Guerra

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bulevar año 3 n° 22. san cristóbal, venezuela . trimestre 1.año 2012 guerra sobre los medios! bulevar sobre los medios! “Ya no es necesario que los fines justifiquen los medios. Ahora, los medios, los medios masivos de comunicación, justifican los fines de un sistema de poder que impone sus valores en escala planetaria. El Ministerio de Educación del gobierno mundial está en pocas manos. Nunca tantos habían sido incomunicados por tan pocos” Eduardo Galeano Escarabuey del advenimiento. Julio Romero Anselmi. Pag. 3 Las 10 estratégias de la manipulación mediática. Noam Chomsky. Pag. 4 Haciendo memoria... Pag. 8 Sólo el humor salva. Loayza. Pag 9 Chávez, los mentirosos y el infierno de dante. Atilio Borón. Pag. 10 Mueran las palabras de moda. Patrick Cockburn. Pag. 12 Una duda que tengo. Roberto Hernández Montoya. Pag 14. 2 bulevar editor / centro cívico san cristóbal c.a. San Cristóbal, enero/marzo 2012 Escarabuey del advenimiento Decadencia, crisis… Julio Romero Anselmi El sistema hasta ahora imperante pero en indetenible deterioro, muestra a diario su acelerada descomposición. Crisis climática, económica, política, religiosa, gubernamental, ambiental y emocional se manifiestan todas cada vez con mayor profusión. Escándalos donde están involucrados políticos, monarcas, el Vaticano y otras cúpulas de poder religioso, empresarios, banqueros, generales, presidentes y ministros, jueces, federaciones deportivas y atletas, xenófobos y racistas, dementes que asesinan a mansalva en EE.UU. y Europa, suicidios de soldados estadounidenses que estuvieron en Irak y Afganistán, accidentes aéreos, marítimos y ferroviarios, las consecuencias fatales por lluvias, sequías, incendios, huracanes, tormentas eléctricas, nevadas, deshielo de glaciares, movimientos telúricos, aludes y deslaves, socavones, actividad volcánica, altísimas y bajísimas temperaturas, incremento de la contaminación atmosférica y de aguas y suelos, rociado aéreo de bacterias y virus, escasez de agua y alimentos, epidemias, desforestación, desertización, derrames de petróleo y vertedero de mercurio y plomo, radiactividad, efectos del programa HAARP que impacta la ionosfera desde Alaska, amenaza nuclear, más pobreza y miseria, acción de mercenarios y sicarios, más drogadicción y narcotráfico, más atentados terroristas,Khadafy más adulteración de y Obama, en 2010. alimentos naturales y elaborados, mayor adicción a la televisión, los video juegos, la telefonía móvil y la Internet, más sectarismo, fanatismo, nacionalismo, separatismo, fundamentalismo e integrismo religioso, más y más locura desorbitada. Muestra mundial de la descomposición de la Humanidad acorralada y exacerbada que marca el final de la era societaria signada por la guerra. Ah, pero, ante tanto lío, tanto enredo y confrontación, tantos desastres y peligros, el despertar humano crece y recorre el planeta. Las manifestaciones populares pacíficas se extiendes en los EE.UU., Europa y otras partes, contando cada vez con mayor apoyo debido a las brutales represiones policiales y militares en menoscabo de quienes protesta ante el sistema o régimen económico, político y social marcado por la insoportable desigualdad del 1% sobre el 99%. Tan grande, tan desproporcionada la ambición, la codicia, el odio, la mentira, el robo, la desnaturalización, la locura, el desenfreno, que el descomunal peso aplasta a sus generadores. Religiones, partidos políticos, bancos, dinero, consorcios financieros, ejércitos, fronteras, armamento, medios alienantes de comunicación, realeza, líderes, guías espirituales, gobiernos y leyes por ellos elaboradas, finalizarán, serán echados al pajonal, al basurero, puesto que no son sino escoria. Así, luego, mediante la liberación al ser conscientes la mayoría de los humanos, todo retorna a la igualdad originaria, primigenia, a la unión e integración, a la hermandad, a la feliz existencia común, comunitaria, de