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Correspondencia con los Lectores MENSAJE DIRECCION: - Casilla 591 F o w ni226 - Santiago dr Chile ~ l o a wO d i e t e 2 DIRECTOR-FUNDADOR Burlada Cruchs6i. s. 1. (tl R. P. Alberto 6 USC. AVISOS: piigin. 1 112 11; '. " 114 " iib " ...............S ............... .............. ............. ............... SUMARIO: piig. 0 1 0 s O YAMMON. pvr Mictrx P i ~ 1 . k ...................... SINDICALISYO Y POLITICA. p r Mario Zaliirtu DESCüBRIMIENTOS EN S A N PEDRO DE ATACAMA. por G ~ S ~ V Le O Parse DON CRESCENTE Y LA ETOLUClON POLITICO - RELIOlOSA DE CUILE. sor 1"- 1 ............. 9 ........... 14 SIGNOS DEL TIEMPO: p.norma btmnadonil ds la Y&.Guerr e.............. 19 c'mp.r. pro Par y CfoUiziddm Crldi32 El T m m Eneurnim Sudunerr& '1 JOC 36 ............. ......... G. R.: Continúa la carta que se comenzó a publicar ea diciembre: "Y yendo mis al fondo de esta cncitiún, sería tambicn sumamente recomendable que Mensaje procurara que los que tienen cn sus manos la formación de la meutalidad (Ir los eleinentos popularcs. no sólo euseiian lo que se refiere a lo que constituye sus derechos. sino también aquello que se relaciona con sus deberes. Porque, es la verdad que. en general. nuestros obreros son cclnsos para exigir lo que a ellos interesa. pero indolenles en el cumplimiento de sus deberes. Yo observo diariamente esta situación. Les pago 600 y 7üü pesos diarios. Las imposiciones del Servicio de Seguro Social representan más del 254/e del sueldo. Trabajan 5 y 112 dim a la semana. y menos cuando se presenta algún dia festivo. fucra ild domingo. como ocurrecan las fiestas rcli:;io.ras y civiles. Según la ley. debe pagarse siete días. esto es la scmana corrida. ¿Cómo corresponde la mayoría de ellos? Trabajando lentamente y sacando la vuelta, como se dicc v ~ i l p r mcntr Por tal motivo, repito, Mensaje debe hacer campaiia a fin de qiic los encargados de formar la mentalidad de niies tra rlaw pt~,>ular,junto con inculcar los derwhos, debcii 1ambii.n enseñar el cumplirnienlo de los deberes". -En primer lugar, como ya lo advertimos en el mes de junio pasado respondiendo a la misma dificultad. los leclores de Mensaje pertenecen en su mayon'a A sedores de personas que en una forma o en otra tienen a su cargo obreros, cuyos derechos han de conocer y respetar. Por esto Mensaje insiste en esta graoe obligacidn de la mayoría de nis lectores. Por otra parte, creemos que el mejor remedio contra esa indolencia por el frabajo es proporcionar al obrero condiciones tales de oida (salario suficiente para una oida honesta, holgada. feliz, que le haga incluso mirar con tranquilidad el futuro) y hacer que se inlerene por el progreso de la empresa, que la mire como suya. mediante una adecuada participacidn en las utilidades que niaoice las asperezas del simple contralo asalariado. Generalmente hay indolencia donde no existe interis por el resultado del trabajo. A. E. R.: "El número extraordinario deMensaje (septiemIire-octubre. 1956) me ha parecido el mejor rcgalo que me Iia trnidu csia celebración d:*l Centenario de San Ignacio". Z. C.: A una invitación a suscribirse responde: "No me suscribo a revistas comunistas". -Invitamos al Sr. Z. C. a leer y meditar lo8 si#uientes artículos publicados en 1956: El reconocimiento de Cltiria Comunista. p. 27; La comisión de Control del Viefnam. p. 31; Mujer, Catolicismo y Comunismo, p. 49; La Iglesia de Shanghai en las catacumbar, p. 76; Adioidad prioada e Interoencidn Estatal, p. 159; El Episcopado inglks ante la oisita de Bulganín y K m h c b , p. 218; Panorama Internacional de la post- uem, p 225, 411. 