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EJECITO Revista ilustrada de las Armas y Servicios Ministerio del Ejército REVISTAILUSTRADA DE LASARMASY SERVICIOS Madrid, Octubre 1956 AFioXVII — — Nim. 201 SUMARIO Para una Historia de la 6uerra de Liberación...La marcha sobre Madrid (agosto-noviembre (Pág. 3.)—Comandante Martínez ¿ Qué lugar ocupa actualmente la Artillería ligera de campaña? (Un estudio) plomado, Wilhelm 1936) (III). Bande. (Pág. 15. )—Ingeniero di- Mehlert. La maniobra de los puentes giratorios del Jj (Pág. 19.)—Tenjente Coronel Casas y Fluir del Arbol. Apuntes sobre un posible plan de instrucción de Campos de minas. (Pág. 22.)—Teniente Fornals Villalonga. La Escuela de guerra italiana. (Pág. 27. )—Comandante De Benito de Sola. Deportes de combate.-Defensa personal. (Pág. 35. )—Comandante Grijelmo García. 131 infante y la noche. (Pág. 41)—Comandante Poderós Moreo. El Servicio de Sanidad en campaña ante la guerra atómica. (Pág. 47. )—Comandante Nieto Cosan o. Información e Ideas y Reflexionesd El Arma Acorazada. Su pasado, presente y futuro. (Pág. 53.)—Tte. Coronel Mene L. Carey. (Traducción.) La protección antiatórnica (1). (Pág. 60.)—.Coronel Ailleret. (Traducción.) Los traslados de residencia. (Pág. 64.)—Capitá.n Aznar Chueca. Notes breves. (Pág. 65.)—Original vehículo americano todo-teeno..Afostes móviles para morteros en el Ejército suizo. Tres noticias de Ja Publicación boliviana ‘Revista Mihtar”.—Unidad experimental norteamericana de “Caballería Aérea”. El presupuesto de Defensa Nacional do los Estados Unidos—Nueva ración de mochila del Ejército inglés pava veinticua tro horas.—Inumentncja para el mal tiempo en el Ejército británico—El “Supersabre” F-100 C, primer avión super sónico de Fa aviación militar nortearnenjcana.—Nuevo carro de reconocimiento británico—Entrada en servicio de una cadena de radar norisamerjosva que cubre desde la península de la Florida al Atlántico meridional.—.Ca.mión pesado del Ejército nonteaanenicano.—_Elproyectil dirigido suizo “Oerlikon-54”.—E.l cohete francés “Verónica”.—..El “Aerodina”, un nuevo tipo de avión norteamericano en experimentación, sin alas ni timón—Pistola ametralladni’a francesa M.A.T. 49. Síntesis de proyectiles dirigidos. (Pág. 70.)—Tenien.ts Pérez Martines. Datos sobre el automóvil en sus primeros cien altos en Estados Unidos. (Pág. 71.) — Comandante Renshaw Beautell. Nuevo porta-planos militar. (Pág. 74.)—Com:anzlante Sánchez López. El mito del judaísmo cte Cristóbal Colón. (Pg. 77. )—Armand Bernardini. (Traducción.) Ayer y hoy del Canal de Suez. (Pág. 80)—Teniente Crespo Cuspinera. El satélite artificial y sus aplicaciones científicas. (Pág. 85.)—Doctor llamar E. Newel y Charles dé Vore. (Traducción.) Guía biblioqráfica. (Pág. 87.) MINISTERIODELEJERCITO ejéreitó REVISTA ILUSTRADADE LAS ARMAS Y SERVICIOS ALFONSO DIRE CTOR FERNANDEZ, Coronel de E. M. JEFE General DE REDACCIÓN de Brigada Excmo. Sr. D. José Díaz de Villegas, Director General (le Marruecos y Colonias REDACTORES: General de Brigada Excmo. Sr. D. Mariano Alonso Alonso, de a Escuela Superior del Ejército. General de Brigada Excmo. Sr. D. Gregorio López Muñiz, (le la Escuela Superior del Ejército. Coronel de Artillería, del S. de E. M., D. José Fernández Ferrer, de la Escuela S. del Ejército. Coronel de Infantería D. Vicente Morales Morales, del Estado Mayor Central. Coronel de E. M. D. Manuel Chamorro Martínez, del Estado Mayor Central. Coronel de Artillería D. Ramón Carmona Pérez de Vera, de l-a E. de Aplicación y T. le Artillería Coronel •de Infantería, del S. de E. M., D. Alfonso Romero de Arcos, del Estado Mayor Central. Coronel Interventor D. José Bercial Esteban, de la Revista EJÉRCUD. T. Coronel Ingeniero de Armamento D. Pedro Salvador Elizondo, de la Direc. Gral. de Industria. T. Coronel de Artillería D. Juan Mateo Marcos, de la Escuela de Estado Mayor. T. Coronel de Ingenieros, del S. de E. M., D. José Casas y Ruiz del Árbol, del E. Mayor Central. Comandante de Intendencia O. José Rey de Pablo Blanco, de la Escuela (le Estado Mayor. PUBLICACION Redacción MENSUAL y Administración: MADRID, Alcalá, Teléfono 22-52-54 E Correspondencia, Apartado de Correos 317 PRECIOS DE 4.° ADQUISICION Para militares, en suscripción colectiva por intermedio del Cuerpo Para militares, en suscripción particular (por semestres adelantadOs) Para Cuerpos y militares, número atrasado10,00 Para el público en general, suscripción anual120.00 Extranjero, suscripción anual250,00 Número suelto12,00 Correspondencia i8, 700 50,00 1PtaS.ejemplar. Correspondencia para colaboración, al Director. para suscripciones, al Administrador, D. Francisco de Mata Díez, Comandante de Infantería, Para una ffiIeíia de laGuerrade LileiwcioJ2 La marcha sobre (AgosÉo-Noviembre (III) Madrkt 1.936) Comandante de Artillerlia, JosdManuel MARTINEZ BANDE, del Servicio Histórico Militar. QUINTA ETAPA AVANCE CONJUNTO SOBRE MADRID 7 noviembre) (1 octubre El terreno. Las posiciones iniciales (croquis nú mero 9).—Las operaciones que van a ser estudia das ahora tuvieron lugar en un teatro de la más variada geografía, cuyos extremos eran las creste rías carpetovetónicas y la margen derecha del Tajo. Así no es de extrañar que las altitudes pasa ran de los 1.500 metros (en algunos puntos de la sierra) a los 450. (el Tajo, en Toledo); y que las for mas del terreno recorrieran la gama que va desde el intrincado montañoso al suavemente ondulado. Dos clases de accidentes geográficos debían ser aquí considerados: los extendidos de Norte a Sur y los que iban de Oeste a Este. Dentro de los p meros estaban el río Alberche (en parte) y su afluente el Perales, el río Guadarrama y el río Manzanares. Las divisorias entre los mismos, así como su paso, no representaban grandes obstácu los. Los accidentes que llevaban dirección OesteEste eran: la divisoria carpetovetónjea (Sierras de Situación general después de la conquista de To iedo.—Pese al triunfo indiscutible que para las armas nacionales suponía la conquista de Toledo, la situación táctica que se presentaba a las mismas tras esta victoria aparecía muy delicada. En efec to, las líneas de comunicación de la ciudad del Tajo con la retaguardia eran largas y escasas—en realidad, una carretera y un ferrocarril—, y des de Talavera el terreno ocupado por el Ejército Expedicionario formaba una faja larga y estrecha, con varias posibles estrangulaciones, uno de cuyos flancos se apoyaba en el río, entonces en máximo estiaje y vigilado por pequeños destacamentos, y el otro en las estribaciones de la sierra de San Vi cente, cuyo dominio resultaba precario y se rom pía con las frecuentes incursiones de partidas ene migas. Pero Madrid estaba cerca y las fuerzas naciona les dibujaban ya en el plano, a su alrededor, un semicírculo que iba desde las lejanas tierras de Sigüenza a Toledo. Lo ideal era, indudablemente, aprovechar esta situación para dirigirse sobre la capital en una serie de ataques convergentes em prendidos, al menos, desde la zona montañosa en torno a El Escorial hasta la ciudad del Tajo. Ahora bien, la escasez de efectivos nacionales y la natu raleza propia para la defensiva de las montañas del Sistema Central imponían aquí severas limita. ciones. Para estudiar la situación del enemigo debemos considerar dos factores : uno negativo, las constan-e tes derrotas sufridas por él; y otro positivo, la proximidad a Madrid, cantera inagotable de hom Sin bres y material, centro de una red viana muy den sa y foco político de primerísimo orden, de donde partía una propaganda intensa y eficaz que ha de ser estimada en su debido valor, dado el espíritu de partido que movía a las fuerzas encargadas de taponar ios accesos a la capital. y de la posibilidad de actuar por líneas niter iores. hasta Toledo se había avanzado, generalmente, siguiendo una línea y superando, mediante ligeros desbordamientos, los obstáculos puestos ante ella. Sólo en un caso (ocupación de Arenas de Sami Pe dro) había tenido lugar una maniobra convergen te, actuándose desde dos sectores alejados. Ahora, en cambio, la cercanía de la capital y el mayor número de unidades atacantes permitía intentar la realización de movimientos simultáneos y sucesi vos, perfectamente combinados, ligados unos con los otros y con una finalidad última común a todos. Propósitos del enemigo.—Aun sin disponer de una amplia documentación militar verdaderamen te fehaciente del enemigo, sí nos es posible presu mir que el mando residente en Madrid, al llegar este momento, contaba con un plan perfectamen te perfilado para su defensa, dentro, claro está, de la penuria técnica en que se movía. El plan se ci fraba en desgastar en el frente a las fuerzas Ex — En las Sierras de la Paramera y Malagón. el pedicionarias con ataques constantes, realizados frente—constituído, en gran parte, Por posicio con la única finalidad de retardar su avance, y pre nes aisladas—se apoyaba en los vértices Cabeza parar en torno a la capital una defensa a toda cos Lijar y Cabeza Renales, puerto del Descargade ta. Probablemente fué la ausencia de mandos y ro, vértice Valdihuelo, puerto del Boquerón y de unidades bien instruídas lo que llevó a aquél pueblos de San Bartolomé de Pinares Santa a esta decisión, muy dentro de su psicología revo Cruz de Pinares. lucionaria, de defender la cabecera de un Estado — En los valles del Alberche y Tiétar y en la en sus mismas fronteras urbanas. Sierra de Gredos que dominaba los mismos, po La profusa propaganda lanzada por el Gobier seíamos el pueblo de avatalgorda, el puerto de no de Madrid a partir de la pérdida de Toledo Mijares y las localidades de Piedralaves y Ca declaraba, sin regateos, este propósito. Sin embar savieja. go, por un fenómeno muy explicable en aquellos — En la zona que podríamos llamar llana, en momentos se produjeron determinadas reacciones tre el río Tiétar y la ciudad de Toledo, el frente contrarias: creyéndose en los grandes sectores fa se apoyaba sobre los pueblos siguientes: el Real vorab’les a la causa nacional e incluso en algunos de San Vicente, Villamiel, Bargas y Toledo, con contrarios que, precisamente por haberse sufrido su pequeña cabeza de puente soore el Tajo. derrota tras derrota en campo abierto y en la de Carácter general de las operaciones.—El terreno, fensa de dos ciudades que se prestaban muy bien así considerado en grandes líneas, señaló un carác a ello, se desistiría de defender Madrid. Esta idea ter especial a la acciones llevadas a cabo en este persiste aún, pese al tiempo transcurrido, en teatro de operaciones durante la etapa que conside aquellos que consideran inexplicable mio se ((en ramos de la Marcha sobre Madrid. En efecto, la trara)) en la capital en los primeros días de no que hemos llamado zona Norte, intrincada y de viembre; y no arrolló en su día al Mando nacio comunicaciones difíciles, se prestaba, para cual nal, lanzándole a una aventura cruenta e inútil, in quiera de las dos partes contendientes, a la defen dudablemente por ajustar su visión a las reales siva : la estabilización de frente había permitido, circunstancias y quizá también por poseer una in además, la construcción de fortificaciones numem o- formación y una intuición de que los alejados de sas y en algunas partes de indudable envergadura, la lucha carecían. aprovechándose en otras los accidentes naturales. Decisión del mando nacional.—En términos ge Los movimientos que se llevaron aquí a cabo te nerales podría concretarse así : ocui ación de Ma nían que ser, forzosamente, limitados y fatigosos. drid. Pero a Madrid podía irse—al comenzar el En cambio, la zona Sur resultaba indicada para mes de octubre de 1936—desde muchas partes. maniobras amplias por la combinación de varias Había, pues, que elegir las posibles direcciones, direcciones de ataque, marcando las carreteras di siempre bajo la servidumbre que imponía la infe versas una serie de líneas de penetración. Verdad rioridad grande de medios y la naturaleza del te que, en contrapartida, el enemigo gozaba, como rreno y del objetivo elegido. grandes ventajas, de la proximidad de su gran can El General Mola procede, según estas circuns tera de hombres, material y recursos de todo gé la Paramera, Malagón y Guadarrama), el río Al berche (en su mitad primera), la Sierra de Gredos, el río Tiétar y la Sierra de San Vicente. En el teatro general de operaciones había que señalar, además, dos zonas: la propiamente se rrana, extendida al Norte de la linea ideal tirada desde la Sierra de Gredos a Madrid, y la llana, al Sur de la anterior. Es interesante esta división por que en cada una de estas zonas la guerra tuvo un carácter distinto. En cuanto a la red de comunicaciones señalare mos que, en líneas generales, Madrid, como se dijo antes y es sabido de todos, es el centro de una serie de carreteras y caminos de hierro extendi dos en abanico en todas direcciones, apareciendo además otras vías de comunicación secundarias, generalmente tendidas de Norte a Sur o circunva lando la capital. Sobre este terreno las posiciones nacionales se dibujaban así: 4 MARCHA SOERE MAD Cro 9wh O.° 10 AVILA tancias, a revisar los planes para la ocupación de la capital de Es paña, reorganizando sus fuerzas y dando en este sentido, y como jefe de Ejército del Norte, varias órdenes de gran alcance. Por de pronto divide los efectivos de pendientes de la 7. División (Ge. ncral Saliquet) en dos sectores: Norte (General Valdés Cabani llas) y Sur (General Varela), que dando aparte los correspondientes a la División de Soria y los del Sector Somosierra-Navafría, a los cuales atribuye, como es lógico, una misión secundaria. Sobre esta base se buscará el avance de las fuerzas de los Secto res Norte y Sur, sin que se supe. dite las acciones de unas a las de otras; persiguiéudose, ante todo, dar impulso y rapidez a las ope raciones, vista la situación inter ¡ nacional y la próxima llegada a esta parte del frente enemigo de importantes contingentes y abun dante armamento. En el sector correspondiente a la División de Soria habrá de ocuparse Sigilen. za, extendiéndose luego las uni dades a vanguardia todo lo posi ble, y en el Sector de Somosierra. Navafría se mantendrá la intranquilidad en el ene migo, sin más. (El carácter de este trabajo impide nos refiramos a la actividad propia en estos últi mos Sectores) (1). Orden del General Mola, fecha 3 de octubre. Reorganización de las fuerzas.—En aquella fecha el General Mola dictó la primera de una serie de órdenes, cuyos puntos principales cran los siguien tes (croquis núm. 10) — Las fuerzas del Sector Norte ocuparían la línea Navalperal-E Hoyo de Pinares-CebrerosEl (t) Podríamos llamar, no sin cierta exactitud, frente carpetavetónico al que se extendía desde las tierras de Mo lina dc Aragón, ya casi en la provincia de Teruel, hasta las proximidades de San Martín de Valdeiglesias, donde operaban las fuerzas de Varela; frente que se encontraba relativamente encalmado a finales de septiembre. En torno a Sigüenza no realizósc una campaña propia mente dicha hasta el mes de noviensbre. Los movimientos fueron dirigidos por el Coronel Garcia-Escámez y origi naron que el 1 de octubre quedara aquella localidad prác ticamente aislada, realizándose su ocuPación el día 9, sal vo la Catedral, cuyos defensores se riudieron siete feebas después. En la segunda quincena de ese mes tuvieron lu gar algunos pequeños avances, dificultados por la resisten cia enemiga y la falta de efectivos propios. A finales de octubre se ocupó Algora; sin embargo, las operaciones tenidas lugar en noviembre consiguieron avanzar la línea Decisióndel GeneralMol 3de Octubre “Líoee ,bicbp/ Linee e//O de Oc/ubre Seperecibnentre ‘os sectores Sor/ey Sor s — o tscala YoyodePioeres 512s200 04 / II..— 1 de Valde iglesias MA DR1 ‘ti U? J St-EDO Tiemblo, avanzando un destacamento para crear una cabeza de puente sobre el Alberchc y linipián dose la vertiente Norte de la Sierra de Gredos. — Las fuerzas del Sector Sur, por un lado lim piarían, a su vez, la parte meridional de la Sierra de Gredos y septentrional de la de San Vicente, y por otro avanzarían la línea Maqueda-Torrijos Villamiel a la de Santa Cruz de Retamar-Fuensali da-Villamiel; vigilándose las riberas del Tajo unos ocho kilómetros aproximadamente de los pueblos de Cifuentes y Cogolludo. En el sector de Somosierra el Coronel García-Eseámez había ocupado el puerto de aquel nombre el 25 de julio, avanzándose luego hasta las proximidades de Buitrago (3 de agosto). La ocupación del puerto de Navafría o Lozoya ve rificóse el 17 de septiembre tras duras acciones de force jeo; mandaba las fuerzas el Coronel Rada. El 26 se entró en el pueblo de Lozova, que había quedado abandonado, pero no interesando su posesión, en el fonde de un valle, se evacuó. Las acciones demostrativas en este sector Somosie rra-Navafría, a que se refería el General Mola en su orden del día 3, tuvieron lugar, por Riaza, los días 25 y 31 de oc tubre, y por Somosierra, los días 11 y- 31. de ese mes y 5, 6, 7, 9 y 15 de noviembre. El Alto del León fué ocupado el 22 de julio, sufriéndose luego terribles contraataques, como es bien sabido de to dos. Por la carretera de Navacerrada el frente pasaba muy próximo a La Granja. 5 lumnas, que eran aquí cinco de maniobra (Asen —muy especialmente entre Talavera y Toledo—y sio, Barrón, Delgado Serrano, Castejón y Monaste llegando finalmente a establecerse sobre la línea rio), llevaban aumentados sus efectivos, contando Escaloua-Almorox-San Martín de Valdeiglesias. con tres unidades tipo Batallón cada una; habien El enlace de las fuerzas de los dos sectores ten do varias unidades de reserva (dos Tabores, Arti dría lugar en la zona Cebreros-El Tiemblo-San 11 e r í a, Zapadores, Ametralladoras antiaéreas, Martín de Valdeiglesias. y carros) y otras diversas encargadas El mismo día 3 queda eonstitnído en Avila el Transmisiones de proteger todo el frente desde Miajadas y Guada Cuartel General del Sector Norte, de momento con tres columnas (Nevado, Merlo y Santa Pau), a lupe a Real de San Vicente, cubriendo el paso del al Tajo y todo el flanco de este río. La las que se agrega pronto una cuarta (Rada). Las Guadiana reorganización dada por el General Varela es muy columnas son de composición variable y hetero completa y en ella se regulan toda clase de servi génea, con efectivos aproximados a dos Batallones, cios (Municionamiento, Ingenieros, Sanidad, Aero una Batería ligera y Servicios (2). náutica, Correos, Automovilismo, Recuperación, Anteriormente—el 28 de octubre—Varela había Requisa, etcétera), pudiendo decirse que, pese a la dado una orden reorganizando sus fuerzas. Las codiversidad de las fuerzas, se da aquí un paso consi derable en la creación del Ejército nacional, siendo (2) La composición inicial de las columnas era ésta digno de hacerse notar que todo se haee sobre la — Columna Nevado : 2. Tisbor de Larache, un Batallón y en momentos de gravísimas preocupa dc Mérida, uu Escuadrón de Farnesio y una Batería de marcha Montaña de 105 mm., más Servicios. ciones (3). — Columna Merlo : U0 Batallón de la Victoria, fuerzas Ocupación de la línea Bergas-Sante Co-sazde Re auxiliares de Acción Popular y Falange, una Batería de tarnar-Escalona-San Martín de Veideiglesias-Cebre 75 mm., una Compañía de Zapadores y Servicios. operaciones tienen lugar en — Columna Santa Pan: 301 Batallón de San Quintín, 4.° ros.Navalperal.—Las Batallón de la Victoria, dos Escuadrones pie a tierra del tre los días 6 y 12 de octubre, y serán estudiadas Regimiento de España, dos Baterías de 75 mm. y una de por separado en los dos Sectores Norte y Sur. :aontaña de 105 mm. a) Sector Norte.—El primer objetivo de estas fuerzas es Navalperal. El día 4 tiene lugar un ata que sobre dicho pueblo: Merlo sale del puerto de Descargadero, Santa Pau del poblado de la Cafiada y Nevado de San Bartolomé de Pinares. Pero la resistencia en AVILA MAbRID i0 / SantaCruzde ASENSIO MARCHA SOBREMADRID Croqui 8.011 Ocupación de la línea Robledode Chavela —Chapinecia -Illescas -Añoverde Tajo ¡ ¿sea¡nlcil ¡¿oea alcanzada el día 18 de Octubre (Separar/en eotre /oe Sectorez Norte¡Sur t scala 0 4 5 12 (3 Re aquí lo composición de las columnas, a grandes rasgos y en sus un dades fundamentales: — Número 1. Jefe: Teniente Coro nel Asensio- Composición : l.° y 3- Ta bor- de Tetuán. 6.a Bandera del Tercio y una Batería de 75 mm. — Número 2. Jefe: Teniente Coro nel Barrón. Composición : U y 2.° Ta bor de Melilla, 1-a Bandera del Tercio. — Número 3. Jefe: Teniente Coro nel Delgado Serrano. Composición: . 3•er Tabor de Alhucemas, 4a Bandera del Tercio, una Batería de Campaña de 105 milímetros. — Número 4. Jefe: Comandante Castejón. Composición: 5.a Bandera del Tercio, 2.° Tabor de Ceuta, un Batallón de Voluntarios de Sevilla, una Batería de Campaóa de 105 mm. — Coiu,una de Caballería. jefe : Co ronel Monasterio. Unidades: seis Es cuadrones de sables (cinco europeos y uno de Rceularcs) un Escuadrón de ametralla0050s_ dos Compañías de Ma rinería, 50 Mejazr,i’ una Batería le 75 milímetros. Entre las unidade a disposición del insudo s 16 e¾ 20 24Km. se en entraban : los Tabores de si contrada es considerable y el ataque se paraliza. El tiempo lluvioso y la niebla, muy baja, dificultan la visibilidad. Intervienen otras unidades y la uneva columna Rada (4). Este, junto con el Tenien te Coronel Santa Pau, infligen al enemigo duro castigo y, como consecuencia de ello, el 8 es ocupa do Navalperal, cogiéndose cuantioso botín. El 9, Rada, saliendo de Navalperal, entra en Hoyo de Pinares. El 10, Rada y Nevado, partiendo respectivamente de Hoyo de Pinares y San Barto lomé de Pinares, ocupan el primero Cebrero y el segundo el puerto de Arrebatacapas, venciendo por doquier lo áspero del terreuo y la dureza de las fortificaciones eonstrujdas. Simultáneamente la Columna Ceboilina ocupa la presa del Alberche y el pueblo de El Tiemblo, teniendo así lugar con tacto teórico de todas estas fuerzas con las que avanzan en el Sector Sur, contacto efectivo que se establece en la zona El Tiemblo-San Martín de Valdeiglesias el día 12 (5). b) Sector Sur.—La información general que por esta época se tiene sobre el enemigo en dicho Sec tor acusa, éntre algunos datos muy vagos, la pre sencia de unos 1.600 hombres alrededor de Santa Cruz de Retamar (carabineros, de la Guardia Na cional Republicana, milicianos y fuerzas de Ca ballería). eA esta parte es la que el enemigo ha dedicado la máxima atención, trabajando incesan temente en fortificación, extendiendo la línea de obras a un kilómetro y medio del pueblo)) (6). Las obras consisten en doble línea de trincheras con alambradas y nidos de ametralladoras. la Mehal-la, uña Batería de 75 mus., dos Baterías de 155 milímetros, una Compañía de ametralladoras antiaéreas, una Compañía de Zapadores y una Unidad de Carros blindados (7 carros). Además de tas fuerzas situada) a lo largo de la línea Miajadas-Guadalupe.Navaliuoral-Toledo hay, en el ha. mado s5ubseetor de Real de San Vicente)) y la llamada eGuarnición de Talavera)) unidades en los pueblos de pri mera línea (así El Real de San Vicente, Santa Olalla, Maque da, etcétera). (4) El 6 intervienen, en efecto, en este sector dos Com pañías del 3 Batallón de la Victoria, una Centuria de Falange y una Compañía y una Sección de Guardias de Asalto. La columna Rada figura el día 9 compuesta de las siguien tes unidades: 2.° Tabor de Laraehe, 3.°” Batallón de San Quintín, una Batería de Montaña de 105, una Sección de Zapadores y Servicios. Quedando la columna Nevado con un Bataltón de Mérida, un Batallón de Galicia, un Escua drón de Calatrava, una Batería ligera de 75, una de Mon tafia de 105, varios carros blindados y Servicios. Posteriormente, y según las necesidades tácticas, pasaron algunas unidades por distintos mandos, a la vez que se in corporaban nuevas. Pero para no hacer penoso este trasie go suspendeiuos el detalle de la composición de cada co lumna, ya. que el lector habrá podido darsé cuenta de la extensión de las mismas. (5) La columna Cebollino era, en realidad, una agrupa. cien circunstancial de div-rsas unidades de las fsterzas de Monasterio. (6) Del Di sr t) de Opera ci)) nec (le] Ser ti) r Norte (le la 7» Division. Para la ocupación de Santa Cruz de Retamar se dispone que las fuerzas de Asensio, partiendo de la zona de Villamiel, envuelvan por el Este las for tificaciones del primer pueblo citado, atendiendo a la protección del flanco derecho, en tanto que Barrón ataque por el Sur y Delgado Serrano fije al enemigo por el Oeste sin llegar al asalto. El 6, tras vencer una resistencia tenaz y sufrir el fuego de una artillería muy activa, se ocupa Santa Cruz, después de causar al enemigo muchas bajas y cap turarle frtuy diversos material. Quedan además li berados Huecas, Fuensalida, Portillo y Qnismondo. El 7 tiene lugar la ocupación de Escalona y Al morox, en una atrevida marcha de flanco que ‘per sigue la caída de las últimas posiciones en la Sie rra de San Vicente y la conservación del largo puente sobre el Alberche en la carretera Avila Toledo. Barrón, partiendo de Qnismondo, envuel ve Escalona por el Nordeste, mientras que Caste .jón se lanza de frente sobre el pueblo y, explotan do el éxito, llega luego hasta Almorox en atrevida marcha (7). La ocupación de San Martín de Valdefgiesias tie ne lugar en la jornada siguiente. Delgado Serrano y Castejón avanzan a ambos lados de la carretera antes citada. El primero, que lleva el esfuerzo prin cipal, encuentra dura resistencia ante San Martín, pero la maniobra de la colnmna Castejón, que amenaza con nn envolvimiento por el corte de la carretera que desde aquel pueblo conduce a Ma drid, provoca un colanso en la resistencia del ene migo, el cual, a la caída de la tarde, huye (8). En tanto, la Columna Monasterio cruza la di visoria entre el Tiétar y el ‘Alberche, llevando como eje de marcha la carretera Casavieja - San Martn de Valdeiglesias y confluyendo en este pue blo con las fuerzas de Delgado Serrano, después de oeunar La Adrada, Sotillo de La Adrada, Ro zas de Pnerto Real, Cadalso de los Vidrios y Ce nicientos. Orden del Oeneral Mola, fecha 7 de octubre.’— El día 10—con seaurislad el 12—ha quedado cum plimentada la orden primera del General Mola. El difícil avance de las tropas de Valdés Cabani llas en un terreno difícil, que reúne con holgura las condiciones para ser considerado de montafia, (7) En el botín capturado figuraban nueve coches lige ros, gran náinero de camiones, uno de ellos cargado de di namita, 820.000 cartuchos de fusil, una estación de radio y 80 caballos de nn escuadrón, que fué totalmente deshecho. Abandonados en el campo había 150! muertos. (8) Se cogieron 27 camiones, 10 coches ligeros. dos pie zas de 75 sobre camiones, un tren de municiones. 1.500 dis paros de artillería y un quirófano; además ardió un de pósito de municiones. Guarnecía el sector Fscalona-San Martín unos 1.700 hombres de las milicias catalanas Baun y Ramón Casanellas, que sufrieron más de 100 baJas, siendo heridos todos sus jefes, así como el tórniro militar fran cés que las rlirigía. 7 y el audaz de las fuerzas de Varela, penetrando ampliamente en tierra enemiga con un flanco mal cubierto, ha provocado el envolvimiento de las úl timas estribaciones la Sierra de San Vicente, que dando aseguradas las comunicaciones entre Tole do y Avila y robustecido el conjunto del desplie gue propio. Dada la situación general, que pide acelerar por todos los medios la llegada a la ca pital, procede continuar sin tregua la prosedución de las operaciones. A este efecto, ya el General Mola había plas mado una orden el día 7, en la que se dispone un nuevo desplazamiento de la línea nacional hacia el Este, realizado en varias fases. En la primera—a la que se refiere específicamente la orden—se fijan como objetivos inmediatos la ocupación de Añover del Tajo e fliescas en el sur, Navas del Rey en el centro y Santa María de la Alameda y Pe guerinos en el norte. La Columna Monasterio pa sará a cubrir el flanco derecho, vigilando el curso del Tajo entre Talavera y Toledo y cortando, más a la derecha, la línea férrea Aranjuez-Toledo en Algodor y Castillejos (croquis 11). Ocupación de la línea Añover de Tajo-illescas Vairnojado-Chaninería-Robiedo de Chavela.—Tie ne lugar entre los días 14 y 18 de octubre, con siderándose, como anteriormente, los dos sectores norte y sur por separado. a) Sector norte—Para ocupar Robledo de Chavela se hace intervenir a dos colunlnas: la de Rada, que ha de partir de Hoyo de Pinares, y la de Santa Pau, pie saldrá de Cebreros. contán dose como reserva con la Columna Nevado. Rada avanza el 14 sin dificultades hasta las proximida des de Valdectuemada, donde se encuentra ante un desfiladero de difícil paso, ocupado por nume roso enemigo. Santa Pau progresa hasta el río Co fo; lo cruza, a pesar de estar cortado el puente, y toma posición ‘de la margen izquierda. En los dos días siguientes se combate de modo encarni zado, en un terreno abrupto, hasta que el 17 se entra en Robledo, rebasándose hasta cortar la línea férrea Madrid-Irsmn. Al día siguiente se ocupa la estación del ferrocarril. E enemigo, que ha ce dido terreno ‘muy difícilmente, realiza luego di versos contraataques en varios puntos del frente. b) Sector sur.—Hacia el 13 de octubre se dis pone de una información bastante concreta sobre las fuerzas enemigas, material de que disponen y fortificaciones que hay establecidas en este sector. Se ‘consideran tres zonas en las que va a extre marse la resistencia la señalada por el triángulo Aldea del Fresno-Villa del Prado-Méntrida. la fijada en los alrededores de Navalcarnero (clave de la defensa) y la situada alrededor de Olías del Rey. Se han localizado bastante artillería y concentra ciones muy numerosas; los principales puentes 8 de las carreteras están listos para ser volados (9). A fin de cumplir la misión encomendada por Mola, el General Varela reorganiza sus unida des, formando la que llamará «Agrupación del ala izquierda)), al frente de la cual queda el Co ronel Yagiie, ya repuesto de su dolencia. El 13, Varela da orden de cruzar el Alberche y establecerse en la línea Chapinería-Aldea del Fresno-Méntrida-La Torre de Esteban Hambrán. Este último ‘pueblo será ocupado por Asensio, y los restantes, por las fuerzas del «Ala izquierda)) (Delgado Serrano y Castejón). El avance se inicia el día 14. Castejón, que lle va el esfuerzo principal, se orienta hacia Pela yos de la Presa, encontrando bastante resistencia, pero una vez ocupadas las alturas que dominan el pueblo, se apodera de él. Delgado Serrano pene tra en Villa del Prado, sin casi oposición enemi ga;, vadea el Alberche, por encontrarse el puente destruído, y, después de una amenaza de envol vimiento, entra en Aldea del Fresno. Simultánea mente Asensio ocupa La Torre de Esteban 11ambrán. El día 15, la Columna Castejón atraviesa el río Alberche y, en rápida progresión, se apo dera de Navas del Rey y Chapinería. El mismo día 15 las Columnas Asensio y Delgado Serrano, que son las que ahora están a las órdenes directas de Yagüe, ocupan Valmojado y Casarru bios del Monte. El 16 ‘de octubre, el General Varela señala a sus fuerzas como misión alcanzar la línea Palo meque-Illescas-Pantoja-Afiover de Tajo; tomarán parte en esta acción las fuerzas de Barrón y Mo nasterio, mas la Columna Puialte, de nueva for mación (10), que intervendrá en el ataque a Olías del Rey, quedando luego en reserva. La idea de (9’ En «1 triángulo Aldea del Fresno-Villa del Prado Méntrida se acusaba la presencia de unos 2.500 a 3.000 hombres. Navalcarnero era un centro de resistencia, quizá el más importante, contando con dos líneas de trincheras con doble alambrada cada una, separadas entre sí unos .500 metros y que envolvían el pueblo por el Norte, Oeste y Sur; se consideraba había aquí un enemigo muy numeroso, aunque no se conocían las cifras. Valmojado estaba guarne cido por 500 u 800 hombres, apoyados por varias piezas de artillería. Los contingentes enemigos del sector Toledo-Bargas se evaluaban en unos 2.000 a 2.300 hombres, habiendo además concentraciones en Algodor y Aranjuez. Alrededor de Olías se denunciaba la construcción de numerosos pozos de tirador e incluso obras subterráneas. Había aquí hasta ocho piezas de artillería, numerosas ametralladoras y mor teros. Estas referencias, sin embargo, eran muy incomple tas. He aquí los nombres de algunos de los Batallones ene migos «Río Tinto», «l. de Mayo», «Pablo Iglesias» y «De portivo)). Y el de algunos Jefes: Tenientes Coroneles Bu rillo y Sánchez Plaza, Comandante Sánchez Pavón y Capi tán Martín. E» difícil seóalar efectivos. En conjunto, no parece exagerar suponer que eran más de seis veces los nacionales. ‘:10) Estaba compuesta por el Batallón del Regi miento de Argel, el 1. Tabor de Regulares de Larache, un Tabor de la Mehal-la de Larache, una Batería de 75 y DRID MARCHASOBRE MADRID (roz1/s /7.72 ELavancehasta los arrabales de la Capital. Las sucesivas li neas dedesbordamiento. 0 Es cala 5 0 5 10 Ka,. [pTA maniobra consistirá en atacar de sur a norte las líneas sucesivas de resistencia enemiga, desbordán dolas, si fuera preciso, por el est”. y oeste. Las Columnas de Barrón y Monasterio iran reforza das con cuatro tres carros blindados, respee tivainente, habiendo, además, una batería de 1O y otra de 155 para la accidn de conjunto. El e fuerzo principal lo llevarán las unidades de Barrón. Servicios. El Comandante Pujalte fué herido gravemente ef 17. Más tarde se hizo cargo de la columna el Teniente Coronel Tella, reemplazando la 8a Bandera del Tercio al Tabor de Larache. 181 En la madrugada del día 17 emprenden la mar cha las fuerzas concentradas en Toledo, y a los tres kilómetros chocan con el enemigo. Se enta bla un fuerte combate, en el cual la resistencia de aquél es vencida, ocupándose primeramente Olías del Rey y Cabañas de la Sagra. Luego, ex ulotándose el éxito inicial, cae con rapidez toda la zona de La Sagra. Illescas, objetivo final, es ocupado el 18. El enemigo, en franca huida, se retira- por la carretera de Madrid, y al final de la jornada las fuerzas quedan sobre la línea pre vista, habiéndose cotlquistaao, además de las lo calidades citadas, Villaluenga, Ynneler, Yunéos, Mocejón, Villaseca de la Sagra, Alameda de la 9 Sagra, Añover de Tajo, Palomeque, Cedillo, Aza ña y Pantoja (11). Consecuencias. Reacción enerniga—Los movi mientos así considerados han constituido una serie de golpes sucesivos, dados en puntos muy alejados del frente. Aparte de los avances realizados en el sector norte, cuyas dificultades ya hemos ponderado, las acciones llevadas a cabo por las fuerzas de Vare la han supuesto un continuo cambio del centro de gravedad de la ofensiva, que ha estado primero so bre el ala izquierda del despliegue (Chapinería-Al. dea del Fresno-Méntrida), luego en el centro (Val mojado-Casarrubias) y, por fin, en el ala derecha (Ilieseas-Añover). El enemigo acusa así sensible desconcierto, y ello explica la rapidez del avance de Barrón y Monasterio (ala derecha). Empero, la penuria de efectivos impide llevar cada triun fo a sus últimas consecuencias; es decir, explo tarlo, haciendo intervenir reservas une no existen. Mas no por eso aquel enemigo va a cejar en su resistencia, aunque sea ésta esporádica y desarti culada. Ya el 16 lleva a cabo un fuerte ataque de distracción sobre Toledo. que fracasa, costñndolc buen número de bajas y cuantioso botín (12). Los ataques sobre Chapinería son diversos, destacán dose los tenidos lugar en los días 18 y 19 (13). El 20 hay uno muy peligroso sobre las posiciones nacionales del puerto dci Descargadero (14’). Como lo son igualmente los que sufre Illescas, que ha quedado en situación muy delicada, con sus flan cos descubiertos, los día 19, 20 y 21 (15). (ll El enemigo perdió dos cañones de 75, uno de 105, siete ametralladoras, 400 fusiles, siete morteros más de 200M00 cartuchos. (l2 En &i ficuraban cinco ametralladoras, 114 fusiles, municiones r víveres. (13 En el del día 11 intervino. al nrecer. una masa de unos 6.000 hombres. El enemigo tuvo más de 300 muertos. (l4 «Fuerzas enemigas—dice el parte de la 7. Divi sión—realizan por la noche un movimiento envolvente so bre las avanzadas del puerto del Descargadero, tratando de encañar a nuestras fuerzas dando gritos de :Viva Es paña!, lo que consia-ujeron en parte, atacando por sorpre sa y en cueroo a cuerpo al entrar en nuestras posiciones. Comurendida la• añagaza, fué rechazado aquél.» (151 En estos contraataques sobre Illescas las bajas na cionales llegaron a ser muy numerosas. El Diario de Ope raciones de la Columna Barrón dice textualmente: «Du rante los días de combate de Illescas nuestras fuerzas han tenido un número considerable de bajas, que hoy día no es posible precisar, ante el temor de incurrir en error; mas si creo pasaron. de 300.)) Más adelante se señala : «El fuego de artillería sobre el pueblo pudo decirse que fué constante durante el día, con destrozos consizuientes en el mismo. El de fusilería, de un carácter verdaderamente de rrochador, sin atenerse a regla nincuna» La importancia que se dió por los rolos a la contraofen siva sobre Illescas era extraordinaria En el Parte de Gue rra del día 20 se dijo : «Tres fuertes Columnas leales han iniciado en las primeras horas de hoy un gran ataque en el sector del Tajo. El enemigo se repliega» Al mismo tiem po el A B C de 21 de octubre señalaba: «Los augurios son excelentes; nuestras tropas inician la ofensiva. Madrid ya no espera al enemigo : va en su husea» lo La lucha contra el tienipo.