Hdr - Bolivia 2004- Interculturalism And Globalization

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Interculturalismo y Globalización La Bolivia posible Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Depósito legal: ISBN: Edición: Rafael Archondo Diseño y diagramación: Molina & Asociados Diseño de la tapa: Herminio Correa Fotografías: Alejandro Azcuy Impresión: Plural editores Impreso en Bolivia Programa De Las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD Calle 14 esq. Sánchez Bustamante, Calacoto Edif.. Metrobol, piso 5 – Telf. 2-2795544 (int. 528) Fax 2-2795820 – Correo electrónico: [email protected] Página web: http://idh.pnud.bo La Paz, marzo de 2004 La responsabilidad de este Informe es de quienes participaron en su elaboración y no compromete necesariamente la línea de pensamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ni de las entidades que conforman el Comité Institucional. Agradecimientos Este Informe no hubiera sido posible sin la colaboración desinteresada de numerosas personas e instituciones. El Comité Institucional del IDH 2004 y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) agradecen a todas ellas por su valioso trabajo, aportes y comentarios. Aquí hacemos un recuento de ese respaldo. Soporte institucional Deseamos expresar nuestro reconocimiento al Presidente de la República, Carlos D. Mesa Gisbert, quién desde la Vicepresidencia, y, desde la jefatura del Estado, a partir de octubre de 2003, brindó todo el respaldo institucional requerido para la preparación de este documento. Dentro de ese reconocimiento debe incluirse a dos de sus principales colaboradores, José Galindo y Jorge Cortés, ministros de la Presidencia y de Desarrollo Sostenible, respectivamente. De igual manera queremos expresar nuestra gratitud a la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional (ASDI) en la persona de su director y de su oficial de programas, Torsten Wetterblad y Paulos Berglof, respectivamente, y al Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo (VIPFE) en las personas de Javier Martínez y Víctor Hugo Vacarreza. lativos a educación, gobierno electrónico e infraestructura de comunicaciones respectivamente. Le damos las gracias a Manuel Contreras por sus valiosos aportes en la discusión del proyecto inicial y a Juan Carlos Tedesco, Juan Enrique Vega, Carlos Vergara y Manuel Canales, los que también nos entregaron su invalorable aporte metodológico e intelectual. También agradecemos a Diego Achard y Luis Gonzáles, por su aporte en la construcción de escenarios de coyuntura. Lectores Testimoniamos nuestro reconocimiento al grupo de lectores que aportó con comentarios de gran utilidad a los diferentes capítulos del Informe. Estamos pensando en Izumi Ohno, Carlos Miranda, George Gray Molina, Isabella Prado, Christopher Pinc, Mónica Pelliza, Sonia Montaño y Marc André Franche. Equipo de consultores y colaboradores Personas e instituciones El PNUD y el equipo de Desarrollo Humano agradecen particularmente la estrecha colaboración de Manuel Castells como asesor especial, quien brindó generosamente su tiempo para discutir este Informe en varias oportunidades. Asimismo, el equipo agradece la participación y el asesoramiento de un grupo de destacados expertos nacionales e internacionales: Fernando Mayorga, Gerardo Berthin y Gonzalo Gómez, quienes participaron en la investigación sobre temas específicos re- Fueron muchas las personas que colaboraron en la investigación con información, apoyo y asesoramiento. Va nuestro agradecimiento al Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y a su director ejecutivo José Luis Carvajal, a la Unidad de Análisis y Políticas Económicas y Sociales (UDAPE) en las personas de su director ejecutivo, George Gray Molina, además de Wilson Jiménez y Sergio Criales de la Dirección de Políticas Sociales, a “Apoyo – Bolivia” y su director Luis Garay, al Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) y su directora Rosario León, a Antropólogos del Sur Andino (ASUR) y a su directora Verónica Cereceda, a María Eugenia Choque, José Luis Ballivián y Antonio Surubí Somani, por su valiosa colaboración en el contacto y organización de los grupos de discusión en Oruro, Potosí, Sucre, Lomerío y el Valle Alto de Cochabamba, a Armelinda Zonta del “Instituto para el Hombre, la Agricultura y la Ecología Riberalta”, (IPHAE), a Paola Bernal Vargas, Alejandra Tejedor y Cleto Pérez por su apoyo en la organización de grupos de discusión con comunidades religiosas, a Carmelo Angulo, coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas y representante residente del PNUD en Argentina, a Ana María Ruiz, Natalia Gavazzo y Consuelo Tapia por su decidida y generosa colaboración en la organización y logística de los grupos de discusión con inmigrantes bolivianos en Buenos Aires, y a Winston Moore por su cooperación en la convocatoria al grupo de discusión con gerentes y directores de las principales empresas transnacionales operando en Bolivia. También agradecemos a Issette Cholima, Fabiana Navarro y Franz Bustillos que colaboraron en el proceso de prueba piloto y seguimiento al trabajo de campo de la Encuesta de Capacidades Informacionales (ECADI-03). Estudios, artículos y reflexiones Fueron de valiosa utilidad para el Informe los estudios de caso y los artículos preparados por destacados intelectuales, así como las fecundas discusiones sostenidas con ellos en ocasión de dos conferencias internacionales organizadas en 2002 por el PNUD y el Equipo de Desarrollo Humano: “¿Es sostenible la Globalización en América Latina?: Debates con Manuel Castells” y “Revoluciones del Siglo XX. La Nación en la Globalización: Homenaje al Cincuenta Aniversario de la Revolución Nacional”. Agradecemos por ese aporte a todos y cada uno de los participantes. Una mención especial merece José Ortiz Mercado, amigo del IDH, fallecido en enero de 2004, después de haberle entregado a Bolivia décadas de servicio y dedicación intelectual. Va para él un homenaje póstumo. También agradecemos a la Agencia de Cooperación del Japón, JICA, que propició un encuentro con destacados profesionales de ese país y nos permitió reflexionar con ellos sobre la experiencia de desarrollo del sudeste asiático y particularmente la de Malasia. Gracias también a los directores, profesores y estudiantes más destacados de los colegios de La Paz y El Alto que propiciaron un rico intercambio acerca de los nuevos desafíos de Bolivia en la globalización y cuyas reflexiones y preguntas fueron muy estimulantes. Agradecemos también a los centenares de jóvenes que llenaron el banco de datos incorporado al juego informático del stand del PNUD en la VIII edición de la Feria Internacional del Libro en La Paz y que permitieron tener una aproximación a las propuestas de los más jóvenes para el desarrollo humano y los objetivos de desarrollo del Milenio. El PNUD Agradecemos a Mark Malloch Brown, administrador del PNUD y a Elena Martínez, directora de la Oficina regional para América Latina y el Caribe por su aporte a este Informe y a los escenarios de coyuntura. A Freddy Justiniano, coordinador del Programa regional para América Latina y el Caribe, por su apoyo permanente al equipo de desarrollo humano. Nuestro agradecimiento es también para la Jefa de la Unidad de Informes Nacionales de Desarrollo Humano (HDRO), Sara Burd Sharp, a los representantes residentes, coordinadores regionales, equipos técnicos y puntos focales de Desarrollo Humano de América Latina y el Caribe que escucharon nuestras reflexiones y nos permitieron aprender de sus experiencias en ocasión de la realización del Taller sobre Desarrollo Humano llevado a cabo en Santa Cruz de la Sierra en julio de 2003. Gracias a Alfredo Marty, representante residente adjunto en Bolivia, a Marisol Sanjinés y Robert Brockmann del Centro de Información de las Naciones Unidas (CINU) y a Patricia Vasquez por su apoyo y compromiso con el Informe. Agradecemos también a Rocío Chaín, Mónica Sarmiento, Christian Jetté, Mónica Siles, Jesús Ortego, Isabel Arauco, Gonzalo Calderón y Andrés Cariaga. Un agradecimiento especial también para José Landívar y Viviane Vogels por su oportuno apoyo. Expresamos nuestro reconocimiento a todo el personal del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a los oficiales y asistentes de programas y al personal de servicios generales por su apoyo y profesionalismo. Finalmente, ofrecemos un especial reconocimiento y gratitud para todas las perso- nas que accedieron a responder a la encuesta y a quienes ofrecieron su tiempo y su disposición para pensar y discutir con el equipo del Informe de Desarrollo Humano los temas cruciales de futuro en una coyuntura de enorme tensión social y política. Equipo encargado de la preparación del Informe Nacional de Desarrollo Humano en Bolivia 2004 Fernando Calderón Gutiérrez Coordinador Manuel Castells Asesor especial Equipo de investigadores Antonio Araníbar Arze Rafael Archondo Natasha Loayza Armando Ortuño Hugo José Suárez Consultores y colaboradores principales Gerardo Berthin Gonzalo Gómez Fernando Mayorga Juan Carlos Tedesco Juan Enrique Vega Carlos Vergara Asistentes de investigación Patricia Cusicanqui Santiago Daroca Cecilia Ledezma Daniel Mejía Milenka Ocampo Equipo de difusión y comunicación Robert Brockmann Jacques Duhaime Comité institucional del Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Carlos D. Mesa Gisbert Presidente de la República (a partir de octubre 2003), Vicepresidente Constitucional de la República (hasta octubre de 2003) José Antonio Galindo Ministro de la Presidencia Jorge Cortés Ministro de Desarrollo Sostenible (a partir de octubre de 2003), Secretario de Desarrollo Institucional de la Vicepresidencia de la República (hasta octubre de 2003) Alfonso Ferrufino Ministro de Gobierno (a partir de octubre de 2003), Secretario de Gestión Parlamentaria de la Vicepresidencia de la República (hasta octubre de 2003) Diego Montenegro Ministro de Asuntos Campesinos y Agropecuarios (a partir de octubre de 2003), Gerente General de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo ANAPO (hasta octubre de 2003) Robert Brockmann Oficial Nacional de Informaciones del Centro de Información de Naciones Unidas, CINU (a partir de septiembre 2003), representante de Soft Drink Company (hasta agosto de 2003) José Luis Carvajal Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Estadística (INE) María René Duchén Directora de prensa de la Red ATB Elsa Guevara Diputada nacional George Gray Molina Director de la Unidad de Análisis de Políticas Económicas y Sociales (UDAPE) Mariel Paz Representante departamental del Defensor del Pueblo en Tarija Andrés Torrez Maestrías para el Desarrollo - Universidad Católica Boliviana Índice Presentación 1 Introducción 3 Sinopsis 7 Capítulo 1 17 Globalización y Desarrollo Humano 17 La información, riqueza del nuevo tiempo 17 La globalización en los márgenes de la economía 20 Globalización y exclusión 21 Globalización y cultura 28 Globalización y política 33 Globalización con rostro humano 37 Capítulo 2 41 La Economía Posible 41 Introducción 41 Gestionar la inflexión 42 Buscando un camino propio 50 Países distintos, modalidades diversas de inserción 50 Los rasgos de nuestra “identidad económica” 57 La NPE: Globalización sin informacionalismo 64 Hacia una estrategia de desarrollo informacional 73 Cambiar el patrón de inserción externa 73 Informacionalismo y transformación productiva 81 El “gas informacional” como palanca para la competitividad 86 Conclusiones 97 Capítulo 3 99 La nación necesaria: En la ruta hacia el interculturalismo 99 Introducción 99 Desarrollo humano y democracia 99 Un Estado como espacio público 100 Desarrollo humano, identidad y sociedad de la información 102 Un multiculturalismo limitado 102 Los rasgos diversos de una sociedad en cambio 102 Sed de nación 103 Una sociedad multiétnica compleja 104 Ser indio o ser pobre 108 La tolerancia y el pluralismo democrático 110 Intolerancia política 114 Códigos de auto-comprensión de las identidades en Bolivia 116 La identidad como relación, no como sustancia 116 Las identidades en Bolivia 118 1. Código de oposición polarizada 118 2. Código defensivo múltiple 120 3. Código de adaptación flexible 122 4. Código misionero 124 5. Código de péndulos regionales 125 6. Código de cooperación asistencial 126 Las identidades y los medios de comunicación 126 Conclusiones 128 Capítulo 4 131 Condiciones subjetivas para el informacionalismo 131 Introducción 131 Algunas puntualizaciones metodológicas 133 Modernización y desconfianza: representaciones subjetivas de la globalización 133 La desconfianza 134 ¿Cómo entender la desconfianza? 136 La Nación 137 Cambio, riesgo e innovación 138 Cambio y riesgo 140 Grupo de adaptación pragmática o instrumental 143 Grupo de inseguridad material básica 144 Grupo de “inseguridad simbólica” 145 Grupo de oposición y rechazo 145 Disposiciones subjetivas y economía 146 ¿Cómo se explica este bloqueo? 148 Los confiados 153 Los desconfiados 153 Los desalentados o excluidos 153 Los pasivos-conservadores 154 Conclusiones 155 Capítulo 5 161 Campo informacional e Internet 161 Introducción 161 La infraestructura tecnológica 163 Infraestructura en uso 163 Red de telefonía fija 163 Red de telefonía móvil 164 Red de fibra óptica 165 Usos sociales del Internet: perfil del usuario 169 El mundo informacional 173 El mundo profesional: las tecnoélites versus los técnicos populares 175 Las tecnoélites 175 Los técnicos populares 178 El mundo de los estudiantes: universidades vs. institutos 180 Estudiantes universitarios 180 Estudiantes de institutos 182 El mundo de los ensambladores (hardware): Sopocachi versus Eloy Salmón 187 Conclusiones 188 Capítulo 6 Los maestros frente al cambio 191 191 Introducción 191 La Nación: unidad y disyunción 193 Instituciones y nación 195 Cambios en la educación 195 Incidencia de las nuevas tecnologías en la labor docente 197 Visión de futuro 199 Los maestros en la mirada de las autoridades 200 Hacia una escuela red 201 Capítulo 7 205 Estado, descentralización y gobierno electrónico 205 El Estado: de su descrédito a su rehabilitación 205 La importancia de la capacidad tecnológica 209 Gobernabilidad, tecnología y Desarrollo Humano 210 Hacia la transformación del Estado y la política 211 Gobierno-e como medio para la deliberación 211 La experiencia de Bolivia 215 Factores que condicionan el vínculo entre lo necesario con lo pendiente 216 Hacia una estrategia de Gobierno-e para apoyar la gobernabilidad 217 Nueva gobernabilidad para la era del desarrollo informacional necesario 218 Requisitos necesarios para una estrategia de gobierno-e 219 Estrategias de Gobierno-e 219 Riesgos y desafíos 220 Anexo 223 ¿Qué es y/o no es gobierno-e? 223 ¿Cuáles son las características principales del Gobierno-e? 223 Hacia el gobierno-e: enfoque 225 ¿Por qué Gobierno-e? 226 Glosario 231 Bibliografía 237 Anexo metodológico 245 Visión general del Informe 245 El idh 2004: “Interculturalismo y Globalización: La Bolivia Posible” 246 Ficha técnica 1: Encuesta de Opinión Pública ecadi-03 248 Universo y ámbito de la investigación 248 Diseño de la muestra 248 Poblaciones seleccionadas 249 Segunda etapa de muestreo 249 Factores de ponderación 252 Diseño del cuestionario 254 Equipo de encuestadores 254 El trabajo de campo 255 Tasa de respuesta 255 Supervisión 255 Edición y codificación de los cuestionarios 256 Generación de la base de datos 256 Sistematización de los datos 256 Ficha técnica 2: Grupos de discusión 256 Comunitarismos de base social, religiosa y étnica 257 Protagonistas de las protestas de 12 y 13 de febrero 258 Composición de los grupos focales 258 Actores centrales de la educación 258 Campo informacional e Internet 259 Ficha técnica 3: Entrevistas en profundidad 261 Anexo estadístico 263 Parte A 263 Índices y estadísticas 263 Índice de progreso (avance) social 263 Índice de Desarrollo Humano Municipal 263 Clasificación de la estructura de las Exportaciones de Bolivia 265 Matriz de competitividad 265 Índice de tolerancia 265 Índice de confianza interpersonal 265 Índice de actitud de riesgo 266 Índice de Apertura al cambio 267 Índice de Disposición de Apertura de la economía al mercado externo 267 Índice de Apertura Tecnológica 268 Disposición de apertura de la economía al mercado externo 268 Referencias Estadísticas 269 Grupo de control para análisis de datos 270 Parte B: Indicadores de desarrollo humano 271 Presentación Este Informe nace de una certera constatación: un mayor desarrollo humano en Bolivia y el logro de los Objetivos del Milenio, serán posibles en el mundo de hoy si los actores del desarrollo pueden armonizar una interculturalidad ciudadana con una economía tendencialmente tecno-informatizada. En otras palabras, los bolivianos y las bolivianas serán protagonistas del mundo moderno cuando edifiquen una comunidad política y cultural, que procese sus diferencias en democracia, y cuando su economía se constituya, a partir del conocimiento, en la mejor manera para que la sociedad se articule a la creación de riqueza sin exclusiones ni enclaves. Como han puesto en evidencia diversas investigaciones, la sociedad boliviana aspira a hacerse cargo de un cambio profundo en la ruta hacia el desarrollo humano. Sin embargo, ¿cómo construimos esta opción política en tiempos de crisis aguda de la economía y la gestión estatal? La crisis desatada en 2000 puede convertirse en una oportunidad propicia para encontrar la salida y yo estoy convencido de que Bolivia puede. El objetivo general de los informes de desarrollo humano en el país ha sido y sigue siendo contribuir al debate de las opciones de desarrollo desde la perspectiva del fomento e incremento de las capacidades de las personas y de la misma sociedad. En esa línea hemos promovido hasta ahora, desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cuatro informes nacionales de desarrollo humano, cinco de tipo regional, y uno desde la perspectiva de género. En el futuro inmediato esperamos poder realizar además informes desde el plano comunal o local. El método para realizar nuestras investigaciones ha sido fundamentalmente participativo y de consulta vivencial con cientos de personas. Este hecho es quizás más impor- tante que el propio resultado de estos documentos. Hemos oído la voz de la sociedad y la hemos querido atesorar como guía para nuestras reflexiones. Ahora, al presentar el Informe Nacional de Desarrollo Humano correspondiente a 2004, deseo agradecer el valioso soporte institucional que nos ha brindado la Vicepresidencia de la República a lo largo de las últimas tres gestiones gubernamentales. Víctor Hugo Cárdenas, Jorge Quiroga y Carlos Mesa han sido estupendos socios del PNUD en esta labor de auscultar las aspiraciones y perspectivas del país. Al mismo tiempo, el Informe contó con el respaldo activo de un comité institucional, creado para orientar sus pasos y conformado por especialistas y representantes de la sociedad civil y del Estado. El Presidente Carlos Mesa ha estado comprometido permanentemente como intelectual, como comunicador y como autoridad en esta empresa. De igual manera, cabe mencionar especialmente la cooperación generosa de Manuel Castells, profesor de la Universidad Abierta de Cataluña y de la Universidad del Sur de California, quien ha sido un firme impulsor de este documento. Junto a Castells, otro importante grupo de colegas colaboró de manera especial con el IDH 2004. Se trata de los académicos bolivianos Fernando Mayorga y Gerardo Berthin, y de los especialistas internacionales Juan Enrique Vega, Carlos Vergara y Juan Carlos Tedesco. Va para ellos un cálido agradecimiento. Igual respaldo y horas extras nos ofreció todo el personal del PNUD, especialmente Gonzalo Gómez, quien nos permitió conocer la infraestructura telecomunicacional del país. En la línea del respaldo institucional, el IDH 2004 contó con el soporte del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y la Unidad de Análisis de Políticas Económicas 1 (UDAPE). A ambas les confiamos el acopio y manejo de nuestros datos. Por último, cómo no recordar que todos estos conocimientos fueron planificados y procesados por el Equipo de Desarrollo Humano Aplicado (EDHA), grupo humano plural e interdisciplinario bajo la excelente dirección de Fernando Calderón Gutiérrez. En lo personal, la entrega del Informe de Desarrollo Humano Bolivia 2004 marca un hito en mi permanencia en este país. Desde el año 2000 he vivido profundamente Boli- via y muchas de las cosas aprendidas, compartidas y discutidas están escritas en estas más de 300 páginas de reflexión. Soy un convencido de que es a través del diálogo que se construye y que los cimientos más certeros del cambio son la solidaridad y la justicia. Es por ello que presento este Informe con la sincera esperanza de aportar a la discusión de la Bolivia posible, por la cual trabajamos, y sobre todo por la Bolivia digna, solidaria y justa a la que todos aspiramos. Carlos Felipe Martínez Coordinador Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia y Representante Residente del PNUD en Bolivia 2 Introducción El mundo transita hoy de un patrón de desarrollo industrial, centrado en el trabajo como fuerza primordial a uno signado por el conocimiento, en cuyo núcleo está la capacidad para manejar, producir y difundir información a través de redes mundiales de comunicación. Esta transformación, que se da a escala global, fue impulsada, sobre todo, por los cambios ocurridos en la tecno-economía, en este sentido, la expansión de las capacidades informacionales es clave en la conformación y el ritmo del desarrollo. Varios estudios recientes vienen constatando que no existe una sola vía para promover el desarrollo informacional. Así, los variados ejemplos de avance acelerado han tenido formas distintas de evolución. El sudeste asiático conjugó un Estado fuerte con transformaciones tecnológicas y equidad social, la vía californiana asoció transformación tecnológica con individualismo y expansión del mercado, mientras Finlandia, que hoy en día registra el mayor desarrollo informacional del mundo, basó su experiencia en el Estado de bienestar y una férrea unidad nacional. El informacionalismo y la globalización se dan pues en realidades socio-económicas muy diversas y esencialmente multiculturales. Así, el desarrollo informacional depende de los valores socioculturales que tengan los actores en cada país específico (Ohno 2003, Carnoy 2000, Held et al 1999, Castells y Himanen 2002). Como la mayoría de las regiones del mundo, América Latina y Bolivia viven también esta transición. La pregunta es con qué herramientas cuentan a fin de jugar un rol activo en ella. Por tanto, resulta fundamental para cualquier sociedad caracterizar sus propios procesos de cambio. La globalización condiciona a todos a comprender sus posibilidades concretas de inserción en ella y los rasgos de su dinamismo. Una preocupación central de los informes mundiales de Desarrollo Humano ha girado en torno a los efectos de la mundialización de la economía sobre el desarrollo humano. Como se argumentó en el Informe de 1999, si bien éstos tienden a profundizar la desigualdad y la pobreza, también pueden convertirse en oportunidades para promover el desarrollo humano. Esta es la perspectiva del presente Informe Nacional 2004, que recupera los avances de los anteriores y plantea una combinación fecunda entre cultura, economía, sociedad de la información y desarrollo humano. Este informe parte del supuesto de que el aumento de las capacidades informacionales permitirá que la gente decida el tipo de vida que quiere vivir y de que la capacidad de los actores es básica en este camino. Así, se plantea que quienes tengan mayor capacidad para hacer pactos y transformarse en nuevas fuerzas de la sociedad de la información, tendrán un rol vital en la nueva perspectiva y que una acción política que aproveche la oportunidad informacional y tecnológica, depende de la capacidad de adecuación de los actores al contexto de hoy. Esto supone actores sociales capaces de autodeterminarse y representar sus intereses y demandas, basadas en orientaciones de desarrollo. Es decir, se requiere de actores con capacidad para movilizar las diversidades socioculturales en función del consenso. El presente Informe se basa en una triple constatación. En primer lugar que, como lo detecta el Informe de Desarrollo Humano (IDH) de 1998, es necesario conjugar competitividad auténtica, equidad activa e institucionalidad eficaz y legítima, a partir de un salto educativo de la sociedad, en el que la formación de códigos de modernidad pudiese vincularse con procesos históricos particulares. Para ello sería necesario un con- 3 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 senso basado en compromisos nacionales e interculturales, que sean, a su vez, resultado de múltiples intercambios entre los actores de desarrollo capaces de movilizar sus fuerzas en función de metas específicas. En segundo lugar, cabe recordar que el IDH 2000 planteó que los valores y las aspiraciones de unidad que los bolivianos manifestaban como propios, pueden sustentar un desarrollo surgido de compromisos y acuerdos que obren resultados. El informe detectó además que los bolivianos priorizan el logro de un desarrollo pendiente, lo que implicaría plantear tres ideas principales: menos pobreza, más institucionalidad y mayor infraestructura en comunicaciones. En tercer lugar, el IDH Bolivia 2002 puso énfasis en las capacidades políticas de la sociedad boliviana como principal fuerza para consolidar la democracia, a partir del incremento de la confianza y el logro de compromisos, resortes decisivos para el desarrollo. Las capacidades políticas democráticas, especialmente las que construyen acuerdos, pueden promover una mejor sociedad, favorable a una mayor cohesión social a fin de disminuir la pobreza. Pero el Informe constata además que Bolivia vive un momento de inflexión y cambio incierto. Inflexión en los contenidos del desarrollo y en los de la democracia. Cambio, porque lo que se ha experimentado hasta aquí ya no se puede mantener y porque no es posible precisar ni la duración de la inflexión ni el destino de la misma. Los escenarios futuros son ambiguos. Pueden oscilar entre la fragmentación y el conflicto, que anticipa salidas autoritarias, y el logro de reformas ampliadas en lo institucional y en el patrón de desarrollo económico. Si bien las salidas están condicionadas por el contexto internacional, dependen, en gran medida, de la capacidad de la sociedad y de los actores socio-políticos para llegar a acuerdos, mantener y mejorar los logros alcanzados y asumir los nuevos desafíos que plantean la coyuntura y la globalización. 1 2 3 4 Como se podrá apreciar en el texto, las reformas estructurales operadas en los últimos 20 años fueron la vía de inserción de Bolivia en la globalización. Bolivia resalta como un país que si bien logró cierta estabilidad política y económica y posee uno de los índices más altos en la aplicación de las reformas estructurales en la región, su crecimiento económico y equidad social son alarmantemente precarios. Nos parece entonces que esta situación de inflexión hace cada vez más difícil una continuidad sin cambio. En realidad, detrás de estos argumentos se plantea la tesis de la insostenibilidad de la globalización si, al mismo tiempo, no se desarrolla el informacionalismo y no se fortalece la capacidad de acción global de los mismos actores sociales y políticos.1 La pregunta es cuál es el camino posible para este tipo de sociedades. A pesar de múltiples esfuerzos de su sociedad y sus gobernantes, tal insostenibilidad asume ahora en Bolivia los rasgos de una profunda crisis política. Una globalización centrada en torno a las políticas económicas y al mercado no sólo generó diferenciación y exclusión social, sino múltiples protestas sociales regionales y étnico-culturales que terminaron cuestionando el ejercicio de la democracia y las características de la globalización. En el centro de tales protestas anida una desconfianza generalizada de la sociedad respecto a las instituciones, los líderes y los partidos políticos.2 Actualmente, la pregunta es cómo estas protestas sociales pueden transformarse en consensos democráticos, a través de los cuales se busquen nuevas formas de desarrollo y consecuentemente de re-inserción en la globalización.3 Se puede caracterizar la coyuntura actual como un tiempo de recuperación precaria de la paz y la estabilidad institucional en Bolivia. El actual gobierno se definió como de “transición histórica”, sin participación de los partidos políticos, con la misión de preservar la democracia y construir un puente hacia un nuevo escenario. La coyuntura ofrece Los dos tomos del libro ¿Es sostenible la globalización en América Latina? plantean justamente la tesis de que una globalización sin informacionalismo es insostenible. En este trabajo colectivo se puede encontrar tanto un análisis conceptual, temático como de casos sobre la tesis señalada. (Calderón, 2003). Según datos del Latinobarómetro, la confianza en las instituciones democráticas en Bolivia es muy baja y viene decreciendo desde 1990. En escala del 1 al 7, la confianza en el gobierno era de 2.9 y en el parlamento de 2.5 en febrero de 2003, mientras que en los partidos políticos, según la medición registrada en agosto de 2001, era de 2.7. Asimismo aumentó el porcentaje de la población que piensa que los partidos políticos no son necesarios para la democracia en Bolivia, lo hizo del 27% en septiembre de 1990 al 48% en febrero de 2003, dejando en evidencia la crisis del sistema político. Acerca de la coyuntura política actual de Bolivia, ver Calderón-Gamarra, 2003. oportunidades para una salida institucional y opciones renovadoras de desarrollo frente a la crisis, pero también implica riesgos de caos y desestabilización debido a la precariedad de la situación política y económica del país. Justamente por esto las opciones que hoy está empezando a deliberar la sociedad boliviana son cruciales para redefinir las posibilidades de Bolivia en la globalización. Nuestro Informe aspira a contribuir al debate desde la perspectiva del desarrollo humano. En este contexto, vale la pena hacerse la siguiente pregunta: En una sociedad atrasada y pobre como la boliviana, ¿es posible un desarrollo informacional, que permita una inserción fecunda en la globalización y a la vez enfrente los temas no resueltos? Aquí se plantea que la expansión de capacidades informacionales pertinentes a las posibilidades del país es fundamental en la determinación del ritmo del desarrollo humano y un recurso primario para superar la pobreza y disminuir las desigualdades socioeconómicas. Se trata de una suerte de desarrollo necesario, que el país tiene que asumir para re-dibujarse en el mundo, pero también de un camino que puede ayudar a resolver las cuestiones pendientes que la misma sociedad boliviana ha definido: comunicación e infraestructura, institucionalidad y lucha contra la pobreza. La sociedad boliviana cuenta con importantes posibilidades económicas derivadas de variados recursos naturales, ha realizado notables sacrificios y avances en distintos planos del desarrollo y la democracia, asimismo tiene aspiraciones colectivas de vivir el cambio con mayor justicia, solidaridad y unidad. Tales valores reflejan un importante capital social y son un recurso fundamental para el futuro. Sin embargo, hoy se vive una crisis del ciclo histórico marcado por las reformas estructurales y la denominada democracia pactada, que se expresa también en el plano socio-cultural como una crisis colectiva e individual del nosotros. Como se verá en el Informe, en el plano colectivo, el multiculturalismo, rasgo básico de toda sociedad, en Bolivia tiende a desagregarse en cada uno de sus múltiples componentes, que así se vuelven auto-referentes, fenómeno en el que prima la desconfianza en el relacionamiento con los otros diferentes a uno. Asimismo se debilita la tolerancia social y política, sobre todo respecto de los grupos más vulnerables. El país estaría viviendo una suerte de crisis del sentido colectivo. En el plano individual, existe un malestar generalizado, una fuerte desconfianza hacia el otro y una suerte de bloqueo entre el deseo de cambio y la imposibilidad de asumir el riesgo que éste supone. En el corazón de esta crisis del nosotros están arraigados importantes mecanismos de exclusión socioeconómica y desigualdad social y, en definitiva, la carencia de opciones económicas que combinen cambio productivo con inclusión social. También es posible reconocer potencialidades que se centran en la búsqueda de información, comunicación y participación, en función de resultados del llamado desarrollo pendiente: equidad, institucionalidad e infraestructura y acceso a un desarrollo informacional, percibido además como necesario. A nuestro juicio, las salidas a estas dificultades tienen que ver con una clásica tesis sociológica, que sostiene que los actores sociales no están preconstituidos, sino que se hacen con otros en el diálogo y mutuo reconocimiento. Ello depende de la capacidad de los actores socioculturales y políticos para que, en una dinámica de deliberación y acuerdos democráticos, aprovechen sus propias capacidades políticas y potencialidades económicas para lograr un desarrollo informacional socialmente incluyente, que haga sostenible al país en el largo plazo. En ello sabremos quiénes somos ante nosotros y en el mundo, cómo somos en relación con los otros y qué podemos dejar de ser como producto de esa relación. La disposición a deliberar y producir acuerdos y resultados en función del bien común es un referente fundamental para promover acuerdos informacionales orientados al desarrollo humano y a la disminución de la pobreza. El IDH Bolivia 2004 indaga qué políticas públicas asociadas con la tecnología de la información serían posibles para promover el desarrollo humano y disminuir la pobreza. En resumidas cuentas este informe no sólo evalúa la situación del país frente a la globalización, sino que también aspira a señalar algunos elementos para una vía posible y deseable de desarrollo. Se esboza una “vía” boliviana, si se quiere, que parta del reconocimiento de los valores y aspiraciones de los propios bolivianos, que son unidad, equidad y respeto a las diferencias. Ello supone una interculturalidad asumida y valorada Introducción 5 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 que pueda expresarse institucionalmente. Se trata de una ruta que reconozca las potencialidades de la economía y los recursos naturales y que les agregue desarrollo informacional, lo que, a su vez, permita promover un desarrollo socialmente incluyente. Pero todo esto será posible si específicamente se desarrolla además un campo incluyente e integrado en el Internet, si se modifican los patrones de socialización y de funcionamiento educativo y si el Estado se renueva en función del bien común y el desarrollo humano. En el informe argumentamos no sólo a favor de un nuevo Estado, una nueva interculturalidad o un nuevo tipo de economía, sino sobre todo de una nueva comunidad nacional de ciudadanos que le permita a Bolivia navegar por los avatares de la globalización. Este texto está organizado entonces en tres bloques: - Una parte (capítulos 1 y 2) analiza las opciones de la economía boliviana en los contextos de la globalización y el informacionalismo. - - Un segundo bloque sociocultural (capítulos 3 y 4) aborda la crisis del nosotros a nivel colectivo e individual y plantea algunas pautas de salida. El tercero (capítulos 5, 6 y 7) trabaja tres temas estratégicos para el desarrollo necesario y pendiente de Bolivia: el campo del Internet, los maestros y la escuela, y el Estado y el gobierno electrónico. Este trabajo ha implicado un complejo esfuerzo metodológico, que ha incluido, entre otras actividades, una encuesta nacional, 45 grupos focales, múltiples entrevistas a profundidad, estudios de caso, diagnósticos de infraestructura informacional y análisis de datos secundarios y bibliografía, lo cual es mostrado con detalle en el anexo de este Informe. Como siempre este documento es el resultado del trabajo colectivo e interdisciplinario del Equipo de Desarrollo Humano Aplicado (EDHA) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de Bolivia. Fernando Calderón Gutiérrez Coordinador del Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 6 Capítulo 1 Globalización y Desarrollo Humano La información, riqueza del nuevo tiempo En el mundo de hoy, la mayoría de los países transita de una sociedad industrial, que giraba en torno al trabajo como principal valor, hacia una del conocimiento, en la que lo fundamental es la posesión de información y la capacidad para manejarla, producirla y difundirla. A raíz de este cambio de centralidad, las empresas transnacionales, el mercado, los científicos y los técnicos, vitales en este proceso, han dado nacimiento a un nuevo patrón mundial de desarrollo. ¿En qué consiste? y ¿por qué es tan importante? Su principal característica es que la información, el nuevo “dinero” de la economía, circula hoy a escala planetaria, de manera simultánea, masiva y por lo tanto, en tiempo real. Cada dato, con el que se activan la producción y el comercio, es convertido sin demora en señal de utilidad global gracias a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. He ahí la gran transformación de nuestros días, es decir, la conversión del mundo en una sola factoría, un solo mercado y hasta una sola sensibilidad ciudadana. Es lo que conocemos ahora como globalización, el resultado más ostensible de la sociedad del conocimiento, que ha hecho del planeta un complejo sistemático, unificado e interconectado. Pero ¿qué es exactamente la globalización?, o, ¿en qué se diferencia ésta de la mera consolidación del mercado mundial o de la ya antigua interconexión eco17 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 nómica entre los cinco continentes? Como sabemos, el término “globalización” suele asociarse tanto a la internacionalización como a la mundialización. Comencemos distinguiendo estos tres conceptos. Según Guy Rocher (2001), las nociones citadas develan fenómenos distintos, con racionalidades y lógicas específicas relacionadas a problemas sociales y humanos diversos. En este sentido, visto por etapas consecutivas: • Por internacionalización entendemos los ya conocidos intercambios económicos, políticos y culturales entre las naciones. • Por mundialización comprendemos “la extensión de estas relaciones e intercambios internacionales y transnacionales por el mundo, como consecuencia de la rapidez creciente del transporte y las comunicaciones en la civilización contemporánea”. • Mientras la globalización es más amplia y supone el surgimiento de un “sistemamundo” (Wallerstein, 1979) como hecho social total, es decir, como un referente en sí mismo, donde gracias a las posibilidades de interconexión instantánea, las sociedades mundiales pueden funcionar como un todo coordinado. Queda claro entonces que la centralidad de la información, percibida ésta como insumo económico, ha derivado en un estrechamiento cada vez más íntimo y denso entre la totalidad de los espacios productivos y de consumo del globo, con la consiguiente conformación de una economía central, que ya no se detiene ante las fronteras nacionales, las soberanías territoriales ni los actores locales. Es tiempo entonces de comportamientos globales, de articulaciones desdeñosas de las distancias, de redes y construcciones de poder flexibles. Lo global es extendido, compuesto, poderoso y centralizador, pero también fraccionado, diverso, adaptable y volátil. En consonancia con Rocher (2001), Manuel Castells (2003) reafirma que la globalización no es sinónimo de simple internacionalización, pues no es sólo la 1 18 profundización de los intercambios por el mundo, sino el “proceso resultante de la capacidad de ciertas actividades de funcionar como unidad en tiempo real a escala planetaria”. Y en ese sentido, la globalización es un fenómeno nuevo, sustentado por el hecho de que las tecnologías de información y comunicación han articulado el planeta en las últimas dos décadas en una “red de flujos en los que confluyen las funciones y unidades estratégicamente dominantes de todos los ámbitos de la actividad humana”. Así, sobre la base de una revolución tecnológica que “no es la causa, pero sí el soporte indispensable”, se perfila una transformación histórica de carácter multidimensional. Dicho de otra forma, la globalización surge desde la llamada tecno-economía1 e implica una interconexión simultánea entre diferentes sectores considerados productivamente valiosos en distintos países y regiones. Esto fue posible, reiteramos, gracias a las nuevas tecnologías de información, que permiten concebir al espacio sin límites y al tiempo como único para todos los habitantes del planeta. Como señala el Informe de Desarrollo Humano (IDH) Mundial 1999, en la globalización, el espacio se reduce, el tiempo se hace más breve y las fronteras desaparecen, vinculando la vida de la gente de forma más profunda, intensa e inmediata como nunca antes. Desde el presente enfoque del desarrollo humano, la globalización puede ser comprendida entonces como la forma en la cual los procesos descritos afectan a la vida concreta de las personas y sus comunidades y, a su vez, son afectados por ella. Este desempeño no es nuevo, aunque la era actual tiene rasgos que la distinguen, porque están involucrados nuevos mercados de bienes y servicios integrados a escala mundial, nuevas tecnologías de información y comunicación, nuevos actores transnacionales y renovadas normas multilaterales relacionadas con el comercio, los servicios y la propiedad intelectual, que reducen el ámbito de influencia de la política nacional. Como la mayoría de las regiones del mundo, América Latina y Bolivia viven tam- Entre los análisis que se centran en la economía para explicar la globalización, destaca el de Wallerstein (1979), para quien la economía capitalista, necesariamente global, es el fundamento de estos procesos. Ella genera un nuevo “sistema-mundo” en el que existe una única división del trabajo a escala mundial; y aunque el sistema tiene contradicciones, los desequilibrios se vuelven funcionales. Una de las virtudes de este análisis es que explica muy bien algunos rasgos estructurales de la globalización; sin embargo, su lógica es demasiado determinista al explicar este fenómeno sólo desde la economía y la institucionalización del mercado, sin dar lugar a la intervención del poder político (para una crítica a este análisis, véase Busino, 2001). Recuadro 1.1 Algunos conceptos básicos • Informacionalismo es productividad, competitividad, eficiencia, comunicación y poder a partir de la capacidad tecnológica de procesar información y generar conocimiento. • La globalización es un fenómeno nuevo. Sólo en las dos últimas décadas del siglo XX se ha convertido en un sistema tecnológico de sistemas de información, telecomunicaciones y transporte que ha articulado todo el planeta en una red de flujos en los que confluyen las funciones y unidades estratégicamente dominantes de todos los ámbitos de la actividad humana. • Globalización no es sinónimo de internacionalismo. Es el resultado de la capacidad para funcionar como unidad en tiempo real a escala planetaria. • La economía global no es, en términos de empleo, sino una pequeña parte de la economía mundial, pero es la parte decisiva. • La globalización de la economía implica también el comercio internacional como factor del crecimiento económico, el aumento considerable de la inversión extranjera directa, la globalización de una parte esencial de la producción de bienes y servicios en torno a empresas multinacionales y a sus redes auxiliares, la interpenetración internacional de mercados de bienes y servicios, la formación de un mercado global de trabajadores de alta calidad (desde los ingenieros de software hasta los futbolistas) y la importancia de las migraciones internacionales de mano de obra desplazada por las crisis económicas hacia zonas con mayores oportunidades de empleo y progreso. • Junto a la globalización económica asistimos a la de la ciencia, la tecnología y la información; de la comunicación, tanto en los medios de comunicación masiva y multimedia como en las nuevas formas a través del Internet; y en una dimensión más siniestra: del crimen organizado que tiende a penetrar las instituciones de gobierno en numerosos países, con efectos considerables sobre la soberanía y la legitimidad política. • Las fuentes de productividad y competitividad en la nueva economía global dependen de la capacidad de generación de conocimiento y procesamiento eficaz de la información. Ésta depende, a su vez, de la capacidad cultural y tecnológica de las personas, empresas y territorios. En la economía informacional, la educación y la innovación son fuerzas productivas directas, pero a pesar de ser condiciones necesarias para el nuevo modelo de desarrollo, no son suficientes, porque, en la medida en que el excedente se transfiere al mercado financiero, el comportamiento de este mercado, sometido a percepciones de psicología colectiva y a turbulencias informativas de todo origen, influye decisivamente en el tamaño de la riqueza o pobreza de las naciones. • En este nuevo modelo de desarrollo informacional, la sociedad y las instituciones juegan un papel decisivo. Ello es así, porque la productividad y competitividad dependen de la calidad de los recursos humanos y de la capacidad estratégica de instituciones y empresas para articular dichos recursos en torno a proyectos de inversión viables y sustentables. Por otro lado, porque la estabilidad social y política y el eficaz funcionamiento de las instituciones son factores psicológicos esenciales para los inversores globales, de cuyo comportamiento depende por último el valor de empresas y países en los mercados financieros. Fuente: Castells, 1997 y 2003 bién la misma transición. La pregunta es con qué bagaje cuentan para tener un rol activo en ella. A nuestro juicio, éste dependerá de la capacidad de la sociedad y del Estado de enfrentar los desafíos planteados. Y es que no existe sociedad ni institución alguna que, aspirando a tener presencia en el mundo moderno, no tome en cuenta los rasgos, los límites y las oportunidades que ofrece este proceso (PNUD, 2000). Por tanto, resulta fundamental para toda sociedad caracterizar los procesos de cambio y los posibles contornos de su inserción en el mundo para comprender los riesgos de desestructuración y sus posibilidades de tener un rol pro-activo a partir de sus particularidades históricas. En este capítulo se sostiene que la globalización, como nueva forma de poder en función del mercado, no ha aportado a un desarrollo humano integral. Por ello, no es sostenible para el continente. En este documento, además de evaluar este proceso, se pretenden dar algunas pistas sobre una otra forma de globalización incluyente en la cual se potencie a los actores sociales y se vaya en la ruta del desarrollo humano. A esto se ha denominado desarrollo humano informacional (ver recuadro 1.1). Por ello, más allá de las diversas ideologías sobre la globalización, ésta responde sin duda a procesos estructurales de cambio y de poder en el mundo. La cuestión para Bolivia y Améri19 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 ca Latina es saber si la globalización, de la cual ya somos parte subordinada e interdependiente, podrá estar acompañada también de un desarrollo informacional. Hasta ahora, y pese a todos los esfuerzos, esto no ha ocurrido, pues hubo más bien exclusión, diferenciación social y marginamiento generalizado de una buena parte de la población. A continuación, se esbozarán las características centrales de la globalización en el ámbito de la economía para luego abordar sus manifestaciones en la cultura o la política, y después plantear finalmente la idea de una globalización con rostro humano. La globalización en los márgenes de la economía Cuando se habla de globalización tecnoeconómica se hace referencia a profundas transformaciones en la estructura de la producción, el comercio y el financiamiento mundial, aceleradas por las innovaciones tecnológicas de la información y comunicación, pero también por cambios normativos encaminados a promover la liberalización y desregulación de los mercados nacionales. Estos cambios se hacen evidentes, por ejemplo, en la transnacionalización del mercado de bienes y servicios, la mundialización financiera y una nueva división del trabajo. Algunos datos nos permiten ilustrar estos cambios generados en las dos últimas décadas. En primer lugar, la importancia del comercio mundial se hace patente en el promedio de siete billones de dólares anuales como valor de las exportaciones mundiales en la década del 90, es decir, el 21% del Producto Interno Bruto (PIB) planetario, en comparación con el 17% de un PIB mucho más reducido en los años 70 (PNUD, 1999:25). Vemos en ello que incluso los países más rezagados están profundamente integrados al comercio mundial, aunque su inserción refleje una tremenda vulnerabilidad ante las fluctuaciones de precios en los mercados de productos primarios. Por ejemplo, las exportaciones de la depauperada África subsahariana en los años 90, representaron algo menos que el 30% del PIB de la región. En segundo lugar, a fin de ilustrar la emergencia de nuevos y poderosos mercados financieros de alguna forma desvinculados de la dinámica del sector real de la economía, algunos cálculos señalan que en 1998, el valor de mercado de la capitalización del 20 total de productos financieros derivados era equivalente a 12 veces el valor estimado del PIB total del planeta (Castells, 2003:20). Estos nuevos mercados financieros están interconectados a escala planetaria las 24 horas del día, guiados por percepciones de la psicología colectiva, sometidos a perturbaciones noticiosas y con una influencia decisiva sobre la pobreza y la prosperidad de las naciones. Alrededor de 1,5 billones de dólares (cuando dos décadas atrás, esta cifra apenas alcanzaba entre 10 mil y 20 mil millones de dólares) se mueven diariamente en el mercado de divisas haciendo imposible que cualquier gobierno del mundo defienda su moneda frente a las turbulencias masivas en estos mercados. Los capitales se mueven instantánea e ilimitadamente por lo que la volatilidad financiera es un nuevo dato de la realidad económica. Este hecho limita la soberanía de los Estados y es capaz de generar crisis globales que repercuten en la seguridad de los empleos y en los ingresos de millones de personas. Como señala el PNUD (1999), los efectos humanos de estas crisis son severos y persisten incluso después de la recuperación económica. Luego, a fin de ilustrar la compleja trama del sistema de producción global, vemos que la inversión extranjera directa fue superior a 400 mil millones de dólares en 1997 (PNUD, 1999:25), con lo cual ha multiplicado por siete su valor real con respecto a los años 70. Por otra parte, estos flujos han tenGráfico 1.1 Participación en la economía mundial, en porcentaje 100 80 80 77 74 60 40 22 20 3 0 22 17 4 Participación Participación en el PIB en las mundial (2001) exportaciones mundiales (2000) Países con ingresos bajos Países con ingresos altos Países con ingresos medios Fuente: PNUD 2003. 1 Participación en la Inversión Extranjera Directa (IED) mundial (2001) Cuadro 1.1 Las empresas grandes tienen ventas totales superiores al PIB de muchos países (en miles de millones de dólares EEUU) País o empresas Total PIB (1998) o ventas (1997) General Motors 164 Tailandia 154 Noruega 153 Ford Motor 147 Mitsui & Co. 145 Arabia Saudita 140 Mitsubishi 140 Polonia 136 Itochu 136 Sudáfrica 129 Royal Dutch/Shell Group 128 Marubeni 124 Grecia 123 Sumitomo 119 Exxon 117 Toyota Motor 109 Wal Mart Stores 105 Malasia 98 Israel 98 Colombia 96 Venezuela 87 Filipinas 82 del planeta. Por ello, son cada vez más las empresas multinacionales que predominan en los mercados mundiales. De acuerdo a los datos, su participación en las exportaciones mundiales se incrementó de un cuarto a un tercio en la primera mitad de los 90 y su valor agregado fue del 7% del PIB mundial en 1997. Por lo mismo, hoy los países no sólo compiten entre sí, sino también con las empresas transnacionales, cuyos beneficios y ganancias superan en diversos casos el PIB de muchos países. Por ejemplo, las ventas totales de la General Motors en 1997 se elevaron a más de 160 mil millones de dólares, es decir, por encima incluso del PIB de países como Tailandia y Noruega y casi 20 veces del de Bolivia (PNUD, 1999:32) (ver cuadro 1.1). Como vemos, la globalización económica es asimétrica y ni siquiera realmente planetaria. Como señala Castells (1997:130): “Mientras sus efectos alcanzan a todo el planeta, su operación y estructuras reales atañen sólo a segmentos de las estructuras económicas, los países y las regiones, en proporciones que varían según la posición particular de un país o región en la división internacional del trabajo”. Por lo mismo, como muestra el gráfico 1.1, los países de ingresos altos, que albergan al 15% de la población mundial, tienen influencia directa en alrededor del 77% del PIB, de las exportaciones y de las inversiones extranjeras directas a nivel mundial. Al contrario, los países de ingresos bajos tienen una posición marginal en este sistema global y participan con menos del 5% del PIB y de las exportaciones mundiales a pesar de que agrupan al 41% de los habitantes del planeta. Globalización y Desarrollo Humano Fuente: PNUD 1999. Globalización y exclusión dido a centrarse en los años 90 en importantes operaciones de fusiones y adquisiciones transfronterizas principalmente en sectores de servicios financieros y telecomunicaciones. Sólo en 1997, estas operaciones, que fueron 57, representaron en total casi el 60% de los flujos de inversión extranjera directa a nivel mundial por un valor superior a los mil millones de dólares cada una ( PNUD , 1999:26). Pero más aún, estos movimientos de concentración del capital hablan de la construcción de verdaderos sistemas internacionales de producción integrada. Eso significa que funciones incorporadas antes dentro de una empresa, se separaron vertical y horizontalmente para rearticularse a redes globales que funcionan en distintas regiones El nuevo sistema global es tan excluyente como incluyente. El que un país o sector social quede al margen o sea incorporado en ella depende de los códigos dominantes de la propia globalización (Castells, 2003:21). ¿Cuáles son esos códigos? Según Castells (2003), dado que “la globalización se ha desarrollado esencialmente como instrumento de articulación de mercados capitalistas”, es la rentabilidad económica la que determina los países, regiones o segmentos de población que tienen cabida y utilidad en las redes económicas globales. Por ello, para comprender mejor lo que ocurre, es necesario analizar el cambio operado en los sistemas de producción. Y es que, como ya se dijo al principio, en la nueva economía global, la productivi21 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 dad y competitividad dependen de la “generación de conocimiento y procesamiento eficaz de la información”. En efecto, esta economía globalizada compite hoy gracias a: • La concentración en la producción de conocimientos. • La flexibilidad de los sistemas y la gestión del trabajo. • La inversión en tecnología de la información. • La conversión de las grandes empresas centralizadas en redes empresariales descentralizadas, cuyos nodos están compuestos por diversas formas organizativas, que hoy también son flexibles según qué y cómo produzcan. Estos cambios han devaluado al trabajo o a la mano de obra propiamente dicha, como factor productivo de antaño, por lo que hoy ésta tiene menos poder para incidir en las negociaciones laborales. Y es que las nuevas tecnologías han aumentado el poder del capital con respecto al del trabajo, cambiado en consecuencia las relaciones laborales y la regulación de los mercados de trabajo, donde ahora hay una intervención mínima, cuando no inexistente, de los Estados. La economía global es por lo tanto una de tipo informacional en la cual la educación y la innovación se han transformado en “fuer- zas productivas directas” (Castells, 2003: 23). De esta forma, si bien las nuevas tecnologías están impulsando la globalización, por otra parte, han profundizado también la brecha entre ricos y pobres, mediante la creación de un nuevo tipo de polarización: la brecha digital. Como señala el PNUD (1999), las nuevas tecnologías están dividiendo al mundo entre los conectados y los aislados. En efecto, pese a su potencial de desarrollo y a las múltiples formas en que las nuevas tecnologías pueden (y de hecho lo hacen) mejorar la calidad de vida de las personas (IDH Mundial 2001), el acceso desigual a las nuevas tecnologías plantea hoy nuevas exclusiones. De modo que las personas con ingresos, educación y conexiones tienen hoy fácil acceso a la información, mientras el resto empieza a engrosar las estadísticas de un nuevo tipo de analfabetismo digital, que se superpone y agrava el clásico analfabetismo funcional. De los casi 850 millones de analfabetos que existen hoy en el mundo, siete de cada diez habita en países de ingresos bajos y el resto en los de ingresos medios (gráfico 1.2). Por lo mismo, la proporción de conectados a la red global de información es infinitamente menor en los países pobres. Como lo demuestra el gráfico 1.3, la riqueza sirve para comprar el acceso al mundo Recuadro 1.2 Exclusión social en la globalización Hoy día, la exclusión social genera distintas unidades sociales separadas entre sí, lo que limita la construcción de acciones colectivas. En realidad, se trata de una masa de informales que cada vez participan menos de las decisiones económicas y políticas de un país y que no encuentran canales de expresión en el sistema de partidos. De esta manera, la exclusión social ya no es vista como la de un actor marginal que pelea por su inserción en el desarrollo, sino la de una masa social considerada como prescindiFuente: Elaboración propia 22 dle para los objetivos del desarrollo y el poder. Dados los procesos de reestructuración económica en curso, en América Latina y en Bolivia, los incluidos son unos pocos y ”los de afuera”, las inmensas mayorías nacionales. La salida consistiría en políticas de inclusión social que rompan con las barreras impuestas por una lógica por la cual el poder define al conflicto por el riesgo de caer en la exclusión, lo que condiciona el desarrollo de actores sociales débiles o francamente antimodernos. Globalización y Desarrollo Humano Recuadro 1.3 La asimetría incongruente: la falta de tecnología y el des-aprendizaje de las sociedades latinoamericanas Una de las formas de dependencia entre países del “sur” y del “norte”, es decir entre países desarrollados y subdesarrollados, se encuentra en relación con el uso de las nuevas tecnologías y el conocimiento informacional de innovación. Los países subdesarrollados tienen tecnología, pero no la producen y han sufrido un des-aprendizaje en torno al conocimiento informacional. El problema tecnológico en América Latina surge, en gran medida, debido al camino que vivió la implantación tecno- lógica, acompañado por transformaciones sociales y económicas que no permitieron un aprovechamiento para la interacción y aprehensión de la tecnología. El problema del conocimiento y la innovación se debe a la transformación técnicoproductiva y a falta de políticas estatales orientadas a la educación informacional. Estos dos problemas hacen que América Latina dependa de los países desarrollados al carecer de una sociedad informalizada, que pueda competir satisfactoriamente con ellos. Fuente: Sutz, 2003 globalizado: la proporción de usuarios de Internet en los países de ingresos altos es 10 y 60 veces mayor que en los países de ingresos medios y bajo, respectivamente. Estos datos tienden a repetirse, aunque con menor intensidad, en lo referido a las líneas telefónicas móviles y fijas (para los datos de Bolivia, ver el capítulo 5 de este Informe). Por otro lado, y de forma aún más impactante, la producción de conocimiento se concentra casi exclusivamente en los países ricos, a pesar del esfuerzo que realizan los Gráfico 1.3 Gráfico 1.2 Acceso a Información (por cada mil habitantes - 2001) Analfabetismo en adultos (en millones de habitantes mayores a 15 años) 600 587 otros en materia de inversión en investigación y desarrollo (I+D): si el 81% de los científicos e ingenieros en I+D se encuentra en los países de ingresos altos, por lo mismo, a ellos les pertenece el 98% de los ingresos por royalties 2 (gráfico 1.4). Como señala Sutz (2003), respecto de las nuevas tecnologías, se “trata de una situación de simetría incongruente entre el sur y el norte. El primero las 700 610 590 600 500 400 400 400 300 263 200 100 200 0 0 Países con ingresos medios Fuente: PNUD 2003. Países con ingresos bajos Nota: No se cuenta con el dato para países de ingresos altos. 2 150 130 10 30 Abonados a teléfonos móviles Líneas telefónicas 40 7 Uso de Internet Países con ingresos bajos Países con ingresos medios Países con ingresos altos Fuente: PNUD 2003. Royalty es una regalía que cobran los Estados, en este caso, por la explotación de determinadas tecnologías producidas y patentadas en sus territorios. 