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manda guardar y cumplir el Reglamento del Tribunal extraordinario y temporal de vigilancia y\ protección 3 \ •. • • <. crmdofQrHaifiw*®^ --• i-*H;*J ;;.j ¿ del Rvyno* -^ .• l JLiron Fernando VÍÍ, por ía gracia de Dios y Rey de Castilla* de Leoiü > de Atagoa^de las dos Sicüiasi^ de Jerusalen ^ de Navarra 3 de Granada , de ¡Toledo , dé Valencia ^ de Galicia , de Mallorca > de Menorca , de Sevilla > de Cerdcña , de Córdoba ? de Córcega 3 de Murcia ? de jaén; Señor de Vizcaya y de Molina &c.; y ea su Real nombre la Junta Central Suprema y Gubernativa del Reyno : A los Presidentes 9 Regentes y Oido* Tom. FIL M do-
res de las Cnancillerías y Audiencias * Juntas superiores de las Provincias, Corregidores^, Asistente, laten* dentes , Gobernadores > Alcaides Mayores y Or^inanosi •y otros Jueces y> Justicias y Ministros y personas dte qual» qmer clase, estada y condición qiae sean de tocias las Ciudades, Villas y Lugares de .estos nuestras Reynos y Señónos, asi de Realengo^ como de Señoril> AbaSlengo y Ordenes > salud y gracia» SABED Í Que coa fehVdi veinte y seis* de este mes se dirigió ai Duque del Infantado ? Presidente del muestro Consejo , la Real orden cuyo tenor y el del reghúue&to que en ella se expresa es el siguiente: Excelentísimo Señor: En con» seqüencia de lo que la Junta Suprema Gubernativa del Reyno anunció en el Real decreto de quince; del corrient e sobre la comisioii especial para conocer de lospmn* tos relativos a las ocurrencias del «iia*••$ se4ha . servia do aprobar el regiañiento adjunto , el qual¿ seaala. las funciones ,-• causas, y términos en que debe conocer el ^Tribunal eoctraordinario y temporal de vigilancia; y protección , y las personasi qiiei han de eprnpo&trkfc S* M , para el delicado encargo de entender en las causas de infidencia ó adhesión ai Gobierno Francés 9 y quamo tenga intima conexión con estos puntos 3 y proteger a los q u e , siendo buenos servidores del Rey y veMadeTOS Españoles 5 se vean censurados por un falso zelo, ha elegido Ministros de todos los Consejos y otros l n * bunales del R e y n o , de cuya pamtftñnjo^ actividad y Inces espera que corresponderán atan distinguida confianza. Y de orden de S. M. lo comunico á V. E, con €l reglamento para inteligencia del Consejo y su cumplimiento y publicación* Dios guarde á ¥« E. muchos años. Real Palacio de Aranjuez veinte y seis de Octubre de mil ochocientos y och x = El Conde de Floridablanca t = Martin de Caray*» Señor Buque Presidente del Consejo Real. Reglamento, Entre tanto que el victorioso exército Español persigue los restos de las tropas francesas que vngm fugitivas por la orilla izquierda del Ebro> para forzarlas á
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h pssar el Hrineo , y castigar su ingrata y atroz coa* docta, la Junta Suprema Gubernativa\ cuyo zelo y primera atención se ocupa en auxiliar á los valientes defensores cié i a patrá por quantos medios y con quaa* tos socorre* tiene á su disposición en tiempos de tan* to 3puro , no puede perder de vista la seguridad intenor del Estado 7 ni dexar de perseguir con igual zelo k los enemigos que abriga en su seno, y cuyas armas son tanto mas temibles quanto se mueven en la obscuridad ? y son dirigidas por el ínteres ó la perfidia, Y ahora sea que estos enemigos internos ^ enviados de afuera ^ y pagados por ei tirano usurpador , vivan escondidos ó disimulados entre nosotros para promover secretamente sus designios ; ó ya ruines é ingratos Españoles y que por su conocida adhesión al partido francés 5 y del antiguo y; malvado opresor de la Nación* en lugar de abrazar el santo y glorioso empeño de la defensa de su Rey y dé su libertad, abandonando vil y cobardemente á la patria en tan extremo conflicto y cooperan con su insidiosa conducta y ocultos m&> nejos en favor de nuestros crueles^ enemigos i el d^^ cubrirlos , el castigarlos y lanzarlos de nuestro terr « torio es un deber sagrado del Supremo Gobierno > h quien la salvación de la patria esta encargada. Pero al mismo tiempo es una obligación no m^nos s u r a d a del Gobierno Supremo proteger á los buenos y rieles ciudadanos contra las preocupaciones del vulg o , que juzgando por meras apariencias 3 y sin discernir los crímenes de la infidelidad de ios defectos áe la flaqueza, confunde en.su censura y su odio á los que abierta ó disimuladamente aprueban ios designios ó pretensiones del enemigo,: y ayudan y cooperan en su logro con muchos ñ^ies y antiguos servidores de la patria , que hoy trabajan por su bien , y promueven la buena causa, oon tanto mas 2 d o , quanto m3s obligados se dienten a desmentir las infundadas sospechas que pudo engendrar su conducta en los tí era», pos : y situaciones, de. dura y atroz opresión en que se hallaron. Pa-
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Para deseen p?ikr > pues > una y otra ob%actoa del modo mas CQíiíoraie. a la naturaleza |? eirauastanci^ de ^us-íobptos -.í> '.¿1% Ju#ík §®$rema Qixhzmzúvmfea^aqor. --; d a t e fíoimar^ un ^ T f t e t ó ^ ^f^eídiácíaío^ y: • iteinpocal} de i t^iiáneia ^ próteseáon * caiapüesto de- M|nistros e$€Q*t gidos por su prudencia 5 mby y acreditado patriotismo; ? el qual, procediendo coaforme á las leyes protectoras de la pública segu*id causas ymegov dos |te£t£&ecientes á 4OS objetos #rr*bk rtndtéados. ^Compondrán este 3^ib?analílos Ministros -0*-Andrés Las ataca, del Consejo R e a l 5 D. fe moo d e Posada
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Soto >> del; Consejo y Gámamade Indias i-D. josef Jas* to Salcedo ^ del de Marina; IX Carlos de Simo» Poateroii, del ¡de; Qrdenes0&. ¿Sancho > de iíÁ&mm > del de; IJacieodi JÍÍ D i e d r o MatiaíRie ¿; de te Real i Audiencia de Zaragoza ¿ y ;i>* Antonáor;S£oaae>./qué:, lo fae de la Réai Chaactlleria de Vailadolid. ñ ?.. Será su Fiscal el Oidor dei Consejo Real de Na*ar* r e ¿D* justo Maria S i l b a r líava^rooarai todas ¿las csti» sas j? fiaiciGS^ crismales -que e m é i s e ^instauren \, en los quaies será oidoí su^istaníen aua quando se proceda a* instancia de parte; pero erv los expedientes gubernativos tendrá voto como los demás Ministros. Para los expedientes y negocios gubernativos, y para los que sean por sus circunstancias reservados y secretos , y para las correspondencias íendra-el Tilba^ ©al ua ^Secretario > y lo será eb Gpmtsario de Guerra D« Pasqual Genaro Rodenas. Para el despacho de Jas cansas v .expedientes ten» drá el Tribunal extraordinario un Relator 7 un JEscribaño de Cámam> y otro de'diligenda^ , que nombra* rá el mmm>4 y quando la necesidad io pidiere podrá valerse de los JEs^ribánosMO^ñdales, de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte > asi como de sus Alguaciles y dependientes inferiores. Se congregará todos los días, exceptuando solo las tientaskenteras> eq las quaies y en quaiquiera otrodia -i 1
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se juntará extraordinariamente, convocado por el nus antiguo, sí el caso • lo pidiere. Conocerá el Tribunal extraordinario de todas las causss y negocios de incidencia que tengan relación p o n ías descubiertos ü ocultos rnanejos--del••partida francas 6 de sus protectores ; y en tes que fuuvn de esta friñ-buciun esraran sujetas á su jurisdicción todas las personas de qualquiera clase , estado ó condición que fueren , con exclusión de. qualquiera otro fuero , pues': que todas deben entenderse desaforadas por la natura- ¡ , leza misma del objeto. Pero el Tribunal extraordinario se abstendrá de conocer en las demás causas y negocios criminales y civiles qne no sean de su peculiar atribución , pues que todas deberán seguirse como hasta aqui por aute las Justicias y Tribunales de esta Corte. En Jas causas y negocios que antes de; ahora-Jiubiesen instaurado las justicias y Tribunales de la Corte , pertenecientes á los objetos e« qué debe entender el Tribunal extraordinario, continuarán conociendo de ellos hasta su conclusión^ pero sera o!e su obügacioa enviar a la Junta- Suprema relación de todas las causas y expedientes que fueren de esta naturaleza-, coa expresión de su estado, para que en vista de ella to* :n-j la providencia que juzgare conveniente. Cuidara el Tribunal extraordinario de averiguar la existencia y conducta de qualquiera subdito del Emperador de ios Franceses , ó de los Gobiernos en que domina su familia ^ y que se halle oculto 7 disimulado ó protegido en España, para proceder según la resultancia del proceso a su condigno castigo, si se hallare culpable de qualquiera cooperación á los designios del tirano, é bien para lanzarle del territorio español , quando por su conducta no mereciere otra pro* videneta. Mas en quanto á los extrangeros domiciliados les guardara la protección que les conceden las leyes siempre que su conducta honrada y leal los haga aeree* dores á ella. Pro*
$4 procederá el Tribüfiat extraOfdíiiario contra tocto es* pía, emisario, fautor ó promovedor del partido fran» res , y de sus pérfidos intentos, que pudiere descubrir, p/ocediendo contra ellos con todo el rigor de la* leyes. Instaurará causa criminal de infidencia contra todos y qualesquiera reos dé eme delito^ sustanciándola COSÍ su atidi^nria , y por la forma y t^htiuxes del derecho, imponiéndoles ías parias en que hubieren incurrido ^on-forme á las leyes del Reyno; y quándo por la gravedad del delito resultare sentéüdtá de> pena Capital -> de confiscación , ó d e perdimiento de empleo > grados y honores, el Tribunal la cofi§í#tar^^cOQ iá Supremvjumn Gubernativa, antes de su exécückm , pdf la Secretaría del Despacho de Gracia y justida. '• En los delitos de la rois%a cteí' > aunque de menor gravedad , el TribunalHnstaürará ei correspondante juicio cd tiiinal sum a rió , recibiéndole á prvié*>a con todos cargos polr un término breve j determinar dote y llevándole á execudon según la ¡practica y estile* de i a Sala de Alcaldes de Casa y Corte; y hecho , dará cuenta a la; Suprema Junta por la via de Gracia y Justicia* -Y como la brevedad etíí él despacho de los negocios crirníhales sea tan necesaria para el pronto castigo de los delitos, cotfio provechosa a los delinqüentes 7 para que sobre la pena que los aguarda no sufran por xnucho tiempo la angustia y molestias de la prisión $ y como esta brevedad será mas necesaria todavía en ios Que pertenezcan a' la jurisdicción del Tribunal extraordinarios procederá este en la instrucción y determina^ cíon de las cansas Jai -ios y expedientes con toda ia celeridad que sea compatible con los rigorosos principios dé justicia , evitando la inútil tnultipiicacion de testigos en ei sumario > cinundo el número de ellos y el de las preguntas de los interrogatorios en plenario ¿ cortando estudiadas y maliciosas dilaciones, y caminando siempre ai fin de su institución por ios medios mas breves y mas conformes á la naturaleza de estás causas 3 y ~l cspiíi&i de nuestras sabias leyes. De
De tes causas y juicios que el Tribunal instauráis dará cuenta por la vía de Gracia y Justicia á ia Junta Suprema de Jas que farrea grabes de día en dia ; y jde las que no > en los Silbados de cada semana, y ademas de quince en quince días la remitirá lista de tor das las que tstuvieien pendientes, con noticia del esr lado en que cada una se hallare ¿ para su completo conocimiento, La inurueck n de los procesos sumarios se hará por Jos Ministros togados del Tribunal y por turno de se* manería , para lo qual llevara el Escribano de Cámara un libro de tumo en que conste su distribución. Todas las declaraciones de los reos y tudas las deposiciones de los testigos y asi en sumario 7 como en pienario ? serán recibidas por ante el Ministro semana? r o ? sin que por ningún motivo ni pretexto se confien al Escribano de diligencias , sopeña de nulidad. Los autos de prisión y embargo de bienes np se proveerán sino por todo el Tribunal; e^traordina^ic*^ $ con vista de proceso 5 pero si5 hubiere .peligro $n Ja/ fuga del reo , ¿el Ministro semanero podrá; ponerle! po$ detenido en cárcel 3 quartel ó cuerpo de g>3ar;dia : p bien en su casa con ella , dando 4cuenta ai Tribunal ai siguiente dia , para que acuerde lo que fqere de justicia. Si;a, cpnseqüencía del auto de prisjoa y ¿ernbargp hubiere que hacer ocupación de los papeles del .reo^ el Ministro semanero la hará precisarrif ntej en eornpañia del Ministro que le haya precedido en t u r n o ; am* bos la harán por sus propias personas y a presencia del Escribano; se pasarán los que sean ^pertenecientes al juicio solamente; y todos, los demás los cerrarán > se-j liaran 5 y pondrán en seguro depósito > conservándolos corno una propiedad sagrada del reo y que n#. debe ser tocada ni escudrinada sino en lo que pertenezca a la averiguación y comprobuaoion de su delito , y a la se» guridad del Estado» Si la persona de cuyo arresto se tratare fuere de alta clase y carácter 3 el Tribunal antes de proceder á él da*
9$ úzt& cuerna a la ÜÜ^Dfems finita con bteve^y c!áf£ ex* posición de los motivos que causan ¿ eí -érjté&to-'; y¡ éi hubtere peligro en la ocultación' ó fuga del r W ? l £ fta* ra observar de céreas y tomaré t©das las damas precanciones que su prudencia ie dictare para ; ¡asegundad *tíel juicio. Aunque fuera¡ de la Corte y en ios exércitos quedara expedita ía jurisdicción délas Justicias-y Tribu Fia* les del Réyno $ y de i; los Genérales y jueces militares para él conocimiento y castigo de los deHtos de iaii« dencía ? será obligación de irnos y-otros dar cuenta á la Juma 'Suprema de -las causan y juicios que-sobre ello instauren, y consultar Jas sentencias de* muerte 9 eonftscacion y degradación qtie :pfctoír> particularmente é # negocios que w i por su ¿atufáleza^secretosr y reservados , ta de la deterioración dé5 estés ^xpecUentes á la Supremá Jufífá, , <*r'- •••' •••'•'•<..-• i,-¿:M ..., { - S i de estos ^exp^fíéntesf» gubernativos;* resultare ; éi'oti» vo súfteierjte para proceder erirmnateeríte > elTri&unal instaurara la causa © juicio crifeíf>&l correspondiente,, pasándolos a la Escribanía, de £¿#rara?V poniéndolos por cabeza de éi y precediendo tfeguti t?a pf£venido. — fil: Tribunal extraordinarios no Hiístáürara causa ni juicio •étiatinsly ni-toncará providencia alguna judicial en virtud de papeles anónimos ó preudoanónimos 3 ni por delaciones ciegas > y que no estén firmadas de per* $.ona conocida > por ser estos los viles medios de que la-calumnia y la envidia suelen valerse para perseguir te inocencia 7 deprimir ó denigrar el mérito y promover in-
97 insidiosamente personales y privadas vonc^nzss; y por lo mismo tsvm justamente improbados y detestados poc las leyes , protectoras de h inocencia y de la seguridad individual de ios ciudadanos. Pero el Fiscal dti Tribunal extraordinario , después de haber recibido slguna delación firmada de persona conocida y de buena ronda u ¿ podrá promover el juicio que estime conveniente 7 y no deberá descubrir ei delator siempre que asi lo solicite. Ea cuyo caso se conservará h delación en la ciase de reservada, y no se pubücará sino quando el reo tuviese que responder por las resultas del juicio , por ser mío y otro coaforme á las iey?s. Como entre hs personas que han tenido la desgra* cía de sejr nombradas pura asistir a la Junta de Bayona , ó de hallarse por sus empleos rendentes en Madrid en el tiempo en que esta capital del Rey no estaba subyugada por los xefss dzl ^xército francés, y la de concurrir á los acto* ilegítimos que en una y otra parte se executaron , puede haber algunos que hayan cooperado ó cooperen todavía abierta ó escondidamente á los designios d?l tirano usurpador , y con estas \iks personas no deben ser confundidas aquellas que cediendo al inñuxo y coacción de extrañas y violentas circunstancias solo han prestado una sumisión aparente y forzada á dichos a/tos , la qual despu. s han desmentido con su leal y honrada conducta y buenos servados; será uno de los primeros cuidados del Tri« banal extraordinario hacer ei ju^to discernimiento de unas y otras que piden la equidad y la justicia > procediendo h, ella con toda la prudencia , pulso y madurez que conviene á un negocio en que de una parte esta comprometida la pública segundad , y de otra la opinión y ei honor de muchos buenos y honrados ciudadanos. £n quanto a las personas que en este reglamento resultaren iniciadas de pertenecer al partido francés, 6 ser sus fautores y adherentes 7 el Tribunal extraoidina* Tom. VIL N rio
rio procederá contra ellas, instaurando cao>* 6 juicio criminal 5 ó bien formando expediente gubernativo > se•gnn las reglas que quedan indicadas , sin proceder en manera alguna contra Jas demás que no hubieren dado motivo para ello 5 bien que recibirá las explicaciones ó exposiciones que estas personas quisieren presentarle para calificar la inocencia de su conducta, Aunque las personas de esta ultima clase deben quedar por su inocencia ubres de todo procedimiento 3 el Tribunal extraordinario 5 después de haber meditado coa madurez y detenimiento esta delicada rrmecia , consultará á la Suprema Junta Gobernativa el medio que estime mas conveniente para proteger su seguridad , y salvar su opinión de qoalquiera rrota que pudo haber producido su intervención ea los referidos actos ilegítimos 3 y para restituirlas al grado de estimación y aprecio que cada una hubiere merecido por su conducta y buenos servicios. " \ Por ultimo > la Junta Suprema encarga y muy estrechamente recomienda al Tribunal extraordinario de vigilancia y protección, y lo espera del zelo y prudencia de los Ministros para él nombrados, que en ios negocios confiados á su conocimiento proceda con toda ia vigilancia > actividad 3 rectitud y firmeza que requiere el grande objíto de la seguridad del Estado, velando incesante y cuidadosamente sobre la insidiosa conducta de los enemigos y traydores que la amenacen con sus asechanzas y ocultos manejos , y escarmentándolos y lanzándolos de su seno ; y asimismo le recomienda toda la prudencia y circunspección que es necesaria para defender con su protección á los amigos y buenos servidores de la patria contra las preocupaciones del vulgo y las sugestiones del falso zelo. Aran» juez veinte y seis de Octubre de mil ochocientos y o *ho. = El Conde de Fioridab!anca.=r Martin de Garay, Vocal Secretario general. V'sto twdo por los áel nuestro Coasejo en el pie» no de veinte y nueve del presente mes , se acordó su cura-
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tmrplimiento , y para ello expedir esta nuestra Cares. Per la quai os mandamos a todos y cada uno de vos en vuestros respectivos Jugares, distritos y jurisdicciones, veáis, guardéis v cumpláis la Real resolución y reglamento inserto, formado para el gobierno del Tribunal extraordinario y temporal de vigilan ría y protección , y le guardéis, cumpiais y executtis ? y hagáis guardar , cumplir y executar tu los casos que ocurran ^ obedeciendo y haciendo obedecer las órdenes y pro vi* tícncias que diere ei expresado Tribunal , sin permitir su contravención en manera alguna. Que asi es núes* ira voluntad 5 y que al traslado impreso de esta nuestra Carta, firmado de D. Bartolomé Muñoz de Torres, Euestro Secretario 5 Escribano de Cámara mas antiguo y de Gobierno del nuestro Consejo , se íe dé ía misma íe y crédito que á su origina!. Dada en Madrid á treio» ía y uno de Octubre d e mil ochocientos y o c h o t e El Duque del rnfamado.==& D> Josef Navarro. =r D* Ignacio Martínez . Bartolomé Muñoz. AVISO
AL
PUBLICO.
Jt\\ mismo tiempo que estaba yo observando con mu* cho sentimiento de algunos úizs a esta parte la falta de concurrencia ai alisramiento para ei completo de los dos Batallones de Cazadores Voluntarios Distinguidos de esta Ciudad, han ido llegando a m» noticia algunas especies divuígacíss con equivocación entre el Pueblo*
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a lis q.nles hs debido en ft.\ atribuir la dr tención isa inesperada qus notaba en acudir á este meritorio y no* ble servicio. Pales son- las deque estos Batallones iban a ser destinados á servicio distinto del que hacen los otros quatro^de línea ya formados- que por su calidad de mas modernos , y de tropa ligera , habrían de goz-.*r diferente consideración que aquellos: que su uniforme , y demás prendas militares, habrían de ser, no solo menos lucidos que los de aquellos , como exige la diferencia constitutiva de tropa ligera, sino que aun se harían notables por lo económicas: y sobre tolo, que se pensaba por el Gobierno regalar á los individaos de dichos Batallones ei uniforme, lo quat podía y debia mirarse como un género de enganchamiento* ó precio de su libertad* En visca de esto , y persuadido como lo estoy á que tales especies , verdaderamente irritantes y bochornosas, han sido y debido ser el solo obstáculo que ha suspendído Ja concurrencia de los leales y pundonorosos vedaos de Cádiz, k completar este incomparable Cuerpo, como urge para el buen servicio de su guarnición,y pa* ra desempeñar la gloriosa y exemplar promesa , que por medio del Excmo. Sr. Don Tomas de Moría, tienen hecha al Gobierno Supremo y á la Nación, de constituir por sí gratuitamente la guarnición, custodia, y defensa de esta primera Plaza del Reyno: He juzgado preciso dirigir al Publico este aviso , por el quai de acuerdo con la Junta de Gobierno de esta misma Ciudad, hago saber : i. Que los Batallones de Cazadores Voluntarios Distinguidos de Cádiz forman un mismo Cuerpo con los quatro Batallones de linea ya formados. 2. Que han de gozar en todo las mismas consideraciones y distintivos honoríficos que aquellos* 3« Que no harán otra clase de servicio que el mismo en que aquellos se empleen. 4. Que su uniforme y demás arreos militares serán* adequados á su título y calidad de Cazadores de Infante-
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teda , sin e! exceso de íuxo que no es propio del ob^ jeto, ni tampoco con una economía que desdiga del nombre de Cádiz • , . ,... \¿ 5* Que el gobrernor no ha deHberadb ni pensado que se regaie el vestuario a los individuos de dichos Batallones 5 porque ni aun en esto deben diferenciarse de los otros. 6» Finalmente, que aun en caso que las circunstancias obligaren en adelante ^ vestir qn. Cuerpo para aumento de la Guarnición, no formarán nunca parte del primitivo Cuerpo de Voluntarios Distinguidos como lo forman los Cazadores* Dirigiéndome k este leal y generoso vecindario y no debo ocultarle * que para m i , personalmente 5 Jia sido sobremanera sensible el que estas niaiasí inteligencias, y voces infundadas > hayan tenido m&uxo,suficiente para retardar ia completa formación, de.fós^Ba^llo^s de Cazadores 9 dando quizk que notar crr to^pritnex<>3 días en que me honro coa el rn^ndo ' 4§ est^(Ciudad^ que mi inmediaeioa lio esi h <$}¿ tai* '?£$$&• ¿9*8? &pMz 7° esperar > lisongeanííom^ - c o » ' ' ^ ^ r . ' m ^ ^ % ^ ¿ ^ ^ de contribuir en todcr & sVnra^ mantener viva en ella coi* mr záimsmaf ^zefo lá^ me* moria é infiuxo del grande hombre cuyo Jugar ocupo* por su inevitable ausencia 7 y que en toííos sus patriotieos deseos» halló siempre la ejecución en Cacllz tan rápida como su palabra. Cádiz & de noviembre de i*Q$*j Josef VirMI-
SEN-
SENTIMIENTOS DE LA PJTRJA POR HABER caido prisionero en Lerin el héroe español D* Juan de la Cruz Mourgeon , Teniente-Coronel Comandante del bravo Batallón de Tiradores de Cádiz. P. D. X D. S.
ARGUMENTOS*
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ruz sostiene día y medio de cotnbatey Y á Moacey lo rechaza > auyenía y bate. Seis mil á sus seiscientos- atacaron y Y en ei campó mil muertos se dejaron. ; Sin cartuchos Jo in suyos 'én- íá ii&Eos quitan a íós muertos *)'raro áf drd! Vuelve Moncey, con mil mas , y ochocientos Caballos á atacar k los setecientos; ^Pero al cméíüof Cruz nada"- lo aterray JY ét^ué íü ééfenáa "a viva jfuérra» '^'Sía socorro^ áe víveres ni gérít& Capitula éFtendírsé honrosamente. Sus tratados se aceptan pcir Motitrey, Y sale con las armas cié su; Rey. CJÍ^TO
feMGÍACO^
erla preciosa que arranco del nácar p El obstinado embate de las olas, Qué el Noto altivo con tumulto impele*
* Según el suplemento á la gazeta de Madrid del Ykíaes i j de Noviembre de i$otf.
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Y encrespa hinchadas> rebentando Sobre la tenaz concha dó nacida Estas á tu matriz pegada y firme Resistiendo en tu. stnu un golpe y otro Y rechazando ilesa el choque duro % Contra s^is mil guijarros que se encuentran De seiscientos diamantes circundada; Mas ya tan á la orilla , que al azote Del pertinaz olage bravo y terco s Algunos de tu cerco diamantino En la lid borrascosa naufragaron, Y tu fuera del piélago insondable, Que solo el .Ser'Supremo lo peneu% Después que mil estorbos sumergiste Y que aislada en la playa te quedaste Expuesta sin recurso á ser la presa,. La alhaja j y el tesoro del vil corso, Obstentas tu valor y brillo; y tanto Que antes de pasar a extraño suelo (i<) Lucero fuiste del.hispano cielo. ¿A dó estas Mourgeon ? ¿Á. dó estás? Adalid de inmortales campeones, Hijo de mis entrañas muy querido, Modelo del valor y bizarría, Espíritu de innota fortaleza,/ Extremo del honor y el heroísmo,* Eclipse de los Griegos y Romanos, Es* (O Don Ignacio Garda Malo, en su traducción de la Iliada de Homero del Griego al Castellano en verso suelto endecasílabo usa de la rima en los dos últimos versos de cada estrofa. Y a ella remito también á los que traran ai verso suelto con tanta rigidez 3 que notan como defecto alguna que otra asonancia ó consonancia entre los finales de cada verso , aunque estén muy distantes unos de otros.
