Christo Dimitrov Y Assen Jablenski

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NIETZSCHE Y FREUD 47 bre u "hombre del rebaño" es según Nietzsche un sustrato social y psicológico NIETZSCHE Y FREUD Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. Christo Dimitrov y Assen Jablenski* Toda teoría científica particular surge y se desenvuelve a partir de compli cadas correspondencias con las concepciones filosóficas y científicas de la época histórica vigente, y también con la realidad económica y social. Tal es el caso en especialde la psicología, que había de separarse de la filosofía y convertirse en ciencia independiente apenas en el siglo xrx. Atendiendo a esto, cobra interés el estudio de ciertas concepciones filosóficas que influyeron en la elabora ción de la teoría psicoanalítica de Freud. Aprehenderemos más cabalmente su lógica interna si conocemos mejor el fundamento filosófico del que se originó. Llevado por la aspiración de forjar una teoría psicológica que abarcase estruc tura y dinámica de la personalidad humana se apoyó Freud en las ciencias naturales del siglo xrx: la biología evolucionista de Darwin y Huxley, la neurofisiología de Jackson, la teoría de la localización de Wernicke-Meinert, la teoría psicofísica de Fechner y la psicología asociativa de Wundt. Pero la estrechez filosófica de estas fuentes científicas particulares (nacidas del materialismo mecanicista noningentésimo) lo conduciría a atender a la filosofía de la época. La concepción antropológica que buscaba, la encontró en la "filosofía vitelista" alemana y sobre todo en el pensamiento de Friedrich Nietzsche, cuyas ideas filosóficas influyeron directa e indirectamente en la formulación de algunos de los principios fundamentales del psicoanálisis. I. Fundamentos de la filosofía de Friedrich Nietzsche La doctrina filosófica de Nietzsche (1844-1900), paradójica y exteriormente inconsecuente, refleja en gran medida las profundas contradicciones sociales de los finales del siglo xrx, cuando en vísperas del imperialismo maduró en Europa la crisis social y espiritual de la sociedad capitalista (Lenin). Mas la base económica y social de la crisis múltiple del capitalismo, que había de conducir a la "enajenación" y "cosificación" del hombre (Marx), permaneció ajena y desconocida para Nietzsche. Él mantendría la temática de su filosofar cons treñida a los valores culturales, a la ética, la estética, la psicología y la religión. Crítica de la cultura y la civilización. El móvil y motivo principal en el pen samiento nietzscheano es su propia inconformidad con la realidad de entonces, el reconocimiento de la crisis inminente, la honda vivencia personal del "nihilis mo europeo". Esto aclara ampliamente el carácter crítico, analítico de su filo sofía, y su rechazo de los valores dominantes entonces; crítica enderezada contra la deshumanización, la despersonalización del hombre por las condiciones de la degradante cultura y civilización burguesa. Nietzsche considera esta exis tencia estéril del "último hombre" como símbolo del nihilismo venidero y de la décadence: "Entonces la tierra se habrá hecho más pequeña y sobre ella dará saltos el último hombre que todo lo empequeñece" (34 y 14). Este último hom* Profesores de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Sofía. del nihilismo: "hoy el hombre del rebaño se comporta como si fuera la única especie de hombre permitida" (36, 130). En la búsqueda de las raíces de aquella "desvalorización de los valores su premos" que es el nihilismo (37, 10), Nietzsche somete al burgués homo bonae voluntatis (36, 172) a una despiadada y total "vivisección". El origen del nihi lismo lo encuentra en la "interpretación valorativa vigente de la existencia" (37, 10) y, en primer lugar, en la decadencia del Cristianismo, atribuida a su propia moral ["el sentido de la veracidad, altamente desarrollado por el Cris tianismo, siente aversión ante la falsedad y mendacidad de toda interpretación cristiana del mundo y de la historia" (37, 7)]; en segundo lugar, en el escep ticismo ante los valores morales, nacido de la pérdida de fe religiosa; tercero, en la subordinación abierta o enmascarada de las ciencias sociales y del espíritu, a la religión ("Los juicios de valor cristianos —son— retrógrados en los siste mas socialistas y positivistas" (37, 8)); cuarto, en las "consecuencias nihilistas" de las ciencias naturales ("Desde Copérnico rueda el hombre de su centro hacia la X" (37, 8)); finalmente, en la manera de pensar económico-política que subordina los valores culturales a los utilitaristas (37, 7-9). En todos estos fenómenos descubre y analiza Nietzsche los síntomas de una grave "enfermedad de la espiritualidad moderna" (37, 39). La polémica de su filosofía se dirige a vencer esa enfermedad; polémica que según Jaspers está imbuida de "Cuidado por el ser mismo del hombre". Nietzsche ve "la posibilidad de que el hombre se pierda a sí mismo, de que la humanidad decaiga, insensiblemente o por catástrofes violentas, en una nivelación y mecanización, en una vida carente de libertad y plenitud, en una oscura malignidad sin humanidad (21, 143). Con su crítica, que aspira a una "inversión de los valores", Nietzsche se dirige a ciertas personalidades relevantes los "buenos europeos" de su época (38, 336), con una utópica fe en las posibilidades creadoras de la élite intelectual (39, 274 y 297). Crítica de la religión. El ateísmo de Nietzsche está ligado a su anhelo de un hombre "noble" y "complementario", libre: "La religión ha denigrado el con cepto (hombre); su consecuencia extrema es que todo lo bueno, grande, verda dero es suprahumano y concedido sólo por gracia" (37, 102). El origen de la religión lo ve en dos componentes: por un lado representa ella una autoafirmación imaginaria del individuo, por otro, una etapa primitiva del conocimiento del mundo; su finalidad consiste "en dar precisamente a esta vida una inter pretación, merced a la cual parezca rodearse de la luz del valor supremo, de tal manera que desde ese momento se convierta en un bien por el que se luche y acaso se entregue la vida" (38, 289). Mas "no es la necesidad metafísica el origen de las religiones..., sino un vastago de ellas. Aquello que en tiempos primitivos condujo a la suposición (otro mundo) no fue impulso ni necesidad sino un error en la interpretación de determinados fenómenos naturales, una confusión del intelecto" (38, 182-183). La religión y el conocimiento son anta gónicos: la fe es "el suicidio de la razón" (36, 70). En la religión ve Nietzsche una renuncia a la libertad y responsabilidad humanas, a la integridad y armonía de la personalidad: "La religión es un engendro de la desconfianza en la uni- 46 Dimitrov, Ch., and Jablenski, A., 1968: Nietzsche y Freud, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 9, 1968), pp. 46-65. NIETZSCHE Y FREUD NIETZSCHE Y FREUD dad de la persona, una alteración de la personalidad: en tanto que todo lo grande y fuerte en el hombre se concibió como suprahumano, como extraño, el hombre empequeñeció: separó las dos partes, una miserable y muy débil y una fuerte y admirable, en dos esferas y llamó a la primera (hombre) y a la segunda (Dios) (37, 101). Debe advertirse que Neitzsche califica a la reli giosidad, con frecuencia, de estado patológico (por ejemplo de "neurosis Nietzsche carece de sistema, edificó una ontología, cuyo centro es la teoría metafísica de "la voluntad de dominio". Esta categoría, de alcance universal, es el fundamento tanto de su teoría del ser como de la axiología (teoría de los valores). Históricamente y por su envergadura admite una comparación con el "espíritu absoluto" de Hegel, y la "voluntad" de Schopenhauer. Del primero- 48 religiosa" o "epilepsia disfrazada") (36, 72). Crítica de la moral. Nietzsche pone al descubierto la relatividad de todos los sistemas de valores y categorías morales. No existe una moral absoluta, una Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. moral en sí: "no existen los fenómenos morales, únicamente la interpreta ción moral de los mismos" (36,100). Sóloen el marco de una situación histórica determinada adquiere significado un sistema moral y sólo dentro de ese marco puede ser comprendido: "A pesar de que los jueces más avisados y las brujas mismas estaban convencidos de la culpa de brujería, tal culpa no existía. Lo mismo ocurre con toda culpa" (38, 207). Según Nietzsche la función primordial de la moral es la "compensación" y "sublimación" de impulsos que se encuen tran allende la esfera de los juicios morales (36, 172). De ahí que su definición de la moral rece como sigue: "Entiendo por 'moral' un sistema de valoración que coincide con las condiciones de vida de un ser" (37, 185). Aquello que la moral consciente condena está secretamente ligado con el verdadero fundamen to de las valoraciones morales; sería incluso posible que lo que constituye el valor de aquellas cosas buenas y veneradas radicase, precisamente, en estar emparentado, vinculado, eslabonado de manera insidiosa con aquellas cosas perversas, aparentemente antípodas, o aun en ser idéntico a ellas (36, 11). Las virtudes son en el fondo "pasiones depuradas"; la compasión y el amor al pró jimo, "evolución del instinto sexual"; la justicia, derivación del "impulso de ven ganza" (37, 185). . Desde una perspectiva histórica, Nietzsche diferencia dos tipos principales de síntomas morales: la "moral del señor" y la del "esclavo" o del "rebaño" (36. 