El Teatro En Ferrol 1879-1915. El Teatro Jofre

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Eva Ocampo Vigo El teatro en Ferrol 1879-1915. El teatro Jofre Durante este periodo de tiempo Ferrol fue la segunda ciudad gallega tanto culturalmente como en número de habitantes (de 24.000 a 27.000 entre las dos fechas del estudio). La ciudad contó, desde 1871, con dos bibliotecas públicas, una de Marina y otra Municipal; para una ciudad de la época estaba por encima de lo que ocurría en otras ciudades de su categoría. Las clases sociales dominantes también contribuyeron a fomentar la cultura ferrolana. La mayoría de la Ferrol Ana lisis 26.indd 267 población eran marinos de Guerra, gente acostumbrada a viajar y, por lo tanto, de mentalidad abierta y liberal; también los mandos de los Astilleros Navales y Arsenales Militares, entre los que se encontraban técnicos extranjeros, —la mayoría ingleses, que formaban en la ciudad la conocida como «colonia inglesa»— ayudaban a dar un ambiente cosmopolita a Ferrol. Así mismo se consideraba un signo de cultura el hecho de pertenecer a la Masonería, que según Ferrer Benimelli «estuvo más arraigada en Ferrol que en resto de las ciudades gallegas». Las clases trabajadoras de la ciudad estaban muy concienciadas políticamente, hasta el punto que, según Gerad Brey, «Ferrol es pionera en el movimiento obrero y en las primeras organizaciones sindicales de tipo anarquista y socialista». En 1890 ya se celebraba en la ciudad el Primero de Mayo, y cinco años más tarde el ferrolano Pablo Iglesias salía elegido como primer concejal socialista. Hay que hacer notar que siempre nos estamos refiriendo a Ferrol ciudad, pues, aunque también venían a trabajar a esta zona gente de la comarca, en su gran mayoría no llegaron a integrarse en el entramado social. Como el estamento civil y militar dependían de la industria naval para su subsistencia, este departamento marítimo fue lo que fue esta industria: pobre en los momentos de crisis de construcción de barcos y, sobre todo, durante las guerras de finales del siglo XIX —en las que participaban los marinos— y rica cuando existía una gran carga de trabajo en los Astilleros. Las malas comunicaciones que la ciudad tenía por tierra, contribuyeron a que Ferrol viviese aislada de la mayoría de las corrientes galleguistas que conocieron otras zonas de la región. Las manifestaciones culturales en la ciudad se encuadran dentro del contexto general de España, más que de Galicia. Si en el resto de la comunidad gallega empezaba la época conocida como el Rexurdimento, es decir, el renacimiento del idioma y la cultura gallega, que había estado aletargada durante tiempo, observamos que el gusto de los ferrolanos se rige más por los cánones estéticos que imperan en Madrid que por las corrientes galleguistas que empiezan a extenderse. F a historia El título de este artículo encuadra dos fechas que son decisivas para el estudio del hecho teatral en la ciudad de Ferrol. Una es la del año 1879, cuando se inaugura un nuevo teatro en la ciudad, El Circo (1879-1889), que junto a El Principal (1817-1886), eran los únicos que existían en ese momento. La fecha que cierra este estudio corresponde al 29 de mayo de 1915, en la que otro teatro ferrolano, El Romea (1886-1915) desaparece como espacio escénico. El viejo teatro Settaro (1769-1807), que fue el primero del que disfrutaron los ferrolanos, y El Filarmónico (anterior a 1861-posterior a 1870) ya sólo persistían en el recuerdo. 267 4/11/11 19:57:57 E l t e a t r o e n Fe r r o l 1 8 7 9 - 1 9 1 5 . E l t e a t r o J o f r e 268 Un síntoma del aislamiento cultural respecto al Rexurdimento es el hecho de que en Ferrol se ejerció, con escasas excepciones, una censura idiomática; así las obras representadas en lengua gallega fueron muy pocas y cuando introducían este idioma eran obras bilingües, utilizando el castellano para los personajes de alta posición y el gallego para los pobres y los campesinos de las aldeas. LOS TEATROS El mejor teatro de Ferrol fue, desde su inauguración, el 19 de mayo de 1892 hasta la actualidad, el teatro Jofre. En total la ciudad tuvo en estos 36 años estudiados seis teatros de cierto prestigio: Principal, Circo, Romea, Filarmónico, Jofre y NewEngland, así como varios barracones, pabellones y otros escenarios esporádicos. F a historia Al lado de estos teatros existían socie­dades recreativas y culturales muy activas, que disponían de salones para realizar representaciones escénicas; El Casino Ferrolano, El Liceo de Artesanos o El Circo de Recreación… estaban entre los más destacados. En ciertos cafés de lujo (El Café del Siglo, El Méndez Núñez o El Español) se celebraban con­ciertos o espectáculos de canto y baile, diariamente o en días señalados. Ferrol Ana lisis 26.indd 268 Por el carácter militar de Ferrol, los desastres coloniales de 1898 repercutieron decisivamente en las actividades escénicas de la ciudad, ya que la Marina ferrolana contribuía con sus tropas y oficiales en la guerra de Cuba, lo que provocaba en la ciudad épocas de luto, falta de pagas en la Armada, tristeza y desolación y algún teatro —El Circo— dedicado a cuartel provisional. A partir de 1907 existe una mayor actividad teatral en la ciudad debido a que se inaugura un nuevo teatro: Fachada principal del Teatro Jofre de Ferrol. El New-England y se generalizan las funciones de tarde y noche en los días festivos. Las funciones por horas, que en 1890 eran un éxito de público en la capital de España, comienzan a representarse en Ferrol en 1898. Estas funciones consistían en la puesta en escena de varias obritas cortas, que duraban una hora y tenían un precio más económico que las obras teatrales de tres actos. El espectador podía asistir a una o varias y siempre se rogaba acudir a las mismas con la máxima puntualidad. Sin embargo, igual que en el resto de España, esta moda decayó en la ciudad hacia 1910, debido a que las reposiciones de las obras eran tan frecuentes que producían el aburrimiento y las quejas de los espectadores por falta de obras nuevas. A menor número de actividades teatrales aumentaba el de veladas musicales, conciertos de música clásica, actuación de orfeones, coros y el teatro local producido por aficionados. Además, todos los jueves y días festivos, las bandas de música civiles y militares ofrecían en las calles y plazas de Ferrol conciertos clásicos, populares y/o sacros. Al consultar la cartelera teatral que publicaban los periódicos de la época, observamos que hubo una actividad continua, con altibajos relacionados con los problemas de política exterior,­ que se perciben en el año 1893 —comienzos de la guerra con Marruecos—; en 1895 —insur­recciones en Cuba— y que continúan en 1896 con la guerra de Cuba y Filipinas, hasta llegar al 98, en que EE.UU. declara la guerra a España con motivo de la voladura del acorazado Maine. Ferrol sufrió etapas en que se notaba en las calles la tristeza y el desasosiego que la población ferrolana sentía por los marinos que tenían que desplazarse a estos puntos conflic­tivos para tomar parte en las guerras. Sin embargo, la actividad teatral en la ciudad, aunque fuese menos activa, seguía existiendo. OBRAS TEATRALES Las obras que se representaban en la ciudad se caracterizaban por 4/11/11 19:57:58 Eva Ocampo Vigo la opereta El conde de Luxemburgo, con 18 puestas en escena en este periodo. El 7% del total de obras representadas corresponden a espectáculos parateatrales: conciertos, danzas y exhibiciones gimnásticas, de malabarismo, etc. AUTORES Existían adaptaciones de obras extranjeras entre las que abundaban las francesas, en el teatro declamado, y las italianas, alemanas y francesas, en las operetas y óperas. Las obras en idioma gallego no llegan al 1% del total, efectuándose 12 estrenos y 15 reposiciones. La obra Xan Parrulo, de los ferrolanos Tadeo y Vilumbrales, llegó a tener doce representaciones en estos años estudiados. En la ciudad fueron representadas más obras del teatro declamado (52%) que musical (41%). Del declamado preferían los juguetes cómicos como El sueño dorado, de Vital Aza, con 13 representaciones y las comedias como El genio alegre, de los Quintero, con 17. El drama Juan José, de J. Dicenta, estrenado en Madrid en 1895, fue representado en Ferrol 18 veces en estos años. En el teatro lírico musical las obras preferidas fueron del género chico y zarzuelas como El rey que rabió, de