Transcript
RAMÓN MARURI VILLANUEVA
S A N T A N D E R A F I N A L E S D E L A N T I G U O RÉGIMEN: C A M B I O SOCIAL Y C A M B I O D E M E N T A L I D A D E S . LA B U R G U E S Í A M E R C A N T I L . Vol.
1700-1850.
1
Capítulos I - I I
Tesis Doctoral realizada bajo la dirección del Dr. D. Jesús Maiso González.
UNIVERSIDAD DE CANTABRIA
1987
C A P I T U L O
TT
173
II-- EL HABITAT DE LA BURGUESÍA MERCANTIL.
Tras haber analizado las dimensiones y
económico-sociales
en
que
se
desenvuelve
geográficas la
burguesía
mercantil santanderina entre 1700 y 1850 vamos a contemplar ahora Y
el marco
urbano
en
que
desarrolla
su vida
diaria.
lo vamos a hacer desde una doble perspectiva: qué espa-
cios de la ciudad ocupa y qué tipo de viviendas habita.
II.1) Morfología urbana y morfología
social: distribución
espacial de la burguesía mercantil. Al de
Santander
en
torno
un
grabado,
Braun
no
a
el
puede
una
el
parecía
1575
incluirla
"constituye y
iniciarse
siglo diferir
captara,
alemán ese
y
imagen
en
posteriormente
su
el
Dicho
del
final
del
que
plasmara
Orbis
una
que
en J.
Terrarum,
Santander de
urbano
grabado,
Civitatis
expresiva como
el paisaje
sustancialmente
Hoefnagel.
año
considerarse
XVIII
medieval
larga
etapa
en la que la villa se desarrolla manteniendo unas características morfológicas
y sociales
comunes, que no variarán-
hasta el último tercio del siglo XVIII" ( 1 ) . Uno de los
elementos
integrantes
de ese paisaje
que el autor del grabado destaca notablemente es la bahía. Hoefnagel
nos
sitúa,
pues,
ante
un
Santander,
natural
y necesax-iamente, vinculado al mar desde un punto de vista económico,
como
muy
bien
parecen
representar
los
grandes
navios, expresión del comercio marítimo de larga distancia, y
las
pequeñas
pesquera
y
embarcaciones,
susceptibles
de
dedicadas
a
transformarse
la en
actividad medios
de
trnsporte del comercio de cabotaje. Nos sitúa también ante un Santander medievalmente amurallado en todo su perímetro y cuya muralla fue actuando como Meer
elemento y
Ortega
dif erenciador definen
como
de
esos
dos
espacios
contrapuestos:
"el
que
De
recinto
en (C c 4-1 Q) O
ac (ü •o o -a
( O XI
u O) c
'3
CD W
IT)
c
(U
C +J c
en
175
amurallado, arrabales, de
urbano
por
antonomasia,
prolongaciones
su ubicación
y de
Dentro
ya
marginales
su valoración del
recinto
y
el
en
extramuro,
el
doble
los
sentido
física y social" ( 2 ) .
amurallado
se
perciben
a su vez dos áreas: la Puebla Vieja y la Puebla Nueva. La
Puebla
Vieja
o
Puebla
Alta
constituía
el
núcleo urbano originario a partir del cual había ido expandiéndose la villa. Localizada sobre una colina-promontorio, se orientaba linealmente en dirección Oeste-Este y paralela mente
al brazo de mar -arroyo de Becedo- que actuaba
como
"puerto natural de la villa y lugar de varado de sus embarcaciones" más
( 3 ) . En
representativos
abadía de y
la Puebla Vieja se erigen los
el
los
del
cuerpos
castillo
de
Santander
medieval,
edificios
como
son
la
santos - S . Emeterio y S. Celedonio-
San
Felipe,
ambos
perceptibles
en
el
grabado de Hoefnagel. Ya marítimo de
la
el
actuará
como
la orilla
siglo XIII el desarrollo
como
estructura
conocida en
en
factor
urbana
estimulante
al
configurarse
del y
comercio
modificador
esa
otra
área
la Puebla Nueva o Puebla Baja, que, situada norte
del
arroyo de
Becedo,
"abre la ciudad
al puerto, envolviéndolo y concediéndole un lugar privilegiado
en
torno al
cual y casi
simétricamente
se
disponen
los dos barrios" ( 4 ) . Uno y otro quedarán integrados física mente a través de un puente -véase el grabado de Hoefnagelque permitía navegar por debajo de él galeras y naos medianas previamente desarboladas ( 5 ) . Social, ámbitos
a
que
económica
nos
venimos
y
funcionalmente
refiriendo
parecían
los
tres
tener
su
propia especificidad: - La Puebla Vieja vendría a representar el paisaje político-eclesiástico de la villa, el centro geográfico castillo
de
del San
poder,
representado
Felipe y por
por
la abadía,
el zona
de habitación preferente de miembros del clero
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177
y de linajes y
otros,
como los Arce, Calleja, Calderón
que
violentos
en
el
siglo
enfrentamientos
XV
protagonizaron
por
hacerse
con
el control del municipio ( 6 ) . - La Puebla Nueva, espacio ocupado mayoritariamen te por artesanos, comerciantes y profesionales liberales, representaría el paisaje "activo". Los de
arrabales, los
el
labradores
sociales
más
paisaje y
margen",
pescadores,
numerosos
de la población;
"al
dentro
los
del
el
grupos conjunto
el arrabal denominado
"Fuera
de la puerta", situado al oeste de la muralla; el "de la Mar", al este. Este
esquema
de
articulación
tripartita
del
espacio urbano, calificado por De Meer y Ortega como "espacio
urbano
estamental"
rígidamente
a
la
( 7 ) , no
realidad
del
podría
siglo
ser
aplicado
XVIII, al menos
ya por
lo que se refiere a las dos Pueblas, socialmente más diversificadas e integradas que zonificadas. Conocemos espacial través
de
la
de
modo
población
del vecindario
de
a
capítulo
las
calles que configuraban
asi
como
aparecían sino
un
número
residiendo, 39/44,5% del
siguiente:
comienzos
1710
el
del
anterior,
aproximado
dicho
de
vecindario
siglo
de
nos
no
Dicha
familia figuren
XVIII
se señaló informa
el plano urbano de
bien
total.
del
distribución
( 8 ) . Como ya
cabezas
si
la
que en
distribución
a en de
la villa, en él
ellas todos,
sería
la
178
ÁMBITO URBANO
C.FAMILIA
PUEBLA VIEJA Puente (*)
9
Ruamayor
4
PUEBLA NUEVA San Francisco
23
Don Gutiérrez
15
La Plaza
13
Rivera
13
Arcillero
12
Compañía
12
Puerta de la Sierra
11
Atarazanas
(*)
9
Rúa de la sal
4
Socubiles
4
Ruapalacio
3
Tableros
3
Rúachica y Herrerías
2
ARRABALES De la Mar
76
Fuera de la puerta
26 T O T A L
(*)
239
Las calles Puente y Atarazanas aparecen formando un conjunto en el vecindario de 1710. Al pertenecer la primera a la Puebla Vieja y la segunda a la Puebla Nueva hemos asignado a cada una la mitad de los cabezas de familia de ese conjunto -18 en total-.
179
De
esos
tres
donde
se
produzca
52,3%
de
los
extramuros
ámbitos
la
mayor
cabezas
-42,7%-,
de
será
en
la
concentración
familia-,
destacando
Puebla
poblacional
seguida
dentro
Nueva
del
espacio
de éste el
arrabal
de la Mar. En cuanto a la Puebla Vieja se asienta en ella tan
sólo
cuenta
el
la
habitan
5%
de
los
cabezas
heterogeneidad
en
ambas
en
términos
asientan
en
los
caracterizaba
XVIII
era
el
a
pesar
absolutos
arrabales,
mejor
al
por
de
Teniendo
el
grupo
los
de
de
su
respecto
Santander
formado
familia-
socio-profesional
Pueblas, y
numérica
de
que
superioridad
de
que
los
que
se
numéricamente
comienzos
labradores
los
en
y
del
siglo
pescadores,
el de la "ciudad marginal". El
vecindario
aporta ningún a él
que
se
tipo de
dedica
inscritos,
cada
impide
de
1710,
que,
como
sabemos,
no
información relativa a la actividad uno
de
los
precisar
las
cabezas
de
familia
calles
de
en
preferente
ocupación por parte de los distintos grupos socio-profesionales. No obstante, este vacío informativo ha podido reducirse merced municipal
y
a los datos que nos aportan la documentación notarial.
De
los
239
cabezas
de
familia
que
figuran en dicho vecindario hemos podido conocer la profesión de 55 de ellos
-23%-, lo cual nos permite una cierta
aproximación al problema que tenemos planteado. Relacionando, pues, las variables calle/profesión, hemos
establecido
el siguiente esquema, respetando el orden en que van apareciendo las calles en el vecindario:
Fuera de la puerta. 5 Maestres de barquillas de pesca. 1 Procurador general de la villa.
Rúamayor. 2 Militares. 1 Propietario de las fábricas de artillería de La Cavada.
180
Puente y Atarazanas. 1 Mercader. 1 Militar y Abogado de los Reales Consejos. 1 Militar y Mercader. 2 Médicos. 1 Boticario. 1 Escribano. Rivera. 1 Militar, Regidor y Juez de alzada de la villa. 1 Militar y Alcalde Mayor de la abadía de Santander. 2 Viudas de militares.
Arrabal. 1 Viuda de militar.
Arcillero. 1 Poseedor de mayorazgo y Alcalde Ordinario de la villa. 1 Militar, Alcaide del castillo de Santa Cruz de la Cerda del puerto de la villa, 1
Funcionario la villa.
militar.
1 Viuda de militar. 1 Tabernera.
Compañía. 2 Militares.
Don Gutiérrez. 4 Mercaderes. 1 Viuda de militar.
Diputado
y
Juez
de
millones
de
181
La Plaza. 2 Mercaderes. 2 Boticarios. 1 Escribano y Funcionario. 1 Escribano. San Francisco. 2 Mercaderes1 Escribano y Militar. 1 Militar. 1 Viuda de militar. 1 Rentista y Juez de millones de la villa. 2 Escribanos. 1 Cirujano. 1 Confitero. 1 Maestro de obra prima. 1 Maestro carpintero.
Puerta de la Sierra1 Noble (Marqués de Balbuena). 1 Funcionario militar. 1 Funcionario de Hacienda. 1 Carpintero y Mesonero. A pesar de que los datos que acabamos de exponer se
refieran
vecindario
a de
la villa de
una
muestra
1710-,
parece
-23%
de
ponerse
los
inscritos
de
evidencia
en
el
que
en
Santander, sin duda con más intensidad
dentro
del recinto amurallado. Aquellos que los agentes confeccionadores de
"Don"
del
vecindario
-nobles,
distinguían
militares,
con
el
funcionarios,
tratamiento etc.-
como
rasgo de diferenciación social y que en su momento consideramos
integrantes
vivir
concentrados
de en
la
élite de poder
la
Puebla
Vieja,
local, no sino
que
parecen residen
182
en
su práctica
Nueva;
totalidad en distintas calles de la Puebla
incluso
8
de
ellos
lo
hacen
en
los
arrabales
de
Fuera de la puerta y de la Mar y en una calle de carácter tan
popular
como
la
del
Arcillero.
En
cuanto
al
clero
desconocemos su distribución espacial, ya que en el vecinda rio
no
se
partir
le
de
de
Santa
de
la
la
incluye;
del
ubicación
de
Cruz,
puerta;
de el
regular los
respectivos
franciscanas, de
San
poseemos
en
el
Francisco,
este
dato
conventos:
arrabal
también
de
a el
Fuera
extramuros,
al norte del punto en que moría la ria o arroyo de Becedo; el
de
Santa
Clara,
de franciscanas, y el colegio de
los
Jesuítas, en la Puebla Nueva. Centrándonos interesa
ahora
prioritariamente,
en
la
el
grupo
burguesía
social
que
mercantil,
nos
hemos
podido ver a una parte de sus miembros residiendo fundamentalmente
en
las
Plaza
calles
Don
Gutiérrez
La
-1-,
calles -salvo la del Puente, todas las demás pertene-
cen
al
con
representantes
de
la
de
San
de
la
Francisco
Puebla
-2- y
- 4 - , Compañía
-2-,
ámbito
- 2 - , San
de
Nueva-
en
Puente-Atarazanas las
que
conviven
de otras profesiones, como es el
Francisco,
en
la
que
se
hallan
caso
presentes
desde militares hasta artesanos. Esta distribución espacial de la burguesía mercan til
de
comienzos
líneas generales con y
la que,
del
XVIII
hasta mediados
información previamente
siguiente:
siglo
aportada
por
elaborada,
parece
mantenerse
en
de la centuria de acuerdo el
catastro
reflejamos
en
de
Ensenada
el
cuadro
183
CUADRO NQ 11 Distribución espacial de la burguesía mercantil en 1753. CALLES
C. FAMILIA
La Plaza
15
Don Gutiérrez
14
San Francisco
9
Puente
5
Rupalacio
2
Arcillero
2
Alta (Fuera de la puerta)
2
Compañía
1
Remedios
1
Herrerías
1
Rivera
1
Tableros
1
Estanco
1
No especifican
2 T O T A L
57
FUENTE: Catastro de Ensenada.
El y
las
calles de
concentra los
que
menor"
área
por
si
declaran
integrada Don
Gutiérrez,
sola ser
ateniéndonos
por
el
la
San
75% -43
mercaderes a
la Plaza
-Mayor
Francisco cabezas
de
de
y el Puente familia-
"por mayor"
terminología
o Vieja-
y/o
utilizada
en
de
"por el
propio catastro. En dichas calles tienen sus domicilios y negocios los más representativos miembros de la burguesía mercantil de la primera mitad del siglo XVIII: don Bernardo de Sara, a
quien
los agentes
del
catastro
le calculan
al año unos
ingresos fiscales de 10-000 reales; don Fernando de Lienzo,
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185
8.000 don
reales;
José
don
de
Pedro
de
6.000
reales;
Haza,
Rivas,
6.000
reales;
6.000
reales;
don
don
José
la
Cantolla, don
Antonio Gómez
7.500
Francisco
Fernández
de
Bolantín
de
Barreda,
reales;
Estrada,
5.000
reales
( 9 ) . Junto a ellos, en las mismas calles, aparecen instalados
nuevos
de
Sayús
llegados
comerciantes, -15.000
la
reales
a Santander en
expectativas Real
económicas
Orden
como
que
de
por
ejemplo
ingresos
1750 ante
que
abren
aprobaba
la
Bernardo
fiscales
torno a se
don
las
para
al
año-,
favorables
la
villa
construcción
del
con
camino
de Reinosa y por el que habrían de conducirse, desde Burgos al puerto de Santander, las lanas procedentes de Castilla con destino a los mercados europeos. En
esas
cualificados son
mismas
calles
representantes
residen
de
otras
también
profesiones,
eclesiásticos, militares, funcionarios
dos,
escribanos,
boticarios,
los
etc.,
más como
civiles, aboga-
incluso
un
miembro
de la nobleza local: don Antonio Manuel de Campuzano JuncoDosal,
conde
de Mansilla;
el artesanado, aunque
en
menor
medida, también aparece representado en ellas. Si Mártires sede
de
Felipe a
la
más
el
-la
área
futura
próxima catedral
la nueva diócesis daba
carácter
Plaza
Mayor
importantes
a
a
o
Vieja,
-San
abadía
tras
en
la
la
erigirse
1754- y
Puebla de
la
Francisco,
de
al
los
Santander
castillo
Vieja, el área que Don
Santos
partían
de
en San
próxima
las
Gutiérrez,
calles Puente,
Rupalacio y Santa Clara-, caracterizaba
a la Puebla Nueva.
En
desde
dicha
siglo
plaza
XV,
la
se
hallaba
casa
instalada,
consistorial,
y
próximos
finales
del
a
dos
ella
de los escasos destacables edificios que poseía Santander: la
iglesia
de
la
Compañía
Riva-Herrera,
marqueses
ellos,
calle
en
la
importante casa-palacio
por
de
de
noble:
y
Jesús
y
Villatorre
Santa
mesones
otro
de
(10);
Clara, ocupada
casas don
el palacio de
de
en una
hospedaje,
Francisco
cercano
a
parte
tenía
Javier de
los
su
Ibáñez-
186
Camus, marqués de Balbuena (11). En de
torno
Santander
a
la
comenzará
década a
de
sufrir
1760
el
plano
importantes
urbano
mutaciones.
La apertura del camino de Reinosa y las funciones exportado ras
que
habia
reasumido
la
ciudad
plantean
la
necesidad
de remodelar su puerto, adecuándolo a las nuevas necesidades . Así, las
reiteradas
en
1765,
el
peticiones
poder
del
central,
atendiendo
Ayuntamiento
a
santanderíno,
ordena al ingeniero militar don Francisco Llovet que levante el plano y elabore el presupuesto de las obras necesarias en el puerto. El proyecto de Llovet, según la descripción que de él hace Pozueta Echavarri, consistía básicamente en mejorar el muelle y contramuelle existentes, dragando a
la
vez
la
dársena
grande
con
el
fin
de
facilitar
el
acceso de naves de grandes calados; en el mismo se incluía el relleno y explanación del playazo existente en el arrabal de
de
la Mar, perfectamente
Hoefnagel
Llovet. linea de
Dichos formada
este
modo
que
completamos
relleno
y
por
muelle
la
identificable
el
con
el
explanación
superficie
de de
la suelo
en el
plano se
grabado
original
harían
hasta
de la
Rivera,
ampliándose
urbano
edificable.
Pozueta valora en estos términos el mencionado proyecto: "El plano de Llovet de ampliación del puerto y nueva población, aprobado el 19 de Noviembre de 17 65 y cuyas obras se inician en Abril del año siguiente, propone una Nueva Población que articulándose a la vieja trama medieval de la villa se organiza median te una retícula ortogonal, en manzanas de 20x40 metros, que sigue las directri ces del muelle mediante un sistema de calles paralelas y perpendiculares al mismo. La ampliación de la ciudad propuesta, que se inicia inmediatamente, supone por otra parte la apertura de la ciudad el derribo de sus murallas y en definitiva refleja de algún modo el cambio
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ü
> O
u
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188
de una villa estancada y cerrada en si misma, a una ciudad abierta, dinámica, preparada para el crecimiento" (12). Dificultades las la
obras
en
1771,
ciudad
no
se
elaborados de
de
obligan
a
suspender
si bien el proyecto de ampliación
abandona,
entre esa
Agustín
financieras
como
fecha y
Celosía,
el
ponen
de
de
manifiesto
los
1788, año de
aprobación
del
último
de
los
ejecutados
en
esta primera fase del ensanche de Santander ( 1 3 ) . Entre
el
plan
Llovet
de
1765
y
el
de
Colosía
de 1788 habían transcurrido dos décadas, durante las cuales Santander ya poco tenía que ver con la villa de la primera mitad del siglo XVIII. A la canalización de las exportaciones
de
lana
del
camino
a de
través
del
Reinosa
puerto
-1753-
había
definitiva
liberalización
del
americanas
-1778-,
sobre
su
relanzamiento
la
villa
bases
económico.
había
pasado
a
-1752-
a la
venido
comercio las
y
a
con
que
Además,
apertura
sumarse
las
la
colonias
Santander
asentó
institucionalmente,
convertirse
en
sede
episcopal
-1754- y ciudad -1755-. Desde el punto de vista urbanístico, el impacto de estas transformaciones va a provocar de manera inevitable
importantes
espacio gran
intramuros
muralla
de
tiene
la
demolición
medieval.
relleno la
de
edificación,
construcciones
adecuarse para
histórico
absorber
una
demográfico, que lleva a hacer
de
Dicha
los
morfológicas. El
que
parte del crecimiento
necesaria
"El
modificaciones
un
sector
absorción
solares física
y
y
se
realiza
las huertas, la
como
heredadas,
de una parte de
sustitución
morfológica,
mediante renovación
simple de por
la
las
edificios
de más altura y nueva disposición" ( 1 4 ) . Qué densidades de población soportaban las distin tas
calles
edificios por
de es
escapar
Santander
una a
los
cuestión
y
qué
densidades
sus
distintos responder
a
la
que no podemos
objetivos
de
nuestra
investigación
y.
(O «H en •O
O
u o
o
>1 o
u
cu
190
sobre de
todo, por no disponer aún de monografias que
este
problema.
manejadas,
ni
Por
otro
siquiera
el
traten
lado, ninguna de las catastro
de Ensenada,
fuentes permiten
conocer, por lo que al siglo XVIII se refiere, la composición social de los edificios, ya que los padrones se confec clonan tan sólo por calles, sin especifar ni numerar tales edificios n i , por lo tanto, quiénes los habitan. Únicamente en el padrón de 1766-1767 bir
en
el
mismo
a
los
se aprecia un intento de inscricabezas
de
familia
atendiendo
a
la planta que ocupan dentro de las viviendas multifamillares;
no
obstante,
difícilmente
son
podría
tantas
las
imprecisiones
extraerse del mismo
alguna
que
que
conclusión
aceptable { 1 5 ) . En 1832, en vísperas prácticamente de la epidemia de cólera que en 1834 asóla Santander, el abogado santanderíno
don
Luis
Ma
de
la
Sierra
denuncia
la
situación
de
hacinamiento que se produce en algunas zonas de la ciudad; existen sola y
persona
ocho
que
casas,
afirma,
y
sin
"que
embargo
apenas las
habitan
individuos. Compréndese,
esto
pueden
familias
de
a
una seis
al primer golpe de vista,
solo se verifica en la clase pobre, que equivala
por lo regular a sucia y miserable bles
servir
consecuencias
le
encuentra
en
de
la
nueva;
la
plazuela
de
la
plaza
de
no
es
propio
varias: en
las
puerta] ; en
Este mal de terri-
le las
hay de
herrerías; la del
de
una
sola
en
las
casas
la muralla en
al
calle. del
norte
rededor
la
calle
alta
arrabal; en
la de
la Mar
Se
de
[Fuera y
en
la del arcillero" ( 1 6 ) . Este hacinamiento, social y espacialmente diferen ciado,
debía
de
ser
ya
una
realidad
en
Santander
antes
de que finalizara el siglo XVIII, como se pone de manifiesto
en
una
disposición
municipal
de
1792
relativa
a
la
"carestía de havitaciones en grave perjuicio de los vecinos y moradores de esta referida ciudad bió
el
por lo que prescri-
Señor Alcalde Mayor los medios y reglas que
debían
191
observarse aspecto habla
para
el
público"
de
un
aumento (17).
urbana
L.Ma.
Sierra-,
la
havitaciones
Implícitamente
empeoramiento
la población de
de
de
las
mejora
esta
de vida
que veíamos
generalizado
del
disposición
condiciones
-empeoramiento fenómeno
y
de
denunciaba
a
partir
del
siglo XVIII en todas las ciudades como consecuencia, según H.
Capel, del crecimiento demográfico
"en un marco urbano
que conservaba su estructura preindustrial y se modificaba lentamente ba una
La ciudad surgida de este proceso presenta-
situación
inesperada de hacinamiento,
segregación,
crisis de los servicios y deterioración de las condiciones higiénicas,
relacionadas
todas
con
las
características
del proceso de acumulación capitalista" ( 1 8 ) . Escasez
de
viviendas,
precio
elevado
de
las
mismas y estética urbana, pero sobre todo más que estética salubridad las
pública,
autoridades
eran
locales
cuestiones
que
santanderinas
preocupaban
en
esa
a
disposición
municipal de 1792. La
escasez
de
viviendas,
en
una
coyuntura
de
incremento de la demanda, se iba a traducir automáticamente en un aumento de como
de
los
los precios, tanto del
arrendamientos.
suelo
La evolución
de
edificable
esos
precios
en distintas calles de la ciudad no se ha podido establecer, ni
siquiera
con
carácter
orientativo,
dado
que,
a
pesar
de haberse consultado numerosos contratos de venta y alquiler en
de
viviendas
ninguno
viviendas,
de con
a
través
ellos lo
se
cual
de
los
protocolos
notariales,
especifican
las
la
precio/superficie nos
relación
medidas
de
esas
es desconocida ( 1 9 ) . Lo orientación de
que de
finalizar
el
si las
puede
constatarse
inversiones
hacia
es
una
este
importante
sector
siglo XVIII por parte de los
antes
propietarios
de solares y viviendas, bien construyendo de nueva planta o
bien
reacondicionando
aprovechar
los
las
favorables
ya
existentes
momentos
por
los
con que
objeto
de
atraviesa
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en
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C
i O M
203
la
ordenación
del
espacio
urbano
pre-industrial,
todas
las iniciativas, tanto de carácter económico como construco
residencial
estarán
protagonizadas
burguesía mercantil, algunos de
por
miembros
de
ellos ya mencionados
la
como
Mazo, Campo, Gutiérrez, Bustamante o Calderón.
de
vista
completo este
Contemplando
ahora
ese
residencial,
según
el
de
trabajo,
su práctica la
los
calle
existentes
totalidad
denominada
las el
padrón
para
integrantes
de
espacio el
esa
de
el
1829,
punto el
más
periodo
estudiado
en
burguesía
acaparan
en
29 viviendas
Muelle,
desde
de que
símbolo,
se
como
compone
afirman
Meer y Ortega, "de la ciudad moderna" (46). Esas
De
viviendas
las ocupan 24 comerciantes
-82,8%-,
tes -10,4%-,
- 3 , 4 % - y 1 Herrero - 3 , 4 % - ( 4 7 ) .