—iNos encontramos así en los comienzos del período decisivo de la mar cha sobre Madrid, cuando la guerra aparece ya en toda su crudeza y bajo un signo muy distinto del que ofrecía en las primeras jornadas. Al acercarse las tropas de Varela y Valdés Ca banillas a la capital de España, el frente va acor tando su extensión de día en día. Parece que esto, al producir una mayor densidad de efectivos, fa. vorecerá los designios del Mando nacional. Mas un hecho parecido tiene lugar en el bando con trario. La mayor abundancia de unidades aparece así desfavorablemente contrarrestada. La forma ción de bolsas, la sorpresa táctica, las penetracio nes profundas resultan cada día más difíciles. Por todo ello surge imperiosa y tiránica la ne cesidad de una rapidez qñe venza el tiempo y la distancia. El Mando establecido en Madrid nece sita dilatar todo lo posible la llegada de las tropas nacionales, que espera como segura y ante la cual tiene su plan meditado. Pues en la capital de Es paña no impera sólo el caos. Pese a la descom posición general que el mismo enemigo había crea do dentro de sí mismo, existe una voluntad y una dirección, hijas seguramente de un profesional o profesionales de la guerra. El frente está ya, por esta época, en vías de organización. £xisten do cumentos que acreditan un estilo y un plan mili tares perfectamente correctos, si bien resulta di fícil resucitar una disciplina, muerta mucho antes del 18 de julio (16). Esta lucha frente al tiempo—dios mudo,, cuyo avance silencioso e inevitable es ahora el mayor adversario—se hace patente en las decisiones di versas que, por esta época, dan el General Franco y el General Mola. «La situación internacional —‘dirá - el primero, en fecha .19 de octubre—, la política del Gobierno rojo, la desmoralización de sus fuerzas y milicias, la próxima llegada de im (16) Entre los documentos que acreditan un propósito bien definido de establecer una organización militar muy distinta a la propia de las milicias políticas, está la Instruc ción número 51, de 1 de noviembre de 1936, del Estado Ma. yor del Ejército del Centro. La Instrucción lleva este tí tulo : «Directivas a que deben sujetar su actuación los Je fes de Columnas y Sector.)) Las directivas son muy deta lladas y confirman cuanto decimos. Se divide el Teatro de Operaciones en sectores (Guadarrama, Somosierra, Gua dalajara, Frente de Toledo, Tajo, Extremadura y Navalpe ral), señalándose en cada uno sus límites, subsectores, loca lización de las Planas Mayores, etc. «En cada sector—se dice—ejercerá el mando de las fuerzas que en él operan un Jefe militar, auxiliado por uno de E. INI. cuando los efecti vos del mismo pasen de 4M00 hombres.» Se regulan en apartados distintos lo relativo a Servicios, Disciplina, Ope raciones, Partes, Ordenes y Documentación, Enlaces, Trans misiones, Municionamiento y Material, Instrucción, Avia ción, Servicio de Información, Transportes y Permisos y Relevos. Todo delata en estas instrucciones la existencia un oficial profesional, muy lejos del comisario político. La firma, ilegible, lleva la autefinua clásica : «De orden le 5. E. el lefe de Estado Mayor.» portantes refuerzos y la urgencia de proceder a la descomposición total del adversario antes de que pueda rehacerse, aconsejan concentrar en los fren tes de Madrid la máxima atención y los medios de combate disponibles, con el fin de precipitar la caída de la capital.)) Estas palabras expresan, con rigor y exactitud, la gravedad de la situa ción las subrayadas por nosotros, el conocimien to que ya por entonces se tenía de algo que iba a cambiar radicalmente el signo de la guerra (17). Unas fechas más tarde—día 31 de octubre—, el General Mola dirá en una orden: ((La situación internacional y la inmediata ayuda que el enemi go espera recibir del extranjero obliga a preci pitar el avance sobre Madrid y su ocupación, te niendo en cuenta que un sun pie retraso puede acarrear perjuicios considerables.)) (Hemos sub rayado igualmente estas palabras, pues creemos que ellas condensan la trascendencia del momento.) Planes para la llegada a las puertas de Madrid. La prisa exigía, pues, avanzar donde fuese po sible, aun a costa de que los movimientos con juntos de todas las Columnas no llevasen la ne cesaria trabázón. Ello, que friamente considera do ofrecía quizá reParos a la luz de los principios escuetos, merecía, en cambio, alabanza, si se parte de la base de ene el tiempo es fundamental en la guerra y que los defectos de plantear así la manio bra para llegar a las puertas de Madrid se verían sobradamente compensados con el posible colap so que sufriría la resistencia enemiga. Se trataba, pues, de dar un golpe audaz, quizá decisivo. Desde luego que el plan montado un día para la ocupación de la capital sufriría así una radical modificación. Mola pensaba, en su directriz del día 7 de octubre, alcanzar simultáneamente las localidades de Añover, Illescas, Navalcarnero, Bru nete, El Escorial, Collado Villalba, puerto de Na vacerrada y puerto de Reventón. El 16 manifes taba, en otra decisión, análogo criterio : El Es corial debería ser envuelto, si no era posible su ocupación, ((haciendo caer el sector Cerccdiila-Na vacerrada-Becerril por envolvimiento y presión desde San Ildefonso»; y debiendo tomarse, ade más, las medidas necesarias para cerrar el puerto del Reventón y asegurar el de Navacerrada. Péro (17) Posiblemente se refería a la llegada a Cartageaa el 10 de octubre de gran cantidad de material de guerra, entre el cual figuraban 50 carros armados con cañón. En esa fe cha desembarcaron un buen número de especialistas (ca rristas, pilotos, mecánicos, etc). El Gobierno de Madrid estaba pendiente de la llegada de las primeras unidades internacionales más el material citado, ‘ su única preocu pación era resistir unos días más: «todavía siete días)>, decía por entonces. El Boletín de Información del Grupo de Columnas del Sector Sur, fecha 11 dc octubre, señala textualmente: «Dicen a las milicias se les pide por el Go bierno de Madrid se mantengan una semana, pues en ese tiempo llegarán cien aviones que se están montando en Va lencia. según nnos, en Barcelona. seeñn otros.e ya el 25 dice: «Durante el período de ataque a Madrid, el sector norte se mantendrá a la defen siva, aunque presionando sobre El Escorial y Gua darrama para fijar al enemigo.)) Y al día siguiente aclara: ((El movimiento señalado en el frente Ro bledo de Chavcla-Chapincría no debe retardar el avance de las colnmnas del sur, las cuales deben marchar rápidamente hacia Madrid.)) «Es muy fácil—señaló el Teniente Coronel Ló pez-Muñiz al hablar de este moniento de la mar cha sobre Madrid—a posteriori, cuando el cono cimiento exacto de la situación de los dos bandos opuestos no guarda ya misterio alguno, formular, en la tranquilidad del gabinete, conclusiones dog máticas y deducir consecuencias definitivas... Para enjuiciar acontecimientos bélicos hay que entrar primero y exactamente en el ambiente de la si tuación, ponerse siempre en el lugar de los eje cutantes, ponderar y medir las causas que moti varon sus decisiones, asignar todo su valor a esos factores imponderables que constituyen la esencia de la batalla.)) Y más tarde «Las fuerzas de la Sierra, que se mueven en un terreno extraordi nariamente quebrado, con exiguos efectivos, fren te a un enemigo tenaz, no están en condiciones de progresar con la misma velocidad que la Agru pación de Columnas)) (18). El cambio de orienta ción en la maniobra para llegar a los arrabales de Madrid está justificado a la luz de todas las doctrinas (19). Los «cinturones» de Madrid.—Hasta ahora las obras defensivas enemigas surgieron siempre ais ladas, defendiendo cruces de carreteras (Santa Olalla. Maqueda. Santa Cruz de Retamart sien do. además. frecuente encontrar los puentes vo lados o a punto de serlo. Pero al lleear a este momento de la marcha sobre Madrid puede ha blarse, sin exageración, de una serie de sistemas de fortificaciones, montados bajo la dirección del General Masquelet, que pretendía detener a las fuerzas de Varela ante una sucesión de obstáculos. (18) Teniente Coronel López Muñiz: Lo batollo de Ma drid. (Editorial Gloria, Madrid, 1943, págs. 22 y 23.) (19) «Es grave error creer que un pian de guerra se pue de trazar para largo tiempo y realizar en todos sus puntos; el primer encuentro con el enemigo cambia del todo la si tuación, según sea su resultado ; mucho de lo que se pre vió resultará impracticable, y en cambio se harán factibles cosas que en un principio se creyeron de imposible rea lización. (Von Moldee: Historio de la guerra franco.ale meno de 1870-71. Prólogo.) «No es posible fijar un plan de operaciones hasta más allá del primer encuentro con el grueso del adversario. El hombre que nada entiende de arte militar es el único que cree en el desarrollo de una campaña con arreglo a un plan previsto y fielniente continuado hasta el final. Todo jefe de ejército tiene presente el objetivo que ha de alcanzar; las alternativas de la batalla no se lo hacen olvidar; pelo no cuál es el camino que ha de seguir para alcanzarlo.)) (Foch: Conduite de le guerre. París, 1903. Citado por ci General Martínez de Campos en Teoría de lo guerra.) -11 Las obras no eran continuas, bien por razones de criterio o por la imposibilidad material de realizarlas así; defendían pueblos y cruces de ca rreteras importantes y se escalonaban en profun didad según cuatro órdenes, aprovechando las di ferentes carreteras secundarias que en sentido con céntrico giran alrededor de Madrid (croqnis nú mero 12). El primer sistema tenía como referencias prin cipales los nueblos de Villamanta, Navalcarnero, El Alamo, Batres, Serranillos, los dos Torrejones y Valdemoro. Navalcarnero era considerado como la clave del sistema, estando defendido en casi todas direcciones por una triple línea de trinche ras con alambradas, una de éstas conectada con un cable de alta tensión; además había nidos de ametralladoras enmascarados y tres baterías, de 155, 105 y 75 milímetros, respectivamente, más dos cañones antiaéreos, ametralladoras e ingenios blindados diversos. Al oeste, en dirección a Villit manta, ligeros atrincheramientos y pozos de tira dor estaban situados en puntos dominantes y pró ximos a la carretera. Un segundo sistema se apoyaba en las locali dades de Brunete, Viliaviciosa, Móstoles, Fuenla brada y Pinto, cubriendo también la carretera transversal que los comunica, y llegando, luego de bifurcarse, hasta un kilómetro de San Martín de la Vega y el Cerro de los Angeles. Se tenían localizadas varias líneas de trincheras antes y des pués de Villaviciosa. Detrás del cruce de la ca rretera de Extremadura con el río Guadarrama estaban las obras más importantes. Había también noticias de existir varias líneas de fortificaciones detrás de Villaviciosa y doble línea, oculta a las vistas, a tres kilómetros de Le ganés en dirección a Madrid, también en conexión con cables de alta tensión. Este tercer sistema cu bría la capital por el sur en una amplitud de unos 120 grados, llegando hasta el Cerro de los Ange les, punto fuerte por el sureste de tales defensas. El último sistema partía de las proximidades de Pozuelo de Alarcón, cruzaba la Casa de Cam po y defendía Campamento, Carabanchcl y Vi Ilaverde, llegando hasta muy cerca de Vallecas. La información acusaba que este último sistema envolvía a Madrid ((por los cuatro frentes)), tér mino éste excesivo, desde luego. Los puentes so bre el Manzanares estaban listos para ser vo lados. No nos es posible, por falta de fuentes, dar aquí más detalles. Una serie de fotografías publicadas en los periódicos gráficos madrileños no arroja ban gran luz, aunque sí detallaban la importan cia concedida a los trabajos. El Mando enemigo. Ls Junta de Defensa de Ma clrid.—El 22 ¿e octubre fué nombrado Jefe de operaciones en el sector centro el General Pozas, y Jefe de la Primera División el General Miaja. 12 Pero la proximidad de las fuerzas nacionales a la capital de España originó la desbandada del Gobierno, tenida probablemente lugar el día 6 (20). Marchó aquél a Valencia, y en Madrid quedó una Junta de Defensa, presidida por el General Mia ja (21), cuya misión era convertir la ciudad en una plaza militar que había de defendersc a toda cósta, atendiendo, además, el gobierno de la mis ma. ((No hay más que una consigna común a to das las unidades y a todos los combatientes: resistir sin ceder un palmo de terreno)), diría el General Miaja en su orden general de la plaza del día 7, fecha de la creación de la Junta. Pero ya el Presidente del Gobierno, en su alocución del día 4, manifestaría, sin velos de ningún gé nero, que el enemigo estaba en las puertas de la capital, la cual debería ser defendida por encima de toda otra consideración: ((Madrid es hoy un frente de combate.)) Frente a la inexactitud de las noticias dadas anteriormente, se pondría ahora de modo manifiesto la verdad con toda crudeza (22j. Avance hasta los arrabales de Madrid.—En este ambiente, muy distinto al de los primeros meses de la guerra, van a tener lugar los últimos movi mientos de las fuerzas nacionales hasta llegar a los arrabales madrileños. Audaces, rápidos, acu ciados por la lucha contra el tiempo, serán res(20) El Presidente de la República (Azaña) firma dis posiciones en Madrid el 18 de octubre y en Barcelona et 22. El Presidente del Gobierno (Largo Caballero) sigue aún en Madrid hasta el 5 de noviembre (si atendemos a lo que figura en los periódicos oficiales). La Prensa dirá tex tualmente, el día 3 : ((Han llegado a ésta (Valencia) el Pre sidente del Consejo y los ministros.)) (21) El General Miaja había sido Ministro de la Guerra con el Gobierno formado el 19 de julio bajo la presiden cia de Martínez Barrio, y que no llegó a jurar el cargo. Luego tomó parte en la ofensiva, fracasada, para ocupar Cór doba en los meses de verano de 1936. El 22 de octubre fné nombrado Jefe de la 1_a División, como ya se dice en el texto. La Junta de Defensa estaba formada por dieciocho miem bros de diversos partidos y organizaciones sindicales, tenien do las siguientes secciones : Secretariado, Guerra, Orden Público, Producción, Abastecijuiento, Comunicaciones, Fi nanzas, Información y Evacuación. Fué creada ((por mandato de las organizaciones y de acuerdo con el Gobierno de la República .a (22) En la alocución citada se dice: ((El Gobierno quiere deciros la verdad y prepararos para la gran prueba... El ene migo está a las puertas de Madrid.» Fué Mundo Obrero el diario que seguramente habl con mayor claridad sobre la verdad de la situación militar. Ya el 19 de octubre decía eEl enemigo está cerca de Madrid.» Con los días las noti cias fueron siendo más claramente alarmantes, y al final toda la Prensa era explícita. De A/more, número de 4 de no viesubre, son estas palabras: ((Las fluctuacionse de la guerra —4bay que repetirlo otra vez—no deben impresionar a nadie. Mucho menos para relevarle de sus compromisos. Y el com promiso de todos en esta hora es el de defender Madrid... ¿Defender Madrid, dentro de Madrid? Si es preciso—to dos esperamos que no lo sea— ¡ dentro » Sin embargo, toda vía El Libere! hablaba el 10 de noviembre del ((frente de Navalcarnero». pondidos débilmente por el enemigo en sentido frontal, pero con contraataques de flanco muy pe ligrosos, ante los que apenas si se contará con reservas. Distinguiremos cuatro momentos fundamentales, que, a grandes rasgos, y aunque no con rigurosa exactitud, coinciden con la ocupación de los sis temas defensivos a que antes se ha hecho mención. El 20 de octubre, el General Varela da la or den de avanzar para ocupar la línea jalonada pot los pueblos de Villamanta, Navalcarnero, Griñón y Valdemoro, que definen una de las carreteras que circunvalan Madrid, a una distancia media de 30 kilómetros. La primera fase de la opera ción—sobre el ala izquierda—consistirá en fijar al enemigo en Villamanta y El Alamo y atacar Na valcarnero, en dirección de la carretera a Ma drid, desbordándole por el nordeste (donde pa rece que no hay fortificaciones o son escasas). El esfuerzo principal lo ha de llevar Asensio, el cual, junto con Delgado Serrano, queda a las órdenes directas de Yagiie. Como medios suplementarios figuran dos grupos de artillería de 65 milímetros y dos secciones de piezas contracarros de 37 mi límetros, una batería de 105 y otra de 155, más una batería de carros de combate, con ametralla doras tan sólo. (Carros y piezas de acompaña miento y contracarros intervienen por primera vez). El 21, después de una hábil maniobra, cae Na valcarnero (23). Igualmente es ocupado Villaman ta. El enemigo reacciona realizando, en los días 22 y 23, fuertes ataques sdbre Illescas. El 23 de octubre Varela dispone que la Colum na Monasterio ocupc la línea determinada por Illescas, Esquivias, Seseña, Vértice Reina—en el ala derecha del despliegue—, operación que se realiza con completo éxito en los días 24 y 25. Y el 27 se alcanzan los pueblos de Griñón, Torre jón de la Calzada y Torrejón de Velasco, esta vez en el centro de aquel despliegue, sin encon trar en el adversario verdadera resistencia. La reacción del enemigo se acusa pronto y so bre el flanco derecho nacional, el más débil. Está bien planeada, y persigue, sin duda, llegar por Seseña y Esquivias hasta la carretera de Toledo; el corte de ésta hubiera significado una contra riedad gravísima. Se considera intervinieron en total veinte carros rusos, armados con cañón de 45 milímetros, en aquel tiempo de considerable poder ofensivo (24). La ejecución del contraata (23) Se cogieron 192 prisioneros, entre ellos dos oficiales. (24) Las nuevas armas fueron anunciadas pomposamen te: «En este momento tenemos ya en nuestras manos un formidable armamento mecanizado, tenemos tanques y una aviación poderosa...», decía el 28 el Jefe del Gobierno. Los carros constituyeron, durante mucho tiempo, la grau esperanza, y en ellos se veía, sin duda, una palanca se- que fué, empero, deficientísima, y aunque algunos carros entraron en Seseña, siguiendo otros en di rección de Esquivias, no fueron seguidos debida mente por fuerzas a pie. Las tropas de Monas terio, sorprendidas en un primer momento—en que se llegó a creer eran carros nacionales—, re accionaron pronto, poniéndolos en fuga y captu rando algunos (25). La ocupación de la línea jalonada por los pue blos de Brunete, Villaviciosa de Odón, Móstoles, Fuenlabrada y Pinto—que determinan otra de las carreteras que circunvalan a Madrid, ésta a una distancia media de 15 kilómetros—tiene lugar en tre los días 30 de octubre y 2 de noviembre. U acción se traslada, de momento, al extremo iz quierdo del frente anteriormente alcanzado, más al norte aún de Navalcarnero, y concretantente sobre Brunete y Sevilla la Nueva. A las órdenes de Yagüe figuran las Columnas de Asensio, Del gado Serrano (que ha de llevar el esfuerzo prin cipal de la operación) y Castejón (que ha de pro teger el flanco izquierdo). El día 30 De]gado Se rrano cae sobre Villamanta, Villanueva de Pera les y Brunete, que es desbordado por Asensio, el cual, a su vez, ocupa Sevilla la Nueva. Al día siguiente, 31, la acción vuelve a la de-• recha del despliegue, ocupándose Humanes, Parla y Valdemoro por las fuerzas de Barrón, Tela y Monasterio. Y el 2 se alcanzan los pueblos de Vi llaviciosa de Odón, Móstoles, Fuenlabrada y Pin to, gracias al avance de las unidades de Castejón, Asensio, Barrón, Tella y Monasterio; con lo que las columnas comienzan a operar simultáneamen te a todo lo largo del frente ofensivo. gura del triunfo, ante la cuat sólo cabía rendirse. Era la sugestión que la máquina ejerce sobre las masas revolucio narias. sEnos tanques nuestros son más fuertes que los del enemigo», dirá con suficiencia Mundo Obrero el 8 de no viembre. Efectivamente los carros nacionales sólo conta ban con dos ametralladoras con proyectil de 7,92 perforan te; los enemigos tenían, además de dos ametralladoras, el cañón de 45 milímetros. 25) El contraataque fué anunciado la víspera por el Jefe de Gobierno, Largo Caballero, pronosticando su éxito con estas palabras, verdadero ejemplo de literatura de guerra Luí géneris: «¡Escuchad, camaradas! Mañana, 29 de octubre, al amanecer, nuestra artillería y nuestros tan ques blindados abrirán el fuego contra el enemigo... En el momento del ataque aéreo nuestros tanques van a lan zarse sobre el enemigo por el lado más vulnerable, sem brando el pánico en sus filas... ¡Ahora que tenemos tan ques y aviones, adelante... ! ¡ La victoria es nuestra! a Al día siguiente el parte de guerra anunciaba la ocupación de la estación de Seseña y de Torrejón de la Calzada. Y en la misma fecha Mundo Obrero describía así la opera ción: «Ayer comenzó el contrataque en el sector del centro. Con un empuje formidable en el ala izquierda del fren te del Tajo... Fuerzas esenciales eran las motorizadas y la brigada especial que lleva el nombre de nuestro camara da Líster... Una vez concentrados en el pueblo los re beldes, la división montada penetró en las calles de Seseña... Todas las concentraciones enemigas fueron deshechas en muy peco tiempo.» 13 ‘l’antbién de una manera conjunta caen, el día 4, los pueblos de Alcorcón, Leganés y Getafe, sobre los que han dirigido sus esfuerzos las tropas de Asensio, Barrón y Tella. El 6 son ocupados, por las fuerzas de Castejón, Asensio, Barrón y Telia, el Campamento de In genieros, el Campamento Militar, Carabanehel Alto y Villaverdo; finalmente, el 7. Monasterio conquista el Cerro de los Angeles. Operaciones complementarias en el sector norte (croquis número 11)---—Conforme hemos visto an teriormente, la progresión en este sector ha sig nificado el vencimiento de una creciente serie de dificultades. Después de la ocupación de Robledo de Chavela, la resistencia enemiga y la dureza del terreno se han visto acompañadas de la cru deza del tiempo. El 22 ocupan Navas del Mar qués las fuerzas de Merlo y Rada. El 23 conti núa el avance de las mismas, en dirección de Santa María de la Alameda, llegando a un pro fundo barranco. ((Frente a las posiciones ocupa das se encuentran las enemigas, formadas por ele vados crestones, en su mayor parte inaccesibles y muy dominantes, defendidos por un enemigo numerosísimo y con .abundantcs ametralladoras. Juzgándose que el avance había de ser excesiva mente cruento, se desiste de efectuar el ataque por este frente, proponiendo a la superioridad desplazar la dirección del ataque por el norte de Peguerinos» (2®. Enemas al mando del Comandante Angulo ata can ahora Santa María por el norte, mientras que Rada lo hace por el oeste. El 28 se entra en el pueblo, evacuándose luego por quedar bajo una serie de alturas dominadas por el enemigo. El 30 se ocupa Cueva Valiente, comtituyéndose sobre Pc guerinos un frente defensivo, que se fortifica en lo posible, a lin de sostenerlo coii un mínimo de efectivos. Hasta el 16 de noviembre no tiene lu gar la ocupación de Hoyo de Guija; pero ya por entonces este sector había sido practicamcnte es tabilizado. (26) 14 Del ((Diario de Operaciones del Sector Centro». En efecto, una instrucción General de fecha 2 de noviembre, dada por el General Jefe de la Séptima División, había dicho: ((Las fuerzas del sector norte, en tanto subsistan las dificultades que han hecho difícil y laborioso su avance, se mantendrán a la defensiva, pero una defensiva ac tiva, que tenga en eonstanke alarma ai enemigo y permita darse perfecta cuenta de su debilitación o abandono de posiciones...» El mismo día 2 se formaba una eoinsnna (le reserva en Navaiperal de Pinares, con más de tres unidadea tipo bata llón, un grapo de Artillería, Ingenieros y servi cios, columna que ha de iuerementarsc con todas las fuerzas que puedan retirarse de otros sectores, y cuya misión es manteerse siempre dispuesta a emprender la ofensiva tan pronto le sea ordenado por el Mando. El día 3 cesa en el mando del sector e1 General Valdés Cabanillas (nombrado Gobernador Gene ral del Estado), haciéndose cargo del mismo el Co ronel Palenzuela. Buscando terreno más favora ble, baja la Columna Rada a Robledo de Chave la, ocupando el 5 de noviemhre Fresnedilla ; el 7, Colmenar de Arroyo; el 8, Navalagamella, y el 13, Quijorna (croquis número 12). Estos últimos movimientos protegerán el flanco izquierdo de las fuerzas de Varela de manera sen sible. Frente de Medrid.—----Ei 7 de novieutbre han que dado las fuerzas ex;edieionarias en los arrabales del sur de Madrid . Durante las últimas jornadas los movmenLos han sido nmny rápidos y—fuera del contraataque sobre Seseiía—sin encontrar re sistencias de consideración. Sin embargo, a partir de aquí el panorama va a tomar un giro radical mente nuevo. La inercia de las tropas de Vare la ha de ser frenada por un obstáculo que ya se había previsto, según vimos, y que dará un ca rácter distinto al último acto de la marcha. La defensa de Madrid—To veremes en el último trabajo de esta serie—aparecerá bien planeada, apoyándose en medios que volearán la balanza del lado enemigo. Que lugar ocupa aetualmentela Artillería ligera de campaña’? (Un estudio,) Ingeniero diplomado Wilheln MEHLERT, tudios Técnicos de Materiales Especiales del Centro de Es (C. E. T. M. E.). Las operaciones militares han experimen mientos de lo que han sido hasta ahora. La tado, en la G. M. II una transformación que transformación comprende a todos los secto debe ser atribuida en primer lugar al empleo res de una acción de guerra; lo único que si en masa de los carros de combate y de los gue permaneciendo invariable es la necesidad aviones. El desarrollo posterior de estas dos de la posesión efectiva del terreno por el sol armas y la aparición de armas atómicas en dado. La primera cualidad que aparece como un forma de bombas, cohees y proyectiles, acen tanto para el ataque como para túan la transformación táctica y estratégica, dipensable, la defensa, es la movilidad. Esta movilidad es e imponen un examen de la situación en que tanto mayor cuanto más pequeña es la masa se encuentra actualmente la artillería ligera de campaña para averiguar si puede continuar con respecto a la fuerza motriz de que se dis pone. Por otra parte, cuanto más reducidas influyendo, como hasta ahora, en el desarro sean las fuerzas, menor será el blanco que 110 del combate. éstas ofrecen y tanto más independiente será La transformación consiste principalmente en que las operaciones se hacen cada vez más el combatiente y cada una de sus armas. El amplias y se llevan a cabo con mayor rapidez. soldado de infantería tan sólo se encuentra reunido con su pelotón durante sus desplaza Mientras exista la posibilidad de concentra ción de fuerzas en un punto de partida cual mientos en vehículos blindados y bajo la pro quiera (si por ambas partes se prescinde del tección dé los carros de combate. El combate empleo de armas atómicas), el ataque se Ile— propiamente dicho lo encuentra aislado y des vará a cabo en masa, y en el primer momento, perdigado en el terreno. El fusil, automático de asalto es su apoyo y las armas contra carro, cualquier defensa irá solamente encaminada que estarán fuera del alcance de sus llamadas a contener y desgastar al enemigo. Más tar de, después de haber organizado las fuerzas y de su vista, son su esperanza. ¿Encontrará necesarias, posiblemente en el momento en todavía una protección en el mortero y en el que el enemigo descansa de su esfuerzo ini cañón de infantería? ¿Puede aún esperar un cial, la defensa, por su parte, puede conver fuego de aniquilamiento de su propia artille tirse en ofensiva, y entonces tropezará con ría divisionaria antes de lanzarse al asalto de un enemigo bien preparado y repartido so la próxima loma? Si no pensamos en otra cosa que en el ma bre un amplio sector, de modo que el ataque tendrá que ser dirigido contra muchos pun terial clásico de 10,5 cm., la respuesta es du tos a la vez. La potencia y la movilidad de dosa. Su alcance y sus efectos pueden ser su este ataque y la posibilidad del enemigo para ficientes, pero es demasiado pesado y lento abastecer y defender a tiempo esta posición para los cambios rápidos de posición que im erizo, decidirán sobre esta primera operación. ponen las operaciones. Con sus 2.200 kgs. de Situación semejante obliga a disponer de peso requiere una fuerza de tracción elevada y una organización que ponga a disposición del gran número de sirvientes para efectuar cam jefe de cada operación parcial todas las armas bios de posición. La batería habrá de ‘estar am necesarias en unidades más reducidas en nú pliamente diseminada con el fin de sustraerse mero, pero más potentes en cuanto a los efec •a los efectos de la aviación enemiga, y a pesar tos de sus armas y más rápidas en sus movi de ello, cada una de sus piezas ofrecerá un 15 blanco muy apreciable, aparte de que se en Con la artillería autopropulsada se abre un contrará bastante indefensa, cuando surjan camino para librar a la artillería clásica de su carros a retaguardia y por sorpresa. Dispone rigidez, Sin perder nada de su precisión ini de un proyectil contra carro, clásico o de car gualada por otras armas y que no puede ser ga hueca, pero el tiempo que precisará para burlada por el enemigo, y esto apelando a po cambiar de frente permitirá al carro eliminar sibillctades de desplazamiento propias y más con su proyectil explosivo pieza y dotación, rápidas. anticipándose a la acción de aquélla. Otro camino que puede seguirse es aumen Contra esta limitación cabe la posibil1dad tar movilidad por reducción de peso. Esta es de aumentar el sector horizontal de tiro. Ya la dirección que siguen los lanzacohetes múlti en la E. G. M. se pedia para las piezas de cam ples. Con un peso de 200 hasta 800 kgs., según paña, puntería en dirección de 360 y una me el número de cohetes, alcance y efecto sobre el jor estabilidad para el tiro directo con carga objetivo, un lanzacohetes de esta clase es un máxima. Pero incluso con el empleo de un material fácil de manejar y de desplazar, y freno de boca, que con las velocidades inicia para algunas misiones una valiosa ayuda para les que intervienen puede producir la disminu la Infantería, si bien con sus conocidos incon ción del impulso de retroceso en un 35 por 100, venientes de excesiva dispersión, escasos al un material de este tipo pesaría, por lo menos cances y dificultades de ocultación. 2.800 kgs., con lo que también será difícil de El mismo camino de la reducción radical del asentar y de desplazar. A pesar de todo no se peso, aunque sin renunciar al proectil balís le puede considerar totalmente indefenso con tico ccn precisión de impacto, es el que sigue tra las sorpresas; bien enmascarado contra la el cañón sin retroceso. De estos existen los aviación, puede resistir durante un tiempo de 7,5 cm., 10,5 cm. y 15 cm., con 150, 450 y prolongado en su posición. Su peso es aún 750 lçgs. respectivamente. El de 10,5, por ejem lo suficientemente reducido para que pueda plo, tiene, para un peso normal del proyectil estar montado sobre un solo ejé de dos rue un alcance de 8.000 metros, puede ser remol das y puede repartirse de tal manera que sea cado sobre cualquier terreno a la misma ve posible levantar la pieza de atrás por sólo locidad que pueda soportar el vehículo ligero dos sirvientes. En cambio el desplazamiento que lo transporta, tiene una puntería en al de la pieza a brazo por sus sirvientes es por tura de —25 a + y una puntería en di lo menos tan difícil como en el caso de la cu rección de 360Ç La distribución de peso pue reña bimástil con un sector de tiro en direc de estar, ya que no hay que tener en cuen ción de 60°. ta fuerza alguna de retroceso, de tal forma Otra solución posible para la artillería li concebida que un solo hombre pueda levan gera es la pieza autopropulsada, colocada so tar la cureña (30 kgs.) y, con ayuda de otros bre un chasis semioruga. El peso no precisa dos más, mover la pieza en terreno difícil. ser mayor de lo que pesan el chasis y la pie La estabilidad es completa con la carga má za, más el necesario para la protección en xima y para cualquier elevación. coraza y el tipo de vehículo de cadenas, es Sin embargo, estas características venta decir, cte 10 a 12 toneladas. Además, para una josas se pagan al precio de un elevado con pieza autopropulsada no parece que sea ab sumo de pólvora, que es aproximadamente tres solutamente necesaria una puntería en di veces mayor que el del obús ligero de campa rección de 360. ña, si bien es posible que un desarrollo poste Una pieza autopropulsada Puede libremen rior cambie favorablemente esta circunstan te cambiar de frente y de posición durante el cia. En cambio, el chorro de gases que sale ha combate; en cambio tiene los inconvenien cia atrás no es un inconveniente tan grande tes de que ofrece un blanco mayor y de que como generalmente se admite. El resplandor y su construcción requiere medios más consi el torbellino de polvo no son tampoco de tal derables. magnitud que por ello vaya a ser reconocido 750 16 con excesiva facilidad el emplazamiento de la pieza, aparte de que ésta deberá siempre que pueda, evitar el luego de la artillería contra ria. Los duelos de artillería pertenecen al pa sado. Con las características mencionadas de un cañón sin retroceso, se han hecho realidad valores óptimos que jamás habla podido soñar el artillero, por lo que aquél puede hallar una gran variedad de empleos sin que deje de cum plir nngún requisito. Su primera prueba de aptitud la tuvo el ca ñón sin retroceso, como cañón de paracaidis tas. El éxito obtenido no debe ser empequeñe cido atribuyéndolo al electo de sorpresa, fac tor que corresponde de por sí a toda operación de desembarco aéreo, sino que se basa en sus múltiples cualidades y en que, repartido en pocas cargas, puede ser montado en muy poco tiempo sin ayuda de herramientas. Asimismo posee todas las características que debe reunir un cañón de montaña, si se uti liza el tubo corto de alta presión, e incluso puede ser emplazado en puntos cte difícil ac ceso, siempre que éstos estén en condiciones de alojar a la pieza y a sus sirvientes, ya que no hay que contar con la fuerza de retroce so en cada disparo. Cada soldado, cada unidad, cada pieza en- tra pronto y repetidamente en contacto con los carros enemigos. Todo aquello y todo aquel que no puede desaparecer debajo de tierra debería estar en condiciones de poder comba tir al carro, especialmente cada una de las pie zas de artillería. El cañón sin retroceso, debi do a su movilidad, su estabilidad y sus posi bilidades de puntería en todas direcciones, está de tal manera organizado, que a distancias me dias (de 500 a 800 metros) creemos puede desempeñar el papel de un cañón contra ca rro típico. El cañón contra carro, con sus 1.500kgs. pa ra el calibre 7,5 cm., acusa aún más que el obús de campaña su falta de movilidad, porque al igual que los bomberos, su misión es la de es tar acudiendo de un punto a otro y estar siem pre dispuesto para el combate. En este aspec to, sin embargo, destaca la tendencia a dar un paso más hacia adelante y convertir el ca ñón contra carro en cazacarros, que puede in tervenir abiertamente en la lucha contra los carros. Montado el cañón sin retroceso sobre un vehículo ligero para todo terreno, por ejem plo, un “jeep”, puede desempeñar aquel pa pel del “coche de bomberos” a que antes alu díamos, convirtiéndose en un cañón caza carros 17 En tiempos en los que aun no se ha puesto prácticamente en claro el concepto de la nue va misión de la artillería y este concepto se tiene que apoyar necesariamente en el mate rial de artillería existente, la asignación de ca ñones sin retroceso a las unidades de artille ría, en calidad de baterías especiales, por ejemplo, representaría un aumento de poten cia de fuego que sería muy favorable en mu chos aspectos. Hace tiempo ya que muchos ejércitos, ade más de morteros, le han asignado a la infan tería piezas de artillería. Conccidos son prin cipalmente el cañón de infantería de 7,5 con unos 450 kgs. de peso y el de 15 cms. con unos 1.700 lgs. En su mayoría son de cureña de ca ja para permitir el mayor ángulo posible de puntería. El cañón de 7,5 cms. es de poco efec to y el de 15 cms. demasiado pesado y poco ma nejable. Ninguno dé los dos puede ser emplea do contra carros por la poca veiccidad inicial de sus disparos. Ahora bien, si antes de la 1 G. M. ya se reconoció la necesidad de estas piezas, sus efectos son tanto más necesarios en la actualidad, pero habrían de reemplazarse por cañones sin retroceso que dispongan de tcdas las características peculiares de estas piezas. El cañón sin retroceso reúne en sí las propie dades necesarias para responder a las exigen- 18 cias que se le pueden imponer al cañón de pa racaidistas, cañón de infantería, cañón de mon taña, cañón contra carros, y en cierta medida o para determinadas acciones de fuego al obús ligero de campaña. Se tendría así un material unitario que resol vería en sí cuestiones complementarias, de fa bricación, de normalización de material y mu niciones y de instrucción. Por otra parte, en la misma medida en que se obtiene con él un ahorro de materias primas y de tiempo de fa bricación para obtener una cantidad conside rable de materiales de artillería, podría ser po sible ampliar la cantidad de pólvoras elabo radas. En este estudio se ha intentado poner de ma nifiesto las transformaciones a que está some tida actualmente la artillería ligera de campa ña, o a las que estará bajo la influencia de los desarrollos técnicos, que cada vez avanzan con mayor rapidez, y de la táctica que con ello se impone. Además, se ha intentado también ex poner posibilidades que resultan pertinentes en relación con el apoyo de la infantería por la artillería, apoyo que continúa y continuará siendo una necesidad. Desde este punto de vis ta, el cañón sin retroceso parece ofrecer el punto de partida para un material de artille ría unitario. L a maniobra de los puentes giratorios del Rin. Teniente Coronel de Ingenieros, del Servicio de E. M., Jose CASAS RUIZ DEL ARBOL, del Estado Mayor Central. Como consecuencia de la pasada contienda mundial, resultaron destruidos numerosos puentes permanentes sobre el río Rin, tradi cional obstáculo cuya superación ha dado lu gar a tan notables hechos militares, a lo largo de la historia. El problema que ello planteaba a las poten cias ocupantes de la Alemania Occidental po día resolverse, naturalmente, mediante la re construcción de dichos puentes, por la propia nación ocupada, o por los métodos militares ordinarios. La primera solución requeriría, sin duda, mucho dinero y tiempo, y, en cuanto a la segunda, aun teniendo previstos (hipoteca dos) el personal y el material necesarios, po día pecar de falta de oportunidad, ante una determinada contingencia, ya que, por muy per fecta que fuera la instrucción de las Unidades encargadas del tendido, la duración de éste siempre sería considerable, puesto que la an chura del río también lo es, aproximándose, en ciertos lugares, a los 400 metros, y con una ve locidad de corriente, igualmente, respetable. Por otra parte, sabido es que el Rin consti tuye una importante arteria en el sistema eu ropeo de navegación fluvial, y que los intere ses del comercio internacional que aquélla sir ve no se compaginarían con el estacionamien to de puentes militares cruzados permanente mente a través del río. El conjunto de estas circunstancias aconse jó a las fuerzas norteamericanas, destacadas en Alemania, la construcción de puentes flotan tes, permanentemente tendidos, aunque aba tidos, por mitades o trozos de desigual lon gitud, sobre las orillas, trozos que, en el mo mento deseado, se ponen en prolongacin uno de otro, asegurando el paso, tras la correspon diente maniobra de conversión, cuya dura ción, variable según los casos, viene a ser del orden de la media hora. Considerando interesante esta maniobra, tra tamos de dar, en las siguientes líneas, una idea de su desarrollo, en el caso concreto que tuvi mos ocasión de presenciar. El Rin tendría, en aquel lugar de paso, unos l00 metros de anchura y sus tendidas orillas estaban aún inundadas a causa de una pasa da crecida. La velocidad de su corriente, en el centro, sería del orden de los 2 m/1 s. El puen te estaba constituido por una superestructura Bailey, triplesencillo, soportada por flotantes de acero, cubiertos, de sección trapezoidal, que P RIO p RIN t - Tornomaniobrafiador a - Amarreficfor p - ¿Jnkladpropu/sora t - Tornomaniobratramoacceso C - Cuerposmuertos P- Pivotes tg / 19 f/. 