Fragmento Gratuito Del Libro Dvd-rom Mio Cid

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E Prólogo l presente libro ha sido publicado con motivo del octavo centenario del Poema de Mio Cid y en el marco de los eventos conmemorativos de la ruta del Cid en la provincia de Alicante. Su edición es una buena noticia para los aficionados a la Historia ya que presenta un indudable interés, especialmente para los amantes de la Historia medieval en general y de forma singular para los alicantinos que van a encontrar en este trabajo un meritorio esfuerzo por acercar la figura del Cid a los posibles escenarios de la provincia de Alicante asociados a la leyenda cidiana. 10 Asimismo resulta atractiva la lectura de esta obra para aquellos que tienen curiosidad por acercase a los personajes más relevantes del Medioevo, época que ofrece a los lectores la posibilidad de adentrarse desde las comodidades de la sociedad del siglo XXI, en una época no moderna, no eléctrica, sin automóviles, sin ferrocarriles, sin nada centralizado. Los nombres de los Nibelungos, Robin Hood, el rey Arturo, Juana de Arco, las cruzadas, los templarios, Ricardo Corazón de León, el Cid, o elementos tan proclives a la imaginación gótica y romántica como el bosque, la peste, las ballestas, las brumas, las lanzas, los escudos, las gestas, los torneos, el santo grial, los caballeros de la mesa redonda, etc., son contemplados y sin “sobresaltos medievales” desde la comodidad de nuestros hogares o desde el confort de las salas de cine. Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, es uno de los personajes históricos de la Edad Media más conocidos en el mundo. En las encuestas elaboradas en algunas universidades españolas a los alumnos de primer curso de Historia, a la pregunta sobre qué personajes conocen de la época medieval, una respuesta habitual es El Cid y a la pregunta sobre referencias literarias medievales, es habitual que recuerden el Cantar de Mio Cid. La Historia Medieval que evocamos es la de los conquistadores. Guillermo el Conquistador, el vencedor en Hastings, señor y rey de Inglaterra. Alfonso el Batallador el paladín de la cruzada cristiana en Aragón y conquistador de Zaragoza. Jaime I el “Conquistador”, el más importante de los personajes de la historia valenciana, encumbrado por su conquista de la ciudad de Valencia. Los vencedores escriben la historia. Rodrigo Díaz fue un conquistador y su mayor éxito personal, la conquista de Valencia, le elevó a lo más alto del panteón de los héroes de la cristiandad. Se cumplen ochocientos años desde la creación del Poema del Mio Cid, obra magna de la literatura universal y fundamento de la leyenda cidiana tejida en torno a las gestas militares de un caballero medieval nacido en Castilla e inmerso en las turbulencias bélicas del siglo XI hispánico. Hay que reconocer que la fama del Cid se debe en buena medida a la calidad literaria de la leyenda épica que se terminó de escribir en el año 1207. La legendaria buena fortuna de Rodrigo Díaz le ha acompañado novecientos años después de su muerte. Son numerosos los personajes que en los mil años de época medieval, han realizado extraordinarias gestas, conquistas, avances científicos, filosóficos, tecnológicos, etc. pero ninguno ha recibido tantos honores, fama y gloria como el guerrero de Vivar. Personajes como Guillermo el Mariscal no tuvieron la fortuna póstuma del Cid de contar con tal excelso trovador como el autor del inmortal poema del Mio Cid. Hoy son escasas las personas que conocen y han retenido en su memoria alguna de las numerosas hazañas que forjaron la longeva carrera militar del gran mariscal francés o a ilustres personajes medievales como Tomás de Aquino, Averroes, Maimónides, Avicena, Duns Scoto, Guillermo de Ockham, o Alberto Magno, entre otros, mientras que son millones las personas que han leído, escuchado, oído o visionado en algún momento de su vida algunos de los más fabulosos hechos de armas del caudillo castellano. La atracción y admiración que ha suscitado la figura del Cid ya en vida y al calor de sus primeros y asombrosos éxitos militares, no se ha apagado en los siglos sucesivos y diferentes generaciones, de una u otra forma, han sentido curiosidad por la vida del Cid. La fantástica leyenda de la victoria del Cid después de su muerte tiene algo de veraz, ya que junto a Juana de Arco, Rodrigo Díaz de Vivar es uno de los personajes históricos de la Edad Media, que más manifestaciones artísticas ha generado después de su muerte. Amén de una vasta producción literaria que no ha dejado de incrementarse con el tiempo, existe una fértil Prólogo Prólogo 11 Prólogo Índice