Núm. 184 - Publicaciones De Defensa

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. EVISTA ILtJSTRADA DE L ARMAS Y SERVICUOS. ME RIO DEL EJERCITO ejército REVISTAILUSTRADADE LAS ARMASY SERVICIOS Año XVI Núm.184 Mayo 1955 SUMARIO La munición para el fusil automático. (Impropiamente llamado fusil de asalto.) (Pág. 3.)— Comandante Wilhelmi Castillo. El caballo y el motor, medios de acción de la Caballería. (Pág. ll.)—General López de Letona. Desembarco en Normandía.—El día D en las playas de Omaha, Goid, Juno y Sword. (Pág. l3.)—Generales Rubio López-Guijarro y Rodríguez- Cano Martínez. Conceptos orgánicos sobre la Infantería. (Pág. 25.)— Capitán García Antón. La defensa de las costas de España en el siglo XVI.—Ideas sobre su organización por el estudio de un caso concreto.—Sitio de la Coruña en 1589. (Pág. 29.)—Teniente Coronel Martínez Lorenzo. Empleo táctico comparado del Puente Bailey. (Pág. 37.)—Teniente Coronel Ruiz Martín. El infante y su arma individual. (Pág. 41.)— Comandante Salas López. La zona de retaguardia y transportes. (II.) (Pág. 47.)— Comte. Sancho Sopranis y Favraud. Información e Ideas y Reflexiones El ataque de noche por la Infantería. (Pág. 55.)—Von Georg Lieb. (Traducción.) La construcción de las bases norteamericanas en España. (Pág. ÓO.)—Contralmirante Perry. (Traducción.) Diseño para un Ejército “atónjico”. (Pág. 62.)—Coronel B. Sloan. (Traducción.) Notas breves. (Pág. 6S.)—Blancos automáticos para la instrucción de tiro. ==Radar contra mortero.=- Equipo AN/MPQ.1o Norteamerjcano. Galería de la M. M. en la Academia de Infantería.= Educación de los perros con fines militares.=Varias noticias del Ejército de EE. UU. =Fotografía ultrasónica para exploración clínica.= La cámara cinematográfica al servicio de la investigación científica.=. Cursos de enmascaramiento.=Trasporte aéreo del obús de 155. mm.=Proyectiles dirigidos.=Algunas noticias de Francia. Problemas creados por la complejidad de los armamentos. (Pág. 72.)—W. Cotton. (Traducción.) Selección de conti gente militar; tipo a incorporar. (Pág. 73.)—C. Andrade Meyo. (Traducción.) Caballería aerotransportada. (Pág. 76.)—Capitán Rodríguez Toquero. La invulnerabilidad de las instalaciones hidroeléctricas en tiempo de guerra. (Pág. 77.)—Teniente Coronel Bene. detto. (Traducción.) Guía bibliográfica. (Pág. 81.)—Comandante Martínez Bande. [.)1111] rrr.1,WMvfl1tnn.n ‘1 I . r.ii ‘1:11 ‘— ‘‘1ii (ó1’ 4i1 t diit’I 11i’a.r.[‘tTiit.í• ii4.1iI4ik’L. . .I.I TLY T1k.i MINISTERIODELEJERCITO ejército REVISTA ILUSTRADA DE LAS ARMAS Y SERVICIOS DIRECTOR: ALFONSO FERNÁNDEZ, Coronel de E. M. JEFE DE REDACCIÓN: General de Brigada Excmo. Sr. D. José Díaz de Villegas, Director General de Marruecos y Colonias. REDACTORES: General de Brigada Excmo. Sr. D. Mariano Alonso Alonso, de la Escuela Superior del Ejército. General de Brigada Excmo. Sr. D. Gregorio López Muñiz, de la Escuela Superior del Ejército. Coronel de Artillería, del Servicio de E. M., D. José Fernández Ferrer, de la Escuela Superior del Ejército. Coronel de Infantería D. Vicente Morales Morales, del Estado Mayor Central. Coronel de Artillería, del Servicio de E. M., D. Carlos Taboada Sangro, del Regto. Artill. n.a 19. Coronel de E. M. D. Angel González de Mendoza y Dorvier, del Estado Mayor Central. Coronel de E. M. D. Ernesto Pacha Delgado, del Estado Mayor Central. Coronel de E. M. D. Manuel Chamorro Martínez, del Estado Mayor Central. Coronel de Infantería, del Servicio de E. M., D. Alfonso Romero de Arcos, disponible a las órdenes del Excmo. Sr. Ministro del Ejército. Teniente Coronel Interventor D. José Bercial Esteban, del Ministerio del Ejército. T. Coronel Ingeniero de Armamento D. Pedro Salvador Elizondo, de la Direc. Gral, de Industria. Comandante de Intendencia D. José Rey de Pablo Blanco, del Almacén Regional de Intendencia. PUBLICACION MENSUAL Redacción y Administración: MADRID, Alcalá, Teléfono 22-52-54 Correspondencia,Apartadode Correos317 PRECIOS DE ADQUISICION Para militares, en suscripción colectiva por intermedio del Cuerpo Para militares, en suscripción particular (por semestres adelantados) Para el público en general, suscripción anual120,00 Extranjero, suscripción anual250,00 Número suelto12,00 Correspondencia Correspondencia para suscripciones, para al colaboración, Administrador, de Infantería. al D. 7,00 50,00 18, Ptas. ejemplar. 1 Director. Francisco de Mata Diez, Comandante 4•0 La pputieióii (Inqir tpiaiiz para el fusil autointieo e te llaujado fusil de a s al tú) Comandante, Ingeniero de Armamento, LUIS WILHELMI CASTILLO, del Alto Estado Mayor. ERA Los alemanes dos frena tes, eny 194L sin presentir aún suluchaban tragedia,enempieza preocuparles ya la superioridad numérica de sus ad versarios. En el frente ruso, sobre todo, hay que deshacerse de muchos adversarios lo mismo en el ataque qué en la defensa; a veces, de demasiados ad versarios para los medios de fuego disponibles. Es necesario poner fuera de combate a muchos enemigos antes de poder llegar a sus trincheras; hay que clarear enormemente las oleadas de asaltantes rojos si no se quiere que lleguen demasiados de ellos a las líneas propias. En los frentes, el Mando recurrió a armas es peciales “para el asalto”; armas del tipo más bien de pistolas ametralladoras, con poco alcance y escasa precisión, pero que en el combate próximo contra grandes masas de hombres eran capaces de impo nerse más, sin embargo, por su acción moral que por su verdadera eficacia. Pero esta primera idea no era práctica. Ni era po sible que los infantes llevaran dos armas, una para el combate normal y otra para la fase crítica del asalto o la contención; ni tampoco era cuerdo dividir los efectivos en tropas corrientes y tropas asaltantes. Inmediatamente se pensó en la necesidad de reunir en una sola arma el mosquetón reglamentario y las armas de asalto. De esta .idea y de la convicciónad quirida en el frente de que los alcances de las armas reglamentarias eran innecesariamenteexagerados,em pezó a dibujarse la idea del arma que dió en llainarse “fusil de asalto”, de cuyo nacimiento y desarrollo, así como de otras cuestiones con ellas relacionadas, se ha ocupado ya en varias ocasiones este Revista EJERCITO, con algunos trabajos originales o tra ducidos (i). Hoy vamos a intentar dar una idea clara sobre los tipos de munición desarrollados en torno a este arma, estudiando sus características y haciendo una crítica de las mismas, en relación con las exigencias que se le imponen. Antes de exponer las características que ha de tener el fusil de asalto—primerpaso lógico para póder enjuiciar sobre la munición a emplear en él—no du damos en insistir una vez más en la importancia de y (1) 179. Ver ndmeros de EJ E RCITO: 139, 170, 171, 174 dicha munición. Es corriente oír hablar de armas, y establecer comparacionesentre ellas, en cuanto a al cance, precisión, efectos en el blanco, etc., sin men cionar para nada sus municiones. Nada más erróneo ni nada más paradójico que esto. Es la munición, en primer término, y no el arma, la que produce esos efectos balísticos. El arma, naturalmente, ha de lle nar también una serie de condicionesconstructivas y de todo orden, pero su principal misión será disparar la munición proyectada para ella, de tal manera que se aprovechen al máximoposibletodas sus cualidades. Hoy día, cualquier arma moderna del tipo que veni mos estudiando suele cumplir bastante satisfacto riamente esta condición, a poco bien concebida que esté. Dos armas modernas de este tipo, que disparen la misma munición, tendrán siempre unas caracterís ticas balísticas tan semejantes que podemos llamar iguales. Si queremos pues estudiarlas y establecer comparación entre ellas, tendremos que scfialar otras cualidades distintas de las balísticas; por ejemplo, la seguridad de funcionamiento,su manejabilidad, la mayor o menor sencillezde sus mecanismos,el tiempo de fabricación requerido en una producción en masa, las posibilidades de fabricarla con maquinaria y ma teriales de tipo normal, etc. Dos armas, en cambio, de municiones realmente diferentes tendrán, en general, cualidades balísticas distintas, aunque su forma externa y su sistema de funcionamiento sean análogos. La sucesión lógica para la concepción, desarrollo y realización de un arma es como sigue: t.° Los tácticos, usuarios futuros del arma a rea lizar, estudian las características que desean para esa arma, y las concretan en una serie de exigenciasque a la misma se imponen. 2.° Los balísticos desarrollan una munición capaz de llenar aquellas exigencias. 3.° Los proyectistas del arma, desarrollan una capaz de disparar aquella munición en las condicio nes antes seflaladas y que cumpla además las res tantes exigencias, impuestas, unas por los tácticos, tales como peso, dimensiones,manejabilidad, etc., y otras de tipo técnico-económico,como las ya seña ladas, de sencillez, facilidad de fabricación, etc. Vemos, pues, que la municiónes la que da verdadero 3 carácter y personalidad a un arma. Por esto, al surgir el concepto de “tusil de asalto”—arma cuyas carac terísticas quedaron bosquejadasdurante la última gue rra mundial y se acabaron de perfilar en estos años de la postguerra—, es necesario proyectar una mu nición a la medida de estas nuevas exigencias. Vea mos cuáles son éstas: Por encima de todas las discusionesque sobre este tema han existido y continúan aún existiendo, pa rece prevalecer la idea de que esta arma, llamada “fusil de asalto”, impropiamente porque su empleo no se limita al asalto, no debe constituir un arma más que recargue la excesiva variedad de las que actual mente padece la Infantería; por el contrario, el “fusil de asalto”, debe constituir el armamento básico del infante, como arma unitaria, en sustitución del fusil ó el mosquetón, que hasta ahora empleaba. Deberá ser un arma que normalmente dispare tiro a tiro, con carga automática, y que, cuando se necesite, sea susceptible de hacer también tiro en ráfagas; pero ráfagas con eficacia. Sobre este punto merece la pena detenerse. Indudablemente, quiérase o no, la intro ducción de esta arma va a representar un aumento en el municionamiento, no tan elevado ni importante como a primera vista pudiera parecer, pero el con sumo aumentará necesariamente en relación con las armas de repetición. Esto quiere decir que es absolu tamente indispensable procurar el aprovechamiento de los disparos, haciendoque éstos vayan siemprebien dirigidos, y esto tanto en la modalidad de tiro atiro como en la de ráfagas. Ahora bien, para que un tira dor de tipo medio pueda mantener su arma apuntada a un blanco, haciendo fuego ametrallador y con un peso de aquella que por las exigencias tácticas no podrá rebasar mucho de los cuatro kilogramos, es necesario que el impulso de retroceso no sobrepase un determinado valor; pues a partir de ahí el arma se levantará, no se podrá mantener apuntada y hare mos baldío el esfuerzo que viene desde la fábrica de municiones hasta los últimos escalones del servicio de municionamiento,para acopiar en primera línea la munición necesaria, perdiéndose tanto afán en unos disparos que no tendrán ninguna eficacia contra tro pas medianamente veteranas. Fundados en las anteriores consideracionesy en las upiniones recogidas sobre esta arma dentro y fuera de España,podemos ya exponer las caracterís ticas a que debe responder. Su peso no debe exceder sensiblemente de los cuatro kilogramos. Su longitud, en general, no rebasará el metro. Funcionará tiro a tiro, con carga automática, o en ráfagas, debiendo tener, en este segundo caso, una cadencia media (en tre 400 y 500 disparos por minuto). Se busca la má xima rásancia de trayectoria en beneficio de la zona batida y de la precisión. Respecto al alcance eficaz, los difetentes especialistasno se han puesto de acuer do: mientras los unos aseguran que más allá de los 400 ó 500 metros es inútil el empleo de las armas ligeras del infante, otros, en cambio, propugnan por 4 alcances mínimos de 1.000 metros, o incluso supe riores. Lo primero, que no está completamente claro ni hay sobre ello un concepto concreto, es lo que se entiende por alcance eficaz. Todos tenemos un concepto de ello, pero al no haber unas condiciones concretas que lo definan, no es posible tampoco fi jarlo exactamente para ninguna arma. De todas for mas, parece lógico que, en tanto no perjudique otras cualidades, tales como el peso o la longitud del arma o de la munición, ni haga que el impulso de retro ceso sobrepase el límite a que antes aludíamos, será siempre preferible que el arma sea eficaz a mayores distancias. Esto resalta, sobre todo, si pensamos en. la guerra en terreno montañoso, disparando de ladera a ladera. Se pide también, como ya indicamos, un gran espacio batido o, lo que es lo mismo, una gran rasancia de trayectoria. Pero aquí precisamente ra dica una de las mayores dificultades con que ha tro pezado y sigue tropezando la munición para el fusil de asalto. Para que dicha munición no produzca una excesiva reacción en el arma, es preciso que su im pulso de retroceso no sea tampoco excesivo, y esto limita el peso del proyectil y su velocidad inicial, factores de los que dependen el alcance y la rasancia. Vamos a explicar a continuación lo que se en tiende por impulso de retroceso de una munición y por qué se toma esta magnitud para tener una me dida de tipo comparativo. Fueron los alemanes los que, convencidos de la importancia de esta caracte rística de la munición, la estudiaron a fondo, ha ciendo una serie de experiencias hasta llegar a de terminar el máximo valor soportable por el tirador de tipo medio, siempre en el supuesto de dispararla con una arma de unos cuatro kilogramos de peso. En realidad, lo que los alemañes llaman impulso de retroceso no es otra cosa que la cantidad de movimiento del proyectil y de los gases de la pólvora. Como es sabido, todo sistema en el que se origina un movimiento tiende a conservar invariable la posición de su centro de gravedad. De aquí que si multiplica mos la masa del arma, que tiende a retroceder, por la velocidad de este retroceso, ese producto será igual al de la masa del proyectil multiplicada por su velo ddad, más la masa de los gases de la pólvora multi plicada por la suya (la velocidad de los gases es bas tante superior a la del -proyectil). Por tanto, lla mando M Masa del arma. Velocidad de retroceso del arma. = Masa del proyectil. Velocidad inicial del proyectil. =Masa de la carga de pólvora. Velocidad de los gases y partículas de la carga. = y = mp = rn = podemos establecer: M . y = mp V0 . +.flic . ¡7’ CUADROJEORPALDECARACTERrSTIOAS DELPSDITAS }D3RICIOEES gramos y la aceleraciónde la gravedad en m/seg’ y V en m/seg. Pues bien, Mao; 7—65 después de una serie muy minuciosa 1r CEI de experiencias, los alemanes llegaron ,a la conclusión de que, para un arma un 9,9 7,92 7,02 7,92 7,62 ial o r 9,3 2,1 6,8 12,8 de cuatro kilogramos de peso, el im 9,3 »6l varo 0,4 1,2 1,8 2,9 Z9 pulso de retroceso no debe ser superior gr 12,3 17,3 12,0 27,4 24,0 a O’75 Kg. x seg., sise quiere que el la balo un 16,0 25,5 46 35 29 tirador pueda mantener su arma enca aa 33,3 47,8 74 00,4 71,1 rada al blanco, disparando en ráfagas. ial u/a 372 685 800 850 755 boca 58,5 kpn 194 222 367 A esta condicióndebe pues supeditarse 342 retreceso kis 0,33 C,71 0,74 1,26 1,13 cualquier desarrollo de munición que u. 13 k3a 37 71 186 120 se haga para un fusil de asalto. De lo a, kgu 25 88 40 contrario, esta arma perderá su verda rara bien— altura; dera significación,y toda la teoría que a 21 66 500 500 500 le ha servido de base, y de la cual ha a 27 4 34 nacido, caerá por tierra. 6 00 a cm ai..35O 170 17 La munición que desarrollaron los alemanes para su primer fusil de asal Es difícil determinar la velocidadde los gases y de to, llamado MP-44, fué una cuyo impulso de retro las partículas de pólvora que salen sin acabar de ceso era de 0,71 Kg. x seg. Las demás características arder. Por esto se ha determinado un coeficiente ex de esta munición pueden verse en el cuadro general perimental, de valor 1,3, por el que se multiplica la de características que se acompaña. masa de la carga de la pólvora, se suma este proLa bala era de estructura corriente, con envuelta producto a la masa del proyectil y se considera, ya de latón o bimetal—como la mayoría de las alema que esta masa total sale animada de la velocidad y0. nas—y núcleo de acero almohadillado con plomo. La fórmula defintiva será, pues, expresando ya pesos La pólvora, de excelentecalidad, era de nitrocelulosa en lugar de masas: muy alta en nitrógeno, de grano perforado, en forma de diminutos macarroncitos, y con una gran densidad P= Peso del arma. gravimétrica. La poca longitud del cartucho permitía p = Peso del proyectil. cargadores estrechos, poco recorrido del cierre y que c = Peso de la carga de pólvora. el tirador pudiera llevar consigo una gran cantidad de munición. Con esta munición se hizo un gran avance, gracias P +1,3c .o=[1] principalmente a las buenas cualidades de su pólvora. g g El cartucho sólo pesaba 4,5 g. más que el de 9 mm. y, sin embargo, su potencia no podía ya com El tirador tiene, naturalmente, ue absorber una largo, pararse con la de aquél. Se había pasado ya de la energía, la de retroceso del arma, y sería más exacto munición de pistola—que no otra cosa es la de 9 mm. determinár ésta en cada caso para estudiar las reac largo o Parabellum—a otra intermedia, con muchas ciones en el disparo. Pero de lo que se trata es sim plemente de tener una magnitud, sencilla de obtener, más posibilidades. Basta, para darse cuenta de esto, de tipo comparativo y que dé suficiente idea del com comparar entre sí los valores de energía en boca, a 500 m. y espacio batido hasta 500, de las portamiento del arma. Para armas de igual peso y energía balas de 9 mm. largo y MP-44, en el cuadro general análogas características, los resultados a obtener en de características. el tiro pueden preverse si se conoce el impulso de Sin embargo, con la munición del MP-44 el alcance, retroceso de su munición. como se ve, era todavía pequeño y la rasancia tam Por eso los alemanes calculaban esta magnitud ha bién escasa. Fué un desarrollo realizado en plena ciendo uso del segundo miembro de la fórmula [1]; guerra y que respondía además a unas ideas tal vez que llamando ¡ al impulso, quedará: demasiado radicales, como contrapartida a las cuali dades balísticas de las armas entonces en uso, con cualidades inútilmente elevadas. g A base de esa munición, la idea de que el fusil de asalto alemán MP-44 sustituyera a los mosquetones Para una munición determinada, todos los factotes y a las pistolas ametralladoras, resultaba demasiado que entran en la fórmula son conocidos y el valor, ambiciosa. como se ve, muy fácil de hallar. En la posguerra, muchas naciones se han preocu En esta fórmula, el resultado vendrá expresado en pado de este problema del fusil de asalto. En los dis: Kg x seg., siempre que expresemoslos pesos en lçilo tintos desarrollos que se han llevado a cabo, en In i — — — — — — - 5 Trayecforis ckd,.vitaa ha/aadfus//para una¿ 9na/a de óOOm. Oistanc/as Eacda vertical /00 vecesnayor viiela ñcrizontal glaterra, Bélgica, Estados Unidos y Francia, princi palmente, se ha visto siempre la misma pugna—más o menos encubierta—entre los proyectistas, que pre tendían mantener la potencia de la munición dentro de límites admisibles para que el tirador pudiera soportar el disro en buenas condiciones,y los usua rios del arma, que, aun reconociendoque la potencia y alcance de sus armas clásicas eran excesivas y so brecargaban al soldado e incluso a la economía na cional inútilmente, se resistían, sin embargo, a la hora de examinar un proyecto, a que el arma presentada disparase una munición menos potente que la hasta entonces empleada. Los inglesesdesarrollaron en 1950-51una munición de calibre 0,28” (7,1 mm. aprox.), con la cual preten dían ya sustituir la del mosquetón e incluso la de los fusiles ametralladores. Era una munición más potente que la del MP-44; pero sus mejorescualidades en cuanto a rasancia y al cance eficaz, las conseguía, entre otras razones, por la disminuciónde calibre, desde 7,92 mm. a 7,1 mm.; y eso es, precisamente, por lo que Francia y Norte américa se opusieron a la citada munición inglesa. En Estados Unidos, el criterio de los Estados Ma yores fué inflexible: no se admitiría ninguna muni ción cuya energía en boca no alcanzara, por lo me nos, los 300 kgm., y cuyo calibre fuera inferior a 0,300” (7,62 mm.). Con este criterio, que prevaleció por encima de la opinión e informe de los técnicos, se falseó, a nuestro modesto entender, la idea básica del fusil de asalto. Si por una parte este fusil ha de ser el arma individual del soldado y como tal, no rebasar sensiblemente los cuatro kilogramos de peso; y por otra, la potencia de su munición es tan elevada como el Estado Mayor americano exige, el tirador no podrá controlar sus disparos cuando haga fuego por ráfagas; el arma así será una solución de compromiso, con más inconve nientes que ventajas y el alcance eficaz, que se pre tendía aumentar por la energía remanente de la bala quedará disminuidopor la falta de precisión en el tiro. 6 Como consecuencia de este criterio, y buscando,a pesar de todo, un cartucho más ligero y más corto que el reglamentario americano para el fusil Garand M-1, se desarrolló el cartucho. que fué denominado T-65. El cartucho primitivo T-65 tenía una bala plana por su parte posterior, y sus condiciones balísticas no eran demasiadobuenas. La pólvora era del tipo es feroidal, con densidad gra , / vimétrica elevada, que per mitió reducir bastante el tamaño de la vaina, dentro de que ésta, naturalmente, seguía siendogrande dada la energía exigida al disparo. Los belgas desarrolaronun cartucho, bajo la denomi nación de PP-77,igual externamente al americanoT—65, pero con una bala de trazado aerodinámico,con la cual consiguieron mejorar bastante la rasancia de trayecto ria y la energía remanente a distancias largas. Conser varon el mismopeso de la bala, 9,3 g., pero pusieron un núcleo de plomo en lugar del de acero que tenían los americanos, pensando en una posible escasez del plomo. Conservaron el tipo de pólvora esferoidal. En los primeros meses de ‘1953, la prensa de casi todo el mundo dió noticias sobre unas pruebas de fusiles que se llevaban a cabo en Inglaterra. En rea lidad, lo que se ventilaba allí era la munición a em plear, más que las armas; aunque los distintos países tenían también interés en mostrar sus armas, es com prensible que pensaran que cada cual se fabricaría las suyas, siempre que dispararan en cambio la misma munición. Los resultados fueron al parecer favora bles a la munición belga PP-77, ya que, teniendo su bala mejor trazado que la americana, se adaptaba, además, mejor que la inglesa, a las exigencias mili tares antes mencionadas de los Estados Unidos. Norteamérica mejoró entonces su bala, dándole también forma aerodinámica, aunque conservando el núcleo de acero y, por supuesto, el mismo peso. Con ello, hoy día se tiene una munición que es el cartucho T-6. mejorado y que se fabrica, bien con bala de núcleo de acero, o de plomo, pero que esde características en todo semejantes. Por este cartucho—y no por fusil alguno—es por el que la NATOse pronunció hacia fines del año 1953. Por el cuadro general de características puede verse las escasas ventajas que, en cuanto a disminu ción de peso y longitud total, presenta el cartucho T-65 frente a nuestro reglamentario Mauser con bala PP; siendo en cambio de características balísticas para distancias largas, notablemente inferiores a él, como puede apreciarse también por el citado cuadro y por el gráfico de trayectorias (fig. 1). Así y todo, el mayor inconveniente de este cartu cho patrocinado por la NATO es, como queda dicho, su elevado impulso de retroceso. Para que el arma fuera estable disparando con esa munición, de potencia no demasiado alejada del car tucho Mauser reglamentario, sería necesario que su peso fuera de unos 7 a 8 Kg.; es decir, de un orden no muy alejado tampoco de los actuales fusiles ame tralladores que disparan la munición Mauser. Esto no podía menos de ser así, ya que se comprenderá que los proyectistas del mundo entero, no llegaron por capricho, en sus fusiles ametralladores, a ese peso, sino porque así lo exigía la munición a emplear en ellos. En el dilema de, o tener una munición potente, de gran alcance eficaz y gran poder de penetración, aun con los inconvenientes que ello lleva consigo, o con tentarse con menos alcance—suficientepara el com bate de la yInfantería—en por la ligereza comodidad delbeneficio arma y del sus infante, municiones, se ha pretendido llegar, con la munición T-65, a una. solución de compromiso,que no llena en realidad ni una ni otra aspiración. En España, el problema fué planteado términos análogos, aunque no exactamente iguales;enpero se ha solucionado, en cambio, por un camino totalmente diferente. Se exigía desarrollar una munición para un arma de cuatro kilogramos de peso; con un alcance eficaz, en cuanto a energía remanente, rasancia y precisión, de hasta 1.000 m., tanto tiro a tiro como en ráfagas. Estas exigenciasson muy duras. Es fácil desarrollar una munición con ese alcance eficaz si el impulso de retroceso se mantiene elevado; pero entonces no se cumple la condición, como ya tantas veces hemos repetido, de que el arma tenga buena precisión en el tiro por ráfagas. Es fácil. también obtener una muni ción con poco impulso; pero esto ha de ser a costa de disminuir el peso de la bala, de bajar la velocidad inicial, o de ambas cosas simultáneamente. Con una bala poco pesada de alguna de las formas hasta ahora conocidas,se pierden rápidamente la velocidad y energía remanentes. Con poca velocidad inicial no hay rasancia de trayectoria. Sin embargo,con se ha compaginar todasdeestas características unalogrado munición—el cartucho nú cleo ligero CETME de fabricación española—conuna vaina bastante corta y una bala de tipo que se aparta completamente de las formas usuales. Dicha bala tiene una longitud de 5,8 veces su ca libre, proporción qué no alcanza ningún otro proyectil correspondiente a las armas portátiles existentes en el mundo. Su velocidadinicial es de 820 mseg. y está en el límite superior de las usuales para fusiles. ¿Cómo mantener bajo el impulso de retroceso, a pesar de esa elevada velocidad inicial? Rebajando el peso de la bala y el de la pólvora, que había de tener carac terísticas especiales, Esta doble condición exigía a su vez: En cuanto a la bala, unas extraordinarias carac terísticas de forma para que no perdiera demasia da velocidadhasta los 1.000metros de alcance exi gidos. En cuanto a la pólvora, unas cualidades también excepcionales, ya que tenía que llevar poca carga en favor de la impulsión; no alcanzar demasiada presión, en favor de los espesores del cañón y ro bustez en general, de las piezas; debía quemar en un tubo bastante corto y con una bala muy lige ra; por último, debía dar a esa bala una veloci dad de por encima de 800 m/seg. El problema de la bala pudo solucionarse gracias a una inteligente repartición de masas que permitió darle la longitud antes indicada, consiguiendoademás una estabilidad nada corriente a lo largo de toda su trayectoria. Como se ve en la. figura 2, la bala tiene un núcleo de aluminio y una camisa inconipleta de latón. De esta forma, por ser la zona periférica de mayor densidad, se favorece el momento de giro es tabilizador; por otra parte, al estar esa camisa más densa hacia la parte del centro de gravedad y centro de empujes, se evita el movimiento perturbador de cabeza y se asegura que una bala tan larga no tenga, sin embargo, peligro de voltear. En la citada figúra, en que están representados a escala los distintos cartuchos, puede apreciarse cómo, con una vaina mucho más corta que la del T-65, el cartucho CETME alcanza casi la misma longitud que el Mauser con bala PP, a causa de la gran longitud de su bala ligera. La pólvora representó un problema bastante arduo, ya que con los tipos de corriente de fabricación en Es paña no podía solucionarse.Para tener previstos todos los caminos y no retrasar el desarrollo de la munición, se hizo el encargo simultáneamente a la Fábrica Na cional de Granada y a dos Sociedades extranjeras, de conseguir una pólvora adecuada. Una de las dos So ciedades extranjeras citadas rechazó el encargo por considerarlo demasiado exigente. Del otro país se empezaron a recibir una serie de muestras que se iban acercando a nuestras aspiraciones, pero sin llenarlas por completo. En este punto, la Fábrica de Granada—quehabía recibido el encargo con retraso, por razones que no son del caso, y que además había tenido que pre parar un utillaje especial—enviósu primera mues tra Esta estaba más cerca de las condicionesexigi das que ninguna de las recibidas del Extranjero. Ante este éxito de la citada Fábrica Nacional, se abandonó ya la traída de pólvora de fuera y al poco tiempo se podían ya cargar la primera serie de cartuchos con una pólvora encajada en características y de exce lentes condiciones. Cuando se empezaron a realizar las pruebas de.es tabilidad y precisión con esta munición, se pusieron inmediatamente de manifiesto sus excepcionales ca racterísticas, Con el mismo impulso de retroceso que — — 7 ¿ afán Letón 90//O H,óprc. sáa Plomo ,41u,rnnio 9 LARGO /4P-44 E. T,. C. ¿ -5 FN 7 CaJ,b,e 9r,rn, Calibre Z92,nra Calibre Z9Zaan Calibre £62 Peso de/cap/echo 12,8 gr Pca,,oWcar/acbo 173 gr. Peso de/can’ oc/a, gr Pes<,de/cap/ejcho 24’gr de/abaJe 83 .. de labe/a 8/gr - och6ela ¿.8,, ,, de/a/ja/a 93,, ck4a carga (4,, ., (le/acelga £6.. de le carga £8. .. de la carga 29.. Ve/oc/dad /?zc/e/ 372 le/e Ve/oc,dedrn/c,/ 685/e Veb’/,,,á’s/ 890O$’ Veloc/dadi»k-ia/ 8’m/s Energía renarjen/e 609,e Vb’sz Ene,q/aie.rnaien/e 6a2,713/KgssE’erginemaoente ¿Z)si 5óKga. tnerg /eó(Ve,l4íine f7echafrayectorL 60Cm 9a fleche trayec/oria600oz3G9m. flecha frayectcri6O2ns 143m. Flecha 6Vm 32cm Asersidoa ÓCVm JEOcnz .Die,oeiejcwa ÓCV,z’ Di.cpersion a 6Vm /70cn O,ns.aa60C,n tenía la primitiva munición alemana del MP-44, esto es, con la misma facilidad de mantener el arma apun tada disparando en ráfagas, se había duplicado prác ticamente el alcance eficaz, pasando de 500 m. a 1.000 m. En efecto, a esta distancia vemos, en el cuadro general de características, que la energía re manente de la bala ligera CETME es aún de 25 kgm., más que suficiente para poner fuera de combate a un hombre y capaz de perforar prácticamente—corno se ha demostrado—cualquier casco de acero de los reglamentarios en los distintos países, o también al rededor de 15 cm. de madera de pino. Por otra parte, a esa distancia de 1.000 m., puede garantizarse que un tirador ejercitado, con una duración de fuego de sólo un segundo, sobre un blanco humano, tiene una probabilidad del 50 por 100 de obtener por lo menos un impacto; es decir, el arma es verdaderamente eficaz hasta 1.000 m. Para hacer resaltar esto de una manera gráfica, presentamos en la figura 3 tres blancos siluetas de tipo americano y de análogas dimensiones. Las dos de la izquierda, son una reproducción de las apareci das en el número de febrero de 1952 de la Revista norteamericana “United State Force”;’lade la derecha reproduce otra silueta, después de disparar sobre ella en el Polígonode Carabanchel. Todas elIashan sido obtenidas con la mismaprueba 8 P.R Calibre .va, /92 Peso de/cap/ticho 2Zlgr delaba/a f2,9 cje lacarga 29., Vehcidacl,»kyál ?55m/e feó»c/6O4rnz flecha trayectoria ó?m /08o, Diapere/ona 600,s 1/Oca, de tiro; un minuto de fuego, tiro a tiro, a o0 yardas, con el arma libremente apoyada. En la figura puede apreciarse que en las siluetas americanas, que pre senta la Revista para demostrar la mejor agrupación y mayor número de impactos obtenidos con la muni ción T-65 en comparacióncon el Garand M-’l,hay in incomparablemente menos impactos que en la silueta española, conseguida con la munición CETME dispa rada con el fusil de asalto de la misma procedencia. En esta última silueta pueden contarse alrededor de 80 impactos, doble aproximadamente de los que se aprecian en la mejor de las dos americanas. Tiros análogos al reproducido en la figura 3 se han obte nido en el Extranjero en pruebas realizadas con el fusil, de asalto español. En junio de 1954, durante unas pruebas oficiales en el Polígono de Tiro de Aberdeen, en Maryland (EE. UU.), un buen tirador de aquel Polígono, pero que empleaba por primera vez nuestra arma, llegó a hacer 72 disparos en el mi nuto de fuego, teniendo que utilizar para ello tres cargadores y obteniendo sobre la silueta también 72 impactos. En Alemania, en enero de 1955, se hizo una prueba análoga en el Campo de Tiro de Policía Federal de Fronteras (Grenzschutzpolizei),realizando los disparos personal aficionado,ya que no se disponía de ningún tirador profesional.Sin embargo, se llegaron a conseguir jiradasen un minutode 64 disparos con 62 impactos sobre la silueta, tiro a tiro, y 124 disparos con 110 impactos, tirando en ráfagas. La rasancia de la trayectoria, elemento decisivo para la eficacia de las armas portátiles, es también muy notable en esta munición. Hasta 500 ni. su rasancia es casi igual al del cartucho Mauserreglamentario con bala PP; y a los 800 m. tiene aún una zona batida de más de 50 m., para un blanco de 1 m. de altura. Han sido puestos, sin embargo, ciertos reparos de tipo político a esta excelente munición, a causa de su estructura, de envuelta incompleta. Por ello se está experimentandoactualmente, con éxito, una nue va versión, también española, de esa misma munición, en boca y ninguna presión máxima; quien tiene todo esto es la munición. Es lamentable oir, incluso a pro fesionales, citar armas automáticas que disparan mu nición de pistola de 9 mm. de largo o Parabellum, re lacionándolas y comparándolas con las armas del tipo fusil de asalto que venimos comentando. Esta es la única razón de que, en el cuadro de características que ilustra este trabajo, hayamos hecho aparecer una munición tan distante de la. de los fusiles de asalto. Esta distancia en las características tenía que pre sentarse en una munición de pistola y proyectada para pistola, cuyo rendimiento ha de ser siempre escaso, sea cual fuera el arma cn que se la dispara. Fig. 3. 1. 2. .—Impactos conseguidos a roo yardas, en. r minuto de fuego, tiro a tiro, con cartucho y fusil Garan.d M-r. z.—Con cartucho T-65. i que salva el inconveniente y conserva. sus buenas cualidades. Pero por estar en período experimental no nos es dado aún publicar sus características. A lo largo de estas breves consideraciones,hemos procurado hacer ver que las características balísticas de un arma se las da la munición que dispara. Nunca se insistirá suficientemente sobre este punto. Cuando se presenta un arma portátil a la consideraciónde un profesional, lo primero que debe éste inquirir es la munición que dispara. Sin este requisito es imposible enjuiciar el arma; sabiendo, en cambio, la munición que dispara, ya puede saberse, poco más o menos, el rendimiento balístico que se va a obtener. Las armas no tienen ninguna ve1ocida inicial, ninguna energía 3. 3.—Idónhica vueba con cay hucha y fusil de asalbo CETME. En el cuadro general se advierte la ausencia del dato sobre energía remanente a 1.000 metros, así como espacio batido a esa misma distancia, para las municiones de 9 mm. largo y MP:44. Ello es debido a que estas municionesno pueden, ni remotamente, emplearse a esas distancias. El espacio batido a 1.000 metros, para munición CETME, es todavía muy pa recido al del T-6, a pesar de tener un impulso de retroceso casi mitad de aquél. La dispersión a 600 metros para el MP-44 no se conoce,porque los propios alemanes no realizaron pruebas a esta distancia por considerar la munición inadecuada para ello; este mismo dato para el T-65 se omite en el cuadro por no disponer de datos sobre ello. 9 Concurso depremios a loscolaboradores deEJERCIT queregirádesdeIdeenerohasta31dedici Para estimular y recompensar los trabajos de los colaboradores de EJERCITO, el Excelen tísimo señor Ministro del Ejórcito ha dispuesto se establezcan, con cargo a la Revista, en el pe ríodo de tiempo comprendido entre 1 de enero de 1955 y 31 de diciembre del mismo año, premios en el número y cuantía y para los grupos que a continuación se expresan: 1.—ESTUDIOS GENERALES SOBRE MANDO Y E. M., ESTRATEGIA, TÁCTICA, LOGIS TICA, ORGANIZACION, MOVILIZACION y ECONOMIA.—Premios: uno de 2.500 y otro de 2.000 pesetas. 11.—ORGANIZACION, EMPLEO, ARMAMENTO Y MATERIALES DE LA INFANTERIA.— Un premio de 2.500 pesetas. 111.—EMPLEO TÁCTICO, ARMAMENTO, MATERIALES Y ORGANIZACION PARTICULAR DE LAS ARMAS (exceptuada Infantería).—Premios: uno de 2.500 y otro de 2.000 pesetas. IV.—SERVICIOS.—Uii premio de 2.500 pesetas. V.—INGEMERIA DEL ARMAMENTO Y LA CONSTRUCCION Y ELECTRICIDAD.—Un premio de 2.500 pesetas. VI.—ESTUDIOS DE PSICOLOGIA Y MORAL MILITAR. PEDAGOGIA DE LA EDUCACION E INSTRUCCION.—Premios: uno de 2.500 y otro de 2.000 pesetas. VII.—CUESTIONES setas. DE GUERRA NUCLEAR, AEREA Y NAVAL.—Un premio de 2.500 pe VllI.—ARMAS Y DEFENSA C.C., ARMAS Y DEFENSA A.A.—Dos premios de 2.500 pesetas. IX.—CUESTIONES RELATIVAS A PARACAIDISMO Y A FUERZAS AEROTRANSPORTA DAS.—Premios: uno de 2.500 y otro de 2.000 pesetas. X.—RISTORIA.——Un premio de 2.500 pesetas. Artículos referidos a un caso concreto. REGLAS • PARA LA REALIZACION DEL CONCURSO 1.a Tendrán derecho a tomar parte en este concurso todos los trabajos publicados en la Re vista entre las fechas de 1 de enero de 1955 y 31 de diciembre del mismo año. 2. Los trabajos serán enviados al Director de la Revista, quien elevará al Estado Mayor Central la correspondiente propuesta de premios, precisamente en el mes de enero de 1956. 3•a Está dispuesto en el artículo 12 de la Or4en Ministerial de 4 de enero de 1951 (D. O. nú mero 23) que el premio de un trabajo de la Revista autoriza a la anotación correspondiente en la Hoja de Servicios del autor. 4& Debiendo procederse a pagar las remuneraciones corrientes de colaboración por los tra bajos publicados inmediatamente después de su aparición, sin esperar a la concesión de los pre mios, éstos serán, abonados en su día sin descontar la cantidad percibida anteriormente en con cepto de colaboración. lo EL CABALLOY EL MOTOR MEDIoS DE ACCIdN DE LAABALLERIA General de Brigada de Caballería EMILIO LÓPEZ DE LETONA. LAgran Caballería ha sufridoporque en estos últimos tiempos una transformación, para conservar nuestra característica principal, la velocidad, hemos tenido ne cesidad de recurrir al empleo del motor, ya que la velo cidad que nos proporciona el caballo es hoy día insufi ciente para poder cumplir con eficacia muchos de nuestros tradicionales cometidos. ¿Quiere esto decir que tenemos que prescindir en ab soluto del caballo? De ninguna manera, porque por mu cho que se perfeccionen los medios mecanizados y blin dados, no dejarán de encontrar limitaciones para su empleo en la naturaleza del terreno, que, en definitiva, es el que manda y al que hay que adaptarse y será el que indique, en unión de la misión a realizar, qué clase de Unidades, montadas, mecanizadas o blindadas, ha brán de emplearse para obtener el mayor rendimiento. Desde luego el empleo de las unidades mecanizadas y blindadas tiene su terreno apropiado. Cuando éste sea llano o no excesivamente quebrado, los escuadrones me canizados y blindados encontrarán el medio ideal para emplearse a fondo y bbtener el máximo aprovechamiento. Si el terreno es muy quebrado, se prestará a la ocultación de partidas enemigas, que fácilmente podrán pasar inadvertidas a los reconocimientos si éstos se rea lizan con medios mecánicos. Estas partidas que se ocul tan a los reconocimientos son las que, generalmente, tienen la misión de realizar actos de sabotage, como co locación de petardos en los puentes, vías del ferrocarril, etcétera. Por tanto, es indispensable que el reconoci miento de esta clase de terrenos sea muy minucioso y detallado, y para esto la Caballería montada es insusti tuible, pues el caballo es el elemento más apto para el reconocimiento en detalle. Por otra parte, el terreno muy quebrado presentará a las Unidades mecanizadas y blindadas muchas dificul tades para desenvolverse, en mayor o menor grado según su naturaleza, pudiendo llegar hasta ‘el caso, incluso, de ser prohibitivo su empleo. Al principio de la campaña de Rusia,- en la pasada guerra mundial, en cuanto los alemanes rompían el frente, se lanzaban inmediatamente a la persecución va liéndose de sus formaciones blindadas, consiguiendo la captura de un gran número de tropas rusas, y los éxitos se sucedían continuamente; pero cuando llegó el invierno y el agua y el barro hicieron impracticable el terreno para las Unidades blindadas, como los alemanes no tenían caballería a caballo, se veían obligados a renunciar a la persecución y tenían que dejarse ir al enemigo sin re coger el fruto de la rictoria, pues bien sabido es que no hay victoria completa sin persecución. Más tarde, cuando el signo de la guerra cambió a favór de los rusos, éstos, con sus grandes masas de jinetes—se calcula que hubo en Rusia 60 Divisiones de Caballería— apoyados por Aviación, emprendieron enérgicas perse cuciones, siendo un ejempló de los más típicos la reali zada cuando la retirada de las tropas alemanas del frente de Kalinin, retirada que el empuje de la Caballería rusa convirtió en un verdadero desastre. Los rusos decían que el martillo eran sus carros de combate y la hoz la Caballería a caballo. En la campaña de Italia, igualmente, cuando la reti rada de las tropas del Eje en la región de los Apeninos, la persecución estuvo a cargo de escuadrones a caballo norteamericanos, porque las Unidades blindadas encon traban muchas dificultades para maniobrar en aquella región, viéndose obligados los americanos, ante la falta de caballos, a requisar los de todas las granjas. Un general americano de los que más se distinguieron en la pasada guerra mundial, el general Patton, proce dente de Caballería, excelente jiñete y gran concursista, al que por cierto se debió la salvación de los caballos de la famosa Escuela Española de Viena, el General Patton, decimos, que conquistó merecida fama después del des embarco en Francia, por sus fulminantes avances al frente de Unidades blindadas, decía al terminar la gue rra, refiriéndose a las operaciones que tuvieron por re sultado la ocupación de Túnez y Sicilia: “Si hubiéramos tenido una División de Caballería a caballo en Túnez y Sicilia, no se hubieran podido esca par los alemanes.” Se deduce de esto, en consecuencia, que si bien la mecanización de la Caballería es completamente indispen sable, asimismo es necesario disponer de Unidades mon ladas, para que del empleo oportuno y juicioso de ambas partes se pueda lograr un todo armónico y eficaz. Es decir, que así como en terreno montañoso, accidentado y con pocas comunicaciones, es insustituible la Caba llería a caballo, porque tiene más libertad de movimien tos, cuando el terreno no ofrezca estas características tendremos que utilizar el motor, conservando de este modo lo que pudiéramos llamar /e de vida de la Caballe ría, esto es, ser el Arma más rápida de todas las terres tres, pues es en esta rapidez en lo que se funda la efica cia de nuestras intervenciones. Actñalmente) el carro de combate debe considerarse —aparte, claro está, de su empleo en misiones de acom pañamiento de la Infantería—como el verdadero ele mento de acción de la Caballería moderna. Para la Ca ballería, los blindados de reconocimiento, y carros de combate son, ante todo, motor; las demás Armas bus carán principalmente en los carros protección y arma mento, es decir, coraza y cañón; la Caballería, sin des preciar esto, ni mucho menos, busca ante todo veloci dad, o sea motor. A todos’ nos ha dolido mucho el tener que compartir con el motor las atenciones y cuidados que dedicábamos al caballo; pero no hay más remedio que prescindir de sentimentalismos y estar en la realidad, y la realidad nos dice que la Caballería ha sido siempre por excelencia el Arma de la velocidad y debe continuar siéndolo, porque las Armas se definen por las misiones que tienen que cumplir, no por los medios de que se valen para ello; los medios, por la natural evolución del progreso y de los tiempos, cambian, pero las misiones no; siguen siendo las. mismas. El caballo tiene para nosotros, sobre todo, una signi-, ficación muy especial y muy íntima, pues es el que forma lo que constituye nuestro resorte espiritual, el tradicio nal espíritu propio del Arma, espíritu que si bien se ad quiere por la práctica constante’ del caballo, no por ello • 11 es exclusivo de la Caballería montada, pues lo mismo pie a tierra que a caballo o en carro de combate, el es píritu jinete de la Caballería, hecho de audacia y abne gación, de sacrificio .y disciplina, es el que impulsa todos nuestros actos, constituyendo el distintivo más acusado. de nuestra personalidad y la mayor gloria del Arma. Justo es confesar que al principio esto de los motores y olor a gasolina en Caballería no nos hacía ninguna gracia; pero meditemos serena y desapasionadamente y tendremos que reconocer que los nuevos medios emplea dos—vehículos ligeros T.T., blindados de reconocimiento y carros de combate—proporcionan a la Caballería un aumento de velocidad y potencia de fuego que se tra duce en ampliación de sus posibilidades de reconoci miento y combate, posibilidades que casi habían des aparecido al no disponer más que del caballo, pero que se han recuperado por completo y aun con ventaja, gracias al empleo del motor, que abre nuevos y amplios horizontes al Arma para el cumplimiento de sus misiones eternamente clásicas. Conservemos, pues, el amor al caballo, que utilizare mos cuando la naturaleza del terreno así lo exija y al mismo tiempo estemos firmemente persuadidos de la extraordinaria importancia que tiene para nosotros el empleo del motór, pues él ha sido el factor que más ha influido modernamente en la Caballería para aumentar sus posibilidades y será también el motor con el que el Arma renovará sus gloriosas tradiciones. El empleo de los medios mecanizados y blindados en Caballería ha traído como consecuencia la necesidad de que todos los jefes y oficiales del Arma entiendan de motores tanto como de caballos, y así como tratándose de estos no basta con saber montar, sino que es preciso también conocer los preceptos higiénicos y de alimenta ción que es necesario observar para la mejor conserva ción del caballo y al mismo tiempo obtener su máximo rendimiento, del mismo modo respecto a los vehículos autómóviles no es suficiente saberlos conducir, sino que los motores requieren asimismo una constante atención y abundantes cuidados y conocimientos técnicos para tenerlos siempre en perfecto estado de servicio. Claro está que estos conocimientos técnicos que deben poseer todos los que pertenecen al Arma, clases de tropa, Oficiales, Jefes y Generales, no tienen el mismo grado de necesidad para todos ellos. En la base de esta escala jerárquica, los conocimientos técnicos necesarios son de orden práctico; en la cúspide, por el contrario, son de orden teórico y pueden no consistir más que en genera lidades sobre la potencia de los materiales y su rendi miento pósible en el tiempo y en el espacio. Concretando aún más sobre la naturaleza de estos co nocimientos técnicos, puede decirse que los Jefes y Ofi ciales deben saber la técnica práctica del material que de ellos depende, mientras que a los Generales les es su ficiente poseer una técnica superficial porque tienen a su lado consejeros para completar su conocimiento sobre las posibilidades del material y no tienen que preocu parse de multitud de detalles. El motor ha influido en la Caballería de un modo de cisivo, influencia muy lógica, pues si el motor ha aumen tado la velocidad de todas las tropas y del Ejército en general, con mayor razón tiene que influir en el Arma cuya característica básica es la velocidad, por lo que resulta que a quien más ha beneficiado el empleo del motor es precisamente a la Caballería, porque, siendo esencialmente velocidad, en ella encontrará el motor su máxima aplicación. La naturaleza del terreno y la misión a desempeñar, determinarán en cada caso la clase de Caballería a em plear, montada, mecanizada o blindada, modalidades que únicamente se diferencian en la utilización del ca ballo o motor, pero que todas han de poseer el mismo espíritu propio del Arma, f 12 c._... Desemlbai»eo e1 JVorm8Ii(lia. El ¿h B eij las playas ¿e OP/a/ja,(joid, Juqo ySwoirl General de División CARLOS RUBIO LOPEZ-GUIJARRO, Director General de Reclutamiento y Personal, y General de Brigada de Infan tena ALBERTO RODRIGUEZ CANO-MARTINEZ, de la División 52. E esta estudio Revista es concontinuación titulos similares de los en los publicados números mayo, agosto y octubre del año pasado. STE en de En el último de ellos vimos cómo se desarrolló la ac tuación del C. E. VII americano, que desembarcó en la playa de Utah precedido de un desembarco aéreo. Ahora estudiaremos el desembarco del resto de las tropas aijadas en Normandía, dedicando especial atención a lo ocurrido en la Playa Omaha. muy fuertes y la inclinación de aquélla suave, la marea baja en época de mareas vivas deja al descubierto unos 270 metros, muy peligrosos para la Infantería que tuviese que recorrerlos bajo el fuego de la defensa. Si el desembarco se iniciaba en la marea alta, como gran parte del desembarco se habíade hacer en su descenso, DESEMBARCO EN LA PLAYA OMAHA Aunque en líneas generales hemos descrito las carac terísticas del terreno en donde desembarcaron las fuerzas aliadas, es preciso detenerse a detallar la Playa Omaha. Esta tiene una extensión de 6.500 metros entre Pointe et Raz de la Percée y el E. de Le Grand Hameau (ver plano n.