5 Artículos De Serge Ginger

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5 ARTÍCULOS DE SERGE GINGER *ENRIQUECIMIENTO DE LA TERAPIA GESTALT A TRAVÉS DEL EMDR…………………..2 *LA TERAPIA GESTALT EN LA ACTUALIDAD………………………………………………..8 *CUANDO EL VERBO SE HIZO CARNE (PALABRA Y CUERPO EN TERAPIA GESTALT)…..19 *LA SUPERVISIÓN EN LA TERAPIA GESTALT……………………………………………….27 *LAS NEUROCIENCIAS VALIDAN LAS TERAPIAS PSICOCORPORALES……………………32 ENRIQUECIMIENTO DE LA TERAPIA GESTALT A TRAVÉS DEL EMDR por Serge Ginger 9 Asociación Europea de Terapia Gestalt (EAGT) ° Congreso: Atenas (Grecia) 07 de septiembre XX, 2007 Introducción He estado practicando la Terapia Gestalt durante más de treinta y cinco años, con sesiones individuales, terapia de parejas y grupos terapéuticos en curso. Mi trabajo integra tres dimensiones físicas y emocionales y estoy muy interesado en los fenómenos psicobiológicos asociados que han sido analizados por la investigación en neurociencia contemporánea. Tengo reportado estos aspectos (que no son tratados suficientemente en la literatura tradicional de la Gestalt) en dos libros que han sido traducidos a una docena de idiomas diferentes. En 1985, presenté una conferencia en los Estados Unidos sobre el tema "es la terapia Gestalt una quimioterapia sin saberlo?" Me referí a la forma en que la Terapia Gestalt provoca rápidas modificaciones bioquímicas en el funcionamiento del cerebro (nuevas conexiones sinápticas y modificaciones de neurotransmisores), que explica en parte su eficacia. Durante una de mis frecuentes viajes a los EE.UU., se me ocurrió venir a través de un libro de Francine Shapiro (EMDR desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares, Principios Básicos, Protocolos y Procedimientos, El Guilford Press, Nueva York, 1995), que acababa de ser publicado, lo compré sin vacilar y lo leí esa misma noche. Más tarde, cuando un recibí un intenso entrenamiento en EMDR se creó en Francia junto con David Servan-Schreiber, que con toda naturalidad inscribí en este nuevo enfoque, que deliberadamente ha tenido en la actividad cerebral consideración (a pesar de que aún no ha tenido éxito para analizarlo en una forma explícita manera científica). Hoy en día, a menudo presento una serie de sesiones de EMDR en mi trabajo con un cliente - sobre todo cuando un trauma psicológico importante surge en la historia del caso: muerte, suicidio o accidente grave de una persona cercana a ellos (o al propio cliente), la violencia , el asesinato, la violación, el diagnóstico de una enfermedad grave, etc. También ocurre que voy a tomar en los clientes en una situación de emergencia utilizando el método EMDR, y luego paso a ampliar el tratamiento con la Terapia Gestalt. Me gustaría compartir con ustedes algunas ideas sobre una combinación de prácticas de este tipo, el uso de estos dos métodos. No voy a pasar mucho tiempo describiendo Terapia Gestalt, ya que ahora es un método que es ampliamente conocido - a pesar de que existe una variedad de diferentes estilos. Personalmente, practico un enfoque holístico de la Terapia Gestalt, teniendo en cuenta lo que yo llamo los cinco "dimensiones" principales o "polos" de la naturaleza humana (físico, afectivo, cognitivo, social y espiritual - que simbolizo por Pentagram de Ginger) . Yo simplemente quiero mencionar de pasada que la Terapia Gestalt es hoy en día uno de los métodos más ampliamente utilizados; como en Francia, se ha trasladado en 2 º lugar, después de Psicoanálisis, y bien delante de terapias cognitivas-conductuales, así como de otras terapias humanistas y familiares. EMDR (o ABS) Yo, sin embargo, diré algunas palabras sobre EMDR - que muchos de ustedes probablemente no saben también. No voy a presentar aquí la práctica ortodoxa detallada, lo que es fácil encontrar en los libros dedicados al tema, sino más bien, voy a hablar de mi propia ma nera personal de practicarla y presentarla a los clientes. EMDR es sinónimo de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares, pero en realidad la técnica ha ido evolucionando desde hace varios años, y que sería más justo hablar hoy sobre Estimulación Bilateral Alternada (ABS), ya que podemos reemplazar (o acompañar) los movimientos oculares con estimulación auditiva (alternando entre los dos oídos) o kinestésica (golpecitos en las manos, las rodillas, los hombros ...) o por estimulación espontánea en las plantas de los pies ... como que se producen simplemente por correr (lo que puede explicar en parte su calmante y efectos armoniosas, así como la producción de endorfinas!) Sabemos que durante cada fase del "sueño paradójico" (fases soñando) , los ojos están animados por movimientos rápidos (movimiento rápido del ojo o REM) debajo de los párpados cerrados. La explicación científica precisa de REM, así como el efecto producido por los diferentes de ABS, sigue siendo controvertido y en la investigación científica de los laboratorios se persigue con regularidad. Este tipo de estimulación sensorial superficial, sin duda provoca una estimulación de diversas áreas en el cerebro (en particular la profunda cerebro límbico emocional) y el fortalecimiento de su actividad para el que los detalles aún no están claros. Me limitaré, por tanto, a varias hipótesis, acompañado por analogías o metáforas - que utilizo a menudo para aumentar la sensibilidad de mis clientes o pacientes. EMDR: hipótesis y metáforas Podemos suponer que estos impulsos estimulantes provocar asociaciones sinápticas entre los dos hemisferios y entre las estructuras profundas del cerebro emocional límbico - donde se registran y se tratan las emociones: la amígdala, la corteza orbitofrontal (OFC), donde interpretan las decisiones y se llevan a cabo, etcétera Entre cada secuencia de movimientos "barriendo" alterna, con una duración de no más de un minuto, se invita al cliente a expresar espontáneamente "lo que" viene a la vanguardia de su conciencia: imágenes, sonidos, palabras, movimientos, sensaciones físicas, etc. Este "cerebral barrido" acelera, a menudo de manera espectacular, a menudo asociaciones inesperadas de ideas y sentimientos, e ntre ciertos acontecimientos dramáticos y otros, aparentemente sin importancia, que se produjo en diferentes momentos de la vida del sujeto. Por ejemplo, una gran sensación de impotencia después de un ataque físico o sexual o la amenaza de la muerte, y otr os sentimientos de impotencia - más discreto y menos consciente, pero a menudo se repite - que se toleran en su vida cotidiana en relación con sus padres, su pareja, sus hijos adolescentes, sus colegas en el trabajo ... De esta manera, somos testigos de una especie de "desfragmentación 1 del disco duro" de nuestra memoria emocional, volver a montar y la reclasificación de las secuencias guardadas en una nueva organización. Es como si reorganizamos completamente nuestra biblioteca de recuerdos (conscientes e inconscientes), que proporciona una cierta sensación de tranquilidad: todo lo que yo necesito es ahora en mis manos, sin ningún esfuerzo. He ", organizado mis archivos personales", el montaje y la clasificación de elementos similares, separados información innecesaria, descartados documentos inútiles u obsoletos, y escrito en la parte frontal del fichero la información esencial contenida dentro. No he echado recuerdos importantes, pero los he reorganizado de una manera útil. He puesto un poco de orden en mi balance de la información, modificando así mi percepción cognitiva y mi lugar en el mundo. Podemos pasar a asociar metafóricamente los movimientos oculares rápidos de lado, en un sentido, a "subrayar" pasajes importantes de mi novela interior, con las plumas de extremidad de fieltro de diferentes colores, y en otro sentido, a "borrar" el componente emocional de la traumática pasajes, ahora obsoletos, inútiles, e incluso gravosos. Así, el texto se vuelve más clara, más accesible y más fácil de usar. EMDR: un enfoque integrador EMDR - de que no voy a dar más detalles aquí con respecto a sus técnicas y procedimientos - está relacionada con varios aspectos que se encuentran en los distintos enfoques de psicoterapia integral: Al igual que en el psicoanálisis, que utiliza la asociación libre y despierta muchos recuerdos que han sido enterrados en el inconsciente. Se invita al paciente a hablar de estas asociaciones en el orden que aparecen en su mente. Por otra parte, nunca se interpretan o se utilizan en referencia a ninguna teoría preestablecido. Es sorprendente ver que el proceso de asociación está por lo tanto amplifica considerablemente (impulsado). Como en el enfoque centrado en el cliente de Carl Rogers, el psicoterapeuta niega cualquier interpretación o instrucciones con respecto al contenido, dejando la iniciativa totalmente de su cliente. Al igual que en Ericsonien hipnosis, EMDR evoca un estado alterado de conciencia, y utiliza "disociación" mentales entre los diferentes niveles de percepción de la realidad. A medida que las terapias cognitivo-conductuales, implica procedimientos precisos y una evaluación de medición regular de la experiencia subjetiva interna, tales como: la estimación perso nal de la intensidad de la perturbación (SUD, o Unidades Subjetivas de Perturbación, desarrollada por J. Wolpe) y la validez de positivo convicciones del sujeto (VOC, o Validez de Cognición). EMDR propone una alteración entre una "exposición" o inmersión mental en la situación problemática y una desensibilización progresiva (Joseph Wolpe, 1915-1997). Al igual que en el Análisis Transaccional, distingue entre los diferentes "estados del yo:" Padre, Adulto, Niño, y tiende a transformar los "escenarios de la vida" registrados desde la infancia. Como en la Terapia Gestalt, EMDR alienta la expresión de las emociones y el revivir la experiencia traumática, pero dentro del marco seguro de una alianza terapéutica de buen corazón, inducida por la empatía del terapeuta. Tiende a fin "asignatura pendiente" de la vida pasada del cliente. Utiliza las polaridades de su elección - deliberados o inconscientes - opuesta, o más bien, complementarios, polaridades como la auto-imagen negativa ("cognición negativa") y la imagen idealizada que el sujeto desea alcanzar. Por lo tanto, el protocolo EMDR y sus técnicas específicas de información de reorganización encaja bien en una variedad de otros enfoques - al que se añade una dimensión neurofisiológica, aún no completamente formulado. Por favor recuerde que EMDR solamente se enseña a los profesionales que ya están psicoterapeutas, y por lo tanto no es de extrañar que la mayoría de los profesionales combinan su método habitual de preferencia con las técnicas originales de EMDR - lo que crea una sinergia veces espectacular. Algunos ejemplos clínicos Stéphanie tiene 30 años; su vida se había empobrecido enormemente desde