Ibilbideak

   EMBED

Share

Preview only show first 6 pages with water mark for full document please download

Transcript

IBILBIDEAK RECORRIDOS LOS “POZOS” DE LAS AREÑO. ENTRE ELLOS DESTACAN MARISMAS DE LOS RESTOS DE LA LÍNEA DE BALDES QUE SE DIRIGÍA A CAMPOMAR FOTO: ALBERTO BARGOS La costa minera de Bizkaia: un ocre pasado... un presente en azules y verdes Nos adentraremos en un territorio que huele a hierro y salitre. La costa de la margen izquierda del Nervión guarda reductos impresionantes en belleza y naturaleza que, a todas luces, merecen ser preservados. La ruta histórica-ecológica que presentamos forma parte, junto con otras quince más, del libro "Caminando por los Montes de hierro" que persigue recordar, de una manera didáctica y sencilla, caminos tradicionales e Historia de nuestra maltrecha pero llena de esperanza e ilusión zona minera de Bizkaia. TEXTO:ALBERTO BARGOS La omnipresente brisa marina nos da la bienvenida mientras cruzamos las dunas ocupadas por un área de esparcimiento provisto de mesas, columpios y fuentes. Avanzamos teniendo especial cuidado en no pisar fuera de los senderos que "respetan" la vegetación reinante resguardada detrás de unas vallas paupérrimas. Un cartel de esos que, desgraciadamente, casi nadie suele hacer caso nos avisa de una seria sanción si cortamos las cañas y tamarises. No serían necesarias las multas si nos diéramos cuenta de la verdadera importancia de estos ecosistemas y de nuestra pertenencia a ellos. A un lado queda la empresa dedicada a repartir combustible por la zona y que por estas fechas, felizmente, está procediendo al desmontaje de los primeros tanques. 72 sustrai.64 itinerario Itinerario: Playa de la Arena, Cercanías de las Marismas de Areño, San Pantaleón, Ermita de Nº Señora del Socorro de Pobeña, Cargadero de mineral, Punta del Castillo, Calas de la Juncosa, Caseta Negra y el Aspra, Aparcamiento de Itsaslur, Playa de Aguadulce, Calas de la Cercada y el Rebombal, Túnel minero y el Bortón, Barrio de Kobaron, Aparcamiento de Itsaslur, Lavadero de mineral de Campomar, Pobeña, Playa de la Arena. Sentimos una agradable sensación de esperanza al observar que parte de la destrozada marisma puede llegar a recuperarse en un futuro próximo, al mismo tiempo que nos recorre un cosquilleo receloso ante los proyectos que se puedan ceñir sobre el terreno robado a la mar. Los pies se nos traban sobre la arena mezclada con restos del mineral que se lavaba en la cuenca del Barbadún y que, con el transcurso de las décadas, dieron un aspecto ocre y negruzco poco común al resto de las playas cercanas. Paseamos entre las dunas respetándolas. Hay que tener en cuenta que son casi las únicas de toda la costa de Bizkaia junto con las playas de Laga y Plentzia/Gorliz, y merecen el cuidado de todos/as, tanto por su vegetación como por su fauna, que vemos representada en un pequeño lagarto que huye de nuestros pasos dando la señal de alerta al resto de sus familiares. En unos minutos nos topamos con la ría del Barbadún y las hermosas marismas de Areño y Pobeña donde destaca una amplia variedad de vegetación. Al mismo tiempo contemplamos sobresaliendo entre la arena remozada en miñón unos grandes tochos de roca y cemento, restos de las sujeciones del tranvía aéreo que provenía desde la Orconera en La Arboleda y la escollera que existía en los aledaños de la desembocadura. Los sorteamos accediendo al azulón puente metálico que Miguel González San Martín, escritor muskiztarra y Premio Euskadi de Narrativa del 2.002, apoda en su novela "Pobeñeses" como el "Golden Gate municipal". Vamos cruzándolo lentamente como el agua dulce se entremezcla con su hermana salada. Desde su promontorio rocoso la ermita de Nuestra Señora del Socorro, en la península de San Pantaleón nos saluda orgullosa protegida por sus fieles encinas. En la desembocadura divisamos una pequeña caseta medio ruinosa. Allí se encontraban parte de las bombas de agua que abastecían al lavadero de mineral de Campomar que tendremos