239). Paradigma de la primera es el estoicismo, de la segunda, el Cristia nismo (37, 190-91). El estoicismo es la moral de la personalidad noble, armo niosa y optimista; el Cristianismo, en cambio, es la concepción del mundo de la masa, que ha perdido el instinto vital normal. Su triunfo lo debe, primero, al "instinto del rebaño, opuesto a los fuertes e independientes", segundo, al "instinto de los dolientes y mal librados opuestos a los bienaventurados", ter cero, al "instinto de los mediocres, opuesto a los excepcionales" (37, 195). En la moral burguesa dominante en su época ve Nietzsche el despliegue absoluto de la moral del rebaño: "La apariencia hipócrita que encubre las instituciones burguesas como si fueran abortos de la moralidad (el matrimonio, por ejemplo, o el trabajo, la profesión, la patria, la familia, el orden, el derecho). Pero en vista de que todas ellas se han fundado en consideración de la especie de hombre más mediocre, como defensa contra excepciones y necesidades excep cionales, ha de aceptarse como justo el que se miente mucho ... el comercio e intercambio mundano de cualquier índole obliga a la virtud; la compra, por así decir." Hombres de Estado, comerciantes, clero, "estas clases se valdrán de la inmoralidad siempre que les sea útil" (37, 219). 491 Teoría de la voluntad de dominio. Aun cuando en su doctrina filosófica se distingue por su esencia irracional; de la "voluntad" de Schopenhauer por su carácter valorativo positivo. Algunos autores, por ejemplo Baumann, (2, 208), Ellenberger y May (11, 31-34), encuentran ciertas analogías entre la "voluntad de dominio" y los conceptos aristotélicos potentia y forma substantiatis o acentúan su parentesco con los conceptos delser de la filosofía existencial actual. La "voluntad de dominio" prescinde de la dicotomía "sujeto-objeto" y, según Nietzsche, es la última esencia tanto del mundo (del que sólo una pe queña parte se convierte en "objeto") como del hombre (que en la antropología nietzscheana es esencialmente algo más que un mero "sujeto de conocimiento"): "El mundo visto desde dentro, el mundo determinado y caracterizado confor me a su índole inteligible" sería precisamente voluntad de dominio y ninguna otra cosa (36 58). "Y vosotros mismos sois esta voluntad de dominio y ninguna otra cosa" (37, 697). Todas las otras categorías de la filosofía nietz scheana se derivan de "la voluntad de dominio", tanto la materia como la energía, la vida orgánica, los impulsos y los afectos (37, 184, 421, 465). Esa voluntad es también la fuente de todos los valores: "Todo sentido es voluntad de dominio" (todos los sentidos de relación se disuelven en ella) (37, 410). Conocimiento y verdad. Para Nietzsche el conocimiento es ante todo un instrumento de "la voluntad de dominio", puesto en movimiento por su subor dinado, el "impulso de conocimiento" (37, 288). "El curso de pensamientos y conclusiones lógicas en nuestra mente equivale a un proceso y lucha de impul sos que, aislados, son en sí muy ilógicos e injustos..." (38, 156); "también tras de toda lógica y la aparente soberanía de su movimiento se encuentran valo raciones o, dicho más claramente, reclamos fisiológicos para la conservación de una determinada forma de vida" (36, 12). El criterio de la verdad del conocimiento es por ende puramente pragmático: "Las categorías son 'ver dades' sólo en cuanto son para nosotros condicionantes de vida: en el mismo sentido en que el espacio euclidiano es una 'verdad' condicionante" (37, 351). De esta manera Nietzsche hace del conocimiento y de la verdad racionales algo relativo, con lo que abre la posibilidad de una interpretación pluralista del mundo: "El mundo, más bien, se nos ha tornado de nuevo 'infinito': por cuanto no podemos rechazar la posibilidad de que contenga infinitas interpretaciones" (38, 332). "Verdad es la clase de error sin el cual una especie determinada de seres vivos no podría vivir. El valor para la vida decide en última instancia" (37,343). La posibilidad de un conocimiento racional de la esencia del ser desde un punto de vista naturalista es rechazada: "Una interpretación 'científica' del mundo ... podría ser de todas las posibles interpretaciones del mundo una de las más estúpidas, es decir, de más escaso sentido. Esto, dicho al oído y con ciencia de los señores mecanicistas que hoy día acostumbran discurrir entre Dimitrov, Ch., and Jablenski, A., 1968: Nietzsche y Freud, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 9, 1968), pp. 46-65. 50 NIETZSCHE Y FREUD los filósofos y se figuran a toda coste que la mecánica es la teoría de las Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. primeras y últimas leyes sobre las cuales debe estar construida toda existencia, como sobre una base" (38, 331). La lógica es: "el intento de comprender el mundo real según un esquema del ser confeccionado por nosotros, mejor aún: hacer a ese mundo susceptible de formulación, calculable" (37, 354). La reali dad no es cognoscible por medio de la razón: "El carácter general del mundo es ... en toda la eternidad, el caos ... tampoco conoce ley alguna. Cuidé monos de decir que existen leyes en la naturaleza" (38, 151). El conocimiento es una "falsificación de principio del mundo" y las categorías sujeto y objeto, materia, conciencia, causalidad, etc., son "ficciones" que se sostienen sólo por su utilidad para la conservación de la vida (37, 333-339). De esta suerte, la verdad como conocimiento racional es una ficción. Sin embargo, para Nietzsche existe otra clase de verdad que coincide con el ser y frente a la cual la verdad racional resulta relativa: ella es la absoluta vera cidad de la "voluntad de dominio", la "inocencia del devenir". El cogito, ergo sum de Descartes lo transforma Nietzsche en: sum, ergo cogito: ergo sum (38, 213). Este aforismo resume la idea fundamental de Nietzsche, la primacía del ser sobre la razón, el conocimiento y la ciencia. Nietzsche contrapone a las ciencias particulares la filosofía: el método del pensamiento filosófico no es racional sino "actividad instintiva" (36, 11). La filosofía es interpretación, devclación de símbolos del mundo... (cf. la teoría de los "arquetipos" de C. C. Jung); el pensamiento filosófico "es de hecho mucho menos un descubrir que un reconocer, rememorar, es retorno a un lejano y remoto hogar absoluto del alma... filosofar es entonces una especie de atavismo de la más alta jerarquía". Inversión de todos los valores. Para Nietzsche, como psicólogo de la cultura, no existe el progreso histórico ni cultural. Meta y sentido del desarrollo no es para él la sociedad fundada en la justicia y la libertad sino la manifestación de aquella personalidad sobresaliente y única que "justifica al hombre". Nietzsche desecha la moral cristiana y la ética utilitarista de Bentham y MiD y ensaya un sistema ético individualista cuyo•valor máximo radica en el "máximo de voluntad de dominio realizada", en el cumplimiento de lo "dio- nisiaco" (37, 683). La figura ideal de una personalidad libre, positiva, la con cibe Nietzsche bajo el símbolo del 'superhombre' (la denominación, según Jaspers (20, 35). proviene de Goethe). El "superhombre" es "vencedor de dios y de la nada" (36, 396), meta del desarrollo (37, 658). Sin embargo, como símbolo que apunta