaciones. Padecimiento actual: erección prolongada y dolorosa de 24 horas de evolución. Gasometría de cuerpo cavernoso: PO2 de 0.6 mm Hg; PCO2 de 124 mm Hg; pH de 6.79, con diagnóstico de priapismo de bajo flujo. Se realizó lavado de cuerpos cavernosos con epinefrina, con respuesta parcial, por lo que se colocó una derivación (shunt) tipo Winter con detumescencia total. A los 14 días se produjo recurrencia de síntomas, con erección prolongada y dolorosa. Se realizó gasometría de cuerpo de cavernoso y se halló: PO2 de 1 mm Hg; PCO2 de 109 mm Hg; pH de 6.58. Se realizó lavado de cuerpos cavernosos, con detumescencia al 50%; hubo recidiva a las pocas horas y se colocó de nuevo derivación tipo Winter, sin respuesta al tratamiento. Más tarde se llevó a cabo procedimiento de El-Ghorab; se obtuvo detumescencia total, pero de nuevo recurrieron los síntomas en menos de 24 82 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 hrs. Se decidió tratamiento con derivación tipo Grayhack, con lo que se logró detumescencia total, sin evidencia de recidiva. Pruebas de laboratorio: leucocitos 8.4, neutrófilos 65, hb 6.13, hematócrito 17.3, plaquetas 206, glucosa 96, urea 327, creatinina 26, ácido úrico 7.8, Na 139, K 5.3, Cl 104, Ca 6.3, P 12, Mg 2.8, TP 14.5, INR 1.2, al 65%, TPT 29.7 de su primer ingreso. Pruebas de laboratorio: leucocitos 4.8, neutrófilos 70.2, Hb 7, hematócrito 20.2, plaquetas 176, glucosa 113, urea 393, creatinina 36.8, ácido úrico 7.8, albúmina 2.5, Na 142.8, K 8.3, Cl 109, Ca 5.1, P 13.3, Mg 2.7, TP 16.2, INR 1.4, 48%, TPT 32.8 de su segundo ingreso. En el servicio de hematología se descartó anemia de células falciformes. Discusión: El tratamiento inicial del priapismo de bajo flujo debe consistir en la punción y aspiración de los cuerpos cavernosos, junto con administración intracavernosa de agentes adrenérgicos como la fenilefrina; este tratamiento es muy eficaz cuando se trata el priapismo en las primeras 12 horas posteriores a su instalación. Si no se consigue la detumescencia del pene con estas medidas iniciales, habrá que aplicar tratamientos más enérgicos. El primer procedimiento razonable es abrir una incisión que cruce el glande hasta el cuerpo cavernoso, según la técnica de Ebbehoj (que consiste en introducir un bisturí Nº 11 y girarlo 90º) o la de Winter, en la que se toman varias muestras para biopsia de la albugínea, en la zona distal del cuerpo cavernoso, con una aguja de biopsia tipo Trucut. Una modificación quirúrgica a cielo abierto más enérgica de este tipo de derivación es la intervención que propone El-Ghorab. En esta última se establece una comunicación cavernoesponjosa distal mediante una incisión transversal en la cara dorsal del glande, a 0.5-1cm del surco balanoprepucial. Se retira una porción de albugínea de la parte distal de cada cuerpo cavernoso. La última línea de actuación es la realización de una derivación safenocavernosa. Este procedimiento es de gran utilidad en los casos muy rebeldes. Conclusiones: El tratamiento de priapismo de bajo flujo con derivación tipo Grayhack resultó definitivo para un caso de difícil control, resistente a métodos más convencionales. Se ofrece este procedimiento como última alternativa terapéutica. Calcifilaxis de pene en insuficiencia renal crónica: Reporte de cuatro casos y revisión de la literatura González-Alvarado Alejandro, Ricárdez-Espinoza Abel A,¹ Vargas-Zamora Héctor R, Budar-Fernández Luis,² George-Micceli E,¹ Salas-Foglia Abel,¹ Jiménez-López Luis Alfredo,¹ López-Olivares Alejandro,¹ Aguilar-Sandoval Edgar,¹ Martínez-Martínez Sergio,¹ Aldana-Franco Susana,³ VelázquezMéndez Alejandro,³ Méndez-Cuba Roberto, Rodríguez-Balmori Raúl, De La Cruz-Cárdenas Domingo, Allende-Castellanos Carlos Unidad Médica de Alta Especialidad 189, Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional de Veracruz “Lic. Adolfo Ruiz Cortínez”, IMSS. Del. Ver, Norte. Veracruz, Ver., México. ¹Departamento de Urología ²Departamento de Nefrología ³ Departamento de Anatomía Patológica Residente de Urología Antecedentes: La calcifilaxis es una rara y comúnmente fatal vasculopatía; se caracteriza por isquemia cutánea y necrosis secundaria a la calcificación de la íntima y trombosis de arterias paniculares. Es más frecuente que afecte a personas con insuficiencia renal crónica y existe la variedad metastásica, en la cual la calcificación es causada por altos niveles de P, Ca y hormona paratiroidea (paratirina). La calcifilaxis del pene es trastorno muy raro que culmina en infección y gangrena. En 1920, Selye Presentación de trabajos en cartel fue el primero en describir los extensos depósitos de calcio y la necrosis en ratas sensibilizadas. Su mecanismo etiopatogénico es poco conocido, se relaciona con hiperparatiroidismo grave y afecta hasta al 1% de la población de riesgo (IRCT). La afección en genitales es menos frecuente. Su diagnóstico es clínico. Se relaciona con alteraciones en los niveles de calcio, fósforo y paratirina. Material y métodos: Se realizó una revisión retrospectiva (de enero a julio de 2010) de los pacientes que se presentaron en el servicio de urología de la UMAE No. 14, con calcifilaxis o necrosis de pene y se valoraron sus antecedentes, tratamiento y supervivencia. Resultados: De enero a julio de 2010 se presentaron cuatro pacientes con edad promedio de 69 años (54-82 años); todos padecían diabetes de más de 20 años de evolución y estaban en diálisis por insuficiencia renal terminal multifactorial; uno (25%), padecía síndrome de Fournier con proceso séptico grave. Todos recibieron tratamiento médico con desbridación, régimen antimicrobiano y control metabólico. Un paciente fue sometido a falectomía parcial; dos fallecieron a consecuencia del choque y uno se perdió en el seguimiento. En los estudios de laboratorio se determinaron alteraciones en el calcio sérico, el fósforo y la hormona paratiroidea en los cuatro pacientes. Conclusiones: La calcifilaxis del pene es una entidad rara que, con mucha frecuencia, está relacionada con procesos sépticos o con IRCT en etapa sustitutiva. Se acompaña de alteraciones en las concentraciones de calcio, fósforo y paratirina. Su tratamiento es quirúrgico, con resección de la zona afectada; sin embargo, afecta a pacientes graves que, por sus patologías esenciales, tienen un alto índice de mortalidad. que había sufrido traumatismo abdominal contuso y cerrado en el flanco izquierdo al participar en un juego infantil de conjunto que habitualmente practicaba; el golpe le ocasionó dolor en el flanco derecho y era el único síntoma. En la exploración física se apreció: facies álgica, mucosas normocrómicas, presión arterial 110/70, frecuencia cardiaca 90 por minuto, FR 17 por minuto, temperatura de 36.5°C, con irritación peritoneal en abdomen y había peristalsis. Estudios de laboratorio: hemoglobina, 13 gr/ dl; Hto, 41%; plaquetas, 230 000; creatinina, 0.8µ mg/dl. EGO normal. En la TAC de abdomen con medio de contraste se detectó acumulación de gases intraabdominal y retroperitoneal, en el lado izquierdo. En la cirugía se observó: hematoma retroperitoneal masivo, en el lado izquierdo, estallamiento de riñón izquierdo hidronefrótico, con estenosis de la unión pieloureteral por vaso de polo inferior. Resultados: Hematoma retroperitoneal masivo en el lado izquierdo por traumatismo en riñón izquierdo, que era hidronefrótico, con estenosis de la unión pieloureteral izquierda. Discusión: Se debe sospechar lesión renal en pacientes con traumatismo contuso abdominal o en flanco, sin importar la intensidad del golpe, ya que existen trastornos renales, como la hidronefrosis renal secundaria a estenosis de la unión pieloureteral, que pueden ser factor predisponente. En el EGO no detectó hematuria debido a la obstrucción pieloureteral izquierda. Conclusiones: Los trastornos renales, estructurales o anatómicos, pueden predisponer a traumatismo renal, sin importar la intensidad del golpe recibido. Hematoma retroperitoneal masivo en trauma renal izquierdo con estenosis de la unión pieloureteral izquierda González F, Carvajal R, Minakata F, Galeana- Álvarez L, Becerra L, Ochoa J, Alfaro J, Zepeda E, Castro A, González M Hospital Regional “Valentín Gómez Farías”, ISSSTE. Zapopan, Jalisco, México. González-Cortés Abner,1 Morales-León Omar2 1 Residente del Hospital “Juárez” de México 2 Urólogo del Hospital “Juárez” de México Antecedentes: El carcinoma de células renales (CCR) es la octava causa de cáncer en varones y la décima causa de muerte en hombres y mujeres. La resección quirúrgica aún es el tratamiento definitivo para CCR no metastásico, lo mismo que para pacientes con afección linfática o lesiones invasivas T4. La nefrectomía citorreductiva es una modalidad paliativa importante que se aplica para prolongar la supervivencia. Desde que inició el empleo de inhibidores de tirosincinasa (TKI), en el tratamiento de cáncer renal metastásico se han realizado cambios importantes. Aún está por definirse la utilidad del tratamiento neoadyuvante con TKI. Objetivo del estudio: Presentar los casos de dos pacientes a los que se administró TKI antes de practicar nefrectomía por enfermedad metastásica o irresecable. Material y métodos: Se presentan los casos de dos pacientes con enfermedad local avanzada o metastásica por carcinoma renal. Antes de nefrectomía, se les trató con inhibidores de tirosincinasa en el Hospital Regional “Valentín Gómez Farías”. Se les administraron 400 mg de sorafenib, dos veces al día, durante cuatro semanas. Se suspendió este régimen dos semanas antes de la cirugía. Se realizó valoración radiográfica de ambos pacientes con tomografía axial computarizada. También se valoraron las complicaciones perioperatorias. Resultados: Ambos pacientes recibieron tratamiento con TKI de la cirugía los dos lo toleraron bien, sin que el tratamiento causara efectos negativos en la técnica quirúrgica ni influyera en las complicaciones. Se observó buena respuesta, tanto en el tumor primario como en los sitios de metástasis. Antecedentes: El riñón es el órgano urológico que se lesiona con mayor frecuencia; se puede atender estos trastornos con tratamiento conservador y observación o con tratamiento quirúrgico, dependiendo de su gravedad. Es útil conocer el mecanismo de lesión para determinar la probabilidad de que existan lesiones traumáticas. Durante la exploración clínica es posible encontrarse hematuria macro o microscópica e hipotensión, así como dolor a la palpación en el flanco o el abdomen. Para pacientes estables se recomienda realizar evaluación radiográfica por TAC abdominal y pélvica con medio de contraste. Los pacientes con inestabilidad hemodinámica tras la reanimación inicial necesitan intervención quirúrgica inmediata. En los niños, la falta de grasa perirrenal, el mayor tamaño relativo del riñón pediátrico en relación con el resto del cuerpo y la menor protección que da la caja torácica osificada y su mayor flexibilidad son las posibles causas de su vulnerabilidad a las lesiones renales. Algunas enfermedades renales pueden favorecer la lesión de los riñones aunque que el traumatismo no sea tan intenso. Objetivo del estudio: Demostrar que la hidronefrosis secundaria a estenosis de la unión pieloureteral puede facilitar la lesión renal por traumatismo contuso en abdomen o flancos. Material y métodos: Adolescente masculino con 14 años de edad, sin antecedentes de importancia. Sus síntomas iniciaron 5 horas antes de su ingreso al servicio de urgencias. Se informó Tratamiento neoadyuvante en casos de cáncer renal local avanzado y metástasis Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 83 Presentación de trabajos en cartel Discusión: Con el desarrollo de procedimientos terapéuticos dirigidos contra CCR, el tratamiento sistémico preoperatorio resulta una modalidad atractiva para afrontar al CCR avanzado, por múltiples razones. Los tratamientos dirigidos son mejor tolerados que los agentes inmunoterapéuticos y ayudan a mejorar índices de supervivencia sin progresión de la enfermedad, de modo que los pacientes tengan mejores posibilidades de recibir tratamiento quirúrgico. Se detectó y registró una respuesta substancial en el tumor primario en las metástasis. El tratamiento preoperatorio incrementa la resecabilidad del tumor, reduce las complicaciones perioperatorias y, por ende, la estancia hospitalaria. Este es un ejemplo de la respuesta al tratamiento con TKI. Conclusiones: El tratamiento neoadyuvante con TKI induce la respuesta del tumor primario y tiene acción citorreductora cuando es administrado antes de nefrectomía en casos de carcinoma de células renales. Además, permite valora la respuesta de la enfermedad metastásica al tratamiento. Se requieren estudios prospectivos en los que se evalúen el tratamiento con TKI y la cirugía para pacientes con enfermedad local avanzada y metástasis para determinar los beneficios de los regímenes de TKI y definir el agente óptimo, lo mismo que el tiempo de tratamiento y establecer en qué etapa de la enfermedad resulta benéfico el tratamiento neoadyuvante. Cáncer de pene. Experiencia en el Hospital General de México del año 2002 al 2009 González-Valle Juan Carlos, Rosas-Nava Jesús Emmanuel, Rosas-Ramírez Alejandro, Gutiérrez-Godínez José Francisco, Rubio-Zamudio Ulises, Hernández Mercedes, Manzanilla-García Hugo Arturo Hospital General de México. México, D.F. Introducción: El carcinoma de pene es una entidad rara con una incidencia de 0.1 a 0.7 por 100 000. Se forma en hombres de unos 50 años de edad. Los factores de riesgo para el desarrollo del carcinoma son: infección por VPH, fimosis, falta de higiene, lesiones inflamatorias crónicas en el pene. La cirugía aún es la base del tratamiento de esta entidad, que conlleva alto riesgo de generar enfermedad a distancia es alto. Objetivo: Revisar y analizar el cuadro clínico inicial, el periodo de que tarda el paciente en acudir a su primera valoración y diagnóstico, y el tratamiento inicial y final, así como la evolución de los pacientes estudiados. Material y métodos: Se realizó un estudio retrospectivo de 73 expedientes de pacientes con diagnóstico de cáncer de pene, tratados en el Servicio de Urología del Hospital General de México de enero del 2002 a septiembre del 2009. Se excluyeron 32 expedientes incompletos y se estudiaron otros 41. Resultados: Se tuvieron pacientes con rango de edad de 36 a 91 años, con promedio de 60 años. El principal lugar de origen de los pacientes fue el Estado de México (31.7%), seguido por el Distrito Federal (21.9%) y el Estado de Puebla (9.75%), con menos personas que provinieron de otros estados. El 29.6% eran desempleados, ninguno era profesionista, lo que se relaciona con su nivel socioeconómico; 73.1% de los pacientes tenía estatus socioeconómico deficiente o muy bajo y el restante 26.9% de equilibrado a superior. Con respecto al tiempo que tardan los pacientes en acudir a valoración después de la primera manifestación, se encontró que el intervalo de tiempo varía desde 2 hasta 48 meses, con una media de 11.75 meses. En 70.7% de los casos la primera manifestación fue una lesión exofítica y en 84 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 el restante 29.3% una úlcera. Al 100% de los pacientes se les realizó biopsia y se confirmó el diagnóstico. Se practicó cirugía a 61.1% de los pacientes, con penectomía total en 24.39% (10 pacientes), penectomía parcial en 31.9% (13 pacientes) y sólo circuncisión en 4.87% (2 pacientes); 38.9% (16 pacientes) no recibieron tratamiento quirúrgico por tener enfermedad en etapa avanzada o porque se perdieron a la vigilancia después de obtener el resultado de la biopsia. A 17.07% de los pacientes (7) se les practicó linfadenectomía ilioinguinal. Discusión: El cáncer de pene es una entidad poco común, caracterizada por crecimiento tumoral lento y, en muchos casos, metástasis a nódulos inguinales. La incidencia es baja en países desarrollados (1:100 000 habitantes, por año); la India es uno de los países con mayor incidencia en el mundo. Los principales factores de riesgo son la higiene deficiente, y la falta de circuncisión, ya que esta actúa como mecanismo protector, al no permitir la acumulación de esmegma, que es producto de la descamación epitelial y de la acción bacteriana, y se considerado que es carcinógeno por acción química (transformación de esteroles del esmegma en esteroles carcinógenos, por acción de Micobacterium esmegmatis y por acción mecánica (estancamiento y maceración). La prevalencia del virus del papiloma humano (VPH) en pacientes con cáncer de pene varía de 29 a 82% en estudios publicados en los que se realizaron análisis por reacción en cadena de polimerasa (PCR) para detectar el DNA viral. Los genotipos 16 y 18 de VPH son oncógenos y los que se detectan con mayor frecuencia en casos de cáncer de pene. En estudios epidemiológicos se ha demostrado que el tabaquismo es factor de riesgo de desarrollo del cáncer de pene. En su mayoría, los pacientes son mayores de 50 años, con una media de aparición de la enfermedad a los 60 años. El trastorno se manifiesta como tumor (65%) o úlcera (40%), en el glande (48%), el prepucio (21%), en glande y prepucio (9%), en el surco balanoprepucial (6%) o en cuerpo (2%). La diseminación se realiza principalmente por vía linfática, mientras que la fascia de Buck actúa como barrera contra invasión corporal o hematógena. Se pueden aplicar diversos tratamientos: circuncisión, legrado, ablación con láser, penectomía parcial, penectomía total, radioterapia externa y quimioterapia coadyuvante. Conclusiones: El cáncer de pene es una enfermedad rara, en la serie del Hospital General de México se encuentra que la edad promedio rebasa los límites que se informan en el ámbito internacional y su cuadro clínico inicial más frecuente es de lesiones exofíticas o úlceras en el pene, acompañadas en un gran porcentaje por afección de ganglios inguinales, que en muchas ocasiones se debe a infección concomitante, por lo que se justifica tratamiento antimicrobiano para resolverla. En cuanto al tratamiento quirúrgico, lo indicado para la mayoría fue la amputación parcial o total, ya que es el tratamiento estándar para esta enfermedad. Reporte de un caso. Fístula vesicouterina, complicación del posparto por cesárea Guadarrama-Benítez Benjamín, Aragón-Castro Marco A, Gutiérrez-Rosales Rubén, Morales-Ordaz Omar, Cisneros-Chávez Cisneros, Costilla-Montero Axel, López-Zepeda Abraham, Pérez-Guadarrama Oliver A Departamento de Urología, Centro Médico ISSEMYM Toluca. Toluca, Estado de México, México. Antecedentes: La fístula vesicouterina es una complicación rara, secundaria a causas obstétrica, y ocasiona el 4% de las fístulas urogenitales. En los países en vías de desarrollo, estas fístulas Presentación de trabajos en cartel se relacionan con partos prolongados y con la falta de experiencia de los grupos quirúrgicos. La causa principal es la cesárea. Informe del caso clínico: Paciente de género femenino con 34 años de edad; estaba en puerperio quirúrgico patológico tardío, con infección de vías urinarias y fístula vesicouterina, confirmada por cistograma y cistoscopia. Antecedentes personales: tres partos por cesárea en 2000, 2006 y noviembre de 2010, con complicación por hematuria. Se protocolizó y diagnosticó fístula vesicouterina. Se siguió el protocolo completo: cistograma miccional, urografía excretora, tomografía axial computarizada, cistoscopia. Se observó una fistula de 3 cm en el fondo vesical. Resultados: El tratamiento propuesto fue la histerectomía, con adecuada evolución. Conclusión: Las fístulas urogenitales presentan dificultades quirúrgicas porque en su mayoría son secundarias a procesos obstétricos. Un protocolo de diagnóstico adecuado y un tratamiento radical ayudan a disminuir el impacto psicológico, social, legal y económico de los pacientes. Reporte de un caso: teratoma testicular metastásico del adulto Guadarrama-Benítez Benjamín, Aragón-Castro Marco A, Ramírez-Rodríguez Miguel A,* Carrillo-Ponce Claudia, Gutiérrez-Rosales Rubén, CisnerosChávez Cisneros, Costilla-Montero Axel, López-Zepeda Abraham, PérezGuadarrama Oliver A Departamento de Urología, Centro Médico ISSEMYM Toluca. Toluca, Estado de México, México *Departamento de Urología, HGR 220, IMSS. Antecedentes: Los teratomas testiculares son de escasa frecuencia. A pesar de su histología aparentemente benigna, este tumor tiene la capacidad de enviar metástasis y comportarse de manera similar a otros tumores de células germinales no seminomatosos. Informe del caso clínico: Paciente de género masculino con 30 años de edad. Acudió al servicio de urgencias por dolor vesicular tipo cólico., Había perdido más de 10 Kg de peso en seis meses y padecía dolor costal izquierdo, distensión abdominal, astenia y adinamia. En la exploración se palpó adenopatía axilar, hepatomegalia y tumor testicular de 9 × 5 cm. Se realiza TAC en la que se observan metástasis hepáticas y adenopatías en retroperitoneo. En los estudios de extensión se hallaron altas concentraciones de marcadores tumorales, con tumor en retroperitoneo y metástasis pulmonares Resultados: Se realizó orquiectomía y el informe de histopatología indicó que se trataba de un teratoma. Conclusión: Los teratomas son tumores complejos, por lo general compuestos por tejidos derivados de más de una capa de células germinales o embrionarias con distintos procesos de diferenciación. El tratamiento de adenopatías retroperitoneales o de este tipo de tumores no está bien especificado y es válido el empleo de quimioterapia, así como la disección ganglionar retroperitoneal o los tratamientos mixtos. Relación entre los síntomas obstructivos de vías urinarias bajas, según el sistema internacional de síntomas prostáticos y la uroflujometría, para valorar la patología prostática Gutiérrez-García Jesús D, Gómez-Guerra Lauro, Hernández-Torres Andrés U, Valdés-Sepúlveda Federico, Blanco-Guzmán Alfredo Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”. Monterrey, Nuevo León, México. Antecedentes: La gravedad de los síntomas obstructivos en vías urinarias bajas debidos a hiperplasia prostática benigna no tiene buena correlación con el grado de obstrucción vesical. El estudio urodinámico es relativamente complejo, invasivo y de alto costo, de modo que no es utilizado para la valoración inicial de los pacientes con SOUB. De manera sistemática, se aplican métodos reproducibles y no invasivos, lo mismo que métodos subjetivos, como el sistema internacional de síntomas prostáticos (IPSS). Con el empleo de un sistema de medición sistematizado para cuantificar los síntomas prostáticos se intenta evaluar la relación entre tales medidas y la obstrucción causada por la hiperplasia. Como método objetivo se utiliza la uroflujometría. Objetivo del estudio: Valorar la relación entre el IPSS y la uroflujometria para determinar si existe una relación entre la gravedad de los síntomas y el grado de obstrucción. Material y métodos: Se valoró a todos los pacientes con el IPSS (International Prostatic Score System) también se les realizó uroflujometría para determinar si existe una relación estrecha entre estos dos tipos de medidas ó se requieren más estudios para determinar de manera definitiva si los síntomas son de origen prostático. Se realizó un estudio retrospectivo, comparativo y no ciego, en el cual se aplicaron los cuestionarios del IPSS a todos los pacientes que acudieron a solicitar valoración urológica durante el Programa para el Estudio de la Salud del Hombre (PESH) que se llevó a cabo en los meses de Mayo a Julio de 2009. Resultados: Se aplicó un total de 135 encuestas de IPSS. Se clasificaron los resultados en tres grupos: ligeramente sintomáticos, moderados y graves (43, 62, 29, respectivamente). Después se realizó la uroflujometria y se clasificaron los resultados obtenidos en dos grupos, según los flujos máximo y medio; se subdividieron estos grupos en tres categorías: menos de 10 ml/ segundo, de 11 a 15 ml/segundo y más de 15 ml/segundo. Respecto del flujo máximo, en un total de 36 pacientes fue menor de 10 ml/segundo; en 18 de estos pacientes, los síntomas eran moderados, en 14 eran graves y 4 fueron casi asintomáticos. Por la otra parte, un total de 91 pacientes tuvieron flujo medio menor de 10 ml/segundo; de ellos, 40 tuvieron síntomas moderados, en 24 fueron grave y 27 eran casi asintomáticos. Discusión y conclusiones: El cuestionario del sistema internacional de síntomas prostáticos contiene una serie de preguntas con las se intenta establecer la gravedad de los síntomas prostáticos; los cuales se correlacionan con una disminución en la calidad de la micción. Al cruzar estos resultados con los de uroflujometría se aprecia con claridad que la gravedad de los síntomas no se relaciona con el grado de obstrucción e, incluso, algunos pacientes pueden ser asintomáticos y, a la vez, tener una disminución importante en la calidad de su micción. Con el presente estudio se concluye que el IPSS, por sí solo, no es un método confiable para valorar el grado de obstrucción vesical y se requieren más estudios para corroborarlo. Feocromocitoma gigante no funcional. Informe de un caso Hernández-Beltrán Miguel A, Morales-Covarrubis, Jesús A, Zuviri-González Antonio, Domínguez-García Michael A, Espinosa-Pérez Grovas Daniel; AliasMelgar Alejandro Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, ISSSTE. México D.F. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 85 Presentación de trabajos en cartel Antecedentes: El feocromocitoma es una neoplasia derivada de células del tejido cromafín y éste, a su vez, se deriva del ectodermo neural. Estos tumores producen, almacenan y secretan catecolaminas y constituyen de 85 a 90% de este tipo de lesiones a nivel de glándulas suprarrenales. Aquí se presenta el caso de una paciente con un incidentaloma y hallazgo histopatológico de feocromocitoma. Caso: Paciente de género femenino con edad de 46 años y los antecedentes que se indican a continuación. AHF: padre fallecido por Infarto miocárdico agudo, madre muerta por accidente vascular cerebral. APP: quirúrgico, ooferectomía izquierda hacía 8 años, por quiste ovárico. DM 2 de 3 años de evolución, tratada con hipoglucemiantes. HAS 10 años antes en tratamiento con metoprolol (100 mg c/12 h), enalapril (10 mg c/12 h) e hidroclorotiazida (25 mg c/24 h), aparentemente buen control. Resto negados. PA: inició 6 meses atrás con infecciones de vías urinarias, caracterizadas por disuria, polaquiuria, pujo y tenesmo vesical (algunas corroboradas únicamente con examen general de patología urinaria), tratadas con antibióticos. Último cuadro hacía una semana, con ciprofloxacino. En esta ocasión acudió al servicio de urgencias por descontrol metabólico, fiebre cuantificada hasta de 38.5ºc y nuevamente síntomas de irritación en vías urinarias bajas, hasta llegar a la retención aguda de orina, por lo que requirió de inicio la colocación de sonda de Foley. EF: abdomen globoso a expensas de panículo adiposo, sin signos de irritación peritoneal, con dolor a la palpación profunda (solo en puntos uretrales superior y medio izquierdos y en hipogastrio); signo de Giordano ipsolateral, genitales y extremidades sin alteraciones. Estudios de laboratorio: glucosa, 489; creatinina, 0.9; K, 3.45; Na, 137; Hb, 12; Htc, 35%, leucocitos, 19 900; neutrófilos, 86%; plaquetas, 780 000. EGO: proteinuria ++, glucosuria ++, leucocituria 25 x c, eritrocituria 15 x c, bacteriuria y células epiteliales abundantes. Se solicitó US renal para descartar absceso renal, pero se observó una masa, tal vez dependiente del polo superior del riñón izquierdo; riñón derecho normal. Se solicitó TAC simple, en la que se detectó una masa de 9 × 6 × 5 cm, dependiente de glándula suprarrenal izquierda. Se apreció interfase entre la masa tumoral y el polo superior renal izquierdo. Se hallaron concentraciones normales de ácido vainililmandélico y catecolaminas urinarias. Se llevó a la paciente a cirugía, en la que se halló una masa dependiente de glándula suprarrenal izquierda, con riñón derecho conservado. RHP: masa de 10 × 7 × 4 cm, heterogénea, con áreas de hemorragia y de células con citoplasma claro eosinófilo, núcleos redondeados, vesiculosos, con nucléolo prominente y células sustentaculares alargadas. Nidos de “Zeballen”, compatibles con el diagnóstico de feocromocitoma no funcional. Discusión: El feocromocitoma es una neoplasia derivada de células del tejido cromafín que, a su vez, se deriva del ectodermo neural. Dicho tumor produce, almacena y secreta catecolaminas; constituye de 85 a 90% de este tipo de lesiones a nivel de glándula suprarrenal. Cuando está en algún otro sitio se le llama paraganglioma y representa de 10 a 15% de estos tumores. Alrededor de 0.1% de los pacientes sufre hipertensión relacionada con esta entidad. Cerca de 80% de los casos aparece como lesión unilateral, 10% es bilateral y 10% está fuera de las suprarrenales. Las unilaterales predominan en el lado derecho. Se establece el diagnóstico por los signos clínicos y síntomas, crisis hipertensivas, síntomas paroxísticos indicativos de trastorno convulsivo o ataque de ansiedad, o hipertensión arterial que no cede con el tratamiento común. Son tumores total o parcialmente encapsulados, muy vascularizados, y mayores de 3 cm de diámetro. Gracias a los estudios de imagen con los que cuenta actualmente (como la tomografía computarizada de 86 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 abdomen), se ha logrado la detección de más o menos 2% de los incidentalomas sin signos clínicos de esta patología. Conclusión: En este caso, la paciente nunca presento signos clínicos que indicaran esta patología; tal vez, el único relacionado fue la hipertensión, que no se modificó después del tratamiento quirúrgico. Lo controvertido es la forma no habitual de la manifestación y el gran tamaño del tumor, ya que en la bibliografía se informa que estos tumores miden, en promedio, 3.8 ± 2 cm. Exclusión renal izquierda debida a la permanencia de una sonda doble J calcificada, con ocho años de evolución. Informe de un caso Hernández-Beltrán Miguel A, Morales-Covarrubis Jesús A; Zuviri-González Antonio; Domínguez-García Michael A; Espinosa-Pérez Grovas Daniel; AliasMelgar Alejandro Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” ISSSTE. México, D.F. La obstrucción ureteral unilateral se manifiesta con vasodilatación renal temprana, mediada por prostaglandinas y óxido nítrico, seguida por vasoconstricción prolongada y normalización de la presión ureteral intratubular, compensación realizada por el riñón contralateral. Un riñón con obstrucción parcial por 14 días, recupera su función al 100% al recibir tratamiento; a con 28 días recupera 31% de su función y con 60 días sólo recupera el 8%. La tasa de filtración glomerular disminuye un 80% después de 28 días de obstrucción parcial unilateral. La obstrucción desarrolla cambios progresivos y, finalmente, permanentes en la estructura renal, como: fibrosis tubulointersticial, atrofia tubular, apoptosis e inflamación intersticial. Las indicaciones de tratamiento invasivo para una obstrucción ureteral unilateral son: dolor que no cede con analgésicos, signos y síntomas de sepsis, náusea y vómito persistentes y obstrucción de alto grado. Antecedentes: Paciente de género masculino con 26 años de edad. AHF: rama materna CACU y Ca gástrico. APP: Interrogados y negados. PA: inició el padecimiento a los 18 años de edad con cálculo en el riñón derecho, tratado con la colocación de una sonda doble J que le permitía la expulsión espontanea, pero nunca se le mencionó el tiempo de permanencia ni la necesidad de quitarla. El paciente informó que, después, no se le dio vigilancia ni atención médica. En el último año sufrió dos episodios de infecciones de vías urinarias, por lo que acudió a consulta. Se solicitó radiografía simple de abdomen, en la que se observó una imagen radiopaca que abarcaba toda la vía urinaria desde riñón derecho hasta hueco pélvico, donde se apreciaron dos imágenes radiopacas de 4 × 4 cm cada una. Con base en los antecedentes, se estableció el diagnóstico de sonda doble J calcificada en su totalidad. Material y métodos: Se tomó gammagrama renal con DTPA. Filtrado glomerular total: 52.6 ml/min; riñón izquierdo, 52.6 ml/min; riñón derecho, 0.0 ml/min. Estudios de laboratorio: Cr, 0.98; dr orina, 62.9; volumen de orina en 24 h, 2350 cc. Depuración de CR en orina de 24 h, 86.70 ml/min. Hb, 12.8; hto, 38.2; leucocitos, 15 300; neutrófilos, 85%; plaquetas, 186 000. Se decidió pasar a quirófano con el diagnóstico de exclusión renal derecha por sonda doble J calcificada y se halló lo siguiente: cistolitotricia fallida por litos vesicales de 5 cm en número de dos, resuelta por cistolitotomía. Nefroureterectomía derecha con un lito en pelvis renal y ureteral con sonda doble J en el interior del lito. En el periodo de vigilancia se notó buena evolución. El paciente egresó a las siguientes 48 horas y actualmente continúa la vigilancia de la función renal izquierda. Presentación de trabajos en cartel Discusión: Las sondas doble J son colocados para tratamiento transitorio ante un problema obstrucción renoureteral; su permanencia es temporal, hasta que se aplique tratamiento resolutivo. El uso de estas sondas no es inocuo y se relaciona con varias complicaciones, como infecciones, hematuria, síntomas irritativos, migración, infección, calcificación, fractura, vía