Artículo - Centro De Estudios Políticos Y Constitucionales

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REVISTAS A R G E N T I N A S (i) Revista de la Universidad de Cór- der de policía, cuya existencia se ha legitimado en todo tiempoj garantiza los doba. intereses sociales y económicos de la colectividad. «Específicamente — escribe el articulista—ningún artículo de la ConsAño XXXIII, núms.'3-4, 1946. titución (Argentina) define el poder de policía.» Pero este puede ser definido como aquel que trata de poner en prácS. PÉREZ, Felipe: La Constitución na• cionál y él nuevo derecho social. (Pági- tica el bien común garantizado por la Constitución nacional. El -poder de polinas 843-870.) cía es fuente no sólo de las leyes de emer«La noción moderna del derecho polí- gencia, sino de todo el mundo jurídico económico-social. Por ello, el Estado ha tico—escribe el doctor Felipe S. Pérez— presupone la vida social.» Esta va íntima- podido intervenir en el contrato de tramente unida al fenómeno, económico que bajo e influir decisivamente en el nacise ha venido estudiando a partir del Re- miento, desarrollo y extinción de las renacimiento como un fenómeno aislado laciones laborales. Si la carta constitudesligado totalmente del mundo moral. cional no da lugar de manera explícita La concepción liberal de la economía que a la aparición del derecho social, éste ha presidido el último estadio de la vida surge por medio de la interpretación de de la Humanidad está en pugna.por ello las normas constitucionales efectuada por con los preceptos sociales de la Iglesia los jueces y los tribunales en el recto Católica, ya que aquella concepción es cumplimiento de su función. eminentemente pagana. Para el catolicisLa nueva conciencia jurídica que surmo, la economía debe llevar consigo xm fondo visible de ética, tanto en la for- ge de las ruinas de la guerra de 1918 dio paz a la aparición preponderante ma de conquistar les bienes materiales como en la manera de utilizarlos. Las del derecho social, que fue acogido triunnuevas concepciones del derecho público falmente por las Constituciones de Es•—frente a las tesis individualistas—se en- tonia, Weimar, Polonia, Yugoslavia y cuentran saturadas de principios so- otros países. Pero este espíritu social no ciales. La fuerza de los hechos ha im- fue recogido por la Constitución argenpuesto al derecho una función social, a tina, que continúa detenida en el mismo un de dar satisfacción a las exigencias de estado individualista en que la colocaron I a solidaridad humana, que reclaman un los legisladores del xix. D<Í aquí que siempre exista el peligro de aue una control de la teoría individualista sobré ta cual se afirman las garantías del hom- nueva jurisprudencia derribe el edificio social levantado por los jueces y Tribubre. nales argentinos y dé paso a una interEsta función social ha de ser impuesta pretación individualista de los preceptosP°r el Estado que por medio de su po- constitucionales. «La frase famosa—escriCórdoba. «i 15 - , Ren iltinios al lector a los índices que, para facilitar la lectura, publicamos al final de eata lección. 543 E3ÍVTSIA DE REVISTAS be el articulista—de su preámbulo (de la Constitución) «promover el bienestar general», siempre tendrá solo la amplitud que le dé el espíritu que la interprete, esto es, según esté con los nuevos tiempos o según quede mirando al pasado solamente. En consecuencia: bastaría que mañana' los jueces de la Corte Suprema considerasen que la Constitución protege nada más que los derechos individuales para que toda la legislación que ha dado el Gobierno de la Revolución que actualmente gobierna el país fuera declarada anticonstitucioral.» Por ello Felipe S. Pérez propugna que se incluyan en la Carta Política cláusulas de carácter económico y cláusulas reconociendo el nuevo derecho social.—(J. A. C.) PIZARRO, Doctor Néstor A.: Influencia de la Universidad de Córdoba en él •pensamiento político y civil del país. {Págs. 871-890.) «La Universidad de Córdoba—escribe el doctor Pizarro—ha unido siempre las enseñanzas de la especulación docente con la realización práctica* de los principios civiles y políticos, y ha influido decisivamente en la .trayectoria .histórica de Argentina.» El articulista cita a varios discípulos y profesores de la Universidad Cordobesa que dejaron una profunda huella en el paisaje político del país. Entre ellos nombra al deán Funes, autor del Reglamento"político de 1811, .de la reforma constitucional de 1815 y del Manifiesto que precede a la 'Constitución de 1819; a Pedro Ignacio Castro Barros, redactor del Reglamento de 1817; a Facundo Zuvila, Presidente de la Constitución de 1853; a Juan Bautista Alberdi, «figura representativa del espíritu, de las necesidades y del pensamiento argentino a través de las enseñanzas universitarias de Córdoba»; al doctor Baigorri, autor del Reglamento provisorio de 1821; a Jerónimo Cortés; a Salvador María del Carril, autor de la Carta de mayo de 1825, y # otros insignes políticos argentinos. Fuera "del orden político se destacaron también como alumnos de la Universidad de Córdoba: Vélez Sarsfield, redactor del Código civil, y Acevedo, autor con Vélez Sarsfield del de Comercio, y los doctores Segovia, Machado y Llerena, autores de los comentarios más imDortantes al Código civil.—{J. A. C.) 544 Año XXXIII, núm. 5, noviembre-diciembre 1946. FEKREIRA, Enrique A.: La doctrina argentina en Derecho internacional aéreo. (Págs. 1497-1518.) Trata el artículo de la doctrina internacional en Derecho aéreo que después de la firma del Convenio argentino-inglés de 17 de mayo de 1946 está suscitando algunos comentarios en el mundo. Argentina, que después de organizar • las Sociedades Mixtas de Aeronavegación para servir sus servicios nacionales, creó la Flota Aérea Mercante Argentina (F. A. M. A.) para el tráfico internacional, ha buscado siempre amoldar sus actos ai Derecho. A lograr el imperio de éste en el dominio del aire, han tendido: el Mensaje sobre organización del transporte, aéreo internacional, presentado por el Secretario del Aire inglés en el Parlamento en octubre de 1944 y la Conferencia reunida en Chicago en noviembre de 1944? pero ésta no logró los objetivos apuntados, •y por ello siguió en el dominio aéreo la competencia entre los diversos Estados. El Tratado argentino-británico de aeronavegación suscrito él 17 de mayo de 194& es sólo una parte del plan de expansión inglés, que lógicamente ha,bía de luchar con el norteamericano, con el cual concertó una especie de acuerdo, en las Bermudas, el i r de febrero de 1946. Pero allí no se tuvieron en cuenta los intereses de los países menores que sentían amenazados los derechos que emanaban de su soberanía, no obstante haber sido reco-, nocida.ésta en todas las convenciones internacionales : sólo se decía que la adaptación del tráfico de la «quinta libertad» tenía que hacerse de acuerdo con los requerimientos de tráfico entre el país de origen y los .de último destino, y con los requerimientos . de tráfico de la zona a través de la cual pasa la línea, después de considerar los servicios locales y_ re " gionales. Estas reservas no son suficientes ni están exentas de posible crítica. La doctrina argentina se apoya en la justicia que existe para restablecer la igualdad frente a los abusos de la libertad; está de acuerdo con los principios del Acta final de la Conferencia de Las. Bermudas, pues pretende la distribución de los beneficios del tráfico, el respeto REVISTA DE REVISTAS por tos intereses de los terceros. Por ello: i) todo Estado debe tener la oportunidad de hacer tráfico; 2) cada Estado debe disponer d e su propio tráfico; 3) como todo tráfico se realiza entre dos Estados, si cada uno sólo puede disponer de lo propio, lo justo es que ambos se lo repartan equitativamente; 4) el tráfico de nación a nación es una unidad, un total; en él no puede decirse que una nación se beneficie más que otra, porque las dos tienen motivo de interés para comerciar entre sí, por más que sean dis-tintas sus respectivas poblaciones o riquezas; 5) la fórmula más equitativa es, por eso, dividir por partes iguales el volurneií de tráfico existente entre dos Estados; 6) de ahí resulta que la quinta libertad no puede ni debe ser concedida por un país a otro, porque involucra un menoscabo de los derechos que tienen los terceros al tráfico que sé origina o termina dentro de sus territorios; Sólo mientras dure la incapacidad de un ter.cer país para transportar al exterior su propio tráfico, y con su consentimiento esa quinta libertad puede ser aceptada u otorgada por otros dos Estados contratantes. Este sistema de reparto da un incentivo suficiente para el progreso, sin recurrir a la competencia ilimitada. En resumen: Argentina presenta una fórmula conciliadora, basada en la adhesión a las dos primeras libertades, con reciprocidad; a la tercera y a la cuarta, igualmente, aspirando a que_ no se conceda la quinta, sin conocimiento y consentimiento de los países afectados. Su fin es respetar los intereses de todos los países, sin recurrir a la fórmula suicida de la competencia internacional.—(?. M.a G. E.) Año XXXIII, núm. 5, noviembre-diciembre _ 1946. PÉREZ, doctor don Felipe S.: La nueva economía social. (Págs. 1.297-1.320.) En esta conferencia—dicha con ocasión de la inauguración de la Facultad de Ciendas Económicas dé Córdoba—reconoce el doctor S. Pérez que frente al concepto clásico de la economía, con su única aspiración al lucro, se alza la briosa fuerza de la economía de los consumos. Estamos en un período de transición, com- plejísimo, en el que nada vale la previsión de dor ñama Economía organizada, por con- individuales. De ahí cjue la protección siderar que su misión principal es la de aduanera se convierta, por ejemplo, en «organizar la producción, los consumos, toda una política social, o cuando se de546 RSV.ISTA DB REVISITAS fiende una región con la implantación de nuevas industrias o se mantienen otras que sostienen a grandes grupos de población, aunque a veces esa política produzca un nacionalismo económico con proyección internacional. Tal es el caso de las islas Filipinas, que han logrado su independencia merced a la guerra hecha por los productores norteamericanos de azúcar y tabaco al representar estos productos filipinos, exentos de cargas por ser dominio de Norteamérica, una gran competencia en el mercado metropolitano. Concedida la independencia, votada hace más de diez años por la Cama-, ra de Representantes, estos productos fe gravaban con las tarifas aduaneras y se eliminaba la peligrosa competencia.. Otra medida parecida fue la empleada por los rusos para conseguir capital que emplear en sus industrias. Compraban a crédito en los países superproductores y los revendían en ei mercado de otros países a precios inferiores. De esta forma pagaban un interés más pequeño y conseguían dinero para, llevar adelante sus proyectos económicos: De lo hasta aquí expuesto se deducen varias conclusiones: El Derecho social significa que los individuos deben ceder parte de sus pretensiones y de sus conquistas en beneficio de la colectividad. Cuando el derecho de una persona se halle en pugna con el de la colectividad, ha de ser ésta la beneficiada. Los individuos que han acumulado con su trabajo bienes, no fue por sí mismos, sino ayudados por sus semejantes. Los que triunfan no son siempre los mejores, ni los que quedan rezagados son inferiores en inteligen-cía, esfuerzo o voluntad; la salud, la oportunidad, o las armas que empleen, muchas veces, dan la medida del triunfo. Que al • decir Estado no se traté de «ese nuevo Dios de la Tierra», ' frente al cual el hombre sólo tiene obligaciones y ningún derecho. Y que, final- . mente, la Argentina, nación sin prejui- • cios económicos, que no es imperialista ni comunizante, que sólo pretendió beneficios lícitos, que posee una magnífica propiedad de adaptación en presencia de las crisis, se ha de encontrar en condiciones de superioridad respecto EI Viejo Mundo cuando se trate de la adaptación a las nuevas circunstancias en que el nuevo mundo se organice, y esto será por su juventud, capaz de resistir las mayores .violencias por su falta de prejuicios, por la Constitución nacional y por las virtudes de un pueblo trabajador y noble, que abre los brazos de su mundo, beneficiado por la gracia de Dios, a quien quiera a él llevar su afán y su inquietud honrados y sinceros.—(J. V. O.) Balcón. Buenos Aires. Núm. 22, i noviembre 1946. CASADBON, Juan A.: Carácter vial del liberalismo. (Pág. 2.) A los democrático-liberales de todos los países se les presenta en el plano ínternacional un gran dilema. Si se dedican, en la lucha por el predominio universal con Rusia, a apaciguar a Rusia con continuas concesiones y a disimular o negar el peligro que su expansión por Europa representa, no hacen sino trabajar por el triunfo mundial del comunismo; si se deciden a hacerle frente no serán ellos los que impongan el fervor y las grandes directrices á la lucha. Imposible fundar a partir de entonces la convivencia en normas y leyes descubiertas por la razón; es menester basarla sobre la voluntad de los individuos, que prácticamente es la voluntad de la mayoría de donde nace la democracia moderna. La mayoría de los individuos que por el sufragio imponen su voluntad, pertenecen a las clases menos cultas y más necesitadas de la sociedad, y tienden a desconocer el valor de lo que no sea material, a conseguir esos bienes materiales tan apremiantementé necesitados. Por mayoritaria vencedora el triunfo del materialismo y del igualitarismo económico absoluto será un hecho, dándose así el comunismo por la vía política. La vía filosófica es la siguiente: El relativismo, agnosticismo v subjetivismo, cuya tradición política en el régimen liberal extiende 3a duda* y el descrédito de todo lo suprasensible. Aunque dudan teóricamente de lo material, esto influye demasiado brutalmente so'bre el hombre que no consigue apartarse de la convicción de la existencia de lo material. Y en cuanto 547 REVISTA DE REVISTAS tenemos a lo material por lo único real, estamos en el comunismo. La vía social: El liberalismo destruye las asociaciones intermedias entre el individuo y el Estado, por contrarias al mito de la «voluntad general». Frente al Estado y frente a los individuos ya no se vincula por tradiciones comunes, sino por la mecánica de las conveniencias inmediatas y de los apetitos, que trae como consecuencia un Estado omnipotenta reinando sobre una masa sin tradición, o sea el comunismo. Podría objetarse que no es excluyente el dilema ni tan negro el porvenir para el liberalismo, en virtud de que la lucha se llevaría en nombre de los principios democráticos, -utilizando a los «nazis» y «reaccionarios» en la medida conveniente hasta la victoria democrática, en cuyo momento se les eliminaría de la escena, quedando instaurado por los siglos de los siglos un mundo pacífico, feliz y progresivo. Pero el liberalismo por su misma natu-> raleza no es meta, sino vía. El fin del liberalismo es precisamente el comunismo. El comunismo es el reflejo social del materialismo absoluto. El orden tradicional de Occidente no era sino el reflejo social del catolicismo, actitud positiva del espíritu que reconoce todo lo real. Dios y la criatura, el espíritu, y la materia, el hecho y la idea. Todo ello dentro de una visión sintética del universo en que cada cosa tiene su ubicación y su porqué. El liberalismo no es más que el reflejo social del período de duda y de agnosticismo, de eclecticismo;, de relativismo, de "semiespiritualismó y semimaterialismo que lleva del catolicismo al régimen comunista. El autor hace un breve análisis histórico-filosófico: el orden medieval con las inevitables imperfecciones es un orden sacro—todo venía de Dios y a Dios se ordenaba—roto por causa del averroísmo primero y por el humanismo paganizante después. Nace entonces una mentalidad formada de relativismo, agnosticismo y escepticismo, cuyo reflejo en lo social es el régimen liberal, en el cual la tolerancia de todas las opiniones es la característica que lo define. La vía económica procede así: Duda de toda convicción de cuál sea el régimen económico justo, adecuado a la naturaleza y fin del hombre. Libertad económica absoluta. Acumulación de for- 548 tunas inmensas a las manos más capaces, de negociar. Universal proletarización. Defensa de las clases explotadas y paulatina imposición de esta, mayoría numérica por medio del sufragio.—(J. de L.) Iíineraríiim. Revista franciscana de cultura católica.—•• Buenos Aires.Núms. 7-8, 1946. CHRISTOPHORUS: Itinerario hispánico» (Del Diario de un viaje.) (Págs. I2-I9-) Se trata del diario de un viaje de un congresista de Pax Romana. Corresponde "a los primeros días de navegación, y el viajero "tiene cierto escepticismo de los. frutos del Congreso. «La conversación y la disputa, las dos únicas actividades profanas que dan razón de ser entre los hombres al acto de concurrir a una asamblea, no creo que lleguen a empeñarse entre nosotros.» Además, hay que «contar con los recursos inéditos de un adversario que se anuncia entre amenazador y escurridizo, trayendo en su favor la multitud de los pusilánimes y Ja timidez de la letra legal». Es muy interesante recoger los comentarios que el autor hace sobre la pretendida antinomia existente en-Péguy entre la mística y la política. El autor dice que lo que Péguy denuncia es una contradicción de hecho entre lo que debiera ser la política y lo que la política es. Péguy sabía que el bien de la patria, el bien de la comunidad civil de la patria y de toda la humana comunidad' no es. materia exclusiva de un ideario político, de isna preocupación, de un programa y de una lucha exclusivamente políticos, síno de un plan tan completo, de un esfuerzo tan abnegado, que sólo puede darse en la esfera de lo religioso, donde 1° humano es cumplido y asumido por l a • Divinidad. En otras palabras: que una política realista, después del hecho de la Encarnación, debe tener cuenta de todoe el hombre, y de la pasión de Dios, y " la delicia misma de Dios entre los hombres redimidos, porque eso, y nada menos que eso, es nuestro bien común; es decir, el hombre entero, enteramente; EJSVISTA DE REVISTAS unido en Cristo a la Divinidad, perfectamente hombre, perfectamente í>ios. Profunda y claramente expresa Santo Tomás de Aquino esta identificación, ra- REVISTAS Revista de Estudios Jurídicos, Políticos y Sociales. Publicación de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales.,Universidad de San Francisco Xavier de Chuqiásaca.—Sucre. Año VII, núm. 15, 1946. PROKKING SALAS, Osear: Principios jurídicos relativos á la intervención del Estado en las relaciones de trabajo. (Páginas 41-48.) El artículo del catedrático, de la Universidad de San Francisco de Chuquisaca recoge la ponencia presentada por su autor en la Cuarta Conferencia interamericana de Abogados celebrada en Santiago de Chile. Las conclusiones de esta ponencia se pueden sintetizar en los siguientes postulados: 1.° La intervención estatal en las relaciones laborales es una de las funciones reguladoras del Espado «en defensa de la paz social y de la misma estabilidad democrática». 2.0 Esta intervención tiene por fin evitar o disminuir las fricciones entre el Capital y el Trabajo, pero se dirige primordiaknente a proteger a éste último por constituir el elemento humano que merece y demanda la primera preocupación del Estado. 3.° Los derechos y garantías del trabajador son irrenunciables. 4.0 La intervención del Estado no se entiende como un intervencionismo dirigido contra la iniciativa individual, pero es excluyante de la libre iniciativa que hiera los derechos fundamentales del trabajador. • 5.° El Estado debe estimular y proveer de garantías el contrato colectivo de trabajo y la asociación profesional, al mismo tiempo que debe promover un régimen dical de los valores temporales con. los eternos cuando decía: «El mismo impulso que nos mueve a ser virtuosos nos mueve a vivir en sociedad.»—(A. L. C.) BOLIVIANAS de seguridad social en elque el cumplimiento de las leyes laborales sea inspeccionado cuidadosamente por los órganos gubernamentales. 6.° Es deber del Estado organizar una rápida y eficiente justicia laboral; y 7.0 El principio jurídico elemental que sustenta y limita la intervención estatal en las relaciones laborables está contenido en la propia misión, tuitiva del orden social eme. tiene el Estado.—(f. A. C.) RIZZUTO, Antonio: Bolivia entre sus dos fatalidades. (Págs. 49-53.) Se trata de un ensayo sumamente reducido no solamente por sus dimensiones materiales, sino por la amplitud de su contenido. Con un lenguaje rico en sus expresiones y correctamente articulado, se nos presentan las 'dos corrientes que dominan el pensamiento político boliviano. Los unos, abrumados por 1° 1 U * estiman fatalismo geográfico, piensan- que el aislamiento económico y la falta de comunicaciones marítimas tienen condenada a Bolivia a una vida confinada en un porvenir siempre angustioso. Los otros, conocedores que la grandeza de los pueblos no es mero resultado dé los dones que la Naturaleza le. haya prodigado, sino obra de voluntad, sueñan con un esfuerzo gigantesco que eleve a Bolivia al más alto nivel de prosperidad que ios pueblos del Continente puedan conseguir. Que si las fronteras, al encerrar .'a altiplanicie boliviana entre dos grandes murallones, se ha mostrado madrastra, ha compensado con recursos naturales esa inferioridad, dotando a dicho país de ingentes riquezas, que podrán desparramarse cuando los dos países hermanos abran de par en par sus accesos marítimos a esta brava nación.—(M. A. N.) 549 REVISTA D¡{ REVISTAS SALINAS VALDIVIESO, Carlos Alberto: Dos internacionalistas bolivianos. (Páginas 13-24-) Consta el artículo de dos partes perfectamente diferenciadas; en .la primera se hace una exposición biográfica del que fue ilustre jurista Santiago Vaca Guzmán y en la segunda se ocupa el articulista de comentar la obra muy destacada en el campo del Derecho internacional público de otro maestro boliviano: Agustín Azpiazu. Dos hombres contemporáneos que han vivido juntos y han mantenido en momentos culminantes de la vida boliviana actitudes muy semejantes. Apasionados por los ideales liberales y democráticos de la época, combatieron la •tiranía del presidente Melgarejo, para más tarde gustar de los amargos desengaños de la vida política. Al pasar los arrebatos juveniles fueron variando sus más altos ideales en obras de cultura, haciendo que la dignidad del hombre al menos tuviera la correspondiente traducción en el campo del Derecho. .Y en este aspecto su aportación al pensamiento jurídico panamericano es muy elogiable. Vaca de Guzmán fue uno .de los americanos que más se dejaron influir por las doctrinas de Mancini, lo REVISTAS que explica su actuación decidida en los trabajos de codificación americana: la historia del Congreso de Montevideo debe muchas de sus mejores páginas a Ja iniciativa de este boliviano. Azpiazu, cuando los trabajos de codificación del Derecho internacional público contaban con pocos entusiastas y parecía loca temeridad acometer la tarea de unificar las prácticas y usos internacionales en el severo articulado de un código, emprendió privadamente aquel trabajo, y en unos cientos de artículos nos presentó un proyecto de Código de gran interés para aquel que quiera conocer el punto de vista americano. Dividido en tres secciones, estudiaba el DereclK» de la paz, las leyes de la guerra y el Derecho diplomático. Creía. Azpiazu, y esto es importante de consignar, que el Derecho internacional tiene unos principios dogmáticos valederos para todos los países .y todos los tiempos; algo semejante a lo que los clásicos llamaron «Derecho de gentes necesario», esa- parte debería permanecer inconmovible a los embates del tiempo, y sólo preceptos que llamaríamos contingentes serían los susceptibles dé . acoger las modificaciones que la historia y la voluntad de los hombres de continuo presentan.—(Ai. A. N.) COLOMBIANAS neral planteó. tres problemas: con que derecho los indios habían venido a poPublicación dd la Pontificia Universidad der dé los españoles, qué poder tienen sobre ellos los príncipes hispanos en .10 Católica Javcriana.—Bogotá. temporal y qué pueden sobre aquéllos en Tomo XXVI, núm. 127, agosto ig.46: lo espiritual los príncipes y la Iglesia. Sus respuestas, como lia dicho Brown PACHECO, S. J., J. M.: Francisco de ViScott, carecen de prejuicios nacionales. toria y la conquista de América. (Pá- Los indios—afirmó—son dueños de sus ginas 66-71.) personas y tierras. No son incapacitados. Vitoria ocupó la cátedra salmantina de El pecado, no les priva de sus derechos. Prima en 1526, poco después que el pa- Tampoco pueden someterse en virtud de dre Montesinos lanzara a Diego Colón un simuesto derecho emanado del empeel apostrofe «Estos (los indios) ¿no son rador "o del Papa. El descubrimiento sohombres? ¿Con uué derecho y autori- lo otorga derechos limitados. Tampoco se les puede hacer la guerra para prodad les hacen la guerra y los sujetan a servidumbre?» Vitoria meditó desapasio- pagar la fe. Ni puede decirse que hayan venido voluntariamente al dominio as nadamente sobre el problema, y el fondo de sus meditaciones fueron sus Re- los españoles. En cambio, puede emplearse la coaclectiones de Indis. Ante el asombro ge- Revista Javcriana, 550 REVISTA D E REVISTAS ción en defensa de los derechos de libre tránsito, domicilio y comercio. Pero sin desviarse de estos fines. También los cristianos tienen el derecho de propagar ía fe. Complemento de esta doctrina fue la que adoptó para justificar y reglamentar el ejercicio de la guerra. Vitoria no ésp'eeificó si consideraba o no aplicadas sus doctrinas en América. Vitoria supo anunciarlas con valentía, enfrentándose con los poderes cesáreos, y con ello inculcó en la legislación espa. ñola el criterio de que el indio era un hermano creyente, para que España creara veinte naciones a que la proclaman hoy su madre.—/?. iW. C. T.) Ley Nacional de Relaciones del Trabajo en los Estados Unidos. (Pág. 99.) La citada ley se basa en los principios de la política laboral, estadounidense: estimular el goce y ejercicio de la contratación colectiva, proteger el derecho obrero a la agremiación'libre y a la designación de representantes propios para la contratación en común, la asociación para el socorro y auxilio o el pacto colectivo, así como la salvaguardia de la libertad obrera para tales.'fines. La ley se aprobó en julio de 1935, y es obra del senador Robert F. Wagner. Crea una Junta Nacional de Relaciones del Trabajo, compuesta por tres miembros designados por el Congreso, como organismo ejecutor de sus preceptos, inspirándose en el recuerdo del Consejo Industrial que existió en 1917 y de la Ley Ferroviaria de 1926.. La Suprema Corte Federal ha sancionado favorablemente, en 12 de abril de 1937, la constitucionalidad de dicha "ley. Se ocupa ésta en dos capítulos de las «prácticas injustas de trabajo» y de la «legítima. representación sindical». Respecto del primer supuesto, la ley prohibe la coacción, obstrucción o restricción del goce de los derechos de asociación; inmiscuirse en la marcha o administración de una organización obrera o de su sostenimiento; promover u oponerse a la agremiación mediante me- . didas discriminatorias de empleo; iguales medidas contra los obreros dirigentes sindicales o testificadores en procedimientos laborales, y negarse a contratar colectivamente con los Sindicatos reconocidos. Con ello se penan los procedimientos violentos que iban desde la muerte o agresiones a las contrahuelgas, el espionaje laboral y otros semejantes. Los patronos deben desistir de tales procedimientos buscando términos equitativos de contratación y, aceptados por escrito> observarlos. Los representantes de la mayoría de los obreros deben personificar a éstos a los efectos de contratación. El patrono no puede negarse a aceptarlos como tales, invocando pacto persistente de más de un año de duración; no puede inmiscuirse en las elecciones, retrasarlas o negar el derecho a votar de los huelguistas. La^ Junta Nacional, cuando reciba denuncias de prácticas ilegales, cita a las partes, examina los alegatos y decide si hay motivo o no para intervenir, pudienda exigir más pruebas o datos. Si decide afirmativamente, recomienda un arreglo conciliatorio, y en caso de fracasar, envía el caso a Washington con un ín. forme. Un sistema semejante se sigue en el caso de denuncias sobre la representación sindical, en la que puede intervenir fiscalizando directamente su práctica.—(J. M."- C. T.) Tomo XXVI, núm. iz8, septiembre de 1946: EDITORIAL : ¿Dónde está el comunismo? (¿Nacionalismo o internacionalismo?) (Págs. 129-131.) . «No hay rincón del mundo adonde no llegue hoy el sismo soviético. Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia, Bulgaria, Albania tienen Gobiernos de sello marcadamente comunista. Los comunistas influyen más de lo que representan numéricamente en Rumania, Finlandia, Austria, Hungría y Alemania oriental. Afectan fuertemente la política de Italia, Noruega, Suecia, Holanda y Bélgica. En China dominan un área habitada por ochenta millones, de habitantes. Agitan en Corea, Irán y Japón. Penetran en el mundo musulmán desde la India hasta Egipto. Se organizan en la América del Sur, principalmente en Brasil, Chile y Cuba. En tal forma, que apenas escapan al tremendo remesón Inglaterra y los Estados Unidos. »Las gentes se preguntan admiradas por qué Rusia se muestra tan audaz en su política atacando cada, día a diestro y siniestro a sus enemigos reales o ficti- 551 REVISTA HE REVISTAS dos. Asistimos dé hecho a un término •de evolución no tan inesperado para quienes lo vienen avizorando hace años por obvias razones de economía política y destino geográfico. Rusia estaba llamada desde siempre a pesar en los destinos del mundo. No es simplemente una cuestión de comunismo. »E1 propio comunismo marxista y su xevolución mundial han debido plegarse a ese destino, logrando con habilidad refinada convertir los términos de la revolución mundial en la lucha del nacionalismo ruso. Hoy se ha apoderado de la mayoría (no de todos) los jefes rusos un .delirio expansionista arrollador, y eso es lo que en estos momentos están defendiendo. »¿Cómo ha, llegado la Rusia Soviética a esta posición interna y cómo ha logrado apagar, al menos por un tiempo, los ímpetus de revolución mundial auspiciada largos años por el Comintern? »Si examinamos la situación del comunismo internacional en estos momentos, advertimos nuevas tácticas que distan estelarmente de la estrategia de agitación revolucionaria que en diversas etapas sintió el mundo y que nosotros experimentamos en propia carne en la abortada . revolución comunista de las bananeras. Ahora ha llegado el momento previsto por uno de los más hábiles estrategas comunistas, el camarada Dimitrov, cuando decía en el vigésimo aniversario de la revolución: «En la presente situación internacional no hay ni puede haber «criterio más seguro» para determinar quién es amigo y quién enemigo de la causa de la clase trabajadora y el socialismo, que la actitud propia hacia la Unión Soviética.» Ese sentimiento que muy poco a poco va adquiriendo el neófito comunista obsesionado por ideales de revolución mundial, se viene formulando cada vez más claramente desde las cátedras internacionales del comunismo. Basta conocer un poco la literatura dé los últimos años. »Esta paradoja sutil escapó a aquellos políticos y pensadores que indicaban que tras la guerra el comunismo internacional sufriría rudo golpe. Recuerdo que un ruso distinguido me decía hace justamente diez años que Stalin acabaría por restaurar el zarismo. Y la paradoja se completa cuando vemos que el Soviet quiere seguir interviniendo en la política mun- 552 dial cuando parece haber alcanzado Tina de sus metas soñadas con el predominio político en gran parte de Europa. Sin embargo, en realidad, ahora es cuando más necesita el apoyo internacional, porque, en primer lugar, ese dominio se funda en terreno muy movedizo y porque las dificultades de orden interno son bastantes para hacer dudar de un afianzamiento inmediato y a largo plazo. »Una situación compleja y delicada como la que contemplamos pide nuevas tácticas. Mientras la Rusia Soviética, recién nacida entre rachas de idealismo revolucionario mundial, hubiera visto realizados sus más caros sueños si los países que hoy domina hubieran hecho la revolución en la década del 20 al 30 ó si hubieran entrado de lleno en la lucha de los Frentes Populares contra el fascismo en la década del 30, ante su propia sorpresa ha debido plegarse poco a poco a realidades complejas y gue no dependen del cálculo de los hombres. Poco a poco se vio obligada a pactar con las abominadas democracias, entró en la Sociedad de Naciones y llegó a jugar en la Bolsa del equilibrio europeo la carta más peligrosa cuando se alió con la Alemania nazi para la quinta repartición de Polonia en. 1939. Fue ese precisamente el momento culminante de prueba para la fidelidad del comunismo internacional, y el comunista demostró que había aprendido la lección más difícil y el más sagrado dogma del proselitismo moscovita. »Bastaría el estudio somero de la unea seguida por el Soviet en los últimos diez años para comprobar que el hombre no es ingeniero de la Historia, y qu e está sometido a fuerzas que lo dominan. Hoy,, la Rusia Soviética, casi sin pensarlo, se encuentra dueña indiscutida de una zona de influencia que se extiende más allá de lo soñado quizá. Pues bien: ¿se ha verificado la revolución comunista allí donde impera Rusia? ¿Se han repartido las tierras? ¿Se han nacionalizado las industrias? Resulta desconcertante el cuadro para quienes no han juraao creer a ciegas en Moscú y tener por bueno y santo cuanto, haga. La nueva táctica que está en marcha tras la cortina de acero es de cuño netamente imperialista. Y la lealtad a la Unión Soviética exige que no solamente .se apruebe a lleno esa táctica por más alejada que esi de Marx y de Lenin, sino que como RKVIS1A BE REVISTAS cuando tramaban las revoluciones inter- de los voceros del comunismo internacionas los comunistas debían clamorear a nal de que al estallar una nueva guerra todos los vientos ideales pacíficos, ahora estarán de parte de "Rusia. La mayor gritan en todos los rincones contra los quinta columna de Ja Historia al servicio del nacionalismo zarista redivivo.»—. imperialismos. »Detrás de la cortina de acero, al viejo. (E.Al.) slogan de «el Poder exclusivamente para el Soviet», ha sucedido una política de penetración, desde luego, muy sutil y ABANGO, S. J.: Dionisio: ¿Qué piensa eficaz, pero que soslaya en el gobierno Gandhi $él cristianismo? (Págs, 136mismo la responsabilidad total. En vez I43-) de dar ia impresión de intervenir en la El autor, misionero jesuíta en la Inpolítica interna dan a sus incondicionadia, empieza explicando la personalidad les aquellas posiciones que aseguren la máxima influencia con un mínimo de de mahatma Gandhi valiéndose de las responsabilidad. En Rumania, el primer impresiones que sobre el mismo han reministro Groza, jefe del partido agrario latado diversos autores y especialmente Nehru, su principal biógrafo. La doctri-, comunista; en Bulgaria, el vicepremier Dimitrov, y así en cada país, las respon- na de Gandhi puede ser resumida en una sabilidades casi siempre están de tal mo- palabra, satyagráha, que significa sin viodo repartidas, que, en caso de desastre, lencia o no violencia. Es una especie da no será el comunismo el culpable abso- voto que obliga al que lo emite a no luto. Mientras en Hungría se reparten ofenderse por ninguna injuria, no usai violencia en defensa propia y no sentir las tierras, en Rumania sólo se parcelan caóticamente los latifundios de más de antipatía por nada. Sin embargo, esta cincuenta hectáreas. En general, la tác- • doctrina no renuncia al coraje, y Gandhi tica consiste en rechazar la socialización más de una vez ha dicho que sin coraje total y fomentar la reforma agraria co- no hay moralidad, ni religión, ni amor. mo en Polonia y los Balcanes. La indus- A pesar de su horror por todo lo que sea tria ha sido nacionalizada en parte en al- violencia, dice Gandhi que la cobardía gunos países, y en. otros, no. En gene- es aún, más odiosa que la misma vioral, las reformas son moderadas, y mu- lencia. chas veces de fundamental exigencia. •Gandhi ha escrito varios libros, en los »Lo que sí es claro y cierto es que en que habla algunas veces de Jesucristo y dondequiera, con minorías a veces irri- del Cristianismo. Así, en el titulado Las misiones cristianas en la India y su auto-; sorias, están dominando las posiciones biografía titulada Mis experimentos con claves. »A1 examinar la situación interna de la la • verdad. Como verdadero hindú, G-anRusia Soviética misma, encontramos que dhi es tolerante para con todas ias relilibros su industria quedó muy quebrantada, y giones, ya que, con- arreglo a los 1 que su reposición resulta tremendamente sagrados de la. India, «todas,las religiodifícil, dada la-lejanía de las fuentes de nes llevan al hombre al mismo Dios, coabastecimiento y la escasez de buenas co- mo todos los ríos llevan el agua a un municaciones. En general, hay la impre- mismo océano». Sin embargo, muchas sión de un gran fracaso económico en los veces se ha mostrado intolerante con el •Planes de Stalin. El descontento, a juz- cristianismo, a pesar de la favorable im-, gar por las recientes purgas y los últi- presión que le produjo el Nuevo Testamos discursos, debe estar creando en es- mento y especialmente el Sermón de la tos momentos una gran dificultad, sin Montaña. Invitado a abrazar la religión de Jeque por eso los grandes planes de reconssucristo por un misionero protestante, trucción disminuyan. »De todos modos, la lealtad a la Unión Gandhi rehusó,- alegando que no queSoviética es en estos momentos el ins- ría ser redimido de las consecuencias del trumento número uno del nacionalismo pecado, sino del pecado mismo y de su ruso. Así lo indican los viajes recientes a raíz. Gandhi niega la posibilidad de milaMoscú de los líderes comunistas de Méjico y Cuba, las declaraciones de Prestes, gros que violen las leyes de la Naturade Foster, de Ribera y la proclamación leza, y se opone a los trabajos de con5S3 REVISTA DB REVISTAS El programa del partido socialdemóversión, pues sostiene que la fe no hay que propagarla, sino vivirla. .Además, 3a crata holandés da amplia cabida a la iniconversión es sólo obra • de Dios y i;o ciativa privada y concibe el Estado como de un extranjero, y es. inútil tratar de ga- un coordinador de las instituciones_ natunar almas para Dios mediante la obra rales (persona humana, familia, Sindicato, Universidades, etc., etc.). Preconiza de los hombres. El autor expone a continuación los in- una avanzada política de reformas sociatentos de Gandhi para ver al romano les, con aumento real de los salarios y Pontífice en 1931, audiencia que no pudo seguros y subsidios sociales. Defiéndela arreglarse por motivos que se ignoran y nacionalización del Banco de Holanda y que Gandhi consideró como un insulto, de otras industrias y Empresas fundatomando ocasión de este hecho sus par- mentales, aceptando la nacionalización cotidarios para atacar a la Iglesia católica. mo un remedio excepcional y no como Muy pocas veces ha tenido Gandhi un fin en sí mismo. En materias de relacontacto con- católicos. La más reciente, ciones exteriores propugna un apoyo deseguramente,, fue la entrevista con el pro- cidido a la O. N. U. Por lo que se refiefesor polaco Krzenski, con el que discu- re a las colonias holandesas, se propone tió durante algún • tiempo. El profesor estudiar amistosamente las solicitudes de dijo a Gandhi que el estudio de todas autonomía presentadas por las Antillas y las religiones del mundo le había con- la Guayana. Así como preconiza la auvencido de que el Catolicismo es la úni- tonomía de la Indonesia en el cuadro de ca religión verdadera. Gandhi contestó una Federación colonial holandesa¿ al con su doctrina, tan frecuentemente re- estilo del Imperio . británico.—(J. G. H.) petida, de que todas las religiones son igualmente verdaderas e igualmente imperfectas, y que la actitud del profesor OHTIZ MONASTERIO, José: Los católicos era arrogante. y las relaciones interamericanas. (PáEl autor acaba su artículo haciendo vo• ginas 157-162.) tos porque se ruegue por la conversión «Uno de los problemas de la actualide la India, que representa una quinta parte de la población mundial, y expo- dad es, indudablemente, el relacionado niendo la necesidad de misioneros san- con la comprensión entre los dos grupos tos y llenos de celo para la India.— humanos que ocupan el Nuevo Mundo: el anglosajón y el iberoamericano. (J. G. H.) »Durante más de un siglo después der los movimientos que culminaron en la HENAO HENAO, Daniel: Los partidos soindependencia de los países iberoamericialcatólicos en Europa. (Continuación.) canos, los norteamericanos sólo se inte(Págs. ¿44-147.) resaron en ellos como fuentes de abasteEn esta parte de su artículo, el autor cimiento de los productos que necesitaaborda el estudio del partido sódaldemó- ban para su bienestar o que eran indiscrata holandés. Pone de relieve la circuns- pensables para' sostener su gigante estancia de que un católico presida el Go- tructura industrial, quizá también como bierno holandés, que a _ algunos podría mercados de relativa importancia para • • parecer extraño, dada la costumbre de sus exportaciones. »Para quien conoce a fondo la historio asociar protestantismo y raza sajona,- y el hecho de que la reina Guillermina sea de las naciones iberoamericanas^ es evidente que las directivas que inspiraron *¿ protestante. El partido católico holandés recluta sus conducta de los Estados Unidos aaaa ios principales efectivos en las provincias del países iberoamericanos emanaron de a ., Lknburgo y Brabante. Está dirigido por conceptos erróneos: «Primero. El de que «una Providencia, Romme, Tans y Beel, actual je.fe del Gobierno. El profesor Beel, doctor de ia previsora ha dotado a las instituciones Universidad católica de Nimega y espe- americanas de cualidades especiales que cialista en cuestiones administrativas, pre- las hacen adecuadas para extendersía side un Gobierno compuesto de . cinco los traeblos menos cultos de la Aiec^, demócratas cristianos, cuatro socialistas, particularmente a los del hemisferio oc cidental y sus islas adyacentes». laboristas y cuatro sin partido. S54 REVISTA DE REVISTAS «Segundo. El de que «los Estados Unidos de Norteamérica tienen el dere-, cho de expansión para poder otorgar "los beneficios de una civilización cristiana . protestante a las atrasadas naciones católicas de América y diseminar las instituciones políticas americanas». »Estos dos conceptos permitirán a cualquiera entender el porqué y la razón de las relaciones entre los dos grupos humanos que ocupan las Américas y la causa de que el buen entendimiento entre ellos, desde el punto de vista humano, 'haya sido un completo fracaso. »Es increíble el que hombres de la estatura política de los que produjo este país eñ la alborada del siglo pasado hayan podido cometer tales errores y, además, el que dichos errores hayan sido consistentemente llevados a la práctica, hasta nuestros días, por sus sucesores. Y iodo por el hecho de haber ignorado completa y absolutamente el elemento humano de dichos países. »Poco nos interesa en este artículo el resultado de los esfuerzos hechos por extender el sistema político norteamericano a todo el Continente; sin embargo, la idea de querer aplicarlo a principios del siglo pasado pone en evidencia la completa ignorancia de las condiciones sociales y políticas que existían entonces en aquellos países por parte de aquellos que intentaron imponerlo. »E1 aspecto del problema que deseamos estudiar es el humano y, en consecuencia, parece nada menos que una Monstruosidad el decidir omnipotentemente cambiar la religión de los pueblos de haber hecho, no porque tenga yo ningún septiembre de 1835, celebróse otra tetalento sobresaliente, sino ' simplemente nida masónica secreta en el número 103 un verdadero conocimiento de la gente y de la calle Ursuline, en Nueva Orleáns, del país, y porque pocos hay que hubie- cuyo resultado fue el nombramiento del sen gastado su hacienda y dedicado to- filibustero cubano Mejía como comandos sus esfuerzos e instantes de su tiem- dante en jefe de un ejército .que debía po, tal como yo lo he hecho, al grap reclutar en el Estado de Luisiana en su propósito de levantar un partido ameri- camino hacia Méjico. cano.» »Se resolvió también' que Mejía debía »La segunda carta, fechada el 25 de mantener su ejército bajo las armas hasfebrero de 1828, y también dirigida a su ta después de haber capturado la capital primo, el señor Johnson, dice: de Méjico y hasta que hubiesen sido «Entre-nous. No me quedaré aqiií por puestos en vigor los decretos que él immucho tiempo más, a pesar de que mis pondría al Congreso mejicano. Estos deamigos quieren que así lo haga, pues mi cretos proclamaban: presencia les parece indispensable. El ge»l. Que la Constitución de 1824 sea neral Guerrero, que, si vive3 será el pró- reformada de acuerdo con las leyes Faximo presidente, m í ha hecho grandes rías de 1833. ofrecimientos; pero yo no renunciaría a »2. Que todos los obispos y personas mi país ni para ser emperador de Mé- eclesiásticas o seculares que sean juzgajico.» das hostiles a la reforma, deben dejar la »No terminó allí el señor Poinsett; República inmediatamente. continuó plantando la semilla de la dis»3. Que todos los capítulos de las cacordia en Méjico. Extendió su trabajo de tedrales sean suprimidos y nombrado un intriga a los Estados Unidos, donde lo- gobernador de las diócesis, y que toda la encontramos, con los representantes de] plata y joyas preciosas sean entregadas al partido americano formado por él en Mé- Gobierno. jico, asistiendo a una tenida .masónica se»4. Que todos los conventos de íisi• creta de la gran logia «La luz» en Nue- les y monjas sean secularizados y supriva Orleáns, en el año 1827, cuando fue midos, y que sus propiedades raíces y adoptado el siguiente preámbulo y la co- muebles, píata y joyas, sean puestos ala. rrespondiente plataforma: disposición del Gobierno, y los edificios «Convencidos de que el clero, por y capillas de los conventos sean Utüizacuanto se opone a la colonización (de dos para asilos, hospitales, cuarteles,^ alTejas por los norteamericanos), es un macenes, o vendidos para ser convertidos obstáculo permanente a la reforma; de en sinagogas o templos de otras sectas. •que impide la difusión de la luz y pro»5. Que todos los mejicanos sean provoca antagonismo hacia los extranjeros, clamados libres de adorar a Dios de la el rito nacional mejicano adopta en todas manera que elijan, y que toda corresponsus partes el plan político y programa de dencia entre el Gobierno y Roma sea sureforma propuesto por hombres progre- primida,, aunque los individuos, privadasistas, que habrá de iniciarse en el Con- mente, puedan continuar siendo c a t ° ^ " greso, tan pronto como sea posible, por ,cos, siempre que no perturben el orden los masones que ocupan un lugar en público o traten de ganar prosélitos. él..., porque, basado' en los principios »6. .Que dos terceras partes de las que enseña la masonería, el rito debe re- tierras, propiedades rurales o urbanas doblar sus esfuerzos para hacerlo efec- sean reDartidas entre los indigentes, a tivo, de acuerdo con las ideas en que fue preferencia entre militares, a w s ^ « « » concebido.» les asignarán tierras y casas - suiicientes »Como resultado de este plan extran- para recompensar sus servicios_; y w jero de reforma, la secularización de la »7. Que debe reinar estrecha ünion, educación fue llevada a la práctica; to- alianza con los Estados Unidos del -¡NOdas las escuelas católicas fueron cerradas, te y sus ciudadanos, particularmente i « 556 REVISTA DE KKVISTAS de Luisiana, quienes serán considerados hermanos, admitidos libremente y sin necesidad de pasaporte, y a quienes se les reembolsará una tercera parte de los derechos de importación recabados sobre mercancías procedentes de otras naciones.» s>Hasta aquí con los hechos del señor Jcel Rofoert Poinsett, primer embajador americano en Méjico. »Unos cuantos años más tarde, y mientras que-los discípulos del señor Poinsett estaban llevando a cabo los planes formulados aquí, en Nueva Orleáns, tocias las iglesias y catedrales del país fueroa sacrilegamente despojadas.- El saqueo de la catedral de Morelia duró cinco días enteros. Componían el botín custodias, tabernáculos, cálices, lámparas y joyas de gran' valor artístico. El total de plata robada fue de 4.762.830 gramos; el de oro, 11.500 gramos, y, aproximadamente, medio millón de pesos en piedras preciosas. »Parte de este. botín fue enterrado en "una Legación extranjera, según dice Rivera en sus Anales mejicanos, textualmente: «El 16 de diciembre, cuarenta y seis barras de plata, enterradas a una profundidad de dieciséis pies y valuadas en setenta mil pesos, fueron sacadas de la residencia del ministro de los Estados Unidos en Tachaya.» - »Los hechos históricos aquí presentados ayudarán a explicar la actitud mental del pueblo mejicano, que no puede reconciliarlos con la existencia de catóu cos en los Estados Unidos. »Los planes formulados en Nueva Orfeáns y llevados a la práctica por los mejicanos al servicio de Poinsett y de sus sucesores, tenían por objeto una sola cos ^: la destrucción completa de la Iglesia católica; la destrucción de uno de j°s milagros de la Historia llevado a cak° por los frailes que vinieron después ^ e l conquistador,, y que lograron trans-Orinar las diversas tribus que encontraron en_ Méjico en un solo pueblo cristian ° , unificado por las prácticas de una fe común y las artes e industrias de una ci«uzación autónoma. »Nada puede darnos mejor idea del progreso de Méjico bajo la dirección de ia Iglesia católica que las condiciones de u instituciones culturales. profesor d 'ñA Priestley, de la Univ.ersiaa-ae California, en su obra The mexi- can_ nation, nos informa que, hasta el año 1775, la Universidad de Méjico había conferido unos treinta mil grados de ' bachiller en artes, un buen número de grados de maestro en artes y, aproximadamente, unos mil doctorados; esto un siglo antes de que la Universidad de Harward confiriese su primer grado de maestro en artes, que tuvo lugar en 1870, y su primer doctorado, en 1873. »Otro distinguido historiador norteamericano, el profesor Bourne, en su obra Spain in America, dice que los eruditos mejicanos «alcanzaron grandes éxitos en algunas ramas de la ciencia, particularmente en Medicina y Cirugía, y lugar prominente en Lingüística, Historia y Antropología». »Sin duda alguna que esta fue la deplorable situación que impelió al estadista norteamericano «a otorgar los beneficios de una civilización cristiana protestante a las atrasadas naciones catóEcas de América». »Como si las fechorías que he presentado en este artículo no fueran suficientes para explicar y justificar la aversión y desconfianza por parte de Méjico y otros países del Sur hacia los norteamericanos, y como un complemento del modus operandi que se había adoptado y sobre el cual Onís informara a su Gobierno en 1822, se inició en toda la América ibera la propaganda protestante. »Esta propaganda ha antagonizado las tradiciones y sentimientos fundamentales de nuestras nacionalidades y de nuestros pueblos; los católicos de todas partes, con pocas excepciones, nunca han podido comprender cómo protestantes inteligentes, quienes, sin duda alguna, saben que el catolicismo es una rama del cristianismo—y, evidentemente, la más antigua de todas—, y más bien debiera escribir : es el tronco del cristianismo, puedan pretender, desde un punto de vista' religioso, convertir a los cristianos católicos en cristianos metodistas o en cristianos bautistas. «Sabemos que la vida religiosa de Iberoamérica, tal como la de todos los otros países del mundo, necesita purificarse e intensificarse, para que la religión sea auténticamente conocida y puesta en práctica, alimentando nuestras vidas. »Nuestros pueblos ni buscan ni quieren cambiar de-religión; lo que quieren es que se les deje libres de ajustar sus 557 REVISTA DE REVISTAS vidas a los preceptos y reglas insuperables del catolicismo. »Esta ha sido, y sigue siendo, la situación en lo que se refiere a las relaciones entre los norteamericanos y los iberoamericanos. »La única diferencia en los últimos veinte años ha sido que un grupo compacto de católicos norteamericanos ha protestado abiertamente contra la persecución por sus hermanos en los países del Sur. »Todavía recordamos' las resoluciones y exposiciones presentadas por miembros del Congreso como Fennerty, Celler, Ksh, Higgins y otros hábiles legisladores de ambas Cámaras, sintetizando las protestas que llegaban a ellos de todas las secciones del país y de todos los elementos de su población. «Entonces, y por primera vez en la Historia, comprendieron nuestros pueblos * que en la América del Norte hay un gran número de católicos y, lo que es más importante, que la universalidad de nuestra religión es un hecho incontestable y que los católicos norteamericanos están tan ansiosos como ellos en obtener la más preciada de todas las libertades humanas: la libertad de religión. »Este es, pues, el vínculo más fuerte entre los católicos de Norteamérica y los millones de católicos iberoamericanos. »Llevemos a la práctica, en todas las maneras posibles, los preceptos cristianos, y podemos estar seguros de que, si prevalecen, vendrá con el tiempo el olvido de las injusticias e iniquidades sufridas por los iberoamericanos en el pasado. Los norteamericanos anticatólicos fracasaron, pero los católicos tendrán é;dto. »Ahora es el tiempo oportuno para lograr la unidad de los pueblos que integran las naciones del Nuevo Mundo. Para obtener esta, unidad los católicos norteamericanos tendrán que convencer a nuestros pueblos de su interés en ayudarlos a elevar sus condiciones de vida a un nivel verdaderamente humano, demostrándoles que las diferencias de fe religiosa y de raza no serán motivo de segregaciones injustas y que este país sólo quiere que alcancen Una verdadera democracia negando su apoyo, para ello, a las minorías poco escrupulosas que han servido en el pasado a llevar a cabo una política egoísta de convivencia. En pocas palabras, que nuestras mutuas relaciones 558 quedarán basadas en los sencillos pero magníficos preceptos de la' hermandad cristiana.»—{E. M.) Universidad Pontificia Bolivarfama Publicación bimestral.—Medcüín. Val. XII, núms, 45-46, mayo-julio 1946. ARAMBURO RESTREPO, Gabriel: Francis- co de Vitoria. Discurso en el homenaje de la Universidad y de la Academia de Estudios .Internacionales. (Pág. 295.) Al evocar a Vitoria hay que distinguir lo puramente histórico, un poco oscurecido por el tiempo, y su legado doctrinal, perenne y actual. Pues el humilde dominico se enfrentó con la tradición cesarista de la época para defender los derechos de los indios. Fue paradójicamente un inconforme con el ambiente jurídico de su época, que rechazó todo dualismo entre la moral y el derecho. Vitoria com* batió el exclusivismo racialista. «Fue el precursor de la independencia de América», que pidió libertad, soberanía y propiedad para los indios, reduciendo los derechos de la metrópoli a una especie de protectorado para asegurar los intereses mercantiles y los derechos civiles de los españoles. El concibió la guerra como una acción punitiva con un fin pacífico. Erró, sin embargo, al suponer que el vencido sería siempre el agresor. Admitió fuertes sanciones económicas contra el vencido y se dejó influir por los criterios de su época, con arreglo a los cuales hay que juzgarle. Sin embargo, sentó un verdadero código democrático con su tesis sobre el derecho de la mayoría. Aducho se ha hablado sobre sociedad de naciones, posesión, soberanía, Estado,_ capital, nrotectorado, esclavitud y coloniaje, olvidando las doctrinas del insigne escritor, cuya conmemoración es una recn ilustre para la humanidad. Quiera la I n videncia que sus doctrinas traigan •« mundoa un viento de paz y generosidad. (J. M. C. T.) JARAMIIZO VÍXEZ: Francisco de Vitoria (Pág. 304.) La España de Vitoria fue su adecuado, puesto que marchaba a la ca- REVISTA DE REVISTAS beza de los pueblos_ en.el saber y el poder. La mente española es dará y realista, estoica y partidaria del libre albedrío. Es preciso vindicar el desconocido espíritu de la patria de Vitoria para comprender . bien las relecciones de indios y de la guerra. En la primera Vitoria plantea el triple enunciado del problema sobre los títulos hispanos a las Indias. Comienza por exponer las opiniones—muy comunes—, que luego rechazaría, contra los derechos personales y colectivos de los indios, enunciando los títulos ilegítimos de la conquista. Luego sistematiza con precisión y. concisión los títulos legítimos y verdaderos por-los que «los bárbaros» pudieron venir, al dominio de los españoles. De ellos deduce un derecho de intervención limitada a fines concretos de un carácter general y altruista, cristianizador y civilizador. Respecto a la guerra es no menos decidido en suscitar con toda crudeza los problemas indicados por las abusivas prácticas de los poderes de su época. Su razonamiento y criterio es triple. Pues tras de una decisión afirmativa y condicional, de principio, señala reglas, condiciones y limitaciones en la práctica del ejercicio de las fuerzas y conclusiones muy rígidas sobre los posibles puntos de la victoria. La obra de Vitoria adolece de ingenuidad, pero resulta justa y práctica, y puede hoy día enseñar mucho a las potencias en materia de humanidad internacional. (?. M? C, T.) RESTREPO JARAMIIXO, Gonzalo: El ' con- cepto cristiano de la sociedad civil. (Pág. 35IÍ) El cristianismo no sólo es una doctrina mística, sino una riorma de conducta para regir la vida humana en la Tie-. r f1 a, que forma un código completo e Sualatorio. Reconoce en la sociedad ja necesidad de autoridad y de libertad, haciéndolas compatibles. No admite derechos ilimitados o absolutos a nadie. Es, Pues, certero al resolver la perenne pugna Planteada en la organización de todo Estado, conservando a .éste los poderes precisos para que llene su función y al individuo la libertad precisa para que cumPla la suya con dignidad personal. Esto es contrario al absolutismo o totalitarismo, a la divinización del Estado que escla- vice al hombre. A lo largo de la Historia los abusos de poder han menudeado. Para contenerlos no basta con limitaciones coercitivas de tipo Violento emanadas de la multitud. Es la doctrina de la sociedad civil --cristiana la que puede hacerlo. La tesis católica es profundamente individualista, pero no egoísta, sino solidarista. La ley debe ser una recta adecuación racional, encaminada al bien común y promulgada' por quien tiene el cuidado de la comunidad. No hay .en esta fórmulas halagos por quien tiene el poder, pues toda autoridad viene de Dios. España fue gran defensora de este criterio, recogido ya en los Fueros de Aragón ya por Calderón de la Barca.— (J. M. C. T.) Universidad de Antioquía. Medellin. Núms. 78-79, junio-agosto 1946. . CEBALLOS GARCÍA3 Gabriel: Actualidad y tragedia de Francisco de Vitoria. (Página 217). Fue Vitoria un gallardete de humanismo vinculado al macrocosmos universitario en la época en que España trazó su gran nombre. Vitoria ensanchó a su modo el imperio español, dotándole de una doctrina espiritual y universal. Como buen filósofo combatió las per-. nicios'as doctrinas que entonces alumbraban de la divinización, del Poder estatal, qué conduciría luego al despotismo ilustrado. Deslindó la potestad espiritual de la temporal y sentó la verdadera doctrina de la limitación de los. poderes mundanos cuyo origen es siempre Dios. El sentó el verdadero concepto del Imperio, que no es un rebaño' de sojuzgados, sino una idea grande en marcha. Y aunque el Imperio español es sólo hoy un recuerdo, la doctrina de Vitoria sigue viviendo. Antes de Vitoria no hubo un concepto genérico del derecho de gentes. Para Roma fue sólo un conjunto de reglas comunes en las prácticas de los pueblos conquistados, distinto del derecho propiamente romano o civil. Para la Edad Media fue una forma de consenso general basado en el derecho natural, acaso una 559 REVISTA DE REVISTAS expresión de éste. Vitoria fue quien lo modeló como derecho internacional con sus famosas -respuestas a los problemas sobre la licitud de la fuerza y la empresa de Indias. Triunfó «obre Sepúlveda, sentando una doctrina no sólo humana, •sino profunda. A los cuatrocientos años de su vida su eco perdura. Los hombres de habla hispana han sido olvidadizos e ingratos con Vitoria, reivindicado por eruditos extranjeros. Sus doctrinas son sn su mayor parte aprovechables hoy, come había metido en un enredo al hacer promesas contradictorias a judíos y árabes. Cualquier estadista sagaz habría pensado: «Mal negocio para Inglaterra; gracias a Dios que nosotros no tenemos Por qué meternos.» No así míster Róosevelt Parece que se le ocurrió que cualquier equivocación que cometiera Ingla- terra debíamos cometerla nosotros también. Así es que, después de hacer imposibles e ilusorias promesas a los sionistas, se dirigió a Ibn Saud para hacerle saber que él, es decir nosotros, no haríamos nada en Palestina sin consultar a los árabes. ¿Por qué no tuvo la sagacidad de decir «no haremos nada en Palestina» y detuvo ahí su declaración? Pero el entrometido en todo se mete aunque sólo sea por darse el gusto. Y a semejanza de aquel médico, que sólo,sabía curar ataques, por lo cual provocaba ataques en todos sus pacientes para poder sanarlos, así los que se dan de componedores del mundo, se dedican a provocar un desbarajuste, para poder arreglarlo en seguida. »En los momentos en que escribo—15 de mayo—, -los diarios nos dan las siguientes noticias de Jerusalén: doscientos mil árabes mal armados están en guardia contra un ejército británico de doscientos mil hombres perfectamente equipados y unos setenta mil judíos adiestrados como comandos. Hay un título que es una interrogación: «¿Qué hará Inglaterra si se produce un choque entre judíos y árabes?» Lo que hicieran los ingleses en estas circunstancias no tenía por qué ser de nuestra incumbencia, pero míster Roosevelt opinaba que debíamos meternos en los asuntos de todo el mundo, de manera que ahora nos incumbe averiguar qué hará Inglaterra, sea bueno o malo, para hacer nosotros lo mismo. Esta es nuestra tragedia, tanto mayor, si consideramos que el hombre, que sin deber hablar por nosotros, lo hizo a pesar de todo, y con su típica indiferencia nos trasladó la carga y solución de este conflicto. «El mal que hace el hombre en vida le sobrevive.» »Tal vez él peor de todos esos pianes, aunque no tan secretos como los otros—, es el programa trazado por Morgenthau para eliminar la industria en el Ruhr y en el Saar y «convertir a Alemania en un país especialmente agrícola y pastoril». Aun el neófito en historia y psicología podía haber dicho a los personajes, cuyas iniciales aparecen al pie del' documento, «F. D. R.» y «W. S. C.» (para no referirnos a su autor, míster Morgenthau), que un plan de esta especie es señal de completa locura. Cualquiera que sea nuestra opinión sobra d nazismo o el militarismo alemán no pue- 565' KBVISXA D E KEVISXAS de haber dos opiniones diferentes sobre la genialidad de los alemanes para la mecánica o sobre su competencia en el mundo de la industria y del comercio. Pretender transformar en pastores y campesinos—en rústicos—a millones de hombres preparados para ser ingenieros, comerciantes, manufactureros, financistas, es un crimen contra la Naturaleza. Es destruir la civilización, y, sin embargo, es una medida que ha sido propuesta para la reconstrucción del mundo.» «Dicen que han logrado la paz allí donde todo lo transformaron en desierto», fue- • ron las palabras del jefe caledonio refiriéndose a los romanos. Presa de una locura criminal muy. parecida a ésta, los conquistadores del corazón de Europa, quieren reconstruir esa Europa hundiéndole un cuchillo en el corazón. Pronuncian triviliadades sobre «un mundo»; nos dicen que no podrá haber parte de este mundo sana si alguna parte de él está lesionada. No obstante lo que se propone es provocarle nada menos .que una parálisis. »Por decir estas cosas y, en general, por hacer el desesperado esfuerzo por inyectar un poco de sentido común en el pensamiento político y económico, por no decir un poquito de humanidad y una migaja de religión en el trato entre las naciones, seré calificado, sin duda, de nazista, fascista y abogado de una «paz blanda». Sugiero a los críticos qúe.bus^ quen en el diccionario de invectivas algunos epítetos más graves. Esos están viejos y ya no me hacen mella. Ya saben lo que pienso del nazismo y del fascismo, lo he escrito én estos editoriales durante más de veinte años. Pero prefiero que me llamen nazi, y si hay que llegar al caso, prefiriría ser nazi o fascista antes de llamarme humanitario y ejercitar la venganza hasta el extremo del sadismo. Del sadismo y del masoquismo. Si destruímos a Alemania nos destruímos a nosotros mismos. «Durante mil años, y para ser exactos, por más de dos mil años, la gran lucha del mundo occidental ha sido evitar verse sumergido bajo las repetidas olas de barbarie oriental. Esa lucha todavía perdura. Es posible que hoy día el peligro de que el Occidente se vea absorbido por el Oriente sea mayor que en los tiempos de Jerjes, Mahoma, Gengis Khan o Tamerlán. La barrera más 566 oriental contra esta inundación era Polonia. Ya no existe. La barrera siguiente es el Austria, con Hungría y Alemania. Sea que amemos a estos pueblos, o que los odiemos, hay un hecho que tendremos que reconocer, y es que si, ' de acuerdo con el memorándum firmado por Rooseveit y Churehül, en Quebec, "se llega a la desindustrialización de Alemania, la civilización de Occidente será destruida y la puerta de Europa quedará abierta a la afluencia del salvajismo oriental. Si alguien se sintiera inclinado a burlarse de esta predicción, podría echar una mirada al África del Norte, desde Alejandría a Tánger. Toda esa extensión fue en un tiempo una tierra ocupada por pueblos de gran civilización. Ahora ha vuelto a la barbarie. Podría suceder lo mismo en una-región situada más al norte. Puede suceder lo mismo si se hace un vacío cultural en la .región que fue ocupada en un tiempo por Alemania y el Austria. »Como podía haberse esperado, los mismos que hicieron pactos en privado, se pelearon en público? «Diez meses después de Teherán—dice míster Henning— Churchill y Stalin riñeron por la repartición de los despojos. Stalin estaba acorralando los Estados balcánicos en una forma que alarmó a Inglaterra. Junto con Tito, se dedicó á' echar a un lado a los ingleses y al rey Pedro de Yugoslavia, de manera que aparecía abriéndose camino hacia Grecia, a pesar de haber accedido a aceptar el dominio de Inglaterra sobre ese país. Churchill¿ tomando consigo al ministro de Relaciones de Inglaterra, míster Edén,, se fue con gran prisa a Moscú, y tuvo una escena con Stalin. Hicieron las paces. En qué términos, es algo que nunca se ha sabido. Se puede presumir que han reafirmado el acuerdo de Teherán; pero desde entonces, los ingleses se han quejado «-te que Stalin no ha cumplido su palabra con respecto a Yugoslavia, país del cual ha tomado posesión abiertamente, y ae que tampoco la ha cumplido con ^respecto a Grecia, donde la insurrección contra el dominio inglés ha sido fomentaaa por los comunistas • griegos prosoviencos.» »De esa querella puede resultar una guerra,' y, si resulta, Inglaterra pueae exigirnos que vayamos con ella contra Rusia. Nada importará que no sepamos REVISTA BE -RSVISl'AS en qué términos pactaron Churchill y pactado con ellos, ios hemos ayudado a Edén en conferencia con Stalin. En la urdir sus planes, hemos tomado parte persona de rníster Roosevelt aceptamos, en sus pecados y en sus crímenes y ahoen principio y en el hecho, la idea so- ra ya no nos dejarán. bre «esferas "de influencia», y que esto »Cuando un nuevo miembro se incorserá suficiente para Inglaterra. No se pora a una banda, lo primero que hacen nos ha permitido saber a qué nos hemos los antiguos es hacerle participar en alcomprometido, pero estamos en ello y de- gún sencillo saqueo3 o robo, o en algún beremos seguir. asalto. Desde ese momento ya tienen»Míster Henning nos hace recordar algo «contra él» y ya no podrá zafarse. que el ministro Cordell Hull «expresó El siguiente paso es el asesinato. Si el en forma elocuente en el Congreso que neófito se queja de escrúpulos para ejeya no habría más esferas de influencia cutar este acto, los miembros madurosni política de fuerza». Sin embargo, no de la banda podrán preguntarse que cóhabía pasado un mes después de su re- mo puede él darse el lujo de tener una greso de Moscú, de donde trajo el men- conciencia. Este es nuestro caso: Hemos . saje al Congreso, cuando esos mismos tomado parte en una media docena de viciados principios se veían reafirmados crímenes como miembro» de los Tres y restablecidos. Cuando mísíer Hull leyó Grandes, Si amechamos con retiraxaos el memorándum de Stalin, explotó, se- de la .banda se nos advertirá que nuestro» gún dice míster Henning. No quería retiro precipitará la guerra, así es que decreerlo, hasta que lo vio aceptado por beremos continuar, y ya nunca jamás pomíster Roosevelti Después de lo cual, mís- dremos atrevernos a moralizar sobre relater Hull se apaciguó, y nunca más se !e ciones internacionales. Nathaniel Peffer,. oyó mencionar, las «esferas de influen- en «América y su lugar en el mundo» (Ameriafs Place in ihe World) I, libra cia». «Las malas compañías • corrompen Jas notable por su • claridad y franqueza, buenas maneras», dice la Escritura, y tam- dice: «El conmovedor e ' impresionante bién: «Con los santos serás santo y con lenguaje de los idealistas cuando se relos perversos serás perverso» y «El que fieren al papel que pueden desempeñar toca la paz se manchará»'. Tal vez, aun los Estados Unidos como guía del munen esta época viciada, podríamos arries- do en un plano elevado de relaciones internacionales es sólo palabrería, magnígar la enunciación de una vieja verdad-. «Él que se acosa con bandoleros inter- fica si se quiere, pero completamente vacía de sentido.» «Pertenece—repite—al nacionales se transforma en otro no mejor que ellos.» En el juego de la política tipo de declaraciones que deja perplejos de fuerza, las naciones son verdaderos a los pueblos de otras nacionalidades y les. • gangsters: ningún miembro de la cua- da su margen para adoptar un aire entre condescendiente y divertido, o simpledrilla puede pretender ser mejor que los demás. Al lema del mosquetero: «Uno mente desdeñoso.» Por tanto, a los ojos para todos, todos para uno», áebs ha- del mundo no estamos actualmente en posición de erigirnos en jueces de las cerse el siniestro agregado: «para bien villanías de José Stalin o de cualquier o para mal». »Los americanos que se opusieron a otro tirano brutal y sanguinario. »Pudimos asociarnos, sin culpa tal vez, Que entráramos a la guerra y que nos •uniéramos con Rusia con ése objeto, pre- con Stalin, en una guerra contra el dijeron las consecuencias con una "clari- fascismo, alegando que la mejor arma videncia que puede parecemos ahora pre- contra una clase de fascismo es.un fascismo de otra clase. Hay un peligro, ternatural. _ »Desde ahora en adelante, y mientras sin' embargo, en una táctica de esta vivamos, tendremos que vernos envueltos especie, como la hay cuando la Poli«i todas las malas pasadas, vueltas y ma- cía acepta la ayuda de una banda de nejos torcidos en las jugadas y contraju- malhechores para destruir a otra. Pero» gadas que han sido objeto de la técnica desde el momento en que no sólo hediplomática durante mil años. Tendre- mos aceptado la ayuda del asesino de un mos que ser ahora tan tramposos, tan millón de hombres, • sino que, además,, faltos de principios y tari traicioneros co~ nos hemos asociado con él y hemos cons1110 el peor de nuestros aliados. Hemos pirado con él en secreto para dividir eí 567 REVISTA DS REVISTAS mundo y destruir sus despojos no pode- nes al estallar la primera guerra europea. Al mismo tiempo, el siglo XK es el siglo mos tomar a mal que el mundo diga: «Todos son iguales: americanos, rusos, de la ciencia y la técnica, y en él, la técnica reemplaza la Naturaleza viva por la ingleses; todos llevan la misma marca»; hemos perdido nuestro prestigio moral.1 muerta; la persona, por la máquina; la calidad, por la cantidad, y subvierte rf »Cuando lanzamos la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki muchos bue- orden de los valores morales. Y con Ja técnica y la revolución industrial aparece nos americanos (entre ellos John Fosíer Dulles y Hansom W. Baldwin, a quie- como secuela de las mismas el capitalisnes hemos citado ya en estas páginas) mo que preside la vida económica del dijeron que en esa forma habíamos des- mundo hasta nuestros días. Estos cambios dieron lugar al surgi. truído hasta la última oportunidad al 'aspirar a tomar la dirección moral. Pero miento de la paz armada y del sistema . ya habíamos perdido la reputación mu- militar obligatorio que llevan fatalmente a los pueblos por los caminos de la guecho antes de que se oyera hablar de la bomba atómica. Cuando jníster Roosevelt rra. El aumento de potencial bélico trase reunió en secreto con otros dos «guías jo consigo también el aumento del poder • del mundo» (¡perdón por el. título!) y de los gobiernos y una irresistible carrera violaron uno por uno los nobles princi- imperialista en las grandes potencias. Al pios que se escribieron y firmaron en la mismo tiempo surge arrolladura la tesis Carta del Atlántico, entonces, y allí mis- democrática y aparecen las doctrinas somo, ustedes y yo, todos nosotros, los ame- cialistas, que, junto con las capitalistas, ricanos, caímos. Hay un medio de reco- constituyen los dos fenómenos más importantes y típicos de la época imperiabrar el prestigio que hemos perdido: podemos repudiar todos los pactos, tra- • lista. «El capitalismo y el socialismo tados y promesas que se hayan hecho —escribe Krebs—son los dos resultados sin el conocimiento y consentimiento del opuestos del mismo fenómeno: una disCongreso y del pueblo. Si eso es imposi- tribución desigual del poder económico, social y político. La clase capitalista poble estamos perdidos.»-—(B. M.) see este poder y lo desea conservar y aumentar. La masa obrera carece de este KREBS, Ricardo: La época del imperia- poder y lo desea conquistar... Los choques' son inevitables y se acentuaran lismo. (Págs. 31-56.) • mientras no se modifique el orden í-.e vida.» El autor estudia en su ensayo los caPor último, la evolución cultural de .a racteres fundamentales que han presidido la trayectoria de la época del imperia- época imperialista con sus principios de lismo que, según él, se inicia en la pri- fe en el progreso; de omnipotencia, primera mitad del siglo xix y desemboca mero, del hombre ante los resultados excepcionales del siglo de la técnica, y de en la trágica postguerra de hoy. ¿Cuáles son las causas últimas de las dos desconfianza, después, ante el mismo por guerras mundiales y de los problemas sus* dificultades para dominar a los eleque actualmente afectan a la Humani- mentos surgidos de la gran crisis intelecdad? -Ricardo Krebs las sintetiza así: «Es- tual del siglo dieron lugar a un S^erai tas causas obedecen a la revolución in-. nihilismo que empezó a apoderarse de & mente humana. «Después de haber perdustrial, al principio de la paz armada y de la guerra total, a las últimas evolu- dido la fe en Dios, el hombre la había • sustituido por la fe en sí mismo; añora ciones de. la democracia y el socialismo y a la agotadora crisis intelectual y mo- perdía también .esta fe y se veía trente ral que los principios anticristianos han a la nada.» lanzado sobre el espíritu de las últimas Consecuencia de estas causas que pregeneraciones históricas.» sidieron la vida de la época del imperiaLa revolución industrial trajo consigo lismo ha sido ]a última catástrofe mundial. .«Una general confusión--escribe la aparición de las masas y un extraordinario aumento de la población europea, Krebs—se apoderó del mundo. Los conque era de ciento setenta y cinco mi- flictos se acentuaban. Los intereses.mallones de habitantes en 1800 y que pa- teriales chocaban. Ya no había rungu saba de los cuatrocientos cincuenta millo- na organización ideal. La red de las *e 568 REVISTA DS REVISTAS laciones internacionales se hizo cada vez más confusa, y, finalmente, en vista de que nadie sabía como salir de la confusión estalló la guerra como único recurso... Las dos guerras mundiales fueron la prueba más patente de la incapacidad y del egoísmo humano... En medio de un mundo de tumbas y ruinas siguen chocando y luchando el imperialismo y el nacionalismo, el capitalismo y el socialismo, la democracia y el comunismo. La herencia de la época del imperialismo es un mundo en ruinas.»—(J. A. C.) Núm. 164, septiembre FONTAINE ALDÜNATE, Arturo: Santiago de Compostela, camino de la cristiandad. (Págs. 31-34.) «Los caminos de España tienden todos espontáneamente hacia Santiago. En otro tiempo tendieron hacia allí todos los caminos de Europa. La soberbia y la herejía de los hombres hicieron que sus caminos olvidaran al «Campo de la Estrella» y se dirigieran a otras metas: París, Londres... Hoy, el odio y la impiedad Drohiben que los caminos conduzcan al nombre a parte alguna: se queda solo, en su casa sin techo, con su hambre, su nostalgia y su. desesperación.» Pero los caminos de España llevan todos a Santiago. Ellos nos condujeron a esa ciudad indescriptible, que parece situada en el último confín del mundo, en los límites de la tierra con el cielo, en los lindes del tiempo, con la eternidad. .«¡Qué multitud de emociones acumuladas a la vista de esta ciudad! ¡ComPostela, tumba secreta del Apóstol Santiago! ¡Santiago de Compostela, con Rom a y Jerusalén, centro polarizador de la Cristiandad! t ¡ Santiago, punto de nuestro encuentro con la fe, a través del Santo Apóstol, y con toda la vitalidad cultural europea a través de las muchedumbres de peregrinos! ¡Y, finalmente, Santiago, ejemplar de mi ciudad, toda}?a en los parpadeos del comenzar, tan üena de promesas y de porvenir, casi a Pesar de ella misma!' »El viajero advierte dos aspectos .enSantiago, y ambos entremezclados e in-* Agrados en una entidad espiritual viva, lúe se llama Santiago de Compostela, con s u fisonomía, su seducción y sn misterio inexpresables. Los dos aspectos pueden llamarse el romántico y el barroco: el primero, es el milenario de Europa, la vieja cristiandad, el peregrino, la reliquia., que se reflejan en el interior de la catedral y, especialmente, en ese cuasi celestial pórtico de la gloria; el segundo, es la tradición estudiantil y sentimental de la ciudad. «Nosotros hemos venido a Santiago en actitud romántica, en ademán peregrino y militar, como lo manda esta época de albores. »Vamos, pues, a la catedral. »Sólo cabía pedir una cosa al Apóstol Santiago: el que nos otorgara la gracia de, su espada. Pedimos la guerra, la posibilidad de hacer la guerra contra las fuerzas -destructoras de nuestra esencia nacional de nuestra misión religiosa. Le pedimos su celestial espada, es decir, la posibilidad de ser violentos, espada y violencia que se usen sin exceso, pero sin blandura. Le pedimos que las juventudes nacionales del mundo hispánico se mostraran a la altura de su misión histórica de esta hora. «Señor Santiago —le dijimos—, tú que alentabas a los caballeros de la Reconquista; tú que ha- . cías fuerte el puño de los caballeros de Oriente, has posible la gesta Dei per hispanos, que sentimos como necesidad ineludible, como deber histórico imperioso después de haber llegado hasta ti.»