Idola Fori - Actividad Cultural Del Banco De La República

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CARLOS ARTURO TORRES [DOLA (Idolos Bibliotera Popular FOR! del Foro) de Cultura Colombiana Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia Bibliotera Popular de Cultura Colombiana CARLOS ARTURO TORRES ldola Fori ENSAYOS VQLUMEN VII Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia Editorial Kelly Publicaciones del Ministerio de Educación de Colombia - Bogotá - 1944 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia Carlos Arturo Torres K FORJ ~IDOLA (Idolos del Foro) , 1,;, BIBLIOTECA POPULAR .JANeo DE CULTURA ¡ evasto movilmiento intelectual, 'cuya magniltud no podemos lllPreci,ar todavía, como quien asc,iende por las faldas del Monte BLanco no advierte, falto de las ¡perspe'Ctivas de la distancia, ,la totalidad de :aqu~1'1agrandeza, evapórase una sutrl esencia de idlealismo, y e:ae es el rasgo relevante en }a 'contribución que el pensamiento accióny en los die ¡pensamiento, así en las empresas de 11apolit}ca como en la desinteresada \labor die las ideas; illolSl principios firmes. e~tJo 'es, NIJdtca'l!menteinv,ulnera\bles a toda m'OdU1icación,diSciernen en el 'común criterio y en la li:terllltura ,o'Orriente un no sUiperado 'linaje de 'rectitUid y un timbl'1e lesclarelcildode elevación m'Ol1ala :100Iconductores de rroopart~doo y a 100 educadores de dos pueblos.' No podría negarse, en veroad,que una fe intensa es parte a modelar vig'Orosamenteel ,cará,,,ter: ,el 'tener siempre ante sí, con la nitidz de una recta ratio, un camino trazado y idefínitiv:amente escuLpido en la, inmovilidad de un:á roca,es un resorte 'Poderoso de acción y anega eficienda y unidad inc10mparables a la ,iniciativa y al esfuerzo: fuente ,es, además, de grande quietud interior, :puesto que imp~ica la eH:mina;eión de las torturas del pensa,r y de las 'Obsesiones del inquirir. El h'ombre de' una sola: tdea, el ,creyente inac'ceslble a toda vacilación, I aquel que n'Ocon'Oció las agonías de !la "noche de 'Dic.ilembre" deJlOuffroy, ha 'Mducido' a la senciHez d'e un dilema elemental 100 más 'complicados 'problemas de la vida de,l pensamiento: es una "J Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia dÁRiLos ,I AR'Í'URO TORRES mentalidad simplista, homogénea, camo un bloque greniticQ, sin complicaiCÍones inquietantes y que ha a'Lcanzado ciertamente la ibi'enaventur:alIlza que el sennón de !a Montaña recanoce a los predetSltinados a la \pasesión del reino de las cie105,/Ante 1a ,concreción absoluta de dos fórmulas' queconti:enen 1181 una toda la verdad y toda el error la otra, ante el si ill're'vOtc,aible de Ormuzd y el nó igualmente irrevocabIe de Arimanes, la ele'cción no es dudosa ... quien la ha tomado 'alguna vez, tiene -¿cóma negarlo?derecho a la admiración ,actual, a Las consagra,ciones póstumas y a la sempiterna bienandanza más atJlá de la vida: es un elegido. El adusto gesto de Catón y su a.ctltud hermétilca, ,grande y heroica en un tiempo de universal abartimiento decara.cteres y ennoblecida I}uégo por el prestigio de la tradición clásica, se Í!llllPone'aún Y se impondrá siempre como arquetipo de Ila virtud antigua; también esa "lo'ca testarudez de CaJtón", que dice Guillermo F·errero, suscitará ¡ana.crónioco.simlta.dores "sobre el papel" 'cua,ndo las 'circunstancias que ,la hicieron oportuna y 'a,¡unplaus~ble han desa¡parecido y el anáJ.is,Ísrevaluado la noción de ,lo absoluto y ,ca¡lific8.ldo las posicionesemremas a la luz de un criterio superior de humana y generosa fi<1osof1a. Contra el fiero ideal de lac'ristalización del pensamiento en formas Ítnmutalbles aparece el prlncilpio r€IVdludonario del impu,!so inmanente de las ideas. Soli>Ciitadaspor interiores estimulas y por causas ambientes, las ideas están siempre en mov:tmiento, siellniPre trans1:ormándose, -enriqueciendo de continuo con sus adquisIciones el patrimonio mental de la humanida.d. He ahí uno de los más fecundos principios Ide la filosofía moderna: ni Descartes ni el mtsm.o Kant hab1an advertido ,claramente que las ide,as no son fomas e,c;táJticas,sina que comportan una poder,osa vir. tuaJidad dinámica que hace de ellas verdaderos gérme1nés vivientes: fue Hegelquien hizo del dé--" Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia ibóllA POR! 27 venir una ley de sistematizacIón :filosófica, y hoy, ') Fouillée, al formular su teoría d'e "las ideas-fuer- S zas", ha dado una base psicológi,ca cierta a'l gran ( principro hege1iano. Afirmar la 11egiti:midad,más que eso, la necesidad de la evolución mental, es una balSe pre'cisa., un da,to imprescindible al estudio de las lSupersarde una modalltdad de criterio a otra opuesta, sin 'balStardear IJor eso de su rectitud ni transigredir el fuero inviolable de su sinceridad, y mostrarlo tratándolSie precisamente de una evolución inv,ersa a la \Seguida por Las ideas del que esto escribe, es asentar el doble y coexistente prinCipio de la evolución y de ila unidad de la mente.,;-'Úoinbátese así, además, uno de los Molos del Foro que mayor prestigio alcanzan, y es aquel ,que consagra la rigildez de una actitud a las v,enera¡cronelSi humanas y 'veda, por tanto, la reotifilCa,ciónde aas ideas Icon ,que ,el 'Preexistente cincel de la tradlción y de aa enseñanza, de la moda o de la i:mitación ta:lla hor,a, por hora nuestra individualidad. EncamInase a tguaJ fin el mootrar ,cómo puede mantener.s.e el nexo irreducttble Ide un espír1tu y la unLdad de una forma,ción intelectualrul través !de 1as moldifIcaciones y de Jas relctifi:cacione's de la convicción y del desarrollo progresivo de las ttleas; 'cómo esa 'untdad implica por necesavio modo tai 'variedad y cómo, en fin, esaa¡parente contradi,cción no es sino el cumplimiento de uno de 100 más reveladores principios científicos de nuestrOlSdías. Las notabHístmas investigaciones de M. Rané Quinton y el gran ¡postu'¡ado bio[ógico que de ellas se deduce, de lo cual se hablará más adelante, com.plementan (no infirman, ,como pare,cencroor- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CARLOS ARTURO TORRES lo Jules de Gautier Y Lucilen Oorpecih'ot) el pl'\incipio universaJ. ,del trruIl8farmismo; si n.o es Hegitimo aplicar por analogía al domicilio moraJl Las leyes del mundo físico, ,puede ruf1rmar.seque la "1,eyde constancia", que en el reina de las tdeas debe llamarse unidad, 'no s61a se con:c~lia, sino que se vinou1a vigorolSiamente, ,en su sentido más comprensivo, con la tranSformación spenc€,ri1ana Y forma un nexo superior que modela, por lo más alto de la comprensión, de laconvi1coCiónY de -la tirm.eza, ,el cará!Cter ,d-ela personalidad intelectual. La 1.ntegri.dad d'efiniúiva del pensamiento de un laborador de las ideas o de un conductor de 10;3 eSl)iritus, no laconstDtuye una fórmula única, sino s-erj~s colaterales sucesivas de concepciones, muchas !de ellas a;parentementecontradictorias entre si, ¡pero que estudiadas con criterio analit'i.co, revelan una vinCUlación íntima que forma el sello personal de la obra a d.e ,la actitud y una evidente unidad de pensamiento aHí dond.e el ánimo limitado o pasional sólo v.eria claudicaciones y apOstasías < La transformación Y la unidad son, !pues, dos datos que se complementan y coexisten en las formaci.ones psicológicas y ,en las de orden moral, histórico y poUtico, del propio modo como la constancia fisiológica Y la diferencia'Ción anatómica coexisten en los organismos, según ,la ley de fije, za,constancia y unidrud con que M. Quinton h3. inmortalizado su nombre; 11:e.ahi una concepción que ofre0e a 'las iniJelig'encias una directiva nueva, y ya puede ,comprenderse las modificaciones que ha de implicar en el estudio y concepción de las leyes sociales, inspiradas para sus inducciollo::S en las teorlas de la ,evolución y el transformismo. Cada etapa de ascensión hace cambiar para el viajero de ,las altas montañas todas las perspectivas del paisaje.circunyacente; si el observador lograra colocarse en la ,cima insuperable, la noción del mundo que desde .aill1se formaría más amplia, haEste libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOliA FORI 29 bria de ser más 'cer,cana a la exactitud tdeal deI conocimiento. Las investigaJCi.ones'ci'entificas-avan ce ascenlcianal de 119.!3 ideas--":levantan igualmente el criterio a la Icantempladón de panoramas cada dia más vastos, y toda conquista de' latitud en el hori~ante, cada extensión de ra;diiovisual, modifican €1 sentido y la posición de las patsajes precedentes. La vfsión de ¡],aa'l:tura suprema, si fuera concebible el ,a,lcanzarlla alg1una vez, diaria en uno y atro casa la totalidad del panorama ,con el dable relieve ,de aa ampliltud de la 'universal y de la precisión de lo definitivo y patentizaría, 'en medio de laiS idiferen las 'colina¡s de Genezareth', un enemigo de ayer, un retaroatario de la hora postrera, v'ero JdIot'ado de mara'VHlo.sa mentalidad in. tuitíva, le infundió el 'Ví'Vidouniversalismo de su genio. MÍSel10 y d>escono'cido, venció con el calor de su alma el helado recelo ,de sus hermanos de 'adopCión y la ihostil1daJd i'nstinltiva que entocto cenáJcllio 'enouentra el recién venido, y que suele apagar las más generDSatS Ua.mas; hizo de la la.stuosa ciudad de los Seléucildes la segund.a rea:pital del cristianismo; conmovió a Paphos con el hálito de su ,casta fe yal AreópagJO con el rumor 'de su Y~rQo 1n>culto; en el A>e.t"OCorinto y ante el templo Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 34 CARLQS -ARTURO TORRES ,de Afradita Pandemos fulminó la austera conde· nadón del paganismo; en Tesalóni'ca, ¡apóstol de un Dios desconocido, abrió a la.sa1mas un hon· ronte. infinito, arilla.s del golfo azul que vio 'a Oieerán langlU~deceren melancóHco ex1l10y que ref1eja el dombo ide un olimpo ya despoblado; en Efe.so, baja los ¡pórticos sobevbios y ,cabe las gru_tas Ortigias, sustituyó el culto de la grande Arte,mis por un Ideal más aLto de ,piedad y de abnega· ción, y consalidó para siempre 'la obra de Juan, el . 8JPóstol del amar; abatió ¡por dondequiera los ,muros de granito de una intoleran.cia seilSveces s~lar, e hizo ,concurrir a una misma misión Y fundió en una misma síntesis 108elementos Y las mentaltdatdes aria y remítioc'\ para la propagación de una creencia que antes ambas detestaran Y despreciaran igualmente. Por -todas partes, en el Oriente y en el ODci:dente,en JerUis:alény en Rioma, pereg,rino del iode,al,perseguido, vilipendiadO, mártir, en harapos Y sin !pan, nO' abandOlfió un día su labor suprema, viajo, pre:dicó, fundó iglesias y ,escribióncon lla s'angre de su 'cora!Zónesas cartas que diez y ocho siglos después inspiran ¡tributos de admiración, ,que van desde las exégesis de Renán hasta las páginas hagiagráficas de Dean Farrar. E8e videnteeJetraordinario, de quien se ¡puede decir con las ,cláusuLas vibrantes de D'Anunzio que ¡coronó su obra en media de la tempestad, amandO', sufriendo, cO'mbatiendo, s6la con su fe, con 051:1 paSión y con su genio, fue un convertido -y para la mayoria de SUiS 'contemporáneos un a;póstata y un renegado-, fue la figura más grande del Icrdstianismo después de La,extrahumana de su fundador, fue Pablo de Tarso. El camino de Damasco ha quedado para siempre, según se ha repetido tantas ve,c,e,s,como el simbolO'de la más trascendental de las crisis molta les y una de los acontecimientos c.ap1ta~esde los 0_ rigenes d,el cr,edo religioso de'l mundo occidental. Asi,pues, algún cambio se puede ci,tar que no ha Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia lDOLA FORI disminuido el valor de un esfuerzo; cuando Saulo el fariseo se transfigura en San Pablo, el -cambio se llama conversión, se llama iluminación, se llama revelación y regenera al mundo .. !II , Ahora permita¡me, señor, que hable de 1M ideas Ide u.sted. Es ·evidente que entre ,las diversas etapas y variados elementos de la labor literaria de usted, tan importante y ya tan vasta y tan rica, existe una vinculaenque por entonces na se formuló nelt;amente una OIpinión,\O no se -afirmó de una manera positiva, y era el momento de hacerla; cuanda más hubo una ins,inuadón, y par 'Cierta atenuada e imprecisa, un germen de la que máls ,tarde haib1a de ser Icompleta y formal prafesión de fe. Tiambién re advierte fá:cilmente '€n las .obras de lo que me ,pel1mito llamar la primera manera de M. Bourget, que la exquisita distinción de su espiritu y el refinami'ento de sucu~tura ~e llevan a indiscutidas ;prefer-6ncias aristocráti,Cias, pero en el sentido sodal, y ¡por decido asi, artfstica del ooncepto, no en el 'Propiamente poUtico 'O de derecha púbUco. Empero, en parte alguna de 100libras de esa prilmera manera apare'ce el antidemócrataconvencida y militante de L'Eta;pe y de L' Ascension Sociale; por el contrario -y usted la reconoceasi-, algunas páginas de sus ilibros (el principio de OUTRE MER, por ejemplo) fievelan que creía entonces en la unirversaHdad y necesidad de la d-emocrada 'coma fórmmla apliicablea la ,constitución de las !Sociedades y al gobierno de los Estaldos, a a lo menos --son sus propias palabras- "sufría la sugestión de ese /Concepto"; h'Oy 1'0 juzga ,un iprejui.cio, uno de esos tdola lari de que habla Bacón, .contrario asi a las induccionas de la cienrciamoderna ¡como a los intereses y gran .• deza de 'la Fr.a:ncia. Tal -cambio de pun~s de vista no quita 'a \Supresente pos~ción intelectUall el 'Prestigio -condicionado ¡que .pueda tener ,para elpúbl1eo y absoluto para sus hermanos de pensamiento, y demuestra, p.o~el contr.ario, ¡primero, ,que en ella no nay un parti pris, y segunidO, que en sus lnvesti,gaciones fHosóficas y 'Pol1ttcas nun.ca ha es.• Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 38 CARLOS ARTURO TORRES tado esclavizada su mente a la superstición de los nombres. Ma si si esto es cierto, no loes menos que eiBe'cambLA FORi mogeneidad de su arte, siempre noble, serio y tralScendental, Y ,en la disciplina !Científica de su criterio; en las formas g,enerales y melto'd,ización de su pensamiento y ,en la finalidad definitiva de sus concepciones. Exhibe en tOd81l ellas el raro; hábil y plausi:ble consol'lcio de la ciencia Y de la poesía, de la ética y de la estética, de las investigaciones positivas y de l:alSelaciones del culto de lo eterno, hasta, llegar a esa región ISluperior don/qe Her]).ert Spencer situó la conciliación de las últimas ideas de la religión 'con las últtmas ideas de la ,ciencia. Vibra en sus páginas el acento de l~ sincer1dadconmovi:da que muestr.a al hombre alH donde pudier.a. a,par'€lcer demasia¡do el escritor y cír,cula por todas ellas ,esa inquíeitud de nuestra moral de que h'abla Maeteruínk, sígno de elecci9J;l de los ,altos espíritus contemporáneos a quienes. lleva la fasiCinación del problema de nuestros des.tinos. ora al concepto de Guyau, que ve en la mor.alidad una ¡plenitud, ora al de Nietzsche, que la rechaza como una limitación y esculpe cual signo de dignidad humana su fórmula impla1cabl,e: la autosupresión de la moral. La. unidad de su espíritu Q;>uede.compararse a la quecara:cteriza el 'de M. Renán, aun ·CUl;l.n,'Clo.Ja evolución de la mentalidad 'del uno haya· sido 5imétricamente inversa a la del otro, Renán P3{;ó de 'las disciplinas teológ;'cas a ,La.libertad de investiga:ción; usted :ha pasadO de los métodolS',racionalistas a la tradición y a la fe. Del propio. modo como hasta en :las más atrevildas. demQUciones del ,autor de Los lortgenes del Cristianismo se ad'" vierte 1'0íntimo y viviente del sentimiento rei1g1oso, y si se quiere la unción ar,robaldQra '.del estudiante de Saint-Nilcholas de Chardonnet~nci6n que es tal vez uno de los s'e'creto:s de, la _:P~siª,.~Y: de la magia fascinadora de su ,estno-, de la ac .•.. tuaJ. labor de usted -todo lo católica' y todo lo monarquVsta que se Iqu~,era-4r~ci-ende·á ,cadapaso las modalidades del escritorfilo..sÓficc> y del Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia éARtóS ARTURO TORRES libre espirttu que ha llega;do á la fe tradicionaliBta, no por el seIlJtiimiento ó ,la revelación, sino "porque ha comprobaido ¡que sus conclusiones coinciden con las de la denda y SilIS métodos". De las ¡prestigiOOas investi:gaciones históricas y de critica religiosa de Renán se evapora como un aroma de mistico inci,enso; en la onda rumorosa de la Uteratura tradicionalista de usted se cristaliza la fria esencia del experimentalismo positivo. La intuición ,exegéti,oo.,la superior comprensión de 100 fenómenos morales e hID.s:tórilcos, he aqui lo que constituye, al través del ,cambio en sus ideas, la unidad del espir~tu de M. R'enán; la virtualidad de \Su 'crilte'rio positivista y su fe en la ef1cien!Ciade la razón, en la seriedad ¡del pensamiento, en la seriedad del arte, en la seriedad de la vida, he ahi lacarac1Jeristica uniforme del esp1ritu de M. Bourget, persistente en medio de la ya compro'bada evolución de su ipsiColo gla. 1 IV Cumple ahora lnQuirir si esa tI'lansformación acendrada por esa uttidrud ha sido un progreso ó una regresión, si el desarrolla de ilas formas de sus ¡pensamientos ha sIdo una evolución ascendente o recurrente; si en el ritmo del movimIento de sus ideas fuerzas ha llegado a, la ctrlminaci6n definitiva, ,o si por el 'contrario, lo lleva la onda de descenso a las regiones nocturnas del error. Cumple estUldiar si las induociones de 'la ciencia conducen en realida,d a las Iconclusiones a que U!.Stedllega, o si, ¡por el contrario, ,coma la afirman Laing (1) y los positivistas ingleses de hoy, tienden a estab1ece'r la universalización del con(1) Modern Science and Modern Thought. Véanse. en general, las obras de propaganda y vulgarización de la. Ra tionaUst Presa A.oclaUoll. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 41 cepto democráttco; si la ·oiencia y la tradición pueden icientificarse en sus finalidades, como usted la ,cree Y 'lo insínúan,entr·e otros, las trabajos del sabio i:esuita WalSlffiann,01 si, ·como la a": sienta ásperamente Hrekel, sus poSlidones san irreconciliables; si la vel1dadera célu:l,a sacial es la .famiHa a es el individua, Y si la ascensión sacial, pl,ausi:ble en el núcleo colelctiva y cuando cuenta con la \S:aIlJción legitimador a de'lltiempa, es cantraria a la físi¡c'apauticacuando es el individuo ¡quien emerge 'del obscura mar de las multitudes ignaras a las regianes superiares en dande afirman lia intensid3!d y la totalidad de su vida las que brinan en el mundo y dirigen aas sociedades. Es pre!cisa .convenir de una vez en que ei principia que establece la superiaridadespecífica de la inStitución real, here'd.i.!tariae inmuta,bl-e sabre la ,popular,cantractual Y alternativ.a está muy IJ.ej as de se,r ,axioma incantraV'ertible, ni .tampoco se comprende bien cómo puedan armanizarse en la identidad de una provaganda y 'canfundirse envueltas en las :pliegues de una misma bandera la moral aristocrá.tica de las amos (pues allá va, en úlJ.timo,análisís y por la inelucta'ble encadenaci6n de la lógilca, la 'doctrina que ruEiÍgnaa clases exclusivas el derecho ua1itarisma al rasera 4e la más bajo, aquilata y sanciona al ¡propio tiempo la f.e demacráticla cuando con los :postulados de la biología ensefia que ~l individua no existe sino ·comoelemento ,calIl1¡Panentede la masa, que el ser vegetal a an1rn.al, según nos 10 ha recordada ha;ce poco Paul A:cLam,no fue sino un medio de conservarellcMor prLmitivo en el tiempo en que la remperaturacomenz6 a enfriarse ·en el ambiene Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CARLOS ARWRO TORRES te marino; cUallldo fija en .su V1erdaderoe ineonmovLble ;re'a.lceel valor de losfaotores primeros en el ascendente desarrollo de los organismos y de los superol1ganismos; cuando, en :];a.s·concep'CÍones de la sociología, atribuye a la ¡concurrencia de contingencias atávicas, físicas y de medio ambienteque actúan sobre 'la masa la causa que determina en éstas larupti¡tud de donde surge en el mundo moral y por la,crisoladora s.elecdón la virtud procera id·elhéroe y ,la maravi110sa mentalidad del genio;cuando,en .~:a.s abstracciones de la filosofía de la hi~toria y a pesar del elocuente apostoJ.ado de un Oarlyle yde un Emerson, patentiza la .cción colectiva en los grandes movimientos hisóricos; cuando reivindica, en fin, contra toda suerte de aristocra.tísmos -ora el delic.ado de Renán, ora el inmiseri'col1de de Nietzsche- para los obreros olvidados, para los cola'ooradores anónimos, el briozoo en latS.construcciones geol6gicas, la rcélula en las energías 'Orgánicas, el DEEMOS en el agregado soc~al, consLderados ayer como canti. dad desdeñable, la importancia. decisiva que tienen en la ciencia, en la historia y en la vida. He ahl10s elementos de un estudio complejo y rtentador, que reclama en quien lo a,fronte la más alta serenidad y una independencia de criterio poderosa ia desvincularle asi del prejuiicio revolucionario como del tradicionalisita; estudio, en fin, que es bien em¡prender desde un punto de vista abstracto y general para quitar toda apariencia de debate a lo que debe s.er solamente desinteresada investig18Jciónfilosófica. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CAPITULO !II ROTAClON DE LAS IDEAS. C1ENTIFICO EL CONCEPTO Armonizar la democracia can la ciencia a de. clarar su iI1Jcompatibmdad y candenar la una a nombre de !}a,atra, ha sida empeño muy visible en el movimiento de ideas del presente cuarto de si¡glo. En su ¡anhelar de certidumbres :absolutaiS busca el espíritu una sanción definielestudio ycorroidas por la criti'ca. Mas he aquí que en 1905 Mr. G. B. Burke, físi,co inglés del Cavendish Laboratory de Ca:mbridge, en sus estudios y ex¡perimentoo sobre la formaiCión de los agregados mO'l-eculare\Sinstables, ha llega:do, según parece, a provocar la generación espontánea, a crear la vida por medio del radium y sin el concurso d,e ningún germen viviente. La vida se crea, la materia muere ... ¿cómo hUbiera sidocaIlti'CadQ Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia (9 ¡DOL/!. FOHI veinte afios há. el Colón de llas·idoo.sque hubiera tenido la audac'ia de tales afirmaciones ante ,la eterna Salamanca de la rutina y de la preocupación? El transformismo y la evolución fueron con ,ocas sus deduccIones y sus datrnsi ,colaterales los principios modélladores del pensamiento, la fuente suprema de inspiradones en la literatura de ideas de la segunda mitad del siglo XIX; la doble concpción de Darwin y de Spenc,er domina . casi .eJeclusiv,amente, no tan s()lloel campo de las ciencias naotur,alooy ide la mosafia, sino Ila integridad del movimiento inteleiotual de media centuria. Esos principios, 'exageradas por los espíritus de segundo arden y por los de ,todo orden ap'licados a las más remotas regiones de actividad mental, Ueg,aron a 'convertirseeíl' dogma ennoblecido por sus apóstoJ.es, desvirtuado y empequefiecido por sus fanáticos, álSperamente ,combll1tidopor sus adversarios, pero de un prestigio innegable Y de una importancia capital como fuerza directiva de las iideas. La moral, la polltica y la sociolog1a buscaban lam sus orientaciones definiitivalSi;la historia, la Uteratura y la estética se modelaban sobre ,aquellas nociones que, verific'adas en un orden exclusivo de hechosci'ent1ficos,el de la anatom1a, aparec1an como el fin de todos 100 f1'lnómenos vitales ,en todos los dominios del ,conocimiento. Hoy \Se advier,te una intensa modificación en las cocrientes intelectuales; en ¡}aesf,era de las ciencias naturales M. Quinton, y en la de la filosofia M. Bergson, presentan puntos de vista enteramente nuevos que complementan, limitan y fijan en su verdadero ViaJar,éste lacolllcepc1ón de Spencer, aquél la de Darwin. La vida, expone M. Quinton, no está dominada exclusivamente por el principio de la ad'a¡ptación Y del transformismo, sino que también ..obedece a una ley de constanci'a, a un principio de fij eza: 1,aadaptación existe, !Si, pero 6610 como UPa acción lSuperfic;iíll,en tanto que l~ la Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 50 fij eza rige y exPlica la intimidad del fenómeno vital inmut8!b~e en su esencia, tr,ansformable en .su e¿tructura. Lo.'>seres Y las especies no se trans~ forman para adaptarse a nuevos medios, s~no para con,servar con obS1tinación invencible el me~ dio ambiente origina:l de la maJt€ria viva; 'nejos de ser la evolución el fin u objeto de la vida, no es sino el procedimiento empleado por la vida para mantener su fii eza" ¡ Aparecida en los or1geneS del IDundoen condiciones ,cósmic'as determina~ das, la vida -dice Quinton-- tiende a mantener al través de las edades y en el interior de caJda or'ganismo su ,condición original; lcomo fue en los mares yen forma de ,célula como hizo su ¡¡¡part, ción, preserva ,en todos los org,anismos el medio marino primitivo, de tal suerte que puede decirse que un hombre, por ej e'IDplo,no es sino una co10nÍla de células marinas (1). Las observaciones, análisis y experiencias sobre las cual,es se apoya la ley de constancia,.escrupulasamente verificadaISen los laboratorios, confirmaron la desconcertante conclu.sión, y la ciencia actual opone, según las .propias pala:bras de M. Dastre en la Academia. de Ciencias, "al 'transformismo ilimitado, desenfrenado, desatentado de las formas zoológicas, [a fi1eza del fondo vital". La obra de la Naturaleza es comparable, según el mismo Dastr>e a la de un fundidor que vertiera en moldes esp,ec1ficooa. cada instante modificados un metal siempre idéntico. Las perspectivas que el darwinismo a;brió al esp1ritu moclerno están de esta suerte modificadas P?r el hoy predominanteconc~pto de la fijeza. SI la transformación no es un principio únitema. de ciencias y tada una fHa/lofia sobre el enunciado de qU€ la roi,sma ley de ,evolución r,egidor,a del mundo biOilógLcono puede menos de modelar el mundo humano, recibe también elcoI1ltragolipe de las conclusiones de Quintan. Eucken 'Señala además en las por él estudhl.das "corrientes espirituales idel presente" e,l ,anhela y la posibilidad de Mgoe/5table 'y eterna, la fijeza de un ide,al máls,allá. de lo cambiante y lo relativo. ,coma ,ellcielo ,preserva e impone la serenidad de su inmutable azul ,encima Ide las 'brumals y más allá de las tempestad€\S. Bel1gson re,a:cciona abiertamente contra Snencer, restablece la vinculación entre el mundo de 10 fisico y el de la me'tafisico, pu.ente sutil como un hilO de luz, 'tendido sobre Jas ne'g'ruras de 'la incognoscible y Que el pasitivismo creyó haber eortado para \Si'ei!llJpre;cambate el -evolucionismo mecánico .para sustituirla por un evolucionismo superior. crelador de impuJsianes vitales; aspira a colmar las deficiencias de la concepción cosmogón.lca s'Denceriana.demasiaido .general, demasIado sencHJa, y a lSiO:nprenderlas causas :pro'fundas y la finalidad \te lo/? fienómepQS, lz? 'te~i§ bergsoniana ~t(j :~': [A :.iE?Ui3L1tt:. 3nLIOlF.Cf. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 52 CARLOS ARTURO TORRES reivindica Icontra el ajustamiento fatal a un plan preconstituidO, que es la ,esencia del determinismo cierta espontanei:dad de la vida, y representa un~ modalidad del espiritu moderno ianhelante de idealismo contra el mruterialismo según llegó a entendérseloen 'la segunda mitad del palSado siglo; esta nueva concepción filosófica es la que tiende a predominar en la ¡actualidad. Con Berg~ son se vuelve, según observa Navarro, en las revueltas de espiral de la historia del perusamiento, a la posición que representa Hegel en el siglo XIX; uno y otro, ,con la diferencia que comportan los tiempos Y la formación intelectual de dos generaciones separada!s por un siglo, "'apelan al devenir, como simbolo supremo para formar una representación 'exacta del mundo". Del gran movimiento de ideas contemporáneo vividas Y aladas en totalidad de obras plenas de ideas de originalidad, reveladoras de una ,cultura pasmosa y que forma la contribución definitiva de nuestra edrud al patrimonio intelectual de todos lós tiempos, surge, como ya se ha dicho, una intensa y unánime orientación de rectificaciones al criterio que privaba veinte años ha: estas rectifi¡cacionesestán encaminadas 'en sus rasgos más generales en el sentido de abrir horizontes Y dar vuelo a 'los anhelolSlide:agación -científica cuyo relevante ,carácter se acaba de señalar, no serán seguramente ínmodificables; acaso venga una r·ealoción impr.evista, acaso nuevas invootigaciones, y descubrimientos superiores a la más atrevida intuición motdifiquen mañana de un modo radical las corrientes espiritualoes que hoy avanzan en tan 'abundoso y límpido raudal. Esla.bón d.e una c:adena infinita en ,su €xtensión y en su complejidad, el pensami,ento a:ctual de la humanidad con todas sus contradicciones, sus rectificaciones, sus Icontrapuestos ,puntos <:le vista, sus regresiones y sus avances, establ'ece, en definitiva, un postula:do superior, el concepto de la relart;1vidad, yun corolario indispensable, la 'tolerancia de la inteligencia. Desvanecido ellprestigio de :10inapelable de loa autoridadcientifica, surge del polvo de la deidad destronada, pleno de vigorosa juventud, ,el princirpio id,ela indep,endencia del criterio. La 'libertad y -!:a, verdad ganan igualmente con la exposición atrevida de todos los sistemas. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 64 CARLOS AttTURO TORRES en sus últimas ,consecuencias, con su confrontación inexorab1e Y con la m.~tu~ e il~mit8.!.dacritica de los unos por los otrosLLa mwl1gencla se despojará sin dolor de las ideas envejecidas y muertas como de u.na vestidura de otra edad, y en la severa disciphna de la critica independiente a;prenderá a amar más la verdad o la ,alSlPir~'~i6n ! a eUaque los precariOS sistemas ,de buscarla., En uno de los libros más atr·evidos del solitario de Silvap1ana, Más allá del Bien y del Mal, hay una página que no pueide leerse sin emoción intensa: podria llamarse el evangelio del desprendimiento y d~ la desvinculación sobrehumana e inhumana;jelcreador de Zaratustraencafeice como bien supremo y suprema fuerza la independencia individual, ascética, heroica, feroz; independencia social, independencia moral, independencia politica, independencia intelectual, independencia de todo y de todos: "Es ¡preciso hacer sus pruebas de'aute de sI mismo para d.emostrarque se ha nad(lo para la independencia y para la dominación; no adhe.rirse a ninguna persona,aun cuando sea la máis cara; toda persona es una prisión; no ,permanecer Jigado a ninguna ,patria, nia nIngún umtimiento de pi.edad, ni a ninguna ciencIa, nI a su propio desprendimiento, ni a sus propias virtudes; es pr'eciso saber conservarse; es la mejor prueba de independencia"., Debe hacerse un asfuerzo para desentrañar el sentido último del mandamiento nietzscheano, descartando cuanto de excesivo, de antihumano y monstruoso contiene su exposición, y apreciar la abstra.cta. finalida.d de .esa doctrina de la autoliberación, de la exaltación de la autonomia personal y afirmación de la voluntad de powncia alli precon zad'as como necesarias ial advenimiento de la vida superior, fuerte y Ubre del superhombre.Tocla convicción .es una €SclavItud, ...jlo qU€ hay esC'~avitudes saérosantas, como la de la verdad; to. tl~ disciplina y toda regla. son una limitación, SólQ Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia ft>óLA FÓRÍ 55 que hay limita,ciones indecUnables, como la del deber'; plausible empeño es, empero, el de reducir lo que limita y e.sclaviza a su minimum racional; el de' combatir el espiritu de sumisión, de secta y de grey Y estimular en las mentes la aspiración a buscar por sI mismas las ideas, a vigorizar la persona ,humana y exaltar su potenciaI:dad. El mostrar lo caduco de lo que se tiene generalmente por definitivo y la falibilidad de J.oque se tiene generalmente por dogmático, es negar, no a la liberación del ,pensamiento y a la ¡plenitud de la vida, porque ésta es una me1ta ina,ccesible, pero a lo menos a las sendas de ascensión que a ell'a con- ducen .. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CAPITULO IV LA ROTAC ION DE LAS IDEAS. EL CONCEPTO HISTORICO La crítica histórica .es ciertamente una gran labor de demolición, pero en el polvo mismo de las ruinas que acumula hay algo que renace incesantemente; 100destructores de leyendas, asi los más grandes como los menores, desde Wolfe y Ni'ebuhr hasta Biré, no han imaginado acaso este brotar tenaz de renuevos en el tronco vencido al goLpe de su hacha, ni sospechan, en su fervor iconpclasta. las reparaciones que guarida el porveni'r, fCuando TaIne, penseroso ante una gloria rdel3aparecida, exc'amó un día melancólicamente en la ciudad eterna: "La historia es un cementerio". olvLdó que preservado dentro de las cenizas 'de es·e campo de muerte, arde el fuego de una perpetua resurrección. Un mismo acontecimiento y una misma instituci'ón reaccionan de diverso y ,a las ve<:,esopuesto modo en cada mente y en cada edad del tiempo; olvidadolS o abandonados hoy como entidades dOE'deúables de la vida, vuelven B florecer mafianaconel doble prestigio de la rehabilitación y de la juventud; van muriendo y renaciendo alterna- tivamente en un ritmo varias veces secular, sin que pueda predecir.se el punto en que la incierta Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia íboLA FOR! 51 trayectoria derre lla órbita de su evolución; pudiera comparárselas a esas bamas deol Mersey que la baja de ras aguas vuelca en la fangosa oriUa o ha;ce encallar en los bancos del estuario; quien lms ve entonces [lor vez ¡primera, las toma, sin duda, por despojos inútiles de algún naufragio, y no acierta a ima;ginar que unas horas más tarde han de desplegar velas :a,los vientos, hendiendo las aguas, graciosas y ligeras, en el orgullo triunfal de la pleamar. La sujeción de ,una casta a otra, la existenciladel ilota y dele.sclavo, sin las cuales no hubiera sido tal vez posible ese florecimiento a:dmirable de la planta humana, esa armoniosa plenitud de vida y de fuerza, de ,culto de la inteligencia y de la 'belle:z¡acon ,que Grecia corona noblemente una de Ilascumbres d,ela historia como el Partenón la cima de la Acrópolis, aparece como una institución monstruosa y 'bárbara ante la moral del EvangeUo y ante el criterio de la democracia; pasa 'el tiempo y d,entro del seno mismo de esa civi!iza;clón que recibió la herencia helénica complementada, modela;da y rectificada por el concepto del derecho pÚbliCOmoderno, aparece toda una filosofía que proclama la legitimidad de la inmolación de la inmensa grey ¡anónima para el advenimiento de una humanidad sUiperior.. La edad media cr,eyó haber destruido para siempre la concepción heléni'ca de la vida, inmanenteen 'las ¡civilizaciones ,clásicas, en las cu:ales. el ideal pagano creó un sentido de belleza, de fuerza y de amable cuLtivo de las gracias de la forma y del espíritu, pero destituido de esa excelsa capacidad de amor, de caridad y de justicia que se evaporan, como esencia def:nitiva y aroma imperecedero, del rupostolado de Jesús; a 100 templos de mármol del Atlca y a J.a serena belleza de las 'Cstatuas con que el ,g>enio¡antiguo pobló las riberas del Mediterráneo "en la ,gloria, que fue. GreCia, y en la fuerza, ,que fu~ Roma.",sucedierol1 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CARLOS ÁRTuRO TORRES las rigidas lineas de las catedrales gótkas, donde monjes adustCt3esculpian en la sev·erid.ad'del granito la tristeza de su alma, la austeridad de su ensueño y la infinita elación de su fe; la lucha entre esas dos formas del espirf.tu, que si se me permite usar ¡de una síntesis c-omprelmiva ll:amaré la estética y la ascética, parecía definitivamente concluida con el vencimiento y muerte 'de los dioses gríegos; la quejoade -:-lllianoagonizante, sordamente repercut:daen 'cua.~·r·osiglos por todos los ámbitos de la antigliedad, anuncia que el Olimpo está despoblado para siempre; el ¡camino de ParOlS se ha perdid-o, y presa el mundo de las pavuras del milenario, se convierte en el áspero sendero -jornada de und:iaque hay que recorrer para alcanzar la patria eterna!. He aquí, empdo, cómo después de las desolaciones de la Thebatda viene un día el renacer del espíritu ·clásico en sus formas más livíanas; se arroja el burdo sayal del penitente y vuelven a triunfar en la admiración Y en el deseo las desnudeces escultural es que el ascitismo había veladocastamente o maldec~do con la sorda cólera del P:afnuncio de Thais. En las cortes elegantes y corrompidas ·de Italia que el Pinturicchio nos ha revelado con riqueza d·ecolorido y detalles que en vano se buscarían en ningúncronista ni htstoriador, halce su reaparición el alma pagaña, vinculando una vez, durante esta hora de su avatar, todo el refinamiento ateniense con las artes más siniestras de los asesinos coronados de la Roma imperial,en la figura de César Borgia potente y satámica. El Renacimiento enderezó decididamente la proa de la nave occidental hacia las costas rientelS del mar Egeo, pero con el decurso de los siglos, el ascetismo resurge bajo los cielos del Norte, propicios a las brumas de la tristeza y la. las ¡austeridades de la renunciación. En la parte .septentrional del archipiélago británico hay una ciudad ilustre que no pued.e visitarse sin que el ánimo del extranjero sea sorprenEste libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia íbOLA FÓRí dicto por los caracteres de exteriorización, de objetivación relevante y expresiva que allí han tomado los dos princiq>ios antagónicos de que se viene hablando; contr~puestos y coexistentes en el mismo acspecto material del panorama, impónense con un paralelismo evidente y sugestivo que es toda una revelación histórica; aqueUa ciudad es Edimburgo, "la Atenas del Norte". Cuando se sale por primera vez de la estación terminal del Caledonial railway,bautizaelcriterio ipúbli'co ten un caso ordinario, la sanción ,aberrante para un hecho y la lenidad de esa sanción para otro, etc., etc., podría la.firmarse-de cimas-qué pueblos están elaborando en ISU seno el g,ermen mórbido que ha de llevarles a :I.'aanarquía y de ahí a la s·ervidumbre y a la disolución. Los cambios de pers,pectiVlaque el tiempo impone al 'criterio, como se ha visto, en la apreciación de un mismo hecho 'o de un mismo principia patentizan extrañas contra:dicc10nes Y rectific.aciones de!S'concertantes;aui'en pretenda descubrir al tl1avés de los anales humanos y a [,a luz de un jui,.,iO predeterminada el hilo invariablemente cODtinuo de un princ'¡pio dado en sus desarrollos históricos, a mejor dich'O, la 3Jctitud de los hombres y los sucesos ante una Idoctrina ·general, se vería extraviado en un déé'la]ode impo!s'ibleorlentación. No hay una matemática inflexibloe para la historia ni 1Jara la po]ft1ca; para poder determinar la bondad 'absoluta o la absoluta condenación de un hecho o de un principio, las ciencias sociales no son todavía ciencias exactas, y la netitud de una recta iderul en las cosas de los hombres es un vano ensueño y una aspiración quiméricla.; 'sólo las pasiones y los ,prejuicios han pretendido modelar a un sistema particular y reducir a un Call~€ lÍnico la infinita ·complejidad de corri-entes adventicias Que !determinan un hecho o ha:cen posible una institución. "La historia -dice Fre-eman- es la pol1tica del pasado, como la politica es la histori'a del presente"; por tanto, así como la poUtica refleja el color del lente de opinión al través del cual se ~a considera. la historia suele \Siertan cambiante como las ideas de quienes la escriben. Gregorovius hace de Lucrecia Borgi:a una mujer virtuosa, Y para Froude~ Enrique VIII es un~ran rey e Isa~~l Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia ,- IDOlJAFORI - l' "le·es bien inferior; 'elBOIlivar de Larrazáb~l en nada se parece al de Mitre; para Napler, los espafioles fueron incapaces de cooperar con los ingleiSesen la guerra de la Independencia de la Peninsula 'contra 'la invasión franc'esa, en tanto que FOOJ:1d dice te)Ctualmente: "Wemngton no .ganó en Espafia viotoFia algunacomparalble -a Bailén, y Zaragoza y Gerona eclipsan a Badajoz y a Ciudad Rodrigo" (1) . Ciertamente no se puede pedir a la historia el 'que formule Juicios definitivos, pero el mismo conflicto entre los puntos de vista es en sí mismo una alta ensefianza de tolerancia; all ver la dificu}tad que se Uene para juzgar con e:xJactitud, no :solamente 'un acontecimiento, sino un hombre, se impone 'la indulgencia para, las dlvergecias de opinión y se llega a no comprender el odio o el desprecio 'que las diferencias en pollítica o en religión suscitan. La historia es, pues, el estudio emancipador por excelencia yen él se llega por sobre todas las controversias a patentizar el encadenamiento lógico de los estados !de civ111zación, de {las-ideas y de las institJUciones y su desarrollo progresivo; 'entonces, el espíritu se libera y uno s'e ,convierte en hombre de progreso; enriquéce&e la inteUgencia con ;puntos de 'comparación que acltaran todos los juiCios y llega a la persuasión de 'que el presente está indisoluble. mentle ligado al pasado, pero que la humanidad no puede permanecer inmóvil; une al respeto de lo .que fue el anhelo de 10 que .será, y se aleja igualmente delespfritu de reacción y del espíritu der-e'Volución. Los lescritorelS que exaltan en la historia inglesa la más genuina tradición de ),as libertades pÚblicas justifican sin re.striociones la R-evolución parlamentaría y la muert€ del rey Carlos. Se tra(1) Tbe Contemporary Review, número 504, Df.cember . 1907. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 68 CARJ.,OS ARTURO TORRE.!!! taba. de saber, en un momento desicivo de la vida de una nación, si un hombre puede ser superior a liracionesen aquel raudal embriagadar, surgenre única para ellos d·el derecha y de la confraternidad humana. Vino un día, y los espíritus más cultivados, má's apercibidos y más audaces, dentro de La,escuela que demanda a la razón y a la crítica independientes la fuente de sus juicias (nO' de 'las filas de los enemigos naturales de la Revalución, pues en éstos tada juiciO' adv-erso es un hecho tan lógico y natural, qu·e no hay para qué cansignarlo aquí), iniciaron la más d-emoledora de la's reacciones. Renán decLara que la Revalución fue una experiencia fracasada, que su ,códigO'nO'·puede engendrar sino debilidad y pequeñez, y que "can su mezquina concepción de la famiUa y de la ,propi,edad, los que tan tristemente liquidaron la bancarrota de la Revalución -en los últimos años del siglo XVIII prepararon un mundo de pigmeas y de rebeldes". Taine dedica la mayar parte de su vida y la mejar de su pasmoso es.fuerzo mental, sus admirables dotes de análisis, la escrupulosidad benedictina de sus búsquedas, su riquez'a abrumadora de d{)cumentaci6n, acumulada en treinta y cuatro años del más consciente y minucioso de ~os estudiasen ,las arc'hivos de la época revolucionaria, todo ello integra.do en su obra capital, a desvanecer la leyenda y el ideal de la Revolución y a rectil'ic!ar el concepto que a cW\S generaciones hablan inculcado 103 escritores de 1825 y 1848; para él, "todos los articulas de la Declaración de los Derechos del Hombre son puña~ Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia l.es dirigidascantra la saciedad humana"; la nache del-4 de Agasta, "fue obra de una tropa de gentes ,ebrias"; las valuntario.s de 1792, aquellos saldadas de la Revalución que férvida cantara Michel-et, fueran "malas sujetas dléllas encrucijadas, vagabundos de las campas"; la libertad se le aparece "aulladara y manstruasa", proclamada par "brutasenlo.quecidO's"; Robespierre no. es sino. "un tanto, tímido, delirante, odiaso"; Saint Just "había robado cuando niña la vajilla de su madre", y la Rievolución, .en fin, "un cacodrilo, del cual ha estudiado ,en detallie la estructura, el juego de laS' órganas,el régimen, los instintos y los ,apetitas". ¡A esto quedan reducidas, para el autor de las "Orígeill:!s de ¡t'rancia contemparánea", las héro>esy la admirable epopeya de Michelet y Lamartine! Con raro valor, camprometiendo sus in tereSles, enaj enando sus amistades, perdiendo la admiración y las simpatías de quienes primeramente le aclamaron, sin más mira que el servicio desintel1elsado de la verdad como él la entendía, Taine hace a la Revolución ,el proceso más formidruble !que hay/a sufrido jamás una acción de los hambr,es. En la infIexibiUdad de su sistleroa, el Hus1lrepensador no vio sino una faz de los acantecimientas; su pasión de rectificaciones le nevó más d>euna vez a la inj usticia, cama lo han comprobado pasteriores investigaciones, las de Aulard, por ejemplo., pero. su actitud inició tado un movimiento de ide/as; discípulos eminentes, un Bourg>et,un Lemaitre, un Vogilé, h-ancontinuado su propaganda, y no Ipodría negarse que han determinado una nueva orientación en muchos espíritus. ,La figura de Na.poleón, proyectada so.bre las generaciones subsiguientes al tfia:vés del prisma cambiante de la pasión O' del interés politico del rnomento, ha padecidoextrafias metamorfosis; la -leyenda del héroe ha ,pasada por ,las fasles más contradictarias. D'Q,rrunte la restauración de los Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 72 CARLOS ARTURO TORRES Borbones, el proscripto de Santa Elena, héroe y .semidiós de las canciones de Berang,er, :apareció como una especie de mártir de la libertad, sacrificado por su amor a la patria y la sus conciudadanos, personaje idílico, filantrÓ¡pico y liberal, cuyo recuerdo se conservaba ,como el de una propicia ,deidad tutelar en las últimas calbafias de F~ancia. Medio siglo más tarde, el héroe mártir era sólo un usurpador sin cohci:encia y sin ley, un déspota sanguinario que sacrificaba a su ambición personal primero los :principiolS de la Re!pública, y luégo la vida de toda una generación; la leyenda sigue t~ansf{)rmándose hasta que llegue un dla,como lo observa Le Bon, en que los sabios y los historiadOl\... os, en presencia de tantas relacionescontradictorias, dudarán de la existencia del héroe y sólo verán en él algún desarrollo de la leyenda de Hércules, "¡porque la historia no .eterniza sino los mitos". Desde una pOSición muy .diferente y a nombre de ideales que la escuela de Taine está bien lejos de compartir, Karl Marx tiene para los príncipios de 1789 un gesto de acerba ironia, de fiero desdefio, de corrosivo escepticismo: "j U1Sticia,derecho, libertad, igualdad, fraternidad ... todo ello simple farsa de los 'burgueses", y una v:anguardia resuelta del partido social, "los antidemócratas de la extrema izquierda", que dice Jacques Banville, proclaman sin vacilar, en beneficio de la obra de Producción, la necesidad de una j erarqula, el establecimiento de una "aristocracia del trabaj o", nuevo linaj e de superioridad especifica, contrapuesta a aquella aristocracia intelectual en que Renri Berenger cree encontrar la resultante del conflicto entre la democracia y la ciencia. El principio igualitario y nivelador de la re,volución, se ve, pues, asaltado desde todos los puntos del horizonte; atácalo su tracilcionalaciversario, el aristocratismo conservador, como 10 ataca la es~ cuela de positivismo histórico de Renán y de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia lDÓDA FORÍ 73 Taine; atácanlo los colectivistas como lo atacan los intelectuales, pero de donde rr:>ar1ie la más decidida y áspera agresión,es de,l campo del racionaUsmo determinista. Lapouge, propagador francés de Haeckel, con rara pre,cisión y lógica innegable esculpe asi la sintesis delconWcto entre las dos mentalidades: "A la fórmula célebre que resume el cristianismo laico de la Revolución, Libertad, Igualdad, Fraternidrad, nosotros respondemos: Determinismo, Desiguaildad, Selección"; es casi imposible concr>etar de una manera más neta yeXJpresiva la rr:>rofesiónde fe antidemocráti,ca de la ciencia de ayer, más atrevida, empero, más extremOisa aún en su aristocratismo aparece aquella filosofía con que la antorcha de Zara:tustra alumbra el camino triunfal de los hombres de presa. Por segunda vez el ideal cristiano y el ideal revolucionario, aparen1ie's adverslarios de todos los tiempos, se y¡en confundid'osen una misma agresión y vinculaido\Sen la esencia intima de una doctrina común; astros a-parecidos en los dos pOlos del firamento, ¡giran una y otra vez en órb~tas lejanas y ,contrapuestas, simbolizan por una centuria los dos términos extremoo de una antinomia al parec'er irreducible y eterna hasta que un dia en la incesante revalull:Jción de las ideas nos deslumbra en pleno cenit su misteiosae imprevista conjunción. Destituida qUeda de todo motivo intrínseco y liatCional la intransig,encia sectaria que ha enfrenta'do, llenando una edad de la historia con la ardentia de su propaganda yel fra. caso de \Sus combates, los dos fanatismos consagra,dos; el antJagonismo de dos credos que se han disputado Icon la implacabiUdad de un odio perpetuamente renovado la direcrCiónde los espíritus yel gobierno de las sociedades, queda reducido a la ~ategorfa de un prejuicio vano, de un ídolo del Foro, sin reaUdad fundamental. Por una ironía de las ,cosas/que hubiera apareCido como la ina. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CARLOS ARTURÓ TORRES nidad de un sueño a los e&piritus de las :postrimeriasdel siglo XVIII, el renacer del idealismo, tan visible en los precisos momentos en que esto seescrtoo, y al cual los descubrimientos científicos de Curie, de Quinton y las concepciones filosóficas de Bergson hlan dado extraordinaria y vivida impulsión, restaura, rectificado por el cincel de la critica, depurados y adaptados. a los conceptos ,modernos por la acrisoladora experiencia, unos ideales que se tuvieron por herencia de la filosofía enciclopedistla Y unas doctrinas en que se vio una vez la resultante y la i!h'Wiradón del espíritu ,que movió la pluma de Helvecio, de Holbach y de Le Metrie! La rotación de las ideasen la historia y en la política, del prOIpiomodo como en la filosofía yen la ·ciencia, implic,a, decimos, demoliciones y restauraciones sucesívase incesantes; mas a las ideas acontece lo que a Cristo .en la magn1fica expresión de santiago Pérez: ,cuando 'Balen del sepulcro no 'traen ya las huellas de la tortura ni la saliva del sayón. Esto quiere decir que van desprendiéndose en el camino, que es muchas veces una ordalia, de la sombra de error que es lote necesario de sus primeralS oscilantes iniciativas; cada lucha las templa, cada proscripción las depura, cada asc·ensión las ennoblece; el tiempo las desvirtúa o las ,confirma, Y al fin no obtiene el triunfo definitivo sino lo que en ellas haya alcanzado los caracteres de eternidad. Muchas vec-es.cuando un principio pare1cemuerto para siempl'e en laconcie'llcia de los .pueblos, reposa solamente en el sueño que :precede a los más grandes despertares; como aquel legado d-e id-ealsque, -en el admirable poema símbolo de Vigny, un náufr'ago arroja al mar en un frágil vaso de cristal, confiando en el instante de morir a la esperanza el tesoro de \Suespírítu, una verdad desaparece por muchos años en el doble a-bismodel olvido y de la proscripción; créesela perdida para siempre, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IOÓi!A FORI 75 sin recordar que las naves \Sehunden y los hombres perecen, pero los pensamientos flotan como el espíritu de Dios sobre las aguas -et spiritus Dei ferabatur super aquas- en eras el elixir de vida transportado por las ondas, mensaje supremo, vencedor del tiempo y de la muerte. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CAPITULO V ROTAC ION DE LAS IDEAS CONCEPTO POLlTICO "Las bases del antiguo radicalismo han desaparecido", ex,clama en la Political Science Quar. terly uno d-e los radicales más avanzados, uno de los más notorios escritores poJiticos de la Inglaterra contemporánea, Mr. William Clarke, y luégo añade: "La:s nociones radicales de finalidad politica han sido juzgadas; desde que el radicalismo fue predicado Po,r vez primera como un credo en Inglaterra, todo el pensamiento Po,litico y el científico ha sido vitalmente afe,ctado por la concepción evolucionista". Años ha, -en un opúsculo famoso, Her!bert Spenc€r había señalado, la inmensa regresión del liberalismo inglés y denunciado la superstición politicaqueen "su lS'entir disloca de tal modo las tendencias de ese partida, que ha acabado, por conv-ertirlo en un neoconservatismo en la a'C>elpción, si no histórica, sí rigurosamente filosófica del vocablo. El fenómeno debe estudiarse desde un punto de v:sta abstracto, y superior, por tanto, al que inevitablemente determina el pensami:ento de losescritol'es militan. tes, así sean ellos los más serenos y 10'5más justicieros . El partido liberal inglés, íntimamente vinculado siglos ha con la causa del progl'eso de las Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia lOOllA FORI '7'1 tnstituciones públicas, es, sin duda alguna, [e· gatario de la más grande tradición poUUca que la 'civilización occidental h'a producido. De sus prístinas concepciones, y mucho antes de que recibiera Ira cOn5'agraci6n del nombre que ha fascinado tantos espíritus con el prestigio de sus doctrina's, brotó el movimi'ento 'que echó las bases de la inconmovible pirámide de las libertades inglesas; sus principios alentaron el espíritu que cI'eó las instituciones de la Gran Re¡pública del Norte, que insp~ró a Pitt en 1788 aqueIJa declaración neta y audaz sobre las restricciones del derecho de los reyes, que es un axioma de la democracia moderna; sus teorías, afirmadas hace cinco siglos en las luchas entre el principio de autoridad y la voluntad popular, fueron la surgente primera de reivindi'CI'aciones que culminaron más tarde en esa síntesis del derecho ¡pÚblico moderno, que emerge ,como la cima eternamente serena de una gran montaña d-e ent·re las nub-es tempestuosas: los principios de 1789. "Todos los mojones o miras d-el pensamiento moderno -dic,e Benjamín Kidd-, incluyendo la crítica de Kant y la hi¡pótesis darwiniana, se refieren por modo resencial a sus 'concepciones y a sus actitudes"; todo el modernrOcoThstitucional,i~lmo qu¡e, Icua1esquiera que sean sus 'eclipses y atenuaciones, triunfa hoy en Rusia yen Persia y en Turquía, como triunfó ay.er en el Japón, ha tenido allí su fuente, su inspil'ialción y su estímulo. Las d-eIDocracias d-e la América latina recibie,ron también infiltradols arl través del doble modelo angloamericano y francés ,tOdo lo que éstos ,tomaron d!el tipo ancentral de 101& liberalismos occidentales. Puede tomarse, pues, como el genuino exponente de esas doctrinas y su campeón caracteri?ado; por tanto, la ,comprObación de todo ,cambio fundamental en sus programas, en sus ¡propósitos y en sus actuaciones bastaría, rel-evándonos del minucioso aducir de 'Otras pruebas, a justificar Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CARLOS· ARTUROTORRES la afirmación ¡general de 'que los partidos reavalúan intensa y substancialmente los valores politicos y ad'aptan sus principios a las necesidades de los Uempoo y a la. orientación general de los espíritus. La -escu-elade Mánchester, forma la más acentuada del partida whig, se puede ,caract-erizar en la exaltación del .principio del LAISSEZ FAIRE, síntesis soberana de la autonomía individual. Durante -e.lpasado siglo, principalmente, ,la libertad y la igualdad ,politicas fueron el emblema inscrito como resonante voz de arden en los programas de ese partido y perennement-e vibrante en los 18ibios d-esus tribunos y de sus publicistas; desde Cobden a G1aJdstone, desde Macaulay a Morley, desde Bentham a Spencer, desde stuart MilI a Brigh't, los elementos directivos de su acción o represen. tativos de su pensamiento fueron los enemigo.! naturales e impertérritos d-e la ,prerrogativa y d'el privilegio; los irrecusables abogados ,de lia personalidad humana, de su dignidad y de su r·e:sponsabilidad, de su universal -emancipación y de la amplitud de su capa,cidad cívica. Meta SUiprema de es,a escuela fue consecuencialmen te el restringir hasta los últimos limites de la pos~bilidad la esfera de acción, no de un gobi-erno determinada, sino de todo gobierno, del GOBIERNO. En sus conoopciones, el progreso ¡politico es la resultante de la libertad que aumenta y de la autoridad que decl'e·ce; la noción de ;gabierno, abatida al rasero de un mal, "mal necesario", pero un mal al fin, debe restringirse dia ,por dia hasta el Estado-gendarme de ciert'oseconomistas, -esto es, reducirse a la atribución elemental de dar ~'5'eguridad."Un máximum de libertad y un minimum de gobierno" es la fórmula adamantinaque Spencer preconiza para las sociedades del tipo cooperativa e industrial que han de reempla~ar, según las inducciones d-e su filosofía, a las del tipo semiindustriaJ y semimilitanteque predomina hoy 'en las más Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia mOllA PORI '19 avanzadas naciones y ,que se han substituido a 'las exclusivamente militantes, tipo general de los períodos bál'baros. Con esa aspiración se ha visto identificado el genio de los pueblos angloparLantes de uno y otro hemisferio en 'el moderno periodo de la historia. Toda limitación de la libertad personal. toda forma de intromisión del Estado 'en el real inviolable de los fueros individual,es, venga de donde viniere. fue ~ ha sido para el Uberalismo inglés el más intolerables y menos to}erado dIa vida: subsistencia, abundancia, felicidad, todo depende de- ahí; si hubiere de atende:rse a la propiedad con la intención directa de establecer una igualdad de posesiones, el mal seria irreparable; no más seguridad, no más industria, no más abundancia; la sociedad volveria al estada salvaje de donde salió". Esos eran, 'Por sus grandes lineamientos, los principios fundamentaIes de ayer. ¿Son esos mismos los de hoy? Hel'bert Spencer, según \Se dice 31rriba, demuestra con lógica imposible decontravertir y con abrumador a,cervo de hechos imposibles de desconocer, que por sus tendencias cada dia más acentuadas, traducidJas en propagandas y leyes cada vez más compulsorias, el llamado liberalismO'de hoyes una nueva forma del partido conservador; que los errores y faltas de los legisladores, como antes los de los monarcas, están preparando la esclavitud del porvenir, y que asi como la gran \Superstición poutica del ¡pasada fue el der·ech'Od~vinO'de los reyes, la gran sUlperstición política del presente es el derecho divino de los parlamentos. El pro>fesor LoweIl, de Harvard, en su reciente admirable estudio: "The Government of England", que ,es una de los análisis más lúcidos y dentif1cos dels,istema palltico existente en la Gran Bretaña, señala también de un modo claro las difelt'enciasfundamentales entre el antiguo 1iberal1smo y el radicalismO' contemporáneo. El primero, según se a,caba de ver, tenia coma canon Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IboLA FOm . 