falsa y erosión, entre otras. La permanencia prolongada de una sonda doble J conlleva su calcificación, con obstrucción del riñón y pérdida de su función. En el presente caso, la permanencia prolongada la sonda por 8 años ocasionó la exclusión renal derecha, con calcificación piélica, ureteral y vesical secundarias. Aunque no hay un tiempo preciso para el cambio o extracción de una sonda doble J, conviene cambiarla con frecuencia, en caso de que se requiera uso permanente, para evitar la calcificación. La permanencia por menos de 6 semanas conlleva 9,2% de riesgo de calcificación, que aumenta a 47.5% cuando se deja 6 a 12 semanas, y hasta 76.3% con permanencia mayor de 12 semanas. El periodo óptimo para una sonda doble J de uso prolongado, con base en diferentes series, es de 2 a 4 meses, pero se puede reducir en pacientes con factores de riesgo que promuevan la calcificación. Conclusiones: Se presenta el caso de un paciente adulto joven con exclusión renal secundaria a la calcificación de una sonda doble J, con 8 años de evolución. Ante la falta de atención médica oportuna, la función renal se deterioró de manera progresiva, hasta la pérdida total. Cistitis polipoide en un varón de 19 años. Informe de caso Hernández-Beltrán Miguel A, Morales-Covarrubis Jesús A, Zuviri-González Antonio, Domínguez-García Michael A, Espinosa-Pérez Grovas Daniel, AliasMelgar Alejandro Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” ISSSTE. México, D.F. Antecedentes: Se considera que la cistitis polipoide es una lesión benigna reversible. Constituye la fase crónica de la cistitis papilar, secundaria a una reacción provocada por una lesión inflamatoria exofítica a nivel de la mucosa vesical debida a la reacción que ocasiona el uso de una sonda transuretral a permanencia o instrumentación urológica previa. Se manifiesta como lesiones exofíticas en la superficie urotelial, cuyo estroma es edematoso, congestivo, con vasos de neoformación y focos de infiltrado linfohistiocítico y polimorfonuclear. Existe estrecha relación entre la cistitis polipoide y la instrumentalización o intubación vesical (75% de los casos con sonda uretral permanente). Se alcanza la mayor incidencia a los tres meses permanencia de la sonta y el problema desaparece al quitarla. También se ha informado de relaciones con radiación o neoplasias malignas. Objetivo: Presentar el informe de un caso y revisión de la bibliografía. Caso: Paciente de género masculino con 19 años de edad, dos meses con hematuria macroscópica, asintomático. Fue valorado en el servicio de consulta externa de urología por recurrencia de la hematuria. El paciente negó signos de lituria, dolor cólico renal, náuseas, vómito y fiebre. AHF: interrogados y negados. APP: negó todos los antecedentes. Exploración física, normal. Estudios de laboratorio: Hb, 14; Hto, 36; plaquetas, 260; leucocitos, 6000; creatinina, 0.7; BUN, 12; glucosa, 90; TPT, 27”; TP 11.2”; INR, 1.0 98%. EGO; eritrocitos incontables, lo demás normal. UC sin desarrollo. Ecografía renal: RD de 7 × 5 × 4 cm; RI de 6.5 × 5 × 3.5 cm; ambos sin alteraciones en su morfología, relación corticomedular normal. Ecografía vesical: repleción de 350 cc, con 15 cc de orina residual, pared de 0.4 cm, sin ecos en su interior. Urografía excretora: normal. TAC abdominopélvica: normal. Por cistoscopia se halló lo siguiente: uretra anterior y posterior normal, cuello vesical con hiperemia leve, trígono sin alteraciones, meatos ureterales en posición AA, eyaculación de orina clara, piso y pared posterior con hiperemia severa y lesiones eritematosas. Con base en dichos hallazgos, se realizó RTUV biopsia bajo anestesia, para la que se tomaron con asa tres cortes profundos de las lesiones antes mencionadas. RHP: Cistitis polipoide. Vigilancia: postoperatorio con adecuada evolución; ya en la consulta externa, examen general de orina de control sin signos de hematuria y paciente clínicamente asintomático. Discusión: La cistitis polipoide es una lesión reversible, secundaria a una reacción inflamatoria exofítica de la mucosa vesical. Lo importante de esta lesión es distinguirla del carcinoma de células transicionales, ya que a nivel macroscópico tienen el mismo aspecto exofítico, sobre todo en pacientes que no tienen el antecedente de portar una sonda uretral. La cistitis polipoide es más frecuente en pacientes geriátricos con sonda transuretral permanente. La pared posterior de la vejiga es afectada. Lo importante de la cistitis polipoide es que se trata de una lesión benigna reversible que remite 28 a 30 semanas después extraer de la sonda. En 2001, Griffin y colaboradores informaron sobre el caso de un paciente de 13 años de edad con hematuria macroscópica de 6 meses de evolución y diagnóstico de cistitis polipoide. Conclusiones: En los trabajos publicados se concluye que la cistitis polipoide es una causa rara de hematuria, de predominio en adultos mayores con antecedente de intubación e instrumentación uretral. El caso presentado es, excepcional por la edad del paciente y por no tener algún antecedente urológico que desencadenara el trastorno. Lo importante es reconocer que se trata de una lesión reactiva benigna y reversible de la que, hasta ahora, no se ha determinado qué la causa en pacientes que no portan sonda transuretral ni tienen antecedentes de instrumentación. En pacientes jóvenes se suele manifestar sólo con hematuria intermitente no dolorosa, sin síntomas de irritación ni obstructivos. En pacientes adultos es posible confundir la cistitis polipoide con carcinoma de células transicionales, sobre todo en quienes nunca han portado sonda transuretral; la confusión se debe a su apariencia macroscópica en la cistoscopia. Por lo tanto, también se debe considerar cistitis polipoide en el diagnóstico diferencial de carcinoma papilar. Quiste endotelial adrenal. Informe de un caso Hernández-Castro Salvador, Sánchez-Puente Julio C, López-Alarcón Alejandro, Gómez-De La Cueva Leonardo Unidad Médica de Alta Especialidad No 25 IMSS. Monterrey, Nuevo León, México. Antecedentes: Los quistes adrenales fueron descritos por primera vez en 1670 por Greiselius. Se trata de una entidad poco frecuente cuya incidencia varía entre 0.064% y 0.18% en las series de autopsias realizadas, pero con el desarrollo de los estudios de imagen modernos, se ha incrementado su detección (incidentalomas). Se manifiesta con mayor frecuencia en la cuarta y quinta décadas de la vida, con predominio en mujeres, con una relación masculino/femenino de 1:2-3. Por sus características histológicas, se clasifican en cuatro grupos: Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 87 Presentación de trabajos en cartel seudoquiste, quiste endotelial, epitelial y parasitario. Clínicamente, los pacientes son asintomáticos y cuando presentan síntomas, suelen deberse a la compresión de estructuras vecinas o una hemorragia intraquística. Aunque poco frecuente, su complicación más grave es la rotura con hemorragia retroperitoneal y choque hipovolémico. Ante la presencia de cualquier lesión adrenal se debe llevar a cabo un estudio diagnóstico completo, que incluya perfil hormonal y estudios de imagen (el método preferible es la TAC). El tratamiento de las lesiones funcionales es quirúrgico; sin embargo, es te tratamiento es controversial para las no funcionales. Objetivo: Presentar un caso de quiste adrenal endotelial, que es una entidad poco frecuente, así como los estudios diagnósticos y el tratamiento correspondientes. Presentación: Paciente de género femenino con 37 años de edad, casada, empleada, originaria de Michoacán; con antecedente de histerectomía abdominal por miomatosis, sin enfermedades cronicodegenerativas ni otros antecedentes de importancia. El padecimiento actual inició 5 años antes con dolor lumbar ocasional de predominio derecho, no incapacitante, sin aumentar al esfuerzo físico, no cólico, sin dolor abdominal agregado; atacó con mayor frecuencia en el último año, sin otros síntomas agregados. EF: signos vitales en rangos normales, abdomen blando, depresible, no doloroso a la palpación, Giordano bilateral (-), sin aumentos de volumen ni signos radiculares. Estudio hormonal completo: sin alteraciones. TAC: lesión hipodensa con algunas calcificaciones en glándula suprarrenal derecha que no se refuerzan con medio de contraste iodado IV. Después de adrenalectomía derecha, los síntomas desaparecieron. El informe de histopatología determinó quiste endotelial suprarrenal. Discusión: En la bibliografía se han registrado alrededor de 500 casos de quistes adrenales desde 1922. Como es una entidad poco frecuente, resulta de suma importancia un estudio diagnóstico completo, ya que de esto dependerá el tratamiento definitivo. Existen lesiones funcionales en las que el perfil hormonal (cortisol, aldosterona, catecolaminas, metanefrinas en orina) está alterado, lo que determinará el tratamiento quirúrgico. Sin embargo, en lesiones no funcionales el tratamiento sigue siendo controversial. Por lo general, los quistes son mayores de 6 cm y con signos de complicación (densidades mayores a la del agua, múltiples calcificaciones), gran tamaño con riesgo de rotura y en pacientes sintomáticos se prefiere cirugía, siempre que sus lesiones sean menores a 6 cm, no tengan signos de complicación y se mantengan asintomáticos; se puede realizar punción o, de preferencia, mantener vigilancia expectante con TAC que se ha convertido en el mejor método de imagen para el diagnóstico y vigilancia de esta entidad. En este caso, al encontrarse una lesión quística mayor de 6 cm, con calcificaciones, y un paciente sintomático, se decidió realizar adrenalectomía derecha por laparoscopia. La paciente tuvo evolución postoperatoria adecuada. Paraganglioma vesical, a propósito de un caso y revisión de la bibliografía Hernández-Martínez Grisel, Díaz José R, Estrada Carlos E, Mendoza Luis A, López-Silvestre Julio C, Zapata Miguel, Campos José G, Castro M, Flores José E Hospital Central Militar. Servicio de Urología. México, D. F. Antecedentes: El paraganglioma representa menos de 0.05% de los cánceres vesicales que no dependen del urotelio y 10% de las 88 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 manifestaciones extraadrenales del feocromocitoma. Alrededor de 15% de estos tumores es maligno y tiene una sutil predominancia hacia el género femenino. El paragaglioma se deriva de células cromafines que forman el plexo simpático del músculo detrusor; la liberación de catecolaminas puede ser estimulada por vaciamiento y distensión vesicales, por la defecación y por el coito. Ante la sospecha de paraganglioma vesical, se debe realizar cistoscopia, previo bloqueo adrenérgico. No es recomendable tomar muestras de estos tumores para biopsia, ya que están vascularizados y, por lo general, cubiertos de urotelio normal. El tratamiento consiste en practicar cistectomía parcial con linfadenectomía: Se considera inadecuada la resección transuretral del tumor; muchos paragangliomas envuelven la totalidad de la pared vesical. Se recomienda cistectomía radical para tumores de gran tamaño o ante una extensión ganglionar linfática. Caso clínico: Paciente de género femenino con edad de 66 años y antecedente heredofamiliar de hija con glioma en el SNC; además, tenía antecedentes personales patológicos de DM2 y HAS. El padecimiento inició en 2007 con hematuria macroscópica de inicio súbito, silente, total, con coágulos amorfos por 5 días. La mujer acudió a un facultativo, quien ordenó USG renal y vesical. En el estudio se detectó nódulo de aspecto sólido adosado a la pared vesical, por lo que se realizó cistoscopia, que la que se observó tumoración lisa. La paciente sufrió recurrencia de hematuria, por lo que acudió a revaloración. Por cistoscopia se halló masa pediculada retrotrigonal de base ancha, sospechosa de ser maligna. Se practicó resección transuretral de tumor vesical, con informe de histopatología que indicó paraganglioma que infiltra a la muscularis propia vesical. Actualmente, la paciente está bajo control y vigilancia semestral, con adecuada evolución; no presenta signos de reactivación tumoral; los últimos resultados de estudios de laboratorio son metanefrinas séricas dentro de lo normal. Conclusiones: El paraganglioma vesical es una entidad que se clasifica con tumor vesical no urotelial. La triada clásica del cuadro clínico es: hematuria macroscópica silente (detectada en 60% de los casos informados), hipertensión paroxística y “ataques miccionales”, que se acompañan de cefalea, taquicardia, diaforesis y visión borrosa, entre otros trastornos, durante el vaciamiento vesical o después. En algunas investigaciones recientes se ha informado de herencia genética en 25 a 30% (VHL, NF1), pero en otras series no se ha encontrado correlación. Por cistoscopia se observan tumores amarillentos que obligan a sospechar esta entidad. Dado que el comportamiento biológico de estas lesiones no se puede pronosticar con base en los hallazgos histológicos (como necrosis, invasión angiolinfática, alto índice mitótico, inexistencia de cuerpos hialinos, alteraciones en p53) y que se ha documentado comportamiento maligno en 5 a 19% de los paragangliomas, además de ser un tumor quimiorresistente y radiorresistente; se recomienda el tratamiento mediante cistectomía parcial; sin embargo, en series recientes se ha documentado que dicho tratamiento es el recomendado para lesiones malignas ya conocidas (metastásicas). Con respecto a la vigilancia, Lenders y colaboradores informaron mayor sensibilidad y especificidad en metanefrinas plasmáticas que en las urinarias. Se debe realizar cistoscopia de control en forma regular y también ordenar estudios de imagen. No hay consenso en cuanto a la frecuencia de las revisiones de control; sin embargo, varios autores han recomendado consultas anuales de revisión cuando los pacientes son asintomáticos. La paciente del caso aquí presentado ha evolucionado bien hasta el momento, con indicadores negativos de de enfermedad maligna; sin embargo, como se le ha dado tratamiento conservador, decidió mantenerla en control semestral. Presentación de trabajos en cartel Hipospadias. Experiencia en el Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” Hernández-Torres Andrés U,1 Jaime-Dávila Rodolfo,2 Gómez-Guerra Lauro2 Servicio de Urología del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”. Monterrey, N.L. México. 1 Residente Urología. 2Médico Adscrito Servicio de Urología Introducción: El hipospadias es un defecto congénito relativamente frecuente que afecta a 1 de cada 250 neonatos; se le define como una combinación de tres anomalías del pene: 1. Una abertura ventral anómala del meato uretral que puede localizarse desde el periné hasta la porción ventral del glande 2. Una curvatura ventral del pene, con o sin la presencia de una cuerda 3. Prepucio redundante en la porción dorsal y deficiente en la porción ventral Se clasifica en: 1. Anterior: glandular, coronal, subcoronal. 2. Medial: porción anterior, media y distal del cuerpo del pene. 3. Posterior: penoescrotal, escrotal, perineal. Material y métodos: Se tomaron en cuenta las cirugías realizadas durante los últimos cinco años. Se analizaron los siguientes datos: 1. Edad al momento de la cirugía. 2. Localización. 3. Técnica utilizada. 4. Días con sonda transuretral. 5. Complicaciones. 6. Días de hospitalización. Resultados: Se hallaron 20 pacientes en quienes lo más frecuente fue: Edad al momento de la cirugía: 1 año. Localización: subcoronal. Técnica utilizada: MAGPI. Días con STU: 8 a 10 días. Complicación: fístula uretrocutánea. Días de hospitalización: 1 día. Conclusiones: La cirugía de hipospadias aún representa un gran problema para el urológo, lo cual debe incentivar al facultativo para una preparación continua en el aprendizaje de esta cirugía. Experiencia inicial en nefrectomía laparoscópica por puerto único en la UMAE. Hospital General Centro Médico Nacional “La Raza” Huerta-Cervantes José M, Huante-Pérez José A, Santaella-Torres Félix, ÁvilaHerrera Pedro, González-Domínguez Miguel. UMAE, Hospital General “Dr. Gaudencio González Garza” Centro Médico Nacional “La Raza”. México, Distrito Federal. Antecedentes: Desde la primera nefrectomía radical laparoscópica realizada por el Dr. Ralph Clayman, en 1991, hasta el informe de los dos primeros casos de cirugía urológica por puerto único por Rane y colaboradores en el año 2007, las técnicas quirúrgicas de mínima invasión han encaminado sus esfuerzos a incrementar su acceso a la gran variedad de las patologías quirúrgicas, tanto benignas como malignas, en las diferentes ramas médicas, para así lograr la reducción del dolor postoperatorio, mejorar la apariencia estética y reducir la estancia hospitalaria y la convalecencia. Objetivo del estudio: Informar sobre la experiencia inicial en cuatro pacientes sometidos a nefrectomía laparoscópica por puerto único en la UMAE Hospital General “Dr. Gaudencio González Garza”, Centro Médico Nacional “La Raza”. Material y métodos: Se efectuó una revisión retrospectiva del periodo comprendido entre el 25 de junio y el 25 de agosto del año en curso, en pacientes sometidos a nefrectomía laparoscópica por puerto único, utilizando GelPort® de Applied Medical, que consta de un diafragma autoexpandible (el cual se introduce sobre la incisión) y un anillo con cubierta de gel (que se inserta sobre el diafragma antes mencionado). Se puede colocar sobre una incisión de 3 cm o mayor y en el se pueden adaptar hasta cuatro puertos de diferentes diámetros (12, 10, 5 mm). En la serie aquí presentada se utilizó sólo equipo rígido. Resultados: Se analizaron los casos de cuatro pacientes, un varón y tres mujeres. El promedio de edad en las mujeres fue de 51 años, y el paciente masculino tenía 67 años. El procedimiento se realizó en tres patologías benignas (uropatías obstructivas por litiasis) y una sola para patología maligna (tumor renal). El promedio de tiempo quirúrgico fue de 4.5 horas. La hemorragia promedio durante la intervención fue de 295 ml y sólo hubo una complicación quirúrgica (lesión advertida de colon descendente, por radiación térmica de electrocauterio) sin secuelas posoperatorias. Cabe señalar que se valoró el dolor referido en el posoperatorio mediato por la escala visual analógica del dolor (EVA), observando a 2 pacientes con 3 puntos, un paciente con 5 puntos y un sólo paciente con 7 puntos, único en quien administraron opioides. Por último, se estimo en 5.5 días el tiempo promedio de estancia hospitalaria. Discusión: La nefrectomía laparoscópica por puerto único es una cirugía factible con el uso de instrumentos rígidos; produce excelentes resultados posoperatorios; sin embargo, existen dificultades evidentes en la curva de aprendizaje, como la complejidad técnica, debido a la carencia de instrumentos y el mayor tiempo quirúrgico en comparación con la laparoscopia tradicional. En esta serie, el tiempo de estancia hospitalaria fue prolongado a causa del tipo de patología encontrada y de las complicaciones derivadas de la técnica, que realmente no tuvieron repercusión en la recuperación posquirúrgica de los pacientes. Conclusión: La nefrectomía laparoscópica por puerto único conlleva excelentes resultados estéticos, a la vez que conserva las ventajas clásicas de la laparoscopia tradicional. Sin embrago, como toda técnica novedosa, cuenta con una curva de aprendizaje y complicaciones propias de la misma. Hacen falta mayor número de pacientes en la serie para realizar un estudio comparativo significativo con la laparoscopia convencional. Diagnóstico de aracnoidocele selar relacionado con azoospermia. Presentación de un caso Ruiz-Olvera Sergio Francisco, Izaguirre-Irias Carlos Rodrigo, EchavarríaSánchez Mirna Guadalupe, Martínez-Cruz Silvia, Sánchez-Martínez Maribel Instituto Nacional de Perinatología. Clínica de Andrología. México, D.F. Introducción: El aracnoidocele es la ausencia de tejido hipofisario en la silla turca. La hipófisis puede estar comprimida, atrofiada. Hay dos tipos: (1) silla vacía primaria: defecto del diafragma de la silla, que da lugar a herniación de la aracnoides dentro del espacio sellar; (2) silla vacía secundaria relacionada Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 89 Presentación de trabajos en cartel con la extirpación o tratamiento de neoplasias hipofisarias. Es un hallazgo raro y se diagnostica por alteraciones en la pubertad, reproductivas o postmorten. Su presencia da como resultado un hipogonadismo hipogonadotrópico (H-H). La incidencia de H-H varía de 1:10,000 a 1:86,000. Este trastorno se caracteriza por baja concentración de hormonas hipofisarias. Causas más frecuentes: tumores del SNC, apoplejía pituitaria, radiación pituitaria, trauma craneal, enfermedades crónicas y sistémicas y consumo de drogas. El H-H puede ser de inicio temprano o tardío tomando en consideración la pubertad. El crecimiento testicular es el primer signo puberal en el varón (Marshall y Tanner), con inicio puberal promedio a los 11.5 años; se aplican dos DE (2,5 años) para establecer el límite inferior. Material y métodos: Paciente de género masculino con edad de 32 años. Adrenarca a los 14 años y detención de la pubertad después de TCE. Función sexual: disminución de libido y erecciones, hasta la impotencia, las matutinas ausentes. El paciente negó poluciones nocturnas. Se le trató con derivados de testosterona para completar desarrollo puberal. IVSA: 21 años; peso, 71.5; talla, 1.72 m; brazada, 1.79; IMC, 24.2; complexión mediana; Tanner, 4. Testículos hipotróficos: Izquierdo vol. 0.67 cc, derecho vol. 0.86 cc. Objetivos: 1. Estimular la producción endógena de testosterona, normalizar los niveles de prolactina y mejorar el Px reproductivo 2. Completar desarrollo de caracteres sexuales secundarios y normalizar la función sexual. Resultados: Se inició tratamiento con gonadotropinas, HCG y BEC con la siguiente evolución: A su ingreso (25/09/2009) se realizó determinación del perfil hormonal con los siguientes resultados: LH, 0.15; FSH < 0.100; E2 de 50.20; PRL, 19.20; TT, 31.86; SHBG, 22.20; IAL, 143.51. Clínicamente presentaba Tanner 4, hipotrofia testicular, Consistencia testicular disminuida +++ y función testicular alterada. Posteriormente se inició tratamiento con menotropinas 37.5U + HCG 625U y BEC 1.25 mg y para el 04/01/2010 presentaba el siguiente perfil: LH, 0.23; FSH, 0.17; E2 de 39.80; PRL, 12.10; TT, 5.89; SHBG, 26.10; IAL, 22.57; clínicamente el Tanner y la hipotrofia continuaron sin modificaciones, la consistencia testicular disminuida y discreta mejoría de la función sexual. Su último perfil fue: LH, 0.29; FSH, 1.13; E2 < 20; PRL, 6.66; TT, 8.08; SHBG, 26.90; IAL, 30.04; clínicamente, alcanzó Tanner 5, continuó hipotrofia testicular, consistencia testicular disminuida + y se normalizó la función sexual. A su ingreso, el paciente presentó valores de testosterona dentro de parámetros normales; sin embargo, correspondían a testosterona exógena. Se observó mejoría en la función testicular, corroborada por los niveles de testosterona endógena, en la esfera sexual, en la distribución del vello genital y facial al alcanzar Tanner 5 y en la consistencia testicular. No se observaron aún cambios seminales, ni de volumen testicular. EBD; (08/06/09) densidad 0; (10/08/09) densidad 0. Conclusiones: El aracnoidocele sellar, puede ser originado por TCE directo y condicionar H-H, que a veces es causa directa de infertilidad. Es una patología rara, pero debe sospecharse con base en el cuadro clínico. 90 Introducción: Se define hipertensión renovascular como aquélla ocasionada por una lesión arterial renal y que se corrige mediante la reparación de la lesión vascular causal o la extirpación del riñón. Por lo regular, se debe a arteriosclerosis obliterante (70%) y displasia fibrosa. El signo clave para sospechar su presencia aún es la HAS de difícil control; de igual manera, el estándar para el diagnóstico es la arteriografía, en la cual se evidencia la lesión. El mejor tratamiento es la angioplastia transluminal percutánea, con colocación de prótesis endovascular. La nefrolitiasis es una entidad común que afecta a más o menos 5 a 10% de la población, con episodios recurrentes después del primer episodio (20 a 50% de los casos) en los primeros cinco años, generando elevados costos personales y financieros en la población. Excepto algunos casos en los que hay factores estructurales, morfológicos u otros padecimientos médicos claramente predisponentes, la mayoría de los pacientes tiene algún trastorno en la absorción, metabolismo o excreción de los componentes de los cálculos (calcio, ácido oxálico, ácido úrico, fosfato, etc.), de las sustancias que inhiben la formación de los mismos (ácido cítrico y magnesio) o de la acidez (pH) de la orina. Llama la atención que dos entidades de distinto origen en cuanto a la clínica, diagnóstico y tratamiento, coincidan, buscando establecer una relación causal. Informe del caso: Paciente de género femenino con 56 años de edad, con inicio conocido de hipertensión hacía 12 años; este trastorno que resultó de difícil control, primero fue tratado con IECA, diurético, beta bloqueador, antagonista del calcio, a dosis tope. Como la hipertensión persistió, se decidió realizar estudio vascular, con el que se descubrió estenosis de la arteria renal, que fue tratada con angioplastia transluminal percutánea y prótesis endovascular, con lo que se logró mejoría franca. La paciente regresó 12 años después por cuadro de dolor repentino, originado en flanco derecho con irradiación a la porción inferior del abdomen, con episodios paroxísticos de minutos, acompañado de HAS (170-100); se ordenó USG renal bilateral y de vías urinarias, con lo que se hallaron signos de enfermedad litiásica. Entonces se decidió realizar TAC con reconstrucción vascular y se demostraron adecuada colocación y función de la endoprótesis y un nuevo lito en pelvis renal. Discusión: Las manifestaciones clínicas de una reestenosis de la arteria renal, posterior a la colocación de una endoprótesis, por lo regular están relacionadas con hipertensión arterial sistémica secundaria a la estimulación del sistema renina-angiotensina-aldosterona, que favorece la isquemia renal, al igual que el deterioro gradual de la función renal. En estos casos, el dolor es un síntoma poco frecuente, no característico. La frecuencia cardiaca y la presión arterial elevadas son signos inespecíficos que acompañan al dolor cólico renoureteral, pero el dolor característico aumenta la sospecha en esta entidad. Conclusiones: Siempre que coinciden dos entidades de distinto origen en cuanto a la clínica, diagnóstico y tratamiento, se busca establecer una relación causal; a veces, ésta no existe. El presente caso es de interés para tener en cuenta el cuadro de cólico renal como diagnóstico diferencial, para reestenosis de endoprótesis de la arteria renal. Litiasis renal posterior a colocación de endoprótesis por hipertensión renovascular, Informe de un caso Vasitis nodosa condicionante de dolor testicular. Informe de un caso Jáuregui ME, Rivas GR, Najar S, Rodríguez RJA, Ochoa DA, Cueva MA, Camarena GL, Rincón-Gallardo CS, Saucedo LO Servicio de Urología, Hospital General de Occidente, Secretaria de Salud Jalisco. Zapopan, Jalisco, México. Rodríguez RJA, Jáuregui ME, Rivas GR, Ochoa DA, Camarena GL, RincónGallardo CS, Saucedo LO Servicio de Urología, Hospital General de Occidente, Secretaria de Salud Jalisco. Zapopan, Jalisco, México. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 Presentación de trabajos en cartel Introducción: En 1934, Benjamin y colaboradores aplicaron por primera vez el término vasitis nodosa a este trastorno, en gran parte por su similitud con la salpingitis ístmica nodosa. Poe lo general, la vasitis se detecta al momento de hacer una vasovasostomía, o durante exploración testicular por dolor crónico secundario a una vasectomía. A nivel microscópico es común que se descubran numerosos espacios lineales epiteliales, en ocasiones con espermatozoides dentro del tejido muscular y la adventicia. Clínicamente se manifiesta como molestia intermitente e inflamación crónica. Por lo general, afecta a pacientes con 36 años de edad, en promedio. Reporte del caso: Varón con edad de 32 años, quien acudió a consulta después de haberse sometido a vasectomía dos años antes, por episodios de dolor intermitente en área periférica del testículo izquierdo, cerca del sitio de la cirugía, que en ocasiones lo incapacitaba para su trabajo (de oficinista); además, había inflamación. El paciente acudió por temor de padecer enfermedad maligna en la bolsa escrotal. Se decidió USG testicular, con el cual se detectó aumento de tamaño y ectasia de las estructuras vasculares del epidídimo izquierdo, indicativo de proceso inflamatorio inespecífico, con discreto hidrocele reactivo. Discusión: Con frecuencia, el diagnóstico se define después de exploración en busca de tuberculosis y de adenocarcinoma, por la similitud entre los túbulos de las glándulas, y atipia celular, además de actividad mitótica. Conclusiones: El diagnóstico es exclusivamente microscópico y su importancia en la clínica se debe a su compatibilidad con tuberculosis, un adenocarconima de epidídimo o deferencial, o bien, con seminoma testicular metastásico. Azoospermia relacionada con tuberculosis genitourinaria y agenesia de vesículas seminales. Presentación de un caso Juárez-Bengoa Armando, Figueroa-Damián Ricardo, Martínez-Cruz Silvia, Izaguirre-Irías Carlos R, Reyes-Vallejo Luis A Instituto Nacional de Perinatología “Isidro Espinosa de los Reyes”, México, D.F. Antecedentes: La azoospermia afecta de 10 a 15% de los hombres infértiles y es no obstructiva en 60% de los casos. Las causas pueden ser cromosómicas, genéticas o de lesión testicular. En caso de azoospermia por obstrucción, ésta puede ser consecuencia de infecciones, agenesia de órganos reproductivos o cirugías. La tuberculosis genitourinaria constituye 20% de los casos de tuberculosis extrapulmonar. La obstrucción por granulomas o la distorsión por fibrosis en torno a las estructuras del aparato reproductivo es la causa más común de infertilidad. La agenesia de vesículas seminales está relacionada con agenesia de los conductos deferentes y, en algunos casos, con agenesia renal homolateral. En otros pacientes, los riñones son normales y hay una mutación subyacente en el gen de la fibrosis quística. El principal síntoma de trastorno es la infertilidad. Objetivo: Presentar un caso clínico de infertilidad masculina causado por azoospermia, tuberculosis genitourinaria y carencia de vesículas seminales Caso clínico: Paciente con 39 años de edad que acudió a consulta por infertilidad primaria de 8 años de evolución y azoospermia. Antecedentes: Pubertad a los 12 años; inició su vida sexual a los 15 años. Frecuencia de relaciones sexuales: 2 por semana, sin disfunción eréctil. Tabaquismo de 20 cigarrillos al día, desde los 22 años de edad. Antecedentes quirúrgicos, traumáticos y enfermedades de transmisión sexual negativos. Exploración: Peso, 87.5 Kg; estatura, 1.72 m; brazada, 1.74 m; Tanner, 5. Testículos disminuidos de tamaño, pero de consistencia normal. No hay varicocele. Se solicitan exámenes de laboratorio y gabinete. Resultados: En determinaciones de química sanguínea se obtuvo: glucosa, 147 mg/dL; ácido úrico, 7.6 mg/dL; colesterol, 218 mg/dL; HDL, 32 mg/dL; triglicéridos, 363 mg/dL. Espermocultivo negativo. Chlamydia, en raspado uretral, negativo. Examen seminal: volumen, 0.5 mL; azoospermia. Orina posteyaculado sin espermatozoides. Cariotipo, 46 XY. Hormonas: LH, 2.96 mU/mL; FSH, 7.67 mU/mL; testosterona, 15.2 nmol/L; Estradiol, 38.67 pg/mL; prolactina, 9.25 ng/mL. Ecografía testicular: testículo derecho, 9.32 cm3; testículo izquierdo, 10.07 cm3; ambos epidídimos con múltiples calcificaciones puntiformes localizadas en la cola. Ecografía de próstata: volumen 22.56 cm3; cambios de tipo inflamatorio crónico. No se identificaron vesículas seminales ni conductos deferentes. PPD positivo. Tinción de BAAR, positivo en orina y semen. Cultivo para micobacterias positivo. Resonancia magnética de próstata: próstata homogénea; no se identificaron vesículas seminales ni conductos deferentes. Se establecen los diagnósticos de infertilidad primaria, azoospermia, síndrome metabólico, diabetes mellitus tipo 2, dislipidemia, hiperuricemia, tuberculosis genitourinaria y agenesia de vesículas seminales y conductos deferentes. Discusión: En el estudio de infertilidad se identificó tuberculosis genitourinaria, por lo que se indicó tratamiento por 6 meses con rifater y miambutol. Después del tratamiento, el BAAR es negativo, por lo que se considera que el paciente curó de esta patología. Para control metabólico, se indicó dieta y metformina, a fin de normalizar concentraciones de glucosa, lípidos y ácido úrico. La infertilidad fue causada por azoospermia. Sin embargo, los niveles elevados de FSH y el volumen testicular refuerzan a la azoospermia no obstructiva, aunque el cariotipo no permite identificar un origen cromosómico. Sin embargo, la carencia de vesículas seminales y conductos deferentes indican azoospermia obstructiva, por lo que la azoospermia puede ser mita. Está pendiente el estudio genético para descartar fibrosis quística y biopsia testicular para valorar tratamiento reproductivo mediante técnicas de reproducción asistida. Conclusiones: No