Mesa Debate - Universidad De Málaga

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X Encuentro. Asociación para el Estudio y la Investigación del Protocolo Universitario. II Encuentro hispano luso Marisa Corcuera Mendoza. Universidad de Burgos. Málaga, 26 de mayo de 2011 Mesa debate: Honoris causa: Presente y futuro. Doctor Honoris Causa in memoriam. Doctor, etimológicamente, es el que enseña, el docto; es una palabra que define al maestro, al profesor, a quien genera conocimiento. Por ello, el título de doctor está asociado al reconocimiento de la capacidad investigadora y, por ende, una de las principales funciones que tiene que desempeñar la universidad, la de generar conocimiento. Según el D.R.A. es la persona que ha recibido el último y preeminente grado académico que confiere una universidad u otro establecimiento autorizado para ello. Persona que enseña una ciencia o arte. Honoris causa “por causa de honor”. Cuando a un personaje se le da un honor se dice que es honoris causa. La universidad quiere conceder el honor de ese título académico, al mismo tiempo, dicha Universidad, se honra por el honor que concede. Según el Diccionario de la Real Academia es el título honorífico que conceden las universidades a una persona eminente. In memoriam, para recuerdo de algo o de alguien. En memoria, en recuerdo. Una vez desentrañado el significado de las tres palabras que componen el título de mi intervención, y, a modo de ejemplo, he tomado la definición que, las universidades representadas en esta mesa de debate, recogen en sus estatutos o reglamentos de honores y distinciones para definir a la persona en la que recae esta distinción. Según el art.1 del Reglamento de Honores y Distinciones de la Universidad de Málaga, “los Centros de la Universidad de Málaga podrán proponer la concesión del título de Doctor Honoris Causa a favor de aquellas personas que, en atención a sus méritos relevantes y especial vinculación a la Universidad de Málaga, sean acreedoras de tal consideración y contribuyan a una mejor y mayor proyección de dicha Universidad. Según el art. 200, de los Estatutos de la Universidad de Salamanca “El Doctorado Honoris Causa es la máxima distinción académica conferida por la Universidad de Salamanca”. Según el art. 7 del Reglamento de Ceremonias y Honores de la Universidad Complutense de Madrid, ésta “podrá distinguir con el título de Doctor "Honoris -1- X Encuentro. Asociación para el Estudio y la Investigación del Protocolo Universitario. II Encuentro hispano luso Marisa Corcuera Mendoza. Universidad de Burgos. Málaga, 26 de mayo de 2011 Causa" para reconocer la excelencia de personalidades nacionales o internacionales en los principales campos de la actividad humana, ya sean académicos, científicos o literarios, culturales o sociales, políticos o económicos. No podrán recibir el doctorado "honoris causa" aquellas personas que hayan tenido relación contractual o estatutaria con la Universidad Complutense”. Según el Art. 5. de los Estatutos de la Universidad de Córdoba “El Doctorado Honoris Causa es la máxima distinción académica conferida por la Universidad de Córdoba y se concederá de acuerdo con el procedimiento establecido en los presentes Estatutos y su reglamento de desarrollo. Según el artículo 14. de los Estatutos de la Universidad de Burgos “El Doctorado Honoris Causa tendrá la consideración de suprema dignidad conferida por la Universidad de Burgos a personas físicas que se hayan distinguido por su decisiva contribución en el ámbito científico, cultural, artístico y técnico, así como por sus sobresalientes aportaciones a la sociedad”. Con matices muy significativos entre todas ellas y, con algunas diferencias, no cabe duda que para todas las Universidades el Doctor Honoris Causa es la máxima distinción. Para recabar información relacionada con los Doctorados Honoris Causa in memoriam otorgados por las diferentes universidades del territorio