Espejo crístiüno de la Espsnt, Terror de Mariscales del imperio. Confusión de i precito Bonaparte, Monumento perpetuo de Lerin* Coloso robre hercúleas columnas::: ¿ A dó estas mi buen hijo? ¡oh qué horror! ¿ En poder de Caribes ? ¡ qué dolor! ¿ Qué es de tu suerte valeroso joven, Que en débil parapeto te haces fuerte, Y en las treinta y sus horas de combate Con tu espada y tu voz y tu ardimiento Destrozas á las huestes enemigas* Que a miles por centenas te atacaron, Cosiéndoles mil vidas tu brabura; Pues la sed ni la hambre ponen débil Ei poder de m brazo vigoroso; Antes rehaciendo fuerzas sobre humanas Vibras tu espada como Marte un rayo, Y denodado sigues el alcance De hórrida multitud , que el escarmiento De tu heroico rechazo puso en fuga ; Y los hijos de Alcides que acaudillas, Arrostrando peligras inminentes, Sobre el vándalo yerto se abalanzan, O sobre el moribundo que rastrero Encharcado en su sangre serpentea Queriendo con los dientes y las uñas Abrir boca al abismo y sepultarse Por no sufrir la huella del contrario j No a coger el botín de su victoria, Que al soldado español no le estimula, Sí al heroico designio de quitarles Del reten los cartuchos que sobraron A su zana feroz que ellos vencieron, y qual si oro de tíbar se encontraran Conservarlos avaros con estima, y remitir su hallazgo fulminante Al objeto cruel que los devora Y
Y sus viles exáka y acalora. Asi como lo piensan lo executan Con bélico entusiasmo y con denuedoAl orden de tu voz sin inbiutarse Resistiendo columnas y esquadrones* Que qual langostas que á la miez se arrojan Se abantan furibundos y presentando Dd horadado bronce bocas fieras, Presumiendo que asi se rendirían Al orgullo falaz del Galo Imperio, E intimando que a no entregarse al punto Pasarían á cuchillo sus gargantas Sin librar de su filo una de tantasPero á pesar de haber llegado Al extremo indigente y asar triste De no tener maseargaqueun cartucho, En el postrero esfuerzo re engrandeces Diciendo: que antes muerto que rendiao Mkntras qm munición y bayoneta Hubiera*, y persevera tu constancia Obstinada é impávida observando De tus nobles soldados ios semblantes Sin que en ninguno vieras otro gesto Qm ei del encono y ansia vengadora^ Mirando entre la parca y rendición Preferido el laurel de la primera A la conservación de amarga vida En púgo de una infamia ? concedida. Mas entrando en consejo te asesaras Con tus sabios y expertos oficiales Sobre capitular., porque el soldado Con mortífera $td por no haber agua Al paladar pegaba ya su lengua Sin que palabra pronunciar pudiese A excepción de aigiui otro que bebía De la \¿iá el licor acre y torcido. Y en censeqüncia parlamento admites Hablando á tu enemigo de esta suerte Tom. VIL O Con
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Con tono altivo , blasonante y fuerte. 9> Las armas de Fernando Rey excelso* ;*'Que temis coa traidoii aprisionada^ 3, Cuyos laureles son inmarcesibles^ „ Jamas pueden rendirse sin honores. yy Bien sabéis que las águilas 3 holladas ?? Fueron por sus aceros refulgentes 9y En Vatencia dó fuisteis derrotado, „ Con míseras reliquias fugitivo : „ Que Dupom en Eaylen fue prisionero 9> Con su exército grande y el de Bedel: 5> Que Lefebre salió de Zaragoza P, A uña de caballo entre sus muertos 3> Que en las eras y calles dexq á raiiesj Py Y que; Roselí en Cádiz fué rendido PP A discreción con todos sus oaxeles^ PP Después de una defensa vigorosa PP Mas por obseqacion que por bravura» py Todo lo sabéis pues ? y. á mas es noto j , Quanxo en ei Rosellon y Andalueí? ?> Hizo rai aguda espada en las dos guerras; 5* En aquella que hubo quando ai Rey z, Luis el XVI decapitasteis j. 7 Por calucenias y falsas imposturas: P\ Y en Ja que tan vilmente ahora ha emprendido P> Esa sierpe que os rige coronad^ „ De la Córcega monstruo abominable^ 35 Antropófago fiero que debora 9y A su especie inhumano con tfayciones. py Asi mismo sabréis que estos soldados* py Que por fortuna y dicha yo acaudillo, M Son todos Ppiifemps y ^Titanes, py Que en el Xemplo de Aicides voto hicieron ,y A presencia de Marte y de Belona, py De vencer ó morir antes que verse 0y En manos de sus viUs enemigos yy Sin armas > sin honor y sin e! cange. >7 Así pues si queréis que capitule J5 *^ a
5, s> ,5
La entrega de Lerí-n > áo me cogéis Quales lobos hambrientos al ; cordero Que fuera del redil vala..éri ef frn<>nte yj Sín^ser de sus pastores sjóeoMdb i 5 , Me habéis de conceder q é e W á í j a í salga ^3 Con todos los hdiíores de b ^ d e t r a 5í Llevándome mis^ armas y equipages 3^ Hasta que logre-el cange mi día felice» J5 He dicho; hora pensad f ;résoíltred> ^j Sin olvidar jamás i^ae mi constancia ^Inexorable cumpla su #rbgaricia. ¿* Con tanta dignidad y bizarría Sorprendes el orgullo de Moncey, Que á fuer de Mariscal del vano tmperioj Y número de tropas que ébmanda ? Al tuyo en trece tantos excedente Pretende anonadarte y conílindirle Intimando te rmdas sin tlecproy Sia tocar con su piedra los quilates i Del oro de tu honor puro y subido; Mas reparando que en tu frente erguida Escribes que la muerte no te aterra Despreciando falanges y cañones Que á tus débiles puertas se aproximan, Y que tus ojos centellantes lanzan El fuego interno , qual el de Etna erupta^ O como Júpiter tonante arroja Sus hendientes destructores rayos $
Emulo de tu exemplo con envidia Te respeta y defiere á tus gestiones, Y así quedan las armas de Fernando, Por tu fuerza y valor siempre brillando. ¿Pero acaso el Jaurd que te has ceñido. Podrá nunca apartar 3e mi memoria La falta de aquel hijo en quien fundaba La esperanza mas dulce y lisonjera? 2 Será posible que al olvido dexe Tu escogida porción de campeones^ iCói
oros
r.
; Cómo.6a de ser posible:* 1 ; Oh Dios Eterno! Si en lagrimas me anega el quadro horrible De verte en los dominios úxl Tirano::: Del ptollñcQ espectro que perenne Con hórridas iantasinas mé atorfcenta! Bien sé qué tu dorado padre Febo En su radiante faetón un dia Traerá k mi cielo k la parpurea Aurora Fernando d perseguido y deseado Sol de España 3 |qúe vapor no anubla Í Y h tí Orion {*) de mi región etérea Te dará vuelta sobre su orizonte En su revolución. Mas no adormece Tan dulce lenitivo el doior fiero Qne á rni pecho divide en dos mitades::: l Yo sin raí Rey! j yo sin mis , hijos i ¡oh prendas de mi alma entre las fieras? ¿Sálveos Dios, que á la virtud defiende? ¿Sálveos Dios > que á mi clamor atiende \
REAL
(i) Constelación austral que consta de setenta y una estrellas > entre las quales hay una muy notable de pfi mera magnitud* P* Zaragoza.
REAL ORDEN PARA EL REEMPLAZO áét Exército* EXCELENTÍSIMO SEñOR. J [ o r Real Ordenanza de i? de Octubre del año de 1S00 se establecieron ías reglas que en lo sucesivo habían de observarse para el reemplazo del Exército , y se derogaron muchas de las exenciones contenidas en anteriores Ordenanzas de 3 de Noviembre de 1770 y 17 de Marzo de 177$ > por ser perjudiciales ai Lata do, señaladamente á la clase honrada de labradores , sobre la quai cargaba casi exclusivamente aquel servicio. Pero si aquellas reglas fueron convenientes al tiempo en que se dieron , y á circunstancias ordinarias y comunes , hoy que la España está invadida por eí tirano que domina en Francia i detenida baxo su poder la augusta persona de nuestro amado Soberano Fernando V i l , que Dios guarde; quebrantadas pérfidamente las santas leyes de la amistad y alianza que unrarf las dos Coronas ; hollado el decoro y honor de la nación , y atentada su independencia y libertad adquirida á costa de mucha sangre derramada en innumerables batallas por espacio de ocho siglos : ahora en tan urgente situación y peligro como el en que estk la madre patria» para salir del quai gloriosamente necesita del esfuerzo de sus hijos , son necesarias otras reglas , y disminuir el número de exentos , para que alistados los demás en las banderas, acudan á la defensa de tan justa causa, y á arrojar ese enemigo orgulloso de la tierra que infamemente huella , á vengar la augusta persona úe núes* tro deseado R e y , a'defender nuestra Religión, nuestra honra, nuestras familias y hogares, nuestra independencia y libertad. Porque s¡ en tanta ocasión no lo hacemos , ¿para quando guardarnos nuestra lealtad y patriotismo V ¿Acaso para quando sojuzgados de aquel perfidoj
ñ io y y atado? a! carro de su triunfo ponga sobre nuestra cerviz su infame planta 3 y a maneta de esclavos seamos conducidos baxo sus banderas á ser instrumento vil en remotos clirms y baxo de otro cielo de nuevas usurpaciones y conquistas? Los trabajos y privaciones que suframos en t2n honrosa contienda , el quebranto en nuestros intereses 3 y aun la pérdida de Ja vida en el campo del honor , no son comparables coa la pérdida de nuestra Religión , nuestra libertad y nuestra honra. Vino un dia en que la Nación Española > a vista de cuyas huestes alguna vez tembló el imperio de Roma > y muchas veces esos que ahora itentan sojuzgarla y oprimirla, haga alarde de su lealtad y su valor: sin lo quai quedarían marchitos los laureles con que nuestros compatriotas coronaron su frente en los campos de Baylen , y delante de los muros de Valencia y Zaragoza. En nuestras leyes apenas se conoce en caso tal otro exento que al decrépito y al anciana , y ai santo Sacerdote ,-que postrado ante el vestíbulo y el altar ¿ clama al Dios de los Exércitos por el bien y prosperidad del pueblo ; la Iglesia ofrece gustosa sus alhajas y sus vasos, y el patrimonio de cada uno viene á serlo de la Nación para sacrificarlo todo en su defensa. Así que ? nuestro amado Soberano Fernando el Vlí, que Dios guarde 5 y en su Real nombre la Junta Suprema Gubernativa del Reyno , deseando conciliar en lo posible con la defensa de la Patria las demás urgencias del Estado , ha acordado establecer para el aumento y reemplazo del Exército los artículos siguientes: I. Serán contribuyentes al aumento y reemplazo del Exército todos los mozos solteros desde ia edad de diez y seis años > cumplidos antes del alistamiento 3 hasta los quarenta también cumplidos»
lí.
II.
III
También lo serán los viudos , constituidos en los términos de la edad señalada en el anterior . artículo* que no rengan familia de quien cuidar , ai se mantengan en casa aparte y poblada en ia forma declarada en el artículo XI de Ja Ordenanza de 27 de Octubre de igoo» HL Unas y otros tendrán la talla de cinco pies sin su calz3do ordinario; pero ios que fueren fornidos y robustos ., aunque tengan una pulgada menos, entrarán también en suerte en el caso declarado en el artículo Xíí de la citada Ordenanza» IV. Por quanto los hijosdalgo tienen obligación de presentarse voluntariamente para servir en campaña quan^ do la necesidad del Estado lo requiera , y tenga el Rey* por conveniente hacer de ellos llamamiento, se declara haber llegado este caso. En censeqüencía las Juntas de las Provincias dispondrán que las Justicias y Ayuntamientos U¿rnen á los nobles > que no tuvieren otra excepción que la nobleza ^ y \es conviden á que voluntariamente se ¿listen para servir en el Exército 5 y les adviertan que si no se presentaren voluntariamente^ lo que no se esespera de su fidelidad * á llenar el contingente que se asigne según el numero¿ que hubiere de ellos en el pueblo, serán sorteados para completarle aquellos que no lo hicieren. §. 1. Las Justicias remitirán á las Juntas lista exacta de los nobles que deben contribuir al servicio , con expresión de los que voluntariamente se hayan presentado; y en el caso de no llenar el contigente , las Jun* tas decretarán el sorteo, $. 2, Los nobles voluntarios servirán en el Exérci? to en la clase de distribuidos ó en k de cadetes 3 si tu-
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tuvieren las asistencias necesarias ; pero los quintados servirán sin ninguna distinción y sin perjuicio de su fuero quanto á las penas de Ordenanza 3 y pa*a otros derechos fuera del servicio,
En el $• 2 y sus números del artículo XXXV de la Ordenanza de iSoo se eximió del sorteo á ios ton.su* rados sin beneficio eclesiástico 3 que estuviesen asignados a servicio ordinario y necesario de una Iglesia, ó tuviesen las otras circunstancias que expresa la instrucción formada de orden de Felipe lí para exeeucion de lo declarado en el Concilio de Trento. Pero la defensa de la Religión, del Rey y de la Patria exige que en la situación artual se derogue esta exención. Así quc 3 estarán sujetos al sorteo los tonaurados que no tuvieren Beneficio ni Capellanía eclesiástica > aun qu.-mdu concurran en sus personas todas las circunstancias declaradas en la citada Instrucción, VI. También lo estarán los que tuvieren Beneficio ó Capellanía eclesiástica y si no hubieren servido á la Iglesia á que estuvieren asignados en el tiempo anteceden* te al sorteo ; y los que habiendo cumplido antes óv\ acto del alistamiento ia edzd d¿ venue y claco añ. s, y de dos antes estado en quieta posesión de su CapeManía ó beneficio , no se hubieren ordenado in sacris. VIL La exéneson concedida á los novicios de los Ordenes Religiosos en ei §. 5 de dicho articulo XXXV ? á subi-Tj a h¡$ que llevasen ya seis meses cumplidos de prebauon al tiempo de publicarse' la orden para u it emplazo > se de;og3; y asi estos como los den?as q»>e
*53 que se hallen en aquel estada > estarán sujetos ai sorteo. VIH. Tampoco serán exentos-les Doctores y Licenciados, ni los Bachilleres y Profesores, aunque Jo sean de"al« güira de las quatró facultadas mayores de Teología > Cánones y f>eyes y Medicina; y solamente lo sersn los Catedráticos en propiedad en cátedra que no sea temporal , y la est^n sirviendo ai tiempo del alistamiento. IX. Se deroga la exención que en el §* r$ del'artículo XXXV de la Ordenanza de iSoo se concedió al hijo de lamílias mayor de veinte años comerciante de por mayor-, aun quando tenga las circunstancias que en aquel párrafo se expresan. Y la que en su número i se estable* ce en favor de ua hijo de comerciante por mayor y del cambista de ietras > cabezas * de familia , que 'des de tres años antes de lá publicación de la orden para el sorteo *uvieren corrientes de continuo quatro tela~ res por su cuenta en la forma que en dicho numeró se expresa $ se limita al hijo de tal comerciante ó cambista que tuviere seis telares con las demás drenas** tsncias allí dichas. X. ' En el $« 19 del citado artículo XXXV se mandó que estando encantarados dos ó mas hermanos , si saliese uno de ellos por soldado, los otros quedasen libres y exentos hasta haber cumplido ó salido del servicio el otro hermano ; y en explicación de esta exención se hicieron varias declaraciones ; y conviniendo ahora limitarla ) se declara que si los hermanos aptos para eí servicio fueren quatro, solos dos queden exentos y y tres de eWo* siendo seis ; por manera que el padre de Ion:. VIL P fa-
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familias paría con el Estado sus hijos* quedando en £avor suyo el numero quebrado , observándose lo demás prevenido en aquel párrafo. XL Por el ¿t del mismo artículo XXXV quedaren exeatos del sorteo los retirados con buena licencia del servicio y y los quintos que hubiesen cumplido su tiempo. Confirmando ahora esta exención , se declara que quando el número de mozos no alcanzare á llenar ei coa» tingente del pueblo , entren los retirados y quintos cumplidos indistintamente en ei sorteo , aquellos á s<*ber que estén aptos para el servicio; alas quando conviniere minorar Ja fuerza armada, los primeros que se licencien serán ellos. XIL'
' i
Se suspende por ahora la exención concedida en el $. 23 de dicho artículo XXXV en favor de un hijo de labrador que en las Provincias que allí se expresan habitare de asiento con su familia todo el aña en casa establecida fuera de la población á dos rail varas de distancia. XIIL En los pueblos donde ya se hubiere executado el sorteo por las reglas dadas antes de ahora > ó por las que haya comunicado á los pueblos la junta de la Provincia, si ios sorteadas estuvieren ya entregados al servicio > quedará firme el sorteo., aun quando se alegare haber quedado sin incluir en él alguno de los contribuyentes al servicio, Pero las Juntas administrarán jas* ticia con arreglo á la Ordenanza y á Jo que aquí se de clara á los que. hayan reclamado de las providencias del sorteo 5 y si hallaren que según las reglas existen: tes al tiempo en que se hizo'* se dexó indebidamente de
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de incluir, & 3*guno y le dzsú^úxáfi ~a servir -por^dobíev tiempo ? y castigaran con arreglo á-la Ordenanza á ios que hayan tenido en ello parte ; mas en los pueblos* donde no se haya hecho el sorteo r ó aun quando lo estuviere no se hayan entregado los sorteados 5 se repondrán IBS diligencias hechas al estado de alistamiento; y ^id#$4as excepciones > se procederá á ¿nievo sorteo.
V / "'.
XIV, •
En todo lo demás que aquí no va declarado se observara literalmente io establecido en la Ordenanza de 2? de Octubre de iSoo. Todo lo qu3l comunico á V. E* de orden de S. M. para su gobierno y puntual cumplimiento en la parte que le toca. Dios guarde á V. E. muchos años. Aranjuez 18 de Noviembre de 1808.= Antonio C o m e l . = Sr. Comandante General de; Andalucía. LEALTAD HABANERA 0 CONTESTACIÓN A LA Prodama dirigida por los Sevillanos á los Españoles Americanos } queen .nombre de esta Ciudad é Isla ? • ; , - . de Cuba formó T. A. C. •-••••* .-.•.
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Sevillanos , modelos preciosos de ilustres españoles fieles quai nosotros á su Monarca y y ciegos adoradores de un mismo Dios eterno: vosotros habéis tenido desde el año de 1248 la inefable felicidad de vivir tranquila mente baxo las leyes santas del cristianismo, y desfrutar de aquel gobierno, que fundado sobre tilas ha merecido el renombre de Católico. Desde la fatal catástrofe á que dio motivo el malhadado D. Ro* diigo sufríais la tiranía de aquel pueblo cuyos distintió vos son la ignorancia , la violencia y la barbarie. Fer* nando 111 el Santo quebró el cetro de Axatafe, y Se*
villa logtó su suspirada emancipación. Vosotros disteis gra-
í iS
gracias al Dios de los exercitos 3 y jurasteis a vuestro libertador obediencia y fidelidad eterna , dándole por fiadora á vuestra gratitud. El mom y seíaikíad marchasteis a recibir aquella tropa de-w-.nüu-
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dalos satisfechos de civilidadf ¡con qué ardor y constancia los acometisteis y obligasteis á rendirse! ¡con qué complacencia y regocijo contemplasteis aquellos tigres convertidos en corderos a vuestra presencia , pos* uando é vuestros pies sus imperiales águilas , y demás • trofeos militares f ¡y con qué satisfacción y ~nobíe arrogancia dixisteis á ios alemanes , italianos , prusianos y rusos í ved aqm vuestros vencedores , ved los satélites deí * Nerón de Francia. No bien entró en este puerto el 17 'de JhTió la fragata americana Díspath procedente dé Sanlucar de'Baf-' raraeda , y no bien se impuso nuestro dignisimo Xefé el Sr, Marques de Sámemelos de la violencia perperra» da en la persona del •Sr*;D. Fernando ^IIQQ, D. G.• )> y demás sucesos de España , hifcó publicar por batido la proclama á los habitantes de esta isla, que torre impresa con la misma fecha , imponiéndoles de todo lo ocurrido.-, jah Sevillanos, st vosotros hubiera fe'-vista este numeroso y ñel vecindario errante por calles y plazas, irnos meciéndose ios cabellos y o;tros llorando como niños, allí aquel vomitando imprecaciones contra et abominable opresor de nuestro adorada Rey, aquí ese extático y sumergido en un silencio profundo pero , Sevillanos , advertid nuestra obediencia y la unanimidad de nuestras generosas prendas, residiendo en esta isla muchos franceses acogidos a nuestra inmunidad > cultivan pacificamente nuestros campos : se» me Jantes a vosotros los hemos contemplado compasivamente como nuestros hermanos , y ea medio de tanta consternación y furor no hubo la menor desgracia» Nuestro entusiasmo y nuestra ternura llegó á su punto ei 20 , dia en que. proclamamos por único y soberano nuestro ai Sr. í). Fernando Vil io que a nuestra imitación practicó toda ia isla : preguntad á nuestros anados los ingleses, á los neutrales, pieguntad a todos los europeos rendentes y transeúntes s\ el amor a la patria, al soberano, á ia religión puede llevarse mus lejos, pvr ülumu preguntad ai Sr. Marques del Real*
Te-
Tisera y d-cmas?. oficiales del navio San Justo r si sps* ñas aviftó este puerto > casi de ua golpe apareció encortinada la ciudad y sus extramuros : si no bastando quantas campanas contentan Ja catedral ¡> parroquias, conventos y monasterios , se empleó quanto se halló capaz de dar sonido para celebrar dignamente las victorias de los Hxrmos* Señores Casianos*, Pala fox > Guesla &G» si baxo d§ paltovfoép^saadQeipetratDxie nue&*tro amabilísimo Fernando con una suntuosidad inexpii-^ cable, custodiado con espada en mano, de nuestros gallardos oficiales : si mn Uuoúnacíori completa-,, si con un bello carro triunfal,., su. Sevillanos , no es mi plu^ roa capaz de poderos siquiera bosquejar las demostra* cipnes con que io^ £abajref os« parecieron sevillanos. ,,' La.5 Habana fu# la prjmera en el Septentrión , y la segunda eu el mediodía de ; amérí4a que tributé tan plausible homenage,. y la Habana fué la que en ambas hizo resonar la inaudita perfidia ¿de Bonapartc- (*) : La isla de Cuba tal vez la mas fertilí de, toda la AjBerica Septentrional * la mas feliz por su posición pa~ ra el comercio con uap y otro empierio , sin comunicación absoluta con su metrópoli > -sus costas inundadas 1 de corsarios, sin el goce de su anua! situado , priva-> tía del comercio pa^iv^ cor* k>s neutrales por el riguroso embargo impuesto en los pusr&as de aq?ieUas co- > Jojiias ; y en fin como úicen y entregada á la suerte, presentaba el mas desgraciado quadro de miseria y desolación, gCreeríais , si no lo vieseis, q*ie estos veciüps asi arruinados .pudieran socorreros con sus intereses, con las reliquias de su pobreza y calamidad? Pues va (*) El Sr, Marques de Someruelos despachó pliegos á ProviaVncia , Puerto Rico, y Jauíayca.; duplicados á los virreyníuos de Nueva^Espafia , Nuevo fteyno de Granada , jbu\nos-Ayres y Peuí , y otras Capitanías Generales.
ya veréis llegar á los navios S: Lorenzo y S. Justo, y otros baques menores * cada uno ha dado lo que tenias y si ao recibis roas 9 sabed que no lo tenemos; asi recibid nuestra ofrenda no por su valor intrínseco. Abrazad amistosamente & ios nobles militares y demás ha-' bañeros que presurosos- corre» a verter su sangre por su patria y Soberano : y por^títtimó penetraos de' •ü&s'* bellos sentimientos qué nos animan, pues que nosotros ciframos nuestra gloria en ser verdaderamente españoles. :.:-•;......• :.:>•> * • •,•:• • Nosotros conocemos 'perfectamente á Napoleón y sabemos de qnanto es capaz esa furia que impudente* ; mente ha osado-llamarse ti Grande queriendo ásiiüil¿r>se al Macedonío. ¿Mas en qué le imita? en la desoíacion de Thébas, en la ruina de Tiro> en la destrüc» cion de los Branqnidas a sangre fria , en la crucifixión de el principe de Arimaces Sogdiano y todos los nobles de aquella gente, en la muerte del filósofo Calís^ thenes j en la de Clito. ¿Acaso ét como Alexandro se ha precipitado soló dentro los muros de una ciudad fuerte como el macedonio én Oxydraca? } con treinta y cinco mil hombres , setenta talentos y víveres para un mes ha verificado sus conquistas corno Alexandro la' del imperio de Darío? ¿Por venturaBonaparte dexa álosr' vencidos sus costumbres, süs-leyes, sus magistrados*su religión? ¿respeta las tradiciones antiguas y los mo-¿ numentos de la gloria de las naciones como Alejandro? i Que descaro! Nosotros revisamos la Historia > sin hallar le semejant e H¿sta ahora se nos había pintado como el mayor robo que se vio jamas la usurpación de Babilonia por Nemrod , por haber despojado- de su libertad con el engaño y la violencia á todos los que habían nacido iguales a él. ¿No ha hecho lo mismo Bonaparte? ¿se ha contentado éste con la dominación de Francia, como Nemrod con la de Babilonia? ¿no Je habéis oido decir después de tantas usurpaciones que toda ía costa del Mediterráneo debe ser parte integrante del irnpe* no
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río frunces? ¿no es decir que la Europa / Asia y África deben estar sujetas á su cetro ? A Ptolotneo se nos ha representado como el tipo de la mas negra perfidia y crueldad ¿por haber mandado quitar la vida á Pompeyo á epáeíi su padre merecio el trono que ocupaba , hecho matroz pott cierto ; . psro al ña Pialomeo temía las armas inven§ible^de g é sar y conocía la ribalidad de ¡estos dos .campeónes- y juz~ gaba que su Azstvmccwm seria án&tj&übtei y q&e era 'el tínico medio de conservarse en el solio. Bonaparie ai contrario recibe-mil beneficios de nuestros Reyes ? dispone á su antojo de sus caudales, exércitos y esquí* dras: y ¿ quai fué el premio que dio a tanta condescendencia y prodigalidad 3 á .quesin errar podemos atri* £mk sü colosal jengEandecimieuto? ¥er>id pueblos orí en* ?taj[e$ , ya que á > vosotros se os suponen los hechos mas .atroces de barbarie ¿ venid y decídaos si^en vuestros anales se encontrara uno solo capaz de parangonarse coa con el de Napoleón! uSeviüanios 5 encended* si e«-posible, voestro en tu > f ¡asmo: ya habéis humillado ios eseérsito» del vociferado wmpotent& que osaron? veniz k la & a d a t e i a ? y pues que sabéis dar el destino ¡merecido a estas zorras con título de. tigres , id descendientes A LA JUSTICIA DEL DE LA TIERMA LA
CIELO í? ESPjlñA»
Abrazad a nuestro amabilísimo ¡Fernando: conducidle en triunfo á nuestra península-:, mostnadlf los campos donde bermejea ia sangre de sus amantes vasa4Ios5 y decidle con lagrimas de regocijo* jr¿ cormpasfoa : «Señor ? #££# Í£HÉ?/S el cóáigú que os enseñará t á, reinar jy a conocer ¡os españoles: llevadle á su tronó sentadle -en él}; y esperad seguramente que mejorarála magnanimidadde César * la prudencia de Augusto y la Justicia de Tra~ jano y la bondad de Teodosii¿c= LOS H&MJNffiROS* \ SUPLEMENTO AL DIARIO DE,MALAGA Fiemes 30 de DicieMbr&
DEL
abieadose presentado á e s í j Superior ;Jtínta de Gobierno por el R. P. Prior de la Comunicad de Santo Domingo la siguiente exposición, acordó ser dirija original á la Suprema juaiai Central 5 dándole, gracias á dicha Comunidad por;el ardiente zekrcle que se hallan inflamados todos sus individuos. EXCELENTÍSIMO SEñOR. 1. ver la Religión perseguida > y lá : Patria amenaza* da y al Rey en el nits duro cautiverio , «o pueden los hijos de Santo Domingo olvidarse 5 que su Patriar» ca^ al lado del Conde de' Moncfort y baño y.destruya Tom. VIL Q el
el ejército de los Alhigeases ; y convencidos , que la presente guerra es de Religión , porque el monstruo contra quien la hacemos, destronan dio ios Reyes católicos, profana y saquea los templos ; ultraja y despedaza las imágenes 5 d e s p i d a y pisa , sacrilego , las sagradas formas; han resuelto,; animosas , tomar parte en el exército > creyendo no haya español, q u e , inflamado de un santo zelo por la gloria de su Dios, de•x-e» de seguirlos, para rengar las violencias hechas al Vicario de Jesu-Cnsto , y los ulfcrages á este Señor y sus uncidos. El clero secular y regular esta pronto á derramar su sangre por la defensa de derechos tan sagrados, caros y ¿preciables: y quintos pueden tomar las armas desean tener parte en la victoria , que ciertamen» te esperan del Dios por cuya causa salen al campo de batalla^ Muchos de mis Religiosos se han ofrecido á ello , como ya participé á V. £. ; y me he obligado k mantenerlos sin perjuicio de poner en tesorería ei valor de las fwfcas que se eriágenen,^como be empeza* do á verificar* V* E, coinprehendera qual sera el empeño de ios pueblos en contribuir ron hombres y dinero, en el momento que vean q're los Eclesiásticos caminan igustosbs^á exponer -sus*? vidas por defender la Religión y > libertar al Rey $ lutria. Entonces, Señor, se coav^ocerán de la necesidad cte hacer la guerra ; y de hacerla sacrifican dolo todo, para no ver abolida la. Religión Catalice; 4fspojado$; y cerrados los templos $ degollados los r$Írasiro$.;deJL Santuario ; atropelladas las vírgenes consagradas .al Señor; deshonradas las castas doncellas y honestas.esposas* proscripto el derecho de propiedad ; y conducidos con cadenas los hombres á países remotos , á servir de instrumentos de robos y perfidias. Basta ? Exorno. Seu$r, -pues es imposible enumerar los males, qué sufrirá la España, si rodos no la defendemos; ni ios bienes que disfrutaremos, s i , como debemos , sostenemos con valor nuestra justísima causa. Un
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Un crecido nuoiéro de EcfesilSticos y Sacerdotes ea el exército será de mucho consuelo á nuestros soldados ; estimulará i los que no k> son ; edificará á todos; y hars conocer a Napoleón, que , á excepción de algunos cobardes, espúreos , indignos españoléis, ios demás preferirnos la muerte étm honra; Ú dolor insoportable dé presenciarlas crueldades* impiedad ,-é 4* religión inseparables d e s u tiranía y -átéismOi
Acompaño a V. E; la listar de los Religiosos que rnn subscripto: le suplicó aotobre ti» oficial que los adiestre, y que me emplee: en quaáto vea Y. E. que puedo ser útil á la Patria. Dios guarde h V. E. muchos años. Malaga %6 de Biriembre de !Sog.t= Fr. Juan Muñoz. ¿=Excmo. Swñdr Presidente y Junta de Gobierno de Máiaga. LIST4 DE LOS RELIGIOSOS ^ 3 SE ©FRECEN mhmfar ¡amenté para *r á servir vdefender Ja Reír-* gion 3 la Patria y el Rey éñ esté Gontieüto de> Má* laga á í$ de jütiiembre de t&o& Fr. Cristóbal Muñoz. $ Fr; AmonioGarcía. Fr. Antonio Rómaé* 4* Fr Agastin Medina» Fr. Miguel Rodríguez. 0 Fr. Anc&aio Guerrero* i: Fr. joséf Rulz* $ F/Antonio X^«enez. Fr. Antonio Arjorfa. ty Fr. Francisco Cémitrév Fr. Miguel -Guerrero, $ * Fr^Mo^^'d^Qüésadá. FH Aiítonío Rüi2¿ ^ Fr ^uan R#z¿ ' Fr. Aritotíío Menendéz. <£ F r . Mi^deí d e lUara. Fr. Sebastian Rom3n» <£ Fr. Francisco Murtefc Fr* Joaquín Moyana. <£ F r . V&eníte G<*rda, Fr. Pedro Raíz. $ Fr* Antonio Márquez*
JRE-
%
REGLAMENTO PARA
LAS JUNTAS
PROVINCIALES.
