Santander A Finales Del Antiguo Régimen: Cambio Social Y

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RAMÓN MARURI VILLANUEVA S A N T A N D E R A F I N A L E S D E L A N T I G U O RÉGIMEN: C A M B I O SOCIAL Y C A M B I O D E M E N T A L I D A D E S . LA B U R G U E S Í A M E R C A N T I L . Vol. 1700-1850. 1 Capítulos I - I I Tesis Doctoral realizada bajo la dirección del Dr. D. Jesús Maiso González. UNIVERSIDAD DE CANTABRIA 1987 C A P I T U L O TT 173 II-- EL HABITAT DE LA BURGUESÍA MERCANTIL. Tras haber analizado las dimensiones y económico-sociales en que se desenvuelve geográficas la burguesía mercantil santanderina entre 1700 y 1850 vamos a contemplar ahora Y el marco urbano en que desarrolla su vida diaria. lo vamos a hacer desde una doble perspectiva: qué espa- cios de la ciudad ocupa y qué tipo de viviendas habita. II.1) Morfología urbana y morfología social: distribución espacial de la burguesía mercantil. Al de Santander en torno un grabado, Braun no a el puede una el parecía 1575 incluirla "constituye y iniciarse siglo diferir captara, alemán ese y imagen en posteriormente su el Dicho del final del que plasmara Orbis una que en J. Terrarum, Santander de urbano grabado, Civitatis expresiva como el paisaje sustancialmente Hoefnagel. año considerarse XVIII medieval larga etapa en la que la villa se desarrolla manteniendo unas características morfológicas y sociales comunes, que no variarán- hasta el último tercio del siglo XVIII" ( 1 ) . Uno de los elementos integrantes de ese paisaje que el autor del grabado destaca notablemente es la bahía. Hoefnagel nos sitúa, pues, ante un Santander, natural y necesax-iamente, vinculado al mar desde un punto de vista económico, como muy bien parecen representar los grandes navios, expresión del comercio marítimo de larga distancia, y las pequeñas pesquera y embarcaciones, susceptibles de dedicadas a transformarse la en actividad medios de trnsporte del comercio de cabotaje. Nos sitúa también ante un Santander medievalmente amurallado en todo su perímetro y cuya muralla fue actuando como Meer elemento y Ortega dif erenciador definen como de esos dos espacios contrapuestos: "el que De recinto en (C c 4-1 Q) O ac (ü •o o -a ( O XI u O) c '3 CD W IT) c (U C +J c en 175 amurallado, arrabales, de urbano por antonomasia, prolongaciones su ubicación y de Dentro ya marginales su valoración del recinto y el en extramuro, el doble los sentido física y social" ( 2 ) . amurallado se perciben a su vez dos áreas: la Puebla Vieja y la Puebla Nueva. La Puebla Vieja o Puebla Alta constituía el núcleo urbano originario a partir del cual había ido expandiéndose la villa. Localizada sobre una colina-promontorio, se orientaba linealmente en dirección Oeste-Este y paralela mente al brazo de mar -arroyo de Becedo- que actuaba como "puerto natural de la villa y lugar de varado de sus embarcaciones" más ( 3 ) . En representativos abadía de y la Puebla Vieja se erigen los el los del cuerpos castillo de Santander medieval, edificios como son la santos - S . Emeterio y S. Celedonio- San Felipe, ambos perceptibles en el grabado de Hoefnagel. Ya marítimo de la el actuará como la orilla siglo XIII el desarrollo como estructura conocida en en factor urbana estimulante al configurarse del y comercio modificador esa otra área la Puebla Nueva o Puebla Baja, que, situada norte del arroyo de Becedo, "abre la ciudad al puerto, envolviéndolo y concediéndole un lugar privilegiado en torno al cual y casi simétricamente se disponen los dos barrios" ( 4 ) . Uno y otro quedarán integrados física mente a través de un puente -véase el grabado de Hoefnagelque permitía navegar por debajo de él galeras y naos medianas previamente desarboladas ( 5 ) . Social, ámbitos a que económica nos venimos y funcionalmente refiriendo parecían los tres tener su propia especificidad: - La Puebla Vieja vendría a representar el paisaje político-eclesiástico de la villa, el centro geográfico castillo de del San poder, representado Felipe y por por la abadía, el zona de habitación preferente de miembros del clero c (O (O O ) H r o -a 0 3 > c c (O 2 (d 'O H (d > c o u 0) in 3 & I - (d C — +J (d fN M +-I in <¡) - 3 a> (d CL, ' Ü -r-i O <ü (d c •H H (d > Id O ) td td H 1 1 (U rd aH H 0) 3 n 3 (d 3 0) u td +j c td e • H (U •H M fd -o X M XI O M O u > ax td c «o en — •H •H U en ü 3 0) (d 4-1 c o ü •<ü üS (d c > c o, u 177 y de linajes y otros, como los Arce, Calleja, Calderón que violentos en el siglo enfrentamientos XV protagonizaron por hacerse con el control del municipio ( 6 ) . - La Puebla Nueva, espacio ocupado mayoritariamen te por artesanos, comerciantes y profesionales liberales, representaría el paisaje "activo". Los de arrabales, los el labradores sociales más paisaje y margen", pescadores, numerosos de la población; "al dentro los del el grupos conjunto el arrabal denominado "Fuera de la puerta", situado al oeste de la muralla; el "de la Mar", al este. Este esquema de articulación tripartita del espacio urbano, calificado por De Meer y Ortega como "espacio urbano estamental" rígidamente a la ( 7 ) , no realidad del podría siglo ser aplicado XVIII, al menos ya por lo que se refiere a las dos Pueblas, socialmente más diversificadas e integradas que zonificadas. Conocemos espacial través de la de modo población del vecindario de a capítulo las calles que configuraban asi como aparecían sino un número residiendo, 39/44,5% del siguiente: comienzos 1710 el del anterior, aproximado dicho de vecindario siglo de nos no Dicha familia figuren XVIII se señaló informa el plano urbano de bien total. del distribución ( 8 ) . Como ya cabezas si la que en distribución a en de la villa, en él ellas todos, sería la 178 ÁMBITO URBANO C.FAMILIA PUEBLA VIEJA Puente (*) 9 Ruamayor 4 PUEBLA NUEVA San Francisco 23 Don Gutiérrez 15 La Plaza 13 Rivera 13 Arcillero 12 Compañía 12 Puerta de la Sierra 11 Atarazanas (*) 9 Rúa de la sal 4 Socubiles 4 Ruapalacio 3 Tableros 3 Rúachica y Herrerías 2 ARRABALES De la Mar 76 Fuera de la puerta 26 T O T A L (*) 239 Las calles Puente y Atarazanas aparecen formando un conjunto en el vecindario de 1710. Al pertenecer la primera a la Puebla Vieja y la segunda a la Puebla Nueva hemos asignado a cada una la mitad de los cabezas de familia de ese conjunto -18 en total-. 179 De esos tres donde se produzca 52,3% de los extramuros ámbitos la mayor cabezas -42,7%-, de será en la concentración familia-, destacando Puebla poblacional seguida dentro Nueva del espacio de éste el arrabal de la Mar. En cuanto a la Puebla Vieja se asienta en ella tan sólo cuenta el la habitan 5% de los cabezas heterogeneidad en ambas en términos asientan en los caracterizaba XVIII era el a pesar absolutos arrabales, mejor al por de Teniendo el grupo los de de su respecto Santander formado familia- socio-profesional Pueblas, y numérica de que superioridad de que los que se numéricamente comienzos labradores los en y del siglo pescadores, el de la "ciudad marginal". El vecindario aporta ningún a él que se tipo de dedica inscritos, cada impide de 1710, que, como sabemos, no información relativa a la actividad uno de los precisar las cabezas de familia calles de en preferente ocupación por parte de los distintos grupos socio-profesionales. No obstante, este vacío informativo ha podido reducirse merced municipal y a los datos que nos aportan la documentación notarial. De los 239 cabezas de familia que figuran en dicho vecindario hemos podido conocer la profesión de 55 de ellos -23%-, lo cual nos permite una cierta aproximación al problema que tenemos planteado. Relacionando, pues, las variables calle/profesión, hemos establecido el siguiente esquema, respetando el orden en que van apareciendo las calles en el vecindario: Fuera de la puerta. 5 Maestres de barquillas de pesca. 1 Procurador general de la villa. Rúamayor. 2 Militares. 1 Propietario de las fábricas de artillería de La Cavada. 180 Puente y Atarazanas. 1 Mercader. 1 Militar y Abogado de los Reales Consejos. 1 Militar y Mercader. 2 Médicos. 1 Boticario. 1 Escribano. Rivera. 1 Militar, Regidor y Juez de alzada de la villa. 1 Militar y Alcalde Mayor de la abadía de Santander. 2 Viudas de militares. Arrabal. 1 Viuda de militar. Arcillero. 1 Poseedor de mayorazgo y Alcalde Ordinario de la villa. 1 Militar, Alcaide del castillo de Santa Cruz de la Cerda del puerto de la villa, 1 Funcionario la villa. militar. 1 Viuda de militar. 1 Tabernera. Compañía. 2 Militares. Don Gutiérrez. 4 Mercaderes. 1 Viuda de militar. Diputado y Juez de millones de 181 La Plaza. 2 Mercaderes. 2 Boticarios. 1 Escribano y Funcionario. 1 Escribano. San Francisco. 2 Mercaderes1 Escribano y Militar. 1 Militar. 1 Viuda de militar. 1 Rentista y Juez de millones de la villa. 2 Escribanos. 1 Cirujano. 1 Confitero. 1 Maestro de obra prima. 1 Maestro carpintero. Puerta de la Sierra1 Noble (Marqués de Balbuena). 1 Funcionario militar. 1 Funcionario de Hacienda. 1 Carpintero y Mesonero. A pesar de que los datos que acabamos de exponer se refieran vecindario a de la villa de una muestra 1710-, parece -23% de ponerse los inscritos de evidencia en el que en Santander, sin duda con más intensidad dentro del recinto amurallado. Aquellos que los agentes confeccionadores de "Don" del vecindario -nobles, distinguían militares, con el funcionarios, tratamiento etc.- como rasgo de diferenciación social y que en su momento consideramos integrantes vivir concentrados de en la élite de poder la Puebla Vieja, local, no sino que parecen residen 182 en su práctica Nueva; totalidad en distintas calles de la Puebla incluso 8 de ellos lo hacen en los arrabales de Fuera de la puerta y de la Mar y en una calle de carácter tan popular como la del Arcillero. En cuanto al clero desconocemos su distribución espacial, ya que en el vecinda rio no se partir le de de Santa de la la incluye; del ubicación de Cruz, puerta; de el regular los respectivos franciscanas, de San poseemos en el Francisco, este dato conventos: arrabal también de a el Fuera extramuros, al norte del punto en que moría la ria o arroyo de Becedo; el de Santa Clara, de franciscanas, y el colegio de los Jesuítas, en la Puebla Nueva. Centrándonos interesa ahora prioritariamente, en la el grupo burguesía social que mercantil, nos hemos podido ver a una parte de sus miembros residiendo fundamentalmente en las Plaza calles Don Gutiérrez La -1-, calles -salvo la del Puente, todas las demás pertene- cen al con representantes de la de San de la Francisco Puebla -2- y - 4 - , Compañía -2-, ámbito - 2 - , San de Nueva- en Puente-Atarazanas las que conviven de otras profesiones, como es el Francisco, en la que se hallan caso presentes desde militares hasta artesanos. Esta distribución espacial de la burguesía mercan til de comienzos líneas generales con y la que, del XVIII hasta mediados información previamente siguiente: siglo aportada por elaborada, parece mantenerse en de la centuria de acuerdo el catastro reflejamos en de Ensenada el cuadro 183 CUADRO NQ 11 Distribución espacial de la burguesía mercantil en 1753. CALLES C. FAMILIA La Plaza 15 Don Gutiérrez 14 San Francisco 9 Puente 5 Rupalacio 2 Arcillero 2 Alta (Fuera de la puerta) 2 Compañía 1 Remedios 1 Herrerías 1 Rivera 1 Tableros 1 Estanco 1 No especifican 2 T O T A L 57 FUENTE: Catastro de Ensenada. El y las calles de concentra los que menor" área por si declaran integrada Don Gutiérrez, sola ser ateniéndonos por el la San 75% -43 mercaderes a la Plaza -Mayor Francisco cabezas de de y el Puente familia- "por mayor" terminología o Vieja- y/o utilizada en de "por el propio catastro. En dichas calles tienen sus domicilios y negocios los más representativos miembros de la burguesía mercantil de la primera mitad del siglo XVIII: don Bernardo de Sara, a quien los agentes del catastro le calculan al año unos ingresos fiscales de 10-000 reales; don Fernando de Lienzo, 0)1 H -H •H > 4-1 C O (C u u o u <¡) > 1 e (c •H (C Q) m N 0) fO C 3 Q) DlCL, CU ^1 3— J3 -H (T3 o ü w •H U c C . .H (O (ü Di M -H -H fc. E (O c -M H td C 0) to tn ^ (0 co n O -O T! (O N •H m T3 G (U 0) H -H ta (O -M ü (O o co c •H C H ^1 o (O (U Q a-a •H C ü (O (N C -M •H C S-l (O IC 185 8.000 don reales; José don de Pedro de 6.000 reales; Haza, Rivas, 6.000 reales; 6.000 reales; don don José la Cantolla, don Antonio Gómez 7.500 Francisco Fernández de Bolantín de Barreda, reales; Estrada, 5.000 reales ( 9 ) . Junto a ellos, en las mismas calles, aparecen instalados nuevos de Sayús llegados comerciantes, -15.000 la reales a Santander en expectativas Real económicas Orden como que de por ejemplo ingresos 1750 ante que abren aprobaba la Bernardo fiscales torno a se don las para al año-, favorables la villa construcción del con camino de Reinosa y por el que habrían de conducirse, desde Burgos al puerto de Santander, las lanas procedentes de Castilla con destino a los mercados europeos. En esas cualificados son mismas calles representantes residen de otras también profesiones, eclesiásticos, militares, funcionarios dos, escribanos, boticarios, los etc., más como civiles, aboga- incluso un miembro de la nobleza local: don Antonio Manuel de Campuzano JuncoDosal, conde de Mansilla; el artesanado, aunque en menor medida, también aparece representado en ellas. Si Mártires sede de Felipe a la más el -la área futura próxima catedral la nueva diócesis daba carácter Plaza Mayor importantes a a o Vieja, -San abadía tras en la la erigirse 1754- y Puebla de la Francisco, de al los Santander castillo Vieja, el área que Don Santos partían de en San próxima las Gutiérrez, calles Puente, Rupalacio y Santa Clara-, caracterizaba a la Puebla Nueva. En desde dicha siglo plaza XV, la se hallaba casa instalada, consistorial, y próximos finales del a dos ella de los escasos destacables edificios que poseía Santander: la iglesia de la Compañía Riva-Herrera, marqueses ellos, calle en la importante casa-palacio por de de noble: y Jesús y Villatorre Santa mesones otro de (10); Clara, ocupada casas don el palacio de de en una hospedaje, Francisco cercano a parte tenía Javier de los su Ibáñez- 186 Camus, marqués de Balbuena (11). En de torno Santander a la comenzará década a de sufrir 1760 el plano importantes urbano mutaciones. La apertura del camino de Reinosa y las funciones exportado ras que habia reasumido la ciudad plantean la necesidad de remodelar su puerto, adecuándolo a las nuevas necesidades . Así, las reiteradas en 1765, el peticiones poder del central, atendiendo Ayuntamiento a santanderíno, ordena al ingeniero militar don Francisco Llovet que levante el plano y elabore el presupuesto de las obras necesarias en el puerto. El proyecto de Llovet, según la descripción que de él hace Pozueta Echavarri, consistía básicamente en mejorar el muelle y contramuelle existentes, dragando a la vez la dársena grande con el fin de facilitar el acceso de naves de grandes calados; en el mismo se incluía el relleno y explanación del playazo existente en el arrabal de de la Mar, perfectamente Hoefnagel Llovet. linea de Dichos formada este modo que completamos relleno y por muelle la identificable el con el explanación superficie de de la suelo en el plano se grabado original harían hasta de la Rivera, ampliándose urbano edificable. Pozueta valora en estos términos el mencionado proyecto: "El plano de Llovet de ampliación del puerto y nueva población, aprobado el 19 de Noviembre de 17 65 y cuyas obras se inician en Abril del año siguiente, propone una Nueva Población que articulándose a la vieja trama medieval de la villa se organiza median te una retícula ortogonal, en manzanas de 20x40 metros, que sigue las directri ces del muelle mediante un sistema de calles paralelas y perpendiculares al mismo. La ampliación de la ciudad propuesta, que se inicia inmediatamente, supone por otra parte la apertura de la ciudad el derribo de sus murallas y en definitiva refleja de algún modo el cambio i 1 >^ ^4 •< , » í * '»•'-'I ^ - Q) > O H 1-5 ü > O u &1 188 de una villa estancada y cerrada en si misma, a una ciudad abierta, dinámica, preparada para el crecimiento" (12). Dificultades las la obras en 1771, ciudad no se elaborados de de obligan a suspender si bien el proyecto de ampliación abandona, entre esa Agustín financieras como fecha y Celosía, el ponen de de manifiesto los 1788, año de aprobación del último de los ejecutados en esta primera fase del ensanche de Santander ( 1 3 ) . Entre el plan Llovet de 1765 y el de Colosía de 1788 habían transcurrido dos décadas, durante las cuales Santander ya poco tenía que ver con la villa de la primera mitad del siglo XVIII. A la canalización de las exportaciones de lana del camino a de través del Reinosa puerto -1753- había definitiva liberalización del americanas -1778-, sobre su relanzamiento la villa bases económico. había pasado a -1752- a la venido comercio las y a con que Además, apertura sumarse las la colonias Santander asentó institucionalmente, convertirse en sede episcopal -1754- y ciudad -1755-. Desde el punto de vista urbanístico, el impacto de estas transformaciones va a provocar de manera inevitable importantes espacio gran intramuros muralla de tiene la demolición medieval. relleno la de edificación, construcciones adecuarse para histórico absorber una demográfico, que lleva a hacer de Dicha los morfológicas. El que parte del crecimiento necesaria "El modificaciones un sector absorción solares física y y se realiza las huertas, la como heredadas, de una parte de sustitución morfológica, mediante renovación simple de por la las edificios de más altura y nueva disposición" ( 1 4 ) . Qué densidades de población soportaban las distin tas calles edificios por de es escapar Santander una a los cuestión y qué densidades sus distintos responder a la que no podemos objetivos de nuestra investigación y. (O «H en •O O u o o >1 o u cu 190 sobre de todo, por no disponer aún de monografias que este problema. manejadas, ni Por otro siquiera el traten lado, ninguna de las catastro de Ensenada, fuentes permiten conocer, por lo que al siglo XVIII se refiere, la composición social de los edificios, ya que los padrones se confec clonan tan sólo por calles, sin especifar ni numerar tales edificios n i , por lo tanto, quiénes los habitan. Únicamente en el padrón de 1766-1767 bir en el mismo a los se aprecia un intento de inscricabezas de familia atendiendo a la planta que ocupan dentro de las viviendas multifamillares; no obstante, difícilmente son podría tantas las imprecisiones extraerse del mismo alguna que que conclusión aceptable { 1 5 ) . En 1832, en vísperas prácticamente de la epidemia de cólera que en 1834 asóla Santander, el abogado santanderíno don Luis Ma de la Sierra denuncia la situación de hacinamiento que se produce en algunas zonas de la ciudad; existen sola y persona ocho que casas, afirma, y sin "que embargo apenas las habitan individuos. Compréndese, esto pueden familias de a una seis al primer golpe de vista, solo se verifica en la clase pobre, que equivala por lo regular a sucia y miserable bles servir consecuencias le encuentra en de la nueva; la plazuela de la plaza de no es propio varias: en las puerta] ; en Este mal de terri- le las hay de herrerías; la del de una sola en las casas la muralla en al calle. del norte rededor la calle alta arrabal; en la de la Mar Se de [Fuera y en la del arcillero" ( 1 6 ) . Este hacinamiento, social y espacialmente diferen ciado, debía de ser ya una realidad en Santander antes de que finalizara el siglo XVIII, como se pone de manifiesto en una disposición municipal de 1792 relativa a la "carestía de havitaciones en grave perjuicio de los vecinos y moradores de esta referida ciudad bió el por lo que prescri- Señor Alcalde Mayor los medios y reglas que debían 191 observarse aspecto habla para el público" de un aumento (17). urbana L.Ma. Sierra-, la havitaciones Implícitamente empeoramiento la población de de de las mejora esta de vida que veíamos generalizado del disposición condiciones -empeoramiento fenómeno y de denunciaba a partir del siglo XVIII en todas las ciudades como consecuencia, según H. Capel, del crecimiento demográfico "en un marco urbano que conservaba su estructura preindustrial y se modificaba lentamente ba una La ciudad surgida de este proceso presenta- situación inesperada de hacinamiento, segregación, crisis de los servicios y deterioración de las condiciones higiénicas, relacionadas todas con las características del proceso de acumulación capitalista" ( 1 8 ) . Escasez de viviendas, precio elevado de las mismas y estética urbana, pero sobre todo más que estética salubridad las pública, autoridades eran locales cuestiones que santanderinas preocupaban en esa a disposición municipal de 1792. La escasez de viviendas, en una coyuntura de incremento de la demanda, se iba a traducir automáticamente en un aumento de como de los los precios, tanto del arrendamientos. suelo La evolución de edificable esos precios en distintas calles de la ciudad no se ha podido establecer, ni siquiera con carácter orientativo, dado que, a pesar de haberse consultado numerosos contratos de venta y alquiler en de viviendas ninguno viviendas, de con a través ellos lo se cual de los protocolos notariales, especifican las la precio/superficie nos relación medidas de esas es desconocida ( 1 9 ) . Lo orientación de que de finalizar el si las puede constatarse inversiones hacia es una este importante sector siglo XVIII por parte de los antes propietarios de solares y viviendas, bien construyendo de nueva planta o bien reacondicionando aprovechar los las favorables ya existentes momentos por los con que objeto de atraviesa fN fN fN n C3^ o\o O Ol fN o\o (d 01 2 U (D fN Ol 2 O Id +-> fd w < D U 00 O fN o (N o o in <-ia\ IT) o m in 0) • H a 01 (d 1—1 1 2 VD O O O t-H r- vO fN iH O 00 a\ n O o 00 vo ID o OO co fN n o u .