Pensamiento Bolivariano.

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA. INSTITUTO NACIONAL DE EDUCACIÓN ESPECIALIZADA. LA FRÍA, EDO TÁCHIRA. Pensamiento Bolivariano. PROF. Orlando Ortega. BACHILLER: Darly Pernia CI V-24.745.678 La fría, 23 de noviembre de 2013. Página 1 ÍNDICE. Pág. -Introducción……………………………………………………………………………………………………………..3 -Desarrollo. ………………………………………………………………………………………………………………..4 .Unidad N°1. Pensamiento Bolivariano. …………………………………………………………………….4 1. Origen De La Llegada De Los Españoles (1492). ……………………………………………………4 1.1. Primer Viaje De Colon: Camino A Las Indias. …………………………………………………4,5 1.2. Segundo Viaje De Colon: El Poblamiento De Las Indias. ……………………………….5,6 1.3. El Tercer Viaje De Colón. ……………………………………………………………………………….6 1.4. Cuarto Viaje Y Muerte De Colón…………………………………………………………………….7 2. Simón José Antonio De La Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte Y Blanco (1783-1830). ………………………………………………………………………………………………………..7-15 3. Símbolos Patrios. ………………………………………………………………………………………………….15 3.1. Bandera Nacional…………………………………………………………………………………………..15 3.2. Escudo Nacional……………………………………………………………………………………………15,16 3.3. Himno Nacional De Venezuela………………………………………………………………………17 4. Himno del estado Táchira……………………………………………………………………………………..18,19 -Conclusión…………………………………………………………………………………………………………..21,22 -Anexos. ………………………………………………………………………………………………………………23,24 -Bibliografía. …………………………………………………………………………………………………………25 Página 2 INTRODUCCIÓN. Cuando la Independencia de América comenzaba a pensarse con otros nombres y a iniciar su recorrido autónomo, nació en Caracas, el 24 de julio de 1783, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios. Venezuela era entonces una Capitanía General del Reino de España, en cuya población se respiraban resquemores por las diferencias de derechos existentes entre la oligarquía española dueña del poder, la clase mantuana o criolla, terratenientes en su mayoría, y los estratos bajos de pardos y esclavos. Los mantuanos, a pesar de los privilegios que tenían, habían desarrollado un sentimiento particular del "ser americano", que los invitaba a la rebeldía: "Estábamos (explicaría Bolívar más tarde) abstraídos y, digámoslo así, ausentes del universo en cuanto es relativo a la ciencia del gobierno y administración del Estado. Jamás éramos virreyes ni gobernadores sino por causas muy extraordinarias; arzobispos y obispos pocas veces; diplomáticos nunca; militares sólo en calidad de subalternos; nobles, sin privilegios reales; no éramos, en fin, ni magistrados ni financistas, y casi ni aun comerciantes; todo en contravención directa de nuestras instituciones". Ésta era, por lo demás, la clase a la cual pertenecían Juan Vicente Bolívar y Ponte, y María de la Concepción Palacios y Blanco, padres del niño Simón. Era el menor de cuatro hermanos y muy pronto se convertiría, junto a ellos, en heredero de una gran fortuna. Bolívar quedó huérfano, definitivamente, a los nueve años de edad, pasando al cuidado de su abuelo materno y posteriormente de su tío Carlos Palacios; ellos velarían por la educación del muchacho, mientras la negra Hipólita, su esclava y nodriza, continuaría ejerciendo sus funciones de cuidado Entre los valles de Aragua y la ciudad de Caracas discurrió la infancia y parte de la adolescencia del joven Simón. Combinaba sus estudios en la escuela de primeras letras de la ciudad con visitas a la hacienda de la familia. Más tarde, a los quince años de edad, los territorios aragüeños cobrarían un nuevo significado en su vida cuando, por la mediación que realizara su tío Esteban, "ministro del Tribunal de la Contaduría Mayor del Reino" ante el rey Carlos IV, fuera nombrado "subteniente de Milicias de Infantería de Blancos de los Valles de Aragua”. Mientras esto sucedía, tuvo la suerte de formarse con los mejores maestros y pensadores de la ciudad; figuraban entre ellos Andrés Bello, Guillermo Pelgrón y Simón Rodríguez. Fue este último, sin embargo, quien logró calmar por instantes el ímpetu nervioso y rebelde del niño, alojándolo como interno en su casa por orden de la Real Audiencia; lo cual sería la génesis de una gran amistad. Pero ni esto ni aquello de la milicia fueron suficientes para aquietar al muchacho, y sus tíos decidieron enviarlo a España a continuar su formación. Página 3 DESRROLLO. UNIDAD N°1. PENSAMIENTO BOLIVARIANO. ORIGEN DE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES (1492). La expresión descubrimiento de América se usa habitualmente para referirse a la llegada a América de un grupo expedicionario español que, representando a los Reyes Católicos, partió desde el Puerto de Palos, comandado por Cristóbal Colón, y llegó el viernes 12 de octubre de 1492 a una isla llamada Guanahani. Los viajes de los portugueses a India siguiendo la costa Africana significaron un estímulo para otros navegantes europeos que creían que era posible llegar a las regiones del Asia oriental navegando hacia el oeste. Cristóbal Colón fue partidario de esta hipótesis. Apoyado por la monarquía española, organizó un viaje de exploración que lo condujo a la costa americana en 1492. Cristóbal Colón creía que había llegado al continente asiático, denominado por los europeos Indias y murió sin saber que había llegado a un continente desconocido por los europeos. La expresión «descubrimiento de América» para referirse a la llegada de Colón al continente americano ha sido criticada por diversos sectores, culturas y estudiosos, dando lugar a un amplio y apasionado debate. En este artículo se adopta como significado del término, todos los viajes realizados por Colón a América, el encuentro de los españoles con las culturas americanas que habitaban esas tierras, así como las relaciones y conflictos inmediatos entre indígenas y españoles que ese encuentro produjo. Se trata de uno de los momentos cumbres de la historia universal porque significó el encuentro de dos mundos humanos que se habían desarrollado independientemente, sin que uno conociera la existencia del otro.1 se distingue claramente el «acto mismo del descubrimiento», entendido como una serie de viajes que hicieron los primeros españoles que llegaron a América y su dimensión