Puertos Y Fortificaciones En América Y Filipinas : Catálogo De La

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III Y FORTIFICACIONES EN La defensa y las fortificaciones del Caribe español durante la época colonial ANTONIO GUTIERREZ ESCUDERO Departanlfillú de HiJ/oria /!méri(a C'llIverJidClli de fl/ül/ti de HeNares 1. Los siglos XVl y XVlI. 2, El siglo XVlII. 3. Santo Domingo. 4. 5. 6. 7. Cuba. Puerto Rico. Jamaica. de Indias. 8. Costa venezolana. .. ' ':l ::U di --4Ti)l(~~ .....l lt.)ÜI Cul.llth;t/ . ,,- /(N i"S CII:r)714'Itr chica como único lugar de pasos de la Boqu ¡!la y e! de aptos sólo canoas. La ciudad, situada sobre una isla arenosa, se comunicaba con el continente y con el arrabal de barrio como consecuencia de la por sendos puentes de made­ ras. Contaba con dos del ::\lar; de San San F rancísco y San Dios y San Lázaro. La carencia de fue un levantar edi ficios eran fácil pasto de las llamas en madera y de los incendios que afectaron a la ciudad. Posteriormente comenzaron a edificarse casas y para Ordenes ladrillos para Entre las obras que se realizan en el siglo XVI están e! puente que unía ciudad con camino que la comunicaba con el muelle, el canal de la carnicería y el matadero. En el XVl] se haría el del Dique que en contacto e! puerto con el río la fundación de la ciudad se 1\1 poco ordenaba se construyese un fuerte para su pero la dificultad encontrar buen mate­ rial lo La fortificación CJue se levantó más tarde levantaría el de junto al canal de Bocagrande. El ataque de Drake en 1586 acabó con [as pocas defensas que se habían realizado. Como en casi toda la zona del Caribe, la del Bautísta l\ntonelli supone un importante. En determinó volver a levantar un y mantener realizar fosos y convertir en levadizo el puente que unía con Getsemaní. Sin un destruía todo lo construido hasta entonces. A partir de 1589 se comienzan levantar cortinas y traveses para proteger ciudad, baluartes que con que otro va la fisonomía de la plaza del en el XVIII. Durante el siglo XVll realizaron los de cuatro fuertes: San Luis de y doble que debía proteger la entrada a la bahía pues el de había quedado ya el castillo de San (1 el castillo de Santa Cruz con cuatro baluartes que defendía el y e! castillete de! fondeadero. el ataque de Poin tis en 1697 era parte de aquéllas. aparte de destrozar de los fuertes y la poca resistencia de hacían necesario una reforma en el sistema defensivo. levanta­ miento de baluartes, etc., adquieren duran­ te XVlIf un auge inusitado, Se trata de hacer de que no ser tomado por nadie. Buscando soluciones que idea se trata de cerrar Bocachica y que así la ciudad más de la dificultad que en que debido al acarrco aguas. Resultaba entonces que en un momento determinado la bahía LA DEFENSA Y LAS FORTIFICACIONES EN EL CARIBE ESPAÑOL DURANTE LA EPOCA COLONIAL 158 entrada para embarcaciones de y gran calado. de muchas discu­ todo como estaba decidiéndose cerrar obra que no se llevó a por cabo hasta 1788. En la ciudad van partes de la muralla o se repara la ya se eolocan baterías de sus puertas, se hacen parapetos y en los en una labor incesante que sólo se ve detenida cuando algunos elementos atmosféricos quieren poner freno a este ritmo constructivo. por entre 1713 y unas tormentas causan desperfectos en Jo realizado. De igual manera, el binterland de Cartagena se va reforzando, se reparan los castillos deteriorados o se levantan otros nuevos, se reforman las cortinas y se apoyan con baterías auxiliares para prever cualquier sorpresa. Pero no sólo las tormentas quieren que la plaza se convierta en bastión Los ataques enemigos, de los que ya se tiene cia, son un segundo factor a tener en cuenta. En 1741, Vernon trata de que resiste heroicamente. Se ha duro precio pues de nuevo de baluartes a la entrada del puerto, etc. menor, Con las continuaron durante la nuevos castillos en una 8. Costa ción canaria y a la liegada masiva de esclavos negros para en sus Estos esclavos eran suministrados en por la los del Asiento a cambio 1JM,,,o/nM"U1 Tal como le la de la comLa GuaiCumaná. decirse que el territorio venezolano estuvo durante los XVI y XVII inmerso en una vida oscura y con poca relevancia. Esto no fue óbice para que sufriera de vez en cuando como [as que soportaron otras zonas caribeñas. por ejemplo, Caracas, situada tres de La Guaira, fue saqueada en 1566 por y por los franceses poco más de un Desde 1600 los holandeses se acerca­ ban hasta Araya, solitaria bahía cercana a Cumaná, para recoger la sal marina que se producía en unas de su entorno. A lo largo de todo el siglo XVII la región venezolana se vio fuertemente influida por la de las islas antillanas por holandeses, con mantuvo un fuerte comercio de contrabando, en A partir del X vnr la sufre un cambio radical y se convierte en uno de los de la América LH'Hd'_''''JV, cacao, creció salida los excedentes a coneXlOnes con las colonias en Indias. Venezuela tuvo un fuerte crecimiento ca al convertirse en de atracción de la carácrer cia costear sus en gran parte el comercio en un fuerte descontento entre que acabaría revuelta debido a los métodos por la para la obtención de sus fines. r\ la postre los ser resueltos. La Guaira y Puerto Cabello fueron los lugares por la Guipuzcoana, en donde estableció dos y ello se notó en sus estructuras urbanística y defensiva. La Guaira había sido fundada en 1588 por el goberna­ dor Osorio. Era el puerto de llegada de las mercancías y por tanto el centro distribuidor de los productos hacia toda la provin­ cia. De forma escalonada se le fueron mejorando defensas de manera que en el siglo xvm contaba con un sistema defensivo que le rechazar un ataque inglés t:n 1739 y otro en 1743. Continuaron mejorándosele sus defensas aunque con a las fechas señaladas ya volvieron a tener que emplearse a fondo. A Puerto Cabello llegaban con frecuencia un gran número de extranjeras a fin de hacerse LA DEFENSA Y LAS FORTIFICACIONES EN EL CARiBE ESPAlVOL DURANTE LA EPOCA COLONIAL con sebo y cueros vacunos debido la gran oto con La Guaira eran de la defensa de fuerte y cuatro baterías. En 1743 la misma "''dA-'.t1UUll que asaltó La Guaira en dicho año, siendo rechazada. Cumaná la fundó Gonzalo de en 1520 en un paraje cercano al mar. Situada en una zona comercialmente importante tenía en su jurisdicción las famosas salinas de Para y defender precisamente frecuencia por los se lugar un castillo de cuadrada con bastiones Cuando XVlll las salinas en los se la fortaleza fue destruida. La ciudad de Cumaná contaba además con el castillo de Santa María de también de forma cuadrada que se elevaba en el en dos castillo de San Antonio cerros En la playa cercana levantaba el fuerte de Santa Catalina, en la desembocadura del río cuya navega­ XVIIl pues un bilidad era en el banco de arena su remonte por embarca­ ciones de gran calado. 159 Puertos) fortificaciones ~y defensa de las Indias a través del virreinato novohispano PEDRO PEREZ HERRERO PEDRO A. VIVES AZANCOT Universidad L-o"'pm"enJe de M(Jdrid 3. 1. Centroaméríca ístmica. como área tóSU,m""Cl 2. Nueva Los puertos americanos del sistema de monopolio. Veracnlz. Acapulco. ¡:lortobclo Panamá. 4. El xvm y las nuevas fronteras virreinales del .~ :::: PUERTOS, FORTIFICACIONES Y DEFENSA DE LAS INDIAS A TRAVES DEL VIRREINATO NOVOHISPANO Las tierras americanas comprendlelas entre el lstmo ele Panamá y e! arco de costas ele! Golfo de México ante los ojos ele Europa, en cuanto a su situación en e! hemisferio norte, entre 1500 y 1510, El conocimiento rcal ele su densa geografía, de las culturas v pueblos existentes en ellas, necesitaron una etapa posterior de expansión y exploración, H.acia 1550 lo que fue en todo el período hispánico Virremato de Nueva Espatla se puede decir l1ue estaba bajo control espanol, exccpClón hecha de las regiones al norte de i\féxlCo con sus «chichimecas», las Califor· nias y las costas del Golfo con Florida incluida, regiones todas yue tardarían en incorporarse al ecúmcne espanol en ;'\mérica sin que por ello fueran ignoradas, Ya desde las primeras fases ele contacto espai101 con aquel vasto \::¡ bllsqueda de un paso hacia el Oeste marcó pautas en la compartimenta­ ción )' utilización del territorio, lntluyó asimismo en los asentamien tos pobladores y en la conforma­ clón característica de grupos SOCIales, Las costas )' sus aptitudes portuarias fueron por ello minUCiosa­ mente rcconocidas desde ;lnOS tempranos, por lo que su defensa ---cuando en la e\Co]ución secular se transformaran cn objetivos de orras potencias puclo ser planteada con anterioridad a la ele otros ámbitos de !\mérica, aunque no quiera decir esto que se pusIera en efecto ordenada ni sistemática­ mente, El área que nos ocupa estuvo inmediatamente integrada por siete conjuntos regionales a efectos de su consideración estratégica tanto como costera )' portuaria, La estrecha banda ístmIca de Panamá, la primera poblada por españoles, acahó institucional v técnicamente vinculada al Perú \' por tanto bien diferenciada del resto, Centroaménca, desde lo que abora es Costa Rica hasta Guatemala, integró un territorio ac1ministrati\'amente unificado pero con varias fracturas en su integración real. Nueva Espa.rla reuni(') balO una denominación genénca a vastos )' diversos territorios desde el Reino de Guatemala hasta las ricas mineras del norte, todos ellos nuclearizados por la ciudad de ,\Iéxico, Con esos tres de Yucatán que considerar la peeu liar nexo fundamental entre Centroamérica \' 'Jue­ va España nuclear ,el Norte de la propia 'lleva España que se prolongaría en las Californias y el N uevo México, las costas norteñas del Golfo mex.i­ cano en gran manera a la existencia de una Luisiana francesa, )' por fin la península de 1'loricla que vino a ser un permanente confín de Espalla en la América Atlántica del ]\orte, El virreinato novohispano comprendió todos estos territonos ---con la indicada excepción de Panam;¡ más el espacio del Caribe el1 su práctica totalidad, fue tal virreinato desde el mes de abril de 1535 en yue fue nombrado con tal rango de gobierno ¡\ntonio de ,\Iendoza, incluyenclo enton­ ces las audiencias de Santo Domingo (fundada en 1511) V ;\'féxico (1 a las que se alladiernn en 1543 la de Guatemala y en 1548 h de Guadalajara, 1(,) PUERTOS, FORTIFICACIONES Y DEFENSA DE LAS INDIAS A TRAVES DEL VIRREINATO NOVOHISPANO 164 Eso representaba una primera distribución de gran­ des regiones cuyas proyeccio nes estratégicas intere­ sarían a la seguridad y defen sa novohispana a lo largo de toda la colo nia. A las lógicas dificultades que planteaba la magn i­ tud de aquellos espacios se sumó una resultante que complicó la organización defensiva tanto como la comercial: el poblamiento español tras la conquista se realizó adaptándose a la materialidad demográfi­ ca, infraestructural y política establecida por las culturas indígenas halladas, ----con la excepción de los rea les de minas-, lo que implicó un pobla­ miento colonizador gene ralmente alejado de las costas o al menos normalmente retirado de ellas. Esta otra variable a tener presente introduce todo el horizonte de dificultades que sign ificaba añadir a la costosa relación con la Península Ibérica otra red de comunicaciones interna, imprescindible pero tam­ bién --o mejor, por ello mismo- encarecedora del tráfico comercial así como de la defensa estratégica ante agresiones extranjeras o ante simples - y fre­ cuentes- irrupciones piráticas y contrabandistas. 1. Centroamérica ístmica Todo el espacio centroamericano es, como tantas veces se ha repetido, un nexo por excelencia entre las dos g randes masas continentales de América; esa condición sin embargo tu vo desde los primeros años de presencia española otra dimensión quizá más reiterada entonces, como es la de franja de tierra que por situación y composición facilitaba el sa lto desde el Ca ribe hacia el Pacífico. La búsqueda del paso, ya se ha dicho, marcó la' historia de América Central posiblemente má s que la relación PAl'\JAMA, PüRTOBELO y RIO DE CHAGRE. SERV1 Cro HISTORlCO MILITAR. COLECClON GEN ERAL DE DOCUMENTOS, 5·2·5-2 entre Norte y Sur, ya que en tal sentido la frontera entre dos virreinatos pesó especialmente. A caballo de esas dos concepciones -nexo y barrera- se fue configurando, de una manera u otra el territorio centroamericano, )' sobre tal base habrá que entender sus problemas )' características en relación con el mar, sea a través de los puertos o de la defen sa ante el exterior. Si hubiera además que establecer una realidad común a todo el espacio centroamericano durante su primer medio sig lo de vid a colonial, ésta bien podría ser la de constituir una franja de poblamientos desarticulados entre sÍ. Para situar lo apuntado es necesa rio referirnos a la existencia de llegada s de españoles sobre di versas regiones, primando en ellas más el deseo de consti­ tuirlas como paso interoceánico que el de poblarlas real y útilmente. Otra lntenclon básica, en cada impulso colonizador, fue antes que nada consolidar una comunicación suficiente con el núcleo del que se había partido -Panamá o México principalmen­ te- implicando ello la mayoría de las veces una traslación acelerada de intereses lejanos hasta los horizontes centroamericanos en sÍ. De esa manera a lo largo de los tiempos virreinales el área tendió a desarrollarse en torno a distintos istmos, cada uno excluyente en gran medida de los demás; por orden de su aparición en la historia hispánica de América, se les puede encuadrar así: Panamá, por decirlo de algún modo, fue el motor y la primera invención de la «América ístmica.», el núcleo de lanzamiento de una primigenia idea de nexo y barrera. Su consolidación tuvo lugar entre septiembre de 1513 ----cuando Núñez de Balboa halló la Mar del Sur- y agosto de 1519 cuando se fundó la primera ciudad de Panamá. En ese tiempo se asentó sobre todo el poblamiento españo l del istmo en sí, y a partir de entonces se consolidaría también como núcleo difusor de expediciones hacia el resto de Centroamérica y hacia el Perú, bajo el gobierno férreo de Pedrarias Dávila. Honduras y Guatemala, especialmente la segunda, fueron más que nada fundaciones de la em presa cortesiana desde México. A pesar de una