ocasión de contemplar en nuestro hermoso recorrido. Una encina se deja acariciar al lado del antiguo hotel de Pobeña, actualmente residencia geriátrica. Enfrente Pobeña, un tranquilo reducto de nuestra costa, lleno de cuadrillas y mesas al sol que detienen el tiempo. Al costado de la residencia vemos dos flechas amarillas bajo un viejo plátano; nos acercan a 120 escaleras de hormigón construidas sobre los restos de un plano inclinado. La subida hará trabajar a nuestro corazón. No importa. La recompensa que nos espera bien merece un poco de esfuerzo. Unas decenas de metros de senda de hormigón nos ayudan a recuperarnos de la ascensión para disfrutar de una sorpresa hecha paisaje. La mezcla de azules marinos y marrones arenosos es impresionante jalonada por pequeños montes paralelos entre sí que parecen avalanzarse dispuestos a tomar un baño. Toda la escena se desarrolla bajo la atenta mirada de un olvidado Punta Lucero que nos enseña su ladera mejor conservada. En sus espaldas guarda el destrozo: sus entrañas convertidas en superpuerto. Avanzamos por la pista hormigonada del parque de esparcimiento Itsaslur. El camino, tras unos cinco minutos de tranquila marcha, se bifurca. Dejamos de lado la pista que sube decidiéndonos por la que nos guía hasta el cargadero de mineral de la mina Mac Lennan que revestido en óxido y murallones mineros ostenta el título honorífico de "guardián de la ensenada" con el permiso de las constantes envidiosas olas que intentan arrebatárselo. Unas renovadas escaleras facilitan la bajada mientras nuestros sentidos aprovechan cada segundo de paisaje. Hemos llegado a un lugar muy especial. Pocos sitios me acarician el corazón como éste. El olor a salitre, el increíble paisaje mezcla de olas al viento, la blanca espuma, una historia llena de hombres y mujeres con nombre y apellidos... Mirando al extenso mar, en mi imaginación, un barco se acerca con sus bodegas ansiosas de mineral de hierro vizcaíno. Nos despedimos con un hasta la próxima y volvemos sobre nuestros pasos. El último tramo de subida decidimos hacerlo por unos antiguos escalones al pie de un fuerte muro. Una plazoleta nos devuelve la respiración mientras nos informamos sobre la actividad minera gracias a un bonito panel de azulejo. Proseguimos con la mirada puesta en la Punta del Castillo donde una pequeña caseta en ruina, en otros tiempos utilizada para controlar la costa, va cayéndose con el paso del tiempo. Tomaremos la pista de hierba y mineral que baja a la derecha y nos conduce, entre senderos del ganado, a un camino sobre el acantilado. Nos acercamos a dicha Punta donde los acantilados se abren hacia los confines de Bizkaia. Las vistas son impresionantes y bien merecen unos segundos. Reemprendemos la marcha. El prado se junta a la caída rocosa al avanzar por detrás de la caseta, en ligera subida. Aparece un marcado sendero junto a restos de jaulas y postes de extracción de algas. En unos segundos llegaremos a la pista principal y podemos ver otro cartel informativo sobre la extracción y uso de las "verduras marinas". Bajo nuestros pies rompen las olas en el POZO MINERO KOBARON. UNA VISTA DESAPARECIDA PARA paraje conocido como el SIEMPRE BAJO MILES DE TONELADAS DE UNA ESCOMBRERA. FOTO: J. EUGENIO DIEZ Aspra donde sustrai 73 IBILBIDEAK Vamos subiendo sin prisa en medio de un entorno que llama poderosamente la atención por la sensación de abandono mezclada con dosis de misterio. antiguamente vertía aguas enlodadas el lavadero de Campomar. El camino pasa rápidamente ante la magia que nos apodera. Una fuente a la izquierda y unos bancos a modo de balcón nos invitan a visitar una cala accesible por un camino empinado pero sencillo. La valla se abre a una ancha senda herbosa que tras zigzaguear llega a la Juncosa, pequeña playa de cantos rodados donde suele haber buceadores. Entre esta cala y El Aspra aparece otro lugar conocido como Caseta Negra donde las olas parecen acariciarnos. Volvemos al camino principal. Unos cien metros más adelante