JL¿a Junta Suprema Gubernativa del Reyna, que no pierde-de vista ninguna de las grandes atenciones á qae debe dirigir sus desvelos , mira como ía principal el consolidar la unión entre las provincias y ios pueblos, uniformar sus relaciones , y.estrechar sus vínculos con una perfecta .igualdad política que asegure á todos unos mismos derechos y goses , y sobre todo oponga un obstáculo' invencible á los esfuerzos continuos é... infamas intrigas del tirano , que funda la esperanza del. vencimiento en nuestra división* La lealtad y el patriotismo, de que tan repetidas pruebas han dado los Españoles , aiejan el tem^r de que nuestro ,e&emigp jcoiislga^dgsunirnos > ni zxúxm aquellos zrAús políticos que siempre serian los precursores de nues« tra ruina ; rijas el Gobierno no debe dexar resquicio alguno á la perfidia y artes ea que ha . envejecido el enemigo universal, sino precaverlo todo con la prudencia y previsión que debe caracterizar al que manda. Si «Jiaestra independencia y nuestros triunfos son la obra de los desvejps y actividad de las Juntas Provinciales, la reunión del poder que estaba disuelto y la representación r nacional; que no existía, se 4*bes> i. s& patriotismo y d^in^r^s; En la pureza de sus gmeio» 5o§; sentimientos niy. ca&ía que España, divislida en tantos reynósx^anta^ =eran sus provincias y las: Juntas que la necesidad habla formado , pereciese destrozada por su d M s W >$n ejLmpraeato mismo en que dehm renacer á tm&$ de.:4¿ que,,fué en los siglos de su poder y de jStt gloria ^ y _ e | ; Querpo Soberano Nacional es el monumento mas augusto que podian erigir la lealtad, eí desprendimiento, y el amor á la Patria. Los sacíiíicios que han hecho tes Juntis Provinciales por la buena causa, el infatigable zelo coa qw¿ .
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han mantenido la tranquilidad;finíerior > la presteza :y desvelos coa que haa organizado* tropas > proporcionado recursos r arrostrado ••los riesgos y aun la muer te* y sobre todo los felices resultados 4e sus esfuerzos estarán siempre grabados en ei^pqrazon ¡ : de;lo^ pueblos que jamas podrán negarles su gratitud y eocna^a. r ; Ademas de que el reconocimiento general es un-tributo- de patriotismo .y de justicia, los bienes y ventajas que todavía puede esperarle ellas la. Nacióte 7 atendido su, zelo > los conocimientos qiie.;Jes;tóp5;propo^» donado sus mismas tarcas* v > la^ ; autori4áde&. queden, parte las componen y iWgen "imperjGpa>fnte^q^ ?e de^ dique n á trabajar de concierta en el ^ t c ^ ^ ^ n p p que? se ofrece a su zelo» Así , deberán* con^uftar;; sobre? los puntos que convengan y proppner. las^ mejoras- 4e que sea susceptible cada rarno de los que .c.oráponenc^etgobierno municipal * que por su variedad é incoherencia de principios y de regias y aplicaciones es un verdadero Prothéo QMn? muda 4e fprn^a a cada paso ; hacer las observaciones convenientes sobre contribuciones y modo de exigirlas > indicar las reformascjmasr,ventajosas sobre los propios y arbitrios , .priyiíegiqs Jy exenciones de cada provincia que sean, rnas una„ear^a-verdadera para hs vecinas r que una franquicia en la qué las gaza y meditar acerca de los estableciuu^ntosL públicos, y piadosos , fomento de agricultura* ^ndp^tria y ccmexjció; y en fía tratar de quarito pújela;agcnen^r |ar feli^ cuidad de ios pueblos ^ y prefija*; los ¿nia^í^les que; han de servir de basa a la de toda la.Naslun ''y..'y es^tablecer un plan uniforme de gobierno y de adminisr tracion* De esta suerte sin teneg las Juntas en el Gobierno la parte que no podria dárseles sla debilitar la autoridad soberana que debe ser una é.i^dUi'Sioie, y sin componerse de eieme&ros heterogéneos quando no.por su objeto y á lo muios por la taita de aquel enlacé íntimo de la parte con el todch que es ; eLqu^. Ich^ub^ ministra ia soliden y la fuerza > serán ütlasunas y aun ÍOE» "
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ftHfnarln una especie de cuerpos intermediarios ém^e ei pueblo y las autoridades de las 'provincias , é miluirán con una saludable vigilancia en que todos 1Lnen sus respectivos deberes. Ya S* M. en la circular de t& dé Octubre sanciono las limitaciones que eran entonces convenientes en tes facultades de Jas Juntas. Para ñxarlas ahora de un modo mas constante que anttncie una perfecta i#uald*(i ea todas y no dexe lugar al menor rastro de prepon» deraucia 9 quando los derechos de todas fas Provincias son y deben ser igualas > y todas según sus circunstan« cías, situación > seeestdades y recorvos han mamfestado los mismos sentimtentos de lealtad de patriotismo y de esfuerzo, se ha servido aprobar el siguiente re* glamento, que ha resuelto se observe en todas sus partes* y se circule á todo ei Reyao* ARTICULO l Las Juntas Provinciales qtie han tenido el título de Supremas , y sus subalternas las de partido , únicas que deben subsistir por ahora y hasta Ja vuelta de nuestro amado Rey y Señor Don Fernando Vil ó hasta la completa expulsión de Jos franceses y seguridad del ReyttO) velarán én mantener y íomenta* el entusiasmo dé los pueblos > activar ios donativos y contribuir por to« : dos los medios á lá deiensa de la patria > extermino de los enemigos , seguridad y apoyo de la Junta Centra! Suprema Gtibertiativa del Reyao.
Las Juntas que se titularon y fijeron Supremas has* ta qué quedo constituido el Gobierno Soberano Nafcional , deberán llamarse Juntas Superiores Provinciales de observación y defensa» III.
Estarán sujetas inmediat&triente h la Suprema del Reyno , y las particulares de tes ciudades y cabezas de partido * únicas que deben quedar , á las respectivas Superiores. IVW Se abstendrán en lo sueeesivo de los honores y tratamiento que hayan- usado en el tiempo en que han exercido la plenitud de la Soberanía 5 y quedara reducid? en adelante el de la junta en cuerpo* al de Excelencia* , :
Podran usar los individuos de las Juntas Superio* res solo dentro de su Pr$?incia , de las insignias y uniformes que se les hayan concedido. v VL "-..
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Sus objetos serán proponer á la Junta Suprema íom dos los roed*o$ a s i como \Q q u e pueda per* jiidicaria> m o d o j de precaver 6 remediar los danos q u e hubiesen d e ¿ s e g u i r é ^: tanto respecto a las, personas q*ic fuesen sospechosas 6 indiferentes^ como á lasrae* didas adoptadas. B#ienderán igualmente e n l o s alistamientos , a r m a m e n t o s , requisición d e caballos y m o n t u r a s , l e v a s , q u i n t a s , d o n a t i v o s , contribuciones e x traordinarias q u e sea for2p?o imponer para la manutención de los exércitos , y demás puntos concernientes á la defensa d é l a ; Nación. > n o desviándose en ellos de las ordenes q u e rijan^ en cada u n o , y cónsul tandea a la Junta Suprema en todo caso q u e l o exija. VIL
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'Se-'absteníÜra'ri de todo otro acto de j jurisdicción* y e&pecie de autoridad ? conocimiento y administración que no sea de los compretiendidos en los artículos de estQ reglamento. -
vM Formarán las Juntas t M estada -de 1'áirr'tSétid*s' que hayan contraído * en el tiempo de $ü gobierno, y de }a$ existencias que h ubi ese efr' efectiva , de los de* jnas efectos de qué convenga- é^faznamoft echar mano ? y de las contribuciones que se Hubieseis impues* lo 7 remitiéndolo dentro del preciso término de quince dias , á fiíi de que S.* M. acuerde las providencias convenientes.
En el mismo término ée quince dias remitirán una exacta y circunstanciada noticia con expresión de fechas de l todas las provisiones que hubiesenc hecho de ; empleos -> asi- ^clesástfeds j - t o í i o * cí%IIeS *y militares, y de las demás gradas- 'qiae -fesyarP'^ondedicki hasta el momento en qtie ^ redimieron* aviso *pot los Seu&res 43i* putados de cada provincia de ^ la *tos&laeion de la Junta Suprenia , ^cpeditand^> ^qtjál lué ^ár%$értíñeaciüii del Presidenta 4 y SeccétarÍD* *£## ^d&r&P aa¿xx> da ju«
rámeiito>*a fin no^desn inereciendoío los agraciadosP rÍ : *
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Se abstendrán de permitir el 1 libré ^ s o - de la imprenta con arreglo k las leyes9 encargándoseles * como se les encarga á los Jueces de este ramo , qne ÍÍÜ permitan en materia tan importante la menor alte'••• '
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rs: ion 6 fa1t3 ; mas podran' impnmir tf>do lo relativo a las atribuciones que expresa este reglamento.
En quanto queda fíxado * y estabtecído' como- peculiar suyo se entenderán las Juntas exéatas y privilegiaos r«--pp?rt:> de todo *j4ifez > jurisdicción Ó tribunal, que mj í u ^ c el de vigilancia y protección , y snjetss inaicdiataTiicíate á S. M.; ó á*- qiíi^rf^ffeiílicliíaímeml se v
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r En lo reJaW vó ; a sus - atribuciones . * ; $& - ^comnnié^tán ; á las Juntas ias órdenes^ y e$t&$3á# gasai%ij £ tos xe^ íes y tribunales á que pueda córfé^On&é* ea alguna parte su ¿xecrícictá--e 3Cü#|íüínieétci"- i ^- n ^ t-??
De quanto las Juntas hubiesen obrado 5 publicado ó escrito hasta eí día, relativo a dichos paátos^V n o podrán ser acusadas* corregidas ni juzgadas por tribunal alguno sea qual fuese, pues ei¿ conocimiento de l todo?ell¿ queda exclusivamente - reservado^ S» -M*'&h qui^a delegare para «lló^ - i *! o-'>;,,.] b ^ ¿.e XÍV. - Para que ao^ sé embaracen s^á^íuBc!¿rí^^ ^potírán las Juntas pedir de ^ oficio é-pof tos rfreáios que tsm mea oportunos todas• las noticiad que lo fueran* a loa Tribunales, Obispos , Intendentes > Corregidores , Cuer* pos, Autoridades, Jueces, y personas de qualquiera condición que sean , y todos deberán franquearlas sil* ,! restricción ni reparo. *'••-M -- ^¡n^ wí;;^- ; ^—-
Los negocios ¡aechados en las Juntas y no terminados hasta el día en que recibieron el aviso de la ins« talaeion de la Suprema 5 deberán terminarse en ellas y remitkse a ssta su$ deterauqaciones para su aprobacica. XVI, tas..Jan^.u»ub¿ist^ n - por ahora con el mismo numero de Vocales sin. reemplazarse estos por ningún título 7 hasta que quedando reducidas quando mas al número de nueve individuéis , incluso su Presidente, se causare alguna vacante ? en cuyo caso proveerá S. fVí. lo conveniente*rEi ndm&ro, -de individuos en' las Juntas de p3rtido^# subalternas de ksSuperiores donde las hubierejpúdicamente sera el de cinco, al que deberán v irse reduciendo segt^n; :yayan faltando los /que, afeara las componen* *ii.:,í».
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Quando fáltale por fallecimiento algu a Señor Vocal ele la Junta Suprema r se dana aviso a la Superior que \& nomí>ró por su Diputado , yen coiis^üencía del aviso y .tfbtual, licencia procederá•• asombrar m suceesor en el preciso y perentorio, téíyna¿#o de ocho días» XYIB.:. Í-;. A icada:í iadivídu<>rd£ las ; Janías ;• Superk>res ^ e dará una; eertifioacionJ firmada por->ek' Presidente],*: dos* Vocales y el Secretario r en la que conste haberlo sido * y se expresen circunstancíaüamente los méritos y servicios, particulares que haya hechc» en favor de Ist buena causa, para que conscen ¿á todo tiempo y pue» dan premiarse como es justo. > XIX.
Se pasara orden á la Cámara \ y dornas tribunalas consultivos para que dichas- certificaciones sean en codo caso atendidas , y considerados los méritos de es* ta especie , y el que hubiere sido individuo de las Juntas , con preferencia a toda otra jpersona-> mérito 7 y servicio» Últimamente en atención &i mérito contraWo por las Juntas, Provinciales, al patriotismo, energía y constante y.clo con que han promovido la buena causa, á los sacrificios que han hecho por nuestra Santa Religión y y á su amor á la augusta persona del Sr. O. Fernando Vil (Q. D.G.) quiere S. M. que ésta Real declaración sirva de on testimonio auténtico dé gratitud y título de gracias: Y ei Cuerpo Soberado Nacional en liombre del Rey las declara heróyeas defensoras de la Nación , skicuyos incomparables desvelos lejos de conservarse ia independencia de España, hubiéramos caído baxo el yugo y despotismo del tirano: modelo de fidelidad y he~ roismo , acreedoras á reconocimiento eterno , y á que su memoria Jo sea también en los fastos de la Monarquía. Con este ftn manda que se pase un seiemne testimonio de los sugetos q^iQ las hayan compuesto 5 h los archivos de ios Ayuntamientos en todos ios pueblos del Keyno. Y espera S. M. que continúen sus tareas y desvelos con igual zelo hasta que veamos conseguido el término de nuestros afanes , en cuyo caso es su Soberana voluntad que en cada Capital donde haya Junta que hubiese exexcido las funciones de ia Soberanía y se erija un monumento publico con adornos y alegorías alusivas al objao 2 en el qual se inscriban ios nombres de ios Vocales, y ssrva de exernplo y de memoria a la posteridad. Dado en el R*eai Alcszar de Sevilla á i de Enero de 1809»=: Martin de Caray, Vocal Secretario General.
PilO-
PhOCLAMA AL CLERO BEL OBISPADO DE CORdoba del Tucuman por su Provisor Gobernador el Señor DoctorI?, *Gregorio ; J ? « « Í ? Í y ü £ m 4 e la, misma Iglesia. HERMANOS Y COMPAÑEROS. U n memorable acontecimiento con que la divina Procidencia : se fea dignado darnos h conocer que es mi seci cor diosa aun quando aflige > me obliga hoy á dirigiros la palabra *> y á excitar vuestro religioso amor al trono. Aunque la plausible novedad de haber Ferbando: Víí subido ¿l solio de SUS; padres por renuncia de Carlos I V , debió, inundar nuestros corazones en la más completa alegría >.ella vino acompañada de otras taín sosprechosas , que soltando la rienda al regocijo , temíamos liacernos cómplices de la traidora mano que preparaba su caída. Nada menos nos decian estas y que la introducion de tropas francesas hasta la capital del reyno * i a ocupación de castitfos y plazas fuertes, la llamada de Fernando k Bayonat5 d* emigración de toda ia familia Real por orden de Napoleón. Es verdad que todas estas cosas se paliaban con velos especiosos, pero no dexabamos de descubrir por entre flores el camino tortuoso d é l a serpiente*; No tardó mucho tiempo sin! que viésemos -consumado el plan trias impolítico y «detestable que contra sm. sagrados derechos pudo su* ?gerir la mas vil de las perfidias. Por un emisario francés , que hace poco arribó á esta capital úcl virreynato con pliegos de Bayona ? supimos Jas forzadas , y absurdas abdicaciones ríe Carlos ry Fernando , con que el alevoso Napoleón se habia d¿ scubieno un ca mi no ver- gonfcoSo aP trono de las- Espaaas. fc^ps noticias nos pusieron á todos en un estado de turbau-on y de ago* nía. T o prcsío buscábamos á la España , ese robusto cfc Jru uci Líbano 7 y apenas encontraba ¿nos el lu¿pr ;:o
su nacimiento: tan presta nos sostenía la sublime idea de la nación viril , de cuyas- manos se habia arrebatado al Rey deseado qne miraba como el restaurador de su fortuna y de su gloria , unas veces envueltos nosotros en su caída, solo se presentaba a nuestros ojos un quadro de desdichas , donde por entre sombras sepulcrales apenas divisábamos la decencia , la libertad, la Religión , dando las últimas boqueadas: otras queriendo salvar de este naufragio tan caros intereses en caso de que España recibiese á pesar suyo otra dinastía extrangera , no hacíamos mas que ponernos en pasos resvaladizos. Todo era dudoso entre nosotros, me* nos el que Fernando reynaba en nuestros pechos. En orden á la Francia nuestro partido estaba ya tomado ; y este no era o t r o , que en caso postrimero poner en* tre el usurpador y nosotros la dura barrera de la muerte. Esta era nuestra lastimera situación , quando el dia 23 de Agesto arribo á este puerto ei Sr. D. Josef Manuel de Goyeoeche , Brigadier de los Reales exércitos, quien como leal americano quiso llenar á su patria de la mas dulce consolación. Los pliegos que ha conducido nos instruyen que aunque prisionero Fernando entre las cadenas que le labró la mala fe de un fementido amigo , él reyna sobre sus pueblos con un imperio absoluto , tanto mas firme, qnanto tienen de poderío sus desgracias para interesar una
nación
generosa y 6el>
y que embravecidos los españoles se entregan ya con buen suceso á las bayonetas enemigas hasta redimir a costa del ultimo suspiro su afrenta , su libertad y su Rey. Nada mas propio de nuestro intento que algunas pasaderos reflexiones sobre unos crímenes originales, que ha sido preciso verlos para creerlos posibles. Si no fuese tan fácil que ei mundo se alucine con los vicios brillantes de un delinquen te afortunado , hace tiempo que debió haber recogido esa mano sacrilega con que ha prodigado á Napoleón tactos inciensos. Con to-
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GO 5 no han faltado hombres sensatos que desde muy arras descubriesen en su carácter un bizarro compuesto de baxeza y dignidad , \m héroe loco , UQ ambicioso desenfrenado", un hipócrita rastrero , y en fin, un malvado sin remordimientos ; estos son ios justos epítetos con que quiere se le conozca ese peso exacto de la verdad , que avalúa las acciones solo por lo que son. ¿ Y quién no debió formarse este juicio , quando de engaño en engiño vio que conducía á la Francia hasta hacer que tolerase Ja escena sacrocómica de su coronación? Ésta nación fanática é inconstante > que perseguía los tronos, corno el asiento de la tiranía , y que había manchado sus manos con la sangre de su Rey 9 ¿ cómo pudo no avergonzarse quando á la faz del universo derribó el de Luis XVI para levantar el de Napoleón? Pues qué y ¿no temía se le echase en rostro que aborrecía ai tirano, y amaba la tiranía? No lo extrañemos : elia fué presa de las artes del seduc* t o r , y debemos concebir que se halla arrepentida. Pero al fín 3 si el engañador hubiese conseguido sus designios sin irrisión de lo sagrado , le faltaban muchos quilates a su maldad. La impiedad de Napoleón no podía esíar satisfecha si no ultrajaba las leyes asi di vi* Has como hurmnas, Al mismo tiempo que se burla secretamente de los ritos de la Iglesia como estulticias de la superstición, hace que la magestad del Vaticano se arrastre hasta su corte , y que el Vicario de Jesu» Cristo después da imponerle sus manos , lo hag3 reconocer por el ungido del Señor. ¡O profanación sin ex?rapio ! Sabía muy bien el astuto Napoleón que esta qui • mera sagrada , por indecente que fuese , debia aprisionar la opinión publica, y concillarse de lleno todo el respeto de la Soberanía. Por estos mismos principios de una política raposa afecta un ínteres decidido k favor del catolicismo , y consigue se le mire como su restaurador. Pero debe estar muy atrasado en ia historia de sus embolismos , quien no advierta que esto lo hn £o por captarse los sufragios de la incauta multitud. La
La mayor parte áe la Francia era católica: no podía ignorar también , que si hay ua motivo fuerte para mover los resortes del corazón humano , ninguno mas enérgico que el de la Religión. ¿Qné otra cosa pues le con venia , que congratular á muchos y y poner de paite de su causa el imperioso tono de la conciencia? Mas por esto no crearnos que excluía ninguno de los cultos impíos. Eo el estado que se he formado ( según sus oradores ) todas las religiones son protegidas* y ninguna es dominante* El Luteranísmo 3 el Judaismo, el Masonismo, y aun el Ateísmo son igualmente acariciados de este adorador ecuménico , y tendrán igual derecho que el Catolicismo para ser asalariados «ierapre que logren en su vez una preponderante propagación. Desde luego , este y otros muchos hechos hicieron concebir, que desde los tiempos de Atila venia formándose este monstruo, cuyo nacimiento ha debido tíexar debilitada y triste á la naturaleza. ¿Qué no habrá ya que temer de sus rapacidades? Procediendo siempre sobre la máxima de que k los niños se engañan con el pan, y á los hombres con juramentos , sumergió a la Europa entera en un abismo de desdichas 9 de que no presentan ni aun idea los anales mas retirados, Qual cometa pernicioso se dexó ver arrastrando con su cola los destrozos de los tronos, y las fortunas asi piibil— , cas como privadas. Echemos el velo del silencio sobre hs rapiñas de Alemania , Holanda , Prusia , Etruria* Portugal y Ñapóles, donde á presencia de la tirana ley dvl mas fuerte enmudece ese derecho sancionado por las gentes y autorizado con el inmortal sello del tiempo j pero no omitamos lo que mas nos interesa , y Jo que su proceder tiene de mas criminoso. Roma y Madrid eran sin duda las dos cortes que tenían mas derecho al reconocimiento de Napoleón, si es que los beneficios pueden , alguna yez , obligar á un ingrato. Ya hemos visto descender del trono Pon* ti lirio ai Papa reyuante para arrastrar con trabajo la
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»3* pecada cadena de sus años en una pcregrV/aeion toía en obsequio de Bonaporte. Añadamos e* sacrificio de sus derechos 5 que a fin de conservar la paz de iaIglesia firmó en ei concordato, dictado por ei espitan anticristiano del tirano. Añadamos el de esas rentas que servían para sostener la rnagestad del culto , y la sustentación de sus ministros: añadamos en fin la cordialidad mas expresiva con que en medio de un mar de tribulaciones no levantaba sus manos $ino para bendecirlo. Sin embargo , en el empedernido corazón de Bo* «aparte no hacen impresión los mugidos de esta víctima pacifica. Por toda recompensa hace entrar en ei plan de sus rapacidades la ocupación de ese estado pontificio, precioso gage de la'piedad de Cario: Magno. No podemos concebir que codiciase esta pequeña presa para aumento de su prosperidad; pero sí que obligando á la cabeza de la Iglesia á vagar errante de pueblo en pueblo > quiera aflojar el centro de la unidad católica , y escalar por medios indirectos el eiíflcio de la fe. ¡Vana presunción de ua aturdido-! Los tiempos del heroísmo cristiano debieron enseñarle que nunca mas resplandeciente la Iglesia que quando tenia por templos las cabernas, y por altares las manos de los sacrífícadores. El tirano perecerá , y quedará la Iglesia para implorar por él al Dios de lías misericordias. " Si de la corte de Roma pasamos á la de Madrid |i5 qué espectáculo tan propio para amotinar las pasiones y hacer que se estremezca la humanidad••! España, esa intima altada de la Francia, esa depositaria inago* table de sus recursos 3 esa fiel compañera en-las calamidades y esa España es sobre la que en medio de la Ünion mas estrecha, protextada con e! lenguage mas expresivo de la amistad, tenia Napoleón concertados en el silencio de su alma los planes menguados y homicidas de sus Monarcas, y los del engrandecimiento de si) familia. Si para llevar al cabo sus execrables designios se hubiese valido del sangriento derecho de una guerra aunque injusta 3 rodarla su proceso en el tribu-
nal de las nado-ECS sotíe \x% cíiraeo - heroyco de na aíma feroz, pero elevad^: rnas empuñar uno pica ase* si na cubierta baxo el maafo de la ^mistad 3 es hacerse reo de un delito solo -csgpz pernos stntencíado por sti ám%oi á perder su corona y como un proscripto por lásiéyes vagar errante sin patria 3 sia corte > s m asilo, y expuesto á perecer entra las¡ uñas de la bestia. -< Pero ésost^pmól€Sy hijos de cantos héroes ^ que ; jrriiT ^ mií :v-é y &o las dejará has*ta riaber recuperado' csu amado f$eyV esa prenda arfes* ~tímabíé de iu dfcha- y éy dé m qofe t ü& doméstica. " * Herniarios tnMs^'e^ vámosse cafísa napoleón: OJOS es y no él quien^disírib&ye los1 • cetros^ AffiéÉazándónos él Señor con la perdida dé Feraatídé solo quiere sin duda hacernos apreciar rrias-*?!' don que eri su persona nos ha hecho. Pertenecemos a Ftttiando y no a Napoleón,s quiea aspirando a- lá Moaar^íiia^ ün^ersal, yí acaso será esta la yez eá que- se qued^^in ninguna. Obliguemos al cielo con ¿úésrras COTtiauas oraciones: socorramos % i&^Méitópéli COTÍ nuestros donativos; bien persuadidos que siendo lg$ buenos Reyes 3 como Fernando ¿ jm luánaatiai inágotab^ de bienes y hemos de f recuperar con ti$ür4 ^uat*to -tetetóos. • ' • : • •
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A L i ÉtíROPA, N aciones. Pueblos de Europa , Príncipes que estáis á su frente-, hombres teños de todas ,clases > de todos astados, la Nación Espaiioia , y en su nómbrela Junt3 Gubernativa, á quien por el cautiverio injusto y alevoso de su Rey ha -confiado la autoridad , va a poner de manifiesto ante vosotros la serie de desgrah cías y agravios que ha padecido, y haciéndoos un$ pintura fiel de su situación actual y de sus designios, reclama con confianza vuestra compasión hacia sus> in* fortunios , y vuestro quieres por su.suerte* ; , El mundo es testigo ide,Ja adhesión constante de España á la Francia, y de-Ja arufetad no interfurapida que la lia guardado por el intervskb de- un siglo. Una misma era la g u e r r a , una k pas , unas tes alianzas, unas las relaciones* Mas la Francia por mas preponderante en Europa, y por el mayor infinxo de sus Reyes* considerados como rama principal de ia familia , era la que designaba las empresas y dirigía el movimiento: por consiguiente todos ios beneficios de semejante unioa eran s u y o s , sin que á España quedase otra utilidad ni otra gloria ^ que ser el primero y uvas grande instrumento del poder ostentoso de su aliaría. Rompiéronse estos lazos con la revolución , y la expulsión de los Borbones del trono francés, acabó para siempre con el pacto de fami'ía. Otras miras , otras relaciones políticas , otra actitud exterior convenían á la Monarquía Española (n aquellas circunstancias ,. y Carlos IV pareció adoptarlas quando en 1793 se declaro rontra la Francia, y ui-ió sus fuerzas a l a grande coalición europea. Mas el iuñuxo aibitra.no que ya tenia en