Son
los
parte de de
1 Propietario
representantes
del gran
3 viudas de comercian-
comercio, los que
forman
la élite de la burguesía mercantil como el conde
Campo-Giro,
los
López-Dóriga,
Sibes, los Aguirre,
los
Gallo, poseedores en 1815 de los más importantes capitales mercantiles (48). Inmediatamente al
Norte
de
las
rellenos, habían en
torno
a
la
detrás
mismas
y
como
ido surgiendo
denominada
de esas
producto
una
Plaza
casas del Muelle, también
serie de
de
los
edificaciones
Nueva proyectada
en
1795
por Agustín de Celosía
( 4 9 ) . Quienes ocupan esos edificios
en
una
menor homogeneidad
profesional
las
casas
si
los
1829
presentan
ocupantes
de
del
Muelle,
bien
que
domina
la "clase media", como se pone de manifiesto en el siguiente cuadro (50):
204
CUADRO m
13
Grupos socio-profesionales asentados en la Plaza Nueva (1829). GRUPOS
%
C.FAMILIA 16
30,2
7
13,1
Jornaleros
7
13,1
Artesanos
6
11,3
Militares
3
5,7
Funcionarios Hacienda
3
5,7
Su casa
3
5,7
Hacendados
2
3,8
Empleados
2
3,8
Marineros
2
3,8
Gobernador provincial
1
1,9
Cónsul de los EE.UU.
1
1,9
T O T A L
53
100,0
Comerciantes Profesionales
liberales
FUENTE: Padrón de 1829.
La presencia en la Plaza Nueva de representantes de los grupos sociales urbanos más bajos, como por ejemplo jornaleros en
ella
y
de
marineros, habitantes
puede del
obedecer
que
pudiera
a
la
inclusión
considerarse
un
apéndice del arrabal de la Mar, la denominada Rúa Chiquita, que en el padrón de 1829 parece haberse asimilado a efectos del
recuento de vecinos a la Plaza Nueva. En este
habría que en lo
los
señalar
edificios
hacen
que
marineros
ocupados
agrupados
en
por otros
la
y
jornaleros
no
sentido habitan
"clase media", sino
supuestamente
que
construidos
con anterioridad. A análisis
de
la la
vista
de
los
sociología
de
resultados la
obtenidos
vivienda
en
las
en
el
calles
205
del
Muelle
y de
la
Plaza
Nueva,
no
hay
duda
de
que
la
concepción del ensanche que se inicia en Santander a partir de 1765 responde a lo que H. Capel considera caracterizaría a
la
mayoría
de
los
ensanches
urbanos
españoles
de
los
siglos XVIII y XIX, es decir, "áreas de residencia destinadas
esencialmente
a
la
burguesía
y
las
clases
medias,
las únicas que podían pagar las elevadas sumas que requería la construcción de un edificio de varios pisos" ( 5 1 ) . En el Muelle de
los
padrón
y
la Plaza Nueva viven
239
representantes
de
1829,
del
porcentaje
comercio
41
-17,1%-
inscritos
relativamente
en
el
considerable
si tenemos en cuenta que se trata de espacios de ocupación reciente.
Este
desplazamiento
hacia
la
Nueva
Población
por parte de un sector de la burguesía mercantil santanderi. na actúa como descongestíonador del ámbito que históricamen te venía siendo ocupada por ella en la Puebla Nueva. Dicho ámbito, y
las
que
en
calles
1753 de
estaba
Don
integrado
Gutiérrez,
San
por
la Plaza
Francisco
y
Mayor
Puente-
Atarazanas y en el que residía el 75% de los comerciantes, alberga
en
1829
Rivera, en calle
80
la que
comerciante una
a
en
de
éstos
se asientan
-33,5%-;
16
la
calle
de
la
- 6 , 7 % - frente a 1 único
1753, ha pasado a convertirse en
1829
en
con una mayor presencia de la burguesía mercan-
til. El resto de los comerciantes, 102 -42,7%-, se reparten de
manera
dispersa
por
todas
tanto de la Puebla Nueva los
tradicionales
las
como
arrabales
de
de
calles
de
la
ciudad,
la Vieja, e incluso
Fuera
de
la
la
Plaza
puerta
y
por de
la Mar ( 5 2 ) . Si eminentemente
en
el
los
Muelle
y
en
representantes
Nueva
residen
del gran comercio, miem-
bros
a su vez de la élite de la burguesía mercantil, tam-
bién
nos
encontramos
a otros de esos
representantes
resi-
diendo en el centro histórico. Entre ellos figuran apellidos como Ageo, Bolantín, Campuzano, Cuesta, Labat, Sánchez de Porrúa, Sentíes o Vial. Por
qué
permanecieron
éstos
y
otros
destacados
Dos paisajes del Santander decimonónico y dos ámbitos de asentamiento de la burguesía mercantil: arriba, la Plaza Viejaj abajo, el Muelle.
207
comerciantes en ese centro y no pasaron en cambio a instalarse en la Nueva Población es una cuestión que para darle respuesta exige necesariamente que nos movamos en el terreno de las hipótesis. En primer constructivo
en
lugar habria que señalar que el ritmo
ella
no
es
lo
suficientemente
intenso
como para poder absorber a todos los miembros de la burguesía mercantil
que desearan
residir ahí. Téngase en
cuenta
además que, conforme a las normas de edificación, se prohibía costruir más de dos edificios por manzana, y su altura máxima era, por lo general, de cuatro plantas ( 5 3 ) . En niveles los
de
riqueza
casos
el
segundo
lo
terreno
lugar
de
en
Plaza
reales, a
de
cantidad
la evaluación
considerar
elevados construir
que
no eran
en
como para en él un
los todos
adquirir edificio-
compuestos de almacén y cuatro plan-
don
Nueva,
que
comerciantes
y posteriormente
propiedad
la
los
suficientemente
En 1829 dos edificios tas,
hay
Ramón
son
más
López-Dóriga
tasados
que
en
un
y
localizados
total
considerable
de
(54).
563.309
Atendiendo
de capitales de comerciantes de
Santander
de 1815, de un total de 51 tan sólo 7 rebasan esa cantidad; entre
ellos
reales
de
figura capital,
Campo-Giro, 7
Cuesta
el
con
propio
superado
3.000.000;
-1.700.000-
y
López-Dóriga, con únicamente también
Vial
por
figuran
-867.000-,
2.400.000
el
conde
de
entre
esos
residentes
ambos
en el centro histórico ( 5 5 ) . En torno a este problema de los fuertes desembolsos
que
exigía
construir
en
la
Nueva
Población
tenemos
el caso del propio Calderón, promotor en 1821 de las obras de
ampliación
del
ya vimos. Cuando la
casa
Juan
que
José
en
puerto
con
fines
especulativos
fallece en 1834 no habla podido 1826
González
de
comenzara la
Riva,
a
construir; curador
Calderón, se expresaba en estos términos:
de
en los
como
concluir 1837 hijos
don de
208
"Sabido es ytem público como notorio que a la muerte de Don Guillermo se halló empezada a construir la primera manzana en el muelle nuebo de este puerto que Don Guillermo construió por contrata mejorando y hermoseando este pueblo. Los diferentes años que esta obra estubo paralizada por falta de medios de su dueño la llegaron a poner en estado de próxima ruina pues que las aguas habian podrido algunas maderas y muchas viguetas" (56). El de
Comercio
tasador y
mencionado de
de
pues
Santander
los
población
curador
"diez
y
solicitaba
aprobase seis
el
solares
al
Tribunal
nombramiento
de
en
muelle
el
nuebo
un
de esta ciudad que Don Guillermo robó al mar,
éstos
nada
producen
ni
producirán
mientras
no
se
edifique en ellos" ( 5 7 ) . La desbordado
operación las
se procedía obtener
en
de
posibilidades
numerario por
acabar
con el
económicas
de
11.848 pies
parecía de
haber
Calderón
1838 ) de
frente a los
González
construir
(929 m
burguesía
el que hacer
curador
1826, En Enero de 2 2
la
pues,
y
a poner en venta los mencionados solares para
solicitados fin
especuladora,
de
la manzana
la
esos
santanderina:
solares
el
Riva
de casas
eran vendidos
créditos con
el
iniciada
en 82.936
reales
a dos miembros
comerciante-armador
de don
José Jerónimo Regules y el médico don José Ma Botín, asocia dos
ambos
levantarse
para a
edificar
espaldas
de
una la
casa
( 5 8 ) . Esta
primera
habría
hilera de casas
de del
Muelle, que, distribuidas en siete manzanas según el proyec to inicial de Calderón, en 1837 ya habían sido construidas como ese
se año
pone
de
manifiesto
en
el plano de Santander
que
realizara José Mathé. La casa que Regules y Botín
iban a edificar venía a romper el gran vacío
constructivo
existente
Plaza
en
lo
que
sería
el
ámbito
de
la
de
la
Constitución, en torno a la cual se articularían 15 manzanas
de
casas
según
el
citado
proyecto
de
Calderón.
En
NTANPLR.V
Plano de Mathé (1837) en el que se observan ya c o n s — truidas las siete manzanas de viviendas del muelle de Calderón (Nueva Población).
• '¡¡)'.if*''tpii!'-'taj'^t/ Cahexa del muc//e £-4
Detalle del plano de Coello (1863) mostrando todavía el gran vacio constructivo en la Plaza de la Constitución (Nueva Población).
210
1863, a la vista del plano de Coello, se hablan construido tan sólo 4 de las 15 proyectadas. Como punto y
permanencia,
dos
según hemos
características
de
la
burguesía
distribución
final habría que
ido viendo, bien pudieran
definieran
mercantil
en
que destacar que cambio
desde
los
comportamientos
el punto de vista de
el espacio urbano
entre
ser
los
siglos
su
XVIII
y XIX. Cambio en cuanto que un sector de ella, a través del
ensanche
que
se
inicia en el último
tercio del siglo
XVIII, busca un espacio de asentamiento nuevo al que llegará
a
dotar
de
personalidad
propia
y
que
todavía
hoy
en
la actualidad se mantiene pleno de connotaciones burguesas. Permanencia
en
cuanto
que
otro
sector continuará
estando
presente durante la primera mitad del siglo XIX en aquellas calles intramuros ocupadas ya por comerciantes al iniciarse el siglo XVIII. Cambio manifiesta la o
uno
en de
zonificación, al menos
de
cuanto los
que
rasgos
en de
en este caso de
una
parte
de
la la
Nueva
Población
ciudad
capitalista:
la burguesía
ella,
que
se
se
mercantil,
apropia
de
un
espacio en el que construye edificios de alto coste, impidiendo asi el acceso a ellos a los grupos urbanos de escasos y
recursos
de
identificación
en cuanto de
económicos, un
los
espacio
de clase al mismo
que en el casco antiguo
rasgos
del
símbolo de dominación
modelo
de
tiempo. Permanencia
continuará
ocupación
del
vigente suelo
en el Antiguo Régimen: la promiscuidad social ( 5 9 ) .
uno
urbano
211
II.2) La vivienda de la burguesía mercantil.
Del plano urbano pasamos a otra escala de análisis como es la contemplación de los edificios que configuran ese plano. La vivienda -su morfología externa y dimensiones,
su
estructura
y
estética
internas,
su
nivel
de
confortabilidad, etc.- ocupa ya un lugar de primera magnitud
dentro de la historia de las mentalidades y, acotando
aún
más
dentro a en
de
contenidos
la
cultura
su primer gran efecto,
puede de
los
en
puede
este
material,
la
casa, el
en
hablarnos
de
historiográfico,
tiene
(60).
el
lujo"
campo
que
sistematizador
manifestarse
lujo
de
en
F.
Afirma
Braudel
éste: "Es,
mobiliario....donde
(61). Presencia determinadas
o
mejor
ausencia
disponibilidades
económicas, pero también de determinadas mentalidades. Nos
interesa,
pues,
conocer
qué
casas
habita
y de qué se rodea en su vivir cotidiano la burguesía mercan til a lo largo del siglo XVIII del XIX. Vamos a aproximarnos de
los
pasar
materiales
con
posteriormente
que a
se
y
de
la
primera
mitad
a ese conocimiento partiendo construyen
establecer
una
esas casas tipología
para
de
las
mismas y, por último, contemplar sus interiores.
II.2.1) Los materiales.
Todavía el
habitat
su práctica
de
la
hoy
nos
es posible
burguesía
totalidad
los
reconstruir en parte
mercantil
edificios
al
conservarse
en
surgidos de la expan-
sión de la ciudad hacia el Este, lo que era la Nueva Población. No sucede lo mismo con el ámbito de la Plaza Vieja, afectada
en
1941 por un incendio que arrasó todo vestigio
arquitectónico
de
los
comerciantes
alli
residentes
en
otro tiempo (62). Ese
incendio,
el
paso
del
tiempo
y
las
obras
212
de
remodelación
se
conservara
a
la
no
hicieron
que
prácticamente
tampoco de las viejas casas que
población
lado
urbana
santanderina
contamos
con
del
ninguna
siglo
del Santander de la primera mitad
albergaron
XVIII.
descripción
nada
Por
otro
arquitectónica
de esa centuria, vacio
que puede quedar subsanado en gran medida gracias al testimonio
del
elegido
canónigo
por
el
Pellegrino
nuncio
Zuyer,
quien
para
informar
Bonelli
en
1660
sobre
es las
pretensiones de Santander de erigirse en diócesis, desgajan dose del territorio arzobispal húrgales
(63). En su Itine-
rario,
le produjeron
que
recoge
las
impresiones
que
los
distintos lugares que visitó, habla extensamente de Santander. De esa obra extraemos unos párrafos, los más expresivos referentes al aspecto exterior de las casas: "Sumando el número de todas las casas que están dentro de la muralla no llega a doscien tas noventa y tres en total, entre las que hay muchas deshabitadas y que no tienen otra cosa que el simple muro y la fachada exterior. Fuera de los muros hay de noventa a cien casas en total, comprendidas todas las que están delante de la puerta por donde se entra y fuera de la puerta del muelle, que son dos calles muy pobladas de pescadores, pero las casas son pequeñas y endebles Se construye en siete u ocho partes de la villa de Sant'Ander, pero son casas muy ordina;rias, la mitad de piedra y la otra mitad de madera. No he visto más de seis o siete casas que tengan proporciones de casas y que sean completamente de piedra, en particular la del veedor" (64). Zuyer
nos
habla
de
la
ciudad
amurallada,
de
los dos arrabales, de casas elementales, pequeñas y endebles,
mitad
de
piedra
y
mitad
de
un total aproximado de cuatrocientas por de
su las
ellas.
representatividad, dimensiones
como
tanto de
los
madera, destacando
de
tan sólo seis o siete
desde
el
punto
materiales
de
vista
empleados
en
o
0)
>i
o Di •H
C 'O
c
(O ü 0)
C U) 0) en
(O
o c H
a,
214
Si hace
de
Zuyer
la
amplia
extractamos
lo
relevancia
arqueitectónica,
casas, nos
encontraríamos
catedralque
en
"poco
descripción que
aparte
con
partes
de
él
de
merece
esas
frecuentadas
villa
especial
seis
sin pavimento
más
la
o
la iglesia colegial
magnífica
algunas
para
que
siete
-futura
alguno,
sino
tierra
está
la
cubierta muy mezquinamente con tablas de madera, pasándose no obstante por muchos sitios donde no hay tablas; y antes de la venida del arzobispo me han dicho que había diversos montones pocos
de
días
tierra antes"
en
la
misma
( 6 5 ) , el
iglesia, que
convento
de
se
Santa
llevaron
Clara,
el
Colegio de la Compañía de Jesús, el convento de San Francis_ co y el de Santa Cruz,
los arcos
de lo que
en el pasado
había sido soporte de la techumbre de las reales atarazanas y, por último, el castillo de San Felipe. No muy diferente de éste debía de ser el aspecto que ofrecía
Santander a comienzos
del
siglo XVIII, y
aún
durante su primera mitad, teniendo en cuenta que las transformaciones económicas, sociales y urbanísticas
importantes
irán produciéndose desde su segunda mitad. Basándonos en la descripción de Zuyer,
Santander
pudiera ser calificada como una "ciudad de madera", caracte rística (66).
común
Afirma
a
tantas
Braudel
otras
que
europeas
"Cuando
la
de
esa
piedra
centuria
resulta
un lujo, hay que pagar su precio, a no ser que se
ser
recurra
a soluciones intermedias: mezclar el ladrillo con la piedra utilizar
madera
sólo para palacios la
piedra
y el
y piedra,
y templos"
ladrillo
o reservar
la piedra
tan
(67) ; para este mismo autor
representan
los materiales
ricos
de construcción frente a la madera y el barro. En el caso de Santander la piedra se había reservado los
tan
sólo
jesuítas
para y
los
la
iglesia
tres
colegial,
conventos,
así
el como
colegio para
de esas
seis o siete casas de particulares que suponemos socialmente
notables.
Todos
los
demás
edificios
parecían
haberse
215
construido
combinando
caso,
piedra
entender
en
es
mamposteria, actuando
decir
este
la
creemos,
y
la
que
madera,
piedra
debiendo
sin
labrar,
a modo de basamento
sobre
el que se levantarían, ya en madera, los pisos superiores. La
piedra
de
sillería,
combinada
o
no
con
el
ladrillo, ha de ser considerada como el material constructivo
por
excelencia
de
quienes
poseen
saneados
ingresos
y que a través de la vivienda desean manifestar públicamente
su
posición
construyen
o
económica
remodelan
y
sus
social. casas
Con
ya
en
esos
materiales
la primera
mitad
del siglo XVIII algunos militares graduados, profesionales liberales y rentistas, no habiendo hallado ninguna referencia
a
casas
conocidos
de
nueva
la
burguesía
de
planta
pertenecientes
mercantil;
tan
a
miembros
sólo
sabemos
que don José de Haza, en 1738, realiza unas pequeñas obras de albañileria en la última planta de su casa ( 6 8 ) . Desde el último tercio de esa centuria de
sillería,
el
ladrillo,
la
madera
de
roble
la piedra y
la
teja
son materiales obligados en los edificios que van surgiendo a lo largo del Muelle y a sus espaldas, en la Plaza Nueva, y en la que en el proyecto de Calderón de 1821 se denominará "de la Constitución" ( 6 9 ) . En a
los
1826 y 1838
maestros
respectivas
Calderón, Botin y Regules
encargados
casas
que
la
de
la obra
sillería
de cantería
sea
de
piedra
exigen de
sus
caliza
de la mejor calidad, procedente de las canteras de pueblos como Maliaño, Elechas, Somo, Maoño y Boó (70). En cuanto bién
a
tam-
de fuera de Santander, como se indica en el contrato
establecido con
a la madera sabemos que procedía
el
en
1838
maderista
cortar,
previa
por
José
los
mencionados
García
licencia
Bulnes
concedida
Botin
para por
y
Regules
que
procediera
la
Diputación
Provincial, "mil setenta y nueve piezas de roble
[40 árbo-
les]
en los montes de Cieza y Uzieda y otros de la Provin-
cia"
( 7 1 ) . Ya en 1797 uno de los más notables comerciantes
216
de Santander, don Francisco acudido robles
también
a
los
destinados
a
de Bustamante y Guerra, había
bosques
la / casa
de
Cieza
que
para
estaba
cortar
500
construyendo
en
la Plaza Nueva ( 7 2 ) . De sabemos
la procedencia
al
obstante,
no
indicarse
debía
de
ser
del
en
ladrillo
los
foránea
y
contratos dado
que
la de ni
teja
nada
obras; en
1753
no ni
en el padrón de 1829 figura ningún tejero, lo cual pudiera deberse propia de
la
ciudad
materia
de en
a
ambos el
inexistencia de
Santander,
prima,
y/o
elementos
siglo
de
depósitos
bien
sobre
en
no disponiéndose, por a
una
escasa
constructivos,
XVIII,
arcillosos
todo la
la
tanto,
demanda
local
considerados
todavía
teja, como un
"símbolo
del bienestar" en palabras de Braudel ( 7 3 ) . En las casas del Muelle y su entorno los contratos de obras y la propia inspección ocular en la actualidad reflejan
la
combinación
y
funcionalidad
específicas
de
todos esos materiales: mamposteria en los cimientos, sillería
en
unas en
los muros sustentantes de la planta baja -tan
pocas
son
de
sillería
en
su
totalidad-,
sólo
ladrillo
el resto de las fachadas y paredes interiores y madera
de roble en el entramado. En el interior, además del ladrillo,
la
puertas
madera y
para
ventanas,
los el
suelos mortero
y
cielos
rasos, marcos,
recubriendo
de ladrillo y los techos, y el yeso y/o
las
paredes
la cal para blan-
quearlos .
II. 2 . 2 ) Hacia una tipología de la "casa burguesa".
Tras esta aproximación a los materiales dos
en
las viviendas
mercantil
vamos
a
de algunos miembros
contemplar
ahora
de
la
utilizaburguesía
su morfología
externa
y la distribución del espacio interior de las mismas. En
relación
con
el
primero
de
esos
aspectos
217
hay
que
advertir
informativo edificios el
que
derivado
de
encontramos
ante un gran vacio
de la inexistencia
nueva
Ayuntamiento
nos
planta.
exigia
su
de ellos, conceder o no
No
de planos
sabemos
desde
presentación
para,
la licencia de
de
qué a
los
fechas
la
vista
obras; los planos
más antiguos conservados actualmente en el archivo municipal de ya
Santander datan de
con
siglo cabe
anterioridad, XVIII,
era
1850-1860, si bien
quizás
preceptivo
aqui plantear hipótesis
antes su
de
que
sabemos
finalizara
presentación,
sobre
aunque
qué ha podido
que el no
ocurrir
con ellos (74). Ese' vacio, de
los
edificios
no
obstante,
levantados
es
menor en el caso -
en el ensanche
que en el
de
los erigidos en el ámbito de la Plaza Vieja, los dos espacios de asiento, el nuevo y el histórico de
la
alzados
burguesía de
Población por tras
lo
las
mercantil; casas
(75). El
que
se
que
vacío
refiere
el mencionado
a
de
1766
Llovet
datan
diseñara
informativo la
respectivamente,
Plaza
se
Vieja
los para
acentúa al
primeros la
Nueva
aún
más
desaparecer,
incendio de 1941, todas las viviendas,
en tanto que las del ensanche aún permanecen en pie. Vamos a iniciar el análisis tipológico refiriendo nos
a
dos
aspectos
muy
concretos
como
son
el
carácter
unifamiliar/multifamiliar de las viviendas y sus dimensiones, partiendo para ello de la información que nos aportan el catastro de Ensenada y el padrón de 1829 ( 7 6 ) . En
1753
716 viviendas, de
Santander las
contaba
aproximadamente
con
cuales 494 eran unifamillares - 6 9 % -
y 222 - 3 1 % - se distribuían entre varios edificios multifami liares ( 7 7 ) . Se hace difícil establecer la media de viviendas "cuartos" según la terminología de la época- por edificio, aunque creemos que muy bien pudiera ser de 4 o 5, lo cual significaría que esas 222 viviendas se distribuirían aproxi madamente
entre
44/55
edificios
o
inmuebles, que,
unidos
218
a
los 494 unifamiliares, nos darían un censo de
Este
cómputo
habitables
se hallará próximo a esas
y
dieciocho
arruinadas"
538/549.
"quinientas
de
que
se
casas
habla
en
las respuesta nS 29 de las generales del catastro de Ensena da ( 7 8 ) . Los "cuartos" -por analogía los actuales "pisos"son ocupados en su gran mayoría por los labradores-pescadores, aunque también encontramos viviendo en ellos a representantes de todos los grupos sociales salvo de la nobleza. En
torno
a
este
fenómeno,
y
refiriéndose
a
la
Zaragoza
del siglo XVIII, Maiso y Blasco afirman: "Los grupos social mente más y
una
otros
elevados
alta
suelen
proporción
vecinos
residir
de
los
pertenecen
a
en casas unifamiliares,
que
los
comparten
sectores
la
más
casa
con
modestos
y
pobres; se da la correspondencia de mayor grado de pobrezamás
vecinos
conviviendo
en
el
mismo
inmueble.