producción musical y cinematográfica evocando las gestas de este histórico y a la vez legendario guerrero y caballero medieval. Introducción Pág. 12 La España del siglo XI Pág. XX Todas estas circunstancias avalan el interés y el esfuerzo de Miguel Herrero y Vicente Vázquez por dar a conocer al gran público la figura del Cid desde una visión poliédrica utilizando la metodología de la divulgación rigurosa. Para elaborar los doce capítulos del libro, los autores han realizado una minuciosa tarea de estudio y análisis de las principales obras que se han ocupado de la figura del Cid desde todas las facetas posibles. El Cid histórico Introducción El Cid Campeador El Cid en la provincia de Alicante La conquista de Valencia El fin del Cid Pág. XX Colada y Tizona Pág. XX El estudio realiza una profunda inmersión en el personaje desde su faceta histórica y legendaria, pasando por la perspectiva literaria de la leyenda cidiana. Además el lector tendrá acceso a las facetas menos conocidas sobre la producción artística en torno al Cid. Recreaciones musicales como la opera de Massenet, producciones cinematográficas como El Cid de Anthony Mann y en la última puesta al día innovadores creaciones en el mundo del videojuego. La cronología del Cid Pág. XX El Cid legendario Pág. XX El Cid en la literatura Pág. XX El Cantar de Mio Cid Pág. XX Música para el Cid Pág. XX El Cid en el cine y en otros medios audiovisuales Introducción La filmografía del Cid Ahora tú eres el Cid: el Campeador en los videojuegos El Cid y su videofilmografía Pág. XX La figura del Cid Pág. XX El Camino del Cid Introducción El Camino del Cid en Alicante Sax Monforte del Cid Pág. XX 25 años del cortometraje Mio Cid Pág. XX Bibliografía seleccionada Pág. XX 12 Juan Antonio Barrio Barrio Profesor Titular de Historia Medieval Universidad de Alicante Introducción Introducción C 14 oincidiendo con el 800 aniversario del Cantar de Mío Cid y el 25 aniversario del cortometraje cinematográfico Mío Cid, presentamos este libro, que intenta resumir y, a su vez, ampliar diversos aspectos históricos, literarios, cinematográficos, musicales, etc., sobre el Cid Campeador, acompañándolo de un DVD que recoge la obra de 1982, dirigida por Pepe Ríos, junto con reconocidos profesionales del cine, con profesores y alumnos del Instituto Monastil de Elda, con la colaboración de los ayuntamientos de la comarca, y la participación de la Comparsa Alagoneses de Sax; Cristianos, de Monforte el Cid; y la escuadra Omeya, de Villena. Es de destacar la inclusión de Sax y Monforte en el Camino del Cid, consorcio que reúne a ocho provincias desde Burgos a Alicante, cuyo trazado está basado esencialmente en el Cantar de Mío Cid. Esta obra literaria, si bien se fundamenta en raíces históricas, posee aspectos ficticios, creados directamente por el autor o por la tradición oral. El Camino del Cid es un camino literario, pero, al mismo tiempo, destaca la importancia del Cid histórico, el Cid mítico, o la época en que le tocó vivir: la España del siglo XI, en convulsa transformación, siendo Rodrigo Díaz de Vivar ejemplo de épico guerrero castellano, cuya vigencia actual está fuera de toda duda. La España del siglo XI 15 La España del siglo XI De forma paulatina, las taifas o banderías de Almería, Murcia, Alpuente, Arcos, Badajoz, Carmona, Denia, Granada, Huelva, Morón, Silves, Toledo, Tortosa, Valencia y Zaragoza fueron independizándose del poder central de Córdoba. 16 En un principio el Califato se fragmentó en veintisiete reinos de taifas. Los más débiles fueron desapareciendo, anexionados por los más poderosos. Estos pequeños reinos, mucho más débiles que el Califato, se mostraron sumisos hacia los dirigentes cristianos, a los que entregaban unos tributos llamados parias. Mientras tanto, el avance de la reconquista cristiana culminó con la conquista de Toledo en el 1085. Una vez rota su unidad, alÁndalus estuvo a merced de los cristianos del norte, que procedieron a la ocupación paulatina de los territorios que habían estado bajo el poder musulmán. No obstante, ese proceso no fue lineal, pues hubo momentos de corta duración en los que la unidad andalusí pudo reconstruirse. Berenguer IV, conde de Barcelona, conquistó Tortosa (1148) y Lérida (1149). Mientras, Portugal conquistaba Lisboa en el 1147. En esos casos, el impulso vino del norte de África, con las invasiones de los almorávides y los almohades. Pero, a partir de la derrota de estos últimos en las Navas de Tolosa (1212), el avance cristiano fue imparable y la España musulmana acabó reducida al reino de Granada. Aprovechando la debilidad musulmana tras el fin del Califato y la disgregación