-H fN IT) n o o o .H 1—1 c O O O u o\o C 1 fN m T3 C D S Q 03 (d i 1 00 o •> o o n 03 O O o o 1 o 2 ID 1 n fN 00 n fd • H H • H XI O E c • H T3 rd -O O J • H Di < W H O o Di O, W Q fd H O J c 'O • H u XI •H u +-> w • H Q O O, 03 fd u o 03 o H •H Eh (d 4-» 0) • H a o u (u +-' 0 3 • H H u 03 0) 0) H H XI D 3 O M 2 0 3 0 3 X 3 (d 0 3 0 • H U (d Eh O H U 4C -1 >1 fd •H 03 0 (d i-l 0 3 0) H < 0 3 0 >i (d •I-I 03 0 0 3 0) 0 3 • H H ( U XI H >(d 0 2 en (d (d C i O M 203 la ordenación del espacio urbano pre-industrial, todas las iniciativas, tanto de carácter económico como construco residencial estarán protagonizadas burguesía mercantil, algunos de por miembros de ellos ya mencionados la como Mazo, Campo, Gutiérrez, Bustamante o Calderón. de vista completo este Contemplando ahora ese residencial, según el de trabajo, su práctica la los calle existentes totalidad denominada las el padrón para integrantes de espacio el esa de el 1829, punto el más periodo estudiado en burguesía acaparan en 29 viviendas Muelle, desde de que símbolo, se como compone afirman Meer y Ortega, "de la ciudad moderna" (46). Esas De viviendas las ocupan 24 comerciantes -82,8%-, tes -10,4%-, - 3 , 4 % - y 1 Herrero - 3 , 4 % - ( 4 7 ) . Son los parte de de 1 Propietario representantes del gran 3 viudas de comercian- comercio, los que forman la élite de la burguesía mercantil como el conde Campo-Giro, los López-Dóriga, Sibes, los Aguirre, los Gallo, poseedores en 1815 de los más importantes capitales mercantiles (48). Inmediatamente al Norte de las rellenos, habían en torno a la detrás mismas y como ido surgiendo denominada de esas producto una Plaza casas del Muelle, también serie de de los edificaciones Nueva proyectada en 1795 por Agustín de Celosía ( 4 9 ) . Quienes ocupan esos edificios en una menor homogeneidad profesional las casas si los 1829 presentan ocupantes de del Muelle, bien que domina la "clase media", como se pone de manifiesto en el siguiente cuadro (50): 204 CUADRO m 13 Grupos socio-profesionales asentados en la Plaza Nueva (1829). GRUPOS % C.FAMILIA 16 30,2 7 13,1 Jornaleros 7 13,1 Artesanos 6 11,3 Militares 3 5,7 Funcionarios Hacienda 3 5,7 Su casa 3 5,7 Hacendados 2 3,8 Empleados 2 3,8 Marineros 2 3,8 Gobernador provincial 1 1,9 Cónsul de los EE.UU. 1 1,9 T O T A L 53 100,0 Comerciantes Profesionales liberales FUENTE: Padrón de 1829. La presencia en la Plaza Nueva de representantes de los grupos sociales urbanos más bajos, como por ejemplo jornaleros en ella y de marineros, habitantes puede del obedecer que pudiera a la inclusión considerarse un apéndice del arrabal de la Mar, la denominada Rúa Chiquita, que en el padrón de 1829 parece haberse asimilado a efectos del recuento de vecinos a la Plaza Nueva. En este habría que en lo los señalar edificios hacen que marineros ocupados agrupados en por otros la y jornaleros no sentido habitan "clase media", sino supuestamente que construidos con anterioridad. A análisis de la la vista de los sociología de resultados la obtenidos vivienda en las en el calles 205 del Muelle y de la Plaza Nueva, no hay duda de que la concepción del ensanche que se inicia en Santander a partir de 1765 responde a lo que H. Capel considera caracterizaría a la mayoría de los ensanches urbanos españoles de los siglos XVIII y XIX, es decir, "áreas de residencia destinadas esencialmente a la burguesía y las clases medias, las únicas que podían pagar las elevadas sumas que requería la construcción de un edificio de varios pisos" ( 5 1 ) . En el Muelle de los padrón y la Plaza Nueva viven 239 representantes de 1829, del porcentaje comercio 41 -17,1%- inscritos relativamente en el considerable si tenemos en cuenta que se trata de espacios de ocupación reciente. Este desplazamiento hacia la Nueva Población por parte de un sector de la burguesía mercantil santanderi. na actúa como descongestíonador del ámbito que históricamen te venía siendo ocupada por ella en la Puebla Nueva. Dicho ámbito, y las que en calles 1753 de estaba Don integrado Gutiérrez, San por la Plaza Francisco y Mayor Puente- Atarazanas y en el que residía el 75% de los comerciantes, alberga en 1829 Rivera, en calle 80 la que comerciante una a en de éstos se asientan -33,5%-; 16 la calle de la - 6 , 7 % - frente a 1 único 1753, ha pasado a convertirse en 1829 en con una mayor presencia de la burguesía mercan- til. El resto de los comerciantes, 102 -42,7%-, se reparten de manera dispersa por todas tanto de la Puebla Nueva los tradicionales las como arrabales de de calles de la ciudad, la Vieja, e incluso Fuera de la la Plaza puerta y por de la Mar ( 5 2 ) . Si eminentemente en el los Muelle y en representantes Nueva residen del gran comercio, miem- bros a su vez de la élite de la burguesía mercantil, tam- bién nos encontramos a otros de esos representantes resi- diendo en el centro histórico. Entre ellos figuran apellidos como Ageo, Bolantín, Campuzano, Cuesta, Labat, Sánchez de Porrúa, Sentíes o Vial. Por qué permanecieron éstos y otros destacados Dos paisajes del Santander decimonónico y dos ámbitos de asentamiento de la burguesía mercantil: arriba, la Plaza Viejaj abajo, el Muelle. 207 comerciantes en ese centro y no pasaron en cambio a instalarse en la Nueva Población es una cuestión que para darle respuesta exige necesariamente que nos movamos en el terreno de las hipótesis. En primer constructivo en lugar habria que señalar que el ritmo ella no es lo suficientemente intenso como para poder absorber a todos los miembros de la burguesía mercantil que desearan residir ahí. Téngase en cuenta además que, conforme a las normas de edificación, se prohibía costruir más de dos edificios por manzana, y su altura máxima era, por lo general, de cuatro plantas ( 5 3 ) . En niveles los de riqueza casos el segundo lo terreno lugar de en Plaza reales, a de cantidad la evaluación considerar elevados construir que no eran en como para en él un los todos adquirir edificio- compuestos de almacén y cuatro plan- don Nueva, que comerciantes y posteriormente propiedad la los suficientemente En 1829 dos edificios tas, hay Ramón son más López-Dóriga tasados que en un y localizados total considerable de (54). 563.309 Atendiendo de capitales de comerciantes de Santander de 1815, de un total de 51 tan sólo 7 rebasan esa cantidad; entre ellos reales de figura capital, Campo-Giro, 7 Cuesta el con propio superado 3.000.000; -1.700.000- y López-Dóriga, con únicamente también Vial por figuran -867.000-, 2.400.000 el conde de entre esos residentes ambos en el centro histórico ( 5 5 ) . En torno a este problema de los fuertes desembolsos que exigía construir en la Nueva Población tenemos el caso del propio Calderón, promotor en 1821 de las obras de ampliación del ya vimos. Cuando la casa Juan que José en puerto con fines especulativos fallece en 1834 no habla podido 1826 González de comenzara la Riva, a construir; curador Calderón, se expresaba en estos términos: de en los como concluir 1837 hijos don de 208 "Sabido es ytem público como notorio que a la muerte de Don Guillermo se halló empezada a construir la primera manzana en el muelle nuebo de este puerto que Don Guillermo construió por contrata mejorando y hermoseando este pueblo. Los diferentes años que esta obra estubo paralizada por falta de medios de su dueño la llegaron a poner en estado de próxima ruina pues que las aguas habian podrido algunas maderas y muchas viguetas" (56). El de Comercio tasador y mencionado de de pues Santander los población curador "diez y solicitaba aprobase seis el solares al Tribunal nombramiento de en muelle el nuebo un de esta ciudad que Don Guillermo robó al mar, éstos nada producen ni producirán mientras no se edifique en ellos" ( 5 7 ) . La desbordado operación las se procedía obtener en de posibilidades numerario por acabar con el económicas de 11.848 pies parecía de haber Calderón 1838 ) de frente a los González construir (929 m burguesía el que hacer curador 1826, En Enero de 2 2 la pues, y a poner en venta los mencionados solares para solicitados fin especuladora, de la manzana la esos santanderina: solares el Riva de casas eran vendidos créditos con el iniciada en 82.936 reales a dos miembros comerciante-armador de don José Jerónimo Regules y el médico don José Ma Botín, asocia dos ambos levantarse para a edificar espaldas de una la casa ( 5 8 ) . Esta primera habría hilera de casas de del Muelle, que, distribuidas en siete manzanas según el proyec to inicial de Calderón, en 1837 ya habían sido construidas como ese se año pone de manifiesto en el plano de Santander que realizara José Mathé. La casa que Regules y Botín iban a edificar venía a romper el gran vacío constructivo existente Plaza en lo que sería el ámbito de la de la Constitución, en torno a la cual se articularían 15 manzanas de casas según el citado proyecto de Calderón. En NTANPLR.V Plano de Mathé (1837) en el que se observan ya c o n s — truidas las siete manzanas de viviendas del muelle de Calderón (Nueva Población). • '¡¡)'.if*''tpii!'-'taj'^t/ Cahexa del muc//e £-4 Detalle del plano de Coello (1863) mostrando todavía el gran vacio constructivo en la Plaza de la Constitución (Nueva Población). 210 1863, a la vista del plano de Coello, se hablan construido tan sólo 4 de las 15 proyectadas. Como punto y permanencia, dos según hemos características de la burguesía distribución final habría que ido viendo, bien pudieran definieran mercantil en que destacar que cambio desde los comportamientos el punto de vista de el espacio urbano entre ser los siglos su XVIII y XIX. Cambio en cuanto que un sector de ella, a través del ensanche que se inicia en el último tercio del siglo XVIII, busca un espacio de asentamiento nuevo al que llegará a dotar de personalidad propia y que todavía hoy en la actualidad se mantiene pleno de connotaciones burguesas. Permanencia en cuanto que otro sector continuará estando presente durante la primera mitad del siglo XIX en aquellas calles intramuros ocupadas ya por comerciantes al iniciarse el siglo XVIII. Cambio manifiesta la o uno en de zonificación, al menos de cuanto los que rasgos en de en este caso de una parte de la la Nueva Población ciudad capitalista: la burguesía ella, que se se mercantil, apropia de un espacio en el que construye edificios de alto coste, impidiendo asi el acceso a ellos a los grupos urbanos de escasos y recursos de identificación en cuanto de económicos, un los espacio de clase al mismo que en el casco antiguo rasgos del símbolo de dominación modelo de tiempo. Permanencia continuará ocupación del vigente suelo en el Antiguo Régimen: la promiscuidad social ( 5 9 ) . uno urbano 211 II.2) La vivienda de la burguesía mercantil. Del plano urbano pasamos a otra escala de análisis como es la contemplación de los edificios que configuran ese plano. La vivienda -su morfología externa y dimensiones, su estructura y estética internas, su nivel de confortabilidad, etc.- ocupa ya un lugar de primera magnitud dentro de la historia de las mentalidades y, acotando aún más dentro a en de contenidos la cultura su primer gran efecto, puede de los en puede este material, la casa, el en hablarnos de historiográfico, tiene (60). el lujo" campo que sistematizador manifestarse lujo de en F. Afirma Braudel éste: "Es, mobiliario....donde (61). Presencia determinadas o mejor ausencia disponibilidades económicas, pero también de determinadas mentalidades. Nos interesa, pues, conocer qué casas habita y de qué se rodea en su vivir cotidiano la burguesía mercan til a lo largo del siglo XVIII del XIX. Vamos a aproximarnos de los pasar materiales con posteriormente que a se y de la primera mitad a ese conocimiento partiendo construyen establecer una esas casas tipología para de las mismas y, por último, contemplar sus interiores. II.2.1) Los materiales. Todavía el habitat su práctica de la hoy nos es posible burguesía totalidad los reconstruir en parte mercantil edificios al conservarse en surgidos de la expan- sión de la ciudad hacia el Este, lo que era la Nueva Población. No sucede lo mismo con el ámbito de la Plaza Vieja, afectada en 1941 por un incendio que arrasó todo vestigio arquitectónico de los comerciantes alli residentes en otro tiempo (62). Ese incendio, el paso del tiempo y las obras 212 de remodelación se conservara a la no hicieron que prácticamente tampoco de las viejas casas que población lado urbana santanderina contamos con del ninguna siglo del Santander de la primera mitad albergaron XVIII. descripción nada Por otro arquitectónica de esa centuria, vacio que puede quedar subsanado en gran medida gracias al testimonio del elegido canónigo por el Pellegrino nuncio Zuyer, quien para informar Bonelli en 1660 sobre es las pretensiones de Santander de erigirse en diócesis, desgajan dose del territorio arzobispal húrgales (63). En su Itine- rario, le produjeron que recoge las impresiones que los distintos lugares que visitó, habla extensamente de Santander. De esa obra extraemos unos párrafos, los más expresivos referentes al aspecto exterior de las casas: "Sumando el número de todas las casas que están dentro de la muralla no llega a doscien tas noventa y tres en total, entre las que hay muchas deshabitadas y que no tienen otra cosa que el simple muro y la fachada exterior. Fuera de los muros hay de noventa a cien casas en total, comprendidas todas las que están delante de la puerta por donde se entra y fuera de la puerta del muelle, que son dos calles muy pobladas de pescadores, pero las casas son pequeñas y endebles Se construye en siete u ocho partes de la villa de Sant'Ander, pero son casas muy ordina;rias, la mitad de piedra y la otra mitad de madera. No he visto más de seis o siete casas que tengan proporciones de casas y que sean completamente de piedra, en particular la del veedor" (64). Zuyer nos habla de la ciudad amurallada, de los dos arrabales, de casas elementales, pequeñas y endebles, mitad de piedra y mitad de un total aproximado de cuatrocientas por de su las ellas. representatividad, dimensiones como tanto de los madera, destacando de tan sólo seis o siete desde el punto materiales de vista empleados en o 0) >i o Di •H C 'O c (O ü 0) C U) 0) en (O o c H a, 214 Si hace de Zuyer la amplia extractamos lo relevancia arqueitectónica, casas, nos encontraríamos catedralque en "poco descripción que aparte con partes de él de merece esas frecuentadas villa especial seis sin pavimento más la o la iglesia colegial magnífica algunas para que siete -futura alguno, sino tierra está la cubierta muy mezquinamente con tablas de madera, pasándose no obstante por muchos sitios donde no hay tablas; y antes de la venida del arzobispo me han dicho que había diversos montones pocos de días tierra antes" en la misma ( 6 5 ) , el iglesia, que convento de se Santa llevaron Clara, el Colegio de la Compañía de Jesús, el convento de San Francis_ co y el de Santa Cruz, los arcos de lo que en el pasado había sido soporte de la techumbre de las reales atarazanas y, por último, el castillo de San Felipe. No muy diferente de éste debía de ser el aspecto que ofrecía Santander a comienzos del siglo XVIII, y aún durante su primera mitad, teniendo en cuenta que las transformaciones económicas, sociales y urbanísticas importantes irán produciéndose desde su segunda mitad. Basándonos en la descripción de Zuyer, Santander pudiera ser calificada como una "ciudad de madera", caracte rística (66). común Afirma a tantas Braudel otras que europeas "Cuando la de esa piedra centuria resulta un lujo, hay que pagar su precio, a no ser que se ser recurra a soluciones intermedias: mezclar el ladrillo con la piedra utilizar madera sólo para palacios la piedra y el y piedra, y templos" ladrillo o reservar la piedra tan (67) ; para este mismo autor representan los materiales ricos de construcción frente a la madera y el barro. En el caso de Santander la piedra se había reservado los tan sólo jesuítas para y los la iglesia tres colegial, conventos, así el como colegio para de esas seis o siete casas de particulares que suponemos socialmente notables. Todos los demás edificios parecían haberse 215 construido combinando caso, piedra entender en es mamposteria, actuando decir este la creemos, y la que madera, piedra debiendo sin labrar, a modo de basamento sobre el que se levantarían, ya en madera, los pisos superiores. La piedra de sillería, combinada o no con el ladrillo, ha de ser considerada como el material constructivo por excelencia de quienes poseen saneados ingresos y que a través de la vivienda desean manifestar públicamente su posición construyen o económica remodelan y sus social. casas Con ya en esos materiales la primera mitad del siglo XVIII algunos militares graduados, profesionales liberales y rentistas, no habiendo hallado ninguna referencia a casas conocidos de nueva la burguesía de planta pertenecientes mercantil; tan a miembros sólo sabemos que don José de Haza, en 1738, realiza unas pequeñas obras de albañileria en la última planta de su casa ( 6 8 ) . Desde el último tercio de esa centuria de sillería, el ladrillo, la madera de roble la piedra y la teja son materiales obligados en los edificios que van surgiendo a lo largo del Muelle y a sus espaldas, en la Plaza Nueva, y en la que en el proyecto de Calderón de 1821 se denominará "de la Constitución" ( 6 9 ) . En a los 1826 y 1838 maestros respectivas Calderón, Botin y Regules encargados casas que la de la obra sillería de cantería sea de piedra exigen de sus caliza de la mejor calidad, procedente de las canteras de pueblos como Maliaño, Elechas, Somo, Maoño y Boó (70). En cuanto bién a tam- de fuera de Santander, como se indica en el contrato establecido con a la madera sabemos que procedía el en 1838 maderista cortar, previa por José los mencionados García licencia Bulnes concedida Botin para por y Regules que procediera la Diputación Provincial, "mil setenta y nueve piezas de roble [40 árbo- les] en los montes de Cieza y Uzieda y otros de la Provin- cia" ( 7 1 ) . Ya en 1797 uno de los más notables comerciantes 216 de Santander, don Francisco acudido robles también a los destinados a de Bustamante y Guerra, había bosques la / casa de Cieza que para estaba cortar 500 construyendo en la Plaza Nueva ( 7 2 ) . De sabemos la procedencia al obstante, no indicarse debía de ser del en ladrillo los foránea y contratos dado que la de ni teja nada obras; en 1753 no ni en el padrón de 1829 figura ningún tejero, lo cual pudiera deberse propia de la ciudad materia de en a ambos el inexistencia de Santander, prima, y/o elementos siglo de depósitos bien sobre en no disponiéndose, por a una escasa constructivos, XVIII, arcillosos todo la la tanto, demanda local considerados todavía teja, como un "símbolo del bienestar" en palabras de Braudel ( 7 3 ) . En las casas del Muelle y su entorno los contratos de obras y la propia inspección ocular en la actualidad reflejan la combinación y funcionalidad específicas de todos esos materiales: mamposteria en los cimientos, sillería en unas en los muros sustentantes de la planta baja -tan pocas son de sillería en su totalidad-, sólo ladrillo el resto de las fachadas y paredes interiores y madera de roble en el entramado. En el interior, además del ladrillo, la puertas madera y para ventanas, los el suelos mortero y cielos rasos, marcos, recubriendo de ladrillo y los techos, y el yeso y/o las paredes la cal para blan- quearlos . II. 2 . 