23 Tecnología, difusión y creación, participación en porcentaje 100 98 90 81 80 70 60 50 40 30 19 20 10 0 2 Ingresos por royalties (2002) Científicos e ingenieros en I+D 1996-2000 Países de ingresos medios y bajos Países de ingresos altos Fuente: PNUD 2003 y Banco Mundial. Nota: No se cuenta con el dato de científicos e ingenieros en i+d para países de ingresos bajos. tiene, pero no las produce, las usa, pero las subutiliza, las incorpora, pero sin interactuar con ellas” (Sutz, 2003:85) (ver recuadro 1.3). Para Sutz (2003), la experiencia latinoamericana reciente, signada por las políticas de ajuste estructural como vía de inserción a la economía global, permitiría “caracterizar al proceso como crecientemente dual, donde las actividades de ingeniería y de I+D se concentran en los países desarrollados, mientras la producción con baja participación de actividades locales intensivas en conocimiento, caracteriza a los países subdesarrollados”. El gráfico 1.5 permite ilustrar la posición precaria de América Latina en materia de ciencia y tecnología: el gasto per cápita en I+D es diez veces inferior al promedio de los países desarrollados y tres veces inferior al promedio mundial. Además el gasto en I+D, como porcentaje del PIB regional, apenas alcanza a 0,5%, lo que indica que este gasto es incluso menos prioritario en la región que en el conjunto de los países en desarrollo (0,6%). De esta forma, a pesar de concentrar el 9% de la población y del PIB mundial, América Latina apenas concentra el 3% del gasto mundial en I+D y menos del 7% de los investigadores mundiales. En suma, la articulación de la economía latinoamericana a la global está marcada por una asimetría tecnológica. De esta forma, luego de la crisis de la deuda, la participación de América Latina en el comercio mundial no sólo se ha reducido, sino que ha profundizado su carácter de exportador 24 de recursos naturales. Entre 1985 y 2000, la cuota global de mercado de la región se redujo de 3,4% a 2,6% mientras que su exportación de recursos naturales se incrementó de 6,8% a 8,5% y sus ventas de productos de alta tecnología se estancaron en torno al 0,45%. Si bien es posible concebir un desarrollo tecnológico que se traduzca en aumento de exportaciones primarias, como demuestran las experiencias chilena y brasileña, y lo sugiere y explora el capítulo 2 del presente Informe, lo cierto es que la innovación en América Latina ha tendido a darse en “espacios escasamente estructurados”y por lo tanto es débil y no actúa como “estímulo fuerte de desarrollo científico-técnico” (Sutz, 2003). De esta forma, como subraya el PNUD (1999), los adelantos tecnológicos ofrecen posibilidades para el adelanto humano, aunque no bajo las orientaciones actuales, en las que, guiadas por intereses comerciales, las empresas definen los programas de investigación y controlan sus resultados con patentes y derechos de propiedad intelectual, que marginan a los países pobres. Hoy, las mejores tecnologías sirven a quienes pueden pagarlas, mientras los derechos de propiedad suben el precio de la transferencia de conocimientos aplicados. En términos generales, el empuje de los intereses empresariales no considera las necesidades más urgentes de la gente. Esta concentración de la producción de conocimiento en los países desarrollados obliga a una inserción marginal a la economía mundial de regiones más pobres, que Gráfico 1.5 Gasto en Investigación y Desarrollo (I+D) 400 350 2.5 377 2.2 2 300 1.6 250 1.5 % PIB Gráfico 1.4 U$ PPA Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 200 1 150 100 100 0.5 34 50 0 Países Mundo desarrollados 0.5 20 América Países en Latina desarrollo Per cápita (en U$ PPA)* Fuente: Sutz 2003 0.6 0 En % del PIB *En dólares según la paridad del poder adquisitivo. Globalización y Desarrollo Humano Recuadro 1.4 Un patrón desequilibrado de desarrollo humano A pesar de sus avances en materia de educación y salud, Bolivia aún mantiene rezagos significativos si se la compara con otros países de América Latina. Además, la rigidez del crecimiento del PIB per cápita y su desigual distribución han generado un patrón desequilibrado de desarrollo humano. Si bien con las reformas económicas de los últimos 15 años, se logró recobrar un crecimiento económico positivo, no se ha conseguido disminuir los niveles de pobreza y desigualdad. El escaso dinamismo y la decreciente productividad de los sectores de la economía, donde se concentra la mayor parte del empleo, explican las grandes dificultades para generar un círculo virtuoso que alcance mayor crecimiento económico con una disminución significativa de la pobreza. Fuente: IDH Bolivia PNUD, 2002 concentran al 85% de la población mundial. En estos países, y particularmente en América Latina, las acciones de los gobiernos nacionales para insertarse en la economía global implicaron duros golpes para la seguridad social de la mayoría de la población, provocados por la privatización de empresas antes nacionales, la liberalización de mercados y la consecuente flexibilización laboral.3 El Estado perdió así perfil social y abandonó su carácter intervensionista, junto a las responsabilidades vinculadas al desarrollo socio económico. A pesar de las transformaciones modernizadoras producidas en América Latina en las dos últimas décadas, la región no ha podido insertarse en la globalización informacional. Ello se debe “a la falta de flexibilidad organizativa de las empresas y a la baja capacidad tecnológica de la mayoría de sus sectores de actividad” (Castells, 2003:27). Más aún, según Cimoli y Katz (2001), habrían sido los procesos de ajuste de la región los que destruyeron capacidades tecnológicas acumuladas en periodos anteriores. De la misma forma, para Moguillansky (2003), estos procesos “en lugar de fortalecer los cír3 4 5 culos virtuosos que alimentan la innovación, acumulación de capital y el crecimiento, los han debilitado”. Las reformas estructurales operadas los últimos 20 años fueron la vía de inserción de América Latina en la globalización. Toda la región las ejecutó. En ello, Bolivia se destaca como uno de los países más aplicados en ese proceso.4 Es claro el contraste entre este dato y los magros indicadores de crecimiento económico y la magnitud de la pobreza, que se incrementó levemente, al igual que la inequidad, que según el índice de Gini, está por encima del promedio regional. Estos resultados son alarmantemente negativos y, por ello, las reformas aplicadas han perdido credibilidad. En el plano político, esta paradoja se reproduce. Mientras Bolivia vivió avances en lo institucional y, de acuerdo al índice de democracia electoral elaborado por el PNUD, ha mejorado en este aspecto, la legitimidad de la democracia va en descenso.5 Pero, de todas formas, como sugieren Calderón y Castells (2003), América Latina está inserta en la economía global, aunque de forma desigual e insostenible, con “altos Este proceso no se dio de igual manera en todos los países, aunque siguió más o menos esta norma en los latinoamericanos. En el sudeste asiático la modernización y la inserción en la globalización, contrariamente a lo dicho, estuvo liderado por Estados fuertes. Bolivia fue uno de los países que más rápidamente aplicó las llamadas reformas estructurales. Mientras entre 1995 y 1999 su índice en este sentido fue de 0.29 a 0.69, en la región el índice promedio fue de 0.34 a 0.583. en este marco, Bolivia fue más rápido que Chile, país considerado como ejemplo en materia de políticas económicas neoliberales. El Índice de Régimen Democrático muestra que América Latina ha progresado notablemente en cuanto a la elección democrática de gobiernos, y otros indicadores de ciudadanía política, Bolivia figura por encima del promedio de la región andina y de América Latina en general desde inicios de la década del 80 hasta el año 2000. Sin embargo, según datos de la encuesta Latinobarómetro, el porcentaje de la población que prefiere la democracia a cualquier otra forma de gobierno bajó en el país de 64% en 1996 a 52% en 2002, porcentaje por debajo del promedio latinoamericano en ese último año. Asimismo, la satisfacción con la democracia en el año 2002 alcanzaba sólo al 24% de la población boliviana, mientras que en América Latina llegaba a 32%. 25 Recuadro 1.5 Kofi Annan le habla a Iberoamérica En noviembre de 2003, el Secretario General de Naciones Unidas visitó Bolivia en ocasión de la Cumbre Iberoamericana. Ante los presidentes de 22 Estados dijo, entre otras cosas, lo siguiente: Ésta es la única región del mundo en desarrollo en que la democracia es hoy casi universal. Ese logro, que inspira al mundo, debe preservarse. El éxito democrático de América Latina es importante para el mundo entero. Por eso es muy preocupante que, según estudios recientes, esté flaqueando el apoyo a la democracia en la región. ¿A qué se debe? Creo que todos lo sabemos. Los 20 años de esfuerzos por adaptar la economía de sus países al nuevo mercado mundial les han permitido combatir la inflación, aumentar y diversificar las exportaciones y atraer cantidades considerables de inversiones extranjeras directas. No obstante, en su mayor parte, esos esfuerzos no han traído aparejadas las mejoras en la vida de los pueblos que éstos esperaban. En su conjunto, América Latina progresa, comparativamente, en sus esfuerzos por alcanzar varios objetivos de desarrollo del Milenio, como la reducción de las tasas de mortalidad materno-infantil, el logro de un equilibrio entre los géneros en el sistema escolar y la enseñanza primaria para todos. En general, ustedes han aumentado el gasto social y lo han orientado mejor. Ahora bien, los esfuerzos de los países de América Latina por alcanzar el objetivo primordial y más importante del Milenio, consistente en erradicar la pobreza extrema y el hambre, se han visto frustrados por toda la región por un círculo vicioso de decepcionante crecimiento económico y persistente desigualdad. Mientras el 10% de los hogares disfruta de alrededor del 50% de los ingresos nacionales, los pobres han aumentado en cifras absolutas y como porcentaje de la población: el Fuente: Annan, 2003 26 año pasado llegaron al 43%. Tamañas desigualdades ralentizan el crecimiento económico y privan a los pobres de la parte que les corresponde en el crecimiento, cuando lo hay. En los dos últimos decenios las oportunidades de empleo han sido limitadas, especialmente para los pobres, que ahora se concentran excesivamente en un sector no regulado que es demasiado extenso. Incluso durante el período de crecimiento de 1990 a 1997, siete de cada diez nuevos puestos de trabajo se crearon en el sector no regulado, donde los pequeños empresarios y los empleados reciben un apoyo escaso o nulo por lo que respecta a capacitación, tecnología, crédito o protección de sus derechos de propiedad. Las tierras siguen concentradas en manos de unos pocos, mientras que el resto de la población rural subsiste a duras penas. Muchos han abandonado el campo para ir a vivir a barrios superpoblados o favelas donde los servicios públicos son mínimos. Algunos grupos sufren en grado desproporcionado. Se sigue marginando a las personas de ascendencia africana, al igual que a los pueblos indígenas, ya se trate de mayorías o de minorías. La selva pluvial, que los pueblos indígenas han preservado durante muchos siglos como uno de los pulmones por los que respira el mundo entero, se sigue empequeñeciendo año tras año. En casi todas las comunidades, se niega a las mujeres el pleno acceso al mercado laboral y al proceso de adopción de decisiones, con lo que se niega a la sociedad el pleno beneficio de sus talentos. Y cuanto más pobre es la gente, más padece la violencia y el desorden generalizados y más explotada y oprimida se siente por aquellos cuyo poder y riqueza no puede compartir. A pesar de los intensos esfuerzos que ustedes han desplegado para elimi- nar el cultivo de drogas ilícitas, la industria de las drogas sigue prosperando en desafío del Estado de derecho mediante redes paralelas que, en muchos Estados, controlan regiones y sectores económicos enteros. La región andina, en particular, se ve profundamente afectada. Muy a menudo, al parecer, el pueblo piensa que algunos de ustedes, los dirigentes que han elegido, son indiferentes a su difícil situación. Eso es malo de por sí, pero no necesito decirles que también amenaza su estabilidad. En país tras país, y últimamente aquí en Bolivia, ustedes han visto que las tensiones sociales agudas dan lugar a trastornos políticos. Es admirable que ustedes hayan afrontado estas crisis mediante procedimientos constitucionales, sin recurrir al gobierno militar. Sus pueblos han demostrado una fe obstinada en la democracia, por imperfecta que ésta sea. Ahora bien, ¿pueden ustedes dar por sentada esa actitud indefinidamente si no logran resolver los graves problemas sociales que causan tanto descontento? En vista de los pocos resultados obtenidos hasta la fecha, tal vez algunos caigan en la tentación de dar la espalda al mercado mundial, o incluso a la democracia pluralista. No obstante, hay pocos indicios en la historia reciente de que un país pueda obtener mejores resultados aislándose de la economía mundial o negando a su pueblo la libertad de elección en el ámbito político. De hecho, hay muchos indicios de lo contrario. Entonces, ¿qué más pueden hacer ustedes? Carlos Fuentes escribió hace más de diez años, que “los Estados democráticos en la América Latina están desafiados a hacer algo que hasta ahora sólo se esperaba de las revoluciones: alcanzar el desarrollo económico junto con la democracia y la justicia social”. Esto sigue siendo cierto hoy. Globalización y Desarrollo Humano Recuadro 1.6 Diálogo sobre la sociedad de la información y América Latina A final del año 2003 se presentó el libro “¿Es sostenible la globalización en América Latina?”. Este proyecto intelectual buscó el diálogo de las principales tesis de Castells, particularmente aquellas de la obra “La Era de la Información”, y más de 20 intelectuales latinoamericanos. El debate giró alrededor de temas como la transformación económica, la tecnología y la globalización; la desigualdad, pobreza y exclusión social; el desarrollo sostenible, la identidad y religión; el Estado y la política; la transformación cultural y el Internet. El texto analiza las distintas caras de la globalización en sus oportunidades y sus riesgos. Se contrasta modernización, transformación productiva e innovación tecnológica, con equidad, pobreza y exclusión. En cuanto al problema cultural se pretende analizar las tensiones entre identidad y globalización. Este libro es uno de los antecedentes claves para la elaboración del presente Informe. Fuente: Calderón, 2003 costos sociales, políticos y económicos y con amplios sectores sociales y territorios excluidos estructuralmente de la modernización”. Además, la depauperación de estos sectores ha creado un clima favorable para las redes globales de la mafia o la reconexión de sectores excluidos de la economía global mediante actividades delictivas que encuentran mercados rentables y dinámicos en las sociedades más ricas. En definitiva, la globalización, que sólo incluye a los sectores que considera valiosos Gráfico 1.6 Indicadores seleccionados de salud 2500 2000 1970 1500 1000 800 850 599 500 310 268 90 50 0 Países con ingresos bajos Países con ingresos medios Casos de tuberculosis (por diez mil habitantes) Tasa de mortalidad infantil (por diez mil nacidos vivos) Personas desnutridas (por diez mil habitantes) Fuente: PNUD 2003. Países con ingresos altos económicamente, ha producido una gran desigualdad, consistente en que en un mismo país, convivan zonas incorporadas a ella y otras excluidas y sumidas en la miseria. De esta forma, si las redes globales de creación de valor tienden a concentrarse en los países ricos, las deficiencias en educación o salud se concentran en los países de ingresos medios y bajos. Como se observa en el gráfico 1.6, mientras la tasa de mortalidad infantil es 16 veces superior en las zonas de ingresos bajos en relación a las más prósperas, la tuberculosis es 20 veces más frecuente y la desnutrición se restringe a países de ingresos medios y bajos. La brecha de esperanza de vida es de casi 20 años entre las naciones de ingresos altos (78 años) y bajos (59 años) y la tasa bruta de matriculación primaria, secundaria y terciaria alcanza apenas a la mitad de la población de los países de ingresos bajos y a casi la totalidad de los habitantes de los países ricos (gráfico 1.7). Y es que los mercados globalizados pueden ser eficientes, pero también inequitativos. Como señalan Ortuño y Pinc (2003), si bien la desigualdad al interior de los países aumentó, en muchos de ellos, sobre todo en la década de los 90, su incremento mundial parece estar impulsado por la ampliación de las brechas entre países. Por ejemplo, según datos recopilados en PNUD (1999), la relación de ingreso entre el quinto de la población mundial que vive en los países más ricos y el quinto que vive en los más pobres, ascendió sostenidamente de 30 a 1 en 1960 a 60 a 1 en 1990 y finalmente a 74 a 1 en 1997 (PNUD , 1999). Según un estudio de 27 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Gráfico 1.7 Tasa bruta combinada de matriculación primaria, secundaria y terciaria, 20002001 (en porcentajes) 100 92 90 80 70 70 60 51 50 40 30 20 10 0 Países con ingresos altos Países con ingresos medios Países con ingresos bajos Fuente: PNUD 2003. Milanovic (1999), 6 la desigualdad en el mundo tiende a profundizarse. A principios de los 90, el índice Gini mundial, encargado de medir esto, habría pasado de 0,62 a 0,66, lo cual pone en claro que en el mundo hay una desigualdad incluso superior a la de Brasil, país conocido como el que peor distribuye su riqueza en el continente. Según este mismo estudio, el 25% de la población más rica concentraría el 75% de los ingresos mundiales y, más aún, el 1% más rico recibiría el equivalente al ingreso combinado del 57% más pobre. Además, un norteamericano pobre es más rico que cada miembro individual de dos tercios de la población mundial. De esta forma, aunque la globalización abre nuevas oportunidades a países y regiones, también trae más desigualdad, porque la apertura de mercados depende de las capacidades y el capital humano de los países y las empresas. Además, si bien, desde una óptica conservadora, el acceso a los mercados debe ser libre y las normas que rigen la competencia tendrían que ser muy laxas, de hecho, los países desarrollados limitan la entrada de bienes y servicios a sus mercados, según su conveniencia. Esto muestra que las reglas no son iguales para todos. Por otra parte, la globalización en la economía no ha generado más empleo ni expandido el número de puestos más calificados; al contrario, ha intensificado una flexibilización de los mercados laborales con 6 28 efectos negativos para los trabajadores en su estabilidad y seguridad laboral. Esto aumentó la inequidad. Además, la velocidad de los avances tecnológicos es mayor que la de la capacitación de la fuerza laboral, con lo cual los asalariados se van descalificando de manera inversamente proporcional al aumento de la tecnología. Estos aspectos inequitativos de la globalización producen exclusión social y económica, es decir, más pobreza y menos participación social y política, y por tanto un debilitamiento de la ciudadanía y del mismo régimen democrático, que pierde legitimidad, porque es incapaz de dar respuestas eficaces a las demandas de la gente. Más aún, desde posiciones críticas se sostiene que las inequidades son parte de lo que sería “la conquista final del capital del resto del mundo”, lo que implica dominación política y explotación económica (Tandon, 1997:389, traducción propia). Globalización y cultura Como se ha analizado en el IDH 2000 en Bolivia, la globalización no evoca sólo aspectos económicos y tecnológicos, sino que es también un fenómeno cultural. Transforma y afecta pues las subjetividades, los sistemas de sentido y los mundos de vida. Para hilar fino en este proceso, hay que referirse al menos a lo que fueron los distintos momentos de relación entre modernidad, modernización y cultura en América Latina, los que nunca dejaron de contener tensiones en su seno. Para ello, es sugerente la reflexión de Brunner (1988) cuando propone que hay que subrayar la relación entre cultura y modernidad en la historia, y ver en ella las relaciones entre liberalismo, racionalismo, democracia y la matriz católica, que siempre jugó un rol fundamental (ver recuadro 1.7). Es a partir de esos intercambios fundamentales de matrices culturales que se reconfigura ahora la experiencia en el continente. La relación entre la industria cultural, masiva e internacional y la producción cultural local tiene varios vaivenes. No se trata de un desarrollo lineal ni de influencias automáticas, sino de intercambios complejos entre fuerzas culturales propias y ajenas que van reconfigurando constantemente nuestra forma de ser. De hecho, la historia latinoa- Milanovic (1996) utiliza encuestas de hogares de 1988 y 1993 para construir un Gini mundial que abarca al 90% de la población del planeta mericana, como las demás, es un constante encuentro, conflicto, tensión y síntesis de distintas matrices culturales que, en este territorio, se enfrentaron para engendrarse y recrear nuevas formas. En todo caso, queda claro que nuestra especificidad cultural radica precisamente en esto: “Habernos hecho en conflicto e integración con otros, pero a la vez ser distintos, además de desear constantemente esa distinción” (Calderón y Dos Santos, 1995:205). La globalización reconfigura el significado mismo de las subjetividades (Barbero 1999, Castells 1997) particularmente en tres órdenes: los saberes, los territorios y los relatos. En el primer aspecto, la globalización es una nueva manera de repensar el espacio y el mundo y de situarse en él: vivimos la reconfiguración de lo real, los modos de percibir y sentir ya no son los mismos, ha dejado de existir la noción del “centro”, éste ahora está en cualquier parte, y se modifican las dinámicas nacionales y locales, y, por tanto, territoriales. Las coordenadas de la expe- Globalización y Desarrollo Humano riencia ya no son las mismas. Un segundo elemento es la transformación de los referentes espacio – temporales o los territorios. Si los espacios, las distancias, las representaciones territoriales ya no son iguales, el sentido del tiempo tampoco lo es. El pasado y el futuro se convierten en referentes poco claros, y predomina cierta intensificación del presente, que, además, es uno territorialmente mundial, por tanto amplificado a cada uno de los rincones del planeta. Finalmente, los “relatos” del desencanto serían el agotamiento de la racionalización que, en la globalización habría llegado a su límite. El desencanto, con las ausencias de sentido y la racionalidad en crisis, darían lugar a nuevos movimientos, religiosos o fundamentalistas, que intentarían dar nuevas respuestas a los dilemas del presente (Barbero 1999). Como se verá en el capítulo 4 de este Informe, esto ha afectado de manera muy particular la subjetividad de los bolivianos. En el ámbito cultural, la globalización abarca tanto los sistemas de conocimiento, Cuadro 1.2 Porcentaje de ingreso o consumo del 10 y 20% más rico y del 10 y 20% más pobre País Clasificación IDH 2003 Año de la encuesta Porcentaje de ingreso o consumo del… 10% más pobre 20% más pobre 20% más rico 10% más rico Coeficiente de Gini Gini/Año Gini/Año Holanda 5 1994 2.8 7.3 40.1 25.1 … 32.6 (1994) Estados Unidos 7 1997 1.8 5.2 46.4 30.5 … 40.8 (1997) Japón 9 1993 4.8 10.6 35.7 21.7 … 24.9 (1993) Corea 30 1998 2.9 7.9 37.5 22.5 36.0 (1985) 31.6 (1998) Eslovaquia 39 1996 3.1 8.8 34.8 20.9 … 25.8 (1996) Chile 43 1998 1.1 3.2 61.3 45.4 46.0 (1988) 57.5 (1998) Bielorusia 53 2000 3.5 8.4 39.1 24.1 21.6 (1993) 30.4 (2000) México 55 1998 1.2 3.4 57.6 41.6 50.3 (1992) 51.9 (1998) Colombia 64 1996 1.1 3.0 60.9 46.1 51.3 (1991) 57.1 (1996) Brasil 65 1998 0.7 2.2 64.1 48.0 63.4 (1989) 60.7 (1998) Bolivia 114 1999 1.3 4.0 49.1 32.0 42.0 (1990) 44.7 (1999) Honduras 115 1998 0.5 2.0 61.0 44.4 52.7 (1992) 59.0 (1998) Pakistán 144 1998-99 3.7 8.8 42.3 28.3 31.2 (1991) 33.0 (1998-99) Guinea-Bissau 166 1993 2.1 5.2 53.4 39.3 … 47.0 (1993) Fuente: Elaboración propia en base a datos obtenidos de UNDP 1993a (p. 188-189), 1993b y 2001 (p. 186-189 y 282-283) y Banco Mundial 1997 (p. 222-223).7 7 Entre los países con desarrollo humano alto, Eslovaquia tiene la distribución más equitativa del ingreso y Chile la menos equitativa; entre los países con desarrollo humano medio, Bielorrusia tiene la distribución más justa y Honduras la más injusta; entre los países con desarrollo humano bajo, Pakistán tiene la distribución más equitativa y Guinea Bissau la menos equitativa. 29 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Recuadro 1.7 Modernidad, modernización y cultura El gran desafío para la investigación social y cultural de estos años podría ser un retorno a los temas de la modernización y la modernidad de los años 50, pero ahora desde un ángulo distinto y luego de haber pecado y perdido la inocencia. Ahora se trataría de saber cómo ha entrado la modernidad en nuestra cultura y cómo ha cambiado su propia modernidad en contacto con ella, con su sustrato popular, su componente católico, sus elementos liberales o marxistas. Se trataría de indagar en los diseños de los actores, principalmente la empresa cultural operando en el mercado, el Estado, la Iglesia, los grupos de educación popular, los espacios posibles para unas políticas (culturales) que todavía estamos muy lejos de comprender, ni siquiera en cuanto a sus límites y a los mecanismos de su operación. Sobre todo, se necesitaría estudiar los innumerables y complejos circuitos del folklore y las maneras de aparecer de la conciencia folklórica, sabiendo que esos circuitos son probablemente los mismos que constituyen la trama total de la producción, reproducción y transmisión de nuestras culturas. Fuente: Brunner, 1988:83-184 sobre todo tecnológicos, que permiten la profundización de esta interconexión simultánea, como la expansión de una cultura del consumo. La globalización cultural también ha dado cabida a la manifestación de las diferencias, aunque, sobre todo desde los medios masivos de comunicación de propiedad de empresas transnacionales. Las posibilida- Cuadro 1.3 Número de televisores por cada mil habitantes Televisores por cada 1.000 habitantes País 1990 1996-1998 Bolivia* n.d 130 n.d. Brasil 213 316 48.4 Chile 206 232 12.6 Colombia 118 217 83.9 Estados Unidos 772 847 9.7 72 90 25.0 Japón 611 707 15.7 México 150 261 74.0 26 88 238.5 210 346 64.8 Honduras Pakistán Corea Aumento en % Fuente: Elaboración propia en base a datos obtenidos de PNUD 2000, p. 198-201. (*) Nota. El dato corresponde al año 2001. Fuente INE. 8 30 des para manifestar las diferencias dependen hoy de la ideología, generalmente consumista, de esos medios.8 La convivencia y tolerancia de las distintas culturas es uno de los desafíos que plantea la globalización en este ámbito. La expansión de la industria cultural internacionalizada ha tenido como “rasgo fundamental la diferenciación y segmentación de mercados culturales para grupos de altos ingresos, y a la vez, la generalización de un consumo cultural homogeneizante para el resto de la población”. En contrapartida, el fomento estatal a la industria cultural ha sido débil y, a pesar de sus logros, insuficiente para promover el pluralismo y la creatividad culturales, además de fortalecer la cultura nacional (Calderón y Dos Santos, 1995:39). La industria cultural tiene efectos homogeneizadores en un público amplio dado que fomenta los mismos gustos musicales, cinematográficos, televisivos o gastronómicos y no da demasiado espacio a opciones alternativas. Sin embargo, esta idea de la homogenización cultural debe ser matizada. Conviene además entender estos procesos en medio de una tensión entre dicha tendencia y la reafirmación de identidades locales con sus propios gustos, aspiraciones, imágenes de sí y construcciones culturales. Además, la El alcance de estos medios también se ha globalizado, sobre todo a través de la televisión: entre 1980 y 1995 el número de televisores por cada 1.000 habitantes en todo el mundo aumentó de 121 a 235. (UNDP, 1999:33.). globalización requiere de la localización, pues aunque la producción sea global o deslocalizada, el consumo es local, así, por ejemplo, las empresas multinacionales deben tomar en cuenta los rasgos culturales y territoriales específicos para tener éxito. Así, lo global no se opone a lo local, sino que lo precisa y le da, a la vez, nuevos significados. En este sentido, es sugerente la noción de “glocalización”acuñada por Robertson (1992). Según esta idea, se acepta la tensión entre los elementos de las culturas locales y los de la cultura globalizada. El análisis de esta tensión permite comprender mejor la globalización cultural.9 En esta dirección, como se afirmaba en el IDH 2000, hoy es claro que Bolivia está en la globalización y que ésta está en Bolivia. Los bolivianos miran el mundo y están en él, desde aquellos que bailan tinku en las calles de Bruselas, hasta los que comen religiosamente salteñas los domingos en Washington. Asimismo, en cualquier esquina del país se puede escuchar “tecno” y en muchos rincones de la nación se tienen puntos Internet (véase capítulo 5). Los intercambios culturales en la globalización están creando nuevas dinámicas, en las que la gente debe tener la capacidad para administrar distintos referentes a la vez, sin entrar en contradicción ni crisis de identidad. Otro aspecto importante de la globalización cultural son los migrantes, quienes Globalización y Desarrollo Humano Recuadro 1.8 Los migrantes bolivianos en la Argentina Miles de migrantes bolivianos viven hoy en la Argentina. En su libro: “Relatos de la Diferencia y la Igualdad”, Alejandro Grimson analiza las formas en que ellos construyen sus identidades y se relacionan con la sociedad argentina. Con base en un análisis de los relatos y los rituales festivos de los bolivianos en Argentina, el autor desarrolla los rasgos de la identidad construida por ellos en tierras ajenas. Al observar escenas de comunicación interpersonal entre migrantes y argentinos, Grimson afirma que existe una estrategia identitaria en los bolivianos para construir las relaciones no desde la desigualdad, sino buscando simetrías. Estas estrategias se enfrentan a discursos convencionales que imaginan su identidad en tanto disparidad biológico/social. Es decir, se insiste en ver a los bolivianos en base a una identidad inferior basada en lo físico, lo económico y lo social. Ante esta estigmatización de la sociedad que los recibe, los bolivianos elaboran estrategias de contra-estigmatización (el silencio, la negación o la adscripción de la bolivianidad). A través de las fiestas patronales recreadas en Buenos Aires, al estilo del carnaval de Oruro o la fiesta de la Virgen de Copacabana, los migrantes reconstruyen su nacionalismo en otros términos, dotándolo de un sentido popular y construyen ligazones comunicacionales y comunales a través de los cuales construyen una ”bolivianidad” imaginada que les permite moverse con fuerza en la sociedad argentina. En estas fiestas, el significado de “lo boliviano” deja de ser razón de vergüenza o estigma y es reafirmado orgullosamente. Estas identificaciones, surgidas también de los medios masivos de comunicación como la radio, construyen una bolivianidad más allá de distinciones regionales o étnicas. Así, el hecho de estar lejos del país hace que se ponga en pie una identidad más amplia que no contempla las distinciones de la identidad convencional boliviana, signada por la heterogeneidad y la fragmentación. En suma, al insertarse en una sociedad productora de exclusión social y cultural, los migrantes bolivianos desarrollan una identidad de diálogo y resistencia en el marco de relatos que se enfrentan al discurso hegemónico. Estos relatos de la diferencia y la igualdad les permiten construir sus propias formas de inserción a la sociedad, que abren la posibilidad de crear similitudes y diálogos con la “sociedad receptora” y, en tanto, edificar una comunidad de bolivianos alejados de la patria que va más allá de las diferencias étnicas o regionales. Fuente: Grimson, 1999 9 En esta lógica, “la cultura global transciende la unidad sociedad-Estado y se sitúa más allá de la sociedadnación. Ella produce procesos de integración (cultural, normativa, comunicativa, funcional) y de desintegración (de códigos, de memorias, de signos, de lenguajes y de prácticas sociales); ella valoriza las diversidades, las variedades y las riquezas específicas. Al mismo tiempo, ella suscita la resistencia al orden y a las restricciones. La multiplicación de flujos culturales engendra tensiones, pero favorece también la elaboración de culturas transnacionales, desterritorializadas, abiertas a los intercambios inmateriales y a los contactos interpersonales. Hay reencuentros y choques entre las diferentes culturas, pero ellas toman lugar al interior de un contexto global, complejo, desordenado, en sí mismo en formación, en vías de construcción”. (Busito, 2001:171. Traducción propia.) 31 Recuadro 1.9 Chuño en Virginia En contraste con los años 70, en el área metropolitana de Washington, hay hoy cientos de restaurantes bolivianos donde uno puede comer laping, chairo, ají de lengua, chicharrón, fricase, pique a lo macho, y puede acompañar esos platos con cerveza Huari, Paceña o Taquiña, o, si uno prefiere, puede tomar vino de la Concepción o bi-cervecina. Hay docenas de grupos folclóricos en la celebración del 6 de agosto o en eventos patrios de Estados Unidos, como el 4 de julio, ahora con trajes típicos lujosos, importados de Bolivia. Hay organizaciones sociales y económicas que aglutinan a un gran número de bolivianos y hacen actividades en conjunto. Es el caso del Bolivian Chamber of Commerce, la Fundación de la Fraternidad Orureña, the Arligton Bolivian Soccer League y “Sangre boliviana” que es el cuerpo de danza que participa en la conmemoración de las actividades religiosas de la Virgen de Urkupiña. De igual manera, en el equipo de fútbol local, el D.C. United, juegan bolivianos. Hay periódicos sólo para bolivianos, y a través del Internet se pueden tener noticias de Bolivia al instante. De igual manera, los fines de semana se va a los partidos de fútbol de las ligas bolivianas en Virginia y Maryland, donde es posible comer el típico “sándwich de chola” y escuchar hasta cinco idiomas (español, ingles, spanglish, quechua y aymara). También se pueden ver partidos de la selección ya sea en la casa con amigos o en su restaurante boliviano preferido con una hinchada y disfrutando de la comida boliviana. A través del Canal Sur también se pueden ver diariamente programas televisivos como Noticias P.A.T., Deporte Total y En el Nombre del Fútbol. Es posible además escuchar al instante y en tiempo real, la programación de Radio Fides, Radio Coral, Radio Activa, y Radio Panamericana a través del Internet. En cualquier supermercado latino-hispano se puede comprar chuño, trigomote, tunta, mote, api, harina de jancaquipa, queso San Javier, moconchinchi y pasancalla. Es decir, hoy ya no se necesita estar físicamente en Bolivia ni para saber lo que está aconteciendo, ni para disfrutar de sus comidas típicas y sus tradiciones, las cosas que más extrañan los expatriados. Varios de los principales rasgos de la nación boliviana han sido recreados en suelo estadounidense. Además de Washington D.C., Bolivia está sólo a 10 horas de distancia en avión, con espera en Miami incluida. Se estima que hoy entre 300 y 500 mil bolivianos que residen en los Estados Unidos, distribuidos en varias zonas urbanas como Miami, Houston, Chicago, Los Angeles, Nueva York y el área metropolitana de Washington D.C. Es decir, habría más bolivianos en Estados Unidos que en cinco de las nueve capitales de departamento en Bolivia (Oruro, Tarija, Potosí, Sucre, Trinidad, y Cobija). En el área metropolitana de Washington, podría estar ahora no sólo la mayor concentración de bolivianos en los Estados Unidos, sino es ahí precisamente donde por primera vez se puede identificar la emergencia de pequeñas comunidades bolivianas. Cifras del último censo (2000) y estudios complementarios posteriores en cuatro condados (Arlington, Fairfax, Prince George y Montogomery), el distrito de Columbia y la ciudad de Alexandria, revelan que entre 75 y 150 mil bolivianos residen en el área metropolitana de Washington. D.C. Es decir, la población boliviana de dicha área es mayor a la de una gran mayoría de municipios bolivianos. Si bien esta población está dispersa por toda el área, el Condado de Arlington, Virginia y el de Montgomery, Maryland acogen las concentraciones más altas de bolivianos. Fuente: Berthin, 2003 Recuadro 1.10 Culturas, identidades originarias y globalización En todos sus aspectos, la globalización tiene implicaciones para las culturas de los pueblos originarios, en particular para fortalecer, diluir o modificar sus identidades, actitudes y valores. La relación desigual de los pueblos con la globalización hace que muchos indígenas tengan que emigrar a las ciudades o a otros países. Xavier Albó distingue lo que ocurre en los que se quedan y en 32 los que se van. En el campo, los pueblos indígenas cuentan con su comunidad, su territorio y la capacidad de utilizar la comunicación para fortalecer su identidad. En ese sentido, la identidad de los indígenas en el campo, aunque está sujeta a intercambios, es sólida y profunda. En el caso de los migrantes que llegan a la ciudad, éstos oscilan entre sus raíces originarias y las influencias de una nueva realidad urbana. Va surgiendo ahí un “chairo”10 de identidades cada vez más entrecruzadas, complejas y diversificadas en cada individuo o grupo. Allí las culturas se apropian de nuevos elementos y a veces, desechan otros de antaño. En el fondo existen dos estrategias dentro de esta amplia gama de identificaciones: diluirse en el contexto general o agruparse con individuos de un mismo origen cultural. La primera estrategia se basa en la negación gradual de la identidad original a fin de intentar acceder al grupo dominante, esto no es tan fácil y en general conlleva problemas y frustraciones. La segunda estrategia busca construir comunidades urbanas similares a las de origen a fin de plantear en la agenda pública y social un reconocimiento de los pueblos originarios. A partir de esta idea, el autor concluye que estas estrategias pueden mostrarnos, en el fondo, las formas que tendrán las culturas originarias en la globalización: diluirse o reafirmarse como cultura en tanto comunidad. Globalización y Desarrollo Humano Fuente: Albó, 2002 llevan consigo sus propias culturas, transformadas por el contacto con las sociedades a las que llegan, y, al mismo tiempo, transformadoras de éstas al interactuar con otros culturalmente distintos. Como lo ha estudiado Grimson, en el caso de los bolivianos en Argentina, los migrantes buscan la recreación de sus identidades en un territorio ajeno y hostil, lo que les permite enfrentarse a las dinámicas de exclusión social y cultural (ver recuadro 1.8). Algo similar sucede con los bolivianos trasladados a Estados Unidos (ver recuadro 1.9) Asimismo, el aumento de la conciencia ecológica, el cuestionamiento a la discriminación de la mujer, el surgimiento de un patrón individualista y un retraimiento hacia identidades primarias fuertes serían también consecuencias que impactan en el ámbito cultural a causa de la globalización. Globalización y política Al mismo tiempo, la globalización ha puesto en evidencia la crisis de la política, que ahora no es capaz de adaptarse y orientar estos nuevos procesos (ver recuadro 1.11). Un rasgo de este momento es que hoy la política actúa en un espacio regional-global, y no sólo nacional, y que las distancias en relación con el núcleo duro de la globalización se achican para algunos sectores privilegiados, al tiempo que crecen las brechas sociales internas. Ante estos fenómenos, la política no acaba de reacomodarse para dar respuestas a las aspiraciones de la gente. La noción del tiempo también se ha modificado: las experiencias pasadas no resultan útiles para afrontar los tiempos que corren y la visión de futuro se ha desvanecido con la crisis de los grandes relatos histórico-políticos. El futuro, entonces, que era la apuesta de la política, aparece difuso. Ello hace que la política se centre sólo en el presente y pierda perspectiva de largo plazo, afectando la toma de decisiones y la misma gobernabilidad (Calderón y Lechner, 1998). Un fenómeno que evidencia la incapacidad de los actores clásicos para dar respuesta a la nueva situación es el surgimiento, desde los años 80, de nuevos movimientos sociales que de manera puntual plantearon críticas al nuevo patrón económico. Esto puso de manifiesto la debilidad de los clásicos movimientos sociales como los sindicatos, que perdieron poder en la reestructuración. Las nuevas agrupaciones se vinculan más a los asuntos de la vida cotidiana, a la lucha por la equidad de género, contra el daño ecológico, y por el rescate de identidades comunitarias más próximas a fortalecer el lazo social, que el político. Sin embargo, estos movimientos tampoco han sido una respuesta efectiva a la crisis de la política, porque su desarticulación y su carácter puntual les privan todavía de ofrecer una visión más completa del cambio. Con todo, está en ciernes un movimiento que ha asumido como su propósito la frase: “Otro mundo es posible” (ver recuadro 1.12). Parte de la globalización es la creación o fortalecimiento de organismos internacio- 10 Sopa tradicional del departamento de La Paz, Bolivia. 33 Recuadro 1.11 La reconstrucción de los mapas cognitivos en la política El des-ordenamiento de nuestro entorno social y económico plantea serias dificultades a la política. Esta situación requiere de mapas cognitivos, que permitan identificar rumbos para encauzar la política en esta situación de incertidumbre y cambio. Sin embargo, la situación actual ha erosionado los mapas cognitivos. Esto se debe a que el campo de la política y el Estado han sufrido transformaciones espaciales y temporales. Por un lado, ha habido una reestructuración del espacio geográfico y social que ha modificado las escalas, los limites y las distancias de la política. Por otro lado, se ha modificado el tiempo, en términos de aceleración y de protagonismo de lo inmediato, ya no existe ni el pasado ni el futuro. Estos cambios han creado incertidumbre y un camino signado por la ausencia de objetivo. En este sentido, es necesaria la reformulación de los mapas cognitivos en la política. Lechner afirma que para esto se requieren tres elementos: el redimensionamiento de las escalas políticas, la simbolización del orden democrático y la renovación de las nociones espaciales y temporales dentro de la política. Así, la reconstrucción de los mapas cognitivos implica reconstruir la racionalidad en uso, cambiar la noción de razón iluminista y, como dice Lechner, “poner entre paréntesis nuestras concepciones familiares para poder visualizar mejor las formas emergentes de la democracia”. Fuente: Lechner, 1998 nales, como Naciones Unidas, que intentan generar regulaciones planetarias en distintos campos (salud o medioambiente), pero que carecen de poder suficiente para obligar a todos los gobiernos a su ejercicio eficaz. Este hecho se vincula con la globalización del derecho, muy relacionada con la vigencia de los derechos humanos.11 En esta línea de reflexión, es importante comprender que el poder se ha vuelto policéntrico. Esto significa que la pérdida relativa de soberanía de los Estados nacionales ha coincidido con un nuevo reparto de poder entre actores transnacionales emergentes en los últimos 30 años, generando relaciones de conflicto o cooperación entre ambos, según el caso. Al respecto, existirían dos ámbitos específicos que definen el curso de la política en la globalización: • Uno, el de los Estados nacionales que, aunque han perdido soberanía, tienen • aún mucho poder dentro de sus países y en su relación con los otros Estados. Dos, el de las organizaciones transnacionales (empresas multinacionales u organismos internacionales), que cada día intervienen más incluso en decisiones políticas, jurídicas y económicas nacionales, lo cual se expresa en “la internacionalización de los procesos de decisión política, las crecientes dependencias en políticas de seguridad, el tráfico de mercancías y la división del trabajo a nivel internacional” (Beck, 1998:64). Otro punto central de la globalización en la política es el del terrorismo, que además se vincula con la modernización tecnológica, la industria de la comunicación a escala global y las frustraciones frente a una globalización económica excluyente. 12 Vivimos en un mundo globalizado en el que han aumentado las interdependencias 11 También el derecho pierde su carácter local en el marco de la globalización política. Al respecto, véase Rocher (2001). Un ejemplo de ello ha sido el caso del dictador chileno Augusto Pinochet, detenido en Londres por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante su gobierno a pedido del juez español Baltasar Garzón. 12 Finalmente, cabe destacar que no sólo la economía, la cultura, la política o el derecho se están globalizando, sino sobre todo los riesgos ecológicos. Esto significa, desde la perspectiva de Beck (1998:65-71), que la misma sociedad, gracias a la actividad y decisión humanas orientadas a ejercer el mayor control y a sacar el mayor provecho posible de la naturaleza, ha puesto en peligro su propia supervivencia. El carácter global de los peligros fundamenta la idea de una sociedad global. El autor subraya tres tipos de daños ecológicos que provocan los peligros más graves: i) aquellos condicionados por la riqueza y vinculados a procedimientos técnico-industriales, como las consecuencias del ensanchamiento del agujero de ozono o de la manipulación genética; ii) aquellos condicionados por la pobreza vinculados a procedimientos técnico-industriales obsoletos, como la deforestación, los desechos tóxicos, las grandes tecnologías antiguas (estos últimos son los que más encontramos en nuestra región, producto de una modernización trunca); iii) los peligros que supone la existencia y creación permanente de nuevas armas de destrucción masiva vinculados a las guerras y al terrorismo. 34 entre países, regiones y ciudades y a cuyos beneficios se accede de manera desigual, de acuerdo a los intereses del capital y los recursos tecnológicos, científicos, comunicacionales y políticos, que se posea para intervenir en él. La calidad del acceso a este mundo globalizado depende, en parte, de la autoridad que tengan los Estados nacionales, que, sin embargo, merced a la globalización y frente al poder cada vez mayor de los actores supranacionales, han ido perdiendo capacidad de ejercer soberanía nacional, aunque no campo de acción.13 Las características propias de la globalización, en su encarnación actual de capitalismo informacional, desregulado y competitivo, están generando nuevas amenazas a la seguridad humana. Su carácter excluyente, asociado a un incremento de las desigualdades sociales, ha generado manifestaciones violentas de rechazo no sólo desde el mundo en vías de desarrollo, sino incluso en las sociedades más ricas. Sus efectos desestructurantes en la política y la cultura plantean entonces enormes retos para la seguridad humana. Como señala el IDH Mundial 1999, las amenazas a la seguridad presentan múltiples facetas. Una de ellas es la amenaza a la estabilidad política y a la cohesión de muchas comunidades, principalmente, porque la globalización imparte nuevas características a los conflictos. En este sentido, los ataques terroristas del 11 de septiembre 2001 marcaron un viraje en la forma de pensar y de vivir la seguridad en la globalización. En concreto, ¿qué evidenciaron estos atentados dirigidos contra gente civil inocente? y ¿en qué medida se vincularon a los actuales procesos de globalización y modernización? Algunas hipótesis que podrían ayudar a la reflexión serían las siguientes. En primer lugar, ellos demostraron que existe una red terrorista con alcance global capaz de producir daños con enormes efectos e incluso poder desafiar en su propio terreno a la primera potencia mundial sin recurrir a armas nucleares de destrucción masiva.14 Esto significa que los integrantes de estas redes actúan sin una ubicación nacional precisa, son flexibles en la elección de sus lugares de operación y, como sostiene Wieviorka (2001), se unen en una lucha de carácter planetario, que les da una identidad global.15 Asimismo, observamos que su fin era destruir algunos símbolos visibles del poder político y económico de una de las naciones más modernas del mundo. Estados Unidos fue atacado con eficacia, evadiendo sus servicios de inteligencia. Los atacantes, explícitamente contrarios a los ideales occidentales de modernización y globalización, usaron Globalización y Desarrollo Humano Recuadro 1.12 Los movimientos por una alter-mundialización En los últimos años han surgido nuevos movimientos sociales que plantean un rechazo y posibles formas alternativas al esquema actual de la globalización. Luego de varias manifestaciones públicas, este movimiento irrumpió de manera articulada desde el Foro Mundial de Porto Alegre, celebrado por primera vez en 2001, que congregó a más de 20 mil participantes, bajo el eslogan “Otro mundo es posible”. Todos estos grupos y organizaciones mantienen la idea de la investigación-acción participativa. Sus propuestas incluyen la condonación de la deuda externa de los países del Tercer Mundo, la gratuidad de la escolarización y las medicinas (especialmente en casos de pandemia como el Sida en África o el cólera en Centroamérica), la tasación sobre las transacciones transnacionales (tasa Tobin), las restricciones a la retirada de capital o un nuevo flujo económico igualitario. Sin embargo, entre las medidas puramente económicas también hay otras como la progresiva desaparición de armas y plantas nucleares, una moratoria a la deforestación masiva en Sudamérica o el establecimiento de santuarios ecológicos. Fuente: Pastor, 2003 13 Para una discusión sobre este tema, véase, entre otros, Beck, 1998 y especialmente capítulo 7 de este Informe. 14 Para Beck (2001), la vulnerabilidad de Estados Unidos se vincula precisamente a su ideología neoliberal a ultranza, ya que por ella la seguridad aérea del país se encuentra privatizada, y deja de ser un asunto público, incluso sabiendo el gobierno con antelación que podían producirse atentados: “... a diferencia de Europa, Estados Unidos ha privatizado la seguridad aérea, encargándola al ‘milagro del empleo’ que constituyen esos trabajadores a tiempo parcial altamente flexible, cuyo salario, inferior incluso al de los empleados de los restaurantes de comida rápida, gira en torno a los seis dólares por hora. ... Así, la concepción neoliberal que Estados Unidos tiene de sí mismo (por un lado, la tacañería del Estado; por el otro, la trinidad desregulación-liberalización-privatización), explica en parte la vulnerabilidad de Estados Unidos frente al terrorismo. ... Las imágenes de horror de Nueva York son portadoras de un mensaje que aún no se ha dilucidado: en un Estado, un país, se puede neoliberalizar a muerte”. 15 “... su violencia no se inscribe en un espacio político donde se pueda negociar; es meta-política, guerrera y puramente terrorista” (Wieviorka, 2001). 35 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 paradójicamente recursos de ese enemigo para agredirlo (Beck, 2001). Por otra parte, constatamos que los efectos de los atentados tienen también un carácter global, pues no sólo se restringen a los daños inmediatos, sino que han provocado múltiples consecuencias en todos los ámbitos de la vida humana. En segundo lugar, aunque ningún grupo terrorista se adjudicó claramente estos actos, se sospecha de una organización islámica radical. De ser así, se trata de una fuerza portadora de una lógica comunitarista cerrada, enfrentada a la modernidad occidental y a una globalización excluyente para la mayoría de los países y las poblaciones del mundo. Este grupo no acepta además los principios culturales que se transmiten de manera hegemónica a través de los medios masivos, más vinculados a la “cultura occidental”16 ; una globalización que al tiempo que plantea “... la utopía luminosa de un mundo sin barreras ni fronteras, [da lugar también] a la utopía negra de un mundo uniforme sometido a lógicas invisibles piloteadas in fine por el capital financiero”, y por lo tanto deja el espacio abierto a la manifestación de particularismos cerrados opuestos a estas “utopías” (Hervieu-Léger, 2001:183, traducción propia). ¿Qué implica que el autor de estos grandes atentados sea un grupo con una lógica comunitarista cerrada? Hay que aclarar que, en términos de Touraine (1973), es un grupo que se edifica en torno a una base religiosa y étnica, donde no existe referencia ni relación con el otro. Al contrario, dicha identidad se edifica negando al otro que es identificado claramente como un enemigo irreductible. Por lo tanto, el rasgo central de este tipo de identidad es su esencialismo. Los miembros de cada comando terrorista carecen además de autonomía de decisión y son privados de su individualidad como sujetos, requisito para pertenecer al grupo.17 Para Wieviorka (2001), se trata de una lógica en la que identidad y acción se confunden: “El actor es en sí mismo el sentido de su acción, él no se distancia de la historicidad que lo orienta. Es por ello que da a veces, en los casos extremos, la imagen de integrismo, de la referencia obstinada, sin concesión posible, a la tradición, a los valores, a los fundamentos que él reclama”.18 Ahora bien, este tipo de lógica se acelera o reconstruye frente a situaciones de cambio, por ejemplo, de paso de comunidades fuertemente tradicionalistas a otras más abiertas. Por lo tanto, no es casual que estos hechos hayan tenido lugar en medio de las transformaciones que vive el mundo. Así, emergen como acciones defensivas de identidades cerradas, excluidas o con escasas posibilidades de participar en esos cambios, que apelan a sus propias tradiciones, religiones e historias para marcar una diferencia, una distancia desde la exclusión, que hoy no es posible o es muy difícil de expresar desde la política en tanto ella no ha dado respuestas frente a estos temas vinculados a una globalización que, en principio, beneficia principalmente a los países ricos. En el caso que se comenta, es evidente la intención del terrorismo de mostrar una ruptura con la “cultura occidental”, con sus valores de progreso económico y con la dominación política y militar de Estados Unidos. Se trata de una acción claramente antioccidente, pero que no deja ver (o no tiene) una propuesta política nacional, ni pretende discutir planes políticos, sino lograr una presión sobre el “enemigo” a fin de obligarlo a actuar en un terreno desconocido. En tercer lugar, y en relación con esto último, quedó en evidencia cuán conscientes son los autores de los atentados del alcance e impacto de los medios masivos de comunicación. Así, las imágenes de los aviones chocando contra las torres gemelas les per- 16 El islamismo sería la “irrupción visual de la diferencia. ... Las reivindicaciones islamistas no pueden ser consideradas como simple búsqueda de reconocimiento de derechos cívicos. El islamismo crea sus propios actores que construyen su diferencia rechazando, por un lado, las definiciones hechas de la identidad musulmana que les son impuestas y, por el otro, la asimilación de las exigencias de la modernidad mono-civilizacional [occidental]”. (Göle, 2001:63, traducción propia.) Asimismo, el autor sugiere que esta corriente religiosa sería una respuesta frente a la secularización moderna. 17 Ello explica de alguna manera la exposición de la propia vida al cometer estos actos. Para Wieviorka (1991:190, traducción propia), el individuo que pertenece a estos grupos terroristas “... no produce por sí mismo su existencia, él no se define por su capacidad de creación o de elección que le permitiría construir su propia vida. El sentido de sus conductas pasa por la intervención de aquello que tiene el poder de inspirar o de orientar la acción (clérigos, profetas o líderes carismáticos)”. 18 Según Wieviorka, 1991:93, “en esta lógica, el otro aparece como amenazador de la existencia de esa identidad, y por tanto de la propia existencia del individuo, quien es esa identidad. Así, no hay posibilidad de negociación del conflicto, y el único camino posible para no ser destruido es la aniquilación del otro. De ahí el fanatismo, la audacia y la aceptación de dar hasta la propia vida”. 