de encuentro entre culturas, del posterior proceso histórico conocido como conquista de América que los europeos realizaron a continuación. Las consecuencias de este encuentro entre dos mundos fueron dramáticas para los nativos americanos, llegando a producirse la muerte de millones de personas (guerras, esclavitud y, sobre todo, enfermedades) y la desaparición de culturas. PRIMER VIAJE DE COLON: CAMINO A LAS INDIAS Tres embarcaciones, Pinta, Niña y Santa María; un presupuesto de unos dos millones de maravedises; y alrededor de 90 hombres, reclutados con la ayuda de los hermanos Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón. Página 4 El 2 de agosto de 1492, Cristóbal Colón mandó embarcar a toda su gente, y al día siguiente, antes de salir el sol, dejaba el puerto de Palos de la Frontera. La primera escala fueron las islas Canarias. El 6 de septiembre, comenzaba la gran travesía. Su objetivo era el Cipango, y advirtió a la tripulación que nadie se inquietase hasta haber navegado 700 leguas. A partir de esa distancia, no habría que navegar por la noche. Por si fallaba algo, sin embargo, decidió llevar dos cuentas sobre las distancias recorridas: una secreta o verdadera (sólo para él), y otra pública o falsa, en la que contaría de menos. El 13 de septiembre descubrió la declinación magnética de la Tierra, y el 16 llegaron al mar de los Sargazos. A partir del 1 de octubre se percató de que algo no correspondía con sus cálculos. El día 6 ya habían sobrepasado las 800 leguas y no había indicios de tierra. Durante la noche del 6 al 7 de octubre se produjo el primer motín entre los marineros de la Santa María. Los hermanos Pinzón apoyaron a Colón y lo sofocaron. Sin embargo, en la noche del 9 al 10 de octubre el malestar se extendió a todos, incluidos los propios Pinzón. Acordaron navegar tres días más y al cabo de ese tiempo si no encontraban tierra regresarían. No hizo falta: en la madrugada del 11 al 12 de octubre el marinero Rodrigo de Triana lanzó el grito esperado: "¡tierra!". Al día siguiente desembarcaron en la isla de Guanahaní (que ellos bautizaron como San Salvador), situada en el archipiélago de las Bahamas, y tomaron posesión de la nueva tierra en nombre de los Reyes Católicos. El 28 de octubre arribaron a la isla de Cuba, y el 21 de noviembre se apartó de la flota Martín Alonso Pinzón. El 6 de diciembre llegaron a la isla de La Española; y el 24 encalló la Santa María, con cuyos restos y la ayuda del cacique de la zona, Guacanagarí, construyeron el fuerte de Navidad. Tras dejar a 39 españoles en él, siguieron la costa, encontraron a Martín Alonso Pinzón el 6 de enero de 1493, y navegaron hasta la península de Samaná. Desde esta zona, el 16 de enero siguiente, el almirante dio la orden de regresar a España. El 15 de marzo, Cristóbal Colón, al mando de la Niña, entró triunfal en Palos de la Frontera. Martín Alonso hizo lo propio con la carabela Pinta pocas horas después. Llegó muy enfermo, y a los pocos días murió. Tras el éxito descubridor, Colón informó a los Reyes, que se encontraban en Barcelona, se dirigió a su encuentro y fue recibido por ellos con todos los honores. Para anunciar el acontecimiento escribió la famosa Carta de Colón. SEGUNDO VIAJE DE COLON: EL POBLAMIENTO DE LAS INDIAS El 25 de septiembre de 1493, el almirante Cristóbal Colón zarpó a su segundo viaje al nuevo continente. Durante esta expedición comenzaron los conflictos entre indígenas y españoles. Página 5 El 25 de septiembre de 1493, el almirante Cristóbal Colón zarpó de Cádiz al mando de 17 navíos y unos 1.200 hombres, portando las primeras simientes y ganados. Al salir de las Canarias, Colón puso rumbo más al Sur que en el primer viaje para llegar al paraje que denominó la entrada de las Indias, en las Pequeñas Antillas. Después de descubrir la isla de Puerto Rico, llegó hasta el fuerte de Navidad y comprobó que había sido destruido y los españoles muertos. Sobre sus restos fundó en diciembre la primera ciudad de América, la Isabela. Recorrió la costa sur de Cuba, llegó a Jamaica, y a finales de 1494 descubrió Sudamérica al arribar a la zona de la actual ciudad venezolana de Cumaná, aunque lo ocultó hasta el tercer viaje. Con el segundo viaje colombino comenzaron el poblamiento de La Española y con ello, las diferencias entre los colonos españoles y los levantamientos de los indios. A partir de 1495 empezó el desprestigio del Nuevo Mundo, siendo el grito más escuchado entre españoles: "Así Dios me lleve a Castilla". El 11 de junio de 1496 Colón arribó a Cádiz con la intención de contrarrestar la mala propaganda de las Indias. Llegó vestido con un sayal de fraile franciscano. EL TERCER VIAJE DE COLÓN. Ocho navíos y 226 tripulantes componían la flota, que partió del puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda entre febrero y el 30 de mayo de 1498. Desde Canarias siguió a las islas portuguesas de Cabo Verde. A finales de julio descubrió la isla de Trinidad (en la actualidad, parte de la República de Trinidad y Tobago); recorrió desde el 2 de agosto la costa de la península de Paria (en la actual Venezuela), donde situó solemnemente el entorno del Paraíso Terrenal. Camino de La Española divisó la isla Margarita, en la cual comprobó que sus habitantes pescaban perlas. El 20 de agosto llegó a la nueva capital de las Indias, Santo Domingo, que había sido fundada en 1496 por su hermano Bartolomé en el sur de la isla de La Española. La situación en que encontró a la colonia era grave: la mayoría de los españoles, encabezados por Francisco Roldán, se había rebelado contra la autoridad de los Colón. La llegada del virrey no resolvió el problema. Las quejas contra la familia Colón, agravadas con algún que otro proceder dudoso del propio almirante, como ocultar el criadero de perlas de Margarita y de la cercana isla de Cubagua, llegaron a la corte y los Reyes decidieron destituirlo. El 23 de agosto de 1500, Francisco de Bobadilla entró en el puerto de Santo Domingo para sustituir al virrey y gobernador. Hubo cierta resistencia por parte de los Colón, lo que explica algo la dureza de Bobadilla. A primeros de octubre de 1500, Cristóbal, Bartolomé y Diego Colón regresaron a España cargados de