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en nuestras ddibera&i^nes el í&vorlto que nos ha per» dido , dirigid miserablemente las operaciones militares en el tiempo ida la Ju#ha-jr y¡ maestras tran^acio&es diplomáticas a! tiempo de íá paz. Á una guerra'infeliz se siguió una paz ^ergprizosa ; : á esta paz f vergonzosa una ruinosa y desigualáMaéki > ¡:f des&e-entonces hasta ahora España, atada al carro de la Francia > ha tenido que seguir servilmente su violento y rápido movimiento» Porque todas slas yemajasí estaban de parce dé ellos: los frutos éé su industria vivificada coa nuestros tesoros se expendían en Espanta y en la América Española : suyos eran nuestros exércitos > suyos nuestros poer • tos y suyos nuestros navios* y suyas , puede también decirse , nuestras colonias. A esta relación publica de Potencia á Potencia eran consiguientes la buena fe y la adhesión de los particulares; siempre los recibíamos como hermanos ^ y-en sus dos expedietones á España* nuestros paisanos-sefean^privado ázl pan , aun en tiempo de suma carestía > para~ proporciona rio á sus tropas ¿ y hasta tes mí3geresqué apabafran de dar k luz sus hijos abandonabais sus; lechosi y ¿ los eedia» á sus soldados. y los que no y para calificar las miras poliliícas del hombre, a quien h¿n fiado sus intereses > y qi¡e per eonteritar la $QÚ hidrópica de mando que le abrasa ha privado para siempre a su Nacion> de taa inmensos beneñeios^ ¿Y qusles ha« sida en; recompensa los que que ha sacado España de la alianza antes del indigno rom* pimiento ? Dos guerras marítimas igualmente fatales: nuestras esquadras sacrificadas al antojo de nuestros aliados: colonias importantes perdidas: cortado con la interrupción de nuestras relaciones en América el nervio principal de nuestra industria: la Luisiana cedida k los Franceses por la Etruria > y vendida al instante por ellos contra la expresa convención estipulada de no enagensrse nunca; ía Erruria , precio de esta cesión 5 y de sumas inmensas de dinero> arrancada al fia violen-
lamente al Príncipe que la poseía : un raudal de pista y oro qua corría sin cesar de España a Francia para apagar la insaciable codicia de sus gobernantes: en fio > la administración inepta del favorito, que sostenida y protegida por ellos , es otro de los amargos frutos que su amistad nos ha producido. El principia constante y tínico que dirigía en sus operaciones á nuestro Gabinete > era no- descontentar a los franceses* El privado de Carlos > que siempre ios miraba como los executores de su ruina T lo sacrificaba todo á su conservación propia f y no hubo linage de baxezas y de condescendencias viles que no tuviese con ellos* Desconocieron nuestros Príncipes el gran principia de que la mejor ? la sola defensa contra las agresiones de un ambicioso es el amor y la reverenda de los Pueblos• De engaña en engaño, de cesión en cesión > adormecidos en un fatal letargo se iban llevando á su ruina, y todavía lo esperaban todo de i pérfido que tan indignaiueaie los engañaba * La llama funesta ? que en la carrera de sus? estra* go$ había devorada la Italia y la Holanda r trastornada el orden político de la Alemania 7 y arruinado á la Prusi3 ; atajada en su camino por la p3Z de Tilsit 3 retrocedió con fuerza á exercer sus furores en el Occí* dente- La ocupación injusta de Portugal , y unassoña* das expediciones al África , fueron el pretexto con que se empezaron á introducir tropas Francesas en España; y el ofrecimiento de una soberanía en aquel Reyno> el cebo con que hizo caer al Favorito en el lazo que le armaba. Añadióse á estas disposiciones el suceso escandaloso del Escorial, efecta funesto de la división de 2a Real Familia , precipitada por las intrigas viks y secretas de los franceses. La España y la Europa oye* ron ¿.tónicas la inculpación de parricidio intentada pií* b.icamente por Cirios IV a su succesor , y reclamar un pudre la espada de la justicia contra los supuestos atentados de su primogénito; pero la Europa y la España negaron su asenso h sermjsnte calumnia > y no^ man*
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:tn.>ucharó& ni' aun con la duda la inocencia de un Príncipe virtuoso. Desairado , perseguido , privado del amor y de la confianza de sus padres \ su respeto y su obe* diencia ao se habiaa desmentido jamas , y su verdad e r o delito era ser temido y aborrecido del privado» No se atrevió el infame á consumar el crimen , y aterrado con el silencio-de reprobación que advirtió en la lealtad española, se retraxo de su
abominable
intento , y dio este paso mas hacia su precipicio. Entre tanto las tropas francesas entraban en España ; y Napoleón , que veía en tai* vergonzoso debate la mejor ocasión para sus intentos , úió la señal de obrar á sus generales, Las fortalezas de Pamplona , Barcelona y Figueras fueron alevosamente ocupadas por soldados que estaban recibidos como amigos en aquellos pueblos. Al saberse esta infracción de las leyes d e la hospitalidad y de la confianza ,. se alarmó tocio el Rey no y se estremeció todo el gobierno; pero este débil ya para oponerse abiertamente, tuvo que con* tentarse' con las vanas disculpas que los franceses le dieron;, y se volvió a adormecen Acercábanse ya á la Ca* pital, f el misterio de sus designios , y la afectación con que en sus discursos públicos honraban 3 la n i cion , sin mentar para nada á sus Reyes, aumentaban la inquietud y los u-mores , destruían las esperanzas tía los incautos que creyeron al principio que solo venían á destruir la tiranía de Godoy 5 y él desengañado ai fin de que sus intenciones no le eran favorab l e s , dispuso precipitadamente la partida de la Corte 2 Andalucía para desde alli trasladarse á América con ella. Este fué el término de la paciencia española, que ya se vio en el caso de no tener esperanzas á que acogerse , ni respetos que guardar. Miróse el pueblo desamparado de sus Principes, sin gobierno , sin protección , abandonado á la merced de ios extranjeros, 'y expuesto á la suette de Portugal, donde recibidos sin resistencia habían por piimer ensayo de refornu con-
confiscado todas las propiedades ptiblícas y pztticulat* res 5 y designado la contribución inmensa que debía servir á su rescate. Alzó pues la v o z , y no consintió ea la partida de la familia Real: el favorito cayó precipitado á la nada , de donde jamas debió salir > y sus protectores , no queriendo , ó no sabiendo reinar sha él, abdicaron el trono en su heredero. Fernando Vlf fué solemne y generalmente aclamado y reconocida Rey por ei pueblo que le habia de obedecer: la nación se vio siíbitamente renacer de muerte á vida: la confianza volvió a reynar en los corazones , y la felicidad y ía alegría rebosaban en todas partes. Ningunos mas bien que los franceses pueden , si quieren alguna vez hablar verdad 3 deponer de esta unanimidad de sentamientos , de este gozo universal, de esi^s aclamaciones y aplausos verdaderamente nacióles. No se rompieron con semejante mudanza las reía* ciones políticas } que todavía en apariencia estrechaban a las dos naciones, y tas providencias publicas y se.* cretas que desde el instante de su exaltación, tomó el joven Monarca fueron principalmente difigídas a estrechar y consolidar estos vínculos- Príncipe de Asturias había buscado la amistad de Napoleón ^ implorado su protección contra la opresión en que se hallaba > y manifestado sus deseos de enlazarse á su familia. M Q narca de España y de sus Indias hizo profesión de los mismos sentimientos •$ envió una embaxada
solemne
y
extraordinaria á anunciar al Emperador su exaltación al trono; reiteró ia demanda del enlaze ; noticioso de que se acercaba á España, en fió al Infante su hermano a cumplimentarle; y éi mismo en fin salió á recibirle 3 quando á conseqüencia de las noticias dadas por sus fementidos emisarios 7 creyó que le encontraría dentro de los límites de su Rey no. A quaíquíera hombre por feroz y malvado que fue* se 5 si hubiera conservado algo de humano , desarmaran estas demostraciones de amistad y confianza. Na* poleoa prosiguió á favor de elias la horrible trama de
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sus aitiñlos'y y el inocente Monarca en^nñado sale de Burgos á Vitoria , de Vitoria á la raya 5 de ia raya a Bayona , donde encuentra por fin á su aliado ^ que luego que le tizne en su poder le intima que renuncie en él la corona que sus pueblos habían ceñido á sus sienes. Para vencer ia resistencia que encuentra en el Príncipe español á tan indigna propuesta, hace llevar tam* bien á Bayona á los Reyes Padres, que ya seducidos por sus intrigas secretas habían ¡reclamado contra ia abdicación. Allí, haciéndose defensor de los derechos del Padre contra el hijo , valiéndose del respeto ñiia!, jamas desmentido en el pecho virtuoso de Fernando, y abusando de la triste situación de unos y otros } obliga al hijo á que restituya ia corona á su p a d r e , y al padre i que la renuncie á favor del mismo Napoleón. ¿Y quál era ia posición , quáles los sentimientos del pueblo español mientras se preparaba y se exeoutaba esta escena tiránica y vergonzosa ; mientras; se violabarj asi todas las leyes fundamentales de la Monarquía , y se ¿contrariaban todos los deseos de la voluntad nacion a l ? Contenido en los limites de su lealtad acendrada y de su amor al orden 3 mientras que tuvo esperanza de que su Rey fuese reconocido, no hizo demostra» cion alguna de disgusto ni impaciencia con los trance-ees que alojados en ía Capital y en sus cercanías, se palian del nombre de Fernando y de su gobierno pa* xa disfrutar el noble hospedage y los obsequios de ía generosidad espaítala* Mas qusndo vio que el Rey, a pesar de las promesas que había hecho al partir, no volvía; quando entreoyó las tramas horribles que se fraguaban en Bayona ; quando vio esparcirse papeles incendiarios^ desacreditando la feliz revolución que acatmba de hacer ^ q u a n d o en ña miró arrancar del alcázar de sus abuelos Jos últimos restos de la Familia Reai; entonces ei descontento prorrumpió en quejas y en -clamores y y el. furor comprimido empezó h anunciar el inevitable rompimiento. Aprovecharon los franceses esta violenta disposición de
de los ánimos , y sus atroces manejos depusieron y precipitaron el suceso memorable del z de Mayo. Querían ya desplegar las medidas dei terror , pareciendoíes que abatiendo á la Capital abatirían á ia Nación toda , y asieron el primer pretexto que les ofreció un lance que por vias pacificas pudo ser fácilmente cortado. Impacientes de sangre y de tiranía tiraron de improviso sobre el Pueblo ? que aun no ¡es había hecho mal alguno , y extendieron sus columnas -homicidas por las calles pacíficas de Madrid, Corrieron sus habitantes indignados a las armas , y brazo á brazo , cuerpo á cuerpo arrostraban los batallones , y sabían hacerles maí> y recibir la muerte con mas valer que el que manifestaban sus viles asesinos en medio de ia fuerza de sa disciplina y de la unión de sus illas. La sangre corría* y el vecindario aunque excesivamente desigual en numero , aunque abandonado de su gobierno, aunque no estaba sostenido ni dirigido por los militares > á quienes las órdenes mas estrechas contenían en sus quarteles* sostenía la lucha con tesón, y en muchas partes coa ventaja , quando las voces de paz y de concordia , salidas de las bocas de sus magistrados , le contuvieron y desarmaron. Cesó el combate, y empezó el horror: los barba* ros franceses ocuparon militarmente á todo Madrid, y comenzaron á detener é quintos paisanos encontraban con armas ó con utensilios que lo pareciesen ; y estos
infelices , sin juicio, sin preparación, fueron en la noche y mañana siguiente arcabuceados con la mayor barbarie á la vista de sus hogares. Interrumpíase el silencio terrible de aquella noche cruel con ti estalildo de los tiros y ron los alaridos de ios que morían , y los buenos español, s comprimidos y desarmados no podían prestar a sus hermanos ni protección ni venganza. Aquel funesto d'a puso en manos de los franceses la autoridad primara dri Estado , y las renuncias de BayoiK; j que al instante aparecieron * anunciaron á la Monürqua que su suerte debía ya depender del arbifl'om. VIL I trio
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tíio de Napoleón* Este cedió la Corona Española á su hermano Josef; y a fin de dar á estos actas una autoridad risible , propia de la charlatanería Francesa , se convocó á Bayona u,aa Junta de Españoles, vendidos u n o s , débiles o t r o s , nulos los mas; los quales sin eo» misión ni representación pública prestaron sus rumas y su aprobación al miserable índice , que Napoleón y sus Secretarios decoraron con el pomposo titulo de Consliainon Española* Así después de haber apurado quanto hay de vil en la perfidia y de odioso en la atrocidad , estos so* fistas impudentes se atrevían á hablar de constitución, de leyes y de reformas ; y no pudiendo manifestar título alguno ni justo ni aparente para su usurpación, querían dorarla dándose a si mismos el especioso dic* lado de restauradores nuestros. Pero una Nación de doce millones de almas no necesita de tutores. ¡ Y qué tutores gran Dios! Los mismos que después de haberse constituido defensores de todos los derechos y de todos los principios , hacen alarde de atropellados dentro y fuera de la Francia: los que no han hecho ley que no deroguen, constitución que no destruyan , gobierno que no infamen y corrompan : los que habiendo executado y sufrido horrores sin ñt para establecer una libertad que jamas supieron conocer, han acabado por hacerse los instrumentos viles de la ambición mas
insensata que ha habido en el mundo desde Tameriaa
hasta ahora. El li timo capítulo de su historia , la ultima hazaña de su heroísmo es engañar á un Rey bueno, que con fiado en un seguro , á que ni aun los foragidos de los desiertos se atreven á fritar , se pone en sus manos, y al instante ie despojan de la Corona y de la libertad , amagándole la vidu Después , porque el Pueblo que ama á su Rey no consiente en una usurpación tan injusta , dan de repente la señal de la matanza -> y se arrojan como tigres contra sus huespedes y sus amigos» j Y estos pertenecen á una Nación que se llamaba cui-
coica! ¡y estes son ios que se pregonan los héroes de la Europa! Bandidos son ¿ no guerreros , monstruos feroces , no hombres , contra los quales todos los medios de venganza , todos los caminos de exterminio, por horribles, y sin txempío que se los suponga, están autorizados en la equidad y en la justicia. La Nación Fspañola ultrajada ssi en sus Príncipes* vendida en su confianza y tan uistemente pagada de su hospitalidad ¡ alzó de repente ei &rito , y acudió toda á las armas para defender su libertad, y castigará estos bárbaros. En vano se ostentaba á sus ojos por los indignos fautores de la usurpación el poder inmenso del Tirano, la disciplina agüen ida de sus tropas,, su destreza sin segunda en las artes de hacer mal. Los hombres que tan inhumanamente ultrajados calculan fríamente los riesgos de ia venganza, son ó cobardes, 6 traidores , y en qualquiera caso viles. Pero aun los cálculos del egoísmo se componían mal en esta ocasión con la infamia del sufrimiento. ¿Qué importa, decían los buenos , que seducidos por el amor de la paz callemos ahora, y. consintamos en el yugo que se nes presenta? ¿Dexarémos por eso de sufrir la rapacidad de estos ladrones del orbe que vienen á saquear las riquezas acumuladas en nuestro suelo por la paz interior de un siglo? ¿Dexarémos de ser vasallos de un Régulo subalterno, puesto aqui solamente para comunicarnos los decretos del Tirano? ¿ Dexará en fía nuestra juventud de ser llevada á otros países á saquear y degollar pueblos que no nos han hecho mal ninguno , como vemos aqui ahora a los miserables conscriptos de Italia y Alemania i N o : pues que es absolutamente necesario un sacrificio de sangre , mejor es ofrecerla en holocausto á la Patria que á la ambición de un Tirano : mejor es luchar y morir á la vista de nuestros padres en las orillas del Tajo , del Guadalquivir y del Ebro , que ir á ensangrentar las márgenes heladas y remotas del Vístula y del Danetbio. Y tomada esta resolución generosa , las Provincias
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armadas proclamaron de nuevo al Rey j caya^obédíéfícia tenían jurada y y salieron á encontrar las falanges francesas que ya se dilataban por ellas. Nada pudo re» sistir á su ímpetu en e! principio: 23y hombres, la flor de su exército , acaudillados por uno de sus mejores Generales son derrotados en los campos de Bayíen , y forzados á rendirse prisioneros. Valencia recibe en sus murallas el ímpetu de Moncey y ie ahuyenta destrozado al centro del exército francés que se hallaba en Madrid. Mas alia los Catalanes , a pesar de estar ocupadas por los enemigos las fortalezas de Figueras y Bar* celona , ordenan k su vista su vigorosa insurrección , y Manresa y Gerona son el escollo y escarmiento de las divisiones enviadas de Barcelona á reducirlos. Zaragoza en fía, abierta por todas partes y sin mas defensa que los pechos de sus moradores , resiste las iras de Napoleón, que como numen infernal fulminaba desde Bayona la desolación y el estrago sobre un pueblo hasta allí pacifico , que no tenia mas delito que el de ser leal a su Rey. Las bombas, las balas, todos los pertrechos bélicos que allá se enviaban , salían de núestros almacenes de Pamplona, y las municiones fabri» cadas por nosotros para defendernos, traydoramente vendidas, y alevosamente ocupadas, servían ¡ cosa horrible! á nuestro daño y se disparaban contra Españoles. Pero los Aragoneses que empezaron á defender su Ciudad inerme quando las plazas de armas se rinden con honor, los Aragoneses salvaron entonces á su Capital, que ostenta las manchas de sangre que hay en sus calles por inscripciones de victoria y los escombros de sus casas por trofeos* Los Franceses en ñn rechazados por todas partes huyen vergonzosamente y seí establecen en las orillas del Ebro» Apoyados allí en ists plazas que t.m pérfidamente ocuparon al principio, esperaron los refuerzos que Napoleón Us prometía * y con ellos han vuelto á la contienda en la esperanza de mejor suceso. La Nación Española, agena por carácter y por principios de la
la abarla tenería y falsedad franela , no -dísiraiila . á la Europa que en esta segunda época no ha sido tan fa>* vorectda de la fortuna como en la * primera. Nuestras tropas han pagado su tributo a la inexperiencia, y de resultas de los sucesos de Espinosa ., de Burgos y de Tudela han vuelto los enemigos á ocupar la Capital. Ellos con su jactancia acostumbrada ya cantaban la victoria, corno si en el recinto de Madrid estuviese encerrada toda la Monarquía 5 y si hubiera de. creerse á sus falaces noticias todas nuestras tropas se han. disipado como el humo* y España ya no tiene ni fuerzas que oponer, ni autoridad con que regulas , ai recursos a que acudir. Mas nunca el Gobierno que la Nación se ha elegido ha encontrado mas respetos , mas adhesión 7 ni mas zeio: k su voz , las Provincias han redoblado sus esfuerzos ¿ y nuevos alistados , nuevos donativos, y nuevos sacrificios han acudido al instante? á llenar ei vacío de estos reveses. Los Franceses en. vez de triunfar como ya imaginaban, y de dilatarse impunemente á robar y devastar según su costumbre , se ven rodeados de otros exércitos , philig&dq& a replegarse y reunirse para tentar la suerte de ntievcts combates. Dss? engáñese el Tirano; por mas intrigas que trame 7 por mas ventajas que consiga, no nos quitara jamas ni el odio á la dominación francesa que anima á todo Español; ni la constancia incansable con que acudiremos á reparar los caprichos de la fortuna, , Tai ha sido el origen de la guerra cjue los franceses hacen en Españaj guerra hecha de una manera barbara , sin explicación , sin preparación y sin pretexto: en la qual, como si los Españoles no perteneciésemos a ningún pueblo civilizado, no se observa ninguna de las reglas que el derecho de gentes tiene establecidas entre las que lo son» Así nosotros para man i testar al mundo la justicia que nos asiste , no necesitarnos acu« dir á sutilezas de derecho público , ni a cabílaciones diplomáticas sobre artículos de tratados. El caminante pacifico , que se vé asaltado alevosamente por su com» pa-
panero de viage convertido en asesino , de pocas pa» labras necesita para justificar su defensa : el derecha natural se la prescribe, el instinto se Ja aconseja , e! furor y la venganza se la ministran- Nos vimos despojados de nuestros Principes , amenazados de perder nuestras leyes y nuestras costumbres , atacados en nuestras casas : los mismos que fueron en ellas admitidos y regalados como huespedes y amigos, las mancharon con Ja sangre de sus moradores , y tes profanaron inventado por ellos para fascinar a incautos. Sola 5 pues > la impudencia y el descaro que engendran el poder y la fortuna en quien no reconoce mas derecho que ia fuerza ? podían llamar insurrección ú la resistencia contra una agresión injusta 5 y dar á la obediencia, a las leyes y autoridades patrias el nombre de rebeldía. Mas nadie se lo cree en Europa 7 y solo un insensato puede desconocer en este movimiento tan universal y magnánimo ia voluntad de una Nación entera, que aspira á defender su honor y su independencia* ¿Cómo explicar sino este fenómeno político tan admirable como singular 3 de moverse casi en un mismo día y con el mismo espíritu y por el mismo camino, y baxo una forma misma de gobierno , tantas provincias diferentes , sin preparación y sin comunicación alguna entre sí ? ¿Cómo explicar el establecimiento úel gobierno central á que han concurrido ansiosamente todas ellas> que exerce tranquilamente la autoridad á nombre del detenido Monarca, y es respetado y obedecido iguaimea* te en los momentos de angustia y de apuro que e,a ios de gloria y felicidad? En vano ios franceses en sus periódicos serviles , y en sus contradictorios manifiestos nos pintan entregados á los horrores de ia anarquía , y agitados con las convulsiones fanáticas de una libertad exaltada: nos buscaron esclavos viles y sumisos, nos encontraron hombres, y nos calumnian de revolucionarios. Mas sepan esos impostores eternos, que los españoles no respiran mas que amor á su Rey y á su Patria: que su única ambición es conquistar ia libertad dd uno y la independencia de la otra: que solo intentan manU-ner Jas leyes fundamentales de su Monarquía, que Napoleón quiere inso» lente mente trastornar ; sepan que no somos frenéticos
ni insensatos > y que de h misma manera con que hemos
m<»s sabido resistir la esclavitud vergonzosa qué ellos nos querian imponer , sabremos apreciar en lo que valeu las charlatanerías políueas , que de delineen delirio han conducido á ia Francia á los pies dei exé« crable déspota que Ja oprime. Mas esta lucha terrible , en que fa España se ha empeñado por sí sola , no es á día sola b quien uní» camente interesa. Soberanos de Europa insultados y escarnecidos , pueblos oprimidos y tiranizados por los franceses ¿mirareis coa indiferencia la ocasión úmea que se os ofrece de recobrar vuestro poder , de vengar tantas injurias, y de restablecer el equilibrio que os ha costado tantas combinaciones y tanta sangre ? El poder y los designios ambiciosos de Carlos V y su hijo os reunieron a contenerlos, y al fin pudisteis sostener la libertad política de ia Europa amenazada por ellos. Lo mismo os costo la ambición fastuosa de Luis XW , que a pesar de medio siglo de triunfos y de victorias , tuvo al fin que ceder al tesón de las demás naciones coligadas contra él solo* Otro nuevo tirano mas terrible os tiene comprimidos y subyugado á los u n o s , agraviados á todos: ¿y no renovareis aquellos nobles esfuerzos para sacudir de vosotros el peligro y el cautiverio? Quince años van ya que la ambición francesa agita y destruye la Italia. Hecha teatro de una guerra sangrienta; ha visto desaparecer todos los frutos de la pía dilatada que había gozado: arrebatados ios monumentos admirables que el genio de las artes habia depositado en su suelo , para contentar el orgullo de quien no íabe imitarlos: los límites y el equilibrio de sus diferentes estados rotos y perdidos; y en fin se mira destinada, como nosotros, á ser divididas en satrapías para saciarla ambición, pagar las 'iniquidades , y contentar ei desenfrenado luxo de estos devastadores del numdo* Escuchad, italianos , ia voz de uní nación con quien tantas relaciones tuvisteis en otro tiempo: acordaos üe ios días en que unidas vuestras banderas a rita 5'
mu-strsr* banderas , y vmnrós p e r r e r o s a nuestros guerreros , abanamos el orgullo francés en las orillas dé Careliano y en los campos de Pavía, España no reclama el bftüxo del poder que ya tuvo sobre vosotros, A la unión os llama poderosamente , y con ella á la libertad : constituios como conviene psra haceros respetables : sed otro antemural á la marcha ambiciosa de ese coloso ; y leparla auxiliando vuestros esfuerzos* bendecirá el día en que os sai ude como una nación iadependiente , grande y poderosa. Los mismos males , los mismos agravios , y quizá mayores pérdidas tiene que llorar la Suiza , ia simplicidad de sus costumbres y su libertad sapiiaa á la esterilidad y aspereza de su suelo , y feliz con su ¡ade* pendencia y con sus virtudes no cenia que envidiar, a pesar de la escasez de sus medios , alas naciones mas poderosas y opulentas. Su proximidad á la Francia la ha perdido i ia guerra la ha arruinado como á la Italia : convertida tu quaríel de soldados, despojada de las riquezas que en algunas de sus ciudades habían reunido la economía y la industria de sm habitantes , y hecha campo y juguete de la intriga francesa , ha visto después trastornar de un golpe las leyes venerables de su confederación , respetadas ád tiempo y de los hombres, para recibir de manos de la Francia una constitución hecha á su antojo. ¿Qué i nporta ese vana nombre de república que la condescended ia del tirano la permite aun conservar? Su situación precaria no dexa á los suizos otro arbitrio para mantener el nombre y la independencia helbétiea , que reunirse h los pueblos q je aspiran á salvarse del torbellino francés. Si hcista ¿hora ¡es ha servido su pobreza pira no sc?r reducidos á reyi¡o, y entregados en don a un piriente o a ua valido ; manuu scrao despojo de algún insoUtíte qur quiera poner k m$ pli-ntus ia hb• rt >d y ia gloria que a costa de sesenta combates Jes compraron sus mavoies* N» que^a otro recurso k la Holanda para salir de ÍLQW- ii II.