° 1). En los extremos, la Playa está limitada por acantilados. Hacia tierra, por un malecón de pedruscos de unos 12 metros de anchura; en el sector de Viervilie, el ripio se apila contra un muro de contención, parte de mampostería y parte de madera; en el resto de la Playa no hay muro de contención, y el malecón se apoya en una línea de dunas. Ni este malecón ni las dunas podrían ser atravesados por vehículos. Detrás de la playa se elevan unos escarpados en forma de escalón de 30 a 50 metros de altura, que se unen en los extremos de la playa con los acantilados que forma la costa al este y oeste de la playa. Todo este bloque de malecón, dunas y acantilados está cortado por cinco barrancos o pasos: el primero, en Vierville-sur-Mer; otro, en Les Moulins; el tercero, que se reúne con el anterior en St.- Lourent-sur-Mer; un cuarto, que llega a Golleville-sur-Mer, y, por fin, el quinto, que llega a Le Grand Hameau. Los cuatro pri meros estaban en inmejorables condiciones, y el quinto era sólo un paso sobre el escarpado, susceptible de ser acondicionado para vehículos. Respecto a la playa misma, como las mareas son Planos Dibujos de los autores. de ¡a Revista norteamericana Officers’ Cali. 13 = se corría el riesgo de que las lanchas de desembarco quedasen varadas. Por otra parte, en la zona inglesa, la marea baja deja al descubierto escollos peligrosos. Por eso y otras razones que ya apuntamos en los ante riores artículos, se fijó la hora H en una hora después de la baja mar, o sea para el día 6, a las 6,30 de la ma ñana. Volviendo a los pasos de salida de la playa, fueron considerados igualmente importantes por los defensores y por los atacantes. Los alemanes acumularon en ellos sus defensas, como puede verse en los nidos de resis tencia y puntos fuertes señalados en el plano, y los atacantes prepararon su fuego de apoyo contra ellos. El plan americano preveía que los pasos quedarían abiertos al tráfico lo más tarde a las H más 2, precisa mente cuando se suponía que la mayor oleada de ve hículos estaría desembarcando. 14 Las defensas alemanas consistían en elementosde re sistencia constituidos por posiciones erizo con algún arma pesada; la mayor parte de las posiciones eran de hormigón. En algunos sitios estos nidos de resistencia (como los llamaban ellos) se reunían formando un punto fuerte, que venía a ser semejante a nuestro punto de apoyo; tales puntos fuertes disponían de armas pesadas, estaban rodeados de alambradas y contaban con una pequeña reserva para contraataques. La organización de nidos de resistencia y puntos fuertes se ven en los planos adjuntos, en donde igual mente se han situado las baterías de costa, en realidad bastante escasas. Hay que tener presente que ésta no era toda la Artillería de que disponían los alemanes, porque la de campaña de las Divisiones no aparece lo calizada en el plano. La defensa de Omaha estaba, como ya sabemos, enco ZONA DE DESEMBARCO DEL C.E.V AMERICANO mendada a la División 352. Su sector divisionario com prendia desde el río Douve (que está al oeste del plano) hasta unos ocho kilómetros al este de Bayeux (que tam bién se sale del plano). La División 352 se componía de los Regimientos 914, 916 y 726, cuyos límites de zona de acción están señalados en el plano, y del Regimien to 915, que era la reserva del C. E. LXXXIV, cerca de Bayeux. Allí también la División tenía como reserva divisionaria su Batallón de reconocimiento. Como se ve en el plano, el Regimiento 916 cubría la mayor parte de la playa Omaha y era el que debía resistir la parte más importante del esfuerzo enemigo. El proyecto de ataque americano consistía en el des embarco del C. E. Y con la División 1 en cabeza, a la cual se le había agregado el Regimiento 116. En su pri mer escalón, los Regimientos 116 y 16. El desarrollo del combate ya se ha explicado en líneas generales en el artículo del número de agosto de 1954, página 8. El primer escalón estaría compuesto en el sector del Regi miento 116 por ias fuerzas siguientes: a partir de Vieiville hasta el límite de la zona de acción, que se ve en el plano, desembarcarían, acoladas y precedidas de un Bata llón de carros, las fuerzas de asalto siguientes: Compañía A (primer Batallón), al oeste, y, sucesivamente, las Com pañías C, F y E (las tres de fusileros del segundo Ba talln). Con la Compañía A desembarcaría también la Com pañía C del Batallón de Rangers número 2. Del Regimiento 16 desembarcarían en el primer es calón, entre el límite de la zona de acción y el límite de la playa,’ las Compañías E y F (segundo Batallón) y las 1 y L (tercer Batallón). Posteriormente irían desembarcando el resto de los Regimientos, junto con más Zapadores, Carros, Artille- 15 ría, etc. De oeste a este, detrás de la Compañía A del Regimiento 116, desembarcaría sucesivamente todo el primer Batallón, y detrás del segundo Batallón, al este, desembarcaría la Compañía de Armas Pesadas y el tercer Batallón. En la zona de acción del Regimiento 16, detrás de las Compañías del segundo y tercer Batallón, desembarcaría el resto de los Batallones y, posteriormente, el primer Batallón. Después irían desembarcando los Regimientos 18 y 26, y el Regimiento 115 de la División 29 (a la que pertene cía también el Regimiento 116) desembarcaría a las ór denes del C. E. Simultáneamente al primer desembarco, el resto del Batallón de Rangers II y el Batallón de Rangers V de berian desembarcar en los acantilados de Pointe de Hoe y ocupar la Batería alli establecida que, como se ve, podia batir de flanco toda la playa. La primera ola de asalto, compuesta de carros de combate, Infantería y Zapadores, más elementos nava les con la misión de limpiar las defensas submarinas, de bería ocupar las posiciones enemigas de la playa y practicar pasillos en los campos de minas, dejando libres los caminos citados, que conducen al interior. Atrave sada la línea de alturas que domina la playa, la maniobra seria la siguiente: el Regimiento 116, menos su segundo y tercer Batallones, convergería hacia su derecha y se dirigirían a encontrar a los Batallones de angers de Pointe du Hoe, continuando con ellos ocupando de flanco todas las posiciones enemigas de la costa hasta las proximidades de Isigny; el segundo Batallón avan zaría a Louviéres; el tercero pasaría de línea al segundo y seguirían hasta el. objetivo del día D (señalado en el plano, en las proximidades de la Cambe). El Batallón III del Regimiento 16 haría conversión al este para ocupar Mt. Cauvin; el segundo Batallón avanzaría hasta cerca de Surrain, y el Batallón 1 llegaría hasta Engranville. Los Regimientos 18 y 26 desembarcarían en la zona de acción del 16, al cual pasarían de línea para estable cerse al este del primer Batallón del 16, llegando hasta la línea que se señala con trazo grueso como objetivo del día D. El Regimiento jIS desembarcaría en la zona de acción 116 para dominar desde Longueville hasta el objetivo del día D dentro de la zona de acción del Regi miento 116. El Batallón de Rangers 5 y las Compañías A y B del Batallón de Rangers 2 tenían la misión alternativa de que, en caso de que fracasase el desembarco de la Com pañía A del Regimiento 116, no desembarcarían en Pointe du Hoe y vendrían a desembarcar en la zona co rrespondiente a esa Compañía. Lo más importante es que las salidas de la playa estu viesen despejadas para las 1-1más 2, en que la gran oleada de vehículos de todas las clases estaría al llegar. El proyecto, como se ve, era sumamente ambicioso: con dos Divisiones muy reforzadas, menos un Regi miento de Infantería, se debía ocupar un frente de 27 ki lómetros avanzando de siete a ocho kilómetros, después de ocupar las fortificaciones de la costa, que tenían una potencia bastante considerable. Para ello contaban con un apoyo naval y aéreo muy importante. Pero si al gunas de las condiciones o algunos de los elementos que había de cooperar en la operació.n fallaba, el fra caso sería de temer. Ya se sabe que la operación había sido suspendida el día anterior, por el mal estado del mar, y que el día 6, aunque el temporal había amainado, la mar continuaba picada y el techo de nubes impedían que el apoyo aéreo fuese eficaz. En esas condiciones, veamos cómo se des arrollaron los acontecimientos: Antes del desembarco, a las H menos 30, dos Compa 16 ñías de Carros destinados al apoyo del Regimiento 16 fueron transbordadas a sus botes de desembarco, a unos 5.000 metros de la playa, botes que inmediata mente comenzaron a hundirse; de los 32 Carros sólo cinco llegaron a la playa. La Infantería asaltante hizo su transbordo a una distancia de 10 a 12 millas de la costa y 10 de las lanchas de desembarco se fueron a pique. Más serio pa-ra la operación fué el hundimiento de mucha artillería. El intento de transbordo de los cañones fué desastroso: todos los cañones, menos unos de 105 mm. del grupo de Artillería de Montaña iii, se hundieron; 6 de los cañones del grupo de Artillería 7, sufrieron la misma suerte; 5 de los cañones de Jnfantería del Regimiento 16 se hundieron. Además de todo esto, el grupo de Artillería 58, que pudo ser transbordado, per dió tres piezas por choque con una mina. En fin, la Ar tillería, que debía apoyar a la Infantería en su avance hacia el interior, no alcanzó la costa. El desembarco se hizo también con grandes dificulta des. Al mal tiempo, que hacía difícil la navegación, se unieron la niebla mezclada con el humo y el polvo le vantado por el bombardeo naval que ocultó los puntos de referencia de la costa; además una corriente lateral inmediata a la costa, de dos o tres nudos de velocidad, empujaba las embarcaciones hacid el este. Los errores de los puntos de desembarco fueron inferiores a los que vimos en el artículo anterior de la playa de Utah; en la mayoría de los casos no fueron mayores de unos cen tenares de metros; pero tuvieron mucha mayor impor tancia en el aspecto táctico, porque todos ellos no fueron de la misma dimensión, con el resultado de que dejaron espacios sin cubrir y en cambio en otros sitios se apelo tonaron varias Unidades. Como los hombres habían sido instruidos solamente en lo referente al área en que cada uno debía desembar car, cuando lo hicieron, en medio de un panorama que no conocían, trastornados además por el humo y el polvo del bombardeo, estaban desorientados. Las dificultades se complicaban por la fuerte oposición enemiga, que producía el efecto de aislar las secciones de botes, de manera que su coordinación para el desembarco era prácticamente imposible. El fuego naval había neutralizado algunas de las for tificaciones enemigas, pero sólo neutralizado, porque cuando, a causa de la proximidad de las tropas america nas, .fué necesario alargar el tiro, desde esas fortifica ciones se podía tirar a los invasores. Los que marchaban en la primera barcaza que se ac&rcó a la playa pudieron oir las balas de las ametralladoras estrellándose contra los costados de acero de la embarcación. Al dejar ésta, con el agua al cuello, los soldados fueron recibidos con una granizada de balas; unos buscaban refugio en el costado de la barcaza y otros ocultándose en el agua. Incluso el control de la sección de botes se perdía antes de que los hombres estuviesen en la playa. Las tropas, sobrecargadas con sus equipos, avanzaban en medio de la marejada y del fuego enemigo, que aumentaba a me •dida que se aproximaban a la orilla. Algunos se detenían para descansar o buscar algún refugio; otros se echaban a tierra en la orilla y reptaban al subir la marca. Las bajas generalmente fueron más elevadas entre los que se rezagaron que entre los que avanzaron a refugiarse rá pidamente en el malecón. Muchos de los heridos se aho garon al subir la marca. La primera ola ya hemos dicho cuál composición de bía tener. Veamos cómo hizo su desembarco. Las dos Compañías del flanco derecho (oeste), del Regimiento 116, que, según indicamos, eran la Compa ñía C. del Batallón segundo de Rangers y la A. del Regimiento 116, desembarcaron, como estaba previsto, frente a Vierville. Una barcaza naufragó y otra recihio cuatro granadas de mortero; Los hombres de las otras barcazas avanzaron a la orilla bajo un intenso fuego de nieron fueron un cua armas alemanas, que produjo a la Compañía A. bajas renta por ciento de equivalentes a los dos tercios de sus efectivos y mas de sus efectivos totales, la mitad a la Compañía de Rangers, antes de que puS durante el día, siendo mucho más elevadás dieran refugiarse en la base del malecón. De los 16 ca rros que debían avanzar a la cabeza de la Infantería, en estos primeros gru sólo ocho se salvaron del fuego de la Artillería para al pos de desembarcados. canzar la costa. Hay que tener presen te que como la marea La Compañía F. y la mayor parte de la G. desem barcaron agrupadas en el extremo este de la zona de subía rápidamente, si acción del Regimiento, dejando un espacio libre de un los obstáculos no se le vantaban en el mo kilómetro (será conveniente que el lector vaya seña mento preciso, era im lando en el plano la situación de las Unidades). El des posible hacerlo antes embarco se hizo precisamente frente a las fortificaciones de Les Moulins; alli las dos Compañías de Carros que de la próxima marea. desembarcaron primero llegaron sin pérdidas, pero las El segundo grupo de dos Compañías antes referidas no tuvieron esta suerte. olas de asalto estaba La Compañía G. perdió la cuarta parte de sus hombres formado por el resto hasta llegar al malecón, en los cuarenta minutos que de los regimientos 116 tardó en cruzar la playa. La Compañía F., que desem y 16 con un Batallón barcó un poco al oeste de la anterior, en donde las for Química, dos Batallo tificaciones alemanas estaban cegadas por el humo y por nes de Ingenieros, ele el polvo, tuvieron pocas bajas. Su única dificultad con mentos avanzados de sistía en su desorganización y la confusión de los oficiales, artillería, etc. Ya he que no sabían el sitio exacto en que habían desembar mos dicho que detrás cado. de la Compañía A. del La Compañía E. fué a parar dispersa más de un kiló Regimiento 116 tenían metro al este de la zona de acción del Regimiento. Del que desembarcar las Regimiento n.° 16, las Compañías. E. y F. desembarca demás de su Batallón ron enfrente de Colleville; la Compañía L. más al este, y enel resto de la zona y la Compañía 1. se fué tan lejos al este, que rebasó la de acción del 116 de playa, pasando hora y media antes que pudiera desem bería desembarcar la barcar. Las Compañías E. y F. del Regimiento 16 tuvie Compañía de Armas ron la suerte de encontrar un lugar poco defendido, de Pesadas del segundo tal manera que cruzaron las playas con sólo dos bajas Batallón y todo el ter ocasionadas por el fuego enemigo. La defensa alemana se cer Batallón. apoyaba aquí en el punto fuerte de Colleville, que se El primer’Batallón tuvo al desembarcar, en general, ve en el plano, constituido por tres nidos de resistencia. la misma suerte de la Compañía A. La Compañía de De estos tres, el del oeste estaba desguarnecido, y los ame •ricanos pudieron ocuparlo• sin dificultad, con la mala la plana mayor del Batallón sufrió tantas bLjas y des fortuna para ellos de que la ocupación fué hecha por organización que quedó inmovilizada la mayor parte del día. La Compañía de Armas pesadas, dispersa y muy una mezcla de tfopas de casi imposible organización; castigada, tardó dos horas en reunir a los supervivien pero las que desembarcaron algo más al este sa encon tes; pudo sólo salvar dos morteros, tres ametralladoras traron con el resto de las fortificaciones del punto fuerte y muy pocas municiones. Solamente la Compañía C. de Colleville y cayeron bajo un fuego de ametralladoras tan intenso que las diezmó y desorganizó. Muchos de hizo un desembarco más afortunado entre las fortifica ciones de Les Moulins y las de Vierville, parte ésta no los carros que habían de preceder al asalto del Regi miento 16 habían naufragadQ; otros cinco fueron des- fortificada y que además estaba cegada por el humó que producían los matorrales incendiados por el bombardeo. fruidos por el fuego de la defensa. Los carros disponibles Con muy pocas bajas llegó al malecón y se organizó allí, de ese Regimiento entraban en acción precisamente a cubierto del fuego enemigo. frente al nido de resistencia desguarnecido. Veamos ahora lo que sucedió a los dos Batallones de Las grandes pérdidas y la desorganización de la primera Rangers. El Batallón V, juntamente con dos Compañías oleada tuvieron repercusiones en las sucesivas durante del Batallón segundo, había esperado a bordo noticias toda la mañana. Como las defensas alemanas no habían del asalto que tres Compañías del Batallón II debían sido neutralizadas, a los ingenieros y a las partidas na vales de demolición de los obstáculos de la playa les hacer a Pointe du Hoe. Estas fuerzas desembarca fué imposible abrir caminos como era su misión. Las rían en Pointe du Hoe en el caso de que el desembarco condiciones del tiempo también contribuyeron a que de lás tres Compañías del II Batallón tuviese éxito; estas tropas encontrasen su tarea muy difícil de realizar. en caso contrario, lo harían en la zona donde primera La mitad de los equipos navales y de ingenieros se re mente habían desembarcado las Compañías A. del 116 trasaron en el desembarco y sólo un tercio tocó en el y la Compañía C. dél Batallón II de Rangers, o sea sitio designado. A causa del transporte por la corriente en la zona de Vierville. Pero ocurrió que las tres Compa marítima hacia el este, la zona del Regimiento 116 re ñías del Batallón II antes citadas se retrasaron cuarenta cibió mucho menos apoyo de ingenieros del previsto. minutos en el desembarco porque el barco que las llevaba Corno es natural, el fuego enemigo fué el principal cau había también derivado al este; como no tenían nin sante de la dificultad. De los 16 Bulldozers solamente guna noticia, creyeron que había fallado el asalto y se tres pudieron ser puestos en acción en la playa, y uno decidieron por la acción alternativa. Las dos Compañías de ellos no pudo maniobrar libremente porque detrás del Batallón II de Rangers desembarcaron infortunada de él se refugió una partida de soldados. Los equipos mente en el sitio que se les había fijado, es decir, detrás navales llevaban boyas marcadoras y postes para se de los elementos de la Compañía A.; sufrieron en sus ñalar los pasillos para la navegación, y tantos fueron efectivos unos dos tercios de bajas y se refugiaron como perdidos que sólo uno de los seis pasillos que abrieron pudieron en el malecón. El Batallón V de la Rangers hasta las siete pudo ser marcado. Las bajas de los inge siguió a la Compañía C. del Regimiento 116, que, como 17 1 D.SølBrifanica sabemos, había desembarcado en una zona muy fa vorable. En la parte este de la zona de acción del Regimien to 116, frente a Les Moulins, la Compaflía de Armas pesadas del II Batallón sufrió tal cantidad de pérdidas y de desorganización que el fuego de apoyo de morteros y ametralladoras apenas existió. El Comandante del Ba tallón desembarcó frente a Les Moulins, organizó unos 18 cuantos pelotones de la Compañía F., que habían des embarcado en la primera ola, e intentó asaltar las posi ciones enemigas del barranco de Les Moulins. El in tento, hecho sólo con un puñado de hombres, no tuvo éxito, pero esto atrajo sobre él la atención del ene migo y permitió al III Batallón, que estaba desembar cando, avanzar por el límite de la zona de acción de los Regimientos 116 y 16, al este de Les Moulins. El J P/criO n.°2 Canadien.’e eatallón llegó a los acantilados algo desorganizado, pero el avance lo había hecho con pocas bajas. En resumen: el Regimiento 116, a las H más una, tenía dos núcleos de fuerzas desembarcadas, que podían ser organizadas para atacar las posiciones enemigas de la playa: uno al este de Vierville y otro al este de Les Moulins, cada uno con un efectivo superior a un Ba talión. En el sector del Regimiento 16 sucedieron las cosas de una manera aproximada. Las pérdidas fueron infe riores, pero, en cambio, la confusión y la mezcla de Uni dades en la playa más importantes. Las Compañías que quedaban del II Batallón (G. y H.) y todo el primero desembarcaron al norte de Colieville, precisamente en el sitio donde vimos que sin grandes dificultades habían desembarcado las Compañías E. y F. El resto del III 19 un lugar blando en las defensas alemanas en el sector la Riviére. Ese punto resistió solamente unas pocas horas, y cuando cayó, alrededor de las diez de la mañana, sus defensores, el Batallón 441 Ost agregado al Regi miento 726, huyó dejando el camino abierto a Bayeux; (es de advertir que los Batallones Ost estaban formados por personal ruso en su mayor parte, y no es de extrañar que su resistencia no fuese extremada). Estos aconteci mientos, sin embargo, no fueron conocidos por los britá nicos, los cuales creían que la defensa enemiga estaba al sur de Buhot, en Ryes, St.-Sulpice y Summervieu. Resultaba difícil en las primeras fases del asalto distin guir claramente cuál era la acción retardadora del ene migo más fuerte y descubrir dónde estaban los boquetes de la defemsa alemana. La División 50, además, sólo había desembarcado sus fuerzas de asalto y la marca ascendiente había impedido una efectiva limpieza de los obstáculos submarinos. La oposición enemiga y las minas retrasaron la apertura de las salidas de la playa. Tam bién se produjo una acumulación de barcos en la costa, y, por consecuencia, las dos Brigadas siguientes de la División desembarcaron con dos horas de retraso. Cuando lo hicieron, no encontraron sus zonas de partida com pletamente limpias de enemigo; los alrededores de Meu vaines estaban siendo ocupados por las tropas de asalto (al oeste del boquete que se había producido). El que el frente quedase roto no tuvo, pues, repercu sión directa e inmediata en los movimientos ingleses. En cambio, desde el punto de vista alemán, el desmorona miento del Batallón 441 Ost se consideró crítico; el bo quete tenía que ser cerrado inmediatamente. El Regi miento alemán 915 reforzado, reserva de su C. E., había sido situado, como ya hemos visto, cerca de Bayeux para cubrir esa eventualidad y había practicado justa mente la maniobra ahora requerida de contraataque hacia Crépon, pero ocurrió un acontecimiento desgra ciado para los alemanes. Estos, durante la noche, tuvie ron información de que el enemigo había hecho un fuerte desembarco aéreo entre los ríos Douve y Vire (los dos ríos que se ven desembocar juntos en la parte oeste del plano núm. 1). Este desembarco amenazaría las ciudades de Isigny y Carentan; la información resultó falsa, pero como esos puntos eran vitales, alas cuatro enviaron al Regimiento 915 desde Bayeux a ísigny. Mientras el Re gimiento marchaba hacia allá, se abrió el boquete en el frente alemán. A la vez se enteraron de que ese desem barco aéreo no había existido, y el Comandante de la Di visión 352 obtuvo del C. E. la aprobación para que el Regimiento 915 volviese a Bayeux. Una hora tardaron en encontrarlo; entonces tuvo que volver unos 30 kiló metros en una marcha, parte a pie y parte en camiones, los cuales sufrieron numerosas averías. Otras tres horas pasaron antes de que una parte de la Unidad estuviese en posición de ataque. Este retraso fué importantísimo, porque en esas horas la situación en el Oeste había cam biado completamente. Volvamos ahora a la playa Omaha. DESEMBARCO DEL EJERCITO BRITANICO Ya hemos hablado de las Compañías A. B. y C. deí Batallón de Rangers que desembarcaron frente a Vier En los artículos anteriores se ha especificado el pro yecto de desembarco en las playas entre los ríos Drome ville y fueron casi destruidas; las otras tres Compañías con retraso en Pointe de 1-loe, con la y Orne. El ataque, como se sabe (plano núm. 2), se hizo desembarcaron misión de destruir la batería alemana existente en ese con tres Divisiones, de las cuales la so, perteneciente punto. Treparon por los acantilados para asaltar la po al C. E. XXX, desembarcó en la playa GoId, y las Divi siones 3 Canadiense y 3 Británica, ambas del C. E. 1, sición enemiga y, una vez en lo alto, avanzaron en pe desembarcaron, respectivamente, en las playas Juno y queños grupos, por los cráteres producidos por el bom Sword. La oposición, en general, fué menos deqidida que bardeo. Ocuparon sus primeros objetivos rápidamente y hallaron que los asentamientos de los cañones de la en Omaha y el desembarco se hizo sin grandes dificul batería estaban desiertos, es decir, la bateria desguar tades. La División 50 rompió a través de las defensas de la necida. Tuvieron 30 ó 40 bajas aí desembarcar, pero después una serie de contraataques alemanes de costa, en algunos sitios durante las primeras horas, y poco un Batallón del Regimiento 914, los tuvo cercados du avanzó con dos Brigadas de Infantería acoladas apoya rante dos días y redujo sus efectivos considerablemente. das por carros. En la zona de Le 1-lamel, un Batallón La reacción americana para salvar la crisis, empezó del Regimiento 726 alemán resistió casi todo el día. antes de las ocho con un número de acciones indepen En el este de la playa Gold, los ingleses encontraron Batallón desembarcó al este de Le Grand Hameau, pero el jefe de este Batallón no pudo reunirse con sus tropas hasta -rarias horas después. Uno de los más graves problemas en relación con las unidades asaltantes fueron las dificultades en el mando, no sólamente por las elevadas pérdidas de oficiales y •porque los errores en los sitios de desembarco dejaron a muchas Unidades sin mando, sino también por las ex tremas dificultades de las transmisiones. Las tres cuartas partes de las radios del Regimiento 116 fueron destruídas e inutilizadas. Además, con las Unidades mezcladas, bajo el intenso fuego en algunos sitios, con los hombres ape lotonados a lo largo del malecón y afectados moral mente por el choque de los primeros minutos de acción severa, el mando era difícil. Estos fueron los momentos de crisis de la operación de desembarco en Omaha. Privadas las tropas del apoyo aéreo y sin haber podido realizar la limpieza de la playa, la División 1 había chocado contra el sector de Normandia- que tenía una defensa del tipo aproximado al que el General Rommel ideó para destruir a los aliados en las playas. La Divi sión 352, que defendía el sector de Omaha, era una Unidad de primer orden. Al oficial que mandaba la fortificación de Pointe et Raz de la Percée le pareció en esas primeras horas que la invasión había sido parada en la playa. Vió a los americanos cuerpo a tierra en la playa, buscando la cubierta que podían diez carros y muchos otros vehículos ardiendo y la arena cubierta de heridos y muertos. También los informes que llegaron al Cuartel del C. E. Y americano pintaban la misma situación. Se veían aglomeraciones de barcos en completa desorganización; las playas atestadas de hombres y el fuego de Infantería y Artillería enemigas efectivos. Lo peor consistía en que los refuerzos sucesivos antes de llegar a la playa eran detenidos por la aglomeración de barcazas; aunque algu nos oficiales tomaban embarcaciones y lograban lle varlas bajo el fuego enemigo, hasta la costa. Esta si tuación continuó sin mejoría hasta media mañana. Poco a poco los mandos se fueron haciendo con los hombres que estaban refugiados a su lado y les hicieron avanzar y subir a las alturas, donde el enemigo estaba atrincherado. Por otra parte, el fuego naval americano iba poco a poco aumentando sus efectos sobre las forti ficaciones alemanas. El Regimiento alemán 916 que, como se ha dicho, era el que principalmente defendía el sector atacado, informaba que el desembarco había sido frustrado, pero que sus propias bajas iban en aumento principalmente por el fuego naval y que solicitaba re fuerzos. Estos, sin embargo, no se les podían enviar inmediatamente, porque eran mucho más urgentes en otra parte. 20 dientes por grupos de hombres jamás mayores de una Compañía y a menudo menores. Algunos ataques tenian el apoyo del fuego de carros, otros fueron ayudados materialmente por la acción de los destructores navales, que llegaron a unos centenares de metros de la orilla e hicieron tiro directo sobre donde podían observar re sistencia enemiga. Veamos cómo se continuó la lucha en los cuatro puntos de penetración a que antes hemos hecho referencia: El Regimiento 116 con el Batallón de Rangers Y, que había llegado, como se sabe, a ambos lados de Les Mou lins, realizó con éxito ataques por los dos flancos del camino que .va de Les Moulins a St.-Laurent. Por el lado oeste pudieron llegar a lo alto de los acantilados y, aunque con pérdidas, avanzaron unos 200 metros hacia el interior, hasta que fueron detenidos allí por un fuego de flanco de armas automáticas. Aproximada mente al mismo tiempo, el tercer Batallón de ese Regi miento se dirigió en pequeños grupos por el este de Les Moulins, hasta coronar la cresta, y avanzó hacia St.-Lau rent. En la zona del Regimiento 16 se hicieron pequeños avances aprovechando el boquete producido por el nido de resistencia desguarnecido del punto fuerte de Cole ville, y avanzaron entre los caminos de St.-Laurent y Coleville; se abrieron paso a través de las alambradas y campos de minas, que les produjeron bajas; ampliaron la brecha y lograron la rendición de la guarnición de• un nido de resistencia, después de dos horas de lucha. Por este sitio continuó su penetración, con grandes di fici.iltades, todo lo que quedaba de los Batallones 1 y II del Regimiento 16. El Batallón III del Regimiento 16, que, como se sabe, había desembarcado frente a le Grand Hameau, atacó el nido de resistencia que defendía el barranco que conduce a ese pueblo, con la protección del fuego de lo carros, y a las nueve de la mañana había llegado al pueblo con una cantidad muy reducida de bajas, haciendo prisioneros. Estas acciones habían conseguido sacar de la playa a una considerable cantidad de tropas; sin embargo, los éxitos iniciales estaban limitados por el hecho de que la Infantería disponía de muy pocas armas pesadas y nin gún apoyo artillero. Los avances se habían hecho entre las salidas de las playas, pero ninguna de estas salidas se había limpiado, y mientras eso no se lograse, había pocas perspectivas de apoyo de carros y de recibir suministros, refuerzos, etc. Las playas mismas estaban bajo la acción de un fuerte fuego alemán, y en la mayor parte de los sectores no habían sido abiertas brechas en los obstáculos, sobre todo en los de la playa, que habían quedado sumergidos por la marca. En esas condiciones, a las diez, el Regimiento 18 de la División 1 comenzó a llegar a la playa, atestada de barcazas, frente al espacio ya ocupado entre St.-Laurent y Colleville, para desembarcar, sin que los pequeños éxitos conseguidos por los Regimientos anteriores fueran perceptibles; el desembarco era muy difícil, pero en este momento se acentuó la acción americana, en la cual también jugó un papel muy importante la Escuadra con su fuego directo sobre las fortificaciones enemigas. Alre dedor de las diez y media, dos lanchas se lanzaron a través de los obstáculos de la playa de Colleville tirando con todas sus armas a todos los puntos fuertes que guardaban el barranco de ese nombre. Continuaron ti rando después de encallar, y su fuego, aunque insuf i ciente para neutralizar el de las posiciones germánicas, tuvo un efecto animador para las tropas de asalto. Casi al mismo tiempo los destructores se aproximaron a unos 1.000 metros de la playa y bombardearon las posiciones enemigas. Bajo la protección de este fuego, los. Ingenie ros de dos Batallones practicaron dos brechas con BulI dozers en los campos de minas que cerraban la salida de St.-Laurent y. cegaron el foso contracarros. Ante las resistencias del barranco de St.-Laurent también colabo raron las armas pesadas del Batallón III del Regimiento 116 de Infantería, que, corno se sabe, habían avanzado en dirección de St.-Lauren’t. Un nido de resistencia del barranco fué reducido por el fuego de un destructor a las once y media. El Regimiento 18 avanzó por el ba rranco de St.-Laurent y pudo hacer prisionera la guar nición de este subelemento. Con tal acción se había abierto parcialmente un camino hacia el interior, y una parte de la playa quedó protegida del fuego enemigo, para que fuesen haciéndose nuevos desembarcos. Por todas partes los americanos presionaron hacia e1 interior y, después de salvar la cresta de los escarpados, intentaron proseguir en reducidos grupos, pero se en contraron con una comarca muy compartimentada por setos, que aquí jugaron el mismo papel que en la pen. ínsula de Cotentín; pequeñas posiciones enemigas perfec tamente ocultas hicieron el avance americano muy lento; las Unidades y los grupos que avanzaban se disgregaban a causa de las pequeñas resistencias y el ataque se de tenía. El que los alemanes no sacasen partido de esta situa ción favorable para la defensa se debió a la falta de reservas con que contraatacar las penetraciones ameri canas, relativamente débiles. Por otra parte, el poder del apoyo naval y aéreo del invasor no era contrarres tado, y los aviones y cañones navales estaban en condi ciones de machacar las reservas germánicas que pudie ran prepararse para un contraataque. Las restantes aéciones del C. E. Y americano se lleva ron a cabo en tres áreas generales: 1.° En Vierville-sur-Mer operaron fuerzas del pri mer Batallón y también del segundo del Regimiento 116 y del Batallón Y de Rangers, que en total sumaban 800 hombres. El objeto inmediato era tomar Vierville, para lo cual los Rangers sobrepasarían la ciudad por el sur, mientras que las tropas del 116 atacarían la ciudad. Los Rangers alcanzaron el camino de la costa, pero hallaron en sus posteriores avances posiciones ene migas de ametralladoras ocultas entre los setos, por lo que, después de cuatro horas de forcejeos para acallarías, tuvieron que volverse y, a primeras horas de la tarde, entrar en el pueblo que ya había sido capturado por el Regimiento 116. Entonces intentaron avanzar hacia el oeste para unirse con los Rangers de Pointe du Hoe y también fueron detenidos por el, fuego de las posiciones de ametralladoras ocultas en los setos. En vista de eso, organizaron la defensa del pueblo y se dedicaron a abrir el camino hacia la costa, cosa que tuvo lugar en la no che. Esto dió a los americanos grandes posibilidades, por haber sido atravesado el obstáculo principal en uno de sus puntos más importantes. 2.° Al este del barranco de Les Moulins, el Bata llón III del Regimiento 116 se dirigió a St.-Laurent y estuvo todo el día luchando contra grupos enemigos dis persos, y aunque realizó algunos avances, fué detenido cerca del pueblo, a la vez que el Regimiento 115 estaba desembarcando frente al barranco de St.-Laurent. Debía haber desembarcado más al Oeste en apoyo del Regi miento 116, mas la misma corriente que había llevado a todos hacia el este le llevó a él también; en realidad esto fué una ventaja porque las fortificaciones ya estaban allí bastante destruidas, pero desembarcó casi confundido con el Regimiento 18, lo cual produjo mayor confusión en las atestadas playas. Los Batallones del Regimien to 115 avanzaron hacia el sur de St.-Laurent, que se estimaba guarnecido por una Compañía de alemanes, para dirigirse a Longueville, en la carretera general de Bayeux a Isigny. El II Batallón atacó St.-Laurent, pero el ataque fué rechazado, y en total el Regimiento que dó detenido, rodeando casi completamente por el este St.-Laurent. 30 Entre los barrancos de St.-Laurent y Colleville siguieron las acciones confusas en dirección a este pue blo, apoyadas durante la tarde por el Regimiento 18, pero los alemanes contrarrestaron y detuvieron a los elementos del Regimiento 16, los cuales, sin embargo, lograron infiltrarse al oeste de Colleville, cortando la carretera de la costa. El Regimiento 18 recibió la orden de reforzar la acción del 16, es decir, de los Batallo nes 1 y II del Regimiento 16, porque el III Batallón se había apoderado de Grand Flameau y allí permanecía. No pudo llegar este Regimiento 18 a las poblaciones de Formigny y Surrai, que eran los objetivos intermedios que le habían dado, porque fué detenido por el fuego de armas ligeras, y quedó enlazado por uñ lado.con el Re gimiento 16 y por otro con el 115 y un Batallón muy extendido al este del Regimiento 16, envolviendo por el sur Colleville. Todavía desembarcó otro Regimiento, el 26 de la División 1, durante la noche, y se preparó para el ataque del día siguiente. La situación en Omaha por la noche era muy diferente de la que vimos en Utah. La posición principal del C. E. Y al final del día D era un estrecho sector entre St-Lau rent y Colleville de algo más de dos kilómetros de pro fundidad. El flanco derecho en Vierville, tomado por elementos del Regimiento 116 y los Rangers, estaba aislado del cuerpo principal; esa salida de la playa que daba abierta y a ella podían ser llevados refuerzos. Por el este, Grand Hameau estaba también aislada del cuerpo principal. Todas las Unidades estaban escasas de ve hículos y de los suministros, municiones, artillería y apoyo acorazado necesarios para el avance al interior. Las pérdidas del C. E. fueron dos mil hombres entre muertos, heridos y desaparecidos, pero su debilidad prin cipal consistía en la mezcla de Unidades, en la falta de transmisiones y, en fin, en las dificultades del mando para realizar una acción coordinada. Durante las primeras horas parecía que el asalto a Omaha había sido detenido; la principal preocupación del mando de la División alemana 352 estaba en su flanco derecho, en donde hemos visto que se había pro ducido un boquete que amenazaba dicho flanco y a la retaguardia de la División (ver plano núm. 2). Como sabemos, el Regimiento 915, reserva del C. E., debía, después de la jornada de ida y vuelta hasta cerca de lsigny, contraatacar en dirección de Crépon; pero cuando el Regimiento se disponía a organizar el contraataque desde Bayeux, el Comandante de la División 352 recibió 22 la información de St.- Laurent de que estaban desembar cando grandes efectivos. El General alemán creyó que los aliados intentaban meter dos puntas sobre Ea yeux, desde las cabezas de playa de St.-Laurent de Meuvaines. El Batallón II del Regimiento 915 fué se parado del resto del Regimiento que avanzaba hacia Crépon, y, reforzado con una Compañía de cañones con tracarros (12 cañones autotransportados de 75), fué agre gado al Regimiento 916. Este Batallón de Infantería se. dirigió hacia Colleville a primera hora de la tarde, pero los americanos detuvieron su avance, produciéndole mu chas pérdidas. El resto del Regimiento 915. con el Batallón de asalto de la División y una Compañía de cañones contracarros, avanzó hacia Bazenville-Villiers-le-Sec, que sería la po sición de partida para el contraataque hacia Crépon. Al alcanzar esta área, se encontró con que los británicos ya estaban establecidos allí, teniendo un encuentro des graciado, después del cual las Unidades de la derecha pu dieron retirarse a St.-Gabriel, donde se les unieron los diez cañones de la Compañía de cañones contracarros, sufriendo el Batallón que iba a la izquierda peor suerte cerca de Bazenville. El Jefe del Regimiento fué muerto, y el Batallón retrocedió perdiendo el contacto con las otras fuerzas alemanas por algunas horas. Las fuerzas del Regimiento 915 no pudieron realizar un ataque co ordinado y se dispersaron en pequeños grupos que con tinuaron realizando acciones defensivas. Los cañones contracarro destruyeron cuatro carros ingleses, que se habían infiltrado cerca de Brécy, a cambio de la pérdida de cuatro cañones por el fuego naval inglés. De las fuer zas de contraataque del Regimiento 915 sólo quedaron 90 hombres, que fueron agregados al Regimiento 726, al que se le ordenó establecer una línea defensiva en Coulombs-St.-Gabriel—Esquay-sur-Seulles—cota 64 (al oeste de Bazenville)—río Grande—Asnelles-sur-Mer. El objeto del mando alemán de esta manera era cerrar la bolsa que se había producido, reuniendo todas las tropas disponibles, incluida la artillería, para impedir que los británicos entrasen en Bayeux. A la vez el Co mandante Británico de la 50 División había renunciado a la ocupación de Bayeux y decidido detenerse al norte y nordeste de la ciudad, entre Vaux-sur-Aure y Vaux sur-Seulles, no a causa de la resistencia alemana, sino del retraso del desembarco de los elementos que nece sitaba. Los avances ingleses se ven aproximadamente en el plano número 2. La situación que se dibuja en la parte este en el plano es la resultante de toda la lucha en el día D; en el primer empuje, los ingleses habían llegado cerca de Caen. La mayor parte de las contramedidas iniciales el OB WEST y el Grupo de Ejército B. se dirigieroi di rectamente contra los británicos. Los británicos habían establecido la más extensa cabeza de playa y su desem barco parecía constituir el esfuerzo principal. La Di visión 3 canadiense, desembarcada en la playa Juno, había avanzado en una profundidad de cinco a diez kilómetros y enviado patrullas acorazadas hasta Bret teville l’Orgueilleuse, a más de 10 kilómetros de la playa. A su izquierda, la División británica 3 (desem barcada en a playa Sword) avanzó más allá de Bieville, hasta unos tr s kilómetros de Caen. Al este del río Orne, dos brigadas de paracaidistas de la DivisiÓn aerotrans portada 6 (ver plano núm. 2, en el número de EJERCITO de agosto de 1954, página 9) habían cumplido con éxito su misión de apoderarse de los puentes de Benouville y destruído la batería enemiga de costa de Merville. Los avances de todas las Unidades británicas llegaron hasta cerca de sus objetivos, aunque sin tomar ni Caen ni Bayeux, que eran los principales; sin embargo, re presentaban la más alta penetración del frenteenemigo. Además, los alemanes consideraban especialmente vital 1adefensa de este sector, porque Caen es la entrada a comarca abierta que constituía la mejor ruta de ca rros hacia París. A los ojos de los germanos, era la llave de su total posición en Francia. Por otro lado, en este sector resultaban más fáciles los contraataques alemanes, ya que las reservas estaban cercanas a él. A las cinco, el grupo de Ejército B. agregó la División Panzer 21 al Ejército VII para que contraatacara a las fuerzas aerotransportadas desembarcadas al este del río Orne (véase la situación Panzer 21 en el mapa núm. 1 del número de mayo de EJERCITO de 1954, precisa mente en la región de Caen). Pero parte de esa División acorazada fué asignada a la División 716, en cuanto co menzó el desembarco en las playas. En total fueron agregados .a la División 716 la mitad de la Infantería de la División, un grupo de Artillería y los grupos de anti aéreos y de cañones contracarros. El resto de la División se dispuso a atacar al este del río Orne; pero cuando estaban haciendo la marcha de aproximación, hacia el mediodía, se les ordenó cruzar el Orne y atacar al oeste del río, para contener directamente la amenaza a Caen. Solamente un puente sobre este río estaba utilizable y, por consecuencia, el paso retrasó a la División, que no pudo atacar hasta las cuatro de la tarde. Entonces con las tropas organizadas en dos agrupaciones de Re gimiento, atacó a la División 3 británica desde la línea St.