que fue víctima de un atraco a una ventanilla del banco donde trabajaba. Amenazado por una pistola en la frente, se vio a sí misma ya muerto, con la sensación repentina de que el mundo seguiría como siempre: de hecho, se dio cuenta de una vez que "ella era inútil, su vida era de ninguna utilidad en absoluto!" Desde esta experiencia traumática, hace ya cinco años, ella ya no salió de su casa: no podía soportar salir a la calle, ni multitudes, tiendas o restaurantes: ella había desarrollado un caso severo de la agorafobia. Ella desconfiaba de todo y de todos. No hay distracciones. Ella perdió a todos sus amigos. Ella se convirtió en bulímica y ganó 30 kilos. De hecho, ella era como la "muertos vivientes". Además de su inquietante agorafobia y la bulimia diaria, ahora sufría de pesadillas repetidas; y todo eso, a pesar de las sesiones de psicoanálisis dos veces a la semana y varios medicamentos para tratar la depresión y la ansiedad ... Luego trabajé con ella durante dos sesiones de EMDR de una hora y media cada una, separadas por un semana: la primera se centra en torno a la misma atraco y las diferentes secuenci as dramáticas; la segunda se centró en la confrontación con su joven asaltante en las actuaciones de la Corte - quien dudó, una y otra vez, a "condenar a muerte" ... o bien a perdonar! Delante de su familia y de toda la audiencia del juicio, los psiquiatras expertos presentaron sus diversos problemas y dificultades. Ella estaba llena de vergüenza y no podía soportar tener a todos mirarla. Al comienzo de la primera sesión de EMDR, su gran sufrimiento era obvio: que sudaba profusamente y tenía problemas para respirar. En una escala subjetiva de malestar de 0 a 10, su estimación de su situación era ... 18! En la tercera sesión, Stéphanie llegó completamente molesto: "Estoy muy molesto! ¡Me siento perdido! Yo no me reconozco más! Nadie más me reconoce, ya sea: mis padres se preguntan lo que me ha pasado; mi novio no sabe quién soy: yo ya no soy la misma persona "! Mientras escuchaba a ella, me fui un poco preocupado, pero no deje que se muestran. Y aquí fue la sorpresa: su nuevo problema vino de su repentino y totalmente inesperado "curación"! Ahora ella va de compras con mucha naturalidad, invita a su novio (que la había dejado) a un restaurante, canta en voz alta en el apartamento de sus padres, como solía hacer antes del atraco. Ella se ha convertido de repente totalmente normal y no tenía tiempo para adaptarse a esta metamorfosis que fue tan inesperada y más allá de la creencia! Así que aquí está el nuevo problema: el "traumatismo" de una curación milagrosa en dos sesiones, que ha nombrado la vi dos veces para tranquilizarla y ayudarla a armar esta nueva información "cuento de hadas.". Varios meses más tarde, ella me informó que ella había dado ayuda a un vecino que había sido atacado, amordazado y robado, en su edificio de apartamentos. Ella tranquilamente tomó el control de la situación, la organización del apoyo material y psicológico! Sigo siendo sorprendido no sólo por mejoras inmediatas, pero sobre todo por su permanencia. Sin embargo, después de todo, cuando uno ha descubierto un nuevo camino, ¿por q ué abandonarlo? Cuando se ha quitado un obstáculo en su camino, ¿por qué sería volver por sí mismo? No hay ninguna razón por la cual el proceso natural "curación" de una herida mental, una vez iniciada, podría revertirse de forma espontánea. Sin embargo, algunos otros incidentes pueden intervenir: Madeleine, de 70 años, vino a verme después de caer y golpearse la cabeza, seguida de una parálisis parcial. Los exámenes neurológicos no explicaron la situación, pero desde hace varios meses, ella era apenas capaz de caminar, tambaleándose con un andador y siempre acompañado de la ayuda de una joven enfermera que la sostenía por el codo. Al final de la segunda sesión de EMDR, se puso de pie, con una amplia sonrisa, se olvidó de su andador y dio un paso ligeramente en la sala de espera para conocer a su ayudante, un joven Martiniquaise, quien cayó de rodillas, con las manos cruzadas juntos y gritó: "Señor, un milagro: ella puede caminar" Entonces, ella se tambaleó hacia mí y me besó la mano con gran devoción ... A la semana siguiente, Madeleine canceló su cita: "Todo está bien, estoy curado, no necesito nada más." Entonces, dos semanas más tarde - se produjo un vuelco dramático. Ella había reanudado todas sus actividades, sin embargo, sin su bastón, y con un exceso evidente de la confianza, volvió cayó y se golpeó la cabeza de la misma manera que había hecho unos meses antes! Los síntomas se repetían de inmediato: era imposible para ella a caminar de nuevo, y esto fue acompañado por una pérdida total de confianza. Esta vez, una serie de sesiones de EMDR no ayudó a reducir sus síntomas. Nuevas pruebas indican un posible daño neurológico. Evidentemente, curaciones milagrosas no son siempre lo que parecen ser! Voy a terminar este breve análisis de varios casos con el de Sabine - que he estado trabajando con regularidad durante más de dos años. Cuando Sabine pronto se enteró que padecía una forma potencialmente mortal de cáncer, su traumatismo era inmensa. Ella culpó a todo su modo de vida: sus muchas actividades, sus amistades, su matrimonio. Trabajé con ella utilizando la Terapia Gestalt, centrada alrededor de la reapropiación de su firmeza, su independencia y una elaboración de un nuevo proyecto de vida. Añadimos sesiones de visualización positiva en su lucha contra el cáncer y la aceptación de altas dosis de quimioterapia. Esta obra, marcada con sesiones de EMDR para reforzar sus recursos y sobre todo tratar de conservar su pelo magnífico, que cayó hasta la cintura (a pesar de una larga serie de sesiones de quimioterapia). Para gran sorpresa de sus médicos, su pelo largo que brilla permaneció en su lugar y su cáncer ha entrado en remisión, ahora para un período de varios meses. Ella está reanudando su deporte, actividades artísticas y sociales, y ella está rebosante de proyectos. Le doy a este último ejemplo para demostrar un tratamiento que duró más de un largo período y se inspiró en tanto EMDR y Terapia Gestalt. Conclusión En esta breve presentación, yo quería mostrar, por un lado, el "ution terapéutica revol" provocada por EMDR y por otro lado, la forma en que se puede complementar con la mayoría de los enfoques tradicionales, y sobre todo, la Terapia Gestalt. Dependiendo del caso, recibo los clientes que sufren de eventos traumáticos (recientes o no) durante varias sesiones EMDR (por lo general de 3 a 7 sesiones) y yo les ofrezco la posibilidad de llevar a cabo la psicoterapia. Yo uso la Terapia Gestalt, mi método preferido, para ayudarles a armonizar sus personalidades, permiten un florecimiento de su potencial personal, beneficiándose así de su motivación original. O, a la inversa, recibo los clientes que deseen llevar a cabo una psicoterapia completa y en profundidad, utilizando la Terapia Gestalt, y de vez en cuando me presento varias sesiones de EMDR, durante el curso de la terapia, cuando las experiencias traumáticas del pasado o de sus vidas actuales son presentada. No hace falta decir que, según la petición del cliente, puedo limitarme a uno de estos dos enfoques, pero nunca he encontrado ninguna incompatibilidad entre ellos, muy por el contrario. Para usar otra metáfora, estoy muy emocionado ante la idea de que cada nueva plántula enriquece todo el patrimonio común en un proceso de "Cross-Pollenization", asegurando así la fertilidad en curso del jardín internacional de la Psicoterapia. Serge GINGER 183 rue Lecourbe. 75015 PARIS Mobil teléfono: +33.609.762.651 E-mail: g [email protected] FUENTE ORIGINAL EN INGLÉS: http://www.sergeginger.net/resources/serge_ginger_enriching _gestalt_with_EMDR.html Serge Ginger es Psicólogo clínico y psicoterapeuta didacta. Paris (Traducción de Miguel Albiñana) LA TERAPIA GESTALT EN LA ACTUALIDAD Historia La terapia Gestalt (1) se considera a menudo, en la actualidad, como el prototipo de la psicoterapias llamadas “humanistas existenciales”. Se caracteriza por el hecho de que están centradas en la existencia real de cada individuo, más que sobre una teoría estructurada, preestablecida y generalizable. Así, por ejemplo, el psicoanálisis tradicional postula que cada ser humano se desarrolla sucesivamente a través de varios estadios determinados (oral, anal, genital) y que el Edipo es universal; en cambio la Gestalt insiste en la originalidad irreducible de cada persona, parcialmente predeterminada por su herencia, su desarrollo fetal, su educación precoz y su desarrollo social, aunque, sin embargo, libre y responsable de explotar, a su propia manera y durante toda su vida, las vicisitudes de la existencia. Lo que resumo permitiéndome parafrasear a Sastre (2): “Lo importante no es lo que han hecho de mí, sino lo que hago de lo que han hecho de mí” La terapia Gestalt fue fundada por el siquiatra y sicoanalista alemán Fritz Perls (1893 – 1970), asistido por su mujer Laura y sus primeros discípulos: Paul Goodman e Isadore From. Este nuevo punto de vista se desarrollo lentamente. Tres son las principales etapas:    1942: Concepción; 1951: Nacimiento oficial y bautismo; 1969: Crecimiento y reconocimiento social En 1942 Perls redacta su primera obra: Yo, hambre y agresión, en África de sur (adonde huyo de las persecuciones nazis). La primera edición se subtituló “Una revisión de la teoría de Freud”. En efecto, Perls, todavía era sicoanalista, pero se permite contestar una parte importante de los postulados de su maestro, subrayando ya, particularmente, la importancia del cuerpo, de las sensaciones, de un acercamiento holístico del momento presente, del contacto directo, de la agresividad dental (3) y de la responsabilidad existencial. En este primer libro se aprecia ya la influencia de dos de sus cuatro analistas: Karen Horney y Wilhelm Reich, así como la del Primer ministro de África del Sur, Jan Christiaan Smuts, antiguo alumno de Cambridge, cofundador de la Sociedad de Naciones (1919) y de la ONU (1945) y creador del Holismo, teoría elaborada a partir de las ideas de Darwin, Bergson y Einstein. En 1951, nueve años tras este parto, aparece en Nueva York (a donde Perls había emigrado en 1946), el libro oficial fundador del nuevo método, bautizado finalmente como “Terapia Gestalt” (4). Este libro básico comprende un primer tomo de ejercicios prácticos, propuestos por Hefferline y un segundo tomo de reflexiones teóri cas, a las que dio forma Paul Goodman, a partir de manuscritos de Fritz Perls. Hoy en día, muchos especialistas consideran esta obra como la “Biblia” de la Terapia Gestalt. Con todo, está escrito en un estilo difícil y en su tiempo no tuvo ningún éxito. En 1969, dieciocho años después, este acercamiento novedoso sale por fin de la