Con
todo,
no existen reglas fijas, y bastantes miembros de la oligarquía urbana comparten el edificio con otro vecino, e incluso -aunque menos veces- con otros dos" ( 7 9 ) . Como ya mencio namos
en un anterior
apartado
el catastro
no nos
permite
reconstruir la sociología de la vivienda; quienes declaran vivir en "cuartos" no nos indican en qué inmueble se hallan ubicados, con lo cual esa convivencia a la que se refieren Maiso y Blasco nos es imposible reconstruirla. En
cuanto
a la realidad
del
Santander de
1829,
según el padrón de ese año, se observa una profunda transformación en
en la estructura de la ocupación de la vivienda
relación
a
1753.
vivienda unifamiliar
De
una
villa
se ha pasado
a
con
predominio
una ciudad
de
la
en la que
este tipo fue retrocediendo hasta ser rebasada ampliamente por la multifamíliar ( 8 0 ) . El
mencionado
padrón
se
confeccionó
en
parte
distinguiendo los edificios, su número de viviendas -"cuartos"- y quiénes las ocupaban. De las 44 calles que configuraban
en
esa
fecha
el plano
urbano
de
Santander,
en
29
219
de
ellas
-66%-
no
sucede
asi
se
en
las
edificios habitados 352
efectúa
esa
restantes.
Esta
Pues
en esas calles
-74,9%- son multifamillares
res.
distinción
fragmentación
del
mientras
bien,
el
que
total
de
es de 470, de los que
y
118 -25,1%- unifamilla-
espacio
habitable
hay
que
contemplarla como una consecuencia del crecimiento demográfico,
factor
estimulante
a
su
vez
de
la especulación
en
el sector inmobiliario. El padrón de 1829 nos permite detectar una marcada promiscuidad socio-profesional en las viviendas multifamiliares, en
175 3
promiscuidad por
estructura
el
de
que
simple
la
suponemos
hecho
vivienda.
de
En
más
haberse
1829
acentuada
que
transformado
el edificio
ns
la
16
de
la calle Rupalacio estaba ocupado por 1 tabernero, 1 dependiente de comercio, 1 prebendado de la catedral y 1 renovera
de
fruta;
zapateros, salmista
el
nQ
18 de
1 empleado
de
la
de
catedral
la misma la
y
calle
aduana,
1 peón;
lo está
1 mozo el
nQ
de
8 de
por
2
muías,
1
la
calle
San Francisco lo ocupan 1 comerciante, 1 tratante, 1 carpin tero y
1 cocinero; hemos presentado
ejemplos
ilustrativos
tres de los numerosos
de esa promiscuidad
a la que
antes
aludíamos (81) . La transformación que se fue operando con carácter
general
en
la
estructura
de
la
vivienda
entre
1753
y 1829 es perceptible también en las que ocupa la burguesía mercantil. En 1753 ésta reside preferentemente en viviendas unif amillares, que sólo
49
como
comerciantes
3 de
tienda y
ellos
lo
pone
de
manifiesto
-86%- lo hagan
habitan
en
un
así, en
"cuarto",
el
hecho
de
tanto que
tan
2 en
la
3 no lo especifican; esos cuartos solían
propia constar
por lo general de 1 sala, 1 o 2 alcobas y la cocina ( 8 2 ) . En 1829, por el contrario, el 87,2% de los cabezas de familia que declaran dedicarse al comercio comparten los edificios en donde residen con otras familias represen-
220
tantes de las más diversas profesiones, si bien predominan fundamentalmente
las
de
la
"clase
media".
Tan
sólo
el
8,2% de los comerciantes habita en viviendas unifamillares, en tanto que en los restantes casos no se especifica ( 8 3 ) . Un fenómeno que se observa, y al que ya nos hemos referido en otro contexto, es la inexistencia de promiscuidad socioprofesional en
las casas
del Muelle, ocupadas
masivamente
por familias pertenecientes a la burguesía mercantil. Retomando promiscuo
de
observa,
al
los
de
nuevo
edificios
contrario
de
el
en
lo
problema
el
que
del
Santander sucedía
en
carácter
de
1829,
se
Zaragoza,
e
incluso en el París del siglo XVIII, en donde según Braudel "Por
lo
general,
la
condición
social
descendía al aumentar la altura" mente los
pisos
grupos
bien la
los
más
sociales
deberse
estrechez
elevados
de
muchas
arrendatario
( 8 4 ) , que no son precisalos
inferiores,
a factores
del
ocupados
fenómeno
siempre
que
puede
de salubridad. Teniendo en calles,
la
por
climatología
muy
cuenta
lluviosa
y la humedad existente en una ciudad portuaria como Santander,
la
alcanza
luz a
y
la
través
santanderina
ventilación
de
la
denunciaba
urbano
y
altura. la
son En
actitud
promotores
de
un
privilegio
1849 de
la los
viviendas
prensa
que
se
local
especuladores
del
suelo
precisamente
por
su afán de construir edificios elevados; en un edito-
rial de El Despertador Montañés se decía: "¿Qué propietario se encuentra ya que al levantar una casa se contente con fabricar en ella menos de media docena de pisos, sin incluir entre éstos las imprescindibles bohardillas de trinta reales al mes, como algunos de ellos dicen, sus leñeras correspondientes y otros apéndices?. Cierto que la latitud que en este ramo de la policía municipal se observa pasa ya de la tolerancia; es un abuso; diremos todavía m á s , es un crimen. Semejante hacinamiento de vecinos en una sola casa y en una población
221
donde las calles carecen por lo general de una anchura proporcionada a la altura de los edificios conspira contra la salud pública" ( 8 5 ) . En
torno
ocupada/nivel se de
refiere que
son
a este problema
de la relación
social del ocupante, por lo que a no
parece
ofrecer
los
pisos más
dudas
elevados
nuestra
planta
Santander afirmación
los más valorados.
El
proyecto Llovet, recordemos que elaborado en 1765, creemos que es bien explicito al respecto. En él se contempla, además de las obras de amplia ción del puerto, la construcción de una serie de edificios -algunos
de
viene
Santander
a
ellos
son en
los
que
1791-
Jovellanos
en
los
admira
terrenos
cuando
ganados
al
mar y que marcarían el punto de arranque de la Nueva Población.
Esos
edificios
respondían
a
una
única
tipología
desde el punto de vista de su articulación y funcionalidad: 4 la y
plantas primera la
y
desván,
a
lonja,
tercera
edificio
y
destinándose la
segunda
el desván
la
a
almacenes,
a vivienda para
a vivienda
(86). A pesar de que
baja
alquilar
del propietario
del
tales edificios, a los que
volveremos a referirnos en un posterior apartado, al construirse en un espacio nuevo y abierto como era el Muelle, un
"espacio
privilegiado",
y
deficiencias
a
las
no
que
en
de
la
obstante,
se
reservaban
la planta más
padecerían
materia
casas
ellos:
no
ciudad
de
las
carencias
salubridad
afectaban
intramuros, para
los
residencia
propietarios, lo
mejor
de
alta. Esta actitud., creemos, pudiera
responder también en gran medida a una idea médica fuertemente arraigada en la mentalidad de la época: el enrarecimiento y descomposición del aire como agente desencadenante y
transmisor
de
enfermedades
de
todo
tipo,
un
aire
que
se hallaba mucho más purificado a medida que se incrementaba la altura ( 8 7 ) . El concepto urbanístico y el lenguaje arquitectónicos
utilizados
en
la
Nueva
Población
representaban
una
222
ruptura con los modelos históricos existentes en Santander. Ese
ámbito,
y
por
antonomasia
el
Muelle,
iba
a
ser
un
espacio del que se apropiaría en exclusividad la burguesía mercantil,
pero
una
burguesía
que
en
muchos
aspectos,
y entre ellos el de la vivienda, guardaba ya poca relación con la de la primera mitad del siglo XVIII.
dedicado
Tras
habernos
a
tipología
de
carácter
unifamíliar/multifamíliar,
la
mercantil, a su
referido, dentro
de
la vivienda de
este
apartado
la
burguesía veamos
ahora otro aspecto que habíamos señalado al iniciar aquél: sus dimensiones. A las
de
31
través
del
viviendas
catastro
ocupadas
por
de
Ensenada
conocemos
comerciantes
en
1753.
Las medidas de éstas abarcan un amplio espectro comprendido entre
los
y los 11,35
8,37 m.
y de
cuadro, previamente
los
174,3
altura.
m
de
superficie y
Reflejamos
agrupadas
por
los
seguidamente
clases,
las
2,08 en
un
medidas
de la planta de tales viviendas: CUADRO NQ 14
Distribución de la planta de viviendas de la burguesía mercantil en 1753.
PLANTA (m^) 0 - 2 4
VIVIENDAS
%
9
29,0
11
35,5
5 0 - 7 4
2
6,4
7 5 - 9 9
5
16,1
100 - 124
2
6,4
125 - 149
1
3,3
150 y más
1
3,3
31
100,0
25 -
49
T O T A L FUENTE: Catastro de Ensenada.
223
El evidente cuadro:
a
predominio la
vista
de
de
la
los
pequeña
vivienda
resultados
se
expuestos
hace en
el
un 29% de las casas unifamillares no alcanzan 2 m en planta y un 35,5% se sitúan entre los 25
los 2 los 25 y 50.
En cuanto a la altura, domina la vivienda elevada ya
que
el
64,5% supera
posibilidad la
de
multiplicar
superposición
debieron
de
los
de
5 m. , lo
el
espacio
significa
habitable
pisos, mecanismo
recurrir
cual
al
los propietarios
que,
la
mediante
suponemos,
de casas de
planta
pequeña; en este sentido parece darse una cierta correspondencia
inversa entre ambas variables. Probablemente
rriera
a ese mecanismo de
Bernardo mayores
de
Sayús, a
ingresos
quien
por
suficiente
como
en
superficie 1753
actividades
en una casa de 41,8 m ra,
ganar
recu-
en altura
don
se le calcularon
los
mercantiles;
Sayús
vive
de planta, pero de 8,35 m. de altupara
permitirle
disponer,
al
menos,
de tres pisos ( 8 8 ) . Dentro del la
burguesía
de
ellas,
de
su
m.), de
conjunto
mercantil
destacan
pertenecientes
élite:
doña
don
Josefa
Santelices, 2
de
Pedro
a de
Antonia
por
de
sus
miembros
de
dimensiones
3
representativos la
de
Cantolla
Ulibarri,
(174,3 m x7,09
(100,4 m xll,35 m.)
casas
integrantes
(130,3
m
xl0,85
viuda de don
m.) y don
José
Bernardo de Sara
( 8 9 ) . Casas éstas, no obstante, modes-
tas si se las compara con las que habitan quienes representan el
el
paradigma
marqués
de
de
los
Balbuena
valores
(332,6
m
sociales x8,40
m.)
de y
la el
época: marqués
de Villatorre (546 m^xl0,90 m.) ( 9 0 ) . Si tuviéramos módulo del
de
siglo
vivienda de XVIII
que
recomponer
una
casa-tipo
la burguesía mercantil
partiendo
de
los 'valores
de
medios
o
mediados de
las
tres dimensiones, dicha casa tendría las siguientes caracte risticas:
224
Frente:
5,5 m.
Fondo:
10 ra. 2
Planta:
55 m.
Altura:
6,45 m.
NQ de pisos: 2/3 La mercantil partir
evolución
desde
de
el
1753
posterioridad
de
la
vivienda
punto
de vista
es
desconocida.
nos
de
de
la
sus
burguesía
dimensiones
Ninguna
fuente
a
con
al catastro de Ensenada, ni siquiera durante
la primera mitad del siglo XIX, aporta datos en este sentido ( 9 1 ) . Vamos
a
ir
concretando
más
esta
reconstrucción
tipológica de las casas de la burguesía mercantil a partir de tres modelos a los que, creemos, iban a responder básica mente entre 1700 y 1850.
- La vivienda
unifami liar o la ^oas_a^tiejida'_^.^
Al utilizar la expresión "casa-tienda" no hacemos sino
ser
utilizado
durante
el
siglo XVIII para designar algunas viviendas de
quienes
se
dedican
catastro otros
fieles
a
de
al
las
lenguaje
más
actividades
Ensenada,
en
los
común
mercantiles; inventarios
en
el
propio
de bienes
y
documentos notariales encontraríamos numerosos
en
ejem-
plos de ello. Lo descriptivo de la expresión haría casi innecesario mencionar que con ella se designa a un tipo de casa, unifamiliar
siempre,
diferenciados
en
la
que
funcionalmente:
se
el
asocian
de
dos
habitación
espacios y
el
de
negocio. Los permiten del en
inventarios
ahora
espacio
conocer
interior
lo prolijo
y
en
de
de
en
bienes
algunos
esas
extensas
de
comerciantes
casos
casas.
Sin
la
articulación
ánimo
descripciones,
nos
y
sí
de
caer
con
la
226
- Casa de Catalina de Alceda; 1723 (93)
Alcoba
Tienda
Sala
Cocina
Planta baja
Cuarto
la Planta
Desván
23 Planta
227
Casa de Baltasar Pastor; 1736
(94)
I
Cuarto principal
Tienda Cocina
Planta baja
la Planta
Cuarto alto
2a Planta
228
- Casa de Ma Concepción de Herrera; 1737
(95)
Alcoba
Cuarto principal
Despensa
Planta baja
Cuarto
la Planta
Alcoba
Cuarto segundo
Cocina
w
•fa.-r .V., 2a Planta
229
- Casa de Domingo López; 1748
(96)
Alcoba
Alcoba
Sala Tienda Cocina
Planta baja
- Casa de Jaime de Gomandín: 1753
la Planta
(97)
Bodega Cuarto
Tienda Cocina
Planta baja
Cuarto
la Planta
230
- Casa de Josefa de la Barcena; 1753
(98)
Tienda
Planta baja
la Planta
Cuarto
Cocina
2a Planta
231
- Casa de Angela de Cardoso Gallo; 1756
(99)
A
Alcoba
Cuarto
Cocina
Planta baja
la Planta
Alcoba
Cuarto principal
Aposento
2a Planta
232
- Casa de Ignacio de Heras Cuartas: 1758
(100)
Cuarto
Alcoba
Cocina
Alcoba
Bodega
Tienda
Planta baja
la Planta
Desván
- 7 23 Planta
233
- Casa de José de Haza Campo; 17 69
Tienda
(101)
Cabrete
7ZI7
Planta baja
Alcoba
la Planta
Alcoba
Alcoba
Alcoba
Cuarto Cuarto
Cocina Cuarto
Alcoba
Alcoba
7 7
2a Planta
1 7
3a Planta
(continúa)
234
Desván
4a Planta
Casa de Fernando de Boó Rumayor; 17 66
Cuarto pral.
(102)
Cuarto segundo
Tienda Cuarto Cocina
desván
,«1
Planta baja
la Planta
235
- Casa de Lucas de Soto Alsedo; 1773
(103)
/
Cuarto V
principal
i. /-
Tienda i., V
Cocina
Cuarto
*
Planta baja
la Planta
- Casa de Fausto Barón de la Torre; 17 7 6
Tienda
(104)
Cuarto principal
Cocina
Cuarto
Almacén
Planta baja
la Planta
23é
- Casa de José A. de Rentería y Villegas; 1791
•f
Tienda
Cabrete
Planta baja
la Planta
Cuarto
Cocina
2a Planta
(105)
237
A de
miembros
la
vista
de
la
de
estas
burguesía
13
plantas
mercantil
de
viviendas
podemos
observar,
en primer lugar, cómo en su totalidad pertenecen al siglo XVIII. Durante
la primera mitad del XIX ningún
nos
modelo
habla
del
significa que este ocurre por
que
los
"casa-tienda".
Ahora
bien,
1800
y
ello
no
tipo de vivienda hubiera desaparecido;
inventarios
han
perdido
expresividad
lo tanto, salvo dos de ellos, nos impiden
el espacio
inventario
y,
reconstruir
interior de las casas. La tónica general entre
1850
será
que
el
escribano,
al
contrario
de
lo
que solia suceder en el siglo XVIII, confeccione el inventa rio agrupando los objetos hallados en las casas por clases -muebles, menaje y
no
recorriendo
nota de dos
de cocina, vajilla, una
a
una
las
los objetos existentes
inventarios
que
si
refieren
a
nos
ropa de cama,
dependencias
y
etc-
tomando
en ellas. En cuanto a esos
permiten
interior
se
comerciantes
responden
al modelo que venimos
conocer cuyas
el
espacio
viviendas
tratando, por
lo que
no los
analizaremos en otro apartado. Hemos de señalar también que ningún otro inventario relativo al siglo XVIII, mencionando,
nos
permitían
salvo
los
una
13
que
hemos
reconstrucción
ido
precisa
de las plantas de las casasPasando la hace
ya
"casa-tienda", patente
la
a
comentar
señalaríamos
integración
en
las
características
en
primer
lugar
cómo
un
único
edificio
de
de se los
espacios de residencia y de trabajo, generalmente comunicados entre sí. Podemos observar también cómo predomina la articu lación
en
tres
plantas:
una
baja,
destinada
a
tienda
-
a veces con bodega o almacén anexo- y otras dos superiores destinadas a habitación. Esta asociación de ambos espacios se halla
fuertemente
como
se
pone
pues
tan
sólo
de
arraigada
manifiesto
los
en
a mediados del siglo XVIII el
representantes
catastro del
de
Ensenada,
comercio
ambulante
238
-6-
y
otros
7
comerciantes
residen
en
lugares
distintos
de donde tienen instalados sus negocios. Es ésa una caracte ristica
que
posee
también
no existe disociación cial; el
incluso
caso
de
en
los
se
en y
residen-
liberales,
aprecia
donde
como
este mismo
es
modelo
(106).
Al hablar de a
artesanal,
profesiones
boticarios,
también
casa
entre espacio-productivo
ciertas
residencial-laboral
riendo
la
un
la
"casa-tienda"
tipo
de
vivienda
nos estamos reficaracterizado
por
una gran simplicidad en cuanto a la distribución del espacio más
interior
especificamente
de
habitación;
apenas
lo
elemental y nada para lo superfluo: 1 cocina, 1 sala,
la mayoría de
las veces convertida en dormitorio y
cuarto
de trabajo contable, y 2 o 3 dormitorios. Son excepcionales los
casos
de
viviendas
con
más
de
6
habitáculos,
como
por ejemplo la de don José de Haza, "mercader de por mayor y
menor"
en
1753
calcularon
unas
situaba
el
en
actividades las
a
quien
utilidades quinto
los de
lugar
mercantiles
agentes
6.000
entre
(107).
del catastro
reales,
los
lo
contribuyentes
Desconocemos
Sara,
para
Lienzo,
poder
Cantolla,
establecer
una
Fernández relación
como
le por
eran
ingresos
de
de
le
cual
casas de quienes le superaban e igualaban en
-Sayús, como
y
Estrada-
causa-efecto
entre nivel de riqueza y distribución del espacio interior de la vivienda. Nos con
una
faltan
cierta
precisión
de la distribución mercantil y mos. de
En
interior
o
importantes
fiable,
casos
liberales,
bien
para un
poder
realizar,
análisis
comparado
grupos socio-profesionales próxien
que
pertenecientes
profesionales
datos
interior de la vivienda de la burguesía
la de otros
aquellos
bienes
también
los
a o
disponemos
de
eclesiásticos, no
desfases
se
describe
cronológicos
como para poder obtener
inventarios militares ese
son
conclusiones
No obstante, nos referiremos a tres casos.
o
espacio demasiado válidas.
239
En 1749 la casa que habitaba don Matias de Arcocha
Herrera,
hijo 1
del
comerciante
sala,
1753
prebendado
2
del
alcobas,
poseía
y
de
la
de
Santander
nombre,
se
componía
mismo
1 cuarto
ocupaba
colegial
en
y
cocina
la calle
(108).
La
de
que
Santa Clara don
e
en
Pedro
de Abarca Calderón, "sin oficio ni trato" -hacendado/rentis ta-
y
miembro
de
una
de
las
familias
tradicionalmente
integrantes de la élite de poder local, disponía de cocina, 4
cuartos altos y 2 bodegas
en
1766
don
Bernabé
del
obispado
con
su
de
alcoba,
(109). La casa en que residía
Antonio
Santander,
de
la
Canal,
estaba
Notario
integrada
Mayor
por
1 cuarto a modo de recibidor,
1
sala
2 alcobas,
1 cuarto, 1 despacho, cocina, despensa y cabrete (110). Las
casas
que
hemos
descrito
pertenecientes
tanto a comerciantes como a esos otros miembros representativos
de
la
XVIII
poco
sociedad tenían
santanderina
que
ver
con
de
las
mediados
que
del
habitaban
siglo en
esa
planta
del
centuria las familias nobiliarias locales. A. primer de
de
piso
la
del
Villatorre,
Lastra
palacio
pudo que
poseían
en
recomponer
los la
la
Riva-Herrera,
calle
Santa
planta estaba compuesta por 15 dependencias Además de a
la la
Lastra
de
esta
disponemos
reedificación
de
Cevallos,
conde
de
Ruamayor.
Dicho
del de
contrato
palacio
que
Villafuertes,
contrato
obras
en
por
relativo
Manuel
poseía
se redacta
dicha
efectuada
de
don
Clara;
(111).
reconstrucción del
marqueses
Francisco
en
la
calle
1786 y por
lo
que en él se describe el estado del palacio pudiera calificarse
de
ruinoso,
el
conde
la
nobleza
y
que,
de
extraño
Villafuertes absentista,
sin
Santander
nada
en
duda
era
un
residente
movido por el
esas
si
tenemos
típico en
auge
fechas, decide
el
en cuenta
representante valle
económico
venir
a
que de
de
Buelna
que
conoce
vivir
a
ella.
Su palacio se articulaba interiormente en torno a un patio central
-como el de los Riva-Herrera- en el que
confluían
240
diversas piso,
habitaciones
denominado
concentrase y
desván.
con
en
en
y
constaba
el
él
de
contrato
la
mayor
"vivienda
parte
Esas dependencias
planta
de
eran:
baja,
primer
principal"
las
1 salón
por
dependencias, que
comunicaba
3 cuartos, 1 "sala de estrado" con su "alcoba princi-
pal", los
1 sala
más
criados-,
completaba
pequeña,
1
el
alcoba,
conjunto
3 cuartos cocina
y
residencial
se pensaba reestructurar
-uno
de
ellos
"comunes" un
para
-retrete-;
jardin
que
también
(112).
Vemos a través de estos dos ejemplos la distancia que en número de aposentos existia entre la
que pudiéramos
considerar modelo de vivienda señorial y la de la generalidad de los miembros de la burguesía mercantil, incluso de los
de
su
élite,
como
es
de Haza. Esta distancia sociales
no
es
menor
el
caso
entre
que
ya
visto
el habitat
la
que
de
don
de ambos
existía,
por
José
grupos
ejemplo,
entre el de dos burguesías mercantiles de la primera mitad del
siglo XVIII:
la propia santanderina y la barcelonesa.
Independientemente
del mobiliario, del que nos
ocuparemos
en un posterior apartado, contrasta el número de aposentos de
la
casa
de
don
José
de
Haza,
la mayor
que
conocemos
-6 alcobas, 2 cuartos y cocina, además de tienda, cabréte y
con
el
de
consta,
según
R.
Fernández,
las
figuran
de
desván-
que tal
entidad
Guallar,
no
(113). Por ciantes
2
este
en
que
a
la de
de de y
ver la
con
la de
burguesía
1
mismo
que
la
familia
32
dependencias,
capilla,
autor,
tipificarla
sus características,
santanderinos
da
casa
comedores
que
duda
la
de
una
siguiendo
entre
vivienda a
López
de los comer-
analizando no tiene na
los Gloria, hallándose más mercantil
que
"señorial-mercantil"
la vivienda
venimos
Gloria,
compostelana
de
próxima la
misma
época (114). La atrás
de
también
"casa-tienda",
elemental podemos
en
razón
calificarla
que
hemos
del así
calificado
número desde
el
de
párrafos
dependencias,
punto
de
vista
241
funcional: de
alcobas,
espacios
como
salas,
la
cuartos
tienda,
la
y
cocinas,
bodega,
el
al
margen
almacén
o
el
desván, son los únicos habitáculos en que parece distribuir se
el
espacio
interior
de
ese
modelo de vivienda.