cadenas (presos). Página 6 CUARTO VIAJE Y MUERTE DE COLÓN Los Reyes Católicos sintieron el mal trato dado a su almirante, pero aunque en cierto modo lo desagraviaron no lo repusieron en sus oficios perdidos. Prometieron que lo harían, mientras le encargaron el cuarto viaje. Con cuatro navíos y 150 hombres partió de Cádiz el 11 de mayo de 1502. El objetivo era encontrar un paso que permitiera llegar a la Especiería (islas de las Especias, las actuales Molucas), ya que Colón seguía creyendo que la zona antillana era la antesala de Asia. Para atravesar el océano Atlántico siguió una ruta parecida a la del segundo viaje. Llevaba orden de no detenerse en Santo Domingo. Atravesó el mar Caribe hasta el cabo Honduras; siguió hasta el de Gracias a Dios y recorrió la costa de Panamá desde la zona donde muchos años después se fundaría la ciudad de Portobelo. No encontró lo que buscaba: ni paso, ni oro, ni especias, pero en cambio sí tuvo muchas penalidades y sufrió la pérdida de dos barcos. El 1 de mayo de 1503 puso rumbo a La Española, pero se vio obligado a recalar en Jamaica, en la bahía de Santa Ana, donde tuvo que encallar los dos barcos y esperar. La hazaña de Diego Méndez y Bartolomé Fiesco, que lograron llegar en dos canoas desde Jamaica a La Española logró salvarlos. El 28 de junio de 1504 dejaron Jamaica y el 12 de septiembre, en dos navíos, se dirigieron a España. Después de arribar a Sanlúcar de Barrameda el 7 de noviembre de 1504, fracasado y enfermo, siguió hasta la corte y reclamó infructuosamente sus derechos. Objeto de obtener la devolución a la familia Colón de los privilegios concedidos por los Reyes Católicos al descubridor de América. SIMÓN JOSÉ ANTONIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD BOLÍVAR PALACIOS PONTE Y BLANCO (1783-1830) Un niño que nació en la casa de los Bolívar y Palacios, en la esquina de San Jacinto, el 24 de julio de 1783 a las ocho de la mañana en una de las habitaciones del lado Sur, estaba destinado a darle la libertad a muchos pueblos, como otro Niño, cuyo nacimiento puede haber sido unos 1789 o 1790 años antes, nació para liberar de culpa a muchos pueblos, a todos los pueblos, a toda la humanidad. Y hasta ahí las posibles similitudes, porque hay que poner las cosas en su santo lugar. El niño Bolívar no es el Niño Dios. Bolívar no es Dios. Bolívar fue un hombre de carne y hueso, de virtudes y defectos, que cometió muchos errores, aunque también tuvo muchos aciertos. Sus contemporáneos cuentan que era un hombre, ágil, nervioso, dicharachero y presto al chiste, nada solemne Página 7 y con voz aguda que muy poco imponía, pero dicen también que lo que más impresionaba en él era su mirada: sus ojos eran negros y denotaban una energía sin límites. Era descendiente de muchos de los fundadores de Caracas o de los que vinieron a vivir en ella a los pocos años de fundada. Su padre era don Juan Vicente Bolívar y Ponte, que a su vez era hijo de Juan de Bolívar y Martínez Villegas y Petronila de Ponte Andrade y Marín de Narváez. Su madre, María de la Concepción Palacios y Blanco, era hija de don Feliciano Palacios (y Sojo) y Gil de Arratia y Francisca Blanco Infante y Herrera. Entre sus parientes consanguíneos cercanos estaban los Ribas, los Briceño, los Rodríguez del Toro, los Liendo, los Infante, los Villegas, los Herrera, los Ibarra, toda una intrincada urdimbre que fueron creando con matrimonios endogámicos esos ciento y tantos españoles que acompañaron a Losada en 1567 cuando fundaron Caracas. Eso lo supo Bolívar desde niño, un niño que perdió el padre antes de los tres años y que, poco antes de perder a su madre se convirtió en dueño de una gran riqueza, gracias al Mayorazgo instituido por doña Luisa Bolívar, viuda de Martín Jerez de Aristeguieta, y que lo convirtió en dueño de varias casas y varias haciendas a una edad en que los demás niños no tenían otra responsabilidad que aprender y jugar. Riquísimo y huérfano, el niño Simón se fue a vivir con su abuelo materno, don Feliciano Palacios, en cuya casa estuvo hasta que el abuelo también murió. Entonces lo recibió su tío, don Carlos Palacios. Tenía Simón dos hermanas y un hermano, mayores todos que él, por lo que debió desarrollar la personalidad típica del menor de la familia, que suele ser el más agresivo y el más capacitado para absorber golpes. Fue alumno de los dominicos de San Jacinto, que lo describieron como un niño demasiado inquieto y rebelde, que no se adaptaba a los sistemas rígidos y superficiales de educación que allí pretendían imponerle. A los doce años se escapó de la casa del tío y se fue a vivir en la de María Antonia, la hermana casada con Pablo Clemente Francia, pero los Palacios apelaron a la justicia, que decidió ponerlo al cuidado del educador Simón Rodríguez (Simón Carreño Rodríguez, o Samuel Robinson), apenas doce años mayor que él y hombre de ideas revolucionarias en materia de educación y en muchas otras materias y que desde entonces se convirtió, por antonomasia, en el Maestro del Libertador, aunque en verdad Bolívar estuvo muy poco tiempo en su escuela. Bolívar, adolescente, recibió clases de muchos tutores privados, entre ellos Andrés Bello, que era casi de su misma edad. También fue alumno del padre Andújar y otros sacerdotes, cuyas enseñanzas no deben haber sido muy eficientes, puesto que lo poco que se conserva de aquel joven revela una ortografía y una gramática realmente malas. Pronto dejó los libros y las ceibas y las nubes y entró al Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua, valles que en buena parte le pertenecían, por el Vínculo Aristeguieta y por lo que heredó de sus padres. En los primeros días de 1799 viajó a España, pasó por México y La Habana y desembarcó cerca de San Sebastián. En Madrid se encontró con sus tíos Esteban y Carlos Palacios y se alojó en la casa del marqués de Ustáriz, en donde conoció a María Teresa Rodríguez del Toro y Página 8 Alaiza, sobrina del marqués del Toro, prima hermana de dos de sus mejores amigos y parienta suya también. Luego de un breve viaje a Francia, sin haber cumplido diecinueve años se casó en Madrid, el 26 de mayo de 1802, y regresó a Venezuela, se instaló con su joven esposa en su casa de las