sombra, con ocasión de la revolución ideológica del 68 (que preconizaba el advenimiento del ser, liberado, auténtico, creativo, que trata de escapar de la civilización del tener y a la espiral alienante del consumo). Fritz tenía entonces 75 años. Residía en Esalen, California y era declarado por la prensa como el profeta de su tiempo: el “Rey de los Hippies”, el “hombre más auténtico del siglo”. Su fotografía aparecía en cubierta de la revista Life. Sus admiradores llegaban cada fin de semana de toda América – incluso de Europa- para participar en sus talleres de demostración. Hacía terapias relámpago” espectaculares, de darse cuenta, en algunos minutos, durante los cuales hay psicólogos empedernidos que descubrían súbitamente sus modos de actuar y sobre todo los mecanismos de defensa y su evitación del contacto auténtico y profundo. Se hizo una película – que le hará célebre y que será objeto de un libro: Gestalt Therapy Verbatim (Perls 1969) (traducido como “Sueños y existencia en Gestalt”. De esta forma, fueron necesarios 27 años y un contexto sociológico favorable para que la Gestalt sobrepasara bruscamente el círculo de iniciados. En nuestra opinión, en Europa del Este, se produce un fenómeno vecino. La terapia Gestalt se labra un lugar de preferencia en los antiguos países del bloque soviético. Millones de personas aspiran a una expresión libre de sus ideas y de sus emociones, de sus deseos y temores, de su necesidad de existe ncia propia y de contacto auténtico. Fuera de las normas materialistas impuestas. Y, de esta manera, se ve florecer actualmente, en todas las grandes ciudades de Rusia, institutos de formación de Gestalt. ALGUNOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES E IDEAS CENTRALES ¿Qué es lo que aporta de novedoso, de revolucionario, esta nueva terapia? Ante todo, un sentimiento de libertad y de creatividad, El psicoanálisis había subrayado nuestro determinismo histórico: estábamos condenados a repetir constantemente, bajo diversas formas, en gran parte inconscientes, los comportamientos defensivos elaborados durante nuestra primera infancia (“compulsión de repetición”). El conductismo había subrayado nuestro determinismo geográfico: el ambiente nos modelaba y las costumbres se reforzaban en un círculo vicioso inexorable. Y he aquí que la Gestalt valora nuestra parte de libre albedrío y de responsabilidad. En lugar de repetir, podemos crear, imaginar conductas nuevas, experimentar sentimientos encubiertos o prohibidos por nuestra educación o nuestro contexto social. En contestación anarquista radical del “american way of life”, se confronta a los modelos de “normalidad”: cada uno se desarrolla a su propio ritmo y según sus propias vías. Las lágrimas y la rabia ya nos son signos de debilidad, sino de liberación auténtica; la homosexualidad no es ya una “perversión”, sino una orientación personal; la riqueza material, el poder, el conocimiento, el sacrificio se cuestionan en provecho de la alegría y de la intensidad de la vida. Nuestro primer “deber” es el des ser felices y de irradiar nuestra felicidad. “Lo que más podemos hacer por los otros es sobre todo ser felices nosotros mismos” (Alain, citas acerca de la felicidad”, 1928) “¿Para qué andar lastimándose los dedos, rascando sin parar la tierra de nuestro jardín para retirar piedras y arrancar las malas hierbas? Más bien guardemos nuestra energía para regar las flores…e incluso a plantarlas en las rocas” (Ginger, 1955, PG 42). Esta mirada optimista, incluso hedonista, se expresa en el “egotismo” (Goodman 1951), un centrarse en sí mismo –un apoyo terapéutico provisional (al mismo nivel que las neurosis de transferencia psicoanalítica) - que favorece una “recuperación narcisista” y una toma de responsabilidades. La Gestalt acompaña al cliente hacia su autonomía, a través de varias etapas: dependencia, contra-dependencia, independencia, interdependencia. La “revolución gestaltista”. La filosofía gestaltista pone en causa una larga serie de postulados sacados del pensamiento cartesiano y cientifista:  Las teorías no son más que hipótesis provisionales.  El descubrimiento de las causas no siempre permite modificar los fenómenos. Saber no basta para cambiar: a veces, a la inversa, “la interpretación nutre el síntoma” (Lacan). Por ejemplo, darme cuenta de que mi madre era “castradora” puede suponer mantener y reforzar mi sentimiento de aplastamiento.  Las causas son tan a menudo futuras como pasadas: el deseo o el proyecto nos “arrastra” hacia delante, tanto como los acontecimientos nos empujan; me acuesto temprano esta noche porque estoy cansado o porque preveo una jornada cargada mañana. Conducimos nuestra vida en un 4x4 (tracción delantera y trasera).  La síntesis precede con frecuencia al análisis: empezamos por percibir globalmente una situación y después distinguimos los detalles;  La agresividad es una “pulsión de vida” necesaria: un animal desprovisto de agresividad está enfermo.  A menudo, el contenido importa menos que la forma: el como domina al porqué y al qué;  La amplificación de los síntomas, al principio, permite percibirlos mejor y trasformarlos. Un acercamiento global y encarnado La terapia Gestalt propone una síntesis entre varias corrientes europeas, americanas y orientales: psicoanálisis, psicodrama, acercamientos psicocorporales, fenomenología, existencialismo, psicología Gestalt, zen. Insiste en la importancia entre el aquí y ahora (que por supuesto incluye los restos del pasado y los gérmenes del futuro) y del como (“how and now”, como y ahora). Propone un acercamiento global (holístico) de las cinco principales dimensiones del ser humano: físico, afectivo, cognitivo, social y espiritual tal como los simboliza el siguiente esquema (Ginger 1987): EL PENTAGRAM A DE GINGER La cabeza polo racional El corazón 2 polo físico y material y organizacional 4 G 1 El cuerpo Los otros polo social 3 Polo afectivo y relacional 5 El mundo polo espiritual o metafísico Posiciones ideológicas Los dos brazos simbolizan la relación: relación con el otro privilegiado (pariente, pareja, amigo); relación con los otros (sociedad). Las dos “piernas” simbolizan nuestras dos raíces (materia y espíritu) que nos permiten el equilibrio. La “cabeza” controla y supervisa: De hecho, es más un freno que un motor (por ejemplo la actividad cortical del cerebro, comparada con las pulsiones límbicas profundas y que movilizan) (5). Lo importante es la interacción sistémica entre estos cinco polos y no el desarrollo aislado de cada uno. En cada sesión de trabajo gestaltico, al igual que en el conjunto de la terapia, las cinco dimensiones están habitualmente presentes y a menudo explícitas: el cuerpo, sus sensaciones y sus movimientos: los afectos emocionales: la toma de conciencia intelectual; la dimensión social Inter.-relacional; el sentido profundo del comportamiento y de lo vivido por el cliente (6). Como continuación a las investigaciones de Ferenczi y de Reich, la Gestalt propone “la encarnación del verbo”: la interacción con el terapeuta no se limita al plano verbal. El cliente puede moverse, apretar, lanzar, golpear y abrazar objetos simbólicos (cojines, ropas, papeles etc.), puede expresar, en el cuadro privilegiado del espacio terapéutico, su desesperanza, su rabia, su necesidad de ternura… puede permitirse llorar, gemir o gritar; puede dibujar, esculpir, bailar, reír o cantar. Todo su ser se moviliza. Se autorizan provisionalmente todos s us comportamientos infantiles –o socialmente inhibidos. Por ejemplo, Raymond escupe en un cubo de basura que representa a su jefe… Emmanuelle cubre de besos un cojin que representa a su hijo deseado… Toda puesta en acción está, por supuesto, acompañada de una verbalización emocional “en caliente”, junto con una toma de conciencia racional y compartida. De esta manera, la “puesta en acción” deliberada – eventualmente animada por el terapeuta gestaltico- se opone al “acting” impulsivo. Justamente denunciado por el psicoanálisis, este último es un cortacircuito para la toma de conciencia: en cambio, al contrario, la dramatización favorece el proceso para hacerlo más evidente (Ginger, 1987, pg 48) De manera general, la amplificación se busca deliberadamente y permite de alguna manera observar con lupa los fenómenos: el terapeuta puede sugerir que se persiga y amplifique un micro gesto espontáneo (movimiento automático del pié, torsión o crispación de los dedos o de la mandíbula…) a fin de desembocar en un gesto significativo que había quedado inconsciente. De esta manera, estos micro-gestos se tratan como una especie de “lapsus” del cuerpo” que permiten fructíferas asociaciones. El Proceso Es importante subrayar que el análisis cuidadoso del proceso en curso, en el aquí y ahora de la sesión terapéutica es, ante todo, un revelador de los mecanismos de defensa y de adaptación elaborados en el curso de la existencia –ajustes creativos del organismo más o menos conseguidos en su entorno familiar y social. Fritz Perls gustaba resumir el acercamiento gestaltico en cuatro palabras: Tu y yo (you and me) Ahora y como (Now and how) (7) A menudo y en una escala más manipulable, el aquí y ahora reproduce el “en otra parte y más adelante” Se trata, en definitiva, de estar atento (awareness) (8) al proceso de lo que sucede aquí y ahora entre el cliente y el terapeuta –que simboliza el entorno. Así como no se puede concebir un pez sin agua (zen), de la misma manera el individuo no existe sin un campo. Las nociones fundamentales de la Gestalt son numerosas, pero están todas ella ligadas en una coherencia interna – tanto más llamativa cuanto que la Gestalt nace de una síntesis de numerosas y diversas corrientes. El genio de Perls y de Goodman fue concebir un edificio moderno con ladrillos con frecuencia tomados de prestado en otros partes, de construir una Gestalt en la que el todo original es diferente de la suma de las partes. Varios autores franceses y norteamericanos han subrayado algunas palabras clave de la terapia Gestalt: Perls y Simkin: I and now, now and how; Goodman: el awareness en la frontera-contacto; Naranjo: presencia, awareness y responsabilidad; Marie Petit: La terapia del aquí y ahora; Ginger: el arte del contacto; Yontef: diálogo, awareness, proceso; Resnick: diálogo, campo, fenomenología; Masquelier: diálogo, hermenñeutica y proceso; Robine: frontera-contacto, corporeidad, comunidad. La responsabilidad existencial La hermenéutica consiste en descubrir diferentes sentidos en un texto (o en un acontecimiento): se trata de una gestión que pretende conferir uno o varios significados posibles (polisemia) a un conjunto dado (una Gestalt). No hay una verdad en sí (esencialismo), sino una multiplicidad de visiones subjetivas que se e nriquecen entre sí. Cada una da sentido a su existencia (existencialismo). El terapeuta no es el que se supone que sabe, sino un “co-descubridor” profesional, que atestigua la seguridad en una serie de expediciones en el seno de espacios interiores, todavía desconocidos, de su cliente. En esta expedición conjunta, las responsabilidades se comparten: el cliente no es objeto de cuidados pasivos, sino que escoge su camino entre muchos posibles: es su propio terapeuta; el psicoterapeuta, a su vez, no se retranquea en una neutralidad aseguradora. Comparte los riesgos y se implica constantemente, pero de manera controlada. Da cuenta a su cliente de lo que siente por medio de una explotación deliberada de su contratransferencia, utilizando su experiencia y su intuición al servicio del cliente (9) Esta implicación controlada” (Ginger 1987, pg. 242) es sin duda una característica bastante específica del acercamiento gestaltico, que no se encuentra ni en las terapias psicodinámicas (de inspiración sicoanalítica), ni en la orientación centrada en el cliente (Rogers), ni en el análisis transaccional. Tal participación interactiva del terapeuta precisa, por supuesto, que él mismo haya analizado, por un periodo largo, sus propios mecanismos proyectivos por medio de una terapia personal profunda y una supervisión permanente. Noël Sálate (1991) subraya ciertos “bases existenciales”, límites fundamentales que se imponen tanto al cliente como al terapeuta: la finitud, la responsabilidad, la soledad, la imperfección y el absurdo (o la búsqueda de sentido). Para Masquelier (1999, pg. 76-85), se trata no tanto de límites o constreñimientos alienantes sino de “presiones” existenciales vitales, como una fuente de vida dinamizante que permite mantener viva la corriente. La teoría del self En este breve capítulo acerca de la terapia Gestalt, no voy a presentar detalladamente los fundamentos teóricos, recogidos por Perls y Goodman (19519 y desarrollados más tarde por Isadore From con el título: “La teoría del self”. Evocaré simple y sucintamente algunos conceptos de referencia: Las “Funciones” del self El self funciona conforme a diferentes modelos: El modo ello, el modo yo (o ego), la personalidad y el “modo intermedio”. El self de Goodman es diferente del de Winnicott o el sí mismo de Jung. No se trata del Ego sino de un sistema de adaptación a la frontera-contacto entre el individuo y su entorno. No es por tanto el Yo, sino más bien el modo de funcionamiento en relación con el mundo, noción ligada a la teoría del campo. La “frontera-contacto” es lo que me separa y me especifica, pero, al mismo tiempo, es lo que me une a los demás y permite los intercambios. La piel sería una metáfora simple de esto. Gonzale Masquelier (1999, pg. 60) no duda en comparar el trabajo en Gestalt con el de una aduanero que filtra las importaciones y las exportaciones, en la frontera del individuo. Cuando me invade un sentimiento, a veces sin darme cuenta (tristeza, rabia, pereza), funciono bajo el modo ello. Mi personalidad es lo que perdura y me especifica: “soy una persona que…” Tomando en cuenta quien soy (función personalidad) y qué siento (función ello) en el campo del entorno (frontera-contacto) del momento (proceso), decido y actúo (función yo). El modo intermedio es a la vez activo y pasivo: Soy sujeto y objeto, al mismo tiempo: por ejemplo, cuando reñimos o cuando hacemos el amor. Esto se da particularmente durante el contacto pleno. La terapia tiene por objeto armonizar el conjunto de estos procesos, al favorecer un funcionamiento ágil y adaptado a estos diversos modos. El ciclo del contacto Las fases del desarrollo del self constituyen el “ciclo del contacto”. Se le analiza, según los autores, en varios tiempos: precontacto, toma de contacto, contacto pleno y poscontacto (Goodman); sensación, toma de conciencia, energetización, acción, contacto, satisfacción, retirada (Katzeff, 1978); o: precontacto, movimiento, contacto retirada, asimilación (Ginger 1987 y 1995). La Gestalt ha subrayado principalmente la importancia del precontacto antes de cualquier satisfacción: los ”preliminares” no son tiempo perdido, en todo tipo de relaciones (sexuales, amistosas, comerciales, políticas, militares). Las “resistencias” El ciclo de satisfacción de las necesidades puede ser interrumpido o perturbado por varias resistencias o “pérdidas de la función yo”, como por ejemplo: confluencia, introyección, proyección, retroflexión, deflexión (o evitación), proflexión, egotismo. Las resistencias no son resistencias al tratamiento, sino mecanismos de defensa que permiten una adaptación provisional –que sólo se hace patológica si se hace rígida con respuestas estereotipadas, anacrónicas o exageradas. Así, la confluencia del bebé con la madre, la introyección de consignas de seguridad o la deflexión de una cólera hacia el patrón, pueden ser mecanismos sanos. Las introyecciones Notemos, de paso, que la Gestalt libra una guerra sin cuartel contra las introyecciones, importaciones “salvajes” de ideas o de comportamientos extranjeros, propuestos por la cultura familiar (Las injunciones y el escenario del análisis transaccional) y social y mal asimiladas por el individuo, sin que sean “redigeridas”. Así, por ejemplo ¿es oportuno atesorar? ¿Está prohibido masturbarse? ¿Es deseable la transparencia total en la pareja? ¿Hay que condenar siempre la eutanasia?... Cada quien tiene que elaborar su filosofía personal, con agilidad y fluidez (que es lo que según Perls caracteriza a las “buena salud”. Se trata de encontrar un ajuste creativo personal al conjunto de la situación, específica para cada quien en cada instante. Ni ajuste pasivo, adaptación o sometimiento a la presión del medio, ni creatividad sin metas, indiferente a las realidades del entorno. Salirse del todo o nada, manteniéndose en el campo. El vocabulario específico de la terapia Gestalt Hemos visto como algunos vocablos tienen un significado específico en la terapia Gestalt ( self, ello, personalidad, resistencia, introyección etc.), lo que a veces provoca malentendidos con colegas de escuelas diferentes (por ejemplo sicoanalíticos). Para mayor profundización ver “la Gestalt una terapia de contacto” de S. y A. Ginger (1987). ALGUNAS TECNICAS Y MODOS DE APLICACIÓN En terapia Gestalt se utilizan numerosas técnicas, pero no son un factor esencial. Muchas sesiones de trabajo – especialmente en terapia individual- no recurren a estas fórmulas y descansan esencialmente en intercambios verbales. Estas “puestas en situación” no son sino instrumentos potenciales, pero pueden llegar a ser puentes importantes para desbloquear algunas situaciones o para poner de relieve algunos sentimientos todavía no conscientes. Voy a citar algunas técnicas, en consecuencia, bastantes comunes que han co ntribuido a dar a conocer a la Gestalt. La silla vacía Para mucha gente, la Gestalt se asimila (o se reduce caricaturescamente) a la técnica de la silla vacía a menudo utilizada por Perls al final de su vida, durante sus demostraciones californianas. Esta técnica fue popularizada por una película (10), pero no tiene nada de específicamente gestaltica (fue tomada del psicodrama y es común a varias orientaciones). El cliente voluntario se sienta en el hot seat (“silla caliente”) e imagina un protagonista, que se instala en una silla vacía frene a él. En lugar de hablar a su padre violento, el cliente lo imagina presente ahí mismo, sentado frente a él, y se le dirige directamente, permitiendo que la emoción se produzca libremente. El terapeuta puede invitarle a que cambie de sitio y a responder como si fuera su padre, entrando en un diálogo imaginario, con frecuencia intenso. El otro puede ser una persona, pero también una parte olvidada del cuerpo o una idea abstracta: de esta manera, el cliente puede hacer d ialogar a su cabeza pensante con su sexo olvidado, o también a su necesidad d e aventura con su deseo de seguridad… Esta puesta en escena evita las reflexiones generales, los comentarios racionales – a los que Perls calificaba de “bullshit” (caca de vaca o estupideces). Es muy diferente decir “mi padre era muy severo y me maltrataba” a gritarle en su cara: “¡eres un cerdo y un cobarde!” (interpelación directa). Evidentemente, la silla puede reemplazarse por cualquier objeto que simbolice lo ausente: un cojín, una prenda, las gafas, un libro etc. Es importante recordar, con todo, que numerosas sesiones gestalticas de terapia individual o de grupo no recurren a esta técnica de manera regular. La puesta en acción Ya he citado la oposición entre la puesta en acción deliberada y el paso a al acto (acting) impulsivo. Pongo algunos ejemplos:  Bernard hablar de su familia. El terapeuta le sugiere que represente a cada uno de sus miembros pon un objeto simbólico (que escoge del despacho) y que le coloque en el suelo (11), antes de dirigirles algunas palabras directamente a cada uno…  Cécile se pregunta por su porvenir tras ser abandonada por su marido. El terapeuta le propone q ue se levante y que represente su vida mediante un itinerario a través del cuarto. Mientras camina, se detiene para marcar las grandes etapas de su vida (que verbaliza) y exprese lo que siente frente al espacio abierto, delante de ella…  Maurice se balancea inconscientemente mientras habla. El terapeuta le sugiere que amplifique este balanceo y que exprese “lo que le venga”…  Beatrice cuenta un sueño. La terapeuta le propone que lo represente en el presente, recurriendo, si quiere, a ciertos miembros del grupo – a los que da instrucciones. Contrariamente al psicodrama tradicional, los compañeros permanecen en silencio, dejando la iniciativa al cliente. En la práctica, tales puestas en acción cambian la tonalidad del discurso, amplifican las interacciones y permiten a menudo poner en evidencia los sentimientos ocultos como por ejemplo una rabia (prohibida) contra una madre fallecida por enfermedad demasiada temprano. La experime ntación La puesta en acción permite que pasemos de la evocación verbal a la experimentación corporal y emocional. Podemos explorar libremente, en el marco seguro de la sesión terapéutica, sentimientos confusos o de angustia, como el temor a la soledad, el vacío o la muerte, la tristeza, los celos, una rabia destructora… así como expresar también las necesidades latentes de ternura, de amor, de reconocimiento… El trabajo individualizado, en situación grupal, (en donde cada un puede puntualmente utilizar, según sus propias necesidades, a los miembros del grupo, testigos del trabajo), permite a menudo una experiencia más amplia, que hace posible la presencia de parejas (por ejemplo para la rabia, los celos, la timidez o la admiración). Pero el cliente puede, así mismo, representar, paso a paso, diferentes personajes significativos de su vida y aventurarse, por ejemplo, en un diálogo