-Conte Hérouville. El ataque fué resistido enérgica mente e hizo pocos progresos en la orilla del Orne; pero al oeste un Batallón adelantó por Cresserons y llegó hasta la playa. Allí los alemanes recuperaron unas forti ficaciones y resistieron hasta el día 17, a pesar de que el grueso del Batallón se retiró después de sufrir gran desgaste. Antes de la noche el contraataque se detuvo en toda la línea y la División acorazada quedó atrinche rada al norte de Caen. La situación quedó aproximadamente en la forma que se inJica en el plano núm. 2; como el boquete pro ducido por el contraataque no estaba sostenido con fuerzas importantes quedó en condiciones de que al día siguiente fuese cerrado, quedando embolsadas las escasas Unidades alemanas que habían llegado hasta la costa. El contrataque tuvo éxito desde el momento en que impidió la caída de Caen, punto, como hemos dicho, vital para la defensa alemana. Este contraataque fué en realidad el único importante que tuvo lugar el día D. En el plano núm. 1 del artículo publicado en esta Re vista en mayo de 1954, en la página 31, puede verse que los alemanes disponían de dos Divisiones acorazadas re lativamente cerca del campo de batalla: la 12 SS. y la Lehr. Parece natural que el contraataque se hubiese realizado por el conjunto de las Divisiones, pues en ese caso podria haber tenido un gran éxito. A las primeras noticias del desembarco aéreo, en cuanto se localizó el área, Von Rundstedt tomó la rápida decisión de empe ñar inmediatamente todas las reservas operativas, si tuadas a una distancia utilizable, para destruir el des embarco. Lo hizo pensando que el desembarco aéreo iría seguido por la mañana de uno naval, y además que, fuese éste el esfuerzo principal proyectado o no, podría ser convertido en el esfuerzo principal en caso de tener éxito. Es de notar que poco tiempo después de realizado el desembarco aéreo aliado, este General había locali zado en su plano de manera aproximada la zona de des embarco. Entre las tres y las cuatro y media, o sea antes del desembarco en las playas, ordenó a la División Panzer SS. 12 que se dirigiese directamente hacia Caen y a la División Panzer Lehr que se preparase para un movimiento similar. Como estaba. seguro de que los aliados, que siempre habían realizado sus ejercicios de asalto al amanecer, desembarcarían a esta hora, Von Rundstedt necesitaba tener elementos acoizados a mano para contraatacar en las primeras horas. No había tiempo para discutir contingencias y tenía qte decidir rápidamente. Pero las dos Divisiones Panzer no estaban a sus órdenes, sino dependía directamente del 0KW. Dió las órdenes a las Divisiones y lo notificó al 0KW pi diendo su aprobación. Pero éste no lo aprobó. A las siete y media, el E. M. de Hitler le informó que las dos Divisiones no deberían ser empeñadas hasta que no se recibiese órdenes del Fhürer. La División Panzer SS. 12 fué parada en Lisieux; la Panzer Lehr no se había mo vido. Estas dos Divisiones acorazadas esperaron lejos de las playas del desembarco durante toda una mañana muy nublada y adecuada por haberse movido sin la interf e rencia de la aviación aliada. Esperaron hasta las cuatro de la tarde, en que Hitler, al fin, dió la orden de empeñar ambas Divisiones en la batalla. Pero para entonces el tiempo había aclarado; la aviación aliada era la dueña del cielo y aplastaba a todo lo que se movía; fué necesario retrasar el movimiento hasta la noche. Aunque elementos dispersos de la Infantería Pan zer SS. 12 llegaron durante la tarde a la zona de espera de la División 21, hasta el día 8, estas dos Divisiones no pudieron ser empleadas. El plan de empleo de Von Rundstedt para estas dos Divisiones era empeñarías juntamente con la 21 en la zona de la División 716 (ver plano núm. 2) apoyadas por ésta; pero al final del día D sólo quedaba de la Di visión 716 un conjunto de Unidades mezcladas del ta maño de un Batallón con 12 piezas de artillería, y la División 21 estaba dispersa y había. tenido un gran desgaste. Del resto de las reservas alemanas se recordará que ha bía una Brigada en Coutances (obsérvese el lado sudoeste del plano núm. 2, publicado en el número de EJERCITO de mayo de 1954, página 32); esta Brigada fué llevada hacia la zona de invasión,, pero no llegó allí hasta la mañana del día 7. A cada una de las Divisiones 275, 265 y 266 se les había ordenado a toda costa que, antes de la invasión, tuviesen organizados grupos móviles para constituir reservas a disposición del Mando (plano número 1 del mismo artículo). El Jefe del Ejército VII ordenó que esos grupos que estaban en Bretaña se tras.ladasen rápidamente a la zona de invasión, así como la División 77 completa; pero el General Rommel consideró prematuro el movimiento en vista de ciertas informa ciones referentes a la posible invasión de Bretaña por línea aérea, y sólo aceptó que fuesen alertadas. Mientras llegaban esto refuerzos, la División 352, tan fuertemente atacada, no podía recibir refuerzos de ninguna clase. Su última reserva, el Batallón de Inge nieros de la División, fué trasladada al sector del Re gimiento 916 y agregada a él. Este Regimiento había perdido durante el día 1.200 hombres y una gran parte de su equipo. La situación era todavía peor de la que podían supo ner los alemanes. Los grupos móviies de las Divisiones antes dichos (Kampfgruppen), sólo relativamente mó viles, que habían de trasladarse desde Bretaña a la zona de desembarco, se consideraba que serían intercep tados por la aviación enemiga, pero nunca que tarda rían diez días en alcanzar la zona de batalla. La Divi sión 352, que luchó bravamente durante todo el día, no vió ni un solo aeroplano alemán en el cielo. De todo esto puede deducirse que las cosas resultaron tal como había previsto Rommel, el cual aseguró que si no se detenía al enemigo en la costa, la invasión tendria éxito, porque los movimientos posteriores de las tropas alemanas serían interceptados por la acción de la avia ción aliada. Al terminár el día, los progresos aliados no habían 23 - ido grandes, y desde luego inferiores a los objetivos eñalados, pero el éxito del desembarco éstaba asegu rado porque los alemanes habían empleado todas las reservas inmediatamente disponibles, mientras que los aliados disponían de una cantidad de elementos que sin cesar irían desembarcando sucesivamente. Dispo nían del fuego naval de una gran Escuadra y, sobre todo, del dominio absoluto del aire, que impediría el movimien to de las reservas alemanas. Hemos visto cómo, por diversas causas, en las pri meras horas del desembarco de Omaha, las pérdidas en las primeras olas de asalto fueron grandísimas; se pro dujo en ellas y en las sucesivas una gran desorganización y mezcla de Unidades; pero la continua llegada de re fuerzos, el gran fuego naval de protección y, finalmente, la actuación de la aviación salvaron la crisis sobreve nida y produjeron tal desgaste en los defensores, que el equilibrio se rompió en favor de los aliados. Es muy curioso lo sucedido al Regimiento 915, el cual fué empleado en dirección a Isigny creyendo que allí se había hecho un desembarco aéreo; después le hicieron volver en una gran marcha y, por último, le quitaron un Batallón, ordenáfidole contraatacar pre cipitadamente; el resultado fué su destrucción com pleta. En cambio, con las Divisiones acorazadas 12 y Lehr sucedió lo contrario: por no emplearlas a tiempo se per dió probablemente la ocasión más propicia para derrotar a gran parte de los asaltantes. El momento de emplear las reservas es probablemente el de la mayor responsa bilidad de un Jefe en la defensiva: si las emplea preci pitadamente, corre el peligro de no utilizarlas contra el 24 esfuerzo principal enemigo, y si las emplea demasiado tarde, ha perdido la ocasión. En realidad, en el caso de la defensa de Normandia no puede hablarse de una defensiva estática, porque las Unidades ocupaban unos frentes tan grandes que no correspondían a los propios de este tipo de defensiva. La profundidad 4e la zona de resistencia era también muy inferior a la admitida. Hay, pues, que pensar que dada la extensión de costas a defender, el pensamiento de Rommel de establecerse sólidamente en una defen siva estática era prácticamente imposible. La defensiva elástica, a base de Unidades móviles de reserva que ta ponen las brechas producidas por el ataque enemigo, sin disponer por lo menos de un equilibrio en el aire, no se puede tampoco llevar a cabo. La defensiva, según hemos visto en los trabajos que hemos publicado en esta Revista, no puede admitirse más que como cosa circunstancial, pero no como un sistema definitivo de protegerse contra una invasión. Los alemanes disponían de una cantidad de Divisiones muy superior en número a las que desembarcaron, y sin embargo, tuvieron que resignarse a que todo el poder adversario se ejerciese con tra unas fuerzas escasas que no podían resistir su empuje. Hemos visto que los americanos no resistieron el fuego frontal de las fortificaciones alemanas y se infiltraron por los intervalos en donde no había obras, aunque es taban batidos por tiros de flanco de armas automáticas. Ello fué posible porque el humo y el polvo de las explo siones cegaba a las armas, que no tiraban sino a muy escasa distancia. Creemos que hay que tener en cuenta este cegamiento para no contar mucho con los tiros de flanco un poco lejanos. Conceptos orgánicos sobre lainfanteria Capitán del Regimiento de Infantería de San Fernando núm. 11 JOSE GARCIA ANTON (Conceptos OS medios de combatir están en continua evo lución y es preciso encuadrarlos. Este encuadra miento puede obtenerse dentro del marco ya estable cido de los medios antiguos, reduciéndolo a la sola sustitución de unas armas ya anticuadas por otras más perfeccionadas, o bien bajo un criteriQ distinto, es decir, tomando como base las nuevas armas, que motivan nuevos procedimientos para adaptar la or ganización a las posibilidades de estos dos factores, el uno dependiente del otro: armas, procedimientos de combate. Esto último significa a veces una remo ción difícil de llevar a cabo, pudiendo siempre surgir la duda de equivocarnos al adoptar un nuevo sistema cuando el anterior ya nos es conocido y hemos com pulsado én la práctica us resultados. De aquí que las modificaciones de la organización siempre hayan sido vistas con un cierto reparo, de todo punto natural, por el temor de las consecuencias de una preparación errónea. Pero hay algo más en qué pensar y es la sorpresa, precepto fundamental en toda acción táctica; ahora bien, la sorpresa no depende solamente de los medios y procedimientos de combate, sino también de la or ganización. Un ejemplo de ello lo hemos tenido en las primeras batallas de la G. M. II, las victorias ful minantes del Ejército alemán, debidas a sus Divi siones Acorazadas, puntas de flecha que penetrando en la organización enemiga la paralizaban por la des trucción de sus órganos vitales. Y debemos pregun tarnos si esos procedimientos de combate no fueron debidos a la organización de las Fuerzas Acorazadas, que indicó el más adecuado modo de acción de las mismas. El perfeccionamiento de los medios es cada día mayor, y en cuanto a Infantería, vemos que las armas que aparecieron imperfectas y como meras auxiliares de las que podríamos denominar clásicas, coñ su per feccionamiento se transforman en principales, deter minando un momento crucial en la evolución de nues tra táctica. En líneas que siguen expondré unas ideas, producto de lecturas y meditaciones, cuyo único fin es contribuir en lo posible al estudio de la organización de la Infantería. Inteutaremos exponer primeramente unos concep tos qne precisen en lo posible las relaciones que pu diéramos decir constantes de la organización de la Infantería con los medios de que está dotada y, lo que es más importante, con los medios de que se la puede dotar en un futuro próximo, tal vez más próximo de del autor, expuestos en Tribuna libre.) lo que creemos, dada la velocidad del progreso de las ciencias, que escapa a todas las previsiones. Trataremos de hacer para ello una clasificación de la Infantería, que nos precise los conceptos necesa rios para el análisis que proyectamos. Es deseo constante en la Infantería, espíritu clásico del Arma, el bastarse a sí misma, disponiendo de ele mentos que resuelven los diversos problemas que en el combate pueden presentársele. Ello ha hecho que poco a poco nos hayamos encontrado con una Infan tería superdotada en medios, algunos de característi cas artilleras netamente definidas y otros con carac terísticas de Arma nueva, distinta de la Infantería, pero que actúan dentro del marco del combate y de la organización de ésta. Esto ha dado lugar a que haya disminuído la atención del infante hacia lo más sustancial y propio en su Arma, la acción indi vidual del soldado como elemento de choque, ya que asistamos a un exceso de especialización en el servi cio de variados elementos, oscureciendo la misión tí pica del infante, que es el combate en contacto di recto con el enemigo para lograr la acción resolutiva en el choque. De aquí que sea normal ver cómo se produce una selección constante y en todos los esca lones, para enviar los hombres mejores a las llamadas 25 ARMAS DERIVADAS DE LA INFANTERIA Unidades de Especialidades, al paso que se observa una carencia de interés casi absoluta por las llamadas Consideramos como tales aquellas que, habiendo Unidades de Fusiles, último vestigio de la Infantería ñacido de una cierta necesidad de la Infantería, han propiamente dicha. No decimos nada nuevo ni extra a procedimien vagante, pues esta falta de visión del problema de la dado lugar con su perfeccionamiento Infantería ha sido ya acertadamente observada por tos típicos de empleo, tomando caracteres propios. algunos tratadistas, por los, que hemos sabido cómo Este es concretamente el caso del Arma acorazada, hubo ocasiones en la pasada Guerra Mundial en que la cual hoy día se considera como Arma definida y se viera al Mando quejarse de la falta de elementos de completa, si bien, al igual que la Artillería, puede des empeñar misiones de cooperación con la Infantería, choque, sin los cuales, y a pesar del lujo de armamen sin perder por eso su calidad de Arma plenamente tos, no podría lograr la acción resolutiva a que aspi independiente y distinta. raba en el mcmento crítico. Pero ocurre que el problema de la Infantería ofrece Dicho lo que antecede, nos encontramos con que el una gran complejidad, porque la progresión de los primer problema que, en cuanto a Orgánica se re elementos de choque para alcanzar el íntimo contacto fiere, se le presenta a la Infantería, es la relación con el enemigo, o con el suelo que éste ocupa, resulta cutre Infantería de apoyo e Infantería pura dentro cada día más difícil, siéndoles de todo punto necesa de la Unidad combatiente, o sea cuál deba ser la pro ria una protección activa o pasiva, que les permita porción entre los elementos de choquc y los de apoyo. alcanzar ese contacto en condiciones de eficiencia. Es éste un problema de que ya se ha hablado en más Así, pues, de la necesidad que la Infantería tiene de una ocasión y al que han dedicado su estudio emi de fracciones de choque y fracciones que protejan y nentes t6cticos, sin llegar a establecer una proporcio apoyen a las primeras en su marcha hacia el ene nalidad exacta, lo cual es natural, porque la propor migo, nace una primera división en Infantería pura, ción debe variar según las circunstancias de em la verdadera Infantería, e Infantería de apoyo, ne pleo, terreno, enemigo, Artillería disponible, elemen cesaria y vital para la acción de la primera. Y no de tos acorazados propios, etc. Pero lo que sí estimamos bemos olvidar aquí a las Armas derivadas de la In de todo punto necesario, es marcar sus límites, pues fantería, que al alcanzar su perfección se han des prendido ya de lo que en un principio fué misión de por• debajo de un mínimo en elementos de apoyo, apoyo para revelarse con características cada vez la Infantería pura pierde gran parte de su capacidad de combate, y por encima de un máximo, aumenta la más acusadas de arma independiente. vulnerabilidad general, sin aumentar sus posibilidades en el choquc. La fijación de estos límites la marca la composición de las Unidades y dosificación de éstas INFANTERIA PURA en el espacio. Considerando como tal al grupo de soldados que tiene plena aptitud pára combatir por el choque con un armamento de ligereza suficiente para ser trans portado por un solo hombre, sin restarle cualidades combativas, y cuya actuacién normal es la de pleno contacto con el, enemigo. Sintetizando diremos que está definida por la sutilidad, la ligereza y la acción de choque más o menos individual. INFANTERIA - DE APOYO Pertenecen a ella aquellos combatientes que mane jan diversidad de armas colectivas de relativa lige reza y que combaten por el fuego en beacticio directo de la Infantería pura. La dividiremos en normal y pesada. Es la primera aquélla cuyo armamento es fácilmente transportable a brazo, en diversas piezas, que pueden ser llevadas por un combatiente a través de cualquier clase de terreno y cualesquiera que sean las condiciones del momento. Por pesada entendemos la que dispone de determinadas armas que, por su peso o volumen, suponen un embarazo en su manejo a brazo, siendo preciso recurrir a la mecanización dentro del área del combate o a la concurrencia de elementos hipomóviles para facilitar su movimiento. En realidad esta Infantería tiene muchas de las ca racterísticas de la Artillería y hasta en algún mo mento puede llegarse a confundir con ella, en su mi sión de acompañamiento inmediato. 26 Veamos al respecto de la cuestión planteada lo que concierne a la que hemos llamado Infantería pura. Asume ésta en sí el acto material de pisar el terreno, a defender el terreno a conquistar. Es ella la que ocupa la periferia de los espacios propios, la que los asegura con la acción individual de sus combatientes, la que pisa, choca y expulsa al adversario de las posi ciones que ocupaba, aferrándose después a éstas y defendiéndolas contra los intentos enemigos de recu perar lo perdido. Es cortina que delimita el terreno propio; cortina protegida por la pantalla que le su ministra de una manera directa la Infantería de apoyo. ¿Qué dosificación debe tener en el campo de bata lla? Distinguiremos los casos de defensiva y de ofen siva. Defensiva.—Es preciso fijar aquí cuidadosamente la densidad en el espacio a defender. Una falta de den sidad suficiente en esa cortina corre el peligro de hacerla ineficaz, mientras que un exceso de ella au menta su vulnerabilidad y con ello acelera su des gaste por la acción moral que el número de bajas ejerce en los elementos restantes. El estudio de al gunas batallas de la G. M. II y de la campaña de Corea parecen confirmar que el objeto principal de la fortificadún de campaña no es más que el de per mitir se pon a en línea la Infantería estrictamente necesaria, con disminución de su vulnerabilidad, esto es, dando el espesor justo a la cortina de que antes hemos hablado. Concretando, estimo que la ínrtifica ¡ k.’ tL. .. ,“.. .. Nirr OCj0 ción de campaña tiene como fin favorecer el des pliegue de la Infantería hasta lograr la barrera eficaz que impidael paso al adversario. • • 1.° La masa que ha de establecer contacto directo con la posición enemiga, ocuparla y defenderla de los posibles contraataques, ha de estar constituída por Infantería pura, y sus efectivos han de ser precisa. Ofensiva.—La dosificación en el ataque depende mente medidos en función de la acción prevista por esencialmente de los resultados que esperamos obte el Mando. ner de él, siempre bajo la protección de la pantalla de las armas de apoyo. 2.° Es precisa una reuuión de elementos de apoyo, En primer lugar, deberemos tener presente la pro tales que faciliten la llegada en buen estado de la fundidad de la masa atacante, con la que vamos a Infantería pura, a una distancia a partir de la cual actuar, la cual dependerá de la penetración que se le basten sus medios propios para alcanzar el choque. desee lograr, de las obras enemigas a ocupar o des 3.° El Mando deberá prever la acción de una masa truir y de la densidad con que ese mismo enemigo de proyectiles de las más diversas clases y procedenocupe su línea de defensa. No hablo de tener en cias que tengan como misión el ablandamiento de la cuenta la potencia que el adversario ponga en juego posición enemiga y, sobre todo, la acción moral de para detener las. Unidades de la Infantería pura, disminuir hasta el máximo su voluntad de resistencia. porque creo que esto no debe influir en el número de Veamos ahora los medios de que deberá ser dotada 1OF atacantes, sino precisamente en la dosificación de la Infantería pura. las armas de apoyo, ya pertenezcan éstas a la In Examinemos en primer lugar el alcance eficaz que fantéía de apoyo o a otras Armas, Artillería y Blin le vamos a pedir a sus armas. Este viene marcado por dados El problema que el Mando tiene que resolver la distancia a partir de la cual la Infantería pura ne es el número de infantes que deben alcanzar la posi cesita combatir con sus medios propios, por haber ción adversaria, en condiciones de combatir dentro disminuido la acción de la Infantería de apoyo, en de ella y d mantenerla una vez ocupada, y precisa. virtud de múltiples causas, entre las que se destaca mente furcjón de es número de infantes y de las armas que contra ellos oponga el enemigo será la la distancia de seguridad. Así, pues, podemos fijar aquel alcance entre los 500. y 600 metros, aunque en cantidad que tendrá que fijar en elementos de apoyo la mayoría de los casos bastarán los 200 y, tal vez, para conseguir la pantalla protectora que se necesita. aún menos. Sin embargo, es preciso conceder un mar Concretando, diremos sobre la dosificación en el gen suficientemente amplio, con el fin de que no ataque: exista una dependencia absoluta del apoyo. 27. cruzar pasos difíciles y de vulnerabilidad mínima; En cuanto a la calidad de las armas de que debe condiciones éstas que los transportes mecánicos no disponer, habrán de tener: densidad de fuego (armas reúnen y mucho menos los hipomóviles. automáticas), potencia de destrucción (cañón sin re troceso de 50 mm., lanzacohetes) y acción sobre es ¿Qué puede esperarse del posible empleo de los pacios desenfilados (mortero ligero de 50 mm.). Siendo medios que acabamos de señalar? estas tres clases de armas colectivas, para su servicio En la defensiva, este conjunto de armas puede tendrían un equipo compuesto de dos grupos: uno constituir una eficaz barrera, que ya en las mismas esencial, formado por tirador y director de tiro-pro inmediaciones de la posición aniquile al enemigo con veedor, y otro auxiliar, constituido por determinado la potencia de su fuego, la variedad de sus proyectiles número de proveedores, que tendrán como finalidad y las distintas procedencias de éstos. Con ellas es po el transporte de municiones y defensa y ayuda al sible, pues, dar al combate un carácter resolutivo. Arma. Las armas destinadas a ser manejadas por los Si los blindados enemigos logran alcanzar el pleno individuos aislados forman tres grupos: Armas de contacto con la Infantería, es factible a ésta, con la combate a distancia (fusil), armas auxiliares del cho buena combinación de sus armas, lograr la victoria que (granadas de mano, pistola) y armas de choque sobre ellos, primero, aniquilando a la Infantería de (cuchillo, machete). En cuanto a las municiones de acompañamiento o separándola de los carros por la cada arma, estimo debe haber dos dotaciones dis acción en masa de armas automáticas y morteros y tintas: una para la acción ofensiva en el tiempo com segundo, actuando libremente ya con los equipos lanza prendido desde el momento a partir del cual se co cohetes y los de minas contracarros, aspirando a des mienza a actuar por los medios propios hasta lograr truir o averiar a los que hayan llegado a sus inmedia el choque y el momento inicial de defender el terreno ciones. A este respecto, podrían decirnos algo los con ocupado, en que debe sér de nuevo municionada cada ductores de los 400 carros rusos destruidos en la ba Unidad o bien relevada por otra con su dotación al talla de Pomerania por un arma tau imperfecta en completo. La segunda dotación es aquella que consi tonces como eran los puños eontraearro. deramos precisa para una acción defensiva, la que En la ofensiva, dada la potencia del armamento de vendrá determinada por el tiempo de duración del que está dotada y la relativamente poca cantidad ataque enemigo, dificultades de municionamiento, etc., de municiones disponibles a su inmediación, la In así como de la resistencia exigida a la posición. fantería pura no deberá emprender el combate hasta Nos es preciso hacer una salvedad, y es que este la plena acción eficaz de aquellos medios, o sea a la equipo de armas colectivas no debe en ningún as menor distancia del enemigo, buscando la destruc pecto ser un lastre que reduzca la acción de la In ción de éste, a base de pocos disparos, pero de una fantería en el combate próximo. Mas si considerarnos gran seguridad. este armamento como esencial, olvidándonos del ver La Infantería pura en la ofensiva no persigue la dadero espíritu de la Infantería pura, correremos el neutralización del adversario, sino su destrucción. riesgo de ver desaparecida esa moral de choque, que es Podemos decir que la Artillería y la Infantería de la base fundamental del Arma. Y para que aquélla apoyo neutralizan y destruyen, y la Infantería pura perdure a través de la perfección de su armamento sólo destruye, o con su acción de fuego o con su ac para el combate a distancias próximas e inmediatas, ción de choque. no debemos descuidar el que constantemente vaya do El problema del municionamiento en la ofensiva tada de un arma blanca, específicamente de choque, no existe ante una Infantería bien instrnída, ya que y que la enseñanza del empleo de ese arma, así como sabrá perfectamente cómo dosificar su consumo de la de la lucha decidida, empleando todos los medios municiones, obteniendo de éstas el mayor provecho; a su alcance, incluso si es preciso los mismos puños pero no es concebible en buena doctrina ver a una y dientes, sea fundamental en la preparación del In Unidad pegada al terreno entablando con el adversa fante. Tal vez se aduzca que este combate inmediato rio un duelo a ver quién gasta más munición con el es la excepción en el desarrollo de la batalla y que en fin de nentralizarle, para poder proseguir su avance, muy raras ocasiones, a lo largo de ésta, llega a efec pues esta acción de neutralización corresponde a la tuarse; pero entiéndase que a través de esta ense Infantería de apoyo. ñanza primordial pretendemos conservar a toda costa Ahora bien, una vez conquistado el terreno ene la moral de la Infantería, que corre el gravísimo pe migo, el afianzarse a él resistiendo los contraataques ligro de resentirse ante la perfección cada vez mayor es lo que en más de una ocasión puede poner en si de las armas para el combate a distancias próximas. tuación difícil a las Unidades de Infantería pura, ne Concretando, sintetizaremos estas ideas en el si cesitando un municionamiento urgente. Para resol guiente párrafo: ver este problema lo mejor es contar con Unidades que sigan a los pri La Infantería pura combate por la acción de sus especiales de municionamiento armas blancas, siendo todas las tres armas un medio meros escalones, penetrando con ellos en la posición enemiga y abasteciéndolos de municiones tan pronto para alcanzar el empleo de las primeras. Dado el gran volumen de armas y sobre todo la tomen una actitud defensiva. cantidad de munición que precisa tener a su inmedia Dejamos con esto señalada una manera de ver la ción una Infantería eficiente, ya que siempre ha de orgánica de la Infantería. La aplicación de estos prin eontarse con las dificultades cada vez mayores de su municionamiento, la Infantería pura deberá tener un cipios a la organización de las Unidades es trabajo que vale la pena como contribución al problema del elemento de transporte ligero, que marche con ella Arma, visto desde un punto de vista netamente es y que no esté sujeto a ninguna servidumbre, esto es, pañol. con tracción humana, fácilmente desmontable, para 28 La defensa de las costas de Espaia eiieilsigiloXVI Jdeas sobre su organizacii5izpor el es ludio cte ¿iii caso coicreto - $itio dela Cornisaen L589 Teniente Coronel de Artillería, del Servicio de E. M., VICENTE MAR-TINEZ LORENZO, profesor de la Escuela de Estado Mayor. PREAMB ULO La defensa de las costas peninsulares durante los casi ocho siglos en que aproximadamente se desarrolló la Guerra de Reconquista contra los do minadores árabes no sufriÓ notables variaciones ni mereció apreciable interés, porque las circuns tancias políticas de la época orientaban las acti vidades bélicas con marcado carácter terrestre. Los Estados Cristianos, desde las agresiones nor mandas del siglo IX, no tuvieron necesidad de atender a la defensa del litoral, porque sus inquie tudes se dirigían, por una parte, a las luchas inte riores, a consolidar coronas contra las rivalidades de sus vecinos, y por otra, hacia- la lucha, más o menos intensa, contra los musulmanes. Las pretensiones de Alfonso X en 1252 a la corona de Alemania, en oposición a Ricardo Cor nualles, y las luchas de Juan 1 en 1379 contra las aspiraciones del Duque de Láncaster a la corona de Castilla, no fueron de suficiente importancia para desviar sus acciones a una guerra naval -que pusiese en peligro las fronteras marítimas de Es paña. Sólo el Reino de Aragón inició, desde Pedro II en 1213, una actividad exterior, por su estrecha relación con las dinastías transpirenaicas, lo que motivó la presencia de los aragoneses, primero en la guerra de los albigenses y después en las Cruza das, creándose así, un ambiente favorable para la posterior acción mediterránea, que se manifiesta en Pedro III (1282) con la conquista de Sicilia, origen de nuestra presencia en Italia durante va rios siglos. Sus sucesores continúan el mismo derrotero, y así Jaime II guerrea contra los franceses, realiza la expedición a Oriente con el grito de ¡Desperta ferro!, conquista Cerdeña, lucha con Génova y si gue una política de expansión que se mantiene hasta Juan II. Pero aun en este caso, el poderío aragonés, que englobaba gran parte de los pequeños Estados pi renaicos y la Marca Hispánica que estableciera Carlomagno como su límite meridional, era de tal pujanza, que teniendo en general la iniciativa, le liberaba de la atención defensiva, por ser los ara goneses quienes realizaban la agresión. Por parte de los musulmanes, al -terminarse el Califato en 1031 y surgir los reinos de Taifas, no existe en éstos una política exterior definida y sí tan sólo fuertes rivalidades interiores, situación que no se modifica al venir los Almoravjdes en los fina les del siglo XI, ni al aparecer los Almohades en el siguiente. En 1238 funda Mohamed Alhamar 1 el reino de Granada, lo cual tampoco altera la actividad te rrestre de la política árabe, lo mismo que con la llegada de los Benimerines -en 1333; no habiendo tampoco nada importante que señalar durante ese lapso de tiempo en lo que se refiere a la defensa de las costas peninsulares. El panorama comienza a cambiar de aspecto 29 después de los Reyes Católicos. Completan éstos la Reconquista; unen los más poderosos estados peninsulares; tiene lugar en su tiempo el trascen dental suceso del descubrimiento de América; efec túan la reorganización social y la unidad política y religiosa; luchan en el Rosellón e Italia (grato recuerdo de los nombres de Ceriñola y Garellano); conquistan Orán, Bugía y Trípoli y crean un pe ríodo de transición hacia el engrandecimiento na cional que culmina en el primer reinado de la di nastía austríaca. La familia de los Habsburgo, que comenzara como Duques de Austria, se afianza desde los primeros años del siglo XVI, cuando el Emperador Carlos reúne bajo su cetro el más poderoso dominio euro peo. Ciñe las coronas de Castilla y Aragón con sus posesiones de América e Italia (Milán, Nápoles, Sicilia y Cerdeña); es soberano de Austria, Styria, Tirol y Bohemia; recibe las tierras de Flandes y el Franco Condado, así como los países húngaros que habían quedado fuerá del dominio turco, y en 1519, la elección de Francfort le da la corona imperial. Jamás los Habsburgo tuvieron mayor po der. Cuando en 1598 muere su hijo, Felipe IT, “no se ponía el sol en sus dominios”. El grandioso imperio reunido por el Césat Carlos, suscita los temores y las rivalidades otros países europeos y es la causa de las grandes guerras que tienen lugar durante la primera mitad del si glo XVI. Francia, cuyo reino se constituyó defini tivamente en tiempos de Francisco 1 y se consolidó con Enrique IV, no pudo lograr sus propósitos de ensancharse por italia, al tropezar allí con las tro pas españolas, que también encuentra en Flandes, teniendo que recurrir más a la política de la diplo macia que a la de las armas para combatir el poderío de la Casa de Austria. Inglaterra, que desde 1534, con la herejía de Enrique VIII, inicia sus simpatías hacia los herejes europeos, se apro vecha de las Guerras de Religión para empezar a caminar hacia su posterior desarrollo. Aunque hasta entonces no se ha enfrentado con España, auxilia y alienta a los enemigos de ésta y por. ello sostiene la moriscos, envía di neroinsurrección y soldados de a loslosprotestantes de los armas, Países Ba jos y protege disimuladamente a sus corsarios, que se dedican a perseguir a los galeones españoles y a sa quear las costas americanas e incluso agredir los puer tos peninsulares, como hizo Drake en Cádiz en 1587. Ante tal cúmulo de hechos, a la muerte de María Estuardo, decide Felipe II romper abiertamente con Inglaterra, y en 1588 tiene lugar la expedición de la Armada Invencible, que marca una fecha im portante en la historia de los dos países y que es base del caso que hemos de estudiar. Ya tiene España enemigos marítimos, por lo que le es obli gado atender a la defensa de su litoral, esencial mente a la defensa de sus puertos: a los oceánicos, porque a ellos arriban sus naves que proceden de América, y a los del Mediterráneo, lo mismo con tinentales que insulares, porque viven con el cons tante temor de las agresiones navales de los turcos, pueblo poderoso y enemigo de la Cristiandad, que desde 1453, con la toma de Constantinopla, ha hecho desaparecer el milenario imperio bizantino. 30 ¿Cómo tedió España a la defensa de sus costas? En realidad, la defensa de las costas se concretó, como queda dicho, a la defensa de los principales puertos; y de la forma cómo se realizó ésta, nos podremos dar idea considerando el ataque inglés al puerto de La Coruña en mayo de 1589, tal como se relata en un manuscrito de la época, y el auxilio de otros datos que figuran en textos his tóricos contemporáneos. LA VI4IILANCIA DE LAS COSTAS Ya desde el iglo XIV, al menos, existían las milicias locales para la defensa del litoral y se poseen datos de la concesión hecha por el tercero de los Trastamaras, Enrique III, a La Coruña, en 1397, para “que cuando lo juzgase conveniente pudiese compeler a los moradores del coto y juris dicción a entrar en el pueblo y .dcfendsrle y es’ar dentro el tiempo que fuesé necesario”, con la par ticularidad de que si permanecían diez días, no estaba la villa obligada a darles riada, pero si la estancia pasaba de aquel término se les “socorrería a los hombres de a caballo con cinco maravedises diarios y a los de a pie con tres dineros”. En los puntos dominantes de la costa se esta blecieron torres y vigías, de los que aún quedan visibles recuerdos por todo el litoral. Estos vigías, cuando veían aproximarse una flota o una embar cación sospechosa, hacían señales por medio de hogueras que desprendiesen mucho humo, para dar la alarma que permitía la concentración de las mi licias de los pueblos y lugares próximos al punto amenazado y poder así resistir y rechazar la agre sión. Cuando el presunto enemigo era numeroso y se ignoraba exactamente el punto de ataque, ade más de la alarma por las hogueras se enviaba aviso escrito a la autoridad inmediata, señalando en él la cuantía de lo buques avistados y sus presumi-. bies intenciones. De esta manera se daba tiempo a concentrar mayor número de fuerzas para repeler el ataque, y además, subiendo la noticia de autoridad en auto ridad y del litoral hacia el interior, las gentes de los poblados costeros se retiraban a las montañas y los de las ciudades marítimas se preparaban para la lucha próxima. El jueves 4 de mayo de 1589, el Gobernador del reino de Galicia, que lo era Juan de Padilla, Mar qués de Cerralbo, recibía a las siete de la mañana un aviso mandado desde el “puerto de Bares, a quince leguas de La Coruña”, cuyo escrito se ex presaba en los siguientes términos: “Excm°. Sr: Desde las seis de la tarde (la fecha era 3 de mayo) se divisa en alta mar una flota numerosa, compuesta de bajeles y pequeños; se cree sean enemigos”. Este aviso tenía simultánea confirmación, al apa recer, en las mismas horas de la mañana, cubierto de fogatas el cabo y monte de Prioiro, que era la señal convenida para indicar que se presentaban buques enemigos a la vista. Cada fogata indicaba un buque, y por eso en el manuscrito citado se lee: “el aviso lo dieron también los centinelas de la ciudad y por la costa muchos fuegos”. LAALARMA Canrio una villa o ciudad marítima recibía las primeras noticias sobre la presencia de naves que suponían ser enemigas, se dictaban las órdenes pre cisas para comprobar la veracidad de los avisos y en seguida concentrar las milicias y las tropas, si las hubiese en la jurisdicción, con el fin de apres tarse a la defensa. En el caso que consideramos, las medidas toma das por el Marqués de Cerralbo fueron: A.—Confirmar la información. B.—Dar la alarma. C.—Efectuar la concentración y preparación. Lo que se realizó casi simultáneamente, con el fin de ganar el mayor tiempo posible para la de fensa, aprovechando al máximo las horas que ha bían de transcurrir hasta la llegada al puerto de la flota avistada. Como queda indicado, el primer aviso recibido provenía del vigía establecido en el “puerto de Bares”, que se refiere al de la punta de la Estaca de Bares (en las Cartas y Derroteros anteriores al del año 1919 está escrito Vares, pero en el de 1929, consultado, se lee Bares), formada por altas tierras montuosas y estrechas que culminan en el llamado Facho de Maeda metros de altura), la extre midad más avanzada al norte de la Península, a cuyo resguardo está situada la villa con una anti quísima escollera, anterior a la época de los hechos que reseñamos. En lo alto del Facho de Maeda estaba el vigía que avistó a la escuadra que se apro ximaba en dirección norte-sur. Es de resaltar la circunstancia de que el aviso salió de Bares después de las seis de la tarde del día 3 y llegó a La Coruña a las siete de la mañana del 4. Como quiera que en su marcha durante la noche hubo de pasar por Santa María de Orti gueira, Neda, Puentedeume y Betanzos, porque de hacerlo en dirección a Puentes de García Rodrí guez tendría que seguir los caminos de la vertiente oeste de la Sierra de la Faladora y enfrentarse con las altas estribaciones de las de la Loba y Queijeiro, mucho más penosas, se recorrió las “quince leguas”—en realidad muy cerca de los no venta kilómetros—en poco más de doce horas, con una media horaria de siete kilómetros y me dio, lo cual da buena idea de la resistencia y efi cacia de los correos empleados para estos menes teres. Durante esta misma noche, la escuadra continuó su navegación hacia el puerto de La Coruña, siendo avistada con las primeras luces del amanecer del día 4 por el vigía de “Monte Prioiro” (se refiere al actual Monte Ventoso en el Cabo de Prioriño, con una altura de 242 metros, y desde el cual se descubre un horizonte marítimo de gran amplitud) y después, por los centinelas de la cuidad situados en la fortaleza. Como quiera que desde el momento de avistar a la escuadra hasta que ésta llegase a las proximi dades del puerto habían de transcurrir varias ho ras, el Gobernador tuvo tiempo para la ejecución de las medidas señaladas. A.—Confirmar la información Normalmente se hacía a la vista, por el conoci miento que los vigías, en general veteranos mari neros, tenían de los tipos de naves que componían las escuadras, pero la circunstancia de encontrarse fondeados en el puerto de La Coruña tres galeones, dos galeras y una urca, de las que habían formado parte de la Invencible, permitió al Marqués e Cerralbo itilizar las dos galeras, por ser más rápi das y ligeras, para “reconocer la gruesa escuadra y reconocido que eran enemigos, volvieron con el aviso”. Se trataba realmente de una flota que transpor taba un fuerte Ejército al mando de Francisco Drake y Enrique Norris, General éste del mismo apellido que el Almirante inglés Juan Norris, que en 1740 mandó la expedición que pretendió inútil mente incendiar el astillero de Esteiro en la ría de El Ferrol del Caudillo. La armada de Drake y Norris tenía orden ex presa de apoderarse de algún puerto de la costa de Galicia y después pasar a Portugal, para alen tar y proteger a los partidarios de don Antonio, el Prior de Crato (hijo natural del Infante don Luis, nacido de una judía, Violante Gómez, motejada “La Pelicana”), que pretendía la corona de aquel reino y venía en persona con esta escuadra “de 120 velas y que había salido de Plymouth llevando II // Fig.1.-La Eumpade Fehpe1/ 31 un Ejército de 8.ooo hombres”. (El P. Mariana fija en setenta el número de navíos y en 14.000 el de soldados). B.—Dar la alarma Confirmado ser enemigos los buques avistados, “se avisó la tierra adentro y a algunas compañías de Infantería que por ella estaban (restos también de las tropas de La Invencible) y se hicieron fuegos en la Torre de Hércules y en la fortaleza vieja”, para que las gentes de los lugares vecinos acudiesen en socorro de la plaza. Al mismo tiempo se despa charon órdenes “a generales del reino para que acudiesen en socorro”. €.—Concentraeión y preparación “Recogióse la gente qúe había en la ciudad a las banderas”, frase ésta del manuscrito citado, que define claramente la acción de reunir a las tropas, unos 750 hombres que había en La Coruña, restos de siete mermadas Compañías. Una parte de ellos se envió a guarnecer el castillo de San Antón (que aún no estaba acabado de hacer); otra parte, a los galeones y galeras, para “evitar que el ene migo echase gente en lanchas, para quemar los navíos o dar el asalto al fuerte”, y con el resto de la guarnición se formaron banderas reforzadas por las milicias locales. EL DESEMBARCO Desde el siglo XIV las naves más célebres de las escuadras eran las carracas, embarcaciones de un porte considerable, hasta de ochocientas tone ladas y que llegaban a montar “cien piezas de ar tillería de todos calibres”; estas naves, que en el siglo XV no tenían más que dos palos y tres puen tes, llegaron sucesivamente a poseer tres y cuatro palos y hasta siete puentes. La popa y la proa se levantaban a la altura de tres o cuatro hombres sobre el combés (parte de la cubierta superior en tre el palo mayor y el castillo de proa). También predominaban las galeras, barcos de remo y vela, caracterizados por su gran eslora res pecto a la manga, y que tenían castillos en popa y proa artillados con cañones en dos o tres pisos; el galeón, menos largo que la galera, con dos o tres cubiertas y aparejando tres palos, y la galeaza, que tenía tres palos y dos vela latinas, y hasta treinta y dos bancos de remeros, figurando entre cada dos bancos un cañón pedrero. Existían además naves inferiores, como las urcas, que eran embarcaciones de carga con la popa re dondeada, y las pinazas, grandes buques mercan tes, aparejados ambos como los navíos de guerra. Aparte de éstos, había otros tipos, como los queches, smacks, yachic, etc., y las pequeñas barcas que llevaban sobre las cubiertas para los servicios con tierra. De todos estos tipos habría en las “120 velas” que constituían la armada de Drake, el cual, si- 32 guiendo la teoría entonces imperante de no en frentar a los buques con los fuegos de las plazas y efectuar sobre éstas un ataque terrestre, fondeó sus naves dentro de la ría de La Coruña, esqui vando los fuegos de los cañones de los fuertes y los que armaban los pocos buques españoles, situán dose entre Santa María de Oza y Santa Cruz, co menzandopor la tarde a “echar gente en el arenal de Oza”. “En la primera barcada echó el enemigo en tierra siete banderas con buen golpe de gente”, pues ‘sa biendo que el principal refuerzo de la plaza habría de llegar por los caminos de Betanzos (en donde había alguna Compañía) y Santiago, trataba de cortar éstos envolviendo a la ciudad, al mismo tiempo que buscaba fácil comunicación con su base de operaciones, la escuadra, situada al abrigo de los fuertes vientos del sudoeste y noroeste, que combaten esta parte del litoral “con duros tempo rales acompañados de violentas rachas y fuertes lluvias que oscurecen el cielo por completo, tempo rales que por su persistencia e intensidad compro meten a los buques que se vean empeñados en estos parajes”. Como se ha indicado, parte de las tropas de la plaza (milicias y banderas) habían cubierto el frente de tierra, no sólo para prohibir al enemigo el acceso a la ciudad por esta parte, sino también para hacer patentes los deseos del Marqués de Cerralbo de defenderla a toda costa contra las aspiraciones de los ingleses; por ello, cuando éstos desplegaron sus banderas, ocupando posiciones por las alturas de Los Molinos y Santa Margarita, habiendo nuestra gente “tomado el puesto, se trabó la escaramuza y la sustenté hasta que echando el enemigo alguna arcabucería más y picas sueltas a la cola, echó también un escuadrón con banderas, establecién dose una lucha, que por la inferioridad de nuestras fuerzas”, ya que sólo se trataba de tropas de vi gilancia y cobertura, ordenó el Gobernador se re tirasen, “como lo hicieron en regla, escaramuceando siempre con el enemigo hasta llegar a unas picas que se habían mandado estar fuera para recoger los, como se hizo”. Al mismo tiempo, los cañones del fuerte de San Antón, así como los de los galeones, galeras y urca, cañoneaban a la gente enemiga que venía por tierra, con el fin de entorpecer su aproximación y el que se estableciesen en sus posiciones. “Siendo cerca del anochecer, se recogió toda la gente y se cerraron las puertas.” La ciudad de La Coruña, como la mayoría de las plazas militares, estaba rodeada de un muro que englobaba dentro de su recinto la zona habitada y la fortaleza, cuya muralla tenía fuertes puertas en los arranques de los caminos que se dirígían a otras ciudades y lugares. Esto no excluía la exis tencia de zonas pobladas en el campo exterior y aun en las inmediaciones de la muralla; tal sucedía en este caso, principalmente en la parte que da al puerto, barrio llamado de La Pescadería, y en la zona que mira a la ensenada del Orzán, donde, entre otros edificios, había el convento de Santo Domingo, de grandes dimensiones, y cuyas torres tenían do minante posición sobre las murallas de la plaza. EL ATAQUE Una vez que los agresores tomaron las posiciones más convenientes para el ataque a la ciudad, re unieron sobre ellas los elementos necesarios para la acción, tales como tropas de Infantería y Arti llería y el material para las cavas y minas que tan profusamente se empleaban contra los recintos amurallados, contra los cuales eran totalmente in útiles las armas de las banderas. Conviene recordar a tal fin que en esta época, en que la Infantería española era el modelo de las organizaciones mili tares europeas, las tropas se constituían casi en partes iguales, de piqueros, arcabuceros y mosque teros. En cuanto a la artillería, se empleaban las bocas de fuego de, hierro colado y las de bronce fundido en hueco, con su gran variedad de culebrinas (pe lotas de i6 libras en adelante), medias culebrinas (12 libras), sacres (6 libras), sacabuclies (de 3 a 4 onzas), etc,, lanzando pelotas de hierro (balas), proyectiles esféricos huecos cargados de pólvora (granadas) y balas rojas. Estas últimas habían sido usadas, al parecer, por primera vez por los polacos en i58o durante el sitio de Polotsk, y se utilizaban principalmente en las defensas de costa, tirando contra los buques de madera, a cuyo fin las bate rías de los fuertes del litoral estaban provistas de hornillos para calentar las esféricas balas al rojo blanco. (Al final de este trabajo copiamos, sacado del Memorial de Artillería del pasado’ siglo, el valor de las piezas y pertrechos de artillería en España en el siglo XVI, según consta en un nombramiento de mayordomo para la cuenta y razÓn). En el ataque al puerto de La Coruña,.los ingleses, en la mañana del día siguiente a su desembarcQ, con una lancha “echaron a tierra’ tres piezas de artillería y la plantaron en la orilla”., de forma que con ellas pudieran hacer fuego contra los galeonés que batían sus campamentos. Correspondieron éstos al fuego con tanta eficacia, que muy pronto “de las tres piezas descabalgaron dos y mataron alguna gente”. Fué en este mismo día (5 de mayo) cuando “dos hombres salieron de la plaza para retirar un Cru cifijo; pero habiendo sido vistos de los enemigos, les cargaron un olpe de arcábucería’, y la de la muralla y la artillería los socorrió y los recogió, adentro”. Catorce días duró el asedio a la ciudad y durante este tiempo los ingleses efectuaron fuertes ataques que pusieron varias veces a aquélla en peligro de ser conquistada. Los ‘hechos heroicos que se des arrollaron diariamente son hoy páginas gloriosas de nuestra historia, y su completo relato obligaría a transcribir íntegramente el extenso manuscrito que nos sirve de guía en este trabajo. Los ataques ingleses fueron continuados e intensos, como co rrespondía a la cuantía de sus efectivos y la gran cantidad de medios que transpórtaba la Armada. Ya el día iniciaron los ataques contra las es casas tropas españolas que defendían, fuera del recinto, la zona de terreno circundante, y en el primer ataque, ante la inferioridad de los nuestros, el Gobernador “los mandó retirar y lo hicieron ar cabuceándose con el enemigo hasta llegar a la puerta de la ciudad a tiempo que venían cargando tan aprisa, que fué necesario armar la muralla de arcabucería y poner picas en la puerta ‘y con todo eso hubo enemigos que estuvieron en los umbrales de ella, los cuales con la vida pagaron su atrevi miento”. En la tarde de dicho día efectuaron un fuerte ataque y ocuparon el barrio de La Pescadería, en cuyo arrabal encontraron abundancia de “basti mentos de todas clases, ropas y vestidos, copiosos almacenes de vinos y licores y, en fin,, cuanto pu dieran apetecer, circunstancia a la que, más que a ninguna otra, se debió la salvación de la ciudad, pues cebados en el despojo y saqueo, no aprove charon la buena coyuntura que la suerte les ponía en las manos, que si lo hicieran, difícilmente hubiera resistido en aquel trance crítico la plaza, donde a duras pEnas se hacían los preparativos más nece sarios para «impedirles la entradal’. Dentro de la ciudad, se aprovechaban, las. horas de la noche para efectuar la reparación de los daños que se ocasionaban en los ataques diurnos; se re partían los puestos, se bastionaban las puertas y ‘se señalaban los hombres que habían de acudir “a la pólvora y municiones y proveyesen a cada puesto para que no tuviesen necesidad de salir a buscar lo necesario para la defensa de cada uno, por ha berse echado bando, de pena de vida que ninguno saliese de su puesto que tenían, sin orden del Go bernador”. Se prevenían materiales para los reparos; ha ciendo faginas y saquillos para rellenarlos de tierra y se trabajaba en los terraplenes de los cubos de la muralla “con las mujeres que a nada se nega ban”. Mientras tanto, los ingleses, haciendo, cavas y trincheras, llegaron a ocupar el convento de Santo Domingo, en cuyo campanario colocaron un esmeril y algunos mosquetes y lograron en algunas escaramuzas con las salidas que hacían los de la plaza, apresar prisioneros, como lo fueron casi todos Cebo “1Garcje Puentes de Rodr9ue / 1’ g. 2 Betanzos Crni,s del pi’obe.6/c,/, pop /COPteo 9eIe Á .9u/Qpb’,ob, cVrQ,e’sd ui 33 los hombres de la Compañía de Juan de Monsalve, quien murió en la refriega. En el día 8, a las cuatro de la tarde, “tocaron los enemigos caja pidiendo plática y con el tambor venía un soldado con una carta en la mano, di ciendo que querían dar al Marqués un recado de parte de los Generales. El Marqués ordenó al Sar gento Mayor (Luis de León) se pusiese en la mu ralla y que si la plática era del rescate del capitán Juan de Luna o de otro prisionero, le diese oídos, y si no le mandase alargar”. Llegó a la muralla Luis de León, y no queriendo tomar la carta sin saber lo que era, dijo el que la traía: “Que los Generales pedían la ciudad por el reino de Inglaterra y que entregándosela usarían de cle mencia, no mirando a la afrenta que en el año antérior le había querido hacer nuestra Armada y que no queriéndosela entregar usarían de todo el rigor de la guerra, y que aunque estuviese dentro todo el poder de España, la habían de tomar dentro de dos días.” A esta fanfarronada de los ingleses respondió el Sargento Mayor que “el I1arqués la defendería por quién la tenía de todo el mundo y que se largase”. Hay que señalar que, estando en esta plática, un arcabucero de la muralla tiró al parlamentario y otro enemigo hizo lo mismo a la muralla; “el nues tro se mandó entregar al enemigo y diciendo ellos que lo aceptaban y querían hacer lo mismo al suyo y que como fuese trocado el nuestro (que sería perdonándole), no hubiésemos nosotros con el otro; se les respondió que pues no querían ellos castigar al que le entregábamos como él merecía, lo haría el Marqués y que le pedían perdonasen al suyo; con lo que se acabó la plática; apercibiéndo nos para dentro de media hora, se les contestó que desde luego podían comenzar”. El heroísmo de que hacían constante prueba los moradores de la ciudad no les impedía com prender su crítica situación, y desesperando de los socorros y auxilios que pudieran venirles, solicita ron colectivamente la ayuda de Dios, obligándose con un voto, que al final de este trabajo expone mos textualmente. El u de mayo y cuando ya el enemigo había plantado su artillería en las más apropiadas con diciones para batir la muralla, salió otra vez un tambor a pedir plática; “y saliendo le mataron por nuestra parte desde la muralla y por estar avisados por el suceso pasado fué ahorcado el que le tiró, con un papelón en el pecho que delataba su delito”. La reacción del enemigo al ser muerto su tambor fué el batir muy aprisa con su artillería y mosque tería, durante una hora, y al cabo de ella interesa ron el por qué de haber ahorcado a aquel hom bre, “que si era suyo querían hacer lo mismo con todos los nuestros que tenían prisioneros”. Se les mandó entregar el papelón que tenía al pecho, y a su vista dijeron “que aunque no era costumbre de soldados después de una intimación y de dis parado el primer cañonazo admitir plática, que por la ocasión de justicia que se había hecho en aquel hombre, holgarían admitirnos a partido que riendo entregarles la ciudad. La respuesta fué que 34 se largasen y que acabasen lo que tenían comen zado”. En los días sucesivos batieron fuertemente la muralla con su artillería; volaron una mina que habían hecho desde el convento, “que por ser corta y flaco el cañón de ella, reventó por junto a la muralla de la parte de afuera sin hacernos daño ni las piedras que saltaron”, y posteriormente (el día 14) otra más completa y larga, que dió lugar a un porfiado asalto por la brecha, en cuya de fensa se distinguieron nuestras fuerzas y especial mente las mujeres, las cuales “no cesaron de pro veer de piedras a los soldados y de tirar ellas tam bién por la misma batería y algunas cargaban los arcabuces y mosquétes por detrás de los soldados y se los daban y tomaban para que ellos no cesasen de disparar”. Fué en esta ocasión de este asalto cuando un alférez enemigo, desde lo alto de la brecha ani maba y gritaba a su gente, hasta que una mujer de las muchas que por allí había, llamada Mayor Fernández de la Cámara y Pita (hoy día se la de nomina María Pita), viuda de Gregorio Rocamun de—el cual pocos días atrás había muerto en la defensa de la plaza—, tuvo el acierto de matarle, según unos de una pedrada y según otros de un arcabuzazo, “y con esto causó alguna suspensión a los que subían y estában peleando con los defen sores, que ya se cansaban y con esto se animaron y recobraron para repeler al enemigo”. El historiador P. Mariana pone en boca de esta mujer las siguientes palabras: “Buen ánimo, com pañeros míos; seguidme y tomad ejemplo de mí, porque en nuestras manos está pendiente el honor del nombre español”, demasiado floridas para una mujer enardecida por el furor de la pelea y en unos momentos en que su ánimo no estaba dispuesto para pensar en arengas patrióticas. Su -acción he roica fué premiada por el rey con el sueldo de alférez. Los ataques de los siguientes días pusieron en gran aprieto a los defensores; mas éstos, sin sufrir desánimo, repelieron los continuos asaltos, así como los intentos enemigos contra el fuerte de San An tón, que quisieron atacar por el mar, y los de que mar la ciudad “arrimando palos con alquitrán a los voladizos de las casas que salían por encima de la muralla”. El día 17 pretendieron un trueque de prisioneros, que no les fué aceptado, y dos días más tarde, des pués de haber saqueado los arrabales y los lugares entre la ciudad y Santa María deOza, reembarca ron y se hicieron a la vela en dirección a Portugal, una vez comprobado, a alto precio de vidas, lo di fícil que les era conseguir sus propósitos por la heroica actuación de los coruñeses. Con esta breve reseña queda bien clara la forma de ataque a las costas y la defensa de éstas durante los comienzos de la Edad Moderna, cuando Juan Manrique de Lara, Jefe Superior de la Artillería Española, proyectaba los rebufos, cre/xntes y be rracos y el matemático veneciano Tartaglia esta blecía las tres partes de la trayectoria que un siglo después aún admitía nuestro célebre artillero Diego Ufano. VALOR DE LAS PIEZAS ‘Y PERTRECHOS DE ARTI LLERIA EN ESPAÑA EN EL SIGLO XVI De un nombramiento de mayordomo para la cuenta y razón de la artillería expedido en 1542, extractamos los siguientes valores a que se cargaban los efectos que es taban a su cargo, en caso de falta o desfalco. Por cada quintal de artillería labrada Por cada quintal de pólvora52 Por cada quintal de plomo17 Por cada pelota cañón pelícano bras)4 de hierro (calibre cada 6) rs. y y cañón salva/e de sacre Por cada pelota de a 2 2/2 de falconete y 22 (ca (calibre y 28 de (calibre Por el de sacre Por y el arcabuz morriones20 con Por y la docena herradas2 de todos » sus Rrlación del bombeo que el ejército y la srmadcs nazal inglesa de que eran generales Enrique Norris y Francisco Dra/e, pusieron a la ciudad de La Coruña en 1589. (Manuscrito contemporáneo del hecho publicado en el Memorial de Artillería en 1848). Historia de Felipe II. Por Luis Cabrera de Córdoba. 