Gradillas. Tras apenas ocho meses de matrimonio, el 22 de enero de 1803, murió en Caracas María Teresa, y el joven viudo regresó a Europa, pasó por Madrid y se estableció por un tiempo en París. Allí se reencontró con Simón Rodríguez, y junto con Fernando Rodríguez del Toro emprendió un viaje a Italia, en donde, por cierto, juró dedicarse a la independencia de América. Al regresar a Caracas se dedicó a administrar sus bienes, pero también formó parte de varios de los movimientos políticos que se iniciaron a raíz de la ocupación de España por los franceses en tiempos del Emperador Napoleón. En 1808 estuvo entre los mantuanos que trataron de alzar a Venezuela, y en 1810 estuvo entre los que la alzaron el 19 de abril. Poco después partió con Luis López Méndez y Andrés Bello en una misión diplomática, a Londres, a buscar el apoyo del gobierno inglés. Allí conoció a Francisco de Miranda y se entusiasmó con las ideas abiertamente republicanas e independentistas del viejo luchador, que había intentado invadir Venezuela apenas cinco años atrás. Y fue Bolívar el que invitó a Miranda a viajar a Caracas, a regresar al país que había dejado medio siglo antes. Y también fue Bolívar el que recibió a Miranda en La Guaira y el que lo alojó en su casa de Las Gradillas. Pronto Miranda encabezó el movimiento francamente independentista y republicano de Venezuela, que se convirtió en el primer país en constituirse como república independiente, el 5 de julio de 1811. Empezó entonces el terrible proceso de guerra, uno de cuyos puntos más notables fue el terremoto de marzo de 1812, que significó el comienzo de la caída de la primera república. En esos días Bolívar fue protagonista de dos hechos que se ha vuelto como sombras en su historia, cuando perdió la plaza militar de Puerto Cabello y estuvo entre los que arrestaron a Miranda, lo cual fue para el Precursor la antesala de La Carraca y de la muerte. En cambio, para Simón Bolívar, la carrera que lo haría Libertador empezaba allí. En octubre ya estaba en Cartagena de Indias desde donde escribió su Manifiesto de Cartagena, que achacaba al federalismo la culpa de la caída de la república. También alegaba que Venezuela en manos de los realistas era una amenaza para la estabilidad de Nueva Granada, y solicitaba el apoyo de los neogranadinos para intentar el restablecimiento de la república, tarea que emprendió poco después con apoyo neogranadino, cuando, el 27 de abril de 1813, inició desde Cúcuta la Campaña Admirable. A su paso por Trujillo, luego de enterarse de la muerte del Diablo Briceño, Bolívar decretó, el 15 de junio de 1813, la llamada Guerra a Muerte. Las barbaridades de los realistas, que estaban muy lejos de la nobleza de espíritu española y demasiado cerca de la selva y la quema implacable de las sabanas al sol, no podían generar otra reacción que la que generaron, aunque resultara muy dolorosa a quienes se vieron obligados a asumirla. La Página 9 proclama dice, entre otras cosas: “Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables.” Su recorrido de Cúcuta a Caracas fue brillante. El 31 de julio derrotó a los realistas en la sabana de Taguanes, en las afueras de Tinaquillo, con lo cual le quedó despejado el camino hacia Caracas. Y el 6 de agosto de 1813, aclamado por sus paisanos, Simón Bolívar entra triunfante a su ciudad, la misma que lo vio partir poco más de un año antes como uno más entre muchos derrotados y ahora lo veía llegar como el primero entre los vencedores. Dos de meses después, en el templo de San Francisco, a dos cuadras de donde nació, le fue ratificado el título de Libertador que le había dado Mérida. Pero desde el comienzo empezó a tener dificultades. Los realistas habían recibido refuerzos, y todo indicaba que pronto darían la pelea con más furia que hasta entonces. El 30 de septiembre del 13, desde Puerto Cabello, los realistas pasaron a la iniciativa. Las prédicas demagógicas de José Tomás Boves y otros caudillos engañaron a la mayoría de los venezolanos. Bolívar y los suyos eran minoría y no podían reclutar fuerzas con la misma facilidad que sus enemigos. Pronto fueron derrotados, poco después de que Bolívar ordenara masacrar a unos ochocientos civiles que estaban presos en La Guaira por el solo hecho de ser españoles. El 7 de julio de 1814, en la madrugada, cuando se cumplían once meses de la entrada triunfal del Libertador y por decisión de una asamblea de notables que se efectuó en el templo de San Francisco, salieron de Caracas unas veinte mil personas, mientras Bolívar, con 1.200 hombres, cubría la retaguardia. En la tarde del mismo 7 entraron las vanguardias españolas y decretaron el degüello de todos los blancos. La marcha de los emigrados, que partieron de la actual esquina de Alcabala, fue relativamente rápida, por el camino de Capaya. Inicialmente Bolívar pensó en ir por la costa, pero a la vista de busques enemigos, optó por ir por dentro, protegido por la selva. Tres semanas después de partir, el 27 o el 28 de julio, llegaron a Barcelona Poco después Bolívar, repudiado por muchos de los suyos, logró escapar desde Carúpano hacia Cartagena decidido a empezar de nuevo. Caía la Segunda República y Bolívar se veía obligado a reconsiderar lo que había dicho y pensado acerca de Francisco de Miranda. El Libertador, atribulado, lleno de problemas y derrotado, emprendió un nuevo viaje por mar hacia Cartagena. En diciembre de 1814 está de nuevo en Nueva Granada, donde debe enfrentar intrigas y noticias alarmantes: La suerte de Nueva Granada empieza a parecerse a la de Venezuela. En mayo de 1815 parte para Jamaica, en donde escribió su “Carta de Jamaica,” un magnífico análisis de la realidad de la América española y su porvenir. Entretanto, una fuerza expedicionaria enviada por España, al mando de Pablo Morillo, y así se cumple algo que Bolívar deseaba ardientemente: la guerra ya no es entre venezolanos partidarios o enemigos del rey, sino entre venezolanos y españoles. Cesó la “guerra de colores” y empezó la guerra entre naciones. Página 10 También Nueva Granada cayó en poder de los realistas, privando a Bolívar del apoyo que necesitaba. Pero pronto reaccionaron las fuerzas independentistas. En Venezuela, la isla