2 ) Hacia una tipología de la "casa burguesa". Tras esta aproximación a los materiales dos en las viviendas mercantil vamos a de algunos miembros contemplar ahora de la utilizaburguesía su morfología externa y la distribución del espacio interior de las mismas. En relación con el primero de esos aspectos 217 hay que advertir informativo edificios el que derivado de encontramos ante un gran vacio de la inexistencia nueva Ayuntamiento nos planta. exigia su de ellos, conceder o no No de planos sabemos desde presentación para, la licencia de de qué a los fechas la vista obras; los planos más antiguos conservados actualmente en el archivo municipal de ya Santander datan de con siglo cabe anterioridad, XVIII, era 1850-1860, si bien quizás preceptivo aqui plantear hipótesis antes su de que sabemos finalizara presentación, sobre aunque qué ha podido que el no ocurrir con ellos (74). Ese' vacio, de los edificios no obstante, levantados es menor en el caso - en el ensanche que en el de los erigidos en el ámbito de la Plaza Vieja, los dos espacios de asiento, el nuevo y el histórico de la alzados burguesía de Población por tras lo las mercantil; casas (75). El que se que vacío refiere el mencionado a de 1766 Llovet datan diseñara informativo la respectivamente, Plaza se Vieja los para acentúa al primeros la Nueva aún más desaparecer, incendio de 1941, todas las viviendas, en tanto que las del ensanche aún permanecen en pie. Vamos a iniciar el análisis tipológico refiriendo nos a dos aspectos muy concretos como son el carácter unifamiliar/multifamiliar de las viviendas y sus dimensiones, partiendo para ello de la información que nos aportan el catastro de Ensenada y el padrón de 1829 ( 7 6 ) . En 1753 716 viviendas, de Santander las contaba aproximadamente con cuales 494 eran unifamillares - 6 9 % - y 222 - 3 1 % - se distribuían entre varios edificios multifami liares ( 7 7 ) . Se hace difícil establecer la media de viviendas "cuartos" según la terminología de la época- por edificio, aunque creemos que muy bien pudiera ser de 4 o 5, lo cual significaría que esas 222 viviendas se distribuirían aproxi madamente entre 44/55 edificios o inmuebles, que, unidos 218 a los 494 unifamiliares, nos darían un censo de Este cómputo habitables se hallará próximo a esas y dieciocho arruinadas" 538/549. "quinientas de que se casas habla en las respuesta nS 29 de las generales del catastro de Ensena da ( 7 8 ) . Los "cuartos" -por analogía los actuales "pisos"son ocupados en su gran mayoría por los labradores-pescadores, aunque también encontramos viviendo en ellos a representantes de todos los grupos sociales salvo de la nobleza. En torno a este fenómeno, y refiriéndose a la Zaragoza del siglo XVIII, Maiso y Blasco afirman: "Los grupos social mente más y una otros elevados alta suelen proporción vecinos residir de los pertenecen a en casas unifamiliares, que los comparten sectores la más casa con modestos y pobres; se da la correspondencia de mayor grado de pobrezamás vecinos conviviendo en el mismo inmueble. Con todo, no existen reglas fijas, y bastantes miembros de la oligarquía urbana comparten el edificio con otro vecino, e incluso -aunque menos veces- con otros dos" ( 7 9 ) . Como ya mencio namos en un anterior apartado el catastro no nos permite reconstruir la sociología de la vivienda; quienes declaran vivir en "cuartos" no nos indican en qué inmueble se hallan ubicados, con lo cual esa convivencia a la que se refieren Maiso y Blasco nos es imposible reconstruirla. En cuanto a la realidad del Santander de 1829, según el padrón de ese año, se observa una profunda transformación en en la estructura de la ocupación de la vivienda relación a 1753. vivienda unifamiliar De una villa se ha pasado a con predominio una ciudad de la en la que este tipo fue retrocediendo hasta ser rebasada ampliamente por la multifamíliar ( 8 0 ) . El mencionado padrón se confeccionó en parte distinguiendo los edificios, su número de viviendas -"cuartos"- y quiénes las ocupaban. De las 44 calles que configuraban en esa fecha el plano urbano de Santander, en 29 219 de ellas -66%- no sucede asi se en las edificios habitados 352 efectúa esa restantes. Esta Pues en esas calles -74,9%- son multifamillares res. distinción fragmentación del mientras bien, el que total de es de 470, de los que y 118 -25,1%- unifamilla- espacio habitable hay que contemplarla como una consecuencia del crecimiento demográfico, factor estimulante a su vez de la especulación en el sector inmobiliario. El padrón de 1829 nos permite detectar una marcada promiscuidad socio-profesional en las viviendas multifamiliares, en 175 3 promiscuidad por estructura el de que simple la suponemos hecho vivienda. de En más haberse 1829 acentuada que transformado el edificio ns la 16 de la calle Rupalacio estaba ocupado por 1 tabernero, 1 dependiente de comercio, 1 prebendado de la catedral y 1 renovera de fruta; zapateros, salmista el nQ 18 de 1 empleado de la de catedral la misma la y calle aduana, 1 peón; lo está 1 mozo el nQ de 8 de por 2 muías, 1 la calle San Francisco lo ocupan 1 comerciante, 1 tratante, 1 carpin tero y 1 cocinero; hemos presentado ejemplos ilustrativos tres de los numerosos de esa promiscuidad a la que antes aludíamos (81) . La transformación que se fue operando con carácter general en la estructura de la vivienda entre 1753 y 1829 es perceptible también en las que ocupa la burguesía mercantil. En 1753 ésta reside preferentemente en viviendas unif amillares, que sólo 49 como comerciantes 3 de tienda y ellos lo pone de manifiesto -86%- lo hagan habitan en un así, en "cuarto", el hecho de tanto que tan 2 en la 3 no lo especifican; esos cuartos solían propia constar por lo general de 1 sala, 1 o 2 alcobas y la cocina ( 8 2 ) . En 1829, por el contrario, el 87,2% de los cabezas de familia que declaran dedicarse al comercio comparten los edificios en donde residen con otras familias represen- 220 tantes de las más diversas profesiones, si bien predominan fundamentalmente las de la "clase media". Tan sólo el 8,2% de los comerciantes habita en viviendas unifamillares, en tanto que en los restantes casos no se especifica ( 8 3 ) . Un fenómeno que se observa, y al que ya nos hemos referido en otro contexto, es la inexistencia de promiscuidad socioprofesional en las casas del Muelle, ocupadas masivamente por familias pertenecientes a la burguesía mercantil. Retomando promiscuo de observa, al los de nuevo edificios contrario de el en lo problema el que del Santander sucedía en carácter de 1829, se Zaragoza, e incluso en el París del siglo XVIII, en donde según Braudel "Por lo general, la condición social descendía al aumentar la altura" mente los pisos grupos bien la los más sociales deberse estrechez elevados de muchas arrendatario ( 8 4 ) , que no son precisalos inferiores, a factores del ocupados fenómeno siempre que puede de salubridad. Teniendo en calles, la por climatología muy cuenta lluviosa y la humedad existente en una ciudad portuaria como Santander, la alcanza luz a y la través santanderina ventilación de la denunciaba urbano y altura. la son En actitud promotores de un privilegio 1849 de la los viviendas prensa que se local especuladores del suelo precisamente por su afán de construir edificios elevados; en un edito- rial de El Despertador Montañés se decía: "¿Qué propietario se encuentra ya que al levantar una casa se contente con fabricar en ella menos de media docena de pisos, sin incluir entre éstos las imprescindibles bohardillas de trinta reales al mes, como algunos de ellos dicen, sus leñeras correspondientes y otros apéndices?. Cierto que la latitud que en este ramo de la policía municipal se observa pasa ya de la tolerancia; es un abuso; diremos todavía m á s , es un crimen. Semejante hacinamiento de vecinos en una sola casa y en una población 221 donde las calles carecen por lo general de una anchura proporcionada a la altura de los edificios conspira contra la salud pública" ( 8 5 ) . En torno ocupada/nivel se de refiere que son a este problema de la relación social del ocupante, por lo que a no parece ofrecer los pisos más dudas elevados nuestra planta Santander afirmación los más valorados. El proyecto Llovet, recordemos que elaborado en 1765, creemos que es bien explicito al respecto. En él se contempla, además de las obras de amplia ción del puerto, la construcción de una serie de edificios -algunos de viene Santander a ellos son en los que 1791- Jovellanos en los admira terrenos cuando ganados al mar y que marcarían el punto de arranque de la Nueva Población. Esos edificios respondían a una única tipología desde el punto de vista de su articulación y funcionalidad: 4 la y plantas primera la y desván, a lonja, tercera edificio y destinándose la segunda el desván la a almacenes, a vivienda para a vivienda (86). A pesar de que baja alquilar del propietario del tales edificios, a los que volveremos a referirnos en un posterior apartado, al construirse en un espacio nuevo y abierto como era el Muelle, un "espacio privilegiado", y deficiencias a las no que en de la obstante, se reservaban la planta más padecerían materia casas ellos: no ciudad de las carencias salubridad afectaban intramuros, para los residencia propietarios, lo mejor de alta. Esta actitud., creemos, pudiera responder también en gran medida a una idea médica fuertemente arraigada en la mentalidad de la época: el enrarecimiento y descomposición del aire como agente desencadenante y transmisor de enfermedades de todo tipo, un aire que se hallaba mucho más purificado a medida que se incrementaba la altura ( 8 7 ) . El concepto urbanístico y el lenguaje arquitectónicos utilizados en la Nueva Población representaban una 222 ruptura con los modelos históricos existentes en Santander. Ese ámbito, y por antonomasia el Muelle, iba a ser un espacio del que se apropiaría en exclusividad la burguesía mercantil, pero una burguesía que en muchos aspectos, y entre ellos el de la vivienda, guardaba ya poca relación con la de la primera mitad del siglo XVIII. dedicado Tras habernos a tipología de carácter unifamíliar/multifamíliar, la mercantil, a su referido, dentro de la vivienda de este apartado la burguesía veamos ahora otro aspecto que habíamos señalado al iniciar aquél: sus dimensiones. A las de 31 través del viviendas catastro ocupadas por de Ensenada conocemos comerciantes en 1753. Las medidas de éstas abarcan un amplio espectro comprendido entre los y los 11,35 8,37 m. y de cuadro, previamente los 174,3 altura. m de superficie y Reflejamos agrupadas por los seguidamente clases, las 2,08 en un medidas de la planta de tales viviendas: CUADRO NQ 14 Distribución de la planta de viviendas de la burguesía mercantil en 1753. PLANTA (m^) 0 - 2 4 VIVIENDAS % 9 29,0 11 35,5 5 0 - 7 4 2 6,4 7 5 - 9 9 5 16,1 100 - 124 2 6,4 125 - 149 1 3,3 150 y más 1 3,3 31 100,0 25 - 49 T O T A L FUENTE: Catastro de Ensenada. 223 El evidente cuadro: a predominio la vista de de la los pequeña vivienda resultados se expuestos hace en el un 29% de las casas unifamillares no alcanzan 2 m en planta y un 35,5% se sitúan entre los 25 los 2 los 25 y 50. En cuanto a la altura, domina la vivienda elevada ya que el 64,5% supera posibilidad la de multiplicar superposición debieron de los de 5 m. , lo el espacio significa habitable pisos, mecanismo recurrir cual al los propietarios que, la mediante suponemos, de casas de planta pequeña; en este sentido parece darse una cierta correspondencia inversa entre ambas variables. Probablemente rriera a ese mecanismo de Bernardo mayores de Sayús, a ingresos quien por suficiente como en superficie 1753 actividades en una casa de 41,8 m ra, ganar recu- en altura don se le calcularon los mercantiles; Sayús vive de planta, pero de 8,35 m. de altupara permitirle disponer, al menos, de tres pisos ( 8 8 ) . Dentro del la burguesía de ellas, de su m.), de conjunto mercantil destacan pertenecientes élite: doña don Josefa Santelices, 2 de Pedro a de Antonia por de sus miembros de dimensiones 3 representativos la de Cantolla Ulibarri, (174,3 m x7,09 (100,4 m xll,35 m.) casas integrantes (130,3 m xl0,85 viuda de don m.) y don José Bernardo de Sara ( 8 9 ) . Casas éstas, no obstante, modes- tas si se las compara con las que habitan quienes representan el el paradigma marqués de de los Balbuena valores (332,6 m sociales x8,40 m.) de y la el época: marqués de Villatorre (546 m^xl0,90 m.) ( 9 0 ) . Si tuviéramos módulo del de siglo vivienda de XVIII que recomponer una casa-tipo la burguesía mercantil partiendo de los 'valores de medios o mediados de las tres dimensiones, dicha casa tendría las siguientes caracte risticas: 224 Frente: 5,5 m. Fondo: 10 ra. 2 Planta: 55 m. Altura: 6,45 m. NQ de pisos: 2/3 La mercantil partir evolución desde de el 1753 posterioridad de la vivienda punto de vista es desconocida. nos de de la sus burguesía dimensiones Ninguna fuente a con al catastro de Ensenada, ni siquiera durante la primera mitad del siglo XIX, aporta datos en este sentido ( 9 1 ) . Vamos a ir concretando más esta reconstrucción tipológica de las casas de la burguesía mercantil a partir de tres modelos a los que, creemos, iban a responder básica mente entre 1700 y 1850. - La vivienda unifami liar o la ^oas_a^tiejida'_^.^ Al utilizar la expresión "casa-tienda" no hacemos sino ser utilizado durante el siglo XVIII para designar algunas viviendas de quienes se dedican catastro otros fieles a de al las lenguaje más actividades Ensenada, en los común mercantiles; inventarios en el propio de bienes y documentos notariales encontraríamos numerosos en ejem- plos de ello. Lo descriptivo de la expresión haría casi innecesario mencionar que con ella se designa a un tipo de casa, unifamiliar siempre, diferenciados en la que funcionalmente: se el asocian de dos habitación espacios y el de negocio. Los permiten del en inventarios ahora espacio conocer interior lo prolijo y en de de en bienes algunos esas extensas de comerciantes casos casas. Sin la articulación ánimo descripciones, nos y sí de caer con la 226 - Casa de Catalina de Alceda; 1723 (93) Alcoba Tienda Sala Cocina Planta baja Cuarto la Planta Desván 23 Planta 227 Casa de Baltasar Pastor; 1736 (94) I Cuarto principal Tienda Cocina Planta baja la Planta Cuarto alto 2a Planta 228 - Casa de Ma Concepción de Herrera; 1737 (95) Alcoba Cuarto principal Despensa Planta baja Cuarto la Planta Alcoba Cuarto segundo Cocina w •fa.-r .V., 2a Planta 229 - Casa de Domingo López; 1748 (96) Alcoba Alcoba Sala Tienda Cocina Planta baja - Casa de Jaime de Gomandín: 1753 la Planta (97) Bodega Cuarto Tienda Cocina Planta baja Cuarto la Planta 230 - Casa de Josefa de la Barcena; 1753 (98) Tienda Planta baja la Planta Cuarto Cocina 2a Planta 231 - Casa de Angela de Cardoso Gallo; 1756 (99) A Alcoba Cuarto Cocina Planta baja la Planta Alcoba Cuarto principal Aposento 2a Planta 232 - Casa de Ignacio de Heras Cuartas: 1758 (100) Cuarto Alcoba Cocina Alcoba Bodega Tienda Planta baja la Planta Desván - 7 23 Planta 233 - Casa de José de Haza Campo; 17 69 Tienda (101) Cabrete 7ZI7 Planta baja Alcoba la Planta Alcoba Alcoba Alcoba Cuarto Cuarto Cocina Cuarto Alcoba Alcoba 7 7 2a Planta 1 7 3a Planta (continúa) 234 Desván 4a Planta Casa de Fernando de Boó Rumayor; 17 66 Cuarto pral. (102) Cuarto segundo Tienda Cuarto Cocina desván ,«1 Planta baja la Planta 235 - Casa de Lucas de Soto Alsedo; 1773 (103) / Cuarto V principal i. /- Tienda i., V Cocina Cuarto * Planta baja la Planta - Casa de Fausto Barón de la Torre; 17 7 6 Tienda (104) Cuarto principal Cocina Cuarto Almacén Planta baja la Planta 23é - Casa de José A. de Rentería y Villegas; 1791 •f Tienda Cabrete Planta baja la Planta Cuarto Cocina 2a Planta (105) 237 A de miembros la vista de la de estas burguesía 13 plantas mercantil de viviendas podemos observar, en primer lugar, cómo en su totalidad pertenecen al siglo XVIII. Durante la primera mitad del XIX ningún nos modelo habla del significa que este ocurre por que los "casa-tienda". Ahora bien, 1800 y ello no tipo de vivienda hubiera desaparecido; inventarios han perdido expresividad lo tanto, salvo dos de ellos, nos impiden el espacio inventario y, reconstruir interior de las casas. La tónica general entre 1850 será que el escribano, al contrario de lo que solia suceder en el siglo XVIII, confeccione el inventa rio agrupando los objetos hallados en las casas por clases -muebles, menaje y no recorriendo nota de dos de cocina, vajilla, una a una las los objetos existentes inventarios que si refieren a nos ropa de cama, dependencias y etc- tomando en ellas. En cuanto a esos permiten interior se comerciantes responden al modelo que venimos conocer cuyas el espacio viviendas tratando, por lo que no los analizaremos en otro apartado. Hemos de señalar también que ningún otro inventario relativo al siglo XVIII, mencionando, nos permitían salvo los una 13 que hemos reconstrucción ido precisa de las plantas de las casasPasando la hace ya "casa-tienda", patente la a comentar señalaríamos integración en las características en primer lugar cómo un único edificio de de se los espacios de residencia y de trabajo, generalmente comunicados entre sí. Podemos observar también cómo predomina la articu lación en tres plantas: una baja, destinada a tienda - a veces con bodega o almacén anexo- y otras dos superiores destinadas a habitación. Esta asociación de ambos espacios se halla fuertemente como se pone pues tan sólo de arraigada manifiesto los en a mediados del siglo XVIII el representantes catastro del de Ensenada, comercio ambulante 238 -6- y otros 7 comerciantes residen en lugares distintos de donde tienen instalados sus negocios. Es ésa una caracte ristica que posee también no existe disociación cial; el incluso caso de en los se en y residen- liberales, aprecia donde como este mismo es modelo (106). Al hablar de a artesanal, profesiones boticarios, también casa entre espacio-productivo ciertas residencial-laboral riendo la un la "casa-tienda" tipo de vivienda nos estamos reficaracterizado por una gran simplicidad en cuanto a la distribución del espacio más interior especificamente de habitación; apenas lo elemental y nada para lo superfluo: 1 cocina, 1 sala, la mayoría de las veces convertida en dormitorio y cuarto de trabajo contable, y 2 o 3 dormitorios. Son excepcionales los casos de viviendas con más de 6 habitáculos, como por ejemplo la de don José de Haza, "mercader de por mayor y menor" en 1753 calcularon unas situaba el en actividades las a quien utilidades quinto los de lugar mercantiles agentes 6.000 entre (107). del catastro reales, los lo contribuyentes Desconocemos Sara, para Lienzo, poder Cantolla, establecer una Fernández relación como le por eran ingresos de de le cual casas de quienes le superaban e igualaban en -Sayús, como y Estrada- causa-efecto entre nivel de riqueza y distribución del espacio interior de la vivienda. Nos con una faltan cierta precisión de la distribución mercantil y mos. de En interior o importantes fiable, casos liberales, bien para un poder realizar, análisis comparado grupos socio-profesionales próxien que pertenecientes profesionales datos interior de la vivienda de la burguesía la de otros aquellos bienes también los a o disponemos de eclesiásticos, no desfases se describe cronológicos como para poder obtener inventarios militares ese son conclusiones No obstante, nos referiremos a tres casos. o espacio demasiado válidas. 