1619, y o falconete7 y aparejos » saetas emplomadas » Por la pica con su cuchillo hierro y vara de fresno4 Por la cureña de ñón serpentino y regatón y 17 de » campo larga de ca o salvaje, completa herrada9 y también completa de Flandes de dos para municiones88 * y Por la de falconete, idem, fdem337 Por el timón para arrastrar las cure ñas, completo y herrado599 Por el cárro completo BIBLIOGRAFIA 15 Por el cargador y atacador enastados de cañón pelícano o salvajeo Por la de sacre, herrada522 maravs. de li » pelota y 12 y Por cada pelota de libre de a 16)2 Por a colado de a s 132 carite y pescado el dicho dia de Nuestra Señora por razón de la comida, que el Mayordomo solía dar á los dichos cofrades. Y de más siendo Nuestro Señor ser vido, de alzar dicho cerco, se hará una procesión general de disciplinantes, el dia que se levantare el cerco ó en el siguiente. Y porque al presente no podemos exténder bas tante esta memoria, nos obligamos con nuestras personas, y bienes, de lo guardar y cumplir assi y extendermos esta escriptura de memoria y la otorgamos y firmamos de nues tros nombres. Basco Pillado. — Baltasar Tello de Guzman, chantre de la Coruña. — Sebastián Varela. — Ares Gonzalez. — Pedro Jas pe—El licenciado Bargas.—Juan Lopez de Ques.—Fran cisco Labora. — Juan de San Lorenzo. —El relatór Osuna.— El licenciado Gerónimo Fernaridez—Fernando Alonso de cano. — Luis Alvarez. —Juan Pereira de Castro.— El licen ciado Rodrigo Lopez. —Juan Orugueira, —Domingo de Cas tro. —Ares Lopez de Figueroa. —Esteban Varela—El licen ciado Layñas. —Ventura Mosquera. » y 26 » y i6 » y 8 La Casa de Austria.. Por Luis Ulloa Cisneros. Artillería de los siglos XIV, XV y XVI. (Artículos del Me morial de Artillería de 2884). Derrotero de la costa Septentrional de Espcsña entre La Co. ru’Pla y el río Bidasoa. Publicación de la Sección de Hi drografía. 1929. 1 ruedas, y 8 Los demás efectos se valuaban por el Contadr Gen si’ y por el Teniente de Capitán General del pu to.euqie ocu rriera la falta. VOTO’ DE LA CIUDAD En la ciudad de la Coruña dia lunes áochode el mes de Mayo, día de San Miguel año del Sefior de mil quinientos ochenta y nueve, decimos los moradores, é vecinos de esta ciudad, habitantes é residentes en ella, que aqñf firmamos, por nos, é en nombre de los demás que en ella vivieren é residieren que profesamos, é hacemos voto solemne á Dios Nuestro Señor, que en el dia de Nuestra Señora de l Visi tación, que es á dos de Julio, en cada año librándonos Dios del cerco, en que al presente estamos, por mandado de la reyna de Inglaterra, de cuyo remedio no esperamos huma nos, se dirá en el dicho dia, en el monasterio de Santo Do mingo de esta ciudad, la misa, vísperas y sacrificios que suelen decir los cofrades de el Rosario y se confesarán y comulgarán todos los que entraren en esta Profe8ón. Y en lugar de la comida y otros gastos profans, que en el dicho dia suelen hacer, casaremos quince doncellas, a razón de veinte ducados cada una que son trescientos du cados, los cuales se han de repartir entre los vecinos4e esta ciudad que hicieren dicho voto y más; el mayordono que fuere de dicha cofradía, á de dar limosna a todos los pobres que le vinieren á buscar á su casa, de comer y beber, pan R o’e a / la 5/ /, e Fon*i’»bo a’. 10 ¡»/e& P,imew,ao’.’c,an a’. /on rnp/eso O U Ip,n,c4 u NORMASSOBRECOLABORACIÓN EJERCITO se forma preferentemente con los trabajos de colaboración espon tánea de los Oficiales. Puede enviar los suyos toda la Oficialidad, sea cualquiera su empleo, escala y situación. También publicará EJERCITO trabajos de escritores civiles cuando el tema y su desarrollo interese que sea difundido en el Ejército. Todo trabajo publicado es inmediatamente remunerado con una cantidad no menor de 6oo pesetas, que puede ser elevada hasta I.2oo cuando su mérito lo justi fique. Los utilizados en la Sección de “Información e Ideas y Reflexiónes” tendrán una remuneración mínima de 250 pesetas, que también puede ser elevada según el caso. La Revista se reserva plenamente el derecho de publicación y el de suprimir lo que sea ocioso, equivocado o inoportuno. Además, los trabajos seleccionados para publicación están sometidos a la aprobación del Estado Mayor Central. Acusamos recibo siempre de todo trabajo recibido, aunque no se publique. ALGUNAS RECOMENDACIONES A NUESTROSCOLABORADORES Los trabajos deben venir escritos a máquina, en cuartillas de 15 renglones, con doble espacio entre ellos. Aunque no es indispensable acompañar ilustraciones, conviene hacerlo, sobre todo si son raras y desconocidas. Los dibujos necesarios para la correcta interpreta ción del texto son indispensables, bastando que estén ejecutados con claridad, aun que sea en lápiz, porquela Revista se encarga de dibujarlos bien. Admitimos fotos, composiciones y dibujos, en negro o en color, que no vengan acompañando trabajos literarios y que por su carácter sean adecuados para la publi cación. Las fotos tienen que ser buenas, porque, en otro caso, no sirven para ser re producidas. Pagamos siempre esta colaboración según acuerdo con el autor. Toda colaboración en cuya preparación hayan sido consultadas otras obras o trabajos deben ser citados detalladamente y acompañar al final nota completa de la bibliografía consultada. En las traducciones es indispensable citar el nombre completo del autor y la pu blicación de donde han sido tomadas. Solicitamos la colaboración de la Oficialidad para Guión, revista ilustrada de los Mandos subalternos del Ejército. Su tirada, 25.000 ejemplares, hace de esta Revista una tribuna resonante donde el Oficial puede darse la inmensa satisfacción de am pliar su labor diaria de instrucción y educación de los Suboficiales. Pagamos los tra bajos destinados a Guión con DOSCIENTAS CINGUENTA a SEISCIENTAS pesetas. Admitimos igualmente trabajos de la Oficialidad para la publicación titulada Revista de la Oficialidad de Complemento. Apéndice de Ejército, en iguales condiciones que para Guión, siendo la remuneración mínima la de TRESÇIENTAS pesetas, y la máxima, de SETECIENTAS CINCUENTA. — 36 iEii,pieo táclico coiiiparadodel pneiite Bailey Teniente Coronel de Ingenieros, del Servicio de E. M., ANGELRIJIZ E Nlos Estados Unidos, que en nuestro mundo occidental va país destacadamente a la cabeza en la investigación y fabricación de ma terial de guerra, se considera que el puente Bailey está ya rebasado, no en su magnífica concepción, que seguirá vigente muchos años aún, sino en relación con las necesidades ac tuales. Por esta razón allí vienen trabajando en un nuevo modelo que en síntesis es un Bailey a base de paneles mucho mayores (4 metros de largo por 2 de alto aproximadamente) de una aleación de aluminio muy ligera con cas quillos y bulones de acero y de una anchura de tablero también mayor (del orden de los 4 m.). Entre nosotros, el Bailey es.lo más mo derno que en material de puentes tenemos en servicio, si se exceptúa alguna unidad sobre flo tantes más moderno aún; tan moderno que aún no cuenta con él la totalidad de nuestros Re gimientos. Es asunto éste del puente Bailey que merece ser estudiado en su adecuado empleo táctico y en su comparación con otros tipos. Para dicho estudio hay que partir, natural mente, de un conocimiento previo del propio puente y del problema general del empleo táç tico de los materiales de puentes. MARTIN, de la Jefatura de ingenieros del Ejército. Sobre el primer punto remitimos al lector al completo artículo “El puente Bailey”, del Ca pitán Villota, aparecido en esta Revista (nú mero 72 de enero de 1946). Sobre el segundo, el problema general del paso de un río ha sido expuesto también con mucha brillantez por el Comandante Adiados Vicente en su artículo “Los Ingenieros en el paso de ríos”, aparecido igualmente en esta Revista (número 173 de septiembre del año próximo pasado), y no pro cede añadir nada a lo ya dicho por estos auto res. TJnicamente nos ocuparemos aquí breve mente del problema general fuera del caso del paso de ríos. Recordemos a la ligéra que la G. U. Ejército, para vivir y mantenerse precisa disponer al me nos de un ferrocarril doblado por una o más buenas carreteras y que necesita utilizar sobre estas vías puentes permanentes o semiperma nentes, que no importa sean de no muy rápido tendido, peró sí capaces para las mayores car gas. Al C. E. le precisa disponer cuando• menos de una carretera, mejor dos, y sobre ellas los puentes deben ser también permanentes o se mipermanentes y capaces para cargas muy pe sadas, y aun no siendo ya admisibles para el C. E. los tendidos muy lentos de los puentes de cir 37 cunstancias, no es tampoco imprescindible una exagerada rapidez, ni imperioso el empezar el tendido sin disponer de una cabeza de puente de apreciable extensión que permita un trabajo relativamente cómodo; sus puentes han de pres tar servicio largo tiempo porque el C. E. no abandona fácilmente sus itinerarios, y cuando lo hace, éstos pasañ a serutilizados por el Ejér cito. La División, finalmente, se mueve por iti nerarios constituídos por caminos, carreteras o trozos de unos y otras empalmados, mediante pistas, en ejes de progresión que se van aban donando a medida que avanzan los itinerarios de C. E. y pueden por ellos adelantarse los Ser vicios. Los itinerarios de la División son, pues, circunstanciales y de uso temporal, ya que el C. E. no los utiliza después, salvo algunos de ellos que est,én en la prolongación de sus propios ejes, por cuya razón asume sobre ellos desde el primer momento el restablecimiento de los pasos, descargando de esta atención a la Di visión que sobre ellos avanza. La División, por tanto, precisa un puente de uso puramente tem poral pero de mucha rapidez de montaje y des montaje, fácil transporte y posibilidad de esta blecerse cuando aún no há dejado de recibirse fuego, aunque lejano, de la Infantería enemiga. Las cargas que debe admitir son las normales de la División de que se trate; en algunos países cuyas Divisiones van dotadas orgánicamente con pesados carros de combate, tiene, natural mente, que poder soportar el peso de éstos; en nuestro país, donde por diversas razones táctico topógráficas no es tan previsible esta asigna ción orgánica, puede bastar un 20 a 25 tone ladas. Sentados ya estos precedentes, podemos. en trar en materia. 1 Bailey, a nuestro juicio, entra de lleno en la categóría de los puentes pesados, según va mos a ver. Atendindo a las cargas que puede soportar, sólo es superado por los puentes de ferrocarriles, para los que también es, eventualmente, uti lizable. Atendiendo a las luces que puede salvar, es tamos en igual caso. Atendiendo al peso propio tenemos lo si guiente: El Bailey, aunque teniendo en cuenta las car gas admisibles es muy ligero, arroja los siguien tes pesos: Kg. por metro lineal en su estructura 5-5 » » a » D-S 1.200 1 » » T—S 1.400 » 1 D-D i.Soo » » » T-T x.ñoo flotantes sobre reforzado. Son, pues, más ligeros que el Bailey: El español P-io sobre caballetes367 Kg. x ml. El » P-io sobre flotantes270 » » El americano “rápido sobre botes de asalto” 6o 1 » Elíd. “de acero para ioTm. reforzable para i8 p. exactoig. El íd. “M-3”) 5 El íd. para 25 Tm. sobre flotantes756 Kg. x ml. Son, en cambio, similares a él: El español PL-3o843 a 1.064 Kg. < ml. (s. 1.) El Marteil2.500 » El americano “cte carriladas M- 12.400 1 El * “decarriladas M-2”,., 2.700 » El s H-ao988 » El » H-xopeso exacto ignorado. Por consiguiente vemos que, por el peso pro pio, hay que incluirlo en el grupo de los puentes pesados. Atendiendo a las velocidades de tendido se tie ne 16 siguiente: El Bailey, consultados, según se tiende los manuales a razón de: americanos o,zo in. por minuto en su estructura S-S a 0,24 » 1 » D-S a 0,17 1 ‘ 1 T-S o,T5ao,16 1 1 1 0,12 a Ó;13 1 0I7 » » sobre flotantes. 0,14 0,15 T-D En consecuencia, resultan de tendido más rá que el Bailev: piSO El español P-xo2,0 El » PV-2o2,0 El americano “rápido asalto”2,45 El El El El El sobre botes a a de americano de acero para io Tm. re forzabi. para s8 Tm. mixto de caba lletes y flotantes0,05 americano de acero para so Tm. refor zable para i8 Tm. sobre caballetes so lamente2,97 americano de pontones para 25 Toas, i “de carriladas M-s”0,84 » “de carriladas M-2”0,84 Resultan similares al Bailev 4,00 4,00 m. por minuto. 5 1 1 1 » » 1 1, » 0,42 en » » velocidad de tendido: El americano “de carriladas flotantes de x8.ooo Kg0,29 El americano H-io0,24 El » H-zo0,21 M-2 con m. por minuto, 1 Resultan, finalmente, muchísimo más lentos de tender que el Bailey: El español PL-3o2 El » Martell3 horas por metro linea’. » » 760 x.ooo 38 Pero ello a causa del tie»:po que exige la construcción de los apoyos finales e intermedios. Por tanto, vemos que, atendiendo a la ve locidad de tendido, y si exceptuamos los PL-3o Esquema d la meto del pua.Áe Bailey. y Marteil, hay que incluir al Bailey también en el grupo de los puentes pesados y, por tanto, de tendido lento. Creemos, con los datos comparativos prece dentes, haber dejado razonada nuestra opinión de que, en su versión normal, quees la de apo yos fijos, se trata de un puente pesado y semi permanente. ¿Cuándo es, por tanto, apropiado? Cuando se requiere un puente pesado, o sea en los iti nerarios principales de C. E. y Ejército. ¿Es un puente apropiado para División? Evidente es que la División no puede, por sí sola, resolver el caso del forzamiento de un río, porque para ello tendría que llevar más In genieros casi que Infantería y no sería una Di visión ágil y maniobrera, arrastrando iempre un lastre que sólo habría de utilizar en contadas ocasiones. A la División hay que resolverle este problema, e incluso al C. E.,’que tampocó puede bastarse a sí mismo, precisando del auxilio del Ejército que, llegado el caso, hará el refuerzo con los medios de que dispone procedentes de la Reserva General de Ingenieros (Tropas de Pontoneros y Zapadores de la R. G.). Fuera de este caso, la División hemos visto que habilita un itinerario de uso temporal para cargas li geras en nuestro caso, .ya que no lleva orgáni camente carros; además, sobre este itinerario general, elude las grandes bre.chas, que no le interesan, resolviéndolas mediante la construc ción de “desvíos” para tener que instalar sólo puentes de luz muy corta. Sería inádecuado dotarla con un material apto para grandes luces, para cargas muy superiores a las que tiene que soportar y de tendido más lento que lo necesario. Sería, además, un des perdicio de material caro. Necesita, en suma, un puente más ligero. Buena prueba de ello es que los americanos, que si llevan cargas pesadas (6 Compañías. de tanques pesados—4o toneladas—en la Divi sión), a pesar de existir y teñer el Bailey en cantidad, no lo asignaban a las Divisiones, sino que dotaban a éstas con el puente “de carrila das”, y hoy, considerando este tipo pesado y anticuado, no lo han sutituído por el Bailey, sino qúe han ideado otro material (el puente aerotransportable para 50 toneladas). Además, la División no necesita mucho puen te. En nuestra guerra, sabido es que no llevaba ninguno, acudiendo, cuando era necesario, el C. E.; lá División sólo hacía “desvíos” y, a lo sumo, en el fondo de ellos, un pequeño puente de circunstancias o un tramo de C. G. 1; (ante cesor del PL-3o). Los mismos americanos, que llevaban en su División, cuando yo visité la que tenían en Alemania en 1950, 26o metros de puente de carriladas M-i, según informes de otra visita muy reciente a la misma Unidad, han reducido su dotación a unos cuantos tramos sobre caballetes, coincidiendo con la doctrina española en esta materia. No es apropiado, por tanto, el Bailey para el escalón División. No está concebido este ma terial para desperdiciarlo en salvar alcantarillas: aquí un tramo de dos paneles, allá otro de seis. Hay, sin embargo, que exceptuar a las Di visiones de Caballería y Acorazadas. Estas Di visiones, concebidas fundamentalmente para la explotación del éxito, profundizan ampliamente en terreno enemigo, una vez conseguida la rup tura del frente y, en su norma de eludir las re sistencias para alcanzar los puntos vitales de la retaguardia enemiga, cambian frecuentemente de dirección de marcha y de itinerario. No es posib1e saber de antemano si van o no a tener que cruzar un río o salvar una brecha conside rable, y han de hacerlo rápidamente, sin meterse en grandes trabajos de explanación de desvíos. La velocidad que debe caracterizar su actuación no da tiempo para ello. Tampoco lo da para pedir, y esperar a que lleguen, unidades de puentes de la .Réserva General, y en el caso de tener que forzar un río, seráporque esté prác ticamente desguarnecida la -otra orilla (si no es así, no intentarán el paso y se irán por otro lado), por lo que no se les presenta el caso de tener que montar la clásica operación que tan bien describía el Comandante Adrados én su artículo citado. Su problema, ante el río, es- el puramente técnico de tender el puente tras el paso preliminar de muy pocas fuerzas en unos cuantos flotantes. Como su ligereza no permite dotarlas con mucho material, conviene dotarlas con uno que sirva igual para el caso del río que para el de gran cortadura y esta condición sí que la reúne el puente Bailey en sus unidades sobre flotantes, que resuelve el caso del río y con cuyos elementos, prescindiendo de. los flo tantes, puede támbién hacer frente al caso de brechas en seco. 39 El C. E. es otra cosa. Su itinerario no es ya de uso temporal, no sólo porque el C. E. lo utiliza más tiempo, sino porqúe luego pasa a ser usado por Ejército, según dijimos. El C. E. seguramen te sí llevará siempre cargas pesadas, no sólo porque lo es su Artillería, sino porque, con toda seguridad, tendrá unidades de carros pro pios o afectos. Necesita instalar, como dijimos, puentes pesados de tipo semipermanente, gran resistencia y prolongado uso; aquí sí que está plenamente indicado el puente Bailey. ¿En cuál de sus variedades? En los Ejércitos de países cuyos territorios son abundantes en ríos caudalosos y prácticamente ausentes de cor taduras, o que se preparan para combatir en tales territorios, Bailev sobre flotantes. En el nuestro, que está en el caso inverso, Bailev so bre apoyos fijos, coñcentrando los de aquella otra característica en la Reserva General para su empleo donde verdaderamente haga falta. No obstante, y como el Bailey es un material caro que no conviene desperdiciar desperdigán dolo en las pequeñas brechas, conviene que el C. .E. además de su dotación de Bailey, lleve algunos tramos de otros tipos existentes para estos casos. de menor cuantía. En nuestro caso, no estará mal llevar algunos tramos de PL-3o para esta previsión. En el escalón Ejército, aún con más razón que en el C. E., el Bailey parece imperativo. Sin embargo, teniendo en cuenta que en este escalón ya no es siempre tan urgente el tendido, si se dispone de otros materiales aptos para grandes cargas y luces, aunque sean más lentos de tender, convendrá usarlos para ahorrar Bai ley, dado que siempre será poco todo el que se tenga. Entendámonos: decimos “si se tiene”, en el sentido de aprovechamiento de existencias útiles, no en el de que, si no se tiene, se vaya a construir. Si no hay existencias de otros..., pues Bailey solamente y saldrá ganando la unifica ción del material y la simplicidad de la instruc ción. Pero si se tiene..., hay que aprovecharlo; el material de puentes es costoso, difícil de ad quirir y tiene poco valor en venta. Es lo que nos sucede a nosotros con nuestros PL-3o y Martell, de los que tenemos aprecia 40 bles cantidades; no se pueden tirar por la borda alegremente. Sospecho que nuestros amigos ame ricanos harán lo mismo, a pesar de su riqueza, porque esa norma siguen con armamentos que consideran ya anticuados, pero que siguen usan do en razón de los grandes stock.s que de ellos poseen. En el escalón Ejército, pues, habrá que prever un uso intensivo del puente Bailey por las uni dades de Zapadores y Camineros (versión apo vos fijos) y de Pontoneros afectos (versión sobre flotantes), pero sin descartar un uso, también intenso, de los tipos PL-3o y Marteil en itinera rios secundarios y aun en los principales, caso de no gran urgencia. Bien entendido que en ningún caso debe cons truirse más material de los dos últimos tipos citados, sino simplemente aprovechar el exis tente. Desprendernos de ellos antes de que estén sustituídos por el Bailey en cantidad, sería, a nuestro juicio, una temeridad. Ni siquiera lo juzgamos admisible so pretexto de que podría venderse para, con el dinero obtenido, adquirir o construir más Bailey; pues, en primer lugar, probablemente por mucho material se obtendría poco dinero y, por tanto, poco Bailey, y, en se gundo, nunca estaríamos seguros de que el di nero obtenido no fuese absorbido por otras atenciones consideradas de momento más pri mordiales, y nos quedaríamos con un Parque de puentes muy escaso. Hay que modernizar, sí, pero con precaución. En el escalón Reserva General de Ingenieros no hemos de insistir, ya que son válidos para él cuantos razonamientos se han hecho para el escalón Ejército, a reforzar el cual están desti nadas, en definitiva, las tropas de dicha Reserva. Resumiendo, creemos que el empleo táctico de los puentes Bailey tiene su marco adecuado en los escalones C. E. y superiores y nunca en las Divisiones, salvo las de Caballería y Acoraza das. Y que su empleo debe ser simultaneado y a’oyado con el de los tipos PL-3o y Marteli a título de aprovechamiento de existencias útiles y ahorro de Bailey a fin de tener en la mano siempre la mayor cantidad posible de este inte resantísimo material. El hifaifle y suarria iidividua1 Comandantede Infantería, Diplomado de E. M., FERNANDO DE SALAS LOPEZ. Profesor de la Escuela de A. y T. de Infantería. IMPORTANCIA DEL HOMBRE EN EL MOMENTO tadas por el agresor sin que éste emplee la bomba A A CTTJAL o la bomba H, y sin que éstas sean efectivas para detenerle”. Aunque estamos viviendo los primeros años de La posesión de estas armas por ambos bandos y la Era Atómica, es muy probable que la guerra el temor a las represalias pueden ser dos funda -tarde bastante en tener un carácter atómico, y mentales móviles para su ausencia del campo de aünque no se empleen estas armas en un futuro batalla. Por tanto, no es demasiado aventurado conflicto. Tampoco parece que la guerra a distancia esperar que la próxima guerra tendrá, en sus prin de tipo “robots” vaya a tomar carta de naturaleza cipios, el aspecto que podemos calificar de “nor en la G. M. III. Técnicos de la personalidad de mal”, aunque luego aparecerán nuevos métodos es Severski, una de las principales figuras mundiales tratégicos, tácticos y medios que le darán su fiso en la fabricación de armas y aviones, afirmaba, en nomía particular. Por otra parte, las guerras de una conferencia pronunciada en la Universidad carácter restringido que vamos conociendo: Corea, Aérea de Chicago, que la guerra a base de “apretar Indochina, etc., responden al tipo clásico, con el un botón” se encuentra todavía en un período muy empleo algo tímido, nunca masivo, de nuevas armas atrasado en la imaginación de los pensadores (i). y métodos de combate. Por su parte, el publicista inglés Capitán Liddell Quizá sea por contraste, en medio del mundo Hart escribía en un reciente artículo: “Cuando se supertécnico en que vivimos, pero el hecho es que habla de la guerra futura, la mayor parte de la en todos los Ejércitos es al hombre al que se dedica gente piensa principalmente en la bomba atómica principal atención y el que es considerado como y en la bomba de hidrógeno y cae en el peligro de elemento fundamental de la lucha (i). Su moral, olvidar otros riesgos. La Europa occidental, la me instrucción y preparación bélica es cada día más ridional, el Oriente Medio, Africa, la India, el Asia compleja y difícil de lograr, y el armamento indi del SO., todas las regiones continentales exteriores vidual y colectivo que ha de manejar, el resultado al telón de acero pueden ser invadidas y conquis ele solucionar numerosos e intrincados problemas. (x) “Revista de Aeronáutica”, y núm. 88, marzo x948. núm. 84, noviembre 1947, (i) “Proyecto de Doctrina para el empleo las Armas y Servicios”. Madrid 1954. táctico de 41 Dentro del marco de nuestro Ejército y concreta mente de la Infantería, preocupa extraordinaria mente el armamento con que habrá de ser dotada, sin tener que transportar sobre sí un excesivo peso debido a las armas y municiones, pero pudiendo estar en condiciones de desarrollar en un momento determinado una gran potencia de fuegos, que es una de las características más acusadas del com bate actual por parte de los dos bandos (i). Y aquí surge la dificultad: La cuestión no está resuelta ni lo estará nunca en absoluto, aunque sí se pueda llegar a encontrar soluciones aceptables; los avances de la Técnica responden cada vez más adecuadamente a las exigencias de la Táctica, y es factible lograr armas en las que se den de manera ponderada y armónica el poco peso y la gran ve locidad de tiro, factor este último que, en unión del tiempo, del efecto útil y del número de armas, nos dan el concepto de “potencia de fuego”. La tendencia es que un fusil reern place a estos siefe ,ri/an/CO Belga Calibre165m172 i*”ode/o£ Italiano Cal,breó.5mrn.4fod /89/ LAS ARMAS DE INFANTERL% W Para cumplir sus misiones necesita la Infantería una variada gama de armas que van desde la gra nada de mano a las armas de a bordo del carro de combate, pasando por el mortero de 120 mm. y el cañón de Infantería. Su clasificación, por tanto, resulta incompleta si tratamos de agruparlas aten diendo a una sola de sus características: calibre, velocidad inicial, empleo, personal necesario, ma nejabilidad y curvatura de trayectorias, y por eso es necesario combinar varias, y así cabe distinguir: ligeras de tiro . Armas. tenso: i•ndividuales curvo: individuales Calibre 170rn7.Sbo,t-Iee-uiifiI1 frances. Calibre Z5iv ,ffoo/o /936 Griego Ca/íbreó.5mm 1#od 1903 14 a — Nori,ego Calibre 6.5,nm ,%fode/o 1894 y co1ectvas. colectivas. ‘ tenso: colectivas. curvo: colectivas. lladoras con suficiente profusión como para cam biar el orden de combate, pasando del lineal al Solamente vamos a considerar las armas ligeras orden profundo, todavía en vigor. Los fusiles de re de tiro tenso que constituyen el armamento indivi petición desempeñan el papel de arma individual, dual básico del infante. y como automática ligera se emplean los fusiles ametralladores, arma colectiva de Escuadra. También aparecieron las pistolas ametralladoras, ANTECEDENTES HISTORICOS que en sucesivas perfecciones se han convertido en subfusiles y “metralletas”. En ellas jalonamos Para enmarcar las actuales tendencias, dentro de la primera tendencia al automatismo en las armas esta especialidad de armas que hemos mencionado. ligeras e individuales de la Infantería, siendo debida conviene recordar la decisiva importancia que ha su concepción y desarrollo a la necesidad sentida tenido el fusil individual en el desarrollo de las en el campo táctico de lograr una mayor potencia contiendas. Así ocurrió no sólo en la guerra austro- dc fuego en la Infantería, especialmente en el asalto prusiana de i866 y en la de Prusia con Francia y en la defensa a cortas distancias. Los subfusiles en 1870, SiflO en las posteriores a éstas hasta la y metralletas disparan munición corriente de pis G. M. 1 (2). En esta última se emplean las ametra tola, con una bala de unos ocho gramos de peso y de no muy buenas condiciones balísticas, pero sus (i) Una prueba del deseo de conservar al combatiente Su peso me y de atenuar los riesgos a. que se encuentra sometido la. tituyen a las pistolas ventajosamente. dio oscila alrededor de los 4 kilogramos y su al tenemos en el conocido “traje acorazado” construido a base de nylonmarzo-abril y ensayadode 1952. en Corea. Revista americana cance eficaz no pasa de los 200 metros, aunque al “Ordnance”, gunos modelos lleven graduada el alza hasta los pesadas (2) 1954. 42 Literatura de tiro Militar, F. de Salas y F. Nestares, Madrid 1.000. Fusiles El soldado - Nuevos y antiguos (le Iflf8tri ema da! fu/en-o u/ll,zarg da efos: Zó2nzoz 3.7K4, /O5CD, racterísticas, y entre las consecuencias que de su empleo se sacaron están en el ánimo •de todos las siguientes: excesivo alcance del fusil y mosquetón de repe tición con SUS 2.000 metros, siendo práctica mente ineficaz a distancias superiores a 200 me tros si se realiza la puntería por sus medios normales de alza y punto de mira. Los tiradores selectos son una excepción. T -44 A mer, ano ui:r.- y Capac/dgdde/ CarÇJ’do,’ /00 20 capkkho CaI,bre P030 3.9A Z62,rnz, ,Á1 i;;i 8a 8/0-840 4 cap. geobi’ Loagilexi ‘O5cm. .. 8/0-840 n4 20 cap/ucbos Ca/,bre Lo#gilod 11/cm 4.3A7 M-) Actual (Garancl) —— Necesidad de dotar al escalón de asalto del ma yor número posible de infantes con el arma mento apropiado (abundantes granadas de mano y arma automática ligera), por lo que fueron muy codiciadas las de tipo ametrallador para en lucha individual de hombre a hombre elimi nar las últimas resistencias enemigas, después de realizar el asalto al amparo del fuego de las armas pesadas de Infantería, de la Artillería y de la Aviación táctica. ÁPARItIO DEL AUTOMATISMO EN LOS FUSILES - La G. M. II se caracteriza, desde este punto de vista, que venimos considerando, por haberse em Cóøac,o,o’ del 8fO-84Qm/s ca1980bp pleado desde su comienzo los “fusiles semiautomá 8ca/e,c»o ticos” y haber nacido en sus postrimerías el “fusil EJ cattuxho eg/o, .era m, co,’/o. ma.ç cmpecto: de asalto o automático”. Los ensayos iniciados en r88i para lograr fusiles Nuevo modelo Cartucho actual semiautomáticos (realizan automáticamente las ope T 65 Cal l62,rn,7. raciones de carga, pero el disparo es tiro a tiro) Cal 162am tuvieron una realización concreta en 1929, que se ¿o/’gIf ud ion,qitud comenzó a trabajar en los Estados Unidos sobre el lf’7rn? 8lmm. fusil Garand adoptado oficialmente en 1936. Los Pe,w Peso rusos producen el Simonov en 1936 y el Tokarev 23.5g’. 26.7gr en 1938. Es tan importante este primer paso, que el Ve/oc/ciad Ve/o Teniente Coronel Allen (i) llega a afirmar que la 8I0-84Oes/s 8.V-840m,& “adopción del fusil semiautomático obligará a una nación enemiga a adoptarlo también, si no quiere verse envuelta en el riesgo de perder la superio Desde la aparición de la pistola ametralladora ita ridad de fuego”. liana modelo Fiat 1915 (i), el número de modelos Fué Alemania la que obedeciendo a una nece fabricados de este tipo de armas en todos los países sida,d táctica muy sentida, empleó por vez primera es muy considerable (2). el fusil totalmente automático, al que dió el nombre Durante nuestra Guerra de Liberación nos vi de MP-43, denominándolo posteriormente “fusil mos obh4gados por necesidad a manejar armas in de asalto” MP-44. Al terminar el conflicto, la casa dividuales de muy diferentes procedencias y ca Mituser había fabricado ya el MP-45 (2). Sus prin cipales características son calibre de 7,92 mm., lon (r) Conviene recordar que, tal vez por efectos de propa gitud inferior al metro, y peso, sin cargador,. algo ganda u ..otras razones, el caso es que con demasiada fre cuencia a1ribuyen en los fabricantes a un arma cualidades superior a los, cuatro kilogramos, cón un alcance de todo órden que están muy lejos de alcanzar. Parece eficaz de 400 a 5oo m. Puede hacer fuego tiro a que una,, cosa tan concreta como es un arma y tan fácil Velocjd,n,c,,ó,/ - de comprobar, no debería estar sometida a esta clase de datos falsos. (a) Subfusiles o pistolas ametralladoras, por el Inspectos Morawietz. Revista EJÉRCITO (Traducción), núm. 41, junio dex43. (i) Fusiles automdtieos. Visión de su desarrollo y ca•yaç terísticas. Revista “The Army Quarterly”, nóm. r, octubre de 1951. (al. El fusil de Infantersa, por Luis Wilhelmi Castillo. Revista EJÉRCITo, núm. 140, septiembre de 1951. 43 tiro y ametrallador, y la capacidad del cargador es de 20 cartuchos. Estos son menos potentes que los normales, con lo que se consigue un menor im pulso de retroceso y la necesaria precisión a las distancias de empleo. Las ideas fundamentales que los alemanes tu vieron presentes para su fabricación están amplia mente expuestas por el Mayor General Kittel (i), y es muy probable que de haber continuado en sus experiencias, hubieran llegado al arma unitaria de tiro tenso de Infantería. CONCIEPClONES Y REALIZACIONES ESPAÑOLAS Desde hace tiempo se viene trabajando en el fusil automático o fusil de asalto en nuestros cen tros de investigación y fábricas militares, y los pro vechosos resultados obtenidos han sido la cons trucción de dos modelos de concepción y funcio namiento diferente, uno a base de automatismo por toma de gases y el otro obrando directamente los gases sobre la cabeza de cierre, pero de caracte rísticas análogas y de una bondad y rendimiento que está a la altura de los mejores extranjeros y aun les supera en algunos aspectos. La munición de ambos es especial de 7,92 mm., aunque la sus TENDEMIAS ACTUALES EN OTROS PAISES titución del tubo para emplear el cartucho de la NATO de 7,62 no ofrecería dificultades. Su cartu cho reducido presenta muy estimables cualidades, Terminada la G. M. II, la tendencia al automa tismo se manifiesta de manera decisiva. Y unas porque su pequeño efecto de retroceso permite el naciones por su propia iniciativa y otras para no cómodo manejo por nuestro sldado de tipo medio, para poder realizar el fuego desde la posición de quedar retrasadas en tan importante cuestión, de pie e incluso marchando, y también porque da unas dican su actividad y esfuerzo a los fusiles auto buenas cualidades balísticas a la bala. Uno de estos máticos. modelos ha sido ensayado. en los Estados Uni Pero la realidad es que ningún país está satisfe cho con los prototipos logrados y continúan la in dos (i) y ambos continúan el período de pruebas. Pero es muy interesante destacar que estas armas vestigación y experiencias. También existe el deseo “están naciendo’ y el proceso de fabricación y me inmediato de lograr el fusil de la NATO. Descartado ya el fusil inglés EM-2, la elección jora de un arma no se hace en un día. Normalmente recaerá bien en el americano T-44, ó en el bel requiere de tres a doce años, divididos en diferentes ga FN, casi iguales en sus características más im fases (z). La primera de ellas es la creación del módelo piloto que representa al arma en sus as portantes y ambos con cargador de 20 cartuchos pectos esenciales. La siguiente etapa es de “eva y calibre de 7,62 mm. (2) y (a). Parte del problema de la elección lo ha resuelto luación”, realizándose los cambios pertinentes. La ya la NATO al decidirse por el cartucho americano segunda fase consta de las mismas etapas que la de 7,62 mm. T-65 para todas las fuerzas que la primera, pero haciendo un mayor número de prue integran, estando por tanto en vías de su rápida bas con el segundo modelo piloto, y es cosa fre solución la cuestión del armamento individual del cuente que se repita esta fase hasta media docena soldado occidental. Si hoy hubieran de entrar en de veces. En la fase tercera se construyen de tres a seis armas idénticas con tolerancias estrechas acción los países que forman la NATO, sus Ejér citos estarían dotados de siete fusiles distintos con que aseguren la intercambiabilidad de piezas y la siete cartuchos diferentes. La misma División de futura fabricación en serie. Es normal realizar va Infantería americana tiene en servicio cinco fusiles rias series de seis con algunos centenares de mo delos antes de llegar a la adopción definitiva. Du con tres tipos de munición. Durante los próximos años será necesario em rante lá fabricación también se introducen algunas mej oras. plear millares de millones de dólares para sustituir Como puede apreciarse, es un dilatado y conti las existencias aliadas, que ascienden a unos diez nuado esfuerzo que absorbe a técnicos y tácticos millones de fusiles distintos (). (usuarios), que han de poner en ello todos sus co (i) Devolved a l Infantería su empuje. Revista EJÉRCITO nocimientos, experiencia y juicio. (Traducción), núm. 174, julio de 5954. (2) El nuevo fusil automático norteamericano, Revista EJÉRCITO (Traducción), núm. 149, julio de 1952. () El nuevo fusil automático adoptado or la NATO y sus peculiaridades constructivas. Revista EJÉRCITO (Tra ducción), núm. 170, marzo de 1954._N0TA.—AuflqUe a juzgar por este título ya ha sido adoptado oficialmente el fusil NATO, en el mismo artículo se hace constar que sola mente se trata de la adopción por los ingleses el 59 de enero de 5954 del fusil FN de 7,62 mm., sin que hasta la fecha se haya producido la definitiva elección. () Datos recientes sobre los fusiles de -Infantería. Re— vista americana “U.S. News World Report”, 25 de diciem bre de 1953. 44 TEORIAS SOBRE EL EMPLEO Y ADOPCION DEL FUSIL DE ASALTO Pero en esta inquietud intelectual que se vive en el mundo de las armas, no todos son partidarios () Revista EJÉRCITO, nóm. 579, diciembre de 6i. (2) El nacilniento de un CrIne. Revista “Ordnance”, mayo-junio de 5952. página de los fusiles de asalto ni creen que puedan ser el arma unitaria que sustituya a pistolas ametralla doras, fusiles semiautomáticos y fusiles ametralla dores. Para muchos tácticos, el combate de la Infante ría no es ya el apoyo combinado y recíproco del fuego y del móvimiento de los hombres del escalón de ataque, a base de la recíproca protección de la Escuadra de fusileros granaderos y la de fusil ame trallador (i). Ven este combate, acercándose al contrario, lo más rápidamente posible, los soldados del escalón de ataque, pero sin hacer ellos fuego, protegidos por las armas pesadas de Infantería y la Artillería, hasta llegar a la posición enemiga, donde la primera arma que emplean es la granada de mano. Luego se desarrolla el combate dentro de la posición enemiga, que ventila y resuelve, prácti camente solo, el asaltante, y parece que es en esos momentos cuando precisa el arma automática que en pocos segundos sea capaz de lanzar un “mazazo de proyectiles” sobre el enemigo que resista o que huya. Pero esta última necesidad la cubren perfecta mente las pistolas ametralladoras, subfusiles y me tralletas, muy ligeras, de sencilla fabricación y pocó coste, permitiendo ádemás al soldado llevar más cantidad de municiones. No pueden desestimarse totalmente las tesis ex puestas, pero conviene tener presente que las armas del Infante también hay que emplearlas en situación defensiva, y en ella la ventaja de los fu siles de asalto en relación con.las anteriores se mani fiesta por poder hacer fuego eficaz a los 6oo m., que en las otras queda reducido a ioo m. Hay quien preconiza un arma única que susti tuya a todas las de tiro tenso, como el americano Dom Crawford, siendo para él lo conveniente que el infante vaya dotado de un arma que reúna las mejores caracteristicas del fusil semiautomático y del F.A. (2). Desde el puiito de vista sobre estas (x) La Infantería en el ataque. El mal llamado escalón de fuego. General Alonso. Revista EJÉRCITO, núm. 62, marzo de 1954. (2) Buscando el arma ligera ideal, Revista EJÉRcITo (Traducción), núm 104, septiembre de 1948. armas de un experto inglés, una de las más ade cuadas era el MP-44 alemán y se debe ir a una parecida y de gran simplicidad (i). Al considerar la calidad del armamento ruso, el americano Roger Marsh asegura que existen indicios suficientes para considerar que el fusil semiautomático Tokarev ha sido convertido en totalmente automático (2). Como resumen de estas tendencias y opiniones, llegamos a esta cuestión concreta: “Que el auto matismo se ha impuesto en las armas individuales ligeras de tiro tenso”, y es mucho lo que la técnica ha conseguido hacer, ya que con un peso análogo al del fusil de repetición, sobre los cuatro kilogra mos, tenemos armas que nos permiten el tiro en ráfagas. A nosotros como Infantes, no nos preocupa cuál ha de ser “el modelo o marca” del fusil de asalto a emplear, siempre que reúna las condiciones nor males que se le exigen, puesto que en el transcurso del tiempo hemos de conocer varios, dado que la perfectibilidad es una de las características propias de las armas. Pero con ellas en la mano, apreciamos el gran paso que se ha dado para dar a nuestra arma la potencia, alcance y agilidad suficientes para poder realizar operaciones ofensivas y defen sivas con mayor garantía de éxito, especialmente ante la posibilidad de empleo en el campo táctico de proyectiles atómicos que obligarán a la Infan tería a una honda transformación orgánica para aligerarla y hacerla más maniobrera. INFLUENCIA DIEL FUSIL DE ASALTO EN EL INFANTE Muy dignas de meditación son las cuestiones que se derivan de la adopción de un arma de este tipo, pues solamente en el aspecto de fabricacjón reque rirá la puesta a punto del utillaje para sacar el de bido rendimiento a la estampación con materiales económicos de chapa, a fin de ahorrar horas de trabajo y conseguir precios reducidos, lo que su pone apartarse de los sistemas tradicionalmente empleados en el ajuste y la precisión (a). La fa bricación de la munición con el cartucho nor malizado de la NATO o bien con el que se adopte reglamentario, tampoco está exenta de dificultades, dadas las grandes cifras glo bales que tiene que alcanzar la produc ción. Para la Infantería, es lógico que esta nueva arma origine una serie de problemas que afec tan a cuestiones tácticas, técnicas y orgánicas. Armas para la Infantería. Revista “British julio de 1951. (2) Révista “Ordnance”, julio-agosto de () El fusil automático para la Infantería. General Scheneider, Revista EJgRcITo (Traducción), núm. r, diciembre de 1954. (i) Journal”, 45 2. a) Cuestiones tácticas.—Hasta el momento, cada nación ha asignado una misión distinta a los fusiles de asalto, y por ello las características técnicas de los modelos creados y la organización adoptada para las pequeñas unidades es diferente. Unos se limitan a aumentar el fuegp de los fusi leros granaderos dotando a la mitad de ellos de fusiles de asalto, continuando el resto de los fusi leros con armas semiautomáticas y dentro del Pe lotón con la Escuadra de fusil ametrallador. Otros han sustituido totalmente las armas semi automáticas y de repetición por fusiles de asalto. Y los más avanzados nos muestran un Pelotón a base de fusiles de asalto, del que ha desaparecido el fusil ametrallador. El General Kittel dice en su artículo ya citado: “El fusil ametrallador, que una vez metido en duros combates absorbe a los asaltantes para su servicio, es necesariO que vuelva a dejar libres.a éstos”. automática más potente, pero también más com pleja y con mayores servidumbres que las que ve nían usando. Problemas de tan difícil solución como el mu nicionamiento de los primeros escalones de Infan tería se dificultan considerablemente con estas ar mas, dotadas de velocidad de fuego de.500 disparos por minuto y sin otro. inmediato proveedor de mu niciones que el mismo hombre que la utiliza. La dirección de fuego en el ataque, práctica mente imposible de dirigir personalmente por el Oficial, convierte a cada soldado en director de su propio fuego, lo que se traduce en una mayor di ficultad en la instrucción individual para el combate y en la colectiva de cada Unidad, * * * En síntesis, sacamos como consecuencia que si bien el fusil de asalto es un arma más potente y eficaz en maños del Infante, le crea una serie deb) Aspectos técnicos.—Como se desprende fá servidumbres que le obligarán a ser más rigui’osa cilmente, las necesidades técnicas del arma varían mente instruído para su manejo, y que el único en cada uno de los casos de combate que se consi antídoto para superar estas deficiencias estriba en deren, desde unas características análogas a las conseguir gran “disciplina, de fuegos” para lograr del mosquetón hasta las propias del fusil ametra que éste sea útil y no se desperdicie por un nervó llador. sismo individual o colectivo. Solamente podrémos c) Organización de las Unidades.—Hoy son rna decir que tenemos combatiente cuando haya la se guridad de que el soldado sabe cómo y cuándo em chos los Infantes que abogan por la desaparición del fusil ametrallador, que da excesiva rigidez al plear su fuego y que los cartuchos son de muy difí cil reposición y es deber suyo administrarlos debi Pelotón, para conseguir uno más homogéneo y fle damente, ya que con armas de este tipo en un mi xible, si bien dotando orgánicamente de ametralla iiuto puede tirar toda la dotación de municiones doras ligeras a la Compañía (i). que transporta sobre sí convirtiéndola en inser Es indudable que es necesaria la adecuada am bientación y preparación para el gran salto que se vible. En las guerras modernas, y a pesar de la gran va a dar cuando cada soldado disponga de un arma cantidad de medios que suelen emplearse, hay tam bién muchos momentos de crisis en sectores deter (i) En esencia, ha desaparecido en las ametralladoras modernas la diferenciación entre ligera y pesada, por el minados, como señala acertadamente un General arma en sí; es función del trípode. Si éste es pesado, la ame alemán cuando glosando la G. lvi. II escribe: “Todos tralladora es pesada; si emplea patines análogos a los del FA., los adelantos de la técnica no pudieron evitar que es ligera. La ametralladora alemana MG-42, cuando hace en la pasada guerra el Infante haya marchado, fuego sobre trípode de 19.8 kilogramos, es ametralladora haya sudado y haya padecido más que en nin pesada (i kilogramos). Si utiliza los patines, es ametra lladora ligera o FA. con 11,24 kilogramos. Como estas guna otra época, ni que jamás se le haya exigido dos últimas armas se están confundiendo también, resulta tanto, física y moralmente, como ahora. cada vez más difícil distinguirlas. Lea Ud. “Guión” y la “Revista de la Oficialidad de Complemento”, donde encóntrará una ampliación es timable de las informaciones de EJERCITO. 