de Margarita fue el primer territorio en retomar la iniciativa. Juan Bautista Arismendi alentó una política de resistencia, que implicaba el armarse con los pertrechos del enemigo. Y tan eficientes fueron que en muy poco tiempo obligaron a los españoles a refugiarse en recintos amurallados. Venezuela se convirtió en un territorio de guerrillas mientras Bolívar, refugiado en la isla de Jamaica, usaba la imaginación y la pluma como sus nuevas armas para escribir la “Carta de Jamaica.” Desde la isla caribeña, el 19 de diciembre de 1815, el Libertador, que pensaba rescatar Cartagena, salió hacia Venezuela luego de enterarse de que la ciudad neogranadina se había liberado. Poco después, y tras pasar por Haití en donde consiguió la ayuda de Petión enfiló hacia Venezuela al frente de 250 hombres. Y el 3 de mayo tocaron tierra venezolana en Margarita. El 7 de mayo, en una asamblea celebrada en la Villa del Norte, Bolívar fue confirmado como jefe de los independentistas. Luego, en Carúpano, Bolívar ratificó la abolición de la esclavitud. Después, como si la fortuna quisiera igualar a Bolívar con Miranda, el Libertador sufrió una seria derrota en Ocumare, tal como Miranda. Allí estuvo a punto de terminar su carrera cuando se encontró abandonado en las costas que había soñado conquistar. Luego de aquel fracaso, las cosas parecieron enderezársele poco a poco al Libertador. Regresó a Haití, donde Petión le siguió dando apoyo, en diciembre de 1816 navegó hasta Margarita, para desembarcar pronto en Tierra Firme, en donde poco a poco se había ido formando una corriente que le era favorable. Y es que luego de la muerte de José Tomás Boves, que fue en Úrica el 5 de diciembre de 1814, y de la llegada de las tropas españolas de Morillo, en el Llano surgió la figura de un nuevo caudillo, que para fortuna de los independentistas, no era realista: José Antonio Páez, y uno de los grandes logros de Bolívar fue hacerse reconocer por Páez como cabeza de los republicanos. Y el 28 de enero de 1817 Páez se anotó una victoria en Mucuritas. En España, el alzamiento de tropas que iban a viajar a América, debilita la causa de los realistas. Y la Guayana venezolana cayó en manos de los independentistas guiados por Manuel Piar. Esto último hace que Bolívar decida ir en persona a Guayana, en donde tendrán lugar varios de los acontecimientos más importantes de su vida. Uno, negativo, fue el fusilamiento de Manuel Piar tras un breve juicio, que sólo se justifica si es verdad que Piar tramaba volver a la llamada “guerra de colores”, o guerra social, que tanto daño le hizo a la causa independentista en su inicio. En compensación, en ese período se inició la amistad de Bolívar con el cumanés Antonio José de Sucre (1795-1830), el más noble y fiel de sus partidarios. También fue muy positiva su campaña de Nueva Granada, que culminó con la batalla de Boyacá (7 de agosto de 1819) y el triunfo definitivo de las armas republicanas en todo el antiguo Virreinato de Bogotá. También fueron muy positivos su Discurso de Angostura y la creación de la República de Colombia, que se produjo el 17 de Página 11 diciembre de 1819. Casi un año después, en noviembre de 1820, el Libertador firmó con el general Morillo una armisticio y el Tratado de Regularización de la Guerra, uno de los instrumentos humanitarios más formidables que ha conocido la humanidad, en el que se nota la influencia benéfica de Antonio José de Sucre. El 27 de noviembre de 1820 se encontraron y se abrazaron en Santa Ana, entre Trujillo y Boconó, Bolívar y Morillo, los jefes de los bandos que luchaban en aquella contienda, que terminó con la Batalla de Ayacucho, el 24 de junio de 1821, cuando triunfó definitivamente en Venezuela el bando independentista o republicano. La guerra en Venezuela, y en general en Colombia, prácticamente había terminado, y Bolívar dirigió su mirada hacia el sur. Ya había enviado al que se había convertido en su hombre de confianza, Antonio José de Sucre, a solucionar el problema de Quito y de Guayaquil. Sucre, con su victoria de Pichincha, el 24 de mayo de 1822,, libertó por completo el territorio que hoy conocemos como Ecuador, y poco después, actuando como diplomático, aclaró del todo el panorama al lograr que Guayaquil se incorporara del todo a Colombia. Fue entonces cuando Bolívar, ratificado como Presidente de Colombia por el Congreso, deja en Bogotá al Vicepresidente Francisco de Paula Santander y viaja al sur, a la costa Pacífica de Sudamérica. En Guayaquil se produce su famoso encuentro con José de San Martín el 26 de julio de 1822. A raíz de ese encuentro queda claro que corresponderá a Bolívar la tarea de combatir al Virrey español José de la Serna e Hinojosa, jefe de la única fuerza considerable que mantenía España en el continente americano, que dominaba buena parte del Perú y el Alto Perú. La situación de los independentistas en el Perú era grave a causa de las pugnas internas. En Bogotá se armaba una verdadera conspiración anti bolivariana, mientras el Libertador, a pesar de no tener apoyo ni en el norte ni en el propio Perú y de que sólo contaba con restos de las fuerzas militares republicanas que quedaban en la zona, obtuvo un triunfo importante en Junín, el 6 de agosto de 1824. Poco después, el Congreso de Bogotá le retiró la autorización para guerrear en el sur, por lo que el mando de la campaña quedó en manos de Sucre, mientras Bolívar se retiraba a la costa. Bolívar sugirió entonces que las fuerzas al mando de Sucre se acuartelaran, pero Sucre decidió otra cosa: se preparó para la campaña final que echaría definitivamente del continente a los españoles, campaña que, después de muchas marchas y contramarchas, que demostraron la habilidad del joven cumanés, culminó en la Batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824. Derrotados del todo, los realistas se refugiarían por un breve tiempo en El Callao. La guerra de la independencia de la América española había terminado con el triunfo de las armas republicanas. Simón Bolívar era el gran triunfador, y se preparaba a llevar adelante otra inmensa campaña: la de la creación de un mundo feliz en la América republicana e independiente. Bolívar, que desde el momento en