de los Reinos Taifas, León y Castilla rebasan la Cordillera Central y ocupan la cuenca del Tajo. Toledo se reconquista en 1085. La ocupación del reino de Toledo significó la incorporación del territorio situado entre el Sistema Central y el río Tajo. Tras el freno impuesto a la reconquista por la invasión almohade, el avance hacia el sur se reactivó en los reinos orientales cuando Alfonso I de Aragón reconquistó Zaragoza en 1118 y Ramón La España del siglo XI L a muerte de Almanzor en 1002, tras sufrir una derrota en Calatañazor, abrió en al-Ándalus una larga etapa de fragmentación y disputa (fitna). En menos de treinta años nueve califas se sucedieron en el trono, finalmente el califato de Córdoba terminó por desaparecer en el año 1031. En su lugar surgió un mosaico de pequeños reinos, llamados de taifas, expresión que significa “banderías”. 17 Mapa de la Península Ibérica a la muerte de Rodrigo Díaz de Vivar, en el año 1099 Introducción D isponemos de una crónica en latín, la Historia Roderici, que es la fuente más fiel de la vida del Cid, y fue escrita en la segunda mitad del siglo XII. Junto a los testimonios de historiadores árabes, que tenían un concepto de la historiografía más científico, es la principal fuente de nuestros conocimientos sobre el Cid histórico. El Cid histórico El Cid Campeador D on Rodrigo Díaz de Vivar nace, como apuntan la mayor parte de los historiadores, en la localidad de Vivar del Cid, en Burgos, entre el 1048 y 1050. Su sobrenombre Cid proviene del árabe Sid y significa Mi señor. Los musulmanes le llamaron así en señal de respeto. Monumento del Cid en Vivar del Cid (Burgos) Campeador, se le atribuyó a Don Rodrigo por su función de alférez (maestro de campo) bajo el reinado de Sancho II. El Cid histórico Historia roderici 19 Toledo y trajo alrededor de 7.000 prisioneros, según las crónicas. Todo esto hizo que el rey lo desterrara en 1081. Vivió en un contexto tumultuoso para la península ibérica durante el siglo XI. Ésta estaba dividida en diversos reinos cristianos y numerosos estados de taifas musulmanas. En este contexto, el Cid se educó probablemente en la corte leonesa del rey Fernando I como paje del infante primogénito, el futuro Sancho II. A la muerte de Fernando I en 1065, el reino se dividió entre sus tres hijos varones: Sancho sería rey de Castilla, Alfonso de León y García de Galicia. 20 Alfonso VI Don Rodrigo conservó sus bienes en Castilla y algunos de sus vasallos le acompañaron en el destierro. Desterrado y sin la protección de ningún rey, decidió ofrecer sus servicios militares a un príncipe cristiano, desgraciadamente fue rechazado por Sancho Ramírez de Aragón y por los condes de Barcelona. Fernando I Sancho II le nombró alférez. Rodrigo era el jefe de la guardia, entrenador de las tropas, suministrador, consejero, juez, servidor, realizaba estrategias militares y llevaba las armas del rey en las ceremonias. A partir de este momento consiguió sus primeras victorias, y según los documentos que se conservan nunca probó el amargo sabor de la derrota. ma segunda del rey y dama asturiana, hija del conde de Asturias. De este matrimonio nacieron dos hijas, María y Cristina, y un hijo, Diego. Pero el poder del Cid en la corte de Alfonso VI se vio truncado. Algunos de los miembros de la corte empezaron a conspirar contra él, además Don Rodrigo realizó algunas acciones imprudentes, una de ellas fue una represalia desproporcionada a los musulmanes en Gormaz (Soria) por el robo de un botín en la que invadió el reino de No le queda más remedio que buscar un príncipe musulmán. Acude a la taifa de Zaragoza del rey alMuqtadir que lo acoge junto a sus vasallos. Durante cinco años el Cid y sus tropas fueron soldados mercenarios de la taifa de Zaragoza, lo que era una práctica habitual en aquella época. Más tarde, en 1086, el Cid acude en defensa de Alfonso VI que se encuentra en una crítica situación, pues las tropas africanas almorávides comienzan a invadir la Penínsu- Desafortunadamente, Sancho II murió en 1072 ante los muros de Zamora, su muerte se le atribuye a una traición de su hermano Alfonso. Murallas de Zamora Más tarde, el recién coronado rey Alfonso VI procuró el matrimonio de Don Rodrigo con Jimena, pri- Panorámica del casco antiguo de Toledo El Cid histórico El Cid histórico La convivencia pacífica entre cristianos y musulmanes también existió, pero a un precio: algunas taifas pagaban parias a los reinos cristianos para la protección de sus gentes y de su territorio. 