—• (A. L. C.) CUADRA, Pablo Antonio: En unidad de ansias y de lengua. (Págs. 35-40.) «Me preguntaron varios _ amigos qué pensaba yo sobre la desconsoladora ausencia de una estatua para Hernán Cortés en Méjico. »Ya la tiene — les dije—. ¿Qué es una estatua sino una piedra que recuerde memoria esculpida? Pues la memoria de Hernán Cortés • está esculpida en algo más imperecedero y vivo que la piedra o el bronce: en la lengua. »En la palabra de cada minuto, Méjico da ira golpe de cincel sobre el más hermoso monumento que un pueblo puede levantar a la memoria de su fundador. Mientras hablemos la lengua que Cortés nos trajo, no sólo pasamos frente a una piedra cuyas aristas y líneas—duras al tiempo—guardan la fisonomía del 569 REVISTA DE REVISTAS inmortal capitán, sino que revivimos un poco de su alma, elaboramos de' algún modo la escultura de su pensamiento, reafirmamos, querásmoslo o no, su obra hispana, por cuanto damos expresión española a la esencia de Méjico, que no otra fue su obra de iniciador (mestizador) de hispanoamérica. »Y en esto de Hernán Cortés anda1 de por medio la ignorancia. Porque no hay mayor niñería que ignorar a Hernán Cortés o la obra de España en América hablando castellano. Niñería de la ignorancia. Gentes que dicen disparates porque, a veces sin culpa, han aprendido cuando niños una pobre historia- falsificada, y con eso se quedan y eso se les sale. Se les sale lo que ignoran y se atienen a lo que saben, a lo poco que saben—¡se .atienen .a su niñez!'—, a lo que supieron de niños y no supieron rectificar cuando hombres. Pero cuando los niños dicen un disparate se les saca 'a lengua. Debemos de sacarle la lengua . a los que dicen disparates de niño. »La lengua castellana: la lengua que hablamos. Porque con sólo sacar la lengua se desbarata esa ignorancia tan infantil de los que todavía—porque no se han asomado a un solo documento de historia—siguen diciendo que la obra de España fue una pesadilla de oscurantismo y de barbarie, una obra de extorsión y de cruel esclavitud. Ignorancia de los que pintan a los conquistadores como a unos ignorantes que sólo se dedicaban a matar y a explotar, a buscar oro y a chupar sangre. Ignorancia de los que creen ignorar a Hernán Cortés, llegándole Ja cafle o la plaza cuando le dan ia palabra. , »Para esos disparateros, para esos disparadores de ignorancia, un solo argumento basta. El argumento de la lengua. Ellos hablan español. Habla español toda América. (Las legiones que no lo hablan significan un porcentaje bajísimo en toda la América hispana. Baste saber que en Méjico, país tan abundante en indios, sólo el siete;por ciento ignora el castellano.) Hablamos castellano desde Río Bravo hasta Patagonia. Y este -hecho no parece extrañar' nada a los ignorantes. Sin embargo, pasar sobre él sin deducir nada para la verdad histórica de América es tan lamentable como pasar por la geografía de América sin notar la existencia continental de los Andes. 570 »Se sabe, por ley invariable • y general de la Historia, que no es posible sustituir por otro el idioma de un pueblo usando la fuerza de las armas o la opresión política o cualquier otro medio que no sea el de la enseñanza. Quien quiera negar esta ley histórica, por rematada ignorancia, tiene estos ilustres ejemplos de nuestro filólogo Zuloaga: «Los visigodos—dice—rigieron a España, como amos y señores, durante tres siglos (el mismo tiempo que duró aquí ia dominación española) y no dejaron en la Península más huella de su idioma que media docena de vocablos latinizados. Otro tanto pasó a los francos de Galia; a los ostrogodos y longobardos en Italia y en Dacia, hoy Rumania. Pero ¿qué más? ¿Acaso los romanos, con ser un pueblo tan altamente civilizado, pudieron imponer su idioma a Grecia en cinco siglos de dominación absoluta? No sólo no lo lograron, sino que tomaron de los vencidos un vasto caudal de voces que se transmitieron hasta nuestras lenguas neo-j latinas. Los árabes, en ocho siglos de do minación, tampoco pudieron implantar en España su propio idioma,"si bien dejaron gran acopio de palabras, porque ambos pueblos—vencedor y .vencido-— eran de comparable nivel cultural. • _Sin embargo, América, en bloque, adoptó ei lenguaje de sus dominadores, hasta _ el punto de olvidar sus propias lenguas indígenas.» • «Ahora meditemos: • »i.° ¿Cómo pudo extenderse .tan rápidamente esa lengua a través de millones de indios, siendo tan sólo unos pocos millares de españoles ¡os que consumaron la conquista? »2.° Siendo una lengua perfecta la española y difícil de aprender para lenguas, muchas.de ellas bárbaras, de losindios, es decir, siendo una obra de paciencia el enseñarla y obra cíe carino «¿ aprenderla, ¿cómo tenían paciencia de enseñarla esos esDañoles dé los frescos de Rivera que sólo venían a explotar^ / a matar, y, sobre todo, cómo podían .ener los indios cariño y constancia para aprenderla, si era, según los ignorantes ae la historia, la lengua de sus asesinos, ia lengua de sus esclavizadores, la lengua de aquellos monstruos repelente^ de ia leyenda negra, de los cuales huían ios indios espantados hacia las montanas i »3° Siendo tantos los indios y tan po- REVISTA DE REVISTAS ccs los españoles, y siendo tan difícil hacer penetrar una lengua extraña en unos-' pueblos conquistados, ¿qué labor inmensa, heroica, grandiosa de actos de pacieacia, de cariño, de amor, de fraternidad, de sacrificio, no significa esa otea de hacer el traspaso total de una lengua, de hacerla amable a los avasallados, ae enseñarla? »4.°. ¿Se podría imponer tan totalmente una lengua—cosa que no lograron romanos, ni árabes, ni visigodos, ni longobardos—por medio de la brutalidad, de la opresión y haciendo imposible, por . los supuestos horribles crímenes, todo entendimiento entre dominadores y sojuzgados? ¿Y podrían imponer una lengua (enseñarla, catequizarla) unos bandidos ignorantes, unos forajidos de horca y cachillo? »5.° Si lo que se quería.con el indio erau esclavos, ¿por qué se le daban tetras y por qué en vez de látigo se tenía •paciencia de enseñarle una lengua? >>6.° Si sólo se buscaba el oro, ¿qué significa ese gesto—monstruoso en la historia, contradictorio para la razón—de lograr ,qUe miles de miles de indios se olvidaran voluntaria y milagrosamente, de sus propias lenguas para aprender la de unos %uscadores de oro? _ »Estas preguntas- pueden seguirse multiplicando, porque la sola materia, de nuestra lengua da para profundas meditaciones históricas. Eñ ellas no se han sumergido nunca los que como cotorras . repiten de la manera más monótona" ia vieja, la absurdamente vieja, leyenda neSra- La existencia continental en América de- la lengua castellana está diciendo, a viva yoz, i a grandiosa obra no de EsPana, sino de nosotros en nuestros antepasados. Ño lo que' hicieron, sino Jo •que hicimos.' Grandiosa obra que basta ^ e lengua para ¡meditarla, pues si hoy , n nuestra vanidosa edad desanalfabe>tizante—, con la ayuda de la Imprenta, • ««a raíz hasta su último verbo, una lengua nueva, y junto con la lengua, unas 7 * ' ™a cultura, una religión, una edu««aon enueva total?N ¿No pide esto miscuc!as? 1 l o m e n ° s como atenuante, cultura europea. No pretendemos que esDf • 7 ° r e s c o m e t i d o s Por el enemigo, ese quebranto sea obra "de las actuaciones se 1? 1 £I ? te V°I l a s t r o P a s soviéticas; de Nüremberg solamente; se inició muJe s ha impedido llamar a declarar a 573 REVISTA I>B REVISTAS cho* antes con la apostasía de las grandes naciones cídsíianas, y todas" ellas han contribuido al fatal proceso de desintegración de la unidad medieval. Pero el juicio contra los jefes vencidos marca un_ jalón importante, pues constituye un reconocimiento expreso, solemne, bajo formas jurídicas, de la quiebra de esos elementos básicos del Derecho cristiano. »La trascendencia del acontecimiento radica precisamente en este aspecto. Lejos de significar el fallo un adelanto en la evolución del Derecho, entraña la destrucción de principios derivadas del Derecho natural que parecían ya conquistas inamovibles de la cultura europea. Sd ha querido hacer aparecer ante el público el juicio y la sentencia como un progreso en la pacificación del mundo. Aparentemente lo es, ya que pretendía investigar y castigar las culpas cometidas por un vgrupo de hombres que tuvieron participación activa en los trágicos acontecimientos de la guerra última. Sin embargo, para quienes conservan el buen sentido natural y conocen el valor de los principios jurídicos que estaban en juego, el fallo constituye un grave precedente en la evolución, siempre más marcada, de sustituir el derecho por la fuerza. »La sentencia estaba ya dictada en los acuerdos de Moscú de 1943, y tenía el carácter no de una condena judicial, sino política. En tales .circunstancias, buscar disimularla desde un aspecto jurídico no podía sino agraviar seriamente la esencia de lo jurídico. De allí que voces tan autorizadas como lord Wíighí, presidente de la Comisión Internacional sobre crímenes de guerra; la.publicación americana Fortune, y otras, abogaran por una ejecución sumaria de los presuntos culpables sin recurrir a la creación del llamado Tribunal Internacional. Se habría obtenido lo mismo que se perseguía; pero sin hacer injuria a normas fundamentales del Derecho. »Cuatro son los deBtos por los cuales fueron acusados los detenidos: plan común de conspiración, crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes con.tra la Humanidad, Dentro de esos cuatro grupo's se precisaron las acusaciones en una serie de materias, como ser: desencadenar una guerra de agresión, explotar los territorios ocupados, someter a esclavitud a los trabajadores de las naciones 574 vencidas, persecuciones raciales y exterminio de judíos, violación de las leyes de guerra, violación del pacto BriandKellog, que abolía la guerra como arma internacional. La sentencia condenó • a los inculpados por todos o algunos de los cargos. Pero, en casi todos los casos, el fundamento del fallo no fue la constatación de la responsabilidad directa y personal del reo, sino la suposición de que conoció actuaciones • consideradas delictuosas y no las impidió. El tribunal, para fijar las responsabilidades, se abocó, inclusive, al análisis de todo el proceso político interno que llevó al nazismo al Poder. Consideró delictuosa toda participación en ese proceso político interno. »Son muchos los puntos de la sentencia en abierta pugna con elementales principios de Derecho. Podrían acumularse citas de autores y fallos que contradicen las afirmaciones de los jueces de Nüremberg; pero el carácter de la revista no nos permite hacerlo, y de ahí que nos limitemos a comparar la sentencia con»un documento de extraordinario valor. Se trata del informe elaborado por la Comisión encargada del estudio sobre£ responsabilidades que afectabanOI a los_ j fes vencidos en la guerra de "i 4- Dicho informe, publicado por la Dotación Carnegíe para, la Paz internacional, plantea exactamente las mismas cuestiones^ debatidas ahora. Pero la solución fue bien diferente. Si bien la mayoría se inclino a entablar procesos en contra de los^-jefes derrotados, la recomendación no fue acogida en las Conferencias de Paz, y .estaba, por lo demás,. sujeta a una seneae reservas y condiciones jurídicas previas, como eran la aauiescencia de las naciones vencidas, en los Tratados de Paz, y la formación de un Tribunal' Internacional con jurisdicción sobre sus ex gobernantes. Pero lo más interesante dd documento es el bien fundado informe de minoría ae los juristas norteamericanos Kobert Lansing y James Brown Scott, en ei cual contradicen, punto por punto, con claras y precisas razones, les , c o n s l d e £?r dos principales del actual fallo de n ü remberg. también la delegaciónserva japonesa emitió, en 1919, importantes « .s> ^ resguardo de la soberanía de las naaones r S í a c i t f n penal y de procedimiento aplicadas.—El proceso se rigió, en cuanto a la forma, por la Carta aprobada en RKVKlA DE REVISTAS Moscú en 1943. Fue completada, sólo bunal, haciéndose cargo de la cuestión, semanas antes de dictarse la sentencia, pretende obviarla sosteniendo que tal arpor una especie "de segunda instancia o gumentación «ignora la verdadera natumás bien tribunal de gracia, constituido' raleza del Derecho internacional, que espor el Consejo militar aliado que fun- tá en constante desarrollo, adaptándose ciona en Berlín. O" sea, tanto la constia las necesidades de un mundo camtución del tribunal como las reglas de biante en la forma en que lo señala la procedimiento \a que se sometió la tra- sabiduría y experiencia de las > sucesivas mitación emanaban exclusivamente de la generaciones». Semejante afirmación no voluntad de los jefes políticos enemigos. resiste el menor examen. Bl Derecho es, No tenían el valor de leyes, ni en conen su esencia, uno e inmutable, por cuanformidad al Derecho nacional de vence- to la ley natural y la Naturaleza humadores -y vencidos, ni tampoco en confor- na son en si inmutables. Podrán cambiar midad al Derecho internacional positivo, las aplicaciones prácticas; pero el prinya que no existía tratado, acuerdo ni cipio mismo, si está fundado en la ley convenio de ninguna especie aceptado natura!, no puede jamás experimentar por Alemania que diera valor a semejan- variaciones', ni excepciones. Declarar todo tes imposiciones. el Derecho internacional esencialmente »Si el vicio se hubiera limitado a. las mutable significa, lisa y llanamente, aboleyes de procedimiento, no hubiera sido lir dicha rama de la ciencia Jurídica y negarle su fundamentación en el Derede tanto alcance como la cuestión de las cho natural. «leyes de fondo» aplicadas. »La base legal, en cuanto a las leyes »En el informe de 1919, los juristas penales mismas, era sólo el mismo Con- norteamericanos manifestaron que «ellos venio de Moscú de 1943, que se remitía se oponían a la creación de un nuevo en forma genérica a las leyes que rigen tribunal, de una nueva ley, de una nuela guerra y a los principios de Huma- va pena, que sería de índole retroactiva nidad. O sea: el proceso se inició para y, por lo tanto, «contraria a una cláusuaplicar un documento al cual se le pre- la expresa de la Constitución de los Estendía atribuir carácter de ley, «dictado tados Unidos y contraria también al Decon posterioridad a casi todos los hechos recho y práctica de las comunidades ci(}ue se pesquisaban», y que tampoco con- vilizadas». tenía una referencia precisa a los preten»En aquella oportunidad hizo la dedidos delitos y sus penas. legación americana una distinción funda»Es . indispensable, para comprender mental": «Los miembros americanos debien el alcance de lo ocurrido, tener pre- clararon que había dos clases de respon- sente que los inculpados «no fueron pro- sabilidades, o sea, la de naturaleza jurícesados por delitos comunes» estableci- dica y la de índole moral; que -los dedos en la legislación alemana o en la le- litos legales eran justificables y podían gislación nacional de los vencedores, siser juzgados y castigados por tribunales no por delitos nuevos, vagos y genéri- apropiados, pero que los delitos moracos, creados en la mencionada declara- les, por más .inicuos que 'fuesen y por ción de Moscú. más terribles que pudieran ser sus resultados, estaban fuera de todo procedi»Es principio fundamental del Derecho * miento judicial, y sólo podían ser sopenal' en todos los pueblos civilizados a quel de que no hay delito ni pena sin metidos a sanciones morales.» Y más adeky «dictada con anterioridad al hecho». lante, . refiriéndose a las actuaciones que Innecesario parece fundamentar tan sabio produjeron la guerra, agregan: «Si no hay ley alguna que los haga crímenes o principio: la imperfección humana y el grave riesgo de arbitrariedad' obligan a fije una pena a su comisión, son crímedistinguir entre delito punible tempo- nes morales y no legales, sin que los representantes americanos vean la conveíalmente y pecado o infracción a la ley floral no susceptible de pena temporal, niencia o siquiera la propiedad de crear un órgano especial para que proceda conAl primer grupo sólo pueden pertenecer tra los autores de tales actos. En todo caaquellos hechos definidos como tales por un precepto positivo y con sanción pre- so, el órgano en cuestión no debiera ser viamente determinada. Pero de todo esto un tribunal judicial.» »En cuanto a los llamados «crímenes se ha prescindido en Nüremberg, El tri- 575 REVISTA BE REVISTAS de guerra», fueron igualmente explícitos: «La guerra fue y es por su verdadera índole inhumana; pero los actos compatibles con las leyes y costumbres de la guerra, aunque inhumanos, «no son, sin embargo, punibles por un tribunal de justicia». Un tribunal de justicia sólo tie-1 ne en cuenta y administra «las leyes vigentes», dejando a otro foro (meramente moral) las infracciones del Derecho moral y las acciones contrarias a las leyes y principios de Humanidad.» »Bn esta cuestión de la irretroactividad había también otro aspecto fundamental. Si. se reconociera a los enemigos el derecho a dictar leyes penales para ser aplicadas al vencido—lo que significa, como lo hemos ya dicho, sustituir el Derecho por la fuerza—. un mínimo de lógica indica que en ningún caso esas leyes podrían aplicarse a actuaciones anteriores al estado de "guerra entre esas naciones. «Para los representantes americanos «era elemental» que un país no podía tomar parte en el juicio y castigo de una violación de las leyes y costumbres de la guerra cometida por Alemania y sus aliados antes que. el país de que se tratase hubiese tomado parte en la guerra.» Y, sin embargo, en Nüremberg, los vencedores se han abocado el conocimiento no sólo de las actuaciones posteriores a la declaración de guerra, sino que también las actividades «meramente políticas» de los años anteriores a la guerra, «inclusive aquellas de índole interna nacional», como fueron los acontecimientos que llevaron al nazismo al Poder. Por supuesto que' ninguna de esas actividades, declaradas criminales por el fallo, eran delito a la época en que se desarrollaron, ni en conformidad a las leyes alemanas —únicas aplicables—, ni tampoco al Derecho internacional, cuya primera norma consiste, precisamente, en la no intervención en los asuntos políticos internos de otro Estado. Es este uno de los aspectos más monstruosos del fallo dictado en Nüremberg. »Las materias investigadas y las leyes aplicables.—En cuanto a las materias sometidas a investigación, sólo caben dos posibilidades: o bien eran delitos comunes, punibles de acuerdo con la legislación de los Estados vencedores o del propio vencido, o no lo eran. Este último era el caso en el proceso de Nüremberg. La falta de la ley penal nacional o in576 ternacional la hemos destacado ya en el párrafo anterior. Pero algunos aspectos merecen mayor análisis. »En cuanto, a los «actos que provocaron la guerra mundial y acompañaron su iniciación», el informe de mayoría-emitido en 1914 aceptó, «por unanimidad», la siguiente declaración y conclusión: «Toda investigación que se haga respecto a la determinación de los autores de la guerra, para ser completa, debe hacerse extensiva a los sucesos ocurridos durante muchos años en los distintos países europeos, y tiene que suscitar muchos problemas difíciles y complejos, que podrían ser más aptamente investigados por historiadores y estadistas que por un tribunal destinado al procesamiento de infractores de las leyes y costumbres de la guerra... Nosotros, por lo tanto, no creemos que los actos que provocaron la guerra «debatí imputarse a sus autores, ni hacerse objeto de procedimiento alguno ante un tribunal.» »i Bien diferente es esa conclusión a lo sucedido en Nüremberg, donde el tribunal ni siquiera 'se limitó a estudiar los acontecimientos que provocaron la guerra, sino que, inclusive, se inmiscuyó en asuntos, de política interna! »En cuanto a las llamadas «leyes y costumbres de la.Humanidad» como pauta jurídica en -la cual se pudiera fundar un fallo condenatorio;, en 1919, los juristas' americanos fueron terminantes al negarles todo valor de ley penal positiva y estimar que sólo podían servir de fundamento a,una condena moral, pero no judicial. Sostener lo contrario es_ abrir la más amplia puerta a la arbitrariedad judicial. »Entre los hechos calificados ahora_ de delitos se incluyen algunos que constituyeron delitos comunes, como, por ejemplo, las crueldades y muertes llevadas a cabo en campos de concentración o en contra de ciudadanos de países ocupados; pero también se extiende el concepto, a actuaciones de muy distinta naturaleza, como ser el hecho político de declarar una guerra, los estudios y preparativos, por los Estados Mayores, de planes ae agresión, las diligencias diplomáticas_ tendentes a buscar ayuda en otras naciones en contra de una tercera, etc., etc. »Todas esas materias escapan por completo a la órbita penal. Algunas de eJias, si fuera posible fijar las verdaderas res- REVISTA D3J REVISTAS ponsabilidades, serían crímenes morales, como, por ejemplo, el hecho de desencadenar, sin motivo justificado, una guerra agresiva. Otras., en cambio, no pueden constituir ni un delito moral, como es, por ejemplo, la labor científica y propia de un Estado Mayor militar, de preparar, en tiempo de paz, todos los planes tácticos y estratégicos imaginables, inclusive, por supuesto, la agresión a todo enemigo en potencia. En la misma situación se encuentran las diligencias diplomáticas para concertar alianzas defensivas u ofensivas, buscar apoyo en otras potencias o hacer valer derechos y pretensiones frente a otros Estados soberanos. De-. clarar delitos semejantes actuaciones no admite justificación ni explicación alguna razonable. La aberración jurídica ha llegado a tal extremo, que el cable nos anuncia, como consecuencia del fallo de Nüremberg, procesos en contra de siete millones y medio de alemanes, incluyendo en ellos a muchos generales y jefes de las fuerzas armadas, y a los industriales que contribuyeron al" crecimiento de ' la potencia militar alemana. Se les procesará .no por delitos comunes (los autores de tales delitos han sido ya procesados por otros tribunales), sino por cargos creados en la Carta de Moscú. ^Criminalidad negativa.—Las condenas se basan, fundamentalmente, en la afirmación de que los inculpados «tuvieron conocimiento y no impidieron» actuaciones que el tribunal considera delictuosas ;—como los preparativos técnicos o diplomáticos para invadir o agredir a una nación—o porque tuvieron conocimiento de delitos comunes y no los impidieron. O sea, a más de crear, delitos que jamás han existido ante ley alguna, el fallo condena a los inculpados por una supues.ta «criminalidad negativa». Y ese concepto se_ extiende en la sentencia hasta un límite no imaginado: por el sólo hecho de haber pertenecido en alguna forma activa al régimen político nazista, se presume el conocimiento de los fines criminales que se atribuyen al jefe del Estado. Dice el fallo: «Cuando*, conociendo sus fines, esos hombres le dieron su cooperación, se hicieron cómplices del plan piciado por Hítler.» Con seguridad que lamas tribunal alguno en países civilizados ha dictado condenas a muerte fundadas en semejante-raciocinio. Conscientes quizá los jueces de la inconsistencia científica de semejante imputabiiidad, en varios de los casos buscaron presunciones que permitieran suponer que el inculpado tuvo conocimiento, en concreto, de las actuaciones que se suponen delictuosas. Y es también principio universal de Derecho penal que prohibe aplicar la pena de muerte fundada en presunciones. »Pero oigamos la opinión que en 1919 dieron los distinguidos juristas norteamericanos sobre la «criminalidad negativa»: »En párrafos anteriores del informe general declárase a dichas personas responsables porque sé abstuvieron de «impedir, poner término o reprimir las violaciones de las leyes y costumbres de la guerra». Los representantes americanos «estuvieron inalterablemente opuestos a este grado de responsabilidad». Una cosa es castigar a una persona que ha cometido un acto que constituye un crimen o que, poseyendo autoridad para ello, ordenó a otros que cometieran un acto que constituye un crimen, y otra cosa es castigar" a una persona que ha' dejado de impedir, poner término o reprimir violaciones de las leyes y costumbres de guerra... Los miembros americanos rehusaron dar su asentimiento a la «proposición sin precedentes» de crear un Tribunal internacional de competencia criminal, «así cómo a la doctrina de la criminalidad negativa.» ^Responsabilidad de los jefes de Estado.—La sentencia de Núremberg se refiere, también a la cuestión de si un jefe de Estado puede ser responsable ante naciones extranjeras. Rechazando • la defensa alegada por algunos de los reos, los jueces declararon que «la doctrina de la no responsabilidad de los jefes de Estado no puede aplicarse en los casos en que un Estado haya violado el Derecho internacional». En otros términos, se reconoce la validez del principio, pero se niega su aplicación mediante un argumento absurdo. Si ei principio sólo rige para los Estados que no han violado el Derecho internacional, entonces no tiene razón de ser, ya que si falta esa violación no habrá acusación, ni proceso, ni posibilidad de proponer la defensa. »E1. informe de los juristas tantas veces citados se expresa así: «Los representantes americanos no pueden convenir en que se sujete a una persecución criminal . y, por tanto, a procesamiento legal a las personas acusadas de delito contra las le577 KKVISÍA DE S.KVIS1AS- yes de humanidad» ai «en que se sujete a los jefes de Estado a un grado de responsabilidad hasta ahora desconocido en Derecho interno o internacional, sin qua puedan encontrarse precedentes para ello en la práctica moderna de las naciones...» Citan en seguida algunos fallos de-tribunales norteamericanos, para agregar: «Pues de otro modo sería sujetar su jefe ejecutivo a países extranjeros, apartarlo de las leyes de su patria, aun de su ley orgánica, a las cuales debe obediencia y subordinación, y subordinarlo a jurisdicciones extranjeras, a las cuales ni él ni su país deben fidelidad ni obediencia, quedando de este modo, denegado el verdadero "concepto de soberanía». Los jefes de Estado son, como agentes del pueblo en quienes reside la soberanía de todo Estado, responsables ante su pueblo por los actos ilegales que hayan cometido, «y no son ni deben ser responsables a ninguna otra soberanía»... Los representantes americanos reconocieron que desde el punto de vista de la moral, el jefe de un Estado, llámese emperador, rey o jefe ejecutivo, es responsable ante la Humanidad; pero desde el punto de vista legal no podían comprender cómo algún miembro de la Comisión podría pretender que el jefe de un Estado que ejerza derechos 'soberanos sea responsable ante ninguna otra entidad que la que le-ha confiado esos derechos por consentimiento expreso o tácito. Las leyes que imponen responsabilidad al jefe de Estado son las leyes de su país y no las leyes de un país o grupo de países extranjeros, y el tribunal ante el cual es responsable, es el tribunal dé su país..., y el castigo que ha 'de imponérsele es el castigo prescrito por las «leyes vigentes en el momento de la comisión del acto, y no un castigo creado después de la comisión». ^Naturaleza de la guerra.—La sentencia parte de la base de que la guerra es un crimen. Funda semejante afirmación en el Pacto Briand-Kellog, que abolió la . guerra como elemento de política internacional. Innecesario parece destacar el sarcasmo que significa buscar en ese antiguo Pacto, que nadie1 cumplió ni pretendió cumplir, la razón jurídica para ahorcar a un ministro de Relaciones Exteriores y a los jefes militares que prepararon científicamente la guerra. Por lo demás, la afirmación es, en derecho natural, errónea, por cuanto el recurso, de la fuerza, cum578 plidas ciertas exigencias, es lícito y aun a veces necesario. Y el empleo lícito de la violencia no se limita al derecho de defensa en su sentido estricto, sino que comprende también, en determinadas candi-' ciones, la guerra agresiva. ^Consecuencias.—Como se desprende •de los comentarios anteriores, el Tribunal internacional de Nüremberg, al suprimir la distinción entre delitos penales y morales, al vulnerar el carácter irretroactivo de la ley Penal, al prescindir totalmente de la soberanía del vencido y al declarar la guerra en sí como un delito, vulnera graves principios de derecho natural y abr<2 la puerta ampliamente a la arbitrariedad judicial. Fundándose en haberse quebrantado «los principios y costumbres de la Humanidad», en la penalidad negativa y en el derecho omnímodo del vencedor sobré la persona y bienes del vencido, todo ha pasado a ser posible en el campo del Derecho internacional. En otros términos,- 'bajo disfraces jurídicos se ha vuelto atrás en milenios; no hay para el derrotado más derechos que aquellos que el vencedor le conceda, graciosamente. El hecho de ganar la guerra presupone la justicia de la causa y confiere al triunfador facultades absolutas para determinar, respecto del vencido, cuánto y cómo éste ha infringido, ya sea en política interna o en actividades internacionales, los vagos principios de humanidad. »Pero como el concepto del Derecho es uno solo, si en el campo internacional no rige la distinción entre supuesta faita moral y delito penal, tampoco debe_ userz valedera en Derecho nacional, y el ) ® queda constituido en arbitro absoluto de los destinos del inculpado. Se elimina as» una de las llamadas «garantías individuales», fruto de tantos siglos de labor en -a cultura cristiana. .»La condena a los jefes de Estado, ministros, técnicos bancaríos, jefes militares y diplomáticos tiene otro grave alcance. Si fueron condenados por no impedir actuaciones determinadas, se supone que estuvieron obligados a impedirlas; pero como esas actuaciones emanaban de s ora oes de la autoridad legalmente .c°n ™™" da (no debe olvidarse que el nazismo liego al Poder por medios estrictamente »g* les),- auiere decir que a los inculpados se les condena por no haberse rebelado eu contra de la autoridad legítima de su país. Esto, a más de implicar una intromisión RBVX3IA Dií REVISTA,? retroactiva en la política interna de otro Estado, en nada se compadece con la doctrina cristiana, que obliga a soportar aun a los amos de recia condición y que sólo permite la revuelta en casos extremada- • mente calificados. »La sentencia no entusiasmará a ninguno de los altos jefes de un Estado a cumplir con sus deberes frente a la patria. Si se ve la posibilidad de un conflicto armado con otro más fuerte, lo prudente será, de parte de los ministros, Estados Mayores, etc., eludir toda intervención en el manejo de los asuntos públicos, pues, de otra manera, podrán ser declarados alguna vez «criminales de paz» o «criminales de guerra». ^Situación morca de las' naáones jueces.—Por último, hay un hecho que no puede silenciarse. No afecta al aspecto de derecho del caso, pero sí influye en forma determinante en su fase moral. »Las naciones que se erigieron en jueces eran, en gran parte por- lo menos, responsables de los mismos delitos por los cuales juzgaban al vencido. »En cuanto a Rusia, no hay crimen imputado a los jefes alemanes que no lo hayan cometido, en escala mayor, tanto en su propio país (conviene recordar que antes de lá guerra se achacaba a Stalin el asesinato de veinte millones de seres en Rusia) como en los territorios ocupados. Guerras de agresión sin causa alguna justificable (Finlandia, Polonia, los Estados del Báltico), matanzas en niasa, expulsión de poblaciones, radical extirpación de las creencias religiosas, toda clase de malos .tratos y asiáticas crueldades en contra de las poblaciones civiles, etcétera, etc. Y esas medidas han continuado, quizá aún en mayor escala, durante la actual «paz» y mientras el fiscal soviético, con toda tranquilidad, acusaba de cosas parecidas a los inculpados alemanes. »La situación de las demás naciones vencedoras no es tan extrema como la rusa, pero en muchos aspectos son también responsables de graves delitos en contra 'de las leyes de paz y de guerra: el ataque inglés al- Irak; las medidas de bloqueo' de Estados Unidos contra el Japón; las diligencias norteamericanas por precipitar a Pcionia a la guerra; los planes de invasión de los Países Bajos y de Noruega (ambos reconocidos por el propio fallo de Nüremberg); los bombardeos en masa contra poblaciones indefensas (en un solo ataque a Drcsdea perecieron ciento cincuenta mil civiles); el empleo. absolutamente injustificable de la bomba atómica en contra de ciudades japonesas (crimen condenado • por las voces católicas más autorizadas de los Estados Unidos). Y hoy día los crímenes son también graves: se mantiene el hambre y la desorganización sobre Alemania; se saquean sus bienes; se sigue con campos de concentración, en algunos de los cuales —como el de Sazony—faan perecido gran cantidad de seres de inanición; se organiza y explota un «mercado infame de esclavos» con los prisioneros traídos de los Estados Unidos, y, por últimOj se tolera y contempla impasible la sistemática destrucción y aniquilamiento que Rusia y Polonia llevan a cabo en toda la Alemania oriental. De todos estos hechos, ¿no tienen acaso r>ieno conocimiento los jefes de las naciones vencedoras? ¿No han autorizado los anglosajones, en Yalta y Potsdam, la expulsión de muchos millones de seres indefensos de Silesia y Prusia, y no se facultó acaso a Rusia para encarcelar, deportar o liquidar todo elemento antibolchevique? La responsabilidad directa- en tanto crimen y la tolerancia .da tantos otros que pudieron -evitarse, en conformidad a los propios considerandos de la sentencia de Nüremberg, hace acreedores a la horca a los actúales jefes de las naciones acusadoras. »«No se puede juzgar en nombre de la Humanidad—ha exclamado hace poco una voz tan autorizada como la del cardenal de Colonia—en tanto quienes se erigen en jueces toleran y aun cometen en medio de ellos cosas semejantes»... Vosotros, poderes victoriosos, sabéis bien de todo esto; por tanto, sois también responsables. ¡La sangre de tantas mujeres y niños inocentes clama al Cielo!» »Los crímenes cometidos antes, durante o después de la guerra deben castigarse. De gran importancia habría sido también,' como sanción para aquellos que tuvieron responsabilidad moral culpable en el estallido de la guerra, un proceso seriamente llevado ante jueces "neutrales •—suií-os, españoles o suecos, por ejemplo—y en el cual no se hubieren puesto trabas a la defensa. Pero lo sucedido en Nüremberg, lejos de robustecer el prestigio del Derecho y del orden internacional, ha constituido un escarnio a la Justicia. No es sino la aplicación de aquel 579 REVISTA DE REVISTAS pagano principio del ¡vae victis!, disfrazado con' el ropaje jurídico tradicional.»—(E. M.) Un balancé de la Unión Soviética. (Páginas 41-44.) Brcoks Atkinson, critico, teatral del New York Times, ahora metido a corresponsal extranjero;,recién llegado de Moscú, publicó .tres artículos, en los que hizo \m balance de la U. R. S. S. de hoy, tan agudo, equilibrado y claro, que pronto se convirtieron en un guía para el entendimiento de un país cuyo esclarecimiento es tan importante. Algunos párrafos: «Al intentar establecer relaciones capaces de operar con el Gobierno de la Unión Soviética debemos abandonar los conceptos familiares de amistad. La amistad en el sentido de íntima asociación y transacción social no es querida, no es posible y no es involucrada... Pero entre nosotros y el pueblo ruso se levanta el Gobierno soviético. A pesar de su hipócrita uso de la palabra democracia, es un totalitario. La familiar dictadura del proletariado es, en realidad, la dictadura de los trece miembros del Politburó del partido comunista. »No hay libertades dentro de lá Unión Soviética. Hasta donde yo sepa, el Gobierno es impuesto al pueblo contra su voluntad, aunque no es un Gobierno corrompido que pone los intereses personales de cualquier grupo por encima de los que son considerados los verdaderos intereses del Estado. A pesar de muchas deslealtades y desórdenes internos..., el pueblo de la Unión soviética generalmente confía y respeta la prudencia e integridad de sus líderes... »Pero por naturaleza el Gobierno es una máquina para generar poder dentro de la Unión Soviética y extenderlo lo más que pueda al exterior, y todos los intentos de tratar con él en términos de amistad están condenados a fallar. Aun cuan-, do no somos enemigos, no .somos tampoco amigos, y lo que podemos esperar es una paz armada para unos pocos años. »Donde radican nuestros intereses tenemos que aplicar igual fuerza en dirección opuesta. Este es el método más reaccionario de arreglar los asuntos mundiales. Pero el espíritu del Gobierno soviético es fundamentalmente reaccionario, 580 como se infiere de su actitud hacia las naciones vencidas y de la conducta de su Ejército Rojo en Manchuria. Acostumbrado al empleo de la fuerza en el interior de la Unión Soviética, instintivamente piensa en términos de fuerza, en asun-' tos' internacionales... »Aun cuando probablemente ha pasado el período más violento de la revolución soviética, persiste todavía una veta de violencia. Nadie sabe cuántos millones de políticos prisioneros viven ahora en la cárcel o en el exilio. Los cálculos van de diez a quince millones... »E1 Gobierno soviético cree que debe ser libre para conducir en secreto y obrar rápidamente, por la fuerza si es necesario. Naturalmente, -lleva la misma psicología a sus Estados satélites, donde el pueblo está menos acostumbrado a esa clase de tratamiento de una fuente extranjera... »Los líderes soviéticos están en una posición fuerte. Han conducido a su pueblo a una victoria notable sobre un enemigo moderno y eficiente, y el partido comunista, naturalmente, se apropia el crédito entero de haber ganado la guerra, ignorando en diversos 'grados las contribuciones de los otros aliados hechos para la derrota de Alemania y apropiándose el golpe que puso fuera de combate al Japón.;. Pero no está en la naturaleza de ' los hombres del Politburó sentirse seguros. Como líderes de un país atrasado, mal alimentado y mal organizado, que trata de levantarse tirándose de las botas apresuradamente, tienen muchos deberes ingratos que ejecutar y muchas tareas que descargar en los lomos de su pueblo. Sin duda, sienten que las circunstancias requieran que tengan libertad de actuar en los puestos "elevados, sin estar _sujetos a críticas, oposición u observación'. Aun cuando sus motivos pueden estar por encima de toda sospecha, se portan instintivamente como conspiradores... »S1 espíritu del Gobierno soviético es antiextranjero. Siempre, desde las sangrientas purgas de 1936, ha habido un terror sin nombre a los extranjeros, que son mirados como espías... Ni los líderes están inmunes. Son víctimas del aislamentismo. Aun cuando han tenido acce- . so a una enorme masa de información procedente del extranjero, carecen de ia experiencia para analizarla... >Me parece que la más notable y tam- B.1ÍVISIA DE REVISÍAS bien la más irritante anormalidad en los jefes soviéticos es una paranoia de grupo. Los líderes se imaginan que están rodeados. Y, claro, ésa es la mejor manera de provocar, primero, la extrañeza; luego, el desprecio, y, finalmente, la enemistad de las demás naciones. Tornan3o en cuenta el tamaño, la fuerza, el valor y los recursos inagotables de la Unión Soviética, • esta fobia de estar atrapados y apretados sería risible si no fuera tan molesta para los extranjeros -que quieren encontrar alguna manera de entenderse con la Unión Soviética... »E1 más formidable impedimento para las relaciones internacionales amistosas es el hecho básico de que la Unión Soviéti" ca es un Estado socialista que se desarrolla-y extiende en un mundo capitalista. De acuerdo con la propaganda del partido comunista, el Soviet no está a salvo de una agresión mientras países capitalistas como los Estados Unidos- y la Gran Bretaña tengan también posiciones dominantes en el mundo... »En mi opinión, el socialismo, en sí mismo, no es la fuente de las dificultades entre la Unión Soviética, Estados Unidos y la Gran Bretaña. Siendo los -demás factores iguales, las dos democracias occidentales podrían entenderse con la Unión Soviética con más provecho que con la Alemania nazi durante el período del fraudulento pacto de amistad. Y, ciertamente, espero que se entiendan. . »Pero ése no es el punto de vista de los líderes soviéticos. Ellos se consideran los custodios del futuro mundo. En su opinión, iodo va hacia su modo de ser; como líderes de un Estado socialista con una meta comunista, se ven como los agentes avanzados de un «destino manifiesto». En Polonia y los Balcanes creen que están ayudando a su «destino manifiesto», aun cuando la resistencia de los oscurantistas, que están en una vasta mayoría, es terrible... »Pues el comunismo es, no solamente una ciencia política, sino también una religión, y su'conducta está gobernada-por el dogma tanto como por la razón... Los iconos modernos son las estatuas heroicas y los retratos de Lenin y Stalin en todos los lugares públicos y los enormes retratos de los profetas menores llevados por las multitudes los días de fiesta... Las cartas parroquiales a tos fieles—que son las declaraciones de los líderes en las prime- ras páginas de los diarios—solemnemente declaran que la Unión Soviética es la nación más sagrada de la Tierra porque abrazó la única y verdadera fe, y que el futuro abundará en amor, alegría y cánticos... »Cuando ios representantes soviéticos se reúnen con los nuestros en la mesa de la conferencia están, en realidad., reuniéndose con los príncipes tambaleantes del pecado original, y no pueden darnos paso sin renunciar a principios divinos. Esta cs-iuna razón por la que es tan difícil entender a los rusos, en las asambleas paganas, con los que no adoran a- Marx, Lenin y Stalin... »A pesar de todos estos impedimentos para unas relaciones agradables y fáciles..., los rusos no quieren perder amigos en todo el mundo. No quieren desafiar a la opinión pública mundial... El pueblo ruso es sincero y bonachón. Es una lástima, y tal vez será una tragedia, que, como nación, tengamos que vivir con la nación rusa en una atmósfera de amargura y tensión. Pero tenemos que hacerlo. No hay más remedio.» La reacción soviética contra las declaraciones de Brooks Atkinson no pudo ser más violenta. El pistolero número i del Pravdc, David Zaslavsky, se arrancó contra el «viajero comercial de una típica Empresa periodística capitalista, cuyo único trabajo era producir, mediante fabricación o distorsión, la especie de noticias que sus amos querían publicar». Otro comentarista soviético maldijo: «Las palabras más obscenas...; chismorreo de viejas...; fantasmagoría de frases...; delirio impúdico...; mercenario'de pies a cabeza...; este salvaje...; bandido...; alma depravada...; producto de la Bolsa de Valores y del mercado negro...; • escoria... ¿Cómo se-puede influenciarlo? Tipos tales no merecen ni siquiera ser golpeados, porque manchan las manos.»— (E. M.) Nueva Internacional comunista (páginas 44-48). «Acaba de celebrarse en Moscú la reunión de la Federación Mundial de Sindicatos de Trabajadores, una nueva organización mundial que pretende utilizar la Unión Soviética como instrumento para formar poderosas quintas columnas en 581 REVISTA DS REVIS'ÍAS los países capitalistas y socialistas de Oc- la Federación Mundial esperan influencidente. Afortunadamente;, se ha produci- ciar el curso de los asuntos del mundo. do lina escisión entre los integrantes de »Desde un principio los Sindicatos sola organización misma y sobre los pro- viéticos han tratado de buscar para la blemas internacionales políticos do España, Federación un activo ^apel en las Na, Alemania, Japón y las Naciones Unidas. ciones Unidas, en todas las Conferencias »Se han formado1 así dos bandos de or- de paz y en los Consejos aliados de ganizaciones opuestas, según los fines que gobierno de Alemania y Japón: proclaman. Por una parte están los Sin»Los Sindicatos sometidos a la esfera dicatos, que no distinguen entre la ac- soviética en Finlandia, Polonia, Hungría, ción económica y la política y que piensan Rumania, Bulgaria y Yugoslavia apoyan la que el trabajo organizado debe, en pri- posición de los Sindicatos soviéticos ea mer término, desarrollar acción política. la Federación y representan los votos en »Los esclavizados Sindicatos soviéticos, favor de los rusos de unos cuatro mique. dirige V. V. Kuznetsoff, encabezan llones de trabajadores. »La Confederación General del Trabaeste bando de la Federación Mundial. Los Sindicatos soviéticos pretenden agrupar a jo francesa también está dominada por veintisiete millones de trabajadores, más los comunistas. Aun cuando hay líderes que cualquiera otra organización obrera. socialistas' en ei movimiento obrero franEn consecuencia, tienen catorce delega- cés, como León Jouhaux, que es vicepresidente de la Federación Mundial, la mados en el Congreso de la Federación y emiten sesenta y ocho del total de dos- yoría de los trabajadores siguen la jefacientos votos. El voto en la Federación tura de Louis Saillant, comunista secreestá dominado por las niás grandes orga- tario general de la Federación Mundial. nizaciones, que tienen el control de la Los Sindicatos franceses agregan así los mayoría de los votos. Así, los Sindicatos votos d e unos seis" millones de trabajasoviéticos, británicos, norteamericanos y dores, quienes son partidarios de un activo papel político para la Federación Munfranceses tienen una especie de veto. »La Federación Internacional de Sindi- dial de Sindicatos. catos, predecesora de la actual Federación »Lbs Sindicatos obreros italianos tienen Mundial y una organización, obrera sin . un líder comunista representándolos. en funciones políticas, no incluía a los Sin- ' la Federación Mundial, G. di Vitorbo, • dicatos soviéticos. En oposición a la Fe- quien dice hablar en nombre de más de deración Internacional, los rusos forma- cinco millones de italiano,;., a pesar de ron el Comunista Internacional {Komin- que la mayoría, de los Sindicatos italiaterri), que combinaba los fines de una nos es católica o socialista, como quedo revolución mundial comunista con la lu- demostrado en las recientes elecciones y cha de clase de los trabajadores. Ahora no aceptan los objetivos comunistas. la nueva Federación Mundial vuelve a »Lcs Sindicatos latinoamericanos, encaconvertirse en instrumento político : y. eco- bezados por Vicente Lombardo Toledanómico internacional, a pretexto de reali- no, son el ejemplo más palpable de la zar las esperanzas de los trabajadores. fantasmagórica representación de los líde»Los Sindicatos soviéticos son lo más res que actúan como peleles de los sodiferente que puede haber de los Sindica- , viéticos. Según las cuentas, alegres de Vicente Lombardo Toledano, la C. T. A. L. tos de la Europa occidental, los Estados "Unidos y Méjico. Empezaron a organi- alinea otros cuatro millones de trabajadozarse hasta después de la revolución bol- res en'las filas de auienes quieren que chevique de 1917. Su desarrollo desde en- la Federación Mundial de Sindicatos use tonces ha sido guiado por el hecho de su influencia en los asuntos políticos. »En resumen: se pretende que hay líque la economía y el Gobierno de la Unión Soviética están totalmente inte- deres, de diecinueve millones de trabajadores organizados que siguen iricondiciogrados. »E1 movimiento obrero en Rusia está nalmente los mandatos de los líderes ae b.ajo un control centralizado, que deja po- veintisiete .millones de trabajadores soviéticos. Todos estos líderes, abierta o seca independencia de acción a las organizaciones locales. Los Sindicatos no ejer- cretamente, son comunistas que afuman, que la acción política debe preceder a cen ninguna acción, política de importancia dentro de Rusia, pero por medio de •la acción económica y-social, si ei traoa- 582 KISVISTA DE REVISTAS jador quiere obtener verdaderas ganan- greso de organizaciones industriales es el cias. Su arma de lucha es la incesante producto de un país en que la libertadagitación y petición de más salaries, me- de empresa - es todavía vigente. Sin emnos horas y más servidos sociales. Des- bargo, Sidney Hillman, su recién falleciechan la iniciativa privada z~ son partida- do vocero, adoptaba en. ciertos casos, corios de una economía dirigida por el Go- mo vicepresidente de la Federación Mundial, una posición más cercasa a los Sinbierno. »Bn el otro campo están los Sindicatos dicatos británicos que a los soviéticos. »En una reciente reunión del Consejo obreros más antiguos y de 'mayor prestigio, que' desde hace muchos años han ejecutivo de la Federación Mundial en separado la actividad sindical de la ac- Moscú se revelaron las diferencias básitividad política. Han dejado la política cas entre el Consejo de organizaciones ' a organizaciones especiales, tales como el industriales americano, el Congreso de Sindicatos británico y los Sindicatos coPartido Laborista en Inglaterra y los partidos socialistas del resto de la Europa , munistas rusos. »E1 problema se refería a España. Los occidental. Han empleado'la contratación colectiva para obtener sus conquistas en líderes soviéticos, franceses y el mejicano pedían una acción radical contra Esel campo económico. »E1 Congreso de Sindicatos de trabaja- paña. Querían que todos los Sindicatos dores británicos encabeza este bando en marítimos afiliados a la Federación Mundial se negasen a cargar o descargar cualla Federación Mundial de Sindicatos. Su secretario general hasta hace pocas sema- quier barco rumbo a o procedente de Esnas, sir Walter Citrine, fue electo primer paña. Los Sindicatos británicos y nortepresidente de la Federación Mundial. Su americanos consideraron esa acción deelección como presidente fue considera- masiado fuerte. • da como un paso para unificar a los dos . »E1 resultado fue una transacción, una bandos en conflicto bajo una jefatura mo- . victoria para los moderados. La Federación decidió apoyar cualquier acción que derada. . ' ' »Los Sindicatos socialistas en la Euro- las Naciones Unidas adopten hacia Es-. pa occidental, todos antiguos miembros de paña. la vieja Federación Internacional de Sin»Fuera de la Federación Mundial hay dicatos de Trabajadores, siguen el ejem- una oposición todavía mayor a la idea de plo inglés. Hay cerca de trece millones una participación activa del trabajo en de trabajadores en Inglaterra, los Países la política. Proviene principalmente de Escandinavos, Bélgica, Holanda, Suiza, los siete millones de miembros de la FeAustralia, Núsva, Zelanda y Canadá que deración Americana del Trabajo, que se adoptan un punto de vista moderado so- negó a ingresar en la Federación Munbre las funciones del movimiento obrero dial. También proviene del millón de mundial. miembros de los Sindicatos Cristianos de »La mayoría de estos trabajadores creen Europa y de miembros de Sindicatos ine n una industria nacionalizada y dirigida, dependientes en todas partes del mundo; pero también' quieren que los trabajado-1 es decir, de la mayor parte de los trabajadores. res conserven su libertad.individual. Los Sindicatos locales en esos países ejercen »La'Federación Americana del Trabasu autoridad independiente. No siempre jo, vigorosa partidaria de la subsistencia siguen las líneas' fijadas por la organiza- de la libre empresa, sostiene que la Unión ción obrera nacional. Pero todos saben Soviética domina la Federación Mundial Que el poder de los trabajadores, en casa y quiere usarla para fomentar el .comucomo en el mundo, se deriva solamente nismo mundial. La Federación America" e la uniüad. ' " na del Trabajo dice que,- por lo demás, _»E1 Congreso de organizaciones indus- no hay «n Rusia 'Sindicatos obreros litriales, que representa a seis millones de bres. La antigua rivalidad entre la Feobreros norteamericanos en la Federación deración Americana del Trabajo y el Mundial, es considerado por'algunos ob- Congreso de Organizaciones Industriales servadores como una clase aparte, a pesar aumenta la oposición de la Federación d e que está infiltrado de líderes comunis- Americana del Trabajo a la Federación' tas y tiende más a alinearse del lado de los Mundial. soviéticos que de los británicos. El Con»Las Naciones Unidas han reconocido 583 REVISTA DE REVISTAS desde un principio que la disensión entre la- Federación Mundial y la Federación Americana del -Trabajo es permanente al colocar a ambas organizaciones en el mismo plano. Cuando se trate de asuntos de trabajo, ambas deben ser consultadas por el Consejo Económica y Social de las Naciones Unidas. »Para la Federación Mundial de Sin' dicatos de Trabajadores, sin embargo, el problema no estriba •en si puede contemporizar con la Federación Americana del Trabajo, sino si podrá conservar la unidad entre los líderes que se dicen representar sesenta y seis millones de trabajadores; es decir, si podrán alinear in. condicionalmente como instrumentos de Moscú, a los líderes que hasta ahora han conservado su dignidad. sSidney Hillman ha muerto. Sir Walter Citrino se ha convertido ahora en par del reino como barón de Cítrine do Wembley, tras de renunciar a su puesto de presidente de la Federación Mundial. Los moderados eran partidarios de que otro inglés—Arthur Deakin—sucediera a lord Citrine en la Federación, como un •signo de que continuaba la transacción. »E1 problema ahora estriba en si los sucesores de Hillman y Citrine continuarán leales a los intereses de su patria o si se convertirán en peleles de Moscú como' los Toledanos, Saillants y demás líderes de los satélites de la Unión Soviética.»—(E. M.) Núrn. 166, noviembre 1946. EGAÑA, Sergio Contardo: La sociedad internacional, según Francisco de Vitoria. (Págs. 3-23.) • Situado el autor, en la introducción de su artículo, ante el último conflicto mundial, y ante la incertidumbre creada por no haberse aún logrado dibujar siquiera el esquema de un futuro de paz, se plantea la cuestión de si no será posible construir tina humanidad en que el fantasma de la guerra quede alejado o, cuando menos, relegado, y con este motivo examina—poniéndola como ejemplo—la doctrina de Francisco de Vitoria sobre la organización de la sociedad internacional. A grandes rasgos señala los principales acontecimientos que jalonan la vida del «gran dominico», para adentrarse luego .584 en la exposición de las ideas de Vitoria sobre la sociedad internacional, que tuvieron la gran importancia de comprender que todas las relaciones humanas, aun las más bestiales, como ]a guerra, deben ceñirse a ciertas normas éticas, hasta el punto de que «si sus doctrinas hubieran sido seguidas por las naciones, no habríamos presenciado las monstruosidades actuales». Hace desfilar a continuación, en rápida visión, las ideas de Vitoria sobre «el hombre sociable por necesidad» y de cómo esta sociabilidad le lleva a reunir las familias, formando una sociedad que las comprenda y supere, sociedad que resultará del aporte total y que tendrá un fin que sólo indirectamente es el de las familias que la forman, naciendo así la noción del bien común; de cómo esta sociedad necesita de una autoridad que la gobierne y encamine, autoridad que encuentra también su'origen en aquel Derecho natural, con su poder emanado de Dios en cuanto poder en sí, no en relación a la persona que lo ostenta Con ello llega al estudio del Derecho de gentes. Señala la evolución del concepto desde su nacimiento con el Imperio romano, para llegar, a través de las definiciones Üe Gayo, San Isidoro y Santo Tomás, a la de Vitoria, para quien el De- . recho de gentes es «el que ha constituido la razón natural entre todos los-pueblos»; Derecho que es, en parte, natitral, y en parte, positivo, y, «según el caso, derivará sus principios de uno o de otro, pero conservando siempre su fisonomía propia», concepto tan ajustado a la realidad, que, como dice el autor, «aún" hoy, después de cuatro siglos, si queremos hacer una verdadera exposición del Derecho internacional, no podemos prescindir de ella». La sociedad internacional, donde este Derecho tiene aplicación, es el último punto del estudio de Contardo Egaña. En la evolución de las sociedades se llega _ al Estado, de cuya unión surge otra sociedad natural, la sociedad internacional, que tiene por norma jurídica a la que someterse el Derecho de gentes. Vitoria reconoce ampliamente este Hecho en varios momentos, y de detal forma, al tratar de los títulos legítimos ^ ?oxl~ quista de América, señala como el primero e indiscutible el de «la sociedad y comunidad iiatural», y más tarde, cuando REVISTA 33B SgVtSXAS da la licitud o ilicitud de las guerras, tra- contrario, más que nunca se hace ver ta, afirma que si la guerra fuese útil a la necesidad de traerla nuevamente a la una provincia, con daño del orbe o de luz», porque sin un espíritu cristiano «no la cristiandad, por la existencia de aque- es posible esperar una paz verdadera», y lla sociedad de la que todas las repúbli- nada conseguirán todas «las Cartas deí cas forman parte, «pienso que por eso Atlántico o de San Francisco que se dio mismo sería injusta», principio que para ten si se pisotean estos principios, que son, Contardo Egaña «casi suena a ironía al simplemente, los que emanan de la naexpresarlo en nuestra época» y que Vito- turaleza humana».—(C. E. M.) ria «no tuvo reparo en decirlo y proclamarlo corno principio fundamental de la comunidad internacional». EYZAGCIERE: Jaime-: La misión histórica del libro español. (Págs. 38-44.) Sociedad formada por «todas las naciones del orbe», en la «que nadie se excluye, cualquiera que sea su religión, cul- " «El libro español, vocero de su cultutura y régimen de gobierno», y que no ra, testimonio vivo de su sentir y penempaña para nada la soberanía de cada sar», de aita y preciada, genealogía, tenEstado, y que le lleva, como el gran do- drá a su caigo en el propósito ecuménico minico reconoce, a «darse con entera li- del Imperio español una gran tarea a bertad el gobernante que desee, no sien- realizar. do posible, aún es más, es contra el DeSi el invento de Gutenberg tarda casi recho de gentes el imponer a un pueblo un siglo en llegar a España logra en ella un determinado gobernante». un rápidb y elevado desenvolvimiento. Insignes prensistas trabajan en toda EsPor último, si el orbe entero forma una especie dé república, debe, indudablemen- paña, haciendo posible con su tarea la te, tener una autoridad que la dirija, sien- expansión por el mundo de la gramática do ia posibilidad de que tal autoridad sea de Nebrija, del poema de Ercilla, «el elegida por la mayoría de los cristianos, mejor poema épico de ¡a lengua», «voz de afirmada en varias ocasiones por Vitoria, un Imperio universal» o de la portentoque con valiosos argumentos demuestra sa Biblia políglota, junto con toda clase cómo tal magistratura tendría el poder le- de escritos de teólogos y juristas, crónigislativo y judicial, *y a ella estarían obli- cas históricas, etc, que llevaron' a todo gadas todas las naciones a obedecer, y si el orbe «la palabra española de hermanno lo hicieran, faltarían a las normas del dad, de fe, de justicia, de amor». Derecho de gentes, cometerían una injusPor ello se «ve al libro venir con los ticia y podrían ser castigadas por los de- primeros colonos y nacer presto en el más Estados, aun por medio dé las armas. mismo corazón virgen de América en un ¿En quién debe residir esta autoridad? afán nunca acortado de progreso», de tal Es el último, punto del ensayo, y en él forma, que un siglo antes que' los primehace resaltar el nuevo, autor el espíritu ros, tipógrafos angloamericanos, llega a independiente y libre de prejuicios del pa- Méjico un^ «maestro imprimidor» espadre Vitoria, ya que, viviendo en la época ñol, Esteban Martín, afirmándose el aren que la autoridad universal del Pontí- te en Nueva España, de donde pasa ráfice se extendía tanto a lo espiritual co- pidamente, en magnífica producción, a mo a lo temporal y empuñaba el cetro toda la América del Sur. Cita numerosos datos de esta inmensa del gran Imperio español el emperador Carlos V, no teme afirmar que ni uno ni tarea realizada hasta llegar al año 1748, otro «eran los dueños del orbe», y en tan- en que, gracias a los jesuítas, llegan a to no se elija por la mayoría de las re- Santiago los primeros tipos de imprenta. El libro de Méjico, de Lima y, sobre públicas la autoridad que las dirija, ésta residirá en los jefes de los diversos Es- todo, de España llega a América profusamente a lo largo de los siglos coloniatados. Ante las ideas expuestas, Sergio Con- "les, con lo que el autor sale al paso de tardo afirma: «Doctrina elaborada en el la afirmación, que ya la crítica histórica siglo xvi, hoy, cuatro siglos más tarde, no puede admitir, de que España trató, y después de las convulsiones más trági- cerrando el paso al libro, de mantener la cas que ha sufrido'la Historia, no ha per- ignorancia en los colonos, sosteniendo, dido un ápice de su actualidad, y, por el por el contrario, con el erudito José To- 585 RBVIS2A rre Revello, que «los hombres cultos americanos tuvieron una preparación humanística y científica que en nada tenía que envidiar a los de la Península» o como el profesor norteamericano Irving Leonard dijo: .«La gran cantidad de novelas y lectura amena que en el siglo xvi estuvo a disposición de los lectores en las colonias españolas, nos ofrece un contraste con lo que nos ha sido revelado. hasta ahora sobre materia de lectura disponible en las colonias de Norteamérica de un siglo más tarde.» Señala el autor, con numerosos datos, la existencia en- aquellos siglos de magníficas colecciones y bibliotecas, así como la presencia en Santiago de «dos vecinos de importancia por su infatigable amor a la lectura y que llegaron a reunir más de REVISTAS KBVIS1AS dos irsií volúmenes», poniendo su atención en los tesoros bibliográficos guardados en los claustros chilenos,' donde, según .inventarios incompletos, llegaron a existir más de quince mil volúmenes. «Pasado ya el tiempo—concluye—de las enconadas luchas partidistas, . quedará siempre en pie, a despecho de la campaña negra y del empaque de los ciegos voluntarios, ese testimonio viviente de 'la obra cultural de España en América que es el libro: el que vino de allá y el que aquí mismo nació de las prensas que montaron, atravesando el Océano, manos y • corazones españoles, para perpetuar la fe y la lengua de la raza y sellar un común destino, capaz de sobrevivir a los más duros cambios, y reveses de la Historia.» (C. E: M.) FRANCESAS ferencia estriba en que para mantener la paz y la seguridad internacionales es preRevista del Centro de Estudios de Polí- ciso, en los momentos más graves, terminar en una acción y no solamente en tica Extranjera.—Pañs. meras resoluciones, que rio tendrían sino un puro valor intelectual de condenaNúm. 4, 1946. ciones morales. BANDEVAXT, Jules: Le veto dans l'OrgaEn la Sociedad de Naciones el princinisalion des Nations Unies. (El veto en pio para las decisiones era la unanimidad, la Organización de las Naciones Unisi bien algo atenuada. Ello era así porque . das.) (Págs. 231-338.) sus miembros tenían la obligación de mantener la integridad territorial y la inEl veto es el poder reconocido a los dependencia política contra una agresión neC Estados que' son miembros .permanentes ilícita, de un modo automático, sin *-~ del Consejo de Seguridad de impedir, por sidad de una decisión del Consejo o de su voto en contra o por su abstención, la Asamblea'. Pero en la Carta de San que este Consejo tome una decisión. No Francisco lá principal responsabilidad dei se extiende a la adopción de recomenda- mantenimiento de la paz y de la seguriciones por la Asamblea general de las dad incumbe al Consejo, quien toma las decisiones por las cuales determina las Naciones Unidas. Bs necesario diferenciar el veto en po- reacciones comunes a efectuar contra el lítica interna del de la O. N. U.: en el agresor. De ello resulta la importancia capital orden interno, el mismo Gobierno dispane de agentes de ejecución que depen- de las condiciones mediante las que el den, de él, reciben sus órdenes y las cum- Consejo pueda tomar sus decisiones: plen; en el'sistema de la Carta, el-Con¿Unanimidad, mayoría cualificada Q masejo de Seguridad no tiene órganbs pro- yoría simple? En Yalta resolvieron ios pios de ejecución, y ha de dirigirse, a .los «tres grandes» que para toda clase_ " Gobiernos cuando quiera realizar una ac- cuestiones que no fueran de procedimiención exterior. La importancia de esta di- to exa preciso el voto afirmativo de siePolitique Eírangérc. REVISTA DE REVISTAS te saiembros, entre tos cuales debían figurar los permanentes; así apareció el veto. En San Francisco el .derecho de veto fue muy atacado, como lo había sido anteriormente en la Cámara de los Comunes; pero las naciones de Yalta tenían sus obligaciones y mantuvieron su idea directriz: las grandes potencias habían estado unidas en la lucha, y.sólo por el mantenimiento de esta unión podía ser garantizada la paz. El delegado soviético indicó que una decisión mayoritaria del Consejo de Seguridad contradiciendo esta unión, de los grandes Estados causaría rozamientos entre ellos. Por eso no se abandonó el sistema fijado en la Conferencia de Crimea: invocando el estado actual del mundo, las cinco potencias no pueden tomar el compromiso de ejercer una acción íoerciíiva que ellas no hayan decidido. Afirmóse entonces que no se abusaría del derecho de veto y que su empleo sería raro. . Stettimus defendió el sistema del veto, 'basándose en que las cinco potencias debían obrar de. concierto para que la paz fuera mantenida. Según él, las críticas dirigidas al veto procedían del olvido tanto de las circunstancias de que las Naciones Unidas no constituían ni una. unión federal ni un Estado mundial, cuanto del hecho de que los procedimientos -de votación entre naciones soberanas no podían estar calcados de los de una Asamblea nacional. El veto aparece, pues, en la O. N. U. a propósito de las decisiones del Consejo de Seguridad, y entre éstas las más importantes son las que toma para reaccionar contra una agresión o una amenaza' de agresión; lo que importa aquí no es una decisión, que quedará en un plano teórico, sino una reacción eficaz contra el, agresor, eficacia que depende de la ejecución obtenida'. El-Consejo de Seguridad no dispone de ningún medio de acción exterior, que, én la práctica, dependerá de lo a«e hagan las grandes potencias. Si un gran Estado se abstiene, los Estados menores se sentirán bastante influidos a seguir su ejemplo. Y como el sistema establecido es un sistema de acción común, si alguno de los grandes Estados üo participa en esta acción, el sistema se hunde; para qce sea eficaz es preciso que al llegar el momento todos los grandes Estados estén de acuerdo para la acción común. El sistema del veto descansa en la constatación de esta exigencia. Después de estas generales consideraciones teóricas, el jurista francés, magistrado del Tribunal Internacional de Justicia, termina su artículo, reproducción. de una conferencia, exponiendo casos y situaciones en que se atenúa o se mantiene enteramente el derecho de •veto.— (L. G. A.) Le Monde París. Volumen V, año II, núm. 16, enero 1947: PIÑÓN, Rene: La place ét le role de la Poiogne en Enrope (El lugar y la misión de Polonia en Europa) (Páginas 43-53-) «Una Europa sin Polonia—dice monsieur Rene Piñón—es una Europa sencilla, constituida por tres zonas: Francia y los Países Bajos, Alemania y Rusia. Para mantener a raya las ambiciones alemanasi la solución era evidente, y así, nació la Petite Entente. Pero la presencia de una Polonia independiente complica la situación. Más allá de Alemania, Francia tropieza con Polonia. Alemania se ve comprimida entre Francia y Polonia, que a su vez recibe el empuje de Rusia y Alemania. Esta situación, difícil por sus veces, se ha resuelto con el reparto de Polonia y su desaparición en 1939- Frente a la amenaza que para tal país representan Alemania y Rusia, conjunta o independientemente, sólo hay un remedio: el-apoyo de Francia, implicado a las^claras en el Tratado de Versalles. En justa compensación al apoyo que eventualmente debiera prestar, hubiera sido penoso que Francia conservara el control de la política exterior polaca,, a fin de no correr el riesgo de .tener que pagar los errores de aquélla, como ha sucedido.» Seguidamente monsieur Rene Pinon pasa a estudiar las características del pueblo polaco,' que, pese a la unidad de su. fe católica y su patriotismo, se ve dividido en tres grandes grupos, correspondientes a las tres dominaciones bajo las cuales hubo de vivir durante largo período. El más occidental, dominado por Alemania, fue el que logró mayor ho587 M5VISIA DE REVISTAS mogeneidad y disciplina. El grupo polaco de Cracovia y Galitzia gozaba de cierta autonomía bajo la autoridad del emperador de Austria y se mantuvo fiel a su tradición de pueblo artista y de elevado nivel cultural. En cambio, los polacos subditos de los zares, vejados por una administración, meticulosa y desordenada a un tiempo, conservaron una- mentalidad de insurrectos y dedicaron su energía a las actividades revolucionarias. Pudo así darse -el caso 'paradójico de que Pilsudski coincidiera con Stalin en su lucha contra el Imperio de los zares, que consideraba preciso aniquilar, para que Polonia recobrase su libertad. Un sector de Polonia estaba, pues, dispuesto a ayudar incluso a Alemania para destruir a Rusia, en tanto qué otro, no menos importante, pensaba que su libertad estaba unida a la democratización de Rusia, que sólo se lograría con el derrumbamiento de los Imperios centrales. Para éstos, Alemania y su potencia militar era el principal enemigo de Polonia. Al estallar la primera guerra mundial, tan lamentables divergencias de opinión se pusieron de- manifiesto y tuvieron funestas consecuencias para la corta historia de Polonia independiente, esa Polonia que resucitó gracias a la victoria aliada y no supo vivir bien. Necesitada de una autoridad que la organizase, se dio a sí misma una Constitución demagógica. Tampoco supo mantener amistad sincera con ninguna de sus vecinas, fueran éstas Lituania o Checoslovaquia. Por otra parte, no podía contar con Alemania, ocupada en separarla de Inglaterra y Francia. Sus esfuerzos para captarse la romántica amistad de Hungría, en cambio, la alejaron de Rumania y de la Petite Entente. No se pudo obrar con mayor ligereza que Polonia, y es esto fiel reflejo de la idiosincrasia polaca, hecha ds inteligencia, de adaptabilidad e inconstancia, como reconocía el mismo mariscal Pilsudski. Por tanto, si Polonia debía su existencia a Francia, ésta hubiera debido impe- . dirle que se lanzara por la pendiente peligrosa de su política,1 negándose a aceptar el golpe de Estado de Pilsudski y el flirteo de su aliada con Alemania. ¿Toleraría hoy Stalin una política polaca que no señalara Moscú? La debilidad de Francia en tales circunstancias dio- pábulo a la política de Beck, cuyas funestas consecuencias pudieron .preverse. En 588 efecto: Francia toleró impávida que Polonia, su aliada, cuya independencia garantizaba, estuviera siempre enfrente de ella en la Sociedad de las Naciones, en los asuntos de Checoslovaquia e incluso apoyando las reivindicaciones coloniales italianas, perjudiciales para Francia. Semejante política sólo hubiera tenido razón de ser de estar dispuesta Polonia a hacer todas las concesiones A Alemania. Pero el hecho es que se negaba a hacérselas, incluso a conceder la autorización a los alemanes de pasar el famoso pasillo sin pasaportes ni aduanas. Tal vez tuvo Beck razón al no ceder, lo que hubiera dado las apariencias de debilidad; pero, entonces, ¿para qué visitar al Führer? .Ello dio motivo a Alemania para que Polonia, puesta en un brete, separará su suerte de la de' Inglaterra y Francia. Sin embargo, cuando -las circunstanciasse volvieron críticas, Beck se mostró dispuesto a cumplir sus compromisos con Francia, recordándose a este respecto tos sucesos que. siguieron á ]a declaración de 7 de marzo de-193.6, en la que Hitlcr denunció el. Tratado de Versalles, y la. falta- de reacción de Francia en aquellas circunstancias, falta de reacción que mermó el prestigio francés y reforzó la posición política de Beclc, siempre dispuesto a buscar un acercamiento con Alemania, sin que Francia—cuando puxw hacerlo a raíz de los acuerdos militares de Rsmbonilles de 1936—hiciera lo necesario para alejar a éste del ministerio de Asuntos Exteriores. A medida que pasa el tiempo, la pc J tica de Beck se torna más paralela con la de Iíitler, en particular con motivo des • asunto de Checoslovaquia amenazada, sin tener en cuenta que después de Austria y Checoslovaquia había de tocarle el turno a ella. En efecto: una Polonia menos fuerte que sus vecinos sólo tiene tres soluciones: aliarse con Rusia, con Alemania o ser repartida entre ambas. Fuera de esto, sólo tiene una salvación: el apoyo de Francia e Inglaterra. Ello implica que Polonia tiene que escoger, es decir, ajenar parte de su libertad, cualquiera que sea la determinación que tome. _ En la Europa de hoy, la posiaon de Polonia es sencilla: se convierte en sateiite de Rusia, en Estado tampon, debanado a recibir los primeros golpes de -un choque eventual del germanismo > ei KBVISTA DE REVISTAS eslavismo. La U. R. S. S. la reconcilia con sus vecinas Lituania y Checoslovaquia al imponerle silencio. Prácticamente, su independencia sólo es mera apa-. rienda. En estas condiciones, ¿cuál puede ser el porvenir de Polonia? Primero necesita restaurar su vida económica, complicada por el aniquilamiento de los judíos,. llevado a cabo por los alemanes, aunque, .por otra, parte, esto simplifica la situación interior. Luego, luchar para recobrar en el futuro su personalidad política y su independencia y conservar sus características étnicas y culturales. Aunque todo ello resulte difícil, de conseguirse frente al absorbente poder de la Rusia soviética, cabe abrigar la esperanza de que Polonia, que no ha sabido vivir, cuando era independiente, sabrá no morir, ciencia que ha mostrado tener en el transcurso de su trágica historia.—(C. M. de la E.) París. Tomo I1IS nútns. 16-17, octvibi'e-noviembre 1946. HERZOG, Jacques Bernard: Le message de Nüremberg {El mensaje de Nürem. berg) (Págs. 299-314.) Empieza con la afirmación de que el Derecho internacional ha admitido siempre que los Estados beligerantes castiguen- a los criminales de guerra caídos en su poder. Esta regla nació con el mismo Derecho internacional. Francisco de Vitoria, Suárez y Grotiús han sentado los principios que después desarrollaron los escritores alemanes de los siglos xvil y, xvnr. Desde esa época, según la fórmula de Johan-Jacob Moser, dos soldados culpables de atentado a las prescripciones del Derecho internacional deben ser tratados como criminales y no como prisioneros de guerra». Pero al final del siglo xix estos principios fueron formulados en convenciones internacionales que reglamentaban el derecho de guerra. Alude el articulista a la Convención de La Haya de 1907 y a la de Ginebra de 1929, y añade: existen reglas imperativas que de consuno las imperan las necesidades de la guerra con las exigencias de la conciencia humana. Los actos de los criminales de guerra adquieren su cualificación jurídica de. la codificación internacional de leyes y costumbres de guerra. La primera expresión de este derecho está ya en la doctrina canónica de la Edad Media sobre la guerra justa. Un movimiento de moralidad ha influido gradualmente en el derecho de gentes, y, así como el asesinato había sido en tiempos declarado crimen y puesto bajo los tribunales represivos del Estado, la idea de] carácter criminal de la guerra ha. triunfado. Esta idea se ha traducido ya a fórmulas positivas. La primera es, sin duda, la del artículo 227 del Tratado de Versalfes, que declaró culpable a Guillermo II «de ofensa suprema contra la moral internacional y .la autoridad sagrada de los tratados». Pero la fórmula más importante es la contenida en él Pacto Briand-Ketfog (27 de agosto da 1928), del que Aleraariia es signataria. Este Pacto, que no fue nunca denunciado, tiene valor de derecho positivo. Desde esa fecha, toda guerra de agresión es ilegal ante el Derecho internacional positivo. Pero el Derecho penal internacional carece de sanciones. La represión no ha sido aún organizada; Jas Naciones Unidas eslán intentando realizarla después de sü victoria. Ya en 1919 los aliados han intentado forjar un aparato represivo internacional. Es preciso tenerlo en cuenta para apreciar, con conocimiento de causa, la ebra de Nüremberg. Los artículos 222 a 230 del Tratado de Versalles remitían los criminales de guerra a los tribunales militares internacionales. Nadie ignora que el Gobierno holandés rehus'ó la extradición • de Guillermo II, y todos se acuerdan de la vergonzosa parodia que tuvo lugar en Leipzig, en la Corte suprema del Reich. Investiga después el' autor los antecedentes, sobre la punición de los crímenes de guerra, durante el año 1919 y siguientes, en la propia Alemania, la cual reclamó de los aliados el derecho a castigar por su propia jurisdicción los crímenes de guerra cometidos por sus nacionales. De novecientas una causas, sólo hubo trece condenaciones. SI recuerdo de este escarnio ha inspirado a los hombres de Estado vencedores la decisión; de organizar por sí mismos la represión de la criminalidad hitleriana. Desde 1942 se advir589 RfiVISTA DE REVISTAS tió claramente por los aliados a ios alemanes esta decisión. La declaración de las Naciones Unidas de 13 de enero de 1942 fijó el principio de una represión internacional en los términos siguientes: «Las naciones aliadas han clasificado entre los principales fines de la guerra el castigo, por medio de la justicia organizada, de los culpables o de los responsables de crímenes de guerra, sea que los hayan ordenado, que los hayan perpetrado o que hayan participado en ellos.» La declaración de Moscú puso los fundamentos del sistema represivo y fijó las reglas del mismo: «Los criminales de guerra tendrían que ser entregados a la justicia de los tribunales de aquellas na- • ciones en las que hubieran cometido sus atropellos y juzgados conforme a las leyes de esas naciones; se exceptuaba a los individuos llamados grandes criminales de guerra, cuyos excesos hubiesen afectado a muchas naciones; estos grandes criminales de guerra, delincuentes internacionales, dependerían de la justicia internacional.» Estos últimos quedaban a merced de una decisión común de -las Naciones Unidas. El articulista subraya la ambigüedad de semejante fórmula. Recuerda el antecedente de Napoleón, que, después del Tratado de Viena, quedó desterrado en Santa Elena, por efecto de una condenación implícita'en la deportación. Ahora los aliados no quisieron una solución de esta índole. Prefirieron que la represión de los grandes criminales de guerra tuviese un carácter estrictamente judicial, y por eso instituyeron un- Tribunal internacional. Después de referirse al fracaso de las represiones previstas por el Tratado de Versalles, hace hincapié en la doctrina que de tiempo atrás reclamaba la organización de una justicia internacional para tales fines; menciona al jurisconsulto rumano Vespasiano Pella. Se refiere asimismo al proyecto de estatuto de una Cámara Criminal en la Corte Permanente de Justicia Internacional, presentado en. 28 de enero de 1928 por la Asociación Internacional del Derecho Penal, y plasmado en 15 de marzo de 1935; En igual sentido se pronunció, después del atentado de Marsella, que costó la vida al rey de Yugoslavia y al presidente Barthou, una proposición francesa. Esta jurisdicción debía haber sido instituida en 16 de noviembre de 1937 por una convención cuya puesta en vigor quedó su- 590 bordinada a ¡a ratificación de los Estados signatarios. La justicia internacional estaba en gestación hasta que en la Conferencia de San Francisco los juristas interaliados discutieron so.bre la practicidad de los principios de la declaración de Moscú. El 8 de agosto de 1945, una Comisión reunida en Londres formuló el acuerdo al cual deberían prestar adhesión las diecinueve Naciones Unidas. Había sido creada la primera jurisdicción internacional de la Historia. El articulista traza rápidamente la actuación Sel primer Tribunal, constituido por la antedicha jurisdicción, y su primera sesión y acta acusatoria 'contra los criminales de guerra alemanes el x8 de octubre de 1945. Señala que ese Tribunal de Nüreraberg ha llevado a cabo una obra considerable, y aclara que no se traía de un organismo encargado de imponer el veredicto de los vencedores a los vencidos, como han asegurado algunos comentaristas alemanes e italianos, y aun algunos autores españoles y hasta franceses. «Ese argumento carece de todo sentido», dice el articulista, y se pregunta: «¿Cuál es la justicia que no castiga a un vencido? El malhechor al que los gendarmes conducen al correccional, previamente ha sostenido un combate con la Policía, del que ésta salió victoriosa; 'no hay Derecho que pueda ser asegurado por una sanción si no hay una fuerza que^to imponga; el Derecho sin la fuerza no es más que un imperativo moral, y esto es verdad tanto en el orden internacional como en el orden interno.» Trae a cuento la autoridad de Francois de Mentnon. Otro argumento se ha esgrimido contra la legitimidad del' Tribunal de Nüremberg: su falta de objetividad, pues solo está compuesto por los jueces de las potencias beligerantes, con exclusión de los representantes de los Estados neutrales y de todo magistrado alemán. Según el profesor soviético Trainine, este argumento es injurioso, ya que desconfía de la imparcialidad de los jueces aliados, i e-a el articulista dice que tal respuesta es insuficiente. Todos los Estados a quienes Alemania llevó a la guerra están en •-" derecho de juzgar a los grandes criminales de guerra," pero ninguno de ellos puecte legítimamente reivindicar tal privilegio, > a que transmitieron su poder jurisdiccional a'un Tribunal internacional cuya mstitu- REVISTA ím REVISTAS ción se funda sobre esa delegación de rioridad al 1 de septiembre de 1939 ao competencia. Pero -el Tribunal de Nü- constituían crímenes contra la Humaniremberg, ¿no es, sobre todo, una juris- dad: La distinción entre crimen contra la dicción interaliada? Así parece, .pues só- Humanidad y crimen de guerra estriba en lo las Naciones Unidas se han adherido confundir la cuaüficación deja infracción al acuerdo de 8 de agosto de 1945. Es propiamente dicha y las circunstancias natural que, frente a Alemania, la jusde su., ejecución. Los crímenes contra la ticia aliada la ejerzan las potencias ocu- Humanidad se diferencian ds los crímepantes y sólo ellas. El Tribunal dé Nü- nes de Derecho común en que han sido remberg ejerce su jurisdición en nombre perpetrados con una intención política del Consejo de Control, 'del cual es órga- determinada y siguiendo un método crino. En fin de cuentas, el Tribunal de minal particular. Pero en puro análisis Nüremberg tiene toda la autoridad que jurídico son crímenes de Derecho cole han delegado jurisdiccionalmente las mún, aunque se les dé nombres diverNaciones Unidas. Su legitimidad se afirsos : crímenes contra la Humanidad, conma en la legalidad de la acción judicial tra la persona humana, contra la. condique se persigue. El principio de la lega- ción humana, genicidios, etc. Esta es la lidad de los delitos y penas es una de razón de que el Tribunal de Nürembei-g las reglas judiciales de la moral jurídica haya tratado conjuntamente y fallado soy fundamento del Derecho penal mo- bre una y otra clase supuesta de crímederno. nes. En la condena más típica de crímeLos crímenes de guerra tienen su ca- nes contra la Humanidad decretada en lificación de tales en los acuerdos inter- Nüremberg—la de von Schirach y Streinacionales que han condenado la guerra cher—se advierte que dicho crimen se de agresión, particularmente el Pacto castiga como una provocación a crímenes Briand-Kellog. La guerra implica én- sí de. Derecho común. Por tanto, el conmisma el recurso a medios que en sí son junto de crímenes sobre los que se ha' criminales, pero los vuelve lícitos la li- fallado en Nüremberg no constituye, secitud de la guerra misma. El autor trata gún el. profesor suizo Graven, sino la perpetración para fines políticos, y bajo' seguidamente de los crímenes de guerra; son, según la ordenanza francesa de 28 una forma sistemática, de crímenes de de agosto de 1944, crímenes de Derecho Derecho común previstos y castigados por común cometidos con ocasión y pretexto todas las legislaciones penales. Por ello del Estado de guerra. Las propias leyes no puede ser, puesta en duda la legalidad .penales ordinarias los castigan. Se cifran- de la acción judicial del Tribunal de- Nüconcretamente en los asesinatos, violacio- remberg. Igualmente es correcta la norma procesal seguida, aunque ella no hanes, secuestros, pillaje y robo. Los crímenes contra la Humanidad, es- ya sido todo lo perfecta que pudiéramos to es, los cometidos en ejecución de una desear. El autor dice de ella que ha siPolítica criminal del Estado por motivos do muy liberal y respetuosa con los denacionales, políticos, religiosos o raciales, rechos de la defensa. La única limitación constituyen, según ciertos juristas, un. que el Tribunal creyó indisperfiable poconcepto penal absolutamente nuevo: así ner a los derechos del acusado atañe a la Eugenio Ároneanu. Su formulación estri- aportación de testimonios, sobre todo oraba en la ley internacional de 8 de agosto les. De los cincuenta testigos que Sauckel de 1945. El autor rechaza esta opinión y reclamaba el Tribunal admitió cinco, y dice que, si así fuera, los jefes del nacio- se presentaron cuatro, de los cuales'ninnalsocialismo habrían sido acusados de crí- guno aportó elementos nuevos de juicio. Sigue el articulista señalando las particumenes cuya definición legal estaría dada después de cometidos; con ello el prin~ laridades observadas por el procedimiencipio de la legalidad de delitos y penas to dé Nüremberg, elogiándolas en gene-' caería por tierra. El crimen de lesa hu- ral, aunque poniéndoles algunos repromanidad no se puede disociar del crimen ches. Se refiere luego a la absolución de dé guerra propiamente dicho; esto es, tres de los acusados, sobre todo al caso_ del crimen de Derecho común. A esta de Fritsche, al cual, según el autor, no concepción parece haberse atenido el Tri- se debía haber declarado libre.' Igualbunal de Nüremberg al afirmar que los mente critica la absolución de von Pacrímenes imputados al nazismo con ante- pen y Schacht, los cuales, aun no siendo 591 K.EVISÍA DE REVISTAS hitlerianos, sentaron las bases' económicopolíticas para el triunfo de Hitler. Si no fueron coautores de. los crímenes de Hitíer, fueron sus cómplices. Sostiene el autor que, de acuerdo con la declaración de i de octubre de 1946, que declara organización criminal el Cuerpo de dirigentes políticos del- partido nacionalsocialista, los tres procesados absueltos pueden de nuevo ser perseguidos. Defiende asimismo la legitimidad de los tribunales interiores alemanes para perseguirlos por delitos anteriores al 1 de septiembre de 1939, conforme a las leyes alemanas. Cualquiera que sea la opinión que se tenga acerca del proceso.de Nüremberg, no hay duda que en él se dio una perfecta objetividad. Trae como prueba la exculpación del almirante Doenitz en cuanto a los atribuidos delitos contra el Derecho internacional de "guerra submarina, de acuerdo con los testimonios de los Almirantazgos aliados, que habían dado iguales órdenes que el Almirantazgo alemán.. En suma: el Tribunal de Nü~ rertiberg, por el equilibrio de sus decisiones, es una enseñanza para la Humanidad y debe garantizar a las generaciones futuras que no hay más victoria que la del Derecho y la justicia. Pero, además, el proceso de Nüremberg enuncia los principios del Derecho internacional sobre el cual ha de fundarse el orden público entre los Estados.