imaginario con su madre o a su amante (monodrama) La experimentación permite también explorar las polaridades opuestas a los sentimientos habituales, polaridades a menudo poco conocidas o temidas: así, alguien instalado en una actitud de retraimiento puede ser invitado a arengar al grupo, de pié encima de una mesa (simplificación de una polaridad inversa); un intelectual frío puede explotar su sentimiento cuando acaricia suavemente una rostro…Por supuesto, estas experimentaciones no pretenden en absoluto un aprendizaje conductual, sino simplemente un a nálisis de una vivencia interior fenomenológica que acompaña a diversas actitudes. De esta manera, la terapia Gestalt propone una tercera vía en relación al psicoanálisis y a al conductismo: ni una tentativa de explicación a partir de causas o traumatismos pasados, ni un aprendizaje de descondicionamiento sugerido, sino una exploración libre, atenta a los ecos interiores individuales (emocionales, racionales, sociales) de cada experiencia vivida. Se trata de una experiencia bien hermenéutica: emergencia sucesiva de “formas” nuevas (Gestalts), descubrimiento de nuevas pistas y de nuevos sentidos, en la visita acompañada a su territorio interior. “Juegos y ejercicios” (Levitski, 1970) Algunos terapeutas gestalticos de grupo utilizan a veces juegos o ejercicios, que tienen como objetivo experimentar diversas situaciones poco habituales, comentadas después verbalmente por cada uno de los participantes. Puede tratarse, por ejemplo, de juegos de confrontación física; de exploración sensorial con los ojos cerrados: de ejercicios de equilibrio (solo, en parejas o en grupitos); de elegir parejas según diversos criterios; o incluso de “paseos grupales” (durante los cuales se invita al cliente a expresar, uno por uno, a varios miembros del grupo un sentimiento (deseo, miedo, rabia), lo que permite la amplificación y la experimentación de sus variantes… Tales ejercicios pueden favorecer principalmente el calentamiento y la implicación corporal de los que empiezan, pero no están siempre de acuerdo con el espíritu de la Gestalt, que valora la iniciativa libre de cada quien, a su propio ritmo y según sus necesidades específicas de cada momento. De esta manera, los terapeutas insisten regularmente sobre la libertad permanente del cliente y sobre la responsabilidad en la elección o el rechazo de cualquier sugerencia que venga de fuera: del terapeuta, del grupo eventual o de las presiones socioculturales (introyecciones). Lenguajes De entre todas las experimentaciones –como en la expresión espontánea del cliente- el terapeuta se muestra atento no solamente al contenido de las palabras, sino a la entonación de a voz, a las posturas corporales, a los micro gestos inconscientes, a la respiración…. Se escucha el lenguaje del cuerpo con la misma awareness que el lenguaje hablado, sin que el terapeuta Gestalt ceda, por ello, al mito bioenergético según el cual “el cuerpo no miente jamás”. Es obvio que el cuerpo no es ni más ni menos fiable que las palabras: un diente me puede hacer sufrir horriblemente y el cáncer desarrollarse silenciosamente: puede faltar la erección a pesar de un deseo intenso; la sensación de hambre de una bulímica puede camuflar su angustia; el alcohol puede darme la ilusión de estar en plena forma… El tono y el ritmo de la voz son, en general, muy significativos de la emoción subyacente y no es raro que el terapeuta proponga al cliente extranjero que se dirija a su madre o a su padre de su infancia en la lengua materna (árabe, polaco etc.), sin que comprenda nada de los reproches o demandas formuladas. Poco importa, puesto que es sensible a las posturas y a los tonos… Además, el cliente no se expresa para el terapeuta sino para sí mismo. Puede, de esta manera, cerrar las “gestalts inconclusas” (rabia, cólera o ternura nunca expresadas); puede descubrir sentimientos asociados y compartir después –en la lengua común con su terapeuta- su vivencia interna de la experiencia. La lengua metafórica se utiliza regularmente: llamada a las imágenes y símbolos arquetípicos habituales (Freud, Jung), pero también evocaciones estrictamente individuales, específicas al cliente; de esta manera, un faro puede tener una significación fálica tradicional, pero puede también evocar para alguie n la soledad o incluso un recuerdo personal de un crucero; los cabellos pueden simbolizar la fuerza, pero también la seducción o incluso la vejez…. El sueño Para Freud, el sueño era la “vía real” hacia el inconsciente. Perls afirma también que el trabajo con un solo sueño podría alimentar ¡el conjunto de una terapia! En Gestalt, evitamos interpretar un sueño refiriéndolo a principios generales. El terapeuta permite al cliente la iniciativa de sus asociaciones personales y le invita a utilizar las diferentes técnicas ya evocadas: puesta en acción del sueño en el presente, interpelación directa de las personas o elementos del sueño, encarnación sucesiva de estos elementos (considerados como representaciones de diversas facetas del soñador que debe reapropiarse): “¿Puedes hablarle al puente o al camino de tus sueños? Y ahora ¿Qué respondería ese puente o camino?” Según los autores, el sueño puede ser tratado especialmente como:  una sucesión de proyecciones (Perls: Gestalt Therapy Verbatim, 1969, Pág. 67);  una retroflexión, expresión velada del cliente hacia su terapeuta (Isadore From, enseñanza oral)  una Gestalt inconclusa –que podría jugarse y terminarse durante la sesión de terapia (Ginger, 1955, Pág. 131) Encontraremos diez acercamientos posibles al sueño- integrando también las investigaciones recientes en neurociencias –en el pequeño libro “La Gestalt, el arte del contacto” (Ginger, 1995, Pág. 119-132). ESPECIFICIDAD DE LA TERAPIA Gestalt Tras este sobrevuelo somero de algunos principios y de algunas técnicas ¿Puede considerarse a la terapia Gestalt como un acercamiento psicoterapéutico realmente específico? Ya he evocado, de pasada, varias cosas originales, por lo que me limitaré a recapitular brevemente:  He anotado ya que la Gestalt se sitúa a igual dista ncia del acercamiento psicoanalítico que del conductual, en una 3ª vía, humanista y fenomenológica: ni análisis causal, ni aprendizaje normativo, sino experimentación individual, a la búsqueda de una vivencia personal profunda y de la construcción de un sentido nuevo.  Más específicamente que la mayor parte de las psicoterapias contemporáneas, subraya la importancia de la parte de libertad del hombre, frente a los determinismos de la primera infancia (aproximaciones llamadas psicodinámicas) y del entorno (aproximaciones conductuales).  Se considera así, no solamente una psicoterapia (que pretende calmar un sufrimiento psíquico), sino una filosofía de la vida existencial, que valora la autonomía y la responsabilidad. Noël Sálate (1995) la ha calificado de “antena terapéutica del existencialismo”. Perls, por su parte, la denominaba “terapia para normales”, y estimaba que su método era “demasiado bueno para reservarlo únicamente a los enfermos”.  He aquí algunas especificidades más de la TG:  una síntesis original de una actitud a la vez científica y artística” (12). A este respecto, Masquelier (1999) subraya que sus tres principios fundamentales se dirigen a actividades artísticas: Fritz Perls (teatro y dibujo), Laura Perls (música y danza), Paul Goodman (literatura y poesía);  característica de una toma de conciencia llamada “postmodernista”, la Gestalt subraya el enriquecimiento que abastece a la subjetividad individual, en relación a la fría objetividad cientifista e insiste en la originalidad irreducible de cada ser humano;  desde una perspectiva humanista deliberada, la Gestalt valora la humanidad del psicoterapeuta más allá de la competencia técnica y le propone explotarla en una implicación controlada y compartida de sus propios sentimientos, sobrepasando la empatía, por lo que Perls bautizó la simpatía (enriquecimiento por la presencia afectiva y el compartir auténtico con una tercera persona exterior),  fluidez de las técnicas, lo que permite las idas-y- venidas permanentes (Perls), el va y viene entre los acercamientos verbales y no verbales, emocionales y cognitivos, entre la realidad social y la fantasmagórica, entre el pasado y el presente, el pasado y el porvenir. INDICACIONES PRINCIPALES  La terapia Gestalt se adapta a un campo de aplicación particularmente amplio: terapia individual, de pareja, familiar, grupal, institucional, así como para empresas, en formación, orientación o coaching (HigyLang y Gellman 2000).  Se dirige a una clientela de todas las edades: niños adultos y ancianos (geronto Gestalt).  Se aplica –con ciertas adaptaciones- tanto a personas llamadas “normales”, como a neuróticas, incluso a ciertos psicóticos hospitalizados. ¿Cuáles son entonces las indicaciones más comunes de la terapia Gestalt? He aquí algunas entre muchas:  trabajo de duelo mal concluso o patológico, separación mal asumida: se propone específicamente al cliente dirigirse directamente a las persona ausente y liquidar así las Gestalts inconclusas.  depresión, fatiga, pérdida de energía, desvaloración de sí mismo, sentimientos de culpabilidad etc. A veces, está estaría indicada una terapia grupal;  inhibición social o sexual (13), bloqueo emocional en “intelectuales” u “hombres de acción”, falta de creatividad;  personalidad borderline, con trastornos narcisistas, sentimiento de vacío interior, acting o conductas de riesgo. Con este tipo de clientes, el terapeuta debe estar especialmente atento a controlar su contratransferencia, en el curso de sesiones regulares de supervisión;  comportamientos masoquistas o sadomasoquistas mal asumidos. En varias de estas indicaciones, un acercamiento combinado, individual y de grupo pequeño (si es posible con el mismo terapeuta), acelera con frecuencia el tratamiento, permite ganar numerosos meses: en efecto, el trabajo grupal favorece la puesta en acción corporal y la expresión emocional; permite un sostén del grupo, una desdramatización (en caso de abusos sexuales, por ejemplo) y numerosas experimentaciones, En cambio, el trabajo individual permite profundizar y analizar cada situación, al ritmo de cada quien. De hecho, cuando la terapia Gestalt se practica por especialistas seriamente formados, se le conoce pocas contraindicaciones: por ejemplo, a un histérico no se le animará a amplificar sus síntomas sin contención, en una dramatización especular de grupo; igualmente, los contactos corporales se limitan en el caso de un esquizofrénico angustiado, así como en caso de víctimas de abusos sexuales, etc. En el caso de trastornos profundos de la personalidad o de depresión grave, se puede proponer un tratamiento conjunto farmacológico, potenciando los efectos de cada acercamiento. El Porvenir La Gestalt parece reunir bazas que permiten augurar la consecución de un amplio desarrollo:  su ágil adaptación, permite un campo de aplicación amplio a individuos cualquiera que sea su edad, (problemas o ausencia de problemas), parejas, familias, grupos u organizaciones en el seno de culturas diversas.  