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*54 la humillación f oprobio en que se halla sumergida, Sin navegación , sin comercio y sin colonias , despajada de su constitución y de sus leyes > obligada a reconocer y dar titulo de Rey á un hombre sin virtudes 5 sin talento y sin gloria ? ó rn de consentir vilmente en su entera desaparición del mundo politice , ó ÓQbQ apelar á la justa y santa insurrección á que todo la convida. L3 Alemania toda ha visto trastornado á Xuerz3 de intrigas su sistema federativo , invadidas sus libertades } robados y saqueados ios emporios de su comercio, y desolados sus pueblos por una guerra cruel, JLos estados pequeños de aquella parte del mundo han tenido un momento de satisfacción en ver abatidos á los grandes ; pero quando estos hayan desaparecido^ ¿quién podra salvarlos de la nulidad á que se precipitan i Ya están abatidas con la monstruosa confederación del Rhin las barreras politicas que habia entre sus intereses y los de la Francia; y el xefe de esa confederación, mas opresor j mas poderoso cien veces que el xefe antiguo del imperio germánico ? hará que esa alianza sea io que todas las que se ajustan entre los débiles y fuertes , un contrato de tirano con esclavos. ¿ScrÍ3 posible que ei Au¿tiia indecisa dudase todavía y y que ios reveses de la ultima guerra > hijos de la sorpresa y de la intriga > no de la pt.-m.ii y del valor , la separasen de uaa arena donde ha lidiado con tanto tesoa y tanta gloria? Tres guerras grandes y san • grientas ha sostenido por la dominación y por la honra , ^ y no se arrojará á hacer la que necesita para la existencia ? Que se acuerde de la manera pérfida con que adormeció Napoleón a la Prusia para humillarla h ella en Ulma y Austerlitz, y como después se sirvió de la inacción del Austria para hacer pedazos en Jena •a la Prusia* Sobre la división de las dos potencias ha fundado su fortuna , logrando enflaquecer á la una , destruir á la otra , y escarnecer a las dos. Tiempo es ya de terminar esas rivalidades fatales, y de conocer que ia Francia p entonga natural de todas las naciones > no pu¿-
puede ser' contenida sino con la coalición de todas" Si ei Austria quiere vengar sus agravios , rehacerse de sus pérdidas ¿ y conservar su vida política y este es el tiempo de conseguirlo , en que el enemigo tiene que atea* der á panes tan dhtmees. Unida otras veces á España atajaban entre las dos el ímpetu de esa gonte siempre inquieta y ambiciosa. Esparh la convida ahora á la guerra contra el coro un adveí sari o , y la convida con la energía y el ahtnro de un pueblo mor tal mente ultrajado y amenazado. Una y otra lucharán por su existencia \ si España sucumbe, el Austria perece. La Rusia confiada en la inmensidad y lejanía de su territorio puede al parecer vivir libre de temores, y tratar de igual a igusl con ei opresor de los otros f peto qnando le haya dexado engrandecerse con los despojos del resto d^l Continente ^ quando su indiferencia, ó su mal aconsejada política , dexe poner en una mano las fuerzas todas de Occidente y Mediodía; entonces é los malea que ya sufre en su navegación y comercio tendrá que añadir el oprobio de recibir la ley que le quiera imponer Napoleón. Este será al ñn su ene* migo , porque siempre lo han sido los rivales en imperio. No se fie el Emperador Alexandro ni en promesas y tratados ? que solo se cumplen mientras traen cuenta , pi en demostraciones de amistad , que nada cuestan á un pérfido. Que contemplen la suerte de los tres Soberanos mas amigos que ha tenido este hombre iniquo ; y el abatimiento y la ruina del Sumo Pontífice que autorizó su exaltación, del Rey de Prusia que le ha dado la preponderancia en Alemania , y del Rey de España que todo lo ha sacrificado á sus miras, sean una lección y un escarmiento á ios incautos que fien todavía en sus insidiosas caricias. La Europa reconoce en Atexandro un corazón magnánimo y generoso. ¿ Por qué un Monarca de sus principios y de sus virtudes se ha de avenir con un tirano tan malvado y tan atroz? ¿Por qué hs de hacerse cómplice de sus usurpaciones y de sus crímenes? ¿Por qué ahora ha de contribuís coa
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con su indiferencia a la destrucción y ruina de la Nación Española? Ninguna ofensa ha recibido de ella; su conservación esta enlazada con la utilidad y gloria de su Imperio, y la naturaleza la ha destinado a ser con la Rusia uno de los estribos en que se apoye la bóveda política ÚQ\ equilibrio europeo. Si, Soberanos , sí , Pueblos del Continente: vuestra conservación está cifrada en nuestra conservación, y la causa que España defiende es tan vuestra corno suya. El descaro de la Francia en sus despojos y violencías no dexa ya nada que adivinar a la política, ni ai cálculo problema alguno que resolver. Ese gran sistema continental , que esta continuamente sonando en los labios de los Franceses, se hace patente por sus hechos mismos , y no significa otra cosa que vuestra ruina* Ya su ambición se ha tragado la Italia , la Holanda , la Suiza, y convertido á estos Estados con los Confederados del Rhin en otras tamas Provincias del Imperio francés. Con las fuerzas de España y Portugal quiere labrar ía entera destrucción áel Austria, y después descargar el peso enorme de la Europa toda sobre el seducido Alexandro , y arrojarle á los desiertos de la Tartaria, Asi el abominable pian que ideó su cabeza destructora se llenará enteramente. Las dinastías antiguas desaparecerán ; él reynará con su familia en las Naciones destrozadas y divididas ; otro Feudalismo, mucho mas repugnante que el antiguo , se establecerá sobre la ruina de las luces, de la industria y de la civilización de tres siglos $ y tm hombre solo tendrá la gloria de haber trocado "los destinos de la parte principal del mundo. ¿Qué importa que los exé:rables designios de su tiranía tengan todavía que comprarse con la devastación de aha Provincias entregadas al hierro y al fuego? La Europa ha de ser esclava: él lo decretó asi} y quando el nombre de Napoleón , escrito en todas partes con caracteres de sangre anuncie a los hombres aterrados su miseria y servidumbre , entonces este bárbaro reposará tal vez, contento con haber SÍ'
sido para los Pueblos un astro el mas infausto de desó* lacion y de muerte. Mas no es todavía tiempo de que goce esta satis* f«coica horrible y sanguinaria. La Inglaterra con la inmensidad de ventajas que su posición > su; pode* ¿ o y sus leyes ia presentan , se ha reído constantemente de las convulsiones frenéticas de la ambición francesa y en parte las ha contenido. Las injurias sin exernplo con que ha sido ultrajada la España, han roto para siempre los lazos serviles que la tenían ligada a la Francia, y no dexan lugar ni k composición ni a tregua:, nuestra guerra será eterna, mientras no nos restituya nuestro Monarca, y no reconozca nuestra independencia. Agravios casi iguales tiene que vengar Portugal,; y por ia primera vez su interés es unen mismo coa el de Castilla* Un Príncipe esforzado niega fieramente ^ a , ti Norte el vasaliage que a todos pide, el Tirano <¡ y mantiene el honor y libertad de la Suecia en la guerra injusta y repugnante que le ha suscitado Napoleón con sus artificios* ¿Qué os detiene pues,, Soberanos de Europa?, Las circunstancias QSi convidan;, la ocasión se presenta, el peligro es urge¿níe, vuestro interés es efe?. ro. ¿Queréis existir ? armaos: que q e s # áel Escalda alí Tiber y éesde el Neva al Guadalquivir no haya mas que un movimiento , una acción , urx grito ; y sea, guerra á los franceses. ¿ Os detiene acaso el miedo, la üka de esperanza en el buen éxito? Desengañaos: ios franceses no son invulnerables ni invencibles: ios campas de Valencia y Zaragoza , las alturas deBaylen man** ñcstan al ciclo y á la iterra su vergüenza y su escarmiento. Imitadnos pues en nuestra constancia y en núes*tros esfuerzos , ó Monarcas y Pueblos del Continente, y el mundo amenazado de ser despojo de un monstruo, recobrara por fin su Jndependencia y su sosiego. Real Palacio del Alcázar de Sevilla i de Enero de i&oo.rs Martin de G^ray , Secretario general de la Junta suprema. AVEN-
APÉNDICE, X - a s tres cartas siguientes del Principe Murat al General Dupont , que se hallaron entre los papeles de este , y se conservan originales en poder del Gobierno Supremo de España 3 harán ver a la Europa* i. Que el pian de Napoleón fue desde luego hacer una revolución política en el Reyno y y mudar en él la dinastía r 2. Qué para ello con» tó con apoderarse alevosamente del Príncipe de Asturias* del Príncipe de la Faz y demás personas principales que estuviesen al frente del Gobierno. 3. Que no han dicho mas que falsedades en quanto han publicado acerca del dos dé Mayo: y qué la satisfacción feroz y salvage con que Mürat había de la sangre vertida entonces , manifiesta que miraron aquélla carnicería como un asedio necesario para ahog¿r en el pueblo el amor y la lealtad a su legítimo Soberano, y para echar los cimientos de su usurpación. Todo esto es anterior á la farsa abominable de Bayona; y por consiguiente quantos derechos se atribuye Bonaparte á la corona de España en virtud de las renunciad forjadas áiii , son valíos y repugnantes > y cae al suelo el pretexto ilusorio én que apoya la inhumana guerra que nos hace. CARTA
PRIMERA.
eñor General: poneos en movimiento con vuestra caballería , y artillería f y vuestras dos primeras divisiones , de modo que lleguéis el 19 a la concurrencia del camino de Segovia y de San Ildefonso con el de Madrid , y esperareis en esta posición nuevas ordenes mías. Dexareis vuestra tercera división en Valladolid para observar el cuerpo español > que está en Galicia. Es necesario que el General que dexeis en Valladolid procure adquirir noticias positivas del par age en que se
rnl'a este cuerpo 5 y que me informe cuidadosamente tie todo quar.to sepa, Dadle también orden de que haga se continué la fabricación de galleta. Fixaré mi qnartel general el ió en Aranda 3 el ij en Fresniilo de ia Fuente ; y por ultimo del 19 al 20 pasaré tes alturas de Somosierra* A ^ste punto debéis dirigirme las noticias que tengáis. No necesito recomendaros , que debéis marchar en el mejor orden y haden** do obstrvar Ja mas severa disciplina y respetar Jas pro* piedades. Debéis caminar manifestando seguridad y sin anunciar ninguna intención hostil. Ditels que los Exércitos marchan hacia Cádiz y Gibraltar y dirigiréis a ia presencia del Emperador a Burgos, Victoria ó Bayona las personas que quizá os enviará la Corte de España, ¿moque sea el Príncipe de 3a Paz y aun el Príncipe de Asturias y bien que si llegasen á vos á tiempo que ya estéis en posesión los dirigiréis á mí por el camino de Aranda» El General Español Solano ha dexado la orilla izquierda del Tajo para dirigirse á Badajoz, á donde debe haber llegado el ÍO. Eaviadme todas hs noticias que podáis adquirir sobre la marcha ulterior de este cuerpo. Si las tropas Españolas que se hallan en Vailadolid hubiesen recibido orden de dirigirse á Madrid ó á las Provincias de Extremadura y de la Mancha , pedid formalmente la suspensión de su marcha hasta que hayáis recibido órdenes mias que direís vais á pedirme. Persuadiréis al Gobernador General que debiendo recorrer estas Provincias , ts preciso economizar todos los recursos y no sobrecargarlas demasiado de tropas. También le persuadiréis > que dirigiéndose los Exércitos del Emperador hacía Cádiz y Gibraltar es necesaria Id presen da de las tropas Españolas en Castilla la Vieja para mantener en ella el orden y buena policía* Ved aquí el orden en que debéis marchar, A) frente la división de caballería coa sus piezas de ; ai til le ría í. g ra. Destina*eis tres a cada brigida. Vues«
r6o Vuestra primera división tendrá doce piezas-de-ár J tillen a. La !segunda tendrá la artillería que ie esta ya asignada. • "'•• ' Desde luego reuniréis estas tres divisiones, y marchareis con vuestra primera división de infantería. Haréis acampar vuestras tropas por brigadas y escalones y de modo que no haya mas que quatro leguas de Francia desde vuestra primera brigada de vanguardia hasta la última brigada' de vuestra segunda división. Cada soldado debe llevar cinqüentá cartuchos y estar bien vestido 9 bien armada y provisto de todo. Debéis llevar víveres de todas clases , á lo menos para quince días galleta > ó pan fresco > y que os sigan bueyes para qtte no faite carne en estos quince "tíias. Decidme si el sueldo y prest está corriente hasta primero de Marzo. Continuad dándome todas las noticias que podáis adquirir, Sería muy conveniente suspender con algún plausible pretexto la partida de los correos que pudiera expedir a Madrid el Capitán General, ó qualquiera otra persona dando aviso de la marcha de vuestras tropas. Os remito adjuntos varios exemplares de la orden del dia , que cuidareis se esparzan en el público pero sin afectación» Avisadme a vuelta de correo de vuestra marcha y h donde contáis establecer todas las noches vuestro quartel general, a ñn de que yo pueda en caso necesaiio enviaros mis órdenes. Y con esto, Señor General, ruego a Dios que os tenga en su santa y órgeta. guarda.:^ Joaquín, =* Burgos 14 de Marzo de 180?»=» Señor General Dupom.
CAR-
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. CARTA
SEGUNDA.
enor General: la tranquilidad publica ha sido turbada en la Capital. Hace dos días que todas h$ coa* versaciones y los paisanos entrados en la Villa nos anunciaban una crisis. Con efecto ayer desde las ocho de la mañana la canalla de Madrid obstruía todas las avenidas del Palacio y también los patios» La Reyna de Emula debia partir para Bayona: un Edecán que yo enviaba á cumplimentarla fué detenido por el popula» cho en una de las puertas del Palacio 3 y hubiera sido asesinado á no ser por un piquete de mi guardia que envié al instante para libercaríe. Un segundo Edecán que llevaba órdenes al General Grouchy .fué asailado á pedradas. Entonces se toco la generala, y Jas tropas corrieron á los puntos que tenían orden de ocu* par en caso de alarma» Varias columnas marcharon de diferentes partes contra las gentes reunidas: unosquan* tos cañonazos de metralla las dispersaron , y todo se ha puesto en orden. Cincuenta paisanos cogidos con las armas en la mano fueron arcabuceados ayer tarde , otros cincuenta lo han sido esta mañana. La Villa será desarmada, y un Edicto va á, anunciar que todo Español a quien se halle con qnaíquiera clase de armas ^ seta considerado como sedicioso , y arcabuceado. Este Edicto se remitirá por el Gobierno á todos los Capitanes Generales y a todos ios Oficiales
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Comandantes de los
cuerpos de exército , haciéndolos responsables de los acontecimientos. La orden del día adjunta se remitir^ al mtsmp tiempo qué el Edicto, Coa iá buena lección que acabo de dar no se turbará mas la tranquilidad publica. He sabido que ha habido un alarma en Aran» juez el Domingo por la tarde y con motivo de unos f «suizos tirados desde una casa ? y he dado orden ai General Vede! para que convoque una comisión milia r y haga arcabucear á los paisanos que se han hallado armados en la casa , la qual debe ser quexnada tom. Vil. X ó
ó demolida* Haced*fixarmi ófdea en Toledo, en Ara a* jué$ y éa vuestros diferentes acantonamientos 3 y cui* dad de que se distribuyan las varias g3zetas é impre-5os adjuntos. Enviad Ofíeíales para informaros de los movimientos de la trops del General Solano, y espero ciertamente.<|U£ ¿& seexeeutará ninguno sin que llegue \ vuestra noticia* Declarad que ei Emperador ha heleno notificar al Príncipe de Asturias que no le.reco» .^oeja sino como Príncipe de Asturias > que el Rey paidjre y este Príncipe han elegido por arbitro de su contienda al Emperador > y que en este momento debe eslar ya decidida. Manifestad a la Nobleza y al Clero que fe conse ración, de *sus privilegios depeníera de {a eon* jducta que tmgm respecto del emperador y de sus tea* pas, y que el interés.de la Nación Española es estar iQonsíaptemente unida h ¡a Francia. Continuad anunciando que el Emperador sale garante > de la integridad é independencia d e J a J^onarquía EspaSóía^ Ha habido ja la me^os e i ^el día de ayer i«oo hom* bres puertos del populacho o payianos de Madrid y y nosotros hemos tenido algún centenar de heridos, por haberse encontrado solos en las, calles* Y con esto , Señor Conde > ruego á Dios que os tenga en su santa y digna gu^da.^Joa todos los £$paaoks hm abieíto ios ojos sobre sus ver*
rodaderos intereses , tofos ^nñor&áor úém %ey$imploran hoy la clemencia áel Emperador y w protec^ don , y le piden un Rey de su Otos tía» Espero x$m el Rey de Ñapóles tan generalmente estimado de té Luropa , fcirisrá sobre ios Bspa*iolé$¿•'*
-
^
La Junta de Gobierno después de haber cumplido sps deberes de fidelidad y adhesión para con sus So-7 Seranos, hallándose en ctreünst^cios^xtraordinariéST^decida á no poder ya recibir ordenes ni; decisiones" de sus Príncipes que se hallan en Bayona> temiendo en fin la repetición del acontecimiento fanesío del dos de Mayo > acaba decuplicarme que me encargue de su Presidencia la tjúal he; tenido á bien aceptar. Os incluyo la copia adjunta de su áeiiberáckm sobre este asunto* Os dirijo igualmente copia de mi circular á; ios? diferentes Capitanes Generales y y Generales Espa&^e«^ Comandantes de Provincia y de diferentes Cuerpo& Nó; dexeis de decir k los Capitanes que sehailefl a vües«^ tías inmediaciones qué éncmttatM baxo la nueva di* aastía ia consideraeioa que la antepon no podía yar darles» ^ 7 .rü.-sv'¡* 7 Nosotros gozamos aquí la mayor i tranquilidad y la: confianza está enteramente restablecida. ¥ con esto > Señor General * ruego á Dios que os tenga en su santa y digna guarda.as jóaqtap== Madrid? 7 de Mayo de isos. ' CIRCULAR A LOS CAPfTAMES GENERALES pañoles inclusa en ¡a Carta antecedente.
ES*
i^Gñür Capitán. GeB^rah sta duda habréis cabido i o n dolor el acontecimiento desgraciado dei z de Mayo. La memoria de ^$t^ día será para mí un recuerdo de amargura y pero el cielo me es testigo de que me h¿ visto obli* gado á rechazar la fuerza con la fuer2a > y que á pesar mió han sacado los franceses la espada contra los españoles > y ha corrido la sangre de las dos nacionea amigas, os incluyo copia de mi orden del dia > coa uaa
r64 una de mis preda mas > y otra de la Junta de estada No dexarets de conocer que la clemencia ha seguido muy de cerca á la gran severidad que ha sido preciso desplegar de pronto para contener el desorden y la efusión de sangre. Todo ai presente ha vuelto á entrar en el Orden : Lo pasado esta enteramente olvidado* Se trata de reparar el mal: es necesario hacerlo olvidar y trabajar de concierto en la Miciánd de vuestra patriad Gon este objeto la Junta Suprema de gobierno me M> nombrado su Presidente: corresponderé fielmente á su confianza. No me disimulo toaos los deberes que ella me impone * pero los cumpliré porque cuento con el concurso de todos «us esfuerzos y de todo su zelo; por* que cuento con los diferentes cuerpos de tropas espa* ñolas que están: &$os de la capital , como con la guarnición dé Madrid* que se ha cubierto de gloria, reu* nié&dose á las tropas del Emperador para contener y reprimir al populacho de Madrid, Sí¿ Señor Capitán General , cuento mucho con vos* Los nobles sentimien* titas que os M&stmgttm tan eminentemente me respoá* den de vuestro zelo. Vos no podéis menos de coñti* nÉai| én iéguirnel camino? del honor: os adheriréis al gobierno: uniréis fvuestros esfuerzos a los suyos: riva^ fizareis coa! él en zelo ^ara manter la tranquilidadípdMm¡ fe impedir que -el rechazo del suceso de Madrid se haga éentir en vuestra provincia;«.-.••%,K Señor Capitán General 5 tengo el mayor gusto en que e§ta cM&tís&JO^ame prépdrcicÑiiá la cícasion de ^seguraros la esdmacion^imrticnlar que -vuestra reputación y vuestros talentos tan justamente os han grangeado. Í - y coas^stor &c# &c*í3fóadrki de; Mayo de i8oS. :
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PROCLAMA
A LOS
ESPAñOLES,
Y A LA EUROPA ENTERA DEL AFRICANO NUMIDA ABENÑÜD&ETA RASIS> DE LA FAMILIA DE LOS ANTIGUOS ABENCER* rages y doctor de ia ley > sobre el verdadero carácter de ia revolución francesa y de su Xefe Napoleón , y sobre la conducta que deben guarda* todos ios gobiernos en hacer causa común con los Españoles para destruir el de una gente enemiga por sistema y necesidad de todas las insútucioues ? sociales.
Obra ir aducida del Árabe vulgar al Castellano for D. M, S. G. S. JtSntre las muchas catástrofes q&enibrman la gloria de Ja República francesa ¿desde el punto en que se entrególa ios caprichos del mas pérfido y cruel de los usurpadores $ ninguna | ó Europeos í presentara menos pre* textos y disculpas qp& la -invasión a mano armada de los exérdtos; desaquella -nación en el territorio Española baxo la$ ^padencias tie la amistad y Quería fe de que nacían alarde >en rtodas / partes» ií#s!a> anora^iim s^feabians vista, squeláa impudencia y descaro de la inmoralidad , que aspirando, a divinizar los ;#fímenes^ consigue al cabo de cierto periodo rc^mpe^elos vínc^tos socales que>;ligan ¿álos; hombres entre sí>y» reducir a estos al estada de barbarie y fe* rdcidacL ? La. nación ^ancesa * es cierto queden i?$9 > y quando el semimienti» de ama vergonzosa opresión ia obligó, á emprender el esfuerzo de su regeneración á que todos los pueblos tienen un indisputable derecho, llevó la fuerza de su energía y de su viveza natural hasta un exceso que no ú había creído s puesto -que sin
\6$ *m necesidad de Mber desfcroidade -qaajo -fas mss sa* bias instituciones que se caaociaa en el mundo culto, y sin haber barrada, comadle hizo ^ las ideas de orden y de justicia piíbítea 5 pudo sin perjuicio de las grandes reformas que exigía imperiosamente su estado civií y político conciliar sus intereses con el reposo de las demás naciones. Pero confesemos que en medio d e e s *
tas agitaciones , y de este vértigo *le revolución que se apodero de la Francia, y que en su estado nací ente la presento corno otro Hércules , ahogando las serpientes que se conjuraban contra su existencia y no se advirtieron otros excesos ai otras demasías que las que naturalmente ocasiona Ja compresión de un >grancuerpo moral, quando una vez-liéga á romper los diques que han fabricado siglos de esclavitud y de tiranta» No, no se dita que ios franceses se hubiesen dettócfo en aquellos críticos momentos a maquinar á sangre fria y a urdir pérfidos planes paca subvertir los gobiernos de Europa y cuya regularidad era la que mas acusaba r o laiqieslma^ desacreditaba sus novedades > y guando la> Austria y k|?rusia; fueron las primeras paro lrac#r fre*sonar la trompeta de la guerra, quando sus ecos llegaron desde ia Italia é Inglaterra > hasta el Seaa ¿ y quando> por última^ -lar España se fcaüé^ comprometida cqmo |á jpe^f^supa'íá segsuifí te ¿mpiilsios* a ^que le ar~£ miraba- la gm&mzmwiñ Jos ú^mús gobieraos* jla^Fram* cía rnantuvo ana actitud tan respetabletmmófustas, &o< costante que mm|«>cí^iipuede decirse ?quesias^derím¿ naciones ralret a b a n a su, deber ^tpo^que teniendo todas na igual d£ £hoc ^ara su .* coaser^acioa ,n todas también se hallaban -n ú%tbtizzé&sí para m&n tira a : destruir otra que se le opone. ;;•? i,-? ^ ,...^^r' cw.<¿ v Roíaos entrometeremos en calificar por los demás i ¡¿i
las
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las razones particulares que pudieron tener las demás potencias de Europa para emprehender una guerra que después abandonaron > entregándose una en pos de otra a las oscilaciones de la de$confianza y de la irresolución. Solo anunciaremos y con toda segundad , que no fué el equilibrio político de los gobiernos el objeto constante k que debían dirigir sus miras > y que no tardaron mucha en forjarse cada qual un plan de engrandecimiento peculiar dando lugar á la desunión, umco Dios tutelar ai qual los franceses áoben atribuir sus victorias*. Por^ desgracia na pudo ea aquella época la?»Esparta ejercer -e» medioidenla confederación coa las demás Potencias leí: grado de fuerza y de poder de que la hacia» capaz, su situación natural , el valor y el talento de sus hijos , la firoieza de su carácter i y su constancia imperturbable .para arrostrar los peligros y deten* der en qualquier trance la buena causa* Encadenada* qual estaba?, baxo la áoiwnñdow de uno de aquellos abortos del infierna;* que muyrara vez presenta la naturaleza subiendo desde el cieno hasta los mayores tronos > no de otra suerte que los antiguos Titanes que quisieron disputar el imperio del mundo al mismo Ja* piter: ¿cómo era posible qtie organizase sus exércitqs y idiese á >sus ojaerack*aestusa dirección segura y enérgica qual era necesaria* siquiera para que quedase so* ore una respetable defensiva, ya que no le fuese da* do verificar ideas ma* vastas? N o , no era la España que obraba entonces?, la que , gobernada en otro tiera* po por IQS; Reyes católicos , y .ya libre de la dominación de los Moros nuestros antepasados, había promovido las ciencias y artes, proclamado las primeras no* cienes de legislación y economía, y llevádoias con sus estandartes hasta la culta Italia; no era la misma Es* paña, que a la voz de un Carlos V y de un Felipe II derrotaba todo el poder de la Francia en Pavía , en San Quintin y y en otros muchos campos de nuestra
gloria) y que al mismo, tiempo enriquíícia coa la ga«í ne-
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•Rvfosa profusión de sus exércitos los-países en donde estos entraban, lejos de profanarlos, de talarlos y destruirlos , manteniendo contra tos esfuerzos de la irreligión el equilibrio de Alemania h pesar de la protección decidida que dispensaba la Frauda h los innovadores: n o era la misma España q u e , criando en tiempos mas venturosos una asombrosa marina mercantil y reai,ha» bia llevado sus banderas , sus conocimientos , y BUS mercancías á las ultimas regiones del ocaso , para abrir un nuevo m u n d o , nuevas ideas, y nuevas necesidades á la imaginación humana, y para medir con la del mandoNte -extensión de su imperio; y<«o era en fin la misroa España , cuyos doctores defendían la Iglesia , cuyas leyes ilustraban la Europa , cuyos artistas competían coa los mas célebres de la antigüedad, y cuyas n^vts cruzando desde el mediterráneo al mar paeiáco > y rodeando las primeras te tierra, lograronucircunscribir todos los limites de la ambición. Era mas bien , sí , digámoslo con confusión y vergüenza , on moribundo entrega* do a las manos de unos empíricos miserables que se encargaban de su curación * l pero sm plan* ni sistema que los gobernase. Si alguna? ivez^ por una rara casualidad se presentaba en la escena mno ú otro de aquellos genios extraordinarios y benéficos que se proponen caminar impávidos bacía el bien , sin que les in*errompan mezquinas consideraciones de miedm y de interés ¿ a t punto eran derrocados desde la ) jnaisma cumbres de la confianza i donde ¿es habian^ eotóocido sus virtudes» porque el mismo genio del m a l , ,el misino tirano qme los presentaba un momento á la expectación general para entretenerla, ese mismo estaba en continuo acecho para iludirla siempre que le acomodase á sus intereses, valiéndose para ello mas • de u aa ? vez del fanati smo de la j-etrgion y de ¡otrosí medios infames que inventó en» tré vosotros••¡é Europeos! la política de Maquiabelo* Legislación, economía , agricultura , a r t e s , comercio , navegación , marina real, exército de tierra, todo, todo se consagró £ la ambición y codicia de aquel monstruo,
u n o 5 y puede decirse que todos los ríos de plata qne corrían desde el continente de América no llegaban al Español , sino para hundirse en las simas impenetrables del mismo usurpador, que no contento ron empobrecer la nación y reducirla á un miserable esqueleto, se atrevió á profanar la santidad de los Palacios de ios Reyes , y desmoralizar ó corromper el espíritu publico, sacando en triunfo por las anchas plazas el expeitco tíe la irreligión y de la incontinencia. A él se debe la vergonzosa paz de Basiléá , y a él todos los desastres é inconseqüenchs en las operacioL ríes militares que precedieron a aquel acaecimiento , y dísde ei quai la Francia revolucionaria empezó a dar pasos Egitados hacia el imperio universal , pues que su glotonería no perdonó át la Italia , a la Flandes Aust i b e s , á los Países de Holanda y á tina .-parte de Ate* mania. En todo le servía maravillosamente ei codiVio* so monstruo, que engalanándose con el título de Prin* Cipe do la Paz supo reduen á ¡a nación española coa este prestigio á un estado de inercia de los mas funestos con respecto á la Francia ,' mientras por otra parte la comprometía en una guerra naval eterna y destructora contra la Inglaterra. En vano en 1799 trató la Rusia de despertar al gobierno español del profundo letargo en que yacia , y hacerle abandonar la forzada situación de la alianza , ó mas propiamente la infame éselavonía' con que le h&bra regalado la generosidad francesa 7 mientras que ésta por otro lado tenia suspendido su brazo sobre un Rey Muso que no era arbitro de romper los grillos que le había puesto su favorito , ni de volver su vista hacia ios males públicos de la Monarquía para lamentarse de ellos, ya que no le fuese permitido entender en su remedio. Solo tema libertad ¿quel desgraciado Monarca para enunciar* como anunció á la Europa en iu respuesta Ó manifiesto de San Ildefonso del 9 de S. ¿ tu nbre del? mismo año de 99 , que la Rusia tratan »o ¿te restituir la Corona de prancia á la Casa unm.jmnt¿ fzyn&nte , tt& Tom.ViL Y ba-
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bada mas que turbar el orden público* Asi hablaba el nieto de Luis XIV 5 de aquel Rey á cuya memoria debía la dinasiía de España todas las consideraciones del agradecimiento no menos que á la lealtad de la nacíou que con diestra vencedora la había asegurado en su trono. No solo se prodigaba este lenguage en obsequio de la buena inteligencia y amistad religiosa con los destructores del christianismo 9 con los asesinos de la familia real ? y con los enemigos de todas las instituciones morales y civiles, sino que ademas se degradaba la dignidad nacional con las ordene* que se daban por el Ministerio para auxiliar á los alguaciles armados de la República francesa en la persecución de los realistas de Langüedoc. Fué asi que estos desgraciados insurgentes fiándose después de su dispersión ala salvaguardia del honor castellano se refugiaron en España, bka presto los reclamó el Directorio, y él mismo que acababa de invocar el derecho de las gentes en favor de Nappertandi¿ fué obedecido en Madrid con la mas servil prontitud ^ y como si esta atroz violación de la hospitalidad hacia los, franceses maxtyres de su zelo por la casa del Soberano que habían perdido > no hubiese bastado para la satisfacción de sus perseguidores 3 se apresuró el Ministro Urquijo por apurar ios recursos de su genio y y convencer al Embaxador Republicano Gui* Uemardet de la complacencia infinita que tenia S. M. en entregar a los verdugos del Directorio , los partidarios d0 Luis XPUI. }Gran Ala era este el grado de gloria a que había llegado el Imperio heredado de Carlos V ! Todas las re • clarnaciones de los sofistas revolucionarios contra las Monarquías 0 los escritos de los filósofos de París s y las victorias de sus exércitos y eran menos funestas a! realismo } que la degradación h que él mismo se abandonaba en muchos estados. No hay que dudarlo. El espíritu de contemporiza* clon y lo que se llama prudencia 3 son los agentes momo-
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rales que mas estragos han ca-isado en los Gabinetes de Encopa 3 introduciendo en eüos la discordia y desunión mas funestas > vuelvo á decir , que las pocas viotonas que el talento militar ha dado a los franceses. Ya K«ce machos siglos que el primero de ios fvstoi'iadores Romanos, el gran Táriio decía de estos mismos franceses, tratando de la invasión de su teirirorio por los Romanos , aquella sabia sentencia digna de tener* .se presente eterna-nent? en nuestra memoria de áwn sin* guli fugnemt y wüversí ricutttur. En una palabra , aquel historiador politizo veía ia causa fundamental de la disolución y ruina de los pueblos de la Gaita en lo que hoy va acelerando la üt&truccion de la Europa entera, y es la desunión é incoherencia de las fuerzas que resistan 3 y la unidad de Ja fuerza que ataca. Lejos de vosotros Europeos , las teorías que hasta ahora han dividido á vuestros políticos y que no h m servido sino para enervar la fuerza directora de ios Gabinetes en defensa de la causa común de vuestro Continente. Hay entre ellos quienes han mirado el trastorno actual como la obra directa de la Providencia, cuyos decretos explican maravillosamente , siendo bien ficii percibir las conseqüencias perniciosas de este fatalismo. Otros atribuyen todo á los ejércitos , y según su modo de pensar , hoy triunfan por el número > ma* nana por los talentos d d General , y pasado mañana por un genio propio que los conduce a la victoria. Tan presto es un ataque precipitado , tan presto un ataque taidto, tan presto la pérdida de un desfiladero, yt¿n presto la inferioridad de su artillería volante, ¡o que hace sucumbir á los soldados de los Reyes delante ^e los soldados republicanos. Otros descubren una conjuración secreta invisible y universal contra ci Uono y el ahur. Vienen después los acusadores armados efe un genio corrosivo para interpretar todos los rcheses por la subordinación demasiado servil de los Ministros y de los Generales; y no Lvta.n quienes dejándose llevar de
ta imaginación romancesca, hacen de la revolaron uu
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capítulo del Taso ó del Aríostó , y tienen a sus órdenes un genio sobrenatural invulnerable é irresistible , cu* yo tiUsman se burla délas resistencias, y hace desaparecer súbitamente las montañas, los cañones , los abismos > los dragones, y las murallas. Si hay algún hom* brc que , despreciando estos diversos poemas , trata de examinar en la naturaleza ordinaria de las cosas , qual la historia de ios siglos nos la presenta , la solución de e^ta problema; pasa por un espíritu demasiado caús. tico é impertinente , y dichoso si puede libertarse de la gavilla de visionarios que gradúan sus opiniones como una heregia oculta , y de las qnales debe desconfiarse. Sin embargo es menester pronunciar á la faz de to* do el mundo la triste verdad de que vuestra Europa hasta ahora ha marchado en busca del objeto de su redención al abrigo de una calma traydora , pero entre escollos y precipicios que h3n ido tragando sus estados uno k uno. Es menester decirla ya , que la misma táctica de dividir que emplea la Francia revolucionaria sirvió en otro tiempo para que los Romanos se hiciesen dueños de la Grecia , de las Galias 3 y de la Asia menor y aunque sin emplear las infames artes de la mentira y perfidia de que se glorian los que se dicen sus imitadores. Es menester recordar que los barbaros invadían el Imperio de occidente y de él se apoderaban poique reynaba la mayor tranquilidad y sosiego en Constantinopia, igual a la que tuvo la Europa quando la llegada de Mahomet II sobre el Bosforo $ y es menester por último recordar a esta Europa , y a los Gabinetes que la dirigen , que quando el gran Ani* bal represento a Antioco la necesidad de resistir á la ambición y á la política de los Romanos antes que acceder á una paz que iba á perderle ^ sus Ministros, sus cortesanos > sus aduladores le pintaron á Aníbal como un extravagante , y a los Romanos como amigos necesarios , y es bien sabido por qué condiciones humi» liantes tuvo que pasar este Rey tan bien aconsejado, Este exemplo de debilidad es el que se ha vi¿to re.