orografía hostil al efecto perseguido, Pedro de Alvarado -con el apoyo claro de Hernán Cortés y casi tanto talento como él- se propuso unir bajo su control los dos territorios precisamente para hacer de ellos un pasil lo interoceánico, tan pretendido en la corte española desde 1509. Entre 1524 y 1526 quedó débilmente fijado ese destino ístmico de la zona, enturbiado por la coincidencia allí de al menos tres intereses expansivos contrapuestos: los de Cristóbal PUERTOS, FORTIFICA CIONES Y DEFENSA DE LAS INDIAS A TRAVES DEL VIRREINATO NOVOHISPANO de Olid - segregado de la iniciativa primera de Cortés-, los de Gil González D áv il a -procedente del núcleo panameño- y los del «grupo mexica­ no», como puede calificarse a la coincidencia básica entre Pedro de Alvarado y Hernán Cortés. La largura de miras de Alvarado y Cortés en este caso quedó frustrada por el imperioso deseo de los otros de conseguir dominios hasta entonces no logrados. Nicaragua mantuvo desd e pocos años después del primer poblamiento hispánico la pretensión de convertir al río San Juan y su conexión natural con los lagos Nicaragua y Managua en el paso tan buscado. La gran ventaja presentada era la posibili­ dad de efectuar el salto prácticamente sin abando nar SAN FELIPE D E TODO FIERRO. ARCHrvo GENERAL DE 1I 01 ,\5 . Pr\NA M A, SANTA FE Y QU ITO, 93 las embarcaciones; se con virtió tal idea en un temprano proyecto de gran atractivo y desde antes del reinado de Felipe JI se especuló con la construc­ ción de un canal que completara el recorrido fluvial y lacu stre entre las dos orillas. Y a lo largo de la histo ria el proyecto revivió en varias ocasiones, siempre en rivalidad con Panamá. A estos istmos netamente centroamericanos se les podría sumar la existencia de T ehuantepec J Coatzacoalcos, al otro lado de la f rontera yucateca, sobre el que gravitaron también cálculos y especula­ cio nes durante los tiempos coloniales característi­ camente ligados a reproducir, con mayores dimen­ siones geográficas, el funcionamiento panameño tan productivamente ligado a las ferias anuales tras la llegada de los galeones; eso habría supuesto, de realiza rse, la concentración en el área no vohis pana de prácticamente todo el tráfico y co nsiguiente beneficio generado por e! sistema monopólico español. La persistencia del carácter ístmico en la configu­ ración regional de Centroamérica estuvo acompaña­ da por otros factores acrisolados en los años de conquista. Por un lado la pronta tendencia al aislamiento que los primeros gobernadores de cada regió n trataron de imponer, como medio para salvaguardar una cierta autono mía de acción. Por otro, la adaptación a los recu rsos ex istentes en cada una de las regiones de! área, adaptación desde luego condicionada por la imperiosidad de establecer un abastecimiento cotidiano que acompañara la auto­ nomía antes señalada. Todos en fin, fueron factores de frag mentación, desintegradores, que explican grosso modo la lenta irrupción de las producciones centroamericanas en los intereses indianos, así como las dificultades para una defensa bien organi­ 165 PUERTOS, FORTIFI CACIO NES Y DEFENSA DE LAS i N DIAS A TRAVE S DEL VIRREINATO NOVOHlSPANO PER.FjL . ~l1e cor1d ~~?r:.;,;~~1.;~~?: 'f'ti::.~~7:':,?;?~')~ Id Lined. .z.X . !'- 2J ,..."".l'.... i' ! .IJt, ./J. ('¡l Yo;.., '2.". , r,' (;UJ 06).(( .Ir r ;·;.,u../j ;~...~ [ /a/M .IK#'.!'¡,' )!.'Ul p ": ~'~ I ' ~'~ ;r (. ,.(~;/¡.~ (j/" (J .' N / f ' I!I~ Í": Mú ((!),-,J'/(}O~ / .. , ,';/0./4" . 6.on:I 'I'I f,'J(t· 1dt...,"I1l1t! 4 ..' ·~'l.,,:.I.).J .h:;.b; 'kL V"74'n /( c¡.« ,:-/ .: !.\,¿,.5-.. "'/H (.mú (rl3i.ti1.ú«'¡' I"d~,¡ ?(Ú . 70 /1­ •.'{ J, 1/, ,.' ,,/" ( -1. {" j '''' UI .I,'" , ... . ; ' ~',II'I "rJ,,, Jltu.t", , ,)" -.M1'N ¡'''. a pez de Quintanil la puso de man ifiesto las dificul­ entre los distintos «re inos comarcales» d e l espacio centroa mericano. Guatemala, con Honduras e lllicialmente El JIIN por Ju a n Bautist;\ Antonc lli \ Diego tades reales) el coste des rnesu rado del aco ndiciona­ mi e nto necesarIo . PUERTOS, FORTIFI CACIONES Y DEFENSA DE LAS IN DIAS A TRAVES DEL VIRREI NA TO NOVOHISPANO ,.)V/ A P A D I.:I ,¿\ Clt TUA D 1)": y ...· u s ....~ CA/vIPI':CIIE , 1>1'; (' ON 'J'O J\/\ro.'i A L ti , F ··,.,. ..J. ~~. llIn .. : II. UI .L".,L.t , K"Trv .l· l.. t\ ..n· ,·ui ."klll"I •• I-, I l \ ...11. -\ It.. l~fl. \.~l ll l·Jht '''' ' t,. '-'L. -- ... .... !.. Lo !­ >- '­ L '­ ~ .\... L Il- ~ '­ ,(" 1.,.. 1:.:... ,u b. lI'~ ~ . . ltJlI~.\. 'i'k j;¡- L t, ), .. L· '11 '-- L t.. ~t. ., ~:!u"d I l . ·... r ...~ . I .".·~ L . .- ..:,., H.:u ' ,_ '­ "­ L. '4- (·.11 .$ ¿& :í:',:' ~7.7., :: =,=:,,::~=:.=:,,=¡;:==="':":;;;::::¡ '-' '­ ' , ' t., L <1- L L L '­ '­ .­ L +.. . <"L <­ .- L L .­ 167 'I!; ~ , \' J) .'¡ I} / I " /<. '.I ~J ••J •...: " '1 - ', .v' JI --- ,,' J :. , ' 1 1'1 l.: " I .~ , ,) , L " f) ' :1 1, ~ .' , ,,' 1I " '/ ~ ,; , ./ " " J7 1 '- ,J J, 1; ~I~--------------------------------------------~------------------------------------------------~ . C\\IPLCl IL, \ II-.\ ICO , .\RClI I \' O C; ~ " ¡':R;\l. DL 11' 1)1 \ S. ,\1 1:\ 1<:0 \ f-J.()R ID.-\ , '1H PUERTOS, FORTIFICACIONES Y DEFENSA DE LAS INDIAS A TRAVES DEL VIRREINATO NOVOHISPANO 168 San Salvador había nacido como proyección colonizadora de Guatemala y en función de ello que entender la tendencia a rivalizar con la ciudad sede de audiencia. El intento de rivalizar se sobre todo en la cacaotera de así como en las buenas condiciones de la bahía de Fonseca y el puerto de en contacto habitual con sus correspon­ diemes de la Nueva e! Perú. Y en el caso ~ e! puerto de condiciones en e! Pacífico centroamerica­ noal momento contar con contara con demanda -sólo a fines de! eXI)or·taC:lOI1es de grana cochinilla todavía en 1620 un vecino al territorio como alternativo. Entonces ensalzaron los puertos del Sur como de San Juan del Norte y San de se y alisar durante la estación seca e incluso remover las piedras con el proyecto, para de esa forma facilitar la entre las dos orillas. Se manifestó también que además de San Juan del Sur, contaban o la bahía de Fonseca o los varios puertos menores del de Nicoya, más al sur, como alternativas en e! Pacífico. Nada se hizo al respecto, ya que los intereses generados en torno a Panamá y Portobe!o eran excesivamente poderosos para entonces no dejarían de serlo en todo el virreinal. Como Nicaragua, las tierras desde Cartago en Costa Rica se mantuvieron ante todo la calidad de confín escasamente entre el núcleo Panamá. Se hizo patente gue el distanciamiento respecto a los centros de fuese o cécnico como era el en el caso de Costa Rica respecto a Panamála intensificación del aislamiento la tendencia ístmico. mentaria característica en todo el El valor de las centroamericanas sin embargo de manifiesto con mayor inten­ sidad cuando se mostraron en su calidad de territo­ nos En 1572 los ros ataques piráticos franceses en Puerto en 1576 Drake se en bahía de Fonseca tres años más tarde Parker lo hizo en Los atagues el de Dra­ que había bordeado el continente sembmndo la inseguridad desde Chile El Callao hacia el Norte--- podrían parecer un esfuerzo excesivo en relación con el escaso peso de Centroamérica en el imperio. Pero el objetivo de acciones como aquélla era poner a prueba los puntos débiles de! sistema español. Los territorios de la Audiencia de Guatemala mostraron desde entonces que eran, junto con Acapulco, lo más atractivo del Pacífico Norte americano, ya que conjugaban un relativa­ mente alto valor comercial con una desprotección característica de cara a las intenciones extranjeras. Con todo ello a fines del siglo XVI se puso en evidencia que la América Central hispánica ya se hallaba netamente vencida sobre el Pacífico. Desde los años de la conquista el :\1ar del Sur se mostró más accesible y que el Caribe y, por tanto, «reductoD) de distancias en contraste con las tierras del área pobladas y dificulto­ sas. La evolución inmediatamente posterior halló nuevas en e! Pacífico: se trataba de la «trastienda» del imperio. Como América se re!acio­ naba con la península a través de Veracruz y Panamá básicamente, entre ambos nexos la hora de un espacio de mayores distancias ~VLJ'-..Jlll"LL, de modo que lo que desde parecer desgobierno o mayor traducirse por un a las corrientes comerciales entre y el Perú. Eso permitió, entre otras minas de plata de ser abastecidas de mercurio tamo desde Almadén como desde Huancavelica, sobre años críticos de comienzos del XV!! todo en y pese a las de los mexicanos que lo consideraron una desviación perjudicial para sus intereses. En la incorporación centroamericana a las co­ desde los últimos rrientes comerciales del rulos de! XVI, tuvo de una industria reducida pero activa, centra­ da durante bastante en las costas pacíficas de Los astilleros de la barua y e! de tu vieron sus en las necesidades del tráfico esclavista mitad del XVI; el de los el cacao mantuvo vivas las necesidades de construcción desde entonces la ción comercial facilitó mantenimiento de peque­ ños astilleros. Como el cacao relación con el puerto mexicano de se también a la construcción de embarcaciones nacidas en e! Pacífico centroame­ tráfico comercial. ricano o destinadas a PUERTOS, FORTIFICACIONES Y DEFENSA DE LAS INDIAS A TRAVES DEL VIRREINATO NOVOHISPANO 2. Nueva D~1JUI'tU como área En el caso del área nuclear del virreinato de Nueva se suelen considerar en relación con su defensa, dentro del sistema básica­ mente las fortificaciones de Acapulco y Veracruz de fortificación ca. Sin de construcciones no fueron sino una parte de un todo defensivo mucho aungue sin duda los dos relacionados con de sus materializaciones. tres colonial se sistemas defensivos interrelacionados en gran medi­ da entre y sobre todo vinculados a la de los econórn.ícos y sus referencias de mercado más relevantes. En puede hablarse de un sistema de enclaves estrictamente bien por la ---con sus amurallarn.íen­ tos y fortificaciones más o menos situados en los puntos y tratar de contener claro está, se encuadraron la práctica totalidad de fortificaciones costeras llevadas a cabo. El a este sistema de fortificaciones puesto un punto el contexto del programa reformista. La arf'rn,nn de las Indias entre otros temas, la remodelación y modernización defensivas con incidencia en las novohispanas. Los proyectos y planes de obras de los puntos a fortificar fueron objeto durante el XVIII de la de comisiones de técnicos e ingenieros -entre las que no faltaron las constituidas en mayor medida de dialmente por las en el reinado de II sobre todo autores y a fines del XVI. Sobre los diseños, estados de las obras en cada momento la historio­ grafía tradicional ha aportado abundante luz y datos específicos. Las cuestiones que se plantean más re­ cientemente en torno a la efectividad real de tal política de y más aún a la relación entre el esfuerzo de costo y los resultados obtenidos. Fuera de los éxitos o frustraciones desde punto de táctico en cada caso concreto, considerarse una serie de consecuen­ por la construcción de fortificacio­ cias nes. Por un lado es ineludible tomar en considera­ ción el efecto revitalizador que las fortificaciones tuvieron sobre las zonas en que se hallaron enclavadas; la concentración de recursos, tropas implementos militares en que anteriormente habían estado débilmente pobladas, como solía ser el caso, la de un ya que las efecto «motaD> en fortificaciones lógicamente mano de obra, abastecimiento cotidiano o frecuente al menos de tanto como materiales constructivos. De otra parte, el mismo acantonamiento de tropas llevó consigo con frecuencia la introducción de un nuevo elemento social en el panorama Una tropa - aunque no con la U_F:.W'U"''''"U que ella hubiera armada y aislada foralmente, supuso casi una presen­ cia perturbadora en la vida cotidiana de la zona. También una oficialidad institucionalmente aupada, y con responsabilidades que a veces transcendían lo estrictamente castrense, frecuentemente una irrupción escasamente deseada entre las élites los que sólo el locales más intereses mercantiles comunes y la de criollos a las nuevas filas limar antes de que los Irreversible. de fortificaciones hJ"..... fines de los años coloniales la apertura de nuevos tramos de redes en la medida en que el abastecimiento a nuevas fronteras--como fue el caso del norte novohispano-- exigía un esfuerzo en cuanto a comunicación al tiempo que nuevas pers­ Ul",UU'l'" y de expansión o gana­ dera. Antes de las reformas borbónicas que ensan­ charon los lírn.ítes de Nueva procesos de ampliación de redes urbanas provoca­ dos por motivos estratégicos sólo habían tenido e irregularmente, en el espacio de la relación entre la ciudad de México y f\capulco, y tal vez, débilmente, en el comprendido entre y Tehuantepec. con el sistema de fortificación a que nos hemos referido que considerar otro sistema de las comuni­ defensivo vinculado a la Por lo que se caciones en el ámbito refiere a las comunicaciones con el exterior las fortificaciones el mejor apoyo en nl1pn-,,, más expuestos a Pero ade­ más una trama institucional-suficientemente defi­ de vigilar el funcio­ nida para 1570-80- se namiento del sistema comercial teóricamente con­ Las flotas que llegaban a trolado por la la Armada de las hasta instalaciones y de la Real formaron parte de un sistema de control que aunque no contara con una permanente articulación militar intervenía desde en el conjunto de la .H'-'V !69 PUERTOS, FOR71FICACIONES y DEFENSA DE LAS IND/AS A TRAVES DEL VIRREINATO NOVOHISPANO ~~~~~~~~~~~~~~~- estrechamente vinculado a las instalaciones 170 La financiación de esa infraestructura de control \. de a ella fue tensiones en distintos momentos la historia de! virreinato, El Consulado de Comercio de la ciudad de ,\Iéxico eludió sistcmáticamente la en gastos relacionados con las necesi~ dades de defensa del sistema de monopolio, pese a ser beneficiario del mismo; en cambio e! Consulado de creado en 1795, todos los proyectos de su puerto. de tan diferentes actitudes estuvo el que cad¡:¡ mercantil tuvier¡:¡ unos mec¡:¡nismos control económico diferentes, Los mexicanos bus~ Caron en cada situación en que se neron defensa la obtención instal¡:¡cÍones en su puerto era, inversión rentable. Las comunicaciones en el interior sin Il¡:¡mar un lo que mantu vieron insertas Precisamente I¡:¡ de una buena red postas, umda a la falta de un aparato fueron la;; claves que a ciertas el grado de invulnerabilidad -por inacce~ sibles deseable para los intereses del casos mas llamativos fueron los de lTImeras o cochinilla. 