español he realizado una consulta sencilla, con el fin de obtener información sobre el ¿cuándo se ha otorgado? y ¿qué se ha entregado a los galardonados? en las diferentes universidades. He consultado a 70 universidades obteniendo 37 respuestas, de las cuales 24 universidades no han otorgado ninguna distinción de este tipo, entre ellas se encuentran: el Centro Universitario La Salle de Madrid la Universidad Albat Oliva CEU la Universidad Alfonso X el Sabio la Universidad Camilo José Cela la Universidad Católica de San Antonio de Murcia la Universidad de Barcelona la Universidad de Cádiz la Universidad de Extremadura la Universidad de la Rioja la Universidad de Oviedo la Universidad de Vigo la Universidad del País Vasco la Universidad Internacional de Andalucía la Universidad Politécnica de Cartagena -2- X Encuentro. Asociación para el Estudio y la Investigación del Protocolo Universitario. II Encuentro hispano luso Marisa Corcuera Mendoza. Universidad de Burgos. Málaga, 26 de mayo de 2011 la Universidad Politécnica de Cataluña, la Universidad Politécnica de Madrid la Universidad Pompeu Fabra la Universidad Pontificia de Comillas la Universidad Pontificia de Salamanca la Universidad Pública de Navarra la Universidad Rovira i Virgili la Universitat Jaume I y en el territorio Portugués la Universidad Católica Portuguesa. Las universidades que han contestado de forma afirmativa, es decir, que sí han otorgado la máxima distinción académica, in memoriam, han sido diez: La Universidad Carlos III de Madrid (1) a Julio Caro Baroja, en 2006 La Universidad Complutense de Madrid (1) a Andrés Segovia, en 1987 La Universidad de Murcia (1) a José Antonio Truyol Serra, en 2004 La Universidad de Navarra (2) a Carlos Jiménez Díaz, en 1967; a José Mª Lacarra y de Miguel, en 1989 La Universidad de Salamanca (3) a Santa Teres de Jesús, en 1922; a San Juan de la Cruz en 1991; a José Ángel Valente, en el 2000. La Universidad de Valencia (4) a Vicente Andrés Estellés, en 1993; a Miquel Dolç i Dolç, a Lord Yehudi Menuhin, en 1999 y Vicente Montés Penadés en 2009. La Universidad de Valladolid (1) a José Antonio Girón Tena, en 1991 La Universidad Miguel Hernández de Elche (1). Al poeta Miguel Hernández, en 1988 La Universidad Politécnica de Valencia (2) a Francisco Fernández Ordóñez en 1992 y, a Francisco Gálvez Morros, en 2004 A estas universidades añadiré otras dos más en las que sí se han entregado doctorados honoris causa in memoriam: La Universidad de las Islas Baleares (1), en 1997 a Joan Mascaró i Fornés. La Universidad de las Palmas de Gran Canaria (5), en 1996 a Christian B. Anfinsen, Premio Nobel de Química 1972, y a Severo Ochoa, Premio Nobel de Medicina 1959; a César Manrique, en 1999; a Eugenio Coseriu, en 2003; a Mª Françoise Collière, en 2005. Desgranando la consulta realizada, a partir de preguntas sencillas, he pretendido obtener datos muy significativos atajando dos frentes importantes, en primer lugar conocer si la concesión del Grado de Doctor Honoris Causa se realizó en vida, o bien, una vez fallecido el candidato, y, en segundo lugar, obtener detalles del desarrollo de la ceremonia. -3- X Encuentro. Asociación para el Estudio y la Investigación del Protocolo Universitario. II Encuentro hispano luso Marisa Corcuera Mendoza. Universidad de Burgos. Málaga, 26 de mayo de 2011 Quiero basar mi intervención en estos dos pilares a la hora de abordar este tema:  ¿Cuándo se aprobó la concesión de los Galardonados por parte de los órganos competentes de la Universidad?  ¿Cómo fue el desarrollo de una ceremonia con unas particularidades muy singulares dado que, en estos casos, no cuenta con el protagonista principal? Y, si me permitís, y a modo de reflexión, una vez analizadas estas cuestiones me gustaría intentar llegar más allá analizando  ¿el porqué y con qué fin las universidades consideran un honor incluir en su claustro de doctores a personalidades, sin duda muy relevantes, una vez fallecidas?. Es evidente, introduciéndonos en ese primer pilar que hacía mención, que en alguno de los galardonados que he relatado anteriormente, como Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz o el poeta Miguel Hernández, la propuesta de concesión fue posterior al fallecimiento, y así es. Los datos recogidos arrojan los siguientes resultados: Doctores Honoris Causa investidos in memoriam, he obtenido un total de 221. Analizando estos 22 galardonados se desprende que la concesión de la distinción se produjo en vida del galardonado en un total de 14, y que 8 galardonados fueron distinguidos con esta concesión una vez fallecidos. No cabe discusión alguna sobre el perfil de los 22 galardonados que he nombrado, pero creo que adquiere un valor añadido el estudio de los 8 galardonados que, una vez fallecidos, han pasado a formar parte del claustro de doctores de diferentes universidades, siendo éste el aspecto que más se ajusta al objeto de mi intervención y sobre el que se basa la reflexión propuesta anteriormente; entre éstos 8 galardonados se encuentran: • • • • • • • • Miguel Hernández Santa Teresa de Jesús San Juan de la Cruz Julio Caro Baroja José María Lacarra y de Miguel César Manrique Christian B. Anfinsen, y Severo Ochoa 1 Estos 22 Doctores Honoris Causa por las Universidades Españolas los he obtenido de la encuesta remitida por parte de mis compañeros de algunas de las universidades y de una búsqueda en Internet, por lo que, posiblemente, haya algún Doctor Honoris Causa más que debiera estar en este bloque. -4- X Encuentro. Asociación para el Estudio y la Investigación del Protocolo Universitario. II Encuentro hispano luso Marisa Corcuera Mendoza. Universidad de Burgos. Málaga, 26 de mayo de 2011 En cuanto a ¿cómo se han desarrollado estas ceremonias?, segundo pilar apuntado, la consulta realizada permite, en la mayoría de los casos, hacernos una idea de la ceremonia y qué atributos fueron entregados a los representantes de los galardonados; considero que los resultados son muy interesantes: En cuanto a “si la laudatio la realizó algún miembro del Claustro Universitario”, a excepción de una, la respuesta es afirmativa. Sin embargo, enlazando con la siguiente pregunta “si hubo Discurso de Gracias por parte de algún familiar o amigo”, la respuesta obtenida es más dispar, obteniendo un sí en el caso de 6 y un no en un total de 10.2 Todos sabemos que cada universidad en las Ceremonias de Doctor Honoris Causa hace entrega de una serie de atributos, pudiendo variar de unas universidades a otras. Sí hay coincidencia en cuanto a que todas entregan alguno o varios de los siguientes atributos: el anillo, el birrete, el libro de la ciencia, la medalla, los guantes y el diploma y el análisis obtenido de 16 ceremonias es el siguiente:  dos de los distinguidos no tuvieron ceremonia propiamente dicha aunque sí se hizo entrega del diploma en un acto de homenaje o acto privado;  el anillo, birrete, libro de la ciencia y guantes se entregó a 4 Doctores Honoris Causa y aunque el Diploma se entregó en 10 ocasiones tan sólo coincide con el grupo anterior en 1 solo caso; es decir que una Universidad entregó el anillo, birrete, libro, guantes y diploma.  de este grupo de 10 que reciben el diploma, 7 reciben únicamente el diploma, ningún otro atributo, y  los otros 2 casos que restan reciben el diploma y el birrete.  en 1 sólo caso se entrega una placa con motivo de la investidura. Para completar la consulta realizada pregunté si en el escenario había una silla vacía o algún otro símbolo diferente a una ceremonia habitual, y la respuesta ha sido que de las 16 ceremonias que me han remitido los datos, en 3 ocasiones en el escenario había un silla vacía y en 2 un retrato del Doctor Honoris Causa, no siendo coincidentes ambos símbolos en la misma ceremonia. Analizados los dos pilares me gustaría adentrarme en esas reflexiones apuntadas anteriormente: ¿el porqué y con qué fin las universidades consideran un honor incluir en su claustro de doctores a personalidades, sin duda muy relevantes, una vez fallecidas? 