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pf tido por toda Europa desde los primeros instantes de la revolución francesa. Cada gobierno se dexó llevar adonde le arrastraba un interés parcial mal entendido, abandonando la causa común a la merced de la casualidad. Hubo confederaciones , pero poco sistemáticas* y su dispersión fué de ello el resultado indispensable) é inmediato sin haberse previsto las conseqüencias funestas de este egoísmo de la política. No se pensaba sin duda que debe presentarse como maravillosa la duración y la subsistencia de una liga que no es inspirada ni sostenida por un entusiasmo común , político 6 religioso. No se pensaba que aun en medio de este enT tusiusmo alguna vez no corresponden los efectos a las esperanzas qus se cifran en él: que el célebre Gustavo Adolfo encontró muchos obstáculos que allanar antes que llegase á confederar los Príncipes protestantes de la la Alemania: que hubo ocasiones críticas en que la unión estuvo á pique de romperse : y que á no ser por las conquistas rápidas de las armas suecas y por la infatigable destreza del chanciller Ogenstierna , esu guerra memorable, á la qual andaban unidas la independencia de veinte Soberanos , la libertad de las conciencias , y la suerte del imperio de Alemania, no hubiera resistido treinta años á las divisiones intestinas que parecÍ3 iban a acelerar la ruina de aquellos gobiernos» No se pensaba tampoco que si en el siglo Xí la Euro* pa entera dócil á la voz de un Monge se precipitó sobre el Asia para librar el Santo Sepulcro , mayores , mas importantes y mas sagrados intereses eran los que la llamaban en fines del siglo XVIII á una especie de cruzada política que exáltase la imaginación de sus guer* reros > que reuniese los intereses de sus gobiernos por medía de un sentimiento uniforme y apasionado , que idenuíicase las naciones por medio de una comunica* cion de opiniones patrióticas , y que sofocando los zelos , aniquilase la diferencia de los climas , de los usos, de las leyes , de los intereses , y hasta la de las len« guas. Y no se pensaba pur lukno que quando tan no* bits
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M^s sentimientos de honor y de gloria no pareciesen poderosos, para coaiizar á todos los espíritus; ia imagen de la calamidad universa! que amenazaba conver* tir ei mundo en un vasto cementerio, debia sin duda sublevar todas las pasiones conservadoras del interés publico y d<:[ interés personal. Pero los gobiernos han tomado una dirección inversa. Miraron ia guerra revolucionaria no como un a^ote que se dirigía contra los Pueblos, es decir, contra los sagrados derechos de la propiedad individual, contra la libertad política y civil, contra la independencía , contra ia religión , y contra las conciencias, sino mas bien como una conspiración armada contra las distinciones, las gerarquías , y los tronos solamente* Asi fué como cada quai, ciñéndose á la pequeña órbita de sus intereses particulares , se dedicó en medio de ella á negociar su seguridad , que no era difícil lograr por un momento de una república que había profesa do en 93 el ateísmo , y que no conocía otra moral que la de su utilidad propia y exclusiva. Asi fué también como el mismo gobierno, ora excitando alas naciones beligerantes á entrar en los congresos que con un aparato extraordinario, hizo proclamar para la pacificación general , ora empleando secretamente y por medio de sus emisarios las pérfidas arles del embuste y de los zelos 9 y ora en ñn mojando á cada p:;so de figura al favor de ias revoluciones parciales que sufrían sus consejos y su directorio , hs logrado abrir la caxa de la Pandora de don-Je salieron lo5 males d?. la división que inundaron la tierra. Si , Europeos: de esta caxa salió la división, la mejor aliada , y el mejor exéreito de la república francesa. Esta división es la que ha resistido á ios exempíos , a la razón, á ios avisos, y á los socorros de i*í generosa N-jcion Inglesa que debéis mirar como el ií que saben desempeñar con tanta perfección sus legiones. Véasele sino en Italia des* de 1796 ) y se le encontrará con el doble carácter ds xefe del exéreito, y de la revolución. En su mano mas sirvió la tea del fanatismo , que su espada. A cada paso encendía montones de azufre y de betún. Los Jacobinos y los traydores de todas las clases llamaban las victorias de los franceses y ias auxiliaban , y ellos Us hsbian preparado. Los imperiales se hallaban colocados entre el peligro de ios progresos militares del enemigo y y entre las tramas y las conspiraciones de sus cómplices. Ningún derecho, ningún respeto humano, mn* gtrfca reclamación detuvieron ni por un instante á este conquistador. Todas las propiedades de Italia llegaron á ser la presa de su codi ia; y ahora bien , Europeos, 2 creeréis que si vuesnos Cattnat, Híndomi , el Principa Eugenio , el Conde de Gagts , el Mariscal de Mailt-hois hubiesen conocido la teoría y ei derecho de la guerra de 1796 ; la ciencia de las requisiciones ¡ el ar«? te
te. de robar sin mirérteordta 'hs propiedades publicas f particulares 5 de despojar las iglesias > ios Monasterios* los Montes de Piedad > de acumular rapiñas sobre ra-* pifias , y de tratar á los países donde entra un exér* cito ? como una tierra eo^ donde* se vmáz & subhasta todo lo que no se puede Nevar? fácilmente , creeréis^ vuelvo a decir, que aquellos Generales se habrían visi-1 to obligados á conducir en su denipa campanas tan» largas y penosas. En un pais erizado de fortalezas, qual es la Italia 5 Bonaparte no ha atacado ni una sola Pía-» za» Todas las Cindadelas dtl Pía monte le' fueron entregadas. Ki Castillo de Milán se le rindió sin forma de sitio. Mantua cayo de resultas de un bloqueo que pur do hambrear á sus defensores * y este héroe que qui-* so establecer en el Egipto el mismo pian que se había calificado de aereo d^sde los brillantes días de Luis XíV ? vino después de UÜ sin numero de excursiones^ de caricaturas y arlequinadas que" desempeñó en las pi* ramides , á desear su gloria marchitada; delante de las murallas de San Juan de Acre, soló porque esta Pía» za, aunque de tercer orden, tuvo la felicidad de estar defendida por un Sidnei-Smít que a e conocía otros principios que los del honor , y ios de, la:i bravura. De manera que quando de la invasión de 96? en Italia , y de todas las demás campañas de Banaparte se separan las causas de sus sucesos ? extrangeras á la ciencia , al valor , á la superioridad militar , desaparece la grandeza colosal de las victorias que fundaron la reputación de aquel hombre. A pesar de todo , este mismo hombre fué mirado como el tínico que podía en fines de 99 salvar la Republica de vuelta de la Cruzada Africana , que habia desertado cobardemente. Se presento a los franceses co«» mo un objeto de la admiración y del amor universal. Su poder fué a sus ojos incontrastable , y el atrevido p¿so de Sant Cic ud sostenido por un plan muy meditado de traydores á la constitución y a la república, puso en su mano ei consulado 3 y con él el imperio Tom VIL '¿ usuf"
*7 S usurpado que ha sabido asegurar liasta ahora con una constitución , punto de eterno reposo , porque ni puede servir á los designios de ninguna facción , ni dar armas a los agitadores* Desde entóiíces empieza la apoteosis de este héroe, y de este legislador * que no contentándose con ser un exacto imitador de Cesar en sus defectos y vicios, aunque no en sus virtudes, quiso corno otro Solón ó Lii curgo , pero sin los talentos de estos sabios de la Grecia , visitar la fantigua Mentís, y hacer una peregrinación de las mas extravagantes que pueden ofrecer los anales de la filosofía. Desde entonces para decirlo de una v e z , han ¡evadido por dó quiera enxarnbres de hisT toriadores optimistas que veían todo en Bonaparte , así como Malebrañche lo veia todo en D i o s , es á saber, al Salvador de 1$ República, por la admirable combi* nación de, un sistema representativo con una institución Senatorial y Consular> escude contra el.antiguo real i s m o , por el establecimiento de un poder,que segtm ellos reemplazaba la Monarquía , sin tener ni sus inconvenientes , ni sus, peligros. .. Mas claro. Miraron á Bonaparte como al pacificador d e la Francia 9 y de la Europa, como ,al mediador que debia reunir los partidos , y como a u n genio vasto, y profundo que después de haber-:imagina\áo el orden verdadero de cosas, se había apoderado de los medios oportunos para mantenerle. Ofreciendo siempre la paz como el único bien que restaba para ilustrar la edad de oro de que se proclamaba autor , pues que se atrevió á decir, y con mucha ra* zoo , que nada babia que fuese semejante á los principios del siglo XIX, no ha habido momento en que no hubiere desmentido sus palabras con sus obras. No bien se había instalado en su nueva magistratura 9 y se apodero de la Italia, aprovechándose de la división de Alemanes y Husos, quando dirigió sus miras hacia la Austria, á la qu3l una convulsión política, que había producido el pian de las secularizaciones , y el choque de intereses encontrados de los Príncipes de Alemania , agitaba con
una
tina fuerza tan violenta^comfr oculta , y qué de un momento á otro iba á desplomar el edificio de la consti* mckm que habían respetado los siglos. Ya no exis-¿ tía el imperio de las máximas , conservador mas segu* ro que ios tesoros y los exércitos.-Todo se había desmoralizado , y el nuevo Cónsul j llevando- en una roa* n o la oliva de la p a z , y en otr3 el ^hierro de la-deso* laciQn y de la muerte , no para ofrecer en* pdplico la alternativa entre una y o t r a , sino para alucinar con la primera á los que se proponía conducir ál sosiego de la segunda , caminaba hacía Austerliz bien seguro de la victoria que íe prometían las intrigas con que sor-' prehendió a la Prusia , y la falange de sus emisarios que precedían á su carro de triunfo. Este fué el momento fatal-de la desorganización de Ja Alemania. Una nueva confederación apareció presentando á la casa de Austria la triste perspectiva de la humillación de su dignidad, y de la destrucción de su misma existencia. Desde la misma Viena, y dentro del mismo Palacio de Mariá Teresa se forjaron los rayos que debían exterminar los gobiernos de Ñapóles , Portugal y Madrid por una p a r t e , y herir por otra los altos capiteles de los Palacios de Berlín y de Petersburgo. Se difírió por un tiempo la execucton de tste político anatema > cuya dirección amenazaba desde luego á la Corona de Por tuga i , después que el Rey de Náv poles tuvo que acogerse en los estados de Sicilia. Hubo un instante en que el Rey de Prusia quiso entrar en la senda de la gloria y del honor enmendando sus pasados errores, pero era ya tarde. El ascuto Napoleónmucho antes y al favor de la victoria de Marengo ganada por el cél hre Dessaix , y que le éió la Italia por la segunda vez, había consolidado su poder , ó su usurpicion levantándose con el imperio. Había socabado también los cimientos d d Solio en donde reynára con gloria ei grande Fedeiico , y en si^t^ días la campaña de Prusia y la victoria dejena descubrieron a los «jos, de
i so de todos los sensatos * qae es fat;tl vencer cíen mil soldados diestros y aguerridos , quando no es el valor y la ñdelidad el que los d i r i g e , sino la secreta inteligencia y ia traycioa. ¡O desgraciados, y generosos Españoles ! Sobre nosotros va á caer todo el peso de estas huestes de vándalos y y todo el poder de la mentira y del engaño luego que se hayan desembarazado de los cuidados del Norte. A trueque de conseguirlo no reparara Napoleón en sacrificar todos ios individuos de la generación presente si íaese necesario * y todos los tesoros robados á las naciones que hizo felices solo con su palabra. Ya le visteis corrió después de haber recorrido a fuer de un nuevo Atila. los campos de la Alemania Oriental, y los desiertos de la Polonia , teatro en otro tiempo en donde una nobleza fogosa y llena del entusiasmo de religión > habia sostenido con gloria uno de los mas brillantes tronos; se apostó a las oxillas del Vístula 3 y allí sufrió todas las incomodidades del mas cruel invierno y los grandes sacrificios que le costaron las batallas de EÍland , Frieland 9- y otros encuentros con los exér^ eitos Ru cuyas condiciones son todavía eí misterio de toda Europa ., pero que sin duda no habrán sido propuestas por el mismo Napoleón sino para adormecer k su anrgo con promesas grandes y iisongeras todo ei tiempo que le fu .re necesario para cerrar el' imperio del oíanlo ? estando reservado el mismo Alexandro para concluir la com* parsa de este gran triunfo. Sí ) Españoles , vosotros erais los hijos predilectos que debíais antes que Alemania y Rusia , solemnizar esta augusta ceremonia con que un Corso iba á poner el sello a su usurpación. \i\ monstruo que abrigabais en vuestro seno estaba puesto de acuerdo ron él para entregarle las vastas Provincias de la domínadon
Española , no menos que la desgraciada víctima sacrificada á su ambición , y que es el idolo de vuestros corazones. El escandaloso proceso del Escorial , los atropellamientos inauditos que en él se hicieron contr3 ia justicia , y contra ias leyes , para sojuzgar , aunque en vano , la entereza y la rectitud de los primeros Magistrados de la nación , y ios exquisitos medios que se emplearon para dar una apariencia de honestidad á lo mismo que estaba publicando la mano oculta del crimen y de la perfidia , todo , todo indicaba que había el mayor de ios intereses en sostener aquella farsa hasts la ultima escena , y en que su desenfa* ce no se desgraciase. \ Ah Españoles ! Yo , aunque Africano y bárbaro , criado en los ardientes climas de ia Nurnídia , y sin Jas luces que para oprobio de la razón ofrece vuestra corrompida Europa , he conocido todos los ocultos manejos que levantaron las tempestades y las divisiones entre los individuos de vuestra Casa Real. El que habrá destruido á ios Burbuíies en Ñapóles , Fio rencí a y Portugal, el que habia hecho asesinar al Duque de Eughien , violando todos los derechos de la hospitalidad y de l^i confianza ; no > no era posible que peí donase á los Horbones del Palacio de Madrid. Se concibió este atrevido proyecto , y al puntu se ttLió de su exección. Mientras la discordia paseaba su faz insolente por los altos alcázares; y mientras el Monarca estaba entregado al mas profundo le* tzr%r> reposando en los brazos del mismo privado que ie tMaba abriendo su supuitura 3 el clarín de los exércitos franceses resonaba áesde la cumbre de los Pirineos , pero anunciando que ia paz , la alianza de las dos naciones , y su recíproco interés era lo que los traía hasta las orillas del T¿jo y de Manzanares. Doscientos mil combatientes venían desde vanos puntos de las fronteras de Francia á fraternizar con vosotros , y a celebrar, según se dexaron decir a las primeras salutaciones, las tiestas nupciales-que debían unir eternamente al Tuja coa el Sena. Tal era el aparato ai qual de*
cebian concurrir tantos y tam* autorizados testigos , pego en silencia sombrío se trataba de entregar a la tuga'a,-toda lú familia Real á imitación de lo que había sucedido h la Casa de Bfag.inza , para que encontrando las tropas francesas vuestro territorio sin gobierno, sin una cabeza ó cuerpo ostensible que os pudiese re* presentar y hablar por vosotros , y sin fuerzas ni caudales que pairaseis emplear en im^ justa defensa,- tuvieseis que subscribir indispensablemente á las leyes qae os quisiese imponer ei invasor» ¿Y qué podríais hacer quando corrompidos todos los elementos de ia energía, del valor, y hasta de ia razón misma p o r i a esclavitud de veinte a ñ o s , ni podíais contar con una armada naval que habíais perdido en las aguas de Trafagar y San Vicente, ni con exércitos de tierra que se habían alejado para parecer en ios hielos del norte en obsequio de vuestro buen aliado, ó le servían para con quistar á Portugal ó andaban desarmados y dispersos sin ser posible organizados en un momento? Pero gracias al grande Alá , parece que exclusivamente os ha dado ¡ó Españoles! la mayor energía posible qnando os halláis estrechados con la mayor-opresión posible también. La revolución de Aranjuez hizo ver á toda la Europa , y aun á nuestra África inhospital que sois capaces de las mayores empresas , y q-.ie sabéis sostener también la fidelidad que profesáis á vuestros Reyes como descubrir y aterrar a los traydores que se oponen á ella , aun estando rodeados de las Oenizaros , en quienes en esta ocasión depositaron su confianza, aunque en v a n o , porque la voz de la Pa« tria fué mas respetable a sus oidos > á excepción de algunos extraviados. Yo mismo me congratulé con vosotros de tan geaeroso esfuerzo de lealtad y patriotismo , y yo mismo mezclé con hs voces y los signos de-vuestro al* borozo ios cánticos de alabanza que merecían vuestras v u t u d e s , pues aunque de distinta religión, y aunque acordándome de la expulsión que sufrieron nuestros l a dres
x$3 dres de. vuestro- .territorio después de 700 años de lucha en vuestra, península , tengo sentimientos de huma^ nidad exaltados hasta un grado heroyco y así como son exaltados., también ios sentimientos de la venganza contra quien nos oprime. ¡Mas quan pasa,gera debía de ser esta ilusión! Ni vosotros ni yo conocíamos á Bona? parte j ni habíamos registrado las infames paginas de. su historia. No sabíamos que este monstruo escribiendo sobre Jas ruinas de Genova y de Venecia la sentencia de los Estados neutros 5 divulgaba á la Europa los misterios del Palacio de Luxemburgo : que su audacia y perfidia y su cobarde hipocresía combinada con unas usurpaciones tan descaradas anunciaban en él un enemigo de- todo el sistema social : que revolucionario por tem> peramento , conquistador por el soborno ? injusto pos un instinto , insolente en Ja victoria > baxo y meree* nario en su protección 7 saqueador inexorable, mas ter? ribie por sus artificios que por sus arma? 7 y dado a deshonrar el valor por medio del abuso estudiado de de la fé pública 5 no podía menos como lo había he^ cho siempre de coronar la inmoralidad con las palmas de la filosofía y la opresión con el gorro de la líber* t£d : que este era el mismo Corso que después de ha r ber mandado arcabucear á los patriotas del Piamonte* aprisionado á su Rey desarmado é indefenso en medio de su Palacio, profanado el Capitolio y el Santuario de la religión colocado en s\\ lugar 9 y abiértose camino en Saint Cloud 3 la usurpación de la soberanía del Pueblo ., no era posible que prosiguiese su camino sino por, entre crímenes, los únicos en que podía afisn«¿ zar las esperanzas de su impunidad , que es el concepto en que abundan todos ios malvados. En una palabra .,nq .habíamos pensado que este Corso habja llevá-s do» a todas partes en uoa mano la antorcha de He ros* trato, y en la otra el sable de Gensérico , y que ;s.í* marcha había sido siempre la de ir enterrando los es* tados e# que entraba nuevamente baxo IQS escombros*
. y
y ruinas de ios. que acababa de invadir. Y no habíamos considerado que así en Suiza como en Holanda* en Holanda como en Milán, en Genova como en Roma , y en todas partes como en Parts , la revolución conducida por este General ha descrito ei mismo círculo de las insurrecciones, de las violencias , de las arengas, de los folletos, y de los crímenes para des* truir la autoridad legítima empleando para conservarla usurpada ios asesipatos , las proscripciones, los soldados , las confiscaciones, los impuestos , los destierros, y la compresión de la libertad de la imprenta y de la palabra. Así vino el morrunto en que desapareciese de vuestros ojos el amable Fernando arrebatado allende los montes por la seducción y la perfidia. Llamado a los brazos del malvado Napoleón con las señales exterioles y placenteras de li sonrisa que disimulaba el inte* rior engañoso de su alma negra y crkninarl > fué como otro Anteo ahogado entre los .mismos brazos del que quiere pasar por un segando Hércules , y lo fué en el mismo instante en que se separó de los Españoles , y perdió con la separación misma ¿a tínica fuerza .oculta que le debía hacer invencible. ¡ Memorable dia 2 de Mayo, dia que debe ser sacrosanto en todas las historias i Tú rasgaste el vela de la. seducción que á la sombra de los pomposos nombres de independencia, regeneración > libertad , y f¿* licidad tenia adormecidos los ánimos de los Espan ules quando se hallaban en la orilla misma de su precipicio. Tú hiciste ver k un tiempo que el usurpador iba á consumar el plan de la transmigración de todos los individuos de la Familia Real á Francia , para que rodeasen ei pedestal de su usurpación , y no menos hiciste ver que un Pueblo desarmado, sin direcciou , y enere un sin número de traydores. era capas de detener el altivo vuelo de las Águilas imperiales , y de h s e r l a s perder la arrogancia que habían manifestado ea otros países. Tú en una palabra diste la primera se-
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Sfrhl 3 la España entjra para él sacudimiento milagroso de su libertad, que desde Cádiz á Gíjoo , y desde el Cabo de San Vicente hasta Ampurias se ha no* tado apenas en ei espacio de dos meses , y que ocu* pa ya ia admiración de toda Ja tierra, A la primera impulsión del esfuerzo español que produxo tan glorioso dia , se anadió para multiplicarla hasta lo infinito eí espectáculo de tantas y tan valientes víctimas como fueron sacrificadas con sangre fria y reflexiva a la venganza francesa., víctimas que yacen en el reposo eterno de su suelo nativo para recordar á la posteridad atónita y agradecida los beneficios de su libertad cifrados en el sacrificio que arrostraron en el altar de la Patria, y víctimas que exigen imperiosamente de sus compatriotas que se íes levanten monumentos eternos en el sitio mismo en que yacen. Los manes de estos héroes acudieron á inspirar á sus hermanos de Asturias y Galicia , Montañas, Aragón , Valencia y Murcia , Andalucía _, Extremadura, Castilla, Cataluña y Mancha, el sentimiento generosa de la venganza, principio de las grandes acciones que han caracterizado á sus antepasados. La renuncia tan nula como vergonzosa del desgraciado Monarca , cuyos ojos no fueron desvendados sino para ver el precipicio ó el abismo en que le había hundido su ere* dulidad ¿ y para palpar Ja imposibilidad de su salida> la abdicación de los derechos al trono arrancada coa violencia y con astucia del virtuoso Fernando , digno de mejor suerte, todo, todo acabó de entusiasmar el ardor nacional, y todo irritó los ánimos de los Españoles nacidos para prestarse con franqueza y generosidad á las invitaciones de la amistad , mas no para dexarse domeñar ni por la fuerza, ni por las artes tortuosas de la astucia , y mucho menos de aquella que trata de ganarlos con apariencias que ultrajan la razón humana, presentándola como estupida. j Oh , nobles Europeos ! A vosotros todos dhig?; la palabra un Africano que no conoce la adulación. Los Tom.VlL Aa Es-