81 ' sUbstantivo el restringir la esfe'ra de aCClOnd·el EstJado.ya se le llamase Rey, Ar:stocracia o Pal'- ' lamento; adviérte.se en el último la tendencia' opuesta, ·esto es, a aumentar las atribuciones del' Estado y transferirlas a una mayoria numérica y de ésta al ga1binete qUe eHa scst:ene y 'dé ,quien'. recibe, no ya inspiraciones solamente, sino el tra- ; zado casi indiscut:do de una línea de procedi-' mientas neta y unánilrte. -Al derecho d,e los· par·' lamentos sucede ya el derecho divino de gabine- f Des; a la exaltación delindividuosuced·e la e~al- , tación del Estado. El radicalismo insular restrin-' ge hoy, en sus procedimientos administra.tivos y en· el espíritu de las leyes que préhija e impone; la libertad d·el individuo, y amplía hasta lo ilirhi- , tado la atribución gubernativa; d·e:sde las leyes r restrictivas y de estricta reg'amentación, d:·ctadas '. durante ·elsegundo ministerio de lord Palni.erstoh, ( hasta el LICENSING BILL, que h'a 'agitado honda..,. ment'e :el gob:erho deMr. AsqUtth, adviértése 'el' m.áscompletocambio de posiciones, el abandono' gradual del concepto :indlvidualista y el acerca-; miento al socialismo de Estado. EL"un f,enómeno' constante en la evolución de los partidos el que ' "la iz,quierda" absorba a la larga al "Oentro" y a: "la derecha"; el liberalismo fue el ala extrema, la vanguardia d'el partido whig, y lo suplantó; el ' radica·lismo fue "la izquierda" del Lberalismo y s>eha sustituido a él; el socialismo es hoy la divi- ,. sión avanz'ada del radicalismo y prácticamente di': rige las operaciones de todo el ejército; mas como 'los prlncipios de este último partido son Ja negación misma del credo whig, resulta que en el ea..; mino teentrante de sus desarroHol3 los más avanZa dos liberales vienen a ocupar una poskión todaviai más rezagada que los retardarios tories, y por una· interesante inversión de papeles, éstos aparecen' ya an~e los autorit:alfio.ssocialistas como los cam- . peones pel dereCho individual y de la libertad humanas, a lo menos en determinados debates.· Se l Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CAIU..OS ARTURO TORRES 82 ha llegado al punto de que una asociación netamente conservadora ha,ya tomado como lema esta variación del lema genu~nament'e liberal de Spencer: "Individualismo contra socialismo". Si se estudia la historia del con.servatismo inglés, THE OLD STUPID PARTY, aparece un proceso, si no tan relevante, a ]0 menos sufidentemente poderoso 'a a¡:;,entar el dato de su evolución (1); en general, y ya se ha o~.ervado, qu}ere el progreso de las ideas y el constante cambio de posición de los parti:dos que el conservatismo d,e hoy sea el liberalismo de ayer, así como el liberalismo de hoy será el cOllljervati:smo de mafiana. Si concibiéramos un poI1tico militante, absolutamente inconmovl,b:e en su credo y a qui·en por un mi1agro de la Naturaleza le fuera dado llevar una intervención activa en los públicos negocios dufZr.lte den afioS'l,esa personalidad presenciaria extraños cambios y suj eta estaría a desconcertantes invo'ucraciones e inauditas sorpresas; veria en torno suyo ca:siones menos grave que la deserción de los partidos, cuando el caso llega -y l'e.ga con fre'cu,enci,a- de que para S·8guir a éstos haya que desdeñ.ar u olvidar aquéllas. Aparte de la superstlOión €¡S,peciflCade un princ pio determinado que la razón rechaza, p-ero que el hábito mantiene, hay una superstición genérica, si vale la €X!presión, que n.o es la de un partido, sino l'a de partido en general. El j.n.stinto gregario -he1rEtncLa de las épocas de esclavitud- se impone y tr unfa a pesar de todos las a1a.r,d'esde inde,uendencia individual y Ubre pensaJmiento, y suele ser complementado y fartallecido por 'Otro más miUtaJnte y combativo: el instinto sectario. El hombre, desd'e las épocas de la prolit"a y de la prorpiria,anhela una entidad ante la cual prosternarse y busca un gremio, una confraternidad que le proteja, de la cual 1E,e sienta parte intelgJrante y ne1c€saria, elemetnta que signifique y cuente; para colmar esa necesidad racial e innat1a, y a falta d€ otro, se forja un ido10, la Barna "mi partida" y a él rinde todas las 'Ofrendas, hasta la de la vida. No importa que esa de:dad n.o corresponda a un concepta cLaro o a la cancreción de un orden de id·eas; no importa que, aún corre~ndienda, éstas no \Se analicen, ni se avaloren, ni se comprendan. Nó; esa deidad llega a sustituinse a todo, a exigirlo tada, a tomarla toda; a ella se hace el sllicr:fkio de la famPia, de la patri,a, de los princ.pios: por ella se mata y por ella se muere. Tal parece que la infortunada estirpe de Caín y de Pr.ometeo, vinculada a la e:sclavitud y al erll'or, lleV1aseel estigma de una -e·terna subardinación m-ental que la hace levantar nuevos ídolos sobre arus despobladas y ya barridas por la razón. Canrad,er, en su CAIDA DE CARTAGO, de esa selección de abras supremas que Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 92 CARLOS ARTURO TORRES se llama el MAXIMILIANEUM de Munich, impone a. nuestro espíritu una de las más trágicas revelaciones de la historia. Detrás del asunto principal en que Sc~pión dicta al bruno Aso.rúbal de la barba asiria, ah,errojado, pero fiero aún, las duras condiciones del vencido, aparece un fondo d'e siniestra y terrible grandeza: la ciudad arde; l:as multitudes, enloquecidas por e,l terror, huyen ante el fuego y ante las legiones romanas, Y allá a lo lejos, entre el humo y las columnas que se desploman y sobre la lividez del incendio, proyecta la estatua de Moloch su 'cabeza de ,toro sanguinario; el pueblo corre a las plantas del horrible dios, y las madres, en el vérttgode la desesperación, e~,treIlan a los illifios de pechos contra el pedestal de la estatua para aplacar al ídol.o insaciable. En la>sdemoeracias americanas el espíritu de partido ha stdo el Molochebrio de sangre a qUien se 'le ha ofrecido a torrntes el rojo licor. Ylapuede verse, empero, cómase reducen a sus verdaderas proporciones esas divinidades implacabl,es y omnipotentes cuando se las somete a lo que Hegel llama "la 'terrible disciplina delconocimiento propio", disciplina ,que ha de llevar inminentemen te, hay que espeJ::arlo,a una de las más hermosas conquistas del espiritu humano: el libre examenpoliUco. , Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CAPITULO VI LAS SUPERSTICIONES DEMOCRATICAS Si al derecho divino de los rey,es ha sucedidO' el derecho divina de las asambleas, al de éstas se sustituye a1guna vez el derecha divina de las multitudes; la dinastía de las divinidJades tutelares se democratiza, y la superstición que las forja -una en esenci,a, aunque ',asuma en su exteriorización formas diferenws y entre sí antagóni'cas- depone, coma el maligna espíritu en el dl'1amade Goethe, su antigua arreo de arcángel miltaniano, para gastar el f,erreruela estudiantil o el rojo airón de los tumultos y de las carnavales callejeros. El praverbia que atribuye a la voz del pueblo el maravilloso dón de infalibilidad y justicia privativias de la voz d,e Dios no se confirma, desgra.ci,adamente,en los más trágicos y decisi'vos momen.tos de la historia. Desde las turbas que ante el árbol de afr,enta ,es.carnecieron, a 'nombre d,e la tradición y de la ley antigua, la doble majestad del martirio y de la excelsitud moral en la personalidad de Cristo, hasta las que a nombre de la nueva ley y de ¡,a Revolución inmolaron a los prisioneros de las .cár,celesde· París en la\Saciagas jornadas de S,eptiembre, el impulso de las multitudes representa cuanto hay .de inconsciente e irraZes, o medir el valor de una acc:ón, o el mérito de una actitud por el aplauso, o ·el vituperio de esa deidad caprichosa y versátil, es deSiconoc,erlJa intima inconsciencia de sus juicios, la impulsividEl!dde sus actos. el sim-plismo de su ·criterio, su ductlidad a 'as peores ;sug.estiones y su veleidad en los más trascendentaIes _propósitos. Jorge Brandes .plantea esta fórmula algebraica: "L,a turba no es 1 1 1 1 hasta. la suma total de Ias unidad-es, sino 1 1 X; X, es deci'r, bsufragios como la más alta sanción y se la adula como la deidad más poderosa, la razón v,ela ante el tumulto la faz pudibunda, y sólo imperan en el mundo los dictados delirantes de la pasión. Puede afirmar.se que si hay en lla multitud un espíritu y una conciencia, esa conci-encia y ese espíritu, ,cualitativamente inf.eriores en muchos grados a los de cada uno de los individuos que la compc-nen (2), son un e-"píritu informe y una conc',encia obscura y _primitiva de donde la verdad y la. justicia no emanan sino rara vez, en ráfa.ga:~,momentáneas, en inspiraciones ton1adizas y efímeras como las o'as del sentimiento popular qu.e uUla palabra inflama y ctra palabra desvanece. Muchos rectos cara::teres, muchas inteligencias esclar.eciodasse prost-ernanante -el supremo + + + + + (1) Bran<'les. "Le Grand Bomme", origine et fin de la civillsation", pág. 22. (2) Le Bon, Psichologie des FouIes, espoS. 1 y II. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia lDOLA FOI~I 87 precursores del linaje menoo inofensivo de los que han de hace~ de ell:a una pavarasa reaHdad. Los partidas de la gran democrac.a americana han ba.stardeado de su .origen, y desprovistos de grandeza y tle prestigio, apagada aquell:a generosa llamarada de ideal que, siquiera sea el más utÓpico, constituy.e la íntima razón de ser, el nable l'Iesorte de toda ,calectividad polItica, difier,en tanto -de las que fundarqn un Hami'ton y un Jeffer:icn, de las que ilustraron ",m Daniel Webstoer y un Lincoln, un Calhoun y un Clay, cuanto pueden diferir la mentaLdad y el carácter d·e un especulador de Wall Street de los de un puritano de Mayflower.separa a estos de ewtros un océano moral, más ancho y más ,profundo que el de Atlante; a los antiguos 'trascedentMes principios de la edad alciónica de la libertad americana, vibrantes de promes:aiSy plenos de, doctrinas, han sucedida ·cuestiones de un día, cuya misma intrínse,ca vu~garidad eXCluye de ellos tOda posibiUdad de elev3ición, y sabre las cual·es flata de continuo la amenaza del BLACKMAIL o la sombra de la corrupción y el peculaao. Los partidos no han revaluado ;sus credos; las han abandonado. Presenciamos en los momentos precedentes a una elección presidencial, no concepcio-, nes pOl1t'ca:s adversarias ni siquiera dif.erentes per3pectivas ecanómicas o comerciales, sino cuál de ellos comprende mejor y con más eficacia ha de cumplir idéntica propósito, el de limitar el poderío de las TRUSTS, al prop:a tiempo que un terc'ero fulmina acusaciones -que son-como dice M. A. Oaro de .otro debate "escándala de la historia y de la literatura" -tendientes a -establecer la complicidad, sino de los candidatos sí de sus más connotados sostenedores, con esos mismos TRUSTS >cuya eliminaci'ón 'constituye la única razón de ser de .sus candidaturas y de sus banderas ... La alta virtud democrática que in.spi;ró a Tocqueville está en vía de desaparecer; el debate que llenó los Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 88 CARLOS ARTuRO TORRES ámbitos d·e un ·cont·:rJ.:enteccm las resonancias del verbo de los federa'istas y de los repubUcanoo democráticos ha cedido el puesto al que busca o condena (y muchasvec·es condena y busca s1n que la apariencia d-e lo primero e:x¡cluya.la realidad de lo segundo) las complac-encias doradas de la "Standard on Company"; al espíritu que lrradia.ba de EL FEDERALISTA o de las s,everas pági.nas· doctrinales de Jefferson, ha suc,edido. el in'terés que en una' prensa sensacional, de donde el sentido moral está ausente, muev·e las plum.as de los innobles profesionales del libelo y de la d.famaciólll. Vano empeño seria el'que,en el rastr-eur de la inmensa parábola que han descr:>to,los partidos en lo que va de historia ll'orteam·ericana desde la ado,pción del cód go f·ederal, aspirara sorprender en ellos la nit:dez de tendencias politiéas firmemente d,elineads2 como las de los partidos .europeos' y los de algun3ls de las Repúblicas d:é H:spano-América. Sup'en aquél'Qs la pobr-eza de doctrina y la PLATITUDE de prospectos con una discipLna fuerte y tenaz que, u'l favor de la frecuencia y multidplidad de elecciones, de la co'oEal importancia de los intereses pecuniarios en ellas vinculados y de la frecuente carenc:ta de prestigiospersona1es que deben supUrse por corpora.ciones directivas, convierte a los agregados políticos en pot,ente:s,organismos, ,en maquinarias de incomparable efl'ciencia, a ,pesar de estar destituídos de la fuerza moral que dan un ideal levantado y una tradición gloriosa. El federaliS:mo de abolengo la,ristocrático, y a p.esar de su. nombre de tendencias centralizadoras, de,:sa,pareció virtualmente en el primer cuarto del siglo 'Pa¡;ado, sin dejar jirones' de su bandera ni lega": do de sus ideas. Apagada esta fuerza, preponderante un día en la pro,paganda de Madi:son, de Jay y de HamHtort, interrumpióse tacita actividad política durant.e' el períódo que ha pasadO a la' Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia post'eridad.con el nóinbre sereno y pacifico de ".eraJ debulma voluntad". Sólo hacia 1830 republicanos a.:emÓcráticosde Jefferson, Pamados ya simple'niente\demócratas, vieron alzarse anDe el,los el partido whig, el cual hubo de {.'.:'-·'ipsarse ante'los nuevos republicanos, ,que desde 1856 habían de Hertar los ,anales' humanos· con a.quel tr,emi'mdo 'Y perdurablemente glorioso confli,cto que acabó con la esclavitud y cimentó la Unidad ctela: Riepú- ' bHca' (1) . Antes de este culm;nante vértice de lávida pública americana y aeEpués de él, Viarios :Óartidos han surgido-flores de un día~para desiíJpaiecer 'cdnla transitoria combina,ción o elíntérés efimero que les dio ,el ser. Señála&e, empero, uno entre i(.llooque por la distinción d.e las personalidades que lo ,constituyeron, por el valor civil ,que desplegó al reconocer y ,condena'r las faltas del partid.o de donde se desprendía, y por la inusíta¡ja elevación de sus propósitos puede considerarse, en esa tierra feliz de todas las iriiciac:ones, cÓmo el tipo profético de los partidos del porvenir~ Nos 'referimos al grupo de r.epub1icanos independientes que rompió toda solidaridad con Blaine el! 1884;y aU€ fué bautizado por sus adversar:os con ,eilextraño nombre de mugwump. "V;ncu'ación de sup·eriorescapacidades polít~éas;,cuyo concepto de la a4tonomía perS<)nalles 'v.b:d.aba :el sometimiento incondicionado alas éxi~éd'CiM de los :Partidos, es' el mugwump,' en r:gor, ~á.s bien un,a e~,cuela pOliticaque un partida;, es él' .espíritu' cuyo honrado látitudinarismó ,'se co101130 fuéra de los partidos y eridma de, ellos; no ~uÍla'faiange, esúna' teoría ciue insc'ri,been'sUs ar,rríasel lema del florentino inmortal: "A,quel :a Crll'en)os gibelinos llaman glie1foy lo,S,~ue1fos'gi':' ~lino, ese está en lo cierto". Acáso a los desarro~ '1165 'que a' esa "iniciativa reserVe el' porveriir ~l~efectuár ,la reconciUación del id-ealsmo. po- cum:-: f (1)( Jam€s Bryce, The American Common~ealth: . .' Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 90 CARLOS ARTURO TORRES lftico con la gran República y restituir -disipado el intenso, pero pasajero eiCli.pseque hoy presenciamos- al amor y a La admiración de los esp1ritus generosos la patria de Washngton y Henry Cl:ay, de John Brown y de Lincoln, de Channing y de Emerson, de Poe y de Walt Whitman. Las intensaJS !evaluaciones que de sus principios fundamentales han h'€'cholos partidos mod·ernos en el decurso de la última centuria; la formación frecuente de nuevas agrupaciones poI1ticas y tamb:én su frecuente ¡eliminación; los crumbios e inversiones de puntos de vista; las transacciones de las ideas más intrínsecamente adversarias; la integración transitoria de los ele-:mentos más antagóni,coo. fundidoo, como metaJ..esde ley.e:sdiferentes, para troquelar la moneda que imponen la necesdad de un día o las e:l(:igencias de una situación; J.as subdivisiones de un ml.<;mo.partido en e~ementos que 'exhiben unos contra otros, dentro de la común d.enominación, esa ardentía de acometividad, que hizo observar a Tocqueville: "No son los colores, son los matices )00 que más cmnba,ten -entre s1"; los .periodos de estancamiento de toda activi-dad po'lltica y la consiguiente disociación casi absoluta de los partidos; luégo su inesperado renacer cam~no de metas des1conocidas,tod·o ello es parte la disminuir el prestigio y a entibiar e~ culto de estas divinidades del mundo mOderno, ¡crueles a las veces. siemnre exigentes o inexorables. El despotismo poI1tico, que tantos raudales de elocuencia ha desatado ,contra sI d,e.odeque los hombres han podido esgrimir una pluma o escalar una tribuna, antója,s,e ·liviano y fácilmente remedla:b',e ante Biquel otro doopotismo de los hábitos, estudiado d,e manera tan penetrante por stuart MilI. Muchas Veces se conserva de hecho una creencia o una Superstición que ~Iehan recha:lJado en el nombre, o por inverso modo, se mantiene un nombre que corresponde a un hecho que há mucho tiem- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOll!\ FOFa 83 sino como una entidad superior a esto", y que tiene sus ,p,ropios intereses, sus propias ley·e;:S, su propia psicología y su propia s:gnific:ac:ón, La mentalidad humana elabora en estos momentos el proceso social en su máis' alta síntesis, -en su sentido más unive'rsal y recientes desarro11o.s filosóficos, 'el pragmatismo, ponemos Jlor caso, señalan los aspecto13preliminaI\es de ese proceso. Dia a día se ve sometida la individualidad a ley.e.5cuya acción se exti'ende indefinidamente más allá de cua}esquiera aprecia;ciúnes de 1ús intereses exclusivos y pa1rticulares; de la integración de las conci.encirusindividuales surge una conciencia cOl,e<:tiva, diferente de cada una de las que la forman y superior a la suma de todas ellas. La aparición cada vez más defintda de J a conciencia social es un hecho que se patent:za primero .por las manifesta;ciones de un espíritu nacional, luég·Qpor las del espíritu de raza, para ,culminar al fin en la formación de una conciencia de la hUllllanidad. Ya Henry Ber-enger, en su vibrante libro La conciencia nacional, afirma la pens.onaUdad moral de una nación per se, la ex:stencia de la conctencia solidaria d,e un pueblo y la supervivencia de su id.eal; :aúna en fórmula comprensiva las rectificaciones ,que el ;pensami,ento moderno hace al individualismo 'extremado, y al conciliar la humana libertad con la amplitud -de la acción del Estado da como razón sufi,c'ente de un nuevo credo pol1tiJcoel perseguirJa coexistenc:a de un individuo más libre y más responsa;bJ.e y de una sociedad más solidaria y más educadora. En una l-ectura ante la "Englisb: Sociologica Society", Mr. Frands Galton esdarece una vez más las diferencias entre las leyes d'e la evolución social y las de la individual y expone las bases de una nueva ciencia, la Eugénica (Eugenics), o sea la ciencia que ,estudie todas las influencias que mejoran las innatas cualidades de una raza humana y su d,esarrollo a los más altos grados de :perfección y de eficienEste libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 84 CARLOS ARTURO TORRES cia. El pensador inglés no .se refiere, en su propósito de exaltación de una entidad colectiva, a una nadón solamente, como el francés, sino a una raza esparcida por toda la haz de ,la tierra y constituida ·en nacionalidades diferentes con sólo ·el nexo d-el común origen racial y de una ideal vinculación de _espiritu. En 'Otra ¡parte se estudiará la posibilidad de una orientación humana, no con el ensueño utÓopicode cereíbros generosos, pero soñadores, sino como indeclinabJ.e consecuencia d-el crecienteco:smopolitismo; baste ahora a nuestro empeño el patentizar la inmensa evolución del más genuino, sólido y glorioso de los liberalismos, el inglés, y apuntar sus causas profundas En otros país-es las r-ectificaciones de los partidos y aun su co:mpleta inversión de posiciones son también hechos constantes y ne,cesarios al d€sarrollo histórico de las naciones y a la exis~ tencia milsma de aquellas entidades políticas; muchas d-e ellas, renuentes la toda adaptación vivificadora, han acabado por ser destituidas de toda signifi:cación actual y desaparecer. El 'conde de Chambord, con gesto de fiera y noble dignidad, prefirió la muerte polítitre,ha revivido de un naufragio que .se hubieracreído definitivo, es tan diferente del que emanaba del estado de alma de los cortesanos del R,eY-Sol,simbolizado en el blanco pendón que Enrique V no quiso desgarrar, como puede serIo un drama de Mirabeau de una tragedia de Racine o la ciencia de Claude Bernard de la de Ambroise Paré. Si los republicanos, al desarrollar por tercera vez sus doctrinas en instituciones, hubieran inEste libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOll.~FOnI 85 tentado en 1871 preservar intacto el legado de ideas de sus predec'esores de 18481 .incurrieran en err·or por tal manera fundamental, que habría hecho imposible el advenimiento de la terc'era República. Sin advertirlo acaso, .tom3lron del cesari:smo napoleónico que combatían algunos esenciales principios y los incorporaron en sus programas ,como Uga de metal inferior indispensable para la ductilidad y resistencia de la obra del orfebre. El impe'rio cortó 'bruscamente, al parecer,. el desarrollo del republ'icanismo; parece, pues, natural que al sucumbir aqué·l, éste regresara a la integridad de su credo y reanudara !Sin atenuación y sin discontinuidad el hilo de su vida y ~a tradición de su ideal. Pero no fue así: los principios die 1848 proclamados por es.píritus generosos, pero, si hemos .de valernos de la expresión de Elis'eo Reclús, "¡profundamente. ignorantes de ,las dWcultades pr,ecisas que implicaba la realización de esos ¡principios", los hicieron detenerse o retroceder; los de 1871, aleccionados por una. larga escuela de prueba y de rectifica;ción, conservatizaron la República lo ,bastante para hacerla posible; en un movimiento progresivo de adaptahalaga sus más l'eprobables apetitos. entonces, si eneaminada contra el inic:ador de un espíritu nuevo, de una revellación superior de 'a verdad 00 a€ clua ariginalcoucepción de la filosofía, de la ciencia o de lapoliti.ca, esa mayoría aeti-ene por siglos y a las veces haee malograr >definitivamente la s:embra de ideas que el pensador solitario confía a·]a inerte gleba del presente pa,ra -que fructifique en ,el -p.orvenir. Hcmbl'es honrados y que individualmente lEerían inofensi'vos, cameten, en las sediciones y tumultas, crímenes inauditos (1). No es una corriente unánime ni ~na may.oría poderosa, s"no un grupo desamnarado y casi siemur-e una !Sola mente de elección, quien señala a las pueblos, en los mamentas de extravío a en la tenebrosidad de ,Jal~,r'egr-es¡'One~,la vía de salud y las cúpulas de la ciudad futura. N.o'es de un gobf.erna, así se/a'el más despótico d'e ellos, de donde parten para ,ese pensador a palia, ese grupo las más aviesas ase'cham~as y] al~'persecuciones más implacab'es; es la sarda hostJiI1dadde la opinión dominante, la tácita reprobación de las mayorías, la abrumadora adversidad d,el med'o, la que niega Cionales, por medio de violaciones que hieren de muerte el derecho púbUco externo, es destruir ,toda ba.