que contribuyó al arresto de Miranda, en 1812, hasta 1820, cuando por la influencia benéfica de Antonio José de Sucre auspicia el Tratado de Página 12 Regularización de la guerra, había asumido el papel de caudillo bárbaro, necesario para derrotar a los caudillos bárbaros que asumieron la defensa de la monarquía española en América (Monteverde, Antoñanzas, Boves y otros), y entre 1820 y 1824, se convirtió en el jefe militar que dirigió una guerra más formal hasta derrotar por completo a las fuerzas españolas. A partir de entonces, el Libertador se convirtió en verdadero estadista y civilizador. En febrero de 1825 reunió el Congreso del Perú para presentar un balance de lo hecho durante el año en que había actuado como autoridad suprema de aquel país. Había hecho varias reformas, ordenó repartir tierras entre los indios, recorrió buena parte del país y dispuso una serie de reformas en materia educativa. Y sin dejarse dominar por la marea de tantos sueños, el Libertador se consagró en cuerpo y alma a aquella tarea de inventar un país. No quiso, sin embargo, inventar por inventar, y en donde quiera que le fue posible aceptó las costumbres y las leyes que eran conocidas y acatadas por la población. Organizó tribunales y cortes y ordenó que se redactaran nuevos códigos. También dedicó un considerable esfuerzo a la apertura de buenos caminos, que no sólo contribuirían a mejorar el comercio, sino que tendrían una evidente importancia militar. Pero su tarea más importante fue la redacción de la Constitución boliviana (que no se llama así por haberse promulgado en Bolivia -y también en Colombia y en Perú- sino porque fue hecha por Bolívar, y el término “boliviano", se usaba entonces aplicado a todo lo que tenía que ver con Bolívar), en la que vertió sus ideas políticas. En ella se establecía que el pueblo tendría la soberanía de la nación, y el gobierno debía ser representativo. Dividía el poder público en cuatro secciones: la electoral, la legislativa, la ejecutiva y la judicial. El poder electoral estaría formado por uno de cada diez ciudadanos hábiles (que supieran leer y escribir y ejercieran algún oficio conocido). Esos electores designarían a los legisladores y proponían al ejecutivo candidatos para determinados cargos, tanto judiciales como de gobierno. El poder legislativo se dividía en tres cámaras: el senado, la de tribunos y la de censores, que actuaba como árbitro de las otras dos y como poder de contraloría. Los tribunos eran los encargados de iniciar la discusión de las leyes y eran elegidos por cuatro años, aunque se renovaban por bienios. Los senadores duraban en funciones ocho años y se renovaban, también por mitad, cada cuatro. El ejecutivo lo ejercía un presidente vitalicio, acompañado por un vicepresidente (nombrado por el presidente pero controlado por el poder legislativo), además de tres secretarios de estado de libre nombramiento y remoción. El vicepresidente es, automáticamente, el sucesor del presidente, y deberá escoger un vicepresidente que, a su vez, lo sucederá a él cuando él muera. Sucre, después de Ayacucho, había subido a lo que hoy es Bolivia a combatir los restos de fuerzas españolas que allí actuaban, y en contra de la opinión de Bolívar, convocó un congreso constituyente que finalmente se reunió, luego de que Buenos Aires dio su consentimiento (pues la oposición de Bolívar se basaba en que ese territorio debía pertenecer a la república surgida del antiguo virreinato de La Plata), y nació así la Página 13 República de Bolívar, después llamada de Bolivia. El Libertador inició el proceso de su creación y, luego de emitir un decreto en el que se convocaba el congreso que se encargaría de estudiar y promulgar la constitución por él propuesta, y que se reuniría el 25 de mayo de 1826, el Libertador delegó el mando supremo en Sucre, y se fue del país que había creado. Sin dar a quienes lo acusaban razones para censurarlo, dejó el poder en manos de su discípulo y emprendió, por su cuenta, su regreso hacia el mar. El 29 de enero de 1825 entregó el mando a Sucre y el 7 de febrero del 26 ya estaba en su residencia del Perú. Sucre, a pesar de no querer el mando, tuvo que aceptar la presidencia del nuevo país, en la que estuvo hasta que un golpe de estado y una invasión peruana lo obligaron a renunciar e irse, como un simple ciudadano particular, a vivir en Quito. Bolívar, entretanto, debió enfrentar serias dificultades que lo amenazaban tanto desde Bogotá como desde Caracas. En Bogotá, el partido formado por Francisco de Paula Santander otros, conspiraba abiertamente para sacarlo del poder, y promovía la antipatía hacia los venezolanos. En un intento por lograr la unión, el Libertador convoca a una Convención en Ocaña, más o menos equidistante entre Bogotá y Caracas, pero sus adversarios, mediante una serie de triquiñuelas legales, logran imponerse y lo acusan de tirano En uno de sus peores momentos asume la dictadura y toma varias medidas, muchas de ellas de carácter antiliberal, que sirven a sus enemigos para dispararle toda clase de acusaciones. En Venezuela, José Antonio Páez y sus amigos promovían la disolución de Colombia y el rechazo hacia Bolívar. Esa fue la causa de la última visita del Libertador a Caracas, entre enero y julio de 1827, cuando se dedicó a apaciguar a Páez y a contrarrestar los efectos de la conspiración llamada la “Cosiata.” Fue muy bien recibido y creyó haber logrado su objetivo, pero su logro generó aún más resistencia en su contra en Bogotá, en donde se fraguó una conspiración para asesinarlo, que se llevó a cabo, afortunadamente sin éxito, en septiembre de 1828: el 25, a las doce de la noche diez conspiradores asaltaron el palacio de gobierno, hirieron al joven subteniente Andrés Ibarra en el brazo derecho y dominaron sin mayores problemas a los treinta y cinco guardias que custodiaban el sitio. Se dirigieron al dormitorio del Libertador lanzando gritos y vivas que alertaron a Bolívar. El Libertador saltó por el balcón, de altura más bien discreta, y se alejó del lugar, mientras Manuelita Sáenz, la compañera de Bolívar, engañaba a los asesinos. Bolívar logró esconderse bajo un puente y enviar un mensaje a sus partidarios, que neutralizaron