equidad, a la bella interrelación de la diversidad, a la devota comunión de todos y con todo, pletórica de alegría, magnífica, donde la luz, el amor, la paz, la libertad y la armonía perduran para siempre sin alteración, eternamente en constante perfección. bulevar 3 Noam Chomsky Las 10 estrategias para la manipulación mediática La estrategia de la distracción El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto 'Armas silenciosas para guerras tranquilas)”. Crear problemas y después ofrecer soluciones Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos. 4 bulevar La estrategia de la gradualidad Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes...tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez. La estrategia de diferir Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento. Dirigirse al público como criaturas de poca edad La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante.Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”. bulevar 5 nicolas sarcozy Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos… Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad 6 bulevar Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…Reforzar la autoculpabilidad Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto-desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución! bulevar Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos. bulevar 7 bulevar Haciendo memoria... La famosa y trillada frase que nos repetía una y otra vez que “una imagen vale por mil palabras”, ha mutado en otra más actual y más cierta. Y es que hoy “una imagen vale por mil mentiras”. Creo que muchos venezolanos aprendimos una tremenda lección, con lo que nos mostraron por TV el 12 de Abril de 2002, sobre Puente Llaguno y sus adyacencias, y lo que después arrojaron las investigaciones más simples (como aquella de que era imposible que los “chavistas” dispararan desde ese puente a los que marchaban hacia Miraflores), por una parte; y la delación que a través del video que presentara Otto Neustaldt, corresponsal de CNN, mostrara el discurso del Vicealmirante Ramírez Pérez, grabado horas antes de la matazón de gente, en el cual ya se hablaba precisamente de las “6 muertes que ya se habían producido”, y de las cuales no había ocurrido ninguna. Recordemos que Ramírez Pérez fue nombrado Ministro de la Defensa del espurio gobierno de Carmona “el breve”. SESO, MENTIRAS Y VIDEOS Esos vídeos, el chucuto y engañoso, permitido por el fraudulento periodista de Venevisión, Luis Alfonso Fernández, quien en julio de 2003 admitió en un juicio que el video había sido manipulado por Venevisión, al salir al aire aberrantemente narrado por otro fraude llamado Manuel Sáinz; y el otro, el de Ramírez Pérez, filmado por el corresponsal de CNN, nos abofetearon despertándonos del sueño de la ingenuidad y nos demostraron que lo que nos llega a través de los medios masivos de comunicación, no solamente es irresponsablemente manipulado, sino que se ha hecho práctica reiterativa lo de beber y solazarse en las fuentes de la mentira, lo de alcahuetear y complacer las conveniencias de los poderosos, y lo de abusar hasta de la propia “grandiosidad” que se arrogan algunos, grandiosidad que los hace pensar que con sus actuaciones maquiavélicas y enfermizas, pueden darse el lujo de torcer el rumbo de la historia, desde los puestos muchas veces cómodos y seguros de las corresponsalías de prensa, importándoles muy poco la vida de seres inocentes e indefensos, y el respeto a cualquier país o nación, porque lo que realmente les importa es su ego personal, acrecentado por el morbo de competir hasta con el destino... Manuel Rugeles Acevedo Artículo publicado el 17 de marzo de 2011 en http://www.aporrea.org/actualidad/a119657.html 8 bulevar bulevar bulevar 9 bulevar Chávez, los mentirosos y el Infierno de Dante Atilio A. Boron Rebelión En La Divina Comedia Dante Alighieri describe con artesanal minuciosidad los diferentes círculos