Ramos Carrión, Vital Aza y Chapí, que fue representado 19 veces. En cuanto a las óperas, La sonámbula de Bellini, representada 10 veces y Ferrol Ana lisis 26.indd 269 La mayoría de las obras se anunciaban conjuntamente con su autor, a diferencia de la primera mitad del siglo XIX en que Larra ya había denunciado el poco caso que se dedicaba a estos. El número de autores y compositores cuyas obras se representaron en la ciudad, en el periodo estudiado, llega a 618, siendo los mismos que triunfaban en Madrid y Barcelona. Entre los dramaturgos españoles el preferido fue Jacinto Benavente, con 23 obras representadas en Ferrol y entre los gallegos, Manuel Linares Rivas, con 14. 269 En el teatro lírico musical se admiran dramaturgos como Arniches o los hermanos Quintero con más de 40 representaciones cada uno. Entre los compositores Chapí y Fernández Caballero. De los extranjeros los preferidos fueron V. Sardou y Alejandro Dumas (hijo). En la ciudad también se interpretaron obras de compositores gallegos de fama como fueron Marcial del Adalid, Juan Montes, Andrés Gaos, etc. Llama la atención que en una ciudad como Ferrol hayan sido representadas obras tan innovadoras como Los espectros de Ibsen o Magda, del alemán Shudermann, que tocaba el espinoso tema, en esa época, de la emancipación de la mujer. La autoría compartida era muy frecuente entre los libretistas y compositores formándose parejas que solían trabajar juntas como los Quintero, Emilio Mario y Pina Domínguez, etc. COMPAÑÍAS En cuanto a las compañías que representaron en Ferrol entre 18791915, su número asciende a 203, constituyendo un 75% las profesionales y un 25% las de aficionados. F a historia reponer los mismos títulos una y otra vez. Exceptuando el drama D. Juan Tenorio, que ya en estos años era tradicional representarlo a principios de noviembre, hubo otras obras como las zarzuelas Marina, de Campodrón y Arrieta o La viejecita, de M. Echegaray y Fernández Caballero, que se representaron 35 y 26 veces respectivamente en 36 años. 4/11/11 19:58:00 E l t e a t r o e n Fe r r o l 1 8 7 9 - 1 9 1 5 . E l t e a t r o J o f r e 270 Entre las profesionales llegaron las mejores del momento como las de declamación de Antonio Vico, la de la Comedia de Madrid, dirigida por Emilio Mario (tres veces) y por Enrique Borrás (dos), la de María Guerrero, etc., con actrices tan importantes como la citada María Guerrero o la que sería esposa de Valle-Inclán, Josefina Blanco (que vino a la ciudad en tres ocasiones); también representaron en el Jofre la famosa Rosario Pino o María Tubau. Los actores José Barta, José Tallavi y el gran admirado Antonio Vico, entre otros actuaron también en nuestros escenarios. También nos visitaron las compañías líricas de más renombre como la de Javier de Burgos, Pablo López y la de opereta Granieri, que traían a actrices famosas como la Coliva, María Fons, Pastora Imperio y actores como Juan Bejarano, Antonio de Moya, Pablo López y José Subirá. Algunos famosos personajes del teatro lírico, como la Escalante, Isabela Svicher e Ignacio Tabuyo estuvieron en la ciudad con sendas compañías de ópera y conciertos de renombrados compositores como Pablo Sarasate y el maestro Bretón. Hacemos una mención especial para la cantante de ópera de origen ferrolano, Carolina Casanova, que debutó a los 16 años en el teatro Filarmónico de la ciudad, alcanzando con el tiempo, fama internacional, y que veraneó en su ciudad natal durante años. El mayor número de representaciones lo realizó la compañía dramática de José Montijano con 220 obras y que actuó en seis ocasiones, y la lírica de Cristóbal y Vivancos, que estuvo en Ferrol tres veces en estos 36 años, representando en total 124 obras. Las compañías gallegas comienzan a venir a Ferrol a partir de 1903, año en que inicia sus actuaciones la Escuela Dramática Regional Gallega. Entre los actores gallegos destacados están Sánchez Miño y Nan de Allariz y en Ferrol Charlón Freire y Sánchez Hermida conocidos popularmente en la época como «los Quintero ferrolanos». F a historia CRÍTICA TEATRAL Ferrol Ana lisis 26.indd 270 Las críticas que vertía la prensa local sobre las compañías, actores y autores de las obras representadas, repetían generalmente los mismos comentarios que habían salido en los periódicos de las grandes ciudades, cuando las compañías en cuestión habían representado allí, resaltando el hecho de que hubiesen actuado muchas veces consecutivas. En cuanto a los textos, los críticos ferrolanos no toleraban el mal gusto en los gestos ni en el par­ lamento de los personajes y tampoco solían hacer buenas críticas a los textos de tema político. 