- El au- " tor tacha de tímido el plan jurídicQ desarrollado en Nüremberg. Los jueces internacionales no han intentado una definición .exacta dei crimen contra la Humanidad. Es asimismo de lamentar que dicho Tribunal no se haya manifestado, explícito acerca del problema esencial que plantea la ley Penal que ha aplicado. • ¿Es esta la legislación alemana como algunos habían sugerido? Es el Derecho común legislativo de las naciones civilizadas? ¿Es la costumbre internacional? La verdad es que el Tribunal no entró en la discusión de una metafísica jurídica y que pronunció sus penas sin precisar su origen normativo. "La principal virtud de este juicio consiste en asegurar lá primacía de la ley internacional. La era del Derecho represivo interno ha sufrido Tina revolución. La ley internacional se impone a. los hombres por encima de sus leyes nacionales. Puesto que el crimen carece de fronteras, la justicia se extiende más allá de las divisiones territoria592 les y gravita sobre todos los miembros de la comunidad internacional. Dé aquí se sigue que los individuos tienen deberes internacionales superiores a las obligaciones que se derivan de su nacionalidad respectiva. Ha nacido, por tanto, la justicia internacional o interestática. Asimismo, el proceso de Nüremberg plantea el(principio de la responsabilidad penal de los jefes de Estado. El Tribunal no se ha dejado ligar por las disquisiciones que objetaban la imposibilidad de someter a proceso al Estado, puesto que carecía, como tal entidad, de intención penal, ni tampoco a los individuos que representasen al Estado. Por el contrario, se re•conoce que los jefes de Estado pueden incurrir en responsabilidad penal porque existe una justicia 'internacional superior a la justicia de cada Estado. La condena a muerte de Jodl y Keitel resuelve el problema de lá responsabilidad penal de los hombres, que corren con la conducta de la guerra. La obediencia a las órdenes de un Gobierno no excusa los crímenes cuando la ilegalidad de las órdenes es manifiesta. La justicia internacional reposa, según los. estatuido en Nüremberg, esencialmente sobre el principio de la responsabilidad individual. Ahora bien: la justicia internacional sobrepasa la mera dimensión' del individuo y sanciona la culpabilidad intrínseca de las colectividades de que se compone la comunidad de naciones. La política criminal de los Estados queda materializada en los crímenes de sus jefes. Asi lo decreta el Tribunal de Nüremberg al someter a proceso a seis organizaciones nacionalsocialistas. El principio de responsabilidad de las colectividades estatales e interestatales debe ser uno de los fundamentos del Derecho internacional penal. Sin embargo, el proceso de Nüremberg pertenece ya al pasado, e igualmente sucederá dentro de poco con el Tribunal de Tokio. La organización de la justicia universal debe continuar. La jurisdicción de los grandes criminales de guerra sólo es un Tribunal efímero j es preciso que de esa primera experiencia surja una jurisdicción internacional permanente. El estatuto de 8 de agoste> ae 1945 debe ser el germen de un CoüJgo penal interestatal que establezca las regias del Derecho criminal formal y material de la comunidad de naciones. Hay que establecer el orden jurídico de la iiuma- REVISTA DE REVISTAS nidad. El mundo lo mismo puede llegar a perecer por la fuerza que hallar su salvación en la justicia. Esta es la alternativa que se les plantea a ¡os hombres de la era atómica, y éste es el mensaje de Nüremberg.—(B. M.) DÜCLOS, Fierre: Remarques sur \é nombre des fonctionnaires. (Notas sobre el número de funcionarios.) (Págs. 340347.) ' • " Por estimarlo de vivo interés para nuestros lectores, traducimos a continuación el siguiente* artículo: «Politique ha dado cuenta, en su día, . de la creación de la Dirección de la Función Pública. Ahora vamos a divulgar los resultados de una encuesta llevada a cabo por ella, en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística (Ministerio de Economía Nacional), a fines del año 1946, y cuyo objeto era el enumeramiento de los agentes de servicios públicos. El hecho merece "la atención por razones muy diversas. »En primer lugar, por el hecho en sí. En efecto, es la primera vez- que en Francia se ha intentado el esfuerzo de cifrar, la totalidad de los agentes de servicios públicos. Los trabajos oficiales anteriores habían, todo lo más, llegado en 1941 a numerar solamente los agentes «del Estado». Ahora, la encuesta pretendía igualmente abarcar el personal de Mubicipios y provincias. A eso se ha llegado y, aun con algunas reservas en cuanto al detalle, no se puede quitar mérito al suceso. ' • .• »Muchas veces, urgidos por el tiempo y preocupados acaso por lá novedad de la materia y por la dificultad de hallar un método de enumeración seguro a la v ez que rápido y uniforme, los autores de la encuesta han tenido que limitar sus indagaciones al personal civil metropolitano que directamente cobraba de los Presupuestos del Estado, de las colectividades locales y de los establecimientos Públicos correspondientes. Por lo tanto, los resultados obtenidos tienen .sólo un Valor fragmentario; no pueden dar una idea* precisa de lá parte que representan, e n ej conjunto de ía mano de obra francesa, las personas empleadas en el funcionamiento de servicios públicosj puesto que el personal colonial y ocupado en el extranjero, el personal militar y el délos organismos paraadmimstrativos, cuya, remuneración carga por diversos títulos sobre las finanzas públicas y la economía nacional (establecimientos nacionalizados, servicios delegados), quedan fuera de la investigación hecha.' Acaso por esto la cifra a que llega el cómputo presente deja al contribuyente bajo la impresión de una agradable sorpresa; monta, efectivamente, a un total de un mi-.' llón cuatrocientos setenta y nueve mil funcionarios. En realidad, deberían añadirse a esta cifra los seis mil agentes designados tardíamente, así como el personal de las minas de potasa de Alsacia y de la O. N. I. A. (15.000 agentes). Casi estábamos para gritar: «¿Solamente?», porque estamos lejos de las astronómicas cifras, con frecuencia propagadas ligeramente entre el público. El total se descompone como sigue, en cifras redonr das: • »Agentes del Estado (presupuesto general) : 516.000 titulares, 107.000 coa~ tractuales (sometidos a un régimen, parecido al de empleados de Empresas privadas), 271.000 auxiliares, 221.000 obreros; total, 1.115,000. «Agentes de "los departamentos o provincias (presupuestos departamentales): 14.000 titulares, 4.000 contractuales, auxiliares, 22.ooo3 42.000 obreros; total, 82.000. «Agentes de la-s comunas o Municipios (presupuestos comunales): 117.000 titulares, 36.000 contractuales, 83.000 auxiliares, 46.000 obreros; total, 282.000. »Desde luego, este total es alto. Atendidas las comparaciones que los autores de la investigación' o cómputo han creído poder, establecer con, las cifras pertinentes a años pasados y hechas por métodos distintos, se comprueba un aumento de agentes del Estado igual al 60 por 100 con relación a 1936, y al 40 por IOOcon relación 'a 1941. Señalemos de pasada cómo la evolución de las funciones del Estado se inscribe, de manera bien significativa, en la cifra de efectivos,: la importancia de éstos se refiere, en efecto, a lo que el público acostumbra a exigir o aceptar del Estado en cada trance de la Historia. La cifra de los efectivoscontribuye a dar, por ejemplo, una idea asaz clara del desenvolvimiento de la centralización administrativa, así como de los sectores en los cuales «la demanda» 593. REVISTA DE RfinSTAS del público es, en cierto sentido, más densa. »Ante estos diversos aspectos, llaman la atención particularmente: »i.° Que los agentes pagados por los • presupuestos locales (provincias y Municipios) sólo representan la cuarta par-. te del total general; y es que existe, sobre todo a partir de 1930, una tendencia muy fuerte a echar sobre el Estado la carga de servicios hasta entonces asumidos por comunas y departamentos (Policía de seguridad, y urbana). »2.° La creación de ciertos servicios recientes o el aumento de servicios antiguos por exigencias económicas y sociales; así, están asignados para el abastecimiento importantes contingentes de funcionarios e igualmente a la economía nacional, información, reconstrucción, mientras que desde 1936 a 1946 se constatan, de otra parte, aumentos de 10.000 funcionarios para Trabajo; 46.000, para Educación Nacional; 12.000, para Agricultura; 99.000, para el conjunto de P. T. T. »3.° Desigual repartición de los efectivos entre los ministerios; si clasificamos estos últimos por orden decreciente de importancia numérica se obtiene la serie siguiente: Defensa Nacional (Ejército y armamento: funcionarios- civiles solamente) 229.400 Educación Nacional 223.741 p . T. T : ... 221.420 Finanzas ..'. 107.936 Interior ... 95-587 Trabajos Públicos y Transportes ... 65.703 Reconstrucción v Urbanismo... 31.778 Avituallamiento 27.479 Agricultura 22.599 Ex combatientes, prisioneros y deportados I9-443 Justicia 17493 Trabajo ... 16.172 Economía Nacional 14.618 Producción Industrial .'.: 7-319 • Información 6.190 Sanidad Pública y Población. 2.373 Colonias 1.892 Negocios Extranjeros ... 850 Presidencia y Ministerio de Es-" tado " 207 Diversos servicios encomendados a la Presidencia del Gobierno 3.066 594 »4.° Por último, sorprende la proporción entre los distintos titulares: en algunos ministerios es muy poco, superior a la de los. temporeros, y, a vecesa -incíuso muy inferior (que ¡es el caso particular, de Trabajo y Economía Nacional). Igual situación, aproximadamente, se da en los servicios departamentales y comunales. Esta situación propende, de una parte, al aumento de servicios temporeros nacidos de la guerra y llamados a desaparecer. De otra parte, y esto es lo más grave, al abandono de su tarea por parte de los titulares mal pagados, abandono que empuja a la juventud a no dedicarse más que a la función de auxiliares, que pueden dejar, llegado el momento, por situaciones privadas más lucrativas. De aquí una inestabilidad de personal, dañosa'para una buena administración, ya que ésta es imposible sin agentes experimentados. »Los autores de la encuesta traen a cuento, no sin- valentía, el problema delicado de la reducción del número de funcionarios. «Sería un error—escriben— creer que las personas denominadas temporeras no han sido reclutadas sino para hacer, frente a las necesidades pasajeras de la administración, y que será luego posible reabsorberlas tan pronto como aquellas necesidades hayan desaparecido. Esto sólo puede acaecer así para aqxiellos que están empleados en servicios de carácter verdaderamente temporal, tales como, por. ejemplo, los servicios nacidos de la guerra o de las consecuencias de la guerra: prisioneros, abastecimiento, reconstrucción, etc. Se puede ciertamente prever una reducción futura de tales efectivos, a la medida qiie se vaya liquidando la situación proveniente de las hostilidades. Pero es claro que esta reducción no podrá ser más paulatina, puesto que alguno de estos servicios apenas ha comenzado su tarea (la reconstrucción, -por ejemplo). Esto, por lo _. de ~ " más, viene a confirmarse en la experiencia de la primera guerra mundial: el nu* mero de funcionarios de servicios públicos, que era de 465.000, aproximadamente, en 1914, pasó en 1922 a 595-oo°- ea 1924 no había podido reducirse mas que a 535.000/Por lo que 3tañe al. personal temporero, empleado en los servicios permanentes, ocupa, en su mayoría, empleos que presentan los caracteres de ios empleos de funcionarios titulares, bu tmi- REVISTA DE BJSVISTAS larización, progresiva, prevista por la Ordenanza de 21 de mayo de 1945, es, por tanto, absolutamente normal. Ella realiza, en el plan del Estatuto jurídico de los funcionarios, el fenómeno del acrecentamiento de las atribuciones permanentes del Estado. Así que conviene no ilusionarse sino con prudencia acerca de la posibilidad de reducir inmediatamente, y en masa, el número de funcionarios, como con demasiada frecuencia reclama una opinión pública mal informada.» »Las cifras susodichas justifican, además, consideraciones accesorias. La primera, respecto al perfil administrativo de Francia, cornparado con el del país cuyo espíritu e instituciones están más cerca de las nuestras: la Gran Bretaña. La proporción global de los funcionarios civiles de servicios públicos en relación a la población general es, en Francia, de 3,7 por 100, mientras que llega en Gran Bretaña al 4,3. La comparación de ambos porcentajes demuestra que, quiérase o no, no hay Estado moderno sin una fortísima armazón administrativa, que no es, por tanto, exclusiva de los Estados totalitarios. Por otra parte, se advierte que, desde un punto de vista democrático y-familiar, el elemento funcionario es, en su conjunto, de valor ligeramente menor que los otros componentes de la población activa. Si el examen del cuadro comparativo hecho a este .respecto demuestra que las familias de cuatro hijos y más son más numerosas entre los obreros de los servicios públicos que en el conjunto de otras profesiones (6,6 por 100 de familias de cuatro y cinco hijos contra 4,9; 2,3 por 100 de familias de seis hijos y más contra 1,3), ao es menos cierto que la inmensa mayoría de los funcionarios generalmente» no pasa de uno o dos hijos, lo que, ya. se sabe, e s insuficiente para asegurar el porveJúr de Francia: el porcentaje de los sin hijos llega en éstos al 44,5 por 100 contra el 40 en el conjunto de la población activa. ¿Puede imputarse este estado de cosas a la remuneración de los agentes * servicios públicos? ¿Los funcionarios, supuesta una igualdad de cargas familia*es, están menos pagados que los trabajadores del sector privado? Entre ellos, ¿cuál es el poder de adquisición respectivo del padre de familia y del soltero? La encuesta que nos suministra, a este respecto, diversos datos, no nos permite responder directamente a estas preguatas. Sin duda, nos ofrece la encuesta muchos cuadros de repartición por secciones de sueldos brutos. De ello resulta que el 38,9 por 100 de los agentes del Estado y el 66,4 de los agentes departamentales alcanzan un sueldo bruto inferior a 48.000 francos; un 53,9 por loo de los agentes del Estado alcanza un sueldo comprendido entre 48.000 francos y 150.0C0; un 7,2 por 100 llega a un sueldo superior a 150.00 francos; un 0,2 por 100 solamente,- sobrepasa los 270.000 francos. Alas de aquí no se podría deducir, sino muy vagamente, la situación individual de los funcionarios. Como lo hacía notar el diario Le Monde el 14 de agosto de 1946, el elemento sueldo está afectado por indemnizaciones que conviene tener en cuenta (gastos de residencia).. »Sería muy conveniente que una encuesta ulterior determinase: »i.° La distribución de Jos agentes por grandes secciones de emolumentos netos (esto es, después de deducidos los diversos descuentos y añadidas las indemnizaciones o gratificaciones con carácter de generalidad). »2.° Su. distribución, en esas mismas, secciones, por funciones comparables; y »3.° La relación, en equivalencia de funciones, entre los agentes" de los sectores público y privado. »En lo que les concierne, los autores de la encuesta escriben sin titubeo: «Si se considera que los índices de precios oficiales establecidos con relación a 1939 se acercan actualmente al coeficiente 6, y lo sobrepasan notablemente, si se tienen¡ en cuenta los precios reales, y que, de otra parte, los sueldos de los agentes de los servicios públicos no alcanzan en su promedio más que un coeficiente de 3,5 con relación a la misma fecha, es claro que esta mediocridad de sueldos administrativos debe tener repercusiones graves sobre el nivel de vida de los funcionarios; es una de las razones que explican que los funcionarios tengan, 'en general, menos hijos que el resto de la población.» »Uno de los cuadros publicados merece mención especial: aquel que se refiere al índice de sueldo neto de ciertas categorías de funcionarios a fines de 1946 con relación a un número-base 100 en 1939. Se comprueba en él el aplastamien- 595 BBVISIA DE REVISTAS »Otro reparo es el método empleado to de la pirámide de los salarios, al que en la ejecución del cómputo. Este métose hizo alusión tan frecuentemente en los últimos tiempos, y que no puede me- do es, en sí mismo, indiscutible, al menos de conmover a cualquiera que se in- aos por lo que concierne al número anunciado de funcionarios del Estado y terese por el porvenir de la función pública; a título, de ejemplo, el funciona- de los departamentos. Aquí, la' cifra está suministrada, en efecto, en vista del exario cuyo sueldo base es 36.000 francos men "de cuenta de los estados de pagos. se encuentra en el índice neto 360 con del mes de enero hechos por los tesorelación a 1939, mientras que aquel que reros-pagadores generales. Ahora bien: esté situado en la sección de 185.000 francos está solamente en el índice 295 es innegable que tomar los funcionarios en el momento preciso en que. ellos se (estas cifras se refieren a agentes solteros en París), y el beneficiario—privile- presentan para alcanzar su sueldo es el giado—de un sueldo de 350.000 francos medio ideal de no dejar escapar a ninestá en el índice neto 271. Este cuadro guno. Pero ¿no es- signo singular de relajamiento administrativo haber tenido tiene precisamente la ventaja de expresar más exactamente la situación, porque, que recurrir a un' procedimiento tan lara diferencia de otros', da eí* estado de los go y tan complicado? ¿Habremos de descuentos (sobré todo por impuestos) y concluir, particularmente, que las diverde las gratificaciones familiares y de re- sas administraciones no estaban en estado de suministrar por ellas mismas rá- ' sidencia. «Cuestión final sería determinar el va- pidamente la cifra exacta de agentes a su lor actual de todas estas cifras. Induda- servicio? Para una Empresa cualquiera, ¿no es prueba evidente de buena orgablemente, reflejan 'una' situación ya vieja: la de i.° de enero de 1946. Desde en- nización la de conocer con previsión en tonces, una ley de 15 de febrero de 1946 todo momento ía situación de sus efecprescribió la reducción en masa del nú- tivos? Pase el método para las colectivimero de funcionarios. Mas las decisio- dades descentralizadas, tan numerosas y nes tomadas — no me atrevo a escribir dispersas; pero si estas posibilidades perque efectivamente ejecutadas—están muy manentes no existen para el Estado, ¿que lejos de haber tenido este carácter. Por pensar? ¿Falta de método?' ¿Falta de tanto, las cifras- anteriores son, en su con- autoridad? De todos modos, hay que junto, válidas aún hoy, con la reserva dé agradecer a los' autores del cómputo halas modificaciones habidas en ía distri- ber salvado esta dificultad. Y hay que bución de los efectivos entre los diversos esperar, sobre todo, que las lecciones de servicios públicos' y ias diversas catego- esta primera experiencia permitan estarías de agentes. Si es verdad que el nú- blecer y perfeccionar una documentación las mero de agentes públicos está en fun- continua que, poniendo de relieve evoluciones acaecidas de a&> e n ano > ción de los servicios que el administrado espera o acepta del Estado, cabría pre- arrojará claridad sobre un grupo profeguntar sobre qué sector administrativo sional que hasta el presente ha sido muy podría imponerse la deflación de efec- mal conocido.»—(B. M.) tivos. Pero todo nos hace temer que los efectivos actuales aumenten y que, en Tomo IV, núms. 19-20, enera-febrero formas y por motivos variados, categorías múltiples de personal se han de ha1947' llar, cada vez más, colocadas en una situación cuasi-administratíva, en la cual, DEBRE, Michel: Departeméñt et dé'centralisation. (Departamento y descentraa mérito igual, gozarán de una situalización.) (Págs. 13-44.) ción superior a la de funcionarios propiamente dichos, situación cuyos gastos El Departamento en Francia fue creado tendrán que ser soportados directamente, o no, por las finanzas públicas, y que por ley de la Asamblea Constituyente provocará envidia y descontento entre los de 22 de diciembre de 1789, 8 de enero ae agentes de los servicios menos privilegia- de 1790, basándose en un mapa dos. No es el menor de los problemas Francia por departamentos dibujado por que las perspectivas de la evolución- de un geógrafo mezclado de aprendiz de reformador: Roberto de Hasseln. El mapa. la función pública nos plantea. 596 KEVIS'ÍA DE' REVISTAS de Hasseln se aceptó con pocas modificaciones por el Comité de tres miembros designados por la Constituyente y que presidía Thouret. En la Asamblea ei proyecto dio lugar a interesante discusión entre Thouret y Mirabeau; el primero parrtía de puntos, de vista aritméticos y geométricos, pero admitía las modificaciones impuestas por la Naturaleza. Mirabeau, arrancando de las realidades humanas y provinciales, admitía una división inspirada en preocupaciones teóricas. Pero los dos oradores hacían frente al enemigo común : las antiguas divisiones y el peligro del separatismo. Francia se dividió en departamentos, persiguiéndose que el límite de cada departamento fuera en cierto rnodo el lugar geométrico de los puntos distantes un día de viaje de la capital del Departamento. Pocas obras han sido en Francia tan revolucionarias y al mismo tiempo tan razonables. La ley de 28 Pluvioso c!el año VIII, que organizó la administración de las Prefecturas;, puede considerarse como el segundo acto del- nacimiento de los departamentos. Sostiene el autor que el Departamento no es ya simplemente una circunscripción geográfica, sino que se ha convertido en una colectividad. Sin embargo, no hay que creer que se haya operado una efectiva y amplia descentralización; La administración que existe dentro del Departamento no es en su. totalidad administración departamental. La mayor parte de los servicios son servicios del Estado organizados en la órbita local. El cambio de Estado, como no podía por menos de ser, ha dejado de sentir su fflflujo sobre el Departamento y sobre el Prefecto. Cada vez son más los servicios del' Estado que se organizan a espaldas . de los prefectos. Es más frecuente el vínculo entre el servicio local y dirección' de París, que entre el servicio local y la oficina del prefecto. El prefecto es desconocido por el ministerio de Hacienda y P°r los ministerios Económicos y Sociales. Se ha dicho que ha quedado reducido a un agente del ministerio del Interior, e incluso a un simple agente del minisfro- Solamente tiene contacto con los otros ministerios con ocasión de las eventuales consecuencias políticas de su actividad. Además, hay que tener presente que, casi s i n excepción, todos los ministerios Poseen al menos un servicio cuya orga- nización territorial ha desbordado al partamento. Antes eran sólo el Ejército, la Universidad y la Justicia los servicios que tenían un escalón intermedio entre el Estado y el Departamento. Hoy, el Departamento es una circunscripción demasiado pequeña, y el escalón intermedio se impone por doquier. El prefecto carece hoy de la estabilidad necesaria, está menos ligado al régimen que el Gobierno y menos ligado al 'Gobierno que a los parlamentarios influyentes de su Departamento. No se preocupa .por realizar una tarea, sino por hacer carrera. Evitar discusior¡es, demostrar prudencia política, no ocuparse nada más que de los asuntos más urgentes y resonantes, puede decirse que son los ideales de todo prefecto. El autor se ocupa a continuación del problema de la descentralización ea la Francia actual, y afirma que el régimen de centralización francés es ineficaz, costoso y produce enervamiento del espíritu ciudadano. La ineficacia se traduce en lentitud, desorden e irresponsabilidad. La organización centralizada filé construida pensando en un país rico. Ahora el Estado está en ruinas, y, sin embargo, continúa manteniendo a un personal numerosísimo, que con medios limitados administra • servicios cuyo coste no guarda relación con su -utilidad. Finalmente, el régimen centralizado determina que el ciudadano no se considera responsable de la administración. Se siente como el beneficiario normal, natural de los servicios públicos; se limita a pagar al Estado, pero se siente distante y apartado del funcionamiento de los servicios públicos. Examina el articulista las diversas tesis regionalistas que han mantenido los partidarios de la descentralización. Puede hablarse de una tesis histórica sostenida por aquellos que evocan las antiguas provincias, sus soberanías y sus gobiernos. Una tesis económica que se fija en la preeminencia de los problemas económicos, preocupándose unos de la unidad de producción y otros buscando el complemento de la producción agrícola con la producción industrial. Finalmente, una tesis administrativa que, aunque defiende el mantenimiento del Departamento, crea un escalón superior, al frente del cual habrá un delegado del Poder central encargado de coordinar todos los servicios 597 KEVISIA DIÍEEVISÍA3 del Estado y de adoptar decisiones e'im- que comprende del orden de noventa deponer orientaciones. Esta tesis del regio- partamentos. nalismo administrativo tendría numerosas El articulista defiende la necesidad de ventajas, que pueden condensarse en dos conservar el prefecto' y de colocarle al palabras.: coordinación, y desconcentra- abrigo del flujo y reflujo político. Su nomción. bramiento debía ser hecho por un plaSin embargo, no' hay que olvidar que zo determinado—seis años, por ejemplo—, la región no es sólo una categoría histó- y no podría operarse ningún cambio a rica o económica, no es; sólo un meca- no ser por motivos de orden disciplinario nismo administrativo, sino que pertenece o por .causas excepcionales. De esta matambién a un sistema político. El proble- nera se asegurarían la estabilidad y la independencia, condiciones necesarias de ma es delinear las circunscripciones que puedan en nuestra época servir de base toda buena administración. a la casi totalidad de los servicios públiEl autor critica la identidad de la dicos, y que al mismo tiempo, sin riesgo visión administrativa y la división electode la unidad política, se les pueda otor- ral que existe en Francia desde ' 1789. gar personalidad moral y cierta autono- Las consecuencias prácticas de la misma mía. El autor reproduce un mapa de son la influencia de los elegidos polítiFrancia, en cuya confección han partici- cos sobre la administración, la acumulapado Blanchard, Choüey y Jeanneney, y ción de cargos y la orientación de la conforme al cual Francia queda 'dividida función pública hacia las actividades en un número aproximado a cincuenta electorales. La política debe ser separacircunscripciones. Se rehace la división da de la administración. Solamente así lodepartamental sobre la base de doblar la grará evitarse en los departamentos la superficie media de cada circunscripción omnipotencia de las oficinas ministeriay de forma que el número de habitantes les y del Gobierno. La separación entre de cada una sea, por lo menos, quinientos la administración y la política se logrará mii habitantes. Como se ve, se trata de separando sus circunscripciones, y al misuna vía media entre Jas tesis regionalis- mo tiempo se efectuará una real y efectas, que quería una Francia regionalista tiva descentralización,' con el consiguiendividida en quince o veinte circunscrip- te resurgir del espíritu ciudadano en te ciones, y la división departamental actual, .vida provincial.—(J. G. H.) EVi STAS Foro Hondureno. Revista mensual de Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Sociales. Órgano de la Sociedad de Abogados.—Tegucigalpa. Año XVI, nútns. 1 y z, junio y julio X946. LÓPEZ AGUILERA, José R.: Mediación y no intervención. (Págs. 15-16.) Mediación e intervención son conceptos distintos que se suelen confundir muchas veces, cuando, debieran distinguirse cuidadosamente. La primera su- ONDUREÑAS pone el empleo de poderes conciliatorios, plenamente amistosos y no coactivos, -para buscar soluciones a problemas internacionales ajenos. La segunda implica ei empleo d¿ coacción,' ya diplomática, ya violenta o armada, para poner fin a una situación internacional que se considera indeseable. Ha habido ejemplos de intervenciones de tipo mediado^ que pr°~ dujeron buenos resultados. Asi, las norteamericanas en los conflictos I9centroamericanos de 1906, 1 9 " T f3- A ejemplos de intervenciones violentas de distinto carácter como las norteamericanas en Cuba, Méjico y Nicaragua. Por estas razones puede comprenderse la desconfianza que han suscitado, a EEV1STA DE REVISTAS pesar de sus buenas intenciones, las proposiciones del canciller uruguayo en la Conferencia Interamericana sobre Doctrina de Intervención de las Naciones Americanas para mantener inalterable el orden y la paz del Continente. Si con ello se tendiese sólo a una mejor aplicación de las funciones de mediación, bien venida tal intervención. Pero si ello permite el ejercicio de intromisiones de tipo violento, ello conducirá a situaciones peligrosas que no pueden aceptarse sin cuidado.—<3=. M.K C. T.) Repertorio áe Honduras. Año VI, núm. izo, 15 enero 1947. VALEEA, Elpidio: Rectificaciones. (Página 9.) En los pueblos, como en ios individuos, son difíciles las rectificaciones sinceras, y mucho más en los asuntos económicos o políticos. La América hispana, vasta región semicoloniaL, edmienza a darse cuenta de su destino independiente, y ha comenzado a nacionalizar sus fuentes de riqueza, monopolizadas por el capitalismo extranjero^ que se han colocado en la ruta conducente a servir de obstáculo y frustrar los impulsos encaminados a aquel fin. La evolución industrial y nacional de Hispanoamérica alarma profundamente a los directores de la plutocracia, y, en consecuencia, inventan el arma para combatirla. Ayer recibió el nombre de fascismo y sus derivados; si Méjico exiSía el cumplimiento de ciertas leyes sobre la extracción de petróleo y sus impuestos, fi ra acusado su Gobierno de connivencia pon Mussolini; si Argentina rechazaba la tttíervención que algunos entreguistas soKcitaban, la Prensa hablaba del carácter nazi de sus autoridades. Acabada la gue^a, desaparecieron sus fantasmas, pero surgieron otros nuevos al conjuro del democrático aliado ruso. _ Se tachan de comunistas las manifestaciones de independencia económica, de fos pueblos sojuzgados por el imperialismo *W oro. Es comunista Venezuela porque JMenta regular la venta del petróleo, y Chile por razones similares. Lamentamos ame cersista una tradición política de esta naturaleza en Norteamérica, donde muchos de sus hombres luchan por obtener rectificación sincera al respecto.—(A. de L.) Revista da Archivo y Biblioteca N a cionalesÓrgano de la Sociedad de Geografía e Historia de Honduras.—Tegucigalpa. Tomo XXV, núms. 3 y 4, septiembre y octubre, 1946. CHAMBERLAIN, Robert S.: Un documen-* to desconocido del licenciado Cristóbal de Pedraza, protector de los indios y . obispo de Honduras (Págs. 101-102.) El licenciado Cristóbal de Pedraza, que llegó a ser obispo de Honduras a mediados del siglo xvx, desarrolló papel importante en la historia de aquella provincia. Llegó allí como protector de los indios a fines del año 1538, durante la primera gobernación del adelantado Francisco de Montejo, y cuando la- provincia se vio trastornada por una sublevación general de los naturales. Casi inmediatamente hizo sentir su influencia, tanto en asuntos de gobierno como en la vida reHgiosa de la colonia, especialmente en vista del hecho de que Montejo le nombró como uno de sus principales consejeros. Por mandato real actuó como juez en la famosa controversia entre Pedro de Alvarado y Alontejo, sobre jurisdicción en Honduras. Este pleito culminó por el mes de agosto del año 1539, y al final fue resuelto por el tan bien conocido convenio entre los dos adelantados, por el cual estos trocaron sus respectivas jurisdicciones en Chiapas. Relativamente pocos meses después, el licenciado Pedraza marchó a Castilla, y posteriormente regresó a Honduras con el nombramiento de obispo. Antes de llegar a Honduras la primera vez, el licenciado Pedraza había servido en la Nueva España, donde era chantre de Méjico y protector de los indios en la Nueva Galicia. La fecha de su llegada a la Nueva Galicia se desconoce; pero parece hecho que había experiencia rica y amplia en el desempeño de su co~ 599. REVISÍA DE REVISTAS metido como protector de los indios en la Nueva Galicia. Esta experiencia dio origen a unas teorías y proyectos muy interesantes tocantes a los derechos de los indios y a su buen tratamiento. Salió de Nueva España hacia Castilla en el año 1536. En la Nueva Galicia había observado con pena los abusos que algunos de los españoles infligían i los naturales, relacionados a la esclavitud y los sistemas de encomiendas y naborías. También estaba profundamente preocupado por la falta de entusiasmo que mostraban muchos de los conquistadores y pobladores en lo .'tocante a la doctrina. Había luchado para proteger a los naturales de los malos tratamientos, como lo requería su mi•sión, y había establecido una escuela en que enseñaba. a los hijos de los indios, en especial en las doctrinas de la religión católica. Entonces resolvió hacer lo posible para eliminar los abusos, de los cuales te:nía conocimiento personal, para mejorar la vida de los indios y para atraerlos- a la Iglesia y al servicio real par métodos más humanitarios. Al recaer en él el nombramiento de protector de los indios «n Honduras, vio una oportunidad de ' REVISTAS The Qiiaríeríy Review. Londres. Núm. SJI, enero 1947. KENNEDY, A. L.: The expansión of Rus-, sia. (La expansión de Rusia.) (Páginas 1-17.) «La historia de' la Rusia moderna es la del crecimiento de Moscovia desde su origen de pequeño principado, uno entre tantos, hasta convertirse en el centro de un vasto imperio territorio euroasiático. 'Desde hace cinco centurias los rusos han estado buscando una frontera terminal que no encuentran nunca. La expansión, .moscovita dentro del Imperio actual es 600 poner en práctica sus teorías y proyectos, y se dispuso a hacerlo. Era, pues, un funcionario y eclesiástico de clara visión, de fecundas ideas y de carácter. El licenciado Pedraza nos ha dejado varios documentos importantes, algunos de los cuales merecen ser calificados como verdaderas cartas cte relación. El documento del Archivo General de Indias de Sevilla que sigue, publicado aquí en su mayor parte, filé escrito en Castilla por los años 1537 ó 1538, cuando Pedraza estuvo allí preparándose para su primer viaje, a Honduras. Este documento pone en claro sus ideas, teorías y proyectos. También refleja este documento la influencia de Bartolomé de las Casas y otros en cuanto al asunto de atraer a los indios hacia la paz y obediencia a la Corona y a la Iglesia por métodos pacíficos y bondadosos, y aclara sus propósitos en cuanto a la protección de ios naturales, de acuerdo con las leyes emitidas por la Corona. La revista reproduce seguidamente la Memoria del licenciado Cristóbal de Pedraza, protector de los indios de Honduras, a la Corona; años de 1537-1538-— Archivo General dé Indias de Sevilla, Yndiferente 1.380.— para crearlo inmediatamente y aceptar las reivindicaciones rusas en nombre ele la seguridad. The Times actualmente también arguye que Rusia tiene derecho a crear «gobiernos amigos» en los países vecinos, aunque tal derecho implique la intervención en su política interior a la q"= reiteradamente han renunciado sus nombres políticos. La teoría hitleriana de que cuanto era del interés de la Alemania nazi era justo e injusto cuanto iba en contra de aquél, es completamente admitida si el demandante es *«*» f ^ £ Cuando después d 5 la rusas permanecieron en x e r s i a , " l i n del período fijado en el acuerdo AngloRuso-Persa, The Times comentaba que el primer e indiscutible paso que era preciso dar debía ser obtener la confor REVISTA DE REVISTAS snidad de Rusia respecto a las condiciones para llevar a cabo la retirada, a la •gue Rusia ya se había comprometido legal, moral y políticamente. Nuestro diario dirigente, al final, volvió a sus normas tradicionales, publicando el día siguiente una vigorosa protesta del Embajador iraniano contra su extraordinario desliz en materia de moralidad política. La forma extremista de Realpolitik, practicada por Molotov en la Conferencia de la Paz, también ha sido a la postre, aunque cada vez menos vehementemente, excusada o explicada en Printing House Square. La opinión de que es absolutamente necesario para la 'Gran Bretaña disfrutar de la amistad de Rusia y para los Cuatro Grandes mantener la unidad en el Consejo de Seguridad, sólo tardíamente ha sido modificada. Pero el daño ha sido hecho. Rusia, -durante largo tiempo, ha sido animada a creer que nada le sería denegado. Siéndonos necesaria Sil amistad, aceptaremos cualquier cosa que nos pida. La unidad es necesaria en Washington, .por tanto, puede decir «no» a cualquier cosa que no le convenga. Afortunadamente, mister Bevin ha comprendido que Rusia no está interesada de ninguna manera en salvar la civilización que ha sido construida en el Oeste europeo, en ambas Américas y en los Dominios británicos. Recuerda lo que otros han olvidado, es decir, que los soviets no han desechado el zarismo ni han combatido voluntariamente a Hitler. La catnarilla bolchevique derrocó a los socialistas de Kerensky en Rusia; odia, aunque a veces saca partido de" ellos, los regímenes socialistas de los demás países, y abandonó a su suerte a aquéllos que combatían a Hitler hasta que éste invadió el territorio ruso. »A1 fin se ha comprendido que el pequeño grupo que controla la política rusa e & la actualidad no tiene ni una parcela •de benevolencia .para cualquier país que n o sea comunista, ya que el propósito es el engrandecimiento de Rusia mediante el comunismo, lo que explica la táctica caprichosa y obstructiva de Molotov duraüte las negociaciones de París. La, estabilidad no es el mejor abono para el crecimiento del comunismo. La ilegalidad tnoral y política es algo más favorable. La desintegración por la anarquía produce un comunismo larvado, y, más tarde 3 su floración. Por ello, Rusia ha pro- longado las negociaciones de la paz, disíutiendo con igual tesón todos los puntos de procedimiento y todas las proposiciones, convirtiéndose en el principal obstructor de la paz en vez de ser su artesano. Los dirigentes de la Unión Soviética tal vez alentaban la esperanza de que América, interesada en Europa, «moriría de desesperación» si los términos de los Tratados de paz podían ser indefinidamente aplazados. Además, semejante actitud ha permitido a Rusia mantener ejércitos de ocupación en los antiguos territorios enemigos, como en Hungría y Austria, ejércitos que hubieran debido retirar tan pronto firmados los Tratados de paz. Es plenamente cierto que Rusia no se ha salvado de la inquietud económica y social que aflige a los demás países en este período de postguerra, y el mantenimiento fuera, de su territorio de cientos de miles de hombres que viven, sobre el país que ocupan, retrasa de modo muy conveniente el difícil proceso de su desmovilización y su integración, en ¡a dislocada máquina industrial rusa. Esas tropas, además, han podido ver los niveles de vida que imperan en los territorios donde están estacionadas y compararlos favorablemente con los de Rusia, que ellos habían pensado ser muy superiores a los que prevalecían en cualquier sociedad capitalista. Mientras tanto, los' ingenieros soviéticos han. transportado a Rusia alrededor de la mitad del petróleo producido en Austria; de ese mismo país se han llevado mucho más del material que los aliados les habían autorizado a coger. Molotov ha tratado de convertir el Danubio en una vía fluvial controlada por Rusia, en tanto -que las desembocaduras del Sulina y el Kilia se están encenagando, comprometiendo así la ingente labor que los ingenieros ingleses realizaron durante la pasada centuria para asegurar la navegabilidad del río. Moscú está casi seguramente ayudando a las bandas comunistas que desde Bulgaria y Macedonia entran y saquean el Norte de Grecia, la única nación balcánica que, con la simpatía de Inglaterra, aún resiste con éxito a la dominación comunista. «Inglaterra, con el total apoyo moral de los Estados Unidos, ha laborado por establecer en Grecia una clase de democracia, según la entendemos, y que es irreconciliable con el régimen que impera en 607 REVISTA DR REVISTAS Moscú. El sistema soviético es un disfraz de gobierno del pueblo. Aunque se trata de presentarlo como un gobierno del pueblo, no pasa de ser un régimen donde el dictador hace lo que le viene en gana. Rusia no cree, ni en la libertad de palabra ni en las elecciones libres. Si existe una oposición en país soviético o en* cualquier nación que de él depende, la oposición es «eliminada», es decir, que sus componentes son detenidos, desechados' y no vuelven a aparecer nunca más. Son asesinados o pueden ser enviados a alguno de los numerosos campos "de concentración de Rusia o Siberia, que no son menos horribles que lo fueron los de la Alemania nazi. El pueblo de la' Rusia soviética no podrá nunca escoger un nuevo gobierno o volver al anterior. Eí individuo no cuenta. Como los nazis de Hitler, los comunistas entregan su conciencia a sus dirigentes. El imperialismo luso es la más formidable de las tiranías, porque anula la personalidad y esclaviza las cualidades del indrroruo dondequiera que domine. »Las democracias inglesa, norteamericana y la del Oeste europeo, representan la antítesis de esas ideas que dan pábulo y alimentan el conflicto- político planteado entre el Este y el Oeste. Los países del. Oeste han edificado sus constituciones sobre la base de la fe en Dios y el elemento espiritual del hombre, cosas por igual 'negadas por el comunismo. Para muchos de nosotros aparece claro que la civilización europea no puede sobrevivir sin la creencia en el Cristianismo, y en que el hombre, en su estado natural y pagano, como Jo prefiere el comunismo, no es ni fraternal ni vive en paz, y que solamente puede-ser establecida una política de buena vecindad, si antes' ha establecido una ética cristiana. El comunismo sólo busca al hombre y la naturaleza para realizar fines puramente materiales. En cuanto se traslada al terreno de la acción política, el credo comunista se ha demostrado anticristiano en sus tendencias, inhumano en sus métodos y violentamente enemigo de todos aquellos que no aceptan sus dogmas. Por contraposición, el Cristianismo alenta al individuo, fomenta la variedad y predica la tolerancia. »El imperialismo británico es tan opuesto al imperialismo ruso, como la democracia británica a la democracia rusa. 608 Si en sus primeras etapas ha utilizado a veces la fuerza, no obstante, como el imperialismo americano en Cuba y Filipinas, ha buscado la liberación del individuo y la emancipación de los países mediante el sélf-govemmónt, que constituye su suprema aspiración. Mientras Rusia se extiende con mano de hierro por muchas naciones del Oeste, en el Próximo y Lejano Oriente, lo mismo que en el Báltico, el Mar Negro y los Dardanelos, Inglaterra está retrocediendo en las Indias, en Birmania, en Egipto y en Transjordania, que bajo su égida han superado las dificultades del arte de gobernarse a sí mismos, y actualmente están en vías de conseguir la total independencia que desde hace tiempo ha sido alcanzada por los Dominios. Actualmente el comunismo es el medio de extender., la influencia rusa y su imperialismo. Míster Byrnes, que ha merecido bien de la Humanidad por su trabajo en París, ha- hablado, finalmente, contra «la agresión por subterfugio o la infiltración política», y contra «los fomentadores^ de la guerra de nervios utilizada con fines estratégicos». Míster Bevin y el British Foreing Office, de acuerdo con él, consideran esos métodos tan contrarios al espíritu de la Carta de las Naciones Unidas como a su letra. La política rusa ha infringido, casi totalmente, el primer artículo de la Carta, que define ha de ser uno de los fines de la O. N. U. «desarrollar entre las naciones relaciones amistosas basadas en el respeto a los principios de igualdad de derechos y li-s bre determinación de los pueblos». E ° sistemas se enfrentan. Los principios de la Carta son desafiados por un Estado que ha escogido ser uno de sus principales campeones, lo mismo que la Liga de las Naciones fue derribada, al final, por tres naciones: Alemania, Italia y e l Japón, que han. tenido puestos permanentes en sus Consejos. Queremos ha-fl blar de la guerra entre Rusia y Gra Bretaña. Esta ha aceptado el P « n " p j ° de Kellog, que negaba la legitimidad de la guerra con fines nacionales. Inglaterra no declarará nunca la guerra a i^usw. El único caso en que podría ser envuejta en una guerra sería si los_ principas o preceptos de la O. N. U. vgaea. siendo violados persistentemente, lo que caería de lleno dentro de tos términos del artículo 6, y si, frente a la . incorregible REVISTA DE REVISTAS y peligrosa actitud de IQS que faltan a colectiva y mal razonamiento por parte ia ley, no existiera otra alternativa para de los políticos y hombres de Estado del las naciones -que ven en los principios mundo entero que en el trato infligido de la Carta la única base estable para a España sucesivamente en San Franconseguir la seguridad, que empuñar las cisco, Potsdam y en el Hunter College armas en una guerra defensiva. Cierto por las Naciones Unidas. Justo es decir es que los miembros de las Naciones que ciertos hombres de Estado se han Unidas que con más denuedo defienden desligado en parte de dicho trato. Entre sus principios morales y políticos son éstos pueden citarse míster Churchill, aquéllos que menos habrían de compro- míster Byrnes, míster van Kleffens, m/smeterse en una guerra activa iniciada por ter Bevin y sir Alexander Cadogan, aunsu causa. Pero el desafío queda en pie que estos políticos han pensado que era con todo rigor. Día tras día se repite necesario pagar cuidadosamente su tripor boca de Rusia: «Nosotros, el pue- buto a la popularidad expresando su averblo soviético, sólo tenemos un camino: sión hacia el presente régimen de Esseguir avanzando de victoria en victoria paña. hasta el triunfo del comunismo.» Así lo »E1 régimen actual de España tiene, decía Prcwda hace poco tiempo. Si no indudablemente, los serios defectos del se puede tomar nunca muy en serio las totalitarismo y de una excesiva burocracosas que dice el profesor Laski, hay que cia, que adolece de la corrupción y exconvenir qiie no andaba muy desacerta- travagancia, siempre inherentes a ésta, do cuando el- otro día (12 de octubre de y de las que hablaré más adelante; pero 1946) ha dicho en Príncetown: «Pese a la la aversión en la materia no debe ser vehemente insistencia de los hombres de ecléctica ni exclusivamente aplicada a ' Estado respecto a su pasión por una paz España, que no tiene el monopolio de asentada en una auténtica asamblea mun- esos defectos y se. encuentra hoy entre dial, no puedo ver su logro sino en un las naciones más tranquilas, prósperas y futuro que no tiene relación con esta ge- mejor alimentadas de Europa. La vida en neración... El mundo se enfrenta con la España no puede ser calificada de libre mayor crisis que ha existido desde la en el sentído que se daba a la libertad Reforma.» Y de la misma parte del mun- de los civilizados durante la era victoriado llega otra amonestación de una per- na, pero es comparativamente más libre sona opuesta a los puntos de vista del que en muchas naciones europeas de profesor Laski. El cardenal Spallman, hoy. arzobispo de Nueva York, dijo, el 10 de »En septiembre pasado hice un extenoctubre que «la plaga de los militantes so viaje a través de. las más importantes ateístas, cuyo código de vida y ley es ciudades y regiones agrícolas de Espala moral' nihilista, se está extendiendo ña, con vistas a estudiar con mi obserr ocultamente por todo el mundo, enve- vación personal y mi pasada experiencia nenando a América y poniendo por do- del país las actuales condiciones políticas, quier en peligro las libertades». Tene- sociales y agrícolas de España, y convenmos el peligro encima. Estamos cansa- cerme de que la pintura trazada por sus dos, pero el reto existe. La fe, el carác- detractores de que se trataba de un país ter y el sentido común pueden derrotar de hambre, privaciones y terror era una * al comunismo en su presente etapa; pe- completa ilusión. Muchas cosas son deto si nos negamos a hacer frente al com- fectuosas y otras deficientes como en oate con argumentos activos y una po- otros países: España sigue siendo un país lítica oportuna, el resultado habrá de ser de contradicciones, y «el carácter espadecidido ñor los métodos suicidas de la ñol y sus métodos son los mismos a trabomba y el cohete.»--{C. M. E.) vés de los siglos; pero ningún observador puede negar que actualmente una gran mayoría de todas las clases de EsLODEVAY, Arthur F.: Spain, U. N. O. paña está bien nutrida, bien vestida y1 and Giré,. (España, la O. N. U. y Gi- feliz, con dinero para gastarlo en sus ral.) (Págs. 18-31.) pasatiempos favoritos, que son los toros, el fútbol y los cafés. «Raramente en la Historia se puede »La injusticia e hipocresía de las dis" ? un caso de más chocante injusticia cusiones en 2a O. N. U. se han demos609 EEVIS'fA DE REVISTAS irado con el Hecho de que no han medido a otras naciones con el mismo rasero que el que ha servido para medir a España. Esto puede ser ilustrado con. el viejo refrán de que «lo que es salsa para el ganso es salsa para el pato». Lo que es salsa para el ganso también sería salsa para el pato moscovita, yugoslavo o mejicana. Mirando a España, pero sin mirar a sus acusadores, la O. N. U. ha prescindido del principio de la Carta del Atlántico, que establece son los asuntos internos de un país de la exclusiva competencia de éste. La culminación de la injusticia se alcanzó cuando los demandantes del Hunter College desempeñaron al mismo tiempo el papel de acusadores y jueces, procedimiento que puede desacreditar eternamente a cualquier tribunal. »La situación se convirtió en un complejo de farsa y tragedia. Fue una farsa que la O. N. U. tratase como potente Gobierno de una nación que no es miembro a un grupo de políticos desterrados de dicho país, representantes de un Parlamento anticonstitucional, de los cuales muchos viven de los saqueos realizados durante la guerra civil y culpables, a los ojos de la mayoría de los españoles, de la sangre vertida por millares de paisanos suyos. Fue una tragedia, porque España permanece, y a través de su historia ha permanecido, fiel a la misma civilización cristiana, a la que Inglaterra y América permanecen, . y que" hoy está amenazada de destrucción. Es una' tesis lógica la de que estamos asistiendo a una de las manifestaciones de la lucha eterna entre el bien y el mal, entre la verdad y la mentira, y entre Dios y los poderes de las tinieblas. »Existen muchas razones para explicar la actitud del público y de la Prensa hacia España; pero las principales de éstas son la ignorancia y el enorme poder, ora directo, ora indirecto, de los rusos y de la propaganda, comunista, que con diabólica inteligencia y habilidad crean, aunque falsamente, un mito: el de que España se convertirá en la piedra de toque de la ortodoxia izquierdista. Stalin no ha olvidado nunca a España debido a la derrota que ha sufrido en su esperanza de establecer un Soviet allí,.y.la actitud de los pueblos y las naciones hacia, España es buen calibrador de su su- 610 peditación o complacencia -hacia el comunismo ateísta. »La falsedad, todavía propagada, de la intervención extranjera en la guerra civil de España puede ser rebatida por muchos hechos históricos y publicaciones. Un hecho saliente lo demuestra de modo patente. En octubre de 1937 tuvo lugar una gran manifestación en Madrid, .a la sazón ocupado por el Gobierno republicano, para celebrar el aniversario de la llegada al frente de Madrid de las Brigadas Internacionales, que, como todos sabemos, era la contribución comunista a la guerra civil y que se evaluó, aproximadamente, a unos cien mil hombres. De modo que la llegada de las Brigadas Internacionales en octubre de 193° está indudablemente fijada', en tanto que no existe evidencia ni pruebas de que los alemanes o italianos hayan llegado a España para ayudar al general Franco hasta pasado diciembre. Fue para contrarrestar la intervención comunista extranjera del lado republicano que el general Franco enroló a alemanes, e italianos como mercenarios, aprovechando estos , la oportunidad para ensayar sus armas en preparación para la guerra mundial y acariciar la esperanza de dominar a España en su provecho, proyecto que les ha fallado. »Este artíeulo trata principalmente del problema de España y la O. N. U. y de sus razones. No es, por tanto, nuestro propósito resucitar la controversia sobre la guerra civil española, sino recordarla en la medida en que explica la persecución de España cor Rusia y el ala izquierda de los partidos y la Prensa del mundo. La guerra civil española fue P la " neada y eventualmente dirigida por Rusia del lado republicano. Aquellos que aun dudan del hecho y desean inrormarse deberían leer España, escrito por el historiador Salvador-de Madanaga, que es antifranquista y uno de los últimos ministros del Gobierno republicanou bI1 español. Deberían, también leer las P . ~ caciones del partido comunista relama a España desde 1920 en adelante y descripción del plan para establecer uu Soviet en España, reproducido en ei ubro Guerra mundial en España. »A lo largo de la segunda guerra mundial, una campaña de calumnias y aaamaciones se ha llevado a cabo contra tópaña, que era presentada al mundo co- REVISTA DE REVISTAS mo fascista, pro alemana c instrumento de Hitlér y Mussoiiní, en cuyos brazos hubiera caído a no haber sido la habilidad del hombre de Estado, general Franco, que ha decidido mantener a España alejada del conflicto y que fue capaz de resistir a los halagos y amenazas de Alemania y evitar la invasión de la Península ibérica, pese a la presencia en sus fronteras, durante cuatro años,-de un victorioso ejército alemán. Cualesquiera que sean los motivos atribuidos al general Franco y^ cualesquiera que sean sus simpatías, decididamente pro alemanas o no, es ello un hecho absolutamente secundario en la actualidad frente a la realidad incuestionable por parte de las Naciones Unidas de la neutralidad de España, cuyos puertos de la Península ibérica no estuvieron en manos de los áiemanes, que, con sus ejércitos, hubieran, sitiado a Gibraltar, cerrado el Mediterráneo y atravesado el África. Míster Churchill ha reconocido en su discurso nuestra deuda por la neutraEdad de España,' y tanto él como nuestro Foreign Office se han negado a dejarse influir en su trato a España por el ignorante clamoreo de la prensa de izquierdas, la cual hubiera' podido conseguir tan horrendos resultados. " »Los pecados del general Franco y de la Falange fueron factores que han contribuido al desencadenamiento de la campaña contra España y han sido ampliamente advertidos. Muchos de éstos son * indiscutibles. Para dar de ellos una pintura justa y veraz, nada mejor que citar algunos párrafos de Misión de guerra en España, de riiíster Carlton Hayes, que fue embajador de los Estados "Unidos en EsPaña desde 1942 á 1945. Sus declaraciones deben ser aceptadas como autorizadas. Escribe en ¡as páginas 297 a 300 y 303: «Permítaseme sacar ahora algunas conclusiones de mi experiencia, y reflexiones del tiempo de guerra en España. »Durante mi estancia allí, desde mayo <3e 1942 a enero dé 1945, pude comprobar constantemente que la'mayor parte del pueblo español deseaba con ardor: »i.° Permanecer fuera de la lucha internacional. »2.° Evitar que se produjese la guetra civil; y »3-c Ser amigo de las democracias an- glosajonas, especialmente de los Estados Unidos. »Estos deseos eran comunes no solamente a la masa de los izquierdistas (republicanos y socialistas), sino también a la mayor parte de las derechas, que apoyaron al general Franco en la guerra ci• vil (liberales monárquicos, tradicionalistas y conservadores de Gil Robles), y, consecuentemente, a los miembros de estos grupos que desempeñaban cargos en el Gobierno (que era una -coalición más bien que un Gobierno de partido único). »E1 general Franco se encuentra en una curiosa posición. Es un político cauto, con un fuerte apoyo militar, y aunque, sin duda, una gran parte, tanto de las derechas cuanto de las izquierdas, preferirían idealmente cambiar la Jefatura del Estado (si pudiera hacerse sin alteración del orden), muchos de ellos reconocen con diversos grados de gratitud que, en virtud de su prudente política, ha logra-' do mantener a España libre de la guerra exterior e interior durante un extraordinario período de prueba. «Mientras le pareció inevitable la victoria del- Eje, con la casi totalidad del Continente europeo bajo el control de Alemania, con los ejércitos teutones agrupados junto a los Pirineos y los mares inmediatos a España plagados de submarinos germanos, hizo creer a Hitler y al mundo entero que se inclinaba por el Eje. Sin embargo, cualquiera que fuese su íntimo pensamiento y su preocupación personal, el hecho es que, al menos desde la fecha en que privó a Serrano Súñer del ministerio de Asuntos Exteriores y de la dirección de la Falange —septiembre de 1942—, el general Franco dirigió o respaldó a los miembros de su Gobierno en el esfuerzo por aproximar la pc-sición oficia] de' España a la actitud aliadófila de la gran mayoría del pueblo español. »Desde septiembre de 1942 a junio de 1943, mientras el Gobierno seguía ostensiblemente siendo no beligerante y, por lo tanto, técnicamente, no neutral, no sólo no puso ningún obstáculo a nuestros desembarcos y operaciones militares en el norte de África y en el sur de Italia, sino que nos dio significativas facilidades, tales como el reconocimiento de jacto del Comité Francés de Liberación Nacional en Argelia y el de sus representantes oficiales en España; libre 611 REVISTA DE REVISTAS tránsito a través de sus tierras de unos junio de 1944). Al mismo tiempo, el Goveinticinco mil voluntarios (principalmen- bierno español convino en someter a un te franceses) aptos para el servicio acti- arbitraje la cuestión del intemamiento de vo en nuestras fuerzas armadas del nor- los barcos de guerra italianos que habían te de África; no intemamiento de va- permanecido varios meses en ¡as islas rios cientos de nuestros aviadores mili- Baleares, cerró el Consulado alemán en tares que hubieron de aterrizar forzosa- Tánger y expulsó a sus miembros y a otros agentes del Eje, sospechosos de esmente y su evacuación por Gibraltar; inmediata entrega, y en forma intacta, pionaje o sabotaje contra nosotros.' del equipo secreto de los aviones que «Actualmente, el régimen de Franco se vieron precisados al aterrizaje, y li- sólo, debe en parte, su origen a la ayubertad y oportunidad de hacer la guerra da militar de Italia y Alemania durante económica contra el Eje en el territorio la guerra civil. Esta ayuda ha sido muy español por medio de compras preventi- exagerada, mientras que la de Francia y vas de wolfram, mercurio, pieles, géne- Rusia a los leales ha sido minimizada. ros de lana, etc., y de inclusión en las La guerra civil fue en un principio ún listas negras de las firmas españolas que negocio español, en el que la mitad del comerciaban con él. Ejército español apoyó al general Franco. »La dictadura del general Franco, co»Desde junio de 1943 a mayo de 1944 ' cambió el 'Gobierno español su declarada mo ya he expuesto anteriormente, tam-' posición de no beligerancia por la de poco ha sido inspirada por la ideología neutralidad, y fue aumentando gradual- nazi o. dirigida solamente por fascistas; mente las facilidades que nos había con- se ha acercado más a la tradicional dictacedido, en detrimento del Eje. .No sola- dura militar de los pueblos de habla hismente frenó las diferencias contra nos- pánica.» otros en la Prensa de inspiración falan»Míster Hayos también, subraya en su gista, retiró la División Azul y la Es- libro la falsificación de les hechos no sócuadrilla del Frente del Este, y reempla- lo por la Prensa, sino igualmente en el zó a los diplomáticos partidarios del Eje Departamento de Estado, y dice: «Despor otros aliadófilos en las representacio- graciadamente," en otra importante agennes de Europa e Hispanoamérica, sino cia de nuestro Gobierno, y en el mismo que permitió la venta de nuestras revis- Departamento, había individuos que sótas de propaganda, garantizó nuestro con- lo tenían una visión, parcial de lo que trol sobre el tráfico de pasajeros de las realmente estaba sucediendo, y que para líneas aéreas' y marítimas entre España ellos sustituía la caricatura suministrada y el- Marruecos francés, y no reconoció por los periodistas.» al Gobierno socialrepublicano de Musso»La verdad ha sido ampliamente iluslini en el norte de Italia. trada por dos errores paralelos cometi»Además de acelerar la evacuación de dos recientemente por el Departamento los refugiados aliados y de los pilotos de de Estado. Esos dos errores consisten en aviación, permitió huir de España a un la publicación en la Prensa del mundo considerable número de judíos húngaros, de dos documentos, idénticos en su inalemanes y de los Países Bajos, y tole- justicia, parcialidad,, estado incompleto y ró, hasta extremos de complicidad, muy su olvido del idioma -habitual y acostumimportantes actividades clandestinas de brada cortesía en las comunicaciones dinuestros servicios secretos de espionaje plomáticas internacionales. Uno de ellos dirigidos a obtener, a través de los Pi- era una parte incompleta de los docurineos, valiosa información militar acer- mentos descubiertos en Alemania relatica de los movimientos de las tropas ale- vos a los relaciones hispanogermanas dumanas y sus despliegues en Francia. Fi- rante los últimos años de la guerra, 7 nalmente, como resultado de una serie de él otro el Libro Azul de los Estados Uninegociaciones, urgidas por nosotros y dos sobre los asuntos de Argentina, que vehementemente atacadas por Alemania, pretendía impedir la elección del coroembargó todas las exportaciones de wol- nel Perón, como presidente; pero que fram al Eje de febrero a mayo, permi- actualmente ha dado, como resultado el3 tiendo después solamente' pequeños en- amplio arx>yo del pueblo a éste y h víos (cortados radicalmente apenas se acrecentado 2os recelos de Argentina conrealizó nuestro desembarco en Francia en tra los Estados .Unidos. Les documentos 612 REVISTA DE REVISTAS españoles han producido efectos análo- embargo, las similitudes entre las dos gos en España y materialmente fortale- historias en los asuntos impersonales son cido la posición del general Franco, que mayores que las divergencias, que han siera su objeto debilitar. do, probablemente, causadas por la dife»A finales de 1945, el Sunday Chro- rencia de mentalidad de sus respectivos nicle publicó una serie de cartas cruza- autores. Lord Templewood es un polídas entre Hitler y Mussolini que fueron tico; su libro es subjetivo, y parece creer utilizadas como pruebas en Nüremberg. curiosamente que era el deus ex machiUna de ellas da un mentís tan rotundo a na, que impedía a España entrar en la la afirmación de que España, era un ins- guerra, en tanto que el libro de míster trumento del Eje, que es interesante su Carlton Hayes es objetivo, como era de cita. Esta carta, fechada el 31 de diciem- esperar de un ilustre historiador y.profesor de Historia moderna europea de la bre de 1940, dice: «España, altamente perturbada por. la Universidad de Columbia. " situación,.., ha mudado en su colabora»Rusia, realizando una poderosa, háción con las potencias del Eje... Lo sien- bil y activa campaña de venganza conto, porque, por nuestra parte, habíamos tra España, ha presentado su magnífica completado todos los preparativos para cosecha en la O. N. U. y en las confecruzar la frontera española el 10 de ene- rencias preparatorias. ro y atacar a Gibraltar a principios de »En San Francisco, el 20 de junio de febrero.» 1945, el delegado mejicano, en un dis»En el mismo sentido, otra prueba evi- curso apasionado, propuso que la Espadente fue dada por el general Jodl en ña de Franco fuera excluida de la nuesu defensa. En una conferencia pronunva organización mundial. Una moción ciada por el general el 7 de noviembre pidiendo que se incluyera esta propuesta de 1943, dio tres razones para explicar en la Carta fue rechazada por setenta voel hecho de que Alemania no hubiera tos contra cinco; pero se decidió por alcanzado la victoria en aquella fecha; unanimidad que la propuesta • original la tercera de estas razones era el fracaso constara en el libro de actas. Este fue del propósito de hacer entrar a España un extraño y alarmante ejemplo de caen guerra junio al Eje, lo que hubiera rencia de principios y empleo de medios dado la probabilidad de ocupar Gibral- dudosos. tar, Ello fue debido, decía, a la resisten»Un mes antes, el 25 de mayo, el Cocia de los españoles. mité de Asuntos Exteriores de la Asam»E1 libro de lord Templewood, Em- blea Nacional francesa recomendó por bajador en misión especial, que ha sido unanimidad al Gobierno francés que piampliamente leído, confirma en gran par- diera a los aliados se uniera a él para te los hechos relativos a España y a obtener que el general Franco abandola determinación del general Franco de nase el Poder. Esta fue una prueba pamantener la neutralidad, como lo había • tente del poder ruso-comunista en Frandemostrado su contemporáneo en Madrid cia, aunque el Gobierno deí general De núster Carlton Hayes, pero con algunas Gaulle se negó a transmitir la recomennotables diferencias. .Las respectivas des- dación. Esto, y posteriormente la actitud cripciones que hacen del general Fran- de Francia en la O. N. U., muestra cuan co y de su carácter son muy diferentes, justificados están los temores de España y la pintura trazada por míster Carlton relativos a eventuales incidentes fronteHayes está más en .consonancia con la rizos o a una invasión de España por las historia del general y las semblanzas que Brigadas Internacionales comunistas esde él han trazado cuantos han tenido in- tacionadas en él sur de Francia, peligros terviú con él desde 1937. Lord Temple- que ha previsto y contra los que se ha wood comete pecados de omisión, y en- .protegido. España recela de una posible tre ellos, el de no subrayar la importan- repetición de la intervención armada de te ayuda prestada por España a los alia- • Rusia y Francia, tal y como sucedió en dos facilitando e induciendo el paso y 1937, y e s t a fus "una positiva amenaza la_ huida por su territorio a decenas de que pendió sobre España, hasta que las Miles-de combatientes aliados para re- elecciones de mayo de 1946 quebrantaunirse con los ejércitos de sus respecti- • ren la dominación comunista en la pov °s países en lucha contra Alemania. Sin lítica francesa. La actitud de España re- 613 REVISTA DE REVISTAS forzando su ejército en la frontera para prevenir la amenaza estuvo justificada por diversas incursiones realizadas por bandas armadas que cruzaron los Pirineos, y respecto a las cuales poca o ninguna publicidad se dio en la Prensa. Esta conducta prudente por parte de España, que hubiera sido aprobada de ser seguida por cualquier otro país en idénticas circunstancias, fue utilizada por sus enemigos y su cohorte de propagandistas para probar los propósitos agresivos de España, aunque ninguna persona sana puede imaginar este país invadiendo un territorio aliado. . ' »Después de San Francisco, el siguiente y victorioso ataque de Rusia contra España se sitúa en la Conferencia de Potsdam en agosto de 1945, cuando se hizo la siguiente declaración: «Los1 tres Gobiernos se .sienten obligados a aclarar que, por su parte, no favorecerán la admisión en calidad de miembro que pueda ser formulada por el actual Gobierno español, que, habiendo sido establecido con el apoyo de las potencias del Eje y- teniendo en cuenta sus orígenes, su naturaleza, sus normas y su estrecha asociación con los Estados agresores, no tiene la calificación necesaria para justificar su calidad de miembro.» »A principios de abril d<| 1946, la cuestión de. España fue planteada ante el Consejo de Seguridad de la O. N. U.- para la discusión de una moción presentada por la Delegación de Panamá, que fue aprobada por cuarenta y cinco votos en favor, dos en contra y dos abstenciones. En el marco de este artículo sólo es posible dar cuenta de las principales mociones y acontecimientos, acaecidos durante las largas discusiones que tuvieron lugar en los meses siguientes; los protagonistas de la lucha contra España siendo los delegados ruso y polaco, generalmente apoyados por el delegado francés, mientras el delegado británico, sir Alexander Cadogan, refutó muchas de las , acusaciones contra España, aunque, según parece, pensó que era necesario expresar su aversión hacia el régimen español. »Polonia presentó una resolución invitando a los miembros de la O. N . U a romper las relaciones diplomáticas con España y declarar que la situación española era «unx peligro internacional para la paz y la seguridad». Un subcomité, 614 compuesto ñor Australia, Brasil, China, Francia y Polonia, fue entonces constituido con la misión de examinar los informes para ponerlos en conocimiento del Consejo de Seguridad el 17 de mayo. Durante este examen no se hizo nada para oír al demandante o para obtener pruebas de España; las pruebas siendo aportadas por los acusadores de España e incluso por el señor Giral, presidente -del llamado Gobierno republicano en el exilio. El más violento de los acusadores fue el doctor Lange, delegado de Polonia. »E1 informe del subcomité que fue presentado al Consejo de Segundad el 2 de junio establecía (The Times del 3 de junio de 1946): «Que el régimen de • Franco es una «amenaza en potencia» para la paz y la seguridad, si bien no una amenaza concreta, y proponía que el caso fuera presentado a la Asamblea general el 3 de septiembre, con la recomendación de que, a menos de que Franco se retirase y se implantasen otras condiciones de libertad política, la Asamblea acordara, a través de sus cincuenta y un miembros de las Naciones Unidas, romper las. relaciones; diplomáticas.» »E1 informe estaba firmado por el doctor Evatt, delegado de Australia y presidente del subcomité; pero antes de ser presentado ante el Consejo de Seguridad fueron agregadas las siguientes palabras: «o también puede ser adoptada otra medida que, a juicio de la Asamblea^ general, resulte más apropiada y efectiva en las circunstancias dadas». »E1 13 de junio se empezó a discutir el informe en el Consejo de Seguridad, y diversas opiniones se pusieron de manifiesto. Míster Gromyko, el delegado ruso, hizo un largo discurso, en el 1 u e repetía las acusaciones lanzadas por ei doctor Lange. Recusó la legalidad de los puntos de vista del subcomité y amena' zó con ejercer el derecho de veto,^ caso de no llevar a cabo una acción enérgica contra España. • *• 1 <-,> »E1 17 de junio, en el debate final, sir Alexander Cadogan propuso que la recumendación hecha a la Asamblea para romper colectivamente las relaciones con la España de Franco fuera aplazada, ^ x puso las graves dudas que tema el g o bierno británico respecto a la legakdad del derecho a intervenir en los asuntos REVISTA DE REVISTAS internos de un país, a menos de que éste tema de partido único? También lo son constituyera una ciara amenaza contra la Rusia, sus satélites, Portugal y Turquía. »¿Es España un Estado totalitario y paz, y agregó que «el Gobierno británico ha mostrado reiteradamente su aver- controlado? Tal sucede en Rusia, Yugossión hacia el régimen y ha tomado parto lavia'y otros países. en todas las declaraciones que lo han »¿Estuvo España al lado de Hitler y condenado». La enmienda de sir Ale- Mussolini? Rusia estuvo durante dosxander Cadogan fue rechazada, y la mo- años a su lado y en contra nuestra, ción, adoptada. Míster Gromyko votó en »¿ Tiene España campos de concentracontra, y el doctor van Kleffeüs (Holan- ción? Rusia y sus satélites tienen a mida) se abstuvo. llones de desgraciados en los suyos. »E1 delegado polaco hizo entonces pre«¿Son los miembros do la oposición sente su intención de proponer su reso- política perseguidos en España? Son perlución original (véase más arriba). seguidos por Rusia, Yugoslavia y otros »Los largos debates se prosiguieron en satélites. las siguientes sesiones, acusando éstos las »¿Hizo España exportaciones a Alemismas divergencias de" opinión; Rusia y mania? También las hicieron Suiza, TurPolonia, poniéndose siempre en contra de quía y Suecia. los demás delegados y haciendo perpe»¿Es el régimen español un régimen tuamente obstrucción en las decisiones antidemocrático? No existe democracia en unánimes. El Consejo de Seguridad re- Rusia o en los países satélites. chazó, la resolución polaca original, y, a »Es esto una mera comparación, y no se petición de varios miembros, la cuestión nos pasa por la imaginación la idea de fue aplazada en el calendario del Conse- indicar que, en mi opinión de escritor, jo y ¡remitida para su discusión en la todas las cosas son perfectas y de coloiAsamblea general en el mes de septiem- de rosa en España. Indudablemente, exisbre. Contra la decisión del presidente del te allí inquietud política, abusos, restricConsejo, míster Gromyko, en la reunión ciones de la. libertad y, sobre todo, el unidel 27 de junio, anunció que había ejer- versal azote de la inflación y una excesicido el derecho de veto contra la reso- va burocracia con la corrupción que acalución de que la cuestión fuera someti- rrea siempre corno consecuencia ésta. da a la Asamblea general. La discusión Existe una peligrosa inflación, acompase volvió entonces confusa y agria, y es ñada de una subida en espiral de los predescrita por The Times en los siguien- cios y los sueldos. Las estadísticas oficiates términos: «La confusión fue tal..., les recientes señalan que el numerario en que no se' sabe ciertamente quién votó circulación en 1945 era de dieciocho mil y quién no.» millones de pesetas, contra cuatro mil »Entre las acusaciones lanzadas contra trescientos millones en 1936. Al mismo España está la de que su régimen es tiempo, el aumento del coste de la vida una dictadura que tiene una policía de con relación a 1936 es de un trescientos Estado, de que es un país totalitario y por ciento, y el aumento de los sueldos controlado, de partido único, y de que en el mismo período es, aproximadamene Ua y el general Franco estuvieron al te, del ciento' por ciento. Es evidente lado de Hitler y Mussolini en los pasa- que hay exceso de gastos en el presudos años de la guerra, y que fueron sus puesto de la nación y que la nacionaliinstrumentos; de .que tiene' campos de zación, mediante la compra de la Comconcentración, de que ha vendido wol- pañía Telefónica y otras Empresas extranfram y otros materiales a Alemania, y, jeras, ha agotado los créditos exteriores finalmente, de que su régimen es anti- de España y "la enfrentan, con la necesidad de negociar empréstitos extranjeros. democrático. «Algunas de estas cosas son verdad, Los detractores del general Franco dicen °teas son falsas o exageradas y todas ellas que progresivamente ha ido tomando las Pueden aplicarse a otros países. Se ha desagradables características de un dictaolvidado que los principios de equidad dor; pero las pinturas que de él se hay lealtad, resumidos en el refrán del gan- cen son muy contradictorias; entre otras» ^ y el pato más arriba mencionado, pue- las que lo representan como consultando den ser ilustrados con algunos ejemplos. a Dios de rodillas antes de tomar- una ^¿E España una dictadura con un sis- decisión. 