Salas
en las que, abigarradamente, se duerme, se come y se trabaja, como pone de manifiesto el mobiliario hallado en ellas: catres, jergones, mesas, alacenas rios en
conteniendo
ocasiones,
libros
algún
de
con vajillas y escrito-
cuentas,
libro de
papeles
varios
lectura. Alcobas y
y,
cuartos-
dormitorio en los que suelen agolparse tres o cuatro camas que,
como
afirma
Flandrin,
un
concepto
la
"mentalidad, burguesa"
de
promiscuidad
de
la
con ni
tan
querido
familias más
del
populares Aries
sexual,
moralistas el
de
de
católicos
que
en
otros
al
de
y
frente
podia
habitación
que
favor
intimidad
a la pervivencia
tradición
poco en
a al
derivar
combinarse
casos
de una
respondía
mentalidad,
que de modernidad, de
la
que
todos los sectores sociales, desde las clases
hasta
para
bien
Promiscuidad
espacio
que
m.ás impregnada de
los
como
amplias, pero
ni menos
participaban
a
(115).
exigüidad
hablan
el
la
propia
occidente
generacional
y
nobleza europeo
social
según
nos
(116). al
muestra
Una
Ph.
promiscuidad
compartir
intimidades
hombres y mujeres, niños y adultos, señores y servidores. A
la
escasa
fragmentación
del
espacio
interior
de la "casa-tienda", con su escasa
incidencia en la promo-
ción
de
la
añadir
pone
de
manifiesto
comerciantes mera que
intimidad,
como
separación no
debían
habria
en
los
Domingo de
de
los ser
que
inventarios López
y
los
únicos
de
don
dormitorios
dato
que
bienes
José
por
por
un
de
de
Haza:
cortinas,
lo
que
aunque no se explicite, de la lectura de otros
se
se dos la
casos
deduce,
inventarios
(117). En dependencias
la que
"casa-tienda" no
tuvieran
no parecía un
haber sitio para
carácter
de
necesidad.
En viviendas de la burguesía mercantil la primera referen-
242
cia que hemos hallado al comedor -elemento de modernidadcomo
espacio
reconoce
asi
una
nombrado, y
función
por
especifica
lo e
tanto
al que se
individuada,
le
data
de
1803 y corresponde a la casa que en el ámbito de la Nueva Población
-barrio
Juan Lafont fica, de
de
Cañadio- poseia
el
comerciante
don
(118). Pero dicho ámbito, como sabemos, signi-
frente al histórico de la Plaza Vieja, dominio
la
"casa-tienda",
urbano,
del
de
una
nueva
habitación
y
del
concepción de
del
trabajo;
éste
espacio
concepción
ligada indefectiblemente a un nuevo tipo también de comercio y, en consecuencia, de comerciante. Significa al mismo tiempo todos
la aparición
de una nueva mentalidad,
si no
entre
si entre algunos miembros de la burguesía mercantil
santanderina. La
"casa-tienda"
era, en definitiva, el
espacio
residencial-laboral de la burguesía mercantil -del "mercader
de
por mayor" y
del
siglo
XVIII
"de por menor"- de
y,
en
general,
del
la primera
sector
de
la
mitad misma
que no participó directamente en el mundo del gran comercio que define de
esa
a Santander
centuria.
representativos
Si
Boó
de
comerciantes
europeo
la
miembros
Alsedo, los
Rumayor
dicha
básicamente desde el último
casa
y
"casa-tienda" de
esa
otros-,
tendría
burguesía
creemos
vinculados que
albergó
al
que
los
-Haza, a los
comercio
aparecer
a
tercio más Soto
ojos
de
colonial
y
propia
de
como
tenderos.
-
La
£on
el
mode_lo _'¿o^sa^z.í.í.iILá.^lL
Úi.
1E
Esos representantes del gran comercio, del capita lismo mercantil, recordémoslo, tenían necesidades e intereses concretos en lo económico, y para satisfacerlos promovieron, en perfecta
simbiosis
con el Estado, la modifica-
243
ción
del
urbana.
puerto
De
y
este
con
modo
ella
la
surgió,
de
se
la
propia
estructura
expandió y consolidó
la
Nueva Población que comenzara a diseñara en 1765 el ingenie ro Llovet. En es
su
mejor
crearía
para
este
ámbito urbano nuevo, del que el Muelle
símbolo su
y
que
la
exclusivo
gran
uso,
burguesía
la
mercantil
"casa-tienda" ya
no
tenia sentido ni formal ni funcionalmente. A
una
nueva
función,
pues,
una
nueva
forma,
que encuentra su primera respuesta en los edificios proyectados por Llovet y a el
punto
de
vista
los que ya nos hemos referido desde
de
su
articulación:
las
dos
primeras
plantas, destinadas a almacenes y lonjas; las dos restantes a viviendas para alquilar y residencia de su propietario, que
se
reservaba
también
función proyectarla de
construirse
de
las
tenían y
en
manzanas
Colosía la
o
otros comerziantes
desván
en
que
Don
(119).
sobre
Antonio
haría
constructivo-funcional,
aunque
idéntica
"a la parte del ellos
del
Norte
muelles"
QLOS
Campo
de esta vecindad"
1821 no
Con
1795 las casas que habrían
Plaza Nueva,
casas
construhídas
de Calderón de
el
[Campo-Giro~
(120). El proyecto
sino continuar pudieran
este
variar
esquema
los crite-
rios estéticos. Todos Nueva
Población
modelo
estos
edificios
representan
"casa-tienda"
por
una
que
van
surgiendo
radical
diversos
ruptura
motivos:
el
en
la
con
el
primero,
que la "casa-tienda" responde a la tipología de la vivienda unifamiliar, mientras que dichos edificios habrán de albergar cada uno a varias familias; el segundo, que la "casatienda" sólo
poseía
para el propietario
el valor de uso
-habitación
que
la disfrutaba
tan
y negocio- en tanto que
los propietarios de las casas de la Nueva Población añaden a éstas el de cambio -renta inmobiliaria-. En de
que
no
cuanto
a
dispongamos
la de
morfología ningún
externa,
testimonio
y
a
pesar
gráfico
ni
-M
> o O ü w -H O c
ra
u
o o, 03
o -o ra u ^ o a — tn C
o
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w O
••.:rv
7^
(d H N •H C < 0)
Qi
\
2
01
24é
descriptivo
de
la
"casa-tienda",
las
diferencias
entre
uno y otro modelo de vivienda tendrían que ser necesariamen te muy acusadas, tan acusadas como las realidades económicas a las que referían uno y otro; recordemos la admiración que
produjeron
viaje de
las
casas
del
Muelle
a
1791 a Santander, admiración
Jovellanos
que
en
a mediados
su del
siglo XIX iban a volver a producir a Madoz, quien llegaría a
escribir:
terreno
"Aún
[la
N.
queda
mucho que hacer para que
Población]
esté
cubierto
de
todo
casas;
el sin
embargo, los edificios que hay hacen del muelle de Santander uno de y
Madoz
los más hermosos
contraponían
de España"
también
más
(121).
o menos
Jovellanos
explícitamente
dos ciudades o mundos urbanos: el nuevo y el histórico. Dentro modelos
de
y
esas
vivienda,
dimensiones habitó
de
de
sus
atendió
diferencias
la
única
plantas. sus
relativas
a
los
dos
es
la
de
las
"casa-tienda"
en
la
que
constatable
La
negocios
don
José
de
Santelices,
ocupada en 1753 por su viuda doña Josefa Antonia de Ulibarri,
era
en
esa
fecha,
con
sus
174,3
mayor de entre las que tenemos noticia sentantes
de
superficie
la
burguesía
podía
a
de
planta,
ocupaban
mercantil
incrementarse
m.
los
-cierto
través
de
que la
la
repredicha
altura-;
la planta de las casas del Muelle se situaba aproximadamente entre los 275/300 m? Otra la
diferencia
naturaleza
casas
de
la
(122).
de
los
Nueva
notable
materiales
Población
ya
probablemente constructivos;
vimos
cómo
la
fuera en
piedra
las de
sillería, el ladrillo y la madera de roble eran una exigencia,
en
Plaza
tanto
Vieja,
que
en
por haber
las
casas-tienda
sido
construidas
del
ámbito
algunas
o
de
la
muchas
de ellas quizás en un pasado lejano, semejantes materiales suponemos se hallarían ausentes, en especial la sillería
—
(123). Si hubiera que adjetivar el lenguaje arquitectóni co
empleado
en
las
casas
del
Muelle
habria
que
hablar
2A7
de sobriedad, de esencialidad, derivadas de un neo-clasicͣ mo
llevado a su grado máximo al desproveerse de
cualquier
tipo de decoración exterior. Se trataba de viviendas modernas en
como
tantas
palabras
de
otras
europeas
Braudel,
"para
pero más agradable"
de una
la
época
vida
concebidas,
menos
grandiosa,
(124).
En esos edificios austeros, simétricos y uniformes
en
su
mayoría,
se
buscaría,
además
de
amplitud
en
tanto que espacios para almacenar y espacios para habitar, eliminar
dos
nocivas
carencias
que
padecía
la
mayoría
de las casas de Santander: la de la luz y la de la ventilación. Ello se iba a lograr mediante la apertura de numerosos
huecos
al
exterior
y
la
instalación
en el
tejado
de
una gran lucera central para iluminar la escalera de acceso a
las diversas plantas del edificio. En el tejado podemos
ver
también un elemento
pero
siempre vigente:
constructivo de invención
antigua
la mansarda, que, unida a los otros
caracteres de las casas del Muelle, dan a éste un indudable sabor
francés
-los
fachadas
de
al
XVIII
siglo
esas
miradores casas
como
que
son
ponen
hoy
añadidos
de
proliferan con
manifiesto
en
las
posterioridad
los
grabados
de
la época-. Realmente no cabe duda de que tales casas, residencias de grandes comerciantes y/o armadores, representaron la introducción en Santander de un lenguaje arquitectónico se
hasta
toma
que
entonces
como
canon
desconocido. estético
lo ornamental ocupa
un
la
lugar
Significativamente casa
nobiliaria,
no
en
importante. Por un
la lado
habla que adecuar forma y función; pero por otro, creemos, el sector de la burguesía que paulatinamente va instalándose
en
el
Muelle
la
medida
en
orgullosamente y
a
la
vez
que la
se identifica a
través posesión
del de
internacionalista
con
ese nuevo
mismo una por
lenguaje
proclama
pública
personalidad cuanto
que,
a
en y
propia través
del neoclasicismo -el arquitecto Francisco Sabatini elaboró
248
e
informó
varios
Santander-,
se
proyectos
vincula
para
la
Nueva
estéticamente
a
Población
otras
de
burguesías
europeas además de a la española (125). Entre el m e n c i o n a — do sector
de
la
el Muelle
no
faltarían
conocieran
el
burguesía
"gusto
mercantil
quienes,
burgués"
a
que
se
través de
que
en
esa
instala
en
sus viajes,
época
imponía
Francia. En que
surge
qué
en
la
medida
este
ciudad
del
modelo
de
"casa
burguesa"
ensanche
se
reproduce
en
la
ciudad histórica es una cuestión a la que no podemos respon der por falta de información documental y visual. No obstan te,
tengamos
participan
en
también
que
habitan
San
Francisco
desde
cuenta
en
comienzos
en
miembros
calles o
que
el
de
comercio la
burguesía
tradicionalmente
Don
Gutiérrez
del
siglo
una
mercantil
comerciales
-conocida
XIX-,
internacional
como
y
otra
la
como Blanca
integradas
en el ámbito de la Plaza Vieja. Algunos de esos comerciantes
reformarían
de
nueva
la
posición
antiguas
casas
planta, dándose económica
y
o bien
un marco social
construirían
residencial que
les
otras
acorde
con
proporcionaban
sus ganancias. A través de la documentación notarial podemos ver cómo
en ese ámbito de
la Plaza
Vieja y en
otras
calles de la ciudad histórica aparecen grandes comerciantes como por ejemplo don Juan Antonio de Campuzano o don Teodoro de
Salazar, propietarios de edificios de 4 y 5 plantas
destinadas a almacenes, viviendas para alquilar y residencia de sus dueños
(126).
La época del comerciante residiendo mayoritariamente en viviendas unifamillares había quedado atrás desde la perspectiva del siglo XIX; recordemos la profunda transformación
que,
la estructura de
la
entre de
burguesía
1753
y
1829,
la ocupación mercantil,
de
una
se habla producido
las viviendas transformación,
por por
en
parte otro
lado, que había afectado al conjunto de la sociedad santanderina.
249
privativo a
la
de
las
casas
ampliación
donde hubiera
del
del
Muelle,
volumen
de
sino
los
que
va
ligado
intercambios.
un gran comerciante creemos que no
Allí
faltarla
un escritorio. Asi, por ejemplo, en una calle de prácticamente
nula
implantación
de
la
burguesía
mercantil
como
la Cuesta del Hospital den Tomás Ignacio de Beruete, "vecino
y
del
1800,
comercio
de
Bilbao",
poseía
"una casa notoria... .que
se
en
dicha
compone
de
calle , en
una
lonxa,
entresuelo con su quarto de escritorio y quatro havitaciones con su desván"
(130).
Comodidad
también
a
la
hora
de
acceder
a
las
distintas plantas de que constaban los edificios. Calderón dispone en 1829 que la casa que tiene proyectado construir deberá
contar
peldaños
en
con la
una
lucera
escalera
en
"para
el
tejado
darla
y
claridad
con y
anchos que
se
suba con descanso" (131). En estas condiciones los propieta ríos no dudarían en reservarse el último piso de los mismos al desaparecer la característica lobreguez de las escaleras desprovistas
de
iluminación
solar; a la luz y ventilación
de que disponía la última planta se añadía además la seguró, dad
y
facilidad
además,
que
la
de
acceso
a
construcción
la de
misma. esa
con "escrupulosidad y....perfección" Esa búsqueda de ya
en
el
interior
de
exigía,
debería
hacerse
casa (132).
la comodidad,
las
Calderón
viviendas
del confort
se
ahora
manifiesta,
por
lo general, a través de la incorporación de nuevas dependen cías y/o de la distribución de las mismas, de la organización
de
los
sistemas
de
calefacción,
de
eliminación
de
aguas residuales, etc. La de viviendas hacerlo tantos
reconstrucción que venimos
de
las
plantas
de
este
tipo
tratando tan sólo nos es posible
en dos casos a través de los inventarios de otros comerciantes.
Uno
y
otro,
don
Juan
Lafont
y
don
Francisco Sayús, residieron en la Nueva PoblaciónEn el inventario de bienes del primero, fallecido
250
De
la
distribución
morfología
del
espacio
externa
interior
(127)
pasamos
de esos
a
edificios
la
que,
surgidos desde el último tercio del siglo XVIII, rompieron con
el
datos por
modelo
dominante
que nos
lo
que
creemos
"casa-tienda".
Realmente
los
aportan las fuentes manejadas no son muchos
al
que
de
número
son
de
muy
viviendas
valiosos
se
refiere, pero
cualitativamente;
sí
de
ahí
el que intentemos apurar al máximo todas sus posibilidades informativas. Afirma de
las grandes
Flandrin casas
que
"La
organización
nobles o burguesas, al
interna
transformarse
hacia el siglo XVIII, manifiesta una búsqueda de la comodidad
y
la
intimidad"
(128)
-Braudel
nos
hablaba
de
una
vida "más agradable"-. La burguesía mercantil santanderina, o al menos el sector más representativo de la misma, creemos
que
buscaría
que
probablemente
también lo
esos
hiciera
valores, el
del
conde
mismo
de
modo
Villafuertes
cuando remodelaba en 1786 su palacio de la calle Ruamayor. Comodidad
que
comienza
a
manifestarse
en
el
propio lugar de trabajo al surgir, bien en la planta dedica da
a
almacenes,
bien
en
la
propia
vivienda,
una
pieza
como es el "escritorio" o despacho, atendido por escribientes
y
dependientes,
ejipertos
total confianza
de
en
1796
y
están
de
Vial
y del
Las
1807
figuras
almacén
que
si
bien
el
siglo
es
de
que han
las
aparecer
cierto
unos
a
es
órdenes
que
gozan
de
la
el caso de los que de don
Ramón
Javier
respectivamente
(129).
cajero, escribiente, dependiente y guarda-
vemos
los
jefes, como
conde de Campo-Giro
XVIII,
dentro de bién
de
sus
contables
que
nos
en
surgen
hablan
de
el
padrón
de
1829,
antes
de
que
ya una
división
comerciantes
delegado
en
otros
con
mentalidad
las más mecánicas
finalice
del
negocios mercantiles y al mismo
aunque
trabajo
tiempo
tam-
de
gestores,
y
rutinarias
tareas administrativas. La
aparición
del
escritorio
no
es
un
fenómeno
251
en
1803,
se
mencionan
que constaba
cada
una
de
las
dependencias
su vivienda que, respetando
el orden en
van apareciendo en el inventario, eran las siguientes
de que
(133):
- Sala principal - Cuarto de la sala - Cuarto de estar - Alcoba grande de la sala - Alcoba grande del comedor - Alcoba pequeña del comedor - Comedor - Despensa - Cocina - Desván - Cuarto de escritorio Tomando la distribución vemos
que
en
desconocidas
como
punto
del espacio
la vivienda en
ese
de
referencia
interior de la
de
Lafont
modelo,
o
al
comparativo
"casa-tienda",
aparecen menos
tres
no
piezas
reconocidas
como tales: el comedor, el cuarto de estar y el escritorio, al que ya hemos aludido en párrafos anteriores. Disponer de un comedor y de representa un cambio cualitativo
un cuarto
de
estar
importante en el concepto
de vivienda al romperse con la sala tradicional, que venia desempeñando,
además
de
otras,
las
funciones
que
ahora
se asignaban a las dos nuevas piezas. Braudel afirma que reservar una habitación especial para
las comidas era un lujo que no se
en
Francia,
y
sólo
XVI
(134).
En
el
en casa caso
de
de
generalizaría
los ricos, hasta
Santander,
de
tal
el
siglo
habitación
especial, el comedor, la primera mención de la que tenemos noticia es ésta de 1803 en la casa del comerciante Lafont. La
aparición
del
comedor
pudo
implicar
cambios
y rupturas de hábitos domésticos. En primer lugar la busque da
de
comodidad
al
abandonarse
una
sala
que, por
estar
252
permanentemente ocupada y realizarse en ella las más diversas funciones, resultaba molesta y sus condiciones higiénicas
no
debían
descartar la
la
cocina-.
implicó
la
"lugar
del
de
ser
las más
posibilidad En
segundo
creación culto
favorables
de
que
lugar,
de
un
se
la
en
habría
comiera
que
donde
del
No menos
cambios
denomina
reúne
familia con carácter ritual alrededor de una mesa pudo desencadenar
la
en
comedor
Flandrin se
que
incluso
aparición
espacio
familiar",
-no
toda
la
(135). aparición
del cuarto de estar, que pasaría a convertirse en el espacio por excelencia de reunión familiar y de mayor permanencia diaria. Ahora bien, nos dar
una
respuesta
firme
cambios
se hicieron
Lafont.
En
problema caminaban o
la
si
su
tras
de
se
en
aquellos
como
otros
el
trataría
mentalidad
valores
datos
a la cuestión
realidad
definitiva
de
faltan
como de
caso de
para
si todos del
dar
representaba
respuesta la
reproduciían
estos
comerciante
de
los de comodidad
que
poder
e
los
al
quienes
intimidad hábitos
y
modos de vida tradicionales. Decimos plo,
esto porque
se distingue
en
nominalmente
casa de Lafont, por ejemun
cuarto
de
escritorio
que, si nos detenemos en analizar qué función podía cumplir a
la
vista
de
los
muebles
y
objetos
en
él
existentes,
observamos que a la vez que escritorio es también dormitorio y no menos cuarto trastero por
su parte,
lo
sillas,
pero
que
convierten
en
lo la
alcoba
tiempo, para favor
junto
se
este de
a en
grande
ocupa fin
es
el
(138).
haberse
en
la
ellas
(136). El cuarto de estar,
medida se
hallan
dormitorio del
comedor
ocio Estos
alcanzado
en
jugando
se en
cuenta
instaladas
(137).
ejemplos altos
que
Del
duerme la no
15
2
camas
mismo
modo,
y,
mismo
mesa hablan
niveles
con
de
al
adquirida mucho confort
en e
intimidad. Contrasta
también la pobreza de un comedor amue-
253
blado con una mesa de pino y siete sillas grandes de paja con una sala en donde el refinamiento se proyecta a través de un reloj de pie y una cómoda construidos en caoba con guarniciones
(139).
La
casa
de
Lafont
se
nos
aparece, pues,
como
una casa en transición en la que, en un balance de conjunto, creemos que pesaba más la tradición que la innovación. La
distribución
de
su
espacio
interior
no
hay
duda
de
que respondía a un esquema acorde con el concepto "burgués" de y
vivienda; objetos
bién
en
sin
embargo,
la
ordenación
de
los
muebles
en ese espacio, producto de una mentalidad transición,
altera
dicho
esquema
al
tam-
modificar,
diversificándolas, las funciones genuinas de algunas dependencias . En don
Francisco
también del
cuanto
en
a
la
Sayús,
ella
inventario
el
rasgos que
casa
de
otro
de
que
Cañadío
comerciante
cambio
sus
en
habitaba
citado,
y permanencia
bienes
se
hizo
vemos
a
tras
través
fallecer
en 1821 (140) . Don los de
más
Francisco,
cualificados
mediados
del
hijo
de
don
miembros
de
la
siglo
XVIII,
Bernardo, burguesía
participarla
uno
de
mercantil activamente
en la vida social santanderina y en la expansión económica de la ciudad en su calidad de comerciante, armador, fabricante de harinas y de sombreros, siendo a la vez colaborador del Estado, Honorario
de
patriótico" de
esta
de
la
sus
Guerra (141).
imagen
fallece
Sayús,
quien
económica a para
con en
en
que
evitar
una
cruz
de
1821
nada
queda
1819, padece
establecer
una
una
"Comisario honor
en
el
el
comercio
serie
quiebra
de que
ya
contexto de
acuerdos al
final
(142). Esta
y
distinguido
Cuando
comenzaba
acreedores
se consumó
escasez
de
y
contracción
Santander, con
lo cual le supuso ser nombrado
circunstancia
pobreza
del
explica
mobiliario
de
suficientemente
la
una
la
casa,
como
254
de
Sayús,
en
otro
tiempo
probablemente
paradigma
de
la
vivienda de la élite de la burguesía mercantil santanderina. La casa, según el inventario, contaba con las siguientes piezas: - Recibidor - Comedor - Sala principal - Gabinete - Cuarto retirado - Cuarto-almacén - Escritorio - Cocina Podemos
observar
la
aparición
de
dos
nuevas
dependencias: el recibidor y el gabinete. Contemplando de
un
las
recibidor
posibles
modas, a
en
en
las
que
la puerta de
dependencias
se
correspondientes
debidas
configura
entrada
por
actualidad
al
como
un
estructura aún
salvando
tiempo
y
espacio
a
las
inmediato
de la casa y aislado de las demás
mamparas
de
puertas.
Esta
defensa de la intimidad
la
casas del Muelle, y
modificaciones
vemos
de mantener
la
cristal
esmerilado
configuración
con
sus
sugiere
la
familiar, en otro tiempo imposible
en unas casas en las que, prácticamente,
todo
se hallaba a la vista de propios y extraños. El mismo carácter intimo, al menos poseen
el
en
inventario,
el
gabinete
y
el cuarto
que
retirado
configurarían
el
de
nominalmente, que
se
espacio
habla
privado
por excelencia: los dormitorios. No obstante, si nos fijamos en el mobiliario existente en ambos habitáculos veremos cómo en cada una de ellas existen tres camas Una papelera
de
araña caoba
de sería
cristal, lo
único
un
reloj
digno
de
inglés
quizás
desmantelada.
brillante
y orgullo
de
y
una
destacarse de
entre los escasos muebles y objetos de una casa pasados
(143).
su dueño
en tiempos y en
1821
255
Que existan paradojas o, si se quiere, indefiniciones relativas a la organización y ocupación del espacio interior de
ver
una
de no
las
casas
significa,
nueva
en
los
dos
creemos,
mentalidad,
aunque
ejemplos
que
con
no
que
pueda
acabamos
hablarse
componentes
de
del pasado,
dentro de la burguesía mercantil santanderina del tránsito del su
siglo
XVIII
sector más
hacer
de
al
XIX.
Este
grupo,
o
más
exactamente
representativo, no hay duda de que
su
vivienda
un
entorno
agradable,
buscaría
cómodo
y
en
el que la intimidad se viera protegida. Los problemas que plantean las lagunas informativas
nos
obligan
a
no
poder
precisar
los
momentos
y
la
intensidad de los cambios que se producen en esas viviendas surgidas ejemplo
en
la
de
Nueva
ruptura
Población
con
el
y
que
modelo
hemos
tomado
tradicional
de
como
"casa-
tienda". Ello nos ha obligado a tener que ir aproximándonos a
esos
cambios
Lafont, de
a través
Sayús y,
de
los
ahora, de
ejemplos
la
de
las
casas
de
que en 1829 se disponía
a edificar otro importante comerciante como Calderón. Calderón que
habían
las
viviendas
no
haría
representado, que
en
sino
respecto
1766
continuar de
diseñara
la
la
ruptura
"casa-tienda",
Llovet.