podemos contemplar otro panel de información sobre el Ecosistema de la costa. Una curva entre murallones del antiguo ferrocarril nos separa del aparcamiento principal de Itsaslur donde descansaremos y nos informarnos sobre la flora del litoral y la actividad agrícola de la zona. En dicho parking vemos una pista que baja hacia los acantilados. Por su piso de mineral vamos dejando atrás las ruinas del lavadero de la mina Mac Lennan. Elegimos itinerario entre sendero o pista para llegar a cruzar un puente de hormigón desde donde atisbamos la playa de piedra de Aguadulce que recibe su nombre del arroyo que desemboca en su seno. En menos de cinco minutos nos encontramos en los cantos rodados mezclados con restos de desperdicios que nos bajan un poco la moral ante la dejadez de la gente. Remontamos buscando la pista que discurre por la ladera contraria. Cerca de un remanso del riachuelo la encontramos entre rojos de mineral, argomas y carrizos de las pampas conocidos entre nosotros como plumas. RESTOS DEL LAVADERO DE MINERAL DE CAMPOMAR SOBRE EL PASEO DE ITSASLUR FOTO: GORKA BARRERAS 74 sustrai.64 Vamos subiendo sin prisa en medio de un entorno que llama poderosamente la atención por la sensación de abandono mezclada con dosis de misterio. Salimos a una carretera en bastante mal estado en las inmediaciones de la mina Josefa delante de otra llamada Caledonia. Las blancas viviendas destacan entre las construcciones medio derruidas. Tomamos dirección al mar. Unos metros más adelante pasamos al lado del último edificio, una tolva de carga totalmente tapada con ladrillos. Doscientos cincuenta metros más adelante nos acercarán a una valla de espino que da paso a un prado encima del acantilado. La traspasamos y bajamos hasta encontrar un sendero que conduce hasta las rocas. Enfrente aparece la Cercada, una cala que con marea baja nos permite cruzar a su peñón más saliente. A su derecha se encuentra el Pozo de Las Chicas por donde se puede acceder a Aguadulce siendo un poco habilidoso. Volviendo a la pista principal, en tan solo cincuenta metros, llegaremos a una curva a la izquierda desde donde arranca un sendero entre zarzas que muere en un prado. Salvamos la entrada y nos movemos paralelos a la cerca para pisar lo menos posible la hierba que más tarde será alimento de los animales. El color rojizo de los helechos se confunde con el marrón oscuro de las rocas húmedas a merced del agua salada. Alcanzaremos la "cumbre" traspasando un alambre de espino. Las rocas se apoderan del suelo. Mientras avanzamos entre brezos nos damos cuenta de que las olas rompen junto a nosotros. Nos encontramos en Rebombal. Una ventana entre las rocas da visión directa al rompiente. No podemos pedir mucho más a este increíble lugar en terreno limítrofe de Cantabria y Bizkaia. En los pastizales de nuestro frente asoma un caminillo que va remontando hacia un túnel que tradicionalmente está considerado como frontera aunque ésta se encuentra uno metros más atrás. Subimos sin prisa, gozando del momento para pasar bajo una pedrera/escombrera. Avistamos un paso de madera que da acceso a la pista. Una vez allí, el túnel nos enseña sus entrañas. Lo atravesamos. Estamos en la zona de El Bortón. Podemos ver al fondo la destrozada Punta Lamie con una industria química que copa casi toda su extensión. También, algo antes de la ensenada y Playa de Ontón, se encontraba el cargadero del Piquillo del cual quedan restos de sus cimientos tras una galerna en los años 80. Un poco más allá el de Saltacaballo. Corría el 23 de mayo de 1.944, en tiempos de la Segunda guerra mundial, cuando un carguero alemán, el Baldur, se encontraba llenando sus bodegas de mineral de hierro y fue hundido por un torpedo de un submarino inglés. Parece película pero es realidad. Volvemos los pasos hacia Kobaron, primer barrio de Bizkaia. Un kilómetro de paseo es suficiente para volver a pasear entre las casas y construcciones de la mina Josefa. Superamos un suave repecho y divisamos las viviendas de dicho