36 mitieron una irradiación ideológica impensable bajo métodos de lucha convencionales. En este sentido, si bien el terrorismo no es un fenómeno nuevo en la Historia, su utilización de los medios masivos, sí lo es. La exhibición en directo de estos hechos a través de cadenas noticiosas con alcance global, ha amplificado la gran inseguridad que de por sí generan actos de este tipo, ha vuelto espectáculo el sufrimiento y la impotencia, ha demostrado la capacidad de acción de sus autores y ha creado fantasmas globales, pues si hechos como esos pudieron producirse en Nueva York o el Pentágono, entonces ¿quién está libre de peligro? Nació entonces una amenaza global y, por tanto, el espectador dejó de ser tal para convertirse en un amenazado (Wieviorka y Wolton, 1987). El miedo ocupó el centro de la escena mundial. Sin embargo, también ocurrió lo contrario; es decir, en alguna medida los medios masivos fueron usados para reforzar actitudes racistas y generar distancias con los “otros” a partir de la “cultura occidental”. Esa difusión con ingredientes discriminadores contribuiría a fortalecer identidades defensivas reacias a la aceptación del otro.19 En este marco, la religión funciona como un ámbito que permite a los excluidos de la cultura dominante afrontar la “desestructuración personal”, es decir, darles una pertenencia a partir de un compromiso con creencias indiscutidas. Por otra parte, más allá de consideraciones éticas, la respuesta bélica de Estados Unidos genera dudas en cuanto a su eficacia para desarticular las redes terroristas, al tiempo que crea más violencia y provoca también muertes inocentes como ha ocurrido en Afganistán e Irak. Finalmente, es interesante el aporte de Beck (2001), cuando sostiene que el nuevo terrorismo sería producto de una globalización económica desigual y crecientemente inequitativa y excluyente, que privó al Estado de su responsabilidad social y profundizó la crisis de la política. Sin embargo, dice este autor, “en tiempos de crisis, el neoliberalismo se encuentra manifiestamente desprovisto de toda respuesta política”, y lo que queda en evidencia es precisamente la necesi- dad de encontrar una respuesta política a esta globalización económica des-humanizada. Como vemos, los factores mencionados modificaron las relaciones entre el Estado, la sociedad y la economía, así como entre el Estado nacional (ver capítulo 7 de este Informe) y los organismos transnacionales. Las economías dependen unas de las otras, y por supuesto las más débiles están a expensas de las más fuertes. Mientras tanto las sociedades generan nuevos vínculos unas con otras, abiertas a las oportunidades que implica conocer nuevas culturas, aunque en el marco de una tensión entre la homogeneización de los gustos y la segmentación de los públicos de acuerdo a su poder adquisitivo, interés y ansias de una participación más plural. En este contexto, distintas religiones e ideologías fundamentalistas alzan sus voces rechazando una globalización que las excluye y refuerzan así identidades étnicas, territoriales o nacionales. Globalización y Desarrollo Humano Globalización con rostro humano Si los atentados del 11 de septiembre 2001 han puesto sobre la palestra del debate la cara oscura de la globalización, diversos informes de Desarrollo Humano (19992003) han explorado las posibilidades de encauzar positivamente las transformaciones en curso para ampliar las capacidades de las personas para que decidan el tipo de vida que deseen llevar. Estos estudios, que podrían convertirse en parámetros en la reflexión boliviana, han favorecido tres tipos de aproximación a estos problemas poniendo el acento en la globalización, las nuevas tecnologías y la sociedad de la información. En todos ellos se hace un llamado a cambiar las prioridades de la globalización a fin de distribuir sus oportunidades y beneficios de forma amplia e incluyente. Y es que en la medida en que la globalización se ha gestado desde la economía como un instrumento de articulación de mercados capitalistas, ha sido la rentabilidad y no la gente la que ha determinado la configuración de las redes globales de intercambio. Como señala el IDH Mundial 1999, la globalización ofrece grandes oportunidades para el adelanto humano, pero sólo con estructuras de gobierno más 19 “A través de los medios, los debates públicos y la gestión institucional, [países como] Francia y Alemania operan, de modos diferentes, una distancia de los musulmanes que viven en su seno. Ellos se sirven del Islam para redefinir una identidad fragilizada construyendo un “Otro” más imaginario que real”. (Tietze, 2001:206, traducción propia) 37 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 fuertes. Los mercados, la tecnología, las ideas y la sociedad mundial pueden enriquecer la vida de la gente a nivel mundial, ampliando en gran medida sus opciones. Sin embargo, con ése propósito se requieren valores compartidos y un compromiso con el desarrollo humano de toda la sociedad. El problema de la globalización es que ésta ha sido impulsada por la apertura y expansión de mercados y otros factores que superan el control gubernamental y sus repercusiones sobre la sociedad. Cuando el mercado va demasiado lejos, las oportunidades y recompensas se difunden de manera desigual e inicua. Cuando el mercado se descontrola, las inestabilidades saltan a la vista en las economías de auge y depresión. Cuando el afán de lucro de los participantes en el mercado se desborda, desafía la ética de los pueblos y sacrifica la justicia y los derechos humanos. El reto actual consiste entonces en no detener la expansión de los mercados mundiales, sino en hallar una estrategia de Estado que brinde suficiente espacio para los recursos humanos a fin de asegurar que la globalización funcione para la gente y no sólo para las utilidades. El IDH mundial de 1999, titulado «La Mundialización con rostro Humano», considera que para lograr una globalización con más ética, equidad, inclusión, seguridad hu- Recuadro 1.13 Estudios sobre Desarrollo Humano, nuevas tecnologías y globalización - El IDH de Líbano analiza algunos elementos de la globalización (mercados, finanzas y nuevas tecnologías), explorando su impacto en el desarrollo humano y en cómo pueden éstos contribuir para lograr un nueva visión del país. En ese sentido, se apoya tanto en plantear nuevos roles del Estado en el ámbito educativo como en el de lograr arreglos institucionales para enfrentar los desafíos que plantea la globalización. - El IDH de Letonia pretende enfocar la atención de políticos, ONG, empresarios y de la sociedad civil en las manifestaciones de la globalización en ese país y en su impacto en el desarrollo humano. Sus propuestas se desarrollan sobre la base de una necesaria cooperación y participación de los actores antes mencionados en torno al logro de una mayor influencia y control en los efectos de la globalización, democratizando el acceso y uso de las nuevas tecnologías. - Sobre este mismo tema, el IDH de Venezuela busca poner las nuevas tecnologías al servicio del desarrollo humano, del cierre de las brechas de equidad y del logro de las libertades constitutivas e instrumentales en ese país. Con ese propósito, el informe plantea la creación de poderosas redes Fuente: Informes de Desarrollo Humano 38 institucionales, políticas, económicas y sociales que mejoren de forma crítica la comunicación y el intercambio de información. - Desde otro punto de vista, el IDH de Ecuador evalúa la situación de las nuevas tecnologías, concentrándose más en el concepto de democracia, proponiendo maneras para promover su empleo a favor del desarrollo humano mediante un esfuerzo conjunto entre el Estado, el sector privado y la sociedad civil. Por ello plantea que con estrategias y acciones oportunas, inspiradas en valores democráticos, las nuevas tecnologías pueden ser más una oportunidad para promover el desarrollo humano, que un riesgo. - En el mismo ámbito, el IDH de Polonia pretende identificar las tendencias cualitativas de desarrollo en el proceso de transformar su sociedad en parte de la sociedad de la información global. Para lograr ese propósito el informe resalta que el país necesita un acuerdo social que permita la interacción de autoridades del gobierno central, regional, local, de las ONG y del sector privado. - Aunque desde perspectivas diferentes, tanto el IDH de Venezuela como el de Polonia apoyan sus propuestas en el estudio "Creando una Dinámica de Desarrollo", realizado en forma conjunta por Accenture, la Fundación Markle y el PNUD. La conclusión más importante de dicho informe es que las políticas sobre nuevas tecnologías enfocadas a prioridades de desarrollo económico y social logran crear una nueva dinámica de desarrollo. El informe identifica cinco lineamientos clave interrelacionados y en los que propone procurar un equilibrio, que deben ser considerados por los países en sus planes de inversión para lograr una dinámica de desarrollo basada en lo tecnológico: a) ampliar la infraestructura facilitando un acceso cada vez más universal, y apoyar con ella las estrategias de desarrollo; b) dar prioridad a la calificación técnica de la mano de obra y mejorar el alfabetismo digital de la población; c) crear un marco regulatorio propicio para el desarrollo de las nuevas tecnologías y fortalecer la capacidad nacional e institucional para ejecutar políticas que, a su vez, sean diseñadas de manera participativa y transparente; d) facilitar el acceso a recursos financieros y a mercados, diseñando incentivos fiscales y regímenes legales adecuados; y, e) asegurar que la información esté acorde con las necesidades de la gente y sea relevante para sus condiciones de vida. mana y sostenibilidad es necesario hallar las normas e instituciones para una nueva estructura de gobierno mundial. En ese sentido se plantea un programa de acción que fortalezca políticas y medidas en pro del desarrollo humano, adaptándolas a la nueva realidad de la economía global. En el documento se recomienda, por ejemplo, la reducción de la volatilidad financiera y su costo humano, el desarrollo de tecnologías en pro de la erradicación de la pobreza, la reducción de la marginación de los países pobres y pequeños y la formulación de una organización más coherente y democrática para conformar un gobierno mundial para el siglo XXI. En cuanto a las nuevas tecnologías, el IDH mundial 2001, titulado «Poner el Adelanto tecnológico al Servicio del Desarrollo Humano», establece que ha llegado el momento de formar una alianza entre la tecnología y el desarrollo. Con ese propósito plantea formular políticas públicas innovadoras para que las nuevas tecnologías sean instrumentos de progreso. En ese sentido, establece que aunque los países en desarrollo puedan hacer mucho para aprovechar los beneficios y controlar los riesgos de las nuevas tecnologías, son necesarias iniciativas mundiales en torno a estos aspectos fundamentales: • Más financiación pública empleada de nuevas formas. • Que la política pública fomente asociaciones entre instituciones públicas (asociaciones institucionales), la industria privada y las organizaciones no lucrativas. • Una reevaluación de las reglas del juego y su aplicación, velando por mecanismos internacionales que no perjudiquen a los usuarios ni se apliquen en perjuicio de los que ya van rezagados. En relación a la sociedad del conocimiento, el IDH Regional de los Estados Árabes, titulado «Construyendo una Sociedad del Conocimiento», promueve una visión estratégica que asume a la democracia y a la educación, como elementos básicos para lograr un conocimiento integral. De esta forma, la visión propuesta se asienta en la garantía de las libertades de expresión, pensamiento y reunión, mediante un gobierno legalmente instituido, la diseminación de educación de alta calidad, el apoyo a la ciencia e investigación en todos los ámbitos de la sociedad, la adopción de un nuevo sistema productivo basado en el uso de la infor- mación y el desarrollo de un modelo de conocimiento abierto y propio (más datos, ver recuadro 1.13). En definitiva, si las propuestas giran en torno a las instituciones, los actores, la educación y la extensión del acceso y uso de las nuevas tecnologías de la información, un tema fundamental es cómo las sociedades nacionales y sus Estados se vinculan con sus similares de otras latitudes para insertarse en el cambio y la globalización. En torno a este tema parecen existir dos alternativas: adquirir un rol pasivo, con una tendencia a la desestructuración, o adoptar un rol pro-activo, como sugieren los distintos IDH, desarrollando la capacidad de incidencia en estos procesos a partir de sus particularidades históricas. Es decir, mientras más sólida sea la lógica social, a partir de instituciones democráticas estables, mayor será la calidad de una matriz socioeconómica interna, para lo cual debe existir una capacidad ciudadana de manejo de códigos modernos, y se estará en mejores condiciones para enfrentar positivamente el cambio. Este fenómeno implica nuevos problemas y opciones. Bolivia ya es parte de la globalización. Así lo demuestran la capitalización de sus principales empresas estatales, la internacionalización de varias empresas nacionales, el ingreso y el desarrollo acelerado del capital financiero transnacional, su inserción en varios mercados de integración subregional y la formidable expansión del mercado cultural a través de las redes de comunicación como la televisión y el Internet. Con ello, la vida cotidiana de los bolivianos está siendo afectada y lo será aún más en el futuro. Lo que nos preguntamos aquí es qué tipo de vinculación se establecerá entre la nación boliviana y la globalización en curso. Hay el riesgo de que se dé una integración pasiva y perversa, mediante la cual las fuerzas del mercado resuelvan por sí solas la vida de todos o, aún peor, que la presencia del narcotráfico en el circuito transnacional se mantenga y amplíe. En ambos casos tendremos una integración limitada, circunscrita a unas pocas personas y empresas, mientras la mayoría estará aún más excluida que antes. En este escenario, la democracia misma ya no sería posible. Otra salida es una inserción activa en pos del desarrollo de las capacidades y aptitudes de los propios bolivianos, es decir, estructurada desde la perspectiva del Desarrollo Humano. Es desde esta óptica que el presente Informe preten- Globalización y Desarrollo Humano 39 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 40 de colocar preguntas y esbozar algunas respuestas. Por todo lo dicho, lo que pretende este documento es reforzar la idea de que es fundamental una estrategia de desarrollo humano que construya sus acciones desde una reflexión crítica y auto crítica de Bolivia en la globalización, es decir que elabore “una agencia de futuro”. En esta dirección, pretende estudiar la calidad de la relación que Bolivia establece con la globalización para, a partir de los actores, proponer nuevos prácticas y horizontes. Se trata de buscar otras formas más activas de participar en ella a partir de nuestras propias identidades culturales y potencialidades socioeconómicas. Ese es el desafío. Para abordar esta compleja problemática, primero se explicará la manera cómo la globalización se vincula con la economía. En segundo lugar se analizará la vinculación con el multiculturalismo a nivel étnico y colectivo y las subjetividades de las personas en relación al cambio moderno, y finalmente se abordarán tres temas fundamentales en la globalización: la cultura Internet, la educación y el conocimiento, y las nuevas formas del Estado en la sociedad-red. Capítulo 2 La economía posible Introducción Bolivia atraviesa hoy por un proceso de crisis, inflexión y cambio con respecto al desempeño de su democracia y su economía. El agotamiento del breve ciclo de crecimiento inaugurado tras superar la crisis de la hiperinflación (1985), coloca otra vez en el centro del debate el tema de la vulnerabilidad e incluso el de la viabilidad de la economía boliviana. Ya no sólo se discute sobre la incapacidad de la economía para promover la integración social y la articulación territorial, sino incluso sobre la posibilidad de que la base económica no pueda expandirse a un ritmo que permita al menos compensar el crecimiento demográfico. Más aún, hoy se reconoce con más crudeza la extrema dependencia del país del dinero de la cooperación internacional orientado a evitar el colapso del sector público. Sin embargo este escenario que combina crisis económica y desigualdades crecientes con duros cuestionamientos a los partidos políticos y las instituciones democráticas no es exclusivo de Bolivia, sino que es parte de un escenario común en América Latina. Y es que la región y el país están otra vez en busca de las claves del crecimiento económico en un contexto que ha puesto en duda las propias reformas estructurales aplicadas en los años 80 y 90 como respuesta al desafío de insertarse en la globalización económica. Luego de un breve ciclo de crecimiento (1987-1997), media década perdida y una serie de crisis políticas en la región (1998-2003), parece pertinente preguntarse: ¿está en crisis la globalización en América Latina?, o ¿cuán sostenibles son las reformas liberales y la apertura económica implementadas en el continente? Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Sin duda, la crisis boliviana es una nueva y significativa señal del agotamiento de las políticas e ideas que orientaron el desarrollo económico latinoamericano desde finales de los 80. Lo novedoso es que no sólo se está discutiendo una eventual “fatiga reformista”, y por tanto la posibilidad de regular mejor o disminuir el ritmo de los cambios estructurales iniciados hace más de una década, sino su eventual “colapso”, y por lo tanto la necesidad de reinventar un nuevo relato del desarrollo. A ello se suma el reto de consolidar lo avanzado, es decir el de evitar una salida regresiva a la inflexión y, por lo tanto, la “maldición de Sísifo” que en cierta medida caracteriza el desarrollo económico del país, es decir, la necesidad de reconstruir o peor aún de volver a empezar de cero de manera reiterada. En este contexto, el presente capítulo del IDH 2004 pretende aportar algunas reflexiones destinadas a encarar un doble desafío: - Gestionar la actual inflexión. - Recuperar la senda del crecimiento económico en un nuevo contexto signado por la globalización y el cambio en el paradigma tecnológico. Para ello, en inicio se analiza la coyuntura económica actual y se sugiere utilizar aproximaciones heterodoxas para encarar un proceso gradual de ajuste fiscal, a todas luces inevitable, que coloque el crecimiento económico y la preservación de la democracia en el centro de una agenda de desarrollo capaz de tender puentes entre el corto, el mediano y el largo plazo. Después se realiza un análisis de distintas experiencias exitosas de inserción en la globalización, de los problemas estructurales del desarrollo económico boliviano y se hace una lectura particular del agotamiento del ciclo de crecimiento promovido por las reformas estructurales. De esta última aproximación se extraen dos lecciones: - Bolivia no puede desvincularse de la economía global, aunque su patrón histórico de inserción no sea sostenible, independientemente de que sea el Estado (1952-1985) o el mercado (1985-2003) el mecanismo principal de asignación de recursos en la economía. - Cada país debe encontrar su camino propio en la globalización, pero la anhelada estrategia de inserción sostenible requiere de un Estado que promueva el informacionalismo en la economía, es 42 decir la capacidad de generación de conocimiento y procesamiento eficaz de la información como fuente de productividad y competitividad. Por último, este capítulo esboza los elementos de una estrategia sostenible de desarrollo informacional para Bolivia liderada por la economía del gas, cuyo objetivo sea promover un cambio gradual en el perfil exportador de la economía boliviana basado en una profunda transformación productiva. Gestionar la inflexión El cariz dramático que ha adquirido la actual coyuntura política y económica en Bolivia hace indispensable que, para diseñar cualquier estrategia de desarrollo, se tienda un puente entre las medidas pensadas para el corto, el mediano y el largo plazo. Si se pretende construir una visión de futuro que muestre el camino para superar la crisis, es preciso que ésta incorpore opciones viables en el corto plazo, sobre todo porque en la coyuntura actual, la manera en que se gestionen los problemas inmediatos puede definir escenarios sociopolíticos muy distintos para el país. De ahí que la gestión de la crisis actual sea un tema central para quienes, a pesar del acortamiento de los tiempos políticos, se atreven a imaginar un futuro posible y a construir trayectorias viables. Por ello, el primer desafío que impone la coyuntura económica es, sin duda, superar o al menos paliar progresivamente, la situación de quiebra del Estado boliviano. En cierta medida, este problema no es nuevo. Al contrario, es una constante histórica del funcionamiento de nuestra economía, caracterizada por la presión sostenida sobre el gasto público, relacionado históricamente con una base fiscal estrecha y vulnerable. En el periodo que Morales y Sachs (1988) definen como capitalismo de Estado (1952-1985), esta base fiscal dependía decididamente de impuestos ligados de una u otra forma a la evolución de los precios internacionales de los minerales. En ese tiempo, los ingresos del Tesoro General de la Nación (TGN) provenían de la recaudación de los impuestos al comercio exterior, de las transferencias de las empresas públicas ligadas a los principales productos de exportación (YPFB y COMIBOL) y de los impuestos a la producción de empresas privadas del sector minero exportador, por lo que dichas demandas sólo podían ser satisfechas durante periodos de alza de los precios internacionales. Cuando en 1985, el precio del estaño se derrumbó en el mercado mundial y la nueva filosofía impositiva, surgida de la Nueva Política Económica (NPE),1 se tradujo en la Ley 843, los ingresos tributarios empezaron a derivar de la imposición indirecta y básicamente de nuevos impuestos que concentraron de forma estable dos tercios de las recaudaciones totales en los años 90. A pesar del incremento notable de la recaudación impositiva en la década que siguió la promulgación de la Ley, la presión fiscal nunca superó de forma sostenida el techo del 14% del Producto Interno Bruto (PIB) (ver gráfico 2.1). Pero si bien la falta de recursos propios del Estado boliviano no es nueva, la situación actual es ciertamente más crítica. Ya no se trata sólo de tener que recurrir a capitales externos para financiar la inversión pública, sino que además se necesita garantizar el ingreso mensual de jubilados, maestros, médicos y demás funcionarios de la administración pública. En efecto, el escenario fiscal de 2003 no sólo confiaba en metas elevadas de recaudación tributaria, que no se cumplieron, sino que apuntaba a lograr un récord de financiamiento de la cooperación internacional a fin de reducir el déficit público del 8,7% al 6,5% del PIB. Lejos de cumplir con esa meta, y en un contexto de fuerte inestabilidad política, el Estado debió superar problemas constantes de liquidez en el corto plazo para cerrar el año con un déficit público del 9%.2 Pero, ¿cómo se explica esta situación? y ¿qué consecuencias pueden derivarse para la economía boliviana de un posible descontrol del déficit público? A grandes rasgos, es posible señalar que la actual situación negativa de las finanzas públicas es producto de la rigidez de los ingresos fiscales, agravada por el crecimiento inercial del gasto público. Ambas tendencias están asociadas, de alguna forma, al esfuerzo reformista de los años 90, a un contexto recesivo que ya dura cinco años, 1 2 La economía posible y a políticas económicas que en los tres últimos años buscaron jugar un papel contracíclico (gráfico 2.2). En cuanto a la capacidad de recaudación del Estado boliviano se pueden enunciar al menos cuatro factores que explican su estancamiento desde 1998: - En primer lugar, la presión fiscal tendió a estabilizarse en un nivel relativamente bajo del 13,5% del PIB en los últimos cinco años, lo que muestra que es necesario reducir la elevada evasión impositiva y pensar una nueva reforma fiscal que amplíe la base tributaria. Gráfico 2.1 Presión fiscal por tipo de impuesto (como porcentaje del PIB) 0 2 4 8 10 12 14 16 1.9 0.5 0.4 1.9 6 1987 3.0 0.9 0.8 2.9 1.2 1.2 1988 0.8 1.3 1989 1.9 0.9 1.4 2.7 1990 1.8 3.1 1.5 1.1 1991 1.8 1.0 2.0 4.4 1992 2.1 1.2 2.2 4.8 1993 5.3 2.2 1.3 2.7 1.2 2.6 1994 5.0 2.9 1995 2.4 1.3 2.7 5.4 1996 2.9 1.1 2.4 5.8 1997 3.4 1.3 2.7 5.9 1998 3.8 1.3 2.1 5.2 1999 2.6 2.9 5.4 3.3 2000 2.4 2.2 5.6 4.3 2001 2.3 2.2 5.9 3.2 2002 IVA IT-ICE Hidrocarburos Otros Fuente: UDAPE El Rubro "hidrocarburos" hace referencia al IEHD y al IVA-IT asociados a YPFB La reforma impositiva buscó establecer un sistema tributario neutral en el sentido de no introducir distorsiones al sistema de precios con un impuesto como el IVA (al valor añadido) mas fácil de recaudar y con una base tributaria más amplia. De forma cuando menos paradójica, un análisis de los conflictos sociales reportados en la prensa nacional en las tres últimas décadas muestra que, de forma constante, ocho de cada diez conflictos identifican como “adversario principal” al Estado, al que se dirigen el núcleo de las demandas y reivindicaciones sectoriales. Por lo mismo, en la coyuntura actual de quiebra del Estado, no resulta sorprendente que la resolución “tradicional” de un conflicto lleve en sí misma el germen de uno nuevo (ver el capítulo 3, recuadro 3.3). 43 - Gráfico 2.2 Todos los que cotizan al sistema público de reparto se pasaron al nuevo sistema privado por capitalización individual. La rentabilidad de las empresas capitalizadas en su primer quinquenio se tradujo en una participación promedio de apenas 0,7% del PIB en la presión fiscal del periodo 19982002, con una tendencia decreciente en los dos últimos años (gráfico 2.3). Ingresos y gastos del Tesoro General de la Nación 1990 - 2002 12.000 Millones de bolivianos 10.000 8.000 6.000 4.000 (p) 2001 2000 1999 1998 Gastos 2002 Ingresos 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 0 1990 2.000 Fuente: UDAPE (p) preliminar - - - 3 44 En segundo lugar, el contexto recesivo que afecta a América Latina desde 1997, ha originado una fuerte disminución del ritmo de crecimiento de la economía boliviana en los últimos cinco años (de un promedio de 4,4% entre 1990 y 1998 al 2,3% entre 1999 y 2002). Según Antelo (2003), la elevada elasticidad-crecimiento de las tasas efectivas de recaudación de los impuestos indirectos, que son el principal sostén de las finanzas públicas, ha reducido mucho la capacidad de recaudación tributaria del Estado boliviano. Cabe recordar que una reducción de un punto porcentual de crecimiento económico se traduce en una baja de 2,89 puntos porcentuales en recaudaciones de impuestos. En tercer lugar, la voluntad política de mantener el precio interno de los carburantes para no afectar la dinámica de precios en la economía, reduciendo el salario real de los bolivianos, anuló el principal mecanismo de recaudación a corto plazo del que dispone el Estado.3 Finalmente, aunque está abierto el debate sobre su efecto neto en el crecimiento económico y las finanzas públicas a mediano plazo, se puede decir que las reformas estructurales tuvieron un primer efecto negativo sobre las recaudaciones fiscales porque: Al mismo tiempo, frente al estancamiento de las recaudaciones tributarias, el gasto público ha tendido a subir de forma sostenida debido a su rigidez estructural. Es decir, el funcionamiento del Estado y la provisión de bienes y servicios públicos como educación, salud y seguridad, absorben casi un 84% del gasto público. En relación a este punto, es importante señalar que las reformas estructurales han incrementado notablemente la presión sobre el gasto público, porque su costo en relación al tamaño de la economía no sólo fue subestimado, sino además mal calculado bajo el supuesto de que el crecimiento sería del 5% del PIB, cifra que no se dio en los últimos cinco años y que parece altamente improbable en la coyuntura actual. Actualmente, la reforma de pensiones absorbe la mayor parte del gasto públiGráfico 2.3 Participación impositiva de las capitalizadas y presión fiscal total, (como porcentaje del PIB) 16 14 14.1 14.4 13.6 13.2 12.4 12 10 8 6 4 2 0.74 0.63 0.78 0.74 0.66 0 1998 1999 2000 2001 2002 Participación impositiva de las capitalizadas Presión fiscal total Fuente: Virreira, Las Capitalizadas en Cifras, UDAPE En relación a este punto, es importante señalar que el “gasolinazo” (alza de precios de la gasolina) ha sido siempre un mecanismo eficaz para incrementar las recaudaciones tributarias. Sin embargo, ningún gobierno que adoptó la decisión de incrementar el precio de la economía tiene una idea exacta de su efecto neto sobre el crecimiento económico. decir, ampliarlo más allá del rol de regulador y de ente normativo que le asignaron las reformas estructurales luego de su colapso en la primera mitad de los años 80. En ese tiempo, a principios de la década del 80, frente a un escenario internacional adverso,4 un déficit público inercial (presionado además por las expectativas sociales que despertó el retorno a la democracia) y un déficit crónico en cuenta corriente,5 el Estado boliviano no optó por reducir drásticamente el gasto público y renegociar la deuda, como haría años más tarde, sino que, al no tener acceso a nuevos créditos externos y frente a una base fiscal que apenas cubría el 17% del gasto público,6 decidió recurrir a la expansión de la base monetaria y emplear las pocas divisas disponibles para el pago de la deuda externa, lo cual ahondó aún más el déficit fiscal. En este contexto, el mecanismo clave para desatar el proceso hiperinflacionario, según Morales y Sachs (1989), fue el financiamiento monetario del déficit fiscal. La situación actual guarda ciertamente importantes diferencias con el periodo crítico que vivió el país en la primera mitad de los años 80, entre otras, porque ahora el país cuenta con una plataforma institucional que sostiene la independencia del Banco Central de Bolivia, por la posición externa del país co y su costo no sólo no ha dejado de crecer en los últimos años, sino que ha llevado a un endeudamiento interno, a condiciones de mercado, cuyo mantenimiento supone erogar casi 1,5 puntos del PIB por año. Por último, a partir del año 2001, la decisión de aumentar la inversión pública para promover el crecimiento económico y la generación de empleo, en un contexto recesivo, ha aumentado aún más la brecha entre ingresos y egresos fiscales. Hasta entonces, el perfil del déficit público-sin pensiones mostraba una marcada tendencia pro-cíclica. En un contexto contractivo, las finanzas públicas incluso presentaron un superávit de 0,8% del PIB en 2000 (gráfico 2.4). El primer desafío económico a ser resuelto para evitar el colapso del Estado, la economía boliviana, y con él, probablemente también el del proceso democrático, es reducir la distancia entre ingresos y gastos estatales, en un contexto casi estructural de bajo crecimiento económico y de fuerte rigidez para una disminución del gasto público (sólo el “hueco” ineludible en pensiones representa actualmente el 5,5% del PIB). De forma paradójica, este desafío se da en un contexto, signado por el agotamiento del crecimiento económico, que ha vuelto a colocar en la agenda pública la necesidad de ampliar el rol del Estado en la economía; es La economía posible Gráfico 2.4 Déficit fiscal como porcentaje del PIB, 1987-2002 -9 -8.9 -8 -7 -7.7 -6.9 -6.3 -6 -6.1 -5.5 -5 -4.4 -4 -4.2 -4.8 -4.4 -3.9 -3.3 -3.0 -3 -2 -1.8 -2.1 -1.9 -1 -3.9 -3.7 -0.8 -0.7 0 0.3 0.8 1999 2000 1 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 Deficit fiscal sin pensiones 1995 1996 1997 1998 2001 2002 Deficit fiscal Fuente: UDAPE 4 5 6 Éste estuvo marcado por la fuerte caída de los términos de intercambio, el incremento de las tasas de interés, la reversión de los flujos de capitales e incluso por el fenómeno climatológico de “El Niño”. Fue un déficit generado por la debilidad del sector exportador, la fuerte dependencia de productos importados y el servicio de la deuda interna. Entre 1980 y 1982, el ratio ingresos fiscales/gasto público cayó dramáticamente del 60% al 17%. Morales y Sachs (1989). 45 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 en materia de déficit en cuenta corriente y de reservas internacionales netas, pero sobre todo, por la configuración, el rol y el peso del Estado boliviano en la economía.7 Pese a esas diferencias a favor del presente, la gestión de la crisis, la inflexión y el cambio sigue siendo muy difícil, pues están en riesgo la estabilidad macroeconómica y los avances en la construcción de la institucionalidad democrática. Al igual que en los años 80, el Estado está virtualmente en quiebra, la situación política y socioeconómica hace impensable un shock fiscal, y peor aún, se ha perdido la continuidad del crecimiento económico, con el agravante de que ahora no se ha estructurado una propuesta alternativa, aunque, claro, existe como factor atenuante la perspectiva de obtener futuros ingresos por la exportación de gas natural (ver capítulos 1 y 4 del presente Informe). En cualquier caso, de la actual coyuntura nacional e internacional de largo plazo, inaugurada por los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, surge ahora la idea de propiciar un “retorno del Estado” que sin duda puede plasmarse de diversas formas, aunque en el terreno económico se hable más bien de una repartición de roles más equilibrada con el mercado. El Estado parece llamado hoy a jugar un rol activo como promotor del crecimiento económico en Bolivia,8 pero como nunca antes en las dos últimas décadas, su margen de maniobra e incluso su sostenibilidad financiera, dependen del apoyo externo que el país logre concretar. En efecto, si el desembolso de donaciones y créditos concesionales, provenientes de la cooperación bilateral y de organismos multilaterales, se viera puesto en cuestión, el Estado boliviano estaría ante la critica situación de financiarse por otros medios o dejar de gastar algo más de 700 millones de dólares por año, lo que equivale a más del 100% de la inversión pública. Para tener una idea 7 de lo que ello significa, es importante decir, de manera aproximada, que la meta de recaudación de lo que se denominó el “impuestazo” de febrero de 2003, no superaba ni siquiera los 100 millones de dólares. Por lo mismo, si el recorte en la ayuda externa es total, e incluso si es sólo parcial, cualquiera sea la opción elegida para reestablecer el equilibrio de las cuentas fiscales,9 se estaría comprometiendo la estabilidad económica, social y política,10 además del crecimiento productivo11 del país. Pero si el compromiso de la cooperación internacional es una condición urgente para que Bolivia logre encarar con éxito la inflexión actual, ésta, por sí sola, no es suficiente. Por ello, existe un cierto consenso nacional en torno a la necesidad de aplicar un ajuste fiscal, pero es preciso que éste sea políticamente viable, tomando en cuenta las restricciones impuestas por la situación social y la fragilidad de la democracia. Además debe ser viable económicamente, es decir no puede tener un mayor efecto recesivo sobre la economía, reduciendo los ingresos tributarios y obligando a mayores ajustes para cerrar la brecha fiscal. El reto central es cómo combinar a mediano plazo un ajuste fiscal compatible con una recuperación del crecimiento económico. En este sentido, parece acertada la estrategia consistente en preservar la inversión pública, mientras se enfrenta el ajuste fiscal con un alza de los ingresos tributarios. Ello en la medida en que: - Frente a una inversión privada nacional inferior al 1% del PIB en los últimos cuatro años y una inversión privada extranjera concentrada en sectores intensivos en capital, la inversión pública es un factor central de crecimiento con cierta capacidad de generación de empleo. - El gasto fiscal es relativamente inflexible, más aún si se toman en cuenta los recur- Como señalan Morales y Sachs (1989), el Estado boliviano del 85 era uno que “por querer controlarlo todo terminó, paradójicamente, controlando muy pocas cosas”. Además de su quiebra financiera, se encontraba en situación de bancarrota administrativa: incapaz siquiera de generar gobernabilidad y garantizar los equilibrios macroeconómicos básicos. Tampoco podía participar directamente en el proceso productivo y controlar la implementación de una política industrial basada en un esquema complejo de controles, transferencias y subsidios. 8 El discurso del presidente Mesa de enero 2004 ha marcado claramente este giro. 9 Por ejemplo, reducir la inversión pública y/o los bienes y servicios públicos, aumentar la base impositiva, recurrir al endeudamiento interno en condiciones de mercado para cubrir el déficit aún existente. 10 Por ejemplo, un endeudamiento interno descontrolado que expone al conjunto del sistema financiero del país. 11 Por la importancia de la inversión pública en el crecimiento y en la creación de empleo, la contracción de la demanda agregada que es posible prever en un contexto de incremento de la presión fiscal. 46 - sos comprometidos por la reforma de pensiones y su perfil de financiamiento. El fuerte incremento del déficit público en los últimos años se debe, en parte, a una caída de los ingresos fiscales explicado por el congelamiento del precio de los hidrocarburos y por el estancamiento de la economía. Ahora bien, es preciso evaluar con detenimiento el eventual impacto que tendrían las medidas diseñadas para incrementar las recaudaciones tributarias, en la viabilidad política y el crecimiento de la economía. Dentro de este esquema, el concepto que podría orientar una estrategia económica de corto y mediano plazo, destinada a reducir el déficit, es el de ajuste fiscal a través del crecimiento (Fiscal Adjustment Through Growth) en oposición al de ajuste fiscal para el crecimiento (Fiscal Adjustment for Growth). En virtud de tal opción se entiende que la estabilidad macroeconómica es una condición necesaria, mas no suficiente para el crecimiento económico, como lo demuestra la experiencia boliviana reciente. El concepto de ajuste fiscal elegido supone recuperar la senda del crecimiento económico como requisito para aumentar la recaudación tributaria y, a mediano plazo, lograr el equilibrio fiscal. Ello supone: - Preservar la inversión pública como pilar importante del crecimiento. Ello implica redefinir el rol del Estado en la economía, convirtiéndolo en aliado estratégico del sector privado. - Elegir una senda de ajuste fiscal compatible con el incremento de los ingresos tributarios y concertada con los actores económicos y sociales involucrados por las medidas, es decir debatir la pertinencia y viabilidad de un pacto fiscal (recuadro 2.1). La economía posible Ahora bien, una tarea central para viabilizar este esquema es repensar la sostenibilidad financiera de la reforma de pensiones, que es el mayor componente inercial y estructural del déficit público. Para ello, partiendo de un diagnóstico del perfil de la deuda de pensiones, es preciso definir: - ¿Cuál es el periodo crítico de transición para el que se deben diseñar medidas de contingencia que garanticen la viabilidad de la reforma? - ¿Qué tipo de medidas de contingencia se pueden adoptar sin afectar la estabilidad del sistema? Se trata de cuestiones delicadas, pues están en juego el ahorro y las pensiones de miles de bolivianos, y como todo capital, este es sensible a la incertidumbre política y la inseguridad jurídica. Ahora bien, dado que el costo real de la reforma ha superando su costo proyectado y está condicionando la política fiscal, parece necesario diseñar un paquete de medidas que garanticen su sostenibilidad financiera, acompañado por un proceso político que contemple instancias institucionales de gestión, monitoreo y evaluación, donde estén representadas las Admi- Recuadro 2.1 El pacto fiscal según la La urgencia de las crisis desatadas en América Latina desde la década de los 80, hizo que el peso de la atención haya recaído en mantener el equilibrio financiero, dejando en un plano secundario los objetivos de la política fiscal, aún cuando tales metas hayan concitado fuertes consensos. En ese sentido, según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el pacto fiscal es un acuerdo sociopolítico básico que legitima el papel del Estado en el ámbito y alcance de las responsabilidades CEPAL gubernamentales dentro de la esfera económica y social. Los cinco pilares de un pacto fiscal son: - Consolidar un ajuste fiscal. El hecho debe ser compatible con la posibilidad de enfrentar la variabilidad coyuntural de la actividad económica, ya sea por causas internas o externas. - Elevar la productividad de la gestión pública. Esto mediante criterios que permitan mejorar la eficacia, eficiencia y calidad de su gestión y la incorporación de nuevos agentes sujetos a regulación adecuada que presten servicios sociales y de infraestructura tradicionalmente reservados al Estado. - Dotar de mayor transparencia a la acción fiscal. Este es un elemento esencial para una fiscalidad sana. - Promover la equidad. Es la base para brindar una igualdad de oportunidades. - Favorecer el desarrollo de la institucionalidad democrática. Esto en la medida en que el pacto fiscal es un componente esencial del fortalecimiento de dicha institucionalidad. Fuente: CEPAL y www.procesodepaz.gob.gt 47 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 nistradoras de Fondos de Pensiones (AFP), sus afiliados, los jubilados del antiguo sistema y el Estado. En particular, parece imprescindible fortalecer la institucionalidad pública encargada de gestionar el cierre del antiguo sistema de reparto y, en la medida de lo posible, negociar el cambio de perfil de la deuda emergente del pago de pensiones. Ello generaría un ahorro adicional por concepto de intereses. Además, están sobre la mesa otras medidas polémicas por su costo social y porque inciden en las pensiones percibidas por personas que cotizaron al sistema antiguo. Sin embargo, es poco lo que se ha dicho sobre los sacrificios que estarían llamados a hacer los beneficiarios directos de la reforma de pensiones a fin de garantizar su viabilidad, es decir, los afiliados al sistema de pensiones y, en general, el grupo objetivo de las AFP: los asalariados urbanos, que son, más que nadie, los sectores medios bolivianos. Al mismo tiempo y quizás porque los resultados se sentirían en el largo plazo o bien porque en el fondo, la situación de muchos bolivianos no ha variado con la reforma (todos aquellos que quedaron excluidos tanto del sistema público antiguo como del sistema privado actual), es relativamente escaso el debate sobre los efectos sociales que arrojaría la evolución del sistema boliviano de pensiones. Esta es una cuestión mayor y debe ser analizada en profundidad observando los resultados obtenidos por sistemas parecidos en distintos países del continente. En todo caso, a corto plazo, dado su escaso impacto sobre la inflación y dado que los principales beneficiarios de la reforma son los asalariados urbanos, se podría pensar en una contabilidad distinta del déficit público que excluya, pero que al mismo tiempo aclare, el déficit provocado por las pensiones. Así se daría una doble señal política consistente en: - Demostrar la factibilidad política y económica de recorrer un sendero de ajuste en los próximos cuatro años, partiendo de un déficit actual del 4%, que contemple la necesidad de un presupuesto contra-cíclico, con un techo del 3% del PIB en periodo de recesión y que conduzca al equilibrio fiscal en consonancia con la recuperación del crecimiento. - Pedir un esfuerzo adicional y temporal de los actuales beneficiarios directos de la reforma de pensiones en el financiamiento del periodo de transición que garantice la estabilidad y la viabilidad del sistema.12 Por otra parte, como se observa en la figura 2.1, es necesario fortalecer los vínculos entre presupuesto – inversión pública – crecimiento – recaudaciones tributarias (ver Figura 2.1 Relación entre presupuesto - inversión pública - crecimiento - recaudaciones tributarias Elasticidad sectorial - inversión pública - crecimiento Monto y composición sectorial de la inversión pública Inversión pública Crecimiento Presupuesto fiscal Recaudaciones fiscales Senda de ajuste fiscal Elasticidad crecimiento recaudaciones fiscales 12 Por ejemplo, una cotización adicional temporal de los afiliados a las AFP a cambio de créditos fiscales complementado con recursos concesionales que el Estado boliviano pueda comprometer de la cooperación internacional para la sostenibilidad de la reforma. 48 recuadro 2.2), lo que implica evaluar el diseño de la política económica en función, entre otras, de las siguientes interrogantes: - ¿Es eficiente el diseño institucional encargado de ejecutar la inversión pública? - ¿Qué impacto tiene, a corto y mediano plazo, el programa de inversión pública sobre la inversión privada y el crecimiento de la economía? - ¿Qué tipo de medidas fiscales son políticamente viables para ampliar el universo tributario, afectando lo menos posible el crecimiento de la economía? - ¿Qué sendero de ajuste fiscal es compatible, a mediano plazo, con la recuperación del crecimiento económico? - ¿Qué tipo de diseño institucional debe enmarcar la formulación presupuestaria para hacer creíble y viable dicho plan de ajuste a mediano plazo? La economía posible Se trataría de pasar entonces de un juego de presiones a un esfuerzo de responsabilidad compartida. Además, dado el volumen de los recursos de la cooperación internacional y su carácter estratégico para la sostenibilidad fiscal a corto plazo, es importante estudiar la reorganización del portafolio de la cooperación en función de las prioridades estratégicas del esquema económico de corto y mediano plazo. En particular, se trata de coordinar esfuerzos, evitar duplicidades y reflexionar Recuadro 2.2 Recomendaciones para salvar la brecha Algunas medidas o sugerencias que podrían ser contempladas y debatidas en relación a los desafíos orientados a superar el déficit fiscal en el marco conceptual propuesto de “Ajuste fiscal a través del crecimiento” son: 1. Promover la eficiencia y la transparencia en la ejecución de la inversión pública a través del fortalecimiento de la institucionalidad encargada de su ejecución. 2. Definir áreas prioritarias donde es vital una acción gubernamental eficiente a corto plazo y adoptar acciones rápidas para su fortalecimiento. 3. Reevaluar el programa de inversión pública en función de su impacto en el crecimiento a corto plazo de la economía, preservando la inversión en educación y salud (determinantes del crecimiento a largo plazo) y diseñando un paquete de medidas destinadas a promover agresivamente la inversión privada en sectores de exportación (textiles y agroindustria) a cambio de la creación de empleos y el pago de impuestos. Se trata de canalizar recursos a sectores con una elevada rentabilidad de la inversión pública en términos de apalancamiento de inversión privada, de crecimiento económico (ICOR)13 y de generación de empleo e ingresos fiscales. Por supuesto, dada la situación actual del sector privado nacional ello conlleva promover mecanismos que alivien la situación financiera de las empresas viables, pero sin poner en riesgo la estabilidad del sistema financiero y promoviendo una fuerte reestructuración que garantice su viabilidad futura. 4. Un paquete de medidas fiscales que evalúe técnica y políticamente los mejores instrumentos para incrementar las recaudaciones tributarias y enfrentar las contingencias del corto plazo. Para ser creíbles y viables, estas medidas tendrían que enmarcarse en un diseño de reforma fiscal a mediano plazo (cuando las condiciones políticas y el estado de la economía lo permitan), que contemple la incorporación de un impuesto a la renta, la ampliación del universo tributario y un reajuste progresivo de los precios de la gasolina. Por supuesto, la consolidación de la Bolivia del gas es crucial para promover el crecimiento de largo plazo de la economía y para incrementar los ingresos tributarios en el corto y mediano plazo. 5. Adoptar un esquema presupuestario como el trabajado por Antelo (2003), es decir, un Presupuesto de Balance Estructural Cíclicamente Ajustado, que permitiría tomar en cuenta la evolución del ciclo económico y reposar el ajuste principalmente por el lado de los ingresos efectivos, mientras el gasto se ejecuta a un ritmo más independiente. 6. La creación de un Consejo Económico y Social, como marco institucional que integre a los distintos sectores de la sociedad y permita la concertación y la discusión técnica y política de temas económicos y sociales clave. 7. Incorporar la discusión de un pacto fiscal dentro de las funciones de dicho Consejo permitiría no sólo abrir la discusión del presupuesto por el lado del gasto, sino sobre todo por el lado de los ingresos, definiendo de esta forma un sendero de ajuste fiscal concertado y por tanto creíble y viable. Fuente: Elaboración propia 13 Incremental Capital-Output Ratio. 49 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 medidas de contingencia que agilicen los desembolsos y los reorienten. En suma, la gestión de la inflexión supone primero evitar el colapso del sector público, y probablemente con él, el de la economía y el de la democracia. Para ello, si bien es necesario asumir un ajuste fiscal complicado, que demande sacrificios a todos los bolivianos, aunque más a aquellos con mayores ingresos, es preciso no caer en la tentación de pensar el “ajuste por el ajuste”, diseñando medidas que profundicen la “recesión del crecimiento”, en que se encuentra la economía boliviana desde 1999 (PNUD, 2002, capítulo 2). El ya citado concepto de “ajuste fiscal a través del crecimiento” evita explícitamente esta situación exige un reto más complicado: reconstruir un nuevo esquema de crecimiento económico, haciendo viable un nuevo rol activo del Estado en la promoción de una estrategia de desarrollo que asuma los desafíos que impone el nuevo contexto signado por la globalización. En ello, ¿qué camino es posible y además deseable? Buscando un camino propio Si la aludida gestión de la inflexión supone, al menos en el ámbito económico, priorizar el crecimiento, es preciso que la política económica que se adopte, forme parte de una estrategia de desarrollo de largo plazo, apropiada al nuevo contexto globalizado. Y es que el mundo está viviendo no sólo una acelerada ampliación de los espacios en los que actúa el mercado, sino sobre todo un profundo cambio tecno-económico en la manera de producir riqueza. Ambos procesos se complementan e interactúan de manera compleja. No serían posibles mercados globales sin nuevas tecnologías que los hagan viables, ni habría incentivos para el cambio tecnológico, sin la aparición de una nueva lógica de gestión del capitalismo. Como se analizó en el primer capítulo de este Informe, los cambios globales mencionados están condicionando el funcionamiento de las distintas economías nacionales, por lo que todos los países, de una u otra forma, están insertos en este proceso. El verdadero dilema es a través de qué mecanismos se puede fortalecer la capacidad de las sociedades para gestionar los desafíos de la globalización. En este sentido, se conocen diversas actitudes y modalidades de gestión de estas transformaciones en cada país y socie50 dad. De hecho, la experiencia enseña que las particularidades culturales, sociales y políticas interactúan con las exigencias de adaptación a los cambios tecno-económicos antes mencionados. En esta convergencia se configuran diversas modalidades de inserción en la globalización. Bajo esta óptica, y a partir de un breve análisis de estrategias relativamente exitosas de inserción en la globalización, este apartado pretende esbozar los rasgos particulares que hacen a la “identidad económica” de Bolivia y sobre los cuales deberían definirse los objetivos e instrumentos de una estrategia boliviana de inserción sostenible en la globalización, una vez agotada la vía de las reformas estructurales. Países distintos, modalidades diversas de inserción Si la globalización, entendida como un proceso de cambio socioeconómico de gran envergadura, no puede ser eludida o rechazada por un país o sociedad sin correr el riesgo de pagar altos costos en términos de bienestar, al mismo tiempo las opciones de gestión de la misma son mucho más diversas de lo que plantea cierta literatura o discurso político. Por ejemplo, al analizar las “estrategias de crecimiento” aplicadas en el mundo en las últimas décadas, Rodrik (2004) identifica arreglos institucionales “heterodoxos” y “contexto-dependientes” exitosos, porque garantizaron una inserción eficiente en los mercados globales, una transformación productiva y un alto crecimiento económico. El estudio critica explícitamente el intento de dar recomendaciones y arreglos institucionales específicos y/o únicos (por ejemplo la privatización o la apertura comercial irrestricta) como si fueran las “únicas maneras” de encarar una entrada a los mercados globales o de crear incentivos para la iniciativa económica y la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED). Los casos de China y Vietnam son ejemplos de lo mencionado en contraste con los resultados más bien modestos de Bolivia o Filipinas, países donde se implementaron reformas liberales ortodoxas. Desde este punto de vista, la lógica de las reformas liberales y de la apertura económica, conocida como Consenso de Washington, sería solo una de las varias opciones de gestión de la globalización económica, y no necesariamente la más exitosa. En el caso latinoamericano, como se señaló en el pri- mer capítulo, se puede argumentar que el actual agotamiento de esta opción se debe a que no pudo equilibrar una rápida apertura comercial y de flujos financieros con el informacionalismo, es decir con cambios en la productividad, la competitividad y la organización de la producción mediante el uso intensivo de la capacidad de procesar y generar conocimiento. Más aún, según Cimoli y Katz (2001), estas políticas habrían destruido “las capacidades tecnológicas acumuladas en periodos anteriores”. Esto es lo que llamamos globalización sin informacionalismo. El saldo de este desequilibrio es la gran dificultad para satisfacer las demandas sociales pese a los enormes esfuerzos de adaptación exigidos a la población por la apertura económica, lo cual se tradujo en frustración, y finalmente en polarización y conflicto social. Siguiendo los aportes de Castells y Himanen (2002), quienes caracterizan al me- nos tres tipos de sociedades informacionales (ver recuadro 2.3), y a partir de una rápida comparación de los casos específicos de Costa Rica, Chile y Malasia, el presente apartado muestra la existencia de diversas vías de inserción en la globalización, aunque con una característica común y constante: el informacionalismo como rasgo fundamental de su matriz competitiva. En efecto, al colocar el conocimiento y las nuevas tecnologías de la información en el centro de su lógica productiva, estos países relativamente pequeños en la economía mundial y con perfiles muy diferenciados entre sí en lo cultural, político y socioeconómico, lograron insertarse con cierto éxito y relativa rapidez en la economía global. Los cuadros 2.1, 2.2 y 2.3 muestran indicadores económicos, sociales, políticos y tecnológicos que permiten caracterizar a grandes rasgos las vías diferenciadas de inserción en la globalización de Costa Rica, Chi- La economía posible Recuadro 2.3 Los modelos de la sociedad de la información Vivimos en una época caracterizada por el informacionalismo, es decir, por la capacidad de una sociedad para incorporar a la información y al conocimiento en la dinámica productiva. En el mundo contemporáneo hay países que han ido accediendo estructuralmente al informacionalismo. Como dicen Castells y Himanen: “la sociedad de la información puede existir, y de hecho existe, en una pluralidad de modelos sociales y culturales, del mismo modo que la sociedad industrial se desarrolló siguiendo modelos de modernidad muy diferentes e incluso antagónicos”. Así, existe un sello común en la constitución de las sociedades de la información, sin embargo, a la vez, los resultados de esta transformación son extraordinariamente diversos. Por otro lado, las sociedades y las economías pueden alcanzar niveles muy parecidos de informacionalismo, aún partiendo de historias y culturas diferentes, em- pleando instituciones diversas y alcanzando formas distintas de organización social. En ese sentido, existen modelos distintos de constitución de una sociedad informacional. Son los casos del Silicon Valley en Estados Unidos, o los de Singapur y Finlandia. Los estudios muestran que estos tres países presentan los indicadores más avanzados en la dimensión tecnológico-económica. Si además se usan los criterios del índice de logro tecnológico de Naciones Unidas, los tres ofrecen los resultados más altos. En términos de competitividad, es decir, en base a indicadores de dinamismo económico, los tres países también destacan como las economías más dinámicas del planeta. Sin embargo, como dijimos antes, existen diferencias entre estas sociedades informacionales. En el caso de Silicon Valley, la sociedad informacionalizada surgió muy conectada al mercado, mientras en el de Singapur se constituyó con base en una sociedad signada por el autoritarismo estatal y en el de Finlandia se tuvo como base el Estado de bienestar y una identidad nacional profunda. Por estas razones, el caso finlandés es el más atractivo debido a sus índices bajos de injusticia y exclusión social. Lo verdaderamente importante de estos fenómenos es que permiten descartar la idea de que pueda haber un sólo modelo a seguir. Como señalan los autores mencionados: “El modelo de sociedad informacional que construye cada sociedad, o al que contribuye cada individuo o cada empresa, depende de los valores que propongan las personas, las empresas y los gobiernos. Dentro del mismo paradigma tecno-económico, el informacionalismo, existe un abanico considerable para elecciones políticas basadas en valores.”14 Fuente: Castells y Himannen, 2002 14 Ibid, p. 27. 51 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Cuadro 2.1 Indicadores económicos, sociales y políticos Chile Costa Rica Malasia ECONOMÍA Tasa de crecimiento PIB per cápita 1990-99 (%) (1990-2000) 5.2 3 4.4 20 43 27 29 47 114 8 4 3 7.6 6.1 6.8 78 67 66 Esperanza de vida al nacer (años) 75.3 76.4 72.5 Coeficiente de Gini 56.6 45.9 49.2 Población por debajo de la línea de pobreza (%) 21.2 22 15.5 27 16 70 2 2 5 Estabilidad política y ausencia de violencia (-2.5 a 2.5) 0.87 1.08 0.31 Voz y rendición de cuentas (-2.5 a 2.5) 0.63 1.37 -0.13 Efectividad de gobierno (-2.5 a 2.5) 1.13 0.74 0.53 7.5 4.5 5 (2) Indice de competitividad (puesto entre 80 países) - 2002 Exportaciones de bienes y servicios (% PIB) (promedio 1997-2000) (3) (3) Inversión Extranjera Directa Neta (%PIB) (promedio 1997-2000) BIENESTAR SOCIAL Años escolaridad (15 años o más) Tasa combinada de estudiantes de primer, segundo y tercer ciclo (%) VALORES Libertad en los medios informativos (100 a 0) Libertades civiles (7 a 1) Indice percepción de la corrupción (0 a 10) Fuentes: PNUD (2001), PNUD (2002), (2) Global Competitiveness Report 2002-2003, WEF, (3) Datos Banco Mundial, www.worldbank.org le y Malasia. En materia económica, es posible señalar que las tres economías presentan un PIB per cápita similar de un promedio de 9 mil dólares ppa (paridad de acuerdo al poder adquisitivo), aunque con grados y características diferentes de apertura al comercio exterior. Mientras Malasia tiene una economía totalmente volcada a los mercados externos, aunque con volúmenes modestos de inversión externa, Chile combina niveles de exportación menos importantes con flujos de inversión extranjera directa claramente más altos. Por otra parte, Chile y Malasia forman parte del grupo de países en desarrollo más competitivos y el dinamismo de su economía en la década de los 90 ha sido ciertamente importante, a pesar de los shocks que afectaron de forma casi recurrente a partir de 1997 a la economía mundial, y particularmente a las economías asiáticas y latinoamericanas. La menor competitividad de la economía costarricense se reflejó en un menor 52 dinamismo en los 90, y por lo tanto en el PIB per cápita más bajo de los tres países analizados. En materia de indicadores sociales es importante señalar que los tres países presentan actualmente índices de desarrollo humano altos, junto a importantes logros en materia de educación y salud (una esperanza de vida superior a los 70 años), aunque con un desempeño claramente superior en el caso chileno. Sin embargo, la extendida desigualdad, sobre todo en el caso chileno, ha limitado notoriamente el impacto del dinamismo económico en la reducción de la pobreza, por lo que el año 2000, más de uno de cada cinco chilenos era considerado pobre a pesar de haberse registrado un incremento promedio del PIB per cápita del 67% en los años 90. En este aspecto, es notorio el desempeño de Malasia dado que partía del nivel más bajo de desarrollo humano del grupo y actualmente presenta el menor porcen- taje relativo de pobres. Dada la composición de su matriz sociocultural y su pasado de mono-exportador de estaño, la experiencia malaya es a todas luces relevante para compararla con el caso boliviano (recuadro 2.4). En materia de indicadores políticos, se observa que los tres países se parecen en cuanto a la efectividad de sus gobiernos, sus niveles moderados de percepción de la corrupción existente, su estabilidad política y su ausencia de violencia interna, por lo que se podría avanzar la idea de que, además de contar con un cierto grado de cohesión social interna, la calidad de su tejido políticoinstitucional fue un factor importante para promover una inserción exitosa en la globalización. Sin embargo, existen grandes diferencias entre estos países en cuanto al respeto a las libertades políticas, de prensa y a la promoción de la participación ciudadana. Malasia parece configurar un modelo más autoritario, mientras que Chile y sobre todo Costa Rica, desde hace más tiempo, ostentan un esquema democrático. Finalmente, los indicadores sobre la penetración de las tecnologías de informa- ción y la producción y exportación de tecnología, muestran un alto grado de informacionalismo en los tres países. Sin embargo, su inserción en la economía del conocimiento se ha producido de forma diferenciada. Si los tres países presentan un índice de adelanto tecnológico similar y relativamente importante (aunque claramente inferior al de los países desarrollados), los casos estudiados se diferencian según su vocación ya sea de productor o sólo de consumidor de estas nuevas tecnologías. En efecto, Costa Rica destaca por el porcentaje elevado de exportaciones de alta tecnología y de profesionales formados en el campo de la ciencia y la tecnología. En contraste, los niveles de penetración de recursos como el Internet y la telefonía móvil son relativamente bajos. Además es notorio el retraso costarricense en cuanto a la expansión de Internet, mientras que Chile y Malasia obtuvieron logros muy importantes en este campo a fines de los años 90. De los tres países analizados, Chile es sin duda el que presenta los indicadores más elevados en el uso de tecnologías de información y comunicación, además del porcenta- La economía posible Recuadro 2.4 Malasia: crecimiento económico con equidad Durante el periodo 1970-1990, Malasia alcanzó un fuerte ritmo de crecimiento económico, acompañado de una clara disminución de las inequidades sociales y una mejora significativa en sus indicadores de desarrollo humano. El plan económico llevado a cabo por el gobierno malayo tuvo como objetivo central recomponer el poder económico de los diferentes grupos étnicos del país. Es decir, la política económica fue utilizada como un medio para conseguir metas políticas y de construcción nacional. En ese sentido, a través de la nueva política económica instaurada en 1970, se intentó disminuir la pobreza en la porción peninsular malaya y reestructurar la propiedad del capital en el sector productivo. Es decir, se crearon políticas para equilibrar las condiciones de los grupos étnicos pro- piamente malayos con las de los grupos de ascendencia china, que conformaban tradicionalmente las esferas más ricas del país. Las estrategias económicas buscaron la acumulación de capital físico, en términos de incentivo del ahorro e inversión pública en una primera etapa, y en la atracción de inversiones extranjeras destinadas al sector de productos eléctricos y electrónicos, en una segunda fase. La política de incentivo a las exportaciones y a las inversiones extranjeras cambió la estructura productiva de la economía malaya. Así, los bienes manufacturados se convirtieron en el rubro predominante de las exportaciones del país. También se implantaron programas educativos soportados por una amplia inversión estatal a fin de contar con profesionales mejor habilitados para el salto tecnológico. De modo que la reducción de la pobreza en Malasia partió de resolver la difícil relación de los grupos étnicos que componen el país. En ese sentido, como dice Ortuño: “Las políticas de equidad fueron más bien la consecuencia de una política más general de redistribución de poder entre los grupos étnicos”. Este marco institucional se desenvuelve entre un suave autoritarismo y un liderazgo sostenido, encarnado en un Primer Ministro de prolongado mandato en el país (1980-2003), el médico Mahathir Mohammed, que traduce la voluntad gubernamental de repartir los frutos del bienestar económico entre todos los grupos étnicos (más que entre las clases). Ello lo obligó a estructurar políticas de compensación que reforzaron el poder político de dicho líder. Fuente: Ortuño, 2003 53 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 je más alto de gastos en investigación y desarrollo. Su retraso más notorio se expresa en el bajo porcentaje de exportaciones de alta y media tecnología que estaría logrando generar. Por su parte, Malasia es un caso intermedio en materia de desarrollo informacio- nal, pues exhibe grandes exportaciones de alta y media tecnología (68% del total) junto a una amplia expansión y uso de tecnologías de información y comunicación. De esta forma, si los tres países muestran niveles altos y bastante homogéneos de in- Cuadro 2.2 Indicadores tecnológicos Chile Costa Rica Malasia Anfitriones de Internet (por 1000 hab.) 6.2 4.1 2.4 4.9 1.9 3.1 Usuarios de Internet (% población) 1997 (1) 1 2 3 Usuarios de Internet (% población) 2000 (1) 17 7 16 222 52 213 Exportaciones de alta tecnología sobre el total de exportaciones (%) 1 44 52 Exportaciones de tecnología media sobre el total de exportaciones (%) 5 8 16 370 533 154 0.6 0.1 0.4 Ordenadores conectados al Internet (por 1000 hab.) Contratos de teléfono movil (por cada mil habitantes) Científicos e Ingenieros en I+D (por millón hab.)