615 KEVISl'A DE REVISTAS »Después de haber hablado con toda clase de personas durante mi último viaje por España, no puedo sino llegar a la conclusión de que el general Franco es aún el héroe de muchos, tal vez de la mayoría; el que garantiza la paz y el orden, el vencedor del comunismo, ruso1 y el hombre que mantuvo a España apartada de la guerra, y que una preponderante mayoría de españoles, incluyendo a los monárquicos, están, a favor dé la continuación de su poder y del régimen actual, porque temen que un cambio pueda "-f' compuesta de la mitad más uno del numero total de sus miembros. El numero de dioutados en las últimas Cortes, siendo cuatrocientos setenta y tres, noventa y cuatro miembros no tienen tuerza ieS3 >k La vida legal de las Cortes es de REVISTA DE REVISTAS cuatro años, los: cuales terminan en 1940, The Spectaíor. y que sólo puede ser prolongada por acuerdo de un Comité permanente, forma- Londres. do por todos los partidos. »3. El artículo 58 de la Constitución Ñúm. 1.863, 27 diciembre 1946. estípula qiie las Cortes deben reunirse en febrero y en octubre de cada año, y CHAMBEELAIN M. P., Ronald*: Pin-Pricello durante tres o cuatro meses, respecking Franco (Hostigando a Franco). tivamente. (Págs.' 699-700.) »4. El artículo 62 estipula que el presidente debe ser elegido por, el Cuerpo «El Comité Político de la Asamblea de constituido de las Cortes, que ha de re- las Naciones Unidas decidió, por veintiunir un número, de electores igual a' los siete votos contra siete, preguntar a los elegidos por sufragio universal en Es- miembros de los Estados reunidos sobre paña. la conveniencia de retirar de España a »5. El artículo 75 estipula'que cuan- sus jefes diplomáticos y representantes. do un presidente se halla ausente (y el En la votación sobre; esta propuesta se último falleció en 1940), su puesto ha de abstuvieron de votar los Estados Unidos ser ocupado por el vicepresidente, pero ds América y otras Quince naciones. que la fecha de elección de su sucesor ha Nuestro representante, sir Hartley Shade ser fijada en un plazo de ocho días. weross, emitió su voto favorable, ¿Tuvo »Este es el historial del Gobierno de el resultado de esta decisión los efectos Martínez, Barrios, Giral y . compañía en deseados? ¿Decaerá la moral de Franco Méjico, reconocido como legal por cien- ante está votación? Como quien ansia to un miembros de la madre de los Par- ver un régimen democrático basado en lamentos,' y seguidamente reconocido por el deseo del pueblo, creo que la" reslos Gobiernos de Méjico, Panamá, Ve- puesta a tales preguntas será /un defininezuela, Guatemala, Yugoslavia, Polonia, tivo y categórico NO. Por el contrario, Checoslovaquia y Rumania. Ocioso es el efecto.de esta semiapasionada bofetaconsignar que la dirección de esta abiga- da a Franco será afirmarle más que nunrrada orquesta parte de Moscú, desde ca en su postura y demorando por medonde partió la dirección de la guerra,, ses, tal vez por años, el advenimiento dé civil del lado republicano, el reino del un régimen democrático. terror y las torturas de las checas. »Esta opinión está basada en algo más »No se ha olvidado en España que Gi- que en los síntomas externos y en el ral . era ministro dé Marina cuando los cálculo de probabilidades. Desde hace amotinados rojos de la marinería asesi- muchos meses;, "públicamente y entre basnaron a todos sus oficiales en Cartagena tidores, he apoyado con decisión la posen 1936. Tampoco se ha olvidado que tura del Gobierno contra cualquier inesos mismos republicanos exilados en- tento de injerencia en los asuntos espaviaron todas las reservas de oro de Espa- ñoles. En esto mi voz y mi voto han ña a Rusia y llevaron consigo en su hui- constituido una ínfima minoría entre mis da un enorme botín que pertenecía a sus compañeros laboristas; pero estaba segucompatriotas, y que ellos son, directa o ro de que el Gobierno obraba bien, y los indirectamente, culpables de la sangre acontecimientos probarán, seguramente el vertida por decenas de miles de españo- acierto ,de este proceder; incluso han les. Asimismo se recuerda que muchos comenzado a probarlo ya. En • el verano de estos hombres están viviendo en el pasado visité España^ para observar por •hijo en Méjico, Inglaterra y' Francia, mer- ,mí mismo el verdadero estado,ds «las ced a sus saqueos. Es insultante* y loco cosas» y tantear la opinión pública, y rePensar que hombres que tienen semejan- gresé con la absoluta convicción,de que te hoja de servicios puedan ser delibera- la acción externa- contra el Gobierno esdamente impuestos por los extranjeros a .pañol, bien por parte de la O. N. U., o la independiente España.»—(C. M. EJ de nuestro país o de cualquier otro, reuniría inmediatamente al pueblo españoí en, torno 'a Franco, dejando a un lado las distintas convicciones políticas y la» preferencias individuales. 617 REVISTA DS KEÍKESÍAS sAnte todo, el punto de vista del Gor bierno. El día 20 de agosto del último año el secretario de Estado manifestó: «La cuestión del régimen en España es algo que se ha de decidir por el,'pueblo español... Estoy satisfecho de que la intervención de las potencias extranjeras en los asuntos internos de España pueda tener opuesto efecto del deseado y haya reforzado, probablemente, la posición del general Franco.» «Durante dieciséis meses ha sido planteado éste tema una y otra vez, hasta que últimamente, el 23 de octubre de este año, el primer ministro, que dirigía el curso del debate sobre asuntos extranjeros, hizo'la siguiente declaración: «Se ha sugerido que la'intervención en España, a la acción directa por sancionas "económicas o por la retirada de las Embajadas, nos llevaría al resultado que todos deseamos: un cambio de régimen. Creo que tengo más antipatía por el régimen de Franco que nadie en esta Cámara; pero a lo que se me alcanza, tales opiniones son equivocadas. Por el contrario, la opuesta conclusión—que la intervención externa sólo fortalecería al general Franco, resultado' verdaderamente deplorable—es completamente evidente.» Nuestro propio partido acaba de editar, quizá un poco irreflexivamente, las frases significativas siguientes: «No se debe retirar al embajador inglés; dando América tal paso contra Argentina ayudó a Perón a-ganar las elecciones; nuestro embajador en Madrid está interviniendo continuamente y con éxito para mitigar la ferocidad del ataque de Franco contra sus enemigos:» • »¿Por qué, entonces, este repentino cambio de política? ¿Por qué en Nueva York el Gobierno vota a favor de la política que míster Attleé-califica de desacertada y con la que «sólo fortaleceremos al general Franco»? Desearíamos, ciertamente, saber que el secretario de Asuntos Exteriores tendrá algo que decir sobre este asunto cuando se dirija al Parlamento. He visto que el .Gobierno francés reconoce, más bien candidamente, la ineficacia del rompimiento de relacio-. aes con España en un documento some^ tido al Subcomité del Consejo de Seguridad. Dice así: «Mientras la acción diplomática francesa (rompiendo sus relaciones con España) no tuvo la aceptación que pudo esperarse, las autoridades de 618 France acentuaron las medidas represivas contra los republicanos en España.» »Tampoco quieren los miembros de la O. N. U., incluido nuestro país, tolerar el hecho de que todos los informes que vienen dé Madrid en los últimos días demuestran la futilidad de la acción emprendida pos la O. N. U. Es de notar el extracto que el corresponsal de The Times publica en 11 de diciembre: «Son abundantes las pruebas de cómo las instigaciones contra Franco refuerzan su po-' síción. Hasta ahora, las Naciones Unidas, inadvertidamente, han hecho el regalo al general Franco de una opinión nacionalista y unida, que la oposición no ha tenido ninguna probabilidad de obtener por sí sola.» »¿Cuáles fueron mis propias observaciones durante mi visita a España? Un déficit de alimentos y un floreciente mercado negro. No hay nada de novedad en esto, desde luego; mas recientemente he visto en .Bélgica un ejemplo aún más floreciente; y no sería fácil encontrar algún país europeo libre de esta lacra. Pero este año en España la cosecha de trigo y aceite han sido excelentes, y el pueblo disfruta ya mejores raciones, guarda sus reservas para el porvenir y los 'imprevistos. Conoce Franco la importancia de este proceder, y en este sentido me habló en Burgos (y no debemos olvidar el hecho de que en los últimos años ha hecho los más enérgicos esfuerzos para ni*" jorar las condiciones de los trabajadores). No es nada tonto, y prudentemente no debemos olvidar que ha intensificado o introducido medidas muy avanzadas para el mejoramiento social: seguros contra •la enfermedad, accidentes y ancianidad; buenos servicios de hospitales y clínicas; premios a la natalidad; ayudas a los matrimonios. >. y muchas más. .»He visto excelentes casas recién construidas, con rentas modestas, para trabajadores, en Bilbao, en Burgos y en otras partes. Hay incluso premios del Estado para familias numerosas—los dds últimos ganadores tenían quince hijos cada uno, y el premio fue de ciento veinticinco libras, más casa de adecuadas dimensiones. Puede disgustarnos el que Franco naya realizado todo esto, pero sería locura olvidarlo o negar que indudablemente• t* ha avanzado mucho hacia la reconciiiacióri de los trabajadores con el régimen de Franco. KEVISIA DE REVISTAS sDéjeseme añadir que paseé libremente con los trabajadores, dependientes de comercio y amos de casa en los lugares que pude, visitar (incluyendo Madrid, Barcelona y Bilbao) y nadie se mostró conforme con ninguna clase de intervención o interferencia extranjeras bien por parte del Gobierno Giral o por la de cualquier potencia extraña. No hay ningún deseo de provocar más ríos de sangre y privación. ¿Quién puede reprochárselo? »Todos deseamos presenciar un cambio de régimen en España; pero única'mente los mismos españoles, dentro de España, pueden provocarlo, y cualquier clase de interferencia sólo retardaría el proceso, como ya nuestro Gobierno lo ha reconocido acertadamente el otro día. Los españoles son un pueblo arrogante y orgulloso, y es extraordinario que las Naciones Unidas (incluido nuestro propio país) puedan pensar que se someterán al golpe del látigo.»—(L. B. T.) The Ninetéenth Century and After. Londres. Volumen" CXL, núm. 835, 1946DAVIES, D. R.: The contemporary relevance of Christian fáith. (La importancia contemporánea de la fe cristiana.) (Págs. 121-129.) • Hace ya muchos años que R. H. Tawney habló con acento severo de lo que acertó a denominar «la enfermedad de una sociedad adquisitiva». Enfermedad que minaba la fortaleza de la civilización occidental, de la que tan orgullosa se había mostrado la Humanidad. Por aquel entonces, los más pensaron que afirmación tan rotunda no podía por róenos de ser inexacta; ¿cómo era posible imaginar tal acontecimiento cuando el Occidente recorría un camino ininterrumpido de progresos y victorias téc. nicas? Jamás, se decía, el mundo ha vislumbrado porvenir tan risueño como e * que los hombres están forjando a costa de preocupaciones y desvelos científicos. Los años últimos, preñados de desdidas, han dado la razón a, Tawney, au «agnóstico se ha visto confirmado, y el mundo yace postrado por efecto de la más grave crisis que la Historia ha rergistrado. Hombres de todos tos matices confirman la pasada profecía, y unidos en este desencanto vemos a H. G. Wells" con el gran teólogo Karl Barth. Pero no basta que a estas alturas nos pongamos de acuerdo respecto a la existencia de un mal tan manifiesto; es obligado, ya que ¡el tiempo se ha dejado plácidamente transcurrir, que nos esforcemos en indagar cuáles son sus causas, dónde se encuentran las raíces de esta dolencia que corroe el cuerpo vivo del mundo. Los técnicos no se cansan de decirnos que una inadecuada estructura social y política superpuesta a condiciones de vida totalmente nuevas ocasiona- este malestar profundo. La era de la máquina y de la energía atómica requiere instituciones modernas, no puede permanecer cobijada en los angostos cuadros de pasadas épocas. Pero si así fuera, el remedio sería enormemente fácil. Buceando en la experiencia, pues la Historia ha conocido fenómenos análogos, y provistos de la necesaria buena voluntad, podríamos obtener un éxito casi completo. Mas el problema es mucho más hondo. El mal reside en el hombre, no en las formas políticas que nos dominan. ¿Es acaso la irracionalidad de ciertos hombres, la estupidez de muchos, el mando de las masas el vehículo por el que hemos derivado en tal postración? Si así fuera, bastaría intensificar la acción educadora, reducir el número de los que dirigen, y todo quedaría más o menos resuelto. Sin embargo, no es preciso detenernos mucho para convencernos de que la conducta antisocial no es monopolio de los hombres torpes e ineducados, sino que viene a ser patrimonio de todos, y acaso la ilustración mayor de algunos conduce a resultados más catastróficos que el mero buen sentido del •hombre poco pulido intelectualmente. El síndrome es más alarmante: afecta a todos los hombres, a toda la Humanidad y es 'endémico con ella. El cristianismo, que es sociología por definición porque es la, única concepción que abarca a la Humanidad como una magna unidad, ha puesto desde siempre el índice sobre el síntoma maligno. El hombre se ha estimado falsamente egocéntrico; no se ha percatado de que su egocentrismo es una consecuencia del pecado original, de la 619 KÉVIStA DE REVISTAS fxade Stalin. Y todo .ello, ¿en atención, a qué apoyo? Las declaraciones del Estado Mayor alemán han destacado el temor que dominaba entonces a las esferas militares germanas; la línea del Occidente no podría resistir un ataque de los aliados, y éste se daba por descontado precisando incluso su fecha: 15 de septiembre.' Era necesario un apoyo moral que animara a los propios, y desanimara a los contrarios. Este era ya uno de los servicios del comunismo al nazismo agresor. Pero había necesidad de algo más efectivo: un apoyo militar precisamente para esa misma fecha: el 15 de septiembre. Rusia debería entrar en guerra con Polonia, cuyas fuerzas, según cálculos alemanes, vendrían a ocupar por aquellas alturas la línea del Vístula. Las cosas no se desarrollaron como estaban previstas. El avance alemán fue mucho más rápido: el 15 de septiembre el Vístula se había rebasado, los aliados permanecían inactivos y los rusos sólo entraren en acción el 17 de septiembre. Aquellas modificaciones hicieron pensar al mando alemán en una modificación de los términos del protocolo, y así se hizo. Alemania obtenía las provincias polacas de Lublin y Varsovia, y Stalin se compensaba con Lituanía. Los hechos arriba fijados son exactos, las interpretaciones pueden variar, pero siempre habrá la permanencia de un trato en el que hubo precio y hubo servicio.-iMAN.) • ciones se hallan estremecidas por el tormento y el hambre, oscurecido, además, su horizonte por la proximidad de algún nuevo peligro.de tiranía y terror. Tal ha sido la destrucción que la raza germánica acarreó sobre los viejos pueblos etropeos. Sin embargo, tan triste panorama puede ser remediado. Los pueblos ansian este remedio, que por un milagro transforme en pocos años toda Europa en países tan felices y libres como lo es Suiza. »E1 remedio es volver a crear la familia europea en un conjunto de Estados Unidos de Europa. Este es el único camino. El proceso es sencillo. Muchos trabajos fueron necesarios para que la doctrina de Arístides Briand se abriera camino con la unión paneuropea. También costó muchos esfuerzos la creación de la Liga de las Naciones. Fracasaron esos esfuerzos, pero hoy semejante desastre no debe repetirse. , »Mucho me ha satisfecho leer en la Prensa de hace dos días el interés y la simpatía que produce al presidente Truman ese gran proyecto. »Los ingleses tenemos nuestro Commonwealth of Nations, pero se precisa, además, la organización del mundo.» Continua haciendo consideraciones, ponderando las ventajas de este proyecto, y pide la cooperación de todos los países para' llevarlo a cabo. Termina el orador con estas palabras: «Dejad que Europa se levante.»—(L. B. T.) Volumen 1946. Vol. CXL, núm.- 838, diciembre 1946- CXL, núm. 838, diciembre CHURCHIIX, Winston: Let Európe mise. (Permitid, que Europa se levante.) (Páginas 297-301.) _ • Conferencia pronurciada por W. Churchíll en la Universidad de Zurich el 19 de septiembre de 1946.: «Quiero hoy hablar—dice el conferenciante—de la tragedia de Europa.»' Ensalza al continente europeo por sus virtudes, por su civilización, por ser la fuente del cristianismo, por su arte y el progreso de las ciencias. «Esta es la común herencia que pusieron en peligro las ambiciones nacionalistas de "los teutones. »Algunos Estadps pequeños se han recuperado, pero la mayor parte de las na- 622 VOIGT, F . A . : A royal comission. (Una comisión real.) (Págs. '302-313-) Él día 7 de septiembre de 1945, Gouzenko, encargado de la clave o cifra del agregado militar ruso acreditado en Ottawa, entregó a las autoridades canadienses una relación documental que evidencia el espionaje practicado por los oficiales de la Embajada rusa y p£>r.°tras personas miembros del comunismo internacional o que simpatizaban con el. _ Esta documentación tiene la mayor importancia no sólo para el Canadá, sino para otros países. . rf- • Preceden unas breves notas biograticas de Gouzenko, miembro del Konsornol. Su rápido progreso en la carrera ESViS'i'A DB .SKVIS'ÍAS < política, e n la que desempeñó cargos d e la mayor confianza del Soviet d e Moscú, • y llegando a confiársele la cifra secreta independientemente del embajador (página 647 del rapport). E n u a principio ex^ perimenta Gouzenko «su gran sorpresa al observar la completa libertad individual existente e n el Canadá, q u é n o se goza en Rusia»... Cita el articulista p á rrafos enteros del mayor interés, de las impresiones personales d e Gouzenko a la vista d e lo que.es la vida e n los países democráticos, tan diferente da Rusia. Sus observaciones le inducen a una^ evolución tal, que llega a hacerse incompatible con el régimen soviético, felicitándose d e su experiencia. " '••« " El 5 d e septiembre d e 1945 abandonaba la Embajada rusa con la interesantísima documentación. Temiendo las r e presalias del Gobierno ruso, puso en salvo a su mujer y su hijo. Se relatan a continuación los numerosos -incidentes que le acontecen hasta refugiarse, él 7 ' del mismo m e s , e n la Royal Canadian .Mounted Pólice, acompañado d e su familia. Protesta d e la Embajada rusai la cual reclama a la persona de Gouzenko, por tratarse d e u n criminal. Pero el G o bierno canadiense, con variados pretex-; tos, n o d a oídos a las exigencias del S o viet. . . Algún tiempo después, por u n a orden del Consejo se autoriza al ministro de Justicia para q u e detenga a varias personas. ' L a comisión, real, siguiendo las orientaciones y órdenes del Consejo, investiga minuciosamente en la vasta organización de espionaje descubierta, q u e actúa e n los trabajos sobre el uranio. Este espionaje tiene íntima conexión con el q u e se efectúa en Gran Bretaña, según se declara en el rapport. Se hace en este importantísimo documento u n a relación detallada de todas las actividades del espionaje ruso e n cuanto se refiere a la b o m ba atómica, señalándose incluso con sus nombres, apellidos y actividades, m i m e - , rosos espías en los más variados sectores sociales.' Se descubre," incluso, hasta el" A p o r t e de cantidades que recibían por sus trabajos. E n éstos figura la publicación de u n folleto titulado Atonde energy, de J. p . Smyth. E l coronel Zabotin es el inspirador y propulsor d e la vasta conspiración desenmascarada, y el d o c tor Ñ u n M a y aduce testimonios d e gran valor, qué confirman el rapport d e G o u zenko.—(L. B.. T.) ; Volumen CXL.I, núm, 839, enero 1947. VOIGT, F . A . : Tiventy-one «rebels» and a letter. -(Veintiún rebeldes y u n a carta.) (Págs. r-9.) L a carta que veintiún diputados del partido laborista dirigieron a míster Attíee censurando' la política exterior de} Gobierno y la enmienda que u n o de sus firmantes presentó al discurso d e la C o rona, desechada por gran mayoría de votos, sólo sirvieron para mostrar el malestar que, hasta en el seno del partido laborista, se siente en relación con. la p o lítica del Gobierno. Voigth, que viene tratando en sus a r tículos los temas de más actualidad y vivo interés, se enfrenta en éste con la carta de los rebeldes—así llama la Prensa inglesa a los firmantes—, diciendo de ella que es un «compendio de falacias y falsos sentimientos». Ni puede el socialismo democrático ser base de una paz duradera y, del gobierno del mundo, como aquéllos pretenden, ni ser el'papel de tal socialismo británico el de demostrar al mundo la. única veídad de sus principios, sirviendo a la . vez de «término medio» entre «las extremas alternativas de la libertad- económica americana y el totalitarismo de la vida político-social rusa». ..Y ello porr que, aparte de que el tal socialismo vencido en Francia, mirado con recelo y, disgusto en Estados lUnidos, y extermi- . nado 'totalmente ' en Rusia y ejecutados sus jefes, sólo se da hoy en el occidente alemán, no se comprende de forma alguna cómo, puede ser a la vez, como pretenden, término medio y base final, y cómo «las extremas alternativas», si se llegara a ese gobierno mundial, podrían llegar a abandonar sus sistemas políticosociales para abrazar precisamente esa democracia que odian y aborrecen. Con más que imponer al mundo para su go- • bierno un socialismo democrático, llevaría al despotismo de eliminar todo otro sistema para" sustituirlo por el que nadie quiere, incluso Gran 'Bretaña, en donde no se acepta por la mayoría de la nación, y si llegó a alcanzar el Poder no ha sido en él colocado piara toda la vida. 623 REVISTA DE REVISTAS «El. imperialismo pasado agobia a Gran méritos. Si bien nadie que estuviera faBretaña», han dicho los rebeldes. • Pero miliarizado con. la gran dignidad e indi¿es que la grandeza de Inglaterra y su vidualismo de los españoles podía haber triunfo en las dos guerras mundiales se- esperado otro, resultado. ría concebible sin el Imperio? »Los rebeldes deploran «la impresión» En su manifiesta hostilidad a Estados que la política 'de Gran Bretaña con EsUnidos, llaman la atención sobre las me- paña ha producido en Francia. Pero ¿qué didas defensivas por él tomadas, aun- han hecho ellos para neutralizarla? Nada que no mencionan las de .igual clase to- en absoluto; antes al contrario, ellos y madas por Rusia; le señalan como po- todos los de su opinión han hecho todo sible amenaza para la seguridad de Gran lo posible para fortalecerla (impresión que, Bretaña, cuando la única verdad es que por otra parte, está lejos de ser compar«la amenaza de una tercera guerra mun- tida por todos los franceses). Mas ¿por dial viene exclusivamente de Rusia, que qué escogen al Gobierno español para ha realizado* grandes conquistas y es su hacerle blanca de su desaprobación? actual empeño continuarla, extendiéndo¿Por qué no escoger al yugoslavo, estala en sus límites», y deploran el «mo- blecido más recientemente y que usurpó nopolio americano de la bomba atómica», el Poder que ejercía un Gobierno legítisin ignorar que- Rusia en poder, dé ella mo, que es más tirano que el español y constituiría mayor amenaza que lo es hoy, más hostil a Gran Bretaña? La razón es y- con su monopolio ésta se convertiría que los rebeldes son indiferentes a las en inmediata y catastrófica.. cuestiones de legitimidad o ilegitimidad, humanidad o inhumanidad, amistad u En su'.crítica a la política exterior británica deploran los rebeldes «el ya pro- .hostilidad a Gran Bretaña. Yugoslavia golongado reconocimiento del régimen de za del favor de Rusia; España, no; y esopara nuestros rebeldes es bastante. Franco». . . . Voigt, después de señalarla disgrega»¿No es de sobra conocido que si el ción que se inicia en el genio político in- general Franco, ix>r presiones del exteglés, y que ha venido a corroer aquella rior, llegara a ser destituido daría con ella simple lealtad, que era, en último tér- lugar a una crisis en España, quién sabemino, el firme cimiento de la sólida po- si a una guerra Civil, y que los comunislítica exterior inglesa, dice literalmente, tas españoles adquirirían entonces amplia a propósito del ataque al régimen espa- libertad de acción y, con el apoyo moral ñol : «Este no es de tal naturaleza que y material de Rusia (y de Francia, que, pudiera • recomendarse al pueblo inglés. gracias a sus comunistas, se ha constiPero el reconocimiento o no de un Go- tuido en un semisatélite de los de Rusia), bierno extranjero es materia jurídica per- llegarían a ser un Poder en el país, un. teneciente al status de ese .Gobierno—si Estado dentro del Estado? . El partido su control es efectivo' y si puede ser con- comunista español—cómo los partidos cosiderado como totalmente legítimo—ry no munistas de todas partes—asumiría entona sus méritos o deméritos. El Gobierno ces una actitud nacionalista, pidiendo la del general Francoj como el Gobierno devolución de 'Gibraltar y amenazaría _ el de la Unión Soviética, alcanzó el Poder régimen actual de Portugal y aun quiza tras una rebelión. Esta pudo haber sido su propia independencia. razón para negar su reconocimiento al »Todo cuanto hoy puede decirse sobreprincipio, pero no para retirarlo una vez España es que no es agresiva. No hay concedido., justificación, pues, para ninguna acusaslgnoramos si la retirada de nuestros ción contra ella que quiera hacerse al amrepresentantes diplomáticos en España paro del artículo 39 de la Carta de las servirá. para algo útil, aunque todos los Naciones Unidas. España, sin embargo,observadores competentes están de acuer-- tendría justificada'' su queja contra Frando en que el constante ataque al general cia, que ha demostrado su agresiva vecinFranco y los insultos y amenazas lanza- dad que ha obligado a aquélla a tomar dos por Rusia y Francia contra su Gobierno han venido a fortificar su posición pro- medidas defensivas a lo largo de la frontera de los Pirineos. El que la O. N. Lilongando su estancia en er Poder y dándole a los ojos de los españoles una impor- no admitiera a España como miembro de ella es prueba -de que esta Organización tancia que no está en proporción con sus 624 DE KOTSTAS no es imparcial, sino un instrumento _de injusta discriminación.» Arrastrados por la hostilidad a Grecia, hoy en moda, afirman que «el resurgimiento monárquico, triunfo de las fuerzas reaccionarias, es el resultado de la política inglesa en Grecia», olvidando que las elecciones celebradas bajo el control aliado y el plebiscito de septiembre fueron libres como no lo hubieran sido ni podrá serlo jamás en los países controlados por el despotismo ruso. «Nos recuerdan constantemente—añade Voigt—que el Gobierno español se estableció por una rebelión armada con ayuda del exterior y aparte de que «ni aun con el más diestro de los contorsionismos jurídicos hemos podido descubrir ningún argumentó serio para reconocer al llamado Gobierno del señor Giral»... En Grecia también hay una rebelión que recibe ayuda del exterior; pero como en este caso es comunista y está favorecida por Rusia, nada dicen contra ella, aunque si triunfara, Rusia, asomada al Egeo, amenazaría de manera fatal la seguridad del Mediterráneo oriental. En cuanto a las críticas que se hacen a la. situación de Polonia y países lindantes con los soviets,' que los rebeldes admiten por. fundadas, aunque «un tanto exageradas», dice Voigt que aquéllas están muy por bajo de la realidad. «El pue, blo inglés no sabe lo que es el terrorismo, las detenciones, las ejecuciones, las deportaciones, la violenta imposición de. un sistema extraño de vida y el monstruoso edificio de falsedad y malicia que oprime el espíritu de las naciones situadas tras el llamado telón de acero, exterminándolas gradualmente.» _ «El Gobierno' británico, en su papel de término medio entre Rusia y Estados Unidos—dicen los rebeldes—,'debe realizar una política socialista en el país y e n el exterior.» «El Gobierno británico "^-responde Voigt—se debe a su pueblo v no a los extraños, de quienes no ha recibido poderes, y su deber es cumplir sus promesas y no dedicarse a ser lazo de unión entre antagonismos extranjeros, que aumentaría su impopularidad en América, sin que ello le congraciará con RuSJ a,^ más propicia a derrocar, un Gobierno socialista que uno conservador.» La carta de los rebeldes es una muesca más de una serie de opiniones hoy en mod en el país. «No creemos—conclu- ye Voigt—que prevalezca. De hacerlo, eí honor y seguridad de Gran Bretaña y eí Imperio se hallarían en grave peligro.»— (C. E. M.) World Revíew. Londres. Diciembre 1946. MADDE, John: Nüremberg in History (Nüremberg en la Historia.) (Páginas 23-26.) Las escuelas de párvulos, aun en el porvenir, tanto en Gran Bretaña como en el resto del mundo, no contendrán en sus libros historias que puedan referir, parecida a la del gran proceso de Nüremberg. ¿Qué' puede hallarse para los historiadores que justifique el batir el record del mundo en este sentido? Esta es una pregunta que bien quisiera poder contestar ahora, para evitar el apasionamiento que supone enjuiciar la actualidad. El filósofo Santayana aconseja que «aquello que hoy no se puede recordar, el pasado se encarga de repetirlo». Pondera a continuación el articulista la gravedad de los delitos cometidos, que justifican el castigo impuesto a los «criminales» y lo infinitamente difícil que resulta el ajustar la sanción a los malhechores dentro de los nobles cauces de humanidad. Aprueba el que la Prensa silencie los terribles detalles ineludibles de ejecución en el cadalso y que repugna a estos sentimientos. La muerte no les abate.—Si en alguna ocasión se ha inclinado la benevolencia ante la muerte tan terrible de un asesino, ha sido en uso del soberano poder para prestar una ayuda, como puede recordarse en el caso de Robespierre, quien, habiendo batido el record de tan terribles ejecuciones, le llegó a su vez el turno de subir ai cadalso. Los detalles de esta ejecución son bien conocidos, como fueron familiares para los asesinos nazis. Las circunstancias de este caso las reseña sir Archibald Allisin en su. Historia de Europa: «Vestidos con la hopalanda de los ajusticiados, van'sentados en el banco de un carro, que se pasea en su largo recorrido por los barrios más populares de París, rodeados de los gritos de 625 REVISTA BB REVISTAS ia multitud. Robespierre cínicamente guiña un ojo y arruga la cara cuando alguien en su derredor le insulta. No permite que le tapen los ojos en el momento de morir.» El caso de los alemanes ha- sobrepasado el de Robespierre en lo que tiene de criminal en los asesinados de indescriptible horror y sufrimiento. Aunque el proceso, condenación y ejecución pueden haber disminuido sus efectos y produzcan alguna satisfacción entre los habitantes del mundo civilizado, es preciso que en el futuro no reaparezcan asesinos de ese género, y evitando todo riesgo de que puedan salir vencedores y no vencidos. «Hay que procurar—dice el articulista—que los gestos y las palabras de Keittel: «Sigo a mi hijo; todo por Alemania»; de Frick: «Para siempre vivirá la Alemania eterna»; de Jodl: «Yo te saludo, Alemania mía...», etc., no vengan a considerarse palabras inmortales que repitan los libros en. memoria de doce millones de asesinados.». Colaboración de cuatro poderes.—Entre las, materias de profunda importancia de las que los historiadores habrán tomado nota, se destaca el que los cuatro países: Gran Bretaña, Estados Unidos, Rusia y Francia, de regímenes absolutamente distintos, se hayan reunido para formar un instrumento de justicia internacional, siendo plena la armonía y cooperación de los cuatro poderes. Tiene también profunda significación para el futuro la afirmación clara y positiva del delito de los prisioneros. Viene a ser un hecho noble y grande en la historia de la Humanidad y de la Justicia. El juez presidente, lord Lawrence, es un inglés representativo que sabe mantener nuestra reputación de amor a la verdad, por lo que, Inglaterra le debe gratitud y admiración. Continúa el articulista ponderando la ecuanimidad y eficiencia del Tribunal durante el largo proceso. ¿Ha sido legal?—Mientras este artículo se escribe, han aparecido en varios periódicos de este país cartas de personas que preguntaban por la legalidad de los procedimientos en Nüremberg. Durante el proceso se trató de la cuestión ley y de la arbitraria interpretación que cabía asignar a esta palabra. A lo cual se argüyó que, cuando es conocida la verdad exac- 626 ta, queda excluido el término ilegal. La muerte virtual de la Liga de las Naciones dejó una laguna que llenó el Estatuto Internacional de lo Criminal, que ha sido un verdadero instrumento de" política en las declaraciones que las naciones han hecho de que «una guerra de agresión es un crimen». Son muchos los hombres y mujeres que no pueden olvidar el valor'de tan saludable lección, que batió el record de la evidencia. Es ahora esencial preservar al mundo de nada semejante.—(L. B. T.) The Round Table. Revista trimestral de la política del Imperio británico.—Londres. Núm. 145, diciembre 1946. Nüremberg in Retrospect (Visión retrospectiva de Nüremberg). (Págs. 22-28.) El proceso de Nüremberg comprendió cuatrocientas tres 'sesiones a lo largo de diez meses; fueron oídos treinta, y tres testigos de la acusación y sesenta y uno de la defensa. De toda la documentación del proceso, lo más notable es comprobar, que los acusados contribuyeron en un ciento P 0 1 ciento a que el proceso- fuera un éxito. Si, como se podía haber temido, los acusados, o la mayor parte de ellos, hubieran recusado la competencia del Tribunal, el valor del proceso hubiera sido » cho menor. El Stationery Office está publicando uña relación literal del proceso, de la que hasta ahora han aparecido tres •volúmenes. En Estados Unidos se está publicando una colección de todos los documentos más importantes bajo la dirección del juez Jackson, fiscal en representación de los Estados Unidos. El Tribunal :de Justicia Internacional de La Haya facilita copia de todos los documentos a los investigadores y estudiantes. El punto' culminante del proceso, tanto por su espectacularidad como su trascendencia jurídica internacional, fue & s tencia del tribunal y la condena de ios acusados. «Hay que confesar—dice el autor—que, como documento que P ^ e r a servir de inspiración al futuro Derecho REVISTA DB BEVISTAS internacional, Ja sentencia del tribunal es •un poco desilusionante. Refleja la paciencia, dignidad y equidad que caracterizan al tribunal, pero carece de una amplia declaración de principio o de una exposición convincente de la evolución del Derecho internacional que podían esperarse de los ceñidos razonamientos y finos argumentos aducidos por los fiscales.» líl proceso surgió como resultado de .un acuerdo entre las tres potencias en la Conferencia de Moscú de 9 de noviembre de 1943, acuerdo que se incorporó al documento firmado en Londres en 8 de agosto de 1945 por los «tres-grandes» y Francia. Según la carta del tribunal, éste tendría competencia para juzgar y castigar a las personas que hubieran actuado en favor de los intereses de los países europeos del Eje como individuos o ' como miembros de organizaciones. El artículo. 9.0 preveía que el Tribunal podría declarar, al juzgar a un individuo, que la organización a la que éste pertenecía era una organización criminal; y el artículo 10 establecía que, en el caso de que uria organización fuera declarada criminal por el tribunal, la autoridad competente de cada país firmante tendría derecho a procesar, mediante tribunales nacionales, militares o de ocupación, a los individuos que hubieran sido miembros de aquella organización. La acusación comprende cuatro cargos : en el primero, planeamiento o conspiración para cometer los crímenes que se enumeran en los cargos segundo, tercero y cuarto, a.saber: crímenes contra • la paz, crímenes de guerra y crímenes .contra la Humanidad. Lo mismo el informe de acusación que la sentencia dejan traslucir que se trata de un compromiso entre puntos de vista muy distintos. En parte se pierden en una «mara&a de casos concretos», que, según el juez, Jackson, era uno de los. Peligros que debían soslayarse. La acusación comprende tres apéndices: el primero establece la responsabilidad individual de cada uno de los acusados por los crímenes expuestos en los cuatro cargos; el segundo da detalles que muestran la criminalidad de las organizaciones, y el tercero contiene la lista de •¡as violaciones de tratados, y convenios internacionales perpetradas por los nazis. De los veintidós acusados, diecinueve fueron hallados culpables por el tribunal. El Cuerpo directivo del partido, las S. S. y la Gestapo fueron declaradas organizaciones criminales. Como constituía una novedad la responsabilidad criminal derivada de la cualidad de miembro de una organización, el tribunal estableció cuidadosamente determinados principios para evitar que se cometiera cualquier injusticia. La sentencia establece que no se reputarían responsables las personas que probablemente no conocieran tos designios o los actos criminales de la organización. -Además, a los efectos de responsabilidad, únicamente se considerarían miembros de -la organización aquellas personas que hubieran 'entrado voluntariamente a formar parte de la misma. Otro ejemplo de la equidad con que el tribunal actuó es que los funcionarios de escasa importancia, así como escribientes, taquígrafos, mecanógrafos, etcétera, etc., de la Gestapo y de las S. S. no fueron incluidos en la declaración de criminalidad. El Estado Mayor del Ejército alemán y el Gabinete nazi, así como las S. A., no fueron considerados como organizaciones criminales. Las razones por las que el Gobierno nazi no fue declarado criminal se exponen alegando de un lado que ei Gobierno no actuó como organización^ y de otro, que esta- declaración apenas si hubiera afectado a personas que no estuvieran ya procesadas por otros-cargos. El autor examina la objeción de que el Tribunal consideró ex post jacto que él. iniciar y ejecutar una guerra de agresión debía ser considerada como crimen, y afirma que esta objeción queda suficientemente contestada, en. la sentencia en la que se establece que antes de 1939 lá guerra de agresión era tan criminal, como matar a los prisioneros. Además, el Tribunal declaró que el principio de que los delitos no pueden crearse ex post jacto era una norma basada sobre la moralidad, porque no es justo castigar a' un hombre por hacer algo que no constituía delito en el mom'ento que lo rea-lizaba. Sin embargo, no es injusto castigar a un hombre que hizo algo que él tenía que saber que era delito, y es indudable que los acusados, cuando invadieron países pacíficos y quebrantaron numerosos pactos de no agresión y tra627 REVISIA DE REVISTAS tados de amistad, sabían positivamente que cometían una infracción. «Naturalmente—dice el autor—que el tribunal no se ocupó de las críticas políticas que se han formulado contra la justicia del proceso. Una de estas críticas es que con anterioridad se habían- ejecutado guerras de agresión y habían quedado impunes, y así, en efecto, Rusia había ejecutado una guerra de agresión contra Finlandia. Este hecho era embarazoso para el Tribunal, del que formaba parte un juez ruso. No se permitió a los acusados que se refirieran a esta cuestión, y se eliminó todo intento'de poner al tribunal en situación. difícil discutiendo el Pacto gcrmanorruso de I939-» Estima el autor que, admitiendo que Rusia pudiera ser considerada como culpable (y, en efecto, fue declarada cul-. pable por la Sociedad de Naciones) de haber ejecutado una guerra de agresión, este hecho es enteramente irrelevante. Si un hombre es acusado de asesínate, el hecho de que el juez pueda ser inculpado de otro asesinato. cometido en otro tiempo y en otro lugar no tiene nada que ver con el proceso, sostiene el autor. Otra objeción de carácter similar es que el proceso fue injusto por haber sido el proceso de los vencidos realizado por los vencedores.' Se trata de un punto de vista ampliamente mantenido en Alemania, porque es imposible imaginar que si los alemanes hubieran ganado, hubieran abierto un proceso justo contra sus adversarios. La sugerencia de que los neutrales debían haber sido nombrados jueces se rechaza, porque la neutralidad en la última guerra era realmente en sí misma un crimen. «Quien no •está con nosotros es. tá contra nosotros», y los neutrales, por su abstención, comprensible e incluso excusable en algunos casos, no han ayudado a las víctimas1 de la guerra agresiva y no se han colocado, positivamente al lado del Derecho y del orden. Una, guerra de agresión era un crimen en. 1939, y un Estado neutral que no ha colaborado en la' persecución del crimen es, en el mejor de los casos, un cómplice, y, por lo tanto, inadecuada para juzgar aquellos que cometieron el crimen. El argumento de que el Derecho internacional regula relaciones entre Estados, pero no afecta a los individuos, fue rechazado por el Tribunal aduciendo que 628 ha sido práctica en todos los países el procesar a individuos acusados de ofen~ sa contra el Derecho internacional. La objeción de que los procesados actuaron de acuerdo con órdenes superiores se rebatió alegando que la obediencia a' órdenes superiores no puede invocarse como defensa cuando .se ordena cometer actos de brutalidad o en los que no es posible que exista una elección moral. . El autor considera después el problema de si hubiera sido mejor condenar a los acusados sin proceso, por simple identificación, tal como fue propuesto por el Gobierno inglés. Napoleón fue tratado con arreglo a este principio, y la justicia de este trato no ha sido seriamente puesta en duda. El autor remata su artículo con la afirmación de que, cuando pasado el tiempo, se estudie el proceso de Nüremberg, se considerará como un importante paso hacia la' realización del mundo como unidad, en la cual los Estados soberanos tienen deberes con respecto a los otros y respecto a sus subditos, que pueden ser exigidos por los otros Estados. Se ha reconocido que existen límites a la omnipotencia del Estado. El proceso de Nüremberg ha confirmado esta doctrina, sin la cual no puede haber paz en el mundo.—(f. G. H.) Amanean counter-revolutioíi. (Contrarrevolución en América.) (Págs. 58-64.) Los Estados Unidos atraviesan la ai1" güstia de una contrarrevolución. El movimiento político que comenzó con la elección de Roosevelt en 1932 ha sido derribado por las fuerzas crecientes del conservadurismo. Efectivamente, el «New Deal» habría sido desde hace mucho tiempo derribado a no ser por la guerra. Roosevelt empezó a tener dificultades con el Congreso en 1938, pero la guerra evitó que trascendiera el conservadurismo, cada vez mayor, de la opimas pública americana. Ahora, el tránsito a? Poder de los liberales a los conservadores no piiede hacerse esoerar. Los republicanos han triunfado en la Cámara cíe Representantes y en el Senado,1 y ya antes de las elecciones de noviembre «e 1946, las mayorías de ambas Cámaras estaban formadas oor una coalición conservadora extraída de los dos- partidos. REVISTA DE REVISTAS Este cambio no tendrá consecuencias inmediatas para la política exterior, ya que tanto Roosevelt como Traman, han asociado los dos partidos en la tarea de dirección de la política exterior. Si el senador republicano Vandenberg no es «1 futuro presidente de'Estados Unidos, es casi seguro que será entonces secretario de Estado a partir de 1948, y Vandenberg ha sido íntimo colaborador de Byrnes. La transición del punto de vista de Roosevelt al del conservantismo comenzó ya a operarse desde que Byrnes decidió, en mayo de 1946, mantener una actitud firme frente a Rusia, y por ello, aunque la presidencia cambiara en 1948, no son de prever graves dificultades. En resumen: el autor estima que la centrar rrevolución americana en punto a la política exterior tío tendrá, probablemente, consecuencias importantes. De mucha más trascendencia serán los efectos de la reacción americana sobre la economía nacional, y, de rechazo, sobre la economía mundial. Estados Unidos cometió un gravísimo error al final de la guerra. Para hacer frente a la escasez y al paro forzoso que se preveía al desmovilizar se .procedió a relajar los controles, a estimular la producción. Pero, en contra de lo que se había previsto, no se plantearon problemas de escasez ni de paro. El tránsito de la producción de guerra a la producción de paz se operó sin trastorno alguno, y las medidas adoptadas para evitar la deflación impulsaron lógicamente a una inflación inusita- " da. El abandono del control sobre salarios y precios trajo como consecuencia una enorme producción y la subsiguiente baja de salarios. El presidente Truman. sigue ahora una política intermedia entre la inflación- y • la deflación, que reúne los inconvenientes de los dos extremos y pocas de sus ventajas. No se mantiene el rígido control del tiempo de guerra ni tampoco se deja en libertad al proceso económico. Temperamental v racionalmente, Tru- . man no podía resistir la tendencia al compromiso. Esa política hubiera resultado aceptable nueve veces de diez; pe. rQ1 en la situación actual, una acción radical y extrema hubiera sido preferible. _ En noviembre de 1946, la remuneración de' los trabajadores, en comparación con. el tipo existente el día de la victoria sobre el Japón, había descendido en un 8,6 por IOQ, mientras que el precio de los* bienes de consumo había aumentado en un 11,10 por 100, lo que significa un descenso del .17,6 por 100 en el salario real. En muchos casos ha tenido lugar la huelga de compradores; el consumidor se ha negado a pagar precios tan altos, y en ocasiones se ha logrado que los precios bajen. El autor expone a continuación su desconfianza respecto a la economía planificada. Los mejores planes pueden equivocarse, y recientemente se ha visto prueba palpable de ello. Respecto a la política interior se afirma que en los dos próximos años se deberá llegar a un compromiso entre el legislativo y el ejecutivo, si se quiere evitar el ptmto muerto. Entre enero de 1947 y enero de 1949, el presidente no tendrá mayoría en el Congreso, y el Congreso no dispondrá de los dos tercios de mayoría necesarios para que se aprueben las leyes, a pesar del veto presidencial. Acuerdó o Gobierno por compromiso significa generalmente Gobierno al niyel del más alto factor común; ello es deseable en un período de crisis como el actual. Hay que crear un mecanismo establecido , y definido a través, del cual la dirección congresiorial de ambos partidos conferencie regularmente con el presidente. El Congreso debe tener amplio control sobre el. nombramiento y orientaciones de los funcionarios' del Gobierno. En orden a la política internacional se pone de relieve Qv-e la opinión americana, tan receptiva y amistosa hacia Rusia hace un año, es hoy crítica, vacilante, cuando no francamente hostil. Si Mólotof es prudente, comprenderá que Rusia ha ido demasiado lejos, y que es aconsejable una consolidación de su política. De otra manera, el peligro de un conflicto—aunque hayan aún de transcurrir años y años antes de que surja—permanecerá latente y se acrecerá cada vez más. La dimisión de Wallace ha dado ocasión a los norteamericanos para reexaminar la creciente firmeza de su actitud frente a Rusia. Transcurrirán muchos años antes de que Wallace pueda alcanzar un amplio podeí nacional. La actividad de la Comisión de Acción Política del C. I. O.—el grupo más. próximo a Wallace—puede motivar la elección o la derrota de algún candidato al Congreso. Pero Wallace no tiene bloque, y no es 629 REVISTA I>3? REVISTAS fácil que pueda coiisegtslr lexinírlo en bastante tiempo.—(J. G. H.) The World Today. Publicación del Real Instituto de Asuntos Internacionales.—Londres. Volumen II, núm. n, noviembre, 1946. C. S.: Politicen F'orces in Yugoslavia Today (Las fuerzas políticas en la Yugoslavia de hoy) (Págs. 535-545-) Al iniciarse la lucha contra las potencias del Eje, la.postura.adoptada por el partido comunista.,frente al problema de las, minorías contribuyó de modo notable a su fortalecimiento en Yugoslavia. Mientras los restantes partidos políticos, incluso los izquierdistas, abogaron siempre a favor de una administración centralizada con. preponderante influencia servia, los comunistas incluyeron en su programa la igualdad de derechos, sin discriminación de raza o credo, y plena autonomía para cada grupo nacional dentro de un Estado federal. Este fue el punto del programa de los llamados partisanos que más adeptos atrajo y que posteriormente consolidó su poderío. A pesar de ello, en los críticos momentos que precedieron a-la invasión de Yugoslavia por el Eje, en abril de 1941, la opinión pública declaradamente anglofila se mostraba incitada por la propaganda comunista, que presentaba la guerra como una lucha entre poderes capitalistas por igual despreciables. Aunque más tarde se lia pretendido que el partido comunista había tomado parte en el golpe de Estado de 27 de marzo de 1941, lo cierto es que éste se mantuvo al margen de esa rebelión popular. Tampoco tomó parte en la defensa de Yugoslavia con motivo de la invasión por las fuerzas del Eje, acontecimiento que le sorprendió como a todos. Únicamente la declaración de guerra á Rusia modificó su postura política. Al fin llegaba el momento histórico en que los intereses del partido coinciden con los del pueblo yugoslavo. Las fuerzas alemanas estaban concentradas en el Este, circunstancia que devolvió la esperanza a los yugoslavos decididos a la rebelión. Otras circunstancias convirtieron al par- 630 tido comunista en el único capacitado para encauzar los deseos de un pueblo desamparado por la ausencia de sus jefes políticos y de su rey. Además, su organización, fraguada en la clandestinidad, era muy eficaz y extendida a todo el país." Tenía armas propias para la lucha de guerrillas. Su programa no reflejaba fanatismo, y era, por lo contrario, el indicado para atraer a los hombres de todas las clases e ideologías ansiosas de liberarse del odio del invasor. E)e este modo, el partido comunista consiguió la supremacía en el movimiento de resistencia, y su jefe, Josip Tito, confundió su carácter dé cabecilla comunista con el de patriota, líadíe puede negar su aportación al esfuerzo de guerra a-liado,, y cuando el Ejército rojo hubo expulsado a los alemanes del suelo yugoslavo, la acción partisana ha sido exaltada hasta la epopeya. No hay que sorprenderse, por tanto, sí las jóvenes generaciones repiten el slogan: «Somos de Tito, y Tito es nuestro.» Que estos hechos no nos confundan respecto a las realidades de la escena política yugoslava. Tito y sus seguidores han vuelto a, recobrar su carácter de jefes comunistas, y de ser una minoría clandestina y perseguida han pasado a actuar como un Poder político 'absolutista disfrazado de democracia. Sin embargo, en un aspecto el partido comunista conserva su antigua fisonomía, y es éste el secreto" que envuelve su organización- y actividad, aun cuando se trata de un partido" legal. Se desconoce su importancia numérica, la exacta composición de su Comité central, la sede de su poder político en Yugoslavia. Se ignora incluso si Tito es una figura decorativa de la organización, cuyo poder efectivo esta en manos de ¡os extremistas Azilas o ^ardelj. Generalmente, • se piensa que la dictadura del mariscal Tito no es una dictadura personal, sino una oligarquía, cuya autoridad emana del Comité central y se manifiesta a través de una red^ de organizaciones administrativas, políticas ^ y culturales multiplicadas en todo el paísLa -administración local se basa en ios narodni odbori, o «Comités del P^°*>* del partido comunista soviético, a»rup dos de modo piramidal hasta form-i-m Asambleas de las Repúblicas federales. Teóricamente, los miembros de los odban son elegidos. En la práctica, son designa dos entre comunistas o decididos simpa- REVISTA DE REVISTAS tizantes del comunismo. Por otra parte, el control de las actividades ciudadanas se ejerce a través de un sistema de responsables, dé casa, barrio, etc., dándose el caso carioso de que muchos de estos «perros» de guarda» ejercieron análogas funciones en favor de ¡os alemanes. Asimismo, han sido reorganizados los Sindicatos y Cooperativas campesinas sobre una base'similar. La única organización política' oficial que funciona en la actual Yugoslavia es el llamado Frente Nacional, que agrupa, aparte del partido comunista,- diversos pequeños partidos, desde el diminuto republicano hasta los demócratas. Pero, salvo para el partido comunista, todo son trabas, y los componentes del Frente Nacional arrastran una vida más aparente que real y no tienen política propia. Por lo demás, el partido comunista se ha inmiscuido lo bastante en esos pequeños grupos que se integran en ¿1 Frente Nacional para que la, política de éste siga las directrices fijadas por el Comité central. El caso del profesor Yoranovic .es aleccionador a este respecto. Fundador del partido campesino del pueblo, de tendencia izquierdista, fue nombrado secretario general del Frente Nacional.. Por criticar determinadas medidas del régi- ' men fue expulsado por los comunistas infiltrados en su propio partido. Ello explica la docilidad con que socialistas y demócratas obedecen las órdenes recibidas en el Frente Nacional. Junto a los Comités administrativos y políticos existen en Yugoslavia organizaciones juveniles, tendentes a educar a la juventud de acuerdo con la ideología fflarxista. Su actividad principal es realizar manifestaciones espontáneas gigantescas, destinadas a expresar los deseos populares; manifestaciones organizadas en. su recorrido, composición, slogans, etcétera, y de las que se anuncia la hora y lugar con antelación. En cuanto a la Prensa, aunque se fijara su libertad en la nueva Constitución, • no existe Prensa de oposición, ni se publica en Yugoslavia ningún periódico independiente. La agencia Tax, o Tanjud (agencia oficial yugoslava), suministra las Noticias, los comentarios y artículos de acuerdo con las directrices del Comité central. Las mismas normas imperan en la enseñanza: junto al amor a Tito se enseña a los' escolares una historia en que «el Movimiento de liberación nacional» es en la historia de Yugoslavia lo que la Revolución rusa en la historia del mundo: el máximo acontecimiento. En el Ejército sé realiza una labor de educación o reeducación dentro de la ideología marxista, mediante cursos diarios dados,por los comisarios políticos. También se adiestra a la juventud en el manejo de las armas, de procedencia soviética. El soldado que muestra aptitudes puede ingresar en la Escuela de Cadetes, calcada de la soviética, ya que el Ejército rojo es el supremo modelo militar. En estrecha conexión con. el Ejército funciona ¡a Policía secreta, la O. Z. N. A., secretamente llamada U. D. B. Ejerce una vigilancia feraz de las actividades de los ciudadanos, llegando a establecer fichas detalladas de todas sus circunstancias. Si tal ficha es desfavorable, su titular ve negado el derecho de trabajar, y, por ,tanto, condenado a morir de inanición. Tal es el formidable aparato coercitivo montado por el mariscal Tito y sus secuaces. ¿Qué posibilidades existen para democratizar el régimen de Tito o sustituirlo por otro? Hay que desechar, por ingenua, la ilusión angloamericana de que Tito comparta el Poder con otro partido que el suyo. Sin, embargo, está fuera de duda que toda Yugoslavia no está conforme con el régimen actual. Pero Tito ha suprimido todo medio de expresión y actividad para ejercer una oposición real. Por otra parte, un programa de oposición constructiva supone la. unión de una mayoría descontenta para demostrar a la minoría qué detesta el Poder. Desgraciadamente, la oposición no está unida, ya que en. ella se enfrentan servios y croatas, aparte de las divergencias que políticamente oponen a los enemigos de Tito. Son éstos puramente los rojos liberales y demócratas y los que 'sobreviven de la organización Chetnikj del general Mihailovitch, y el antiguo partido campesino, privados todos de jefft—desterrados o muertos, como el citado general—, y, por tanto, incapacitados para la lucha de modo efectivo en tan difíciles circunstancias como las actuales. La Iglesia ortodoxa sólo posee una pequeña organización política, pero ha adquirido mucho prestigio desde hace dos años. En fin: la Iglesia católica de Croa- 631 REVISTA DS KEVISÍAS cía y Eslovenia desempeña el papel principal eñ la oposición al Gobierno de Tito. A pesar de que un modics vwendi parecía haberse establecido entre la Iglesia y el Estado, la ley de Reforma Agraria y la ley de Enseñanza provocaron la batalla, iniciada por monseñor Stepinac con sus pastorales denunciando el paganismo del jégimen. Presente está en la memoria de todos el proceso de Zagreb y sus veredictos, que condenaron a varios dignatarios de la Iglesia católica como «criminales de guerra», así como la campaña anticatólica desencadenada en Yugoslavia. Después del aniquilamiento de los Chetaiks y de los partidos burgueses quizá »se sienta tan fuerte Tito que pueda atacar el formidable poder de la Iglesia católica.—{C. M. ds la E.) The Polifícal Qnarterly. Vol. XVI1T, núm. i, enero-marzo 1947. WARRINER, Doreen: The Real Issués in Europe (Las soluciones reales en Europa). ntánica.de la venta obligatoria solo pueae tener lugar porque los precios, que se pa- o gañ al campesino están fuertemente subsidiados). • , « El autor examina el plan trienalt polaco y el plan bienal' de &°™gg. que ammtan ambos a un,rápido desanra Uo industrial, y afirma a «ntmuacwn que Europa no necesita solamente un pian REVISTA DE REVISTAS interno de reconstrucción, sino, al proimperialismo desatentado, sino asimismo pio tiempo, una eficaz ayuda internala inspiración de todo alcalde. Se olvida cional. Actualmente no existe ningún que un mero aumento en el volumen de mecanismo para esta finalidad, pues la una ciudad no -significa necesariamente U. N. R. R. A. nunca ha sido concebida una mejora de posición o de calidad de como un organismo para la reconstrucsu vida social. La dramática estadística ción a largo plazo, y ninguno de los mede Robert Sinclair de que en él condado canismos americano e inglés sirve tampode Londres de cada tres habitantes uno co a este propósito. La única perspectiva muere en las fábricas no ha sido tenida para los países europeos es el empréstien cuenta. to directo obtenido "de Estados Unidos; En el informe de Malcolm Stewart se pero la práctica demuestra, que la obtenreitera la opinión de Cobbett y de Roseción del empréstito supone la renuncia al bery de que Londres es una amenaza pa*plan de reconstrucción interno. «Es inútil ia. el resto de Inglaterra, puesto que a éí pretender—sostiene el autor—que las deafluía toda la sangre viva de la nación. mocracias occidentales están realmente Cuando Ebenezer Howard publicó en defendiendo ios valores humanos, cuando 1898 su Gttrden Guies of Morrow sentó lo evidente es que el departamento de las bases de una política urbanística que Estado americano' intenta explotar las neha tenido un desarrollo universal. La guecesidades de los países devastados por la rra y los bombardeos consiguientes han guerra sobre líaeas puramente capitahecho que se desvanezcan los últimos alelistas.» i gatos contra el sistema de evitar las aglomeraciones. La "industria tiene que desEl autor concluye afirmando que si Incentralizarse para que Inglaterra pueda viglaterra quiere desempeñar un papel efecvir. Durante la guerra hubo necesidad de tivo en la reconstrucción de Europa tendrá que revisar completamente los obje-' diseminar por todo el ámbito del Reino Unido las grandes organizaciones industivos y métodos de su política exterior. triales. • - > • : ' Ante todo hay. que ver con claridad que la pretendida cruzada de los valores huDespués de las elecciones de 1945, J*^3manos llevada a cabo por Estados Uniter Lewis Silkin, ministró de Urbanismo, dos .significa solamente uña cruzada por abordó su tarea-con sin- igual entusiasel valor monetario. -Tanto en el oriente mo. Nombró una Comisión, presidida por como en el occidente de Europa -la pia^ lord Reith, para preparar el. proyecto de nificación es esencial para la reconstrucley de Nuevas Ciudades, que fue rápida-, ción, y esencial también para el establemente aprobado. Con'- arregló a esta ley cimiento de la democracia. Si Inglaterra de Nuevas Ciudades de X^'46, la compra se limita a secundar la política económide terrenos para e'dificar sólo podrá ser ca de Wall Street, no podrá desempeñar •llevada a cabo por las Corporaciones ofiningún papel efectivo en la reconstrucciales, desechando el punto de vista da ción de Europa.—(J. G. H.) la Comisión Reith de admitir también Asociaciones autorizadas y grandes Mu* nicipios. - El problema de las indemnizaciones y MAC ALLISTER, Gilbert: New Towns de las plusvalías habrá de ser resuelto (Nuevas ciudades) (Págs. 13-20.) mediante leyes que se aprobarán en la misma legislatura. La ley de Nuevas Ciudades de 1946 fi s3 en muchos aspectos, la más importanLas ciudades que se proyectan se calcute de las aprobadas por-el Gobierno lalan para una población de cuarenta a se-, borista. senta mil habitantes, y costará cada una alrededor de sesenta millones de libras En veinte años el «Gran Londres» ha esterlinas. Contendrán todas las perfecduplicado su extensión, consumiendo vasciones de la moderna técnica de la editos terrenos que debían haber sido reserficación, y habrá casas para solteros y pavados para la agricultura o el esparcimiento, y lo mismo ha ocurrido con ra familias. El dispensario y las escuelas Manchester, Newcastle, Glasgow y otros primarias estarán en el centro de los grugrandes centros urbanos. La extensión ca- pos de viviendas, y habrá también ediñ-* da vez mayor de los límites de las ciucios para Segunda enseñanza y aprendidades es no solamente el deseo de todo zaje técnica 833 REVISTA BE REVISTAS la continuación del Imperio británico y no en las tendencias expañsionistas y agresivas del Imperio soviético.—(f. G. H.) situación de los Estados danubianos venía a ser la de semicolonias transformadas Estados independientes. Tías la declaración de libertad de la navegación se hallan ocultos los anhelos del imperialismo para detener a la democracia. The Fortniglitly. Tras estas cuestiones existían otras de meaor importancia: el desar-rclíb progreLondres. sivo de los países danubianos y el reconocimiento de su independencia. AlNúm. 961, enero 194,7. gunas divergencias, sin embargo, se produjeron entre Gran Bretaña y Estados MENDE, Tibor: The Danubian symból Unidos. Los países danubianos eran deu(Bl Danubio simbólico.) (Págs. 19-26.) dores a los Estados Unidos, y, estimando esta ayuda en su valor, se -indinaban Él Danubio, en su largo recorrido, ha de su parte. La significación social del venido a ser 1111 problema internacional de dudoso valor. Produce un microcos- colapso internacional del comercio libre mos de factores que contribuyen al • ma- y el simbólico dominio del patrón oro han lestar actual. Sin embargo, se proyectan cerrado el camino a la transformación claramente en el spectrum político. En de los Estados. generalj se silencia este problema. ExaTermina diciendu que los Estados Uniminados esos factores, se llega a la con- dos son hoy el único país cuyos interesecuencia de que las tendencias actuales ses vienen a ser el restablecimiento de son hada el regionalismo. Bl dominio de la concepáón universalista del siglo >XIX tan importante vía fluvial, constituye un del libre cambio, con sus inevitables coverdadero problema. Hace ncíar el ar- rolarios de huelgas y masas de hombres ticulista el valor histórico que de siem-' sin trabajo. El capitalismo liberal ha •pre se le ha concedido, Hasta que la Co- sido abandonado por la Humanidad, demisión del Danubio fue establecida por el seosa de mejores soluciones. América apliTratado de París en 1856, en el que to-' ca la respiración artificial para • resucitar marón parte todas las potencias interesa- este universalismo' que ahonda más cada das, y en el que se acordó a lo que había día ideologías rivales. de someterse. La ingeniería se ocupó de Nosotros deseamos avanzar hacia •regularizar el delta, siendo readmitida Ale- nuevo mundo que, semejante a un. mania en 1939. permita en sus diversas piezas la coexisExamina a continuación algunas de las tencia de los sistemas regionales. En una vicisitudes que históricamente se produ- palabra: la Humanidad camina hacia un jeron hasta que le fue negada en 1940 su futuro de amplia unidad. El Danubio vieintervención a la U. R. S. S.-, a pesar ne a ser un símbolo en este sentido.— de sus protestas. Se produjeron con este (L. B. T.) ' motivo algunas perturbaciones en las. diferentes cancillerías.. Rusia es tradicionalmente hostil al control internacional del CATLIN, George: Brilcdn and the ame' Danubio, lo que dio lugar a la guerra de . _ rican elections (Inglaterra y las elec.Crimea. El doctor Hadju, delegado de ciones en América.) (Págs. 27-34-) Checoslovaquia, declaraba que los inte1 reses en el'Danubio eran exclusivamente Si han tenido trascendencia las elecpara los países ribereños, y sei acusaba a ciones en Francia, que tanto han acerca.Rusia de pretender, por medio de M o do al Poder al partido comunista, mas lotov, 10 de octubre de 1946, ejercer un importantes han sido aún para Europa imperialismo impertinente. A las pocas las elecciones en América. Por esto, la semanas, el economista soviético Varga, Prensa británica ha prestado tanta atenmanejando este mismo argumento, en el ción con editoriales que se han leído New Times propone esta pregunta: «¿Por en todos los periódicos. •, qué la Gran Bretaña y los Estados UniEl advenimiento de los republicanos^ al dos querfea' a toda costa interferirse Poder ha sido recibido con marcada inen las cuestiones de la navegación en diferencia por parte de tos conservadores, el Danubio?» Debe entenderse aue la pues, según apunta The Spectator, peno- 636 REVISTA PE REVISTAS dico conservador, «los demócratas llevan en sí cierta suma de molestos adversarios». Se refiere a continuación a la semejanza que existe entre los republicanos americanos y los principios o teorías de Herbert Spencer con sus Social Statics. Rusia, cíalo es, comísate el capitalismo que allí se desarrolla. Señala las diferentes opiniones del Economista del Daily Herald, del Obsertter, del Manchestet Guardian, llegando a la observación, que escapa, según dice el articulista, al conocimiento del público, de que tenía razón Wen' Wilkie cuando se lamentaba de continuar una política en lo interior y en lo exterior tan poco clara. La política de la Cámara de Comercio Americana es la fiel interpretación del laissez faire. Al presidente . Traman no le agradan ni las derechas ni las izquierdas. Ciertamente, resulta extraordinaria ironía en los -sueños democráticos querer transformar simultáneamente d "conservador Hoover en mi radical Reosevelt en América, como ai Mac Dónald radical en im conservador como Baldwin en Inglaterra. El juicioso Times, en un editorial dice : «Entre los partidarios de esta política sería lo más prudente procurar el equilibrio de la delicada balanza entre las fuerzas opuestas, siendo de desear que ia consecuencia nacional de los electores haga inclinar la balanza más bien hacia la derecha.» En Inglaterra se han interpretado estas elecciones como una repudiación de la política de Roosevelt y una ratificación de la del senador Vandenberg. Menciona las tendencias de diferentes políticos de altura, añadiendo: «En realidad, fue Wilkie y no Roosevelt quien abogó en ,1942 por una unión total, social y económica de los Estados Unidos y el Commonwealth inglés.» Además, defen7 día Wilkie la abolición de toda clase de barreras & la inmigración entre los países comprendidos en el acuerdo. Los anglosajones padecen d-e la falta «e doctrina. Aduchos americanos que ignoran la doctrina de Vobden marcharán e n seguimiento de Marx. Termina con algunas consideraciones sobre la responsabilidad que alcanza a s l° dirigentes actuales de la política americana, amenazada asimismo por una plutooEgarquía. Menciona esa «anarquía condicional» en la que el Gobierno se con- sidera como el enemigo público número uño. Considera a Wiikia como un apóstol de un mundo nuevo.—(L. B. T.) EEARDON, M, B. G.: The Church and the peoph (La Iglesia y el pueblo). (Páginas 53-59)• Comienza con una estadística elocuente sobre el número de clérigos ordenados en Inglaterra. En 1911 llegaban a veinte mil ochenta y seis, para una población de treinta y cuatro millones; en £938, y para una población de treinta y ocho millones, no pasaron de diecisiete mil ciento treinta y nueve; actualmente esa cifra es más baja aún. Lógicamente., el articulista se muestra pesimista respecto a la situación de la Iglesia en Inglaterra. Calcula en un cincuenta por ciento los que permanecen absolutamente indiferentes en materia de religión, y de los demás existe un veinte por ciento que se muestra abiertamente hostil. La Comisión de Evangelismo, que reúne las más elevadas autoridades eclesiásticas, propone medios para combatir este estado de cosas. La protección a la familia; la proyección de películas adecuadas; misiones parroquiales, etc. Apunta los esfuerzos realizados en la época victoriana por diferentes doctrinas, los que actualmente se hacen y las controversias entre sus intelectuales. La incredulidad actual reside, sobre todo, en la juventud. La sobrehumana personalidad del hombre en algunos casos, sustituye en la economía, a la providencia de Dios. Malvern, en los años de la guerra, ha dicho: «La misión social de la Iglesia está confinada a la enunciación de vagas y abstractas generalizaciones.» Continúa el articulista acumulando ideas semejantes y aduciendo testimonios, llegando a la afirmación de que también el catolicismo romano presenta síntomas de desintegración. Recomienda la lectura de un folleto titulado Towards the conversión of England. Los efectos de la guerra se han hecho sentir en detrimento de la doctrina y de su práctica. Sigue una defensa calurosa del anglicanismo, a quien se debe el haber detenido los avances de la disolución de los sentimientos religiosos. • Hace, para terminar, algunas conside- REVISTA DE REVISTAS raciones de sentido teológico, afirmando que «en las presentes condiciones no es posible observar o cumplir» las doctrinas del cristianismo.—(L. B. T.) The New Statesinan arad Naíion. Londres. Vol. XXXII, 194-6- núm. 819, 2 noviembre Why not disarmament? (¿Por qué no el desarme?) (Págs. 311-312.) Después de recordar las inquietudes de Mr. Churchill, frente «a las doscientas divisiones rusas», inquietudes que tuvieron un eco en el discurso de Mr. Attlee en el Congreso de los Trades Unions, opina el articulista que estos llamamientos a la «unión sacrée» contra el peligro soviético no es la mejor manera de neutralizar los recelos del bloque eslavo hacia el Oeste. . En un intento para minimizar la amenaza que parece derivarse de la presencia de un crecido número de divisiones rusas en territorio europeo, dice que es lógico suponer no se hallen éstas en pie de guerra, y que las razones que mueven a Stalin a mantenerlas alejadas de Rusia se deben buscar en el hecho de que existen dificultades insuperables de alojamiento y manutención en el suelo ruso devastado por la guerra. §in embargo, el motivo principal de la actitud adoptada por Rusia en este aspecto es la amenaza atóinica.. Finalmente, opina que el mantenimiento de ejércitos de ocupación en Alemania y Austria no responden al imperativo de evitar el rearme de estas naciones, sino el hecho de que allí los aliados mutuamente se vigilan. En tal ambiente de desconfianza;, ¿cómo esperar lina aproximación de Rusia al Oeste? • Tal y como están planteados los términos del problema, para evitar una nueva conflagración, el único medio sería llegar a un Gobierno mundial. ¿Es esto posible? Si los americanos están dispuestos a sacrificar en parte su soberanía, no sucede otro tanto con Rusia que se niega a aceptar cualquier medida tendente a limitar sus actividades y decisiones unilaterales. Tan sólo el establecimiento de un plan de cooperación, en el terreno 638 económico," podría dar algún resultado favorable para consolidar la paz. Pero esto, a largo plazo. ¿Qué otro medio existe para lograr este objetivo rápidamente? ' Las medidas propuestas por A. Wallace, en su discurso de Nueva York, dan una clara idea del alcance que éstas podrían tener, de ser aplicadas: eliminación de la bomba atómica y demás armas de destrucción de las destinadas,, a la defensa nacional; limitación de los presupuestos de guerra; creación de una Federación y. una Guardia mundiales. En resumen: liberar la vida mundial de cuantos factores dan pábulo al temor de la guerra. Por fin hay qué asentar la idea de que el resultado ansiado puede ser logrado en la medida en que los ciudadanos retroceden ante el abismo hacia el que los empuja Mr. Churchill. El pueblo está actualmente turbado por la complejidad de los problemas de la postguerra. No confía en la O. N. U. Tampoco entiende la psicología rusa que desorienta sus simpatías. No espera nada de la intervención de América. Está espantado por la bomba atómica. Únicamente le. seduce la idea de un desarme general, por ser ésta directa y sencilla. Por otra parte, tal deseo está hondamente arraigado a la tradición americana y por dos veces expresado por Rusia desde su> revolución. Si el Gobierno laborista tomara la cabeza de la iniciativa para el desarme podría contar con el asentimiento universal.—(C. M. de la E.). Vol. XXXII, 1946. núm. 822, 23 noviembre América's Empire (El imperio de America.) (Págs. 371-372.) El Tratado recientemente firmado entre los Estados Unidos y China sirve de pase al articulista para poner de manifiesto el imperialismo americano en los asuntos del Pacífico. En efecto: ese Tratado, que Mr. Attlee calificó de v u l g a r » ^ te comercial, brinda a los Estados Uníaos la posibilidad de explotar sin trabas una nación económicamente poco desarrollada como es China. Para que nadie sea llamado a engaño, míster Claytón, portavoz del Departamento de Estado, ha dicho claramente B1SVTSIA que no son motivos altruistas los que mueven a los Estados Unidos. Por tanto, en vez del mundo unido, propugnado por Wendell Willde, nos hallamos en presencia de un vasto plan de dominación financiera y económica del mundo por parte del capitalismo americano, apoyado por la Marina y el Ejército, en tanto que el pueblo sueña con descubrir' en Asia y otros lugares razones humanas, políticas y económicas, para fomentar tales designios. Por otra parte, el presidente de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos ha hecho declaraciones favorables a la expansión americana bajo la forma de «una invasión del dolor de la maquinaria industrial y de los conocimientos técnicos» que presentarán a los Estados Unidos como liberadores frente a Rusia. A- estas aparatosas manifestaciones preciso es agregar el esfuerzo de los Estados Unidos para exteñcler su influencia al mandato japonés sobre las islas de los Mares del Sur y la península de Corea, así como al mismo Japón, donde reina el. general Mac Arthur, y a los inmensos territorios de China. Recientemente, el jefe de la plaza del Pacífico declaró a la Prensa la decisión de establecer una fuerte base próxima a Siberia y extender las bases estratégicas de vanguardia a* tres mil millas al oeste de Guam. Ejemplo que ilustra esta política es la creación de una base naval en Tsingtao para neutralizar Port Arthur. En lo que respecta a las islas de protectorado japonés — Marshall,1 Marianas, Carolinas y Palau—, ocupadas por América en 1945, aunque el presidente Truman propuso colocarlas bajo el sistema de, fideicomisos, hizo la reserva de que fueran los Estados Unidos la única potencia encargada de su administración. La propuesta fuá aprobada por el Consejo'de Seguridad, si bien el doctor Evatf hizo presente la oposición de Australia en lo que respecta a la administración de las islas Manus por los Estados Unidos. En cuanto al Japón, está totalmente controlado por el general Mac Arthur, a Pesar de que teóricamente exista un Consejo aliado para su administración. También el Gobierno Militar es totalmente americano, y puede decirse que el pueblo está dominado por la ideología americana a gran refuerzo de propaganda cinematográfica, cultural, misional, etc. ¡Con qué REVISTAS esmero se cuida el general Mac Arthur .de evitar toda infiltración de las ideas británicas y rusas en el país por él controlado! Económicamente, el Japón está •siendo preparado para una explotación sistemática por parte del capital norteamericano con vistas a convertirlo -en un factor de máxima importancia en el mercado internacional de los' textiles. Estratégicamente, la ocupación, americana del Japón brinda al general Mac Arthur una" amplia zona de protección contra los soviets. No es esto todo. Las dificultades atribuidas a los acuerdos de Potsdam, en lo que afecta a Alemania, se reproducen, en Corea, simultáneamente ocupada parte por los ruso^, parte por los americanos. Finalmente, ¿no sería lo justo criticar al mismo tiempo que la política practicada por la U. R. R. S., la que lleva a cabo Estados Unidos, y que deja traslucir un creciente imperialismo?