458; Testigos del martirio de la Ig esia de ! ~ g h a i . p. 419; Ante el dolor de Hungría. p. 433. Sería interesante que el seilor 2. C. nos indicara los artieulos de orientacidn materialista-marxi8fa que ha encontrado en las p d g h de M m ~ f e . f F. B.: Es alentador pensar que en todas partes la Iglesia loa problemas Católica es la misma: siempre interesada bumanos: m8s a6n. al sentir m e no somos uerzas inconexas. uno sien6 nnnos brlos. Por *todo esto agradezca a Ud. ~i los personeros de ese órgano tan importante. Acepto gustoso la suscripción a Mensaic: en cuanto la conocí. traté de darla a eonocei a mis amigos. Por abora le envio dos suscripciones. Confío que para despucs podrC enviarle otras más". -Sur palabras nos alientan y su couperacidn en la difu- por (PASA A LA 3.. TAPA1 1 1 171 m ~ n s a j ec r i s t i a n o f r r n t e a l E STA es la disyuntiva que desde que fué plantenda pai Criste a sus eyentcs ne ha dejade de suscitar cwntreversias isdogicas y ~nbiemasprácticas entre los cnstimes. En cfe r,..r eviduiu Ir a c q d a d tenemw:.E . h ~ t * , WLI c i i i . etc.; m e n t e el del $el senliG de pasesi& % tm canraturn%$ bmbre que desde q & Ó n del pa* ha dedicada la diayw @m & sus +ems a la ~ n s r u c i ó ny wuiulación de 1& bienes materialac. estencm dene la invitacibi a la p e b r e ~ ) ~ ~ per Cristw r tartrs b s que , c M I m : E t l ) la riqueza e la pobreza na pueden ser medidas par el estade de la cuenta cerricnic cn el banco. Esta e una verdad de la cual se ha abusado muchas vans. hacikndola servir ' iul.1 y acomwdaticie, para de escridw d episrn g. dieia. Es iccir, muchos dwsc seniían y u sienten trulquiliwdes en ni tenciencia, w pmtacto de que p z a n de sus r i q u a s can el espíriu iIc pobreza. Es aIrJatamwnte aerta que hay muchws santes se pawwn Ir vida en un ubiente de a dan& que siM6 para rasaltar más aún su d a d m q í r i t u de' pbraea. Pera tamb i h r ciam, que es muy dificil e p c a menos que impsible soprtar can buen Cxita ia tremenda tensién a la que está swmetida que según las palJras de San Babla a+, q"e= pasar como si Be p y r e " . Inversamente, In p b r s n y menas aún la & ii i q 1 e ~ o~ privaain a de -a, iibguna mrnur es suficiente pan abrimos puatns Reino Celesrid. S i r Q baende,bu.na a les e&& Diei, q p u d e laprhiloi de &o ooqstiu* a N* dstsntc, 1ejempb de Cristo y la larga @enaU dd cristirnúnio d e a u a n n que d rtih C p b r m r una ventaja inisial p m lu ue u dispnen a conquistar el,+ cle: 1s. &h. Fuialmeate hay que ti+ biw e s cian que ne se n t a aquí de #a in 't.& JI m p q a w~d , Ia IU a&+ 4,ia V~SY ,, m u n d e d e h o y I? pkpg "CM T6da& ,& Ante u& a:j q g & & @ ~ & ~ & .de- #< ""% Jki$ YIETEX PAWLAK nod de ración en el uso de bienes y g w , tal han propuesto muches fiksofes an- rori~nlo iigu~s,griegos y orientales. Es cierto que el ewrso de baaienda acarrea muchas preocupaciones y sinsabores que disminuyen la capacidad de gozar con los simples encantos de la vida, pero todo este fenómeno no es ni& qric el reflejo natural de una situación ssbrcnatural. Con estas aclaraciones por delante, m[arcmms de ver los distintas aspectos del sentida cristiano del dinero, del sentido cristiano de la pobreza y sobre todo, las conclusiones pricticas que de ellos se desprenden p- 4 vida de los cristianos, de un cristiano laico que tiene que labrar su santidad sin el amparo de voios y reglas, en un mundo eminentemente materialista y socialmente injusta y que además tiene la obligación de inculcar este estilo de vida en las almas de sus hijos. i. El mitido cristiano del dinero Como es bien sabida, la creciente complejidad de la civilizaci6n oecidentd, ya desde hace t i e m p dMorciada de sus raíces cristianas, ha traído cgnsigo una omnipotente