Roma Y La Leyenda Troyana - Interclassica

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ROMA Y LA LEYENDA TROYANA: LEGITIM A C I ~ NDE UNA DINASTÍA* Cuando los Romanos empezaron a darse cuenta de que estaban dejando de ser los habitantes de un villorrio cuya vida consistía en las correrías contra las aldeas cercanas o en defenderse de las incursiones de sus vecinos, prácticamente sus iguales en potencial económico y social, y que empezaban a anexionarse por vía de conquista o de tratado a los pueblos de sus alrededores y comenzaba su fulgurante expansión hasta hacerse duefios de toda la península itálica, quisieron buscar un pasado glorioso que justiticara su destino en el mundo. Por ello las familias que estaban descollando sobre las demás se atribuyeron, de un modo tal vez más ficticio que real, hechos gloriosos en los que, como suele suceder, adjudicaban a sus antepasados grandes,gestas y los triunfos que en unas ocasiones respondían realmente a sus acciones pero que en la mayoría de ellas podemos suponer que deformaban la realidad y que más bien habría que concedérselas a esos pueblos o caudillos con los que habían combatido. Del mismo modo en los Annaíes Pontiificum se registraban los sucesos de cada ano, pero magnificando lo propio y aminorando lo ajeno, algo que es extensivo a los documentos oficiales. Esta magnificación se vio favorecida cuando, coincidiendo con el descubrimiento de su superioridad, la invasión de los Galos del 390 trajo como consecuencia la quema del Capitolio y, por tanto, la desaparición de todo documento oficial, lo que hizo que fuera la tradición oral, los recuerdos de las grandes familias expresados *Este texto, sin aditivos ni correcciones, responde a la conferencia que pronuncié el día 17 de diciembre de 1992 en el Museo Arqueol6gico Nacional, dentro del ciclo Troya: Historia y leyenda, organizado por el propio Museo y la Sociedad EspaKola de Estudios ClAsicos, y que, salvo contadas ocasiones, es subsidiaria de la bibliografía que se aííade al final. 18 ROSA M A d A IGLESIAS MONTiEL en las laudationes funebres y sobre todo la literatura griega lo que les sirviera de base para la confección de su historia, una historia a la que dedicaron su esfuerzo los Analistas (que reciben, amplifican y deform,an los datos) y que tardó más de tres siglos en tener una forma definitiva, aunque con variantes, en el siglo de Augusto. Los datos históricos fehacientes que tenian consistían en la expulsión del último de los Reyes, el cambio de Constitución y la instauración de la República en el 509 a.c. Sabían que a mediados del s.V los decénviros habían redactado las XII Tablas, que a fines del V y a lo largo del IV los plebeyos se habían opuesto a los patricio~hasta conseguir la igualdad que reclamaban, que en el s.IV habían conseguido liberarse de la dominación etrusca con la toma y destrucción de Veyos, su capital, y más adelante, en el s.111, se mostraban orgullosos de su actuación en las guerras contra Pirro y contra Cartago. Pocos datos y fríos, como es propio de los romanos, pueblo observador y sin imaginación. Pero ya en el s.VI tenian contactos con Grecia, tal vez con el intermediario etrusco, y es sobre todo a mediados del s.IV cuando se hace más estrecha esa relación con el mundo griego, al que quieren dominar y que se distingue de la incipiente potencia por tener un pasado brillante del que se siente justamente orgulloso. Roma no está dispuesta a concederle esa satisfacción y reconocerle una superioridad por retrospectiva que sea. Es entonces cuando, por patriotismo y con fines de política nacional, comienza a elaborar su historia, para lo que se valdrán, justo es adelantarlo, del genio y destreza griegos en la invención y presentación de las leyendas de la antigua Roma. Bucea en su pasado y se encuentra con un vacío casi total, pero paulatinamente descubre grandes asideros: a) Antepasados procedentes de Oriente y en especial de Troya. b) Noticias, locales o no, de que Roma fue fundada por Eneas. c) Constatación de que Lavinio fue la ciudad que Eneas fundó y en cuyo templo se guardan los Penates que con él trajo. d) La leyenda de los gemelos Rómulo y Remo amamantados por una loba, de los que Rómulo será el fundador de Roma y el iniciador de la serie de los reyes de Roma, leyenda que era la última en desarrollarse pero que estaba latente desde hacía tiempo. 