es suficiente el análisis seminal para estudiar la infertilidad masculina. Se requiere un estudio integral para identificar patologías concomitantes que generan riesgos importantes. Esto permite ofrecer al paciente un tratamiento adecuado para las enfermedades identificadas y la opción reproductiva más conveniente en su caso. Litiasis renal bilateral y ureteral derecha en doble sistema colector completo bilateral Juárez-Hernández Arturo D, Acuña Alberto Aarón, Flores-Terrazas José E, Castro-Marín Melchor, López-Silvestre Julio C, Campos-Salcedo José G, Zapata-Villalba Miguel A, Mendoza-Álvarez Luis A, Estrada-Carrasco Carlos E Hospital Central Militar, México, D.F. Antecedentes: El doble uréter es la anomalía congénita más frecuente en vías urinarias; se clasifica en completo e incompleto, dependiendo de la existencia de doble sistema colector, con dos uréteres que desembocan por separado en la pared de la vejiga. En el caso del primero hay doble sistema colector y Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 91 Presentación de trabajos en cartel doble uréter que se une por arriba de la vejiga y desemboca como uréter único en la pared de ésta. Aunque resulta difícil su frecuencia, se ha demostrado una prevalencia de 0.6% en grandes series de casos, que se puede incrementar hasta 2.5% y 3.5%, en lugares bien determinados, lo que tal vez indique la influencia de factores ambientales. Presentación del caso: Paciente de género femenino con 57 años de edad, hipertensa, con antecedente infección de vías urinarias de repetición durante la niñez, tratada con múltiples esquemas antimicrobianos; se mantuvo asintomática desde los 15 años aproximadamente, con recidiva de la sintomatología cinco años antes de la consulta; antecedente de litiasis renal derecha en 2001, que fue tratada por ureteroscopia flexible derecha con resolución del lito; infarto agudo de miocardio posteroinferior en 2007, que fue tratado por coronariografía selectiva y colocación de endoprótesis vascular. Fue remitida a este servicio por el antecedente de infección de vías urinarias de repetición. Cinco años antes de la consulta se reiniciaron infecciones de vías urinarias, a las que se trató con múltiples esquemas antimicrobianos; los síntomas persistieron y los resultados de examen general de orina de control fueron indicativos de infección de vías urinarias, por lo que en el Hospital Central Militar se ordenaron radiografías simples y, después, urograma excretor; en ambos estudios se identificó imagen radiopaca indicativa de lito renal izquierdo y dos más en ubicación paravertebral derecha a nivel de L4, con fase nefrográfica simétrica. En la fase de eliminación se observaron los cálices y pelvis renales sin dilatación, a la vez que se identificó imagen de doble sistema colector bilateral, el derecho con amputación del medio de contraste en uretero lateral, que terminaba en el punto de la imagen radiopaca referida anteriormente, con paso adecuado del medio de contraste en los ureteros medial e izquierdos, sin signos de dilatación, con adecuado paso del medio de contraste hasta la vejiga, sin que se observe la totalidad del ambos sistemas, por lo que en ese momento se consideró que estaban incompletos. La ecografía renal no mostro signos de dilatación del sistema colector. Se planeó ureteroscopia flexible del lado derecho y, al efectuarla se descubrieron dos meatos ureterales derechos, medial y lateral. Se canuló el primero y se practicó pielografia ascendente, sin hallar signos de defectos de llenado en el uretero medial; se repitió el mismo procedimiento en el uréter lateral, en el cual se detectó defecto de llenado en tercio superior, además de identificar (con visión directa a través de ureteroscopio flexible) un lito espiculado amarillento, que fue fragmentado con láser de holmio. Discusión: La duplicación del uréter es una de las anomalías congénitas más frecuentes; es difícil determinar su prevalencia, ya que en la mayoría de los hospitales no se realizan autopsias de forma sistemática y porque al tratar de determinarlo en los servicios de radiología, se posible sobreestimarla debido desviaciones ocasionadas por las necesidades del estudio en cada caso. Es posible que el aumento de prevalencia se deba al uso cada vez más frecuente de las técnicas de imagen con medio de contraste, ya sea para el estudio de la vía urinaria o para otra patología. Absceso de pene posterior a la aplicación de alprostadil. Reporte de un caso y revisión de la literatura Jungfermann-Guzmán José R, Gil-García José F, Bonilla-Becerril Miguel A, Rodríguez-Piña Francisco R, Reyes-Gutiérrez Miguel A. Hospital General de México. México, D.F. 92 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 Introducción: Alprostadil es una prostaglandina de administración intracarvernosa para tratamiento de segunda línea de disfunción eréctil; genera ventajas de erección rápida, predecible y satisfactoria; su eficacia es superior en monoterapia y causa efecto en 70% de los pacientes. La dosis habitual es de 5 a 20 µg; los efectos adversos informados son erección dolorosa (17 a 34%), priapismo (0.35 a 4%) y fibrosis (1 a 23%). Caso clínico: Paciente de 58 años de edad, con antecedente de diabetes mellitus tipo 2 de 14 años de evolución, tratada con glibenclamida y metformina y probable apego al tratamiento. Sufría disfunción eréctil de 3 años de evolución; se le trató con inhibidores de fosfodiesteresa 5, con respuesta parcial, que únicamente le permitió lograr erección con firmeza I-II/IV. Por tanto, se realizó USG Doppler de pene con enfermedad venooclusiva y se le dio tratamiento favorable con prostaglandinas intracavernosas. El padecimiento actual inició 15 días antes de su ingreso al hospital, con aumento de volumen, edema, hipertermia, eritema en el cuerpo del pene (luego de la aplicación de alprostadil); lo anterior se acompañaba de fiebre, escalofríos, dolor localizado y síntomas de almacenamiento urinario, sin respuesta a tratamiento antibiótico administrado por vías VO e IM. Fue hospitalizado para tratamiento médico y control metabólico. Pruebas de laboratorio: leucocitosis, 31.2; neutrófilos, 95.7%; hb, 9.6; glucosa, 324; urea, 55.6; creatinina, 1.4. USG: proceso inflamatorio en cuerpos cavernosos y absceso en tercios proximal y medio de cavernoso derecho. EF: induración en cuerpo del pene; edema de prepucio no retráctil, eritematoso y con hiperemia generalizada; sin fluctuación ni crepitación; escroto sin alteraciones; testículos normales. No se produjo respuesta favorable a 5 días de tratamiento médico, por lo que se requirieron lavado, desbridación de pene y cistostomía, con lo que se lograron mejoría clínica y evolución satisfactoria. Análisis: El caso presentado hace hincapié en la formación de absceso peneano secundario a la aplicación de tratamiento con alprostadil contra la disfunción eréctil. Conclusión: El absceso peneano es una posible complicación por mala técnica en la aplicación del medicamento, por lo que es necesaria la capacitación integral del paciente, para la administración segura del tratamiento intracavernoso. Oncocitoma maligno. Informe de un caso Leal-Marroquín, Ricardo A,1 Espinosa-Pérez Grovas Daniel A2 Médico Adscrito Hospital Regional de León, ISSSTE. León, Guanajuato, México. 2 Médico Residente, CMN “20 de Noviembre”, ISSSTE. México, D.F. 1 Antecedentes: Los oncocitomas son neoplasias raras, por lo general benignas. En la bibliografía se han registrado diversos casos de comportamiento maligno; sin embargo, ha controversia acerca del diagnóstico histopatológico definitivo. Aquí se presenta el caso de una paciente en el que se corroboraron el diagnóstico de oncocitoma y la formación de metástasis. Objetivo del estudio: Informe del caso y revisión de la bibliografía. Caso clínico: Mujer de 58 años, originaria de la Ciudad de México, con residencia en la ciudad de León, Guanajuato. AHF: padre fallecido por CA de próstata. APNP: negó alcoholismo y tabaquismo. APP: amigdalectomía en la infancia, OTB 25 años atrás, hipertensión arterial sistémica de varios años de evolución, en tratamiento; nefrectomía derecha cuatro años antes, Presentación de trabajos en cartel por tumoración renal; colecistectomía el día 10/08/08 por piocolecisto. La paciente negó problemas alérgicos, traumáticos y transfusionales. PA: el padecimiento inició en 2006 con síndrome consuntivo, pérdida de 10 kg de peso, por lo que se tomó TAC abdominal, en la que se descubrió una tumoración renal derecha en agosto 2007; se le programó nefrectomía derecha para el día 11/09/07; después de la intervención se envió pieza a patología, donde el día 12/09/07 se informó que había un oncocitoma en riñón derecho, sin extensión extracapsular, con borde quirúrgico distal del uréter, vena y arteria renal sin lesión, cuatro ganglios linfáticos regionales con metástasis de oncocitoma renal; glándula suprarrenal derecho sin alteraciones. Durante colecistectomía realizada el día 10/08/08, se observaron lesiones hepáticas, de las cuales se tomaron muestras para biopsia, de la que se recibió informe histopatológico de oncocitoma metastásico a hígado. Informe de histopatología microscópica del 25/09/07: oncocitoma renal maligno con diámetro no calculado, trombos neoplásicos en luces vasculares pertenecientes a la capsula renal y tejido periadiposo; infiltración a capsula renal, ganglios linfáticos invadidos por células neoplásicas descritas. 11/10/07 Informe estudio de inmunohistoquímica: Se identificó neoplasia constituida por células dispuestas en nidos y en patrón sólido de citoplasma abundante eosinofílico y granular, núcleos centrales regulares, redondeados con nucleolos prominentes, con estudio histológico acompañado de inmunohistoquimica y hierro coloidal negativo son congruentes de oncocitoma renal. 13/08/08 RHP Biopsia hígado: Informa oncocitoma maligno metastásico a hígado primario de riñón y colecistitis crónica agudizada. Discusión: Los oncocitos son células epiteliales grandes de citoplasma eosinófilo y finamente granular que se originan por metaplasia de células parenquimatosas más pequeñas; se presentan en las glándulas salivales, tiroides, paratiroides, suprarrenales, glándulas mucosas del tracto respiratorio, el páncreas, testículo, pituitaria, hígado, trompas de Falopio, estómago y riñón. Los oncocitos originan neoplasias benignas y malignas tales como el adenoma de células oxifílicas de las paratiroides, el adenoma de Hürthle de tiroides y algunos adenomas hipofisarios. Los oncocitomas malignos se han descrito en glándulas salivales, suprarrenales y tiroides. El primer caso de oncocitoma renal fue descrito por Zippel en 1942 y en 1976 Klein y Valensi una serie de 13 casos, todos de comportamiento benigno. Los oncocitomas renales tienen una incidencia del 1.3% de los tumores renales, difieren de los carcinomas de células renales en cuanto a su apariencia macroscópica. Estos oncocitomas están rodeados de una cápsula fibrosa gruesa y raramente invade la cápsula o los tejidos adyacentes, tienen forma esférica, la pelvis renal y la grasa perirrenal están respetados conservándose la arquitectura del parénquima renal normal adyacente. Existen algunos pocos casos de oncocitomas asociados a metástasis, algunas de ellas al hígado informados en la bibliografía médica mundial; pero análisis retrospectivos de éstos tumores y el hecho de no haberse utilizado el recurso de la microscopia electrónica y la coloración de Hale, induce a considerar la posibilidad que en realidad se trata de carcinomas de células renales de la variante cromófoba eosinofílica. La lesión más frecuentemente confundida con el oncocitoma renal es la variante eosinofílica del carcinoma cromófobo de células renales, el cual corresponde al 5% de todos los carcinomas de células renales; el diagnóstico diferencial puede hacerse utilizando la coloración de hierro coloidal (coloración de Hale) la cual solo es positiva en el carcinoma y colorea difusamente el citoplasma de las células neoplásicas y además estos carcinomas revelan microvesículas en el estudio de microscopia electrónica. Conclusión: Si bien los oncocitomas renales son neoplasias raras, cada vez se están informando más en la bibliografía médica básicamente porque en la medida en que son mejor conocidos tanto por clínicos como por patólogos se han ido diferenciando del carcinoma de células renales que como hemos insistido pueden ser fácilmente confundidos por unos y por otros. Los casos de oncocitomas malignos se han desacreditado por la falta del recurso de inmunohistoquímica con coloración de Hale (hierro coloidal). Sin embargo en este caso se realizó la tinción mencionada, resultando negativa. Por lo que se pone nuevamente en tela de juicio la existencia de oncocitomas de comportamiento maligno. Hibernoma periureteral. Presentación del primer caso en México López-Trapero Israel A, Ibáñez-Marín Javier, Cantú-Salinas Noé, Muñoz-Islas Édgar I, Vilchis-Cárdenas Marco A, Rosales-Rocha Guillermo E, LópezÁlvarez Abraham, Ignacio-Morales César V, Urbina-Bernal Luis C, HernándezCastro Salvador Hospital General de Zona # 33, IMSS, Monterrey, Nuevo León, México Antecedentes: El hibernoma o lipoma de grasa parda es un tumor benigno tan infrecuente que hasta julio de 2003 sólo existían 131 publicaciones sobre el tema en la base de datos de MEDLINE. Debido a la baja incidencia y prevalencia de este tumor en el mundo, se decidió presentar el caso de un hibernoma de presentación periureteral (operado en el Servicio de Urología del Hospital General de Zona # 33 del IMSS en Monterrey, Nuevo León, México), así como dar una descripción de los hallazgos y llevar a cabo una revisión e investigación sobre esta rara patología. Objetivo: Presentar el primer caso en México de un hibernoma periureteral, que es una tumoración de grasa parda y en extremo infrecuente, además una revisión de la bibliografía actual. Resultados y discusión: El hibernoma o lipoma de grasa parda es un tumor benigno en extremo infrecuente; fue descrito inicialmente por Merkel, en 1906, quien lo nombró seudolipoma, pero fue hasta 1914 que Gery lo llamó hibernoma, cuando se dio cuenta de su semejanza con los tumores de grasa parda de los animales que hibernan. Hasta julio del año 2003, en la base de datos MEDLINE sólo había 131 publicaciones sobre este tema; la mayor serie publicada hasta el momento es la de M.A. Furlong del Instituto de las Fuerzas Armadas de Patología de Washington, con 170 casos. Existen dos tipos de tejido adiposo: grasa parda y grasa blanca. El tejido adiposo pardo fue descrito por primera vez por Galés, en 1670; participa en la regulación del metabolismo y en la termogénesis; es abundante en los animales que hibernan, aunque también se ha descrito en el hombre, principalmente en recién nacidos, lactantes y niños. En los humanos este tipo de grasa disminuye marcadamente después de las 8 semanas de vida; en el adulto constituye el 1% de la masa corporal. Conclusión: El hibernoma o lipoma de grasa parda es una tumoración muy rara que puede localizarse principalmente en región axilar, interescapular o inguinal, aunque se forma en cuero cabelludo, mandíbula, espalda, mediastino, retroperitoneo, alrededor del uréter o muslo. La mayoría de los casos publicados en la bibliografía están relacionados con hibernomas en localizaciones interescapular, axilar o glútea, entre otras no relacionadas con vías urinarias y, a nivel periureteral, apenas existen no más de tres publicaciones relacionadas con este tema. Por tanto, se consideró que era relevante la presentar este raro caso. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 93 Presentación de trabajos en cartel Metaplasia escamosa vesical. A propósito de un caso y revisión de la literatura López-Zepeda Abraham, Gutiérrez-Rosales Rubén, Aragón-Castro Marco A, Guadarrama-Benítez Benjamín, Costilla-Montero Axel, Cisneros-Chávez Roberto, Pérez-Guadarrama Alejandro O Servicio de Urología. Centro Médico ISSEMYM. Metepec, Estado de México, México. Antecedentes: Se ha considerado que la metaplasia escamosa de vejiga es una variante frecuente del urotelio en cuello vesical y trígono de la mujer; además, tiene un 20% de probabilidades de progresar a neoplasia, por lo que requiere de vigilancia específica. Objetivo del estudio: Presentar un nuevo caso de metaplasia escamosa vesical, por su interés y sutileza tanto en el diagnóstico diferencial con otras patologías vesicales como en la vigilancia. Materiales y métodos: Mujer con antecedente de dolor pélvico crónico e infecciones urinarias recurrentes. Tras realizar cistoscopia, se estableció el diagnóstico histopatológico de metaplasia escamosa vesical. Resultados: Se ha mantenido vigilancia con ecografía, cistoscopia y citología urinaria, con la frecuencia indicada en las guías clínicas, debido a la posibilidad de transformación en carcinoma epidermoide. Discusión: La metaplasia escamosa es una lesión proliferativa en la que el epitelio normal es sustituido por un epitelio escamoso no queratinizado maduro con la característica de que puede aparecer en procesos benignos o premalignos. Persiste la controversia en cuanto a su tratamiento y posterior vigilancia. Conclusiones: El urotelio tiene la capacidad de desarrollar transformaciones no neoplásicas, como la metaplasia escamosa. La importancia de estas transformaciones radica en su correcto diagnóstico y su vigilancia, dada su capacidad de transformarse en un proceso neoplásico. Carcinoma epidermoide papilar en riñón poliquístico Martínez H Luis, Cruz G Patricio, Castellanos H Hibert, Velázquez M. Rafael, De La Torre R Fernando, Romo J Silvia Servicio de Urología Y Patología, Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, ISSSTE. México, D.F. Introducción: La poliquistosis renal es una patología autosómica dominante que, con frecuencia, ocasiona insuficiencia renal. El primer caso fue informado en 1977, por Dunnill. Se ha notado alto grado de predominancia en pacientes masculinos, así como incremento progresivo de las dimensiones renales y su relación con carcinoma de células renales. La prevalencia actual informada de poliquistosis renal es de 1 a 3 en 1000. A la fecha, no se tiene un concepto claro acerca, la patogenia y la relación entre los trastornos renales de insuficiencia, poliquistosis y carcinoma. Es difícil calcular la incidencia de poliquistosis y carcinoma renales. En algunos pacientes con poliquistosis renal, el tratamiento causa hemorragia y distensión abdominal. A continuación se presenta el caso de un paciente con poliquistosis renal bilateral y carcinoma renal. Caso clínico: Paciente de género masculino con edad de 67 años y antecedentes de tabaquismo por 49 años y etilismo semanal, hipertensión arterial de 30 años de evolución, en tratamiento con captopril y felodipino; litiasis renal bilateral 94 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 en los 10 años anteriores, tratada con LEOCH; IRC de 3 años de evolución, secundaria a poliquistosis renal, que se trataba con diálisis peritoneal y, luego, sin tratamiento, por función renal residual. El trastorno inició dos meses antes de la consulta con tumoración palpable en hipocondrio izquierdo, dura, fija, acompañada de dolor leve, con aumento progresivo de tamaño, hasta llegar al nivel de cresta iliaca ipsolateral. Dicho crecimiento tumoral se acompañaba de astenia, adinamia y pérdida ponderal de 30 kg en 2 meses; luego se agregó intolerancia a la vía oral. Ingresó al servicio de medicina interna con diagnóstico de IRC y poliquistosis renal. En la exploración física se observó paciente afebril, con signos vitales estables, deterioro generalizado, deshidratación moderada y palidez tegumentaria; función cardiológica sin trastorno; campos pulmonares con ruidos respiratorios disminuidos a nivel basal bilateral, de predominio izquierdo; abdomen a tensión, a expensas de tumoración en hemiabdomen izquierdo; nulos ruidos peristálticos, con dolor a la palpación media y profunda en dicha zona; hemiabdomen derecho blando, depresible, sin dolor. Giordano negativo y Guyon izquierdo. Sonda de Foley en genitales con drenaje de orina turbia. En tacto rectal se detectó próstata de 40 g, lisa, eutérmica, no dolorosa, sin signos de malignidad; extremidades integras, sin datos patológicos que comentar. Se realizó TAC abdomi-nal simple y con medio de contraste, con lo que se halló quiste renal izquierdo tabicado y con alrededor de 3 L de líquido; también se descubrió riñón derecho poliquístico con imágenes indicativas de litos de 1 a 1.5 cm en cálices superior, medio e inferior. Se realizó punción guiada de riñón izquierdo, sin complicaciones; el paciente evolucionó de manera tórpida, con abdomen a tensión, a expensas de recidiva del quiste puncionado, que se había corroborado tres días antes en TAC de control. Se apreciaron signos de acidosis metabólica, desequilibrio hidroelectrolítico, con hipercalcemia, infección de vías urinarias y malestar general. Con base en los nuevos hallazgos tomográficos, se decidió practicar nefrectomía simple izquierda, por acceso transabdominal. Se encontró desplazamiento de vísceras abdominales y riñón de 40 × 30 × 20 cm, tabicado y con 2000 cc de material hemático en su interior, así como material caseoso en pelvis y uréter izquierdo. En el estudio de histopatología se determinó un carcinoma epidermoide papilar, con transformación sarcomatoide del sistema pielocalicial y extensión a uretero, sin metástasis a ganglios hiliares ni invasión a la vena renal principal; aunque había infiltrado al tejido renal; hidronefrosis y atrofia renal extremas y adenomas papilares microscópicos. Discusión: Se ha informado de poliquistosis renal en 6 a 11% de los pacientes con insuficiencia renal y tratamiento sustitutivo. En este grupo de pacientes se ha observado una relación con carcinoma de células renales. El diagnóstico de carcinoma renal y poliquistosis se dificulta, ya que la distorsión anatómica lo impide. No es posible determinar por imagen si existe carcinoma. Keith y colaboradores publicaron una serie en la que 32% de pacientes con poliquistosis renal desarrollaron carcinoma renal, y sólo en uno se observó diferenciación sarcomatoide. En este paciente, igual que en la mayoría de los casos informados, se descubrió el carcinoma renal después de la nefrectomía. Conclusión: Siempre habrá que sospechar carcinoma renal en pacientes con poliquistosis renal, ya que aún es complejo diagnosticarlo. Existe una relación estrecha de la poliquistosis renal con el carcinoma renal; sin embargo, no es posible conocer su verdadera prevalencia. Presentación de trabajos en cartel Traumatismo pélvico con lesión uretral posterior Mateos-Chavolla Jorge P, Zuviri-González Antonio, Vásquez-Flores Alberto, Guzmán-Hernández Felipe, Catalán-Quinto Gabriel, Alias-Melgar Alejandro, Cortez-Betancourt Roberto Centro Médico Nacional, “20 de Noviembre” ISSSTE. México D.F. Presentación del caso: Paciente de género masculino con edad de 36 años; secundaria incompleta, oficio de jardinero, vida en unión libre, evangélico, originario y residente del D. F. Madre con DM2, padre con HAS, un hermano con DM2. Alcoholismo ocasional. Traumatismo en húmero derecho 5 antes. Sufrió accidente ocho horas antes de ingresar al hospital, mientras deambulaba en la vía pública, con caída a horcajadas sobre estructura metálica cilíndrica, desde más o menos 1.5 m de altura. Se aprecia hinchazón, con dolor persistente en la región perineoescrotal que aumenta al caminar, con disminución importante de los arcos de movimiento de los miembros inferiores. Cuadro clínico: abdomen plano, equimosis en región suprapúbica e hinchazón sin dolor; blando y depresible, sin signos de irritación peritoneal; peristalsis disminuida, sin indicios de retención urinaria. Pene no circuncidado, sin lesiones aparentes, con aumento de volumen y coloración violácea en la base; edema escrotal; testículos palpables sin dolor, de características normales; equimosis perineal con extensión en “mariposa” a la región inguinoescrotal. Al tacto rectal, próstata GI, móvil, dolorosa a la palpación. Se realizaron estudios básicos de laboratorio, además de ecografía escrotal y uretrocistografía. Objetivos: Informar de un caso, revisar el tratamiento de la lesión uretral posterior por traumatismo perineal y revisión bibliográfica. Material y métodos: Se realizó exploración quirúrgica en la que se halló urinoma de unos 700 ml en la cavidad de Retzius, diastasia de la sínfisis del pubis, lesión vesical con desgarro transversal en cuello de aproximadamente 1.5 cm y lesión de pared pélvica con exposición de cuerpos cavernosos. Discusión: El tratamiento del traumatismo de uretra posterior es complejo, requiere de amplios conocimientos sobre la anatomía y técnicas reconstructivas. La uretra bulbomembronosa es más vulnerable a las lesiones. La cistostomía se mantiene como tratamiento estándar; en pacientes estables es razonable un intento de realineación anterógrada primaria de la zona lesionada, a través de cistostomía. Los intentos de realineación por endoscopia prolongados implican riesgo de infección del hematoma pélvico. La mayoría de los pacientes desarrollará estenosis de la uretra posterior, a pesar de la alineación. Se observa algún grado de DE en 30 a 40% de los pacientes con lesión por tracción uretral; algunos sufren impotencia tras el traumatismo, pero uno o dos años más tarde recuperan espontáneamente la función eréctil. Conclusión: El diagnóstico y tratamiento oportunos de lesiones uretrales posteriores conllevan una disminución en la tasa de complicaciones a corto y largo plazos. Con este tipo de mecanismo traumático es muy alta la probabilidad de lesión en vías urinarias y se incrementa con el cuadro clásico, que incluye sangre en el meato, incapacidad para orinar y vejiga llena a la palpación. Seminoma gigante Mateos-Chavolla Jorge P, Canto-Pérez José L, Zuviri-González Antonio, Trujillo-Vázquez Eric I, López-Gallegos Mariano, Morales-Covarrubias Jesús A, Guzmán-Hernández Felipe, Catalán-Quinto Gabriel, Cortez-Betancourt Roberto Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, ISSSTE. México, D.F. Presentación del caso: Paciente de género masculino con 39 años de edad; originario y residente del D.F. Padre fallecido a los 54 años de edad, por causa desconocida. Madre fallecida a los 51 años de edad, por causa desconocida. Escolaridad secundaria, con oficio de ayudante de técnico en construcción urbana, nacionalidad mexicana, católico, habitaba casa propia, vivía en hacinamiento con otras 17 personas en 6 habitaciones, convivencia con animales, alimentación regular, informó de tabaquismo a razón de 3 cigarrillos al día desde hacía 15 años y de otras toxicomanías como crack, marihuana, solventes y consumo de alcohol dos veces a la semana, hasta llegar a la embriaguez. Negó trastornos cronicodegenerativos, alergias, traumatismos, antecedentes transfusionales y hospitalizaciones previas. Sus síntomas iniciaron unos cuatro meses antes de su ingreso en el servicio de urgencias del CMN “20 de Noviembre”; el más característico fue aumento progresivo de volumen en la región inguinoescrotal izquierda; masa indolora inicialmente, pero que causaba dolor intenso al momento de la hospitalización; no hubo cambios de coloración a nivel del escroto y el paciente negó fiebre y síntomas urinarios; abdomen blando sin signos de irritación peritoneal; no se detectaron adenomegalias al papar las regiones inguinales, que no son dolorosas; se apreció aumento de volumen en hemiescroto izquierdo, que medía más o menos 22 × 17 × 13 cm, doloroso, móvil y con transiluminación negativa. Se palpó cordón espermático indurado y no se identificaron testículo ni epidídimo. Resultados de estudios de laboratorio: GCH < 2.00; fosfatasa alcalina, 188; DHL, 5950; AFP <1.0. En USG testicular se observa una masa heterogénea con múltiples zonas hipodensas y no se aprecia parénquima testicular regular; con Doppler se detectó vasculatura incrementada. No se hallan signos de linfadenopatía en TAC. Tele de tórax no muestra actividad tumoral. Objetivo: Informar de un raro caso de tumor testicular tipo seminoma puro de grandes dimensiones. Resultados: Se realizó orquiectomía radical por acceso inguinal modificado, con resección de seminoma clásico gigante que pesó 950 g. En el estudio de histopatología se halló tumor pT3 en estadio IS. Después se prescribió radioterapia coadyuvante. Discusión: Sólo en 10% de los casos el cuadro clínico incluye dolor causado por hemorragia o síntomas secundarios a lesiones metastásicas El autoexamen y la educación a los pacientes son importantes para el diagnóstico que, a su vez, es de relevancia en relación con el grado de progresión de la enfermedad al momento de la orquiectomía. En pacientes con tumores grandes, se realiza la incisión en sentido distal, de porción medial hacia el escroto proximal. Esta vía de acceso es adecuada para tumores de casi todos los tamaños. Conclusiones: Este caso pone de manifiesto la importancia que tiene la participación del paciente en el autoexamen testicular y la concientización de la población masculina respecto de esta enfermedad. Los tumores seminomatosos no se distinguen por su gran tamaño, de modo en la bibliografía sólo registra pocos casos de tumores seminomatosos con estas características. Los tumores testiculares de gran tamaño tienen mayor prevalencia en países no desarrollados, donde la educación y el nivel cultural son tan heterogéneos que posibilitan este tipo de casos. El personal médico de conocer otras variantes para el acceso quirúrgico terapéutico para lograr resultados óptimos y conservar los principios de tratamiento oncológico. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 95 Presentación de trabajos en cartel Litiasis vesical gigante tratada con láser de holmio por vía endoscópica. Montes GJAA, Rodríguez EM, Ramírez PE, López SA, Castro MM, Alvarado MBE, Esparragoza HJ Centro Médico Tuxpan, Tuxpan, Veracruz, México. Se presenta el caso de un paciente joven con antecedente de traumatismo perineal grave (caída desde 13 metros de altura sobre un tubo), por el que se le realizó talla suprapúbica como tratamiento de urgencia. No hubo control durante 11 años en los que se desarrolló un cálculo vesical con volumen aproximado de 280 cc. Se practicó litotricia total del cálculo a través del tracto de la talla, como paso previo a la uretroplastia perineal, que se realizó con éxito. En la bibliografía revisada no se halló ninguna referencia con este tratamiento, ya que el procedimiento habitual es de cirugía abierta. Con el laser de holmio es posible practicar cirugías combinadas, para casos complicados, como el que aquí se presenta. Fractura patológica por metástasis ósea como presentación y diagnóstico de carcinoma renal menor de 3 cm, Fuhrman 1. Reporte de un caso y revisión de la literatura Carcinoma prostático neuroendocrino de células pequeñas. Informe de un caso y revisión de la literatura Morones-Landeros Ricardo, Villalobos-Gollás Miguel Hospital Regional de Alta Especialidad de La Península de Yucatán, Mérida, Yucatán, México. Morones-Landeros Ricardo,1 Alvarado-Bernal Yuridia L.,2 Ceballos Julio,3 Villalobos-Gollas Miguel A.4 1 Servicio de Urología, Hospital Regional “Ignacio García Téllez”. Mérida, Yucatán, México. 2 Departamento de Anatomía Patológica y Citopatología. Hospital Universitario “Dr. José E. González”, UANL. Monterrey, Nuevo León, México. 3 Médico Anatomopatólogo. 