hpvrtancia del dinero como standard y símbolo k tedos las valoras materiales y no materiales. Les ccenrniistas ven en ello una gran fuente de progrssg y desde su punto de vista, no les falta raz6n. A los ojos del cristiano, este estado de cosas es menos aleintadm. La actual prepandenuida del dinero vino a dificultar m& aún in 12d tarea del cristiano : estar m el mundo sin ser del munde. dinero y las bienes materiales no son malos ni mucios en sí. Lo que les mancha es la mirada codiciosa del hombre y el culto que éste les rinde. Es el sacar las cosas de su quicio y entronizarlas como un valor recto, si no en teoría, al menos ea la práctica, lo que ha producido que el dinero de hecho, surja como un obstáculo en el camino hacia Dior. Es más, la fortuna puesta por Dios en nuestras manos puede servirnos de insmimento y medio para ejercitar las más altas virtudes. La Sagrada Escritura está llena de ejemplos e indicacionmen este sentido.. Hay 4 desprendimiento y que p~eerpsn ofrenda se hagan más visibles y palpables. (Cómo podría por ejemplo, ser tentado y vencer ia prueba Job, si fuese bre desde el principio? Y la mnversi6n dCZaqueo (no habría perdido algo dgoisu brííio exterior, si de la no se acomp-r mitad de sus cii ' icnes) El mismo Jsuet;to a m a s e i a , ' & ' h ; ~ sobu d administradbr infid, #e las bienes matuidd pha 1q&bá"&tlfikci6n. FJ. dinero bien q@&r$b ex& P$s virtudes natud e s y so+niNraIks de3 que lo emplea. La generosidad del alma aumenta con su ejerci& exteriai'kpe?ido. ia magaificencia, que es el gusto par las grandas empresas y el gusto gBr los grandes g a s t ~ spara grandes causas, es pdericammte ihia virtud para los que poseen, as de&, de los que pueden gastar d e lo suyo. Ella p r e s u p e y exalta a la magnanimidad; que es una amplitud de miras y da un poder de acción que es la magnificencia pmpiamaite: &ha y una p e r o sidad del medio o. Is myn$iwcia. Más todas ellas se nutren y redm&pea la virtud más excelsa: le carkMr -el punto que -* %,uibua% Pcr. aún con e$@' regemas el dinero n>mo tal y come s;abir,fo de les bienes mater i a l ~n0 oc un mdi L$ visi6n cristiyia del mundo difiere aquí ~@&nUamente dd amr & que! d .:al,.que .m+ el estpi ptofunh~atc.mv~*~dpls qda &,-& .& 'le pertenace, que lo habk .d&dw.ea cióa, con la úniw, pém fudimental aondi'p. dineao,$me canzonas. Mgunes de sus amiges e e f B a l h e p r lo manes pseían bienes. .Así pus el - app ~t~e(,'+~ m: , ; , ~~- DIOS O YAMYON ecataz la voluntad del Dueño, de cumplix sus árdena y denos, q l í u t o s e implícitos. Defenderá los intaeref del Dueiio por encima de los propios.. (Por lo demás, en el h e a Q &e una identidad de intue sar, no s6b de les del. dueír. y administrador .a0 tambih de los demás hombms). Dos son las cualidades que fundnmrntalmenn pueden upemrse de un administrador: la fidelidad y la capacidad. a¿minismtiva. Ambas han sido d t a e i a s en las parábolas evangtlicas ya que la parábola de los talentos no tiene por qué I i i t a m a dones de espíritu. El que tiene f o w debe. administrarla bien en todo sentido. De.aquí que el despilfarro y mal gobierno de los bienes materialer, no cm un asunto plrricular, n del cristiana que en su prso r la tierra tiene una irremediable accesida_ de las cosas, se topa con los problemas d d dinero en cada momento y está obligado a convivir con personas para las cuales el dinero constituye una meta su~rema)He aquí una pregunta que exige una rsrpuertp práctica, ya que no basta con a- la verdad ts8rks,o tsol6gica. Sin embargor ef ncagsnPo T C I O ~ ~c& ~I fueron las en esta el ejemapio de los santos y maestros de la vida es intual y las implicacioner profundas que tebPo s o lleva consigo. Se trata, en una palabra de considerar el sentido cristiano de la p o b m . f' ZSZ El sentido cristiano de la pobreza, aunque . . cia a un justo de or~psgsIBCUISBS frente a un rieo inicue y, reproch. a los ricos p r su soberbia. y dureza de e e d n , sin abarp en general, sc interpretaba a1 bienestar m a k d .