del Infierno. Son nueve, pero nos interesa el octavo porque es el que está destinado a castigar a los mentirosos, entre los cuales sobresalen los malos consejeros, los charlatanes y los falsarios, gentes que mienten a sabiendas y sin escrúpulo alguno. Si el gran florentino tiene razón en su descripción las recientes elecciones venezolanas sumaron una enorme cantidad de candidatos a penar para siempre en ese círculo infernal . Pocas veces nos tocó soportar tanta cantidad de mentiras como las que leímos y escuchamos en estos días. La “dictadura chavista”, “ataques a la libertad de expresión” en la República Bolivariana, el “fraude electoral” fueron algunas de las más recurrentes en el fárrago de acusaciones descargadas sobre Chávez con tal de impedir su inexorable victoria. ¿Por qué tanto odio, tanta sed de venganza que hizo que políticos y comunicadores sociales que supuestamente deberían caracterizarse por su equilibrio y sensatez se convirtieran en voceros de las peores calumnias en contra de este personaje? La razón es bien sencilla: mienten porque los intereses de clase que representan, asociados a –y articulados políticamente con- los intereses imperiales exigen borrar al chavismo de la faz de la tierra, y para ello cualquier recurso es válido. Venezuela, que encierra en sus entrañas las mayores reservas petroleras de la Tierra, es una presa que suscita los apetitos incontenibles del imperio, impaciente por reapropiarse de lo que una vez fue suyo y dejó de serlo por obra y gracia de Chávez. Como se trata de un propósito inconfesable, por ser un simple acto de latrocinio, se requiere apelar a retorcidos argumentos para que el delito aparezca como un acto virtuoso. Por eso los mentirosos tienen que decir que el chavismo instauró una "dictadura" en un país que desde 1999 hasta ayer convocó a su población a las urnas en quince oportunidades para elegir autoridades, diputados constituyentes, miembros de la Asamblea Nacional o para refrendar con el voto popular la nueva constitución o para decidir si se le revocaba o no el mandato al presidente. De las 15 contiendas electorales Chávez ganó 14 y perdió una, el referendo constitucional del 2007, por menos del 1 por ciento de los votos, y de inmediato reconoció la derrota. Curiosa "dictadura" que obra de esa manera, como lo recordara Eduardo Galeano hace ya unos años. No sólo eso: resulta que esta "dictadura" extendió los derechos políticos (amén de los sociales y económicos) como jamás antes lo habían hecho los regímenes supuestamente democráticos que gobernaron Venezuela desde el Pacto de Punto Fijo de 1958 instaurando una insípida alternancia sin alternativas entre democristianos y socialdemócratas que murió de muerte natural en 1998. Cuando Chávez llega al poder, en Febrero de 1999, uno de cada cinco venezolanos mayores de 18 años no existían políticamente: no podían votar porque no se los inscribía en los padrones y ni siquiera poseían documentos de identidad. Hoy la "dictadura" chavista redujo esa cifra al 3.5 por ciento. Además, en la Cuarta República (1958-1998) el abstencionismo de quienes sí podían votar fluctuaba en torno al 30 o el 35 por ciento llegando, según lo afirmara Daniel Zovatto, director del Observatorio Electoral Latinoamericano, a picos del 80 por ciento en la década del sesenta. En la elección del pasado 7 de Octubre se registró la más alta tasa de participación, con una abstención de apenas el 19 por ciento. Por si lo anterior fuera poco, mientras en la “ejemplar” democracia norteamericana se vota en un día hábil (el primer martes de noviembre, año por medio) y la tasa de abstención ronda el 50 porciento, en la "dictadura" chavista se lo hace en días domingos y con transporte gratis para que todos puedan acudir a los centros de votación. Fue por eso que el ex presidente Jimmy Carter aseguró que el sistema electoral de la Venezuela bolivariana es mejor que el de Estados Unidos y uno de los mejores del mundo. Sin embargo, los condenados al octavo círculo del infierno insisten en que lo que hay es una "dictadura" y que lo que faltan son libertades. 