Ruptura
en
cuanto a la morfología externa e interna y, en definitiva, en cuanto al concepto de vivienda: materiales ricos, "funcionalismo", dad El
en
el
iluminación, ventilación, facilidad y seguriacceso
referirnos
permitir
de
conocer
a
las
nuevo
distintas a
algunas
la
casa
pautas
plantas de
del
edificio.
Calderón
constructivas
nos más
va
de
a
las
que se seguían en el Muelle. Dicha
casa, que en
realidad
eran dos
integrando
una manzana, contaría, además de con dependencias ya clásicas y de
como
por ejemplo
"chimeneas búsqueda
vivienda
la sala, con
francesas", del
(144).
confort
tres y
de
"lavaderos",
elementos mejoras
que
"comunes"
nos
sanitarias
hablan en
la
256
La eliminación de las aguas residuales, desperdicios
y materias
fecales
de
las
casas
representó
siempre
un problema técnico, y económico, tanto para los moradores de las mismas el
sistema
era
como para
de
incapaz
drenaje
de
las de
autoridades
aguas
absorber
los
locales. En
residuales
vertidos
de
de
Santander
una
población
que habla ido creciendo paulatinamente. Esta era
1828
insuficiencia
resuelta, en la mayoría de los casos, por los propios
vecinos de
arrojando
residuos
por
las ventanas
sólidos
que
las
aguas y
desbordaban
las
todo
tipo
posibilidades
de un también insuficiente servicio de recogida de basuras, lo cual
convertía
las
calles
de
la ciudad, y no sólo las
ocupadas por los sectores sociales más bajos, en auténticos muladares
(145). En
pública eran
1828,
de
más
tenían
según
Santander
de
el
elaborado
trescientas
comunes.
informe
las
Horrorizase
sobre
por
L.Ma.
casas la
la
"que
salubridad
de
en
imaginación
la
Sierra,
Santander al
no
contemplar
la hediondez en que nadan, por decirlo asi, los que habitan tales
casas.
encerradas
En
las
la
necesidad
inmundicias
de
hasta
vierten, el torrente de efluvios forma
una
atmósfera
conservar
espesa,
la
todo
noche,
en
el
día
que
las
que se desprende de ellas
fétida,
malsana,
capaz
si sola de ocasionar peligrosas enfermedades....El está
indicándose
por
si
mismo
y
es
el
dueños de casas a que pongan comunes"
por
remedio
de obligar
a
los
(146).
En las casas del Muelle, en 1780, ya se contempla ba
la construcción
se pone que
de manifiesto
en
dicha
la Vega
Torre
privilegiado elevados ricos,
de comunes, es decir de retretes, como
que
entre
burguesía
calle
en el contrato
estaba
de obras de la casa
construyendo
don
Francisco
(147). Pero el Muelle era un espacio en
donde
pueden los
que
mercantil.
se
ser se Para
construye atendidos cuentan nada
con tan
unos sólo
algunos
urbano
costos por
los
miembros
se mencionan
los
de
de
muy más la
comunes
257
por
el
contrario en
Manuel
Cacho
y
la casa que en
su mujer
1781 van a
construir
en una calle próxima al
arrabal
de la Mar y de escasa valoración como es la del Arcillero (148). Entre a
encontrar
1780
una
y
1829,
referencia
en casas de comerciantes ser el ritmo de ni
en
general
problema
la
pero
hemos
éste
en
que
construcción
volvemos
de
comunes
-Calderón-, no sabemos cuál pudo
incorporación
económico,
se haria
a
a las demás
mentalidades,
año
de
de esta pieza
a las mismas
casas de la ciudad. no
en
menor
suponer
que
medida dicha
Siendo
un
también
de
incorporación
a un ritmo más acelerado entre los grupos socio-
profesionales
con
mayores
ingresos
y
nivel
cultural
y,
por consiguiente, entre la burguesía mercantil. A
título
esa burguesía ción
de
de
a
especial
afectara del
se convertirá
comunes
una
privado, y
a
la
cólera
en
las
también
institucionalmente,
en promotora de la incorpora-
casas,
especialmente
hipersensibilización
salud
pública
Santander.
al
Desde
ante
temerse el
en
1834, año
todo la
lo
que
penetración
Ayuntamiento,
a
cuyo
frente se hallan algunos de los más cualificados comerciantes, de
se dicta
comunes
ese año un bando ordenando
en
medida
que
Sierra
en
todas
las
pretendía su
casas
paliar
que no
esa
"la construcción
los
escasez
tienen"
(149),
denunciada
por
informe. Los regidores municipales, a través
de ésta y de otras medidas integrantes del "cordón sanitario"
impuesto
ciudad,
pero
en sin
clase,• habitaban de
verse
1834,
actuaban
olvidarse
de
como
que
responsables
ellos, y
otros
de
la
de
su
en ella y corrían el peligro, por tanto,
afectados
por
la
epidemia;
el
clima
de
miedo
al contagio que debió de cundir entre la burguesía mercantil,
y
al
que
volveremos
a
referirnos
en otro
capítulo,
se pone de manifiesto a través del elevado número de comerciantes que en 1834 otorgan su testamento
(150).
En cuanto a los cuartos de baño, mención obligada
258
al hablar de para
que
del
los comunes, parecía
hiciera
su
aparición.
ser
todavía muy
Durante
la
pronto
primera
mitad
siglo XIX, en los inventarios de bienes de comercian-
tes,
las únicas menciones que se hacen de objetos destina-
dos
al
aseo
son
loza, y en las
las
jarras
y palanganas, de estaño o
casas de algunos
grandes
comerciantes
de las
"tinas" de barro o de loza y los "baños" de "oja de lata", incluidos
por
lo
lo cual induce medios
de
general
a
pensar
calefacción,
entre
que,
los
en
objetos
de
cocina,
casas
con
exiguos
unas
fuera el
lugar habitual del baño;
en la casa de don Juan Lafont, en 1803, el "bañao de loza", sin embargo, se hallaba en el dormitorio (151). El confort se
hace
patente
en
Francisco Martínez
la
aros
simple
de
existente,
del
también
de oja de lata"
"tina
fierro
casa
y
de baño
su
junto
comerciante
López, quien, en 1836, poseía
con un calentador que
la
tarima
con
otro
(152), más
Junto
a la
"un baño
evolucionado
grande" de madera,
con
de
dos
pies
bastante
baño
de
loza
de
casa del comerciante don Rafael Loubeault incorporación
de
don
cinco usada"
Sajonia,
en
(153).
lavaderos y comunes
en la casa de Calderón veíamos se contemplaba la construcción
de
irían
"chimeneas
situadas
pisos.
Realmente
invernales de con
la
en
ciantes
sala lujo
con en
los
adosadas
principal en
aplacados
y
frecuencia
la un
eran
cocina
francesas",
un
por
de
tiempo lo
braseros,
a
la
cada en
que
uno
los
que
general un
pared,
los
fríos
el
fuego
con
objeto
de
que
aparece
los inventarios de bienes de los comer-
(154). Para
finalizar
quisiéramos
insistir
en
la
idea
de que este modelo de vivienda que hemos venido analizando, en
franca
ruptura
indiscutiblemente mercantil
en
exclusividad sus
edificios
con a
el
la
la de
Nueva los
la
"casa-tienda", va
aparición
Santander. a
de
que
Si
nos
de
una
hemos
nueva
referido
Población
ha
sido
poseemos
la
mayor
ligado
burguesía casi
porque
es
en de
información.
.
Ai
nií f? ^ fr^g'^^nto de planta de la casa mandada construir por el comerciante don Santos Gandarillas en 1862. übica1 ? """^^"^ Población, mantiene la estructura ¿e píantas de las casas surgidas en este ámbito durante el ?ig!o XVIII y se incorporan a la fachada elementos ornamentales.
260
Sin
duda
el
suponemos
que
residiera
un
modelo en
más
acabado
cualquier
es
punto
representante
el
de
del
del
la
Muelle,
ciudad
comercio
en
pero donde
internacional
surgirían viviendas de las características que hemos intentado precisar.
l££££" i.££_!l£^ili£.£££ • Coetáneamente a las transformaciones urbanísticas y
arquitectónicas
antes
de
que
reciente
como
casa
no
que
que se estaban
finalizara era
la
siglo
Nueva
respondía
En sus promotores
el
produciendo en
XVIII, y en un
Población,
en nada a
Santander
se
espacio
construía
los dos modelos
confluían, por una
u otra
una
vistos.
rama,
cuatro
familias vinculadas durante ese siglo a la actividad mercan til: los Heras, Pedrueca, Cantolla y Santelices. La construcción se iniciaría en 1783 por voluntad de
don
Ignacio
comercio en
el
colonial
anterior
casa en
de
1793
su
Heras y
Soto,
europeo
capítulo.
fuertemente
y
a
quien
Fallecido
sobrino y yerno
a
ya
éste,
vinculado nos
referimos
finalizarla
la vez
al
la
don Miguel de
la Pedrueca Cantolla, capitán de navio de la Real Armada. De éste toma el nombre la casa, conservada en la actualidad -sede
de
la
Fundación
La
"casa
Botín-
prácticamente
en
su
forma
genuina. Pedrueca"
sea breve, precisamente y
de
siglo
por
y
por
un
apartarse
la vivienda del Muelle XVIII
merece
miembros
a pesar de
apartado,
de la
"casa-tienda"
de edificarse
familias
aunque
en
el
pertenecientes
a la burguesía mercantil santanderina. Su aspecto
externo denota
la marcada
influencia
de la "casona" hidalga montañesa adaptada al medio urbano. De
amplio alero, su alzado
lo componen
tres plantas,
con
F a c h a d a s p r i n c i p a l e s de la "casa
Pedrueca".
«H
-M
c
-a o G
(01
H CU
fÜ H CU
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C '3 en 0) tn n3 ü
o VI 10 tu Ti C C 10
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tn O tn H ^4 to 10
tn O
O U O 4-1 O
u
cu
tü O,
<
tu w
s
RSI
280
Tras
habernos
referido
al
mobiliario
vamos
a
detenernos ahora en analizar los objetos puramente ornamentales Para
que
contribuyen
ello
a
configurar
continuaremos
"casa-tienda"
y
en
el
el paisaje doméstico.
moviéndonos
de
la
casa
en
que
el
marco
de
surge en la
la
Nueva
Población -sin ser privativa de este ámbito-. En
una
primera
balance
global
del
similar
al
se
que
aproximación
análisis obtuvo
de
una
el
caso
en
diriamos
y
que
el
realidad
es
mobiliario:
un
otra del
evidente contraste. En
la
prácticamente
"casa-tienda"
a espejos
lo
ornamental
se
reduce
y cuadros; fuera de estos
objetos
se cae ya en el campo de la excepcionalidad. En dichas en algunos
casos
casas
se suele disponer de un espejo,
incluso sin marco. Cuando lo llevan, éste
es generalmente de madera "ordinaria", "de mediana calidad" pero nunca de maderas nobles. Merecen destacarse los casos de don
José de Santelices, poseedor en 1748 de 6 espejos:
3
con
marcos
dorados,
1
de
Francia
pequeño
de
la Cantolla,
en
blanco
posee más
en
1 en 1766
en
2
con
con
marcos
marco
verde
1754, posee
negro otros
(189); 4
pintados
4:
don
enmarcados
en
(188);
negro
don
2 dorados,
y
Pedro
1
pintado
Fernando de Boó
Rumayor
sin
que
se
especifique
(190). En las paredes de las casas y sobre los muebles,
distribuidos
por
todas
las
benditeras
y
(191).
cuadros,
aunque
frecuencia,
más
pinturas
de
grabados.
Los
papel
o
crucifijos
habitaciones, cuelgan
que
y
En
reposan
imágenes
imprecisamente sobre
ninguna
de
religiosas
descritos
lienzos esas
cuadros,
son
casas
con
láminas falta
la
iconografía religiosa, si bien no podemos establecer porcen tajes,
ya
que
lo
habitual
es
especificar
el
número
de
cuadros pero no lo que representan- Como un caso que merece mención en
aparte
el momento
habría de
que
morir
en
citar 1769
el de don se
José de Haza;
contabilizaron
en
su
281
vivienda
45
cuadros,
temática
religiosa
y
de
los
cuales
el
resto
la
40
-88,9%-
eran
desconocemos;
tan
de sólo
en su dormitorio habla 10, complementados con "dos efigies, una
de
Nuestra
Christo con
con
un
su
San
Señora
y
otra
dosel
de
de
San
madera
Antonio.... tres
Joseph....un
pintado....un
santicos
metidos
santo
altarcico
cada
uno
en
un vidrio de globo y una cruz de Jerusalén algo crecida", manifestación de una exacerbada religiosidad barroca Un ornamental
tercer
son
elemento
los
que
pudiéramos
relojes, bien
de
(192).
valorar
sobremesa,
como
de
pared
o de pie. El reloj, de uno u otro tipo, tan sólo se menciona en 1 -4,2%- de los 24 inventarios del siglo XVIII examinados, en el de Fausto Barón -1766- (193). El reloj, tanto de casa como de bolsillo, parece ser un objeto excepcional entre los comerciantes a que se refieren esos inventarios; el
de
bolsillo
en
la
época,
de
Santelices
Cantolla
y
otro
de
"faltriquera",
lo poseen -ambos
don
explicarse y
o
tan
José
tan
sólo
de
Haza
(194).
carencia
criterios
se
le
denomina
tres de ellos: don
"descompuestos"-,
significativa
tipo, desde
como
don
Pedro
José
de
Dificilmente
puede
de relojes, de
puramente
económicos
la uno
puesto
que, por ejemplo, don Fernando Félix de Oruña, don Fernando de Boó
Rumayor o don Lucas de Soto Alsedo tenían
recursos
suficientes como para adquirir un reloj de bolsillo
(195).
¿Habría que explicar esa carencia como efecto de una mentalidad
con
un
concepto
época
los
ritmos
lento
diarios
se
del
tiempo?;
midieran
quizás
más
en
esa
colectiva
que
individualmente a través de las campanas de los conventos, de
la
iglesia
parroquial,
poseia
también
el
del
reloj
Ayuntamiento.
de
ésta
Realmente
o
del
Santelices
que no
debía de valorar mucho sus dos relojes al tenerlos "descompuestos " . Contrasta los
34
mayor
inventarios parte
esta del
corresponden
situación periodo a
las
con
la que nos ofrecen
1800-1850, décadas
de
si bien
en
su
1830-1840.
En
282
ese periodo, en el 61,9% de los inventarios aparecen relojes,
entre
algunas como
de
es
el
los
que
las
cuales
caso
de
Francisco Martínez valoración de
casa
valor
del
como
habría
funcional,
incluir
se cuenta
don
Antolín
-1836-
tiempo?. de
que
Tal
un
Hornedo
también
tuviera
valor
casa,
en
-1830- o don
¿Se trataba de una nueva
vez
bolsillo,
de
incluso don más de uno, de
(196).
los
el
ahora,
ornamental,
reloj, además
tanto de
una
distinguiendo
y
prestigiando a su poseedor. El caso de don Teodoro Salazar es que
un
buen
se
ejemplo
sitúa
dispone
de
más
de
la posesión del
allá
cuatro:
de
uno
lo
de
reloj
funcional,
sobremesa
y
como
ya
que
los
objeto en
1830
restantes
de
bolsillo, tasados en 4.900 reales, cantidad que representaba,
por
ajuar,
ejemplo,
el
81% del valor
ropas, plata
labrada,
total de
vajilla
y
los muebles,
menaje
de
cocina
del tendero Carlos Vázquez (197). Entre esos cuatro relojes destacan
"uno de bolsillo, de oro
con
sobrecaja
de
carey
guarnecida o claveteada de oro, cilindro de escape, montado en
diamantes....otro
relox
ni
cadena,
de
cilindro
también
oro"
de búsqueda de la comodidad
de
(198).
oro
sin
Como
sobrecaja
manifestación
sirva el ejemplo de don Rafael
Loubeault, comerciante vasco-francés establecido en Santander, poseedor
en
1832 de
campana, asador, pie y Joaquín
Gutiérrez
"un
relox
llave", y
Vial,
nuebo para asados con
sirva
también
quien al morir en 1834 dejó
sus bienes "un relox de fierro de cocina" Este
cambio
las
casas
que -y
se
relojes
en
durante
el periodo
1800-1850
también
se
en
aprecia
el de don
observa
también en
los otros
(199).
en
la
posesión
como
objeto
relación
al
dos
entre
objetos
de
personal-
siglo
XVIII
ornamentales
a que hicimos referencia: los cuadros y los espejos. Los XVIII, objetos ciantes pues,
de los
cuadros
continúan
presentes
siendo,
en todas
que poseemos
como
en
el
siglo
las casas de los comer-
inventarios. En este sentido,
no se produjo ninguna modificación, pero sí la hubo
283
desde el punto de vista cualitativo. Modificación cualitativa en tanto que son frecuen tes
los
marcos
de
caoba
y
de
otras
como el que, junto a las clásicas su
aparición
la
pintura
sobre
maderas
nobles,
así
láminas de papel, haga
lienzo. Cambio
cualitativo
también porque, a pesar de que no podamos establecer porcen tajes precisos, iconográficamente lo religioso, aún hallándose presente en las casas, parece no tener la misma intensidad de
que
las
como
en
la
"casa-tienda";
inventariadas
el
que vimos
entre
de don
desde
1800
y
luego,
1850
en
ninguna
aparece
un
caso
José de Haza, poseedor
en
17 69
de 40 láminas de temática religiosa
(200); el mayor número
de
ellas
religioso
en
1803
piezas
y
de
en
imaginería
casa
(201).
cuadros
revolución
de
la
cruz
el
de don de
y
de
la
conjunto
el
en
de
don
a uno del que
Teodoro escenas
descendimiento
(202).
cuadros
15
de su casa
representando
Purísima
de
total de
las paredes
caoba-
junto
caso
hallamos
Más
homogéneo
adornaba
la
casa
Juan Antonio de Campuzano; en 1842 poseia un total todos En
obligado 1850
en
lo
Lafont, con un
colgados
francesa
otro
exiguo
cinco,
tanbién
Juan
-enmarcados
la
tipo
paradójico
tenía
de era
don
Resulta
de Salazar, que seis
de
de
cuanto
en
todas
aparecían
será
de
temática a
las
los
religiosa (203).
espejos,
casas, y
son
éstos
un
objeto
si en las del siglo XVIII
en la mayoría de ellas, en las de 1800-
frecuente
el
poseer
más
de
uno,
que
aparezca
la cornucopia y que se enriquezcan al enmarcarse en caoba, chapa de caoba o madera sobredorada. Por lo que se refiere a
su
es tan
tamaño la descripción
imprecisa
al
sólo en dos
hablarse casos
que se hace en los de
tenemos
"pequeño",
inventarios
"mediano",
etc.;
la certeza de que ha hecho
su aparición el espejo de cuerpo entero -don Andrés García del Hoyo (1828) y don Teodoro de Salazar (1830)Por que
no
último
encontramos
el
florero,
en ninguno
un de
objeto los
(204). ornamental
inventarios
del
284
siglo
XVIII,
aparece
entre
1800
y
1850
en
el
28,6%
de
las casas, en su forma ordinaria o guarnecido con su "bomba de
cristal"
hallan
asi
o
fanal.
Los
guarnecidos
casos
nos
en
que
inducen
a
los
jarrones
pensar
que más
se que
para contener flores frescas, como nos muestran los conservados en la actualidad, se utilizaban para contener flores artificiales,
bien
de
tela,
bien
de
cristal.
Fueran
de
una u otra naturaleza, lo que denota la presencia de jarrones es la búsqueda de un entorno doméstico más agradable. Ese con
el
entorno
transcurso
hemos
del
podido
tiempo
ver
al
que
se
comparar
transformó
las
viviendas
de la burguesía mercantil durante el siglo XVIII y durante la primera mitad del XIX.
II.2.4) El servicio de mesa; mantelería, vajilla, cristalería y cuberteria.
Como afirma Braudel al estudiar una de las manifestaciones
de
la
cultura
material:
"El
lujo
es
también
la mesa, la vajilla, la plata, el mantel, las servilletas, la luz de las velas, el conjunto del comedor" La
reconstrucción
del
comedor
(205).
como
un
todo,
como ese conjunto del que habla Braudel, no nos es posible sino
parcialmente
al
faltarnos
en
la
práctica
totalidad
de los casos la información necesaria para realizar semejan te
tarea.
Como
pudimos
ver,
entre
1700
y
1850
tan
sólo
tenemos constancia explícita de la existencia de dos comedo res con sus respectivos
componentes: el de don Juan Lafont
-1803- y el de don Francisco Sayús -1821-. En los restantes casos conocemos tan sólo los objetos integrantes del servicio de mesa manejado objetos
a
para
través de la
los mismos
reconstrucción
del
inventarios mobiliario
ornamentales. No obstante, y a pesar de
recomponer el "conjunto", creemos que lo que nos
que hemos y
de
no
los
poder
transmiten
285
En los
la
casos, en
"casa-tienda"
platos
se
come,
de estaño, y
en
el
83,3%
en fuentes de
de
estaño,
también, se lleva la comida a la mesa. La loza de Talavera, y
más
aún
la
China,
símbolos
de
refinamiento,
son
una
excepción -Catalina de Alceda (1723), 8 platos de Talavera; Baltasar (1737),
Pastor
(1736),
otros
8; Ma Concepción de
10, poseedora, además, de
hallados
entre
todos
los
Herrera
6 de plata, los
inventarios;
doña
únicos
Josefa
de
la
Barcena (1766), 26 platos de China "ordinarios"- (208). Generalmente 12/14 bien
platos hay
y
casos
Pedro de
3/4
en
cada
fuentes,
como
los
la Cantolla
casa
suele
disponerse
de
otras
de
si
mencionados
y
unos
antes
-1754-, don
y
Fernando
-1766- y don José de Haza -1769- en que 35
piezas,
integrando
estaño
estaño, los
de
de Boó
se
don
Rumayor
superan
y Talavera, hasta un
las máximo
de 47 ( 209) . Como complemento de platos y fuentes la cristalería,
que
sólo
en
prácticamente las
mencionar 5
en
casas
de
aparecen
cada
botellas,
una; aunque
como los
algunos
más
tal
por
existe,
comerciantes vasos
frecuentes
éstas
no
lo
de
son
que
ya
general
tan
acabamos
cristal, las
que
no
vinagreras
de
más
de
y
las
"ordinarias". Como
mmuestra de "gran cristalería", dentro del conjunto, habría que citar la poseída por don José de Haza -1769-, compuesta por 5 copas y 6 vasos
(210).
Más que las botellas, vasos y copas los recipientes y
utilizados
raras
las
tamaños y en
para
tazas
contener
-12,5%
la mayoría
de de
líquidos
los los
las
jarras,
inventarlos- de
diversos
casos
son
de Talavera, aunque
también se halla presente el barro. Entre también
las
pocilios tales
esos
recipientes
"jicaras"
en los
que
recipientes,
y
los
se
toma
por
lo
habría
"cocos", a el
que
modo
mencionar de
tazas
chocolate. Quienes
general
de
loza
de
o
poseen
Talavera
-Santelices representa una excepción al disponer de "nueve
286
este
mismo
boca
con
más
refinadas,
de
autor
lo
habitual
los dedos, incluso lo
servilletas
y
cual
era
en
llevarse
a
la
las mesas reales y en las
pudiera
"paños
la carne
explicar
la
abundancia
de manos" de que nos hablan
los
inventarios del siglo XVIII. La de
presencia,
comerciantes
desde
pues,
de
comienzos
tenedores del
en
siglo
las
XVIII
mesas
pudiera
ser tomado como símbolo de lujo y refinamiento. Sin embargo,
este
dato
por
sí
sólo
creemos
que
no
es
suficiente
como para poder llegar a una conclusión al respecto. Pesan en el
conjunto más las permanencias que los cambios, como
por ejemplo, el estaño y
la ausencia
la
podía
tendría
de
los
de uso, como
estar el
la composición
de
las
vajillas
de cristalería. Por otro lado, no conocemos
procedencia
su valor
en
supeditado significado
tenedores el de a
tampoco
los demás
su
de
ni
valor
objetos
de
inversión
su
de plata,
cambio, en
un
función; que
valor
aquí firme
y siempre en alza. En cuanto a esa procedencia, y en general
a
la de
los
inventarios,
demás
no
puede
objetos
de
descartarse
plata la
hallados
de
la
en
los
apropiación
por impago de deudas o empeños; en el inventario de bienes de
Celedonio
de
Noreña
-1711-
se
menciona
"una
salbilla
de plato de plata con tres basos de los mismo", empeñados en
casa
Sara se
de
su
(221);
yerno,
en
inventarían
el 3
de
el
también
Domingo
tenedores
comerciante
López,
realizado
de plata, de
"averíos empeñado Teresa del Solar"
Bernardo en
los que
de
1748,
se
dice
(222).
