Descarga - Fundación Divina Eucaristía

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Hna. Mariela Mejía U. MML “¡Cuánta sed tengo! ¡Sed de saciar la vuestra Señor! Al comulgar nos hemos juntado dos sedientos: Vos de la gloria de vuestro Padre y yo de la de vuestro corazón Eucarístico! Vos de venir a mí, y yo de ir a Vos”. Madre Laura LA MADRE SANTA LAURA Y LOS MILAGROS DE LA MISERICORDIA DE DIOS El quemante “SITIO” - Tengo sed - de Cristo en la Cruz, la impulsa a saciar esta sed del cruci cado: LA MADRE SANTA LAURA Y LOS MILAGROS DE LA MISERICORDIA DE DIOS Hna. Mariela Mejía U. MML. LA MADRE SANTA LAURA Y LOS MILAGROS DE LA MISERICORDIA DE DIOS Hna. Mariela Mejía U. M.M.L PRESENTACIÓN “¡Bendita sea la fe! Bendito el Evangelio, que prueba esa asistencia de Dios por medio su Providencia en el mundo! Dios mío, dadles a todos los que quieran servirte, ese secreto: el de creer en tu asistencia providencial en las 01 cosas, en las obras y en los acontecimientos!” Madre Laura Al leer los Santos Evangelios, Jesús aparece lleno de compasión por las gentes que le seguían y con las que se encontraba en el camino. Leemos en el evangelio de San Marcos en su Evangelio (6,34): “Se le estremecieron las entrañas porque andaban como oveja sin pastor, y en San Mateo 15,32: “Tengo compasión de esta gente que me sigue, porque hace tres días que no han comido nada”. 01 Aut. 358 3 La Madre Laura vivía convencida de la gran compasión de Dios hacia los indios, porque “no solo les falta el pan del alma, si no que hasta el del cuerpo les falta con frecuencia”. Po esto implora en su oración: “No los dejes más tiempo sin pastor, dales el pan de la fe, aunque tengas que multiplicar los milagros de tu misericordia. Deja Jesús que tu corazón se compadezca de ellos, para que tu gracia los salve”.02 DIOS APRUEBA LOS DESEOS ARDIENTES DE LAURA Son estos “milagros de la misericordia de Dios”, los que hemos recopilado en este pequeño folleto. Ellos nos muestran la autenticidad de una vida, que, como la de la Madre Laura, fue toda entregada al servicio de la Iglesia, en la misión de extender la fe, el conocimiento y el amor de Dios entre los hombres. “Un solo dolor y una sola aspiración había en mi vida:¡Dios ultrajado y no conocido y mi ansia por darlo a conocer!. La misericordia amorosa y la compasión de Dios, se muestran de 03 Eso era cuanto se agitaba en mi alma desolada” manera palpable en las páginas siguientes como un mensaje para todos. Al igual que en tiempo de Jesús cuando decía: “si no hago milagros no me creáis, pero, puesto que los hago, si no me queréis creer a mí, creed en las obras que hago” (Jn. 37-38), los indígenas vieron los signos realizados por intercesión de la Madre Laura y creyeron en Jesús. 4 02 Aut. p. 345 Estas palabras de la Madre Laura nos muestran claramente los ardientes deseos que bullían en su corazón, cuando con algunas amigas y guiadas por el Padre Ezequiel Pérez, Párroco de Jardín, se internó en la selva y en los riscos de la Cordillera Occidental de Colombia, en busca de los indígenas EmberaChamí , de la región de Guapá, Departamento del Chocó. 03 Aut. p. 238 5 Con un admirable prodigio, acaecido durante la Misa, Dios quiso recorrer el campo agreste de esta improvisada misión, que Laura y sus acompañantes, en Oración, le habían entregado hacía unos momentos. Copiamos de su Autobiografía: puedo creer otra cosa (…) me parecía que Dios al ir a la Santa Hostia a la Cruz misionera que habíamos colocado, con tanto amor, rmaba su compromiso de dejarse servir de mí en la conversión de los in eles. “A las 12 del día, se procedió a la Santa Misa, en la cual Corrobora este hecho el mismo Padre Pérez, quien en carta al habíamos de comulgar dos de las mujeres. Cuando el Padre padre Constancio Pinto, con fecha 13 de Mayo de 1935, evocaba elevó la Santa Hostia, los indios se habían subido a los 04 esta excursión, tan matizada de incidentes. Fue un hecho guayabos cercanos a comer frutas, de modo que la Santa prodigioso en que Dios manifestó externamente su aprobación Hostia quedaba debajo de ellos. Con cuanto amor le al deseo ardiente, que Laura tenía, de trabajar por hacer conocer entregué al Señor en aquel momento, aquellos indios que sin y amar a Dios a quien tanto amaba. conocerlo, lo miraban desde los árboles. Después de elevar la Hostia. El Padre cerró los ojos como es costumbre, y mientras tanto la Hostia se levantó por encima de la cabeza del padre y muy serenita se vino hasta mi puesto y se posó al pie mío. Un momento después se volvió a levantar y se fue hacia la cruz, posándose sobre una or que allí habíamos colocado. Cuando el Padre abrió los ojos, y al no encontrar la Santa Hostia, miró hacia los lados y le hicimos señas de que estaba en la cruz. Él fue a traerla y cuando dio la vuelta, las dos Hostias pequeñas emprendieron camino de la Cruz. Tuvo el Padre que volverse por ellas. Terminada la Santa Misa, todo fue conjeturas de lo que esto signi caría. Yo todavía agradezco a Dios su cortesía; no 6 04 Citada por el Padre Carlos Mesa en: “Una antorcha de Dios en las selvas de América” p. 114. 7 en misiones de in eles el cristianismo se propagó por medio del milagro, de lo contrario, no hubiera crecido ni pegado en el mundo. Por consiguiente, a los in eles actuales, en alguna manera les debe Dios esa gracia para que la semilla prenda en el corazón. Ni he llegado jamás a pensar que estos prodigios indiquen nada a favor de la LA FE SE PROPAGA POR EL MILAGRO virtud de los que obran. Es sencillamente que Dios hace esa misericordia en atención a la fe de los pobres que han vivido privados de ella tanto tiempo”.06 Jesús al enviar a los 72 discípulos a predicar les dice: “Al llegar a un pueblo donde los reciban, coman de lo que les sirvan, sanen a los enfermos que haya allí y díganles: “El reino de Dios está Lo cierto es que Dios no tardó en autorizar con prodigios la cerca de ustedes” (Lucas 9, 8-9). empresa apostólica tan valerosamente emprendida por Laura y sus compañeras. La Madre Laura aceptaba el milagro y se lo imploraba a Dios, cuando la fe de un indígena en el Dios que las hermanas le Entresacados de la Autobiografía, copiamos algunos de ellos los invitaban a creer, se ponía en peligro. Escribe en su cuales se realizaron en estos primeros años de evangelización Autobiografía: como ayuda de Dios a las misioneras. “Tengo tan hondo en mi alma, Padre, el conocimiento de que Dios para dar la fe se sirve del milagro, que me fastidia que otros se asombren de estos favores. La fe se propaga por medio del milagro y el apostolado, lo mismo en Palestina que en los tiempos del apostolado, que 05 América o Dabeiba”. Aunque en verdaderamente a mí no me sorprenden los milagros por grandes que sean, 8 05 Aut. p. 459 06 Aut. p. 681 9 Le dije a Juan de Jesús: PRODIGIOS EN LOS PRIMEROS TIEMPOS DE FUNDACIÓN Cuando la Madre Laura y sus compañeros llegaron a la región de Urabá, siete años hacía que la langosta, se abatía en densas nubes sobre la comarca de Dabeiba, toda ella rapada hasta las raíces, enferma de sequedad y de hambre. Un día se presentó a la misión el indio Juan de Jesús. Su diálogo con la Madre Laura fue el siguiente: -Madre, ¿vos muy amiga de Dios? - Si, le respondí. - ¿Dios hizo a nosotros? - Si, le dije. -¿Y Tu Dios porque haciendo a nosotros pa´ matar con jambre? Nosotros muere con jambre. Mucho angosta, todo comiendo. Si vos mucho amiga con tu Dios, por qué no decirle quite angosta? Es decir, ¿por qué tu Dios nos va a matar con hambre? Nosotros morimos de hambre porque la langosta todo se lo ha comido. Si usted es amiga de Dios ¿por qué no le dice que quite la langosta? 10 -Dios no quita la langosta porque ustedes no quieren aprender su Ley. - ¿Y vos dónde topaste Dios pa´ decir eso? . - En Medellín, Él mandando Madre y hermanas pa´ enseñar indio su Ley, pero indio dice no atiende, mejor dejar la langosta. -Decí tu Dios quite angosta, me dijo en tono suplicante. - Si usted se compromete a traer los indios a aprender la Ley de Dios, yo si le digo a Él que quite la langosta. El indio me hizo muchas preguntas y después de quedar con muchas garantías dijo: - Compromete indio. El domingo llegaron muchos indios altivos y en ademán de reto: - Vos comprometiste echar angosta, echala pues. Nosotros vinimos pa´ver echar angosta. Echá agorita. - ¿Se comprometen a aprender Ley de Dios? - Si, pero echá adelante. Laura comprende que es punto de honra de Dios. Llama a una de las hermanas y la invita a seguirla a la iglesia del pueblo. Detrás van los indios. Las misioneras de rodillas oran: -Señor, es asunto de honor. Preciso es que vean tu mano, en este caso, para que la fe les entre. Salen, y en ese mismo instante, se levanta una nube de 11 langostas, sin que en toda la región quedara una, ni viva ni muerta. “Total que nosotras debimos haber cantado aquel cántico de Moisés al otro lado del Mar Rojo (Ex. 15,1) No es de EL MISMO COMPROMISO de aprender la ley de Dios, hicieron en ocasión los indios, cuando fueron visitados por la sequía y de la misma manera, la madre se comprometió a traer la lluvia. En su oración Laura le dice a Dios: - Estoy comprometida, envía lluvia. creerse si no se viera”.07 08 Y la lluvia llegó a su tiempo y hubo abundante cosecha. Según parece Dios se valió de Laura instrumento de las Misericordias divinas. No solo entre los indígenas, sino también entre los mestizos de la región. En uno de los viajes hacia la casita misionera de Rioverde, Acompañada por una india, “vieron asomar por todas partes señales de tempestad y rayos que ya las alcanzaban. La india asustada dijo: -Mira Madre, ese aguacero cuatro va a hasta jogar a nosotros! Es decir nos va a ahogar. -Sí, le dije, eso no tiene remedio, lo aguantaremos por amor a Dios. Muy seria y hasta enojada me dijo: -¿vos no es muy amiga con tu Dios? ¿pa´ qué deja mojar? ¿será vos no quiere yo? -Sí la quiero hijita, pero si Dios quiere que nos mojemos ¿Qué vamos a hacer? -Sí, vos es culpa si yo moja, porque si vos dice tu Dios no llova, Él mucho querido con vos, no llove. 