al "más allá del bien y del mal", el superhombre no tiene corres pondencia alguna en la realidad y a fin de cuentas permanece indefinido. En el mito griego de Palas Atenea y en el mito oriental de Zaratustra encuentra Nietzsche encarnaciones analógicas de su ideal del hombre. El leitmotiv de su sistema ético es el imperativo de la doctrina del "eterno retorno", la afir mación de "la existencia, tal cual es, sin sentido ni meta, pero retornando inevitablemente, sin un final, a la nada" (37, 44). Por lo que toca a la sociedad Nietzsche desprecia los principios del demo cratismo y del movimiento socialista, en los cuales no ve más que una meta NIETZSCHE Y FREUD 51 que se disfraza incluso con ropaje científico, por estados venideros de la so ciedad, que habrán perdido su carácter explotador; esto suena en mis oídos como si se prometiera inventar una vida que renunciase a todas las funciones orgánicas" (36, 235). El argumento que sostiene su punto de vista está clara mente formulado: Toda elevación del tipo 'hombre' fue hasta ahora obra de una sociedad aristocrática, y así será siempre: como que es una sociedad que cree en una larga escala jerárquica y de diferenciación de valor de hombre a hombre, una sociedad que necesitaba la esclavitud en cualquier sentido" (36, 235). De esta manera, el intento de crear "nuevos valores" conduce a Neitzsche a una abierta apología de la esclavitud, la explotación y la desigualdad social. Acerca del método de la filosofía nietzscheana. A diferencia de la clásica filosofía alemana desde Kant hasta Hegel y Schelling, Nietzsche no construye un sistema lógico acabado y elude intencionalmente tal edificación. Para él la filosofía no puede separarse de su autor: "Toda gran filosofía ha sido hasta ahora ... la autoconfesión de su creador" (36, 14). Tampoco es la filosofía una ciencia en el sentido del positivismo (36, 145), sino una legis lación, creadora de valores filosóficos (37, 650). Por ello, desde un punto de vista formal, la filosofía de Nietzsche está desmembrada, es inconsecuente, y el curso de su razonamiento no tiene continuidad. La forma de expresión prefe rida por él es el aforismo; su estilo es ágil y con frecuencia brillante. Detrás del desmembramiento externo de su doctrina se oculta la línea de sus pensa mientos que corre entre negación y afirmación, tesis y antítesis. Otra particularidad del método nietzscheano es la falta de límites fijos entre ontología, epistemología y axiología; con frecuencia une y mezcla sus problemas y se vale simultáneamente de argumentos provenientes de diversas zonas del conocimiento. Las cuestiones de la epistemología desempeñan un papel subordinado y secundario respecto de la teoría de los valores y de la ontología. Resumen crítico. La filosofía de Nietzsche aparece en una época de profunda crisis social y filosófica (Lenin — 26) de la cual ella misma es expresión. Esto determina en sumo grado el carácter discrepante del pensamiento nietz scheano que se sitúa entre el rechazo de la realidad contemporánea y la confir mación del "mito redentor" (Lukács). En su crítica de la angosta concepción burguesa del mundo, de sus valores y su moral, Nietzsche toma las armas de la "psicología comprensiva" (Jaspers). Conoce bien el objeto inmediato de su crítica, la que resulta en una extensa fenomenología de la decadencia burguesa y del nihilismo de fines del pasado siglo. Mas en su búsqueda de las causas de la crisis, Nietzsche no trasciende las limitadas ideas románticas acerca de la sociedad y sus fuerzas motrices (Lukács — 30, 57). Sobre todo, Nietzsche hace caso omiso del problema de clases, la base económica de la decadencia burguesa; no arriba a la comprensión de que la "degradación y la privación del hombre ocurren por la reificación capitalista" (30, 74). Su filosofía no va dirigida a las clases; según él está destinada a los abstractos "espíritus libres" y a los "buenos europeos"; por eso no tuvo eco en vida del filósofo y más tarde fue reclamada como "suya" por diversas corrientes y agrupaciones sociales, morfosis de la moral cristiana "del rebaño"; "reina doquier un entusiasmo, Dimitrov, Ch., and Jablenski, A., 1968: Nietzsche y Freud, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 9, 1968), pp. 46-65. 52 NIETZSCHE Y FREUD en ocasiones opuestas en su ideología (por ejemplo, por un lado, el nacionalsocia lismo, 1933-1945, por otro, humanistas como Thomas y Heinrich Mann, Stefan Zweig, y otros, y en Bulgaria P. P. Slawejkov, N. Rainov, Sp. Kasandjiev). La alternativa que Nietzsche propone con la "inversión de los valores", la teoría de la sociedad de castas y la "moral del señor", se revela indudable mente como la parte más reaccionaria de su filosofía. Llega a ella llevado por Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. su escepticismo y hostilidad ante los movimientos democráticos y socialistas (Mehring, 30); por su incomprensión de las fuerzas motrices del desenvolvi miento social. Si tomamos en consideración lo anterior tenemos que decla rarnos acordes con el juicio de K. Jaspers: "A diferencia de los grandes filó sofos del pasado es característico de Nietzsche que parezca más verdadero por sus negaciones que por sus posiciones" (20, 123). Según Lukács: "Las contra dicciones en el pensamiento de Nietzsche reflejan, aunque en forma distor sionada, las contradicciones reales de la cultura de la Europa capitalista la víspera del periodo imperialista" (30, 59). Esta antinomia interna de su filosofía puede observarse tanto en la ontología como en la epistemología. Al volverse Nietzsche contra la metafísica tradicional construye con la "voluntad de dominio" como "causa prima" una ontología metafísica. En este respecto se distingue de sus predecesores ante todo por el NIETZSCHE Y FREUD 53 S/Zil^r^TÍ6 ?°"Vncomo Primer Plano losdelinstintos YRectos deri vados de la voluntad de dominio" fundamento que sur¿en por "subli mación" y"refinamiento" todas las construcciones superpuestas radonaks. Entre Sa' L-U' amení rtÍntT f^ UM tenSÍÓn *» constit^ la inS rílZ ^t08^ huma™un(38, 186). esencial Con estasdelparticula ridades ;aCTlPTa a filosofía íde Nietzsche representa elemento «clima espiritual de la época en que surge el psicoanálisis de Freud. II. Analogías entre el pensamiento de Nietzsche y el psicoanálisis La influencia que directa oindirectamente ejerció Nietzsche en la elaboración de a teoría psicoanalítica de Freud es manifiesta no sólo por las numerosas analogías concretas entre una serie de consideraciones psicoanalíticas y los pensamientos psicológicos de Nietzsche, sino también por el criterio general de ambos autores respecto ala psicología ysus tareas. Para Freud, como cien tífico natural, resulto muy atractivo el empeño de Nietzsche de liberar a la psicología de su dependencia de la filosofía y ética especulativa y por otra parte, el considerar como misión de esas disciplinas penetrar bajo la "super- ficie de la vida psíquica (accesible entonces a la investigación sólo mediante la psicología empírica y asociativa del siglo xrx). sujeto y objeto, y disolverla en el ser de la "voluntad de dominio", tendencia Según Nietzsche la psicología toda se ha quedado detenida en prejuicios y temores morales: 'No se ha atrevido a penetrar las profundidades" (36, 35). En su empeño por demostrar la universalidad de la "voluntad" Nietzsche se la moral, porque creía en las oposiciones de valor morales" (36 75) intento de anular la oposición hasta entonces considerada absoluta entre que lo acerca a la actual filosofía de la existencia (Heidegger, Jaspers). vale también de recursos eclécticos e incluso emplea argumentos provenientes de las ciencias naturales (darwinismo, física, etc.). Asimismo su epistemología contiene elementos eclécticos (por ejemplo, algunos planteamientos del positi vismo o del apriorismo kantiano). Pero son irracionaUsmo y agnosticismo los rasgos auténticos y consecuentes de su teoría del conocimiento; y aquí también concuerda una serie de sus tesis filosóficas con el existencialismo (Kierkegaard, Jaspers). La filosofía de Nietzsche es un peculiar intento de "superar" tanto el mate rialismo como el idealismo (Mellvil 25, 573). A decir verdad Nietzsche sólo conocía el materialismo mecanicista y vulgar del siglo xrx (Büchner, Dühring), de suerte que materialismo y mecanicismo son para él equivalentes (38, 331). Su lucha contra