~e cierta, toda esperanza de permanente paz en el mundo; semejante golpe a la moralidad universa'l 'es la regresión a las peores formas de la barbarie, es 11asustitución del Estado pixata al Estado Icabal'l'ero, es la socied3!d de los pueblOS convertida en horda, en la cual el más fuerte pufio atrapa la mej or presa y en donde la violencia es el úni¡co título de propiedad. El incalificable pro,::'edimiento del.gobernante de Washington contra la República de Colombia no suscitó en la prensa mundial, vocero del pensar común, una sola pala'bra de reprobación; la víctima no encontró,con una nob~e y única excepción, un solo acento de !Simpatía, y el wctimario, colmado de honores y de aplausos, llegó a aparecer ante el mundo, EIRONEIA, como la encarnación del senti- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 101 IDOLA FOR! miento die la paz y de la frwternidad humanas. No ignomlmolScuál fue la POSE in1ie,rnacionaI que valió a Roosvelt el premio Nóbel, y magtier sus fáciles gestiones de Portsmouth expliquen 10 de la escogencia, no deja de ser un /cru,el sarcasmo eso de discernir el premio de la paz Y de la conciliación civiUzada,a quien eje,cutó -el ,bárbaro atropella de violar un trataldo y el a,cto de guena, de rr,amás injusta y artev,a de ellas, de mutiJar sobre seguro ,el territoriO' de una nadón amiga que estaba soLemnemente (JIbligadoa defender. En las consagnaciones de otro linaje de glorias vemos también aberraclones que' no corroboraria con \Sus sufragios ningún espíritu que se respete, y que no obstante triunfan en la opinión y perturban el juicio de Qos hombres cre'ando una atmósfera de convencionalismo y de mentira que muchas veces no se disipa jamás y que justifica el acerbo teorema de Berna'rd Shaw: la burocracia se compone de funcionarios, la aristocracia de ídolos, la demolC'racia de idólatras. El creer que muchos pueden intel'pl'letar una id/ea politica, de,fender un sentimiento y com¡prender los intleres);s púbLicos mejor que unos pocos, es una aQucinalCiónde la democracia tan difícH de desvane'cer, como el más arraigado d,e rrosprej uiciolSl'e/ligiosos; los dogmas polfticos, pesados en la balanza y hallados faltos, no dejan por eso de imponerse todavía luengos añaL'!al espíritu es.clavizado por ~13. plasmante presión de la cre-el1.ciaunánime. La ligel1ezade 10s fallos colectivos, que crean o destruyen reputa,ciones y en diosan o inmolan ¡personalidades con la misma pavorosa inconsctencia, es un 'fenómeno mórbido que la ciiencia ti,en-eya estudiae genuino de esa muchedumbr,e son presunciones ¡poderosas a graduarle de instintivo, pues nunca será ídolo de las ma'sas quien como ellas no sienta y pi,ense y quien hrubla un lenguaje superior al de las elementales capa'Cidades colectivas. El gesto de alto d'esdeño o la sev€ra renu!liciacióndel pensador, jamás ,conquistarán el sufragio público, aunque a la larga es la recogitla se'veridad del pensamien te y no lo declamación ti,e la plaza pública el cincel que esculpe la conciencia de un pueblo. EJ ostracismo 'Perpetuo a que todos los regímenes someten a las más altas intelectuali- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia mOLA FOR! 105 o,a.des, según Alir:e,diode Vigny, resulta nimbo ípresttgioso con que el j'uicio po&terior de las generaciones 'carona la frente de quien no la incEn6 al halago del día ni cortejó el fervor público al preiCiode la infidelidad consigo mismo. Un Boulangero un Der,oulede, como' mete'oros brillantes, trazan 'un !in\Stantesu raya argentada en el espacio y pasan; un Taine e.splende sobre e1 horizonte del .espíritu humano coma una estrella l.ejana.,pero fija; .el meteoro deslumbra, la estrella guía; el meteoro se impone bruscamen te a todas las miradas, p.e're nad'ie recor'dJa~ámafiana su posi!.:;'ióny los ,efímeros mamen tos de suespl.endor; el ojo vulgar no distinguirá acaso la estrella en lo infinito del firmamento, pero ella está am, inmutable y s-erena, coma unacristalizac:ón de ,Her y de luz. El héroe popular puede t.ener ,el valor y el entusiasmo, la fuerza, la f-e de los seres primitivos, comoOtiene su violencia, suespontaneidad, ¡su i'nconsciencia, la estrechez ,de su jUicio y el arranque de sus lalcametividades; es un producto nativo y 'bruto, sobre el ,cual la pátina d.ela cultura y el castiga del razonami-ento no h'an impreso su alcción desb1'ozadora de las ,aspf:)ridades naturales. Bien pued.en medil'lse ,los grados de refinamiento de un espírttu por la ing,enua admiración que ,en él dtespi¡erte ese ,exponente ariginal de lasenergias milenari'as y de las herenellas bárbaras de la raza. Si los pueblos ,tienen una personalidad moral, si existe una concienoia nadonal, ella no aparece en los movimientos reflejos de IRIS masa:s tur,bulentas; se elabora sHenciosaimente en el retiro de los hombres de estucLio,en la 'cátedra discreta, en el persev,el'ante y modesto esfuerzo de las clas-es medias,en 'que iCon!vilVen las j o1'naleras lalbores de las prof-esiones liberales, de los agricultores, de los industl1ial,e'S,de las pequefios comerciantes. La acción de presencta de todos elas, poOl'mesurada e invisi'ble que sea, forma, a Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 106 CARLOS ARTURO TORRES fuerza de sana y vigorosa, el carácter de una nación, pero de allí no brotan las lniciatilvas pol1tic8JSy en su seno no se forja el ra¡yo de las revoluci:O'nes,hilstórtcos ~cudimientos ,dJe donde suelen la pr·emeditación y la coorrctinación estar ausentes y faltar, last~mosamente ·a veces, la justtcia y la oportunidad. Cuando el espíritu se encuentra en {presenda de uno de esos mgentes movimieIlitos de l<>s 'Pueblos, de una d·e esas revolucione¡s,formidables y sangrientas que pare'cen cambiar la faz de las sociedades, el irrecusab1e sentimiento de justicia que vigila en el fondo de nuestro ser, quisiera encontrar alli uno de esos grandes actos reparadores die las viejws ini'quidades; ,quisiera ver en las revo1:uciones una reivindi>eación severa, pero justa, de derechos largo tiempo desconocidos y de los agraviiOlsinultos; un estallido incontenible de indignacron ,contra la d.njusticia impunida y triunfadora. Un ,estudio más cercano de tales acontecimientos. ha'ce cambiar substancialmente la primitiva luz que a nu€stTOsojos los mostraba, los justificaba y los engrandecia. Los pueblos no se ind,igna:n contra.. le, con rara valor, una de las revaluciones más a.ntensas de la historia, la emandpación de los \Siervos y es fulminada ... (;por los reacciolliarios cuyas' intereses vulneraba 'Y cuyas preocupaciO'nes h-ería? NO':por los reva1ucionarios cuyas quejas oia y cuyas aspiraciones realizaba. De suel'lte que en las revaluteiO'neshay un fondO'de injustiJcia aberrante que hiere nuestras más arraigados principios de elemental equldad. Durante los luctuoooo días de la revO'lución rusa .pudilmos ¡presenciar y pa:tentizar el fenóme nO' que se ,apunta; las ,cO'ncesionesdel zar pare-' cian 'e~acerbar el ánima revaludanario, y ,cada síntama de que cedía a la opinión, se:ñal era de e~gencias cada v,ez más audaces, deencano cada v.ez más fiero; si hubiese' persistido en lSiUS veleidades' liberales, canservando la primera Duma y dándole másatribUiciones, 'aestatSi horas prob31blemeÍlrteestaria destronada y tendrlamo.s la, RepúbUca de todas las R'usiias; 00 acordó. emperO', de ,que era descendi;ente de Iván el Terrible, responddó a las bandas raj as con las bandas negnas, disolvió la Duma y }a revolución se detuvO'. A la Bu1garia no se le O'ourr~ó.pmclamar su soberanía, ni a la Creta unirse a Gr,ecia, ni 'a Austria incautar la Basnla y la HerzegoV'lna mien·tras en OonstantinO'pla pesaba un despotismo Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 108 CARLOS ARTURO TORRES asiático, mas trlunfa el esp1ritu nuevo, los Jóvenes TuDCOS ,coronan una de las más hermosas vevoluciones que registran los siglos, implántase en la Sublime Piuerta un régimen constitucional y liberal, y entonces todos se tconjuran para arrebatar al monarca constitucional lo que no se bJab~an atrevido a pedir 'al dés.pota omnipotente, En nuestros países presenciamos ta dirario tal aberración del sentimiento púbUco. En Colombia las tres guerras más sangrientas, más largas y más populares, se hicieron precisamente a tres de los mag1strados más respetuosos de m ley y deferentes a la opinión: Los,s,eñores Mariano Ospina, Aqun.eo Parra y Manuel A. Sanclremente. La intensildad de las revoluciones ,está en roazón direeta de ·la bandlad del gobernante a quien se le hacen, e inverea de los agravios que haya recibido el puebla que las hace. Elautorit.arismo y la intolerancia son .para la multitud sentimientos muy claros qu·e comprende y ;PDacti'cay que acepta cuando hay quien .se los impone; respetuosa de la fuerza, desdeña 1a bondad, que no es a :sus ojos sino una forma de d,ebilidad; sJ.mpatiza c'on el amo que la enfrena, y si\aplasta al déspota caido, no es por serIo, sino porque, su fue,rza perdida entra ya en la categoria de los débiles. a quienes se desprecia vorque no se teme. En \su 'PSiCOlogíaelemental, es el temor uno de 10s resortes más enc'aces de su acción, y se pros terna ante César, sin dejar por eso, cuando el caso llega, de aclamar a los asesinos de César; en el entusiamo que le sus'cita Bruto, no encuentra otra forma de aplauso y de recompensa que proclamarlo nuevo César. El carácter del demagogo adulador de los reyes o de los gobiernos, es en el fondo idéntico; ya 10 han observado Aristóteles y Burke. eitado por Sainte-Beuve. Los dos cortesanOlS,el de arriba y el de abajo, tienen las mismas mentalidades y la misma bajeza: sus miras son igualmente interesadas e idélllticos sus proEste libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia mOLA FORI 109 yectos. Halagar las ¡pasianes el que tioene la amnipatencia, ley 'O ¡puebla para 'Obtener personales prav1echas; sóla que en un caso -el déspota tiene una c¡albeza y en el 'Otrú ,t:lene quinientas mil. La demagogia es la aparente al1,ada de la de~ macracia y su ,evid'ente 'enemig1a; es el cuerpo de franC'atiradores situado 'a vanguardia que extravía, desprestigi'a y hace 'Odioooel ejército; es la exageración del principio, que viene a infirmar el princilpia mismo. La actitud evenenada de un Cleón, de un Simías 'O de un Lacrátides, al extremar sus 8JC'Us:aciones cantra P'er~cles, parte de un ¡:oncepto plausible: el de la defensa de las intereses públicos; .perú llega a un resultadú funesto: la persEtc:uciónde Ilas públicas servidúr>es; brote de celo patriótico, se convi'ert>e-en sevici,a de inn~ bles pasiones y eoncluye par allegar, par acción 1'€laictiv,a,nuevas fuerzas 'a 18JSaliga!l1quias que pretendía des:trir, y par atrae,r sobre sí la reprobación universal. En Rama es ella el instrumenta pavaroso de Ja¡s,más desCiaradas formas de la ambición; el populrucho que el 'Odia lanza cantra las ciudadanos es una mezcla infarm.e de cuanto más bajo a1c'llmu}an, en ,el subsuela de las grandes ciudades, la miseria y .el crimen en su siniestro cannubia; multitud ilnmunda y terrible de gentes sin faroma y sin patrLa -dice Gastón Baissi.er- oolocadaASpor la .opinión genel"lal fuera de la ley y de la sociedad, na 'tenían nada que respetar porqUI€nada tl€nian ,que perder: "libertos desmaralizados .por lla servidumbre a quienes la libertad no había hecho sino dar elementos ,para ha.c,er el mal", gIadiadal'les adiestradas en la matanza de las f'¡eras y de las hambr<~s, esclavos f¡;gitiV()!Sy criminales de todas las razas, he ¡ahí el elemento con que las d.emagogos concurrieron al aniquilamiento de la República. En la Revolución francesa las formas de la demagogia, si menos espantabloes que en Roma, fueran Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 110 CARLOS ARTURO TORRES no menos aci'wg,aspara la democracia, sobre la que arrojaron, como túnica inflamada de Neso, la sangre de Septiembre y la locura s.am.gr~enta de las Euménides die' la guillotina. En nuestras RepúbUcas ella ha sido, por d~cha, más una marea de verbalismo intemperan.te que una pos~t1va actuación 'soci~l, pero si el espiritu e intención fuesen narma evidente para la 'apreciación de las bandos y de los hombres, ¡podria señalarse en la túrbida elocuencia de 'la plaza o en las hoj as del innoble libelo más de una larva de agitador que alSpiró a Saint-Just y sólo alcanzó a Hebert. En Hispano-américa el espiritu demagógico, sin apreciable influencia en los serios debates de la politica, va ,a canfundirse y perderse como burbuja en el Maelstrom hervidor, en el vórtice de las guerras cLviles. Alguna vez se ha sostenido, de justificación a guisa, que las guerras civHoo hhspanoamericanas, brotes de la desesperación de los oprimidos, son causadas por los malos gobiernos. Los gobiern0i3 han sido malos, y en muchos casos sus abusos bastantes a justi,ficar una ¡pratesta armada, pero no ha sido esa la intima razón del histerismo de nuestras sangriennas convulsianes. En Hispano-amérioo se tolera ,cuarenta años al doctor Francia: y se derroca en qUince días al doctor Lisardo Garcia; trilunfan las insurrecciones contr,a un gObierno constitucional y son impotentes las que se hacen a una tiranía; las justas reivindicaciones populares nada tienen que hacer en esas orgias de sangre; los derechos de la inmensa masa anónima, conculcados o desconocidos antes de la guevra, cuando impera el partidO A,conculcados y desconocidos continúan después de la guerra, ¡cuando ha trilUnfado el partido B. Las guerr-:as, cualesquiera que sean \Su bandera y sus propósitos, no hacen sino agravar los males ¡permanentes d,e la víctima colectiva, carne de reclutamiento y de 'cañón, blando plasmo para to- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia mOLA FOR! 111 das las e~poliacioIlies. En la mayoria de los casos, las guerrws civiles amoericanas no han sido ni serán sino la proyección sobre eJ ,campo de batalla de los oonflictos doeideas o d'e intereses die los profesionales de la política, !Cuando es un princi,pio o la suerte de un ,part~do lo que se remite a esos }uiC'iosde Dios; o una simple 'Caza del ¡poder ¡público, euando 'eSI'l!arapaz ambición de un jefoe 10 que entra en juego. Es, en uno y otro caso, asesinato de inocentes, organizado en prov,echo de unos ipOCOlS y .aplaudido con pasmosa iinconsctencia por los demás. Na será el autor de estas líneas quien niegue a alguna.iS de nuestras guerras civiles \Su audacia y su tenalcidad; empera muy málSdLgna de admiración encuentra, por fecunda y ,por valoerosa, la 'actitud de un Murillo, !por más 'que no toma:m en \sus manas atro a.cero que el de su pluma ,luminosa, que n.o el que pueda desplegar el más arl"ÍSc'ado guerrillero, ,pn ,campañas de salta de mata, 'O domando el mulo bravío, trabuco en mano por ,esas breñas, mitad prócer, mitad merodeador. Ouando en un rp.afsse impone, coercitiva e inaplazable, una transformación pallUca, siempre hay, dentro de la act'UacLón,civilizada, manera de colmar es:a damoroiSl3. ne<:esidad; si no es así, quiere decir que la anhelada transforma'ción no carrespondía a UIJ:1:a evidente justicia pública. Contr'a los deSllIlan-esde los gobiernos opreiSOres vale, en último resultado, mucho más el reclamo d,el d'erecho, vigor.oso, incansable y enérgico, vale más, si se quiere, ,con el g,esto de los senadores romanos ,envolverse en su manto y esperar, que dar pretexto y aca¡s,ión a que la vIoLencia se desate, a fuer de saJvagU!ardia del arden y de la paz; es pr.ecioo evitar la guerra para hacer rposible la revolución. Por ella entendemos el movimiento consciente y aVa5aUadar de U'a opinión, de la verdadera opinión, en que el verbo tiene :mayor patencia demoledora que los cañanoes y el dere,cho Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CARLOS ARTURO TORRES 112 de la causa defendida vale por diez -ejércitos. La. revolución así entendida, es la. reforma o la relParación, ini,ciada y cumplida por los mejores y por los medios más civilizados, que son les más ,efi¡caces; la guerra es la imposición ciega de los más. En este concepto fueron revoluci,onarios Agis y Cleóm-edes en Espa.rta, CUstenes en Atenas, Dión en S1racus,a, los BrutoiS,y los Gra,cos en Roma, Arnaldo de Brescia, Sav,onarola y Campanena en Italia, Egmont y Marnix d-e Santa Aldeganda en Holanda, Hampden y Mtlton en Inglaterra, Frankl:n, Jefferson y Hamilton -en América, Miraboeau y los girondinos en Francia; NariñO, Acev-edoGómez y Camilo Torr-es en Colombia. La revolución puede iniciarse y cumpUr.se sin un soldado y sin un combat-e: asi se ,estableció el arcontado de Atenas y la República ariiStocrática en Roma; asi cayó Hipias y comenzó en Gr·ecia el período de la democr:arcia ¡pura; alsí revivió Rienzi el tribunado y s,e 'cumplieron varias de las más famosas r,evolu:ciones italianas de lOiSalbores de la edad moderna (1); asi se ini,ció la gran Revolución francesa y la mayor parte de laiS de la ind€p-end·encia amer:cana; así laboraron O'Oonne11, Mazzini, H:erz·en, Lamartine y Ledru Rollin; así proclamaron la República la,s Cortes Españolas ,el 11 de febrero de 1873, y no de otra manera .se ef-ectuaron las revisiones f-ederales en Suiza de 1869 en ·adelante. En cambio, s.e ven guerras en las cuales sobre las char,cas de sangre no brilla el iris d-e ninguna doctrina política ni las banderas simbolizan pr~íl1c:ipioalguno ... ¿Y qué valdría la santidad de una causa ante el hecho brutal del número de batallones enemigos? Algunos metros más de al,cance en las armas d·e fu·ego, una linea de mayor prercisión en la (puntería de los artiUeros y sucumbe una causa, desapar,ece un pueblo y dejoan de valer unos principios! I (1) Petrucelli, "La Sintesi della Storia d'Italia". Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA FORI 113 El prestigio que consagraba en nuestras democracias los \Servicios m1l1tares en guerra. civil como ej ecutorias omnlipOtentes Y 'O.nicaspara. tod.as ,laa prebendas Y pasaporte para todas las vías de la ascensló,n, del provecho Y de 1a grona, empieza a. palidecer a. medida. Que los puel~os se hacen más >conscientes de sus intereses; el ml:litarismo 'como superstición politica ha Visto ya SUS mejores días. La realizatei6n de los ideales politicos. remitida antaño, camo las causas en la Edad Media, a lOSmortales j uieios de Dios, confiase hay a la propaganda intelectual; cumplida esa propaganda, se dejará mafiana a.l Ubre desarrd1'lo de las puebloo,a 'las fuerzas ge·rminativas de la h'istoria. Tales son las tres etapas de esa conquista secu1ar: la guerra, la revolución Y la evolución. La Ubertad que 'la violencia impone, si es pasible cansignar tal paradoja, CONTRADICTO IN ADJECTO, SLn arraigo en ilas ,costumbres ni sólida vinculación en Ilos caracteres, también por la VÍlalenci\adlesap)arece; la IProp¡aganda educ\ativa crea ese ,arraigo, e,l progresivo desarrollo ulterior la ciment,a definitivamente Y ampliamente lo propa,¡ga; ¡pero ese aquél hará laibar fe1cunda que Ílll>'icribaen \Su vida y en su esfuerzo la altiva dedicatoria de Esquilo: "Al T~empo". Esa fe en la finalidad de toda esfuerzo generaso, puede ser la ingenuidad de un .optimisma, pero con esas ingenui.daqes y con esos optimismos se cumple ila elaoora:ción d.el porvenir: Lanzan los triunfadores del !presente al que elabora el porvenir su insulto, peTO la historia trueca reverente en altar el desdén, la afrenta en culto. Por eso el mártir. de esperanza lleno 'Yante el desdén universal tranqullo, su vida. y S1J¡ lllJbor,alto y sereno, dedica ,Al 'riealpo ~omQ el vieJo.iEsqullo. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 114 CARLOS ARTURO TORRES ,La reva[uaiCión de ,los dogmas democra.t1cos ha sido ,en los úit'l!IloS tiempos tan Int-enlSae Inmil::el'i\COl'de,quetal parece como sI el favor excesivo que les dieron ias formidables resonancLas de· la Revolución fran1c'esahubiese suscitado una reacción die-fuerza y de exageración 'correlativas: imaginámonos,empel'o, que :Ya principia a esbozarse la ,contr.arrea"ci:Ón. Enfrentados por una parte a la aristocracia y por otra a 1.a alcracia, esos princi'Pios representaneI nivel medIo de las ideas actuales; su posición ante el .privilegio tradicional, lucha de ayer, empieza a ceder en Interés ante el que comporta su nueva posición, engendradora d·e luchasilnminentes, y que puede d,efinirs·e: democracia versus sociaUsmo. A la generosa .alucinación de la fraternidad igualitaria, se opone la exager-a,'ción del arilStocratismo cientifico, cuya psiCOlogía se patentiza en ,el siguiente tópico del escritor argentino Ingenieros: "La igualdad humana es un suefio digno de ingenuos como Cristo y de ,enfermos 'como Backounine". Parécenosque la Equidad, diosa de di,stinción exquisita, cuyos oidos no soportan bien la percusión de afirmadones demalsiado extremosas y demasiado violentas, no interviene en estos debat.es en que .prima, ante todo, el hipnotismo de las tesis pr,e,constitufdas y en ,que un prejuicio combate a otro prej uido. Las superstiC'ionesqU/e derrumban las ,catapultas de la crítica, cuantos son la i.lUls.ión de la igualdadab.soluta, la absolluta autoridad moml de la opinión y de la prensa, el deslumbradorsofisma del sistema representativo, la infalibilidad d'elcriteriopo'Pular, el d'erecho divino de las mayorías, la justicia inma:nente de los movimientos populares, la legitimidad del prestigio de las. 'caudillos yd~ JI1.<: rm',,,~,g!'9.ci!mesde la popularidad, no atañen al sentido supremo del 'Principio democrático y pueden desvanecense sin que éste vea dismin uída su integridad filosófi¡ca. Hoy se identifican, para su ,común demoUción, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA -FORI ". !;l"" r"¡ - ,,~~ 115 ~" - las doctrinas ,de cristo con los principios de los modernos demócratas Y se Icondenas. ambos como un,a converg,en.cia de todas las inferioridades y la eD.ltación -del hampa 'de las mfseras Y de los degenerados contra la falang,e de los fuertes Y de los dominad'ores. Acaso .para los ap6stolesde la. dureza, sea f.lacidez de tristes deprimidas Y actitud de parias Y degenerados la que lanzó "~os cruzll!dos al Oriente y los /Conquistadores al OClc1dente"; la que ha fundado ~a eivilización accidentall Y el derecho pÚbliCOmoderno Yhace que ,con la. aza. da 'en la mana, te~ciada ,al hombro la carabina. Enfie1d y la Biblia bajo el brazo, el calana Y el farmer 'británicos hayan ,creado .en las d.esiertos nacion.es 'coma Australia Y Nueva zelamUa, el Canadá y ,elCabo; la que ,desbrozó ay,er 'Un continente vara erigir en él las formas máS vigorosaS del progreso humano Y som.ete hoy la un pufiado de funcionarios 300 millones de ltombres en el semill,ero de las razas arias. Indudablemente la moral1cristiana Y el ideal democrático son exclusivo lote de los débUes, de los cobardes Y de las esclavos .. :~111"~ Ante el aposento en donde se elS,criben estas líneas, en una mafiana de inviterna, un 'Paisaje severo desdobla la tristeza de sus tonalidades a.pa~adas; más allá del extenso cuadri,látero de un paraue ingJ.és. que la escar,cha ,cubre ya con su tún¡'~a ,de blancura, recorta enérgicamente el horizonte la enorme 'siP'U'etade un h3lcinamiento de édificios o'ue' una pared de ladrillo circunscribe, alguisa de muralla; dirial~e una 'ciiudadela que en vez decastiHos Y almenas irguiese bajo el dombo rnlomizo de los c'elos las chimeneas de una fábrica y la f,lecha gótica de una iglesia: es un work.house. Allí los desv,a1id01sde todas las razas y naciol1a lida'd€is,Que se aglomeran en una ciudad cosmopolita,' que es al mismo tiempo un gran puerto ~e mar, encuentran, s~ de una inteligente investigación pr.~Y~ª !lipª,r.~'c~q1J~lQS JIler~e'en, tei' - Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 116 CARLOSARTURO TORRES e ~ho, alimento, medicinas,alguna:s ensefianzas y trabajó. El sentimi,ento "que induce a proJong,ar las existencias inferiores con. limosnas de absurdo altruismo" asume en oo,eestablecimiento, que es al propio tiempo hoo.pi1tal,taller y escuela, la form'a más €'ÍÍleaz y prena de su expansión. Por medio de esa institución, ,en que, tendiendo a corregir cuan to J a caridad ind';\Sicriminada y la afeminada sensiblería t:enen de mallSano y iContmproducente, se ha logrado que la caridad se radonalice y el sentimiento piense, la soc'edad, incólume aún de las demoliciones ni€tzsooeanas, da la mano aI que cae, la cura al enfermo y trabajo reparador a todos. Salva alU y fe'Cunda de esta suerte infinildad de energ~as que, abandonada,s en el momento pavoroso del doofalle-cimiento y la caída, se habrian evaporado como las fuer~as pendidas ,que la catamta devuelve en flotantes mantos de niebla al insondable azur. El sentimiento de que el interés humano es so;1idario y no se puede c'ondenar a muerte a 10iSvencidos, so pena de disminuír la suma de bien y de vida que hay en el mundo, aumenta e intensifica la vida colectiva, puesto que preserva energias transitoriamente deprimidas; es el médico que, al devolver 'el vigor a un enfermo, enriquece tamb:~n el vigor y la salud de la sociedad. Tal sentimiento como ese, patentizado en instituciones como el work-house, ,es uno de los elementos de poderío de un pueblo que, la,l favor doe;S,liSconcepciones esencialmente democrát1cas, por más que conserven a.1gunae >elmonumento de sus inst. tucioUoc'3,o de su pod·erío, la grandeza de su ,pr,nducción o de su genio; adviene entonces uno de los predestinados dé la fortuna, de la auda,~ia y del éxito. y erige lcon mano ruda su propia ,efigi.e sobre el vértice de la inmensa fábrica del obrero anónimo. Desd·e ese momento toda la anterior labor desarparece, la figura del hombre l"e,pr·esentativo surge, ante la ingenuidad de las ignaras multitudes con la estatura integral de la ¡:Jirámide que él no levantó, y en la cual ocupa sólo un punto. Permnas-enos aclarar nuestro pensamiento por medio d,e un caso ilustrativo y evidente. Uno de los espectáculos al propiO tiempo más h~rmo'30s y más extraños que nos ha dado la historia, es sin duda el de la dislcusión y estudio del GÓd'go civil por l'a Convención Nacional francesa en 1792 y 1793; sorpl'ende en verdad ,que quienes con Taine han tenido fras,es de tan severa reprobación para aquella Asamblea inmortal, como el eSa;liritu alto y noble y luminoso del pensador h~lSpanoamer;,cano José Enrique Rodó, no se hayan det.enido suficientemente en ese momento fértil entre todos de la obra d,e la Coni Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia íbOLA FÓRí i23 vención Nacional, par.a atenuar con eJ. mérito de esa actitud la rigidez de su veredtcto condena. torio. En aquellos dfas trágicos y supremos las almas eran como hogueras sobre las cuales pasara incesantemente un hálito tempestuoso y fecundador;encendidas para el incendio, pero tam bién para la iiluminación~ En guerra abierta con la Europa, ,desgarrada horriblemente por las lu. chas a muerte de los partidoOs, entre las convulsiones de la agonia de una -edad y del alumbramiento de otra, la Francia veia corr-era torrentes su !Sangre en los campos 'cont:nentales, ,en ta:nto que en los de la patri'a la guHlotinacaia, caia implacable ,como el destino antiguo y siniestra como una Erinna, sobr-e las más altas cabez,as; en tal'es momentos como €Sos, decimos, se echaban las bases -eternas deI monumento de la I~_abiduriay de ola equidad, del Id-erecho,poOsitivoy de la jus1Ji.ciacivil. Inmediatamente d'espués de una sesión en 'que la elocuencia arrebatada de loOsÚ'radores de combate pedía la inmolación de un rey o lanzaba al mundo un Icartel de reto, Igraves y reposadoiS j urisconsul tos. un Tr-eillard, un Thlbaudeau, ,un Ca.mb8iceres a,scendían lentamente a la tribuna, vibrante aún con los ecolSde la elocUlencJ.s.o d,el delirio y allíeXiplilCaban, como en cát.edra reposada, las más intrinc8idas cu:estiones de la j uri:sprudencia. Cabezas que momentos antes a,rdían en el vértigo de l:as demoliciones o que se pl'eparaban ¡para ,caer al día si:guiente entre el tumulto de la plaza pública, oS'eserenaban ·como .por mHagro y medían y pesaban, artículo por art~culo, palabra por palabra, con la \S-er.enidadde un Areópago y la corrección de una Academia, 'los prinClipiOlsy fórmruas de aquella concreción insuperab'e del derecho de los hombr,es. "Domo una mar furiosa -dIce Edgar Quinet- deposita en ,el fondo dIe \Su lecho tran. quilas estra-tifi.c,a.ciones de mármol, asi ·la Revo· luj1ión Francesa, len .sus más terribles tiempos, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 124 CARLOS ARTURO TORRES atsienta en el fondo de su ledto lalSbases ,paratlelas, simétricas. armoniosas, de los derechos priv.3Idos". Después del decreto de1evaen masa, cuyas cláusulas repercuUan por la bóveda resonallte con 1a persistente vibración de un clarín de guerra en las montañas, se diSlcutían los derechos de la muj1er, la salva,~uardia de los niños 'Y de los fatuos, las tutelas o las .capitulaciones matrimoniales; anteslie una sesión en la que se 'Condenaba a muerte a tojo un partido, se delimitaba la libertad de testar o se d-eflnia la natllraleza del fideicomiso. Aquella Asamblea delirante,pe1'0 gloriosa, ,elaboraba sin pre,cipitación, como quien construye para todos los tiempos, las disposiciones que reguiari:ti111la ~xi.stencia de 1:::.f9.miDa y de la sociedad; el 'código ci¡vilbrotó de allí, según la elocuente expresión de Quinet,.'como las tablas de la ley mosaica, entre truenos y relámpag01S. La grand~ obra quedócalSi coronada 'en 1793; si no se.1e dio entonces ,el toque último y la fina,l promulgación, fue porque en su generoso laborar, no para un pueblo sino pa'ia la humanidad, no ;para una épO'ca sino para siempre, los hombres ,del año t,errible 'crey.eron que la forma que los jur:ístas habian dado al código no era sufic;lentemente filosófica. La mare·a de los 3Iconte,cimientJos barrió luego a .los hombres Y proscribió los principios: el prestig.io del monumento de la codifi,ca1ciónde las institucipnes civiles de Franc:'a no ·le fue departtdo a la famosa Asamblea. Bon~parte, en su pretensión de apatreC>ercomo legisalador a la misma altura que habia alca,nzado como guerrero,comisionó a los miiSmos jurilSiconsultos que habían trabajado en la Convención para que,apl"ov·echando el enorme cúmulo de materiales ya elaboradoo en 1791 y 1793, dieliey¡e ,bastante poderoso a legitimar la audaz detentación, ¡porque es bien sabiitoaVl:lesode dar ,alguna apariencia de originalidad a ,la ,copia, pa'ra ¡poder así reJ.egar más fácilmente al olvido a los autores despojadOS, Si el hecho de ordenar una obra o allegar algunas observadones aeHa fuera título suficiente a reclamar y adjUdicarse paternidades intelectuales co:r;no¡quien hace una presa marítima, podrían con igual justi'cia atribuirse 100 frese·os de la Ca¡pilla Sixtina, en donde Miguel Ange.l puso lo mejor de su g,enio, al Papa 'que los ordenó, y que es fama suministró algunas ideas y aun se permitió algunas observadones. Napoleón, el primero de los so1dados yel más arbitrario e insoportable de los déspotas, apropió ~in ,límite y sin piedad a -las 'exigencias de SiU colosal egoísmO' cuanto un gran pueblo puede dar: sus vidas, sus riquezas, su 1iber1Jad; detentó las enel1gías oles¡pertada1spor la Revolución y acabó por persuadilrse, y 'con él el mundo, de qt:.e esas energías eran su 1P11opiaobra. Cuando se regístran las lisúas de los oficiales de los ej ércitos de la RepÚbI1,ca,\Seh'allan allí todos los nombres resonantes que hicieron ¡posible el imperio; la gloria ,con que el despotismo se armó a \Símismo contra la libertad, fue la epúb1ica,él las 'convirtió en el instrumento del despotismo y ;¡,aconquista, y después de saEste libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia ,126 CARLOSARTUiROTORRES crifrear dos miHones de vidas humanas dejó a 1:a Francia dilsminuida Y defrauda.da la Rievolución. En verdad que hay ,pa,ra desesperarse con la :pérd~da de Waterloo (1). El corso de los Icabellos lisos, 'que id:ileeBarbier, lo usurpó todo, pero en ninguno de 'sus despojlOOaparecen tan desnudos los caracteres del dolo como en 'el de las labores de legislación civil de la Convención Nrucional. Emp,er,o, en elst'e ca&ode despojo de la glon!a Icole>Ctiv,a por la perronail., puede a1egarse al menos como ,eXlpUcaciónel real y portentoso, aunque funesto genio del "hombre representativo"; su superioridad no existia en el caso parFcular de que aqui se trata (2), pero si de un modo formid¡:tbl~mente coeroitivo ~m otros rt1.lliCS ,cfu la a:ctividad humana; mas la superstición hel'olátriea ,cubre a las veces con el Zaimph constelado e intocable fi.gura\s muy menos grandes y fascinadoras, y por un procedimiento inverso al que imputa al carnero em~í9ariotodos los pe.cados de la tribu, cue,lga sobre hombros que no lo han menester ni 10 merecen todo lo que una nación debe a su prop!io esfuerzo y a sus virtudes raciales; levanta luégo alto, muy alto, la personalidad por modo tllil enriquedda con la imputación de las cualidades cOlectiv,as,la convierte en amo yse pros terna ante él. Este fenómeno de antosugestión para 'la idOi1!atria,se preoonta de un modo constan (1) "Hay dos cosas de que la !humanidadno podrá consolarse jamás: la muerte de Margarita Gautier y la pérd1da de la batalla de Waterloo". J. H. (2) Es sa;bidoque Napoleóntenia pasmosa facilidad de asimilación,de tal suerte que con una rápida ojeada podía luego disertar brillantemente y aun deslumbrar a los es:pedalistas; pero a pesar de su arueconsumada en estas suertes de escamoteo intelectual, su paternidad sobre el código civil no pasó de ser uno de tantos juegos de incorrecta pr,estidigitación,para aparecer ante la posteridad como un gran legislador. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA FOR! te en los paiSes de estructura 127 fuertemente aris- tare, á Newton o a Nelson. Las virtudes domésticas y privadas que el soberano Hega a p.oseer le son abonadas como ,dotes eXlc,epcional Bs y proceras; los favores de la suerte, el talento de los escritores y d'e los artilstas, la's victor:'as de los ejércitos y los des,cubrimientos de los sabios resultan obra del soberano y Ise albonan a sus e}ecutorias, ante la posteridad. Para ese criteriio, una mimda de Luis XIV enge.ndraba un genio. l Un re,gard de Louis enfantait des Corneille. EJs-un poder más que divino; ese es el sentido de esas frases consalgradas "elJ. siglo del Rey Sol", "el de !sabe,l de Inglaterra", '\el de Augusto", ",el de PeriJcle,s",así de lalS!eyendalS'de Cj1ro, de Carlomagno y de Rama y de todas las que imputan graci'osamente a e-slQ,s .persanajes }á admirable fLoración del elSpíritu humano que, por dicha. mas no a virtud de ellos, 'COi:ll1cidióconsu remado o ,con la ,éPoca de Su infIuencia politka. ¡Cuánto más hermoso es e,lgesto de noble digntdad que ha ínmortalizado 1a fórmula. del juramento de 1'0$f1eye:s'de Ara.gónen la éPoca lejana Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CARLOS ARTURO TORRES 128 y pr,estig;lolsade los fueros! •'Nosotros, que cada uno vale tanto como vos, y unidos valemos máJS que vos... " La supersttciónaristocrática que hace del soberbio Barbón un \Soly una deidad, Y de los grandes Y tltulosde lJ.acorte 'astl'lOSY semidioses, se ha ilmpuesto en todolSlos tiempos Y en una u otra forma al alma :pávida Y la,cerada del rebaño humano con el fuero ,de la e~oli:actón, que las prescripciones del tiempo 'conv;'el'lten en der'echo, Y coneiJ. ,atributo .de ,la sangre, que -las sanciones aberrantes de la sociedad convterten en blasón. Lecky demuestra (1) que mucho más de la mitad de las guerras que han deva1stado a la Europa h'aD l'rovp.nido de míseras cuestiJones de familia entre las casas reinantes, cu'Csti.onesen las Icuales Ilos pU'eblos h,an tenido pocas veces conocimiento, e interés jamás. El fanatismo por la:s glorias (jpieas Y por loS\ hombres de ,ra:pJñ;n,tan exaltado enoiertos momentos de sombría regresión, ,cuando se proclaman la dureza Y la soberbia como el ,evangelio de los I:'leVOS,es en definitiva una de las form:ls más primitivalS del fetichiismo que 'abate la frente del salvaje pre,histórilc'Oante el ídolo sediento de 'sangre en la adusta soledad de la selvacuaternaria. Es la actitud del escita simeriano ante su d'Budadinmisericordie: la espada. Ante esa forma rediviva de la antigu\'1 'Bsda:vi!tud, el g.enerolso esfuerzo ¡perpetuamente defraudado, que viene reclamando mayor 'libertad :para la e y un sentido más alto dedilgnidad ¡para "la carne de cañón", justinca y comprende, a pesax deQdesprestilgio en qU1ese ha hundido la 'retóri,ca jacobina, la íntima verdad y la justicia ,que entraña el lema del per,iódico de Lousta1ot, al cual dio Proudhon la égida de su adopción: "Los grandes sólo nos parecen grandes povque estamos de rodillas: levantémonoi:s". (1) "History 01' England in fue Eighteenth Century". Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia tDOLA J!'Ofl,1 , .129 D.espuesde que .se ha hallado uno en pre~en4 da .del fanatismo de las falsas superioriclac1es, impuesto arri¡ba, y aI~ea>tadoabajo, con la dobl~ ceguedad tdelamo que se tcree semidiós Y del esclavo 'que ,confirma esa tCreen-cla,el elSpirltu se ve Ipoderosamente in,c[inado a legJtlmar como una victoria d,el discernimiento eleva:do sobre la pavura y 1a estiUlta prosternación del ánima esclava, aqueUa otra "hero1a:tría" que consagra con el verbo apoca!líptico de Oarlyle a las veneraciones humanfuS cilertos hombres realmente superiores, sobre todo las héroes del pensam"ento solitario y creador. Empero, preciso es reconocer que la teoria que podría 11:ama,rs'ede les Hombres Síntesis, si es un hermoso recurso de liiteratura, Y aun a las ve·ces una ,poderosa conc'reción h'istóríea, es, en lelsencia, inexacta, inj usta y pe1igrO\Sa; el f.ormular: el héroe como divintdad es Odin, como profeta ,es Mahema, tcomo poeta es Shakes¡pe.are,,como sacerdote Knox,como letrado Johnson. 'como hombre de gobierno Cromwell; a afirmar: P1atÓn es la filosofía, Danta la insp~a;ción, Swedemborg el mistici~mo, Mirabeau 1aelocuenIcia, Napoleón ea. geni'O militar, Goethe el genio lit'€riario, puede ser, repetimos, un elocuente tropo retórico, p·era es una verdad incompleta y una generali¡zación ínatc.eptable. El enca\Tnar en un individuocualidadtls geniales que muchos otros comparten, es 'OcalSionado,por ,inevitable exten~ión,a susoitar tll desdén ¡por la obra impersonal, que es enorme en la hhstoria, y a imponer con ca rael virreinato de la Nueva Granada; qUÍlnceafios antes, los mejores espíritus ·de'lpats, por med:o de "la labor sil(mciosa de las letras ocultas", habían .principiado la gran siC1nbraque en aquella fecha abría al sol su ¡primeracO'secha de ideas; debe considerarse, pues, tal día, ¡por una ¡parte como la culminación de un intenso trabajo anterior, y por otra, -como la inlcialCión de todo un pueblo-representado ¡por los exponentes genuinos y castizos de la t:'erra- en la vida :púbUca y ~n los altos deberes de la libertad. Bien o mal, aquel pueblo y aquellos hombres realizaron sus propósitas fundamentalets y constituyeron nu'estra nacionalidad; la cimenta~on con fecollmovedora y Ump1da intencÍlón, a pesar de su inexperiencia, de ~a pobreza de sus medios y d'e sus inevitables errores y faltas, y hasta tal punto de solidez, que pUdi'eron más tarde dar auxHio al brillante oficial venezolano que lo ped1a en su grandioso empefio d'e lucha contra Espafia en su país natal. El 20 de julio de 1810, es, pues, la cifra de valor entendido del esfuerzo colectivo de los granaoLA POR! 133 res -los padres de la patria; la deuda ¡para con éstos ,queda salvada y-satisfecha la jUsticia r~tro.speretiva. La mentalidad que para lós prQ1.JC>sitos de la. rememoración y de la gloria sustit uye así \Unhombre a ¡un pueblo y que', nos apresuramos a declararlo, no ha sido la de un gruTJo de ciudadanos, sino la de todo el ¡país; es la misma que hemOlSba~utizadoaquíconel nombre bárbaro de h,erolatría, en ,cuanto ésta comporta la injusta aplicación a uno solo de lo 'que de muchos es; el procedimiento entra, :pues, a titulo de sintoma dentro de la esfera de la psicología que estamos estudiando y se' confirma una vez más que, ,ante l.a fas'CinatCióndel héroe afortunado Y del éxito coactiwo, todo desaparece, principiando por la justÍlcia y acabando por la memoria. Vióse en el 'anterior capítulo 'cómo la ilusión jacobina del igualitarilSmo ¡por los rasero.'> inferiores l1a sido re:valuada y desechada; la d€molición ni\veladora de ¡cuanto 'es ,cumbre o en las alturas arde y alumbra, brote es de pasión insana y concepto que ánfirma las intimas realidades d,e la vida .ordinaria, las lecciones de la historia y las leyes de la Naturaleza. Cuidémonos, em'pero, Ción excesiva, puede convertirse y (Seha convertido más de una vez en tiranía, y .en la peor de ellas, en la de la mente. Ya lo dijo Guyau: "Querer gobernar los espíritus es peor ,que querer gobernar los cuerpos; hay ·que huir como de un azote de ~oda especie de directores de conciencia o d·e dirr.ectores de pensamiento". Esa debe s€r la respuesta a la propaganda de una aristocracia inteJ.ectual que ha de entenderse como un propósito de asumir las d"recciones del pensamiento na,cional, o no significa nada. Obra benemérita será la que se enfrente a todas las formas de la detentación y del despojo de los más por los menos; desconocimiento d'6 la inmensa colaboración anón;ma en prov€cho del diirigente gendal, disminución de la obra y de la signH:/Cación de lo,s precursores en provecho 'del elegic1o, <1espojo del fruto del esfuerzo. pa,ciente y mi'enario, de'l número por la audac!a de la unidad. Si el mundo, ha visto alguna vez las reales superioridadoes barridas por la racha poplliar, escarneddas por las irre7erenoias del tumulto y azotadas por el lodo, que arro'ja l'a recua de la vulgaridad que palSa, cuántas otras, en cambio, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia :rbOLA FORÍ ias las mansas virtudes de la humana gr€'y han sido explotadas sin tregua y sin pi'edad por la ambi~ ción y el orgullo y la codicia del dominador. Sólo que :las tempestades de plaza pública estallan una vez en un siglo y aparecen con todo el estrépito y fracaso de los ca:tacli¡smos,Y como éstos impresionan las mentes para la eternidad, en tanto que la acción detenta,dora que paTte de arriba, como la del mar que corroe si!glos há las ,costas d\€ la Gran Bretafia,es silenclOlSae invisible, pero constante; principia por lamer una playa y a.caba por sepultar una comarca. Obra b,enemér'irt¡aserá tambi<én la que tienda a vigol'Úzarlas fuerzas de resfstencia de la masa a las iniciatilv,as perniciosas de los caudillos, ,para que cuando llegue l'a hora de,1llamamiento siniestro haya una energía reactiva que diga: "No!" cuando Zara'thus,tra pide para los siervos la moral del deber y de la obediencia, sabe muy bien que es ese el medio más eficaz ,de implantar la moral de los amos, de orguJIo y de dominación; sabe bien que el abatimilento y la depresión de abajo engendran y perpetúan la violencia Y el abuso de arriba, y tiene muy presente que "la producción de toda aristocracia necesita un ejército de esclavos". La predicación del egoísmo, de la voluiJ)tuosidad y del instinto dominador, esto es. la neg.adón de la democracia Y la abolidón de la moral, triun fan hoy en cierto medio intelectual como interpretación ligera y ,por la ,peor 'paDre de las concepciones 'atrevidas de Nietzsche (esp1ritu genial, pero más literario que fi!osófJc'O),y han dado ardimiento a la primitiva acometividad, mal disfrazada en ciertas índoles bajo el frac, de la moderna cultura. Tal instinto como ese brotaba ayer, cuando la moda iba en esa diTección en las ex~ plosiones de la ira demoledora del j acobinismo; hoy -puOLA FÓn! ·13'1 amarillenta p€sadez de sus aguas gloriesas. La agenia del sol pone un toque de incendie sobre el joyel diaman1í~o que prend€ al gorro carmesí las f.1amas del ailan de nuevas monstruosidades, que han de abrir herizontes fantástilcos a su ansi'a de poder y fuente de placeres inauditos :al refinamiento. perverso. de sus \S€utidos. Ya ha formulado su credo: ('el interés, tal mi derecho; ,el éxito, tal mi religión; la fuerza, tal mi Dios", y a la pavoresa intensid.ad de suscancepc.iones pelitlcas, a los frias y certeros cá',culos de su talento., a1 arranque audaz e implacable de su ambición, a la satánica malicia de sus medio6 y a la, faslcina.ción de su persona, na:d:a ¡mede resistir: el mundo se le entrega como una 'cortesana ebria, 'en el espasmo del .víno y Ja vOluptuosidad. La guardia papal, el col-egio 'card~nalilCio, los embaja¡dores extranjeros y la plebe, a,claman al dominador Qmnipot'ente y se le prooternan como ante el semidiós d>e1neopaganisano; en la apoteosiLSdel triunfo, del pOder y de la gloria, ·corenado de rosas como un ef,ebo y de p,edrerias cemo una bailarina oriental, es[>J.endeen la púrpura de la tarde aquel ba.ndido que ha subyuga.do a Roma y que ha rea •. lizado lIa intensidad diíOn'lsiana de la vida; es un Sobr·ehumano. Cuando en la obscuridad de la noche se dirige a su., aventuras deesteta corrompido, al pasar frente al Palartino, en la soledad de las ruinals augustas, Jas sombrtas de Nerón, de Ti,' berdo y d-e, Helogabal, el andrógino, aparecen a la misteriosa evocación, y ante él se incl'nan trel> ve'ces. A la deirficfación de los hombres de presa, dI::' lo.shéroes y de los providenci:IUeS salvador,es de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia iM mebloo, formas de la moderna superstición arls • .ocrática en los puebloo de instituciones democrát.-cas, es preciso oponer el respeto ·a la ley, el concepto de dign"dad nacional y e,l cul'to serio de la libertad. Nos cuenta Renri Beranger que cuando para rehacer una popularidad que se le escapaba, quiso Thiers. ministro entonces de Luis Felipe, agitar los recuerdos napoleónicos, trans. portando a Francia las cenizas que guardaba la isla de Santa Elena, todos los franceses se entregaron al imprudente :culto de las evocaciones imperiaJistas; los poetas, sobre todo Victor Rugo y Beranger, en resonante himno~ogia, hactan del héwc u:,a religión nacional, y todo el país ardía en el amor delirante y en el recuerdo de las glorias miilitares. Entonces Lamartine, el gran Lamartine, ascendió a la tribuna de la Cámara de Dilputaidosy pronunció estas pa~abras, que son acalSosu mejor titu.lo al respeto de las conciencias libres: "Vengo a ha:cer una 'ConfesiÚ.npenasa, que el1acaiga enteramente sobre mi; acepto la impopularidad de un día. Aunque admirador del pasado, no tengo un entusiasmo sin re'cuer do y sin previsión. No me prcsterno delante de )sta memoria; no pertenezco a esta religión na,¡loleónica, a este culto de la fuerza que de algún tiempo a esta parte se qu'ere susti:tuír en el espíritu de la nación a la reUgión seria de la libertad. No creo que sea bueno endiooar así, sin cesar. la guerra, como si la paz, que es la felici:dad y la gloria del mundo, pudiera ser la vergtienza de las naciones. Tened -cuidado 'de no dar semejante espada !por juguete a un 'Pueblo; nosotros, sefiores, que tomamos la libertad a 10 serio, midámonos en nuestras demostraciones no s'eduzcamos tanto la opinión de un pueblo 'que aprecia más lo que le deslumbra que 10 que le .es útil. SI, sefior.es, lo confieso: temor tengo de que se haga pensar al pueblo de la SI1guientemanera: 'Al fin le cuentas, ¡lo único popular es la gloria, no hay Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia iboí..A Fóí:ií moralidad sino en el éxito; sed grandes y h'aeed lo que queráis; ganad batallas y burlaos de las instituciones de vuestro paí:s'. ¿Es esto a. lo que se quiere que vayamos a parar? ¿Es asi como se enseña a una nación aa;pre'ciar sus derechos?" Cumpliémnse fatalmente las predicciones del tribuna: la nación, extraviada por la embriaguez de las evocacion€lS napoleónicas, sustituyó en breve un Napo1€ón a la RepúbLica y el culto de un hombre al de un principio. Nadie mostró entonces la clarividencia, el valor y la honradez del hombre de Estado a mayor grado de 'altura que el glorioso Lamartine, cuyo prestigio como hombre público ha sido des.pués disminuido por la incomprensión que atribuye al poeta los errores del politico, como si los polittcos que no son poetas estuvieran exentos de los mismoo y más grandes errores. Las profundas parabras del vidente perdurard€ben como admonición saludable contra el ~mpeño del endiosamiento de los hombres, funesta idolatria que, si se trata de il.os muertos, fals€'a la historia y diJSlocapeligrosamente el criterio de los ¡pueblos, y si de los vivientes -reba. jada al ra:sero lastimoso de lisonja o asalar~ada adulación-, pronto corrompe al mandatario mejor intencionado y degrada, más elfactor colectivo y reduce' a su verdadera pos:,ción al individuo, como elemento " competente de la masa, y no a algo distinto y superior a ella; fija, como ya se dijo antes, el valor inmenso de los factores primeros, del colaborador sin número y sin nombre en las creaciones de la Naturaleza y de la humanidad, y al abatir las barreras que el régimen de castas doquiera ha levantado entre el hombre y el hombre, si por una parte contraría no bien probadas leyes de herencia, f,avorece, por otra, los cruzami,entos que hacen más fácil el proceso de renovación antropológica y sirven de preventivos contra la degradación de la especie, Ni puede negarse ta:mpoco que en ciertos conceptos el espíritu democrático rectifica esas mismas leyes naturales ,cuando quiera que la necestdad se revela de Iponer a salvo los derechos esenci,a'es d,e la persona humana contra la inclemencia de la fuerza yel abuso, q:ue la Naturaleza, impasibIe y fría como una tumba, consiente y san. ciona, Pero esa actitud modificadora no es propiamente ANTIFISICA, sino una tendencia de humaniza·ción de la áspera hostiIidad primitiva de las IcoiSas;la democracia, en su e:sencia, no es sino la rea,oción de la conci;encia humana contra la naturaleza, en el sentido de la justicia. Si la naturaleza niega a los débiJes el derecho a la vida, el espíritu ,democrático, sentido supremo del espíritu cristiano, en nombre de una equidad su!perioral ciego y brutal fatalismo de las cosas, ofrece la esperanza de la rehabilitación al c~jdo, y al parIa la posibilLdad de la a:scensión. "La suma de justicia que a pesar "efluida extraño que llamamos perus.amiento, inteligencia,entend 'mienta, razón, alma,espiritu, potencia ,cere'bral, virtud, bellez'a, saber, porque posee mil nombres, bien que sea una sala su esencia". La misión verdadera de 1as sociedades es ha'c-er predominar en el mundO', contra toda suerte de desa,fueros de la impulsión brutal. esals fuerzas ariginales: la demncracia, al corregir hasta donde es legítimo, nor la just~cia contra la inhumanidad de la Naturaleza, las desigualdades primitivas, y al afirmar, cantra las extremasas conclusiones de la concurrencia vita'l, el principio deil der,echa mínimum de ,cada una en -elpatrimania calectiva de la humanídad, repr.esenta una de las formas más altas de la equidad y una de 18.'smás nobles conquistas de la 'civilización. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia ", .. _OAPITULO VIII CORRIENTES FILOSOFICAS EN LA AMERICALA TI NA Con este mismo titulo el literato y distingui~ do pensador peruano, don Franciseo Garcia Calderón, ha presentado una interesante Memoria al COngreso de Fílosofia de Heidelberg, en 1908, aco,.. ·gida luégo por 1,a: "R'é:vue de Metaphysique et de MoraLc" en suplemento especial (1), singular ho" nor que bien claramente está diciendo del vMer del autor y de la entidad de su tra>baj;o.El joven escritor 'a cuya vigilante pljeocupación por los protb[emas del pensamiento contemporáneo debe ya la 1iteratur,a hispanoamericana .obras d100limites de este ensayo en el punto mÍlSmoen que se estudia en él la rota'Ción de la.s ~dea'8'Eln.la esfera :de la investigación filosófica. En aa América espafiola, yen Colombia muy par •. ticularment.e, eles¡piritu especulativo ha sosteni~ do. ta:n asiduo e in:timo comentario de las cues .. tiones de política geneI1aJ,ha estado por tal ma •.. nera. vinculado durante extensos periodos a nUes:~ (1) Les courants phiIosopl1iques dans L' Amerique Iatine. par García Calderón. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 146 CARLOS ARTURO TORRES tra histor:a y a ,la modelación de nues.tro carácter, que lEería im:posib:e no tener en cuenta sus oríentacione's sucesivas, la fuent3 de sus inspiraciones y su persistente a,ctuaciónen nuestros hombres y en nuestras illJ3tituciones, 'cuandoqu~era q~'e directa o indirectamente se c()!l;S}derenéstas o s·eestudi·e la posición d13 aquéllos. Muy más que 'parcialidades po~íticas, han sido en ocasiones nU€lStr.o.spartidos escuelas filosóf1cas; superst:ciones, exc€~os o fanatismos de do'ctrina,. sus errores, y al'ena de sus d·ebates nuestra histoihi, r~asta lel punto de haberse dado el caso singular de qu·e la adopción de un texto universitario de ideología o de legislación haya sido abundeso pábulO de .enardeddas discusiones en nuestros parlamentos, de vehementes 'campañas en nuestra prensa poUt:ca, causa de ·c'onmoción social e indirecta bander,a de agitadones int>enSLS1· mas y d-e guerras civi'€s. Para García Calderón, la independencia po· lítica de la Améa:íca -latIna fue la surg.ente prinlec'e, una escolá.9tica de decadencia oprime el espíritu de nuestras un'versidades, sobre todo las de México y Lima, troque'adas en el molde salmantino del siglo XVI; la curiosi,. dad ínte'le-ctual se desperdicia y gasta en obras atiborradas de erudición, d·e disputa.s b zant:nas y en c'omentarios de viejos textos 'e.<;tr·echosy excesivos. La filosof:l), dominante es más bien la. 'de DUll.s Scott que la de Santo Tomás; es un peli'¿;amiento sut 1, un ejercicio dialé::tico en el vacío. Adviértese la influencia de Suár-ez, el teólogo español, mas nunca la de la filosofía española lib:o-radadel dogma. con el criti·clsmo de Luis Viv'zs, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA' FORI 14'1, el" cartesianismo de Gómez Pereira o la escuela de derecho natura;l de Victoria. Allí no ha pen'e,.. ·trado todavía ninguna ráf;a,ga del pensamiento fi.,losófico que ya había inspirado a B:a,con la fórmula ,el método experimental y encendido ,en obscura ,buhandilia del barrio ÍJSr,a,elitade Amsterdam la 'mente que produjo la ETICA y los principios del ;panteÍlSmo absoluto, del pobr~y g,randle Baruch .Splinoza .. Es iS~lamente a fines dea si,glo XVIII ,culaindo lasdocrtrinas de Desca["tes y de Newton son conocidas y"comentadas en las publicaciones de la époCJa.,como El Mercurio Peruano, de .Lima'. -En \Suma, la ,activi,dad intelectual d! .de la Memorila no incluy.e sino por una mención, muy honrolSa, 'crie'rtamente, ¡para e:l ,que esto escribe=-- puede observarse un fenómeno inverso, estp €I.;'" que la actividad intele·ctual .no brotó de la re':volución de la ind€pendencia, s~noque, en cierto modo, eLSaS and!inas y más ta;vde las 1i~ oencias para emprender .viajes . de e~piora.ción I Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 14<8 CARLOS ARTURO TORRES ooncedidasa€~~añcl!t2,s Y extmnj.eros; asi se vio a Félix de Azara crear la g,e,ografíade .las regiones del Plata, las neogranadinos Mutis (1) y Cal. das y a les españoles Ruiz y Pavón estudiar la historia natural de las r'egiones andinas" (2). Libros que decían d.eI gran movimiento de ideas de la época, clande'S'tinamente importados y s'gHosa y áVidamente leidos y comentados en }.as TERTULIAS de los hombres más dist'Jlguido:s de la ,colonia, elaboraban el 'e\~pirítu que había de dar luego for. ma a la r,eve:lución, cuyo primer ACTO fue la tra ... ducción y propaganda de los Derechos del Hombre, que Naríño tomó de una hístoria de la Asam.blea Constituyente y que lanzó al país como doctrina y mensaj e de las aspiraciones am,e,ricanas. La acción int,el·ectual de la Revolución francesa precedió, ,pues, en nuestro país a la independene:a: propagó sus idea~es y la preparó con las labores de 1013 grandes intelectuales de aquella épo'ca, que lo fueron Nariño, Camilo Torr'es, Zea, Caldas y los demás. ,a En la antigua Presidencí'a de Quito, según lo observan escritor,es 'como don P.edro Moncayo' ,y el doctor Ricardo Becerra, ya a fines del siglo XVIII, empieza a sentirse la influeD'l::a de las nuevas ideas filosóficas "y aun la i;JoJítica mi3ma, la cíencia IwdaI, vedada por lOSreyes absolutos, empieza po,co a poco a conquistar un pequeño campo en la región escolar; empiezan a o1rse citar \Sin escrúpulOS los nombres 'de De~cartes, Bacon y Leibnitz, de Becar'a y de Filangieri, y ~la se hab:a de libertad y de indelpenden,. cia en la enseñanza, c'omo de independencia y lib·ertad en la v da púb'i~a". EspejO y los jesuitas Magnin, Agui,lar, Hospital y Aguirre pued~n s·eñalarse ,::omo }als ,encarnaci'ones más visib',es de ese (1) Mutis era ga,ditano, pero domidliado en Nu~va Grá.~L ' (2) E. Reclús, L'Bomme et la Terrc, vol. 5, pág, 88. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA FORI . .149 movimiento de ideas en la andina ciudad, al clla:l debe atribuirse la prel3JCión que la ciudad de Quito puedie reclamar en las iniciativas revoJuclóna"" rias ,que fund.aron ~a indtzp:;l11ldenciah:3panoameri'cana. En 10iSaños que sigui'2,ron al €stabl,e'cimiento de la indepedencia -agrega Garcia Ca~dJeróntod'a la fHo:sMña, tedo el pensamento hispanoamericano se orienta hJalcia la ;política y son las inf:luencias francesals las que pn"dom:nan: liberail~mo die Benj amin Corustant, dc,::tric:1a,"':'U:er, pues, 'con sus ,colaboradores Soto y Azuero, fomentó en les coJ,egi,olSna,cionales 'eJ es. tudio de los principios de legislacíón y de ontología de Bentha:m, que el autor .mísmo había rl:;lrmilUdo a BoIíva.r en 1825, principios ,que hallaa.-on :luego .en Ez¡equiel Rojas y en Rojals Garrido apél3tales que ¡llevaban a la defensa y propagación dentantes delespiritu .c~ásico que predominó en los dos penúlltimos siglos-, así -en Descartles y les pa.rtidarios de las ideas puras, como en los sen:sua.listas, 'a cuya escuela pertenecía el fllósofo ¡ldmirado de nuestros padres. La ccmpr'en:sión limitada de es,.. te espíritu le veda -dice Tj9.ine- ir más allá de la superficie (te la:.s:cosas, -estudiar ,el' hecho vivi!ente y probatorio: "j amás como en los sistemas de estos filósofos -agrega el autor de La Inteligencia.- se construyeron. edificios más regulares y espaciosos con tan pobre .extracto de la natu-;, raleza humana; la escuela sub.sd.stióen la Revoluc:ón, -en el imperio y hasta la r-estauración, fir;me en la rigidez de su código, en la umformida9. de su criterio y de sus obras y en la estrechez de su juicio". Entl'e nos>otros su influencia se hizo sentir has'~a fines del tercer cuarto del s'glo pasado. B:entham y Tracy eran para nuestros padres el stm.oowe:r,y Stuart MilI inspira a Flol"entino Gon(1) Les origines de la France contemporaine. Régúne. l, pág. 316. L'Ancien Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLAFORI ,151 zá:1ezsu obra de ,derecho .constitucional, Y Qerl;le-:león Pinzón en su fJo\SOfiamomlexhibe un }em:peramento conciliador y ecléctico, ,en Que no apar·ecen hu.ellas de la influencd.a francesa . . En el resto d·e la América latina, la acción delpens,ami'ento inglés es IDuch9 menor; sin embargo, un gran pensador se forma en la ·8¡:..·:;'uela <;leRetd y de Dugald Stewart: es Adrés Beno, nacido ·en Voenezuela,que a la cabeza de la vida intelectual .