2 no formaban parte del material reglamenta rio de Ingenieros, sino que procedían de la Mariná, probablemente. (En los primeros tiem pos, parece se emplearon, incluso, tarcazas de acero, requisadas.) El puente está abatido (véase croquis fig. 1) en dos secciones desiguales: una, de los 2/3 de su longitud, aproximadamente, en la orilla iz quierda, y la otra en la orilla derecha. Ambas orientadas aguas arriba, pues siendo lo impor tante cerrar el puente con rapidez, ello se fa cilita gracias a la acción de la corriente. Cada sección puede girar alrededor de su correspondiente pivote, constituido por un gran tubo metálico de sección poligonal, re lleno de hormigón y profundamente introdu cido en el lecho del río, en la inmediación de la orilla. Las secciones están amarradas, en los pun tos a., a cuerpos muertos c, fuertemente empo trados en tierra, mediante cables de acero, de una pulgada de diámetro, que van desde los puntos de amarre a a las poleas de los cuerpos muertos y después a los tornos t, de 20 Trn., que, por medio de motores Diesel, largan o arrollan los cables, segiin se trate de cerrar o abrir el puente. El movimiento de éste es producido, o me jor dicho auxiliado, por las llamadas unida des propulsoras, p, motores Diesel marinos, que mueven los árboles de sus hélices, coloca das sobre pontones del propio puente. En el caso que reseñamos, había dos sujeciones a tierra y cuatro unidades propulsoras en la sec 20 ción larga, y, en la corta un propulsor y una sujeción a tierra. Los tramos de orilla o acceso (fig. 2) apoyan, con unión de charnela, en el pontón de orilla por uno de sus extremos, y están suspendidos del otro por cables, que, pasando por poleas co locadas en la parte superior de sendos pórticos, van a parar a los tornos t’, también motoriza dos para su maniobra de elevación o descen so (fig. 3 y 4). La maniobra de conversion, aunque sencilla en sí misma, es operación delicada y requiere una perfecta instrucción por parte del personal que la realiza, a la vez que un material cuida dosamente puesto a punto. Los efectivos em pleados vienen a ser los de una Sección de Za padores, distribujda en equipos especializados, al mando del Teniente, Jefe de Puente. Son condiciones fundamentales, que han de hacerse compatibles, la rapidez y la seguridad, requi riendo esta última un perfecto acuerdo entre el movimiento de unidades propulsoras y tor nos de cables fiadores, a pesar de la acción de la corriente, que en la sección larga se apre cía considerablemente. Dicho acuerdo lo faci lita un sencillo pero profuso sistema de trans misiones: radio, teléfono y señales ópticas. Una vez las dos secciones de puente en pro longación, el cierre se hace tan sólo con dos barras chavetas de acero de unos 5 cm. de diá metro, que pasan cada una por los cordones inferiores de las triples vigas de cada lado. Las barras se introducen a golpe de mazo y para sacarlas se recurre a un pequeño diferencial sujeto en un orificio hecho en una vigueta. Este sistema de cierre, tan sencillo, es tal vez poco rígido al permitir cierto huelgo y dar lugar a oscilaciones al paso de las cargas. Lo hemos visto perfeccionado en otro puente en que la superestructura está formada por dos vigas sencillas de celosía. Los pivotes, de que antes hemos hablado, no están rígidamente unidos a las correspondien tes secciones de puente, sino que éstas pueden desplazarse longitudinalmente unos cuantos metros para hacer el cierre; cuando este des plazamiento es grande, se aprecia una varia ción en la longitud salvada por los tramos de orilla. Cuando el puente se ha de mantener cerra do durante algún tiempo sus flotantes deben ser anclados (no sería práctico el cable fia dor); pero cuando se trata solamente de ma niobra de instrucción (abrir y cerrar) basta contrarrestar el efecto de la corriente man teniendo en marcha las unidades de propul sión. a cuyo cargo corre, principalmente, la impulsión contra corriente al abrirlo. En otro lugar de paso, que también visita mos, en lugar de hacer la propulsión con va rias unidades, repartidas uniformemente por el puente, se hace con una sola muy potente, montada en la sección larga, sobre una com puerta rígidamente unida a aquélla. Esto tie ne la ventaja de que un solo operador de pro pulslón, a las órdenes del Jefe de Puente y de acuerdo con los operadores de torno, mue ve la sección (maniobra más fácil); pero, por otra parte, tiene el inconveniente de que la fuerza de propulsión para abrir y cerrar se aplica en un solo punto. Estos puentes del Rin se maniobran, nor malmente, durante un corto espacio de tiem po, un determinado día de cada semana; e, igualmente, y con mayor tranquilidad, un do mingo de cada mes, previo acuerdo •con las autoridades alemanas. De este modo, se inte rrumpe, al mínimo, el tráfico fluvial y se ga rantiza el buen grado de instrucción de las Unidades de Ingenieros encargadas de asegu rar los pasos del río. Es emocionante contemplar cómo, en cues tión de minutos y gracias a la pericia de los Zapadores norteamericanos, se dispone de un puente listo para el paso de cargas de 60 ó 100 Tm. sobre el histórico obstáculo. Apuntes sobre wiposible pim de instruedón de Campos de niins Teniente de Ingenieros, del Grupo Mixto de Ingenie— ros de Menorea, Francco FORNALS VILLALONGA. A través de distintas publicaciones y artícu los que estudian las enseñanzas deducidas de la G. M. II y de la guerra de Corea, se aprecia el empleo creciente que se viene haciendo de las minas contrapersonal y contracarro y de la inscripción en el terreno, de los campos de minas. En la campaña de Africa del Norte, de todos es conocido el uso que se llegó a hacer de ellas; en la campaña de Rusia, en. el frente de dos Divisiones alemanas, se llegaron a ins talar 200.000, y, por último, en la primera fase de la guerra de Corea, el 70 por 100 del total de carros de combate norteamericanos inuti lizados, fué debido a la acción de las minas contracarros. A la vista de estos antecedentes, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que en la próxima contienda se hará un empleo exten sísimo de los carros de combate y de los cam pos de minas. Nuestro Reglamento de Campos de Minas llega a la siguiente conclusión: “La amplitud y generalidad alcanzadas en el empleo de las minas ha desbordado el campo de actuación de las Tropas de Ingenieros, invadiendo el de otras Armas y aun el de los Servicios.” “Cualquier tropa, sea combatiente o de ser vicios, debe de saber instalar campos de pro tección o seguridad, destinados a mejorar la defensa inmediata contracarros.” Tratemos de analizar la especialización que esto último requiere, y la instrucción que se debe adoptar, primero para las distintas Ar mas y servicios y finalmente para las Tropas de Zapadores, en función de la misión especí fica de cada una de ellas. En las tropas de las distintas Armas y Servi cios, dado que, según nuestro Reglamento, só lo instalarán campos de minas contracarros de protección o seguridad, y no deberán mane jar las minas contrapersonal ni realizar el 22 anclaje de las minas contracarro, las trampas, ni practicar la apertura de brechas, su instruc ción será sencilla y dado que todo el material que usarán será el Reglamentario, dispondrán de abundantes medios de enseñanza. La instrucción que pueden realizar estas tropas, deducida, pues, de su misión (instala ción de campos contracarros de protección). podría ser la siguiente: INSTRUCC!ON TEORICA. 1.° Conocimiento de las minas contraearro reglamentarias. 2.° Manejo de minas contracarro en la obs curidad. 30 Conservación y transporte de minas contracarros y espoletas. 40 Forma de colocar las minas, activación y enmascaramiento. 50 Nomenclatura y definiciones de los cam pos de minas. .° Señalamiento de tramos, barreras y campcs de minas. 7•0 Efectos de las explosiones de minas con tracarros. INSTRUCCION PRACTICA. 1.0 Despliegues de pelotón para tendido de un tramo y su instalación. 2.° Colocación con la cuerda de un tramo, de día y de noche. 30 Determinación de rumbos y medición de distancias. 4•0 Constitución de barreras y campos de minas. 5.° Instalación de tramos de cierre, en los pasillos de las barreras. 6.° Señalamiento de tramos y barreras en el terreno. Dibujo de croquis y señalamiento en él de los puntos de unión, intermedio y base. Los trabajos a realizar por las tropas de Za padores, son: Instalación de campos de minas contraca rros. Instalación de campos de minas contra per sonal. Instalación de trampas explosivas, Anclado de minas contracarro. Apertura de brechas en campos minados; y Mina p M K 40 rusa construida a escala normal. En la foto de la izquierda despiezada y en la de la derecha espoletada. Perfeccionamiento de los campos de minas contracarros instalados por otras Arms y Servicios, que fueron colocados por aquéllos como campos minados de protección o segu ridad y que más tarde, por necesidades tácti cas, pasen a formar parte de campos de minas tácticos. Los campos de minas contracarros instala dos por otras Armas y Servicios, como hemos visto, tienen sus minas sin anclar, y en su in terior no disponen de minas contrapersonal, como es costumbre colocar, para dificultar su levantamiento por tropas enemigas. Esto les da un carácter, a nuestro parecer, de provi sionalidad, ya que, en el caso de que con pos terioridad se establecieran campos de minas tácticos, dice nuestro Reglamento que debe rían alterarse para acomodarlos a éstos. La instalación de los campos de minas con tracarros, anclados, la de los campos de minas contrapersonal y la colocación de trampas, re quiere una instrucción algo más minuciosa que la necesitada por otras Armas y Servicios “por los peligros que encierra la colocación y pues ta a punto de las minas contrapersonal, con tracarro ancladas y trampas explosivas”, ci tando palabras de nuestro Reglamento. Pero la misión más arriesgada y que requie ra una instrucción más delicada y completa es, a nuestro parecer, la apertura de brechas en campos minados enemigos. Esta misión, requerirá un reconocimiento previo de Oficial, para determinar posición y tipo de todas las minas y trampas explosivas y la profundidad de la barrera. Este reconoci miento proporcionará sin duda datos de gran valor, pero tengamos en cuenta que si el ene migo lo advierte instalará rápidamente nue vas trampas y minas contrapersonal en el in terior de la barrera. Por tanto, la apertura de brechas, a pesar del reconocimiento, será siempre una opera ción que puede proporcionar sorpresas técni cas, si la instrucción de las tropas encargadas de efectuarla no ha sido completísima. Para la apertura de brechas en campos de minas, existen los procedimientos siguientes: a) Por medios mecánicos. b) Por medios ex plosivos; y c) Por medios manuales. a) De los medios mecánicos dice nuestro Reglamento que: “Ninguno de ellos ha resuel to definitivamente el problema de la apertura de bréchas en los campos minados.” “Todos los tipos existentes, debido especial mente a su gran peso y envergadura, que los hace lentos, muy vulnerables y solamente ap tos para determinados terrenos, tienen impor tantes limitaciones, que reducen considerable mente las posibilidades de su empleo corno medio normal en la apertura de brechas.” b) Entre los medios explosivos, al analizar la apertura de una brecha con fuego de Arti 23 llena sobre un campo de minas, nuestro Re glamento sigue diciendo: “Es muy poco eficaz si el campo está bien situado y las minas se han enterrado a profundidad conveniente”, y por último dice: “Empleando únicamente Ar tillería no se puede garantizar en ningún caso la efectiva apertura de brechas en los campos minados.” De las cargas concentradas, dice: “Tienen dificultades considerables por el transporte y colocación de la carga en el lugar previsto en presencia del enemigo.” De la serpiente explosiva tipo pesado dice lo siguiente: “Por su envergadura, cantidad de materiales necesarios, condiciones especia les requeridas para los lugares de su prepara ción, caminos de acceso y topografía del te rreno en que está situado el campo, su empleo es bastante limitado.” Y refíriéndose a ios medios explosivos en general, la autorizada opinión de nuestro Re glamento es la que sigue: “En general, todos estos medios son de limitado rendimiento y poco eficaces en definitiva para abrir las bre chas, exigiendo casi siempre la actuación pos terior de los equipos de levantamiento.” •c) Llegamos, por último, a considerar los medios manuales de apertura de brechas que serán los que en definitiva, por lo que se de duce, tendremos que emplear en multitud de ocasiones, debido a la imposibilidad material de emplear los anteriores procedimientos. No vamos a considerar las condiciones psi cológicas que este trabajo requiere en aquellos que lo realizan, procuramos simplemente fijar la atención en que las minas que tratan de levantar o desactivar son del enemigo y preci samente de fabricación extranjera, ancladas muchas de ellas. De esto se deduce que parte importantísima de la instrucción de los Zapadores, podría decirse fundamental, será el conocimiento y manejo de todas las minas conocidas, y en especial las de aquellas nacio nes que pueden presumirse corno posibles ene migos en una futura contienda. Por tanto, la instrucción de las tropas de Zapadores comprenderá, además de la que realizaban las otras Armas y Servicios, las re ferentes a campos de minas contrapersonal, 24 trampas, anclado de minas contracarros y so bre todo el conocimiento y desactivación de todos lcs tipos de minas extranjeras conocidas. Tratemos ahora de estudiar la mejor manera de realizar esta última enseñanza. Mi corta ex periencia como instructor me ha revelado que el único método de enseñanza realmente efi caz consiste en que el soldado maneje perso nalmente las minas de instrucción y realice, una por una, todas las operaciones de: Espo letar, desespoletar, activar, desactivar y an clar, en cada uno de los tipos de minas. Es inútil pretender que la totalidad de un reem plazo llegue a desenvolverse satisfactoriamen te, si intentamos explicar las minas soinre es quemas; es preciso tener tantos modelos cmo tipos de minas extranjeras se conozcan. Creemos que es necesario dar esta enseñan za a la totalidad de las tropas de Zapadores, porque en el marco divisionario se deben po der abrir tres brechas de 15 metros de anchu ra y quizás de más de 150 metros de profun didad, lo que requeriría el empleo dé la totali dad de los Zapadores divisionarios. Somos partidarios de que cada Unidad inde pendiente de Ingenieros disponga de un mode lo para instrucción de cada una de las minas extranjeras; de las minas nacionales, no nos faltarán. Por nuestra parte, hemos reproducido un corto número de minas (entre ellas, la PMK4O rusa), número que no ha podido ser mayor, debido a nuestros limitados medios y creemos sería conveniente que en alguna Fábrica Na cional se hicieran una cantidad determinada de minas extranjeras para entregar a todas las Unidades de Zapadores. Quizás algunos opongan a mi petición q:e, en caso de una guerra, se emplearían otros ti pos de minas distintos. Mi opinión es que todos los países tienen almacenada en tiempo de paz gran cantidad de material, que, aunque sea superado técnicamente por posteriores inven ciones, no por eso deja de utilizarse en los campos de batalla, y en última instancia el conocimiento de diversos tipos de minas faci litará siempre la lator de desactivado de un tipo de mina desconocido. Para la instrucción de los Zapadores, acon sejamos la utilización de una espoleta-mina con cartuchos de fogueci (hemos modificado la sugerencia del Comandante don Emilio Soto de Zaldiva, R. EJERCITO, núm. 106, que he mos experimentado satisfactoriamente, tanto a tracción como a presión) (1). (1) i: t Li: ESPOLETAMINA DE INSTRUC ClON Aprovechando la sugerencia del Comandante don Emi lio Soto de Zaldiva y con la colaboración del maestro ar mero don FrancIsco Castillero Moreno, hemos construido una espoletamina para instrucción. La espoletamina tiene por objeto marcar cualquier error cometido en la instrucción de apertura de brechas j Campos de Minas, sin que por ello exista peligro al guno para el soldado. Se pretende dar realismo, dentro de lo posible, a la. instrucción y conseguir algo del “am bienás” del combate. El material necesario para su construcción es fácil de encontrar en los Parques Regionales de Artillería, pues consiste en mosquetones fuera de uso. Las piezas de que consta son: El cajón de los mecanismos, al cual le hemos cortado la rabera, y se ha prescindido del portaexpulsor. El cerrojo. La tuerca del portaseguro cortada sirve de retención al muelle del percutor. Al percutor se le quitan las llaves y se abren taladros para los pasadores. En la foto adjunta se aprecian cada una de las piezas de la espoletamina. 1. Bastidor de sujeción del cajón de los mecanismos. 2. Pasador a presión. 3. Pasador a tracción. 4. Cerrojo. 5. Extractor. 6. Percutor con taladros en a, b. 7. Tuerca del portaseguro cortada. 8. Muelle del percutor. 9. Tapa. de la espoletamina, encargada de transmitir la presión al pasador núm. 2. Funcionamiento a tracciós.—Con el cerrojo se intro duce un cartucho de fogueo en la recámara. Tirando del percutor y colocando el pasador núm. 3 queda la éspoleta reina a punto de funcionar. Si el pasador lo unimos a un alambre sujeto a un pi quete, cualquier presión ejercida en él sacará el pasador de su puesto y se verificará el disparo. En la loto adjunta, la cspoletaniina está montada para actuar a tracción. Funcionamiento a presión.—Introducido en la recáma ra el cartucho de fogueo de igual forma que en el caso anterior, tiraremos del percutor colocando el pasador nú mero 2. Una vez verificado esto pondremos la tapo nú mero 9 en la posición que indica la figura. Cualquier presión ejercida sobre la tapo sacará el pa sador de su puesto y se verificará el disparo. 1: •::Lte: 25 Asimismo, es aconsejable para el adiestra INSTRUCCION PRACTICA. miento de estas Unidades disponer de una pis 1.0 Despliegue del pelotón para el tendido ta de obstáculos minados y trampas explosi vas iguales o parecidas a las que se indican de un tramo y su instalación en el terreno. 2.° Colocación con la cuerda y repliegue de en el artículo “Curso de levantamiento de mi nas”, aparecido en la R. EJERCITO, núm. 94. tramos de campos de minas, de día y de noche. 3.° Determinación de rumbos y distancias. Damos a continuación lo que creernos po 40 Constitución de barreras y campos de dría ser un programa de instrucción de minas, minas; disposiciones que pueden adoptar. para Unidades de Zapadores. 50 Procedimientos para cerrar cambios de dirección. INSTRUCCION TJORICA. 6. Instalación de tramos de cierre en los 1.0 Conocimiento de las minas contracarros pasillos de las barreras. reglamentarias. 70 Señalamiento sobre el terreno de ls 2.° Conocimiento de las minas contracarros campos de minas. extranjeras. 8.0 Apertura de brechas en campos mina 3.° Manejo de minas contracarros regla dos (habremos colocado previamente varios mentarias, su colocación en el terreno y an espoletasminas de instrucción enmascaradas) clado de las mismas. con el bastón buscaminas. 40 Desactivación y levantamiento de mi 90 El mismo ejercicio, con detectores de nas contracarros extranjeras. minas. 5.° Conocimiento de minas contrapersonal 10.0 Apertura de brechas en campos mina reglamentarias. dos con medios explosivos. 6.° Conocimiento de minas cntrapersonal 11.0 Modificación de un campo de minas ya extranjeras. instalado. 70 Manejo de minas contrapersonal regla 12.° Repliegue de campos minados. mentarias. Colocación en el terreno. No pretendo con este breve y sencillo artícu 8.° Desactivación y levantamiento de minas lo llegar a conclusiones definitivas, sino más contrapersonaj extranjeras. bien estimular a plumas más autorizadas que 9.° Manejo de todas las minas contraperso la mía a dar normas que nos sirvan para ins nal y contracarro en la obscuridad. truir correctamente a nuestros soldados con 10.° Conservación y transporte de minas y arreglo a las más recientes técnicas en esta espoletas. materia. 11.0 Conocimiento y manejo del bastón BIBLIOGRAFILA buscaminas y detector. 12.° Trampas explosivas. Reglamento die Campos de Minas, 1954. Manual de Minas y Obstrucciones.—Colyeóo. 13.° Enmascaramiento. Artículos de la revista EJERCITO: 14.° Descripción de las distintas clases de Espoletas para minas.—R. E. 83. Curso da levantamiento de rnirias.—R. E. 94. tramos barreras y campos de minas. InstaJacián de Campos de Minas.—R. E. 101. 15.° Campos de minas a presión y a trac Instrucción de rninas.—R. E. 106. Medios explosivos de levantamientos.—R. E. 113. ción. Instalación de los mismos. Minas da salto—IR. E. 131. 16.° Señalamiento de los campos de minas Campos de Misias.—R. E. 152. Empleo táctico de los Campos de Minaas.—R. E. 158. y brechas en el plano y sobre el terreno. generales sobre Campos de Minas.— 17.° Distintas formas de cerrar los pasillos. FI.CoIisidsracion’es E. 163. Minas C. C. Clasificación y estudio.—R. E. 168 y 169. 18.° Efectos de las explosiones de minas Doctrina tras el telón.—R. E. 195. contracarros y contrapersonal. Paso de Campos de Minas—FI. E. 183. 26 La Escuelade juerra italiana Comandante de Artillería, diplomado de E. M., Gonzalo DE BENITO DE SOLA, del Alto E. M. 1. INTRODUCCION. El haber permanecido dos años realizando los cursos de Estado Mayor en Italia, es el motivo de la redacción de este trabajo. Después de haber vi vido tan largo tiempo, completamente incorporado a la vida del Ejército Italiano, y especialmente a la de su Escuela de Guerra, he creído interesante exponer a la consideración de los compañeros una síntesis de lo que es y cómo funciona el más ele vado centro de estudios del Ejército de Tierra Ita liano. Italia, que hace exactamente diez años veía a su Ejército deshecho, en sus Unidades —inexistentes— y en sus cuadros —casi en su totalidad desapare cidos o prisioneros—, ha realizado en este breve período de tiempo, un notable esfuerzo de organi zación, cuyo resultado es un Ejército poco numero so pero moderno, eficaz y adecuado a satisfacer los compromisos contraídos con la N.A.T.O. en el campo militar. Esta circunstancia, unida a las obvias caracterís ticas de la nación italiana, que la hacen en tantos puntos semejantes a nuestra Patria, son las que dan interés al estudio de su actual organización mi litar, inferior, sin duda, a las de otras poderosas naciones occidentales, pero hija, en cambio, de la resolución de problemas más cercanos a los nuestros. En este trabajo, sin embargo, me limitaré al ám bito de la Escuela de Guerra; Escuela que, como expondré a continuación, ejerce una notable in fluencia en el Ejército Italiano; que está organi zada en modo eficaz y adecuado a nuestros tiem pos, y que ha gozado siempre de un notable pres ESQUEMA DE LAS INSTALACIONES DE LA ESCUELA DE 1, Oficinas de Mando.—2, Aulas y Oficinas (le Estudios.—3, Au’as magna y de Oficiales.—5, Círculo de Oficiales.—6, Imprenia.—7, Garaje y Talleres.—8, bliotecu.—1O, Serviíios.—11, Tropa.—12, Campos de GUERRA ITALIANA los cursos de E. M.—4, Comedor de Pabellones del pro fesorado.—9, Bi deportes. 27 Civitavecchia. - Escue la de guerra italiana. tigio, como lo prueba la tradicional asistencia a la quica del Ejército de Tierra, aunque, naturalmente, misma de Jefes del Ejército español; tradición rea muchos Jefes de este acudan a tales centros de es nudada ahora, después de casi diez años de inte tudios. rrupción, y que es de esperar que sea especialmen Ejerce notable influencia en el Ejército, porque te provechosa, ya que los dos países están ligados concentra en ella muchos cursos y actividades, de necesariamente en muchos aspectos militares, den modo que a lo largo de la vida militar es raro el tro de la situación estratégica en acto. Jefe u Oficial que no ha pasado alguna vez por ella, especialmente los de empleos superiores; también por su labor en relación a la elaboración de la doc II. MISIONES DE LA ESCUELA. trina militar. El reglamento de la Escuela de Guerra, en su He afirmado antes que la Escuela de Guerra es capítulo 1, la define como: el más elevado centro de estudios del Ejército de o) Instituto de formación de los oficiales des Tierra italiano y que ejerce una notable influen tinados a cometidos de Estado Mayor; cia en el mismo; en efecto, el solo título oficial: b) Centro de estudio y difusión de la doctrina “Escuela de Guerra”, más ambicioso que el de sim militar. ple “Escuela de Estado Mayór” —aunque, natural mente, la formación de oficiales de E. M. sea una En el capítulo II se establece que la Escuela, ade de sus principales misiones—, indica ya que tal afir más d realizar los cursos de Estado Mayor que luego el Reglamento detalla, puede, también, des mación no es equivocada. arrollar cursos especiales, regulados por disposicio Es el más elevado centro de estudios del Ejér cito de Tierra, porque de él dependen las Escue nes particulares, para el cumplimiento total de sus las de Aplicación de las Armas y en él se realizan misiones. La priieera misión la realiza la Escuela por me los cursos para el ascenso a Coimel, que es la ñl tima prueba escolástica a. realizer por los Jefes dio de los correspondientes cursos: Curso de Estado Mayor, que prepara a los del Ejército Italiano. El Instituto de Estados Ma oficiales para misiones de Estado Mayor de yores Combinados y el Centro de Altos Estudios Militares dependen directamente del Ministerio de carácter ejecutivo; Defensa y pertenecen a los tres Ejércitos, por lo Curso Superior de Estado Mayor, que compor que no pueden colocarse dentro de la escala jerár ta la concesión del diploma. — — 28 Calle de las residen cias de Oficiales. La segunda misión, o sea el estudio y difusión de la doctrina militar, la lleva a cabo por varios pro cedimientos: participación de la Escuela como Organismo, y por medio de sus profesores, en las ponencias que estudian los diversos reglamentos; utilización de los cursos para la experimenta ción de puntos de doctrina en eswdio o du dosos; coordinación de la actividad de las Escuelas de Aplicación de las Armas; realización de los cursos especiales citados (co mo son los de los Jefes de los Servicios y los de los Jefes de las Armas para el ascenso a Coronel). Con estas dos últimas actividades, la Escuela con tribuye, también, a realizar la unidad de doctri na, que se advierte sensiblemente en todo el ámbi to del Ejército Italiano. — — — — III. AMBIENTE E INSTALACION DE LA ESCUELA. La complejidad de misiones indicada exige tam bién unas instalaciones adecuadas, de las que las fotografías que ilustran este trabajo pueden dar una idea general. La Escuela se encuentra instalada en las afueras de Civitavecchia, ciudad portuaria a 72 kilómetros de Roma, que muchos oficiales españoles conocen porque fué el puerto de desembarque de la peregri nación militar del Año Santo. Con esta situación, aunque forzada después de la II G. M. por la des trucción de las instalaciones de la antigua Escuela de Guerra, en Turin, han podido satisfacerse algu nas de las condiciones deseadas para la instalación de la Escuela de Guerra: proximidad al E. M. del Ejército, del que depende; situación central; insta lación moderna en espacio amplio; cercanía a una gran Ciudad (Roma en este caso). Los edificios, algunos antiguos debidamente res taurados y otros de nueva planta y construcción airosa y funcional, se extienden en sentido horizon tal alrededor de extensos patios, utilizados para jar dines, campos de deportes, aparcamientos de coches, etc. En ellos encuentran adecuada instalación las oficinas, las aulas, los pabellones del profesorado, las residencias de oficiales, los comedores, Círculos, ci nematógrafo, etc., así como los servicios, entre los que destacan una importante biblioteca, una inag nif lea imprenta y un bien dotado parque automóvil. Esta organización hace que la Escuela sea, den tro de Civitavecchia, un centro relativamente autó nomo en el que puede desarrollarse por completo una vida cómoda, incluida la adquisición de algunos artículos de diaria necesidad, y una discreta vida social, lo que facilita la dedicación al trabajo y la compenetración entre todos los oficiales del pro- 29 fesorado y de los varios cursos que en la Escuela desarrolla. Esto, claro está, en los días de tra bajo, iues los sábados los numerosos vehículos oficiales y particulares realizan una rápida “dis persión” que lleva a la mayor parte de los alum nos a gozar de las bellezas de la Ciudad Eterna. IV. PROFESORADO GENERAL DE Y SISTEMA ENSEÑANZA. El profesorado de la Escuela es menos numeroso de lo que parece indicar la complejidad de misio nes anteriormente indicada. En efecto, su plantilla es solamente de 42, pero la realidad es aún nota blemente inferior a este número. Sin embargo, un especial sistema permite apro vechar al máximo este exiguo número de profeseres, de manera que la eficacia de la enseñanza no se resienta. El sistema se basa en los tres puntos siguientes: los profesores de una especialidad dan normal mente las clases de la misma a los distintos cursos que realiza la Escuela, o al menos a más de uno de. ellos; los profesores tienen sus oficinas y despachos por grupos de materias, en las que permane cen mañana y tarde, según los horarios nor males en el Ejército Italiano, ausentándose — — Sala de lectura de re vistas militares extran leras. 30 para el desarrollo de las clases co rrespondientes; algunas materias secundarias, o partes muy especializadas de algunas de las principales, son explicadas por especialistas de la mate ria de que se trate, destinados en otros cen tros militares, y que acuden a la Escuela so lamente algunos días para el desarrollo de las partes correspondientes, descargando así a los tituiares de la preparación y desarrollo de las mismas. La Escuela la dirige un General de División y cuenta con otro General segundo Jet e, en el que descarga la labor no relacionada directamente con los cursos de Estado Mayor. Tiene dos Jefaturas de Estudios, para las dos misiones principales expues tas: formación de los Oficiales de E. M. y estudio y difusión de la doctrina militar. El sistema general de enseñanza es semejante al de nuestra Escuela de Estado Mayor, es decir, el que hemos dado en llamar “latino” más humanísti co que el llamado “anglosajón”, de carácter más práctico. Su base es el estudio de la Táctica y de la Logística, con la aplicación de un método para la resolución del problema operativo, semejante al preconizado por nuestra Escuela, y el desarrollo de gran número de temas. Se advierte, sin embargo, una importante dife solamente — rancia entre el curso dé” Estado Mayor”, el curso “Superior de Estado Mayor” y los cursos especiales. Mientras que en el primero la separación entre el alumno y el profesor es grande, pues en él se tra ta de hacer una rigurosa selección, en los demás el alumno participa en modo muy importante en la enseñanza, pasando a ser, en parte, un colabo rador del Profesor; con ello se tiende a facilitar el desarrollo de la personalidad de los Jefes que asisten a estos cursos. Servicio de E. M. Organización. Servicio de Información. Arte Militar Aéreo y Maritimo. Historia Militar. Lenguas. Es de hacer notar que de las setecientas horas, aproximadamente, previstas en el programa, más de la mitad están dedicadas a la Táctica y Logística; y de ellas una mitad son prácticas, esto es, emplea das en reconocimientos y desarrollo de temas. So bre esto mismo se basa también la enseñanza del Y. LOS CURSOS DE ESTADO MAYOR. Servicio de Información y Arte Militar Aéreo. Esta especialización hace que en un solo curso se a) Curso ae Estado Mayor. puedan profundizar, suficientemente, la Táctica y Este curso es el que se realiza para capacitar a la Logística, en su aplicación desde los escalones ti los oficiales para misiones de Estado Mayor de po batallón hasta la División inclusive. carácter ejecutivo, como se ha indicado anterior El 9. mes de curso se dedica a exámenes, en los que participan todos los oficiales y que son fun mente. A él acuden oficiales que hayan desempeñado, damentales para la clasificación final del curso. En al menos durante dos años, mando de Compañía, el lO mes se realiza una campaña táctica, también habiendo cumplido 36 años de edad; son selec con el consiguiente desarrollo de temas de táctica cionados mediante un concurso de méritos y una y logística. oposición. Es de hacer notar que esta fase de estudios en El curso dura ocho meses, y las materias objeto la Escuela es seguida de un mes de prácticas en de estudio en el mismo son las siguientes: Arma diversa de la de origen de cada Oficial, Táctica. y un año de prácticas de E. M. precisamente en Logística. la 3• ó 4. Sección de los Es. Ms. de Gran Unidad. — — — — — — — — del comedor d Oficiales y de tus Au las de cursas de E. M. Calle 31 cobertura, defensiva, ofensiva. Estos tres grupos de temas están ligados entre sí, y en cada uno de ellos se comienza por el estudio del escalón más elevado (Teatro de Operaciones o Grupo de Ejércitos) y se termina por el de la Di visión, pasando por las Grandes Unidades interme djas. Los reconocimientos en el terreno son: uno, de varios días de duración, al principio del curso y, otro hacia la mitad del mismo. Tales reconocimien tos y el estudio con junto de los temas, comprenden una entera Región o Teatro de Operaciones de la península italiana. h) Curso Superior de Estado ivlayor. En las demás materias, el estudio se realiza con una gran participación de los alumnos, que des Este curso tiene por objeto preparar a los alum arrollan una parte de las lecciones, por medio de nos a desempeñar funciones de Estado Mayor de conferencias que les son asignadas y que preparan carácter directivo, y su aprobación comporta la durante el curso; concediéndose, también, una par concesión del Diploma. te a la discusión de las conferencias expuestas por El curso dura nueve meses, y las materias que cada uno. comprende son las siguientes: Para asistir al Curso Superior, los Oficiales deben Operaciones de Grandes Unidades, que com reunir condiciones especiales, como son el haber prende a su vez: obtenido ulla, calificación muy elevada (encontrar táctica, se, en general, en los dos primeros tercios de su logística, promoción del curso inferior), haber superado con organización, informe muy favorable el año de prácticas en los servicio de información, Es. Ms. de Gran Unhiad, y casi siempre haber man arte militar aéreo, dado unidad tipo Batallen de su Arma, en el em arte militar marítimo, pleo de Comandante. todas ellas coordinadas y encuadradas prác Estas condiciones son causa de una fuerte seleccion ticamente en el ámbito de las distintas y de que, en general, transcurran varios años entre Grandes Unidades. la terminación por cada Oficial del curso de E. M.: Historia Militar. con ello se logra, entre los seleccionados para el Teatros de Operaciones. curso Superior, una madurez que permite la aplica Política y conomía de Guerra. ción del sistema de enseñanza expuesto, y se con Lenguas. sigue también que los Jefes de E. M. se encuentren muy al día, ya que este segundo curso lo realizan en En este curso, de las setecientas horas previs tas, aproximadamente, en los programas, unas qui un momento avanzado de su carrera militar. Otra particularidad de este curso es que a él asis nientas se dedican al desarrollo teórico y práctico de la materia “Operaciones de Grandes Unidades”. te un cierto número de Jefes de los Servicios de Au Como se ha indicado anteriormente, el curso pre tomovilismo, Intendencia y Sanidad, en general en senta algunas particularidades que lo diferencian el empleo de Tte. Coronel y, por tanto, próximos a del de Estado Mayor, y también de los de nuestra ejercer los cargos de Jefes del respectivo Servicio Escuela de Estado Mayor, a los que se parece en en los Cuarteles Generales de Gran Unidad. Estos Jefes, que asisten como oyentes a las diversas mate mayor grado el primero. rias del Curso pero como participantes a las “Ope En la materia “Operaciones de Grandes Unida raciones de Grandes Unidades”, adquieren así un des” la enseñanza se desarrolla sobre la implanta completo conocimiento del empleo y necesidades de ción de tres grupos de temas, sobre: Sólo después de este segundo año, se considera que el Oficial que ha superado con éxito todas las prue bas es “apto para funciones ejecutivas de E. M.” y puede ser destinado a las Armas o al Servicio de E. M.; sin embargo, tal aptitud no presupone la participación al Curso Superior, para la que se exigen otras condiciones que se detallarán a con tinuación. Al curso a que asistió el que esto escribe, parti ciparon 75 oficiales italianos (incluidos algunos del Cuerpo General de la Armada, Aviación, Carabi neros y Guardia de Hacienda) y cinco oficiales ex tranjeros. — — — —— — — — — — — — 32 — — — Comedor de Oficiales. de ellas solamente hasta el empleo de Tte. Coro nel, ya que en ej de Coronel han de mandar, en paz, Agrupaciones cuyo mando implica el empleo de Armas diversas, y en guerra estas mismas y, probablemente, a causa del desdoblamiento de Gs. Us., incluso División. En consecuencia, parece oportuno que el curso en cuestión sea desrrollado, no por una Escuela de Aplicación, determinada, sino por la Escuela de Guerra, centro en el que se estudia el empleo de Grandes Unidades. Al mismo tiempo, la Escue la aprovecha la realización de este tipo de cursos tanto para la dífusión y unificación de doctrina como para el estudio de ésta, por la aportación que pueden dar al mismo Jefes de ya probada ex periencia, puestos frente a la resolución de de VI. EL CURSO DE APTITUD PARA EL terminados problemas. ASCENSO A CORONEL DE LAS El curso, eminentemente práctico, dura cuatro ARMAS. meses, y en éf se exponen algunas conferencias doc trinales sobre las cuestiones fundamentales de em Este curso se fundamenta en la idea de que los pleo de las Armas y cooperación entre ellas, resol Jefes de las Armas son específicamente de una viéndose temas de Agrupación y de División. cada una de las Grandes Unidades cuyos Servicios han de dirigir, aparte de compenetrarse con los fu turos Jefes de E. M. y de aportar al curso sus cono cimientos específicos, debidos a una larga experien cia en su especialidad. Con todo ello creo haber puesto de relieve, a grandes rasgos, el interés de este curso Superior, especialmente útil para la formación de un Oficial de E. M. y al que el curso de E. M. sirve más bien de preparación. Al curso Superior al que asistí, participaron 57 oficiales italianos de las diversas Armas, Carabine ros y Cuerpo General de la Armada, más 14 Jefes de los Servicios de Automovilismo, intendencia y Sanidad y tres Oficiales extranjeros de E. M. 33 La clasificación realizada en este Curso, es un elemento que va a sumarse a los que han de tener se en cuenta para la selección de los Jefes para su ascenso al empleo de Coronel y, prácticamente, al de General, ya que después de éste no existe en e] Ejército italiano ningún otro curso con carácter selectivo. puestos, es una buena representación de dicho Ejér cito. Sólo me resta decir a los compañeros que lean este trabajo, que quien esto escribe, primer oficial español que ha permanecido en la Escuela de Gue rra y ha estado incorporado durante largo tiempo a la vida activa del Ejército Italiano, después de diez años de escasisimas relaciones con nuestro Ejército, ha recibido de cuantos Jefes y compañe VII. CONCLUSION. ros ha tenido ocasión de tratar allí, las mayores pruebas de afecto y consideración, dirigidas, na Como he indicado al principio, muchas son las turalmente, no a su persona, sino al Ejército es cosas interesantes observadas durante varios años pañol, a quien tenía el honor de representar. Prue de convivencia con el actual Ejército Italiano; pero bas que, si bien son naturales en quienes profesan espero ¿fue lo expuesto sea suficiente para presentar la carrera de las Armas y, más aún, cuando entre su más importante Centro de Instrucción Militar: ellos se encuentran muchos de los que unieron su la Escuela de Guerra. Centro que, por la importan esfuerzo al nuestro en los campos de nuestra Pa cia de sus misiones, su vitalidad y su adecuada or tria, no son menos de agradecer; aprovecho, pues, gaiTización para el cumplimiento de los fines pro- estas páginas para rendir testimonio de ello. G [110 uN REVISTA ILSTBADA DELOS MANDOS SUBALTERNOS DEL EJERCITO Sumario del número de octubre de 1956. La Acactem4a Auxitiar Militar (A.A.M.). CapItán Domínguez Sancho. Educación Física y defensa personW. Ayudante O. M., Grijalvo Oleína. Tran.sm.isiones... en comprimidos (1). Teniente Sánchez Domlnguez. de un itinerario por Los pueblos y Zas tierras cte Espaáa: Baleares (IV). Juan Cualquiera. Cosas de Ayer, cte Hoy y de Marlana. Comandante OTy. Jiu-Jitsu.-Mtodo Estampos de Nuestros 34 lectores preguntan. Redacción. Comandante de Artillería, Profesor de E. F., Gon2alo GRIJELMO GARCIA, de la Capitanía General de la VI Región. La lucha es un medio de defensa y ataque que se basa principalmente en el conocimiento de las partes más vulnerables del cuerpo humano, en las leyes de física, del equilibrio y de la palanca, y en la ejecución de una serie de golpes, presas, llaves, etc., con las que se consiguen producir desequili brios, torsiones, extensiones formadas de ciertos músculos, palancas, compresiones y percusiones de puñtos y elementos vitales del organismo, con lo cual podemos desembarazarnos del atacante, pro duciéndole un dolor intenso, fracturas en ciertas partes, pérdida del conocimiento e incluso la muerte. Los golpes, torsiones, llaves, etc., de que nos ocuparemos han sido cuidadosamente selecciona dos, siendo fáciles de ejecutar y de una gran efica cia, permitiendo, 5i son empleados oportunamente y ejecutados correctamente, el triunfo de la inte ligencia sobre la fuerza bruta, siendo por ello po sible poner fuera de combate a un adversario, aun que éste sea de mayor fortaleza. CONDICIONES QUE DEBEN REUNIR Los LUCI-IADORES.—E1 luchador ha de emplear in teligencia, golpe de vista, sangre fría, resistencia al dolor, rapidez en las reacciones psicomotrices y coordinación, ha de ser ágil y flexible, sabiendo aprovechar instantáneamente cualquier oportuni dad que se le presente en el transcurso de la lucha. PUNTOS MAS VULNERABLES DEL CUER PO HUMANO—Son los siguientes: Cabellos. Sienes. Ojos y oídos. Nariz. Labio superior. Maxilar inferior. Carótida. Yugular. Nuca. Vértebras cervicales (2. y Vértebras dorsales (10.a)• Vértebras lumbares (4,a) Corazón. Estómago. Organos genitales. Tibia (espinilla). Articulación rIel hombro. Articulación rIel codo. Articulación de la muñeca. Articulación de los dedos. Articulación de las rodillas. Articulación del pie. EQUI LI BRIO.—El mantenimiento del perfecto equilibrio del cuerpo en todo momento es primor dial y decisivo en la lucha. Si se consigue rompe i este equilibrio en el adversario, se le pone en con diciones de poder derribarlo con facilidad, hacién dole caer de forma violenta (aunque sea más fuer te y corpulento que nosotros) y conmocionarlo, momento que se puede aprovechar para someterlo en tierra a nuestro dominio. Partiendo de la posición vertical de perfecto equilibrio del hombre, 5i se le obliga a que se in cline lo suficiente para que su centro de gravedad se proyecte fuera de su base de sustentación, bas ta soltarle en ese momento para que caiga por su propio desequilibrio. Estando el individuo en la posición de equilibrio, si se le aplican dos fuerzas iguales y de distinto sentido en sus extremos opuestos, se le obliga a Caldas (f,ras 5 4 iTZ1 Iio.) sÁ& 6 __ caer fácilmente al hacerle rotar, tomando como eje de giro su ce.ntro de gravedad. Sabemos que -dos fuerzas iguales y que actúan en sentido contrario mantienen el cuerpo en equi librio. En estas condiciones, hay que provocar -el desequilibrio del adversario y aprovecharlo de for ma que quede bajo nuestro dominio e iniciativa; esto puede hacerse cediendo un poco en la aplica ción de nuestro esfuerzo, con lo que romperemos hacia delante su estado de equilibrio, momento que se puede aprovechar para cambiar de dirección en la aplicación de nuestro esfuerzo e impulsar violen tamente al contrario hacia adelante, sin que él pueda hacer .nada por impedirlo. Si la cesión en el esfuerzo es producida por el adversario, entonces, insistiendo en la aplicación de nuestro esfuerzo, podremos fácilmente derri barlo de espaldas. Con una hábil -e inteligente aplicación de •este principio, podremos derribar sin gran es-fuerzo a un adversario más potente que nosotros, siempre que apliquemos en -el momento oportuno nuestro esfuerzo y en la dirección conveniente. Es imprescindible en la lucha recordar estos principios Tira, si te em-pujan. Empuja, si tiran. Mantén el equilibrio y des-equilibra al adver sario. Ataca cuando el enemigo está en movimiento o sólo sobre un pie, ya que en ese momento no se encuentra en perfecto equilibrio. PALANCAS.—La aplicación de las leyes de la palanca son de gran utilidad en la lucha. En las presiones sobre ciertas partes del esque leto, aplicando un buen brazo de palanca. es fácil con su potencia luxar la articulación correspon diente o fra-cturar uno de sus huesos sin necesidad de emplear un gran esfuerzo. POSICION DE DEFENSA EN PIE (Véase figur-a).—El cuerpo ha de -estar vertical y perfec— taInent-e equilibrado sobre ambos pies; éstos han d estar abiertos, con una separación de unos 30 centímetros, -estan-do adelantado un po-co el co rrespondiente al lado del ataque del adversario, así com-o ‘el costado y antebrazo de este mismo la-do; las piernas se mantienen ligeramente flexionadas -por las rodillas, para que permitan ha-ceifrente en las mejores condiciones el ataque del contrario. En cualquier desplazamiento que s-e haga hay que conservar el cuerpo en equilibrio; el peso del cuer po debe recaer sobre el pie que -está en re-pos-o.de esta forma el que se mueve puede hacerlo fácil mente; al desplazar est-e pie hay que procurar no levantarlo, si-no más bien deslizarlo en la dirección conveniente. Estos movimientos deben hacerse con rapidez, -con objeto de restablecer cuanto an tes el -equilibrio s-obre los dos pies y evitar que el enemigo pueda efectuar el ataque cuando estamos realizando el desplazamiento. -— — CAlDAS - — — Golpes.-(Fl,gÜ/9s 4 i 9) 5 7 n Un punto de verdadera importancia en la lucha es saber caers-e sobre el suelo sin hacerse daño, ya 5-ea por caída voluntaria o por haber si-do derri bado por el adversario. Las caídas pueden hacerse hacia adelante, hacia atrás o hacia uno de ios costados. CAlDA ¡lA-CIA ADELANTE—-Partiendo de la posición de firmes, se da u-n paso hacia adelante con el pie izquierdo y se flexiona ci tronco ha-sta tocar en el suelo con la mano izquierda, teniendo la p-alma gira-da hacia dentro unos 4i grados; se -apoya el mentón -contra el p-echo y -se coloca el brazo derecho flexio-n-ado defendiendo la cabeza (fi gura i), ya que al tocar Ci antebrazo ant-es en el suelo evita el golpe de la misma, sirviendo tam bién para amortiguar una parte la fu-erza de caí da. Encontrándose el cuerpo en esta posición, se empuja -con el pie de r-echo hacia -adelante, des p-lazándose en este senti do -el centro de gravedad, 6 facilitando que ‘el cuerpo ruede sobre la espalda, al tomar co-ntacto suave mente, primero sobre el antebrazo izquierdo y des pués los omoplatos (fi- o - gura 2).. La pierna derecha se mantiene ex tendida durante la rotación del cuerpo sobre la ‘espalda, con objeto de utilizarla a modo de contrapeso que se lanza hacia adelante, flexio nándose bruscamente para tomar contacto con el suelo por la punta del pie, al tiempo que se extiende el brazo derecho hacia ade lante, y se imprdsa con la palma de la mano ¿el brazo derecho el cuerpo en esta misma dirección, poniéndose seguidamente en pie (fig. 3) Cuando se han aprendido estos movimien tos y se efectúan con perfecta coordinación, es fácil efectuar esta caída sin ‘emplear el apoyo de las manos y volver a la posición inicial utilizando la fuerza de caída. CAlDA HACIA ATRAS. Estando en pie, se flexiona la cabeza hacia adelante has ta que toque el. ‘mentón con el pecho, para evitar que en la caída choque 1a cabeza, contra el suelo, y se da un paso hacia atrás al tiempo que se va flexionando la pierna que se ha retrasado y se va dejando caer el cuerpo como si fuéramos a sentarnos; 1a pierna adelantada se mantiene ex tendida actuando de contrapeso ‘para amortiguar la caída, abriéndose los brazos conforme el cuer po va cayendo hacia atrás. La caída ha de hacerse de forma que se tome contacto con el suelo sobre una gran superficie; para ello, al mismo tiempo que’para amortiguar en parte el ‘choque del cuer po, se golpea el suelo con las palmas de las ma nos estando ya los brazos completamente exten didos (fig. 4). Inmediatamente que el cuerpo ha tomado con tacto con el suelo, se lanza hacia la cabeza el pie que ha servido de contrapeso en la caída, ponién dose las manos al lado de los hombros (fig. 5) pa ra facilitar con su impulso el giro del cuerpo cii esta dirección, hasta tocar con los pies nuevamen te en el suelo, momento en que por una extensión rápida de los brazos (fig. 6) se pone el cuerpo ver tical. CAlDA DE COSTADO.-_Estando en posición de firmes, flexiónase la cabeza para apoyar la bar billa contra el pecho; se va flexionando la pierna izquierda al tiempo que se gira el cuerpo hacia la derecha y se eleva la pierna derecha completamen te extendida hacia la izquierda (fig. 7). dejándose caer paralelamente al suelo con el costado derecho, golpeando con el brazo de este lado qne ha de en contrarse un poco separado del cuerno contra el suelo, para amortiguar la violencia del choque, así como con la pierna derecha, que ha de hacerlo con el ‘muslo y la pantorrilla, y con la parte ext’erior del empeine (fig. 8). POSICION DE DEFENSA EN EL SUELO.— Cuando no ha sido posible ponerse rápidamente en pie después de haber sido derribado y hay que per manecer inmóvil en el suelo, entonces hay que adoptar una posición defensiva contra el nuevo ataque del adversario; esta posic:ón consiste en mantener el cuerpo convenientemente agrupado. de forma que los codos toqu’en en las correspon dientes rodillas, manteniendo los brazos fiexiona dos, con las inanes a 1a altura de la cabeza y (ioIpes.-(riqurasaais) ID 11 — 13 14 siguiendo con la vista los movimientos del contra rio, impidiéndole que se coloque detrás de nues tra cabeza, de ‘tal manera que nos coja en una presa de inmovilización y estar al mismo tiempo a cubierto de cualquier golpe que pretenda dar con los pies o las manos, mediante presión combinada del muslo y codo que están en contacto con e) sue lo haciendo que el ou:erpo gire en la dirección con veniente cuando estamos en la posición de la figu ra 9, o girando alrededor ‘de la cintura y empujar suavemente con el pie contrario al lado donde se encuentra el enemigo, si nos encontramos en la posición de la figura io, evitando mediante estos movimientos que nos coja en una presa do inmo vilización y estar al mismo tiempo a cubierto de cualquier golpe que pretenda dar, tanto con los pies como con las manos. GOLPES i. GOLPE CON LA PUNTA DEL DEDO MEDIO (fig. I).—Para evitar la flexión y luxa ción de este dedo al efectuar el golpe, se le refuer za mediante el apoyo del pulgar e índice de la misma mano, de form,a que el pulgar quede por la parte inferior y el índice por 1a superior. Con este dedo se puede golpear contra los oios o detrás de las orejas. Parada.—Con el borde de la mano o mediante un movimiento de la cabéza. 2. CON LA PUNTA DE LOS DEDOS ME DIO E INDICE (flg. 2).—Se efectúa contra los ojos del adversario, colocando los dedos índice y medio abiertos en forma de V. Este o’olpe es en extremo peligroso., ya que no solamente produce sensaciones muy dolorosas y cegamiento pasajero, soo que, aplicado con cierta intensidad puede ori ginar la ceguera permanente. Parada (fig. 2).—Basta colocar la mano de can to, de forma que se apoye el dedo pulgar en la nariz con objeto ‘de que al introducirse los dedos del atacante toquen con el vértice de la V que forman el índice y medio, impidiendo de esta for ma que puedan alcanzar los ojos, o también elu ‘dieodo el ataque mediante un movimiento rápido de la cabeza, o golpeando con el borde de la maPo. 37 3. CON LOS NUDILLOS.—Teniendo el puño cerrado, se golpea con los nudillos contra el dorso de la mano, produciendo una sensación muy dolo rosa. P.arada.—Evadir la mano con un movimiento rá pido de la misma. 4. CON EL BQRDE DE LA MANO (fig. .). Se ejecuta mediante un golpe rápido y seco que rebote una vez alcanzado el objetivo, teniendo los dedos extendidos y unidos, excepto el pulgar. Si el adversario se encuentra dándonos frente, el gol pe se puede dirigir: contra las sienes, lo que pro duce ‘desde un dolor intenso hasta la muerte; con tra las cejas, que ocasiona el corte de las mismas y cegamiento por derramamiento de sangre; con tra la nariz, especialmente dirigido contra el en trecejo, que, aparte del dolor, produce fácilmente una gran hemorragia; contra el labio superior, muy sensible al dolor, y que acarrea, si éste es fuert.e, el desprendimiento de los dientes; contra la garganta, que produce asfixia y puede llegar a la muerte; contra la carótida, ocasionando la pér dida del conocimiento por parálisis de la circula ción sanguínea; contra e1 corazón, produciendo la pérdida del conocimiento. Si el adversario se encuentra de espaldas, el golpe se puede dirigir contra la nuca, las vértebras primera y segunda cervicales, la cuarta lumbar y décima lumbar, que produce la pérdida del conoci miento y hasta la muerte; contra la parte externa y superior de la articulación del codo, que produce la inhibición de este miembro durante un tiempo bastante considerable. Parada (fig. 4).—Golpear con el canto de la mano contra 1a muñeca del adversario, o un poco por encima de la articulación del codo, que no sólo detiene el golpe sino que, instantáneamente deja insensible el brazo durante un gran tiempo; puede pararse el golpe también con el antebrazo o me diante esquivamientos rápidos con el cuerpo o la cabeza, de forma que el golpe caiga en el vacío. CON LA PALMA DE LA M’ANO.—Pues ta la mano con los dedos unidos y ligeramente fiexionados, golpear contra los oídos, que por com presión del aire pu.ede ocasionar la rotura del tíni patio y la pérdida del conocimiento. Parada.—Con el borde de la mano o antebraz. 6. GOLPE CON EL TALON DE LA MANO (fig. 5).—Golpeando con el talón de la mano con tra el mentón y dirigiendo el golpe de abajo arriba se puede hacer, caer de espaldas al adversario si se da con suficiente fuerza. Parada.—Con el borde de la mano un fl1OVi miento rápi:do de la cabeza. 7. GOLPE CON LAS DOS MANOS (fig. 6). Cuando el adversario se encuentre delante con el cuerpo flexionado puede golpearse en forma de maza enlazando los dedos de las dos manos con tra la nuca o vértebras cervicales, dejándole fá cilmente sin sentido y pudiéndole ocasionar pará lisis y la muerte. 8. GOLPE CON EL PUÑO.—Este golpe ha de llarse con el puño bien cerrado, colocando las falanges de forma que reposen en la palma de La mano y el dedo pulgar encima de ellas sin que so bresal gan. . , 38 GOLPE DIRECTO (fig. 7).—Se da extendiendo completamente el brazo, de forma que se apro veche toda su longitud al tiempo que se apoya el cuerpo sobre la pierna delantera. Este goln se dirige contra la mandíbula o nariz. GOLPE LATERAL (fig. 8)—Se ejecuta con los dedos vueltos hacia afuera de atrás adelante y de forma circular, y se dirige contra la mandí bula o las sienes. GOLPE INVERSO (fig. 9).—Es un golpe seco difícil de evitar, especialmente el de la izquierda, y es un golpe de gran efecto por la fuerza que lle va. Se dirige contra el estómago u órganos geni tales, golpeando de cerca y flexionando ligera mente el codo, estando el puño con Las uñas hacia el interior y verticales al suelo. GOLPE DE ABAJO A ARRIBA (hg. io).— Es un golpe de gran eficacia que se dirige contra la barbilla o el estómago u órganos genitales. Pa ra su ejecución debe cerrarse la mano de formo que la palma venga a colocarse frente al pech propio, extendiéndose el brazo hasta unas dos ter ceras partes de su longitud, flexíonándose el codo de manera que el puño quede hacia arriba. Li golpe se da de abajo arriba, ‘elevándose sobre la punta del pie correspondiente al brazo que’ da el golpe para aumentar la potencia del mismo. Se emplea este golpe cuando el adversario se encuen tra muy cerca. Parada—La parada de todos estos golpes, se efectúa con golpe ¿el canto de la mano contra la muñeca o articulación del codo con el antebrazo o por medio •de esquivaniientos rápidos del cue: po o la cabeza. GOLPE CON EL CODO (fig. ii).—Cuando el adversario ‘está de frente se coloca el brazo semi flexionado y se golpea con el codo de forma rá pida y seca contra la cara y cuello, oara aumentar el efecto del golpe se ayuda con una impulsión del tronco. Cuando estamos cogidos en una presa por la espalda, entonces el golpe puede dirigirse contra el estómago u órganos genitales, según la posición que se encuentre el contrario. Parada.—on el antebrazo o un esquive rápido. GOLPE CON LA CABEZA (fig. 12).—Se puede dar contra la cara, pecho, estómago. Con objeto de aumentar la violencia del golpe es conveniente tina presa con las manos en el contrario. Si el adversario se encuentra de espaldas pue de golpearse contra la región lumbar de la co lumna vertebral. El cráneo, dada la forma de los huesos que lo forman, es de una extraordinaria fortaleza, sien do temibles los golpes dados por él, especialmen te los dirigidos a nariz y boca. Parada.—Si el golpe va dirigido a la cara, la defensa consiste agacharse rápidamente y flexio iiar la cabeza, para que e1 contrario choque con su nariz o boca contra nuestra frente. Cuando el golpe va dirigido al pecho o al estómago se le para mediante un rodillazo a la cara, mediante un golpe con las dos manos o agarrar la cabeza del contrario con nuestras manos por la barbilla y no ca y efectuar una rápida torsión de cuello. y con el pulgar se presiona fuertemente produ GOLPE CON LA RODILLA (fig, i3).—Se ciendo un agudo dolor. efectúa por elevación rápida y enérgica de la mis Parada.—Golpe con el canto de la mano a la ma, dirigiendo el golpe contra los órganos geni garganta o rodillazo a los órganos genitales. tales o cara del, adversario cuando éste se encuen tra con el cuerpo flexionado hacia adelante. PRESION DE DEDOS SOBRE EL OIDO.— Parada.—La defensa puede hacerse flexionando Presionando fuertemente hacia arriba con la punta una pierna, elevándola y cruzándola, protegiendo del dedo pulgar sobre el oído en la cavidad que los órganos genitales. Si el golpe va dirigido a la existe detrás del lóbulo de la oreja se produce cara, hay que efectuar un esquive tápido con ci un intenso dolor, y a veces el síncope. tronco. Parada.—Si la presa es por delante, dar un GOLPE CON EL PIE.—Puede golpearse con golpe de rodilla y si es por detrás golpear con la punta del pie contra los órganos genitales, bajo el tacón o con el codo. vientre, rodillas, espinillas, tobillos y codo. Con PRESION SOBRE LA NUCA (fig. 2).—Cuanun golpe dado en uno de esos sitios es fácil des do en las incidencias de la lucha nos encontramos embarazarse del adversario. En la lucha próxima en una posición favorable sobre el adversario se son muy efectivos los rasponazos en la espinilla le apoyan los dos puños a ambos lados de la nuca de arriba abajo, efectuado con el borde de la bota y se presiona con fuerza hacia adelante y abajo, (fig. 14) 0 el taconazo hacia atrás, dado con el lo que origina un fuerte dolor. canto del tacón contra las espinillas o rodillas Parada.—Inclinarse rápidamente hacia uno de (fig. 15) que produce un agudo dolor y reflejos los costados y una vez que los hombros han to inhibitorios. Los pisotones dados con fuerza con mado contacto con el suelo, dar un par de vueltas tra los dedos de los pies son de un gran efecto, girando sobre 5í mismo para alejarse del adversario. pues entre el dolor y la sorpresa del ataque suelen PRESION DE CABEZA.—Cogiendo la cabeza obligar a soltar la presa. Parada.—La parada de los golpes con la punta del contrario, con nuestras dos manos, de forma que con una lo haga por la barbilla y la otra por la del pie, se efectúa con esquives rápidos del cuer po a uno de los lados •o pa.rándolos con la planta frente, se presiona fuertemente hacia atrás for zando las vértebras cervicales hasta luxarlas. del pie. Parada.—Rodillazo a los órganos genitales si la pr.esa es por delante y golpe de tacón a las espini PRESIONES Y TRACCIONES llas o con el codo al estómago si la presa es por detrás. TRACCION DE CABELLOS.—Si el adversa rio tiene los cabellos largos, se le agarran fuer PRESION SOBRE LOS DEDOS (fig. 3).—Si temente y se efectúa a continuación una violen se ha cogido la mano del adversario por sus dedos, ta tracción hacia atrás que produzca una flexión entonces con la mano libre se aprisiona el dedo forzada de la cabeza. No solamente se produce pulgar y se le fuerza en dirección del antebrazo. un gran dolor, sino que puede traer consigo la Si se ha podido hacer presa sobre uno cualquiera luxación de las vértebras cervicales e inçluso la de los dedos, basta forzarla en dirección del dorso muerte. de la mano, lo que produce un vivo dolor, que pue Parada.—Patada con el tacón a la espinilla. de llegar a la luxación del mismo. Parada.—Es una presa difícil de evitar cuando PRESION SOBRE LA NARIZ.—Se coge la nariz del contrario entre los d.edos medio e índice se ha sido cogido por sorpresa. Si da tiempo, acer- Presionesy tracciones(figorae 1a6) 1 2 3 Torsiones.- (fígur1a6) 1 carse rápidamente al cuerpo del contrario cuando está iniciando la presa y darle una patada en el codo, órganos genitales o rodilla, según la posición en que se encuentre. PRESION SOBRE LA MANO (fig. 4).—-Cuando se ha hecho presa, en una mano del contrario por sus dedos, con un movimiento rápido se le obliga a levantar el brazo y al mismo tiempo se le fuerzan los dedos hacia abajo, produciéndose un intenso dolor y la luxación de los mismos e In cluso de la muñeca. Puede efectuarse también la presión hacia arri ba si se h hecho presa con las dos manos en una del. ‘contrario; entonces apoyando nuestros dedos pulgares en los nudillos de la mano, se efuerza hacia arriba y adentro, produciéndole un vivo do lor o luxación de la muñeca (fig. •). Si el adversario pone su mano sobre nuestro pecho, para hacer una presa o con la intención de empujarnos, entonces rápidamente colocamos nues tras dos manos sobre ‘ella presionándola contra el pecho al tiempo que flexionamos las piernas e in dinamos el pecho hacia adelante, forzándole de esta forma la articulación de la muñeca (f:g. 6). Parada.—Se efectúa de la misma forma que la explicada anteriormente. TRACCION DE DEDOS. Se ef.ectúa aga rrando con una mano los dedos indice y medio, y con la otra el anular y meñique de la mano del contrario, tirando a continuación fuertemente ha cia ambos lados se produce un intenso dolor y dando la sensación ele que se va a rajar la mano entre esos dedos. Parada.—Es difícil librarse de esta presa una vez cogido en ella. Puede intentarse dar una pa tada o un rodillazo en los órganos genitales o un fuerte cabezazo en la cara (Id contrario. según la posición en que éste se encuentre. — 3 2 el dedo y se le gira forzando la torsión, producién dole un agudo dolor y la luxación grande. Parada.—Es difícil de evitar si en ella. Puede intentarse dar un codo o en los órganos genitales. TORSION DE BRAZOS POR (fig. 2).—Cuando por la espalda si ésta ha sido se está cogido puntanie en el LA ESPALDA del contrario se ha conseguido hacerle una presa en la muñeca con nuestra mano derecha, se le agarra rápida mente con la izquierda, un poco por encima del codo al tiempo que se le sube el antebrazo hasta la altura del omoplato y se le gira hacia adentro, produciéndole un intensísimo dolor, y la luxación de la articulación, si fuerza el giro. Parada.—La única defensa que se puede hacer es dar un golpe con el tacón en los órganos geni tales del contrario. TORSION DEL BRAZO (fig. 3). Se hace presa por delante en el brazo del adversario de forma que la mano nuestra de su mismo lado le agarre por la muñeca y con la otra un poco por encima del codo, con el esfuerzo de ambas manos, se torsiona el brazo hacia la espalda. produciénclo le un dolor tan intenso, que es fácil ‘obligarle a caer a tierra de cabeza. Esta misma presa puede efectuarse cuando el adversario está de espaldas — (fig. 4). Otra forma de torsión del brazo haciendo presa también en la muñeca y articulación del codo es la indicada en la fig. 2, en la que el brazo se le gira hacia arriba siendo fácil su luxación. Parada—La defensa consiste en dar una vuelta (le campana girando en el mismo sentido de la tor sión y golpear con los pies en la cara del contra rio o hacerle una presa de piernas en •el cuello (fi gura ), o en darle un fuerte pisotón en las puntas de los dedos del pie más próximo. TORSION DEL PIE (fig. 6)—Si en un mo mento cualquierade la lucha o al intentar darnos una patada se ha hecho presa en un pie del adver TORSION DE DEDOS (fig. ‘).—Se cogen los sario se le agarra con una mano por los dedos del dedos pulgares del adversario con cada una •de pIe y con la otra por el talón, se torsiona el pie nuestras manos y con un movimiento rápido y por la acción combinada de las dos manos. T O RS! O N ES violento se les gira hacia afuera. Puede hacerse Parada.—Pue.de evitarse esta presa girando so también la torsión en uno de los dedos para lo bre el pie aprisionado al tiempo que se da una na cual se hace presa con nuestra mano izquierda en tada en la cara, vientre u úrganos genitales del la muñeca del adversario y con a derecha se coge contrario. A. 5 6 Comandante de Infantería, Profesor de la- Academia del Arma y Veterinario, Lui.r PODEROS MOREO. mf El ante yhnoche Son ya numerosos los artículos que sobre la gue te utilización de la noche para combatir, imponen rra de noche (movimientos y Combate) han visto la necesidad de dar a esta parte de la instrucción la luz en esta revista y conocidas de todos las ven una acusada singularidad”. tajas e inconvenientes que, por lo que respecta al Queda, pues, patente la trascendencia de Capaci ejercicio del mando, dirección y efectos de fuegos, tar al infante para combatir en la obscuridad,- nc sorpresa, posibilidades de maniobra, etc., etc., pre sólo porque así lo prescriben nuestros Reglamen sentan estas acciones en comparación con las veri tos, sino porque la guerra del futuro, ante la posi ficadas durante el día. bilidad de empleo de armas de destrucción masiva Nada nuevo podemos añadir a lo que lahistoria que aniquilen en pocos morientos todo indicio de militar contemporánea nos dice cuando narra los vida sobre grandes zonas, obligará a una amplia grandes éxitos que, con pequeñas pérdidas, fueron dispersión de Unidades para subsistir durante el logrados por los japoneses en el Sureste asiático; día, serán frecuentes las acciones nocturnas limita por el General Montgomery, en El Alamein, y por das, infiltrándose por los intervalos para sembrar Divisiones americanas en la zona Cassino-Vena el pánico y confusión en el enemigo o bien más amtro; tampoco debemos omitir los fracasos sangrien pIjas para conseguir, con un mínimo de pérdidas, tos de ataques nocturnos cuando éstos fueron im resultados más remuneradores que durante el día. premeditados o torpemente ejecutados. Ante la imposibilidad de tratar en un solo artícu El gran poder de destrucción de las armas mo lo múltiples y complejos aspectos que respecto a la dernas nos hace presagiar para el mañana méto instrucción del infante para el combate de noche dos de acción en que la Infantería buscará como señalan nuestras “Normas sobre la instrucción de aliado inexorable la noche, que con su sombra pro combate”, vamos a estudiar seguidamerrte cómo tectora la facultará para seguir cumpliendo su mi preparar al infante para descubrir la presencia del Sión clásica, sin el terrible desgaste a que en las enemigo por la vista y cómo instruirle en el tiro de acciones diurnas estaría sometida hasta llegar al noche para darle-confianza en la eficacia del arma asalto. que maneja. También anotaremos más adelante La mayoria de los Ejércitos reflejan en sus Re nuestras observaciones recogidas en una visita a glamentos esta tendencia, y mientras los rusos son Escuelas del Ejército norteamericano. decididos partidarios de las acciones nocturnas en 1. EL PROBLEMA DE LA VISION todas las fases del Combate, llegando incluso a pres NOCTURNA O NICTALOPÍA. cribir el empleo de unidades acorazadas específica Hasta hace relativamente poco tiempo, este asun mente adiestradas para la persecución, los norte to sólo interesaba a los oftalmólogos desde su pun americanos acusan en sus publicaciones militares to de vista científico; la guerra, que ha sido siem cuáles fueron sus puntos flacos en los últimos con pre factor estimulante para el logro de inventos y flictos, destacando la falta de familiaridad con las perfeccionamientos en todas las ramas del saber operaciones nocturnas y, en consecuencia, acentúan humano, ha contribuido notablemente a un cono el adiestramiento de noche de sus unidades y pres cimiento más perfecto de este problema, pues los criben en sus planes de instrucción que por lo me beligerantes, acuciados por la necesidad de “ver de nos una tercera parte de la misma se realice por noche”, buscaron las soluciones no sólo por los de la noche. rroteros de la iluminación artificial y de los rayos Nuestras “Normas sobre la instrucción de Com infrarrojos, sino también por aquéllos más natu bate”, en su artículo 29, afirman que “la importan rales de aprovechar al máximo las facultades fisio cia adquirida por el combate de noche y la trecuen lógicas del órgano de la visióp. - 41 Muchos son los trabajos científicos realizados y enorme es la bibliografía que respecto a esta mate ria puede manejarse; pero ante la dificultad de ex poner científicamente todo el proceso fisiológico de la visión nocturna, vamos a tratar solamente de los aspectos fundamentales de la misma. A) El órgano de la visión: Recordemos brevemente la anatomía y fisiología del ojo humano para deducir datos prácticos a te ner en cuenta en la visión nocturna (fig. 1). La capa externa del globo ocular es una membra na resistente que en la parte posterior del ojo es transparente y se denomina córnea, y en la poste rior es opaca y se llama esclerótica. A la cara interior de la esclerótica se adosan dos membranas superpuestas: la primera o tractus uveal, constituye en la parte posterior del ojo el coroides y cuerpo ciliar, y en la parte anterior for ma un diaíragma llamado iris, cuyo orificio es la pupila; la segunda, o interna, recoge y transfor ma los estímulos luminosos en la retina. Entre el iris, la pupila y la córnea se forma la cámara anterior del ojo; detrás de la pupila se encuentra el cristalino; finalmente hay una nue va cámara, que aloja el humor vítreo. Concretándonos a la retina, membrana la más importante para el objeto de nuestro estudio, y que es la verdadera terminación nerviosa visual, añadiremos que una de sus capas, la que está más en contacto con el humor vítreo está formada esencialmente por los conos, bastones y epitelio pigmentario, que por constituir los elementos per ceptores, es decir, los encargados de recoger y for mar la imagen, se le denomina aparato fotoquí mico. , 42 En la retina podemos distinguir una región cen tral (figs. 1 y 2) denominada mácula, que rodea a la lovea, subtendiendo un ángulo de 4 a 12° y que es la zona de la visión máxima, y otra periférica cuya sensibilidad va siendo cada vez menor a medida que nos separamos de la fovea. Conviene re cordar que los elementos perceptores no están re gularmente repartidos, pues, mientras en la reti na central están solamente representados por los conos con ausencia total de bastones, en la peri férica hay un marcado predominio de bastones. Y hecho este ligero recuerdo anatómico, pasemos a considerar el proceso fisiológico de la visión, que, según Lohman, consta de tres fases: 1. Fisicoquímica, en la que toman parte los me dios transparentes del ojo (cámara anterior, cris talino y vítreo) y los elementos perceptores de la retina (conos, bastones y púrpura retiniana), te niendo lugar durante ella la captación de las imá genes visuales. 2.° Fisiológica, que consiste en la transformación del estímulo luminoso en impulso nervioso y su transmisión al cerebro por medio del nervio óptico. 3.’ Psíquica, o conversión del influjo nervioso en sensación visual en el cerebro. Limitándonos a la fase fisicoquímica, pues las otras dos no guardan relación con el objeto de nuestro estudio, y prescindiendo de la fisiología óptica que tiene lugar en los medios transparentes del ojo por no estar tampoco directamente rela cionada con nuestra finalidad, recordemos que el proceso de esta fase es muy semejante a lo que acaece en una máquina fotográfica. La aberttira anterior de esta cámara representa la pupila, que regula la cantidad de luz necesaria; el músculo ciliar, al hacer variar el poder refringente del cris talino, permite que las imágenes queden enfocadas en la retina, representando, por tanto, el mecanis mo fotográfico del enfoque; finalmente, la capa de conos y bastoncitos puede ser asimilada a la película, sobre la cual quedan impregnadas las imágenes captadas. La impresión de la imagen en la retina se ven fica merced a la sensibilidad de dicha capa de co nos y bastones mediante la púrpura retiniana, substancia existente solamente en los bastones y que al palidecer, como respuesta a la excitación lumín lea, permite la formación de una especie de fotografía u optograma del objeto luminoso. Pero cuando el ojo ha sido expuesto a un foco luminoso intenso y, en consecuencia, agotada con siderablemente la púrpura visual, hay escasez de la misma y, por tanto, si lo sometemos a un estí mulo cte luz mucho menor, éste no será percibido, Criste/mo ya que la retina no tendrá entonces el grado de sensibilidad conveniente para apreciarlo; solamen— te después de pasar algún tiempo, es decir, de producirse más púrpura retiniana, es cuando, al sensihilizarse otra vez la retina, se creará de nue V,/reo’ vo la imagen visual. Esto nos explica la sensación de ceguera que experimentamos cuando en un día de sol fuerte entramos desde el exterior a una ha bitación obscura; hasta transcurrido cierto tiem po, es decir, hasta que los ojos se han adaptado a esta intensidad de iluminación, no percibimos los objetos. Corte horionta/e.s’quemó’/icode/ojo Anteriormente indicamos que los bastones son precisamente los que tienen esa substancia sensi algo intenso, por escasa que sea su duración, pues bilizadora y como están situados en las zonas pe dicho estímulo es suficiente, recordando el simil fo riféricas de la retina, serán éstas las que posean tográfico, para velar la película. el máximo poder de adaptación a la obscuridad; Pero no todos los individuos tienen el mismo por el contrario la zona central o mácula al ca sentido luminoso, es decir, la misma capacidad de recer de bastones tendrá un escaso poder de adap adaptación anatómica y aun fisiológica. Experien tación. cias realizadas revelan que los de Índice de adap A partir de un grado de iluminación suficiente, tación más elevado, perciben el mismo estimulan la agudeza visual de la región central o fovea es te lumínico a distancia 10 veces mayor que los de extraordinariamente mayor que la cte la región pe indice más bajo. riférica; en contraposición a esta característica, en La fatiga, el régimen dietético carente de vita la retina adaptada a la obscuridad el aumento de mina A y algunas afecciones oculares son causas la agudeza visual hasta cierto límite de estimulo lu determinantes de una capacidad de visión noctur minoso se verifica de tal manera que el máximo na limitada. está situado entre los 30 y 50 del punto de fija Hecho este bosquejo fisiológico, pasemos a ex ción (fig. 2). Por lo tanto es escasa la facultad de poner algunas conclusiones deducidas del mismo visión de la fovea con poca iluminación, presen y que considero de conveniente aplicación prác tándose entonces la denominada ceguera noctur tica si se desea obtener del combatiente una má na fisiológica de la fovea; es mayor dicha facul xima capacidad de visión nocturna y en conse tad en las zonas periféricas, transcurrido un pe cuencia de eficiencia combativa en la obscuridad. ríodo de adaptación. Esto queda demostrado median te la experiencia de Arago según la cual para per B) Conclusiones. cibir mejor una estrella durante la noche hay que 1.a Puesto que el índice de capacidad de sen mirarla con visión excéntrica, es decir, con un án sibilización retiniana para ver de noche es muy gulo comprendido entre los 300 y diferente según la constitución anatómico-fisioló Se ha demostrado que la retina no se adapta a la gica de los individuos, conviene investigar este gra obscuridad hasta transcurridos unos treinta mi do de aptitud para hacer una clasificación de los nutos y que el grado de sensibilización adquiri mismos y en consecuencia destinar los más aptos do no se aumenta después de permanecer en la para el cumplimiento de misiones que requieran un obscuridad cuarenta minutos. gran poder de adaptación a la obscuridad, puesto La sensibilidad adquirida por la adaptación a la que en ocasiones el fracaso o el éxito de una ope obscuridad se pierde al recibir un estímulo luminoso ración nocturna puede depender de la existencia - 5Q0 43 en la Unidad de algunos hombres especialmente do percibir un ángulo comprendido entre 3Q5 y 4O tados para esta misión. (Hg. 2), de esta forma la imagen se impresiona en 2. Puesto que el régimen alimenticio deficiente las capas periféricas de la retina, que como sabe en vitamina A y la fatiga son factores que influ mos son las htiás sensibles en la obscuridad. Aho:ra yen negativamente causando en ocasiones cegue bien, los bastones se fatigan rápidamente y pa:ra ra nocturna, interesa compensar ese déficit vita evitar el consiguiente desvanecimiento de la ima mínico A (aceite de hígado de bacalao, legumbres gen y la ilusión autocinemática (movimiento apa verdes, etc.) y evitar la fatiga retiniana durante el rente de un punto cuando se le mira fijamente) día a aquellas Unidades o personal especializado conviene “barrer” el terreno a observar, es decir, que ha de combatir durante la noche. Cuando al hacer sucesivos reconocimientos concéntricos con gunos servicios sean imprescindibles en la última los cuales el objeto se destaca cada vez con mayor parte del da bastará cubrirse uno de los ojos para nitidez. conservar la suficiente facultad de visión nocturna. d) La técnica de la visión se adquiere mediante 3a Todo combatiente, debe ser instruído en las el entrenamiento. No debe éste olvidarse, ya que normas a tener en cuenta para la visión nocturna, mediante él lograremos no sólo una buena vision que son: de noche del combatiente, sino con ella una mayor a) La adaptación se logra permaneciendo más confianza en sí mismo y en consecuencia la desa de treinta minutos en la obscuridad, o si existen parición de esa sensación de confusión, abandono fuentes luminosas, protegiendo los ojos con gafas y temor que como dicen nuestras Normas sobra la Instrucción de combate, provoca la obscuridad en roj as. b) La adaptación se pierde por una súbita lu una tropa mal instruida. minosidad (deslumbramiento) y para recuperarla 4. Sería muy interesante intensificar el tiem se precisará otros treinta minutos. Este deslumbra po de instrucción nocturna, aplicando racionalinen miento se atenúa considerablemente llevando un te al combate de las Unidades y al manejo de mate ojo tapado, pues la sensibilidad de la retina de este rial y armamento, las normas elementales sobre vi ojo se mantiene y se puede en consecuencia em sión en la obscuridad y experimentan do otras que plear cuando las circunstancias lo requieran. pudieran deducirse de los datos propor ionados por e) La visión durante la noche debe ser excén la experiencia o de un estudio más profundo de este trica, es decir, dirigir la mirada de tal forma que problema por técnicos especializados. Todo esto su dirección forme con el objeto o zona que se desee conduciría a la codificación de una serie de pre ceptos que como contrastados por la práctica con tribuirían a una mayor eficiencia de las Unida fo des en las acciones nocturnas. Terminada la primera parte de este modesto tra bajo cuya única finalidad es sembrar entre mis compañeros la inquietud con que este problema de la visión nocturna se siente en los ejércitos de hay, no puede resistir la tentación, aun con el temor de agotar la paciencia del lector, de exponer a conti nuación algunos datos referentes a la instrucción en el tiro de noche en el Ejército Norteamericano, que tuve ocasión de presenciar con motivo de mi visita a la Escuela de Infantería (Fort Benning) y al Cen tro de Instrucción de Reclutas de Fort-Jackson. Tal vez puedan ser de interés para aquellos que sintien A do la importancia del problema, deseen experirnen tai’ algiín aspecto del mismo como punto de partida Fig. 2. AB = Región. de la focea o central (Zona de lo para la reglamentación de ejercicios en el tiio de visión rnd.rimna de día) BC’ y AC Regiones peiijéricas noche. entre lO y 500 (Zona de la visión mdxima de noche). c — 44 II. INSTRUCCION INDIVIDUAL EL TIRO DE NOCHE. EN Consta de dos períodos, el primero que podemos denominar Tiro de Instrucción y el segundo Tiro de Combate, los cuales paso a exponer en un bre ve resumen. elevar la parte anterior, los impactos son altos, luego “el fusilero debe contrarrestar esta tenden cia apuntando algo más bajo de lo que inicialmen te cree que debe hacer”. Para evitar la ceguera momentánea que el fogo nazo provoca en el tirador “se debe usar apagalla mas en el tiro de noche”. 2. Fase. Tiene lugar en habitaciones conve nientemente dotadas de pantallas, en las que a medida que el órgano de la visión se va adaptando a la obscuridad se perciben en dichas pantallas ár boles, soldados en movimiento, casas, etc., esto es un paisaje natural con enemigo, que da la exac ta impresión de visión nocturna. Se les alecciona en las normas a tener en cuenta para localizar e identificar objetivos, poniendo de relieve el mo vimiento ficticio de los mismos cuando se les mira fijamente (ilusión autocinemática), y la mejor per cepción de objetos con visión oblicua porque de esta forma se impresiona la parte periférica de la reti na, que es la porción más sensible de noche. En re sumen, para ver en la noche hace falta: tener adap tado el órgano de la vista a la visión nocturna (evitar el empleo de luz blanca incluso en refu gios o lugares de reposo, taparse un ojo para im pedir la pérdida de la adaptación ante cohetes o bengalas lanzados por tropas enemigas o propias), no mirar fijamente los objetos, sino por el contra rio, barrer con la vista el terreno para descubrirlos. 3. Fase.—Se verifica durante el día y tiene como finalidad demostrar y aplicar prácticamente las conclusiones que respecto a la forma de verificar la puntería de noche se dedujeron en la primera fase de esta instrucción. Previamente se les recuerda que puesto que la noche no se pueden usar los elementos de pun tería, deben prescindir en este ejercicio de los mis mas y apuntar manteniendo la cabeza alta y cen trada, los dos ojos abiertos, alineando el fusil ha cia el blanco y prestando más atención a la obser vación del objetivo a batir que al propio fusil. La silueta se sitúa a 50 metros y el tiro se ven fica con bala trazadora. Primero se hacen tres dis paros que ordinariamente producen impactos altos y a la izquierda; seguidamente se hacen otros tres y apuntando a la base del blanco y por último los tres restantes rectificando los anteriores y apre ciando el tirador como colocó el fusil cuando el im pacto fué correcto. — A) Tiro de Instrucción cte noche. verifica en noche obscura sin luna y en un campo de tiro, desde el cual no se percibe ningmn foco de iluminación artificial blanca que im pida la adaptación de los ojos a la visión nocturna; los instructores emplean linternas rojas para el des empeño de sus cometidos. Mientras dura la adaptación visual de los solda dos a la obscuridad se les hace saber que van a ve rificar dos ejercicios de tiro con ocho cartuchos ca da uno, disparando sobre siluetas negras colocadas a 25 y 50 metros respectivamente, haciéndoles notar lo siguiente: la gran dificultad en encontrar la línea de mira y en distinguir el blanco; la tendencia ge neral a apuntar alto y la ceguera temporal que el fogonazo les causará al primer disparo; finalmente se les dice que todos estos inconvenientes pueden aminorarse mediante el empleo de un procedimien to de puntería distinto al empleado durante el día y que la ilinica finalidad de estos ejercicios iniciales es poner de manifiesto esas dificultades. Acto seguido se verifican los ejercicios y se ano tan los resultados, pasando posteriormente a reu nir los soldados para que manifiesten a las pregun tas dirigidas por el instructor, cuáles fueron las ma yores trabas que encontraron en la ejecución del tiro. Se discuten las causas determinantes de las mismas, revelándose que aun cuando se perciba el blanco, al intentar apuntar cerrando un ojo la si lueta se desvanece, y que si se mantienen los dos abiertos y se apunta situando la cábeza en la mis ma posición que durante el tiro co visibilidad, la parte anterior del fusil impide ver el blanco. Como por otra parte no se ven con la suficiente nitidez el alza y el punto de mira, se llega a la conclusión de que “para apuntar de noche se debe prescindir de la línea de mira natural, mantener la cabeza alta y centrada sobre el fusil y los dos ojos abiertos”. Como la experiencia ha demostrado que apun tando así con el fusil, la tendencia general es a Fase 1..—Se 45 b) Lo mismo que el anterior, pero a 50 metros. e) Sobre siluetas situadas a 100 metros, per cibiéndose intermitentemente las mismas mediante el accionamiento de un interruptor que permite el encendido de unas bombillas rojas, que colocadas en el foso iluminan la silueta por la parte posterior. dando la impresión del fogonazo producido por ti radores enemigos de fusil o arma automática por estar dichas siluetas perforadas en su centro. Cumplidas las condiciones mínimas exigibles en estos ejercicios se pasa a los de combate defensivo y ofensivo de pelotón, en los que una variedad de siluetas abatibles que simulan fusileros o tiradores de armas automáticas a variadas distancias apare cen pasajeramente en el campo de tiro, debienda B) Tiro tic combate nocturno. ser batidos por el pelotón en un tiempo determina a) Siluetas negras a 25 metros, que se pueden do y computándose la relación conseguida entre desplazar en uno u otro sentido a voluntad del cartuchos empleados e impactos logrados. instructor; ocho dipros sobre silueta fija, otros En honor a la brevedad dejo de exponer más ocho sobre silueta desplazándose de derecha a iz detalles referentes a su ejecución, pues creo que los quierda y otros tantos sobre silueta moviéndose so proporcionados pueden servir de pauta inicial para bre sentido inverso. la experimentación de resultados. 4. Fase.—Constituye la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos en las fases anteriores y con ella se trata de llevar al ánimo del tirador la convicción de que con las normas enseñadas, se au menta considerablemente el numero de impactos sobre la silueta y en consecuencia adquiere con fianza en la eficacia de su arma para el combate de noche. La ejecución tiene lugar de noche y en la misma forma en que se verificó en la primera fase. La finalidad de esta Instrucción es lograda, pues se suele obtener un 300 por 100más de impactos que los anotados en la fase primera, esto es, sin cono cer la técnica de la puntería de noche. 46 El Serviciode Sanidad CIIcampaña ante la guerraatómica Comandante Médico, Profesor de la Academia de Sanidad ‘Militar, Federico NiETO COSANO. - • Hemos visto y lemos oído casi halo lo que úitimamente gas); una carga de Botiquín, otra de Cestones de re se ha escrito o se ha dicho sobre la Guerra Atómica y puesto y una ‘más auxiliar con camillas de respeto. ello unido a nuestra afición y obligación de es!tudiar y en En las Compañías: un soldado practicante en cada una señar todo lo que pueda referirse ai funcionamiento de (dotados con la bolsa de socorro) y dos camilleros por nuestro SerVicio en Campaña:, nos decide a echar un sección, con su ‘correspondiente camilla. cuarto a espadas danzando una idea más, como resultado de las meditaciones sobre estos temas, y sin otra preten Segundo escalón sanitario sión que la de exponer un punto de viga que pudiera Nuestro Servicio en la. División estaría representado por contribuir a la formación de ‘esa doctrina que se viene el Grupo de Sanidad Divisionario, a las órdenes del Jefe construyendo a golpes de imaginación y de teoría, y que, de Sanidad de ia División. Su composición podría ser la a pesar de eílo, podría resultar eficaz en la práclica. El articulo del Teniente ‘Coronel Médico Dr. Piedrola y siguiente: de iiu’estro compañero Dr. Amaro, “Organizaciones Sani — Mando y Sección de Plena Mayor. tarias de Cmpaña para la asistencia en la Guerra Ató — Sección de Higiene. mica”, publicado por dichos autores en EJERCITO del — Compañía de Puestos de Socorro. pasado mes de marso, y cuya lectura recomendamos a los — Compañía de Ambulancias. que interese este tema, nos han llevado a la conclusión de — Tres compañías motorizadas de evacuación y cura. que seria muy útil, ai menos desde un punto de vista di — Sección de artolas. ildotico, estudiar la organización sanitaria anti-atómica, La Sección de Plana Mayor estaría compuesta de: considerándola como un servicio aparte, absolutamente independiente de los’ que constituyen nuestra orgiiza Oficina de Mando y Administración. ción actual en Campaña, paro estructurado de tal forma Pelotón de Transmisiones. que resulte “superponible” en el plano y sobre el terreno, Pelotón de Parque. cuando fuera. necesaria su actuación. Peiotónde entretenimiento y reparación de autovehicultis. ‘Con este criterio como base de part ida, vamos a esbo La Sección de Higiene contaría con un Pelotón o equipo -ex un esquema de nuestra: Organización Sanitaria en de desinfección y otro de desinsectación. 7paña, y de su correspondiente servicio “superponible” La Compañía de Puesto de Socorro ‘tendría dos seccio ‘ÇT (antiaitóm.ico-termonuclear), tratando de demostrar que pueden ser completamente independientes y que al nes idénticas, cada una de las cuales estaría constituida actuar juntos no se interfieren, sino que se complemen por: Pelotón de recepción. (Recibe y distribuye.) tan de un ‘modo armónico y perfecto Tal servicio podría Pelotón de heridos leves. (Cura y clasifica a los leves.) ser, pues, una pieza de quita y pon, que se añadiría o Pelotón d’e heridos graves. (‘Cura y cias iiiica los graves.) quitaría a las Grandes Unidades sin ningún inconveniente Equipo operatorio (ligaduras, traqueotomia, regulariza y de acuerdo con las circunstancias, quedando en todo caso, c.uando no actuara, constituyendo una reserva de amputaciones). Equipo de Reanimo-transfusión. (Profilaxis del choque Ejército. Nos vamos a referir aquí solamente a las pequeñas traumático. Res nimación de chocados.) Pelotón de evacuación (Evacuación y destino de las ba Unidades y a los Escalones Sanitarios de División y Cuer PO de Ejército, por ser en esta “zona de vanguardia” jas, de acuerdo con su clasificación por urgencia). donde la táctica sanitaria tropieza con mayores difi La compañía de Ambulancias estaría formada por tres cultades y con probiémas’ muy difíciles de resolver. secciones iguaies, disponiendo cada una de ellas de 10 am Partiremos de una supuesta organización de nues bulancias ligeras. 1ro Servicio en Campaña, sobre la que luego acopla Destinadas estas 30 ambulancias a la evacuación desde remos los correspondientes Servicios AA-T, expresando los P. 5. E. al P. 5. D., podrían acercarse en su recorrido a la vez su funcionamiento. todo lo posible a aquellos puestes. Cada una de las tres compañías motorIzadas de eva cuación y cura estaría constituida por los siguientes ele Primer escalón sanitario mentes: Puesto de Socorro de Batallón (P. 5. B.), con un Te Sección de camilleros (20 camillas y vehículos para niente Médico, un Cabo Practicante, un soldado prac transporte). Evacuarían las bajas desde el P. 5. E. hasta ticante, un escribiente y un enlace (los tires últimos, en el punto más próximo al que pudiesen llegar las ambulan los movimientos actuarían como sirvientes de las car cias para cada Bon. 47 Pelotón de “Jeeps” (4 unidades). Tendrían por misión a los camilleros en los recorridos largos. Pelotón de Puesto de Reunión y Cura (E. R.). Dotado de vehículos para el -transporte de su propio material y personal tendría la misión de establecer un puesto de asistencia de bajas y control de las evacuaciones en puntos a los que convergerá la evacuación, en camillas, ambu lancias o “jeeps” de dos. o tres batallones o unidades si milares. Sección de arto(o.s, constituida por: Pelotón de artolas sencillas (20). Pelotón de artolas literas (8). Constituirían una reserva para emplear en terrenos muy accidentados o en casos extremos. reforzar Tercer El Servicio escalón) sanitario de Sanidad tendría en este Escalón como órganos de ejecución los que constituyen el Grupo de Sa nidad de Cuerpo de Ejército, es decir, la Compcñíc de hos pitalización, con tres secciones, dos de las •cuaies conta rian con personal, material y menaje para la instalación de 200 camas por sección, disponiendo cada una de ellas de dos quirófanos, tres equipos quirúrgicos y uno cdontoló gico, rayos X, farmacia y laboratorio; la tercera sección estaría constituida por equipos quirúrgicos independien tes, con personal y elementos para instalar 50 camas y destinados a ser agregados a las Divisiones. Como es sabido, la •misión de esta compañía es hospi talizar y tratar, hasta que estén en condiciones de evacue •ción, a todas las bajas de Extrema y Primera urgencia. ‘Organización y funcionamiento de los servicios sanitarios A.A.-T en la zona de vanguardia En contra de la opinión más generalizada, vamos a si tuar los Servicios Sanitarios de Campaña A. A. T. más proximos al punto o zona donde han de actuar llegado el momento. Esta actitud la creemos justificada, porque -si situamos dichos Servicios en la Zona de Etapas, a 100 Km. del frente y a tres horas tiempo, no conseguiríames el fin primordial que persiguen estas formaciones, que es el de acudir inmediatamente en refuerzo y sustitu ción de las formaciones sanitarias de vanguardia que caen en colapso a consecuencia de la explosión atómica. -Si estos refuerzos emplean tres horas en actuar y hacer aoto de presencia, en este largo plazo se perderían muchas bajas recuperables, se desmoralizarían los combatientes y se desorganizarían los restos de las formaciones sanitarias que hubieran quedado en condiciones de actuar. La razón de seguridad para las formaciones A. A. T. no justificaría tan gran demora en su actuación, aparte de que el situarlas muy a retaguardia no las libraría de una -posible destrucción por bombardeo ‘enemigo, estando en •cambto admitido que en el campo es posible obtener protección contra los efectos de la explosión atómica, construyendo refugios adecuados. Servicio Sanitario A.A.-T. de Primer Escalón Constituido a expensas de los Batallones y Unidades similares, no sería conveniente situar en este nivel per sonal ni elementos del servicio A.A.-T., que al sufrir los efectos del ataque enemigo quedarían incapacitados para cumplir misión alguna. Sin embargo, la posibilidad dei empleo de armas ató -48 inicas en los frentes de combate obliga a implantar mo dificaciones permanentes en los servicios sanitarios de estas Unidades, en previsión de un ataque atómico. Es tas modificaciones podrían consistir en: 1.2 Preparar y entretener psicológicamente a los com batientes para prevenir las neurosis, la simulación y el pánico colectivo, papel en el que intervendría destacadamente el -médico, haciendo así consciente nuestra misión de sostener la moral de la tropa. 2. Hacer una aelección rigurosa, dar una enseñanza perfecta y entrenar de modo firme a los camilleros y practicanles de compañía, que deben conocer a fondo su misión y estar en condiciones de cumplirla. 3,2 Dotar a lodo el personal de las pequeñas Unida des de “D-osimetros instantáneos” (-a base de -película ra diográfica) y de “Dosímetros de acumulación” (de lec tura indirecta). 4,Q Estar provistos el Médico y el Brigada practican to de esos miemos dosímetros (el de acumulación será de lectura directa). 5,9 Dar al E. 5. B. un Detector de alerla y otro de control, -así como aparatos para- lectura indirecta y car ga de dosímetros. Las fichas médicas de vanguardia de que se dote al Batallón, tendrán que estar modificadas en el sentido de que irán seriadas y numeradas y p-rovistas de una tira -más, recortable y dividida- a su vez en tres irosos, tanibien recortables, y en cada uno do los cuales irá indicada la serie y el número de la ficho. 6,9 Por último, disponer de una carga auxiliar más, llevando una pantalla- de aislamiento contra la onda tér mica y radiactiva, a fin de completar la protección del E. 5. E. en caso necesario. En cuanto al funcionamiento del Servicio Sanitario en este primer escalón, conviene tener presente- que llegada la agresión atómica no serán evacuados los irradiados pu ros, los cuales deberán permanecer en sus puestos (de ahí la importancia de una buena preparación -psicológi ca) o devueltos a -ellos, si se presentan en el puesto de socorro, hasta que el Batallón sea relevado para ser cla sificado por los equipos de decontaminación y clasifica ción radiactiva. En caso de no haber relevo en -un plazo prudencial, acudirá a las proximidades del E. 5. B. uno de los equipos de decontaminación y clasificación, proce diendo a realizar estas operaciones con todo el personal de la Unidad, de acuerdo con el Mando y con la situa ción táctica. Si esto no se hiciera así ai tener lugar una explosión atómica en el sector de una Unidad, todos sus compo nentes se -considerarán irradiados y acudirían en m-asa para ser evacuados, quedando el frente totalmente des guarnecido y ‘bloqueadas todas las formaciones de evacua ción y tratamiento. Servicio Sanitario de segundo escalón Unidad Divisionaria de Socorro A.A.-T.—Dispuesta pa ra ser agregada a la División si se teme el- empleo de ar mas atómicas, estiará ccnstituída de la siguiente forma: 1.2 DOS SECCIONES DE DECONTAMINACION CLASIFI-CACION RADIACTIVA. Constitución (cada una de ellas constará dei: a) Pelotón de decontamincción. Personal: Un Sargento de Sanidad, dos Cabos y 28 Sanitarios ellos seis conductores y seis ayudantes). Y (de Material: — Un camión con equipos de recambios (uniformes, monos de dos piezas, toallas, mantas, ropa interior, etc., etcétera) para substituir el• de las bajas cóntaminadas. A este fin convendría estableces’ un equipo provisional de recarnbi fácil de poner y quitar, simple y de tipo único. Un furgón para equipos contaminados, donde se guardarán éstos y se trasladarán al lugar de decontami nacin.. — Un auto-dueha. con dispositivos que permitan adap tar tubos largos de goma que llevad en su extremo una alcachofa. con llave de salida regulable. — Un auto-algibe para repuesto de agua, que se des pinzará a donde convenga para reponer este elemento. — Un camión para drilongas, -una tienda con detergente, jabón, tico o impermeable y jas e insistiendo en las zonas más contaminadas que, ge neraimente, son los pelos, uñas y pliegues cutáneos; asi mismo, se tendrá en cuenta que las escoriacines son muy contumaces, por lo que convendrá insistir en su limpieza. y lavado. Entre tanto, ‘en el furgón laboratorio se habrán exa minado los dosírnetros -de estas bajas y, de acuerdo con las dosis registradas, se hará un-a clasificación en tres grados: Primer grado.—Bajas que han recibido una dosis ms tantániea inferior a 100 r. (No necesitan tratamiento; en lo que a radiactividad. se refiere). Segumío grado.—Bajas que haii recibido una dosis com prendida entre 100 y 500 r. (En porcentaje e intensidad variables según la dosis, estas bajas presentarán síntomas de irradiación y necesitarán tratamiento específico), el trnsporte de dos tiendes cua cónica, efectos personales, envases Tercer grado.—Bajas que han recibido dosis de radiac cepillos, esponjas, piezas de pial— tividad instantánea superiores a 600 r. (No tendrán sal material de curación. vación y será inútil todo tratamiento.). — Un detector de control (Sargento) y Se comprende la impoi’tancia que reviste el que no se tres detectores de decontaininación’ (Sar gento y cabos). E5QU5M4 DEL D/SPOSJTIVD SAN/T4RIODE YAM6UAROI4 NDR/44LY 4. -7. ib) Equipo de clasificación, radiactiva: Personal: un Teniente Médico (Jefe de la sección), Ufl cabo de Sanidad y cuatro especialistas en revelado de dosimetros instantáneos y en lectura y carga de los de acumulación (podría ser personal fe menino); un sanitario conductor y otro ayudante. Material: una furgoneta con capaci dad para el transporte . del personal y convertible en cámara obscura para el revelado de los dosímetros,. con disposi tivo de aire caliente para conservar La temperatura de los baños del revelad y fijado y conseguir un secado rápido; dos aparatos d:e medida y carga de dosírne tros de acumulación. Situación y misión de las ecciones. En principio, se situarán junto al equi po de recepción del P. S. D., que les prestará su colaboración. llegar las bajas,Si serán detectadas de la Al siguiente forma: el equipo está con-. se las procediendo ataminado, determinar con desnudará, ice dosimetros de decontaminación si la piel: y anexos se encuentran Oontamin:ados de polvo o partí culas radiactivas; en caso negativo se las proveerá de un nuevo equipo. Si La piel o anexos demostraran oontamiiinación, se procederá a un enjabonado y lavado mi smc loso, empleando las duchas normales para los heridos leves o cuando alunde el agua, y los tubos de goma pará los heridos graves o cuando haya escases de agua. Terminada esta operación, si los dosínietros acusan todavía radiactividad peligrosa, se repetirá la operación em pleando un oapiilo blando y espon Pesto de -socorro d/Wsionep/o ÇZ’Q.’,Qe8I?//n8cv5n y treidmíento quemados DO’Becootao/nacny c’asifeaci2,rad/ectiy 49. corneta equivocación al hacer esta clasificación, por lo que habrá que discurrir medios que hagan casI imposible el error. En principio Fa modificación de la ficha médica de. vanguardia, seriada y numerada en la forma que se ha dicho al hablar del Batallón, constituiría una garan tía de identificación dosímetro-baja, ya que todo dosima tro nasaria al laboratorio a.ccmpsñ.ado de la serie y nú mero correspondiente a la fiche médica de la baja que lo portaba. Pero existe posibilidad de error en cuanto al dosímetro cuya . película, por envejecimiento, por defecto de fabricación u otras causas, podría estar estropeada, dando indicaciones falsas. Para prevenirse contra esta posibilidad, convendría Que el chasis de los desí’metros estuviera provisto de un hilo de plomo o de un pequeño disco del mismo metal, que cubriera y protegiera una pequeña superficie de la película por el envés y por el Serie.Z. N ..ttS4R -- ApellidL» e. tI a. ¶ Grado . 6. Diagn6stico aa, 7. Colocada a lasdel de N2.it&61t. Sere..fi. . FICHA e. MÉDICA VANGUARDIA rcvés, en lugares simétricos; esta sana protegida, que apa recería menos impresionada por las rad’iaeicnes nos ser viría de control del estado de ‘la película y del efecto, de los baños reveladores. Una vez decontaminadas y clasificadas, las bajas pa san a las formaciones normales del P. .5. D. 1reforzadas ceso veremos más adelante, con un equipo A.A.-T. de quemados), donde las de 1.2 y 2.° grado serán curadas, reanimadas o intervenidas, según los casos, y clasificadas por urgencias, siendo evacuadas a continuación a los puntos de destino que les corresponda. En cuanto a las irradiadas de grado tercero, solamen te serán acondicionadas para el transporte, cvacuándolas acto seguido a centros de irrecuperables de ía Zona de Etapas, donde permanecerán bajo observación, recibien do tratamientos paliativos y ayuda moral y religiosa. Estableciendo este dispositivo se ve, al menos en teo ría,, que salvo el hecho de .que las bajas llegaran ‘al P. 5. D. con una deenor.a de 20 a 30 ‘minutos, e) funcio namiento de aquél sigue siendo el mismo que si se tra tare de una guerra no atómica. Aunque el tratamiento d’e les irradiados no es urgente —siendo buena prueba de ello que el actual Reglamento Francés’ pica el Servicio de Sanidad en Campaña clasi fica a .los irradiados pures como enfermos de tercera ur gencia, no habiendo cuartas urgencias en su clasifica ción—, interesa delimitar ya en este escalón la catego ría de los mismos, porque se facilita extraordinariamen te ‘la labor del P. 5’. D. al poderse desentender de los irrecuperables del erado tercero, que de otra forma se rian tratados, reanimados y hasta intervenidos, en per juicio del funcionamiento de este escalón y de las otras bajas que son recuperables. Pasados los primeros ruomentos de’ agobio, uno (le los des equipos de deeontamina’ción se’ desplazará al frente cn cuanto las circunstancias lo permitan, para proceder a la clasificación del personal ,que no haya sido relevadó y que ha estado sometido a las irradiaciones, decontami ná’ndolo, y ordenando la evacuación de los irradiados de segundo y tercos grado. Apellidos 2. Nombre . Grado 2. UN EQUIPO’ DE REANIMO-TRANSFUSTON Y TRATAMIENTO DE QUEMADOS: N.° dc filiación Personal. 5. 6. ‘ Ditos dci rcclutaniicnto Un Capitán Médico Jcfe de.l Equipo, tres ‘ayudantes (do tnanos rcani.mador y transfusor), un Practican te y seis sanitarios luno de ellos conductor y otro ayudantol. Diagnóstico 8. 7, - Vendaje elástico, colocado alas’ 9’ y mo. lniervc,nciones del..........de Inyectado con de -_ a las .‘ ......... cc. realizadas Mef erial.’ Una tienda cuadrilonga de seis •metros; instrumental y materiad para cura de quemados lv’endaies especiales, almohadillas-celulósicas, pistola para pulverización de vendajes plásticos); medicamentos (sueros, plasma, san gre, tónieos cardíacos, anajépticos, antibióticos, sulfami das, etc., etc.); un vehiculo para el transporte del perso nal y Ihaterial. Situación El ,.,, ,,,,,....,,,,..,,..,,,,,,,,,,. (Grado) Nombre as. Colocada a las ,: -del .............de y misión de este equipo. Se instalará formando parte del P. 5. D., como un equipo más de los que du componen. El pelotón de recepción le enviará todos los quemados, y esto equipo se hará cargo do ellos, elasificándolos por urgencia, inkiando su tratamiento y acon.,dicionándolos para la evacuación. La necesidad de que las quemados graves sean curados prontamente y la inipdhtancia, para el porvenir de ellos, de que las primeras curas sean correctas, evitando la exudación y la infección, así como la circunstancia d que las armas atómicas producen un gran. oréentaje de quemados que desbordarían las formaciones del P. 5. D., justifican . la necesidad de esté equipo. 30 UNA ‘COMPANIA DE AMBULANCIAS: Composición. Tres secciones a 10 ambulancias Personal. Un Capitán Médico; tres Oficiales Médicas; seis cabos; 30, conductores y 30 sanitarios. Material.. - 30 ambulancias de doble ‘tracción y con blindaje anti radiactivo; un’ coche ligero; tres niotos con carro. T.T. Actuación d) Un pelotón de vigilancia y exploración, al mando de un sargento de sanidad y con tres escuadras manda das cada una de ellas ‘por un cabo. Todo el persona.l de este pelotón llevará el equIpo’ ‘protector an’tirrad.iac’tívo, y el sargento y les cabos irán provistos de un detector de control. Asimismo, los sanitarios llevarán las tabli llas reglamentarias de Ja.lónamiento radiactivo, para in dicar la intensidad y la hora de detección de la radiaé’ti vidad. Funcionamiento de es’tas compañías Las ‘tres comipañías de evacuación y cura A. A. -T. ‘ motorizadas permanecerían en, reserva y bajo protección de refugio, accidentes del ‘terreno, sótanos de edificios, etcétera, .y en lugares no m’uy distantes del P. 5. D. Al producirse la alarma, acudirían rápidamente en sus vehf culos a los Puestos- d’e Reunión y, ‘una vez allí, des plegarían ‘las escuadras del pelotón de vigIlancia y ex ‘ploración qué, constItuyendo equipos de ‘detección y ja lonamdento,estudiando se dirigIrán, los Puestos Socorro Batallón, la hacia radiactividad del de ‘te’rreno y jade cte esta compañfa. lonando con las tablillas las zónas de distinta radiacti vidad que vayan encontrando a su p’asq. La sección de camilleros A. A. T. seguirá a los explo radores, y si la’ radiactividad señalada por éstos lo permite, establecerán contacto con los P. 5. 13., mente niéndole, en lo sucesivo e iniciando la cadena de evacua ción d’e bajas hacia el Puesto de Reunión c’orrespóndieñte. En principio se limitarán dós zonas diferentes: una, cuya radiactividad permIte traúsltar por ella sin equipo pro tector, y otra, de radiaet’ividad más intensa, que para poder ser atravesada sin peligro exigirá el empico del equipo protector. Los camilleros A. A. T. actuarán en esta zona Última y. entregarán l’as baj.as a los cami’lléros S.D.. del Grupo, en un punto de relevo establecido dentro de Tanto el gran número de bajas. que una explosión ató ‘la zona de menor radiactividad. mica produciría en Unidades con despliegue táctico nor Entretanto, la Ccmpañía d’e ambulancias A. A. T. ha mal, como las. gréndes di’stanñias a recorrer por ‘leas‘medios brá establecido la “devanadera” para el recorrido entre de evécuación, en caso de despliegue antiatómico, hacen imprescindible este refuerzo, ‘pórque, además, muchas de el Puesto’de Reunión y el P. 5. D. En cuento al pelotón de “jeeps”,. actuará como refuer las amóulancias del grupo de Sanidad de Ja División que darían fuera. de servicio temporalmente, al tener que ser zo de los camilleros cuantié las circunstancias lo ‘acon sejea sometidas a decontaminación El pelotón de ‘puestos de reunión se situará junto al 40 TRES COMPANÍ.AS MOTORIZADÁS A. .A. T. DE que ‘tuviera establecido el Grupo de Sanidad ‘Divisiona rio, -para reforzarlo e incluso relevarlo s’i los dosímetros EVA.CUA.CION Y CURA. de acumulación señalaran un,á dosis peligrosa absorbida Los elementos de evacuación primaria de que dispone por el personal de dicho Puesto de Reunión. el Grupo de Sanidad Divisionario son notoriamente insu ficientes e inadecuados en caso de agresión atómica, por Servicio sanitario de tercer escalón lo que ‘tendrán que ser reforzados con tres compañías, constituidas cada una de la siguiente ‘forma: Unidad: Cuerpo de EjércIto de Socorro a A. A. T. Destinada, como la divisionaria, a actuar en colabora a) Una sección de camilleros (30 camillas, d4stribúj - chin -con el Grupo de Sanidad de este escalón, constaría en 8 escuadras de 5 ‘camiilas m’andadas por cabos), dota dos del equipo de ‘protección (careta., guantes, casco, -mono de los siguientes elementos: y zapatos antirrad’iactivos) y con vehículo para transpor 1.0 DOS SECCIONEs DE DECONTAMINACION Y te, u’endo aquéllos, a mr posIble, protegidos (chapas y ‘tol C.LASIFICACION RADIACTIVA, . de idéntica. composi des metálicos o de ‘plástldó) alón .y Funcionamiento que las divisionarias, pero refor zados sus pelotones de decontam-inaeida con una - “Esta b) Un pelotón de “j’eeps” (cuatro unidades). ción de décontam’lna’ción fija”, prefabricada y desmon- e’) Un ‘pelotón de puestos de reunión, con un Teniente. table para su transporte. Médico, un . Brigada Practicante, cuatro sanitarios, un 2.° UNA CQMPANIA DE AMBULANCIAS A. A. T. conductor y un ayudanté; disponiéndose de un vehículo análoga a la divisionaria. . ‘ , ‘para el transporte del personal y el mia.teriai de cura 3.° UN ÉQTJIPO MOVIL DE HIGIENE A. A. T. on ción y medicamentos. cargado de deternimos el grado de decontaminación de En carla situación, el Mando dispondrá el lugar de apar.camicrto de esta UnIdad, bien reunida o diseiñina da por secciones, de forma .qhe esté ion protegida y al mismo tiempo pr&xim.aa la División donde ha3Tade pres tar servicio. Producida la alarma attaní’ca, las secciones se dirigi rán rápidamente ‘hacia les Puestos de Reunión qué la división tenga establecidas, poniéndose bajo su -control, Pero rebasáfide1c para ‘acercarse todo lo pósi’bdea [ca P. 5. B. .(én cuanto se lo permita su blindaje y su doble tracción), embarcando las bajas paré evacuarlas. al P. - Si Ambulancia T. T. para cuatro camillas y cuatro sanitarios. Tracción cuatro ruedas.