esta forma de materialismo la compensa con "apasionados seudoataques antiidealistas", con el fin de aparentar que "su filosofía representa algo nuevo, una 'tercera' dirección tanto en contra del idealismo como del materialismo" 30,177). Esto "nuevo", "tercero" consiste en una peculiar mezcla de idealismo objetivo y subjetivo: por una parte, la "voluntad del dominio" es independiente del sujeto y al mismo tiempo su creadora; por otra parte el sujeto mismo, como fenómeno participante de la "voluntad", crea leyes uni versales propias, en correspondencia con el criterio pragmático de sus "nece sidades fisiológicas". La antropología de Nietzsche se caracteriza igualmente por su irraciona Usmo. El sujeto cognoscente, el "yo" consciente, sólo constituye una pequeña La psicología hasta ahora sobraba ... porque estaba sometida al dominio de Los instintos. En la "nueva psicología" que persigue Nietzsche y que en gran medida encontró su realización, después de algunos decenios, en el psicoanálisis, el concepto "instinto" ocupa una posición central. La "voluntad de dominio de Nietzsche se aproxima mucho en uno de sus aspectos, y hasta es casi idéntica al concepto de "instinto" de Freud. Si la psicología en Nietz sche es morfología y teoría del desarrollo de la voluntad de dominio" (36 35), en Freud puede denominarse el "psicoanálisis, como psicología del ello ysú influncia sobre el yo" (16, 200). La inclinación de Freud a derivar de los instin tos las funciones orgánicas, psicológicas y aun sociales del hombre está contenida en las concepciones de Nietzsche según las cuales la "vida instintiva puede consi derarse como la configuración y ramificación de una forma original de la voluntad (36 57). AI mismo tiempo hay que subrayar que en Nietzsche el instinto es una objetivación" concreta de la "voluntad de dominio" metafísica en tanto que en Freud posee un contenido positivo, científico: "Si encauzamos nuestra atención hacia la observación de la vida anímica, desde un punto de vista biológico el instinto" aparecerá como un concepto limítrofe entre lo psíquico y lo somático; como representante de los estímulos que proviniendo del interior del cuerpo han arribado a la psique..." (14, 447) El carácter universal de la "voluntad de dominio" se manifieste, de acuerdo con Nietzsche, de una manera uniforme en todos los niveles de la vida orgánicatanto en el hombre como en los seres unicelulares, no se da una diferencia cualitativa entre las individuaciones particulares de la voluntad. Es la "ten dencia original del protoplasma, cuando alarga sus seudopodios ypalpa en derre- Dimitrov, Ch., and Jablenski, A., 1968: Nietzsche y Freud, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 9, 1968), pp. 46-65. 54 dor suyo" (37, 438). La influencia de esta concepción metafísica sobre Freud se infiere de la omisión de las diferencias cualitativas entre las diversas formas evolutivas de la vida orgánica, y de la derivación de la conducta instintiva únicamente a partir de las funciones celulares inferiores cualitativamente diver sas. Igual que Loeb, Mach y otros, supone Freud una naturaleza de reflejos en cadena de los instintos que él deriva de los "procesos elementales de organización y desintegración en el organismo" (16, 222), aunque descuidando el papel estructurador del sistema nervioso central. La concepción general de Nietzsche del significado del instinto como fundamento de la vida psíquica ("no podemos descender o ascender a ninguna otra 'realidad' más que a la realidad de nuestros instintos" (36, 56)) coincide en gran medida con la concepción Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. NIETZSCHE Y FREUD NIETZSCHE Y FREUD dominante de Freud y de la psicología profunda. De acuerdo con la línea primordial irracional que sigue su teoría, Nietzsche adscribe al instinto una significación dominante en la vida psíquica: "A nuestro instinto más potente, el tirano en nosotros, se somete no sólo nuestra razón sino también nuestra con 55 cíente llegará más tarde Freud, aun cuando por un camino esencialmente distinto: por el de la investigación del origen, desarrollo y tratamiento de las neurosis. Según él la candido sine qua non del psicoanálisis es la estructura ción de la psique en consciente e inconsciente (15, 355). Conviene subrayar que para ambos la conciencia no es idéntica a la psique humana, sino sólo una parte constitutiva: "Olvidamos hacernos responsables de nuestro propio yo por que como seres conscientes, orientados teleológicamente, sólo somos la parte más pequeña de ese yo", o "¿No son todos los fenómenos de la conciencia sólo fenómenos finales, últimos eslabones de una cadena, pero que aparentemente se condicionan en su sucesión dentro de un plano de la conciencia?" (Nietz sche 37, 453 y 446). Como más tarde supondría Freud, así Nietzsche estima que "uno" se equi voca por lo que toca al papel de la conciencia: Ella es nuestra relación con el mundo exterior que la ha desarrollado"... (37, 359). Para ambos autores trátase de un instrumento de fuerzas más profundas: ... Los instintos man ciencia moral" (36, 107). Este criterio concuerda en sus fundamentos con el tienen a raya a la conciencia" (Nietzsche 37, 451). Por supuesto que on sus concepciones de la conciencia Nietzsche revela también su agnosticismo filosó fico: La conciencia yerra más, y más cabalmente" (37, 451). de Nietzsche sobre Freud, se pueden comprobar en sus respectivas concepciociones diferencias esenciales, sobre todo respecto a la actitud científica de Aun cuando Nietzsche advierte la fuerza activa del inconsciente, sigue para él indefinida en sumo grado. Freud, por el contrario, procura imprimir a ese concepto un contenido más positivo y penetrar más hondamente las regulari dades fundamentales de la actividad psíquica inconsciente. Según él el proceso inconsciente (primario) se caracteriza por: 1) La ausencia de contradicciones, 2) La independencia de tiempo y espacio, 3) La dependencia única del principio del placer, 4) Su expresión predominante simbólica ("Condensación", "desplaza psicoanálisis, al que Freud mismo denominó "psicología del instinto". A pesar de estas analogías generales, que revelan el pronunciado influjo Freud y su intento de penetrar la esencia del instinto desde el punto de vista de la biología evolucionista. Así, para Nietzsche, el instinto es un principio inmanente: "La vida no es adaptación de condiciones internas a condiciones externas sino voluntad de dominio, que desde dentro somete e incorpora a más y más elementos 'externos'" (39, 458). Freud, por el contrario, intenta del instinto. Para él los instintos "por lo menos en parte, son respuestas a miento", etc.). Hay que hacer notar que algunos de estos elementos también se encuentran en las aseveraciones de Nietzsche; pero en tanto que Freud encuentra en placer y displacer un principio dominante de la vida psíquica inconsciente (con lo cual se acerca a Schopenhauer), para Nietzsche placer y displacer, como los instintos —su número es indefinido— provienen de una fuente originaria: vivencias conscientes, están subordinadas a mecanismos inconscientes más pro fundos: "Placer y displacer pueden ser medios por los cuales algo habríamos rastrear históricamente, en conexión con el ambiente, el origen y el desarrollo estímulos externos que en el curso de la filogénesis influyen sobre la sustan cia viva transformándola" (14, 447). En tanto que para Nietzsche todos "La voluntad de dominio, de la que son configuración y ramificación" (36, 57), Freud se inclina por una lucha entre dos grupos originarios de instintos "eros" y "thanatos" (instintos de vida y muerte). Sin embargo, es necesario mencionar que la idea del instinto de muerte tampoco era ajena a Nietzsche: "No se puede en absoluto hacer caso omiso de lo que en el fondo expresa aquella voluntad cuya dirección le ha sido trazada por el ideal ascético:... una voluntad hacia la nada, una aversión hacia la vida, una sublevación contra los supuestos más fundamentales de la vida, pero es yseguirá siendo una voluntad!" (36 483-484). Consciente e inconsciente. El irracionalismo de Nietzsche hace del instinto no sólo el fundamento de la conducta humana, sino que conduce al "destrona miento" de la conciencia, a la contraposición de la "verdadera" actividad psíquica inconsciente: "Las funciones animales son por principio millones de veces más importantes que todos los bellos estados y elevaciones de la cons- ciencia: Estos últimos son un excedente, si es que no son instrumentos de esas funciones animales" (37, 450). Als misma concepción del significado del incons- de llevar a cabo allende nuestra conciencia" (37, 453). A diferencia ticSchopenhauer y Freud, que suponen on el placer ante todo una disminución del displacer, Nietzsche considera el placer como "un ritmo de pequeños es tímulos displacientes" y el displacer como ingrediens del placer (37, 470, 471). Los sueños. De acuerdo con Freud a partir de los sueños se aclaran mejor algunas peculiaridades esenciales del inconsciente, por lo cual el análisis de éstos viene a ser una via regia que conduce al inconsciente. También aquí se hacen notorias algunas analogías muy cercanas en los puntos de vista de ambos autores. El principio fundamental de la interpretación psicoanalítica de los sueños consiste en el reconocimiento de un sentido psicológico determinado, inherente a ellos: "El sueño es un acto psíquico por excelencia" (Freud 13, 453). Nietzsche opina también que al fin y al cabo, el sueño pertenece tanto al todo de nuestra psique como cualquier cosa "realmente vivida" (36. 