46 La zona de retagúar— dia.ytvan8portes. Comandante de Ingenieroe, del Servicio de E. M., JUÁN MANUEL SANCHO-SOPRANIS SEGUNDA PARTE L—INTRODUCCION 1. Én la Primera Parte de este articulo, publicado con este mismo título én el número 167, correspondiente al mes de diciembre de 1953, se expusierón los proble mas que plantea la batalla moderna a la Zona de Reta guardia y Transportes. Se clasificaron dichos problemas, no por orden de ini portancia, sino por órden de prioridad. Eran estos problemas; A.—Primera categoría: para que haya y para que llegue. disponibilidades; organización y administración; transportes; — construcción y entretenimiento de las vías de comu • nicación. B.—Segunda categoría: para que llegue bien, para que no falte y para que se conserve: — disciplina logística; — construcción de instalaciones adecuadas; — evacuaciones; — reparaciones y recuperación; — defensa de la zona; — administración territorial. C.—Y vimos que todos estos problemas han de quedar resueltos. — 2. La Zona Avanzada tiene, aunque en menor es cala, que atender a los mismos problemas. La resolu ción es misión de las Grandes Unidades Ejército, que son las que cuentan con Tropas y Servicios adecuados para asegurar la vida y el mantenimiento de sus Grandes Unidades subordinadas. La parte de la zona de acción de Ejército donde se encuentra la masa de sus Servicios es la llamada Zona de Etapas, que es al Ejército lo que la Zona de Reta guardia y Transportes es al Teatro de Operaciones. 3. Mas para que la Zona Avanzada actúe con la mayor rapidez y el mayor desembarazo posibles—con diciones del éxito—es preciso que su Zona de Etapas “le pese poco”. Para ello: — el límite posterior de la zona de acción de Ejército ha cje estar lo más a vanguardia qe se pueda, de jando, sin embargo, espacio suficiente para qúe los Servicios de Ejército puedan funcionar sin agobio; — la Zona de R. y T. se ha de hacer cargo de lo que pueda embarazar a la Zona Avanzada, impulsando a vanguardia sus Servicios para acortar las distancias y los tiempos de suministro; — las relaciones entre la Zona Avanzada y la Zona • de R. y T. han de ser fáciles y sencillas, reducis al menor “papeleo” compatible con el cóntrol—páeleo que no dejará ‘de ser muy voluminoso. 4. Con estas ideas básicas entremos hoy en el estu dio de- la organización de la Zona de Retaguardia y Transportes. Y FAYRAUD. 11.—ORGANIZACIONDE LA ZONA DE RETAGUAR DIA Y TRANSPORTES 1. La tunclón. La función de la Zona de R. y T. es: relevar a las Grandes Unidades combatientes de toda responsabilidad de abastecimientos, transportes, evacuación, trabajo y ad ministración territorial en zonas no directamente afectadcs por las operaciones tácticas. De esta función nace su existencia, y se deriva su organización. Límite anteriorde la Zonade R. y T. Como ya dijimos, el límite posterior de las zonas de acción de las Gs. Us. Ejército ha de estar lo más a van guardia posible, sin por ello agobiar a los Servicios de. la Zona de Etapas. Con ello se disminuye el territorio sobre el cual el Mando de Ejército ha de ejercer su administración y se acortan las distancias de suministro. La frontera entre la Zona Avanzada y la de R. y T. queda determinada por el Jefe del Teatro de Operacio nes a propuesta de los Generales Jefes de las Gs. Us. Ejército. A medida que las operaciones progresan, esta frontera se mueve y la Zona de R. y T. va creciendo, Llega un mo mento en que sus dimensiones son tales que ha de quedar subdividida para que sea posible el ejercicio del mando. 2. 3. Desarrollo de la Zonade R. y T. Cuando la Zona de R. y T. ha alcanzado su completo desarrollo, se presentan en ella tres Secciones que estu— diaremos por su orden de aparición en el Teatro de Operaciones. Figra 1. 47 Para ordenar este estudio supongamos que se trata de un desembarco a viva fuerza y sigamos las fases prin cipales de la operación. A.—Primera fase (figura núm. x). Se acumulan medios de combate, de vida y de man tenimiento en el territorio propio o aliado; se preparan los medios de transporte, de asaLto y de protección a los convoyés. El Teatro de Operaciones esté. en su base de partida, replegado sobre sí mismo y dispuesto al salto. Fgura 2, • La capacidad dísima: — — en r kilómetro de playa pueden desembarcar: — vehículos.. 425 por día. — personal... 3.000 hombres por día. o, expresado en toneladas de material diverso: — toneladas.. i.óoo por día. Durante unos quince días hay que contar solamente con el desembarque en playa. Los barcos de carga fon dean lo más cerca que pueden y hay que proceder al transbordo a embarcaciones ligeras o a vehículos an fibios. Los Zapadores inician tan pronto como es factible la construcción de puertos artificiales con material prefa bricado y de circunstancias, para aumentar el rendi miento de las operaciones de descarga. b) El segundo problema es el de descongestionar las playas y de hacer llegar los elementos desembarcados a las tropas. Una playa abarrotada de abastecimientos ve su capa cidad de descarga enormemente reducida—y ya hemos visto que no es mucha. Por otra parte, hay que “echar para adelante” los abastecimientos a medida que llegan, para que las tropas los puedan emplear, que para eso se han tiaído. Luego hay que disponer de vías de salida, carreteras o ferrocarriles. Aunque se haya elegido la playa de desembarco te niendo en cuenta la red de comunicaciones existentes, raro será que se disponga de carreteras y ferrocarriles dispuestos a hacer circular tropas, material y abasteci mientos; el enemigo—que no suele ser tonto—habrá te nido buen cuidado de destruir lo que más cueste arre glar y más paralice el movimiento del invasor. Este mismo problema se presenta, más agudo aún, en los puertos, donde los abastecimientos se acumulan no por falta de medios de transporte, sino por falta de vías de comunicación adecuadas. A priori podemos admitir que habrá mucho que hacer, desde el primer momento, en vías de comuni cación. c) Estos dos problemas fundamentales sólo pueden ser resueltos por Zapadores: muchos Zapadores, bien dotados de medios de trabajo y perfectamente instruídos, porque los problemas han de ser resueltos, biia re sueltos y rápidamente resueltos. Hay que poner a la par a muchos Zapadores en tra bajo, desde que las primeras oleadas saltan a tierra, con maquinaria pesada de construcción de carreteras que permiten alcanzar la imprescindible rapidez. d) Si recuerda el lector las cantidades halladas como necesarias para una División en línea, resulta que para un Cuerpo de Ejército en la cabeza de playa hacen falta: — abastecimientos diversos B.—Segunda fase (figura núm. 2). Las primeras oleadas de asalto han desembarcado y han penetrado en territorio enemigo, formando una ca beza de playa donde se encuentra ya una G. U. Cuerpo de Ejército. La Zona de Combate, vanguardia de la Zona Avan zada, ha puesto el pie en la orilla contraria, pero no hay todavía espacio suficiente para la Zona de Etapas. No por ello dejan de estar presentes los Servicios en esta primera fase del asalto: sin ellos nada podrían hacer las tropas combatientes. Se ha solucionado el problema afectando al Cuerpo de Ejército de primer escalón la llamada “SHORE PARTY” o PARTIDA DE ORILLA, cuyo primer nombre fué “ENGINEER SPECIAL BRIGADE” (Brigada Espe cial de Ingenieros). Los elementos avanzados de la Par tida de Orilla desembarcan con las primeras oleadas. La “Shore Party” es la Zona de R. y T. en embrión. Es predominantemente una Unidad de Ingenieros, por que su misión fundamental es clásica de Zapadores: atender a las vías de comunicación. El desembarco inicial no se lleva nunca de cara a un puerto de mar, cuya captura entrañaría enormes dificul tades: se desembarca en playas próximas, con redes de comunicaciones aceptables. a) El primer problema que tiene que resolver la Partida de Orilla es el de llevar a tierra los elementos pesados de combate, de trabajo y los abastecimientos. 48 de descarga de una playa es limita 4 o sea )< = 1.458 5.832 Tm. diarias. 3,7 Km. de playa, como mínimo. No siempre se encontrarán ,7 Km. aceptables en una sola playa. Lo más seguro es que habrá que disponer de varias playas para alcanzar esta cifra, playas que debe rán estar conectadas entre sí y que exigirán entre tódas más personal para mantenerlas en operación de lo que exigiría una sola playa. Estos Zapadores de la Partida de Orilla son indepen dientes de los de asalto, empleados delante de las oleadas de primer escalón para limpiar la orilla de minas de tierra y submarinas y de otras clases de obstáculos que impidan el acceso de las lanchas de desembarco y de los vehículos anfibios de asalto. e) Por todo lo anterior la Partida de Orilla es, como ya se ha adelantado, predominantemente una unidad de Ingenieros, ya que su núcleo principal está compuesto por unidades de Zapadores de diversas especialidades. A este núcleo se agregan, bajo el mando común de un General de Brigada de Ingenieros, Unidades de las demás Tropas y Servicios necesarias para el apoyo lo gístico de las fuerzas desembarcadas. f) La composición de esta Brigada es muy variable, por supuesto. Para dar dna idea citaremos la plantilla de la “Shore Party” que se Inanejó en un ejercicio sobre el plano, en mayo de 1952, en la Escuela de Ingenieros de “Fort Belvoir”, Virgina (EE. UU.). — Mando: un General de Brigada de Ingenieros, Jefe de una — Brigada Especial de Zapadores: — C. G. de la Brigada. — 3 Regimientos de Zapadores de desembarco. — x Regimiento de Zapadores de Combate. — x Compañía de Equipo Ligero. — 3 Pelotones de Zapadores Bomberos. — x Batallón de entretenimiento de embarca ciones. — — — — — — D.—Cuarta Jase (figura núm. 3). Las Divisiones propias se adentran en territorio ene migo. Toda la G. U. Ejército ha tomado tierra. Se ha ocupado un puerto de mar. Las unidades de Zapadores de Construcciones portuarias han efectuado las reparaciones de primera urgencia para ponerlo nue vamente en servicio: remoción de minas submarinas, remoción de buques hundidos, reparaciones de muelles y diques, r•moción de obstrucciones, arreglo de carreteras y ferrocarriles de salida. Mientras se trabajaba afanosamente para rehabilitar el puerto capturado, las descargas de barco seguían efec tuándose en las playas de desembarco, cuyas condiciones Transmisiones: — ¡ Compañía. Cuerpo de transportes: — x Regimiento de Transportes pesados. — 3 Batallones de Camiones. — 3 Batallones de Camiones anfibios. — 3 Batallones de Puertos. — 3 Compañías de Tractores anfibios. Intendencia: — 6 Compañías de Subsistencias. — 3 Compañías de Suministro de Carburantes. — x Compañía de Centros de Entrega. Sanidad: — 3 Hospitales de Campaña Municionamiento y — 3 Compañías ciones. — 4 Compañías — i Compañía (750 camas cada uno). Talleres: de Centros de Entrega Figra 3. de muni dé Depósitos de municiones. de Talleres. Guerra Química: — 1 Compañía de Depósito. — Pelotones de Detección. Policía Militar: — x Batallón. Para la operación de desembarco se afectaii unidades a las oleadas sucesivas. A medida que van tomando tierra los escalones superiores va cesando la descentralización, hasta que toda la Partida de Orilla se halla bajo el mando de su General. A partir de ese momento se hace cargo de la totalidad del apoyo logístico que necesite la Gran Unidad que es tablece y consolida la cabeza de playa. — C.—Tercera fase. Dos Cuerpos dé Ejército se hallan ya en línea en la cabeza de desembarco. Empiezan a desembarcar el tercer Cuerpo de Ejército y las Tropas y Servicios de Ejército. Ya las exigencias de las tropas exceden de las capaci dades de la Partida de Orilla. Por otra parte al enon trarse en tierra una Gran Unidad Ejército, conviene que ésta se haga cargo del funcionamiento de todos sus servicios: aparece la Zona de Etapas, con la que colabora y a quien refuerza la Partida de Orilla. habían sido constantemente mejoradas. Y probablemente seguirán sirviendo estas playás durante algún tiempo para complementar las operaciones en el puerto. Como la Zona de Etapas de Ejército ha alcanzado excesiva profundidad, hay peligro de que el avance de la Zona de Combate sea frenado por la distancia de sus Divisiones a los órganos de abastecimiento. Hay que impulsar hacia vanguardia la Zona de Etapas; hace su aparición la Zona de Retaguardia y Transportes, para cumplir su misión genérica (ver párrafo x de este Título). Se ha dividido en dos Secciones: — la Sección Base (BASEC), que queda en la orilla propia, y — la Sección Avanzada (ADSEC), en la orilla asaltada. a) La Sección Avanzada. Generalmente la Sección Avanzada de la Zona de R. y T. establece una zona de mantenimiento por cada G. U. Ejército.a que atiende. Sus instalaciones adquieren un carácter más perma nente que sus homólogas de las Zonas de Etapas, aun que han de desplazarse a vanguardia por escalones, para seguir el movimiento de la Zona Avanzada. Debido a esto se procura no invertir demasiado trabajo en su construcción o en su acondicionamiento. Se ha comprobado en la pasada guerra la conveniencia de que sean siempre los mismos órganos de ADSEC los que atiendan a las mismas Gs. Us. de la Zona Avanzada: 49 unos y otras adquieren con el trato continuado una compenetración que redunda en beneficio de las ope raciones. Los saltos a vanguardia de los órganos de ADSEC vienen gobernados por la norma siguiente: que la distancia media entre los Servicios de la Zona de Etapas y los de ADSEC no exceda 120 Km. para que los camiones de abastecimiento puedan hacer el circuito completo en veinticuatro horas. b) La Sección Base. Es la parte posterior de la Zona de R. y T., aquella que recibe la masa de los abastecimientos de la Zona E.—Quinta fase (figura núm. 4). El avance prosigue. ADSEC se ha desplazado, escalo nadamente, hacia el frente, para no alargar esa distancia media de 120 Km. de que hablamos. Ha dejado sitio detrás de ella para que BASEC se ins tale, como lo ha ido haciendo a medida que las operacio nes progresaban. Se ha hecho cargo BASEC en primer lugar de los puertos marítimos, relevando en ellos a ADSEC; se han efectua4o los trabajos de construcción y de acondicio namiento necesarios para sacar todo el rendimiento de seado de las comunicaciones—piedra angular del éxito— y de las instalaciones. Ahora es cuando verdaderamente cumplen su función las Secciones de la Zona de R. y T. — ADSEC, la de seguir el movimiento de la Zona Avan zada, operando en íntimo contacto con ella. Sus depósitos reponen lo consumido en los de Etapas; sus talleres y sus hospitales re cuperan lo que la Zona Avanzada tiene que evacuar. — BASEC, la de recibir de la Zona del Interior los abas tecimientos que clasifica, almacena, prepara y remesa hacia las instalaciones de ADSEC; la de dirigir hacia la Zona del Interior los pedidos y las grandes evacuaciones que no puede atender. La orilla propia es ahora parte de la Zona del Interior. F.—Sexta fase (figura núm. 5). Si el avance prosigue, puede llegar a ser excesiva la distancia entre las instalaciones de ADSEC, constante merite avanzando, y las de BASEC, fijas; el tiempo in vertido en los transportes .puede ocasionar contratiem pos, amén de que la vulnerabilidad aumenta. Fig-iu’a 4. del Interior el 8o por soo del total consumido en el Teatro de Operaciones, según vimos en la Primera Parte de este artículo. Comprende grandes instalaciones portuarias, aeródrc mos y estaciones ferroviarias. Establece grandes depósitos y almacenes, manteniendo en ellós los días de suministro especificados en las normas que dicta el Jefe del Teatro de Operaciones. Procede a las grandes reparaciones; instala hospitales de todo género. Sus instalaciones tienen, por tanto, carácter de per manencia. En’ellas se invierte todo el trabajo necesario para su perfecto acondicionamiento, protección y ocul tación. En esta fase que considerámos todavía no tiene BASEC espacio suficiente ni seguridad bastante para establecerse en la orilla ocupada. Funciona desde la orilla propia, desde la Zona del Interior. ADSEC le va preparando el terreno, para cuando llegue el momento en que, por haber progresado suficientemente la Zona Avanzada, esté justificado el traslado y el establecimiento de las instalaciones permanentes. 50 1gura 5. i’i UI t Para remediarlo aparece la tercera Sec ción de la Zona de R. y T., la Sección Irztermedia (INTERSEC). La misión principal de esta Sección es la de almacenar. Los grandes depósitos de BASEC re mesan a los de INTERSEC los abasteci mientos precisos para mantener en estos últimos los días de suministro que fije el Mando. Así se fracciona el abasteci miento en dos escalones. INTERSEC, a su vez, repone a ADSEC lo consumido. El criterio que permite decidir lá con veniencia de establecer la Sección Inter media es el siguiente: que la distancia me dia entre las instalaciones de ADSEC y las que abastecen a éstas no exceda de 250 Km., para que los camiones de abas tecimiento puedan efectuar el circuito completo en cuarenta y ocho horas. INTERSEC agrupa las instalaciones que en ADSEC estaban dispersas, para formar grandes núcleos, con lo que aumenta su eficacia y refuerza su control. G.—En resumen: a) La Partida de Orilla salta a tierra a la par que las primeras oleadas de desembarco y se hace cargo de la totalidad del apoyo logístico de las Os. Us. en la cabeza de playa. b) En cuanto la G. U. Ejército ha tomado tierra, la Zona de Etapas de Ejército se hace cargo de los Servicios en la orilla asaltada. c) La Sección Avanzada (ADSEC) de la Zona de R. y T. hace su aparición para permitir el avance de la Zona de Etapas de Ejército. Se hace cargo del servicio de los puertos ocupados. Opera en íntimo contacto con la Zona Avanzada, que sigue en su progresión, de moda que la distancia media de un circuito completo de los camiones de abasteci miento no exceda los 120 Km. d) La Sección Base (BASEC) recibe los abasteci mientos de la Zona del Interior, los clasifica, los almacena, los prepara y los remesa hacia los depósitos de ADSEC o de INTERSEC. Sus instalaciones son de gran capacidad y de carácter permanente. e) La Sección Intermedia (INTERSEC) se establece cuando las distancias de abastecimiento se han hecho excesivas. Sus instalaciones distan de las de ADSEC alrededor de los 250 Km. Su misión principal es la de almacenar. La figura núm. 6 muestra una Zona de R. y T. con sus 3 Secciones. FUERZAS EN LA ZONA DE RETAGUAR DIA Y TRANSPORTES 1. Son de tres clases principales: las fuerzas de Tropas y Servicios destinadas en la Zona de R. y T. para asegurar su funcionamiento y su defensa; las fuerzas transeúntes: unidades de paso hacia la Zona Avanzada o procedentes de ella, personal hos pitalizado, personal para cubrir bajas, prisioneros de guerra; las fuerzas de los Ejércitos de Mar y de Aire. III,—LAS — — — 2. No es posible, ni remotamente, establecer una plantilla del personal que necesita una Zona de R. y T para su funcionamiento, ya que no habrá dos Zonas de R. y T. en análogas condiciones. Otraorce Las condiciones particulares en cada caso concreto exigirán no sólo un número de efectivos diferentes, sino una distinta dosificación de especialidades. 3. Ante esta imposibilidad, se Ita buscado la solución de establecer plantillas de distintos tipos de Cuarteles Generales de Grandes Unidades Logísticas, capaces de encuadrar, mandar y supervisar a diversas Unidades or gánicas de Tropas y Servicios, en número y dosificación variables. Estos Cuarteles Generales han sido llamados en la pa-° sada guerra mundial “LOGISTICAL COMMANDS”. 4. “LOGISTICAL COMMANDS”. A. Como queda dicho, estos Cuarteles Generales tie nen por finalidad encuadrar las Unidades orgánicas que se coloquen bajo su mando. Están compuestos por Jefes y Oficiales de los distintos Servicios y por el número indispensable de Suboficiales y Clases de tropa para el funcionamiento interno del órgano de mando. B. En principio pueden atender al servicio de una de las Secciones de la Zona de R. y T. o, si éstas son excesi vamente dilatadas, a una subdivisión de las mismas o a una gran base o distrito. En la fase tercera considerada en el Título II, puede un “Logistical Commands” hacerse cargo, bajo la de pendencia directa del General de la G. U. Ejército, de una Zona de Etapas. C. Distintostiposde “Logistical Gomñiands”. a) Son de 3 tipos, sintetizados en el cuadro de la pá gina siguiente. b) Posibilidades. El “Log. Command Type A” puede hacerse cargo del apoyo logístico a una División reforzada, en misión in dependiente. Puede hacerse cargo de una Sección de la Zona de R. y T. de poca extensión, o de una subdivisión territo rial, como una base o un distrito. El “Log. Command Type B” puede hacerse cargo del apoyo logístico a un Cuerpo de Ejército reforzado, en misión independiente. Puede tener a sus órdenes dos o más “Log. Commands Type A”. Puede hacerse cargo de una Sección de la Zona de RyT. 51 Tipo A Mando Coronel Oficiales 55 3 Sub. 95 63 y tropa C General gada General sión do de Brj- Oficiales Sub. y tropa Divi- Oficiales Sub. y tropa 3 115 194 107 309 110 176 3 293 130 469 133 Puede incluso encargarse de toda una Zona de R. y T. de escasas dimensiones. Puede formar el núcleo de un Cuartel General de Zona de R. y T. El “Log. Command Type C” puede hacerse cargo del apoyo logístico de una G. U. Ejército. Puede tener a sus órdenes dos o más “Log. Commands Type B”. Puede hacerse cargo de una Sección de la Zona de R. y T. Puede encargarse de toda una Zona de R. y T. de ta maño apropiado y formar el núcleo de un Cuartel Ge neral de Zona de R. y T. Además de atender a las necesidades militares, un “Log. Command” puede recibir misiones de encargarse de la administración y gobierno de una porción de terri torio ocupado o liberado en que no se haya establecido todavía la autoridad civil. D. Dependencia de Mando(fig. núm. 7). a) El Jefe de un “Log. Command” depende: — directamente del Jefe de la Zona de R. y T., si manda una Sección de la Zona de R. y T.; de 8.ooo a 30.000 hombres. hombres. 30.000 a 50.000 hombres. hombres. de 400.000 12.000 66 150 B Fuerza que se le puede Fuerz a total a que puede; afectar atender Compaela del C G Cuartel General 100.000 de 70.000 rio.ooo a hombres. hombres. del Jefe del “Log. Command” superior, si está en cuadrado en él: así el Jefe de un “Log. Command TipeA” depende del Jefe del “Log. Command Type B” en que esté encuadrado. b) El Jefe de la Zona de R. y T. depende directa mente del Jefe de las Fuerzas de Tierra del Teatro de Operaciones. Por ello, si un “Log. Command” queda afecto a una Gran Unidad en misión independiente, su Jefe depende — directamente del de ésta. c) Las Jefaturas de Armas y Servicios de un “Log. Cotnmand” tienen doble dependencia: — dependen del Jefe del “Log. Command” para opera ciones; — dependen técnicamente de la Jefatura de su Arma o Servicio del Teatro de Operaciones en todo lo refe rente a doctrina y actividades internas. d) Aparte de la dependencia jerárquica de mando, ha de existir otra dependencia mutua entre los Cuarte les Generales de las Gs. Us. de la Zona Avanzada y los de la Zona de R. y T., y entre los de la Zona de R. y T. entre sí. Esta dependen cia consiste en el continuo e íntimo enlace, material e intelectual, para que el conjunto del Teatro de Opera ciones funcione co mo un todo armó nico; para que las necesidades puedan ser conocidas o pre vistas, y satisfe chas, y para que cada uno sepa lo que puede esperar de los demás y lo que los demás es peran de él. e) Los Mandos de los “Log. Com mands” suelen ser de Ingenieros: — porque los pro blemas funda mentales a re solver son en gran parte pro blemas de In Figura 7. .zo.)w_ genieros: vías de comunicación, construcción, ca muflaje; — porque, debido a ello, es muy fuerte la proporción de Zapadores en el total de los efectivos del “Log. Command”. Sucede, en mayor escala, lo que vimos para la Partida de Orilla, por otro nombre Brigada Especial de Ingenieros. 5. PROPORCION DE LOS EFECTIVOS DE LAS DISTINTAS ARMAS Y SERVICIOS EN LA ZONA DE RETAGUARDIA Y TRANSPORTES. Las estadísticas de la pasada guerra mundial, de las cuales se han sacado grandes ensefíanzas, han revelado que las distintas Armas y Servicios figuran dentro de la Zona de R. y T. en las siguientes proporciones: Unidades de Cuarteles Generales, Je faturas y servicios especiales 9,0 % — Infantería 0,2 % — Caballería acorazada 0,2 % — Artillería 0,1 — Zapadores 12,9 % Transmisiones 7’5 % Intendencia 15,8 % Sanidad 17,2 % — Municionamiento y Talleres 7’4 % Cuerpo de Transportes 17,4 % — Guerra Química o,8 % — Policí a Militar 2,2 % — Personal para cubrir bajas 94 % xoo,o % 6. Las Secciones de la Zona de E. y T. atienden también a las necesidades de las fuerzas transeúntes, así como a las de los Ejércitos de Mar y de Aire locali zadas en su zona de acción. IV.—EL PLAN DE DESARROLLODE LA ZONA DE RETAGUARDIAY TRANSPORTE 1. Toda operación necesita una Orden, tanto más detallada cuanto mayor sea su envergadura y más largo su plazo de ejecución. A medida que se eleva el escalón de mando se va com plicando la labor; hay más detalles que tener en cuenta, más previsiones que hacer. Al llegar al escalón Teatro de Operaciones, la Orden de Servicios que nos ocupa adquiere proporciones volu minosas. Tan voluminosas que en realidad se compone de uno o varios volúmenes. 2. En la pasada guerra mundial toda operación de gran envergadura, como la constitución de un nuevo Teatro de Operaciones, requirió un largo estudio preli minar. Este duró, según los casos, de i8 a 24 meses. Los planes tácticos—la Primera Parte de la Orden de Operaciones—no tardaron tanto en estar perfecta mente a punto. Quien hizo durar el período preparatorio fué la Segunda Parte: la de Servicios. Hubo que redactar verdaderos volúmenes en los que se pudiera encontrar los datós para los cálculos de ne cesidades y para los estudios particulares de cada Servicio. 3. Datos básicosparael estudio. A. Todo el Plan de Desarrollo de la Zona de E. y T., que los americanos llaman “Base Development Plan”, descansa sobre hipótesis. El Mando da a conocer su impresión acerca de las fu turas operaciones y su idea de maniobra, así como el ritmo según el que cree que se desarrollará la acción. Por muy buena y exacta que sea la información de que se disponga, no hay más remedio que basarse en hi pótesis, ya que se trata de proyectos a i8 Ó 24 meses vista. Quiere esto decir que, por una parte, el Plan de Des arrollo ha de ser muy detallado y completo, pues en él van a buscar los datos que precisan todos los Mandos del Teatro de Operaciones; pero, por otra parte, no ha de ser rígido, ha de tener la suficiente flexibilidad para hacer frente a las contingencias que tuerzan el desarrollo que se previó. E. Los datos básicos para la redacción del Plan son: — misión encomendada al Teatro de Operaciones. — idea de maniobra del Mando; — ritmo previsto para el desarrollo de la acción; — fuerzas que llevarán a cabo las operaciones: efectivos y clases; — necesidades específicas de las fuerzas que actuarán; — en consecuencia, efectivos y clases de las fuerzas con que habrá de contar la Zona de R. y T. en cada fase la de operación; — información acerca de las posibilidades del enemigo contra la corriente de abastecimientos y evacuaciones; — información acerca de las posibilidades de explota ción local y aprovechamiento de las instalaciones existentes en territorio ocupado; — en consecuencia: utilización — de las instalaciones existentes en la zona futurade acción; plan — de construcciones y reparaciones; calendario — de llegada de abastecimientos di versos, de tropas y Servicios, y de material para funcionamiento el de la Zona de E. y T.; — medios de transportes necesarios. C. En este Plan de Desarrollo,, los Mandos subordina dos y las Jefaturas encuentran los datos básicos para sus previsiones y propuestas: — ritmo previsto para las operaciones; — exigencias y disponibilidades previstas para cada fase — misiones encomendadas a cada unidad. De este modo, los planes y propuestas pueden ser es tudiados y redactados dentro de una unidad de doctrina’ y se evitan cuestiones de competencia, lagunas o dupli cidades. Antes de la redacción definitiva del Plan, los Mandos subordinados, elevan sus propuestas y proponen las mo dificaciones que sus estudios particulares les aconsejen. Así, los propósitos del Mando, las propuestas de los subordinados y la información de última hora cristali zan en un documento detallado, completo y flexible en todo lo posible. D. En resumen, el Plan de Desarrollo pretende que cada Mando y Jefatura sepa: — por qué se va a constituir la base; — quién llevará a cabo su desarrollo, quién se hará cargo de cada cometido; — qué se hará para conseguir el desarrollo deseado; — cuándo empezará cada fase, cuándo llegarán los abas tecimientos; — cómo se piensa realizar el desarrollo; dónde se instalará cada uno. 4. Elementos esenciales de un Plan de Desarrollo. Es imposible llegar a un formato universal para todos los casos, ya que las situaciones que se planteen serán en extremo diversas. Sin embargo, se pueden admitir como elementos esen ciales los siguientes: A. Propósitos del Mando. B. Ritmo previsto para la operación. C. Información general. D. Organización del Mando en cada fase. E. Distribución de asentamientos. F. Límites de zonas de acción de las Gs. Us. Logís ticas. G. Abastecimiento: organización e instalaciones. 53 H. 1. J. K. L. M. N. O. P. Q. R. S. T. U. V. W. 5. Reparaciones: organización, escalonamiento e ins talaciones. Vías de comunicación. Puertos e instalaciones portuarias. Instalaciones marítimas. Aeropuertos y aeródromos.. Transportes. Transmisiones. Evacuaciones y Hospitalización. Efectivos en la Zona Avanzada y en la Zona de R. y T. en cada fase. Partes y estadística para control de existencias. Plan de construcciones. Servicios públicos. Instalaciones varias (campamentos de descanso, campos de concentración, etc...). Defensa de la Zona: activa y pasiva. Administración territorial y gobierno militar. Directivas, reglamentos y normas en vigor para las operaciones. Además de estas faltas, imputables al error de hipó tesis, hubo que luchar contra contingencias debidas al tiempo: una inesperada tormenta en los dias x8 y 19 de junio de 1944 se llevó un puerto artificial en la playa de Omaha; el invierno excepcionalmente duro de 1944-45 hizo sentir la falta de vestuario de invierno adecuado. B. Otra consideración impedirá muy a menudo que el Plan de Desarrollo sea perfecto. No se podrá esperar a que todo esté a punto desde el punto de vista logístico. Las condiciones estratégicas obligarán frecuentemente a lanzar la acción sin que todo esté preparado hasta su último detalle. Como siempre, las exigencias tácticas se imponen y exigirán del que prepara el apoyo logístico una adapta ción de sus planes a las circunstancias; esto supone una gran flexibilidad de espíritu, de organización y de pro cedimientos. Se sacrifica la perfección ala oportunidad de lanzarse contra un enemigo aún menos preparado, pensando que a medida que el tiempo pasa aumenta la fuerza del con trario y más caro cuesta el éxito. Porquétienequeserflexibleel Plande Desarrollo. A. La operación OVERLORD, desembarco en Nor mandía e invasión del continente europeo, nos propor ciona un ejemplo notable. Sería fácil hacer un exacto análisis de necesidades y de los elementos necesarios para satisfacerlas si el ritmo previsto para la operación resultase ser el verdadero en la realidad. Pero esto no suele suceder. La figura número 8 expresa las diferencias que hubo entre lo previsto y lo real. Se había admitido un avance medio diario de 2,5 Km. El resultado fué: — falta de munición; — exceso de ciertos Materiales de castrametación pre fabricados; — se perdió la oportunidad de apoderarse de una línea SIEGFRIED ligeramente ocupada, por fallo de trans portes hubo escasez de carburantes, especialmente de gasolina; — por la pertinaz resistencia alemana posterior, hubo gran escasez de carros de combate y de personal para cubrir bajas. V.—RESUMEN DE LA SEGUNDAPARTE 1. La funciónde la Zona de R. y T. es: relevar a las Gs. Us. combatientes de toda responsabilidad de abastecimientos, transportes, evacuación, trabajo y ad ministración- territorial en zonas no directamente afec tadas por las operaciones tácticas. 2. El límite anteriorde la Zonade R. y T. se fija por el Jefe del Teatro de Operaciones y a propuesta de los Generales de Ejército, lo más a vanguardia que se pueda, sin estorbar a las Zonas de Etapas. 3. Fasesdel desarrollo de la Zonade R. y T. A. La Partida de Orilla o Brigada Especial de In genieros; Apárece la Zona de Etapas del Ejército de primer escalón; Aparece una Sección de la Zona de R. y T.; La Zona de R. y T. adquiere su completo desarrollo: — Sección Avanzada, que opera en íntimo con tacto con las Gs. Us. Ejército; — Sección Intermedia, con misión principal de servir de depósito y almacén avanzados cuando las lineas de abastecimiento son ex cesivamente dilatadas; — Sección Base, que recibe los abastecimientos de la Zona del Interior, los clasifica, los al macena, los prepara y los remesa a los depó sitos de las Secciones a vanguardia. - B. C. D. 4. wance real - Avance previsto ____ Fechas roeles Fecha PUERTOS laya.Oaha laye Utah ran4charnp siiy t. i’aast arfleur herburgo uberes prevista de capture en Capacidad 0+30 previStes Junio - 7 7ur,io Junio 8 junIo JuniO 24 Julio Junio Junio JuniO 6 6 11 juniO 21 JuniO 26 26 Junio 19 61e03. 29 Junio 8 Junio 22 Junio 22 Ounio 8 14 Junio Osoacidvi 6.000 4.500 300 500 Julio JuliO 1.100 Julio 1.000 Julio 6.000 Sun. 5. El Plande Desarrollo de la Zonade R. y T. - en Es un voluminoso documento, detallado, completo y real flexible, en que cada Mando subordinado al Teatro de Operaciones puede hallar los datos necesarios para sus 10.000 previsiones y propuestas en cada fase de la operación, 9.000 dentro de las hipótesis y del ritmo de acción adoptado6 800 1.300 por el Mando del Teatro de Operaciones. 640 En la Tercera Parte de este artículo nos ocuparemos de 640 y Transportes. 5.600 los Ingenieros en la Zona de Retaguardia - prevista real . cas tune 6 6 6 6 8 12 en 12.000 5.000 6.0004.000 300 530 503 500 1.100 0 1.0000 7.000 0 j•i.uya Figua4n,9_. Lasfuerzasen la Zonade R. y T. Las Grandes Unidades Logísticas son unos Cuarteles Generales, de tres tipos, a los que se afectan Tropas y Servicios, los necesarios para cada situación. No tienen más plantilla fija que las de los órganos de mando. ser Suelen mandadas por Generales de Ingenieros, ya quelos problemas fundamentales que están llamadas a resolver son específicos de Ingenieros: vías de comuni cación y construcción. - 8. ó U© U© o Iildsief(edo*4f’ ElataquedenocheporlaInfantería. Von Georg Lieb. De la revista alemana Wehrwissenschaftliche Rundschuu. (Tra.. ducción del Teniente Coronel Adolfo Trapero, de la Zona de R. y M. núm. 39.) A línea principal de resistencia. Preóisamente en el mo mento en que la Infantería tenía que levantarse para la (i) En la última guerra, eL ataque •de Infantería a irrupción, se interrumpía el fuego de las armas pesadas una posición enemiga con preparación tenía lugar, en para seguridad de aquélla, hasta que pudiera ser desen general, iniciando la artillería la acción ofensiva al ama cadenado otra vez sobre distinto objetivo, originándose necer. Esta acción artillera duraba, según las propias una pausa en ese fuego. La Infantería quedaba de nuevo existencias de municiones, de a 6o minutos. En casos desamparada. especialmentó favorables se realizaba un suplemento de La propia Artillería, acto seguido, retiraba por com preparación por Ja aviación táctica, poco antes del co pleto su apoyo a la Infanteríay se ocupaba en combatir mienzo del ataque, o por las unidades de lanzaminas. a la Artillería contraria o tenían los artilleros que echarse Las dos armas de apoyo últimamente citadas, sin em cuerpo a tierra para cubrirse, como consecuencia de la bargo, sólo podían ser empleadas en los centros de gra entrada en acción fugaz de los aviones de combate ad vedad especiales. En la mayor parte de los casos única versarios. mente era apoyada la Infantería por la Artillería divisio Desde el comienzo del ataque hasta el asalto estaba naria; la misma Artillería de Ejército sólo estaba a dis expuesta la Infantería, más o menos descubierta, a la posición irregularmente. barrera de fuego de todas las armas pesadas adversa Después de la terminación de la preparación de arti rias, de las ligeras de Infantería y de los aviones de llería se producía casi siempre una pausa en el fuego, asalto; de ahí sus pérdidas, en general, bastante elevadas. durante la cual la Infantería salvaba descubierta el te Si la Infantería tenía éxito en el asalto, debía esperar rreno á vanguardia de la posición enemiga y tenía que en seguida los contraataques adversarios, para hacer romper la línea principal de resistencia, apoyada, en el frente a los- cuales raramente podía contar con las armas caso más favorable, por las armas pesadas propias y al pesadas propias. guna que otra vez por los cañones de asalto. Y bastante a Si el ataque era rechazado, esto significaba a menudo, menudo no se realizaba el penoso acercamiento a la para las baqueteadas unidades, casi la destrucción com posición adversaria aprcvechando el fuego de prepara pleta, pues tenían que efectuar un despegue desde uná ción artillero, porque en la orden de ataque no oincidía posicin enemiga intacta a la posición de partida propia, casi nunca el comienzo de ese ataque con la termina de día, y bajo el fuego concentrado de todas las armas ción de la preparación artillera, y la Infantería, por enemigas. consiguiente, estaba tendida hasta ese momento en la base Conseguida la penetración y rechazados con buen de partida. El tiempo mejor y las posibilidades de acer éxito las reacciones y contraataques, faltaba frecuente camiento -más favorables eran por eso desaprovechadas, mente la Artillería para el ‘ataque a los nuevos centros perdidas. de resistencia enemigos que aparecían (caseríos, alturas), Fatigada y entregada a sus propios medios, se apro porque entonces la Artillería tenía que cambiar de po ximaba pénosamente la Infantería a la línea, principal sición, ya que desde donde había hecho el fuego de prede resistencia enemiga. El apoyo de las armas pésadas paración para el ataque no podía apoyar. en el asalto sólo podía ser pequeño—con excepción de la Cuando se examinaba el efecto del fuego de prepara entrada en acción de los cañones de asalto—y única ción sobre el sistema de posiciones enemigas, se podía mente tenía importancia especial en el combate por la decir, de un modo totalmente general, que era siempre insignificante e irrisorio. Las alambradas y campos de (i) En este artículo, el autor trata sólo del ataque de noche y quizá pueda considerarse por el lector imparcial que llega a minas estaban apenas deteriorados y los pocos impactos conclusiones demasiado optimistas. No hay que confundir la guerra sobre los pozos de tirador y “bunquers” habían causado al adversario escasas pérdidas; así, pues, su fuerza de de noche, para cuyas actividades (los movimientos, el estaciona fensiva no había casi disminuído. El efecto moral promiento, el aprovisionamiento y la conservación) hay que recurrir inexcusablemente a la oscuridad, con el ataque a posiciones for ducido, que sobre un adversario flojo pudiera ser impor tificadas, que es un caso de la guerra de noche, aleatoria en razón tante, sobre el soldado ruso, por ejemplo, tenía valor ín de las circunstancias propias de cada caso.—(N. de la R.) fimo. Esto mismo sucedía en los ataques con bombas - - - - - - de aviación. Los lanzacohetes sobre un enemigo atrin cherado producían asimismo un efecto asombrosamente pequeño; las armas de a bordo de los aviones resultaban en semejantes casos ineficaces del todo. Nuestras propias experiencias confirman estas obser vaciones. Las pérdidas alemanas de Infantería en la defensa, por efecto de la Artillería enemiga, fueron rela tivamente pequeñas En un Regimiento de Infantería, que estuvo empeñado en el frente Sur ruso en los años de 1943 a 1944, las pérdidas por artillería se elevaron del io al 12 por ioo del total de bajas. La mayor parte de aquéllas las produjo el mortero (aproximadamente el 70 por loo); en segundo lugar, las armas de Infantería (aproximadamente el 15 por loo); sólo en tercer lugar estaban las causadas por la Artillería y lanzacohetes. Se pudo llegar a saber, por las declaraciones de los prisioneros, que las pérdidas en la parte soviética resul taron en proporción igual que las nuestras para armas homólogas. Una preparación de Artillería, que por añadidura sólo duraba minutos, perjudicaba más al atacante que al defensor. Para éste significaba sólo un toque de diana; sabía que tenía que sobrevenir el ataque y podía adoptar los preparativos necesarios para el caso. Las propias armas ligeras de la Infantería atacante no entraban en acción eficaz sino inmediatamente antes del asalto y en el asalto mismo, mientras que las mismas armas del defensor ya a las distancias medias se hacían notar de modo muy sensible. Como las mejores armas de apoyo para el atacante se citaban: los cañones de asalto, los morteros y las ametralladoras pesadas. Con una buena coordinación en ellas, estaba la Infantería en situación de romper casi toda resistencia, una vez que se había acercado a la distancia de asalto. El método invariable, que fij aba el comienzo del ata que al amanecer, estaba anticuado; el Mando echaba de menos la necesaria capacidad de maniobra, el no ajus tarse a las circunstancias el efecto de las armas y el producirse además pérdidas elevadas innecesarias. Como consecuencia de todo lo cual se ponía en duda más y más el éxito. Y se vió que dondequiera se prescindía de esta tác tica de ataque de día con preparación de Artillería, trasladándose el comienzo del ataque al anoche cer o a la noche, haciendo renuncia consciente del fuego de pre paración y aprovechando, en cambio, el efecto de sor presa, se conseguían estupendos éxitos con pequeñas pérdidas. - B El ataque en la osuridad—llamado simplemente ata que de noche—ofrece a un atacante bien instruído y mandado una serie de completas e importantes ventajas, en comparación con el ataque de día. Ventajas que a continuación son enumeradas y comentadas: i. Sorjresa: El ataque de día nunca puede llegar a sorprender por completo al defensor, especialmente cuando es iniciado aquél por un fuego de preparación más o menos duradero y además parte el atacante de una distancia media o larga. Por la exploración aérea y observación se puede, además, desçubrir la base de partida, sobre todo si no puede ser ocupada durante la noche. Por el contrario, el ataque de noche sólo lo descubre el defensor cuando la Infantería atacante está en la proximidad de la po si ci5n, es decir, cuando llegue al radio de acción de los cohetes luminosos o de los puestos de escucha. Premeditadamente queda suprimido todo fuego de pre 56 paración de Artillería o demás armas pesadas. Estas armas corrigen sus tiros el día antes del ataque, buscando, a ser posible, el que no se delaten los propósitos de una futura preparación, que sólo tendrá lugar cuando sea conocido el ataque claramente como tal por el defensor es decir, cuando las armas pesadas del atacante desen cadenen las barreras de fuego. Contrarrestan éstas en tonces las armas pesadas enemigas, principalmente la Artillería, y protegen los flancos del asalto o cubren un despegue del atacante. jamás se debe delatar el ataque por un fuego prematuro. No se debe despertar ni ad vertir al defensor, como sucedía en la mayor parte de los casos en la guerra pasada. Conseguida rápida y rotundamente la infiltración, y si no entran en acción las armas pesadas enemigas o apenas se revelan, entonces generalmente callan las ar mas pesadas propias, para dejar al defensor en la incer tidumbfe sobre la importancia de la acción. Un ataque de noche puede empezar al iniciarse la os curidad o más tarde, con la ligera claridad de la luna y las estrellas, incluso excepcionalmente con las primeras luces de la madriigada. Esto depende sobre todo del objeto del ataque, de su importancia y de la distancia de la base de partida. Si, por ej emplo, se ha de ensanchar la ruptura y colocar reservas en la retaguardia enemiga, debe atacarse en la noche lo más pronto posible, para po der conseguir la mayor profundidad mientras dura la oscuridad. Sin embargo, el ataque de noche no repre senta en todos los casos para el defensor una prevista sorpresa. 2. Ocultcicón de las vistas: Una vez que se ha iniciado el ataque de día, ya no es posible movimiento alguno sobre el campo de batalla, y aún detrás, que no sea observado por el defensor y pueda por tanto ser combatido. Las cónsecuencias lógicas son bajas y pérdida de ma terial. Al acercar las reservas a la zona del esfuerzo principal del ataque, tenían ya con frecuencia estas reservas pérdidas más elevadas que las mismas unidades del escalón de ataque. Esta desventaja desaparece con el ataque nocturno, a causa de que la noche oculta todo movimiento con el manto de la oscuridad. Sin embargo, podrán ser descu biertos los movimientos por la aviación y podrán tam bién cualquiera de las carreteras utilizadas estar batidas por el fuego de la Artillería de gran alcance, en cuyo caso será fácil desviarse o simplemente rodear los lugares pe ligrosos o batidos, pues el terreno que se controla con la vista de día por el defensor está por la noche a completa disposición del atacante. La Infantería de asalto puede aproximarse a la posi ción enemiga por el camino más corto, encontrando en la noche una tan fácil ocultación contra las vistas como no la encuentra en el día. Si no tiene éxito el asalto, en cualquier caso, una retirada es más fácil de noche que de día; además, por un pequeño desplazamiento a un costado se puede con frecuencia repetir el ataque sobre otro lugar. En todos los movimientos hay que considerar, que de noche éstos se pueden realizar sin estorbos y más rápi damente que de día, ya que ninguna parte del terreno se desaprovecha; además, que pueden ser elegidas las mejores comunicaciones, pudiendo la Infantería las más de las veces ir derechamente, a pesar de la proximidad enemiga. También el avituallamiento hacia vanguardia, especial mente el de municiones para las tropas combatientes, acarréo de heridos hacia retaguardia y enlaces, no son, ni con mucho, tan difíciles como de día. 3. Exclusidi de la barrerade fuego: En un ataque de día era .casi imposible para la In fantería pasar la barrera enemiga establecida, especial mente si el ataque se iniciaba a las distancias medias y largas. Algún átaque fracasé ante la línea principal de resistencia, con grandes pérdidas, por el fuego con centrado de todas las armas, o la irrupción conseguida al final fué sólo una victoria pírrica. Con las bellas frases de la Instrucción 130/9 núme ro 216: “Las barreras de fuego se han de salvar a la carrera” y “una tropa con espíritu ofensivo no se de tiene mucho ante una barrerá de fuego”, no es ayudada la Infantería, ni se coloca en su mano una solución útil. Sin embargo, un ataque de noche dirigido hábilmente evita este peligro casi por completo. Se puede aproximar la Infantería a las inmediaciones de la línea principal de resistencia enemiga, antes de que el ataque sea des cúbierto, no siendo ya víctima de la Artillería y de los mórteros pesados. Tampoco el fuego de Infantería por los flancos es de esperar, ya que como las posiciones laterales enemigas no son sorprendidas casi nada pueden percibir, entregadas a vigilar atentamente su propio te rreno a vanguardia. El atacante invasor es, pues, sólo batido por las armas ligeras de Infantería, teniendo ade más en cuenta que el fuego de noche, en contraposición al de día, sólo puede ser efectuado con puntería defi ciente. Además, otra gran ventaja para el atacante es la de percibir los haces de tray€ctorias de las ametralladoras enemigas, cuando emplean los proyectiles trazadores, po niéndose a cubierto a tiempo. El empleo de los anteojos de puntería es imposible, por lo que el tirador especial pierde eficacia durante la noche. 4. Irrupción tácil: Aunque pbeda parecer dudoso a primera vista el que un asalto de noche sea más fácil que de día, la experien cia, sin embargo, ha enseñado que así sucede. Como ya se ha hecho mención, al atacante sólo se opone frontalmente el fuego de la Infantería hecho en condiciones poco propicias. El combatiente, llegado el momento del asalto, está en su plenitud de fuerzas, ya que en todo el camino recorrido no combatió, y la mayor parte de las veces sólo necesitó variar un poco su itine rario. Además, la tropa está todavía—prescindiendo de casos aislados—completa y con la moral muy elevada. El enemigo en parte se encontrará sorprendido, y al no poder ver, será presa fácil de la confusión, teniendo que combatir sin el apoyo de sus armas pesadas. Tampoco estará en condiciones de conocer, al pronto, la verdadera intención del atacante, creyendo muchas veces que tiene ante sí sólo una patrulla de contacto o un golpe de mano. Conseguida la rápida infiltración a través de la línéa principal de resistencia y aparecido repentinamente el atacante a los flancos y retaguardia del defensor, el pá nico se propagará hacia todos los lados, produciéndose además el envolvimiento de una posición con menores dificultades de lo que a primera vista pudiera parecer. Un soldado detrás de una tronera, se siente con facilidad inseguro porque no ve. Por estas causas resúlta también claro que el defensor con dificultad piensa en la realización de contraataques. No se tiene visión de conjunto en los observatorios de Artilléría y Puestos de Mando, y a menudo están inte rrumpidas las transmisiones, siendo por ello muy difícil abarcar la situación de una ojeada; con frecuencia no se. efectúa la entrada en acción de las armas pesadas ni se inicia el contraataque. Abundantes ejemplos en el frente oriental de la guerra pasada confirman esta apreciación. Se observó igualmente que los rusos no mostraron gran entusiasmo por el combate de noche, y amparados en la oscuridad y sustraídos además de la vigilancia de oficiales y comisarios, fácilmente se decidían por la huída y a veces por la deserción. La importancia moral de un ataque de noche por sor presa, tanto para el atacante en sentido positivo como para el defensor en el negativo, es evidente por las causas ralatadas. 