12 07 Aut. p. 412 08 Aut. p. 414 13 Estas palabras me conmovieron y vi muy claro que la india aguardaba el milagro y que ciertamente, según la costumbre de Dios entre in eles, en cierto modo se lo debía a aquella pobre india, que apenas estaba medio iniciada en la fe. Entonces le dije a Dios: -Señor es cuestión de honor para poder convertir a esta indiecita, que le muestres tu poder misericordioso. Madre, y fue entonces cuando Dios quiso que se curasen muchos o por decir mejor, todos los enfermos que salían a buscar en mí, algún remedio. Una de las veces, desde las primeras horas de viaje, en todas las casitas salían a decirme: Mire Madre, se está muriendo ña x.cúrela. ¿Qué es ña x?, pregunté. Recé un padre nuestro. La india se rió y ya las cuatro aguas nos cercaban. Continuamos andando durante el tiempo necesario para recorrer nuestro camino, perfectamente en seco. El aguacero de delante retrocedía y el de atrás quedaba a distancia de la pareja amada. Cuando llegamos a la casa, las hermanas que nos esperaban creyeron que llegaríamos mojadas y no fue pequeña su sorpresa, al vernos llegar secas, sin caernos una gota de agua. Creo padre, que los jóvenes de babilonia cercados de llamas y nosotras cercadas de aguaceros , recibimos el mismo favor y eso por causa de la pobre María Luisa Sapia, a quien poco después se le dió el santo Bautismo y fue una buena cristiana. ¡ay! ¡Lo que es el amor de Dios a los pequeños! por eso siempre quiero ser tan pequeñita delante de Él, que lo obligue a agacharse hasta mí. Eso es el milagro y privilegio de los 09 pequeños: hacer agachar a Dios para acariciarlos.” Y las curaciones milagrosas le dieron fama de “médica”. EN LOS VIAJES FRECUENTES QUE LA MADRE hacía Dabeiba a la casa misionera de Rioverde, “las gentecitas del camino se habituaron a verme ir siempre por allí, escribe la 14 09 Aut. p. 502 Al darme las señales entendí que era una señora que me daba siempre alguna cosa, haciéndome mucha caridad, porque en aquella región no se encuentra nada para aliviar el hambre, ni la sed. Llegué, desmonté rodeada de todos los que esperaban. Entré y no quise imponerme de la enfermedad porque tenía afán de llegar antes de la noche a Rioverde. Le puse la mano en el estómago a la enferma, a la vez le aconsejaba resignación en sus dolores. Entonces sentí que el contacto de las manos había curado a la enferma. No sin impresión, me retiré y para disimular un poco las cosas quise recetarle algo, mas como no vi yerbas allí, no se me ocurrió más sino decir que le dieran caldo de un venado que entraba en ese momento. Inmediatamente monté y Salí llena de emoción extraña. Verdaderamente, como se conoce la in uencia de Dios. Después circuló por todas partes la curación de esa señora, pero nadie atribuyó al caldo de venado, como yo lo procuré y lo deseaba.10 Estos prodigios, la Madre y las Hermanas los veían como ayuda de Dios a las misioneras, porque los indios, desde ese momento, tuvieron fe y muchos de ellos llegaron a ser verdaderamente cristianos. 10 Aut. p. 523 15 “Yo tenía terror de que las hermanas se habituaran a ver milagros en todo, dice la Madre, y por eso me apresuré a enseñarles a mirar las cosas de modo que todo fuera Providencial y amorosos de parte de Dios”. ESCRIBE LA MADRE EN SU AUTOBIOGRAFÍA que estando en Dabeiba, un señor que le hacía mala fama a la misión, le solicito un día que curara a su hijita de una enfermedad desconocida que ni los médicos más connotados habían podido curar. Ellos le habían dicho que la niña moriría. Escuchemos a la Madre: “Efectivamente, vi que la enfermedad era rarísima y pensé que solo Dios podía curarla. Pero en mi ansia de ver, esa sería la puerta de conversión de aquel hombre y un triunfo para la gloria de Dios; puse toda mi con anza en Él y le dije que oyera nuestra suplica, puesto que había intereses muy grandes de su gloria en el asunto. Le hice a Dios la petición formal de la curación, pero como debía devolver la niña con alguna receta, le envié a decir al papá que la niña se le curaría que le diera un baño de leche. A poco, volvieron con la niña a darme las gracias y que la receta era reconstituyente, pues le había quedado débil. UNA GRACIA MUY ESPECIAL DE DIOS sucedió con Próspero Jumí, quien enfermo gravemente, las hermanas procedieron a excitarlo al dolor de los pecados y así recibió la absolución de parte del sacerdote. Al regresar las hermanas a Dabeiba, algunos indio les dieron la noticia de que Próspero había muerto y que pedían algunas velas de esperma para velarlo o para veloriar, como decían los indios. En la noche, la Madre sintió una profunda seguridad de que Próspero había muerto sin bautismo y que ola mama de Próspero las había engañado, diciendo que él estaba bautizado. Escribe en su Autobiografía: “Entendí de modo claro que había muerto sin bautismo. Inmediatamente le dije a las Hermanas: Próspero se murió sin bautismo y yo no consiento que se pierda después de tantos trabajos como hemos pasado por estas almas… digámosle a la virgen que le rasamos el rosario entero, a la media noche, para que vuelva prospero a la vida, a n de que recibía bautismo. Por mi parte que perfectamente tranquila y segura de la gracia. Muy al amanecer pasaron algunos indios que bajaban de el Pital y muy asustado decían. Mi mayor gusto está en hacer patentes las misericordias de Dios y que Él sea conocido mediante ellas; pero compraría con cualquier cosa el conseguir que no torcieran la cosas 11 atribuyéndome el merito que no tengo, ¡ Dios mío!”. -¡Próspero desvelorió! Nochecita nosotros veloriando; pero hoy ya desvelorió. Como vemos en este caso, la con anza con Dios hace milagros, puesto que se apoya en la fe de Dios Padre, poderoso y lleno de misericordia. Un poco más tarde pasó un indio, el más notado de la región, a quien llamábamos chinchora y nos dijo, a la vez que me daba palmada de cariño y de admiración en la espalda: -Vos mucho sabe nosotros; doctor muy bueno, pero no sabe pa´ desveloriar. Madre si mucho bueno pa´ desveloriar. Prospero 16 11 Aut. p. 434 17 tempranito moriendo, cuando ya pintaito noche , Madre desvelorió, (es decir que los médicos indios saben mucho, pero que no saben volver a los muertos, pero que Madre si sabe resucitar). Yo le replique: -No diga así, fue Dios quién lo desvelorió -No, nosotros viendo vos desveloriando, nosotros viendo pues, vos mucho sabe, vos mucho querido, ¡nosotros no sabe nada!. Ya ve cómo ha venido Dios en nuestra ayuda, continúa la Madre. Con esto, los indios comenzaron a tener fe en mi ciencia médica, no obstante confesar que en lo de Próspero no había medicina alguna. Sencillamente los indios decían: Madre desvelorió. Viviendo entre in eles a quien Dios quiere dar la fe, se está constantemente como nadando en los prodigios y uno no los advierte. Es como si fuera natural.12 Yo observaba aquella naturaleza tan horrorosamente bella y me oprimía la consideración de las insuperables barreras que la naturaleza oponía a la redención de las almas! En el día todo iba bien, pero en la noche, aquello parecía un in erno. Bramaban los animales con bramidos extraños dentro de los montes. De pronto parecía que el bramido se acercaba y de pronto que se alejaba. Aquellos ríos enfurecidos parecía que se tragaban el rancho, porque cada día les llovía por las cabeceras. Silbaban las culebras y se oía como si estuvieran metidas en un hueco de los árboles viejos que circuían el ranchito donde estábamos. Aquellos silbos repercutían en el monte y formaban algo que levantaba los pelos. ¿Y qué decir de las ranas en las ciénagas vecinas? Parecían apostando para ensordecernos. Pero el pánico que todos estos silbos y bramidos producían, unidos a las crecientes que zumbaban, no es para decirlo: era un in erno. UN FAVOR DE PARTE DE DIOS, se realizó en la misión de Murrí: Se necesitaba no tener nervios o ser de palo para no temer y sentir que la vida se iba como volviendo desesperación y confusión. ¡Dios mío!.13 En 1918 la Madre Laura, por caminos que sólo transitan las cabras, iba de Dabeiba hacia el Valle de Murrí para establecer allí una casa misionera. En su autobiografía leemos las circunstancias de esta terrible comarca: Este era precisamente el sitio elegido de Dios para lo que voy a referir y que ojalá no tuviera que hacerlo, pues a pesar de haber referido tantas gracias de Dios a mi alma, ¡ella no pierde cierto pudor que las rodea siempre!. El camino verdaderamente era lo más terrible que podía soñarse. Peñascos y ciénagas, rodaderos y pantanos, hondísimos despeñaderos y canalones, palizadas y cuanto pueda hacer un camino peligroso, se encontraba en todo él. Ciertamente era peligroso ir a Murrí. Estaba delante del Santísimo, mientras las Hermanas hacían en la cocina algunos deberes cuando ví llegar delante del Señor, no delante del altar, como en procesión, muchas culebras y eras que entendía bien que eran las de Murrí. En mi alma me alegraba de que estos animales vinieran a ponerse a las órdenes de su Dueño y le suplicaba yo, que los bendijera con todas las bendiciones que convinieran a su naturaleza y especie. 