21 resultado un fracaso y había puesto a las tropas en peligro. Alfonso VI creyó tal acusación y castigó a Don Rodrigo, confiscó todas sus propiedades y mandó encarcelar por un breve tiempo a Doña Jimena y a sus hijas, María y Cristina. En 1088 el rey le ordena al Cid y sus tropas que se incorporen al ejército real que marcha hacia Aledo (Murcia), con la función de defender la zona del ataque almorávide. Por segunda vez, es desterrado y arruinado. Además, desde este momento no reconoce a ningún otro superior, ni musulmán ni cristiano. El Cid histórico Castillo de la Atalaya de Villena Aledo (Murcia) 22 El Cid en la provincia de Alicante E sta orden hizo que el Cid tuviera que llegar al Levante, a la actual provincia de Alicante. El lugar de reunión para la unión de los ejércitos fue la localidad de Villena. Debido a una confusión, los dos ejércitos no se encontraron, supuestamente Alfonso VI siguió otra ruta. Don Rodrigo esperó en Onteniente, donde le llegaron noticias de que el rey había salido de Aledo en dirección a Toledo. A pesar de ello, las tropas de Alfonso VI fueron suficiente para que los almorávides se retirasen de Aledo. Mientras el Cid todavía se encontraba a la espera de noticias, sus enemigos convencían al rey de que la unión de los ejércitos había Onteniente menos tropas..., a pesar de ello no se rindió, volvió más fuerte que nunca. Su primera necesidad era el dinero para mantener a sus vasallos. Para conseguirlo sólo podía tomar una dirección: Denia, puesto que hacia el Sur estaban las tropas de Alfonso VI y los almorávides, que seguían intentando invadir más territorios. El Cid estableció sus cuarteles de invierno en Elche. Según la Historia Roderici, su biógrafo nos dice que cuando se estableció en Elche con su familia en 1089: permitió que algunos de los caballeros que habían ido con él desde Castilla regresaran a sus hogares. Algunos de sus propios seguidores creían que estaba acabado: desterrado por segunda vez, rechazado por cristianos, limitado su territorio, arruinado y cada vez con Castillo de Denia El principado de Denia estaba gobernado por Mundhir al-Hayib y era una presa evidente. Primero, el Cid se dirigió a Polop y se apoderó de la cueva de al-Hayib, llena de tesoros, según la Historia Roderici. Elche El Cid histórico la tras la conquista por Alfonso VI de la ciudad de Toledo. El Cid es bien recibido de nuevo por el rey en la corte. 23 Más tarde, consiguió el dominio de la Sierra de Benicadell que separaba la taifa de Valencia y la de Denia. En la actualidad separa las provincias de Alicante y Valencia. Un año después, en una carta, Rodrigo otorga bienes a la iglesia catedral de Valencia, donde aparece como Príncipe de Valencia. Torres de Quart de Valencia El Cid histórico siguieron dándole la victoria a pesar de tener numerosas bajas. Su renombre aumentó, tomando como prisionero al propio Berenguer Ramón y numerosos nobles catalanes. Sierra de Benicadell 24 La conquista de Valencia C ontrolando la frontera entre las taifas y el territorio de Levante, AlQadir de Valencia se convirtió en su siguiente víctima. Antes de decidir atacar Valencia, el Cid se tuvo que enfrentar con uno de sus más fervientes enemigos: el conde de Barcelona, Berenguer Ramón II. En la batalla, el Cid resultó herido, pero sus dotes de estratega Castillo de Consuegra El fin del Cid Desgraciadamente, su cuerpo no pudo encontrar la paz hasta 1921. En 1808, durante la invasión napoleónica, los soldados franceses saquearon el monasterio de San Pedro de Cardeña. Robaron los objetos del Cid y esparcieron sus restos junto con los de Jimena. Un año más tarde un general francés, lo confiscó todo. Restos del Cid han llegado incluso hasta la República Checa. Después de numerosas disputas los restos mortales del Cid y Jimena son llevados a la catedral de Burgos donde actualmente descansan juntos y en paz. El Cid histórico Después siguió hacia Ondara, donde pasó la Cuaresma y la Pascua de Resurrección (6 de marzo-21 de abril, 1090). Allí al-Hayib acordó una paz con él, posiblemente compró la benevolencia de Rodrigo. A Después de reforzar su ejército, el Cid y sus tropas asediaron Valencia. El hambre forzó la entrega de la ciudad después de un terrible asedio de dos años y medio. El jueves 15 de junio del año 1094 toma Valencia actuando de forma independiente. En 1097 el hijo de Don Rodrigo, Diego, muere cuando contaba con unos veinte años en la batalla de Consuegra a las órdenes de Alfonso VI. sus 50 años, la salud del Cid peligra. Había resultado herido en algunos combates. El 10 de julio de 1099 muere en Valencia. Sus restos son llevados al Monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos). El Cid en la batalla de Alcudia, conquista de Valencia Monasterio de San Pedro de Cardeña 25 Catedral de Burgos