5. Apoyo fácil de Ingenieros: Ante una posición perfectamente defendida, es misión asignada a las tropas de Ingenieros el abrir paso a trav de las alambradas y minas, que es lógico existan. Esta misión, siempre difícil y peligrosa de día, resulta ms fácil y segura de llevar a cabo por la noche. Para ello han de transportar consigo los Ingenieros los medios de destrucción correspondientes a los obstáculos explorados; los días anteriores, por la aviación de reconocimiento, las patrullas de exploración y la observación: cargas alargadas para la voladura de las alambradas, rollos de redes de mecha detonante para las minas y aparatos detectores de las mismas. En ciertas condiciones puede ser abierta brecha en las alambradas con tijeras contra-. alambre sin delatarse la operación. Si fuera necesario, previo reconocimiento, estos trabajos podrían ser ejecutados aun de noche, cubiertos los atacantes por humos contra los cohetes luminosos. ,;‘ 6. Exclusión de la Aviación enemiga: En un ataque nocturno, la actuación de la Aviación enemiga, en misión de exploración y combate que obligue á la Infantería atacante a echarse al suelo aparece descar tada. Esto adquiere importancia frente a una superiori dad aérea total. Sólo los bombardeos nocturnos sobre las posiciones artilleras y columnas en carreteras dan re sultados. Sin embargo, el infante en el terreno de noche apenas puede temerla, pues la oye, a menudo también la ve, y la mayor parte de lás veces puede ponerse a cu bierto o esquivarla. 7. Más facilidad para el cambio de posición de las armas pesadas: El cambio de posición de las armas pesadas, como ar tillería, contracarros, cañones de infantería, morteros, etcétera, tiene mayores dificultades durante el día. En Rusia, avanzándose decididamente, ufrían aquellas sen sibles pérdidas, no llegando a tiempo para la siguiente entrada en acción, y la Infantería tenía que renunciar con mucha frecuencia a su apoyo. Este problema durante la noche es fácil de resolver. Las armas pesadas, una vez terminada su actuación en el ataque, pueden ser transportadas sin dificultad, bus cándose con tranquilidad posiciones apropiadas y estando aquéllas a la mañana siguiehte dispuestas de nuevo para empresas posteriores en posiciones aún desconocidas para el adversario. 8. Menores pérdidas: Lasgrandes pérdidas en un ataque son, en la mayor parte de los casos, sólo una señal de mala dirección e instrucción—en esto, naturalmente, hay excepciones—. Grandes éxitos en un ataque con pequeñas pérdidas, debe ser un lema de todo m.ndo táctico. El ataque de noche ofrece una posibilidad excepcional para su logro. Los motivos expuestos en los apartados anteriores respaldan claramente esta afirmación, y las experiencias 57 1) ciue la Infantería alemana hubo de cosechar en esta guerra, especialmente en el frente del Este, son la mejor demostración de ello, aún cuando desgraciadamente de Preparación y realización de uii átaque de noche poi la las posibilidades del ataque de noche sólo raramente se Infantería (diferencia con el ataque de día): llegó a hacer uso. Incluso ataques que durante el día Para la realización de un ataque de noche, se han de entero transcurrieron sin resultado y sólo habían oca sionado elevadas pérdidas, consiguieron su obtetivo, ini hacer los siguientes preparativos: ciados de nuevo, a la llegada de la oscuridad, con apenas bajas y en cortísimo espacio de tiempo. Minucioso reconocimiento e injornación del tcreno. Por lo demás, una Unidad, que ha registrado éxitos 1. sobresalientes con sólo pocas pérdidas, adquiere gran Con ello se trata de obtener especialmente una cleta confianza en su mando y es en su mano un instrumento llada fotografía del sistema mismo de posiciones enemi de combate siempre seguro y de empleo satisfactorio. gas. El medio mejor para ello lo suministra una buena exploración aérea. La fotografía aérea se completa por la observación con gemelos y la comprobación por pa 9. Menor consumo de municiones: trullas. El reconocimiento del terreno es necesario para Un factor no despreciable es el ahorro de municiones poder elegir el mejor camino de aproximación. (Poco ele todas clases, que en un ataque por sorpresa de noche apropiados para el ataque de noche son, por ejemplo, puede ser logrado en beneficio del atacante. el bosque frondoso y el monte bajo.) Por de pronto, la actuación de las armas pesadas y la Todo Mando de Unidad, hasta la Escuadra inclusive, aviación queda completamente suprimida. Si el ataque recibe un croquis (completado con fotografías) de su se desenvuelve fácilmente, un apoyo a la Infantería du zona de ataque. A ser posible, todo tirador debe incluso rante el mismo no será frecuentemente necesario, que poder echar unaojeada sobre él. dando la mayor parte de las existencias de municiones Además se fijará exactamente la dirección de marcha disponibles para el siguiente día, en la lucha intensiva a cada Unidad por medio del rumbo. No es posible ad mitir que una Unidad se desvíe de su dirección y con iue se entablará contra nuevos objetivos, para ensan char la brecha o para la defensa contra los contraataques. ello yerre el objetivo. Por el enorme gasto de municiones de las armas pesadas Los exploradores que conozcan perfectamente el te modernas con grandes velocidades de tiro, el ahorro de rreno por haber formado parte de las patrullas de ex municiones reviste la más grande importancia. ploración, pueden ser empleados como guías. Una pérdida o empleo reducido de las armas pesadas, Asimismo hemos de llamar la atención sobre la nece a causa de la falta de municiones, en el primer día de sidad de un radiogoniómetro. Desde la base de partida un atáque—como fué frecuente en el frente Este du se dirigirá al objetivo una radiación con un aparato de rante la última guerra—, puede ser salvado ampliamente proyección dirigida, y en la Unidad a orientar se encon realizando aquél de noche. trará un enlace con el receptor. Este captará la radiación También la Infantería ahorra municiones, pues el (en tono largo) y después marchará. Si se desviase, reso combate por el fuego sólo tiene lugar en las distancias nará en los auriculares una señal diferente (tono bajo). próximas y, principalmente, en el asalto e irrupción por como advertencia. Un extravío ya no es posible, aun la zona de resistencia enemiga. Lo cual reviste gran con una desviación pasajera obligada por el fuego ene importancia, ya que el consumo de munición de las migo. En conjunto, el sistema es apropiado también pistolas ametralladoras, especialmente apropiadas para para el Mando cuando haya que moverse en niebla arel combate nocturno, es muy elevado. tificial. Para cónservar la dirección de marcha constantemente, hay además los siguientes medios auxiliares: c a) Fuego prearado.—Se preparan por el día dos fo gatas, que indiquen la línea del objetivo mirando a través 1)esventajas: de ellas, o tres que formen un triángulo cuyo vértice Que el ataque de noche de la Infantería tiene también más avanzado también lo señale. En la noche del ataque algunas desventajas comparándolo al de día, es evidente, se encienden, sirviendo así de orientación al atacante. pero son compensadas con creces por las ventajas ya ex Naturalmente, deben ser pequeñas y durar lo menos presadas. La principal desventaja es que la tropa debe posible. estar muy bien instruída y ejercitada precisamente en el b) Trayectorias luminosas .—Una ametralladora pesa combate de noche. Asimismo se debe exigir a los mandos da, o una antiaérea de dos centímetros, disparará con subalternos altas cualidades morales y de instrucción. Además, el defensor puede conseguir más fácilmente proyectiles trazadores sobre el objetivo a intervalos de tiempo variable, por encima del atacante, indicando con en la oscuridad, por la huida, sustraerse a la destrucción ello el camino. o al cautiverio. Es evidente que tales medios son recursos suplemen La propia observación del campo de lucha durante la tarios qhe pueden ser pronto captados por el enemigo noche disminuye más o menás, debiendo ser aumentada con el establecimiento de señales luminosas convenidas al ser repetidos y denunciar el ataque. (Artillería, armas pesadas). La falta de observación puede 2. Corrección dei tiro de la Artillería y armes 75esedas dificultar algo el mando táctico, si no es compensada de Infantería: por una red de radio buena y de trabajo rápido (radio teléfono con aparatos de onda extracorta para las Uni Con varios días de antióipación, discretamenre por dades desde Sección hasta Batallón y armas pesadas tanto, se corrige el tiro de las armas pesadas, a fin de de Infantería). El apoyo al ataque de la Infantería por la Aviación poder contrabatir, en su momento, el fuego de enemigas táctica queda asimismo suprimido, excepto el empleo de y apoyar a la Infantería invasora, protegiéndola (cam aviones de combate nocturno o bombardeo para com pana de fuego). Además pueden ser batidos los días anteriores por la batir la Artillería y armas pesadas enemigas, que se denuncien por los fogonazoso cuyos asentamientos sean Artillerta y la Aviación los objetivos de importancia sin traicionar el ataque futuro por su demasiada insistencia. conocidos por exploraciones anteriores. - 58 . El ataque: noches pueden receder en ciertas circunstancias a la adecuada ruptura de los carros. Los cañones de asalto sólo pueden ser empleados de noche en el apoyo de la Infantería y carros, cuando sean noches de luna clara, esté el terreno cubierto de nieve o se utilicen con aparatos de puntería nocturna y reflec tores. Los cañones de asalto en el ataque nocturno de ben permanecer enmascarados u ocultos, en posiciones preparadas,, hasta que la Infantería atacante es descu bierta o irrumpa. Sólo entonces corren tras ella e inter vienen en el combate. Señales intermitentes (multicolo res) y radio permiten el enlace con la Infantería. Opor tunamente son puestós al corriente de su misión de apoyo por un Mando de• Infantería o por un Mando de enlace destacado COfl anterioridad. Este Mando puede tambión asumir el encargo de orientarlos. A manera de tropa de asalto, pueden terminar las sec ciones de tiradores en unión de los cañones de asalto el arrollamiento de la línea principal de resistencia y la. ruptura de la zona del mismo nombre, después de elimi nar a los contracarros. A diferencia del ataque de día, no se ataca en ancho frente, sino en cuña estrecha. Por ejemplo, en la zona de acción de un Batallón ataca sólo una Compañía en vanguardia, o a lo más dos. En el primer caso, es envuelto el enemigo por la masa del Batallón en reserva por ambos costados; en el segundo caso, aislado aquél por los cos tados, se cierra sobre el centro para coger al defensor en una tenaza. Las Unidades avanzadas del ataque (Sección o Compañía) se encargan además de la seguridad y pro tección en la dirección en que se profundice. En una Compañía atacante en primer escalón, sólo se coloca en el escalón de ataque una Sección. Irrumpir con más de dos pelotones al mismo tiempo, uno al lado del otro, es contraproducente. Pues siendo la cuña de ataque ancha se dificulta la estrecha cooperación, ya que falta la visión de conjunto, pudiendo dar lugar además fácil mente a que las propias Unidades choquen unas con otras. Además, se consigue mejor con cuña estrecha el momento de la sorpresa, ya que avanzando en ancho frente de noche se denuncia en alguna parte el ata cante, siquiera sea por el ruido; además, la cohesión hacia los flancos, en frente amplio y en la oscuridad, a la larga Consideración 1iiial: es difícil de mantener. El mando de los pelotones o Sección del escalón cTe En una agresión bolchevique, es de esperar superiori ataque, se ve favorecido, por lo demás, con que los in dad en carros, Artillería, Aviación y hombres. Por tanto, dividuos se vean obligados a ir relativamente próximos el defensor occidental deberá aprovechar la noche para o juntos. Las amplias distancias e intervalos, que en el llevar a cabo actividades combativas, especialmente en ataque de día se han de conservar indiscutiblemente y los movimientos para cualquier ataque. Sólo de esta que sólo inmediatamente antes del asalto se disminuyen manera puede ser equilibrada la propia inferibridad —lo que con frecuencia demora ese asalto—, quedan su —ante todo en las acciones ofensivas—y ser economizado primidos durante la noche desde un principio. Los pelo el valioso material humano. También en lo futuro, pro tones se aproximan lentamente al sistema de posiciones bablemente podrá ‘contar la Infantería en pocos casos enemigas, tan próximos uno a otro como sea posible, con el apoyo de los carros; sucediendo así, es preferible aun en hilera, desplegándose sólo, en el último momento, un éxito con pocas pérdidas de noche, sin el apoyo de inmediatamente antes del asalto, o durante éste, o ante los carros, a un éxito con apoyo de carros durante el la reacción contraria originada por el hecho de haber día pero con elevadas pérdidas. sido descubiertos. Si fuera éste -el caso, no debe perderse La exigencia de una tropa muy capacitada para el ata tiempo, sino que acto seguido se pasará de la aproxima que de noche implica la transformación correspondiente ción al asalto, para aprovechar el tiempo ganando te de la instrucción de la Infantería, y con ello la amplia rreno al frente, tiempo que el defensor necesita aún inclusión de esta manera de combatir en los correspon para prepararse a la defensa. clientes reglamentos. Hasta ahora, el ataque de noche l’ia Después de conseguida la irrupción en las primeras sido tratado por ellos sólo como trata una madrastra, a posiciones, cada pelotón se -dirige independientemente a un hijastro (en Instrucción 13019 únicamente los párra cumplir la misión que le haya sido anteriormente f i fos 274 al 279). jada. Una parte principal de la instrucción sobre el terreno Por todo lo expuesto, el ataque de noche en muchos ha de ser trasladada a la noche. Ya no es admisible que aspectos tiene el carácter de un golpe de mano. la instrucción deba realizarse imprescindiblemente desde Unade vez realizada enemiga, la irrupción y asegurada ción la posición se hacen avanzar la las ocupa armas las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde y sólo se realice, aproximadamente, un antipático ejercicio pesadas de Infantería. Con ello éstarán a la mañana si nocturno cada cuatro semanas. Además ‘puede ser cam guiente en las nuevas posiciones, dispuestas para batir biado todo el horario, llegándose a trasladar la parte más otros objetivos, según los propósitos y la situación. importante de ,esta instrucción a la noche, mientras la El ataque de noche, visto desde un punto de vista más mayor parte del día se esté libre de servicio. Convertir elevado, puede suponer el preludio de una gran irrupción- la noche en día. para una ofensiva de envergadura. Rompe el frente ene Junto al adiestramiento de noche hay que colocar migo, haciendo posible a las reservas o unidades (le además, como de un extraordinario valor complementa carros preparadas avanzar violentamente y sin demora rio, la instrucción de la sobria tác.tica del cazador, la a la mañana siguiente. Los sangrientos combates de del combate próximo, la de, la tr’opa de asalto, la de ruptura resultan con frecuencia ampliamente prohibiti orientación y la del radioteléfono. vos para los carros. En un sistema de posiciones, inte La tropa que combate de noche por propia iniciativa grado por varias que se protegen mutuamente escalona estará mejor instruída que la que sólo lleva a cabo tales das en profundidad, muchos ataques repartidos en varias combates cuando es obligada a ello por ci enemigo. - - - - 59 La construcción de las bases norteamericanas enEspaña. Contraalmirante J. R. Perry, Director General de Arsenales y Astilleros del Ministerio de Marina de los EE. UU. De la publicación norteamericana The Military Engineer. (Traducción del T. C. Casas.) Una de las mayores obras emprendidas en el exterior por la organización defensiva norteamericana es la com prendida en el plan de construcción de bases militares en España, a cargo de la Dirección General de Arsenales y Astilleros de la Marina. Dicho programa, tiene por objeto el establecimiento de cuatro bases aéreas, una base naval con otra aeronaval a su inmediación, un oleoconducto de unión entre todas las refcridas bases y tres instala ciones de almacenamiento de petróleo y municiones para la Marina. La magnitud de estas obras se deduce de su ccste total, estimado en unos 250 a 300 millones de dóla res (10.000 a 12.000 millones de pesetas). Los cinco lugares más importantes de ubicación de las bases son: Torrejón, Zaragoza, Morón, San Pablo y Rota, presentando cada uno de ellos un problema dife rente, en relación con las instalaciones ya existentes y las misiones que se asignarán a las bases, una vez cons truidas. El plan a que nos venimos refiriendo se inició el 25 de septiembre de 1953, mediante la firma del acuerdo bila teral entre los Gobiernos de España y de los Estados Unidos, madurado durante año y medio de negociaciones entre las dos naciones. Según las cláusulas del acuerdo, España recibiría de los Estados Unidos ayuda técnica, económica y militar, y los Estados Unidos autorización para construir y utilizar, en unión de las fuerzas mili tares españolas, ciertas instalaciones militares navales y aéreas en territorio español. Este acuerdo tendrá vigen cia durante diez años, renovándose, automáticamente, dos veces, por períodos de cinco años. El Secretario de Defensa designó como su Delegado Ejecutivo para la construcción de las bases al Secretario de la Fuerza Aérea (Ministro del Aire), que está repre sentado en España por el Jefe de Grupo Militar Conjunto de los Estados Unidos (JUSMG). Este Jefe es el militar americano de mayor categoría que intervino en las ne gociaciones entre los dos Gobiernos y en quien recae la responsabilidad del programa de construcción. Previo acuerdo entre los Ministerios del Aire y de Marina, el Director General de Arsenales y Astilleros fijé nombrado Delegado de Construcción para el pro yecto, ejecución e inspección de las instalaciones mili tares. El mencionado Director General, como Jefe de Contratación, es también el responsable directo de todas las fases administrativas relacionadas con la ejecución de las obras, teniendo en Madrid dos representantes: el Director de Construcción y el Comisario de Construc ción (OICC). El Director de Construc’ión forma parte de la plana mayor del Jefe del JUSMG, en su cualidad de asesor técnico, y dirige las negociaciones que tienen lugar con Tas autóridades españolas respecto a la construcción: im puestos, emolumentos de empleados españoles, adquisi ción de terrenos, materias de importación. El OICC responde ante el Di ector General de Arsena les y Astilleros del cumplimiento de los contratos, y, además de su personal auxiliar, tiene a sus órdenes va rios Subcomisarios Territoriales de Construcción, de cuya incumbencia es la parte administrativa de las obras en sus respectivas- zonas o territorios. Los convenios entre los Gobiern s reservan a los Es tados Unidos la facultad de elegir contratistas principa les para, la inspección y coordinación de los trabaj os; pero la ejecución real de éstos se encomienda a Empresas españolas capacitadas para ella. En vista de ello, se reunió un Comité Mixto Aire-Marina, poco después de la firma del acuerdo, para estudiar la idoneidad de las Empresas norteamericanas técnicas (ingeniería-arquitec tura) interesadas en la formación de los proyectos de las bases. Concurrieron unas 129 Empresas de tal clase, que presentaron copiosa docume tacin referente a su expe riencia y condiciones. Tras la correspondiente selección, resultó favorecida una Empresa, formada a base de otras cuatro, denominada Architects-Erigineers, Spanish Bases (AESB), sobre cuya elección recayó la aprobación del Director Gene al de Arsenales (Marina) y del Director de Instalaciones (Aire). Todo el trabajo de redacción de proyectos encomendado a la AESB se hace en Madrid, bajo la inspección de OICC. La AESB utiliza muy poco personal técnico americano; sólo el indispensable para la concepción general y para orientar a los ingenieros y arquitectos españoles, que son los que formulan los proyectos detallados. La AESB obtiene los servicios de este personal español mediante subcontrata o convenio directo. Los contratistas principales americanos para la ejecu ción de las obras se eligieron del modo acabado de ex plicar para lo proyectos, con la sola diferencia de que el Comité de seleccióti estaba integrado totalmente por per sonal de la Marina; y, como resultado de la gran publici dad dada al anuncio de selección, acudieron unas 250 Em presas norteamericanas, que, prácticamente, se presen taron todas no aisladas, sino asociadas con otras. Nueve de estas superempresas fueron, en principio, selecciona das e invitadas a contestar un amplio cuestionario, y tras estudiar las contestaciones por ellas presentadas, se les pidieron detalles sobre: su experiencia en construcciones de gran envergadura en el Extranj ero; su capacidad para adiestrar personal-español; sus conocimientos sobre posi bilidades de empleo de materiales locales; sus anteceden tes en cuanto a economía y austeridad en obras del Es tado. Y consecuencia de estas gestiones fué la elección de la superempresa Brown-Raymond-Walsh, que, al igual que la. AESB, utiliza solamente los servicios de unos cuanto americanos que dirigen las obras realizadas por subcontratistas españoles. Para la contrata de proyectos y obras se añadió al coste de ejecución de unos y otras una comisión fija, por estimar este sistema como el más ventajoso y económico, ya que, aunque la construcción de las bases no esté con dicionada por una urgencia de tipo bélico, es indudable la necesidad de la rapidez. La principal razón que aconsej a el sistema indicado es la existencia de factores descono cidos relacionados con la construcción en Esp aña y la escasa información que se tiene sobre costes y técnica constructiva en esta nación. Otra importante razón fué la de aprovechar al máximo la mano de obra y los ma teriales españoles, recurriendo a la subcontrata a Em presas también españolas, lo que permitirá acometer los trabajos en la medida que lo permitan los créditos de que se vaya disponiendo, y simplificará la labor de la Dirección General de Arsenales, que tendrá que enten derse solamente con un contratista para todas las obras en España. El convenio entre los dos países establece que se uti licen constructores españoles, con tal de que éstos estén - - en condiciones de llevar a la práctica las subcontratas con rapidez, economía y perfección. Todo trabajo no en comendado a españoles puede ser rea]izado por construc tores americanos o Unidades Militares también de cons trucción y de la misma nacionalidad. No se ha prohibido la colaboración de constructores americanos o de otras naciones con subcontratistas espa ñoles, a base de la formación de superempresas del ca rácter aludido anteriormente, siempre que dichas enti daAes sean reconocidas por el Gobierno español. En tales casos, las partes interesadas formarían una Empresa par ticular sometida a las leyes y reglamentaciones españolas sobre la materia Pero hay un factor que limitará la co laboración de americanos y españoles y es la modalidad de pago, toda vez que éste se hará en pesetas a los sub contratistas españoles, y en estas condiciones, los socios americanos encontrarían dificultades para sacar de Es paña su dinero. Los españoles tienen gran experiencia en los tipos de construcción peculiares de su país con los materiales y mano de obra de que allí disponen. Por tanto, adaptando adecuadamente los proyectos a dicha experiencia, es de esperar que las Empresas españolas puedan llevar a cabo la mayor parte de las obras ya aprobadas o que se au toricen. Los procedimientos de contratación utilizados en este plan de construcciones participan de las características utilizadas tanto en Norteamérica como en España. Según esto, los planos y pliegos de condiciones utilizan el sis tema métrico decimal y todas las notaciones de los planos van en español y en inglés, siendo también bilingües las especificaciones de los pliegos. Una de las características menos corrientes es la relativa a fianzas. En España no se puede exigir garantía a base de bonos, porque no existe en este país el correspondiente tipo de sociedad mercan til, y, por consiguiente, en lugar de tal garantía, normal mente exigida en los Estados Unidos, se utiliza, como fianza provisional, una póliza bancaria o cheque certi ficado, al menos del 2 por ioo del importe total de la fianza definitiva, que habrá de depositar el adjudicatario de la contrata. Para sustituir la fianza definitiva, exigida totalmente en bonos por el Gobierno americano, se exigió una garantía bancaria de 30 millones de pesetas (unos 750.000 dólares) para la adjudicación de cada una de las dos subcontratas más importantes. Esta garantía, unida a la retención normal de un determinado por ioo del importe de las certificaciones parciales de obra, durante la realización de éstas, proporcionaría al Gobierno ame ricano una suficiente protección en caso de incumpli miento de contrato, sin obligar al subcontratista español a prácticas para él extrañas. Otra característica poco corriente de la contratación se refiere al alquiler de maquinaria auxiliar de construc ción a los constructores españoles. Los cánones estableci dos en los pliegos de condiciones son del orden del 25 por ioo de los corrientemente vigentes en los Estados Unidos. Algo similar ocurre con los materiales de cons trucción, proporcionados también por el Gobierno ame ricano, que lo son a un precio unitario previamente de terminado en los pliegos. Todos estos hechos se fundan en dos razones principa les: primera, poner a disposición del subcontratista es pañol, a un coste razonable, la técnica, la maquinaria y los iiateriales americanos; segunda, garantizar al Go bierno de los Estados Unidos el éxito en los aspectos técnico y económico del desarrollo de su pIan de cons trucci.n en España. Para asegurar el necesario entendimiento entre el con tratista principal y los presuntos subcontratistas, se puso en contacto aquél con éstos, para cambiar impresiones y discutir los distintos aspectos de los pliegos de condi ciones y procedimientos en materia de contratación antes referidos, así como diversos detalles técnico-constructi vos indicados en los planos. Dicho contacto da lugar a conferencias previas a la adjudicación, que hasta ahora se han visto muy concurridas por representantes de los constructores españoles y han sido de utilidad para crear ambiente de licitación. Las ofertas para la primera fase de las obras de To rrejón se abrieron el 8 de septiembre y para la misma fase del proyecto de Zaragoza el 22 de septiembre. En ambos casos hubo unas catorce ofertas españolas, cuya disparidád fué análoga a las que presentan las reñidas competiciones que tienen lugar en los Estados Unidos; ello ocurrió especialmente en el caso de Zaragoza, en que las tres ofertas más bajas se diferenciaban tan sólo en el i por ioo. La adjudicación de las obras de Torrejón se hizo el 9 de septiembre y el 23 la de Zaragoza, ambas a las ofertas más bajas. La preparación del sistema de contratación representó un intenso estudio compensado por el éxito obtenido en la licitación y adjudicación de las dos subcontratas más importantes. A propósito de ello, el periódico español Madrid, en su número del ir de septiembre, decía: IMPRENTAS DEL COLEGIÓDE HUÉRFANOS El Patronatode Huérfanosde Oficiales del Ejército tiene tres imprentas: en MADRID, TOLEDO y VALLADOLID,qUe,además de losimpresos oficiales, de adquisición obligatoria en dichosestablecimientos, tambiénrealizantrabajosparticulares de esmerada confección, garantizando la CANTIDAD, CALIDADy ECONOMIA.Losingresos queporestos conceptos se obtienenpasanINTEGRAMENTEa engrosarlos fondosdel Patronatoy se destinana MEJORAR la situaciónde los HUERFANOS.Se encarecea los señores Jefesy Oficiales efectúenpedidos a esasimprentasa fin de incrementar los recursos de los HUERFANOS, 61 La segunda fase de éste, aún no aprobada y que ha de “Este sistema de adjudicación garantiza la imparcialidad y elimina la sospecha de favoritismo al poner en pie de ser cargo a créditos del ejercicio económico 1955, se em prenderá también a base de subcontrata española. igualdad a todos los contratistas españoles.” Aunque el plan de construcción actualmente conce Tras las dos adjudicaciones antes referidas se trabaja bido corresponde a cuatro años económicos, su ejecución ahora en la preparación detallada de las correspondientes al resto del plan de construcción. La mayor de las obras material se prevé durará cinco años, en lo que se refiere futuras será la pista de Rota y a ésta seguirá la pista de a los proyectos más importantes. Ello supone un enorme Morón y posteriormente, en la primavera de 1955, las esfuerzo constructivo; pero la íntima colaboración del Ejército del Aire y de la Dirección de Arsenales y la pe construcciones portuarias en Rota. El tendido de la con ducción del oleoducto no se emprenderá hasta el final ricia y experiencia constructora de españoles y america del verano, aunque los materiales estarán dispuestos antes nos aseguran la feliz realización de tan ambicioso plan. del día 1 del año citado. Con todo esto se completará la Febrero 1955. mayor parte de la primera fase del plan DiseñoparaunEjército“atómico”. Coronel Gcorge B. Sloan. De la publicación norteamericana The Com.bat Forcas Journal. (Traducción del Comandante .4rechederrata.) empeñar su papel en la estrategia “de nuevo estilo”. En el desarrollo de ésta, al cabo de 6o, de ioo ó del número de días que para elló necesiten, nuestras fuerzas estratégicas aéreas y navales infligirán sus “ataques ma sivos dé represalia”. Durante ese período, el Ejército, sus planes actuales para una constitución de fuerzas Por primera vez en la historia de los Estados Unidos según confiamos ahora en una fuerza militar “presente” para progresiva, habrá movilizado de 5 a io Divisiones de la Guardia Nacional y3 quizá, otras cinco más del Ejército disuadir o derrotar a un posible agresor. Tradicional Regular (hablo por mi uenta y sin referencia a los planes mente, en el pasado, confiábamos, no en fuerzas mme de movilización). Con ello habrá cubierto el i5 por loo de cliatamente disponibles, sino en las que podíamos cons su movilización y precisará aún 20 meses más para com tituir una vez comenzada la guerra. A juzgar por nuestras manifestaciones oficiales, si se pletar la constitución de fuerzas que se considera necesaria nos atacara, contestaíamos destruyendo las ciudades y para emprender una invasión de la metrópoli enemiga. Divisiones movilizadas serán similares a las de la fábricas enemigas, matando millones de habitantes del Las G. M. II y, aparte de la adición de unos pocos Grupos país agresor y mutilando o enervando hasta la impoten de cañones atómicos y de proyectiles dirigidos y sin cia a muchos millones más. Podemos imaginar que, poco tiempo después que el dirigir, nuestro Ejército de Campaña será muy parecido enemigo empiece una guerra, su metrópoli será pasto de al de la G. M. II o al de Corea. la ruina y el desorden, con un Gobierno inoperante, su sistema de transportes paralizado y sus comunicaciones desbaratadas. Y todo ello por obra y gracia de las fuerzas Durante esos 6o días, nuestro Ejército estará agobia estratégicas aéreas y navales norteamericanas; nuestro dísimo con las tareas de reclutamienyo, instrucción y Ejército no participará en estos golpes devastadores... Tan completo apartamiento del Ejército terrestre de servicios de millones de conscriptos. Estará también muy nuestro pian estratégico naciona ha hecho pensar a al ocupado tratando de sacar todo el partido posible de una serie de acciones retardatrices en diversas partes del gunos si hay justificación para sostener tal Ejército. Si fuera cierto (o incluso probable) que la acción aérea mundo. Además, se verá acosado por investigadores par estratégica puede forzar una decisión, obligar a rendirse lamentarios, atormentado por escaseces y abrumado por al enemigo, no habría desde luego justificación alguna un exceso de asesoramientos. En resumen, se encontrará en plena movilización, pero totalmente incapaz y faltc para tenerlo. Pero, desgraciadamente, no hay pruebas de preparación para poder explotar los efectOs de la convincentes de que la ofensiva aérea estratégica pueda obtener tal resultado. Es casi seguro que producirá una ofensiva atómica. Cuando termine el lento y agobiant€ destrucción paralizadora; pero si la Historia nos ha de proceso de la movilización, se habrá esfumado la preciosa mostrado algo, es que el bombardeo aéreo, por muy in oportunidad de conseguir una victoria rápida. Desapa tenso que sea, nunca es decisivo. La imposibilidad de recida la impresión de nuestros masivos ataques nuclea res, desaparecerá también la posibilidad de explotar pie lue los aviones cierren sobre el enemigo para “rematarlo” nos demuestra que lo más que podemos esperar de la namente su efecto. Del mismo modo que la Infanterí2 ofensiva estratégica aérea es un resultado indeciso: el tiene que seguir inmediatamente al fuego de cortina d enemigo quedaría postrado, pero no sin vida, y nosotros su Artillería para sacarle todo el partido posible, tambiér no dispondríamos de los medios necesarios para infligir el Ejército tiene que estar listo para invadir la metrópol enemiga tan pronto se desencadene la ofensiva termo los golpes finales decisivos. Y no los tendríamos precisa mente por no haber contado con el Ejército para nuestro nuclear. Sólo así nos beneficiaremos al máximo de nues tra carísima ofensiva atómica! plan estratégico. El proyectista militar responderá quizá que, aunque 1 Para esos golpes finales decisivos es para lo que se ne cesita al Ejército, cuya misión es, precisamente, cerrar que acabo de decir es verdad, no puede realizarse porqu es un hecho incontrovertible que no podemos mantene sobre el enemigo y reducirlo a la impotencia. Examine mos si nuestro Ejército actual puede cumplirla y des- un Ejército “en presencia” de la entidad suficiente pan La conti’ibución del Ejército a la nueva estratcga debe ser la creación de tuerzas “en presencia” que sean completamente aerotransportablcs y capaces de tomar y defender zonas-clave en la metrópoli enemiga. , - 62 invadir la metrópoli enemiga. Qué lo mejor que podemós “Eso es un cuento”—dirán los técnicos—. ¿ Cómo saca us hacer es mantener un núcleo o base que nos permita tecl 50 Divisiones de un millón de hombres si hoy no pode llevar a cabo la agobiante pero imprescindible movili mos sacar 20 y tenemos millón y medio? ¿Cómo va usted zación. a hacer completamente transportable por vía aérea a la Pero ¿es verdaderamente así? Supongamos que abando División si no hay avión que. pueda cargar el carro M-48? namos nuestras ideas preconcebidas, que desechamos huestro Concediendo que pudiera transportarse por vía aérea concepto actual de movilización, que olvidamos nuestra todo el material pesado, le sería imposible transportar y organización y sus Armas y Servicios, que hacemos abstrae abastecer exclusivamente por vía aérea las o Divisio .ción de iuestras experiencias de las guerras mundiales y nes. No hay aviones en el mundo para ello! Además, de Corea. Supongamos que todo el mundo convenga en aban ¿cómo podría sostenerse en el corazón del país enemigo donar de momento sus re juicios y parcialismos. Suponga una agrupación táctica de 30 Ó 40.000 hombres? Y, mos que hacemos todo eso y nos tonemos a diseñar un entre tanto, ¿que estaría haciendo el Ejército Rojo? Los Ejército capaz de invadir el territorio melroolitano del ataques aéreos estratégicos no lo detendrían porque ha agresor inmediatamente después de que sean aplicadas nues almacenado reservas de abastecimientos para seguir ac tras represalias atómicas. ¿ Cudi sería la estructura de tal tuando durante mucho tiempo. Pero lo peor de todo Ejército? es que se juega usted todo a una sola carta: ¿Qué haría usted si la Fuerza Aérea Estratégica no pudiera des pegar o si, por cualquier causa, nuestro país se viera En primer lugar, ¿cuándo y cómo entraría en acción obligado a cambiar su estrategia?” Las objeciones anteriores son, por supuesto, unas pocas ese Ejército? Evidentemente, si ha de explotar la ofen siva termonuclear, ha de poder ir directamente a la de las que pueden formulárseme, pero como creo que escena de las destrucciones y hacer frente a la situación figuran entre las más importantes, voy a analizarlas. que allí encuentre. Para ello, nuestro Ejército debe ser .No puedo menos de recalcar, sin embargo, que quien organizado en agrupaciones tácticas capaces de moverse las formule sigue pensando con arreglo al concepto de movilización, de guerra terrestre lineal, de líneas de co autónoma y rápidamente hacia las zonas estratégicas elegidas y de apoderarse de ellas y conservárlas en su municaciones terrestres y de T. N. T. (en lugar de pensar en las bombas termonucleares). Tales conceptos, válidos poder. Estos ataques deberán iniciarse inmediatamente en su tiempo, no son compatibles con las realidades de después de la ofensiva aérea estratégica. La conquista simultánea de las zonas críticas entrañará el golpe decisivo la guerra atómica. final de la guerra, porque impedirá que el enemigo se reponga de la impresión de su desastre termonuclear. ¿Cómo podemos sacar o Divisiones de un millón de Antes o después (probablemente antes), esa conquista hombres? De dos modos: reduciendo la División a lo forzará su rendición. Si un día cualquiera los Soviets empiezan. la guerra indispensable y reduciendo el personal inspector y ad lanzando su propia ofensiva aérea estratégica e iniciándo ministrativo én los escalones superiores al divisionario. invasiones en la Europa occidental, en el Oriente Medio y Tal como hoy está, el Ejército es, reconocidamente, una en el Japón, deberemos contraatacar inmediatamente con fuerza combatiente ineficiente organizada como el núcleo una ofensiva atómica devastadora que, en• el curso de de un desdoblamiento y no como una fuerza ideada para unas pocas semanas, haga llover sobre sus ciudades y cen luchar tal como está constituída. Una gran proporción de tros industriales centenares de superbombas. Al cabo sus efectivos, de sus fondos y de su energía se dedican a de, supongamos, IOQ días, aquéllos estarán en ruinas y mantener una base de movilización y una volumjnosa habrá cesado el tráfico interno enemigo; sus Ejércitos reserva. Pero si aceptamos la ideá (que priva en la Avia ción y en la Marina) de hacer la guerra con fuerzas “en fronterizos estarán siendo contenidos por nuestros alia dos, por nuestras armas termonucleares tácticas y por presencia”, nuestro programa actual debe ser abando la falta de abastecimientos. Hacia esa fecha empezarán nado o reducido. No debemos mantener por más tiempo una base de movilización. Podemos llevar a cabo la tan a descender sobre 15 ó 20 lugares estratégicos agrupacio nes estrat(gicas (cada una con efectivos similares a los esperada reorganización de los Servicios, y éstos, por primera vez, con una misión concreta de atender a una de un C. E.) que conquistarán dichos lugares y procederán fuerza combatiente, de una entidad conocida, podrán a extender progresivamente su dominio hacia la agrupa llevar a cabo grandes reducciones dentro de ellos mis ción táctica propia más cercana. Arrollando rápidamente a los desorganizados defensores locales, explotando el mos. De un modo similar, ,el instrumento de instrucción odio contra la tiranía comunista de los habitantes de la del Ejército debe ser podado, y adecuado a un fin espe región y utilizando en provecho propio el nacionalismo cífico. El programa de las reservas debe limitarse a las que puedan tenerse listas el día D, asignando a algunas de las diversas minorías raciales, estas fuerzas relativa de sus Unidades una responsabilidad mayor (o incluso mente pequeñas deberían poder extender rápidamente toda la responsabilidad) çn cuanto a algunos aspectos su control sobre todo el país enemigo. de la defensa metropolitana (defensa AA., etc.). El proyecto actual ‘de reducir nuestras fuerzas de cobertura * * * en Corea, Japón y Europa puede ser acelerado y la misión de contener a las fuerzas terrestres comunistas ¿Qué clase de organización deberemos tener para poder transferida a nuestros aliados, auxiliados por nuestras montar una docena o ms de estas invasiones indepen armas atómicas tácticas. Todas estas medidas permitirán dientes de gran radio de acción? En síntesis, nuóstro a nuestro Ejército dedicar una proporción mucho mayor Ejército deberá tener las características siguientes: de sus medios a su fuerza estratégica. Quizá pudieran la mitad de sus efectivos para las fuerzas com una verdadera y completa transportabilidad por vía asignarse batientes de primera línea. aérea; Dentro del mismo Ejército de Operaciones pueden independencia de líneas de comunicaciones terrestres; reducciones aún mayores. Hoy en día la G. U. un alto grado de movilidad táctica y de potencia de realizarse Ejército tiene más grupos de Artillería que batallones fuego; y Infantería y aproximadamente tantos ingenieros como unas o Divisiones de io.ooo hombres, con un total de carristas. Tan tremenda proporción de Artillería proviene de un millón de hombres para todo el Ejército. de nuestro concepto de las concentraciones de fuego arti — — , por vía aérea al M-48, no habría razón alguna hero de las guerras mundiales. El concepto fué entonces portar para rediseñarlo. Desgraciadamente, el problema del acertado, sin duda alguna, pero es evidente que con las transporte de grandes cantidades de estos carros por armas atómicas ha quedado anticuado. Durante la vía aérea es insoluble. Si queremos tener un carro para G. M. II, nuestra aptitud para concentrar los fuegos de nuestro Ejército aerotransportado tenemos que dismi 20 ó más grupos de Artillería en un lugar determinado nuir su peso. Por consiguiente, disminuyamos su coraza fué un factor primordial en nuestros éxitos. Pero hoy y conservemos su movilidad y su potencia de fuego, puede obtenerse un efecto igual o mayor empleando una que son las características que determinan su eficacia o varias armas atómicas, y estas armas sólo necesitan ofensiva, su potencia de choque y su efecto psicológico. una parte insignificante del personal y material que pre coraza podremos situar un carro con gran cisaban las concentraciones artilleras de la G. M. II. Sacrificando ofensiva en los campos de batalla que eli Parece, pues, evidente que si abandonamos la idea de las capacidad jamos. armas de tiro indirecto con T. N. T. y confiamos entera Con este fin se han propugnado varias ideas prácticas: mente en las armas atómicas tácticas para fines de satu una coraza de nilón laminado; otra, el a oraza ración de zonas, podremos aumentar casi en un 50 por 100 mientoes la del carro en el mismo campo de batalla. Esto el número de Divisiones en los Ejércitos de campaña. último se conseguiría dotando al carro de paredes relle nables (una vez desembarcado el vehículo en la zona de combate) con grava y arena. Cualquiera de estas dos medidas haría posible el transporte del carro por vía Reconocemos la eficiencia, la versatilidad y la impor aérea y el carro seguiría siendo casi invulnerable contra tancia de las Unidades de Ingenieros del Ejército. Su los proyectiles de las armas ligeras y contra los fragmen misión primordial en el mantenimiento de nuestras líneas tos de las mayores. Es, pues, imperativa la obtención de de comunicación es vital. Pero si nos independizamos de un carro que combine la movilidad con la capacidad las líneas de comunicaciones terrestres, no necesitará ha ofensiva y un peso relativamente pequeño. cerse gran part6 de esa tarea y el personal que habría de Este carro sería la base de la “División estratégica”, realizarla quedará disponible para otros fines. En reali que se compondría de tres o más Regimientos de Carrosdad, la independencia de las líneas de comunicaciones Infantería, de un Grupo de Armas Atómicas y de un terrestres deberá permitir revisar toda la ciencia logís Batallón de ,Servicios. Tal División sería enteramente tica y permitir quizá que una sola Sección Base (i) apoye y no éxigiría para despegar del suelo simultáneamente por vía aérea a todas las agrupaciones aerotransportable más que la mitad de los aviones que precisa la División que se encuentren operando. Tal posibilidad ofrece gran de Infantería actual. des perspectivas para la reducción de personal. De este modo, reorganizando por una parte el Ejército en su conjunto sobre el principio de hacer la guerra con fuerzas “en presencia” (como opuesto al concepto mo ¿Podríamos abastecer en operaciones un Ejército así vilización) y por otra sus fuerzas de operaciones para constituído? Se dice que nuestra División actual precisa sacar todo el partido posible a las armas termonucleares unas 560 toneladas de abastecimientos por día de com y al transporte aéreo, pueden lograrse economías de bates activos; de ellas, 400 de municiones, 70 de carbu personal que permitan la organización de unas 50 Divi rantes y lubricantes, 48 de raciones y el resto de otros siones de 10.000 hombres. Es completamente verosímil abastecimientos diversos. La Artillería exige el 8o por ioo que esto nos permita realizar las misiones estratégicas tonelaje de las municiones, y, por tanto, si eliminamos que he bosquejado, ya que con ellas se podrán formar del la mayor parté de la Artillería clásica, reduciremos en de 15 a 20 agrupaciones tácticas de 20 a 30.000 hombres. unas 300 toneladas diarias el tonelaje del abastecimiento Ese número parece ser el adecuado, aunque para saberlo necesario. La reducción a 10.000 hombres de los efectivos concretamente sería preciso hacer planes detallados. En divisionarios disminuye, por otra parte, en aproximada cualquier caso, o Divisiones disponibles el día D ten mente -un 40 por ioo las necesidades de tonelaje para los drán un valor estratégico mayor que roo ó150 seis meses abastecimientos distintos de las municiones. Por tanto, después. los requerimientos diarios de la nueva División pueden estimarSe en unas 200 toneladas de abastecimientos. Estas pueden ser transportadas por 20 aviones de ro toneladas ¿Cómo conseguir que la División sea enteramente trans dé carga; si suponemos que la penetración media d€ portable por vía aérea? Ya hemos indicado anteriormente nuestras fuerzas sea de unos 1.900 kilómetros (casi e. la primera medida que para ello es necesaria: la sustitu radio de acción máximo de nuestros aviones de trans ción de la Artillería convencional por armas atómicas porte modernos), tendremos que asignar dos aviones poi tácticas. Con ella no sólo reduciríamos grandemente el cada io toneladas de abastecimientos. Así y todo, las 5( tamaño de la División, sino que reduciríamos también a Divisiones estratégicas no exigirían más que 2.000 avio menos de la mitad el tonelaje de sus abastecimientos. nes de transporte para su abastecimiento, cantidad mo La segunda medida necesaria es la reforma del carro. desta para un país como el nuestro, El actual es tan pesado y necesita tanto carburante, que no puede ser encuadrado en la perspectiva del trans porte por vía aérea. ¿Necesitamos realmente que sea tan pesado? ¿Debe consumir, como ahora, casi 2,5 litros La cuarta objeción era que una agrupación del tamañ( de carburante por kilómetro? Muchos carristas dicen que y organización que proponemos no podría sobrevivir ei no y señalan que un carro debe reunir tres características corazón del territorio enemigo. Eso sería verdad s esenciales: movilidad, potencia de fuego y coraza. El el actuara una sola; pero el impacto total de lo, 15 6 20 d carro ideal tiene que reunirlas, y si fuera posible trans ellós obrando como parte de una gran fuerza estratégica representaría mucho más que la simple suma de su (x) En la doctrina norteamericana, la zona de los servicios efectos, individuales. Estas Unidades caerían sobre ni de retaguardia de un teatro de operaciones es común a los Ejér citos que operan en dicho teatro y se divide, en profundidad. en país postrado y desmoralizado. La conquista de todas la varias Secciones. De ellas, la más próxima a la Zona del Interior zonas estratégicas enemigas, unida a la desorganizació es la Sección Base y la inmediata al Ejército o Ejércitos operantes, de su sistema de transporte, a la destrucción de su la Sección Avanzada. Cuando la penetración en el territorio ene reservas de carburante y a la impotencia de su Gobiernc migo lo exige, e crean una o más Zonas Intermedias. (N dsl T) — 64 impedirían al enemigo concentrar grandes füerzas. No decimos que en el desarrollo de la acción estratégica que preconizamos nuestras fuerzas terrestres no tuvieran revés algunó. Inevitablemente sufriríamos pérdidas dii rante él. Pero esta estrategia ofrece la perspectiva de mucha ganancia a costa de pocas pérdidas. trategia no nos basta para conseguir una victoria. El Ejército no participa en este plan de represalia inmediata, no porque no se le necesite, sino más bien porque en su constitución actual no está preparado para su misión tradicional de ocupación y subyugación. Pero es posible organizar nuescro Ejército (con efec tivos similares a los actuales) de tal modo que pueda unirse a la Aviación y a la Marina en la común tarea de derrotar al agresor. Un Ejército así organizado se basaría En cuanto a los Ejércitos enemigos, es casi seguro que en la aceptación del concepto de hacer la guerra desde el principio con fuerzas en presencia. Para que esto sea tan pronto como inicie la guerra el enemigo os hará avan zar sobre objetivos tan tentadores como la Europa Occi posible será necesario reorganizar los Servicios, trans dental, el Oriente Medio y el Japón. Estas invasiones ferir a fuerzas de la reserva listas ya en el día D una deben ser contenidas por nuestros aliados, auxiliados mayor responsabilidad que la que ahora se les asígna en la defensa de la metrópoli (defensa AA., etc.), confiar por nuestra Aviación y nuestras armas atómicas tácti a nuestros aliados (reforzados con armas atómicas tác ca. Cuando empiece nuestra ofensiva aérea estratégica, los Soviets se encontrarán con que no pueden hácer ticas) a defensa fronteriza de la Europa Occidental, del romper el contacto a sus Ejércitos invasores y llevarlos Paralelo 38 y de las otras zonas similares, y, finalmente, organizar nuestras fuerzas de operaciones terrestres en al interior de Rusia para defender su territorio metropoli tano: se lo impedirán la presión de nuestros aliados, el una fuerza estratégica (que podría denominarse el, Ejér desbaratamiento de sus medios de transporte y nuestros cito estratégico) capaz de descargar ataques por vía ataques contra sus reservas de carburantes y demás aco aérea simultáneamente o en rápida sucesión sobre las pios importantes. Entre tanto, en el momento adecuado, zonas estratégicas enemigas inmediatamente después de nuestro Ejército estratégico asaltará directamente el co la ejecución de la ofensiva estratégica aérea. Este Ejército estratégico deberá tener las siguientes razón de su metrópoli, saltando por encima de sus Ejér citos. aislados en la periferia. En el sentido estratégico, características: esto constituiría un verdadero envolvimiento vertical. completa transportabilidad por ‘vía aérea; independencia de líneas de’ comunicaciones terres tres, y un alto grado, de movilidad táctica y de potencia de Finalmente, examinaremos la objeción de que nuestro fuego. plan no es flexible y nos encadena a una sola modalidad ‘Estas características pueden lograrse sustituyeñdo la estratégica que no podríamos adaptar después a una mayor parte de la Artillería clásica por las armas ató serie de circunstancias distintas de las previstas. Es ver micas tácticas en los fuegos de saturación de zonas, eli dad, desde luego, que la pronta invasión de los centros minando las fuerzas relacionadas con el establecimiento, estratégicos enemigos presupone el éxito de nuestro ata entretenimiento y funcionamiento de las líneas de comu que aéreo estratégico. Si nuestro Mando aéreo estraté terrestres, y reorganizando la División de tal gico no pudiera despegar, si los “ataques masivos de re nicaciones modo que gire sobre un carro de combate transportable presalia” no son llevados a cabo, entonces no podremos por vía aérea. llevar a cabo la invasión. Pero esta contingencia, en sí Tales medidas eliminarán de la nueva estrategia nacio misma, no invalida el concepto del Ejército inmediata nal el defecto de incapacidad resolutiva. Devolverán al mente operativo. Por el contrario, si por cualquier razón Ejército su misión dinámica, que es esencial no sólo para se demorara o tuviera que suspenderse la misión de la seguridad la Nación, sino para su salud propia. Y bombardeo estratégico, la existencia de un Ejército listo completará la‘detransformación de las Fuerzas Armadas, para el combate y estratégicamente móvil se haría aún que se inició con la aparición del primer aeroplano y más conveniente. En el mismó caso, las probabilidades se aceleró con ‘el nacimiento de la Era Atómica en Ala de que nuestro actual plan de movilización fuera fruc mogordo. tuoso serían muy hipotéticas. — — . *** ¿]Iónde voy a parar con todo esto? Volvamos al con cepto estratégico básico: defenderemos nuestro país con fuerzas en presencia, en lugar de depender de la movili zación después del comienzo de la guerra. La ejecución de esta estrategia correspondé. en primer lugar a las fuerzas aéreas y navales; pero como estas fuerzas no pueden penetrar en el óorazón del territorio enemigo para acabar con su voluntad de luchar, esta es- Notas No soy tan ingenuo como para creer que acabo de dar un acabado plan para la creación de un nuevo Ejército. .Los ‘cambios que preconizo serán el producto de muchos cerebros y de muchos esfuerzos. Pero creo fervientemente que el Ejército debe liberarse de los anticuados conceptos de movilización, guerra lineal, Artillería clásica y depen dencia de líneas de comunicaciones terrestres. Debemos ponernos a la altura de la Aviación y de la Marina, acep tar la nueva estrategia y aprender a vivir con ella y a colaborar en ella. . breves. BLANCOS AUTOMÁTICOS PARA LA INSTRUCCION DE TIRO.