239 En 1749 la casa que habitaba don Matias de Arcocha Herrera, hijo 1 del comerciante sala, 1753 prebendado 2 del alcobas, poseía y de la de Santander nombre, se componía mismo 1 cuarto ocupaba colegial en y cocina la calle (108). La de que Santa Clara don e en Pedro de Abarca Calderón, "sin oficio ni trato" -hacendado/rentis ta- y miembro de una de las familias tradicionalmente integrantes de la élite de poder local, disponía de cocina, 4 cuartos altos y 2 bodegas en 1766 don Bernabé del obispado con su de alcoba, (109). La casa en que residía Antonio Santander, de la Canal, estaba Notario integrada Mayor por 1 cuarto a modo de recibidor, 1 sala 2 alcobas, 1 cuarto, 1 despacho, cocina, despensa y cabrete (110). Las casas que hemos descrito pertenecientes tanto a comerciantes como a esos otros miembros representativos de la XVIII poco sociedad tenían santanderina que ver con de las mediados que del habitaban siglo en esa planta del centuria las familias nobiliarias locales. A. primer de de piso la del Villatorre, Lastra palacio pudo que poseían en recomponer los la la Riva-Herrera, calle Santa planta estaba compuesta por 15 dependencias Además de a la la Lastra de esta disponemos reedificación de Cevallos, conde de Ruamayor. Dicho del de contrato palacio que Villafuertes, contrato obras en por relativo Manuel poseía se redacta dicha efectuada de don Clara; (111). reconstrucción del marqueses Francisco en la calle 1786 y por lo que en él se describe el estado del palacio pudiera calificarse de ruinoso, el conde la nobleza y que, de extraño Villafuertes absentista, sin Santander nada en duda era un residente movido por el esas si tenemos típico en auge fechas, decide el en cuenta representante valle económico venir a que de de Buelna que conoce vivir a ella. Su palacio se articulaba interiormente en torno a un patio central -como el de los Riva-Herrera- en el que confluían 240 diversas piso, habitaciones denominado concentrase y desván. con en en y constaba el él de contrato la mayor "vivienda parte Esas dependencias planta de eran: baja, primer principal" las 1 salón por dependencias, que comunicaba 3 cuartos, 1 "sala de estrado" con su "alcoba princi- pal", los 1 sala más criados-, completaba pequeña, 1 el alcoba, conjunto 3 cuartos cocina y residencial se pensaba reestructurar -uno de ellos "comunes" un para -retrete-; jardin que también (112). Vemos a través de estos dos ejemplos la distancia que en número de aposentos existia entre la que pudiéramos considerar modelo de vivienda señorial y la de la generalidad de los miembros de la burguesía mercantil, incluso de los de su élite, como es de Haza. Esta distancia sociales no es menor el caso entre que ya visto el habitat la que de don de ambos existía, por José grupos ejemplo, entre el de dos burguesías mercantiles de la primera mitad del siglo XVIII: la propia santanderina y la barcelonesa. Independientemente del mobiliario, del que nos ocuparemos en un posterior apartado, contrasta el número de aposentos de la casa de don José de Haza, la mayor que conocemos -6 alcobas, 2 cuartos y cocina, además de tienda, cabréte y con el de consta, según R. Fernández, las figuran de desván- que tal entidad Guallar, no (113). Por ciantes 2 este en que a la de de de y ver la con la de burguesía 1 mismo que la familia 32 dependencias, capilla, autor, tipificarla sus características, santanderinos da casa comedores que duda la de una siguiendo entre vivienda a López de los comer- analizando no tiene na los Gloria, hallándose más mercantil que "señorial-mercantil" la vivienda venimos Gloria, compostelana de próxima la misma época (114). La atrás de también "casa-tienda", elemental podemos en razón calificarla que hemos del así calificado número desde el de párrafos dependencias, punto de vista 241 funcional: de alcobas, espacios como salas, la cuartos tienda, la y cocinas, bodega, el al margen almacén o el desván, son los únicos habitáculos en que parece distribuir se el espacio interior de ese modelo de vivienda. Salas en las que, abigarradamente, se duerme, se come y se trabaja, como pone de manifiesto el mobiliario hallado en ellas: catres, jergones, mesas, alacenas rios en conteniendo ocasiones, libros algún de con vajillas y escrito- cuentas, libro de papeles varios lectura. Alcobas y y, cuartos- dormitorio en los que suelen agolparse tres o cuatro camas que, como afirma Flandrin, un concepto la "mentalidad, burguesa" de promiscuidad de la con ni tan querido familias más del populares Aries sexual, moralistas el de de católicos que en otros al de y frente podia habitación que favor intimidad a la pervivencia tradición poco en a al derivar combinarse casos de una respondía mentalidad, que de modernidad, de la que todos los sectores sociales, desde las clases hasta para bien Promiscuidad espacio que m.ás impregnada de los como amplias, pero ni menos participaban a (115). exigüidad hablan el la propia occidente generacional y nobleza europeo social según nos (116). al muestra Una Ph. promiscuidad compartir intimidades hombres y mujeres, niños y adultos, señores y servidores. A la escasa fragmentación del espacio interior de la "casa-tienda", con su escasa incidencia en la promo- ción de la añadir pone de manifiesto comerciantes mera que intimidad, como separación no debían habria en los Domingo de de los ser que inventarios López y los únicos de don dormitorios dato que bienes José por por un de de Haza: cortinas, lo que aunque no se explicite, de la lectura de otros se se dos la casos deduce, inventarios (117). En dependencias la que "casa-tienda" no tuvieran no parecía un haber sitio para carácter de necesidad. En viviendas de la burguesía mercantil la primera referen- 242 cia que hemos hallado al comedor -elemento de modernidadcomo espacio reconoce asi una nombrado, y función por especifica lo e tanto al que se individuada, le data de 1803 y corresponde a la casa que en el ámbito de la Nueva Población -barrio Juan Lafont fica, de de Cañadio- poseia el comerciante don (118). Pero dicho ámbito, como sabemos, signi- frente al histórico de la Plaza Vieja, dominio la "casa-tienda", urbano, del de una nueva habitación y del concepción de del trabajo; éste espacio concepción ligada indefectiblemente a un nuevo tipo también de comercio y, en consecuencia, de comerciante. Significa al mismo tiempo todos la aparición de una nueva mentalidad, si no entre si entre algunos miembros de la burguesía mercantil santanderina. La "casa-tienda" era, en definitiva, el espacio residencial-laboral de la burguesía mercantil -del "mercader de por mayor" y del siglo XVIII "de por menor"- de y, en general, del la primera sector de la mitad misma que no participó directamente en el mundo del gran comercio que define de esa a Santander centuria. representativos Si Boó de comerciantes europeo la miembros Alsedo, los Rumayor dicha básicamente desde el último casa y "casa-tienda" de esa otros-, tendría burguesía creemos vinculados que albergó al que los -Haza, a los comercio aparecer a tercio más Soto ojos de colonial y propia de como tenderos. - La £on el mode_lo _'¿o^sa^z.í.í.iILá.^lL Úi. 1E Esos representantes del gran comercio, del capita lismo mercantil, recordémoslo, tenían necesidades e intereses concretos en lo económico, y para satisfacerlos promovieron, en perfecta simbiosis con el Estado, la modifica- 243 ción del urbana. puerto De y este con modo ella la surgió, de se la propia estructura expandió y consolidó la Nueva Población que comenzara a diseñara en 1765 el ingenie ro Llovet. En es su mejor crearía para este ámbito urbano nuevo, del que el Muelle símbolo su y que la exclusivo gran uso, burguesía la mercantil "casa-tienda" ya no tenia sentido ni formal ni funcionalmente. A una nueva función, pues, una nueva forma, que encuentra su primera respuesta en los edificios proyectados por Llovet y a el punto de vista los que ya nos hemos referido desde de su articulación: las dos primeras plantas, destinadas a almacenes y lonjas; las dos restantes a viviendas para alquilar y residencia de su propietario, que se reservaba también función proyectarla de construirse de las tenían y en manzanas Colosía la o otros comerziantes desván en que Don (119). sobre Antonio haría constructivo-funcional, aunque idéntica "a la parte del ellos del Norte muelles" QLOS Campo de esta vecindad" 1821 no Con 1795 las casas que habrían Plaza Nueva, casas construhídas de Calderón de el [Campo-Giro~ (120). El proyecto sino continuar pudieran este variar esquema los crite- rios estéticos. Todos Nueva Población modelo estos edificios representan "casa-tienda" por una que van surgiendo radical diversos ruptura motivos: el en la con el primero, que la "casa-tienda" responde a la tipología de la vivienda unifamiliar, mientras que dichos edificios habrán de albergar cada uno a varias familias; el segundo, que la "casatienda" sólo poseía para el propietario el valor de uso -habitación que la disfrutaba tan y negocio- en tanto que los propietarios de las casas de la Nueva Población añaden a éstas el de cambio -renta inmobiliaria-. En de que no cuanto a dispongamos la de morfología ningún externa, testimonio y a pesar gráfico ni -M > o O ü w -H O c ra u o o, 03 o -o ra u ^ o a — tn C o •H -H •H ra •H JO 73 o Q) cu tf¡ ra o > ra o H (C ra N U r H ra w im LCm t w M •H i-l 4-> W c o o ¡m m (1) c (0 H (O -M ü W 3 W 3 a L-^-^llíjl—.-ll-;. < i-l O W (d T3 (O 'C 0 to •H s ]I1 H O) -C -M M O 2 H tü •a > c gi|ü3ÍIO iíBI .:rj- (O -H tn u (O Id U H XI tn O Tr-.t H 3 (O 0) > T3 (ü —^íe^ —"^Hl»' w O ••.:rv 7^ (d H N •H C < 0) Qi \ 2 01 24é descriptivo de la "casa-tienda", las diferencias entre uno y otro modelo de vivienda tendrían que ser necesariamen te muy acusadas, tan acusadas como las realidades económicas a las que referían uno y otro; recordemos la admiración que produjeron viaje de las casas del Muelle a 1791 a Santander, admiración Jovellanos que en a mediados su del siglo XIX iban a volver a producir a Madoz, quien llegaría a escribir: terreno "Aún [la N. queda mucho que hacer para que Población] esté cubierto de todo casas; el sin embargo, los edificios que hay hacen del muelle de Santander uno de y Madoz los más hermosos contraponían de España" también más (121). o menos Jovellanos explícitamente dos ciudades o mundos urbanos: el nuevo y el histórico. Dentro modelos de y esas vivienda, dimensiones habitó de de sus atendió diferencias la única plantas. sus relativas a los dos es la de las "casa-tienda" en la que constatable La negocios don José de Santelices, ocupada en 1753 por su viuda doña Josefa Antonia de Ulibarri, era en esa fecha, con sus 174,3 mayor de entre las que tenemos noticia sentantes de superficie la burguesía podía a de planta, ocupaban mercantil incrementarse m. los -cierto través de que la la repredicha altura-; la planta de las casas del Muelle se situaba aproximadamente entre los 275/300 m? Otra la diferencia naturaleza casas de la (122). de los Nueva notable materiales Población ya probablemente constructivos; vimos cómo la fuera en piedra las de sillería, el ladrillo y la madera de roble eran una exigencia, en Plaza tanto Vieja, que en por haber las casas-tienda sido construidas del ámbito algunas o de la muchas de ellas quizás en un pasado lejano, semejantes materiales suponemos se hallarían ausentes, en especial la sillería — (123). Si hubiera que adjetivar el lenguaje arquitectóni co empleado en las casas del Muelle habria que hablar 2A7 de sobriedad, de esencialidad, derivadas de un neo-clasicÍ£ mo llevado a su grado máximo al desproveerse de cualquier tipo de decoración exterior. Se trataba de viviendas modernas en como tantas palabras de otras europeas Braudel, "para pero más agradable" de una la época vida concebidas, menos grandiosa, (124). En esos edificios austeros, simétricos y uniformes en su mayoría, se buscaría, además de amplitud en tanto que espacios para almacenar y espacios para habitar, eliminar dos nocivas carencias que padecía la mayoría de las casas de Santander: la de la luz y la de la ventilación. Ello se iba a lograr mediante la apertura de numerosos huecos al exterior y la instalación en el tejado de una gran lucera central para iluminar la escalera de acceso a las diversas plantas del edificio. En el tejado podemos ver también un elemento pero siempre vigente: constructivo de invención antigua la mansarda, que, unida a los otros caracteres de las casas del Muelle, dan a éste un indudable sabor francés -los fachadas de al XVIII siglo esas miradores casas como que son ponen hoy añadidos de proliferan con manifiesto en las posterioridad los grabados de la época-. Realmente no cabe duda de que tales casas, residencias de grandes comerciantes y/o armadores, representaron la introducción en Santander de un lenguaje arquitectónico se hasta toma que entonces como canon desconocido. estético lo ornamental ocupa un la lugar Significativamente casa nobiliaria, no en importante. Por un la lado habla que adecuar forma y función; pero por otro, creemos, el sector de la burguesía que paulatinamente va instalándose en el Muelle la medida en orgullosamente y a la vez que la se identifica a través posesión del de internacionalista con ese nuevo mismo una por lenguaje proclama pública personalidad cuanto que, a en y propia través del neoclasicismo -el arquitecto Francisco Sabatini elaboró 248 e informó varios Santander-, se proyectos vincula para la Nueva estéticamente a Población otras de burguesías europeas además de a la española (125). Entre el m e n c i o n a — do sector de la el Muelle no faltarían conocieran el burguesía "gusto mercantil quienes, burgués" a que se través de que en esa instala en sus viajes, época imponía Francia. En que surge qué en la medida este ciudad del modelo de "casa burguesa" ensanche se reproduce en la ciudad histórica es una cuestión a la que no podemos respon der por falta de información documental y visual. No obstan te, tengamos participan en también que habitan San Francisco desde cuenta en comienzos en miembros calles o que el de comercio la burguesía tradicionalmente Don Gutiérrez del siglo una mercantil comerciales -conocida XIX-, internacional como y otra la como Blanca integradas en el ámbito de la Plaza Vieja. Algunos de esos comerciantes reformarían de nueva la posición antiguas casas planta, dándose económica y o bien un marco social construirían residencial que les otras acorde con proporcionaban sus ganancias. A través de la documentación notarial podemos ver cómo en ese ámbito de la Plaza Vieja y en otras calles de la ciudad histórica aparecen grandes comerciantes como por ejemplo don Juan Antonio de Campuzano o don Teodoro de Salazar, propietarios de edificios de 4 y 5 plantas destinadas a almacenes, viviendas para alquilar y residencia de sus dueños (126). La época del comerciante residiendo mayoritariamente en viviendas unifamillares había quedado atrás desde la perspectiva del siglo XIX; recordemos la profunda transformación que, la estructura de la entre de burguesía 1753 y 1829, la ocupación mercantil, de una se habla producido las viviendas transformación, por por en parte otro lado, que había afectado al conjunto de la sociedad santanderina. 249 privativo a la de las casas ampliación donde hubiera del del Muelle, volumen de sino los que va ligado intercambios. un gran comerciante creemos que no Allí faltarla un escritorio. Asi, por ejemplo, en una calle de prácticamente nula implantación de la burguesía mercantil como la Cuesta del Hospital den Tomás Ignacio de Beruete, "vecino y del 1800, comercio de Bilbao", poseía "una casa notoria... .que se en dicha compone de calle , en una lonxa, entresuelo con su quarto de escritorio y quatro havitaciones con su desván" (130). Comodidad también a la hora de acceder a las distintas plantas de que constaban los edificios. Calderón dispone en 1829 que la casa que tiene proyectado construir deberá contar peldaños en con la una lucera escalera en "para el tejado darla y claridad con y anchos que se suba con descanso" (131). En estas condiciones los propieta ríos no dudarían en reservarse el último piso de los mismos al desaparecer la característica lobreguez de las escaleras desprovistas de iluminación solar; a la luz y ventilación de que disponía la última planta se añadía además la seguró, dad y facilidad además, que la de acceso a construcción la de misma. esa con "escrupulosidad y....perfección" Esa búsqueda de ya en el interior de exigía, debería hacerse casa (132). la comodidad, las Calderón viviendas del confort se ahora manifiesta, por lo general, a través de la incorporación de nuevas dependen cías y/o de la distribución de las mismas, de la organización de los sistemas de calefacción, de eliminación de aguas residuales, etc. La de viviendas hacerlo tantos reconstrucción que venimos de las plantas de este tipo tratando tan sólo nos es posible en dos casos a través de los inventarios de otros comerciantes. Uno y otro, don Juan Lafont y don Francisco Sayús, residieron en la Nueva PoblaciónEn el inventario de bienes del primero, fallecido 250 De la distribución morfología del espacio externa interior (127) pasamos de esos a edificios la que, surgidos desde el último tercio del siglo XVIII, rompieron con el datos por modelo dominante que nos lo que creemos "casa-tienda". Realmente los aportan las fuentes manejadas no son muchos al que de número son de muy viviendas valiosos se refiere, pero cualitativamente; sí de ahí el que intentemos apurar al máximo todas sus posibilidades informativas. Afirma de las grandes Flandrin casas que "La organización nobles o burguesas, al interna transformarse hacia el siglo XVIII, manifiesta una búsqueda de la comodidad y la intimidad" (128) -Braudel nos hablaba de una vida "más agradable"-. La burguesía mercantil santanderina, o al menos el sector más representativo de la misma, creemos que buscaría que probablemente también lo esos hiciera valores, el del conde mismo de modo Villafuertes cuando remodelaba en 1786 su palacio de la calle Ruamayor. Comodidad que comienza a manifestarse en el propio lugar de trabajo al surgir, bien en la planta dedica da a almacenes, bien en la propia vivienda, una pieza como es el "escritorio" o despacho, atendido por escribientes y dependientes, ejipertos total confianza de en 1796 y están de Vial y del Las 1807 figuras almacén que si bien el siglo es de que han las aparecer cierto unos a es órdenes que gozan de la el caso de los que de don Ramón Javier respectivamente (129). cajero, escribiente, dependiente y guarda- vemos los jefes, como conde de Campo-Giro XVIII, dentro de bién de sus contables que nos en surgen hablan de el padrón de 1829, antes de que ya una división comerciantes delegado en otros con mentalidad las más mecánicas finalice del negocios mercantiles y al mismo aunque trabajo tiempo tam- de gestores, y rutinarias tareas administrativas. La aparición del escritorio no es un fenómeno 251 en 1803, se mencionan que constaba cada una de las dependencias su vivienda que, respetando el orden en van apareciendo en el inventario, eran las siguientes de que (133): - Sala principal - Cuarto de la sala - Cuarto de estar - Alcoba grande de la sala - Alcoba grande del comedor - Alcoba pequeña del comedor - Comedor - Despensa - Cocina - Desván - Cuarto de escritorio Tomando la distribución vemos