3Só
Españoles de hoy mas deben ser para vosotros un exemplo de veneración y un exemplo constante de la conducta qne debéis observar coa el gobierno francés , sean ^quales fueren ias mudanzas que le sobrevengan , y hasta que le exterminéis y quitéis de sobre la haz del mundo. Oid ia mas estupenda maravilla. Mientras que el uracan revolucionario bramaba todavía por ei continente y amenazaba de dia en dia rom* per alguna nueva rueda de la maquina social y3 decaída: mientras la mitad de Europa, ó por mejor decir la mayor parte de ella apenas acababa de salir del susto y terror que le había impuesto un enemigo tan pérfido y astuto, como insolente, y extremado en abusar de la victoria : mientras en Bayona una porción de Españoles eran forzados a subscribir á todas las insinuaciones del tirano , y encadenar baxo su mano de hier« ro á su Patria desgraciada : mientras este coloso , escondiendo su cabeza altiva en las nubes , trataba de poner un pie en el emisferio Americano , y otro en las costas del mar Glacial para abarcar dentro de su cabidad la del mundo todo ¿ y quando preparaba los hierros de la esclavitud con que debía sujetar á un millón de Españoles para llevarlos á lidiar por sus caprichos á las orillas del Danuvio , de! Vístula, al Bosforo , Ganges , Nilo, Senegal , y hasta el mismo Niger, el pueblo Español conducido por solo el peso de la razón 3 del honor nacional, de ia confianza de su buena causa , y de Ja Religión , se acordó de la fuerza de su energía. Acució presta en su auxilio 'la Inglaterra, esta nación generosa y liberal, que aunque insultada por el anticuo gobierno
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lo olvidó todo por servir á
la causa déla libertad y de ia civilización. Armas, municiones p dinero y hasta hombres; todo, todo lo prodigó en obsequio vuestro ¡6 Españotes i y para daros y á todo el mundo una prueba conrluyente de su ilustrada filantropía p mas t£cct¡va. que ia de vuestros seductores , acaba si no me engaño de abrir una subscripción de 150 millones de reales para socorrer las viu-
vmdas .é hijos de los que murieron y mueran por la Patria. Nación grande por cierto y que merece que sus beneficios no se vean frustrados. No lo serán por el pueblo Español que acabó en pocos dias con mas de cien mil hombres en los países de la Andalucía , y cerca de las mismas Navas de Tolosa ominosas á nosotros los Africanos por la mengua que allí sufrieron nuestras medias lunas; también en ios campos de les antiguos Celtiberos, y en derredor dd prirnjr santuario de la; christiaadad : también en las llanuras de la misma Valencia , que en otro tiempo admiró las proezas del Cid¡, uno de los primeros y mas honrados Capitanes de la tierra; también en las planicies de Castilla y cerca de la población que fué en el siglo XV uno de los mas célebres empóreos de las mercancías y manufacturas españolas : cambien en las orillas del Cinca y del Llobregaty y también en la Provincia déla Mancha, aunque sin Xefe ni plan alguno para su defensa. Hasta á la antigua Lusiunia llegó la fuerza de esta extraordinaria impulsión, cuya sacudida puede decirse que ha decidido ya la redención de aquel pais,y destrozado los pomposos laureles que, por medio de los ocultos manejos del engaño , y i fuerza de sacrificar hombres > lograron arrancar en hoúi , Arcóle , Egipto , Marengo , Austerlitz, Jena , Eiland , Frieland, Mantua , Bórmida y Ñapóles los Junot , Dnpont , ÍWoncei, Bessieres, Lefebres 5 y hasta el mismo Napoleón , qu& ha ocupado toda su Magestad desde el Sitio d e Marrao
en dirigir los movimientos de sus satélites , aunque siempre conservando el centro de su órbita , porque llegó a temer aunque tarde á los mismos que antes h3tna presentado á la expectación general como viejas > estro*, peados y sin recurso alguno. También el océano quiso solemnizar la pompa de la gloria nacional española con el triunfo que añadió de varios navios de linea franceses , apresados en las aguas de Cádiz ; y para decirlo de una vez , la Providencia ha querido despertar á los franceses, del suo*
ño
ño profundo y letal de ocho anos de esclavitud monstruosa después de haber sufrido todos los desórdenes de la anarquía , y ya por fortuna los restos de este ejército de vandidos abandonan el territorio Español, ó llamados por el tirano ó por el nuevo gobierno que quiere conquistar vuestra afección , pero dexando en todas partes muchos de los objetos robados por su rapacidad insolente y las señales de la fuga mas vergonzosa* ¡ Aii i Al llegar á este punto de mi discurso quisiera evitar, ó ísspañoles , la pesadumbre y el sentimiento que os debe causar el contraste con vuestras Victorias de los excesos y crimenes de los mismos franceses , que venían a fixar en vuestro territorio Ja holganza y la bienaventuranza civil y política. N o , no son los exércitos que habéis visto los que dirigían Gatinat , Conde , Bendóma > Villars, Viüerroy > Luxem* burg y Turena. Son mas bien unos Tártaros , que nacidos en el seno de la guerra y para la guerra, tratan de traslimitarse de la reptfblica madre que ya no puede alimentarlos para arrojar fuera de ella el excedente de sus fuerzas, para empaparse en las riquezas de tos nuevos territorios que buscan, y para asegurar en ellos sus subsistencias, su sueldo, y hasta su ves-* tuario. De aquí la opresión fiscal y militar que devoran ios países conquistados y que se estienden sobre estas emanaciones revolucionarias, sobre estos gobier* nos tributarios que Napoleón se ha desdeñado , no de saquear, sino de incorporar á la Francia, No son estos conquistadores del mundo aquellos Romanos , que llevaban con el yugo militar una policía , leyes sabias, r un genio criador , que abrían caminos , introduciaa a cultura y las artes, y los establecimientos de mumuniflcencia ilustrada , que todavía atestiguan los monumentos que ha preservado el tiempo , y de que esta llena vuestra España. Lejos de poder ponerse al hdo de estos hijos privilegiados de Belona , no merecen ni mía que se ks coloque h la par con los Ara-
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bes Veduíoos. No se diferencian de ellos sino por ia hipocresía y el charlatanismo. Generales , Administradores , Comisariosy Rentistas > Oficiales , y hasta los Académicos > todos , todos se han reunido en et punto central de convertir el derecho de conquista en derecho de confiscación universal. Ningún género de pro* piedad pública ó particular ha resistido á su rapacidad.; Enemigos ó neutrales , republicanos ó monárquicos > sumisos ó rebeldes > todos > todos los Pueblos que han tenido la dicha de ser visitados por estos devotos pe* tegrinos han sufrido igual tratamiento. La presencia de los ejércitos , la posesión de Jas plazas de guerra les facilitan renovar sin riesgo estas concusiones no interrumpidas, que el mismo esfuerzo de la venganza 9 sirve para multiplicar abriendo una nueva puerta á las rapiñas de los confiscadores. Roma conoció ciertamente á un Verres 7 pero Ja República francesa tiene tantos como xeíes civiles y militares. La Sicilia fué vengada* Verres castigado; ninguno empero de los vandidostjue la Francia ha vomitado sobre la Holanda 3 sobre la Alemania , sobre la Italia 7 sobre la Suiza y sobre la Espa* ña. Testigos de esta verdad, y bien recientes son Segovia, Cuenca, Valladolid, Medina de Rioseca>€6r» tíova •> Jaén , Anduxar 3 Tudela, Mallen > Santander > Buytrago, Falencia , el lugar de Venturada , y otros que no solo han visto con horror la violación de las propiedades , sino también ios mas atroces exemplos de inhumanidad y de incontinencia , exercitadas indistintamente sobre hombres , niños ¿ mugeres , sin perdonar á las ilustres vestales que se creían seguras en el asilo, de su retiro, y en medio de la santidad de ios tenw píos. Hasta quisieron estos feroces soldados de la tiranía resucitar en medio de vuestra culta Europa la infame institución del cautiverio 7 que detesta en nuestros días esta misma África * á quien vosotros ? Eui;opeosj llamáis barbara é inhumana. Digalo si no vuestra ilm% dad de Barcelona , cuyos vecinos uemn qaz rescata* los inocentes hijuelos que caen en manos de los fran* ce*
ceses. A esta extravagante investidura de cDnqaistido-res debía añadirse también la de Acadé micos , para que en calidad de a?sa¿?res constituidos pudiesen robar ea nombre del gusto las riquezas de las artes, las bibliotecas 3 las colecciones públicas y privadas, y las rarezas de qualquier género que encuentran acumuladas , y que trasladan á su país con el misino conocimiento con que uno de los capitines Romanos trasladaba en oteo tiempo desúd Corinto los milagros de las a r t e s , pero ajustan Jo con ios conductores que habían de reponer á su costa las estatuas que sé quebrasen en el camino. Roma moderna ha presentado la imagen de Constantinopla quando fué tomada por los Latinos. No ha estado libre el Palacio de Madrid, ni sus Te. sorerías públicas de esta clase de expiiaciones. Las de las Iglesias han engrosado las de los particulares. A l o inenps los .Godos de Alarico se retiraron después de seis dias de la Capital del ehristianisrno. A lo menos este bárbaro quebrando los vasos y las estatuas respetó la religión , y no fué extrangero á la conmiseración y a la equidad. Eti el segundo sitio de, Roma de 409 > el mismo Aiaríco consintió en alejarse de aquella ciudad, imponiendo á Jos sitiados una contribución de $\} libras de Oro y 309 de plata. fin el día un comisario solo ha robado en la misma Ruma esta cantidad, y esto a pesar que la de entonces era tres veces mas opulenta que la de ahora, £1 vándalo Geníérico entregó esta misma Ciudad a un piüage de catorce días; pero quando el Venerable San León se presentó á la cabeza de su clero para amansar la ferocidad úel devastador , Genséri* c o 3 no se atrevió como Bonaparte , á atentar á la libertad del Pontífice , no le aprisionó en su Palacio , no destrozó su Tiara, no le llenó de ifcltrages , no saqueó su casa ni ;sus propiedades, no le,arrojo de Roma , ni le comino a Toseaaa , reduciéndole a la condición de un peregrino , obligado á recibir una limosna de dos mu escudos romanos de los ladrones de sus palacios, d¿ SUS musév'5> de sus bibliotecas y de sus estados,
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Los mismos Árabes > nación de este continente Africano > á la qua! se le conoce poco sensible á los deberes de la justicia ? fueron arcesibles mas de una vez a la generosidad y á la lástima. Mil rasgos de su iirandeza de airru conservamos nosotros con la histolía de sus depredaciones. En una palabra acabaremos la reseña de la nación francesa en este capítulo, ma^ nifcstando que ella nació entre el robo y el asesinato, y que estos dos tutores la acompañarán hasta el ultimo día de su existencia, ¿ Y qué diremos de Ja nueva constitución que h vosotros P ó Españoles 5 os ha querido regalar la ge» nerosidad del grande Napoleón ? Ciertamente no acabo de admirarme de la prontitud y facilidad con que se trazan , y se plantifican estos importantes descubrimientos del espiritu humano. Los legisladores aínriguosj consagraban toda su vida para instituir el gobierno de una ciudad ó de una provincia > pero los legisladores de París organizan un imperio inmenso en menos tiempo que el que se emplea en bosquexar su carta g.eof gráfica. Asi sucede lo que hemos visto en todo el clir* so de la revolución , es decir, hacer y deshacer, texer y destexer esta especie de manufacturas políticas. En 1789 , la Asamblea constituyente logró la difícil empresa ds asociar la democracia á un realismo nominal. En 1791 una nueva constitución fué inaugurada con las pompas del paganismo. No era una colección de leyes hecha por mano de hombres. Era un Sacramento instituido para ¡a eternidad 7 una revelación inmortal confiada á todas las generaciones. Sesenta ancianos llevaron este libro sagrado á la asamblea legislativa que se prosternó ante éi coa un entusiasmo religioso* Cuatrocientos noventa y dos Diputados ban apoyado sus manói según dice eí declamador Certiti -> sobre el evangelio de la constitución 5 y ban jurado defenderla basta el último suspiro y los siglos iban á perpetuarse sobre ella ; ocho meses después esta constitución espira entre ios brazos y baso los golpes de + hasta que en el día de ilustración pronuncia ei oráculo que la constitución ha perecido, y que es menester darse prisa para hacer ia quinta. Por ultimo * y después de varias, oscilacionás vinieron ios reformadores de Sant Cioud a presentarnos el asombroso secreto de una Monarquía destemplada con ciertas apariencias de popularidad , es decir, un consulado ( que después se cambió en Magestad imperial ) en que esta magistratura : lo puede todo , y tiene lá iniciativa para proponer , un t Consejo: legislativo, y un Tribunado , cuyos miembros no pueden deliberar fuera de la esfera de discusión que les quieran prescribir ios oradores del gobierno, un Senado conservador, que él ¿ge-para los : [empleos con ei Cónsul 6 Emperador' sobre una porcionL de c andidaios que presentan los departamentos, pero después de p¿s*r por . xnii alambiques, y por mil conductos de representaron. VIL ñb cioa
194 cion nacional, de manera que no se puede decir que exista esta en realidad. Tal es la historia de los exquisitos teoremas que han conducido é los Legisladores de la ftrancia como por escala desde el gobierno mas oligárquico hasta el mas despótico en el espacio de diez años , y por esta muéstra es bien fácil hacer el horóscopo de la nueva constitución Española, que ha traído ei digno hermano de Napoleón j constitución eñmeta >. y que apenas ha durado dos días después que jó Españoles! fué presentada a la sanción de vuestros Tribunales , y fué jurada por alguno de ellos , y entre los quaies no se cuen« ta el primero de la nación. Examinadla por im instante , y en ella sobre el delecto de la autoridad de quien os la d a , hallareis tantos desaciertos como cláusulas. Se os anuncia en el ttt. a. art. i. que la religión católica será la del Rey y de la nación, y que no^s^ permitirá otra , como sr esto fuese un objeto de gracia, que se pudiese negar si se quisiese > y si como mas bien no fuese • una cosa inde^ pendiente de toda constitución positiva, como enlazada con la tranquilidad de las conciencias. Por el art. a. tít.-2. se quiere trasladar á España la ley Sálica que ha regido en Francia acerca de la sucesión dé los Rey e s , como si en este punto no hubiese una fundamental establecida por las costumbres Españolas , y desde muy antiguo , de que había una de vuestras leyes de Partida. Se propone una fórmula de juramento que nada dice porque no'se invoca el mimen superior co^n quien se atestigüe , ni se protextan las penas é imprecaciones contra quien fdte a las promesas. Por el a?t. 3. se establece al Rey menor de xB anos, y hasta esta edad un'Regente que habrá nombrado el predeci?sor ó señalará el orden de* parentela , y es verdad 5 una quota cierta que el tesoro público ha de en tregar al de la Corona , y no se repara en que en la ÍJ.cuitad ¿limitad:» del Rey de declarar la paz y la guerra queda abierta una inmensa lícenci 1 para la arbitrariedad y para el abuso en esta clase de dispendios públicos. En quanto al Senado da que se habla en ei cap, 7. su institución no forma contrapeso alguno en Ja gerarquía pal tica a favor de la nación. Sus miembros como nombrados por el Rey , y de por vida no serán sino el eco de su voz , y es sacrilega a toda? laces la facultad que se da á este cuerpo á propuesta del Rey de suspender el imperio de la constitución po£ tiempo y lugares determinados , siendo seguro que eí calificar las causas de esta medida , su duración y los lugares quedan á discreción de quien puede abusar en perjuicio de la libertad publica. El Consejo de Estado tiene segnn la constitución una voz consultiva Hueramente para proponer proyectos de leyes civiles y criminales 3 y siempre venimos a parar en una super* foración ociosa que podria subrogarse por la c o n ñ m za de qualquier privado del Monarca en el supuesto de quedar dueño de aprobar ó dese.har. Por lo qué t^c-j. á las Cortes } las elecciones de los Diputados que ha a de concurrir á ellas por parte del Pueblo , ni guardan proporción con su vecindario, ni con la extensión que debe darse á su derecho representativo , y estos Dipu« tados ni podrán juntarse sino quando ei Rey convoque, ni disolverse hasta que dé la señal , de manera que ei misino Rey será libre de fixar á su fantasía el objeto y la medida de la discusión , y como por otra parte las sesiones de estss asambleas 9 «o han de sec publicas , ni han de divulgarse m imprimirse las votaciones y opiniones sopenas de pasar por un acto de rebelión , resulta que h s mismas asambleas deben ser irjias y y que solo servirán para sistematizar y iegaii%'it) ú asi puede decirse 9 la tiranía. Sobre ei órdect jUr
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judicial no se psrcibs psr qué Espía i y las la lias han de gobernarse por un mismo código quando en codos los del mundo cuito hay mil leyes de convención po* ski va , que están sujetas á las circunstancias y localidades de sus países ? y genios de sus habitadores. Otras muchas observaciones podría hacer sobre esta constitución , todas encaminadas á persuadir que el Rey puede por elk todo lo que quiera , quando quiera , y como quiera , y puedo asegurar que en concurren:, i a de una constitución tan detecte asa > prefiero vivir en medio del despotismo de los gobiernos de esta parte del mundo > porque al cabo el hombre puede en ellos entregarse al imperio de la fuerza y de la naturaleza para oponerse á quien quiera oprimirle , y no se en* contrará ligado con unas instituciones que menoscaban á cada paso su libertad individual. Ya es tiempo de que concluya este discurso con los consejos ó prevenciones que me dicta mi zelo y amor por; la felicidad del género humano. •L . v Europeos, ya estáis «n la época, en que todos os debéis reunir para exterminar toda señal de gobierno en una nación que es entusiasta, y lo ha sido siem* pre de ios Xefes buenos ó malos que la han dirigido* Franceses ,\, un ios con los qua se propinen ser vuestros' salvadores > y sacudid ese yugo de hierro que tanto deshonra vuestra ponderada civilización 5 borrando hasta la memocia de vuestras antiguas virtudes y talentos. Gobiernos áe •> Europa , llamad a vuestros pueblos % para que acudan á defender la causa común. Llamadlos , vuelvo a decir > no por el sentimiento de la obediencia , como habéis hecho íhasta aquí> y coa lo qual no conseguisteis tener soldados > sino autómatas. Convocadlos mas bien por el sentimiento de los, mas im* portantes y sagrados intereses y que son los de la propiedad individual , libertad personal , y hasta de la seguridad y conservación de la vida , puesto que contra ellos se dirige la revolución ¿ y no. contra los tro-
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tronos y las gerarquias solamente Dexad de tina vez esas consideraciones tímidas de una prudencia demasiado reflexiva , que hasta aqui han presidido á vuestras deliberaciones ; y unios á ios valientes Españoles 3 que os acaban de mostrar la senda de la gloria y del honor. Guerra eterna contra ios enemigos de la religión , y dei orden social de todos los pueblos de la tierra. Generosos Españoles > vuestra es la gloria de la segunda redención del humanal linage. Proseguid laobra que habéis empezado, y no temáis á esos viles aduladores y traydores que arrojasteis de vuestro seno, ni á los que entre vosotros pueden todavía conspirar contra vuestra independencia. La causa de los Pueblos siempre ha sido la mejor , y siempre la invencible y porque los tiranos pasan como el relámpago> y no dexan en pos de sus huellas sino tinieblas que cubren su existencia. Representantes ilustres * que ior* mais en las varias Provincias del confínente Español las Juntas Supremas que velan en los objetos de la defensa y de la seguridad publica , congregaos en Madrid , y estableced allí un gobierno central y uniforme que acuncie la iniciativa para juntar unas cortes ó estados generales , estableced de consuno una constitución política , pero con pausa y madurez que sea la egida de la libertad civil y política de vuestra Patria, de su independencia é integridad que la preserve de la influencia extrangera que atente contra su soberanía. La constitución inglesa he aquí un dechado que han respetado los siglos> y que podcis aplicar a vuestro pais con las modificaciones que dicta vuestra localidad, vuestra Religión y vuestros intereses ultramarinos que debéis afianzar en una alianza eterna con aquella Po~ teruia vuestra riel araíga. Pero mientras todo esto se realiza no dexeis de organizar esta junta central que tanto deseo , y que debe dar una marcha enérgica y segura á ios negocios militares y polifilos. Madrid es y sera siempre por su localidad el pumo en donde debe re*
i\adir la administración soberana 5 y desdo el qnal puede esta dirigir coa un exacto compás sus ¡iotas a todas k s paites de ja circunferencia. Españoles ; sabios y hom h res de providad tenéis que o s ilustren con sus u n i - s t a r y j s .
S a c a d l o s d e su
reciro
en donde ios hundió un tiempo la mano de ia proscripción que pesaba sobre vuestro emisferio. Bastan t-.s exerapios habéis visto de catástrofes y de calamidades. LJ impostura se destruye á fuerza de las victorias que oh tiene. El imperio francés puede todavía hacer cómplices de sus delitos 7 pero de hoy mas no tendrá ni amigos, ni estúpidos ^admiradores. Que unas naciones tiranizadas y pequeñas subscriban á ia esclavitud que les presente ei mas fuerte, puede, aunque con trabajo perdonarse , mas un Pueblo libre y un Pueblo grande es responsable ai mundo todo de qua ¡quiera esclavitud a que se someta. O vuestra España debe destruir los monumentos de su gloria y rasgar sus clónicas > ó ella responde de la venganza de sus agravios > y de los de la humanidad entera. Tánger 5 de Agosto de iSos , primero de la regeneración de España y de la Europa entera.