su carácter individualista, tolerante y libertario (incluso hedonista) que concuerda bien con la evolución contemporánea de las sociedades democráticas;  Se ha introducido progresivamente en enseñanzas universitarias (Alemania, Argentina, Brasil, Francia, Gran Bretaña, Italia, México, USA, etc.);  su teoría y su praxis son coherentes con las investigaciones actuales de la neurociencias (lugar de la emoción en la memorización y el aprendizaje, relaciones sistémicas de los neurotransmisores, de las emociones, del entorno, etc.) En conclusión, la terapia Gestalt representa una síntesis feliz de acercamientos científicos y humanistas en la corriente general de integración que caracteriza a las ciencias humanas de la actualidad. (1)Gestalt: palabra alemana, utilizada hoy en día en todo el mundo. Pronuncie se gueschtalt. Escriba se con mayúscula cuando se utiliza co mo substantivo. Designa una forma estructurada y significativa en la que “el todo es diferente de la suma de las partes”: la cara de la madre es una Gestalt para el n iño. (2) Lo esencial no es lo que se ha hecho del hombre, sino lo que h a hecho de lo que han hecho de él”. Entrevista en la revista Arc, oct 1966, en Sastre, por Cohen-Solal, ed. Panteón Books, New Cork, 85. (3) Para Freud, la agresividad está asociada a la etapa anal; Perls estima que se desarrolla antes, en la segunda parte de la etapa oral con la aparición de los dientes. (4) Ot ra denominación, más adecuada, había sido evocada: la de Psicoterapia “existencial”, pero ese término ya había sido utilizado por Binswanger. (5)Ver capítulos sobre El Cerebro, en Ginger (1987 y 1995) (6)El término cliente implica que se le considera co mo a un su jeto, libre de su demanda y no como a un paciente pasivo, objeto de cuidados y de recetas. “El cliente es el rey” y se le pro mueve al rango de “coterapeuta”. (7) Perls. Gestalt Therapy Verbatim, Real People Press, Moab, 69 (p.44, 71, etc.) I and Thou= Yo y tu (Thou es la forma enfática de tu, elegida por la rima); nos encontramos con la importancia del Yo/Tu dialogal en Buber (1937). Now and How: ahora y como (y no “aquí y ahora” – que parece un pleonasmo). (8). Awareness. Una especie de estar despierto con atención flotante, de vigilancia global, intelectual, emocional y corporal a los fenómenos en curso, internos y externos. (9). El psicoanálisis tradicional propone explotar la t ransferencia (desarrollo de la neurosis de transferencia) y de limitar la contratransferencia; la terapia Gestalt –al contrario- trata de exorcizar la transferencia y de explotar la expresión de la contratransferencia del psicoterapeuta: su sentimiento emocional y corporal le sirve, de alguna manera, de “brúju la” para orientarse en los intercamb ios relacionales. (10) Gestalt Therapy Verbatim. (11)Los lugares y las distancias de los objetos son generalmente significat ivos (12) La poesía co mpleta a las matemáticas; así, en griego “poïein” significa “crear”, mientras que “mathema” significa “aquello que ya he escrito” (13) Ver la “Sexo Gestal” desarrollada por Charles Gellman en “Cahiers de Sexologie clinique,” Vol. 23, Nº 134, 1997 (p.34 - 41) CUANDO EL VERBO SE HIZO CARNE…. (Palabra y Cuerpo en Terapia Gestalt) Serge Ginger Fundador de la Escuela Parisina de Gestalt Introducción Hace unos veinte años que practico una Terapia Gestalt muy “corporal”, en la que no sólo no están prohibidos los movimientos y contactos corporales sino que los estimulo en su triple dimensión de vehículo de las emociones, metáfora y lenguaje. Y lo hago de la misma forma en una terapia (de hecho casi siempre “individual) “dual” que “grupal”. Por tanto, no se trata de proponer “juegos” o “ejercicios” artificiales o preparados de antemano sino de aprovechar las actitudes habituales, los gestos o los “microgestos” inconscientes, toda la vida expresiva espontánea de los cuerpos: el del cliente, pero por supuesto también el del terapeuta. Vamos ahora a preguntarnos acerca de algunos puntos específicos:          El lugar del cuerpo entre los terapeutas gestalticos: cuerpo del cliente pero también el cuerpo del terapeuta y el “cuerpo a cuerpo” terapéutico: su riqueza y sus límites: límites estraté gicos y límites deontológicos. ¿Por qué hablar? ¿Por qué callarse?... ¿Porqué moverse? ¿Porqué quedarse quieto? El cuerpo también puede mentir El malentendido de los “juegos” y “ejercicios” corporales. La intervención y la no directividad: ¿inducen mis movimientos y gestos lo mismo que mis palabras? El cuerpo como “motor” y la profundización de la terapia a través de la “movilización límbica” del cerebro. El tacto y la sexualidad. La “pulsión de agarrar”, la pulsión de quedar ligado. La prohibición de tocar en la cultura judeo-cristiana y psicoanalítica. Y sin embargo…el Verbo se hizo carne. Pero, en primer lugar, la pregunta tradicional: ¿es la Gestalt una terapia “psicocorporal” (1) o una “psicoterapia intermedia corporal y emocional? Por lo general se suele escuchar más esto último. Laura Perls afirma: “Hay un asunto en que el nunca insistiré suficientemente: el trabajo corporal forma parte integrante de la Terapia Gestalt. La Gestalt es una terapia holística, lo que quiere decir que toma en cuenta el organismo en su totalidad y no solamente la voz, el verbo, la acción o cualquier otra cosa.” (2) “…Utilizo todo tipo de contacto físico si pienso que puede facilitar que el paciente de un paso hacia su awareness de la situación presente (…). No tengo una regla especial por lo que respecta a los pacientes hombres o mujeres. Puedo encender un cigarrillo, alimentar a alguien con cuchara, arreglar el cabello de una chica, abrazar o estrechar a un paciente contra mi pecho, si siento que esa es la forma para estab lecer una comunicación inexistente o interrumpida. Igualmente, toco a los pacientes y permito que me toquen para tener la experiencia de un crecimiento de su awareness corporal (…). Y añade: “parece haber una gran divergencia de opiniones y mucha ansiedad respecto de si el contacto físico en terapia puede aceptarse (…)”. (3) Laura Perls no separa la Gestalt de la expresión artística y corporal (4). Como es sabido, había tenido, junto a su formación psicoanalítica, una formación artística (música y danza) y una formación específica en diversas técnicas corporales (Alexander, Feldenkraïs, euritmia de Rudolf Steiner, etc.). La práctica actual de todos los gestaltistas incluye la atención permanente al cuerpo (observando la postura, la respiración, la voz, los microgestos, etc.). Sin embargo, muchos de ellos apenas intervienen directamente en el cuerpo del cliente y movilizan bien poco su propio cuerpo. Al comienzo de su práctica, el mismo Fritz Perls, que acababa de dejar el psicoanálisis a favor de la Gestalt, mantenía a sus pacientes acostados en el diván (como lo hacía su maestro Wilhem Reich). Posteriormente, ya anciano, raramente abandonaba su sillón. Por su parte, Isadore Fromm, uno de los primeros discípulos de Perls, considera a la Gestalt como una terapia “dialógica”, basada esencialmente en el diálogo verbal. Otros gestaltistas (lo mismo en Francia que en EEUU) utilizan rara vez el cuerpo de forma activa o interactiva: prefieren observarlo e interpelarlo verbalmente. De hecho, ni los principios teóricos fundamentales, ni la metodología específica de la Gestalt, comportan la obligación de movilizar corporalmente: el enfoque global fenomenológico y existencial, la teoría del self, la observación de las perturbaciones del ciclo de contacto (5) y de las “resistencias”, necesitan bien poco de la intervención activa del cuerpo. Sin embargo, con ello nos privamos, en mi opinión, de una potente cantera q ue contribuye a la intensidad y profundidad del trabajo y que permite al tiempo aumentar su eficacia y disminuir su duración. Igualmente, la gran mayoría de los que practican actualmente la Gestalt dan un lugar privilegiado a la vivencia corporal del cliente así como también a la del propio terapeuta. Se interesan tanto por la sensorialidad receptiva (“¿qué sientes ahora?”) como por la actividad motriz del organismo (“Te propongo que te levantes y que camines un poco…) y no dudan en moverse ellos mismos (ya sea modificando eventualmente la distancia o estableciendo un contacto corporal momentáneo, que puede llegar a la ternura terapéutica o a la confrontación física). El cuerpo también miente El lenguaje corporal es con frecuencia profundo, rico y lleno de matices. Ahora bien, de ahí a sostener un “Credo” de moda (y que todavía se escucha mucho) según el cual “el cuerpo jamás miente” hay un paso demasiado largo que me guardaré muy mucho de dar. Mis palabras bien pueden mentir deliberadamente o traicionar mi forma de pensar a pesar mío… pero ¡también mi cuerpo puede hacerlo por su parte!  Puedo encorvar mi torso para camuflar mi miedo o mi timidez      Llorar “lágrimas de cocodrilo” para dar pena a mi interlocutor Travestir mi agresividad con una sonrisa complaciente Enrojecer sin estar verdaderamente emocionado Tener una erección sin estar enamorado (¡y al contrario!... lo que es todavía más molesto… ¡e igualmente frecuente! Puedo sufrir un martirio por una espina superficial o por una caries y en cambio no darme cuenta de un silencioso tumor cancerígeno… Fiarse del cuerpo no es ni más ni menos razonable que fiarse de la palabra del cliente… Ahora bien ¿por qué dejar de lado esta fuente permanente y considerable de mensajes complementarios que nos proporciona el cuerpo, sean o no congruentes o discordantes con los mensajes verbales explícitos? Para un gestaltista, el lenguaje corporal tiene la ventaja de tener sus raíces en el aquí y ahora, en tanto que la palabra fácilmente puede perderse en el “allá y entonces”, a l preocuparse más del qué que del como. Los sentimientos que se manifiestan se plasman con más frecuencia en la voz, en la respiración y en la postura. El cuerpo y las palabras entran en resonancia, se ensamblan el uno con el otro en un feed-back mutuo y amplificador Los “juegos” o “ejercicios” Cuando se practica Gestalt en grupo se multiplican las posibilidades de utilizar el cuerpo. La interacción corporal directa entre cliente y terapeuta es más limitada en situación dual , tanto por razones materiales como psicológicas o deontológicas (riesgo de connotaciones sexuales ambiguas en eventuales manifestaciones de ternura; freno de la confrontación agresiva). En grupo, se pueden fácilmente proponer “juegos” o “ejercicios” de calentamiento o de amplificación según la situación que surja con espontaneidad. Como es natural, no se pueden programar estos ejercicios con antelación, de forma precisa: es fundamental que respondan a la atmósfera y a las preocupaciones del momento. Pueden implicar al conjunto del grupo o a un cliente en particular y tener objetivos de experiencia muy diversos, seguidos de toma de conciencia: vivencia de abandono, de soltar, de ternura, de cerrarse, de afrontar, de riesgo, de descubrimiento, de confianza, de límites, etc… Por ejemplo, se puede:        Proponer a alguien que encuentre “su mejor lugar” en la sala en relación al conjunto, O realizar una “escultura” grupal con los cuerpos de los participantes, para traducir su vivencia familiar subjetiva, O tener la experiencia de encuentros con los ojos cerrados, O defender físicamente el propio “territorio”, Llevar a un participante, hacerle “volar”, mecerlo o encerrarlo, Incitarle a poner a prueba su confianza dejándole caer en los brazos de los miembros del grupo, O a verificar su desconfianza, aislándose voluntariamente, etc.