4 Servicio de Urología, Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán. Mérida, Yucatán, México. Introducción: El carcinoma de células renales es el tercer tumor más frecuente de los cánceres urológicos y representa de 2 a 3% de todas las neoplasias malignas. El subtipo histológico más común es el de adenocarcinoma, que se halla en alrededor de 85% de los casos. Al momento del diagnóstico, 30% de los pacientes ya tiene metástasis óseas. En 40% de los casos, el diagnóstico es fortuito. El tratamiento consiste en nefrectomía radical; sin embargo, para la mayoría de los urólogos, la nefrectomía radical laparoscópica se ha convertido en el tratamiento preferido para tumores pequeños. Menos del 1% de los tumores T1a envían metástasis a distancia y 20 a 30 % de estas neoplasias tienen características de agresividad. Informe de un caso: Paciente de género masculino con 75 años de edad y antecedentes de hipertensión arterial y diabetes mellitus. Su padecimiento inició con fractura de diáfisis de fémur derecho, por lo que ingresó al servicio de traumatología y ortopedia, donde le practicó osteosíntesis con titanio, previo legrado y toma de muestra para biopsia, en la se descubrió carcinoma de células renales. Se realizó TAC en la que se observó tumoración de 2.5 cm de diámetro en el riñón izquierdo. Ocho semanas después de la fractura de fémur derecho, se obtuvo gammagrama óseo y serie ósea metastásica, en los que no se detectaron metástasis. Se practicó nefrectomía radical izquierda por técnica laparoscópica y en la cirugía se hallaron lesiones macroscópicas de color amarillo verdoso, periesplénicas y de tipo infiltrativo, por lo que se decidió efectuar esplenectomía laparoscópica. El informe de histopatología indicó que se trataba de un carcinoma de células claras Fuhrman I, sin invasión capsular; también se descubrieron esplenitis aguda y periesplenitis fibrinoide. Se inició régimen de bevacizumab e interferón. Cuatro semanas después de la cirugía, se obtuvo RMN de control, en la que no se vieron signos de actividad tumoral, pero sí que la fractura del fémur ya estaba consolidada. Conclusiones: Los factores pronósticos independientes más importantes son el tamaño del tumor y el grado de Furhman. El diagnóstico del cáncer renal descubierto de manera fortuita ofrece una perspectiva más amplia para el tratamiento y el pronóstico, Este paciente tuvo una sola metástasis ósea, que se resolvió al reducir la fractura, en tanto que el primario (renal) fue tratado con cirugía laparoscópica. Introducción: El cáncer de próstata es la neoplasia maligna sólida más frecuente en varones. Los casos de carcinoma neuroendocrino (NE) de células pequeñas constituyen de 0.5% a 2% de los tumores prostáticos. Debido al impacto clínico que causó, aquí se presenta el caso de un paciente con carcinoma neuroendocrino de células pequeñas que se originó en la próstata. Presentación de caso: Paciente de género masculino con edad de 52 años. Acudió al hospital por dolor abdominal difuso en región lumbar y caderas, con distensión y dificultad para evacuar. En el EF se identificó adenopatía supraclavicular izquierda y adenomegalia inguinal bilateral. Por tacto rectal se detectó próstata pétrea de 50 cc, no móvil, indolora y de bordes mal definidos. El APE fue de 269.9 ng/dl. En TC se apreciaron ganglios paraaórticos, interaortocavos y cavos hipertróficos, así como tumoración pélvica de probable origen prostático. Se realizó BTR y se descubrió carcinoma prostático NE de células pequeñas, con detección positiva de cromogranina. Por biopsia de ganglio supraclavicular se confirmó carcinoma NE de células pequeñas, poco diferenciado y con áreas de adenocarcinoma acinar convencional. Discusión: En la clasificación de neoplasias malignas en la próstata con diferenciación NE se incluyen: adenocarcinoma convencional con diferenciación NE focal, tumores carcinoides y carcinoma NE de células pequeñas. El cuadro clínico inicial de este último es variable. Éste es un tumor con alto potencial metastásico y es capaz de producir hormonas ectópicas que ocasionan síndromes paraneoplásicos Cuando se descubren metástasis óseas en un paciente con masa pélvica y metástasis ganglionares, se debe sospechar se trata de un carcinoma prostático de células pequeñas; el APE sólo indica reactividad cuando esta neoplasia coexiste con un adenocarcinoma convencional. La 96 confirmación del diagnóstico se obtiene por inmunohistoquímica con cromogranina A, CD56, sinaptofiscina y citoqueratina en biopsia de próstata. El pronóstico de estos tumores es malo, con una supervivencia de 5 a 17.5 meses. Conclusiones: Ante un síndrome prostático que progresa con rapidez, se debe pensar en esta entidad y, con base en la clínica y la exploración, es necesario proceder con el diagnóstico histológico lo más pronto posible, mientras existan posibilidades terapéuticas. En la era del antígeno prostático específico, no se debe olvidar la existencia de tumores prostáticos que no expresan dicho antígeno y, por lo tanto, no se puede confiar únicamente en este marcador tumoral para tener la sospecha de una neoplasia prostática. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 Presentación de trabajos en cartel Polineuropatía sensitivomotora de la degeneración axonal posterior a acceso renal percutáneo Gil-García Fernando, Moyo-Martínez Edmundo, Lira-Dale Alejandro, Maldonado-Ávila Miguel, Mues-Guízar Hans Hospital General de México O.D. México, D.F. Objetivo: Informar sobre un caso de polineuropatía sensitivomotora con degeneración axonal causada por urosepsis secundaria a nefrolitotricia percutánea. Caso clínico: Paciente de género masculino con 81 años de edad y antecedentes de importancia. Negó tabaquismo y alcoholismo. Hipertensión de 10 años de evolución, tratada con 10 mg/día de ibesartan; diabetes mellitus tipo 2, de 3 años de evolución, en tratamiento con hipoglucemiantes orales; bloqueo auricular intermitente con status de marcapaso de 3 meses de evolución. Operado por RTUP hace 7 años, sin complicaciones. Alérgico a las sulfas. Se trata de paciente con diagnóstico de litiasis coraliforme izquierda, de 1 año de evolución y status de CUDJ izquierdo de 3 meses de colocación calcificado. Antes del procedimiento, se le dio tratamiento con ciprofloxacino IV 400 mg cada 12 horas, porque se detectó E. coli en urocultivo. Se practicó punción percutánea a cáliz inferior de riñón izquierdo, con salida de líquido purulento al realizar acceso con aguja de Chiba. Se abrió nefrostomía percutánea con gasto de piuria. No se practicó el procedimiento de litotricia debido a la supuración; en el posoperatorio, del paciente sufrió choque séptico secundario a urosepsis con insuficiencia renal crónica, agravada por miocardiopatía isquémica con bloqueo completo de rama izquierda. Se administró tratamiento con piperciclina-azobactamo y derivación de la vía urinaria por nefrostomía izquierda; una semana después el enfermo padeció cuadriparesia acompañada de arreflexia generalizada, con disminución importante de la fuerza general de predominio derecho. Se le realizó valoración neurológica y se descartaron EVC (por TAC) y miopatía (por potenciales evocados) y se le dio tratamiento por neuropatía de estado crítico, corroborado por estudio de EMG y VNC y compatible con polineuropatía sensitivomotora por degeneración axonal. Se inició régimen de gabapentina (300 mg, VO, cada 8 horas) con fisioterapia física y rehabilitación. El paciente tuvo mejoría paulatina y, actualmente, su recuperación neurológica es completa. Conclusión: En la bibliografía se ha registrado con amplitud la contraindicación de litotricia cuando se descubre piuria al momento de acceder por vía percutánea; sin embargo, se hallan datos de sepsis por el solo hecho de hacer la punción y acceder por la nefrostomía derivativa. A pesar de tratamiento antibiótico prequirúrgico eficaz contra las bacterias encontradas en urocultivo, se ha encontrado una diferen-cia entre los cultivos realizados con muestras de vía urinaria inferior con cálculos a nivel renal de hasta el 40%, los urocultivos negativos y los cultivos positivo con cálculos en el 20%, con riesgo de sepsis con antibioticoterapia prequirúrgica. Es importante reconocer y tomar en cuenta la probabilidad (baja) de que el procedimiento de nefrolitotricia percutánea se complique por polineuropatía periférica. Por lo general, la recuperación de neuropatía tarda de semanas a meses, pero suele ser completa. Riñón en herradura y tumor. Informe de dos casos Muñoz-Ibarra Erik L, Hernández-Castellanos Víctor, Saavedra-Briones Dorian, Merayo-Chalico Claudio, Santana-Ríos Santana, Sánchez-Turati J Gustavo, García-Salcido Francisco, Ahumada-Tamayo Samuel, Martínez José Ángel, Urdiales-Ortiz Alejandro, Fernández-Noyola Gerardo, Camacho-Castro Alberto, Pérez-Becerra Rodrigo, Fulda-Graue Santiago, Pacheco-Gahbler Carlos Hospital “Manuel Gea González”, México, D.F. Revisión: 1. Se halla riñón en herradura en 0.30% de la población. 2. Es la malformación renal más frecuente, con una incidencia de 1 en 800 pacientes. 3. La relación hombre/mujer es de 2:1. 4. Se puede encontrarlo en personas de cualquier edad, pero es más frecuente en niños. 5. Se han informado en gemelos idénticos o en varios hermanos. 6. En 95% de los pacientes, el riñón en herradura está unido en el polo inferior. 7. Se desarrolla entre la cuarta y la sexta semanas de gestación. 8. La irrigación es variable: en 30% de los casos cada riñón tiene su propia arteria renal, pero en ocasiones esta se halla duplicada o triplicada. 9. Se relaciona con otras anomalías congénitas. 10. El 70 % de los pacientes permanece asintomático durante diez años después del diagnóstico. 11. El 30% de los casos es asintomático. 12. Por lo general los síntomas son de obstrucción. 13. En algunos casos se desarrollan tumores; el más frecuente es el adenocarcinoma. Caso clínico 1: Varón con edad de 52 años y sin antecedentes de importancia. Su padecimiento inició dos años antes, con dolor en fosa renal izquierda, intermitente y de intensidad variable; se intensificó tres meses antes de la consulta, acompañándose de hematuria terminal y coágulos amorfos, con fiebre y síndrome consuntivo. En la exploración se halló estabilidad física y termodinámica, función cardiopulmonar normal, abdomen blando y depresible, peristalsis normal y riñones no palpables, signo de Giordano izquierdo. Resultados normales en exámenes de laboratorio. En TAC se observó: fusión en el polo inferior de ambos riñones; tumor en polo superior del riñón izquierdo, el cual deforma el sistema pielocaliceal; ningún signo de adenopatías regionales ni invasión vascular. Se practicó nefrectomía radical izquierda + istmectomía. RHP: carcinoma renal de células claras Furhman 2. Según la NCCN, es un tumor de riesgo Intermedio. Caso clínico 2: Mujer con edad de 40 años, sin antecedentes de importancia. Su padecimiento inició dos meses antes con dolor localizado en hemiabdomen izquierdo, de tipo punzante, intensidad moderada y sin irradiaciones ni manifestaciones acompañantes. En la exploración física se apreció: estabilidad termodinámica, función cardiopulmonar normal, abdomen blando y depresible, peristalsis normal, riñones no palpables, signo de Giordano izquierdo. Resultados normales en exámenes de laboratorio. USG: riñón en herradura. TAC: fusión en el polo inferior de ambos riñones; posterior a la aorta; ectasia de sistemas pielocaliceales; tumor en polo superior del riñón izquierdo, de 9.4 × 9 cm y con áreas de necrosis; ningún signo de adenopatías regionales ni invasión vascular. Gammagrama renal con DTPA: filtración glomerular de 50.58 ml/min (50.68) en riñón izquierdo y de 49.21ml/min (49.32) en riñón derecho. Se practicó nefrectomía radical izquierda + istmectomía. RHP: angiomiolipoma. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 97 Presentación de trabajos en cartel Adenocarcinoma de próstata avanzado en paciente joven Olivares-Lopez Alejandro IMSS. CMN. ARC. Veracruz Hombre de 46 años edad, sin antecedentes familiares de importancia. Fue hospitalizado en servicio de ortopedia por dolor lumbar; incluso se le practicó cirugía de columna por supuesta hernia discal en L5. Después fue transferido a urología por incapacidad miccional; se le había colocado una sonda de Foley y no podía desplazarse por sí mismo. Se realizó estudio clínico con exploración física y se halló próstata pétrea, por lo que se protocolizó con los estudios correspondientes; además se programó biopsia transrrectal. Se midió concentración de antígeno prostático específico de 560 ng/ml. Por biopsia de próstata transrrectal se descubrió adenocarcinoma acinar de la próstata, con patrón de Gleason de (5+4) 4. En gammagrafía ósea con Tc 99, se detectaron signos de metástasis en los cuerpos vertebrales T12, L3, L4, así como en articulaciones sacroiliacas, iliaco izquierdo, rama isquiopúbica bilateral, acetábulos y fémur izquierdo. Para los estudios de control en consulta externa, después de la biopsia, ya se contaba con los informes de histopatología de la exéresis del disco lumbar, que indicaba adenocarcinoma. Además de la radioterapia, se administró tratamiento hormonal (bicalutamida y leuprolide) y disminuyó la concentración de antígeno, con respuesta clínica favorable. Sin embargo, el paciente no recuperó nunca la movilidad de los miembros pélvicos, ya que estaba seccionado antes del manejo urológico. Fue practicó cirugía estabilizadora de columna, por el estado óseo de la misma. Al presente presenta ya resistencia al tratamiento hormonal, lo que demuestra la agresividad de este tipo de tumores en personas jóvenes. Por tanto, estos pacientes son candidatos precoces a quimioterapia, para evitar estado clínico catastrófico. En este caso ya se inició régimen de docetaxel, reforzado con ácido zoledrónico. El cáncer de próstata es un importante problema de salud pública a nivel mundial. Esta patología predomina en la tercera década de la edad, con 75% de los casos nuevos diagnosticados después de los 65 años. Sin embargo, la incidencia en pacientes de 50 a 59 años se ha incrementado desde la introducción de las mediciones de antígeno prostático específico. La presentación antes de los 50 años es poco frecuente y sólo hay comunicaciones esporádicas de casos aislados que, por lo general, tienen un comportamiento agresivo y respuesta insuficiente al tratamiento. Linfoepitelioma de vejiga Ortiz-Lara Gerardo E, Suárez-Fernández De Lara Oscar A, González-Franco Victoria,* Valdez-Sepúlveda Federico, Arrambide-Gutiérrez Gustavo, GómezGuerra Lauro S. Servicio de Urología del Hospital Universitario UANL. “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México. *Servicio de Patología del Hospital Universitario UANL. “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México. Antecedentes: Está bien establecido que el carcinoma urotelial invasivo de vejiga puede seguir una diferenciación divergente, uno de los resultados posibles es el linfoepitelioma. El cual fue descrito por primera vez en 1991; hasta la fecha se han registrado menos de 75 casos en la bibliografía. Desde 2004 esta 98 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 variante de carcinoma urotelial quedó incluida en la clasificación de neoplasias uroteliales de la OMS. Objetivo del estudio: Conocer y tener presente la posibilidad de esta variante de carcinoma urotelial de vejiga, para evitar diagnósticos erróneos que puedan influir directamente en la evolución y pronóstico del paciente. Aportar un nuevo caso a la bibliografía y compartir la experiencia de los autores, para ayudar a la mejor comprensión del comportamiento de esta variante, su respuesta a distintos tratamientos y el pronóstico correspondiente, ya que no hay guías terapéuticas específicas que estén aceptadas mundialmente. Material y métodos: Paciente de género femenino con edad de 56 años, tabaquismo de 8 paquetes año, 6 meses con disuria, tenesmo vesical, poliaquiuria y dolor tipo cólico intermitente en hipogastrio, además de astenia, adinamia, pérdida de 14 Kg de peso y fiebre, tratada varias ocasiones como infección de vías urinarias. En enero de este año se realizó ecografía vesical y se descubrió tumoración vesical, por lo que fue referida al servicio de urología. Se practicó cistoscopia y se tomaron muestras para biopsias el 12 de febrero del 2010. Resultados: Los de BH, QS, ES, PFH y EGO fueron normales. El informe de histopatología indica carcinoma urotelial de tipo linfoepitelioma, que infiltra la muscular propia, con invasión angiolinfática. Inmunohistoquímica con resultado positivo para citoqueratina 7 en el componente epitelial y antígeno común leucocitario (+) en el infiltrado linfoide. Por estudios de imagen se definió T4b NO MO EC IV. Discusión: El término linfoepitelioma es utilizado para referirse a determinados tumores malignos indiferenciados, de tipo epitelial, que afectan a la nasofaringe, en histología se caracterizan por abundante infiltrado inflamatorio. Incidencia de 0.4% a 1.3% de todos los tumores vesicales, fundamentalmente se manifiestan en personas mayores de 60 años; el 70% de los casos corresponde a varones, de modo que es menos frecuente en mujeres, como la paciente de este caso. El linfoepitelioma de vejiga es una variante de carcinoma urotelial reconocida por la OMS a partir del 2004; en ocasiones es difícil diagnosticarlo, lo que quizá sea el mayor problema con este tipo de tumor. Se clasifica como puro, predominante o focal. Es probable que la clasificación sea el factor determinante del pronóstico y puede ser importante para decidir el tratamiento. Conclusiones: Ésta es una variante rara de carcinoma urotelial y, que cuando es puro, el pronóstico podría ser mejor que el correspondiente a tumores de células claras. Lo más importante es tener la capacidad de diagnosticarlo, para dar el tratamiento adecuado. Se necesitan más casos y mayor vigilancia para entender de mejor manera esta entidad, para beneficio de los pacientes. Resultados preliminares de la relación entre antígeno prostático específico e índice de masa corporal en los mexicanos y su implicación clínica Ortiz-Lara Gerardo E, Blanco-Guzmán José A, Gómez-Guerra Lauro S, Solís-Rodríguez Dora E, Reyes-De La Garza Itzel* Servicio de Urología del Hospital Universitario UANL. “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León. *Servicio de Patología del Hospital Universitario UANL. “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León. Antecedentes: A lo largo de los años se han publicado múltiples artículos acerca de la relación entre APE e IMC, con opiniones encontradas. Los autores que informan una relación Presentación de trabajos en cartel inversamente proporcional del antígeno con el APE, creen que tal cosa puede deberse a que en los obesos se hemodiluye el APE porque tienen mayor cantidad de plasma circulante; por tal motivo, proponen la posibilidad de ajustar las cohortes de APE en obesos para la detección oportuna del cáncer de próstata. Objetivo del estudio: Determinar si el IMC tiene una relación inversamente proporcional con el APE en la población mexicana y si esto podría tener un significado clínico. Material y métodos: Se incluyó a 162 pacientes, a los cuales se les tomó APE y somatometría para calcular el IMC, ajustado a la NOM, y se clasificaron en 3 grupos: normales, con sobrepeso y obesos. Se compararon entre sí las medias de los APE de cada grupo. Se clasificó cada grupo (normal, sobrepeso y obesos) por rango de edad para comparar la media de APE entre obesos y pacientes con peso normal ubicados en el mismo rango de edad y dar más objetividad a la comparación. De los 162 pacientes, 36 fueron sometidos a BTR-P por APE elevado o tacto rectal anormal, estos pacientes se clasificaron por grupo de edad e IMC y se compararon sus APE, para lo que se obtuvo y comparó la media de APE en pacientes obesos con la media de APE en pacientes con peso normal y biopsia en el mismo rango de edad, así como los resultados histopatológicos de la BTR-P. Resultados: Las medias de APE en pacientes con peso normal, sobrepeso y obesos fueron 6.20, 4.60 y 4.43, respectivamente. La media de APE entre el grupo de pacientes con biopsia fue: peso normal 17.02, sobrepeso 21.72, obesos 15.40. El 63% de los obesos tuvo tacto rectal normal. Se encontraron 4 pacientes con cáncer de próstata y peso normal, 1 en el grupo de sobrepeso y 9 en el de obesos. La media de volumen prostático en pacientes con peso normal fue de 48 cc; en el grupo sobrepeso fue de 59 cc y en los obesos de 60 cc. Se diagnosticó cáncer de próstata a 39.1% de los obesos con biopsia, contra el 57.14% de los pacientes de peso normal con biopsia. Discusión: Con los pacientes del presente estudio sí se demostró una relación inversamente proporcional entre el APE y el IMC en el total de la población estudiada, como se halló en muchos de los artículos publicados; y también en el grupo de pacientes a quienes se practicó biopsia por elevación del APE o por tacto rectal anormal, lo cual no se había informado antes. Es importante mencionar que esto sucede cuando se adaptan los IMC a la población mexicana, de acuerdo a los lineamientos de la NOM. Se trató de correlacionar esta observación con algunas otras variables, como grupo de edad, tacto rectal, y volumen prostático, en búsqueda de la relevancia clínica que pudiera tener, lo cual no se hizo en los artículos previamente publicados. Se detectó más casos de cáncer de próstata en el grupo de los obesos, que también fue el grupo con más pacientes; al mismo tiempo que se tuvo un mayor porcentaje de tactos rectales normales entre el grupo de los obesos. Al combinar estas observaciones, se puede conceder relevancia clínica a la relación negativa entre APE e IMC para la detección oportuna de cáncer de próstata en obesos mexicanos. Probablemente no se realice una correcta detección oportuna de cáncer de próstata en obesos, debido a la hemodilución del APE, condicionado por la mayor cantidad de plasma circulante, esto ve reflejado en la relación inversamente proporcional APE/ IMC, a lo que se suma la menor confiabilidad del tacto rectal en obesos. Conclusiones: En la población mexicana hay una relación inversamente proporcional APE/IMC, a pesar de próstatas más grandes, lo cual podría tener una implicación clínica importante, ya que tal vez no se diagnostiquen muchos casos cáncer de próstata en esta población. Pielopastia laparoscópica video asistida López V, Alcalá M, Sánchez P, Becerra E, Orozco S, Estrada B, Palacios C, Barragán E, Patiño G Antecedentes: La pieloplastia desmembrada ha sido el tratamiento quirúrgico preferido para la obstrucción de la unión pieloureteral en los niños, con una tasa de éxito de más del 90%. La pieloplastia video asistida es una técnica híbrida que reduce el tiempo quirúrgico y pueden aplicarla cirujanos con poca experiencia en laparoscopia. Objetivo el estudio: Informar acerca de un caso de pieloplastia laparoscópica tipo Anderson-Hynes video asistida en un paciente pediátrico con estenosis ureteropiélica izquierda. Materiales y métodos: En un periodo de 12 meses se practicó pieloplastia laparoscópica video asistida (Híbrida) en un paciente masculino de 13 días de vida extrauterina, el cual se hallaba bajo control prenatal al nacer; se le diagnosticó hidronefrosis izquierda con exámenes de gabinete como ecografía, pielografía, renograma con diurético MAG isótopo IIII. Se colocó a paciente en decúbito lateral derecho y fue fijado a la mesa con cinta adhesiva. Se realizó neumoperitoneo con aguja de Veres; a nivel de cicatriz umbilical se colocó el primer puerto de 5 mm para la óptica a nivel pararrectal izquierdo a nivel de la cicatriz umbilical. Se colocó el segundo puerto de 3 mm a nivel de subcostal izquierdo en línea axilar anterior y el tercer puerto de 3 mm pararrectal a nivel de espina iliaca anterosuperior (fosa iliaca izquierda). Se disecó la fascia de Told de colon descendente y se identificó la pelvis renal. Se localizó el uréter y la pelvis que se exteriorizó con una cinta umbilical por el puerto de 5 mm, para facilitar su exposición y disección del uréter. Se procedió a seccionar uréter y pelvis donde se encontraba la estenosis ureteropiélica. Se inició la nueva anastomosis tipo Anderson-Hynes con suturas de monocrilo 3-0, con puntos simples, y se dejó pielostomía. Resultados: El tiempo quirúrgico fue de 140 min. Se tomó gammagrama renal cuatro meses después de la operación y se apreció mejoría en la depuración del radioisótopo, sin signos de obstrucción. La estancia hospitalaria fue de 7 días, se uso mínima cantidad de analgésico y no se administraron opiáceos. Se dejó drenaje con una media de 10 cc y se quitó al tercer día. Trece días después de la operación, se cerró la pielostomía. Discusión: Los autores eligieron esta técnica de acceso porque en las series informadas en la bibliografía se realizó pieloplastia desmembrada (Anderson-Hynes) que es la técnica quirúrgica de corrección de estenosis UP en niños. Co esta técnica hibrida se requirió menor tiempo quirúrgico que en la otras informadas y se causó menos dolor e íleo; además, no se requiere de puntos intracorpóreos, hay mejor manejo de tejidos y menos manipulación, con mejor aspecto estético, con resultados finales y tasas de éxito equiparables a la cirugía abierta. Conclusión: Con el presente estudio se demostró que es reproducible esta técnica de pieloplastia laparoscópica video asistida en recién nacidos, en quienes el acceso y la disección de tejidos son minuciosos; la nefrostomía evitó de mayor estancia hospitalaria y complicaciones en el sitio de la reparación. Sólo se requirió analgesia mínima, sin opiáceos. Hematoma retroperitoneal espontáneo (síndrome de Wünderlich) en paciente con angiomiolipoma Peña-Rodríguez Alfonso, Villegas-Capiz Jorge, López-Álvarez Abraham Departamento de Urología del Centro Médico Nacional del Noreste, Instituto Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 99 Presentación de trabajos en cartel Mexicano del Seguro Social, HGZ # 6, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México. Antecedentes: Se considera al síndrome de Wünderlich como hemorragia espontánea no traumática en el riñón. Es una entidad poco frecuente que puede poner en grave riesgo la vida del paciente. Los tumores renales ocupan los primeros lugares como causa del síndrome de Wünderlich. Menos de 1% de las hemorragias retroperitoneales no traumáticas se deben a otras causas, entre ellas quistes renales. Caso clínico: Paciente de género femenino con 39 años de edad y diagnóstico previo de diabetes mellitus, quien acudió al Servicio de Urgencias del CMN del Noreste con un cuadro de 12 horas de evolución, caracterizado por dolor abdominal de inicio súbito, sin causa desencadenante, muy intenso y punzante en hemiabdomen derecho. La paciente informó ataque al estado general y fiebre. En la exploración física se halló: palidez de tegumentos, levemente deshidratado; persona consciente, orientada, cooperadora; tensión arterial de 110/70, frecuencia cardiaca de 74 lpm, frecuencia respiratoria de 20 por minuto, temperatura de 38ºC; abdomen doloroso a la palpación superficial en línea media de mesogastrio, hipocondrio derecho, flanco derecho y fosa iliaca derecha; no se detectó peristalsis. Estudios de laboratorio: leucocitosis, 23 000, neutrofilia de 98%. Ecografía y TAC con signos imagenológicos que fundamentan diagnóstico de hematoma renal derecho y probable tumor renal derecho. La paciente tenía signos de infección sistémica, por lo cual se decidió intervenir de urgencia, para drenar hematoma y realizar nefrectomía derecha. En la intervención se halló hematoma de unos 500 cc, con mal olor que indica infección, riñón derecho con hipertrofia considerable. En el estudio de histopatología se halló angiomiolipoma hemorrágico. Discusión: En la mayoría de los casos, los hematomas renales son de causa traumática; en ocasiones excepcionales la causa no son traumáticas. Se han utilizado múltiples denominaciones para referirse al síndrome de Wünderlich. Los autores prefieren llamarlo hematoma renal espontáneo. Por lo general, los hematomas renales espontáneos son ocasionados por tumor renal, la mayoría de las veces por angiomiolipoma renal. Conclusión: La hemorragia renal no traumática es un cuadro muy infrecuente; por tal motivo, es necesario familiarizarse con este trastorno, sus posibles causas y la frecuencia relativa de cada una de ellas. Sin embargo, al considerar la importancia relativa de los procesos expansivos renales, como causa del síndrome de Wünderlich, cuando cualquier paciente presente este cuadro, la primera hipótesis diagnóstica se deberá descartar es la de tumor renal subyacente. En el caso aquí presentado se diagnosticó angiomiolipoma. En tales circunstancias, se debe dar tratamiento para traumatismo renal. En este caso se trató de un hematoma renal con signos de infección sistémica, que en poco tiempo podría progresar a sepsis, por lo cual se decidió cirugía inmediata. Tumor de Buschke-Löwenstein. Reporte de un caso clínico y revisión de la bibliografía Pérez Alejandro O, Gutiérrez-Rosales Rubén, Aragón-Castro Marco A, Morales-Ordaz Omar, Guadarrama-Benítez Benjamín, Costilla-Montero Áxel, Cisneros-Chávez, Roberto, López-Zepeda Abraham Centro Médico ISSEMYM, Servicio de Urología. Metepec, Estado de México, México. Antecedentes: El tumor de Buschke-Löwenstein, también llamado carcinoma verrucoso o condiloma acuminado gigante, 100 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 tiene mayor incidencia en hombres no circuncidados y representa de 5% a 24% del total de los tumores de pene. Es un tumor de características benignas, pero es invasor y provoca gran daño; sin embargo, no es metastásico. El tumor de BuschkeLöwenstein se relaciona con los subtipos 6 y 11 del virus del papiloma humano (VPH). Para diferenciarlo del carcinoma de pene, es importante realizar biopsia excisional o múltiples biopsias profundas. El tratamiento es quirúrgico. Objetivo del estudio: Informar sobre un caso clínico y revisión de la bibliografía. Material y métodos: Informe de un caso clínico. Resultados: Paciente de género masculino con edad de 50 años, originario de San Felipe del Progreso, Estado de México, con antecedente de diabetes mellitus 2 e hipertensión arterial sistémica, con una lesión verruciforme invasora y ulcerada, con diagnóstico histopatológico de condiloma acuminado gigante o tumor de Buschke - Löwenstein que requirió tratamiento quirúrgico con penectomía parcial. Después de un periodo de vigilancia de 2 años, el paciente no ha sufrido lesión recidivante. Conclusión: se necesita la excisión completa de las lesiones verruciformes, invasoras y ulceradas para diferenciar entre tumor de Buschke-Löwenstein o condiloma acuminado gigante y carcinoma de pene. Tumor escamoso de tracto urinario superior asociado a litiasis coraliforme. Reporte de un caso clínico y revisión de la literatura Pérez-Alejandro O, Gutiérrez-Rosales Rubén, Aragón-Castro Marco A, Morales-Ordaz Omar, Guadarrama-Benítez Benjamín, Costilla-Montero Axel, Cisneros-Chávez, Roberto, López-Zepeda Abraham Centro Médico ISSEMYM, Servicio de Urología. Metepec, Estado de México, México. Antecedentes: Se define a los tumores de vías urinarias superiores como cualquier crecimiento neoplásico que afecte desde los cálices hasta el uréter distal. Constituyen de 5% a 7% del total de los tumores renales. Se halla tumor escamoso o epitelioide de urotelio en 0.7% a 7% del total de los tumores de estas vías. Se desarrolla seis veces más en pelvis renal que en uréter y se relaciona con litiasis o infección renal crónica. Por lo general es diagnosticado hasta estadios avanzados, por dolor o masa palpable. La etapa clínica es el factor pronóstico de supervivencia más importante en estos pacientes. El sistema TNM es el más usado para definir la etapa de tales neoplasias, cuya invasión y diseminación ese realiza de manera directa, por vía hematógena o linfática y, también, por siembra en mucosa. Objetivo del estudio: Describir un caso clínico de una paciente en la que se formó carcinoma escamoso en la pelvis renal después de nefrectomía simple por litiasis coraliforme con exclusión renal. Resultados: Se informa del el caso de una paciente con 69 años de edad, hipertensa y con antecedente de litiasis coraliforme derecha con exclusión renal por gammagrama renal, con filtrado glomerular de 20 ml/min. Se practicó nefrectomía simple derecha con hallazgo histopatológico de carcinoma escamoso, el cual invadía hasta cápsula renal. Un año después de la cirugía, la paciente sufrió recidiva en retroperitoneo y pocos meses más tarde falleció por metástasis. Conclusión: El carcinoma escamoso renal es un tipo de tumor maligno raro y de mal pronóstico, que acompaña de litiasis. Con diagnóstico oportuno en etapas tempranas se logra mayor supervivencia. Presentación de trabajos en cartel Neuromodulación por terapia de ondas electromagnéticas (silla de Neotonus) para incontinencia urinaria de urgencia (IUU). Experiencia en Chihuahua Pérez-Martínez Carlos, Vargas-Díaz Irma Beatriz Centro de Urología Avanzada CUrA, Cd. Delicias, Chihuahua, México. Introducción y objetivos: La neuromodulación con la silla de tratamiento por ondas electromagnéticas (Neotonus) se ha aplicado con éxito para el control de la IUU. El objetivo del estudio es valorar la respuesta de pacientes con IUU a la neuromodulación por uso la silla de Neotonus. Material y método: Se revisaron los expedientes abiertos de enero 2008 a 2010, de mujeres con IUU rebelde a tratamiento convencional y tratadas con neuromodulación con la sitia de Neotonus. Se recabó la información sobre edad, uroflujometría con EMS y diario vesical. Los datos fueron capturados en Excel y valorados por χ2 y prueba de la t de Student, con intervalos de confianza de 95% (IC 95%), para lo que se utilizó el programa estadístico SPSS. Técnica de neuromodulación: Las pacientes fueron sometidas a 20 sesiones de 20 minutos (3 por semana) de neuromodulación con la silla de ondas electromagnéticas de la marca Neotonus Inc. de Atlanta, Gr, USA. En cada sesión se aplicó la frecuencia de 5 Hz durante 10 minutos, reposo por 1 minuto y frecuencia de 50 Hz (intensidad máxima) durante10 minutos. Resultados: Se pudo evaluar 33 expedientes La media de edad fue 58.03 años (DE 13.34). En la Tabla 1 se muestran las variables de perineometría, índice de calidad de vida (IQoL) y número de toallas antes y después de usar la silla de Neotonus. Conclusiones: En todas las variables se observó diferencia estadísticamente significativa (p<0.000 prueba de la t), después del usar la silla, sobre todo en IQoL y en el número de toallas. En esta serie, el índice de correlación (Paired Samples Correlation) para dejar de usar toallas fue de 0.76 y de quedar satisfecha (IQoL) de 0.71 con la neuromodulación por ondas electromagnéticas. Se sugiere usar la silla de Neotonus con pacientes que no responden al tratamiento tradicional para la IUU. Tabla 1. Variables antes y después de la silla de Neotonus. Variable N=33 Antes de tratamiento Después de tratamiento Sig. Perineometría (cmH20, Valor Normal=/>52) 10.55 (DE 943) 24.15 (DE 10.04) p<0.000 IQoL (puntos, Valor Normal >79) 45 42 (DE12-81) 75.97 (DE 11 71) p<0.000 Toallas (número; valor normal 0) 445 (DE 2.88) 0.36 (DE 0.60) p<0.000 Prevalencia de la litiasis urinaria en el Hospital “Juárez” de México en un periodo de 7 años Pliego-Díaz Mirón Andrés C, Viveros-Contreras Carlos Hospital “Juárez” de México, México D.F. Antecedentes: La litiasis urinaria ha sido un flagelo para la humanidad desde la antigüedad. Es una enfermedad con alta prevalencia y elevado costo con respecto a su tratamiento. Se estima una prevalencia de 2 a 3% a nivel mundial y la probabilidad de que un hombre blanco de 70 años padezca ésta enfermedad es de alrededor de 1 por cada 8 personas; además, se informa de alto índice de recurrencia: cerca de 50% a 10 años; el costo de curación es alto, incluidos los costos indirectos por pérdida de productividad. Objetivo: Calcular la prevalencia de la litiasis urinaria en el Hospital “Juárez” de México entre 2003 y 2009. Material y método: Previa autorización del archivo clínico del hospital, se revisaron expedientes de pacientes que cumplieron los criterios de selección; se realizaron captura de datos, análisis estadístico y registro de resultados, discusión; por último, se hicieron las conclusiones. Resultados: Del 100% de consultas en el Servicio de Urología, 34% fue por litiasis; una de cada 3.4 consultas en el Servicio es por sospecha de litiasis urinaria. La edad promedio fue de 53.4 años, el sexo predominante fue el masculino, la pelvis renal fue la porción anatómica más afectada, el tamaño promedio de los litos fue de 0.5 cm, el lado más afectado fue el izquierdo y la resolución fue variada, con escasas complicaciones. Discusión: Con el presente estudio se demuestra la importancia de un buen diagnóstico. Identificar los factores predisponentes y la relación con el medio ambiente, es indispensable para el tratamiento. El trastorno repercute en la economía y en el estado de salud del paciente. Es evidente que los índices de prevalencia son poco conocidos a nivel nacional. Cuando se conozca la cantidad real de pacientes, se sabrá cuál es el alcance de la enfermedad y se ofrecerán diagnóstico y tratamiento tempranos disminuyendo, con lo que disminuirá el número de complicaciones y se ofrecerá mejor calidad de vida. Conclusiones: En un periodo de 7 años se registraron 9259 consultas totales de primera vez en la consulta externa, de las cuales 3222 fueron por litiasis urinaria, lo que corresponde a 34% del total de consultas de primera vez. Del total de pacientes con litiasis, 502 fueron ingresadas a piso con diagnóstico confirmado; esto corresponde a una prevalencia de 4.7% del total de consultas de primera vez en general; asimismo, corresponde a 14.15% del total de consultas de primera vez por litiasis. En los segundos semestres (meses de julio y noviembre) se alcanzó la mayor incidencia de litiasis urinaria en la consulta externa, con 18% del total de consultas de primera vez. Enfermedad poliquística del adulto. Presentación de un caso Ramírez-Pedraza J, Huante-Pérez A, Zuviri-González A, Guzmán-Hernández F, Catalán-Quinto G, Cortez-Betancourt R, González-Mendoza D, CantoPérez J, Espinosa-Pérez Grovas D, Muñoz-Contreras I, Saenz-Marrufo Eric Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, ISSSTE. México, Distrito Federal. Antecedentes: La enfermedad poliquística renal (EPR) es la causa genética más frecuente de insuficiencia renal en adultos y niños. La EPR se caracteriza por dilatación quística progresiva de los túbulos renales, lo cual da como resultado nefromegalia y, con frecuencia, culmina en insuficiencia renal terminal (IRC). La EPR puede contener un rasgo autosómico dominante (AD) o autosómico recesivo (AR). La EPR AD es causada por mutaciones en PKD1 o PKD2, los cuales generan manifestaciones clínicas similares, aunque la insuficiencia renal y otros síntomas ocurren más temprano en pacientes con mutaciones en PKD1. Parece que todos los casos de EPR AR se deben a mutaciones en PKHD1. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 101 Presentación de trabajos en cartel Objetivo del estudio: Presentar el caso clínico de una paciente en protocolo de espera para trasplante renal y que es portadora de enfermedad poliquística renal del adulto. Material y métodos: Mujer de 59 años, portadora de enfermedad poliquística del adulto y que padece insuficiencia renal terminal secundaria. Antecedentes heredofamiliares: madre, hermana, dos tíos maternos y dos primos fallecidos por complicaciones de enfermedad poliquística renal; hermano con insuficiencia renal terminal, en tratamiento con diálisis peritoneal. Uno de dos hijos con quistes renales. Antecedentes personales no patológicos: maestra jubilada, sin tabaquismo ni alcoholismo, Grupo O Rh positivo. Antecedentes personales patológicos: cesárea por placenta previa 30 años atrás, hipertensión arterial sistémica diagnosticada 15 años antes; enfermedad poliquística renal diagnosticada 10 años atrás e insuficiencia renal crónica terminal de dos años de evolución, en tratamiento actual con hemodiálisis por cavidad no útil. Padecimiento actual: inició dos años antes, cuando se le diagnosticó insuficiencia renal terminal; desde entonces no fue posible iniciar diálisis peritoneal por el volumen renal bilateral, debido a poliquistosis renal bilateral; por tal motivo ingresó a programa de hemodiálisis, que continuaba hasta el momento actual. Ocasionalmente había sufrido hematuria, pero en el último año padeció saciedad temprana, pérdida de peso y dolor abdominal. Por tal razón, fue valorada para nefrectomía bilateral y e ingresar a protocolo de trasplante renal de donador cadavérico. Resultados: Se le practicó nefrectomía bilateral con acceso por línea media abdominal. Tiempo quirúrgico de 3.5 horas y hemorragia de 400 cc. Inició hemodiálisis al siguiente día de la cirugía y egresó a domicilio dos días después, sin complicaciones. Discusión: Se sabe que el tratamiento inicial debe ser conservador y hay que establecerlo sobre la base de que se trata de un proceso que progresa de manera inexorable hacia insuficiencia renal terminal y no se cuenta con ninguna medida para detener o retardar la evolución natural. El tratamiento de la hipertensión es un aspecto importante. Es necesario dar tratamiento activo contra infecciones urinarias. Ya no se practica la descompresión quirúrgica de quistes. Existen indicaciones quirúrgicas que dependen directamente del volumen para tratar por métodos de sustitución, nefrectomía en particular, para facilitar las diálisis peritoneales o como paso previo al trasplante. Otras causas de nefrectomía son tumores, tuberculosis, pionefrosis, cálculos coraliformes y grandes hemorragias. Conclusiones: La EPR en cualquiera de sus variantes (AD y AR) casi siempre evoluciona a insuficiencia renal terminal. Algunos artículos publicados afirman que no se debe recomendar nefrectomía bilateral; sin embargo, en este caso sí estaba indicada, ya que el contenido estaba rebasando al continente y provocaba dolor, problemas de alimentación y desnutrición. El trasplante renal es el otro método sustitutivo en fase de insuficiencia renal terminal. Adenocarcinoma de uraco: Experiencia en el hospital San José-Tec de Monterrey Decanini-Livas Homero, Ramírez-Santos Jesús G Programa Multicéntrico de la Secretaría de Salud de Nuevo León Servicio de Urología, Hospital “San José” del Instituto Tecnológico de Monterrey, Nuevo León, México Antecedentes: Los tumores de uraco son raros, pues constituyen menos de 1% de los tumores de vejiga; son más frecuentes en varones y aparecen sobre todo en la quinta y sexta décadas 102 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 de la vida. Alrededor de 90% corresponden a adenocarcinomas. El pronóstico es desfavorable, porque, debido a su sintomatología silente, al momento del diagnóstico por lo general se encuentran en estadios avanzados. No se conoce con precisión su origen, pero se cree que las células transicionales del uraco sufren metaplasia lo que da origen al adenocarcinoma. Otra hipótesis plantea que dicho tumor surge a partir de células retenidas de intestino durante el periodo embriológico. Objetivo: Dar a conocer una serie de casos de adenocarcinoma de uraco, su sintomatología, los métodos diagnósticos y las modalidades de tratamiento. Materiales y métodos: Se llevó a cabo un estudio retrospectivo y descriptivo, que comprendió la revisión de los casos de adenocarcinoma de uraco, que diagnóstico y atendió el departamento de patología del Hospital San José-Tec de Monterrey, durante el periodo comprendido de enero del 1998 a diciembre del 2009. Se analizaron los siguientes datos, edad, género, sintomatología, pruebas de laboratorio, de gabinete, procedimiento quirúrgico, complicaciones posquirúrgicas, mortalidad y sobrevida. Resultados: Encontramos los casos de tres pacientes con diagnóstico histopatológico de adenocarcinoma de uraco productor de moco. La edad de los pacientes abarcó un rango de 32 a 78 años al momento del diagnóstico. Los tres casos correspondieron a varones. El síntoma principal en dos de ellos fue hematuria macroscópica silente, uno de los pacientes adujo sensación de tumor en línea media, que se acompañaba de síntomas urinarios irritativos en la parte baja. Un sujeto tuvo ACE elevado al momento del diagnóstico, el resto de los parámetros de laboratorio fueron normales. En dos pacientes la ecografía reveló tumor dependiente de uraco, la TAC mostró la localización y extensión del mismo en dos casos. En todos los pacientes se realizó cistectomía parcial ampliada con resección en bloque del uraco, así como linfadenectomía pélvica; en un caso se le expuso al paciente que era necesaria la cistectomía radical con reservorio ileal, pero él la rechazo. No hubo complicaciones posquirúrgicas importantes, la molestia más referida fue el dolor. No se requirió atención en la Unidad Cuidados Intensivos. La sobrevida en un paciente fue de ocho años, con cistoscopias en las que no se detectó tumor, falleció por complicaciones derivadas de carcinoma broncogénico. Otro paciente tuvo metástasis a distancia, se le sugirió cistectomía radical con reservorio ileal, pero la rechazó; posteriormente sufrió hematuria por lo que se envió a oncología; se le practicó cistectomía radical de salvamento con reservorio ileal y murió por complicaciones metastásicas tres años después de la cirugía y luego de 11 meses de la cistectomía radical. El tercer paciente tiene un año posquirúrgico con dos cistoscopias sin hallazgo de tumor y se mantiene asintomático. Discusión: Las manifestaciones clínicas del adenocarcinoma de uraco, de manera característica ocurren por invasión del tumor a estructuras vecinas, y consisten en hematuria, como manifestación más frecuente por invasión de domo vesical, dolor en hipogastrio, mucosuria y con menor frecuencia irritabilidad vesical. Entre de los métodos diagnósticos se encuentra la cistoscopia, mediante la cual se puede demostrar tumoración, localización y tamaño, amén de que permite realizar la resección transuretral para obtener el resultado histopatológico. La ecografía puede revelar una masa heterogénea con áreas quísticas y calcificadas. La TAC y la RMN también con métodos diagnósticos por medio de los cuales se observa una masa en la línea media con Presentación de trabajos en cartel características solido-quísticas, que tiene calcificaciones en su interior, baja atenuación y se puede reforzar con medio de contraste intravenoso; además sirve para hacer la estadificación, de acuerdo con la clasificación de Sheldon: Estadio I: Tumor localizado en mucosa uracal. Estadio II: tumor que invade la submucosa o la capa muscular del uraco, pero que se encuentra confinado al uraco. Estadio III: tumor que se extiende fuera del uraco; III-A: llega a la vejiga; III-B: a la pared abdominal; III-C: al peritoneo; III-D: a una víscera diferente. Estadio IV: tumor con metástasis; IV-A: afectación de ganglios linfáticos regionales; IV-B: metástasis a distancia. En 1954, Wheeler describió los criterios para diferenciar los adenocarcinomas vesicales de origen uracal de los vesicales primarios: a) tumor localizado en la cúpula vesical; b) ausencia de cistitis quística y cistitis glandular; c) remanente uracal con tumor o crecimiento del tumor en la vejiga que se extiende al espacio de Retzius, a la pared abdominal anterior o a la cicatriz umbilical; d) demarcación bien definida entre el tumor y el urotelio. Conclusión: Los adenocarcinomas de uraco son tumores raros, pero my agresivos. Por lo regular al momento del diagnóstico se encuentran en estadios avanzados. Actualmente el único método curativo es la cirugía, pero existe controversia entre la radical o la conservadora. En nuestra serie se optó por la cirugía conservadora. La quimioterapia ha mejorado la sobrevida de los pacientes. Carcinoma de células renales bilateral metacrónico con trombo en vena cava T3b Surur-Zaiback Edgar E, Hernández-Hernández Moisés, Ramos-Varela Eleazar E. Instituto Mexicano del Seguro Social, Mérida, Yucatán, México. Antecedentes: El carcinoma de células renales representa, aproximadamente, del 2 al 3% de las neoplasias malignas del adulto. Un aspecto único del carcinoma de células renales es su capacidad para invadir localmente y progresar a trombo tumoral en el sistema venoso. Asimismo, el carcinoma de células renales bilateral es un tumor raro con una incidencia de 3 a 5% en los pacientes con carcinoma de células renales. Generalmente, se considera que el carcinoma de células renales bilateral es sincrónico o metacrónico. Objetivo: Exponer el caso de un paciente con carcinoma de células renales bilateral metacrónico, y revisar la bibliografía sobre el tema. Resultados: Paciente femenino de 64 años de edad con antecedente de cáncer renal izquierdo, posoperada de nefrectomía radical 10 años atrás, quien sufre, durante su seguimiento, nueva tumoración en riñón único con trombo tumoral hacia el nivel III de la vena cava inferior. Se procedió a efectuar nefrectomía radical derecha y trombectomía. Conclusiones: El carcinoma de células renales bilateral metacrónico con trombo tumoral en vena cava es una patología infrecuente. El tratamiento quirúrgico resulta complejo y debe ser individualizado. La nefrectomía radical con trombectomía constituye el tratamiento estándar, en combinación con hemodiálisis, para los pacientes con esta enfermedad maligna. Uréter retrocavo reporte. Informe de un caso en el Hospital General de México y revisión de la literatura Soria-Guillermo R, Reyes Miguel A, Rodríguez-Piña Francisco R, LomelínRamos José P. Hospital General de México, México, DF Antecedentes: El uréter retrocavo es una anomalía infrecuente en la cual el uréter derecho pasa por detrás de la vena cava, lo que ocasiona grados variables de obstrucción. Objetivo: Describir el caso de un paciente masculino de 34 años de edad, quien acudió a la consulta externa del hospital con un cuadro sugestivo de litiasis ureteral derecha. Material y métodos: Paciente masculino de 34 años de edad, quien se presenta en la consulta externa del hospital con cuadro sugestivo de litiasis ureteral derecha, caracterizado por dolor en fosa renal del mismo lado de tipo cólico, intermitente, de intensidad moderada, con irradiación hacia pared anterior de abdomen. Se realiza urografía excretora la cual permite sospechar el diagnóstico, que se confirma con urotomografía en la cual, mediante reconstrucción, se hace evidente el trayecto del uréter posterior a la vena cava. Se decide el tratamiento quirúrgico, que comprende la liberación del uréter y ureteroanastomosis. Discusión: Hay múltiples patologías locales que pueden ocasionar obstrucción o desviaciones del curso del uréter. Una de ellas es el uréter retrocavo (URC), patología relativamente rara que afecta al uréter derecho y la vena cava inferior (VCI). Hochstetter lo describió por primera vez en 1893, se cree que su origen se relaciona con la embriología de la vena cava inferior y su formación a partir de la vena cardinal posterior (VCP), lo que ubica al uréter detrás de ésta. Hay dos variantes del uréter retrocavo: tipo 1 o en forma de anzuelo y tipo 2 o en forma de hoz. En el primer caso el sitio de obstrucción se encuentra a cierta distancia del borde de la VCI, mientras que el segundo se halla sobre el borde externo de la misma. La sintomatología, habitualmente, inicia en la cuarta década de la vida, y su principal síntoma es el dolor de tipo cólico en flanco derecho, que semeja un cuadro de litiasis renoureteral. También se manifiesta mediante infección de vías urinarias, litiasis o incluso falla renal. El diagnóstico puede realizarse por urografía excretora o pielografía retrógrada. Actualmente se puede llevar a cabo de manera no invasiva por medio de tomografía multifase. Conclusión: El tratamiento quirúrgico se reserva para los pacientes con obstrucción funcional significativa, que ocasiona dolor o deterioro de la función renal. En general, el tratamiento es conservador y tiene como finalidad evitar infecciones recurrentes y controlar la sintomatología. Correlación del grado Gleason de la biopsia prostática guiada por ultrasonido y prostatectomía radical en el Hospital General de Occidente Rodríguez RJA, Rivas GR, Jáuregui ME, Rodríguez FJ, Camarena GLL Servicio de Urología del Hospital General de Occidente. Zapopan, Jalisco, México. Introducción: El cáncer de próstata es el principal diagnóstico de cáncer en el varón, conocido también como la segunda causa de muerte por cáncer en varones en Estados Unidos y el cuarto en frecuencia en varones a nivel mundial. Se cuenta con múltiples sistemas de clasificación; el más utilizado es el propuesto por Gleason, el cual se basa en el patrón glandular del tumor identificado. Entre menor sea su diferenciación, más adverso será el pronóstico. Una vez determinado el diagnóstico de CaP localizado, T1-T2, el tratamiento consiste en cirugía radical de próstata, ya sea retropúbica, perineal o laparoscópica. En estudios previos se ha buscado la correlación entre biopsia prostática por aguja y grado Gleason después de resección radical de próstata. La mayoría de los investigadores ha notado la Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 103 Presentación de trabajos en cartel tendencia a subestimar el grado Gleason en la biopsia por aguja (BTRP guiada por USG). En el presente trabajo se pretende documentar la diferencia de precisión diagnóstica del grado de Gleason informado por biopsia prostática y el obtenido en cirugía radical de próstata, para resolver la duda de si hay tendencia a subestimar el grado de Gleason en la BTRP, para lo cual se determinará el grado de cambio o diferencia en la calificación de Gleason para la aplicación en la clínica. Material y métodos: Del 10 de abril del 2003 al 7 de agosto de 2008 se programó a un total de 67 pacientes para prostatectomía radical en el HGO. Los trastornos de estos pacientes se hallaban en distintas etapas: T1C (27), T2A (25), T2B (9) T2C (4), T3B (1) y T3C (1). Se practicaron 60 operaciones retropúbicas y 7 por laparoscopia. Se descartó un total de 16 casos, cinco de ellos porque sólo se practicó linfadenectomía, debido a la imposibilidad de resecar el tumor, por adherencia importante a órganos periféricos, por lo que únicamente quedaban 62 prostatectomías radicales para la evaluación. En cuatro de estos 62 casos, el informe de histopatología indicó RTU, por lo que fueron excluidos y se redujo a 58 el número de expedientes evaluables. En cinco de los casos, el informe de histopatología de la pieza quirúrgica fue de hiperplasia fibronodular y prostatitis crónica (3) y de NIP de bajo grado (2), de modo que también se les excluyó. En el análisis final no se tomaron en cuenta dos casos cuyo resultado en la BTRP fue de NIP de alto grado. Por tanto, el presente análisis abarca 51 casos. Se tomó la puntuación de Gleason del nódulo dominante del tumor, asignada por el patólogo a la pieza y fue comparada con el grado que se dio a las muestras por BTRP, con base en la clasificación propuesta por Gleason del 2-10. Resultados: Se realizó un comparativo entre el puntaje total de Gleason asignado por BTRP y el obtenido por histopatología de la pieza quirúrgica.; el grado de Gleason varió desde 3 hasta 9. La cantidad de muestras de la BTRP varió desde 6 hasta 12 (6 muestras, 21 pacientes [41.17%]; 8 muestras, 8 pacientes [15.6%]; 10 muestras, 13 pacientes [25.49%]; 12 muestras, 9 pacientes [17.64%]), del total de 51 (100%) casos, en los cuales la puntuación de Gleason obtenida por BTRP fue menor, comparada con el resultado de la pieza quirúrgica (subestimación) en 16 (31.37%) casos y fue igual que el de los informes de histopatología en 14 (27.45%) casos, por último, el puntaje de Gleason en la pieza quirúrgica (sobreestimación) fue menor en 21 (41.17%) casos. Discusión: Desde los decenios de 1980 y 1990 se han realizado estudios de esta comparación. Un tema común en investigaciones publicadas es la subestimación del grado Gleason por BTRP guiada por USG (refiriendo una puntuación de Gleason de 2-4 mientras que por RP se obtiene una calificación de 6 o 7 y, en ocasiones, incluso mayor). Se han propuesto las siguientes explicaciones: (1) la subestimación de la puntuación de Gleason 6 en un número limitado de tumores; (2) nódulos tumorales multifocales de alto grado de los que no se tomaron muestras para biopsia, y (3) heterogenicidad del grado del nódulo tumoral del que no se hizo biopsia. Existe consenso en estudios de patólogos de la vías genitourinarias y no genitourinarias en que son muy raros los diagnósticos con puntuación de Gleason de 2-4 en BTRP y que, por lo regular, no se debería establecerlos con esa base (2005 consenso de la Internacional Society of Urological Pathology). En la población de pacientes estudiada, se observó tendencia a la sobreestimación de la calificación de Gleason, lo que se manifestó de manera práctica en 41.17% de los pacientes, a diferencia de lo informado en los estudios publicados. En esta serie, en 27.45% de los pacientes hubo coincidencia entre 104 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 las puntuaciones informadas y sobreestimación en 31.37% de los casos. Es necesario considerar como punto fundamental el número de muestras informadas en BTRP, puesto que en los casos con mayor número de muestras se observó mayor correlación con la puntuación obtenida por histopatología de la pieza. Conclusiones: Esta variación en la precisión es crucial para las decisiones de tratamiento y el pronóstico en los casos de CAP, pues de ello depende que se otorgue o se niegue el tratamiento quirúrgico, o de si determinado paciente es candidato a radioterapia. Mientras haya error en el muestreo de la BTRP, se tomarán decisiones terapéuticas incorrectas, circunstancia que definitivamente alterará el pronóstico del caso. Frecuencia de estenosis uretral en pacientes postoperados de resección transuretral prostática. Experiencia en el Hospital General de Occidente Rodríguez RJA, Rivas GR, Rodríguez FJ, Jáuregui ME, Camarena GLL Servicio de Urología del Hospital General de Occidente. Zapopan, Jalisco, México. Introducción: La mayoría de las estenosis uretrales (EU) adquiridas se deben a infección o traumatismo. La infección permanece como la causa principal, en particular por el uso a largo plazo de sondas uretrales, ya que los instrumentos de gran calibre y sondas gruesas provocan isquemia y traumatismo interno. Cuando el calibre de la luz uretral disminuye a menos de 16 Fr, como consecuencia del anillo estenótico, el paciente presenta sintomatología obstructiva. La estenosis uretral que se desarrolla después de resección transuretral de próstata (RTUP) tiene una frecuencia de 4.1 a 6.8%. El tratamiento de esta patología varía desde dilataciones uretrales hasta uretrotomía y otras técnicas de reparación uretral. Objetivo: Evaluar la frecuencia de estenosis uretral en pacientes sometidos a resección transuretral de próstata en el Hospital General de Occidente, así como el sitio más frecuente de lesión. Material y métodos: Se realizó un estudio retrospectivo, longitudinal, en pacientes que sufrieron estenosis uretral y a los que antes se había practicado resección transuretral de próstata. Se incluyó en este estudio todos los pacientes que se sometieron a RTUP y luego padecieron estenosis uretral. Los criterios de exclusión fueron: estenosis uretral secundaria a traumatismo, infección por cateterismo de sonda uretral y los que no presentaron expediente completo. Resultados: De enero de 2004 a diciembre de 2007, un número de 444 pacientes (111 por año) se sometieron a RTUP en el Hospital General de Occidente de Zapopan; esto significa 38% del total de las cirugías realizadas al año en el Servicio de Urología de dicha institución. La edad promedio de de los pacientes operados fue de 68.72 años (rango de 43 a 92) y el tiempo quirúrgico promedio fue de 68 minutos (rango de 30 a 105 minutos). En las intervenciones se utilizó equipo de Resectoscopio de flujo continuo 26 Fr. Padecían estenosis uretral 42 de los pacientes y su edad promedio era de 73 años (rango de 55 a 92 años). Fueron sometidos a distintos tratamientos de estenosis uretral, desde uretrotomía interna (uretrótomo y láser) hasta anastomosis uretral término-terminal y diversas técnicas de plastias uretrales con colgajo. Las localizaciones más frecuentes fueron uretra bulbar en 41.8% membranosa en 37.3% y peneana en 20.9%. Se halló una frecuencia del 9.1% de estenosis uretral en pacientes sometidos a RTUP en nuestro hospital. Presentación de trabajos en cartel Discusión: La entidad conocida como estenosis uretral no más que una cicatriz, resultado natural de una agresión o destrucción de tejidos. Cualquier cicatriz tiene tendencia retraerse a lo largo de su eje longitudinal, pero si la cicatriz es circular, la retracción acorta la circunferencia y, por ende, el área de luz. La mayoría de las veces, es resultado de un traumatismo localizado (accidental o yatrógeno) o de un proceso inflamatorio; otras se debe a una rotura completa o destrucción causada fracturas pélvicas graves, quemaduras, heridas contusas o por arma de fuego. Rara vez la causa es congénita. De las lesiones yatrógenas más frecuentes se encuentran dos tipos. El primero es el de los causados en la uretra durante resección transuretral de próstata (RTUP), por una acción combinada de isquemia uretral por el uso de un resector de gran calibre (de 28 Fr) y de la corriente eléctrica; esto ocurre en un 5% de las RTUP y es la secuela más importante de dicha intervención. El segundo tipo es el de ocasionadas por una sonda intrauretral a permanencia; en éstas se combina la isquemia por presión en los puntos de estenosis fisiológica de la uretra (meato, fosa navicular, uretra membranosa) o por fijación (ángulo penoescrotal) debida a la inflamación provocada por infección uretral inespecífica. Conclusión: Los resultados obtenidos en el estudio indican una frecuencia de 9.1% de estenosis uretral en pacientes sometidos a RTUP. Es posible evitar este tipo de complicaciones al seguir las siguientes recomendaciones: No usar instrumentos de gran calibre (mayor de 26 Fr). Realizar las dilataciones uretrales en forma gradual (de menor a mayor calibre) Evitar tiempos quirúrgicos prolongados, por la isquemia uretral. Usar abundante gel intrauretral cada vez que se introduzca el instrumento. Colocar al paciente en posición de litotomía forzada, con los miembros pélvicos en ángulo de 45 grados con respecto al abdomen y con la cadera al borde de la mesa quirúrgica para no provocar isquemia con el instrumento en los puntos de estenosis fisiológica uretral. Dejar la sonda transuretral por un periodo no mayor de 3 a 5 días, según el volumen del tejido resecado y la hemorragia. Manejo de la incontinencia urinaria de esfuerzo y los trastornos de la estática pélvica asociados a la colocación de malla transobturador, experiencia en el Hospital General de Occidente: técnica quirúrgica y resultados preliminares Rodríguez-Rivera JA, Ruiz-Delgado J, Rivas-Gómez R, Lozano-Granados J, Jiménez-Valle E, Rodríguez FJ, González-García R, Jáuregui MEA, Camarena GLL, Rincón GCS, Saucedo LO Hospital General de Occidente, S.S.J. Guadalajara, Jalisco, México. Objetivo: Valorar los resultados de la técnica quirúrgica con la colocación de malla a través del orificio obturatriz, para resolver los problemas de incontinencia urinaria de esfuerzo y los trastornos de la estática pélvica, pues se ha visto que esta nueva tendencia quirúrgica tiene como objetivo disminuir tiempo quirúrgico, los costos y las complicaciones, con excelentes resultados. Materiales y métodos: Un estudio prospectivo iniciado en agosto del 2005, con 18 pacientes de sexo femenino, con edad entre 37 y 57 años (promedio de 54.1 años). Todas las pacientes fueron sometidas a plastia con malla transobturador; se utilizaron 17 mallas de polipropileno y una de Mersilene (poliéster), 12 de las pacientes padecían incontinencia urinaria de esfuerzo y cistocele grado II, 4, con cistocele grado III. Dos de las 18 pacientes tenían asociado rectocele grado I. Se realizaron flujometría y cistoscopia antes de su intervención quirúrgica, La técnica utilizada consiste en colocar a la paciente en posición de ginecológica; se toma el vestíbulo vaginal, y 2 cm por debajo de la uretra, se realiza infiltración con xilocaína al 2%, diluida al 50% en 10 ml de solución fisiológica al 9%. El tipo de malla que se utilizó es en H; es decir, dos bandas anteriores y dos posteriores. Se incidió en sentido anteroposterior y, dependiendo del grado del cistocele (3 cm en promedio), Se disecó el espacio suburetral bilateralmente, llegando hasta la membrana perineal, sin perforar la fascia endopélvica, se liberó la fosa isquiorrectal y se palpó el orificio obturatriz. Se abrió la incisión externa a nivel del clítoris, a la altura del músculo aductor, insertando aguja hasta la membrana obturatriz y, dirigiéndola con el dedo índice de la mano izquierda, se llevó hasta el espacio parauretral previamente disecado; ahí se insertó la bandeleta, para extraerla por el orificio inicial. Se repitió lo mismo para ambas cintillas anteriores. Para las bandeletas posteriores es prácticamente el mismo procedimiento, sólo que 5 cm más abajo de la primera incisión, traccionando las 4 bandas y cortando al borde de piel. Se asegura hemostasia y cierre del vestíbulo con crómico 3-0 surgete continuo. Resultados: Fueron intervenidas 18 pacientes con técnica de colocación de malla transobturador; se les trató como pacientes ambulatorias y se les quitó la sonda de Foley dos días después de la intervención quirúrgica. Se fijó la siguiente cita para 26 días después y se ,encontró que 14 de las pacientes (80%) tenían excelentes resultados en cuanto a continencia urinaria; tres de las pacientes (20%) fueron tratadas con anticolinérgico. En las 15 pacientes se resolvió el cistocele; sólo dos de ellas continuaron con un grado I. Ninguna sufrió complicaciones graves. Una sola paciente padeció equimosis del área perineal derecha. Conclusión: Según los resultados obtenidos con esta técnica quirúrgica, se puede apreciar que se volvió una cirugía muy eficaz a partir de 2001. Cuando E. Delorme se dedicó a realizar algunos cambios en la técnica, documentó que las complicaciones son mínimas, como hematomas, hipercorrección del ángulo uretral provocando retención urinaria, lesión de vasos importantes e infecciones secundarias al procedimiento. Esto porque no se lesiona el espacio retropúbico con la inserción de las agujas. El material utilizado puede ser de diferentes tipos (Goretex, Teflón. Mersilene, Polipropileno, Marlex), Las más utilizadas hoy son de polipropileno y Mersilene (poliéster). Cabe mencionar que la anestesia utilizada puede ser local y que no se requiere hospitalización, lo que disminuyen los costos para la paciente. Ureterolitotomía laparoscópica Rodríguez RJA. Jáuregui ME, Rivas GR, Ochoa DA, Camarena GL, RincónGallardo CS, Saucedo LO Servicio de Urología del Hospital General de Occidente, Secretaria de Salud Jalisco, Zapopan, Jalisco, México. Introducción: “La ureteroscopia y la litotricia extracorpórea con ondas de choque han revolucionado el tratamiento de los cálculos ureterales. Con la adición de la manipulación percutánea, la mayoría de los litos pueden ser extraídos por técnicas de invasión mínima. Sin embargo, esas técnicas algunas veces fallan y la cirugía abierta es el único recurso”, Dr. Arthur Smith. El tratamiento laparoscópico es una alternativa para estos casos. En 1985, Clayman extrajo por vía laparoscópica un lito de Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 105 Presentación de trabajos en cartel un divertículo ureteral distal, en tanto que Bellman y Smith, en 1994, publicaron las consideraciones especiales de la técnica quirúrgica. Para el año 2000 había más de 20 casos registrados en la bibliografía y en 15% de los casos se realizó conversión a cirugía abierta, con tiempo quirúrgico que osciló entre 80 y 260 minutos, con estancia hospitalaria de 1.7 a 5.2 días. Sólo se informó de una complicación, una estenosis ureteral. Indicaciones: Cálculos incrustados en la mitad superior y mayores de 1 cm. Falta de experiencia en cirugía percutánea. No contar con instrumental endoscópico adecuado. Falla de LEOCH. Ureteroscopia fallida. Material y métodos: En el Hospital General de Occidente se observó evolución a 10 años en pacientes sometidos a ureterolitotomía laparoscópica retroperitoneal con trocar-balón disector. En un período comprendido entre el primero fe febrero de 1994 y el 31 de marzo de 1999, ocho pacientes con cálculos incrustados en tercio superior del uréter se sometieron a ureterolitotomía laparoscópica con acceso retroperitoneal; se trató de 7 varones y una mujer con edades de 17 a 54 años, con antecedentes de tratamiento previo; dos de ureteroscopia, uno de LEOCH, uno de ureterolitotomía contralateral 1. No se dio tratamiento a cuatro pacientes (con obesidad mórbida y no candidatos a LEOCH). Técnica quirúrgica: Colocación de catéter ureteral por debajo del cálculo; posición de lumbotomía; primer trócar con balón en línea axilar media (2 cm); creación de espacio retroperitoneal, retroneumoperitoneo; aplicación de 2 o 3 trócares accesorios; disección del uréter; ureterotomía, extracción del cálculo, ferulización ureteral (sonda doble J), sutura de la ureterotomía (puntos intracorpóreos), Drenaje (drenovac). El tiempo promedio de cirugía fue de 105 minutos; el mínimo fue de 85 minutos y el máximo de 150. Ferulización ureteral: sonda doble J, (3 pacientes); sonda de alimentación (5pacientes); FR (2 pacientes); sin férula (3 pacientes). Estancia hospitalaria: cuatro pacientes, un día; tres pacientes, dos días; un paciente, tres días. Complicaciones: fístula ureterorretroperitoneal 1 (se corrigió con la colocación de sonda doble J). No se observaron complicaciones en 10 años de vigilancia. Conclusiones: Con el desarrollo de los procedimientos endoscópicos para tratamiento de litiasis urinaria, la cirugía abierta ha disminuido considerablemente y sólo es utilizada en 2 a 5% de los casos en los centros de tratamiento de la litiasis. La ureterolitotomía por laparoscopia es un método eficaz y seguro para tratamiento de cálculos ureterales incrustados en el tercio superior; no es la primera opción de tratamiento, pero se puede considerarla en casos seleccionados; presenta ventajas con respecto a la cirugía abierta. Reporte de un caso: Metástasis de carcinoma renal a cavidad nasal Romero-Mata Rodrigo, Gómez-Guerra Lauro S, Martínez-Vite Raúl, SuárezFernández Oscar, Urrutia-Herrera Sergio, Gutiérrez-García Jesús D. Servicio de Urología, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México. Introducción: El cáncer renal de células claras con metástasis a la cavidad nasal es poco frecuente y hay pocos casos descritos en la bibliografía. Objetivo: Dar a conocer un caso de carcinoma renal que metastatizó en cavidad nasal, así como su evolución y tratamiento. A la vez, se hace una revisión de la bibliografía. 