—(C. M. E.) The Economist. Londres, Vol. CU, mítn. S.385, 9 noviembre 1946. The Republicana Return (La vuelta de los republicanos). (Págs. 737-738.) La vuelta de los republicanos," después de dieciséis años de ostracismo, indica que el péndulo ha oscilado hacia la derecha. Para el' extranjero, el significado de la elección se condensa én una pregunta, ¿estamos de nuevo en 1918? Desde el punto de vista interno caben pocas dudas de que hay una tónica análoga, como lo prueban la resistencia a las reformas y a la falta de sentido de responsabilidad. Pero el error de Wilson de hacer de la política exterior una cuestión de partido no se ha repetido. La intervención del Senado en esta materia nunca ha sido tan grande, y por medio de Mr. Vanderberg, los republicanos se han obligado al apoyo de la política exterior de Mr. Byrnea, especialmente la política rusa que ayudó a iniciar. Si lo que el mundo espera de los Estados Unidos es continuidad en la política exterior, es justo señalar que los republicanos se hallan más ligados a una política de "«no apaciguamiento» que los demócratas. Pero no se debe supervalo- 639 REVISTA DE REVISTAS íar eí acuerdo entre los partidos en la territorios, preocupaciones ausentes del esfera de la política comercia! exterior. de mandatos. Por otra parte, preciso es La influencia de Cordell Hull ha cesado, • reconocer que el actual Consejo de Fideiy el partido de los aranceles altos se ha- comisos, .contrariamente a lo que sucedía fia en el Poder. Las concesiones ameri- con la Comisión de Mandatos, no está canas a la Organización" de Comercio In- constituido sobre la base de la competenternacional iio es de esperar que sean cia de sus miembros, sino de las nacionasustanciadas. No se da, pues, la Condición lidades, lo que le resta desinterés e imprevia para que Gran Bretaña renuncie parcialidad, circunstancia de lamentsr a las «prácticas discriminatorias». En tanto más cuanto que los capítulos de la América, ía supresión de organismos re- Carta referente a los fideicomisos adoleguladores se acelerará; Pero si se produjese cen de ciertas oscuridades propicias para una depresión, cabe esperar que los repu- -las' manifestaciones del más " sórdido . • blicanos hayan recogido Ja experiencia de egoísmo. hace catorce años. Hasta akora, sólo disFinalmente, insiste el articulista en el frutaban de un poder negativo de veto en hecho paradójico de que, empezando la toda clase de asuntos públicos, y, aun Carta por proclamar ía igualdad de las cuando posean un prograrra constructi- razas, admite al mismo tiempo que una vo, los próximos años no llevarán su im- puede ser tutora de otra-. pronta. La estabilidad de la política norPese a estos antecedentes, no se debe teamericana, en los últimos catorce años, .perder la esperanza de que los efectos del se ha debido a la existencia de un leader. sistema de fideicomisos sean más beneLa desaparición de éste supone un retor- ficiosos para los pueblos fideicomisados no a condiciones más normales, es un que lo fueron los antiguos mandatos.— •hecho 'que debe tomarse en cuenta en (C. M. E.) . todo cálculo, sea político, sea económico. ü. P-) Vol. CLI, núm. 5.386,16 noviembre 1946. Trusteeship (Fideicomiso). (Págs. 741-742.) ' ¿Supone el sistema dé fideicomisos un progreso sobre el antiguo sistema de mandatos?, se .pregunta el articulista. Después de recordar la constitución y normas que rigen el Consejo de fideicomisos, así cómo las ífes clases de territorios susceptibles de ser. fideicomisados, se lamenta de que existan excepciones a esta regla. Tales son: .Palestina, el sudoeste africano y Nauru, isla del Pacífico, productora de fosfato de la que Inglaterra es mandataria desde 1919. La cuarta excepción, tal vez la más típica, es la que constituyen las islas de mandato japonés del_ Pacificó, ocupadas por los Estados Unidos, y de las que ha dicho sin rodeos el presidente Truman que son indispensables para la seguridad de su país.Todo ello no facilita una clara evaluación de las ventajas del nuevo sistema 'que es preciso comparar con el antiguo, llegando a la conclusión de que éste era menos elástico en lo que respecta a la independencia y derecho de seif-govemtnent. Asimismo, desde un punto de visca económico y militar, él sistema de fideicomiso muestra, en beneficio de los 640 National or Intemaiional Relief? (¿Ayuda, nacional* o internacional?) (Páginas 770-7.80.) - Mister La Guardia ha presentado una propuesta al Comité Hconómico y: Social de la Asamblea General de la U. N. O., de creación de un Fondo Internacional de Alimentación para prestar ayuda a los países necesitados' durante' el invierno. Desgraciadamente, las Naciones Unidas están divididas en este asunto. De un lado, el bloque eslavp apoya la ayuda internacional ; de ctroj Estados Unidos y, con mas reservas, Gran Bretaña, se muestran partidarios de que las compras las efectué cada país por las vías normales del comercio, concediéndose créditos a los países necesitados. Norteamérica no esta dispuesta a separar la política del problema dé la ayuda. -Rusia, Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia no son aceptables politicamente, y deben cuidarse de si mismas, mientras que Grecia, Italia y Austria, situadas fuera de la zona de influencia rusa, tienen derecho a la ayuda. Esta posición es comprensible después de queei env.o gratuito de tractores a Yugoslavia ha sido recompensado con disparos yugosla- REVISTA DE vos a los aviones americanos. Pero este planteamiento del problema es.desastroso. La retirada de ayuda a los países de" Europa oriental los acercará más a Rusia y, además, quebrantará la confianza en la democracia y minará la posición política de los grupos que con ella simpatizan. Desde el punto de vista puramente técA nico de la compra y distribución de alimentos se tropezará con dificultades para el abastecimiento de Alemania. Pero . IOF inconvenientes mayores residen en el campo de la cooperación internacional. Sin duda, ingleses y americanos desean que funcione la U, N. O. superando la actual etapa embrionaria y decepcionante. Pero el realismo exige que este organismo incorpore a. la Unión Soviética, y también, que si las condiciones puestas por ésta no son inaceptables o insultaníes, sean cumplidas con honorabilidad. No es ningún secreto que los soviets están dispuestos a hacer de la ayuda a los países de Europa oriental una cuestión que ponga a prueba a la Asamblea. En este, punto, a diferencia de tantos otros, pisan terreno firme. Hay, pues, una razón para enfocar, desde un punto de vista internacional, la política de alimentación: consolidar la U¡ N. O. No es posible continuar indefinidamente la política de esperar por Rusia, ni son razonables todas las condiciones que ésta impone para su participación. Pero la afirmación soviética de que la ayuda en 1947 debe tener precedencia sobre cualquier otra actividad internacional no es enteramente irrazonable. Ni lo es tammoco su afirmación de qué si la U. N. O. no es capaz de actuar internacionalmente para evitar el hambre, no cabe esperar de ella mejores resultados cuando tenga que enfrentarse con necesidades meaos apremiantes.—(y. P.) A Scandinavian Biock? (¿Un bloque escandinavo?) (Pág. 792.) Las democracias escandinavas tienen una larga tradición de que, un mundo Pacífico es imprescindible a su süpervi' vencía como Estados independientes. Por 'esto apoyaron a la S. de N. y se apoyaron recíprocamente dentro de ella. Pero esta cooperación nórdica, si bien importante culturalmente, no lo es tanto políticamente. Conscientes de que su debili- dad les impedía una acción conjunta de carácter positivo, no es probable que intenten hacerlo ahora, • sin curar todavía las heridas de la guerra y agudizadas las dificultades de su posición entre grupos de fuerzas rivales potencialmente. Al final, Finlandia, con su nuevo régimen, aproxima Suecia a Rusia en asuntos de alta política. Al norte, los ajustes fronterizos han puesto en contacto Noruega y Rusia. La extensión de Polonia hacia Occidente y el dominio ruso de la cosía báltica de Alemania, afectas a Dinamarca, cuya ex dependencia, Islandia, constituye en la práctica un bastión de los Estados Unidos. Las islas Feroe demandan mayor- independencia, y las actividades americanas en Groenlandia parecen usurpar la autoridad danesa en, ciertos puntos, esenciales. No. se discute aún el futuro de Spitzberg,' la isla estratégica de Noruega, pero, cada día es más importante en esta edad de navegación ártica. En esta situación, el aspecto político de la colaboración nórdica revierte a su forma primitiva de apoyo a los organismos internacionales y evitar compromisos con las grandes potencias Q, caso de concluirlos, realizar acuerdos de carácter compensador con otras potencias. El discurso del ministro de Asuntos Exteriores de Noruega sobre España recalcó el apoyo escandinavo a la acción internacional. Pero las declaraciones no invalidan la dureza de los hechos,, y está claro que los países escandinavos no pueden mantener el viejo equilibrio de poderes. Así, Suecia, que intenta una política de compromiso y trata de evitar conjuntamente una nueva depresión y una nueva guerra, ha concluido acuerdos comerciales y financieros con Rusia, que es probable afecten profundamente.su vida económica y política. La referencia en el. debate parlamentario, a cláusulas secretas, ha aumentado la tensión. Económicamente, la oposición a los acuerdos se basa en que suponen el abandono del prometedor mercado sudamericano y perjudican a la industria sueca de construcción naval. Se reconoce en Estocolmo que puede llagarse a una situación en que una verdadera independencia resulte difícil y quizá imposible. La tendencia oriental de su más fuerte miembro debilitaría el aspecto político de la colaboración nórdica. Las dificultades económicas de otros países les impiden atender debidamente al 641 REVISTA PE REVISTAS Llevados de su idealogía socialista acusan a la política americana de ser tan responsable como la rusa de la situación actual del mundo. Es muy cierto que algunos aspectos de la política exterior americana son censurables desde el punto de vista británico, por ejemplo: falta de visión clara de las realidades europeas, indecisión respecto de Alemania, contradicción entre la actitud que adoptan en el Pacífico y la que exigen a los demás Vol. CÍA, r.úm. 5.387, 23 noviembre países en él resto del mundo. En el terreno económico las normas preconiza1946. das por los americanos revelan un fallo, A SociáList. Foreign Policy? (¿Una polí- típicamente, anglosajón: el no darse cuentica exterior socialista?) (Págs. 817- ta hasta qué punto el interés propio se cubre con ostentosas actitudes moraliza818.) doras. Pero reprocharles que su política El que más de un tercio de los dipu- conduce a la guerra es ridículo. No puetados laboristas se abstuviesen de criticar de decirse otro .tanto de los rusos. Es la enmienda centra la política de mister improbable que estos planeen una agreBevin tiene significación: si solamente sión deliberada, pero no puede estarse seguro de ello. Y la razón, para concluir representase dicha enmienda la censura del grupo filocomunista, a quien se ha esto, es la escasez de probabilidades de éxito de una agresión rusa; no que la descrito como los diputados que tienen acta socialista y lengua comunista, care- forma de vida y el record de acciones soviéticas les impida realizarla, ni menos cería de importancia. Porque si el reproche que hace es que Gran Bretaña care-' el que haya algo en la estructura del ce de "iina dirección, socialista en. su po- Estado soviético que la detuviese. Loa lítica exterior, que se ha echado en bra- que en Occidente atribuyen a los rusos zos de la «América capitalista» o se ha el papel de futuros agresores están proseparado de «la sexta parte del mundo, bablemente equivocados, pero las actituque es socialista», puede respondérseles des y hechos soviéticos les dan todo géa secas que la culpa la tiene el partido nero de excusas por llegar a esta concomunista de Europa y sus mentores ru- clusión. La política rusa en Polonia, la¡ sos. Ningún Gobierno (ni siquiera, qui- intervención en Persiá, las amenazas á zá, el de Franco) ha tenido que soportar Turquía y su apoyo al irredentismo búlgauna campaña tan prolongada de insultos ro, son ejemplos de política que, llevadas rusos como el Gobierno socialista britá- más lejos, podrían desencadenar un connico. Si Mr. Bevia se muestra tibio res- flicto general! Todo lo que puede alegarse pecto a la alianza rusa, tienen la culpa frente a estos hechos es que los amelos comunistas y sus amigos. Pero el nú- ricanos tienen la bomba atómica, talen.mero de abstenciones indica que muchos tras que Rusia, destrozada por la guerra laboristas, a quienes inquieta la política y sin conseguir empréstitos para su rerusa, estiman acertadamente dos repro- construcción, se ha visto obligada, por ches que aparecen frecuentemente en la miedo a la bomba atómica, a crearse depropaganda filocomunista. El primero es fensas estratégicas en forma violenta^ a inaceptable. Pueden ' diferir las opinioque se está gestando un choque entre el capitalismo americano y el comunismo nes en cuanto al grado de temor que. ruso que Mr. Bevin, al unirse a los ame- abriga "el pecho de Stalin, habitualmenro y 1^7 ricanos, en vez de permanecer neutral, te con tanto dominio de sí, pe acentúa la posibilidad de que se produz-. hecho cierto: los rusos tienen el remedio ca; el segundo, que una política,exterior a la bomba atómica en sus manos, ¿-os socialista podría evitar el peligro. Tanto americanos han ofrecido internacionalizar los discursos pronunciados en apoyo de la producción de las bombas y pwen la enmienda como la carta enviada por como precio a los rusos que se dejen inssus firmantes al primer Ministro revelan peccionar. Si estos rehusan sera, sin auun profundo sentimiento antiamericano. da, injusto acusar a los americanos de problema de la integración escandinava. Y, a menos que la recuperación económica de Occidente, especialmente la reanudación de las exportaciones británicas de carbón, carrjbie la tendencia, la colaboración de estos países es probable que los transforme en un verdadero bloque, más* abierto a la influencia oriental que a la occidental.—(J. P.) 642 REVISTA .DE REVISTAS mantener una amenaza atómica. La pura verdad es que una dictadura, aunque se llame socialista, es por propia naturaleza una amenaza mayor para la paz del mundo que una democracia, aunque sea capitalista. Los que suponen que los americanos son los villanos de la representación, deberían recordar gue en aquel país Mr. Wallace, que ocupa un papel semejante al de los disidentes laboristas, está igualmente convencido de que los ingleses son los malos y que la democracia americana está siendo arrastrada a la guerra contra Rusia por el imperialismo británico. En cuanto al argumento en favor de una política exterior orientada ideológicamente, que favoreciera a los partidos socialistas continentales, tiene en su contra el que, separaría a Gran Bretaña cada vez más de Estados Unidos y fomentaría al partido de los aventureros que hay en el Kremlin. La política británica debe inspirarse, ante todo, en el interés propio, le aproxime a Nortéame- • rica o a Rusia. Pero el hecho es que, ideológicamente, siempre estará más cerca de la primera.—(J. P.) Vol. CLH, úúm. 5.397, 1 febrero 1947. Itcdian Economy in the Balance. (Balance de la situación económica de Italia.) (Págs. 199-200.) La causa de las dificultades económicas dé Italia hay que buscarla en la escasez de materias primas y, en términos generales, puede decirse que la producción nacional ha disminuido en un 46 por 100 con' respecto a los índices de producción anteriores a la guerra. La escasez de' géneros- produce, por otra parte, una notable inflación, acrecentada por el hecho de que los dos gobiernos de Italia de 1943 a 1945—Badoglio en Roma y Mussolini en el Norte—, aumentaron desconsideradamente la circulación-monetaria, pasando ésta de setenta y nueve mil ciento sesenta y cinco Huilones de liras, en 1942, a cuatrocientas diecisite mil setencientos once en agosto ^ e *945. Esta constante inflación tiene, Por lo demás, tendencia a aumentar en el invierno.. La desproporción entre el numerario e n circulación y la carencia de géneros, "a reducido en treinta veces el valor de la lira anterior a la guerra. Esto se refleja claramente en los precios, y en octubre de 1946, el costo de la vida era setecientas veintinueve veces lo .que era en la misma época del año 1938. En semejantes condiciones, resulta muy difícil equilibrar sueldos y jornales con el costo de la vida. En promedio, los sueldos han subido dieciocho veces y los jornales solamente siete. Las consecuencias de semejante situación son obvias, y se acusan, en particular, en el terreno político, desidiendo el Gobierno respecto a las medidas para enderezarla. El ala izquierda insiste en un mayor control gubernamental, en cambio los hombres de la derecha arguyen que un incremento de control mermaría posteriormente la iniciativa privada. Por otra parte, uno de los aspectos más agudos del problema de la inflación, es el relativo al presupuesto. En efecto, éste se ha establecido con -un dédéficit inicial de setecientos millones. ¿Cómo puede el Gobierno salvar tan peligrosa desigualdad entre gastos e ingre- . sos? Los medios que están a su alcance son, por desgracia, pocos, pues si el sis-, tema de contribuciones en Italia es muy complicado, hay que tener también en cuenta la peculiar idiosincrasia de los italianos con respecto a aquéllas. Sin embargo, algo se ha intentado en el sentido de equilibrar el presupuesto. Desde agosto de 1946 se han establecido los sueldos. En noviembre, se hizo un empréstito interior que a primeros de enero estaba cubierto con doscientos treinta y un mil millones de liras de los que ciento diecinueve mil millones corresponden a los Bancos y establecimientos de crédito. Este resultado, que bien parece representar el máximo esfuerzo del pueblo italiano, no resuelve, a pesar de todo, el problema del pavoroso déficit del pueblo italiano. Él Gobierno, por tanto, ha de decidir si debe seguir por el camino de la leva de los capitales o la devaluación. También con respecto a estos dos puntos se enfrentan los miembros del Gabinete. Los izquierdistas se inclinan a favor de una leva, en gran escala y la confiscación de las rentas más elevadas. El ala derecha, la de los Demócratas Cristianos, se opone a tales medidas. El resultado es que Italia no sale del atolladero y que los italianos han perdido . confianza en la lira. 643 DE REVISTAS ' Finalmente, ocioso es consignar que el problema básico del Gobierno italiano es incrementar la producción, cuya reducción en un 40 por 100 lia creado m presente e incontrolado estado de cosas. Un Gobierno enérgico y unido podría lograr este fin, o bien una dictadura de tipo revolucionario. El Gobierno italiano no es ni lo uno ni lo otro. EVISTAS En realidadj si la industria italiana sólo rinde un 65 por 100 de su producción de antes de la guerra es porque carece de materias primas. Por ejemplo: no recibe más que el 60 por 100 de su importación normal, de carbón. Por tanto, se demuestra claramente,, que el factor esencial de la estabilidad económica de Italia es la situación de su balanza comercial exterior.—(C. M. de la E.) I T A L I A N A S •• debatida ya en Londres en la primera Asamblea General, ha vuelto a ser puesPublicación de los Padres Jesuítas.— ta en el orden del día de la segunda, y discutida como una cosa seria en su seno. Roma. »Ante todo, a ninguno puede escapárVól. /, fase. 1318, 18 .enero 1947. sele, y todavía menos debiera haber escapado a los delegados de las varias naMESSINEO, S. J. A.: La seconda Assam- ciones reunidas en Nueva York, cómo • blea 'genérale ¿[elle Nazioni Unite (La la misma discusión y la intervención, si segunda Asamblea General de las Ña- bien blanda, establecida por mayoría de • dones Unidas (Págs. 97-105,) • votos én los asuntos internos de un país que no pertenece a la Organización ni «No obstante la experiencia ya larga ha solicitado el ser admitido, constituye de tina política fundada únicamente sobre un abaso de poder que podría-represenel dominio incontrastado e incontrolable tar un- precedente lleno de peligros para de tres potencias, que descubre ,una rea- la pacífica convivencia de los pueblos. lidad bien triste en el fondo, la Asam- La aplicación de las normas del estatuto blea General de las Naciones Unidas nó y de las sanciones previstas contra los ha advertido la suprema incoherencia de perturbadores de la seguridad y de la paz que ha dado pruebas presentando a dis- puede tener solamente lugar hacia aquecusión el «caso español» y- emitiendo llos miembros que, habiéndolo aceptado una sentencia de condena para la cual y ratificado, se han convertido en sujetos no tenía ni el poder ni los títulos ju- jurídicos de la Asociación internacional, y, por tanto, quedan ligados a las oblirídicos. »La cuestión española ha resultado una gaciones voluntarias asumidas. El poder poco tranquilizadora obsesión para la nue- de la nueva Organización de las Naciova Organización internacional. Como si nes Unidas queda exactamente circunsen el mundo no existieran otros proble- crito dentro de estos límites, y no puede mas más graves ni más importantes pa- ir más allá sin convertirse en un abuso. »¿Con qué derechoi por tanto, ella _ se ra la vida de las naciones que necesitan una solícka y adecuada solución; como arroga la facultad de censurar, enjuiciar lisi millones de hombres. no agonizasen y condenar el régimen de une d Estado ir e bajo el peso de armisticios odiosps y la bre e independiente y de P p*? amenaza del hambre por falta del míni- legítimo representante ceda el_ Poder y mo indispensable para la existencia; co- permita que se destruyan, las instituciorno si todavía no se perfilasen verdade- nes existentes? Con ningún derecho, en ras amenazas a la paz en sectores turbios, verdad, ya que el mundo enterólo puedonde se derrama la sangre y se tirani- de depender de una organización conszan los hombres, la cuestión española, tituida solamente con los vencedores de La Civilía Caííoíica. 644 .' REVISTA ttt, REVISTAS la guerra, a las que se han añadido algunas otras pocas naciones, y en la cual se excluye casi toda la Europa o por haber sido neutral en el conflicto o por haber sido vencida. La Organización de las Naciones Unidas puede a su placer imponer condiciones para la admisión en •su seno de las naciones que lo pidan, y en ello ejerce un derecho, pero no puede imponer su voluntad a quien'está fuera y no ha expresado ningún deseo de tomar part» en ella. »Si asi fuese, la mitad del mundo civil caería en poder del despotismo político de un- grupo de naciones, las cuales se han autoproclamado arbitros de la vida internacional, arrogándose la facultad de intervenir en toda dirección y sin ningún límite jurídico. La libertad de los pueblos y su justa y esencial independencia en cuanto se refiere a su ordenamiento interno, se convertirá en este casoen un mito, cediendo el puesto a la tiranía y a la superchería colectiva. El abuso, pues, denunciado por nosotros es más que claro y constituye un precedente lleno de amenazas, especialmente para las pequeñas naciones, las cuales no podrán sustraerse a la injerencia colectiva, cuando la hábil maniobra política consiga hacerla imponer por una asamblea por sí misma prejuzgada por los princi. pios empíricos ea que se inspira. »Pero aun prescindiendo de estas consideraciones generales, que tienen un peso no despreciable, y refiriéndonos sólo al estatuto, la ilegalidad del paso no resulta menos evidente. El estatuto prevé la adop- . ción de sanciones, destinadas a reprimir hs tentativas que perturben la paz, cuando, una situación o un proceso constituyan una verdadera y grave amenaza para la seguridad colectiva. Pero los extremos del caso en que legalmente se puede proceder a la aplicación de sanciones no se dan respecto a España. Se ha dicho, es verdad, en el seno de la Asamblea que el régimen franquista representa una amenaz a Para la paz. Pero cuan contraria a la verdad es esta afirmación y hasta dónde adultera la realidad, dictada por una. cínica y mentirosa, pasión política, están Para demostrarlo los hechos y el comportamiento del Gobierno español. Este Gobierno, hasta ahora, no ha amenazaw a nadie y se ha mantenido neutral «orante la guerra, a pesar de saber que s u intervención al lado del Eje habría peligrosamente embarazado a Inglaterra en el Mediterráneo con el cierre de Gibraltar; y-después de la victoria de las Naciones Unidas,, a la que cooperó con su neutralidad, se ha ocupado solamente én gobernar, bien o mal, su propio país. »Si existe una desavenencia con Francia no ha sido el Gobierno español el que la ha creado, sino el Gobierno francés, que primeramente ha decretado el cierre de la frontera interrumpiendo las relaciones diplomáticas. Sin embargo, para demostrar que la España actual es hoy un peligro para la paz no se ha dudado en la Asamblea de las Naciones Unidas en achacar a Franco este cierre, Pero esto no es serio ni contribuye a aumentar el prestigio de un organismo internacional que, con- sólo enunciar tales acusaciones infundadas y deformadoras de los hechps, a todos notorios, manifiesta la propia facdosidad y una falta de equilibrio que difícilmente se perdona al hombre privado. » Además, el estatuto de las Naciones Unidas asegura solemnemente a los pueblos que les será respetada su libertad para escoger la forma de gobierno más de acuerdo con sus inclinaciones y prohibe toda injerencia en los asuntos puramente internos de las naciones. La discusión del «caso español» muestra corno la libertad prometida queda solamente en el papel, a semejanza de tantos otros principios y afirmaciones en aquélla escritos y debidamente ratificados, y cómo la normo..1 de la no injerencia en los asuntos internos da las naciones ha sido clamorosamente violada por los mismos que la han formulado, ya que es claro como la luz meridiana que la forma del régimen es un asunto exclusiva y simplemente interno y que sók> interesa al pueblo a quien afecta. sDe cualquier lado, pues; que se mire, ya "bajó el aspecto más general de los principios del Derecho internacional o bajo el de las normas estatuarias de la misma organización, el paso dado contra España, las mociones presentadas a la Asamblea General, la desconfianzapronunciada y la invitación a retirar los embajadores, son ilegales y representan un abuso de poder, sobre el cual toda nación amanto de su futura .independencia debería reflexionar seriamente, porque nadie puede .asegurarle que, en cruzándose intereses políticos, no le toque .645 KTÍVISIA BE KEVISlAS también a ella todo lo que hoy le ocurre a España. »La incoherencia llega al colmo cuando se considera de dóade provienen las más encarnizadas y persistentes oposiciones al régimen franquista. Las mociones que pedían la ruptura de relaciones diplomáticas y la aplicación de sanciones económicas para derrumbar su Gobierno han sido presentadas por los representantes de Polonia y de la República Bielorrusa; es decir, toda la intriga antiespañoía se remonta a una fuente bien conocida; a la Rusia soviética, que maneja a Polonia, sobre la cual pesa la opresión de sus ejércitos, y dirige la política de las repúblicas de la Unión. Que el compañero Stalin y su digno comisario del Exterior tengan una cuenta a saldar con España, después de la derrota de sus generales que combatieron en la guerra ci-vil española, se puede comprender, como' -se comprende el gran interés que pueda tener el bolchevismo en destruir el orden en una nación que se ha conservado en paz, para pescar en el río revuelto y preparar el terreno a su expansión. »No se comprende, en cambio, cómo las otras naciones, a quienes el avance ruso en el centro del continente europeo y la expansión del eslavismo hasta las puertas del Adriático, en los límites de Italia, debería turbar el sueño, puedan secundar el juego soviético y ayudar a la disgregación de un ángulo de Europa en donde todavía se mantiene un cierto orden. Pero éstas son las sorpresas de la política utilitaria, la cual-engulle con demasiada filosofía, por no decir cinismo, las más manifiestas contradicciones sin descomponerse ni sentirse avergonzado; signo no dudoso de la descomposición moral que corroe el organismo de esta nueva asociación internacional, frente a la cual, la constituida en Versalles, se revela como una obra perfecta, no obstante los defectos que tenía. '. »No se puede en verdad atribuir a otra cosa las acusaciones que los satélites do Rusia han levantado contra España, y han provisto el motivo de la resolución final adoptada por la Asamblea. Todo hombre sensato y honesto que conserve todavía un mínimo de sensibilidad moral tiene que sentir un movimiento espontáneo de repulsa y de indignación, cuando un conocido picaro acusa violentamente y pide justicia contra las supues- 646 tas pillerías de otro, repulsa e indignación que se convierten en náusea si el pillo se levanta contra el inocente, lo calumnia y lo expone a la represión de la pública autoridad. En eata ocasión, esta sensibilidad moral ha faltado a los representantes de las naciones que han votado a favor de la resolución, la cual además de invitar al retiro de los representantes diplomáticos, hacía al Consejo de Seguridad la recomendación de pasar a procedimientos más enérgicos, en el caso de que después de un cierto tiempo Franco no abandonase el Poder. »La acusación, en efecto, iniciada por la coalición soviética 'contra aquel odiado régimen, se venía a reducir a tildarlo como régimen fascista, o sea absoluto y totalitario. Nos hallamos, pues, ante e l ' caso del picaro que presenta a la reprobación colectiva a otro supuesto picaro. No podía, en efecto, ser ignorado por los perspicaces diplomáticos que estaban reunidos en Nueva York representando a sus países cómo la democracia rusa sea . una democracia progresiva, lo que equivale a decir un absolutismo totalitario de los más odiosos y de los más férreos, de los más opresores y destructores de toda libertad popular, frente al cual el fascismo puede considerarse un paraíso de independencia. Tampoco podían ignorar, ya que ha sido denunciado por un hombre que ha demostrado conocer el arte de la política, el señor Churchill, cómo detrás de la' barrera de hierro que hoy desgraciadamente divide a Europa en dos partes, los pueblos gimen bajo un régimen de policía tan fuerte y opresor que no le dejan respirar, y cómo., en aquellas infelices naciones la libertad se ha convertido en una incierta esperanza de tiempos mejores. No les podía ser desconocida la suerte que ha correspon- _ dido a los pueblos bálticos, sobre tos cuales la política ha sobrepasado a la frialdad de la tumba sepultando seres vivos, que sufren y .gimen bajo el mordisco venenoso de la dictadura, y ameno menos podrían borrar de su mente las huellas sanguinarias de ciertos Jetes as Estado absorbidos en la zona d e ? ?*¡ cia soviética y obedientes a las directivas de Moscú. . , ., _, »Si todo esto no podía ni debm ser ignorado por los que se disponían a pronunciar una sentencia en contra de otro pueblo* después de haber pesaao los mo- REVISIA DE REVISTAS •tivos y examinado la honorabilidad del acusador, es lícito preguntarse con qué sentido de responsabilidad los delegados de las naciones de la segunda Asamblea General han pronunciado un veredicto contra España, mientras su condena debería haber castigado primeramente al que estaba más contaminado del delito de opresión y de absolutismo a aquélla imputado. El mínimo de coherencia y de sentido moral habrá aconsejado no invertir monstruosamente las partes; castigando al supuesto delincuente, y concediendo honores y prestigio al probado culpable. Pero para llegar a una tal solución. Ja más conforme a los datos suministrados por la indagación objetiva y al senso moral y jurídico, supuesto, que se quiere 'suprimir cualquier forma de régimen absoluto, habría sido necesario que los políticos hubieran eliminado antes la parcialidad que inspiró su resolución, sumamente peligrosa en cualquier .caso, pero mucho mayor en el internacional, en donde se pueden producir derrumbamientos imprevistos, bajo los cuales se corre el riesgo de resultar aplastados los que los han provocado incautamente. »Y esta es la paradoja a que la Asamblea General de las Naciones Unidas ha llegado al inmiscuirse indebidamente en los negocios internos de España, pues mientras la Organización tiene por fines, según los estatutos, el promover la paz entre las naciones, resolviendo con el uso de los medios ordinarios y con sus buenos oficios las controversias, a fin de que .no se corrompa y envenene la entera sociedad de las gentes; en el caso de que se trata, en vez de apagar el fuego, lo avivan; en vez de hacer tina obra de conciliación, exasperan en el contraste y ofrecen la yesca a los agitadores y a los turbulentos, a fin de que a su placer puedan prender fuego de nuevo a las cenizas apenas apagadas. Ya que es claro que una nueva guerra civil en España, consecuencia inevitable de la marcha de Franco, pondrá de nuevo en contraste los intereses de las naciones limítrofes y n o limítrofes, como sucedió en el conflicto .pasado, con el peligró de complicaciones de las que no se puede prever el éxito final. Europa y el mundo esJán todavía en un equilibrio tan inestable, q u e basta cualquier golpe para que se rompa y lancen de nuevo los pueblos 60 el caos de la lucha armada. »En tanto, la Organización de las Naciones Unidas pierde autoridad y prestigio, porque sus malhadados pasos, más bien que debilitar al Gobierno.de Franco, lo refuerzan en el interior, a causa de la espontánea reacción en la psicología de los pueblos cuando potencias exteriores amenazan injustamente su independencia. La Historia demuestra cómo en estos casos el pueblo se halla dispuesto a dar su apoyo a cualquier jefe, con tal de que sepa erigirse en defensor de su autonomía y de su honor contra las indebidas intromisiones, de fuera en el ordenamiento de la propia vida civil, y puede llegar a concebir por él un verdadero entusiasmo, • erigiéndole en ídolo y en símbolo de resistencia contra la humillación que se le ha querido infligir. »Si nos atenemos a las noticias que vienen de Madrid, la ley psicológica que acabamos de mencionar está ya en plena actividad y desenvuelve su acción, reuniendo en tomo a Franco el apoyo del pueblo, que' comienza a ver en él no el opresor odiado, dibujado por la Prensa internacional, sino la expresión del genio nacional en lucha contra los enemigos exteriores para la salvaguarda del país. »Y está bien que resulte así, porque el encarnizamiento demostrado por ciertos países y cierta Prensa, contra la España franquista deriva, en último análisis, del despecho de ver en Europa un .Gobierno en el Poder, que, si bien bajó formas absolutas, que, sin embargo, van lentamente atemperándose, se inspira en toda su acción política y social, sin tratar de ocultarlo, en los principios de la moral católica, y tiende con toda su fuerza a la restauración de la secular tradición cristiana y católica de su pueblo. La lucha contra España, despojada de todo falso color que le ha "sido aplicado por los interesados, es un episodio de la más grande lucha ideológica que hoy se combate en el mundo entre la civilización universal y cristiana y la seudocivilización asiática que viene de las estepas de Rusia y pretende envolver a Europa. Esto es, en síntesis, el significado del veredicto emitido en el seno de la segunda Asamblea General de las Naciones Unidas contra España; a más de ser un abuso de poder y una ilegítima injerencia en los asuntos internos de un país pacífico, en contradicción con las 647 BJSViSl'A D£ RBVISSáS normas mismas de su estatuto, es además una concesión a las fuerzas oseuras que amenazan la civilización occidental.» (E. M.) Sophia. Revista Internacional de. Filosofía y, de Historia de la Filosofía.—Padzta. Años XII-XIII-XIV, núm. 4, octubrediciembre 1946. TILGHBR, Adriano: L'originalüa di una filosofía. Studio sulle fonti defl'attualistno di Giovanni Gentilé. (La originalidad de una filosofía. Estudio acerca 'te las fuentes del actualismo de G. Gentile.) (Págs. 280-293.) Del contenido de este artícu'a da ya una idea la advertencia estampada a la cabeza del mismo por el director de Sopida, Carmelo Ottaviano, que ha abogado por el realismo en sus obras Critica dell'idealismo y Metafísica dell'eperé parziale frente al idealismo germanizante de Spaventa, Croce y Gentile., muy difundido en Italia: «Estimo oportuno que se publique de nuevo la siguiente nota, vivaz, pero lucidísima, del llorado Adriano Tilgher (ya aparecida en revistas dé limitada difusión) acerca de la originalidad del llamado actualismo. En ella aparece a la luz meridiana cómo el idealismo italiano entero no es .más que una repetición pedísecua ad litteram de los moti r . vos, viejos con más de un siglo, del idealismo germánico, y a veces abandonados por sus mismos autores poco después de formulados debido a su intrínseca absurdidad. Pero «la luctuosa ignorancia» (como nota bien Tigher) que vivía entre nosotros en lo que hace a la filosofía alemana, debida, sobre todo,. a la ignorancia de la .lengua y a .las defectuosas traducciones italianas de varias obras de aquel ciclo de pensamiento, ha hecho pasar por nuevas y originales doctrinas que son archiviejas y .del todo périmées. Por eso es más qué" nurica" oportuna la puntualizació.tt de Tilgher. »A su artículo hago seguir, por la afinidad de la materia, una apreciable nota de un valioso colaborador de Sophia, • Manlio Buccellato, en la cual se demuestra cómo todo el contenido de un ensayo de B. Spaventa, el San Juan Bautis648. ta, del idealismo italiano, está literalmente copiado de Hegel y de Zeller. »De estas dos publicaciones, nuestros jóvenes estudiosos podrán formarse una idea adecuada de la originalidad de estos pensadores y sobre todo de su italianidad, y se darán cuenta de por qué en ios ambientes filosóficos .extranjeros el pensamiento italiano, demasiado identificado tout court. con el de los citados pensadores, es tenido en tan poca esti•ma. De ello sacarán la consecuencia de que es menester andar nuevos caminos para fundar la genuina filosofía italiana, dejando a los recopiladores el triste destino que merecen.»—(L. E. P.) Rivista di Filosofía Neo-scolásíica. Publicación de la Universidad Católica del Sagrado Corazón.—Milán. Año XXXVIII, fase. IV, octubre 194®- GRABMAN-N, Martín: L'árístotélismo italiano al tempo di Dante, con particulare ríguardo- deü'Univtrsitá di Bologna. (El aristotelismo italiano en tiempo, del Dante y en especial en la Universidad de Bolonia.) (Págs. 260-277.) El autor recoge en un panorama Ss~ neral. algunos de los resultados obtenidos por, sus investigaciones acerca del estudio y florecimiento • del aristotelismo en Italia en tiempos del Dante, especialmente en la Universidad de Bolonia; 'investigaciones que, en gran parte, han sido posibles gracias a manuscritos encontrados en Universidades italianas, deu los que ya ha dado cuenta en otras P y, caciones mediante ensayos de descripción de los manuscritos y de investigaciones • histórico-literarias, contribuyendo asi a la descripción del fondo histórico sobre el que resalta la ingente figura espiritual del poeta de la Divina Comedia.— (L. E. P.) CROCCIO, Agostino: II problema mortalitá déll'amma nella Theologiee»,. di S. Tommaso aAa (El problema de la inmortalidad aei aima en la Summa Theologus, de s°mo Tomás de Aquino.) (Págs. 298-306.) El autor se propone indagar el desarrollo del pensamiento del aquiétense REVISTA DE REVISTAS en orden al problema de la inmortalidad, siguiendo cronológicamente las etapas señaladas por la composición de las, grandes obras: Comentario a las Sentencias, Summa contra gentiles, Cuestiones disputadas, Summa Theologia. En el presente artículo se limita al estudio de la cuestión en la Prima Pars, q. 75 a 6, haciendo ver cómo el alma intelectiva no está sujeta a la corrupción ni per accidens ni per se,—(L. E. P¿) Archivo Giurídtco Filippo Serafini Módena. Sexta serie, vol. I, fascículo 2, julio 1945 (publicado en octubre 1946). SARACEOT, Guido: II concetto di «status» e sita applicazione nel Diritto ecclesiastico (El concepto de status y su aplicación en el Derecho eclesiástico.) (Páginas 107-160.) Tres partes tiene este trabajo. En la primera precisa su autor el concepto de status., tras señalar la dificultad que la fronda de opiniones opone al estudioso. Trata del status entendido conforme al uso vulgar, conforme* a la doctrina romanística y civilística, conforme a Jellinek í Cicu, y acaba por definirlo como «la expresión subjetiva pública de un ordenamiento jurídico». «Con tal definición —flice el articulista—se da a la teoría corriente de los tratadistas de Derecho público un complemento que necesitaba. El status constituye un ser, no un tener, no un deber. Constituye una posición jurídica, una fuente de todos los derechos conocidos por el orden a cada uno. »E1 status es un prius o un potius, mientras todos los derechos son un posterius. Admitida la pluralidad de ordenaalientos jurídicos, de ella cabe derivar la Pluralidad de status en una persona. Incluso cabe incluir en el concepto de stal «s una idea de necesariedad.» En la segunda parte trata el autor de ** aplicación del concepto de status en el Derecho canónico. Recrimina a los canonistas por no haber salido de un concepto de status, vago e incoloro, y denende la utilidad y posibilidad de aplicar «1 rigor del concepto status al Derecho de la Iglesia. Para el autor, el Derecho de la Iglesia tiene carácter público, sobre^ todo porque sus leyes están sancionadas autoritaria y obligatoriamente y les es extraño todo elemento voluntarístico del sujeto. Pero la fuente del Derecho de la Iglesia está en el amor. Trae la opinión de Suárez, que admite el status con doble signi-1 ficación en el ordenamiento eclesiástico: et ipsamet Eclesia gst vita christiance, y también como rationem aliquam vivendi cum obligatione vel immoiñlitate. El status, pues, «se aplica a maravilla al bautizado, el cual, sellado de un carácter indeleble, portador de un ordenamiento éticojurídico necesario e indefectible, está investido de una pública función altamente programática, que hasta cierto punto lo hace partícipe del regio sacerdocio de Cristo». Incluso se adecúa más al Derecho canónico el status que a otro cualquier Derecho humano. Se puede perder la ciudadanía, y es posible la apolicía; la actuación de un ciudadana —como tal—está circunscrita a un territorio donde su ordenamiento le protege. Frente a esta relativa precariedad del status civil se alza la absoluta estabilidad del status del bautizado, que no es sólo terrena; asimismo, la universalidad de los deberes del cristiano no tiene fronteras ni en el espacio ni en el tiempo. El mismo status del matrimonio—común al Derecho civil y canónico—es en éste más firme, pues no admite la disolubilidad del vínculo. A continuación analiza las referencias del Codex a los status del cristiano: «.clericális, laicális, religiosus». A éstos añade el autor el status de mero bautizado, que por sí solo constituye título válido para ser elegido para el pontificado. El es el presupuesto de todos loa demás status canónicos aunque en realidad es uno mismo con el status laicális. Estudia, como típico del Derecho canónico, el status religiosus con sus votos perpetuos. La Regla de los religiosos es infinitamente más fuerte que cualquier ley positiva del Estado. Por eso, la comunidad religiosa es un verdadero ordenamiento jurídico dentro del más vasto • ordenamiento canónico. Por último, en la tercera ftarte de este trabajo se aborda el problema de la aplicación del concepto del status en el Derecho eclesiástico del Estado italiano, y se pregunta: «El fiel, religioso y aun clérigo, considerados como operando dentro del 649 REVISTA DE REVISTAS Estado italiano, ¿son o no portadores del status adquirido en virtud del Derecho de la Iglesia? Los principios que determinan el ordenamiento jurídico del Estado italiano son tan diversos de los de Derecho canónico, que por fuerza, al penetrar éste en aqué!, lo transforma profundamente. Ello se advierte en los Pactos de Letrán. Para resolver las autonomías de ambos derechos, el autor acude a su definición antedicha de status. Se refiere a las diversas teorías sobre las relaciones entre Iglesia y Estado: teoría internacionalista, teoría de la presuposición de hecho, a las que rechaza. Y dice: «Desde el momento que el Estado admite en su propio ámbito las normas canónicas, éstas operan por originaria fuerza jurídica, al menos hasta el -punto consentido por el ordenamiento que las recibe, con disposiciones expresas y en el mismo espíritu de todo el sistema.» «El Codex ha abierto una brecha—añade—en el ordenamiento del Estado italiano, insertándose en la estructura del Derecho público.» ' Recalca él autor que el concordato es un verdadero acuerdo, aunque viviendo la Iglesia institucionalmenté dentro del Estado—de suerte que algunos autores la consideran como institución nacional y ente público, autárquico—no cabe .admitir sino hasta cierto punto el criterio internacionalista. Resalta el hecho de que la inserción de la Iglesia dentro del Estado es un hecho histórico,. cuyas raíces están tan hundidas en el pasado, que anteceden a la formación de los Estados modernos. Estos han brotado dentro de la sociedad cristiana, y no viceversa. Sólo, una ficción, cara a los juristas., pero sin' realidad, puede hacer pensar en una Iglesia separada del Estado. «No se' puede negar que, de hecho, ningún Estado ha considerado a la Iglesia como organismo externo en la' medida que cualquier otro sujeto internacional.» El Estado puede cerrar los ojos, pero con, eso no evitará la realidad de1 una Iglesia que lo permea y lo traspasa con sus normas, que no sólo afectan a la conciencia de los fieles, sino que configuran una jerarquía, una organización administrativa, unas fuerzas vivas, unos status. El autor se pregunta entre qué límites es aceptable el ingreso de normas canónicas sobre los status personales en el ordenamiento estatal y aboga .por una respuesta que no peque ni de empirismo ni de excesivo abstractismo. El 650 elemento voluntarista es el límite, por así decirlo, subjetivo; el límite del orden público se concreta en otros tantos límites recognoscibles objetivamente en los primeros principios puestos para salvaguardia de la organización, jurídica estatal. La voluntad individual, manifestada en forma válida, no puede menos de. producir, aun para ios status canónicos, el título necesario y suficiente de legitimación. El sentido liberal de la legislación italiana obliga a dar por efectivo el desestimiento de la voluntad individual respecto a cualquier status canónico. Observados los límites antedichos, cree el autor que Jas normas canónicas para los status de la persona pueden ser correctamente encuadrados en una teoría general de los derechos públicos subjetivos, tomando como excepcionales vulneraciones algunas de las normas del Concordato. Pero distingue el autor entre aquellos deberes canónicos del status no cerrados en la intimidad de la conciencia, sino expresos en el fenómeno social de la religión, y los derechos propiamente dichos que provienen de relaciones intersubjetivas canónicas. Estos últimos son expresiones de una actividad privada lícita que se desenvuelve dentro de' uno de tantos órdenes jurídicamente sin trascendencia pública. El Derecho civil es fundamentalmente Derecho de bienes, y sólo en cuanto atañen a éstos tiene por qué preocuparse de los susodichos derechos. En la" práctica, las colisiones del status canónico con el civil exige del jurista atender a muchos factores; ambos ordenes tienen por esencia sus puntos de inserción y sus puntos de impenetrabilidad.—(B. M.) ' Rivista Internazíonale di Scienze Sociali. Publicación de la Universidad Católica del Sagrado Corazón.—Milán. Volumen XVIII, fase. IV, octubre-noviembre 1546. VITO, K : Vacceso dei lavoratoñ alia propietá é la nueva visione &"a.J~~ Mea sociale. (El acceso del trabajador ' a la propiedad y la nueva viswn de la política social.) P.) - . -.-•' • A, M. R.: Alcune tiffkssionü sui prezzi potitici. (Reflexiones sobre prebre precios políticos.) (Págs. 280-300.) •' Los economistas y los juristas presentan posiciones distintas frente" a ía teoría de los precios. En la sociedad moderna, por diversas causas, algunas muy obvias, se ofrecen con singular relieve los llamados precios políticos. No ; es fácil dar una definición ..del-; precio político,, pues si algunos creen" que depende-a del sujeto que los fija (Estado, Gobierno o ente con -soberanía jurídica),, otros opinan que su concepto se. encuentra en sí, en la misma mercancía, se compre o se venda a precios diversos, según que .elcomprador o el vendedor tengan o-ño determinados requisitos; políticos, o -sociales, o éticos, o religiosos, o nacionales, etcétera.; , La economía de guerra^ encuadrando todas las energías para un fin único, confiere .a la ciencia económica un carácter instrumental, que puede tener también sus frutos para la economía de la. paz; es decir, para el retorno a la normalidad. * Se puede distinguir el precio en una economía donde impera la libre concurrencia, y en este caso será el dinero recibido a cambio de la cosa_; del precio en una economía de equilibrio parcial, que consistiera parte en moneda y parte en servicios, bienes o prestaciones públicas especiales. En el primer caso, se presuponen determinadas características de moralidad, justicia y convivencia, «el dinero es instrumento suficiente de socialidad»; en el segundo, el precio político restablecerá la justicia y la moral, puesto que al precio monetario le faltan las condiciones que lo sostenían. El precio depende de un complejo de circunstan- 651 REVISTA DE REVISTAS cías vitales, que tienen un valor diferente en ios distintos países y economías. El adoptar la intervención o la libertad, el precio político o el económico son, medidas igualmente oportunas o justas y convenientes, según las circunstancias; pero lo que se debe intentar, reconociendo que la labor es difícil, laboriosa e ingrata, es sustituir las fuerzas anónimas y desconocidas en la economía por otras en las que se pueda conocer y determinar su ámbito de acción, su origen y su fin. Por último, los precios políticos tienen siempre un carácter nuevo, según sean las situaciones humanas a las que se adaptan.—(M.a P.)' GEMELLI, A.: La diffesa della giuventu nel mondo inglese. (La defensa de la juventud en el mundo inglés.) (Páginas 300-303.) Se da aquí noticia de diferentes publicaciones inglesas" destinadas a dar a conocer las medidas tomadas en Inglaterra para defender la salud y para promover la educación de la juventud inglesa. Así, se citan: Health and social Weljare, de lord Horde; Child and adolescent lije in health and disease, de W. S.'Craig, ocupándose los dos libros de. la juventud y de sus problemas en el aspecto físico y en el psíquico. El iaforme de los trabajos realizados por la Comisión nombrada para estudiar los problemas de colocación y trabajo de los jóvenes están recogidos en el Report of the Committee on the jüveñile employment service. Como guía para los estudiantes de Universidad es interesante el opúsculo de Bruce Truscot: First year.at thé University y el del propio autor de este artículo en este mismo sentido: Doveri e mis~ sime di uno studente della!l Universitá Cattolica del S. Cuore.—(M. P.) DUCHINI, F.: II problemi attnali dell'assistenza sociale. (El problema actual de la asistencia social.) (Págs. 303-306.) El cuadro general dé los problemas modernos de la asistencia social ha sido presentado por el Convenio' para los Estudios de Asistencia Social, (24 de septiembre a 6 de octubre). 652 Hoy, la asistencia social encuentra su fundamento en el derecho de todo hombre a desarrollar y perfeccionar su personalidad. La experiencia ha demostrado que este derecfio era una ilusión en cuanto estaba basado sólo en la libertad político-jurídica; para su perfección necesita una mínima consistencia económica. Este nuevo punto de partida señala horizontes nuevos a la asistencia social y de posibilidades más amplias de solución a sus problemas. En 'el campo de la previsión hoy se tiende a extender los seguros sociales a todos los riesgos del trabajo y a todos los trabajadores. En lo que se refiere a la asistencia sanitaria, la. reparación de las enfermedades y accidentes se completa con la prevención de los mismos. Adquieren mayor importancia social los problemas de la infancia. Para la mejor organización de la asistencia se requiere la creación de un Ministerio de Asistencia, de una dirección central o de otro órgano semejante, que coordine todos los problemas y las soluciones, así como que se encargue de la reparación del personal de la asistencia.— (M. a P.) BEZZOLA, M.: II Sindicati operai nel Canadá. (Los Sindicatos obreros en el Canadá.) (Págs. 307-310.) Resumen de la experiencia sindical ea el Canadá en el folleto publicado en Ottawa en 1946 con el título Trentequatneme annuaire sur le Syndicálisme ouvner au Cañada por el Ministerio de Trabajo. En su origen, el sindicalismo obrero canadiense se organiza bajo el ejemplo inglés, para luego acercarse más a las normas del estadounidense. El nivel de vida, más elevado en este país por las riquezas, naturales y la escasa densidad demogranca, ponen de relieve su tolerancia en ideas políticas y el haber adquirido con el tiempo una organización peculiar y propia. Los metalúrgicos y los tipógrafos figuran como los pioneros del sindicsüismo. Una de las primeras reuniones fue te conocida con el nombre de Kntghts of i.abour; en 1893 se constituye el < * ? * ? » Sindical Obrero del Canadá, que aun hoy es la organización más importante. Bn i 9 O 3 se trata de adaptar el estatuto de REVISTA DB REVISTAS esta última a la A. F. I. de los Estados Unidos. El cuadro de la organización sindical del Canadá puede presentarse así: Congreso Sindical Obrero; Congreso Canadiense de Trabajo; Congreso de las Organizaciones Industriales (C. I. C ) ; Federación Americana del Trabajo (A. F. L.); Confederación de los Trabajadores Católi- REVISTAS Xa Nación. Semanario al servicio de Méjico.—-Méjico, D. F. Año VI, í-túrn, 269, 7 diciembre 1946. . CASTRO RUIZ, Miguel: Exhumación de los restos de Cortés: bochornosa maniobra de los refugiados... Méjico debe honrar y respetar a quien construyó su nacionalidad. (Págs. 12-13.) «Hernán Cortés murió en Castilleja de la Cuesia el 2 de diciembre de 1547. Pocos" días antes había redactado el testamento que habría de dar origen al largo peregrinaje de sus restos, que a la fecha cuenta ya, probablemente, con seis exhumaciones. ' »E1 amor a la tierra: en que había fundado un reino para agregarlo a la corona de España, a la nación cuyos cimientos había puesto, dictaron el testamento y, en él, la cláusula en' que imponía a sus descendientes la obligación de enterrarlo en tierra mejicana, en el monasterio franciscano de la Concepción, que ordenaba a sus mismos descendientes fuera fun- • dado. »Hasta el año 1563 no fue posible hacer el traslado de los restos de don Hernando a Nueva España, y como el monasterio que él había ordenado se fundara aún no estaba construido, fueron depositados Provisionalmente en la iglesia de San Francisco, de Texcoco. De aquí fueron trasladados a San Francisco, de la Ciudad de Méjico, en 1629, y nuevamente exhumados en 1794,. cuando el segundo cos del Canadá; Fraternidad Internacional de los Ferroviarios (independientes); Federación Canadiense del Trabajo; Sindicatos nacionales e internacionales no afiliados; Sindicatos locales no afiliados. La denominación misma de los grupos indica la estructura de la organización (base nacional, internacional); . locales y federados...—{M? P.) MEJICANAS virrey, conde de Revillagigedo, quiso honrar su memoria, depositando sus restos en una soberbia tumba, obra de Tolsa^ que había mandado hacer en el hospital de Jesús. »Viene después la época turbulenta de las primeras revoluciones del Méjico independiente, y con ella el peligro de que las pasiones desbordadas llegasen a consumar algún atentado contra los restos del primer mejicano. Es entonces cuando entra en escena don Lucas Alaiaán, para evitar este peligro, escondiendo los restos. Probablemente haya habido en esta época tres diversos cambios de lugar de los restos antes de depositarlos en el sitio en que fueron encontrados. »Alamári entregó una copia del documento, en que se indicaba la exacta ubicación de sus restos, a la Embajada española en Méjico; otra, probablemente, a la curia metropolitana; dejando la tercera a sus descendientes. A estos últimos legó también la llave del arca de madera en que se encontraban los restos y la blonda del sudario en que habían sido encontrados, colocando este último dentro ' de su caja de rapé, con una nota de su puño y letra. Todos estos objetos ce -encuentran en la actualidad en poder de su descendiente don Alfonso Alamán. »En estas condiciones no era posible afirmar que los restos, de Hernán Cortés estuviesen perdidos. Simplemente estaban guardados por el honor de los sabedores del lugar en que se encontraban. »Pero la circunstancia de. haberse practicado muchas averiguaciones para localizarlos, sin haber obtenido ningún resultado, hizo que fuera recibida con gran 653 BXl'ISSA DE KE'/ISIAS interés la noticia del hallazgo, aunque los periódicos y. el público se enteraron de la noticia con bastante retraso. • «Efectivamente: los descubridores, Fernando Baeza, refugiado; Manuel Moreno, cubano, y Alberto María Carxeño, mejicano, con sigilo de conspiradores, habían dado los primeros pasos para la localización de la tumba, haciendo las excavaciones necesarias, el domingo 24, y hasta el lunes 25 no se hizo saber la noticia, procediéndose a la extracción de la urna. »E1 periodismo refugiado se apresuró a reinvindicar para los refugiados 3a gloria del descubrimiento; pero poco después- se vieron obligados a guardar silencio, porque un artículo publicado por Indalecio Prieto denunciaba sucias maniobras en relación con .este acto. Decía Prieto: «¿Cómo se ha roto el secreto? Yo os lo diré, mejicanos: alumbrando el punto oscuro, donde se pierden entre tinieblas las informaciones periodísticas. No ha obedecido el descubrimiento a pesquisas fatigosas de ninguno de vosotros, movidas por afanes históricos, ni mucho menos por deseos de_ venganza. Mano española ha sido la violadora del secreto. Lo confieso con sonrojo, porque a todos nosotros, dada la forma en que los hechos han ocurrido, nos salpica de vergüenza.» Exoneraba de toda culpa efl seguida al actual embajador del Gobierno español, Luis Nícolau d'Olwér, e inculpaba a José Benito, subsecretario de la Presidencia del Consejo de ministros del mismo Gobiernito. »Por su parte, la opinión pública sacó de este altercado la única consecuencia posible: sea o no culpable Benito, él hecho escueto es que manos refugiadas son las que han intervenido en el asunto, las mismas manos que saquearon a España y que ahora continúan haciéndolo en su Embajada, en directo perjuicio de Méjico, auxiliados, desgraciada'mente, por un mejicano que se dejó arrastrar por torpeza o por malentendida ambición de gloria. »E1 descubrimiento provocó la expresión de multitud de opiniones, afortuna-i damente la mayoría de ellas coincidiendo en el común propósito de dar honrosa sepultura a los restos de don Hernando. No faltaron, sin embargo, quienes, unidos por el vínculo común de la estulticia, dieran las más absurdas opiniones. Así, los Pompa y Pompa, que vieron en Cortés al 654 primer nazi, pedían, consecuentemente, la destrucción de los restos. Los Lombardo Toledano, que deseaban fuesen sepultados en compañía de los de Franco, honrando grandemente, sin quererlo,, al actual gobernante español: »La opinión que más. ansiosamente se esperaba era .la. oficial, que fue conocida el jueves 28 de noviembre, momentos antes de que se descubriese totalmente la urna de cristal que guardaba los restos, al dar lectura al decreto que, al menos provisionalmente, ponía fin al debate, y que, omitiendo los considerandos, dice así: «I. El Instituto Nacional de Antropología e Historia se hará cargo, desde luego, de la custodia de la urna que contiene los referidos restos, así como de los objetos encontrados en ella, y de las cajas, envolturas y ornamentos descubiertos. »II. El mismo Instituto de Antropología designará una Comisión, que llevará a cabo ttn estudio a fin de dictaminar sobre-la autenticidad de dichE REVISTAS dramática realidad de los hombres y de las mujeres, de las personas humanas verdaderas, cuerpo y alma, necesidad y anhelo-, limitación y eternidad. »Sería fácil mostrar cómo han surgido y cómo han caducado los errores o las mentaras que pretendieron, reemplazar los valores perennes en que pueden fundarse la interpretación conceptual de la sociedad y de la persona, y la organización práctica de la convivencia de hombres y de pueblos. El largo índice de estas caducidades que han dejado huella de muerte y'de ruina, y han tenido un costo innombrable de dolor humano., tendrá que servir de pauta, en sentido contrario, al esfuerzo para reordenar a] inundo en la paz. El fracaso que ese esfuerzo ha encontrado hasta ahora, sólo 'es explicable por el temor o el interés que impiden todavía reconocer esas caducidades. »En Méjico, el proceso de desintegración intelectual, política y moral del régimen que aquí correspondió al ideólo-* gismo anárquico, causante directo de la guerra en el mundo, es radical e inocultable. La conspiración para ahogar a los hombres en la masa, nunca pasó aquí de un intento tan forzado y artificioso, que a nadie pudo engañar y menos convencer. El programa de ilimitada extensión del Estado, de hipertrofia del Poder público, desembocó pronto en la quiebra no sólo de los experimentos inepta y cruelmente emprendidos, sino aun de los más elementales servicios que de verdad corresponden al Estado. El abandono de las normas éticas y la pretendida sustitución de la moral pública por la cómoda técnica de la autocrítica, en el término de estos cuantos años ha traído esta reventazón de pudrideros, que asquean y avergüenzan. »Y bajo toda la costra artificialmente creada sobre la realidad permanente de Méjico vemos hoy ya no sólo con los ojos de la intuición, sino con los de una experiencia innegable, que subsisten intactos y con renovado vigor se muestran los datos esenciales de nuestra nacionalidad. »Sea éste, pues, en resumen, el informe sobre loa trabajos del año pasado, sobre el esfuerzo de estos ocho años: cada vez se confirma más nuestra convicción en los principios y en el programa proclamados como esencia de nuestro 656 empeño; cada vez es más vehemente y fundada nuestra fe en la aptitud del hombre en Méjico para entender y cumplir su destino personal, y su destino colectivo. »Y—dato menor, pero de ningún modo insignificante—cada vez es más obvia la procedencia de nuestra táctica de acción. ¡Cuan poco han entendido de Méjico y de su psicología los que, desde el Poder, creyeron romper la espina dorsal' de la dignidad humana con persecuciones violentas, con propaganda agobiadora, con una reiterada simulación, degradante de las instituciones más entrañables! Jamás imaginaron que esa táctica, seguramente eficaz en otras partes, aquí sólo serviría para, enaltecer los valores negados o .combatidos y despertar una ardiente voluntad de autenticidad y de limpieza. Frente a la taimada táctica de poder que el régimen, ajeno y hostil a Méjico, ha utilizado según el consejo de los ideólogos frentepopulistas, que noreconocen contra el Poder otro camino victorioso que el Poder' mismo, ha bastado alzar otra vez los viejos idéales luminosos en su prístina exactitud y en pa^ tente contraste con las simulaciones innobles que de ellos se habían hecho, para que el pueblo, en pie, empiece a tomar en sus propias manos su destino, y sin fuerza material, sin necesidad de acudir a su terrible justicia, con simple desdén asqueado, deshaga la enorme y complicada maquinaria erigida para dominarlo y explotarlo, y destruya la preeminencia de los enriquecidos en la corrupción y de los poderosos por la falsificación o la violencia. »En vez de la subversión, que tan difícilmente puede resolverse en equilibrado y armónico ordenamiento de la sociedad, el empeño ha consistido y debe centrarse en lograr que en el escenario político de Méjico aparezca y actúe el personaje substancial, que no es el gobernante, sino el ciudadano. En torno de él, por lógica ineludible, quiéranlo o no los tramoyistas y figurantes de la. política, habrán de arreglarse todos los acontecimientos de la vida pública. J-a exacta interpretación que pone ^ . c e n , de gravedad de la sociedad política as nuestro mundo occidental contemporáneo en la ciudadanía, es la que nos na dado la única táctica posible y victono- KEVISIA DB EEVIS1AS sa: suscitar, la conciencia, la responsabilidad, la decisión de la ciudadanía. »Y al reunimos aquí nuevamente para continuar la misma constante tarea, en ella nos alienta y nos impulsa el recuerdo del pueblo de León, en Chispas y en Oaxaca; la memoria del 7 de julio prodigioso y la inefable certeza que para cada uno de nosotros derivó de las campañas realizadas en este año en medio de un .pueblo que sobre la miseria y la desilusión, sobre la náusea y el desconcierto, mantiene incólumes su fe y su esperanza e inagotable su generosidad. »E1 tema de esta Convención nos ha sido dado tanto por ese contacto fecundo con la realidad de Méjico como por exigencias fundamentales de nuestra .posición doctrinal. »Ningún aspecto es más deprimente en la rutina diaria de la vida nacional; nin-. guna carencia de las que Méjico padece es más constantemente deplorable; ningún punto de contacto entre el'Estado y el hombre es más amargamente doloroso que el Municipio. Su abando~ no, su mugre material y moral, su traición increíble a la misión humanísima que le corresponde, llevan hasta los más apartados núcleos de población de nuestra patria la repulsión y el asco de la autoridad, la inevitable impresión .del Gobierno como estorbo, exacción, farsa y aprovechamiento ilícito. El relato de una jira por los pueblos de cualquier distrito, de cualquier Estado, en lo que toca a la Administración local, a la condición material de las poblaciones, es una repetida enumeración de abusos impunes, de rapacidades, de ruinosa desidia, de mezquina ineptitud, de impenetrable opacidad mental y 1moral, de resentimiento hostil contra la alegría o la prosperidad, contra la traición y contra el afán juvenil de renovación y cambio, contra todo lo que es limpio, sano, creador. »Aquí, en la metrópoli, en las grandes capitales de los Estados, la acumulación de recursos, la menor vinculación entre l°s habitantes, hacen que la apariencia *« los servicios mínimos, el despilfarro en obras monstruosas y una buena proPaganda, oculten un poco y aun a veces presenten como administración ejemplar 1° que no es sino repetición en grande del mismo abandono, del mismo robo intolerable; pero en las poblaciones menores, en donde todavía vive el ochenta y cinco por ciento de los habitantes de la República, la sordidez, la opresión y el peculado agobian y sublevan, y crean una situación que clama por reformas substanciales. »Para el partido, desde su nacimiento, el tema municipal ha sido "básico. De hecho, el primer folleto de propaganda que el partido editó en 1939, fue el que, bajo el nombre de La ciudad, planteó desde entonces el tremendo desastre del Municipio en Méjico, sus posibilidades inmensas y la premiosa urgencia, por tanto, de una acción municipal como base de un programa de renovación de nuestra vida, pública; como medio, el mejor, más llano y más adecuado para •la formación ciudadana, y como cumplimiento de un propósito superior, que es el de fortalecer la pluralidad de comunidades naturales intermedias entre el hombre y el Estado, para educar verdaderamente la estructura jurídico-política de la nación a su estructura social genuina y para hacer posible, a la vez, la instauración de la autoridad.en la amplitud de su carácter propio y la defensa eficaz de las libertades humanas esenciales, frente al asalto repetido de las fuerzas que hipertrofian al Estado. »Durante estos ocho años, al señalar los objetivos inmediatos y más valiosos que el empeño de la ciudadanía debe proponerse, hemos insistido siempre en el Municipio. Y en todas las veces en que nos ha sido posible hacerlo, hemos participado en las campañas municipales para hacer triunfar, sobre las victorias, electorales obtenidas por el fraude conocido, la evidencia de la necesidad inaplazable de una acción ciudadana que libre al. Municipio, y con él a toda la República, de la degradación de un sistema de mentira, de ineptitud y de robo. . »A esta conducta obliga, en primer término, la posición doctrinal del partido. Sabemos bien que no basta para la defensa de la dignidad de la persona humana el empeño por rodearla de garantías que aislada e individualmente la protejan; porque no es cierto que la sociedad esté integrada por personas individuales, y esa. falsa versión conduce, como lo ha demostrado la dolorosa experiencia, a las más equivocadas concepciones de lo social y de lo humano, a laparalización de la autoridad para el bien y a su crecimiento asimétrico y despro657 REVISTA -DJS REVISTAS porcionado hacia la opresión. Precisa reconocer y fomentar las comunidades intermedias entre la persona y el Estado, y, simultáneamente, definir y estructurar esas comunidades para que no pierdan su naturaleza ni se desvíen de su fin y para que, con coherencia orgánica, sean el sustento del Estado equilibrado y armonioso que anhelamos y el apoyo permanente para que la persona pueda cumplir mejor su misión, temporal y su vocación eterna. »De esas comunidades intermedias, por razones biológicas y espirituales a las que, además, se suma en nuestro país una de nuestras más venturosas tradiciones, la familia es la más inmediata. Cuando se han quebrantado todas las instituciones sociales, quedando el país en un caos anárquico, o cuando, con resultados paralelos, pero en sentido contrario, la subversión de las instituciones desembocó en abominable tiranía, la familia mejicapa mantuvo con su propia integridad la integridad de los más altos valores humanos y nacionales, y conservó para Méjico la posibilidad de vida y de reflorecimiento. Su protección es deber primordial que no puede descuidarse sin riesgo inminente para la nación y para la persona. »Y porque en la familia la mujer es el centro de gravedad y a ella, principalmente, se defee el mantenimiento de la integridad familiar con sus mejores frutos, no es posible evitar hoy un sentimiento contradictorio ante la recíenta reforma constitucional, que establece . la participación femenina en . los asuntos municipales. De una parte, este paso inicial en el establecimiento de la ciudadanía femenina abre una más ancha vía de acceso* para que las virtudes de la nun jér mejicana lleguen a la vida pública. De otra parte, es tan vergonzosa la inmundicia de esa vida y tan extenso y po* drido el pantano que en ella han formado Ja corrupción y la mentira, que no puede reprimirse el temor de que el magnífico caudal de aguas limpias que la participación femenina significa, pueda.encenagarse también, y de que, peer aún, desviada por el fácil oropel o falsificada por los poderosísimos intereses de la política, la acción esencial de nuestras mujeres, la que les es más sustandalmente propia y ha sido y seguirá siendo irremplazable para Méjico—su acción como 658 madres, esposas, hijas, hermanas, novias—, venga a desmedrarse y a cam.-biarnos por cuentas de vidrio el tesoro magnífico de sus virtudes auténticas. Por esta razón, el esfuerzo de organización del Municipio, siempre básico en la organización nacional, es hoy para Méjico, por serlo para la familia mejicana, tema de vida o de muerte. »E1 Mtjnicipio, apenas un grado más allá de la familia en la preciosa lista de las comunidades intermedias, es el punto en que se -opera la intercesión trascendental entre la vida privada y la pública: es todavía el hogar, pero' es ya la patria. Todavía es el interés doméstico, y la necesidad común familiar, y el problema de .una convivencia que la contigüidad física a la vez facilita y complica; pero es ya la prefiguración del Estado, la iniciación de intereses qué desbordan el ámbito hogareño, el anticipo de necesidades y de ideales que pueden inclusive reclamar y obtener adhesiones frente a las cuales desaparecen o pueden ser sacrifi-. cadas estas exigencias más cercanas de la familia y de las relaciones humanas próximas.' Su autoridad no es todavía el Poder, pero tampoco es ya solamente la disciplina paterna. Su naturaleza ya no es la resultante de la comunidad de sangre, pero todavía está formada por el apretado tejido de las más directas vinculaciones humanas, de los recuerdos, de las inclinaciones, del estilo, impuestos por la constante vida en un mismo lugar, por la parroquia y la escuela comunes, por el mercado y la' serenata compartidos, por las penas y alegrías conjuntas, por el cementerio común. »En la exacta interpretación pluralista de la 'sociedad—igualmente alejada de la tesis estatista y totalitaria que la representa como masa homogénea e indiscrepante bajo el peso del Poder que ella misma engendra, pero que usa y expiota una pandilla de privilegiados, y del invertebrado individualismo paralítico para el bien, y eficacísimo, en cambio, para el crecimiento impune del privilegio opresor—, el Municipio es concreción p u e n te primaria de lo propiamente social. <-on el sindicato, la asociación profesiona^ia comunidad de cultura y la de fe, integra la unidad social en una rica diversidad de entidades heterogéneas, todas ellas lormadas ñor el hombre, pero que lo incluyen en su seno y reclaman su fideli- REVISTA BB REVISTAS dad por motivos diversos y sirven también en formas diversas a sus necesidades o sus anhelos. En grado menor de naturalidad, y con intervención más visible de motivos intelectuales y voluntarios, otras agrupaciones, como él propio partido político, complementan la urdimbre y la trama de la sociedad, a veces en cooperación feliz, a veces en oposición violenta; pero todas reales e indispensables para sostener la tensión vital e impedir que la unidad social se fraccione y disperse en anarquía, o, lo que es mayor y más constante riesgo, que degenere en la homogeneidad indiferenciada de un esclavismo sin esperanza. »En Méjico, además, la geografía que dispersa los núcleos humanos en la dilatada extensión del país reclama con peculiar intensidad la organización certera y la autonomía garantizada de la administración local. Los obstáculos naturales que dificultan las, comunicaciones, la diversidad tan grande de climas, necesidades, costumbres y aun de configuración etnográfica que existe entre los alejados grupos integrantes de la población nacional, hacen que la centralización asuma aquí caracteres especiales de artificialidad y que sus perjuicios sean con ello mayores. Para subsistir, el Poder central necesita establecer una maquinaria política de dominación que empiece por deshacer las posibilidades mismas de la administración local y que, inevitablemente, entrega esa administración, cada vez. mas inerme y desorganizada, como botín a sus cómplices mínimos. Perdidas las raíces con el suelo de Méjico, el Poder centralizado vive sobre la ruina del país, y fácilmente "se vuelve extraño y hostil a la sociedad nacional. En el temario político del Poder' así centralizado, los apremios y las posibilidades locales ocupan un lugar insignificante y sólo llegan a ser considerados cuando coinciden eventualmente con un Propósito centralista o pueden servirle de Propaganda. El desdén a las entidades locales no es sino el preliminar de un desdén mortal para las necesidades, y los anhelos de los ciudadanos. Sobre el abandono y la miseria de los Municipios fatalmente se levanta la tiranía. El Poder central ignora las necesidades locales y Procede exactamente conforme al peor modelo del feudalismo ausentista: entrega en manos de capataces ladrones e ineptos la riqueza humana y material de las comunidades locales a cambio de un apoyo político, simulación miserable de consenso ciudadano, y de un canoa que, aunque muy grande, representa solamente una porción mínima de lo que de verdad cuesta al país su gestión monstruosa. Compárese el presupuesto de la Federación con el de los Estados. Todos ellos juntos tienen un presupuesto que no llega al veinte por ciento del federal. Y ni siquiera es posible establecer comparación entre éste y el presupuesto sumado de todos los Municipios del país. Hay comunidades municipales que producen para el Gobierno central, y lo han producido desde hace largos años, por el sólo concepto del Impuesto de Minería, más de veinte, millones de pesos anuales, y, en cambio, su propio presupuesto, misérrimo, entregado, además, a la voracidad •y a la ineptitud del caciquismo, no les ha permitido todavía la erogación modestísima de un elemental sistema de drenaje y agua potable. Y aún se pone-medallas el régimen cuando crea un fondo irrisorio para el fomento de obras de dotación de agua a los Municipios, quedando todavía por indagar cuál es la grande tajada que de ese fondo se destine a los compadres y parientes contratistas del centralismo insaciable. í»La Historia nos orienta igualmente al régimen municipal. De la misma etapa précortesiána vienen antecedentes que merecen estudio más especializado y amoroso. Lo comprueban cédulas y ordenanzas relativas a la conservación del régi, men propio dé las comunidades indígenas y lo acredita la prudencia de don Vasco en sus hospitales. ¿Cómo olvidar, por otra parte, que el primer acto en el proceso de formación de la nueva nacionalidad fue un acto municipal que selló para siempre nuestra vinculación con los ideales políticos del Occidente, en los que el Municipio, la comuna, la ciudad tenían, ciertamente, un profundo arraigo y una función capital en el ordenamiento de la vida común? A través de los siglos la Polis nos trae el aroma de Grecia, y desde Roma la ciudad da a la sociedad humana la reciedumbre militar y jurídica de sus instituciones mejores y de su léxico más noble. A través de la Edad Media luminosa, con brillo peculiar, resplandece la comunidad mur nicipal. Y en el poderoso eslabón inmediato de nuestra vinculación con Occiden- 659 REVIS1A DE REVISTAS te, en España no terminó en Villalar la gloria del Municipio, y sus posibilidades siguen siendo tal vez la mejor promesa de mía noble ordenación jurídica que resuelva sus complejos problemas actuales. Cuando en la Península se ahogaba la voz de los comuneros, el Nuevo Mundo recibía y hacía suyo el legado salvador del Municipio, de tal modo que los mismos monarcas promotores de la centralización en España fomentaron aquí en nuestra América la vida municipal, reconociendo sus instituciones, rodeándolas de protección, haciéndoles mercedes y otorgándoles con solicitud y con orgullo paternales títulos y blasones que eran entonces gracia importante y señalada. »No terminaba el primer- cuarto del deslumbrante siglo xvi, cuando el Municipio en Méjico recibía las primeras ordenanzas de Cortés. Esas ordenanzas, como las que en 1574 preparó Alonso de Cáceres para La Habana, conformándose a un capítulo de la instrucción dada por el monarca a los corregidores y jueces dé residencia y previamente vistas y examinadas por la Justicia y regimiento, y por todo el cabildo del mismo Municipio, obtuvieron la aprobación real, son legítimo orgullo de nuestra tradición jurídica y siguen siendo modelo ejemplar, lo mismo cuando mandan que «en las elecciones de alcaldes y otros oficios el, gobernador deje libremente elegir a los regidores sin votar él ni sú lugarteniente en ello, pues asisten como jueces y lo han de ser de lo que se hiciere», o que «los tales alcaldes residan en la villa y asistan cada día, a la tarde, a hacer audiencia y en hora y lugar diputado», o que «ningún algua-. til puede entrar en casa alguna de noche sin mandamiento del juez», o que los funcionarios de la villa «den fianzas que harán residencia a sus oficios», que cuando disponen que en la obra, «para traer agua de la chorrera, y en otras cualesquiera obras públicas, que el cabildo nombre veedores y oficiales que anden en ellas y les constituyan y concierten ios salarios», y qué en las casas del cabildo «haya un arca donde esté el dinero de la villa y que tenga tres llaves, y la una tenga uno de los alcaldes, y la otra el regidor más antiguo, y otra el escribano del cabildo», y que «uno de los regidores por rueda sea diputado cada mes, jara ver la carnicería y tener cuidado que no falte carine y que se pese a sus horas y con 660 limpieza que se dé y reparta por todos los del pueblo, y asimismo tonga cuidado de la pescadería y haga todas las posturas de vino y otros mantenimientos y cuide se dé a cada uno su peso y medida», y que el primer día de cada mes «el diputado >del mes precedente dé cuenta al cabildo y regimiento de lo que en su mes ha hecho y de los mantenimientos que hay, y dé cuenta, con pago, delante del escribano del cabildo», y que el diputado ni el cabildo ni otra justicia «puede poner postura ni tasa a los mercaderes que traen mantenimientos, sino que los dejen vender libremente», y cuando hay que informar al rey sobre asuntos que convienen al bien de la tierra para que el cabildo proceda con toda libertad, «d gobernador y teniente se salgan del cabildo entre tanto se trate el negocio», y que para lograr que «mejor se trate y vea y provea lo que toca al bien público, que haya un procurador .de la villa, el cual elijan los vecinos todos juntos, a campana tañida, y se pueda reelegir una y muchas veces por el tiempo que los vecinos que lo eligieron les pareciere», y asista al cabildo, y «cuando viere que de dicho cabildo se provea cosa alguna contra la villa o contra el bien público, pueda contradecirlo y alegar contra ello y apelar y seguir la causa en nombre de la villa», y, si hubiere, causa grave de importancia, «la trate y comunique con todos los vecinos, juntándose para ello». »Así, durante trescientos años, la prudencia política y el siempre generoso movimiento que presidieron las disposiciones de la gobernación de Indias mantuvieron el régimen de la comunidad local y fundaron con ello en la conciencia popular, durante aquellos tres siglos de paz que no fueron casualidad, sino fruto de aptitud madura y de noble solicitud, Ja idea del gobierno municipal propio, de la protegida autonomía local como medio adecuado de convivencia y como reducto y garantía de libertades. Ni las desatentadas violencias de los Ñuños de Cxuzmán, ni las desviaciones voraces de la .encomienda, ni el centralismo peninsular pudieron desterrar de nuestro suelo este sentimiento municipal. Las mMitucionesque él encarna, a pesar de muchas imperiecc»nes, sobrevivieron a todas las vicisitudes y quedó reservada al régimen que inicio la enajenación del Poder público. **?