124). "Nada os pertenecemás que vuestros sueños.. ."¡ya Edipo, el sabio Edipo, encontró consuelo on el Dimitrov, Ch., and Jablenski, A., 1968: Nietzsche y Freud, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 9, 1968), pp. 46-65. 56 NIETZSCHE Y FREUD pensamiento de que ninguna culpa cargamos por nuestros sueños!" (35, 127). ¡Es digno de reparo que Nietzsche ilustre su juicio precisamente con el mito de Edipo! El segundo principio fundamental, típico de la concepción de los sueños de Freud, es la suposición de que desempeñasen un papel psicocatártico. Tal carácter protector del sueño también Nietzsche lo expresó claramente: "Estas invenciones que conceden ... libertad de movimiento y posibilidad de descarga a nuestros instintos ... son interpretaciones de nuestros estímulos nerviosos Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. durante el dormir" (36, 122). También el tercer postulado característico de la teoría de los sueños de Freud: la realización de los deseos, puede encontrarse hasta cierto punto en lo expresado por Nietzsche: "Supongamos que un instinto se encuentra en el punto en que ansia satisfacción, o el ejercicio de su fuerza, o la descarga de la misma, o la 'saciedad' de un vacío... entonces verá todo suceso en el día, en relación a la utilidad que le pueda rendir para la satisfacción de sus fines... Nuestros sueños tienen el valor y el sentido de compensar, hasta cierto grado, aquella eventual ausencia de alimento durante el día" (35, 122). Es interesante que Nietzsche aduzca de manera determinante otro elemento esencial para la compresión psicoanalítica de los sueños: la regresión. "De modo arbitrario y con fuso el sueño cambia incesantemente las cosas basándose en las más ligeras seme janzas; pero con la misma arbitrariedad y confusión imaginarían los pueblos sus mitologías... Mas todos nosotros nos asemejamos en el sueño a esos sal vajes. .. durmiendo y soñando recorremos de nuevo lo que esta temprana humanidad" (cita tomada de 23, 619). Hay que notar que Nietzche, como también después Freud, encuentra y sub raya algo común entre sucesos aparentemente lejanos entre sí como lo son sueños, neurosis y psicosis: "En las explosiones de pasión y en las fantasías de los sueños y de la locura, el hombre descubre su prehistoria y la de la huma nidad: la animalidad con sus salvajes muecas" (35, 253). Mecanismos psíquicos. Nietzsche hace una clara descripción de una serie de mecanismos y regularidades psíquicas, básicas desde el punto de vista del psico análisis. Ante todo es Nietzsche uno de los primeros autores que describen la represión atribuyéndole un sentido que en mucho se acerca al concepto em pleado por Freud más tarde. Según Nietzsche "no está aún demostrado que exista el olvido; lo único que sabemos es que la rememoración no está en nues tras manos" (35, 126). Su idea es que la represión (bajo la influencia de la moral dominante) tiende a desalojar de la conciencia las necesidades instintivas del hombre y sobre todo del instinto sexual: "Las pasiones se vuelven perversas y pérfidas cuando se las ve como tales. Así logró el Cristianismo hacer de Eros y Afrodita —potencias magnas capaces de encender ideales— duendes y fantas mas infernales, por los martirios que sembró en las conciencias de los creyentes siempre que tenían excitaciones sexuales... ¿Ha de llamarse siempre malo aquello contra lo que se tiene que luchar, que se tiene que moderar o acaso desterrar del pensamiento...?" (35, 74). La concepción de Nietzsche de la represión se asemeja grandemente a la visión "metapsicológica" de Freud: "No NIETZSCHE Y FREUD 57 se trata de una lucha por la existencia entre ideas y percepciones sino una lucha por el dominio: no se destruye la idea contra la que se ha vencido sino sólo se la reprime o subordina. En lo espiritual no existe la destrucción" (37, 409410). Nietzsche pone de relieve el "orgullo" como la otra cualidad esencial que participa en el mecanismo de la represión; cuestión que más tarde había de plantear Adler. Lo anterior se desprende de un conocido aforismo: ¡'Eso hice' dice mi memoria! 'Eso no lo pude haber hecho', dice mi orgullo y permanece inflexible. Por fin, cede la memoria" (36, 94). De acuerdo con Nietzsche, el mecanismo de la represión desempeña un papel importante en el afán de disminuir el dolor, en especial cuando se asocia con otros mecanismos psíquicos, por ejemplo el desplazamiento del afecto por otra actividad. "El alivio consiste en que el interés del doliente es desviado delibera damente del dolor, que ininterrumpidamente un quehacer y de nuevo sólo un quehacer invade la conciencia y, por tanto, queda muy poco espacio en ella para el dolor: ¡porque es estrecha, esa cámara de la conciencia humana!" (36, 449). Nietzsche va aún más lejos al intentar una conexión entre la represión y otros mecanismos a los que considera biológicamente protectores, los mismos que más tarde el psicoanálisis considerará como "sustitución", "descarga afec tiva", "proyección", "conversión" etc.: "La descarga de afecto es el mayor intento de alivio, es decir de aturdimiento, del doliente, su narcótico deseado espontáneamente contra cualquier tormento. Aquí y sólo aquí radica, según pre sumo, la verdadera causa fisiológica del resentimiento, de la venganza y senti mientos afines, o sea, en un anhelo de adormecer el dolor mediante el afecto; por lo común se trata de lograrlo, muy erróneamente,... con el contragolpe defensivo... se desea adormecer un dolor molesto, oculto, que se ha vuelto insoportable, con una emoción más intensa, de cualquier índole y así, aunque sea por sólo un momento, arrojarlo de la conciencia" (36, 439-440). El mecanismo de la "sublimación" también lo ha descrito Nietzsche con exactitud; el contenido que le da es casi idéntico al que le atribuye el psico análisis: "Rigurosamente hablando, no existe ni un actuar libre de egoísmo ni un contemplar sin ningún interés, ambos no son sino sublimaciones cuyo ele mento fundamental aparece disminuido y sólo existente si se le observa muy cui dadosamente" (cit. de 23, 304). "El disfraz inconsciente de necesidades fisioló gicas bajo el ropaje de lo objetivo, ideal, puramente espiritual, alcanza límites aterradores" (37, 18). "Sólo bajo la presión de los juicios de valor cristianos se ha sublimado el instinto sexual hasta el amor (amour-passion)" (36, 119). "El grado y modo de la sexualidad de un hombre llega hasta la cumbre de su espíritu" (36,95). Esta similitud entre el concepto de sublimación de Freud y la concepción de Nietzsche la subrayan también otros autores, entre ellos Jaspers (23, 304) y Morosov (33, 121). Resulta interesante comprobar que según Nietzsche no sólo se puede sublimar el instinto sexual sino también el de destrucción: tam poco aquel placer producido por la crueldad tiene que haber desaparecido: sólo necesitaría... de una cierta sublimación y sutilización, tendría que surgir traducido a lo imaginativo y anímico y adornado con nombres ten inofensivos que no despertasen ninguna sospecha aun en la conciencia más sensible e hipo- Dimitrov, Ch., and Jablenski, A., 1968: Nietzsche y Freud, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 