18 12 Aut. p. 456 13 Aut. p. 557, 561, 573 19 pero luego le dije al Señor –pero no con la boca-que esas eras estaban en posesión de esa tierra llena de almas, sus redimidas y formaban con su ferocidad como un baluarte infranqueable para la catequización de esas almas y que si nos llamaba a nosotras, a salvarlas no se entendía cómo íbamos a vivir con En esto pasé un ratico como sin ha- cer nada más que ver con los ojos del alma lo que se presentaba, cuando conocí de nos hicieran nada y que nosotras tampoco ellas recibirían daño. Con un acto muy distinto de la voluntad, dí mí consentimiento a aquel pacto y luego todo pasó. Quede completamente segura, de que las amistades entre esas eras y las Hermanas, habían quedado hechas, y que tranquilamente podíamos estar en sociedad con ellas, sin que nos tocaran. No me retire del altar, sin hacerle a Nuestro Señor muchos ofrecimientos de delidad, en cambio de tan extraña gracia como acababa de concederme. Me parecía, al levantarme de los pies de nuestro Señor, que era como Adán, dueña de esa naturaleza.14 Las Hermanas han visto, que este pacto con las eras, se cumple donde quiera que trabajan las misioneras. Hoy, después de casi 90 años de trabajo misionero, ninguna culebra a mordido a las hermanas, ni ningún animal feroz las ha atacado, a pesar de haber pasado muchas veces a su lado, cuando han tenido que 20 Se cumplen las palabras del Evangelio: A los que evangelizan no les harán daño las serpientes, ni los venenos los envenenaran. (Mc.16, 18). PARTICIPA DEL PODER DE DIOS. La Madre Laura, fue consciente de la acción de Dios a los pequeños a través de ella: “Dos veces en mi vida sin que pueda determinar las épocas de un modo preciso, me ha dado Dios la esperanza a manera de realidad, de que me participará de sus poderes para salvar las almas. ¿Cómo puede ser esto?. Tampoco sé. Sé solamente que ello será en la eternidad. enemigos tan formidables. un modo cierto, que no pernoctar en lugares selváticos. Sin embargo, en algunas misiones los indios sí son mordidos por estos animales. 14 Aut. p. 574 Penetrada mi alma vivamente de lo que es el Padre Eterno, esto es, la primera Persona de la Santísima Trinidad, con una luz sobre natural que jamás yo ni nadie podríamos inventar ni intentar, me vi armada del poder del Padre y con libertad de usarlo en la salvación de las almas. Mas esto, todo esto se producía en mí como procediendo del conocimiento del Padre, como primera Persona de la Trinidad Beatísima. Esto duraba poco, pero dejaba una convicción amorosa y luminosa al mismo tiempo, que duraba varios días y que nada podía turbar mientras Dios no la quitara. Lo raro, es que sentía que realmente tenía ya esa participación del poder del Padre y a la vez veía con mucha claridad, que eso no se veri caría si no en la eternidad. ¿Cómo podrá ser esto? Es como una prenda anticipada de lo que se va a recibir y no digo de lo prometido, 15 porque eso no es promesa si no cosa cumplida. 15 Aut. p. 836 21 Continúa la Madre Laura sus re exiones en su Autobiografía: “En 1924 sentí tal desolación, al considerar que con la vida se me acabaría el apostolado en el que el Señor misericordiosamente me tiene en la tierra, por lo cual, sentí verdadero y profundo dolor y en él pasé varios días, sin ver consuelo alguno. Pero de pronto, me dije llena de fe y convicción: ¿Acaso Dios despoja a nadie de las gracias que le ha dado, sólo porque entra en el cielo? ¿Y, ha de quitarme tan misericordiosa gracia por que dejo la tierra? Eso no puede ser y no será así”. La Madre pidió con adamente al Señor, que le permitiese continuar desde el cielo, su apostolado de la salvación de los hombres. “y qué bello apostolado, sin las impotencias de todo género, que en esta mortal vida hacen tan mezquino el resultado de nuestro pequeñito esfuerzo”, escribe la Madre. Cómo recorreré el mundo de polo a polo, poniendo medios de salvación para las almas y rompiéndole redes al mundo y al demonio. Cómo llegaré, me decía, al lecho de los agonizantes, apartando al demonio y excitándoles ideas de conversión y de dolor profundo de sus pecados. Y en las Misiones, ¡qué no haré Dios mío! ¿Y cómo, teniendo conocimiento de los designios de Dios y sus misericordiosas miras, no les abriré caminos? y, ¡cómo visitaré al Santo Padre y a los Obispos para hacerlos arder en celo! Y en n, ¿qué tramas no les pondré a los designios de los pecadores?”. 16 Para pedir la supervivencia del apostolado, redactó para las hermanas la siguiente plegaria: 22 16 Aut. p. 871 Santuario de la Luz, Belencito - Medellín, la Hna. Laura orienta la construcción. “Dios mío, como ofrenda amorosa a vuestro Ser, ofrezco mi vida, tomadla cuando os plazca; mas, como ni durante la vida, ni después de la muerte, quiero que me apartéis la gracia del apostolado, recibid mi último suspiro por la conversión de los in eles y pecadores. Además, cuando llevéis mi alma a las mansiones celestiales, vuestro Nombre Santo aún quedará desconocido y ofendido en la tierra, no me dejéis reposar en la gloria, sino concededme aunque indignísima en lugar del apostolado del dolor que dejaré en la tierra, el apostolado del amor que me permita, desde el cielo, continuar buscando las almas en la tierra, con el arma de vuestro poder, del cual disfrutaré en cambio de estas impotencias que me torturan acá en el destierro con desgarradora crueldad y que acepto y os ofrezco en rescate de las almas. Almas Señor de mi vida, almas hasta llenar vuestros graneros. Amén”.17 17 Manual de oraciones 23 EL APOSTOLADO ULTRATERRESTRE SE HA VISTO PALPABLEMENTE en muchos lugares de misión: En Teresita, misión del Vaupés, un indio muy reacio de la tribu Desana, no admitía el bautismo, porque él creía que debía morir en las costumbres de sus antepasados. Un hijo y la nuera habían recibido ya el sacramento y se preocupaban por la situación de su padre. Deseaban que las hermanas se llevaran al viejo a la casa misión, porque estaba muy enfermo y temían muriera sin bautizar. Como Francisco se resistía, una Hermana en un arranque de audacia, empezó a soltar los guindos de la hamaca. Viendo esto, Francisco se levantó y casi sin poder andar, buscó sus cositas y se dispuso a seguir con las Hermanas. Estas lo colocaron en la canoa. Al llegar a la misión, insistían en pedirle aceptara ser bautizado, porque su estado era muy grave. Las Hermanas oraban y pedían a la Madre su intervención, pero el indio se resistía. Cuando menos se esperaba, una mañana, al ir la Hermana a llevar el alimento y darle alguna enseñanza, el indio la interrumpió diciéndole: LA MADRE SE HACE PRESENTE EN SUEÑOS. - “Anoche ese Hermana como camisa tuyo mismo, pero mucho gordo, bajando por esa esquina así diciendo: Francisco, vos hoy haciendo bautizar, porque hoy mismo vos caminando con nosotras, si no bautiza no yendo casa nosotras. Por eso hoy avisá a padre que bautice, llama pronto”. Vino el sacerdote lo bautizó y le dio la Sagrada Comunión que le sirvió de viático y por la tarde murió, para pasar al cielo directamente, dejando en el alma de las hermanas la convicción 18 de la e cacia del apostolado ultraterrestre. 24 18 Archivo Madre Laura. Documento 25 EN ÉPOCAS RECIENTES Yo le respondí: Es la Madre Laura. Mi esposo estaba muy enfermo por complicaciones debidas a una operación y un dolor en el costado derecho, que no le dejaba desde nes de 2001. - ¿Quién es ella? me dijo. Yo le expliqué pero no tenía una foto para mostrársela. Las noches eran eternas porque no descansaba. Un día me manifestó que quería dormir. Yo estaba a su lado en silencio. Me preguntó qué hacía allí silenciosa. Le respondí que oraba a la Madre Laura, la fundadora de las “Monjitas” que vivían frente a la casa. Me miró y sonrió. Aunque él, supuestamente no creía, siempre fue muy respetoso de mis creencias. Continué con mi plegaria pidiéndole a la Virgen por intercesión de Madre Laura que le permitiera descansar. De pronto lo ví dormido y yo también pude dormir un poco. La noche la pasó con un sueño tranquilo y relajado. Como a las ocho de la mañana despertó y me dijo: - “Gorda, dormí tan rico, pero tuve un sueño muy raro: soñé que una negra grande alta y delgada, vestida de negro, con un peinado también alto, quería llevarme. En eso apareció una monja gorda, con otras vestidas de azul claro, con vestido de monja de verdad, es decir largo, y tenía una cosa blanca en la cabeza, como recogida alrededor de la cara. Me dijo: Ven, no temas. Me cogió de la mano y me defendió de la negra. Luego, me llevó a un salón grande pintado como de un color rosadito, muy iluminado, con columnas y en medio, una piscina tapizada con pétalos de rosa rosados. Me dijo: Yo te voy a ayudar, no temas, ven, y con mucho cariño, me acariciaba la cabeza, me hacía masajes en la espalda, y me decía: descansa, duerme y así me quedé dormido.” 26 Unos días después, lo saqué a caminar y ya de regreso a casa me dijo: -“No conozco la casa de las Hermanas, ¿será que me dejan entrar?. Yo le respondí: -!Claro que sí¡ Timbré en la casa y pedí permiso para entrar. Debajo de la escalera había un nicho con la foto de Madre Laura. Tan pronto él la vio me dijo: -“Mira, esa es la monjita con que soñé y me hizo descansar”. Las Hermanas y yo, nos sonreímos. Como hombre muy activo veía venir la enfermedad con mucho temor porque le iba a llevar a tomar decisiones drásticas, como la de renunciar a su cargo como profesor universitario, y el no poder trabajar era para él, espantoso. Prefería mejor morir. Me parecía también que en su interior había una lucha por problemas internos que aún no había resuelto, pero a partir de este sueño, quedó paci cado, reconoció sus culpas y pidió perdón. Fue una reconciliación familiar. El siguió muy enfermo pero en paz. Uno de esos días, le dije iba a visitar a mi Padre Dios. Al regresar, me preocupé de que él participara de mi banquete: la Comunión. Mi esposo murió en el 2002, con mucha paz y alegría. Esto para mi fue un favor muy grande de la Madre Laura por la paz que le dio y el cumplir los deseos que el tenía de no tener que permanecer inactivo de su cátedra en la universidad. Que el Señor, María Santísima y la Madre Laura lo tengan en su Gloria. Amén. 19 19 Archivo Madre Laura. N.S.P. 27 BRAZO CON GANGRENA a causa de una espina de rosa infectada. Una Hermana Misionera recibió un gran favor invocando a la Madre Laura. El médico certi ca: El suscrito médico certi ca que el día 21 de marzo de 1982, atendí a la Hermana Ofelia Restrepo quien presentaba una lesión: gangrena gaseosa en todo el miembro superior derecho y ascendía hasta el cuello, región lateral derecha, como consecuencia de una espina en el dedo pulgar derecho, ese mismo día a las 6:30 am. Ocasionándole inicialmente una intensa reacción ana láctica y vasculitis a todo lo largo del miembro. sanara, que yo podía trabajar todavía