-Bloqueo diferencial. Sube pendientes hasta de 30 grados bebidas y alimentos este respecto, dotado permitan desplazárse del frente. y de dar normas a de vehículos que les a las proximidades 40 UNA SECCION DE HOSPITAL DE CAMPANA A. A. T. de igual capa cidad que las normales, pero que en lu gair de los equipos quirúrgicos tendrá dos equipos técnicos: uno, para tratamiento de quemaduras de primera urgencia, y otro, para tratamiento de “síndromes de irradiación”. Funcionamiento de este servicio - • • Al Hospital de Campafia del Cuerpo de Ejército, y gracias a la. labor realiza da en el Escalón Divisionario, llegarán las bajas de primera urgencia (y las de extre ma urgencia caso de no disponer la División de E. Q. A.) decontaminadas y en buenas condiciones para ser intervenidas. No obstante, como la decontamiiiacióls ‘en el segundo escalón podría ser insul i ciente, y como, por otra parte, llegarán bajas a este Hospital que no han pasado por el P. S. D., está justificado el do tanlo, como ya se ha dicho, de una sec ción de decontaminación y diagnóstico radiactivo para cada una de las secciones de H. de C. La sección de Hospital de Campafía A. A. T. queda destinada a tratamiento y hospitaliaación de todos los quemados de primera urgencia, aSí como también a.l tratamiento de los hospitalizados en los que aparezcan síndromes de irradia ción, ya que la hospitalización de algunas heridos diados puede prolongarse bastante para dar lugar irra a la presentación de este síndrome, su tratamiento. y a fa necesidad de iniciar IMPRENTASDELCOLEGIODE1-IUERFANOS El Patronato de Huérfanos de Oficiales del Ejército tiene tres imprentas: en MADRID, TOLEDO Y VALLADOLID, que, además de los impresos oficiales, de adquisición obli gatoria en dichos establecimientos, también realizan trabajos particulares de esmerada confección, garantizando la CANTIDAD, CALIDAD y ECONOMIA. Los ingresos que por estos conceptos obtienen pasan ÍNTEGRAMENTE a engrosar los fondos del Patro nato y se destinan a MEJORAR la situación de los HUIRFANOS. Se encarece a los se ñores Jefes y Oficiales efectúen pedidos a esas imprentas. a fin de incrementar los recur sos de los HUÉRFANOS. - 52 o Arma ó Acorazada. Su pasado, presente y fto Tt’niente Coronel MERLE L CAREY.—De la publicación norteame ricana “Ar.mor”. (Traducción dci Teniente de Ingenieros Carlos Nrer Mart íner, Alumno de la Escuela Politécnica del Ejército.) • En un anuncio pub1icitaiio de hace varios años de la revista “Collier’s”, se preguntaba a Mr. Charles F. Ket tering, uno de los técnicos investigadores de más pres tigio del país, qué elementos determinaban el triunfo de los hombres. Y su respuesta, muy meditada, era: “Primero, desarrollar el deseo y capacidad de crear algo que nadie ha realizado cón anterioridad. Segundo, adquirir la virtud de la perseverancla para conservar el puesto hasta dar cima a la obra. Tercero, estar insa tisfecho. Estas parecen ser las características comunes a los hombres que han triunfado. Independientemente de lo sobresaliente que su trabajo parezca al mundo, jamás se encuentran satisfechos de la obra realizada, y están convencidos de que si la hicieran por segunda vez la realizarían mejor. Los hombres que triunfan jamás se han dejado influenciar por las limitaciones del pasa do, porque saben que siempre ofrece el futuro ñuevas posibilidades.” Estas ideas de Mr. :Kettering son particularmente apli cables a los constantes esfuerzos militares en busca de nuevos y mejores medios para lograr una victoria rápi da y. decisiva en la guerra, con un mínimo dé bajas. Para una mentalidad intelectual, esa filosofía ofrece una base lógica para buscar armas más eficaces, una orga nización mejor y una doctrina táctica más perfecta. Co mo ha dicho el Mariscal Montgomery, “La clave de nuestra supervivencia en una. guerra futura puede de pender muy bien de nuestros científicos. El pensamien to militar y la doctrina táctica deben mantenerse siem pre en cabeza de sus épocas...” Enfrentados como nos encontramos con la terrible probabilidad de la guerra atcmica combinada con la amenaza potencial de las hordas armadas de la China Cémunista y la Unión So viética, la preparación para el presente y el futuro es vital. Debemos, pues, laborar incansablemente en busca de nuevas armas, equipos, organización: y doctrina tác tica que nos ofrezcan las mayores probabilidades de vic toria si la guerra se produce y en cualquier momento que. ocurra. - • • PROPOSJTO. Con el importante aumento’ de divisiones acorazadas recientemente autorizado, se está despertando un reno vado interés en el pasado, el presente y el futuro del arma acorazada. Este interés no sólo beneficia al arma acorazada, -sino también a nuestro. progreso militar en general. Llevados de la filosofía, de Mr. Kettering y de las ideas del Mariscal Montgomery, el propósito de este artículo es estimular el estudio de la táctica en lo rela tivo al arma acorazada. Para realizarlo, parece adecua do considerar. prirriero las lecciones aprendidas en nues tras guerras más recientes y establecer después hipóte sis básicas sobre el empleo de las armas atómicas. Este intento puede ponernos en condiciones de ofrecer a los técnicos con más precisión las necesidades de. nuestra arma y las servidumbres de sus equipos y de diseñar las organizaciones más adecuadas “para realizar nuestros conceptos tácticos. POLITÍCA ‘NACIONAL. Nuestra política ‘nacional indica claramente que nues tro país no será el agresor. Si la III Guerra Mundial (o un conflicto más limitado) se produce, el momento y el lugar de su ruptura serán los elegidos por el enemigo y suya será la primera acción. En ninguna de las tres i’iltimas guerras nos hemos enfrentado con el hecho de tener que luchar en nuestro territorio nacional, o la probabilidad de destrucciones en nuestra retaguardia e industria, ni con la nécesidad de. entrar en acción inmediatamente en un combate en gran escala en una zona de ultramar. (Corea nos, en señó, en tamaño reducido, algunas de las dificultades que esto significa.) Tampoco hemos sabido con anterio ridad lo que era la necesidad de tener nuestras fuerzas desplegadas en ultramar con todas sus plantillas cu biertas y en posiciones de casi inmediato contacto con 53 - una probable fuerza enemiga de mayor potencia com bativa. La próxima vez que se pronuncie esa siniestra expresión de “guerra total”, deberemos encontrarnos militarmente preparados como jamás lo hemos estado antes de ahora si querernos poder sobrevivir. SUPUESTOS. Con estas ideas presentes, ¿sobre qué hipótesis vamos a montar nuestros conceptos tácthios y nuestros planes para una guerra futura? ¿Sobre una guerra atómica estratégica y táctica? ¿O sobre una guerra atómica tác tica? ¿O sobre una guerra no atómica? En 1954, el conocido analista militar Mr. Han son Bal dwin expresaba su opinión de que debíamos estar pre parados para realizar tanto una guerra atómica como una no atómica. ¿Debe nuestra planificación prever el empleo táctico de las armas de misiones especiales, o es más realista suponer que el empleo de las armas atómicas, bien en sentido táctico o en sentido estratégico resolverá el con flicto en. una guerra exclusivamente termonuclear? Otra cuestión apropiada es si nuestras fuerzas aliadas serár o no capaces de derrotar a la Unión Soviética o a la China Comunista sin recurrir al empleo táctico de las armas atómicas. Robert Kleiman describe de la siguiente manera el “Primer Pian de Guerra Atómica para las Fuerzas de la N.A.T.O.”, en el número de 25 de febrero de 1955 de la revista “U. S. News and World Report” (1): “El póderoso ejército de 400.000 hombres que la NATO. tiene.en Europa Central ha recibido una nue va instrucción: en lugar de replegarse detrás de la línea del Rhin si ataca Rusia, resistir y defender la Alemania Occidental. Este “adelantar la estrategia” es la primera consecuencia de la histórica decisión tomada el pasado diciembre por los 14 paises de la N.A.T.O. de. basar to dos los planes de defensa occidental en el empleo de las armas atómicas tácticas. El viejo concepto defensivo se basaba en la idea de una carrera hasta el Rhin. En con traste. la nueva estrategia de la N.A.T.O. supone que si Rusia ataca, la mayor parte de las divisionés activas de la N.A.T.O. en Alemania, cinco de ellas americanas, se empeñarán en un combate inmediato. Tan pronto como los invasores soviéticos traspasen el telón de ace ro, la guerra Se atómica en el mismo nue um bral tropeza.rán de AlemaniaconOccidental. están desarrollando vos principios tácticos que vayan paralelos con la nue va estrate,gia. La misión de las fuerzas de la N.A.T.O. será emplar las armas clásicas, los obstáculos del te rreno y la maniobra con una finalidad principal: situar y forzar a las fuerzas enemigas a reunirse en objetivos atómicos concentrados. Rusia sólo podrá ser derrotada empleando desde el principio la mayor disponibilidad de bombas atómicas de que gozan los Estados Unidos fren te a ella.” Este estudio realizado por la NATO., tal como lo analizaba Mr. Kleiman, .no va más allá de 1960. Pero implica que la segu ridad occidental después de esa fecha dependerá de nue vas armas de represalia que ahora se encuentran en su período de desarrollo.” Otra indicación del probable empleo de nuestras ar mas de misiones especiales en acciones de represalia se infiere de la advertencia dirigida a la China Comunista por nuestro Secretario de Estdo: que si la China Co munista iniciaba la guerra en el Pacífico, los Estados (1) La .tJ’adc(jÓn de oste artículo ha sido publicada en el núrnro 188 cTe EJERCITO, correspondiente .a julio de 1955. Unidos podrían devolverle golpes de una potencia de vastadora y hasta ahora inigualada. Eh vista de estas actitudes, las únicas hipótesis firmes que podemos hacer respecto al empleo de las armas ató micas, son las siguientes: 1. Debemos estar preparados para realizar una gue rra atómica. 2. Debemos estar preparados para derrotar al ene migo en. el campo de batalla sin el empleo de armas atómicas. En otras palabras, como ha diého el General Ridgway, nuestra áspiración debe ser lograr la victoria limitando en lo posible los efectos de la guerra. ‘Porque valoramos de forma tan elevada la vida hu mana, a nosotros corresponde seguir la trayectoria que, de producirse la guerra, nos lleve a la más rápida vic toria, con las menores pérdidas de vidas humanas y el mínimo de sufrimiento.” EL CARRO. El carro se inventó en la 1 Guerra Mundial como nue vo medio ofensivo para destruir. y rebasar las defensas estáticas y fuertemente organizadas. Sin embargo, se empleó exclusivamente como arma de apoyo a la in fantería en ataques a objetivos poco profundos o limi tados. Algunas de las limitaciones .con que su empleo tropezó fueron sus excesivas averías mecánicas, la irr experiencia de mandos y tripulaciones y una iicapaci dad general para apreciar toda la potencialidad de la nueva arma se reflejó en su empleo prematuro y en uni dades aisladas. Sin embargo, debe recordarse que los carros empezaban entonces su desarrollo y había que superar diversas dificultades; que eran orugas acoraza das de pesado andar; que su control, abastecimiento y entretenimiento presentaban difíciles problemas; que apenas había camiones o vehículos blindados de in lan tena disponibles para permitir a la infantería que les seguía y apoyaba ayudarles en la explotación de las oportunidades locales, y que los mandos desconocían en general las posibilidades de estos nuevos carros. - DESARROLLO EN LA POSTGUERRA. A la terminación de la 1 Guerra Mundial, mentalida des ágiles, tales como .el General Ad.na R. Chal lee, Jr., el Coronel J: F. C. Fuller, B. R Liddell Hart y el Te niente General Sir Giffard .Le Q. Martel, formularon teorías sobre una guerra móvil con los medios acoraza dos. Sin enibargó, a pesar de sus protestas, el desarrollo de los carros y su doctrina táctica sufrió un colapso en los Estados Unidos y en Francia. Los ingleses, en cam bio, aunque tuvieron la penetración suficiente para apreciar los conceptos móviles de estos entusiastas, no dispusieron del dinero necesario para fabricar carros en cantidades adecuadas. El ejército alemán. estudió este nuevo concepto de movilidad, y bajo el impulso de pen sadores avanzados, como el General Heinz Guderian, le aceptó íntegramente, preparó a su ejército Según las teorías británicas y fabricó carros en cantidad. En nuestro país, dudamos entre asignar a los carros la misión de apoyo cíe la infantería o la misión de la caballería, hasta que, finalmente, en 1935, los entusias tas de esta última fueron autorizados a organizar la 7 Brigada de Caballería (mecanizada) en Fon Knoic (Kentucky). Aunque los franceses organizaron divisio nes acorazadas, adoptaron el concepto de apoyo de la infantería. Los iusos fabricaron muchos carros, pero, co mo los franceses, adoptaron también el concepto de apo yo de la infantería. En resumen, entre las dos guerras inmediatas, sólo los alemanes tuvieron la penetración suficiente para re conocer las potencialidades ofensivas y defensivas del carro. Esta previsión dió origen a su guerra relámpago (le 1939 y 1940, y determiné la .derrota de tantos paises. • . 1! GUERRA MUNDIAL. El 1 de septiembre de 1939 Alemania demostró al mundo que había dominado el arte de la guerra móvil acorazada ‘y aérea. Con destructora rapidez sus divisiO nes acorazadas y fuerzas aéreas aniquilaron las 60 divi siones de Polonia. Después, las mismas unfdades alema nas se trasladaron al Oeste y arrollaron al una vez po deroso ejército francés y las defensas de la línea Magi not. Es de interés observar que en esta campaña el con cepto francés de empleo de los carros, que consistía en asignarles principalmente mIsión de apoyo de la infan tería, neutralizÓ los infltiles esfuerzos de las unidades acorazadas francesas diseminadas para detener los ejér citos acorazados alemanes. Si las unidades acorazadas franáesas se hubieran’ empleado en masa, las penetra ciones alemanas podrían haber’ sido contenidas y aun destruídas. Es importante señalar que, en este momen to, Francia contaba con mús corros que Alemania. El 21 de ‘junio de 1941, el ejército alemán desencadenó la operación “Barbarrosa”: invasión de Rusia. Alema nia esperaba conseguir una rápida y decisiva victoria contra otro enemigo numéricamente superior mediante la concentración de sus grupos acorazados contra obje tivos muy profundos y aprovechándose de la sorpresa. Las puntas de penetración acorazadas estaban casi a la vista de Moscfl cuando la marea •se volvió contra los alemanes. Factores contribuyentes a la derrota alemana en el Este fueron los rigores de del los terreno clima.; la imposibilidad de reposición carros,y del parcialmente como de los bombardeos aliados tedecapaci fábri cas y consecuencia nudos de comunicación; la sorprenden dad del ejército ruso para retirarse constantemente y contraatacar al final con grandes reservas; el no con centrarse sobre Moscfl como objetivo fundamental y el no adoptar un concepto de defensiva-ofensivá móviles (cuando Rusia tomó la ofensiva), en lugar de la defen sa estática para conservar el terreno a toda costa. También debén tenerse presentes las limitaciones y lecciones que nos enseñaron las cámp añas en el Norte de Africa y en Europa Occidental. Los ingleses demos traron cómo resultaba correcto emplear el concepto de movilidad en el desiérto y las diferentes ventajas de las tropas acorazadas sobre las no acorazadas. Sin embar go, las lecciones sobre la guerra en el desierto las dió el Mariscal Rommel con su Afrika Korps: lá potencia lidad ofensiva de una pequeña, fuerza acorazada y su adaptabilidad para realizar operaciones de retirada, em boscada y defensiva. En cambio, en sus acciones Inicia les en el desierto ‘y a causa de los requisitos impuestos por jefes superiores, las unidades acorazadás demostra ron la ineficacia de .actuar con unidades disgregadas. Más adelante, sin embargo, demostraron también las po sibilidades del arma acorazada empleada en masa efec tuando su propia penetración y explOtando el éxito ini cial por la “ratonera” abierta en la carrera a Bizerta. En la’ Europa Occidental, las divisiones acorazacias se emplearon generalmente segi1n el concepto móvil, has ta que nuestras dificultades logísticas permitieron a los alemanes restablecer .el equilibrio. Entre las diversás. mi siones realizadas por las divisiones acorazadas en la Eu ropa Occidental, figuraron las siguientes: explotación de los efectos devastadores de los bombardeos; penetración en las ‘defensas enemigas hasta un objetivo profundo; explotación de la penetración de una división de infan . tena; rotura de un cerco; persecución, y cerco de fuer zas enemigas numerosas; empleo’ eficaz de las fuerzas (le operaciones de tamaño batallón bajo el control de la división; captura de puentes intactos; cerco de nu dos de comunicación; rápidas concentraciones para ope raciones defensivas u ofensivas contra una gran penetra ción ‘enemiga; golpes de mano contra íuerzas ‘enemigas superiores; protécción del flanco de un ejército; contra ataques de alcance reducido por unidades de la. división; defensa ofensiva contra fuerzas superiores y enlace con una. gran operación de fuerzas aerotransportadas. Con muy pocas excepciones —tales como la penetración has ta el Sena, el cerco del Ruhr y el cerco del Sarre-Palati nado— en cada operación tipo de cuerpo de ejército acorazado participaban dos o tres divisiones acorazadás. En la operación Market-Garden se empleó una combi nación de unidades móviles’ —acorazadas, aerotranspor tadas y aéreas— para la captura de un objetIvo decisi vo. Mientras las divisiones acorazadas alemanas eran hostigadas noche y día ‘por. las fuerzas aéreas aijadas, las nuestras eran ,raramente molestadas por las enemi gas. Una técnica que aprendimos perfectamente fué’ el empleo de las fuerzas aéreas tácticas en apoyo de las operaciones de tierra. Otra, fué que un avance en ‘línea’ continua exige un tremendo esfuerzo combativo. Leccio nes adicionales fueron: la conveniencia de sustituir el’ carro por el carro. destructor como el mejor medio cOn tracarro; el terrible embotellamien-to de las carreteras; la sobreconcentración’ de tropas. consiguiente en el- paso’ de líneas; el efecto demoledor’que se produce sobre las tropas cuando se enfrentan con la’ amenaza de fuerzas acorazadas superiores y. la necesidad de combatir con equipos de armas combinadas. En Corea no hubo acciones de divisiones acorazadas, aunque la división acorazada norcoreána nim. 105 preo cupó con su presencia a muchas divisiones de infantería .de las Naciones Unidas. Sin embargo, hubo batallones de carros y compañías reginientales de carros. l ataque inicial de los norcoreanos llevaba una punta de ataque constituída por cuatrO batallones de carros rusos T-34, que aterrorizaron y rebasaron a las tropas surcoreanas que carecían de carros por completo. Cuando las Na ciones Unidas introdujeron los carros, de cañones ‘de ca libre medio y el enemigo. se vió •en la imposibilidad de reponer las pérdidas, sus carros perdieron su capacidad de dominio de la situación. Es digno de notarse que nuestra aviación de caza destruyó más carros enemigos que nuestros propios carros. Con la excepción del ataque inicial y de nuestra ruptura hacia el norte, así corno ‘de los desembarcos de Inchon, la acción acorazada ‘se redu jo a apoyo de la infantería.. Se realizaron acciones aco razadas ocasionales, pero. en misiones más bien de tipo de acción de Infanterfa. Las limitaciones de nuestros carros en Corea pueden resumirse de la siguiente manera: terreno y clima des favorables, carencia inicial de ,medios adecuados falta de seguridad mecánica y limitada movilidad a campo través de los carros de los flltimos modelos. Aunque mon tañosa, cubierta de campos de arroz y carente de carre teras, Corea podía haberse prestado al empleo de uni dades de tipo batallón. Análogamente, -un regimiento de caballería mecanizada en cada cuerpo de ejército, suple mentado con caballería, a lomo para acciones en las co linas, podía haber aliviado extraordinariamente a la in fantería en muchas situaciones difíciles. , - DOCTRINA TACTICA ACTUAL. Nuestro cuerpo de ejército típico actual tiene una plantilla superIor a los 1.100 carros. A primera vista es to podría hacer creer que es realmen te un ‘cuerpo de ejército ‘acorazado. Sin embargo, no lo es porque cada’ 55 una de las tres divisiones de infantería tiene unos 150 carros; el regimiento de caballería ‘acorazada, unos 125; el grupo acorazado, 200, y la división acorazada, 350. Sólo en la. división acorazada figuran los carros en mása, con la correspondiebte infantería, artillería e ingenieros acorazados, y el necesario apoyo de combate y elemen tos logísticos para mantener las operaciones. El regimiento de caballería acorazado se emplea prin cipalmen te para misiones de reconocimiento, seguridad y combate ligero. El grupo acorazado está dotado de ca rros exclusivamente y se emplea. normalmente para re forzar los de las divisiones del cuerpo de ejército. Las unidades de carros de las divisiones de infantería se em plean para apoyar a la infantería no acorazada. Por consiguiente, de todas las unidades de carros que for man parte del cuerpo de ejército típico, únicamente la división acorazada está pensada para ser empleada en misiones verdaderamente móviles y en combate pro longado. Sobre la base de sus características de movilidad com bativa, protección acorazada, transmisiones radio de gran alcance, gran potencia de fuego y mucha flexibili dad, la división acorazada se considera actualmente co mo parala realizar misiones tales comoperfectamente la explotación dotada del éxito, persecucíón del enemi - . go, la protección de un ala o sector (en avance o retira— da), lbs contraataques y la defensa móvil. Por otra par te, aunque capaz de realizar cualquier operación terres tre razonable, la división acorazada no se considera su ficientemente dotada para cumplir misiones que requie rau la penetración de una defensa enemiga organizada sin la ayuda dearmas la atómicas la defensa una poel sición. En resumen, doctrina otáctica actualde sobre empleo de la división acorazada considera la movilidad como el factor fundamental. Kurt Gilbert, que fué miembro de las fuerzas acora zadas alemanas, ha deducido las siguientes conclusio nes, correctas desde nuestro punto de vista, de las ex periencias alemanas con los carros durante la II Gue rra Mundial: “Una escuela considera al carro corno un instrumento de apoyo de la infanteria en el ataque y’ la defensiva. Otra le considera como un arma estratégica que en for ma de divisiones o cuerpos de ejército realiza de forma Ofensiva misiones incluso defensivas. Sólo este concepto corresponde a la naturaleza, del carro. Todos los demás le privan de su característica principal: su movilidad.” Análogamente, el Teniente General Sir Giífard Le Q. Martel, un precursor del arma acorazada en Inglaterra que ‘luchó en Arrás en 1940 contra la división acorazada de Eommel y que presidió. la misión militar inglesa a la Unión Soviética en 1943, decía en 1952 sobre la guerra acorazada: “Neciamente, después de la II G. M. seguimos ciertas direcciones equivocadas. Hemo visto que si hubiéramos creado entre las dos guerras divisiones acorazadas en lugarde tantas divisiones de infantería, podríamos haber detenido el rápido avance de Hitler y salvado a Francia. Esto podría, haber deten ido tdo el con flicto. Después de la guerra volvimos a cometer el mismo error. El único enemigo posible era la Unión Soviética, y ella disponía de un gran número de divisiones de infantería. Sólo mu cho después pudo Rusia constituir sus propias fuerzas aco razadas, que aun hoy carecen del transporte mecánico su ficiente, aunque de él dependan de manera tan estrecha las fuerzas acorazadas. Ya nos hemos dado cuenta del desacierto que suponía tratar de enfrentarnos a las ma sas soviéticas sobre esta base (con infantería). En lugar de ello, actualmente concentramos nuestro esfuerzo en la formación de tantas divisiones acorazadas como nos sea posible... Está empezando a aceptarse que estas di visiones deberán emplearsé en misiones esencialmente móviles para atacar al enemigo en los flancos y la re taguardia. Deben emplear su movilidad para esquivar la fuerza atacañte. Su movilidad sustituye a la fuerza y al número. Esta será la forma de enfrentarse con las masas soviéticas si la guerra se produce... la guerra móvil po dría repetirse hoy ciertamente ‘si las naciones occidenta les tuvieran las fuerzas necesarias.” LA SITUACION SOVIETICA. Será conveniente realizar un rápido análisis de la si tuación soviética respecto a su potencia y doctrina. Una cosa es cierta: no se debe sub-estimar el poder del ejér cito soviético. Sin embargo, el corolario es también cier to: no debemos sucumbir a la teoría de que es invenci ble. Otro corolario más, todavía, debe figurar como hipó tesis fundamental: incluso sin armas atómicas u otras es peciales semejan tes los aliados occidentales podrían de rrotar a los rusos. Nuestro punto de parti.da en el es tudio dé nuestras propias armás se basará sobre el su puesto de que la guerra con la Unión Soviética es muy posible que se produzca, pero no es necesariamente ine vitable. El ejército •soviético se estima actualmente en unas 175 divisiones, unas 65 de las cuales son acorazadas o mecanizadas. Se cree, sin embargo, que gran parte de sus divisiqnes de infantería están siendo transformadas en mecanizadas. Las divisiones de infantería se están motorizando. Además se estima que existen unas 80 di-. visiones satélites. El Mariscal ‘Montgomery en una conferencia de pren sa, estimaba el 24 de mayo de 1954 que: La U.R.S.S., la Alemania Oriental y los países saté lites de Europa Oriental tienen más de- seis millones de hombres bajo las armas. Aproximadamente 4,5 millones de estas fuerzas pertenecen el ejército de tierra... La U.R.S.S. tiene una cabeza de ataque dispuesta para un rápido avance sobre Europa Occidental..., compuesta de 22 divisiones soviéticas en Alemania Oriental, el núcleo de las cuales es acorazado... Detrás de esta punta de do que existen 60 division es soviéticas situadas en los pa ises satélites de Europa Oriental y la parte occidental de Ru sia (no se incluyen en este número las divisiones satéli tes)... Los rusos tienen más que suficientes carros, mor teros y cañones anticarros para equipar otras 300 divi siones soviéticas.” La táctica soviética se deriva «de principios universalmente aceptados o “factores permanentes” que son se mejantes a nuestros principios de la guerra. En su libro “Doctrina Militar Soviética”, Raymont L. Garthoff hace las siguientes observaciones respecto a estos factores per manentes: “Es significativo que entre los rusos cinco o seis fac tomes se hayan elevado a la importancia que, al menos verbalmente, se les asigne. La insistencia sobre la esta bilidad de la retaguardia puede ref1ejar un temor soviéti co de inestabilidad o desconfianza en su propio país. Es te factor, junto con el de “moral del ejército”, indica una profunda conciencia de la necesidad de mantener una fuerte moral tanto en el frente como en la retaguardia y, al mismo tiempo, debilitar la del enemigo... El interés sobre la “cantidad y calidad de divisiones” y.en el “ar mamente del ejército”, indica una gran preocupación por los medios materiales de la guerra.. (Aunque en todos los ejércitos se reconocen estos medios como esencial mente importantes, no se les incluye habitualmente en tre los principiós básicos de la guerra.) La insistencia sobre la “capacidad organizadora. del mando”, indica una necesidad especial de superar otras coacciones de la ini ciativa y de asegurar la capacidad orgánizadora de la oficialidad. , . . - Entre otros principios de la doctrina soviética señala dos por Raymond Garthoff se incluyen la “aniquilación preceptiva” y la “determinación de la dirección de la ac ción principal”, que nos son de alguna manera extraños, y la “ofensiva, la concentración de fuerzas, la maniobra y la cooperación o acción combinada”. EL FUTURO DEL ARMA ACORAZADA. Hasta ahora nos hemos referido ‘al enemigo en poten cia y a algunas de l lecciones que nos ha enseñado el pasado, y hemos hecho hipótesis básicas sobre la guerra atornica,. Con estas ideas presentes, ¿cuál es entonces el futuro del arma acorazada? ¿En qué misiones po drían emplearse nuestros carros con eficaciá en el futu ro próximo? ¿Qué cambios se aconsejan necesarios en la estructura y equipo del arma para ese futuro’? En primer lugar, el arma acorazada es nuestra prin cipal fuerza terrestre, especialmente cuando puede em plearse en colabora’jón con la aviación en un teatro de operaciones lo suficientemente extenso en oposición al concepto de las guerras localizadas. Las armas atómi cas son extraordinariamente importantes; por cierto que el fallecido general George S. Patton, ir., escribió sobre ‘las nuevas armas: “Cuando Sansón cogió la mandíbula de un burro y mato con ella a un millar de hombres probablemente pusó tan en boga aquefla arm, especialmente entre lo filis teos, que durante muchos años ningi’,n asno prudente se atrevería a rebuznar. Sin embargo, a pesar de su popula ridad inicial fué pronto desechada.” Pero no se puede dar de lado a la cuestión atómica. Por otro lado, si empleamos armas atómicas el ene migo las utilizará también en u represalia, y viceversa. Este hecho revaloriza amn más al arma acorazada por la importancia de su protección, de su movilidad y de las comunicaciones por radio de que están abundantemente dotadas sus unidades bombatientes. Sl se emplean tácticamente las armas atómicas hay que explotar sus efectos inmediatamente. Una vez más es una extraordinaria venta ja la movilidad de lasunidades acorazadas y su gran potencia de fuegó. Por otro lado, si no se emplean, las armas atómicas, también parece que nuestras esperan zas deben desean sar Tundamentalmente en aprovecharnos de nuestra movilidad en tierra, mar y aire. Del análisis de la naturaleza y fuerza del enemigo probable, de su doctrina táctica actualmenteconocilda y de las zonas de Europa o China en que ocurrirán las futuras batallas, resulta que en una guerra general el arma acorazada será vital para lograr la victoria. En un teatro de operaciones má reducido, tales como los correspondientes a las guerras localizadas, el arma acora zada tendrá la importancia que le permitan las condi ciones del terreno y el concepto de nuestros jefes sobre la movilidad. También aquí se plan tea la cuestión de las ar mas atómicas y resulta que, cualquiera que sea a res puesta, debemos estar preparados. Escribiendo sobre la “Infantería en el combate moder-, no”, el General Sir Richard N. Gale decía en 1f54 lo siguiente sobre ia potencia del arma acorazada: “La memoria no llega a veces lejos y la teoría es a veces ecléctica. Un carro pesado que se mantenga en ac ción domina el campo de batalla en la zona en que se encuentra. Un mayor nímero de ellos, aumenta, senci llamente, el tamaño de esta zona. Si los teóricos os di cen que esto no es así, no les creáis... Un nflrnero su ficiente de carros pesados, cuyo fuego devastador pueda complernentarse con el de la artillgría normal, puede proporcionar una cobertura suficiente para permitir al resto de los carros realizar su ataque con toda: su potón cia. La potencia de los carros es un factor en el desarro llo del, combate moderno que no puede olvidarse. El empleo correcto de esta gran fuerza debe presidir el pensamiento del táctico.” Por consiguiente, el arma acorazada es nuestra fuer za más importante para lograr la victoria. Podrá reali zar y realizará las misiones que se le confíen con el éxi to que la organización que la hayamos dado, equipo de que la hayamos dotado y entrenamiento que la hayamos facilitado la pongan en condiciones de alcanzar. Esto re quiere una vigilancia permanente sobre qué misiones le son las más adecuadas, qué influencias podrán ejer cer en su empleo el terreno y enemigo probables y qué orgánización y mediós necesitamos Iara realizar aque llas misiones• contra dicho enemigo. CONCEPTOS DE EMPLEO FUTURO. El objeto de este artículo es estimular la meditación sobre la misión total del arma acorazada, la situación del enemigo probable, el terreno probablemente afec tado, las limitaciones con que se ha tropezado en el pa sado en el empleo del arma, nuestra propia situación actual y el convencimiento de que tenemos que estar preparados para ganar la batajia terrestre tanto con ar mas atómicas como sin ellas. 1. Se adivina que la división fundamental del fu turo será la acorazada en lugar de la infantería normal. Por consiguiente, la división acorazada mi sólo no vol verá a gozar del lujo de frecuentes períodos de reserva o descanso, como ocurrió en la II G. M., sino que deberá estar preparada para un empleo continuado en la. oten siva, la defensiva y la retirada. 2. Es evidente quenuestros avancés línea de la II G. M. han quedado anticuados. En su lugar, como ya se previó hace años por el Mariscal Saxe y más recientemente por los defensores de la doctrina Fuller-Hart-Guderian, di versas formaciones acorazadas de gran tamaño manio brarán partiendo de bases contracarros defendidas por in fantería y que se mantendrán sobre líneas defensivas móviles. Con, toda probabilidad, en las unidades manio brantes de tamaño cuerpo de ejército avañzarán dos di visiones acorazadas, seguidas y apoyadas por infante ria motorizada. El ataque consistirá inicialmente en una serie de saltos alternativos en que los mandos de las uni dades realizarán acciones desbordando o flanqueando para. conquistar objetivos relativamente localizados. Esto pro porcionará ál ataque profundidad y seguridad ,frente a las ‘posiciones enemigas escalonadas en profundidad y a sus reservas y, particularmente, será fácil mantener el ntmo del ataque mediante la entrada ‘en línea de nuevas fuerzas. Empleando frecuentemente fuerzas aero-trans portadas —parachutistas o transportadas en helicópte ros o planeadores— como un pase adelantado en ffltbol, las defensas enemigas no podrán concentrarse exclusiva mente contra la línea frontal de ataque y deberán conservar importantes reservas para hacer frente a los asal tos de aquellas ‘unidades o a su simple amenaza. La dls tanela entre estas unidades deberá basarse principal mente en una valoración realista del tiémpo que nece sitarán. las divisiones acorazadas para alcanzar la muy dispersa cabeza de puente aérea; la aptitud del enemigo para reaccionar y la fuerza,’ naturaleza’ o importancia del objetivo: todo ello seglín la experiencia ‘adquirida en la operación de Arnhem durante la II G M. Las divisiones de infantería, que deberán conservar inicialmente su organización presente se emplearán fun rlamentalmente de la forma siguiente enuna guerra ge neral: defensa de las bases de ‘partida; seguimiento, apo yo y flanqueo de las columnas acorazadas; destrucción de los nflcleos de’ resistencia cercados; realización de pene traciones donde el terreno y la fortificación la hagan más adecuada, y realización de acciones ofensivas, general- 57 mente limitadas, en especial durante la noche y bajo con diciones de terreno o clima adversas para los carros. De una cosa podemos estar seguros: la división de infante ría es una organización perfecta, y, en el pasado, ha go zado de toda la flexibilidad que sus mandos y los regi mentales permitieron. Como tal, en una guerra localizada como las de Corea o Indochina, será otra vez la prin cipal unidad terrestre y se comportará, con la misma eficacia con que lo ha hecho en el pasado. Sin embar go, en una guerra general contra la Unión Soviética o la ChinaComunista, bajo condiciones de guerra ató mica, a las cuales habrá que adherirse se empleen o no las armas correspondientes, se cree que la división aco razada está mejor. dotada para actuar como unidad te rrestre fundamental. 3. El concepto de “ataque indirecto” propuesto por B. H. Liddel Hart merece nuestra detenida atención. De ben proscribirse las columnas tradicionales empleadas para atacar objetivos clave tales como .Berlín y Varso via, columnas muy organizadas en’ profundidad. En su lugar, debemos buscar ataques dél ‘tipo del de Las Ar-’ den as, con objeto de poder controlar la desviación y sor presa actuando sobre una dirección de ataque descono cida para el enemigo. Esto nos permitirá aprovechamos del arma acorazada con su capacidad de concentrarse rápidamente y alcanzar la retaguardia del enemigo, bien penetrando por las defensas más débiles o realizando ma niobras de envolvimietto. 4. Deberán enseñarse y fornentarse las ideas del ries go calculado, del espíritu ofensivo y de la iniciativa de los mandos subordinados..La “dictadura del tiempo” y la “ca pacidad de absorción” citados en la NATO New Approach (véase el artículo citado de la revista U. 5. NeWs and World Peport) requerirán órdenes en que se indique solamente la misión a realizar, reacciones rápidas a los cambios que se produzcan en la situación, actuación obedeciendo a órdenes exclusivamente verbales y el es píritu y la iniciativa necesarios para seguir luchando incluso bajo condiciones por completo adversas. 5. Además de las misiones ofensivas para la divi sión acorazada sobre las que ahora se insiste, podemos prever que no le serán ajenas la penetración en el te rreno enenigo, con o sin armas atómicas, y el cruce de ríos. El arma acorazada debería estar mejor equipada para que, cuando aparecieran ríos en la ruptura, pudiera seguirse dando prioridad al carro, a fin de que la división pueda aprovechar las ventajas pue están de parte del atacante. Actualmente, los vehículos M 59 de la infante ría acorazada permite a esa infantería cruzar los mayores ríos. También podría darse a los carros esta capacidad. ,Además de estas dos misiónes, podrá ocurrir que las divisiones acorazadas, equipadas con vehículos anfibios acorazados ligeros, se empleen como elementos fundamen tales en las operaciones anfibias. La coraza es adecuada en todos los lugares en que mediante ella podamos rea lizar, nuestras misiones más rápidamente y salvar vidas por su movilidad sobre el terreno y protección. 