A la vista de todo lo anterior acabaríamos conclu yendo
que
cubiertas
en
la
"casa-tienda"
con manteles
con
sus
se
comía
en mesas
correspondientes
siempre
serville-
tas, en una vajilla de platos de estaño, cristalería inexis tente
y,
paradójicamente,
ahora
como
lo
hacían
los
con
cubiertos
comerciantes
de plata. Veamos cuyos
inventarios
de bienes corresponden al período 1800-1850. Si
en
la
"casa-tienda"
podía
cubrirse
diaria-
287
mente
la mesa
con
podía
hacerlo
esos
Lafont
disponía
manteles otros
a
la
hora
de comer no menos
comerciantes.
de 9 de ellos
En
1803
don
y de 40 servilletas
Juan (223).
Si no 9 en cada casa si al menos 3 manteles y entre 12/14 servilletas
era
lo habitual
entre
1800 y
1850. El
número
de éstas, asi como el de "paños de manos", en una valoración
de
conjunto, es menor
1711-1769, del
fenómeno
tenedor
y
del
en
este período
que puede
deberse
cuchillo,
sobre
que
en el
de
a la generalización
todo
del
primero,
lo
cual significarla un refinamiento en las formas de llevarse la comida a la boca y, más concretamente, la carne. Difícilmente
podemos
establecer
una
comparación
entre las calidades de los manteles y servilletas existentes ya
en
las
casas
que
en
la
1800-1850
de
los
práctica
tales
comerciantes totalidad
calidades
no
de
de
los
las dos
épocas,
inventarios
de
se especifican. No obstante,
hemos de suponer que en cada casa habría más de una calidad a
utilizar
ejemplo,
en
de
distintas
don
Teodoro
ocasiones, de
como
Salazar.
es
el caso, por
Este poseía
en
1830
2 manteles finos de Alemania "a medio uso", 1 más ordinario "bastante usado" y 6 "de lienzo de casa muí usados" Hemos
observado
a
partir
de
la
década
(224). de
1820
la aparición de una nueva variedad de manteles y servilletas de la que no conocemos su calidad, pero sí su procedencia: da"
Francia (225). Dicha variedad es la de "lista encarnay
"lista
azul",
bastante
difundida,
ya que
se
halla
presente en el 51,4% de las casas invenatriadas. Habría que señalar considerable frecuencia que
respecto -48,6%
aparecen
ción
de
piezas
mismo
de
La
del
sin de un
primera
1 mantel,
la
total
no manteles
como elementos juego".
de
también un cambio etapa de
como
es
casas inventariadas^-
la con
y servilletas como mera acumula-
ninguna
relación,
conjunto, de mención 12
anterior
cualitativo
data
servilletas
sino
lo que de
unos
y
otras
se denomina
1828,
y de una
constando
"un el
nueva pieza:
288
el
sobremantel,
manifestación
preocupación por la estética Y al
de
analizar
los
la
de
lujo
o,
cuando
menos,
como
hicimos
(226).
manteles
mesa
de y
los
servilletas, comerciantes
que
habitaban
la "casa-tienda", a la vajilla y la cuberteria. En de
el
conjunto,
caso
la
de
la
ruptura
vajilla,
con
el
y
como
modelo
que
valoración establecimos
en ese otro caso es evidente, tanto por lo que se refiere a
la
calidad
como
al
número
y
tipología
Una ruptura que ya es perceptible Juan Lafont. Recordemos lla,
sin
incluir
la
en
de
las
piezas.
1803 en casa de don
los caracteres del modelo de vaji-
cristalería,
existente
en
la
"casa-
tienda": dominio del estaño sobre la loza; tipología elemen tal,
centrada
habría las
que
básicamente
añadir
vajillas,
las
situado
en
platos y
jicaras; entre
los
fuentes, a
tamaño 12/14
más
los
que
habitual
platos
y
las
de 3/4
fuentes, considerándose excepsionales las que, aún integran do ambos materiales y tipos alcanzaban las 35/47 piezas. Tomemos
ahora
perteneciente a Lafont
como
punto
de partida
la
vajilla
(227).
En primer lugar la materia prima:
exclusivamente
loza y, dentro de ella, dominio absoluto de la de Talavera, con
una
muy
reducida
muestra
de
la de
China. En
segundo
lugar la tipología: platos soperos, trincheros y fruteros, en
los que aparece
azul", tamaños
"dibujo"y
diferentes sus
la decoración
junto
con
formas, además y
las ya
chocolatera,
la
soperas
platos;
cafetera
y
fuentes de
de poncheras
conocidas
correspondientes
-"cenefa verde",
y el
jicaras
también para
completan
"cenefa diversos
de
tamaños
chocolate
la
con
tipología
azucarero. En
tercer
la
lugar
el tamaño: 238 piezas. Salvo de
la
vajilla
inventariadas,
en
lo que
de
Lafont,
las
demás
se el
refiere más
al número
elevado
características
de
dentro de
ella
repetirse con insistente frecuencia en las demás.
piezas de
las
van
a
289
No existe dentro de esas vajillas ni
una
sola
ya
sustituido
menciona "fina", y
se
y
en
la
por
en
que la
otros
"Talavera"
loza, casos
o
generaliza,
aparezca
el
cuya
es
el
estaño,
calidad
matizada
"China". Se cristal,
inventariadas no
con
ha
sido
siempre
términos
incorpora
que
que
se como
a la vajilla,
aparece
no
sólo
bajo
la forma clásica de vinagreras, sino de compoteras, ensaladeras,
jicaras,
también
se
reducida de
lo
fresqueras
halla
muestra
y platos
presente -16
excepcional.
en
piezas
Como
la
en
para vasos. La
vajilla,
total-
expresión
de
aunque
que
plata
en
tan
caería
dentro
refinamiento
habría
que mencionar algunas piezas de las vajillas de representativos miembros
de la burguesía mercantil como don
Teodoro
de Salazar, poseedor en 1830 de 1 juego de café de porcelana
de
12
tazas,
y
Francia 12
"con
pocilios,
1 azucarero; el
para
chocolate,
(228).
Don
filete 12
platos,
resto de
es
Juan
dorado",
de
de
juego
1 cafetera,
la vajilla,
porcelana
Carredano
compuesto
de
lechera
salvo 17 pocilios
Sajonia
posee
1
por
en
-68
1831
1
piezasjuego
de
café de la India compuesto por 24 piezas (229). Don Rafael Loubeault,
en
1832,
totalidad
de
López,
1836,
en
su
19
piezas
vajilla 1
de
(230).
juego de
café
Sajonia,
Don
la
práctica
Francisco
Martínez
de China
con 29 piezas más de idéntica calidad
completo
junto
(231).
En cuanto a la tipología de las piezas que integran
la vajilla
vimos
en
la de
Lafont
algunas
de ellas,
como por ejemplo los platos en sus tres variedades clásicas de
hondo,
llano
y
de
postre,
las
fuentes,
chocolateras,
cafeteras, poncheras, jicaras y el azucarero. Esta tipología
se
enriquece
al
ir
apareciendo
a
partir
de
1820
en
distintos inventarios el juego de café completo, las salseras, ensaladeras, tomateras, fruteros, compoteras o "dulceras", mantequeras, además de las habituales
tazas, jarras,
vasos y pocilios para chocolate. Ciertamente
que
esta
tipología
no
aparece
en
290
todas
las
podemos o
al
casas, pero
por
menos
menos
si
es
cierto que, globalmente,
que hablar de una burguesía
del sector que por
la magnitud
no
mercantil,
de
su
negocio
mejor la representa, que busca el confort y el refinamiento en
la mesa. Y quizás
no sólo
la élite de
esa
burguesía,
sino también quienes, como Carlos Vázquez, acuden diariamen te
a
despachar
"por
menor"
a
su
tienda;
su
vajilla
la
integraban platos, fuentes, jarras, tazas, jicaras y vasos de
loza
(232).
vajilla "Don"
de
Por
este
el
tipo
tendero,
y
que
número ni
de
piezas
siquiera
es
- 3 4 - la
tratado
de
-1835-, podía equipararse a la de los más representa-
tivos
"mercaderes
de
por
mayor"
que
en
el
siglo
XVIII
residían en la "casa-tienda". De de
la
materia
prima
piezas. Moviéndonos
habría
que
mencionar
y
la
en umbrales los
casos
tipología
al
de máximos
de
Lafont,
número
y mínimos, quien
vimos
poseía 238 piezas, la mayor de las vajillas inventariadas, y
de
que no
Loubeault, habría
su
número
reducida como
que
en
con
una
vajilla
incrementar
(233);
al
compuesta mencionarse
esta vajilla,
número, no olvidemos
ejemplo
de
refinamiento
por
si bien
que
al
ser
20
piezas
jicaras
pero
es verdad
la hemos
que
presentado
prácticamente
en
su
totalidad de porcelana de Sajonia. Creemos inventariadas
que
entre
fuentes
tamaño
medio
de
las
vajillas
1800 y 1850 sería el de 45/50 piezas,
compuestas por platos 4/5
un
en sus
de diversos
tres modalidades, la sopera,
tamaños, la ensaladera
y
algunas
jarras y jicaras. No obstante, existe un 40% de comerciantes que supera las 100 piezas, sobresaliendo por su número, además
de
la
comerciantes 1830-, Joaquín de
don
vajilla como
Jesús
Gutiérrez
Garmendia,
163 -1836-
don
de
Lafont,
Antolín
Antonio
de
Vial,
177
Santa
de
otros
Hornedo, Cruz,
-1834-,
173 -1834- o don
(234).
de
las
don
Francisco
conocidos
198
181
piezas
-1836-,
Ignacio Martínez
-
don
Antonio López,
291
Como piezas
también
integrantes
de
las
vajillas
y que hemos preferido comentar ahora aparte aparecen chocolateras, cafeteras y teteras. el
54,2%
En
el
caso
de
las
de
las
chocolateras
casas-tienda
contaban
vimos
con
que
ellas.
en
Entre
1800 y 1850 aparece en el 73,5% de las casas inventariadas, porcentaje en
cinco
que, de
tal
los
v e z , hubiera
inventarios
que
incrementar
-14,7%-
objetos de cocina, que es el
no
se
lugar donde
ya
que
detallan
los
suelen
hallarse
tanto las chocolateras como las cafeteras y teteras. Entre 1800 y
1850 no sólo las chocolateras aparecen en un mayor
número
de
casas,
sino
que
incluso
se ha
incrementado
el
número de ellas por casa: generalmente dos. Las a
un
8,4%
1800
y
cafeteras,
de
las
restringidas
casas
de
en
el
comerciantes,
1850 en el 52,9% de
ellas, sin
siglo
XVIII
aparecen
entre
olvidar
ese 14,7%
que desconocemos si las poseían o n o . En a
un
8,6%
ella. es
No
un
cuanto de
a
casas
obstante
producto
las
que
este
cuyo
teteras,
entre
1800
crecimiento,
consumo
se
de
un
4,2%
y
1850
vemos
halle
se
pasó
disponían cómo el
té
generalizado
de no
entre
la burguesía mercantil de la primera mitad del siglo XIX. Algo hay
similar en
ni en
los
debia
de
suceder
inventarios
las casas
que
de los
con
nos
el
tabaco,
indique
comerciantes
pues
nada
explícitamente,
ni entre sus
efectos
personales, que se consumiera. Un comparándola
último con
la
aspecto del
carácter
más
café
sus distintas
con
integral
sus correspondientes buenos
ejemplos
de
a destacar
comerciante y
no
en
del
la vajilla siglo
desarticulada.
piezas
o
los
juegos
El
XVIII,
su
juego
de
de platos
soperas, fuentes y ensaladeras búsqueda
de
una
armonía
es,
con
serian
objetual
que
no vimos aparecer en el otro modelo de vajilla. Y
de
la
vajilla
a
la
cristalería,
que,
en
su
conjunto, no tiene un carácter tan regular como la primera.
292
En
principio
porque
no
la
vemos
aparecer
en
todos los inventarios del periodo 1800-1850. Los comerciantes podrán tener algún objeto de cristal -saleros, vinagre ras,
compoteras,
etc.-,
pero
cristalería
como
tal,
es
decir, vasos, copas, jarras, etc. para agua, vino o licores, tan sólo figura en el 55,5% de las casas. No obstante, respecto
de
la
cuantitativo
y
número
de
etapa
anterior,
cualitativo
comerciantes
sí
se
detecta
importante
que, a
través
al
del
un
cambio
ampliarse
el
cristal, buscan
enriquecer su mesa.
casa
es
La distribución
de
muy
pues
irregular,
en donde posean todo,
en
juego;
posean
sólo
tales
don
de cristal"
los
poseía
6
de
don
botellas
que
Juan de
la
a 5 botellas
alguna
más
de
sobre
parte de
Santa
Cruz
y
un don
1836, disponen de "un copero Como ejemplos, no los únicos,
apreciamos
Manuel
varios
1 vaso grande y 1 copa Loubeault,
hallamos
formando
Antonio
en
(235).
de esa desarticulación sirvan
piezas
Jesús
Francisco Martínez, ambos completo
raramente
piezas en cada
vasos, copas, botellas y jarras, y,
donde
tan
las distintas
en las
Donestebe,
tamaños
para
cristalerías
quien agua
en y
1832 vino,
(236); la cristalería de don Rafael
exigua
de
todas,
se
reduela
en
1832
(237); la de don León Rodríguez la integraban
en 1828 2 jarras y 4 vasos (238). La más numerosa pertenecía a don Antolín de Hornedo -1830-, constando de 64 piezas -4
botellas,
Loubeault y
y
42 la
vasos de
combinaciones
y
18
Hornedo
copas-
un
que vendrían
(239).
amplio
a hacer
Entre
espectro de
cada
la
de
de
piezas
cristalería
un
caso único. Por destacarse del conjunto desde el punto
de
vista
que
de
la
mencionar
12
factura vasos
y
calidad
"cerco
de
dorado"
las
piezas
habría
pertenecientes
a
don Ignacio Antonio de Garmendia -1834-, 7 vasos con "filete dorado" de don Joaquín Gutiérrez Vial -1834- y 12 copas de
"cristal
-1836-
(240).
tallado"
propiedad
de don
Francisco
Martínez
293
Realmente no acertamos a explicarnos el desequili brio existente, al menos por cualificados
miembros
de
lo que
la
se refiere a los más
burguesía
mercantil
de
la
primera mitad del siglo XIX, entre unas vajillas que hablan de
refinamiento
no
contribuyen
el
ya
y unas en
mencionado
su
cristalerías
conjunto
ejemplo
de
a
que, sin negar
éste,
reforzarlo; véase
si no
don
Rafael
Loubeault,
que
come en platos de porcelana de Sajonia y posee una cristale ria
de
5
piezas,
carente,
además,
de
vasos,
lugar
que
ocuparían, sin duda, las jicaras. Por
último
como sucediera
en
la
cuberteria,
dominio
de
la plata,
las casas de los comerciantes del siglo
XVIII; continuidad en esto, pero también rupturas. Rupturas
en
tanto
que
el
cubierto,
es
decir
el conjunto formado por cuchara y tenedor, que en la "casatienda" aparecía raramente, figura en todos los inventarios de 1800-1850. En 1803, en casa de Lafont, se inventariaron 18 cubiertos
de plata y
con mango plateado La del
formales
de
se refuerza el
81,5%
tamaños
la
difusión
con ella, una modificación en los
aspectos
la difusión
poseia nada menos en
del
cubierto
la comida. En definitiva con
de diversos
(241).
existencia
tenedor y,
28 cuchillos
de
que las
del
implica
un refinamiento
cuchillo, del que
28. Esa difusión casas
los
es
que
Lafont
grande, ya que
encontramos,
y
de
varios
tamaños. Incluso en casa de un tendero como Carlos Vázquez el cuchillo, aunque fuera en número reducido -2 "con mango de plata"
y 2
"con mango de
hueso"-, se hallaba
presente
(242) . Además de su
aparición
otras
cucharas, piezas
tenedores
derivadas
y cuchillos de
las
hacen
anteriores
y que manifiestan esa búsqueda del refinamiento: cucharones y trinchantes; junto a ellas la aparición también de tenaci lias y cucharitas
para
el azúcar
asi como para café y dulces.
y cubiertos
para
niños,
294
A
la
cabeza
de
los
poseedores
de
las
grandes
cuberterias dos nombres: don Juan Antonio Campuzano -1842con
162
piezas
con
109,
traídas
en
de
su
plata y don Teodoro
práctica
tal vez
por
totalidad
de Salazar
de
"plata
-1830-
megicana",
él mismo de Méjico, en donde
estuvo
establecido (243). Otros nombres que nos son también conocí dos,
como
López
Hornedo, Gutiérrez
poseían
debajo de
cuberterias
ellas
Vial,
Santa Cruz o
formadas
por
las de 20/30 piezas,
Martínez
60/80 piezas;
las más
por
habituales,
hasta llegar a la más reducida de todas, que no es precisamente
la
sino
la
Rafael
de
un
de
tendero
un
poseedor
cristalería
y
del al
de
A modo de
entre
y
1850
habria
que
ya
perceptibles
a
de
la
primera
exclusivamente antes
del
no
de que
un
sector
ya
que ver con
que
través
los
1800 y
el
aunque
apartado
santanderina
las
importantes
y que
Sin
nos
de
embargo,
produjeran
la
XVIII de
imagen
que
nos
ofrecía
sus
dimensiones
ni
su
aunque
ésta
mentalidad, eran
las
mismas.
Santander hacia casas
en
no
busca
dudamos
confort, comer.
privativa
se
Quienes
el Este y
tales
única
la mano
y unas
que
también
buscarían
del
bien,
y
esa
sector
de
en
el
la
ocupaba
económicas
el
ámbito
residencias esa
más
comodidad, y
obligado
tampoco
burguesía
de
ensanche
en este
diario
búsqueda
de
tenia
impregnada
promovieron
construyeron
refinamiento,
la que
hallara
de una ciudad
Ahora
son
bienes
de la burguesía mercantil que poco o nada
ni
hacerla
se
siglo
Porque
de
muy
1850, sino que se originarían
"casa-tienda".
acto
una
de
inventarios
XIX.
que
la
llámese,
don
final de este
destacar
siglo
finalizara
como
reducida,
produciendo
de
creemos
entre
ya
cómodas
tiempo
piezas-
(244).
se fueron
mitad
transformaciones
sus
comercio
también
recapitulación
transformaciones
de
gran
-26
a la mesa de la burguesía mercantil
1700
pasado,
Vázquez
mismo
una
exquisita, vajilla de Sajonia
dedicado
Carlos
representante
Loubeault,
reducida
como
debemos
mercantil
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS
297
II.-
EL HABITAT DE LA BURGUESÍA MERCANTIL
(Notas)
(1)
J.
El
POZUETA
ciudad
ECHAVAERIj,
en
la
historia",
y_s^u_his^toria. análogos que
en
Santander,
se manifiestan
hasta
el
siglo
características no
distintas
de
las villas
sumidas siglo
"Santander.
en
De Meer
de una de
las
que
de
decadencia
"medieval"
sin alteración
en
urbana
son
el
y desarrollado,
tro,
y
sociedad
evolución,
morfología
urbana
der,
el
puerto
y
y J. ORTEGA
la ciudad
moderna",
de
J.L.
villa en
el
de
anteriores CASADO
SOTO,
£i
de este mismo
casi medie-
períme_
de
escasa social". "Santan
San_t_and^e_r^^ se
descri
urbano santande_
Sobre
"Santander,
en
espacio
cuanto
trabajo
consultarse
urbano
XVI",
l££_£Í£Í££___íííí
XVIII.
puede
desarrollo
siglo
641-670;
el siglo
en
del
en
VALCARCEL,
del espacio
la evolución
y
de anacronismo
be y analiza en siglos
un
en extensión,
^^'^ y otro
en y desde
con j unto
de responder,
EL-RE^—É.--!.-!.^ P' riño
menos,
partir
caracteres
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A. DE MEER LECHA-MARZO
a
las
Cantabria,
a
urbanas,
mantenía
y en cierta
afirmar
a lo que el período
val había creado
la
de
que mantienen
apreciable,
estructura
al
del
la costa
sentido
términos
venida
propias
la £2£eré£
conserva
acentuada
XVI. Características
urbano
y Ortega
y
El
19. En
"Santander
villa
medievales
una
§_^'n'^ander.
1985, p.
XVIII
puerto
esa
evolución
la
monografía
el
caso
bajomedieval
de
una
paralizado
La_ ££Í£d£^
^Í£E2.!1Í££ ^?líl£üí.£
I L h Madrid,
1985, V.l, pgs.
autor
ver también
la
recopila-
ción de testimonios de quienes conocieron la villa en CaMtjxbr^ia^ £££*£ E££ £i:£.i££££ ^£ i:££ siq^lo s XVI y a
Santander, la problemática
1980. urbana
de J.MS. UREÑA FRANCÉS
Véanse de
también
Santander
y P. GÓMEZ
en
torno
los trabaj os
PORTILLA,
"Procesos
298
de
estructuración
de Santander",
ambos
Santander
en
y de J, POZUETA
e implicaciones der",
territorial
en el modelo
en
por
el
bre-Diciembre,
1984),
a
ECHAVARRI,
la
de
monográfico
9-22 y 25-34
Santan-
dedicado
£iw^Gd_£_r£rriéori£,
pgs.
bahía
"Relaciones
ciudad/puerto
número
la revista
torno
a
62(0atu
respectivamen
te .
(2)
A. DE MEER der,
el
LECHA-MARZO
y J. ORTEGA
puerto. . . .",
en
VALCARCEL,
^.í'HÍñ.-é.—Li
"Santan
EL
E"£Í!££JL:LI-^
p. 53.
(3)
J.
POZUETA
ECHAVARRI,
§.1'íí?iíá.^'£.i talmente
a
"Santander.
El
l!i:_E!í££É£.z.i.z.j_-' P *
este
autor
en
esta
puerto....", Seguimos
breve
fundamen
descripción
urbanistica. (4)
Ibídem,
(5)
J.L.
p. 14.
CASADO
SOTO,
"Santander.
£Í!Í^£^_^Í£E£ÜÍ££:L:L.LJL^
(6)
A. RODRÍGUEZ
F.
FERNANDEZ,
administrativa",
en
I,
El
p,
A. DE MEER
"La región
Cantabria
LECHA-MARZO
der, el puerto....",
(8)
A.M.S.,
(9)
T.
MAZA
420-421
(10)
J.
Leg. A-11,
a
SOLANO,
y su
través
Santander,
y J. ORTEGA
La
organización de
su
histo-
19 79, p.35.
VALCARCEL,
en San_t^anjde_r.
doc.
en
65 5.
£l£:-_:^£_£í!ͣͣ_^£l._£Í2.i:£_ Í^Zí • (7)
caso....",
"Santan
i,L^'£_}ierto^^^,
6.
^^l^ciones^^^^^,
T.II,
V.II,
pgs.
y 432.
FRESNEDO
DE
LA
CALZADA,
^os_edifioios__2_üb lieos
p.5
299
en
la
v^ilta de_S^an_Eme^te_río. Santander,
21-28 y 37. A. DE LA LASTRA
VILLA,
ra santanderina:
de Riva-Herrera,
cido", de
en
et palacio
"De la
A.M.S.,
(12)
J.
Montañes^e_s. Santander,
1976,
POZUETA
ECHAVARRI,
racionalismo
las calles
"Santander.
que
con
que
y edificios,
simplicidad,
los
Cerda
todas
un
Proyectos
para
las
II-III,
tradición
neoclásica
informará
varios
Ibídem,
"En
Lara,
de
disponer
su
extremada
claro
Ensanche
se
que
por
proyectos
se
via
Ildefonen
articula
de
to
partir
por
casi a
Sabatini,
en Santander
urbanos,
de
a
generalizan y
este
at
del redactado
que
redacta
un
en
informa
1773
nuevo
Zermeño,
en 1780 redactan
to
de
Juan
Escofet
_1781J Sabatini y en 1788
Llovet
J.
ORTEGA
y
ta que
proponiendo
se introduce
en
p.
véase
España"
Fernando y
de
propone
Sobre
también
A.
DE
s.
de
Ulloa, un
estos
Bernardo
Pedro
proyec-
en
de
proyectos
MEER
Martín
nuevo
de Agustín
"Santander,
^i:_EH.££££j-i.^j-^
p. 57.
Gaspar
los proyectos
et proyecto
26.
VALCÁRCEL,
proyecto
dos alternativas
informa
se aprueba
Ibídem,
de
Ibídem,
Según
p. 26.
1772
sía",
P*
Llovet
españolas,
trazados
puerto....",
precedente
de
Barcelona,
ciudades
sus propios
(14)
V.
Et
"aún dentro
constituye
serán
opera
de 1859, con la aprobación
de
desapare_
Leg. B-73, f. 428.