poco después a los conspiradores. A raíz de ese atentado, Bolívar asumió la dictadura, tomó medidas extremas contra varios de los conjurados (Santander fue condenado a muerte e indultado, y salió al exilio) e inició un período lindante con la desesperación, que lo llevó a perder el poder, y a su último viaje, que fue a encontrarse con la muerte. Todavía habría un último capítulo en la lucha de Bolívar por mantener la unión del Página 14 país que había creado en diciembre de 1819, que fue el llamado Congreso Admirable, convocado para celebrarse en Bogotá en los primeros días de 1830. Pero fracasa, pues en Venezuela Páez y sus partidarios han convocado a otro congreso, en Valencia, que decidió la separación de Venezuela y el repudio a Bolívar. Sucre, que ha salido de su retiro para presidir el Congreso Admirable, hace un esfuerzo final y trata de viajar a Venezuela para entrevistarse con Páez, pero no lo dejan pasar de la zona fronteriza entre las actuales Venezuela y Colombia. Bolívar renuncia y decide hacer como San Martín: ir al exilio en Europa. Cuando va camino al norte le llega la terrible noticia de que su gran amigo y colaborador Antonio José de Sucre fue asesinado en junio en las selvas de Berruecos, cuando viajaba rumbo a Quito. De allí en adelante la vida de Bolívar es un camino abierto hacia la muerte, que se produce, como consecuencia de una tuberculosis agravada, el 17 de diciembre de 1830 en la Quinta de San Pedro Alejandrino, muy cerca de la ciudad costeña de Santa Marta. SIMBOLOS PATRIOS. BANDERA NACIONAL. Modificada por última vez el 12 de marzo de 2006, con la adición de la octava estrella, la bandera de la República Bolivariana de Venezuela contiene tres franjas horizontales de tamaño equiparable. Los colores de las franjas son amarillos, azules y rojos. El amarillo representa las riquezas del suelo venezolano; el azul el inmenso mar que baña las costas venezolanas y el rojo la sangre vertida por nuestros próceres durante la Guerra de Independencia. Centrado en la franja azul están ocho estrellas blancas de cinco puntas en forma de un arco, en representación de las ocho provincias que originalmente formaron la Capitanía General de Venezuela, al firmar el Acta de Independencia el 5 de julio de 1811. El Escudo de Armas se encuentra situado en la esquina superior izquierda de la bandera. ESCUDO NACIONAL. El Escudo de Armas de la República Bolivariana de Venezuela tiene los colores de la bandera nacional, presentados en tres cuarteles. De acuerdo a la Ley de Bandera Nacional, Himno Nacional y Escudo de Armas de la República Bolivariana de Venezuela del 9 de marzo de 2006, cada cuartel presenta las siguientes características: Página 15 El cuartel de la izquierda de quien observa es rojo y contiene la figura de un manojo de mieses, con tantas espigas como estados tiene la República Bolivariana de Venezuela, como símbolo de la unión y de la riqueza de la nación. El cuartel de la derecha de quien observa es amarillo. Como emblema del triunfo, en él figura una espada, una lanza, un arco y una flecha dentro de un carcaj, un machete y dos banderas nacionales entrelazadas por una corona de laurel. El tercer cuartel es azul y ocupa la parte inferior del escudo. En él figura un caballo blanco indómito, galopando hacia la izquierda de quien observa y mirando hacia delante, emblema de la independencia y de la libertad. Para este efecto se adoptó la figura del caballo contenido en el escudo de la Federación, de fecha 29 de julio de 1863. El Escudo de Armas tiene por timbre, como símbolo de la abundancia, las figuras de dos cornucopias entrelazadas en la parte media, dispuestas horizontalmente, llenas de frutos y flores tropicales; y en sus partes laterales las figuras de una rama de olivo a la izquierda de quien observa y de una palma a la derecha de quien observa, atadas por la parte inferior del Escudo de Armas con una cinta con el tricolor nacional. En la franja azul de la cinta lleva las siguientes inscripciones en letras de oro: A la izquierda de quien observa “19 de abril de 1810”, “Independencia”; a la derecha de quien observa, “20 de febrero de 1859”, Federación”; y en el centro “República Bolivariana de Venezuela”. Página 16 HIMNO NACIONAL DE VENEZUELA. Coro Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó la Ley respetando la virtud y honor. II Gritemos con brío Muera la opresión Compatriotas fieles, la fuerza es la unión; y desde el Empíreo el Supremo Autor, un sublime aliento al pueblo infundió. I Abajo cadenas gritaba el señor y el pobre en su choza libertad pidió a este santo nombre tembló de pavor el vil egoísmo que otra vez triunfó. III Unida con lazos que el cielo formó la América toda existe en nación y si el despotismo levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio. Letra: José Vicente Salías Música: Juan José Landaeta El Himno Nacional de la República de Venezuela constituye junto con la Bandera y el Escudo, los Símbolos Patrios. Es el canto patriótico conocido con el nombre tradicional de "Gloria al Bravo Pueblo". En cuanto a la letra, todos los testimonios indican como autor al médico, poeta y revolucionario Vicente Salías. Con letra de Salías y música de Landaeta, el "Gloria al Bravo Pueblo", data de los días que siguieron al 19 de abril de 1810. Página 17 HIMNO DEL ESTADO TACHIRA. Coro Las Glorias De La Patria, Sus Fueros De Nación, Unidos Defendamos Con Ínclito Valor. I Somos Libres. Las Férreas Cadenas Del Esclavo Rompiéronse Ya; El Hogar Tachirense Sonríe Bajo Un Sol Todo Luz: La Igualdad. II Extinguidos Los Odios Añejos Perseguimos Un Solo Ideal: Que Prospere La Tierra Nativa Bajo Un Cielo De Amor Y De Paz. III El Trabajo Es La Fuerza Suprema Que Nos Lleva Cual Nuevo Titán A La Meta Sublime Y Gloriosa De Los Pueblos Que Saben Triunfar. IV Que En El Táchira Ondule Por Siempre Como Enseña De Honor Regional, Con La Unión Y Altivez De Sus Hijos, El Trabajo, La Paz, La Igualdad. Letra: Ramón Vargas Música: Miguel Ángel Espinel Página 18 El Himno Del Estado Táchira, Las Glorias de la Patria es históricamente la tercera canción considerada Himno regional del Táchira, tiene su origen en un decreto del Ejecutivo del Estado del 19 de diciembre