—Teniente Coronal Francis S. Keliy. (De Combcit Forces,)—En caso de movilización total, no dis pondremos del tiempo necesario para hacer ‘buenos tira dores a millones dé hombres y, por consiguiente, debemos buscar de antemano todos los medios posibles para eli minar pérdidas de tiempo en la instrucción de tiro. Una de las, principales causas de tales pérdidas de tiempo’ provienen del empleo de blancos que requieren mucho personal para su servicio y que constituyen ma teriales voluminosos. Blancos que no informan en el acto de los resultados del tiro y que no se abaten cuando son. alcanzados por la acción del disparo. El nuevo y perfeccionado sistema utiliza blancos que ‘ . 65 no sólo responden instantáneamente a la acción del fuego, sino que evitan la necesidad de zanjas protectoras y del personal que dentro de ellas acciona las siluetas y marca los impactos. Los nuevos blancos no crean mayores pro blemas de entretenimiento y su coste no es excesivo. Hace tiempo que se sentía la necesidad de un blanco, para el tiro de combate, que desapareciera al recibir el Figura i. impacto, pero. que no fuera afectado por el viento. Este problema tan sencillo no estaba resuelto, pero ahora dicho blanco ya se ha conseguido y se encuentra en la fase de producción. Es totalmente mecánico, no requiere fuente extraña de energía y puede ser colocado fácil y rápida mente por las mismas tropas usuarias. Este blanco sirve para aquellos ejercicios que solamente requieren identi ficar y batir el objetivo, pues una vez tocado desaparece. Cuando se emplea un cierto número de ellos, la eficacia del tiro se puede evaluar por la cantidad en que desapa recen, lo que facilita la labor del instructor o del árbitro. Este dispositivo permite dar a los ejercicios más realismo y amenidad, mayor acicate al tirador y flexibilidad en la elección del terreno. Se encuentra en fase de experimentación un blanco automático de dos tipos (figuras i y 2) movidos eléctri camente. Puede desaparecer o reaparecer a voluntad del operador, situado en el origen de tiro, así como desapa recer cuando es tocado por la bala (fig. 2), registrándose en un pequeño indicador, colocado en el origen de tiro, el número de impactos hechos en la silueta. Así, pues, tanto el tirador como el instructor pueden conocer con exactitud y rapidez el resultado del tiro. El tirador ve desaparecer el blanco tan pronto éste resulta tocado, y el instructor, que es, al mismo tiempo, operador del blanco, lee en el indicador el número de impactos, lo que es importante en el tiro con armas automáticas. Con este dispositivo no se necesita personal en los blancos y se dispone de más tiempo para la instrucción propiamente dicha. La eliminación de zanj as, personal auxiliar y dis positivos de maniobra a mano permite una mayor flexi 66 bilidad en la elección de campos de tiro. La energía eléc trica necesaria se toma de una red vecina o de un grupo electrógeno portátil. También se está experimentando un tercer blanco au tomático para los ejercicios a distancia conocida. Se trata de un aparato electrónico que registra los resultados del tiro y los indica inmediatamente en la línea origen de tiro. Requiere instalación permanente, pero no zanjas ni destacamentos de personal de maniobra y señalamiento. Con este tipo de blanco se pueden realizar simultánea mente desde la línea origen los ejercicios de tiro de fusil a las distintas distancias fijas o conocidas. La bala, al tocar el blanco, transmite eléctricamente la posición del impacto a la línea origen. Al lado del tirador, un aparato registrador recoge dicha información que está así ins tantánea y permanentemente a disposición del tirador y de su instructor. Se evita, pues, la maniobra de los auxi liares en las zanjas y el traslado de una a otra que limita Figura 2. en cada caso el tiro a una sola distancia, con todo lo cual se ahorra tiempo en beneficio de la instrucción. El coste y el entretenimiento de este material no serán pro hibitivos; es más, al cabo de un cierto período de tiempo, se conseguirá economía. Se echa de menos también un blanco móvil, ya que la mayor parte de los objetivos reales lo son y cada vez tiene mayor interés este aspecto del tiro. Se tiene en estudio un blanco eléctrico montado sobre un remolque que se traslade sobre trayectos cualquiera que sea su relieve. Los blancos informarán del resultado del tiro a los tiradores, e.vitándose también la necesidad de zanjas, destacamentos de auxiliares y complicadas transmisio nes. El blanco en cuestión se instalará fácilmente y ser virá para el tiro con armas desde el fusil 7,62 hasta el cañón de 120 mm. Cuando se disponga del sistema de blancos reseñados, se ahorrará tiempo en la instrucción de tiro individual y de las pequeñas Unidades. Además, se conseguirá un mayor interés por parte de los tiradores, al conocer en el acto el resultado de su tiro, y, al estimular el espíritu (le competición entre individuos y Unidades, en defi,ni-. tiva, mejorará el grado de instrucción.—T. C. Casas. RADAR CONTRAMORTERO.—EQUIPOAN/MPQ-1O, norteamericano. (De SignaL) —En diciembre, el Ejér cito anunció una nueva e importante aplicación del radar: la localización y persecución del fuego, enemigo de mortero, haciendo público, al mismo tiempo, que algunas fuerzas terrestres norteamericanas estaban ya dotadas con dicho nuevo material. Este, denomina do AN/MPQ-io, es resultado de la colaboración del Cuerpo de Transmisiones y de la Compañía Sperry, de cuya factoría fueron enviados a Corea los primeros aparatos de este género en diciembre de 1952. El nuevo detector es un “ojo” radar, que actúa como un centinela, vigila los movimientos enemigos y localiza sus asenta mientos de morteros, con vistas a su destrucción por el fuego propio. Con su ayuda, las tropas propias pueden descubrir las granadas de mortero enemigas, seguir auto máticamente sus trayectorias y obtener datos para cono cer la posición de sus asentamientos. Estas coordenadas se transmiten a un Centro de Dirección de Tiro de Arti llería que actúa seguidamente, dando lugar a la produc ción del fuego necesario para eliminar los morteros, muy poco después de haber éstos comenzado a disparar. El AN ¡MPQ-io es robusto y portátil, puede ser remol cado por un camión para trasladarlo rápidamente en el combate. El sistema consta de un radar de persecución automática, con antena en forma de disco; un generador movido por motor de gasolina, del nuevo tipo ligero empleado por Transmisiones; un montaje para el perse Fig. 2.— El montaje lleva seis de los principales elementos del sistema, entre ellos los calculadores de elevación y alcan ce, y este conjunto, unido por cables’ a la consola, puede ser maniobrado por los operadores a más’ de 30 m. de distancia y hacer que la antena, girando en sentido ver tical y 360° en horizontal, vigile en todas las direcciones. Fig. x..—Radar de l5ersecución automática Los sirvientes del sistema al mando de un oficial, con vierten los datos radar en coordenadas utilizables para el tipo de Artillería. Su aparato portátil de maniobra tiene dimensiones análogas a las de uno de televisión domés tico de pantalla grande, lo que permite ocultar aquél en trincheras o pequeños abrigos. Consola de maniobra a distancia. guidor, análogo al. del cañón de’ 40 mm., que permite El perfeccionamiento alcanzado por’ este material es rápidos cambios de asentamiento, y una consola parala ‘,el resultado de bastantes años de experimentación, que maniobra a distancia, con pantallas y todos los mandos recibió gran impulso a consecuencia de los mortíferos necesarios para la utilización del equipo radar. efectos de las barreras de fuego de mortero sufrido en 67 GALERIA DE LA M. M. EN LA ACADEMIA DE INFAN TERIA.—Con objeto de perpe tuar nombres gloriosos para el Arma, la Academia de Infante ría ha dedicado en sus nuevos locales una galería a los Jefes, Oficiales, Suboficiales y Tropa de la misma que estén o hayan estado (fallecidos) en posesión de la Medalla Militar indivi dual. Para ello, ruega a los posee dores de la honrosa condecora ción o a sus familiares que de seen hacerlo, el envío a la Di rección de dicho Centro de una fotografía (de 0,30 por 0,20 apro ximadamente) con una sencilla dedicatoria para el Centro. EDUCACION DE LOS PE RROS CONFINES MILITARES. (De la publicación militar in glesa Solder.)—La fama y po siblemente la fortuna aguardan al hombre que pueda resolver este problema. Todo lo que debe hacer es averiguar por qué un perro detecta la presencia de cuerpos extraños enterrados ba Fig. 3.— Una de las más importantes características de este material es la facilidad con que puede jo la tierra, y después inventar ser transportado de uno a otro asentamiento y su rapidez de instalación. una máquina que haga lo mismo. Grupos de distinguidos cien tíficos, doctores y psicólogos ciertas acciones de Corea. Al final de esta campaña se han visitado la War Dogs Training School (Escuela in demostró ya prácticamente la eficacia del AN ¡MPQ-Io. glesa para la enseñanza de perros de guerra) en Melton Mowbray para intentar explicar la misteriosa habilidad T. C. Casas. de los perros en la detección de minas de guerra y en la De estos equipos se encuentran ya algunos en poder localización de objetos enterrados. Algunas teorías han de nuestras Unidades. sido expuestas, pero ninguna soportó las pruebas. Esas vagas palabras “instinto” y “sexto sentido” son aún las únicas respuestas. Los perros tienen dos grandes ventajas sobre los pre sentes detectores de minas. Pueden localizar las minas no metálicas que no registran los detectores y además en contrar dichos artefactos enterrados al lado de las líneas férreas u otras instalaciones metálicas similares, donde son inútiles los detectores. Una de las teorías formuladas consistía en atribuir al olfato la capacidad de detección del perro, pero dos perros cuyo sentido del olfato fué cuidadosamente elimi nado trabajaron no obstante con perfecta eficiencia. Al gunos llegaron a sugerir que los animales reconocen la tierra removida, pero en Swnage, donde las minas se en terraron en arena, después alisada por las mareas, los perros actuaron como de costumbre. También han loca lizado minas enterradas en campos arados. Otra teoría dice que los perros sienten una clase de eco a través de los dedos de sus patas cuando andan y el eco cambia si algo sólido está enterrado en la tierra; sin embargo, un ladrillo puede ser enterrado en terreno pedregoso, y el perro aún lo localizará prescindiendo de las piedras que lo rodean. Minas enterradas a 2,6 metros de profundidad y hace seis años han sido encontradas por los perros. Se necesitan nueve meses para enseñar a un perro a detectar las minas, pero la enseñanza es francamente sencilla. Al principio trozos de carne son esparcidos alre dedor del campo de experimentación para que el perro los encuentre y se los coma. Más tarde la carne es colocada dentro de latas abiertas Fig. 4.—-A ntena y calculadores de elevación y alcance. y enterradas. La vez siguiente las latas son enterradas sin la carne y el perro es recompensado cada vez que en cuentra una. En misiones de localización de minas, el perro es con ducido al límite del campo minado. Se suelta la correa del collar y se le pone un arnés sobre su espalda. El perro sabe entonces que es para trabajar y no para pasear. Pega la nariz al terreno, camina suavemente hacia ade lante olfateando de un lado a otro. De repente se con centra sobre un punto, se sienta entonces y mira a su intructor que se coloca precisamente delante de sus patas delanteras, localiza la mina, la descubre y la quita. El perro obtiene una recompensa apreciable. En tódas las demás actividades guerreras de los perros sólo los machos son utilizados, mas para la localización de minas la mitad son hembras. Esta ha sido la cos tumbre desde los días de la guerra de 1939-40. Antes sólo los machos eran empleados, pero en Francia los ale manes y los aliados intentaron neutralizar a los perros en el le’antamiento de minas adversarias soltando un grupo de hembras en las proximidades de los perros para atraer los. Desde aquel tiempo se emplean equipos mixtos de perros y perras. Los perros sanitarios son también enseñados en Melton Mowbray. Son utilizados para localizar desaparecidos. Los camilleroé pueden salir en una oscura noche, pues los perros rastrearán el terreno buscando hombres heri-. dos. Cuando encuentra uno, vuelve adonde está su ins tructor y se sienta ante él. Este le coloca la correa y el perro le lleva donde está el herido. De este modo, muy útilmente, de z8o.ooo perros empleados por los alema nes, 150.000 fueron perros sanitarios. Perros guardas, alsacianos salvajes que sólo obedecen a su dueño, perros rastreadores prestados a la Policía local para seguir el rastro del criminal, perros patrulleros para revelar a la patrulla la presencia del enemigo es condido y perros enlace que transportan mensajes entre los exploradores más avanzados y los Cuartelés Genera les, todos son adiestrados en la War Dogs School.—Tra d’ucción del Cabitdn Díaz-Pinés. a base de fibra de cristal y plástico. Con ella se trata de sustituir la actual de madera por la recién ideada, que pesa menos y es más resistente; Ha sido diseñada para que sea más fácil de manejar y estibar en los transportes; no requiere clavos ni cantoneras de metal y va dotada de una banda de caucho que actúa de amortiguador y protege su contenido. Dragaminas antimagnéticos Para contrarrestar las minas magnéticas, que demos traron ser tan eficaces durante la G. M. II, la Armada de los Estados Unidos ha construido unos dragaminas espe -cialmente ideados para que no produzcan campos magné ticos. Con tal fin, los cascos de esos barcos són de madera laminada con clavazón de bronce o aluminio, y de ellos se han suprimido por completo los productos férricos, siendo sus motores de materiales totalmente inactivos al magnetismo. Se cree que van dotados de dispositivos electrónicos secretos para detectar las minas magnéticas. Nuevo uniforme en estudio El Ejército norteamericano está recogiendo informes y opiniones entre los militares con gran experiencia sobre el uniforme más apropiado para uso general. Se pretende con ello conseguir un vestuario de severa línea castrense, color adecuado, adaptable a diversas circunstancias cli matológicas y que sea cómodo de llevar. El tercer Regimiento de Infantería experimentó re cientemente un uniforme verde gris. Otro modelo consta de una guerrera caqui con pantalones de color gris rosado. Los estudios no se extienden al uniforme de campaña, del que se muestran muy satisfechas las tropas estado unidenses. Marmita atómica La Comisión de Energía Atómica estadounidense há ideado una marmita, o caldera, para cocción de alimen tos, dotada de un reactor atómico que le proporciona VARIAS NOTICIAS DEL EJERCITO DE ESTADOS el calor necesario para el funcionamiento de ese artefacto culinario. UNIDOS. (Revista de los Servicios del Ejército.) El reactor actúa a base de un compuesto de uranio y La- Instrucción de combaté a encerrado en una solución acuosa, en tal forma, que Un nuevo programa para la instrucción fundamental los subproductos radiactivos del proceso nuclear son del soldado norteamericano ha sido redactado con el fin retenidos por la envuelta hídrica, sin que puedan con de conseguir hombres adiestrados física y moralmente en taminar el ambiente con radiaciones nocivas. el combate de Infantería. La -marmita desarrolla una potencia de cien watios Este programa se desarrolla en ocho semanas y en él y el combustible nuclear_es suficiente para diez años. se da más importancia a la táctica y el armamento que Comandante Rey de Pablo. a los temas de carácter general. El número de horas de instrucción ha sido aumentado en lo concerniente al adiestramiento individual para las marchas, el estacio FOTOGRAFIA ULTRÁSONICA PARA E XPLORA namiento, la instrucción de tiro con fusil y las transmi ClON CLIMCÁ. (De Signal.)—D. H. Howry, de la siones, tanto de día como de noche. Dos nuevas cuestio Universidad de Colorado, ha ideado un aparato foto nes han sido añadidas: el combate en las ciudades y el gráfico que puede auxiliar a los rayos X y al fluoros tiro y la visión nocturna. copio en el, diagnóstico clínico. Este aparato, deno Ciertos temas de carácter general, tales como: guerra minado “Somascope”, funciona a base de un prin psicológica, instrucción para casos de muy intenso frío, cipio que combina los del sonar, radar y televisión, nociones sobre el empleo de las fuerzas armadas, etc., siendo su objeto -la obtención de fotografías bien defini han sido eliminados. En otros temas (hazañas y tradicio das del cáncer y de los tejidos y órganos blandos e in nes del Ejército, moral militar, justicia, cuidado y con ternos del cuerpo. Este dispositivo produce una radiación servación del material) se ha reducido el número de horas de ultrasonidos, -en forma de haz estrecho (i, mm.), que a ellos se dedicaban, acentuándoseel carácter práctico que se hace recorrer la- zona sometida a investigación, de estas enseñanzas y reduciéndose al mínirlio el tiempo recogiendo sus -ecos en una pantalla de televisión, donde dedicado a conferencias y disertaciones sobre esas materias. son fotografiados.—T. C. Casas. -. - Una nueva maleta para el Ejército El Cuerpo de Inteiidencia de los Estados Unidos está ensayando una nueva maleta para campaña construída LA CÁMARA CINEMATOGRÁFICA AL SERVICIO .D.E LA INTESTIGACION CIENTIFICA. (De Signal.)— Son cada vez más numerosas las, aplicaciones científi - 69 cas de la cámara cinematográfica, que puede ser aco plada con el fluoroscopio, con el aparato de rayos X, con el microscopio y otros instrumentos ópticos. Puede acelerar o retardar el movimiento, responder a radiaciones fuera del espectro visible, y hacer frente a la fatiga o pe ligros insuperables para el ser humano. Las películas ultralentas son especialmente eficaces para la obtención de datos hasta ahora imposibles o in sospechados. El estudio industrial de los problemas del movimiento puede requerir un mínimo de 120 vistas por segundo, para cada una de las cuales la exposición se puede hacer con un destello luminoso de gran intensi dad y de pequeñísima duración. Las modernas cámaras experimentales tienen velocidades hasta de ioo.ooo vis tas por 1”. Tal fotografía ultrarrápida ha encontrado aplicacio nes diversas, entre otras en el análisis del funcionamiento de los motores de combustión interna, fotografiando, a través de un cilindro transparente, la turbulencia pro ducida en la mezcla de combustible y comburente, con un istema luminoso que revela los vapores y corrientes de aire de diferente temperatura en el interior del cilin dro. Esta técnica es también aplicable a los estudios sobre ventilación, calefacción y túneles aerodinámicos. En las experiencias sobre cohetes, la cámara ultrarápida no sólo revela detalles de otro modo invisibles, sino que permite alejar al personal y al material, delicado éste, de las peligrosas zonas de observación. Aunque ya hoy las aplicaciones de esta técnica son numerosas y variadas, hay otras apenas exploradas, como la observación submarina a grandes profundidades; pu diéndose asegurar que los recientes perfeccionamientos permitirán una gran cantidad de futuras aplicaciones de orden científico e industrial.—T. C. Casas. ceso de mejoramiento de la mvilidad de las fuerzas terrestres. Este helicóptero puede transportar: 20 hom bres, con todo su equipo; 12 heridos acostados, con el correspondiente personal sanitario, o dos toneladas de carga. El H-21C, que se está entregando a las Com pañías del Cuerpo de Transportes, permite salvar obs táculos antes prohibitivos con el obús 155, una de las armas artilleras de primordial necesidad para la Di visión de Infantería.—T. C. Casas. PROYECTILES DIRI4IIDOS. (De la publicación nór teamericana Combas Forces Journal.) —Los cohetes li bres y los dirigidos están proporcionando a las artillerías de campaña y antiaérea más potencialidad y más al cance, lo que significa movilidad. El “Nike” es uno de los medios principales que de fienden a Norteamérica de los ataques aéreos. Platafor mas de lanzamiento para estos potentes cohetes dirigidos han sido construídas cerca de Wáshington y están en proceso de construcción alrededor de otras áreas vitales y densamente pobladas. Un nido de “Nike” se compone de dos zonas: la de lan zamiento propiamente dicha y la de control. Más de g6 toneladas de acero y una inmensa cantidad de hormigón se precisan para construir una de las “plata formas” de una batería de cuatro “Nikes”. A una milla aproximadamente (1.610 metros) de la posición de lanzamiento, está situado el control, donde tres unidades de radar localizan el avión enemigo y dirigen el cohete de modo que sus trayectorias se en cuentren inevitablemente. Dos Oficiales y 36 •hombres están regularmente asig nados al servicio de lanzamiento y cinco Oficiales y 44 hombres al de control. El cohete “Nike” tiene un alcance aproximado de 8o kilómetros, pudiendo conseguir altitudes de i8 kiló CURSOS DE ENMASCARAMIENTO.(De Combat Forces Su velocidad es de unos 2.400 kilómetros por J ournal.)—La Escuela de Ingenieros (Fort Belvoir) reali metros. hora. za dos clases de cursos sobre enmascaramiento, uno de dos Una vez que el radar ha hallado el rumbo del bombar semanas, de carácter general, para oficiales de todas las dero, que se aproxima, el control automático del “Nike” armas, y otro de cuatro semanas, de especialización, para entra en juego y conduce al cohete, sin error, hasta su la tropa. objetivo.—Comandante Hernández Angosto. En ambos se da importancia a la variación del punto de vista del observador. Se coloca a los alumnos sobre maquetas en relieve del terreno, que previamente han estudiado por medio de fotografías aéreas y estereóscopo. Los nuevos cohetes dirigidos y los de libre rumbo que Los alumnos permanecen fijos y las maquetas se mueven están entrando en uso se proyectan para satisfacer dife eléctricamente dando a aquellos la sensación de vuelo a rentes exigencias del combate. Los tenemos en Norte velocidad de unos 8o km/hora y altura de i.ooo metros. américa de tierra a tierra, de tierra al aire y del aire a Para familiarizar a los alumnos con la observación a tierra, en distintos grados de desarrollo y perfecciona diferentes alturas se utiliza una galería especial en la miento, así como de producción. Parece probable que en que por medio de maquetas de dimensiones apropiadas el futuro período de “plenitud atómica” se verá una gran se simulan alturas desde i.ooo a 6.400 metros. En las profusión de estas modernas armas. clases se dispone de planos en relieve para que los alum El nuevo cohete antiaéreo “Nike” está actualmente nos aprendan a aprovechar los accidentes del terreno a en producción y nuevas Unidades tácticas se están for efectos de ocultación, del armamento, material vehículos, mando e instruyendo para emplear este arma a cuyo acantonamientos e instalaciones de los servicios. cargo quedará la mayor parte de la defensa antiaérea Se considera el enmascaramiento como una técnica de nuestras grandes ciudades. importantísima para la seguridad de las tropas en cam La Artillería de campaña progresa igualmente. Nuevas paña, sobre todo en la guerra atómica, en la que la armas de tierra a tierra se están proyectando y ensayando mera identificación de un solo objetivo traería la des para incrementar el potencial artillero. Actualmente, en trucción de las unidades vecinas. La Escuela de Inge período de pruebas y perfeccionamiento, tenemos el nieros continúa facilitando instructores de enmascara cohete dirigido “Corporal” y el de libre rumbo Nonest miento a las Escuelas y Unidades de la Reserva que los John, que, empleados çomo proyetiles de Artillería de soliciten, a condición de hallarse situados a distancia campafía, proporcionarán al Ejército medios prácticos y no muy grande de Fort Belvoir.—T. C. Casas. seguros en todas las condiciones atmosféricas, con las ventajas o posibilidades adicionales siguientes: TRANSPORTE AEREO DEL OBTJS DE 155 MM. (De Conibaí Forces Journal.)—Un helicóptero H-21C ha transportado un obús de 155 milímetros, lo que me rece registrarse como un hecho importante en el pro- 70- — — Ampliar materialmente el alcance efectivo y la ca pacidad destructiya de la Artillería de campaña. Lanzamiento táctico de explosivos atómicos con pre cisión. — — Aumentar notablemente la movilidad del fuego ar tillero. Reforzar grandemente el fuego de apoyo de las fuerzas terrestres en unión con las Unidades tácticas aéreas, o cuando tales Unidades estén incapacitadas para proporcionar el necesario apoyo. Atacar aquellos objetivos extremadamente importan tes que no puedan serlo por Unidades aéreas. El uso deestas armas contra objetivos dotados de una fuerte defensa antiaérea o en sectores de combate donde el enemigo disponga de una circunstancial superioridad aérea y exista por tanto un considerable riesgo para la Aviación propia, tendrá una especial y adecuada aplica ción para batir más extensa y eficientemente la reta guardia enemiga. Esto hace suponer que la profundidad de un sector dado de combate aumentará en el futuro al quedar aquélla determinada por el alcance efectivo de las armas empleadas por los Ejércitos combatientes. Désde el punto de vista del peso, los cohetes dirigidos ofrecen una considerable ventaja sobre los de la Artille ría clásica. Las paredes de un proyectil ordinario deben ser lo suficientemente fuertes para soportar la tremenda presión en él ejercida por la carga de proyección en el momento del disparo en que aquél es lanzado a su má xima velocidad en una, fracción de segundo. En el aire, el proyectil.debe ser capaz de resistir las grandes acciones de su fuerza centrífuga, resultante de su alta velocidad giroscópica. Su perfil exterior debe proyectarse ‘para que produzca un mínimo de rozamiento al aire, de tal modo que se desplace a lo largo de una estable y predicha trayectoria. Después de haber proyectado un proyectil que cumpla estos requerimientos; -podrá el ingeniero de armamento, y sólo entonces, calcular el peso de la carga explosiva a ser transportada por aquél. Los factores de fragmenta ción seguirán luego como una quinta y menor conside ración. Al proyectar en cambio, un cohete ‘dirigido de tierra a tierra, el ingeniero de armamento podrá pr’escindir de estas consideraciones y partir para su cálculo de un peso dado de la carga explosiva a transportar. Propul sado por su propia fuerza, la aceleración inicial produce en el cohete un choque mucho menor que en’ proyectil, y puesto que es guiado en el aire por aletas de distintas formas o tamaños, no tiene que intervenir la fuerza, cen trífuga. De extraordinaria importancia es, en cambio, su trazado aerodinámico. El perfil exterior del cohete debe proyectarse para al canzar un máximo, de velocidad, cualquiera que sea su’ potencia. La cubierta o cuerpo del mismo debe ser lo su ficientemente fuerte para resistir velocidades extrema damente altas y las consecuentes elevadas temperaturas de su superficie exterior. Pero estas condiciones no exigen un aumento en ól espesor de sus paredes y por tanto en el peso dél cuerpo. La construcción de envueltas ligeras permite el au mento de su carga explosiva interior, elevando el rendi miento útil (relación de carga a peso total) del artefacto. Los cohetes dirigidos ‘y libres tierra-tierra y tierra-aire, no pretenden reemplazar a ninguna de las armas hasta ahora empleadas, sino que vienen a ser un natural suple mento de ellas, ampliando el alcance y potencialidad de la Artillería de campaña y antiaérea. A causa de su mayor coste, estas armas habrán de ser usadas moderadamente en cualquier conflicto futuro, pero siempre quedarán re servadas como una potente maza a disposición delmando para golpear rápida y eficazmente detrás de las líneas enemigas.—Comandante Hernández Angosto. - ‘ AL(UNAS NOTICIAS DE FRANCIA. (De la publica ción, Correo de Franc,ia,) - Las fábricas Renault. -‘ - En 1938, Renault empleaba ‘35.000 personas y produ cía .ooo vehículos: en 1954’, con 5i.6oo obreros y em pleados, ha sobrepasado por primera vez la producción anual los 200.000 coches—exactamente, 204.666—, re partiendo salarios por valor de cuarenta mil millones de francos, con un volumen total de negocio de ciento veintidós mil millones. En, diez años, Renault ha producido al Estado francés mil millones y medio en concepto de dividendos, y sola mente en el año 1954 ha pagado por impuestos y arbi trios diez y nueve mil millones. Al propio tiempo, ha ampliado y modernizado sus instalaciones. La Renault fabrica, además de sus populares coches “4 C. V.” y “Frégate”, camiones, camionetas, automo tores y motores marinos’. Posee actualmente instalaciones en Billancourt, Issy-les-Moulineaux, Clichy, Saint-Denis, Choisy-le-Roi, Le Mans, y Saint-Michel-de-Maurienne. En estos momentos edifica en Flins una instalación ultra moderna que entrará en producción dentro de pocos años. La Renault dedica especial atención a las exportacio nes y ventas en el Extranjero. Siete fábricas aseguran el montaje de sus vehículos en otros países: Acton (Gran Bretaña), Haren (Bélgica), Valladolid (España), Sydney (Australia), Tokio (Japón), East London (Sud-Africa) y Dublin (Irlanda), son los puntos donde se encuentran esas cadenas de montaje., ‘Radar de gran potencia. El empleo onjugádo del radar y la televisión ha per mitido por primera vez en el mundo observar aviones en vuelo sobre el valle del Loira y las costas norte de Fran cia, captando su imagen por radar y proyectándola sobre una pantalla gigante cuatrodientas veces mayor que la de los aparatos corrientes de televisión. La Compañía encargada de su realización ha aportado una solución original al problema de la transmisión de la imagen del radar por televisión sobre una gran pantalla. Ha conseguido sus fines mediante una cámara tomavis tas, de reducidas dimensiones, unida por cables multi conductores a un cajón que contiene los ‘circuitos nece sarios para el funcionamiento, de la cámara. Esta cámara, enfocada hacia la pantalla del indicador del radar, ‘capta con el pequeño “tubo” que contiene, la imagen, transformándola en modulaciones, que amplifi cadas en el cajón es transmitida por medio de la antena en forma análoga ‘a un programa de televisión. El re ceptor reproduce sobre la pantalla la imagen inicial re cogida por el radar. La demostración. de este ingenioso sistema ha tenido lugar en el centro devigilancia de vuelos de París (el más importante de los tres centros entre los qüe se reparte el espacio aéreo metropolitano). Es la instalación más mo derna en su género de Europa. Gracias a su emisor de 1.000 kw., se, puede descubrir un bimotor medio desde 150 kilómetros de distancia. Los emisores y receptores tienen ‘duplicados todos sus elementos para asegurar al máximo el funcionamiento del conjunto. Un dispositivo especial elimina los ecos fijos ‘que’pueden perturbar la recepción. La sala de recepción está dotada de seis pupitres-pan tallas donde los operadores .ven las.imágenes de los avio .nes que hay en vuelo en otros tantos sectores de la región aérea que vigilan.—Co.mandcnee Rey de Pablo. , ‘ . ‘ 71 Problemascreadosporlacomplejidaddelosarmamentos. LaelectrónicaenelEjército. Richard W. Cotton. De la revista norteamericana 1Tational Bussi ness. (Traducción del Teniente Coronel Pedro Salvador Elizondo.) Los armamentos y equipos de la guerra moderna se han hecho tan coróplejos, que la ins trucción del combatiente que ha de manejarlos constituye un delicado problema. - - - De manera general puede decirse que las tropas de los Estados Unidos no se encuentran suficientemente pre paradas para manejar con plena eficiencia el equipo elec-. trónico tan perfeccionado que los científicos han puesto en sus manos. No se instruyen en esta compleja ciencia electrónica tantos hombres como son necesarios para ma nej ar y reparar los equipos desarrollados. Testimonios de Oficiales combatientes indican que las tropas solamente son capaces de obtener un 6o por ioo del rendimiento po tencial de dichos equipos. En cuanto a nuestra aptitud para conducir una guerra electrónica, aun después de los dos años de Corea, podemos decir que estamos medio instruídos y medio equipados. La pieza vital del moderno equipo electrónico de guerra es la válvula o tubo electrónico, de los cuales se suelen inutilizar diariamente tres de cada 200 empleados en los escalones normales de la retaguardia de las tropas. Y si nos referimos a la Aviación, el bombardero B-36 está equipado con más de 2.700 tubos electrónicos de todas clases, de los cuales hay que contar que se inutilicen -unos 40 de ellos todos los días. Naturalmente, en cada caso deberá descubrirse el fallo, localizarlo y repararlo mientras se marcha o combate con el enemigo. El liberar a las fuerzas armadas de tener que efectuar contratos con personal civil especializado en electrónica, para atender al trabajo -de entretenimientci y reparación, exigiría un períodomayor de dos años, que es el del ser vicio obligatorio de las tropas en los Estados Unidos. Tanto la industria como las fuerzas armadas están de acuerdo en que se necesitan no menos de cinco afios de instrucción intensiva para conseguir un buen técnico en -electrónica. Después de que el recluta ha concluído su instrucción básica de nueve semanas y ha comenzado su instrucción especial, deberá asistir a otras instrucciones que le robarán tiempo. El recluta deberá ser instruído en electrónica durante una sola fase de diez meses, de los veinticuatro que debe cumplir en el servicio militar. Evidentemente que existen soluci-ones para tal- pro blema. Unas se encuentran en la industria y otras en las fuerzas armadas; pero la mayor parte se encuentran, in dudablemente, en el mismo pueblo norteamericano. Se trata realmente de la supervivencia de los ciudadanos, y es a ellos a. quienes compete la responsabilidad de encon trar remedio a tal situación. Un no lejano incidente, su cedido durante la G. M. II, nos aclarará mejor que nada el significado de esto que acabamos de decir. En dicha época, el Oficial de Artillería del navío in glés “Hood”, menospreciando las indicaciones del equipo radar de su moderno sistema de -dirección de tiro, que es timaba no- serían correctas, transmitió a la artillería de sus torres los datos de tiro ob-tenidos mediante los apara tos ópticos; el resultado fué que las salvas lanzadas contra el acorazado alemán “Bismarck” no alcanzaron a su objetivo. Por el contrario, a los pocos segundos el “Hood” era alcanzado por el fuego de las piezas del “Bismarck” 72 dirigidas por sus equipos radar. La lección aprendida es que en la próxima guerra, en la que sin duda alguna pre ponderarán la-electrónica y nucleónica, no habrá tiempo para subsanar errores, que se pagarán al más alto precio. En la marina, norteamericana, por ejemplo, las casas que suministran los equipos electrónicos estipulan en sus contratos que sus ingenieros especialistas (con una expe riencia de más de diez años) se encarguen del entreteni miento de los mismos, así corno de proporcionar eficaz instrucción a los Oficiales y sirvientes encargados per manentemente de los equipos radar. Sin embargo, en la práctica descuidan frecuentemente esta última instruc ción, dedicándose poco menos que exclusivamente a la puesta a punto de los equipos. De esta manera, el cuidado excesivo de lo que cierto Almirante denominaba “alerta miento para la batalla”, descuidaba lo que quizá pudiera ser más interesante, el “alertamiento para la guerra”, ya que no existirá suficiente número de combatientes para ejecutar correctamente sus tareas, si no existe el necesa rio número de reclutas, perfectamente instruídos, que exigen las crecientes demandas técnicas de una guerra total. Examinando el problema de la instrucción técnica en los tres Ejercitos de las fuerzas armadas norteamerica nas, se aprecia que, si bien el servicio obligatorio de reclu tamiento es de dos años de duración para todas ellas, e servicio voluntario, sin embargo, es de dos años para e Ejército, tres a cuatro para la Marina y de cuatro años para la Aviación, por lo cual en estos dos últimos Ejérci. tos existen muchas más facilidades para conseguir e tiempo necesario para la instrucción técnica, caso de qu€ recluten el suficiente voluntariado. En el caso de que nos, viéramos forzados a intervenir en una guerra en Europa, es de la mayor importancia que el equipo electrónico que suministremos a nuestros aliados se conserve constantemente en estado de funcio namiento. Por otra parte, dado que el servicio de recluta obligatoria en las fuerzas de la ONU es de dieciocho me ses solamente, resulta cte importancia vital que propor cionemos también el número suficiente de ingenieros en electrónica para instruir al personal aliado. Los alemanes tipificaron la producción de válvulas electrónicas durante la guerra, reduciendo a i6 el número total de tipos. En cuanto a las listas de preferencia con feccionadas por la Junta de la Marina y Ejército norte americanos, contienen más de 300 tipos de válvulas, in crementándose probablemente- con otros I.ooo tipos es peciales; tan enorme cantidad complica tanto la produc ción- -como 1-autilización -de-las mismas. El actual sistema de contratación de equipos electró nicos es uno de los más erróneos existentes en el Ejército. Frecuentemente una Compañía firma un contrato de in vestigación y desarrollos, -lo cumple satisfactoriamente, y llegado el momento de otorgar el correspondiente con trato de fabricación, se concede al mejor postor desde e punto de vista económico, -como en los tiempos arcaicos - En los últimos meses se ha dado el caso de conceder con tratos por un valor aproximado de 6.ooo.ooo de dólares (unos 240 millones de pesetas), a Compañías manifiesta niente incapaces de llevarlos a cabo. Por nuestra parte estimamos que tales contratos de. bían ser otorgados solamente a calificados fabricantes de aparatos electrónicos, y que en el importantísimo pro grama de proyectiles teledirigidos debería ser preceptivo que los trabajos referentes a la investigación, desarrollos y fabricación electrónica fueran contratados solamente con fabricantes calificados. El proyectil teledirigido conocido con el nombre de “el Matador”, por ‘ejemplo, presentó problemas de tal mag nitud en los principios de su desarrollo, que el 95 por loo de las válvulas electrónicas destinadas al mismo hubie ron de ser rechazadas. Un proyectil teledirigido experi menta un choque tan terrible en el momento de su rapi dísima aceleración inicial, que plantea próblemas de com plicada realización. Insistiendo de nuevo sobre la escasez de personal es pecializado en la técnica electrónica, recordamos las de claraóions de un Jefe de la flota norteamericana, que estimaba que, debido a la impericia de su personal, el 10 por loo de. los equipos electrónicos se encontraban fuera dé servicio, y otro 50 por ioo era de funciona miento inseguro; es decir, que el 6o por ioo del equipo electrónico vital de la flota se eñcontraba en lamentable condición. Sin embargo, la Marina no constituye excepción a este respecto, porque, como es sabido, la electrónica es una ciencia completamente nueva y la mayor. parte de los Oficiales actualmente en servicio salieron de las Acade mias antes de que se implantara en las mismas la ense ñanza de las ultrafrecuencias; en cuanto al resto de la Oficialidad, si bien recibió una instrucción básica con una buena porción de teoría que les capacitaba para manejar las instalaciones, no se encontraba, sin embargo, en con diciones de enseñar y efectuar el meticuloso trabajo de reparación bajo las diflciles condiciones imperantes en la campaña. Al demandar una mayor sencillez para el equipo elec trónico, como un primer paso hacia la resolución del pro blema de la instrucción del personal, no deberá enten derse erróneamente que propugnamos el que los científi cos hagan un alto en el camino de sus desarrollos de nue vos armamentos. Quizá la cuestión sea adaptar nuestros jóvenes a la pauta del progreso moderno. Mi opinión personal es que, cuando una idea sobre ‘un nuevo equipo militar ocupe las tareas de investigación y desarrollo de los ingenieros, deberá especificarse de una manera clara que el equipo resultante sea tal que pueda manejarse eficientemente y reparado fácilmente por sir vientes de un nivel de inteligencia e instrucción tal como la que impera en nuestros servicios., Respecto a la idea sustentada por alguno de los que ocupan puestos de responsabilidad en el Ministerio de De fensa norteamericano, de que las perspectivas ofrecidas por los’ programas de las carreras militares constituyen na buena oportunidad para el personal calificado, no es de ningún modo correcta, así como tampoco lo es el que los servicios han sido hasta ahora capaces de proveer su ficiente personal para llevar a buen término los progra mas de operadores electrónicos. Esta opinión es irreal y los Servicios lo saben dema siado. No solamente se debe procurar mayores incenti vos a los reclutas forzosos y voluntarios para compensar el’ severo esfuerzo mental de esta carrera en el Ejército, sino que deberán ser atraídos hacia la misma por su iden tificación con las bien pagadas tareas de la vida civil, pen sando en que, en definitiva, habrán de volver a la misma,. Uno de los planes sugeridos a este respecto es que a todo recluta, después de haber servido en el Ejército du rante un año y haber mostrado alguna aptitud para este género de trabajo, proporcione oportunidad de realis tarse por un período de cuatro o cinco años para obtener una instrucción completa con verdadero aprovecha miento, aunque siempre con la precaución de estipular que después del •licenciamiento quede disponible en las reservas, cuando aplique la destreza adquirida al servi cio de la industria privada., Seleccióndecontingentemilitar;tipoaincorporar. Newton C. de Andrade Mello. De la publicación portuguesa A Defensa Nacional. (Traducción del Comandante Wiihelmi.) 1 .—CONSIDERÁClONES tar, etc, Unas, veces la dificultad está en la escasez de medios económicos; otras, en el reducido tiempo con i.i.—Presentamos a ‘nuestros lectores el resultado de que cuentan los seleccionadores, y otras, en los medios los estudios hecho. sobre la selección del contingente-tipo de fortuna de que han de valerse dichos seleccionadores a incorporar a filas. Estos estudios tuvieron origen en. para realizar sus exámenes. Finalmente, como factor de una propuesta del Servicio Militar de nuestra 5. Región. orden militar, que dificulta esta selección, pueden citarse las necesidades de la movilización que condicionan o 1.2.—No tenemos la pretensión de hacer innovacio nes. Inspirados en lo que se realiza en las Fuerzas Arma- limitan los destinos de los reclutas. das de los Estados Unidos, procuramos llevar a cabo la misión impuesta. El Excmo. Sr. ‘General Jefe de la,5.a Re 2.—FINALIDAD DE LA SELECCION gión Militar tuvo a bien aprobar nuestras conclusiones, 2.1.—La finalidad de la selección es reducir en lo po permitiendo que se realice, coñ carácter experimental, sible el trabajo de instrucción en el Ejército. En otras una selección ‘a base de estas normas, para el recluta na palabras, la selección tiene por objeto organizar los con cido en 1935. tingentes-tipo de las diferentes Unidades. ‘ 1.3.—Diremos por adelantado que ya tenemos en cuenta los diversos factores que pueden interferir en la ejecución de una rigurosa selección del contingente anual.. Estos factores son de orden económico, social, mili- 2.2.