(1990-2000) Gastos en I+D (como % PNB) 1990-2000 Fuentes: PNUD (2001), PNUD (2002),(1) Datos Banco Mundial, www.worldbank.org Recuadro 2.5 Costa Rica y el desarrollo informacional En la última década, Costa Rica ha logrado ejecutar una verdadera estrategia para avanzar en una economía del conocimiento. En primera instancia, el desarrollo tecnológico e informacional de Costa Rica se benefició de la decisión de establecerse en el país tomada por importantes transnacionales en la producción de alta tecnología. El modelo costarricense fue promovido por una organización privada sin fines de lucro denominada CINDE, que, a partir de 1983, se propuso atraer fondos de inversión y propiciar el establecimiento en el país de inversores extranjeros. Para ello contó con el concurso de destacados empresarios y las autoridades de gobierno. En 1993, la estrategia de CINDE se concentró en las industrias electrónicas y de telecomunicaciones. Su máximo logro fue conseguir que Costa Rica fuera elegida por INTEL para establecer una planta de ensamblaje y prueba, y luego, un centro Fuente: Loayza, 2003 54 para el desarrollo de software. Increíblemente, el país centroamericano tuvo la preferencia por encima de Brasil, Chile y México (Rodríguez, 2000). Hasta 1999, las inversiones de INTEL en Costa Rica habían alcanzado los 390 millones de dólares, empleaban a más de 2.200 personas, su producción representaba más del 60% de crecimiento económico del país y alrededor del 40% de las exportaciones totales (Rodríguez, 2000). En lo referido al desarrollo de software, éste se inició luego de que INTEL invirtió en una de las empresas locales más prometedoras en esta actividad. En ese sentido, los efectos sinérgicos de INTEL en la economía de Costa Rica tienen su explicación en el impulso de empresas nacionales proveedoras de bienes y servicios para INTEL y al soporte de la transnacional a la formación científica y tecnológica en el país. A partir de ese antecedente, otras empre- sas del sector consideraron atractiva la posibilidad de establecerse en Costa Rica. Hoy Costa Rica ofrece a la economía del conocimiento una educación de alto nivel, no sólo en los grados de primaria y secundaria, sino también a nivel universitario y técnico. Al mismo tiempo, el país ofrece un ambiente social y político estable, abierto y democrático, un clima muy propicio para las inversiones. Las transnacionales productoras de alta tecnología como INTEL, Remec, Sawtec, CONAIE, Reliability o Protek, Sensortronics, pero también compañías especializadas en tecnología médica como Abbott y Baxterestas y firmas de servicios como Western Union y Sykes han elegido a Costa Rica para sus inversiones. Este hecho ha convertido a la costarricense en una economía competitiva en el terreno del desarrollo informacional. greso medio, desarrollo humano y adelanto tecnológico (cuadro 2.3), que conviven sin embargo con bolsones aún significativos de pobreza y desigualdad, podemos deducir que estos resultados se derivan de estrategias de “desarrollo informacional” diferenciadas, que se basan en estructuras políticas y económicas igualmente distintas. Por un lado, Costa Rica parece haber tenido éxito al haber ejecutado una estrategia basada en la atracción de inversiones de transnacionales especializadas en la exportación de productos de alta tecnología (recuadro 2.5). Es evidente que gracias a este esfuerzo, este país centroamericano se ha transformado en un productor de tecnología y software. No obstante se puede apreciar un notorio rezago en su capacidad para usar dichos recursos. Por lo mismo, la evolución de las exportaciones costarricenses y los cambios en su matriz de competitividad muestran un incremento significativo de las exportaciones conocidas como de “estrellas nacientes” en los años 90 (se refiere a los productos crecientemente posicionados en mercados dinámicos, que corresponden al 24% y al 40% de sus exportaciones totales entre la primera y la segunda mitad de la década). A pesar de estos cambios, la matriz de competitividad costarricense aún muestra un equilibrio entre productos que ganan cuotas de mercado y aquellos que las pierden. Esto sucede también entre productos que responden a una demanda mundial dinámica y aquellos posicionados en nichos de mercado más bien estancados (cuadro 2.4). Por el contrario, Chile se perfila como un importante consumidor y usuario de alta tecnología, aunque con una capacidad muy limitada para producir este tipo de bienes. En este caso, el desarrollo tecnológico se ha dado en los nichos de exportación tradicionales del país (frutas, vino, salmón y madera) y que responden a su ventaja comparativa más importante: los recursos naturales. Al mismo tiempo, la modernización económica y social del país ha generado incentivos para incrementar el consumo de tecnologías de información. Por lo mismo, si los productos que exporta se posicionan principalmen- La economía posible Cuadro 2.3 Indicadores económicos, tecnológicos y de desarrollo Chile Costa Rica Malasia 9417 8650 9068 Índice de Desarrollo Humano (1975) 0.702 0.745 0.616 Índice de Desarrollo Humano (2000) 0.831 0.82 0.782 Índice de Adelanto Tecnológico (2000) 0.357 0.358 0.396 PIB per cápita ($PPA) Fuentes: PNUD (2001), PNUD (2002) Cuadro 2.4 Costa Rica: Matriz de competitividad Cuota de mercado 1990 - 1995, 1995 2000. Porcentaje de exportaciones RUBROS ESTANCADOS RUBROS DINÁMICOS Primer periodo 56.57 Primer periodo 43.29 Segundo periodo 45.52 Segundo periodo 54.28 GANANCIAS EN CUOTA DE MERCADO ESTRELLAS MENGUANTES ESTRELLAS NACIENTES Primer periodo 44.68 Primer periodo 20.24 Primer periodo 24.44 Segundo periodo 52.3 Segundo periodo 11.94 Segundo periodo 40.36 OPORTUNIDADES PERDIDAS PERDIDAS EN CUOTA DE MERCADO RETROCESO Primer periodo 55.18 Primer periodo 36.33 Primer periodo 18.85 Segundo periodo 47.5 Segundo periodo 33.58 Segundo periodo 13.92 Fuente: TRADE -CAN 2002 55 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 te en nichos de mercado de bajo crecimiento y altamente sensibles a la evolución del crecimiento mundial (más del 85%), la competitividad de su sector exportador le ha permitido incrementar de forma sostenida su cuota de mercado aún en un periodo particularmente difícil para las ventas latinoamericanas (1995-2000). De esta forma, casi el 60% de sus productos de exportación del período responden actualmente al perfil conocido como de “estrellas menguantes” (cuadro 2.5). Finalmente, Malasia parece combinar rasgos de productor y de consumidor de alta tecnología, lo que permite vislumbrar el surgimiento de una economía del conocimiento avanzada. Este resultado es consistente con una estrategia de desarrollo económico que ha privilegiado, al igual que Costa Rica, la atracción de inversiones de transnacionales especializadas en esta rama, pero que también, a diferencia de la misma Costa Rica, ha impulsado la conectividad y el uso, a gran escala, de tecnologías como el Internet, en el gobierno, en el sistema educativo y en la economía (MAIT, 2002). Malasia es un caso interesante, porque cambió gradualmente su perfil productivo-exportador. Pasó de la explotación de recursos naturales a la fabricación de productos con incorporación progresiva de tecnología, y actualmente ya produce bienes de alta tecnología (52% del total de sus exportaciones en 2000). De esta forma, su competitividad depende de productos posicionados en nichos de mercado dinámicos. A pesar de un importante retroce- Cuadro 2.5 Chile: Matriz de competitividad Cuota de mercado 1990 - 1995, 1995 - 2000. Porcentaje de exportaciones RUBROS ESTANCADOS RUBROS DINÁMICOS Primer periodo 85.71 Primer periodo 14.20 Segundo periodo 87.57 Segundo periodo 12.41 GANANCIAS EN CUOTA DE MERCADO ESTRELLAS MENGUANTES ESTRELLAS NACIENTES Primer periodo 48.59 Primer periodo 39.26 Primer periodo 9.33 Segundo periodo 68.79 Segundo periodo 58.46 Segundo periodo 10.33 OPORTUNIDADES PERDIDAS PERDIDAS EN CUOTA DE MERCADO RETROCESO Primer periodo 51.32 Primer periodo 46.45 Primer periodo 4.87 Segundo periodo 31.19 Segundo periodo 29.11 Segundo periodo 2.08 Fuente: TRADE -CAN 2002 Cuadro 2.6 Malasia: Matriz de competitividad Cuota de mercado 1990 - 1995, 1995 - 2000. Porcentaje de exportaciones RUBROS DINÁMICOS Primer periodo 27.26 Primer periodo 72.74 Segundo periodo 24.78 Segundo periodo 75.22 GANANCIAS EN CUOTA DE MERCADO ESTRELLAS MENGUANTES ESTRELLAS NACIENTES Primer periodo 72.84 Primer periodo 8.86 Primer periodo 63.98 Segundo periodo 62.13 Segundo periodo 4.73 Segundo periodo 57.40 OPORTUNIDADES PERDIDAS PERDIDAS EN CUOTA DE MERCADO RETROCESO Primer periodo 27.16 Primer periodo 18.40 Primer periodo 8.76 Segundo periodo 37.87 Segundo periodo 20.05 Segundo periodo 17.82 Fuente: TRADE -CAN 2002 56 RUBROS ESTANCADOS so en el periodo 1995-2000, precisamente marcado por la crisis asiática de 1997, Malasia exporta sobre todo productos calificados en el grupo de “estrellas nacientes” (cuadro 2.6). En suma, si bien la heterogeneidad de políticas y arreglos institucionales parece ser un dato de la globalización, tampoco se debe perder de vista que en los casos relativamente exitosos de inserción en el proceso, el objetivo siempre fue el mismo, aunque los medios y las capacidades para lograrlo hubiesen variado. En todo caso, siempre se trató de gestionar algún tipo de modalidad de inserción beneficiosa para la sociedad en los mercados globales y promover un cambio tecnológico acorde con ese desafío económico. Más aún, el análisis precedente muestra que para enfrentar los desafíos de hoy, es indispensable contar con niveles mínimos de bienestar social, efectividad gubernamental, cohesión social (recuadro 2.6) y una promoción activa del informacionalismo. Si el informacionalismo es transversal a estos caminos, ¿qué características propias debe y puede adoptar la vía boliviana? y ¿cuáles son los rasgos centrales que hacen a nuestra “identidad económica” que van a condicionar nuestra vía al informacionalismo? Estas son las preguntas que buscarán ser absueltas en el siguiente apartado. La economía posible Los rasgos de nuestra “identidad económica” En términos de desarrollo humano, Bolivia es un país ubicado en una situación intermedia a escala global. Tiene un índice de desarrollo humano de 0.672, muy por Recuadro 2.6 Lo sociopolítico e institucional en el desarrollo: mirando al mundo asiático En septiembre de 1993, el Banco Mundial redactó un reporte sobre el este y sudeste asiático. En función de este texto, Izumi Ohno compiló las miradas de diversos analistas asiáticos sobre problemas relativos al desarrollo. Veamos brevemente su contenido en lo que nos interesa. El reporte antes mencionado afirma que una burocracia competente, la relación virtuosa entre el Estado y el sector privado y los mecanismos para la distribución de los ingresos fueron factores institucionales claves para propiciar el crecimiento y la equidad en el este y sudeste del Asia. La mayoría de los analistas comparten este criterio. Además, ellos agregan otros factores favorables como un buen liderazgo político, la responsabilidad del empresariado privado y a la importancia de los sistemas sociales. Los comentarios sobre las dimensiones institucionales del desarrollo económico pueden resumirse en cuatro puntos: la capacidad institucional de los gobiernos, el liderazgo político, la importante respuesta del sector privado y del sistema social, pero también la movilidad social, que contribuye a una mayor cohesión de las sociedades. Los analistas subrayan el hecho de que en esos países hay burócratas capaces y una institucionalidad política fuerte, que permite a los gobiernos perseguir metas de desarrollo a largo plazo, planificar las políticas económicas consistentes y crear un medio ambiente propicio al ahorro y la inversión del sector privado. En ese sentido, la construcción de una institucionalidad sólida y profunda es un requisito esencial para un desarrollo económico exitoso. Al mismo tiempo, fue preciso un sólido liderazgo político, que no sólo mantuvo la estabilidad política, sino además la continuación y consolidación de políticas económicas, ayudando a reducir las actividades inciertas del sector privado y permitiendo la toma de decisiones para construir instituciones sociales necesarias para el desarrollo. En el caso asiático, hubo fuertes liderazgos, aunque en muchos casos, éstos han restringido la pluralidad de ideas. Ese es su lado oscuro. Se afirma también que aunque existen varias formas de relación entre el Estado y el mercado, en última instancia el sector privado es el motor del desarrollo económico. En términos de intervención estatal en el desarrollo económico, deben efectuarse intervenciones coherentes e integrales, para no perjudicar las iniciativas del sector privado y más bien colaborar con ellas. El Estado debe poder conjugar políticas que combinen la acción sobre el mercado con el apoyo al sector privado. Más adelante, la mayoría de los comentaristas enfatiza la importancia de la movilidad social y la equidad como factores esenciales del desarrollo. La movilidad social permite la emergencia de una amplia clase media y promociona la participación comprometida de las sociedades, reduce los potenciales conflictos sociales y ayuda a la gente a compartir una visión nacional que coadyuve a la cohesión social. Fuente: Ohno, … 57 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 debajo del nivel promedio de la región latinoamericana. Allí, sólo Honduras, Nicaragua y Haití están en peldaños inferiores. En el IDH de Bolivia 2002 se ha establecido que la situación nacional del último cuarto de siglo se caracteriza por un desequilibrio entre importantes logros en los aspectos sociales del desarrollo y un notable estancamiento en la dimensión económica del mismo.15 Este desequilibrio se habría incrementado de forma irregular en ese mismo periodo con repuntes particularmente notables tras el agotamiento del ciclo de crecimiento asociado al modelo de “capitalismo de Estado” a fines de los años 70 (de 10,6% a 26,5% entre 1975 y 1985) y a las políticas de ajuste estructural a fines de los 90 (de 27% a 33,5% entre 1995 y 2001) (gráfico 2.1). Tal panorama se ratifica cuando se observa la distancia entre el PIB per cápita del país ($us 2.300 ppa) y el promedio de la región ($us 7.050 ppa). Al mismo tiempo, esa brecha es mucho menor si se comparan los indicadores sociales, y particularmente, en educación.16 Ahora bien, un proceso de desarrollo humano desequilibrado o asimétrico como el boliviano no suele ser sostenible pues, como señalan Ranis y Stewart (2001), “con el tiempo, la parte más débil Gráfico 2.5 Evolución IDH Bolivia por componentes 1975-2001 0.750 0.700 0.672 0.650 0.628 0.600 0.596 0.572 0.550 0.500 0.648 0.546 0.512 0.450 0.400 1975 1980 Indice de avance social 1985 1990 1995 Indice de avance económico 1999 IDH - Bolivia 2001 actuará como freno sobre la otra y producirá un ciclo vicioso”.17 Precisamente ese parece ser el caso, pues el periodo actual de crisis, inflexión y cambio se caracteriza por una regresión del PIB per cápita acompañado por fuertes dificultades para preservar niveles significativos de inversión social. En cualquier caso, el patrón de desarrollo humano de Bolivia pone en tela de juicio un crecimiento económico frágil e insostenible, que no sólo se ha traducido en niveles bajos y relativamente rígidos de ingreso per cápita en los últimos 50 años (gráfico 2.2), sino que ha consolidado fuertes disparidades sociales y territoriales. Pero, ¿qué factores son los que han condicionado históricamente un desempeño económico tan mediocre? Desde el Informe Keensleyside (1950) 18 hasta los informes de Desarrollo Humano en Bolivia (1998 y 2002), pasando por investigaciones como las de Morales y Sachs (1988) o Gray Molina (2003), se analiza la fragilidad del crecimiento económico boliviano desde marcos conceptuales que ponen de manifiesto un círculo vicioso entre la esfera político-institucional y la socio-económica. En breve, ha sido una política de base estrecha, sustentada en una economía de base estrecha y viceversa, usando el movimiento circular enunciado por Gray Molina (2003). De esta forma, cualquier estrategia de desarrollo económico debe sopesar, sin duda, las limitaciones impuestas por la política y las instituciones en Bolivia. Al respecto, un índice de calidad de las instituciones públicas, publicado por el Banco Mundial, muestra que Bolivia está por debajo del promedio latinoamericano e incluso del correspondiente al África subsahariana (gráfico 2.7). Sin embargo una estrategia de desarrollo para el país también debe contemplar los factores que componen y construyen de alguna forma la “identidad económica” del país. Y es que la economía boliviana debe ser abordada desde tres ópticas distintas a Fuente: PNUD 2002 - PNUD 2003 15 PNUD (2002), capítulo 2. 16 En salud, la esperanza de vida para América Latina era de 70.3 y para Bolivia 63.3 en el 2001. En educación, la Tasa de alfabetización de adultos en América Latina era de 89 % y en Bolivia 86 % la tasa bruta de matriculación primaria, secundaria y terciaria era de 81% para América Latina y de 84 % para Bolivia (PNUD 2003). 17 Ahora bien, ambos autores señalan también que si a lo largo del tiempo se fortalecen las vinculaciones, quizá mediante una modificación de políticas, se podría generar también un ciclo virtuoso (Ranis y Stewart, 2002:13). 18 “El fracaso en poner en práctica un sistema de gobierno firme, competente y responsable, ha sido tanto efecto como causa del insuficiente desarrollo económico de Bolivia”, fragmentos del Informe Keenleyside (1950) en PNUD (2002), Cuaderno de Futuro 15. 58 La economía posible Gráfico 2.6 8% 1400 6% 1200 4% 1000 2% 800 0% 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 600 -2% 400 -4% 200 -6% PIB per-capita Tasa de crecimiento (%) Bolivia: Crecimiento y PIB per cápita (1960 -2002) 0 Tasa de crecimiento económico (%) PIB per capita ($us constantes 1997) Fuente: Banco Mundial la vez: como pequeña en desarrollo, latinoamericana y mediterránea. Estos tres rasgos hacen indispensable la integración de Bolivia en la economía mundial, pero al mismo tiempo complican enormemente el desafío. Pero, ¿por qué la relación con el mundo es tan importante para Bolivia?, ¿cómo se ha dado tradicionalmente la inserción de la economía boliviana en los mercados mundiales? y ¿qué lecciones se deben extraer del pasado y presente para construir la vía boliviana hacia el informacionalismo? En primer lugar, los países latinoamericanos han tendido históricamente a tener un ahorro interno bastante bajo en comparación con otras regiones del mundo y con respecto a sus propias necesidades de inversión. Ello explica por qué la deuda externa es un asunto común y crucial para los países de la región. Por ello, la reforma chilena de pensiones, aplicada en los años 80, y que luego fue de alguna forma replicada en Bolivia, tenía justamente como una de sus metas declaradas incrementar el ahorro interno para financiar la dinámica de inversión requerida. Al margen del impacto neto de esta reforma sobre la tasa interna de ahorro en Chile, lo cierto es que ésta se incrementó de forma espectacular del 8% al 27% del PIB entre 1981 y 1995,19 con lo cual se acercó al nivel de ahorro propio de las naciones asiáticas y pudo sustentar tasas de crecimiento dinámicas en el periodo. El contraste con la Bolivia de las dos últimas décadas es evidente: mientras los países asiáticos tienen tasas de ahorro interno superiores al 30% y los latinoamericanos superiores al 20%, Bolivia bajó de un promedio de 14% del PIB en los 80 al 10% del PIB en los 90, con lo cual se situó entorno al promedio de los países mediterráneos en desarrollo (gráfico 2.8). Este comportamiento del ahorro interno nacional se refleja en una tasa de inversión de largo plazo relativamente baja del 16%, es decir, inferior al promedio latinoamericano (20% del PIB) y por supuesto, menor al promedio del Asia oriental (32%). Pero no sólo eso. La difícil geografía del territorio boliviano, la estrechez de su mercado interno, los bajos niveles educativos, la pobreza generalizada y otros factores asociados a nuestra condición de mediterraneidad y subdesarrollo hacen que el principal problema de la economía boliviana, según Morales (2000), sea el “bajo rendimiento de la inversión en términos físicos”. Según estimaciones del mismo autor, un crecimiento del 5% en Bolivia requeriría de tasas de inversión del 30% del PIB. Citando el Informe sobre el Fortalecimiento del Desarrollo de la CEPAL, Antelo (2000) señala que se requieren niveles de inversión del 28% del PIB para sostener una tasa de crecimiento del 6%. En ambos casos, queda de manifiesto que uno de los problemas centrales es el financiamiento del desarrollo, proceso que, a su vez, Gráfico 2.7 Calidad de las Instituciones públicas Asia oriental 6,1 África subsahariana 4,5 América Latina y el Caribe 4,4 Países mediterráneos 4,3 Asia meridional 4,2 Bolivia 2,3 Fuente: Banco Mundial y Sachs, Gallup y Mellinger 1998; Escala de 0 a 10 19 Aunque la teoría económica no permite concluir sobre el efecto neto de una reforma de este tipo, de acuerdo a una publicación del FMI que data de 1996, la reforma de pensiones chilena habría explicado entre 1989 y 1994, un incremento de la tasa de ahorro en Chile de entre 2% a 4% del PIB. 59 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Gráfico 2.8 Ahorro interno como porcentaje del PIB 35 33.7 31.5 30 25 22.9 20.1 20 14.1 15 9.8 10 8.6 8.8 5 0 Asia oriental América Latina y el Caribe 1980 Bolivia Países mediterráneos 1990 Fuente: Banco Mundial y Sachs, Gallup y Mellinger 998 permite incrementar la rentabilidad del capital y la tasa de ahorro interna. En efecto, como se observa en el gráfico 2.9, una vez superada la crisis de la hiperinflación y retomado el sendero del crecimiento económico, la brecha entre el ahorro interno y los volúmenes de inversión se fue ampliando de forma sostenida a lo largo de los años 90. Una vez que el ciclo de crecimiento promovido por las reformas estructurales empezó a mostrar signos de agota- miento, tanto el ahorro interno como la inversión tendieron a decaer, lo que mantuvo una amplia brecha que debió financiarse con flujos de capitales externos ya sea bajo la forma de deuda externa, cooperación para el desarrollo o inversión extranjera directa (IED). La señalada es una característica estructural del modo de funcionamiento de la economía boliviana (gráfico 2.10). En los años 50 y 60, la cooperación norteamericana fue paradójicamente crucial para financiar las reformas de los gobiernos civiles de la Revolución Nacional. La condición para recibirla fue la apertura del país al capital externo en el área de hidrocarburos y la puesta en práctica de un duro plan de estabilización.20 Dichas medidas, y ahí reside la paradoja, eran contrarias a muchos de los planteamientos de la Revolución.21 La década de los 70 coincide con el ciclo de crecimiento económico más dinámico y prolongado que conoció la economía boliviana en la segunda mitad del siglo XX. El momento estuvo soportado por un acelerado endeudamiento externo que derivó en la crisis de los años 80, una vez que se deterioraron los términos de intercambio y las tasas de interés internacionales vivieron un brusco incremento. La renegociación de la deuda externa y el compromiso de la coope- Gráfico 2.9 Bolivia: Evolución del ahorro y la inversión (1979-2001) 25% 23% 23% 23% 21% 19% 17% 17% 15% 13% 13% 11% 14% 11% 10% 10% 9% 7% 7% 5% 7% 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 Inversión Fija Bruta Doméstica (%PIB) 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 Ahorro Bruto Doméstico (%PIB) Fuente: Banco Mundial 20 El Código Davenport (1955) y el Plan Eder (1957). 21 Por entonces, la entrada de Bolivia a los mercados internacionales de capitales se encontraba vetada desde la moratoria de los anos treinta, y ni el Estado, que controlaba los excedentes de una minería afectada por la caída de los precios internacionales, ni mucho menos la empresa privada, que le era hostil, disponían de capitales suficientes para acometer transformaciones de semejante dimensión. 60 La economía posible Gráfico 2.10 14 7000 12 6000 10 5000 8 4000 6 3000 4 2000 2 1000 0 $us Millones Porcentaje del PIB Flujos financieros hacia Bolivia (1970-2001) 0 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 Inversión Extranjera Directa (%PIB) Total Deuda Externa ($us Millones) Ayuda (%PIB) Fuente: Banco Mundial embargo la continuidad de esta tendencia está ahora en cuestión, porque la inversión extranjera está disminuyendo debido a la crisis económica, al creciente clima de inestabilidad política y a los tiempos indispensables que implica la maduración de dichas inversiones. En segundo lugar, el grado de especialización del trabajo, sustento de una mayor productividad en las actividades económicas, depende sobre todo de la extensión del mercado. Ello supone, según el PNUD (2003), contar con una población superior a los 40 millones de habitantes (Bolivia tiene ocho) o mantener un comercio de bajo costo con el mundo, es decir estar cerca de mercados importantes o contar con puertos marítimos. Gráfico 2.11 Inversión Extranjera Directa y ayuda al desarrollo como % del PIB Promedio de ayuda como % del PIB (1997-2001) ración internacional con las reformas estructurales bolivianas se tradujo en un fuerte incremento de los flujos de ayuda externa, que llegaron a representar entre el 10-12% del PIB a principios de los 90. Puesto que a todas luces esos niveles de cooperación externa eran y son insostenibles a mediano plazo, la capitalización de las empresas públicas (1993-1997) buscó atraer montos importantes de inversión directa extranjera al país. Como resultado de dicha reforma y del dinamismo del sector de hidrocarburos, el país recibió crecientes flujos de IED que en 1999 llegaron a representar más del 12% del PIB. De esta forma, la arquitectura de financiamiento externo de la que depende la economía boliviana, es fundamental no sólo para superar la crisis actual, sino para dar viabilidad a cualquier estrategia de desarrollo. Por lo mismo, una de las cuestiones centrales es el rol, a corto y mediano plazo, de la cooperación internacional y de la Inversión Extranjera Directa (IED) en la puesta en marcha de la vía boliviana hacia el informacionalismo. Como se observa en el grafico 2.11, Bolivia es actualmente uno de los países latinoamericanos que más ayuda para el desarrollo recibe. Asimismo, desde hace unos cinco años, el país es también uno de los que más inversiones extranjeras directas atrae, si se las compara con el tamaño de su economía. Lo mismo se puede decir si se contrasta al país con el grupo de países mediterráneos. Además está claramente por encima de Malasia y Costa Rica, y con niveles similares a Chile (gráfico 2.11). Sin 25 MONGOLIA MALAWI GUYANA 20 RUANDA BURKINA FASO BHUT MALI NIGERIA TADJ UGANDA CHAD ETIOPIA BURUNDI ARMENIA HONDURAS CEAFR 15 10 BOLIVIA NEPAL 5 0 ZAMBIA MOLDAVIA ZIMBAWE BELICE AZERBAJAN GUATEMALA EL SALVADOR BOTSWANAPARAGUAY PERÚ CRIC TURQUIA KAZASTAN UZBE BRASIL URUGUAY LAC VENEZUELA PANAMA ARGENTINA COLOMBIA CHILE MEXICO LESOTHO -5 -5 0 5 10 15 20 25 Promedio inversión extranjera directa como % del PIB (1997 - 2001) Fuente: Banco Mundial 61 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Cuadro 2.7 Bolivia: Crecimiento, exportaciones y términos de intercambio 1945-72 1972-81 1981-95 Tasa anual promedio de crecimiento económico (%) 2.5 3.8 2.1 Tasa anual promedio de crecimiento exportaciones (%) 2.8 16.6 1.6 Variación de los términos de intercambio en el periodo (índice, base 1970=100) 59 -100 100 - 124 124 - 96 Fuente: Throp 1998 Gráfico 2.12 Comercio exterior como porcentaje del PIB México 54 Chile 52 Prom. Países mediterráneos 50 Prom. América Latina 42 Bolivia 38 Brasil 23 Argentina 17 Fuente: Banco Mundial 62 Dado que Bolivia es una economía pequeña en desarrollo, y por lo tanto posee un mercado interno estrecho y altamente fragmentado, su participación en los mercados internacionales es vital para fortalecer su crecimiento económico. De hecho, el crecimiento económico boliviano de los últimos 50 años ha dependido mucho de la evolución de las exportaciones, y éstas, a su vez, de las variaciones en los términos de intercambio, sobre las cuales el país no influye. Por lo mismo, como se sugiere en el cuadro 2.7, los periodos de mayor expansión económica han coincidido con coyunturas favorables para los precios de nuestros principales productos de exportación. Sin embargo, pese a la importancia de las exportaciones como motor de crecimiento económico, la inserción del país por la vía del comercio exterior es y ha sido frágil. En efecto, el peso de éste último en la economía, medido como porcentaje del PIB, se sitúa en una ubicación intermedia, comparada con varios países latinoamericanos y mediterráneos. Bolivia está muy lejos de las grandes economías exportadoras del continente como Chile o México, o de varios países mediterráneos de África y del Asia en los cuales el comercio exterior tiene un peso muy significativo, aunque está ciertamente por encima de economías con mercados internos importantes como Brasil y Argentina (gráfico 2.8). Más aún. Las series históricas reflejadas en el gráfico 2.9, muestran un debilitamiento de la posición del país en los mercados globales, es decir, una tendencia a que disminuya el peso relativo de las exportaciones en la economía boliviana junto con una reducción sostenida de los niveles de exportación per cápita. Esto ocurrió paradójicamente luego de la liberalización comercial de mediados de los años 80, que estuvo asociada a un estancamiento relativo de las expor- taciones per cápita en un nivel ($us 170 en dólares constantes de 1995) muy inferior a su promedio de los años 60 y 70 ($us 270). En ambos periodos, las características de la base exportable boliviana, básicamente compuesta de materias primas con bajo grado de procesamiento, la hicieron muy vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacionales, condicionando el éxito del crecimiento y, sobre todo, del proceso de diversificación de exportaciones a coyunturas externas favorables. Más aún, la tendencia al deterioro de los términos de intercambio ha provocado un continuo declive del poder de compra de nuestras exportaciones. En el periodo 1985-2000, mientras el volumen de las exportaciones se triplicaba, los precios de las mismas se reducían en cuatro veces. Sin duda, la articulación de la economía boliviana con los mercados externos es crucial, pues además precisa contar con divisas para importar todo aquello que no produce y pagar los recursos externos indispensables para financiar la inversión. Sin embargo, al margen de la estrategia de crecimiento que adoptó, lo cierto es que Bolivia tuvo muchas dificultades para incrementar el valor de sus exportaciones y diversificar su estructura. Por ello, cabría preguntarse: ¿qué factores ayudan a explicar la concentración y la vulnerabilidad de nuestra base exportable? Este comportamiento se encuentra escrito, de alguna forma, en el “código genético” de nuestra economía. Aunque ello no implica una fatalidad, sí hace más complicado el desafío de nuestra inserción externa. En efecto, la mediterraneidad y la geografía accidentada de Bolivia, además de su alejamiento de mercados importantes, elevan los costos de transporte de su comercio internacional y limitan su crecimiento económico. Como muestra el cuadro 2.8 (PNUD, 2003), Bolivia forma parte del grupo de 53 “países pequeños” con “poblaciones interio- La economía posible Gráfico 2.13 45% 400 40% 350 300 35% 250 30% 200 25% 150 20% 100 15% Exportaciones per cápita ($us 1995) Exportaciones (% PIB) Evolución de las exportaciones bolivianas (1965-2001) 50 10% 0 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 Exportaciones (% PIB) Exportaciones per cápita ($us constantes 1995) Fuente: Banco Mundial res”, que registraron un crecimiento negativo medio del PIB per cápita de 0.2% por año entre 1980 y 1998, frente al 1,9%, que registró el ingreso medio de los habitantes de “países pequeños” con infraestructuras costeras o el 2,5% de crecimiento del ingreso per cápita de los “países grandes” con poblaciones interiores. Las características geográficas del país exigen del aparato productivo una mayor competitividad en cuanto a los costos de producción y/o de calidad de producción para apuntar a nichos de mercado dinámicos, donde el precio no sea el factor determinante de la competitividad de un producto. Al contrario, la situación se agrava debido a los siguientes tres factores que incrementan el costo unitario de transporte de las exportaciones bolivianas: - El precario estado de la infraestructura de transportes, explicable más por la debilidad de las instituciones, que por - - los niveles de inversión pública asignados históricamente a este sector.22 La composición de la base exportable, asentada sobre todo en la exportación de productos de bajo valor agregado, asociados a la clásica ventaja comparativa de una economía latinoamericana en el comercio internacional: los recursos naturales. Los principales mercados de destino de nuestras exportaciones, históricamente los países desarrollados, que suelen encontrarse muy alejados de las zonas de explotación y producción. De esta forma, en una simplificación analítica reveladora es posible argüir que el resultado histórico de esta combinación de factores ha sido un crecimiento sustentado en una base económica estrecha, generalmente poco dinámica y bastante vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacio- Cuadro 2.8 Tasas de crecimiento económico por tamaño y ubicación de la población, 1980-1998 Países pequeños Países pequeños Países que registraron un crecimiento del PIB per cápita Crecimiento medio del PIB per cápita (%) Población que vive en países que crecieron (2001) (millones) Países que registraron un crecimiento del PIB per cápita Crecimiento medio del PIB per cápita (%) Población que vive en países que crecieron (2001) (millones) Poblaciones Interiores 24 de 53 -0.2 379 de 799 10 de 10 2.5 3087 de 3087 Poblaciones Costeras 15 de 17 1.9 118 de 130 3 de 4 3.2 341 de 418 Fuente: Extraido del Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003 22 De hecho, el endeudamiento externo del país se explica en gran medida por prestamos asignados a la construcción de infraestructuras de transporte, y fundamentalmente de carreteras. 63 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 nales de un producto dominante de exportación, que ha sido, normalmente un recurso natural con bajo grado de procesamiento. Primero fue la plata durante gran parte del siglo XIX, después el estaño, durante gran parte del siglo XX y hoy son el gas y las oleaginosas que están definiendo el tipo de integración de Bolivia en los mercados globales. Se debe agregar que tales ciclos han estado vinculados a su vez al auge y agotamiento de hegemonías regionales y políticas en el país.23 En todos los casos, el patrón de inserción en los mercados globales tuvo que ver con un crecimiento económico más bien reducido y volátil, por lo que las tasas de crecimiento del país han sido siempre menores y más inestables que las existentes en el resto de la región (cuadro 2.9). En suma, la necesidad de financiar la inversión con recursos externos y la de exportar para pagar lo que no producimos o lo que no ahorramos, hacen que Bolivia haya estado vinculada a la economía mundial incluso en el periodo en que el Estado jugaba un rol central en la economía y en el que otros países latinoamericanos optaban por estrategias más agresivas de sustitución de importaciones. Si bien es cierto que el Plan Bohan (1942) buscaba a corto plazo sustituir las importaciones de alimentos, éste tenía la mirada puesta en las potencialidades del oriente boliviano para sustentar una diversificación de exportaciones a largo plazo. Por lo mismo, Bolivia debe asumir activamente el desafío de insertarse en la globalización asumiendo las lecciones de nuestra experiencia histórica: los ciclos de crecimiento asociados a nuestro patrón tradicional de inserción sólo integran selectivamente a un núcleo reducido de sectores, regiones y personas y, por ello, en buena medida, no son sostenibles. Por supuesto nuestra “identidad económica”, el ser pequeños, en desarrollo, latinoamericanos y mediterráneos, no es una fatalidad, porque la situación puede revertirse mediante políticas públicas apropiadas. Sin embargo quedan al menos dos lecciones que deben ser asimiladas por una estrategia de desarrollo para el país. En primer lugar, el mercado sólo puede reforzar el “patrón genético” de Bolivia, es decir su inserción en los mercados internacionales como monoproductor de materias primas, por lo que aquí el Estado tiene sin duda un rol que jugar. En segundo lugar, toda diversificación de exportaciones en Bolivia experimenta al menos dos dificultades centrales: su financiamiento y sostenibilidad. La primera tiene que ver con el rol que deben jugar los capitales externos en la estrategia de desarrollo, mientras la segunda se relaciona con la competitividad de la base exportable. Y la competitividad en tiempos de globalización, como nos muestra la experiencia de Costa Rica, Malasia y Chile, depende sobre todo de la capacidad de generación y procesamiento de la información y del conocimiento: el informacionalismo. La NPE: Globalización sin informacionalismo Bolivia ha encarado importantes transformaciones económicas y sociales en las últimas décadas, que se iniciaron con la promulgación de la Nueva Política Económica (NPE) durante la gestión del Presidente Paz Estensoro (1985-1989)24 y se profundizaron Cuadro 2.9 Dinamismo y volatilidad del crecimiento económico boliviano Tasa de crecimiento anual promedio (%) Volatilidad (%) 1945- 1972 1972-1981 1981-1996 1945-1972 1972-1981 1981-1996 Bolivia 2.50% 3.80% 2.10% 4.00% 3.20% 3.20% América Latina 5.30% 5.10% 2.20% 1.60% 2.10% 1.90% Fuente: Throp 1998 23 Por ejemplo el fin del ciclo de la plata y el inicio de la economía del estaño se reflejó en una guerra civil entre el sur y el norte, resultando la hegemonía de La Paz. El ciclo del gas y de la soya parece a su vez estar reconfigurando el país en dirección de una hegemonía del oriente y del sur del país frente a un occidente en declive. 24 Entre 1985-1989 se procedió a ejecutar reformas para estabilizar la economía, pero también para una liberalización y apertura de la economía boliviana: ajuste fiscal, nueva ley tributaria, liberalización comercial, liberalización financiera y cambiaria y flexibilización laboral. 64 con las reformas de segunda generación del periodo Sánchez de Lozada (1993-1997).25 En los últimos quince años, las reformas han acelerado la inserción de Bolivia en los mercados globales a partir de una agresiva política de liberalización económica. Es llamativa la profundidad, rapidez y por tanto, la enorme capacidad política que tuvieron los regímenes de ese periodo para implementar una agenda tan amplia. En efecto, de acuerdo al índice de reformas estructurales construido por Lora,26 Bolivia fue el país latinoamericano que avanzó más rápido en la realización de reformas liberales en la última década, transitando de un índice de 0.29 a uno de 0.69 en el periodo 1985-1999, mientras que el indicador promedio de los países de la región se incrementaba de 0.34 a 0.58 (ver gráfico 2.14 ). Es decir que de ser un país relativamente rezagado en el cumplimiento de la agenda reformista neo-liberal a inicios de los 80, Bolivia se transformó después en uno de los que más rápidamente se apropió de ella y la ejecutó con mayor persistencia. Por ello, para 1999 alcanzó un nivel de implementación de reformas incluso superior a Chile, país pionero de este cambio de orientación en las políticas económicas. De esta forma, Bolivia apostó de manera explícita a ejecutar reformas liberales que no sólo debían estabilizar la economía, sino iniciar una nueva etapa de crecimiento. Ésta tenía que ser el fruto de un fuerte impulso exportador, cimentado en la inversión privada en sectores transables, de acuerdo a las ventajas comparativas de la economía boliviana en el comercio internacional, y bajo el supuesto de que la reducción de los desequilibrios macroeconómicos y la liberalización interna y externa de la economía serían las condiciones suficientes. Bajo esta óptica, las reformas estructurales fueron una respuesta al desafío histórico de promover un crecimiento económico liderado por un sector privado exportador en el nuevo contexto definido por la globalización. Dentro de esta lógica, la primera mitad de los años 90 fue, en cierta medida, el periodo de “auge” de este modelo de crecimiento. Esto sucedió no sólo, porque la contribución del sector externo fue globalmente positiva durante el periodo, dado que el aporte de las exportaciones al crecimiento económico fue sólo comparable al del consumo privado,27 sino porque esta expansión sostenida de las exportaciones se basó en una diversificación relativa de la base exportable La economía posible Gráfico 2.14 Velocidad de implementación de reformas estructurales, 1985 - 1999 0.8 0.7 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 Bolivia 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 Promedio Latinoamérica Fuente: Elaboración propia en base a Lora 2001, escala de 0 a 1 25 En este periodo (1993-1997) se realizan la privatización de las mayores empresas estatales (bajo el esquema de capitalización) y la reformas de pensiones en un modelo de capitalización individual. Pero también reformas sociales como la Ley de Participación Popular y la Reforma Educativa. 26 Este índice mide el grado de apertura comercial, financiera y liberalización. Lora utiliza las políticas especificadas en el llamado Consenso de Washington para construir su índice. Este varia de 0 a 1, mientras más un país se acerque a 1, mayor es el grado de implementación de reformas estructurales. Ver Lora 2000. 27 Cf. análisis sección 3.1 del presente capítulo. 65 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 boliviana. Además, la inversión privada nacional, aunque limitada, mostró una tendencia creciente durante el periodo y tanto la reducción del desempleo abierto como la disminución de la pobreza, permitieron al menos recuperar los niveles previos a la drástica estabilización. Pero si bien la economía boliviana retomó el sendero de crecimiento en un contexto macroeconómico estable a partir de 1987, el financiamiento de los desequilibrios externo e interno, y el crecimiento mismo de la economía, dependieron de forma crucial de la capacidad de comprometer préstamos concesionales y donaciones de la comunidad internacional.28 Por otra parte, el crecimiento económico generó una mayor concentración del ingreso y sólo fue capaz de redundar en beneficio de los pobres, porque estos multiplicaron sus fuentes de ingreso, incrementando la fuerza laboral e insertándose al mercado de trabajo en condiciones precarias (PNUD, 2002). En este contexto, varios shocks exógenos y endógenos coincidieron desde 1998 y afectaron significativamente a la economía Recuadro 2.7 El circuito coca-cocaína, una economía declinante En 1988, la economía del circuito coca-cocaína representaba alrededor del 9% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, es decir, aproximadamente 425 millones de dólares. Al respecto, se estima que los efectos indirectos de dicha actividad en otros sectores de la economía significaban una cantidad similar en términos de valor agregado y que en 1992, el sector empleaba el equivalente de 56 mil personas a tiempo completo. En 1996, su incidencia ya se redujo al 3% del PIB nacional sobre la base de alrededor de 48 mil hectáreas de coca cultivada, incluidas 12 mil de plantaciones lícitas. Hasta fines del año 2002 los esfuerzos en la erradicación y lucha contra las drogas se hicieron más drásticos. Quizás por ello, su participación en el PIB descendió al 1.6%, mientras se estima que para 1998, el circuito empleaba a sólo 17 mil personas. En cuanto a la evolución de los cultivos de coca, hasta fines del año 2002, éstos abarcaban alrededor de 24 mil hectáreas, incluidas 12 mil de coca lícita, lo que muestra una disminución de aproximadamente el 75% de la coca ilícita cultivada con comparación con 1996. A pesar de los costos económicos y sociales de la política adoptada por los últimos gobiernos, el compromiso con la meta de reducción de coca excedente ha tenido avances significativos. Algunos analistas resaltan la posibilidad de que por los esfuerzos realizados, la cocaína boliviana ya no haya llegado a mercados norteamericanos. Participación del circuito coca-cocaina en el PIB (en %) 10.0 9.2 9.0 8.0 7.0 6.8 6.1 6.0 4.5 5.0 6.2 6.8 5.0 4.6 3.9 4.0 3.0 3.0 2.2 2.0 2.0 1.6 0.7 1.0 1.1 0.0 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Fuente: UNODC, datos preliminares para los años 2001 y 2002 Fuente: UNODC, 2001 28 Por un lado, la fragilidad de la base exportable y la precaria inserción externa de la economía boliviana se tradujeron en una balanza comercial crónicamente deficitaria mientras que por el otro, la incapacidad del sector privado para liderar el proceso de inversión en la economía junto a las amplias necesidades en materia de infraestructuras y de capital humano, provocaron presiones sostenidas sobre la inversión publica. 66 boliviana, como la política de erradicación de los cultivos de coca (recuadro 2.7) o la crisis regional que afectó significativamente el monto de las remesas enviadas por los migrantes bolivianos (recuadro 2.8). Estos shocks pusieron en evidencia tanto el fracaso de la consolidación de un sector privado nacional, moderno y competitivo, como la fragilidad de amplios sectores de actividad que hasta entonces habían sobrevivido bajo el abrigo de la informalidad, abandonados por la política económica a pesar de aportar en gran medida al crecimiento y de ser cruciales en la generación de ingresos para la mayoría de la población. Desde entonces, el PIB per cápita boliviano se ha retraído en un punto porcentual por año, lo que llevó a una recesión marcada por un fuerte incremento del desempleo abierto (gráfico 2.15) Por supuesto, la crisis económica no sucede sólo en Bolivia, es regional e incluso va en consonancia con un pobre desempeño de la propia economía mundial, que pone en cuestión las reformas estructurales y de diversificación de las exportaciones en Amé- rica Latina. Las previsiones de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que hablan de una leve recuperación de las exportaciones latinoamericanas en 2003, se sustentan en el desempeño exportador de pocas actividades de explotación de recursos naturales no renovables y en la consolidación de tasas de cambio competitivas luego del abandono de la paridad del real brasileño (1998) y del peso argentino (2002) con el dólar norteamericano. Por lo mismo, con el año que culmina, América Latina habrá sumado seis años de crisis económica a la ya señalada “década perdida” de los 80 y con ello, varios países habrán incrementado su número relativo y absoluto de pobres sumando en total casi 515 millones de latinoamericanos pobres en el año 2000 (gráfico 2.16). En suma, luego de la crisis de la deuda externa, el auge de la promoción de exportaciones en Bolivia y América Latina, traducida en una breve recuperación del crecimiento económico, no pudo mantenerse más allá de la primera mitad de los 90, cuando el contexto externo puso a prueba la com- La economía posible Recuadro 2.8 Remesas para Bolivia Entre el año 2001 y 2002, las exportaciones bolivianas ascendieron en promedio aproximadamente a 1.270 millones de dólares. Éstas giraron sobre todo alrededor de la exportación de productos derivados de la soya y gas natural, que representan en promedio alrededor del 40% de las exportaciones nacionales. Adicionalmente, como se observa en el gráfico, una importante fuente de divisas proviene de las remesas percibidas del exterior. En efecto, éstas representan en promedio aproximadamente el 12.5% de las exportaciones para el año 2001 y 2002. Sin embargo, mientras el año 2001 el país percibió 172 millones de dólares por concepto de remesas del exterior, el año 2002 éstas ascendieron a 143 millones de dólares y el primer semestre del 2003 llegan a representar menos del 10% del total de las exportaciones. La evolución negativa de las remesas con relación a las exportaciones totales podría estar relacionada con el impacto de la crisis regional sobre los emigrantes bolivianos, principalmente en aquellos que residen en la Argentina y que o bien perciben menores ingresos o han retornado al país. La soya, el gas natural y las remesas como porcentaje de las exportaciones totales 30% 25% 20% 24% 22% 19% 24% 20% 20% 14% 15% 11% 9% 10% 5% 0% Soya Gas natural Remesas 2001 2002 Primer Semestre 2003 Fuente: Muller&Asociados, Banco Central de Bolivia. Fuente: Elaboración propia 67 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Gráfico 2.15 Evolución del PIB per-cápita y la Tasa de desempleo abierto 1988-2002 10,40 1.057 8,50 PIB per cápita ($us) 1.000 900 928 9 6 800 704 TDA (% Población Económicamente Activa) 1.100 3 3,10 700 0 600 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 Bolivia 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Tasa de desempleo abierto, urbano Fuente: INE - CEPAL Para la TDA los datos de 1989 - 2001 son de ciudades capitales petitividad del sector exportador. Pero, ¿qué es lo que realmente fracasó? En palabras de Williamson (2000), la persona que acuñó por primera vez la noción de “Consenso de Washington”, éste debe ser visto sólo como un intento por enumerar aquellas políticas ampliamente identificadas como promotoras del desarrollo al final de dos décadas. En sus palabras: “Por fin los economistas se dieron cuenta de que la clave para un desarrollo económico rápido no reposaba en los recursos naturales de los países ni en su capital físico o humano, sino más bien en el Gráfico 2.16 Incidencia de la pobreza 1989 - 2002 70 61 60 48 48 50 40 39 49 45 44 62 40 37 30 20 21 21 10 0 Chile Brasil América Latina Argentina Incidencia pobreza 1989 - 1990 Venezuela Bolivia Incidencia pobreza 2000 -2002 Fuente: CEPAL. El dato para América Latina es una estimación de 19 países de la región, y para Argentina corresponde al área urbana 29 Williamson (2000) 68 conjunto de políticas que éstos implementaban”.29 Desde esta óptica, la inserción fallida del país y la región a los mercados globales en los años 90, podría atribuirse a la adopción de malas políticas económicas. ¿Falló entonces la implementación de las reformas liberales o estuvo errada su propia concepción? Por supuesto, aquí no se pretende zanjar el debate, sin embargo, al menos en el caso boliviano, hay dos elementos integrantes de la “filosofía” de las reformas estructurales, que parecen explicar sus obstáculos para aumentar la productividad y la competitividad sistémica de la economía. Estos dos elementos son el reducido rol que se le dio al Estado y la escasa incorporación del conocimiento y las nuevas tecnologías en los procesos productivos. Con respecto al primer aspecto, y en un contexto boliviano marcado por el colapso del sector público, las reformas estructurales redujeron claramente el rol económico del Estado a las tareas reguladoras y normativas de las actividades privadas. Al mismo tiempo, las medidas decididas para garantizar la disciplina fiscal y la reorientación del gasto público, buscaron cambiar el efecto de crowding-out, que ejercía el déficit fiscal sobre la inversión pública al competir en condiciones desiguales por los escasos recursos disponibles para la inversión, para convertirlo en uno de crowding-in, convirtiendo en complementarias la inversión pública y la privada al canalizar prioritariamente los recursos públicos hacia los sectores de salud básica, educación primaria y construcción de infraestructuras. Como se observa en el gráfico 2.17, donde se refleja la estructura del gasto público en los últimos 15 años, la reorientación de las prioridades del Estado y su alejamiento de la esfera productiva se consolidó alrededor de 1997. Aún así, la inversión pública siguió siendo fundamental para el crecimiento económico, porque de forma relativamente constante a lo largo del periodo, aportó casi la mitad de la inversión total en la economía boliviana. Colocar al mercado como mecanismo principal de asignación de recursos en la economía significa, al menos en teoría, que los “recursos escasos” pudieran identificar “fines productivos alternativos”, alrededor de los cuales su tasa de retorno sea más elevada a partir de señales rápidas y descentralizadas emitidas por el sistema de precios. Pues bien, dadas las características de la “identidad económica” del país, abordadas líneas atrás, era previsible que la ausencia de incentivos estatales tendiera a reforzar el “patrón genético” de la economía boliviana, es decir, su condición de mono-exportador de recursos naturales. En este sentido, es interesante señalar que la promoción de la Inversión Extranjera Directa ( IED ), que se dio, según Barja (1999) en un “ambiente de incertidumbre respecto a la consolidación del nuevo modelo y de cuestionamientos sobre si algunas características de la economía boliviana […] podrían realmente producir una nación exportadora”, terminó gestando como salida visible al problema del crecimiento económico en Bolivia aquella que pretendía impedir: una nación mono-exportadora, cuyo ciclo económico esté fuertemente correlacionado con las fluctuaciones de los precios internacionales del principal producto de exportación. Aunque esta vez con una diferencia de magnitud: el agente económico principal no es ni el Estado ni la empresa privada nacional, sino los nuevos actores surgidos de la capitalización, las empresas transnacionales. Por lo mismo, algunos autores30 señalan al periodo que va del derrumbe del precio internacional del estaño al inicio de las exportaciones de gas natural al La economía posible Brasil como un periodo “puente” o “de transición” entre la “economía del estaño” (19061985) y la “del gas natural” (de 1999 en adelante). Por supuesto, es posible argumentar, como se profundizará más adelante, que durante este periodo, la base exportable boliviana conoció una interesante diversificación de exportaciones y que ahora, no sólo el gas natural, sino al menos el complejo oleaginoso cruceño, de rasgos igualmente transnacionales, están definiendo el patrón de inserción de la economía boliviana en los mercados internacionales. De hecho, la agroindustria cruceña es una de las principales esperanzas del futuro económico del país. Sin embargo, es cuando menos dudoso atribuirle al “modelo” sus resultados alentadores. Y aún así, su viabilidad futura pasa por el segundo ingrediente aludido que las Gráfico 2.17 Estructura de la inversión pública, 1987 - 2002 0% 20% 40% 33 60% 80% 100% 10 45 12 2002 29 9 45 17 2001 31 11 45 12 2000 33 18 37 13 1999 29 9 42 20 1998 23 16 49 12 1997 21 10 21 8 18 52 1996 25 46 1995 12 35 42 10 1994 10 41 39 10 1993 36 13 6 45 1992 15 35 49 15 33 50 35 49 1991 1990 16 1989 17 36 46 1988 19 38 43 1987 Extractivos Apoyo a la producción Infraestructura Sociales Fuente: UDAPE 30 Entre ellos, Gray-Molina (2003) y Alcaraz (2001) 69 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 reformas estructurales no supieron o no pensaron en promover. Nos referimos al informacionalismo como sustento de incrementos sostenidos en la productividad agrícola. En efecto, aún con sus falencias, el “Plan tierras bajas del este” es el único esfuerzo público serio y coordinado con el sector empresarial, encaminado a consolidar la infraestructura rural y las bases tecnológicas que sustentaron el tercer proceso de expansión de la frontera agrícola cruceña en los años 90 y la emergencia del sector exportador de oleaginosas.31 Además, la liberalización económica y la negociación comercial buscaron consolidar los mercados de la Comunidad Andina y retrasar la desgravación arancelaria de los productos más sensibles, entre ellos la soya y sus derivados. Ambas medidas, centrales para promover la diversificación de exportaciones, eran opuestas a la versión más ortodoxa del modelo, que fue la que al final prevaleció en los últimos 15 años. Ahora bien, repensar el nuevo rol del Estado en la economía no debe suponer un regreso al pasado.32 En ese tiempo, el contexto internacional era mucho más favorable y la globalización aún no había cambiado las reglas del juego de la economía mundial. Por eso, sin duda, lo recomendable es buscar el equilibrio pertinente y adecuado entre el Estado y el mercado. Una noción como esa tendría que formar parte de una estrategia de inserción sostenible en la globalización. De hecho, los ejemplos de Chile, Malasia y Costa Rica, analizados en este capítulo, y la experiencia del sudeste asiático, muestran en mayor o menor grado, y sin duda con características diversas, la importancia del Estado, la pertinencia de contar con estrategias de desarrollo y el rol clave del sector privado (recuadro 2.9). Por lo mismo, es preciso extraer lecciones de los dos extremos entre los que osciló la economía boliviana en los dos ciclos de crecimiento de los últimos 50 años. Por un lado, está la baja calidad de las instituciones públicas en Bolivia, agravada en la coyuntura actual por los problemas de sostenibilidad financiera y la anomia del Estado boliviano. Aquí es donde suele incidir el círculo vicioso entre política y economía en el país. Por otra parte, Mansilla (1995), Morales (2003) y Barja (1999) coinciden en señalar las debilidades del sector privado nacional para asumir el rol de liderazgo que le asignó la NPE. Esto sucedió, entre otras cosas, por haberse tornado “muy dependiente de las propias inversiones del gobierno”. Actualmente la inversión privada nacional no alcanza ni al 1% del PIB, por lo que es probable, a futuro, un predominio de las empresas transnacionales o del Estado en la actividad económica. Esto podría suceder si se consolida una Bolivia del gas que mantenga una economía y una política “de base estrecha” que, según Gray Molina (2003) han caracterizado la historia económica de Bolivia. En relación al segundo punto, es decir, a la escasa capacidad boliviana para incorporar conocimiento y nuevas tecnologías en la producción, a fin de incrementar su competitividad, el diagnóstico realizado por el Sistema Boliviano de Competitividad (SBC) en 14 cadenas productivas priorizadas por sus rasgos prometedores, revela el mínimo grado de informacionalismo, incluso en sectores exportadores de punta, como el propio complejo oleaginoso cruceño. Por lo mismo, la agroindustria exportadora cruceña, responsable de dos tercios de las exportaciones no tradicionales del país, ha conocido en los años 90 lo que Montenegro y Bowles (1999) denominan “un crecimiento de carácter más cuantitativo que cualitativo”, es decir, sustentado en el uso intensivo de factores productivos abundantes más que en ganancias de productividad asociadas a su uso sostenible. En ese contexto, la competitividad del sector exportador más dinámico del país en la década anterior descansa sobre dos cimientos muy frágiles: - Las preferencias arancelarias andinas, y - La fertilidad de los suelos y la capacidad de preservar los rendimientos por hectárea mediante una expansión agresiva de la frontera agrícola. En efecto, el análisis de la productividad de la tierra en tres cultivos tradicionales: caña de azúcar, algodón, soya, que son los que marcaron las fases de expansión agrícola en Santa Cruz, muestra un estancamiento secular y una alta variación de los rendimientos 31 Este proyecto, financiado con un monto total de 55 millones de dólares en 1990 incorporo además componentes de crédito rural, manejo de recursos naturales, investigación y transferencia tecnológica y extensión agrícola. PNUD (2004). 32 Sin embargo es evidente que la NPE no logró registrar tasas de crecimiento tan dinámicas y prolongadas como en las décadas del 60 y del 70. 70 por hectárea en las últimas cuatro décadas (cuadro 2.10). Y es que, según Brennes et al (2001), incluso en este último tiempo de internacionalización de la agroindustria cruceña, la investigación agrícola y la transferencia tecnológica para desarrollar semillas con más rendimiento y resistencia, han sido “aisladas y episódicas” y si hubo, se han logrado sobre todo por iniciativa del sector privado debido a la disminución de los recursos públicos. De esta forma, según Urioste (2001), al tratarse de una práctica casi de monocultivo y en ausencia, al menos, de “prácticas de rotación de cultivos y complementación agrícola ganadera”, está en duda la sosteni- La economía posible bilidad ecológica y económica del modelo agroexportador cruceño. En palabras de Urioste (2001:271): “La experiencia de la región integrada de Santa Cruz y de otros países ha demostrado que el ciclo de vida útil de este tipo de manejo de suelos fluctúa entre 15 y 20 años, si es que no median ciclos más largos de descanso y de pasturas”. Si uno de los sectores más dinámicos de la economía boliviana no puede, como vemos, incorporar, de manera plena, conocimiento y nuevas tecnologías en su eslabonamiento esencial, es decir, la actividad agrícola, no sorprende que la productividad del trabajo sea claramente decreciente en las dos últimas décadas (gráfico 2.18). La Encuesta Cuadro 2.10 Rendimientos y variabilidad promedio de cultivos seleccionados por subperiodo Soya Caña de azúcar Algodón 1987-2000 1976-2000 1987-2000 1964-2000 1987-2000 1964-2000 Rendimiento promedio 1.95 1.85 41.9 39.4 0.50 0.56 Coeficiente de Variación 0.17 0.19 0.13 0.12 0.34 0.30 Rendimiento Mínimo 1.29 1.29 34.5 28.6 0.23 0.23 Rendimiento Máximo 2.45 2.50 51.2 51.2 0.75 0.92 Fuente: Elaboración propia en base a Arrieta et al. (1990), Montenegro (1999a), CAO. Recuadro 2.9 El rol del Estado en el desarrollo económico Para analizar la participación que debe tener el Estado en el impulso al desarrollo económico, recurrimos a Izumi Ohno, quien reseña distintas opiniones de analistas asiáticos sobre el particular. En general, no hay discrepancias en torno a la idea de que el Estado debe cumplir un rol importante en el desarrollo económico, porque es él, el llamado a plantear los derechos fundamentales de los ciudadanos y mitigar las fallas del mercado. Sin embargo, el debate se agudiza cuando se discuten cuáles pueden ser las formas deseables de la acción estatal y cómo deben ser llevadas a cabo. Ante esto emergen tres temas distintos en la agenda: el alcance y la amplitud del rol del Estado, el deseo de contar con estrategias de desarrollo a largo plazo y la diversidad de las mismas. Sobre el primer punto, los comentaristas parecen compartir la percepción de que el Estado puede cumplir un papel muy útil, no sólo regulando los derechos fundamentales de las personas, sino también complementando las funciones del mercado mediante relaciones cercanas con el sector privado. Lo último es muy importante para minimizar los errores de coordinación del mercado que surgen de la información imperfecta de la que dispone. Sobre el segundo punto, la mayoría de las opiniones evalúan positivamente la utilidad de las estrategias de desarrollo a largo plazo. En ese sentido se afirma que el Estado puede plantear metas en esos términos y participar activamente en su cumplimiento. Casos como el de Malasia muestran la utilidad de la acción estatal en este terreno. En el tercer punto, se plantea que no existe un sólo modelo de desarrollo, sino varios patrones. Sin embargo, el informe del Banco Mundial recomienda combinar los principios económicos fundamentales de la nueva economía con una estrategia de fomento a la exportación. En realidad, más allá de este consejo, la idea central es que hay muchas maneras para que un gobierno intervenga favorablemente en las metas del desarrollo y que éstas dependen de las singularidades de los países. En este sentido, el rol estatal no debe ceñirse a una sola postura teórica. Fuente: Ohno, 2003 71 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Gráfico 2.18 Productividad del trabajo (en miles de Bs. de 1990) 120 106.8 100 80 88.3 93.4 82.1 71.3 63.3 60 55.9 53.8 12.8 13 40 20 21.3 22.8 16.7 16.7 0 14.6 13.8 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 Productividad del trabajo Capital por trabajador Fuente: Elaboración propia en base a Jemio, 1999 de Capacidades para el Desarrollo Informacional (ECADI) – 2003, permite mirar este fenómeno desde el ángulo de los incentivos para la formación de los trabajadores en la economía boliviana. Así, apenas el 19% de los trabajadores declara haber recibido algún tipo de capacitación laboral en el último año. La encuesta pone en evidencia una fuerte fragmentación del mercado laboral puesto que en el reducido grupo laboral de nivel socioeconómico alto este porcentaje asciende al 43% (cuadro 2.11). La relación entre el informacionalismo y las reformas neoliberales en América Latina arrojaría un balance igualmente negativo, traducido, entre otros, en un gasto per cápita en investigación para el desarrollo (I+D) tres veces inferior al promedio mundial y en la caída de la cuota global de mercado de los productos de la región de 3,4% a 2,6% entre 1985 y 2000. Si, en palabras de Sutz (2003), la innovación en América Latina ha tendido a darse en “espacios escasamente estructurados”y por lo tanto es débil y no actúa como “estímulo del desarrollo cientí- Cuadro 2.11 Bolivia: Porcentade de capacitación laboral por nivel socioeconómico Nivel Socioeconómico Trabajado Alto/ Pobre res que Medio Medio Pobre extremo recibieron Alto Si 42.9 Fuente: ECADI-03 72 25.8 16 8.2 fico-técnico”, para Cimoli y Katz (2001), fueron los procesos de ajuste dados en la región los que habrían causado la destrucción de capacidades tecnológicas acumuladas en periodos anteriores. De la misma forma, para Moguillansky (2003), la transformaciones radicales de carácter modernizador de los 90, “en lugar de fortalecer los círculos virtuosos que alimentan la innovación, acumulación de capital y crecimiento, los han debilitado”. Por lo mismo, para Castells (2003), América Latina se caracteriza por tener una “débil inserción en el modelo de producción informacional”. En definitiva, se puede argumentar que el actual agotamiento de las reformas estructurales en Bolivia y América Latina se debe a que éstas no pudieron equilibrar una rápida apertura comercial y de flujos financieros con el “informacionalismo”. Eso significa que no cambiaron la productividad, la competitividad y la organización de la producción mediante un uso más intenso de la capacidad tecnológica para procesar y generar conocimiento. Se dio, entonces, lo que denominamos como “globalización sin informacionalismo”. El resultado de este desequilibrio fue que no se consiguió satisfacer las demandas sociales, pese a los enormes esfuerzos de adaptación exigidos a la población por la apertura económica, lo cual se tradujo en frustración colectiva, y finalmente en polarización y conflicto social. En el caso de Bolivia, estas serían las fallas de la NPE, que explican el actual “agotamiento de la manera de gestionar la economía” (PNUD, 2002) en los últimos 20 años. Esa es pues la fase económica de la “inflexión histórica” que estaría viviendo hoy el país. Hacia una estrategia de desarrollo informacional Si bien resulta fundamental colocar el crecimiento al centro de las preocupaciones de la política económica, no es menos cierto que los discursos absolutos en este sentido parecen haberse agotado. Este momento de crisis, inflexión y cambio exige una reorientación encaminada al desarrollo. Por ello surgen aquí preguntas complejas: - ¿Qué lugar podría ocupar Bolivia en los mercados globales y en la geografía de las redes mundiales de producción de riqueza? - ¿Qué transformación productiva se debe impulsar para que tal proceso combine tasas de crecimiento dinámicas y sostenibles con mejoras sustantivas en materia de desarrollo social? Y en definitiva: - ¿Cuáles son los rasgos de una vía boliviana de inserción sostenible en la globalización? - ¿Cuál es la economía posible? - ¿Hacia dónde debe y puede apuntar el país? De acuerdo a los rasgos explorados líneas atrás y que configuran nuestra “identidad económica”, es muy posible que en el mediano plazo, el país continúe basando su vida económica en la explotación de recursos naturales, el primero de ellos, el gas. Ahora bien, distintas experiencias exitosas de inserción en la globalización así como el agotamiento de la vía boliviana de los 80 y 90 muestra la necesidad de que el Estado promocione estrategias de desarrollo informacional capaces de colocar el conocimiento y las nuevas tecnologías en el centro de los procesos productivos. En consecuencia, la economía posible supone una explotación más eficiente e informacionalizada de las ventajas comparativas con que cuenta el país, y básicamente de los recursos naturales. La vía boliviana de inserción sostenible en la economía global implicaría un cambio gradual en la naturaleza de las exportaciones. Ello implica un salto cualitativo en la manera en que debe crecer la productividad y la competitividad en los sectores donde ya anidan ventajas comparativas gracias a la dotación de recursos naturales, la ubicación geográfica (por ejemplo el turismo) y los recursos humanos con que cuenta el país. Sobre esta base, una estrategia de desarrollo informacional viable para Bolivia supone al menos inducir tres procesos paralelos y complementarios, en los que el Estado tiene un rol central. Éstas son: - Modificar gradualmente el perfil exportador incorporando valor añadido a los recursos naturales del país. - Sustentar este proceso en una profunda transformación productiva que coloque el conocimiento y las nuevas tecnologías al centro de los procesos productivos. - Definir una política gasífera que suponga liderar y promover ambos cambios en la estructura productivo-exportadora del país. La economía posible Cambiar el patrón de inserción externa Como se señaló en el acápite anterior, dentro de los mercados mundiales, Bolivia se caracteriza por ser un país mono-proveedor de materias primas a los países desarrollados. Este hecho se ha venido dando bajo una lógica de enclave, asociada al auge y caída de poderes regionales. Sin duda, la emergencia de la Bolivia del gas, y con ello, la reestructuración de hegemonías regionales en torno al eje Santa Cruz-Tarija,33 lleva en su seno este “patrón genético” de inserción en la economía global, que hasta ahora ha promovido ciclos de crecimiento poco dinámicos, muy volátiles e incapaces de lograr la integración social y territorial. Frente a estas tendencias fuertes en la historia económica de Bolivia, y ante el desafío de insertarse proactivamente en la globalización, ¿es posible promover un patrón distinto de inserción en la economía global, es decir, sostenido sobre una base exportable más diversificada, menos vulnerable y con mayor articulación territorial? Para responder a esa interrogante, debemos señalar que una vez que la diversificación de las exportaciones se transformó en una preocupación central de la política económica, al margen de que el mecanismo cen- 33 Como en el siglo XX se diera en torno a la economía de la plata y al eje La Paz-Oruro, y en el siglo torno a la economía del estaño y al eje Chuquisaca-Potosí. XIX en 73 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 tos porcentuales). Ahora bien, si, entre 1988 y 1995, el aporte global del sector exportador al crecimiento económico en Bolivia fue superior al del consumo privado de hogares34 (2,1 puntos porcentuales), y más aún entre 2000 y 2003 (3 puntos), es posible registrar dinámicas claramente diferenciadas en el desempeño del sector exportador en ambos periodos (cuadro 2.12). En efecto, como se observa en el gráfico 3.1, en el primer periodo, las exportaciones bolivianas se expandieron gracias a los productos no tradicionales y también, aunque en menor medida, a la producción minera.35 Así, si la economía boliviana logró doblar el valor de sus ventas totales al exterior en medio de la pérdida de dinamismo de los sectores minero e hidrocarburífero, esto se debió a que las exportaciones de productos no tradicionales se multiplicaron por tral de asignación de recursos fuera el Estado (1952-1985) o el mercado (1985-2003), el principal reto que enfrentó el país no fue tanto el de lograr resultados relativamente interesantes en la materia, sino sobre todo hacer sostenible el proceso. Para demostrarlo, analicemos el desempeño y la orientación geográfica del sector exportador boliviano en este último periodo. Entre 1985 y 2003, la estrategia de crecimiento de las reformas estructurales buscó impulsar las exportaciones mediante la liberalización de la economía. Sin embargo ésta fue escasamente acompañada por políticas deliberadas de apoyo al sector exportador. En este periodo, y una vez recuperada la ruta del crecimiento a partir de 1987, es destacable el ritmo de incremento de las exportaciones (7% anual) y su contribución al crecimiento global de la economía (1,6 punCuadro 2.12 Bolivia: Crecimiento del PIB por tipo de gasto Consumo Consumo Variación Inversión Exportaciones Importaciones Total público privado existencias 1988 - 1995 0.4 2.1 -0.3 0.9 2.1 -1.2 4.0 1996 - 1999 0.4 3.1 0.2 2.0 -0.3 -1.6 3.7 2000 - 2002 0.3 1.5 -0.5 -1.2 3.0 -0.8 2.2 1987 - 2002 0.3 2.3 -0.1 0.8 1.6 -1.3 3.5 Fuente: Elaboración propia en base a datos UDAPE Gráfico 2.19 Índice del valor de las exportaciones, 1987-2002 230 214 210 190 207 188 180 170 151 150 130 110 141 134 116 114 111 100 90 70 62 47 47 50 33 37 30 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 Hidrocarburos 1994 1995 1996 1997 No tradicionales 1998 1999 2000 2001 2002 Índice general Fuente: UDAPE 34 El consumo privado de hogares representa tres cuartas partes del PIB boliviano. 35 Por motivos de presentación se omite en el gráfico el índice de valor de las exportaciones de minerales. Este muestra una fuerte correlación con el índice general, con una tendencia oscilante, pero ascendente hasta 1996 (de 52 a 117) y una caída sostenida desde entonces (disminuyendo hasta 83 en 2001). 74 5 en apenas 8 años. Esto ocurrió a pesar de las dificultades climatológicas que afectaron puntualmente a la producción agrícola en 1992 y 1995. De esta forma, la meta de diversificar la oferta de los productos exportados fue cumplida durante el periodo, y si antes del ajuste estructural los minerales y los hidrocarburos eran el 83% del total exportado, a partir de 1994 se dio un cambio histórico. Por primera vez desde la Revolución Nacional, más de la mitad de las exportaciones bolivianas provinieron de productos no tradicionales.36 De ser prácticamente inexistentes en 1985, estas ventas representan aún hoy una parte sustantiva del conjunto. Sin embargo, este proceso diversificador se vio truncado a partir de 1997 por una serie de shocks que afectaron al crecimiento de la economía mundial y dejaron al descubierto la vulnerabilidad de la base exportable boliviana. Como se observa en el gráfico 2.19, en los últimos cinco años, el crecimiento de las exportaciones bolivianas se debió sobre todo al dinamismo en el área de los hidro- La economía posible Gráfico 2.20 Santa Cruz: Exportaciones de productos seleccionados 1992-2002 50 45 40 Millones de Dólares 35 30 25 20 15 10 5 0 1992 Algodón 1993 1994 Azúcar 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Cueros y manufacturas Productos textiles Maderas y manufacturas Fuente: Instituto Nacional de Estadística, INE Gráfico 2.21 Índice de Herfindahl, 1985-2002 0.4 0.32 0.3 0.3 0.2 0.2 0.11 0.1 0.06 0.1 0.05 0.0 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Fuente: Elaboración Propia en base a TRADE CAN 2002; INE periodo 2000-2002 36 Sólo durante un periodo muy corto entre 1974 y 1976, las exportaciones combinadas de estaño y de gas natural representaron en promedio algo menos de la mitad (47%) del valor total de las exportaciones. Entre 1986 y 1998, los productos tradicionales más importantes son: estaño, zinc, plata, oro y gas natural. 75 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 carburos, mientras el valor de las ventas de productos no tradicionales se mantuvo estancado (a su vez, su composición se concentró en los productos derivados de la soya). La situación de las exportaciones no tradicionales queda ilustrada en el gráfico 2.20, que muestra el desempeño de algunos productos seleccionados de la economía cruceña. Su análisis permite definir un viraje a partir de 1997, cuando las exportaciones combinadas de productos primarios y manufacturados de algodón, azúcar, madera, textiles y cueros pasaron de representar un ingreso promedio de 100 millones de dólares anuales, a estabilizarse en torno a los 45 millones hasta 2002. Gráfico 2.22 Estructura de las exportaciones de Bolivia, 1985 - 2002 0% 20% 40% 60% 80% 71 2002 8 18 72 2001 100% 13 71 11 12 12 2000 69 1999 15 64 1998 19 62 1997 27 52 1992 1991 1990 1989 1988 1987 1986 Bienes primarios 7 14 6 15 6 15 27 4 54 27 13 3 55 27 13 2 53 27 54 25 13 4 13 4 63 19 10 8 64 18 9 8 69 1985 9 10 25 48 1993 9 7 23 51 1994 6 21 56 1995 11 21 60 1996 11 19 9 2 Manufacturas de baja tecnología Manufacturas basadas en recursos naturales Manufacturas de tecnología media Manufacturas de alta tecnología Otras transacciones Fuente: Elaboración propia en base a TRADE CAN 2002: INE periodo 2000 - 2002 De esta forma, si a partir del año 2000 las exportaciones volvieron a aportar decisivamente al crecimiento económico, la tendencia central de este último periodo consistió en sostener aquellas basadas en productos con ventajas comparativas relativamente más consolidadas en mercados cautivos. Nos referimos a los productos derivados de la soya exportados a la Comunidad Andina y al gas natural vendido al Brasil desde 1999. Más aún, la estructura de las exportaciones en el último periodo, intensiva en capital y de carácter transnacional, sugiere que ahora hay un nuevo tipo de crecimiento basado también en el sector externo pero, al menos por el momento, con fuertes dificultades para arrastrar consigo al conjunto de la economía.37 En cualquier caso, lo cierto es que, al menos por algún tiempo, Bolivia logró no sólo disminuir el elevado grado de concentración de sus exportaciones en pocos sectores, sino que además consiguió modificar su perfil exportador basado en recursos naturales sin valor agregado. En ese sentido, la evolución del índice de Herfindhal en el periodo 1985-2002 (gráfico 2.21) muestra que la concentración de las exportaciones bolivianas es muy inferior a la que había antes de que colapsara la economía del estaño en 1985. Ahora bien, dada la fragilidad de las ventajas competitivas del sector agro-exportador cruceño y las probabilidades cercanas de consolidación de la economía del gas en los próximos años, es posible sugerir que la reconcentración de las exportaciones bolivianas en recursos naturales sin valor agregado no ha hecho más que empezar. Por el otro, la naturaleza de los productos exportados por el país en el periodo 1985-2002 (gráfico 2.22), muestra que Bolivia logró modificar ligeramente su perfil exportador. Los datos nos permiten destacar lo siguiente: las manufacturas basadas en recursos naturales y los productos de baja tecnología llegaron a representar de forma estable un 40% de las exportaciones totales entre 1993 y 1996 (gráfico 2.22). Por lo tanto, es posible aumentar las exportaciones de ambos tipos de productos y éste resulta ser un objetivo interesante para la política eco- 37 Ello se hace visible al analizar la evolución del consumo privado de hogares en el cuadro 3.1 La consolidación de este escenario podría suponer un crecimiento impulsado fundamentalmente por la Inversión Extranjera Directa (IED ) focalizada en ciertos sectores relacionados al boom de los hidrocarburos y por la inversión pública financiada por la renta gasífera. 76 nómica, porque su logro supone un mayor procesamiento, más encadenamientos en la economía, mejores precios y mercados más estables. A pesar de ello, el grafico 2.22 también pone de manifiesto un fuerte retroceso en los últimos años en consonancia con las dificultades del sector exportador no tradicional y el incremento de las exportaciones de gas natural. Este agotamiento de la diversificación de exportaciones desde 1997 sugiere que ésta se alimentó, en buena medida y al igual que en los años 70, de una coyuntura externa favorable. Ello pone de manifiesto el problema de la competitividad de la economía boliviana, pero también el del perfil competitivo del país. En efecto, aplicando la metodología de la CEPAL a la base exportable boliviana en los años 90, 38 el análisis de competitividad, reflejado en el cuadro 3.2, muestra que más de tres cuartas partes de las exportaciones nacionales se dirigen a nichos de mercado estancados, es decir, a aquellos cuya demanda suele crecer a tasas relativamente bajas y muy sensibles a la dinámica del crecimiento mundial. Ello significa que en coyunturas desfavorables como la actual, la demanda mundial se estanca, los precios internacionales tienden a caer y con ellos, ya sea el volumen y/o el valor de las exportaciones del país. De esta forma, el 40 o 45% de nuestros productos responden al perfil conocido como de “estrellas menguantes”, es de- cir que ganaron cuotas de mercado en rubros estancados, mientras el 30 o 35% corresponde al perfil de “productos en retroceso”. Entre los primeros están los bienes más competitivos de la economía boliviana, que aún a pesar del estancamiento de la demanda mundial, han logrado incrementar sus cuotas de mercado, mientras el notable incremento de las exportaciones de productos calificados como “estrellas nacientes”, es decir, los que tienen ganancias de mercado en rubros dinámicos, se debe sobre todo a las exportaciones de gas natural. Como se analizó antes en este mismo capítulo, a diferencia de Costa Rica y Malasia, Chile no sólo posee el mismo perfil competitivo, sino que incluso lo profundiza. Así, entre el 85 y el 90% de las exportaciones chilenas de los años 90 se dirige a nichos de mercado poco dinámicos. A pesar de ello, en el periodo 1995-2000, cuando el sector exportador de América Latina empezaba a mostrar un crecimiento menos dinámico, casi el 70% de los productos chilenos presentó ganancias en sus cuotas de mercado, todas ellas en rubros estancados. Por lo mismo, casi el 60% de las exportaciones chilenas del periodo 1995-2000 responden al perfil de “estrellas menguantes” es decir, una escala muy por encima de Bolivia. La diferencia central entre ambos países radica en que mientras las exportaciones bolivianas se estancaron a partir de 1997, las chilenas siguie- La economía posible Cuadro 2.13 Bolivia: Matriz de competitividad Cuota de mercado 1990 - 1995, 1995 - 2000. Porcentaje de exportaciones RUBROS ESTANCADOS RUBROS DINÁMICOS Primer periodo 83.40 Primer periodo 13.40 Segundo periodo 75.37 Segundo periodo 21.69 GANANCIAS EN CUOTA DE MERCADO ESTRELLAS MENGUANTES ESTRELLAS NACIENTES Primer periodo 58.71 Primer periodo 48.44 Primer periodo 10.27 Segundo periodo 65.14 Segundo periodo 44.97 Segundo periodo 20.17 OPORTUNIDADES PERDIDAS PERDIDAS EN CUOTA DE MERCADO RETROCESO Primer periodo 38.09 Primer periodo 34.96 Primer periodo 3.13 Segundo periodo 31.92 Segundo periodo 30.40 Segundo periodo 1.52 Fuente: TRADE CAN 2002 38 Un análisis de la matriz de competitividad departamental de 1996 se encuentra en el Informe de Desarrollo Humano en Bolivia de 1998. 77 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 ron creciendo, aunque a un ritmo inferior (gráfico 2.23) Estos datos permiten realizar dos observaciones: - Las exportaciones se pueden diversificar, permitiendo además un incremento paralelo en el grado de procesamiento de los productos vendidos al exterior. Por lo tanto, a mediano plazo es posible y deseable alentar un incremento gradual de las exportaciones de manufacturas basadas en recursos naturales y, en menor medida, de bienes de baja y media tecnología. - La mayoría de estos productos son muy sensibles a la evolución de la demanda mundial, por lo que hacer sostenible este proceso exige más competitividad en el sector exportador. En segundo lugar, es interesante hacer notar que la disminución del peso relativo de los minerales en la balanza exportadora boliviana ha cambiado de manera notoria el perfil de los mercados externos relevantes para la economía nacional. Y es que la diversificación de nuestras exportaciones estuvo acompañada además por la aparición de más Gráfico 2.23 19.500 1.100 17.500 1.000 15.500 Miles de dólares corrientes Miles de dólares corrientes Evolución de las exportaciones, 1985 - 2000 900 13.500 800 11.500 700 9.500 600 7.500 500 5.500 3.500 400 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 Chile Bolivia Nota: Estos datos provienen del TRADE CAN 2002 y presentan divergencias con los datos del INE por lo que el valor absoluto de las exportaciones bolivianas sólo se los toma como referencias y a efectos comparativos con las exportaciones chilenas. Este valor es calculado en base a las importaciones del país exportador. Gráfico 2.24 Porcentaje de exportaciones por país de destino, 1990-2001 59 60 50 45 40 33 30 24 20 20 15 10 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 América del Sur Fuente: Instituto Nacional de Estadística, INE 78 1997 1998 1999 2000 América del Norte 2001 2002 Europa mercados, sobre todo, regionales, como el de la Comunidad Andina de Naciones. Más aún, el peso creciente, dentro de la oferta de exportación, del gas natural y los productos del complejo oleaginoso ha reforzado una nueva geografía del comercio exterior boliviano, incrementando los vínculos con los países latinoamericanos, que en 2002 absorbieron, nada menos que el 60% de las exportaciones bolivianas (gráfico 2.24). Esta “reorientación geográfica” de las exportaciones bolivianas se comprende mejor si se analiza la participación de los cinco principales productos de exportación del país en los mercados de América Latina y el mundo: si el año 2000, el PIB de la economía nacional representaba menos del 0,5% del PIB latinoamericano, las exportaciones bolivianas de gas y de los productos derivados de la soya captaron en América Latina cuotas de mercado significativas del 16% y del 21%, respectivamente. En contraste, las exportaciones de minerales que, sobre todo en el caso del estaño, tendieron a declinar en las últimas décadas, se dirigieron casi exclusivamente hacia países industrializados y representaron entre el 3 y 4% de las exportaciones mundiales. Por lo tanto, ninguna de las exportaciones bolivianas logra superar hoy el 5% de la cuota de mercado mundial, lo cual expone su marginalidad, fuertemente condicionada por la evolución de la demanda. Esta situación se repite incluso dentro del mercado del gas donde las posibilidades del país para jugar un rol “mundial” son muy remotas, pues, como se observa en el gráfico 3.8, las reservas bolivianas apenas representan el 1% de las del mundo, aunque éstas ocupen, después de Venezuela (2,7%), el segundo lugar en América Latina. Por lo mismo, si Bolivia ocupa una posición absolutamente marginal en las redes mundiales de generación de riqueza, existen al menos dos nichos interesantes, el gas y los productos derivados de la soya, que demuestran que el país puede optar por fortalecer una inserción que le dé un margen de influencia en los procesos políticos y económicos latinoamericanos. Más aún, en la medida en que Bolivia apunte hacia una mayor vinculación de sus regiones fronterizas con los países vecinos, es posible que las dinámicas locales y regionales favorezcan la competitividad del país y que promuevan una inserción externa con una mayor base territorial. La economía posible En efecto, varios factores que contribuyen a la competitividad de las empresas surgen de procesos económicos y acciones públicas con base territorial, por lo que de forma esquemática se pueden construir cuatro escenarios de evolución del desarrollo observando la interacción entre el grado de “globalización” y “territorialización” de una economía regional. Como se observa en la figura 2.2, el cuarto escenario favorable al desarrollo humano muestra economías exitosas gracias a una inserción externa fuerte, basada en ventajas competitivas afincadas en el territorio, difíciles de sustituir. En este contexto, y desde un punto de vista normativo y de definición estratégica, el desafío boliviano consiste en transitar hacia un escenario donde exista una red de empresas y productores lo- Gráfico 2.25 Participación de las exportaciones bolivianas, 2000 25 21.0 20 16.0 15 10 5 0 América Latina Mundo 3.7 3.0 3.3 América Latina Soya 0.4 0.2 Mundo América Latina Gas 0.4 0.0 Mundo Zinc América Latina Mundo 0.0 América Latina Oro Mundo Estaño Fuente: TRADE CAN 2002 Gráfico 2.26 Reservas mundiales de gas natural por país como porcentaje del total 30 30.8 25 20 14.9 15 9.3 10 4.0 5 3.3 2.7 2.0 1.0 0 Rusia Irán Quatar Arabia Saudita EEUU Venezuela Irak Bolivia Fuente: YPFB, 2002 79 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Figua 2.2 Desarrollo Regional + Grado de inserción internacional 3 4 Economías con presencia de grandes empresas que exportan comodities (grandes explotaciones mineras o zonas de maquila) Economías cuya inserción externa se basa en ventajas competitivas territoriales (Silicon Valley) + Economías de subsistencia con pequeñas empresas y mercados escasamente desarrollados 1 Economías con activos territoriales que sólo responden a demandas locales 80 2 - calizados en un entorno territorial que refuerce su competitividad. Los informes de Desarrollo Humano de La Paz y Oruro, Pando y Beni, Santa Cruz y Tarija se refieren ampliamente a este tema y abogan por potenciar una vinculación directa con entornos internacionales y la globalización en al menos cuatro macrorregiones: el altiplano marítimo, el norte amazónico, el este y el sur del país. En todos los casos, las dinámicas macrorregionales agrupan nexos históricos, socioculturales, económicos y políticos, que justifican la necesidad de un tratamiento binacional o trinacional de problemas comunes que van más allá de la dinámica transfronteriza. Desde el punto de vista desarrollado en este capítulo, la integración macrorregional es aconsejable, porque puede impulsar una inserción externa más dinámica de conjuntos territoriales competitivos. En efecto, como se profundiza en los distintos informes regionales de desarrollo humano (2003-2004) la consolidación de espacios macrorregionales más integrados debería servir para: - Favorecer el ingreso de los productos locales en mercados de exportación situados en entornos próximos e incluso en aquellos de gravitación económica regional (integración económica y comercial). - Generar una plataforma articulada de servicios de transporte y comercio que vincule las zonas productoras de Bolivia con mercados al interior del continente y con puertos competitivos en el Pacífi- Grado de territorialización - - - - co y el Atlántico (integración de la infraestructura de transportes). Mejorar la infraestructura propia de la economía de la información y ampliar su cobertura a los distintos municipios del país en lo referido a energía y telecomunicaciones (integración energética). Favorecer la llegada de inversiones públicas en zonas deprimidas de las macrorregiones (carta social común). Crear opciones de aprendizaje e intercambio entre empresas y productores actualmente desarticulados (acuerdos educativos). Impulsar bienes intangibles como la confianza, el know how comercial o redes sociales de intercambio que pueden ser la base de emprendimientos más ambiciosos (sistemas de innovación macrorregionales). En suma, la experiencia de estos últimos años demuestra que si bien el proceso es más difícil que en otras partes debido a los rasgos de nuestra “identidad económica”, Bolivia no está condenada a quedarse exportando algunas materias primas a mercados lejanos. El país puede incrementar sus exportaciones gradualmente, diversificándolas y expandiendo sus mercados de destino. Sin embargo, es previsible que este proceso no modifique sustancialmente su matriz de competitividad a mediano, e incluso a largo plazo. Por ello, es todavía más importante garantizar el atractivo comercial de nuestros pro- ductos, pues al encontrarse en el grupo de “estrellas menguantes”, suelen ser muy sensibles a una reducción del crecimiento mundial. De acuerdo a las experiencias exitosas analizadas en este capítulo, la sostenibilidad del proceso descrito implica que el Estado, en alianza con el sector privado y otorgándole a éste un papel fundamental en la estrategia de crecimiento, juegue un rol central para promover el informacionalismo en la economía boliviana, colocando al conocimiento en el centro de los procesos productivos. Informacionalismo y transformación productiva Este cambio gradual en el perfil exportador de Bolivia debe sustentarse en una nueva forma de producir en el seno de la economía boliviana. Y es que en la era de la globalización, la competitividad descansa en la capacidad de generar y/o procesar conocimiento a partir de la amplia producción y/ o difusión de nuevas tecnologías en los procesos productivos. Por lo mismo, más allá de lo que los bolivianos decidan producir o vender, lo importante es que sean competitivos, manejen las nuevas tecnologías y procesen la información para adaptarla luego a procesos productivos más complejos. Según un estudio reciente del Banco Mundial (De Ferranti et al, 2002), las actividades basadas en la explotación de recursos naturales pueden impulsar un crecimiento económico sostenido, y ser la base de un verdadero desarrollo, porque pueden generar “elevados aumentos de productividad, efectos de propagación de las tecnologías e integraciones prospectivas y regresivas”. En suma, pueden ser industrias con uso intensivo de conocimiento. Así, la minería en Estados Unidos habría sido un gran espacio de “aprendizaje colectivo”, que logró edificar, a su vez, un fuerte sistema tecnológico, mientras en Finlandia y Suecia, la capacidad de acumulación de conocimiento en la industria forestal habría sido la base de despegue para su liderazgo mundial en el sector manufacturero de la madera y en la producción de bienes de alta tecnología (recuadro 2.10). Por lo mismo, aunque de forma demasiado categórica en relación a la evidencia empírica y analítica que aporta, y a su eventual aplicación en América Latina, dicho informe concluye: “un rico acervo de recursos naturales, combinado con la enérgica búsqueda y adopción de nuevas tecnologías, constituye una formula probadamente eficaz para lograr el crecimiento económico”. Para ello resulta indispensable generar niveles altos de capital humano y “crear capacidad para el aprendizaje” aunque, el informe se cuida de precisar explícitamente, debido a la falta de estudios concretos, “las vías por las cuales los países aprenden” y “los tipos de políticas que se requieren”. En esta misma dirección argumentan los estudios de Bravo Ortega et al (2002),39 De Gregorio (2003) y Martin et al (2001), señalando que: - El progreso técnico, y con él, las posibilidades de generar ganancias en sectores relacionados con los recursos naturales, y específicamente la agricultura, pueden ser superiores a aquellos en el área de las manufacturas. - Este proceso está muy vinculado a la calidad del capital humano que dispone una economía rica en recursos naturales. La economía posible En relación a esto último, la experiencia escandinava demostraría que la brecha educacional, comparada con la experiencia latinoamericana, condicionó trayectorias muy distintas: “la fuerza de trabajo educada (en los países escandinavos) facilitó el movimiento de los trabajadores entre diversas actividades económicas y permitió una reestructuración sectorial, mientras se desarrollaban nuevas actividades industriales durante el proceso de explotación de recursos naturales” (Bravo Ortega, 2002). Al contrario, según el mismo autor, “los recursos naturales son negativos en países con bajos niveles de capital humano, aunque sí tienen efectos positivos en los ingresos”. En este sentido, como se analizó antes, la “vía chilena al informacionalismo”, desarrollada en los años 70 gracias a sus altos niveles educativos y un desarrollo humano 39 Al comparar las experiencias de desarrollo de Chile y Argentina en relación a los países escandinavos, y en base a un modelo econométrico, estos autores sostienen que la brecha educacional de los países latinoamericanos en relación a los países escandinavos habrían condicionado trayectorias de desarrollo muy diferenciadas a pesar de que se trataba de economías muy similares en el siglo XIX y que adoptaron políticas económicas no muy diferentes en el siglo XX . 81 Recuadro 2.10 Finlandia: de la madera a los celulares Nokia es una empresa finlandesa, creada en el pueblo del mismo nombre. Inició sus actividades como una fábrica de madera desfibrada en 1869. Más adelante se convirtió en la mayor fábrica de celulosa y papel del país. En 1930, en alianza con la fábrica de caucho finlandesa Finnish Cable Works de Helsinki, conformó un único conglomerado cuyos segmentos adoptaron sobre todo tecnologías importadas y aprovecharon su acceso y proximidad al mercado ruso durante el próximo medio siglo. Luego de la Segunda Guerra Mundial, Cable Works se benefició con la reconstrucción de la Unión Soviética, cuyo mercado incentivó el incremento de su capacidad y adelantó la posibilidad de diversificar su producción. Con ese propósito, en 1960 se creó un departamento electrónico compuesto por ingenieros especializados en investigación y desarrollo, quienes, a solicitud del ejército, crearon en 1962 un prototipo de aparato radiotelefónico, que competía con las dos empresas eléctricas más importantes de Finlandia: Salora y Te- leva, y con el productor sueco Sonab. Años más tarde, las cuatro empresas citadas se fusionaron y crearon cuatro secciones, cada una dedicada a un rubro: papel, cable, caucho y electrónica. Aunque en principio la sección electrónica tuvo una importancia menor, accedió rápidamente a las tecnologías más modernas, abarcando el área de la radiotelefonía y el de la comercialización de computadoras extranjeras. En 1977, sobre la base de las perspectivas de la sección electrónica, el gerente decidió que de ser productor de papel, neumáticos y cables, Nokia se transforme en una empresa líder en alta tecnología. Así, con la experiencia acumulada hasta ese entonces, fue capaz de crear sus propias terminales computacionales y cajas registradoras, así como computadoras portátiles que competían con Apple en el mercado nórdico. A fin de competir en diversos mercados, Nokia cerró alianzas con empresas europeas y americanas, lo que le permitió mejorar su situación como empresa basada en conocimientos. Al mismo tiempo que promovía negocios, Nokia diseñó un dinámico programa de desarrollo humano con empresas extranjeras asociadas, inició gestiones para modernizar el sistema de educación pública en Finlandia y respaldó programas internacionales de intercambio estudiantil, aprendizaje permanente y la colaboración estrecha entre industria y el ámbito académico. El resultado final de esos emprendimientos fue la creación de la Universidad Nokia, provista de un programa de educación global administrado por varias universidades finlandesas que, en cooperación con la empresa, aumentaron la competencia de los empleados en todos los niveles. Aunque el salto de una industria basada en materias primas a una de actividades de alta tecnología parece ser enorme, Nokia es un ejemplo de que el éxito en ambas áreas tiene puntos en común. Ambos ámbitos comparten la virtud de que el mejoramiento de los recursos humanos impulsa a que la empresa absorba y divulgue las capacidades con lo cual hace que la sociedad se haga parte del proceso. Fuente: Banco Mundial, 2002 Recuadro 2.11 Chile: la fruta informacional El auge de la agricultura frutícula chilena puede ser considerado como una experiencia ilustrativa en la senda hacia el informacionalismo. Los resultados muestran que a partir de 1974 las exportaciones aumentaron a una tasa anual del 20% durante 20 años, las áreas con plantaciones comerciales casi se triplicaron y la producción de frutas se cuadruplicó. Las acciones que dieron origen a dicho desempeño se tomaron en la década de los 60. En ese sentido, fue muy importante el trabajo de la Corporación de Fomento de la 82 Producción (CORFO) de Chile, que en ese tiempo realizó, entre otras, labores de supervisión de huertos y análisis de la potencial demanda de los mercados externos. Así, en 1964 se creó el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), que erogaba salarios altos atrayendo a investigadores expertos. A partir de eso, el gobierno desarrolló conocimientos científicos destinados a lograr transferencias tecnológicas, identificó e inició la plantación de nuevas variedades aptas para los mercados externos, mejoró la gestión de huertos y el manejo de la post cosecha, actualizó la enseñanza y la investigación frutícola y creó la infraestructura necesaria para exportar en buenas condiciones. En 1965 se estableció un programa de cooperación entre la Universidad de California y la de Chile. Dicho convenio abrió las puertas a la cooperación técnica y mejoró la capacitación de los profesionales a lo largo de 10 años. Sobre esa base, Chile incorporó conocimiento en todas las fases de su cadena productiva, lo que hizo que la cantidad de empresarios frutícolas se cuadruplique y se produzca una fuerte propagación a otros sectores que vieron la posibilidad de exportar. En forma complementaria a los esfuerzos iniciados en la década de los 60, después de 1975 se crearon varias instituciones para promover que el sector privado participe y compita en actividades de investigación y desarrollo. Al mismo tiempo, a fin de promover el aporte universitario, se aprobó la ley de 1989 que introdujo incentivos tributarios a las donaciones con fines de investigación para las instituciones de educación superior. En 1992 se implementó del Fondo de Fomento al Desa- rrollo Científico y Tecnológico (FONa fin de financiar dichas labores. En síntesis, "el éxito chileno se atribuye a la velocidad con la cual los chilenos fueron capaces de transferir, adaptar y difundir las tecnologías frutícolas inicialmente creadas para California y otras regiones con cultivos de fruta". DEF) Fuente: Banco Mundial 2002 medio-alto, sería un buen ejemplo de cómo puede aumentarse la productividad de sectores relacionados con una explotación informacionalizada de los recursos naturales, como sucedió en el caso de la fruta (recuadro 2.11). Chile es, por lo tanto, un importante consumidor y usuario de alta tecnología destinada a la explotación de recursos naturales, lo que define su perfil de país exportador de productos calificados como “estrellas menguantes”. ¿Puede esta experiencia ser relevante para el caso boliviano? A fin de responder a esta última pregunta, podría decirse que las reformas estructurales han modernizado el país en algún sentido, pues han promovido una ampliación en la oferta de tecnologías de información y comunicación, con niveles de cobertura y grados de sofisticación superiores a lo que cabría esperar del desarrollo actual de Bolivia. Si bien esta particularidad será profundizada en el capítulo 5 del Informe, vale la pena comparar brevemente la infraestructura tecnológica boliviana con la que está disponible en otras zonas geoeconómicas del mundo. Como se observa en el cuadro 3.3 si bien los indicadores sobre usuarios de Internet, computadoras personales, televisores, telefonía fija y móvil en Bolivia son algo inferiores al promedio latinoamericano, de todos modos se mantienen en una escala de entre 2 y 10 veces superior a los de regiones con niveles de ingreso medio comparable al boliviano como el África subsahariana o el Asia meridional. Eso significa que el empleo de tecnología en Bolivia es mayor al de naciones con similares niveles de desarrollo. Para comprender este notable contraste, es fundamental aclarar que la capitalización de las empresas del sector público boliviano en el sector de las telecomunicaciones estuvo acompañada por la firma de compromisos de inversión muy importantes en comparación con el tamaño de la economía boliviana (alrededor del 7,5% del PIB sólo para dicho sector en el periodo 1997-2002). De esta forma, si la sobreoferta tecnológica en Bolivia es fruto, en gran medida, de las reformas liberales, ésta no respondió a una lógica estricta de mercado, sino a compromisos con el Estado. Aún así, queda mucho por hacer para que las redes de fibra óptica y estas nuevas tecnologías integren el territorio nacional, incorporando, por ejemplo, Cuadro 2.14 Infraestructura básica y tecnológica Bolivia Kilómetros de caminos (por Km2) Aparatos de televisión (por mil hab.) Computadoras personales (por mil hab.) Densidad telefonía fija (por mil hab.) Densidad telefonía celular (por mil hab.) Usuarios Internet (por mil hab.) Asia América Latina Asia oriental y el Caribe meridional África subsahariana 0.05 0.1 0.09 n.d. 0.02 202 266 273 75 60 8 19 59 5 10 70 110 164 32 14 110 98 160 6 27 34 28 49 6 8 Fuente: Banco Mundial, Indicadores de Desarrollo Mundial, Sachs, Gallup y Mellinger 1998 Para Bolivia los datos de aparatos de televisión y computadoras son de PNUD, 1999 83 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 a las zonas rurales y, sobre todo, al norte amazónico, donde está la cadena productiva de la castaña que factura millones de dólares al año y se posiciona ahora como del tipo “estrella naciente” en la matriz de competitividad boliviana. En segundo lugar, como se profundizará en el capítulo 5, los bolivianos se muestran muy dispuestos a usar las nuevas tecnologías e incluso las están aplicando en el terreno de la formación. Sin embargo, el uso de Internet en Bolivia está todavía restringido a una minoría formada, sobre todo, por jóvenes urbanos de clase media-alta. Al mismo tiempo, existe en el país una fuerte demanda para manejar los llamados códigos de modernidad y ésta se concentra en grupos poblacionales de ingresos medios y bajos, que podrían manifestar una frustración colectiva al no poder alcanzar sus metas. Una vez más, la intervención del Estado en la reducción de la llamada brecha digital debería ser parte de una verdadera estrategia de desarrollo informacional en Bolivia. Por último, Bolivia tiene un nivel de desarrollo humano medio-medio con importantes logros en materia educativa en los últimos 50 años. Así, el alfabetismo se elevó al 87% y la población boliviana ya tiene un promedio de escolaridad de 7,4 años, es decir apenas por debajo del promedio latinoamericano y muy por encima de regiones con niveles similares de PIB per cápita como el Asia meridional o el África subsahariana. En cualquier caso, es llamativa la brecha que separa a los países de América Latina del Asia oriental y la ventaja de Chile en este aspecto (cuadro 2.15). Este es sin duda un reto pendiente del desarrollo boliviano, aunque es importante señalar que a mediados de los años 80 Chile presentaba niveles promedio Cuadro 2.15 Indicadores de Educación, 2001 Tasa de alfabetización de adultos Tasa neta de matriculación primaria América Latina y el Caribe 89.2 97 Asia oriental y el Pacífico 87.1 93 Bolivia 86.7 97 Chile 95.9 89 África subsahariana 62.4 59 Asia meridional 56.3 79 Fuente: PNUD 2003 84 de escolaridad parecidos a los de la situación boliviana actual (7.6). De esta forma, la dotación de recursos naturales, la amplia oferta de tecnologías y la disposición favorable de amplios segmentos de la población al cambio pueden ayudar a levantar una estrategia de desarrollo informacional que promueva un perfil de país como consumidor/difusor de nuevas tecnologías a fin de competir y ganar cuotas de mercado. Pero, además de seguir estas recomendaciones, es decir, ampliar la cobertura geográfica de la “infraestructura informacional” y garantizar un amplio acceso de la población boliviana al manejo de códigos de modernidad, ¿cuáles son los retos principales asociados a esta transformación productiva? Al respecto, no basta con garantizar una amplia difusión de las tecnologías de la información si los bolivianos no somos capaces de interactuar con ellas y adaptarlas a nuestros fines productivos, favoreciendo la innovación y promoviendo una adaptación a las exigencias cambiantes del mercado. Como señala Sutz (2003:92): “el acceso tecnológico no garantiza dinamismo tecnológico” ni el desarrollo de capacidades informacionales. El reto principal de la transformación productiva con informacionalismo es fortalecer los nexos de ida y vuelta entre la esfera educativa y la productiva, promoviendo una verdadera “sociedad de aprendizaje”. Ello presupone tener una mirada de la educación como transmisora de conocimientos para la innovación y la competitividad, y una comprensión de lo productivo como “proceso de aprendizaje”. ¿Qué significan y suponen dichos conceptos? Según la definición aportada por Arocena y Sutz (2000), los “procesos de aprendizaje” implican que las personas resuelvan problemas en interacción con otra gente y que, en ello, apliquen, intercambien, busquen y creen conocimiento. De esta forma, una “sociedad de aprendizaje” es aquella donde estos procesos son centrales para la dinámica socioeconómica y donde una gran parte de la población participa activamente de estos espacios. La definición es entonces amplia y se aplica a todas las esferas de la vida en sociedad. La emergencia de una sociedad así depende de las oportunidades, es decir, de la densidad de “espacios de aprendizaje” y de las capacidades o el capital educativo para participar de estos espacios y abordar creativamente problemas propios. En lo que sigue nos concentramos en breve en la ma- terialización de estos conceptos dentro del ámbito económico. En lo referido al primer lado de la ecuación, es decir, las oportunidades, los trabajos seminales de Freeman (1987), Lundvall (1992) y Nelson (1993), proveen un interesante marco conceptual para comprender el concepto de “espacios de aprendizaje” en la esfera económica.40 Ellos se refieren a los “sistemas de innovación”. Bajo este enfoque, la innovación es entendida en un sentido amplio como el lugar de donde emanan creaciones nuevas con capacidad para modificar el qué y el cómo produce una firma. Así, son motores de aprendizaje interactivo distintas organizaciones, sobre todo la triada Estadouniversidad-empresa, que conforman el “conjunto de factores económicos, sociales, políticos, organizacionales y otros que influencian el desarrollo, difusión y uso de las innovaciones” (Edquist, 1997). De esta aproximación conceptual surgen recomendaciones interesantes para elaborar políticas públicas destinadas a promover la innovación en la producción. Una vez definida nuestra aproximación conceptual para encarar la promoción de “espacios de aprendizaje” en el sector productivo, es necesario identificar sectores estratégicos de actividad donde se hace prioritario promover articulaciones fecundas entre los sectores público, empresarial y académico para la innovación. En este sentido, el IDH en Bolivia (2002), concluye en la necesidad de incrementar la productividad en sectores de la agricultura y la industria manufacturera para fortalecer el crecimiento económico y acelerar la reducción de la pobreza en Bolivia. La identificación selectiva de 14 cadenas productivas dentro del Sistema Boliviano de Competitividad (SBC) es sin duda una experiencia relevante, porque implica fortalecer ventajas competitivas territoriales basadas en la posesión de recursos naturales y la vocación productiva de los distintos municipios del país.41 El segundo lado de la ecuación, es decir, las capacidades, nos invita a reflexionar sobre la generación y acumulación de capa- cidades tecnológicas y de innovación. Como señala Sutz (2003), América Latina sería un caso paradigmático de “camino sobre-impuesto” de transformación tecnológica, es decir, que el acceso al conocimiento y a la tecnología se da mediante “la importación de productos terminados, con escasas condiciones y oportunidades para el ejercicio de la propia creatividad”. Si éste es el camino que “ha primado en el subdesarrollo”, la experiencia de los países asiáticos muestra otra vía, es decir, que es posible recorrer “caminos inducidos” en el “transcurso de pocas décadas”. Estos caminos, en cuyo trazado ha jugado un papel importante una “voluntad deliberada”, requiere, según Sutz (2003), “claridad de propósitos, capacidad de inversión de retorno incierto y, a largo plazo, valoración del conocimiento como vehículo de desarrollo económico y social”. Un aspecto central de este desafío consiste en diseñar un sistema educativo que favorezca la innovación y la competitividad.42 Y es que una estrategia de desarrollo informacional que persiga una transformación tecnológica en Bolivia, debería acelerar los cambios institucionales hoy en curso en la educación, completarlos con agresivas políticas de formación continua, de apropiación y generación de conocimiento y tecnologías para el salto económico, es decir, producir un aumento en las capacidades informacionales de la sociedad boliviana. En efecto, si bien la Reforma Educativa es uno de los cambios trascendentales concebidos por el Estado boliviano en los años 90, la gran debilidad de la formación formal es que después de 12 años de estudio, el bachiller no puede desempeñar un oficio ni una carrera técnica. Si bien se pensó antes de que la solución era la creación de escuelas técnicas especializadas, éstas no incorporaron al sector agropecuario y ni siquiera le asignaron los recursos necesarios para su funcionamiento. De esta forma, el problema de la educación en Bolivia no radica tanto en la cobertura de la educación primaria ni universitaria, sino en la orientación de la educación media, y en la utilidad y calidad La economía posible 40 Es importante señalar sin embargo que ambos conceptos no son equivalentes en la medida en que la aproximación de “sistemas de innovación” tiende a dejar de lado aquellos “procesos de aprendizaje” que no generan innovaciones en un sentido directo e inmediato (como el aprendizaje individual u organizacional). 41 Si bien queda fuera del ámbito de este estudio, parece pertinente aplicar el concepto de “sistemas de innovación” a cadenas productivas priorizadas para definir políticas públicas para la innovación y el desarrollo de capacidades informacionales en los municipios productivos de Bolivia. 42 Por su pertinencia y actualidad, el análisis que se realiza en los tres párrafos siguientes han sido extraídos del Informe de Desarrollo Humano en Bolivia (1998: 98-104). 85 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 de la formación superior. En ese sentido, tampoco se enfrentó a fondo una mejora de la educación superior. Un país pobre y con escasos recursos no puede darse el lujo de privilegiar carreras universitarias tradicionales con sobreoferta de profesionales, que no están de acuerdo con las necesidades de una sociedad productiva. Por lo mismo, a pesar de los grandes avances en materia de desarrollo humano, es posible prever que la Reforma Educativa no va a cambiar el perfil educativo del país, caracterizado por la debilidad en la formación técnica y la insuficiente capacitación dentro de las empresas. En este contexto, profundizar la Reforma Educativa no es tanto aumentar la cobertura, sino sobre todo la calidad, además de disminuir la descompensación entre la oferta de la educación formal y las demandas presentes y futuras del aparato productivo. Por último, el rol de los maestros es esencial para promover una articulación activa y fecunda entre las esferas educativa y productiva, pues ellos pueden transmitir valores que fomenten una verdadera cultura de la innovación para la producción mediante el conocimiento de las nuevas tecnologías. Sin embargo, el educador tampoco se ha transformado en el gran agente del cambio que la sociedad requiere (ver el capítulo 6 de este Informe). En suma, para que el informacionalismo se coloque en el centro de una profunda transformación productiva en la economía boliviana es preciso: - Ampliar la cobertura de las tecnologías de la información, desarrollando capacidades mínimas para ampliar la capa- - cidad de consumo de las mismas en la población boliviana y en todo el territorio nacional. Un profundo cambio en la interconexión entre las esferas educativa y productiva y al interior de éstas, que permita un proceso productivo “de aprendizaje” y promueva una nueva educación para la innovación y la competitividad. Se trata entonces de expandir las “infraestructuras informacionales” y de modificar el perfil educativo de los recursos humanos, para construir ventajas competitivas a partir de una explotación informacionalizada de las ventajas comparativas con que cuenta el país. A largo plazo, esta transformación productiva debería provocar que surjan nuevas actividades económicas asentadas en la capacidad de la gente de resolver creativamente sus propios problemas. El “gas informacional” como palanca para la competitividad La afluencia masiva de inversión extranjera directa (IED) al sector de hidrocarburos en los años 90 (gráfico 2.27), el incremento exponencial de las reservas probadas y probables de gas natural (gráfico 2.28), el inicio de las exportaciones de gas natural al Brasil en 1999 y la existencia de amplios mercados de exportación potenciales para el gas boliviano, han abierto el debate sobre la consolidación de la “Bolivia del gas natural”, luego del colapso de la minería del estaño y del agotamiento de la diversificación de exportaciones del periodo 1985-2003. Gráfico 2.27 Hidrocarburos: inversiones en exploración y explotación en millones $us, 1990-2002 700 628 604 600 500 406 400 300 271 200 100 0 110 82 43 1990 Exploración 1991 1992 1993 Explotación 1994 1995 1996 1997 GASYRG Fuente: Elaboración propia en base a Muller & Asociados 2003 86 1998 1999 2000 2001 2002 20 10 0 29 2002 2003 18 15 5 27 24 2 4 2 3 4 5 1997 1998 1999 Probadas (P1) 2000 2001 Probables (P2) Fuente: YPFB De hecho, el análisis realizado en este capítulo demuestra en cierta forma que, en ausencia de un sector privado doméstico competitivo y en medio del crecimiento exponencial de las reservas de gas natural, la crisis actual puede desembocar quizás en un nuevo tipo de crecimiento para el país. Éste estaría impulsado también por el sector externo, pero quedaría asentado, ya no en una diversificación de exportaciones con cierto valor agregado y generación de empleo, sino en un producto exportable, tradicional e intensivo en capital, por lo que sería muy difícil que beneficie al resto de la economía. Ese periodo crucial de transición es el que estaría viviendo hoy la economía boliviana y ello explicaría las tasas de crecimiento menos dinámicas y más inequitativas en los últimos cinco años.43 En este contexto, ¿qué rol debería jugar el gas en el planteamiento de la vía boliviana de desarrollo informacional? Pues bien, si existe algun sector que puede liderar y promover el informacionalismo como sustento de una transformación productivo-exportadora de mediano y largo plazo en la economía boliviana, es el gas natural. Así, su importancia estratégica se debe no sólo a que es quizás el único sector de exportación capaz de generar excedentes necesarios para el desarrollo económico boliviano, sino porque es además un sector de punta, que concentra a las principales transnacionales del Son estas tres funciones, que definen el rol del gas en la vía boliviana de desarrollo Cuadro 2.16 Participación de las empresas transnacionales en las reservas de gas natural boliviano, 2003 Empresa País de Origen Reservas (TCF) % 19.2 35.01 Repsol-YPF España - Argentina British Gas Reino Unido 8.2 14.92 Petrobrás Brasil Brasil 8.7 15.83 Total Fina Elf Francia 7.7 13.95 Exxon-Mobil EEUU 3.5 6.43 British Petroleum Reino Unido 2.3 4.17 Pan American EEUU 3.5 6.41 Vintage EEUU 1.0 1.84 Pluspetrol Argentina 0.7 1.20 Otros Argentina, EEUU, Corea 0.1 0.24 Reservas totales 54.9 100 m 25 a 14 30 e 35 r 40 t 23 45 s 26 n 25 50 w 55 La economía posible o Reservas certificadas de gas natural, TCF sector de hidrocarburos a escala global (cuadro 2.16) y que por lo tanto es pionero en la apropiación de nuevas tecnologías. A partir de ese dato, sería ideal construir una relación fecunda entre el Estado, la empresa privada y la sociedad boliviana para que el sector del gas se constituya: - En un foco central de generación, acumulación y difusión del conocimiento en la economía boliviana. - En el sector que, a partir de su industrialización, promueva la entrada de Bolivia al sector de exportación de productos de baja y media tecnología. - En el área económica que genere rentas elevadas y estables para financiar el informacionalismo en la economía boliviana, pero sobre todo en actividades económicas priorizadas por su impacto en las exportaciones, el crecimiento, el empleo, la reducción de la pobreza y en definitiva, el desarrollo humano. d Gráfico 2.28 upstream Royal Dutch Shell Holanda Enron EEUU Fuente: Elaboración propia 43 El Informe de Desarrollo Humano en Santa Cruz (2004), analiza precisamente este cambio en el patrón de crecimiento económico cruceño desde 1997 como una combinación del agotamiento del proceso de diversificación de exportaciones agroindustriales, por un lado, y del auge de la inversión extranjera directa vinculada a sectores relaciones con el boom gasífero en el país. 87 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 informacional, las que hemos englobado bajo el concepto de “gas informacional”. Ahora bien, dada la coyuntura crítica por la que atraviesa el país, es indispensable construir relaciones fecundas de reciprocidad, transparencia y confianza mutua entre el Estado, las empresas y la sociedad civil. En efecto, aquí se argumenta con claridad que Bolivia no puede desvincularse de la economía global. Su inserción es vital porque los capitales externos son necesarios para financiar la dinámica del crecimiento y porque las exportaciones tienen una fuerte incidencia en la mejora del ciclo económico. Al mismo tiempo, la inserción de Bolivia en la economía global como mono-productora de materias primas y sus efectos desestructuradores de la sociedad han provocado una gran desconfianza de la población hacia estos procesos. Es más, la teoría económica analiza cómo el peso excesivo de la explotación de los recursos naturales puede limitar el desarrollo económico de un país, por lo que no es aventurado señalar que los riesgos causa- dos por la explotación de hidrocarburos pueden ser al menos tan significativos como sus oportunidades (recuadro 2.12). Por lo tanto, la oposición a la exportación de gas, que a simple vista parece un sinsentido propio de una sociedad sin rumbo, puede ser vista más bien como una postura muy racional, aún más considerando la fragilidad de las instituciones bolivianas y los mecanismos que tienden a consolidar “una política y una economía de bases estrechas” (Gray Molina, 2003). En este sentido, opciones opuestas avivan la pugna entre transnacionales y sociedad civil boliviana. Esta tensión se fundamenta en hechos históricos y no ha podido ser conciliada de manera eficaz por el Estado boliviano y sus liderazgos políticos. Por un lado, está la percepción de que el gas es un negocio millonario que no beneficiará a la población, sino que consolidará un nuevo ciclo de crecimiento sin desarrollo. Por otra parte, se percibe una situación de inestabilidad político-institucional crónica que instala la incertidumbre y la in- Recuadro 2.12 El gas o la enfermedad holandesa La llamada “enfermedad holandesa”, debe su nombre a que este efecto nocivo fue percibido primero en los Países Bajos tras el descubrimiento y monetización de sus fuentes de gas natural en los años 60. Irrumpe cuando se incrementan los ingresos provenientes del gas y de los sectores vinculados a éste, lo que hace que también aumente el consumo de los bienes no transables (bienes inmuebles y servicios) y así también sus precios. En ese sentido, el incremento de los precios de bienes no transables y el exceso de divisas, provocan una apreciación exagerada del tipo de cambio real. Con ella, se produce un impacto negativo en el sector de los bienes transables (industria y manufacturas) principalmente por tres motivos: - El alto valor de la moneda nacional hace que los productos de exportaFuente: Chávez, 2002, 2003 88 ción (bienes transables) sean más caros y menos competitivos en los mercados internacionales. - Una moneda más fuerte impulsa a que los productos de importación sean más baratos para los consumidores, y más competitivos frente a las manufacturas nacionales, lo que implica un descenso en las ventas de los bienes nacionales. - La explotación del nuevo recurso natural puede atraer a la gente que trabaja en otros sectores debido a sus salarios más altos, sobre todo si es intensivo en mano de obra. Ese hecho encarece la mano de obra en todos los sectores de la economía. En economías, cuyas exportaciones se limitan a una reducida cantidad de materias primas, como en el caso del gas, las fluctuaciones en los precios de éste pueden tener grandes impactos negativos. Primero, la volatilidad de los precios puede dificultar la programación y ejecución de recursos fiscales, puesto que la imposibilidad de calcular con precisión los futuros ingresos pone trabas a la fijación de montos presupuestarios. La tendencia consiste en que muchos países sobreestiman sus posibles ingresos basados en los años de los precios altos y, por eso, se prestan dinero para cubrir el déficit en los años de bajos ingresos, lo que provoca una creciente dependencia de las exportaciones de hidrocarburos. Además, la volatilidad también puede tener efectos negativos en el capital humano, porque muchas veces se deriva en una alta rotación laboral, lo que disminuye la potencialidad de capacitación de los trabajadores y porque podría generar desempleo de forma repentina. seguridad jurídica en el centro del escaso crecimiento económico nacional. Sin duda, la construcción política de esta relación conflictiva requiere de liderazgos políticos legítimos que, tomando en cuenta estas percepciones y en base a la transparencia, construyan una relación de beneficios mutuos.44 Ahora bien, sin perder de vista los desafíos asociados a la conversión de Bolivia en un centro energético del cono sur, ni los riesgos de la consolidación de una economía de base estrecha, es preciso señalar que el futuro de Bolivia puede y debe construirse alrededor del gas. Ello no sólo, porque no existe hoy otro sector económico que pueda competir con él en cuanto a volúmenes de inversión, generación de divisas e impuestos para el financiamiento del desarrollo, sino porque es posible imaginar un escenario en el cual el gas encabece un cambio gradual y a largo plazo, del perfil productivo-exportador del país sustentado en el informacionalismo. En primer lugar, ello supone que aún a pesar de las particularidades del sector y de sus escasos eslabonamientos con el resto de la economía nacional, Bolivia promueva el gas no sólo como un sector de punta para la apropiación de nuevas tecnologías, sino como un factor central de generación, acumulación y difusión del conocimiento en la economía. Al igual que la minería para los Estados Unidos o el sector forestal para Finlandia o Suecia, ¿puede el país convertir a la economía del gas en el punto de partida de un “proceso de aprendizaje colectivo” para Bolivia?, es decir, ¿podemos plantearnos el objetivo de generar capacidades tecnológicas y de innovación a partir de la industria del gas? Es ciertamente difícil imaginar este escenario cuando los países en desarrollo, como señala Sutz (2003), se reducen a poseer las nuevas tecnologías, pero sin producirlas, usarlas ni interactuar con ellas. Sin embargo, según la misma autora, recorrer un “camino inducido de transformación tecnológica” en América Latina necesita, al menos, que se superen dos prejuicios: - El “imaginario tecnológico desvalorizante”, que “conduce a una profecía auto cumplida”, es decir, “no se cree que - se pueda, no se intenta y, finalmente, no se puede”. El “fetichismo tecnológico”, que “consiste en equivocarse a partir de soluciones llave en mano sin participación local” (Sutz, 2003:114). La economía posible Precisamente, la inversión extranjera directa ( IED ) ha conseguido modernizar exitosamente el equipamiento en ciertos sectores de la economía boliviana, pero sobre todo en el sector de hidrocarburos. Otra cosa es que no haya ayudado a mejorar las capacidades tecnológicas endógenas. ¿Es posible entonces comenzar a revertir esta situación? En relación a este desafío es interesante notar la importancia de la política de formación de cuadros técnicos en la industria petrolera a fines de los años 30. Como señala Miranda (1999: 248-249), el salto en la producción petrolera boliviana de 1954, gracias al cual el país dejó de ser importador de combustible, se debió al “Plan Camiri”, promovido por cuadros técnicos de YPFB que una década y media antes habían sido formados en Argentina y México. En la actualidad, en la industria de hidrocarburos en Bolivia, llama la atención la escasa capacidad técnica del Estado para gestionar al menos una relación mutuamente provechosa y estable con las transnacionales del sector. Y es que, como señalan Cimoli y Katz (2001), la integración a escala global de industrias locales, promovida por la privatización en América Latina, ha buscado concentrar las actividades de investigación y desarrollo en las casas matrices. Por lo mismo, la formación de técnicos, ingenieros y economistas de la energía y los recursos naturales, junto con la consolidación de una red de institutos de formación e investigación en materia de hidrocarburos, debería ser una prioridad de la agenda nacional del gas. Esta red debería priorizar primero la formación de técnicos especialistas y financiar proyectos de investigación para aplicar tecnologías intensivas en la industria del gas y otros procesos productivos en Bolivia. Por otra parte, la creación de un Observatorio Nacional del Gas y del Petróleo proveería al país una visión de las transformaciones en la industria de los hidrocarburos a escala global y permitiría anticipar cam- 44 Este enfoque teórico ha sido desarrollado por teóricos de la escuela de negociación de Harvard y tiene interesantes aplicaciones, entre otros, en el marco de la política internacional. Para una aplicación al caso boliviano, ver Araníbar (2002). 89 Gráfico 2.29 ¿Por qué cree usted que los bolivianos le otorgan tanta importancia al tema del gas? Por su impacto en el desarrollo del país 39 Por la crisis económica 35 Por el tema del mar 14 Por la importancia que le dan los medios de comunicación 8 Otros 4 Fuente: Encuesta Apoyo, Opinión y Mercado Bolivia; sobre una muestra de 850 que abarca el eje central y las ciudades capitales Gráfico 2.30 ¿Hasta qué punto considera importante que un acuerdo o pacto entre bolivianos aborde el tema del gas? Nada importante 6 Indiferente 10 Muy importante 84 Fuente: Encuesta Apoyo, Opinión y Mercado Bolivia; sobre una muestra de 850 que abarca el eje central y las ciudades capitales 90 bios en las tecnologías de exploración, explotación, producción y transformación de los mismos a partir del uso de herramientas de prospectiva tecnológica. A largo plazo, Bolivia debería posicionarse como un centro de referencia en materia de conocimiento en hidrocarburos, al menos en América Latina. Asimismo, los esfuerzos de investigación y desarrollo y la acumulación de capital humano y conocimiento en el sector deberían fluir, a mediano y largo plazo, hacia otras áreas de la economía. Para ello, es preciso analizar los canales donde se darían sinergias interesantes entre el informacionalismo en el sector del gas y la productividad en el conjunto de la economía boliviana, tanto para inducir estos procesos como para amplificar su alcance. Aunque si bien es quizás sólo una élite relativamente amplia la que podría conocer en profundidad los aspectos técnicoeconómicos relacionados con la industria de los hidrocarburos, es crucial aprovechar la actual “sed de conocimiento” de los bolivianos en relación al tema para hacer del gas una “vocación productiva” y un lugar de encuentro, y no de confrontación, entre la población, los actores del desarrollo, el Estado y las industrias del sector. En efecto, la mayoría de la población boliviana tiende a ver en el gas tanto el presente (la salida de la crisis), como el futuro del país (la puerta del desarrollo), y por lo tanto se pronuncia amplia y categóricamente para que las decisiones que se tomen al respecto se enmarquen en un pacto entre bolivianos (gráficos 2.29 y 2.30). En lugar de consolidar un enclave moderno, del cual la población desconfía, ¿es posible imaginar un escenario en el cual los ciudadanos manejen la información pertinente, velen por la “buena salud” del sector y promuevan su crecimiento e internacionalización como sinónimo de desarrollo? En este sentido, la idea de “gas informacional” también exige transparencia a la hora de divulgar la información, pilar central de la construcción de confianza entre los distintos actores políticos, económicos y sociales. Ahora bien, este proceso comienza en las escuelas y universidades, y el contenido de lo que allí se aprenda debe ser el resultado de una deliberación amplia y desideologizada en la cual participen distintos actores y donde prime la confianza, la tolerancia, la calidad y la rigurosidad en el análisis. De alguna forma, se debe “desenclavar” el sector del gas, luchando contra las tendencias inerciales que tienden a consolidar un enclave moderno y globalizado dentro de un entorno general de pobreza y subdesarrollo. En segundo lugar, el sector de hidrocarburos debe liderar el desafío de incrementar el valor de las exportaciones bolivianas y cambiar gradualmente su composición incursionando progresivamente en la venta de manufacturas de recursos naturales y de productos de baja y media tecnología. Este doble desafío supone concentrar el debate en torno a la factibilidad técnica y la viabilidad económica de distintos proyectos de industrialización del gas. Otro asunto vital a ser discutido es la necesidad de articular dichos planes de largo plazo con oportunidades inmediatas de exportación del gas natural. Se trata así de consolidar los notables avances registrados en el sector de hidrocarburos en los últimos cinco años, pero hacerlo desde una óptica que integre, como pretende el concepto de “gas informacional”, las nuevas realidades impuestas por los procesos tecno-económicos de la globalización (ver capítulo 1 de este Informe) y las lecciones de la historia económica de Bolivia. ¿Es posible entonces imaginar un escenario en el cual la exportación del gas natural sea una palanca real para la industrialización del gas en territorio boliviano? En relación a las posibilidades de incrementar a corto y mediano plazo las exportaciones de gas natural, es importante señalar que la demanda mundial de esta fuente de energía ha crecido a tasas más dinámicas en los años 90 y las proyecciones a 20 años muestran un ritmo de crecimiento aún mayor y sólo comparable al de la demanda de petróleo (gráfico 2.31). Si el gas natural se ha colocado como un sector catalogado como de “estrella naciente” en la matriz de competitividad del país, y las perspectivas futuras de la demanda mundial resultan alentadoras, ¿cuáles son, en la actualidad, los mercados de exportación, reales, potenciales y relevantes para el gas natural boliviano? El gráfico 2.32 extraído de Miranda (2003), aporta una interesante aproximación a este tema a partir del grado de penetración del gas natural en la matriz energética de países con mercados relevantes para el país, excluyendo al Paraguay por su reducido mercado interno, y a Perú, Ecuador y Colombia por su capacidad de producción propia del energético. Por un lado, según Miranda (2002 y 2003),45 Brasil importa una tercera parte de su demanda de petróleo y “ha agotado prácticamente las oportunidades de desarrollo de energía hidroeléctrica en grandes caídas de agua cercanas a sus centros de consumo”, por lo que la demanda de energía eléctrica ha sobrepasado abundantemente la oferta instalada. Ahora ese país tiene un déficit energético del orden de los 10 mil megawats (MW) con un crecimiento de 2 a 3 mil MW por año. Más aún, los problemas ecológicos derivados de los “esquemas de refinado y de consumo de petróleo agresivos con el medio ambiente” y del uso de fuel-oil en las centrales hidroeléctricas, han incrementado el interés en la importación de gas natural como fuente de energía limpia. Por lo mismo, Brasil es no sólo el mayor mercado real actual, sino también uno potencial de grandes dimensiones, puesto que por ahora la penetración del gas natural en su economía apenas se eleva al 7%. A medida que cambie su matriz energética, nuestras ventas al Brasil se irán ampliando. Por otra parte, Argentina subsiste actualmente con la paradoja de ser la cuarta economía más gasificada del mundo46 y de tener compromisos importantes de exportación con Chile,47 en un contexto marcado por la desaceleración de la actividad exploratoria y una relación reserva/producción de apenas 8 o 10 años. Si bien Argentina cuenta con importantes cuencas potenciales, éstas “apenas podrán ser desarrolladas e incorporadas al mercado a tiempo para cubrir la demanda actual y su crecimiento vegetativo”. Finalmente, Estados Unidos, Chile y México, con un grado de penetración del gas del orden del 25%, nos muestran un “nivel óptimo [de consumo] para conjugar con sus otras fuentes energéticas”, aunque sus reservas y producción actuales no son suficientes para garantizar su autoabastecimiento.48 De esta forma, “tomando en cuenta las fuerzas de la demanda, la magnitud de las reservas y las inversiones necesarias para establecer la infraestructura de exportación”, los mercados relevantes para el gas natural boliviano son sobre todo Brasil, Argentina y Estados Unidos, y en menor medida México y Chile. Ahora bien, si es importante abrir y consolidar estos mercados de exportación para fortalecer al sector de hidrocarburos en Bolivia, es crucial que todo proyecto de exportación de gas se conciba no sólo como un fin en sí mismo, sino como un instrumento para promover procesos audaces de industrialización del gas natural en territorio boliviano. Como señala Miranda (2003), se trata de La economía posible Gráfico 2.31 Demanda mundial pasada y futura de varias fuentes de energía Historia 50 Petróleo Proyecciones 40 Gas Natural 30 Carbón 20 10 Nuclear Renovables Hidro 0 1970 1980 1990 2000 2010 2020 Fuente: US DOE, http://www.eia.doe.gov/oiaf/images_2.gif 45 Los dos párrafos siguientes utilizan el análisis de Miranda (2001) y Miranda (2003). 46 El consumo argentino se estima en unos 100 millones de m3/día que representan un grado de penetración del gas natural del orden del 50%. 47 Del orden de los 15 millones de m3/día. 48 En el caso de costa oeste norteamericana, el crecimiento espectacular del consumo de gas natural en los noventa – que se dio luego de la desregulación del mercado del gas y la aparición del “corredor de maquila” tras la firma del TLC con México- coincidió con inviernos extremadamente fríos, en un contexto en que la oferta presentaba dificultades para expandirse al mismo ritmo fundamentalmente debido a consideraciones de tipo ecológico defendidas por organizaciones medioambientalistas. 91 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Gráfico 2.32 Penetración del gas natural en países con mercado relevante, en porcentaje 60 51 50 49 51 40 30 26 26 26 24 26 28 25 25 19 20 10 0 5 6 7 EEUU México Argentina Brasil 2000 2001 Chile 2002 Fuente: En base a datos Miranda, 2003 lograr, de alguna forma, que los proyectos de exportación de gas natural sean la “semilla” para construir “centros industriales de gran envergadura” a mediano y largo plazo. Con respecto al proyecto de venta de gas natural a California, el mismo autor describe cómo podría ser este proceso.49 Sobre la base de los importantes volúmenes de gas comprometidos al mercado norteamericano (el proyecto LNG contempla la licuefacción de 28 MMm3/d) y de la producción asociada de líquidos (entre 50 y 70 mil barriles de petróleo por día), la puesta en marcha de una planta de licuefacción debería ser acompañada por una refinería, cuya producción de carburantes permitiría obtener mejores precios en los mercados internacionales.50 Si el proyecto contempla la exportación de meta- no (90% del gas natural) y la construcción de una planta petroquímica (que procesa el etano, el butano y el propano que componen el 10% restante del gas), también se podría producir polietileno. Y más aún, en la medida en que se pueda importar petróleo a precios convenientes, el complejo petroquímico podría además producir “insumos petroquímicos aromáticos que difícilmente se consiguen con el condensado boliviano”. Ello derivaría en la instalación de un complejo petroquímico de “gran envergadura y variedad” para la producción, entre otros, de anticongelantes, detergentes, fertilizantes, herbicidas, plaguicidas, plásticos o fibra sintética. Por último, “los adelantos tecnológicos y las inversiones proyectadas permiten pensar que el proceso de transformación de gas a líquidos (GTL) llegue a ser establecido comercialmente” en la próxima década. De esta forma, a más largo plazo se podría llevar a cabo la industrialización del gas metano para su transformación a líquidos (diesel, nafta y GLP), con lo cual se obtendrían mejores precios y mayores mercados. Finalmente, el “complejo refinero petroquímico-GTL” podría funcionar en base a energía termoeléctrica con capacidad para proveer electricidad al occidente de Bolivia, el norte de Chile y el sur del Perú. Por supuesto, todas estas iniciativas dependen no sólo de su factibilidad técnica, sino de su viabilidad económica51 y suponen inversiones muy importantes de largo plazo, pero en la medida en que el país adquiera y acumule progresivamente capacidades tecnológicas endógenas en la industria del gas Cuadro 2.17 Exportaciones bolivianas vs importaciones de la región, milones de $us corrientes Clasificación del producto Exportaciones Importaciones Importaciones Importaciones América del Bolivia Mercosur CAN Desarrollo Corriente eléctrica Otras transacciones 0.000 230 7 44 Insecticidas Manufacturas de tecnología media 0.225 141 80 97 Fungicidas Manufacturas de tecnología media 0.002 99 103 96 Herbicidas Manufacturas de tecnología media 0.021 294 95 154 Desinfectantes, raticidas Manufacturas de tecnología media 0.022 33 16 36 Fuente TRADE CAN - 2002 El valor de las exportaciones está calculado en base a importaciones del país exportador 49 Los dos párrafos siguientes se han escrito sobre la base de Miranda (2003). 50 El autor señala que el abastecimiento del mercado interno puede ser garantizado por la refinación del condensado asociado a la exportación de gas al Brasil. 51 La competitividad de la industria petroquímica y de las termoeléctrica está fuertemente determinada por la cercanía a mercados importantes. 92 y que el progreso técnico avance en este campo, es posible que no sólo éstas, sino también otras iniciativas sean posibles.52 En cualquier caso, los proyectos de exportación de gas natural deberían apuntar a la industrialización del gas y ser guiados por tres objetivos de corto, mediano y largo plazo: - Incrementar el volumen y el valor de las exportaciones, ingresando progresivamente al segmento de exportación de productos de baja y media tecnología (cuadro 2.17). - Articular el mercado interno promoviendo un cambio en la matriz energética boliviana (ver recuadro 2.13). - Promover la integración energética con los países vecinos para fortalecer la gra- vitación boliviana en la región y consolidar los dos objetivos anteriores. La economía posible En la actualidad, una vez perdida la oportunidad de consolidar a corto plazo el mercado de la costa oeste norteamericana, surge de nuevo, como la primera prioridad, la integración energética con el Brasil. Ella debería servir de palanca para cambiar el tipo de inserción del sector nacional de hidrocarburos en los mercados globales. Ahora, si bien el proyecto tendría una menor envergadura que la que Miranda (2003) describe en relación al LNG, Santa Cruz posee tres ventajas indiscutibles para demostrarle al país la viabilidad de una estrategia de exportación inmediata del gas natural y de industrializa- Recuadro 2.13 Articulación energética interna y externa Según Christian Inchauste, especialista en banca de inversiones y temas conexos al gas, Bolivia tiene una ventaja poco analizada y aprovechada por estrategas y empresarios. El país cuenta con cuatro regiones distintas que producen bienes y servicios, y que no adolecen del mal de "ciudades-país" como es el caso de Perú, Chile y Argentina, naciones que concentran todos sus recursos en su capital. En ese sentido, Inchauste infiere que la industrialización del gas es clave para "diversificar y dominar mejor el territorio boliviano". En el caso de Santa Cruz, un departamento productor de gas, la posibilidad de ejecutar un proyecto de GTL (Gas to Liquid) en Puerto Busch haría posible aprovechar los mercados de la cuenca del Plata. Adicionalmente, en la zona fronteriza con el Brasil se crearía un polo de desarrollo que permitiría la incursión en la petroquímica y la generación termoeléctrica, lo que también coadyuvaría a la producción de hierro (del Mutún) y a partir de allí, pasar a la siderurgia. Un segundo polo de desarrollo podría darse en Tarija, que también es un productor de gas. Con otra planta de GTL se podría abastecer los mercados de Chile y Paraguay y con la posibilidad de generación termoeléctrica en boca de pozo sería posible concretar la conexión a los centros de consumo inmediatos que son Chuquisaca (que también cuenta con sus propias reservas de gas), Potosí y la misma Tarija. Cochabamba produce hoy gas y petróleo. Con la instalación de una generadora térmica en boca de pozo, recientemente ejecutada por la capitalizada Chaco S.A. sería posible proveer electricidad al Beni. Mediante una subvención estatal, ENDE podría tender una línea de transmisión desde Bulo Bulo a Trinidad y luego a Pando. Por su parte Beni y Pando comparten la posibilidad de generar energía hidroeléctrica, con un potencial en megavatios suficiente para exportar al Brasil. Otra oportunidad para el Beni sería la generación termoeléctrica a partir del tendido del gasoducto Río GrandeTrinidad. Para La Paz y el Alto, desde el Chapare y utilizando los ductos existentes hasta Sica Sica, sería posible usar el gas para convertirlo en DME,53 que serviría para el consumo nacional, y para exportarlo vía oleoducto hasta Arica. Adicionalmente se plantea la interconexión de las líneas de transmisión eléctrica de la Paz y el sur del Perú. Oruro y Potosí, se beneficiarían por la extensión del gasoducto que trae gas del Chapare hacia el sur. Se podría pensar luego en plantas de amoniaco, de urea, explosivos para la minería y finalmente PVC al borde de los salares. La alternativa es usar las city-gates existentes en éstas ciudades para luego instalar las fábricas. Adicionalmente, los proyectos de minería en la región podrían requerir de más gas y electricidad, pensando inicialmente en que Potosí concrete el proyecto minero de San Cristóbal. Fuente: Inchauste, 2004 52 En este sentido es interesante señalar que la exploración y explotación de algunos campos en el Chaco boliviano no habría sido posible con tecnologías disponibles hace apenas una década atrás. 53 Inchauste afirma que por sus características el Di-Metil-Etano (DME ) será el combustible de próxima generación del siglo XXI. Una de sus ventajas es que es líquido y puede transportarse por los ductos existentes. 93 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 ción en territorio boliviano a mediano y largo plazo: - El contrato de venta de gas al Brasil. - La infraestructura del gasoducto. - Un mercado cercano, en Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, de cuatro millones de habitantes sobre todo urbanos y cada vez más consumidores del gas natural boliviano.54 Con esta idea, se buscaría consolidar lo avanzado, pero modificando la visión que asocia los beneficios de la explotación del gas natural sólo a los montos de impuestos y regalías obtenidos de las empresas del sector, mientras la región chiquitana, que cobija uno de los emprendimientos energéticos mas importantes en Sudamérica, el gasoducto Santa Cruz-Porto Alegre, recibe energía a precios prohibitivos. Por último, es preciso abordar el tema de la “renta gasífera”. Se trata quizás del aspecto que más debate ha desatado en el país, aunque aquí parece haberse gestado un consenso básico: el dinero debería invertirse masivamente en la educación. Sin dejar de lado esta aspiración compartida, sugerimos englobar el asunto dentro de un concepto más amplio: el informacionalismo, como medio para hacer sostenible la inserción de Bolivia en los mercados globales. Pero, ¿qué significa invertir en la promoción del informacionalismo en Bolivia? Implica que un monto significativo de la renta gasífera debe ser reinvertido en el desarrollo del sector de hidrocarburos en Bolivia. Como señala Miranda (2003), la paradoja que encierran casi tres décadas de exportación de gas natural a la Argentina es que convirtieron al Tesoro General de la Nación en “adicto a los ingresos de exportación”, mientras la empresa petrolera estatal (YPFB) se descapitalizaba. Por lo mismo, la exportación “sirvió sólo para recolectar impuestos y regalías” y nunca fue una palanca para impulsar otras actividades y “menos aún [para] industrializar el gas en otros productos”. Sin una política estatal clara es muy probable que se profundice este “desaprendizaje” de la industria local y también el rasgo nacional de mono-exportador de recursos naturales. Los desafíos de construir capaci- dades tecnológicas endógenas e industrializar el gas en territorio boliviano deben ser promovidos activamente por el Estado en articulación fecunda y provechosa con las empresas transnacionales y los países con los cuales se suscriban contratos de exportación en el futuro. Sin duda, se trata aquí de diseñar un nuevo rol para el Estado en campo de los hidrocarburos. A estas alturas, por consideraciones de orden técnico-económico y sociopolítico, respectivamente, parece claro que ni la nacionalización ni la privatización total de este sector son sostenibles y viables. Y por lo tanto, el Estado debe encontrar su propio camino basado en una estrategia de desarrollo informacional de corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, éste debe ser un Estado manejado por otras lógicas políticas y con criterios de justicia y eficiencia económica. Mucha gente piensa que no es posible que la sociedad boliviana geste un nuevo tipo de Estado. Quizás estas consideraciones tengan fundamento, pero ello significa condenar irremediablemente a Bolivia al subdesarrollo, controle quien controle el excedente del gas, si es que éste llega a explotarse plenamente. Por otra parte, se deberían generar incentivos para integrar el vasto territorio nacional mediante “infraestructuras informacionales”, es decir, esencialmente a través de la energía y las telecomunicaciones, mientras se continúa inyectando inversión pública en infraestructuras de transporte y se buscan interconexiones entre ambas para mejorar la competitividad del sector productivo nacional. Y es que, por primera vez en la historia económica de Bolivia, la materia prima que definirá su inserción internacional en el siglo XXI es la energía, es decir el insumo principal de todo proceso productivo. Y en este contexto, el gas natural debe servir para promover el cambio de la matriz energética boliviana. Dotar de energía eléctrica a los distintos municipios del país mediante incentivos canalizados a través del sistema de precios, debería tener efectos multiplicadores sobre la economía, permitiendo nuevas actividades productivas, aunque sin hacerlas dependientes de una energía subvencionada y evitando sinsentidos propios del subdesarrollo.55 54 Esta idea se profundiza en el capítulo 6 del Informe de Desarrollo Humano en Santa Cruz 2004. 55 Por ejemplo, producir y vender helados en Puerto Suárez (Santa Cruz), donde las temperaturas son elevadas y desde donde se exporta gas natural al Brasil, es casi prohibitivo por el elevado costo de la energía eléctrica. 94 La economía posible Gráfico 2.33 Indice Municipal de Desarrollo Humano y cobertura de energía eléctrica 100 90 Cobertura de Energía Eléctrica 2001 Como se observa en el gráfico 2.33,56 a mayor consumo de energía eléctrica en un municipio del país, mayor suele ser su nivel de desarrollo humano. Por lo tanto, la “Bolivia del gas” debe ser una que promueva el uso intensivo del gas en su matriz energética como factor de competitividad y desarrollo humano. Este cambio debe hacerse de forma eficiente sin provocar distorsiones en el aparato productivo. Este asunto está en el centro del debate actual con ideas como el establecimiento de redes de conexión de gas domiciliario, políticas de fomento para la conversión del parque vehicular al uso de gas natural comprimido (GNC) y la instalación de plantas de envasado de gas licuado de petróleo (GLP). Más aún, existen posibilidades interesantes para ampliar la cobertura de fibra óptica en el país, dado que su tendido es una práctica común en la construcción de gasoductos, y porque los costos de construir la línea se reducen así de manera significativa. En ese sentido, se podría articular el territorio nacional mediante el tendido de redes de fibra óptica secundaria y es posible, en sectores fronterizos, conectarla con las redes de los países vecinos. En cualquier caso, se debería fomentar un desarrollo paralelo del sector energético y el de telecomunicaciones para ampliar un acceso masivo de la población boliviana a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Además, la renta del gas debe servir esencialmente para promover la competitividad de la economía boliviana sobre la base de un capital humano capaz de utilizar nuevas tecnologías, procesar la información y generar conocimiento en los procesos productivos. Como se señaló en el apartado anterior, ello significa revalorizar la formación técnica y el manejo de nuevas tecnologías, creando sinergias entre la esfera productiva y la educativa. Es decir se debe concebir todo proceso productivo como uno de aprendizaje, en el cual distintas personas interactúan para resolver creativamente sus problemas y, como también se dijo, rediseñando el proceso educativo a fin de transmitir valores vinculados a la innovación productiva. La formación de capital humano cualificado es central en cualquier estrategia de desarrollo informacional. Por ello es in- 80 70 60 50 40 30 20 10 0 -10 .3 .4 .5 .6 .7 .8 Indice de Desarrollo Humano 2001 Fuente: Elaboración propia teresante recordar que en Noruega e Indonesia una parte significativa de los recursos de la explotación de hidrocarburos se usó para financiar de forma incrementada el gasto en educación, salud, vivienda, cultura, desarrollo rural y bienestar social. En Bolivia, los Objetivos del Milenio deberían servir de guía para invertir en la gente (recuadro 2.14). Por otra parte, promover el informacionalismo significa apoyar activamente la innovación productiva a fin de hacer sostenible la diversificación de exportaciones o la substitución de importaciones. Ello debería contemplar, entre otros, la aprobación de fondos de capital riesgo, la creación de centros de control de calidad y de certificación para la exportación, la promoción de actividades vinculadas a la investigación y desarrollo en sectores económicos priorizados por su impacto en las exportaciones, el crecimiento, el empleo, la reducción de la pobreza y, en definitiva, el desarrollo humano. Puesto que el gas es además una fuente de energía limpia y es probable que a mediano plazo, Bolivia ocupe un lugar en los nodos regionales y globales de creación de valor como un “país gasífero”, se puede incluso pensar en la construcción de una especie de “marca boliviana” en los mercados internacionales, que sin importar cual sea el producto producido y/o exportado, promueva el empleo de energías limpias. De esta forma, bajo la égida del gas, la diversificación 56 El gráfico excluye a los municipios de las ciudades capitales de departamento para no sesgar al alza los resultados. 95 Recuadro 2.14 Tras los Objetivos del Milenio En 2000, al despuntar el nuevo siglo, la mayor concentración de jefes de Estado de la Historia aprobó, bajo el patrocinio de Naciones Unidas, la Declaración del Milenio. El plazo fijado es el año 2015. Para entonces, países ricos y pobres se comprometieron a hacer todo lo humanamente posible para alcanzar los ocho objetivos del milenio, un conjunto de ambiciosos propósitos destinados a cambiar la vida de los habitantes del planeta. La aquí llamada vía boliviana hacia el informacionalismo también está orientada, en cierta medida, hacia el cumplimiento de dichos objetivos. La pobreza extrema y el hambre, que de acuerdo a la declaración de Naciones Unidas, deben reducirse a la mitad, podrían ser combatidas en Bolivia mediante la transformación de nuestra economía, inyectando en ella conocimiento y las capacidades informacionales ampliadas de la población. El hecho de añadir a la explotación de materias primas y a su transformación los insumos de la creación y la inventiva, aportadas por la gente, permitirá que más y más personas se sumen a un proceso incluyente y necesitado del vigor humano. Pero para ello, también es fundamental que se alcance el siguiente objetivo del milenio, es decir, que los niños y niñas concluyan el ciclo primario de la educación. Semejante salto para toda una generación de bolivianos y bolivianas es la principal palanca para promover el informacionalismo, que no es otra cosa que la ampliación plena de capacidades en los miembros de la sociedad a fin de que puedan incorporarse plenamente a la nueva economía y beneficiarse de más y mejores recursos. Sin duda, ello implica además acabar con las desigualdades de género en la escuela, es decir, incorporar en igualdad al conjunto de la ciudadanía en el proceso. En la medida en que la sociedad y sus actores se conviertan en protagonistas centrales del desarrollo y el crecimiento económico, será posible, en Bolivia, aproximarse a los demás objetivos: reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir las enfermedades más graves y cuidar el medio ambiente. En ese sentido, informacionalizar la economía y edificar un interculturalismo pleno son las piedras angulares para comprometerse en serio con los derroteros fijados en 2000. Fuente: Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003. de exportaciones podría fortalecer estrategias productivas como aquella de una parte del sector soyero cruceño, que apuesta a la identificación de nichos de mercado demandantes de soya orgánica o el esfuerzo de certificación de bosques y de procesos productivos de transformación de la madera de la artesanía chiquitana, un sector de exportación con potencialidades interesantes de cara al desarrollo económico local. Abrir y consolidar estos rubros de exportación requiere grandes inversiones de capital, sobre todo en áreas de control de calidad y certificación, pero a su vez, podría generar utilidades elevadas y estables, aunque después de tiempos de maduración generalmente más largos. Se trata, pues, de encontrar una “identidad” propia y una vocación productiva específica que ayude a distinguir en los mercados mundiales a las exportaciones bolivianas de recursos naturales o de manufacturas basadas en éstos. Además se pretende incrementar su valor agregado mediante la adopción de una imagen de marca con un enfoque no transgénico o no contaminante en pos de nichos de mercado que demanden productos naturales o “verdes”, respectiva96 mente. Por lo mismo, el “proceso de aprendizaje colectivo”, que podría impulsar la consolidación de la Bolivia del gas, debería apuntar a forjar una Bolivia competitiva que incorpore dicho energético como insumo central en una estrategia productiva con capacidad de producir innovaciones “verdes” o “limpias” como sustento a la competitividad del sector productivo-exportador boliviano. En cualquier caso, se trata de colocar de forma deliberada el conocimiento en el centro de todo proceso productivo como forma de consolidar ventajas competitivas a partir de las ventajas comparativas con las que cuenta el país. Finalmente, a estas consideraciones se añade una última que subraya la necesidad de prevenir los riesgos macroeconómicos que podría traer un auge de los hidrocarburos en Bolivia. Por un lado, es preciso evitar un incremento desmedido del gasto público alentado por mayores ingresos fiscales recibidos y proyectados de los distintos proyectos de exportación e industrialización del gas natural. Si se imponen restricciones al gasto gubernamental en periodos de acelerado crecimiento del sector de hidrocarburos se po- drían mantener tasas de inversión y ahorro elevadas en la economía, y sobre todo disponer de dinero para incrementar la inversión pública, y así evitar ajustes traumáticos, cuando el crecimiento empiece a agotarse. La creación de un Consejo Económico y Social, que sustente la suscripción de un pacto fiscal permitiría impulsar un crecimiento económico sostenido. En este sentido, la experiencia del “Fondo Petrolero del Gobierno de Noruega” es interesante, porque no sólo permitió reservar una parte significativa del dinero proveniente del auge petrolero para generaciones futuras, sino que evitó un segundo riesgo asociado al momento de bonanza: la sobrevaluación del tipo de cambio que desincentiva la diversificación de las exportaciones. Puesto que los recursos se invirtieron sólo en activos denominados en moneda extranjera, el Estado logró limitar los efectos negativos de la volatilidad de ingresos y de una sobrevaluación de la moneda nacional.57 En suma, el gas debe liderar e impulsar una transformación productivo-exportadora en la economía boliviana, sustentada en el informacionalismo, haciendo sostenible la inserción de Bolivia en la globalización. La enorme atención prestada a la coyuntura en la primera parte de este capítulo, encuentra su contrapeso en estas líneas que imponen una mirada a largo plazo, que, sin embargo, empieza a construirse aquí y debe hacerse sobre bases sanas. Conclusiones La evidencia empírica aportada a lo largo de este capítulo sugiere que Bolivia no puede desvincularse de la economía global sin tener que pagar, al mismo tiempo, un precio muy alto en detrimento de su desarrollo humano. A su vez, los efectos desestructuradores del patrón histórico boliviano de inserción en la economía global han gestado una profunda desconfianza hacia estos procesos de parte de la población. En otras palabras, Bolivia no puede desconectarse del mundo, pero tampoco puede mantener las formas pasivas de su vinculación actual. Por eso podría decirse: globalización sí, pero no así. En ese contexto, el país debe asumir activamente el desafío de insertarse en la globalización, asumiendo las lecciones aportadas por su experiencia histórica, es decir, necesita comprender que perseguir el crecimiento económico, asociado a su condición de mono-proveedora de materias primas a países desarrollados, es lo menos aconsejable, por ser un proceso poco dinámico, volátil, insostenible y con escasa capacidad de integración social y territorial. Sin duda, la emergencia de la Bolivia del gas, y con ella, el desplazamiento de la hegemonía regional hacia el eje Santa CruzTarija, preserva en su seno nuestro criticado “patrón genético” de inserción en la economía global. Frente a esta tendencia, propia de una economía latinoamericana, pequeña y mediterránea como la boliviana, ¿es posible promover un patrón distinto de inserción en la economía global, es decir, uno asentado sobre una base exportable más diversificada, menos vulnerable y con más capacidad de articulación territorial? Cabe recordar que la descrita “identidad económica” de Bolivia no es una fatalidad. La actual situación puede revertirse mediante políticas públicas apropiadas, las cuales deben considerar, al menos, dos lecciones. - El mercado sólo podría reforzar este “patrón genético”, por lo que el Estado tiene un rol central que jugar en cualquier estrategia de desarrollo. - Toda diversificación de exportaciones en Bolivia experimenta al menos dos retos centrales: cómo financiarse y cómo sostenerse.58 La economía posible Dicho esto, el análisis de ciertas “vías exitosas” de inserción en la globalización permite afirmar que no hay un camino único a ser recorrido por cualquier sociedad. Al contrario, hay una variedad de políticas y arreglos institucionales definidos por las particularidades culturales, políticas y socioeconómicas de cada país, compatibles con el propósito de gestionar algún tipo de inserción beneficiosa para la sociedad en los mercados globales. Ahora bien, las experiencias de desarrollo analizadas, que han logrado combinar tasas de crecimiento económico dinámicas con reducciones significativas 57 La crítica actual al funcionamiento del Fondo Petrolero de Noruega se centra en modificaciones de política intervenidas a partir de 2001. 58 La primera tiene que ver con el rol que deben jugar los capitales externos en la estrategia de desarrollo; la segunda al tema de la competitividad de la base exportable. 97 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 de la pobreza, sugieren que es necesario promover niveles mínimos de bienestar social y efectividad gubernamental a fin de encarar un desafío transversal a todas ellas: promover el informacionalismo como rasgo central de su matriz competitiva. Dado que el informacionalismo tendría que ser un rasgo transversal a estos caminos diversos y que el Estado juega un rol central en la inducción de la transformación tecnológica: ¿qué características propias podría adoptar una estrategia boliviana de desarrollo informacional? De acuerdo a los rasgos que configuran nuestra “identidad económica”, es muy posible que el perfil económico del país continúe basándose, en el mediano plazo, en la explotación de recursos naturales. Así, la economía posible supone entonces una explotación más eficiente e informacionalizada de éstos, considerados como una ventaja comparativa esencial. Es decir, la vía boliviana implicaría un cambio gradual en la naturaleza de las exportaciones nacionales, sustentado en un salto cualitativo en la forma en que se incrementa la productividad y la competitividad, allí donde el país cuenta con ventajas comparativas por su posesión de recursos naturales, su ubicación geográfica y sus recursos humanos. En síntesis, una estrategia de desarrollo informacional viable para Bolivia supone entonces un viraje profundo en su perfil productivo-exportador, lo cual implica apoyar tres procesos paralelos y complementarios: - Promover activamente una diversificación de exportaciones que apunte a incorporar gradualmente valor añadido a los recursos naturales que explota el país. Aquí, el objetivo sería incursionar poco a poco en la producción de manufacturas de recursos naturales y, en menor medida, de bienes de baja y media tecnología. Los cambios en la estructura exportadora del país y las potencialidades de una vinculación activa con los países vecinos en, al menos, cuatro macrorregiones de la geografía boliviana, sugieren que la economía boliviana no está fatalmente condicionada a exportar unas pocas materias primas. El reto consiste entonces en amplificar la base sectorial - - y territorial de este proceso y, sobre todo, en hacerlo sostenible. Colocar el informacionalismo al centro de una profunda transformación productiva en la economía boliviana. Ello significa valorizar la innovación y el aprovechamiento pleno de las capacidades de la gente, colocando al conocimiento y las nuevas tecnologías en el núcleo de los procesos productivos. La oferta tecnológica de la que dispone el país y la disposición favorable de la población al cambio pueden potenciar un perfil de país consumidor/difusor de nuevas tecnologías en la producción.59 El tercer proceso supone definir una política de Estado para la explotación del gas que permita consolidar una relación de confianza y beneficios mutuos entre el Estado, las empresas y la sociedad civil. Sin perder de vista los riesgos de una economía de “base estrecha”, es preciso señalar que el futuro de Bolivia puede y debe construirse sobre el gas. Ello no sólo, porque no existe otro sector que pueda igualar al de hidrocarburos en cuanto a volúmenes de inversión, generación de divisas e impuestos para el financiamiento del desarrollo, sino porque es posible imaginar un escenario en el cual este sector lidere un cambio gradual y a largo plazo en el perfil productivo-exportador del país sustentado en el informacionalismo. Ahora bien, esta estrategia de desarrollo informacional de mediano y largo plazo empieza a construirse en un momento de crisis, inflexión y cambio en el que los actores del desarrollo están llamados a gestionar procesos que pueden derivar en el colapso del sector público, y con él, probablemente de la economía y de la democracia. Evitar este escenario regresivo supone, al menos en el plano económico, el fortalecimiento de capacidades político-institucionales en la sociedad y el Estado bolivianos para encarar un ajuste fiscal que priorice la agenda del crecimiento económico y el diseño de nuevas bases para la consolidación de una “Bolivia del gas” cualitativamente diferente. 59 Sin embargo, no basta con garantizar una amplia difusión de las tecnologías de la información si los bolivianos no son capaces de interactuar con ellas y adaptarlas a sus necesidades con fines productivos. Promover el informacionalismo en la economía boliviana supone generar un cambio en la relación entre las esferas educativa y productiva. Ello supone una visión de la educación como transmisora de conocimientos para la innovación y la competitividad (al respecto ver el capítulo 6 de este Informe). 98 Capítulo 3 La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Introducción Desarrollo humano y democracia Un desarrollo humano sostenido es impensable si no está respaldado por la capacidad de autodeterminación de la sociedad sobre sí misma. De ahí que resulte fundamental comenzar subrayando la interrelación entre el desarrollo humano y la democracia (Calderón, Loayza, 2002). El mundo cuenta hoy con más regímenes democráticos que antes, y sin embargo la democracia aún no está consolidada ni es estable, sobre todo en los países más pobres del mundo. Como ha señalado el IDH mundial de 2002, vivimos en un mundo global, aunque fragmentado y con tremendas inequidades, que necesita acelerar el desarrollo humano y, en consecuencia, profundizar la democracia. El citado Informe señala que “la participación democrática es una finalidad crítica del desarrollo humano, no sólo un medio para conseguirlo”. Más adelante recomienda “conseguir que las instituciones y el poder se estructuren y distribuyan de tal forma que brinden espacio y voz reales a los pobres, y que creen mecanismos por cuyo conducto los poderosos (...) puedan ser considerados responsables de sus actos”. Asimismo el texto citado postula que tanto la democracia como el desarrollo humano deben ser genuinos a fin de que ambos se consoliden mutuamente. Estamos entonces ante la urgencia de un reforzamiento paralelo y recíproco entre la capacidad de decisión de los ciudadanos y la ampliación de sus oportunidades a fin de alcanzar una vida mejor. Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Un Estado como espacio público En esta perspectiva orientada a ahondar las raíces de la democracia, el IDH 2002 en Bolivia sostiene que es recomendable el despliegue de capacidades políticas renovadas, sobre todo de aquellas que estimulan la deliberación como mecanismo efectivo para el hallazgo colectivo del bien común. Sin embargo, si bien existen estas capacidades, en Bolivia se presentan dispersas, fragmentadas y a menudo en conflicto. Además, buena parte de dichos rasgos emergen de la inequidad imperante y se ahondan por la persistencia de importantes distancias y jerarquías étnico-culturales. En ese sentido, Bolivia tiene ante sí el doble desafío de profundizar sus estructuras democráticas y mejorar sus índices de desarrollo humano. ¿Cómo encarar con éxito este reto? Una de las vías más sobresalientes para la resolución de este emprendimiento boliviano tiene que ver con la inacaba conformación de un Estado–nación. Como se sabe, es éste un referente básico para cualquier país que desee construir espacios compartidos para la toma de decisiones. No hay autodeterminación posible de la sociedad sobre sí misma, si no se erigen además ámbitos legítimos de discusión y orientación, válidos para la mayoría de los ciudadanos. Bolivia carece relativamente de estas herramientas fundamentales. Como se sabe, un Estado-nación es un hecho político, producto simultáneo de la fuerza y del pacto. Las naciones y las culturas no son entelequias naturales, esenciales o únicas, sino resultados específicos de los procesos históricos. Son entidades constituidas sociológicamente que adquieren forma a través de normas, reglas, instituciones y regímenes políticos, que las estructuran y reproducen. A pesar de tremendos esfuerzos y sacrificios históricos, la construcción del Estadonación en Bolivia ha sido hasta hoy complicada e inconclusa (ver recuadro 3.1). El dominio incompleto sobre el territorio, la construcción restringida de un imaginario nacional que articule e incluya la diversidad Recuadro 3.1 Cincuenta años de la Revolución de 1952 En abril de 2002, Bolivia vivía tiempos electorales. Se conmemoraba, al mismo tiempo, el primer cincuentenario de la Revolución de 1952, el hecho político más decisivo del siglo XX boliviano. Sin embargo aquel 9 de abril pasó como cualquier otro, ya sea porque el partido que lideró la Revolución estaba buscando votos o porque sus adversarios se habían cansado ya de descalificarlo como heredero de aquel momento histórico. Lo cierto es que fue un día más, con pocas reminiscencias y muchos olvidos. Siete meses después, cuando ya las elecciones y el cambio de mando presidencial habían concluido, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS) organizaron la conferencia internacional “Revoluciones del Siglo XX. La Nación en la Globalización”. A la cita, fijada en Fuente: PNUD-FES-ILDIS, 2003 100 la ciudad de Cochabamba, acudieron académicos especialmente invitados de Egipto, China, Cuba, México y Francia. Allí se constató que la Revolución del 52 fue parte de una ola de cambios mundiales, junto a los que Bolivia se abrió a los procesos del planeta y se hizo universal en su singularidad. Un auditorio lleno de jóvenes pudo presenciar durante tres días la serie de conferencias, la exposición de fotografías, las películas y documentales sobre ese periodo y un homenaje emotivo a los sobrevivientes de las luchas sociales, que hicieron posible la reforma agraria, la nacionalización de las minas, la reforma educativa y el voto universal. Los dicho y expresado allí quedó recogido en el libro “Tenemos Pechos de Bronce…” (PNUDFES - ILDIS, 2003) de gran acogida en el mercado editorial. De ese modo, el homenaje a toda una generación política dejó de ser una deuda pendiente. cultural boliviana y la ausencia de una institucionalidad política socialmente compartida son los saldos de una labor sin terminar. En ese sentido, una de las búsquedas del presente IDH 2004 es auscultar los caminos que podrían conducir a una nación, a la que consideramos necesaria, a armonizar, al interior de un espacio público, las diversas existencias culturales, étnicas, clasistas o regionales que funcionan en su seno. En síntesis, la pregunta a ser respondida es si Bolivia posee o carece de las capacidades como sociedad para enfrentar los retos de la globalización en un contexto interno de simultánea crisis económica y desestructuración socio-cultural. Como se sabe, desde el año 2000, el país enfrenta un momento de inflexión, en el que fuerzas sociales y estatales centrífugas y centrípetas se enfrentan con creciente frecuencia. Bolivia sufre pues el asedio simultáneo de identidades culturales ansiosas de reconocimiento y valoración estatal. La consecuencia más visible de este periódico forcejeo ha sido hasta ahora la erosión de las bases de sustentación de la institucionalidad tal como se la concibió, especialmente, a partir de 1985. A su vez, la crisis boliviana ocurre en un tiempo en el que las construcciones nacionales parecen estarse debilitando por la irrupción de actores supra-nacionales con un inmenso poder (organismos internacionales, bloques de países o empresas e instituciones transnacionales). Ambas fuerzas, internas y externas, amenazan con lesionar la ya debi- litada estructura de lo nacional.Como vemos, esta situación se enmarca en el debate más contemporáneo y el IDH 2004 pretende ser un aporte en esa dirección. Precisamente por esto resulta vital auscultar en Bolivia las posibilidades de florecimiento de una genuina comunidad democrática, que sin desoír las demandas externas e internas de reconocimiento y poder, haga posible la búsqueda del bien común para todos los bolivianos. Probablemente sólo una “comunidad de ciudadanos” (Schnaper, 1994, ver recuadro 3.2) pueda complementar y reforzar a un Estado legítimo capaz de actuar con una orientación clara en el mundo de la globalización.Nos referimos a una institucionalidad comprometida con la nación y su diversidad multicultural, y con el requisito de que los derechos ciudadanos, al margen de su adscripción u origen, estén protegidos por igual. Un Estado de este tipo sería sin duda la herramienta más idónea para administrar el pluralismo interno del país. Por otra parte, contar con un Estado legítimo y estable es un capital institucional beneficioso para cualquier país que aspire a competir en el marco de la globalización. En este sentido, Bolivia es un país que debe ser recreado desde y hacia su horizonte. Los bolivianos necesitan entonces fortalecer una conciencia nacional de continuidad histórica que los ayude a forjar esa lógica de autodeterminación que sustenta el desarrollo humano.1 Ello implica, como ya se dijo, construir una comunidad, en la cual La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Recuadro 3.2 ¿Qué es una comunidad de ciudadanos? Una comunidad de ciudadanos supone: - La aceptación de distintas identidades (étnicas, religiosas, nacionales, de minorías sexuales, etc.) en un plano de igualdad como requisito para que éstas desarrollen sus proyectos individual y colectivamente. - Que las diversas identidades reconozcan la cultura ciudadana, que implica el respeto de los otros distintos y de su funcionamiento como identidades particulares. - Que cada grupo reconozca a los otros en tanto ciudadanos con iguales derechos y obligaciones, con los cuales, en conjunto, debe construir un nosotros que es la Nación. Fuente: Schnnaper, 1994 1 Como argumenta Hobsbawn (2001), la cultura de una nación “no es lo que realmente se ha conservado en la memoria popular, si no lo que se ha seleccionado, escrito, dibujado, popularizado e institucionalizado por aquellos cuya función era precisamente hacer esto”. 