9, 1968), pp. 46-65. NIETZSCHE Y FREUD 58 crítica (la 'trágica compasión' es un nombre tal; otro les nostalgi.es de la croix)" (36, 357-358). Es digno de mención que el conocido psicoanalista H. Hartmann, que llevó a ulterior desarrollo algunas de las ideas de Freud, afirmara que la sublimación no es sólo una neutralización de la energía del instinto sexual sino también del instinto de destrucción (10, 41-63). Desarrollo, estructura y dinámica de la personalidad. También en la cues tión relativa al desarrollo y estructura de la personalidad se encuentran puntos de contacto y paralelas entre Nietzsche y Freud. También Nietzsche subraya la significación de las vivencias infantiles (relacionadas de acuerdo con Freud adquiridos desde la niñez, por la manera en que enjuiciamos a nuestros seme Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. con la organización infantil de la libido) en la estructuración de la persona lidad: "generalmente somos durante toda nuestra vida dementes con juicios jantes (su intelecto, rango, moralidad, ejemplaridad)" (35, 99). En otra parte escribe Nietzsche con plasticidad: "Madurez del hombre: quiere decir haber en contrado de nuevo la seriedad que se poseía de niño en el juego" (36 98). En la repetición de una determinada manera de vivenciar, habida en la niñez, encuentra Nietzsche una característica fundamental del carácter: "Se tiene carác ter, entonces se tiene también una vivencia típica, que se repite siempre" (36, 94). Stekel comprendió y acentuó estas paralelas entre las concepciones de Nietzsche acerca del carácter y las psicoanalíticas. Para él la descripción del carácter que hace Nietzsche es la más justa" (43). Como es sabido, el mismo Freud señala la influencia de Nietzsche en su nueva concepción de la estructura de la personalidad: cuando formuló los con ceptos del "yo" "super yo" y "ello" (inspirados por los trabajos de Groddeck). La denominación del "ello" contrapuesto al "yo" ya la empleaba Nietzsche: "Ello piensa: pero que este "ello" sea precisamente aquel viejo y afamado "yo" es —digámoslo con clemencia— sólo una suposición" (36, 27). La posición que Freud concede a la conciencia en su visión de la personalidad coincide ple namente con la concepción de Nietzsche: "Habitualmente se considera a la conciencia misma como sensorium general e instancia suprema; pero sólo es un medio de participación: se desarrolló en la comunicación con vista a intereses de contacto. .. No es el trasmisor sino un órgano de la trasmisión" (37, 360). En el fondo de la personalidad humana haya Nietzsche, como más tarde Freud, los impulsos instintivos. Según él, el instinto más universal y bajo, pre sente en toda actividad y deseo, ha permanecido como el que más, desconocido y oculto, porque in praxi siempre seguimos sus mandatos, porque somos ese mandato" (37, 452). Por todo ello "olvidamos hacernos responsables de nuestro propio yo, por que como seres conscientes, orientados teleológicamente, sólo somos la parle más pequeña de ese yo" (37, 453). En este sentido interpreta Nietzsche también la motivación de la conducta humana como algo fundamentalmente incons ciente: "Actúan motivos que en parte no conocemos, y en parte conocemos muy mal ... y este sería el verdadero 'conflicto de motivos'; algo totalmente invisible para nosotros, inconsciente... el conflicto mismo so oculta a nues tros ojos, y el triunfo, como tal, también; porque estaré enterando de lo que al fín hago, poro no sabré qué motivo es el que ha vencido (35, 129). NIETZSCHE Y FREUD 59 La semejanza en los puntos de viste de Nietzsche y Freud es notoria no sólo por la concepción de ambos de la estructura de la personalidad sino por la de las fuerzas motrices fundamentales; de la "energética psíquica especí fica". Basándose en su idea general del origen del instinto a partir de la "vo luntad de dominio", Nietzsche ve en ésta la fuerza motriz decisiva en el desarro lio de la personalidad (que corresponde aproximadamente a la idea freudiana de la "energía instintiva" y a la concepción de Jung de la libido como "ener gía psíquica"): "Toda fuerza impelente es voluntad de dominio, no hay otra fuerza física, dinámica o psíquica" (37, 465). Por supuesto, Nietzsche parte aquí de su principio metafísico de la universalidad de la "voluntad", en tanto que Freud basa su parecer en las ciencias naturales de entonces. Pero resulte interesante comprobar que Nietzsche se aproxima a Freud en lo que respecta a las relaciones mutuas entre los instintos, y a su represión. "Precisamente en eso se desemboca, cuando se favorece temporalmente otro instinto, se le dan amplias oportunidades de satisfacerse y se le convierte, así, en el derrochador de esa fuerza, de la cual dispondría, en otro caso aquel instinto que se había tornado molesto por su misma intensidad" (35, 105). Salud y enfermedad. Una parte importante del pensamiento nietzscheano la ocupa la problemática de la salud y la enfermedad. Es probable que a ello haya contribuido su propio, prolongado padecimiento. Desde el punto de vista filosófico, enfermedad y salud son para Nietzsche sobre todo conceptos valorativos que abarcarían casi todos los fenómenos de la vida humana. De acuerdo con K. Jaspers, "los conceptos de enfermedad y salud encierran, para Nietzsche, una peculiar ambigüedad: la enfermedad que es soportada por una salud intrínseca (la salud de la "intimidad" o de la existencia) y que está al servicio de ésta, es ella misma un signo de esa salud" (20, 112). Nietzsche, al relacionar estas categorías con el hombre particular, concreto, insiste en que "no existe una salud en sí" (38, 161). Plantea la pregunta: ¿hay quizá neurosis de la salud? (cite de 23, 657). "Todos los hombres, y en primer lugar los más sanos, están enfermos en ciertas épocas de su vida: las grandes emociones, la pasión del poder, el amor, la venganza, están acompañados de profundos trastornos" (37, 585). (Posteriormente, Freud y sus discípulos abordan este cuestión en la teoría de los mecanismos neuróticos ocultos en todo hombre "sano"). Nietzsche funda la relatividad de la salud en las siguientes razones: "Para determinar lo que aun para tu cuerpo haya de significar salud lo que cuenta es tu meta, tu horizonte, tus fuerzas, tus impulsos, tus yerros y sobre todo los ideales y fantasmas de tu alma" (38, 162). La causa de enfermedades psíquicas (en especial neurosis) la ve Nietzsche on el conflicto entre "razón" (el super-yo de Freud) y "cuerpo y alma" (las ne cesidades afectivas instintivas en lenguaje psicoanalítico), conflicto que no se expresa en choques violentos sino en la acumulación de insatisfacciones apa rentemente "inadvertidas": "Las enfermedades crónicas del alma, igual que las del cuerpo, muy rara vez resultan sólo de contravenir el cuerpo y el alma a la razón, rudamente, y una sola vez; de ordinario se deben a innumerables leves descuidos inadvertidos ... quien quiera curar su alma deberá meditar Dimitrov, Ch., and Jablenski, A., 1968: Nietzsche y Freud, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 9, 1968), pp. 46-65. NIETZSCHE Y FREUD NIETZSCHE Y FREUD sobre la mudanza de las más pequeñas costumbres" (35, 312). La condición previa de la aparición de la "neurosis religiosa" la ve Nietzsche en la "soledad, el ayuno y la continencia" (36, 72), es decir, en la renuncia de las necesidades afectivas-instintivas. Para él la neurosis es una peculiar "embriaguez" o "re rival del que nos tortura con su intensidad; sea éste la inclinación al sosiego o el temor al ridículo u otras consecuencias dañosas, o el amor. En tanto que fugio en la enfermedad". "Las personas que por derrochar sus energías nervio nuestro intelecto tiene que tomar partido" (35, 103, 106). Nietzsche encuentra en la enfermedad también un sentido positivo: en ella halla el doliente la posibilidad de conocerse a sí mismo más cabal mente y de madurar en el aspecto afectivo: "La enfermedad es instructiva; no dudamos de que lo sea más que la salud" (63, 420). Probablemente el 60 sas, se sienten afligidas y desconsoladas, consideran esos momentos de éxtasis como su verdadero yo, como ' sí mismos', y a la aflicción y al deconsuelo como efecto del 'fuera-de-sí'; por ello piensan en su entorno, su tiempo, todo su mundo, con sentimientos rencorosos. El éxtasis les parece la verdadera vida, el