en las misiones, que intercediera por mí”. El dolor pasó y el color negruzco no siguió más. Se ampolló ese lado desde el mentón, pero me sanó totalmente. Sólo boté la piel que pronto se recuperó. A los tres 20 días volví a la misión completamente curada. UNA INDÍGENA DE LA ETNIA KUNA, en Panamá, Felicidad Jaens, entró a la sala de maternidad y dió a luz normalmente. A las pocas horas, se presentó una infección grave de tétano, acompañada de pérdida de conocimiento. Cuando la recibí en Popayán, a eso de las 11 am, ya presentaba gangrena gaseosa, por lo cual y ante la gravedad del caso, en mi concepto era indispensable trasladarla al Hospital para tratamiento médico más adecuado. Fue inútil tal conducta, pues la Hermana con absoluta convicción religiosa y respetando esta condición y voluntad de la misma, decidió que la trataran en la casa de la Comunidad, iniciando el tratamiento con antibióticos y antiin amatorios. Realmente, lo más sorprendente, fue la realidad positiva pues al día siguiente la lesión gangrenosa había desaparecido casi en un 90%. Posteriormente vino la fase descamativa y desaparición completa de la enfermedad, sin secuelas de la misma, Dr. Luis H. Arias C. Cirujano. La Hermana atestigua: Con el dolor más agudo y el brazo más impresionante sentí que me moría, pero pedí por favor, que me dejaran en la comunidad. Llamé al sacerdote quien me atendió espiritualmente. Fui al hospital y el médico me dijo que era gangrena. “Pedí con plena con anza al Señor por intercesión de Madre Laura que me 28 El Padre Kolb viendo la enferma ya rígida y paralizada la mandíbula, decidió ponerle la unción de los enfermos. La casa parroquial estaba algo retirada del hospital. Mientras el sacerdote regresaba, las Hermanas le aplicaron la reliquia de la Madre Laura, quien tanto había sufrido por esta raza tan abandonada. Le pedimos hiciera el favor a una de sus hijas kuna. 20 Testimonio H. Ofelia Restrepo J. Archivo Madre Laura 29 Al instante abrió los ojos con expresión de vida, y le ofrecimos un poco de chocolate. La enferma se incorporó para beber y luego se levantó sin señales de debilidad o convalecencia y a los dos días estaba en casa, gozando de perfecta salud. Al regresar el sacerdote con el óleo sagrado, al ver la reacción de 21 la enferma dijo: Esto es un verdadero milagro. Continuamos con los relatos: SILVIA IRENE SUÁREZ. Curación de un linfoma folicular gigante. “Cuando me trajeron a la pieza de la Madre Laura yo me encontraba con mucha ebre, no podía valerme por mi misma, tenía suma debilidad, mi mamá tenía que hacerme todo. Prácticamente estaba en cama continuamente. Desde que me acostaron en la cama de la Madre Laura, yo sentí una reacción muy fuerte favorable, como un vacío interior, en el sentido de que la enfermedad se hubiera alejado. Estos cambios fueron de un momento a otro, tanto que yo me sentí animada y vi que me podía valer por mí misma. Cuando salimos de la pieza de la Madre, el sacerdote, párroco de Minas-Amagá, nos invitó a que fuéramos a almorzar a su casa. Yo que había estado inapetente en los días anteriores, almorcé formalmente y con muy buen apetito.” “Después de la invocación a la Sierva de Dios, en pocos días tiene un mejoramiento radical. Tales características de la curación son demostradas por los numerosos controles hematológicos. 30 21 Hna. Amanda Ardila. Archivo de la Madre Laura. Después de la curación, se casó y tiene cuatro hijos normales, manteniendo siempre buena salud.22 ATACADO POR UN PERRO fue mordido en el pie derecho. Por ser diabético la herida se fue agrandando hasta serle imposible caminar con zapato. Un especialista le dijo: su caso está muy avanzado, yo no le puedo responder por ese pie. Lo remitió a otro médico quien resolvió hacerle una operación. Al despertar, el doctor le mostró la radiografía que había tomado del pie, con las varillas de platino que había colocado en forma de X para amarrar el dedo que estaba prácticamente suelto, por haberse destruido el cartílago. “Yo me angustié mucho, porque sabía lo doloroso que era, el tener que sacar las varillas después de un tiempo. Conocí en el hospital una Hermana Misionera de la Madre Laura, quien me invitó a ponerme en manos de ella, cuya vida he admirado mucho. Pasados algunos días fuí a revisión médica. Una punta de las varillas había perforado la piel y el doctor le cortó una ín ma parte. La herida cerró muy pronto. Yo continuaba con el temor de que al sacar luego de algún tiempo las varillas, la operación se dañara por lo cual seguía implorando a Dios por intercesión de la Madre Laura. Al mes siguiente fuí a control, acompañado de otra persona. ¡Cuál sería la sorpresa de todos cuando la radiografía mostraba el pie derecho sin varillas! Sentí mucho susto, me dio un sudor frío y me puse mal, tuve que ser medicado. No podía entender por qué faltaban las varillas. Eso mismo le sucedió al médico quien dijo: No hay ninguna explicación médica, ni cientí ca para tal hecho”. P.J. 22 Archivo Madre Laura. Testimonio de Silvia Irene. 31 También lejos de Colombia la Madre vela por sus hijos queridos: EN BOLIVIA, UN NIÑO INDÍGENA AYMARA cayó de cabeza en un empedrado, desde un segundo piso. Se le fracturó la base del cráneo y la piel de la cabeza se le rasgó. Después de hacerle las primeras curaciones del caso, en el puesto de salud de la parroquia, fue llevado de urgencia, completamente inconsciente, al Hospital Militar. Los médicos opinaron que era mejor que se muriera, porque iba a quedar ciego, mudo o con alguna secuela grave. Las Hermanas invocaron con mucha fe a la Madre Laura y le colocaron la reliquia. En la noche su mamá quedó con el niño. Al regresar en la mañana, las Hermanas se admiraron al ver al niño conversando con su mamá y desayunando. ¿Cómo puede ser esto? Según el control de ebre que se leía en su camilla, a la hora en que se le colocó la reliquia, la ebre bajó, no lentamente, sino de una vez hasta colocarse en niveles normales...¡Qué bendición de Dios! porque si el niño hubiera muerto, los padres de familia hubieran retirado a los niños de la escuela, echándole la culpa a las Misioneras. No paró aquí la gracia de Dios. Opinaron los médicos que había que extraerle la sangre que tenía detenida en el cráneo y era preciso una operación. Angustiadas por carecer absolutamente de dinero, siguieron encomendando el caso a la Madre Laura, y a los pocos días al niño le dieron de alta, sin que tuviera que practicarle ninguna operación. Él volvió a la escuela y al 23 preguntarle si le dolía la cabeza o algo extraño tenía, contestaba que estaba muy bien de salud. 32 23 Testigo del hecho. H. Mariela Mejía U. Volvemos a la MISIÓN DE TERESITA en el Vaupés: Un joven de 12 años fue mordido por una culebra llamada “pudridora”, porque pudre el miembro mordido y no hay contra que valga. Irremediablemente mueren con sufrimientos terribles. El joven ya tenía podrida toda la pierna. La Hermana pensó que quizá amputándole este miembro pudiera salvarse. Hirvió una cuchilla y alistó algodones y dioxogen. Cuando el papá vio las maniobras dijo a la Hermana: - “No hermana, no vas a cortar pierna, mejor muerto con pierna, que vivo sin pierna.” La Hermana buscó una estampa de la Madre Laura y dijo la siguiente oración: “Madre Laura, vos onde cielo estás, pata de muchacho curando”. Repitieron muchas veces la oración y sobaron en la pierna la estampita. Con algunos bañitos de yerbas, en menos de dos meses, el indio estaba completamente curado. 24 Nos relatan el siguiente favor: UNA ENFERMERA de una excelente clínica, sufría de una gran llaga en el pie, por lo cual la incapacitaron por ocho días, mientras le sanaba. En el Seguro Social le hicieron el tratamiento, pero la herida no cedía, por el contrario, parecía que se agrandaba. Como ya se le acababa la incapacidad, entró en angustia, porque ni siquiera podía ponerse el calzado. 24 Archivo Madre Laura 33 Esa noche, invocó de todo corazón a la Madre Laura, suplicándole curara esa herida. Mientras más oraba, más le dolía. A media noche los dolores fueron intensos, pero al n pudo conciliar el sueño. A la mañana siguiente, cuál no sería su sorpresa, el pie amaneció completamente sano, sin que se notara la herida y pudo asistir normalmente a su trabajo.25 La suegra nos dijo: Cuando le pongan el yeso, lo llevamos donde la Madre Laura. A los dos días lo enyesaron desde el pecho y toda la pierna izquierda y hasta la rodilla de la pierna derecha. Quedamos muy angustiados viéndole en estas condiciones. Al día siguiente, lo llevamos donde la Madre Laura, acompañados de varios familiares. Con toda la fe le pedimos, nos ayudara en la enfermedad de mi hijo. Rezamos en grupo, lo sentamos en la silla de la Madre y nos llevamos a la casa la oración pidiendo la intercesión de la Madre. Con mucha alegría una señora nos hizo el siguiente relato y lo dejó escrito en el Archivo: LA HISTORIA DE LA ENFERMEDAD DE NUESTRO HIJO empezó cuando tenía más o menos cuatro años. Se quejaba de un dolor en el muslo izquierdo, pero solamente en las mañanas, así durante dos meses, hasta que un día las piernas no le respondieron. Lo llevamos a la clínica, el médico lo revisó y le tomó una placa radiográ ca. El ortopedista nos explicó la clase de enfermedad que tenía: Perthes, un hueso que se va comiendo solo. El médico nos dijo que había necesidad de inmovilizarlo mediante yeso y después ir poniéndole platinas a medida que el niño fuera creciendo. Nuestra angustia fue mucha, pues nuestros recursos económicos no eran su cientes. 34 25 Hna. Mariela Mejía U. Cama donde murió la Madre Laura. 