<;leChile influye e~ dondequiera. Su espiritu de .análisis, su fuerte lógica, su ps\icologia un poco abstracta, pero penetrante y ~·egura, le daban acción original, varia. y profunda sobre la direceión de las ideas. ApUca el anális\s inglés a los principios de, la gramática, a la lógicá, a los códigcl3, a las leyes de la lengua, al der·echo internacional, y siempre &e exhibe como, filósofo de la eiEl:melaanglosajol1la, lleno de common, sense~ doeestoicismo moral. de anális,is cerrado y pode::rosa; el argentino Alberoi recibe, como él, la in':' fluerx:'ia inglesa, pero más bien en sus doctr:nas po'iticas y :;:,ociales,mientras que Sarmiento roepresenta en e·l mismo país, por 10 mejor de su espiritu y de su influ·encia la tradición francesa y latina. La influenc:a de 'Bello en nuestro país se impuso &obre todo en. el estimulo a doctas disquisicionLS filo!ógicas y gramaticales, que han rayado a alturac¡asi insuperable en las' obras de Caro (M. A.) Y del ilustre autor del Diccio. n1ario (i¿. construcción y régimen de la lengua castellana, Rufino J. Cu,erV'o;en lOS estudios de de- recho internacional determinó la orientación general del espiritu sajón de Martinez Silva; su literatura contribuyó a formar ·el gusto por el genuino casticismo ca:s'tellano, y sus fórmulas del derecho civi.l, esculpidas en 'el Código clrileno, fueron ·adopta-das s:tn :modificaciones irreveren. tes por nuestros 'legisladores. Al espíritu dásico, padre ¡común, al decir de Taine, asi de la tragedia polit1ca del Terror como Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 152 CARLOS ARTURO TORRES de la filosofía de la sensación de Condillae y de Condorcet, de Cabanis y de Tracy, sucedió, con las nu€v,a,s corlientes literarilas, el movim~ento romántico de ia politica y de la filosofía, en lOs cuales, como esencia íntim¡:l.e incorruptible, !Se advierte una tertder.lC;'laespiritualista, patente en m-edio de las más audaces concepciones revolucio:' narias y de las demoliciones in:stitucionales más intensas. El espíritu de 1848, que ~,a.sóO;:;'Jmo un hálito vivificante y ardoroso por el mundo occi'dental con todo 10 que ímpl1ca de ,corriente dé ideas, de anhelos de justicia y de humanitarisltlO, de escuelas emocionales de rehabilitación de los opr'd:m~:ios~d-e.simpatía por' el pI"o!etariado, de liberación de la:s patrias irredentas, tuvo en nuestro pais acci6n vis~'bley honda; así 10 hace resaltar, en obra re.ciente, un sabio y pensador libertario (1), Las nobles aspíraciones, la filosofía del !progre¡<;o,]a preponderancj a d'el ideal sobre la inercia de las cosas, los conceptos morales de caída y de redenK:Íón que se IRcendran hacia la latitud de las pampas en inspiraciones poéticas, como en el oa;sodel argentino Andrade '.;'itado por Calderón, culminan entre nosotros en' hermosa aunque no rica floración intelectual y en una acti. vídad política que no tuvo precedentes ni ha dejado imitaciones, En otra parte lo hemos dicho ya; parecía que las lenguas de fuego del ala.do espíritu hubieran descendido sobre aquellas mentes yencumbrasen en aquellas almas la noble llama que ilu;' mina 1a transforma:ción social por la justicia y la. confraternidad. El espíritu nuevo, vibrante en la acción y clamoroso en la palabra de los inolvida(1) "POUirl'AmériJquelatine 11en ¡fut autrement; l'inf1uence morale de la Franee est teIle dans ees eontrées que sa révolution nouvelle (1848) oocoua fortment les esprits et produisit ea et lá, notamment dans la Nouvelle .Grenade, mouvements politj,ques",Reclus, L'Homme et la. Terre, vol, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia mOLA FORI 153 bles soñadores de la Escuela· republicana,· discípulos de Michelet y de Quinet e imbuídotSen .las vagas. gel}era1iz\9.,eiones histórico-fllosóD;:;s de Herder, inspira. el Códtgo generosa de 1853. La innovación atacaba de lleno los residuosu·el régimen colonial desde el si:Btemarentístico hast.a las ~.:(}nceprJion.oode la filosofía y del derecho. En aquella figuración histórica de nuestra segunda independenc:a, MuriIlo fue nuestro Ledru Rollin, como Carnacho Roldán nuestro Lamartine. Nadie podrá.desdeñar la obra yel pensamientodeaqueVas almas inflamadas, de aquellos caracteres de elección: Vicente Herrera, R~l.:::ardode la Parra, los Samperes, 'los Solanos,José· Joaquín ,v.argas, Ricardo Becerra, toda aquella nobiUsima teoría· del ideal que un adversario ingenioso personificó con maleante intención y afortunja¡do cincel en el don :Demóstenes d,e Manuela, de Eugenio Diaz Castro, y a quienes se l~amó "gól[JIotas" por sus constantes invoca'cianes al "Mártir del Gólgota", considerado por ellos c,omo el primera y más sublime de los demét.::ratas de todos los siglas. Ideas más prácticas y más concretadas a la política, perO n.o menos generosas, propagaban brillantemente Ancizar, Santiago y ~elipe Pérez, Zapata y el profundo Cuenqa.. La doctrina laica ¡contraria a los dogmas y la ardentía de su batallar contl'la las tr,adiciones de la escuela conservadora y ca.WDe;'arel,evantes en la posición y en los escrItos de V{gil en el Perú, de Bilbao en Chile, de Ocampo y de Juárez en México, encarnó entre nosotros en Rojas Garrido, orador perfecto, pero espiri'tu intransigente y retardatario que supo, no obstante, ejercer irresistible faB~inac:ón sobr,e la juvent)ld de su tíempo; BU verbo rotundo y abundoso fue vehículo de ese absolutisma de las ideas que ca'racterioo. la mentalidad j~\(;'obina,y fundó la escuela d,e la violencia en el pensamiento. cuya proyección necesaria en la política es la escuela de la violenc:u en los Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 164 CARLOS ARTURO TORRES hiechos, bautizada entonces con el nombre de y gólgotas, más que dos fracciones políticas del Lberalismo son dos formaiS antagón:cas del pensamiento, dos corl~epcion'es distintas y opuestas de la política y de la vida que Shakespeare, 'e~x~gran vid,:mte, f:jó en la actitud de Casio y en 'la de Bruto después de la tragedia de ,los Idus ct.::Marzo, y que en la Convención francesa abrió entr.€' la Montaña y la Gironda un pmceloso piélago de sangre, El criterio de lo absoluto y la intol·er·a.ncia dogmátÍl::a, su nc.:'esaria consecuencia debían también separar en el campo de la ,especulación nosófiq:;¡,a ]os disc~pulos de Rojas, entre quienes se distinguieron ATrieta, poeta y tribuna, Juan de D, Uribe, ~critor genial, y Juan Manuel Rudas, incansable laborador de ideas, de la generación subsiguiente que, fervorosa del ¡autor de la F¡Zosofía Sintética entreveía más allá d·e ,sus inducciones amplios horizontes intelectuales y substan. tivas mc.p.ificaciones en la apw.:'iación de los fe. nóm-enc8 d·e la vi'da d·e relación, Al entusiasmo por Hentham. Tracy y Rojas, sucedió, pu·es. el estudio sosegado y profundo o'e Herbert Spencer, cItado, acaso por primera vez entr,e nosotr03, por un hombre muy discutido, pero de innegables ejecutorias intelectuales: Rafael Núfi.ez, El positivismo de Comte habia hecho ya paro. entonces alguna carrena, en otras repúblicas, según nos lo dice García Calderón: "En Chile, Lagaguirre, discípulo de Comf¡e, explica y defi-ende \Sus ctrinas;en Méx:co, la Revista Positiva, de Aragón, que defi.ende ]as m'lEmas ideas, tiene una curiosa vitalidad; el positivismo, de:;~'2 el primer momento, debía conquistar el pensamiento d.-ela Amér~::a latina como no lo había hecho ninguna otra doctrina filosófi'ca", La fórmula de Comte "todo es relativo, he ahí el úni.co principio absoluto", 'implica una complct!l. reacc:'ón contra el espiritu jacobino; es su refutación ra"draconianismo". Draconianos Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDO~ .FORI. di,cal y 'levanta elcan<>epto d~ taleran<;:;'a.8, l~S regiones superiores, en donde el ,espiritil de1 si., gla XIX, en. vigorol!;locontra.ste .con ef del XVIII;,. ~itúa la po.s:bilidad de ~oncilialción y e las ley~1Smismas c.e la vida, que es en el fo.ndo. el praceso. íntimo de la civilizaJcÍ'óno.ecid·ental; p'ermané,cese en el adusto aislamiento prmitivo en que el hombr·e abate a.l hambre, en la prehistórica época ,c·elaacometivi:dad sin atenuación y de la 11:'..;·~1a sin pi,edad, en la eterna desigualdad, la .eterna o.presión y la guerra ·eterna, siguiendo. la seguncl,a. Ambos f.lósafas, ambo.s altisimos poetas, Guyau y Ni€t~lS'che,penetrados. en su sen:tida más handa, de la seriedad del pensam;'ento., de la se:ri·edad de,} arte y de la seriedad de la vida, combaten elconc,epto. d,el art-e por ,el arte y buscan en la poesía, co.mo.Mazzini, un vehÍ!culo. a las grandes ideas; ,el uno. Co.mo.un nuevo. campo pana desp:egar su Po.tencIa, matcht auslas.sen, el o.tro.par1a expandir su alma en efluvio.S generosos de s mpa!tla, de fraternLdad y d,e amo.r. En el terreno. Po.lítico., el alemán ve en la vio.lencia una eJq>ans1ónvictoriosa d·e la potenC';a interior, en tanto ,que el francés declara: "Dar por Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 158 CARLOS ARTURO TORRES obj-eto a la vOlun~adel abatimiento de !los otros, es darleun objeto insufictente y €mpobre,cersiS a si m;smo". Para el primero es, naturalmente, la completa domina!ción el ideal de la expansión de la vida; Guyau ct..emuestra,por el eontrario. que la voJuntad, cuando llega a haceme abso1utamente ineontrastabl-e, se desequilibra y degene.:ra; "el déspot~3.,entregado a caprichoscontradictorios y sin freno, se convierte en un nifio y toda su omnip.otencia 'Objetiva acaba por produc;'r ,una real impotencia subjetiva (1). No cr'eemos que las 'espíritus d:stinguidos que en Colombia y en el resto de la América la'tina \Se han llamado "'nietzschi~an08" hayan lacepta~ do de los sermones líricos de Zarathustra otra cosa, aparte 'ct..elas bellezas literarias, que aquellas generalizaciones inofensiv.as del concepto a.políneo de la vida y la intensidad del vivir, sin llegar jamás seriamente a la Icondenad6n de la justicia y de la ;piooad,a 1813 dos morales, o mejq.r, al inmoralismo, ni a pensar en el abatimiento y sujeción de la inmensa mayoría de sus conc;uda. danos convertidos en rebafio de esclavos. Si en lOS pueblos modernos ha de surgir el dominador "inmtsericOTde",dertamen te no s·erá del gr,emio,de los artistas literatos, intel.ectuales más o menos modern:stas que hoy legitiman el ministerio del opresor desalmado; leB ROE,asy los Mel.garejos no se forman, por dicha, en el comerci:o de los refinami'entos literarios y de los estetil.:mos exóti'Cos y exquisitos. · . Las ideas de Guyau con todas sus proyecdo· nes en el campo de la litera,t~ra. del arte, de ~a moral y de la poilíti!ca, encontraron entre nos.·otros resonancia y prosélitos en el reducido grupo de escritores' que habló al país desde las .ca· :lumnas de dos diarios que llegaron a adquirir al(1) Education et Heredité, pág. 53; "Esqu1sse d'llne ma- · rale sans obligation ni sanction". Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia mOLA FORI 159 guna nGtQriedad, siquiera sea por la's tempestades que S{)breellos se desat.aron: La Crónica y El Nuevo Tiempo. En otros, paises de América, según García Calderón, "la aGción de FouilJée y de Guyau ha sido muy íhteru~a, prir:'(;'lpalmente la d,el primero, en los estudios jurídicos Y socia-les. Las nuevas genewC'lones leen a G:uyau y lo cDmentan sin ~~esar,y un joven penq,l,dor, defensor br:i1lante del id€alismoy d'el latlnísmo en 'Amé:ri'ca, José Enr:que Rodó, ha he'cho grandef3 ..elogies:de ,él en su libro Ariel, cuyo titulo es ya "un .símbolo de rena"cimiento y de generoso id,ealilsmo. "Todas las figuras, inter€'l'ianbes del pen,umiento contemporáneo en la América Latina ·-continúa' C'3.rcía Ca"ltlerón- están or:.erutados ,ha~:ia.eJ idealismo; en Méxioo, donde dominaba el positiv:r2mo, ~e advi€!Vte un .cambio de frente; .el ministr,o, d·e Instrucción Púbr'ca, Justo Sierra, ;hablaba recientemente de la 'crisis filosófica, y -Bergson h;a, d,estronado a Spencer. En Chile un ·prof·esoral,emán, -el doctor Wilhellm Mann, d~rige .en el Insituto Peq,a"gógico un nuevo mov:miento de ideas contrario a la tradición positivista de aquel pueblo; en el P-e:rú los prof'esores DeUl.~rtua y Javier Pra"do, en el Urugn'.¡y Vaz Ferreira, en la Argent,na, Car'os O~tavio Bunge e Ingenieros, 'en Cuba Enr que José Varona, en el Paraguay Ma. -nuel Dominguez, propagan ideas ba"stant,e aná1o~Ia.spara ,que sea permitido señalar una corriente filosófica m:eva". La tendencia al ideallliano co.n la Bosofia de Reno.uv.er, d·e Boutroux, de Bergson, de WiUiam Jarr.'c..s,}::arece ~eñalar el" rasgo más relevante de la actua'orientación del €~,píritu en Hispano América como. en el resto. del mundo. Implica. al reivind.'~ar 100 derechos del misterio y del ensue,ño en el pensami>ento. y en la Cobra,una suerte de reacc ón contra el racionalismo algo estrecho. y 'l:'ontra' el criterio dc.gmático que constituy·eron lOS -caracteres de lasfilcsor:,lS ,anteriormente enseño.- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia ·160 CARLOS ARTURO TORRES readas de la dirección de ideas. y de la .dirección de la vida. La ,exces~,vasupremacía de lo práctico, el exclusivo culto de la riqueza y del éxito material, el 'egoÍJSmoY a}gunas ve,ces un amoralismo aJ cuaJ. las do·ctrinas d,e Nietz~\:'"'.Íle, mal intei'pretadas, han dado su fuerza y !Su brillo, han s~do. según el joven filósofo peruano lote de la. escuela posdtiva ~onfu"ael cual reacc:ona el ideaJ.ismo; podría observars,e que esas manif·e.sta.ciones del espíritu yanqui ha.n: provenido, en primer término, de índividualidades sobre quienes lascorrAlnt€.13filooó·ficas ejere,en un mínimum de influencia, si alguna, y más de una vez se ha patentizado también que mentalida:des troque.ladas por la más idealista de las doctrinas y la más renunciativa de ilas religiones no hayan sido extrarlas a la gros€ra y letal conta,mína'~lón. El crit,erio filosófico, cada vez más tolerante y lato, Tesultado de la general cultura de nU€.f3tros dfJas, influye neoesal'Íiaanente en. las modaJ.id)a.,. des inteleotuaJelS de ¡pueblOSque rastrean con ávida persistencia, para imitarlo y a las veces para exagerarlo, el movimiento de las ideas europeas, pero está muy lejos de haberse a1canzado una nivelación unifOrme, por lo alto. en la parte mili.tante de la inteUgencia latinoamerioana que autorice, !Sin substanC'lales distingas, una oolificación y una clasificación generales. Ni se ven todavía conatos de aquella origin¡alidad filosófica que las formas cara.cteristÍiCas y ¡peculiares de nues_ tra mentalidad demandan, y que no ha apa:recido tarn¡poco con relieve sufi:clente en otras ramas de la actividad intelectual que de aquélla se derivan. La reversión de los idea.les, la interusa. reacción de los principios, 'la no interrumpida mudanza de perspectivas intelectuales que hace ;Pa.Siardel idealismo al sensualjsmo, de éste al positivismo y del posittvismo a nuevas fonmas de idealLsmo, dl€terminan diLslocaciones del criterio y retraros del ~nsamlento, IDOLA FORI de la filoI Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia rDOLA FlOR! 161 sofía 'que engendran los IDOLA FORI de la políti,ca. Fuerza es convenir igualmente ·en que las ideas más avanzadas y generosaLs, ,como sol nacient'e, iluminan sólo las cimas más al\tas y qu,e aquel grupo profético de ;que habla Quinet, destinado a r;e,cibir,aelaborm: y :a 'Propaga'r las ideas que han de ser más tard,e la fórmula salvadorad·e una sociedad yel lote ,común de los pueblos, tiene que pagar al precio de la perse:c'uciÓl1,del deiS,conocimiento y de la injusticia, el dón de su darividen~ cia y la a:udacia de sus 'r·evelaciones. En la masa profund¡a; y amaría domina unas ve'c;'esel prejuicio del pas8ido y otras, lo que es peor aún, las formas más delirantes e innobles de la diatriba Ipanfletaria y de la retórica ja:cobina. La organización política y las doctrinals insti,tucionales, oscHanves ,en su pola'ridad .entre los más contrapuesltlos ideales, no han int,erpretado aún el sen.... tido exacto del pensamiento moderno en 'cuanto éste .implica de amplia ·conciliación entf\e lo rpráctico y lo genoroso,entre 10 tolerante y 10 justi'ciero, entre las leyes de constancia de evolución y die r,evoluci,ón. I Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CAPITULO IX CORRIENTES POLlTICAS EN LA AMERI CA ESPAÑOLA El movimiento político en Hispano-América y Jaoocilación del equilibrio de lclS partidos han .sido en el primer siglo de ind,ependencia reflejo de ,correlativos movimientos europeos, que ·las c'rcun.sta:i1cias ambientes peculiares a nuestro l11Undo, o mejor, a las diversas secciones de nuestro mundo, con su virtualidad refradiva, atenúan o €xag-zran en cada ocasión. Formadas las nE.,',:jonalidades ameri·canas por el aluvión del viejo mundo que una onda migratoria incesante deposita en sus ,playas desde hace cuatro siglos, aluvión que f.·e sup.erpone unas veces al res'duo autÓctono y otra13 se sustituye completamente a él, son ideas europeas las que g·erminan y luchan, triunfan o sucumben sobre nuestro suelo. vigoros.amznte re'tocadas casi siempr,e por los tonos ardientes de nuestro sol. Ha carecido el e~emento nativo de iniciat:.las propia13 -salvo en el caso aislado de esta o esotra personalidad de ex{;:¿:,pción-, y casi s:€mpre ha servido de materia plástica sobre la cual la inquieta mano del artífice polit',co ensaya las modelacionoes de uno y otro sistema. Los errores y l3.lSutopias. las agitaciones €spasmódi·cas y la fla;cidez de las postraEste libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA FORI 163 ciones, los abusos y los delirios que tan duramente se nos reprochan, MÍ como lasaCitttudes generosas y las felices adaptaciones que tan escasamente se nos reconocen, no son \Sino una lejana y a las V1élC;!es 'll\PIag1adane!p¡'eI1CUist6n de lrus grandes IconmocionelSde ultramar. La chispa ha partido de allí, y si arde en propicia hoguera, vigía deJ:uz sobre la lcumbre de nuestras montañas, () si el huracán de nuestros desiertos la desata en llamaradas de incendio, no deben olvidarse pa["a la exaltación o para el vituperio la ,fragua lejana donde se forjó ni el aliento d·e alada pro,¡:p¡gandaque nOlsla trajo. El juicio europeo -el de un Gervinus, por ejemplo-, implacable en su lSeveridadcon nUles,tros errores, olvida el determinismo de los fenómenos de la imitación y de la herencia y condena en nosotros, como espontáneo brote y vi'cios,a propensión, lo 'que no es muchas v,€'c;'es sino la fatalidad de un leg,ado indeclinable, que la doble colaboración de la raza y d,el medio desarrolla en extrañas germinaciones. Los descubridores de la Costa Firme, aqueUos arriscados y legend9Jrios "conquistador,es del oro", que cantó Heredia, su vástago afrancesado, y sobre quienes la aberración de la conciencia histórica, particularmente injusta en todo lo que a España se reofiere, parece haber 'C;'onsagradola romaneis,ca pre&ent~atCÍón que Enrique H\eine hace del más garboso deenos :ceñL,a e'l laurel su frente, lucian en sus botas los a:CÍcabesde oro: con todo, no era ningún héroe; no era ni siquiera un caball·ero; no era más que un jefe de bandidos que con mano insolente grabara en el libro de la fama 'Su insolente nombre: Hernán Cortés". Esos hombl'eis extraordinarios, decimos, pmfe~ores de energia en las coma1!'cas fabulosas y ,cabaUeros sin miedo, aunque no sin tacha, tIlajeron a Amé~ rica vívido, ¡bajo el a'C;'erode sus 'corazas, un sentimi:ento de ruda energía: no era ciertamente el austero ,concepto de la libertad, irreductibloe bajO Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 164 CARLOS ARTURO TORRES el sayal puritano de los pel'egrinos del May FlOwer, pero había de tener, como éste, ,prodigiosa fecundidad. Salidos de su tierra antes de que la rota de Villala.r b:ubiera dado el último goLpe a las tradtcionales libertades de la patria o poco después de tan funesto día y cuando el absolutismo de la casa de Austria aún nO había troquelado para la servidumbre el alma -española, aportaron al Nuevo Mundo, con el milagro de su tenacidady de sus brios, toda la altiy.ez y el celo de las Cdmunidade,s castellanas. Tal espíritu como ese agonizante bajo la inmediata opresión del primero de los Habsburgos. importador del despotismo exótico en la tierra de los fueros, trans!portábase sobre los bergantines aventureros a las .soledad€s del mundo n:x;'ientemente descubierto y hubo de prcscrvarse en aquellas 'provincias d,e la España trasatlántica en donde predominó, como -en real propio, el ,carácter altivo e infl€xibM de castellanos y leonese.s, fuerte de aragones.;s y vizcainos, que no a todos los indianos retrata la filiación que Cervantes hizo de ellos en El celoso extremeño. El vallaJdar insondable que abre el mar de At:¡a,nte ente uno y otro mundo; lo bravío d,e las selvas; las medrosas perspectivas dei desierto y la agria murlaHa de ias serranías, am¡paraban a los halbitantes de lals ti-erras nuevas con una suerte de aislamiento, de desvinculación y de independencia imposible en la Peninsula, bajo la mirada vigilante de los agentes inmediatos de la c.orona. "Se obede,ce,¡pero no se cumple", respondió 'una v€z a la comisión ell'c'argada de ;promulgar las leyes de Indias el osado Belalcázar: esa fórmula es toda una revelación de la a:ctitud de los espafio~es en Amértca ante la corte imponente y lejana. Ese mismo sentimiento, pe¡"o al cual las pasiones más á:speras habían tocado ya con el ascua de su contaminación, fue sin duda el que determinó los 'movimientos tmnultuarios de Alvaro de OyÓn, de l.os Pizarras, de CarEste libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA FORI 165 vajal, de Oe;peda,de Hernando contreras, de Juan Bermejo, de Villagrán, del volcáni,co LQpe de Aguirre y de todos ¡alquellosTIRANoS,como se les llamaba entonces, que tiñieron los primeros' con sangr·e española por españoles vertida, l,as eTónicascoloniales de las postrimeríals del siglo XVI. Si las 'colonias españolas, a diferencia d~ la,s inglesas, no pooeían ninguna forma de gobierno Il'epresentativ.o ni. otras prerrogativas diferentes de las meramente municipales, no era 'en realidad porque 'estuviesen en ¡condición m2diatizada. En cuanto a fueros insti.tucionales, ocupaban esencialmente la misma poskión que la madre patria, de suerte que ¡puede d'edrse sín paradoja quecClmo 'colon'ias, las hispanas est:abanen mejor condición política, con r,especto a la metrópoli europea,que no las británicas, pues a éstas n.o se reconocía situación de derecihos públicos íguaI ¡a,la de Inglruterra; sólo que, aSÍ y tod.o,la,s pre .rrogartivas políticas de l.os angloamericanos eran superiores, no ya a las de ~a,s'e'olonias hispanas, sino a ,las de España m~sma; los ingleses y los a'l'lgl.oameri,can.os eran ígual:es en la esclavitud. Ell gran poeta español que recogióelce\tro de Quintana, en reproche a AmériJca,c.on un fondo innegable de verdad, exclama dolorosamente: España te oprimió mas no la culpes, pOI'que, ¿cuándo la bárbara conquista justa y hUlIllana fue? ¡También clemente te dio &u sangre, su robusto idioma, Sus leyes y su iDios! ¡Te lo dio todo menos la libertad! ... Pues mal pudiera darte el Único bién que no tenía. Los descendientes de l.os c.omune,ros venidos: a Améri'ca no habían sido, pues, deprimidos en grado mayor que sus hermanos que ·en España queda;ron: con Juan dle Padilla pereció la libertad de unos y de otros. Ya hemos vísto que el aJe:.. jamíentoera las más de las v,eces algo ,c.omouna. pro.tectoraégida, sólo que el poder real ej ercido Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 166 CARLOS ARTURO TORRES ¡por delegacion·estransitorias, a larga distancia, si crnenoscoercitivo, 'es más od~o.soy suele también ser ocasionado a abusos, por la misma razón que no es de todos los insta;núes y de que aquellas sobre quienes gravita de tiempo, en t:empo, han disf'rutadoen el comedioc1e relativa libertad ,cuotidiana. Los encomenderas, visitadores, regentes, residencia dores, alcabaJeras yfi.scales, ávi'das sabuesas a quienes 'el soberano d€lega,ba en mal hora una que atra vez eX1trlliordinariasfa de las ccrtes, la tendencia monárquica ha dem03trado més arraigo que en pa.rte alguna d,e Hi,3rpano-Améri;:a: dos emperadores ha tenido, una Alteza SeF,mísima (cuya s·er.¡mi.daden el gobierno brilló por su ausencia), y, aun predominante el liberalismo, ha h8nado manera de perpetuar a un ciud[:11anoen el poder, a fuero d-e "c:vilizadar formidabl,e". En el P·erú las fórmulas constitucionales no mod·elaron en la primera mitad del siglo XIX el alma colectiva; las antjgua!~ y fastuosas coatumbres del virreinato, los instintos se- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA FORI 171 culares, persisten bajo l'Osnuevos nambres, el pader se hace despÓlth~ay el tI'labajo es cansiderado coma 'Ocupación inferiar: 'así en el tiempa de las FeUpe,s,seentranizan en el poder verdaderas dinastías, el Estada se \c'anvierte en gerente d,e las fortunas, y CjaudiHosy dirigentes imperan sin cantrrupeso (1); luég'Ovendrá el desa,str,e y 081 dalor .fecunda, y can enos el vívida des¡pertar y la reacción enérgica, 'vibrante y salvadora. Las das grandes virreinatoo que las das más grandes conquistadares fundaron sobre las escambros de :!¡as das más grades 'civi!liza!.;'ionesprecolambinas, a¡parecen en la Améri,c¡a;independiente cama levitas del templa derruído y larmados caballeras de la tradición. El dC'c'trinarismo radUcal emerge ya del revuelta mar de la 'guerra de libetación, para identificarse casi siempre con las I3.Spiraciones federalistas y arde ,como el ascua bíblirca en la mente de 100 hambres -civiles c'ooembianos. Las docto:res Azuero y Sota, nuestra grande e infal'tunada V>aI'lgasTejada, que fue un Andrés Chenier con las ideales políticQ'S ,de Vergniaud y el ,oarazón de Bruta; Pedro Oel:estina Azuera, el joven filósafo, sa,cricr'icadaen el :cada;lsopolí:tilc'Ocomo habían sido inmolados 'antes par una dalorasa fataUdad de nuestra histaria casi todas las hlOII1bres q:ue representaban la excelsitud del pensamiento. en el periada de formación de la Repúbli-ea; Ezequiel ROjaJS,Flarentil1la Ganzález y toda .aquellIa brillante j'uvenrtud bogatana a qui,en la le.ctura ,de Plutarco y el ejemplo de la RevQlu,ción francesa llevó, en hara infausta, a la r-epetición -de la jo,rnada de las rDUS DE MARZO, despiertan una reaJCción cantra el predominio de las hombres y de la política del militarismo Hbwtadar, victari'Osa y omnipotente. Aspiran a la limitación de 'las faoultades del ejecutivo y a la aeentua:ción, (1) Garcia Calderón, ~ Pérou Contemporain. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 172 CARLOS' ARTUROTORRES en general, de las formas democráticas contra el natural autoriltarismode losca udillos vencedores. Deisde su apari,ción en elcoIlicierto de las naciones hasta 1885 es Colombia el heraldo del espíritu liberall, oc~pa casi sin intenupción la extrema izquie:r;da del movimientO' poUtico. ameri'cana y las más avanzadas teorías enouentran ·en sus insti tuciones una pasaj era realización. Vencido y proscrito en una, colonia extranj era, entrevió BoUvar, en 1815,' el cuadro de 10 que habia de ser el porv,enir de la vasta domina-'ción e,spañola de ambas Américas. La mara villa" Sa presciencia intuitiva del genio le hacia ver sus obras realizadas y consti,tuídas las nuevas nacionalidades. Sorpr:ende, en verda:d. la 'exactitud de algunas de sus prediccione¡s: según él, México seria una República con un presidente, que ¡podría sel"lo vitalicio "si desempeña sus funciones con acierto y justJ:cia", o tendrá la monarquia apoyada por el partido militar y aristocrático; los Estados del centro de Amérka formarán 'Una con. federación, "y sus ,canales acortarán las distan'clas del mundo"; Nueva Granada, Venezuela y el Ecuador formarán la República de Colombia; Chile será la más estable de las repúbHcas ameri'canas; en Buenos Aires dominará por 10 pronto el ,elemento militar hasta que se implante la oligarquía o la monocracia; el Perú será presa de las duras pruebas ,a que lo arrastrará su condi. ción, porque encierra los dos elementos enemigos de todo régimen j us,to y liberal: oro y esclavos (1). No todo ha resultado como él 10 preveía, pero es lo cierto que unos mismos principios, instituciones muy semej antes y 'un 'desarrollo histÓ'rico casí paralelo ha grabado en 'C'adauno de los paises hispanoamericanos un !Sello,diferente a su ¡proceso politi:co. Los gobiernos ¡personales se han acentuado en (1) Gil Fortoul, Historia constitucional de Venezuela. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA FOR;L 173 Méxi,co;Centro Améric'a y Venezuela; Cnile, por la Tigidezde su estíruCltura de República aristocrátie¡a, parece imi'tar ,a Inglaterra, a la cual le acercan también sus tradi'Ci'ones de ¡parlamentarismo y su íntima ,conviv,encia'con el mar; en la República Argenltina, ,CJUYo extraordinario desarralla es el paJsmo y el orgullo del ¡continente sudameri'cana, los cona;tíos de un aristacratLsmo de terratenientes aparecen más en ilascostumbres socia. les que en las públicas, y no alcanzan en tado casa a desvanecer la iUradidón repÚlbli'C'anay demaIcrá'ticaquefundaran un RivaOIligárquicaal espíritu radkal, al favar Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 174 CARLOS ARTUiRO TORRES del eterno .sofisma dilatorio de que los pueblos no están aún ma'duros !para la libertad: ese es el lema de los pelucones Ichilenos, de quienes el fuer. te hombre d-e Esta;doera numen prestigioso: con todo, a el .se .debe la .famosa Constitución de 1833, en la que se trató de conciliar la forma republicana con la creación de un Poder Ej e'cutivo vigorosisimo y los dere1c'hosdel pueblo con las prenogativas de la fortuna, idea que Bolívar había condenado cuando dijo: "Saber y honradez, no dinero, requiere el ejel1cilciodel poder público". Garcia Moreno aparece en la historia americana como la encarnaiCÍón más acentuada y alta del conE:ervrutismo¡teocrático: ruutoritario por principios y por ill\stinto, excesivo a las veces en la severidad de sus represiones, ¡pero eminente por el enérgico relieve de su lCará!cter,por la unidad rectilinea de su actuación política, por su inlteUgencia y por la impulsión de su a'ctivida;d, era un José de Maistre, pleno de amor patrio yextraviado en una na'ciente demoC'rada americana. No tuvo, como Portales, la fol1tuna de dar forma a sus id-eas sin condensar sobre su frente la nube !preñada de responsabilidades que el ejercicio del poder supremo fatalmente tmtraña: por eso su recuerdo no sUis1cita,como€Ildel legislador y esta del ;patrollifl'to,yenfren_' Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 178 CARLOS ARTURO TORRES tando c'on inconcebible imprevisión una entidad a otra, imperium in imperio. En otra parte lo hemos di!cho: Murillo aparece como -el genial ex· ponente de esta germinaJaión y florescencia amen. \Canas de lo que la historia ha ·consa1grado con el ncmbre de "espíritu de 1848", Y que dictó, según las propias palabra :> del secretario de Estado de López, "el código más liberal y democrático del mundo americano Y quizáS del mundo entero". Con .ese gran movimiento de ideas quedó consumada verdaderamente la independencía nacional. l La constitución mexicana de septiembre de por los mismos ideales, consignaba principios semejantes, solamente que en este ú'tmo país no tenían suficiente arraigo ni las trad'ciones ni el espíritu demo·cráti·,:o predominantes Y prestigiosos entre los granadinos. Juár.ez, que rescata para su raza las excelsitudes de la mentalidad Y del carácter que hoy les níega -el aristocratismo de Gobineau; Mur1ll0,que en la prensa y en la magistradura, como propagandista y como gobernante hace de su obra y de su vida un apostolado politko, y Sarm'ento, "el presidente institutor" .cuyos lemas de administración: "Sin instrucción no hay libertad", "Tened escuelas y no tendréis revoluciones", deberían esculpirseen la eternidad del mármol pontélico sobre todos los santuarIos de la Repúb'ica, simbolizan en América la culminación Y el más eficiente ministerio del espíritu civil, en ·contraste con la hosca barbarie de los caudillos militares de la época anterior. Es el Rena.c'miento después de la Edad Media: es el fuego del culto apolineo re-encendido en el ara délfica después de la [email protected]ónde Bl'eno. El draconianismo o partido de la violencia en los hechos, ha tenido en nuestro continente su naturalcorrelación en el campo de las id-eas; ese -e·l j acobinismo, cuya psicología, entre nosotros, cofr-esponde eXactamente a la que Taine estudió y 1856, inspirada Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia lOOLA FORI 179 fijó con energía no e:lrenta de 'pasión (1). Frente a él se han erguido !como un absoluto opuesto a otro absoluto los que, por un:a.evidente similitud de psicologia y de fanatismos, podrian llamarse "los carlistas hispanoamericanos". A las exageraOleranci'aY las persecuciones religiosas y antirreligiosas que necesariamente impUca, pertenece ya al pas1ado. Si la severa ob~ervación que Flora Tristán hizo en 1834, "no es actua'mente por princ'pios por lo que ccmbaten las hispanoamericanos, sino por jdes que les recompensen con el despojo de sus hermanos," pudo ser doloro,~,amente cierta en esa época y en algunos paises durante los días negros del ,caudilJaje, resulta injusta tratándose de país€Scomo Colombia, en los cuales en toda época, y sean cuales fueren 10S extravíos y los excesos, si,empre se ha combatido por principios; hánlos (1) Rodó, en su opÚsculo Liberalismo y JMobinismo, tan noble y alto en las ideas ccmo gallardo en la forma, estudia con admirabl'B lucidez la diferencia que existe entre la escuela libEral, propiamente dicha, Y el ja-::obinísmo. Antes que el ilustre pensador de Mont€"lideo, aunque a infinita distanda d,e él (n el mérito literario de su esfuerzo, el autor de este ensayo había tratada el mismo asunto y ~on el mismo criterio en l('s diarios de Bogotá. La Cróni"a. y El Nuevo Tiempo. y tn un litro, Estudios ing'leses - Estudios varios (ensayos sobre Sp-n2er, Morle¡y, Desmoulins, QUinet, Murillo, etc.). El autor del prólogo de la edición mexicana de Ariel, que honra al que esto es€ribe incluyendo su nombre entre los que en Hispanoamérica han seg,uido la propaganda de Rodó, no. tuvo en cuenta, sin duda por serIe desconocida, esta circunstan~ia. Nuestros olb&~uros trflb'ljos no pasaron las fronteras de Colombia, ni lo pretendian. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 180 CARLiOS ARTUR(J TORRES invocado a lo menos los caudillos para conseguir prosélitos entre la juventud, que en nmgún caso hubiera combatido por el interés bastardo de un jefe, como ha sucedido en otras parte's. La e~plicación que Seignobos da de las guerras civiles hispanoamer~canas. sierrc'.erra grandes v,erdad·es, adolece de las faladas de toda generalización (1). Por regla gen€ral, puede decirse que en Colombia se ha luchado por politica y no por personas, por ídolos del Foro máis.que por los intereses ·egoístas de una personalidad dirigente. Mas aunque los móvi~€s de las guerras sean diferentes-laca usa de un hombre o la de un partido-, los resultados son si·empr-elos miSlInos: la inmolación de la masa anónima-tan extraña al partido -como al personaje en cuyo nombre se la Tec1uta en uno u otro caso, se Qa,expolia y se la aselSina-, la destucción de las vidas y de la riqueza, del crédito yde la lib'ertad; la aniquilación del der€'c'ho, que se sustituye por la vIolencia y el allanamiento del camino a las peores formas de la dictadura; el retroC€so indefinido de la civilización y la siniestra regresión de las ideas. Marco Bruto, que habla adquirido en los 'campamentos el invencible horror a las guerras civiles, so(1) La pablación (hispano.americana) apartada de la vida pÚblica, no. ha tenida ninguna experiencia palítica; los indígenas están habituades a obedecer al clero. y a les prapietarios: los criollas mismas no. tienen atras ideas po.' lít1eas que las que han aprendido en los libres o en Europa (¿En cuál~s otras fuentes -fuéra de esas das- habrán tomada las suyas les .europeos?); toda su bagaje se reduce a frases o a formas. La guerra interiar es hecha por una multitud de jefes que la paz deja sin ecupación, muy orgullosos de su papel y muy ambkiosos. Las dos condiciones, peblación ignarante y jefes de guerra desocupados y ambiciosos, han dominado toda la vida política (el docto historiador francés alvida o desdeña la gran labor de las hombres civiles hispanaamericanos -de uno y de atro partido-, (te la cual se hace el deficiente e imperfecto tra' zo en este capitulo) de las nuevos Estados \hasta 1860, Revue de C01!ll"Seet de Conférences. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA FORI 181 Ha decir a Su amigo Favonio, 'el filósofo: "V¡ale más sufrir un pOd,er arbitrario que encender guerras (civiles", y es bien lSabido que ~as que en Hispanoamérica s'e han hecho pail'a acabar con los gobiernos malos, los engendr'an pésimos. La paz y el desarrollo de la riqueza púbUca, su f€\c'undacons-ecuencia han h:echo más por la libertad de América ,q~e todos los caudillos de todas las revueltas, y puede decirse que el progreso y la cultura de un pueblo están en razón inversa del número de sus generales. Si en América gobernar es poblar, según la fórmula de un estadista argentino, ¡cómo hemos de juzgar esas matanzas estériles que destruyen en un año por selección invertida -esto es, eliminando los más vigor,osos-cantidaJd mayor de vidas humanas que la que representa el crecimiento normal de la pObla'ción en una dé'cada! Cuenta Teophilacto, his,tori'ador de las guerras de Mauricio contra los ávaros del Danubio, que uno de lOS generales de aquel emperador lloraba la víspera de una gran batalla por el número de seres humanos que iban seguramente a perecer. No estremeció jamás pensamiento igual la mente d-e los jefes que desatan las guerras, de las masais, que las fomentan y las se'cundan, de los hombres de ¡pensM11iento que las glorifican y de todos los ,que no saJoon cumplir con el deser de la iniciativa de todos estas poderosos re.ctif1cadores de carrientes y de orientacionels pOlíticas, asi de 1018 hombres de pen\ iSamiento, Balmaceda y Núñez, coma de los de acción y strenous life del t.po de Díaz y de Guzmán, responde al acervo de ,error 3icumulado por los partidos antes de ,que ellos emerjan a los vértices del valimento y de la influencla: la fecundidad de su labor puede medirse, más que por las da-¡ tes personal-esque, alLegan a !Sus empeños, por la suma de verdad política Ique les fuera dada in1ievpretar, y ésta por el exponente de la situación que en pos de ellos queda coma resultado. último de su labor .Si por ellos se ,aumentó la swna de b~en público en los paises que intentaron remadelar, si iSe alc·entuó allí una noción más depurada de la libel1tad y may-or respeto a la dignidad humana, si se conciliaron todas las derechas, si se fundó, en ,fin, -el progresa políti:ca y el verdadero engrandecimiento. nacional, quiere d€.'c'.r que su actuación se imponía y que ellos fueron heraldos de una necesidad; si no fue así, su papel hiJs. tóríco fue falso ,e insana la marea de ideas que levantaron las renunciaciones que impus.eran y las :l'Umbosque s-eñalaran. La' pasión palítica del día, o el reproche de las intereses vulnerados, o. e[ .señuelo del favor. corte.sano, no serán nunca elementas propicias a ilustrar la oanciencia púbUca, y si -para juzgar al hombre puede tene'rse en 'Cu-enta el mérito. d-e las intenc.ones, hoasi pata Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia cARLOS ARTURO TORRES juzgar la obra: tan sólo los frutos nos pueden en· señar si la siembra fue de granos de bendliCióno de plantas malditas. Los ideales que han agitado a la América espafiola durante una centuria, alcanzan algunos su realización otros se han modificado, otros han s:do totalmente rectificados o abandonados: casi todos pertene.cen al pasado. Las luchas que SUS.citen ¡aún o los entusiasmos que aún enciendan, si laligunos, pue'den c<.\1SJ:derarsecomo el culto tll'rdio de la costumbve a los idolos derro¡:;'adosde la plaza pública. otros horizontes se descorren, otras esperanzas sonríen, otros problemas surgen, otras necesidades apremian, otros peligros amenazan, otro espiritu nac'e: nuestras costumbres se Lmpregnan calda dia má..'l de ;coomo.poilit.smo, nues. tra mentalidad se emplia y nuestra polit ca tiende a universalizarse. Nunca como en este primer cuarto de siglo se había patentizado mejor la unidad mental del mundo; en la América española tal fenómeno como ese ha tenido su manifestación inicial en corrintes unánimes de filosofía y 1iteI1atura; luego vendrá ,el paralelismo y similitud de las 'corrientes políticas. !revolución de independencia, oscilaciones turbulentas de centralismo Y descentralización, simas de la anarquia, vórtice del despotismo neroniano, generosos erusuefios del radicalismo, implae>ables reacciones de la autoridad, barbarie de la guerra e.vil, alto 8.lpostolrudode las ideas, he ahi los comunes lineamientos de la evolución histórica de un continente. La edad que adviene, para emplear las fórmulas de Bagehot, no será ya la de la lucha, ni a\::asola de la discusión, será otra \Sin duda menos brillante, pero en la cual predominen máS el sentido de la realidad y los intereses de la na~ cionaliclad, Los problemas l'e'igiosos tienden a erucontrar las amplias soluciones de la tolerancia ilustrada Y del mutuo respeto por el intimo fuero tie las .c'oncienc:as. No ha .surgido, por dtcha, to~ Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia i:botA FbRí . 187 davia entre no~otros el gran ,conflicto entre el caJpital Y e'l trabaja que condensa tan pavorosas nubes sobre el horiz'onte europeo (1) ni rasga todaviael nuestro la silueta de Ana!rkos, inqUl'etante y lívida. En el empeña de conj urar desde ahora por la justida prevent.v:a -que impU,ca la paralela labor d,e extender Y cimenta:r abajo el resp·eto del der,echo individual Y el tra,bajo a'(;'umu:ado, y en esta,blecer arribae'lconveniente contrapeso a lOS desbord.es de la plutocraciael advemmiento d-e esa:3 formas implaca.b"es de la lucha vital, parece que hay campo a muchas actividades polít.·cas y horizonte donde despUegruen su vuelo los más deL:u.'óauas id.(¡a.l!.),;mo~. Nuestros padres hic'leron a la Jibertald todos los ¡2,a!crifi.cios:a nuevas generaciones tocó ha,cer a otras deidades-al Orden y >laEstablidadsacrif.i.-cios,si muy menos gloriases, no menos crueles; ofr,endaron los unos su sangr.e y ¡2Uv~da; hicieron >losotros la renuncia.:~iónde sus más caros ideales, sangre Y vida de su s€r moral. La tarea pública que aparece ahora, reclama imperiosamente con la más generosa amplitud de las id·eas y de la pOlíti'ca ,la armonizt.••. ;·ón de la escuela de la prosperidad material con la escuela de los nob'€i3y eternos principiJs: el exclusivo predominio d,e la primera, cuya figuración a:rquetípica es el imperio del tercero de los Bonapartes, si desarrolla las potenc alidades mater"ales de una na.ción enerva en cambio los más predosos r'ésortes de' la vida mora/l, y la vida moral de un ;pueblo €tselculto del derecho y el respeto a la justicia: el ,exclusivo predomi'uio de la segunda desdeña e,l desarrollo de la (1) Escrito erable es materia propicia al despotismo de los propios y a la expoliación de los extraños. Debemos aspirara ser ricos sin dej al' de ser libres, y no olvidar que para merecer 'el respeto del mundo es pl'eciso exh.bir cifra igual de ¡poder material y de 'civilización política. La verdadera medida d,e toda", las cosas ~dij o Pascal- está en el pensamiento. y es preciso mant,ener despierta y vivida, hora por hora, la fidelidad a las cosas del espir¡tu, sin menoscabo del trabajo, del enriquecimiento y del progreso. El grande orador latino que comparte con César la gloria de su siglo. intentó 'conciliar, en una de las épocas más inciertas de la República las austeras virtudes latinas con la filosofía y lá estética de los helenos, e infiltrar -en las ásperas e implacables costumbres de su ti-empo, cuando el derecho de los fuertes era incontrastado y brutal, un sentido de equidad. de amplitud y de dulcificación política que conciliase la 1i.bertad de la R'epública COnsu estabJidad y con su fuerza: tan hermoso ensuefio alcanzó \Su realización fugitiva en el gobierno de Marco Aure1io. Tal par,ece ser en toda su nitidez y 'en toda su altura el combinado propósito de quienes aspir'en a colmar los anhelos de un nuevo tiempo. Nuestras RepÚblicas han condensado en un siglo de vida varios siglos de historia: vinieron, como dice el poeta, demasiado tarde a un mundo viejo ya, y, nacidas ayer, puede d€'cirse que son tan antiguas como Biz'am:;io. Las genera,cione.s precedentes, guiadas casi siempre por ,el miraje d'e un millenium imposible, determinaron bruscas oscila,ciones en que se ha pasado sin transición del polo al e'cuador, para volver luego con igual violencia del e;cuador al pOlo: su error principal fue un error ideológico, el de su concepto de lo ab. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia rDOLA FORr 189 sOluto; laboraron, empero, inmensamente, admira. blemente en ocas:ones, y su obra tiene todos los c'amcteres de la sinceridad. Nosotros no la podemos repudiar; la recog,emos con respeto para adaptarla a los cauces nuevos que abre una nue. va edad, y como los exploradores de las riberas nocturnas del Fingal, cuando un guia se rinde a la fatiga de la marcha en tinieblas, ponemos la antor,cha en manos del más vigoroso para que aparezca siempre en la primrea fila, flámula de luz vig.lante sobre los vórtices más allá del d2Sfallecimiento y de la vacilación. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CAPITULO X HACIA EL FUTURO El dilema que se planteó a si mismo el gran noeta ita'iano de nuestros dias, "renova.rs-e o morir", confróntanlo las sG'c1edades, los partidos y los hombres, no en esta época, sino en todas eras. El pasado, con su cortejo de eXlper encías y de memorias, principia a cada instante, y la elaboración del porvenir por el presente se cump'e hora por hora, como la proyección, en el tiempo, de la eficiencia a'ctual. La lenta gestación f€paradora no t ene vagar, porque el hilo de la vida, de que es última sin tesis, es infrangible en la Naturaleza. Muchas veces se ha repetido, refiriéndose a un periodo determinado: "Estamos en una época de transición", como si pudiera concebirse alguna que no lo fuese. No ha dado aún todo su fruto el pensamiento de una generación, cuando el de la subs'gui,ente, ávido de espacio y de luz, principia por reclamar un puesto y acaba por tomarlos todos, no sin que, en esa que imagina incontrastada conquista, haya dejada al fin de a\~'eptarbuena parte de cuanto al principio aspiró a reemplazar comp"ertamente. Incalculable sería, así en extensión como en intens'dad, la trayectoria humana, sin ese incesante trabajo de demoI:ciones, de rectlficac10nes y de rehabilitaciones, pero ellas acrisolan la obra común, haciéndola Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia motA FÓRI 191 cuartativamente superiar y como ex!presión del esfuerzo y del cará:eter de una g,eneración. coma el sella auténtico de su mentalidad Y la huella de su paso en la historia, son legitimas, neceiSarías e inevitables; por eso la cifra del progreso n.o es una recta continua sino un z gzag CUYO-J ángulas, de grados diversos, dan la exacta medida del desarrollo def nitivo de la /Civilización. El no interrumpida renovarse, el €iS:fuerzode permanente adaptación se impone, pues, como ley que no es dable transgredir a quienes aspiren a la vida y al triunfo, o a la menos no quieran verse relegados, como fuerzas perdidas y e'ementos lnert,es, a la vera de todos los caminos del avance humano. Mas la rectificadora labor n.o puede ser, repet'mas, ex<.;:usivoimpulso de renegación, fatiga de SisUa, eternamente estéril. otro es su mensaje: acabamOfs de obse,rvarcómo en Ja obra de una generación existen dos grados: el primero de rectificaciones al pasado. el segundo de rectificaiCÍonesa si misma; su primera impulsión de acomet vidad révolucionaria la lleva demasiada lejos, más allá de las lindes de la equidad, que no es J1cito franquear, y luégo tiene necesariamente que deshacer buena parte del camino; la diferenda entre lo andada y los desandado constituye la realidad de su aporte al 'progreso estable, El emblema del espiritu de rE,'\:'tificaciónes un cincel, n.o una 'P'queta; su men~aje es de perfeeclonamiento, n.o de aniqui,lación. Cuanda denuncia las supersticianes o elimina los prejuicios, n.o le mueve alienta de rebeldia, sino ese propósito constructivo que lleva a desmontar el andam'aje cuando el edificia puede desplegar ya en la libertad del aire y de la luz la armonia de sus lineas y la riqueza de sus frisos; le guía esa clariv:dencia salvadora quea1igera la nave alada, en el pre. ciso mamento, de la rémora y del peligro de un lastre inút:1; su sent~do intimo es, pues, en defi- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 192 CARLOS ARTURO TORRES nitiva una afirmación. Ideal de sereno y discreto optimismo el suyo y de movimiento d,e acelera'.;'ión uniforme y ponderada, igualmente distante de dos términos de exagerac_ón. Primero, del nihilismo rencoroso de los demoledores, inepto para comprender la significación suprema del pasado, inhábil para valorar el tesoro que aportan al presente los acopios fisiológilcos d,e la h'erencia y los a,cop~osmorales de la tradición; imposibilitado, entre el fracaso ensordecedor de .sus asaltos, para un instante de reflexión en lo que representan la actividad a,cumulada de los siglos y la virtualidad constructiva de las razas; incapaz de un minuto de ese silenc'io augusto, de ese recogmiento de todo el ser para ,eslcuchar mejor a los muertos que hablan, según la hermosa expresión de M. de VogUe. Segundo, de aquel' a actitud hermética y solemneae quietismo y petrificación, de aquel aferramiento a lo inmutable que por su misma intrínseca estrechez llega a contaminar con la ingrata aparienc'a de un prejuicio hasta el más generoso principio y a hac,er de un liberal, por ej emplo, el más intransigente y dogmático y sumo de los sac'erdotes; hO¿'¡;'arebeldía, a lo nuevo, que desconociendo la virtud progreSiva de las ideas, asp'ra para la humanidad a la actitud de una estatua de piedra, inmóvil a orillas del rio del Ti empo . El que se revalúe aquí ese linaje de inmovilidad, íbamos a decir, anqui'osis mental, tan venerada como poco venerable, esa forma de sob(crb.;a l.nteltl::tual que r1ech'aza toda modifi.c:ación, toda rectificación, todo análisis y todo progreso, e~a aparente firmeza, que -es real impotencia, no implica el que se justifiquen, absuelvan y legitimen las vre¡;O.lacionesy c'audicaci.ones, la versatilidad ligera, el escepticismo disolvente y enervador, nó; interpretarlo asi, sería la total incomprensión, no sÓlo del propósito de este ensayo, sino del sentido definitivo del pensamien- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia ·IDOLA FORI 1DS tú contemporáneo. Si se ha roto el prisma azui del optimismo, sI la mente flota aun en las bruma.s de lo impreciso, reafírmanse en cambio la libertad y la amplitud del sentido /Critico, la serenidad del juicio, el anhelo intenso de la verdad y la no d-esmayada y desinteresada labor de per~eguirla, siquiera sea en la forma relativ:a y fragmentaria que está a nuestro alJcance. Compréndese bien que para ese alto propósito es prepara:ción inicial indispensable el liberar, hasta donde sea posible, la mente humana de los férreos moldes del preju:cio y la consiguiente eX8Jltación de su aptitud receptiva para todo aquello que, aun en las más atrevidas y desconcer~antes concepciones, deS/cubra sendas inexplomdas, átomos de verdad, y revele una int·erpretación genial o plausible de los problemas del mundo y de la vida. El valor que consiste en desafiar la impopularidad y en ata·car de frente los preju~cios poderosos, es raro en la raza latina; Goethe dijo una vez: "Todo francés que se atrev'e a pensar por si mismo es un héroe", mas no es esa una razón que nos vede el anhelo de levantar nuestras personalidades a la altura de ese heroísmo, sustituyendo, si vale la síntesis, al criterio de lo inmutable, al criterio de 'lo progresivo y a la:s conviociones tradicionales e inquebrantab!es, las oonvicdones racionales y perfectibles. Ese es el merusaje supremo de estas páginas. Toda Iconvicción es una fuerza, pero es precisoque no sea una fuerza Iciega y estática, un instrumento de opresión y de parálisis, sino un impulso generDiSOy fecundo; que sea el resulta. do de la ,crítica libre e ilimi:tada, no de la modelación de la mente por las ideas preconc-.ebidas, ¡por las escuelas y las tradiciones, ni de la imposición de actitudes -que muchas veces son posepredeterminadas .por las exigencias gr.egari:as o de bandería, los intereses partiJCulares o colectivos. Que sea una fuerZa viva, propia, original, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia -194 CARLOS ARTURO TORRES sUS\:lepti,blede enriquecerse día por día con 100 tesoredir la transformación necesariade las instituciones del pasado, transformaJc. ón que, por el contrario, ellos provocan y aceleran por la dega tenacidad de SiliS resisterJ.'C:ias,como provo'can, por su ete!\nal denegación de justicia, r: voluciones funestas de que ellos son las primeras víctimas. La €volución gradual d·e las l'elac:ones del >capital y el trabaj o ha seguido una tray,ectoria bi>en definida: del régimen pa tria!\cal se ha pasado al régimen servil; del régimen servil al trabajo asalariado; de éste t:ende a pasarse al trabajo asociado, ensu€ño del colectivismo. Tanta locum habtia-observa Gabriel Monod-cn que. re imponer por la fuerza la utopía c\Ylectívista comoen pret'ender eternizar las formas actualesd.:el asalariado; un concepto de la realidad intíma del fenóme·no podria dar por resultado el convencer a unos y otros de la ciega inutilidad, ora d·eentra_ bar, ora de precipitar una evolución inevitable, si, pero que no es una revolución ni una concesión. Das fórmulas abSJolutas del clasicismo económico s>ehan visto sujetas a a'gunas derogf.'