1J"""'''UV'A0 de v Ese sistema fue en toela México cuva intercambios por el Consulado de se basaba en el control de los mediante el cambio de las merca~ dian invertir dos secu brmente acosados dez - y esperar un o mas a que la distribución de las mercancías prodUjera beneficios. La taIta de buenas comunicaciones era de que apare~ cer de la noche mañana. El circuito comercial compuesto por los reales de los las ferias de la flota, se almacenes de la con pero estructuradas ín\'er~ Slones en otros sectores -grana, textiles ganado, etc. . , lo que acaba· entrar en el ba de cerrar el paso a quien los consula~ círculo de los res de México las [eCuas de mulas la alcabala sobre -que ellos también acababan administrando haciendo renta· blc ,antes que la libre circulación por el interior. 1\ fines del siglo XVlIl el libre (oJJffrc!O trató de acabar con el estado de cosas descrito. Entonces se centró la atención la necesidad de buenos caminos ran el transporte de recientemente v Veracruz estuvieron a e ll1vertir en una política como esa, en tanto que los mexicanos hicieron lo posible por retardar su puesta en efecto, En definitiva se trataba claramente de una cuestión adecu¡:¡ción modernización de comUl1lCaClOnes virreinato durante al acabar el de mas am distantes entre sí y fronteras los núcleos mejor poblados, Entonces la necesidad la capacidad de de buenas cOmUl11Caclones y avituallamiento de tropas, en el contexto del Virreinato, sociales La asimismo otra defensiva relacionada con basta abora dcscritas, esta rcd estuvo por infraestructuras diferentes en función de los escenarios donde se pero precisamente su conexIón con la situaclón de las comunícaciones \. el de una ('r';nrH'"rlC'" ia de la virreinato. La prevención de tenSIones sociales hubo de a dos medios distintos, En prImer conflictos característicos de bubo que cuando eran 1624 la sublevación contra el además de de poner de manifiesto la capacidad grupos criollos para movilizar a las señaló la indefensión interna de la ciudad y la taita más altas por parte de de medios puramente la autoridades coloniales. En \692 la que a punto estuvo de de las colapsar la a pensar incluso lndIaS de la ciudad y en sacar a la poblaCión constllJ ir una muralla que aIslara técnicamente al blancos de los alrededores México de v PUERTOS, FORTIFICACION ES Y DEFENSA DE LAS INDIA S A TRAVES DEL VIRREINA TO NOVOHISPAN O Vil (n \ ' I; R,\CRUl. y U ISJ.,\ ]) f', ULl ,\ , ,\RO lJ \'() C léi" léR,\ 1. DI ' SJ,\J,\l\;C,\S , ,\ 1. r , y D, \' 11 -151 Las o bras destinadas a talc s efectos -cuand o llegaro n a materializa rse - apenas se ha n conserva­ do has ta nuestros días po r habe r sid o realizadas con materi ales perecedero ~ , o po r habe r sido abandona­ das en cuanto se calmaro n los á nim os , o porqu e la expa nsion de la manch a urba na las fu e destru yend o , O c tod as maneras tales c0 nst ruccio nes apoyaron frecue ntem e nte las neces id ades de co ntrol comercial , - nacidas de los mo no po li os de los abastos a la ciudad concedidos por e l ca bildo al mejor posto r, co mo e ra habitual - , tanto co mo las d e ri vadas de la internaci ó n de merca ncías de co ntrabando. A raíz de la menc io nada sublevació n de 1692 en ciudad de Méx ico se creó el RegimIe nto U rbano de Come rcio fo rmado po r los co me rciantes de! Consu­ lado , a fin de co ntene r los mov imientos sociales vio le ntos y e vitar qu e o tra vez fu e ran qu em ados los fam osos (ojones del Parián - los almace nes do nde se reuní an la s me rcancía s - situ ados e n la plaza mavo r. E n las áreas más alej adas, po r o tra parte, do nde las funci o nes misio nales frecu ente me nte se ligaban a ex igencias de co ntrol y defensa a nte hostilid ades de indios bárba ros o directa me nte inte rpre tadas po r e:\ tra njeros, también se hizo imprescindible la com­ bin ació n de l siste ma de p res idios co n pequCllas g ua rn icio nes de carácte r m ás o me nos loca l. E n e! no rte del v irreinato e l cordó n de pres id ios princi­ palme nte establecidos a partir de la visita de J osé de Ga lvez de 1765 se caracteri zaron po r funcion ar como cuñ as de aculrurac ió n; al ti e mpo fueron puntoS de lanzamiento pa ra la conquista e incorpo­ ració n de áreas con inte rés econó mico , fuera por la inco rpo raci ó n de nueva mano de o bra, por el uso de pas tos o tierras aptas para c ulti vo s que reforza­ ran el aba stecimie nto de la fro ntera, o por la aparició n de posibles yacimientos de metales pre­ ciosos que también redundaran en la consolidaci ó n de la zona. A fines del XV III la cade na de presidios de l Norte se había co nstiruid o en la espina dorsa l del po bla miento hispánico de Ca lifornia , Nuevo Méx ico y e! Sur de T exas, presentando tanto una fach ada di spuesta a repele r a~ res i o ne s ex rernas desde el Golfo de Méx ico has ta el Pacifico , como una base esencial pa ra la sujec ió n de mo vi mientos soc iales propios de la din á mica de fronte ra. Los tres criterios defe nsivos ex pu es tOs, desa rro­ llados a lo largo del pe río do co lo nial e n el área 171 FORTIFiCACIONES Y DEFENSA DE LAS INDIAS A TRAVES DEL VIRREINATO NOVOHISPANO 172 estuvieron interrelacionados como ya se dijo, pero también localizados en torno a la progresiva ordenación del territorio por el sistema de puertos, ferias anuales y mercados internos ligado al funcionamiento del monopolio. Los extremos de tal sistema que nos interesan directamente en esta son los básicos de todo el americano, en lo que respecta a siglos XVI, XVIl y la práctica totalidad de la n<>lm'-r" mitad del XVIlI. Veracruz y fueron sin a dudas las referencias principales del mono­ en Nueva la al contac­ to con la península y cada vez más al tráfico de todo el y la vinculada a la relación con Manila y, a través de importantes sectores de la economía asiática e índica. Portobelo y Panamá en el extremo sudeste centroamericano CH<'C_,,'_~ entre la PefÚnsula lbérica y prácticamente a toda Sudamérica efectivamente controlada comercial­ mente por intereses Y también necesario referirse al golfo de mayorita­ riamente concentrado en Puerto Caballos y su apoyo en el interior de San Pedro J. Los hu"....l'''~ americanos del sistema de mO'J'lop,olío 1. Veracruz Desde que Veracruz fue fundada por Hernán Cortés y sus en 1519 se convirtió en la principal y casi única referencia de !\lueva Espana para el con sede en Sevilla. Este carácter se consolidó antes de cuando todavía el sistema de flotas y no se encontraba definitivamente desarrollo de sistemas de intereses vinculados a Veracruz y antes de 1560 hu­ biera sido impensable la infraestructura del mono­ polio tal como llegó a en la mitad del XVI. por decirlo de algún fue duran­ te muchos anos la única fundación estrictamente --característicamente del espaCIO ya que la gran masa fundacional del interior núcleo colonial componente prehispánico paso de los pero La fisonomía de Veracruz presentaba su entidad más desde muy temprano, que la funcionalidad con que había nacido su exis­ sino más bien al tencia no a un necesario contacto técnico con metrópoli. Prioritariamente el enclave veracruzano consistía en un puerto natural con no excesivamente buenas condiciones de atraque y desembarco, pero sí relativamente bien ante sor­ Tampoco tuvo en los presas coloruales fama de ser puerto bien protegido de vientos, ni de estar a salvo de los moluscos caribeños que deterioraban los cascos de madera de las embarcaciones. A comienzos del XVII los condi­ embarcaderos existentes estaban en aparte de servir tan sólo para el amarre de las lanchas que hacían el transbordo entre los navíos y la playa. Tal situación apenas si cambió antes del último tercio del XVIII. la única técnica ostensible desde los comienzos fue la de la isla donde se levantó con el tiempo el fuerte de San de Ulúa, lo que reunir ciertas condi­ ciones para la defensa en las que las autoridades cargaron lo más de su atención al com­ marineras de Veracruz fueron sin embargo un sólido aliado en la de su sentido funcional. Ya en la Veracruz creció a duras penas durante los siglos XVI y XVJl; clima malsano, el aislamiento respecto al interior durante del año y la ausencia de un poblamiento mÍmmamente útil para soste­ urbano en hicieron de la ner el «ciudad» una desordenada mancha de construccio­ nes precarias, habitada y sólo mante­ nida por el aluvión estacional que la anual de la con la celebración ferial. Todas esas dificultades fl1eron ampllamente por los almaceneros de la ciudad de México que siempre ~,",.m.. contra los flotistas de provocar la baja de A fines del siglo XVII durante el tercio del XVIII todas esas circunstancias se pusieron crudamente de manifiesto, al incidir las distintas guerras europeas sobre el ya para entonces muy debilitado sistema de La de Veracruz que el esfuerzo sular por orgaruzar y enviar la flota que mantuviera la relación entre y colonias fuera técnicamente anulado desde el lado americano, y muy novohlspano. Los almaceneros de México tenían en sus manos el provocar el ciudades virrei­ desabastecimiento de las tanto como el saturar sus mercados mediante LUL PUERTOS, FORTIFICACIONES Y DEFENSA DE LAS INDIA S A TRAVES DEL VIRREINATO NOVOHISPANO Z e . I~!'I" Cu(!l. { . I C)':' j ~l "" ~ . • • 5 '-4! rM ,!:A.t . . .. .It~b~ . :, .~( <: I .¡.. ~!;":,; , ; \,-U1') ''':••,:"" "I"~l' " '' _ ' _ t,..~0 . . B ] L p /1.<-...( •., >,! ' ..:.-th ~ 1 / .1 ~ .... , .i\II:l,¿H, " I ) ' / : ... . - R ------, : , p.;,~ N "'1 •. .-~I /, o l }~~. ~ . f: /~71·L~ .1r.L ~,. v' ..1 ,.../ ' :J:.~" ; ",_ L, :.-. ~ : : ' r-~".; M R v K 173 ~ k .t:. l'..ulü: L ..:., J" ,".Ir .·dtf"u J! 3.,: :(.~.." ?.~ ;/r:".:/ :f\.. . ( :'¡...:". t:~.~' ~ . f! ~. ,,:u Y..,.{t: .:.~ .X-Irr:/&, < R S h : l , .. ~ . T / 1.,.,,,. ,, ·,_JJ:L ,., v '. x , 1: !I>'. j ..~., X1 {'.'o u , . , ~ ';" , (. . ',," " ';¡: ¡ntrJi;n";; ;;;.....J~_~li (J~:,· .. '¡ "'.T: ~ . ~,:,,,. . , ·{:.: , v ''¡;¡ ' _ -.l':....= :±= :::::J::"".. :=.='J1-.....=::::í:===-I:;'= ::::it ~...~ , )1 j'J[ JU I II . J~,.:~" Ntt., • _ .. ; ,I • •/ L..U q , - Ú ~' ; I~T:' ;:; ;... :~..;'l¡V .It./> -t ". : f~" .. . ';;~ '-" "" 1 h HI .:"~ ': . l· i... , ' .'1• ••",«., f . I .. ~I~ . t... ,.• .-IJ "'¿_""tI. :" , .~ I:,-",-.':/ /.., .r!':':I c. . : · . /~.O . L.. • . 2 .. ~:l " "' " V 4,. ) 1'1. ."u'.cr. ··,.;, , " .:·... II'. 4' ''''''' '.: l.', ' ..... , '_ . _ • =o=.o·.... m"""',. ... "l .' I EL Cr\STILLO DE SAN JU AN DE ULUA, ARCHfVO GENERA L D E fNDIAS. \IEXICü y n..DRlD¡\ , 107 PUERTOS, FORTIFICACIONES Y DEFENSA DE LAS INDIAS A TRAVES DEL VIRREINATO NOVOHISPANO el desembarco de o razon de ello estaba en su sumas altas \'eracruzano, s<'\ruración interior -muchas lo invendible de las de la flota calidad -, encarecía la opera­ La calor y la falta deliberada de almacenes mínimamen­ te acondicionados en del en determinado momento los tenían que aceptar condiciones de compra los de esfuerzos de los ferias celebradas en Veracruz ' o la \'ecina propuesta por las autoridades virreinales Ja críolla-- eran verdade­ para ros saldos al por mayor en los que los consulares de Mb.ico basaban su )' crecientes. La es fácil uno de por la institución mercantil de la Ciudad de :--léxico. ,el.,. fines del Ir la corte reformista de los el mecanís­ así más inmediato nuevas emonces única financieras a el Consulado de Veracruz mexicana. Desde dio los resultados se buscaban: promover la de las instalaciones y apoyar financiera técnicamente los proyectos tanos sobre puerto mismo y sobre las comunicaentre Veracruz v 1\11b:ico. la concentración de diseños, v realizaciones en los finales del XVIII v Jos al proceso que afectaron también al de San Juan de Ulúa, 11, Ampulco una ruta comercial entre 1'.:ueva convirtiéndose en nexo funda­ de mental para el funcionamiento de cmno!tlía-¡II/lf/do en el que América la llamada Edad tuvo su comienzo en los años 1 580, consolidándose una relación de con dos tramos bien el tramo entre ciones \' restricciones más c]ue nada con el CreCll11lenrO tráfico comercial muv a la europea la zona. en las últimas por mnto décadas del XYl la entrada los la América De destacaron rnul' por enCima chinos seda y seda írtlda una industria cransformación de gran los dos virreinatos Hasta 1679 por lo menos la <,de la China» en medcanos jugaron innovaCión háblCOS cación de \' la en mercados coloniales. Durante el x\'rr el volumcn comercial entre \' lH.\ (,RV..6> \D~\ .~H\\?\J)O ['\\. \ 1.:\T1W '\\'~ ~TP\¡'\L.J)F ,5 1",.;'?.! m;,;' i 1,' '' ,"í /(,' ,,,.;' lb' "' ;,:~ DI' el /. l.o\'('~.l) 'IY\l:r;: ~WC: VL11:\I/\ ~~:copn :\Ci /, ••(J,I" I' .... ~ , r\ ¡'., _, O ' /11;' /" '• . ~ p IJ 1-:,; ..... " __ . . __ \ , l " /lfll''' ''' . ". 1',1 r; ¡/.1" lu' I~J (' ('J.',. '¡, n H,II("','.I« "" . ('. ,,~"'... f\ E I~ .•.~ "" .. .".:_'r" I' I' (.'.,. ,Jo. {" . n.o· ( ,L';',... ¡'U· "- ·/I, , t'!!."" .;:.-I ,s "'I'~'';'' /...... ' ;:~'¡" .. ' " I •• ~/d,.-J, ~, . ,,, '•..• Il.<., , If. Vd''''" I:~.I-',,,..,,, /...:. d" l'",,,,, .. . I,.....,.;;¡~ .;.¡..rIt ,1,. ~ ,'., ... •1 n' ''~·'''¡'.I ' '' ' I\ ,,>l' ti,l c•..,,,,\" .. ~ J ,¡ ,\.J(}" ~ f/ ("" '" ".f · ,) ;,; ''...} ..... t,.. el P o ".,k...., • / ~ . , . V.~I:·P .• i ll.I:~j ... l (;Jtr~ rl'·( ~ ""r . I~ 26' ('.II~ 'j"'S .!d c .I, ¡'''t: d e ~ ,? .'.... \'J,k. ("J r. \... , I,t~ ,"'<",1,.,. C• •., I,n.clf',.. ......... ~ .. .'1 ,,,;, ,,)f~ '~ (''''~'''' f ,1 '>l 11( \ /,...,...... ,...... ,ft """'1 ,.,/".,_" ( '.. " •• • ~f l/e C" ",II ' V <, (·",.;·..._,·.' . ./0 E C. ( '¡¡ " d }'u'"~ ....,'.~"r:I ....~u~ tro ,.• _ {", .~ I ;;;"I . {t da! ¡IIMI " ... U" , - ; ;;'" l ' I'"", ,' n , 'r P,. I,:~.'" " '1' ~ ("<''';'''''0' l. A, .. ". _ ~\" -" ·I\Il.·,.t ,1~ 1 ¡':.>I'~ .lt: 'l , l . f.1i'inI"~ ./, . '- '(d~ML , ," ,; (,' o \ 1 C ~.,,,,lIt""l "; ' \ .... /"1,, .. •/( \...")'2 ... ..- - ... 1 1Iii~¡¡¡ii=~=~ ,,, ',L2 lr o ­ ~·,l . • 6.r .",.: 12..... .