4/11/11 19:58:02 Eva Ocampo Vigo así recibieron críticas muy favorables las compañías de Ceferino Palencia y Mª Álvarez Tubau, la del maestro Tolosa e Isabella Svicher, la de Eduardo Ortiz y la Alemany y la de José González y Julia Cirera. Los autores con críticas más positivas fueron José Echegaray, José Zorrilla y Manuel Dicenta, entre otros. Entre los autores gallegos admiraban a Manuel Linares Rivas y a Manuel Lugrís Freire. Los autores más puestos en entredicho por el periódico fueron Marcos Zapata con sus dramas y Ramos Carrión y Pina Domínguez por sus melodramas. Se vierten duros comentarios hacia el género chico, en general, por considerarlo pernicioso para la zarzuela; sin embargo al público le gustaba y prueba de ello es que cuando llegaba a El Jofre una compañía de este género solía llenar el aforo. Los críticos manejaban en sus comentarios pun­tualizaciones sobre el lenguaje de los textos y, dependiendo del tipo de obra representada, comentaban si el lenguaje era poético, florido, ingenioso, gracioso, etc., valorando los chistes cultos y no aceptando nunca las groserías ni las salidas de tono. En cuanto a las obras musicales, se observa que existía una disputa continuada entre los críticos de La Coruña y los de Ferrol, por demostrar quiénes eran más entendidos en Ferrol Ana lisis 26.indd 271 teatro musical, realizándose críticas demoledoras a la representación de una obra que días antes había cosechado elogios de la crítica en La Coruña. Las zarzuelas de antiguo repertorio eran siempre recibidas con una buena disposición por parte de los críticos. Autores como Ricardo de la Vega, Vital Aza, Javier de Burgos, los hermanos Quintero, etc. recibían también grandes alabanzas de los comentaristas periodísticos. De los 122 compositores que actuaron en Ferrol las mejores críticas fueron para Pablo Sarasate y Tomás Bretón. Los autores locales fueron escasos pero destacó a nivel nacional el libretista y compositor Gregorio Baudot. Las compañías que más gustaron en la ciudad fueron las que traían entre sus componentes a destacadas figuras, sobre todo si eran femeninas; 271 Por el contrario, la prestigiosa compañía del actor más afamado del momento, Antonio Vico, que fue la que inauguró el teatro Jofre, poniendo en escena El alcalde de Zalamea, no recibió una buena crítica el primer día, y no por la representación de esta obra clásica, sino por el juguete cómico que representaron a continuación, El sueño dorado, de Vital Aza. Parece ser que al crítico de El Correo Gallego no le pareció serio que fuesen representadas dos obras de tan diferentes características, una tan seria y la otra tan desenfadada. Eran muy alabadas la representaciones de los actores ferrolanos que visitaban la ciudad con su compañía nacional; así ocurrió con Eulalia González y Luis Pardo de Agudín. Entre los espectáculos parateatrales que se representaron en Ferrol recibieron mejores críticas los musicales. Por el contrario, los no musicales, como los espectáculos de equilibristas, contorsionistas, acróbatas, ilusionistas, etc., la mayoría de las veces no eran comentados y en algunas ocasiones recibieron fuertes críticas por parecer inmorales. También era muy celebrado, por parte del público y de los críticos, que los decorados que se utilizaban en las representaciones fuesen nuevos, variados y de pintores F a historia La crítica negativa sobre los textos teatrales o sobre los libretos no coincidía, en ocasiones, con los gustos del público; así ocurrió con obras como El rey que rabió, de Ramos Carrión y Vital Aza que, sin embargo, alcanzó las diecinueve representaciones y todas con éxito. 