**£ \ la traición de la autoridad, enfrentándola a REVISTA DE KSVISIAS lo más entrañable nuestro, la triste tarea las posibilidades económicas y la compede destruir la libertad de esas institutencia del Municipio. Y fue tal el éxito de ciones, privándolas de sus bienes propios la ofensiva de prestigio, que la misma o de desfigurarlas y falsificarlas sin haber ciudadanía, durante largos años engañalogrado, sin embargo, la desaparición del da por la maniobra, llegó a preferir a la viejo anhelo popular, que, por el contra- increíblemente torpe e irresponsable adrio, con las intemperancias del nuevo régi- ministración municipal, una centralización men demoledor o falsificador del Munici- que, por supuesto ni mejoró al Municipio, cobró vigor más grande, como vino pio ni se_ detuvo en el quebrantamiento a probarlo el fervor popular en la revo- del Municipio frente al Estado sino que lución de 1910 y el hecho mismo de que se ha extendido al quebrantamiento del el Constituyente del 17, no obstante el Estado frente a la Federación en un sisímpetu que ya habían adquirido las ten- tema típico que, con buen pretexto .legal, dencias al feudalismo caudillista y al mo- paraliza a la Federación o al Estado para nopolio sectario del Poder, considerara impedir o reprimir los excesos peores indispensable consagrar el principio de la de los gobiernos locales p municipales, libertad municipal, que indudablemente y no impide, en cambio, que de hecho, había sido uno de los guiones más impor- pero sin su responsabilidad, el Gobierno tantes del sentimiento popular que dio el federal se imponga siempre en los gotriunfo a la revolución. biernos locales, y éstos, en la forma más desvergonzada, en los Ayuntamientos. »De este modq, la tesis municipal nos obliga aun por el propio Derecho decla»Hemos llegado por este-camino a un rado. No importa que el artículo 115 de remedo de federalismo con todos los inla Constitución sea imperfecto y haya convenientes y sin ninguna de las venquedado hasta ahora sin cumplimiento. tajas del sistema federal, y, lo que es Bien sabemos que la vigencia del Dere- peor aún, a una caricatura innoble del cho tiene cimientos más hondos que la Municipio, vuelto agente ínfimo del povoluntad del gobernante, y que su obE- ' der político y no sólo desvinculado de la gatoriedad y su eficacia no se acaban porciudad, sino constante y abiertamente que la norma escrita en el papel perma- opuesto a ella, cambiando su misión de nezca inaplicada, ni derivan de las pa- servicio por la de exactor, y su naturaleza labras que el gobernante haga imprimir de defensor de la ciudad y educador de en una ley en contra de la voluntad del la ciudadanía por la de opresor constanpueblo. En donde el Derecho tiene, en te y sistemático burlador del Derecho lo temporal, su raíz y la razón de su vi- ciudadano. El primer contacto que el gencia, la institución municipal ha estado mejicano tiene con la autoridad, el Mu-_ y está permanentemente establecida como nicipio, se vuelve de este modo esencimiento de toda la estructura jurídico-, cialmente repugnante y da de la propia, política de la nación. autoridad la imagen más contraria a su »La experiencia desde 1917 enriquece naturaleza. altísima. La encarna en el pisla idea del Municipio en vez de argu- tolero y en el ladrón patente e impune. ¿Qué de extraño que por ello hayan desmentar contra ella. Nos enseña cuáles son las tremendas consecuencias del abando- aparecido las sanciones sociales y, sumano de la libertad local y nos muestra a da a la natural gravitación del Poder al la vez cómo esa libertad—al igual que abuso, esta general interpretación de la todas las libertades—perece si no es me- autoridad como exacción y tiranía se harecida, si íio se apoya en el servicio de ya realizado plenamente en todas las etavalores superiores y no es estructura y pas del Poder, hasta llegar a una separación completa de la nación y el Estaorganiza adecuadamente. »Fué fácil, en efecto, para los políticos do, del pueblo y el Gobierno, de la ciunuestros, una doble' ofensiva contra el dadanía y el régimen? »He aquí la clave de los problemas soMunicipio. Primero, para adueñarse de S y corromperlo, haciendo de la libertad ciales y políticos de Méjico. La autoridad, Proclamada en la Constitución escudo de forma de lo social, ha de estar íntimamente vinculada con la sociedad; en ella sus picardías y de sus traiciones frente a la comunidad municipal misma; después, misma, en su estructura ordenada a un" Por evolución irremediable o con delibe- fin. Un desajuste entre sociedad y autoración criminal, anulando cada vez más ridad, y más todavía una escisión, con- 661 REVISTA DE REVISTAS duce pronto a la decadencia y a la muer' te al grupo humano que las padece. El capítulo más vitalmente importante, en consecuencia, en la preocupación de todos los mejicanos, tiene que ser este de restablecer la vinculación íntiaia de la autoridad con la 'sociedad, de la nación coa el Estado, del pueblo con el Gobierno. Sin ello, quedarán siempre vacíos e irrealizables los programas más completos de gobierno y se frustrarán las intenciones más sinceras. Las virtudes y los ideales populares más altos, no informados por la autoridad, apenas si podrán servir para hacer que sobreviva el grupo humano, y sólo podrán cumplirse o guardarse en un ambiente reducida e íntimo, protegidos por el disimulo o por la rebeldía incesante contra el Poder. Los propósitos mejores y más nobles de'la autoridad, los ordenamientos más coherentes y levantados de la ley, faltos de la sustancia humana, de la colaboración vivificante del pueblo, quedarán siempre en el limbo de lo incumplido, cuando no se convertirán en lamentable tapujo para ocultar y fomentar todo género de traiciones. »Es ésta- la razón, y precisa que todos en Méjico la veamos en su deslumhran^, te claridad, para proclamar como tarea esencial y primaria la de formar, una ciudadanía, la de dar vida a las instituciones que la organicen, la protejan y le den verdadera eficacia. »Hemos oído mucho un comentario, que quiere ser penetrante, en relación con el esfuerzo de Acción Nacional. «El partido—dicen—obra con inteligencia al demandar una reforma electoral e intervenir en la ludia de los Municipios, porque ése es el camino para el acceso al Poder.» Y hemos escuchado también el comentario que quiere ser deprimente', y que dice: «Acción Nacional sólo cuida de lo político, sin que le importen los graves problemas sociales y económicos de Méjico y la miseria de] pueblo.» »En cuanto son sinceros y np responden al envenenado deseo de desfigurar falazmente ante el pueblo la tarea que Acción Nacional ha cometido, los dos comentarios muestran bien la pobreza inmensa del concepto de la "política que los inspira. No es habilidad lo que ha determinado el principal empeño puesto por el partido en la reforma electoral y en la renovación del Municipio. El camino de la elección verdadera y el de la orga662 nización municipal es un duro y esfor-" zado camino hacia el Poder; lo-es de sobra todo en nuestro país, én. donde el Poder ha tenido accesos tan fáciles y tan al alcancé de la'mano, precisamente pola vía opuesta al sufragio y a la limpieza y aptitud, del Municipio y de todas las demás instituciones públicas. Y la razón y la experiencia, la propia .y la extraña, invariablemente confirman la inanidad de los programas sociales que no se fundan en el constante consenso, en la adhesión del pueblo; más aún: demuestran que esos programas sociales no sólo les son ineptos y simulados, sino aun los rectos y sinceros, si falta ese contenido popular, ineludiblemente producen efectos contrarios y en proceso acelerado aumentan la injusticia y la .miseria. »No todo ha sido simulación ni ideología indigesta en los planes sociales postulados en Méjico. Una y otra vez la ruda experiencia nos ha venido a demostrar que aun los de principios generosos, sin la cooperación, sin la inteligencia activa, sin la participación eficaz de la ciudadanía, concluyen—obras públicas o reformas legislativas, abaratamiento de la vida o instituciones de protección social—, en degeneración intolerable, en el acumulamiento de fortunas tan infecundas como ilegítimas y, lo que es peor, en el desprestigio de las ideas mismas y en el gradual crecimiento de la ruina y la desesperanza en el pueblo. »Es que sólo serán posibles la abundancia-y la justicia, el mejoramiento real para todos, sobre la base de una convivencia política que dé a lá autoridad, no nos cansaremos de repetirlo, la plenitud sagrada de su misión propia, por una constante y perpetua vinculación con el pueblo, y qué mantenga a éste también en una constante y perpetua voluntad de cumplir su deber y hacer valer su derecho. »La reforma social, la verdadera, la que florecerá en suficiencia para todos y, P a r a todos también, en una vida mejor, niás completa, más levantada; la que estriba, no en ilusiones paradisíacas de supresión del dolor y de la angustia humanos, ni en la "fuga cobarde de esta constante tensión que es y debe ser el hombre y que son y han de serlo con él sus instituciones, sino 'en la creación de las condiciones generales adecuadas para que se supriman el dolor y la injusticia que ar- KEVIS1A DE KEVISTAS liñciaknente nos' causamos los hombres unos a otroSj y a todos y a cada urío nos abra un camino para cumplir nuestro destino; la reforma social que restablezca la paz y dé cauce racional a las pugnas siempre posibles para convertir en tensión vivificante lo que hasta ahora lia sido lucha destructora; ésa sólo podrá lograrse mediante la limpieza y la eficacia del orden jurídico y político de la sociedad. Sus programas más elementales son de imposible realización en una ordenación informe o corrompida de la. convivencia que no hará de ellos sino acumulados fracasos y ocasión lamentable de farsa . y explotación.' »Este es-, el sentido válido que tiene la afirmación de la primacía de lo político; el sentido en que esa afirmación corresponde a la tesis inmutable que da a la política por contenido, el bien común—reflejo temporal del Sumo Bien en que creemos—-,. y enseña que ningún bien puede subsistir sin ese bien común y que en éste, en cambio, se cumplen y realizan los más valiosos y durables bienes particulares. »La labor, pues, que hoy hacemos para reencender- ef espíritu ciudadano, organizarló y darle eficapia, y. para reconquistar la libertad fecunda, y responsable de¡ gobierno municipal propio, no es de calidad inferior ni de sentido opuesto a la que heñios hecho y haremos para defender, estructurar y enaltecer las demás comunidades -naturales . intermedias, las demás instituciones públicas, y para encontrar y procurar la realización de programas de solución auténtica de los graves problemas económicos^ sociales y morales de Méjico. Esta tarea de ahora es, simplemente, base y condición ineludible para el empeño más ancho y profundo que nos impone nuestro deber de' mejicanos y de hombres.»—'{E. M.) CASTRO RÚIZ, Miguel: Breve historia política desde la caída de Porfirio Días. (Págs. 9, I I y 24.) «El fondo político sobre el cual se movió la dictadura del general Porfirio Díaz ha sido claramente- señalado por Bravo Ugarte, quien afirma que «el porfirismo primitivo (1876-1890) proclamaba: la no reelección, la Constitución del 57 y la Reforma y el economismo. El de- finitivo:' él econornisrno; la inaplicabilidad de-la Constitución-. Contra el porfirismo, primitivo se opone: el lerdisrno queriendo la reelección y los partidos de Benítez-Tagle, Cadena;, Terrazas defendiendo la no reelección, que veían cada día más amenazada por el porfirismo, que se consolidaba. Contra el porfirismo definitivo (a partir de 1890) se mantiene el grupo desorganizado de los independientes o constitucionales,, llamados por sus contrarios (dos jacobinos», que propugnan la realización, conforme a la Constitución, da los principios democráticos; a él pertenecían en general, los periodistas de la oposición. Otro grupo, que •simplemente no agradaba al dictador porque §e preocupaba por la sucesión presidencial para el caso de su muerte, se gubdivide apasionadamente en torno dé sus respectivos candidatos, el general Bernardo Reyes —reyistas—o los ministros Limantour y. Corral—científico—. »Pero fue en 1901 cuando principiaron, a entrar en juego las ideas que naás tarde harían su irrupción en. la revolución. Camilo Arriaga funda el Club Ponciano Arriaga y realiza él Congreso liberal de San Luís de Potosí. Sü labor se ve-impedida por el Gobierno, y es por lo que el programa delineado para el segundo Congreso liberal no puede ser rea: lizado. »Los católicos, por su parte, buscaban soluciones a los programas sociales existentes. Pero el señor Labastida' fracasa en sus intentos, y hasta el 20 de febrero, de I9O3¡ el señor Ibarra, obispo de Pue-, bla, puede realizar el Congreso de esa . ciudad. • »A éste suceden el de Morelíá, el 4 de octubre de 1904; el de Guadalajara, el 18 de octubre de 1906; el de Oaxaca," el 19 de enero de 1909. Y al lado de éstos, los Congresos agrícolas y las Semanas católicosociales, iniciadas y alentadas por el señor Mora y del Río, obispo, sucesivamente, de Tulandngo, León y Méjico. Tres Congresos agrícolas hubo: el del 9 de septiembre, de 1904, en Tulancingo; el del 4 de septiembre.de 1905, en la misma población, y el del 4 de septiembre de 1906, en Zamora. »Las Semanas católicoscciales fueron cuatro agrícolas: la de León, el 21 de octubre de 1908; la de Méjico, el 17 de octubre de 1910; nuevamente en Méjico, el 3 de diciembre de 1911, y Zacatecas, 663 REVISTA BE RKVISlAS el 23 de septiembre de 1912. Hubo, además, las Dietas de la Confederación Nacional de Círculos Católicos de Obreros. »Pero ya en el terreno de la política . militante, lo que vino a provocar la efervescencia que terminaría con el régimen de Díaz fue la entrevista Diaz-Creelman de marzo de 1908, que, ampliamente comentada y capitalizada por los oposicionistas, llevó a la formación de varios partidos políticos. No obstante, momentos hubo en que quedara como único partido de oposición el antirreeleccionista, y aun en éste no estaban muy seguros sus jefes de que la labor por desarrollar consistiera en oponerse a Díaz. »Vino a lanzarlos al terreno de la franca oposición la Convención Nacional Independiente, celebrada, en unión con el partido nacional democrático, el 15 de abril de '.1910, en la cual resultaron electos candidatos a la presidencia y vicepresidencia de la República Madero y Vázquez Gómez. »Madero inició con todo éxito su jira política, y vino a hacerlo más popular la desacertada prisión de que fue objeto en compañía del licenciado Roque Estrada {actual ministro de la Suprema Corte de Justicia) en Monterrey, seguida de su traslado a San Luis de Potosí, de donde logró fugarse a Estados Unidos. »Díaz se empeña en imponerse a sí mismo y a Corral como vicepresidente, y Madero lanza desde San Antonio, Texas, el Plan de San Luis, Potosí, firmado el 5 de octubre de 1910, esto es, la víspera de su fuga de esa ciudad. En -este Plan se declara presidente provisional y desconoce a Díaz, proclamando la no reelección y la restitución de terrenos a los pequeños propietarios despojados. »Sus primeros pasos como revolucionario, lejos de llevarlo al éxito esperadoa lo colocan en difícil situación. Pero posteriormente cunde la revolución a otras regiones del país. »Además, Limantour, que regresaba de Europa muy confiado en que la revolución sería rápidamente sofocada, a su paso por los Estados Unidos adquiere el convencimiento de que la situación puede provocar una intervención — una guerra—de esta potencia. Así, el régimen de Díaz 'se inclina a la transacción, y parece haberse logrado ésta cuando ambos bandos llegan al acuerdo de cesar 664 las hostilidades a cambio de la renuncia del vicepresidente Corral y cuatro ministros, así como de convocar a elecciones de diputados, senadores y algunos gobernadores. Pero Vázquez Gómez rechaza el acuerdo y sostiene que sólo puede contenerse la revolución mediante la renuncia de Díaz. A esto se llega en Juárez el 21 de mayo de 1911. »E1 dictador presenta su renuncia al Congreso el 25 de mayo, el siguiente día sale de la capital y el 31 se embarca en el Ipiranga rumbo a Europa. Como presidente interino quedó don Francisco León de la Barra, quien cumplió su misión convocando las elecciones que se verificaron el 15 de octubre, y en las cuales resultó electo Madero como presidente e impuesto—por maniobras de éste—Pino Suárez como vicepresidente. »No llegó a consolidarse la paz durante la presidencia de Madero, pues hubo de combatir al zapatismo y al orozquismo, que estalló el 3 de marzo de 1912, proclamando a Vázquez Gómez como presidente provisional. »E1 movimiento iniciado por Reyes en diciembre de 19 n no precisó ni siquiera combatirlo, pues su jefe hubo de rendirse, habiendo sido conducido a la prisión de Santiago, en Méjico. Fracasó también el movimiento iniciado por Fé-. lix Díaz en octubre de 1911. »Pero estos dos últimos movimientos estaban llamados a figurar más tarde ett la historia de Méjico, a través de . sus directores. En efecto, los generales Mondragón, Velázquez y Ruiz y don Manuel Espinosa de los Monteros prepararon el «Cuartelazo de la Ciudadela», a cuya cabeza deberían colocarse Díaz y Reyes. Estalla el movimiento, pero Reyes rriuere en un infortunado ataque a Palacio. Félix Díaz continúa la lucha, y el embajador de los Estados Unidos, Henry Lañe Wilson, siembra la inquietud afirmando que no se hará esperar la intervención norteamericana, haciendo q u e muchos de sus allegados—intimidados como antes los de Porfirio Díaz—recomendasen a Madero que renunciara. Pero este no ceja hasta que es reducido a prisión por las tropas de Huerta, quien firma' con los insurrectos el Pacto de ía Cindadela. Se presentan al Congreso las renuncias de Madero. y Fino, y queaa como presidente el secretario de Keiaciones Lascuráin, quien nombra secreta- REVISTA DS REVISTAS rio de Gobernación a Huerta. Es casi el único acto de. su gobierno, que sólo dura de las veintidós treinta y cinco horas a las veintitrés, en que renuncia. Al renunciar, automáticamente pasa a ser presidente interino Victoriano Huerta. »Aquí principian las contestaciones entre Carranza y Huerta, que terminan con la proclamación, de parte del primero, del Plan de Guadalupe el 26 de marzo de 1913. Carranza había estado dispuesto a sublevarse «contra el Gobierno del señor „ Madero días antes de que estallara el cuartelazo; pero no con otro fin que el de salvar la revolución, al señor Madero y a quienes desempeñaban puestos oficiales de importancia, ya .que el señor Madero, por su idealismo extraordinario, se había entregado a los enemigos y había licenciado a los soldados revolucionarios, quedando en poder de los que no le perdonarían jamás que los hubiese vencido». »Sea de ello lo que se quiera, Carranza triunfa, no sin que antes haga irrupción nuevamente la mano de los Estados Unidos, apoderándose primero del Ipiranga, que traía municiones para Huerta, y después de Veracruz, que sucumbió después de una brava resistencia hecha por sus habitantes. »Pero el triunfo trajo la división a las filas revolucionarias. Carranza convoca a una Convención del ejército revolucionario, que habría de celebrarse el i.° de octubre de.1914 en la capital de la República; pero ni los villistas ni los zapatistas asisten. Para dejar sin argumentos a Villa, que alegaba falta de libertad, se convoca a una nueva Convención, celebrada en Aguascalientes el 10 del mismo ^ies. Carranza propone la renuncia de & y de Villa. Este, no queriendo ser mefcos, propone a su vez que se les pase por «s armas a ambos, pues sólo así podrá "aber paz. Sin embargo, ni uno ni otro aceptan los acuerdos, y la lucha continúa, aunque ahora entre diferentes bandos. »Los cónvencionistas ven sucederse en e l «Poder» a tres presidentes: Eulalia Yutiérrez, que se vio obligado a renunClar ; Roque González Garza, reempla2a do a moción de los zapatistas, a quienes estorbaba por sus deseos de dar garantías y remediar el hambre del pueblo, • y el licenciado Francisco Lagos Cháza- ro, obligado a huir al caer la capital en manos de Carranza. »Por su parte, los constitucionalistas se atenían a la jefatura de Venustiano Carranza, quien, en los principios de la nueva revolución, hubo de retirarse a Veracruz; pero pronto logró rehacerse, y sus tropas, al mando de los generales Obregón, Diéguez y Murguía, que se distinguieron por su habilidad y fortuna, pudieron derrotar a la facción villista. No sin razón han sido señaladas las batallas del 6 y 7 y de 13, 14 y 15 de abril de 1915 en Celaya, las que, en forma definitiva, destrozaron el poder del Guerrillero del Norte. »E>urante su estancia en Veracruz,. sobre todo, estuvo el primer jefe acompañado por los miembros de la Sección de Legislación Social, entre los que figuraban en forma preeminente Luis Manuel Rojas, José Natividad Macías y Félix F. Palavicini. Entonces expidió las primeras reformas al Plan de Guadalupe (12 de diciembre de 1914), en las que se prorrogaban sus funciones hasta el triunfo de la revolución y se le daban las más . amplias facultades para expedir aquellas leyes que estimase «necesarias para asegurar a todos los habitantes del país la efectividad ,y el pleno goce de sus derechos y la igualdad ante la ley». En ejercicio de esta facultad dictó varias leyes, entre las que se cuentan como más importantes la del Municipio libre, la del trabajo, la_ de accidentes, la que fija el salario mínimo, la del divorcio, varias leyes agrarias y la electoral. «Fueron estas leyes las que vinieron a determinarlo a convocar un Congreso Constituyente, pues muchas de ellas estaban en desacuerdo con la Constitución de 1857, por lo que era preciso hacerle serias reformas. »E1 nuevo Congreso Constituyente inició sus sesiones previas el 21 de noviembre de 1916, concluyéndolas el 30 del mismo mes con la elección de su directiva, que quedó formada cíe la siguiente manera: presidente, Luis Manuel Rojas; primer vicepresidente, Cándido Aguilar; segundo vicepresidente, Salvador González Torres; primer secretario, Fernando Lizardi; segundo secretario, Ernesto Meade Fierro; tercer secretario, José María Truchuelo; cuarto secretario, Antonio Ancona Albertos; primer prosecretario, Jesús López Lira; segundo 685 REVISTA DE REVISTAS prosecretario, Fernando Castaños; tercer prosecretario, Juan de Dios Bo;órquez; cuarto prosecretario, Flavio' A. Bórquez. »La Comisión de Constitución estuvo integrada por el licenciado Enrique Recio, el doctor Alberto Román, el general Francisco J. Múgica, el licenciado Enrique Colunga y el profesor Luis T. Monzón. Pero por la brevedad del tiempo de que se disponía hubo que nombrar posteriormente una segunda comisión compuesta por el licenciado Hilario Medina, Paulino Machorro Narváez, general Heriberto Jara y doctor Arturo Méndez. La primera ¡se consagró al estudio de los veintinueve primeros artículos, los relativos a garantías individuales, y la segunda, a los restantes. »En estas condiciones, el Constituyente .pudo recibir el i.° de diciembre, a las dieciséis treinta horas., al primer jefe, quien le presentó el proyecto de Constitución, en cumplimiento del artículo 5." del decreto de Veracruz, reformado en Méjico el 14 de septiembre de 1916. «Acompañó Carranza su proyecto con una exposición de motivos a la cual dio lectura en esta sesión, y'en la que se hace una breve crítica de la Constitución del 57 e indica los objetivos que pretendió alcanzar en el nuevo proyecto. Así, reconoce que la del 57 «lleva indiscutiblemente en sus preceptos la consagración de los más altos principios, reconocidos al fulgoT del incendio que produjo la revolución más grande que presenció " el mundo en las' postrimerías del siglo xvni, sancionados por la práctica constante y pacífica que de ellos se ha hecho por dos de los pueblos más grandes y más poderosos de la Tierra; Inglaterra y los Estados Unidos». »Mas, desgraciadamente, los legisladores de 1857 se conformaron con la proclamación de principios generales que 110 procuraron- -llevar a la práctica, acomodándolos a las necesidades del pueblo mejicano para darles pronta y cumplida satisfacción; de manera que nuestro código político tiene en general el aspecto de fórmulas abstractas en que se han condensado conclusiones científicas de gran valor especulativo, pero de las que no ha podido derivarse sino poca o ninguna titilidad positiva. «Imposible sería pasar revista a las más importantes discusiones, pues cuando se trata de la organización política de un 666 país todas soa igualmente interesantes. Por ello, nos limitaremos a recordar cómo fue la influencia de los dip atados conocidos como los jacobinos, por su extremismo izquierdizante, la que introdujo adhesiones que hicieron artículos persecutorios de varios que deberían haber consagrado libertades y degeneró instituciones. »Así, en lo tocante a la educación, pues él artículo 3.0, en vez de limitarse a con- . sagrar la libertad de enseñanza, reservando la laica para los planteles oficiales (ya esto no es muy liberal), hizo sectaria la educación y -estableció las bases para el monopolio del Estado;, llevado hasta el absurdo en la época de Cárdenas. »Así, también el artículo 130, perseguidor de las 1conciencias, y el 115, que vio degenerada la libertad municipal, que estaba llamado a consagrar. »En dos meses, probablemente gracias a haber trabajado sobre el proyecto de Carranza, concluyó su labor el Constituyente. El señor Gerzayn Ugarte, secretario del primer jefe, entrega la pluma de oro que había servido para firmar el Plan de Guadalupe, y con ella es firmada la Constitución. El diputado Múgica, entusiasmado, excita a sus compañeros para que así como los revolucionarios cumplieron con su deber, cayendo en los campos de batalla defendiendo el Flan de Guadalupe, ellos, si es preciso, caigan en los campos de batalla defendiendo la Constitución. »A las diecisiete horas del miércoles 3 r de enero de 1917 protesta el' presidente del 'Congreso, después de todo. En seguida el licenciado Rojas hace uso de la palabra, y contesta Carranza, quien,_ ai concluir; protesta también la Constitución. »¿Y después? Elecciones con nuestra vieja amiga la Ley Electoral. Él presidente Carranza, es asesinado; interinato de Adolfo de la Huerta, Obregón, falles, muerte de Obregón, Portes Gil, urtiz Rubio, Rodríguez, Cárdenas, Avila Camacho y Alemán. »La Constitución, mientras tanto, sufría ciento dos reformas, a las que nay que agregar ahora las de los artículos 27 y 115. Ha habido artículos, « « » * S por nueve veces reformados, e ideatós que siguen un curioso paralehsmo con sus iguales de la Constitución del 57- ** REVISTA DB REVISTAS maestro licenciado Herrera Lasso suele presentar a sus discípulos luí cuadro comparativo entre la posibilidad de reelección bajo la Constitución del 57 y bajo la actual. La Constitución del 57 no prohibía la reelección presidencial y señalaba períodos de cuatro años. Es reformada en 1878, prohibiéndose para el período inmediato. En 1887 se autoriza para el período inmediato y también para posteriores, siempre que haya cuatro años entre cada período. En 1890 desaparece toda prohibición. En 1891 se establecen los períodos 'de seis años. En 1911 se prohibe totalmente. »Bajo la vigencia de la Constitución del 17 se principia por el período de cuatro años con prohibición absoluta de reelección. En enero de 1927 se autoriza para el período inmediato y se prohibe para los siguientes.- En diciembre del REVISTAS mismo año se fija el período en seis años y se prohibe la reelección sólo para el período inmediato. En 1934 vuelve a prohibirse en absoluto. »Si Rabasa hubiese podido continuar sil obra hasta nuestros días, quizá .habría continuado analizando dictaduras al lado de la Constitución. Porque si ahora los Gobiernos parecen sujetarse a ella es porque cuentan con la irresponsabilidad de las Cámaras federales y locales—que forman el Constituyente permanente—•, que las llevan a aceptar cuantas reformas les propone el Ejecutivo. Ahora, el dictador hace que su voluntad se convierta en ley y luego, tranquilamente, puede aplicar la ley. A ello se deben las reformas en número increíblemente exagerado; a ello también que tenga que decirse: a treinta años de su nacimiento, la Constitución política de Méjico está por aplicarse.»—(B. M.) NORTEAMERICANAS Thought. Revista' trimestral de la Universidad de Fovdham.—Nueva York. Vol. XXI, núm. 83, diciembre 1946. ^ Waldemar: Change and permanence in Soviet policies. (Lo mudable y lo permanente en la política soviética.) (Págs. 594-622.) ^ Saber hacia dónde va dirigida la Unión Soviética ¿s una cuestión de vital inte. res para todos. Rusia ha ..desilusionado a Aquellos que contaban con su contribución al orden internacional de la segundad colectiva. Se ha visto de qué macera Rusia utiliza la O. N. U como un «^truniento de su política imperial, sirVl endose de la Organización internacioa *j l para fines de propaganda o tomándola como plataforma para acusar a otras naciones, a fin de que la atención munckal se distraiga y no sé dé cuenta de su s manejos. «Desde 1945—dice el autor—, Rusia no ha ahorrado esfuerzo para mostrarse antipática e impopular. Si Stalin y el •Politburó hubieran ordenado a Molotov y Vischinsky que irritaran a la opinión pública extranjera y especialmente a la americana, hay que convenir en ,que se hubieran hecho merecedores de la • más alta condecoración soviética. Sus maniobras /pseudolegalistas y dilatorias, sus sospechas sorprendentes, su descarada política de fuerza», etc., etc., determinan que a los ojos del mundo entero Rusia aparezca como responsable de todos los conflictos 'internacionales que han surgido o puedan surgir. El articulista cita el libro de Timasheff; • The Greca Retreat, en él que pretende mostrar la clave de la política soviética mediante una investigación general del desarrollo del régimen bolchevique. Según Timasheff, este régimen es el resultado de un trágico accidente de resonancia mundial: la victoria de un grupo revolucionario utópico y antitradicional. Este grupo obtuvo el Poder aprovechando la desintegración de la sociedad, el abismo entre las clases superiores y 667 REVISTA DIO REVISTAS las masas, y el hambre de tierra de los tínico fuertemente disciplinado. El parcampesinos. Una vez adueñado del Po- tido comunista rige la entera vida rusa y der, hubo de ser abandonado el progra- las aparentes concesiones y retiradas, tama comunista no de manera subitánea les como la supresión de los comisarios ciertamente, sino paso a paso, incluso políticos en el Ejército, no suponen en después de haber hecho algunos inten- lo más mínimo abandono del control tos de avance después de pausas y re- comunista. Cuando se suprimieron los gresos temporales. El internacionalismo, comisarios, prácticamente todos los manla lucha contra la familia,. la educación dos del Ejército, estaban ya rígidamente ultraprogresiva, las esperanzas en la re- controlados por el partido. El partido es volución mundial, todo ha sido abando- la organización consciente del desarrollo nado. El régimen soviético, considerado mundial, la vanguardia del espíritu munen su totalidad, es una terrible tragedia. dial, para utilizar una expresión hegeliana. Rusia ha retrocedido en muchos órde- No es sólo un grupo social, sino una esnes, por ejemplo, en el desarrollo de sus pecie de comunidad monástica atea; pero instituciones políticas y en su vida cul- difiere de las Ordenes religiosas en que tural. Y los progresos en otros órdenes, no tolera otros grupos. Es una escuela como en el técnico y el económico, po- filosófica y una «iglesia» que formula y drían haber sido conseguidos sin los tre- . custodia la verdadera doctrina. El pensajnendos sacrificios exigidos por el ré- miento independiente es superfino e incluso peligroso; el partido decide en todo gimen. El autor e&tima que el libro de Tima- momento aquello que es útil o es nesheff es muy útil en cuaato coatiene cesario. »La política del partido comunista ofreuna exposición objetiva y veraz del régimen soviético, pero mantiene ciertas ce estos tres rasgos esenciales: antagoreservas en punto a la pretendida antí- nismo entre capitalismo y socialismo, protesis entre el internacionalismo comunis- greso técnico e industrial, aun a costa de ta de los primeros momentos y el actual la extenuación y muerte de las actuales nacionalismo ruso. Considera que incluso generaciones, y posibilidad de utilizar bajo el comunismo de guerra (1918-1920) cualesquiera medios para la consecución existía más libertad en Rusia de la que de sus fines. Las consignas democráticas, actualmente hay. Durante la pretendida el totalitarismo, la idea de patria, la _ re«gran retirada», no sólo no ha decrecido ligión misma, no son sino peones o insel completo control de todos los aspec- trumentos para el logro de los designios tos de la vida, sino que incluso se ha últimos del partido. »Una consecuencia de las depuraciones incrementado. El régimen soviético nació como fru- stalinianas de 1936-1938 fue la desaparito de la progresiva desintegración de un ción del tipo intelectual extremista y racomplicado imperio. Un pequeño grupo dical en la dirección del partido. Ha sido explotó esta desintegración porque su sustituido por el proletario o aldeano seactitud negativa antitradicional se coho- mieducado en ]a supersimplificada ideonestaba .con los instintos elementales de logía del partido. Su única preocupación aquellos que veían simplemente en la es mantenerse en el Poder, el ascenso, la revolución la negación del orden existen- carrera. Es un hombre primitivo, al que cs te. Lenin triunfó porque prometió tie- únicamente interesan las cuestiones ^ t~ rra a los campesinos, anunció' el fin de cas y de organización. No se apiada u la guerra imperialista y proclamó el de- nadie ni espera compasión de nadie, o pirecho de todas las nacionalidades a se- mundo se limita a la disciplina del tu aS pararse del Imperio ruso. Que triunfara tido, a ios desfiles gigantescos y ^ f ~ í dados estos supuestos, no es difícil de tas. Desprecia a los intelectuales fúos°^s comprender. Lo que ya no. se compren- les, y considera las discusiones de tan fácilmente es el hecho de que este o éticas como hipocresía o sentimental . , . „„*»_ grupo sobreviviera a los factores negati- mo superfluo.» Por lo que respecta a la P á t i c a t a M vos de desintegración: desaparición de la disciplina militar, revueltas campesinas, rior de los soviets, el autor P « » « > # movimiento de secesión, etc. «El régimen lieve que el sistema soviético considera te soviético debe su mantenimiento—dice el guerra y el estado de emergencia como s^ autor—a la organización de un partido tuaciones normd.es. El régimen soviético 668 REVISTA DE REVISTAS se considera a sí propio como el arma más importante en la lucha contra- el capitalismo, como una isla socialista, amenazada siempre por el ataque y la destrucción. Las concepciones militares determinan toda la política de los líderes soviéticos, tanto interna como externa. Si se examina lo que constituye el fondo de la actual política exterior soviética, se advierte claramente que ccn su ofensiva diplomática intenta agotar los nervios de Estados Unidos, para sacar de elios todo lo que pueda. A toda costa se persigue el aislacionismo americano y se fomentan las posibilidades de fricción entre Inglaterra y Estados Unidos. Dñe el autor que la política sugerida por Wallacs para ser mantenida frente a Rusia sólo produciría el envalentonamiento del Kremlin y precipitaría rápidamente al conflicto universal que se quiere evitar. La situación actual del régimen ruso no es tan firme y fuerte como muchos creen. Solamente una clara y firme demostración de potencia y de voluntad frente a las pretensiones soviéticas contendrá a los dirigentes rusos y podrá evitar una guerra. Sólo' una política fría y paciente podrá evitar un. conflicto mundial, un choque abierto con Rusia.— (J. G. H.) GLEIS, P. G.: Recent interpretations of german histary (Recientes interpretaciones de la historia alemana.) (Págs. 623636.) En el artículo que reseñamos se examinan diversos libros recientemente publicados en los países de habla inglesa sobre Alemania, que pretenden hallar solución a la actual situación alemana basándose en las enseñanzas de la Historia. Fundamentalmente se estudian los lir ° °s de Steinberg3 Valentín Schuster y Lowie. •El libro de Steinperg contiene un estulto comparativo de la historia alemana e wglesa, quSj según el articulista, es 5>erla vez pragmático y subjetivo. SteinP S se deja llevar por los sentimientos mai nistosos, fruto natural de la última contienda, y el articulista detalla el cúmu0 ,y 0 ^ i hiói errores e injusticias históricas que cometen a impulsos de este sentieato. Valentín estima que Alemania no existe como nación, sino que la Historia demuestra cómo hay una pluralidad de naciones de estirpe germana, y coincide con Steinberg en el punto de vista de que a Alemania con más exactitud que a Italia es de aplicación la frase de que se trata de «una mera expresión geográfica». 'Gleis combate la existencia en la Historia de un pueblo alemán uno y unido. De todos los autores mencionados, Robert Harry Lowie (The Germán people. Social Ponrait to, 1914, 1945) acaso sea el más neutral e imparcial, a pesar de haber escrito su libro durante la guerra. Sostiene Lowie que el pueblo alemán medio es, lo mismo que el americano, ordenado, amante de la paz, moderno y hábil. Ello explica el hecho ds que América asimile con facilidad a los alemanes. El pueblo alemán viene a ser algo así como los Estados Unidos del norte de Europa. Están unidos por lazos de cultura, historia e idioma. El espíritu alemán de valor y perfección, su genio inventivo, la suma de sus realizaciones artísticas, debe resurgir purificado y ennoblecido, para bien de la Humanidad y. la fraternidad, la democracia y la civilización.—(J. G. H.) Fortune. Nueva York. Val. XXXIV, núm. 3, 1946. KRAVCHENKO, Víctor: The Poütburo (El Politburó.) (Págs. 93-99.) El señor Kravchenko fue miembro del partido comunista durante quince años. Ha sido primer ingeniero y director de organizaciones y trust metalúrgicos y cabeza del Departamento de Armamentos de Guerra del R. S. F. S. R. (Soviet Supremo de la República Rusa), antes de llegar a los Estados Unidos como enviado económico de la Comisión Soviética de Compra:. Seguidamente rompió con el partido y el Gobierno en 1944. Es autor del libro, muy difundido, Ya elijo la libertad. «El Bureau Político del Partido Comunista de la U. R. S. S., generalmente llamado El Politburó, se compone de diez miembros y cuatro candidatos o miembros diputados, cuyos nombres aparecen 669 REVISTA DB REVISTAS repetidamente én las más altas organizaciones del Gobierno y el partido. Enumerados por el mismo orden en que se sientan alrededor de la Mesa de los Consejos en la sala tíe reunión del Kremlin, son: Andreyev, Beria, Bulganin, Voro-' shilov, Voaiesenski, Zhdanov, XCaganovichj Kosygin, Malenkov, Mikoyan, Mblotov, Stalin, Khrushchev y Shyernik. Estos hombres, que rigen la política, han dedicado sus vidas al cstablecimiento.de una sociedad comunista en todo el mundo al precio del increíble sacrificio de doscientos millones de seres3 que habitan la sexta parte de la Tierra. Son políticos isin razón y sin ilusiones. Cambian de táctica cuando lo estiman necesario, cooperando con otras naciones y gobiernos, si así les conviene; pero están convencidos de que el comunismo y el capitalismo nunca podrán convivir y de que, más tarde o más temprano, uno de ellos triunfará sobre el otro. El Gobierno gira alrededor de este punto; todas sus actividades están motivadas por su determinación de asaltar la Historia en cualquier momento en que evolucione a su favor. »Todas las decisiones importantes en el terreno político, económico o ejecutivo, se toman en la U. R. S. S. por estos catorce hombres. Así, por ejemplo, decisiones oficialmente atribuidas al Consejo de Ministros salen del Polítburó, que es realmente el Gobierno de la U. R. S. S". y el Poder rector del movimiento comunista internacional. »La Constitución de la U. R. S. S., «la Constitución más democrática del mundo», en el capítulo titulado «El sistema' electoral», dice que «el derecho de elegir candidatos está asegurado a las sociedades y organizaciones públicas del pueblo trabajador: partido comunista, sindicatos, cooperativas, organizaciones juveniles y sociedades culturales». Pero lo que, naturalmente, debe añadirse a estas palabras es que el partido comunista, el único partido político de la U. R, S. S., no ofrece a «los ciudadanos» una elección de sus candidatos, sino una lista de determinados candidatos por los que deben votar. »E1 partido tiene seis millones de miembros y, aproximadamente, otros véante millones el Komsomol (Liga de •las Juventudes Comunistas). El Comité Central, órgano oficial de gobierno del partido, consta de setenta y dos miembros permanentes y sesenta y echo renova670 bles, con Stalin como secretario general. Teóricamente, "el Comité Central elige tres ramas ejecutivas: la Comisión de Control del partido, responsable de la disciplina e instrucción de los miembros del mismo; el Bureau de Organización (Org~ buró); y el Bureau Político (Politburó), o Comité ejecutivo de Control del Comité Central. »Ciertos sectores externos y la oprimida masa del pueblo ruso—sean o no miembros del partido—continúan teniendo la idea completamente falsa de que esto es verdad en la práctica. Aun cuando antes de la Revolución hubo un dominante Comité Ejecutivo del partido, el Politburó no fue formalmente organizado hasta el VlII Congreso, en marzo de 1919. Los miembros fueron entonces Lenin, Trotsky, Stalin,' Kamenev y Bukharin. »E1 grupa de miembros • sufrió cambios y ampliaciones de cuando en cuando, sin beneficio del partido o del sufragio del Comité Central. En 1939, el Comité Central del partido fracasó, y unos miembros fueron ejecutados y otros deportados al Norte o a Siberia. De unos ciento cuarenta miembros y diputados que entonces tenía el Comité Central, solamente permanecieron alrededor de veinte, doce de los cuales son hoy miembros diputados del Politburó. Durante el XVIII Congreso y en la Conferencia de 1941 no fue el Comité Central quien eligió el Politburó, sino que, por un camino más fácil, fue el Politburó _ el que espigó un Comité Central subordinado ^y mantuvo esta subordinación decretanuo nuevos miembros de esta candidatura. »Las vidas de los catorce dictadores de la U. R. S. S. están ocultas para sus compatriotas, así como para los pueb-os del mundo exterior. He visto personalmente a cada uno de ejos, a algunos con cierta frecuencia, y ninguno se parece, ni en la cara ni en el tipo, a los reuatos hechos de ellos por pintores, escui.tores o fotógrafos. La mayoría son wcios, blanduchos y enfermizos, notaiwose visiblemente que están sentados largas horas. Sus caras son lívidas, y r e P r e \ e ^ : tan ser mucho más viejos de lo que son en realidad. . ., . Exceptuando a Lenin, Bukhann y otros revolucionarios d e / o s primeros tiempos, los miembros del Pohtburo no son poliglotas, aficionados a los viajes, m RÜVISl'A DE REVISTAS telectuales o filósofos de la política. Los más proceden de familias trabajadoras, y su educación data de muy poco tiempo. Son rudos y capaces de eliminar a quien conozca sus intrigas o de deportarle inhumana y eficazmente. Seis de los catorce (Molotov, Zhdanov, Khrushchev, Aialenkov, Bulganin y Voznesenski) tienen, total o parcialmente, una educación más elevada. Pero todos poseen una variada y tremenda experiencia práctica. Solamente cinco (Stalin, Zhdanov, Mikoyan, Molotov y Voroshilov) han estado en el extranjero, aunque por cortas temporadas, durante el curso de sus manejos. Ninguno conoce nada verdaderamente importante de Inglaterra, Su aspecto exterior varía grandemente: algunos de ellos asan trajes civiles, cuello y corbata; otros Hevan uniformes de corte militar, imitando a Stalin; éstos tienen unos grandes y stalinianos mostachos, y aquéllos van pulcramente afeitados. Y, sin embargo, a pesar de sus diferencias externas, estos hombres están políticamente identificados. Si a uno de ellos se le ocurre faltar a la fidelidad, es que desea ser expulsado del Politburó y del Comité Central, y que su vida llegue a su término. Naturalmente, todos saben esto;, y ninguno osa olvidarlo ni por un instante. •»Los gobernantes.—La radie despierta a los ciudadanos de Moscú con los sones de la Internacional, mientras los miembros del Politburó, que han trabajado hasta las cuatro o las cinco de la mañana, duermen en el silencio de sus casas de las afueras- de la ciudad, cuidadosamente custodiadas. En el interior del Kremlin, * las oficinas y cancillerías son aseadas y fregoteadas por trabajadores bajo la estrecha vigilancia del N. K. V. D. Ministerio de Asuntos Interiores, sucesor de la Cheka y la G. P. U.). A las nueve y media, I05», .diestros y eficientes secretarios de los. gobernantes • van de un lado para otro por las oficinas, arreglando las cosas y adaptándolas a los retorcidos gustos, costumbres y fantasías de sus lefes. Entre diez y diez y media empieza el desfile del Politburó en apresurados automóviles a lo largo de la Gran Avenída_ del Estado Mozhaisk. Algunos de los sniembros viven en duchas secretas, habiendo de ser vigilada una extensión de c erca de treinta millas fuera de la población. A la cabeza y a la cola de esta Procesión figuran camionetas Lincoln, con agentes del Servicio Secreto armados y vestidos de paisano, y eri medio van las grandes y blindadas Kmousines Packard, con ventanillas verdes. Los líderes se sientan junto a los chóferes. Todos los ciudadanos que viven o han de pasar por el trayecto señalado deben obtener y refrendar permisos especiales. La Policía vigila al gran número de N. K. V. D. en funciones,', que guardan las preciosas vidas de los líderes en cada centímetro a lo largo de su recorrido, y suspenden el tráfico mientras los vehículos vienen ruidosos por el centro, y a lo lejos se encienden y apagan las luces rojas, que aclaran la angosta calle a las puertas del Kremlin. »A las once en punto de la mañana empieza la jornada de trabajo del Gobierno, y cada mío de los ministros, altos oficiales, o consejeros están en su sitio. Es el momento de las entrevistas, informes y consultas que preparan las decisiones reguiadoras del pulso y la vida de la nación. El trabajo continúa sin una pausa hasta que dan las cinco, hora a la que los miembros del Politburó comen y descansan hasta las diez de la noche, en que cada uno vuelve nuevamente a su puesto y se inicia otra vez la marcha precipitada y agobiante del trabajo, que no termina hasta casi el amanecer. Si los miembros no se retiran a sus casas de las afueras de Moscú, se quedan en sus departamentos del Kremlin. Son las únicas personas de la U. R. S. S. que no sienten el ahogo de las casas pequeñas, y, por si fuera poco, además de los departamentos en la ciudad y dachas en los suburbios, tienen a su disposición sendas villas en el Cáucaso. »Sólo diez de los miembros del Politburó tienen voto; pero aunque los cua* tro diputados sólo poseen atribuciones de consulta, toman parte activa en las discusiones y operaciones .del mismo. Nunca se convoca al Politburó en el enorme edificio de oficinas del Comité Central, del que figura ser órgano ejecutivo, sino en el Kremlin, sede oficial del Gobierno soviético. En este palacio hay dos lugares donde tienen lugar estas sesiones: uno, el gran salón de reuniones, no lejos del despacho privado de Stalin, y el otro, una habitación en sus oficinas particulares. En el salón de reuniones hay un busto, en mármol, de Lenin, así, como retratos de éste, Engels y Marx, que cercan a sus 67Í KJÍVISÍA IXg KBVISTAS descendientes políticos con un simbólico y constante recuerdo de fidelidad a sus doctrinas. Esta habitación y el despacho de Stalin son los dos únicos lugares oficiales de toda la U. R. S. S. en que no se encuentran retratos del mismo. Ya sea a la alargada mesa del despacho o a la redonda cubierta de bayeta verde del salón de reuniones, los miembros se sientan juiciosa y puntualmente por orden alfabético., siendo el primero por este sistema Andreyev. Stalin ocupa el duodécimo lugar, casi el último; pero cuando empiezan las conferencias es quien asume la dirección. Y, sin perder un momento, entra en acción el Poder. »He tenido varias oportunidades de escuchar a Stalin, y lo he visto en el departamento del Kremlin donde trabaja; pero la primera vez que lo vi no le hubiera reconocido a no ser por el uniforme y el lugar de nuestra entrevista. Hay mucha diferencia entre su aspecto actual y todos sus retratos y monumentos. No hay nada en él, ni el más pequeño detalle, que imponga o impresione. Es un hombre anciano, con el pelo canoso y una calva incipiente; su rostro es cetrino, arrugado y. lleno de cicatrices de viruela. De ojos penetrantes, nariz carnosa, bigote manchado por el tabaco y expresión de aburrimiento en la cara, tiene bolsas bajo los ojos, su cuello es fofo y blando, los hombros encorvados y se balancea como un pato. Mide aproximadamente cinco pies y seis pulgadas de estatura, y el pecho es muy. estrecho; de forma que el sastre tiene que recurrir a su arte y rellenarlo de guata para ensanchar así los hombros. He podido notar que sufre de los pies, seguramente helados cuando estuvo deportado, y por eso ha de usar los zapatos y las boas hechos a la,medida. »Cada día, cuando el jefe entra en su despacho, encuentra un informe sobre ejecución de proyectos industriales o agrícolas. La verdad sobre el progreso económico es conocida solamente por los miembros del Polítburó. (El titular de cada Ministerio no conoce nada más allá de la marcha de los asuntos relativos a su propio departamento, totalmente distinta, por otra parte, de la información que se da a la' Prensa.) En sus variadas atribuciones como Secretario General del Comité Central del partido, como miembro del Politburó, del Orgburó del partido, como miembro 672 del Soviet Supremo de la U. R. S. S., como ministro de Defensa y Presidente del Consejo de Ministros y como Mariscal del Ejército Rojo, Stalin percibe tres sueldos independientes. No solamente recibe y autoriza los informes del Ministerio de Finanzas, sino también del de Seguridad del Estado y del N. K. V. D. (Asuntos del Interior), relativos al giro de los pensamientos y las intenciones de los sometidos ciudadanos, la conducta. de los altos cargos de la burocracias las dificultades económicas y políticas y la policía y contraespionaje en el extranjero. Pasan también por sus manos los asuntos del Ministerio de Control del Gobierno, del Consejo Supremo, del Fiscal General y de la Comisión de Planes del Estado. »Tiene una clara inteligencia, vitalidad inagotable, gran experiencia política e inmensos conocimientos prácticos. Sin embargo¿ se ha equivocado al pensar que estaba dentro de las posibilidades de un hombre abarcar semejante masa de detalles, y por ello tiene varios diputados (delegados oficiales). Por ejemplo, como Presidente del Consejo de Ministros tiene quince; como Ministro de Defensa, trece, y como Secretario General del Comité Central del partido, tres. Su Cancillería (la estancia donde se encuentran sus oficinas personales) es la mejor de la U. R. S. S., y está dirigida por Poskrebyshev, un hombre con el cráneo afeitado y con cara de estar siempre falto de sueño. Probablemente,, ningún miembro del Politburó tiene tan agudo y completo conocimiento de las condiciones de Stalin como Poskrebyshev, que le conoce perfectamente y sabe cuanto acontece en el Politburó. Es miembro del Comité Central del partido y recientemente ha recibido el título de General. . »A pesar de esta montaña de trabajé Stalin gusta de leer muchos libros, tanto rusos como extranjeros. Sus autores favoritos son los'satíricos Saltikov-Scnedrin, Chekov y von Clausewitz. Conoce a fondo la literatura comunista y consulta constantemente a Marx, L e n i n y Engels, citando o falsificando su legado. Le gusta mucho jugar al _ tallar, es aficionado a la música y mantiene a un compositor de canciones populares, au . amigos más íntimos son los ^ e ™ ° del Politburó, Voroshilov, Mikoyan y Molotov. »Stalin es el dictador número uno, REVISTA KF, REVISTAS pero también Mikoyan, Molotov, Voroshilov, Andreyev, Beria, Voznesenski, Malenkov y Zhdanov son dictadores, aunque en menor escala. Cada uno de éstos toma innumerables decisiones que afectan al pueblo o al país. No hay en la Unión Soviética una dictadura del proletariado ni lina dictadura del partido. Ni siquiera existe una dictadura del Comité Central del partido. En ía Unión Soviética sólo hay una dictadura, que es la del Polítburó. El concepto del poder ilimitado de Stalin y su absoluta e incontestable autoridad es demasiado simple, y tiene como consecuencia esta absurda convicción: «Stalin morirá, el Kr-smlin abandonará la doctrina comunista y la revolución mundial, y la Unión Soviética seguirá desde entonces el curso de una evolución democrática.» »Semejante razonamiento demuestra una equivocación completa sobre los leaders del Kremlin. Todo el trabajo diario pesa sobre los miembros del Politburó y del Comité central del partido. Aunque, naturalmente, estos órganos no toman sin Stalin una importante decisión económica o política, interna o externa, muchas veces cientos de graves cuestiones y problemas son resueltos fuera de su despacho, y frecuentemente desconoce mucho de lo que sucede a sus espaldas. Puede decirse que, hasta cierto punto, hay algo democrático entre los burócratas de la alta jefatura o, por lo menos, hay algunos candidos que lo creen así. Por ejemplo, Voznesenski, el diputado más joven, llega hasta el punto de interrumpir al bien situado Kaganovich: «Siéntese, camarada Kaganovich, no está usted informado sobre ese asunto.» Y he visto una vez un proyecto de decreto del Consejo de Ministros elaborado por algunos de los más jóvenes ayudantes de Stalin,, en el que Mikoyan ha escrito con lápiz azul: «Disparatado; ¡tiradlo al cesto de los papeles!» Estos hombres no temen expresarse así en presencia de Stalin, y, cuando él muera, seguramente serán capaces de salir adelante sin él. ' , »Dentro del Politburó, un pequeño grupo de miembros, especialmente bolcheviques antiguos de confianza, forma tí núcleo del poder. Antes de que una cuestión cualquiera sea discutida para su decisión final, está, sujeta a un preliminar desmenuzamiento en familia por los grandes. Este círculo secreto o Superpolitburó está formado por Stalin, Molotov, Voroshilov, Andreyev, Mikoyan y ocasionalmente Kaganovich o Zhdanov, y asume el supremo poder del Politburó. Están secreta y profundamente ligados por iideas, fidelidad y responsabilidad. Algunos de ellos son amigos íntimos. Son ellos, en suma, los que imponen las depuraciones sangrientas y los «responsables de todo». »La mesa del paño verde.—Exceptuando a Stalin, los catorce hombres que se sientan a la mesa del paño verde apenas si son más que nombres para la mayor parte del mundo. »ANDKEI ANDREYEV, uno de tos gran- des, tiene actualmente cincuenta y un años, y es uñ antiguo obrero de origen campesino. Es petulante, repulsivo y desagradable; su estatura, inferior a la normal; el rostro, achatado, y los ojos, intensamente oscuros. Fue elegido para el Comité Central del partido en 1920, cuando aún vivía Lenin, y for.caa parte del Politburó desde 1926. Durante la guerra, él y Kaganovich controlaron los cinco Comisariados de Transporte, Ferrocarriles, Mar, Ríos, Aire y Motores. Estos dos hombres se desprecian íntimamente; pero Stalin les obliga a trabajar juntos. Actualmente, Andreyev dirige el Ministerio de Agricultura. Comparte los problemas agrícolas y la administración in-i dustrial de la nación con Malenkov. Es también presidente de la poderosa Comisión de Control del partido (que protege a éste de la oposición, «mala conducta» y contaminación ideológica). Es la mano derecha de Stalin en el partido y uno dé sus ayudantes como Presidente del Consejo de Ministros. »Andreyev es fríamente cruel, una amenaza permanente para los simple} militantes del partido. Es extremadamente ambicioso, afectado y desagradable para todo el mundo. Sus ayudantes sé estremecen ante él como niños: «Tú no tienes opinión. Aquí no hay más opinión que la mía, que debe ser también la tuya.» Le entusiasma imitar a Stalin; pero' como no posee las cualidades del dirsc-* tor, su imitación se limita a lo externo. Lleva el mismo tipo de uniforme de Stalin antes de ser promovido a mariscal, idéntica gorra y totas con tacones altos para parecer más alto, con las que resulta ridículo. No tiene apreciable in673 REVISTA DS REVISTAS tcligencia de estadista, erudición o intuición política; pero es un ejecutor poderoso y eficaz. »LADRBNTI BERIA fue elevado reciente- mente'a miembro efectivo del Politburó; como diputado del primer ministro, controla el N. K. V. D. y el Ministerio de Seguridad, y fue durante largo tiempo el terror de la nación. Ex maestro de escuela y arquitecto, Beria tiene cuarenta y siete años, y es un hombre bien educado, aunque proviene de familia campesina. Su alta frente y sus quevedos le dan el aspecto de ser el más civilizado e intelectual de los leaders. Es calmoso y con gran dominio de sí mismo. Se unió al partido cuando tenía diecisiete años, precisamente antes de la Revolución; pero a tiempo- para ser considerado luego como bolchevique antiguo. Igual que Stalin, Beria es ..georgiano. En 1921 llegó a ser ejecutor de la Cheka, y en 1922, jefe de la Cheka transcaucásica, y ha sido llamado el «Stalin del Cáucaso». Tenía ya encaminada .la depuración del Cáucaso cuando empezó a moverse en Moscú y en la escena nacional. Su nombre es tan popular, que hasta los niños lo conocen. ¡ Cómo van a ignorarlo si es, en gran parte, responsable del envío, por lo menos, de veinte millones de personas a las cárceles, campos de concentración, deportaciones, campos de trabajos forzados y otros lugares de confinamiento! Un colosal sistema, consistente en doce inmensas administraciones y departamentos del N. K. V. D., ha sido construido sobre la explotación" de la labor de estos hombres esclavos en todas las ramas de la industria, de la construcción, de las artes y del comercio. Comarcas enteras del Cáucaso, los Urales, Siberia y ciudades del Extremo Oriente están pobladas por estos esclavos en exilio. »Gomo diputado del Presidente del Consejo de Ministros, Beria tuvo bajo su dominio la política de los Ministerios del Interior y Seguridad del Estado. Aunque fue relevado de su cargo de Ministro del Interior durante el último invierno y el puesto fúé ocupado oficialmente por Sergio Kruglov, permanece como supervisor controlando los dos ministerios. Las fuerzas, de la policía armada del N. K. V. D. mantienen el poder de la dictadura del Politburó. Dentro del país, el Poder es mantenido parcialmente por 674 soldados uniformados y por policías secretos; pero en el extranjero los activistas -son completamente desconocidos. El enorme ejército del N. K. V. D. cuenta con medios mecánicos como tanques, fusiles y aviones. Los tribunales y magistrados promotores del Soviet cooperan con el N. K. V. D.3 y ías fuerzas políticas • introducidas en el Ejército rojo están también bajo el mando de Beria. »A través- de su Estado Mayor en el N. K. V. D., controla personalmente las ramas más importantes de la economía soviética: los Ministerios de Armamento, Munición, Petróleo y Carbón. Es también miembro del Soviet Supremo de la Unión (formulariamente, el- órgano legislativo del país), y, naturalmente, sir presencia en este organismo, junto con la de otros miembros del Politburó, es una garantía de que el Gobierno obedetrola el N. K. V. D. y el Ministerio de »KLIMENTI VOROSHILOV, de sesenta y cinco años, ex jefe del Ejército rojo, no es ya el poderoso leader que fuera antes de ¡a guerra. De hecho, sus poderes actuales están en razón inversa de su orgullo. Si no fuera por su íntima amistad con Stalin, Molotov y Mikoyan, haría tiempo que habría sido expulsado del Politburó por sus manifiestos errores en la elevación de la eficiencia combativa del Ejército y sus fracasos en la guerra. Voroshilov precede de una familia campesina, y su educación es muy rudimentaria. Se unió al partido hace más de cuarenta años, y fue un seguidor fervoroso de Lenin. Su carrera militar empezó en la guerra civil que siguió a la Revolución, y conservó el puesto de comisario de Defensa desde- 1925 hasta 194°; sa que fue reemplazado por Timoschenko. Durante la segunda guerra mundial iue relevado de su Duesto en el importante Comité del Estado para la Defensa. i>u prestigio militar está arruinado, pero continúa en activo en el Politburó y como diputado de Stalin en el Consejo de Ministros. Su amigo Stalin hace tcda_ciase de esfuerzos nara protegerlo, y reaf11-^" mente le ha designado para presidir Ja Comisión Aliada de Control en Hungua. »Voroshilov es pequeño, alegre y vana doso. Es aficionado al baile y a la musica, y siempre aparece en P" . „ . , la casaca pesadamente incrustada ae coiidecoraciones. Monta bien a caballo, a pesar de su figura pequeña, y es una íma- REVISTA DJÍ MiVISIAS gen familiar en las paradas de la Plaza Roja y en toda ocasión en que puede lucir sus condecoraciones y condición de buen jinete. »ANDREI ZHDANOV, de cincuenta años, es moreno, pesado y de rostro redondo. Su padre fue iaspector de escuelas públicas en Mariupol, junto al mar de Azof. Zhdanov estudió en el Instituto de Agricultura de Moscú en 1915. Es miembro del Politburó desde- 1929, del Bureau de Organización, secretario del Comité Central, miembro del Supremo Soviet Militar de la Armada y Presidente del Soviet de la Unión. »Conoce muy bien el poder de los miembros más antiguos del Politburó, y procura no avanzar demasiado en su postura de miembro más joven y reciente. Es inteligente,, instruido, buen orador y escritor. Tiene una apariencia indulgente, pero lo cierto es que al comenzar la guerra fue muy lento en la evacuación de Leningrado, y es, en parte, responsable de un millón trescientas mil víctimas de inanición, frío y bombas enemigas. (De ínás de tres millones de habitantes que tenía • Leningrado antes de la guerra, se ha comprobado que sólo recibieron ayuda quinientos mil en la catástrofe.) Las víctimas de las sangrientas depuraciones de Leningradch—miles de personas pertenecientes o no al partido—pesan también sobre su conciencia. »Zhdanov no es sólo un militante marxista-leninista-stalinista, sino un perfecto y acabado maestro de la teoría. Es un producto típico de la época de Stalin. Hombre que puede generalizar y vislumbrar lejanos horizontes, es, sin embargo, quisquilloso, preciso y cuidadoso de su aspecto. Sus amigos íntimos son Malenkov, Molotov y Voznesenski. Zhdanov es Coronel General (título político honorífico), y actualmente representa al Kremlin en Finlandia. Ocupa el cargo de Presidente del Supremo Soviet de las Repúblicas rusas (R. S. F. S. R.) y es también miembro del Soviet Supremo de la Unión. «LAZAR KACÍANOVICH tiene cincuenta y tres años,, y es el único judío del Politburó. Proviene de la ciudad de Gomel, en la Rusia Blanca, y fue zapatero de oficio. Fue activista secreto en los tiempos de la Revolución, y por su capacidad como organizador y orador llegó a ser leader del Soviet local, y, más tarde, protegido de Lenin. Ha sido un intré- pido guerrillero en. el partido, y tiene la confianza de Stalin por su devoción po? lítica y su capacidad ejecutiva. Ha llevado a cabo tan ardua tarca como • la construcción del ferrocarril subterráneo de Moscú y la reorganización del sistema nacional de vías férreas. Según la opinión pública, Stalin se* CESÓ en un tiempo con ¡a hermana de Kaganovieh, y algunos miembros de la familia ocuparon importantes cargos en. el Gobierno—tanto es así, que los chistosos decían en Moscú. «Ha querido reemplazar la dinastía Romanov por la dinastía Kaganovieh», aunque en la actualidad* la mayoría han sido excluidos. »Raganovich es un hombre rudo, pero inteligente. Está casi calvo, su complexión es carnosa y extremadamente nervioso. Es un satélite ciego de Stalin, hasta el punto de copiar su traje y el estilo de su bigote. Mientras había, manosea un hilo de cuentas de ámbar, costumbre que se ha extendido entre los que le rodean. Su experiencia y conocimientos son extensos. Recientemente ha dirigido la División agrícola del Comité Central y las industrias del Carbón y el petróleo. Fue uno de los cabecillas délas depuraciones sangrientas de los años 1934 a 1939. Ahora figura al frente de la División Política y "de Deportación del Comité Central. Es uno de los delegados del Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Materiales dé Construcción. Sus grandes dotes de organización y elocuencia han hecho de él una figura poderosa. »GEOBGI MALENKOV, igual que Beria, ha sido nombrado recientemente miembro. efectivo del Politburó, pero su influencia es enorme y tiene una gran autoridad sobre los jóvenes levantiscos. Malenkov tiene cuarenta y cuatro, años, estatura mediana y la típica cara de un mozalbete ruso con su pelo con raya al lado. A pesar de su obesidad, es ágil, enérgico, alegre y lleno de iniciativa y decisión. Es un gran aficionado a la caza—lo he visto algunas veces de regreso de sus cacerías, escoltado por hombres del Servicio Secreto, salpicado del barro sucio de los pantanos, pero radiante—, y se interesa particularmente por la aviación. »Se unió al partido en 1920, y ha sido un ferviente admirador e imitador de Stalin desde entonces. Le llaman cE REVISTAS to y la confianza que le dispensa éste son ilimitados, y no exagero sí digo que Malenkov daría su vida por él en cualquier momento. »Malenkov y Andreyev conllevan la administración industrial del Comité Central, cue abarca íntegra la actividad económica del país. Matenkov es uno de los secretario del Comité Central, miembro del Bureau de Organización del partido y de la Presidencia del Soviet Supremo. Como jefe de la Administración de Personal del Comité Central, tiene en sus manos los destinos de todos los cuadros de las oficinas del Gobierno, del partido, de la organización militar y de las agencias de los Soviets en el extranjero. Puede trasladar a. las personas de acá para allá, según su gusto. Todos los nombramientos — Ministros, secretario del partido en las diferentes repúblicas y ciudades, directores de. factorías, presidentes de,presidencias de soviets supremos, igual que las presidencias de los ministerios de las diversas repúblicas—pasan por las, manos de Malenkov y su camarilla. Tiene sus fuerzas en todas partes, activistas nombrados por, él con el visto bueno de Stalin y de la Sección VII — rudimentariamente análoga al Intelligence Service del Ejército norteamericano — del N. K. V. D. Los nombramientos sin importancia pueden hacerse sin la aprobación de la Sección VII, que certifica por medios secretos la calificación moral y política ds ciertos candidatos. De esta manera, leadars como Zhdanov, Khrushchev, Voznesenski y Beria, y los mariscales Zhufcov, Rokossovski, Malínovski y Gcvorov pasaron por el tamiz de Malenkov. »ANASTAS MIKOVAN, de cincuenta años, es hijo de un pobre trabajador armenio de Tiflis. Abandonó sus estudios teológicos, uniéndose al movimiento revolucionario en 1915, y desde entonces ha sido uno de los miembros del partido más ardientes y de corazón. Como Comisario de Alimentación visitó los Estados Unidos en 1936 para estudiar la preparación y empacaje en serie de conservas, y es el principal responsable del incremento de la industria conservera en la U. R. S. S. Es el segundo diputado de Stalin en el Consejo de Ministros, miembro del 3-ureau del Consejo, y, naturalmente, del Consejo mismo. Mikoyan es moreno, de nariz ganchuda y bigote ne676 gro. Es ingenioso y alegre, esbelto y bien vestido. Bebe moderadamente, igual que Stalin, y es aficionado al baile. Sus facultades son grandes, y suele tomar decisiones independientes. Mucha gente interpreta su independencia como resultado de su amistad personal con. Stalin; pero realmente tiene mentalidad de estadista y conciencia de la importancia y responsabilidad de su difícil trabajo. »Es Ministro de Comercio Exterior, y sus representantes en el extranjero coopersn con los agentes externos del N. K, V. D. Bajo su poder se encuentran los siguientes Ministerios: Industria Siderúrgica y Minero-metalúrgica, Alimentación, Carne, Productos Lácteos y Comercio. Durante la guerra dirigió todos los Comisariados responsables del aprovisionamiento de alimentos, uniformes, etcétera, para el Ejército. Tiene gran influencia. »VYACHESLAV MOLOTOV es, después de Stalin, el hombre más importante de I a U. R. S. S. Soporta gran parte del peso, y es objeto de gran respeto dentro del partido^' debido, en parte, a su extensa historia revolucionaria. A los cincuenta y seis años su poder e influencia exteriores son más grandes de lo que mucha gente cree dentro y fuera de la U. R. S. S. Si se mantiene algo en la sombra, es porque su figura aparece siempre detrás de te de Stalin. Es enérgico, devora el trabajo y toma las decisiones tan rápidamente como Stalin y casi con «1 mismo estilo. Es un lector incansable, astuto y notablemente desenvuelto en la polít-ca._ Tiene un temperamento muy vivo y violento (lo contrario de Stalin), y anota las resoluciones en sus papeles oficiales en un lenguaje imoosible de reproducir. »Pesde 1939 "ha dirigido sin interrupción-la política soviética en el extranjero. Cuando Stalin fue hecho Presidente del Sovnarkom (ahora Consejo de Ministros), y cabeza del Comité del Estado para la Defensa, Molotov quedó como su primer diputado. Cuando Stalin está_ enfermo o ausente, viajando o en vacaciones, es ei quien preside las sesiones del Politburo. Ha aprendido de Stalin cómo apresar - y consolidar el Poder, y también se ha impuesto en las artes de la intriga, la provocación, el terror y la cautela. Molotov ha pasado a través de las depuraciones con una clara nota de adicto, y por eu le reverencian los miembros jóvenes aei REVISTA DE REVISTAS Politburó. del Comité central y del Gobierno. Para hombres como Malenkov, Beria, Voznesenski, Khrushchev y Shvernik es el jefe y la autoridad indiscutible. Eventualmente, Mikoyan intenta un movimiento de flanco para ganar terreno a Molotov y aproximarse a Stalin, y Andreyev no puede olvidar antiguos ataques de Molotov, pero Stalin llama a estas escenas de familia «cariñosas disputas que se resuelven con bromas». »Voznesenski es diputado del Presidente del Consejo de Ministros y primer diputado de la Presidencia del Consejo Soviético de Economía, cuyas decisiones afectan a planes, precios, trabajo y salarios. Es también presidente de la Comisión de Planes del Estado de la U. R. S. S., que tienen delegaciones en todas las provincias y repúblicas de la Unión. En este organismo se con trotan todbs los planes, desde la edificación de ciudades a la manufactura de »N:KITA RKRUSHCHEV nadó en una familia ucraniana de mineros en 1894, y cepillos para dientes y ratoneras. Todos trabajó como obrero en las minas y en los proyectos de los Ministerios pasan a el campo. Se unió al partido en 1918 y través de la Comisión de Voznesenski. tomó parte en la guerra civil. Después Su cuartel general traza los planes de de un corto período en un instituto in- todas las industrias y controla luego su dustrial de la presa del Don fue llama- realización. Fue idea suya en 1942 trado por él Comité central del partido a zar diagramas de cada factoría, reflejanla Academia Industrial Stalin, de Mos- do los menores detalles (gigantesco procú, y desde entonces ha sido un traba- yecto que llevó a cabo en tres semanas), jador del partido en Moscú y Ucrania, y, a la vista de ellos, aumentar la flexien cuya región es Secretario General del bilidad de la industria de guerra y senpartido . y Presidente (Primer Ministro). tar las bases de las necesidades de ayuda A pesar de su posición como miembro aliada. Durante la guerra fue miembro efectivo del Politburó (los Secretarios Ge- del omnipotente Comité del Estado para nerales del partido en Ucrania y Lenin- la Defensa, creado por Stalin. Fue el grado van casi siempre al Politburó), es verdadero arquitecto del pacto económirelativamente insignificante dentro de él, co entre Stalin y Hitler, y actualmente considerándole los veteranos como un prepara acuerdos industriales entre la ejecutor constante y firme, pero sin ta- U. R. S. S. y los satélites soviéticos, los lentos especiales, salvo la elocuencia. Es Estados ocupados y otros países. El poun orador fácil, aunque sus largos dis- der de Voznesenski cuenta con un sólido cursos raramente contienen algo más que apoyo de Stalin y Molotov. Es temido por los ministros y por muchos miemnauseabundas adulaciones a Stalin. »Dos de los cuatro candidatos o miem- bros del Comité central. »NIKOLAI BULGANIN es un hombre de bros diputados del Politburó, Nikolai Voznesensld y Nikolai Bulganin han as- cincuenta y un años, muy conocido en cendido rápidamente al Poder y mere- la U. R. S. S., que llegó últimamente al Poder después de una carrera extraorcen mención aquí. dinariamente rápida. Bulganin es un »NIKOLAI VOZNESENSKI, de .cuarenta y tres años, es el hombre más joven del hombre grande, de pelo gris y aspecto Politburó. Es moderadamente robusto y profesoral. Es severo, exacto y fino. Tiede una estatura superior a la normal. Su na buenas maneras, viste bien y vive pelo es castaño, planchado hacia atrás, sencilla y pacíficamente. Se ha colocado sobre una frente alta; la nariz, ancha y voluntariamente en un discreto segundo remangada, y los labios gruesos. Tiene término, y es inteligente y de presencia un cerebro fértil • y resuelto, y piensa distinguida. Anteriormente fue director de profundamente. Habla con violencia y una Empresa de maquinaria eléctrica en discute firmemente con el pueblo. Su Moscú y Presidente del Banco del Estamadurez política le ha dado su gran po- do, al tiempo que Presidente del Soviet der. Está en el Politburó desde 1939, de Moscú (Alcalde de Moscú). Presidenfuertemente afianzado en el Poder por te del Sovnarkom de la República rusa y Malenkov. Tiene una educación univer- Presidente de los diputados del Consejo sitaria completa, y ha estudiado en la de Ministros. Durante la guerra fue Jefe Academia de Preparación. Excelente eco- del Comisariado Político (con rango de nomista y personalidad resuelta y di- General.), en el frente de Zhukov, y se le dio el puesto de Voroshilov en el Conámica. 677 REVISTA DE REVISTAS mité del Estado para la Defensa. Actual- opiniones y objetar lo que le plazca. Cada decisión, cada palabra no representa mente es el primer diputado de Stalin en el Ministerio de la Guerra, y no sería solamente el resultado de una meditación arriesgado afirmar que lo supervisa y de- personal, sino de un pensamiento coleccide todo en el Ejército Rojo. Es muy tivo de los asesores de cada miembro del Politburó y de sus departamentos. Hay afecto a Adolotov y Malenkov. »Los dos diputados restantes, Kosygin un pensamiento político deliberado y constante, que culmina en la rivalidad y Shvernik, son relativamente "poco importantes. Kosygin es un joven con poco por lograr que un nombre obtenga un control de sí mismo. Su pelones revuel- ptiesto íntimo cerca de Stalin. to, tiene dientes de oro y color amari»Cuando, por ejemplo, ha de examillento; la persona más desagradable que narse un problema de política exterior nunca vi. Carece de originalidad, pero es se prepara y jumenta simultáneamente capaz de llevar a cabo las ideas de los por el ministerio de Asuntos Exteriores, demás. Shvernik ostenta el imponente tí- el KL K. V. D. y el Comité central. Se tulo de Presidente del Presidium del So- trabaja así en condiciones de extraordiviet Supremo; pero, como su antecesor, naria rivalidad. Cada departamento cuenKalinin, carece de todo poder efectivo. ta con un -Estado Mayor de altos asesoDe hecho, no es más que un símbolo res confidenciales, miembros del Instide la impotencia del órgano legislativo tuto de Economía y Política Mundial, del Gobierno, que no es más que una competentes profesores y académicos. Ca- • fachada para las operaciones del Polit- da organismo hace todos los esfuerzos poburó. sibles por encontrar la solución correcta »Han circulado muchos rumores con- y lograr que el Politburó la acepte. Catradictorios sobre el posible -sucesor de da hombre está poseído de un profundo Stalin—se ha hablado de Voroshilov, Ma- sentido de responsabilidad y de temor. lenkov, Zhdanov y Kaganovich—; pero Como resultado, cada adarme de pensanunca encontré a un elemento importan- miento que pueda producir la inteligente del partido en el Comité Central, en cia colectiva bajo la presión de la rivael Consejo de Ministros o en el Ejército lidad y el temor político se adivina en que haya dudado ni por un segundo de las tres propuestas. Sus decisiones preque Molotov será el único que pueda liminares se logran por los medios más ocupar el puesto de Stalin. Es posible diversos, en el curso de reuniones diaque cuando Molotov llegue a ser la ca- rias en los despachos, en la mesa duranbeza del Estado decida nombrar a An- te las comidas, en reuniones íntimas o • dreyev, Malenkov o Zhdanov Secretario alrededor de una taza de té. Pese a la General del partido. En todo caso, con- tremenda posición de Stalin, a su poder centrará en sus manos todo el poder e influencia como leader indiscutible del efectivo, porque es lo bastante inteli- partido, hace tiempo que habría sido gente para recordar el error que come- destruido si no hubiera concedido una tió Lenin cuando entregó a Stalin la participación auténtica a los miembros antiguos del Politburó en todo lo 1 u e Secretaría General. hace y en cuantas decisiones toma. »De todas maneras, el sucesor de Sta»A menudo, cuando hay que tomar lin será elegido por los miembros antiuna decisión urgente en cuestiones de guos y no por el Politburó como corporación. Hay que contar con el papel que política interior o exterior se: acude a XOL juegue el testamento de Stalin, e inclu- rodeo. Alguna vez se inicia una acción que en principie emprenden los hombres so con que la designación de sucesor se de más "autoridad, y" que luego es adophaga por los miembros del Politburó en tada oficialmente por el Politburó. A vevida de Stalin y tenga efectos automátices, una decisión de esta clase se conscos después de su muerte. truye por teléfono, y la cuestión se pian»La forma de actuar.