35 Como mi hijo no sabía leer, se la aprendió de memoria e inmediatamente que terminaba la oración le decía: - “Madre Laura, si no me alivias, te casco”. Recurrí a su misericordia y al contemplarla en su cuadro donde está moribunda, me llené de con anza y sin pensarlo, caí de rodillas. Empecé a llorar y coloqué el ojo en su cama e interiormente le pedí que cesaran ya aquellos dolores pues me parecía era incapaz de aguantarlos. Era una amenaza a diario, luego se metió la estampita debajo del yeso. Así pasaron más o menos tres meses, no nos acostumbrábamos a ver nuestro hijo en esas condiciones. Un día al despertarlo, me di cuenta que el yeso estaba zafado al comenzar el muslo. Llamé al médico y me indicó que lo llevara. El me dijo que había que cambiar totalmente el yeso. Antes de cambiarlo, le dije al médico que le tomara otra radiografía. El me contestó: Es muy pronto para otra radiografía, sin embargo, le insistí y le dije que tenía un presentimiento. Le tomó la radiografía y me llamó diciéndome estas palabras: Fabiola, de qué santo te pegaste, pues tu hijo no necesita más yeso. ¡Qué alegría! Miramos la radiografía y la comparamos con la anterior: la cabeza del fémur estaba otra vez en su sitio. Al día siguiente, volvimos al convento donde la Madre Laura, a darle las gracias por haber intercedido por nuestro hijo. Allí, recuerdo, escribí el testimonio en un libro. Doy fe juntamente con mis familiares. 26 Volvemos al archivo y encontramos el siguiente testimonio: HACÍA VARIOS AÑOS venía sufriendo de mis ojos y me habían hecho ya tres operaciones, después de la última, quedé con dolores terribles y constantes. el 15 de Diciembre de 1985,pedí a la Madre Laura con fe y segura de que me aliviaría. 36 26 Archivo Madre Laura. Fabiola Echeverry 1994 Mas, ¡oh sorpresa! cuando me puse de pie, sentí la cabeza despejada, el ojo sin nada de dolor y me invadía un susto que yo no sabía a qué obedecía. Ya podía mirar de frente, levantar la cabeza y resistir la fuerza del sol de medio día. De esta fecha en adelante, no he vuelto a sufrir un solo dolor. Gracias a Dios que escuchó mi súplica. Doy gracias por este gran favor y pido sea elevada a los altares, para mayor bien de las almas. Ante Dios puedo jurar la veracidad de lo que aquí les expongo.27 OTROS TESTIMONIOS AÚN ANTES DE MORIR LA MADRE LAURA, las parejas que no habían podido tener hijos, se encomendaban a ella. Esto se ha hecho ya una tradición hasta el día de hoy, como vemos en los testimonios que a cada rato se nos presentan: COMO MÉDICO Y COMO MARIDO DE AMELIA ESPINOSA de M, que en el año 1948, la Reverenda Hermana Laura a quien visitamos personalmente y pedimos un nuevo hijito, nos prometió que lo tendríamos y pronto vimos el milagro. En 1949 nació una niña llamada Margarita del Socorro.28 27 Archivo Madre Laura. C.S.A. 28 Archivo Madre Laura. Testimonio del Dr. Vicente Medina 37 El señor Carlos Lopera atestigua: YO FUI CRIADO EN LA GRANJA DE JESÚS OBRERO bajo la protección de las Hermanas Misioneras, a quien debo lo que sé y lo que soy. Allí aprendí a conocer a Dios y a respetar su bendita Madre Inmaculada y por consiguiente, aprendí a querer a Carísima Madre Laura a quien llegué a amar como a mi única madre, esa madre que yo no conocí pues yo había sido recogido de la calle de siete años de edad, enfermo y desnutrido y desposeído hasta de mi verdadera identidad, pues me rmaba Restrepo a secas, apellido por el que siempre me conocieron, siendo mis verdaderos apellidos Lopera Restrepo. Allí recibí de Carísima Madre Laura el primer milagro hecho aun en vida, pues estando en compañía de otros niños, haciendo el banqueo de la que hoy es la hermosa Iglesia del convento, fui tirado violentamente por otro niño, desde el alto del barranco. Caí de bruces sobre una piedra, quedé inmediatamente sin sentido y ante la confusión de todas las Hermanas, me llevaron a la Granja para ser examinado por el médico al día siguiente. Ante el asombro de todos los niños y las Hermanas, madrugué a mis obligaciones como de costumbre, sin sentir ningún dolor, pero sí con la impresión constante de que al despertar de mi larga privación, lo primero que ví fue el rostro sonriente de Carísima Madre Laura, el cual se me desvaneció rápidamente. Pasaron los años, salí de la Granja y rodé por el mundo nuevamente sin hogar, pero con fe en un Dios que me habían enseñado a conocer y una madre espiritual a quién aferrarme en mis horas de congoja. Yo la invocaba a pesar de que estaba viva y ella siempre escuchaba mis ruegos, aunque nunca volví a visitarla. Contraje matrimonio en 1958 con una niña virtuosa y nos establecimos en Pereira pues mi o cio es de chofer. La felicidad del hogar se malogró por la venida del primer hijo sin tiempo, cosa que nos desalentó demasiado para continuar en nuestra lucha. Volvió la esperanza otra vez con indicios de un nuevo hijo, pero se malogró también. La llevé donde especialistas de gran prestígio, pero me dijeron que mi mujer tenía el útero muy infantil y que necesitaba largos y costosos tratamientos, que no estaban a mi alcance, pues soy demasiado pobre. En mayo de 1961, fui contratado para viajar a Medellín a llevar una familia y me alegré por la oportunidad de poder viajar a Belencito a pedir una estampa y alguna reliquia de la Madre Laura. Me acerqué al convento, yo estaba impresionado por estar de nuevo en esa puerta, en donde sentado en una escalita almorcé tantas veces siendo pequeño. Punto preciso donde nos esperaba Carísima Madre para aconsejarnos, bendecirnos y luego, por turnos, besarle la mano y mirarle ese rostro amable y sonriente que siempre tuvo, y luego verla desaparecer en su carrito de ruedas, empujada por la Hna. Cruz José o por la Hna. Paulina que me enseñó a tocar melodio. Me decía con su acento españolísimo, crío y luego, me mandaba para la huerta a comer naranjas y mangos...Pero no quiero hacerme pesado, añorando este tiempo pasado tan grato para mí y sigo mi relato. Una Hermana muy amable me regaló la estampa de la Madre Laura, tan exacta, que me parecía que me hablaba, una revista de misiones y un librito ameno y lindo, por ser la vida de la mujer más santa que he conocido, a quien deseo ver pronto como la primera Santa de Colombia. Al ver aquella imagen sentí una emoción tan inmensa, que me puse a llorar y no pude despedirme. Le traje a mi esposa como regalo la estampita de Madre Laura, la hice enmarcar, la pusimos en nuestra alcoba y le pedimos un 38 39 hijo... Esa hija nació el 12 de febrero de 1962 es decir, a los nueve meses dos días después de haber regresado de Medellín. Pesó 8 libras y es tan hermosa que causó admiración y goza de una salud completa gracias a la intercesión de la Madre Laura de Santa Catalina de Siena. quienes nos sugirieron le pidiéramos a la Madre Laura, ´para que este embarazo llegara a su n. Ya transcurría el tercer mes de gestación y fue así como le ofrecimos a La Madre Laura visitar su santuario y en caso de que fuera mujer, bautizarla con su nombre. Quise mandarle esta carta de mi puño y letra para que fuera más convincente mi testimonio. Y por favor, publíquela que es mi compromiso con Ella.29 Efectivamente el milagro se dio y ya la niña tiene 20 meses, es muy alentada e inteligente. Escribe el señor Pablo Santos: VIENDOME MI MUJER, grave con un infarto, me llevó a una clínica de Bogotá. Estaba sentado en la cama, cuando una enfermera llegó hacia mí y me tomó de la mano. Desde este momento me encontré bien. Preguntaba por la enfermera y nadie me daba razón de ella. El 21 de octubre asistí, por invitación de las Hermanas misioneras, a la Misa en honor de la R. Madre Laura a quien le pedía mi curación completa. Al terminar la Santa Misa, recibimos una estampa de la Madre Laura y me sorprendí, pues esa misma fue la que me tomó de la mano en la clínica y pude dar testimonio al terminar la Santa Misa. Por este favor quiero dar gracias a la Madre Laura.30 A CONTINUACIÓN ME PERMITO hacer una pequeña narración de un milagro realizado por la Madre Laura. Hace hoy 26 meses sucedió que después de 6 abortos consecutivos mi esposa quedó nuevamente en embarazo, ya por estos días nos conocíamos con las hermanas misioneras 40 29 Archivo Madre Laura. Carlos H. Lopera R. 30 Archivo Madre Laura. Pablo Santos No solamente permitió Dios el milagro realizado por la Madre Laura con el nacimiento de Laura Constanza, sino que también tenemos una nueva niña, 31quien cuenta hoy con dos meses de nacida y con buena salud. Una joven pareja nos relata: NOSOTROS DAMOS TESTIMONIO de lo que a nuestro entender, de acuerdo con las circunstancias que vivimos, fue la intercesión que por fe, realizó la Madre Laura ante el Señor, para que nosotros, como pareja, pudiéramos tener una hija, que hoy lleva el nombre de Laura Cristina. Luego de una serie de circunstancias médicas, en el mes de Septiembre de 1998, nos dirigimos a la Comunidad de la Madre Laura y recostada Sandra Luz en la cama donde murió la Madre, pedimos con fe su ayuda para encontrar sanación y poder tener un embarazo por medios naturales, situación que efectivamente se dio el 4 de Octubre de 1998, fecha probable de la fecundación. Mi esposa tenía el endometrio EIV con ausencia de ovario y trompa postquirúrgica, con pésimo pronóstico obstétrico por adherencia de trompa. Desde el punto de vista médico, según el testimonio del mismo doctor, su gestación solo era posible por reproducción asistida. Pero de una manera inexplicable desde el 32 punto de vista médico, tuvo un embarazo normal y la niña hoy cuenta con cuatro años de edad. 31 Archivo Madre Laura. Efraín Quiroz R. 32 Archivo Madre Laura. MMU 41 Desde lejanas tierras escriben: MI FE EN CRISTO y su in nita misericordia, permitieron que, a pesar de catorce años de larga espera naciera en mi hogar Laura Gabriela, como respuesta a momentos de oración y devoción. Un compañero de trabajo me comentó sobre lo milagrosa que era la Oración de la Madre Laura y me regaló la estampa, recomendándome que la rezara con mucha devoción. Cuál fue mi sorpresa, cuando el día menos pensado, pude comprobar que estaba embarazada. Fue tanta mi alegría, pero también tanto mi temor, por mi edad, que desde ese día me aferré a la Madre Laura, y le prometí que si durante mi embarazo no tuviera ningún tipo de problemas ni inconvenientes, de tener una hija la llamaría Laura, en su honor. Tal es mi agradecimiento que, durante