—Qué se entiende por éontingente-tipo? Propo nemos para ello la siguiente definición.: “Se entiende por contingente-tipo de una Unidad el conjunto de individuos seleccionados, bajo el doble a 73 pecto físico y mental, destinado a llenar no sólo cuanti tativa, sino también cualitativamente, las necesidades anuales de dicha Unidad.” Así, por ejemplo, si una Uni dad necesita incorporar 500 hombres para cumplir sus diversos cornetidós, su contingente-tipo será un con junto de 500 reclutas, cuyas aptitudes físicas, prof esio nales y mentales se aproximen lo más posible a las reque ridas para el ejercicio de aquellos cometidos, o al menos que dichos individuos estén en unas condiciones tales que la instrucción que hayan de recibir se reduzca a un míninio. 3.—BASES PARA ESTE ESTUDIO 3.i.—El aprovechamiento sistemático de los reclutas según sus aptitudes civiles, es un concepto que está ya rebasado. 3.2.—Según las funciones a que se destinen los reclu tas, pueden agruparse éstos en dos grandes grupos: combatientes; elementos auxiliares. Entre los combatientes se pueden distinguir las si guientes especialidades: infante, jinete, artillero, zapador soldado de Transmisiones. Entre los elementos del 2.° Grupo, Servicios auxilia res, pueden distinguirse los siguientes grupos, caracteri zados todos ellos por poder ser asignados a todas las Armas y Servicios: burócratas, personal para aprovisionar, personal para víveres, personal sanitario, personal para Servicios generales, personal de comunicaciones, personal de transportes. — — — — — — — — — sivo a los especialistas. Es el cas,o de los topógrafos, ope radores de radio, conductores de carros, todos ellos de formación difícil y que exige, naturalmente, una selec ción por profesiones, aun cuando todos ellos sean considé rados como combatientes. De todas formas, como tales combatientes tendrán que responder a un mínimo de aptitudes físicomentales, no siendo, por tanto, exclusiva la influencia de su profesión. 3.7.—Observando la organización de un Regimiento de Infantería, se comprueba que el 62 por ioo de sus. hombres (soldados, Cabos y Sargentos) son verdaderos infantes. Por consiguiente, la masa, o elementos decisivos en el combate de- Infantería, ha de ser necesariamente bien seleccionada. No será ciertamente adoptando el sis tema selectivo a base de profesiones civiles como se obtendrá una Infantería verdaderamente eficiente en el campo de batalla. 4.—EL PERFIL FISICO 4.1.—Los seis componentes citados en el apartado 3.3 define lo que se llama el perfil físico (PF) del recluta. 4.2.—--Vigor físico. Esta característica se aprecia por las condiciones de: resistencia, fuerza muscular, agilidad, peso, altura. — — — — — 4.3.—Oído y vista. Evidentemente, sólo para determi nadas funciones se exigirán condiciones especiales en re lación con los órganos auditivos y visuales, como en el caso de los músicos, exploradores, topógrafos, telefonis tas u operadores de radio. — 4.4.—Condiciones mentales. En nuestro reclutamiento ya se habla de la selección según las aptitudes profesiona les, intelectuales, morales y psíquicas. Pero podemos con siderar como innovación -el sentido de equilibrio tempe ramental-emocional que damos a esta característica 3.3.—En principio, el combatiente deberá satisfacer mental. Reconocemos las dificultades para juzgar sobre determinadas condiciones referentes a: esta característica, pero creemos que debe hacerse un esfuerzo para tratar de determinarlo. La guerra moderna a) vigor físico (lo representamos por VF); exige más que nunca el control emocional del comba b) oído; tiente, especialmente el de primer escalón. Será siempre c) vista; económico retirar de la línea de fuego, hospitalizar e in d) inteligencia; cluso incapacitar para el combate, a aquellos que, sin e) escolaridad; haber sido abatidos por la acción directa del enemigo, lo 1) equilibrio mental. estén, sin embargo, por sus propias condiciones menta 3.4.—Estos seis componentes anteriores definirán, se les, inadecuados a los rigores del campo de batalla. En gún el factor sobresaliente, un tipo de combatiente, fusi la campaña de Italia fuimos testigos oculares del desequi silero, ametrallador,. de operaciones, etc. La aptitud pro librio nervioso que hizo presa en un enfermero-camillero fesional en función del empleo civil tiene un valor secun de una Compañía de Infantería, en el preciso instante dario,. informativo o suplementario. Así, por ejemplo, en que una granada enemiga alcanzó a alguno de sus una vez escogido el tipo-patrón para el fusilero de Infan camaradas, y por tanto cuando más precisos eran sus tería, es recomendable que éste sea elegido entre el per servicios. No hubo, otro recurso que retirarlo del frente. sonal procedente del campo (labrador, leñador, etc.) ¿Se habían tenido en cuenta al seleccionar aquel hom condiciones mentales?, o lo que es peor, ¿se le se 3.5.—En la selección de los elemntos para Servicios bresus leccionó atendiendo únicamente a su deseo de ser enfer auxiliares, tiene, por el contrario, gran importancia la mero? aptitud profesional del recluta: — — — 4.5.—Tres ‘SOfl los grados del equilibrio mental: a) Por dificultades de tiempo, de espacio y de medios para preparar especialistas, tales como mecánicos, en Grado i..°—Individuos de un grado destacado. Son fermeros, mecanógrafos, dibujantes, etc. probables candidato a graduados (siempre que satisfa b) Porque la mayoría de estos elementos no irán di gan.lás demás condiciones exigidas), combatiente de pri rectamente al campo de operaciones, y esto permite- que nera línea, fusileros,.etc. su selección obedezca más a la. forrnacióñ civil del r Grado 2.°—Individuos de equilibrio mental corriente, cluta que a sus características físicomentales. admitiéndose en ellos reacciones normales ante el miedo, las notiéiá relativas a tragedias, muertes y otros aconte 3.6.—El criterio de seleccionar a los combatiefites, cimientos dolorosos. ante todo, por sus cualidades físicomentales, no es exten . 74 Grado 3.°—Individuos de equilibrio mental acentua damente inestable, no son aptos para el ejercicio de las funciones de combatiente de primera línea, enfermeros, sirvientes de piezas, de ametralladoras, de cañones con tracarros, etc. 4.6.—En el cuadro adjunto hemos relacionado los va lores asignados a las seis componentes de lo que se ha llamado el perfil físico. Con este cuadro se facilita la composición numérica de los diversos tipos de indivi duos, estando definido cada tipo por un grupo de seis cifras separadas en dos grupos de a tres. Las tres prime ras cifras representan los distintos grados señalados en la columna de la izquierda del cuadro referente a las ca racterísticas físicas, y el segundo grupo, a los atributos mentales. Así, por ejemplo, un individuo señalado con el número 121.132, indica que es: Muy fuerte, con ligera deficiencia auditiva, visión normal, inteligencia bastante desenvuelta, curso primario completo y equilibrio men tal normal. un índice apreciable del mismo• (observadores, teleme tristas, apuntadores, etc.). Hay que considerar por tanto, dentro de cada Gran Unidad, las diferentes especialidades ateniéndose a la exigencias de cada una de ellas. La especialidad de fusi leros tendrá prioridad dentro de la distribución de los contingentes. Luego seguirá en orden de prioridad el de ametralladoras, personal de minas y municionamiento, personal de morteros, de cañones contracarros, de otras armas pesadas, etc. Para atender a las características ‘y virtudes propias del infante, tendremos en cuenta los, tipos-patrón de las siguientes categorías: a) Fusileros: Soldado: 111.251 Clase: 111.231. 14 5.—EXAMENES y IIr.241. Armas. ‘especiales: Personal de minas y municiones, personal de mor teros, personal de cañones contracarros. Soldado: 211.242. Clase: 211.231. 5.1.—Hasta tanto que no estén redactados los textos c) Personal combatiente: 311.232. oficiales para realizar estos exámenes, se está haciendo uso para la selección de medios de fortuna. Así por ejem d) Personal de Planas Mayores: 321.232. pio, para determinar la resistencia física, se realizan pruebas tales como la de medir el tiempo que tarda un 6.4.—Cornetas: individuo en recuperarse después de haber realizado un cierto esfuerzo físico; para medir la fuerza muscular se Soldado: 211.242. puede emplear un dinamómetro, o incluso el levanta Clase’: 211.232. miento de pesos. Si no se dispone de una escala visual reglamentaria, puede sacarse una idea de la vista de un 6..—Músicos: 31L232. individuo con recursos rudimentarios, así como puede realizarse la comprobación de la capacidad de audición, 6.6.—Personal de veterinaria.’ En esta especialidad se empleando, por ejemplo, un reloj de bolsillo que se va re dará la prioridad a las condicíones profesionales del re tirando del oído hasta que el individuo deja de percibir cluta, escogiéndose inidividuos que sean herradores o el tic-tac, midiendo la distancia con una simple regla que hayan ejercido actividades relacionadas con caba graduada. lbs o mulas. Para vigor físico se exigirá el grado 2. De escolaridad, el grado 3 para las clases, y cualquiera para 5.2.—El grado de escolaridad ya se ha tenido en cuenta los soldados. en las fichas actualmente en vigor en el Ejército; pero creemos que se debe cambiar el nombre actual de “acti 6.7.—Las restantes clasificaciones deberán ser apre vidad intelectual” por el de “escolaridad”. La presenta ciadas globalmente por ser comunes a todos las Armas ción por el recluta de los certificados o diplomas de sus y Servicios. cursos aprobados, deben dispensar a éste del examen de “escolaridad”. COMPON 6.—LOS TIPOS-PATILON 6.i.—Tomando como base las considéraciones ante riores, y a la vista de las fichas de las diferentes Unidades y contingentes, po’demos establecer el paralelismo entre los atributos exigidos para las diferentes funciones y las características de los reclutas seleccionados. De este ba lance surgirán los tipos-patrón de las diversas Armas y Servicios. Grado 1 Muy fuerte 6.2.—Con objeto de no abusar de la paciencia de nues tros lectores ni hacer excesivamente largo este trabajo, vamos a tratar únicamente de los tipos-patrón corres pondientes a la Infantería. 2 Fuerte ‘ 3 Normal ‘ A) ‘Infantería. . 6.3—in/ante. Es el combatiente por excelencia. Por consiguiente, requiere cualidades profesionales de apti tud física, vivacidad intelectual y equilibrio mental. En cambio, su grado de “escolaridad” no tiene un valor decisivo, salvo para determinadas misiones que exijan 4 Débil ‘ O F Vigor físico . Oido Normal V 1 ,. ‘ista 1 AO Normal 1 en un ojo en un ‘ y hasta 1/3 oído, dé’ en el otro bil en el . otro Débil en ambos oídos — . DiC de 1 AO — ‘ E M Inteligencia Escalaridad Equilibrio mental Sastante desenvuelta Grado superior com pleto o no Superior Normal Bschillerato com plato o casi completo Normal , ‘ ‘ Suficiente Primario completo Pocodes envuelta Primario incompleto Estable — ‘ 75 Caballeríaaerotransportada Capitán de Caballería Antonio Rodríguez Toquero, Alumno de la E. (le E. M. 1.—La guerra tutura. Se ha dicho que una guerra comienza con los mismos medios y procedimientos con que concluyó la anterior; sin embargo, esta afirmación no es totalmente cierta, pues hemos visto a lo largo de la historia militar que la victoria inicial se inclinó hacia el beligerante que con más empeño introdujo nuevos procedimientos operativos en el campo táctico-estratégico. Del mismo modo podemos asegurar que los medios tampoco fueron los mismos, aun que su nombre y aspecto los asemejase a los empleados en la anterior campaña. Un claro ejemplo lo tenemos en los carros de combate, pues sería ignorancia el creer que los 400 carros aliados empleados en la ofensiva de Cam brai del año 1917, 0 bieix los 500 que realizaron la contra ofensiva de julio de 1918 en el sector de Soissons, fueron empleados con el estilo de Guderian o Rommel tal y como los hemos visto operar en los campos de Europa o Africa del Norte en la G. M. II. Lo mismo podríamos decir de las características del material empleado en las acciones que comparamos, pues las posibilidades de los carros Renaul y Whippet, de la G. M. 1 eran muy limitadas en relación con las que po seían los Mark de las Divisiones Panzer. Lo anteriormente expuesto nos lleva a la conclusión de que la G. M. III no se desarrollará con los mismos mé todos operativos y medios con que se dió fin a la G. M. IT. Para reafirmar esta idea transcribimos las palabras del General Fuller: “Aunque las raíces de la guerra futura están ocultas en el pasado, no hay que buscar el éxito en la repetición de sucesos históricos sino cultivando la imaginación para que surja la idea créadora.” Los que profetizan sobre la futura contienda aseguran que el elemento operativo móvil y decisivo del mando. correrá a cargo de las tropas aerotransportadas, y que tras una intensa lucha por la superioridad del aire para asegurar la posibilidad de movimiento de estas tropas, las Unidades blindadas ligeras lanzadas desde el aire han de adquirir una importancia capital. Se dice que Napoleón dejaba sus decisiones hasta las primeras horas del día a actuar, pues durante la noche le llegaban informes que confirmaban o desmentían las confusas noticias del día anterior, de tal modo que le ha cían concebir en buen número de ocasiones de modo muy diferente a como lo hubiese hecho en las últimas horas de la víspera. El informe que pueden proporcionar las Unidades de reconocimiento no hará cambiar en esencia la idea de maniobra general, pero sí adaptarla a ‘la eventualidad del momento. Por otra parte, el despliegue de las Unidades debe rea lizarse coñ una seguridad efectiva que impida las tenta tivas de sorpresa por parte del enemigo, garantizando la disponibilidad de un tiempo que permita la ocupación del objetivo por las Unidades de combate y el acondicio namiento de la defensa con la organización de los puntos fuertes del terreno. Las Unidades blindadas ligeras proporcionarían liber tad de acción a las otras tropas aerotransportadas, que podrían libremente cumplir la misión de ocupar el obje tivo señalado. 111.—Misiones de la Caballería aerotransportada. En diversas operaciones llevadas a cabo en Corea, la Infantería de Marina de los Estados LTnidos empleó para la ocupación de .objetivos a distancia el transporte de Pe queñas Unidades en helicópteros, y llamaron a éstos “La Caballería del aire”. Nosotros disentimos, en cierto modo, de esa denominación, pues el nombre de Caballería lo asignamos entre nosotros a aquellas Unidades capaces de realizar la totalidad de misiones que en otro tiempo eran exclusivas de las Unidades a caballo, y creemos que el helicóptero, hoy por hoy, es un vehículo muy vulnerable., capaz ‘de obtener alguna información y de realizar trans portes y evacuaciones, pero nada más. Las misiones a cumplir por las Unidades de Caballería aerotransportada tenderán a asegurar la libertad de acción de las tropas aerotransportadas, proprcionando una seguridad y exploración terrestre más lejana que la 11.—Necesidad de Unidades blindadas ligeras aerotrans que puedan garantizar las patrullas constituídas con In portadas. fantería aerotransportada. Las fuerzas aerotransportadas están dotadas de una La movilidad, velocidad y potencia de que puede estar gran velocidad estratégica mientras dura su transporte dotada la facultarán para no dej arse empeñar a fondo y por el aire, pero tan pronto como llegan a tierra sufren realizar una ruptura del contacto, cuando la situación lo. una semiparálisis táctica. Sus movimientos, lentos y limi imponga, al mismo tiempo que una serie de sucesivas re tados, son comparables a], de la mancha de aceite. Es, sistencias y reacciones ofensivas que retarden el avance por tanto, necesario conjugar esta lentitud con la veloci’ del adversario, haciendo más confusa para el enemigo la dad de unas tropas de Caballería que, al alcanzar tierra, situación que tratará de esclarecer buscando el informe desplieguen veloces, en múltiples direcciones (buscando con sus Unidades ligeras y delimitar el contorno del área el informe o proporcionando la seguridad), tratando de de desembarco, que ampliado por la presencia de las asemejarse a la gota de mercurio ue, lanzada desde de Unidades de Caballería aerotransportada a varios kiló terminada altura sobre una superficie plana y dura, se metros de las zonas de desembarco, favorecerá la confu fracciona en múltiples gotitas que se dispersan a grandes sión y retardará la actuación de los gruesos enemigos velocidades. para reduçir la cabeza de desembarco. Finalmente, y cuando el enemigo presione el contorno Creemos que la acción de las tropas aerotransportadas adolece de una cierta rigidez. La concepción de su ma verdadero de la cabeza de desembarco, las Unidades de niobra ha sido planeada con una gran antelación; necesi Caballería pueden ser empleadas como reserva móvil para tan saber y conocer al actual enemigo, pero sus noticias reforzar la defensa en los sectores Resumiendo, podemos concretar más estasamenazados. misiones en: pertenecen al pasado, y creer conocer al que se le puede enfrentar le lleva a cometer errores, y éstos son tanto ma a) Antes del contacto del enemigo con la cabeza de yores cuanto más tiempo transcurrió entre el informe y desembarco: la ejecución. 76 — — Reconocimiento, para lograr el informe del enemigo y completar el del terreno. Seguridad, para garantizar la libertad de acción del resto de las tropas aerotransportadas. b) Después del contacto de desembarco: —— Reserva del enemigo con la cabeza móvil. TV.—Caballería aerotransportada organizada en la actua lidad. Prescindiendo de los informes que no son del dominio público (pues naturalmente, hoy más que nunca las ex periencias que se llevan a cabo por las potencias facul tadas para ello son guardadas celosamente y tan sólo trasciende al exterior la noticia vaga que nada concreta) vamos a referirnos a la organización de la División aero transportada de los Estados Unidos, que cuenta con una Pequeña Unidad, que por sus características y misiones es una auténtica Unidad de Caballería, aunque la deno minación americana difiera de la nuestra. Tiene la División Aerotransportada lo que ellos llaman “Compañía de Reconocimiento”, con la misión de propor cionar seguridad y efectuar los reconocimientos que inte resen a la División mediante acción independiente y sin necesidad de refuerzo. Puede ejecutar misiones de com bate adecuadas a las Unidades de carros ligeros. Estos son la columna vertebral de las fuerzas de reconocimiento y están apoyados por fusileros montados en vehículos acorazados. LaCompañía de Reconocimiento se compone de: — — Plana Mayor. Tres Secciones de reconocimiento. Con esta Compañía se pone a disposición de la División unos elementos instruídos en la ejecución de misiones de reconocimiento y seguridad que pueden empeñarse en combates de importancia limitada, tanto en el ataque como en la defensa o en acciones retardatrices. Otra de las Unidades de Caballería aerotransportable (al menos por la misión que se le asigna), es el Regimiento ligero de Caballería mecanizada de Ejército, de cuya or ganización y características ha llegado muy poco a nues tras manos en el momento de escribir estas cuartillas, pero al que se asigna una serie de misiones especiales como la de acciones contra desembarcos aéreos y guerri lleros, así como incursiones en la retaguardia enemiga como Unidad aerotransportada. Conclusiones — — En la G. M. III es muy posible que el elemento opera tivo del Mando lo constituyan las tropas aerotranspor tadas, y las Unidaçles blindadas ligeras que las integren tendrán importancia capital. Las Divisiones Aerotransportadas tienen la necesidad de integrar en su organización una Pequeña Unidad de Caballería mecanizada, capaz dé asegurar inicialmente la libertad de acción. Las misiones de esta Unidad de Caballería serían: Re conocimiento, seguridad y reserva móvil. En los Estados Unidos, las Divisiones Aerotransporta das cuentan con la Compañía de reconocimiento, equi valente en misiones y características a una Pequeña Unidad de Caballería. También asigna al Regimiento ligero de Caballería de Ejército las incursiones en la retaguardia enemiga como Unidad aerotransportada. Lainvulnerabilidaddelasinstalaciones hidroeléctricasentiempodeguerra. Rivista Militare, enero de 1954. Teniente Coronel Benedetio. De la publicación italiana Rivista Militare. (Traducción y refundición del Teniente Coronel Manuel Sonialo Rcvuelta, de la Escuela de Aplicación de Ingenieros del Ejército.) El problema de la protección y seguridad de los em balses hidroeléctricos en tiempo de guerra tiene una gran importancia derivada de la necesidad de mante nerlos en buen servicio durante el mayor tiempo posible. Todos están también de acuerdo en concluir que, en cir cunstancias de emergencia o en casos de invasión, el muro de presa no debe ser destruído deliberadamente. Durante la última guerra. surgió cierto optimismo al comprobarse que en la mayor parte de los casos las presas permanecían en pie, y las pocas que habían su frido desperfectos, éstos fueron, generalmente, de poca importancia. Solamente en algún caso aislado se pro dujeron daños de importancia, pero conseguidos a ex pensas de una larga y minuciosa preparación que resulta muy costosa para ser utilizada en todas las ocasiones. Este optimismo, en cierto modo justificado, en vista le los resultados obtenidos por los ataques aéreos del nemigo, dió lugar a que se llegara a prescindir de aque [los medios de protección que la experiencia hasta en bonces aconsejaba tener en cuenta. Al comienzo de las hostilidades en Italia existía una reglamentación que regulaba la concesión de los permisos militares para la construcción de los embalses. En ella se fijaban deter minadas condiciones que en verdad no resultaban de masiado gravosas, eran muy eficaces y permitían limitar los efectos producidos por el ataque. En esta reglamen tación se excluían de la concesión de nuevos permisos, a las presas de bóveda, de arcos múltiples y de contra fuer.tes a causa de su mayor vulnerabilidad a la ofensiva aérea. Para los embalses ya construídos con diques de esta naturaleza estaba previsto su vaciado casi total al comenzar las hostilidades, lo que conducía lógicamente a una disminución en las reservas de energía eléctrica, precisamente cuando las necesidades nacionales habrían de ser mayores seguramente. Durante la pasada guerra, en Italia no se efectuó nin gún aéreoproducidos concienzudamente preparado, fueron por lo cual ataque los efectos por los bombardeos muy insignificantes. Sólo alguna presa fué alcanzada con bombas de Aviación aisladas, como la .del Tirso de Sar- degna, pero los daños sufridos fueron pequeños y se limi taron al puente de maniobras y al mecanismo eléctrico de la central. El muro de presa también fué bombar deado, pero las bombas cayeron hacia un costado del muro y los daños fueron insignificantes.’ Lo que sí tuvo una importancia decisiva fueron los ataques de algunas presas efectuados por los guerrille ros en actos de sabotaje; éstos pudieron ser fácilmente realizados dada la libertad en que se movían dentro del régimen de ocupación. En muchos casos se utilizaron las cámaras de minas ya preparadas de antemano. Pero en circunstancias normales estos actos de sabotaje se con sideran poco probables, puesto que, por la grandísima cantidad de explosivo que ha de colocarse, difícilmente podrá hacerse sin ser descubiertos. En Alemania fué efectuado por sorpresa un ataque aéreo con torpedos sobre la presa de Mohne en el Río Ruhr, perfectamente preparado en todos sus detalles y que produjo efectos desastrosos, según se dirá después con todo detalle. En otros embalses alemanes sólo se efectuaron bombardeos aéreos aislados, que al igual que en Italia, produjeron daños muy reducidos. Las bombas que inciden sobre el paramento seco y aquellas que lo hacen sobre la parte no sumergida del •dique tienen muy escasa eficacia, pues su efecto queda reducido al que produciría una carga explosiva adosada a un muro sn atra que, cuyos efectos son perfectamente 40.00 Figura 2. calculables. Se sabe que una carga de 500 kilogramos de trilita en estas condiciones produce una brecha de cuatro a cinco metros y que para producir una de ocho metros se necesitarían 2.000 kilogramos de explosivo. ESTUDIO DE LOS EFECTOS QUE PUEDEN PROBU bombas que inciden sobre la parte horizontal de CIRSE EN LAS INSTALACIONES HIDROELECTRI la Las coronación del muro de presa, donde el espesor es CAS. mucho menor, pueden producir daños, pero éstos no serán de’ mucha cuantía, pues la coronación generalmente Los elemento más vulnerables de las centrales hidro muy resistente, sirviendo de asiento a una carretera, eléctricas son: los tubos de carga, maquinaria de la cen es y además el nivel de agua está siempre algunos metros tral, cuadros de distribución de energía eléctrica, insta laciones de regulación, transformadores, etc.; pero la debajo de la coronación. Una bomba de 500 kilogramos puede producir una brecha de cuatro a cinco metros de profundidad, y como el nivel máximo del embalse dejará un margen libre de algunos metros, se deduce que el hecho no produce daño de importancia (figs. i, 2), sola mente una mayor cantidad de líquido en el desaguadero Iyil mxj, sin producir daño, sobre todo si se ha tenido la medida de prudencia al empezar las hostilidades de bajar el nivel de agua hasta unos cuatro o cinco metros por debajo de ‘la cota del muro. Una medida muy útil y fácil de adoptar sería la de construir ‘una coronación más robusta calculada para resistir esta clase de ataques: por ejemplo, una corona 1 - 1 1.001 Figura 1. destrucción de estos elementos, al igual que cualquier otra fábrica o industria, no produce daños irreparables, ya que las partes destruidas pueden ser reemplazadas con elementos auxiliares o reparaciones, que casi siempre podrán hacerse con bastante prontitud. Para la protección de estos elementos puede ser sufi ciente un enmascaramiento bien estudiado, o mejor si tuando en caverna toda o parte de la central. Los cana les de conducción, los dispositivos de recogida, los alivia dores de superficie deberán hacerse en galería, y si no es posible, al menos estar oçultos. Las tuberías y conductos forzados deberán ir ocultos, y de no poder ser así, deberán adaptarse al terreno para facilitar su enmascaramiento. El muro de presa, por el contrario, es muy difícil de destruir; pero en el caso que esto llegara a realizarse, los efectos serían desastrosos y su reparación muy lenta y costosa. Vamos a considerar los efectos que pueden producirse por las bombas y torpedos lanzados por la Aviación ene miga sobre el muro de presa. 78 Figura 3. ción de hormigón armado con doble armadura análoga a la que se hace en los abrigos a prueba (fig. ). Una disposición análoga se podría adoptar también en las presas de bóveda de arcos o de contrafuertes, y esto unido a un bien estudiado sistema de evacuación, po dría resultar decisivo para la concesión militar del per miso de construcción. Las bombas que incidan en la parte sumergida de dique, a causa de la presión del agua, producen efecto análogos a los de una carga empotrada coi atraque, siend por tanto los efectos mucho mayores. Una bomba rompedora de 500 kilogramos de trilita produciría daños en una esfera de ocho a diez metros de radio (fig. 4). Un torpedo flotante con 500 kilogramos de explosivo, al incidir sobre el muro en la línea de nivel de agua o 1— a) Maniobrar sobre el nivel dél embalse con el doble objeto de reducir el volumen de agua, que podría even tualmente desbordarse en caso de apertura de una brecha .y para oponer a los torpedos un espesor de muro mucho mayor. b) Colocar adecuados dispositivos de prevención con tra torpedos cuando se teman ataques de aviones tor pederos. En la presa del Tirso se adoptaron estos dispositivos colocándose dos redes para torpedos aguas arriba del muro sostenidas por flotadores de hierro anclados a la orillas con cables de acero arrollados sobre tornos que permitían acomodar la altura de las redes a la altura variable al nivel del agua. Las redes alcanzaban una pro fundidad de 20 metros dentro del agua. Para evitar los torpedeamientos a baja altura manteniendo relativamente altos y alejados los aviones, se habían dispuesto en este pantano unos 30 cables de acero transversalmente al Figura. 4. algo más bajo (fig. 5), produce efectos análogos a los de una mina exterior con atraque y abriría una brecha de cerca de io metros de larga (fig. 6). Si el nivel del agua se encuentra a la altura normal, las consecuencias son semejantes a las ya consideradas para las bombas, esto es, una salida de agua de poca importancia, sobre todo si puede ser conducida por el desaguadero. Si el torpedo incide sobre una parte muy baja del muro, éste recibe daños que estarán comprendidos en una esfera de ocho a diez metros de radio y que en un muro de cierta importancia será absorbida por el gran Figura veImaxjmo Figura 5. espesor de la presa en aquella parte, ño produciéndose efectos sensibles sobre el exterior, como en el caso de la figura 4. Si el torpedo ataca en un punto de altura media del dique, los efectos son los de una carga, igual con atraque, por lo que se puede regular la profundidad más conve niente para el ataque del artefacto, de modo que incida sobre el muro en un punto al que corresponde un es pesor de io metros, con lo cual los efectos de destrucción serían de gran importancia (fig. 7). 6. embalse y a una altura que variaba entre los tres y diez metros sobre la superficie del agua y distantes unos 8oo a 1.200 metros del dique. En la presa del Mohne, lós alemanes también tenían tres series de redes para torpédos sumergidas casi hasta el fondo y distantes entre sí unos 12 metros. Este dispo sitivo mantenía tranquilos (excesivamente tranquilos) a los alemanes, porque las, cosas ocurrieron de forma dis tinta de como las habían previsto. El ataque de esta presa por los norteamericanos se efectuó en un golpe de audacia perfectamente prepa rado, de noche a baja altura (sólo io metros) y a una distancia del muro sólo de unos 30 metros. Este ataque debía haber sido impedido por las defensas de tierra, pero como se realizó durante la noche, se consiguió un efecto completo de sorpresa. Las bombas eran cilíndri cas, a las cuales se les imprimía un movimiento de nota- MODOS DE PROTECCION DE LOS EMBALSES CON TRA LOS BOMBARDEOS ABREOS Vistos los efectos que pueden producir las bombas y los torpedos aéreos, se deduce cómo consecuencia que es necesario defenderse de los bombardeos verticales y Figura 7. de los torpedeamientos a baja altura. A los primeros se les puede oponer el espesor y la ar madura en la coronación del muro; y para los segundos ción inicial; una vez caídas en el agua, se deslizaban sobre la superficie de la misma, saltando por encima de las se requiere: obstrucciones de superficie, hasta detenerse contra el P7fl aéreas fijadas a cierta altura usadas en el pasado (de 4 a 5.000 metros), por ejemplo, empleando globos cautivos. El torpedeamiento desde gran altura y larga distancia se efectúa con torpedos llamados planeado res, compuestos del torpedo propiamente dicho y de un dispositivo planeador (ale tas), dotado de piloto automático, para mantenerse en ruta. El planeador limita la velocidad de caída del torpedo, del cual se desprende ante la proximidad del blan co. El torpedo incide en el agua con la adecuada posición y con la conveniente velocidad de roo metros por segundo y con un ángulo de incidencia de 15° y es lo suficientemente resistente para resistir Figura 8. el choque con el agua. ¿Podrá este sistema de ataque contra los navíos utilizarse también, con las debidas correccio La sorpresa conseguida fué doble: de un lado, por la y modificaciones necesarias, contra los embalses hi hora del ataque durante la noche, y de otro lado, por nes droeléctricos? los medios con que habían conseguido el ataque. Los efectos fueron desastrosos. Una bomba de 2.500 ki logramos hizo explosión a 20 metros de profundidad donde el muro tenía un espesor de 15 metros y produjo una brecha de 77 metros de largo y 13 de altura Al. des peñarse el agua por este boquete se produjeron empujes debidos a los remolinos, que derrumbaron aún más el muro que circundaba la brecha. muro de presa la cabeza del artefacto. Entonces se su mergía por sí solo y hacía explosión contra la pared a una profundidad previamente establecida. TORPEDEAMIENTO A GRAN ALTURA Figura No parece que los ataques a baja altura, dificultados por la eficacia de los modernos métodos de vigilancia y la reacción de las defensas de tierra, vayan a ser em pleados en lo sucesivo; por el contrario, la técnica de los torpedeamientos aéreos, a menos en lo que se refiere a Figura 10. la acción contra navíos, se va orientando hacia ques desde alta cota (algo más de 4.000 metros) lejos (distancias mayores de los 15.000 metros). Esta táctica hace por completo ineficaces las so 9. Noparece que existan motivos particulares que se le opongan. Por el contrario, la acción resulta facilitada en este caso, puesto que se trata de objetivos inmóviles, bien visibles, de amplia extensión y co nocidos previamente. La sorpresa se con sigue con el lanzamiento a la distancia su ficiente para no ser visto: de esta forma el ataque puede hacerse también de día. La defensa activa y la pasiva (fuegos, barrenas fijas, etc.), difícilmente podrán ser eficaces en un ataque a gran altura y desde gran distancia, por lo cual es de esperar que los torpedos, de todos modos, llegarán al embalse. Se debe tra tar, por tanto, de recibir adecuadamente los torpedos y neutralizarlos a tiempo. Para esto se utilizarán los obstáculos con tra torpedos, colocados de tal manera que no puedan dejar entre sí ningún pasillo. En los dispositivos de superficie y de profundidad deben tenerse en cuenta que debe mantenerse alejado el muro de la posible explosión de un torpedo (figs. 8, 9, io) y que los los ata pueden descender hasta 25 metros de profun y desde torpedos didad y además pueden estar provistos de dispositivos mecánicos para abrir brechas en las redes. barreras Guíabibliográfica. Comandante Martínez Bande. Lecciones de una campaña. ocurrir. Mientras en el lado francés el General Dugom mier iniciaba vigorosamehte su mando, reorganizando La guerra de Esp’aña frente a la Revolución francesa sus fuerzas, y prestando atención preferente a su ins ‘tomó en los años 1794 y 1795 un mal giro: pasose dela trucción, en el bando español imperaba un estado de total ofensiva a la defensiva y luego fué invadida Cataluna. abandono, muy propio de nuestros malos momentos. Del libro dedicado a esta campaña, ahora publicado (i), Jomini dijo a este respecto: “El rasgo máspronunciaclo del pueden sacarse diversas enseñanzas, posiblemente pro carácter español es una inclinación a la independencia, vechosas aunque resulten amargas. “Lamentable—se dice ‘o, por mejor decirlo, a la liberación de todo freno y a la en el prólogo de la obra—, e incluso enojoso, resulta vagancia.” para el lector español, revivir el recuerdo de unos episo La elección del Conde de la Unión como General en dios nada favorables al éxito de nuestras armas.” Jefe del Ejército de operaciones, debe ser estimada como La campaña cayó mal aquí, y el seguramente superficial un desacierto. Clonard dice de’ él: “Sus talentos, no es entusiasmo desper taban al nivel de sus atributos, morales... Como todas tado por nuestros las organizaciones muy impresionables, la suya se abatía con la misma facilidad con que se inflamaba.” Esta nota llónfué reemplaza’ de carácter, muy del español, medio, se pone de mani do pronto por una fiesto cuando, tras de las derrotas en el campo francés ce rro. totalapatía, en los en el mes de abril, el Conde propone repasar la frontera linderos del derro Morla—que era otro carácter—mostróse contrario, afir CA M. PANAS tismo.Contribuyó a mando que “era ese el partido más, funesto de cuantos r.i os sin ello,duda, la podían tomarse”. El espectáculo de una retirada desor denada colocó a España de vencedora én vencida. Y puede P 5’ cionria—quintas ropaganda revolu A FNiAiSDkLSfLO X’VflI columnas de la épo tanto el Mando en la guerra, que cuando es nombrado luego Comandante del Ejército el General Ricardos, el ..fl ca—, pero en muy cambia de signo de la noche al día. escasa medida, pues panorama Hay algo más. La invasión de Cataluña se ofrecía, y hade tenerse pre sin duda, a los franceses llena de promesas. Pero su sente que España creencia de que contaban con la adhesión de los cata P’eraentonces, en to lanes para facilitar la derrota de España y la realización das las clases y qui sus planes de desmembración nacional, resultó, a la zá,‘sobre todo, en de larga, totalmente fallida. Un historiador francés, Fervel, las populares, ene nos dispensa de mayores comentarios: “El Ejército fran miga de la Revolu cés, al penetrar en ella’ (Cataluña) había de entendérse ‘SER/lClQ 1STOPK.O%L!TPJ) ción,creyéndonos las no solamente con las tropas del Rey de España, sino con una vasta y belicosa provincia que, igualmente que la Francia Revolucionaria, se levantaba para man y nuestra ignoran tener su nacionalidad.” ¿Cuál era ‘el precio que se ponía. cia, fuertes y pode al gesto? Tema éste para meditarse y que escapa al rosos. Algo extraño, sin embargo, había ocurrido, algo presente comentario. que parecía inverosímil: los Ejércitos desarrapados hijos de esa Revolución habían triunfado, y un gran tanto de culpa había que achacárselo a nuestros poderes pú blicos, que debían haber visto, antes de meterse en libros Instrucción de las Unidades blindadas en el Ejército francés. de caballería, el estado ruinoso de nuestra Hacienda, el total abandono de muchos aspectos de la adminístra Para el General’ Mateo Marcos la instrucción de las ción pública y la debilidad de nuestras Unidades arma(las. (Ya el General Ricardos había dirigido al Gobierno, tropas blindadas es el problema. vital que tiene hoy que resolver nuestra Caballería: los jinetes han de “transfor antes de continuar la guerra, una comunicación “anun marse en blin.dcidos”. Por lo demás, el espíritu del ‘Arma ciando que se avecinaban grandes desastres dimanados no ha variado. Las “Armor” anglosajonas son las he de las malísimas condiciones materiales y morales en rederas directas de las antiguas tropas a caballo, y las que se hallaba el Ejército”.) Abandono del Poder, desmoralización de las tropas, misiones y modos de combatir de éstas ‘las propias de mal comportamiento de éstas con la población civil...; las Unidades blindadas., Las cuestiones nacidas de las panorama que no gusta contemplar, aunque enseñe mu mudanzas de los tiempos quedan así enumeradas: “Si cho. “En pocas luchas podrán apreciarse las estrechas hasta hoy el Arma ha tenido algún prestigio, lo ha ga relaciones entre la política del país y el desarrollo del nado porque ha sabido cuidar, domar y emplear sus caballos y hacer jinetes a sus soldados. Si queremos proceso bélico, de la moral pública con la moral del Ejér cito”. Ahora, en efecto, nos parece que la guerra y la conservar y acrecentar este prestigio en el, futuro tene política están entrañablemente unidas, pero, en realidad, mos que aplicarnos a saber cuidar, manejar y emplear el material automóvil en la misma forma que lo hicimos más o menos, siempre ha sido así. En la campaña de Cataluña ocurrió lo que tenía que con los caballos, y a hacer conductores de automóviles yde carros lo mismo que hicimos antes jinetes.” Por eso (1) Estado áayor Central del Ej&cito. Servicio Histórico la instrucción de las Unidades Blindadas tiene hoy tan Militar. “Campaña en los Pirineos a Linajes del siglo XVIII (to gran importancia. mo III. Campaña de Catalufla”).—Madrid, i954; dos tomos de 584 A esta instrucción se refiere la parte ‘cuarta del Re y 380 páginas, con ilustraciones; 27 centímetros; rústica. glamento Provisional francés de Tropas Blindadas, tra P! R N O -‘ - - . ,-, , .‘. - - — 81 ducido con mucho esmero por el Comandante Portillo Togores (i). El volumen se divide en cinco títulos, y éstos en sección, capítulos y artículos. La redacción es ordenada, ceñida a lo esencial y muy clara, como es de ley en todo Reglamento militar, sin distinción de nacio nalidades. La literatura castrense no se parece en este punto a la barroca que en otro tiempo existiera, y bueno es transcribir a este propósito las palabras con que co mienza el Reglamento: “Los términos del lenguaje mi litar poseen un significado concreto, que debemos cono cer para usarlos concretamente tanto en la conversa ción como en las órdenes e informes.” Este afán clásico de dar claridad a lo que se dice o piensa—estilo claro, pensamiento claro—ha inspirado, sin duda, el que antes de entrar en el terreno de la ins trucción propiamente dicha se den una serie de defini ciones, entre ellas las relativas al mando, a las misiones, a las Unidades, a las formaciones, al te rreno y a la circula ción; teniendo tam bién un carácter se midefinidor, en cuanto se fijan lími tes exactos, la parte destinada a los “me dios de Mando”. INSTRUCC!ON Viene luego el tí UÑIDADES _____________________________ tuloII, dedicado a las “generalidades .ELI NDADAS sobrela instrucción de la Caballería blm dada” El único fin de la instrucción —se anuncia—debe ser la preparación para el combate. F.jrio -Mdrd 1.955 Tiende a crear, tan to en los cuadros como en la tropa, “los reflejos necesa rios para emplear los medios de combate a pesar de las emociones del mismo y disponer de Unidades flexibles y entrenadas, aptas para todas las maniobras”. Se apoya la instrucción en la educación moral, el entrenamiento fí sico, la formación técnica y la formación táctica; com prende dos formas, que son como las dos etapas de un camino, la instrucción individual y la instrucción colec tiva, y ha de estar precedida de una selección del perso nal, contar con buenos equipos y disponer de abundantes medios materiales. La “Acción del Mando” llena el título III del Regla mento. Se estudian aquí los cometidos y atribuciones de los diversos escalones del Mando y las líneas generales de la organización de la instrucción, que descansa en una juiciosa repartición de cometidos, un programa racional de trabajo y la creación, entretenimiento y perfecciona miento de las instalaciones necesarias. El título IV es fundamental: se refiere a la “Marcha general de la instrucción”. Entrar en el detalle de él resulta aquí imposible. Pero sea cualquiera el juicio que a nuestras jerarquías especializadas en el mando de esta clase de Unidades merezca el. Reglamento francés, su lectura y meditación será siempre fructífera, pues servirá para confrontar criterios y puntos de vista. Desde la instrucción de la tropa y de los cuadros se va a la colec • ____________________ tiva de la célula elemental y Unidades y a la instrucción interarmas. Finalmente, el título V se refiere a los procedimientos pedagógicos, que han de ser sencillos y a base de emplear en ellos el material adecuado, aunque “nada puede reem plazar a la enseñanza directa, es decir, al estudio sobre el propio material, en las condiciones del combate”. . RESENAS BREVES Estado Mayor Central del Ejército. Servicio Histórico Militar: Noenc1átor Histórico-Militar.—Madrid, rq55; 372 páginas; 27 centímetros; cartoné. Con el Diccionario de la Real Academia en la mano como base y punto de apoyo, se ha escrito este Nomen clátor; de aquél se han recogido gran número de voces militares, las cuales aparecen muchas veces con las re formas estimadas necesarias, “cuando la actualidad ha desvirtuado su verdadero significado”. No osbtante, el Nomenclátor, como ya lo dice su nombre, tiene más carácter histórico que actual, y en tal sentido, y no como vocabulario de voces militares en uso, debe ser consi derado. Las definiciones aparecen concisas, breves, pensando que sirvan para todos los escalones de la jerarquía: muy claras desde luégo. El. libro puede ser un punto de par tida para obras más ambiciosas. ?QtTflhO flÇOfl1 Aage Krarup Nielsen: Corea (La GuerraInaeabada).— Ediciones y Publicaciones; Barcelona, 1953; 276 pági nas; 21 centímetros; tela. -;0] (x) “Instrucción de Unidades blindadas”. (Traducción del Re glamento Provisional francés de Tropas Blindadas por el Coman dante Portillo Togores Prólogo del General Mateo Marcos). — Ediciones EJÉRcITo; Madrid, x955; 240 páginas, con ilustraciones; 19 centímetros; rústica. 82 Un reportaje sobre la guerra de Corea, mejor dicho sobre parte de la guerra. Una guerra “inacabada” dice el autor; a lo que podría añadirse: y “olvidada”. El libro tiene el valor de los reportajes de guerra. Krarup, periodista danés, nos lleva, unas veces al frente y otras a los cuarteles generales, a las oficinas políticas, a la retaguardia. MacArthur, Syngman Rhee, Chiang-Kai-Shek, desfilan. La narración es una serie de impresiones rápidas, cortadas, inconexas. Luego vienen las conclusiones sobre la clase humana del enemigo, sus métodos de lucha y su capacidad combativa. Métodos de lucha bien crueles por cierto. (He aquí las palabras de un oficial: “Repetidas veces, los norcoreanos han man dado a grandes grupos de muchachos jóvenes armados únicamente con granadas de mano o cuchillos fijados a bastones de bambú, contra nuestro fuego de ametralla doras, con el fin de que consumiésemos nuestras muni ciones antes de iniciarse el ataque propiamente dicho.”) Por su parte los soldados, duros como el pedernal, po dían marchar durante veinticuatro horas sin descanso y lanzarse luego al asalto en forma impetuosa. (Otro Ofi cial dice: “Si de esta guerra no hemos aprendido otra cosa por lo menos ahora sabemos sobradamente que los ins tructores rusos pueden convertir a estos asiáticos en soldados de primerísima clase.”.) El hombre occidental no debía olvidar éstas y otras consideraciones parecidas. INDICE 4ENERAL (Las obras citadas a continuación, nacionales o ex tranjeras, lo son sólo a título de información,.no habien& sido leídas ni sometidas a juicio.);1] ESPAÑA CONCURSOSDE PREMIOS CONVOCADOSPOR LA INS TITUCION “FERNANDO EL CATOLICO”,DE LA DIPU TACION PROVINCIAL DE ZARAGOZA. Angel Ruiz Ayucar. Capitán de la Guardia Civil: La Rusia que conocí—Ediciones del Movimiento. Madrid. Arthur C. Clarke: Vuelos jnterplanetarjos.—Edjtorjal Al hambra. Madrid. Tjç: La guerra fría.—Ediciones Reconquista. Madrid. £ PREMIO FRANCIA 2a General M. Vermoux: Wiesbadeii l940-1944.—Edjcjones Barger Levrault. París. Çoronel G. R. Bouvet: Ouvriers de la premibre heure.—-Ediciones Berger-Levrault. París. Coronel Bailloux: Arrnée Berger-Levrault. París. et carribre militaire.—Edjcjone 4a INGLATERRA 5a 3a M. Calvert: Prisoiies of Hope.—--Jonathan Cape. Londres. G. Blumentitt: Von RundstedL—Odhams Press. A. Jollv: iBlue Flash. The Story of am Armonred Regiment. Law Stationery Society. ITALIÁ GIMENEZ SOLER La Institución “Fernando el Católico” convoca para 1955 el premio “Giménz Soler” dedicado a la mejor monografía que se presente sobre “Aragón en el pro ceso unitario de España”. El premio será de 4.000 pesetas. Las monografías presentadas deberán ser originales e inéditas y redactadas en español. Las monografías se presentarán escritas a máquina, en papel folio, por una sola cara a doble espacio, convenientemente encuadernadas y designadas por un lema. El nombre del autor se consignará en sobre cerrado no transparente, lacrado, sin marca especial, y en cuyo exterior figure el lema. Las obras se presentarán en la Secretaría de la Ins titución “Fernando el Católico” (Isaac Peral, 3, lo izquierda, Zaragoza), antes de las doce horas del día 29 de febrero dé 1956. PREMIÓ “INSTI.TUCION LICO FERNANDO EL CATO- 1955” La Institución “Fernando el Católico” instituye un premio para la mejor monografía que se presente sobre el tema “Personalidad histórica de Aragón”. 2. a, El premio será de 20.000 pesetas, entregándose en sesión solemne en una fecha destacada de la Ins titución. a Las monografías presentadas a esta convocatoria deberán ofrecer mérito científico suficiente, rigor histórico y justificación documental amplia. Debe rán ser originales e inéditas. 4•a La monografía se presentará escrita a máquina en papel folio, por una sola cara y a doble espacio, convenientemente encuadernada y designada por un lema. El nombre del autor se consignará en so bre cerrado no transparente, lacrado sin marca es pecial, en cuyo interior figure el lema. 5•a Las obras se presentarán en la Secretaría de la Ins titución “Fernando el Católico” (Isaaé Peral, 3, i.°, izquierda, Zaragoza), antes de las doce horas del día 29 de febrero de 1956. i. General Dante Lorenzelli: La Divisione “Superga” nola tormenta (1940-1943) .—Tipografía Regionale. Roma. P. D’Agostini: Cosa sono gli Stati Uniti.—Editore Lo Monaco. Palermo. F. Pagliano: Storia di 10 aeroplani.—Editore Lo Monaco. Palermo. PORTUGAL eneral A. Telles Ferreira de Passos: Prenuncios de am período de evoluço paraos cursos do 1. A. E. M.— Edición Oficial. Caxias. iumberto Delgado: A marcha para as Indias.---Edicjo nes de la Revista “Defensa Nacional”. Lisboa. Teniente Coronel A. Ferreira da Conceiçflo: Viriato. Ca pitáo da Lusitania.—Autor. Lisboa. De reciente pubHcación LOGISTICA La criptografía miangcdotas 1 MARCHAS Y ESTACIONAMIENTOS Por el Comandante de Aviación José Luis Muflo, Pérez. Por Eduardo Munilla Gómez, Comandante de Artillería, y Angel Buelta Moreno, Comandante de Infantería. 312 páginas 76Precio: pesetas 372 páginas 86Precio: pesetas. NOTA.——A1 personal militar y Organismos del Ejórcito se les hará un descuento del 25 por 100 sobre estos precios. Pedidos a EDICIONES EJERCITO — Alcalá, 18 — MA DR1D