que en desconocidas como punto del espacio la vivienda en ese de referencia interior de la de Lafont modelo, o al comparativo "casa-tienda", aparecen menos tres no piezas reconocidas como tales: el comedor, el cuarto de estar y el escritorio, al que ya hemos aludido en párrafos anteriores. Disponer de un comedor y de representa un cambio cualitativo un cuarto de estar importante en el concepto de vivienda al romperse con la sala tradicional, que venia desempeñando, además de otras, las funciones que ahora se asignaban a las dos nuevas piezas. Braudel afirma que reservar una habitación especial para las comidas era un lujo que no se en Francia, y sólo XVI (134). En el en casa caso de de generalizaría los ricos, hasta Santander, de tal el siglo habitación especial, el comedor, la primera mención de la que tenemos noticia es ésta de 1803 en la casa del comerciante Lafont. La aparición del comedor pudo implicar cambios y rupturas de hábitos domésticos. En primer lugar la busque da de comodidad al abandonarse una sala que, por estar 252 permanentemente ocupada y realizarse en ella las más diversas funciones, resultaba molesta y sus condiciones higiénicas no debían descartar la la cocina-. implicó la "lugar del de ser las más posibilidad En segundo creación culto favorables de que lugar, de un se la en habría comiera que donde del No menos cambios denomina reúne familia con carácter ritual alrededor de una mesa pudo desencadenar la en comedor Flandrin se que incluso aparición espacio familiar", -no toda la (135). aparición del cuarto de estar, que pasaría a convertirse en el espacio por excelencia de reunión familiar y de mayor permanencia diaria. Ahora bien, nos dar una respuesta firme cambios se hicieron Lafont. En problema caminaban o la si su tras de se en aquellos como otros el trataría mentalidad valores datos a la cuestión realidad definitiva de faltan como de caso de para si todos del dar representaba respuesta la reproduciían estos comerciante de los de comodidad que poder e los al quienes intimidad hábitos y modos de vida tradicionales. Decimos plo, esto porque se distingue en nominalmente casa de Lafont, por ejemun cuarto de escritorio que, si nos detenemos en analizar qué función podía cumplir a la vista de los muebles y objetos en él existentes, observamos que a la vez que escritorio es también dormitorio y no menos cuarto trastero por su parte, lo sillas, pero que convierten en lo la alcoba tiempo, para favor junto se este de a en grande ocupa fin es el (138). haberse en la ellas (136). El cuarto de estar, medida se hallan dormitorio del comedor ocio Estos alcanzado en jugando se en cuenta instaladas (137). ejemplos altos que Del duerme la no 15 2 camas mismo modo, y, mismo mesa hablan niveles con de al adquirida mucho confort en e intimidad. Contrasta también la pobreza de un comedor amue- 253 blado con una mesa de pino y siete sillas grandes de paja con una sala en donde el refinamiento se proyecta a través de un reloj de pie y una cómoda construidos en caoba con guarniciones (139). La casa de Lafont se nos aparece, pues, como una casa en transición en la que, en un balance de conjunto, creemos que pesaba más la tradición que la innovación. La distribución de su espacio interior no hay duda de que respondía a un esquema acorde con el concepto "burgués" de y vivienda; objetos bién en sin embargo, la ordenación de los muebles en ese espacio, producto de una mentalidad transición, altera dicho esquema al tam- modificar, diversificándolas, las funciones genuinas de algunas dependencias . En don Francisco también del cuanto en a la Sayús, ella inventario el rasgos que casa de otro de que Cañadío comerciante cambio sus en habitaba citado, y permanencia bienes se hizo vemos a tras través fallecer en 1821 (140) . Don los de más Francisco, cualificados mediados del hijo de don miembros de la siglo XVIII, Bernardo, burguesía participarla uno de mercantil activamente en la vida social santanderina y en la expansión económica de la ciudad en su calidad de comerciante, armador, fabricante de harinas y de sombreros, siendo a la vez colaborador del Estado, Honorario de patriótico" de esta de la sus Guerra (141). imagen fallece Sayús, quien económica a para con en en que evitar una cruz de 1821 nada queda 1819, padece establecer una una "Comisario honor en el el comercio serie quiebra de que ya contexto de acuerdos al final (142). Esta y distinguido Cuando comenzaba acreedores se consumó escasez de y contracción Santander, con lo cual le supuso ser nombrado circunstancia pobreza del explica mobiliario de suficientemente la una la casa, como 254 de Sayús, en otro tiempo probablemente paradigma de la vivienda de la élite de la burguesía mercantil santanderina. La casa, según el inventario, contaba con las siguientes piezas: - Recibidor - Comedor - Sala principal - Gabinete - Cuarto retirado - Cuarto-almacén - Escritorio - Cocina Podemos observar la aparición de dos nuevas dependencias: el recibidor y el gabinete. Contemplando de un las recibidor posibles modas, a en en las que la puerta de dependencias se correspondientes debidas configura entrada por actualidad al como un estructura aún salvando tiempo y espacio a las inmediato de la casa y aislado de las demás mamparas de puertas. Esta defensa de la intimidad la casas del Muelle, y modificaciones vemos de mantener la cristal esmerilado configuración con sus sugiere la familiar, en otro tiempo imposible en unas casas en las que, prácticamente, todo se hallaba a la vista de propios y extraños. El mismo carácter intimo, al menos poseen el en inventario, el gabinete y el cuarto que retirado configurarían el de nominalmente, que se espacio habla privado por excelencia: los dormitorios. No obstante, si nos fijamos en el mobiliario existente en ambos habitáculos veremos cómo en cada una de ellas existen tres camas Una papelera de araña caoba de sería cristal, lo único un reloj digno de inglés quizás desmantelada. brillante y orgullo de y una destacarse de entre los escasos muebles y objetos de una casa pasados (143). su dueño en tiempos y en 1821 255 Que existan paradojas o, si se quiere, indefiniciones relativas a la organización y ocupación del espacio interior de ver una de no las casas significa, nueva en los dos creemos, mentalidad, aunque ejemplos que con no que pueda acabamos hablarse componentes de del pasado, dentro de la burguesía mercantil santanderina del tránsito del su siglo XVIII sector más hacer de al XIX. Este grupo, o más exactamente representativo, no hay duda de que su vivienda un entorno agradable, buscaría cómodo y en el que la intimidad se viera protegida. Los problemas que plantean las lagunas informativas nos obligan a no poder precisar los momentos y la intensidad de los cambios que se producen en esas viviendas surgidas ejemplo en la de Nueva ruptura Población con el y que modelo hemos tomado tradicional de como "casa- tienda". Ello nos ha obligado a tener que ir aproximándonos a esos cambios Lafont, de a través Sayús y, de los ahora, de ejemplos la de las casas de que en 1829 se disponía a edificar otro importante comerciante como Calderón. Calderón que habían las viviendas no haría representado, que en sino respecto 1766 continuar de diseñara la la ruptura "casa-tienda", Llovet. Ruptura en cuanto a la morfología externa e interna y, en definitiva, en cuanto al concepto de vivienda: materiales ricos, "funcionalismo", dad El en el iluminación, ventilación, facilidad y seguriacceso referirnos permitir de conocer a las nuevo distintas a algunas la casa pautas plantas de del edificio. Calderón constructivas nos más va de a las que se seguían en el Muelle. Dicha casa, que en realidad eran dos integrando una manzana, contaría, además de con dependencias ya clásicas y de como por ejemplo "chimeneas búsqueda vivienda la sala, con francesas", del (144). confort tres y de "lavaderos", elementos mejoras que "comunes" nos sanitarias hablan en la 256 La eliminación de las aguas residuales, desperdicios y materias fecales de las casas representó siempre un problema técnico, y económico, tanto para los moradores de las mismas el sistema era como para de incapaz drenaje de las de autoridades aguas absorber los locales. En residuales vertidos de de Santander una población que habla ido creciendo paulatinamente. Esta era 1828 insuficiencia resuelta, en la mayoría de los casos, por los propios vecinos de arrojando residuos por las ventanas sólidos que las aguas y desbordaban las todo tipo posibilidades de un también insuficiente servicio de recogida de basuras, lo cual convertía las calles de la ciudad, y no sólo las ocupadas por los sectores sociales más bajos, en auténticos muladares (145). En pública eran 1828, de más tenían según Santander de el elaborado trescientas comunes. informe las Horrorizase sobre por L.Ma. casas la la "que salubridad de en imaginación la Sierra, Santander al no contemplar la hediondez en que nadan, por decirlo asi, los que habitan tales casas. encerradas En las la necesidad inmundicias de hasta vierten, el torrente de efluvios forma una atmósfera conservar espesa, la todo noche, en el día que las que se desprende de ellas fétida, malsana, capaz si sola de ocasionar peligrosas enfermedades....El está indicándose por si mismo y es el dueños de casas a que pongan comunes" por remedio de obligar a los (146). En las casas del Muelle, en 1780, ya se contempla ba la construcción se pone que de manifiesto en dicha la Vega Torre privilegiado elevados ricos, de comunes, es decir de retretes, como que entre burguesía calle en el contrato estaba de obras de la casa construyendo don Francisco (147). Pero el Muelle era un espacio en donde pueden los que mercantil. se ser se Para construye atendidos cuentan nada con tan unos sólo algunos urbano costos por los miembros se mencionan los de de muy más la comunes 257 por el contrario en Manuel Cacho y la casa que en su mujer 1781 van a construir en una calle próxima al arrabal de la Mar y de escasa valoración como es la del Arcillero (148). Entre a encontrar 1780 una y 1829, referencia en casas de comerciantes ser el ritmo de ni en general problema la pero hemos éste en que construcción volvemos de comunes -Calderón-, no sabemos cuál pudo incorporación económico, se haria a a las demás mentalidades, año de de esta pieza a las mismas casas de la ciudad. no en menor suponer que medida dicha Siendo un también de incorporación a un ritmo más acelerado entre los grupos socio- profesionales con mayores ingresos y nivel cultural y, por consiguiente, entre la burguesía mercantil. A título esa burguesía ción de de a especial afectara del se convertirá comunes una privado, y a la cólera en las también institucionalmente, en promotora de la incorpora- casas, especialmente hipersensibilización salud pública Santander. al Desde ante temerse el en 1834, año todo la lo que penetración Ayuntamiento, a cuyo frente se hallan algunos de los más cualificados comerciantes, de se dicta comunes ese año un bando ordenando en medida que Sierra en todas las pretendía su casas paliar que no esa "la construcción los escasez tienen" (149), denunciada por informe. Los regidores municipales, a través de ésta y de otras medidas integrantes del "cordón sanitario" impuesto ciudad, pero en sin clase,• habitaban de verse 1834, actuaban olvidarse de como que responsables ellos, y otros de la de su en ella y corrían el peligro, por tanto, afectados por la epidemia; el clima de miedo al contagio que debió de cundir entre la burguesía mercantil, y al que volveremos a referirnos en otro capítulo, se pone de manifiesto a través del elevado número de comerciantes que en 1834 otorgan su testamento (150). En cuanto a los cuartos de baño, mención obligada 258 al hablar de para que del los comunes, parecía hiciera su aparición. ser todavía muy Durante la pronto primera mitad siglo XIX, en los inventarios de bienes de comercian- tes, las únicas menciones que se hacen de objetos destina- dos al aseo son loza, y en las las jarras y palanganas, de estaño o casas de algunos grandes comerciantes de las "tinas" de barro o de loza y los "baños" de "oja de lata", incluidos por lo lo cual induce medios de general a pensar calefacción, entre que, los en objetos de cocina, casas con exiguos unas fuera el lugar habitual del baño; en la casa de don Juan Lafont, en 1803, el "bañao de loza", sin embargo, se hallaba en el dormitorio (151). El confort se hace patente en Francisco Martínez la aros simple de existente, del también de oja de lata" "tina fierro casa y de baño su junto comerciante López, quien, en 1836, poseía con un calentador que la tarima con otro (152), más Junto a la "un baño evolucionado grande" de madera, con de dos pies bastante baño de loza de casa del comerciante don Rafael Loubeault incorporación de don cinco usada" Sajonia, en (153). lavaderos y comunes en la casa de Calderón veíamos se contemplaba la construcción de irían "chimeneas situadas pisos. Realmente invernales de con la en ciantes sala lujo con en los adosadas principal en aplacados y frecuencia la un eran cocina francesas", un por de tiempo lo braseros, a la cada en que uno los que general un pared, los fríos el fuego con objeto de que aparece los inventarios de bienes de los comer- (154). Para finalizar quisiéramos insistir en la idea de que este modelo de vivienda que hemos venido analizando, en franca ruptura indiscutiblemente mercantil en exclusividad sus edificios con a el la la de Nueva los la "casa-tienda", va aparición Santander. a de que Si nos de una hemos nueva referido Población ha sido poseemos la mayor ligado burguesía casi porque es en de información. . Ai nií f? ^ fr^g'^^nto de planta de la casa mandada construir por el comerciante don Santos Gandarillas en 1862. übica1 ? """^^"^ Población, mantiene la estructura ¿e píantas de las casas surgidas en este ámbito durante el ?ig!o XVIII y se incorporan a la fachada elementos ornamentales. 260 Sin duda el suponemos que residiera un modelo en más acabado cualquier es punto representante el de del del la Muelle, ciudad comercio en pero donde internacional surgirían viviendas de las características que hemos intentado precisar. l££££" i.££_!l£^ili£.£££ • Coetáneamente a las transformaciones urbanísticas y arquitectónicas antes de que reciente como casa no que que se estaban finalizara era la siglo Nueva respondía En sus promotores el produciendo en XVIII, y en un Población, en nada a Santander se espacio construía los dos modelos confluían, por una u otra una vistos. rama, cuatro familias vinculadas durante ese siglo a la actividad mercan til: los Heras, Pedrueca, Cantolla y Santelices. La construcción se iniciaría en 1783 por voluntad de don Ignacio comercio en el colonial anterior casa en de 1793 su Heras y Soto, europeo capítulo. fuertemente y a quien Fallecido sobrino y yerno a ya éste, vinculado nos referimos finalizarla la vez al la don Miguel de la Pedrueca Cantolla, capitán de navio de la Real Armada. De éste toma el nombre la casa, conservada en la actualidad -sede de la Fundación La "casa Botín- prácticamente en su forma genuina. Pedrueca" sea breve, precisamente y de siglo por y por un apartarse la vivienda del Muelle XVIII merece miembros a pesar de apartado, de la "casa-tienda" de edificarse familias aunque en el pertenecientes a la burguesía mercantil santanderina. Su aspecto externo denota la marcada influencia de la "casona" hidalga montañesa adaptada al medio urbano. De amplio alero, su alzado lo componen tres plantas, con F a c h a d a s p r i n c i p a l e s de la "casa Pedrueca". «H -M c -a o G (01 H CU fÜ H CU ta c C '3 en 0) tn n3 ü o VI 10 tu Ti C C 10 c (O +-1 c C tu e to c u o H EH CO CU tn O H +J XI CU (U •r-| XI O tu c +J O O CU 10 •H to 4-1 •H T3 10 E10 ü (U -a 10 tn (U E tu -O tn to tu H10 4-1 tn •H tO -o 10 X) 10 H u >i en 10 •n 10 O l 10 tO (0 -t-l a a Hto ^ o o Di o os os Oi < 10 H H •H •r-i 10 > to C •H ü O ü <: O T3 E-i tu c tu c N O •10 4-1 CU •|—1 10 (U t/! 4-1 CU -T! N tu O > c < tn O tn H ^4 to 10 tn O O U O 4-1 O u cu tü O, < tu w s RSI 280 Tras habernos referido al mobiliario vamos a detenernos ahora en analizar los objetos puramente ornamentales Para que contribuyen ello a configurar continuaremos "casa-tienda" y en el el paisaje doméstico. moviéndonos de la casa en que el marco de surge en la la Nueva Población -sin ser privativa de este ámbito-. En una primera balance global del similar al se que aproximación análisis obtuvo de una el caso en diriamos y que el realidad es mobiliario: un otra del evidente contraste. En la prácticamente "casa-tienda" a espejos lo ornamental se reduce y cuadros; fuera de estos objetos se cae ya en el campo de la excepcionalidad. En dichas en algunos casos casas se suele disponer de un espejo, incluso sin marco. Cuando lo llevan, éste es generalmente de madera "ordinaria", "de mediana calidad" pero nunca de maderas nobles. Merecen destacarse los casos de don José de Santelices, poseedor en 1748 de 6 espejos: 3 con marcos dorados, 1 de Francia pequeño de la Cantolla, en blanco posee más en 1 en 1766 en 2 con con marcos marco verde 1754, posee negro otros (189); 4 pintados 4: don enmarcados en (188); negro don 2 dorados, y Pedro 1 pintado Fernando de Boó Rumayor sin que se especifique (190). En las paredes de las casas y sobre los muebles, distribuidos por todas las benditeras y (191). cuadros, aunque frecuencia, más pinturas de grabados. Los papel o crucifijos habitaciones, cuelgan que y En reposan imágenes imprecisamente sobre ninguna de religiosas descritos lienzos esas cuadros, son casas con láminas falta la iconografía religiosa, si bien no podemos establecer porcen tajes, ya que lo habitual es especificar el número de cuadros pero no lo que representan- Como un caso que merece mención en aparte el momento habría de que morir en citar 1769 el de don se José de Haza; contabilizaron en su 281 vivienda 45 cuadros, temática religiosa y de los cuales el resto la 40 -88,9%- eran desconocemos; tan de sólo en su dormitorio habla 10, complementados con "dos efigies, una de Nuestra Christo con con un su San Señora y otra dosel de de San madera Antonio.... tres Joseph....un pintado....un santicos metidos santo altarcico cada uno en un vidrio de globo y una cruz de Jerusalén algo crecida", manifestación de una exacerbada religiosidad barroca Un ornamental tercer son elemento los que pudiéramos relojes, bien de (192). valorar sobremesa, como de pared o de pie. El reloj, de uno u otro tipo, tan sólo se menciona en 1 -4,2%- de los 24 inventarios del siglo XVIII examinados, en el de Fausto Barón -1766- (193). El reloj, tanto de casa como de bolsillo, parece ser un objeto excepcional entre los comerciantes a que se refieren esos inventarios; el de bolsillo en la época, de Santelices Cantolla y otro de "faltriquera", lo poseen -ambos don explicarse y o tan José tan sólo de Haza (194). carencia criterios se le denomina tres de ellos: don "descompuestos"-, significativa tipo, desde como don Pedro José de Dificilmente puede de relojes, de puramente económicos la uno puesto que, por ejemplo, don Fernando Félix de Oruña, don Fernando de Boó Rumayor o don Lucas de Soto Alsedo tenían recursos suficientes como para adquirir un reloj de bolsillo (195). ¿Habría que explicar esa carencia como efecto de una mentalidad con un concepto época los ritmos lento diarios se del tiempo?; midieran quizás más en esa colectiva que individualmente a través de las campanas de los conventos, de la iglesia parroquial, poseia también el del reloj Ayuntamiento. de ésta Realmente o del Santelices que no debía de valorar mucho sus dos relojes al tenerlos "descompuestos " . Contrasta los 34 mayor inventarios parte esta del corresponden situación periodo a las con la que nos ofrecen 1800-1850, décadas de si bien en su 1830-1840. En 282 ese periodo, en el 61,9% de los inventarios aparecen relojes, entre algunas como de es el los que las cuales caso de Francisco Martínez valoración de casa valor del