¡ ~!- ! m'-"'., .. .• ,. "1, t!rl r;l /,%,(' .-.te. ;~v g ,tr n :; ~ _ . ,h \ l. .. .b'·I. Irq l>" ~ :x 1" f"~:·",,~" '\:'~I 'IM"', , de 2(,' d, ,.¡ J? 0_ f .... H' :~ ,~~;~~ -; }r~:::¡~-":" ~~"':'~'. :'-.':~ :f {:~::'::",;,'~,~": ¡'{~,'~ B~ _­ '1 :~~:',:,,(":;}I:::::.."~: . :; .~~ ~:\ "':~' ¡; - 1. <:\ Il.)Il·.=1t .... oC'l.r ( ,"" ,~" ,:1;;.,;,.::: :::~:::~':;,~,~,:~'~~:~~". ' '- \ '0 ';1 /.1 W~'o·' .,}.........' ".-, •• ,,,... _ ~.f r •• .,. .. . .. '!. '~"':'.\"'" ,;, "'~" '" ,~~:~, ~S:~~,',o.'.:~~,;~~ ~;.:¡:~:: ':~' ¿.~: ':.~~~~, :.~/~~!.~.: '. ..;:":::I.~::~~: ,=' ~~,(:I ' " rl f:,, ·~., (.~ ' '' ,~ "' ~ c. ,:"'" ( .4, r', ~ ,I(.. '1.. , j , ,1 " LA FACHADA SUD-/lTL/lNT/CA DE /lMER1C'.!1. SIGLOS XVl A XV!!! hIstoria madamente lo Río en ei domi!1lo "uevo j\¡!undo un vastísimo conlunto de durante muchos oi V lCLtd o () ma 1 atendido la ad rn inistración \' por lo mIS­ !110 cOn\'ertido a lo X \'11 mente en una descomunai «puerta no en América. sintética­ de una e\'olución como mente la de Sanl úcar de haccr gran cosa por comienzo. fue un desde de una de pocas que m mediata mente se orientaron la sin pW\'ocar una desestructu­ del mundo e;1contrado. ele una atractivos de la costa fundación efectiva tu viera norte, remontando los ríos cn lo llamó inicialmente fuerte de Nuestra Señora ya en 1537. La tierra del de un grupo su dr la cuyo sólo llevado hasta allí. Ciertamente parece verosímil que la alianza con los fru s trados Díaz de \ del actual ante la falta de la tierras respecto a la medida en (jUC de Panamá del c\tlánti­ eo haCIa el Río de la Plata contaba con dos del otra la recorrido '1ue l' colonización. fue además yaliosos. Al no existir primer núcleo área del Río de la contando la característica deseada por I!1Centl vos el caso dcl Carihe­ asunceño LA FACH/WA SUD/ITLANTlCA DE AMERICA. SIGLOS XV! /i XV!1l el estuario que había servido de referencia y etapa en las haCIa el Sur. l':n última instan­ de un reconocimiento efectivo del lugar donde fueran a ser emplazadas. Institucionalmente Sltl embargo sí se puso en efecto una implementación de la zona, al convertir a Buenos A.ires en 1610 en la cabeza administrativa de todo el Río de la Plata, excepción hecha de la fundación de Santa Fe en 1503, del Tucumán dos años más tarde \' aun de Córdoba en 1573, auncjue cia, también por esos años se Impulsó definitiva­ mente el poblamiento de Chilc tratando con ello de sentar el correspondiente OhSt;lCU lo en las costas del Pacífico. También desde ¡\ lto Perú se pusieron las bases para no dejar esta ve? aislada la fundación del estuario rioplatense, de manera que en 1582 se va cOll1cidicndo con las primeras expansiones hacia estableció el poblamiento de Salta, en el norte del puede decirse que el poblamiento estaba consol ida­ do pese a lo precario aún de su esrabilidad demo­ el sur procedentes de Alto Perú. Para ese entonces la situación continental del área del Plata segura­ área, í' doce años después se apovó con la fundación de JujuI·. Pero evidentemente el principal esfuerzo gráfica. Y una tendencia que ya nunca desaparecería comenzó a ciar sus primeros pasos: la creciente mente había comenzado a cobrar un nuevo valor a se pretendía hacerlo en el mismo estrecho ele presencia de comerciantes portugueses, en función la luz de la presión anglo-francesa sobre los puntos débiles de la escructu ra imperial espar10la. Después de que hacia 15"-'8 se tm-Iera constancia de que Franeis Drake había iniciado su segunda circunna­ del globo, util17.ando Impunemente el \hgallanes. En 1581 el arquiteeto-mgeniero l'ibur­ eio Spannoehi dio las trazas para construir dos castillos precisameme en el mismo estrecho, con· tanclo para ello con la información dada por Pedro de la proximidad de Brasil, en el puerto de Buenos A.ires, como indicativo de que ya por aquel enton­ ces e I Río de la PIara se mostraba como puerta de fácil acceso ;1 las regiones mmeras de Alto Perú. El destino hacía que la plata, al fin, no fuera una simple referencia nommal y que fluyera por las cjuedó desligado del sistema Imperial, hasta el pu nto de eoncedérsele desde los primeros años la capacIdad para «elegID) sus propios gobernantes. [\ partir de ahí cabe entender el abandono administra­ tivo en c¡ue subsistió la zona. En una especie de «regreso hacia el maDl, el núc!co asuncello SIrVIó de pu nto de partida para la 184· estrecho de i\fagallanes, el Río de b Plata -enten­ lhendo por él más que nada el estuarJo- se convirtió en urgente de la defensa de las Indias. 1. Sarmiento de Gamboa. Se pensó en cómo aprove­ char la piedra de los arrecifes, en llevar mano de obra negra desde Cabo se contó con que los indios de las cercanías colaborasen de buen grado si se les trataba adecuadamente. En 1583 el ingeniero Bau tisra J\nt()nell i, L]Ue la Plata en la estrategia del La fundaCIón definItIva de Buenos r\lres en 1 realii'.ada fLlndamentalmeme con el esfuerzo segre­ gatorio del núcleo norteño dc ¡\sunClón, hal· L]Ue encuadrarla en la urgente política pobladora II1stada desde la con el fín de que la zona sirviera a la dctc'osa y vigilanCia de las navegaciones por el i\tlántlco Sur vesía de \!lagallanes destinadas a la tra­ Se trataba de colocar un obstáculo a las aventuras preCIsamente en \'iajó hasta el estrecho para calibrar las posibilidades efecrivas de fonificarlo, informó a Felipe Il dc que habian levantado una tapia con su mano de cal \ (Odo para protegerla del agua hasta que se le hICiera la ({j!JliJa de mampostería. Pero también informaba de que allí no había canteros diestros ni mediOS inmediatos para Un'ar a cabo la obra final. Con el paso de los aJ10S ninguna noticia de que se levantara castillo alguno, ni iera de b existenCIa de la obra provisional rcfenda por .'\ntonclli. Las reglón Paraguaya que, de todas maneras, quedó sometlda a la jurisdicción bonaerense. Para 1620 regiones del área aunque fuese de forma ilegal, incluso en piiiClJ que toela vía no habían recibido el úlrimo tratamiento en el proceso de la amalga­ maelon. Como entre 158U \' 164U la corona portuguesa eswvo integrada en la Monarquía UDlversal espa­ ñola, durante esos sesenta años toda la fachada atlántica del BrasiJ se incorporó a los planes de defensa de la América hispánica. Por encima de toJo la mayoría de aquel período correspondió a los años de marores drficuitades para la monarquía española, a la hora cle hacer efectivos sus objetivos pero de toelas formas el dominio espano[ de los [erriw[)()s portugueses apenas pasó trazas de SpannochJ, reconocida su belleza de disei1o, seguramente huhieran SIdo wviablcs a la de una demostraCIón de soberanía, sobre cl princi­ hora de realizarlas I·a que no estu\·ieron los grupos de presión netamente portugueses. En pio de respeto a las instituciones, jas costumbres )' LA FACHADA SUD-ATLANTlCA DE AMERICA. SIGLOS XVI A XVIII .. ...­ _~ -' ­ \1 \ 1'.\ DEI. 1, lO IJI'. I. \ l' 1. \ T .'\ 1 1\ I () J'L.\:-":' J' ..\ 1-: .'.';1: ;-" ,\1).\ \ ,. , .- - A! ,o • .t . 185 \ PI_ ,"1 \ l. I)O?\': .. \UU .;,.":: '¡ MAPA DEL RIO DE Lf\ PLAT¡\ Y ENSENADA DE Mt\LDONADO. ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS. M. P Y D. [-6 Brasil la defensa del Imperio se basó en la infraes­ tructura de fort iFicaciones nacida en los tiempos fundacionales de las tap lti/il íaJ dOl7afóriaJ o condicio­ nada a partir de entonces. Y cuando los holandeses iniciaron su concJu ista del noroeste brasileoo en 1630, la resistencia luso-española no pudo evitar, tras recuperar Bahía en 1631, que el viejo Pernam­ buco se convirtiera en el núcleo de una nueva era de expansión azucarera bajo la supervisión holan­ desa. Antes de 1680 el Río de la Plata no volvió a ser objeto de atención espeClal por parte de la metrópo­ li; las varias vías de! comercio clandestino de plata funcionaron con normalidad, la presencia extranjera en Buenos Aires no tuvo que ser especialmente disimulada, y los distantes poblamientos que articu­ laban e! área mantu vieron su lenta marcha hacia la consolidación demográfica. Pero en aquel año de LA FACHADA SUD-ATLANTICA DE AMERICA, SIGLOS XVI A XV!!! 186 1680 apareció frente a Buenos Aires, en la gue sería luego llamada Banda Oriental, la Colonia do Sarra­ //len/o: un enclave portug ués de so spechoso corte norteeuropeo, d es tinado a canalizar fluida me nte y sin sobresa ltos el provechoso río comercial genera­ do por la ciudad po rteña, Un a escandal o sa alarma saltó a la pales tra de los asuntos imperiales hispáni ­ cos, ante aquel dcsafío al cabo ta n innecesa rio, Un siglo des pués de «ascgurada» la zo na por Felipe II el Río de la Plata vol vía a mostrarse en su calidad de extremo débil del sistema españ ol y reguiriendo Llna acció n decidida para ev ita r ma yo res sorpresas, E l asunto de Colo nia dio p o r resultado uno de los más sesud o s estudi os sobre la geog rafía y la situación exacta de la ribera norte del estuario, Tal informe tu vo su versión portugu esa - sabiamente llevada al terreno de los co nocimientos propios de comienzos del X\' I- y la co rres pondiente españ ola, esfo rzada cn precisar co n los más avan zados recur­ sos del momento la clarísima soberanía hispánica sobre el solar de la ofen sa, La línea de Tordesillas se mostró entonces en toda su esple ndorosa ineficacia como el primer día . En rodo caso, a raí z del co nflicto de 1680 se inició una política informati va sobre la situación de los distintos territorios riopla­ te nses, cu vos irregula res resultados sir v ie ron para hacer una idea e n la co rre de Madrid del grado de desco ntrol imperante en aquella s latitudes. La sucesión al trono es pañol y el con sig uiente conflicto de comienzos del X"lJI inte rrumpió tal vez alguna iniciativa hacia e i Río de la Plata de la q ue sólo se tienen co njeturas, y la may o ría impreci­ sas, Lo que sí es netamente cierro es c¡ue el tratad o de Utrecht afectó de pla no al futuro de aquella s regiones; el e/sien/o de esclavos co ncedido a 1ngla­ te rra tuvo en el litoral rioplatense un objetivo " - - -=.--- - -­ 1:1 . IU'I> I RT I.\III ,:\TO IX. ::;(>1 .. 1 1\1 ;. \ 1;:\ U ll 'i\ ¡),I UOÍ'- DI Hll:\( >S ,I IRI :S ,11(c;I 11\ () (;1.:\I)('\ r. 0 1 sucul e nto, tanto com o la pos ibilidad de enviar alglln I1C11/fo de p er llliso que, entre 1714 y 1722 al menos, siempre llegó en plu ral y fu e acogid o con muestras de regocijo, Cuanuo en la década de los treinta la s concesio nes a lo s ingleses fueron re visa­ das por Es paña , va rios colegios jesuitas del Río de la Plata reclamaron cantidades elevadas l]Ue aqu é­ llos les adeudaba n y salieron a relucir en las cuentas importantes co ntingentes de escla \'os empleados en I'.< .,;.." .... o/u, ,..,,,./, ..·I~"'.!.·.·"" /._. ...ú,.',,,, ..'. ,_o <..";. .Id" : '¡I '\"~il f¡ot.,... '__l!::..I. . . ~ ~ f ~------~O! ~--~~------~~----------~~~----____~~-Lr________~~ tJ ~. 1..1 ¡'I\O"TI .I\ '\ DI'. I .. IS 1'.I .\JI',\5 187 J/2 [)1 '. LH 1 L~()S su [¡¡do, Carlos Ill , a poco de lle' 1 \ :.1 • (f () 1 ([ I I 1 68 1 1 Ij ~ :- r ..... r r •. ~;,.._. !"" - ) l' ~~~" F:, : l~;' ;;::. p~~" ~~~., ~ '~CJ .,,~ J~ r 'i!i'r •r -,1 ( ,r ~ . r. l' ' (". C" ~ rr r"! L ,.. ro ',r r) r: ~ " r " .,.~ ,. c­ ~ "' . ¡s: 1_ , I '1 ~ [. ; I .... r~ j ..' " r!-~~, r r~ . 1,"° " ,~ . .AJ. ~1 ' ' ... t'I : ) !' ,..i~"! ~ f. I ' •. \. '~l -' ....-..-,. - , """ 1""r , ~ ) ,-. {f,ll.';" ~ ·"" i ' 'IJ · ... 'fl' ~ : \~\' -.. .;.:) " ,' ': ) --'-1/ ,', ...':/ ~ .. "I , , , (/. ~ , r ', . ' ;} ~ ''ü ,­ ,) Ir • ') .. ( ,~ ,' t ) ,. I \ I \'/ " ;J 7 , .. " :1 , . '-: J l " f' , ::-~I" :\. ,-, l' ~ " ' ) r .. , ) .' " r./ r:i \ ' .' IJ O.X'!>, }!!, ~ :,1 ,'. . '¡ '~'l ~ . ¡~. '¡'j ' Ir ' I E ..: ) .. , '¡ ' -" lO .' " ,1.1,," ' ,".'.,' :0':,>~{ ', ;{. .;; ~, ;;'/;,"' :-:-:' ,:"::"':~::(" ':;'7'~~ ~:1;', 11.'..: \ '." "r'I\" !O ... ... , :" O'i: " " "",I"il " .... .-;¡ -:- ..v • •" . ( ~~.,. ,Y. "'" ",."" :,T't ,. ;/. / '. 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(/I/I~(II"'(I'I" ,1 ;:;;;r.';¡~":;';:,~:';::: ~~:·;~:~:::::I::'~'~~·~:~::·(;::~/~~~~;/::~~~J/~;t:::.~'/::/~;I:.I(:i:::.I;·;~~::I;IJ. (.~.~~t~'~~,,~,~~/~ ~'I~~~:~:",:~;: ';:::,:~:~:,:,;'~';':~::~;'::"~~~:;I::'~/ U/NI ;l'/I1 (111.·. . ¡! /1 ';,' ,;),' ( r. · :,,.¡;I"."I·{. I.·~II~""/' /,,,,:',' i\.1, I/I/flll/l~-.,·/,,!tl ' 11/1/;/11'(/ • ,\J' ' , j."t¡flll; l,f.1 ,;J I:I(II, '~ , J,~r ,; IY,"'. /t~';" 1.·1 ,"!!}I!.> ", ,/,.H·ba¡;" 1,'/11'" 1..,( I';'I'IYI," 1j/f, ·¿A·.v1 ",1'''11 /'''1'1:", I\.'flllll". "'l/.' :'/,1/{U'¡ ; ..'/1 " 'J'r(lh~ ,b.W·/,.,llll,·r¡;"r ,I.-";/,, ,1 fllt:" ",,,~ JJ/'~f//J!., ,.,. i' ~ 1'J,'¿i/~·t{fh 1'1/ I'()~~f/I:J, " /¡ltI ¡\- 11I-h,J/"." .. dwl..h'. 'jUl' ~b';),' , . ,.... Ilt f ;}II'~~/¿V' ,,(,tl/IIII:.., (:I" 'llIt~.J\':·1 1", !.'/~f'" I~"¡,I ,(I'~}"" 'I"')II .:(/" f,{IlI'l/,,'lt I 1.1t;,;" "'(~'tJ NUI." ,~. /" . •',,'/.:/'10 . 1I1,'iJ¡; ' III,' ,/11" ,~.J(I/'¡)N .,;"1.1/,,,,111,1. , "'d," ., J ) l/llIftl ItI 0"J'/",/u 1Ul' 111 'I 'm/ ,.,,1.. ' 1 ¡"'tI: uIIIÚ'"I1J I L V 'J.'I,~" v¿/;'/J!/~J;" II"'I ~~""'IIfIl¡" /''''1/ ""xv '1"'" •• t';;" ~'0" ulti}¡1 , ;'1/1 t'./\I/Ii' . H " .!' ¡;W( l. , IJ í.~~I.·,/¡;,., 1",)/. !", .(I'II"i ·/,'I1I . ,'yá '¡,.} )"11" tI"!'~""~If' .f )1:11' ~ ; •.¡,' (... \'/a H" 1l)() .,. ¡ q I:lATLRI,.\ D I ' L\ E:-\SFi\:\Dr\ Dl·. fL\RR :\GAN EN I-'L RIO D i': L·\ PI ..\T!\. ,\RC:HI\ 'O GFNF'R.\r. [)E l l\,Dl,\S. Bl :I'.]'.:OS .\lRI.s, Ir; tI /" Á'JO' • • ' ;'Jo' ¡JI(·/'.,! A~!.;') .1II/~eIJl1, ,,¡" /"111 , • ; .I¡. ' l., /f ll.';''' •../~ "'¡/"I'/; I. kl" .'VI/ln;,' /HA/ ~)'!lllIt " ,./U/I, DA SUD-ATLANTICA DE AMERICA SIGLOS AvI y opIniones que situaban to a la facilidad de i\lontev ideo dd puerto bonaerense e incluso como «pucrto único» dc :vlontevidco Banda Oriental era llamada cuenta los por allí. \.Xi illiarn cstuario y a la adecuada lo Por lo demils en 1800 no muelle unos años y puede considerarse y la entrada del puerto a llenar que hacían difícil no sólo la del con un mínimo de comerciales de fines del :\\'II I Y eomJenzos del I.a conc]¡ción de apostadero de guerra da de manera con :\[aldonado I . (lue en otras reglones dd Río ele la Plata consolidaran núcleos de arte­ sanal al abastecimiento de la ,\'[arina. Lo lIamati \10 fue la especializacj()[) de rlOS paso de los años y el deterioro de la bahí;l. Pero con todo, .