10 bulevar bulevar Su servil empecinamiento se refleja también en sus constantes críticas a los supuestos límites a la libertad de expresión en Venezuela: era ridículo, y hasta daba un poco de lástima, ver a esos severos custodios de la libertad de expresión denunciando públicamente las supuestas limitaciones a tan fundamental derecho sin que nadie en Venezuela interfiriera en su labor. ¡Decían públicamente y a los gritos que no había libertad! ante la mirada entre socarrona y perpleja de venezolanos que no entendían lo que proclamaban estos energúmenos en plena calle y a la luz del día. Basta con ojear los periódicos venezolanos para comprobar el tenor de las feroces críticas y perversas difamaciones que disparan a diario en contra de Chávez y su gobierno. Por supuesto, estos santos varones (y beatas mujeres) que fueron a la patria de Bolívar a custodiar la amenazada libertad de expresión jamás se inquietaron o manifestaron la menor preocupación por los 25 periodistas asesinados por el régimen títere que el imperialismo norteamericano instaló en Honduras luego del golpe de 2009. Tampoco se toman la molestia de informar que de los 111 canales de televisión existentes en Venezuela sólo 13 son públicos, y que tienen una audiencia de apenas el 5.4 por ciento como lo demostraran Jean-Luc Mélenchon e Ignacio Ramonet en una nota reciente. Y en los medios gráficos la situación es aún peor, porque el 80 por ciento está en manos de una oposición radicalmente enfrentada al gobierno. Diarios que, como los dominantes en la Argentina, violaron la veda electoral venezolana propalando subrepticiamente versiones vía twitter en los que aseguraban el triunfo irreversible de Henrique Capriles. Patricia Bullrich, una diputada argentina “tuiteaba”, con base en esas fuentes, “ 52.8 Capriles, 47.2 Chávez” y Federico Pinedo, otro diputado argentino, escribía alborozado “Gana @Capriles!”. Ninguno de los dos pidió perdón por haber engañado a miles de personas con tamañas falsedades. Es más, en declaraciones posteriores se enorgullecen en haber actuado como lo hicieron librando, como estaban, un duro combate en contra de la “tiranía chavista.” Contrasta con estas infames actitudes la seriedad, neutralidad y el profesionalismo del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, un organismo público con representación multipartidaria, que tal como lo había anticipado sólo comunicaría los resultados de las elecciones cuando las tendencias del voto fueran irreversibles. Así lo hizo unas pocas horas después de terminado el comicio cuando un 90 porciento de las actas confirmaba una ventaja inalcanzable a favor del presidente Hugo Chávez (con 54 por ciento de los votos), misma que se amplió hasta llegar al 55 por ciento al finalizar el escrutinio. Con una diferencia de más de 1.600.000 votos la discusión sobre el fraude tuvo que ser discretamente archivada. Mejor no pensar en lo que hubiera sido el escenario si Chávez triunfaba con por un 2 o 3 por ciento de los votos. Desilusionados y derrotados, los voceros del imperio sacaron de la manga el nuevo tema con el cual acosar a la Venezuela bolivariana: la salud de Chávez. Las usinas del imperio se encargaron de reconfigurar la agenda, y seguramente insistirán con este asunto mientras buscan nuevas formas de desestabilizar a su gobierno. Ya antes habían aludido a esto, pronosticando como decía la presentadora de CNN, Patricia Janiot, que a Chávez le quedaban entre 9 y 12 meses de vida. Esa fue una de las hazañas del venezolano: derrotar al cáncer. La otra: sostener una enorme inversión social que cambió para siempre las condiciones de existencia -tanto objetivas como subjetivas- de las clases populares, más allá de la necesidad, reconocida por Chávez, de mejorar la gestión de la cosa pública. Derrotados en las elecciones ahora vuelven a la