106 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 Material y métodos: Paciente masculino de 51 años con antecedentes de tabaquismo e hipertensión arterial sistémica, quien hace cuatro años sufrió hematuria macroscópica total, que llevó a que se le diagnosticara tumor renal derecho. Se le sometió a nefrectomía radical del mismo lado con linfadenectomía perirrenal y aórtica, cuyo informe de histopatología indicó carcinoma renal convencional de células claras, Furhman 1, con invasión a la cápsula, con vena, arteria y fascia de Gerota libres de neoplasias, ganglios perirrenales con hiperplasia folicular linfoide y los aórticos sin alteraciones. Con base en estos datos se le estadificó como T 3a N0M0. El paciente fue dado de alta para tratamiento ambulatorio, pero no acudió a sus citas de seguimiento, sino hasta cuatro años después, cuando se presentó en el servicio de urgencias por presentar epistaxis y anosmia. Lo valoró el servicio de Otorrinolaringología y le diagnosticó lesión neoplásica del etmoides. Se realizó biopsia endoscópica, que encontró carcinoma de células renales metastásico, por lo que se llevó a cabo rinotomía lateral y maxilectomía medial con etmoidectomía. Resultados: La rinotomía lateral y maxilectomía medial con etmoidectomía permitió formular el diagnóstico histopatológico definitivo de carcinoma de células claras metastásico, que modificó el estadio clínico del paciente, en sentido negativo, a T3aN0M1, EC IV. Discusión y conclusiones: Las metástasis del carcinoma de células claras a cabeza y cuello constituyen un trastorno raro, con una incidencia menor al 8%, entre todas las metástasis que ocasiona esta enfermedad maligna, y las de la cavidad nasal conforman menos de la mitad de éstas. Existen muy pocos casos reportados en el mundo, y la presentación tardía es todavía más rara. Se considera que la cirugía paliativa es eficaz para control de la hemorragia y para reducir la sintomatología, pero sin impacto en la supervivencia. Más aún, la terapéutica sistémica no ha demostrado que sea eficaz en estos pacientes. De manera complementaria, se ha empleado la radioterapia, sin contar todavía con estadísticas adecuadas para valorar su utilidad. Las metástasis a distancia ubican a nuestro paciente en estadio clínico IV, con lo cual influye en su pronóstico de forma importante. Se considera que, a pesar de ser un caso raro, se debe tener presente que la cavidad nasal puede ser un área de metástasis del carcinoma renal e incluirla en la valoración durante el seguimiento de estos pacientes. Tipo de vejigas neurogénicas en pacientes con disrrafia del tubo neural Romero-Mata Rodrigo, Gómez-Guerra Lauro S, Gutiérrez-González Adrián, Urrutia-Herrera Sergio, Suárez-Fernández Oscar Servicio de Urología, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México. Introducción: En la institución de los autores se clasifica a la vejiga neurógena en cuatro grupos, de acuerdo con sus presiones: intravesical y esfinteriana. El grupo 1 corresponde a presión vesical elevada y esfinteriana elevada; el grupo 2, presión vesical elevada y esfinteriana baja; grupo 3, presión vesical baja y esfinteriana elevada; grupo 4, presión vesical baja y esfinteriana baja. Con base en esta clasificación evaluamos la prevalencia de cada grupo mediante estudios de urodinámica en pacientes con disrrafismo del tubo neural. Además realizamos una revisión de la bibliografía. Objetivo: Determinar qué tipo de vejiga neurógena es la más frecuente en pacientes con disrrafia del tubo neural. Presentación de trabajos en cartel Material y métodos: Se efectuaron165 estudios urodinámicos a pacientes con algún tipo de disrrafia del tubo neural; de ellos, 91 sujetos de sexo femenino y 74 de sexo masculino, con un rango de edad, al momento del estudio, de 2 a 12 años, sin tratamiento previo. Se utilizaron los siguientes parámetros: se consideró presión vesical elevada la que era mayor de 40 cm H2O, y presión esfinteriana elevada la que era igual o mayor a la presión vesical en capacidad máxima; esta última se calculó mediante la fórmula de edad + 2 x 30, en niños mayores de 2 años, y en pacientes menores de 2 años se calculó multiplicando el peso (en kilogramos) por siete. Resultados: Se identificó a 46 pacientes (28%) con presiones vesical y esfinteriana elevadas: 30 mujeres y 16 varones, que conformaron el grupo 1. Asimismo, se identificó a 23 pacientes (14%) con presión vesical elevada y esfinteriana baja: 13 mujeres y 10 varones, quienes integraron el grupo 2. Veinte pacientes (12%) con presión vesical baja y esfinteriana elevada: 11 mujeres y 10 varones, que correspondieron al grupo 3. Finalmente, 76 pacientes (46%) con presión vesical baja y esfinteriana baja: 37 mujeres y 39 varones, que conformaron el grupo 4. Discusión: Encontramos que el tipo más frecuente de vejiga neurógena corresponde a la del grupo 4 con un 46%, la cual, de acuerdo con la bibliografía, no es tan agresiva con la función renal como las de los grupos 1 y 3. No encontramos diferencia estadística entre el sexo en los diferentes grupos, excepto en el grupo 1, en el cual sí hubo una diferencia significativa, con mayor prevalencia en mujeres; este grupo corresponde al segundo en prevalencia. Conclusiones: El tipo de vejiga neurógena más frecuente en pacientes con disrrafia del tubo neural es la que corresponde al grupo 4: presión vesical baja y esfinteriana baja. Consideramos importante resaltar que, un 40% de los pacientes con disrrafia, padecen algún tipo de vejiga neurógena que es dañina para la función renal (grupos 1 y 3), de lo cual se infiere que es muy importante el diagnóstico urodinámico oportuno y el tratamiento temprano para prevenir el deterioro renal. Nefroureterocistoprostatectomía radical como tratamiento del cáncer urotelial del tracto urinario superior e inferior infiltrante Saavedra-Briones Dorian V,2 Flores-Murcio Francisco J,1 Martínez-Arroyo Carlos1 1 Médicos adscritos a Urología en el Hospital General “Tacuba” ISSSTE, México D.F. 2 Residente de Urología en el Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, México D.F. Antecedentes: El cáncer de células de transición del uréter, representa sólo uno de cada 25 tumores de vías urinarias superiores. Estos carcinomas son curables en más del 90% de los casos, si son superficiales y se limitan a pelvis renal o uréter. Los pacientes con invasión tumoral profunda, limitados a pelvis renal o uréter tienen una probabilidad de curación de 10% a 15%. Por lo general, Los pacientes con penetración tumoral a través de la pared urotelial o metástasis distantes generalmente no pueden curarse con las formas de tratamiento disponibles en la actualidad. El factor pronóstico de mayor importancia al momento de diagnosticar el cáncer de células de transición de vías urinarias superiores es la profundidad de infiltración en la pared urotelial o a través de ella. Sin embargo, aun cuando se practiquen ureteroscopia y pieloscopia con éxito, es difícil hacer una valorar de forma precisa la profundidad de la invasión. En consecuencia, se recomienda efectuar la resección total del uréter con un manguito de la vejiga, pelvis renal y riñón, con la finalidad de aumentar al máximo las posibilidades de curación. Objetivo: Presentar el caso de un tumor urotelial nativo en uréter, con diseminación por siembra a la vejiga y con un comportamiento agresivo. Caso clínico: Paciente de género masculino con 64 años de edad y antecedentes de tabaquismo a razón de 20 cigarrillos al día, durante alrededor de 20 años. PA: inicia hace un mes al sufrir en flanco izquierdo dolor tipo cólico, intermitente, de intensidad moderada y sin irradiaciones, lo que se relaciona con hematuria macroscópica, Acudió al servicio de urgencias por intensificación del dolor. EF: consiente, con palidez de tegumentos, Giordano izquierdo positivo. Estudios de laboratorio: Hb, 9.9 g/dl; hematocrito, 27.7%; leucocitos, 16 700. QS: glucosa, 95 mg/dl: Cr, 1.6 mg/dl. EGO: abundantes eritrocitos. Rx de abdomen: no imágenes cálcicas. USG renal con ectasia pielocalicial izquierda. En cistoscopia se apreció hemorragia por meato ureteral izquierdo, por lo que se practicó ureteroscopia, con la que detectó lesión vegetante obstructiva en tercio proximal del uréter izquierdo. Se tomó muestra para biopsia y se dejó un catéter doble J. El informe de la biopsia se indicó que la muestra resultó insuficiente, por lo que se intentó una nueva toma. Al realizar nueva cistoscopia se observaron múltiples implantes en vejiga. Se realizó RTUV con informe de CCT G3, invasor a musculo. En consecuencia, se practicó nefroureterocistoprostatectomía radical, con tiempo quirúrgico de 6 horas y sangrado de 2800 cc. Debido a inestabilidad cardiovascular se dejó ureterostomía derecha y el paciente fue trasladado a terapia intensiva con buena respuesta al tratamiento médico. El paciente egresó dos semanas después, pero tres semanas después del procedimiento reingresó por EVC, con secuelas mínimas en hemicuerpo derecho. De estudio de patología se informó que había tumor de uréter (infiltrante a capa muscular), tumor vesical (infiltrante a capa muscular) y carcinoma in situ, T2G3. El paciente ya sufría enfermedad metastásica y falleció un año después. Conclusiones: Los tumores del urotelio de vías urinarias superiores son más frecuentes en hombres de edad avanzada. En el momento del diagnóstico es común que la neoplasia se halle en estadio avanzado, por lo que conllevan elevado índice de mortalidad global y específica. Catéter ureteral doble J olvidado en paciente postrasplantado Sáenz-Marrufo Eric R, Espinosa-Pérez Grovas Daniel, Zuviri-González Antonio, Vásquez-Flores Alberto, Ramírez-Pedraza Juan M, Leyva-Mendívil Cristian, Guzmán-Hernández Felipe, Cortez-Betancourt Roberto. Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, ISSSTE. Antecedentes: Las sondas ureterales se usan, comúnmente, en el tratamiento de problemas urológicos. De igual forma, tienen gran importancia en la reconstrucción de la anastomosis ureteral en el trasplante renal. Sin embargo, su uso se ha asociado a complicaciones serias, especialmente cuando dichas sondas se olvidan y se dejan colocados en el paciente por tiempo prolongado. Dentro de estas complicaciones se encuentra la migración, fragmentación, incrustación y calcificación, lo que puede llevar a nefropatía obstructiva, un problema que tiene consecuencias devastadoras para pacientes con riñón funcional único, como el paciente con trasplante. Presentamos el caso de un paciente al que se hizo trasplante y se dejó una sonda doble J, que quedó olvidada por ocho años con calcificación del mismo. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 107 Presentación de trabajos en cartel Caso clínico: Paciente masculino de 18 años originario y residente de Irapuato, Guanajuato, con el antecedente de hipoplasia renal bilateral secundaria a insuficiencia renal crónica terminal a los ocho años de edad. Inicialmente se le controló con diálisis peritoneal durante dos años. Se le consideró candidato a trasplante renal. Se realizó el trasplante de donador vivo relacionado (madre) en agosto de 2002. El padecimiento actual inició dos meses antes de su valoración, y se manifestó con urgencia urinaria, por lo que fue referido a nuestro servicio. Se le tomó placa simple de abdomen en la que se evidenció la persistencia de la sonda doble J, el cual se encontraba calcificado. Se decidió practicarle cistoscopia, que refrendó la calcificación de la sonda doble J con espiculaciones, así como TAC para determinar la morfología de la calcificación de la sonda. Debido a la persistencia de la sintomatología y de IVU, se optó por la intervención quirúrgica. Se efectuó un primer tiempo con cistolitotricia con láser en la que se logró fragmentar un cálculo intravesical. Se llevó a cabo el segundo tiempo con ureteroscopio flexible con láser, con lo que se pudo extraer el 100% de la sonda. Actualmente el paciente se encuentra con adecuada función renal y asintomático. Discusión: No existe una definición exacta de sonda olvidada en el paciente, sin embargo, estudios previos consideran “sonda olvidada” un periodo mayor de seis meses. Es ampliamente aceptado que no es posible retirar una sonda calcificada por medios cistoscópicos, y que se requiere de una intervención auxiliar para su resolución y retiro. Se han identificado muchos factores de riesgo para la calcificación de la sonda, entre ellos: urolitiasis, infecciones recurrentes del tracto urinario, persistencia prolongada de la sonda y composición de la misma. Sin embargo, de todos ellos el factor de riesgo más importante es el tiempo de permanencia de la sonda. Existen informes de casos en la bibliografía de sondas ureterales doble J calcificadas en pacientes con trasplante, el tratamiento reportado ha incluido terapia multimodal con LEOCH y endolitotricia, o únicamente endolitotricia. Nosotros manejamos a este paciente por medio endolitotricia con láser en dos tiempos quirúrgicos. Conclusión: La sonda ureteral doble J olvidada puede causar considerable morbilidad en pacientes con trasplante, y constituir un problema urológico complejo, en especial en un paciente con deficiencia inmunitaria. Este caso demuestra la importancia del seguimiento estrecho del paciente con trasplante, y, a la vez, que las técnicas endourológicas son eficaces para la resolución en casos de sondas de larga permanencia con calcificación importante. Amiloidosis vesical primaria en asociación con cistitis glandularis. Reporte de un caso Salazar-de Hoyos José Luis, Gutiérrez-García Jesús D, Garza-CortésRoberto, Ortiz-Lara Gerardo, Gómez-Guerra Lauro, Gutiérrez-González Adrián Servicio de Urología, Hospital Universitario Dr. “José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México Antecedentes: La amiloidosis se define como el depósito extracelular de proteína fibrilar amiloide en una o más localizaciones del organismo. Estos depósitos pueden acumularse en distintos sitios del tracto genitourinario, aunque en la bibliografía se menciona que son poco frecuentes, causan afectación de pelvis renal, uréter, vejiga, próstata, vesículas seminales, conductos deferentes, testículos, uretra y pene. La cistitis glandular 108 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 es un trastorno proliferativo de las glándulas productoras de moco dentro de la mucosa y submucosa del epitelio urinario de la vejiga. Constituye una afección rara, generalmente asintomática, no cancerosa. Se ve favorecida por la irritación crónica. Caso clínico: Paciente femenino de de 65 años con antecedente hereditario familiar de cáncer renal, hipertensa (de reciente diagnóstico), en tratamiento con IECA y tiazidas. Además, padece dislipidemia que trata con estatinas. Su cuadro clínico inició tres años antes con hematuria intermitente asociada a síntomas irritativos vesicales. Se le hizo ecografía renal en agosto 2008, la cual reportó que ambos riñones tenían morfología y dimensiones normales, sin masas quísticas o sólidas, sin litiasis o hidronefrosis. En septiembre 2008, se le realiza TAC urológico, en la que se hallan riñones, vejiga y uréteres sin alteraciones. Los síntomas se manifiestan de manera intermitente. En agosto 2009 se realiza citología urinaria y se toma urocultivo que resulta negativo. La citología urinaria revela displasia urotelial de bajo grado. Resultados: Se procede a realizarle cistoscopia en noviembre 2009, en la que se observa placa hiperhémica en fondo y cuello vesical. Se toman por barbotaje y mapeo muestras para biopsia de dichas regiones, que se envían a citología. Informe AHP (19 noviembre del 2009). Fondo, amiloidosis vesical; cuello y barbotaje, cistitis glandular; resto, cistitis crónica. En biopsia de fondo se muestra birrefringencia en tinción con rojo congo y luz polarizada Conclusiones: Es posible clasificar las formas de amiloidosis del tracto genitourinario en dos grandes grupos: 1) formas primarias o idiopáticas, y 2) formas derivadas de procesos inflamatorios crónicos o de ciertas neoplasias. La afectación vesical es un hecho poco habitual para ambas formas de amiloidosis, y son mucho más infrecuentes las formas de amiloidosis vesicales secundarias, que no superan los 20 casos publicados, frente a los 160 de formas primarias. Entre las formas secundarias, la artritis reumatoide constituye la enfermedad sistémica con la que más frecuentemente se asocia. Por otro lado, la distinción entre formas primarias y secundarias de la afectación vesical conlleva características clínico-patológicas distintas, como la naturaleza del material amiloide (AL en las formas primarias y AA en las secundarias) y localización diferente de los depósitos de amiloide en la pared vesical. Las amiloidosis secundarias, a su vez, conllevan mayor frecuencia e intensidad de la hematuria, debido al depósito que se forma alrededor de los capilares de la submucosa, el cual condiciona hematurias más intensas que, en ocasiones, son de difícil tratamiento, e incluso pueden ocasionar el fallecimiento del enfermo. En la vejiga se puede observar un panorama amplio de cambios glandulares semejantes a metaplasia intestinal. Se considera que el reemplazo extensivo del urotelio por epitelio similar al de la mucosa intestinal es un trastorno premaligno. Sin embargo, no se ha descrito con precisión la evolución natural de metaplasia intestinal en la vejiga urinaria ni su resultado a largo plazo. La recurrencia del tipo de lesión que aquí presentamos ha sido descrita en la bibliografía; así como la progresión de cistitis glandular a displasia y adenocarcinoma en algunos pacientes, que han sido vigilados con biopsias secuenciales durante periodos de 5 a15 años. Se ve favorecida por la irritación crónica y algunas veces se asocia con lipomatosis pélvica. Su transformación en adenocarcinoma es excepcional y ocurre cuando hay persistencia del factor de predisposición. Sin embargo, se requiere ejercer vigilancia anual por medio de cistoscopia y biopsias de vejiga. Presentación de trabajos en cartel Entorno sociocultural del paciente con diagnóstico de disrrafia del tubo neural Salazar-de Hoyos José Luis, Gutiérrez-García Jesús D, Garza-Cortés Roberto, Ortiz-Lara Gerardo, Gutiérrez-González Adrián, Gómez-Guerra Lauro. Servicio de Urología del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México Antecedentes: Los trastornos del desarrollo del tubo neural constituyen la causa más común de disfunción neurogénica en la infancia. Dichos trastornos van desde defectos del tubo neural en el segmento encefálico, incompatibles con la vida extrauterina (anencefalia), pasando por meningocele, mielomeningocele, lipomielomeningocele, hasta la espina bífida oculta. Todos estos trastornos en conjunto se consideran disrrafias del tubo neural (DTN). Entre las mielodisplasias, el mielomeningocele comprende el 90%, y tiene una incidencia de 1 por mil neonatos vivos en EUA. Cuando nace un niño con DTN, los padres tienen un riesgo de 5% de que otro de sus hijos padezca una malformación similar. Los DTN no sólo ocasionan problemas neurológicos y urológicos, sino también trastornos musculoesqueléticos, ortopédicos (hasta un 40% de los pacientes pueden presentar parálisis fláccida o espástica que requerirá de cirugía ortopédica correctiva) y psicoemocionales, tanto al paciente como a su entorno familiar y social. La hidrocefalia constituye una complicación prenatal comúnmente asociada a DTN. Hasta 75% de los pacientes pueden llegar a la edad adulta con tratamiento quirúrgico agresivo. Los pacientes con lesión por arriba de L3 no tendrán la capacidad de caminar; también es frecuente que padezcan incontinencia urinaria y fecal. Los métodos actuales para el diagnóstico prenatal de DTN sólo son útiles en el segundo y tercer trimestres del embarazo. La ecografía es la técnica de imagen más usada para este propósito por accesible y económica. Es posible que el nivel de escolaridad de las madres influya en el desarrollo de esta malformación, dada la falta de información y de control prenatal que usualmente se observa en pacientes con baja educación académica. Se procedió a revisar la información de una serie de pacientes con DTN y su asociación con el nivel de escolaridad de las madres, las condiciones en las que se desarrolló su embarazo y el grado de afección asociada al diagnóstico de vejiga neurogénica. El estudio incluyó a 495 pacientes, se encontró una ligera prevalencia del sexo femenino, 235 fueron masculinos (47.4%) y 260 femeninos (52.5%). El rango de edad de las madres fue de 14 a 44; la mayoría entre 20 y 24 años (30.7%). Un número importante de pacientes (36%) tenían nivel académico de secundaria, 18% de primaria completa, 13% primaria incompleta, 10.5% preparatoria, 10.5% técnico y 9% universitario. Resultados: El 95% de los embarazos llegó a término. Del total de pacientes 291 (58.7%), sus madres tomaron ácido fólico durante la gestación; 364 (73.6%) cuentan con válvula de derivación ventriculoperitoneal; 87 pacientes (17.6%) sufrieron crisis convulsivas; 340 (68.9%) tienen un grado de incapacidad motriz severa, pues sólo pueden mover las piernas. La gran mayoría llevó control médico prenatal (88.6%), a 286 madres (57.7%) se les realizó ecografía obstétrica, pero sólo a 121 (24.4%) se les diagnosticó DTN; Se les hizo ecografía a 165 pacientes (33.3%), sin que se diagnosticara la patología, de lo que se concluye que la sensibilidad diagnóstica de esta técnica es de 42.3% Con base en la información obtenida en esta serie de pacientes, los embarazos llegaron a término, la mayoría de las madres se encontraban en la tercera década de la vida, con grado de educación media. Más de la mitad tomaron ácido fólico y llevaron control prenatal. Se realizó ecografía obstétrica a más de la mitad de las madres pero sólo a una cuarta parte se le diagnosticó el padecimiento. Conclusión: El nivel de educación es fundamental para entender los cuidados que se deben tener en un embarazo, pero también se refleja la falta orientación y prevención por parte de los profesionales de la salud en lo que respecta a estas patologías Pacientes con diagnóstico de CaCu y obstrucción ureteral tratadas con nefrostomía Salazar-de Hoyos José Luis, Gutiérrez-García Jesús D, Garza-Cortés Roberto, Ortiz-Lara Gerardo, Alfredo-Blanco, Gómez-Guerra Lauro, Gutiérrez-González Adrián Servicio de Urología del, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México La obstrucción ureteral con hidronefrosis y uremia son complicaciones graves del cáncer cervicouterino (CaCu) avanzado. La derivación percutánea puede mejorar la uremia, pero el pronóstico y la evolución de la enfermedad primaria no se modifican, por lo cual la paciente se ve obligada a pasar por todas las complicaciones de un cáncer terminal. La selección de pacientes que habrán de ser sometidos a derivación urológica debe tomar en cuenta factores como el estadio de la enfermedad, la terapéutica antineoplásica ulterior y la calidad de vida. Objetivo: Analizar de manera retrospectiva casos de pacientes con diagnóstico de CaCu avanzado con uropatía obstructiva, a quienes se hizo derivación con nefrostomía percutánea, las complicaciones derivadas de dicha terapéutica y su impacto en la calidad de vida. Se estudiaron los casos de 24 pacientes con diagnóstico de CaCu en etapa IIIB o IVB, que fueron atendidas por nuestro servicio de urología entre 2005 y 2010. Las pacientes sufrieron obstrucción ureteral uni o bilateral acompañada de elevación de azoados y síndrome urémico. Se intentó colocar catéter jj sin éxito. Todas fueron sometidas a derivación con nefrostomía percutánea uni o bilateral. El análisis incluyó variables como ECOG y nivel de creatinina al momento de la derivación. Asimismo la estancia intrahospitalaria después de la derivación, y el intervalo de tiempo transcurrido entre el diagnóstico de CaCu y la obstrucción ureteral. Se revisó la evolución clínica de las pacientes en cuanto a ECOG y las complicaciones derivadas de la nefrostomía Resultados: El promedio de edad al momento del diagnóstico fue de 44.5 años; en 13 pacientes se hizo nefrostomía bilateral, 5 en lado derecho y 6 en izquierdo. Doce pacientes estaban en estadio III B, y 12 más en IVB. Cinco se encontraban en ECOG de 0; 15 pacientes con ECOG 1, tres en ECOG 2 y una en ECOG 3, antes de que se manifestara la uropatía obstructiva. El tiempo promedio de aparición de los síntomas, a partir de la fecha de diagnóstico del CaCu, fue de 8.8 meses. Los azoados se elevaron en promedio a 11.5 mg/dl Cr. Después de la colocación de la nefrostomía, la estancia intrahospitalaria en promedio fue siete días, la creatinina promedio a su egreso, de 3.2 mg/dl. Dieciocho de las pacientes derivadas tuvieron alguna complicación con la nefrostomía, cuatro sufrieron protrusión, cuatro obstrucción o se tornaron disfuncionales; 10 desarrollaron IVU. El tiempo promedio de surgimiento de la complicación luego de la nefrostomía fue de 5.3 meses. De las cinco pacientes con ECOG 0, tres pasaron a ECOG 2, en un lapso promedio de 6 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 109 Presentación de trabajos en cartel meses; hubo un cambio a ECOG 2 en 10 meses y otra subió hasta ECOG 4 en 16 meses. De las 15 pacientes en ECOG 1, siete cambiaron a ECOG 2 en un periodo promedio de 9 meses, tres permanecieron en ECOG 3 durante 22 meses en promedio; cuatro mantuvieron el mismo grado por un lapso de 14 meses, una paciente falleció a los 9 meses, y se le otorgó el grado ECOG 5. De las tres pacientes con ECOG 2, previo a la derivación, 2 cambiaron a ECOG 3 en 11 meses y la otra permaneció con el mismo grado por 24 meses. La paciente con ECOG 3 inicial se mantuvo así por un lapso de 18 meses. Diecisiete pacientes avanzaron en su clasificación ECOG en un plazo promedio de 11.8 meses, 19 más tuvieron algún tipo de complicación relacionada con la nefrostomía, en seis pacientes se observó más de una complicación. Se puede constatar, con estos datos, que la colocación de nefrostomía en la paciente con diagnóstico de CaCu avanzado, posterior a un intento fallido de colocación del catéter jj, resuelve la insuficiencia renal aguda, pero el curso natural de la enfermedad de base no mejora, por el contrario, se agrava con el desarrollo de complicaciones secundarias de la derivación percutánea. Cistitis enfisematosa: Reporte de un caso y revisión de la literatura Schroeder U Iván Mauricio, Castellanos H Hibert, Mendoza P Fernando, Cruz G Patricio. Departamento de Urología, Hospital Regional Lic. Adolfo López Mateos, ISSSTE. México D.F. Introducción: La cistitis enfisematosa es una condición rara que se caracteriza por la formación de gas dentro de la luz o en la pared vesical, debida a una infección primaria causada por bacterias formadoras de gas. El cuadro clínico clásico, su evolución y pronóstico han sido descritos de manera incompleta en la bibliografía desde los primeros casos publicados. En este trabajo se presenta el caso de un paciente con cistitis enfisematosa diagnosticada de manera incidental. Se realizó una comparación entre este paciente y los casos publicados en la bibliografía en los pasados 20 años, y se hace énfasis en las diferencias que implican los métodos diagnósticos y tratamientos actuales. Presentación del caso: Paciente femenino de 62 años de edad con antecedente de diabetes mellitus tipo 2, que se le diagnosticó 18 años antes, mal controlada. En la actualidad sigue un tratamiento con metformina, 850 mg cada 12 horas, e insulina intermedia 30 UI por la mañana y 10 UI por la noche. Además, fue diagnosticada con IRC por nefropatía diabética hace 4 meses, un trastorno para el que se le prescribió furosemida 60 mg cada 24 horas. Acudió a consulta con un cuadro de un año de evolución con episodios recurrentes de disuria, frecuencia y sensación de vaciamiento incompleto, que se resurgían cada 4 meses con duración aproximada de una semana. En esta ocasión, sufría un cuadro de cinco días de evolución con las mismas características, al cual se le agregó, un día antes de su ingreso, diaforesis, escalofríos y debilidad de miembros inferiores, con desvanecimiento, por lo que fue llevada al servicio de urgencias de nuestro hospital, donde se le diagnosticó descontrol metabólico. Nuestro servicio la valoró por el antecedente de infección recurrente de vías urinarias. Al realizar la exploración física, se observó abdomen globoso a expensas de panículo adiposo, peristaltismo normoactivo, con resistencia muscular voluntaria, pero blando y comprimible, dolor a la palpación 110 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 media y profunda en hipogastrio, pero no se palparon masas abdominales, puntos ureterales ni Giordanos. Los exámenes de laboratorio mostraron las cifras siguientes cifras: Hb, 11.9 g/dl; leucocitos, 6 000; glucosa, 339 mg/dl, y creatinina, 1.9 mg/dl. El examen general de orina reveló de 100 a 150 leucocitos y de 5 a 10 eritrocitos por campo, con bacterias abundantes. Se solicitó radiografía de abdomen en la cual se identificó la imagen de vejiga a repleción con gas en la pared vesical. Se le colocó una sonda de Foley transuretral, por la cual drenó 700 ml de orina clara de inicio, 100 ml, aproximadamente, de piuria y gas al término; se colectó una muestra para urocultivo. A continuación se le realizó una ecografía renal y vesical, que sólo mostró engrosamiento de la pared vesical de 125 mm. También se solicitó tomografía abdominopélvica sin contraste, la cual reveló la típica imagen de “collar perlado” alrededor de la vejiga formado por el gas en la pared vesical. Se dio tratamiento empírico a la paciente con ceftriaxona 1 g por vía IV cada 12 horas, hasta tener el resultado del urocultivo, el cual fue positivo a 100 000 UFC de E. coli sensible a carbapenémicos, por lo cual se inició el tratamiento con meropenem 1 g IV cada 12 horas x 10 días. La paciente tuvo buena evolución, ya que mostró mejoría de su sintomatología a los cinco días de tratamiento. Se tomó una nueva radiografía de abdomen a su egreso, pero ya no hubo evidencia de gas en el hueco pélvico. Un mes después la paciente fue revisada en la consulta externa con cistouretrografía, la cual demostró orina residual, y estudio urodinámico, donde se observó orina residual significativa en la uroflujometría, retraso en las sensaciones de llenado en la cistomanometría, así como datos de hipoactividad del detrusor en el estudio de presión de flujo. Conclusiones: El caso de esta paciente es importante, porque pone de relieve la importancia de esta patología, que aunque es poco frecuente, requiere de suspicacia diagnóstica con base en los factores de riesgo comentados, así como un diagnóstico oportuno para evitar complicaciones y la mortalidad con la que todavía se asocia. ¿Hasta qué punto influye la satisfacción del uso de sildenafil mediante la mejora de la erección? Sotomayor Mariano,1 Cappelleri Joseph C,2 Bushmakin Andrew G,2 Mould Joaquin,3 Gómez-Palacio R,4 Dávila Gabriela,4 Abreu Paula,3 Velasco Cesar4 1 Departamento de Urología, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. México, D.F., 2 Pfizer Inc. Global Research & Development, New London, CT, USA,3 Pfizer Inc. New York, NY, USA,4 Pfizer México, México D.F. Antecedentes: Se plantea la hipótesis de que el tratamiento con sildenafil en pacientes con disfunción eréctil tiene efecto en la satisfacción personal y la satisfacción de la pareja, puesto que mejora la erección del pene. Objetivo: Utilizar un modelo de mediación para determinar el efecto directo del tratamiento vs su efecto indirecto por el mejoramiento de la erección (evaluada mediante el dominio de erección del cuestionario Experiencia Sexual [SEX-Q]) en la satisfacción individual y de la pareja (evaluada por los dominios de Satisfacción Individual y de Pareja del cuestionario (SEX-Q) Material y métodos: La información se obtuvo de un estudio, efectuado en México, de un solo brazo, multicéntrico, abierto, de escalación rápida de la dosis (100 mg), que se inició con 50 mg durante dos semanas, seguidos de l00 mg por cuatro semanas, el cual incluyó a pacientes con disfunción eréctil. Se Presentación de trabajos en cartel empleó un modelo de mediación para cada una de las tres comparaciones de tratamiento (sin medicamento [información basal] vs 50 mg [semana 2], sin medicamento vs 100 mg [semana 6] y 50 mg vs 100 mg. Con la finalidad de formar grupos de tratamiento independientes, se dividió, de forma aleatoria, la muestra en dos partes iguales de, y cada mitad se usó como fuente de datos para uno de los dos grupos de tratamiento que se iban a comparar. Esta simulación se repitió 50 000 veces para cada comparación a fin de evaluar la interferencia. Mediante un modelo multidominio longitudinal se estimó la media de mejora de sildenafil 50 mg y 100 mg vs sin- tratamiento (basal) y en comparación con los demás grupos (50 mg vs 100 mg). Resultados: Como se muestra en la Figura 1, se pudo apreciar que el efecto de sildenafil en la satisfacción individual y en la satisfacción de la pareja, estuvo mediado de forma indirecta por la erección (satisfacción individual: 85%, para la dosis de 50 mg vs sin-tratamiento; 91% para la dosis de 100 mg vs sin tratamiento, y 97% para 100 mg vs 50 mg. La satisfacción de la pareja tuvo los siguientes porcentajes: 82% para la dosis 50 mg vs sin-tratamiento, 91% para la dosis 100 mg vs sin tratamiento, y 97% para las dosis de 100 mg vs 50 mg). La mejora en los dominios del cuestionario SEX-Q, entre las dosis de 50 y 100 mg fue sustancial, con una magnitud del efecto estandarizado mayor de 0.8 para todos los dominios. Discusión: El modelo de mediación ilustra la acción de sildenafil sobre la satisfacción. Los resultados obtenidos demostraron que el efecto del medicamento sobre la satisfacción estuvo mediado, virtualmente en su totalidad, por la erección. Conclusiones: La erección juega un papel crucial como un mediador para restaurar la satisfacción individual y de pareja en pacientes tratados por disfunción eréctil con sildenafil. El cambio de la dosis de 50 mg a 100 mg conlleva a mejoras sustanciales en los puntajes de medidas de la erección, satisfacción individual y de pareja. Figura 1. Estimado del efecto indirecto de la erección sobre la satisfacción individual y de pareja. Satisfacción individual Erección Satisfacción de Pareja Efecto Indirecto del Tratamiento sobre la Satisfacción Individual vía la Erección 50mg vs. Sin tratamiento: 82% 100mg vs. Sin tratamiento: 91% 100mg vs. 50mg: 97% Efecto Indirecto del Tratamiento sobre la Satisfacción Individual vía la Erección 50mg vs. Sin tratamiento: 85% 100mg vs. Sin tratamiento: 91% 100mg vs. 50mg: 97% Tratamiento Drenaje percutáneo transglúteo de absceso prostático guiado por TAC: Reporte de un caso Suárez-Fernández de Lara Oscar A,1 Canales-Flores Francisco E,2 GutiérrezSánchez José B,4 Gutiérrez-García Jesús D,1 Gómez-Guerra Lauro S3 1 Residente de Urología. 