\lontevideo ¡ó siendo hasta bien entrado el slglo '\ IX un puerto cómodo que el de Buenos Aires. La razón para a las condiciones estruc­ ello estuvo fue en realidad turales del el que el problema fue de trans­ que comenzaron a de frecuentar aumentar de desembarco se hasta puertos aSiáticos \ la Su éllte local de armadores habla bien a las la transcendencia de su situación en las tan sólo «costa restos de Ya a Toller que más atención reqUIrió en los casi en la cuarenta últimos años de estuario a lo largo del al calados ---como fue característlco en XVIll lo que hasta entonces habían ,ldo cómodos canales empe;::aron a de serlo, Un de 1797 señalaba el «desmedl­ de lucro» de los comerciantes como \' encalles, navegantes y no[­ recibidos en Montevi falta de tales hasta el como astilleros en gran medida subsidia­ destinados a la construcción de embarcacio­ menores pan! el comercio Los importantes estuvieron en Asunción y Corrien­ donde 18()S Se constru ían barcos de 3. naVeJf!a.7lOn del estuario del Plata, de sólo por estua­ SlOO no en sernan en cada puerto, cuando además lo normal era que no hubieran por de examen de sus conocimientos efectivos. a su mayor suficientes resistencia al ante el rozamiento. De todas formas ,\Iontevideo debió su creeimien­ Silvestre Ferretra de \' qLle en 1800 las necesidades de guerra a redescubrir y utilizar. Aun siendo una entrada más lenta que la tradicional del hasta el pu nto de ser conocida como el «infierno de 105 marIneros», en tanto que la de la o Las únicas instrucciones que a utilizarse con cierta frecuencia para navegar por la zona durante el Xv([[ limitaban a informar sobre vientos sondeos seI1alcs, más corrientes y naturaleza de más conocido fue el de 191 LA FACHA DA SUD-ATL ANTICA DE AMERICA. SIGLOS A"VI J\ XYIII para el ca nal ~ur que facilItaba la tralTsía en tre j í - - - - - ( ,;". 11' ,0<1 '­ ;' ... Ensenada y Buenos .\ires . Orras veces la s ay uda s ,(." .(" ,1" no eran muy d e agradece r, como en e l caso de la ubicación d e la Roca Pamela necha por un tal Joaquín Gaudin; el propio ,\ [alasp ina nabía fracasa­ do en 5U inte nto d e si tuarla con precisión, pero Gaudín rea lizó un cuid adoso eSludi o del asunto e hizo públicas sus conclusiones: los va ri os (lue las .; . - .-""-. s iguieron se fu ero n en de rechu ra hacia la roca, ya que se comprobó que la había situ ado d os mil las '. m ás pró~ ima a la costa ele lo qu e en realid ad estaba . Ante ta l es tado d e cosas la neces id ad de cartogra­ fiar con p rec isi(')n el estuario del Plata se con\'i rti ó ,. ~. ,~. \....::;~. '--­ \ e n los ve inte Cdt imos años co lonia les en cuestión capital incluso y a veces sobre roJo· - para aseg urar la eficacia defensi\'a . E n ell o se emplearon j -1 '// "";t rec ursos cuantiosos y posib lemente dos d e los m e jo res ca rtcigrafos llevados por la metrópoli a " 192 ./ . \ , '] ..I y - . . ."" ~ , América, Antonio J osé del Cas till o ..: \ "'! . {, .r' ( '[ 1. 7;~J I - ' () P" .r'!., ,'( 11 l. ~ ¡ft l.f~~ ,t i ~'1U.I'; . .... _ t 1 •• /I .!,f,1 •• ' ,~, ,. , :~fj'l't"1 .ff. 1" , .11' I~ t',:.J , ;; :.(. 1, ' í l ' (1 _" . / '¡I/II1r " rf ! 1 111 "rlJ r .-- , 1,\, "' :l ·1:¡':"·~lt,·tl'.I : '~~:':;~I"I:"~' ~11o~' '0I1'~ .. /: .., ~tt 1{.!tI : ',Ir",I •• jr ,' l' f f.1,,\f1r.rT hrlf,~ !. .•~f..I'~ .t \ '¡IJ.,. '1/~ _~lll/'llrl Ú-.~,·tI( , ", . ",!, , ,),\ n I . ", ' .: r .... I I .. : (~?" ,/I , d, /; / _ I ,J. " ~r:!:':::;7!.:t~~;:~:~·:;:··~~·' ~.,' J. ,',,\ :.~ .. I •. < ti : I J'I...,.,,~ n ;; "\/, C i I -\ . v · E r " . ' &' • • O " ::'" - .. .... . . '/o. -' . 194 ~--" P .. ',r. r.lJ~' ("·o.l l · , .l· j,I ,.~ .I,T .." '" I " ... . " r I RIO DE LA PLATA Y SUS CONTORNOS. ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS , i\.1. P. Y D. V[-40 fortificados en tramo alguno de tan vasta costa, hizo que a fines del período colonial la situación fuera poco mejor que dos siglos antes. La proyección más extensa de navegaciones hacia las costas de la Patagonia parece arrancar entre 1770 y 1780, década en la que desde Montevideo se inicia la explotación de aquellas aguas litorales para la caza de ballenas y lobos de mar básicamente. En tales actividades intervinieron, además de algún armador de Montevideo mismo, marinos, pilotos y arponeros ingleses, escoceses y norteamericanos, según se sabe por las denuncias presentadas ante los virreyes en Buenos Aires . Es probable que también llegaran hasta la ensenada de San J ulián algunos balleneros catalanes, como también lo hicieron en la base de Chiloé en el Pacífico, pero poco seguro se sabe al respecto. De cualquier forma la costa de Patagonia llegó tan sólo a ser mínimamente trazada a partir de las expediciones enviadas por la armada española. Los resultados respondieron más a la necesidad de contar con suficientes referencias para llegar hasta Magallanes y Malvinas, que a una intención medianamente firme de fortificar o defen­ der de algún modo permanente aquellas latitudes. La principal referencia estratégica de la costa patagónica en e! último cuarto del siglo XVIlI fue sin duda Puerto Deseado. La profunda bahía de Puerto Deseado, bastante bien conocida hacia 1770, debió ser utilizada tanto por españoles como por ingleses antes de 1780, año en que prácticamente sólo la utilizaron navíos españoles; sus condiciones naturales fueron idóneas para controlar tanto la navegación hacia e! estrecho como la encaminada hacia las Malvinas. Además, desde 1781 sirvió de base para acceder a las salinas del norte del mismo Puerto Deseado y a las de San Julián, contándose con tal abastecimiento en años de dificultades para mantener abierta la ruta entre Buenos Aires y Salinas Grandes. La misma tónica de reconocimiento y fijación de costas se siguió con el estrecho de Magallanes así como con la Tierra de Fuego. Poco más que la silueta costera y algunas comprobaciones de pro­ dundidades fueron posibles, teniendo en cuenta los problemas climatológicos que planteaban tales lati­ tudes a la navegación a vela. Las islas Malvinas sin embargo recibieron una atención especial desde mediados de siglo, en la medida en que desde muy pronto fueron base ocasional de franceses e ingle­ ses. El establecimiento británico hacia 1765-1766 de una posición fortificada en la Gran Malvina, generó por parte española un reconocimiento de! archipié­ lago sorprendentemente fiel para la época, antes del ataque sobre Puerto Egmont de 1770. Lo que las dificultades para controlar de manera efectiva Patagonia, MagalJanes o las Malvinas pu­ LA invitaron a drásticas con escaso alcance a de la América ~"I/~"j mostraron con tanta crudeza los la defensiva insistente en la fortificación costosa, enfrentada con la labor de penetración comercial mantenida por las peas en el Río de P la ta La infraestructura otro lado, fue el resultado seeular de iniciativas mente desvinculadas del sistema cuando a Orrental hicieron sino a la dinámica encabezada desde atrás por Buenos reforzándola todo caso antes que car una de la exclusividad en la zona. La imagen que Jos archivos de Jos últimos rulos coloniales del Río de la Plata muestra que la hubo esforzarse por conocer, antes hacerlo por consolidar y defender realmente. CElADA SUD-ATLANTICA DE Al'vlERlCA. SIGLOS XVI A XVIlI 195 Pacífico Sur MARIA CONCEPCION GARCIA SAlZ Comer/!{ulora 1. Seuióí1 Colonial Lima, Quayaquil y Valdivia corno eslabones fundamentales en el comercio y defensa de las costas del Pacifico. EL PACIFICO SUR Con el descubrimiento del Mar del por Vasco :-Júúez de Balboa en sión m:uína conocida bre tranquilizador de Océano entró de lleno en la historia europea. Hasta entonces ,en su conjunto, hasta mucho con una extensión máxima del Cincuenta por ciento de la superficie total desco~ nocido para qUlenes trataban de por la vía occidental. la existencia del Pací fico fue lino d e los errores que paradójlCamente, a América. Sin al margen de su If1cursión el conocimiento europeo, este océano nutría al conti~ nente dándole vida a través de las oleadas humanas que cruzaban por el Norte aguas que mantenía las dades de un contacto cultural con Atlántico la vía con otros mundos momento Imponían su pero pronto el hallazgo de las nquezas de los del Pacífico creó la neeesielad de prestar atención a este gran a cuyas orillas nacieron muchas de las culturas originarias ele aliuéllas con las que los tomaron contacto a lo del siXV!. Con ello parece claro quc 1:1 vida ele! continente americano se transformó ~ust:1ncialmcn~ te :11 modificarse ~u relación con los océanos que le roelean. El natu ral de América se encontraba el al margen de razones ele la misma índole son suficientes para la falt:< de Interés del hombrc amcncano por adentrarse en el mar en una de a la que, sin d elesarrollo técnico \' de astronómica como la rml\'a, límites ele una costera \' fluvial de la que hacían habitual. Hasta los europeos las aguas del océano la relación marítima entre Oriente de la nue\'a cultura vez como mun~ ambiciosos para cubrir los mas Esta v otras gUJenes, por convirtieron en los cornentes ele la 199 EL PA CIFI CO SUR 200 influencia o riental en la cultura Valdivia, a la que se consideraba la cuna de la cerámica americana. Las posibilidades de navegación tras pacífica no agotan en sí mismas las relacio nes entre el hombre americano y el océano, ya que su variadísima fauna dio suste nto a los diferentes pueblos que se estable­ cieron en sus costas, alg unos d e los cu ales se limitaron durante cientos de años a la reco lecció n de mariscos y a la pesca, constitu yendo los célebres «concheros». Sus frutos les pro po rcio naban no sólo el alimento, sino el materia l necesa rio para los implementos de caza y pesca e inclu so ado rnos perso nales y pigme ntos , como demues tran Jos múl­ tiples ejemplos loca lizados en especial en la cos ta chilena. Más tarde, cuand o los exceden tes de producción lo permitieron y el gus to po r los o bjetos o materia­ les no elaborados por la propi a soc iedad lo impul­ só, el Pacífico se convirtió en una vía de influ encia comercial entre J\tlesoamérica )' Su ramérica, como lo señala perfectamente la existencia de puntos de similitud entre elementos de cultura materia l y téc­ nicas de elaboración, en especial en la cerámica y la metalurgia. Si las pruebas arqueológicas son concluyentes en este sentido no lo son menos las no ticias histó ricas que pronto se deslizan en la correspondencia con la Península e incluso no falta la ocasión de compro­ barlo directamente. Como cuando Rodrigo de Al­ bornoz escribe al rey en 1525, haciéndose eco de las informaciones recibidas a tra vés d e los indios mexicanos que afirmaban como en tiempos de sus antepasados llegaban hasta Zacawla, en la costa oes te, «ciertos indios de ciertas islas al Sur. .. en unas g randes piraguas y les traían allí cosas gentiles de resca te y llevaban otras de la tierra ... ». Un año más tarde, en 1526, Barto lomé Rui z tiene ocasión de confirmar la ve racidad de estas palabras al encontrar en Punta G alera una balsa indigena, impulsada por una ve la de algodón, ca rgada de mercancía s y ocupada po r ve inte ho mbres y muje­ res . Poco a poco los españo les fueron confirmando lo que era una realidad, el tráfico marítimo entre las poblaciones indígenas con el consiguiente aprove­ chamiento de determinadas e nsenadas como pu er­ toS en los que se realizaban numerosos trueques . Por lo que se refiere al Pacífico Sur, son numerosos los datos aportados por la documentación española, en la que se refleja las características de la s comuni­ dades indígenas dedicadas a la pesca marítima en el Virreinato del Perú, desde mucho antes del esta bl e­ cimiento del imperio incaico, así como la actividad de sus mercaderes en tráfico realizado fundamental­ mente a base de balsas de totora. El Padre José de Acosta describe al menos dos variedades de embarcaciones peruanas, narrando como «forman haces de juncos o eneas secas muy apretadas a las cuales llaman balsas; y después de que los llevan a hombros al mar, los echan al agua y saltan sobre ellas. Una vez hecho esto y ayudán­ dose con pequeños juncos a modo de remos, se adentran una o dos leguas en el mar pa ra pescar, y llevan consigo sus aparejos y redes encima de estas balsas. Echan las redes y se quedan pescando la mayo r p arte d el día y de la noche.. . Había otros indios de los Valles de Yca que iban a pescar en barquichuelas de cuero o de pieles de foca llenas de aire y de cu ando en cuando la pinchaban como si fueran pelo tas de aire para que no se hundieraID). Se había superado ya el ni vel de autoabasteci­ mie nto y el g rado de espec ialización de los habitan­ tes de Jos valles cos te ros peruanos, permitió que un BARCA AZTECA (r 'éa..t pan!'! 