(:0nes perentorias: ejemplo muy interesante de esta infirmación de principios universalmente reconocidos, nos ofreeen las leyes prohibit vas del Estado brasi1ero de San Paulo, Cuando la superproducción del café llegó a asumir en esa región proporciones que 8imenazaban abatir para muIChosaños y casi :al ra,sero de la total d>esvaloriza-ción el grano a cuyo predo están vinculados ingentes intereses y que constituye, por de,:::rlo'asi, la vida misma de la región, los leg'slador·es pauUstas,desdeñando los axioma's de la escuela -científica, d:'ctarc:n ley>esque ha!::líianimposible el establecimiento de nuevas plantaciones, y asumieron la iniciativa de la valorización oficial v por tanto artificial, del artículo; aqu-el atent~do Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 199 contra el ejerclcio de una industria libre, aquella intromisión del Estado en la l'egularizatCión de fenómenoseconómiccl3, dominó, al decir de sagaIces obs,ervadores, una criss que !Se pr·esentaba con las más alarmantes proporclones; est,e 'ejemplo t,ene los caracteres de un ,casOtípico y es toda una reve' ación . En el campo d·e la activídad económica se pr.elsenta, pups, de una manera espontánea, y con esa suerte de :nconctencia qu; caract'eriza el ,cumplimiento de los f'enómenos n,a. turales. un comprom.so tácito, una concilia'ción evidente entr,e el ,conc,epto de la Uimitada iniciativa personal y .el patronato e intervención del Estado, De esa cor.'Ji1iacién 'surge el verdadero t.;arácter de la entidad social, que es no solaroE'n· te una suma o ljoO'J'l°P'r',no dp ln,treven a sostenerlo hoy laJgunos, ni un prejuicio desdefiable, ni una vacua abstrac.;'j,ón, ni un señuelo de cándidos, ni urd'mbre de patrioteros; es, por el contrario, algo muy real: una comunidad de muy tangible.s y positivos intereses humanos y al propio tiempo una vinculación id,eal de tradición, de sentimientos y aspirac ones. Es Icuanto amamos y cuanto nos ama; lo menos fugaz y lo mejor de 'ncsotros míl3mos; la piedra ennegrectda de nuestro hogar, la cuna de nuestros hijos y la tumba de nuestros padres; el val1e de nuestro pasado y la ciudad de nuestro porvenir. ¡Desconfiad de los hombres sin patria! La e:x¡altacón de esa reUg,ón de la patria-y !testas 'como la del centenario son una manera muy eficaz de esa exaltaciÓn-comporta también la más pura enseñanza ética, como que es natural la ampliación, la proyecc ón luminosa en el tiempo y ,en el espada, de aquel precepto d,e eJ.emental -equidad y de sacrosanta y eterna Slabiduría que nos ,pr,eviene ante todo, sobre todo y a pesar de todo: "Honra a tu padre ya tu madre." Se ha ,observado ya que todos los pueblos comprenden la necesidad y la import:ancia de una gloriosa tradición nacional, y 'cuando la tienen Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 204 CARLOS ARTUROTORRES eSica:sala magnific'an Y cuando no 'la tienen ,la inv,entan; de ahi el endiosar a un Washing1ton y el crear a un Guillermo T€ll: el héroe engrandecido po la veneraCión nacional y el héroe forj acto por la tradi:ción popular. El general de milicianos, probo y patriota, p·era desprov.sto de la llamarada interior del genio, s,e transfigur,a por la alquimia milagrosa del amor Y de la gra:titud en el héroe epónimo de un continente, "el primero en la paz y el primero en la guerra"; el cazador legendario, el arquero fantást-co, perdura con acción de pr,esencia que la critica corrosiva que le n,eg8. no ha podido destruir, como el simbolo sacramental de una idea. La adoración colectiva, auténtica manifestación de una !colectiva neces.dad, erige asi en el vértice de las tradiciones de cada puebloell superhombre representativo en qui,en se encarnan las condiciones superiores de la raza; la surgente milagrosa y única de dond,e las na'.::iones,con genero~a superst. ción, hacen brotar su origen, su carácter, su historia y su gloria, como de un inviolado Horeb. Nosotros, por dicha, no hemos m·enester de la lámpara de Aladino, de la fantasia y de la leY'enda,para hacer surgir nuestros héro,es a la extencia y a la glorificac ón; les tenemos reales y de una excelsitud que se antoj aria leg·endaria si no estuviera ahí la historia para afirmarla con sus comprobaciones irrevoca·b'es. A esas eLgies egreg as sólo falta un pedestal digno de ellas para que sean visib:,es de~de todos los puntos del horizont,e mundial. Levantémos·elo. El Evangelio de la patria, integración excel. sa del Evangelio de la paz y del amor, impone hora por hora el deher de pre.s·ervar para la creación de nuestros padres el sentido intimo que tuvo en la mente de qUi,enes la 'C'Qncbieron: enti. dad de fortoaleza, de dignidad y de justicia, solar hospitalario y heredad fecunda a todas las labores del bien, repuesto albergu~ de nuestra vida Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA FO:RI mora.l y ara d'e nuestras adoraciones .inmuta.bles. El apostolado d-e la Repú::.blica, que VIene a Ident-ficar~e por modo superi or con el apostolado del -ideal, €s hoguera encendEda en una cumbre muy alta; para ascender hasta la irradiación vivificadora de sus llamas, cumpl e llenar la tarea tres veces santa de fortalecer ::los músculos nacionales 'Por el trabajo, de serenaI:::" el corazón por la toleram:'ia y de levantar el eSJ)íri tu por la justicia. Si la lbertad, don precioso, se compra al precio de 'la sangre, la paz, el orde:t::1y el engrandecimiento material -forma ;prí::Una y ne,cesaria del engrandecimiento definitivo-es decir, el poderío nacio~ na.l y la nac'onal respetabilidad, sin los cuales la independer.'cia es precaria y la libertad imposiJ'f piden también y merecerL srucri.fdos do'lorosos y renunc'adones supremas. :Para f.Exmndarlos campos de la patria, nE!08sari!.o es arrancar primero de ellos toda semPla de odio, porque el odio es consubs.tanc-almente infec~mdo y devastador; después precisa sembrar, set:nbrar mucho, sembrar ideas, sembrar virtudes, se mbr,ar esfuerzos y sem. brar granos, sembrar er:J. la ti,erra y sembr:ar en el espíritu, sembrar pa=ra ell presente y sembrar para el porv€nir; cuando venga la cose· cha que ganó nuestra buena voluntad, que ven· drá por la Óptima y nec-essria causalidad de toda expansión de v:da, será una cosecha de bendición, como la del sembrador de la parábola; entonces tendrán nuestros héroes UlIll1ped-estal digno de su estatura. Tal es el examen de conciel1'c"a que determina y el pensami-ento ..qu-e evoca la fecha del centenario, pregonera de qWle la República ha llegado ya a su mayor edad. Mas del propio modo como en las religiones positivas se disiCierne un elemento esencial y otro f-ormal, el dogma y las prácticas, en el amor pa,tr-()I8,que, como se dijo an. tes, es también una reli,gió::n, hay una doctrina y hay un culto, y el culto es plausible y necesario COmo manera de exterioriz:;a-ción de sentimii(lntns Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CARLOS ARTURO TORRES sociales; es la dedica1c:ón de lo oS emblemas visibles y objetivos con que el respeto pÚblico honra nuestro mej,or blasón y la más pura de nuestras tradiciones: tale.s el sentido se::rio de las festivi. da.des iCÍvicas,de las apoteosis Y" de las estatuas. La concepción de patria, to:anada por lo alto, no infirma el ideal de soUdarids.d humana, ni siquiera su primero y á8pero ¡pelds.fio, el internacionalismo, en lo que éste pueda. ~ner, y mucho tiene, de aspiralci.ón legitima. La c-onsagr:al:lón de la Humanidad \)omo supremo agr-egado sociológko, imprca, por el contrario, la pl~nitud vital de las uni:dades internacionales que l:::J.an d,e integrarlo, del propio modo como una, soci'E=dad de superhombres seria la más perf,ecta de todas ellas. Para ha'cer parte de la universal asc::.ciación se requiere, consiguientemente, aquel de ..sarrollo a los más altos grados de potencial" dad r-.acional que constituye el derecho y el deber pr:::-imordial de todos los pueblos. A las primeras con..ferencias internacionales de la paz, no fueron ir-witadas las R.epúbli!.::as latinoamericanas; preciiso fue que éstas, por sucrecmiento en importan cia y ¡por el robustecimiento de la solidaridad panamericana, impUSieran aquella invitación reservada sólo a los paises que han surg'do a la -categoria de cantidades apreciables en el concierto del mundo. Mas si nada es más hermoso q-,¡e el amor de una patria grande y justa, surgente de la ascensión de todas las s,avias de la raza y del m·elo, no hay tampoco posi:ción menos simpMica. ni más estrecha que la de una exagerada var-.id.ad nacional, lote de jingJes y chauvins que principia por a,larde pueril de pretendidas supe::rioridades y acaba por la impulsión que lleva al i.uperialismo y a la conqui~.ta. El internacionalisma:o, su antit.e.sis, es, en alguna forma, la desatentad a reclamación con· tra una injusticia clamorosa, justa s,ed de reivindicaciones social-es, que apela s m€dios vedados y a sanciones aberrantes. Cegu~dad seria, empero, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 1DOM FORl .. imprim'r el estigma de una l'eprobación en bloc sobre aquel tumultuQ¡~o movimento de ideas, sobre aquella marea formidable qu·e h'izo vibrar dolorosamente el alma de Alfredo de Vignycuando llegó hasta el recinto de su torre de marfil ... el gran gemido con que mundos y edades la humanidad asorda, de ll!frentas y amarguras su corazón henchido, que al fin, de la injusticia cansado, se desborda en túrbidos torrent€s de ciega indigna:ión; ¡palabras sofocadas en vano, porque asci,enden y uniéndose en los cielos, fspacio y tiempo hienden y un solo dolor lloran y ,un solo grito son (1). La obra de repara'c;'ión de las grandes iniqui.· dades, cumpl'da por el amor y por la justicia, no por el odio y por la vindicta, constituye la l.abor capital de la ascensión humana; parécenos que las tendencias de las escuelas del moderno pacifismo en todos' su:s matices, desde el -de J.aurés hasta el de Richet, d,esde el de Bebel hasta el de Morley, y que ayer inspiraron a Shelley,a Ruga, a Lama.rtine, a Mazzini, a Quinet, a cástelar, a Pi y Ma.rgall y a ·espíritus g·enerosQs, rea'iza la conciliación por lo alto de las ·construC',:;·lonesdel pasado y de ]:38 al~piracior..oes del porvenir, del ideal de patria y del ideal de humanidad. En la exposición de escultura del Grand Palais, en París, podia verse en 1905 un bajorrelieve admirable como ejoecución y más admirable aún como l!oncepción. Una barca boga en mar misterioi5oqut' hálitos ignotos hacen estremecer er. la bal'.:a van tres mujeres jóvenes y oe'las, pero de una diferente y pecul:ar belleza. La que ocupa el centro del esquife rema con vigor, y en sus facciones ·esculpida está la energía del esfuerzo actual, la labor inmediata y apremiante, ]a obra del día, ·el afán de !a hora; la que va en la popa. lánguida y pens·erosa, hunde la mirada plena de las \1) La Maison du Ber~er. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 208 CARLOS ARTURO TORRES meJancolias y las sofiaciones del recuerdo en la playa que se va alejando, en todo lo que la ausenca irremediable arrebata 'para siempre, en todo lo que se ama y se deja para no volverlo a ver j'amás; la que v;a en la proa, radiante de fe y de juv,entud lecta, explora férvida las a~ules lejanías en donde ha de surgir la isla encantada que forj a el ensuefio y promete la esperanza. Al pie hay gra badas estas palabras: Pasado, Presente y Porvenir. Ese símbolo de la vida, tan poético y tan verdadero, es también el símbolo de la mentalidad de nuestros días, en la doble correlatCi6n de su sentido actual '(;'on sus tradiciones, por una parte, y con sus lllSp:raciones, por otra. Legataria del ayer, obrera de hUy, peregrina del mañana, integra, en la triple significación de su actitud, la superior unidad de su carácter y el impu'so creador de su iniciativa y d-esu esfuerzo; vincula, en la irradiación de un solo foco, la potencialidad de tres corrientes y erige !Conlas energías del presente, :sobre las formaciones del pasado, los sistemas del porvenir. La historia ~observa Materlinckestá todavia lejos d-e haber saEdo del periOdo de las gen-eraciones sa'cTificadas, y ascender el escalón superior inmediato a ese p-eriodo es no s610el supremo anhelo, sino el deber más alto que, en la soJidaridad ineluctable d-e las genera,ciones humanas, ti-enen las del presente con las que han de sucederles en el decurso de los tiempos; es una suerte de paternal obligac:ón que no es lícito pretermitir. No vemos para alcanzar este propósito un medio más directo ni una necesidad más apremiante que la de afirmar, esclareloor y propagar el coo'c'€pto d-e la j usti-c1a, d-e esa raigada virtud, d-ela insuperable fórmula de don Alfonso de Castilla, y que no sólo debe alcanzar a los hombres, sino a las ideas. El pensamiento 'C'ontemporáneo, o, mejor dicho, las ,corrientes -espirituales que predominan en el momento :presente, quinta esencia de tantas rectificaciones, de tantas demolicione.s Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia mOLA POR! 209 y de tantas rehabilitaciones, es ante todo una .entidad de justifcia, tomada por lo más alto y por lo más comprensivo, justicia que señ.ala la posibnidad de orientaciones generosas para el espíritu, que armoniza como en un haz de luz los destellos de verdad surgentes al choque de las más opuestas 'concepciones humanas y traza una senda de salud, aun en medio del caos de escombros del más pavoroso cataclismo. Por eso no repudia con la incomprenSión del iconoclastismo revolucionario la totalidad de la obra del pasado, porque eso seria obra de estéril y suiJCidademolición; no intenta paralizar la acción actual, encadenando el presente a la inmutabPidad de las tradic;ones, porque eso seria voto de impotencia y mensaj e de muerte; no pretende desviIl'(;'ular el porvenir de la ley nece~,aria de causa1idad, porque eso sería la mórbida obsesión de un delirio. Discierne, con ínspirac: ón de equidad, lo que puede haber de falso y deleznable en los ideales más caros para abandonarlo sin recriminaciones y sin pesar, recoge el átomo de verdad que ;puede existir aún en la más absurda de las creencias y el rayo de luz que puede sorprenderse amn en pleno nadir, para adaptarle sin reticenc:a y sin vacilación, y enciende el fuego de lOShogares de la ciudad futura con llama que se comunica a los corazones por su mPagrosa virtud de sinceridad. De esta suerte, aunando el' esfuerzo que ,estimula, las legitimas venera,ciones que preserva y los ferviente' anhelos que despierta, tres factores adventicios, pero convergentes, ¡como en el del bajorrelieve de Frémiux, equi,pa la na've humana para Las exploraciones del pervenir. A pesar de la teoria restaurada hoy por la elocuente propaganda de William James y de otros seguidores de Carly1e y de Emerson, y que atribuye exclusivamente a los hombres de genio -héroes del pensamiento o de la acción- la iniciativa en los grand.es movimi~ntos de los pueblOS o de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 210 CARLOS ARTURO TORRES las id>eas, creemos que una concepción perdurable y fl\:unúa solamente surge y Gl'lllnla cuanuú .as ideas generales de qu·e .es exponente eXisten de modo virtual en el ti·empo y en -el medio y flotan como impalpab.es átomos de luz en la atmwfera €n que se ha formado -el cer·e1bro gen~al que ha de eU.;'Jntrar la fÓlmula defmit va del sistema. Si en esos mom.nvos hay -como no pued,e r·evocar~o a duda qu ·en siga el movimiento de ~as i·é.·eascontemr-oranta.suna orientación de lo,s espiritus más acentunda que nunca hacia los conceptos de .equidad social, de just.cia y generosic.ad inte:ectuales, de rEnaCimlento ideal.sta y d-e formación c1e una superior '..;'.:mciencia de la humanidad; s todo ello -es resultado de la múltlp"e corriente de revaluación de valores c:entificos, filosóficos y pOliticcs y de una cultura más_ extensa, de un criterio más genero.3o y más ampliolJ, de una critica - al propio ti·empo más l bre, más g,eneral, más audaz y más comprensiva; si presenc:amos la restaura'ción de muchos ideales pros,critos y el crepúscu:o de muchos [dOlos del Foro; ~i advertimos finalmente la exaltación de una filosofía elevada, de expans ón armónL:la, de -esfuer. zo y de esp,eranza, debemos creer que toda afirmación de esa actitud y de esa mentalidad de las pr,esentes generacionEs ('s un paso en el propósito, si no c1e realizar t<:l.na'to ideal, remoto pero no quimérico, a lo menos de buscar el camino que conduce a él. La preponderancia de la m-ente humana, como fuerza motriz directiva de las soci'eC:ades, es obra de una lenta mOdiL'..;'ación de las energías moralEs d·e la masa, que se efectúa por medio de la propaganda de todos los momentos; a ese resultado conduce una labor tenaz de vulgarización de aqueEos principios que han de ser más tarde hechos, credos e instituciones, porque, como lo d ce Alberto La.fargue, el hecho sale de la idea como la vida del germen. Es preciso que las ideas que hoy t:otan en cierto ambiente de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA PORI 211 elección, y que han de ser, de ello estamos ciertos, elementos de vida por su óptima y necesaria finalidad, se conviertan en el patr.monio intelootual del maY'0rnúmero, se transformen en palpable.s y vivientes rea~idades, y que de ellas se im. pregnen las multitudes para que éstas sean ,soporte y vehícuao de esas ideas y no.valladar que las detenga ni desl·erto de gélid~ indif·erencia que las mate. En este empefio toda in~',:;·~a.t_va de actuación o de palabra tiene inenarrab'e virtud de fertilidad, porque para que a¡parezca y se imponga una cCil1cepcióncomoprincipio verdaderamente e) le-ctivo, humano, universal, cada mente ha de aportar a ella la contribución de su -esfuerzo.,'como para formar la gran voz del Océano levanta caa:; ola su rumor. FIN Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia APENDICES Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CARLOS ARTURO TORRES "Siente la mayor obligación de amor humano", RODO De ti~mpo en Uempo, con regularidad casi ti~a, los pueb10s experimentan la nec},~sidadde ve. ricar el balance -tanteo o a'Cance parece qu.e e la expresión castizade sus hab,~res y exisneias m..mtq!es. Tal parece cual sise preguntan: ¿H'Jmos merecido el humano vivir? ¿Hp-mos mplido con los fines supremos y heroicos de la istencia? Y al efecto tantean los fastos y anal3S su intJligenci'a. El a'!:ance comienza trad 'cionalmt,: por las gestas guerreras; continúa por las zañas y genealogías de caudillos, tiranos y reyes; 'UlJcon la narración maravillosa de la vida de sa. 'dotes, brujos, adiv:nos y taumaturgos: prosigu3 ¡ la de sus mártires, profetas y pontific':s, para 'minar en la exaltación de; la vida y obra de sus r¡,tOTIf3S y aedas. Y parece que estas últ'mas son primeras. entf\3 ctras razones, poraue son 8ras que salvan al muncJ¡ode di!uírse obscura y me. ~cólícamenf;e .m la inanidad de los tiempos. El >nbr'J,ha dicho el fi!6~ofo Dilthey, es un animal ¡vido de histor:cidad. La frase parece pedant.:.~; "ía las delicias de José Ortega y Gasset. No obs~te, es una fratlJ a'go más que certera y acera, puesto qu'¿ es cierta. Cierto es, o, lo Que en 'Jr es lo mismo, {}Jguro, v;;rdade"o e indubitable, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 216 CARLOS ARTURO TORRES que no tanto queremos vivir, como el haber vivido históricamente, vale decir, valiosamentv. Y oo. mo no a todos los seres humanos nos es dado vivir en divina gravidez histórica, por la misma parvedad humildJJ d3 nuestra vida personal, de ahí que periódicamente nos sintamos ind'ominablemente tentados al tanteo o avance retrosp::ctivo ciJJ nuestro pasado colect;vo. ¿A fin de qué? De vivir en la ún'ica forma de vivir histórico que nos es concedi· da: vivi",ndo en las figuras proceras, heroicas, que han sido autores y actores, a la par, en el drama continuo, vivo e interm;nable de la historia. Asi se va formanao y cuajando en formas diamantinas eso de que tan desesperados andamos: el al. ma nacional, la oonciencia nacional, la cultura autónoma, propia, peculiar. Una cultura IJs un sistema de valores humanos plenariamente expresados. Cuando el periódico tanteo o balance arroja tal haiber, mayor que las -existencias, el pueblo que tal halre puede ufanarse sana y sólidamente de poseer una cultura. Necesarios son los iconoclastas, ¡cómo no y tántof, p;;ro aún más necesarias son las revaluaciones. Ca da geni10 ha sido una reva!uación, Cada cultura, una revaluación incesante. Y qU3 no se tome por dJclarac:ón de "reaccionarismo", de idolatría del pasado. Nó. Del pasado, lo viviente, lo v;vo; no lo fósil, lo pétmo, lo muerto. Del pasado su vibración en lo viviente: ¿a qué sepultar lo vivo 810 pretexto de dar vid:a: a lo definit;vamente muerto? Cultura es sí lzaltad al pasado, en cuanto haya de vivo en el pas'ado. Leemos con cálido fervor, con agudo renovado deleite a Cervantes, a SJt.akIJSp3are, a Platón no por lo muerto, sino por lo que hay de vivo, de vivi;::nt,¿, de palpitante en ellos. Periódica, rítmicamente, por la necesidad intima a que venimos aludiendo, nos vemos obligados a 1\3valuar y revivir las figuras del tiempo pasado. Es el TEMPS RETROUVE del mágico nov¿lista francés. Penetramos entonces, quizá sin saber- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDÓLA li'ORÍ 2i7 lo, en la vívida 11 mágica jiloSlojía de los valores 11 las 'asencías. Del hombre pasooo no es tanto la materia de su vida lo que nos atrae y s::duce, cwanto el valor, la jlor 11 la esencia de esa vida. No la biografía, sino -"l vahar simból;co de aquella VIDA. Entonces nuestr.a atención incitada, inquisitiva, enardecida, se hinca y det.~ene en aquellas figuras d;¿persistente y meridiano valor simbólico. Por eso la cultura no sólo es un viaje de ida y regreso, 'Sino de un regreso insistente 11 p¿rpetuo. Careos Arturo Torres es una de aquellas figuras simbólicas y pcrmanent~s: poeta, diplomático, ministro de h'acienda y de relaciones exteriores, periodista, critico, proj¿sor, ensayista, filósofo, sociólogo, Enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de Colombia ante el gobierno de V¿nezuela, "uno de los hombres más representativ10sde la América española", Carlos Arturo Torres es uno de nuestros clásicos. Uno de nuestros clásicos ingrata 11 transitoriamente olvidados. Una d.3aquellas figuras cerebrales y humanas a las cuales la conciencia nacional tiene que consagrar su atención, de tiempo en tiempo, '.3'11. busca de 7'lormasy estimulas mentales. La obra de Carlos Arturo T0T11,3S sorprende, hoy más que ayer, por su claridad, por su elegancia, por su secref)o -entusiasmo, por su serena, ideal y noble en.¿rgía. Su prosa "admirable" nada ha perdido con el variar de las épocas. Es todavía, 11 lo será con la misma dJcantación crU;ca de los tiempos, un caso de prosa varonil, tras lúcida, nutrida y ejemplar. Si algún reparo pUdo hacérsele, en un momento dado, fue el de que aquel sereno y s.3ñoril prosar estaba en vieces recargado de nombres extranjeros, de exóticas refeJ'.mcias, de tecnicismos. Mas no era aquello ostentación inúta. La época de Carlos Ar. tUT\OTorr¿s, no lo olvidemos, fue una sazón de nu. trición y agitación mental en el mundo d3 la cul. tura. Carlos Arturo Torres pertenece a Za generaci6n ávida que surgió, en Colombia, apen(Z$ t~r- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 218 CARLOS ARTURO 'tORRES minada la revolución de 1885. Habia hambre exasperada de {deas y r.movación espiritua~ en el. ambiente. Esa generación y esa época le dzeron a Bogotá 'o3Ititulo p,erdido de Atenas de Suramérica. La prensa entonoes era una prensa de ideas. Los articulos eran "artículos de fondo"; asi se l:amaban. Los 'o3scritorcsno se creían, como hoy, en las cumbres mismas de la cultura, sino inictando el d"jicil y labiOrioso ascenso. Agitaban el pensamiento Kant, Hegel, Nietzschc, Hoffding, S'j."4,.mcer, Comte, Taine, Renan, /bsen, Kidd, Buckle, Darvin, los dos Mill, los dos Reclus, Claudio Bernard, 'fIux?ey, Ribot, Brand.~s, Tolstoi, James, Guyau, darlyle, Emerson, Marx, Bakunin, Dostoievskl, BergSion, " La socioLOgía naciente fertilizaba el pensamiento. La cconomia poutiCla, como un es~rem€ct1nieto sisrnico, sacudía ya los fundamentos mismos de la v':ejia y sórdida estructura social. La psicologia hundia su friJo escal¡"'.Jloen las ardientes, decisivas y desconocidas entmñas del alma ftumana. Nacía entre los héroes del p:;nsami,m~o,no una nueva credulidad, sino una nueva fé, una mística nueva: la Ciencia. El hombre (.\.Jscuoria los prod'gios reales e inverosímiles de su pf10oio cerebro. Sd sentía no sólo el animal pensante :lel medioevo, sino el a:;da del yo, la' sociedad y :a natu'f1aleza. Un sér, el sér, la la par, individual I social, substancialm·.mte cerebral y reb,::lde. El 'a'blaratorio fue su templo. El laboratorio era la fuman 'dad. Su diosa, la Libertad (asi, con mayúsula). Ese pensador fue pasmosamente positivista, 'omántico y austero. La cultura no fue para él údica, un juego -ludus- como hoy se dice,. sino ma ASKES/S, un brioso, apasionado y noble as· :etismo, que de lúdico tenía, esto sí, la elegancia y obr'edad del estilo. Aq'lt.Jl pensador no avanzaba na idea sin fundamento, -trem,mdo fundamento xprimído de l'a historia comparada de las rtligio_ ~es,de la embriología comparada, de la sociologia ..::la psicologta, de la eoonomía política emJrgen: Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia fOOLA FORi 219 tés ('asta última, en aurora roja) de la linguistica, de ha historia de las revoluCiOnJS, del análisis minucioso y corrosivo del capitalismo y del imperial;smo "liberticidas y humanicidas". -En a. quel mundo caótico sólO fulgura'ban, puras, indestructibl'Js y eternas,las Ideas, como en la teoría o vi sión platónica. Brillaban también puras, indestruc tibles y eternas, las mentes de los apóstoles nove~"mtistas de la Cienc;a, el Progreso y la Libertad. ¿Ingenuos? Ingenuo significa, s::;gún el Diccionario de la Lengua, "el que nació librJ y no ha perdido su libertad",. significa, además, puro, leal. real, sincero, sin doblez. Carlos Arturo Torres fue un poeta simbolista y cerebral, no popucar. En su obra poética, como Quintana, comlo Núñez de ArcoJ, buscó -son sus palabras a propósito de Núñez de Aro3- "la ener. g1iadel verbo, la altura del conc'Jpto, el vigor de la impresión". Qu;so hacer d.'3 sus poemas símbo-, l:os de una filosofía de la historiá y de una socio-' log~a "del incorruptib¡IJ porvenir". Una poesía, en versos sol']mnes y graves, de las ideas abstractas y de las visiones o tf)orías morales. Quiso alejarse --como siempre el mismo Tlorres lo anota---- d~ aquel "linaje dJ literatura destituído de todo sociomorfismo superior", para "ensanchar el hari,. zonte de la poesía Clonun nuevo reino y una nue., va conqu:sta y cr'Jar la poesía científica, esto es, dar un lenguaje propio a lo queStout ll~amtt el aspecto emocional de la filosofía". Previendo el clamor irritado de los .(3stetas,decia el mismo Torres: "Es imposible que los altos intereses de las sociedades, las aspirac "¡onesdJ los pueblos o los movimientos de los Estados en busoa d.] una meta.. más o menos elevada, no conmUJvan hondamente las inteligencias de elección". y movido ya por esta herida y v~brante sen. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CARLós ARTURO TORRES sib:Zidad de lo slocíal, hablaba de los poetas del futuro, de los "apóstoles de un socíomorfismo superior qCJ hacen suyas las ideas de su tiempo, las aspiraciones y las agonías de su raza, que traducen en ·símbolos gigantescros los idwles contemporáneos, qut: se yerguen ante la iniqu··dad triunfadlora, que luchan por una idea contra unla socie· dad, que d:::safian el odio y desprecian la preocupación, que [.fjñalan en medio de las sombras del presente la ceja d3 luz del incorruptible porvenir y dejan su torre de marfil para bajar a la arena de la lUcha humana" -Estudios varios: Núfiez de Arce-. Torres concibe así el simbolo: "Es la fórmula soberana para expresar artísticamente algún p:::nsamiento superior de la fi~osofia; a él ha de aspirar el escritor cuandoqu··era que pretenda dar poético carácter a las concepciones trascend:::ntales de la inteligencia, a la vez subyugada por el problema moral e impulsada por el aguijón interior a los campos de la poesía, vago reino d(!Z ensueño y de la inquiJtud". Con sus símbolos tras. cendentales, "claros y traslúcidos, como los de Vigny", Carlos Arturo Torres "avanzó hasta los lin deros del modernismo". Sin ·Jmbargo, sobre la poe. sía fines:::cular de "simbolistas, decadentes, deli· cuesc·Jntes, jóvenes efebos, nuevos estetas, magos, instrumentalistas evolutivos, magnificJnt:::s, etc., etc," -son palabras de Torreslanzó el mismo Torres, "con su serJna faz de estio", el mismo con. cepto de "ese gran espíritu solitar·;o" qUlJse llamó Alfredo de Vigny: "Seul le silence est grand, tout le reste est faiblJsse !" Carlos Arturo Torres fue en América, en la Amérioa nuestra, un paladín de la dignidad humana. "Siente la mayor obligación de amor humano", escribió hermo8amcnte Rodó sobre Carlos A.rturo TOrYJ8. Poseía Torres aquella genial sym- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia IDOLA FORI 221 patbia de ~os griegos que capacita al humano ser y al escritor, específicamente, para penetrar 'en la entraña viva de las personas, los hechos y las ideas y comprenderlo todo. A lo largo de su obra el gran prosador coDombiano r"Jpite, con apasionada insistenc;a, la fórmuDa clásica y evagélica del maestro francés: Tout 'c'Omprendre c'est tout pardonner". Es un ritornello. Anhelaba y perseguía '¿l sociólogo, el ensayista, el poeta, la eman. cipaCión, la libertad momtal de los hombres de América, nuestra Amér;ca. A ese fin, hoy como entonces aetualísimo, enderezó su labor de prosista noble, viril y compr.msivo, Busca el equilibrio, la conciliación musical, sinfónica de las fdeas: "De las doctrinas más aparentemente contradictor'as puede surgir una armónica irradiación de coJrt'dumbre, y aun en el limo de los errores humanos se acendró alguna vez un principio eterno, como en la materia impura el humus fecundo qu'e nos rinde el néctar de las vides y el perfume d'e las rosas". ' "Como critico, dijo M. Soto Hall, Carlos Arturo Torres es de una profund 'dad, una elevación y un juicio tan serenlo y claro que puede colocársele entre los mejoes de la América hispana". Y Silvio Villegas, obseso del estilismo, no puede menos de rendir pleitesía a "la b'dlleza de expresión y la síntesis inmensa de las ideas", que resplande. ccas-en l,a,América Es,pafio~a 162 .lacia el futuro ., .. , 190 A.péndices 213 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia