Hysterica Passio

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Hysterica passio Angélica Liddell PRIMERA PARTE HIPÓLITO.- Os voy a contar un cuento de Navidad. Mi madre se llama Thora, la famélica enfermera, mi padre se llama Senderovich, el pálido dentista. A los treinta y dos años Thora todavía era virgen y vivía con su madre. A los treinta y siete Senderovich había perdido a su mujer y a su hija, desaparecieron en el mar. De esto hacía ya seis años. No habían encontrado los cadáveres. Así que Senderovich era viudo. Thora y Senderovich se conocieron gracias a un intenso dolor de muelas. Y Cuando Thora y Senderovich se unieron causaron mucho, mucho, muchísimo dolor. Fueron terroríficamente felices. Hasta que llegó el día de Navidad. Terroríficamente felices. Y vosotros, decidme, ¿sois vosotros felices? con Thora y Senderovich en fiero tormento!!!! PRODROMOS DE LA MASTURBACIÓN HIPÓLITO.- ¿Queréis saber? ¿Queréis saber qué hacen Thora y Senderovich justo un día antes de conocerse? Por ejemplo Thora ¡¡¡¡Dramatis personae mi madre el máximo dolor sin guerra hablándole bajito a los perros casi con la oreja del perro metida en la boca susurrando contándole su vida al perro una vida de mujer para un perro un perro blanco todas las mañanas y el perro esta quieto como si casi le importara lo que mi madre cuenta como si casi le importara mi madre como si estuviera a punto de comprenderla como si el perro tuviese la palabra en la punta de la lengua mi madre en la oreja peluda del perro cerca de las garrapatas también blancas hinchadas la sangre va por dentro antes de conocer a mi padre antes de estar cerca de mi padre antes de la Navidad y Senderovich mi padre qué hace Senderovich antes de conocer a mi madre solo en su jardín hablando de la higiene de las flores amante de las flores ¿a quién le habla si está solo? hablándole a la tierra le habla de una manera que la tierra parece blanca Senderovich le habla a la tierra de su jardín como si la tierra de su jardín fuera una tumba como si mi padre fuera un jardinero de hombres como si la tierra fuera el fracaso de la humanidad la tierra blanca de espanto la petunia es más higiénica que la rosa la higiene de las pasiones ¿a quién se lo dice? horada la tierra con su lengua sarrosa blanca ¿a quién se lo dice? No lo sé yo soy un puto deficiente por eso los perros y los niños me quieren tanto Thora y Senderovich antes conocerse justo un día antes de conocerse se masturban THORA.- ¿El tigre y el payaso?, perdona mamá, ahora limpio el tigre mamá y el payaso mamá, el polvo del tigre y el polvo del payaso mamá, la suciedad del tigre y la suciedad del payaso mamá, la suciedad que han acumulado en un día, en un día más sin saber lo que se siente, ¿qué se siente?, ¿qué se siente? SENDEROVICH.- No lo comprendéis, no lo comprendéis, las plantas favorecen la higiene de las pasiones, el jardín es necesario, las flores sencillas son necesarias, hay que combatir la pasión, la higiene modifica al hombre, quiero ser modificado, quiero solucionarme, aquí en la tierra, os lo prometo, es la última vez. THORA.- Ahora mismo limpio el tigre y el payaso mamá, pero el samurai está limpio mamá, la vaca está limpia mamá, el cesto de flores está limpio mamá, la bailarina está limpia mamá, el gato chino está limpio mamá, la tacita rota está limpia mamá, todo está limpio, ¿el tigre y el payaso? SENDEROVICH.- Os digo que ya no vuelvo hacerlo, sólo cuidaré del jardín, las plantas nos favorecen, porque no tienen corazón, no comprendéis la higiene, hay seres incapaces de comprender la higiene, observan una margarita y siguen sin comprender la higiene, pero yo la he comprendido, y esta es la última vez, la última vez. THORA.- Lo siento, mamá, ahora lo limpio, lo limpio todo otra vez, yo limpio el tigre y el payaso mamá, el tigre y el payaso mamá, mañana quiero sentir, ¿qué se siente? ¿qué se siente? ¿qué se siente? SENDEROVICH.- Ya no voy a sentir, nunca, nunca, ha sido la última vez, la última vez, a partir de hoy la higiene de la tierra, la higiene y nada más. TIGRE Y PAYASO FORNICANDO BAJO TIERRA: FECUNDACIÓN: 1-LA CONSULTA DEL DENTISTA Y 2-EL HOSPITAL HIPÓLITO. - Si rastreáis en mi esqueleto hallaréis la genealogía del dolor los huesos rotos por 32 partes 32 señales procedentes de antiguas fracturas he gritado 32 veces en mi vida el resto del tiempo lo he pasado mudo he gritado treinta y dos veces en mi vida Y una más Y una más como si el tigre y el payaso hubieran fornicado brutalmente bajo tierra bajo el jardín higiénico de mi padre he gritado treinta y dos veces en mi vida Y una más Igual que algunos son gestados en un muslo mi gestación depende del tigre y el payaso bajo tierra infectada mis colmillos rechinan ¿Por qué tuvieron que encontrarse dos seres tan normales? ¿Por qué tuvieron que procrear? Mis colmillos rechinan los seres agonizantes son los más tiránicos el tigre y el payaso ríen hasta hacerme llorar la tierra salta hasta la desolladura Thora, ridícula Thora cuéntanos cómo te duelen las muelas THORA.- Me duelen. Me duelen por tu culpa mamá. Estoy llorando por tu culpa mamá. ¿Me escuchas? Estoy llorando. No voy a llevarte el desayuno a la cama. No voy a comerme las sobras. ¡Nunca más! Las muelas. Me duelen por tu culpa. Me duelen mucho. Y no me acompañes al dentista. No te quiero mamá. ¡No te quiero! 1-LA CONSULTA DEL DENTISTA HIPÓLITO.- Empiezo con enfermera en consulta de dentista enfermera con dolor dolor mudo como diente o como sábana mudo como la necesidad individual de afecto el blanco también mudo parecido a la amnesia ahora vestida de rosa virgen esa mujer que no soporta mancharse esa mujer que no soporta que se caigan las cosas esa virgen aburridísima virgen 32 años y enfermera silenciosa como el dolor silenciosa como los dientes como las sábanas como la necesidad individual de afecto como el blanco pero ahora la enfermera vestida de rosa virgen vestida según su madre más impura que si fuera puta impurísima Thora atormentada por pensamientos viscosos temblando en el sillón del dentista ¿Por qué, madre? ¿Por qué haces esa pregunta? Eres asquerosa madre eres verdaderamente asquerosa Y la enfermera virgen y asquerosa le pregunta al dentista THORA.- ¿Me hará usted mucho daño? HIPÓLITO.- Me das asco. THORA.- ¿Me hará usted mucho daño? HIPÓLITO.- Sólo sirves para vaciar orinales madre. THORA.- ¿Me hará usted mucho daño? SENDEROVICH .- Jamás le he hecho daño a nadie. HIPÓLITO.- El dentista miente. SENDEROVICH .- Si me lo propusiera, sin anestesia. HIPÓLITO.- Con su fuerza espiritual también eres asqueroso padre, ser indigno. conquista a la enfermera, tú tu fe inventada te da licencia para Y la enfermera pregunta temblando THORA.- ¿Me hará usted mucho daño? HIPÓLITO.- Y aunque nadie lo crea, sin anestesia, el poder de la mentira, solo con palabras, el dentista no le hace daño ni una sola vez. THORA.- ¿Me hará usted mucho daño? HIPÓLITO.- ¿Cuánto daño te hicieron antes de esa pregunta, madre? SENDEROVICH.- Jamás he hecho daño a nadie. HIPÓLITO.- Es el primer ser humano que no le hace daño. ¡Maldita sea! THORA.- ¡Se ha caído, qué espanto, se ha caído! HIPÓLITO.- De la mano del dentista a la mano de la enfermera. La muela se ha caído al suelo. Thora no soporta mancharse, no soporta que se caigan las cosas. THORA.- Ahora sufro menos. HIPÓLITO.- Pero en el fondo dices otra cosa, madre. THORA.- Quiero mancharme. Quiero que se caigan las cosas. HIPÓLITO.- En el fondo cada vez sufres más. Cada vez deseas más cosas. THORA.- Quiero sufrir por cosas distintas. HIPÓLITO.- Tu insatisfacción será más cruel que tu insatisfacción. THORA.- ¿Voy a ser distinta alguna vez? HIPÓLITO.- Sí. Vas a ser insaciable. THORA.- (Suspira.) SENDEROVICH.- (Gritando.) ¡Jamás le he hecho daño a nadie, jamás le he hecho daño a nadie, jamás le he hecho daño a nadie, jamás le he hecho daño a nadie! 2- EL HOSPITAL HIPÓLITO.- Y dos días más tarde sólo dos días más tarde entra el pálido Senderovich pálido pálido dentista el que reza todos los días con los dedos sucios de esperma aquí entra el dentista religioso en el hospital donde trabaja la famélica enfermera entra herido entra con media cara arrancada todavía lleva las manos manchadas de tierra la bragueta manchada de tierra la bragueta manchada de flores la bragueta manchada de algo podrido le vemos los huesos de la mandíbula comprobamos que es tan pálido como sus huesos tan macabro como sus huesos los músculos aún se retuercen alrededor de su grito parece más real así lo deforme por fuerza se parece a lo deforme con media cara arrancada por mordedura de perro horrendo así mi padre parece más real le condeno más fácilmente a todos nos gusta reconocer a los monstruos y grita como si ladrara. SENDEROVICH.- ¡No maten al perro! HIPÓLITO.- Permite que me ría, padre. Escuchadle bien. SENDEROVICH.- ¡No maten al perro! HIPÓLITO.- ¿Quién es el perro? ¡Tú eres el perro! ¿Qué llevas pegado a los dientes? ¡Pelo negro! Le has arrancado la cara al perro, ¿verdad? ¡Repite! SENDEROVICH.- ¡No maten al perro! HIPÓLITO.- Hace rato que lo han matado. Ya han matado al perro sin cara. Sufría demasiado. ¡Enfermera, famélica enfermera! ¿Lo ves madre, ves el pelo negro, el pelo negro del perro entre los dientes del dentista? THORA.- Pobre, pobre. HIPÓLITO.- La famélica enfermera reconoce inmediatamente al pálido dentista. Lo reconoce por la mitad intacta de la cara. Yo lo reconozco por lo contrario. Pero tú eres tan imbécil, madre, y asquerosa, y dices pobre hombre. THORA.- Pobre, pobre. SENDEROVICH.- ¡No maten al perro! HIPÓLITO.- La enfermera reconoce a Senderovich por la mitad intacta de la cara, pero no puede dejar de mirar su parte desgarrada y espeluznante. Se siente irremediablemente atraída por la parte sangrienta, por el horror, es una glotona de las heridas, se identifica con la herida de Senderovich. SENDEROVICH.- ¡No maten al perro! THORA.- Pobre, pobre hombre. HIPÓLITO.- Y diciendo esto acerca una mano a la herida toca la sangre de Senderovich se compadece de sí misma dice pobre hombre pero se compadece de sí misma se identifica con la herida de Senderovich esa es la razón oculta por la que Thora es enfermera se siente enferma necesita heridas literales a su alrededor necesita enfermos enfermos como ella sin heridas se sentiría desnuda y con la mano sucia de sangre mancha su uniforme deliberadamente deliberadamente arroja un vaso al suelo corre al báter a masturbarse estos son los hechos no piensa en su madre por primera vez no piensa en su madre empieza a sufrir por cosas distintas Mi alma se pudre las fisuras de mis huesos se abren para tragarme en la siguiente escena allí me fecundan ¿qué sentido tiene fornicar en un hospital como peces asmáticos? me arranco los ojos para describir la odiosa escena ese momento en que fui fecundado por los desastres del universo fecundado por todas las muertes que precedieron al dentista y la enfermera fecundado por el dentista y la enfermera fecundado por los enfermos los enfermos el dentista casi rezando como si hiciera un sacrificio el sacrificio de los perversos y no pensara en el sexo en el fondo solo piensa en el sexo Y la famélica enfermera deja ensangrentado el vientre del pálido dentista aprieta la vulva para que no se derrame ni una sola gota de tragedia humana es el instinto madre eres sabia como los recién paridos me repugna proceder de un holocausto tan humano Acaban y todo es amargo huelen a yodo huelen a herida son un trozo de carne arrancada de un caballo intentan ser felices ¡Oh, madre, asquerosa madre mía, preñada mía! háblame de tu debilidad quiero oírlo de tus labios THORA.- Quiero ensuciarme, quiero amar, soy como una niña. HIPÓLITO.- Y ahora tú, padre. ¿Por qué has accedido a engendrar, tú, que te enorgulleces de haber triunfado sobre la carne? SENDEROVICH.- Yo no he engendrado a ese hijo sino la bestia libidinosa. HIPÓLITO.- Y tú, madre ¿por qué no me suprimes de la existencia? THORA.- Porque necesito salir de casa para no matarla, a mi madre, para no volverme loca. Porque voy a casarme con él. HIPÓLITO.- ¿Deseas follarte otra vez a ese cerdo, verdad, lo deseas una y otra vez, sin parar, lo deseas tanto como la muerte de tu madre? THORA.- Me hago daño con los dedos, me hago daño con los dedos, con las cosas. Tengo cirujanos borrachos en la tripa. HIPÓLITO.- ¿Y yo? Soy el precio, ¿verdad? Soy el precio. THORA.- ¿Quién eres? HIPÓLITO.- Salvaje. Absurdo. Una hamburguesa. SENDEROVICH.- ¿Quién eres? HIPÓLITO.- Y tú, tú, tú, contesta, ¿por qué accedes a casarte con ella cuando te pide matrimonio? ¿Por qué aceptas al hijo salvaje absurdo una hamburguesa? SENDEROVICH.- De nuevo una familia. La rectitud me sirve, me ayuda a mejorar. Otro hijo, otra oportunidad para Dios. HIPÓLITO.- Utilizas a Dios para mentir. Contestes lo que me contestes no voy a creerte. Los seres como tú jamás contestan. Solo utilizan frases hechas, para ti el lenguaje es un disfraz. SENDEROVICH.- Es la lucha entre el bien y el mal. ¿Qué sentido tendría poseer un cuerpo tan perfecto, una máquina tan potente, si no se librara dentro de ella la lucha entre el bien y el mal? HIPÓLITO.- ¡Y por fin la boda! ¡Matrimonio en la deficiencia! ¡La lucha entre el bien y el mal! ¡Cuando el blanco es una mancha! ¡De blanco a blanco! ¡De blanco a blanco! ¡De blanco a blanco! MATRIMONIO EN LA DEFICIENCIA HIPÓLITO.- Y por fin la boda de blanco a blanco por fin la boda con flores del jardín de Senderovich esta información es importante con flores del jardín de Senderovich el matrimonio inexplicable por un dolor de muelas por una cara mordida como cualquier otro matrimonio tan deficiente como cualquier otro manchado por los pájaros en la iglesia de la Cruzada la Cruzada de las almas enfermas pálido dentista y famélica enfermera se escupen alegrías como agonizantes de basura las mejillas negras pedazos de pulmón ofendido ofendido a causa de la falsedad se lanzan para rebozar el juramento nada de amor THORA.- Sí, quiero. SENDEROVICH.- Sí, quiero. HIPÓLITO.- Nada de amor. THORA.- Nada SENDEROVICH.- Nada HIPÓLITO.- Nada. SIGUE LA BODA HIPÓLITO.- Aplausos de sardina tras el juramento baba. Ritual de las grandes esperanzas, tan grandes que aniquilan una especie entera sobre la tierra. Con las cuencas de los ojos llenas de arroz .¿Es feliz la enfermera? THORA.- He orinado sobre la cama de mi madre y he deseado que no se muera nunca para que se sufra a sí misma, ahora que se ha quedado sola, completamente sola . HIPÓLITO.- La enfermera es feliz. Ya puede llenarse la boca de bragas nuevas. ¿Pero es feliz el dentista? SENDEROVICH.- ¿Por qué tenemos que ser felices? HIPÓLITO.- ¡Inteligente y necio, mezcla perfecta para un jefe de estado, o para un Papa! Seguimos con el sacramento de las lenguas podridas, sobre altar cagado, la irreprimible pasión de las moscas por lo corrompido y por los fluidos dulzones de los idiotas, ¡Ya se les puede hacer el regalo de bodas! ¡Enfermera, enfermera, háblanos de tu regalo! THORA.- El camisón bordado de mi madre. Pero he tenido la precaución de prenderle fuego. Con él mi madre quería estrangularme en mi noche de bodas. HIPÓLITO.- ¡Dentista, dentista! , qué es lo más importante para ti en estos momentos. No me defraudes y miente ¡Miente! SENDEROVICH.- La oportunidad de formar de nuevo una familia. La familia es lo más importante. Lo más importante. HIPÓLITO.- ¡La familia es lo más importante! ¡Sí, lo más importante! SIGUE LA BODA HIPÓLITO.- Aquí sale cogido del brazo el matrimonio repugnante dispuesto a formar una familia con el mismo afán que un exterminador se podría fumigar utilizando el líquido amniótico allí dónde mutan las células prodigiosas aquí están dispuestos a incrementar la odiosa tasa de natalidad sin escrúpulos dispuestos a excretar una masa viviente sin futuro entregados a la crianza de las taras hasta que el animal alcance las proporciones necesarias para sufrir quieren formar una familia costra ¡Ay, Thora, Thora y Senderovich! tenéis entrañas de urinario los platos vienen aullando porque no se emplearán para ofrecer comida en el banquete en los platos de la familia se sirve la mezquindad y el odio el amor no importa el amor no existe en el matrimonio el amor no existe el amor no es nada comparado con los hijos los hijos comparado con los hijos el amor no es nada existen los hijos diosecillos de mierda en nombre de la creación en nombre del puto milagro de la vida en nombre de la justificación de la existencia permitidme que encierre el instinto maternal en la cesta de las víboras que reviente de veneno antes de causar más dolor Si esperáis un poco si esperáis hasta la Navidad asistiréis a acontecimientos espeluznantes THORA.- Se llamará... SENDEROVICH.- Hipólito. THORA.- ¿Por qué? HIPÓLITO.- Hipólito. ¿Qué intenta mi padre al ponerme ese nombre? ¿Qué sentido quiere darle a mi vida con ese nombre? THORA.- ¿Qué significa? HIPÓLITO.- ¡Pobre imbécil! Veamos al matrimonio en el lecho de bodas. Las almohadas son demasiado pequeñas para soportar sus miserias. NOCHE DE BODAS CON EXAMEN THORA.- No quiero a mi madre. No sé si quiero a Senderovich. SENDEROVICH.- ¡Contesta Thora! ¿Has confesado siempre en público tu fe en Dios! THORA.- ¿Qué me pasa? ¿Lo haremos esta noche? Dios mío, Dios mío, este fuego es peor. SENDEROVICH.- ¡Contesta Thora! Examina tu conciencia. ¿Has ofendido a Dios con blasfemias? ¿Has utilizado su nombre en vano? THORA.- Atrévete. Pregúntaselo. SENDEROVICH.- Es necesario que contestes. Es necesario si queremos formar una familia. ¿Has escandalizado gravemente con palabras y acciones? THORA.- ¿Habrá notado algo? ¿Cómo, cómo se lo explico? SENDEROVICH.- El ritual de la Penitencia Thora, he de enseñarte tantas cosas. Contesta, ¿Obedeces a tu madre, la respetas y la ayudas? ¿Eres fiel a tu esposo en pensamiento, palabra y obra? ¿Tratas a otras personas como deseas que te traten a ti? THORA.- ¿Cómo se lo digo? ¿Cómo le indico que quiero hacerlo, que quiero hacerlo toda la noche? Igual que en el hospital, pero ahora es distinto. ¿Le toco? SENDEROVICH.- Contesta Thora. THORA.- Me da miedo. ¿Por qué me da miedo? SENDEROVICH.- ¿Ayudas a los pobres, a los débiles, a los ancianos? ¿Has cumplido con tus deberes? ¿Has pagado tus tributos? ¿Has perjudicado a alguien con palabras falsas, calumnias o mentiras? THORA.- Si duermo con un hombre puedo tenerlo todo, puedo tenerlo todo. ¿Qué es este infierno? SENDEROVICH.- ¿Has inducido al aborto? THORA.- ¿Qué es este dolor? ¿Por qué me da miedo? SENDEROVICH.- ¿Has pedido perdón a los que has ofendido? THORA.- Voy a tocarle, por encima del pantalón, hazlo Thora, es un hombre. SENDEROVICH.- ¿Has mantenido tus sentidos y todo tu cuerpo en la pureza y la castidad? THORA.- Quítate el camisón Thora, haz algo, vas a morir de angustia, tócale. SENDEROVICH.- ¿Has cometido acciones contra la pureza de tu cuerpo? THORA.- ¿De qué acciones habla? SENDEROVICH.- ¿Has cometido acciones contra la pureza de tu cuerpo? Contra la pureza de tu cuerpo. THORA.- ¿La pureza? SENDEROVICH.- ¡Contesta Thora! ¿Has cometido acciones contra la pureza de tu cuerpo? THORA.- No puedo contestarle. SENDEROVICH.- ¡La pureza Thora, tu cuerpo, tu cuerpo, la pureza! THORA.- ¿Qué es esto? SENDEROVICH.- ¡Acciones contra la pureza! ¡Contesta! THORA.- ¿Lo haremos esta noche? HIPÓLITO.- Thora dice ¿lo haremos está noche? lo dice en voz alta se lo pregunta a Senderovich ¿Lo haremos esta noche? y Senderovich escupe sobre Thora le golpea la cara con el puño ahora la enfermera tiembla de frío como si estuviéramos en invierno como si fuera Navidad separa las manos de su vagina de muñeca ahora conoce los beneficios del matrimonio ahora su conciencia está limpia mañana será absuelta debe conformarse durmiendo lejos de su madre se levanta al baño para cortarse las venas pero piensa en su madre una vez más no se siente capaz de matarse mientras su madre siga con vida un extraño sentimiento de culpa vuelve a la cama debe conformarse con no ir mañana a trabajar ya no vaciará más orinales ya no tendrá heridas con las que identificarse debe conformarse con una sola herida la herida de Senderovich la cara deforme de Senderovich se siente un poco desnuda sin heridas a su alrededor se ha olvidado por completo de la célula Hipólito se duerme sin darse cuenta de su embarazo duerme Thora duerme te espera una vida espantosa duerme la compasión que siento por ti me hace vomitar ELIPSIS ATERIDA CON VALS DESGARRADOR HASTA HIPÓLITO A LA EDAD DE TRES AÑOS SEGUNDA PARTE FRACTURAS INCOMPATIBLES CON LA ALEGRÍA HIPÓLITO.- Después de esta elipsis aterida Hasta Hipólito a la edad de tres años Han pasado tres años Tengo tres años Y Thora y Senderovich sin practicar sexo Durante tres años Tres años de santos Excluidos del placer Excluidos de un lenguaje que les permita acceder al placer Condenando aquello que más desean Acostumbrados al odio El pálido dentista arrancando muelas Aliviando el dolor humano La famélica enfermera limpiando su propio retrete Ya no vacía la mierda del mundo El mundo está un poco más sucio Pero las bocas, antes gemebundas, ahora están más calladas LA EXPLOSIÓN DE THORA HIPÓLITO.- Thora está a punto La primera lesión incompatible con la alegría De mis 32 fracturas La primera, la primera Thora está a punto de fracturarme Las manos de Thora explotan como sapos bajo la bota Cuánta amargura abre vaginas en las manos de Thora Thora está a punto violenta En presencia de su madre Todavía su madre Mi cuerpo de tres años está a punto de recibir la primera fractura Es un día importante Para la tierra del jardín Para el transcurso de esta triste historia Para las manos vagina bomba de Thora Para mi cuerpo de tres años Estoy en la bañera Con esponja encima Entre manos resentidas de abuela y manos resentidas de Thora Thora dice que no estoy sucio THORA.- No está sucio. No está sucio. ¿Dónde ves la suciedad? El niño está limpio mamá. Le baño todos los días mamá. Le lavo el pelo todos los días mamá. No está sucio. El niño no está sucio. ¿Dónde ves la suciedad? Sé como hacerlo mamá. No soy una inútil mamá. No me llames inútil mamá. No me insultes. Sé lavar al niño. ¿Quieres hacerlo tú? ¿Quieres frotarle el cuerpo con alcohol? Así hacías conmigo, de arriba abajo, de arriba a abajo. Alcohol de arriba abajo. Aquí tienes al niño. Frótale tú, no me importa las capas de piel que le arranques, el Señor ama a los niños, el Señor ama a los niños, ellos son fuertes, y debemos parecernos a los niños si deseamos alcanzar el reino, ¿me escuchas mamá?, ellos son fuertes, observa, observa lo que hago con mi hijo, lo aguanta todo, es fuerte, mira, mira como soporta el dolor, ahora sigue tú mamá, frótale la espalda, déjale sin carnes, a mí me da igual, para mí es como un perro, por mi puede llorar el día entero, los niños son fuertes, ¡cállate! haces que me duelan las muelas como si me crecieran tumbas, no te soporto, déjame en paz, ¡si supiéramos rezar, si supiéramos rezar! HIPÓLITO.- Gracias señor Te doy gracias Porque estás en mi corazón Soy muy feliz. Te doy gracias Porque mis padres me quieren mucho Y también mis hermanos y amigos Desde hoy prometo ser más bueno Obedecer a mis padres Ser respetuoso con mis superiores No decir mentiras Estudiar mucho más Renuncio de corazón al demonio Enemigo de Dios Renuncio a sus pompas Que son las ocasiones del pecado Debo estar dispuesto a luchar A no ser egoísta A no tener ira ni venganza A saber perdonar THORA.- Si supiéramos rezar... HIPÓLITO.- La famélica lleva sangre dentro de las uñas, mi pequeño cuerpo es un tapiz de cruces, pero debo estar dispuesto a perdonar. THORA.- Si supiéramos rezar... HIPÓLITO.- Con mi primera fractura, tengo tres años, y he aprendido a llorar en silencio como un adulto. THORA .- Si supiéramos rezar... HIPÓLITO.- He aprendido la oración, tengo buena memoria para las oraciones, incluso sin saber lo que es un hermano , incluso sin saber lo que es un amigo. Pero sé lo que es una madre . Pero sé lo que es un padre . Y he aprendido a perdonarlos. Lo dicen las oraciones. THORA.- Si supiéramos rezar... HIPÓLITO.- Sigue arañando, Thora. Perfecciona la ortografía del fracaso sobre mi cuerpo. Tus dedos como rastrillos monótonos. Líbrate del trabajo de mi sangre. THORA.- Si supiéramos rezar... HIPÓLITO.- Se arruinaron tus esperanzas carnales. Decepcionada. Tan endurecidos tus músculos que al abrir la boca para hablar, te duelen. THORA.- Si supiéramos rezar... HIPÓLITO.- Mientras escarbas con tus dedos de ciego, al azar, acércate a venas más profundas, dime, ¿de verdad soy un perro para ti? THORA.- Si supiéramos rezar... HIPÓLITO.- Tu marido perfecto no te ha protegido de tu madre, una de las dos tiene que morir . THORA.- Si supiéramos rezar.... HIPÓLITO.- Eres buena y estúpida, querida Thora. Y por tanto eres absolutamente perjudicial, porque solo retienes sentimientos de culpa. THORA.- Si supiéramos rezar... HIPÓLITO.- Thora estrella los botes de colonia contra el suelo. Quiere que se caigan las cosas, cada vez más. Thora, Thora, eres tan buena, tu abnegación es monstruosa. LA MUERTE DEL JARDÍN DE SENDEROVICH SENDEROVICH.- Se mueren. HIPÓLITO.- Mi padre habla de las flores Sus bonitas flores higiénicas Se mueren Parece que las flores ya no sirven para nada Han empezado a morirse con mi primera fractura Las flores y mis huesos siguen trayectorias paralelas Mi madre rompe mis huesos Mi padre rompe el tallo de las flores Distribuyen la fuerzas Mi padre arranca las flores antes Antes de que se mueran Se mueren Pero entre sus manos Su objetivo es el desierto Cuando lleguen las campanas lo habrá conseguido. Senderovich soporta con infinita discreción sus vilezas casi no me doy cuenta de que existe tiene una habitación para él solo donde nadie entra A veces trae una hoja llena de ángeles se la da a mi madre para que me enseñe una oración Nunca me ha tocado Sólo toca las flores cuando las arranca Sólo produce desierto Parece un actor ¿A quién le habla? Está de pie sobre el baldío ¿A quién le habla? No lo comprendéis, dice SENDEROVICH.- No lo comprendéis, ¿verdad? no, no lo comprendéis. Yo sé que no lo comprendéis. No lo comprendéis. Hay gente que desea morir. ¿Lo comprendéis ahora? La muerte no es algo distinto de la vida. Pero no lo comprendéis, no lo comprendéis, no lo comprendéis. Antes era un jardín. Ahora es casi un jardín. Casi está muerto. Pero no es distinto. Yo tampoco soy distinto de los otros. ¿Lo comprendéis ahora? HIPÓLITO.- ¿Qué hay que comprender? SENDEROVICH.- Mis padres tenían un jardín. HIPÓLITO.- Háblame del jardín de tus padres, dame historia, dame pasado, necesito tu pasado para comprenderte. SENDEROVICH.- Cuando mis padres murieron el jardín no murió, la muerte no es algo distinto de la vida. HIPÓLITO.- Cuéntame algo que justifique tu parte monstruosa, padre, tal vez te comprenda, tal vez te imite. Sólo hace falta un recuerdo para que te comprenda, para que comprenda el mundo, para que me comprenda a mí mismo. SENDEROVICH.- La mano medio enterrada, mis padres murieron al poco tiempo, nunca les dije que allí, en el jardín perfecto, bajo el rosal, la mano enterrada, mis padres murieron y entonces me acerqué, me acerqué por fin. HIPÓLITO.- ¿Murieron los dos juntos? ¿Tus padres? ¿Mis abuelos? Dime qué cosa hay en mi sangre. SENDEROVICH.- Se suicidaron con gas. HIPÓLITO.- En mi sangre. Gas. SENDEROVICH.- Se suicidaron con gas. HIPÓLITO.- Es importante conocer el pasado de los personajes, o no, o es mejor ignorar las causas, como si nada tuviera un por qué, como si nada hubiera existido antes, como si hubiéramos nacido directamente del fango, dime padre, ¿naciste directamente del fango? SENDEROVICH.- Se suicidaron con gas. HIPÓLITO.- Dime padre, ¿Es necesario concederle a los actos el derecho al misterio? El misterio de los acontecimientos. SENDEROVICH.- Se suicidaron con gas. HIPÓLITO.- La locura también está hecha de palabras, ¿verdad padre? Lo que piensas, lo piensas en palabras, ¿o piensas mediante piedras, mediante juguetes, mediante olores? ¿Tu lenguaje está hecho de olores? SENDEROVICH.- Se suicidaron con gas. HIPÓLITO.- Si le concedemos a los acontecimientos el derecho al misterio soy capaz de comprenderte, padre, la inteligencia no es suficiente, la inteligencia no sirve, no quiero ser inteligente, sólo quiero comprender. ENTIERRO NAVIDEÑO TOSIENDO HURACANES HIPÓLITO.- ¡Campanas! ¡Campanas! ¡Campanas, campanas, campanas, campanas! ¡La Navidad! ¡Ahora! Las campanas Ya llegaron las campanas Ya empieza Todo empieza con las campanas fúnebres Ya ha empezado a pudrirse la familia siguiendo las leyes de la naturaleza cayó una generación ya está ya ha dado comienzo la aniquilación de la familia La madre de Thora ha muerto y aquí llegan al entierro el pálido dentista y la famélica enfermera con ropa de fiesta Thora y Senderovich en dramático fingimiento pésimos imitadores de la aflicción ¿Qué sientes Thora, qué sientes al enterrar a tu madre? THORA.- Me siento culpable. HIPÓLITO.- ¿Estamos destinados los hijos a sentirnos culpables del daño que nos causan nuestros padres? THORA.- Nunca la cuidé lo suficiente. Nunca le di amor. HIPÓLITO.- Instrúyeme padre, porque yo también soy hijo. ¿Qué horripilantes obligaciones contrae uno al nacer? ¿Qué es eso de amar al padre y a la madre? SENDEROVICH.- Es como un soldado muerto sobre la espalda. Un soldado muerto sobre la espalda, muerto, incrustado en la vida. Son los restos de una guerra. HIPÓLITO.- ¿No sería mejor si los hijos murieran antes que los padres? No sería beneficioso que los padres asistieran a la cuna y a la tumba de sus hijos. ¿No sería aleccionador que los padres fueran testigos de su monstruosa obra? THORA.- Pero yo sigo viviendo. Y no sé por qué. HIPÓLITO.- Tal vez para verme a mi muerto. ¿Te importaría verme muerto, ahora que estamos aquí, en el cementerio, ahora que la muerte es algo común, te importaría? Madre, ¿Comenzamos a destruir el mundo? THORA.- Hijo mío. HIPÓLITO.- Con esas palabras me conviertes en culpable, Thora. Y luego diré, nunca la cuidé lo suficiente, nunca le di amor. THORA.- Nunca la quise. HIPÓLITO.- ¡Ay, Thora, Thora, qué futuro tan espantoso se extiende ante mis ojos! Padre, ¿cuál es el mecanismo que impide la desaparición del hombre, la desaparición del planeta? SENDEROVICH.- No queremos colgando de una soga. HIPÓLITO.- ¿Pero los hijos? que nuestros padres nos vean SENDEROVICH.- Los hijos sí, los hijos pueden verlo todo. HIPÓLITO.- ¿Por qué Thora? ¿Por qué los hijos pueden verlo todo? THORA.- Los padres poseen. Los hijos heredan. Mi muerte será tu herencia. HIPÓLITO.- Al pie del zapato de Senderovich hay unas bragas manchadas de barro. Padre, padre, ¿por qué los amantes fornican ante los ojos de los muertos, en el cementerio? ¿ Es que no tienen miedo? SENDEROVICH.- Los cuerpos son fosas. Los cuerpos son fosas. HIPÓLITO.- ¿Lo escuchas madre? ¡Senderovich tiene miedo! THORA.- Los amantes fornican ante los ojos de los muertos porque tienen miedo. HIPÓLITO.- Senderovich está empezando a sudar, le sienta mal este entierro. Padre, explícanos qué te sucede, cuáles son los síntomas. SENDEROVICH.- Hacia delante con manchas, hacia delante con manchas. HIPÓLITO.-¿Qué terrores nos anticipas? SENDEROVICH.- La tiranía de las cosas. Los acontecimientos están por encima de la voluntad del hombre. HIPÓLITO.- Así que ese es el misterio de los acontecimientos Los acontecimientos superan la voluntad del hombre Senderovich suda Hay una explosión en su frente Es el esfuerzo por dominar la normalidad Y el pequeño Hipólito todavía tiene edad para sentirse cobijado por estos seres infinitamente normales incluso en un cementerio Los difuntos me ayudan a preguntar Madre, me subo a una lápida para preguntarte ¿por qué tengo miedo de hacerme adulto? THORA.- Porque mientras seas un niño tendrás asegurado el cobijo. HIPÓLITO.- ¡Un cobijo! ¿Cómo este cementerio? THORA.- Naces y tienes un cobijo inmediatamente, sólo por ser pequeño. HIPÓLITO.- Padre, ¿por qué tengo miedo de hacerme adulto? SENDEROVICH.- Porque mientras seas un niño tendrás una capacidad asombrosa para soportar el dolor y todo tipo de sufrimientos. HIPÓLITO.- Como los muertos cuando salen de sus tumbas y se nos aparecen, blancos, y sin voz. THORA.- (Grita.) EL VIENTO BESANDO CALAVERAS HIPÓLITO.- De blanco a blanco de blanco enfermera a blanco dentista a blanco sudario a blanco fantasma de blanco a blanco, hasta la blanca Navidad Pero este año no ha nevado Ni un solo copo El viento puede lamer la tierra Senderovich muestra un miedo repentino por los fantasmas Será por culpa del viento que se está levantando entre las tumbas El viento crece el viento mete tierra en los ojos de los presentes tal vez con la intención de facilitarles el llanto Tal vez con la intención de acostumbrarles a la tumba prematura El viento está arruinando el luto de Thora y Senderovich Sus vestidos negros se vuelven blancos el polvo que levanta el viento les hace regresar al blanco el viento sopla aúlla entre las piernas del cura mancha sus capas negras ya vuelven a estar blancos como los dientes, como las sábanas, como el silencio Ese viento tan parecido a un hombre porque el viento piensa y levanta la tierra allí donde es necesario donde fermenta el azufre tan cerca de Thora y Senderovich tan cerca de su futuro gracias al viento por fin la famélica enfermera y el pálido dentista van a gozar de su historia de horror El viento ruge habla escarba como un perro hambriento no cesa no cesa Thora y Senderovich abandonan el cementerio Sin saber qué hacían allí y cuando llega el matrimonio con niño al jardín encuentran un esqueleto a medio enterrar justo donde Senderovich cultiva sus petunias justo donde las arranca un esqueleto a medio enterrar o desenterrado por el viento el viento ha profundizado más que el hombre no es uno, sino dos esqueletos uno de mujer y otro de niña los esqueletos van vestidos del mismo color con las mismas mariposas blancas sobre el estampado verde Senderovich ya no está Thora sí Y yo de la mano de Thora Thora sigue mirando los cuerpos El viento sigue desenterrando los cuerpos El viento se hace grandes preguntas El niño Hipólito se atreve a saludar a la niña muerta Me atrevo a saludar a la niña muerta me atrevo a tocarle el pelo todavía pelirrojo me atrevo a pedirle consejo al esqueleto dice que algo muy malo ocurrirá Thora va muy desnuda hacia dentro de la casa Ha visto dos cadáveres En el jardín de Senderovich Es decir, en su propio jardín Ha visto dos cadáveres Y Senderovich lo sabe Y Thora le dice a Senderovich THORA.- Ya no me das miedo. SENDEROVICH.- Me doy miedo. THORA.- No crees en Dios. SENDEROVICH.- Me doy miedo a mí mismo. THORA.- Nunca seremos buenos. SENDEROVICH.- No me devuelvas al infierno. THORA.- Quiero sentirme completa. SENDEROVICH.- Coge al niño y márchate de aquí. HIPÓLITO.- Algo dulcemente salvaje se despierta en ella al saber que su pálido dentista es un asesino. THORA.- No me marcho. Me quedo contigo. LA CASA DE LAS FIERAS INCENDIADAS HIPÓLITO.- Y Senderovich señoras y señores se abalanza sobre Thora le rompe las bragas la pone de rodillas se orina sobre ella frota su polla contra la cara en éxtasis de Thora y la penetra brutalmente hasta hacerle sangre Thora le pide más Yo lo veo todo Estoy allí mirando mi madre se acerca me baja los pantalones y mete mi pobre sexo en su boca La lengua de mi madre es más grande que mi cuerpo Aprieta mi cara contra su barriga como si quisiera fornicar con mi cabeza Me coge un brazo y lo chupa con avidez hasta que chorrea la saliva y se penetra con la extremidad diminuta Thora se masturba con mi brazo le duele Yo abro y cierro la mano dentro de la vagina de mi madre Y pienso Thora es hermosa Mi padre vuelve a correrse y ensucia el televisor Es la hora de las noticias Hay guerra en todos los sitios En todos los sitios bailan Epilépticos bailan Preparan las cenas de Navidad El cordero se retuerce en el horno Perfumes para follar ¡Juguetes! ¡Juguetes! ¡Guerra, guerra, guerra! ¡Imágenes de una ejecución! IMÁGENES DE UNA EJECUCIÓN THORA.- ¿Me vas a matar a mí también? SENDEROVICH.- No lo sé. THORA.- No me importa. SENDEROVICH.- No lo sé. HIPÓLITO.- No hablan de mí. En ningún momento hablan de mí. Yo lo veo todo. Yo lo escucho todo. THORA.- Quiero hacer todo esto. Y no quiero sentirme culpable por nada. SENDEROVICH.- ¿Deberíamos sentirnos culpables por la guerra? HIPÓLITO.- ¡Qué tristes son las preguntas de los hombres! ¡Qué triste que deban contestarlas ellos mismos! SENDEROVICH.- Formamos parte del desastre del mundo. Somos el fin del mundo. THORA.- Aunque no comprendo la maldad. SENDEROVICH.- La maldad y la bondad pertenecen a los santos. A los hombres nos corresponde la guerra. Regresamos de la guerra y continuamos muriendo. THORA.- ¿Es esto una guerra? SENDEROVICH.- Hemos regresado de la guerra. Tenemos que continuar. THORA.- Quiero triunfar sobre el asco que siento por mí. SENDEROVICH.- Solo el deseo triunfa sobre el asco. HIPÓLITO.- La muerte empieza en sus bocas, en lo que se dicen el uno al otro. THORA.- Quiero triunfar sobre el sentimiento de asco y de culpa. SENDEROVICH.- El deseo nunca se extingue. HIPÓLITO.- Dónde más se fornica es al pie de las trincheras. THORA.- Quiero triunfar sobre el miedo a la muerte. HIPÓLITO.- Te digo que donde más se fornica es al pie de las trincheras. SENDEROVICH.- Aquellos no son mejores. HIPÓLITO.- ¿Quiénes son mejores? SENDEROVICH.- Somos inocentes. THORA.- Somos inocentes. HIPÓLITO.- Todos aquellos donde creció la maldad eran inocentes SENDEROVICH.- Somos inocentes. THORA.- Somos inocentes. HIPÓLITO.- ¿Quién se siente diferente a Thora y Senderovich? ¿Quién se cree mejor? SENDEROVICH.- Nada puede apartarnos de nuestro propio cuerpo. Ninguna ley puede apartarnos de nuestro propio cuerpo. HIPÓLITO.- Thora y Senderovich son inocentes. La maldad crece en los inocentes. THORA.- No es culpa nuestra. En el infierno solo hay odio. HIPÓLITO.- Nos arrancaremos el odio a golpes. SENDEROVICH.- Somos inocentes. HIPÓLITO.- Los monstruos siempre son inocentes. Los que calculan la injusticia son los culpables. THORA.- ¿Qué me importa quién muere en el mundo? HIPÓLITO.- ¿Qué les importa quién muere? ¿Qué les importa quién gobierna? ¿Qué les importa si nada de eso puede apartarles de sus cuerpos? Ninguna guerra del mundo puede apartarles de sus deseos. Thora y Senderovich sudan para satisfacer sus deseos. THORA.- Nada me hace sufrir más que esta angustia, esta angustia, aquí, en mi cuerpo. HIPÓLITO.- ¿Qué gobierno, que guerra está por encima de sus angustias ocultas? SENDEROVICH.- Aquello que no le cuentas a nadie. Eso es la angustia. HIPÓLITO.- ¿Hay algo que te haga sufrir más que eso que no confiesas a nadie? SENDEROVICH.- Somos inocentes. THORA.- Somos inocentes. NAVIDAD ABSOLUTAMENTE BLANCA: VENGANZA HIPÓLITO.- Dos monstruos hablando del sentido de la vida Thora y Senderovich profundizan en la maldad y profundizando en la maldad se encuentran a sí mismos Profundizan en la maldad para sentirse completos Cuanto más profundizan más normales parecen Es una maldad que no comprenden pero ¿quién entiende algo? Concedamos a los acontecimientos el derecho al misterio Dejemos a Thora y Senderovich junto a sus cuerpos son un hombre y una mujer lanzados a la gangrena Cuando salen a la calle no se nota nada Nadie percibe sus necrosis No se nota absolutamente nada como un escupitajo en un vaso de leche No se nota nada Salen a la calle y son normales y la casa está llena de agujeros para que mi padre pueda mirar Yo también soy normal aunque hay dos esqueletos guardados en mi habitación debajo de mi cama y la casa está llena de agujeros para que mi padre pueda mirar yo también soy normal Me siguen enseñando oraciones me obligan a aprender la Biblia quieren que mi mente sea pura me convierten en un fanático religioso Así hasta los doce años He cumplido doce años Nadie sabe que el niño Hipólito ha preparado su venganza Nueve años preparando su venganza El niño Hipólito ha preparado su venganza comiendo lápices y gomas de borrar Esperando que llegara otra Navidad Pero una Navidad blanca una Navidad con nieve con mucha nieve con mucho frío El niño Hipólito ha esperado a que todo estuviera blanco De blanco a blanco, de blanco a blanco Tengo doce años Silencio aquí llega Thora a enseñarle historias de Santos a su hijito Hipólito El niño Hipólito ya ha comido demasiados lápices demasiadas gomas de borrar El niño Hipólito a la edad de doce años ya está preparado Ya es Navidad Ha caído una gran nevada Todo está muy blanco Querida Thora mamá Thora respira hoy va a ser un día terrible para ti voy a vengarme THORA.- Comprometerse de verdad A querer a los demás como hermanos A trabajar junto con los demás A dejar tus cosas a los demás A ayudar a todos A desterrar la ira y la venganza A celebrar el día del señor Creer de verdad Que Dios es padre de todos Que todos somos hermanos En este día me consagro a ti Ayúdame a ser bueno. HIPÓLITO.- No soy bueno, madre. THORA.- Yo te ayudo a ser bueno. HIPÓLITO.- No soy bueno, No soy bueno. THORA.- Dios te ayuda a ser bueno. Hay que rezar más. HIPÓLITO.- He rezado tanto que he aprendido perfectamente el significado de la ira y la venganza. Y también el significado inexacto del amor. THORA.- Dios es amor. HIPÓLITO.- No te imaginas como aprovecho el tiempo cuando te corres en mi cara, cuando me atraviesas con palos y botellas. No te desprecio más que a cualquier otra criatura sobre la tierra. Pero sólo voy a ser cruel contigo, solo contigo, porque tu eres el origen. Voy a destruirte madre. Voy a ser malo. THORA.- Has aprendido a ser bueno. HIPÓLITO.- Ni te imaginas la fuerza que me dan mis 32 fracturas y mis doce años, ni te imaginas lo malvado que puedo llegar a ser, y sabes por qué, porque yo no soy un monstruo como vosotros, a mí me ha dado tiempo a pensar, mi crueldad es una ecuación perfecta, en el fondo he abusado de vuestra monstruosidad. THORA.- No puedes hacerme daño. HIPÓLITO.- He meditado la manera de hacerte más daño, he meditado porque no soy un monstruo. THORA.- Soy tu madre. HIPÓLITO.- Eres más, eres el origen. THORA.- No le puedes hacer daño a tu madre. HIPÓLITO.- Pero le puedo hacer daño a una mujer. Sé por qué enloquece una mujer. Todos los hierros del infierno no podrían hacerte más señales. Conozco la mejor manera para destruirte. Mis palabras serán tóxicas sobre tu oído. El insecto de mi lengua verterá los huevos que pudrirán tu cerebro. Mi palabra será para ti la tumba prematura donde sufrirás para siempre. Sé por qué enloquece una mujer. Al escucharme te volverás tan horrenda como un espectro y se te quedará prendida al rostro la careta de una vieja apestada y esa vieja te infectará hasta la muerte. No sabrás cómo deshacerte de todo el veneno que perforará tus arterias. Sé por qué enloquece una mujer. Nada le hace más daño. Voy a destruirte con cuatro palabras. Con cuatro palabras. Con cuatro palabras haré que te crezcan corazones sangrantes por todo el cuerpo para que no soportes el dolor. No se han escrito Biblias que causen más daño. THORA.- Con cuatro palabras. HIPÓLITO.- Con cuatro palabras, con 32 fracturas, con mis doce años, voy a destruirte. THORA.- Eres bueno. HIPÓLITO.- Todavía no sabes qué es la destrucción. THORA.- Mi hijo es bueno. HIPÓLITO.- Ha venido otra mujer. THORA.- Otra . HIPÓLITO.- Otra que también ha fornicado conmigo, otra que también ha metido su lengua en mi boca. THORA.- ¿Dónde están mis zapatos? HIPÓLITO.- Otra más joven. Más guapa. Tú eres vieja. Y ya no puedes hacer nada para impedirlo. THORA.- ¿Dónde están mis zapatos? HIPÓLITO.- La trajo a casa Senderovich. Y Senderovich ha mirado. THORA.- Mis zapatos, mis zapatos, por Dios, mis zapatos. HIPÓLITO.- Y Senderovich se ha corrido también. THORA.- ¿Dónde están? HIPÓLITO.- Y después hemos fornicado los tres juntos. THORA.- ¿Dónde están mis zapatos? HIPÓLITO.- Y a Senderovich le ha gustado mucho. THORA.- ¿Quieres decirme dónde están mis zapatos? HIPÓLITO.- Y no era la primera vez. THORA.- ¡Los zapatos, los zapatos, los zapatos! HIPÓLITO.- Sé por qué enloquece una mujer Es Navidad La bestia de los celos cae como la tormenta de nieve el hielo recorre ahora la sangre de Thora Thora coge los huesos de debajo de mi cama y corre a la comisaría Pobre Thora creyente en el amor en la pasión en la monogamia se sentía tan especial única frente a Senderovich única frente al asesino Triunfadora al fin Pero una mentira basta No sabemos si existe la verdad Pero siempre existe la mentira Una mentira. La primera vez que me dirijo a mi madre es para mentirle pero la primera vez que me dirijo a mi padre es para decirle la verdad Los senderos del daño son diversos A mi padre le digo la verdad La verdad que existe Mamá se ha marchado a la policía con los huesos SENDEROVICH.- Me hubiera gustado morir junto a mis padres. Me hubiera gustado respirar el mismo gas. Deberían haberse apiadado de mí, mis padres. No me amaban, estoy seguro, no me amaban. Si me hubieran amado me hubieran dejado morir con ellos. Muchas veces he buscado la muerte, pero la muerte ha huido de mí. Muchas veces he dicho que la muerte no es distinta de la vida. Lo decía porque necesitaba estar muerto y necesitaba que los muertos estuvieran vivos. Muchas veces he dicho que la muerte no es distinta de la vida. HIPÓLITO.- ¿Has querido alguna vez a alguien? ¿Te han amado alguna vez? SENDEROVICH.- Dije que algún día moriría por esa causa. HIPÓLITO.- ¿A quién se lo decías, padre? SENDEROVICH.- Ellas eran infelices, te lo aseguro, tampoco querían vivir. ¿Por qué mis padres me dejaron vivir? HIPÓLITO.- Las preguntas entre los padres y los hijos son siempre las mismas. Las preguntas del asesino son también mis preguntas. ¿Por qué? SENDEROVICH.- Pero tú eres bueno. Hemos intentado que fueras bueno. HIPÓLITO.- Hay personas tan buenas que son inmensamente dañinas. SENDEROVICH.- Ya era hora de que los hijos denunciaran a los padres. Ya era hora de que los hijos dejaran de tener miedo. HIPÓLITO.- Te equivocas padre. Tengo mucho miedo. SENDEROVICH.- Lo importante es dormir. HIPÓLITO.- Hay que tener valor para quedarse dormido entre los hombres. SENDEROVICH.- Si eres capaz de quedarte dormido entre los hombres todavía no eres desgraciado del todo. Duerme, Hipólito, duerme. Si no duermes no soportarás la fatiga de la existencia. No podrás realizar ese enorme esfuerzo. Hay que esforzarse tanto para seguir siendo razonable de la mañana a la noche. Hay que esforzarse tanto para no ser uno mismo, para no ser atroz, verdaderamente atroz, porque hamburguesas. en el fondo todos somos salvajes, absurdos, Pero algunos sueñan más que otros y pueden esforzarse más que otros. Esa es la diferencia. HIPÓLITO.- ¿Estás muerto? Dime la verdad, padre. ¿Estás muerto? Mamá se ha marchado a la policía con los huesos No me da tiempo a seguir mi padre se ahorca allí mismo delante de mí como si yo no existiera Se ahorca no utiliza gas Se le caen los zapatos Mi madre buscaba zapatos Se marchó descalza a la policía Con los esqueletos en los brazos Si hubiera esperado un poco Le hubiera puesto tacones a los zapatos de mi padre Mi padre cuelga de la corbata Yo lo miro Mi herencia y pienso que se podrían hacer felicitaciones de Navidad con la foto de mi padre ahorcado Llega la pobre Thora celosa frustrada al comprobar que no puede saborear la venganza Te he jodido la venganza , madre Te he jodido la vida Te he jodido más que a nadie porque tu eres el origen Los policías comienzan a cavar en el jardín THORA.- ¿Por qué no me mató a mí? HIPÓLITO.- Pregunta Thora. THORA.- ¿Por qué no me mató a mí? HIPÓLITO.- No pregunta por su hijo. Thora sólo repite esta pregunta. THORA.- ¿Por qué no me mató a mí? HIPÓLITO.- Lo repite muchas veces Han encontrado doce cadáveres más enterrados en el jardín Sientan el escalofrío era solo un hombre un hombre que no podía dormir Sientan todos ustedes el escalofrío de ser hombres Doce cadáveres más enterrados en el jardín Todas mujeres Estranguladas por Senderovich Todas anteriores a Thora THORA.- ¿Por qué no me mató a mí? HIPÓLITO.- Thora siente celos de todas esas mujeres muertas ¿Por qué no la mato a ella? ¿No fue lo suficientemente hermosa para el asesino? ¿Qué pasó? Thora se siente vieja y fea Vuelve a ser virgen Vuelve a escuchar a su madre diciéndole THORA.- “Tienes el pelo de rata”. Nadie te querrá nunca. HIPÓLITO.- Eso le decía su madre. Thora, te sientes bien en la cárcel, ¿verdad? THORA.- Sí. En la cárcel empiezo a sentirme bien. HIPÓLITO.- ¿Por qué, Thora, por qué? THORA.- Porque mi pelo no es bonito. Porque nadie me querrá nunca. CONCLUSIÓN HIPÓLITO.- Mi padre ahorcado. Mi madre entre rejas. Ya habéis conocido a los monstruos. A estas alturas del espectáculo no siento rencor. Tal vez he comprendido algo. Acercaos, acercaos, correctísimos de la tierra, acercaos a tocar a los monstruos. Los monstruos extienden las manos para que les toquéis, para que sintáis algo en vuestras pequeñas vidas. Tocad a los monstruos porque vosotros no lo sois. Vosotros sois inocentes. No os preocupéis, tocad, tocad. Morirá mucha gente en años venideros, seremos testigos de crímenes atroces, pero vosotros, amantes de la ideología y del orden vosotros que os creéis tan lejos de Thora y Senderovich vosotros tan buenos tan limpios tan sanos tan cuerdos vosotros decentes míos, seguiréis siendo inocentes, seguiréis organizando jodidas cenas de Navidad, seguiréis comprando casas más y más grandes con el sudor de vuestros trabajos insulsos, casas con más habitaciones para seguir engordando a vuestros hijos calvos y cuellicortos, esos hijos que son vuestra obesidad mental, vuestros hijos son tan obesos como vuestras mentes y vuestras casas perfectamente equipadas y vuestras putas neveras. La obesidad, en vuestros cálidos pisitos exteriores, rebosa por las ventanas. ¡No os ofendáis, no os ofendáis! Esto es un circo, Es todo mentira Este monólogo es mentira Los tigres están domesticados Los payasos están deprimidos Los domadores son esclavos del empresario. No os ofendáis. Esto es un circo. Mi obligación es que sintáis algo. Si no sois capaces de sentir miedo con los tigres Al menos tenéis que sentir miedo de vosotros mismos. Así es el circo. Acercaos, tocad a los monstruos, ellos han matado sin ideología, sus crímenes les convierten en algo más cerca de lo humano, el exceso es humano, el odio es humano, el amor es humano, pero vosotros queridísimos míos, tan correctos, tan insertados en la sociedad, tan tibios, en nombre de la ideología quién sabe qué crímenes nauseabundos seriáis capaces de cometer, eso sí, conservaríais vuestra inocencia y vuestras cenas por Navidad, conservaréis vuestro aburrimiento, vuestro conformismo, vuestra familia ejemplar, vuestra decencia, vuestra cocina, Siempre seréis buenos Siempre despreciaréis a los que no son como vosotros Ahora acercaos, tocad a los monstruos. No os asustéis. Estáis completamente a salvo La justicia se encargará de juzgarlos despiadadamente, no os asustéis, vosotros sois inocentes, no os asustéis, tocad a los monstruos, tocad a los monstruos, es la vida real.