—Los catorce gotea con rapidez, decisión y claridad, i » bernantes se sientan alrededor de la meteriormente, cuando se inicia la sesi . sa redonda. Todas las cuestiones de la oficial se produce una especie de coro» orden de] día están meticulosamente prede conformidad con el que tos miembros paradas, y las decisiones se van proponiendo por los miembros más antiguos, antiguos fuerzan el asentimiento de ios demás. El acuerdo puede ser perfeccionaaunque cualquiera puede contradecir sus 678 REVISTA DB REVISTAS do o modificado, pero nunca revocado. Una vez que se acepta, los miembros del Politburo lo ejecutan con la etiqueta del Gobierno sooviético: Molotov, en el Ministerio de Asuntos Exteriores; Stalin, como presidente del Consejo de Ministros; Shvemik, como Presidente del Presidium de la Unión Soviética, etc. »La exposición del poder del Politburo en la U. R. S. S. quedaría incompleta sin una descripción de la actividad enlazada de los dos más altos órganos gubernamentales: el Soviet Supremo de la Unión, oficialmente el Poder legislativo, y el Consejo de ministros, órgano* oficial del ejecutivo. El Presidium, o Comité administrativo permanente del Soviet Supremo, está presidido por el diputado del Politburo Shvernik, y el Soviet de la Unión por el miembro del Politburo Zhdanov. De esta manera, esta en manos del Politburo el más alto órgano legislativo del Estado, que dicta las leyes y decretos que obligan a todo el pueblo y ratifica oficialmente todos los -tratados internacionales. »E1 segundo organismo importante es el Poder Ejecutivo, el Consejo de Ministros de la U. R. S. S. Existe una impresión equivocada en la mente de quienes creen que se trata realmente de un grupo de ministros que deciden sobre problemas políticos internos y externos. De hecho, el Consejo se reduce a Stalin, su Presidente, y sus quince diputados actuales. Siete de los quince son miembros del Politburo, dos diputados actuales del mismo, y los otros seis pertenecen al Comité Central del partido. Diez de ellos son hombres nuevos, llegados al Poder después de los años de depuración, y la mayoría, jóvenes. Todos son leales al Po- ' Htburó, y sus decisiones repercuten en todas las organizaciones de la U. R. S. S. »A pesar de la compleja administración central de la U. R. S. S., son muy pocos los. miembros del .Gobierno que conocen los secretos a fondo; algo parecido a lo que ocurre con los miembros antiguos del Politburó. El dueño de estos secretos es el llamado Bureau del Consejo de Aiinistros, compuesto por Stalin (Presidente), Molotov (primer diputado de Stalin), Mikoyan (segundo diputado de Stalin), Andreyev, Voroshilov, Kaganovich, Beria, Kosygin y Voznesenski, todos ellos miembros o diputados del Politburo. Los otros siete diputados de Stalin se inclinan ante la autoridad irrevocable de los nueve primeros. "Las sesiones del Bureau tienen lugar en el Kremlin, en los despachos particulares de Stalin, Molotov o Mikoyan, según presida cualquiera de ellos. Los siete hombres de poca importancia sólo son llamados cuando se les ha de preguntar sobre problemas de sus departamentos o para ser sometidos a examen sobre su trabajo personal. Generalmente, su opinión no tiene más valor que el de consulta, puesto que las decisiones son monopolio de los miembros del Bureau del Consejo. A menudo, los ministros «del pueblo» hacen largas horas de antesala durante la noche, esperando a ser recibidos en los despachos en los que no están autorizados a entrar hasta que un Secretario les da permiso para ello. En tales ocasiones, los Ministros son pobres criaturas, bien distintas de lo que fingen ser ante sus propios subordinados. Safc-en bien que en un momento pueden ser pulverizados por el Bureau del Consejo. Frecuentemente, los secretarios que permanecen en las salas de espera, sembradas de valiosas alfombras y restos del mobiliario zarista, tienen infinitamente más poder secreto que los Ministros. Mientras esto ocurre, todo documento oficial adopta la formalidad de decreto del Consejo de Ministros. De cuando en cuando, los miembros del Bureau celebran alguna sesión pleñaria del Consejo, pero ningún ministro se hace ilusiones porque sabe muy bien que las cuestiones «a decidir» en tales sesiones plenarias- han sido resueltas de antemano por el Bureau, controlado por el Politburo. Los títulos y etiquetas no encubren ninguna diferencia real. El Politburo está en todas partes. La pregunta: «¿Qué quiere Rusia, en realidad?», debe formularse, si el mundo occidental aspira a una respuesta verdadera, en estos términos: «¿Qué quiere el Politburój de verdad?»—(M. de la Q). 6791 EEVISIA The Chrisíian Century. Publicación semanal.—Chicago. Vol. LXIII,,núm. 25, 1946. CLAYTON MORRISON, Charles: The con- cept of an icumenical protestav.tism (El concepto de un protestantismo ecuménico). (Págs. 778-780.) HBVIS'i'AS respetable que sea. Y, como dijo el arzobispo Temple, «mientras algunos de nosotros permanezca en el cisma, todos estamos en el cisma». El pecado del protestantismo y su debilidad para poder conquistar América para Cristo reside en el hecho de que tiene solamente iglesias, pero no Iglesia. La razón de que no tenga Iglesia no es la de que no sea Iglesia, sino que las iglesias de secta han usurpado las funciones que. corresponden a la Iglesia. La tarea esencial del protestantismo ecuménico es reconquistar las funciones ecuménicas de que había sido despojado por las sectas eclesiásticas. Estas funciones, son: determinación de la constitución general o forma estructural de la Iglesia ecuménica, ordenación, misiones, educación religiosa, liturgia y administración ecuménica de la Eucaristía. Todas estas funciones'eclesiásticas deben ser ejercidas por una Corporación orgánica. Son las verdaderas funciones de una Iglesia ecuménica de Cristo; pero para que se ejerzan es preciso que exista un protestantismo ecuménico. El autor considera el ejemplo de la Iglesia unida del Canadá, cuyo lema es: «No solamente una Iglesia unida, sino al propio tiempo una Iglesia que aune.» (J. G. H.) . Constituye el duodécimo de una serie de artículos publicados en esta Revista con la rúbrica general «¿Puede el protestantismo conquistar América?» Se afirma que las bases de toda secta protestante son las mismas sobre las que se funda la Iglesia católica romana: la sustitución de la autoridad de Cristo por una autoridad humana llámese Papa, Biblia, dogma o secta eclesiástica. La única alternativa ante un protestantismo sectario y catolizado es un protestantismo ecuménico. Ecuménico en el sentido de que será intencional y potencialmente inclusivo, pero no hasta el extremo de que desde un principio incluya todas las comunidades cristianas no romanas; protestante, en cuanto basado sobre la soberanía de Cristo, y no sobre la Biblia, dogma o constitución. Que este concepto sea o no realizable, es algo que la conciencia protestante.debe contestar. Puede ser, después de todo, que el protestantismo se haya equivoca- GAKRISON, W. E.: Ttvo vievis of Spain (Dos opiniones sobre España) (págido y. que Cristo haya de tener sobre la Tierra un •vicario y viceregente que nas 780-781). de algún modo legisle por El, trátese del Papa o de la Biblia. «De'ser así—añade Se trata de un comentario en torno a el autor—, sería trágico para el protes- dos libros: el conocido de Carlton J. H. tantismo y para América, cuyo protes- Hayes, Misión de guerra en España, y tantismo se perdería en el secularismo o el publicado por Abel Plenn, antiguo funen el catolicismo romano. cionario de la Oficina de Información de . »E1 protestantismo, en su genio y en su Guerra de la Embajada de los Estados j intensión, es ecuménico; pero en su his- Unidos Ui E ll en España, y que lleva porr oo™ ™0 toria y en su estado actqal no lo es. El Wind in ihe olive trees. Spain from tne protestantismo ha apostatado de sí mis- ínside. mo. No es ecuménico porque ha proliEl autor pone de relieve las dos inforferado en una multiplicidad de iglesias maciones opuestas que ambos libros subasadas en interpretaciones humanas de ministran sobre la situación española. Hayes informa que el pueblo español esta, la Biblia.» El autor define la secta como una par- por lo general, conforme con Franco, y te de la Iglesia ecuménica de Cristo, que que la actitud de Franco favoreció a wb ejercita por sí misma y para sí misma aliados. Estimó el Embajador que au aquellas funciones que pertenecen a la rante su estancia en España n o t e m a ? * unidad del cuerpo ecuménico de Cristo. qué intervenir en los asuntos de política Cada comunión o grupo protestante es interna, v este pensamiento guio su conuna secta, por muy extensa, antigua y ducta. Plenn odiaba la política interna 680 KEVIS1A DE REVISTAS de España, e hizo lo = posible por que el pueblo español conociera la opinión adversa de Estados Unidos. Fueron frecuentes las fricciones entre Hayes y Plenn. En la Embajada hubo de ser quemada una circular de la Oficina de In- ' formación de.Guerra en la que se daba cuenta de las declaraciones del gobernador Bricker y del entonces senador Truinan 'contra el totalitarismo y la dictadura, «Abel Plenn—dice, el autor—es evidentemente un hombre amargado. Una de las cosas que más amargura le produjo fue oír de labios de mísíer Hayes, con ocasión de la Conferencia de Lojendio sobre «La quiebra del liberalismo en Europa», que Franco era «un perfecto caballero cristiano»..:»'—(J. G. H.) nión de los americanos sobre Ja cuestión de Palestina y su política: «¿Es cierto que América ayuda a los judíos a apoderarse de Palestina, a pesar de los árabes? Es cierto que el Congreso americano ha votado que Palestina puede ser un Estado judío?» Es indudable'que Palestina quiere -ser un país judío, y de ningún modo árabe. Este plebiscito está enclavado en Una,extensa propiedad comunal, en la que se ensayaban cultivos y se mejoraba la tierra con riegos, abonos, etcétera. Hay que reconocerle al pueblo judío sus condiciones de laboriosidad. .Desde 1939 se debe exclusivamente a los judíos extremistas el régimen de terror. Los árabes, a su vez, bien provistos de armas, han ensangrentado Tierra Saata. Con calmosa voz pronunciaba nuestro interlocutor palabras 'de desesperación. En tanto que en Europa se agitan los Harper's Magazine. dos problemas del alimento y de la voluntad de Rusia, para Palestina existe uno Nueva York. solo: el conflicto árabe-judío. La imnen- . Vol. CXCIJI, núm. 1.157, octubre 1946. sa mayoría de los judíos de Europa desean irse a Palestina y • reconstruir su ROOSEVELT, Kermitt: The arábs Uve ihe. vida con paz y seguridad. La tragedia de re, too (Los árabes viven allí también) Palestina lia consistido en creer las pro-!. mesas que se les han hecho. (Págs. 291-294.) . Yo creo que la solución podría hallarDos peligrosas realidades presenta este se a costa de un sacrificio. Ese sacríficid país en el. explosivo problema de Palesti- sería renunciar a constituir un Estado na. Primero, la causa sionista, que es judío y, en cambio, formar un núcleo para muchos judíos el eje central de sus mediante una cuota razonable. Este esvidas, para quienes la tranquilidad en fuerzo puede ser costoso para muchos sioEuropa es su única esperanza. La hosti- nistas, pero no hay otra solución, ya que lidad de los árabes es contra los ricos te- no existe vínculo más poderoso que el rratenientes sionistas, pues el común del del sacrificio. El caso de Filipinas es sepueblo • les es indiferente. La creación mejante. No son responsables los árabes del Estado judío—dicen ellos—puede rea- de la persecución contra los judíos y su lizarse sin seria oposición; pero mi ex- emigración. Los principios étnicos son viperiencia sobre Palestina me lleva a bien . gorosamente combatidos por los yugoslavos y rusos en Trieste, por las ambiciodiferentes conclusiones. Por ejemplo: un día de 1944 un locu- nes de unos y otros, burlando la justicia. tor árabe se detiene conmigo en una pe- Igual acontece con el pueblo judío. A continuación hace algunas reflexiones queña aldea, a orillas del lago Galilea, y es invitado a beber café por el alcalde sobre la política de los- Estados Unidos del pueblo; todo su lujo consiste en una en esta cuestión. Lo que los árabes desean son dos punhabitación, en la que para recibir dispone sólo de una silla en un rincón. A los tos : independencia y retener en. su poder Pocos instantes nuestro anfitrión nos de- la mayoría del territorio. Los judíos, por clara que él conoce las costumbres de Oc- su parte, quieren que se les cumplan las cidente. La escena resultaba ridicula, aca- promesas • de Balfour sobre la constitubándose la conversación, pues, en lugar ción del Estado judío bajo el Protectorade amenidades, se respiraba, por el con- do y Mandato de la Liga. Desgraciadamente, no es posible conciliar ambos trario, el ambiente de" tragedia. Aparentando calma, nos preguntaba por la opi- extremos, y sólo cabe esperar una solución 881 REVISTA DB REVISTAS que proceda de ¡as tradiciones americanas de la justicia y de la democracia.— (L. B. T.j HERRÍN, Hu¥ert: Can ive run Argentina? (¿Debemos tratar a Argentina?) (Páginas 298-305.; error vender la libertad por unas cuantas ventajas sociales y económicas.» La conclusión es sencilla: la Iglesia argentina es la de España,, pero moderada y con preferencias por ef general Franco. En el resto del artículo analiza,las relaciones entre la Argentina y los EstadosUnidos, haciendo historia de sucesos recientes y afirmando que Perón, que es un hombre de suerte, atraerá con su política muchas desgracias sobre la república, impidiendo incluso se realice el sueño de la Unión Panamericana, que tantos. beneficios prometía al Continente.—> (L. S. T.) Hubo un tiempo en que se consideró que Argentina no fue neutral durante la primera etapa de la guerra. En septiembre de 1939, en Panamá, se formuló esta pregunta a varios países, entre otros, a Argentina: «¿Ha dejado de ser neutral?», a lo cual contestó Argentina: «Sí.»' En enero de 1942, en Río, y después de lo de Pearl Harbour, preguntamos mieva- FISCHER, John: Russia's, ruling class (Rumente: «¿Participaréis en la guerra?», a sia gobernante.) (Págs. 349-359-) lo cual contestaron: «No.» Durante los primeros meses tratamos El partido comunista ruso es, probacon el presidente, Ramón Castillo, y su blemente, la máquina anas eficiente para ministro de Relaciones Exteriores, Ruiz gobernar al hombre. Es, como dice BroG-uiñazú, su estúpido compañero, corrom- oks Atkinson, «una máquina generadora pido y amigo de Franco, admirador de de poder». Es capaz de infundir la leallos alemanes y de su poder. tad más absoluta, pero nunca a medias. A continuación acusa a la Argentina La palabra democracia tiene para los ruen las elecciones que dieron el triunfo a sos un sentido diferente que-para nosPerón de haber sido un juguete de la otros. Para el régimen soviético actual;, demagogia .y que la votación favorable viene a ser como el Gobierno de una Esa éste la obtuvo .gracias a los •descamisa- paña medieval. Al partido le agradan lasdos, pues, según el presidente asegura, Ordenes religiosas, los oficios religiosos «ama a las clases sudorosas». La oposi- celebrados públicamente. Procuran la" ción a Perón está formada por la demo- verdadera fe y su inquisición, poseyendo» cracia tres meses después de la elección. el secreto policíaco para atenazar a los • Maneja unas cuantas cifras el articu- herejes. Su misión es de tolerancia y delista, para demostrar su desastrosa políti- salvación. ca económica. Habla luego del «virus naLa abundante y rica iconografía es. cionalista», que utilizan hábilmente Perón siempre preciosa para los rusos devotos. y las más destacadas familias. Se hallan El cambio ha sido sencido e insignificanéstas unidas por la misma fe católica, y te: ahora el tiadre es Lenin; Stalin, el siguen a Franco con reverencia. La Igle- Hijo, y Marx," él Espíritu Santo. Así lossia los reúne: es un 'banderín de engan- enseñan en sus dibujos y grabados. Las che. . ' reliquias sagradas se conservan eri el Mu1 La Iglesia ayuda a Perón. En noviem- seo Lenin y en la Avenida Roja, de Mosbre de 1945, el clero era requerido por cú. Para contemplarlas hay que descuuna pastoral del cardenal Copello; no brirse y mirarlas con la mayor reverencia, propagándolas entre los niños de las, es de buen católico, pero vota a favor de los candidatos que defienden la se- escuelas por medio de tarjetas postales.,ai paración de la Iglesia y el Estado, que catecismo se ha conservado ron menore prohiben la enseñanza de la religión en las cambios: «¿Con quién pueden ser teaescuelas y que defienden el divorcio. La •ees los niños?» «Con Conrado Maiin. pastoral no menciona a Perón, pero cla¡Hurra!» , •,„ ramente se lee entre líneas. Algunas pa•El partido monopoliza 1? educación, rroquias fueron rebeldes, especialmente inspirando una moral puriíana en cuan, el hermano Dunphy, de Liniers. El obis- sé refiere al matrimonio. . po, Miguel de Andrea rehusó firmar la Continúa describiendo los beneficios y pastoral, y.comentaba: «Es un trágico' excelencias deL comunismo er. toaos i" 682 REVISTA DE REVISTAS órdenes. En su disciplina dispone de elementos de gran fuerza. Georgi Malenkov es un hombre extraordinariamente competente en materia de administracióü, a pesar de su juventud. El partido se presta inevitablemente al desarrollo y medro de picaros y oportunistas, pero creo que son raras excepciones. Analiza la situación de Ucrania, ensalzando la figura de Vassily Whdimirovitch Khomyak, que se destaca entre los ucranianos. Termina el artículo diciendo: «El gran atractivo del comunismo es el ser esencialmente religioso.» Su programa puramente político puede conducir a la salvación del mundo. Aunque su ritual se desenvuelve en términos materialistas, impulsa a la devoción mística, elevándose sobre otras ideas. El Kremlin, especie de Vaticano rojo, es la única fuente de donde brota la fe;'aspirando a ser la autoridad en todas las cuestiones de doctrina. El comunismo es moralmente correcto mientras permanezca al servicio de la causa. Es preciso titar.loco para no reconocer *S2°/ Demóstenes dio pruebas irrecusables de patriotismo inquebrantable. En el proceso contra Midias sacrificó sus intereses personales al bien del Estado. En el momento más solemne y más difícil de su vida—en Ja oración de la Corona-- ppdía hacer a los atenienses esta confesión noble y sincera. «Desde el principio tuce todo lo que pude por vosotros, me consagré totalmente a vosotros para arrostrar los peligros me amenazaban a ia patria.» (Carona, núm. I79-) «**«« ^ f que a todo buen ciudadano cumplía üacer.» (Corona, núm. 180. Cfr. ttsd, numero 197.).: * „„„ »A1 ver baldíos sus esfuerzos por man- REVISTA tener la independencia nacional, Demóstenes lloraMolorosamente a la derrotada patria, privada de auxilio: «Ya perdisteis la gloria . que antes poseíais; erais ricos y ahora sois pobres: porque la? riquezas de una ciudad son sus aliados, la confianza, la simpatía que encuentra en las otras, ciudades. Y ahora todo esto os falta.» (Quersoneso? núm. 66.) »Cuando en 336 muere asesinado Filipo, Demóstenes grita a la cabeza de la multitud, que estalla en estrepitosas manifestaciones de júbilo. sAtenas le reconoce su dedicación por la patria: En 338, vísperas de la batalla de Queronea, le premió con una corona de oro. »Después de la derrota, le encargó del elogio fúnebre de los soldados muertos en, el campo de batalla. Lo envía como embajador en diversas legaciones. La reconstrucción de los muros de Atenas es llevada a efecto por propuesta suya; él mismo es designado para dirigir las obras, y, como siempre, prueba su desinterés contribuyendo a los gastos con dinero de su propio bolsillo. (Cfr. Corona, número 112.) »En 336 le fue propuesta por Cresifonte una corona de oro «en atención a su valor y dedicación que siempre mostró para con todos los griegos y particularmente para con los atenienses, y aun porque en palabras y en acciones procuraba siempre lo que era mejor para el pueblo, y estaba dispuesto á hacer, para el futuro, todo el bien que pudiese», (Corona, núm. 154.) «Esquines, en su discurso contra Ctesifonté, impidió la ratificación de esta propuesta aprobada ya por la bule. Siete años más tarde se defendió Demóstenes a sí mismo y a su admirador, pronunciando, su mejor obra A favor de Ctésifonte u Oración de la corona. Este discurso encierra la justificación más completa de su vida y de su- obra. Ya bajo el dominio de Alejandro, el orador reafirma y sintetiza, por última vez, el ideal patriótico que vivió en toda sü carrera política. Es así como V. Aparicio, «n un notable estudio sobre Démosteles, coordena lógicamente las ideas del orador: _ «La misión de Atenas en el pasado fue dirigir a los pueblos de Grecia, manteniendo su hegemonía. Mas Atenas prefirió siempre vivir pobre y. morir a re- REVIS'ÍAS nunciar a su libertad y a su misión. Cuando debíamos cumplir de nusvo esa misión, he ahí que nos la disputa Filipo. De nuevo la alternativa: o vivir esclavos de un bárbaro, tal vez con bienestar y abundancia, o luchar hasta la muerte defendiendo nuestra libertad. Fue lo que hicimos en Queronea. «Os aconsejé, atenienses, ser fieles a nuestra misión y a nuestros antepasados. Hice todo lo que humanamente podía para vencer. La suerte nos fue adversa. ¿Nos equivocamos por eso? No, atenienses, no os equivocasteis. ¡Yo os lo juro por nuestros muertos.de Maratón y de Salamina, por • todos ios héroes que yacen en los monumentos de la ciudad! Todos son coronados, vencedores y vencidos, no porque vencieran, sino porque lucharon bravamente por' la patria, ofreciéndole sus vidas.» (F. Aparicio, S. J.: Demóstenss: La primera filípica, pág. 30.) Cádiz, .1943.) »Demóstenes ganó la causa. Esquines, derrotado, se exiló voluntariamente para Rodas, donde abrió escuela de elocuencia. Cuéntase que, recitando en presencia de los alumnos su discurso «contra Ctesifonte» (contra Demóstenes), éstos, atónitos, le preguntaron cómo fue posible perder la causa. La respuesta del maestro fue leerles el discurso de Demóstenes. Te*, minada la lectura, todos bajaron los ojos en señal de comprensión. Entonces, Esquines concluyó con la sentencia famosa: «Qué haríais si oyeseis a la propia fiera.» (Plipio, II, ep. 4. Confróntese Latino Coelho, ob. dt., pág. 7.) Es que Demóstenes, en sus discursos, es fulminante como el rayo e impetuoso como el torbellino en el vendaval. No conoce tranquilidad ni frases adocenadas. Nada más irregular ni más contrahecho que el período demosténico: Pero también nada más trabajado, más repensado que sus frases cuajadas de ideas reclamando la más urgente transición ai acto. Esquines, con labios inyectados de alevosa.malicia, lo criticaba por sus discursos oliendo a «aceite de candela»; insinuaba así las largas vigilias que el orador gastaba en componerlos. Demóstenes aprendió en la escuela de Tucídides; heredó del maestro el estilo viril, nervioso y sádico que constituyó el encanto mágico de sus arengas. Cuando discursea es espada de dos filos que devasta impiadosamente el ar689 R3VISTA. DS REVISTAS busto enmarañado del raciocinio, en marcha rectilínea hacia el fin. Si no puso la claridad metódica de plano bien trazado, que caracteriza a Esquines, lo supera ea la lógica, en la unidad y en la vehemencia con que hace resaltar la idea central del discurso. «Otros oradores- pueden hablar bien; Demóstenes tiene" razón», escribió La Harpe. Y, de hecho, lo que más nos arrebata y seduce en la elocuencia del mayor orador griego es la convicción con que persuade, el arrojo y la sinceridad con que emite sus opiniones, sin recelo de herir la sensibilidad del auditorio, al •cual solamente pretende ser útil. En la Filípica IV, en un párrafo de •exhortación y de mal disfrazada censura, incita a los. atenienses a atacar a Filipo: «No os avergoncéis si, teniendo oportunidad, no os atrevéis a infligir a Filipo los males que él os infligiría si pudiese. Percataos bien de esto, atenienses, que ahora debéis escoger, si queréis combatir en territorio macedónico o si preferís •que Filipo os combata en el vuestro. Si Olinto resiste, es cierto que pelearéis en la Macedonia y arruinaréis a Filipo, pudiendo cultivar, sin miedo, vuestros campos. Si, por el contrarió, Filipo conquista la ciudad, ¿quién le impedirá el avance hacia acá? ¿Los tóbanos? De buen grado se unirán a él por no decir cosa peor. ¿Los focios, que ni capaces serán de sustentarse sin vuestro socorro? ¿Quién inás podrá detener a Filipo?» {Filípica IV, edición de Auger O. C. de Demóstenes et d'Eschina, tomo I, página 512, París, ¡1819.) La vehemencia redobla en la Olintíaca I I I : «¿Qué tiempo, qué ocasión queréis mejor que la . presente? ¿Cuándo cumpliréis vuestro deber si no lo cumplís ahora? ¿No estén ya todas nuestras fortalezas en poder de ese' hombre (de Filipo)? Y si él se apodera de esta ciudad, ¿no vendremos nosotros a sufrir las peores humillaciones? ¿No están, -por ventura, en guerra aquellos que os prometimos salvar si tomaban las armas contra Filipo? ¿No es el enemigo nuestro? ¿No robó lo que nos pertenecía? ¿No es un bárbaro digno de todo el desprecio?» (Clintíaca III, mim. 16.) • A veces le obligan a tener destellos de nobleza y de intrepidez a toda prueba. •En la oración de la corona se vueíye para los jueces y desafía la propia conde690 . nación: «Si os parece, jueces, que soy un criminal, como Esquines me acusa, no soportéis más mi voz, levantaos y con•denadme ya.» (Corona, núm. 6.) •Demóstenes podía , enorgullecerse da sostener su conducta política, porque en toda ella sólo ambicionaba una cesa: servir a la patria, reintegrándola en la dignidad y esplendor de antaño. Ojalá triunfen los intereses comunes fue el vo- to que formuló en el final de la primera Filípica. Este mismo" voto lo repitió, con pequeñas variantes, en la peroración' de la Olintíaca I y de la. Filípica III. Era el ideal que le encaminara, con rumbo certero, los pasos accidentados de su carrera política. La elocuencia fuá el arma que sirvió ese ideal. »En Demóstenes, elocuencia y patriotismo trabaron, tan íntimamente asociados, las duratas batallas de la bema Tñ. buna ateniense, que es imposible comprender el ideal sin sopesar la espada que los sirvió, 'como imposible es también aquilatar el temple de esa espada sin tomar el pulso al brazo que la manejó. _»Demóstenes se batió hasta la muerte por la libertad. nacional. Cuando en _323 corrió la noticia de la muerte de Alejandro, Atenas sintió la necesidad de su elocuencia vibrante para animar el movimiento de coaligación de las ciudades griegas. Demóstenes, exilado ea Egina, acudió prontamente a la llamada de la patria y entró triunfalmente en Atenas entre las -aclamaciones del pueblo. _r , »Mas ya no fue posible efectuar la unión de Grecia. Antipáter, yencedor, _ sacrifi. có a los oradores patriotas. «Hipendes fue atormentado. Demóstenes logro huir, pero fue apresado en la iéa de Calauna. Refugióse en el templo de Neptuno. Amenazado por Arquias, jefe del pelotón, pi' dio ajgunos minutos para escribir, .mordió nerviosamente el estilete, sorbió _eveneno en él preparado y cayó por tierra al avanzar hacia los enemigos (octubre 322).» (F. Aparicio, obra citada, pagina 32.) . »Atenas se persuadió de que, si las espadas de sus generales hubiesen temao la temperatura de la elocuencia de LJC móstenés, nunca habría inclinado la ireute al yugo humillante de Macedorua. J?ue la que grabó, en REVIStA DE REVISTAS REVISTAS Sazón y Fe. Revista hispanoamericana de cultura, publicada por los Padres de la Compañía de Jesús.—Madrid. Tomo 134, núm. 587, diciembre 1946. CERECEDA, S. J.} E.: El diálogo Menéndez Pidal-Brandi-Rassow sobre la idea imperial de Carlos V. (Págs. 411-427.) Nuevas notas del autor, que tercia por segunda vez en la polémica—lo hizo ya otra vez en el año 1942 en esta Revista— entablada entre nuestro Menéndez .Pidal y los germanos Brandi y Rassow acerca de cómo se formó la idea que tuvo .Carlos V del Imperio. La prioridad de la idea imperial de Carlos V concebida como misión 'trascendente de orden católico—y no como hegemonía puramente política y económica—se debe a sus inmediatos antecesores—sus abuelos maternos—en el trono de España. Los Reyes Católicos son los verdaderos promotores de esa idea imperial. Para Brandi y Rassow, la idea imperial le vino a Carlos V a través de su canciller el piamontés Gattínara. Menéndez Pidal .sostiene, por el contrario, que el padre de esa idea imperial fue. el burgalés y obispo de Badajoz y Patencia, Ruiz de la Mota, que la expuso en su discurso pronunciado en las tormentosas Cortes de La Corana de 1520 para tratar de atraer—como lo consiguió—a la causa del Emperador, que pretendía ir a Alemania a coronarse, a los recalcitrantes Procuradores españoles, que no veían con buenos ojos tales pretensiones imperiales. • Para Ruiz de la Mota, España debía ser el cogollo de aquel Imperio cristiano que entonces necesitaba Europa para salvar la crisis. Carlos V se hace con la idea de Mota y la sostiene luego en la Dieta de Worms, frente a Lutero, y en sus cartas polémicas con el Papa Clemente VII. Así, Menéndez Pidal. Los doctos historiadores alemanes arriba citados volvieron sobre su tesis y vieron en la educa- ESPAÑOLAS ción borgoñona de Carlos V la raíz de sti idea imperial^así, Brandi—o en la escuela de intrigas de Maximiliano—abuelo de Carlos—por hacer hereditaria en su linaje la corona del Imperio—así, Rassow. •Se hace eco el articulista de las reservas formuladas a esta tesis por los profesores españoles Antonio Ballesteros y Ramón Carande. Añaden éstos otro elemento a los antecedentes hispánicos de la idea imperial de Carlos V, a saber: las pretensiones y luchas por aquella dignidad llevadas a cabo por nuestro Alfonso X (Ballesteros), y el dominio del Alediterráneo por la corona de Aragón, sobre todo, por Fernando él Católico (Carande), confirmado este último extremo por el libro de José M. a Doussinague sobre La política internacional de Fernando el Católico. El' articulista dice como colofón a estas teorías que «resulta perplejo señalar la victoria y atribuir el triunfo absoluto y sin reservas» a una de ellas. Dice Cereceda que ac3so la idea imperial, en lo que tiene dé ansia, de periferia, sea de Gattinara; «pero que su práctica y ejecución ecuménica y espiritualista, como la realizó Carlos V, era eminentemente española». E insiste en que, inclu-» so en lo que tiene de territorialidad esa idea de imperio, pudo deberse a los españoles Mota y Guevara; para ello analiza el discurso de aquél en las Cortes coruñesas de 1520, que coloca a España como sdde del futuro imperio a que aspira el joven Carlos. Recuerda el obispo Mota los antecedentes hispánicos imperiales de Alfonso X de Castilla y Alfonso V de Aragón. En ese mismo discursó se trae a colación, antes que lo hiciera el propio Hernán Cortés, en 1522, el hecho del Nuevo Mundo como proyección del na„ ciente imperio español. Señala, asimis- ' mo, en ese discurso Mota el carácter cristiano de tal imperio. En apoyo de esta originalidad de Mota, arguye Cereceda con el carácter de gibelino retrasado de Gattínara, menos despierto de enfoque histórico actualista que el consejero burgalés. Gattinara3 como buen erasmista3 699 REVISTA BF, REVISTAS soñaba en tma reforma de la Iglesia a través del Emperador y con la resurrección de su patria, Italia, a través de ¡a anfictíonía imperial. «Gattinara no fue el único ni el principal» entre los que decidieron a Carlos V a su empresa imperial. Puesto en el camino de hallar antecedentes españoles a la idea imperial de Carlos V, Cereceda les encuentra en el italiano españolizado Mártir de Anglería —de la intimidad de nuestros Reyes Católicos—que en su epistolario con el joven monarca le recuerda insisíemente el buen ejemplo de sus abuelos Fernando e Isabel. Siguiendo, aunque con reservas, a Wiffen, en su obra sobre nuestro erasmista Vaídés, da a Anclaría como sembrador de la idea en el ánimo de Carlos, aunque- no directamente, sino a través de Gattinara y del propio Vaídés, a. quienes colocó en la Cancillería como secretarios y consejeros. Se refiere también Cereceda al ^creciente influjo, a partir de 1527—:saco de Roma—, que cerca de Carlos V adquieren los Consejeros de nacionalidad española, sobre todo Guevara, lo que da como resultado la franca formulación de la idea imperialista a la española, lanzada por el ya Emperador én las Cortes de Madrid de 1528. En esa ocasión no pudo por su ausencia y enfermedad ser asesorado por Gattinara. En el discurso pronunciado en tal sazón, Carlos V declara como objetivo suyo «desarraigar las herejías y reformar la Iglesia», de acuerdo con- el Papa y con el Concilio. Rechaza Cereceda la opinión de Américo Castro sobre este discurso y sobre su posible autor o inspirador, Guevara. Sobre la oposición que Carande señala ' entre el pueblo español ,y su rey acerca de la empresa imperiaí, Cereceda admite que, si acaso, 'esa oposición prueba el realismo español frente al quijotismo de Carlos, explicado porque el pueblo español era el que financiaba' toda la carga del Imperio. Esta financiación dio al traste con la economía española, sacrificio por Europa — por su unidad—con el que probó nuestra patria el móvil puramente espiritualista que la movía. En igual sentido, trae Cereceda el testimonio de Alfonso de Cabrera: «Considerad que entre los príncipes cris' tíanos, sólo el nuestro hace la causa de Dios; los demás, cada cual la suya»..«Todo cuelga • de ' su cuidado y provi700 dencia». «Ha de c hacer rostro a toda morisma, ha de acudir con socorros a Hungría, Bohemia, para lo de Alemania, sustentar guerra en Flandes, resistir a Inglaterra, componer lo de Francia» «¿Para qué, pues, no nos toca?» «Para que no hagan na rey hereje que acabe de destruir' la fe de aquel reino y con ella la del nuestro que está vecino.» Pero la idea del imperio indiano, a la mente de Cortés, no entró en. la idea de Carlos V. Para éste, como para Mota, «emperador era rey de reyes», y por eso' sólo se llamó rey de España y de Indias. Luego el imperio de Carlos V era aún el medieval de la Cristiandad europea. Carlos V—dice Rassow—no procedió con un criterio de exploración colonial de las Tierras Nuevas de América, sistema que habría sido «el sólido fundamento. del imperio español' en correspondencia con la moderna idea del Estado».—(B. M.) . Tomo CXXXV, fase. 1, núm. ¡88, enero 1947. - GUIÓN : El nivel de la vida popular f la reconquista técnica de España. (Pa" ginas 1-12.) En la actividad .política hay cosas que pueden ser ficticias durante mucho tiem-e po, tal vez indefinidamente, y cosas q" se presentan con carácter de perentoriedad. Las recientes medidas presupuestarias de Francia (cincuenta rml funcionarios devueltos a la productividad nacional, reducción a la mitad de los gastos , militares...) hacen pensar en esto. A nosotros se nos viene repitiendo en discursos y declaraciones que la España actual ha heredado una economía fundamentalmente viciada. La hora de desengañarse debió ser siempre, y sigue siendo, cualquier hora. . j El doloroso problema del bajo mve» de vida, en amplias, zonas populares,! viene sintiendo España como una espina infectada en las almas más nobles »«£do el nivel de vida la última w de un mundo complejísimo de cotidianas, no conviene olvidar que cene carácter de sanción. Sin embargo, conviene aclarar que no está motwado p « insuficiencia económica fatal m mucho menos. Por lo que toca a la base ma- REVISTA DE REVISTAS tetial dijo • Cambó que la economía española es modesta, pero, completa. Por lo que toca' a las personas, hay quien insinúa que nuestro temperamento nos predispone poco a la alta técnica, pero nosotros creemos que esto es un tapujo para sacudirse responsabilidades educati. vas. La aparición y desaparición de civilización nos demuestra que no existe una ingénita capacidad para crearlas y sostenerlas. El problema de la técnica desemboca en el del nivel de vida, así como el nivel de vida desemboca en la política. Nosotros quisiéramos ver a las clases obreras robustamente conscientes de su dignidad y función social, no sólo ante Dios, sino también ante los hombres, tan atentos a sus derechos como a sus debereáj sosteniendo todos juntos una presión eficaz y constante para la mejora de su suerte dentro de. lo posible, y sin dejarse intimidar por nada ni por nadie. Ahora bien,-para tocar a más, para que . exista esta mejora, hay dos soluciones: o que seamos míaos o que «haya más cosas». Y como aumenta la población, razón doblada para que se hagan más cosas que poder repartir. Tenemos los españoles una balanza exterior de mercancías desfavorable. Nuestra realidad económica es la de que no ' sólo somos pobres y vivimos mal, sino que existe el peligro de que' se acentúe nuestra pobreza, de no enderezarse el rumbo de la economía nacional. La crisis mundial de 1930, el advenimiento.de la República con sus distintos paraliza- . dores, la guerra civil con su secuela incansable de males económicos, y, por si fuera poco, la guerra -universal y la postguerra han acrecido el mal. A pesar de todo se ha llevado a cabo una reconstrucción por muchos conceptos admirable. Pero remediar «na situación endémica no es obra de pocos años. Sobre todo si la población no-auna su esfuerzo a ia labor reconstructiva. Las exportaciones y concesiones a Compañías extranjeras son una de las causas que más aprietan • el dogal económico. Pero en esta lucha por la vida se tiene siempre lo que se merece. Con clases dirigentes ineficaces © claudicantes y con un pueblo económicamente ineducado no se pueden hacer milagros. La solución es no gastar lo que no tenemos y aumentar la producción dé bienes. Hay que incrementar el número de españoles dedicados a empresas y funciones productivas y aminorar el de los que trabajan en actividades burocráticas excusables. Las ideas básicas de este resurgimiento son las siguientes: i. 0 Ha sonado la hora de las masas en el mundo y es- imposible sustraerse a Tin imperativo social que, no sólo nos imponen altas razones morales, sino que lo urgen amenazadores instrumentos mundiales de coacción. O tenemos .a las masas con nosotros, o nos hundimos. 2.° Si Kspaña tiene una misión ecuménica que cumplir, hoy día esa misión tiene un cauce obligado: «lo social bajo el signo del cristianismo». Esto no se logra sin un .gran sacrificio de todos. 3.0 Hay que producir un aumento del rendimiento nacional en. todos los órdenes. Más y mejor industria; más y mejor agricultura; más y mejor comercio; más y mejores -transportes, y, finalmente, má.s compensación y honradez profesional. Estas verdades tenemos la satisfacción de verlas defendidas, como se comprueba todos ¡os días, por los altos dignatarios de la nación. Por falta de claridad de ideas no quedará. Quiera Dios que no nos falten técnicos para poder ejecutarlas.—(I.. R.) • PÉREZ S. I., Quintín: Un libro sensacional de García Atórente. (Págs. 1227.) En estas páginas el padre Quintín Pérez nos da una breve e interesantísima noticia del diario escrito por García Morente en sus Ejercicios Espirituales de preparación para las Ordenes menores. Todo diario íntimo de un convertido, tiene valor inestimable para el conocimiento de la vida y de los verdaderos e íntimos resortes de la acción de !a Gracia sobre ella. En este caso particular, por la notoriedad de la figura tiene este libro acusado' relieve y ejemplar eficacia. En tres apartados esenciales divide el padre Quintín la arquitectura de este libro. En el primero, «valor crítico», son recogidos los aspectos íntimos confesionales, donde retrospectivamente enjuicia el señor Morente su propia vida en el plano anterior al de su conversión. En el segundo, «valor apologético», se 701 REVISTA DE REVISTAS recogen algunas bellas muestras de sus meditaciones sobre el Infierno y eí Nacimiento de Dios nuestro Señor, subrayando el distinto carácter de ambas meditaciones y la fe sencilla, ingenua y arrebatada con que el autor los expone y los siente. En el tercero, «valor autobiográfico», se incluyen unas cuartillas de singular interés en que el autor nos va trazando su autorretrato al través dé una serie de interiores o perspectivas anímicas, escritas con aguda penetración y hondo fervor y desasimiento de sí. Tanto por su valor objetivo como por el trasluz de la vida interior que refleja, se nos hace desear con este extracto el conocimiento íntegro del libro que por razones comprensibles no ha sido aún dado a la estampa. El nos define cómo era y cómo quería ser García Morente, si tiene algún valor la palabra que el hombre, a solas consigo mismo y con Dios, se dice en el momento de máxima sinceridad que tiene un alna.—(L. R) MOLINA Y MORALES, Roberto: Conme- morando él IV centenario de la Fundación de la ciudad de San Salvador. (Págs. 28-33.) Con una comprensión poco frecuente del hecho misional y conquistador, muy digno de estimación y agradecimiento, nos relata el autor la conquista de Cuscablan, la tierra de preseas, descubierta en 1522 por Andrés Niño, piloto de la armada de Gil González Dávila. Combatiendo aseveraciones anteriores con abundancia de documentación, afirma que la fundación de San Salvador efectuóla don Diego de Alvarado de orden de su primo don Pedro a principio de 1525, en el lugar que posteriormente fue denominado «La Bermuda» y allí permaneció, hasta su traslación, veinte años más tarde, al valle de Quezaltepeque, conocido luego por el valle de las Hamacas. Por cédula del Emperador Carlos I, de primero de octubre de 1547, se confirma que el establecimiento de San Salvador, núcleo de la nacionalidad de la República, fundado -en la comarca de Juchitote en abril de 1525, se trasladó, con licencia de la Audiencia, al valle de Quezaltepeque, en el cual permanece, antes del 20 de julio de 1545. 702 Al poco tiempo fue puesto de mercado, emporio de comercio, centro de industria y de importante riqueza agrícola. Desde ella se llevó a cabo la cristianización de los naturales. Primero los frailes dominicos y luego los franciscanos y mercedarios, transformaron la provincia en un templo, dentro del cual conquistadores y conquistados adoraban al mismo Dios y le rezaban en la misma lengua. La Real cédula por medio de la cual se intituló ciudad a la villa del Salvador,, fue concedida a 27 de septiembre de 1546 por Carlos I, Emperador de Europa.—(I,. R.) Tomo CXXXV, fase. II, núm. 389, febrero 1947., GUIÓN: El gran pozo. (Págs. 97-191.) «El doctor Lauro Cruz Goyenola, conocido izquierdista y rusófilo (que fue), del Uruguay, de vuelta de Moscú, donde fue agregado a la Legación Uruguaya, escribió un libro cuya materia se refiere al año 1944, aunque se publicó en 1946En él refiere que se puso , en contacto con los españoles allí refugiados y le contaron el caso de un español que había llegado a pie, desde Madrid a Moscú, como a la Meca de sus ansias e ideales, atrayesando para ello la España de Franco, la Francia de Pétain y la Alemania de Hitler, huyendo varias veces de ías prisiones. En la colonia española fue muy comentado tal ejemplo de tenacidad en entrar allá, que de buena gana dañan ellos en salir, si el menor rayo de esperanza no estuviera excluido de antemano; y decían: «Escapó de Franco, de Pétain y de Hitler; pero lo que es de Stalin, de ése sí que no se escapa.» Uno de los refugiados, que cuando hablaba en voz alta recitaba los tópicos 011-e ciales, en un momento oportuno se * acercó y le dijo en voz baja, con profunda desesperación: «En buen pozo hemos caído.» Ni siquiera el derecho ai pataleo. En las primeras oleadas de et>pañoles que llegaron había cierto numero que guardaba todavía esa recalcitrancia que hace de cada español un monarca. ¡Infelices! No podían aportar cosa mas. inoportuna: al cabo de poco habían desaparecido todos como por escotillón y R.EVISÍA DE REVISTAS nadie después ha sabido qué fue de ellos. »De los que han sobrevivido (salvo siempre los explotadores), la mayor parte son de dos clases: Primero los aborregados—de grado o por fuerza—, los definitivamente aplanados por la inconmensurable soledad de sus posibles gritos, sin más eco, a lo sumo, que represalias y cuáles: como moscas fatigadas en medio del océano, tienen un sentimiento infinito de su significación. Y luego están los abyectos, los que vendieron al Leviatán policíaco hasta el último reducto de sus almas, incluso contra sus compatriotas: los espías incondicionales. Estos últimos pueden vestir y comer mejor, hasta el punto de que, en la universal mediocridad, fría y mugrienta, en que todos viven, cuando se ve alguno en mejores condiciones es-tenido por los demás como sospechoso. «Aquella burocracia de dimensiones galácticas, que por todas partes les envuelve y maneja, es una situación que a los no acostumbrados deja como atontados; es algo que. sobrepasa de tal modo al individuo, que, incluso, parece indiferente que se suicide o se entusiasme. Los lusos, según buenos conocedores, han vivido siempre así, lo mismo con los zares que con los comisarios del pueblo. Su vida discurre como la de las hormigas, como si ni siquiera imaginasen el principio ni el fin de esa cadena del destino, • entre cuyos eslabones nacen, penan y mueren. Ese es su clima político, cuajado e inconmovible como los hielos eternos. Lo que allí se mueve y rebulle con estridencias • que resuenan en el mundo más o menos, es la oligarquía de los explotadores. El pueblo sigue siempre lo mismo, si no peor. La diferencia entre los unos y los otros es la que va del conductor, confortablemente sentado en el .pescante del camión, a los borregos hacinados en él. »Es ingenuidad querer negar las gfandes._ realizaciones materiales del régimen soviético: lo que hay que ver es a costa de cuánta dignidad humana se han logrado. El caso de las pirámides d-e Egipto, según dicen las historias. Que los rusos, por temperamento, por tradición multisecular y por la contextura y dimensiones de su nación se presten bien .a ese procedimiento ganadero, trabajo nos cuesta creerlo; pero, en fin, dejamos un buen margen para eso que dicen del alma eslava y oriental. Lo que no conviene olvidar es que, una Policía bien organizada y armada y sin más regla que la eficacia última, puede acobardar a todo un pueblo sorprendentemente. Hay ejemplos de ello. Sino que estas cosas toman en aquellas latitudes unos rasgos tan cínicos y un cálculo tan glacial que estremecen. »Por eso los occidentales que han ido allá, con esa conciencia tan hipertrofiada de su yo, si no son capaces de olvidar lo que fue su vida, de apagar su temperamento, de diluix su personalidad en ese magma de muchedumbres vasallas, no se puede menos de pensar sino que han caído en una especie de infierno, incluso con su característica exasperante de la irreversibilidad. Lo que decía aquél: «¡En buen pozo hemos caído!» »Las revoluciones no son cosas en provecho-de las masas, sino de los dirigentes de las masas. Esos sí; esos saben que lo tendrán todo, y por eso se apoyan unos a otros. Cuando el pueblo se percata del juego es siempre demasiado tarde, y entonces es. peligrosísimo reclamar y exigir cuentas. Nunca la tiranía es tan dura como cuando la ejercen los iguales. Anuncian que van a suprimir •las clases, que sólo habrá una clase con derechos iguales para todos. Léanse las notas del viaje del doctor Cruz Goyenola y se tendrá espanto para muchos_ días. La alimentación, el vestido, la vivienda, varían muchísimo según la clase, auténticas clases, con un favoritismo desenfrenado, que se han creado: los altos jefes del Ejército, los altos administradores de la industria, la Policía, los periodistas, los espías... Todos estos tienen comida abundante y, por añadidura, son los únicos invitados a los continuos banquetes con que se celebran opíparamente «las fechas patrias». Entre tanto, el pueblo, en la mayor penuria, con salarios muy bajos, impuestos agobiadores y «contribuciones voluntarias». Esto último merece especial mención. El jefe político de la fábrica convoca a los obreros y les lee una declaración que ha redactado, según la cual los trabajadores de Ja fábrica tal, conmovidos por tal o cual noticia, resuelven contribuir a tales o cuales gastos con tantos jornales o tantas horas extraordinarias. 'Se acaba con los consabidos vivas a Stalin e inmediata703 REVISTA PE REVISTAS mente pregunta si alguno se opone.. El silencio que invariablemente sigue se interpreta como conformidad unánime. La conformidad de los muertos.; De los muertos de miedo. Sólo podría pensar en oponerse—dice Cruz Goyenola—quien desconociera en absoluto el régimen soviético o estuviera ya hastiado de la vida. »Según los cálculos más optimistas, el número de comunistas es tan sólo de uno y medio por ciento. En 1939, según la estadística oficial,' era' menos del uno por ciento. Y eso no sólo no se oculta, sino que hacen profesión expresa de que no quieren turba-. La entrada en el partido es muy difícil, y de cuando en cuando hacen esas jmrgas drásticas e implacables facilitadas por un espionaje interior, del que toda exageración se queda corta. Esto es muy de notar, porque es táctica diametralmente_ opuesta a lo que propugnan en el exterior, cuando por estar en período de conquista del Poder necesitan votos. Una vez implantado el comunismo, todo cambia. La cosa está muy bien estudiada, y se puede asegurar que no falla. Eso de fallar es achaque de los sistemas políticos, que se plagan de frases.-Con frases bonitas estamos viendo cómo en diversos países se están liquidando vergonzosamente magníficas herencias del pasado. Fenómeno típico,- si hay alguno, de la degeneración vital. »Tbdo esto y otras cosas de orden internacional de las más inquietantes, están atestiguadas por tantas personas y tan calificadas, que, para no creerlo, se necesita ser... (renuncio a poner el calificativo). O estar emborrachado por algún estupefaciente doctrinario, 'mezclado, generalmente, con untó de Méjico. El autor del libro que citamos comenta particularmente lo extraño de la credulidad o incredulidad para con esos testimonios. Es cuestión de tener partidismo, o no. Contra esa cerrazón se estrellan las evidencias . más perfectasv Por eso el priihef capítulo de la obra se titula «Mi persona». Todo el libro respira una sinceridad absoluta y una conciencia cuidadosa de no decir lo que no está bien, verificado, aunque muchas veces bastante tiene con transmitir lo que estaba a la vista de todos. Lo vio con dolor, porque su rusofilia era inveterada y ha- • bía ido a Rusia para poder desmentir 704 propagandas partidistas, no por otra razón, sino por su acendrado amor al pueblo, independientemente de todo partidismo, y por considerar' a Rusia como el paraíso del pueblo, la máxima realización del pueble. Se comprende que de •una ilusión como esa nadie cae a gusto, sobre todo si es de tan alto y tan vertical y tan indispensablemente. Al volver al Uruguay no deja de expresar su temor de que haya quien, al leerle, diga Jo que tantas veces había dicho él en casos parecidos: «¡Propaganda malévola!» No sin cierta resignación parece tomar esta actitud: «No he dicho nada. Si en este endiablado asunto es fatal el tener que verlo y palparlo para desengañarse, vayan allá si pueden; pero... un consejo de amigo: vayan de forma que aseguren el poder volver. No digo más.» »Los diplomáticos están mantenidos en • riguroso aislamiento . y rodeados de espionaje, recurriendo a los métodos más supermodernos para .sorprender los momentos de intimidad. Claro que los, qué pueden se ingenian para romper el cercó, no sin riesgos. Cuando las Embajadas extranjeras necesitan personal del país, tienen que pedirlo a un organismo oficial, que, naturalmente, les manda espías de primera clase. Del embajador inglés se cuenta que 'devolvió uno diciendo al referido organismo que1 le mandasen otro de mejor oído, pues el que tenía necesitaba aproximarse tanto, que le echaba el aliento en el cogote. Respondo —dice Cruz Goyenola—que si non i vera, ében trovato. Todos los diplomáticos estaban de acuerdo. Aun ciertos tristes1 servicios a las pasiones humanas son al» severo monopolio policíaco. Cuando llega algún diplomático nuevo, luego se lo avisan sus compañeros. Podrá haber algunas excepciones clandestinas, para confirmación de la regla, pero tienen que ser muy clandestinas. Una indiscreción cuesta a Ja infeliz el ir a .Siberia, o prostituirse dos veces si lo prefiere, vendiendo su alma a la Policía. El pueblo ruscestá tan escamado de lo que cuesta ei visitar a los diplomáticos, que huyen a ellos como de apestados. Ni pueden poj nerse en contac.to con el extranjero, ni mucho menos salir del país. í>olo cortadísimos funcionarios, y ésos por ser " la trinca explotadora y estar interesados, espiados y amenazados: gente segurísima. Aun así, de cuando en cuando la REVISTA DE HBVISXAS sinceridad humana y la dignidad pueden más y oímos hablar de funcionarios de Washington o de Méjico que huyen de sus puestos. »Las grandes naciones democráticas conocen muy bien este terror total y este portentoso hermetismo de un territorio tan inmenso, con tantos millones de habitantes. ¡Fenómeno excepcionalmente grave! Los departamentos de Estado de todos los países, así como los Estados Mayores de las grandes potencias, están seguramente documentadísimos sobre ello, y comprenden que cosa tan extraordinaria no puede tener causas o razones baladíes. Conocen, por -otra parte, la presión descarada en todos los frentes de un imperialismo que no es nuevo en el mundo, el imperialismo eslavo-ruso, que ahora se apoya, con superior táctica, sobre el mito de Ja redención proletaria y quintas columnas que minan todos los países. »Pero dirá alguno: ¿A qué contar por enésima vez lo que todos sabemos? »Nada más que para poder estampar —también por enésima' vez—esta pregunta: »¿Es posible que las naciones responsables de la marcha del mundo actúen como actúan sabiendo todo esto? »Esta pregunta se repite y se repetirá millones y millones de veces, y no se agotará el asombro, la perplejidad y la angustia: ' »¿Es posible?».—(E. M.) el libro de Guisa y Azevedo encuentra en los Nibelungos y en el héroe nacional germánico Arminio, así como en la rebelión de Lutero y en la escisión íntima del pensar y el ser de Kant, y luego en Marx y en la moral del superhombre de Nietzsche, una monótona repetición del mismo motivo fundamental: el hombre alemán al servicio de! Estado alemán., desaparición del individuo ante el Estado. Igualmente el referido autor achaca al germanismo todo lo que de reprochable y anticristiano pulula en las parcelas de nuestra sociedad moderna: Rousseau y la Revolución francesa, el Imperialismo de todos los tiempos, el hedonismo de la vida y el judaismo, «porque Alemania e Israel son, casi casi, lo mismo». Sin embargo, dice el articulista, no se trata de un libro, coma otros tantos, • en que tan pródiga se ha mostrado siempre la literatura oportunista, dedicados a denostar a la Alemania vencida, pues está escrito cuando aún la victoria sonreía a Hitler. El libro defiende que la civilización occidental está especialmente representada por España y su Caudillo. Añade que los aliados, aunque maleados y enfermos «1 la misma medida en que han aceptado la influencia germánica, representan lo que nos queda de civilización cristiana. Civilización que radica en el espíritu y.'no se esclaviza a éste o a otro invento, a ésta ni a otra comodidad. «La plebe mejicana, por su catolicismo y tradición española, es más civilizada que el pueblos tan lleno de comodidades, de los Estados Unidos.» Esta civilización es nacioSÁENZ DE SANTAMARÍA, S. J., C.: Hispanidad y germanismo. (Págs. 147-150.) nal en Méjico desde que la recibió de España: lo nacional en Méjico está en Comentario acerca de un libro de Je- «nuestro catolicismo español, nuestra culsús Guisa y Azevedo sobre Hispanidad tura española y nuestra lengua». Y cony germanismo, recientemente publicado tinúa: «no es traición a la patria mejien Méjico. En torno á Méjico y al mun- cana, sino todo lo contrario, encontrar en do hispánico, dicho libro—dice el articu- la España de hoy la España popular de lista—enjuicia los acontecimientos de la que procedemos». Remacha su concepto guerra, que dejan de ser episodios y se así: «somos los pueblos hispanoamericaconvierten en inmensa lucha entre el nos y España una cristiandad dentro de Occidente cristiano y el germanismo. El la cristiandad, somos un matiz de lo caautor del libro cree encontrar en Alema- tólico». Entra en el concepto de- la hisnia y en el germanismo la raíz última panidad en- estos términos: «Imperio es del catastrófico conflicto. En contrapo- voluntad, no de dominio gratuito de los sición al español y al católico, que va- • demás, sino de deber y servicio; Espalora en su justo precio la d-gnidad per- ña es católica, y el catolicismo del essonal del hombre, el germanismo la me- pañol—individuo, institución o Estado— nosprecia subordinándola a la única rea- tiende, forzosamente, a ser tmiversal; eslidad : Alemania. Añade el articulista que to y no otra cosa es la hispanidad, que 705 REVISTA DE BÜVISIAS es lo que se empeñan en no entender algunos norteamericanos». La civilización -española e hispanoamericana la ve Guisa y Azevedo reflejada en el Quijote de Cervantes: «el contenido del Quijote es la sustancia misma de nuestra alma». Se define el autor del libro como yancófilo, y ante la objeción del que pudie-* xa acusarle de inconsecuente por defender conjuntamente a los aliados y a Franco, frente al germanismo, se explica así: «Franco no está con Alemania, ni puede estarlo, «porque es, ante todo, un catóJico que quiere y busca un listado católico, que de veras respete al hombre; entre Franco y Hitler podrá haber de común el aspecto del autoritarismo, pero Franco es católico, un católico ferviente y práctico que dirige un movimiento de restauración católica, y Hitler es pagano». Por último, añade Guisa y Acevedo: «el pueblo español no ha ido a la guerra porque no ha querido; la neutralidad de España le ha servido, y sirve, más a la causa de ios aliados que a la de Alemania». Espera que de esta lucha surgirá un orden nuevo, que, o no será, o se fundará en las sólidas bases del catolicismo. «Este orden—continúa—ha comenzado en Franco, aunque no lo quieran los politicastros refugiadetes.»—(B. M.) Tomo 135, fasc^ 3, núm. 590, marzo 1947GUIÓN: Remordimiento pertinaz: Polonia. (Págs. 197-199.) Todo el mundo civilizado ve con claridad meridiana que en los países orientales de Europa no existe libertad democrática, y que la campaña de las elecciones se efectuó con un completo desprecio de los derechos más elementales, así de los individuos como de los grupos políticos, bajo violentas presiones adminisírativas y, en muchos casos, bajo un terrorismo político arrollador. Es 'imposible, sin embargo, percatarse plenamente de lo que pasa tras la «cortina de acero», donde campa por sus respetos la U. R. S. S. El articulista destaca la contraposición enorme que existe actualmente entre la manera de ser del pueblo polaco—católico y con un apasionado amor a su patria—y los métodos que 706 le han sido impuestos por su vecina del Este. Polonia tenía todos los motivos para creer que el cese de hostilidades significaría su regeneración y su libertad, tantas teces prometidas por los aliados en declaraciones y convenios. Pero la realidad cruda es que «se han tomado determinaciones internacionales sin contar con su voluntad y contraríándola positivamente». De ese modo puede gobernar hoy en Polonia un equipo al dictada de Moscú. Esta administración de Varsovia es radicalmente impopular al pueblo polaco. No habrá habido momento en que este Gobierno contara con más del «5 ó 10 por 100 de la población a su favor». El acuerdo de Yalta nunca fue aceptado por el pueblo polaco. De hecho, nada se cumplió de aquel acuerdo. El Gobierno polaco impuesto por Moscú se dedicó,' desde un principio» a crear hechos consumados, en lugar de dejar-los problemas para un Parlamento normalmente elegido. No convocó unas eleciones libres, sino que hizo unas elecciones suyas. El acuerdo de Yalta dispuso del territorio y del porvenir de Polonia, sin consultar a la parte interesada. Estos hechos demuestran hasta qué punto domina en la política europea una total falta de principios v de métodos. Contra esto no se vislumbra en el horizonte remedio alguno. El único remedio consistiría en llegar a la convicción práctica de que es preciso respetar y honrar las obligaciones internacionales, y que tales obligaciones no pueden contraerse sin el asentimiento de la parte interesada, que en el caso presente es una nación católica. Alude el editaríalista seguidamente a la persecución de que son objeto los católicos en Polonia y a la implacable censura de Prensa contra el Vaticano. Y termina: «Es hora ya de que las naciones que han ganado la guerra manifiesten al mundo entero que: están dispuestas a defender aquellos sernos principios que proclamaban como le ma de sus campañas en tiempo de g rra.»—(B. M.) ORTIZ DE URBINA, S. J., L: La maniobra del césaropapismo soviético. (Pags. 2002Í0.) Destaca el autor la diferencia que la U. R. S. S. ha establecido entre las dis- UEVISTA DE REVISTAS tintas confesiones religiosas de su territorio. Verdad que en un principio los soviets atacaron por igual a toda? las Iglesias; pero la experiencia les. llevó a realizar una política más realista, que • consiste en atacar por todos los medios la Iglesia católica y utilizar5 en cambio, la Iglesia ortodoxa como un elemento más de su propaganda. A la matanza que en 1917 se desencadenó contra el patriarcado ortodoxo ha sucedido un cambio: halagar a los altos dignatarios eclesiásticos que se dejen seducir por las dá~ divas del Kremlin. Rusia intenta hoy, como en tiempo de los zares, aprovechar la fuerza que indudablemente tiene sobre el pueblo ruso la religión cristiana para, enmascarándose tras ella, realizar con más facilidad sus filtraciones. El articulista hace, breve resumen histórico de este cambio de táctica. En 1942 se funda en Moscú, y más- tarde en Kiev, un Consejo especial para los asuntos de la Iglesia ortodoxa, presidido por Karpov, un seglar elegido para tal cargo. En realidad, un espía a las órdenes da Stalin. En 1943, Stalin recibió en audiencia al metropolitano Sergio, al obispo de Leningrado Alejo, pregonado como héroe por su resistencia en. la ciudad asediada, y al obispo Nicolás de Krutkzy. Desde esa fecha quedó restaurado el patriarcado ortodoxo ruso, y Sergio fue elegido patriarca, aunque la verdadera exaltación de la suprema dignidad tuvo lugar cuando el Concilio local de Moscú, al que -asistía Karpov, eligió, al sucesor de Sergio en la persona de Alejo, actual patriarca. El Concilio prometió oraciones por «el amado Stalin» en su mensaje al Gobierno soviétiCO 5 y. éste, por su parte, puso a disposición de la jerarquía ortodoxa dinero y transportes para traer a los ilustres invitados del extranjero. A la entronización de Alejo acudieron los patriarcas de Antioquía, Alejandría, Georgia, representantes de los de Gonstantinopla y Jerusalen, así como de las Iglesias de Servia y Rumania. Sólo se echó de-menos a los representantes de Grecia y de los grupos rusos de París y Karlovtzy, además de los de Bulgaria. Estos ilustres personajes fueron recibidos por StaKn el lo de abril de 1945, y el obispo Nicolás, elegido vicario del patriarca Ale)°i se expresaba así al salir de dicha entrevista: «Dichosos de encontrarnos ca- ra a cara con aquel cuyo nombre se pronuncia con amor y devoción no sólo en todos los rincones de nuestra nación, sino también en todos los países amantes dé la libertad y de la paz.» Y más adelante—añade, refiriéndose al mismo Stalin: «Amadísimo caudillo .de nuestro pueblo, puesto por Dios para servir con su actividad heroica a nuestra patria en este.tiempo de pruebas, encarnación de todo cuanto de mejor y más ilustre constituye la santa y espiritual herencia del pueblo ruso.» La realidad demuestra que la unión entre la Iglesia ortodoxa y el stalinismo se estrecha cada vez más. En junio de 1946 afirmaba Karpov en Praga que el patriarcado ruso constaba de sesenta y cinco diócesis y tenía veinticinco iglesias. Hay sesenta y tres obispos, de los cuales treinta y cinco consagrados desde 1943. Entre 1944 y 1946, los soviets han autorizado la reapertura de ochocientas treinta y siete iglesias. E! Estado vende a las iglesias y Seminarios objetos de primera necesidad y material de construcción a precios inferiores a los del mercado libre. Después de veintinueve años han vuelto a sonar las campanas de las iglesias,, de Moscú en la pasada fiesta de Pascua. El número de sacerdotes ha aumentado por millares estos últimos años: según Nicolás de Krutitzy, había unos treinta mil en i945j así como treinta y siete monasterios y diez Seminarios eclesiásticos, más un Instituto teológico. Verdad que hasta los dieciocho años sigue prohibida la ense-' ñanza de religión a los rusos. El Gobierno soviético ha proporcionado un nuevo edificio para la Academia Teológica de Moscú, capaz para cien alumnos. Los soviets con esta jugada buscan hacer política interna y hacia el exterior. Desde 1917 quedaban en el extranjero numerosos grupos de rusos fugitivos que, en su enemiga contra el bolchevismo, rehusaban someterse a los jerarcas ortodoxos de Moscú, colaboradores del Kremlin. Además, la nueva expansión de Rusia ha puesto bajo -su poderío a grupos de católicos como los rutenos, y es preciso absorberlos espiritualmente. L'a verdad es que en los grupos disidentes de rusos expatriados, ha cundido la desesperanza de ver derrumbarse el poderío del Kremlin y se han ido sometiendo a la realidad. Por otra parte, el sentimiento patriótico, exacerbado por- la invasión 707 RSVIS1A DE REVISTAS alemana, coadyuvó al acercamiento de los expatriados al Gobierno de Moscú. Alude el autor al calvarlo que én la actualidad están pasando los católicos rutenos a partir de' 1939. Toda clase de expolios, ejecuciones, deportaciones y hasta fusilamientos. Se prohibió la Prensa diocesana. A partir de 1945, el patriarcado ortodoxo inició la captación de los católicos rutenos, al paso que se desencadenaba una fuerte campaña contra el Vaticano, llevada a cabo por el sacerdote católico apóstata K.oltelnyk3 ayudado por otros dos sacerdotes de su clase. Esta campaña dio por resultado el encarcelamiento, de todos los obispos católicos. Koltefayk se erigió, con sus dos COEsocios, en amo de la Iglesia rutena, y así ésta ha visto cómo sus sacerdotes iban siendo deportados al interior de Rusia. . Se ignora hasta qué punto los católicos rutenos hayan sido arrastrados a la apos- tasía por estos falsos pastores. El patriarca Alejoj de Moscú, ha llevado a cabo en estos años una intensa labor de captación entre los grupos ortodoxos dispersos por el mundo; Palestina, Georgia, Bulgaria, etc. Otros de sus obispos han realizado también distintos viajes con la misma misión propagandística. Así, han vuelto a la obediencia de Moscú los obispos rusos de Manchuria y los de Finlandia.' Incluso los rusos residentes en Francia se han sometido a la disciplina del patriarca Alejo, y del mismo modo el grupo ortodoxo ruso residente en Alemania. Queda, sin embargo, la resistencia del obispo Vladimiro, obispo de Niza, con unos catorce sacerdotes y algunos "escritores famosos, como Kartaschof. Como síntoma de la captación eficiente, realizada a través del patriarca Alejo, es de notar que el mismo célebre escritor Berdiayefha pedido su reingreso en la U. R. S. S. y colabora en una revista sovietófila de París. Al propio tiempo, la U. R. S. S. ha invitado a los armenios disperses a regresar a su patria, valiéndose del argumento religioso y excluyendo de esté trato benévolo a los católicos armenios, a cuyo sacerdocio se le ha puesto, como condición para regresar, la de romper todo lazo de sumisión a la Santa Sede de Roma. Ya han regresado por mar unos diecinueve mil cuatrocientos setenta y seis armenios a su país de origen, y se anuncian otras expediciones. El Church Times de 18 de oc708 tubre de 1946 calculaba en treinta mil los armenios que han optado por el regreso. Los más tercos en su resistencia contra los soviets .son- los rusos ortodoxos residentes en los Estados Unidos. Sin embargo, esta resistencia parece irse ablandando, y ya el Concilio panamericano de la Iglesia ortodoxa, reunido en Cleveland en noviembre pasado, decidió romper la obediencia" al arzobispo Anastasio, de Munich, opuesto a los soviets, y, aunque^ sin aceptar la coyunda moscovita, dicho Concilio ha declarado «reconocer al patriarca de Moscú como a su jefe espiritual» y romper «toda relación administrativa con el Sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa en la emigración». De esto modo, mediante la fuerza galvanizadora del patriarcado de Moscú, va Stalin borrando los prejuicios contra su régimen, mantenidos por numerosos gru-. pos de emigrados rusos. Todo esto obedece al plan soviético de hacerse con «quintas columnas» en todas las naciones. No sólo la llamada Iglesia ortodoxa rusa, sino las demás Iglesias ortodoxas, de hecho bajo el dominio inmediato del • Gobierno de Stalin a través de los ejércitos soviéticos, van acercándose hacia eí . • patriarca de Moscú. Verdad que la colaboración de ios soviets con el patriarcado ortodoxo no significa enmienda de una ideología atea ni repliegue hacia_ un humanismo natural, sino que 'se utiliza el cisma cristiano ortodoxo para enfrentarlo a la religión católica de Roma. El articulista se refiere a la vergonzosa claudicación moral de que ha dado ejemplo el patriarcado moscovita. Sin embargo, el cambio de táctica de la política religiosa soviética es una prueba de que no pudo destruir el sentimiento religioso en el pueblo ruso. Frente a la claudicación de los obispos ortodoxos destaca_ el autor la firmeza de los obispos católicos rutenos y servios, aportando el ejemplo del arzobispo de Zagreb.—(B. M.) CERECEDA, S. J., Feliciano: «Un p sucesorio-», de Orestes Forrara- (X agi- , nas 2^.8-262.) Sabido es que el gran historiador cubano Orestes Ferrara, en su libro un pleito sucesorio, ha planteado el asunto complejísimo de la legitimidad al irai© de Isabel la Católica. A.£&*-o ^bro han REVISTA. BE REVISTAS puesto reparos, desde distintos ángulos, en juicios más o menos seguros o indecisos, el duque de Maura y el señor Llanos y Torriglia. Ambos críticos han buscado el talón de Aquiles al referido ensayo de Qrestes Ferrara. Este historiador ha adoptado una solucioa que no es nueva, después del empeño de J. B. Sitges y del doctor Marañen; pero por su estilo y su maravillosa agilidad de pensamiento ha logrado hacer titubear con su tesis antiisabelina a muchos lectores, que han podido creer fruto de una usurpación lo que constituye una de nuestras más auténticas realidades nacionales. Ferrara no oculta sus simpatías hacia Enrique IV y la Beltraneja ni sus antipatías al cronista Palencia. «Todo está hecho con pasmoso ingenio y con una habilidad gallardísima de profesional dej foro, acostumbrado al análisis minucioso de los litigios y admirable conocedor de las entradas y salidas de la parte contra-ría. Además, el señor Ferrara posee una sutilísima y variada experiencia de la política y de la vida, dote magnífica' para análisis de esta clase.» Pero estas virtudes desempeñan papel trascendente sí vienen a dar claridad a los hechos, no a tergiversarlos. Y este es el peligro de la arrebatadora producción que ños oculta. Con el señor Ferrara, cree el articulista que la infamante leyenda sobre Enrique IV puede ser obra casi del incisivo cronista Alonso de Palencia. Pero sólo en parte, porque aun sin los datos del cronista, hay bastante material en otros documentos de la época para concebir una idea peyorativa de dicho monarca. Hace hincapié el articulista en la abulia de Enrique IV y su entrega a egoístas primados. Esto sin recordar su ausencia de escrúpulos en faltar a la palabra solemnemente dada. El señor Ferrara se hubiera reservado algo más en su benévolo juicio sobre Enrique IV, al referirse al choque de éste con su padre Juan II, si hubiera conocido la interesante crónica del halconero Pedro Carrillo de Huete, aparecida hace unos meses y estudiada perfectamente por don Juan de Maza ^Carriazo. Esta crónica no ofrece el peligro de los restantes anales 'castella- . nos de la época, ya que el manuscrito no fue interpolado con fines de propaganda legitimista por orden de Isabel la Católica. En esa crónica ya aparece Enrique IV tarado de abulia y juguete de . unos nobles rebeldes, envidiosos de la omnipotente influencia de don Alvaro de Luna. Tampoco puede rehabilitarse a Enrique IV en su aspecto religioso como lo hace Orestes Ferrara. En la monografía que sobre Los Reyes Católicos y la ciudad de Burgos publicó en 1943 el benedictino padre Serrano, y que abarca documentos del año 1451' a 1492^ inéditos hasta hoy y redactados con anterioridad a las Décadas de Palencia, resalta un manifiesto del Cabildo catedralicio, en el que.se acusa a Enrique IV de «vivir rodeado de infieles incrédulos^ blasfemos y malos cristianos de perversa moralidad; de malversar los fondos y limosnas entregados para la Cruzada y para el romano Pontífice, y de haber apresado a eclesiásticos. y obispos, conculcando las leyes de ia Iglesia». Documento que no es único en ese libro, .sino que va acompañado dé otros tan acusatorios o más. El ambiente de irreligiosidad y vde inmoralidad de que se rodeó Enrique IV fue la causa última de-la destitución del monarca, más exactamente que la supuesta ilegitimidad de la Beltraneja. Los teólogos de la época esgrimieron tales abusos para dar por lícito el castigo impuesto al rey. No es cierto,' por tanto, que el cronista Palencia inventara datos falsos contra Enrique IV; sé limitó a» recoger su información, tal como la encontraba en papeles contemporáneos. La acusación de Patencia contra el rey está confirmada por testimonios de la época no españoles, como el diario de Tetzel y León de Rosmital, en el que no se oculta el escándalo que la conducta del rey provocó en los legados bohemios. Dice dicho diario: «Es un enemigo de los cristianos, quebranta los preceptos de la ley de gracia y lleva t¡na vida de infiel, y por esto y por expulsar a los cristianos de sus tierras y apoderarse de ellas—el articulista llama la atención a lo que sigue—se ha levantado en armas el reino, haciendo rey a su hermano.» Aquí aparece de nuevo la causa motiva de la rebelión, tal cual han de ma- ' nejarla juristas y teólogos. A continuación, el articulista defiende a Pérez del Pulgar, basándose en el trabajo que recientemente ha publicado Mata Carriazo sobre la crónica de Pulgar, de las acusaciones de parcialidad que le dirige Ferrara. Hace constar Mata Carriazo que 709 REVISTA DE REVISTAS el panegírico de Pérez del Pulgar no años casado con doña Blanca de Navava dirigido a los Reyes Católicos, sino rra y habiéndose divorciado de ella bajo" al cardenal Mendoza, por el que tan en- pretexto de esterilidad, vuelve a contraer cendido fervor experimenta también, y segundas nupcias con doña Juana de Porno sin motivo, el señor Ferrara. El ar- tugal. Advierte que la sucesión al Trono ticulista, aun reconociendo las grandes de Castilla, por vía de 'varón, estaba ya dotes del cardenal hijo del marqués de asegurada con el soberano navarro, y, no Santillana, le critica por su desmedida obstante, Enrique lleva a efecto su enambición de mando y de grandeza, y por lace con la infanta portuguesa. Indudasu nepotismo, defectos que le llevaron a blemente que en Lisboa sabían la. tara sus cambios jjolíticos y a pasar de un fisiológica del rey de Castilla, ya que la bando a otro en la lucha civil entabla- sentencia de su divorcio había sido púda. Si es cierto que se pasó a los reales blica y conocida 'por toda Europa. Y así' de Isabel de Castilla, fue a la muerte de hubo de replicar Isabel la Católica en Enrique IV y cuando ya no había otra 1475 contra los alegados derechos del solución. Es de notar que en este trance, rey. portugués: «Cuánto manifiesto en el cardenal Mendoza obedeció al móvil estos reinos fuese... la impotencia del de su ambición por ser nombrado carde- rey don Enrique antes de ser fecho el nal de España en vez del alborotado obis- casamiento de su hermano; e con todo po Carrillo, al que se oponía el Rey Ca- eso, fue contento que toviese no verdatólico, y así sucedió, efectivamente. dero nombre de casado con. el falso nomAcerca -del problema de la paternidad bre de reina.» Por eso Jiménez Soler enenriqueña, respecto a la Beltraneja, el tiende que muy bien pudo ser fábula lo articulista tampoco participa de la opi- de la impotencia de Enrique IV, inclunión de.Ferrara. Dice que es imprescin- sive en lo que se refiere a su primera dible demostrar que todas las frases que mujer, y que acaso se fingió todo comollenan las páginas de las crónicas refe- medio de obtener el divorcio por razones rentes a la impotencia de Enrique IV son de política. Si esto es así, añade el articuañadidos tardíos, interesados y parciales. lista, y no había impotencia en el rey, Esta inculpación de impotencia no es só- la sentencia de divorcio fue nula y el lo de los cronistas españoles, sino tam- subsiguiente matrimonio con doña Juabién del antes citado Tetzel. Una cosa na no existió. En una y otra posición, quien parece perjudicado es don Enries cierta: que Enrique IV, tácitamente al menos, pasó por no ser padre de aque- que IV. Pues si, efectivamente, era imlla pobre critaura en una coyuntura so- potente, la Beltraneja no era su hija, y lemne de su asendereada existencia, como si era potente, su verdadero matrimoniofue la capitulación de los Toros de Gui- no era el contraído con la madre de la sando. Alude a la posibilidad de una ta- Bélttaneja, sino con la anterior esposa, doña Blanca. Este mismo pensamientora hereditaria en Enrique IV, dada la cosanguineidad bastante próxima de sus ya lo expuso el cronista Diego de Vaantepasados: sus padres eran primos her- lera, contemporáneo de los hechos, quien manos e igualmente sus abuelos pater- dice que Juana la Beltranea «era basnos. Las relaciones sospechosas de inti- tarda, aunque ' su hija fuera». Ademas, midad entre la reina doña Juana y don hace constar el articulista las discusioBeltrán de la Cueva están referidas in- nes minuciosas de los teólogos y juristas, ue cluso por Pedro de Escavias, probable de aquel tiempo acerca del caso-, y así como Rousseau encuentra en e'l^sistema de mayorías el procedimiento técnico para la expresión de la voluntad general, Godwin recurre al mismo procedimiento, tratando de justificarlo por una razón ae necesidad, aunque el mismo autor reco-. noce más tarde que, si-el Gobierno se funda en el consentimiento del puerco, no puede haber autoridad sobre ninguna persona que niegue tal-consentimiento, afirmando Del Vecchio que «el mas funesto error de todos los sistemas llama- REVISlA HE REVISTAS dos democráticos es creer que en el Estado todo puede ser objeto de válidas deliberaeiones «por obra de una mayoría cualquiera», por lo que concluye Aragües: «Aunque se pueda admitir Ja primera creencia democrática, si se limita su contenido a afirmar que el Poder político reside en la colectividad, "es preciso revisar el segundo principio, que para nosotros es un mero procedimiento técnico de decisión, limitado en principio y de aplicación contingente.» Los doctrinarios, que aparecen en 15 segunda mitad del siglo xix, tratan de ofrecer como solución de estop problemas una fórmula que bien pudiera tildarse de ecléctica, y que si, según Donoso Cortés, «pudo alcanzar impulso cuando Francia, por los extravíos de la Restauración, estaba dividida en dos bandos opuestos, desaparecieron de la escena política como doctores de una ciencia impotente, cuando la sociedad no necesitaba ya del eclec-' ticismo analítico, que sirve para descubrir los errores, sino de un dogmático sintético, que sirve para descubrir nuevas verdades». El modo de la designación de titular, pues, «no pasa de ser un procedimiento técnico, cuya valoración depende de su eficacia en relación con los fines del Poder, siendo el error de la democracia racionalista el creer místicamente en el acierto de la mayoría; el convertir en solución dé fondo lo que no pasa de ser un procedimiento de forma». Expone con diversos razonamientos las cualidades que debe tener ese Poder político. Eficacia, necesidad de que quede en manos de los más aptos para su manejo y que la organización de cada Estado se realice según sus peculiares características y las circunstancias del momento histórico que atraviese. Siguiendo a Max Veber., analiza los tres, fundamentos de la legitimidad del Poder: el de carácter racional, el tradicional y el carismático; señala las formas del consentimiento, que puede sef expreso o tácito, e incluso surgir a posteriori y con independencia del origen, y, resumiendo, afirma que «el Poder polítiCO 3 por naturaleza minoritario, al residir en la comunidad, exige concretarse, y que esta determinación sólo puede legitimarse de modo ordinario por el consentimiento de los subditos con carácter de perma- nencia y con referencia a un sistema o forma de gobierno». «Cada pueblo—afirma Aragüés—tiene, en sus diversas fases históricas, una forma adecuada de gobierno, y el arte de la política estriba en la implantación de aquel régimen en el que sé aunen una forma de consentimiento que legitima su existencia y el máximo de eficacia que garantice la realización de la finalidad deí Poder. Prescindir del 'consentimiento de ios subditos Equivale a fomentar resentimientos y a crear una permanente inestabilidad; imponer el principio de la mayoría equivale- a olvidar la necesidad de la eficacia, a prescindir del carácter instrumental y del sentido teleológico del Poder y a entregar al grupo a una posible disolución por falta de una constante de orientación», y «la pretensión exterior de imponer a un pueblo una forma inadecuada a su modo específico de ser equivale no sólo a incurrir en un irracional 1 culto a la forma, sino que puede encubrir pretcnsiones de imperialismo». El pueblo se gobierna tanto mejor cuanto se consigue la adhesión consuetudinaria a un sistema de instituciones y, junto a ella, un sistema de designación de gobernantes que sitúe el Poder en manos de los más capaces, dotados de esa virtud indispensable que se llama ¡a prudencia política.