6.2) alto número de individuos, tres mil cita Rosrwo­ roski para el Curacazgo Chinchano, se dedicaran sólo a la pesca, qu e una vez secada y salada era elemento esencia l en el Intercambio con la sierra, incluso como fo rma de tributo. E l papel desem peñado po r la ciudad de Chincha du rante la época prehispánica, en continua relación comercial con la población ecuatoriana de Puerto Viejo, do nde al parecer se reunía u na g ran di ve rsi­ dad de productos entre los que no faltaba el oro, la pl ata, y el cobre procedentes de la sierra, nos hace recordar funciones mu y se mejantes dese mpeñadas en el pe ríodo colonial por o tras poblaciones funda­ das por los españoles. Hac ia el Sur, en tier ra s mucho más inhóspitas que las peruanas, los a raucanos también utilizaron diferentes tipos de em barcacio nes que sig uieron empleando y perfeccio nando a lo largo de los si­ glos XV I, XV II, Y XV II1- A las diferentes necesidades se respondía con una variedad de medios de trans­ EL PACIFICO SUR '. . .' .. .1 .; 1" lo" O · PUERTO DlóL CA L! .;\() Y ClUDAD Dr:. I.IMA ( r 'iaSr paJlJ '/8} .I) porte marítimo que alcanzaba desde el bote de tablas ajustadas con cuerdas y hojas cubriendo las juntu­ ras, a canoas hechas de un solo tronco y balsas de madera de ciprés o de laurel. Todavía más al Sur, en Tierra del Fuego, la embarcación se convierte para algunos pueblos, como los Yaganes, en algo tan impo rtante ComO su propia casa, pues en ella vivían g ran parte del año durante las largas trave­ sías en la s que participaba toda la familia. Para estos indígenas, la canoa de corteza de árbol, elaborada con gran esmero po r los hombres y con­ ducida con habilidad por las mujeres, es el medio mas habitual de subsistencia. En su interior se conservaba el fuego a lo largo de todo el viaje, reducido a un permanente rescoldo, y la persecu­ ción y caza de las balle nas y focas consumía gran parte de su limitada vida, ya que el somero revesti­ miento con que se cubrían sobre todo por los costados, no era sufic iente para impedir un rápido deterioro. Es ev id ente, pues, que la navegación costera por e l Pacífico, no era algo desconocido por los pueblos indígenas americanos al su r de la línea del Ecuador. El hombre americano extraía del océano g ran parte de sus medios de vida, lo utilizaba como vía de transpo rte, y se sentía vinculado a él a través de sus creencias relig iosas pues marina era la procedencia de algu nas de las divinidades más importa ntes del panteón de los pueblos costeros, reflejá ndose en ell o la inte nsidad de su relación. Sin embargo, un área no costera, el Alto Perú, y un conjunto de productos, los metales preciosos, que nada tenían qu e ver con el mar pues inclu so se podía acceder a sus fuentes de producción sin neces idad de utilizar esta vía, aparecen en la historia colonial como los determinantes de un complejo en tramado comercial y defensivo organizado a lo largo del Mar del Su r. La canalización de la distribución de la plata procedente de las minas de Potosí, con destino a Es paña, y el abas tecim iento de bienes de equipo necesario para la extracción del mineral y para el mantenimiento de la población allí ac umulada, convirtió al Océano Pacífico en uno de los principales protago ni sta s de la historia de este período. Todo ello como consecuencia de la relación comercial que España intentó establecer con Améri­ ca, el mo nopolio, de modo que a la economía ame­ 201 EL PACIFICO SUR 202 rIcana se la impusieron unos canales de distribu­ cIón que permlt1eran el rígido control con e! que se pretendía rentabilizar e! sistema. Para ello se esta­ blecieron prioridades en cuanto a los productos que debían ser obtenidos de cada lugar, los puntos donde había que establecer su intercambio y las vías definitivas de su transporte. Todo ello de manera que se evitase la competencia con los productos procedentes de la metrópol i, se vigilase de cerca la actividad de un mercado que debía evitar la fuga de dinero y se garantizase físicamente la ruta comer­ cial, larga \' sujeta a numerosos avatares. Evidentemente, la extrema complejidad de este entramado y la enorme extensión del área cuya actividad total se quería dirigir desde España, demostró la ineficacia de la mayoría de las leyes que se dieron en este sentido a lo largo de la historia colonial, introduciéndose las mercancías europeas en manos de comerciantes extranjeros desde la propia España, multiplicándose los puntos de de­ sembarco y venta de estos productos en todas las costas americanas, al margen de las ferias oficiales y hostigándose al transporte de mercancías america­ nas a España, con el oro y la plata como principal objetivo, al llue se conseguía llegar tanto en sus puntos de almacenamiento como en plena ru tao Por esta causa para la corona española el Océano Pacífico, más río de la plata que ningún otro, se convierte en una grave fuente de problemas puesto llue tan preciada mercancía y tan regularmente transportada no podía menos que atraer, como la miel a las moscas, a miembros de otras naciones europeas que, más o menos disfrazados de aventu­ reros y piratas en solitario, reclamaban para sí y sus señores parte del pastel. ~. '\\ ~. ~ ~ 13 160 L Bajo.• á,Payana. 2. Eftn-tJ á,Ainb,lí. 3. F"u,blOeú'>laclir.zI",.1 4. Bajos ckMachala. 5. Río lÚ Sitf,. 6'. R./o lÚTmSUt. 7. ¡u" d, Bafao. 8. Río d, Bola. a. Río á,INarunxa/. lo·Rio de Tura. I LIsIa d, S~Clara. L\ crUDAD DE G1L\ y,\QUll. (r "/aJ" pand i 9.2) 1. Lima, Guayaquil y Valdivia como eslabones fundamentales en el comercio y defensa de las costas del Pacifico \, 'Z~' Q La importancia de Lima como cabeza administra­ tiva del virreinato de! Perú y de su puerto El Callao como centro redistribllldor del comercio realizado en toda la zona es algo fundamental desde su fundación, según bs instrucciones dadas por Fran­ cisco Pizarro a los hombres encargados de localizar el lugar Idóneo para instalar la capital que debía disponer «de muy buen puerto para la carga y EL PACIFICO SUR tierra penetrando a través de e llos hacia el interi o r e n una pequeña pero eficaz red de co muni cac io­ nes, aprovechando lo ya realizado en é poca prehi s­ pá mca. A la capital llegaban g ran cantid ad de productos p rocede ntes ta nto de la sie rra com o de los fé rtiles va lles que la rodeaba n y desde alli , rum bo a l No rte, se di stribuían según las dema ndas de l me rcado, ace ptando la s no rmas lega les que se imponían o sorteándo las com o me jo r se podía, utiliza ndo inclu ­ so vías de co municac ión mu y sec unda rias que descarga d e los navíos que vlt1Jeran a esros reInOS pa ra desde aquí se pro vean d e las cosas necesa rias los otros pu ebl os CJue están fun dad os y se fundaron en tie rra ade ntro». Co n ello e l centro ne urálg ico de l Perú se tras ladó a la costa pasando la sierra, q ue había ocupado un luga r preemine nte e n la é poca inca ica, a un segundo pl ano, y desde allí se va a inte ntar co ntrolar toda la ac ti v id ad de l virre ina to, mante niendo en acti vo numerosos peq ueños e ncla­ ves, di stribuidos tan to hacia el No rte co mo hac ia e l Su r y co municados a su vez po r vía ma rí tima y po r quitaban rentabilidad al esfuerzo . Hacia e llas iba n desde muy temprano la s h arinas, los v inos, y las aceitunas, ejemplo claro de cómo la impl antac ió n del trigo, la vid y e l o liv o había dad o mag níficos resultados, hasta CJue el te rre moto ue 1687 afectó de tal manera a la costa limeña y los va lles qu e la rodeaban q ue, destrozad os SL1S sistemas de riego y va riado el curso de los ríos que los o ri g inaba n, la producción dis minu yó de ta l fo rma q ue se impu so e l recurrir a o tras fue n tes, es pec ialmente e n el caso del trigo suplantado a pa rti r de e ntonces po r el de PROY ECTO DE DLf'l ::NSr\S DEL 1\10 GUA VAQU Il. ( 1 ' j"ntl46.J) a la ciudad en t 'cep táculo de lucro ' proceden te. de :las las vertientes del Pacífico, d sde 6:hile a J\rJéx ico, ap ro­ vechando algu s para su p ro p io consu m o )' e n~ yiando la ma, ó~ h; óa 10$ má$ diferen tes pu nto d l' virreinato. Pa a cÓntrp lar este trafi o , n <:l interi01' d · la pro i¡¡cia y e}l '-puntos estrat ' g ico, del rranspbr­ te fluvial, .. sltLlaron a iferentes aduan ' n las que se recogían los impul:stos oficiales con gue se cargaban estas actividlldes, Así, los productos gue bajaban de la s provincias Je ~uenca y Riobamba, se encontraban en los ríos Chiquiyac y Yaguachi con la necesidad de cumplir este reguisito sj querían llegar a Guayaquil. Lo mi smo sucedía en Babanoyo , donde hasta se realizaba una importante feria en la que se intercambiaban los productos procedentes de la sie rra, con destino a Guayayuil, con los que, llegados de aquélla venían desde otros puntos americanos y desde E spaña, gue posteriorme nte se distribuían con desigual fortuna por la sierra an­ dina, El pueblo de Santa Elenea suministraba a Guaya­ quil parte de la sa l gue consumía y del partido de Portoviejo le llegaba la pita en tal abundancia gue le permitía cubrir tanto las necesidades propias como el comercio con Perú. De fuera de sus límites geográficos Guayaguil recibía el trigo, la s jarcias y los cordeles, y el cobre chileno así como los numerosos productos agríco­ las gue daban los valles peruanos, Por último, dominando y condicionando todo este e ntramado, el comercio con la metrópoli hacía de Guayaquil un punto fundamental en la ruta de la plata peruana, que en ocasiones iba acompaña­ da de oro, perla s, cacao y otros bienes que interesa­ 205 EL PACIFICO SUR que aunque artículos de lujo que desde allí se mercados más interesados como o' Lima. E,s evidente que toda esta actividad se centró en 206 a las facilidades que la situación ciudad concedía al comercio y al trabajo de sus astilleros fundamentales un tráfico que carga su mayor actividad en el transporte marítimo. Esta industria aparece ya a mediados del SlXVl como más que una mera de ya que en ordena la cons­ abre la serie de un creada desti­ para proteger los no a materiales necesanos para La mavor parte de la la construcción de de la que como hemos sdíalado más al puerto dentro de los canales comerciales ya mencionados. el hierro, para la elaboración de cadenas, herrajes y clavos era el traído de distribuido desde dón para las \·e!as se hacia traer desde las de y la cánamo para las brea de 0Jueva Esp::¡rJa y de la cercana Punta Elena. Sin cada \'ez se fue recurriendo con mayor asiduidad al uso de materiales de fácil y no estuvieran a los vaivenes del que pronto se a utilizar la fibra de que criaba en la misma Isla de o la encontrar con faCJIidacl estopa de coco, que en la costa evitando con ello la depen­ tanto sucedió con el dencia de local al darle el mismo uso que a la brea novohis­ pana. Los barcos construidos en estos astilleros no gozaron de mucho a la utilidad, pues se autores la extrema libertad con que actuaban constructores sin sujetarse en muchas ocasiones las normas técnicas más ele­ mentales. En una vez las necesidades de sus autores sólo se advcrtir una finalizado el barco, que no podía rcsistir el peso de los cañones con que se le pretendía armar. los intereses creados en torno al que se mo\' ía en fuertes sumas con este eran la causa ele muchos de los bllscaban un SJt1 reparar en las consecuencias, A tanto el transporte pri\'aelo como la defensa de las y su tráfico comercial beneficiaron enormemente de la actividacl de quc, al cubrir [as durante y no maXl­ a los encargos oficiales dar las características totales de la embarcación aunque dente nombrado para la obra de un verdadero poder autónomo a la hora de interpretar las instrucciones que le facil por lo tjue en su mano estaba una enorme cantidad de dinero con la que adquirir los materiales contratar a un extenso número de personas, que debían atender tanto a la parte burocrática como la elaborac.ión material de la obra. La continua en la defensa de las costas llevó en más de una ocasión a brcos de medida de lo anuncio de un su construcción y la puerta por donde acceder a una de las fuentes de mas del Imperio estaba claramente definida. en el conjunto de las en el Pacífico ha sido resaltado por todos que se han ocupado en el e;;tmlío de ;t.ona. Carente de minas como las peru"nas, de cantidades ele comercial del Pacífico cobre, el \'íno y chilena se centraba en su «antemural del Pacífico» por donde la mantener por mar, al ser sus costas paso EL PACIFICO SUR L cortacLv en ti )hno so6rc lo. I'((;{{¿. .J;3 2 . deL (!.f~:er[e de/a C{) J3 r:nluj)ortc /l'ler¿diOlLcd dd ,.,5?ir:rtlJ ,YJclOn cLLuario c/7Dr:yJarai so ,j~'~'¡¡)1l (~'u~:1;"'t.:>., ,';'." ,'"1,, '0 .',"j¡~;>" ' l r;J.... I. .... !..7,(./,'a":',,;, .:ú! •¡J1 :J~· . .d,¡,.,'.! .:I...j '-~'-"" [(). 13. C!~llf,.[(/~(t.1'" ~ 5'ual'¡I~C":"'rn e ¿, L~'f':II~ :D. ~u ..~;o . .b (.tl/C',:::,/ J oan'(l. ,J /c¡ ..Jlt...,.r.:. I~: .' .:?,·.'Hi. 1t..I..hW'ir":"' I ,/ """"1. L -L~J¿"iJ , J~ Ic ,.nC .uJ.. , . /d "/~~~" 'U ~~'¡;¡'/ll.('¿'Jo:".l.l.. I.VH'';¡ ~;·'.:~Cf.-~ü..... ~ .. -fJ,.(" ,,~l..c, ~flct ...;s EL PUERTO DE LA CONCEPCION EN VA LPARA ISO (Véase parle/84.2) 207 PACIFICO SUR 208 que desease acercarse los a>J~UCV,'V0 botines que se alcanzar más al especialmente a partir de Anca. a que gran cami A mbas circunstancias tuvieran el dad de los asentamientos aunque éstas fueran de carácter de muy diversa ?'nUp,rn<.d desde breves empaliza~ de los ataques de los 'IJL,~,,,~a,, construcciones con las franceses y que resIstir holandeses. A tal distribución de la que, en la de los casos, fue suficiente con levantar un fuerte para que a partir de se organizara una estable. Los diferentes calificativos que a lo largo de la historia recibió el emplazamiento de la ciudad de Valdivia, considerada por unos como el hilo del Jos dominios de la y por otros como el puerto más del Perú y hasta del dad de la reparación de Jos con las maderas de Su histOria bastante azarosa, en de ese valor tan fue destruida por los por los holandeses en 1645 a su nueva navega­ Su localización a orillas del río por las en una pec]ueña meseta, c.lue la hacía que sólo acceder a ella por tierra, a través de dos puntos. Sin eso no fue suficiente para evitar los continuos atagues que acabar incluso con el fuerte de la Santísima levantado fuera de los límites de la ciudad en un pnmer realizado 1602. "'_,,,,,._.