Í.£!1'^££j: E.h-.B}L'^—í-:-i.i.i.'
so
arquitectu-
53-64.
(11)
el
pgs.
^í_Arii^vej^
Estudios
pgs.
(13)
1923,
1881 plan, Celoy
el
LECHA-MARZO
y
et 57-70.
puerto....",
autor
iUU
(15)
A.M.S.,
(16)
L.M^. DE LA SIERRA, to
Leg.
de
B-322.
Santander
£ue contiene tander,
A.H.P.C,
(18)
H. CAPEL,
este pueblo,
1983,
desconocido
siglo el
no
de
XVI;
16.
se
el
tuvo,
por
crecer
en
hacinamiento podían
con
creciente
alza
MAISO
GONZÁLEZ
introducido clausula
blecido
Don
en
los
uno
ese
la
año
de
Blanco,
misma,
y
en
la
la casa
El
primero
y
su
todo, que
unifamíliar, los
granos", Las__e_s_2_
324.
como
de
1840
que
se
veinte
y
y
de y
del que,
planta calle
de
la
el
esta-
locales: cuatro
cuarenta.
ha
arrienda;
comerciantes a
se
arrendamiento
ej emplos
Porrúa,
de nueba
capital
de
parecieron
vecinos
sobre
MARTÍNEZ,
numerosos
de
en
aprov ecgar
casa
avanzada
dos
trazado
j ornaleros,
BLASCO
ochocientos
ambos
y,
superficie
testigos
digeron:
esta
que
precio
Santander
Sánchez
Manuel
de
tan
ampliación
tanto,
los
XVIII
demográfico
una
altura
p.
entre
de
y
Francisco
cante
del
los
mil
escribano,
dominios
a
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al
contratos
de
ciudad
Noviembre el
fecha
en
una
R.MS.
en
relativa
como
"En
pagar
y
el
similar
de
de Zaragoza....,
siquiera
sirva
traduce
ciudad,
difícilmente
Ni
"Durante
un crecimiento
se
la
terreno,
truaturas
(19)
iíl££,^!£^£i.4£4
Leg. 851, 1 792, f. 262.
p.
que
perímetro
aumentar
J.
de
£_í^edíos_d£_£orre£ir í^as . 5an
va a experimentar
el
causas
C^£££££^¿£{^£_y_W££££Z^££Í£_^£^£?i£_£í^_;§£££,^£,'
Zaragoza
mejor
las
12-13.
"Protocolos",
Barcelona,
el
s^o^b^re^
1832, pgs.
(17)
del
5££££££Í£.íi_£l_H^£*££_4^H.!lÍEÍEÍ£ÜI.
Ante
mí,
la una
parte
la otra
Comercio
de
Don
de
la
dueño
en
ambos
número
24
radi-
de
San
Francisco
301
con
linderos
último por
en
el
Véanse f.77;
notorios¡
arrendarle
tiempo,
A.H.P.C, (20)
bien
su
precio
algunos
convenido
primer y
"Protocolos",
ha
piso
y
condiciones
en
Ibidem,
el
entresuelo siguientes",
Leg. 51 1, 1840, f.
ejemplos
con
913.
Legs.:
29 7, 1 780,
297, 1 781, f.112; 28 8, 1 7 8 3, f. 8 4 2 ; 8 51, 1 7 91, f. 2 2
293, 1 797, f.842; 29 4, 1 8 01, f. 6 9 5 ; 8 5 5 , 1 8 O 7 , f. 9 3 .
(21)
A.M.S.,
Leg. B-73,
fols.428-437.
(22)
Ibidem,
fols.
32-71
(Libro de eclesiásticos) .
(23)
Ibidem,
fols.
1.041-1.048
(24)
Ibídem,
fols.
127
377v. de
(don
1.041 (25)
de
423
fols.
del
(don
(don Miguel
Ibídem,
1.338-1.344.
(don Antonio
Francisco
Lienzo),
y
Fernández
Solar),
Félix
de la
de
Estrada),
415v.
Fernando
(Fernando
de
Oruña)
y
Pedrueca).
1.041-1.048.
Santander,
fuera
de
sus
puertas
y
sus
cuatro
l£2.££££_£££_£"£_E££4£.£Í.££_££E.££í£i£££_E£££_l£_£££ÜI£l ción de Z-£_££££^££Í£ca^ Añ_o _de 1 8_1 8, A.M.S., Legs. A-58,
A-58
bis
B-76.
no inclusión
de
del
cabildo
catedralicio,
del
de
ríos de casas no figuran
A.M.S.,
todos
Villatorre,
José de Zuloaga,
(27)
y
como
los bienes
del
del conde
de quienes
en Santander
como
Legs.
Sirvan
ejemplos
inmuebles
marqués de
sabemos
de
Campo-Giro, que eran
y en el apeo,
sin
de
la
los casos Balbuena, de
don
propieta embargo,
tales.
B-314,
doc.
n^
6
y
B-248,
doc.
n^
302
20
respectivamente.
1849 se conserva de (28)
De
la
estadística
tan sólo el formulario,
urbana pero
de
carente
datos.
A.H.P.C.,
"Protocolos",
Leg.
850/1,
1 788,
fols.
29-70V.
(29)
A.C.S., tro);
Libro
A-31,
véanse
Libro
A-30,
148,
175v.,
264;
Libro
f.
también f.
208;
176v., A-32,
176v.
(el subrayado
torno
Libro
A-31,
fols.
106v.,
115v.,
208v.,
232,
261v.,
262v.,
f.
104v.;
dicha
nues-
en
187,
a
es
Armario
"C",
política:
Leg.
13,
docs. C-1 y C-2.
(30)
ídem. Libro A-33, f. 6v.
(31)
H. CAPEL,
(32)
A.H.P.C.,
(33)
Ibídem,
(34)
L.Ma. DE LA SIERRA,
(35)
J. SIMÓN 56-57.
(36)
G.M.
Z. i smo_^_mor£oZ^£g;ia^^_^^j
"Protocolos",
Leg.
Leg. 851, 1791, f.
DE
CABARGA,
p. 20.
844, 1 779, f. 115.
225.
Es-^^osición^^^^, passim.
Santander^
JOVELLANOS,
"Diarios",
§.i^9ZÍ¿ií^^:.i.' P9^-
en
Obras.
Madrid,
a los tres
propieta
1956. V.LXXXV(B.A.E.) , p. 22.
(37)
Hemos añadido
los nombres
ríos que Joverllanos
(38)
A.H.P.C.,
de pila
citaba
"Protocolos",
Leg.
tan sólo por su
212, fols.
apellido.
124-124v.
303
(39)
Sobre
el proyecto
de Calderón
RRI,
"Santander.
El
£U£rt£_^^^^j
(40)
Ibidem,
(41)
R.
pgs.
puerto. . . .",
XVIII:
"La burguesía
la familia
(42)
A.H.P.C.,
(43)
J.
POZUETA
estar
determinada
interés
buyendo
especulativo,
se
fines
urbanos",
G.M.
DE
pgs. del
(46)
análi-
proyectos
sino en
portuarias
por
una
su
forma
en la bahía
de la Región,
opciones
puede
de
contri-
desarrollo
utilizables
con
Obras_, V.
LXXXV
p.30.
"Diarios",
en
p. 473.
LOPEZ-DORIGA,
Guerra",
necesidad
rellenos,
Ibídem,
el
en marcha
convertirá
las
precisen
JOVELLANOS,
(B.A.E.),
su
afirman-
de los
puesta
de obras
privilegiar que
££2.£^£Z^£
puerto....",
que dificulta
y en otros puertos
a
El
p. 30. Continúa
su
por
portuario
F.
a que
de realización
siglo
-———Lí—ílLL—i.-
LLi
y funcionalidad no
de Santander
La_e^c^cmom_£a
"Santander.
"Este sistema,
debido
en el
Leg. 391, 1826, f. 944.
El puerto....,
la necesidad
portuarios,
en
—é-3.i.—i.U.i
ECHAVARRI,
do este autor: sis de
barcelonesa
Gloria",
"Protocolos",
en Santander.
(45)
Sjint^and^er^^
29-30.
al £ £ M £ X AH—ÍLÍ—Madrid, 1982, p. 28.
(44)
en
ECHAVA
p. 26.
FERNANDEZ,
usual
véase J. POZUETA
en
817-824
"Don
Francisco
íi££££££i£^ se ofrece
de
Bustamante
£££H^Í.£j:.¿.^^j
una breve
semblanza
P-
8 21;
y en
biográfica
mismo.
A. DE MEER
LECHA-MARZO
y J? ORTEGA
VALCARCEL,
"Santan
E_l
30A
der,
el
puerto. . . ." ,
en
S_ant_and^er_^
E_l £Z£££*£^_:_j__:_j
p. 57. (47)
A.H.P.C.,
"Diputación",
Leg. 1.599, doc. n^ 2, fols.
l-3v . (48)
Campo-Giro, Dóriga, go
de
5.000.000
2.400.000; Aguirre,
de
reales;
Vda. de Sibes,
667.000;
don Juan de Carredano,
don
don
867.000;
Eladio
334.000;
Ramón don
Gallo,
A.H.P.C.,
LópezDomin-
533.000;
"Sautuola",
Leg. 20, doc. n^ 17.
(49)
Pueden los
edificios
que
los
fols.
(50)
sonsultarse
los
que
la
acompaña,
en
planos
de
rodean, ídem,
esta
así
plaza
como
el
"Protocolos",
y
de
informe
Leg.
852,
265-352V.
Elaborado año:
a
ídem,
partir
de
los
"Diputación",
datos Leg.
del
padrón
de
1.59 9, doc.
n^
ese 2,
fols . Sv . -7v .
(51)
H. CAPEL,
(52)
Todos del
C^ap_i^t_al^-£srno^_y_jno^^
los
datos
padrón
municipal:
1. 599, docs.
(53)
J.
POZUETA
A.H.P.C,
a
1829
A.H.P.C.,
se
ídem,
obtenido
"Diputación",
ECHAVARRI,
"Santander.
El
Leg.
"Protocolos",
"Sautuola",
puerto....",
£ | Z . _ £ M e r í P f f s . 30-32.
Leg.
398,
1829,
740v .
(55)
han
nQ 1-5.
en S^ant_ande^r.
(54)
referidos
p. 34.
Leg. 20, doc.
nS 17.
fols.
740-
305
(56)
Ildem,
"Protocolos",
(57)
Ibídem,
(58)
Ibídem,
Leg.
461,
2838,
f.
las condiciones
habrá
y sillería
de
realizar
Gandío.
de M^.C.
Primer
98;
en
bajo
las que don
las
de la nueva casa.
se ha tomado a
24-24v.
f. 24v.
se establecen Pozas
Leg. 462, 2837, fols.
folios
obras
de
98-102 Ángel
cimentación
El valor de los
terrenos
GONZÁLEZ
ECHEGARAY,
Del_Muelle
ensan^che de
££^££^der.
Santander,
1980, p. 49.
(59)
Sobre se
las
están
operando
económico trabajo CEL,
( 60)
F.
profundas
y
trans formaciones
como
social
remitimos
BRAUDEL,
de la cuestión
las de
tipo
fundamentalmente
al
MARZO
Madrid,
1979, pgs.
98-120
en
2£É£Í!Í:£Í:
1984,
en J. LE GOFF
de
y J. ORTEGA
puerto....",
£i.£i:li;2ación
Sig_los_XV2XVllI.
re. París,
el
que
consecuencia
de A. DE MEER LECHA-
"Santander,
urbanas
VALCAR
§_^'']i^^''2.de_r.
U. £2.EÍ*£.li£5£j_
V. I. Véase un
(Dir.),
estado
^£^£eZ-Z-e ^ístoi^-_
("Histoire de la
culture
materielie" ).
(61)
F.
BRAUDEL,
222. Sobre vo,
de
£i£Ílli££Íón
el concepto
consumo
y
como un "complejo"una
nu_ov_a
1970, pgs.
(62)
Véase
en
RODRÍGUEZ der,
de
'ü^tií^'L'^Lhi.i.z.-'
^-
P-
de casa como espacio
producti-
relaciones
-la
puede
verse
sociales
O. BRUNNER,
££££i ct £££^i.£H.£Í:£" £i:£ £
casa
Per
sacíale .
Milano,
133-164.
torno
a
LLERA,
¿£_££££^£^^^££'¿ó«
1941-2950.
las
dimensiones
Santander,
2980.
del urbana
incendio de
R.
Santan-
E
306
(62)
Véase J.L. CASADO SOTO, ----^
P9^-
161-199.
(64)
Ibídem,
pgs.
(65)
Ibídem,
p. 180.
(66)
Ibídem,
188-189.
p.
y R.M^.
C^ant_abr^iaj}_-^^
225.
Véase
también
BLASCO MARTÍNEZ,
J.
MAISO
GONZÁLEZ
Las^_estructuras^_de_Zar^
P9^ • 350-351 .
JL^JLi.'
(67)
F. BRAUDEL,
(68)
Véanse Legs.:
Cív_i tí z ación jvat^
estos
ejemplos
en
156,17 O 8,f. 94;
V.I,
A.H.P.C.,
p.225.
"Protocolos",
297, 1 78 O,f. 77;
295, 1 79 7,f.842;
391,1826,fols.944v.-945;461,185461,1838,fols.98v.-99; A.M.S.,
Leg.
"Manuscritos",
(69)
Véanse
los
B-191/3Q,
doc.
Ms. 225
(1819).
contratos
de
n^
obras
4
(1780).
reseñados
B.M.S.,
en
la
nota
anterior.
(70)
A.H.P.C,
"Protocolos",
944V.-945;
Legs.:
461, 1828, fols.
(71)
Ibídem,
Leg. 461, 1858, f.
(72)
Ibídem,
Leg. 855,
(75)
F. BRAUDEL,
(74)
En
1828
alcalde dar
de
principio
y
fols.
175.
1797, f. 96.
Regules,
Santander, a
1826,
98v.-99.
Civilización_mate^
Botín
ha de formar
291,
la
la parte
V. I,
en
instancia
manifiestan: construcción Norte
elevada
"Que de
una
p.225.
al
deviendo casa
de la que se ha de
que
llamar
3U/
plaza
de
ésta
la
con
Constituc-ión,
el
fin
lo considerase
de
justo
V.E.
se
y arreglado";
a través de la "Comisión
responde
"que,
habiendo
presentado
los he aliado por
lo que
la
licencia
no
se
los
V.E. puede que
puesta
del
n^ 24; esto mismo
aprovar
la instancia
sucede
A.M.S.,
en otros
der,
en
que
memorial, del
arte...
y
conceder
sin
embargo,
ni con
Leg.
la res-
B-194,
muchos
y J. ORTEGA
y obras"
este
planos,
mayor
planos
los planos
dichos
mayor:
puerto....",
si
los
de
A. DE MEER LECHA-MARZO el
aprovarlo
de ornato
reconocido
ni con
maestro
de
a los principios
pide";
encuentran
plano
el maestro
interesados
arreglados
el
sirva
de obras,
han
(75)
que
presentan
doc.
casos.
VALCARCEL,
S_ant_and^er_.
"Santan
E_l_
£^££^£^j_j_^j
p . 61 .
(76)
Véase
a
GARCÍA,
este
respecto
"Propue sta
en el siglo
XVIII.
ria Moderna.
Actas
y_ :5i^££^i££
^£
el
para
un
Fuentes de
X£
trabajo
de
estudio
M^.B.
de
la v iv ienda
y metodologia",
las II Jornadas ^Í£.É.££Í£.-
en fj_i^s_to_^
de
Cáceres,
VILLAR
Metodología 1983,
pgs.
473-483.
(77)
A.H.P.C.,
"Ensenada",
(78)
T. MAZA SOLANO,
(79)
J. MAISO
Legs.
GONZÁLEZ
Conclusión
y R.MS.
obtenida
del mencionado Leg.
851 y 852.
^e^lacÍones_^^^^, T. II, V. II,
turas_d£_Zar£g£sa^_^^^3 (80)
850,
1.399, docs.
MARTÍNEZ, Las__es_truc^
p. 32 2.
tras
padrón
BLASCO
p.417.
la elaboración
de 1829,
n^ 1-5.
A.H.P.C.,
de los datos "Diputación"
308
(81)
Ibidem,
doc.
1, fols.
(82)
Véanse
algunos
ejemplos
Legs.:
23S,
851,
1794,
ción
de
1748,
4v.-5 y 8. en
fols.
f. 219.
A.H.P.C.,
73-79;
Los datos
la vivienda
se
292,
sobre
han
1 794,
f. 557;
el modo de
ocupa-
elaborado
la información
aportada
(83)
ídem partiendo
del padrón
(84)
F. BRAUDEL,
(85)
§.J:_^es_2_e^rta^dor_Mo^ntañ^ (16.9.1849), después visto
"Protocolos",
parteindo
por el catastro
de
de
Ensenada.
1829.
£í'tiíl:kB.ÍEÍ2.R-'IÍÍͱLÍ.ílii.--:--'
volvería el plano
a insistirse de
una
de
p.
V.I,
182.
en este sentido:
nueva
casa
Días "Hemos
que se va a
truir en la calle del Peso: no tiene más que
p.233.
cons-
cuatro
El£££_^_££££_E^££íI^i:i:i:5.^£_£££_£££^E_£l._£H.i?lí.£ • Solvemos
a
levantar
truir chas
casas como
nuestra
de
£¿^££
voz contra
pisos,
la mencionada,
Corregidor,
ni
rán esto por más tiempo. fuesen
desatendidas
pública
unánime
más
que
puede
de
casas
la
Blanca
ídem, das
en y
sobre
las
calles
informe
que
de
la
Sierra
sobre
en
público
quejas
guste del
a
y
(todas
1832
una
en casas
el
Sr.
tolera-
la
opinión
diremos Tres
San
algo pisos
Francisco,
bastante
ración",
las palabras
había
causas
estre-
esperamos,
todos.
Peso, es
cons-
ni
lo que
original).
las
concedía humano
el
que
particular,
análogas
en
el
hacinamiento
no
p. 192
en
se
este
que
(30.9.1849),
Santander
Ornato
Si, contra
ser
así
de
de
en calles
esperamos
nuestras
otras
figuran
máxime
y
la Comisión
el abuso
subraya
Recordemos elaborado
cómo
Luis
de
insalubridad
en
especial
importancia
al
y calles
sin
ventilación.
(86)
A. DE MEER LECHA-MARZO
y J. ORTEGA
der,
en
el
pgs.
(87)
puerto...",
§_^UL—Í-4.Í.LZ
cómo
todavía
del
aire
del
informe
en
corrompido de
passim:. Véase
£La
L.MS.
É£l
halla
DE
también
£EÍ^^™i.E.
1985, pgs.
la década
se
trabajo de A. MAESTRE
LA
en
111-113
y passim.
se
ámbitos
que
desde
el
la arquitectura lidad
uno
manzana,
de
los
edificios
cuatro
interior
obstáculo,
puntos,
y
contrarío,
en
el
"son
edificios
la libre entrada ne la humedad
ta
la Puebla
tas calles sus
que
que
batiéndolas
de
del
luz sol
ñía,
del Arcillero,
1850),
(88)
A.M.S.,
p.
238.
Leg. B-73,
f.
176.
distri
penetren
todos
los
por
el
históri-
rectas,
estrechas
que
dificulta
la luz solar y
mantie-
Las principales
calles
la Blanca,
de Atarazanas",
(edición
su
la ciudad
circunstancia
de
otras
las por
una
a
facilidad";
o casi
£H£__PiL£££_L£.'l££__A?__íílÉ££??i££ * 1984
forma
frente
de
CompaDiccio-
de Esp_aña y
Santander.
facsímil
la
P. MADOZ,
nario Geoqráfico-Estadístico-Histórico
Santander,
Población:
Muelle
en
de
funciona-
la Nueva
con
tantos
urbanismo,
circule
Nueva,
Francisco,
otros
y espaciosas:
en su atmósfera.
ta de San
descrip-
pública;
hacen
del aire y de
son
el
contrapuestas
los vientos
rectas
altos,
en su
con
del
anchas
permite
largo
cuestión
visiones
lados
rectas,
lo
Santander-Salamanca,
vista
las casas
a
idea
il_cólera_en_Sa^ntander
dos
de
esta
f £££si£¿ón^_^^^j
P. Madod,
en
cuyos
1830
esta
y de la salubridad
tantas calles, bución
a
corresponden
punto
e higiene
"Cada
torno
•
de
la ciudad
de
SIERRA,
£££
ofrece
y
£1 RH^ZÍ-Z-JLZ.'
presente
SÁNCHEZ,
ción de Santander,
ca,
"Santan
60-61.
Véase
sin
VALCÁRCEL,
de
Valladotidla
de
1845-
310
(89)
Ibídem, fols.
(90)
Ibídem, de
1.338, 152 y 655
f. 428.
Villatorre
DE LA LASTRA en
XL
Las medidas
VILLA,
del
pero,
dadas
y 30 de alto,
de la del marqués Ni el apeo
de
1829 ni el censo
de fincas
las
dimensiones
de las
27.
Tampoco
ofrecen
Estas
plantas
inventarios duda
gráfica
urbanas casas:
este
correspondan al no aportar
(93)
A.H.P.C,
que,
buscado
por
muy
diferente
ni los
ese dato
"Protocolos",
haberse
de
los
cumplimentado
ofrecían
ninguna
el
espacio
recosntrucción
la simetría,
de ahí el
dependencias que nos
es
no
que se
desconocida
inventarios.
Leg.
y
contratos
a partir
En nuestra
los
n^ 26
viviendas.
al describir
la realidad,
mencionan
ver notas
no nos
de las distintas con
60 pies de
de 1839
reconstruido
de las casas.
medidas
la medida
ni el padrón de
dato
de
a su fidelidad
hemos
de ser
de 1818
por habitáculo,
relativa
interior las
se han
de bienes
habitáculo
A.
Balbuena.
de venta ni de arrendamiento
(92)
de
59-62. De
restantes,
no debía
de la riqueza
nos
pgs.
desconocemos
las
marqués
santanderina..."
V. II-III,
conde de Mansilla
del
del trabajo
"De arquitectura
la casa del ancho
(91)
del palacio
se han obtenido
;i^£y££S££££^^j_^j
fondo,
respectivamente.
182,
73v .
(94)
Ibídem,
Leg. 173, 1736, fols.
32-45.
(95)
Ibídem,
Leg. 206, 1737, fols.
60-84.
(96)
Ibídem,
Leg. 233, 1748, fols.
73-79.
1 723,
fols. 68-
311
(97)
ídem,
"Ensenada",
(98)
ídem,
"Protocolos",
(99)
Ibídem,
Leg. 218, 1756, fols.
369-S78v.
(100)
Ibídem,
Leg. 239, 1758, fols.
15-31v.
(101)
Ibídem,
Leg. 212, 1769, fols.
34-48v.
(102)
Ibídem,
Leg. 226, 1766, fols.
85-93.
(103)
Ibídem,
Leg. 254, 1773, fols.
14-26.
(104)
Ibídem,
Leg. 231, 1776, fols.
188-193.
(105)
Ibídem,
Leg. 291, 1791, f. 166.
(106)
Véanse
los
Ensenada los y
en
fols.
don
Leg. 212, 1766, fols.
numerosos el
boticarios
de
Leg. 851, f. 86.
Pedro
caso
ej emplos de
citamos Jiménez
912v. y 1.326v.
(107)
T. MAZA SOLANO,
(108)
A.H.P.C.,
los los
el
catastro
artesanos;
de
don
Bretón,
Luis
A.M.S.,
de
en
el
de
Zarate
Leg.
de
B-73,
respectivamente.
^elacÍ_ones^^^^,
"Protocolos",
en
43-60v.
Leg.
T. II, V. II,
199,
1 749,
p.432.
fols.
171-
1 76v .
(109)
A.M.S.,
Leg. B-73, f. 1.323.
(110)
A.H.P.C.,
"Protocolos",
Leg.
212,
1766,
fols.
11-
22v .
(111)
A. DE LA LASTRA
VILLA,
"De arquitectura
santanderina
312
en
XL Aniv_ers^ario_j^^^^,
La reconstruoaión
de esta planta
del todo a la realidad
y pecar
como pone de manifiesto no
obstante,
no
por
V. JI-III, puede
de cierto
la existencia ello
no
deja
de
p. 62.
ajustarse
anacronismo
de dos "M.C."; ser
una
buena
referencia.
(112)
A.H.P.C., fols.
(113)
R.
"Protocolos",
Leg.
FERNANDEZ,
"La
B. BARREIRO
MALLON,
en el siglo
XVIII:
y
carpeta
burguesía
pensamiento",
en
barcelonesa....",
^* -^-^^ P9^-
"Las clases definición
urbanas
de
Santiago
de un estilo
de vida
Santiago
(115)
J.L. FLANDRIN, £üí ££!!££ ^£ l£ Barcelona, 1979, pgs. 121-132.