—{C. E. M.) Revista General de Marina. Publicación del Estado Mayor dé la Armada.—Madrid. Tomo 132. febrero 1947. GARCÍA ARIAS, Luis: Una pugna hispaneveneciana sabré el dominio del mar Adriático. (Págs. 157-164.) En marzo de 1609 apareció én Leyden el More liberum grociano, que produjo extraordinaria conmoción, abriéndose una polémica por autores británicos y españoles contra el holandés. En pleno ardimiento controversista salieron varias obras defendiendo las tradicionales pretensiones vénetas de dominio del mar Adriático. Los tratadistas modernos de Derecho Internacional vienen relacionando estos dos hechos, refiriéndose a.una polémica veneciana contra las ideas de Grocio. Pero 717 R2SVISÍA DE REVISTAS aquí se muestra corno no existe tal relación directa, indicándose uue la aparición de Jos alegatos vénetos, entre 1616 y 1620, fue debida a la política enérgica que desarrollaba el virrey español de Ñapóles, duque de Osuna, contra la Señoría, enviando -su flota al Adriático para rechazar los pretendidos derechos de la República patricia y a la publicación en Ñapóles de varios opúsculos afirmando la libertad de navegación adriática. En dos apartados, intitulados Los hechos y X-a teoría, el autor demuestra su tesis rectificadora.—(C; M.) Revista General de Legislación y Jurisprudencia. Madrid. Año XLI, nútn. 5, noviembre 1946. CASTÁN TOBEÑAS, José: Aplicación y ela- boración del Derecho (continuación). (Págs. 504-545.) Se recogen en.este «esquema doctrinal y crítico», cuya exposición prosigue el artículo, gran parte de las ideas contenidas ¿n la conferencia dada por el autor, en mayo de 1946, en la Universidad de Murcia, acerca de «La actividad modificativa o correctora en la interpretación e investigación del Derecho». Plantea primero el problema de la existencia, naturaleza y límites de la función correctora, así como su evolución positiva y doctrinal y su operación en el ámbito de la existencia y legitimidad de las normas y en el de la interpretación de las mismas. Por último, se estudia la investigación correctora en el ámbito de la investigación ultrainterpretativa del Derecho: a) frente a la comprensión de la Horma; b) en el caso de concurrencia de normas; c) frente al sentido' histórico de la norma (interpretación progresiva o evolutiva), y d) en. relación con la justicia de la norma.—-{V. D.) Año XCI, nútn. 6, diciembre 1946, • GASTAN, José: Aplicación y elaboración del Derecho (continuación). (Págs. 676-7 688.) Continuando el desarrollo de este es7Í8 - - quema doctrinal crítico, investiga el profesor Gastan en la integración del Derecho el problema de las lagunas de ía ley y, ,en general, de las fuentes formales del Derecho establecidas por cada ordenamiento jurídico. Según Aristóteles, cuando la ley falte, el juez, ha de decidir con arreglo a la norma que el legislador establecería si estuviera presente. El Derecho romano confió a sus magistrados y jurisconsultos la misión de completar las leyes. Durante la Edad Media, la concepción católica vio en el Derecho natural la fuente suprema e inagotable del Derecho positivo. En la tradición jurídica española se remitía al juez, donde los" fueros callasen, a la equidad, en unos casos; a las costumbres observadas en cada-- localidad, en otros; y, a falta de éstas, a la razón natural. Frente a la teoría de «la plenitud del ordenamiento jurídico», propugnada por la escuela histórica primeramente y por el positivismo jurídico después, tiene hoy gran predominio la opinión que admite, como "realidad inevitable, las lagunas jurídicas. Si bien algunos creen necesario distinguir entre «lagunas de la ley» y «lagunas del Derecho»^ y advierten que, aunque el «ordenamiento legislativo» haya de tener lagunas (puesto que no hay legislación que pueda prever todos los_ casos posibles de la vida), el «ordenamiento jurídico» no las tiene, al menos en la esfera del Derecho privado (por cuanto la atmósfera que rodea la vida real, garantizándola, no consiente espacios vacíos). ' El Derecho patrio concuerda con semejantes postulados. Supone el Código eivil la' existencia de deficiencias en las fuentes formales al establecer (artículo 6 . , párrafo segundo) los principios generales del Derecho como fuente si:bsidiaria de la ley y de la costumbre. Pero a la vez reconoce implícitamente que el ordenamiento positivo, en su totalidad, carece de lagunas, puesto que impone al juzgador la obligación de decidir siempre las cuestiones litigiosas, sean cualesquiera las dificultades que ofrezca la aplicación del Derecho en el caso concreto de q«e se trate. • ., Los diversos sistemas tendentes a uenar las lagunas del ordenamiento legislativo (propuestos por las «escuelas antiguas»," la del «Derecho natural», la «ms- REVISTA DE REVISTAS tóxica», del «Derecho libre», las «jurídicosociológicas», el «idealismo lógico» neokantiano) tienen, a pesar de la aparente divergencia de sus direcciones doctrinales, no pocas coincidencias en el fondo. Los elementos lógico y orgánico del Derecho: .racional, sociológico, etc., etc., que • en cada una de las tesis aparecen como prevalecientes, no son incompatibles y pueden reunirse en síntesis armónica. Tal finalidad parece tener la concepción de Geny, según la cual, cuando no bastan las fuentes formales del Derecho privado positivo, el intérprete debe recurrir a la «libre investigación científica». Y con análoga aspiración conciliatoria establece Ennecerus que, a falía de norma, el juez tiene, en primer lugar, que inspirarse en él espíritu de la propia ley, en los principios y en las aspiraciones generales, especialmente en las valoraciones de los intereses que se hacen patentes en las disposiciones de la ley (explicación extensiva a analogía...) tiene que fijar a su prudente arbitrio Iac norma adecuada, siri ponerse en contradicción con. las ideas fundamentales de la ley..., la doctrina y la tradición consagradas... Ha de pensar en la meta suprema del Derecho, en el progreso de la cultura y en el perfeccionamiento del género humano. En nuestro ordenamiento jurídico, aun• que se dé al juez gran amplitud en la tarea' de recoger o elaborar las normas jurídicas subsidiarias, no está reconocida propiamente una «libre investigación» del Derecho. Para llenar las lagunas de la ley" y de la costumbre, el intérprete ha de inspirarse en el espíritu de la propia legislación y en los principios fundamentales del sistema jurídico (artículo 6.° del Código civil), entre los que ocupan lugar preemiJienté los superiores y universales dictados del Derecho natural. Con razón ha dicho .el maestro De Diego que «en ningún caso hace el juez creación realmente tal de derechos, ni debe suplantar el 'Derecho rigurosamente objetivo, con invenciones pu-. raménte subjetivas y juicios caprichosos, sino que siempre ha de conjugar elementos reales objetivos». Para evitar el pekgro de subjetividad y arbitrariedad, esa investigación, más que libre, complementaria del Derecho, ha de atenerse, en- lo posible, a direcciones doctrinales de tipo objetivo, a las que pueda marcar la opinión científica y la jurisprudencia del Triounal Supremo. De ese modo, la función de los jueces y juristas en la integración de las lagunas de la ley no será, en resumen, ni meramente pasiva, limitada a respetar y aplicar los conceptos o principios del Derecho positivo, como entendía la escuda histórica, ni tampoco libremente creadora, según supone la moderna escuela de la libre jurisprudencia. Las ideas del Derecho y de la justicia no bastan a la delicada y compleja inspiración del juez, el cual ha de' tener en cuenta también las situaciones reales y circunstanciales de la vida que estuviesen en litigio.—(J. I. B.) MARTÍNEZ USEROS: Naturaleza jurídica, de los preceptos reguladores de la actividad administrativa internacional. (Páginas 689-711.) El territorio no supone para la sociedad natural que es la comunidad universal mera delimitación legal de competencia, sino que es parte orgánica de su propia existencia, al igual que en el Municipio. En todos los tiempos hubo comunicación entre hombres de distintas razas y latitudes, aunque para que se produjera con amplitud fue preciso que se abandonasen los principios de xenofobia. La consolidación de esta interdependencia entra . las naciones se produjo merced a diversos hechos: a) el proceso ideológico iniciado en el siglo XVIII, del que deriva la formación de' un espíritu más amplio y más humano,- b) la doctrina del libre cambio; c) el aumento y rapidez en las comunicaciones ; d) el desarrollo de la industria, extensión del comercio y abundancia de capitales, y e) los servicios públicos permanentes y sespecializados para dar satisfacción a las necesidades de la vida moderna. La existencia de la Administración internacional, impuesta por la insuficiencia de medios de cada país, ocasiona relaciones internacionales variadísimas, y entre, ellas hay que concretar cuáles son propiamente administrativas. Ahrens, Zalenski y Bluntschli nos ofrecen los precédentea de esta materia. De Martens, siguiendo la tesis de Kapoustine, afirma que la Administración internacional comprende el conjunto de medidas jurídicoadministrativas cuya acción alcanza más allá de las, 719 REVISTA DE REVISTAS fronteras. Tiene, por tanto, mayor extensión que la Administración interior, y no puede hablarse en ella de división de poderes, ya qué el Gobierno, en las relaciones exteriores, aplica el Derecho a todas las manifestaciones de la vida internacional. La cooperación internacional de los Estados y sus actividades consecuentes tienen, como género próximo, un carácter político, y hay que buscar, como distinción final, su índole administrativa. Según Posada, la función administrativa iníernacional se podría definir como actividad del organismo supraesíatal, encaminada a obtener los medios adecuados para el cumplimiento de sus fines, organizando y ordenando al efecto el sistema y régimen, de los servicios públicos internacionales. Participando de esta opinión, Negulesco estima necesario crear una institución que organice la cooperación entre las naciones; criterio ya sostenido por Kazanski al expresar que una organización universal política acabaría con la soberanía de los Estados, mientras que la existencia de éstos resulta compatible con una organización universal administrativa; mediante la cual podría realizarse el ideal de la fraternidad de los pueblos, y la paz universal parecería menos lejana. Pero para que la unidad administrativa internacional se produzca, es indispensable contar previamente con la unidad política, ya que, aun sin confundir Gobierno y Administración, como se observa en De Martens, ambos diferentes conceptos están íntimamente ligados. • La opinión más general identifica la Administración internacional con las actividades de los diversos Estados que tienden a facilitar, mediante sus relaciones de interdependencia, la consecución de sus respectivos «intereses sociales» (Kazansky, y en la misma dirección nuestro Torres Campos). Para Gascón y Marín (cuyo criterio comparten Gidel y Antonesco), las relaciones internacionales suponen «servicios administrativos» y es al Derecho administrativo al que pertenece el estadio de la organización de este servicio que comprende la Administración internacional. Estrechamente vinculada con la Administración interior, difiere, no obstante, con caracteres profundos, la Administración internacional: a) por cuanto el Gofeierno no actúa independiente y libre720 mente, sino mediante convenios" y acuerdos, y b) porque centra su acción en el Estado, como representación de la unidad jurídica para el exterior y exige que el Gobierno central sea el único rector de las actividades administrativas internacionales, sin perjuicio del régimen administrativo interno, incluso en los países de clásico selfgovernment. En cuanto a la identidad o diferenciación del Derecho público interno y el Derecho internacional, las teorías gravitan sobre dos fundamentales -sistemas: el dua¿ lista y' el monista, orientado este último recientemente en una nueva dirección. Duguit, apoyándose en la solidaridad social; Krabbe y la escuela austríaca, con Kelsen a la cabeza, sosteniendo la unidad de las reglas jurídicas ligadas entre sí en cuanto dependen de la norma primera o constitucional; Guezevitch, arguyendo que no cabe separar los aspectos interior y exterior del orden jurídico, puesto que el hombre tiene una sola con• ciencia y la Humanidad una sola historia, se encuentran en esta moderna línea de pensamiento. La unidad ideal de todo el Derecho no admite duda; el público y el privado y sus respectivas ramas poseen una naturaleza común: la de ser Derecho; es decir, un criterio de valoración del obrar humano. Las nociones de lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, del respeto a la vida o a su patrimonio, de piedad y probidad, de que nos habla Garófalo en su definición de delito natural, viven, en la conciencia de todos los hombres, son iguales a las primitivas del estado de naturaleza, constituyen el acervo del Derecho natural. Pero -la vida de los pueblos y de las naciones, mucho más complicada, hace que el Derecho positivo varíe según los países;, la vieja noción de la soberanía se conserva celosamente por los distintos Estados y obedece, en cada caso, a 'directrices y fines diversos, lo 1 u e ocasiona diferenciación constante de los respectivos ordenamientos positivos y separación del Derecho público interno y del externo. «Los preceptos administrativos internacionales integran una parte del Derecho administrativo interno», dice Cammeo, calificada a un tiempo por su fin y P<>r sl* contenido, refiriendo el primer aspecto ai reconocimiento por el Estado ^AVexecho administrativo extranjero. DAiessio- REVISTA DR REVISTAS estima que el reconocimiento de la co- Revista de Estudios de la Vida LocaL munidad de los Estados y las exigencias de su coexistencia determinan el Derecho Publicación 4el Instituto de Estudios de de la Administración internacional, pero Administración Local.—Madrid. no pueden ser su fin, identificándole al Derecho administrativo en sentido es- Año V, núm. 30, noviembre-diciembre tricto. 1946. - No cabe concebir el Derecho administrativo internacional con caracteres aná- MARTÍN RETORTUXO, Cirilo: Las exenciones fiscales y el problema de la vilogos al privado, penal o procesal intervienda. (Págs. 920-925.) nacional. En aquél el punto de partida es que todo el orden jurídico administrativo se aplica al individuo que se encuentra Las destrucciones ocasionadas por la en el Estado, sin distinción de naciona- guerra en nuestras ciudades; el creciente lidad; el internacional privado tiende a éxodo del campo a la urbe; la elevación la integración de los ordenamientos de to- del nivel medio de vida, que se traduce dos los Estados para el mantenimiento del en el anhelo de una vivienda cómoda e orden jurídico; el penal internacional higiénica, son las causas más salientes del busca las cooperaciones estatales para la difícil problema, que tantos males y tanrepresión del delito; el procesal interna- tas perturbaciones económicas y familiacional las recaba para el ejercicio de la res motiva. Para conjurarlo no bastan los jurisdicción, que sostiene la fuerza con- estímulos del Gobierno cerca de los orgacreta del Derecho. Así, la ejecutoriedad nismos públicos y sindicales, a fin de moque los tribunales dispensan a la ley ci- vilizar créditos cuantiosos que fomenten vil extranjera no se reconoce a las de po-. las reconstrucciones y construcciones de licía, impuestos, "reclutamiento, discipli- viviendas y aseguren un hogar digno a na, etc. todos los españoles. Convencido el Poder Diena estima que, si bien el convenio público de ello, ha querido promover y la costumbre son las principales fuen- también la iniciativa privada mediante la tes del Derecho administrativo internacio- ley de 25 de noviembre de 1944, cuyo nal, no se debe prescindir en su estudio artículo 6.° concede la reducción en un de las leyes internas que determinan los noventa por ciento, durante veinte años, derechos de los extranjeros, las cuales re- de la contribución urbana y del impuesgulan en varios Estados con igual sentido to de Derechos reales, Timbre del Estarelaciones de orden exterior. Sin embar- do y municipales en los casos que dego, dada la distinción establecida entre talla. Derecho público interno y externo, el DeTales bonificaciones fiscales represenxechd administrativo internacional no tan cuantiosas renuncias por parte del TePuede participar, en ningún caso, del ca- soro, pero resultan ineficaces para que rácter de mío y otro. la iniciativa privada se lance abiertamenLo cierto es que la normación jurídica te a la construcción. El rigor contributide la actividad administrativa de los Es- vo a que está sometida la propiedad urbana, los privilegios concedidos a los tados,, en la esfera internacional, resulta wnprescindible. El perfeccionamiento de inquilinos, el encarecimiento de solares y la vida administrativa impone una nueva la elevación de precios de los materiales disciplina, destinada a estudiar y trans- de construcción, suponen una triple traformar la Administración internacional, ba fiscal, jurídica y técnicoeconómica. niás bien producto del internacionalismo ' Tras la certera ley de Reforma 'tribueconómico que del'político o moral. Tal taria, obra dé Larraz, con la que ya queDerecho administrativo se define por el daron garantizados los inquilinos, es preautor como conjunto de normas que re- ciso reducir las ¡imitaciones impuestas al Sulan la actividad que los Estados reali- propietario para que éste se sienta duezan para la colaboración y coordinación ño de su casa Sin tanta medida fiscaüfl e los servicios públicos internacionales, zadora y restrictiva, qiíe llega a privarle, a los efectos del cumplimiento de los en ocasiones, incluso de la posibilidad de nnes administrativos de cada uno de aqué- elegir inquilino. Conviene robustecer la Wos- en particular y de la comunidad hu- autoridad del propietario, no en el concepto quiritario, ya caducado en todas las n en general.—{f. I. B.) 721 REVISIA DE REVISTAS legislaciones, sino para facilitar el desdoblamiento de sus viviendas, tanto en sentido vertical como horizontal,' puesto que razones económicas así lo aconsejan. Muchísimas casas que tienen sólido cimiento y se encuentran en buen estado de conservación admiten que se les adicione una o dos plantas más. Lo que resultaría ventajoso para la economía nacional y municipal y permitiría un considerable aumento de rentabilidad suficiente para iniciar estas reformas. El aprovechamiento de las instalaciones domésticas, con la consiguiente comodidad y bienestar para los vecinos, sin nuevos dispendios para la Hacienda municipal, evitaría la ocupación de nuevos solares y la disgregación de la población, que de •otra forma ha de tender a alejarse de los centros vitales, ahorrando, al propio tiempo, tma gran masa de materiales de construcción al no tener que efectuar cimentaciones. Claro esta que, otorgadas facilidades, habrían de establecerse sanciones para el propietario que, burlando la ley, lanzase a alguno de sus inquilinos, so pretexto de ampliación del inmueble sin realizarla después. Pendiente de las Cortes Españolas la ley de Arrendamientos Urbanos, es tiempo de tomar en cuenta estas observaciones por cuanto puedan ayudar, a resolver la escasez de vivienda.—(J. I. B.) MALLOL GARCÍA, José: Tercerías en el procedimiento recaudatorio municipal. (Págs. 953-957-) Se denomina al juicio que promueve persona distinta del. acreedor y del deudor, ya para reivindicar bienes embargados por aquél creyéndolos de la propiedad de éste, ora para conseguir que un crédito a su favor sea abonado con preferencia al del ajuste. Las tercerías de dominio se fundan en la propiedad de los bienes embargados alegada por el tercerista, y las de «mejor derecho» aducen el preferente del tercerista a ser reintegrado en su crédito. Ambas se distinguen en «1 artículo 257 del Estatuto de recaudación. Reiteradas resoluciones declaran que las competencias sobre tercerías de dominio o de mejor derecho, entabladas contra los procedimientos administrati722 vos de apremio, tienen dos períodos, de los cuales corresponde conocer, en el primero, a la Administración, y en el segundo, una vez que aquélla hubiere resuelto lo pertinente, a los Tribunales ordinarios. Son aplicables a las exacciones municipales y provinciales los preceptos que regulan la recaudación de las contribuciones e impuestos del Estado y, consiguientemente, el artículo 257 del Estatuto de Recaudación, según el Decreto cié 25 de enero de 1946, ordenador de las Haciendas locales (art. 289). Si en el procedimiento recaudatorio municipal se opusiere reclamación en concepto de tercería o mediante otra acción de carácter civil, por persona que ninguna responsabilidad tenga para con el Ayuntamiento, deberá suspenderse dicho procedimiento sólo en la parte referente 4 los bienes y derechos controvertidos, resolviendo la Corporación la reclamación de que se trate, previa demanda, ante la jurisdicción ordinaria en plazo de veinte años. Y si se hubieran embargado bienes inmuebles. inscritos con anterioridad a la fecha originaria del débito a favor de personas «distintas del deudor, se sobreseerá el embargo en cuanto a tales bienes. Por el artículo 290 del citado Decreto se conceden a los Ayuntamientos, en concurrencia con particulares, las mismas prelaciones y preferencias que para la Hacienda Pública señala la ley de Administración y Contabilidad. No es acumulable el procedimiento de apremio a los juicios universales, pues, como decía Torres Muñoz, la ley de Enjuiciamiento «prescriba sólo la acumulación de las demandas ejecutivas civiles o de las que ella regula por caer dentro del procedimiento civil ordinario y no la de los «procedimientos administrativos de apremio», puesto que éstos no tienen otro nombre que ése, y nunca se les llama «demandas» ni «juicios ejecutivas», que son las denominaciones cjue emplea la repetida ley».—(f. I. B.) LLOKCA GISBBRT, José: El régimen de las subsidios familiares en las Corporaciones locales. (Págs. 598-961.) El.sistema optativo que estableciera el Decreto de 20 de octubre de 193» al reglamentar el régimen de Subsidios familiares permite al Estado, a las Diputacio- KRVISIA DE REVISTAS nes y a los Ayuntamientos de capitales de provincia, mayores de veinte mil habitantes, acogerse al régimen común de la Caja Nacional o abonar directamente a sus empleados' los subsidios mínimos. Lo cual se traduce prácticamente, según la Corporación de que se trate, ya en perjuicio económico o en ahorro de notable .importancia. La proporcionalidad de la mejora, en relación al número de hijos y mediante la escala establecida, no es obstáculo para que el subsidio pueda mejorarse, ya que si la ley de 18 de julio de 193S, creadora del subisidio familiar, obliga por igual a empresa y empleado, no existe razón para que éste haya de abonar el 1 por loo de su haber, sea o no subisidiado, y, en cambio, aquélla quede a salvo con sólo. -el abono de los subsidios mínimos, cuando el conjunto de éstos es inferior a la cuota del 5 por 100 sobre las mismas retribuciones. Si al funcionario se le exige el 1 por loo de su remuneración, sería lo más acertado que la Corporación aportase también el 5 por 100 sobre la misma ' cifra; y si con ambas aportaciones se crea un fondo que supere al importe total de socorros que reglamentariamente deben abonarse, según ía escala mínima, dicho excedente debiera dedicarse a mejorar el importe de los subsidios en proporción a los ya establecidos, pero no a •obtener un beneficio o economía para la Corporación, puesto que el artículo 68 del Reglamento, en concordancia con el octavo, declara que tal exceso habrá de aplicarse a obtener la indicada mejora. Beneficios de tipo social, tales c»mo el plus de carestía de vida y el de cargas familiares, se vienen otorgando por las Corporaciones locales, más bien a título graciable que obligatorio. Bueno, sería, por tanto, que en el articulado de la nueva fey de Administración local se precisen •estos conceptos para que el funcionario pueda subvenir decorosamente a sus necesidades en el medio ambiente que su cargo le impone.—(J. I. B.) 'CASTAÑEDA, Florentino: Auto dá Buen Gobierno en el siglo XVIII. (Págs. 962966.) La^ renovación de Ayuntamientos en deSetminados Estados Concejales se hacía, durante los siglos xvi al xrx, en los primeros días de enero de cada año, e inmediatamente se procedía al nombramiento de los cargos municipales. Efectuado lo cual, el Ayuntamiento reuníase de nuevo y acordaba el «Auto de buen Gobierno» en sesión extraordinaria, fijándojo después en los sitios acostumbrados para conocimiento del vecindario. De la solemnidad con que dicho documento se revestía, en cuanto a su contenido y redacción, da idea el acordado por el Ayuntamiento de San Martín de la Vega, en 1792, cuando éste pertenecía al Estado de Chinclión. El respeto que a nuestros antepasados merecían las cosas tocantes, a la religión católica, de la que en todo momento se hacía profesión pública; la observancia de la moral y la buenas costumbres; la prohibición de juegos ilícitos, rendas en general y señalamiento de horas- para que 'todos los vecinos se recogiesen a su domicilio; la evitación de riñas y tendencias y las advertencias y reglas para el uso de armas; el respeto a la propiedad, coa las limitaciones que aconseja el bien común; la represión de la mendicidad, suprimiéndola totalmente en los lugares frecuentados por Sus Majestades y Altezas Reales; las penas elevadísimas con que sancionaban las faltas y contravenciones, ponen da manifiesto todo un código, en el que, tomando por base los Sagrados Evangelios, se establecen los deberes y las obligaciones de los vecinos y se nos revela al presente toda una rica tradición consuetudinaria local que se viene conservando en nuestros Bandos y Ordenanzas municipales.—(J. I. B.) Información Jurídica. Ministerio de Justicia, Comisión dé Legislación extranjera.—Madrid. Núm. 44, enero 1947. PALACIOS MOBINI, Leopoldo: El Dere- cho musulmán. (Segunda parte.) La Jurisprudencia. .(Págs. 3-22.) Continuando un trabajo que se inició en el mismo febrero-marzo de 1945 de la misma revista sobre la Historia del Derecho musulmán, aparece ahora en el número de enero de este año otro sobre Ju723 REVISTA DE REVISTAS risprudencia que, a pesar del enlace, es jo de los más completos que en lencasi como una monografía diferente, pues gua española existen para dar una vipuede leerse desde el comienzo de esta sión de conjunto de un tema que para segunda parte. Los temas de que en el España ofrece gran interés por sus conenúmero reseñado trata, son: el objetivo y xiones con la labor del Protectorado macarácter de la Jurisprudencia islámica,-que rroquí.—/R. G. B.) o tiene' un origen marcadamente religioso; la costumbre que Mahoma estableció en Medina; el Corán, libro sagrado, y la tra- Cristiandad. dición basada en los Haditz. En un número futuro completará el estudio con el Revista quincenal.—Madrid. análisis detallado de las cuatro escuelas jurídicas vigentes (Hanefi, Maleki, Cha- Núm. 65, 1 diciembre 1946. fei y Harribali), así como de las teorías seguidas por las sectas heterodoxas y la CUFFI CANARELL, José Oriol: La repúdistribución de las escuelas en todo el blica italiana. (Págs. 417-419.) mundo islámico. Contiene en su comienzo un ataque a Ante todo, destaca que la Jurisprudencia musulmana tiene por base la Teolo- Dom Sturzo, cuya doctrina, «en los gía, y que toda esa Teología deriva ha- asuntos humanos nunca se debe pensar cia lo canónico. Eso sucedió porque el que de un lado sólo hay ángeles y del Figh, o ciencia de los alfaquíes, conquis- otro sólo demonios», se contrapone a la tó una posición procer, llegando a ser de San Agustín: «Dos amores edificala ciencia que abraza y coordina la in- ron dos ciudades: el amor de sí mismo, mensa extensión de los conocimientos de- hasta el desprecio de Dios, edificó la ciurivados de las raíces religiosas, así como dad terrena; el amor de Dios hasta el el resultado de las ciencias positivas de desprecio de sí mismos, la celestial.» El la ley y la suma de deducciones referen- reino de Dios y el reino de Satán contes a ellas. Es, pues, el Figh una ciencia tienen entre sí siempre (León XIII, y en empapada en espíritu sagrado y extendi- este sentido la frase del demócrata Dom da a todo el sistema de la ley, que es a Sturzo es harto equívoca e imprecisa. La la vez religioso, civil y político, abarcan- situación de Italia es hoy una muestra de do todas las relaciones de la vida, con el que abundan los propugnadores de Ia rito* religioso, el derecho de familia, las «mano tersa, o sea la posibilidad de compaginar el Bien con el Mal. sucesiones, las obligaciones y contratos, el Derecho penal, etc., abarcando tantas La República romana tiene una línea cosas porque el Derecho musulmán con- clara: a) Berthier (1798); el Papa, dessidera todo deber como cosa de las ma- . poseído de su autoridad sobre los Esllas de su apretada red. tados pontificios y la Reoública romana A pesar de esa homogeneidad maciza, proclamada; b) 1848: Pío IX sale de teóricamente inmutable, la Jurispruden- Roma y meses después el Papado piercia musulmana no es ajena a la evolución de el poder temporal y se implanta de histórica, siguiendo un proceso cada vez nuevo la República. Sturzo, sin embarmás acelerado, según hace notar el mis- go, disculpa los movimientos italianos remo señor Palacios. Marini. Pero por razo- volucionarios, que cree populares y _ro~ nes de autoridad e importancia, en su es- ínánticos. En 1346 los «camisas rojas» tudio se comienza por las bases esencia- izaron la bandera de la República en el les, que son: el Corán y los preceden- Capitolio, al compás del himno garibaltes establecidos por Mohamed. Sobre es- dino, subrayando así el verdadero alcantos dos elementos fundamentales, el' ar- ce de la República recién reinstaurada. tículo aquí reseñado recoge explicaciones Como dice Pío XII terminantemente: musulmanas y otras interpretaciones que «Hace mas de un siglo que un trabajo los musulmanes nunca aceptarían por alu- insidioso, sistemático y constante ha prodir a comentarios personales de los orien- curado minar más. duramente E REVISTAS hacerse ilusiones «acerca del sentido y alcance de ciertos sucesps de los que somos testigos». La actitud conciliatoria es vana. La concordia con el- Comunismo será tan perniciosa como los intentos anteriores, y es increíble que católicos como Luigi Sturzo sostengan que la firme posición del Papado exacerba el anticlericalismo y provoca un movimiento intelectual antirreligioso. Pío XII, como sus predecesores, ha explicado con toda claridad la necesidad de que esté en todo momento asegurada la libertad de la Iglesia. Sin esta firmeza, se observarán conductas irreconciliables con las doctrinas pontificias.—(V. D.) Verdad y Vida. Revista de las ciencias del espíritu^— Madrid. Núm. 16, octubre-diciembre 1496. SCHAAF, O. F. M., Valentín: San An- tonio, Doctor de la Iglesia. (Pág. 551.) Por carta apostólica de Su Santidad Pío XII, del 16 de enero de 1946, San Antonio de Padua ha sido declarado Doctor de la Iglesia, carácter. bajo el cual ya era venerado, con la aprobación de la Santa Sede, por ¡as tres Ordenes, mediante culto litúrgico. Se reproduce traducida al castellano, en la Revista, la Carta encíclica dirigida el 15 de febrero de 1946 por fray Sera-Valentín Schaaf, alumno de la Provincia Cincinnatense de San Juan Bautista, ministro general de toda la Orden de frailes menores, a través de los frailes y hermanos de las. tres "Ordenes de San Francisco, dándoles cuenta de la determinación de Su Santidad. En ella se comenta la posible sorpresa de no pocos devotos de San Antonio al conocer que el santo sobresalió, no meaos, por la fama de doctrina que por la de santidad y taumatúrgica virtud. Y, sin embargo, el santo fue 'llamado, por *a s primera razón, «arca del Testamení ° y «armario de las Escrituras» por el "apa Gregorio IX, y este Papa fue el Primero que, al saludar a San Antonio, Por él canonizado^, entonó la antífona «O Doctor optime». En la encíclica se «ace después una breve historia de las gestiones que llevaron a la reivindicación de ese carácter de San Antonio y, al cabo, a su proclamación como Doctor. San. Antonio supo, en efecto, seguir con esmero el método agustinjano, al manejar los libros sagrados, y en sus Sermones puede apreciarse hasta qué punto se encuentran en su ciencia bíblica abundantísimas riquezas. Y aunque el modo místico de comentar sea poco corriente en nuestros días y aun mirado con reserva, ningún católico hay que ponga en tela de juicio su legitimidad. La razón de su poco empleo se encuentra en el olvido del estudio del libro de la naturaleza, considerada ésta como fuente viva de símbolos y alegorías; pero la Edad Media floreció esa doctrina, del «ejemplarismo divino», transmitida por San Agustín a la posteridad. San Antonio, como fiel discípulo de San Agustín, recurrió al. simbolismo de las cosas creadas, siquiera, como hijo de un tiempo en que el conocimiento de las ciencias naturales, no era tan floreciente como hoy, hubiera de aceptar las opiniones de la ciencia de entonces. Ese mismo agustinisnao indujo al que había de ser fray Antonio a seguir las huellas de San Francisco. En pos de San Aíníonio, San Buenaventura y Escoto continuaron adhiriéndose más estrechamente al espíritu agustiniano. San Antonio fue su precursor, aunque desgraciadamente no hayan llegado de él a nosotros más que sus Sermones, donde sólo puede encontrar* se en germen la doctrina que dictó en Bolonia, Tolosa y en Montpellier.— (J. M. a G. E.) • GOMIS, O. F. M. Juan B.: Ideas socides de San Antonio. (Pág. 669.) San Antonio, nacido en Lisboa, llamado litúrgicamente «proles Híspanla:», fuá el complemento de San Francisco, de manera que si éste fue, sobre todo, varón amante, aquél puede ser caracterizado como varón operante, o San Francisco en acción dinámica. La finalidad de su vida y de su magisterio íué dar a conocer a Dios, Padre, a Jesucristo y a sus Santos y elevar la condición humana, especialmente la de los pobres, necesitados e ignorantes. Para ello insiste en la necesidad de hacer connaturales la acción y la contemplación. Todo ello de- 725 ESyiíSiA DE KBVISTAS be ser inspirado por el Amor, que puede ser también considerado como una virtud social. Del amor nace la justicia,, que íe presupone como el hijo al padre. ¿Cómo se podrá dar a cada uno lo suyo, sin que preceda el amor que dispone eí ánimo a cumplir el deber? La equidad debe intervenir en la interpretación de la justicia y ser la sal de la justicia. El fruto de la justicia es la paz. De importancia es para lograr ésta que se acepte y practique la doctrina de la comunicación de los bienes que después expondrán Vives y el padre Viteri. Con arreglo a este criterio examina San Antonio las relaciones de pobres y ricos, y condena vivísimamente a los avaros y usureros y las relaciones entre los de arriba y los de abajo. El hombre debe vivir según la ley, pero la ley perfecta es el amor de Dios. Las leyes muy numerosas • son condenables. El resultado es que no se cumplen las leyes. Cuando hay amor divino, sobran leyes; si faltan, ninguna ley es 'bastante. Pero el amor debe obedecerse al superior, que representa a Dios, y por el amor debe gobernar el superior.-^?. M. a G. B.) Revista Nacional de Educación. Publicación del Ministerio de Educación Nacional.—Madrid. Nútn. 68. PEMÁN, José María: De la cuarta y definitiva salida di Don Quijote 4e la Mancha. (Págs. 8-3¿.) El autor examina las diversas interpretaciones del Quijote que se lian sucedido en el curso de la historia. Estudia especialmente la tendencia interpretativa que ha querido pintar a Cervantes como un heterodoxo. Pemán escribe: «Cervantes no se apartó de Dios. Se apartó a Veces de España, pero siempre hacía adelante, por una mayor depuración de su ortodoxia. Todo este concepto de justicia moral, esas pequeñas burlas y críticas de ciertas costumbres eclesiásticas, que lo que tienen es un sabor pretridentrino de anticipar la Reforma ortodoxa que había de consumarse en definitiva.» Para Pemán _«el. Quijote es la resonancia de una serie de valores españoles con una 726 serie de anticipaciones hacia lo moderno y hacia lo universal». Y aquí está la razón de por qué llevaba en ; sí las espuelas para esa cuarta salida de Don Quijote: porque llevaba en sí el ritmo de ese crecimiento que ío ha traído hasta nosotros.—(J. A. C.) MEDIANO FLORES, Eugenio: Saludo a Ignacio B. Anzoátegui. (Págs. 5I-54-) Lo primero que hay que ver .en Anzoátegui—escribe Mediano—es al escritor. Su posición seria de escritor ante *la vida, da al ilustre pensador argentino el prisma seguro' y severo para analizar a los hombres y a la vida de los pueblos. Ella le' lleva a definir, magníficamente, el tipo universal del héroe: «El héroe no es el pecador que se arrepiente al final de' su vida porque ya no pueda pecar: es el pecador que llama a la puerta porque ya no quiere pecar.» Eugenio Mediano resalta en su artículo la meridiana claridad y la hondura del pensamiento de Anzoátegui al definir el fenómeno renacentista, en su contraposición española y europea, al mismo tiempo, que parece ungido de una gracia amable, de un fino humor y de una elegante ironía en otras de' sus obras literarias. «De su buen cantar, en lírica cortada por un ritmo interior que nos va ganando a medida que se lee, es buena prueba su tomo de poesías.»—uA. C.) BENEYTO, Juan: La Universidad argentitia. (Págs. 55-57.) De la Universidad argentina—escribe Beneyto—sabemos, por la Prensa y fuera de la Prensa, muy poca cosa. Algo se conoce de la obra de España en eí Río.,de la Plata: las funciones en ¡a época imperial de la Universidad de Córdoba y el Colegio de San Carlos, antecedente de la Universidad de Buenos Aires. Pero, junto a ello, hay que conocer la obra cultural realizada por la Argentina independiente. La Ley esencial en la ordenación universitaria argentina es la Ley Avellaneda de i885, que reglamentó el funcionamiento de las Universidades de Córdoba y Buenos Aires, unícas existentes entonces en la nación, a ÍUIfIStA DÉ REVISTAS ella se intentaba garantizar la autonomía universitaria. En 1900 y en 1904, se quiso reformar la Ley Avellaneda ya que se reconocía que ésta era estrecha y anticuada y no podía dotar a las Universidades de_ una base legal completa y concreta. Diversas reformas aparecidas en los siguientes años no lograron tampoco modificar la ordenación universitaria argentina. ' «Se encuentra así Argentina ante ante el problema de su ordenamiento universitario. Compréndese, pues, que por •quedar demasiado abierto al aire de la fianza superior haya de resentirse en coapolítica, el mundo propio de la enseíacto con zonas de las que no se puede aislar.» Hoy varias tendencias aspiran a resolver el problema. Quiere dotar de alma a la Universidad. Por lo general entre los reformistas domina la tendencia huxnanista. «Se siente la necesidad de formar, ante todo, a los hombres. Antes ciudadanos que profesionales.»—^. A. C.) Boletia de la Real Academia de la Historia. Madrid. Tomo CXIX> julio-diciembre 1946. ALBA, Duque de: El Duque de Huesear. (Págs. 7-20.) Apuntes biográficos, según documentos que se conservan en el Archivo de la Casa de Alba, de don Fernando de Silva Alvares; de Toledo y Haro. XII Cuque de Alba, más conocido por Duque de Huesear por haber usado este título, a signado a los primogénitos, hasta que' Por muerte de su madre, heredó aquella °tra dignidad nobiliaria. Nació en Viena en X 7i4 y murió en 1776. Trátase de un Magnate muy representativo de su tiemPo. Fue su preceptor el literato Iriare ' y> aparte de sus cargos palatinos, como Grande de España, varias veces, y gentilhombre de Cámara, desempeñó el mando de varios Regimientos y otros Puestos militares, pero es en la diplomacia «onde obtuvo su fisura mayor relieve. «aseod le encargó de alguna delicada n, c u a l l o f ü é l a C l i m p l i d a e n M o n _ para informar 4 marqués de la Mina, general en jefe del Ejército español en Italia, del aspecto político de ls guerra, acreditando tales dotes de observación, que seguidamente le nombró,. Ensenada, Embajador extraordinario en Francia. «El ñamante Embajador contaba, a la sazón, no ráás de treinta y dos años, y alegaba, en disculpa de -su iaesperiencia, que no había estudiado en más hojas que la de su espada, ni había leído jamás libro de política.» Era una misión difícil, por andar en ella, la restitución de Gibraltar, los terrenos ocupadospor ios ingleses -en la Florida, y por franceses y holandeses, en la Isla Española, derecho de vizcaínos y guipuzcoanos a la pesca del bacalao, etc. Pese a su extraordinaria buena voluntad el resultadofue escaso, y la gestión puede seguirse, paso a paso, por los documentos que se ordenan nada menos que en veintegruesos tomos. Como consejero «en los casos graves de su Embajada», tuvo el Duque de Huesear al famoso Macanaz. Salió del cargo, con notable quebrantode su hacienda, por sus cuantiosos dispendios en la representación de España,, y gustó de mantener estrecho contactocon las distintas manifestaciones de la cultura. Por ejemplo: se interesó porque hubiese en España buenos mapas, y, en otro sentido, encargó a Scarlatti la transcripción moderna de los himnos compuestos por Pedro de Otz, maestro de Capilla del tercer. Duque de Alba; Por cierto que, en homenaje a éste. Huesear facilitó 'cuantos documentos de su Casa hiciesen falta al erudito Mayans, para que escribiese una biografía de su antepasado que no pasó de proyecto. Gran amigo de Rousseau y.dé D'Alembert, se ha dicho que fue masón; pero, al morir su hijo, don Francisco, «da prden para que inmeditamente se avise a todas lasComunidades religiosas, las reparte en mil quinientas misas y manda en su codicilo que su cadáver quede depositado en la bóveda del convento de Carmelitas de San Hermenegildo, de Madrid. MorelFatio cree ver en el Duque de Huesear' «algo del severo rigor y de la dureza del gran Duque de Alba, pero si todos le reconocen dotes naturales, todos hablan mal de su carácter violento y raro y de su altivez insoportables. Murió con todos los Sacramentos y con conocimientohasta el fin.—(Ai. -F. A.) 727 REVISTA DE EEVISIAS BALLESTEROS VERETTA, Antonio: Burgos y la rebelión del infante don Sancho. (Págs. 195-266.) Estudio de la «revuelta producida en el reino castellano, en los postreros años de Alfonso X, de la que fue promotor y caudillo su hijo Sancho, luego rey con el sobrenombre de Bravo». Y fija el autor precisamente en Burgos, por su especial significación en dicho movimiento rebelde. «Burgos tenía sobrados motivos de permanecer fiel al hijo de San Fernando, de quien tantos beneficios había recibido; pero, aparte la situación geográfica, que colocó a la ciudad del Arlanzón aj. lado de don Sancho, existe Iodo un proceso de lentas y seguras captaciones», que el profesor Ballesteros expone en virtud de sus investigaciones en los Archivos burgalesas. Existía, además, en Burgos «un partido alfonsino, hasta hoy poco advertido», y que en el presente trabajo también se señala. Los privilegios y mercedes reales concedidos a Burgos por San Fernando y las campañas de éste en Andalucía, el «fecho del Imperio», los beneficios prodigados por Alfonso X al pueblo burgalés, el pleito sucesorio y. subsiguiente desasosiego de los reinos, con sus diversas incidencias; las Vistas de Agreda, - las vicisitudes de la Reconquista a través de este período histórico, el cuadro general de las instituciones políticas y cuanto concierne a la guerra civil al fin desatada, en la forma que la Historia general registra, son objeto de valiosa y hasta ahora inédita aportación documental.—(M. F. A.) MARAÑÓN, Gregorio: Los procesos de Castilla contra Antonio Pérez. (Págs. 195-266.) Comienza la transcripción, de un Manuscrito hallado por el autor, referente a los procesos de que fue reo Antonio Pérez. Proceso cuyo examen proyecta extraordinaria e imprevista luz, no ya sobre el famoso político aventurero, sino sobre el reinado de Felipe II, en su conjunto, y sobre el rey mismo, entre otras razones, por la riqueza de datos, que permiten reconstruir el convertido episodio de la muerte de Escobedo. Por lo pronto se precisa cuáles fueron tales procesos, pues ni aún el padre Zarco da una enu728 meración completa, y la compilación del Resumen es confusa y sólo se refiere 3 dos procesos: el de Visita y el Criminal. Pero el hallazgo de este precioso manuscrito, cuya existencia supuso Marañón por las razones que expone en el preámbulo inserto en el número anterior del «B. de la Real Academia de la Historia», aclara muchos problemas. Algunas observaciones sugeridas por el cotejo de dicho manuscrito con el Resumen antiguo, son expuestas en notas al pie de página. Los comentarios del investigador acerca de los documentos cuya transcripción añora adelanta, se reservan para un libro próximo.—(M. F. A.) GÓMEZ DEL CAMMLLOJ Miguel: El espía mayor y el conductor de embajadores, (Págs. 317-339.) En el Archivo Histórico Nacional y en su Sección llamada de antiguo *P a " peles de Estado», se hayan los documentos que su antiguo' Director, señor Gómez del Campillo, da ahora a conocer y que contienen curiosas noticias acerca del cargo de «Espía mayor», cuya existencia oficial se ignoraba e independiente por su función del «Conductor de Embajadores», subsistente hoy coa el nombre de Introductor, y de creaciónalgo posterior al de «Espía mayor». El primer antecedente, visto hasta ahora, es una consulta del Consejo de Estado, en 1605, acerca üe un Memorial de don Andrés Velázquez y Venero, cuyo padre prestó entre otros servicios, los de «Inteligencias y espías». Felipe III acordó, en 1613, que se k expidiese el tíralo de «Superintendente de las correspondencias secretas», más tarde llamado simplemente «Espía mayor». Este documento se copia a continuación, y de los demás que siguen se infieren los pormenores que caracterizaban dicho cargo, que por cierto no era muy productivo, si bien de alta calidad, por la importancia que se le concedió. No 'aparecen los. resultados de tan delicados servicios, siendo «de ssupone que por su mismo carácter de e c r e J°¿ no se tradujeran en informaciones y noticias escritas». El cargo de Conductor de Embajadores fue creado en 1. abril de 1626, en favor de don Francisco Zapata. Las funciones inherentes a ese cargo las prestaba, antes de ser crea- •REVISTA D E REVISTAS do, el Superintendente de las correspondencias secretas.—(M. F. A) Hispania. Revista Española de Historia. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto «Jerónimo Zurita».—Madrid. Núm, XXIV, 1946. EZQUERRA, Ramón: El Franco Condado en él siglo XVI. (Págs. 339-382.) El Franco Condado de Borgoña figura, como es sabido, entre las provincias europeas del viejo Imperio español. PeÍO «es casi desconocida entre nosotros su dramática historia», no obstante su lealtad y sacrificios, «tan heroicos algunos, que son comparables con los más famosos de nuestra propia historia». Por eso, el autor cree oportuno ofrecer en el presente trabajo «algunos rasgos de la Historia contesa durante la unión con la Casa de Austria», limitándose, por razo* nes de espacio, al siglo xvi. «No es el Franco Condado una región geográfica natural, sino comarca política, pues abarca dos zonas bastante diferentes», que el autor examina. "Aunque poblada desde la Edad Media por franceses, «no ha habido provincia que haya experimentado más prolongada y honda repugnancia a su incorporación al Estado francés». Situado «a caballo entre la frontera natural y la política», vigila el Franco Condado las vías que comunican a Francia con Suiza, Aleman a y aun Italia. Para España tuvo esta soberbia encrucijada un insuperable valor como importantísimo eslabón de la gran Vía imperial que desde Italia, por el sur • de Alemania o a través dé Saboya, y luego Por.Lorena, nos enlazaba con Flandes. Tras los obligados antecedentes históricos, el autor entra de lleno en el tema. «España se enlazaba, cada vez más, con la póliz a austro-borgoñona. Desde 1488, en núm. 23, julio-septiembre Interés y dinero (Discusión de algunas teorías modernas), por el Barón Enrique de Stackelberg. La nacionalización de la Banca Central : Historia y teoría, por José María Vilaséca Marcet. Observaciones a la doctrina de Pedersen sobre el fundamento de una política dineraria, por Higinio París Eguilaz. Estructura del mercado del descuento (II), por Francisco Sánchez Ramos. Libros. Boletín de Estadios Económicos. Núm. 9, septiembre 1946: Lord Kéynes. Kl contrato de íletaniento ante el im. puesto de derechos reales, por I.- Artaza. ¿Laborismo contra capitalismo?, por S. Mantilla. La renovación biológica de un grupo demográfico, por G. Fraile. La inflación y las cotizaciones, por J. L. Urquijo. Recensiones de libros. Bibliografía. Ciencia tomista. " Publicación bimestral de los dominicos españoles.—Salamanca. Núm. 223, enero-marzo 1947: Al Maestro Francisco de Vitoria en el cuarto Centenario de su muerte. Orientación humanística de la teología vitoriana, por el P. V. Beltrán de Herédia, O. P. (1) Recogemos únicamente aquellos artículos de intertSs en la materia propia de nuestra RE- 731 REVISTA DE REVISTAS La doctrina del pecado original en Francisco de Vitoria, por el P. L. B. Gillón, O. P. Doctrina de Vitoria acerca del martirio, por D. Victoriano Ribera. La atrición en Vitoria y su escuela, por el P. Adolfo García, O. P. Los fundamentos teoíógico-jurídicos de las doctrinas de Vitoria, por el Padre Venancio D. Carro, O. P. Doctrina vitoriana del orden internacional, por don Antonio Truyol Serra. 131 derecho de intervención según Vitoria, por el P. Ignacio G. Menéndez Reigada, O. P. Los jusinternacionalistas clásicos extranjeros del siglo xvir que citan a Francisco de Vitoria, por don Luis García Arias. Vitoria, forjador y maestro de la Hispanidad, por el P. Manuel G. Miralies, O. P. Contribución al estudio de la bibliografía vitoriana, por el P. Rubén C. González, O. P. Otra colaboración editorial de Francisco de Vitoria durante su estancia en París, por el P. Rubén C. González, O. P. Información del movimiento vitoriano, por R. de A. Bibliografía.: Rubén C. González, O. P. : Francisco de Vitoria.—Bstudio bibliográfico.—Francisco de Vitoria, fundador del derecho internacional moderno.—Conferencias dadas en Vitoria durante el verano de 1945.—• Anuario de la Asociación Francisco de Vitoria, tomo VI.—Bruno de San José, O. C I). : !E1 dominico burgalés P. Mtro. Fray Francisco de Vitoria.—A. Truyol Serra : Los principios de derecho público de Vitoria. Fomento Social. Revista de Sociología y de Moral económica "publicada -por la Compañía de Jesús.—Madrid. Vol. II, núm. 5, enero-marzo 1947: 'Editoriales: Un año. Más dinero para la educación obrera. El hombre, factor esencial. Artículos: La Moral ante el problema de las subsistencias, por Joaquín Azpiazu. 732 El trabajo, la pobreza y el socorro desde los puntos de vista de la Moral y el Derecho, por Eduardo Guillen Estrada. Una mirada al campo español, por Florentino del Valle. Propiedad para los trabajadores, por' Martín Brugarola. Presente y futuro económico y social de China, por Prudencio Damborenea. Glosas y comentarios: Tres deberes fundamentales, por A. T. Calvo. Moralistas norteamericanos el habla, por J. L. Griffith. Biblioteca comentada del hombre de negocios. Bibliografía. Revista de Revistas. Crónica orientadora. Orientaciones bibliográficas modernas. Hispania. 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Informaciones y estudios extranjeros : 151 proyecto uruguayo de Código de Procedimiento civil. Recensiones: De Casso Romero (Ignacio) : Derecho hipotecario o de registro de la propiedad, por D. Arturo Gallardo Rueda. Peso y Calvo (Carlos del) : Manual de accidentes del trabajo, por D. Carlos G. Posada. Núm. 44, enero 1947: Colaboración: El derecho musulmán, por el Bxcmo. Sr._ D. Leopoldo Palacios Morini. Los subjetivismos en el campo de la originación de los derechos privados, por' D. Arturo Gallardo Rueda. Estudios e informaciones extranjeros: líl proyecto de Código de Procedimiento civil, redactado por el doctor Bduardo Couture. Recensiones: Tánger bajo la acción protectora de España durante el cor;flicto mundial. Junio 1940-octubre 1945. Bd. Ministerio de Asuntos líxteriorés. Madrid, 1946. Por A. M. S. Maravall (José A.) : Los fundamentos del Derecho y del Estado. Madrid. Editorial Revista de Derecho Privado. Año 1946. XVI. 220 págs. en 4.° Por B. 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Rey.—Zona -Sur de Marruecos, líl Oasis de Tizgui Remtz, por el Comandante Silvestre Pérez.— Bl Marruecos mediterráneo, por Fernando de Carranza. Moneda y Crédito. Revista de Economía.—Madrid. Núm. 18, septiembre 1946: ffl problema creado por las fábricas, por Wilhelm Ropke, Profesor del Instituí üniversitaire de Hautes Btndes. Internationales de Ginebra. Lord Keyues, explorador de la ciencia económica, por Luis Olariaga, Catedrático de la Universidad Central. Bl naarginalismo clásico, por A. V. Pardo. Bl proceso de amortización de la industria eléctrica española, por Antonio Becerril Antón-Mirallés, Profesor Mercantil. Los segures sociales en Bspaña (II), por Manuel Larafia y Leguina. Pensamiento. Revista de investigación e información filosófica, publicada por las Facultades de Filosofía de la Compañía de Jesús en España.—Madrid. Vol. III, núm. 9, enero-marzo 1947: Ammonio Sakkas ; la leyenda de su 733 REVISTA DS UEVISTAS apostasía, por Bleuterio Blordnv, vS. J. La teoría de la forma («Gestaltheorié»), por Fei-nando M.a Palmes, S. J. Iva «ensidad» y la «racionalidad» como constitutivos de la persona, por Salvador Cuesta, S. J. Notas, textos y comentarios: Bl Congreso Internacional de Filosofía (Roma, 15-20 de noviembre de 1946), por Ramón Ceñal, S. J. I/á finalidad en el reino de la vida, por Jaime Pujiula, S. J. Bibliografía {Siglas, p. 128) : I. Líteos : A. Dell Oro : Los orígenes de la tradición colonial y el cuarto centenario de la Compañía de Jesús.—P. Muñoz : Introducción a -la síntesis de San Agustín.—E. Bettoiti : Vent'anni di studi Scrotisti.—P. Descongs : Autour de la crise du transformisme.— J. de Tonquédec : Une Philosophie existéntielle : L'existence d'aprés Karl Jarpers.—A, F. Watts : Tlia language and mental development of cliildren.—S. Alonso Fueyo : Dios, ' otra vez ; el mensaje de los seres.— A. Díéz Blanco : Historia de la filosofía contemporánea.—J. Donoso Cortés : Obras completas:—San Agustín : Obras en edición bilingüe.—J. Vasconcelos : Estética.—J. Dávila : Introduction ad philosopüiani et lógica.—D. Mayagotia : Ambiente filosófico de la Nueva España.-—M. de Wulf : Historia de la filosofía medie. val.—J. Bravo Ugarte : Compendio de Historia de México.—J. Ameal : Santo Tomás de Aquino.—31. Batllori : Cartas del Padre Pon al Cardenal D e s p u i g.—A. Ribeiro : Leonardo Coimbra. II. Revistas : Historia de la filosofía. Edad Antigua y Media. Crónica: España. República Argentina. Canadá. Necrología : el P. Pedro Déscogs, S. J. Razón y Fe Revista Hispanoamericana de Cultura, publicada por los PP. de la Compañía de Jestís.—Madrid. Tomo 134, fase. 6, núm. 587, diciembre 1946: Gtiión: E~te cansado Occidente...—La misión social de la crítica. 734 El diálogo Menéndez Pidal - Brandi Rassow sobre la idea imperial de Carlos V, por F. Cereceda, S. I. Crónica: El segundo Congreso Jnterainericano de Educación Católica, por V. Arriata, S. I. Bibliografía: Filosofía. Historia. Estudios ignacianos. Ciencias. Biografías. Obras recibidas en la Redacción. Tomo 135, fase. 1, núm. 588, enero 1947: Guión: El nivel de vida popular y la reconquista técnica de España. Un libro sensacional de García Morente, por Quintín Pérez, S. I. La unión religiosa de Oriente y Occidente según Solóviev, por A. Alvarez de Linera. Núm. 589, febrero 1947: Guión: El gran pozo. Notas y comentarios: Hispanidad y Germanismo, por C. Sáenz de Santa María, S. J. Bibliografía: Ciencias eclesiásticas. Filosofía. Historia. Hispanoamérica. Literatura. Tomo 135, fase. 3, núm. 590, marzo 1947: Guión: Ideas morales y temperamento moral.—Remordimiento pertinaz : Polonia. -r . La maniobra del Cesaropapismo soviético, por I. Ortiz de Urbxna., S. INuestra cultura y la cristiandad, P° r I. R. Sepich, Pbro. Notas acerca del teatro religioso en la América colonial (I), por C. Bayle, S. I. La expresión de lo espiritual én la evolución de las formas constructivas, por Luis Prieto. «Un pleito sucesorio». Notas para su lectura, por E. Cereceda, S. I- _ Notas y comentarios: La R f°5Cara3' la Predicación sagrada, por A - iVJ- v ' yuela, S. I. Bibliografía: Teología y Cánones. . sofía. Derecho. Historia. Varia. Obras recibidas en la Redacción. REVISTA DE REVISTAS Revista de Espiritualidad. Publicación trimestral dirigida por Carmelitas Descalzos.—Madrid. Bibliografía: Libros y Revistas. Revista de Revistas. índice de Legislación. 'Jurisprudencia. índice general del año 1948.. Año V, ,núms. 20-21, julio-diciembre 1946: Actualidad: Realidades presentes y... (Balance espiritual de un. año infausto) . Estudios: P. Alberto de la Virgen del Carmen, O. C. D. : Santa Teresa de Jesús frente a la Protesta y frente a Trento (Conclusión). Padre Juan José de la Inmaculada, O. C. D. : Hacia una experiencia inmediata de Dios. Padre Abilio Alaejos, C. M. F. : Humanismo posttridentino. Espiritualidad -enfática en ía Contrarreforma de España. Revista de Estudios de la Vida Local. Publicación del Instituto de Estudios de Administración Local.—Madrid. Año V, núm. 30, 1946: Sección doctrinal: Pedro Muguruza Otaño : El problema de la vivienda en Estocolmo. •Cirilo Martín Retortillo : Las exenciones fiscales y el problema de la vivienda. Antonio Saura Pacheco : El Servicio Nacional de Inspección y Asesorarniento. Rafael Rodríguez-Moruno : Del pasado municipal y provincial. •Colaboración profesional: José Mallol García : Tercerías em el procedimiento recaudatorio municipal. José florea Gisbert : El régimen de los ¡ubsidios familiares en las Corporaciones locales. florentino Castañeda : Auto de Buen Gobierno en el siglo xvm. Información nacional y extranjera: Ac• tividades del Instituto! Boletín Informativo de las Corporaciones y Funcionarios de Administración Local. Revista de Filosofía. Publicada por el Instituto de Filosofía «Luis Vives-», del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Patronato «Raimundo Lulioyi.—Madrid. Año V, núm. 19, sepiiembre-dicie'rnb-re 1946: Estudios: Mateo Febrer : Filosofía de la belleza. Clarence Finlayson¡: Interpretación de la Muerte : Iva actitud espiritual del hombre ante la muerte. Basio dé Rubí, Doctor en Filosofía y en ambos Derechos : «De maiori agentía Dei», de Ramón LIHII. Notas y comentarios: Jenaro González Carreño : Introducción moderna a la Filosofía escolástica. Pafael Ganibra : Marx, Hegel y la Filosofía de nuestro tiempo. Mariano Yela : La Sociedad Psicológica Americana v su Congreso de Filadelfia. Bibliografía: César Silió Cortés : Maquiavelo y su tiempo (G. G. C).— Morris Ginsberg : Manual de Sociología (Rafael Gambra).—Hans Freyer : Introducción a la Sociología (Rafael Gambra).—Hans Fíeyer : La Sociología, ciencia de la realidad (Rafael Gambra).—Michele Federico Sciacca : La filosofía, oggi (José Perdomo García).—R. M. Maciver : Comunidad (Rafael Gambra).—P. Bruno de San José, C. D. : -El Dominico burgalés, P. Maestro Fray Francisco de Vitoria y Compludo (M. M.).—R. Guardini :• La esencia del Cristianismo (Rafael Gambra).—XJgo Spirito : El pragmatismo en, la filosofía contemporánea (Rafael Gambra) .-^Paul Hazard : El pensamiento europeo en el siglo XVII (Gustavo Bueno Martínez). Clarence Finlayson : Dios y la. Filosofía (A. González iUvaréz). 735 KBVISIA J>E ENVISTAS Revista general de Legislación y Jurisprudencia. Madrid. Tomo XII, núni. 5, noviembre 1946: Aplicación y elaboración del Derecho (Esquema doctrinal y crítico) (Continuación), por José Castán Tobeñas. Reseña legislativa (Sumario de las disposiciones más importantes publicadas -en el Boletín Oficial del Estado durante el mes de octubre de 1946), por Francisco Eonet. Notas bibliográficas: Manresa : Comentarios a la Ley de Enjuiciamiento civil, lomo VI, por Pascual Marín. Fernández de Velasco : Los contratos administrativos, por Eugenio Pérez Botija. 'Publicaciones recibidas: Revistas españolas. Núm. 6, diciembre 1946: división y redención de censos, poz R. Badenes. Cuello Calón-: Derecho penal especial de España, por Federico Cástejón. Tomo XIII, núm. 1, enero 1947: Aplicación y elaboración del Derecho^ (Esquema doctrinal y crítico) (Conclusión), por José Castán. Revista de Indias. Consejo Superior de. Investigaciones Científicas. Instituto «Gonzalo Fernández de Oviedo-».—Madrid. Núm. 23, enero-marSo 1946: Richard Konetzke : Eí mestizaje, y s« importancia en el desarrollo de la población hispanoamericana durante la época colonial.. Demetrio Ramos : Apuntes para la biografía del virrey de Nueva Granada D. José Solís. / • Miscelánea: Guillermo Lohmann Villena : Una peregrina teoría más sobre el origen de los americanos.—Guillermo Lohmann Villena : Un pasquín contra el virrey D. Francisco de Toledo. Sobre el fundamento de la justicia penal, por Giorgio del Vecchío. Aplicación y elaboración del Derecho (Esquema doctrinal y crítico) (Continuación), por José Castán. Naturaleza jurídica de los preceptos reguladores de la actividad administrativa internacional, por Enrique MarNotas bibliográficas: RODOLFO TBOSIÍtínez Useros. >~É : Juan de Solórzano Pereira, Libro primero de la Recopilación de las CeLa colación : Historia y crítica de los dulas, Cartas, Provisiones y Ordenanproblemas de valoración (Una conferencia de Marín Monroy), por Rafael zas reales.—RODOLFO TROSTIJÍÍ : Pll~ Núñez Lagos. blicaciones del Instituto de Historia del Derecho Argentino y AmericanoReseña legislativa (Sumario de las disde la Facultad de Derecho y Ciencias, posiciones más importantes publicaSociales de la Universidad de Buenos das en el Sojetín Oficial del Estado Aires.—R. EZQUERRA : Carlos Pereyra, durante el mes de noviembre dé 1946), Quimeras y verdades de la Historiapor Francisco Bonet. R. BZQUERRA : Raoul Blanchard, EstaI. Derecho administrativo. dos Unidos, Canadá y Alaska.—S.II. Derecho fiscal. 15. : Archivo General de Indias, CaIII. Derecho privado, social y procesal. tálogo de Documentos de la Secdow Notas bibliográficas: Sanz Fernández : Novena.—]. A. CALDERÓN QUIJASTO : Comentarios a la nueva Ley HipoteJ. Ignacio Rubio Mané, Archivo déla caria, por Rafael Núñez Lagos. Historia de Yucatán, Campeche y « Arellano Igea : Las obligaciones, los basco.—Josfi AMONIO CAMJERÓN Qmcontratos y la prescripción en el DeJANO : Manuel Gutiérrez de Arce^irecho navarro, por José Castán. colonización danesa en las islas vírArcenegui : Reflexiones sobre el nuegenes. Estudio histórico-juridi,co.-*vo ordenamiento de la Justicia muniMANtna VAUWMORO : Colección de • cipal, por Tomás Ogayar. Diarios y Relaciones para la Ilistorw Mané jane : La Ley sobre inscripción, 736 REVISTA DE REVISTAS de los Viajes y Descubrimientos. Vol. IV-V.—VICENTE VELA : Salvador Clavijo Clavijo, La trayectoria hospitalaria de la Armada española.—LEJARZA : P. Francisco Quevedo, O. F. M., El llustrísimo Fray Hipólito Sánchez Rangel, primer obispo de Maynas.—F. MATEO, S. I. : Servidumbre natural y libertad cristiana, según los tratadistas españoles de los siglos XVI y XVII.—RICHARD KONETZKE : Silvio Zavala, Ensayos sobre la colonización española en América.—PABLO ALVAREZ RUBIANO : Ciriano Pérez Bustamante, El problema lingüístico en la colonización de América.—PABLO ALVAREZ RUMANO : Antonio Ronieu de Armas, Los Tratados de partición del Océano entre España, y Portugal. Intervención de la. diplomacia española.— Bmilio Rodríguez de Morizi, Vicisitudes de- la lengua española en Santo GUILLERMO LOHMANN VIUENA : Alber- Richard Konetzke, El Imperio espa- to sum Felde, El problema de la cul- Domingo. —> CARLOS SECO SERRANO : Fernando Vela, Los Estados Unidos entran en la Historia. — ANTONIO PARDO : José Antonio Calderón Qnijano, Hélice 1663 (¿ )-1821. Historia de los establecimientos británicos del. río Valis -hasta la Independencia de Hispano-América.—VICENTE PALACIO : Jo- sé Luis Múrquiz de Miguel, El Conde de Chinchón, Virrey del Peni.—JORGE CAMPOS : Archivo General de la Nación, Corsarios franceses e ingleses; en la Inquisición de la "Nueva España. Siglo XVI.—FLORENTINO PÉREZ E-MBID : V. Vicente Vela, índice de la Colección de documentos de. Fernández de Navarrete que posee el Museo Naval.—CARLOS ñol.—FLORENTINO SECO SERRANO : PÉREZ BMBID : C. tura americana.—CARLOS SECO SERRA- Raymond Beazley, O infante D. HenNO : Antonio Maulla Tascón, Los via- ' riqué e o inicio dos descrobrhnientos jes de Julián Gutiérrez al golfo de modernos.— JORGE CAMPOS : Artliur Urabá.—.LEOPOLDO ZUMALACÁRREGUI : Ramos, Las culturas negras en el Vicente Palacio Atard, El Tercer PacNuevo Mundo.—RICHARD KONETZKE : to de la Familia. Algunas • consideraArnald Steiger, Zur Kultur und Wirtciones para su estudio.—JORGE CAMschafi Iberoamerikas.—JAIME DELGAPOS : Paul Rivet, Les origines de DO : Ignacio Weis, Un incidente dil'home americain.-—JORGE CAMPOS : plomático en la época de Rosas. ConJuan Antonio Cabezas, Rubén Darío tribución a la Historia de las relacio{Un poeta y una vida).—ANTONIO PARnes entre el Reino de Cerdeña y la no : Alejandro Liaño, Woodrow WilConfederación argentina.—JAIMK DELson.—J. R. ARZUA : Alexandre de GADO : Pablo Antonio Cuadra, PromiMoráis, O Brasil de hoje.—NICOLÁS sión de México y otros ensayos.—-JORSÁNCHEZ ALBORNOZ : Antonio S. PeGE CAMPOS : Pedro Salinas, Aprecio y defensa del lenguaje.—CLAUDIO MIRA• dreira, El periodismo en Puerto Rico. LLES DE IMPERIAL : Gonzalo Gómez de 'Juicios ajenos : C. SÁENZ DE SANTA Cervantes, La vida económica y' soMARÍA : Francisco de Avila, De priscial de Nueva España al finalizar el c'orutn huaruchiriensium origine et siglo XVI. institutis.—IIENRY BRUMAN : Rodolfo Barón Castro, La población de El SalManuel Ballesteror Gaibrois, Emilio Iy. vador.—C. SÁENZ DE SANTA MARÍA : Oto y J. Campos : El americanismo Iveón Lopetegtii, S. I., El padre José en las -revistas. de Acosta, S. I. y las Misiones. Crónica del mundo hispánico: NECROLOGÍA : Ramón J. Car cano (1860-1946), 'Crónica del inundo Hispánico.. por FERNANDO SOLER JARDÓN. — IV Centenario del Arzobispado de Méjico, Año VII, núm. 24, ¡946: Richard IConetzke : El mestizaje y su importancia en el desarrollo de la población hispanoamericana durante la época colonial (conclusión). Ricardo X,evene : Historia de la segunda Audiencia de Buenos Aires. Notas bibliográficas: JORGE CAMPOS : ,por FIDEL DE I/EJARZA, O. F. M.— Conmemoraciones cervantinas en Madrid.—Fiestas conmemorativas en Sevilla del V Centenario del nacimiento da Nebrija.—Ciclo de conferencias sobre Félix de Azara en la Institución Cultiira Española de Buenos Air-es, por F. S. J.—Primera Exposición del Libro Misional Español, por JOSÉ SAL737 REVISTA DE REVISTAS VADOR Y CONDS, O. P.—Actos organi- Revista moderna de administración zados por el Instituto «.Gonzalo Fersocial. nández de Oviedo-a.—Basas del CertaPublicación del Centro de Administramen en memoria de Francisco de Vición Municipal «Luis Vives*.—Bartoria, organizado por la Institución celona. Española de Uruguay. Año XXXVII, Revista Internacional de Sociología. Publicación del Instituto ¿Balmes-n, de Sociología, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.—Madrid. Año IV, núm. 14, abril-junio 1946: Secciones doctrinales: I.—Sociología : .Salvador Minguijón : Técnica y espíritu. Prof. Wilhelm Ropke : Hacia nuevas formas de vida social (Capitalismo, Colectivismo, Humanismo económico). P. Joaquín Azpiazu, S. J. : Filosofía del trabajo. II.—Problemas de población : Corrado Gini : Los efectos demográficos de las migraciones internacionales. Javier Rujz Alinansa : La población de Madrid. Su evolución y crecimiento durante el presente siglo (1900-1945). III.—Sección histórico-social. Kamón Fernández Potisa : Las doctrinas agro-sociales de Columela. Carmelo Viñas y Mey : Un gran tratadista español : Las doctrinas sociales de Ramón de la Sagra. Casimiro de Orense y Ravego: Las doctrinas sociales.—Idea de la verdadera nobleza.—Protección al trabajo.' La propiedad agraria y los deberes de la riqueza.-—El absentismo.—De la desigualdad y sus causas. Notas bibliográficas: Hans Freyer : La sociología, ciencia de la realid-ad (Rafael Cambra).—A. Menzel : Introducción a la Sociología (Antonio Perpiñá).—M. Arboleya : Técnica del apostolado popular (Carmelo Viñas).—Severino Aznar : Ecos del Catolicismo social en España (C. V.).—C. Coreopino : Las doctrinas sociales de Lamennais (R. Cambra).—Caradog Jones : Full Employment and State Control (J. Mallart).—C. y M. Wilson : Thi Analysis of Social change in Central África (C. Baroja). 788 núm. 430, octubre 1946. Sección doctrinal: Los presupuestos municipales : Formación, tramitación y reclamaciones, por D. Fernando Sanz Buigas. La subasta-concurso, por I). Juan Viñas Comas. Los funcionarios de la Administración Local en la Ley, articulada, próxima a publicarse, por D. Carmelo Sánz Sáinz. La vigente legislación: Bl Ayuntamiento y el problema de' abastos. Arrendamientos urbanos. Año XXXVII, 1946: núm. 431, noviembre Sección doctrinal: Los presupuestos municipales : Formación, tramitación y reclamaciones, por D. Fernando Sanx Buigas. La jurisprudencia del Tribunal Supremo, por D. Ignacio Subirache Ricart. Fuentes históricas del Derecho municipal español : El primer presupuesto de la ciudad ái Alcalá de Henares, por D. J. R. G., Interventor del Ayuntamiento de dicha ciudad. Revista Nacional de Educación. Publicación del Ministerio de Educación Nacional.—Madrid. Año VI, nthn.ee, 1946: Editorial: Sánchez, J o s é Rogerio: Maestros olvidados : Bl Padre Isla. Araujo ' Costa, Luis : Fray _ Luis de Granada, figura del imperio. Sir Cyril Norwood : Pruebas y exámenes en Inglaterra. Notas de libros: Castillos de España, por Carlos Shartou Carreres. III poder de la voluntad, por Paüi i-. The°Nation' S Children, por Rosalind Chambers y Christine Coc¿burn. REVISTA DE REVISTAS Revista de Trabajo. Publicación del Ministerio de Trabajo. Madrid. Núm. 9, septiembre 1946: Estudios y documentos: El predominio de lo discrecional en la fijación de la indemnización por despido en el Derecho español, por Héctor Maravall Casesnoves. Evolución del concepto de «participación en los beneficios», por José Borrell y Macla. Núnis. 11-12, noviembre-diciembre 1946. I.—ESTUDIOS Y DOCUMENTOS : De los Seguros Sociales al Derecho de Previsión Social, por Antonio Perpiñá Rodríguez. , II.—DOCUMENTOS mentos HISTÓRICOS : Docu- históricos. IV.—JURISPRUDENCIA Y LEGISLACIÓN : Jurisprudencia social del Tribunal Supremo. Sentencia del Tribunal Central de Trabajo. Interpretación de leyes y reglamentos. índice legislativo mensual : Noviembre. Diciembre. Textos normativos importantes. Legislación extranjera. V.—BIBLIOGRAFÍA DE LIBROS Y REVISTAS. Núm. 1, enero 1947. !•—Estu,dios y documentos: 1.° Las fluctuaciones económicas y la estabilización del empleo, por José Mallart. 3.» La legislación industrial en Gran Bretaña. 4.» Ordenanzas dé los Gremios de Toledo, por Emilio Sáez. II—Informaciones: 1.° Actividades de las Escuelas Sociales. 2.o Koticiarip de España. • 3." Noticiario del extranjero. 4.o Dirección General de Trabajo. 5.o Comisaría Nacional del Pago. III.—Jurisprudencia: I.» Tribunal Supremo. 2.o Tribunal Central de Trabajo. 3.° Dirección General de Trabajo. 4.o Dirección General de Previsión. IV.—Legislación: l.o índice legislativo mensual. 2.o Textos normativos importantes. 3.o Legislación extranjera. V.—Bibliografía da libros y revistas: 1." Nacionales. 2.» Extranjeras. Saitabi. Revista de Historia, Arte y Arqueología, publicada por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valencia. Niíms. 20-21: Un proceso en tiempos de Felipe II, por el Barón de Terrateig. Las Cortes del Reino de Valencia, por Gonzalo Vidal, Pbro. Jesuítas de la provincia de Aragón exilados por desafectos al régimen borbónico, .tras la guerra de Sucesión, por Guillermo Aulet Sastre. Noticiario bibliográfico: Ojeada a las revistas : La Historia en las revistas, por J. Camarena Mahiques. El Arte en las revistas, por Vicente Ferrán Salvador. La Arqueología en las revistas, por José Alcina Francia. La Filosofía en las revistas, por F . Montero Molinar. La Geografía en las revistas, per Vicente Vicent Cortina. Universidad. Revista de cultura y vida universitaria.—Zaragoza-: Nii-ni. 2, abril-mayo-junio 1946: Filosofía y Letras: La Biblia de Huesca : Otro importante Códice aragonés, por Teófilo Ayuso Marazuela. Derecho: El orden social, por Felipe Aragüés Pérez. Crónica: El Congreso Nacional de Derecho Civil. 739 ÍNDICES DE REVISTA DE REVISTAS I . ÍNDICE I. A) DE MATERIAS POLÍTICA. TEORÍA POLÍTICA. García Maynes, Bduardo : La axiomática jurídica y el Derecho de libertad, 561. Morales Benítez, Otto : La libertad frente a las -nuevas formas de Estado, 561. Krebs, Ricardo : La época del imperialismo, 568. IJisler, R. : Omnipotent Government (Gobierno omnipotente), 620. Buce, Lockart": What is a reactionary ? (¿ Qué es un reaccionario?), 620. Aragñés Pérez, Felipe : El orden social, 715. Aragüés Pérez, Felipe : El Poder político, 715. B) PENSADORES POLÍTICOS. Ceballos García, Gabriel : Actualidad y tragedia de Francisco de Vitoria, 559. " Arainburo Restrepo, Gabriel : Francisco de Vitoria, 55S. Jararaillo Vélez, Lucrecio : Francisco de Vitoria, 558. Millán, Bnrique : El P. Vitoria o la concepción humanitaria del Derecho, 560. Zumara, S. N. R. C. : Einblicke in die Unterrichtsweise des Franz de Vitoria, O. P. (Notas sobre los procedimientos docentes de Francisco de Vitoria, O. P.), 693. González P. Rubens, C. : Contribución al estudio de la bibliografía vitoriana, 714. C) POLÍTICA MUNDIAL. Bandevart, Juica : Le Veto dans VOrganisation des Nations Untes (151 Veto en la organización de las Naciones Unidas), 586. Why not disarmameni? (¿Por.qné no el desarme?), 638. Messineo, S. J. : La se'conda Assamblea genérale delle Nazioni XJnite (I,a segunda Asamblea general de las Naciones UuiUnidas), 644. 741 KKVISlA Tít REVISTAS B) POLÍTICA RELIGIOSA. Christophorus.: Itinerario hispánico, 548. Ortiz Monasterio, José : Los católicos y las relaciones interamericanas, 554. Henao Henao, Daniel : Los partidos social-católicos en Europa, 554. Gandolfo, Rafael : Cristianismo de consigna versus cristianismo de fe, 562. Fontaine Aldunate, Arturo : Santiago de Contposlela camino de la Cristiandad, 569. Clayton Morrison, Charles : The conoe.pt of an ecvmenicál proíestantism (151 concepto de xm protestantismo ecuménico), 680. Ortiz de ürbina, S. J., I. : La maniobra del císaropapismó soviético, 706. E) POLÍTICA EUROPEA. Churchill, Winston : Let Éurope arise (Permitid que Buropa se levante), 622. Warriner, Doreen : The real issnes in Europe (L/as soluciones reales en Buropa), 632. National or International relief (Ayuda nacional o internacional), 640. Henac, Henao, Daniel : Los partidos social-católicos en Europa, 554. Gleis, F. G. : Recent intcrpreiations of Germán history (Recientes interpretaciones de la historia alemana), 669. Philipp, Julio : El proceso de Nüremberg a la luz del Derecho antiguo, 573. Herzoc, Jacques Bernard : Le message du Nürenberg (El mensaje de Nüremberg), 589. Voigt, F. A. : Nilrenberg, 621. Nürenberg in retrospect (Visión retrospectiva de Nüremberg), 626. Mande, John : Nürenberg in History (Nüremberg- en Ja Historia)', 625. Italian Economy^ in the Balance (Balance de la situación económica en Italia), 643. Cnffi Canadell, José Oriol : La República italiana, 724. Piñón, Rene : La place et le role de la Pologne en Europe (Kl lugar y la misión de Polonia en Buropa), 587. Remordimiento pertinaz: Polonia, 706. „ C. S. : Political forces in Yugoslavia today (I Eclesiástico)., 649. G) HISTORIA DEL DERECHO. Palacios Morini, Leopoldo : El Derecho nntsuhnám,: la jurisprudencia, 723. ni. TEOLOGÍA, RELIGIÓN y MORAL. Croccio, Agostino : II problema dell'inmortaUta dell'anima neltit Suma Theologiae di S. Tommaso d'Aquino (El problema de la • inmortalidad del alma en la Snmma Theologiae de. Santo Tomás de Aquino), 64S. Beltráu de Heredia, O. P., V. : Orientación humanista de letTeología vitoriam, 711. Carro, O. T?.¡ Venancio : Los fundamentos teológico-jmidicos de1 las doctrinas de Vitoria, 712. Schaaí, Valentín, O. V. M. : San Antonio, Doctor de la Iglesia» 115. Arango, S. J., Donoso: ¿Qué piensa Gandhi del Cristianismoff 553. Gandolfo, Rafael r Cristianismo de consigna versas -cristianismode fe, 562. 746 ÍNDICES Pérez, S. J., Quintín :' Un libro sensacional de García Morante, 711. Davies, D. R. : The coniemporary relevance óf Christian Faith (La importancia contemporánea de la fe cristiana), 519. Bearchen, M. B. G. : The Church and the people (La Iglesia y el pueblo), 637. Clayton Morrison, Charles : The concep of .mi ectimenical protestantism {El concepto de un. protestantismo ecuménico), 680. IV. FILOSOFÍA. Tilgher, Adriano : L'originalita di una filosofía. Estudio, sulle fonti dell attualisnio di gióvanni Gemtile (La originalidad de una filosofía. Estudio acerca de las fuentes de actnalisnio de Gióvanni Gentile), 648. Grabman, Martin : L'aristotelismo italiano al lempo' di Dante con particolare rignardo aU'Universita di Bologna (El aristoíeiisnio italiano en tiempo de Dante y en especial en la Universidad de Bolonia), 648. Croccio, Agostino : II- problema, dell'imnortalita' deWanima nella Sumtna Theologiae di S. Tommaso d'Aquino (El problema dé la inmortalidad del alma en la Snmma Theologiae de Santo Tomás de Aquino), 648. García Bauer, José : Orígenes de la filosofía griega, 692. V. HISTORIA POLÍTICA. A) E L MUNDO ANTIGUO. Freiré, A. : Eloguencia e Patriotismo (Elocuencia y Patriotismo), 685. B) ESPAÑA* '• C) Ballesteros Vetetta, Antonio: Burgos y la rebelión del Infante Don Sancho, 729. Cereceda, S. J., Feliciano : éJn pleito sucesorio» de Orestes Ferrara, 708. Cereceda, S. J., E. : Diálogo Menéndez Pidal-Brandi-Rasow sobre la idea imperial de Carlos V, 699. Kzquérra, Ramón : El Franco. Condado en el siglo XVI, 72$.. García Arias, Luis : Una pugna hispano-veneciana solxre el dominio del Mar Adriático, 729. Marañón, Gregorio : Los procesos de Castilla contra Antonio Pérez, 728. Gómez del Campillo, Miguel : El espía mayor y el Conductor de Embajadores, 728. Castañeda, Mórentino : Atúo de buen Gobierno en el siglo XVIII, 723. Alba, Duque de : El Duque da Huesear, 727. AMÉRICA VIRREINAL. Chamberlain, Ilobert S. : TJn documento desconocido del licenciado Cristóbal de Pedraza, protector de los indios y Obispo de Honduras, 599. 747 REVISÍA DE REVISTAS Molina y Morales, Roberto: Conmemorando el IV Centenario de la fundación de la ciudad de El Salvador, 702. D) INDEPENDENCIA AMERICANA. Bierck, Ilarold A.. : Bolívar y la cooperación hisfano-americana, 698. E) REPÚBLICAS AMERICANAS. Archivo de Yanes : Tributo de la familia del historiador Yanes a su memoria, 698. VI. VARIA. Casas Z., Eduardo : Decadencia y defensa del idioma, 560. Kyzaguirre, Jaime : La misión histórica del libró español, 585. Peinan, José María : Cuarta y definitiva salida de Don Quijote de la Mancha, 726. Mediano Flores, Bugenio : Saludo a Ignacio B. Anzoátegui, 726. Fraile, C. : La renovación biológica de un grupo demográfico, 730. 748 II. ÍNDICE Alba, Duque de: «El Duque de Huesear», 727. . Aragüés Pérez, Felipe: «El Orden Social», 715. Aragües Pérez, Felipe: t «El poder político», 715. Aramburo Restrepo, Gabriel: (¿Francisco de Vitoria», 558. Arango, S. ]., Dionisio: «¿Qué piensa Gandhi del Cristianismo?», 553. Artaza, I.: ¿Rl Contrato de fletamento ante el impuesto de derechos reales», 730. Ballesteros Veretta, Antonio: «Burgos y la rebelión del Infante Don Sancho», 728. Bandevant, Jules: «Le veto dans l'Organization des Natíons Unies» (El Veto en la Organización de las Naciones Unidas), 586. Searchen, M. B. G.: «The Church and üie people» (La Iglesia y el pueblo), 637. Beltrán de Heredia, O. P., V.: «Orientación humanista de la teología vitoriana», 711. Beneyto, Juan: «La Universidad argentina», 726. 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