~ de nuevo el dominio de se !OICla en 1647 construcción los del la idea tenía bastante que ver con lo que hacía muv poco se había llevado a cabo en El Callao y en la Lima, en cuya obra también había intervenido Vasconcelos, su ubicación en el interior del plano Llrbano, concretamente en torno a la primitiva plaza de armas, trastocó enormemente la disposición de la ciudad. El terremoto de 1737 la echó abajo siendo pesar de de defensa y se prepara un nuevo proyecto Antonio Duce que, por la tarda muchos anos en realizarse ya que finalizando el siglo XVIll tOdavía en ella. Aparte de la ciudad, en todo momento se manitcstó su induda~ ble interés por la de su entorno puesto que era fundamental ev itar que el enemigo que llegaba por mar internarse río arriba hasta alcanzar las puertas de Valdivia. Para conseguir esto se levantó de La defensa se punto más el casedlo del el Y desde Internarse río se encontraba con o desembarcar tropas en la un difícil si no imposible de superar. De esta manera, fortalezas construidas en el XVll como se unían a las del XVlll a fin de poner en funcionamiento un plan gue en teoría una gran efectividad, desmentida más al escatimarse los refuerzos tarde por la no haberse llevado a cabo estas obras con dando con militar. Por su parte, con un puerto de muy difícil acceso, azotado durante el invierno por vientos de tal intensiad quc casi la de los reCibIó a partir de 1674 un coniunto de castillos y baterias cuyo cruzado aunque en 1762 cuando visita la ciudad Antonio Birt, por orden del le dedica muchos Birt fícas de cada edificio reservando San al cometido de cubrir desde varios de tiro el mavor número de puntos, de la de planta caSI uno de los frentes dispuestos de forma que se a todas las partes del fondeadero del puerto» y el otro, terminado en un y por un dirigido hacia tierra y el de San Antonio, al gue se le ha de otra función que no sea la de [a entrada de la una muralla. EL PACIFICO SUR poblada por los y la ciudad de Castro la XVI, no había recibido gue la amenaza de un intento de establecerse en para desde allí iniciarse otras acciones hizo que el Amat tomase en consideración la necesidad de ocuparse de SLl fundándose San Carlos en el del mismo nombre y el saliente conocido como Punta que a su dio origen a la CIUdad. En 1769 ya contaba con la fortificación casi acabada y dos anos más tarde la obra había finalizado, Para realiza­ Clon se tuvieron cuenta las características del y la cal en vez de recurrirse a la v la recubiertos sus muros, se utilizó el con en su frente al mar, y en su interior instalaron todo de servicios para atender a una compuesta de dra­ gones y milicias, Otro de los enclaves importantes, militar de sufrió durante tiempo la de los dos frentes, salvándose de ambos por medio de la dictaban medidas de cambió el el interior reservando la función de defensa de la costa al Puerto de Talca­ huano, Una vez que sólo a el finales del XVll camino hacía Jos La Isla de establecida su mitad que dificultaban la clue los barcos saliesen al encuentro de los con efectividad. pronto se pensase Este evidente hizo amurallándola v dotán­ en la fortificación de dola de una pero fue El Callao el recibió en fecha más temprana una tentati­ va de con la (¡ue se intentaba contra­ rrestar las facilidades ofreCIdas por lo abierto de su pnmer frustrado antes de su do fue destruido por en! VIO que lo edifica­ también esta vez ante la amenaza por reforzar la >Y"J'~LL' que se se abrían trincheras v barricadas con el paso a una vez que éstos desembarcar. el fundamental radicaba, a la por V qUien, en 1615, desarrolló un interesante proyecto por el que intentaba contra­ rrestar esta fuerte amenaza. Su idea era levantar tres fuertes en de manera que el entrecruzado de todos ellos creara una barre­ ra difícil de superar, al barricada fortalecía la orilla las Reales. Los una tónica a conclu ir achacando su elevado costo de las obras. A las sucesivas amenazas de ataques, con medidas de que tan pronto llevaban a distribuir por la costa de como abandonarlas al no aparecer el U no de los más fuertes ataques, el llevado a cabo por el holandés J. L mantuvo a la ciudad día ruta fechas de nuevamente sobre necesidad de acometer de una manera defmitiva la fortificación de la ciudad de Lima su puerro, lo gue materializó en la construcción de cinco dos de ellos lo Con la de lVíancera se retoma la idea de levantar una muralla, tema del que había vuelto hablar en 1630 pero que no había tenido buena En esta Callao tanto por su frente a se intentaba cubrir a tierra, hacía donde se dotaba con como al mar, ante el se situaban cuatro con [as gue se dar una extraordinaria fortaleza a la muralla. su puntos de tra vés de las cuales se entrada salida de una de las autoridades. más de un embestida del mar de extraordinarias Of>ODon:lones. fJL'cAI''-'LIAJ del terremoto, llevó por delante lo restaba de la obra de lVfancera y lo añadido por sus sucesores en u n infructuoso inten to de reforzar la obra sufrir enormes ¡\ de este momento los intentos de fortifi­ 209 EL PACIFICO SUR 210 P. uul j llc. dI: Jo., F-Icol lJld~2.e . <:'l .1'J oro liolllltl" Q. 1.\ "(lo,w ,k .i,~ Po.lJ"'O¡)S. b ,Í"l oro ~o!ll r~ R.I ~ ,¡d ~ 'Vo " S .TOlollCO G~JJ(,ol1es T .R¡...I~ hg.ldliJl" "r., :R~ d" 1,,5 jfan" s. R O.,le! c.:tti laL! . W X . R~. 1 11eno . y PUllla Z . R ~d~ VA LDl VIA PUERTO Y FORTIF1CAC IONES (Véase panel 86.1) d e j.\ 11.1Ie¡·a. LhoJb'ill . io • I\dlo de :l1ll~ 1°I1.,) S. ~ ~'t. ~"'3H~ .ld nto/'ol ( t .e.lJt: d • J\ b u:;..' ,".\ f. ":111 o J.-c B aldes ~ "'~!I ~.{ t' .}\!i'ehJ a " o EL PACIFICO SUR francé~ de un que 5e comenzó a levantar en 1747, incluso antes de que real. La obra de Godin, en la que e! esperanzas al considerarla un conocimientos defensivos más pronto se reveló también como una adaptación económica de las precisas normas el Virrey /\rnat estado de las obras en 1761. La no contaba con la los muros no estaban debida­ ni en su grosor ni en su altura y anchura del en la contribuir a la defensa se prestaba a que el lo utilizase como :'Iluchos otros defectos hacían de El Real algo Imposibilitado para cumplir la misión que se le encomendaba v a ded icó Amat un gran terminar en 1763 las obras más a ritmo más de agua con la que cubrir las necesidades de sus habitantes y de los barcos que al puerto. Dependiendo directamente de! ritmo que lleva­ ban las obras de fortificación del puerto, la ciudad su defensa, fundamen­ de Lima, también se talmente por medio una muralla que rodease propiciada por el todo su Virrey se '.~"UUl.'V, manteniendo la función pronto la iba a teoría de que El Callao, cuyas de para de que resistir causa de lo elevado de su ción y las dificultades para almacenar suficientes viruallas, dado el alto porcentaje de humedad que presentaba su clima. Esta opinión negativa también se fundaba en el elevadísimo costo de las obras, por las dimensiones de la ciudad lo ligero del que hacía necesaria una estructura de cimen­ ración. A pesar de a estudiar el proyecto del P. ciudad rodeada de ocho mil cuatrocientos metros, en la que se situa­ ban veinticinco baluartes. en este primer momento sus éstas fueron aprovechadas más añadiéndole las rectifica­ ciones propuestas por el de Bournonville. En la realización final de la obra influyeron tanto las propuestas anteriores como las decisiones que, sobre la marcha, fue tomando el de la Palata otra vez, por las malas noticias que anunciaban nuevos ataques. fue que la llevada a cabo 1684 1687, de una extensión de once mil setecientos metros, necesitapara su defensa una dotación de hombres de la que Cias se dispondría, además de muchas carenevidentes desde el momento. El mismo terremoto que acabó con la muralla de El Callao arrasó la obra sm que mente al margen de no propllesras tomarse en consideración. La actitud oficial frente de defensa se las relaciones internacionales mantenidas por la española a lo la historia colo­ por lo que los diferentes programas ele protec­ ción de las Indias, cuya puesta en práctica real se plasmó en los ejemplos a que hemos referido, se ordenan en función de los valores que la corona y sus asesores dieron a cada situación por holandeses frente Slem­ dotar lo mismo que a las adecuada. :\Jo bien se Jevamar los muros de muchas de estas fortificaciones cuando ya se oían las voces de sus detractores que, al dar a la luz sus una vez tras otra, los buenos deseos sobre el papel. ¡-\l costosísimo S!Scema el preferido durante la mitad de] XVII, le desde la falta de dotaciones humanas que la de dinero y llevaron a pasar por alto infraestructura de la obra. de metros de murallas asentaron sobre terrenos nada sólidos, prescindiendo de fosos y desniveles que daban un verdadero sentido pro­ que interminables caminos de de la guarnición te, circundaban las ciudades. Caído en y por la acción de los después el basado en tos, este acondicionando los existentes levantando otros nuevos en un intento ele establecer tramas defensivas en base al uso de con la que mantener al enemigo a distan­ 211 EL PACIFICO Cla sm aCercarse a las costas. la, de gran utilidad cuando se los conocimientos ciemíficos que le perdía efectivIdad en el caso incalculables gastos <1ue aportaban 51 212 en muchas fórmu­ OC;¡SlOneS su de Las islas Filipinas CONCHA AGUILERA IGNACIO GONZALEZ T ASCON l\IAN II. A ,\ r'IN ,\LES DEL SIGI.U XVIII ( I " I/sr pl/"d /37.2) ,( LAS ISLAS FILIPINAS de Cojón en 1492 a las Occidente escollo y difícil de el continente americano. El sorteado por v ía la única vía razonable en el sistema de comunicaciones de la fue una difícil papeleta que resolver en 1520. Pero el paso por el estrecho que lleva su nombre muy penoso del semana más tarde la escuadra volvió a encontrar pero tampoco eran las deseadas Islas Molucas ya que sus habitantes desconocían el En medio de un ambiente los por la carencia de comien­ do fruta y verdura; son las bautizadas como de San Lázaro. Las Islas de los Ladrones caritativo nombre por el de San Lázaro rebautizan como del heredero de la Corona de en las Islas de San anhela­ 1.""1-''-''-1'''', tras una dura travesía los (í de marzo de 1521, a la vista de tan de toda siempre hacia Occidente. El 6 de noviembre de 1521 aparecen ante ellos cinco montañosas coronadas por sus conos volcánicos: son, al fin, las :'Iolucas o Islas de las nao (,Victoria». Los no dudaron: eran las Islas de los Ladrones. U na En ellas cuenta Pigaffetta, jengibre, cocos, arroz, plátanos, grana­ ananás ... » v una das dulces \ gran cantidad de alimentos para habían sufrido largas privaciones. Pero también están las atiborran los maltrechos navíos «Victoria» v el «Trinidad». Continuaron rumbo a por la vía occidental que del dominio 1494 por el Tratado de los portugueses; sólo por Scbastián al mundo. no Pero lo que era una convcrtirse en una ruta comercial por vanas razones. En primer atra \Tesar el 1:"trccho de era una tarea de navegantes, inservible para establecer una ruta co­ mercial estable. El otro condicionante era de tipo va 215 LAS FILIPiNAS casi toda la de inv::tdía los territorios portugueses por la bula de Vl (1 \' el Tratado de Tordesillas Para obviar el Estrecho de la ruta puerto comercial debía americano del respetar los acuerdos otra alternativa los portugueses no de regreso desde las -.vIolucas que buscar un ji las de Pero la tarea, que convirtió en una una v vez de encontrar la mta de vuelta. 216 l)or hechos (la renuncia al comercio con las f"lo1ucas v el del el umbIlical con la México Manila. De la dada por estableciendo un cordón a tra vés del comercio L'lJCUI\.IIJI coman­ la En ella se inclu­ que compara; son muy angostos y como la popa, que proa un contrapeso una banda por no zozobrar un gmeso botado con unas barras tocando este lleván lo en el otro de sotavento; por eso haccn una vela vuelta a un de proa de la otra vuelta otro; las son latinas cortadas en de entena como la de con la de hacen la o si ha\' mucho viento arrollánla por la lo que quieren; las ve las son que parecen de angeo...)). ]\[ontero Vidal su libro Historia de , también hace una estas embarcaciones: « ... Las llamadas de bordo y clavadas muchos remeros por ambas bardas. armada de iba la gente de pelea, sin estorbar a remeros. La vela era cuad rada de lienzo o estera, sobre una cabria hecha dos canas gruesas que sirven de árbol. »Las naves misma forma ambas cabrías si el viento era abatirlas sobre la En la misma sus timoneles en popa para iba otro armazón que llaman l\ ambos del lados armazón de a que llaman irse al fondo ... ». una socie­ v con una VIva actividad comercial. Desde el punto de vista el estaba al sultán de nos a los que fuertes tributos. un estado de relativa se hallaba siendo los culti\'()s más usuales la caña . pero por ser un alimen­ los nativos: otras tarazana, que no son de vivienda sino de en que ponen los y canoas a la v en cada barrio una de las está donde tomamos el cuatro naves, cincuenta en en ella muy en cada nave; eran muy muy de vcr. .. ». U na idea de los progresos de la colo11lzación )' del carácter eminentemente comercial portuano de la vida en el la encontramos en los SI/cesos de 1m hJaJ del doctor Anto­ « ... Tienen trata de el suelo, habla de S1l10 que los comerClantes de un que no narra los mercados los señalar que el estable­ Sin cimiento de una crisis ya que los nuevos dominadores eran gentes de proce­ muy distinta aparte de las los cumerciantes y hombres de órdenes no conoCÍan la mone­ ya que solían utilizar el truequc para de manera fueron los LAS ISLAS FILIPINAS PLAZA DI:-: SA N m ,\i':ClSCO ~(¡\N rLI\. FXPEDIC!ON , l r\LA SP IN¡\ ,lUSt:O NAV AL ~MDRlD les los primeros importadores de moneda y los que empezaron a regular el valor de las cosas . Pe ro el com ercio del archipiélago no era fáci l para los españ o le s establecid os allí. E l primer co ndicionante era el régime n de vie ntos. Estos, tal y como se ve en los gráficos (IVorft{ Jtlrv~)' 01 CfimClto!o"f5.)', vo lumen 8), tienc:n prácticamente se nti­ dos opuestos en los meses de enero y julio, de modo que no es extraño que todas las rutas comerciales de los filipinos tu v ieran un carácter estacio nal. E n primer lu gar, en la ob ra de r'vlorga se ve como el núcleo del arc hipiélago se entra ya e n la bahía de Manila, en la que se encuentra, además de la capital, la ciudad de Cavite. E n segu ndo luga r, resa lta la multiplicidad del comercio filipino que, no sólo incluye las relaciones co n Acapu leo, SIn O también con Borneo, China y J apón. l" lorga nos co menta así el comercio con China, de gran impo rtancia en Filipinas: « .. .De ordinario vien en de la gra n China a N[an ila, mucha cantidad de somas y juncos (q ue son navíos grandes) carga­ das de merca ncías, \' cada úlO suelen venir treinta, y otras vezes quarenta navíos ... hazen su viaj e hasta la ciudad de Manila, e n quin ze o "einte días, y venden su s mercaderías , y bu el ven a tiempo, antes que entren los venda vales, c¡ue es en fin de mayo, y pocos días de junio, por su peligrar en su navega­ ción .. . Estos co merciantes traían sedas, clavazó n, fierro en plancha s, estaño, plomo, sal itre, pó lvora, harina de trigo, frutas de China, cecina, ga llinas vivas .. .» . A cambio llevaban la plata mexicana con gran disgu sto de la Co rona de Castilla que veía como se evaporaba una gran parte de las riquezas de N ueva España. Estos ex pedicio narios se quedaba n en tierra du­ 21 7 LAS iSLAS FiLIPINAS 218 rante algunos meses hasta que vendían sus mercan­ cías pero, a la hora de regresar, no todos lo hacían. Debido a la existenc ia en China de una fuerte presión demográfica lo que conllevaba una enorme miseria, cada vez era mayor el número de chinos que se quedaban en el país. Los Sangleyes, que así se llamaban, se ase ntaron, sobre todo, en la ciudad de Manila llega ndo a constituir auténticas poblaciones donde in sta laban sus parianes y tiendas. Lo que se llamaba genérica­ mente el Parián era una alcaicería grande)' cerrada, con numerosas calles, situada cerca de la muralla, junto al río; los que no cabían en este Parián vivían enfrente, en dos poblaciones llamad as Bay Bay y Binondo. Como nos relata Morga: « ... otros andan en pesque rías y gra njerías que de ord inario, en tiem­ pos de navíos suele aver en Manila, sin muchos que andan entre las islas, con color de contratación con los naturales, que haze n mil delitos)' maldades; y por lo menos exp loran toda la tierra , ríos)' esteros y puertos y los saben mejor que los españoles, que para cualquier al<;amiento, o venida de enemigos a las isla s, serán de mucho daño y perju)'zio. »Para remedio de todo es to esta ordenado que los navíos no traigan tanta jente deste jenero, con penas que se executan y cuando se vayan a China, los buelben a llevar, y no quedan en Manila, mas que los mercaderes convenientes en el Parian, v los oficiales de todos oficios necesarios, con licenci a por eSCrIto, so graves penas .. .». Era fundamental co ntrolar el comercio, saber qué mercancías llegaban)' recaudar los impu es tos sobre e llas. Veamos como lo describe Morga. « ... Luego que el navío llega, a la boca de la bahia de Manila, sale a Er. PAR/;\", DE r.OS S,\NGLEYES (r '¿,/Se pUlid /j5.