1. Sabemos, gracias a la arqueología, que a finales del 11 Milenio hay una migración de Oriente hacia la costa occidental de Italia, por lo que no es sorprendente que algunos investigadores de- ROMA Y LA LEYENDA TROYANA 19 tecten en las partes más recientes de la Odisea unos conocimientos geográficos que no se deben a la simple especulación o a las colonizaciones que, como sabemos, son posteriores al s.IX. De ahí que no nos extrafle que las primeras menciones literarias hagan clara referencia a viajes hacia occidente tanto de los griegos como de los troyanos después de la Guerra de Troya. Son los famosos nostoi, el más destacado de los cuales es naturalmente el de Ulises. Pero lo que aquí nos interesa es Eneas y sus compañeros. Como ya se habrá dicho y se dirá en este Ciclo, es Homero la excusa para legitimar la leyenda troyana. En el canto XX Poseidón habla del glorioso futuro que le espera al frente de los Troyanos, eso sí, sin especificar dónde estará su reino, cosa que sí hace el Himno Homenco a Afioáita (mediados del VII), que habla de una Troya resurgida de sus cenizas. Es cierto que la IliupenIS de Arctino (del s.VIII), a tenor del resumen de Proclo, diría tan sólo que se retiraba al Ida y antes de la destrucción de Troya, inmediatamente despues de la muerte de Laocoonte, pero poco a poco lo van alejando de la Tróade: Helanico (s.V) dice (4F31) que atraviesa el Helesponto y ilega a la Calcidica, donde funda la ciudad Aheia, ciudad que mantenía la leyenda a finales del s.VI o bien entre el 490-480 como quiere Horsfall, pero siempre antes del testimonio literario, ya que acuña monedas con la efigie de Eneas llevando a su padre Anquises en los hombros, escena ésta que tendrá mucho éxito en el arte y la literatura. Pese a que, según Dionisio de Halicarnaso 1 46, 1-48, 1 hay versiones que dicen que Eneas muri6 en la Calcídica, otras en cambio dicen que visitó Tracia o Samotracia y se puede hacer un recorrido hasta Drépano en Sicilia donde encontramos al menos 14 localidades que reciben el nombre de Troya. Antes de Helanico el primer testimonio claro de que Eneas viaja hacia occidente es el de Estesícoro (S.VI) si es cierto que en su IliuprsslS relataba los sucesos que están reflejados en la Tabda fliaca Capitoha, relieve, como sabemos, del aflo 15 a.c. y que tiene una inscripción en el panel central que reza: 'I Xiou n í p o ~ s KUT& C ~ ~ a i x o p ocon v , las siguientes escenas claramente indicadas: Eneas recibiendo los Penates de Panto; Eneas sale por la Puerta Escea llevando de la mano a Ascanio y sobre los hombros a su padre Anquises, quien sujeta en su mano derecha un cofrecito, y aparece también una figura femenina sin identificar; otra escena, quizá la más significativa, es la que repite a Eneas, Ascanio y Anquises con el cofrecito, con la clara indicación de ' A y x i o q s 20 ROSA MAR~AIGLESIAS MONTEL uaL TCI k p d , ya sin la fígura femenina pero acompañados de Miseno y embarcando hacia Occidente: & ~ a i p w ~ v i mjv s Eom ~ p i a vescena , que se ha interpretado como una clara alusión al paso de Eneas por Siciiia. Pese a que no hay nada que pueda hacernos dudar de que así lo relatara Estesícoro (esa es la opinión, entre otros del Prof. Ruiz de Elvira), todo hace pensar que la Tabula ha sido confeccionada teniendo en cuenta los detalles de la leyenda totalmente elaborada, es decir que hay más de la Eneida que de la fliupefsIS, como hacen notar entre otros Castagnoli y Horsfall. Amén del argumento de este último de que Dionisio de Halicarnaso, el gran compiiador de todas las variantes sobre la leyenda, no la mencione, a mí me resulta llamativo que la Tabula fuera descubierta en Bovilla, la «patria chica» de los Julios. Vemos, pues, que estos datos sobre Eneas y sus compañeros, como otros que hablan de la presencia en Italia de griegos (los Arcadios de Evandro, Diomedes, Ulises) o de otros troyanos (Anténor) no es sino adornar hechos históricos (las migraciones) con la inventiva que hacía que los emigrantes fuesen los héroes prestigiados por Homero, ya que, como sabemos, la Troya descrita por Homero sucumbió precisamente a finales del segundo milenio, en plena Edad del Bronce. Esa es la tesis defendida por Bérard y que no es necesariamente incompatible con la de Perret, Galinsky, Holloway o Poucet para quienes la leyenda es propiamente romana y se debe al deseo de prestigiar los cultos y los desconocidos héroes locales identificándolos con esos mismos héroes mitológicos. 