núcleo minero. Llegados a la primera desviación de la carretera, vemos, entre vallas y cipreses, la depuradora de Desde este punto os proponemos dos posibilidades. Bien acercarnos a Kobaron y tomarnos un merecido descanso a la espera de un autobús o bien volver por Itsaslur a ver las ruinas del lavadero de Campomar. Si nos decidimos por esta segunda posibilidad, nos acercaremos por la pista de hormigón al aparcamiento del parque, sorteando la vaguada de Aguadulce repleta de argomas y sauces. Volveremos sobre nuestras huellas hasta llegar, después de la zona de recogida de Algas (Aspra), a un cruce de caminos. Escogeremos la pista que sube dejando el CARGADERO DE MINERAL DE KOBARON: EL GUARDIÁN DE LA ENSENADA DE MUSKIZ. cargadero a la izquierda. En el punto más alto, antes de FOTO: J.EUGENIO DIEZ comenzar a bajar, cruzaremos una alambrada de espino. agua. Desde este punto podemos avistar, semitapados por Las botas notarán la esponjosa hierba bajo las suelas. Nos unos viejos pinos, los dos hornos gemelos de calcinación de dirigimos hacia los muros del lavadero que parecen la mina Amalia-Vizcaína que vigilan desde su ubicación la víctimas de un bombardeo. Un sendero nos guía sorteando entrada al parque de Itsaslur. unas higueras, para llegar, en menos de cinco minutos, a los restos de dicha construcción: el lavadero de Campomar. Un paseo bajo sus murallones nos bajaran un poco la moral. Tanto Accesos y transportes públicos trabajo, tanta historia, reducida a Los barrios de la Playa de La Arena, Pobeña y Kobaron están comunicados escombros y olvido. por líneas de Bizkaibus. Decidimos proseguir en nuestro camino. En el punto más alto Tiempos aproximados miramos hacia la playa que nos Aparcamiento Playa de la Arena – Puente de Pobeña 10 minutos aparece entre las ramas de los Pobeña – Cargadero de mineral 15 minutos eucaliptos. Un sendero bien pisado Cargadero – Punta del Castillo 8 minutos nos lleva, tras unas decenas de Punta del Castillo – Aparcamiento 20 minutos metros a un prado que parece Aparcamiento – Aguadulce 5 minutos abalanzarse contra el mar. Lo Aguadulce - Rebombal – Túnel 25 minutos cruzamos en oblicuo salvando poco a poco su desnivel. Al fondo, otros Túnel – Depuradora de aguas 18 minutos eucaliptos nos esperan pacientes. La Depuradora de aguas – Kobaron 5 minutos pista de hormigón del paseo de Depuradora de aguas – Itsaslur - Lavadero de Campomar 22 minutos Itsaslur es accesible por numerosos Lavadero – Puente de Pobeña 10 minutos sitios. Llegados a ella las escaleras Pobeña – Playa de la Arena 10 minutos que nos bajaran a Pobeña están a Total Alrededor de 2 horas y media un paso. Podemos disfrutar de este (En estos tiempos no hemos tenido en cuenta las visitas a las calas La Juncosa y La Cercada. rincón de nuestra margen izquierda Cada una de ellas nos puede llevar sobre 10 ó 15 minutos entre subir y bajar). o volver a la Playa al lugar donde (Se han calculado los horarios sin descansos) habíamos iniciado el recorrido. En un paseo, algo largo pero Longitud aproximada del recorrido tranquilo, hemos disfrutado, Aparcamiento Playa de la Arena – Puente de Pobeña 500 metros salvando la playa de cantos rodados Pobeña – Cargadero de mineral 1.000 metros del Lastrón en la parte baja de Cargadero – Punta del Castillo 500 metros Punta Lucero, toda la costa más o Punta del Castillo – Aparcamiento 1.300 metros menos bien conservada de la Aparcamiento – Rebombal - Túnel 2.000 metros margen izquierda. Nos ha quedado Túnel – Depuradora de aguas 1.400 metros demostrado que merece un pequeño Depuradora de aguas – Kobaron 300 metros esfuerzo por parte de todos en su Depuradora de aguas – Itsaslur - Lavadero de Campomar 1.500 metros defensa y protección a pesar de que Lavadero – Puente de Pobeña 450 metros hemos sido conscientes de que es Pobeña – Aparcamiento Playa de la Arena 500 metros necesaria una mayor concienciación Total aproximado 9.2 kilómetros medioambiental de la población. (Hasta Kobaron 7 kilómetros) tiempos sustrai 75