como habría funcional, incluir se cuenta don Antolín -1836- tiempo?. de que Tal un Hornedo también tuviera valor casa, en -1830- o don ¿Se trataba de una nueva vez bolsillo, de incluso don más de uno, de (196). los el ahora, ornamental, reloj, además tanto de una distinguiendo y prestigiando a su poseedor. El caso de don Teodoro Salazar es que un buen se ejemplo sitúa dispone de más de la posesión del allá cuatro: de uno lo de reloj funcional, sobremesa y como ya que los objeto en 1830 restantes de bolsillo, tasados en 4.900 reales, cantidad que representaba, por ajuar, ejemplo, el 81% del valor ropas, plata labrada, total de vajilla y los muebles, menaje de cocina del tendero Carlos Vázquez (197). Entre esos cuatro relojes destacan "uno de bolsillo, de oro con sobrecaja de carey guarnecida o claveteada de oro, cilindro de escape, montado en diamantes....otro relox ni cadena, de cilindro también oro" de búsqueda de la comodidad de (198). oro sin Como sobrecaja manifestación sirva el ejemplo de don Rafael Loubeault, comerciante vasco-francés establecido en Santander, poseedor en 1832 de campana, asador, pie y Joaquín Gutiérrez "un relox llave", y Vial, nuebo para asados con sirva también quien al morir en 1834 dejó sus bienes "un relox de fierro de cocina" Este cambio las casas que -y se relojes en durante el periodo 1800-1850 también se en aprecia el de don observa también en los otros (199). en la posesión como objeto relación al dos entre objetos de personal- siglo XVIII ornamentales a que hicimos referencia: los cuadros y los espejos. Los XVIII, objetos ciantes pues, de los cuadros continúan presentes siendo, en todas que poseemos como en el siglo las casas de los comer- inventarios. En este sentido, no se produjo ninguna modificación, pero sí la hubo 283 desde el punto de vista cualitativo. Modificación cualitativa en tanto que son frecuen tes los marcos de caoba y de otras como el que, junto a las clásicas su aparición la pintura sobre maderas nobles, así láminas de papel, haga lienzo. Cambio cualitativo también porque, a pesar de que no podamos establecer porcen tajes precisos, iconográficamente lo religioso, aún hallándose presente en las casas, parece no tener la misma intensidad de que las como en la "casa-tienda"; inventariadas el que vimos entre de don desde 1800 y luego, 1850 en ninguna aparece un caso José de Haza, poseedor en 17 69 de 40 láminas de temática religiosa (200); el mayor número de ellas religioso en 1803 piezas y de en imaginería casa (201). cuadros revolución de la cruz el de don de y de la conjunto el en de don a uno del que Teodoro escenas descendimiento (202). cuadros 15 de su casa representando Purísima de total de las paredes caoba- junto caso hallamos Más homogéneo adornaba la casa Juan Antonio de Campuzano; en 1842 poseia un total todos En obligado 1850 en lo Lafont, con un colgados francesa otro exiguo cinco, tanbién Juan -enmarcados la tipo paradójico tenía de era don Resulta de Salazar, que seis de de cuanto en todas aparecían será de temática a las los religiosa (203). espejos, casas, y son éstos un objeto si en las del siglo XVIII en la mayoría de ellas, en las de 1800- frecuente el poseer más de uno, que aparezca la cornucopia y que se enriquezcan al enmarcarse en caoba, chapa de caoba o madera sobredorada. Por lo que se refiere a su es tan tamaño la descripción imprecisa al sólo en dos hablarse casos que se hace en los de tenemos "pequeño", inventarios "mediano", etc.; la certeza de que ha hecho su aparición el espejo de cuerpo entero -don Andrés García del Hoyo (1828) y don Teodoro de Salazar (1830)Por que no último encontramos el florero, en ninguno un de objeto los (204). ornamental inventarios del 284 siglo XVIII, aparece entre 1800 y 1850 en el 28,6% de las casas, en su forma ordinaria o guarnecido con su "bomba de cristal" hallan asi o fanal. Los guarnecidos casos nos en que inducen a los jarrones pensar que más se que para contener flores frescas, como nos muestran los conservados en la actualidad, se utilizaban para contener flores artificiales, bien de tela, bien de cristal. Fueran de una u otra naturaleza, lo que denota la presencia de jarrones es la búsqueda de un entorno doméstico más agradable. Ese con el entorno transcurso hemos del podido tiempo ver al que se comparar transformó las viviendas de la burguesía mercantil durante el siglo XVIII y durante la primera mitad del XIX. II.2.4) El servicio de mesa; mantelería, vajilla, cristalería y cuberteria. Como afirma Braudel al estudiar una de las manifestaciones de la cultura material: "El lujo es también la mesa, la vajilla, la plata, el mantel, las servilletas, la luz de las velas, el conjunto del comedor" La reconstrucción del comedor (205). como un todo, como ese conjunto del que habla Braudel, no nos es posible sino parcialmente al faltarnos en la práctica totalidad de los casos la información necesaria para realizar semejan te tarea. Como pudimos ver, entre 1700 y 1850 tan sólo tenemos constancia explícita de la existencia de dos comedo res con sus respectivos componentes: el de don Juan Lafont -1803- y el de don Francisco Sayús -1821-. En los restantes casos conocemos tan sólo los objetos integrantes del servicio de mesa manejado objetos a para través de la los mismos reconstrucción del inventarios mobiliario ornamentales. No obstante, y a pesar de recomponer el "conjunto", creemos que lo que nos que hemos y de no los poder transmiten 285 En los la casos, en "casa-tienda" platos se come, de estaño, y en el 83,3% en fuentes de de estaño, también, se lleva la comida a la mesa. La loza de Talavera, y más aún la China, símbolos de refinamiento, son una excepción -Catalina de Alceda (1723), 8 platos de Talavera; Baltasar (1737), Pastor (1736), otros 8; Ma Concepción de 10, poseedora, además, de hallados entre todos los Herrera 6 de plata, los inventarios; doña únicos Josefa de la Barcena (1766), 26 platos de China "ordinarios"- (208). Generalmente 12/14 bien platos hay y casos Pedro de 3/4 en cada fuentes, como los la Cantolla casa suele disponerse de otras de si mencionados y unos antes -1754-, don y Fernando -1766- y don José de Haza -1769- en que 35 piezas, integrando estaño estaño, los de de Boó se don Rumayor superan y Talavera, hasta un las máximo de 47 ( 209) . Como complemento de platos y fuentes la cristalería, que sólo en prácticamente las mencionar 5 en casas de aparecen cada botellas, una; aunque como los algunos más tal por existe, comerciantes vasos frecuentes éstas no lo de son que ya general tan acabamos cristal, las que no vinagreras de más de y las "ordinarias". Como mmuestra de "gran cristalería", dentro del conjunto, habría que citar la poseída por don José de Haza -1769-, compuesta por 5 copas y 6 vasos (210). Más que las botellas, vasos y copas los recipientes y utilizados raras las tamaños y en para tazas contener -12,5% la mayoría de de líquidos los los las jarras, inventarlos- de diversos casos son de Talavera, aunque también se halla presente el barro. Entre también las pocilios tales esos recipientes "jicaras" en los que recipientes, y los se toma por lo habría "cocos", a el que modo mencionar de tazas chocolate. Quienes general de loza de o poseen Talavera -Santelices representa una excepción al disponer de "nueve 286 este mismo boca con más refinadas, de autor lo habitual los dedos, incluso lo servilletas y cual era en llevarse a la las mesas reales y en las pudiera "paños la carne explicar la abundancia de manos" de que nos hablan los inventarios del siglo XVIII. La de presencia, comerciantes desde pues, de comienzos tenedores del en siglo las XVIII mesas pudiera ser tomado como símbolo de lujo y refinamiento. Sin embargo, este dato por sí sólo creemos que no es suficiente como para poder llegar a una conclusión al respecto. Pesan en el conjunto más las permanencias que los cambios, como por ejemplo, el estaño y la ausencia la podía tendría de los de uso, como estar el la composición de las vajillas de cristalería. Por otro lado, no conocemos procedencia su valor en supeditado significado tenedores el de a tampoco los demás su de ni valor objetos de inversión su de plata, cambio, en un función; que valor aquí firme y siempre en alza. En cuanto a esa procedencia, y en general a la de los inventarios, demás no puede objetos de descartarse plata la hallados de la en los apropiación por impago de deudas o empeños; en el inventario de bienes de Celedonio de Noreña -1711- se menciona "una salbilla de plato de plata con tres basos de los mismo", empeñados en casa Sara se de su (221); yerno, en inventarían el 3 de el también Domingo tenedores comerciante López, realizado de plata, de "averíos empeñado Teresa del Solar" Bernardo en los que de 1748, se dice (222). A la vista de todo lo anterior acabaríamos conclu yendo que cubiertas en la "casa-tienda" con manteles con sus se comía en mesas correspondientes siempre serville- tas, en una vajilla de platos de estaño, cristalería inexis tente y, paradójicamente, ahora como lo hacían los con cubiertos comerciantes de plata. Veamos cuyos inventarios de bienes corresponden al período 1800-1850. Si en la "casa-tienda" podía cubrirse diaria- 287 mente la mesa con podía hacerlo esos Lafont disponía manteles otros a la hora de comer no menos comerciantes. de 9 de ellos En 1803 don y de 40 servilletas Juan (223). Si no 9 en cada casa si al menos 3 manteles y entre 12/14 servilletas era lo habitual entre 1800 y 1850. El número de éstas, asi como el de "paños de manos", en una valoración de conjunto, es menor 1711-1769, del fenómeno tenedor y del en este período que puede deberse cuchillo, sobre que en el de a la generalización todo del primero, lo cual significarla un refinamiento en las formas de llevarse la comida a la boca y, más concretamente, la carne. Difícilmente podemos establecer una comparación entre las calidades de los manteles y servilletas existentes ya en las casas que en la 1800-1850 de los práctica tales comerciantes totalidad calidades no de de los las dos épocas, inventarios de se especifican. No obstante, hemos de suponer que en cada casa habría más de una calidad a utilizar ejemplo, en de distintas don Teodoro ocasiones, de como Salazar. es el caso, por Este poseía en 1830 2 manteles finos de Alemania "a medio uso", 1 más ordinario "bastante usado" y 6 "de lienzo de casa muí usados" Hemos observado a partir de la década (224). de 1820 la aparición de una nueva variedad de manteles y servilletas de la que no conocemos su calidad, pero sí su procedencia: da" Francia (225). Dicha variedad es la de "lista encarnay "lista azul", bastante difundida, ya que se halla presente en el 51,4% de las casas invenatriadas. Habría que señalar considerable frecuencia que respecto -48,6% aparecen ción de piezas mismo de La del sin de un primera 1 mantel, la total no manteles como elementos juego". de también un cambio etapa de como es casas inventariadas^- la con y servilletas como mera acumula- ninguna relación, conjunto, de mención 12 anterior cualitativo data servilletas sino lo que de unos y otras se denomina 1828, y de una constando "un el nueva pieza: 288 el sobremantel, manifestación preocupación por la estética Y al de analizar los la de lujo o, cuando menos, como hicimos (226). manteles mesa de y los servilletas, comerciantes que habitaban la "casa-tienda", a la vajilla y la cuberteria. En de el conjunto, caso la de la ruptura vajilla, con el y como modelo que valoración establecimos en ese otro caso es evidente, tanto por lo que se refiere a la calidad como al número y tipología Una ruptura que ya es perceptible Juan Lafont. Recordemos lla, sin incluir la en de las piezas. 1803 en casa de don los caracteres del modelo de vaji- cristalería, existente en la "casa- tienda": dominio del estaño sobre la loza; tipología elemen tal, centrada habría las que básicamente añadir vajillas, las situado en platos y jicaras; entre los fuentes, a tamaño 12/14 más los que habitual platos y las de 3/4 fuentes, considerándose excepsionales las que, aún integran do ambos materiales y tipos alcanzaban las 35/47 piezas. Tomemos ahora perteneciente a Lafont como punto de partida la vajilla (227). En primer lugar la materia prima: exclusivamente loza y, dentro de ella, dominio absoluto de la de Talavera, con una muy reducida muestra de la de China. En segundo lugar la tipología: platos soperos, trincheros y fruteros, en los que aparece azul", tamaños "dibujo"y diferentes sus la decoración junto con formas, además y las ya chocolatera, la soperas platos; cafetera y fuentes de de poncheras conocidas correspondientes -"cenefa verde", y el jicaras también para completan "cenefa diversos de tamaños chocolate la con tipología azucarero. En tercer la lugar el tamaño: 238 piezas. Salvo de la vajilla inventariadas, en lo que de Lafont, las demás se el refiere más al número elevado características de dentro de ella repetirse con insistente frecuencia en las demás. piezas de las van a 289 No existe dentro de esas vajillas ni una sola ya sustituido menciona "fina", y se y en la por en que la otros "Talavera" loza, casos o generaliza, aparezca el cuya es el estaño, calidad matizada "China". Se cristal, inventariadas no con ha sido siempre términos incorpora que que se como a la vajilla, aparece no sólo bajo la forma clásica de vinagreras, sino de compoteras, ensaladeras, jicaras, también se reducida de lo fresqueras halla muestra y platos presente -16 excepcional. en piezas Como la en para vasos. La vajilla, total- expresión de aunque que plata en tan caería dentro refinamiento habría que mencionar algunas piezas de las vajillas de representativos miembros de la burguesía mercantil como don Teodoro de Salazar, poseedor en 1830 de 1 juego de café de porcelana de 12 tazas, y Francia 12 "con pocilios, 1 azucarero; el para chocolate, (228). Don filete 12 platos, resto de es Juan dorado", de de juego 1 cafetera, la vajilla, porcelana Carredano compuesto de lechera salvo 17 pocilios Sajonia posee 1 por en -68 1831 1 piezasjuego de café de la India compuesto por 24 piezas (229). Don Rafael Loubeault, en 1832, totalidad de López, 1836, en su 19 piezas vajilla 1 de (230). juego de café Sajonia, Don la práctica Francisco Martínez de China con 29 piezas más de idéntica calidad completo junto (231). En cuanto a la tipología de las piezas que integran la vajilla vimos en la de Lafont algunas de ellas, como por ejemplo los platos en sus tres variedades clásicas de hondo, llano y de postre, las fuentes, chocolateras, cafeteras, poncheras, jicaras y el azucarero. Esta tipología se enriquece al ir apareciendo a partir de 1820 en distintos inventarios el juego de café completo, las salseras, ensaladeras, tomateras, fruteros, compoteras o "dulceras", mantequeras, además de las habituales tazas, jarras, vasos y pocilios para chocolate. Ciertamente que esta tipología no aparece en 290 todas las podemos o al casas, pero por menos menos si es cierto que, globalmente, que hablar de una burguesía del sector que por la magnitud no mercantil, de su negocio mejor la representa, que busca el confort y el refinamiento en la mesa. Y quizás no sólo la élite de esa burguesía, sino también quienes, como Carlos Vázquez, acuden diariamen te a despachar "por menor" a su tienda; su vajilla la integraban platos, fuentes, jarras, tazas, jicaras y vasos de loza (232). vajilla "Don" de Por este el tipo tendero, y que número ni de piezas siquiera es - 3 4 - la tratado de -1835-, podía equipararse a la de los más representa- tivos "mercaderes de por mayor" que en el siglo XVIII residían en la "casa-tienda". De de la materia prima piezas. Moviéndonos habría que mencionar y la en umbrales los casos tipología al de máximos de Lafont, número y mínimos, quien vimos poseía 238 piezas, la mayor de las vajillas inventariadas, y de que no Loubeault, habría su número reducida como que en con una vajilla incrementar (233); al compuesta mencionarse esta vajilla, número, no olvidemos ejemplo de refinamiento por si bien que al ser 20 piezas jicaras pero es verdad la hemos que presentado prácticamente en su totalidad de porcelana de Sajonia. Creemos inventariadas que entre fuentes tamaño medio de las vajillas 1800 y 1850 sería el de 45/50 piezas, compuestas por platos 4/5 un en sus de diversos tres modalidades, la sopera, tamaños, la ensaladera y algunas jarras y jicaras. No obstante, existe un 40% de comerciantes que supera las 100 piezas, sobresaliendo por su número, además de la comerciantes 1830-, Joaquín de don vajilla como Jesús Gutiérrez Garmendia, 163 -1836- don de Lafont, Antolín Antonio de Vial, 177 Santa de otros Hornedo, Cruz, -1834-, 173 -1834- o don (234). de las don Francisco conocidos 198 181 piezas -1836-, Ignacio Martínez - don Antonio López, 291 Como piezas también integrantes de las vajillas y que hemos preferido comentar ahora aparte aparecen chocolateras, cafeteras y teteras. el 54,2% En el caso de las de las chocolateras casas-tienda contaban vimos con que ellas. en Entre 1800 y 1850 aparece en el 73,5% de las casas inventariadas, porcentaje en cinco que, de tal los v e z , hubiera inventarios que incrementar -14,7%- objetos de cocina, que es el no se lugar donde ya que detallan los suelen hallarse tanto las chocolateras como las cafeteras y teteras. Entre 1800 y 1850 no sólo las chocolateras aparecen en un mayor número de casas, sino que incluso se ha incrementado el número de ellas por casa: generalmente dos. Las a un 8,4% 1800 y cafeteras, de las restringidas casas de en el comerciantes, 1850 en el 52,9% de ellas, sin siglo XVIII aparecen entre olvidar ese 14,7% que desconocemos si las poseían o n o . En a un 8,6% ella. es No un cuanto de a casas obstante producto las que este cuyo teteras, entre 1800 crecimiento, consumo se de un 4,2% y 1850 vemos halle se pasó disponían cómo el té generalizado de no entre la burguesía mercantil de la primera mitad del siglo XIX. Algo hay similar en ni en los debia de suceder inventarios las casas que de los con nos el tabaco, indique comerciantes pues nada explícitamente, ni entre sus efectos personales, que se consumiera. Un comparándola último con la aspecto del carácter más café sus distintas con integral sus correspondientes buenos ejemplos de a destacar comerciante y no en del la vajilla siglo desarticulada. piezas o los juegos El XVIII, su juego de de platos soperas, fuentes y ensaladeras búsqueda de una armonía es, con serian objetual que no vimos aparecer en el otro modelo de vajilla. Y de la vajilla a la cristalería, que, en su conjunto, no tiene un carácter tan regular como la primera. 292 En principio porque no la vemos aparecer en todos los inventarios del periodo 1800-1850. Los comerciantes podrán tener algún objeto de cristal -saleros, vinagre ras, compoteras, etc.