los nueve meses de embarazo nunca sentí ni ún malestar. Por eso mi hija se llama Laura Gabriela. En acción de gracias quiero dar testimonio de este hermoso milagro, a través de esta carta para que todas aquellas parejas que no han tenido la bendición de tener familia, recen la oración a la Madre Laura. Atentamente C.L.E.33 EN SU APOSTOLADO ULTRATERRESTRE ALCANZA LA CONVERSIÓN DE LOS PECADORES La Madre Laura tiene muy en cuenta en su oración a los pecadores: Nos dice en su Autobiografía: “No debemos despreciar a los pobres pecadores, por grandes que sean sus crímenes, ¡Dios mío! Mientras estemos vivos podemos salvarnos, aunque estemos en el último estado de maldad. Pero al contrario, cuántos corazones hay que odian a los pobrecitos pecadores. Con razón decía San Francisco de Sales: “Bien pronto no quedaremos sino Dios y yo, para amar a los pecadores”. ¡Cuánto interesan los pecadores a la Gloria de Dios!, por eso debemos amarlos y no despreciarlos. Esto he querido inculcar siempre a mis hijas porque me siento muy compañera de los pecadores, pues me vi envuelta en un mismo acto salvador con uno de los más aventajados que he conocido. Si él se arrepintió, ya está todo hecho. La cantidad de pecados no se ve. Es sólo el arrepentimiento lo que esa caridad mira.34 42 33 Archivo Madre Laura. Noviembre del 2002 34 Aut. p. 335 43 Llena de compasión por los pecadores en otra página escribe: “Creo mirar al pecador como lo mira Jesús. Me duelen con un 35 dolor sumamente amoroso y por todos quisiera morir”. ¡Ay!, Si parece que Dios fuera ciego, la misericordia, el hambre de remediar las miserias, te ha hecho ciego, amor de mi alma, y ciego sin remedio.36 No nos extraña por lo tanto, la intercesión de la Madre en su apostolado que continúa hoy en el cielo, en favor de los pecadores, cuando los contempla del lado de Dios: gracia y si es pecadora ve allí emborronada esta imagen augustísima, de modo que obliga nuestro dolor a exclamar: 37 ¡Mirad cómo le ha puesto! , ¡oh pecado infame!. Anotaremos algunos de los testimonios que se han recogido en el archivo de la Congregación: 1.EL TESTIMONIO LO DA UN FAMILIAR DE LA MADRE, el señor Juan José Upegui A.: En el mes de Enero de 1951, en el hospital San José de Bogotá, un amigo muy cercano, médico, muy afamando, estaba en agonía. Había rechazado todas las insinuaciones y recomendaciones que se le hacían ´para ver si se confesaba, pero de ninguna manera quería hacerlo. “¿Y cómo no he de amarlos? si el Señor de mi alma los ama y vierte en ellos su poder y su sabiduría y su bondad y su magni cencia toda, ¿Cómo no he de amarlos? Si los pecadores son el puro retrato de las Tres Divinas Personas que arrebatan mi alma, pero retrato empantanado y maltrecho con pecados horribles, ¿Cómo no lastimarme con ellos y tenerles el amor más delicado como a miembros enfermos de mi misma alma? Saqué de mi cartera una imagen o retratico que con-migo llevo de la Madre Laura, lo coloque sobre el pecho del moribundo y con gran fe y esperanza a la vez, y una gran con anza le dije a la Madre Laura: Ya que tú has salvado a tantas almas, salva la de Germán. Cerré los ojos y cuando volvía a abrirlos, veo con gran admiración que él miraba y miraba y miraba a la Madre Laura, lo cual me llenó de Alegría. Esa espiritualidad nace de su gran celo apostólico, fruto de su amor a Dios: “Cuando uno ve lo que es el pecador para el Corazón de Dios y cómo le pone asechanzas a n de ganárselo. Cuando uno piensa que cada alma humana es imagen de Dios, de las tres Personas Divinas, asiento de ellas por la 44 35 Aut. p. 725 36 Aut. p. 726 37 Aut. p. 855 45 Tuve que salir para acompañar a un familiar, a traer la ropa para el enfermo. Al regresar al hospital, en el pasadizo, con alegría me dijeron: Se confesó, se confesó Germán….es indudable que la Madre Laura fue una Santa, y que sus favores por todo bien espiritual que se le soliciten serán muy bien despachados por ella y acogidos por Dios. Todo ello en Gloria de Dios. 2. Esto escribe un sacerdote: CUANDO EL OBISPO CONSAGRANTE me con rió el sacerdocio eterno con aquellas rituales palabras: “Recibid el poder de ofrecer sacri cio a Dios, tanto por los vivos como por los difuntos” y le prometí reverencia y obediencia, comprendí el signi cado sublime del Salmo 138; “Tu Señor me hiciste, y haz posado tu mano sobre mi”. Entonaron los coros celestiales: “Ya no os diré siervos, os he dicho amigos”. Más, ¡Oh dolor! que es promesa inmortal hecha en un pasado no lejano y sellado por el amor de la Iglesia, no haya llegado a con rmarse por falta de un cumplimiento de aquellas otras palabras que Cristo exige a sus sacerdotes: “ Sois mis amigos, si hacéis lo que os mando” (Jn. 15). Pronto desatendí la conquista de los valores eternos, y me entregué en brazos de lo efímero, los negocios mundanos. El pastor celoso, se trocó en lobo carnicero. Faltó al rebaño la Palabra de Dios, le faltaron los Sacramentos: murió de hambre. Estas fuentes purísimas de la Sangre del Cordero, se envenenaron con mis malos ejemplos. Me convertí, me avergüenza decirlo, en tirano de la Casa de Dios. Muy lejos… en los estercoleros del mundo. Me despojé del ropaje de la gracia y me cubrí con los harapos de la crápula y sus malignas 46 consecuencias: La disipación y el libertinaje. ¿Hubo crimen semejante? ….. Pedro lo negó por ligereza. Agustín pecó antes de recibir el óleo el eterno y estupendo sacerdocio. ¡No hay excusa para cubrir el crimen tan nefando ¡ Oh Dios mío que te complaces en confortar aquellos pobres hijos tuyos que lejos de Ti, pero por la fe y la esperanza a Ti unidos, lloran, padecen y te invocan. Treinta y nueve años había transcurrido mi mísera existencia, parece que quisiera hundirse en el ocaso: desesperación, empedernimiento, en adelante sólo lo atormentarían negros y terribles nubarrones preñados de incertidumbre… De pronto comenzó a clarear. Los primeros toques de luz, la prueba severa y prolongada culminó con la muerte de mi idolatrado padre. Los mundanos, los enemigos de Cristo me obligan a lanzar el consabido grito, el que pro eren los partidarios de las nuevas doctrinas y el cual el salmista pusiera en labios del ignorante: “No existe Dios” (S.131) no lo proferí no. Antes bien, guiado por el resplandor de la fe, claro manantial que mira al cielo y no cesa de murmurar en el fondo de nuestra alma: ¡Dios existe! ¡Dios nos ve! Levanté el espíritu a lo alto y mi conciencia se estremeció como el cirio bajo el corazón de fuego que lo corona al consumirse. ¿Cómo se realizó el hecho? Desde Junio de 1948 trabé amistad con las Hermanas Misioneras , quienes me indicaron el espíritu apostólico de sus Constituciones, inspirado en la inteligencia y bondad de su fundadora, la R. Madre Laura de Santa Catalina de Siena. El ejemplo heróico de sus virtudes que éstas practican y el interes 47 que despertó en mí, la lectura de sus libros de ascética y mística, compuestos por aquella, como de sus brevísimas cartas, me convencieron del grande valor que ella tenía para con Dios aún en esta misma vida. Su preciosa muerte muy sentida, me abrió un rico lón de magní cas perspectivas. De inmediato comencé a pedirle mi conversión y dos meses después, el 8 de Diciembre de 1949 como si se reprodujesen en mi mente las palabras de su última misiva: “No he dejado de encomendar mucho a Dios esa querida misión y a su Párroco” y en otra parte: “Según los designios de Dios debe santi carse para bien de esas almas. Impulsado por aquella voz interior que advirtiera a Saulo en el camino de Damasco: “Yo soy Jesús a quien tu persigues”… Fui al Templo parroquial de Santiago para ofrecerle a María Inmaculada, celestial patrona de ese pueblo en su día, sacudir las cadenas que me había impuesto Baco. Al instante pensé en lo caedizo y débil de nuestra pobre naturaleza y me avergoncé y me corrí, mas luego le dije: ¡Madre! , como sacando de mis re exiones obvia consecuencia, antes que a 48 ofrecerte, vengo a pedirte valor para cumplir el propósito que con la ayuda de D i o s he c o n c e b i do p o r in t e r cesión de la Madre Laura, a quien dejo de garante. A la vista de los despojos de mi vida “Non santa”, se produjo enconada lucha y en forma combativa se dio la victoria. Por la tarde, como para poner en marcha mi decisión note los síntomas de la hemorragia nasal. Rotas quedaron las cadenas del vicio que con ereza me había tenido aprisionado por tres lustros consecutivos. En ese mismo día, por intercesión de la Hermana Laura, alcancé no fumar. Antes había fumado con exceso durante veinte años. Hoy 8 de Diciembre de 1952, día de la Inmaculada Concepción de María, existe en mí el mismo rechazo al alcoholismo que comenzara a existir hace tres años. He venido al templo de esta parroquia para dar gracias a Dios por este singular privilegio y pedirle por intercesión de su amada sierva Laura de Santa Catalina, aquella otra gracia singular y de capital importancia 38 que se le concedió al Apóstol “ ¿Señor, que quieres que haga?”. 3. Una de las Misioneras con agradecimiento escribe emocionada como obra la misericordia de Dios. UN SEÑOR, PROCURADOR Y SÍNDICO DEL MUNICIPIO, cayó gravemente enfermo sin dar el médico esperanza de curación. Este señor había pasado su juventud en la costa, en donde perdió la fe y así pasó su vida hasta los 71 años, sin practicar nada de religión: Sólo se dedicó a trabajar y a beber, llevando una avaricia terrible de la cual provenía el mal trato para su esposa y sus dos hijos. Como nunca se había enfermado, creyó que su gravedad no era cierta. El médico le dijo que arreglara todo, pues no había esperanza de curarse. 