11. Un dato muy importante en la historiografia griega, pero que apenas tuvo eco en Roma es el de que Eneas fue precisamente el fundador de Roma. El creador, o al menos el primer escritor en el que encontramos esta leyenda es Helanico (4F84), en aparente clara contradicción con la noticia de que Eneas había permanecido en la Calcídica y que su hijo Ascanio volvió a la Tróade. Según este segundo fragmento Ulises y Eneas llegaron juntos procedentes del país de los Molosos y allí fundó Eneas una ciudad, que llamó Roma (que es un nombre parlante, puesto que en gr. Rhome significa 'la vigorosa') porque una de las troyanas que lo acompañaban, cansada de vagar, convenció a las otras troyanas de que quemaran las naves y así se vieran obligados a permanecer defintivamente en un lugar. El transmisor de este fragmento de Helanico es Dionisio de Hali- ROMA Y LA LEYENDA TROYANA 21 carnaso, quien dice que también es de esa opinión Damaste de Sigeo (también del V) y algunos otros autores, aunque también da otras variantes sobre la fundación de Roma. Los estudiosos se dividen en dos posturas claramente diferenciadas: los que opinan que la leyenda es una invención de Helanico y los que defienden que el historiador griego recogió y dio forma a una leyenda presente en Roma ya desde el s.VI y que había sido impuesta por los etruscos en la época de su gran dominio sobre Roma (Galinsky), que habría llevado aparejado un gran desarrollo de la ciudad junto con grandes contactos con Grecia. A este respecto hay que decir que, en efecto, los datos arqueológicos nos demuestran un gran interés en Etruria por el tema de Eneas: son muy abundantes las representaciones del héroe llevando a su padre en hombros en gemas, terracotas, vasijas y, en lo que a Roma se refiere, las excavaciones del Area Sacra de Sant'Omobono( en la pendiente que va del Capitolio al Tíber) han servido de apoyo a la teoría de que fueron los etruscos los que introdujeron la admiración por Eneas así como que en los s.VI y V Roma era una ciudad de gran extensión y fuertemente helenizada, tal como pone de manifiesto Castagnoli. Sin embargo, las posturas siguen siendo divergentes pues, frente a quienes consideran que Helanico, conocedor de ese esplendor de Roma, quiso potenciar la leyenda local e integrar Roma en el mundo griego, otros (recogidos en Horsfall) piensan que para el historiador griego Roma sería tan sólo un enclave en Occidente y que querría darle a su nombre una explicación etiológica. Es más, la gran prueba que era para Alfoldi que en la primera guerra púnica se acuñara una moneda con la efigie de Roma, su fundadora, ha sido convincentemente contestada por Crawford. También se ha variado la hipótesis de que los Etruscos habían introducido el culto a Eneas por la más verosímií de la admiración que sentían hacia el héroe salvando a los suyos de la destrucción de Troya. Sea como fuere que los romanos conocieran la leyenda de Roma fundada por Eneas, y tal vez porque consideraran que esa era una «imposición» etrusca, lo cierto es que no le dieron excesivo pábulo, ya que no aparece en la historiografia latina que nos ha llegado, con la única excepción de Salustio Cat.6, 1. La razón puede estar en que es irreconciliable con la de Rómulo y Remo y, sobre 22 ROSA M A ~ IGLESIAS A MONTIEL todo, porque fue mucho más desarrollada la de la fundación de Lavinio. 111. En efecto, mientras la leyenda de Eneas fundador de Roma tiene gran aceptación entre los griegos, entre los Romanos en cambio alcanzará gran difusión y llegará a convertirse en canónica la que dice que Eneas desembarcó en las playas del Lacio, donde levantó dos altares al Sol y, según el oráculo recibido bien de su padre o bien de los dioses (el oráculo de Dodona o la Sibila Eritrea), tuvo lugar el conocido episodio de que «secomieran las mesas» por lo que desembarcaron los objetos sagrados y los dioses patrios y decidieron llamar al lugar Troya; la cerda paridera que iban a sacrificar echó a correr y, después de unos 24 estadios, se detuvo en un lugar en el que empezaron a construir una ciudad. Luego vendría la entrevista con Latino, rey de los aborígenes, la guerra o tratado, el matrimonio con Lavinia, la hija de Latino y la fundación de Lavinio por el nombre de su esposa, ciudad, además, en la que los troyanos depositaron a sus dioses patrios y en la que reinaría Eneas sobre los Latinos, nombre común dado al conjunto de troyanos y aborígenes, que se vieron abocados a una guerra contra Turno y Mecencio en la que moriría Eneas que, arrastrado por la corriente del Nurnico, se convertiría en