… Decenas de juegos que tenían inicialmente como meta observar las dificultades del ajuste creativo entre el individuo y su entorno se han hecho comunes y a veces se sacan de su contexto original, incluso sin justificaciones metodológicas ¡por simple diversión! En principio, de lo que se trataba es de poner de relieve el proceso de contacto, de retirada, de evitación, de resistencia o de conflicto a nuestra frontera de contacto y, en consecuencia, de hacer explícito lo que quedaba implícito. Ya Ferenczi escribía en 1931: “Ciertamente tenía razón Freud al enseñarnos que el psicoanálisis obtiene un triunfo cuando logra reemplazar la acción por lo recordado; pero pienso que es también una ventaja suscitar un material importante actuado que `pueda ser seguidamente transformado en rememoración.” También podemos observar la importancia de este material corporal actuado en diversos autores de la Escuela inglesa de psicoanálisis (en buena parte surgida de la Escuela húngara) y principalmente en Winnicott, de quien se ha destacado muchas veces el parentesco ideológico con Perls. Y me refiero en especial a las técnicas de holding (forma que tiene la madre de sostener o llevar a su bebé) y de handing (forma de cuidarlo, de manejarlo). La haptonomia de Frans Veldman también desarrolla la terapia por medio del tacto y propone varias técnicas cercanas a determinadas prácticas gestalticas. También encontramos con frecuencia el tema del cuerpo en el psicoanalista D. Anzieu, muy influido por la Escuela inglesa. Escribe, por ejemplo: “En la actualidad el gran ausente, el desconocido, el negado (…) en el psicologismo de muchos terapeutas (…) es el cuerpo en cuanto que se trata de una dimensión vital de la realidad humana, como un dato presexual e irreducible, como aquello sobre lo que se vuelcan todas las funciones psicológicas.” (6) … lo que no le impide lanzar el “doble edicto de tocar” (a lo que parece que ha renunciado en la actualidad). También el terapeuta está encarnado Se trata por lo tanto de interesarse no solamente por el cuerpo del cliente sino también por el del terapeuta. A este respecto, es de mencionar la famosa boutade de Levitski : “La terapia Gestalt es una terapia centrada…en el terapeuta” (¡). Dicho de otra manera, el terapeuta “en todo momento” permanece vigilante a su propia sensación en el campo cliente-terapeuta, está en el awareness de su propia contratransferencia y en especial de su contratransferencia corporal (un tema tanto desarrollado por Ferenczi y por Melanie Klein como por Laura Perls y retomado en el libro de Didier Juston acerca de “La transferencia en psicoanálisis y en la Terapia Gestalt). Por otra parte, sería paradójico animar al cliente a una expresión total y unificada de todo su ser y quedarse uno mismo atrincherado en una expresión limitada a la expresión verbal (¡). Por tanto, no soy pasivo “pero no por ello soy directivo”: intervengo, pero en el sentido propuesto por el cliente (explícita o implícitamente). Intervengo con la palabra pero también con el silencio; intervengo por medio de mis actitudes, pero también con mi inmovilidad, como con el movimiento o con gestos deliberados. De forma paradójica, quisiera subrayar, en este punto, que la intervención no verbal es generalmente menos inductora que la verbal y por ello más respetuosa con la autonomía del cliente. Efectivamente, este último es libre de hacer con ella la “lectura” que le convenga. Por poner un sencillo ejemplo: si, en un momento dado, retrocedo un paso, el cliente puede:      Avanzar para mantener la misma distancia Retroceder a su vez por “mimetismo” Sentirse abandonado Sentirse más libre y disfrutar de un espacio reencontrado Puede no reaccionar en absoluto y no darse cuenta… o hacer como que no se da cuenta …etc. En otras palabras, es libre de reaccionar a su gusto a esta modificación de la situación que yo he creado. Evidentemente, no soy “neutral” y he hecho este gesto….   Ya sea intuitivamente (tomando en cuenta mi contratransferencia del momento) Ya sea en el marco de un plan concertado, de una estrategia terapéutica deliberada. Pero, cualquiera que sea la situación, la polisemia de la lectura corporal permite el ajuste creativo del cliente, bajo su propia responsabilidad. Mucho más que si por ejemplo le expresara: “¡Ahora haces que tenga ganas de distanciarme!”. El cuerpo como lenguaje, desde una pe rspectiva holística Consecuentemente, nos interesamos por el cuerpo:    Como vehículo de las emociones (respiración, transpiración. microgestos inconscientes, etc.), es decir como cuerpo expresivo. Pero igualmente en el cuerpo como metáfora, que, por medio de la puesta en acción (enactement), permite hacer más explícito aquello que es implícitamente percibido: “Te siento lejano”; “mi mujer me ha dejado, pero no la rechazo completamente: me gustaría conservar algunos de sus aspectos, que puedo simbolizar aquí y ahora a través de objetos diversos…”. Y, finalmente, nos interesamos por el cuerpo como lenguaje, lo que implica un diálogo con el cuerpo. ¡Si me hablan en chino no voy a contestar en inglés! Si el cuerpo del otro me habla, le contesto con el mío. Por tanto, no se trata de hablar del cuerpo, sino de hablar con el cuerpo, por medio del cuerpo, de hablar “cuerpo a cuerpo” (como se habla de “corazón a corazón”): la Gestalt ha subrayado muchas veces el valor movilizador del “discurso directo”. Entonces, subrayo que, en general, no se trata de una secuencia de trabajo específica. Menos aún de un “ejercicio” corporal o de un “juego” (¡). En este punto hay un malentendido fundamental con respecto al espíritu mismo de la Gestalt, que recuerda constantemente la unidad del cuerpo y del espíritu, su unicidad: no se trata de hacer, de vez en cuando, “trabajo corporal” y otras veces de relacionarse verbalmente, sino – en todo momento- de compartir perfectamente y a la vez en el plano verbal, emocional y corporal, en un “tejido” entrecruzado permanentemente. El cuerpo y el cerebro Hay que señalar que el lenguaje corporal afecta a las zonas profundas del cerebro: el hemisferio derecho, ligado de manera privilegiada (por la “vía perforante”) a las zonas límbicas de las emociones y de los aprendizajes; en tanto que el lenguaje verbal afecta esencialmente al hemisferio izquierdo y a las zonas corticales, más superficiales. El registro duradero de una experiencia lleva consigo lo que yo llamo la movilización límbica, favorecida ampliamente por la movilización corporal. La verbalización permanece sin embargo indispensable para “titular” la experiencia y para poder volverla a encontrar (lo mismo que ponemos un título a un documento antes de registrarlo en el ordenador, o ponemos etiquetas a los cajones en que clasificamos los documentos par poder tener acceso a ellos cuando los precisemos). Sin ello, la vivencia corporal y/o emocional se archiva bien, pero no puede ser utilizada. De ahí la importancia del “feed-back” verbal. Un trabajo emocional que no tenga un seguimiento verbal deja a menudo pocas huellas duraderas y utilizables, mientras que un trabajo verbal que no vaya acompañado de una participación emocional y corporal comporta pocas modificaciones profundas en la conducta. Todos sabemos que el tacto es el primero de nuestros sentidos. Desarrollado ya in utero; es también el que ocupa la superficie mayor de nuestro cuerpo y el que moviliza el mayor número de terminales nerviosas. Así como podemos vivir ciegos o sordos, si perdemos 1/7 de la piel no podemos sobrevivir. Recordemos que el homúnculo reserva en el cortex 1/3 de la superficie total para la mano y para los dedos (solamente el pulgar ocupa la misma superficie que las dos piernas) y 1/3 para el rostro (la mitad para la boca). El tacto es el sentido esencial en nuestra infancia, antes de la adquisición del habla (infans) y así se queda en muchas personalidades arcaicas (psicóticos y borderline). Incluso psicoanalistas tradicionales estiman que, con este tipo de clientes, es conveniente suspender “el interdicto de tocar” (Groddeck, Anzieu, Racamier, Pasini, Levoboci) y manifiestamente utilizar el tacto con intensidad (masajes, baños, “packs”, etc.,). Ya Freud escribía en Dora: “Quien se calla con los labios charla con la punta de los dedos: se traiciona por sus poros” y en sus Tres ensayos:”el yo es ante todo un yo corporal”. Para Winnicott “el verdadero self proviene de la vida de los tejidos corporales y del libre juego de las funciones corporales, incluido el del corazón y el de la respiración”. A nadie le sorprenden los estrechos vínculos de la piel con el cerebro, pues ambos órganos provienen, en gran parte, de la misma capa embrionaria inicial: el ectoblasto, que posteriormente constituye la epidermis, así como lo esencial de los otros órganos de los sentidos (boca, nariz, orejas y ojos) y por supuesto el conjunto del sistema nervioso. Esta relación entre el exterior y el interior, de la forma y del fondo, está en el mismo corazón de la Gestalt. El cuerpo y la cultura Tenemos que denunciar con energía la connotación de sexualidad y de pecado asignada al tacto en nuestra cultura judeo-cristiana: a menudo, tocar al otro es percibido no como una señal de interés, de ternura y de afecto, sino como un atentado a su integridad. Son prejuicios muy enraizados y perduran a pesar de los numerosos trabajos acerca del apego (attachment) (Bowlby, Montaignier, Harlow,Kphler, etc.) (7). Estos trabajos han mostrado ampliamente que el contacto cutáneo –no únicamente el tacto selectivo (caricia con la mano), sino el contacto global (abrazo de todo el cuerpo)- es una necesidad fundamental, innata en todos los mamíferos, una necesidad para el pleno desarrollo de la criatura, indispensable para una vida sexual ulterior