}) él la centinela, que está en la isla de Miravelez, en un navío lijero, y aviendo le reconocido, le hecha dentro dos o tres soldados de guardia, para que vaya a surgir sobre la barra, cerca de la ciudad y no se desembarque nadie del navío, ni entre de fuera en él, hasta estar visitado ... hec ho e l registro y avaliación (valorac ión), luego va sacando por otra mano las mercaderías, en champanes, )' las lle van a l Parián , O a otras casas )' almaze nes, que tienen fuera de la ciudad, y allí la venden con su libertad ... » Sigue Morga con el comercio japonés: « .. .De Xapón, vienen asimismo del puerto de Na ngasa­ que, con los nortes de fin de octubre, y por el mes de mar<;:o, algunos navíos de mercaderes, xaponeses y portugueses, que entra n y su rgen en ;VIanda, por la misma orde n; la gruesa que traen, es harina de trigo, mui buena para el abasto de Man il a, ce<;:inas estimadas; algunas sedas tejid as de matizes ... Buel ­ ven a lapon es tos navíos, en tiempo de vendava les, por los meses de iunio )' iulio, lle va n de jVIanila sus empleos, hechos en seda cruda de China, en oros y en cueros de venado y en palo brasil para sus tintas; y llevan miel, cera lab rada, vino de palmas, y de Cas tilla, gatos c.Ie algalia, tibores para g uardar su chá, vidros, paños)' otras curiosidades de España ... »De Moluco y de jVlalaca, y de la India, vienen a ;Vranila con la moncion (monzón) de los venda vales de cada año, algunos nav íos de portugieses, con mercac.lerías, c\a vo de especia, canela y pimienta, y exc\a vos negros, y cafres, paños de a lgodó n de todos géneros, caniquies ... y estos navíos vuelven por enero, con las brisas que es su monción cierta; y para Moluco llevan bastimentos de arroz, v ino, I0<;:a y otras bujerías, que allá son menester, y a ¡VIalaca, sólo el oro o dinero, fuera de algunas particulares bujerías y curiosidad es de Espaila, y esmeraldas, no se cobran derechos reales de estos navíos. »De Borneo, vienen asimismo con Jos vendavales algunos navíos menores, de los naturales de aquella isla que buelben con las primera brisas, y en tran en el río de Manila y dentro de su s navíos venden Jo que traen, que son petates fin os de palma, muy labrados, alg unos exc\avos para los naeura!cs, sagú, que es cierta comida suya ... y lo que buelben es ba stime nto de vino y arroz, mantas de algodón v otras bujerías de la s islas, de que en Borneo carecen ... ». También los holandeses estaban interesados en eseas isJas; procedentes de Malaca, sus inrereses se LAS ISLA S FILlPIN/JS ._ ,l. J.. ' 11 .: l' l· 1, . _ .. ' ,' ..,l _. . . . '. '..­' - ¡ ~ ... r.~. ¡ ' " ~/ ~ '/ .., .1 /. 11 1\ ".1 1'1 • l' I! ; '-""- ' - / .. '1/ , ~ .... ,.. ". t,,;' • /· ~t 219 1.. ' .. . -1 · I L1..;,. ~ .... . ( ~lr~.'il ~ · " .~~. I ,. ""'1 . '. ' h" {, I .'H , l )'" ,/ ', v ,', 1, . ~~" ~: I ~ " I j , ~ ', ' •.,. h. 1:" .1 1'" ~ I.~· . I , "J a.."':::, ¡ .".... l ~ ,... ! " .­ ~ :\ 1¡' hi:lll.l0 C "' .{ ·..:'· ","11\NU A ,\RClI1 VO G EN FIV\L Dr.: IND1¡\S FII .II'INAS, 99 o de culebrina, a cabo del lien<;o, que co rre por la marina de la ba ía, que se llama N uestra Seño ra de Guía; es un cubo mu y g rande, redonda, co n su patio, agua y al o ja mientos; y almacenes dent ro y o tras oficinas, co n un través que sale a la marina en que ay Llna do<;ena de piezas g randes y medianas que juegan a la baía y barren la muralla , que corre para allá hasta la puerta y fuerte de Santiago ... ». E nt re 1596 y 1602 se co nstru yó un fuerte en la punta avanzada e ntre el mar y el río, fo rtaleza que recibi ó el nombre de Santiago. M o rga no s lo describe así: « ... tiene una fortaleza d e sillería a la punta qu e g uarda la ba rra y el rí o, con un rebellín junto al agua, que tiene algunas p iezas g ru esas de artille ría, que juegan al mar y al río , y otras en lo alto, pa ra defen sa de la barra, sin o tras medianas de campaña y pedreros con sus bóvedas para basti ­ mentos y municio nes y un almacén de pólvora; mu y g uardado su pla<;a con pozo copi oso de ag ua dulce; alo jamientos de sold ad os y artiJleros, y casa del alcayd e. Es tá fo rtificada de nue vo po r la parte de tierra, a la pla<;a de armas, do nde tiene la entrada con su buena muralla y dos orejones g uaroecido de artillería que juega cortand o la muralla y puerta ... ». Además del continuo pelig ro que representaban japoneses y chinos, en el s iglo XVJl aparecieron e n esce na los ho landeses, lo que sirvió, en muchos casos de estímulo para la construcción de nueva s fortificacion es de ta 1 fo rma tjue, en 1652, se repara­ ron la s murallas de la ciudad haciendo en sus puertas cuerpos de guardia así co m o un nuevo baluarte en la fortaleza de San tiago. Morga nos relata el aspec to de la ciudad: « ... las calles de la ciudad son bien pob ladas de ca sas, las más de centería, y alg unas de madera, muchas tejadas de teja de barro , otras de nipa, bu enos 221 LAS ISL AS FILIPINAS 222 ¡IHU'; JJ 1: ~.~ 'R'{' D jJ-'J ¡I L~t~IJ,;O'~ /11 !tI /"I/k , l. ',' : rlt- !t! , IJ. ,!tr rlt- _ /1;." '1/ (rJJ¡"lrr/ rl !tr.' / ¡'illi'll!r!, ,_. Y1; ''1['.\ .... EL PUERTO DE SORSO(;ON. BfBLlOTECA N/\ClONi\L .\ lAORIO P n Si .( l LAS ISLAS PIUPINAS edificios, altos y anchurosos, con pie~as grandes, muchas ventanas y balcones y reja s de hierro, que la adornan; y cada día se van fabricando y perfeccio­ nando más. Será seiscie ntas casas las que hay de murallas adentro, sin más de otras tantas, que hay de madera, fuera de los arrabales, todas son vivien­ da y poblazón de españoles ... ». Por lo que respecta a los edificios oficiales: « ... Las casas reales son muy hermosas ... con mucho venta­ naje a la mar, V sobre la pla~a de armas, todas de centería con dos patios, con corredores altos y bajos, de pilares gruesos, dentro posa el gobernador, y el presidente con su fam ilia; ay sala de la aud iencia real, muy grande y au torizada, capilla aparte, cáma­ ra de sello real, oficios de escrivano de cámara de la audienCia y escrivano de gobernación y otras pie~as para la caja real, y ministerio de oficios reales y un portal grande a la calle, con dos puertas principales, donde está el cuerpo de guardia con una compañía de alcabuceros de paga que cada día entra de guardia con su vandera y otra casa enfrente, la calle en medio, para caja real y quien la tiene a cargo... Las casas de Cabildo que están en la pla~a , son de centería con buenas salas; en lo bajo es la cárcel y audiencia de los alcaldes ordinarios ... ». En 1662, debido a la amenaza de los piratas chinos, se hizo reconstruir por completo la puerta del frente de tierra a la que se llamó Real, nombre que con serva hasta hoy. Por otro lado el arquitecto Manrique de Lara constru yó un puente de piedra sobre el es tero de Santa Cruz lo suficientemente resistente como para que pasara por él la caballería y que, a la vez, asegurara el abastecimiento de la ciudad. Con la creación del cuerpo facultativo de ingenie­ ros militares en 1711, las fortificacione s del imperio español en ultramar contarán ya con técnicos capa­ citados para elaborar los proyectos necesarios y dirigir su ejecución. Sin embargo, hasta la llegada de Valdés Tamón en 1729, só lo se habían realizado algunas reconstrucciones en las fortificaciones de Manila. Lo más significativo fu e la reconstrucción de la puerta del Parián, cu yos cimientos habían sido socavados por la corriente de un brazo del río que le servía de fosa. Al reconstruirla fue ampliada y se hicieron estribos más gruesos con sillares de piedra. En 1762 apareció en la bahía de Manila una escuadra inglesa a raíz de la ruptura de Inglaterra y España tras la firma del Tercer Pacto de Familia. Después de catorce días de su llegada, la ciudad fue devastada y saqueada a la vez que el pu rto de Cavite también caía en manos inglesas. Ambas plazas permanecieron en poder inglés hasta 1765, año en que fueron evacuadas según lo establecido en el Tratado de París. Después de esto fue necesario proyectar un plan de recons trucción de la ciudad. En el proyecto se regularizaba la figura de la plaza y, en la bahía, se colocaba la muralla al borde del mar con lo que se ampliaba el recinto de la ciudad pero no se evitaba el peligro de un desembarco enemigo puesto que las aguas seguían retirándose. Los trabajos marcharon con lentitud por lo que se hizo necesa rio elaborar un plan de urgencia cuya ejecución se inició en 1769. Se reconstruyó la puerta Real así como la del Parián y otras zonas de la ciudad . En 1784 estaba prácticamente terminado. El castillo de Santiago seguía en el mismo estado que en 1762 y sólo se habían hecho reparaciones de poca importancia. La fortificación general de Mani­ la experimentó ya muy pocos cambios hasta 1898, fecha en la que el archipiélago pasó a manos de los amerICanos. El plano más antiguo de Manila, el de Fray Ig­ nacio Muñoz, data de 1671 , Y en él se ve la ciudad fortifICada y el río Pásig, que como ocurrió en otros lugares como Santo Domingo, serv[a para albergar los navíos de modo que era un puerto maríti­ mo-fluvial. Pero en este plano ya se ve el problema que constituyó la pesadilla de los navíos de Manila, los aterramientos en la desembocadura, provocados por la discontinuidad en la corriente litoral que provoca el canal de navegación. Dragar estos aterramientos era un método bas­ tante inútil de solucionar el problema sobre todo teniendo en cuenta la escasa potencia de las dragas comparada con el enorme «chorro» de arena provo­ cado por la corriente litoral. Debido a esto Cavite es el puerto de Manila para los barcos de más calado. Para evitar el cierre total de Manila el ingeniero Antonio Gómez proyectó, hacia 1763, unos diqu es de encauzamiento que evitaran el fenómeno de sedimentación de arenas en la desembocadura del río con el fin de que pudieran entrar los galeones de la carrera de Acapulco, para fondear directame nte en Manila en lugar de quedarse en Cavite. En dicho puerto, como en Manila, nunca existió un plan conjunto de edificación de fortificaciones. Al reconstruir la ciudad los españoles edificaron en la punta de flecha un casti 110, el de San Felipe, para defender militarmente la boca de entrada al puerro. Pero aquí también surgieron problemas; no conta­ ron con que una flecha de arena es algo vivo, que crece continuamente. Desde que se construyó el castillo, entre 1605 y 1616, la flecha de arena, alimentada por una corriente litoral, crece alejando 223 LAS ISLAS FILIPINAS 224 el mar del castillo que inservible defensa militar. Así la orilla del mar, unos 250 metros, en la nueva punta, de una artillada, llamada Santa Catalina ~vlártir. Pero no fueron esos los mayores de sino los que se derivan de la acción del sobre las murallas que defienden la ciudad. Francisco de Atienza el abril habla del reparo que de Cavite para que el «••• no necesita el le aca ve de cortar como se conoce lo haciendo por el suelo que ha robado y ba robando... ». La de los temporales del norte y noreSte sobre la muralla y, fundamentalmente, sobre su cimentación de arena de acarreo, se vio este caso, por el adelgazamiento que las !lechas litorales en su evolución que en a la rotura por su base y a su gana terreno las aguas de San de Dios. En esta lucha entre el hombre y el mar, los ele defensa se suceden. Zabálburu, en 1 ordena que se « ... discurriese por personas el medio mejor para un reparo sólido y firme de estos daños...)}. Se vertió escollera sin en 1710 un de y ele la China reparar pero las se de madera que descalzándola. Las restau raciones duraron poco; en 1761 el agua llegaba la calle de Santo Domingo quasi hasta y por la puerta opuesta que es del hasta las de de Dios ... ». El Antonio que ya había en el muelle de Veracfuz, hace un informe ellO de octubre de 1761 y un proyecto prov isional el de octubre del mismo pero las obras las pronto el mar. En 1766 el l' en don Simón lo vuelven a intentar inútil­ mente. En 1 Rafael ¡\hría escribe: «... Obras en una bra va capaces ele consumir los mayores tesoros... ». Mindanao la isla en extensión del archipiélago, pero los espaúoles apenas dominaron algunos puntos del litoral, puesto que toparon con una barrera d ¡fíeil de saltar: la hostilidad de los naturales. En 1683 había tres fortificaciones en la isla: Iligan al en la costa oriental en el Suroeste. La más al trar todas las fuerzas en íVlani1a. Como consecuencia del el fuerte fue por los natu­ cuando fue recuperado de nuevo por españo­ se proeedió a su reconstrucción. se erigió otro fuerte llamado 110 Ha en el XVII a raíz elel ataque lo mismo que en en la isla de y en otras caso Manila fue el puerto que centralizaba todo el tráfico con Oriente.