2Residente de Radiología e Imagen. 3Médico Adscrito, Servicio de Urología. 4Médico Adscrito, Servicio de Radiología Intervencionista Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México. Introducción: Los abscesos prostáticos son poco frecuentes y en la mayoría de las ocasiones se relacionan con prostatitis, sobre todo en pacientes diabéticos o con deficiencia inmunitaria. Se diagnostican fundamentalmente mediante ecografía transrectal o tomografía axial computada. Las posibles complicaciones que el facultativo puede encontrar son, aunque con baja frecuencia, ruptura espontánea del absceso a uretra, periné o recto, incontinencia urinaria, infertilidad, prostatitis crónica y sepsis, con una mortalidad que varía de 1 a 16%. El tratamiento consiste en terapéutica con antibióticos y drenaje del absceso por vía manera transperineal, transrrectal o transuretral. Nosotros proponemos una alternativa segura y eficaz para el manejo de este trastorno. Material y métodos: Paciente masculino de 65 años de edad, con diabetes mellitus tipo 2, antecedente de orquiectomía izquierda post-traumática efectuada dos 2 años antes, quien acudió al servicio de urgencias de nuestro hospital con cuadro de retención urinaria aguda y malestar sistémico. Al examinarlo se llega al diagnóstico de absceso prostático, el cual se confirmó mediante TAC abdominopélvica. Resultados: En primera instancia, se manejó al paciente en forma médica con terapéutica antibiótica y hemodiálisis, debido a que evolucionó en las primeras horas de estancia a insuficiencia renal aguda. Ya en mejores condiciones metabólicas, se decidió realizar punción transglútea del absceso prostático, guiada por TAC, más la colocación de catéter universal. En la punción se obtuvo 30 cc de material francamente purulento, el cual se cultivó, pero resultó negativo para algún microorganismo, quizá por el esquema de antibióticos previo. El catéter se dejó durante siete días y drenó un total de 78 cc de material purulento. El paciente evolucionó satisfactoriamente, ya que mejoró de manera sustancial su estado metabólico y físico, por lo que se decidió su alta. Conclusión y discusión: En la actualidad el absceso prostático es un trastorno infrecuente, sin embargo, puede poner en peligro la vida del enfermo y ocasionar complicaciones graves. Su diagnóstico es difícil por la gran diversidad de síntomas que causa, aunque se debe considerar en casos de infección urinaria o prostatitis clínicas, en las que la evolución es azarosa y la respuesta a los antibióticos escasa. La clínica y el tacto rectal ayudan a guiar el diagnóstico, pero se recomienda la ecografía transrectal o la tomografía axial computada para obtener un diagnóstico preciso. En los casos en los que fracasa el tratamiento conservador, el drenaje ecodirigido, mediante punción-aspiración, bajo cobertura antibiótica constituye la primera opción terapéutica, y se reservan los drenajes endoscópicos y/o abiertos para los pacientes en los que esta técnica no resulte eficaz. Aquí presentamos nuestra experiencia favorable en el manejo de este trastorno, mediante el drenaje percutáneo transglúteo guiado por TAC. Esta vía es segura y eficaz para el manejo de los abscesos prostáticos, ya que permite una visualización adecuada y evade las estructuras intrapélvicas vitales, amén de que resulta más cómoda para nuestros pacientes, dado que se evita la vía transrrectal o transperineal, y se dispone de una forma más segura para la fijación del catéter en caso de requerirse drenajes prolongados. Aunque por lo general se usa para el manejo de abscesos pélvicos, tiene una tasa de complicaciones mínima, la más común de las cuales es el dolor post-procedimiento, el cual, en abordajes infrapiriformes y con buena analgesia puede reducirse considerablemente. No encontramos reportes en la literatura que refieran el uso de esta técnica para el manejo de este trastorno. Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 111 Presentación de trabajos en cartel Amiloidosis renal: Presentación como tumoración renal Suárez-Fernández de Lara Oscar A,1 Reyes de la Garza Itzel,2 GarzaGuajardo Raquel,4 Gómez-Guerra Lauro S3 1 Residente de Urología. 2Residente de Anatomía Patológica. 3Médico Adscrito, Servicio de Urología. 4Médico Adscrito, Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, N.L, México. Introducción: En sus diversos tipos la amiloidosis se manifiesta, la mayoría de las veces, en forma sistémica. La amiloidosis localizada no es común, y menos aún su presentación como tumoración en tejidos blandos y órganos. Se presenta el caso de un paciente que acudió a nuestra consulta referido por tumoraciones renales bilaterales sincrónicas. Material y métodos: Paciente masculino de 66 años de edad, diabético e hipertenso (problemas de larga evolución) con adecuado control, insuficiencia renal crónica en etapa IV que se maneja de manera conservadora. Se le ha prescrito tratamiento con prednisona debido a nefritis intersticial causada por el uso de nifedipino. El paciente acude a nuestra consulta referido por el servicio de Nefrología, luego de que se encontraron en su ecografía abdominal aparentes tumoraciones renales bilaterales. El paciente se decía asintomático, negaba hematuria, dolor abdominal, pérdida de peso o alguna otra sintomatología. En la exploración física no se encontró ningún dato patológico. Sus resultados de laboratorio sólo mostraron Cr de 6.8 mg/dl, BUN 69 mg/dl, Hgb de 7.08 g/dl. Se solicitó TAC contrastada de abdomen, la cual demostró tumoración izquierda, de 4 x 5 cm en el polo inferior de riñón izquierdo, que destacaba con el material de contraste (> de 15 HU), además de una lesión quística de 2 x 1.5 cm en polo inferior de riñón derecho Resultados: Se optó por realizar nefrectomía parcial de la tumoración renal izquierda, que se llevó a cabo sin ninguna complicación, y la evolución del paciente fue satisfactoria en el postoperatorio. El reporte de patología no reveló que hubiera un tumor en la pieza macroscópica. En la evaluación histopatológica se demostró que el material correspondía a amiloide, positivo para la tinción de PAS y birrefringente con la polarización en tinción rojo congo. Se realizó tinción de inmunohistoquímica para amiloide A, la cual resultó positiva, focal en glomérulos y paredes vacilares. Conclusión y discusión: Se han publicado series las cuales reportan cúmulos de amiloide en tejidos blandos, que en primera instancia orientaban al diagnóstico de neoplasia. Sin embargo, no se han hallado informes sobre acumulaciones de gases en órganos, sobre todo en riñón, que simulen alguna tumoración. Se decidió la nefrectomía parcial, pues se han encontrado informes de tratamiento conservador en tumoraciones renales pequeñas, con vigilancia regular por tomografía, aunque de tumores mayores a 3.5 cm; en general se prefiere el tratamiento quirúrgico. No se hallaron publicaciones que justifiquen la biopsia de este tipo de lesiones. La amiloidosis es una enfermedad sistémica, que comúnmente afecta al riñón, y en muchos pacientes ocasiona insuficiencia renal crónica. No se hallaron informes en la bibliografía sobre amiloidosis relacionada con tumoraciones renales. En general, entre los diversos tipos de amiloidosis, la amiloidosis reactiva AA (que es la de la paciente de este caso) es la que conlleva mejor pronóstico. 112 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 Manejo quirúrgico del carcinoma de células renales con trombo tumoral en vena cava inferior. Reporte de un caso Surur-Zaibaka Edgar E, Vázquez A David. Hospital Regional Mérida, ISSSTE. Mérida, Yucatán, México D.F. Introducción: El tratamiento óptimo para pacientes con carcinoma de células renales, con trombo tumoral en vena cava inferior, aún es un problema terapéutico. A pesar de las nuevas estrategias médicas, el manejo quirúrgico agresivo todavía constituye la estrategia de tratamiento que ofrece una mayor sobrevida a 5 años (de 32 a 64%). Objetivos: Exponer el caso de un paciente con carcinoma de células renales y trombo tumoral en vena cava inferior nivel III, que se manejó en forma quirúrgica agresiva, mediante nefrectomía, descenso hepático, cavotomía y trombectomía, con sobrevida de un año. Material y métodos: Se describe el caso de un paciente con carcinoma de células renales con trombo tumoral en vena cava inferior tipo III. Se hizo una revisión de la literatura sobre las opciones terapéuticas actuales, técnicas quirúrgicas y sus posibles resultados. Presentación del caso: Paciente femenino en la sexta década de vida, con IRC, controlada con hemodiálisis. Inició su padecimiento 1 mes antes de su ingreso con hematuria macroscópica total con coágulos filiformes, se inició protocolo y se halló tumoración renal derecha con trombo tumoral nivel III. Se decidió el manejo quirúrgico, que se efectuó sin complicaciones, con adecuada respuesta terapéutica en el seguimiento a un año. Discusión: Los trombos tumorales causados por carcinoma de células renales, se observan en el 6 al 10% de los pacientes al momento del diagnóstico, y el tipo II es el más frecuente, dado que comprende el 29% de los casos. La media de edad es de 57 años. El manejo actual aún es controvertido, por la introducción de nuevas alternativas médicas. Sin embargo, el manejo quirúrgico tiene una mayor sobrevida a 5 años en 63.4% de los pacientes. Conclusión: El manejo quirúrgico del carcinoma de células renales con trombos tipos III, IV es controvertido, pero aún constituye el manejo de elección. Tumor testicular metacrónico: Reporte de un caso y revisión de literatura Tapia-Villagómez Alejandro E, Villacis-Fonseca Salim, Minakata-Ochoa Federico, Carvajal-García Román Hospital Regional “Dr. Valentín Gómez Farías”, Zapopan, Jalisco, México. Introducción: Los tumores testiculares ocupan el cuarto lugar entre las neoplasias urológicas más comunes. Tienen mayor incidencia en población de adultos jóvenes con una probabilidad anual de 4 por cada 100 000 varones. Los tumores bilaterales metacrónicos o sincrónicos, representan del 2 al 3% de todas las neoplasias; el pronóstico depende del tipo histológico y del estadio clínico. Antecedentes: La incidencia reportada del cáncer testicular es de 4.5% por 100 000 varones. Los pacientes con tumor testicular unilateral tienen mayor riesgo de presentar carcinoma contralateral. Objetivo: Se presenta el caso de un paciente con cáncer testicular metacrónico, y se expone cómo se manejó, así como la forma en que se hizo el seguimiento y vigilancia posteriores. Presentación de trabajos en cartel Caso clínico: Se describe el caso de un paciente masculino de 27 años con teratoma testicular derecho, diagnosticado en octubre de 1996, y antecedente de orquiectomía radical. En junio de 2008 acudió con cuadro clínico caracterizado por dolor y masa palpable en testículo izquierdo. La ecografía con Doppler reveló evidencia de neoplasia sólida, si bien los marcadores tumorales fueron normales. Se realizó posteriormente orquiectomía radical izquierda con reporte histopatológico de teratoma quístico y sólido maduro. Discusión: El tumor testicular de células germinales constituye la neoplasia sólida más común en varones de 15 a 35 años. Es posible que su incidencia se incremente en un futuro, debido a la mayor sobrevida de los pacientes después de haber recibido tratamiento para el primer tumor. La terapéutica de los tumores bilaterales no difiere de los casos unilaterales, se realiza orquiectomía inguinal radical, que se complementa con radioterapia, quimioterapia o control, según la estirpe histológica y la etapa tumoral. Conclusiones: Pacientes con antecedentes de tumor testicular de células germinales, requieren de supervisión cuidadosa del testículo contralateral, debido al riesgo de enfermedad bilateral o retroperitoneal. Linfoma primario de testículo. Reporte de un caso y revisión de la literatura Terrazas-Ríos José L, Martínez-Juárez Noé E, Flores-Terrazas José E, CastroMarín Melchor, López-Silvestre Julio C, Campos-Salcedo José G, MendozaÁlvarez Luis A, Zapata-Villalba M, Estrada-Carrasco Carlos E. Hospital Central Militar, México, D.F Antecedentes: Los tumores de testículo constituyen las neoplasias más comunes en varones entre 15 y 35 años de edad. La mayoría de dichos tumores son de células germinales (aproximadamente 95%). Entre éstos, 60% son seminomatosos. Los linfomas primarios de testículo, representan aproximadamente 1% de todos los linfomas y menos del 0.5% del total de los tumores testiculares. Sin embargo, son los tumores testiculares más frecuentes en varones mayores de 60 años. Objetivo del estudio: Se expone un caso clínico de linfoma primario de testículo, y se hace una revisión de la bibliografía mundial sobre esta patología. Informe de caso: Paciente masculino de 83 años de edad, con diabetes e hipertensión (ambas enfermedades de larga evolución), antecedente de cardiopatía isquémica 15 años antes, y de prostatectomía retropúbica también 15 años atrás. Ingresó al hospital porque presentaba aumento de volumen, con evolución de 4 semanas, del testículo izquierdo, indoloro, con sensación de masa. En la exploración física se confirmó el aumento mencionado en el testículo izquierdo, el cual tenía consistencia pétrea, sin dolor a la palpación, sin adenopatías regionales ni distantes palpables. Se decidió valorarlo mediante ecografía testicular, en la cual se observó una masa testicular izquierda sugestiva de neoplasia, por lo cual se le practicó orquiectomía radical izquierda. Entre los estudios paraclínicos se obtuvieron valores de: biometría hemática, química sanguínea y pruebas funcionales hepáticas, que se encontraron dentro de rangos de referencia; los marcadores tumorales también estuvieron dentro de parámetros normales: alfafetoproteína, 1.28 Ui/ml; deshidrogenasa láctica, 446 Ui/ml, y fracción beta de la HGC, 0.58 Ui/ml. Se realizó radiografía de tórax preoperatoria sin evidencia de actividad metastásica en dicha región. El reporte de patología indicó que se trataba de un linfoma testicular de células grandes, inmunofenotipo B, con expresión de BCL-2 y BCL-6. Se complementó el tratamiento con quimioterapia, mediante el esquema CHOP. El paciente actualmente se encuentra asintomático, y cursa el cuarto ciclo de la quimioterapia, sin complicaciones mayores de importancia. Discusión: El linfoma primario testicular es un trastorno clínico raro, que describió por primera vez Malassez en 1887. Comprende aproximadamente 1% del total de los linfomas, y es uno de los tumores menos frecuentes en testículos, con una incidencia menor del 1%. Sin embargo, ésta aumenta con la edad, a tal grado, que llega a convertirse en el tumor testicular más frecuente en varones mayores de 60 años. El linfoma que más frecuentemente afecta los testículos es el de Burkitt, seguido por el linfoma no Hodgkin, pero es prácticamente inexistente en la enfermedad de Hodgkin En pacientes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), los linfomas testiculares aparecen a menor edad, con histología más agresiva y peor pronóstico. La presentación clínica más habitual consiste en una masa testicular pétrea, firme y dolorosa a la palpación, aunque también puede presentarse como una masa indolora. El síndrome consuntivo llega a observarse hasta en 40% de los pacientes. Entre los parámetros bioquímicos, los marcadores tumorales por lo regular son normales, excepto la deshidrogenasa láctica (DHL), la cual se eleva y correlaciona con actividad tumoral. Ultrasonográficamente es posible ver una lesión hipoecoica, homogénea, con afectación difusa del testículo (pueden estar afectados el cordón y epidídimo) e inclusive con áreas de necrosis. Los factores pronósticos más importantes son la edad y el estadio tumoral; la estirpe histológica constituye un factor pronóstico secundario. Conclusiones: El linfoma primario de testículo es una patología rara, que predomina principalmente en grupos de edad avanzada. No obstante, se le debe tomar en cuenta en el estudio de masas testiculares de varones mayores. El diagnóstico se establece mediante el estudio histopatológico del testículo afectado y tomografía. El tratamiento comprende la extirpación quirúrgica del tumor y la quimioterapia con esquema CHOP. La sobrevida en la mayoría de las series es breve, lo que, sobre todo, se debe a la diseminación a distancia. Presentación de caso clínico y revisión bibliográfica de adenocarcinoma de uraco Trias-Nava Uriel, Lugo-García Juan, Viveros-Contreras Carlos Hospital “Juárez” de México, México, Distrito Federal Antecedentes: Paciente masculino de 49 años de edad, originario del Distrito Federal, casado, con escolaridad primaria, mecánico automotriz de profesión, casado. Antecedentes familiares: Carga genética positiva para diabetes mellitus tipo II. Antecedentes personales no patológicos: Tabaquismo desde los 18 años de edad, consumía siete cigarrillos al día, pero suspendió este hábito hace 10 años. Ingiere alcohol de forma ocasional desde los 18 años. Niega tener adicción a drogas, cuenta con hábitos higiénico-dietéticos regulares. Antecedentes personales patológicos: Hipertensión arterial de ocho años de evolución, que trata con una tableta de metoprolol al día. También padece diabetes mellitus de reciente Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 113 Presentación de trabajos en cartel diagnóstico, que controla con hipoglucemiantes orales; sin cirugías previas, traumatismos ni problemas de alergias. Padecimiento actual: Inició un año antes; se caracteriza por hematuria macroscópica total, con coágulos amorfos, que ceden espontáneamente. Tuvo ocho episodios, que no requirieron hospitalización, los cuales se acompañaron de ardor leve al orinar, goteo terminal ocasional, con nictámero de 5/4. Cuando ingresó a esta institución se le hizo el protocolo de estudio y se llegó al diagnóstico histopatológico de adenocarcinoma de uraco. Objetivo: Exponer un caso clínico así como la revisión bibliográfica de adenocarcinoma de uraco. Material y métodos: Se realizaron estudios de laboratorio clínico, de imagen y endoscópicos; asimismo tomografía computada, ecografía y cistoscopia al paciente. Resultados: Se llegó al diagnóstico de adenocarcinoma de uraco. Discusión: Se optó por el tratamiento quirúrgico, que comprendió cistoprostatectomía radical con realización de conducto ileal. El paciente ha tenido buena evolución, y en la actualidad se halla bajo control médico en consulta externa. Resultados: Con la descripción del caso de este paciente se pretende demostrar la incidencia de este trastorno en el Hospital “Juárez” de México, así como la manera como se manejó el adenocarcinoma de uraco, el cual comprendió cistoprostatectomía radical con realización de conducto ileal, procedimientos con los que fue posible una respuesta y evolución, en comparación con los tratamientos conservadores. Cólico renoureteral izquierdo asociado a infarto segmentario renal Uberetagoyena-Tello de Meneses Israel, Paredes-Mendoza Jorge, SalgueiroErgueta Raúl, Martínez-Arroyo Carlos, Marina-González Juan Manuel Hospital Español de México, México D.F. Antecedentes: La hipertensión renovascular (HRV) es una de las causas de hipertensión arterial secundaria que con más frecuencia afecta a la población general. Dado que resulta difícil el control de este tipo de hipertensión, es necesario identificarla, ya que la mayoría de las lesiones causales son progresivas y culminan en daño renal irreversible. En la actualidad se han simplificado los recursos para formular el diagnóstico, y las técnicas, tanto de laboratorio como de gabinete, son más precisas. Material y métodos: Se expone el caso de un paciente masculino de 51 años, quien inició con dolor súbito en la región lumbar izquierda y náusea, motivo por el cual acudió al servicio de urgencias de esta unidad hospitalaria. En el expediente clínico se consignaron antecedentes de tabaquismo e hipertensión arterial con uso de dos fármacos (candesartán y amlodipino) a la E.F. Se le observó consciente orientado, en buen estado de hidratación cardiopulmonar, sin compromiso Giordano izquierdo. Tuvo los siguientes resultados de laboratorio: BUN, 15 mg/ Dl; Urea, 32; glucosa, 92; ácido úrico, 5.6; creatinina, 1.0; APE, 2.5; triglicéridos, 360; colesterol, 131, examen general de orina normal y urocultivo negativos. Se le realizó uro tomografía en la cual se observó infarto segmentario de riñón izquierdo. Se efectuó gamagrama renal MAG3, que reveló riñón izquierdo hipotrófico con 27–9% de función renal. Resultados: Se realizó angiografía renal en la que se identificó un segmento estenótico de la arteria renal izquierda, un problema que se trató mediante angioplastia percutánea y colocación de una endoprótesis (stent) en al arteria renal. El gamagrama 114 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 renal MAG3 de control mostró función renal izquierda de 30.3%; el paciente ya no experimentó dolor lumbar y la imagen angiográfica reveló permeabilidad vascular adecuada. Discusión: La arteriografía renal aún es la técnica básica para establecer el diagnóstico de estenosis de la arteria renal; el método de elección es la arteriografía intraarterial con sustracción digital Conclusión: El manejo de la estenosis de la arteria renal causada por displasia fibrosa tiene excelente resultados con la angioplastia percutánea. Por lo tanto, en estos casos el método de elección es la angioplastia percutánea Valoración de la función renal con los diferentes tipos de vejiga neurogénica Urrutia-Herrera Sergio O,1 Romero-Mata Rodrigo, Suárez-Fernández Oscar, Gutiérrez-González Adrián,2 Gómez-Guerra Lauro S.2 1 Residente, 2Médico Adscrito al Servicio de Urología Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México. Antecedentes: Una de las principales complicaciones que sufren los pacientes con vejiga neurogénica es la pérdida progresiva de la función renal, que según estimaciones comprende un rango de 10% a 31%. El objetivo principal del tratamiento consiste en prevenir dicha pérdida funcional. En la actualidad existen pocos estudios que midan la función renal en los diferentes tipos de vejiga neurogénica. Objetivo: Estudiar la función renal, mediante gammagrafía renal, en un grupo (controlado) de pacientes con diagnóstico de vejiga neurogénica. Asimismo, comparar los resultados de los cuatro tipos diferentes de esta patología. Material y métodos: El estudio incluyó a 46 pacientes (17 niños y 29 niñas) con diagnóstico ya establecido de vejiga neurogénica mediante estudio urodinámico. Siete de ellos tenían Presión Vesical Baja y Esfinteriana Alta (VbEa); 20, Presión Vesical Baja y Esfinteriana Baja (VbEb); 14, Presión Vesical Alta y Esfinteriana Alta (VaEa), y cinco pacientes padecían Presión Vesical Alta y Esfinteriana Baja (VaEb). Se les realizó gammagrafía renal con DTPA, para evaluar la tasa de filtración glomerular en mililitros y porcentaje de función renal promedio. Resultados: El grupo de pacientes con VbEa, tuvo, en promedio, una TFGT de 92.6 ml, el riñón izquierdo aportó un 55% y el derecho, 45% de función renal; los menores con VbEb presentaron una TFGT de 99.94 ml, riñón izquierdo 48% y el derecho 52%, en promedio. El grupo de VaEa tuvo una TFGT de 88.05 ml: riñón derecho 47% y riñón izquierdo 57%. Finalmente, el último grupo, con VaEb, mostró una TFGT de 115.1 ml, en la que el riñón derecho aportó un 51% y 50% el izquierdo un 50%. Discusión y conclusión: Los hallazgos más significativos de este estudio consisten en el hecho de que existe una diferencia en la función renal de los diferentes tipos de vejiga neurogénica. El tipo de vejiga neurogénica con Presión Vesical Alta y Presión Esfinteriana Baja conlleva el mejor pronóstico en cuanto a función renal, y el tipo de Presión Vesical Alta y Esfinteriana Alta, el peor. Trauma escrotal y hemofilia “A”. Presentación de un caso Urrutia-Herrera Sergio O,1 Romero-Mata Rodrigo, Suárez-Fernández Oscar, Gómez-Guerra Lauro S2 1 Residente, 2Médico Adscrito. Presentación de trabajos en cartel Servicio de Urología del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México. Introducción: De 2.2% a 10.3% de los ingresos a urgencias corresponden a traumatismo de genitales masculinos. De estas lesiones, 35 a 70% son de genitales externos, que se observan con mayor frecuencia en varones entre 15 y 40 años de edad; la principal causa son los traumatismos contusos en un 80%, de los cuales menos del 1% presenta afección bilateral. En pacientes con alteraciones de la coagulación estas lesiones pueden manifestarse de manera anormal, aun con un traumatismo genital leve. Se expone el caso de un paciente con hematoma escrotal masivo asociado a hemofilia tipo A; en virtud de que esta patología es muy rara, se describe a grandes rasgos, y se hace una revisión de literatura. Material y métodos: Paciente de 16 años de edad con hemofilia A, quien sufrió un hematoma penoescrotal masivo como consecuencia de un traumatismo leve (mecedora). Se le dio tratamiento conservador, sin necesidad de cirugía. Resultados: Se expone el caso de un paciente joven de 16 años con hemofilia A, quien acudió al servicio de urgencias por un edema genital importante secundario a traumatismo leve causado con una mecedora. Al ingresarlo, se observó que su escroto estaba tenso, con hematoma importante. Debido a este problema no era posible palpar los testículos; el pene también tenía hematoma y se hallaba aumentado de volumen, por lo cual no se podía retraer el prepucio, y se observaba equimosis penoescrotal importante, que llegaba hasta la región del periné. El paciente tuvo diuresis espontánea sin dificultad ni hematuria macroscópica. Se solicitaron estudios de laboratorio, que mostraron anemia normocítica normocrómica, con EGO en rangos normales, sin hematuria microscópica. Los estudios de gabinete (ecografía escrotal) revelaron testículos íntegros con irrigación adecuada y sin hematocele, con edema de tejidos blandos compatible con hematoma. Con base en este cuadro clínico, se decidió no realizar el drenaje del hematoma por medios quirúrgicos, dado el reporte de un caso similar, el cual se complicó con una gangrena de fournier grave. Se inició la terapéutica con analgésicos, antibióticos profilácticos, anti-inflamatorios y medios físicos en la fase aguda. El tratamiento hematológico consistió en dos paquetes globulares, factor VIII en dosis de 1250 UI por vía IV c/12 horas, y crioprecipitados en dosis de 10 paquetes c/12 horas. El paciente tuvo buena evolución que se basó en la medición de Factor VIII de la coagulación, con un resultado dentro de un rango de 50 a 150%. En virtud del buen resultado del tratamiento conservador, se le dio de alta después de cinco días. Discusión y conclusión: Se destaca la importancia del interrogatorio y del examen físico de todos los pacientes urológicos, pues en el caso de este joven, el hematoma en genitales externos masculinos a primera vista parecía ameritar tratamiento quirúrgico. Sin embargo, por el antecedente de hemofilia A, se optó por el manejo conservador, que dio buenos resultados e hizo posible una evolución excelente y libre de complicaciones. Carcinoma renal de células claras asociado a linfoma. Presentación de dos casos Valdés-Sepúlveda Federico,1 Gómez-Guerra Lauro S,2 Ortiz-Lara Gerardo,1 De Hoyos-Salazar José Luis,1 Arrambide-Gutiérrez Gustavo.2 1 Residente Urología. 