carga porque el líder bolivariano ha demostrado ser un formidable aglutinador de la tradicionalmente dispersa dirigencia latinoamericana, lo que le ha permitido neutralizar con eficacia la regla de oro de cualquier imperio: “ divide et impera ”, como enseñaban los romanos. Y ese sí que es un pecado imperdonable, que merece mucho más que descender al octavo círculo del Infierno para hacerle compañía a tantos pseudo-periodistas (en realidad, publicistas de grandes empresas que utilizan los medios de comunicación para facilitar sus negocios) y supuestos republicanos cuya preocupación excluyente es garantizar la continuidad de la dictadura -aunque se vista con ropajes democráticos- del capital. El pecado de Chávez, murmuran por lo bajo (y a veces lo vociferan, como lo hace el impresentable Mitt Romney) es intolerable e imperdonable, y habrá que acabar con él cuanto antes. Ignorante de las leyes que rigen la dialéctica histórica la derecha cree que la larga marcha de Latinoamérica y el Caribe hacia su segunda y definitiva independencia es la obra maléfica de algunos espíritus malignos, como Fidel, el Che y Chávez. Parafraseando aquel célebre título del discurso de Fidel en el juicio del Moncada, a la derecha imperial y sus voceros locales “la historia los condenará.” conflicto en libia bulevar 11 bulevar ¡Mueran las palabras de moda! Patrick Cockburn CounterPunch Las perversiones del lenguaje “No creas nada hasta que lo desmientan oficialmente”, es un dicho útil, que aconseja mostrar escepticismo ante cualquier cosa que el gobierno afirme que está haciendo. Es la actitud mental correcta de cualquier periodista u observador de la escena política. Pero para detectar la mendacidad oficial o periodística, evasión e ignorancia, una buena guía es el uso de palabras o frases gastadas o engañosas, cuya verdadera intención no es iluminar sino ocultar. Habría que sospechar un intento de engaño en cuanto se vea la palabra “comunidad”, como en “comunidad internacional” o “comunidad islámica”: las frases sugieren solidaridad y consenso de opinión donde no existe. Más tóxicas son las políticas que pretenden que exista algo llamado “la comunidad” que pueda velar por gente que a la que hasta ahora atiende el Estado. Cuando en Gran Bretaña se introdujo el cuidado por parte de la comunidad, significó que las personas que vivían en hospitales mentales que el gobierno vendió fueron expulsadas o atendidas por una comunidad que los temía o ignoraba. Ciertas palabras deberían hacer que suene la alarma. La descripción de que algo es “contundente” generalmente es una mala noticia porque implica que se tomarán medidas efectivas, cuando es improbable. Por ejemplo Patrick McLoughlin, ministro de Transportes, al tratar de aplacar el escándalo del ferrocarril de la Costa Oeste, prometió una “investigación contundente”. Por otra parte la palabra contundente, cuando se aplica a la seguridad del Estado, quiere decir algo desagradable, por lo tanto “interrogatorio contundente” se ha convertido en un sinónimo de tortura. “Residuos” tiene mal olor en ciertos contextos desde que losportavoces estadounidenses comenzaron a emplear la palabra después de la invasión de Iraqken 2003: en frases como “residuos del régimen de Sadam Hussein” o “residuos de al Qaida”. Fue útil para intentar explicar que los enemigos que según el ejército de EE.UU. habían sido eliminados se mantenían activos y hacían volar por los aires a soldados estadounidenses y creando caos en general. Después de desaparecer brevemente, la palabra entró de nuevo al servicio activo cuando este verano los funcionarios de EE.UU. intentaron explicar por qué los rebeldes anti Gadafi, antes muy elogiados por los medios occidentales, habían quemado el consulado de EE.UU. y habían matado a su embajador en Bengasi. Mi hermano Alexander, que murió en julio, solía escribir una sección al final de su columna en el boletín de noticias de CounterPunch denunciando las palabras con poder