2 Estos datos son obtenidos de 16 ceremonias D.H.C., de las consultas recibidas. -5- X Encuentro. Asociación para el Estudio y la Investigación del Protocolo Universitario. II Encuentro hispano luso Marisa Corcuera Mendoza. Universidad de Burgos. Málaga, 26 de mayo de 2011 De todos los Doctores Honoris Causa que he incluido en este análisis podríamos apuntar páginas enteras, aunque también es cierto que su propio nombre lo dice todo, he tomado alguna referencia de cada uno con el fin de buscar una respuesta a las preguntas planteadas: • Miguel Hernández. Nace en Orihuela (Alicante). Para la Universidad Miguel Hernández es éste un día inolvidable, el día en que nuestra institución rinde su máximo honor académico a aquél que le da su nombre: el Poeta Miguel Hernández. 3 • Santa Teresa de Jesús. Natural de Ávila. “…Teresa de Jesús merece por su cultura un • puesto de honor entre los sabios españoles…"4; Doctora Honoris Causa por la Universidad de Salamanca. San Juan de la Cruz. Natural de Ávila y cursa un año de estudios en la Universidad de Salamanca. Desde 1952 es el Patrono de los poetas en lengua española. Doctor Honoris Causa por la Universidad de Salamanca. • Julio Caro Baroja. “Precisamente, en diciembre de 2005, este Instituto convocó unas jornadas en la Universidad Carlos III para estudiar los diversos aspectos de la personalidad del eminente antropólogo, jornadas de las que surgió la idea de proponer su nombre para la concesión del doctorado honoris causa. Aunque no existen apenas precedentes de estos otorgamientos post mortem -otro vasco, Gabriel Celaya, lo recibió en esas circunstancias por la Universidad de Granada-, todos los ponentes que acudían al Seminario referido el pasado diciembre, así como el equipo rectoral acogieron la idea con entusiasmo…”.5 • José María Lacarra y de Miguel, Navarra es su tierra natal. “Ha desempeñado diversos cargos en el ámbito universitario, de la investigación y los archivos, tanto a nivel regional como nacional. Su labor investigadora ha sido internacionalmente elogiada y apreciada, teniendo el profesor Lacarra una destacada participación en congresos y reuniones internacionales, y siendo admitido en prestigiosas instituciones como la Medieval Academy of America”. “fue un historiador, filólogo, medievalista y heraldista español, cuya especialidad fue el estudio de la historia de Aragón y de Navarra”. 3 Discurso del Rector Magnífico de la Universidad Miguel Hernández de Elche en el Acto de Investidura Doctor Honoris Causa a Miguel Hernández, 1998. 4 Jerónimo Hernández de Castro. Los primeros doctorados honoris causa en España. Ediciones Universidad Salamanca. 5 Lunes, 24 de abril de 2006. Diario Vasco. Titular:” Julio Caro Baroja, doctor 'honoris causa' a título póstumo por la Universidad Carlos III”. La concesión, que recibirá en su nombre Pío Caro de manos del rector Gregorio Peces Barba, será el 10 de mayo. -6- X Encuentro. Asociación para el Estudio y la Investigación del Protocolo Universitario. II Encuentro hispano luso Marisa Corcuera Mendoza. Universidad de Burgos. Málaga, 26 de mayo de 2011 • César Manrique. Natural de Arrecife, Lanzarote. Propuesto por el alumnado de Informática y apoyado por los Centros que imparten estos estudios Es reconocido por haber sido un canario universal, pionero en la conservación del paisaje y la arquitectura tradicional. • Christian B. Anfinsen, Premio Nobel de Química 1972 (USA) y Severo Ochoa, Premio Nobel de Medicina 1959. El 23 de febrero de 1996 tiene lugar la Investidura como Doctor Honoris Causa de 7 Premios Nobel y un Premio Príncipe de Asturias, propuestos por el Centro de Ciencias de la Salud y Departamentos afines, en reconocimiento a su labor y por su participación en el Curso de Avances de Medicina celebrado en 1993 en la ULPGC, entre