de 1912 con el que se abre un concurso para la composición de la letra del Himno del Estado, del cual resultó ganadora la lírica escrita por el poeta sancristobalence Ramón Eugenio Vargas. Posteriormente el 24 de Abril de 1913, el Ejecutivo regional en la persona del Presidente del Estado General Pedro Morillo, abre un nuevo concurso, esta vez para la selección de la pieza musical que ha de concordar con la letra ganadora. De dicho concurso resultó seleccionada la obra compuesta por el violinista tachirense Miguel Ángel Espinel, quién para entonces solo tenía 18 años de edad. El Himno fue oficialmente estrenado en la Retreta de Gala del 5 de julio de 1913 por la Banda del Estado durante la celebración de los 102 años de la firma del Acta. Página 19 CONCLUSIÓN: Para Bolívar, la "felicidad" fue la razón de su magistral obra. Para lograrla, se convirtió en soldado y luego como legislador, creó un conjunto de Códigos y Leyes orientados a lograr la justicia y la libertad, como las hermanas inseparables de la felicidad de los pueblos. Toda su obra legislativa se fundamentaba en la igualdad de los hombres frente a las leyes En esta búsqueda interminable, Bolívar supo interpretar la justicia, no como la manera de castigar a los hombres, sino como la fórmula de la felicidad. Los principios bolivarianos están orientados a lograr la "felicidad" en todos los campos, eliminando las barreras divisionistas entre los ciudadanos, procurando el Imperio de la Igualdad y la Libertad sustentada en la Soberanía Popular, como el único árbitro del destino del país, frente al Poder Supremo y el Imperio Económico que trata de dominar los pueblos; sin embargo, Bolívar supo encontrar el justo punto de equilibrio entre las funciones del gobierno y las del colectivo, en una balanza de justa distribución de las riquezas del país: Simón Bolívar, además de ser considerado como El Libertador de un buen pedazo de Sudamérica (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia); se destacó mucho como un Reformador Social y persona muy preocupada con todo lo relacionado al pueblo en general, sus exigencias y todos los factores que son necesarios para mantener a un pueblo con un desarrollo socioeconómico sostenible. Desde el punto de vista social, las nuevas ideas independentistas, de libertad, y de igualdad social, fueron las grandes causas para que éste se preocupara muy intensamente de los indígenas y los esclavos, debido a que se consideraban como la clase más baja de la colonia. Para ello tuvo que firmar muchos decretos y manifiestos, con el fin de defender los derechos de todas esas personas, que simplemente lo que servían eran para ser peones y trabajadores de las grandes plantaciones y a favor de los grandes ganaderos. Bolívar dice que, "la justicia es la reina de las virtudes republicanas", y que eso es lo que garantiza la Seguridad Social, es decir, para que pueda existir Seguridad Social debe haber Justicia. Además, sin ella no podemos construir una sociedadEs su concepción macroeconómica, la justa distribución de la riqueza, es la fórmula para mitigar la miseria. Insiste en el reparto de los bienes nacionales, primordialmente tierras; el principio inquebrantable de nacionalización de riquezas mineras por ser partes del subsuelo y por consiguiente, ser parte de la nación y de sus ciudadanos. Bolívar concebía la educación como un instrumento de realización indispensable en la obra del buen manejo del Estado, y el problema era educar a todo el pueblo, por ello crea la educación pública obligatoria dirigida y orientada por el Estado. Bolívar en su discurso de Angostura dejo ver todo su ideal políticos, para él la verdadera Democracia implica que la autoridad es derivada del Pueblo, de la suprema voluntad popular, igualmente describe que "El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política". Las bases de un buen gobierno republicano deben estar sustentadas en la soberanía del pueblo, la división de los poderes, la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios. Página 20 Resulta evidente que, en la conquista de América, desde un principio, se produjo una desvinculación respecto de la Corona (aunque ésta fue llevada a cabo a modo de “concesión”) y ello derivó en una pérdida de control directo sobre las nuevas tierras. Cuando una cosa empieza mal, acaba mal. Esto es lo que le ocurrió a la Corona con las “Indias” (creían que era la India, pero era América). La situación nunca pudo ser reconducida, y es que los hombres que arriesgaron su vida para hacer del Rey aquellas tierras, finalmente las sintieron como propias. La Sociedad indígena hereda de la cultura española, la religión (que le da un sentido esencial, traspasado por las ideas y sentimientos católicos), que está presente en todos los actos de la vida, orientado desde la conducta individual hasta las funciones del Estado. La llegada de los evangelizadores españoles a Chile marcó una gran etapa en la conquista chilena, ya que hicieron grandes avances educacionales como los colegios, universidades y otros establecimientos. Los conquistadores fueron, son y serán para siempre forjadores de nuestra historia y a la vez descubridores de un nuevo mundo, el que hoy es nuestro hogar, nuestro continente. Más allá de todas aquellas notables injusticias que vivieron los miles de habitantes originarios de nuestro continente, debemos agradecer a nuestros antecesores colonizadores, quienes, aunque hayan cometido tantas barbaridades, se arriesgaron a un mundo totalmente desconocido, quizás algunos por intereses personales y otros por el porvenir de su reino, y se asentaron imponiendo sus ideales los que consideraron válidos y prósperos para la formación de su reino a través de los años. Página 21 ANEXOS: LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES (1492). Página 22 SIMON BOLÍVAR. BANDERA NACIONAL. ESCUDO NACIONAL. Página 23 HIMNO NACIONAL DE VENEZUELA. Página 24 BIBLIOGRAFÍA. .http://www.mgar.net/var/bolivar.htm . http://venezuela.costasur.com/es/simon-bolivar.html . http://www.educarchile.cl/ech/pro/app/detalle?ID=130082 . http://www.venezuelatuya.com/historia/12_octubre.htm . http://www.embavenelibano.com/v000017s.html Página 25