verda Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. dero yo" (35,53). A propósito del surgimiento de las neurosis, y concordando con su con sideración de la enfermedad como expresión de una vida decadente, Nietzsche subraya el papel de la "debilidad" y del "resentimiento" (36, 426): "Los enfermos y los débiles tienen más compasión, son más 'humanos'... son más malos; son los enfermos los que inventaron la maldad... los antisemitas: un nombre de los 'mal librados'" (37, 504). "La mujer enferma, en especial: nadie la supera en astucia para dominar, oprimir, tiranizar" (36, 434). Lo anterior se aproxima a las concepciones de Freud respecto de la "debilidad del yo" y los diversos intentos de sobrecompensarla; y particularmente al "com plejo deinferioridad" (Adler) y sus mecanismos desobrecompensación. Nietzsche describe el significado del conflicto de instintos en la formación de neurosis, como sigue: "No encuentro más que seis métodos esencialmente diferentes para combatir la intensidad de un instinto. En primer lugar se pueden evitar las oca siones de satisfacción del instinto y debilitarlo y marchitarlo con temporadas de insatisfacción cada vez más largas. Por otra parte, se puede tomar por nor ma, someter la satisfacción del instinto a un orden estricto... se habrán ganado intervalos en los que ese instinto no moleste más... En tercer lugar se puede uno entregar a una satisfacción desenfrenada y furiosa del instinto hasta sentir repugnancia, y con ella obtener dominio sobre el instinto... Existe, además, una maniobra intelectual: relacionar firmemente con la satis facción misma un pensamiento tan desagradable que después de ejercitarlo algunas veces, la idea de la satisfacción como tal se torne desagradable... en quinto lugar: se emprende una dislocación de las propias fuerzas imponiéndose un trabajo pesado y fatigoso y exponiéndose deliberadamente a una nueva satisfacción y diversión para de esa manera dar otro curso a pensamientos y di namismo; precisamente en eso se desemboca cuando se favorece temporalmente otro instinto, se le dan amplias oportunidades de satisfacerse y se le convierte, así, en el derrochador de esa fuerza de la cual dispondría, en otro caso, aquel instinto que se había tornado molesto por su propia intensidad. No falta quien sepa mantener a raya a ese instinto aislado que pretende actuar como déspota, concediendo a los demás instintos conocidos un periodo de 'anima ción y fiesta' y ordenándoles consumir la vitualla que el tirano quisiera para sí solo. Finalmente: aquel que resiste, y aun encuentra razonable, debi litar toda su organización corporal y psíquica, alcanza por supuesto la meta de atenuar un solo instinto fuerte... Antes bien en todo este proceso nues tro intelecto resulta evidentemente sólo un instrumento ciego de otro instinto, 61 'nosotros' creemos quejarnos de la intensidad de un instinto, en el fondo es un instinto el que se queja de otro... una lucha inminente en la que gran interés de Nietzsche por la problemática de la enfermedad (en especial de la neurosis) haya sido fomentado en gran medida por el propio destino del autor. En conexión con ello existe también una relación entre una serie de pensamientos de Nietzsche y algunas cuestiones de la psicoterapia. De acuerdo con él, el principio y motivo fundamental de la psicoterapia debe ser la realización de las esenciales necesidades internas y disposicio nes innatas de la personalidad en una forma de conducta adecuada a ellas: "debes llegar a ser, el que eres" (38, 211,); este principio se aproxima a las concepciones básicas del psicoanálisis y particularmente a los puntos de vista de Jung. Nietzsche aparece marcadamente como un precursor de la concep ción de la "contratransferencia" elaborada más tarde por el psicoanálisis... "Quien da consejos a un enfermo adquiere un sentimiento de superioridad sobre él, independientemente de que sean aceptados o rechazados; por eso efermos sensibles y orgullosos odian a los consejeros más que a su propia enfermedad" (citado de 23, 669). Igualmente nos parece importante el hecho de que Nietzsche haya comprendido las resistencias internas inconscientes contra una psicología "develadora": "Una fisiopsicología propia tendrá que luchar contra resistencias inconscientes en el corazón del investigador: ten drá 'el corazón' contra sí" (36, 36.) En la relación entre médico y paciente lo más importante es para Nietzsche que el paciente atienda a sus propias necesidades y particularidades internas. III. Resumen crítico El psicoanálisis de Freud apareció en los años noventa del pasado siglo; en la misma época en que empezaban a esparcirse por Europa las ideas de Nietz sche y a ejercer cierta influencia. Nacido como una estricta teoría médica de las neurosis y su tratamiento, el psicoanálisis se desenvolvió como un in tento de elaborar una teoría comprensiva de la vida psíquica en la salud y en la enfermedad. Más tarde Freud mismo y en especial algunos de sus se guidores (sobre todo Jung, Rank, Adler, Alexander, Horney, Sullivan y Fromm) transfirieron las concepciones psicoanalíticas fundamentales a la psi cología y otros campos de la medicina (psicosomática) y también a ciencias más distantes como la sociología, la etnología, la estética, etc. Como toda teoría científica particular también el psicoanálisis descansa sobre bases teóricas más generales que tienen puntos de coincidencia con ciertas concepciones filosóficas. Y precisamente desde un punto de vista teó- Dimitrov, Ch., and Jablenski, A., 1968: Nietzsche y Freud, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 9, 1968), pp. 46-65. 62 NIETZSCHE Y FREUD Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. rico, el psicoanálisis fue objeto de diferentes y hasta contradictorias inter pretaciones y críticas. Así, ya en los primeros decenios del siglo XX autores como Bumke, Allers, Maylan, Hoche y otros tacharon a la teoría freudiana de "naturalismo ma terialista" (Allers, 1), de "cuerpo extraño, en extremo dudoso, dentro de la vida cultural europea" (Maylan, 29), de "materialismo oculto detrás de un método irracional" o de "perspicaz intento de privar a los hombres de sus ideales" (Bumke, 6). K. Jaspers acentúa que como consecuencia de la transformación del psicoanálisis en Weltanschauung perdió su cientificidad y se mostró como adversario espiritual del ser del hombre" (22, 107). Por otra parte algunos autores creen que desde el punto de vista del materialismo dialéctico, la teoría de Freud debería verse como "idealismo subjetivo" y como "representante característico de la filosofía del voluntarismo en la psiquiatría" (Morosov, 33). Según H. Wells fue Freud "en lo que atañe a la filosofía, ejemplo de una concepción del mundo y un método nada cien- NIETZSCHE Y FREUD 63 de dominio" de Nietzsche o el "élan vital" en la filosofía de Bergson); por otra parte Freud concibe el influjo del mundo circundante más simplemente: sólo en la línea de lo biológico, descuidando las fuerzas formadoras sociales, económicas y culturales del medio. Aunque Freud toma en cuenta las rela ciones interpersonales, sólo ve su eficacia en la relación niño-padres, y espe cialmente en la primera infancia. El determinismo de Freud se mantiene, igualmente, dentro de los márgenes del monocausalismo mecanicista ("lineal"), que no deslinda la causa activa de las condiciones de su actividad ni alcanza a comprender el carácter cíclico de las conexiones causales en fenómenos de estructura más complicada. En su concepción del desarrollo descuida Freud, hasta cierto grado, la apa rición de nuevas cualidades en los niveles más altos de la vida psíquica y bio lógica, que no tienen analogías en los estadios anteriores. Freud reduce el desarrollo psíquico individual (bajo la influencia de la "ley biogenética" de E. Haeckel) a las fases de la filogenesia y compara determinados estados psí Otros, por otra parte (J. P. Sartre, I. Caruso, 40, 8) ven en el psicoanálisis una teoría psicológica científica particular que podría complementarse con la quicos sanos o patológicos con épocas históricas pasadas. En esta concepción simplista del desarrollo se aprecia una cierta influencia de Nietzsche, que parangona, igualmente, los sueños, la enfermedad psíquica e incluso algunos concepción marxista de la sociedad. Nosotros, con Erich Fromm, nos inclinamos (18) a suponer que el psico fenómenos sociales y espirituales