de “degradar y vulgarizar el lenguaje ordinario mediante su uso repetido e insensato”. Vuelto a publicado ahora como un fascículo –Guillotined, being a Summary Broadside against the Corruption of the English language– es una despiadada identificación y recusación por parte de Alexander y los lectores de CounterPunch de palabras y frases ofensivas. Contribuí ocasionalmente,y era reconfortante ver que las palabras que me habían molestado durante años también habían enfurecido a muchas personas más. Los lectores de CounterPunch tienen un discernimiento infalible en la identificación de frases espantosas; la mayoría de los ejemplos que siguen fueron suministrados por ellos. 12 bulevar bulevar El carácter ofensivo de palabras puede provenir de que sean desaliñadas, aburridas, gastadas o que hayan perdido tla agudeza que poseían originalmente. Un ejemplo es “tsunami” que comenzó a utilizarse tras el maremoto del Océano Índico en 2004. En todo el mundo hubo titulares de “tsunamis de fraude” u otros crímenes que invariablemente resultaban menos excitantes y catastróficos de lo que prometían. Con frecuencia los ususarios de clichés tienen intenciones siniestras más allá de la pereza y del pensamiento convencional. La "redenominación" de los sucesos a menudo involucra sutiles cambios de sentido. La guerra produce muchos eufemismos, minimizando u otorgando respetabilidad verbal al salvajismo y a la matanza. Alexander ataca correctamente “sangre y dinero” como una frase engañosa “utilizada con gran solemnidad para describir el coste, a menudo el sacrificio supuestamente digno, en relación con las guerras de EE.UU.” Siempre he considerado que la frase “en situación riesgosa” es particularmente abominable, pero se ha convertido en una manera común de describir el peligro que enfrentan soldados estadounidenses enviados a sitios en los que pueden tratar de matarlos. Al apartarse de expresiones como “muy peligroso”, los políticos impiden que se forme en la mente de público un cuadro demasiado vívido de los jóvenes soldados estadounidenses a los que bombas arrancan cabezas o extremidades. Mi hermano estaba a favor de la rápida eliminación de palabras semejantes y sugería que se eliminaran de forma inmediata, como tantos aristócratas franceses despachados en la guillotina. No es casualidad que esa sección de su columna se llamara Tumbril Time! [¡A la carreta!], recordando los carretones de estiércol utilizados para transportar a los prisioneros a la muerte. La justicia revolucionaria fue severa con frases carentes de significado, como “desarrollo sustentable”, un cliché adorado por recaudadores de fondos y proveedores de subvenciones. Esa expresión debería haber se eliminado hace tiempo, pero sigue manteniendo una existencia de muerto viviente como “icónico”, “parte interesada” y “cambio real”. En este asunto hay en juego mucho más que la simple limpieza del estilo de la prosa de una nación. Ciertas frases tratan de remodelar la percepción. Un buen ejemplo es la desdeñosa degradación de los informes de testigos presenciales como “evidencia anecdótica”. Esta frase es utilizada por organismos oficiales para tapar el hecho de que no pudieran impedir un desastre del que les habían advertido repetidamente. Puede utilizarse efectivamente para sugerir que el testimonio de primera mano es tan impuro como una información de segunda mano, mientras que “anecdótico” implica falta de seriedad, como en el caso de una historia contada en una fiesta o en un bar. La "redenominación" no funciona siempre. En Irak, el ejército de EE.UU. enfrentó los IED –acrónimo de Artefacto Explosivo Improvisado– que no eran tan diferentes de las antiguas minas que existían desde el siglo XVI. El nuevo nombre fue inventado por el ejército británico en Irlanda del Norte en los años setenta, pero en Irak y Afganistán sus connotaciones de alta tecnología ayudaron a evitar acusaciones de que el ejército de EE.UU. debería haber utilizado parte de