equilibrada. Por ello, es importante que los terapeutas se formen en el arte del tacto así como en una sana “gestión” de su propia sexualidad (8), ya que si el rechazo a la propia sexualidad puede engendrar una neurosis (Freud), considero que su “liberación” anárquica puede llevar a una psicosis (despersonalización, llevando consigo una descompensación). Inter-dicto es “inter-acción” o “inter-venir”: no es impedir la relación, sino muy al contrario favorecerla. “Interdicto” quiere decir “comunicación”, “hablar entre dos personas” (en francés antiguo por cierto se decía “entre-decir”). Vemos aquí la misma evolución del sentido etimológico que en “agredir” (de “adgresere”: ir hacia el otro) o “afrontar” (hacer frente), lo que testimonia la constancia de las pulsiones agresivas en el inconsciente colectivo de los pueblos latinos. Desconfío por igual del tabú del cuerpo (mantenido por nuestras actuales “religiones”: el catolicismo y el psicoanálisis) que de la mística y del fetichismo del cuerpo (desarrollado a partir de ciertos enfoques de bioenergética) que pretenden que “el cuerpo jamás miente” y que contiene toda la verdad, etc. El cuerpo también posee sus símbolos y no deberíamos considerar el lenguaje como la única fuente de acceso a la simbolización (Gentis). Existe un código social de los gestos (ver “La llave de los gestos” de Desmond Morris). En consecuencia, depende de si estamos en Francia, en Italia, en EEUU o en Irán, gestos simples toman un significado muy distinto, incluso opuesto. Por ejemplo:     Levantar el pulgar expresa éxito en varios países, mientras que en Irán representa un insulto sexual grave Levantar ligeramente la cabeza quiere decir “no” en Irán En Italia juntar los dedos puntúa un discurso, en tanto que en Francia quiere decir miedo Hacer una “O” con el pulgar y el índice quiere decir “OK” o “bravo” en EEUU… y “fracaso” en otros países, etc.… Por tanto, pasar del lenguaje verbal al corporal codificado está lejos de ser un empobrecimiento: puede ser igualmente una profundización y un enraizamiento. Así quiero entender por mi parte, el simbolismo del mensaje de la Encarnación: Puesto que, al fin y al cabo, es el Verbo el que se hizo carne… ¡y no a la inversa! 1. Ver mi comunicación al 1º Congreso internacional de Somatoterapia, publicado en el nº 2 de la Revista (marzo 1989) 2. Entrevista a Laura Perls de Edward Rosenfeld, en The Gestalt Journal. Vol. 1.1978 3. Laura Perls, IV Congreso de la Academia estadounidense de Psicoterapeutas (Nueva Cork 1959), que reunió a renombrados terapeutas de cinco orientaciones distintas. 4. De hecho, la Gestalt es también una “arte-terapia”. 5. Algo que los Polster prefieren con razón llamar “mecanismo de auto-regulación de la frontera de contacto” 6. Ver Didier Anzieu: “Le Moi-Peau” en “el fuera y el dentro”. Nueva Revista de Psicoanálisis. N19. 1974, retomado en su reciente y excelente obra: Le Moi-Peau (El Yo-Piel), Paris, Dunod.1985 7. Recordemos también los trabajos de Hermann (psicoanalista de la escuela húngara y supervisor de >Perls) acerca de la pulsión de aferramiento (1930) y de dominio. Según él, los estados límites se deberían a una alternancia brusca y repetida de “sujeción” y de “des-sujeción”. 8. Varias encuestas estadounidenses y canadienses establecen que… 15 a 20% de los terapeutas de todos los enfoques pasan al acto sexual con sus clientes (con mayoría de psicoanalistas). La supervisión bajo una mirada gestÁltica Serge Ginger (Traducción de Miguel Albiñana) He sido supervisor de educadores especializados, de formadores y de psicoterapeutas desde hace treinta años. Mi esfuerzo en este capítulo (1) está dirigido a desarrollar los aspectos específicos desde el enfoque gestáltico en relación a mi experiencia. Eh las reflexiones que establezco, he elegido desarrollar en particular dos temas principalmente: 1.- Un a supervisión gestáltica de Gestaltistas; 2.- Una supervisión en tanto que “anti-formación”. En el anexo final se pueden ver algunas definiciones más precisas de varios tipos de supervisión así como una breve bibliografía internacional. EL ENCUADRE DEL TRABAJO Voy a hablar esencialmente de la supervisión en “grupo pequeño” que me parece particularmente enriquecedor en cuanto que cada sesión permite evocar casos originales, tanto para los principiantes (que de esta manera se inician a una variedad de situaciones) como para terapeutas veteranos (que pueden intercambiar reflexiones teóricas y clínicas sobre casos complejos o excepcionales). Algunos de mis grupos reúnen a cuatro psicoterapeutas de la región de Paris para una sesión de unas cuatro horas, cada dos semanas, lo que hace una veintena de sesiones al año. Otros grupos se forman con terapeutas que vienen de toda Francia o del extranjero y comprenden siete personas con una duración de una jornada completa una vez al mes (es decir unas diez veces al año)= Cada uno de los terapeutas participa de esta manera en unas 75 horas efectivas de supervisión al año. Algunos son asiduos desde más de diez años, varios de cuatro a siete años, pero la mayor parte está en mis grupos una media de dos a tres años consecutivos, después de que les sugiera que cambien de supervisor para enriquecer su experiencia con una mirada y estilo diferentes. Acepto por iguala a terapeutas que practiquen Gestalt en sesiones individuales como en grupos terapéuticos continuados (que reúnen a clientes fijos durantes varios meses). También acepto a algunos formadores o coaches que trabajan en empresas y que utilizan explícitamente ala Gestalt como referencia. En cada grupo participan así mismo psicoterapeutas de otros enfoques: análisis transaccional, terapia centrada en la persona, análisis psico-orgánico, etc., bajo la condición que acepten mis indicaciones que son predominante gestalticas. La mezcla deliberada de orígenes y de veteranía profesional constituye para todos un enriquecimiento cierto. En mis grupos recibo excepcionalmente y por un tiempo limitado a algunos principiantes que todavía no tienen ningún cliente y quieren prepararse mejor mediante la escucha de las dificultades concretas con las que se encuentran los colegas. En esos casos mi deseo es que encuentren lo antes posible a tres clientes para iniciarse y que limiten sus clientes durante un cierto tiempo. En efecto: la experiencia demuestra que un solo cliente lleva demasiada carga: ocupa demasiado el ánimo del joven terapeuta, que tiende a dramatizar las dificultades o los fracasos, así como a sobrevalorar los resultados positivos. Por otro lado, presenta necesariamente un perfil específico y el terapeuta corre el riesgo de encerrarse rápidamente en actitudes particulares. Eventualmente bien adaptadas al caso pero que, a la larga, podrían convertirse en actitudes estereotipadas. Si el terapeuta se inicia con dos clientes, tiene una tendencia a compararlos, en lugar de considerar a cada uno de ellos por sí mismo. Es por ello que la cifra de tres me parece una buena muestra para empezar, con la reserva de que sean bastante distintos (en edad, categoría social y tipo de problemas). Desaconsejo, a la inversa, que se aumente este efectivo inicial antes de que el terapeuta principiante haya analizado suficientemente su propio estilo de intervención y sus principales reacciones contra-transferenciales. SESIONES VARIADAS Con el tiempo, he puesto reglas de funcionamiento relativamente flexibles, adaptadas a las necesidades variadas de los terapeutas de niveles y personalidades distintas. De esta manera, algunos hablan re manera regular del mismo cliente, lo que permite un seguimiento pormenorizado, en tanto que otros tratan durante la sesión de varios c lientes o de situaciones específicas. La mayor parte se refieren a resúmenes de sus sesiones, en tanto que otros proponen juegos de roles (jugar a se el cliente, un amigo del cliente el supervisor, alguien que investiga o hace una encuesta sobre la psicoterapia…), o incluso los hay que traen grabaciones en audio o en vídeo. Algunas sesiones dan lugar a largos intercambios teóricos sobre alguna patología (suicido, adicción…) o sobre el enfoque gestáltico (confluencia, proyección, paso a la acción…) A veces, uno de los participantes pone en escena una sesión terapéutica breve con uno de los colegas, bajo la directa supervisión del grupo. No se fija un tiempo específico para cada uno de manera rígida: uno trabaja media hora, otra hora y media, según el interés de la situación revelada, pero todos “pasan” en cada sesión. Cada jornada está lejos de se monótona y se mantiene el interés durante varias horas de trabajo gracias a las variaciones de ritmo y de estilo. Como ilustración de la riqueza y de la variedad de una supervisión en grupo pequeño véase esta lista –en orden cronológico- de los temas abordados en el curso de una sesión de un día (7 horas de trabajo). Algunos psicoterapeutas han abordado varios temas, a veces en algunos minutos, a veces durante una hora.  Duración y frecuencia de las sesiones: ¿45 minutos o 1 hora? Necesidad de pausas para eventualmente tomar notas, respirar y desacondicionarse del anterior cliente, para abordar al siguiente con plena disponibilidad. Frecuencia de las sesiones: una vez por semana, en general, a horas fijas, o dos veces por semana en algunos casos. ¿Cuáles?          Un caso de eyaculación prematura que conlleva dificultades conyugales. Acercamiento a las sexoterapia, lo que comprende eventualmente consejos técnicos y ejercicios en casa: Interés que pueda tener el paso a la acción en algunos casos. Límites y diferencias con el “acting out” Como movilizar a un cliente en una sesión individual cuando se empeña en mantener un intercambio verbal. Serie de breves ejercicios de tol hechos por el supervisor y varios miembros del grupo; incitaciones a levantarse, tomar varios lugares en la sala, disponer varios objetos simbólicos en la mesa… hablar de ellos y hacerlos hablar, dibujar un esquema en una pizarra, etc.… Interferencias de un tratamiento quimioterapéutico y de la psicoterapia en una persona profundamente depresiva. Intercambios posibles con el medico que le trate (secreto profesional compartido, su necesidad y sus límites: no es necesario decirlo todo (¡) Estudio en común de una anteproyecto de contrato ilustrado, preparado por un miembro del grupo, que anuncie un taller acerca de las familias en luto; Límites de mi autenticidad en la expresión de sentimiento agresivos. Un cliente que me exaspera. Como reparar las reacciones desproporcionadas a las situación, trayendo a escena la eventualidad de un parasitismo contra transferencial ¿Qué hacer? ¿Qué hacer con lo que siento que pueda serle de utilidad al cliente? (“implicación controlada”): Acompañamiento a un enfermo del SIDA; ¿Puedo telefonear a un cliente que se ausenta sin excusarse?