38 M.A.A.A. pbro. 49 Al saber esto, el párroco intentó por varios días ofrecerle la confesión, pero no dio la menor muestra de arrepentimiento. Las religiosas Franciscanas intentaron convencerlo pero salían amargadas de tanta rebeldía. En vista de esto, una familiar cercana dijo a las Misioneras: Por Dios Madrecitas, dénme una reliquia de la Madre Laura, a ver si se con esa, pues no ha querido atender a su alma y está aferrado a su billetera para que nadie le quite el dinero. Le dimos una estampita de la Madre Laura, diciéndole que se la colocara debajo de la almohada y que enseguida iríamos a llevarle la reliquia. Cuando llegamos a la casa, el enfermo tendió la mano para saludarnos y con mucha educación nos dijo: Siéntense Madres. Invocando a la Madre Laura quedamos un rato en silencio, al cabo de este, nos dice: - Ustedes son personas muy ocupadas, así que les agradezco mucho su visita y… Con esto entendimos que nos mandaba salir. Nos pusimos de pie y sacando el escapulario con la reliquia le dijimos: Señor don Andresito, ¿quiere usted que le pongamos este escapulario?. - No hay inconveniente, hagan lo que ustedes quieran, dijo, ¿Cuánto hay que pagar? Nada, se lo obsequiamos y ojalá la Santísima Virgen, por intercesión de la Madre Laura, le dé lo que necesita. Lo dejamos en reposo un poco, e invocábamos a la Madre Laura. Mientras tanto, ya ella había movido el corazón de este señor. 50 Nos levantamos para salir. Al ofrecernos las manos para despedirnos se las tomamos y enseguida le dijimos: Don Andresito: ¡que dicha que pudiera usted recibir la Sagrada Comunión! ¿No quiere confesarse?, Él puede darle la salud si le conviene y si no, morirá en paz con Dios, dejando un lindo ejemplo a sus hijos. En tono serio nos dice: - Eso no es de importancia, yo no he sido ladrón, ni asesino y por lo tanto, no creo que eso sea necesario. Sin desfallecer seguimos insistiendo, hasta que mirándonos con unos ojos bien abiertos nos dice: Bueno Madres, hago lo que ustedes quieran, que venga el Padre y me confesaré. Fuimos a buscar al Sacerdote y lo llevamos a la casa. Al llegar ante el enfermo, éste lo despide diciéndole que a lo que él iba era a pedirle la plata, que él sabía que todo lo que tenía era de su esposa y sus dos hijos y que nadie tenía derecho a nada. Insistió el padre en decirle que sólo iba a confesarlo y nada más. Entonces el padre salió muy apenado y dijo: Este hombre es un avaro y no tiene un pite de fe. Regresamos a casa tristes pero no descon adas. Seguimos invocando a la Madre y volvimos por la tarde. Dios no nos dejó burladas, pues al vernos dijo: - Ahora si quiero confesarme, tráiganme pronto un padre. Como no quería confesarse con ningún sacerdote del pueblo, las Hermanas viajaron a otra población por el Padre Superior de los Franciscanos. Con él se confesó y recibió la Comunión y la Unción d e l os e n f e r m o s. 51 Hubiera visto la alegría de don Andresito: Les decía a las Hermanas: - Ustedes no pueden estar más contentas que yo, ¡Que felicidad para mí! Y eso se lo debo a la Madre Laura. 39 Así pasó un día y al siguiente murió muy conmovido y contrito. Estaba metido en la droga desde que murió su mamá hace varios años. Vendió todo lo que poseía, le tenía miedo al trabajo y casi arrastraba su vida. Tuvo que someterse a vender empanadas para subsistir. Su tía MGU invocó a la Madre Laura y ahora ya está recuperado del todo y trabaja en una empresa. H.P.G. El hogar estaba muy desunido. Después de invocar a la Madre Laura, la misma noche el esposo la llamó para reconciliarse. Hoy reza el Rosario y el hogar cambió completamente. Con la Madre Laura, la vida es muy bella. Su hijo ha puesto la estampita de la Madre Laura entre estrellas y muy adornada. Esto le infunde mucho valor para no temer .S.M.A. Invocó a la Madre Laura y logró abstenerse por completo del consumo de drogas y alcohol desde hace tres años. N.J.A.A. Pudiéramos seguir con los testimonios de personas que han dejado los vicios de la droga, el cigarrillo, la mala vida etc., quienes por intercesión de Madre Laura y por petición de sus familiares, han vuelto al buen camino. Así como narraciones de personas que han recibido favores en relación con su hogar, conseguir trabajo, vivienda digna, etc. Basta con las que hasta aquí hemos reseñado, para comprender que la misericordia de Dios es grande y que la fe, exigida por Jesús al hacer sus milagros en Palestina, también aquí, en nuestro medio, es indispensable y e caz para recibir las bendiciones de Dios. Enunciamos algunos de ellos: Equivocadamente lo cogieron preso en Estados Unidos. La familia de este comerciante invocó la intercesión de la Madre Laura para que lo dejaran libre y así fue. ELB. Cali. Quiero dar testimonio de el favor que recibí por intercesión de la Madre Laura. Después de cinco años de estar sin trabajo, acudí a ella y hoy tengo trabajo. L.E.M. Después de seis años de haber perdido el empleo y a pesar de mi edad, invoqué a la Madre Laura y me volvieron a llamar a trabajar en la misma empresa. M.O.R. 52 39 Archivo Madre Laura. H. S. A. 53 su trajinar como maestra de escuela en varias poblaciones del Departamento de Antioquia y luego, como fundadora de la congregación de Misioneras que lleva su nombre. No se doblegaba fácilmente, sino que actuaba con tesón para hacer lo que ella creía ser la voluntad de Dios. DATOS BIOGRÁFICOS DE LA VENERABLE LAURA DE SANTA CATALINA DE SIENA Las personas que conocieron a la Madre Laura no pueden olvidar el trato afable y dulce y su físico que transparentaba su virtud sólida. Nos dice el Padre Alfonso Restrepo quien la trató por muchos años: “Tenía la Madre el don de tranquilizar las conciencias más turbadas. Hacía prodigios de bondad con los que caían en faltas, recibía con bondad acogedora las con dencias íntimas de las Hermanas, se compadecía de sus debilidades, de sus luchas y tentaciones. Como por encanto, las personas que acudían a ella salían aliviadas y curadas de cualquier angustia interior.”40 “Poseía un corazón palpitante para amar con delirio a Dios y por hacerlo conocer de aquellos que nunca habían oído hablar de Él. Por ellos, quiere entregar su vida hasta el martirio. P a s ó p o r encima d e l o s o b s t á c u l o s que se le presentaron en 54 40 Apuntes de la Madre Ma. del Dulce Nombre El Dr. Samuel Arturo Meza y Posada, su amigo y con dente escribe de ella: “Dotada de claro talento y de una virtud acrisolada, ella nació con la hidalga misión de ser Fundadora Insigne y Meritoria. Como fue una pedagoga eminente, sabía enseñar en una forma admirable, valiéndose de una metodología convincente y e caz. Sabía dominar corazones y conquistar las almas. Sabía muy bien que la palabra convence, pero el ejemplo arrastra y enseñaba con el ejemplo. Sabía que 41 orar es conversar con Dios y enseñaba también la oración”. Nació la Madre Laura en la población de Jericó, República de Colombia el 26 de Mayo de 1874. La segunda entre tres hermanos. Sus Padres fueron Juan de la Cruz Montoya González y Dolores Upegui Echavarría. Llamada para realizar grandes cosas, como alma privilegiada, Dios quiso conducirla desde su infancia, por los caminos de sufrimiento. Murió su padre defendiendo sus principios cristianos en guerra fratricida. La niña Laura con su madre y sus dos hermanos en absoluta pobreza, fueron a la Población de Amal , a la hacienda de su abuelo buscando un techo para abrigarse. Poco aceptada por éste, y separada de su madre, experimentó “hambre de cariño”, según lo expresa en su magní ca Autobiografía. Es allí, en estas circunstancias, donde Dios la eligió, la enamoró y le participó de sus atributos. 41 Revista Almas número 161. 55 A los siete años, Laura tuvo su primer encuentro místico, con el Ser de Dios, su Padre. Desde ese momento su corazón se llenó de alegría y quedó inserto en Dios. Alimentada por la lectura del Nuevo Testamento que se hacía en casa y de vidas de santos, nació en ella el sentimiento de su propia bajeza, y la necesidad de austeridades. Sus lecturas la llevaron a Dios y en ellas aprendió a amar a la Iglesia, de modo que desde temprana edad despuntó en ella su vocación de ser religiosa de clausura, pero, ¡cuán equivocada estaba en su vocación!. Tuvieron que transcurrir muchos años, para que ella comprendiera que su verdadera vocación era la de ser misionera, es decir, enviada por Jesús a comunicar la Buena Noticia de salvación para todos los hombres. El fuego que el Espíritu Santo encendió en su vida, fue alimentado con abundantes gracias místicas que Dios le regaló con liberalidad. Se re ere a una de estas gracias cuando expresa: “Creo poder señalar cierta vista muy clara en lo interior de mi alma, del soberano Misterio de la Santísima Trinidad. Este misterio parecía desarrollarse o veri carse en mi alma haciéndome sentir un fuego interior dulce y amargo a la vez.(…)Al principio esto me quitaba el conocimiento o la advertencia de otra cosa, según entiendo. Como que embargaba todo y al principio era conocimiento experimental, después era como posesión, sin conocimiento y por último no distinguía ya sino un puro gozo de los que he percibido otras veces en la generación del Verbo” .42 Dios se convirtió en su ÚNICO amigo, su íntimo amigo. Estas condescendencias del amor de Dios le arrancaron hermosas saetillas que in amaron su corazón: 56 42 Aut. p. 459 “¡Dios mío, qué capacidad de amor me habéis dado!” 43 El deseo de ver a Dios conocido y amado y el amor ardiente de su corazón por tantos hombres, mujeres y niños que no conocían a su verdadero Padre, la motivó a buscar sacerdotes que quisieran trabajar con los indígenas en la selva. Pero de todos recibió negativas por ser una empresa que rebasaba los moldes tradicionales de las instituciones religiosas de ese tiempo. Desde entonces, su alma se estremecía al considerar la desgracia de millares de seres humanos que no conocían a Dios y decidió emprender, ella misma la tarea misionera. Dios se le manifestó en su oración como un Padre lleno de amor y comprendió la grandeza del Bautismo que nos hace hijos de un Dios tan bueno. A los pies de la Inmaculada cuya imagen ocupa hoy un lugar en la Basílica Metropolitana de Medellín, paso la señorita Laura, largas horas desahogando su ferviente amor a María tratando con ella la necesidad de iniciar su “Obra de maestra de los indios”. Con adamente ora así: “Madre, yo no soy huérfana porque te tengo a Tí, que eres más que Madre, pero los pobres indios están huérfanos y me parten el alma”, ¿No querrás ser su Madre? La Madre Laura comprendió que para todo cristiano es necesaria la protección de María: Ella, la compañera de su pensamiento, la cautivó y la acompañó en todas las di cultades que tuvo que sortear para la realización de su obra misionera. El nombre de María era el primero que aprendían a pronunciar los indios. Muchos de ellos encontraron la Fe a través de la devoción de esta Madre tierna que ellos aprendieron a invocar. 