6. Los carros, en vez de emplearse dispersos, se em plearán en masa. Contra un enemigo en potencia tal co mo la Unión Soviética, puede esnerarse que al principio las pérdidas de carros serán muy importantes. Deberá poderse disponer inmediatamente de grandes reservas de ellos y de tripulaciones de relevo. Situar los carros en cantidades excesivas en unidades distintas de las acoraza das parece económicamente dilapidador y tácticamente equivocado. Parece aue solamente debría asignarse a ‘las divisiones de infantería el nflmero de carros necesa rio para. proporcionarla los medios contracarro y de apo yo fundamentales. Las batallas de carros en el Norte de Africa y Este de Europa, durante la II G. M.. indican como serán las futuras batallas de carros con o sin armas ató micas. El Mariscal Rornmel nos enseñó el valor de la 58 maniobra coñ los carros para lograr la victoria táctica decisiva. Guderian y otros generales señalan el colapso su frido por las unidades acorazadas alemanas cuando no se pudo disponer de carros de repuesto en cantidad. 7. Nuestras operaciones tácticas tropezarán ‘al principio con el empleo en masa de la aviación enemiga. Por esta razón es particularmente importante insistir una vez más sobre todos los aspectos de movimiento de tropas y medida.s antiaóreas de las unidades acorazadas. El mo imiento de las unidades acorazadas por carreteras ‘de primero y segundo orden hacia los lugares de reunión en marchas nocturnas; el paso de estas unidades a través de la infantería o la evitación del mismo cuando sda posi ble; el despliegue a campo través de las unidades en el ataque; el máximo empleo de la cobertura y la oculta ción; la desviación para evitar los embotellamientos: to das estas y otras medidas semejantes serán muy impor tantes, con toda probabilidad, en la guerra futura si ba samos nuestros razonamientos sobre las lecciones del pa sado y la potencia aérea del probable enemigo. Nuestros desarrollos de la táctica y la técnica no dében olvidar estas consideraciones. Es muy probable que no pueda disponerse de protección aérea hasta que nuestra Fuer za Aérea pueda hacerse con el dominio del aire. Aná logamente, los medios antiaéreos de que están dotadas las unidades combatientes sólo podrán actuar como pa— liativo. Los convoyes de aprovisionamiento serán aco sados, sufrirán retrasos, sern destruídos o arrojados fuera de las carrcteras. Las :onsideracioneS de tiempo y espacio requerirán más atención, tanto en la instruc ción como en la realización del combate. En resumen, debemos estar preparados para emplear nuestros me dios acorazados frente a una superioridad a&ea ene miga. 8. Se pedirá frecuentemente a la división acorazada la realización de combates en retirada. En su artícu lo “Decisión frente a la derrota” (Military Review, mar zo de 1955), el Coronel Alexander D. Surles ha señalado muy recientemente la necesidad de cambios básicos en la doctrina. En el pasado hemos desuidado imperdonablemente nuestra instrucción y nuestra atención sobre las operaciones en retirada. Contra los rusos o los comunis tas chinos podríamos encontrar que habría resultado muy conveniente adoptar las propuestas del Coronel Surles sobre la retirada. Además de sus sugerencias, ¿cuántas horas de la instrucción de una unidad se dedi can a la retirada? ¿Cuántas horas dedican nuestras es cuelas militares a la retirada? Insistamos, no las sufi cientes. Las fichas o catálogos de nuestras bibliotecas reflejan la total carenciá de atencióñ en los escritcires militares americanos por la retirada. Sin embargo, el Ejército Alemán —y jamás podrá acusársele de tener mentalidad defensiva— antes de la II G. M. prestó una gran atención a la instrucción en la retirada. También a causa de su movilidad y de su potencia de fuego protegida por la coraza, la división acorazada está. mejor dotada que la división de infantería para realizar una acción retardatriz, y para cubrir la retirada de una unidad superior. Para realizar esta cobertura o acción retardatriz, la división cede el terreno lo más lentamente posible, evita empeñarse en acciones decisivas y se man tiene en contacto con el enemigo produciéndole las ma yores bajas posibles. En el pasado, nuestra doctrina so bre las acciones retardatrices o fuerzas de cobertura pres cribia una lieura cortina de fuerzas para realizarla, la cual debía cubrir las líneas de penetración del enemigo y retirarse a la posicióñ siguiente a ser posible durante la noche. Basados sobre la pásada táctica de los rusos con tra los alemanes en retirada (además de las medidas in dicadas por el Coronel Surles) podemos prever que la división tendrá que desplegar en una profundidad mayor y prestar más atención a la seguridad de sus flancos. Por virtud de su movilidad a campo través y su po tencia de fuego el arma acorazada está bien dotada para realizar sus retiradas en formaciones dispersas y durante el día, realizando sus acciones retardatrices tanto entre líneas defensivas como en estas mismas. Otra con sideración a favor del arma es la posibilidad de realizar emboscadas que destruyan o debiliten un impetuoso ata que enemigo. El mariscal Rommel nos enseñó elvalor de atraer a los carros enemigos a zonas elegidas. Haremos bien en aprender esa técnica y en combinarla con las ar mas atómicas en caso de que lleguen a usarse. 9. Con su defensiva móvil, el arma acorazada puede res&ver cualquier situación creada por la tendencia y aptitud de los rusos y chinos para la penetración. Los aiemanestuvieron ocasión de aprender que cada cabeza de puente rusa o unidad introducida en sus líneas debía ser atacada y destruida -inmediatamente De otra forma, con su habilidad para infiltrarse más y más y enterrarse después en el terreno constituían una fuerza incrustada en retaguardia que era difícil dominar. Otra característica táctica del probable enemigo es su tendencia a apoderarse de los puntos elevados, sean o no de valor táctico, aunque para ello sean necesarios va rios ataques nocturnos. De manera parecida, en el pa sádo no les ha importado a los rusos repetir un ataque tres o cuatro veces contra un objetivo determinado, rea lizándole en la misma forma cada vez aunque cada uno de los intentos les haya costado fuertes pérdidas. Por con siguiente, es evidente que sería muy importante para que una defensa móvil se realizara con éxito la solu ción de alguno de los siguientes problemas: dispositi vos para mantenerse en contacto con el enemigo en lu gares determinados, ya mediantó el oído, la vista o la iluminación; las patrullas; I preparación. de nflcleos de resistencia alternados para su ocupación nocturna; el aseguramiento del enlace lateral y en piofundidad; empleo rápido de las reservas locales para destruir los pequeños grupos enemigos: táctica de emboscadas; evi tación del excesivo desarrollo de las líneas, y manten i miento del contacto. En general, parece que nuestro concepto sobre la defensa es sólido y producirá sus frutos. El general Clau de Auchinleiç desarrollá en el desierto el sistema defen sivo del abandono de lócalidades como una forma de ha cer frente al ataque del. Afrika Korps mediante el vio lento ataque posterior con unidades acorazadas contrá el flanco y la retaguardia del general Rommel. Nuestra defensa móvil parece también descansar sobre la movili dad para destruir al enemigo. MQDIF1CAC!ONS. ¿Qué cambios en organización equipo son aconse jables para un futuro próximo? El estudio de los cambios que se estiman aconsejables debe realizarse desde la un! dad superior; el Cuerpo de Ejército, hasta la má.s pe •queña, el carro independiente. El primero de los cam bios a realizar implicará la redistribución de los carros para lograr una relación más adecuada de equipos do tados de medios acorazados móviles y menor dispersión del poder de los carros a través del cuerpo de ejército típico. Para lograr esto, la división de infantería deberá per der sus compañías de carros recimentales nero conser vando un batallón de carros de cañones niedios o pesados, -de cuatro compañías de plantilla, con 70 carros aproxima damente, para dotarla de una potencia efectiva contraca rro y ofensiva y de movilidadpai’a poder contraatacar. El regimiento de caballería acorazado deberá permanecer esencialmente tal como está constituido en la actualidad con respecto a los carros de cañones ligeros y medios. El grupo acorazado debe eliminarse. Esto permitiría la recuperación de casi. 300 carros por cuerpo de ejército con los cuales casi podría equiparse otra división acoraza da. Por tanto, los resultados de estas modificaciones se rían conseguir una concentración, mayor de la potencia de los carros, disponer de una mayor potencia combativa móvil de resultados decisivos y proporcionar las divisio nes acorazadas adicionales necesarias para constituir va rios cuerpos de ejército más, cada uno de ellos íntegrado por dos divisiones acorazadas y una de infantería en parte mecanizada y en parte motorizada. Dentro de. la propia división acorazada los cambios más importantes que parecen aconsejables son los siguien tes: los convoyes de suministros y servicios esenciales de berán dotarse de vehículos acorazados ligeros aptos para moverse a campo través y con una unidad de helicópte ros dé. transporte; la relación de personal combatiente y no combatiente deberá aumentarse mediante la elimi nación del personal logístico y administrativo donde sea practicable; el batallón de carros pe5ado deberá modificarse para incluir cuatro compañías de planti lla; deberá reducirse el consumo de combustible; debe rá mejorarse de manera fundamental la movilidad de los carros y otros vehículos a campo través, particu larmente con vistas a operaciones en gran escala en te rrenos pantanosos o helados; el armamento principal de los carros deberá hacerse tañ potente como hagan posi ble la ciencia y un límite cíe 45 toneladas de peso apro xirnado total de los mismos, sin olvidar el elemento hu mano de las tripulaciones en el combate así como la ma niobrabilidad durante el mismo; su simplicidad, sus di mensiones, su duración y entretenimiento serán caracte rísticas suplementarias fundamentales en las que deberá buscarse eliminar de los carros los dispositivos delicados y mecanismos excesivamente complicadcs; se necesita también mayor garantía mecánica de servicio de los ca rros para evitar la necesidad de frecuentes períodos de reserva para atender a su servicio y el enlace para el arma acorazada debe ser sencillo, de funcionamiento me cánico seguro y de fácil reparación o sustitución y ofre cer el nflmero de canales suficiente para un control efec tivo de las unidades desplegadas. RESUMEN. En conclusión, nuestros fundamentos son sólidos. Las ideas expuestas aquí no implican la modificación de nues tros fundamentos. Se ha intentado estimular nuestra es peculación sobre el arma acorazada para la guerra fu tura. En 1932, en sus Conferencias sobre F. S. R. III, el Ma yor Gen eral pronunciaba las siguientes palabras que que remos adoptar Como nuestro resumen: “Desde hace muchos años la instrucción táctica ge neral para la guerra necesita dos libros, el uno relativo a la guerra del presente y el otro a la del futuro. Lo he sugerido una y otra vez porque vivimos una época mili tar transitoria y si la guerra se produjera mañana, a me nos oue hayamos analizado cuidadosamente las qosibi lidades futuras, por completo oue sea nuestro conoci miento del presente, estaremos sólo medianamente prepa. rados para hacerla frente... La adhesión a los dognias ha destruido más elércitos y perdido más batallas y vidas que cualquier otra causa actuante en la guerra.” 59 La_protecci6n_antiat6mica (‘) Coronel AILLERET.—1Je la publicación francesa “Revue Militair” d’Informatlon”. (Traducción del Comandante de nfanteria, José Juan GARABATOS GONZALEZ, del Gobierno Militar de Tarragona.) 1. NOCION DE GAMA DE INGENIOS Cuando se desee estudiar la protección antiatomica, conviene tener muy presente en la mente el hecho de que existe a partir de ahora toda una gama de ingenios ex ploxivos nucleares de potencias extremadamente• varia bles. En lo más bajo de la escala figura el de un kilotón, transportable por un hombre, del que la prensa ameri cana ha dejado constancia ya por haber sido experimen tado en Nevada en 1955; en la cumbre, están las bombas llamadas termonucleares de 20 megatones, es decir, cuya explosión produce la misma energía que la de 20 millo nes de toneladas de T. N. T. Entre ambas están las bom bas Intermedias, de las cuales debemos citar la famosa bomba “nominal” de 20 KT, descendiente direcfa y de la misma potencia que las de Hiroshima, Nagasaki y Bikini, fórmula 1946. Así, pues, no es posible proyectar. como algunas veces se tiene t’ndencia a hacerlo, un slste— ma cualquiera de protección antiatómica, civil o militar, basado solamente en su capacidad de sufrir el choque de un ingenio determinado, sea nominal u otro. Es preciso recalcar además que no solamente es variable la potencia de los ingenios, sino que sus condiciones de explosión pue den ser también muy diversas. El que una bomba esta lle en el suelo, a escasa altura de él o a una más eleva da, producirá efectos muy diferentes en unos casos y otros. En fin, es bien evidente que ya no es posible admitir. como hace diez años, que los ingenios atómicas serán empleados por unidades. Las disponibilidades enormes de éstos en el mundo —que se cuentan con toda seguridad, en el momento presente, con un nOmero por lo menos de cinco cifras— obligan a admitir que todo objetivo realmente importante puede ser objeto del tiro del nOmero necesario de ingenios para borrarle del mapa. Se ven, pues, las facilidades de adaptación de que dispone el asaltante para destruir un dispositivo cual quiera, ya que puede escoger ingenios de la potencia más conveniente, hacerles estallar en las condiciones que les aseaiiren el máximo rendimiento: en fin, uti lizar el nimero calculado para alcanzar el grado de des trucción apetecido. Evidentemente, esta agilidad supone una extrema di ficultad en el problema de la protección. Una protección excelente contra un tipo de ataque puede ser infltil con tra otro tipo diferente. Veremos numerosos ejemplos a continuación. 11.—LA PROTECCION CONTRA LOS EFECTOS INSTANTÁNEOS DE LOS INGENIOS ATOMICOS Los efectos “instantáneos” de los ingenios atómicos son los que se producen en el momento de la explosión o en un plazo muy breve, del orden del segundo a dos o tres minutos después de ella. Se trata de todo un con cierto de efectos de naturalezas muy diversas que se su man o combinan para destruir o para matar. La protec ción contra el estallido atómico será, pues, muy com pleja y difícil de estudiar, ya que podrá ser perfecta ante ciertos efectos, pero nula frente a otros, lo que lleva tu herente su nulidad de conjunto; deberá ser variable, si guiendo el tipo de objeto a preservar, ya sea una insta60 lacion en superestructura, humanos. a) una infraestructura o seres Superestructuras. Para las superestructuras existentes, edificios por ejemplo, no hay apenas protección admisible que pueda imaginarse. Los efectos extremadamente potentes de so plo, caracterizados no solamente por una onda de pre Sión muy fuerte, sino también por una duracióh muy larga de l aplicación de esta presión (del orden de al gunas décimas de segundo en lugar de algunas milloné simas en el caso de las ondas de choque de los explosi vos clásicos) y por una alternancia de presión-succión que aumenta considerablemente los efectos de disloca ción de las construcciones, haciéndose sentir hasta dis tancias muy grandes del punto cero. A esto hay que aña dir los efectos de los incendios secundarios producidos en particular por los corto-circuitos, la destrucción de cocinas y hogares, las roturas de conducciones de gas... Finalmente, si la exolosión es bastante baja para que la bola de fuego toque el suelo, se produce una volatiliza ción total de toda la parte tocada por la esfera de gases incandescentes, a una temperatura de varios millones de grados. Así, pues, ninguna protección puede ser absoluta. Na turalmente, si no se trata más que de los efectos de soplo de las explosiones aéreas, los inmuebles de cemento ar mado de los tipos concebidos para resistir temblores de tierra resistirán mucho más que los ordinarios, y la zona de destrucción total relativa a un ingenio de potencia dada se encuentra reducida por este género de construc ciones. Pero incluso con inmuebles de la mayor solidez, en el caso de explosión de ingenios de gran potencia en el suelo o en la proximidad de él. la destrucción total se logrará en una zona de varios kilometros de diáme tro. Se ve que un .refuerzo de los inmuebles, en lo que concierne a los edificios del porvenir, reduce la exten sión de las zonas totalmente devastadas, pero no puede volverlos invulnerables. b Infraestructuras. Las infraestructuras tales como puertos marítimos, estaciones de clasificación, pistas de campos de aviación. no son apenas sensibles al soplo ni a las radiaciones; luego corren poco riesgo en las explosiones aéreas. Los puentes resistirán bastante bien. Por contra, una explo sión en el suelo provoca un cráter de grandes dimensio nes, dentro del cual todo está destruido. Sobre una obra tipo Maginot (que ofrece una protección considerable en hormigones, blindajes y espesores de tierra) una bomba de 20 KT y otra de 5 MT, respectivamente, estallando en el suelo, la primera volatiliza enteramente los bloques activos y dejaría probablemente inutilizables los cimien tos. La segunda volatiliza y destruye prácticamente por entero toda la obra, de 2.000 m. de diámetro y 50 m. de profundidad. Si protecciones muy sólidas de cemento o bajo tierra pueden proporcionar una resistencia excelente a las e’c plosiones aéreas, no son capaces de asegurar una re sistencia itl1 a explosiones en el suelo si no están situa das a grandes profundidades. Aun precisarla todavía que . sUs salidas estuvieran sItuadas Inny alejadas de la zona alcanzada, pues se encontrarán bloqueadas por los ga ses y, por otro lado; los gases del cráter, a muy altas tem peraturas y presión, precipitándose con violencia ten drian consecuencias catastróficas para el interior de los abrigos. Inversamente a la explosión aérea, el ataque en el suelo es capaz de destruir cualquier iñfraestructura por sólida que sea: obras de fortificación, pistas hormigona das de aterrizaje en campos de aviación, muelles de puer tos marítimos, haces de vías en estaciones de clasificación, puentes sobre ríos.. Por otra parte la destrucción profunda de los cimien tos sobre los cuales se apoyan estas obras, hace que la reconstrucción ulterior sea muy difícil, a veces imposible. Así pues, esto nos lleva a deducir la imposibilidad prác tica —salvo casos muy particulares— de realizar protec ciones absolutas, incluso a precio de trabajos considera bles y terriblémente onerosos. por otra parte, és preciso tener en cuenta tambln los efectos secundários de soplo, que pueden matar un hombre o herirle por derrumbamiento de. los abrigos, caída de vehículos o proyección de residuos diversos. La construcción de abrigos para personal, resistentes por sí mismos a la onda ‘de choque, no parece muy cli icil; plantea problemas del mismo género que la cons truccion de abrigos capaces de resistir a proyectiles ele mediano calibre. Pero llega a ser muy delicada y costosa si’se quiere proveer a estos abrigos de puertas estancos resistentes a las enormes presiones posibles. Por otra parte, ahora, como antes, hay que tener en cuen a le. cualidad’ de inStantaneioad. ‘La oiida de dlloque aicanzai’a todos ios abrigos ne la zona afectada por ia explosion solaLne1ne algunos segunaos uespues QC la uetonacion del ingenio; Lb será, pues, posIble a las iro pas o poblaciones ineterse en el abrigo a tiempo si no se ha podido dar la alerta antes’ ue la explosion que les amenace. Para que el individuo esté protegido es preciso por otra parçe que esté simuícaneamente al abrigo de ios c) Personal. efectos térmicos, de radiactividad, de soplo y secundaEl personal, por su parte, si no está abrigado, es vul ilOs cte soplo; precisa ‘tambien escapar’ ae los incendios nerable a’,todas las manifestaciones de la explosión ató subsiguientes. Asi, el abrigo, ha de reunir a la vez todas mica. Contra el flujo de la radiación térmica su protec las conaiciones necesarias para que proteja cíe cada uno ción es extremadamente fácil; una simple pantallá. in de los efectos peligrosos sin las que, incompleto, seria ‘terpuesta entre la explosión y el cuerpo, con tal de que inútil. No servirla para nada, por ejemplo, protegerse ‘no esté en contacto inmediato con la piel, basta para pro aecras nc un camión ud electo termico para ser aplas tegerle. tado algunos segundos mas tarde por ia calda de este Sin embargo, es preciso recalcar que cualquiera que vehiculo. sea lá potencia de la bomba, basta’tm tiempo muy corto, Pero, cualquiera que sea la protección realizada, si la del orden del segundo, para. que se produzca un efecto explosion es en ci suelo o bastante cercana a él, tono considerable en la piel al descubierto. Si el ingeni6 ató io que se encuentra en la zonade la bola de fuego —y inico ‘es susceptible de explosionar sin aviso previo —caso con las bombas termonucleares ésta puede ser Conside de una granada o de un ingenio autopropulsado’ o ‘in raole—, se volatiliza. cluso un avión aislado a muy gran aliura— los indivi si, pues, tanto para el hombre como para los edifl duos sorprendidos sin estar protegidos seran alcanzados dos e iniraestructuras, tu plo(eCetOfL iO u’tidCPi ser CG sin haber tenido tiempo de aorigarse. Nó existé ya el re soLuto. Cualquiera que sea su importancia en la pracdll curso, como con los disparos de artillería cizsica, de correr ca, pueden evidenciarse sus defectos si la bomba es calta al abrigo en el momento en que comienzan a caer los pri en las condiciones deseadas. meros proyectiles. También, aunQue la protección contra &i una palabra: es mocil ‘querer proteger un objetivo la radiación térmica es ‘relativamente’ facil, todavía es esperando volverle invulneraole o simplemente renucir preciso contar con el hecho de que’ obliga a vivir en el considerablemente su vuinerabilinad; el enemigo podra abrigo todo el tiempo que se supone puede ser objeto de. siempre destrUirlo si quiere. Supongamos, por eemplo, un ataque atómico inopinado. que se quiere someter a París a la prueba ae bornbar Esta precaución no simplificará la vida de lOs milita neos nuclearés efectuando gigantescos trabajos de cons res ni la de los civiles, tanto sobre el campo de batalla truccion de abrigos en los sotanos, ‘y admitamos incluso como sobreel terreno de la vida industrial y económica. que Lodos los habitantes hayan sino alertados y esten En lo que se refiere a la radiación gamiña instantá metidos en los refugios en el momento del bombardeo. nea de una explosión, la protección es más, difícil de Esta protección podría ser relativamente nuy eficaz asegurar. Se precisan, en efecto, espesors muy conside contra la explosión de una bomba de 20 KT a 600 m. rables de materiales para reducir en una proporción cte altitud y, sin embargo, pese a todo esto, si el enemigo apreciable un flujo de rayos gamma. En zonas muy vas lanza en el’ céntro de la ciudad una bomba de 15 Ml tas alrededor del punto cero, donde ‘los individuos al explotando en el suelo o próxima a él, casi todo París descubierto recibirán dosis ‘mortales o peligrosas, para sería destruido y los ocupantes de los abrigos de la ciu que’ su protección sea eficiente será preciso’ que sea bas dad que no fueran volatilizados en el ,crater, probable tante fuerte, del orden de algunos decímetros o metros mente no saldrían vivos de sus refugios. de hormigón o tierra, respectivamente. La protección, pues, no puede ‘tener valor absoluto No es, pues,, tan fácil de realizar como la protección .frente a armas dotadas de una potencia de destrucción contra la radiación térmica; sabiendo que se produce tan grande. Entonces, ¿es’ inútil esforzarse en proteger una ‘radiación intensa en el primer ‘segundo después de tropas y poblaciones? No es inútil, ya que, cualesquiera la explosión, la protección no, está prácticamente logra que sean la potencia’ y la zona de destrucción total de da si el atacado no se encuentra ya ‘en el abrigo en el un ingenio, existe alredédor de éste, debido al decréci momento de la explosión. miento rápido de los efectos en función de la distancia, La protección contra los efectos primarios de soplo, una vasta corona en la cual la destrucción no ‘es mas es decir, los que ejercen directamente las ondas de pre que parcial y, por tanto, más débil cuanto mejbr es la ‘sión y succión sobre el organismo, es mucho más difícil protección. Es, así, que ‘para una ciudad que el enemigo de definir. A causa del largo tiempo de aplicación de la no tuviese intención —siempre inhumana y lo más fre presión de la onda .de choque, parece que este efecto cuentemente estüplda— de destruirla por ser una ciu direíto de soplo sea todavía peligroso a distancias bas dad, pero que se encuentra en proximidad ,a un obje tante grandes del punto cero. Así, pues, e’s extremada tivo militar, la protección tomaría un valor considera mente difícil protegerse. ble y seria capaz de reducir las pérdidas en grandes pro— porciones. Supongamos, por ejemplo, un puerto de mar importante, Burdeos, para fijar las ideas. Si el enemigo quiere destruir enteramente la ciudad de Burdeos pue de hacerlo, cualesquiera que sean los trabajos de pro tección que hubieren podido ser efectuados en esta ciu dad; una bombade 10 MT seria ya exceslva. Pero si, por el contrario, no persigue una espantosa matanza y destrucciones sin cuento y solamente poner fuera de áer vicio el puerto y la vía férrea a su paso sobre el Garo na, puede limitarse a lanzar en algunos puntos bien es cogidos algunas bombas de pequeña potencia. Desde luego, éstas serán ya muy peligrosas para Burdeos, al que destrozarán seriamente. Pero fuera de las zonas de destrucciÓn muy severa, cerca de la costa, en las zonas de estragos medios o ligeros, la protección, si funciona plenamente, reducirá las pérdidas en proporciones que podrán alcanzar el 80 por 100, admitiendo que haya sido objeto de organizaciones de importancia. En resumen, ya no es posible la pretensión de prote ger un objetivo por medio de trabajos materiales, dado que el adversario puede siempre destruirlo a cualquier precio. Pero a la escala del Conjunto del teatro de la guerra (que evidentemente no se puede suponer satu rado enteramente de bombas sin llegar a conclusiones absurdas), la generalización de una protección eficaz és capaz de salvar un porcentaje muy importante de las fuerzas que allí se encuentren o de las poblaciones que las habiten. En suma, todo se presenta para el hombre como en el campo de batalla clásico: una modesta trinchera, pro tegiéndole de las balas y reduciendo para él el radio de acción eficaz de los proyectiles de artillería o de las bombas, aumenta grandemente sus probabilidades de su pervivencia, aunque su proteccion está lejos de ser ab soluta, ya que un proyectil bien colocado cerca de él le matará sin remisión. El hecho de no ser absoluta, ya sea para un hombre aislado o para unidades o ciudades enteras, no debe anular el “reflejo” de la protección. 111.—LA PROTECCION CONTRA LOS EFECTOS PERSISTENTES DE LAS ARMAS NUCLEARES Cuando un ingenio nuclear detona en altura, es de cir, que la bola de fuego no llega a estar en contacto con el suelo, los productos de fisión radiactivos crea dos en la explosión que se presentan bajo forma de polvos impalpables, son rápidamente arrastrados a la altá atmósfera, en donde se dispersan. Vuelven a caer en el suelo ‘eón una concentración tan débil, que si pue den hacer crepitar los detectores no representan apenas un peligro de guerra apreciable para las fuerzas armadas ni tampoco para las poblaciones. Una explosión en altura no lleva consigo, pues, ninguna contaminación permanente del terreno. Por el contrario, si la explosión tiene lugar cerca del suelo o en él, los prodúctos de fisión se fijan sobre los materiales procedentes del cráter que, de este modo, lle gan a ser fuertemente radiactivos. Estos materiales, proyectadps primeramente muy altos en la atmósfera, después arrastrados por los vientos, caen tanto mas aprisa cuanto mayores son sus dimensiones. Crean una caída de polvos radiactivos en una zona alargada en el sentido del viento dominante, de forma vagamente elíptica. Si la bomba es de pequeña potencia, la zona contaminada no tiene más que una débil extensión. Si, al contrario, la bomba es de gran potencia, la zona contaminada puede tener enormes dimensiones. La in tensidad de la contaminación por término medio sería tal que un individuo al descubierto en un lugar donde la caída de polvos se produzca una hora después de la explosión y que permanezca allí a partir de ese momen to, recibiría las dosis siguientes: 650 roentgens (dosis mortal) al cabo de 1 h. 25 m. 400 roentgens (dosis que lleva consigo una probabi lidad de muerte de 50 por 100), al cabo de 0 h. 40 m. 100 roentgens (umbral de acci@n), al cabo de Oh. 8 m. Para que un individuo estacionado al descubierto en un lugar donde la caída de polvos se produgca 8 horas después de la explosión, las cifras correspondientes se rían, aproximadamente, las siguientes: 650 roentgens, al cabo de 26 horas. 400 roentgens, al cabo de 10 horas. 100 roentgens, al cabo de 1 h. 40 m. Estas medidas demuestran que es muy peligroso per manecer o desplazarse a descubierto en zona de caída de polvos. Dos medidas se imponen, pues, a las tropas y pobla ciones que allí se encuentren: la evacuación o la pro tección. La evacuación apenas puede hacerse antes de la caí da de polvos, dado el corto plazo disponible. A menudo se correrá el riesgo de evacuar una zona para meterse en otra supuesta intacta “a priori,” pero que en la prác tica podría encontrarse contaminada. La evacúación “a posteriori” no es tampoco un mé todo recomendable en general; solamente seria posible efectuarla sin consecuencias graves al final del tiempo suficiente para que el decrecimiento natural de la radiac tividad haya llegado a un nivel bastante, bajo. Por fortuna, la protección permite con bastante laci lidad disminuir de modo notable la intensidad de las radiacipnes procedentes de la contaminación en la su perficie. Un simplé sótano, por ejemplb, constituye ya un abrigo apreciable en el cual no penetrará más que aproximadamente la décima parte de la intensidad ex terior. Un abrigo bajó la superficie del suelo, recubierto de un metro de tierra, es decir, un abrigo comparable a los clásicos de la organización del terreno para el combate, daría una protección que reduciría a 1/5.000, aproximadamente, la radiación incidente y que sería, por consiguienté, casi perfecta, siempre que las entradas estén concebidas de modo que no dejen penetrar las ra diaciones directas o jlifusas. Estas protecciones, en la mayor parte de los casos, deberán permitir (Como consecuencia del decrecimiento natural de las radiaciones) que llegue a ser posible ya evacuar la zona, ya tomai medidas de descontarnina ción que reducirán más aún el peligro ulterior de per manencia. Sin embargo, si tales medidas permiten a las tropas sobrevivir cuando se encuentran bajo el efecto de una caída de polvos (al precio de una parálisis temporal casi total, ya que deberán vivir enteramente en el abri go (lurante un período de algunas decenas de horas por lo menos), no clan uná solución completa del problema para las poblaciones civiles. En efecto, aunque la dis minución de la radiactividad natural sea bastante rá pida, es peligrosa aún durante largo tiempo. Al cabo de un año después de una explosión contaminadora de gran potencia, la intensidad media de la radiactividad en las inmensas zonas qe no haya sido posiblé descontaminar será todavía del orden de 12 miliroentgens/hora. Las gentes que en esta zona vivieran 8 horas por día al des cubierto a causa de su trabajo o para ir y regresar del mismo tomarían, pues, una dosis de 700 miliroentgens por semana; más de dos veces superior a la de toleran cia admitida pór los Reglamentos de Seguridad, que fi jan la que no pueden rebasar las personas empleadas en las fábricas atómicas. Si, por ejemplo, una zona industrial está sometida a una caída de polvo radiactivo manteniendo la población algunas decenas de horas en el refugio, quizá sería po- — — — — — — sible evacuarla en seguida sin demasiado peligro si guiendo un plan que asegure el orden y la rapidez de esfa operación. Pero, incluso al precio del empleo de enormes medios de descontaminación, parece extrema damente difícil mantenerla o devolverla a su trabajo en la zona en plazos que no sean excesivamente largos. Una vez más nos encontramos aquí ante la posibili dad de proteger temporalmente al personal para evitar lo peor, así como de reducir riesgos, que en ciertas cir aunstancias serían mortales, a otros mucho menos gra ves, pero ante una casi imposibilidad material de en contrar una protección absoluta que permitiría al per sonal quedar en su puesto y continuar ejerciendo de modo duradero su actividad normal en zona contami nada. 1V.—LA LUCHA CONTRA LOS EFECTOS DE LAS ARMAS ATOMICAS Hastá aquí hemos estujiado la protección contra los efectos de las arn’ias atómicas, es decir, las medidas “a priori” que podrían tener como resultado disminuir o anular estos efectos. Un problema también importan te, una vez que estos efectos se producen, es el que consiste en limitar las consecuencias al mínimo posible: se trata entonces ya de luchar contra los siniestros pro ducidos por las explosiones, ya de salvar las víctimas que yacen sobre el terreno, de aquéllas, ya, también, de cuidar y curar aquellas victimas que necesiten cuidados para poder sobrevivir o evitar enfermedades graves y definitivas. Estos problemas eran ya bien conocidos en el tiempo del empleo exclusivo de materiales explosivos o’ incen diarios clásicos. Apenas han cambiado en su naturale za, a no ser por la aparición del factor nuevo que cons tituye la radiactividad, p2ro todos están afectados de características nuevas ya señaladas anteriormente: la masa y la instantanéidad. Se sabe, por ejemplo, que la defensa pasiva contra los raids clásicos era tanto mná difícil cuanto que la “satu ración” estea mejor lograda. En los raids m.asivos, ta les como los que fueron efectuados sobre Tokio o Ham burgo, las tempestades de fuego que se declararon- no dejaron a los medios de lucha contra incendios (de los cuales los existentes en la zona abarcada se encontra ron neutralizados y fueron en todo momento insuficien tes para combatirlos) ninguna probabilidad de llevar a cabo la extinción de los incendios. Tampoco dejaban lle gar ayudas exteriores en tiempo Útil para auxiliar a las víctimas de la zona alcanzeda. La saturación, es decir, la concentración en el lanzamiento de un gran tonelaje de bombas en un tiempo muy corto constituía, pues, el factor bien conocido que llegaba a hacer casi imposibles los socorros en toda la extensión de la zona atacada y multiplicaba así. considerablemente la eficacia de los ex plosivos lanzados en relación a lo qu habría sido si fueran lanzados en pequeñas cantidades y sucesivamen te sobre la misma zona de objetivos. Pero la saturación es muy difícil de obtener, porque implica el empleo de ud gran nflmero de avioñes bom barderos sobrevólando la zona de objetivos en un tie’m po muy corto. Hacer desfilar sobre un objetivo algunos centenares de aviones de bombardeo en un tiempo del orden cTe algunas decenas de miñutos constituye una maniobra aérea compleja y difícil que exige medios inmensos. La saturación, pues, no podía ser verdadera mente eficaz más que raras veces; era, además, enór memente costosa. Pero con lbs ingenios atómicos se en cuentra automáticamente realizada de una manera perfecta. Se calcula, por ejemplo, que una bomba de 20 KT, lanzada sobre una ciudad de dos kilómetrós de - diámetro, haría el mismo efecto, poco más o menos, que 2.OCOtoneladas de bombas clásicas. Un solo avión basta para lanzarla, en lugar de los varios centenares de 1945; su efecto se produce en menos de un minuto. La satu ración realizada es, pues, total y a muy buen precio. Todos los medios de salvamento de la zona de des trucción total o grave quedan fuera de uso; la tempes tad de fuego tiene grandes probabilidades de producirse; en un gran radio las vías de acceso quedarán impracti-’ cables. Habrá, pues, mu.y pocas probabilidades de poder intervenir en la zona gravemente alcanzada (podríá ex tenderse a todo él conjunto de Paris si se tratáse de una boihba de potencia muy grande). No hay que hacerse ninguna. ilusión a este respecto. Por contra, en las zonas más alejadas del punto cero, donde los estragos producidos son moderados o incluso ligeros, llega a ser posible obtener un rendimiento inte resante de los, socorros llevados con rapidez, así como siguiendo una buena técnica. Pero,’ es bien evidente que, dada la inmensidad de las zonas alcanzadas, para obtener resultados halagüeños precisaría disponer de me dios inmensos, En el caso del estallido de una simple bomba ‘de 20 KT sobre el puerto de Burdeos, por ejem plo, se precisará asegurar los socorros en una zona anu lar de más de nueve kil’6metros cuadrados alrededor de la zona de destrucción total. Dada la dislocación total de todos los mediós de comunicación y de todas las ca nalizaciones y líneas eléctricas, se necesitarian medios enormes para lograr la limitación (le los incendios y el salvamento de las víctimaá. La inmensidad cTelos me dios necesarios én material y’ personal hará casi siem pre imposible reunirlos en cantidades suficientes, aun no teniendo en cuenta ‘más que razones económicas y presupuestarias. Sin embargo, no es preciso renunciar a toda actividad bajo el pretexto cíe que el problema, en su conjunto, es insoluble. La utilización de material y personal dispo nibles, siguiendj una técnica tan perfecta como fuere posible (estacionados “a priori” de una manera que les dé una buena probabilidad de escapar a los golpes des tinados a los objetivos más probables y, no obstante, poder intervenir, en casó de necesidad, en provecho de éste con toda la rapidez necesaria) debe permitir salvar sin asomo de duda numerosas vidas’ humanas. Unas palabras deben decirse sobre la radiactividad residual, factor nuevo que introduce la contaminación en las operacioñes de’ lucha contra los efectos de los ingenios nucleares. En ‘primer lugar, ‘es necesario dar a las tropas ‘y poblaciones de las zonas contaminadas las instrucciones necesarias sobre la conducta a seguir: con servación en posición de protección, evacuación, descon tamninación eñ cada punto. Por otra parte, es necesario no exponer los equipos de salvamento que operan en zona contaminada a ries gos desproporcionados con la importancia de su misión; és indispensable, pues, conocer la contaminaclón en cada punto. La radiactividad es totalmente insidiosa y no es de tectable por n u’estros sentidos; es preciso, pues, que, en todos los escalones los Jefes responsables de la conduc ta a seguir por las tropas o la poblacion, así como los encargados de las operaciones de salvamento en zona contaminada dispongan ‘(le los aparatos convenientes pa ra medir la contaminación radiactiva de terreno y equi pos.’ PCro se olvida frecuentemente que no basta dispo ner de estos aparatos y saberlos leer; es necesario, ade más —lo que es mucho más difícil—, ser capaz de eva luar en función cte sus medidas los peligros radiactivos que amenazan a las diferentes categorías, de individuos. segÚn su actividad. Existe aquí una cuestión de instruc ción y de entrenamiento del personal y en particular de los Jefes de todos los escalones que és preciso no descui dar, bajo pena de que los aparatos no sirvan para nada y sean incluso quizá más peligrosos que útiles. Asi, las operaciones de lucha contra incendios y de salvamento son de la más alta importancia y capaces de salvar numerosas vidas humanas en caso de guerra ató mica. Toçlavía se precisa que estén preparadas en fun ción de las condiciones de esta guerra y no siguiendo los principios clásicos y que, en particular, los medios y la instrucción del personal permitan tratar a más y mejor las zonas que estuvieran contaminadas radiacti vamente. Y do todas maneras se necesita saber que es tán muy lejos de ser absolutas y que no pueden reducir más que en una débil proporción las consecuencias es pantosamente destructivas de los ingenios atómicos o termonucleares. (Concluird.) Los traslados de residencia Capitán Esta sección de nuestra revista de “Ideas y Reflexio nes”, se presta a comentarios generales que debíamos usar con más frecuencia, ya que hay muchos temas que, aun cuando no tengan, una importancia primordial, son del servicio también y, además; de interés en el sentir y vivir del conjunto militar; por tanto, creo que todos nuestros pensamientos, sobre todo si son constructivos, debemos exponerlos, por si merecen que la Superiori dad estudie estas ideas, y cuando no, siempre se habrá conseguido el ponerse en contacto con los demás y acos tumbrarse a escribir y tratar temas de interés más o menos general que los lectores aprovecharán o desecha rán. Creo que incluso deberian insertarse en esta sec ción las cartas de los oficiales dedicadas a exponer bre vemente cualquier cuestión de interés general que por su índole no sean apropiadas para su estudio y desarro llo en un largo articulo (1). He pensado muchas veces en este tema de los tras la dos que dentro de nuestra carrera son inevitables y, en mi modesta’opinión, convenientes cada período de tiem po prudencial y que se ven frenados muchas veces por las grandes dificultades económicas que llevan consigo. La actual Legislación, con una visión justisima, atien de a estas necesidades que en otros tiempos estuvieron abandonadas y concede unos benefiios económicos ,al personal qué forzosamente tenga ‘que cambiar de resi dencia; pero, como esta Ley es general y concede los mismos beneficios para un traslado de CIEN Rilómetros que para uno de MIL, se presentan casos como el si guiente: Supongamos que un Coronel con mando de Regimien to se traslada con su familia, compuesta del matrimo nio y cinco hijos, de Lérida a Zaragoza; percibirá 42 días d dietas a 300 pesetas, o sean, 12.600; el traslado lo puede, realizar el citado Coronel en el día; Transportes Militares le puede trasladar el mobiliario, asimismo, en el día, y como tiene pabellón, los gastos que se le ori (1) Es tradicional de la Revista acoger las ideas de todos lea oficiales, y aprovechamos la ocasión para reiterar que no deieñamos forma alguna de plasmar las ideas, incluida la epistolar. (N. de la R.) de Artilleria del Regimiento 45, Pedro AZNAR CHUECA. ginen a este Jefe son los de un dia o’ dos en un Hotel, mientras se monta nuevamente su casa.; calculando a 100 pesetas diarias de Hotel por persona, son: por dos días, 1.400 pesetas. Pero realicemos este mismo traslado de Lérida a Se villa, y la cantidad de dietas a percibir es la misma de 12.600 pesetas. ¿De qué forma se elevan los gastos a esta familia? Los viajes se alargan con estancias intermedias, y para el enlace de trenes en Madrid hay que contar con un día; comer en el restaurante del tren, contando que el alargamiento de viajes trae consigo un aumento de gastos, Transportes Militares, al trasladar su mobilia rio, ha de tardar más, por lo que hay que contar con no menos de 8 a 10 días, hasta que tenga su casa dispues ta, que le supone un gasto, por lo menos, diez veces más que en el traslado anterior, con lo que la indemnización se le ha quedado corta. Si para el abono cíe estas indemnizaciones’ de traslado se siguiese el sistema de viáticos, por el.número de kiló metros recorridos, se vería que poniendo, por ejemplo, un módulo de tres pesetas por kilómetro y persona, en el traslado de Lérida a Zaragoza, en el mismo caso, se cobrarían 144 X 7 X 3 = 3.024 pesetas, y para el segun do caso, de Lérida a Sevilla, 1.004 X 7 X 3 = 21.084 pe setas. Resulta, pues, ‘que, fijando unos módulos para las distancias cortas un poco más elevados y reduciéndo los en una pequeña cantidad al pasar de cierto nilmero de kilómetros, se podría llegar al ideal de que dicha indem nización fuese en realidad ajustada. a los gastos reali zados. Todo esto lo he calculado pensando en que el trasla dado tiene pabellón; pero en el caso de no tener pabe llón, se reduce .a asignar una pequeña indemnización pa ra los gastos consiguientes, que ésta sí puede ser igual en todos loS casos, ya que las dificultades de encontrar vivienda, en todas las poblaciones es aproximadamente iguaL He expuesto mis ideas, que no sé si serán acertadas o no, pero creo, en mi modesto entender, que están inspiradas en un sentido de justicia para beneticiar al que más lo necesite, en ese problema que se nos presen ta a todos, de traslados de residencia. Notas breves ORIGINAL VEI-LICULO AMERICANO TODO-TE RRENO.—Uno de los problemas con que tropiezan siempre las unidades de montaña, es el de las comuni caciones durante la época invernal. n la zona pirenaica se da muy a menudo el caso, de quedar aislados por completo los valles perpendiculares a la dirección ge neral de la cordi llera, como son los de Hecho, AnSó, Canfranc, Tena, etcétera. En estas ocasio nes adquiere un valor inmenso cualquier vehículo, que sea capaz de romper dicha in co m un lea ción, abriendo camino. y restableciendo e1 enlace de las uni d a d e s destacadas con sus bases.. Puede decirse que en el Ejército no tenemos nada práctico para la solución de dicho problema,. ya que las únicas máqui nas quitanieves, de diversos tipos, des de las de cufia hasta las “Pelleteuse” pertenecen a Obras Públicas. Por ello es interesantísimo el vehículo todo-terreno que representa: la adjunta fótografía, el cual ha sido presen tado en el último concurso de máquinas quitanieves que tuvo lugar en la vecina Francia, en el válle alpino del Alto Iser, al que asistieron representaciones de Alema nia, Italia, Noruega, Suiza y España. Dicho aparato, llamado Sno-cat, de origen americano, puede marchar sobre cualquier terreno, en particular so bre nieve, sin la menor dificultad; merced a sus Órigi nales orugas, basculantes y articuladas. La superficie de las mismas es tan grande, que la pre Sión sobre la nieve resulta mínima, al extremo de pro ducir en ella durante su paso una huella muy leve. Puede trepar perfectamente y descender por cortadu ras, avanzando a media ladera, sin preocuparse de la existencia de carreteras. Con ello el enlace queda asegurado, aun en las condi clones más duras. No es, por tanto, un clásico quitanieves, de cualquier clase que sea; teniendo por misión el mantener contacto con aquellos lugares que, de no ser así, permanecerían totalmente aislados. Este es el caso de algunos destacamentos pirenaicos, como por ejempló el del Refugio de Estós, situado en la cota más elevada que cualquier otro cuartel de España pueda existir. Este refugio es raro el año en que no queda totalmen te aislado-y sin más enlace que la radio; no pudiéndo se evacuar entonces ni aun los enfermos o heridos que tuviera la guarnición del mismo. En estas condiciones- el Sno-cat mantendría constan temente la comunicación, sustituyendo con gran ventaja a los sufridos mulos, en el duro trabajo a que están so- metidos para realizar los suministros y transportar diario correo.—Tte. Coronel Artero ,Soteras. el AFUSTES MOVILES PARA MORTEROS EN EL EJERCITO SUIZO. (Fotografías de la Revue Militaire Suisse).—Una de las aplicaciones militares del radar, en las qúe este mqdio ha demostrado su eficacia es en la acción contra morteros, para hacer posible la cual los ejércitos cuentan ya con equipos ligeros, de sencillo ma nejo y alto rendimiento. Las consecuencias se han hecho pronto patentes. Esa arma tan interesante para el infante, por sus singula res características, que es el mortero, se enfrenta áhora con un difícil enemigo, para protegerse del cual sólo pue de valerse de un procedimiento: la movilidad. 65 Las fotografías que reproducimos recogen algunas ‘so luciones adoptadas por el ejército suizo, basadas en la utilización de reducidos afustes con tracción por oruga, que es la solución que ofrece mayóres posibilidades para el movimiento a través de terreno variado.—Comandan te Ory. EL PRESUPUESTO DE DEFENSA NACIONAL DE LOS ESTADOS UNIDOS—El presupuesto de la defensa nacional aprobado por el Congreso de los Esta dos Unidos asciende a 40.674.000.000de dólares, de los cuales el Departamento de Defensa recibe 35.547.000.000 para distribuirlos en la siguiente forma: Fuerza Aérea, 16.353 millones; Marina, 9.565 millones; Ejército, 8.582 TRES NOTICIAS DE LA PUBLICACION BOLI millones. El resto se emplea en diversos proyectos defen VIANA “REVISTA MILITAR”. sivos en la periferia soviética. Las inversiones en proyectiles dirigidos se fijan en Carrera atómica. 1.276 millones, lo que representa un aumento de 358 mi llones de dólares con relación a la asignación correspon La carrera por las armas atómicas continúa intensi diente al año anterior. La partida correspondiente a la ficándose. Las existencias con que, según informes re defensa aérea continental también experimenta un au cientes, cuentan actualmente, las grandes potencias vie mento. nen dadas: En Estados Unidos por número elevado de Los efectivos de las fuerzas arrnadas •pasan a ser cuatro cifras; en la Unión Soviética por uno de tres ci 2.815.000 hombres y mujeres, es decir 100.000 menos que fras, y en la Gran Bretaña por uno de dos. En nueve el pasado año. Estos efectivos hacen posible el manteni años, Norteamérica ha realizado cuarenta y nueve expe miento de, lás siguientes unidades: riencias con armas nucleares y la U. R. S. S., diez. Por Ejército.—19 Divisiones, una de ellas aerotransportada Id avanzado de la investigación, se espera, para un futu (aumento de una división con relación al año anterior). ro no muy lejano, que aparezca una bomba de hidróge Además, 10’Regimientos y 143 Baterías antiaéreas. no con potencia suficiente para destruir una gran ciu Fuerza Aérea.—Pasa de 127 Alas a 137, casi en su. to dad y de tan reducido tamañci que pueda ser llevada por talidad de aviones a reacción. Se acelera la subs un caza bombardero ligero. También se confía en que titución dotadas de los bombarderos B-36 por los B-52. podrá utilizarse este tipo de bomba como ojiva de los Marina.—Disp’one de 984 barcos, de ellos 411 de gue proyectiles dirigidos de mediano tamaño. rra, incrementándose su potencia aérea. Se autorisa la inversión de 1.032 millones de dólares en la construcción El “Parapian II”. del sexto portaaviones de la clase “Forrestal”, doce na ves para el lanzamiento de proyectiles dirigidos, seis sub Se ha designado con este nombre en los Estados Uni marinos atómicos y el primer barco de guerra de propul dos un modelo de avión que puede despegar y aterrizar sión atómica. en una zona de terreno no más grande que la requerida Injantería de Marina.—Continúa en su anterior situa por un helicóptero para iguales operaciones. El “Para- ción. plan II” ha sido probado por el Ejército y se dice que Los 40.626 millones de dólares aprobados para gastos tiene excelente maniobrabilidad a lelocidades lentas de de defensa se distribuyen en la siguiente forma (las ci hasta 30 Kilómetros por hora, sin perder altura. ]Jesa fras indican millones de dólares): Haberes y prestacio rrolla una velocidad máxima de 192 Km/h. Tiene de en nes, 11.062. Operación y mantenimiento, 7.905. Adquisi vergadura 6,2 m., de longitud 6,6 m. y de altura 1,9 m. ciones: Aviones, 8.037; Barcos, 1.009; Proyectiles dirigi dos, 63; Vehículos de combate, 739; Vehículos de apoyo, 297; Artillería, 16; Armas y municiones, 664; Electróni Camiones o helicópteros. ca y transmisiones, 637; Equipo de producción, 631. Otras adquisiciones, 335. Reservas Militares, 717. Investigación Se dice que, convencidos los ingleses de que el verda dero freno de los ejércitos está en hacerlos depender de y desarrollos, 1.397. Otros gastos militares, 1.453. Ayuda vías terrestres y marítimas de comunicación, ha decidi Militar al Extranjero, 2.292. Energía atómica, 1.857. Al do el Estado Mayor Británico librar al ejército de tales macenamiento de reservas, 802. Energía industrial de trabas, eliminando los camiones que están siendo susti fensiva, 143.—Comandante Ory. tuídos por helicópteros.—Comandante Rey de Pablo. UNIDAD EXPERIMENTAL NORTEAMERICA NA DE “CABALLERIA AEREA”. (De la publicación mejicana Revista del Ejército).—Durante la celebración de unas maniobras del ejército norteamericano, que re cibieron el nombre de “Ejercicio Sagebrush” y como par te integrante de la 82. División aerotransportada, que participaba en las mismas, se formó .una unidad provisio nal de “Skycav”, es decir de “caballería aérea”, com puesta por 500 hombres, 14 helicópteros “H-21 C” y 5 “H-13”, 5 aviones “L-19” y “5 L-20”, un pelotón de. cinco carros de combate ligeros y un pelotón de infantería. La misión de esta unidad consistió en obtener infor mación de combate en el interior del despliegue enemi go. Para llevar a cabo su cometido y transmitir la infor mación obtenida, la unidad de “SKycav” empleó la tele visión aerotransportada y terrestre, así como dispositi vos de rayos infrarrojos. El 40 por 100 de los informes solicitados por la 82. Di visión aerotransportada fueron proporcionados por la unidad de “SKycav”.—Comandante Ory. 66 NUEVA RACION DE MOCHILA DEL EJERCITO INGLES PARA VEINTICUATRO HORAS. (De la pu blicación italiana “Rivista Militare”).—La nueva ráción de mochila del Ejército inglés para veinticuatro horas de alimentación es un paquete con 770 gramos de peso, frente a los 1.700 que pesa la ración hasta ahora regla mentaria. Consta de un trozo de carne deshidratada que puede comerse cocida o sin cocer, de un bloque de moyuelo de avena, de chocolate, queso, así como de sopa, té, azúcar y leche en polvo. La nueva ración, además de muy nutritiva, es suscep tible de cambios y combinaciones qué la hacen bastante agradable (al menos, dentro de las costumbres británi cas) —Comandante Ory. INDUMENTARIA PARA EL MAL TIEMPO EN EL EJERCITO BRITANICO. (De la publicación ita liana “Rivista Militare”.—Las fuerzas armadas británi cas m e tu una están experi n t a n ci o a c a im en te serie de pren cias militares a las que, por vez prime ra, emplearon con ocasión de la cam paña de Corea, es pecialmente ideadas para hacer frente.al frío a la lluvia y al viento. Reproducimos una fotografía en la que aparece un soldado vestido con las prendas en cues tión, que son un gorro de “nylon”.y goma; una camisa en forma de caza dora, que se aboto na por delante y que por su parte exterior es de seda, en tanto la interna es de gabardina y, en fin, una chaque ta en forma de “ca nadiense”, que sus tituye al capote, y que lleva capucha de tejido plástico revestido de lana. Todas las prendas son de color gris.— Comandante Ory. en vuelo horizontal, habiendo establecido una marca oficial de velocidad de 1.215 k.p.h. El “Supersabre” F-100 C está propulsado por un tur borreactor Pratt & Whitney J-7 con postquemador, con 4.533 libras de empuje, y las principales diferencias que tiene con relación al P400 A (que está proyectado para operaciones diurnas) son su sistema de reaprovisiona miento de cómbustible en vuelo, sus dispositivos para el transporte de tanques de combustible y bombas ex ternamente, situados debajo de las alas, y, en fin,’ su equipo electrónico perfeccionado para el lanzamiento de bombas.—Comanctante Ory. - NUEVO CARRO DE RECONOCIMIENTO BRITA’ NICO. (De la publicación portuguesa “Revista da Cava laria”).—La última novedad inglesa es el “Scout éar Ferret”, del cual reproducimos una fotografía. Se .trata de un peueño vehículo de reconocimiento, con cuatro ruedas con neumáticos, que puede alcanzar una velocidad sobre buenos caminos de 70 k.p.h. y que EL “SUPERSABRE” F-ioo C, PRIMER AVION SUPERSONICO DE LA AVIACION MILITAR NOR TEAMERICANA, (De la publicación argentina “Revis ta nacional de A•eronáutica”).—La Fuerza Aérea de los Estados Unidos cuenta con una nueva versión del “Su armado con una ametralladora y sei. tubos 1anzapersabre”, el F-100 C, proyectado para transportar la va gran adas de humos. Su dotación es de dos hombres, uno bomba atómica a la velocidad del sonido. de ellos conductor del vehículo. Este aparato es el primer avión operativo de la avia Posiblemente esté llamado a substituir al actual vehícu ción militar norteamericana con velocidad supersónica lo de reconocimiento “Daimler”, de parecidas caracte rísticas, aunque de menor velocidad (unos 60 k.p.h.).—Comandante Ory. ENTRADA EN SERVICIO DE UNA CADENA DE RADAR NOR TEAMERICANA QUE CUBRE DESDE LA PENINSULA DE LA FLORIDA AL ATLANTICØ ME RIDIONAL. (De la publicación ita liana “Rivista Militare”) .—Una ca dena formada por 21 potentes iris talaciones de radar ha entrado en servicio el pasado mes de abril, pa ra cubrir una zona que se extiende desde la península de la Florida en los Estados Unidos, al Atlántico meridional. Esta cadena ha sido instalada so bre ocho islas y registrará con to da precisión las pruebas experimen tales de proyectiles radiodirigidos norteamericanos que se realicen en la zona de lanzamiento de Cocoa, en las proximidades del cabo Cañaveral (Península de la Florida). Los técnicos militares norteantericanos dispondrán así de una instalación perfeccionada que permitirá que un proyectil dirigirlo que se separe do su ruta, aunque sólo sea ligeramente, pueda ser destruido con la simple pre sión de un botón. En la fotografía que reproducimos se ve una isla ra dar en el puerto de Nueva Inglaterra, en espera de ser remolcada a 100 millas de la costa atlántica. Las tres torres más gruesas, sumergidas y rellenas de cemento, formarán el anclaje permanente sobre un fondo de 25 metros. Las ocho torres más esbeltas que, sucesivamen te, serán alargadas hasta 60 metros, servirán como mar tinetes para la instalación de los citados anclajes.—Co mandante Ory. - plea corno combustible petróleo destilado en combina ción con trietilamina y xilidina. Su motor —alimentado mediante un sistema de nitrógeno comprimido a 300 at mósferas— desarrolla un empuje de 990 kilogramos por 30 segundos. El peso total de este proyectil, en el momento de su lanzamiento, es de ‘347 kilogramos, y la altura a la que CAMION PESADO DEL EJER CITO NORTEAMERICANO._(De la publicación norteamericana “Or dnance”). •La importante firma constructora de automóviles norte americana “Reo Motor Inc.” ha cons truido, por encargo del “Servicio de Material de Guerra” del Ejército de los EE. IJU., el camión pesado de cin co toneladas, que ilustra esta nota. Se trata de un vehículo cuya esen cial característica es que está dotado .de ocho ruedas todas ellas motrices y de las cuales las cuatro delanteras giran accionadas por el volante, so lución ésta que —seglin se afirma— facilita grandemente el movimiento con cargas pesadas por terrenos de reducida vialidad—Comandante Ory. — EL PROYECTIL DIRI6IDO SUIZO “OERLIKON (De la publicación “Wehrtechnische Monatsheft”). El proyectil dirigido suizo “Oerlikon-54” es un cohete de una sola etapa de cerca de 5,70 m. de longitud y 37,5 cm. de diámetro, gobernado por un sistema de dirección co nocido con el nombre de “a caballo del rayo”. Su cubierta es de metal laminado con plástico y em 68 termina la combustión es de cerca de 9.000 m., en tanto que el proyectil puede ser dirigido hasta 15.000..Duran te las pruebas y con ocasión de ejercicios, puede em plearse un sistema para la recuperación del mismo. Más información sobre esta arma puede’ encontrarse en una nota anterior publicada en Ejército—Coman dante OrL,. EL COHETE FRANCES “VERONICA”. (De la pu blicación “Journal of the British Interpianetary Socie ty”).—Reproducimos una fotografía del cohete francés -“Verónica” sobre su base de lanzamiento, al par que facilitamos algunos datos de este interesante ingenio, utilizado hasta ahora para investigaciones científicas en las altas capas de la atmósfera. La longitud, de este proyectil es de seis metros, con un diámetro máximo de 0,54 m. Pesa en el momento de su lanzamiento cerca de una tonelada (985 Kg.), de la cual 600 Kg. corresponden al combustible: ácido nítrico y gasoil, y 55 Kg. •a la carga útil (instrumentos). Su velocidad máxima es. de unos 1.250 metros por se gundo, que la consigue al terminar su combustión, a unos 15.000 m. de altura. Aunque ya indicamós en la anterior información que su altura máxima es de 75.000 metros, la alcanzada durante su experimentación ha si do de 40 millas, o sea, 64.000 metros. El cohete “Verónica” es obra del “Laboratorio de Investigaciones sobre Balística y Aerodinámica” de Ver nón (Departamento de Eure, Francia).—Comte. Ory. EL “AERODINA”, UN NUEVO TIPO D AVION NORTEAMERICANO EN EXPERIMENTACION, ‘SIN ALAS NI TIMON. (De la publicación “Ordnan ce”).—Si los experimentos que actualmente realiza el doctor Lippix, de origen alemán, con la ayuda de la Ma rina norteamericana, alcanzan el resultado que se espe ra, en un próximo futuro las fuerzas armadas dispondrán de otro medio.aéreo, de muy interesantes características. La fotografía que reproducimos deja ver al citado hombre de ciencia, en un momento de las pruebas que realiza con el aparato de su invención denominado “ae rodina”, ingenio aéreo sin alas ni timón, que se sostie ne en el espacio aspirando aire por si parte superior —por medio de una hélice interna— y expulsándola por abajo. Las experiencias se vienen zealizando en el centró ex perimental de Ceslar Rapids, Departamento de Iowa, en los Estados Unidos, lográndose los movimientos del aparato por control remoto. El aparato está proyectado para despegar y aterrizar verticalmente, realizando su movimiento horizontal a velocidades supersónicas.—Comandante Ory. PISTOLA AMETRALLADORA FRANCESA M. ‘A. T. 49. (Notas extraídas del Manual Técnico descripti vo de esta arma).—Esta pistola ametralladora modelo 1949 (fig. 1), es la última arma de esta clase puesta en servicio en el Ejército francés. Con ella están dotadas casi todas las Unidades de este Ejército y muchas de las que componen el de guarnición permanente en Africa del Norte, en las cuales está sustituyendo a los. subfusi les Thompson M. 1 (americano), Sten M.K. 1, II y III (ingleses) y pistola ametralladora M.A.S. 38 (francesa) en uso desde la G. M. II. Esta nueva arma, calibre 9 mm. especial (calibre nor malizado para la N.A.T.O), supera en muchas de. sus características a las de aquellas armas anteriormente mencionadas, en servicio hasta el momento en dicho Ejército. Pára facilitar su transporte puede plegarse,• no sólo su culatín (característica ésta muy corriente en esta LÚ clase de armas), sino también su caja por tacargador, que se adapta a lo largo del cañón (fi.g. 2), resultando así un conjunto recogido y fácil de transportar. Esta ca racterística ofrece un infalible seguro de fuego en la posición de transporte, ya que al girar el portacargador. y con él el car gador, se clesplaza el cartucho, del recorri do del cierre. Otra característica notable de esta arma es el seguro de empuñadura en forma de tecla (a-figs. 1 y 2), semejante en su as pecto y forma de actuar al de la pistola STAR o similares. Un alza cerrada de dos posiciones (100 y 200 m.), junto con un punto de mira, protegido por un anillo, forman los ele mentos de puntería. // Tiene cierre con percutor fijo, y su fun cionamiento es similar al de ótras armas semejantes: ObtLlración por inercia, del cierre y acción del muelle recuperador y automatismo por acción de los gases di rectamente sobre el cierre y acción del muelle recuperador. La ventana de expulsión de las vainas está provista de una chapa (b-figs. 1 y 2) con charnela que la cierra, protegiendo el cierre y la recámara en la posición de transporte.. La apertura de esta ventana se. efectúa automáticamente al montar el arma.. El desarme de esta Pistola Ametrallado ra es sumamente sencillo, bastando para ello apretar el pestillo de unión situado en la parte inferior del extremo posterior del cañón (c-fig. 1): , - r Las principales características Calibre, 9 mm., especial “parabellum”. Peso sin cargador, 3,500 kgs. Peso del cárgador vacío, 0,290 lçgs. Peso del cargador lleno, 0,674 kgs. Longitud total (culata plegada), 0,460 m. Longitud total (culata desplegada), 0,720 m. Clase de tiro, automático solamente. son Velocidad de tiro teórica, 600 disparos por minuto. Alimentación, por cargador derecho. Capacidad del cargador, 32 cartuchos. Alcance práctico (en tiro por ráfagas), 200 m. Clase de proyectil, ordinario y trazador.—Traducclón del Capitán Linos. Síntesisdeproyectilesdirigidos Teniente de Ingenieros, Alumno de la Escuela En nuestros días los proyectiles dirigidos están entran do definitivamente a formar parte del armamento de los ejércitos. Los datos y características de unos y otros ti pos se repiten mil veces en la prensa con los mismos va lores, en un alarde de querer aparecer perpetuamente impresionantes. Remos formado estos cuadros con los nombres y particularidades de los que nos han sido ase quibles, no para ofrecer una síntesis exhaustiva de los existentes, sino con la idea de ponderar lo que ha sido su desarrollo en la década 1940-1950. Carentes de acceso 70 POil técnica dei Ejército, Carlos PEREZ MARTINEZ. a fuentes de información adecuada, confiamos se discul pen las ausencias que se observen. De todas forriias, en cualquier caso, de esos cuadros puede inferirse la situa ción actual de ellos, sin dejarse de tener en cuenta que los últimos cinco años han sido años de psicosis bélica en que los gobiernos se han visto obligados a preparar. la guerra por todos los medios y hacer lo imposible por que la situación de sus técnicas no fuera desbordada por la del presunto enemigo. 1:00030 ANO CAPACTERISIIOA5TVzLQCI1AIQAj 5i•55fZ DA CE teIsA tud gaoaU3Xl8 MXflC0 .J8o_ zote nit/seg lazo r5W3l l03’Q3lkCI0N (1) 1 -, l.33 1.2: tleani 165 1,54 1—2 1.934 l.T, 18. 165 1,54 0—3 1.938 L.T: 825 8,3 A—4 1.940 1.942 - jA, T.2. id. 14. 190 Id 02 AS iistabilizaoiómgiroscóvica. -Salvo ligeras diferencias es el aleteos de estabilizacido, idóntlco al A—1 18 15,4 2,9) 15,4 2,9) 1.730 Confiurai6n 300 cesajlote DATOS SOBRE EL AUTO MOVIL EN SUS PRIMEROS CIEN AÑOS EN EE. UU.— Comandante de Artillería del Servicio de Automovilismo de Canarias, Jorge H e n s h a w Beautell. e la conosida 0— Los primeros indicios sobre vehículos aparecen en la Bi blia, cuandó José ordena a los carros que se muevan. Conocida Operecinalzante por V—9. Pro pulsión: oxigenos 1f’iido/alcoidol, op tada y adaptada por loe E.U. para sus iflvestigaotonoe, - A -81 A—5 1.944 7.2. Id. 1.938 L.T. 14. 8-6 1.939 L.T. (solo OrOl’ecr Co) 14.300 50—600 V—2dotada zamos. 825 13,3 18 (1).— L.T. Lomeado dende ti,-a T.T. Proyectil tierra—tierra T.A. Proyectil Tierra—ai,-e 1.1. ProyectIl ale—tje,-ra AA. Proyectil Sim—aire. O Cohete, I.—Inveottacid,, 14. _I. de alas -poca aumentar su Al Prototipo del 8-9. Podeli’redudidr a es cala de la A—4. Subeonico, A—5 proyontado para velocidad supersóni ca. 1792.—Primera: carretera con derecho al i5’asode carros, pre vio pago. 1825.—Aparece el prirher au tomóvil de vapor “Blanchard”. 1845. Primeros neumáticos fabricados de cuero y iona. — A—7 sólo PrOyec to). 1.94lLenzo Alean. Ai:o A—8 sólo pylo) 1944 A—9 1945 (sólo pto.) 1. T. 881 8,3 8-5 proyectado con alee. Se 1aoOía des de 14.000 metros de altura para estudIar las caramterietioae de vuelo de la A—9 1892.—Aparece el automóvil de gasolina “Duryea”. - A-lO 1945 (sólo pyto) ARROBEE 8—41, pilotada. 18, lele — 15,3 6,3 830 U.S.A. lanco rue). 3100 Id. 1102,30 doc 1947 RSIOIAL 550). 1948 14.330 Prono i 700 6,5 5500 1300 Iniciador 1400 Real izadosobre el modelo ldoc—Corpo±al, con mayor espacio para inotrunentse.Al— tora máxima: 120 keca. Inic5ador de coz buetible sólido. 4,7 160 349A Sa 1944 T.A. lemani 2400 7,8 4,5 ter. a ilot Ea 349B dat— 1945 2.6. 64. 2500 6,84,5 -ter. .a ilot 240 16,4 -300 16,6 Be BAXA 1944 A.l’. Japón BARC 6,65,5 200 COPROPAL .- 1951 SEllAN 84 1944 U.S.A. 6000 - —. PALCOS Semejante el A, con una cmara eule— roentoria deavcosioCel onrbuotidn cue le da una velocidad dela unoa 12500 0/5% por el 1900.—Primera Exposición del Automóvil en Madison Square (Nueva York). piloto - Conocido tarobidepor Corporal F. vese Ejórcito mía. 177. 4 1700 T.A. Alemani 1898.—Gran Exposición en Boston, presentándose cuatro automóviles. 1899.—Primeras pruebas dei “Packard”. Se abre la primera factoría-en Detroit. Velocidad ascensiOnal 12000 mte.Jreie. Proyectado pca realizar lan atelanas de un caza. erovisto de Cohete Inicia dor. Vease Guión a. 144 Dotado de cohete iniciador. 35 U.S.A do la p—9 Semejante a la 7—1 alemana, Veocidad aseensiomal 500 mts/,ae. Contpol -por -radeo. Dirigido U.S.A 945 p99 2300 56kooS 1896.—Primer “Ford”. El doc tor Booth, de Ohio (U. S. A.), obtiene la primera: licencia mé dica para conducción de auto móviles. 8-41 don alas en delta, .litteoa de ese— beutiblO y comburente delconoeldo. Con— trolido por radio, le realizaron irlos— mente lanzaaiontoa do pruebe, 4,4 310 14300 Provisto de 4 cohetes lni’-iadoree.Diei redo dardo rao*a y dirigido ‘or el sis tema de euperpesicidm,Espoletade pro— xieidad que funciona a 150 metros. Voase - U.1,A A.A. Bc8ARC Vease Guión 1901.—Comienza la produc ción en serie. Automóvil de va por “Hudson”. 1902.—T. H. Shevlin es mul taclo en Minneapol-is (-U. 5. A.) por pasar de la velocidad má xima ordenada de diez millas por hora. “Packard” patenta el cambio de marcha. Aparece el primer “Studebaker”. 144 1903. Primer “Cadiilac”. Aparece el “Overlancl”, el cual más tarde fabrica el “Wyllis”. — F8UERLILLIE -.25 1.941 Alen. 130 2,21,3 240 Estabi1izaóe giroecdslca. Lan-edo en romea de 60 • 5 roejanteal IIECHT, eossp— to nr el elotema do rouleióo. 1904.—Primer “Buick”. jA. 1.942 Pta58195 FZG-.76 1950 8.0. 1943 520 U.S.A 2.2. ARenan. 5,25 480 2,5 2400 8,45 1905.—Un automóvil es robado en St. Louis (U. S. A.). 8 Detadb ,le iniciador de letems nro-aelstón. 5,9 195 300 sdlid de Coeocldo operacionalmente por 7.11y ltr4 BR VOLANTE. 1906.—”Buick” monta la ba tería de acumuladores. Se ex tiende la forma usada actual- - - mente en el acondicionamiento del motor. 1907.—”Oldsmobile” reempla za el metal por el níquel. “Ford” hace un millón de be neficios. OiRLTEOtí 5 1908.—Comienza la “General Motors”. Primer m o cíe lo T “Ford”. Se crea la policía de carreteras. Comienzan a em plearse los piñones helicoidales, las pinturas de esmalte, así como las válvulas, más o menos como ahora las conocemos. 2205105 1910.—Las piezas son cons truídas en “standard” dentro de la Sociedad de Ingenieros Au tomovilistas (U. 5. A.). 1911.—”Hudson” emplea el embrague de discos múltiples. “Chevrolet” abre su fábrica. Se presenta el “Lincoln”. 1912.—Hacen su aparición la dínamo y el arranque eléctrico. 1913.—-”Ford” fabrica mil co ches al día. “Packard” emplea el engrase a presión. Primer ‘De Soto”. 1914.—Primer “Dodge”. “Ford” anuncia• que el: salario mínimo en su fábrica será el de cinco dóláres al día. Aparece el Cadlilac” ocho cilindros. 1917.—Primer “Nasb”. PIlOTE ED 1 194 Man p4 para piteabas 1922.—Se mejoran los carbu rantes. Aparecen los neumáti cos de balón. “Ford” compra “Linco]n”. 1923.—P r i m e r “Chrysler”. Aparece la gasolina etílica por la “Standard Oil”. 194 1.9. 1. USA PRIVATE y 194 1.1. 1. USA 1927.—Aparecen los indicado- 1944 842 Realizado sobre el Oorgon TV. 2,6 250 13 1,6 3,85 A.A.Alan. 1 3,2 1,9 4 600 0,8 530 0,9 9.12. lISA 1943 9.1-. 230113092 3 ouarpna a inioiador) Provioto de eo’ol’ta de cereosidn. Veaae Guido o. 144 1942 A.T. Inglat. 5 P 3D Alan. 1890 12,4 1790 216 liaparado desde ra—pa. So controlado. propulaldn de 0000e—.a adlido. 4.81821003.95 l94d T.A. Alem. 1925 4,3 3,3 390 Controlado ‘-drolateoade eu’er’oaioido. Dotado da tnleiador. Pjlon040EToI 19 0.4. Alan. 1725 5,4 3,3 450 Controlado por siatema de e’oerposloLde Dotado da 4 inicIadorescolocadosalre dedor del -‘royactil a la altora deI cen tro de gravedad,líollegd a eer emeleado operacionaloente. Alcmnd.aba una altura da 15000 metroa,llevaba una rarga de 100 kilep da axplonivo. - Alem. 66 2,2 0,7 273 RUHSOi}2 17 1944 A.A. Alen. 5 0,8 0,6 1944 Ett-1304211 Id 1944 8.8 RUTIlAS .1 1 73 6,7o,í5 1943 8.1.- Rumia °+ 0941 A.A. Alá. 28,6 00:1264 1951 Alem. PpedaaaBor del 4414. 1947 LI.— ingiH 0800101 ‘0.8. Alem. 1944 3,l4 L:Tj 1946 USA 4,77 0000 ny . 1544 L.T.d TiOfliEl - 2,2l. 1040 8 prooisto de intoladorea.Lanzado deado rampa. Con rolado por atateoade aurer— poe Ocidñ Ini’ lmdorda cooiuetibleadlido. Embico varian versiones oue difieren rtooi-’ol— mente en le forma da las alma. 300 Unn vorstdo modificadadel mismo ea so pletm momo inioiador-‘aroal IlmoCorporal 370 d423,4 USA 1951 1.0.40441? 2,2 570 Corado ds ioioiadroy controladoor ra dio. tense EjsrmitO o, 182 1680 odo 1906 1.81ro ±ogl 3,6 Olaparado deada ranpa horizontalde 3 de da longitud can pnderoooaioteiadoreaqo la comunicabanvea y media le velocidad del aonido. Tripulado. Dotado 30 da doe iniciadoresde combustible ddlido. Inioialnenta control aldmbrimo, deapuda por eiatena da auperposloldn.Pro vinte da aapoleta da pronimidad de 9 oto da aenaibilidad. 1100 070001 el ootó Dotado de eansleta de pero-ooidn. 230 490 USA deod 303 21360 140 269 ¡ 2,5 IlA..’ST A.A Cootráadd alactriceemente lanma4or, 383 ] C1Cdflfl8LI Ro ll7’f 1944 TA. 3,2 107 111013 BRIA 1942 ohat Alan. 110250 804140451 nbmr b bombeo para e.a (edlo pyto) 2,6400 35,14 Proyootmdo nora invertigacidoocrodiodoa yo avelocidad euoerednioaa,04006040 al su’rioiroe go 1946 or el l.lioieterio “e Abmsteoimiroioa Irglde el tipo PIlLES lISO honim ent00000 ooiotente para eco ioveo tlgmct6n. tanee p00 76 0—1 temes A—4 411000 a. 7 0114010 a. 1948 ovest. USA & l952jj1kl 880 C0RP0SA 1945kW 5000 idodelo -porfeoctonadO fa nntari oree pro— yertos con el cual ce-logren nlturmO do 350 boa, para 250 ign- de ¿argo útil. 15 uSA 088 1600 3,1 16 14—1 A 1948 L.n.d re—I. 720 USA 3.50 88 1,2 10 6530 9,3730 50 Crrmdo en peeoemusoda uartieodO de los oodelon 8—5 y A—?. Controladopor radio: obOe-o de bac óireotor. El oroyoolo no bonm9a en cu ca -amidad ‘aro destruir co, moido a 20.700 metroo da altura y 900 lome/horada velndidad a una dtateooi de unos 50 lomo,del punto ds laooaoiooto del teoyectil. 140 Avión -pilotado paro iovemtig0000000 su— parndnlnao. trieor acodo que pmod lo Os— rrdrm del donido en vuelo horicoctol. - 194210.4. Inglt 1 notado de control aldrhrloo, Alen. A.A. 1—4 lstTllY tonto 3,2 l9431.AJ Alen. 3850 WIR 21 cm 1943 A.A. Alen. 3o Se ion al00000do con £1 —febrero 1949— loo 444 kas, de altura. Rata dotado do un Iciciador tipo 11140112 modifiOmdo. 1400 330 8,6 i811141?ALL 125.—El cromado es usado para embellecer. Se unifican más las formas. 1926.—Primer “Pontiac”. 0.3.4 P21 VATE A 1918.—”Nash” fabrica más de 11.000 camiones con destino a la campaña. Aparece el camio de luz indirecta. 1921.—”Hudson” presenta los asiéntos delanteros adaptables. Primer “Essex”. Tense un artículo cobre el alano en Eje: cito ndoe.1.83. 28 lovoloto aooionada por lo p’-ocido del afro, torradoen iatonio. 2 ¡ 19451 .A. SAPA (cohete) ÁPA (eotatoreac 1946 dr) GARGOYLE1945 res del estado de temperatura del agua del radiador. Dotado da lnicip4orde sie6ema sdlid.ede -ropulaidn. VariaS verelonee,algunas os alas mosiopianasf’, U.S.A. 1928.—Modelo “Ford” A. Pri mer “Plymouth”. “Ford” em plea los cristales inastillables. Se perfecciona la transmisión. 915 2500 U.S.L A.T. U.S.A. 3 SORGOS 1 1946 A.A. U.S.A. 11-4. 290 6 Dirigido’ or radio. Dirigido por Radio. 240 SORGOSII—O 1947 A.T. U.S.A. 600 1946 1.3.6 U. 5 .. ire—I GORGONIV 7,3 Cpntrolado por radio. SORGOS EDN— 1946 1.3.6 U.S.A.. Lre—I SORGOS XU2N1 194 A.A. U.S.A. A.T. 5,3 HALOOS 1,8 U.S.A. RECIOS 1941 .5.— HSR1S II 150 Alem. 1951 1.3. U.S.A. 3,6 270 24 Rs. 293 1943 4.3. Alem. He 1944 294 He 295 He 296 1944 KATrDID A.T. A1em 2300 1.4. Alem. 105 Austral a 310 3,9 3,3 220 8 ConIrolado por radio y provIsto de espe— le-te de 1ercusidn. 7,3 4 ,3 260 10 Controlado por radio. Entra el agua con el angulo ópimo de 22 gradoa,ee des loe elco evel col omm al contar to con el barco debajo de la linea de flo tacidn. U.S.A. 1155 031 9 1949 U.S.A. 153315 JOB 1949 U.S.A. 1003 KDW 1 154$ LO? GAP 1948 T.A.— Ingi T.A. 2,3 1,3 270 7,3 6,5 10 2300 - Semejante al Schmetterling,-ero de moco tamaio. Beroleta de -roximidad(10 metro Cont ol a14,brlcchasta 17