los que se encontraban Christian B.Anfinsen y Severo Ochoa, aunque ya habían fallecido, por lo que se les otorgó in memóriam. De estos 8 Doctores Honoris Causa: Miguel Hernández, San Juan de la Cruz, Julio Caro Baroja, José María Lacarra y de Miguel y César Manrique se ajustan a un perfil muy parecido, son naturales de las ciudades donde se encuentran ubicadas las universidades por las que han sido investidos doctores honoris causa, o naturales de la región realizando estudios en estas universidades, como el caso de San Juan de la Cruz; todos son universalmente reconocidos desde los poetas Miguel Hernández y San Juan de la Cruz, el antropólogo Julio Caro Baroja, el historiador José María Lacarra y de Miguel y el arquitecto César Manrique. Tanto, en el caso de Miguel Hernández como de Julio Caro Baroja su nombre, antes de obtener este galardón, daba nombre, valga la redundancia, a las universidades que más tarde les acogerán en su claustro, uno al nombre de la universidad Miguel Hernández de Elche y Julio Caro Baroja a un Instituto de la propia Universidad Carlos III. No he incluido a Santa Teresa de Jesús porque la idea de hacerle Doctor Honoris Causa no parte de la propia universidad aunque “el claustro celebrado el 4 de marzo de 1922, aprobaría por aclamación la concesión a Santa Teresa de Jesús del doctorado honoris causa…”6; tampoco he incluido a Christian B Anfinsen y Severo Ochoa porque las circunstancias también lo alejan de esta línea de estudio; Pero, a partir de estos datos vuelvo a plantear las mismas preguntas: ¿Qué induce a una Universidad a otorgar un Doctor Honoris Causa a una persona ya fallecida? ¿Qué fin pretende obtener la Universidad al incluirles en su claustro de doctores? Muchas son las respuestas posibles, yo me atrevo a desengranar, desde mi punto de vista, algunas de ellas. Gracias a esta ceremonia y los atributos que se entregan al Doctorando, éste queda, a partir de ese momento y para siempre, vinculado a la universidad. Esta unión o atadura que libremente la universidad realiza, con estos actos, 6 Jerónimo Hernández de Castro. Los primeros doctorados honoris causa en España. Ediciones Universidad Salamanca -7- X Encuentro. Asociación para el Estudio y la Investigación del Protocolo Universitario. II Encuentro hispano luso Marisa Corcuera Mendoza. Universidad de Burgos. Málaga, 26 de mayo de 2011 son un reconocimiento, un pago para con el galardonado y, también, un honor para la propia universidad que, sin duda, se verá revertido con creces por el galardonado con su legado, su proyección, en la mayoría de los casos, proyección universal que se traduce en una herencia cultural de la que automáticamente la universidad se hace heredera. Por lo tanto, si la universidad les otorga su máxima dignidad y honor, la universidad es emisora y, a su vez, receptora del honor de contar entre sus doctores con personalidades de tal relevancia. No puedo olvidar la tradición tan arraigada de los Doctores Honoris Causa pero me voy a permitir incluir en estas reflexiones las palabras imagen y comunicación, desde el máximo respeto, y en un intento de unificar tradición y vanguardia, lo que me lleva a decir que, la universidad, con la inclusión en su claustro de estos galardonados, obtiene un beneficio añadido, ya que la imagen de la propia institución sale fortalecida y, si cabe, también, con esta inclusión en su claustro, potencia la comunicación pasando del ámbito del propio territorio a la universalización, al ir de la mano de un personaje que ya reúne en su persona ésta cualidad. Decía Ramón y Cajal, que las cualidades indispensables al cultivador de la investigación son: la independencia de juicio, la curiosidad intelectual, la perseverancia en el trabajo, el amor a la gloria y el amor a la patria. Creo que todos los Doctores Honoris Causa se ajustan al perfil que Ramón y Cajal apunta como cualidades atribuidas al cultivador de la investigación. Gracias. -8-