43 id 57 Encontramos en la espiritualidad de la Madre Laura caracteres distintivos del celo misionero en grado eminente. Como consecuencia de las experiencias de encuentro con Dios Padre, la Madre Laura se sintió atraída por Jesús sediento en la Cruz: La quinta palabra de Jesús “Tengo sed”, fue su lema y por calmar esa sed debía luchar sin tregua. Escribe: “Si estás sediento de almas Tú y yo estoy sedienta de calmar tu sed, ¿por qué no sacias estas ansias Dios mío? ¿Qué te detiene Señor? La Madre solo quería darle Gloria a Dios, extender el conocimiento de su nombre en toda la tierra, buscar al pobre, al indígena, al negro, al mestizo más abandonado, a todos los que en su oscuridad interior no podían buscar a Dios. Por ellos suspiraba noche y día en sus largas horas de oración. Ellos constituían su dolor profundo, “su llaga incurable”, como grá camente se expresa. Desde el fondo de su corazón se dirigía a Dios con estas palabras: “¡Señor de mi vida! Si conocerte es ser feliz, no conocerte es no sólo ser infeliz sino ser un fracaso, es algo que no acierto a decir”. Tenía muy claro el concepto de dignidad de los pobres, de los humildes, de los indígenas, por el simple hecho de pertenecer a la raza humana. Este fue uno de los principios inspiradores de su obra misionera: Elevar y promover a los marginados, por una acción silenciosa y humilde, respetando los valores étnicos y culturales de cada raza, para que teniendo conciencia de su propia dignidad, se promuevan por sí mismos. La aceptación plena y sin límites de la voluntad de Dios fue el camino de su santidad. Un sí generoso y constante al querer de Dios. Un sí a este amor que la llevó por las sendas del heroísmo, por caminos t o r t u o s o s y difíciles, de sacri cios heróicos 58 hasta alcanzar las cumbres. Amor quemante que se convirtió en dolor, en la búsqueda de darle a Dios la Gloria que se merece. En 1914 apoyada por Monseñor Maximiliano Crespo, obispo de Santa Fe de Antioquia, fundó una familia religiosa: Las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, obra religiosa que rompió moldes y estructuras insu cientes para llevar a cabo su ideal misionero según lo expresa en su Autobiografía: Necesitaba mujeres intrépidas, valientes, in amadas en el amor de Dios, que pudieran asimilar su vida a la de los pobres habitantes de la selva, para levantarlos hacia Dios. Buscó recursos humanos, fomentó el celo misionero entre sus discípulas, escogió cinco compañeras a quienes prendió el fuego apostólico de su propia alma. Aceptó de antemano los sacri cios, humillaciones, pruebas y contradicciones que se veían venir. Acompañadas por su madre Doloritas Upegui, el grupo de “Misioneras catequistas de los indios “salió de Medellín hacia Dabeiba el 5 de Mayo de 1914 y el 1º de Enero de 1917, ya al grupo se habían unido otras señoritas, y formaban una pequeña comunidad itinerante por las selvas antioqueñas, por lo cual, Monseñor Crespo erigió o cialmente la Congregación de Misioneras, extendida hoy por 19 países en tres continentes. Después de una larga vida dedicada al apostolado, la venerable Madre Laura murió en Medellín, Belencito, el 21 de Octubre de 1949. Su fama de santidad es reconocida por todos los que la conocieron. Su tumba en la Iglesia y la alcoba donde murió, son visitadas diariamente, por personas que se encomiendan a ella en busca de un remedio para sus necesidades. 59 La causa de beati cación se terminó el 7 de julio del 2003 día en el cual el Papa Juan Pablo II aprobó el milagro necesario para su beati cación, y fue canonizada por el Papa Francisco el 12 de Mayo de 2.013. Hoy, como en tiempos de Jesús, la Fe sólida en el poder de Dios y la con anza en los instrumentos que El se busca para manifestar su Misericordia, nos dan la esperanza de alcanzar para todos las gracias que necesitamos. La Madre Laura nos enseña: “CONFIAR EN DIOS ES LO MISMO QUE TENER” MILAGRO APROBADO POR SU SANTIDAD JUAN PABLO II PARA LA BEATIFICACIÓN DE LA MADRE LAURA MONTOYA La señora HERMINIA GONZÁLEZ TRUJILLO, nacida en Altamira el 19 de Enero de 1907, madre de 14 hijos de los cuales viven seis. Doña Herminia, el día 3 de Octubre de 1993 en horas de la tarde se encontraba en casa de su hija Luz Marina, cuando sintió un gran dolor de cintura y empezó a eliminar de color oscuro. Un poco más tarde le sobrevino una hemorragia muy fuerte. De inmediato la trasladaron a Urgencias de la Clínica Cardiovascular donde fue atendida. Horas más tarde la enviaron a su casa con la orden de ser evaluada por un ginecólogo, lo más pronto posible. El 11 de Octubre fue atendida como una urgencia por el doctor Carlos Enrique Restrepo L., médico del Centro Médico de la Congregación Mariana, en Medellín. Inmediatamente el doctor suspendió los pacientes siguientes que se encontraban ya en sala de espera, llamó a la jefe auxiliar para que le canalizaran la vena y pidió programación para una urgencia de cirugía en la Clínica Cardiovascular. El mismo médico la llevó en su automóvil particular. 60 61 Al llegar a la clínica fue intervenida quirúrgicamente. Salió muy decaída por la pérdida de sangre y la situación que en ella se presentaba que según la biopsia del 11/10/93 era carcinoma escamocelular moderadamente diferenciado, invasor compromiso de parametrio. Dos días después, el médico de turno dijo a su hija Amparo: “Mira, le vamos a dar salida a tu madre, ella es una paciente terminal, nada más podemos hacerle y bien sabes lo costosa que es esta clínica, lo que se haga se pierde”. En casa, comenzó el sufrimiento: ebres esporádicas, intensos dolores, pérdida de peso, hemorragia continua, esperaban el desenlace fatal. En Noviembre de ese año, pidió la señora que se reunieran sus hijos. En esta reunión, se per ló, tomó el color de cebo y pensaron sus hijos y nietos que había llegado su hora nal. Esta agonía duró unos 15 minutos. En vista de que los dolores cada día se hacían más intensos, acudieron a la clínica del dolor para una evaluación y así poder suministrarle un analgésico de alto control, que sólo desde allí podían ordenarle. En el mes de Diciembre fue atendida en el Centro Médico de la Congregación Mariana. El médico, al evaluarla, le explicó detenidamente y con un dibujo, el tipo de cáncer. Manifestó que no le convenía irradiación, por el riesgo de hacer una fístula que le uniría con el recto. Aconsejó no la movieran y le administraran “Galaar”, ocho gotas según el dolor. La frecuencia se le aumentaba hasta llegar a una dosis supremamente alta, de 30 gotas. Mosaico 62 63 Así pasó los meses siguientes, con hemorragia continua, dolor intenso que no se le calmaba. En el mes de Julio estuvo muy grave. Volvió a expresar su deseo de reunirse con sus hijos. No habían llegado todos, cuando quedó sin palabra y sin respiración por algún rato. Volvió en sí, desalentada y sin fuerzas. El Padre Emiro Bermeo, al visitarla se dio cuenta de su estado de gravedad, celebró la Eucaristía en su casa y le administró la Unción de los enfermos. Unos días después, se le notó un poco mejor en su estado de ánimo, pero continuó manejando sus dolores y una fuerte hemorragia. Dona Herminia manifestó su deseo de visitar a Madre Laura, pues decía, ella si le iba a ayudar. En el mes de Septiembre se presentó a la pieza donde murió la venerable Madre Laura, acompañada de sus hijas y algunas Hermanas de la Comunidad. Se acostó en la cama donde murió la Madre Laura. La Hermana Amparo le dijo: “Mamá, pídale a Papá Dios por medio de Madre Laura, que no la deje sufrir, que se la lleve o la cure¨. Ella respondió: “Quiénes somos nosotros para estarle dando órdenes a Dios y diciéndole quién se debe morir. Él es el único que decide el momento”. Después de hacer oración en voz alta, le dijo que le quitara la hemorragia, para ella sentir alivio y poder aguantar su enfermedad. Su hija re ere, que ese día fue el último que sangró, pues la hemorragia desapareció totalmente, y su mejoría fue notoria y su recuperación excelente. En el año de 1996 al presentar fatiga en horas de la noche, visitó el cardiólogo de la Congregación Mariana; este al ver la historia que reportaba el procedimiento practicado por el Dr. Carlos E. Restrepo, le dijo a la Hermana Amparo: ¿Usted cree en milagros? Esto es un milagro, inmediatamente se comunicó con 64 el ginecólogo Dr. Carlos Enrique Restrepo L. y el mismo día dieron el espacio para una citología, rayos x de tórax, revisión ginecológica, todo con resultado normal. En 1997 una nueva citología y ecografía, presenta normalidad. En 1999 nueva citología y examen ginecológico apareció todo normal. Con el testimonio del Ginecólogo Dr. Carlos Enrique Restrepo L.: Curación espontánea de cáncer de cerviz. El 7 de Julio del 2003 el Papa Juan Pablo II aprueba la veracidad 44 de este milagro, paso inmediato para la beati cación. ORACIÓN Santa Laura, te llamaste “fruterito” recoges en tu delantal, de las divinas gracias que derrama el amor de Nuestro Padre Celestial. De esta abundante y diversa riqueza, regálanos hoy al meditar en tu experiencia de fe, amor, pureza. Haz que tus virtudes logremos imitar. Amén Diga la gracia o favor que desea recibir de Dios, por intercesión de la Santa. Padre Nuestro... Ave María... Lo importante es estar en gracia de Dios. Y hacer la oración con fe, con frecuencia, y estar en permanente complacencia a Dios Nuestro Señor. 44 Archivo Madre Laura. Testimonio de su hija. Amparo Álvarez 65