-, pero cristalería como tal, es decir, vasos, copas, jarras, etc. para agua, vino o licores, tan sólo figura en el 55,5% de las casas. No obstante, respecto de la cuantitativo y número de etapa anterior, cualitativo comerciantes sí se detecta importante que, a través al del un cambio ampliarse el cristal, buscan enriquecer su mesa. casa es La distribución de muy pues irregular, en donde posean todo, en juego; posean sólo tales don de cristal" los poseía 6 de don botellas que Juan de la a 5 botellas alguna más de sobre parte de Santa Cruz y un don 1836, disponen de "un copero Como ejemplos, no los únicos, apreciamos Manuel varios 1 vaso grande y 1 copa Loubeault, hallamos formando Antonio en (235). de esa desarticulación sirvan piezas Jesús Francisco Martínez, ambos completo raramente piezas en cada vasos, copas, botellas y jarras, y, donde tan las distintas en las Donestebe, tamaños para cristalerías quien agua en y 1832 vino, (236); la cristalería de don Rafael exigua de todas, se reduela en 1832 (237); la de don León Rodríguez la integraban en 1828 2 jarras y 4 vasos (238). La más numerosa pertenecía a don Antolín de Hornedo -1830-, constando de 64 piezas -4 botellas, Loubeault y y 42 la vasos de combinaciones y 18 Hornedo copas- un que vendrían (239). amplio a hacer Entre espectro de cada la de de piezas cristalería un caso único. Por destacarse del conjunto desde el punto de vista que de la mencionar 12 factura vasos y calidad "cerco de dorado" las piezas habría pertenecientes a don Ignacio Antonio de Garmendia -1834-, 7 vasos con "filete dorado" de don Joaquín Gutiérrez Vial -1834- y 12 copas de "cristal -1836- (240). tallado" propiedad de don Francisco Martínez 293 Realmente no acertamos a explicarnos el desequili brio existente, al menos por cualificados miembros de lo que la se refiere a los más burguesía mercantil de la primera mitad del siglo XIX, entre unas vajillas que hablan de refinamiento no contribuyen el ya y unas en mencionado su cristalerías conjunto ejemplo de a que, sin negar éste, reforzarlo; véase si no don Rafael Loubeault, que come en platos de porcelana de Sajonia y posee una cristale ria de 5 piezas, carente, además, de vasos, lugar que ocuparían, sin duda, las jicaras. Por último como sucediera en la cuberteria, dominio de la plata, las casas de los comerciantes del siglo XVIII; continuidad en esto, pero también rupturas. Rupturas en tanto que el cubierto, es decir el conjunto formado por cuchara y tenedor, que en la "casatienda" aparecía raramente, figura en todos los inventarios de 1800-1850. En 1803, en casa de Lafont, se inventariaron 18 cubiertos de plata y con mango plateado La del formales de se refuerza el 81,5% tamaños la difusión con ella, una modificación en los aspectos la difusión poseia nada menos en del cubierto la comida. En definitiva con de diversos (241). existencia tenedor y, 28 cuchillos de que las del implica un refinamiento cuchillo, del que 28. Esa difusión casas los es que Lafont grande, ya que encontramos, y de varios tamaños. Incluso en casa de un tendero como Carlos Vázquez el cuchillo, aunque fuera en número reducido -2 "con mango de plata" y 2 "con mango de hueso"-, se hallaba presente (242) . Además de su aparición otras cucharas, piezas tenedores derivadas y cuchillos de las hacen anteriores y que manifiestan esa búsqueda del refinamiento: cucharones y trinchantes; junto a ellas la aparición también de tenaci lias y cucharitas para el azúcar asi como para café y dulces. y cubiertos para niños, 294 A la cabeza de los poseedores de las grandes cuberterias dos nombres: don Juan Antonio Campuzano -1842con 162 piezas con 109, traídas en de su plata y don Teodoro práctica tal vez por totalidad de Salazar de "plata -1830- megicana", él mismo de Méjico, en donde estuvo establecido (243). Otros nombres que nos son también conocí dos, como López Hornedo, Gutiérrez poseían debajo de cuberterias ellas Vial, Santa Cruz o formadas por las de 20/30 piezas, Martínez 60/80 piezas; las más por habituales, hasta llegar a la más reducida de todas, que no es precisamente la sino la Rafael de un de tendero un poseedor cristalería y del al de A modo de entre y 1850 habria que ya perceptibles a de la primera exclusivamente antes del no de que un sector ya que ver con que través los 1800 y el aunque apartado santanderina las importantes y que Sin nos de embargo, produjeran la XVIII de imagen que nos ofrecía sus dimensiones ni su aunque ésta mentalidad, eran las mismas. Santander hacia casas en no busca dudamos confort, comer. privativa se Quienes el Este y tales única la mano y unas que también buscarían del bien, y esa sector de en el la ocupaba económicas el ámbito residencias esa más comodidad, y obligado tampoco burguesía de ensanche en este diario búsqueda de tenia impregnada promovieron construyeron refinamiento, la que hallara de una ciudad Ahora son bienes de la burguesía mercantil que poco o nada ni hacerla se siglo Porque de muy 1850, sino que se originarían "casa-tienda". acto una de inventarios XIX. que la llámese, don final de este destacar siglo finalizara como reducida, produciendo de creemos entre ya cómodas tiempo piezas- (244). se fueron mitad transformaciones sus comercio también recapitulación transformaciones de gran -26 a la mesa de la burguesía mercantil 1700 pasado, Vázquez mismo una exquisita, vajilla de Sajonia dedicado Carlos representante Loubeault, reducida como debemos mercantil NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 297 II.- EL HABITAT DE LA BURGUESÍA MERCANTIL (Notas) (1) J. El POZUETA ciudad ECHAVAERIj, en la historia", y_s^u_his^toria. análogos que en Santander, se manifiestan hasta el siglo características no distintas de las villas sumidas siglo "Santander. en De Meer de una de las que de decadencia "medieval" sin alteración en urbana son el y desarrollado, tro, y sociedad evolución, morfología urbana der, el puerto y y J. ORTEGA la ciudad moderna", de J.L. villa en el de anteriores CASADO SOTO, £i de este mismo casi medie- períme_ de escasa social". "Santan San_t_and^e_r^^ se descri urbano santande_ Sobre "Santander, en espacio cuanto trabajo consultarse urbano XVI", l££_£Í£Í££___íííí XVIII. puede desarrollo siglo 641-670; el siglo en del en VALCARCEL, del espacio la evolución y de anacronismo be y analiza en siglos un en extensión, ^^'^ y otro en y desde con j unto de responder, EL-RE^—É.--!.-!.^ P' riño menos, partir caracteres medida A. DE MEER LECHA-MARZO a las Cantabria, a urbanas, mantenía y en cierta afirmar a lo que el período val había creado la de que mantienen apreciable, estructura al del la costa sentido términos venida propias la £2£eré£ conserva acentuada XVI. Características urbano y Ortega y El 19. En "Santander villa medievales una §_^'n'^ander. 1985, p. XVIII puerto esa evolución la monografía el caso bajomedieval de una paralizado La_ ££Í£d£^ ^Í£E2.!1Í££ ^?líl£üí.£ I L h Madrid, 1985, V.l, pgs. autor ver también la recopila- ción de testimonios de quienes conocieron la villa en CaMtjxbr^ia^ £££*£ E££ £i:£.i££££ ^£ i:££ siq^lo s XVI y a Santander, la problemática 1980. urbana de J.MS. UREÑA FRANCÉS Véanse de también Santander y P. GÓMEZ en torno los trabaj os PORTILLA, "Procesos 298 de estructuración de Santander", ambos Santander en y de J, POZUETA e implicaciones der", territorial en el modelo en por el bre-Diciembre, 1984), a ECHAVARRI, la de monográfico 9-22 y 25-34 Santan- dedicado £iw^Gd_£_r£rriéori£, pgs. bahía "Relaciones ciudad/puerto número la revista torno a 62(0atu respectivamen te . (2) A. DE MEER der, el LECHA-MARZO y J. ORTEGA puerto. . . .", en VALCARCEL, ^.í'HÍñ.-é.—Li "Santan EL E"£Í!££JL:LI-^ p. 53. (3) J. POZUETA ECHAVARRI, §.1'íí?iíá.^'£.i talmente a "Santander. El l!i:_E!í££É£.z.i.z.j_-' P * este autor en esta puerto....", Seguimos breve fundamen descripción urbanistica. (4) Ibídem, (5) J.L. p. 14. CASADO SOTO, "Santander. £Í!Í^£^_^Í£E£ÜÍ££:L:L.LJL^ (6) A. RODRÍGUEZ F. FERNANDEZ, administrativa", en I, El p, A. DE MEER "La región Cantabria LECHA-MARZO der, el puerto....", (8) A.M.S., (9) T. MAZA 420-421 (10) J. Leg. A-11, a SOLANO, y su través Santander, y J. ORTEGA La organización de su histo- 19 79, p.35. VALCARCEL, en San_t^anjde_r. doc. en 65 5. £l£:-_:^£_£í!ͣͣ_^£l._£Í2.i:£_ Í^Zí • (7) caso....", "Santan i,L^'£_}ierto^^^, 6. ^^l^ciones^^^^^, T.II, V.II, pgs. y 432. FRESNEDO DE LA CALZADA, ^os_edifioios__2_üb lieos p.5 299 en la v^ilta de_S^an_Eme^te_río. Santander, 21-28 y 37. A. DE LA LASTRA VILLA, ra santanderina: de Riva-Herrera, cido", de en et palacio "De la A.M.S., (12) J. Montañes^e_s. Santander, 1976, POZUETA ECHAVARRI, racionalismo las calles "Santander. que con que y edificios, simplicidad, los Cerda todas un Proyectos para las II-III, tradición neoclásica informará varios Ibídem, "En Lara, de disponer su extremada claro Ensanche se que por proyectos se via Ildefonen articula de to partir por casi a Sabatini, en Santander urbanos, de a generalizan y este at del redactado que redacta un en informa 1773 nuevo Zermeño, en 1780 redactan to de Juan Escofet _1781J Sabatini y en 1788 Llovet J. ORTEGA y ta que proponiendo se introduce en p. véase España" Fernando y de propone Sobre también A. DE s. de Ulloa, un estos Bernardo Pedro proyec- en de proyectos MEER Martín nuevo de Agustín "Santander, ^i:_EH.££££j-i.^j-^ p. 57. Gaspar los proyectos et proyecto 26. VALCÁRCEL, proyecto dos alternativas informa se aprueba Ibídem, de Ibídem, Según p. 26. 1772 sía", P* Llovet españolas, trazados puerto....", precedente de Barcelona, ciudades sus propios (14) V. Et "aún dentro constituye serán opera de 1859, con la aprobación de desapare_ Leg. B-73, f. 428. Í.£!1'^££j: E.h-.B}L'^—í-:-i.i.i.' so arquitectu- 53-64. (11) el pgs. ^í_Arii^vej^ Estudios pgs. (13) 1923, 1881 plan, Celoy el LECHA-MARZO y et 57-70. puerto....", autor iUU (15) A.M.S., (16) L.M^. DE LA SIERRA, to Leg. de B-322. Santander £ue contiene tander, A.H.P.C, (18) H. CAPEL, este pueblo, 1983, desconocido siglo el no de XVI; 16. se el tuvo, por crecer en hacinamiento podían con creciente alza MAISO GONZÁLEZ introducido clausula blecido Don en los uno ese la año de Blanco, misma, y en la la casa El primero y su todo, que unifamíliar, los granos", Las__e_s_2_ 324. como de 1840 que se veinte y y de y del que, planta calle de la el esta- locales: cuatro cuarenta. ha arrienda; comerciantes a se arrendamiento ej emplos Porrúa, de nueba capital de parecieron vecinos sobre MARTÍNEZ, numerosos de en aprov ecgar casa avanzada dos trazado j ornaleros, BLASCO ochocientos ambos y, superficie testigos digeron: esta que precio Santander Sánchez Manuel de tan ampliación tanto, los XVIII demográfico una altura p. entre de y Francisco cante del los mil escribano, dominios a siglo al contratos de ciudad Noviembre el fecha en una R.MS. en relativa como "En pagar y el similar de de Zaragoza...., siquiera sirva traduce ciudad, difícilmente Ni "Durante un crecimiento se la terreno, truaturas (19) iíl££,^!£^£i.4£4 Leg. 851, 1 792, f. 262. p. que perímetro aumentar J. de £_í^edíos_d£_£orre£ir í^as . 5an va a experimentar el causas C^£££££^¿£{^£_y_W££££Z^££Í£_^£^£?i£_£í^_;§£££,^£,' Zaragoza mejor las 12-13. "Protocolos", Barcelona, el s^o^b^re^ 1832, pgs. (17) del 5££££££Í£.íi_£l_H^£*££_4^H.!lÍEÍEÍ£ÜI. Ante mí, la una parte la otra Comercio de Don de la dueño en ambos número 24 radi- de San Francisco 301 con linderos último por en el Véanse f.77; notorios¡ arrendarle tiempo, A.H.P.C, (20) bien su precio algunos convenido primer y "Protocolos", ha piso y condiciones en Ibidem, el entresuelo siguientes", Leg. 51 1, 1840, f. ejemplos con 913. Legs.: 29 7, 1 780, 297, 1 781, f.112; 28 8, 1 7 8 3, f. 8 4 2 ; 8 51, 1 7 91, f. 2 2 293, 1 797, f.842; 29 4, 1 8 01, f. 6 9 5 ; 8 5 5 , 1 8 O 7 , f. 9 3 . (21) A.M.S., Leg. B-73, fols.428-437. (22) Ibidem, fols. 32-71 (Libro de eclesiásticos) . (23) Ibidem, fols. 1.041-1.048 (24) Ibídem, fols. 127 377v. de (don 1.041 (25) de 423 fols. del (don (don Miguel Ibídem, 1.338-1.344. (don Antonio Francisco Lienzo), y Fernández Solar), Félix de la de Estrada), 415v. Fernando (Fernando de Oruña) y Pedrueca). 1.041-1.048. Santander, fuera de sus puertas y sus cuatro l£2.££££_£££_£"£_E££4£.£Í.££_££E.££í£i£££_E£££_l£_£££ÜI£l ción de Z-£_££££^££Í£ca^ Añ_o _de 1 8_1 8, A.M.S., Legs. A-58, A-58 bis B-76. no inclusión de del cabildo catedralicio, del de ríos de casas no figuran A.M.S., todos Villatorre, José de Zuloaga, (27) y como los bienes del del conde de quienes en Santander como Legs. Sirvan ejemplos inmuebles marqués de sabemos de Campo-Giro, que eran y en el apeo, sin de la los casos Balbuena, de don propieta embargo, tales. B-314, doc. n^ 6 y B-248, doc. n^ 302 20 respectivamente. 1849 se conserva de (28) De la estadística tan sólo el formulario, urbana pero de carente datos. A.H.P.C., "Protocolos", Leg. 850/1, 1 788, fols. 29-70V. (29) A.C.S., tro); Libro A-31, véanse Libro A-30, 148, 175v., 264; Libro f. también f. 208; 176v., A-32, 176v. (el subrayado torno Libro A-31, fols. 106v., 115v., 208v., 232, 261v., 262v., f. 104v.; dicha nues- en 187, a es Armario "C", política: Leg. 13, docs. C-1 y C-2. (30) ídem. Libro A-33, f. 6v. (31) H. CAPEL, (32) A.H.P.C., (33) Ibídem, (34) L.Ma. DE LA SIERRA, (35) J. SIMÓN 56-57. (36) G.M. Z. i smo_^_mor£oZ^£g;ia^^_^^j "Protocolos", Leg. Leg. 851, 1791, f. DE CABARGA, p. 20. 844, 1 779, f. 115. 225. Es-^^osición^^^^, passim. Santander^ JOVELLANOS, "Diarios", §.i^9ZÍ¿ií^^:.i.' P9^- en Obras. Madrid, a los tres propieta 1956. V.LXXXV(B.A.E.) , p. 22. (37) Hemos añadido los nombres ríos que Joverllanos (38) A.H.P.C., de pila citaba "Protocolos", Leg. tan sólo por su 212, fols. apellido. 124-124v. 303 (39) Sobre el proyecto de Calderón RRI, "Santander. El £U£rt£_^^^^j (40) Ibidem, (41) R. pgs. puerto. . . .", XVIII: "La burguesía la familia (42) A.H.P.C., (43) J. POZUETA estar determinada interés buyendo especulativo, se fines urbanos", G.M. DE pgs. del (46) análi- proyectos sino en portuarias por una su forma en la bahía de la Región, opciones puede de contri- desarrollo utilizables con Obras_, V. LXXXV p.30. "Diarios", en p. 473. LOPEZ-DORIGA, Guerra", necesidad rellenos, Ibídem, el en marcha convertirá las precisen JOVELLANOS, (B.A.E.), su afirman- de los puesta de obras privilegiar que ££2.£^£Z^£ puerto....", que dificulta y en otros puertos a El p. 30. Continúa su por portuario F. a que de realización siglo -———Lí—ílLL—i.- LLi y funcionalidad no de Santander La_e^c^cmom_£a "Santander. "Este sistema, debido en el Leg. 391, 1826, f. 944. El puerto...., la necesidad portuarios, en —é-3.i.—i.U.i ECHAVARRI, do este autor: sis de barcelonesa Gloria", "Protocolos", en Santander. (45) Sjint^and^er^^ 29-30. al £ £ M £ X AH—ÍLÍ—Madrid, 1982, p. 28. (44) en ECHAVA p. 26. FERNANDEZ, usual véase J. POZUETA en 817-824 "Don Francisco íi££££££i£^ se ofrece de Bustamante £££H^Í.£j:.¿.^^j una breve semblanza P- 8 21; y en biográfica mismo. A. DE MEER LECHA-MARZO y J? ORTEGA VALCARCEL, "Santan E_l 30A der, el puerto. . . ." , en S_ant_and^er_^ E_l £Z£££*£^_:_j__:_j p. 57. (47) A.H.P.C., "Diputación", Leg. 1.599, doc. n^ 2, fols. l-3v . (48) Campo-Giro, Dóriga, go de 5.000.000 2.400.000; Aguirre, de reales; Vda. de Sibes, 667.000; don Juan de Carredano, don don 867.000; Eladio 334.000; Ramón don Gallo, A.H.P.C., LópezDomin- 533.000; "Sautuola", Leg. 20, doc. n^ 17. (49) Pueden los edificios que los fols. (50) sonsultarse los que la acompaña, en planos de rodean, ídem, esta así plaza como el "Protocolos", y de informe Leg. 852, 265-352V. Elaborado año: a ídem, partir de los "Diputación", datos Leg. del padrón de 1.59 9, doc. n^ ese 2, fols . Sv . -7v . (51) H. CAPEL, (52) Todos del C^ap_i^t_al^-£srno^_y_jno^^ los datos padrón municipal: 1. 599, docs. (53) J. POZUETA A.H.P.C, a 1829 A.H.P.C., se ídem, obtenido "Diputación", ECHAVARRI, "Santander. El Leg. "Protocolos", "Sautuola", puerto....", £ | Z . _ £ M e r í P f f s . 30-32. Leg. 398, 1829, 740v . (55) han nQ 1-5. en S^ant_ande^r. (54) referidos p. 34. Leg. 20, doc. nS 17. fols. 740- 305 (56) Ildem, "Protocolos", (57) Ibídem, (58) Ibídem, Leg. 461, 2838, f. las condiciones habrá y sillería de realizar Gandío. de M^.C. Primer 98; en bajo las que don las de la nueva casa. se ha tomado a 24-24v. f. 24v. se establecen Pozas Leg. 462, 2837, fols. folios obras de 98-102 Ángel cimentación El valor de los terrenos GONZÁLEZ ECHEGARAY, Del_Muelle ensan^che de ££^££^der. Santander, 1980, p. 49. (59) Sobre se las están operando económico trabajo CEL, ( 60) F. profundas y trans formaciones como social remitimos BRAUDEL, de la cuestión las de tipo fundamentalmente al MARZO Madrid, 1979, pgs. 98-120 en 2£É£Í!Í:£Í: 1984, en J. LE GOFF de y J. ORTEGA puerto....", £i.£i:li;2ación Sig_los_XV2XVllI. re. París, el que consecuencia de A. DE MEER LECHA- "Santander, urbanas VALCAR §_^'']i^^''2.de_r. U. £2.EÍ*£.li£5£j_ V. I. Véase un (Dir.), estado ^£^£eZ-Z-e ^ístoi^-_ ("Histoire de la culture materielie" ). (61) F. BRAUDEL, 222. Sobre vo, de £i£Ílli££Íón el concepto consumo y como un "complejo"una nu_ov_a 1970, pgs. (62) Véase en RODRÍGUEZ der, de 'ü^tií^'L'^Lhi.i.z.-' ^- P- de casa como espacio producti- relaciones -la puede verse sociales O. BRUNNER, ££££i ct £££^i.£H.£Í:£" £i:£ £ casa Per sacíale . Milano, 133-164. torno a LLERA, ¿£_££££^£^^^££'¿ó« 1941-2950. las dimensiones Santander, 2980. del urbana incendio de R. Santan- E 306 (62) Véase J.L. CASADO SOTO, ----^ P9^- 161-199. (64) Ibídem, pgs. (65) Ibídem, p. 180. (66) Ibídem, 188-189. p. y R.M^. C^ant_abr^iaj}_-^^ 225. Véase también BLASCO MARTÍNEZ, J. MAISO GONZÁLEZ Las^_estructuras^_de_Zar^ P9^ • 350-351 . JL^JLi.' (67) F. BRAUDEL, (68) Véanse Legs.: Cív_i tí z ación jvat^ estos ejemplos en 156,17 O 8,f. 94; V.I, A.H.P.C., p.225. "Protocolos", 297, 1 78 O,f. 77; 295, 1 79 7,f.842; 391,1826,fols.944v.-945;461,185461,1838,fols.98v.-99; A.M.S., Leg. "Manuscritos", (69) Véanse los B-191/3Q, doc. Ms. 225 (1819). contratos de n^ obras 4 (1780). reseñados B.M.S., en la nota anterior. (70) A.H.P.C, "Protocolos", 944V.-945; Legs.: 461, 1828, fols. (71) Ibídem, Leg. 461, 1858, f. (72) Ibídem, Leg. 855, (75) F. BRAUDEL, (74) En 1828 alcalde dar de principio y fols. 175. 1797, f. 96. Regules, Santander, a 1826, 98v.-99. Civilización_mate^ Botín ha de formar 291, la la parte V. I, en instancia manifiestan: construcción Norte elevada "Que de una p.225. al deviendo casa de la que se ha de que llamar 3U/ plaza de ésta la con Constituc-ión, el fin lo considerase de justo V.E. se y arreglado"; a través de la "Comisión responde "que, habiendo presentado los he aliado por lo que la licencia no se los V.E. puede que puesta del n^ 24; esto mismo aprovar la instancia sucede A.M.S., en otros der, en que memorial, del arte... y conceder sin embargo, ni con Leg. la res- B-194, muchos y J. ORTEGA y obras" este planos, mayor planos los planos dichos mayor: puerto....", si los de A. DE MEER LECHA-MARZO el aprovarlo de ornato reconocido ni con maestro de a los principios pide"; encuentran plano el maestro interesados arreglados el sirva de obras, han (75) que presentan doc. casos. VALCARCEL, S_ant_and^er_. "Santan E_l_ £^££^£^j_j_^j p . 61 . (76) Véase a GARCÍA, este respecto "Propue sta en el siglo XVIII. ria Moderna. Actas y_ :5i^££^i££ ^£ el para un Fuentes de X£ trabajo de estudio M^.B. de la v iv ienda y metodologia", las II Jornadas ^Í£.É.££Í£.- en fj_i^s_to_^ de Cáceres, VILLAR Metodología 1983, pgs. 473-483. (77) A.H.P.C., "Ensenada", (78) T. MAZA SOLANO, (79) J. MAISO Legs. GONZÁLEZ Conclusión y R.MS. obtenida del mencionado Leg. 851 y 852. ^e^lacÍones_^^^^, T. II, V. II, turas_d£_Zar£g£sa^_^^^3 (80) 850, 1.399, docs. MARTÍNEZ, Las__es_truc^ p. 32 2. tras padrón BLASCO p.417. la elaboración de 1829, n^ 1-5. A.H.P.C., de los datos "Diputación" 308 (81) Ibidem, doc. 1, fols. (82) Véanse algunos ejemplos Legs.: 23S, 851, 1794, ción de 1748, 4v.-5 y 8. en fols. f. 219. A.H.P.C., 73-79; Los datos la vivienda se 292, sobre han 1 794, f. 557; el modo de ocupa- elaborado la información aportada (83) ídem partiendo del padrón (84) F. BRAUDEL, (85) §.J:_^es_2_e^rta^dor_Mo^ntañ^ (16.9.1849), después visto "Protocolos", parteindo por el catastro de de Ensenada. 1829. £í'tiíl:kB.ÍEÍ2.R-'IÍÍͱLÍ.ílii.--:--' volvería el plano a insistirse de una de p. V.I, 182. en este sentido: nueva casa Días "Hemos que se va a truir en la calle del Peso: no tiene más que p.233. cons- cuatro El£££_^_££££_E^££íI^i:i:i:5.^£_£££_£££^E_£l._£H.i?lí.£ • Solvemos a levantar truir chas casas como nuestra de £¿^££ voz contra pisos, la mencionada, Corregidor, ni rán esto por más tiempo. fuesen desatendidas pública unánime más que puede de casas la Blanca ídem, das en y sobre las calles informe que de la Sierra sobre en público quejas guste del a y (todas 1832 una en casas el Sr. tolera- la opinión diremos Tres San algo pisos Francisco, bastante ración", las palabras había causas estre- esperamos, todos. Peso, es cons- ni lo que original). las concedía humano el que particular, análogas en el hacinamiento no p. 192 en se este que (30.9.1849), Santander Ornato Si, contra ser así de de en calles esperamos nuestras otras figuran máxime y la Comisión el abuso subraya Recordemos elaborado cómo Luis de insalubridad en especial importancia al y calles sin ventilación. (86) A. DE MEER LECHA-MARZO y J. ORTEGA der, en el pgs. (87) puerto...", §_^UL—Í-4.Í.LZ cómo todavía del aire del informe en corrompido de passim:. Véase £La L.MS. É£l halla DE también £EÍ^^™i.E. 1985, pgs. la década se trabajo de A. MAESTRE LA en 111-113 y passim. se ámbitos que desde el la arquitectura lidad uno manzana, de los edificios cuatro interior obstáculo, puntos, y contrarío, en el "son edificios la libre entrada ne la humedad ta la Puebla tas calles sus que que batiéndolas de del luz sol ñía, del Arcillero, 1850), (88) A.M.S., p. 238. Leg. B-73, f. 176. distri penetren todos los por el históri- rectas, estrechas que dificulta la luz solar y mantie- Las principales calles la Blanca, de Atarazanas", (edición su la ciudad circunstancia de otras las por una a facilidad"; o casi £H£__PiL£££_L£.'l££__A?__íílÉ££??i££ * 1984 forma frente de CompaDiccio- de Esp_aña y Santander. facsímil la P. MADOZ, nario Geoqráfico-Estadístico-Histórico Santander, Población: Muelle en de funciona- la Nueva con tantos urbanismo, circule Nueva, Francisco, otros y espaciosas: en su atmósfera. ta de San descrip- pública; hacen del aire y de son el contrapuestas los vientos rectas altos, en su con del anchas permite largo cuestión visiones lados rectas, lo Santander-Salamanca, vista las casas a idea il_cólera_en_Sa^ntander dos de esta f £££si£¿ón^_^^^j P. Madod, en cuyos 1830 esta y de la salubridad tantas calles, bución a corresponden punto e higiene "Cada torno • de la ciudad de SIERRA, £££ ofrece y £1 RH^ZÍ-Z-JLZ.' presente SÁNCHEZ, ción de Santander, ca, "Santan 60-61. Véase sin VALCÁRCEL, de Valladotidla de 1845- 310 (89) Ibídem, fols. (90) Ibídem, de 1.338, 152 y 655 f. 428. Villatorre DE LA LASTRA en XL Las medidas VILLA, del pero, dadas y 30 de alto, de la del marqués Ni el apeo de 1829 ni el censo de fincas las dimensiones de las 27. Tampoco ofrecen Estas plantas inventarios duda gráfica urbanas casas: este correspondan al no aportar (93) A.H.P.C, que, buscado por muy diferente ni los ese dato "Protocolos", haberse de los cumplimentado ofrecían ninguna el espacio recosntrucción la simetría, de ahí el dependencias que nos es no que se desconocida inventarios. Leg. y contratos a partir En nuestra los n^ 26 viviendas. al describir la realidad, mencionan ver notas no nos de las distintas con 60 pies de de 1839 reconstruido de las casas. medidas la medida ni el padrón de dato de a su fidelidad hemos de ser de 1818 por habitáculo, relativa interior las se han de bienes habitáculo A. Balbuena. de venta ni de arrendamiento (92) de 59-62. De restantes, no debía de la riqueza nos pgs. desconocemos las marqués santanderina..." V. II-III, conde de Mansilla del del trabajo "De arquitectura la casa del ancho (91) del palacio se han obtenido ;i^£y££S££££^^j_^j fondo, respectivamente. 182, 73v . (94) Ibídem, Leg. 173, 1736, fols. 32-45. (95) Ibídem, Leg. 206, 1737, fols. 60-84. (96) Ibídem, Leg. 233, 1748, fols. 73-79. 1 723, fols. 68- 311 (97) ídem, "Ensenada", (98) ídem, "Protocolos", (99) Ibídem, Leg. 218, 1756, fols. 369-S78v. (100) Ibídem, Leg. 239, 1758, fols. 15-31v. (101) Ibídem, Leg. 212, 1769, fols. 34-48v. (102) Ibídem, Leg. 226, 1766, fols. 85-93. (103) Ibídem, Leg. 254, 1773, fols. 14-26. (104) Ibídem, Leg. 231, 1776, fols. 188-193. (105) Ibídem, Leg. 291, 1791, f. 166. (106) Véanse los Ensenada los y en fols. don Leg. 212, 1766, fols. numerosos el boticarios de Leg. 851, f. 86. Pedro caso ej emplos de citamos Jiménez 912v. y 1.326v. (107) T. MAZA SOLANO, (108) A.H.P.C., los los el catastro artesanos; de don Bretón, Luis A.M.S., de en el de Zarate Leg. de B-73, respectivamente. ^elacÍ_ones^^^^, "Protocolos", en 43-60v. Leg. T. II, V. II, 199, 1 749, p.432. fols. 171- 1 76v . (109) A.M.S., Leg. B-73, f. 1.323. (110) A.H.P.C., "Protocolos", Leg. 212, 1766, fols. 11- 22v . (111) A. DE LA LASTRA VILLA, "De arquitectura santanderina 312 en XL Aniv_ers^ario_j^^^^, La reconstruoaión de esta planta del todo a la realidad y pecar como pone de manifiesto no obstante, no por V. JI-III, puede de cierto la existencia ello no deja de p. 62. ajustarse anacronismo de dos "M.C."; ser una buena referencia. (112) A.H.P.C., fols. (113) R. "Protocolos", Leg. FERNANDEZ, "La B. BARREIRO MALLON, en el siglo XVIII: y carpeta burguesía pensamiento", en barcelonesa....", ^* -^-^^ P9^- "Las clases definición urbanas de Santiago de un estilo de vida Santiago (115) J.L. FLANDRIN, £üí ££!!££ ^£ l£ Barcelona, 1979, pgs. 121-132. (116) Ibídem, pgs. 121-132. Ph. (118) "Protocolos", Composte- 1l£.^2.-!lí' kL^VíLllt—tt^i^ ARIES, París, 19 76, Leg. 233, 1748, f. 73v. y Le 212, 1769, f. 35v. respectivamente. Ibídem, 1803, Leg. 360, residencia lo de 1818: A.M.S., (119) Galicia 295-307. A.H.P.C., de de ££^ili£ yie ££{2lli.£l£ ££££ lJ.áü£Í££ í^2.i:^£- (117) en 26-27. La h±^t_o_ría £££ia£ de ££_£H.£_£"££l££_^£_Eí!£Í.£££l££la, 1981, pgs. 464-468. pgs. n^ 1, 2 9 - 5 1 V . :^£_£££!l£{í££_££E£?£l£jL^:L.L^ (114) 850, Véase nota nS 84. fols. conocemos Leg. B-322, a 914-920. través doc, nS 8. Su del lugar padrón 313 (120) A.H.P.C, El "Protocolos", informe planos, de este en fols. (121) P. MADOZ, (122) Superficie (123) Remitimos Leg. 852, 1 795, proy ecto, f. 266. al que acompañan los 265-352v. D^ic^ci^omario^^^^ obtenida p. 2 38. de mediciones al apartado actuales. en que se trató esta proble- ma tica. (124) F. BRAUDEL, (125) P. NAVASCUES Madrid, Civiliz_aciónjnater^^ (Dir.), 1979, Sabatini los proyectos J. POZUETA ECHAVARRI, El puerto... ." y A. DE MEER LECHA-MARZO "Santander, jos en respectivamente. el puerto....", algunos ejemplos Legs.: 855, 1 800, en A.H.P.C., 220-220v.; 719-719V.; 466, 1843, f. 773. A mediados del siglo algunos planos comienza apunta sucede, don su Juan hacia cronologia, según ponen que remodelan de nueva traba- planta 67-70 "Protocolos", fols. 914fols. de manifiesto en el archivo un barroquismo por ejemplo, Pombo ambos 402, 1832, en las fachadas comerciantes ban o que construyen que XIX, conservados a aparecer de algunos y J. ORTEGA f. 298; 360, 1803, 503, 1830, fols. de "Santander. P9^- 2^ y E.L E-?.I1Í.-1.---' Véanse 920; (127) 2.?.hJít?.2.L'líi.?.í.lT¿JíhJl^ítnL'í±^° pgs. 3-43. Sobre véase VALCARCEL, (126) V. I, p.262. municipal, de las casas las que ocupauna decoración historicista; asi en las de la Vda. de Wünsch, o don Santos escapan Gandarillas, a nuestro trabajo: que, por A.M.S.,, 314 Leg. G-161, 12, docs. J.L. FLANDRIN, (129) Véanse Ms. y 30; Leg. G-162, doc. respectivamente. (128) Leg. 25 Oriig_ene_s__de^_la_lam^ respectivamente: 300, 143, 1 796, fols. f. p. 119 A.H.P.C., 14v. y 222-222V. "Protocolos", B.M.S., "Manuscritos", (ver Apéndice documental, docs. n^ 4 y 5). (130) A.H.P.C., "Protocolos", (el subrayado (131) B.M.S., (132) Ibidem, (153) A.H.P.C., fols. Ms. 225, f. 122 (ver "Protocolos", F. BRAUDEL, Leg. documental, Cii^ilización también / a m i Z.¿a_^_^_^_^, pgs. (135) J.L. FLANDRIN, (136) A.H.P.C., 920v. f. 298 Apéndice 124 y 125. (ver Apéndice Véase 1800, doc. n^ 13). 920 168. 855, nuestro). "Manuscritos", documental, (134) es Leg. J.L. 360, 1803, fols. 914- doc. n^ 11). iJiat erial FLANDRIN, V. I, p. Origenes__de_la 132-136. ídem, p. 132. "Protocolos", (ver Apéndice documental, (137) Ibidem, fols. 915-915v. (138) Ibídem, fols. 916-917. (139) Ibídem, f. 914v. Leg. 360, 1803, fols. doc. n^ 11). 920- 315 (140) (141) Ibídem, Leg. 380, 1821, fols. ce documental, doc. n^ 11). Ibídem, 510-510v. fols. ECHEGARAY , 1976 de don molino Del (142) en Agüero para "Consulado", alquila GONZÁLEZ 36. varias instalar 24-32 y 57. La Leg. de caracterizado siglo, general ahí las e de colonias: T. (145) A.H.P.C, (144) B.M.S., "Manuscritos", documental, y fábrica 295, 1 796, 21, fols. habría del colapso que VARA, económico se España iniciarán Santander de 18 7 y ss. Leg. Ms. 580, 1821, f. 510. 225, f. 122 (ver Apéndice doc. n^ 15). (145) L.MB. DE LA SIERRA, (146) Ibídem, pgs. (147) A.M.S., Leg. 8-191/5^, doc. n^ 4, f. 4 (148) A.H.P.C, Esposición^^^^, pgs. 6-11. 11-12. "Protocolos", Leg. 29 7, 1 781, fols. 115v . A.M.S., que cambio que mantiene las MARTÍNEZ "Protocolos", Sayús un las guerras Inglaterra n^ coyuntura por ^±^]^a_a_e^iudad^^^^, pgs. (149) En ruedas una Leg. doc. de la desfavorable derivado Francia 58, quiebra en en M^.C. "Protocolos", insertarla con Apéndi- a '¿añad^ío^^^^^, p. Sayús A.H.P.C., 516-517. (ver 465-466V. A.H.P.C, 21, WueíZe Francisco de harinas: fols. y 510-517v. "Actas", Libro 2.224, sesión 15.9.1834. 112- 316 (150) El 25,7% de los testamentos sía mercantil hallados de miembros entre de la burgue 1800 y 1850 se otorga- ron en 1834. (151) A.H.P.C., "Protocolos", (ver Apéndice ej emplos Legs.: 1835, Leg. documental, 360, doc. n^ de baños de loza y 503, 1830, f, 212; 405, f. 47; 547, 1836, hoja f. 1803, 11). de 915 Véanse como lata: 1832, 41v.; f. f. 409, Ibídem, 684; 458, 1836, f. 385v. (152) Ibídem, Leg. 409, 1836, f. (153) Ibídem, Leg. 405, 1832, fols. (154) Sobre diversos F. BRAUDEL, 252-255. (155) M3.C, pgs. calefacción ECHEGARAY, (157) Todos verse ^ííí'E.'L?:—---—' V.l, Del_Muelle_a_Cañadío^ p, 28. estos Capítulo vínculos III de este FERNANDEZ, "La familiares (159) P. MOLAS, (160) B.M.S., (ver su se burguesía "Manuscritos", viaje 11^ p. Ms. documental, de en barcelonesa....", el 1 797 143, doc, a Santander, en 26. ^£_^H?!£H££Í£_^£Í!££ÜÍ.Í1JLJL:-.L> Apéndice tratan trabajo. á£_£££.ü£^i£_££ESñ2.lE:.z.i-.L^ en puede 28-29. Ibídem, R. de 681 y 684. £.'£í.±.h^^^^'t2.VL. GONZÁLEZ (156) (158) sistemas 384. P* fols. 5). nos 219-219v. Jovellanos, describe con pgs 317 más detalle ejemplar: A la granja "Miércoles, £2.{2£££Í££j el de camino 27: A a un está de y cuatro principal, dibujada pies dos tos mil de dos de altas paredes; jardines a los hasta sobre los 'usos el apeo de que hay plantados arrobas de frutas, las tierras, por valor 12.000: prados de 3.000 A.M.S., En 1807, se está cuando A.H.P.C, huertas, Leg. A-58 otorga construyendo: "Protocolos", de de y mar, sobre él cercado al frente; etc., de en Obras, original). de la sotos Asturias, es 1818 producen reales la árboles, "Diarios", huertas en todo la descripción 143, f. 211 (ver Apéndice (163) y circular valoradas y trescien- mil monte, rústica cuadro £££y££££j (el subrayado en ella fachada, sobi'e el parte, económicos riqueza fachada La dos mil manzanos p. 473 cuaren la de siete de lados, Véase en la nota anterior nos (162) a esta G.M. DE JOVELLANOS, V. LXXXV(B.A.E.), (de uno); otro parterre recortados; ya presos": (161) un extensión Yconservado hará trozo sobre una circular, f^bric^as_ de_ buen caballo. legua pies. diámetro plantarán un de espinos de parece de cien pies en dulce, muelle para se cada la casa, peces, un edificios además a carros de tierra de para y_ ±±dra; cuarto cuatrocientos pies la espalda; los las siete, cuadro de agua sesenta actualidad^ a en por Mucha; y un estanque le R^eJ^no_s_a. ... comprende de dos mil cuatrocientos ta Campog-Lro, que Jovella- granja. los árboles anualmente en 15.000 producen hierba por En 1.875 reales; hortalizas valor de bis, sf. su testamento, B.M.S., la capilla "Manuscritos", documental, doc. n^ 5). Leg. 331, 1809, f. 21. Ms. 318 (164) ñ.D.S., fols. "Casados", A.H.P.C., (166) A.D.S., (167) J. BOSSY, "Protocolos", "Casados", lica", f. 1; 6.737, Leg. 847, 1 798, f. 396. Libro 6.739, f. 237. "Controriforma en M. ROSA ROUX, Le e popólo (A cura di), E£._^£á££!I£ • Bari, S. 6.736, 51, 5 3 y 5 5v.; 6.738, f. 8v. (165) (168) Libros: 1977, pgs. nell'Europa catto- i£_££ig.i^£_^e Z-Z._^ffuro- 281-308, passim. «£Í££?l_d£^£__ll^ͣͣͣ£ • París, 1 970, p. 149. (169) Disponemos conocer los inventarios la distribución además pero de de otros "Protocolos", f. 22y32; 233, 369; 1 763, 226, f. 239, 14; 1821, fols. 1828, f. 198; 503, 1831, f. 1.142; 1833, 611; 1834, 457, f. 85; 428 en la casa: A.H.P.C., 74 7, 1 71 5,f.211; 1 69, 1 721,f.147; f. 510; 408, 975; 1830, f. 174; 402, 1832, 757; f. 406, 1834, f. 425, 211, f. 360, 1803, 1828, f. 1.150; 400, 780; 680; 504, 1833, f. 725; 546, f. f. 403, f. 407, 1834, 69; f. 454, 1832, 458, 42 7; f. 254, f. 1831, 1756, 1 766, 34; 394, f. 1835, 212, f. 1832, 307; 1 98, 1 748,fols.153 1 762, f. 462; 1769, 188; 173,1736 1754, f. 46; 218, 15; 212, y 1830, 214; f. 1 763, 1 776, 199; 405, f. 225, f. 231, menciona, 184,1728,f.8; 73; 209, 1 756, f.758; 1766, se 2 O 6, 1 73 7,f. 6 O; 1748, f. "casa-tienda" no 13 O, 1711,f.174; 171,1726,f.86; permitieron de la 1 78, 1 720,f. 24O; 182,1723,f.68; 314; nos distribución existentes Legs.: 168, 1719,f.199; fols. interior cuya sí los objetos que f. 43; 1773, 914; 507; 380, 423, 1 830, 838; 1832, 186; 1834, 141; 1835, 211, f. 401, f. 404, f. 546, f. 41; y 319 458, f. 1835, 379; 462, f. f. 410, 1838, 948; 1843, f. 465, f. aión 275; 547, 1836, f. 564; 551, 1842, véanse a los la A. MALLON, O. REY CASTELAO, san básicamente y é.£.íí— áEÍ:i££^£.: Santiago L. 511, de 38; 1840, 1842, f. 181; bienes la EIRAS 466, utiliza- y au ap ticación- la cultura ROEL, B. BENNASSAR, en ^a_hist_oria material B. BARREIRO que se so_cial de Compo steta, 1984, PEIRON, "Ensayo inventarios entre 382; f. canden Galicia... á£_£££E™£?lí.££i.£"_^££££Í£^_^_l£_^i:£Í.££l£.* de niveles 1836, 1836, LL ££^£.£"i£ ^£ ^£Í.£^£A£2.Í£ ^i£Í.£.£i££ CASTAÑEDA los 409, f. 89. Sobre de de f. 466, historia trabajos 88; 547, 1839, 1843, los inventarios metodotóg iaa f. 1.329; f. 856; 1.076; 561, de 1835, de post-mortem vida material: 1790-1794", Mo^de_rna de en ££*£ly."H.£' V. II. en el Véase también metodológico sobre el análisis ejemplo f £Ím££ de ££Ü2^£Í£ Barcelona, de los Barcelona ^l^Í£££í!Í£ 1984, V. I, pgs, 757-769. (170) A.H.P.C, "Protocolos", (171) Ibídem, Leg. 218, 1 756, f. 372v. (172) Ibídem, Leg. 212, 1 769, f. 40v. (173) Ibídem, Leg. 130, 1711, fols. ce documental, doc. Leg. 212, 1 769, f. 35. Ibídem, Leg. 198, 1748, fols. (175) Ibídem, Leg. 209, 1754, fols. (176) Ibídem, Leg. documental, Apéndi- n^ 7). (174) 360, 1 74-1 75v. (ver 1803, doc. n^ 11). fols. 330v.-333v. 46-49. 914-920 (ver Apéndice 320 (177) B. BARREIRO MALLON, "Las clases urbanas....", La histor-ía_soc^i^al_de__G^alic^i^^ (178) F. BRAUDEL, (179) A.H.P.C, PÉ?s. 4 55-4 70. Civ±liz_aci^^ "Protocolos", V.I, Leg. en 380, 1821, p.2S9. fols. 510- detalla "Una 51 7v. (180) En el inventario araña, toda de dorado mate, sus bienes almendras con luces", Ibidem, de seis de cristal, candeleras Ibidem, Leg. 400, 1831, fols. (182) Ibidem, Leg. 503, 1830, f. 203. (183) Ibidem, f. (184) Ibidem, Leg. (185) Ibidem, 38 (187) (ver 457, el inventario 204v. f. 311v.; de Santa Cruz 547,^ 1836, mental, doc. n^ 12), Legs.: fols. 458, 38~43v. Aguirre f. 38v. Ibidem, Leg, en 1836, Apéndice 1835, (ver Laurencin (ver Apéndice fols. el 275-281v.; inventario en Apéndice doc. ns 12). (188) 547, doc. n^ 12). Leg. Cristina tantas 312~312v. 1834, Ibidem, 1836, otras 838-840v. 457, 1834, fols. Legs.: Ibídem, guarnecida 203v. documental, (186) para Leg. 503, 1830, f. (181) f. se 198, 1748, fols. 328-333v. de docu- 547, doña documental, 321 (189) Ibídem, Leg. 209, 1754, fols. 47V.-48. (190) Ibídem, Leg. 226, 1766, fols. 87v.-88v. (191) Véase también objetos el religiosos trabajo cultura siglo P. casas MOLAS en de aparición de y (193) Ibídem, (194) Ibídem, comerciantes Legs.: 198, 1 769, bolsillo siglo máquina en el ££l£2.H.Í£r^:L.^-' ^• Leg. 212, 1 766, fols. f. había 1 748, f. si hemos podido en torno a los inventarios. tercio su difusión lenta; el tiempo. se refiere no ser a 1830 indicativo un reloj guarnecida del de bolsillo más como joya el no a don Teodoro que hallarse de medio passim. un reloj en dísponemospudiera tratarse de oro, con sobrecaja en diamantes, de Salazar Co_lec2 si bien al como valorados de que reales), valor 19 75, precio precio de oro y montado "Protocolos", fols. (1.300 fue J.M. ECHEVERRÍA, averiguar El primer reloj en el último bien 1750-17 70 al El f. ya se valoraba de medir No Ibídem, 3S-40v. 209, 1 754, 39v. respectivamente. surgido XVII, 328; £'^£üi£^£_.á£_í!£l£¿££_£?ií.^£?i££" Madrid, (196) y, Leg. 231, 1766, f. 190. 212, ciente en "Religiosidad Actas_ de^l JJ "Protocolos", en sus orígenes (195) estos comerciantes RIBALTA, Nobles de 105-106. A.H.P.C., del en Matará. XVIII", (192) de de en II, pgs. 48; la frecuencia y Puerto: de de carey perteneA.H.P.C., Leg. 503, 1830, f. 212v. Legs.: 380-380V. 454, 1830, f. 202v.; 409, 1836, 322 (197) Véase el cuadro (198) A.H.P.C, (199) 15. "Protocolos", 213 (en estos dos retojes). Ibídem, folios Legs.: f. 311v. se describen 405, 1832, f. también 683v.; 212v.- los otros 457, 1834, Leg. 360, 1803, fols. 914v.- respectivamente. (200) Véase nota n^ 192. (201) A.H.P.C, 917v., Leg. 503, 1830, fols. "Protocolos", passim (ver Apéndice documental, doc. n^ 11) . (202) Ibídem, Leg. 505, 1830, fols. (205) Ibídem, Leg. 466, (204) Ibídem, Legs.: 1842, f. 594, 204v.-205. 183v. 1828, f. 811v.; 503, 1830, f. 204v. (205) F. BRAUDEL, (206) A.H.P.C, (207) Ibídem, f.50; (208) Civilización_ma^ "Protocolos", Legs.: 21 1, véase además Ibídem, Legs.: fols. 52-45; fols. 45-60v. 206, véase en 457. La p.l65. Leg. 198, 1 748, f. 354. 1 763, la nota 182, f. 760v.; 212, 1 766, anterior. 1 723, fols. 1 757, (passim). la loza talaverana V.I, fols. Sobre o china B. BARREIRO MALLON, ^££££££a f.£.£Í2.1 ^£ 68-73v.; 1 73, 1 736, 60-84; la 212, importancia como expresión "Las clases Galicia.^.., del 1 766, de lujo- urbanas...", ' pgs. 456- 323 (209) A.H.P.C., 46-49; "Protocolos", 226, 1 766, (passim) 3 7 - 4 1 V . la nota Legs.: fols. 209, 85-88; 1754, 21 2, respectivamente; fols. 1 769, véase fols. también anterior. (210) Ibidem, Leg. 212, 1769, f.37. (211) Ibídem, Leg. 198, 1748, f. 327v. (212) Ibídem, Legs.: 212, 1 766, f. 86; 226, 1766, f.43 respectivamente. (213) F. £ i y l l i £ E £ Í £ ^ BRAUDEL, ^£Í.££Í£l.Li-.!.i.> V-L, pgs. 207-217. (214) Sobre el consumo Ibídem, pgs. de tabaco y sus modalidades 217-221. (215) A.H.P.C., (216) Véase este XVIII en ....", en La_his_to_ria_s_o^^i^a "Protocolos", mismo B. Leg. 198, 1748, f. 330v. fenómeno BARREIRO (217) A.H.P.C., "Protocolos", (218) Ver nota anterior 63-65 véase en el Santiago MALLON, del "Las clases siglo urbanas p. 457. Leg. 226, 1 766, f. 86v. e Ibidem, Leg. 206, 1 737, fols. passim. (219) Ibídem, Leg. 1 73, 1 736, f. 3 6v. (220) F. BRAUDEL, (221) A.H.P.C., C±v_ili3_aciónjvat^ "Protoco los ", (ver Apéndice documental, Leg. V.I, p.l68. 130, 1711, doc. n^ 7). f. 1 75v . 324 (222) Ibídem, Leg. 233, 1748, f. 74v. (223) Ibídem, Leg. 360, 1803, fols. ce documental, (224) Ibídem, (225) Ibídem, doc. 511, 1840, Ibídem, Legs.: 394, 20?v. f. se índica esa procedencia (226) (ver Apéndi- 11). Leg. 503, 1830, f. Leg. 915v.-916 949 (en este documento francesa), 1828, f. SOBv.j 503, 1830, 917v.-918v. (ver f. 207v. (227) Ibidem, Leg. 360, Apéndice documental, 1803, fols. doc. n^ 11). (228) Ibídem, Leg. 503, 1830, fols. (229) Ibídem, Leg. 401, 1831, f. (230) Ibídem, Leg. 406, 1832, fols. 684-684v. (231) Ibídem, Leg. 385, 1836, fols. 385-385v. (232) Ibídem, Leg. 458, 1835, f. 279. (233) Véanse respectivamente (234) 205v.-206. l?9v. la nota Leg. 405, 1832, fols. 684-684v. Ibidem, 18 30, 1836, 407, Legs.: fols. 1834, 40V.-41; f. respectivamente; mental, 4 54, 616v.; para doc. n^ 12. 457, 385, Santa nS fols. 1834, e Ibídem, 202v.-204; fols. 1836, Cruz 209 fols. 547, 310-5l0v.; 38S-38Sv. ver Apéndice docu- 325 (235) Ibídem, Legs.: 547, 1836, f. 40v.; 385, 1836, f.385 respectivamente. (236) Ibídem, Leg. 504, 1832, fols. (237) Ibídem, Leg. 405, 1832, f. 684. (238) Ibídem, Leg. 423, 1828, f. 201. (239) Ibídem, Leg. 454, 1830, fols. (240) Ibídem, Legs.: 407, 1834, 194v. -195. 202V.-204. f. 616v.; 45?, 1834, f. 310V.; 385, 1836, f. 385, (241) Ibídem, ce documental, (242) Ibídem, (243) Ibídem, 1830, (244) 690 Leg. doc. n^ 466, 1842, 213-213V. Legs.: 458, 917V.-918 (ver Apéndi- 11). 458, 1835, fols. Legs.: fols, Ibídem, f. Leg. 360, 1803, fols. 277v. y 279v. fols. 182-182v.; 503, respectivamente. 1855, respectivamente. f. 279v.; 405, 1832,