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ODA A LOS GLORIOSOS TRIUNFOS DE LOS ESPAñOLES EN LOS MESES DE JUNIO Y JULIO DE xsos. POR D. FRAJNCISCO DE LATGLESIA T DARRAC, Caballero de la Real y distinguida Orden de Carlos UL i V ictoria í ] 6 Dios f ; victoria! Hasta el cielo se encumbre de alegría El canto ufano que mi voz entone* Y tu loor pregone* Sublime* jó Dios! qual salmo del Profeta; Y al corazón descienda d^l malvado Que tiemble pavorido* Qual * al cruxir el parche desmandado* Qual * ai tronar el vencedor trompeta* De gloria el canto que la España vea. Capto de muerte al vil tirano sea. Y tu , suspende un punto la corriente* Llanto feliz* que mis mexillas bañas: j Como entonar el himno del Potente! ¡ Como ensalzar hs ínclitas hazañas! ¿Oh! luego joh luego! de los ojos mio^ Ya correréis en abundante vena* Hasta engrosar el agua de los ríos* Lagrimas* dulces que mi voz refrena. El Fuerte * el Poderoso A los suyos ha dado la victoria. Oid* oid-su TOZ: ** De las venganzas 9> El Señor y o ; y en vano los impíos ** Con insolente gloria *> Levantaron la frente* *; Y con engaño injusto y negra saña «Ocih
,, ,, „ „ „
Onpnron la España, Que en su orgullo codician prepotente: El rayo está en mi diestra; ya sus huestes Descienden al profunlo: ¡ A y ! del que llaman domador del mundo.cc Temblaron los malvados? Y escasos de consejo, confundidos, Qual en Babel , sus gefes desmayaron. Mas los tuyos, Señor , de amor vestidos, De esperanza y de fé, por la su tierra El grito de la guerra Y los brazos fortísimos alzaron. Por tu casa, tu templo, Por tu culto del español querido, Contra ese vil Antioeo envanecido Que tu nombre aborrece Y en las ruinas de tus aras creceLa trompeta sonó. ¡Felice patria! ¿Oyes del mediodía Al Pyrene la voz, qual rauda suena? ¿La inmensa tropelía De fuego 5 amor y de venganza llena ? ¿Que todo acción y todo es movimiento* LÍS piedras conmovidas, Y los cerros doblarse el sentimiento? Y ú€í hondo sepulcro resonando 3, Al a r m a " escucha las cenizas frías De aquellos españoles esforzados, Que , en sus felices días, Estrago horrible de la gente mora Y del francés espanto, Con diestra valedora La patria déíeMieron Y al yugo aunca la cerviz rindiet^n*/ •'•¿ Y n o será tan noble esfuerzo vano? ¡ A y í ¡España infeliceí Mira á Romana, y mira tus valientes, A la patria, á los suyos arrancados, Allá
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Alia del hielo en la región lujando, Con su sangre preciosa Mira a Oüdades t&nrM de afto'iKffi&re Y ñiertésX^alIadaHs,1 "• ' ' , •-* :, Que sus senos abrieron a! amigo Y la sierpe abrigaron• veaeiiosa•;" Hoy triste presa, al orbe esémdúlosa. ;: ¿ Qué es de tu rey ? ?;Q$é Hiciste-ééÉéHtómkfe ¿ Los Infantes de •España , qué se hideroa ? \ { 2 Qué fué de grande tanto qué kfánáíráó Solícitos a Francia los siguieron? ¡ Pues qué!" ¿para un abraco tiempo tanto ? I Oh í vuelve ¡ ay í vuelveM¿:•;«!geij&rai qtiefersnto t: :i : De las Españas mira, • : { Sü tierno amor admira | vjY pueda j oh! sr> dulcrsunb WWifcmioi Tu celestial presenda .. ,. Calmar tan fiero mal, tan dura ausenda! -iy|"ÓM nunca/ té dexaraH ^ „¡ohl nuoea yo* de la amistad íl&do,' a " 5 , De maldición pisara 35 Aquesta tierra y suelo malhadado* „ j O Espsrlaí ] O patria miá! 3, Antes mi ^mor qué r nálurá1 démmío$ 77 Un tfráTO irte atranco, de t ti seno * „ Proyecta er* vil consejo tü extérmmi6> „ Desciñe de mis sienes la corona >y Y trueca jó Dios! ios bienes qué él pregon3> „ Su jurarneiuo sant0> 5, Ei fraternal abrazo, „ En muerte , esclavitud, en duró lazo.**- ; ; Y á qué , # patria , derramas tus riquezas» \ A qué tanto soldado, A qué tnaid idbmo prodigado, Y a qué coa un vílíano las finezas i jCóm<> pudb quitarnos la alegría! ''•'Tom.yiL Ce ¡Coi
l Cómo Fernando el justo, el inocente No desa/mósu farafco y osadía! ¿Qué m a l , Napoleón,, te- hizo la España? % Por qu&suÍBÓopoír ti ;1$ $m* saña , o De una guerra.^múmoii 3 ; 4 britaoo& I Por qué el lecho partió fon tus agentes? ¿Por qué les dio el s&steato? ¿Por qué ea su seno abrigo? La privas de $u a r o ^ , á$ su delicia* ¡ L$ arrebatas las d**^as ep s u . aurora, Ce arrancas a Fer«afláo que ella adora* Y al paso que te juras fiel, amigo* Aprestas á la España la cadena; j Consuelo en mal tamaño , ea $anta pena! ¡Q jEnpgstrpormal tapido í Mas horrible a íos hombres; que el Cerbero* > Mas sangriento que buitre ^raicero, Mas ingrato que ligm fementido^ , jO inhumano! ¿ó eruel! | ó parricida l Mas humano es que A4«Í-.1:4^9 ^ ^ - e p el Niía~ Llorar ^fiage hom^¿^{ ^ ..r o v 0 : -,'u/- ,•- , - ¿No te basta de sangre Afrarnada, - ;. Montañas de cadáveres que humean. .Y estrago, asolado^, ^jUant% tas t ^ r ] D6 estampas^ por |desgra^i§n|f f ^ a d ^ , ,*..* ,,. , ¿ Qué quiere,? di , *u «oraHojí .psrv^fso^ ¿ Convtrtj* ea^seoulffo &L uaiv^po ? Pues mira al ítems, qual de Iberia lidia i XJios cte las batallas 5 la España, que oso lla|ia$f * sp¿ a^ig& Su voz iniqua y falsa, ^ 5 ^ 1 • Él castiga p ^ t p s r a á tu perfidia.. La gspaíta , sj , que ea justo pago obliga Tu arrojo a ser «su esclava, O á sufrir a desp§¿ho -.tu, y^ngaiiza j La Espaua\ te p^fvoca y desafía^ ^ ,^ ;., •;, La España te jdtspr^cia * y m ^ek&nz&* .*•-. * Con-
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Confúndete, cobarde^ • r Y no hagas , no , J d e tal conquista alarde* Mira bastar de 1& emanada -dirá De los montes de AstuHas escábro^os^ Del Monrayo , el Cabrero, Hispanos a millares; ' Qual dexan sus hogares* Los deí Turia , Segura ondisonante, Y los hijos del Béiis ardorosos; Que amor , el dulce amor hace en un día En el íbero pecho Lo que en cierno tu imperio no podría. El déspota orgulloso confiada En su maldad y atunero infinito Con los suyos inunda el suelo ainado, y> Marchad , marchad > les dice, „ Que no importa que España k mi mandato „ Se humille y enmudezca, jjComo España á mi yugo no obedezca, J ? ¿ Q u é me valen victorias , que las guerras* „ Si los cuellos no incllnm esas .tierras ? , ? Nt salvarse podrán esos cobardes, 5, Si e l de Prusia , el Germano „ Librarse no pudieron de mi m&io* f: ,, Marchad'>'y-déñíe Gades 53 A la estrella p o l a r / a l norte frió, „ Quanío la. Europa admira, sea mio. Cí Ellos , qiiai negras furias del averno, Que en torrentes de-fuego se desatan, Por Esperia se esparce» ,• se difunden.En sus pechos albérgase el infierno, Y gloria y dicha hipócritas vocean, Y estrago y muerte horribles acarrean* España fó dulce patriar Tú ?es el bando pérfido y sangriento J Y , qual añoso roble en la montaña Burla del huracán desenfrenado El repetido embate y fiera sañaa
Impávida, resistes sus furores $ Y cumplan en buen tora ios horrores ^ ^ Del Corso que los rige desalmado» ¿La mascara tiraron los protervos? ¡ O Dios! ya 00 hay seguro Asilo encoatra el vaadalo perjuro^ Las vírgenes honestas * recatadas* Rota la fiel clausura* A manos de homicidas En sangre de los suyos empapadas Manchada ven su virginal pureza. Los lechos conyugales son violados*. Sin honra las doncellas, Los templos profanados* Los ministros del ara sufren muerte; Y los vasos del culto arrebatados Coa infernal codicia, i O sacrilegio horrible í ¡ó desacato!! Lá irnagea adorable* JS1 Santo de los santos $ tpy del .cielo*. Hollado por el suelo* Le insulta vil Ja tropa abominable* ¿Qué es esto ? [ó Diosf ¿ea raudo remolina No rasgst. sus e&trailas Y se traga la tierra a esos p£¿versos? Acude ? acorre , v é , Castaños y vuela» Acude r Pala£ox> Cid de estos días* El pecho de esos; héroes animoso Que vuestro aliento guia* , Qaal diqpe inexpugnable La rabia incontrastable De ese bando rechaze sanguinoso* Lis alas vagarosas extendidas Ei Ángel de Victoria os acompaña» 7> Bixa^* bax$d> os< clama* á la campana* ,, Devore vuestra espada é esos crueles, 5> Qual fuego abrasador leves aristas," Y marcha armado el gefe de constancia*
Y herbir siente en s» pecho la arrogancia El militar bisarlo; Bulle el valor , la indómita, pujanza: Sus brazos mueve el cielo á la venganzaMas suena ya la trompa apetecida; Y al punto , qual turbión de lava ardiente Aborto del Vesubio , que arrebata, Y vuelca , estalla , arrolla y desbarata Quanto k su pasa encuentra ; se despeñan Ardienda en ira santas los hispanos Contra los arrogantes, que se empeñan En vano contrastar el choque horrendo* Esperaban los pérfidos victoria Contra Dios, contra España, Contra su Rey legitimo y su gloria;; i O loca ceguedad l \ 6 devaneo! En los campos rebosa castellanos Su sangre aborrecida, Lastima dan los cuerpos palpitantes De esos nuevos gigantes Que la iberia escalar en vil contienda Orgullosos al Corso prometían» Cada hispana es un rayo que fulmina Al osado que al frente se presenta; Y los que ayer causaroií la ruina Con su sangre lavaron hoy la afrenta* [A tí} Señor, la gloria,» ^.O Dios de ía# batallas generoso! Que el braza la entrega infame de las llaves del Reyno y la fuga vergonzosa de Aranjuez. Eran necesarios estos tres atentados, estas tres viles estratagemas para partirse los despojos de España, y para que llegase $ sentar, el crimen su pesado trono en ambos mundos. í Oh Francia 5 un tiempo sabía y hoy instrumento! qiego del mas sanguinario de los Vándalos! ¿ piensas acaso hallar tu fdlicidad en írsela quitando á todos tus vecinos* Pues tu serás devorada por esa misma sierpe que fomentas 9 y conjurada U humanidad t e borrara de la lista de las Naciones* Apenas vio tu fiel aliada rayar en sus altas cumbres la aurora de mr. día venturoso y quando viniste con tus tiranos ó llenarla de sangre y luto P a anublar todo su horizonte y arrastrar por sns ciudades las duras cadenas de tu servidumbre. ¿Y qué motivos te dio la España para ser afligida de esta suerte? Su Príncipe inocente perseguido se acoge a tu amparo contra el envenenador de los dias de su Esposa y destructor .de. toda la Nación , se esmera en el recibimiento de tus tropas > se humilla hasta pedir una Princesa de tu nueva dinastía^ te devuelve el mayor trofeo de la famosa batalla de Pavia ? y ¿como le corresponde ese tu indigno Sobe-* rano ? Le entretiene ? le atrahe fuera de su reyno coa pésridos alhagos por medio de su satélite infame Sa* vary , y le seduce9 le oprime, le encierra. ¿Se lee err las páginas de ia Historia uaa alevosía semejante? ¿Puede
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de darse violaciónmas descarada delsagrado derecho éf las gentes ? ¡ Mas qué digo derecho de las gentes! ¿Hasa visto üiía acción mas ruin aún en las cavernas de ios salteadores? ¿Y qué derecho tiene oíogua Soberano á mezclarse en Gobierno ageno? ¿No proclarao la Francia este sabio principio? ¿Se ha tri'ZeiadO la España en indagaciones sobre la legitimidad del Consulado perpetuo, y la usurpación - de tu I m p e r i o , á pesar de que no ha habido hombre sensato que no ha» ya creído que todo ello £&é ún enredo > ana &í sa? un charlatanismo? Pero el crimen no ha de ser siempre afortunado. El reo de muerte que asaltó en San Cloud la raagestad de ia Francia; el matador del Duque de Enghten, del representante del pueblo , Arena , de Pkhegrú , de Viüenueve y otros infinitos j el perseguidor de Bruñe , de Moreau , de Lecorbe, de Carnot , de LíHarpe y de quantos generales y sabios le hacían sombra, el violador de las constituciones de los Pueblos , y protector blasfemo de todas las -sectas, no puede que* aar largo tiempo impune; Los trastornos, los embostes , las depredaciones y atrocidades que cometió con mas ó menos-éxito el tirano de Francia en otros reynos ? le animaron sin duda á emprender en España Ja delicada operación de robar su c e t r o ; pero.,.,,, j ést? sera su n¡timo atentado l Si su despotismo no tiene termino , la paciencia de los pueblos al fin le .¿¿ene* Kl creía cms fuerte su imperio que el de la sana razón y de las luces; pero como ignorante presumido ?e ha cegado. La Francia misma le detesta y la humanidad entera le aborrece. ¿ Q u é fruto h3ii sacado los franceses de tantos nos de sangre derramados, tantas ciudades desoladas, tantos navios perdidos ? j Ver puestos sobre unos tronos de cadáveres á sus miserables parientes! ¿Y qué ha sacado la Europa? ¡Ver sembrada ía discordia y semiHa de mil guenas por todas partes, horados los ázte* i has mas sagrarlos ? y quebFantadtos 4odos los pri^ct» í.aas-coa^^í >adv/tcs cic-1 cencío humano I Sí,
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Sí ^ Bspaodler talfeftíes y leales'; llegó h hora deque despertando Iss Náci¿>&£$ rompan * p&m siempre e! ] yugo áé ese opresor-ía&me^ lía ¿ajustada* prodtice la independencia : >aparejaos a la *£ttgarrsa. Preparad á ts* msíla ofensa ex&mpiar y 'tamaño castigo* Ls asechanza de aquel tigre sangriento escondido enÜiyonia pa«r ra saltar tr-sydórame»re Isobre- e{ inocente Fernando.¿ ñié la seña 1 deI grito de sÉbltva^ion coítíó de* b*a y con la nobleza del León?; ^ «§ c'colmaron sé friedldaf jay de aquellos^ que^ tmgobmmton^úomo ; mimadas de car* : new&\ > $¡Ü$ huestes $om¿ psskfas; a Cuchillo * • y sus enclavas eraptezsn a caer como^ eu él invierno las ho.jaap-.de * te vid» {PuW t p i ^ ' ^ N o - - ha de estar ya cansado el cielo de ^ e ^ asolar la tierra a esa Jqaa« driiia de^ ^desateatíos ? ' ¿ & necesario'<>ser. tan perdis do como tm vamlolero ^ercenatío de Sdnaparte jpá*¿ ra desooffocejr el dedp de> la Fr^o^dencia en ios s e cesos de España $ N o : ^ los hombres • * no nacieron parr ser ; et oJSj^te^btte* tuios ; q ua n tos ''fkc i aerosol V plaga terrible 4e la especie huiBana t El cielo ve-: la sobre maestra patria i; 'éí éteptí®&y$h huida freéipi^ tada de esas bárbaras falanges ^ qae apoderadas, del coraron del reyso > fraguaban yav nuestros enormes grillos , y maquinaban su< total ruina, .} Españoles aguerridos!:' ¡ Vencedores de San Qmn« tía v de Paviaí No os: arredren ya ¿os proyectos de ese hombrezuelo '. vana- y sanguinario: sü mascan Tom* y 11. Dú m
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ra cayo. Sus resortes' usados son'-la trgy&otfc^ la menlira 3 el soborno y la iiupí^tura:» y i los augustos su? cesores ^e Pedrp el Grande n& seomviiecen tá# fecii^ mente > sujetándose a piaae% taiH&tq^os j-*anquíx^>ieaifj¡l*hi2&-f& de 4a;ESranj&iaiun desierto $ peccüa ex stís cacareadas batallas la flor >de lofc veteranos , ago^ tó todos ios recursos ; esta rodeado de conscriptos dé* tules y descontentos j y con su misma exterairaadora poÜtíea de artaaQair.de sus hogares la, juyentud de las Nacieses conquistadas >:para ^ue ,se batan en países remólos > y por intereses extraños;» introduxo el fermento en sus legiones , la división que ha de produ« car las derrotas y lai4eea4eociaiüde^su poder^ faatastW co. N i de is tampoco gsan ^mp#rtajada ¿ a sus ponde* xados talentos miliares. :;Yavírrita y^ateóicoa sumlta-v fiefeia ál varios de^aqoeilos l í i ^ a ^ generales que lega» naron algunas íbatalfese, desguesode, '^sj&ar•>.! perdidas < se-; gun sus planes. ¡Digaio el puente; de húiy 9 quaado tuvoíáugerau que;;.-plantarse m:;tnedi<> de él c©**un estandarte! 4Dígalo S&areago ea q u ^ él Jhtiua, con toda su exéce&o, quando^ Dessaix .-.y fe^leteaiiíLviniísroa á sostener; á> ios cobardes i jB^gaíQ J^«^#*^*Í|P otras ¡ ma*; •ctós q^e solo?.ganó pradjgand&isan^Eeí {Y díganlo en ña ¡ Abuquk, el Cayro* y mal Juan de &etr ¿vieatso eler^ uer de su ignominia I i Donde pgrdiéil$&ítopas m&s bra*: vas por vdexalíse Jtev^rndeusu^Weafc *¿ y donde fué der- : sotado ffor esos ^tom&fpifc ^i ^fcigtoia ;y esos Ingíe* Si^S',qaehtanta;despcfciaj^ úñ n^Jiid r-;-.> Jba España; sola va a confundirte ¡déspota- fementi* d o ! y á meterte ea el polvo de que saliste unicámen* le para hacer daño y baxar á'él 1 cargado de las'maldiciones- da todo viviente* t a íEspiSa libre¿ sí | bárbaro, Xe*-xesá¿ vencerá esa ¿u muchedumbre de tfües es* ; ;;Í
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clavos que Hev2S>corr^ >efeHn^a ^írrmicrfce*nNds na. ¡Españoles í ved ya lo ^uerhab^i^ hecho en Zaí% goza ¡f en Araiffjar y en^Úaiencia o®qw mm puñado * de paisanos ¡.-¿y solhmtos • bisónos ipontra^ %óo# bandados or% gantzados! Nmgun pueblo ¿dé ios que combatieron por mantener su independencia, fué vfHfríéfo jamzs por °ir» í i cano?. Buenos testigos•..teoe& én te,í%H&a _, en ios Es» tackís unidos -y i a Boíanda^ has naciones ii ores ha i la a recursos* eü las mayores extremidades^ Rema tiáiie múmia<¡úm Caimito gaéoda salve y. ahuyente al feroz" Xefe de-1&&-Galas'; él ksK*£ de h patria triunfará del numero : ^íC^eio-'eomdr^rá por nuestra causa, y la victoria coronará el vaíorj/ri I España , patria amada i ya sé acercas* otus úim$e~± renos: he aquí tus modelos y y el buen^ presagiawd& tus sucesos, jamas MevÓ *causa mas ^satita los-mise* seros mortales a 1#> giierrsu No Jse> trata del interés de España , sino también del de Jas Américas : no del interés de la Pen&iSuÉt, sino también '^ ¿Serta talado é incendiado este bello imperto yheren^ cía de vuestros mayores^ que Ihnhmn jei orbe toda de la fama de sus hazañas i ¿ Serian distribuidas sus fértiles- campiñas entre la desentrenada soldadesca del mas impío de los tiranos l ¿Y seriáis vosotros condal ados aherrojadas desde las riberas del libro ai Can* g<•$ y desde las del Tajo ai Neva , á morir y yacer m* sepultos en regiones inhospitales? [Qué! ¿No habria ya mas Patria? ¿No habría mas América para naso-; tros?
tros? fPerdemmos asi complemente *el ? froto-* de tanta $ang*& Española de^ínil-C^rtese^ f ^ t * o s y dé niií Tó* ledos y A iba radas? ^ Olvidaríamos * u n pronto aquel lü$ gloriosos Edgares dé tantas ¿proezas* ¿que éo&saitíen de envidia al \ extrangero¿ polque casi rayaron en prodí* gios ? No s nosotros y los bosquesde América en navios z^que sea todo el Reyno ua tcmrapameato * y te Nación, un exército i.qpQ fio queden en los campos y talleres mas que los brazos precisos * pues: antes jdev^^oi^rioss es necesario hacerles libres s y que lá n^sa dé las Pro «indas mar* che k fori&ar ^sobre ei^káneo iA'^rib^ial coloso na* : cionai 5 que¿:^ibraRd^ndepmar bofá&ti Ja fulminante espada:sobre éSBs eiiij^f íltóne Ifienfaga¿ á>esos tristes conscriptos > ^ t i m o apoyo del áéé^tlsimy* ¡ He aquí generos0Svr£^aiole^^tótiakos destinos qu# el Cielo nos presenta! no vacilémoslas*^cmtnmtp :*pon* gámoslos en planta eon heroisífto* iBofrwÉm&ewn gM» pe la gloria de quantos Impetios sios precedieron ¿ |Qué Nación » qisé tirano^ osaró insultamos* luego que £®mm¿ temos el comercio y industria y población da nuestras coloniast Que nodhaya en* ios-íastor *dela¡ Historia cosa que se parezca á nuestras empresas ; as£ como no tuvieron igual las muchas que acometimos en los reynados de 'losAlfonsos 3 de los Garlos y los Fernandas. ¡Oh augusto nombre de Fernando!.;'$ qué gloriosas ineniorias nos recuerdas! ¿Seria posible que ya cesases de ser para España el mas feliz agüero? N o : el Cielo que te prometió k la Nación 3 y jamas falta a sus de-
decretas , nos está asegurando que muy luego te devolverá a tu Imperio acrisolado por ei infortunio» ¡Juntas Supremas de tes Provincias , que proclaman» dolé coa tan acendrado z e l o , salvasteis la patria y la libertad expuestas ya á perderse sin remedio * creadla nuevos defensores; imprimidles con vuestros exemplos y discorsos un movimiento grande é irresistible ¡ y ele» vad todas sus almas al grado mas alto de entusiasma. Pero imponed silencio á toda pasión que no sea el amor á la patria* imitad al justo y virtuoso Arístides* si queréis inmortaliza ros. El Pueblo suele ser recto y vigilante; pero las facciones meditan de día y no:he como alucinarle. Ei lidia en la arena por su independencia 9 y los ambiciosos,...~ j ah F j sofocan y despeda-* zan la tierna libertad en su misma cuna t Sed íoexóra* bles con ios partidos** No haya rrias voto que uno: el de Fernando; ni se alze otro pendón que el de la pa-' tria* No seamos veleidosos y mudables como ios vecinos: a la vista tenéis el fruto de su inconstancia; No nos batamos por palabras, por fantasmas y ni por una felicidad aerea* Que-vea: la Francia entera qué no Reeesitamos de su ayuda para darnos un Gobierno sóli* do y permanente* Apresuraos pues I reunir todos los
elementos sociales; dispersos * mediante una verdadera
representación nacional * para que esta siente sobre basas firmes la constitución estable que ha de sancionar un dia nuestro Rey-patriota Fernando* ] Vosotros Grandes y y hombres opulentos y abrid vuestros tesoros h la indigencia! Si no podéis luchar; con el hambre y las intemperies ; sí no queréis trepar montañas y escalar muros, contribuid a la madre patria con socorros abundantes. ¿Es por ventura el oro materia mas preciosa que la noble sangre de ua Español libre 5 que va a verterla toda por su jpatriar y Fernando ? Todos somos passgercs en este navio recien-botado ai agua para nuestra salvación* No hay tabla de que asirse s\ naufrags ; solo hay un medio da salvarnos todos 3 y es el de aplicar el hombro en la. tormenta. ^
Y vosotras ? «r.Ibrdas Españolas ? %no h~¿m$ ex*>U tado ya á ¿os jóvenes en todas partes k volas a i a v i o loria ? Proseguid todas > proseguid como ¡as heroínas u¡ mortales de Valencia , de Aragón y Andalucía : vues* tros ¿oa la mkzú de los trofeos. ¿Hubo nunca más héroes en ia tierra, que quamOa fueron vuestras gra* qas ei alto prermo¿ 4$l vaípr^y de tes virtudes cívicas? Proseguid ; imitad a aquella Espartana, á qüun anunciándola ei Correo que venia del campo de batalla : 9 ,tus cinco hijos murieron. << No es eso lo que te pregunto , responde ella, sino si la Patria está en peligro. Que una mirada de vuestra indignación confunda á todos ios cobardes j y que solo vuestra blanca mano ciña de laurel las sienes de nuestros libertadores^ ¡ Guerreros 7 que á la voz de la patria ultrajada vais á marchar ai campo! No pretendemos de este modo despertar vuestro valor. Como Españoles provocados, estáis líenos de honor y de braveza- jEa! partid ufanos y alegres ai campo de nuestra libertad y de vuestra gloria,, No limitéis de hoy en adelante vuestros combate* % la explosión del canon t nuestras trop3S ligeras a han ganado baterías francesas á bayonetazos; ya an cogido los héroes Manresano* cañones de bronce con cationes de palo j y ya han visto liónos de asombro los esclavos de tíonaparte saltar á nuestros desnudos Valencianos 3 y derribar de los caballos sus Cora-* zcros tan abroquelados. Todo Español insultado úebe pelear pon rabia. Mas obedeced siempre á vuestros Xeí^s; no deis entrada en vuestros batallones á la división y„Ja discordia > que es lo que busca el bandido de Córcega* para venceros. (Juaraad la mas exacta dis* cíplina- sin disciplina no hay exércitos ni sucesos : el valor es inútil? ei numero impotente; ella lo suple todo $ y nada es capaz de suplirla á ella* ; Amor de la patria 3 de ia libertad y de la glorÍ3 í prjsioaes c#as$rya.{áor#s. de los Imperios >. fuentes del heroísmo y de las virtudes , inflamad á todo Español.
Jaremos todos vengar la F¿ti ia sobre los sepulcros de
nuestros padres 3 y sobi£ las <;CénÍ2a£ de los Pelayos, las Cides de Bibar , y I05 Gonzalos. Jaremos todos vivir ó morir libres. Aplaquemos Jas victimas aun hundan tes invaoia$a$ por lafea*bar j % é¡k% de Mayo. Y no suspendaínoi Stíuestiai &iúdteté mateha hasta acabar coo ci tirano , y hasta rescatar y proclamar deatro de la misma Francia k nuestro desgraciado Rey Feraaado. -. s? ?. *, --,- --r •-- V •-<*•. — .•? ,. ~< . ./:
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NAPOLEÓN BÜONAPARTE
EXTRACTO DE UN FOLLETO QUE CIRCULO CON aceptación en Francia en i$*>t>, intitulado: ^Genealogía det Corso sucesor de los Barban*$ de Francia 3 es* crito jen La Fendéé, é impreso por Cbouan" JL/espues de la desgracia de Teodoro, Rey de Córcega , la República de Genova publicó de oficio un escrito y cuyo objeto era ridiculizar y hacer mas despreciables á Teodoro y sus sequaces- „ Lista de los individuos ennoblecidos por el Aventurero * que se apellida Rey Teodoro," Tal era el tirulo del papel en question; y que impreso por la Viuda de Rossi , se díó k luz en Genova el año de 1744. En las páginas € y j contiene algunas observaciones curiosas respecto b, !a familia del Corso usurpador y que son mucho mas fidedignas que las qu^ el vil interés? el temor, la baxeza y la lisonja han fabricado á^súe que ocupó el trono de los Borbones. g u a n d o Porto Recento fué atacado en 3 de Mayo de de 1736, un Carnicero 3 natural de Ajaccio > llamado Joseph Buona acudió oportunamente al socorro ai frente de una quadrilia de Vagamundos y La* drones * que durante las disensiones civiles lo habían elegido por Xefe* En recompensa el Ray Teodoro en 4
íí7 4 de Mayo del msm~> *¡lo Jo cr;*ó' N o b l e , permí* riéndole que en memoria de tan señalado servicio añadiese á su apellido Buona la final terminación parte: su muger se llamaba Histrta > hija de un oficial curtidor en Bastía. El Padre de Josef Buona , Carlos Buo~ tía y tenia taberna para los marineros $ pero acusado y conviuo de robo y homicidio murió de esclavo en las Galeras de Genova en 1724. Su esposa , como cómplice en tamañas maldades , y que en atención a sus vicios llamaban La Birba y murió en i?$o en la casa de correcdon de la misma Ciudad. Estos fueron los ilustres Bisabuelos y Abuelos de Napoleón." ??Bien sabido es quien fue su Padre , y que alternativamente sirvió 5 y vendió su Patria durante las guerras civiles. Conquistada ja Isla de Córcega por los Franceses, sirvió de espía á los Gobernadores ^ al paso que su muger de concubina. De este puro y virtuoso origen desciende Bruto Aly 7 Napoleón Bt4onapartey sucesor de los Borbone* * nacido en un país » cayos moradores eran tan detestados en tiempo de los Romanos por su tendencia y aptitud á la traición y todo genero de infamia, que ni aun ios querían por esclavos. Este primogénito de la inconstante fortuna en el silo de 1793 que se hallaba en Tolón se firmaba Bm~ itts Buonaparte > y ahora solo Buonaparte 7 sin duda en la idea de que el mundo olvide qne el Brutas riel tiempo de Robespierre y y ¿tf/y del Directorio es el misrnistmo Napoleón Buonaparte > que hoy es Tirano de la Francia y azote de la Kuropat
¿155 HÉROE
NAPOLEÓN*
T7 1 ; xáminemos su conducta y por elía veremos si lo es en realidad, No ha mucho tiempo q;j2 algunas personas sensatas vivían eng-íñadas y juzgando qvte lo era, Zbw. /^ii. Ec con»
conducidas por la patrañas que contaron sus monitores ; pero entraron SUS tropas en España baxo el sagrado velo de alianza y amistad ; saqueron , talaron , y nos llevaron pérfidamente coa engaño á nuestro Monarca tan deseado. De estos antecedentes inferimos la conseqüencia de que para nosotros no ha sido hécoe, y sí un fiero tirano y un usurpador simulado» Leamos ahora las gazetas de Madrid en el tiempo en que estubo baxo el yugo francés, y ios diarios de París sobre las actuales ocurrencias de nuestra peníosula, y no hallaremos sino embrollos 7 perfidias > desfiguraciones de los hechos mas contestes , y en suma un enredo universal. ¿Y qué sus periódicos que han trastornado los sucesos mas sabidos en España, y se han atrevido á n*entir tan descaradamente sobre nuestra insurrección y derrota , habrán dicho la verdad quando hablaban. ae ^Napoleón y sus conquistas en Alemania, Polonia &¿\ ? ¿ Puede creerse por el que- no sea muy sencU lio alguno de los hechos que refiere sv$ preciosa hís» toria ÚQ\ modo con que los pinta? ¿El escribir solo de Napoleón , no inspiraría á su autor el espíritu de veracidad que posee su héroe en grado tan eminente i Respecto de un soberano que aun vive para desgra^ cía del género humano 5 y que se ha supuesto tan poderoso, ¿no habrá suplido la vil adulación lo que falta á su mérito ? ¿Qué debe pensarse de sus anteriores triunfos? Que si los ha conseguido 5 han sido como los de España, comprados á costa de mil traiciones y perfidias y y de una larga vena de oro corruptor. Tai ha sido su heroicidad y la heroicidad de la mentira ^ y de una mala fe de que hasta ahora no se conoce exemplo. Si los héroes de la historia han aprendido en esta virtuosa y moral escuela, Napoleón ha sido uno de ellos: si por el contrario han observado una conducta del todo diversa, siendo fieles á sus pactos moderados, justos y amantes de la humanidad ¿ Napoleón no vs
1¡9
héroe. Los que han merecido este renombre ¿han sído acaso avaros, ambiciosos y pérfidos como él? Es* ik ya resuelto el problema 3 y solo podrá considerársele héroe de la iniquidad. ¿ Acaso son conciliables el heroísmo y la maldad depravada ? Tan compatibles son como la luz y las tinieblas. Aun antes de sus últimos hechos en España y ¿no intervenían sobrados motivos para desconfiar de él? Todo el mundo sabe las distinciones que mereció a la República francesa el corto tiempo de su existencia , ya como General de los exércitos , y ya como primer magistrado. ¿Y no aplicó en seguida todos sus esfuerzos para destruirla hasta que logró su iniquo proyecto, á pesar de la oposición del célebre Carnet , y del juicioso dictamen de su compañero de armas Moreau ? Sus desvelos ¿ no se han fíxado en la elevación de su familia , sin cuidar del bien de su nación ? Luego tan héroe ha sido pata la Francia ¿ co* mo para nosotros y demás naciones.
EPITAFIO COLOCADO EJSf EL TÚMULO ERIGIDO para las Honras del Señor Conde de F loriad? I anca , celebradas en la Santa Iglesia Catedral de Cádiz el día 25 de Enero de 1809.
IOSEPHO MOÑÍNO REGÍ . CAROLO • TEKTÍO . AB . INTIMIS . SECRETIS* BELU . ET . PACIS . ARTTBUS . EGREGÍE . ADMINISTRATIS . LEGIBUS PROVINCIAKUM
. PERPOLITIS _
. COMMERCIO . COMMODO.
ET . ORNATIBUS . PROMOTIS . EXTRA. REGU3V1 .FATIENTÍA. MODESTIA . RELÍGIONE,, CONSPICUO-, REIPUBLIC¿£. DISCRIMINE . IMMINENTÍ . LIBERTATIS * ASSERTORI . STRENUÍSSIMO * AMPLISSIMÍ . HISPANIARUM . SENATUS. PRO , RELÍGIONE ; REGE - ET . PATRIA . DECERTANTÍS * PRESIDÍ . VIGILANTÍSSIMO . SENIO . LABORIBUS . PERICULIS • CONFECTO • GADES . MCERENTES •• IN ADMIRATIONIS . ET . GRATITUDINIS *
MONUMENTUM. P.
ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN ESTE SÉPTIMO TOMO. \ s entínela contra Franceses . .. • 3 ídem segunda parte ....... 54 Real provisión del Consejo > e% que se manda guardar y cumplir el Reglamento del Tribunal de vigilancia y protección.^.. S9 Aliso ai público ..... 99 Sentimientos de la Patria por haber caído prisionero D. Juan de la Cruz Mourgem....*.>... 102 Real arden pura el reemplazo del Exército...., 109? Lealtad Hub^nera ó contestación ¿i la Procla.na dirigida por los Sevillanos á los Empuñóles americanos ..,M,
r.,. Tít
115
Suplemento al Diario de Malaga del Viernes 30 de Diciembre.*,.* 121 Reglamento para las Juntas Provinciales .,•„ 124 Proclama al Clero del Obispado de Córdoba del Tucuman .«.• «*. .. .. . 132 Manifiesto de la Nación Española á la Europa ,... 139 apéndice. ...... 158 Circular á los Capitanes Genérale? Españoles............... i<5¿ Proclama á los Españoles , y á la Europa entera del Africano Numida Abennum¿ya Rasis*. 16$ Oda á los gloriosos triunfos de los Españoles en los meses de Jimio y Julio de (80$.. 109 Exclamación Patriótica. -. ...... • •«•«• 207 Genealogía de Bruto Aly y Napoleón Euonaparte -¿15 ¿ Es héroe Napoleón^ .„...,.......,..,... ... 2ij Epuafo colocado en el Túmido erigido para las Hon~ ras del Señor Conde de FfariúrManca > ctlebradas en ¡a Santa Iglesia Catedral de Cádiz 22
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