4/11/11 19:58:03 E l t e a t r o e n Fe r r o l 1 8 7 9 - 1 9 1 5 . E l t e a t r o J o f r e 272 conocidos de la época; apreciaban los efectos grandiosos y las obras que tenían «gran aparato». Entre los decoradores tenían gran fama los autores Bussato y del Barco. En relación al vestuario los críticos se fijaban en que fuese nuevo, bonito, elegante y, sobre todo, limpio y adaptado al carácter del personaje. Los cortes en la representación de las obras, las repeticiones innumerables de algunas de ellas, la falta de puntualidad en el horario de entrada y salida al teatro, el hecho de que algunos actores representasen acatarrados, afónicos, etc., o de que los apuntadores, tramoyistas... hiciesen mucho ruido, eran causas consideradas como de im­ provisación por parte de los directores de las compañías y que merecían «un tirón de orejas» por parte de los críticos. Para finalizar diremos que los críticos ferrolanos que seguían el mundo del espectáculo no solían firmar sus comentarios, aunque seguramente en la ciudad se sabía quiénes eran. El más importante de todos, por su cultura musical fue Ramón de Arana, que firmó con los seudónimos de «Pizzi» y «Pizzicato». F a historia SOCIOLOGÍA DEL HECHO TEATRAL Ferrol Ana lisis 26.indd 272 El teatro, con sus circunstancias anejas, supone un buen punto de observación para poder recomponer la forma de divertirse y comportarse en sociedad de un grupo de población, en este caso de los ferrolanos. El pueblo asistía a las representaciones que los distintos tipos de censura, que se ejercía en estos años, les permitían ver. Además en Galicia, y particularmente en Ferrol, existía una censura que podemos llamar idiomática. No nos referimos a la establecida por Isabel II en 1867, cuando prohíbe representar obras en cualquier dialecto del territorio español, sino aquélla que imponían ciertos críticos y buena parte del público ferrolano, que menospreciaba y decía no entender las obras que se representaban en gallego. El representante en Ferrol de la Sociedad de Compositores Españoles y Editores de propietarios de obras musicales fue Eduardo de Arana, que controlaba si las obras tenían permiso de la Ley de Propiedad Intelectual para poder representarse. Un 20% de las obras que se representaron en Ferrol fueron de caridad frente a un 5% que fueron a beneficio de algún actor o actriz enfermo o fallecido. Los fines altruistas y benéficos por los que se llevaban a cabo estas funciones reunían a gran cantidad de público en los teatros. A partir de 1898 fueron constantes las funciones de caridad a favor de los enfermos que venían de las guerras de ultramar, o de sus viudas y huérfanos. Otro tipo de representaciones, bastante menos numerosas —no llegaron al 1% del total— fueron las denominadas ­fun­ciones extraor­ dinarias, que tenían por objeto homenajear a una sociedad, a jefes y ofi­ciales, a algún personaje ilustre que visitaba la ciudad, etc. En algunos casos, cuando interesaba que el público asistente a la función fuese selecto, se subían los precios considerablemente, como ocurrió cuando visitó la ciudad la infanta Isabel o el rey Alfonso XIII. Para homenajear a ciertos artistas, que habían gustado especialmente al público, era una costumbre muy arraigada obsequiarlos con algún regalo, para demostrarles su agradecimiento y admiración. A las compañías de aficionados, los regalos que se les hacían eran más modestos y hasta curiosos, como el levantar arrestos a los componentes de una compañía militar, ingresar dinero en cuentas de ahorro a unos hospicianos, etc. En cuanto a la temporalidad de las representaciones, nos encontramos que la temporada comenzaba, por regla general, en octubre o noviembre, para terminar sobre el mes de abril, aunque hubo años que llegó hasta finales de junio. El mes con más número de representaciones fue diciembre y el que menos septiembre. Los días de la semana en los que se hicieron más representaciones fueron los domingos y festivos y las vísperas de éstos. El lunes fue el día en que menos representaciones tuvieron lugar junto con el viernes porque coincidían con ser los días en que las compañías solían realizar su descanso. Los horarios variaban según la época del año, comenzan­do las funciones más temprano en invierno que en verano. Cuando el teatro era «por horas», los horarios de entrada a cada una de las