101 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 los diferentes convivan, se toleren y puedan hacerse concesiones recíprocas en función de sus múltiples diversidades. Desarrollo humano, identidad y sociedad de la información Al mismo tiempo, como ya se ha sostenido en este Informe, la globalización ha modificado sustancialmente el patrón actual de desarrollo que hoy se caracteriza por su flexibilidad dinámica, su funcionamiento en red y la frecuente superación de las fronteras nacionales. Todo ello ha generado una aceleración y densificación impensada de las relaciones comerciales, sociales, políticas, culturales e industriales. Al mismo tiempo, como efecto directo de las citadas transformaciones, las identidades nacionales, típicamente concentradas en torno a los Estados, han empezado a sufrir visibles mermas. La permanente interconexión entre individuos, grupos e instituciones, al margen de las jurisdicciones territoriales, ha producido un campo de identidades nuevas y reforzadas, que compiten con las prevalecientes décadas atrás. En ese sentido, los individuos del siglo XXI han empezado a nutrir con más fuerza aquellas identidades que les son más cercanas y tangibles. La explosión de las nuevas tecnologías de comunicación ha facilitado justamente estos contactos más interpersonales, interactivos y extraterritoriales, y con ello, a las comunidades centradas en intereses grupales o generacionales. Sin que ello signifique la disolución de las identidades nacionales, se constata, sin embargo, su debilitamiento y el hecho inevitable de que hoy comparten espacio con las realidades identitarias emergentes. Bolivia no podía quedar al margen de estas tendencias mundiales. En el marco de una globalización al interior de América Latina, aunque sin informacionalismo, los riesgos actuales sobre el andamiaje nacional son crecientes. La mera irrupción de capacidades informacionales e identidades segmentadas, en prescindencia clara de la comunidad nacional de ciudadanos, podría ser una de las amenazas más ostensibles para el desarrollo humano y la profundización de la democracia en Bolivia. Dentro del proyecto del IDH 2004, se requiere que sea la sociedad en su conjunto, incluyendo a sus segmentos menos aventajados, la que se apropie de estas nuevas capacidades a fin de gozar de una 102 inserción colectiva en las ventajas de la globalización. Alertado sobre ese riesgo, el presente capítulo gira en torno a la pregunta sobre si es posible que la sociedad boliviana en su diversidad pueda construir un tejido social signado por la tolerancia y la convivencia, a fin de potenciarse positivamente como sistema de acción eficiente en los avatares la globalización y la sociedad de la información. Justamente dentro de ese contexto, se pretende vislumbrar las potencialidades del informacionalismo en el esfuerzo de construir un ámbito público legítimo que convierta a la nación boliviana, en su diversidad, en un actor global del desarrollo. Para ensayar un primer avance de respuesta a estas búsquedas, el presente capítulo pretende realizar un balance de las principales características del multiculturalismo boliviano y las formas en que funciona. Para ello, se ha recurrido a los datos de nuestra encuesta a nivel nacional, la Encuesta de Capacidades para el Desarrollo Informacional 2003 (ECADI-03), y a información del Instituto Nacional de Estadística (INE), principalmente se usó la información del Censo Nacional de Población y Vivienda 2001 que permiten ver justamente los rasgos de aquel tejido multicultural. Más adelante, mediante el análisis de contenido de las discusiones en el seno de 23 grupos focales, que incluyeron diversos segmentos étnicos, sociales, clasistas, regionales y religiosos del país, se intenta explicar mejor la auto-comprensión de dichas identidades. Asimismo aquí se plantearán algunas opciones posibles relacionadas con esa finalidad crítica del desarrollo humano que es la deliberación democrática, que consideramos como la principal herramienta en la ruta hacia el interculturalismo. Un multiculturalismo limitado Los rasgos diversos de una sociedad en cambio La sociedad boliviana puede ser caracterizada por la persistente vigencia en su seno de importantes comunidades culturales, étnicas, regionales o religiosas, es decir, grupos sociales de todo tipo. Allí, distintas colectividades comparten valores y sentidos propios que hacen que se diferencien unas de otras. Sin embargo esta diversidad cultural no garantiza necesariamente el interculturalismo. La multiculturalidad puede funcionar como una forma del pluralismo, pero también como un espacio fragmentado por varias intolerancias. Puede pues desarrollarse un multiculturalismo limitado, antidemocrático e incluso anti-pluralista. Constatamos que éste es el que ha predominado justamente a lo largo de la historia nacional2 y como se verá más adelante, posee una gran fuerza en la actualidad.3 Este acápite pondrá énfasis en el aspecto multiétnico de la multiculturalidad, porque éste es el epicentro de los procesos de transformación y orden de la sociedad nacional. Es decir se enfatizará en el análisis de identidades basadas en características lingüísticas, valores y costumbres históricamente diferenciadas y permanentes en la memoria de la gente, pero también en las subjetividades que tal identidad supone como auto identificaciones y proyecciones culturales. Otra variable de importancia en esta parte del IDH 2004, será también la de las identidades regionales o territoriales, que también cumplen un papel importante en el multiculturalismo boliviano. Este enfoque es crucial dado que en la actual coyuntura, el desarrollo de las ideologías cerradas del comunitarismo étnico y / o regional, presentes en la esfera política, deifican determinadas configuraciones culturales limitando o inhibiendo un interculturalismo, que tanto requiere el país. En este sentido, en el enfoque del desarrollo humano, los derechos a la diferencia son un valor universal. Escamotearlos significaría quebrantar el pluralismo consustancial a la democracia, pero, al mismo tiempo, negarles su reconocimiento no sólo implicaría deformar, sino además truncar el propio desarrollo democrático. En ese sentido, nuestra visión busca conjugar los principios universales de la de2 3 mocracia con la admisión creciente y legítima de identidades particulares, que pugnan por alcanzar un reconocimiento institucional de sus aspiraciones. La aplicación del concepto de comunidad de ciudadanos (ver recuadro 3.2) ayudaría justamente a lograr un equilibrio entre el pluralismo indispensable y respetuoso y la admisión leal de las diferencias. Bolivia puede gestionar sus identidades internas sin tener que desaparecer como unidad, y la solución para ello parece ser la gestión democrática de sus diferencias. De allí que la comunidad de ciudadanos sea la Nación, aunque ya no puede basarse, como históricamente ha ocurrido, en su pura identificación con el Estado, ni tampoco puede comprenderse como una suerte de “esencia” propia de una entidad que alberga, y se considera superior a otras identidades. La comunidad de ciudadanos es así una construcción colectiva que reconoce y permite el ejercicio simultáneo de los derechos individuales y colectivos de las personas. La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Sed de nación Apuntadas ya las ideas que guían la reflexión de este capítulo, es el turno para el análisis de los datos regidos por esta investigación. A continuación se busca trazar un esbozo del tejido identitario en Bolivia, sobre todo, a partir de los resultados de diversas bases estadísticas de datos y sobre todo de nuestra encuesta nacional realizada para el IDH 2004 (ECADI – 03). Al igual que ocurriera con el IDH 2000, en los estudios y encuestas realizados por el presente informe a lo largo de 2003, se ratificaron los deseos instalados de manera transversal en la sociedad boliviana, es decir, los de autoestima, unidad y apertura genuina al cambio. Así, el 97% de las personas entrevistadas en 2003 se sienten orgullosas de ser bolivianas, el 92.3% piensa que para que Bolivia progrese se requiere “pensar prime- Aquí podríamos mencionar la llamada “dialéctica de la negación del otro”, referida al rechazo cultural que inmediatamente inferioriza al otro (indígena, mujer, marginal, campesino), superponiendo inferioridad con exclusión social, económica y política. La negación de la cultura del otro se dio con la conquista, la colonización y la evangelización y, más tarde, con los procesos de modernización, generando marginalidad y rechazo, lo que debilitó las democracias y las posibilidades de ejercicio ciudadano en el continente. Por su parte, el rechazado vive la negación de diversas formas, que van desde auto-negar la propia identidad para sentirse más integrado a una sociedad discriminadora (que lo seguirá rechazando a pesar de ello), hasta tener una actitud de resistencia política, defendiendo la identidad en términos absolutos (Calderón, 2003). En el texto de Vega (2004) se podrá encontrar una amplia discusión conceptual sobre el tema. Si se hiciera una división de la Historia de Bolivia de acuerdo a este criterio, podría decirse que antes de la Revolución de 1952, predominaba un multiculturalismo cerrado, después del proceso hasta 1964, se desarrolló un multiculturalismo limitado, que volvió a restringirse entre 1964 y 1979, después de lo cual, se repuso una apertura cada vez más creciente, que llega hasta nuestros días. 103 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 ro en el bien del país en su conjunto” y un 72% dice que les gustarían ver en el segundo Centenario de la república un país abierto al mundo y que haya preservado su cultura (gráfico 3.1). Desde este punto de vista, se percibe que existen bases para un consenso pluralista entre los distintos grupos socioculturales nacionales, que articulando sus diferentes intereses y mentalidades, posiblemente discrepantes, sueñan, no con una Bolivia paradisíaca, pero sí con una sociedad mejor.Si entendemos que el sueño de ser bolivianos es un deseo de la opinión pública, entonces es saciada pensar en un consenso de futuro que se asiente en el reconocimiento Gráfico 3.1 Porcentaje de personas que están de acuerdo o piensan que: 0 20 40 60 80 100 72 "Le gustaría que Bolivia fuera un país abierto y que preserve su cultura en el 2015" "Para progresar se requiere pensar primero en el bien del país en su conjunto" 92 "Estoy orgulloso de ser boliviano" 97 Fuente: ECADI-03 Gráfico 3.2 Bolivia: Porcentaje de la población de 15 años o más que se autoidentifica con pueblos indígenas 0 Otros pueblos indígenas (guaraní, chiquitano, mojeño, otro nativo) Aymara 20 30 40 6.10 25.23 Quechua 31.00 Ningún pueblo indígena 37.95 Fuente: Instituto Nacional de Estadística, CNPV-2001 4 5 104 10 de compromisos y convergencias en continuo cambio entre ópticas muy diferentes e incluso opuestas. Estos datos de inicio son relevantes, porque en una óptica del desarrollo humano que aspira a ser normativa, debe partirse de los deseos y aspiraciones de la gente. Vemos entonces que una “sed de nación” aparece instalada en la gente, sin embargo para ser saciada, ésta necesita quedar sometida al análisis crítico sobre su posibilidad. En el corazón de este drama anida justamente la cuestión de la multiculturalidad y la multietnicidad nacional. 4 Una sociedad multiétnica compleja Hasta aquí, hemos visto que la mayoría de los bolivianos se siente incorporada, de alguna forma, en una identidad nacional consensuada. Sin embargo, resulta arriesgado asegurar, con base en este dato, que exista una base intersubjetiva sólida que sustente una nacionalidad cohesionada. En ese sentido, aspiración no equivale a cohesión. Si bien existe una aspiración comprobada a contar con una nación, ésta parece tener diversos contenidos de acuerdo a quien se sienta portador de la bolivianidad aludida. Incluso podría decirse que lo boliviano es un contenedor relativo, que adquiere diversos contenidos de acuerdo a quien reivindique tal condición. De modo que hay, nuevamente, más deseo o aspiración que cohesión efectiva. Curiosamente los momentos de cohesión más alta han sido los de crisis más intensa (los conflictos sociales fuertes y las guerras).5 Veamos entonces las condiciones actuales de aquella irregular cohesión de la sociedad boliviana. Como se sabe, ésta está integrada por una variedad de culturas históricas, religiones, configuraciones regionales, locales y sociales. Sin embargo si se revisan los resultados del último Censo nacional, se encontrará información empírica que muestra esta variedad sociocultural, contenida, de alguna manera, por el manejo de la lengua materna, o acentuada al mismo tiempo, por Mahbub Ul Haq, uno de los principales impulsores del Desarrollo Humano, dijo en Bolivia: “La esencia de la filosofía del desarrollo humano consiste precisamente en enfocarlo desde los objetivos últimos del desarrollo mismo, vale decir desde el cumplimiento de las aspiraciones de la gente, desde el progreso que busca, desde lo que necesita y quiere hacer” (IDH , 2000) Por ejemplo, durante los conflictos de octubre de 2003, que derivaron en el derrocamiento del gobierno de Sánchez de Lozada, a pesar de la incorporación de corrientes separatistas a esa lucha, la bandera nacional con crespón negro se convirtió en el emblema que unificaba a todos en torno a la defensa de los yacimientos de gas, otro referente nacional incuestionable (ver recuadro 3.3). la auto-percepción de los ciudadanos. Así por ejemplo, el 31% se considera quechua, el 25.23%, aymara, el 6.1% como perteneciente a otros grupos indígenas y el restante 37.95% no se adscribe a ningún pueblo originario (gráfico 3.2). Posiblemente éstos últimos se visualizan a sí mismos como mestizos, blancos o criollos de origen europeo o de otras regiones no occidentales del mundo. Aquí vemos entonces una nación heterogénea. Otro ingrediente ilustrativo en este terreno es el de la lengua. De acuerdo al mismo Censo Nacional de Población y Vivienda 2001, el 73% de los bolivianos utiliza el castellano como su idioma fundamental, frente a un 25% que se maneja sobre todo con el quechua y un 17%, con el aymara. Estas cifras nos muestran que a pesar de la clara diversidad a la que aludimos al matizar la contundencia de lo boliviano como sello identitario generalizado, el castellano se va convirtiendo en un eje central de vinculación entre distintas culturas. En consecuencia, el carácter mayoritario del uso de este idioma vertebrador ya nos habla de un multiculturalismo limitado con fuertes nexos de interrelación, que lo van ampliando gradualmente (cuadro 3.1). La cuestión es cómo se puede desarrollar un interlingüismo genuino que favorezca el desarrollo de las personas para que éstas, de acuerdo a sus aspiraciones y valores, decidan qué tipo de lengua y vida desearían. Más adelante se observa, ahora a la luz de los datos de la encuesta del IDH 2004, (gráfico 3.3) que en esa población que se considera a sí misma como orgullosa de ser boliviana, entre quienes dentro de ella se consideran quechuas, el 89% se evalúa además como mestizo, lo cual ocurre también con un 83% de los miembros de otros grupos indígenas y con un 64% de los aymaras. En cifras globales, el 76% de la población boliviana se define como mestiza (gráfico 3.3), lo que muestra posiblemente un tejido intercultural activo, que se va haciendo y deshaciendo según el curso de los procesos históricos vividos. Así, lo mestizo y lo indígena se refuerzan mutuamente de manera flexible. ¿Cómo evaluar esta información? Una vez más encontramos esa combinación de integración y diferenciación en el país. Coexisten entonces mantos identitarios amplios y consensuados (ser boliviano, ser mestizo, hablar castellano), pero apenas se profundiza en el análisis, se encuentran también dis- La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Gráfico 3.3 Porcentaje de personas de 15 años o más que dicen ser "mestizos" según su autoidentificación con pueblos indígenas 100 89 90 83 76 80 70 64 60 50 40 30 20 10 0 Total mestizos Bolivia Mestizo - Mestizos de Mestizo aymara otros pueblos quechua indígenas Fuente: ECADI-03 tancias y nuevos agrupamientos diferenciados (indígena antes que mestizo, el monolingüismo). Es el ejemplo del polémico “mestizaje” (ver recuadro 3.4). Bajo esa denominación se siente implicada la mayoría de los bolivianos, pero no en la misma medida. Así, encontramos que el pueblo que más resiste el apelativo de “mestizo” es el aymara, cuyo 36% de encuestados rechaza tal condición. La cifra desciende a un 11% entre los quechuas y a un 17% entre los pueblos amazónicos. Estos datos, tanto del Censo como de la encuesta, ponen en claro que en Bolivia conviven dos fuertes tendencias. Por un lado, se percibe un tejido cultural combinado y una sed de nación generalizados, es decir, puentes de interculturalidad evidentes (dado el idioma compartido y la condición aceptada de mestizo), pero, por otra, también, la presencia de procesos de auto identificación muy cerrados, que rechazan la condición mestiza y que entienden posiblemente su bolivianidad en función de su ser étnico Cuadro 3.1 Clasificación según condición étnico-linguistica (% del total de la población) Condición étnico-lingüística Total población sobre 8.274.325 % Castellano 6.097.122 73.69 Quechua 2.124.040 25.67 Aymara 1.462.286 17.67 357.548 4.32 Otros Fuente: Instituto Nacional de Estadística, CNPV-2001 105 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Recuadro 3.3 La dinámica del conflicto en Bolivia El conflicto en Bolivia es el principal factor de convulsión social en su historia democrática. La violencia asociada a la erradicación de coca, la denominada ”guerra del agua”, el “conflicto por la tierra y el territorio” y la recientemente conocida “guerra del gas” son los máximos exponentes de esta dinámica. Visión retrospectiva Frecuencia de eventos conflictivos por año. (1985-2003). 80 70 60 50 40 30 20 10 0 85 86 Territorial Contaminación 87 88 Agua 89 Forestal Coca 90 91 92 93 Uso suelo Industria 95 96 97 98 Minería 99 2000 2001 2002 2003 Àreas Proteg Otros Fuente: CERES-COSUDE-PNUD, 2004 Haciendo un análisis retrospectivo de las noticias de conflicto reportadas por la prensa en los últimos 23 años en Bolivia, llegamos al año 2003 con un país convulsionado por litigios relacionados al uso de recursos naturales. El conflicto por la coca es el que más eventos ha reportado en este año, le sigue la “guerra del gas” y aquel por la tierra y el territorio (Movimiento Sin Tierra). Se puede observar que la convulsión en Bolivia está asociada (o coincide en este caso) en gran medida con el inicio de la crisis económica. En relación al análisis político, se observan claramente dos puntos de inflexión; 1997 (gobierno de Banzer) y 2002 (gobierno de Sánchez de Lozada). 106 94 Hidrocarburos Actores demandantes en los conflictos sociales Otros, 88 Aparatos centrales del Estado, 59 Campesinos, 31 Autoridades municipales, 25 Población civil, 18 Comités cívicos, 13 Maestros, 12 Transportistas, 11 Indígenas, 10 Obreros, 10 Universitarios, 10 Fuente: CERES-COSUDE-PNUD, 2004 Haciendo un análisis global sobre los principales actores que han participado en los 321conflictos reportados en Bolivia en el 2003 destaca la gran disgregación de los mismos y la presencia de aparatos del Estado central como demandantes (59). El sector que más ha sido reportado fue el campesino (31), le siguen los actores municipales (25) y la población civil no organizada (18). Es destacable también el hecho de que 88 de estos conflictos han sido protagonizados por una cantidad de actores no clasificados en los sectores tradicionales. Las previsiones para el 2004 son desalentadoras, ya que todas las tendencias de conflicto son al alza, especialmente las asociadas a los conflictos por la erradicación de coca, el gas y el uso de la tierra. Otros actores demandantes La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Pacientes de hospitales Bananeros Desamparados Agroindustriales Desocupados Dirigentes políticos Discapacitados Mineros Médicos Docentes Movimiento Sin Tierra (MST) Empleados del Estado Reclusos Jubilados Gremiales Abarqueras Maestros ONG COB Padres de familia Pasajeros Fuente: Ortego, 2004 Recuadro 3.4 Mestizos No hay quizás un término más equívoco y confuso que el de mestizo. ¿Qué se entiende por tal? Probablemente el único consenso académico y cotidiano al respecto es que se trata del producto de una mezcla. Mestizo es impureza o combinación virtuosa, según como se lo vea, pero es un componente mixto, hierro forjado por distintos martillos. Pues bien, aquí mismo salta la primera dificultad para definir al mestizo. ¿Hay acaso alguna cultura que pueda llamarse a sí misma pura o incontaminada? No, todas son producto del mestizaje, todas se nutren y se nutrieron de otras. Mestizos somos entonces todos, los lapones, los zulúes o los patagones. De modo que mal punto de partida. Si todos lo somos, mestizo no ya es nadie en particular. Pasemos entonces a una definición que restrinja su campo y trace alguna línea limítrofe. Aceptando que todas las culturas se basan en mezclas, convengamos en que así conformadas, ya pueden ser consideradas como núcleos relativamente compactos. Así, mestizos serían quienes se sitúan en los espacios próximos a tales culturas, sin pertenecer plenamente a ellas. En el mundo académico de Bolivia, se parte de esa base. Los analistas y pensadores reconocen una cultura indígena, asentada sobre todo en aymaras, quechuas y pueblos amazónicos, y una occidental, heredera de la colonización española y reforzada por las influencias múltiples de Europa o los Estados Unidos. Pues bien, en el ámbito intermedio de ambas culturas estarían los mestizos. Ni indígenas ni blancos entonces. El segmento considerado mestizo surgió durante la colonia y estuvo conformado en principio por los indígenas que abandonaron las labores del campo, se asentaron en las ciudades y abrazaron oficios artesanales (Barragán, 1990). Fueron quienes sin perder sus orígenes campesinos, aprendieron el castellano, intimaron de alguna forma con los segmentos dominantes y expandieron una forma de vida alterna entre ambos mundos. Para algunos (Platt), son aquellos sectores indígenas “reclutados” por el poder colonial (cipayos, “blanqueados”, traidores); para otros (Albó, 1988), son una variante urbana de la cultura indígena, una especie de vanguardia citadina, que sin dejar de ser lo que fue, adquiere nuevos recursos y una nueva lógica para preservar modernamente sus valores. Finalmente hay otra versión (Barragán, 1990) que asegura que ni reclutados ni versión urbana de lo mismo, sino una nueva identidad, una cultura cualitativamente distinta de sus orígenes (etnogénesis). ¿Cuál es la visión más aceptable?, quizás todas a la vez o ninguna por sí sola. Como se observa en los datos aportados por este Informe, lo visible es un tejido multiforme y complejo. Eso significa que dependiendo del momento emergente, se ilumina lo indígena más auténtico, lo occidental dominante o la nueva cualidad marcada por las dos anteriores. En tal amalgama, comportamientos occidentales, recursos indígenas, reflejos comunitarios, impulsos individualistas, todo se sumerge en vectores diversos que se activan de acuerdo al contexto y el forcejeo de poderes. Fuente: Archondo, 1992 107 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 particular. A eso justamente nos referimos aquí cuando hablamos de multiculturalismo limitado, a un contexto en el que se producen relaciones interculturales relativamente frecuentes, pero en el que no todas contribuyen a la convivencia, sino que muchas de ellas incluso refuerzan las barreras o las distancias entre las personas. La cuestión radica en cómo una comunidad política legítima incluye las diferencias, pero a la vez reconoce un estatus común de ciudadanía. Bajo esta óptica, todas las identidades son válidas. Como vimos, el tejido multicultural de identidades en Bolivia refleja entonces segmentos densos y mejor anudados, junto a capas superpuestas más delgadas y abarcadoras. Ahora bien, ¿qué sucede si a ello añadimos las variables socio-económicas? En los gráficos 3.4 y 3.5 se muestra la relación entre una población mayor o igual al 60% del conjunto demográfico de cada municipio auto-identificado como perteneciente a algún pueblo indígena, con la línea de pobreza y las necesidades básicas insatisfechas (NBI), respectivamente.6 En otras palabras, empleando la información de rango municipal del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se combinan las variables de adscripción indígena y pobreza. Ambos cuadros nos muestran importantes concentraciones de población pobre en municipios indígenas, considerados así porque el 90% de su población se autoidentifica con algún pueblo originario. Analizando el promedio de pobreza en diferentes grupos de municipios vemos que los que tienen mayor grado de pobreza son los que más se autoidentifican como indígenas (cuadro 3.2). En municipios con un 90% de población indígena, la pobreza como promedio municipal es mucho mayor que el promedio municipal nacional y también que el de los municipios con sólo 60% de población indígena. Esta tendencia es la misma cuando analizamos las NBI de estos diferentes grupos. Gráfico 3.4 Gráfico 3.5 Pobreza (línea de pobreza baja) por autoidentificación indígena Pobreza (NBI) por autoidentificación indígena 120 Necesidades básicas Insatisfechas, 2001 (%) Linea de pobreza baja - incidencia de pobreza, 2001 (%) Ser indio o ser pobre 100 80 60 40 20 0 55 75 85 95 105 95 85 75 65 55 45 35 25 15 55 65 75 85 95 Pob de 15 años o más que se autoidentifica con pueblos indigenas,2001(%) Pob de15 años o más que se autoidentifica con pueblos indígenas,2001 (%) Fuente: Instituto Nacional de Estadística, INE Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas, UDAPE Fuente: Instituto Nacional de Estadística, INE Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas, UDAPE 6 108 65 105 105 Existen dos enfoques para medir la pobreza, uno el enfoque de gastos de consumo que mide los niveles de vida con referencia a una línea de pobreza comparando el ingreso de un hogar o una persona con el ingreso mínimo requerido para comprar una canasta predefinida de bienes y servicios que satisfacen necesidades básicas y el segundo el enfoque de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) que determina un nivel de bienestar a partir de la disponibilidad de servicios básicos, logros educativos y calidad de la vivienda. La metodología de Necesidades Básicas Insatisfechas permite evaluar las condiciones de infraestructura de vivienda, insumos energéticos, niveles educativos y atención de salud de la población. Estos aspectos representan una medida de la pobreza estructural, distinta a la que se obtiene a través de los ingresos de la población, la cual está relacionada con el empleo y las variables de ciclo económico y se denomina pobreza coyuntural. Existe una alta correlación (-0.851) entre el nivel de consumo per cápita y las Necesidades Básicas Insatisfechas, esto significa que ante niveles altos de carencias (servicios básicos, logros educativos y calidad de vivienda) existe un menor nivel de consumo per-cápita. En síntesis, cuando se añade esta variable socio-económica al tejido de identidades auscultado, es posible detectar una cierta superposición coincidente entre la estratificación social y la étnica (ver recuadro 3.5).Sin embargo también hay que subrayar tendencias en sentido contrario, pues hay sectores medios y altos de origen indígena, o criollos entre los segmentos de medios y bajos ingresos.7 Se puede concluir hasta aquí que en este país no sólo existe un multiculturalismo limitado,8 sino que éste a su vez está reforzado por una estratificación social y otra La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Cuadro 3.2 Relación entre Línea de pobreza baja y NBI Municipios con 60% Municipios con 90% y más de su y más de su población que se población que se autoidentifica autoidentifica indígena (219)* indígena (143)* Bolivia Bolivia (314 municipios)* Línea de Pobreza Baja 56% 77% 81% 87% NBI 59% 84% 88% 95% Fuente: Instituto Nacional de Estadística, INE Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas, UDAPE * Promedio municipal Recuadro 3.5 Racismo-Antirracismo La Escuela indigenal de Warisata fue inaugurada el 2 de agosto de 1931 por Elizardo Pérez y Avelino Siñani. Alrededor de esa experiencia educativa, una isla de dignidad en medio del feudalismo reinante, se agruparon las esperanzas de cambio social en el país. Ya en ese tiempo se ponía en evidente la coincidencia entre el ser indígena y el ser pobre, como se observa en el siguiente fragmento escrito por uno de los impulsores de la escuela-ayllu: “Acusaban a la escuela de ‘racista’. A su propio turno, nuestros enemigos desplegaron a todo trapo una campaña “antirracista” para realizar la ‘mestización’ de Bolivia. ¿Pero, cómo puede haber prédica antirracista si los términos de indio, mestizo y blanco no representan grupos étnicos, sino categorías sociales? Ya que la economía del indio es inferior, distinta, a la del blanco y mestizo, sin considerar para nada el color de su piel o la sangre que circula por sus arterias. La negación simple y obstinada de estos términos proviene de una interesada actitud de clase, pues decir que no existe diferencia alguna entre blancos, mestizos e indios es justificar la situación de esclavitud de estos últimos. El ‘antirracismo’ prueba precisamente el racismo de quienes lo predican, ya que, son cambiar prácticamente en forma alguna la situación de las razas que pretende mestizar, en el fondo es un intento de estacionar nuestros actuales e injustos sistemas económicos, que devienen en un verdadero sistema de privilegios clasistas. ¡En los pedagogos antirracistas hay una manifiesta complicidad con los terratenientes y gamonales!” Fuente: Salazar, Mostajo, 1943 7 8 En la encuesta realizada un 4,6% y un 11% de gente con identidad étnica indígena está en los grupos altos y medios Mientras que 13 % de los supuestos criollos son muy pobres. Se podría agregar la variable práctica religiosa para dibujar mejor la complejidad enunciada, así por ejemplo un 61% de los bolivianos practica una vez al mes el culto católico, 7.5% practica un culto protestante, 14.1% pentecostal y otros movimientos cristianos, 17% no asistió a ningún culto religioso ymenos de un 1% declaró que practica cultos nativos (se debe recordar que la gran mayoría de los bolivianos practica ritos y mitos de origen precolonial colla, challa, etc. que no se declararon en esta encuesta). Por otra parte uno podría complejizar en el análisis cruzando estas prácticas religiosas con indicadores socioeconómicos, edades, identidades étnicas y contextos regionales, para mostrar que también existe en el país una importante complejidad multireligiosa. Aquí las dificultades para construir un genuino Estado laico son evidentes, pues sin éste es inviable una verdadera comunidad de ciudadanos en pie de igualdad. 109 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 étnica que tienden a confluir.9 Por lo tanto los problemas del desarrollo humano y los de la lucha contra la pobreza están directamente asociados a la persistencia de una jerarquía de sello colonial,10 que convive con una moderada inclusión social que avanza lentamente. Una comunidad democrática es aquella donde los diferentes se respetan con ecuanimidad, se otorgan concesiones mutuas y donde están disponibles para elaborar reglas compartidas de procedimiento que permitan dirimir y resolver sus diferencias, posibilitando así la gobernabilidad colectiva. Al mismo tiempo, un sujeto tolerante es alguien que además de tener convicciones propias, que considera verdaderas, asume que los otros, aunque tengan otras visiones, tienen el derecho a desarrollarlas libremente. La tolerancia no es, como argumenta Giovanni Sartori (2002), sinónimo de relativismo extremo, es flexible, pero tiene límites: siempre se deben dar razones respecto de lo intolerable y no se pueden tolerar comportamientos que generen daños. En ese sentido, la tolerancia debe ser recíproca. Este es un tema de primera importancia, porque las comunidades cerradas y negadoras del diferente limitan el pluralismo constitutivo de la democracia, más aún si están asentadas en grupos sociales pobres y excluidos. Desde la perspectiva de nuestro Índice de Tolerancia Social11 por estrato socioeconómico y adscripción étnica, se muestra que la tolerancia baja frente al otro distinto es un rasgo relativamente generalizado en toda la población boliviana. El promedio de personas poco tolerantes en los distintos grupos Gráfico 3.6 Gráfico 3.7 Porcentaje de personas que no se sentirían cómodas teniendo como socio a un aymara y a un quechua (por región) Porcentaje de personas que no se sentirían cómodas teniendo como socio a un aymara y a un quechua (por nivel socioeconómico) 40 35 La tolerancia y el pluralismo democrático 38 38 30 35 30 30 25 29 25 25 19 20 14 15 10 7 20 15 11 10 5 5 0 0 Altiplano Altiplano Valle Valle Llano Llano rural urbano rural urbano urbano rural Fuente: ECADI-03 9 18 Alto/Medio Medio alto Pobre Pobre extremo Fuente: ECADI-03 En consonancia con ello, puede agregarse que de acuerdo a diversos estudios (Latinobarómetro 2003), Bolivia posee la representación indígena parlamentaria más alta de América Latina y que los partidos políticos más importantes del país tienen, entre su electorado, una presencia mestiza e indígena considerable (Seligson, 2003). Estos indicios del último tiempo parecen avizorar una creciente apertura del multiculturalismo a medida que se profundiza una democracia que ya ha vivido su periodo sin interrupciones más largo desde el nacimiento de la República. 10 Entendemos por estratificación socio étnica de tipo colonial (UNESCO , 1988) a la superposición coincidente de identidades propias de la explotación económica y de la heterogeneidad cultural, producto de la conquista española y las sociedades indígenas precedentes. Como se sabe, hay en Bolivia, una amplia bibliografía sobre el tema. 11 El Índice de Tolerancia mide el grado en que las personas se sienten o sentirían cómodas teniendo como socio a alguien que consideren racial o culturalmente distinto y que en caso de conflicto tratarían de comprender sus razones. Este índice se calculó haciendo primero un análisis factorial que mostró que la variable representativa dentro del conjunto de preguntas destinadas a medir tolerancia social en la Encuesta de Capacidades para el Desarrollo Informacional, 2003 (ECADI-03) era la de “socio”. Definida esa variable, se sumaron sus diferentes combinaciones (aymara, quechua, blanco, cholo, gringo) y se estandarizaron los resultados de 0 a 1 para luego cruzar esta nueva variable llamada de convivencia con la pregunta 53 de la ECADI-03 que mide la disponibilidad de las personas para resolver conflictos. El Índice de Tolerancia finalmente obtenido distingue personas con alta y baja tolerancia. 110 sociales encuestados es de aproximadamente un 25%. Sin embargo, también se observa que los sectores socioeconómicos altos y medios tienden a ser más tolerantes que los medios-bajos y bajos. Asimismo, los grupos indígenas se muestran menos tolerantes, que los criollos y otros grupos, mientras los mestizos aparecen como más abiertos a la convivencia intercultural. Por otra parte, los llanos muestran importantes márgenes de tolerancia comparados con las otras regiones, mientras que el altiplano y los valles, ésta disminuye. Como se ha venido argumentando, la mayor intolerancia social se concen- tra en las regiones donde ha primado históricamente la discriminación y la exclusión. Preliminarmente, puede estimarse también que la baja tolerancia social observada está más asociada con la diferenciación socio-económica, que con las distinciones étnicas. En ese sentido, el reto resultante de estos datos consiste en que sólo promoviendo la inclusión social, la lucha contra la pobreza y el desarrollo es posible desactivar o moderar los enconos entre bolivianos de distintos orígenes. Como se observa en los gráficos, los niveles de tolerancia en el terreno de la vida co- La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Recuadro 3.6 Las distinciones de Sartori: multiculturalismo versus pluralismo Para el politólogo italiano Giovanni Sartori (2001), multiculturalismo es “una política que promueve las diferencias étnicas y culturales”, es decir, una acción pública que no sólo acepta las distinciones entre los grupos humanos, sino que además las ensalza. Planteado así, es entonces lo contrario de una sociedad plural o abierta, a la que el autor define como aquella que “acoge incluso a quienes la rechazan”, que pese a ello, pelea por su integración y, en tal sentido, no renuncia nunca a conformar una sola comunidad entre diferentes. En ese sentido, una sociedad plural no es simplemente tolerante, sino mucho más que eso. Para el autor, la tolerancia se limita al mero respeto de los valores ajenos. Tolerar es pues “aguantar” al diferente, dejarlo estar, pero sin compartir nada con él; algo mínimo y reducido. En cambio, una sociedad plural no se limita a tolerar, va más allá, afirma como su valor propio que la diversidad y el disenso la enriquecen. En esa medida, no sólo admite en su seno a los distintos, sino que reconoce que lo diverso le es valioso y que el disenso es la base de una democracia digna de tal nombre. En su libro “La Sociedad multiétnica” (2001), Satori quiso poner los conceptos en su sitio. Por ello escribe que el pluralismo cultural, a diferencia del multiculturalismo, no fabrica ni promueve las diferencias, al contrario, tiene por meta lograr la paz intercultural y por eso rehuye la hostilidad entre distintos. De modo que las distinciones son muy finas. Una cosa es aceptar que lo diverso es bueno y otra muy diferente, atizar las diferencias hasta hacerlas irreconciliables. En ese sentido, el pluralismo trabaja con los disensos, pero nunca fomenta los conflictos. Y es que en democracia, dice Sartori, no debería haber ni consenso pleno ni conflicto abierto, sólo disensos. El autor aclara que el conflicto, es decir, el enfrentamiento irreducible entre dos identidades sólo es aceptable para la democracia cuando ambas partes en litigio se ponen de acuerdo en las reglas a ser usadas para resolver sus diferencias. En el mismo sentido, no es lo mis- mo plural que pluralista. Lo primero simplemente indica la existencia de variedad, mientras lo segundo es la afirmación de que la variedad es un bien común a ser preservado. Así, todas las sociedades, hasta las más excluyentes, son plurales, pero no todas son pluralistas. En esta línea de distinciones, Sartori también aclara las aguas al distinguir entre política de reconocimiento y acción afirmativa. La meta de la primera es producir y acrecentar las diferencias. En esa ruta, genera privilegios para los miembros de un grupo étnico, alienta la discriminación y, al hacerlo, acrecienta los conflictos sociales. No ocurre lo mismo con la llamada “acción afirmativa”. Con ella, se establece un trato desigual, pero con el fin de igualar a los ciudadanos, es decir, de integrarlos eficazmente a una comunidad. Con base en las ideas de Sartori, presentamos la siguiente tabla explicativa: Pluralismo Multiculturalismo Valora positivamente la diversidad Fabrica y ensalza la diversidad Concordia en discordia Desmembramiento de la comunidad pluralista Promueve el interculturalismo Promueve los grupos homogéneos y cerrados Alienta clivajes cruzados que se neutralizan entre sí Alienta clivajes coincidentes y acumulativos que refuerzan las identidades excluyentes Fuente: Sartori, 2001 111 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 tidiana son relativamente bajos entre los bolivianos, aunque si se los compara con el resto del continente, el país ocupa un tercer lugar entre los más tolerantes de la región (Latinobarómetro, 2003). Nuestro índice también muestra una alta autoestima y reconocimiento de las personas con quienes se comparte la misma cultura, aunque vale la pena advertir que esta tendencia no es plena. En general, los mestizos tienen niveles elevados de tolerancia comparados con los pueblos indígenas o los criollos. En ese sentido, vemos que las afinidades al interior de cada espacio cultural crean una especie de “compartimentos”, en los que los lazos internos son tan fuertes, como débiles son los externos. Sin embargo, si se confrontan estos datos con el índice de capital social, elaborado en el IDH 2002, se concluye que las regiones altiplánicas tienen un mayor capital social, mientras que en los llanos éste es menor (ver recuadro 3.12). Para el desarrollo humano resulta crucial articular mayores niveles de tolerancia con un elevado capital social. Realizar esta tarea constituye uno de los principales desafíos que tiene la sociedad y los políticos de Bolivia. Toda una batería de gráficos (del 3.8 al 3.11) nos ratifica en general bajos grados de tolerancia entre los bolivianos, pues al margen de sus diferentes colocaciones sociales, los altamente tolerantes sólo suelen alcanzar a conformar un tercio de la población. Pese Cuadro 3.3 Porcentaje de personas por región que se sentirían cómodas teniendo como "socio”* a un … Aymara Quechua Blanco Cholo Gringo Altiplano 80.1 72.0 55.8 73.4 48.2 Valle 56.4 76.5 64.8 68.1 49.0 Llano 56.0 57.5 81.6 54.2 66.9 Fuente: ECADI-03 *Variable proxi de tolerancia social Cuadro 3.4 Porcentaje de personas por autoidentificación que se sentirían cómodas teniendo como "socio”* a un … Aymara Quechua Blanco Cholo Gringo Mestizo - Indígena 70.5 76.9 65.6 73.3 51.8 Mestizo 56.9 55.3 72.6 54.2 64.0 Indígena 73.1 65.4 51.1 64.9 43.7 Criollo y otros 53.3 51.0 71.6 49.6 60.4 Fuente: ECADI-03 * Variable proxi de tolerancia social Cuadro 3.5 Porcentaje de personas por nivel socioeconómico que se sentirían cómodas teniendo como "socio”* a un … Aymara Quechua Blanco Cholo Gringo Alto/Medio Alto 64.1 66.6 80.8 58.9 71.9 Medio 60.4 67.4 71.8 65.7 60.7 Pobre 70.8 67.7 61.9 68.1 47.8 Pobre extremo 70.3 78.0 54.9 70.6 46.2 Fuente: ECADI-03 * Variable proxi de tolerancia social 112 La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Gráfico 3.8 Gráfico 3.9 Tolerancia por autoidentificación, en porcentaje Tolerancia por nivel socioeconómico, en porcentaje 81 75 81 75 72 75 78 75 71 64 60 60 45 45 36 30 28 25 25 29 30 19 19 15 0 22 15 Criollo y Indígena otros Alta tolerancia Mestizo MestizoIndígena 0 Pobre Pobre Medio Alto/Medio extremo alto Alta tolerancia Baja tolerancia Baja tolerancia Fuente: ECADI-03 Fuente: ECADI-03 Gráfico 3.10 Gráfico 3.11 Tolerancia por zona geográfica, en porcentaje Tolerancia por región, en porcentaje 81 78 80 80 77 71 72 65 60 50 40 35 Rural Baja Tolerancia Fuente: ECADI-03 22 20 19 20 5 29 28 Urbano Alta Tolerancia 0 Llano Alta tolerancia Fuente: ECADI-03 Valle 24 Altiplano Baja tolerancia Recuadro 3.7 Tolerar es… La base teoría de las políticas multiculturales era la concepción ilustrada de la tolerancia y el principio de diferencia del liberalismo político. La tolerancia ilustrada la planteaba como una virtud ética de lo público. Ella aludía a la disposición y capacidad de respetar las diferencias. Esta disposición era históricamente construida. “Es una virtud pública que consiste en no colocar las creencias propias como condición absoluta de la convivencia del otro”. Se distinguen dos formas de ejercicio de la tolerancia: la negativa y la positiva. La primera se refiere a la capacidad de soportar la diferencia y/o la discrepancia en función de algo que se considera más importante: la convivencia con el otro en decisiones que surjan de la deliberación racional común y no de la imposición irracional de la posición o creencia de una de las partes. Se tolera lo que no se comparte. La tolerancia no debe ser confundida, sin embargo, con la aceptación pasiva de lo éticamente intolerable. Ella significa 113 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 no excluir al otro del debate público, porque no comparte nuestros valores o nuestras creencias culturales. Significa incluir al otro en el espacio de deliberación común. El espacio público propio de las sociedades auténticamente democráticas no debe ser culturalmente homogéneo, nadie debe estar excluido del debate y de la deliberación común por motivo de que sus creencias, valores o costumbres contradigan o cuestionen las nuestras. Pero ello no conduce a la parálisis del juicio moral. Por el contrario la inclusión del culturalmente otro en el espacio del debate público es precisamente para ejercer la crítica reflexiva mutua. Lo tolerancia positiva consiste en situarse en el lugar del otro para comprender sus creencias y valoraciones desde dentro. “Comprender al otro, salir de nosotros mismos, nos permite también comprendernos a nosotros mismos de manera distinta de lo habitual” (Thibeaut, 1999: 59). Permite recrear nuestras creencias y costumbres. “La tolerancia modifica la manera de entendernos a nosotros mismos” (Ibidem:68). El mecanismo, racional y moral, de ‘darle al otro un lugar’- un mecanismo estrictamente paralelo al de ‘ponernos en lugar de otros’- es la modificación estructural que induce a la tolerancia positiva. La “comprensión del otro”, siempre mediatizada por nuestra situación inicial, no es sinónimo de justificación moral, es la antesala de la critica ilustrada. La tolerancia es una virtud cívica inseparable del ejercicio de la libertad de pensamiento y la solidaridad social. Este ejercicio es la condición de la convivencia en democracia. Fuente: Vega, 2003 a esta cierta uniformidad, puede verse que éstos últimos tienden a aumentar en las ciudades, los sectores más prósperos en lo económico y en el oriente del país. Sin embargo, este matiz no alcanza a disminuir la impresión de que la tolerancia baja es un rasgo generalizado en la convivencia entre bolivianos diferentes. Intolerancia política Por otra parte se preguntó a los encuestados si estarían de acuerdo con que un indígena llegue a la Presidencia de Bolivia en un tiempo incluso relativamente lejano (año 2025). Los gráficos 3.12 y 3.13 muestran con claridad que las expectativas políticas de los bolivianos son diversas. En muchos de ellos están arraigados fuertes núcleos de baja tolerancia respecto a los grupos indígenas y a sus posibilidades de acceso al poder político. Esta tendencia es tan fuerte que incluso está presente en porcentajes muy importantes entre los grupos que se reclaman a sí mismos como indígenas, pobres o del occidente del país. Sin embargo también vale la pena notar que la mayor aceptación está en el altiplano urbano y la menor, en los llanos urbanos. De la misma manera, la aceptación de una conducción indígena del Estado es mayor entre los pobres y mucho menor en los grupos altos y medios. En conclusión, si bien existe una incipiente interculturalidad que afirma la re- Recuadro 3.8 Solidaridad de procedimientos El pluralismo democrático debe asegurar la consistencia y la paz intercultural y no fomentar la discriminación ni la hostilidad entre culturas. En una sociedad abierta, el conflicto y el consenso son rasgos constitutivos de la democracia. Éste último tiene que estar asentado en las reglas para regular el orden y el conflicto, cabalmente porque una cultura de solidaridad en los procedimientos es un rasgo fundamental en la construcción del orden democrático. Fuente: Pizzorno, 1979 114 La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Gráfico 3.12 Porcentaje de personas a las que les gustaría "mucho" y "nada" que en 2025 Bolivia tenga un presidente indígena (por región) -50 -40 -30 -20 Altiplano urbano -10 0 10 20 30 40 50 -16 Altiplano rural 52 -17 Valle rural 50 -20 Llano rural 39 -32 Valle urbano 36 27 -35 Llano urbano 60 21 -43 Nada Mucho Fuente: ECADI-03 construcción de un nosotros nacional amplio, su culminación en una comunidad democrática de ciudadanos está fuertemente obstruida, debido a que una estratificación social más o menos cerrada ayuda a reforzar la discriminación étnica y obstaculiza la igualdad. Al mismo tiempo, existen en Bolivia bajos y peligrosos niveles de tolerancia social. En el plano político, esta obstrucción se acentúa con altos márgenes de Gráfico 3.13 Porcentaje de personas a las que les gustaría "mucho" y "nada" que en 2025 Bolivia tenga un presidente indígena (por nivel socioeconómico) 60 52 50 43 40 30 28 22 20 10 0 -10 -13 -20 -24 -30 -40 -34 -40 -50 Alto/ Medio alto Medio Nada Fuente: ECADI-03 Pobre Pobre extremo Mucho discriminación política contra el indígena, que no es admitido como futuro gobernante. De modo que Bolivia es un país con un multiculturalismo limitado, en el que existe un consenso claro en torno a la necesidad de contar con un manto nacional de pertenencia, aunque sin la indispensable inclusión y cohesión social que haría sostenible una identidad nacional suficiente para actuar como colectividad en el mundo globalizado. Nuestro multiculturalismo no ha permitido hasta hoy concluir la tarea de la cohesión nacional. Para ello, tendría que transformarse entonces en interculturalismo, es decir, en relación intensa de intercambio y complementación entre visiones distintas. Esta vía es, a nuestro juicio, la más fecunda para enfrentar los cambios que provienen de la globalización. El camino principal para alcanzar el interculturalismo planteado parece ser la elevación constante de los niveles de tolerancia entre bolivianos. Son objetivos vitales de esa faena la ampliación de la convivencia social y política. En ese sentido, la doble misión de fortalecer la democracia y apuntalar el desarrollo humano, tiene en la política boliviana a su principal campo de trabajo. Sólo en la medida en que el Estado se convierta en un bien institucional capaz de acercar a ciudadanos de distintos orígenes y mentalidades y generar rutinas de confianza, se podrá pensar en sacar al país de su actual bloqueo. 115 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Códigos de auto-comprensión de las identidades en Bolivia La identidad como relación, no como sustancia Ahora que hemos hecho un retrato aproximado del tejido identitario en Bolivia, nos corresponde auscultar su código de funcionamiento. Para ello, hacemos una breve antesala teórica y metodológica, para más adelante exponer los resultados de un análisis de contenido de los debates al interior de los ya citados 23 grupos focales. Como punto de partida, puede afirmarse que toda identidad, desde nuestra perspectiva, se edifica sobre la base de una doble operación. Por una parte, distingue a su portador de otros distintos a él, pero al mismo tiempo lo integra a un grupo mayor conformado por sus afines. En tal sentido, toda identidad posee, en simultáneo, efectos fragmentadores y cohesionadores. Así, se “es” alguien en oposición a unos, pero también en cercanía con otros similares. En síntesis, toda identidad separa y vincula al mismo tiempo. La sola mención a este juego de oposiciones y alianzas ya coloca a las identidades dentro de un ámbito de correlaciones y forcejeos de fuerzas, es decir, en la dinámica del poder, comprendido éste como una red cam- biante de arreglos y disensos (Foucault, 1976-1984). Por ello, puede afirmarse que toda identidad está conformada por un conjunto de destrezas y capacidades de comunicación, usadas por los individuos en sus habituales disputas intersubjetivas de poder. En esa medida, cada persona posee un abanico de identidades diversas, administradas en proporciones cambiantes de acuerdo a las relaciones que sostiene con sus semejantes. De modo que la identidad no es una esencia, sino una relación. Así lo plantea por ejemplo Jacob (1986) al señalar que las identidades se definen dentro de relaciones de sentido, las cuales, a su vez, resultan de relaciones de fuerza entre los diferentes grupos sociales en presencia.12 Cabe advertir que la posición contraria postula que las culturas tienen una especie de “alma” diferenciada, un núcleo inmutable afincado en el idioma o en una historia común. Este Informe no comparte tal criterio. Esta manera de concebir la identidad como una constelación de aptitudes empleadas al interior de un campo coyuntural de fuerzas, nos impulsa a pensar que ninguna identidad es sustancial e inmutable. Al contrario, las identidades podrían ser pensadas como espectros de variadas tonalidades, que se van reforzando o atenuando de acuerdo al ambiente que las rodea. Los individuos y grupos administran su identidad al calor de Recuadro 3.9 ¿Qué es la identidad? La pregunta por la identidad, entonces, ha de ser corregida, ya que lo decisivo no es quién/qué soy, sino qué soy en relación a los demás, quién y cómo llegamos a ser en/por/como consecuencia de nuestra relación. No hay nada más colectivo (más social) que la construcción de la identidad (De Lucas, 2003). El nosotros es un frente a otros. Este es un proceso que se lleva a cabo mediante una “operación” basada en el juego de las semejanzas y las diferencias, un proceso continuo de formación, transformación y conservación. Como individuo soy en otros, como nosotros ante los otros. No existen esencias identitarias totales, estáticas, excluyentes, esenciales, mediante la identificación de atributos constantes, estables, constitutivos de entidades inmutables. La identidad responde a las necesidades y deseos concretos, no a la fatalidad de la esencia cultural. Por eso son dinámicas y múltiples. Fuente: Vega, 2003 12 Jacob es claro al respecto cuando afirma: “El estatuto de indio o de blanco es imposible de remitir a los atributos de una identidad sustantiva, casi autónoma, con relación a cualquier historia social, depende antes que nada del lugar atribuido al sujeto por el juego de fuerzas político-económicas (…) hay construcción simultánea de las posiciones sociales, del ser individual y colectivo, y de sus definiciones simbólicas en una sociedad fluctuante fundamentalmente organizada por y para el poder. 116 sus necesidades, conveniencias, cálculos y deseos de optimizar su acción frente a los demás. Aún más, la mejor manera para hacer sostenible una identidad genuina es que ésta esté en constante relación y comunicación con otros. En ese sentido, las identidades, lejos de quedar estacionadas en un único repertorio simbólico, van mutando sus rasgos de manera flexible y activa. Ello produce una red de opciones de ruptura y eslabonamiento en constante transformación. Así, las herramientas identitarias de cada individuo terminan siendo organizadas de distinta manera de acuerdo al contexto y la interacción con los demás miembros de la sociedad. Por ello, puede decirse que lo decisivo en este campo es la sintaxis, es decir, la manera en que se ordenan los distintos componentes, y no tanto el contenido o esencia en sí de cada repertorio en juego. En un país multicultural como Bolivia, las identidades son quizás más relacionales aún. La coexistencia de diferentes repertorios simbólicos permite que los bolivianos accedan a un abanico extenso de modos de relacionamiento entre sí. El hecho colonial, primero, el republicano después y los avances de la modernización, han transformado el espacio identitario boliviano en un conjunto aún más complejo o abigarrado, como gustaba llamarlo Zavaleta (Tapia, 2002). De acuerdo a los antecedentes planteados, se podría descomponer el código de funcionamiento identitario en las siguientes fases: 1. Los individuos se oponen y definen en oposición a otra identidad (contra-iden- tidad versus identidad primaria o dura). Esta división refuerza la cohesión interna de los portadores de la identidad primaria. 2. Al hacer lo anterior, expanden estratégicamente su influencia incluyéndose en un núcleo mayor a fin de reforzar su primera oposición (identidad ampliada). 3. Luego se proponen complementarse con otras identidades similares o afines (identidad complementaria o suave). En este caso, los nexos no son tan fuertes, pero funcionan como mecanismos motivadores de la división inicial. 4. Finalmente, los individuos buscan neutralizar a las identidades irreductibles (para-identidad). Este hecho nos muestra que muy pocas veces se presenta una polarización absoluta y que además funcionan los terceros excluidos. La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Esta explicación por fases pone en evidencia que cuando se habla de identidad, generalmente debe abandonarse la perspectiva esencialista. Estamos ante un conjunto de referencias ampliables o restringibles, es decir, modificables de acuerdo a las situaciones particulares en las que se actúa. Cada persona posee referentes más próximos o lejanos, que compone e interconecta, según su necesidad. Claro está, sin embargo, que estas identidades se hacen con otros, pero desde raíces históricamente diferenciadas. La identidad no está históricamente predeterminada, pero tampoco es plenamente libre. Nuestra indagación dentro de 23 grupos focales en diversos espacios del país corrobora estas afirmaciones preliminares. Si bien en Recuadro 3.10 El nuevo racismo Según Michel Wieviorka, después del holocausto nazi, el racismo basado en la idea de que existen pueblos biológicamente inferiores y superiores, cayó en bancarrota. Y es que de ser un pensamiento, pasó a convertirse en un crimen, dijo Sartre por entonces. Pero ya en los años 80, se abrió paso un nuevo tipo de racismo, que reemplazó la proclamada jerarquía biológica por la noción de diferencias culturales. Ya no se habla de inferiores o superiores, sino de distintos, ni mejores ni peores, sólo de diferentes. Así, el nuevo racismo sostiene que cada pueblo posee particularidades culturales irreductibles e incompatibles entre sí. Dice Wieviorka, “el Otro, desde este punto de vista, es percibido como alguien que no tiene lugar en la sociedad de los racistas, se lo percibe como la negación de los valores o del ser cultural de ésta. Fuente: Wieviorka, 2002:26 117 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Recuadro 3.11 Siete clivajes En los diálogos dentro de 23 grupos focales, organizados por el presente Informe, se detectaron siete clases de clivajes o rupturas identitarias en el país. Se trata de distinciones fuertes que marcan el ordenamiento de las identidades en torno a ejes de distinción muy claros. A su vez, estos cortes viven constantes desplazamientos y reacomodos. Las citadas marcas identitarias son las siguientes: Actores enfrentados Referentes enfrentados Tipo de clivaje Gobierno – Pueblo Occidente – Oriente Indígena – No indígena Ricos – Pobres Convertidos- Por convertirse Migrantes – población originaria Agentes del orden – agentes del desorden gobernantes – gobernados centro-periferia tradición – modernización prosperidad – depauperación santidad – pecado adentro – afuera estabilidad – inestabilidad Político Geográfico Étnico Clasista Religioso Migratorio Generacional Como se podrá intuir, los grupos focales en cuestión contuvieron dentro de sí todas las rupturas identitarias citadas. Se consignaron a los siguientes colectivos: trabajadores de la castaña en Riberalta, mineros de Potosí, campesinos de Cliza, indígenas qaqachacas de Oruro y jalqas de Sucre, chiquitanos del Lomerío, dos tipos de migrantes bolivianos en Buenos Aires (clase alta y baja), grupos de clase baja, media y alta de La Paz, estudiantes del colegio Ayacucho, universitarios y gente pobre de la ciudad de El Alto, vendedoras del mercado Rodríguez de La Paz, de Montero y Santa Cruz, empresarios de El Alto, ejecutivos de empresas transnacionales, clase media urbana cruceña y tres segmentos religiosos pertenecientes a la prelatura del Opus Dei, a la Renovación carismática y a los pentecostales. Bolivia conviven y se enfrentan diversas identidades, es posible sopesar su capacidad para transformarse constantemente de acuerdo a las situaciones vividas. Se trata de una sociedad viva y abierta que se hace en sus múltiples relaciones. Las identidades en Bolivia Para abordar el tema, se hizo necesario elaborar una tipología a partir de seis códigos de relacionamiento intercultural, con los cuales se ejemplifica cómo los bolivianos parecen concebir su identidad.13 En ellos se perciben los clivajes señalados en el recuadro 3.11, pero de una manera dinámica y compleja.14 Los seis códigos registrados son los siguientes: 1. De oposición polarizada 2. De defensa múltiple 3. De adaptación flexible 4. Misionero 5. De péndulos regionales 6. De corporativismo asistencial 1. Código de oposición polarizada En este código encontramos una conformación de dos bloques nítidamente confrontados. Se trata de una manera de plantear la identidad muy propia del occidente de Bo- 13 La aludida división de los siete clivajes (ver recuadro 3.11) aún no alcanza a mostrar el dinamismo interno de las identidades, porque es aún una imagen estática, por ello se optó por la conformación de una tipología de seis códigos de relacionamiento intercultural. 14 Esta tipología de los códigos de relacionamiento intercultural es una primera muestra de las percepciones de los bolivianos que estuvieron en los 23 grupos focales elegidos. La tipología extrae elementos de la realidad, por tanto no es estadísticamente representativa. 118 livia, y con especial implantación en las clases más pobres. En este caso, la llamada identidad primaria suele tener un carácter étnico, regional-agrario o clasista-obrero. Al frente, esta distinción se diferencia de una contra-identidad generalmente conformada por el Presidente de la República, las autoridades del gobierno central, los partidos políticos, el empresariado y en algunos casos las Fuerzas Armadas o alguna potencia extranjera como los Estados Unidos. Esos son los dos polos de confrontación más ostensibles del esquema, lo cual excluye para-identidades neutrales o neutralizadas. Como se sabe, este ordenamiento reproduce en gran medida lo que desde el análisis político se conoce como el ideologema del nacionalismo revolucionario (Antezana, 1987), por el cual, la dualidad nación-anti-nación se convirtió en el eje ordenador de la confrontación política desde principios del siglo pasado.Más adelante, el arco discursivo fue reforzado y reproducido eficazmente por las corrientes marxistas e incluso neoliberales. Ante esa polarización, esta identidad primaria se concibe a sí misma como amplia- ble y complementaria con otras afines. Por ejemplo, en el caso de la identidad primaria obrera, su ampliación se produce entre los otros trabajadores y se complementa con las regiones a las que se considera próximas a ese patrón productivo y a las zonas de presencia indígena que se aproximan a un modo de ser proletario. Ese conglomerado global es lo que este código de identidad evalúa como auténticamente nacional o boliviano, opuesto, en consecuencia, al bloque en el poder. Frases en los grupos focales como “el gobernante tiene que ser boliviano, no empresario privado”, “que llegue esa plata a Bolivia, no a los q’aras”, “si uno es rico, nunca ha tenido dificultades, nunca va a manejar bien el gobierno entonces” o “cada partido tiene una cosa, gracias a nosotros tienen”, ponen en claro esa polarización entre un sujeto colectivo popular y un polo dominante y privilegiado. Los valores que vinculan claramente a esa amalgama enfrentada a la contra-identidad dominante son la laboriosidad, el sacrificio en el trabajo y el aporte material al erario nacional. En este caso se podría hablar de un ethos obrero, campesino o indígena, plan- La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Recuadro 3.12 El capital social en Los Andes Desde el inicio de los agudos conflictos sociales en Bolivia, desencadenados a partir de 2000, se tiende a pensar que las estructuras sindicales y políticas forjadas en la zona occidental del país buscan quebrantar las instituciones republicanas del país. Sin desconocer su capacidad desestabilizadora, es importante plantear como contrapunto la notable capacidad del mundo andino para construir organizaciones confiables, representativas y de gran capacidad de ejecución de tareas colectivas. Esa fuerza movilizadora ha sido considerada muchas veces como prueba de un alto capital social. En otras palabras, los habitantes de Los Andes despliegan su vida cotidiana cobijándose en diversas asociaciones (juntas vecinales, sindicatos, cooperativas), que resuelven los problemas más serios de la subsistencia económica, social y cultural. En el IDH 2000 se buscó medir esta tendencia. Allí se comprobó que mientras en América Latina el promedio de ciudadanos que participa en alguna asociación civil es del 55%, en las zonas rurales del altiplano boliviano este porcentaje sube al 82. Las organizaciones sociales en cuestión sirven sobre todo para realizar tareas comunitarias que en otros países serían confiadas al Estado. En ese sentido, el IDH 2000 reveló que mientras más se confía en las entidades locales, más se recela de las instituciones estatales. Por ello, las redes sociales construidas por la gente en Los Andes sirven ocasionalmente para resistir y enfrentarse al Estado, percibido como ajeno y a veces como expoliador. La enemistad entre una sociedad vigorosa y organizada y un Estado débil y centralizado ha generado sucesivas crisis de gobernabilidad en el país. La resolución de este bloqueo debería ser una tarea prioritaria de cara al desarrollo humano. Fuente: IDH 2000 119 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Recuadro 3.13 Códigos de auto-comprensión de las identidades en Bolivia Código de oposición polar Contra-identidad Código de adaptación flexible Código misionero Contra-identidades e identidades complementarias Identidad ampliada Identidad primaria Identidad ampliada Identidad complementaria Código defensivo múltiple contraidentidad Identidad primaria Identidad primaria contraidentidad contraidentidad Código de péndulos regionales contraidentidad Código de corporativismo asistencial Identidad primaria Identidad ampliada Identidad ampliada Identidad ampliada Identidad complementaria Identidad primaria Identidad primaria teado como contrapuesto a la lógica de la explotación, que caracterizaría a quienes gobiernan. Lo distintivo de este código de contraposición polarizada es la desconfianza profunda en las acciones de las autoridades, es decir, se proclama desde allí una falta de legitimidad de las instituciones públicas. Esa misma desconfianza impregna a todos quienes exhiben un determinado poder económico. En ese sentido, ser empresario o ministro tiene un significado similar para quienes oponen su identidad primaria y la de sus eventuales aliados, al bloque dominante en ejercicio del poder. Asimismo también se detecta una fuerte dependencia del Estado. La desconfianza y la dependencia marcan el tipo de relación entre los componentes de este grupo. De forma paralela, es indudable que la desconfianza en las instituciones y el Estado tenga como contrapeso una entrega militante a las organizaciones propiamente so120 Identidad primaria Identidad ampliada Identidad primaria Identidad ampliada (asistida) ciales y familiares que conforman la vida cotidiana de estos bolivianos. En general, los grupos focales que respaldan este código colocan mucho valor en el denominado capital social, es decir, en las redes de vinculación interpersonal que alientan un espíritu comunitario y de solidaridad en las sucesivas etapas de la vida (ver recuadro 3.12). Un capital social tan cuantioso como el que se percibe aquí podría ser un insumo importante para fortalecer nuevas instituciones, en la medida en que genera nexos de confianza entre los ciudadanos alrededor de acciones públicas relevantes. Sin embargo, la desconfianza crónica de las autoridades produce la bifurcación señalada entre una sociedad fuerte, aunque en desmedro del Estado. 