su gigantesco presupuesto para contrarrestarlas. Tal vez no sea enteramente de interés público que todas esas frases molestas o engañosas se eliminen. Su continuo uso por parte de personajes públicos y formadores de opinión envía útiles señales de humo de dónde hay cadáveres enterrados. El uso por parte del gobierno de Blair de una palabra de moda como “conversación” –que se establecería con el pueblo británico sobre algún tema político– tenía el propósito de sugerir locuacidad y falsa intimidad. En la práctica reforzaba el sentimiento de la gente de que otra vez la estaban timando con un falso sentido de participación y que las verdaderas decisiones ya se habían tomado. 13 bulevar bulevar Una duda que tengo... Roberto Hernández Montoya “Hay periódicos cuya única verdad suele ser la fecha.” La mayoría de las informaciones son idénticas. Los medios globales repiten, por ejemplo, que el gobierno de Siria está masacrando a sus habitantes. El gobierno sirio, en cambio, dice que son mercenarios quienes están creando los disturbios y masacrando a la población. ¿A quién creerle? ¿Qué? ¿Cómo? Normalmente creemos en bloque. Admito todo lo que diga A y rechazo todo lo que diga Anti A. A priori, como si fuera matemática. Eso de a priori lo decía Immanuel Kant, avisao, yo no sé. Una medida saludable es no creerle a nadie y aplicar el método científico, poniendo todo en duda, desconfiando de todo. Duda metódica que recomendaba Renato Descartes, avisao, yo no sé. Difícil, pues casi nunca podemos verificar en el terreno. Es, por ejemplo, peligroso meterse en guerras sin chaleco contra balas. Casi siempre nos vamos por lo más cómodo: creerle todo a Anti A contra A. O viceversa. No hay que pensar ni examinar fuentes alternativas por Internet, ponle. Pero hay medidas que podemos tomar lejos de aviones sin pilotos y bombardeos humanitarios, tan de moda en esta temporada. La primera que recomiendo, humildemente, es escudriñar la trayectoria de mentiras y verdades de quien informa. No es seguro, de ahí la humildad, porque más o menos todos mentimos, ¿verdad, Epiménides? Pero hay quienes mienten sistemáticamente. Hay periódicos cuya única verdad suele ser la fecha. Otra medida es observar los intereses de quien informa. Difícilmente un medio criticará a un grupo empresarial que lo harta de publicidad. Es posible pero no probable. Por ahí ya podemos ir orientándonos y saber cuán congruentes son nuestros intereses con los de esas empresas. Y si no, pues entonces tenemos que revisar nuestra salud subjetiva, porque significa que estamos nada menos que enajenados, es decir, no estamos batallando por nuestro provecho sino, por ejemplo, el del puñito de ricos venezolanos que tienen US $ 406.000.000.000 en paraísos fiscales, según la británica Tax Justice Network. El problema filosófico de verdad-falsedad toma hoy un cariz del que no veo antecedentes en la historia del pensamiento. Porque no es que se asevere algo cuya verdad podemos comprobar o no. Se puede errar de buena fe. Ya no. Desde hace unas dos décadas, y cada día más, un monolito informativo global totalitario produce y reproduce idénticas informaciones, a menudo con los mismos errores ortográficos. Cierto o falso, poco importa. Porque por algo no muy sano todos los medios nos corean exactamente lo mismo. Como en la película The Truman Show, en que el protagonista habita un reality show. Poco a poco el joven va deshilvanando la madeja y descubre que su familia, su casa, su ciudad, su vida, él mismo, son un gran comercial de televisión. Igual que Truman, podemos deshilvanar indicios. ¿Dónde están las armas de destrucción masiva? ¿Cuántos muertos causó la gripe A H1N1? Es por una duda que tengo. Y es precisamente por duda metódica que rasgamos los velos, pavoroso strip-tease de la realidad. Es esencial porque con mentiras palurdas así podrían destruir a Venezuela como a Afganistán, Irak, Libia… ¿Por qué no probar? ¿O nos dejamos? Es por una duda que tengo bulevar