con periodos primitivos del desarrollo de la fieos, subjetivos e idealistas" (44). humanidad. análisis (como, por ejemplo, antes de él el darwinismo) se desarrolló a partir En su ateísmo y sus concepciones de los orígenes psicológicos y sociales de del materialismo científico natural del siglo xrx, caracterizado por una concep la religión Freud se muestra como un continuador de las esencias de la crítica ción simplista de las relaciones recíprocas entre naturaleza, hombre y sociedad. Los supuestos materialistas del psicoanálisis freudiano se pueden deducir: Jp de la suposición de que la vida psíquica está condicionada por estímulos "externos e internos" (13, 458); 2o de la aplicación consecuente del determinis- mo que busca la conexión causal en el origen y la dinámica de todos los fenómenos psíquicos, llegando a suponer una "superdeterminación" de ciertos trostornos patológicos; 39 de la opinión de que la vida psíquica esta subordi nada al principio general de la evolución: "El aparato psíquico ha alcanzado su actual perfección por el camino de un largo desarrollo" (13, 482); 49 del franco ateísmo y el intento de descubrir las raíces afectivas psicológicas y cog noscitivas de la concepción religiosa del mundo; 5o de la convicción de que a la religión hecha por Feuerbach y por Nietzsche, algunos de cuyos pensamientos desarrolla Freud. Para él, como en cierto sentido para Kierkegaard (25), dios es una proyección de la figura paterna y del "yo ideal"; y lo demoniaco, una proyección de las "malignas" fuerzas instintivas del "ello". Semejante, en el fondo, es también la concepción de Feuerbach (12, 689-701). La convicción, que Freud manifestó, en la posibilidad de una influencia activa sobre la vida psíquica —a pesar de la analogía con la onzava tesis de Marx sobre Feuerbach (27, 42)—, se refiere de hecho sólo a la situación tera péutica, a la personalidad tratada individualmente. En los aspectos sociológico e histórico Freud permaneció un pesimista, como claramente lo expresa en su carta a A. Einstein. por la vía del conocimiento de las regularidades de la vida psíquica se puede Debido a la limitación de estas bases teóricas del psicoanálisis (que M. Boss actuar sobre ésta con conciencia del propio propósito: "Finalmente... todo caracteriza como "supuestos generales precientíficos" de las ciencias natu rales hacia finales del siglo xix (5, 76) y cuyo origen vemos nosotros en la vieja manera de pensar mecanicista) Freud arriba a conclusiones injustificadas, que simplifican la realidad, y a generalizaciones idealistas. Tres de esas ten dencias, sobre todo, pueden exponerse: 1) La tendencia a la biologización de los fenómenos humanos, sociales e históricos. Ejemplos conocidos son las opi fragmento de conocimiento se transformará en capacidad, también en capa cidad terapéutica" (18, 263). De hecho, estas concepciones materialistas de Freud no se elevan por encima del nivel del materialismo científico natural de la época y contienen su error capital: el mecanicismo. De esta manera, aunque in abstracto supone que las influencias externas dejan una huella formadora en la psique, in con creto Freud deriva la mayoría de los fenómenos de la vida psíquica únicamente de las regularidades biológicas. En esta forma limita y circunscribe lo psíquico al instinto (concepto que en la teoría freudiana desempeña casi el mismo papel que la "voluntad" en el sistema filosófico de Schopenhauer, o que la "voluntad niones de Freud sobre la guerra, biológicamente determinada —según él— por el instinto destructivo (17, 360) o su idea de que toda la estructura de la sociedad primitiva (y también de la posterior) se consolidó como reacción y defensa contra las tendencias incestuosas. Es evidente la inclinación de Freud a subrayar sólo un lado de fenómenos muy complicados en su origen. 2) La Dimitrov, Ch., and Jablenski, A., 1968: Nietzsche y Freud, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 9, 1968), pp. 46-65. NIETZSCHE Y FREUD NIETZSCHE Y FREUD tendencia a psicologizar no sólo las relaciones económico-sociales, sino también las regularidades puramente biológicas. Freud mismo escribe: el psicoanálisis "pretende dar a la psiquiatría la base psicológica que se echa de menos... con este objeto ha de liberarse de toda suposición ajena a él, ya sea de natu raleza anatómica, química o fisiológica y trabajar con conceptos auxiliares puramente psicológicos" (18, 14). Aun cuando esta precaución de Freud con tribuyó a evitar correlaciones precipitadas de los procesos psíquicos con los neurofisiológicos y bioquímicos, su transformación en principio conduce al aislamiento del psicoanálisis de las pautas generales del desarrollo científico actual. Freud psicologiza y expone parcialmente también una serie de fenó (10) Entfaltung der Psychoanalyse Ed. A. Mitscberlich, E. Klett Verlag, Stuttgart i96(U) Extstence. Ed. R. May, A. Ángel, H. Ellenberger, Basic Books Inc, Ea ?órk, MoiriSevÍn.L': ISbrannye ÍÜOSOfskÍJe t»M^ (trad. al ruso). Gospolitisdat, 1W£Z¡£&^ SChH,ten' V°L "' Inten,at¡°na,er ^oanalytischer Ver,ag, menos sociales, como el antisemitismo, deduciéndolo sólo del complejo de 6/7 1964 Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. 64 castración. 3) La tendencia al psicoenergetismo mecanicista que se empeña en derivar el proceso psíquico, de la energía de una determinada fuente instintiva. Aquí aparece una discrepancia entre el papel del mundo exterior, reconocido por Freud, y los estímulos provenientes de él, en el surgimiento y desarrollo de la vida psíquica, y la derivación directa de esta misma actividad psíquica, de la energía instintiva. A esto podría dársele el nombre de un peculiar "localizacionismo ener gético", que no ha superado los errores del viejo "localizacionismo psico-morfológico" (Wernicke-Kleist) sino solamente lo ha dislocado hacia otro nivel. También en las tres tendencias descritas se percibe la influencia directa o indi recta de las ideas y manera de pensar de Nietzsche (igual que de otros pensado res de la época: Schopenhauer, E. von Hartmann, E. Mach, H. Bergson). Para finalizar, conviene subrayar que otros autores pusieron de relieve ana logías e influencia de la filosofía nietzscheana en la elaboración del psicoanálisis. Entre ellos citaremos a K. Jaspers (23), H. Hartmann (10, 19), E. Bloch (4, 71), Destunis (9), R. May (11, 28), Deidmann (42, 38), H. Kelman (32), R. Bilz (3), W. M. Morosov (33), etc. Nuestro intento de revelar algunas parale las entre las ideas de Nietzsche y de Freud no amengua, por supuesto, en abso luto la originalidad y autonomía del psicoanálisis de Freud. El objeto de esta investigación ha sido mostrar la complejidad de los fundamentos histórico-filosóficos del psicoanálisis así como mencionar una de las coordenadas del múltiple legado espiritual que contribuyó a su formación. (14) (15) (16) <17) (1) Allers, R.: "Die Weltanschauliche Voraussetzungen der Psychoanalyse". Süddeutsche Monatshefte, año 28, 11, 1931. (2) Baumann, J.: Deutsche und ausserdeutsche Phüosophie der letzten Jahrzehnte. Fr. Andreas Perthes Veri., Gotha, 1903. (3) Bilz, R.: "Der Verdrángungsschutz". Der Nervenarzt, año 29, 4, 1959. (4) Bloch, E.: Das Prinap Hoffnung, vol. 1, Aufbau Verlag, Berlín, 1954. (5) Boss, M.: Psychoanalysis and Daseinanalysis. Basic Books Inc., Nueva York y Londres, 1963. (6) Bumke, C: Die Psychoanalyse und ihre Kinder. Berlín, 1938. (7) Bergson, H.: Oeuvres. Presses Universitaires de France, París, 1959. (8) Caruso, I.: Soziale Aspekte der Psychoanalyse. E. Klett Verlag, Stuttgart, 1964. (9) Destunis, G.: Einführung in die medizinische Psychologie. W. de Gruyter & Co., Berlín 3, 1955. Schriften, Schriften, Schriften, Schriften, vol. vol. vol. vol. V, VI, 1926. XI, 1928. XII, 1934 18) Fromm, E.: The Art of Loving. Unwin Books, Londres, 1926. a""' °Íe Entwicklun6 «>«• Ich-Begriffes bei Freud." Psyche, año 18, GnS ¿To^írlínTS ^^^ " "" """*** "*~ "*«*-"• •• * Meno^STT-1 ^ Unprmg Und Ziel der G^chichte. Fischer Büch., Francfort del (23) ~ ! mZ'J^P d6Í **««» Denkens. R. Piper &Co., Munich, 1965. 24 Jol^F Da?T% PsyC^th^- Spru.gr Veri., Berlín-Heidelberg,* 1948. gart, 1962 ™* *** "°" SÍmund Freud- K Huber Veri-« Berna-Stutt(25) Kierkegaard S.: The Journal. Oxford University Press, 1938. 2H SíVi^[Vr^T^M- T- J™*chuk, Moscú,1951.1960. ¿6) Lemn, W. 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