(116)
Ibídem,
pgs.
121-132.
Ph.
(118)
"Protocolos",
Composte-
1l£.^2.-!lí'
kL^VíLllt—tt^i^
ARIES,
París,
19 76,
Leg. 233, 1748, f. 73v. y Le
212, 1769, f. 35v.
respectivamente.
Ibídem,
1803,
Leg.
360,
residencia
lo
de 1818: A.M.S.,
(119)
Galicia
295-307.
A.H.P.C.,
de
de
££^ili£
yie ££{2lli.£l£ ££££ lJ.áü£Í££ í^2.i:^£-
(117)
en
26-27.
La h±^t_o_ría £££ia£ de
££_£H.£_£"££l££_^£_Eí!£Í.£££l££la, 1981, pgs. 464-468.
pgs.
n^ 1,
2 9 - 5 1 V .
:^£_£££!l£{í££_££E£?£l£jL^:L.L^
(114)
850,
Véase nota nS 84.
fols.
conocemos
Leg. B-322,
a
914-920. través
doc, nS 8.
Su del
lugar padrón
313
(120)
A.H.P.C, El
"Protocolos",
informe
planos,
de este
en fols.
(121)
P. MADOZ,
(122)
Superficie
(123)
Remitimos
Leg. 852, 1 795,
proy ecto,
f. 266.
al que acompañan los
265-352v.
D^ic^ci^omario^^^^ obtenida
p. 2 38.
de mediciones
al apartado
actuales.
en que se trató
esta
proble-
ma tica.
(124)
F. BRAUDEL,
(125)
P. NAVASCUES Madrid,
Civiliz_aciónjnater^^
(Dir.),
1979,
Sabatini
los proyectos
J. POZUETA
ECHAVARRI,
El puerto... ." y A. DE MEER
LECHA-MARZO
"Santander,
jos en respectivamente.
el puerto....",
algunos
ejemplos
Legs.:
855, 1 800,
en A.H.P.C.,
220-220v.;
719-719V.;
466, 1843, f. 773.
A mediados
del siglo
algunos
planos
comienza
apunta
sucede, don su
Juan
hacia
cronologia,
según
ponen
que remodelan
de nueva
traba-
planta
67-70
"Protocolos", fols. 914fols.
de manifiesto
en el archivo
un barroquismo
por ejemplo, Pombo
ambos
402, 1832,
en las fachadas
comerciantes
ban o que construyen que
XIX,
conservados
a aparecer
de algunos
y J. ORTEGA
f. 298; 360, 1803,
503, 1830, fols.
de
"Santander.
P9^- 2^ y
E.L E-?.I1Í.-1.---'
Véanse
920;
(127)
2.?.hJít?.2.L'líi.?.í.lT¿JíhJl^ítnL'í±^°
pgs. 3-43. Sobre
véase
VALCARCEL,
(126)
V. I, p.262.
municipal,
de las casas las que ocupauna decoración
historicista;
asi
en las de la Vda. de Wünsch,
o don Santos escapan
Gandarillas,
a nuestro
trabajo:
que,
por
A.M.S.,,
314
Leg.
G-161,
12,
docs.
J.L. FLANDRIN,
(129)
Véanse
Ms.
y
30;
Leg.
G-162,
doc.
respectivamente.
(128)
Leg.
25
Oriig_ene_s__de^_la_lam^
respectivamente: 300,
143,
1 796, fols.
f.
p. 119
A.H.P.C.,
14v.
y
222-222V.
"Protocolos",
B.M.S.,
"Manuscritos",
(ver Apéndice
documental,
docs. n^ 4 y 5). (130)
A.H.P.C.,
"Protocolos",
(el subrayado (131)
B.M.S.,
(132)
Ibidem,
(153)
A.H.P.C.,
fols.
Ms. 225, f. 122 (ver
"Protocolos",
F.
BRAUDEL,
Leg.
documental,
Cii^ilización también
/ a m i Z.¿a_^_^_^_^, pgs. (135)
J.L. FLANDRIN,
(136)
A.H.P.C., 920v.
f.
298
Apéndice
124 y 125.
(ver Apéndice
Véase
1800,
doc. n^ 13).
920
168.
855,
nuestro).
"Manuscritos",
documental,
(134)
es
Leg.
J.L.
360,
1803,
fols.
914-
doc. n^ 11).
iJiat erial FLANDRIN,
V.
I,
p.
Origenes__de_la
132-136.
ídem, p. 132.
"Protocolos",
(ver Apéndice
documental,
(137)
Ibidem,
fols.
915-915v.
(138)
Ibídem,
fols.
916-917.
(139)
Ibídem,
f.
914v.
Leg.
360,
1803,
fols.
doc. n^ 11).
920-
315
(140)
(141)
Ibídem,
Leg. 380, 1821, fols.
ce documental,
doc. n^ 11).
Ibídem,
510-510v.
fols.
ECHEGARAY , 1976 de
don
molino
Del
(142)
en Agüero
para
"Consulado",
alquila
GONZÁLEZ 36.
varias
instalar
24-32
y
57.
La
Leg.
de
caracterizado
siglo,
general
ahí
las
e
de
colonias:
T.
(145)
A.H.P.C,
(144)
B.M.S.,
"Manuscritos",
documental,
y
fábrica
295,
1 796,
21,
fols.
habría del
colapso que
VARA,
económico
se
España
iniciarán
Santander
de
18 7 y ss. Leg.
Ms.
580, 1821, f. 510.
225, f. 122 (ver
Apéndice
doc. n^ 15).
(145)
L.MB. DE LA SIERRA,
(146)
Ibídem,
pgs.
(147)
A.M.S.,
Leg. 8-191/5^, doc. n^ 4, f. 4
(148)
A.H.P.C,
Esposición^^^^,
pgs.
6-11.
11-12.
"Protocolos",
Leg.
29 7, 1 781, fols.
115v .
A.M.S.,
que
cambio
que mantiene
las
MARTÍNEZ
"Protocolos",
Sayús
un
las guerras
Inglaterra
n^
coyuntura
por
^±^]^a_a_e^iudad^^^^, pgs.
(149)
En
ruedas
una
Leg.
doc.
de
la desfavorable
derivado
Francia
58,
quiebra
en
en
M^.C.
"Protocolos",
insertarla
con
Apéndi-
a '¿añad^ío^^^^^, p.
Sayús
A.H.P.C.,
516-517.
(ver
465-466V.
A.H.P.C, 21,
WueíZe
Francisco
de harinas: fols.
y
510-517v.
"Actas",
Libro
2.224,
sesión
15.9.1834.
112-
316
(150)
El 25,7% de los testamentos sía mercantil
hallados
de miembros
entre
de la burgue
1800 y 1850 se
otorga-
ron en 1834. (151)
A.H.P.C.,
"Protocolos",
(ver Apéndice ej emplos Legs.: 1835,
Leg.
documental,
360,
doc.
n^
de
baños
de
loza
y
503,
1830,
f,
212;
405,
f.
47;
547,
1836,
hoja
f.
1803, 11).
de
915
Véanse
como
lata:
1832,
41v.;
f.
f. 409,
Ibídem,
684;
458,
1836,
f.
385v.
(152)
Ibídem,
Leg. 409, 1836, f.
(153)
Ibídem,
Leg. 405, 1832, fols.
(154)
Sobre
diversos
F. BRAUDEL, 252-255.
(155)
M3.C, pgs.
calefacción
ECHEGARAY,
(157)
Todos
verse
^ííí'E.'L?:—---—'
V.l,
Del_Muelle_a_Cañadío^
p, 28.
estos
Capítulo
vínculos
III de este
FERNANDEZ,
"La
familiares
(159)
P. MOLAS,
(160)
B.M.S., (ver su
se
burguesía
"Manuscritos",
viaje
11^ p.
Ms.
documental, de
en
barcelonesa....",
el
1 797
143,
doc,
a Santander,
en
26.
^£_^H?!£H££Í£_^£Í!££ÜÍ.Í1JLJL:-.L>
Apéndice
tratan
trabajo.
á£_£££.ü£^i£_££ESñ2.lE:.z.i-.L^
en
puede
28-29.
Ibídem,
R.
de
681 y 684.
£.'£í.±.h^^^^'t2.VL.
GONZÁLEZ
(156)
(158)
sistemas
384.
P*
fols. 5). nos
219-219v. Jovellanos,
describe
con
pgs
317
más
detalle
ejemplar: A
la granja
"Miércoles,
£2.{2£££Í££j
el
de
camino
27:
A
a
un
está de
y
cuatro
principal, dibujada
pies
dos
tos
mil
de dos
de
altas
paredes;
jardines
a
los
hasta
sobre
los 'usos
el
apeo
de
que
hay plantados
arrobas
de
frutas,
las
tierras,
por
valor
12.000:
prados
de
3.000
A.M.S.,
En
1807,
se
está
cuando
A.H.P.C,
huertas,
Leg. A-58
otorga
construyendo:
"Protocolos",
de
de
y
mar,
sobre
él
cercado
al
frente;
etc., de
en
Obras,
original).
de
la
sotos
Asturias,
es
1818
producen
reales
la
árboles,
"Diarios",
huertas
en
todo
la descripción
143, f. 211 (ver Apéndice
(163)
y
circular
valoradas y
trescien-
mil
monte,
rústica
cuadro
£££y££££j
(el subrayado
en ella
fachada,
sobi'e el
parte,
económicos
riqueza
fachada
La
dos mil manzanos
p. 473
cuaren
la
de
siete
de
lados,
Véase en la nota anterior nos
(162)
a esta
G.M. DE JOVELLANOS,
V. LXXXV(B.A.E.),
(de
uno);
otro
parterre
recortados;
ya presos":
(161)
un
extensión
Yconservado
hará
trozo
sobre
una
circular,
f^bric^as_ de_
buen
caballo.
legua
pies.
diámetro
plantarán
un
de espinos
de
parece
de cien pies en
dulce,
muelle
para
se
cada
la casa,
peces,
un
edificios
además
a
carros de tierra
de
para
y_ ±±dra;
cuarto
cuatrocientos
pies
la espalda;
los
las siete,
cuadro
de agua
sesenta
actualidad^ a
en
por Mucha;
y un estanque
le
R^eJ^no_s_a. ... comprende
de dos mil cuatrocientos ta
Campog-Lro, que
Jovella-
granja. los
árboles
anualmente
en
15.000
producen hierba
por
En
1.875 reales;
hortalizas valor
de
bis, sf.
su
testamento,
B.M.S.,
la
capilla
"Manuscritos",
documental,
doc. n^ 5).
Leg. 331, 1809, f. 21.
Ms.
318
(164)
ñ.D.S., fols.
"Casados",
A.H.P.C.,
(166)
A.D.S.,
(167)
J. BOSSY,
"Protocolos",
"Casados",
lica",
f.
1;
6.737,
Leg. 847, 1 798, f. 396.
Libro
6.739, f. 237.
"Controriforma
en M. ROSA
ROUX,
Le
e popólo
(A cura di),
E£._^£á££!I£ • Bari, S.
6.736,
51, 5 3 y 5 5v.; 6.738, f. 8v.
(165)
(168)
Libros:
1977, pgs.
nell'Europa
catto-
i£_££ig.i^£_^e Z-Z._^ffuro-
281-308,
passim.
«£Í££?l_d£^£__ll^ͣͣͣ£ • París,
1 970,
p. 149.
(169)
Disponemos conocer
los
inventarios
la distribución
además pero
de
de
otros
"Protocolos",
f.
22y32; 233,
369;
1 763, 226, f.
239,
14;
1821,
fols.
1828,
f.
198;
503,
1831,
f.
1.142; 1833, 611; 1834,
457, f.
85;
428
en la casa:
A.H.P.C.,
74 7, 1 71 5,f.211; 1 69, 1 721,f.147;
f.
510;
408,
975;
1830,
f.
174;
402,
1832,
757;
f.
406,
1834,
f.
425,
211,
f.
360,
1803, 1828,
f.
1.150;
400,
780;
680;
504,
1833,
f.
725;
546, f.
f. 403, f. 407,
1834,
69;
f.
454,
1832,
458,
42 7; f.
254,
f.
1831,
1756,
1 766,
34;
394,
f.
1835,
212,
f.
1832,
307;
1 98, 1 748,fols.153
1 762, f.
462;
1769,
188;
173,1736
1754, f. 46; 218,
15;
212,
y
1830,
214;
f.
1 763,
1 776,
199;
405, f.
225, f.
231,
menciona,
184,1728,f.8;
73; 209,
1 756,
f.758; 1766,
se
2 O 6, 1 73 7,f. 6 O;
1748, f.
"casa-tienda"
no
13 O, 1711,f.174;
171,1726,f.86;
permitieron
de la
1 78, 1 720,f. 24O;
182,1723,f.68;
314;
nos
distribución
existentes
Legs.:
168, 1719,f.199;
fols.
interior
cuya
sí los objetos
que
f.
43;
1773,
914; 507;
380, 423,
1 830, 838; 1832, 186; 1834, 141;
1835,
211,
f.
401, f. 404, f. 546,
f. 41;
y
319
458, f.
1835, 379;
462, f.
f.
410,
1838,
948;
1843,
f.
465,
f.
aión
275;
547,
1836,
f.
564;
551,
1842,
véanse
a
los
la
A.
MALLON, O. REY CASTELAO, san básicamente
y é.£.íí— áEÍ:i££^£.: Santiago L.
511,
de
38; 1840,
1842, f. 181;
bienes
la
EIRAS
466,
utiliza-
y au ap ticación-
la cultura ROEL,
B. BENNASSAR,
en ^a_hist_oria
material
B.
BARREIRO
que se
so_cial de
Compo steta,
1984,
PEIRON,
"Ensayo
inventarios
entre
382;
f.
canden
Galicia...
á£_£££E™£?lí.££i.£"_^££££Í£^_^_l£_^i:£Í.££l£.* de
niveles
1836,
1836,
LL ££^£.£"i£ ^£ ^£Í.£^£A£2.Í£ ^i£Í.£.£i££
CASTAÑEDA
los
409,
f. 89. Sobre
de
de
f.
466,
historia
trabajos
88;
547,
1839,
1843,
los inventarios
metodotóg iaa
f.
1.329;
f. 856;
1.076; 561,
de
1835,
de
post-mortem
vida
material:
1790-1794",
Mo^de_rna de
en
££*£ly."H.£'
V. II. en
el
Véase
también
metodológico
sobre
el análisis ejemplo
f £Ím££
de
££Ü2^£Í£
Barcelona,
de
los
Barcelona ^l^Í£££í!Í£
1984,
V. I,
pgs,
757-769.
(170)
A.H.P.C,
"Protocolos",
(171)
Ibídem,
Leg. 218, 1 756, f.
372v.
(172)
Ibídem,
Leg. 212, 1 769, f.
40v.
(173)
Ibídem,
Leg. 130, 1711, fols.
ce documental,
doc.
Leg.
212, 1 769, f. 35.
Ibídem,
Leg. 198, 1748, fols.
(175)
Ibídem,
Leg. 209, 1754, fols.
(176)
Ibídem,
Leg.
documental,
Apéndi-
n^ 7).
(174)
360,
1 74-1 75v. (ver
1803,
doc. n^ 11).
fols.
330v.-333v.
46-49.
914-920
(ver
Apéndice
320
(177)
B.
BARREIRO
MALLON,
"Las
clases
urbanas....",
La histor-ía_soc^i^al_de__G^alic^i^^
(178)
F. BRAUDEL,
(179)
A.H.P.C,
PÉ?s. 4 55-4 70.
Civ±liz_aci^^ "Protocolos",
V.I, Leg.
en
380,
1821,
p.2S9.
fols.
510-
detalla
"Una
51 7v. (180)
En
el
inventario
araña,
toda
de
dorado
mate,
sus
bienes
almendras
con
luces", Ibidem,
de seis
de
cristal,
candeleras
Ibidem,
Leg.
400, 1831, fols.
(182)
Ibidem,
Leg.
503, 1830, f. 203.
(183)
Ibidem,
f.
(184)
Ibidem,
Leg.
(185)
Ibidem, 38
(187)
(ver
457,
el inventario
204v.
f.
311v.;
de Santa
Cruz
547,^ 1836,
mental,
doc.
n^ 12),
Legs.: fols.
458,
38~43v.
Aguirre
f. 38v.
Ibidem,
Leg,
en
1836,
Apéndice
1835, (ver
Laurencin
(ver Apéndice
fols. el
275-281v.;
inventario
en Apéndice
doc. ns 12).
(188)
547,
doc. n^ 12).
Leg.
Cristina
tantas
312~312v.
1834,
Ibidem,
1836,
otras
838-840v.
457, 1834, fols.
Legs.:
Ibídem,
guarnecida
203v.
documental,
(186)
para
Leg. 503, 1830, f.
(181)
f.
se
198, 1748, fols.
328-333v.
de
docu-
547, doña
documental,
321
(189)
Ibídem,
Leg. 209, 1754, fols.
47V.-48.
(190)
Ibídem,
Leg. 226, 1766, fols.
87v.-88v.
(191)
Véase
también
objetos el
religiosos
trabajo
cultura siglo
P.
casas
MOLAS
en
de aparición de
y
(193)
Ibídem,
(194)
Ibídem,
comerciantes
Legs.:
198,
1 769,
bolsillo siglo
máquina
en
el
££l£2.H.Í£r^:L.^-'
^•
Leg. 212, 1 766, fols.
f.
había
1 748,
f.
si
hemos
podido
en
torno
a
los inventarios.
tercio
su
difusión
lenta;
el tiempo.
se
refiere
no
ser
a 1830
indicativo
un reloj guarnecida
del
de bolsillo
más como joya
el no
a don Teodoro
que
hallarse
de
medio
passim. un
reloj en
dísponemospudiera
tratarse
de oro, con sobrecaja en diamantes,
de Salazar
Co_lec2
si bien al
como
valorados
de que
reales),
valor
19 75,
precio
precio
de oro y montado
"Protocolos",
fols.
(1.300
fue
J.M. ECHEVERRÍA,
averiguar El primer
reloj
en el último
bien
1750-17 70 al
El
f.
ya
se valoraba
de medir
No
Ibídem,
3S-40v.
209, 1 754,
39v. respectivamente. surgido
XVII,
328;
£'^£üi£^£_.á£_í!£l£¿££_£?ií.^£?i££" Madrid,
(196)
y,
Leg. 231, 1766, f. 190.
212,
ciente
en
"Religiosidad
Actas_ de^l JJ
"Protocolos",
en sus orígenes
(195)
estos
comerciantes
RIBALTA,
Nobles
de
105-106.
A.H.P.C.,
del
en
Matará.
XVIII",
(192)
de
de
en
II, pgs.
48;
la frecuencia
y Puerto:
de
de carey perteneA.H.P.C.,
Leg. 503, 1830, f. 212v.
Legs.: 380-380V.
454,
1830,
f.
202v.;
409,
1836,
322
(197)
Véase el cuadro
(198)
A.H.P.C,
(199)
15.
"Protocolos",
213
(en estos
dos
retojes).
Ibídem,
folios
Legs.:
f. 311v.
se describen
405,
1832,
f.
también
683v.;
212v.-
los otros
457,
1834,
Leg. 360, 1803, fols.
914v.-
respectivamente.
(200)
Véase nota n^ 192.
(201)
A.H.P.C, 917v.,
Leg. 503, 1830, fols.
"Protocolos", passim
(ver
Apéndice
documental,
doc.
n^
11) . (202)
Ibídem,
Leg. 505, 1830, fols.
(205)
Ibídem,
Leg. 466,
(204)
Ibídem,
Legs.:
1842, f.
594,
204v.-205.
183v.
1828,
f.
811v.;
503,
1830,
f. 204v.
(205)
F. BRAUDEL,
(206)
A.H.P.C,
(207)
Ibídem, f.50;
(208)
Civilización_ma^
"Protocolos",
Legs.:
21 1,
véase además
Ibídem,
Legs.:
fols.
52-45;
fols.
45-60v.
206,
véase en 457.
La
p.l65.
Leg. 198, 1 748, f. 354.
1 763,
la nota
182,
f.
760v.;
212,
1 766,
anterior.
1 723, fols. 1 757,
(passim).
la loza talaverana
V.I,
fols. Sobre
o china
B. BARREIRO
MALLON,
^££££££a
f.£.£Í2.1 ^£
68-73v.;
1 73, 1 736,
60-84; la
212,
importancia
como
expresión
"Las
clases
Galicia.^..,
del
1 766, de lujo-
urbanas...", ' pgs.
456-
323
(209)
A.H.P.C., 46-49;
"Protocolos",
226,
1 766,
(passim)
3 7 - 4 1 V .
la nota
Legs.:
fols.
209,
85-88;
1754,
21 2,
respectivamente;
fols.
1 769,
véase
fols.
también
anterior.
(210)
Ibidem,
Leg. 212, 1769, f.37.
(211)
Ibídem,
Leg. 198, 1748, f. 327v.
(212)
Ibídem,
Legs.:
212,
1 766,
f.
86;
226,
1766, f.43
respectivamente.
(213)
F.
£ i y l l i £ E £ Í £ ^
BRAUDEL,
^£Í.££Í£l.Li-.!.i.>
V-L, pgs.
207-217.
(214)
Sobre
el consumo
Ibídem,
pgs.
de tabaco
y sus modalidades
217-221.
(215)
A.H.P.C.,
(216)
Véase
este
XVIII
en
....",
en La_his_to_ria_s_o^^i^a
"Protocolos",
mismo B.
Leg. 198, 1748, f. 330v.
fenómeno
BARREIRO
(217)
A.H.P.C.,
"Protocolos",
(218)
Ver nota
anterior
63-65
véase
en el Santiago
MALLON,
del
"Las clases
siglo
urbanas p. 457.
Leg. 226, 1 766, f. 86v.
e Ibidem,
Leg. 206, 1 737,
fols.
passim.
(219)
Ibídem,
Leg. 1 73, 1 736, f. 3 6v.
(220)
F. BRAUDEL,
(221)
A.H.P.C.,
C±v_ili3_aciónjvat^
"Protoco los ",
(ver Apéndice
documental,
Leg.
V.I, p.l68.
130,
1711,
doc. n^ 7).
f.
1 75v .
324
(222)
Ibídem,
Leg. 233, 1748, f. 74v.
(223)
Ibídem,
Leg. 360, 1803, fols.
ce documental,
(224)
Ibídem,
(225)
Ibídem,
doc.
511,
1840,
Ibídem,
Legs.:
394,
20?v.
f.
se índica esa procedencia
(226)
(ver Apéndi-
11).
Leg. 503, 1830, f.
Leg.
915v.-916
949
(en
este
documento
francesa),
1828,
f.
SOBv.j
503,
1830,
917v.-918v.
(ver
f. 207v.
(227)
Ibidem,
Leg.
360,
Apéndice
documental,
1803,
fols.
doc. n^ 11).
(228)
Ibídem,
Leg. 503, 1830, fols.
(229)
Ibídem,
Leg. 401, 1831, f.
(230)
Ibídem,
Leg. 406, 1832, fols.
684-684v.
(231)
Ibídem,
Leg. 385, 1836, fols.
385-385v.
(232)
Ibídem,
Leg. 458, 1835, f. 279.
(233)
Véanse
respectivamente
(234)
205v.-206.
l?9v.
la
nota
Leg. 405, 1832, fols.
684-684v.
Ibidem,
18 30,
1836, 407,
Legs.: fols.
1834,
40V.-41; f.
respectivamente; mental,
4 54,
616v.; para
doc. n^ 12.
457, 385, Santa
nS
fols. 1834,
e
Ibídem,
202v.-204; fols.
1836, Cruz
209
fols.
547,
310-5l0v.; 38S-38Sv.
ver Apéndice
docu-
325
(235)
Ibídem,
Legs.:
547,
1836, f.
40v.;
385, 1836,
f.385
respectivamente.
(236)
Ibídem,
Leg. 504, 1832, fols.
(237)
Ibídem,
Leg. 405, 1832, f. 684.
(238)
Ibídem,
Leg. 423, 1828, f. 201.
(239)
Ibídem,
Leg. 454, 1830, fols.
(240)
Ibídem,
Legs.:
407,
1834,
194v. -195.
202V.-204.
f.
616v.;
45?,
1834,
f. 310V.; 385, 1836, f. 385,
(241)
Ibídem, ce
documental,
(242)
Ibídem,
(243)
Ibídem, 1830,
(244)
690
Leg.
doc.
n^
466,
1842,
213-213V.
Legs.:
458,
917V.-918
(ver
Apéndi-
11).
458, 1835, fols.
Legs.:
fols,
Ibídem, f.
Leg. 360, 1803, fols.
277v. y 279v.
fols.
182-182v.;
503,
respectivamente.
1855,
respectivamente.
f.
279v.;
405,
1832,