funciones eran muy puntuales; solían empezar a las 3,30 y realizar el último pase a las 22,30. Existen muchas notas periodísticas que nos hablan de las quejas del público sobre los retrasos y la duración excesiva de las obras, que provocaban, sobre todo en la última función, que se cortasen las obras y se saliese del teatro de madrugada. Los precios y lugares de las localidades en el teatro era una forma de establecer diferencias sociales basadas en las posibilidades económicas de los distintos grupos de población; también el grado de educación de las personas iba de 4/11/11 19:58:03 Eva Ocampo Vigo Los precios de las representaciones variaban según la calidad de la compañía, de la categoría de su elenco y de si esta era profesional o aficionada. También variaba el precio según las funciones tuviesen lugar en la sección infantil, por la tarde o de noche, así como de la categoría del teatro en que se representasen. con agrado cualquier representación, aunque la compañía en cartel trajese entre sus componentes a figuras destacadas. A los espectadores no les gustaban las obras que llevasen chistes verdes ni aquéllas en las que se atacase la moral cristiana y las buenas costumbres. Sin embargo son abundantes las notas periodísticas en las que se rogaba a A partir de 1901 los precios se mantienen con regularidad, pues vemos que las mismas compañías vuelven a Ferrol en años sucesivos, presentando la misma lista de precios hasta 1904, año en que apreciamos, incluso, una bajada. La función infantil era la más económica, y a veces se anunciaba con precios populares «para facilitar la asistencia a los niños, niñeras y militares sin graduación». El teatro más caro por ser el más lujoso y nuevo era el Jofre, pues el teatro Principal, Circo y Romea siempre fueron de inferior categoría. De todas formas, el Jofre facilitaba más la asistencia a las representaciones de todo tipo de clases sociales, porque al tener una gama de localidades de distintos precios, los más débiles económicamente también podían acudir al teatro. El público que asistía a las representaciones tenía fama de ser «culto y refinado», ya que no aceptaba Ferrol Ana lisis 26.indd 273 las autoridades que se mantuviese el orden público en el teatro, para que no se cometiesen faltas de educación y de consideración, como chillar, blasfemar, fumar o tirar objetos al patio de butacas. El mismo problema que existía en el resto de España con relación al uso de los sombreros en el teatro, también se refleja a través de los periódicos locales de nuestra ciudad, insistiendo desde ellos para que las mujeres se abstuviesen de llevarlos puestos durante la función, por el problema de visión que suponía para los espectadores situados en las filas posteriores. 273 Otro de los ruegos que se hacía desde la prensa local iba dirigido a las empresas teatrales, advirtiéndoles que se organizasen bien y con tiempo para tener concertada con las compañías la temporada teatral y «no tener a la población sumida en el aburrimiento, como ocurrió algunos años». También se les pedía a estos mismos empresarios que exigie­ran a las compañías que pusieran en escena obras nuevas y no fuesen tan repetitivos. En resumen, hemos observado que desde 1879 a 1915 los ferrolanos, además de teatro declamado y lírico, conciertos en locales y al aire libre, asistían a espectáculos en los que se ofrecían canciones populares y cultas, bailes folclóricos y clásicos, se declamaban poesías y además había otros espectáculos parat­eatrales de diversa índole como representaciones acrobáticas, malabaris­tas, gimnásticas, ecuestres, exhibicionistas etc. Si además añadimos que desde la primera década del siglo XX se añadieron al ocio y diversión de muchas ciudades, entre ellas Ferrol, otros espectáculos masivos y urbanos como fueron las «varietés», el cabaré y el cinematógrafo, tenemos que esta sociedad dis­frutaba de una variada gama de espectáculos que cubrían sus necesidades culturales y lúdicas. F a historia acuerdo a su poder económico: los morenos que ocupaban las localidades más baratas, las de paraíso, hoy conocido como «general», eran los que gritaban, insultaban y molestaban al resto de los espectadores. 4/11/11 20:01:29