2 Médico Adscrito, Servicio de Urología Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México. Antecedentes: En los adultos el carcinoma de células claras es el tumor renal más común, ya que representa el 3% de todas las neoplasias que los afectan. Se ha documentado un incremento en la incidencia de neoplasias secundarias en ciertas patologías, como tumores de cabeza y cuello, así como leucemia de células pilosas. Se ha informado que pacientes diagnosticados con carcinoma de células claras tienen un mayor riesgo de padecer una segunda neoplasia, ya sea de vejiga, próstata, recto, pulmón, así como linfomas y melanomas. Objetivo: Hacer una revisión de estos casos, para determinar si hay una relación genética o de otra índole, dado que el cáncer renal es una patología relativamente frecuente entre las tumoraciones malignas de la vía urinaria, que en ocasiones concurre con una neoplasia primaria en otro órgano, y se ha documentado la relación entre algunas neoplasias. Material y métodos: Paciente masculino de 32 años a quien se diagnosticó linfoma de Hodgkin en julio del 2007. Se le dio tratamiento con seis ciclos de ABVD hasta enero del 2008. Se realizó TC de abdomen, que reveló tumoración renal de 7.7 x 4.5 cm en el polo superior. Se realizó nefrectomía radical en abril del 2008, posteriormente se le dio terapéutica complementaria con RT en 25 fracciones a lecho quirúrgico, que finalizó en julio del 2008. Actualmente ambos trastornos se encuentran en remisión y ejerce vigilancia del paciente mediante estudios de control. El segundo caso corresponde a una paciente de 55 años a quien se diagnosticó linfoma no Hodgkin en julio del 2007. Se le dio tratamiento con seis ciclos de QT(R-CHOP), que concluyeron en noviembre del 2007. En un estudio de control se observó tumoración renal izquierda, por lo cual se sometió a nefrectomía radical a esta mujer en enero del 2008, con reporte de carcinoma renal de células claras. En septiembre de 2008 se le practicó PET CT de control, que resultó negativo para actividad metabólica. En la actualidad ambos problemas se hallan en remisión y la paciente bajo vigilancia. Resultados: RHP: ganglio linfático: linfoma no Hodgkin, centro folicular Riñón izquierdo: carcinoma de células claras, Furhman III, que penetra y perfora la cápsula renal, borde quirúrgico de resección libre de lesión. Vigilancia: mediante estudios de imagen (CT, PET CT) y exámenes de laboratorio (PFH’S, Ca, BH, QS). Discusión y conclusión: Esta combinación de dos neoplasias primarias es sumamente rara; al realizar una búsqueda en la literatura se encontraron muy pocos estudios que describan de este tipo de enfermedades. En la Clínica Mayo se llevó a cabo un estudio en el que se evaluaron 2 722 pacientes con carcinoma de células claras, y encontraron 24 pacientes con linfoma no Hodgkin. También realizamos una revisión de los últimos cinco años en nuestra institución, y sólo encontramos cuatro casos incluyendo estos dos; entre 92 pacientes con diagnóstico de carcinoma de células claras. Esto nos motivó a investigar si hay alguna relación genética entre estas dos enfermedades. Rabdomiosarcoma de cordón espermático: Reporte de un caso Valdés-Sepúlveda Federico,1 Gómez-Guerra Lauro S,2 Arrambide-Gutiérrez Gustavo,2 Gutiérrez-García Jesús Domingo,1 Botello-Dimas, Ricardo.1 1 Residente Urología, 2Médico Adscrito al Servicio de Urología Servicio de Urología del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, Monterrey, Nuevo León, México Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 115 Presentación de trabajos en cartel Antecedentes: Se ha establecido que el rabdomiosarcoma es el sarcoma de tejidos blandos más común en la infancia, puesto que constituye hasta el 50% de los sarcomas. Comprende el 6.5% de todos los trastornos malignos de la infancia, con una incidencia anual de 4 a 7 casos por un millón. El rabdomiosarcoma paratesticular, que se origina de los tejidos mesenquimatosos del cordón espermático, epidídimo, testículo y túnica testicular; representa el 7% de todas las neoplasias de este tipo. Se considera que el sitio primario paratesticular tiene un pronóstico favorable, en comparación con otros rabdomiosarcomas, a pesar de que con frecuencia hay adenopatía retroperitoneal. El actual tratamiento multimodal ha permitido una mejoría significativa en el control de la enfermedad, con una sobrevida mayor del 80% a dos años. Objetivo: Hacer la revisión de un caso, debido a lo poco común de estas patologías y a la respuesta inadecuada que tuvo este paciente en particular, ya que en la literatura, la mayoría de los enfermos con este trastorno han tenido una respuesta total o parcial al tratamiento médico y quirúrgico. Material y métodos: Paciente masculino de 8 años de edad, cuyo padecimiento inició hace tres años cuando presentó una tumoración inguinal derecha. Se le realizó una TAC abdominopélvica, en la cual se identificó una lesión tumoral dependiente del cordón espermático derecho de 3 cm en su diámetro mayor, sin que presentara linfadenopatía ni metástasis. Se efectuó la resección tumoral, con la que se obtuvo el reporte histopatológico de rabdomiosarcoma de cordón espermático. Se procedió a tratamiento con tres dosis de quimioterapia con BEP, que se empezó a administrar el 10 de marzo del 2008 y se terminó el 23 de febrero del 2009. Un mes después se realizó al paciente una tomografía tóracoabdominal en la que se identificó adenopatía pélvica en la cadena iliaca externa, que se extendía más allá de la pared abdominal anterior, sin metástasis a distancia. Se efectuó una TAC de control el 06 de mayo del 2009, en la cual se observó una gran tumoración abdominopélvica de bordes lobulados, con dimensiones de 25 x 13 x 10 cm, y un volumen aproximado de 1,690 cc, la cual se prolongaba más allá de la pared abdominal anterior hacia la fosa iliaca derecha. Se manejó al paciente con tres ciclos de quimioterapia con ciclofosfamida, para prevenir recidivas, sin que tuviera buena respuesta, por lo que se decidió iniciar la radioterapia en julio del 2009 (10 sesiones). El 26 de octubre del mismo año se le sometió a una TAC de control en la que se observó una disminución del tamaño tumoral de 8 x 7 x 5.5 cm. Una nueva TAC de control, llevada a cabo el 16 de marzo del 2010, reveló aumento de tamaño de 9.7 x 11.5 x 12.5, así como dos imágenes nodulares en ambos campos pulmonares. Se hizo un gammagrama óseo el 15 de abril de 2010, que reportó patología blástica en la unión coxofemoral izquierda por probable metástasis. Posterior al gammagrama se procedió de nuevo al manejo con ciclofosfamida, pero en altas dosis, sin observara ninguna respuesta satisfactoria, por lo que se agregó Topotecan. Tampoco hubo respuesta a la quimioterapia, y el paciente falleció el mes de junio del 2010. Discusión y conclusiones: Aunque la mayoría de estos tumores tienen una respuesta satisfactoria al tratamiento que comprende cirugía, quimioterapia y radioterapia, con pronósticos hasta de 50% a dos años con cirugía solamente, y de 80% cuando se combina con quimioterapia y radioterapia, este es uno de los pocos casos en los que no hubo mejoría alguna, aun después del tratamiento quirúrgico, quimioterapéutico y de radioterapia. El diagnóstico es muy importante, así como manejo inmediato de estas tumoraciones, que debe ser seguido de vigilancia estrecha durante el tratamiento, ya que no todos los pacientes tienen 116 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 una respuesta satisfactoria y, como pudimos ver en este caso, la recidiva tumoral y su progreso pueden ser sumamente rápidos. Tumor doble primario; pene-próstata. Reporte de un caso y revisión de la literatura Gómez-Herrera JL,1 Vázquez-Niño LC,2 Castellanos-Hernández H,2 Cruz -Garcíavilla P. 1 Medico Adscrito, Servicio de Urología H. Lic. Adolfo López Mateos, ISSSTE 2 Medico Residente de Urologia H. Lic. Adolfo López Mateos, ISSSTE. Hospital Regional Lic. Adolfo López Mateos. ISSSTE, México D.F. Introducción: El carcinoma de pene es una patología poco común, representa menos del 1% de todos los cánceres en el hombre; sus posibles etiologías incluyen infección por VPH, fimosis, mala higiene y tabaquismo El grupo etario en el que se observa con mayor frecuencia comprende a varones mayores de 60 años. Al momento del diagnóstico, el 58% de los pacientes presenta adenopatías inguinales palpables. De ellos, entre el 17% y el 45% tienen metástasis ganglionares retroperitoneales y cerca del 20%, que no presenta ganglios palpables, micro metástasis ganglionares. El tratamiento quirúrgico aún constituye una adecuada opción terapéutica curativa para pacientes bien seleccionados. Por otra parte, desde 1984, en Estados Unidos el cáncer de próstata se ha convertido en la neoplasia maligna más común en los varones, y actualmente comprende un tercio de todos los cánceres en hombres. A pesar de su alta prevalencia, la evolución natural de esta patología es heterogénea. En muchos pacientes, la enfermedad maligna progresa lentamente, lo que da lugar a tumores que permanecen localizados en la glándula prostática. Aunque estos cánceres tienen la capacidad de poner en riesgo la vida, suelen ser curables. Según D´Amico los pacientes que se clasifican en el grupo de bajo riesgo son candidatos a la prostatectomía radical. En otros sujetos, el crecimiento del tumor puede ser más rápido, y dar como resultado diseminación más allá de los confines de la próstata. En tales pacientes, la supervivencia a largo plazo puede ser menor en comparación con la supervivencia asociada al cáncer confinado a un órgano. Aquí se describe el caso de un sujeto con carcinoma metacrónico de pene y próstata. Caso clínico: Paciente masculino de 75 años de edad sin antecedentes de importancia, quien sufrió tumoración en pene; la biopsia de esta neoplasia tuvo un reporte histopatológico de carcinoma epidermoide de pene moderadamente diferenciado y queratinizante. Se procede a realizar más estudios, sin que se halle evidencia de enfermedad diseminada. Con base en estos resultados, se procede a realizar penectomía parcial, confirmándose en la pieza quirúrgica final el diagnóstico histopatológico previo con bordes quirúrgicos negativos. Durante el seguimiento, el paciente sufre retención aguda de orina y hematuria macroscópica. Al hacer la exploración física, se percibe, al tacto rectal, próstata de 30 g que se sospecha es maligna; en etapa clínica T2c. Se realiza prueba de Antígeno Prostático Específico, que da un resultado de >100 ng/ml, por lo que se tomo biopsia transrrectal de próstata, con base en la cual se formula el reporte histopatológico de adenocarcinoma de próstata poco diferenciado, Gleason 5+5, en todos los fragmentos. Se establece el diagnóstico de adenocarcinoma de próstata de alto riesgo, confinado a órgano, 6%; invasión a vesículas seminales, 15%, e invasión a ganglios linfáticos, 38%, según criterios de Partin. Se decide tratamiento con bloqueo androgénico total, con el cual el paciente tiene una evolución adecuada y su antígeno prostático especifico de control disminuye a 0.8 ng/ml a los tres meses de tratamiento. Presentación de trabajos en cartel Discusión: En el cáncer de pene, las lesiones metastásicas a distancia en pulmón, hígado, hueso o cerebro afectan de 1 a 10% de los pacientes. Por lo general aparecen en forma tardía en el curso de la enfermedad, luego del tratamiento local de la lesión. Los sitios primarios, en orden de frecuencia, de las metástasis a pene son: vejiga (33%), próstata (30%), colon (17%) y riñón (7%). En pacientes con cáncer de próstata raras veces se observan metástasis en pene. La bibliografía consigna 98 casos hasta el 2003. El promedio de edad es de 70 años y el sitio más común de localización de las metástasis fue el cuerpo cavernoso, seguidos del glande, uretra y prepucio, respectivamente. El pronóstico de los pacientes con metástasis de pene es malo con una sobrevida de seis meses. Conclusión: El carcinoma metacrónico de pene y próstata es inusual. De acuerdo con la extensa revisión de la bibliografía que llevó a cabo nuestro grupo, no se encontró ningún caso reportado similar a éste. Consideramos importante conocer los sitios más frecuentes de metástasis de estos dos tumores, ya que aunque son raros pueden coexistir. Linfedema genital. Presentación de un caso y revisión de la literatura Vázquez-Ortega Leopoldo S, López-Vallejo Castro Jorge Hospital Regional de Alta Especialidad “Ciudad Salud”. Tapachula, Chiapas, México, D.F. Caso clínico: Paciente masculino de 34 años de edad sin antecedentes de importancia para su padecimiento actual. Acude porque presenta aumento de volumen escrotal y peneano, así como en miembros inferiores, al menos de seis años de evolución, sin molestia para la micción, pero le causa dificultad para la deambulación e incontinencia fecal. En el examen físico se observa aumento y deformidad de escroto y pene, sin aparente afectación funcional, así como edema de ambos miembros inferiores, que se percibe duro en ambas regiones inguinales. Se procede a realizar reconstrucción genital, que requiere dos procedimientos, así como el cierre de segunda intención por infección agregada, con resultados estético y funcional, adecuados. Se da tratamiento al paciente para filariasis aguda, así como para evitar la ovulación de las hembras del parásito y, desde luego, tratamiento con antibiótico de amplio espectro. La evolución es favorable. Revisión de la bibliografía: El linfedema de genitales externos masculinos es una enfermedad rara en países desarrollados, que se observa con más frecuencia en naciones afectadas por filariasis (India, Brasil), un trastorno causado por la introducción del parásito en los conductos linfáticos. Esta afección causa dolor, deformidad importante, dificultad para la micción, disminución de la potencia sexual y, en casos extremos, dificultad para la marcha. El linfedema asume diferentes formas que pueden modificar la actitud quirúrgica. De acuerdo con la clasificación de José de Pavia Boleo Tome (1973) incluye: Grado I, Invasión discreta de piel; Grado II, forma monstruosa sin daño a la piel; Grado III, destrucción de la piel, y Grado IV, invasión de cuerpos cavernosos, cuerpo esponjoso y destrucción de segmentos de la uretra. Caso clínico abierto. Nefrectomía bilateral posterior paravertebral en riñones poliquísticos gigantes. Informe de un caso Villacis-Fonseca Salim A, González-Tejeda Víctor M. Hospital General “Dr. Miguel Silva”, Morelia, Michoacán SSM. Antecedentes: La enfermedad renal poliquística del adulto es un trastorno hereditario que afecta la síntesis de la proteína policistina 1 y 2 en el gen ADPKD-1 o en el ADPKD-2. En este trastorno la compresión continua y progresiva que ejercen los quistes ocasiona la destrucción del parénquima renal con la consecuente insuficiencia que puede requerir diálisis o trasplante en 50% de los pacientes. A los 60 años de edad, la nefrectomía unilateral o bilateral sólo es necesaria en los pacientes con dolor persistente, infección, dificultad para respirar, cuando el tamaño de los riñones no permite el trasplante. Caso clínico: Paciente femenino de 28 años con antecedente familiar de enfermedad poliquística por la rama paterna, dos hermanos con enfermedad renal poliquística, uno de ellos falleció por IRC terminal. Su problema inició en el 2005 con náusea, vómito y datos de IVU, un cuadro que se manejó de manera empírica hasta mayo del 2009, cuando tuvo un cuadro de CRUI; se hizo una ecografía con diagnostico de riñones poliquísticos bilaterales y elevación de azoados, lo que requirió manejo sustitutivo de la función renal con hemodiálisis en febrero del 2010. La paciente continuó con dolor lumbar bilateral y síndrome febril. Se le envió a consulta de urología, donde se solicitó TAC simple, en el que se observaron riñones poliquísticos de grandes dimensiones, que abarcaban desde la cúpula diafragmática hasta hueco pélvico, con imágenes heterogéneas en el interior de los quistes, indicios de hemorragia y probables colecciones infecciosas. Con el objetivo de preservar cavidad abdominal virgen y prepararla para trasplante, se decidió realizar nefrectomía bilateral con abordaje paravertebral posterior, lo que requirió un tiempo quirúrgico de 45 minutos y pérdida de sangre < 150 ml, lo que evitó la hemotransfusión. Se egresó a la paciente en 24 h con reporte de patología riñón derecho, de 24 x 12.6 x 9.5, y riñón izquierdo de 27.8 x 15. 9 x 11.5. El RHP indicó pielonefritis crónica inespecífica de 70% del tejido, con superficies nodulares quísticas. Discusión: La paciente tenía múltiples quistes infectados, lo que propiciaba los síndromes febriles. El abordaje posterior, a pesar de las dimensiones de los riñones, evitó la contaminación peritoneal en una paciente en protocolo de trasplante, a quien se realizó control vascular por separado, con lo que se redujo la hemorragia y se evitó la hemotransfusión, que podía isoinmunizarla y aumentar el riesgo de complicaciones inmunológicas en el periodo posterior al trasplante. Conclusión: El abordaje posterior en pacientes con nefrectomía bilateral y en protocolo de trasplante ofrece las ventajas de mantener la cavidad abdominal útil, el acceso a vasos renales adecuado con un tiempo quirúrgico corto y estancia hospitalaria mínima. Seudotumor renal como presentación inicial de granulomatosis de Wegener Morones-Landeros Ricardo, Cruz-Nuricumbo Eduardo, Villalobos-Gollás Miguel, Ceballos Julio, Montalvo-Gordon Iaarah Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán, Mérida, Yucatán. Introducción: Con el advenimiento de técnicas de imagen diagnósticas de mayor calidad y especificidad, así como de su uso en el ejercicio médico cotidiano, el porcentaje de detección de tumoraciones renales ha ido en aumento y en la actualidad ha llegado a ser del 40%. En los diagnósticos imagenológicos renales con características de malignidad, del 10 a 15% de las tumoraciones son benignas; 3 a 7%, oncocitomas; 0.7% a 2%, Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 117 Presentación de trabajos en cartel angiomiolipomas, y de 5 a 8%, tumoraciones indeterminadas o seudotumores renales. Se estima que 30 a 40% de dichos seudotumores renales son infecciosos, con pielonefritis focal y extensión de la inflamación a grasa perirrenal, lo que da como resultado un seudotumor granulomatoso. La enfermedad de Wegener es una vasculitis granulomatosa que de manera característica afecta el tracto respiratorio, en sus porciones superior e inferior, además afecta al riñón y con poca frecuencia a los pequeños vasos en otras localizaciones, de lo que se deduce que pueden existir formas generalizadas y localizadas Objetivo: Exponer el caso clínico de un paciente con seudotumor renal, el cual constituyó la presentación inicial de una enfermedad reumatológica. Material y métodos: Se hizo una revisión minuciosa del expediente clinicopatológico y de imagenología. Resultados: Paciente masculino de 33 años que ingresa a hospitalización por un síndrome febril. Contaba con COMBE positivo. Se le practican múltiples cultivos en sangre y orina, además de pruebas serológicas, sin que se identifique patógeno infeccioso alguno. El PPD resulta negativo. En la tomografía axial únicamente se identifica una lesión hipocaptante (en relación al parénquima) en riñón izquierdo con menor reforzamiento central. Se efectúa punción de dicha lesión sin obtener líquido. Pese a la prescripción de antibióticos de amplio espectro prosigue con fiebre de hasta 39.5ºC. Ante la mala evolución, se le somete a nefrectomía laparoscópica con éxito. Se reporta pielonefritis granulomatosa con formación de microabsesos. Se realizan cultivos y tinciones para micobacterias que resultan negativos. Posterior a la cirugía no vuelve a presentar fiebre. Ante la sospecha de tuberculosis se inicia tratamiento antifímico hasta que empieza a sufrir artritis simétrica, astenia y adinamia; a la semana presenta uveítis del ojo derecho. Dados estos síntomas se sospecha granulomatosis de Wegener, y se investiga anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos. Se inicia el tratamiento con respuesta favorable tanto ocular como articular. Las pruebas séricas para granulomatosis de Wegener dan resultados negativos. Conclusión: Aunque es poco común, se deben conocer bien las causas del seudotumor renal. Mielolipoma suprarenal. Reporte de un caso y revisión de la literatura Zuviri-González Antonio, Guzmán-Hernández Felipe, Catalán-Quinto Gabriel, Espinosa-Pérez Grovas Daniel, Trujillo-Vázquez Eric I, Vásquez-Flores Alberto, Cortez-Betancourt Roberto. Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, ISSSTE. México, Distrito Federal Antecedentes: Los mielolipomas son tumores raros, benignos, no funcionales. El diagnóstico por lo general se formula de manera incidental al realizar estudios de imagen. Se describe el caso de un incidentaloma con reporte histopatológico de mielolipoma suprarrenal. Objetivo: Exponer el reporte de un caso y revisar la bibliografía. Caso clínico: Paciente masculino de 47 años de edad, quien cuenta con múltiples antecedentes de importancia: diabetes tipo II desde hace 10 años, parapléjico desde hace 12 años, como consecuencia de accidente en paracaidismo. Asimismo, ha sido sometido a múltiples procedimientos de cirugía reconstructiva por absceso perianal que requirió, a su vez, diversas intervenciones de cirugía general. Posteriormente, tuvo una 118 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 fístula vesicocutánea, la cual se manejó de manera conservadora inicialmente sin respuesta favorable, por lo que se le realizó cistoprostatectomía más conducto ileal (tipo Bricker). Durante el seguimiento, sufrió estenosis del reimplante izquierdo que requirió nefrostomía. Se le hicieron exámenes tomográficos en los que observó, de manera evidente, lesión suprarrenal derecha única de aproximadamente 15 cm en su diámetro mayor, heterogénea con coeficiente de atenuación de -60 a -90, unidades Hounsfield; sin adenopatías y polo superior renal libre. La fase vascular no reveló reforzamiento con el medio de contraste. En la exploración física no se hallaron signos relacionados con la masa suprarrenal. Sin ictericia y sin pérdida de peso, sólo cambios en los hábitos intestinales. Debido a las dimensiones y al cambio en hábitos intestinales, se interviene al paciente mediante incisión subcostal derecha, debido a la relación estrecha hepática; se realiza una disección transperitoneal y se extirpa la masa en bloque con la glándula suprarrenal. El sangrado fue mínimo y tuvo una evolución posquirúrgica favorable con estancia de cuatro días. Se obtuvo una masa heterogénea amarillenta-rojiza con dimensiones de 15 cm x 10 x 8 cm y seudocápsula. Discusión: Los mielolipomas suprarrenales son también conocidos como incidentalomas, debido a la manera en que suelen ser detectados. Son relativamente raros: se han descrito menos de 300 casos hasta el año 2000. No hay una explicación precisa acerca de su etiología y evolución natural. Sin embargo, la más aceptada describe una metaplasia celular adrenocortical que se genera en respuesta a estímulos como necrosis, inflamación, infección y estrés. En fecha más reciente también se ha descrito la translocación (3;21) (q25; p11) asociada al mielolipoma suprarrenal. La gran mayoría de los mielolipomas son asintomáticos, de hecho, la bibliografía sólo consigna alrededor de 40 casos de pacientes que han presentado signos clínicos que requieren resección quirúrgica. La complicación clínica más significativa de estas lesiones es la hemorragia retroperitoneal, que se manifiesta con dolor de inicio agudo en el flanco o la espalda, náusea, vómito, hipotensión y signos de anemia. Existe un estudio de mielolipomas en el Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que describe 86 lesiones en 74 pacientes. 9 de ellos pacientes acudieron con evidencia de hemorragia aguda. El tamaño promedio del tumor en su diámetro mayor fue de 14 cm. Los autores sugieren que el incremento del tamaño tumoral pudiera predecir el riesgo de hemorragia. Nosotros decidimos la resección con base en la sintomatología y el tamaño. Conclusión: El mielolipoma suprarrenal es una entidad urológica poco común, cuya frecuencia se ha incrementado debido al uso de métodos diagnósticos de imagen de mayor calidad que han permitido su descubrimiento de manera incidental. Además, es posible que las enfermedades que afectan la función de las glándulas suprarrenales tengan alguna influencia en su desarrollo. En el caso que expusimos, el paciente había sido intervenido en múltiples ocasiones, lo que mantuvo un nivel de exigencia metabólica y de estrés que posiblemente influyó en el surgimiento de la lesión. Síndrome de la bolsa de orina morada. Presentación de un caso Zuviri-González Antonio, González-Mendoza Domingo, Espinosa-Pérez Grovas Daniel A, Mateos-Chavolla Jorge P, Díaz-Vega Juan C, HernándezBeltrán Miguel A, Alias-Melgar Alejandro, Morales-Covarrubias Jesús Alejandro. Presentación de trabajos en cartel Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, Hospital General de Zona 1, ISSSTE. México, D.F Antecedentes: El término síndrome de bolsa de orina morada, designa la coloración que se observa en bolsas y sondas colectoras de orina. Este fenómeno se debe a la combinación de estasis intestinal, desdoblamiento del triptófano y a la infección de vías urinarias. Objetivo: Descripción del caso de un paciente con este trastorno y revisión de la bibliografía. Caso clínico: Paciente femenino de 63 años de edad con los siguientes antecedentes de importancia: alcoholismo social ocasional, diabetes mellitus tipo 2, diagnosticada 4 años antes, hipertensión arterial sistémica con 10 años de evolución, cáncer cervicouterino desde 1991, que se trató con 25 sesiones de radioterapia y de quimioterapia, cistitis posradiación desde 1993, colecistectomía abierta en 2004, fractura de cadera derecha y colocación de prótesis en 2007, incontinencia urinaria de esfuerzo que se ha manejado en forma conservadora. La paciente acude a valoración médica y refiere que siete días antes empezó a padecer astenia, adinamia, hiporexia, e incluso ha experimentado náusea y vómito, que se asocian con dolor abdominal difuso, sobre todo en hipogastrio, además de estreñimiento crónico que le ha impedido evacuar desde hace una semana. Ingresa al hospital con fiebre de 38.7°C, FC 90 lmp, FR 22, TA 140/90 mmHg. En el examen físico se observa abdomen con disminución de peristalsis, dolor abdominal difuso, predominantemente suprapúbico, sin datos de irritación peritoneal, sin distensión abdominal, puntos ureterales y puño percusión bilateral, negativos; se le coloca sonda Foley de dos vías y bolsa recolectora de orina, y se observa que el líquido tiene coloración morada. Los análisis de sangre muestran las siguientes cifras: Hb, 9.9; leucocitosis, 35 500; predominio de neutrofilos, 90%; plaquetas, 490 000; glucosa, 108; creatinina, 0.7; Na, 136; K 3.5. El examen general de orina revela: color púrpura; densidad,1.02; ph, 7.9; proteínas, 33; hb y bilirrubinas, negativas; leucocitos incontables. El urocultivo: gran proliferación de organismos mixtos. Se le diagnosticó infección de vías urinarias y se le dio tratamiento conservador, con ceftriaxona y fluidoterapia. La paciente experimentó mejoría clínica y pudo volver a sus actividades diarias, por lo que se le dio de alta para que continuara su terapéutica en forma externa. La coloración morada de orina desapareció. Discusión: El síndrome de bolsa de orina morada, lo describió por primera vez Barlow and Dickson (1978) en un niño con espina bífida y derivación urinaria. Este fenómeno se debe a la combinación de estasis intestinal, desdoblamiento del triptófano y a infección en vías urinarias. Se han formulado varias las hipótesis sobre la etiología de este fenómeno, pero no siempre se ha podido aplicar alguna de ellas a todos los pacientes reportados en la bibliografía. Los factores asociados incluyen mujeres de edad avanzada, debilidad física y postración en cama, cateterismo de vías urinarias por largo tiempo, empleo de catéteres compuestos de plástico con cloruro de polivinilo, constipación crónica y orina alcalina. El triptófano que las persona ingieren en los alimentos es digerido y metabolizado por las bacterias intestinales que producen indol, el cual entra en la circulación portal que lo transporta al hígado, donde es transformado en indoxyl sulfato; éste se excreta por vía urinaria y es transformado en indoxyl por bacterias productoras de la enzima indoxil sulfatasa/fosfatasa, y finalmente en indican, índigo e indirubina, por la orina alcalina. La coloración morada se debe a la disolución de la indirubina en el plástico de las bolsas y las sondas colectoras de orina, así como al revestimiento de índigo en su superficie. Cabe recordar que el índigo es de color azul y la indirubina, rojo; cuando ambos se mezclan dan lugar a esta coloración. Las bacterias más comunes que ocasionan este fenómeno son Pseudomona aeruginosa, P. mirabilis, Eschericha coli, Proteus mirabilis, Providencia rettgeri, Providencia stuartii, Klebsiella pneumoniae y Proteus vulgaris. La baja motilidad intestinal promueve la sobrepoblación bacteriana y prolonga el tiempo de transito del triptófano en el intestino. Lo que ocasiona incremento de los niveles de indoxyl sulfato en orina, que con las bacterias y la orina alcalina adquiere color púrpura. Conclusión: Este síndrome, aunque poco frecuente, ha sido considerado benigno en la mayoría de los casos, debido a que se resuelve con el empleo de antibióticos y recambio de catéteres. Sin embargo, es importante realizar un tratamiento agresivo, ya que comprende una infección polimicrobiana que puede poner en riesgo la vida del paciente. Resección laparoscópica de vesícula seminal única con degeneración quística. Informe de un caso y revisión de la literatura Zuviri-González A, Catalán-Quinto Gabriel, Guzmán-Hernández Felipe, Huante-Pérez Alberto, Ramírez-Pedraza Juan M, Trujillo-Vázquez Eric I, Cortez-Betancourt Roberto Antecedentes: La enfermedad quística de vesículas seminales es una patología rara, hay pocos casos descritos en la bibliografía, y la gran mayoría incluye este trastorno dentro de la patología vesicular, anomalías del tracto urogenital, como agenesia renal o atresia del conducto deferente ipsolateral. Se describe el caso de un paciente con degeneración quística de vesículas seminales, con posible fusión en el desarrollo, que dio como resultado la estructura aparente de vesícula seminal única con degeneración quística. Objetivo: Exponer el caso de un paciente con vesícula seminal única y degeneración quística, y hacer una revisión de la bibliografía. Caso clínico: Paciente masculino de 32 años de edad. Acudió al médico particular por padecer cambios en hábitos intestinales, así como infecciones de vías urinarias. Se realizó ecografía abdominal que documentó masa quística de grandes dimensiones retrovesical. Se decidió solicitar TAC abdominopélvica. Con base en estos resultados, lo someten a resección transuretral de veru montanum. Como no hay resolución de la masa, el paciente acude a nuestra unidad hospitalaria, con sintomatología irritativa y obstructiva urinaria baja. Se le hace uretrocistografía y vesiculografía a través del orificio del conducto eyaculador. Se observa estenosis de uretra y una gran masa quísti-ca la zona de las vesículas seminales. Posteriormente, se realiza UroTAC en la cual se aprecia la masa referida, así como doble sistema colector derecho completo. El paciente no toleró la ecografía transrrectal. Se decide llevar a cabo la resección de vesículas seminales por vía laparoscópica transperitoneal. En un primer tiempo se efectuó la revisión endoscópica y se canuló el orificio eyaculador con open end y se instiló solución para abultar la masa quística. Posteriormente se colocó un puerto de 10 mm en línea media supraumbilical, y tres puertos más de 5 mm, pararectales y suprapúbico. Se le coloca en posición de Trendelemburg para incidir el repliegue Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 119 Presentación de trabajos en cartel peritoneal en el espacio rectovesical. De esta manera se visualiza la masa quística y se diseca; durante la cirugía corroboramos la llegada de ambos conductos deferentes a cada lado, se logra disecar hasta el cuello del quiste donde se colocan dos endoprótesis y finalmente un punto de transfixión con poliglactina 000. Se resecó la masa y se extrajo con endobolsa. Se obtuvo una pieza de 8 x 4 cm aprox. Se corroboró hemostasia y se colocó drenaje Penrose en lecho quirúrgico. El tiempo de operación fue de 2 horas, con hemorragia mínima y con buena evolución posquirúrgica, lo que permitió su alta al segundo día posquirúrgico. El informe histológico consignó: degeneración sacular de vesículas seminales, sin remanente de tejido normal de vesículas seminales, pero con urotelio. Discusión: Los quistes congénitos de vesículas seminales son infrecuentes y se asocian a defectos en el desarrollo de los conductos mesonéfricos. En algunos sujetos se acompañan de agenesia renal ipsolateral. El diagnóstico diferencial incluye quistes prostáticos, quistes hidatídicos, quistes de conductos müllerianos, quistes prostáticos de retención y quistes del conducto eyaculador. Nosotros pudimos formular el diagnóstico preoperatorio mediante vesiculografía y hallazgos endoscópicos, que confirmaron la existencia de la próstata, con ausencia de veru montanum por la resección realizada por un médico privado. En el informe histológico describió la pieza como degeneración sacular de vesículas seminales, pero con el hallazgo de urotelio. 120 Rev Mex Urol 2010;70(Suplemento 2):63-120 Lo que nos llevó a deducir que se trataba de un divertículo de uretra prostática. Sin embargo, durante la cirugía pudimos ver la llegada de los deferentes a esta estructura y no visualizamos ninguna otra estructura que pudiera ser una vesícula seminal. Además, no fue posible realizar prueba de fructosa ni espermatobioscopia, ya que el paciente, debido a la RTU previa, presentaba presumiblemente eyaculación retrógrada. En este contexto, se solicitó búsqueda de espermatozoides en orina poseyaculación la cual fue negativa. En su seguimiento requerirá de asistencia de un especialista en fertilidad, y se tendrá que verificar la función gonadal respecto a espermatogénesis, puesto que el desarrollo sexual secundario es normal. Conclusión: La enfermedad quística de vesículas seminales es poco frecuente y se acompaña de otras malformaciones en el tracto urogenital masculino, como agenesia renal ipsolateral, agenesia de conducto deferente del mismo lado. En el caso que atendimos, el paciente tenía sólo un doble sistema colector izquierdo, con ambos deferentes. En su seguimiento requerirá de reproducción asistida en caso de que la espermatogénesis sea normal, endocrinológicamente el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios es normal, así como el de la testosterona y las gonadotropinas. Actualmente, la cirugía con invasión mínima es una realidad en nuestro país, lo que significa que contamos con más opciones de tratamiento en beneficio de nuestros pacientes.