-me una señd de bsaepUat~9 reeom)enm DMnu-otogndsp aaquel que supo guardsí sus mandamiuMa;'!Liopulencia em un premia temporal de lor j u w . Li histom de Jab, uoastituye uua csmpoida notable en cctr,sasiDido. Los vurigios de esta actitud p u e h observarse hasta hey dii en las sociedades judías y .mtestantas. En este ambiente, las paiabm y el ejemplo ¿e CMte, tenían que choou p f u n d ~ e n t e .Cristo practid y predice k miüncis no solamente de 10 pmlsibido o B n p , sino tarnbi6n lo lícito y consagrado por 1i tmdidón, cuando esto limitaba la l i b d & mtmgarse a Dios. Cristo no era un.ascem en el habitual sentido de la palabra, y sus ayunos y medicaciones siempre parecen haba estado dakionados con un PCDntearaimaS 8apoItpale más que censtitdr tia hlbik~~@mta:~deni vida. San Juah E)satirB, iinpraasmrimás ea sste seatide. RÍao mi éi con el Maestro' & te y pobreza aIwe1iitos &n su exprssi6n más clevad~ a. d Calvario, dende su última pmidi, su..&ha propiedad fu6 de (kdos. objete de -u9n+da Su-ead m este, tema, pdria resumirse en ctrto fme: e n d e dejar de I d o toslo lo .que nor wrba p r a se uir a ~risto,sea 1~ imtmda ~ ' : ' ~ ideae%, o ~sea un amor lía¡@ ptnc$rmflraiqdo absorbente de la f d a , be^ i d b e l o m k recónditamente p p i @ :.d<>iiligilenghI!'+. a un asU@o de wcaciQn. Se plantea aqui disyuiitjwmw ui cl problema de matrimonio y vir@í&d. Evidentemene todor loe ciistjamaia#Cn rianoc~bligd~ a hpura es@ic~d. Ia la vi* sa la d i é n lpíttiriionio que ,p"upne sdbrenatd una &M W ;esto&.PUO s61. los osamados denen i.pe m p a í t t r l a de una c d & d absoluta y d. Lor dos 6rdeas de la vida, w. y candición del m o r y de la felicidad perfecta. El pobre no es p tan r61e digno de ayuda y ptección sino que se transforma en el "escogi&" ¿e Dios, a Su arnige mis íntimo. Basta r w r d a r la historia de los siglos XIII, XIV y XV para comprender la tremenda energía + r i t u a l contenida en esta conceptos. Hey en día, cuando la presi6n del mmde material se hace cada vez más potente, cuando se predica y practica por doquier el prag=tirano e a su f o m a m& cruda, la Iglesia ha vuelto a insistir scbre las excelmcias de 11 pobreza. Tanto en teologia como en un sptilo de vida, en h s exhortaciones papales como en las reglas de las congregacienes nuevas, se multiplican les esfuenor de actualiur el sentide aiskiano de la pobreza. Las tdmgos, mbre tode franceses, tratan de ampliar aún mL el aspecto espiritual de la pobreza, vinculímdola directamente con la &dad, en el rentido de que la pobreza constituye un ¿en amoroso de sí mismo. r~~altan$o así el a&ter positivo de eSQ virtud que a mucha pudiera parecer purameate negasivs (pobrw como renuioia o falta de l a bienes). En cuanto a la vida monástica, aparecen femr : . , : , , . <-, , nuevrs como Ir de 1a.hemanites de Jrír en cuya espiritualidad la p b w a juega un En .h,Hird9iia.:&I papd proanauite, Einrliaenk, y lo que nos Las * & : & a o ~ ~ t i a a i p w d c & vez más Criste, han ride4ieicJ en seguir leo a m ú ~ ~ - twa más dq cera, se M t e a qwe 1i p u b m a&tiQn~no es ~,rivaPvadel 00s del Maestm. T o n t o laos~ep&ó]Ps de los de* siPaque es una eoadioiión indudible apístelas come Iu normas & difr de.:los de d o dstkw, g d s pnmems cristianos .~ ata'o~g~ania cuila A d n W c a t d c dado y prsonipaeión.pndesterr~rd apego dadde&q~?currlqoiae*a,ya<1ueC1 al mundo y sus bieaci & mude r b~drepresenta, con su e j e 0 mis que por sus C O ~si se m u d a n duiw y bii, se i&palabins, a Giste EZI 40 de un materiata a los indnriduw y d a s ccmnmidadas-iabr ono que lismo deaenfienauio. Fe$onalmwite éste es uno de los arpcctas mOs olvidados de la formaciión a p i r i l d de E. "aairistas" de la AMón CatBlica y de ims q k e s ce gene el espíritu de pobreza y eh marrimeaio por un lado y la pobreza real y la virgiidad por el otro, son en sí mismos perfectes y agradablss a les ojos de Diw: ambos tienm prometida la vida €terna y ambos son compatiblei con la santidad heroica. Pem la ercena evangélica del encuentre del joven rico y piadsro con e1 Maestro muasíra que la pobreza zed es la más excelsa: en efecto 1s primero que Cristo propone al joven piade se, en orden a su salvación, es la virtud ordinaria, el cumplimiento de los mnndamientos, en les cuales entra el e s p i r i ~de Sólo cuando ei joven afirma haberlos cumplido desde su juvenmd, Cristo le invita a seguirle más de cerca, a dejar de Iiecho todo cuanto le una con el mundo. Por lo dm$s es natural que así fuese: siempre los valores excepcionales son supuiores a los ordinarios. Hay que reconocerlo aunque uno no se sienta llamado a este orden de vida. Además la superioridad del orden de vida no significa en absoluto que todos los que lo siguen sean automdticaiaente superiens 0 más agrndablsp a los ojos de Dk: esto dede intención y gndo de pende de la pamor. . d za, sxpresión ,b1* 3i d.Los~~~~~ykwseglsrrrporigualp recen nm&am algo tfmidus~odadem p d v , discdpaadodegntudQoaIwquevivmes la Igleri., una h q e n de Ciisto sufriente. S e le honraba, mas no se le envidiaba. S610 en e1 si@ W I con ri advenirniente de las 61&r m e n d i m t s y come reaoei6n en conn & u estancamiento espiritual y sobre t0da h j o h isfluemia pederosa de San Fanb clc Asís, aparece la mistia de la pobre- y política. Otmr eacuenan que la vida moderna coa su lucha pan subsistir es tan difícil y aguda, que d o ilamamieato a la pobreza &tiene aeria atsgtpoaáaa. Se olvidan, sin mbargo* q e lo exigencia de la pobreza no fu6 dirigidi a los ángeles que no tienen neesidadg matexiales, sino a nosotres, que según la frase evangélica, "andamos agobiados con trabajos y cargas". la sobubii y semaoi6n de poda que ammpañan a la p o d 6 n de riquezas, el bembre se indina humildemente r buIa pmtecnada puede a6n de la Prorideneia n ~&a ~ . sihrdn con sus r c c l t ~ 6h u ~ ~ a En sdquisel-, irur las cosas y lor icon*entas. verdadenas @*onsr..-.Finshea,o~; k pebrczs *oluauii:: deaNyd .'lb'bapram del egoísmo que habimhwzte .a= rqprran de Pobreza y ~ m m ' el Per sro arco que no serú dan&, aun con ksgo de repetir, resumir de nuevo las im- plicaciones protundas de la pobreza uisiiana: La medida de toda la perfección dstiana, ea el amor. El amor hace que la pobreza, que ea una IibaaaiOa del apega a los bienes, sca santa y wntificadara. Esta iibaaci6n del apego a los lpincs materiales puede e no ser acompaftada de una rerl ~arenciade elles. Si es así, la liberad& y per lo tanto la capacidad de seguir .a Cristo, es más completa, más psrk t a . Clwo &id que csm pebrezarecil tiene que ser d a d a o per le menos sinceramente a q a d a . En el caw que la pebreza, que fundamenalmente ar una actitud interior, no x -pase de una carencia de b i a s , el que prae debe porm cmno si no peseyese, S de& sentirse un mere administndor de sus bienes. Bara él, &m constituyen el insmimenta de su s h c i 6 n con toda le q o n s a b3id.d que es& siguiha. El que uno siga este u otra de los órdeues de vida, d de lh p b m de [email protected] el k la pobreza red, 6s asunto &,h&o&BB, y tanto yerri el que bienes. Nu&m d d a se d u e *w i a de ruspidas FW