2. Código defensivo múltiple Nuestro segundo código guarda muchas similitudes con el primero. El gran parecido inicial consiste en que la identidad primaria Recuadro 3.14 Kofi Annan entre líderes indígenas 14 de noviembre de 2003. Día soleado en La Paz, Bolivia. En el piso 14 de un hotel de cinco estrellas, Kofi Annan, el secretario general de Naciones Unidas, aguardaba, quizás ansioso, quizás sereno; su primera cita con un grupo representativo de líderes indígenas del país. Hace sólo tres viernes, en esa misma ciudad, un asedio implacable de aymaras bolivianos le había puesto punto final al gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, precipitando con ello la sucesión constitucional. Annan habrá advertido durante su bajada del aeropuerto, el olor a rebelión y barricada. Pues bien, en unos minutos más, estaría sentado frente a los autores directos de aquel alzamiento. Lo que el famoso ghanés no sospechaba es que abajo, en el salón preparado para la reunión, se desarrollaba ya un duro litigio por la apropiación de la palabra. Una hora antes de la cita, los 17 dirigentes invitados por Naciones Unidas celebraban una reunión previa para acordar las formas que tomaría su diálogo con el líder mundial. Surgía allí el primer problema a ser resuelto colectivamente. Muchos de los líderes invitados venían acompañados por una comitiva de ansiosos dirigentes intermedios. Su objetivo: que entren todos. En efecto, fuera del salón, más de un centenar de activistas sindicales y comunitarios esperaba poder, por lo menos, espectar el encuentro. Un bosque de whipalas (banderas andinas) y carteles ponía en claro que la excitación de octubre no terminaba de declinar. “Bueno, que pasen”, fue la concesión de los anfitriones, pero con la condición de que escuchen en silencio. Los facultados para hablar debían ser sólo los 17 invitados. Annan tendría entonces un encuentro con público. Presurosos, los empleados del hotel improvisaron dos hileras de sillas junto a la larga mesa de discusión. “Compañeros, no podemos tolerar estar sentados aquí junto a los asesinos de nuestro pueblo”. Menudo conflicto. Aprovechando que la llegada de Annan estaba prevista para dentro de 20 minutos, uno de los recién ingresados al salón tomaba la palabra para cuestionar la composición de la lista de líderes invitados. Y es que allí se encontraba también una diputada adscrita a uno de los partidos que co-gobernó con el depuesto Sánchez de Lozada. Cosa curiosa, un individuo que no fue invitado y al que se le había concedido excepcionalmente la posibilidad de ingresar, pasaba a exigir ahora la expulsión de quien incluso propuso el ingreso del público. De inmediato, el rechazo a la parlamentaria se generalizó entre los dirigentes más radicales apostados alrededor de la mesa. “Fuera, fuera, asesina…”, los correspondientes gritos. El público se convertía en hinchada desafiante. “Que si por favor pudieran guardar silencio, que aquella reunión no había sido convocada para evaluar la moral política de nadie, que el objetivo de la cita era conversar con Annan, no exhibir las diferencias entre los indígenas de Bolivia, que Naciones Unidas no puede permitir que una de sus invitadas salga del hotel, porque otros así lo exigen…” Nada. La reunión amenazaba con naufragar antes de siquiera soltar amarras. El grupo radical, público incluido, amenazaba ahora con dejar el lugar. ¿Qué hacer? Muy simple, en condiciones como esa, Annan no viene, cancelación entonces. A esas alturas, las tensiones ya estaban alcanzando su clímax. Presionada, dolida y legítimamente molesta, la diputada con quien los demás no querían compartir la mesa, abandonaba el lugar. El radicalismo se salía con la suya y retomaba sus asientos. Casi de inmediato, los guardaespaldas del Secretario general, bastante nerviosos por el aparente descontrol, procedían al decomiso súbito de banderas, interpretadas como potenciales armas contundentes. Se avecinaba un segundo enfrentamiento. ¿Qué hacer? En este caso, la solución se tornó más sencilla: un mástil. Así, en una acción relámpago, una whipala andina era colocada junto a la enseña boliviana y la de Naciones Unidas para tranquilizar simultáneamente a indígenas y guardaespaldas. La reunión ya podía comenzar. Pase señor Annan… ¿Lecciones? Algunas. La principal fue que una buena manera, es decir, una forma democrática de desactivar la intolerancia es un comportamiento incluyente y consecuente, capaz de valorar en serio incluso a quienes desdeñan a los demás. Sartori (2001) dice que una sociedad pluralista es aquella que acoge incluso a quienes la rechazan. Para reunirse con Annan, Naciones Unidas abrió las puertas a todos los que se atribuyen hoy una representación indígena y fue firme a la hora de defender su selección. Si bien sólo la salida de la diputada podía ayudar a continuar con la reunión, quedó intacto el principio de libre participación en el encuentro, ampliado incluso a quienes acompañaron a los 17 invitados. El mástil simboliza a su vez ese espíritu. Vista en manos del público, la bandera indígena era un peligro potencial en la mente precavida de los guardaespaldas. Vista en las manos del decomiso, el símbolo hubiera sido evaluado como el objeto del ultraje y la ignorancia del otro, en la mente de los dirigentes radicales. Ya en el mástil, la whipala encarnó una salida de consenso, y quedaba reconocida como emblema, junto a los otros estandartes. Quizás, extrapolando el análisis, sea esa la manera en que Bolivia pueda hallar la paz. Fuente: PNUD, 2003 121 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 tiene, en ambos casos, claros referentes ampliados y complementarios. La segunda es que el conjunto se construye frente a una contra-identidad, aunque en el presente código son varias, he ahí, ahora, la principal diferencia. Estamos hablando de un grupo social que se siente acosado por los demás, pero que no opta por la flexibilidad oportunista, sino por la confrontación, al igual que en el código de oposición polarizada. Esto se debe a que pese a su condición acosada y minoritaria, este grupo cree poseer suficientes armas para defender sus intereses. Quienes funcionan en esta estructura son los grupos focales formados por empresarios, ejecutivos de las firmas transnacionales y hombres de negocios. Éstos se sienten confrontados por ciertas élites sindicales y políticas de signo ideológico adverso, por los medios de comunicación que les otorgarían demasiada visibilidad a sus enemigos y por un gobierno que no los defiende adecuadamente (tres contra-identidades).15 Esos conglomerados juntos se plantean casi en la línea de una conjura planificada para borrar los intereses empresariales del mapa nacional. Sólo en algunos casos, estos adversarios aparecen como neutrales, tornándose paraidentidades. No es casual entonces que estos grupos desconfíen también de las instituciones, a las que no sienten próximas, sino más bien negligentes y vulnerables a las presiones de otros sectores. Es interesante observar la frecuencia con la que invocan la autoridad del Estado como mecanismo para resolver los problemas. En ello coinciden de manera nítida con los segmentos del primer código. En varias ocasiones se alude a la esperanzadora posibilidad de tener una lógica que anule la beligerancia social y permita el desarrollo del mercado. Las frases más frecuentes surgidas del primer y este segundo código son las siguientes: “Chile gracias a Pinochet, miren lo que es ahora”, “es la mano dura, tanto diálogo no funciona”, “en Chile la dictadura ha sido para progresar, pero la nuestra no ha sido para eso” o “hubiera valido la pena un golpe de Estado siempre y cuando la visión sea para mejorar al pueblo”. Es importante agregar que estas visiones acosadas han proliferado desde la aparición de agudos conflictos sociales en el país, so- bre todo a partir de 2000. Aunque sus portadores son principalmente los sectores de altos ingresos, también es posible encontrar ordenamientos de este tipo en las declaraciones de sectores pobres, principalmente cuando éstos se ubican en el clivaje generacional del lado de los mayores o padres de familia. En ese momento, predomina la condición de adultos preocupados por la estabilidad económica de las familias a su cargo y se debilitan otros planteamientos identitarios clasistas o étnicos. 3. Código de adaptación flexible Este tercer código nos muestra una manera muy distinta de concebir la identidad. Aquí ya no se percibe una polarización clara, sino una red de confrontaciones sucesivas, es decir, no simultáneas, en las que los aliados van siendo relevados de acuerdo a las circunstancias. Se trata de un tipo de identidad planteada en una situación de cerco como la anterior, de la que, sin embargo, emerge una fuga, alternando pactos con algunos de los responsables del asedio. Estamos ante una situación en la que la identidad primaria no se postula como lo suficientemente fuerte como para poder conformar un bloque constante y hegemónico. Esta situación de debilidad pone en claro, para quienes portan esta identidad, la necesidad de flexibilizar al máximo sus rasgos distintivos y por tanto, de utilizarlos de manera coyuntural y hasta cierto punto “oportunista”. Este manejo de las identidades lo encontramos con más frecuencia en la zona indígena del oriente boliviano y entre los migrantes bolivianos en el exterior. No por casualidad se trata justamente de pobladores conscientes de su condición minoritaria al interior de un conjunto más amplio. Eso los lleva a adaptarse a las circunstancias potencialmente adversas, aunque esto no los conduce, en ningún caso, a renunciar a sus destrezas identitarias, al contrario, las usan con más intensidad. Lo que cambia aquí son las tonalidades y los énfasis. Por todo ello podríamos hablar aquí de desplazamientos modulares o de adaptaciones flexibles. La identidad primaria, que participa de varios mundos culturales al mismo tiempo, es capaz de ir girando y 15 En varios casos, las organizaciones no gubernamentales son incorporadas a esta lista de adversarios. 122 Recuadro 3.15 The Other Bolivia Aunque después del 11 de septiembre del 2001, hubo una notoria restricción en la política de inmigración de los Estados Unidos, el flujo migratorio boliviano ha crecido significativamente durante las últimas cuatro décadas. La mayoría de los bolivianos busca en Estados Unidos las oportunidades básicas que su propio país les niega. A miles de kilómetros, la patria por el momento no tiene certeza ni destino ni camino. La patria adoptada ofrece en cambio una alternativa tangible para hacer realidad la Bolivia posible. The Other Bolivia no vive en condiciones precarias como la mayoría de sus compatriotas en suelo patrio, que sobrevive en los umbrales de la pobreza. The Other Bolivia percibe menos ingresos en promedio que la media del resto de país, pero gana y trabaja mucho más que en Bolivia, y también paga más impuestos que en el país natal. Hay bolivianos en los Estados Unidos que son millonarios, sobre todo los que tienen sus propias empresas de construcción o de reparación de casas. Pero también hay bolivianos que reciben asistencia social del gobierno para comida, vivienda y asistencia médica. The Other Bolivia extraña su terruño, pero es también racional y pragmática, porque prefiere la Bolivia posible y detesta la Bolivia a medias que dejaron atrás. Es también consumista, pero también ahorra y es altruista. The Other Bolivia es moderna, dinámica, empresarial, obedece la ley, está expuesta a otras culturas, es algo más amplia, busca lo mejor de los dos mundos y es solidaria pues envía semanalmente remesas a sus parientes en Bolivia para comida, agua, luz, estudios, o para amortiguar otros gastos. Pero The Other Bolivia es también tradicional, pues organiza pasanakus, hace prestes y challas, pasa Navidad como en Bolivia y regresa con frecuencia al terruño. Si Franz Tamayo analizase esta situación, explicaría que la diáspora boliviana en los Estados Unidos es la energía nacional renovada, pues el boliviano se hace autosuficiente con mucho esfuerzo y ante condiciones frecuentemente inhóspitas. Hoy, en varias actividades económicas de los bolivianos, hay asalariados angloamericanos, afroamericanos y otros latinos/hispanos. Tamayo también diría que la base de esta autosuficiencia está constituida por dos rasgos sobresalientes del carácter: la persistencia y la resistencia. Pese al crecimiento y la dinámica de la diáspora boliviana, al igual que en la patria de origen, los bolivianos en Estados Unidos están desintegrados y no se reconocen el uno al otro. Los cochabambinos por su lado, los cruceños por otro, los orureños con sus propias actividades... Los ex-ministros y ex-funcionarios que trabajan por lo general para el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tienen su propio estilo de vida, no se relacionan mucho con el resto de sus compatriotas y rara vez se los ve en los restaurantes bolivianos. Hace tiempo que la embajada boliviana se ha olvidado de los residentes bolivianos, excepto de las ex-autoridades. En cambio, la Bolivia trabajadora vive en otros barrios, come en restaurantes bolivianos y es la que más vigencia le da a sus tradiciones. Son estos también quienes quieren participar activamente en la política boliviana, y por ello piden una reforma constitucional que les conceda el derecho a votar en elecciones nacionales afuera del país. Otros prefieren explorar oportunidades políticas en los Estados Unidos y aprovechar del nuevo fenómeno que ha puesto a los latinos o hispanos al frente de la contienda política, por ser ahora la primera minoría. Los más asimilados a la cultura dominante se vinculan poco con la comunidad boliviana, y su punto de referencia ya no es la madre patria Bolivia, sino la patria adoptada. Explicar la diáspora boliviana en los Estados unidos no es tarea simple. Es como un rompecabezas, donde cada boliviano podría contar su propia historia. Bolivia es una nación compleja, plural y diversa. Esos rasgos han sido transportados afuera y se han vinculado con otros rasgos propios de la sociedad estadounidense. Los bolivianos de The Other Bolivia se han convertido en fuente de esperanza e inspiración para sus compatriotas. No sólo ha sido esa capacidad de afrontar el proceso migratorio y todo lo que implica, sino también su ejemplo de trabajo y su determinación de conseguir una vida mejor. Con confianza, auto-estima y motivación, el boliviano en los Estados Unidos no se ha diluido, no ha huido ni se ha replegado del desafío que implica la inmigración y alcanzar sus sueños. Más bien se ha afincado en una nueva tierra prefiriendo y manteniendo lo suyo, pero a su vez reafirmándose en sí mismo y comprobando que todos los obstáculos se pueden vencer con perseverancia. Al mismo tiempo, deja siempre entreabierta la posibilidad de repatriarse. Es decir, las dos facetas opuestas descritas por Tamayo allá en 1910 al referirse al carácter boliviano, la persistencia y la resistencia, ya no son separables en la diáspora boliviana sino que se refuerzan a favor de la autosuficiencia. En The Other Bolivia, estas dos facetas son ya una dialéctica que conjuga una nueva energía de supervivencia y vigor individual. Este análisis permite vislumbrar en contraposición al boliviano de Tamayo, la emergencia de un nuevo ser que opta por vivir afuera de una “comunidad cultural boliviana,” pero que le dice sí a la vida, al orden y a la ley y que no teme afrontar los riesgos de ser una criatura del mundo globalizado ni de la era de la información, algo cambiante, vasto e incierto, pero a su vez armónico y recreador. That is la otra Bolivia… Fuente: Berthin, 2003 123 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 124 aproximándose a diversas contra-identidades, asumiendo, al mismo tiempo, acercamientos paralelos según la situación. El ejemplo más emblemático de esto que explicamos es el de los chiquitanos de la región oriental de Bolivia. Entre ellos, de acuerdo a la información obtenida junto al grupo focal en la región, existen cuatro contra-identidades: los criollos blancos de la ciudad de Concepción, los indígenas guarayos, los integrantes de los sectores cruceños urbanos más prósperos y los indígenas del occidente del país. Frente a cada uno de ellos, los chiquitanos enfatizan algún rasgo específico de su identidad, moderando los otros a fin de viabilizar el acuerdo. Cuando se enfrentan a la identidad criolla de Concepción, se plantean como indígenas auténticos; cuando compiten con los guarayos, se adscriben a sí mismos a un buen manejo del castellano y destacan su naturaleza criolla; cuando necesitan distinguirse de los sectores urbanos económicamente poderosos de Santa Cruz, subrayan su condición subalterna y pobre; y cuando les toca compararse con el mundo indígena boliviano, destacan su diferencia con lo andino, remarcando su condición periférica y amazónica. Desde los grupos focales, estas cuatro distinciones sucesivas están expresadas en frases como “en Concepción es plagiar nomás, ellos hacen valer lo nuestro como si fuera de ellos”, “a veces nos confunden con guarayos, ellos el castellano no lo hablan bien completo”, “es la gente que tiene plata, esos nos van a dividir” o “poco se lleva al exterior de las costumbres del oriente, conocen a Bolivia por gente de poncho”. Este manejo flexible de cuatro tonalidades de una misma identidad múltiple es un desmentido a la predominancia de un esencialismo identitario en el país. En el uso de este código se percibe una desconfianza menor en las autoridades, que en realidad pasan a formar parte de ese tratamiento flexible, en el que no existen enemigos cerrados, sino sólo adversarios ocasionales. Aquí está ausente pues el miedo a una exclusión radical. A esto puede añadirse un optimismo ante las posibilidades de inclusión del contexto. Quienes manejan su identidad de esta forma sienten que el territorio que comparten con otros sujetos es capaz de acoger a todos sin grandes sobresaltos (“Bolivia es grande”), aunque, al mismo tiempo, repudian cualquier intento por fragmentar la integridad territorial del país (“Bolivia es chica”). La flexibilidad en el trato con los otros permite entonces una mayor tolerancia. Es fundamental aclarar que este código tampoco es exclusividad de indígenas del oriente o migrantes bolivianos (ver recuadro 3.15). En varias ocasiones, los otros grupos focales dejan percibir el uso frecuente de adaptaciones flexibles. De hecho, muchos aymaras o quechuas que migran a otras regiones asumen rápidamente esta conducta cambiante. Como vemos, el manejo de las identidades no es una destreza rígida y estamental, sino un conjunto de habilidades muy dependientes del contexto en el que se manejen. En ese sentido, cada persona va circulando a través de distintos códigos en diferentes momentos de su vida e incluso en el lapso de un solo día. 4. Código misionero El cuarto código registrado por nuestra investigación muestra un esquema distinto. En este caso, la identidad primaria carece de una clara contra-identidad y más bien se plantea en expansión permanente a fin de copar todo el espacio disponible, al que se considera como identidad ampliada. No es casual que este manejo de la identidad sea patrimonio de los grupos religiosos. Dado que su irradiación descansa en la interpelación a los individuos, toda persona particular es potencial objeto de conversión. En ese sentido, para estos grupos, la sociedad es un territorio a ser conquistado de manera gradual y sostenida. En tal sentido, en este código no existen identidades complementarias ni adversarias, porque todo es susceptible de ampliación en la medida que el discurso postula la salvación personal de cualquier individuo. En esa ruta, la máxima variación que puede encontrarse es el de una paraidentidad con la que sencillamente no se interactúa. Son grupos con valores sólidos, pero cerrados, que se fortalecen con el logro de metas de integración en un solo código de sentido: el religioso. Entre los grupos focales de identidad religiosa se escucharon frases como las siguientes. “por más perdido que esté, debemos orar por él”, “casi no nos metemos mucho en política”, “nuestro fin es promover la santidad en medio del mundo”, “le damos la bienvenida a todos, no se rechaza a nadie”, “la misión que tenemos es mostrar a Dios a los demás” o “no tenemos intenciones ni pretensiones presidenciales”. Por todo ello, frente a las instituciones, los portadores de una identidad de conversión conservan una cautelosa indiferencia (“toda autoridad es impuesta en la tierra por Dios”). Generalmente consideran que quienes gobiernan, lo hacen por disposición divina y que en ese sentido, son incuestionables. En esa medida, la extensión del espacio compartido es solamente una expansión de la identidad primaria. Otro rasgo importante de este manejo identitario es la fuerte desconfianza frente a la tecnología (“está trabajando con el mal”, “aparta a la gente de las cosas del Señor”, “son adoradores de Satanás”). Esta característica no está presente en los demás esquemas, en los que las personas sostienen que la tecnología tiene un papel positivo si el usuario así lo decide. En cambio, entre los grupos religiosos se la tiende a invalidar por sí misma. De cara al informacionalismo y los necesarios cambios en la producción y circulación de conocimiento, éste puede ser un límite importante a ser considerado. 5. Código de péndulos regionales No podría terminarse de configurar un mapa de las identidades y su funcionamiento en Bolivia, si no se consideraran también a las mentalidades regionales. En ese sentido, este código concibe un bloque identitario, agrupado en torno a la región, el cual, a momentos se enfrenta, y a momentos, se complementa con otros conglomerados regionales. Cada segmento en cuestión está unificado por determinados valores referidos al clima, la idiosincrasia, las tradiciones, la lengua y las maneras de vivir de sus pobladores. Al mismo tiempo, surge de allí un reclamo constante para que el Estado reconozca las singularidades de cada región y las haga parte de la institucionalidad. Estamos ante un forcejeo constante de mentalidades, que pueden plantearse como disolventes o convergentes de acuerdo al momento histórico que se esté viviendo. El extremo o límite final de este código es el separatismo, muy debatido en estos momentos en Bolivia. En muchos sentidos, la confrontación con contra-identidades regionales es explicada mediante la alusión a rasgos supuestamente esenciales (“los cambas son flojos”, “los collas son sucios”), que harían imposible una convivencia plena. Sin embargo, ámbitos como el mercado laboral, la escue- la, la fiesta, el disfrute de los medios de comunicación o las relaciones interculturales tienden a moderar esos impulsos disolventes. En cualquier caso, los principales fundamentos de este código tienen que ver con una actitud pendular que oscila entre la asimilación de los otros a los valores que se considera innegociables y la convivencia tolerante entre formas distintas de vivir. El clivaje dominante en este caso es el de “centro-periferia” y de la misma forma que en los anteriores códigos, tampoco es patrimonio exclusivo de determinados grupos. Como ya vimos en el caso de los sectores que prefieren el de “adaptación flexible”, allí también existe un discurso regional cuando las condiciones lo favorecen. La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo 6. Código de cooperación asistencial Por último, podemos considerar como diferenciada la manera en que las recién llegadas empresas transnacionales se sitúan dentro del contexto boliviano. Su código oscila entre el asedio constante, al que se sienten sometidas muchas empresas, lo cual coincide con el segundo código enunciado en esta lista, y un nuevo modo de relación con la sociedad, al que caracterizan como “ciudadanía corporativa” y que en muchos casos es mero asistencialismo práctico. En el proyecto de las empresas transnacionales está la idea de que éstas han empezado a reemplazar al Estado en ciertas regiones, y que por ello son blanco de demandas y reclamos constantes de parte de los segmentos más depauperados de la sociedad (“este es un país volátil”, “hay que evitar que la empresa se transforme en un donante perpetuo”). Esto las obliga a atender pedidos colectivos y convertirse en focos de asistencia social. Sin embargo existe también el proyecto de que las empresas deben formar parte de las fuerzas ciudadanas del progreso, evidenciando su compromiso por el desarrollo del entorno social (“hacer socialmente sostenible a las empresas”). En el marco de esas ideas, las transnacionales han intentado crear una serie de lazos con las comunidades adyacentes a fin de que su labor sea evaluada positivamente por los pobladores. De manera paralela, se esgrime también el argumento de que Bolivia es irrelevante en el mapa mundial de los grandes negocios y que mientras las empresas tienen innumerables opciones para inver125 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 126 tir en el planeta, el país sólo puede esperar que los hombres de negocios no se vayan, dejándola sin alternativas de desarrollo. En esa medida, el asistencialismo es concebido casi como un impuesto orientado a preservar la buena imagen del sector extranjero privado. Es indudable que dentro de los códigos reseñados, sólo éste parece tener rasgos exclusivos en la medida en que forma parte de las capacidades de acción de unas empresas mucho más poderosas económicamente que cualquier otro segmento de la población. Sin embargo el proyecto asistencialista ocupa un sitio importante dentro del imaginario boliviano, sobre todo de parte de quienes fungen como clientes del sistema.De hecho, las tendencias en pos de la igualdad, hoy tan vigentes en el país, exigen de forma sostenida una redistribución de la riqueza, a la que consideran concentrada en pocas manos. En cierta medida, este esquema es una de las posibles respuestas a la presencia de una oposición polarizada como la sugerida en el primer código analizado. das hacia otros comportamientos identitarios. Esa son las trayectorias reales de las personas y son indispensables a la hora de evaluar estas construcciones de identidad y relacionamiento. La Historia de Bolivia es un tejido intercultural por el cual viajan las identidades haciéndose y rehaciéndose dinámicamente. Esta ductilidad manifiesta nos permite constatar, ahora sí de manera global, la complejidad del entramado identitario boliviano y la imposibilidad de sostener un multiculturalismo cerrado sobre bases sostenibles. Este tejido plantea justamente el desafío de hacer aún más fluidas las conexiones entre las culturas y sus portadores a fin de alcanzar un contexto intercultural que los haga conciliables y por consiguiente representables ante el mundo. Creemos que un factor fundamental en ese propósito son los medios de comunicación y sus interacciones con la sociedad. A ello nos referimos a continuación. Como hemos comprobado a lo largo de este recuento, ninguno de los códigos explicados es patrimonio único de ningún grupo social. La aproximación de unos u otros a cada uno sólo pone en evidencia ciertas tendencias. En la práctica, los seis códigos pueden ser empleados por uno o varios individuos a lo largo de su existencia de acuerdo a la situación que se les plantee. Esta circulación fluida entre esquemas de identidad pone en claro que: - Los siete clivajes detectados (ver recuadro 3.11) no corresponden ni a un solo código ni a un segmento determinado de la sociedad, sino que se entremezclan y alternan de acuerdo a los contextos. - Los seis códigos explicados también son de uso diverso y sirven de espacios de comprensión y circulación fluida para los individuos y grupos. Traducido en términos más concretos, ambas conclusiones implican que una persona que proviene del código de oposición polarizada, que además es un indígena aymara, puede retomar valores regionales y culturales más amplios que el de su identidad particular, y a su vez, en determinadas circunstancias reafirmar una identidad boliviana fuerte. En ese sentido, los códigos más polarizantes contienen otros elementos de naturaleza étnica o regional que abren sali- Ahora bien, ¿cómo interactúan estos códigos identitarios entre sí y en relación al conjunto del país? Una evaluación aquí en ese sentido es arriesgada, porque no contamos con información relevante que dé cuenta de las formas complejas y puntuales que asume dicho proceso. Sin embargo es posible avanzar en algunas rutas hipotéticas que ayuden a conformar un panorama prospectivo. En general, puede afirmarse que, en la actualidad, el desarrollo de las identidades depende en gran medida de su interacción constante, frecuente y cada vez más intensa. Precisamente el impulso de la globalización en materia de comunicaciones e información ha hecho imposible el aislamiento de las culturas en el mundo. La industria cultural, alentada por el auge de las nuevas tecnologías, ha construido una plataforma global en la que todas las cosmovisiones y mentalidades tienen chances reales de presentarse más fácilmente ante los ojos del mundo. En ese sentido, una de las grandes paradojas de la globalización es que fragmenta con la misma fuerza que cohesiona. Como nunca antes, la exposición mediática de las culturas ha dado alas a la interculturalidad, aunque dicho proceso tampoco es simétrico, pues no todas las visiones tienen el mismo poder de irradiación e influencia. Así, hay Las identidades y los medios de comunicación oportunidades, pero también exclusiones. Por ello, puede afirmarse que la densa interconexión entre culturas y poblaciones, incluso al margen de los Estados nacionales, ha ensanchado las puertas a un multiculturalismo global con sus correspondientes exclusiones y resistencias. ¿Qué sucede en Bolivia en este terreno? Como lo han demostrado varias investigaciones y ésta misma, junto a la crisis de otros campos como el económico o el político, se ha generado un auge incomparable de la comunicación social. Los bolivianos hoy tienen un acceso mucho mayor a las ofertas informativas y de entretenimiento globales como no lo tuvieron nunca en el pasado (el 75% a la radio y el 54% a la televisión, fuente: INE). Por otra parte, sobre todo desde 1998, los medios bolivianos se han organizado en grandes redes, que si bien siguen actuando eficazmente en el plano local, coordinan además acciones nacionales de una manera estrecha y planificada. Han surgido en el país grandes grupos empresariales multimedia que enlazan redes de periódicos con cadenas de televisión, mientras una serie de emisoras radiales comunitarias y no gubernamentales se han asociado para competir con aquellas desde sus potencialidades locales. La modernización de los medios ha dado paso incluso a la llegada de capitales transnacionales, que han invertido en Bolivia más de diez millones de dólares desde 2000 (el grupo español PRISA). Gracias a ello existe ya una conexión directa entre el mundo global y los medios locales del país. Al mismo tiempo, como se observa en nuestros propios datos, la centralidad de la televisión (56% de alcance como promedio en los distintos ámbitos culturales, ECADI 03, gráfico 3.14), acompañada por el tradicional predominio de la radio (70% en promedio, ibidem) e incluso por una decisiva influencia de la prensa (47% de llegada al público en promedio, una vez por semana, ibidem) forman parte esencial de la vida cotidiana de la mayor parte de los bolivianos. Este dato nos está mostrando el gran impacto social que poseen los medios, sin cuya actuación pública no sería posible comprender el despliegue de las identidades. Así, puede decirse que los códigos locales ya no pueden mantenerse aislados ni de su propia exposición masiva ni de la influencia de otros que acceden a las redes de información en tiempo real. En el multiculturalismo global, todo tiende a conectarse entre sí, ya sea para integrarse de otra forma mayor o para articular nuevos bloques de diferenciación. En esa medida, cada identidad se ve cada día más expuesta al intercambio y al forcejeo, a la conciliación de valores o al enfrentamiento y Bolivia es parte de ello desde hace varios años. El ejemplo más claro de esto es la incursión de los idiomas nativos bolivianos al mundo mediático. Gracias a la radio y la televisión, las lenguas indígenas han fortalecido su vigencia y se han transformado en marca masiva de consumo entre las distintas generaciones y segmentos de esas culturas. El multiculturalismo ya está arraigado en los medios y éstos ya forman parte de él. Como vemos, los medios de comunicación social son columna vertebral de la interacción intercultural. Por sus escenarios circulan las herramientas de las identidades y es allí donde se valoran o devalúan. Al usar esas vías, éstas comparten los ámbitos de la sociedad-red y se hacen parte del mundo y sus opciones. De hecho, una pista vital en la ruta hacia un interculturalismo abierto es la posibilidad de que los medios alienten el reconocimiento y valoración de las distintas identidades en pie de igualdad, incluyendo y armonizando sus diferencias. Sin embargo, ello no depende exclusivamente de su predisposición para ello, sino de las capacidades internas reales que tengan las culturas para vincularse entre sí. Eso atañe naturalmente al manejo de códigos comunes o protocolos de comunicación que hagan viables y sostenibles estos nexos. Al igual que otras sociedades, Bolivia ha desarrollado, si bien de manera incipiente, diversos protocolos de comunicación que vigorizan el intercambio intercultural en su La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo Gráfico 3.14 Porcentaje de utilización de medios de comunicación por autoidentificación 80 75 72 70 60 50 54 48 67 66 70 62 52 46 43 38 40 30 20 10 0 Mestizo-Indígena Periódico una vez por semana Mestizo Indigena Radio diariamente Criollo y otros Televisión diariamente Fuente: ECADI-03 127 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 seno. Éstos han surgido de espacios de convivencia, donde los resortes de la opresión o la desconfianza han podido ser minimizados al máximo. Por lo general, se trata de ámbitos en los que no predomina la cultura escrita ni los conocimientos racionalizados, sino las interacciones icónicas, lúdicas y festivas. Son los espacios de interacción “cara a cara”, cargados de confianza y cercanía, que han ido permitiendo la edificación de puentes interiores en la fragmentada geografía cultural boliviana. Estos protocolos de comunicación tienden a activarse en algunas fiestas patronales, durante los encuentros deportivos, en los espacios mercantiles barriales como las ferias y mercados, mediante algunos consumos musicales intra-generacionales (el rock o la cumbia) o a través de ofertas narrativas diversas, muchas de ellas, provenientes del exterior como las telenovelas o los segmentos masivos de entretenimiento.16 En esos momentos y a través de mecanismos de comunicación no necesariamente formales, individuos de distintos orígenes culturales han vinculado sus experiencias vitales y forjado los gérmenes de una “comunidad imaginada” (Anderson, 1991). En algunas ocasiones, estas articulaciones se han venido dando gracias a una afinidad generacional, que coloca, por ejemplo, a jóvenes de diversas mentalidades dentro de un mundo compartido de ritmos, mitos, y rebeldías comunes. Uno de los retos a mediano plazo consiste en auscultar estos protocolos e incluso desarrollarlos a fin de potenciar la cohesión interna del país. Conclusiones La situación descrita obliga entonces a un doble desafío: Bolivia debe encarar las tareas pendientes de su construcción nacional en democracia, relacionadas con la puesta en vigencia de un espacio público legitimado por sus habitantes, pero, al mismo tiempo, tiene que encarar los retos externos e internos que tienden a debilitar su condición de necesario sistema nacional de acción colectiva. En otras palabras, la nación debe hablar en el mundo a nombre de un todo plural aún convulsionado y muy poco ave- nido. El agravante está en que además lo debe hacer en medio de un proceso tecnológico planetario que no necesariamente refuerza las identidades nacionales. El multiculturalismo limitado del país ha inhibido hasta hoy la conquista de la cohesión nacional. Esto se debe a que no se ha transformado en interculturalismo, es decir, en redes de intercambio y complementación entre visiones distintas. Esta vía es, como ya se dijo, la más fecunda para enfrentar los cambios que provienen de la globalización. En otras palabras, un prerrequisito para la integración provechosa de Bolivia a la sociedad de la información es la construcción de un sentido común, un nosotros o una identidad incluyente, que genere un clima de deliberación equitativo a fin de proponer metas colectivas de largo plazo. Por ello, la respuesta a los desafíos del futuro es fundamentalmente política y pasa por un manejo apropiado de una red compleja de referentes identitarios. En los hechos, las capacidades informacionales deberían contribuir a la construcción de un espacio público de deliberación que vincule creativamente a las distintas identidades bolivianas, pero también impulsar la inserción del país a los procesos globales en lo económico, político y cultural. En ese sentido, es posible imaginar a la interacción informacional como un protocolo de comunicación a ser desarrollado puesto que hasta ahora ha probado ser eficiente, al menos entre los jóvenes, que como se verá en el capítulo 5 de este Informe, fortalecen su convivencia mediante el Internet. Sin embargo, ¿es realmente posible caminar por esa vía?, en otras palabras, ¿resulta probable que las distintas identidades bolivianas se complementen y refuercen mutuamente con auxilio de las nuevas capacidades informacionales? De ese examen nos ocuparemos en las líneas que siguen. Al respecto, podrían plantearse dos escenarios. Por un lado, que la esencialización de las identidades, agravada por la pobreza, termine consolidando un bloqueo para las instituciones y los actores, con la consiguiente parálisis en los avances del desarrollo humano. Estaríamos hablando de la continuación de un círculo vicioso, en el que se niega 16 En este caso nos referimos a las “mediaciones”, teorizadas por J. M. Barbero (1988), para quien las ofertas masivas le devuelven al público una imagen, así sea distorsionada, pero imagen al fin de sí mismo. El autor cita como ejemplos al cine mexicano, a la telenovela brasileña o a la narrativa romántica de cordel. 128 al otro como posible referente complementario. El uso de las nuevas tecnologías, empleadas para articular identidades diversas con referentes externos al país, podría incluso agravar la situación de fraccionamiento de las mentalidades y acelerar la disolución de lo nacional visto como eje articulador de lo diverso. El otro escenario es justamente la situación contraria en la que el desbloqueo se produce en virtud de un compromiso de diversas disposiciones y capacidades abiertas al cambio. En ese sentido, éste es un escenario a ser construido y que por ello depende, en gran medida, del deseo y el empuje de los actores sociales comprometidos con las transformaciones. El mecanismo más apropiado para reforzar este escenario sería sin duda transitar del actual multiculturalismo limitado a un interculturalismo pleno, que es el cimiento mayor de un Estado, capaz de articular una comunidad de ciudadanos, tema abordado con mayor amplitud en el último capítulo de este Informe. En ese espacio legítimo de deliberación podría plantearse preliminarmente la conformación de un actor global con chances de intervenir exitosamente en los procesos mundiales. Por otra parte, puede afirmarse además que los manejos de identidades que implican una contraposición única o múltiple tienden a dislocar la unidad nacional y a generar un patrón de agregación excluyente. En esa misma medida, ambos códigos obstaculizan una deliberación entre iguales y hacen inviable la posibilidad de construir un nosotros amplio y acogedor. De igual manera, el código misionero, al plantearse como un adoctrinamiento unilateral y lineal, limita las posibilidades de un acercamiento democrático y horizontal entre diferentes. La condición de convertir a todos los distintos entorpece entonces cualquier posibilidad deliberativa. En este caso, las nuevas tecnologías pierden su carácter interactivo y flexible. Algo similar puede decirse de los códigos de péndulos regionales o de corporativismo asistencial. En el primer caso, puede percibirse una tendencia a la dislocación de la identidad nacional, que llevaría a una mayor fragmentación e invalidación de Bolivia como actor en la globalización. Sin embargo un arreglo satisfactorio entre regiones también puede abrir las puertas a una unidad basada en el respeto a la diversidad, aunque así como se plantea el código, esta salida virtuosa parece poco probable. En el segundo caso, la forma vertical en que se concibe la relación con el otro carente y necesitado, impide una deliberación, que por definición implica simetría y horizontalidad en el trato y el contacto intersubjetivo. En ese sentido, todo parece indicar que el código de adaptaciones flexibles es el escenario ideal para expandir e impulsar de mejor manera el desarrollo humano. Su notable ductilidad y el hecho de rechazar con claridad cualquier esencialismo hace de esta vía la más apropiada para encarar el doble desafío boliviano: ser nación con diversidades incluidas equitativamente y al mismo tiempo, ser nación en el mundo. En otras palabras, el código de adaptaciones flexibles aparece como el más compatible con la necesidad de construir un interculturalismo, fruto de una democracia consolidada mediante la deliberación. El hecho de que sus componentes principales hayan sido detectados en el seno de minorías como los chiquitanos o los migrantes bolivianos en la Argentina no significa que sea inviable o aislado. Como ya se ha señalado antes, este código es un lugar de paso transversal para muchos segmentos de la sociedad boliviana en el momento en que se enfrentan a un contexto que los obliga a pactar y llegar a acuerdos variables. De hecho, la colocación de Bolivia en el mundo se asemeja mucho a de una minoría como la conformada por los indígenas del amazonas. El país tendrá que hacer arreglos variables al situarse entre distintas fuerzas que podrían anularlo. Esa actitud flexible y abierta es pues la más recomendable a la hora de encarar un entorno potencialmente adverso. Otra de las experiencias fundamentales que deben asumirse como enseñanza de cara al desarrollo humano, es el uso de protocolos de comunicación, que hacen más fluidos los nexos entre grupos socio-culturales distintos. Nos referimos en particular a dispositivos simbólicos que interconectan y aproximan a ámbitos humanos diferentes. La fiesta, el deporte, el civismo, los gestos y ademanes, el mundo laboral e incluso los propios conflictos sociales generan modos alternativos de convivencia entre los bolivianos. Corresponde a los investigadores explorar estos protocolos a fin de vislumbrar maneras originales para generar la cohesión nacional. Como veremos más adelante, el informacionalismo es una de esas puertas abiertas y corresponde abrirla sin temor. La nación necesaria: en la ruta hacia el interculturalismo 129 Condiciones subjetivas para el informacionalismo Capítulo 4 Condiciones subjetivas para el informacionalismo Introducción Partiendo de la idea de que la realidad es lo que la gente cree que es (Moscovici, 2001), y que la posibilidad de un futuro mejor se aloja en los intersticios de la propia sociedad, este capítulo intenta conocer las condiciones subjetivas presentes hoy en día en la sociedad boliviana para enfrentar el desarrollo informacional. Sostiene que sin la disposición subjetiva de la gente para el cambio, es decir, a partir de sus emociones, proyecciones, actitudes u opiniones, no se podrán encarar eficientemente los retos de la globalización. Como se explica en el primer capítulo de este Informe, la emergente sociedad del conocimiento reestructuró la economía y las relaciones entre el Estado, la sociedad y las empresas. Estamos ante un nuevo patrón de desarrollo fundado en el conocimiento y en una revolución tecnológica, cuya velocidad de transformación es tan alta que hace difícil la adaptación de la sociedad, la cultura y la política. A raíz de estos cambios vertiginosos, la actual relación entre subjetividad y modernización debería estar hoy más plagada de tensiones que antes. La sociedad moderna se caracteriza por una esquizofrenia estructural entre función y significado o entre la red y el yo, lo que determina que los códigos de comunicación entre los segmentos más o menos ligados a los procesos económicos, estén sometidos a una gran tensión. Así, cuando la comunicación se rompe, los grupos sociales y los individuos tienden a ver al otro distinto como una amenaza. El 131 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 132 resultado de esta percepción es la exacerbación de la fragmentación social, el retorno hacia pensamientos cerrados y fundamentalismos excluyentes. El problema es que, como se argumenta ampliamente en el capítulo 3 de este Informe, la exclusión con fragmentación social puede derivar en una integración limitada, pasiva y perversa en la globalización, en la que el mercado termina incluyendo a pocos y rigiendo la vida de todos. Como se menciona en el primer capítulo, este es el camino hacia un proceso limitado, circunscrito a pocas personas y empresas, mientras la mayoría queda generalmente excluida. Desde el punto de vista del desarrollo humano, la alternativa no es autoexcluirse de la globalización, sino integrarse activamente, reemplazando la exclusión por el incentivo intenso de las capacidades de la gente a fin de que ésta participe de los beneficios de la sociedad del conocimiento. Una combinación adecuada de libertades y oportunidades es la base para impulsar dichas capacidades integrales a fin de actuar sobre uno mismo y la sociedad. Incrementar tales capacidades no es sólo un fin, sino que debe ser entendido como el medio fundamental para impulsar el desarrollo humano. La inserción de Bolivia en la globalización ha sido hasta ahora pasiva, con un saldo negativo muy alto en lo económico, social y político. Han crecido las brechas socio-culturales, la inequidad y el desempleo, mientras se ha dado una integración simbólica asociada a nuevas aspiraciones y expectativas. Este contraste dio lugar a una sociedad más compleja, acompañada por un creciente malestar socio-cultural, que empezó a manifestarse abiertamente en Bolivia en 2000 (PNUD, 2002) y que ha tocado extremos en 2003, amenazando la unidad del Estado, la sociedad y la nación. El capítulo precedente concluye que en Bolivia, una inserción activa en la globalización requiere de la configuración de una interculturalidad incluyente que configure un nosotros abarcador. ¿Cómo lograrlo?, ¿desde qué bagajes subjetivos?, es decir, ¿existen en Bolivia condiciones subjetivas para una inserción activa en la globalización y un desarrollo informacional?, ¿cómo se asocian las condiciones subjetivas para el informacionalismo con la exclusión económica y política vigentes?, y ya entrando en más detalles, ¿cómo se distribuyen social, generacional y regionalmente estas condiciones socio-cultu- rales para el informacionalismo?, ¿es posible hablar en Bolivia de regiones o grupos culturalmente más proclives al cambio informacional? y, por último, ¿es posible esperar que en Bolivia el desarrollo esperable se asiente en un recambio generacional? La idea de este capítulo al respecto, plantea que si bien existen condiciones subjetivas de apertura al cambio entre los bolivianos, también hay grandes bloqueos subjetivos para el desarrollo informacional. Es más, dichos bloqueos, en lugar de allanarse, parecen ir en aumento a partir de las estrategias de inserción limitada en la globalización, que han caracterizado los últimos 20 años. La hipótesis de este capítulo puede desglosarse en los siguientes aspectos: • La desconfianza se ha exacerbado como efecto de la exclusión económica y social e inhibe una mayor propensión al riesgo y a la innovación. • La extrema pobreza inhibe a su vez la capacidad de las personas para actuar, arriesgarse y proyectarse hacia el cambio informacional. • Las regiones en las que reside una mayor apertura al cambio y a la innovación, son aquellas que en los últimos años han experimentado un cierto liderazgo económico y nuevas oportunidades relacionadas con su dinamismo productivo. Por el contrario, allí donde la disposición al cambio y la innovación es menor, son las regiones donde las expectativas de un repunte económico son limitadas en el actual esquema de inserción pasiva en la globalización. • El recambio generacional no es base firme para esperar un futuro proclive al informacionalismo. Las nuevas generaciones muestran las mejores condiciones subjetivas para el cambio, pero éstas están bloqueadas por la desconfianza que parece incidir de manera particular en ellas. Siendo este un panorama desalentador, el análisis de los principales factores del bloqueo, su distribución geográfica y social y las diferencias y tensiones socio-culturales permiten vislumbrar algunas estrategias para revertir o atenuar las limitaciones subjetivas y potenciar las capacidades que el país requiere construir. En esto podría radicar la esperanza. Queda claro que enfrentar estos problemas de forma mecánica con meras políticas de acceso a tecnologías de información, resultaría no sólo insuficiente, sino poco efectivo. La tecnología sólo puede ser pensada como un componente más de una compleja y ambiciosa maquinaria socio-cultural y política que el país requiere poner a funcionar si desea tener chances de inserción activa y sostenible en la globalización.1 Algunas puntualizaciones metodológicas En este capítulo se analizarán las actitudes y opiniones de los bolivianos respecto al cambio, el riesgo, la apertura a la economía al mercado y a las nuevas tecnologías de información. Sin embargo el análisis no se queda ahí, sino que toma estas actitudes, creencias y opiniones como dato para aproximarse al sentido común o sistema de conocimiento socio-cultural que prevalece entre los bolivianos. En ese sentido, se analizarán las actitudes y opiniones de la gente ante situaciones hipotéticas concretas en las que se debaten la representación individual, el objeto representado y una representación sociocultural que pre-existe al individuo. En concreto, nuestro objeto de estudio no son propiamente las actitudes y opiniones de los individuos, sino el sentido común y el mundo simbólico en el que éstas se asientan y a través del cual las personas y grupos sociales tienden a interpretar las situaciones contextuales a las que se enfrentan en su vida cotidiana. Metodológicamente el análisis se orienta a señalar las similitudes, no las diferencias, es decir aquellas actitudes y opiniones que al ser comunes y consensuales para segmentos de la sociedad, permiten comprender la estructura básica de sentido. En términos de Moscovici (2001), nos referimos al sentido común a partir del cual distintos grupos sociales e individuos interpretan la realidad. El estudio se basa en las encuestas que el equipo de Desarrollo Humano ha venido realizando a partir de 1997, pero de manera particular en la Encuesta de Capacidades para el Desarrollo Informacional ( ECADI 2003), llevada a cabo en julio y agosto de 2003, en la que se indagan las actitudes y 1 2 3 opiniones de las personas frente al cambio, el riesgo y la innovación, el mercado y las tecnologías de información.2 A partir de los datos de dicha encuesta, se construyeron cuatro índices: el de cambio, el de riesgo, el de apertura de la economía al mercado exterior y el de apertura a las tecnologías de información, sobre cuya base está centrado el grueso del análisis.3 El capítulo está organizado en tres partes: - En la primera se analiza un núcleo hipotético de representación subjetiva frente a la globalización, basado en información ampliamente consensual. - La segunda parte trabaja la relación entre cambio, riesgo e innovación a partir de una matriz que interconecta estas categorías relacionándolas con los perfiles socio-demográficos, generacionales, socio-económicos y de auto-identificación étnica. - En la tercera parte se añade al análisis anterior el índice de disposición a la apertura de la economía al mercado externo y se discuten las percepciones de los bolivianos respecto a algunos de los principales rasgos de la economía global y de su incidencia en el ámbito nacional. El capítulo concluye señalando algunas orientaciones para políticas que apunten a mermar los bloqueos identificados. Gráfico 4.1 Bolivia: núcleo de representaciones socio-culturales frente a la globalización Se siente orgulloso de ser boliviano 96.9% 1 0.5 0 Desea abrirse e integrarse al mundo 84.9% No confía en los demás 89.2% Fuente: ECADI-03 Modernización y desconfianza: representaciones subjetivas de la globalización Cuando los bolivianos piensan en la globalización, lo hacen con una disposición abierta al cambio, aunque también desconfiada. Aspiran a abrirse e integrarse al mundo y a tener una nación cohesionada, aunque desconfían de los demás (ver gráfico 4.1). Por tanto, una primera constatación es que los bolivianos muestran una disposición abierta al cambio. Así, cuando se les pregunta si están de acuerdo en que Bolivia se integre en el mundo, el 80% manifiesta su aprobación. Si se les consulta si piensan Esto es importante dada la orientación de las estrategias que hasta ahora el país ha intentado desarrollar en materia de desarrollo informacional. Una explicación detallada del carácter, contenido y diseño muestral de esta encuesta puede encontrarse en el anexo metodológico. Ver en anexo metodológico el detalle de la construcción de cada uno de los índices, así como el tipo de escalas de medición de actitudes que se utilizaron. 133 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Gráfico 4.2 Porcentaje de acceso, uso y aspiración de uso de internet 100 96.6 80 74.7 60 53.3 40 25.3 20 3.4 0 Tiene No tiene Conexión a internet Ha utilizado No ha utilizado No ha utilizado(1) pero le gustaría Uso de internet Aspiración de uso Fuente: ECADI-03 (1) Tomando como 100% los que no han utilizado internet que Bolivia debe tener un amplio acceso a nuevas tecnologías de información, el 84% responde afirmativamente. A esto se añade el hecho de que cerca a un 80% de quienes no usan computadora (79.6%), dicen que desearían usarla si tuvieran la posibilidad y que la usarían sobre todo para mejorar su educación y la de sus hijos. Cuando se trata del uso de Internet, 71.3% de quienes no lo usan (74.7% de la población total), aspira a usarlo y lo usarían otra vez para mejorar su educación y la de sus hijos. Gráfico 4.3 Aspiraciones de manejo de códigos de modernidad por nivel socioeconómico, en porcentaje 94 90 73 La desconfianza 49 Alto Medio Fuente: ENAP-DH 1999 4 134 Bajo Asimismo, como ya mostraba el IDH 2000, cuando se pregunta a gente si aspira a manejar códigos de modernización,4 el 75% de la población total sí desea manejar computadora, aprender inglés, ser puntual, saber competir y asumir riesgos. Resulta también interesante constatar que no sólo en grupos sociales de niveles socio-económicos altos y medios, sino también en los de nivel bajo, estas aspiraciones son generalizadas (ver gráfico 4.3). En síntesis, los bolivianos aceptan y valorizan el paradigma del cambio tecnológico e informacional. ¿Cómo se puede entender la disposición básica de apertura al cambio detectada en esta sociedad? En principio, hay que tener en cuenta que la estructura de edades en Bolivia está fuertemente inclinada hacia la base (de acuerdo al último Censo Nacional de Población y Vivienda del año 2001, 49.20% de la población es menor de 20 años) y son precisamente los jóvenes quienes se muestran más dispuestos al cambio, al riesgo y a las nuevas tecnologías de la información (ver recuadro 4.1). Sin embargo tal vez esta no sea una explicación suficiente si no se toma en cuenta el propio proceso de modernización. Es decir, como plantea Appadurai (2001), todas las grandes fuerzas sociales tienen sus raíces en el pasado y han frustrado las aspiraciones de los modernizadores cuando éstos pretendían sincronizar los relojes históricos de distintas sociedades. Sin embargo, en el último tiempo asistimos a un quiebre general en la forma de entender las relaciones entre las distintas sociedades y el cambio. Según este autor, en este nuevo contexto, el cambio puede ser visto desde los medios de comunicación, los movimientos migratorios y el efecto de ambos en la imaginación colectiva, como elemento constitutivo de la subjetividad moderna (ver recuadros 4.2 y 4.3). Muy bajo Una segunda constatación medular es que los bolivianos son profundamente desconfiados de los demás. La desconfianza en Bolivia abarca todos los órdenes de la vida y no sólo las relaciones interpersonales, sino también la vida política e institucional. Según la ECADI-2003, el 95% no confía en personas extrañas y el 89.2% desconfía en ge- Se refiere a las capacidades que tiene el sujeto para moverse en una sociedad moderna. Recuadro 4.1 Dilemas infanto-juveniles Durante la Feria del Libro, realizada en la ciudad de La Paz en agosto de 2003, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) instaló dentro de su stand un juego interactivo, que atrajo a cientos de niños y jóvenes. Al finalizar el juego, la propia computadora les pedía a los participantes que escribieran una propuesta para mejorar la situación de Bolivia. De acuerdo al análisis de 702 respuestas redactadas por jóvenes de entre 4 y 25 años de edad, se observa que las nuevas generaciones desean un cambio de actitud de la población en general, y de las élites, en particular. El 21% de las propuestas plantearon una revolución en la conducta de las personas. En esos textos destacaban las palabras: solidaridad, unidad, igualdad, identidad, equidad, respeto, cooperación y consenso, así como una fuerte condena al individualismo, al racismo y a la discriminación. Para salvar el país, debemos “usar la cabeza”, dice Rodrigo (7 años) mientras Diana (6 años) desea “que la gente sea buena”. Por su parte, Magda (20 años) indica: “Bolivia al igual que el cuerpo humano consta de muchas partes, es multicultural, ¿por qué al igual que este cuerpo, no intentamos trabajar como uno solo?”. “Yo creo que siempre debemos estar unidos para ayudar a Bolivia, porque no es justo que el país esté así como está”, sentencia Rafael (11 años) al igual que Maria Grizel (de la misma edad): “Hay que entrar en consenso para salir adelante”. Para los niños, la idea de un cambio deseable para el país se expresa muchas veces en el plano íntimo. “Yo quiero ser una niña buena”, escribe Carla (6 años). “Yo debo ser amable con todos”, apunta Álvaro (8 años). “Deseo ser profesional y poder ejercer una carrera”, expresa Daniela (7 años). No se debe “nunca hablar con desconocidos”, coinciden Steffi y Mary, (10 años), aunque esa consigna en pos de la seguridad, sea difícilmente compatible con la deliberación, positivamente valorada por esta generación. Como segundo tema en importancia, las propuestas formuladas por los jóvenes apuntan a disminuir la pobreza (18.1 %), la cual está generalmente asociada a la falta de comida, techo y trabajo y encarnada por las imágenes de “campesinos y niños de la calle”. En tercer lugar, con el 14.7 % de las propuestas, los jóvenes insisten en la necesidad de efectuar un salto cualitativo en la educación. Debemos “mejorarla sin que existan establecimientos privados” sentencia Carla (23 años). “Los niños de escuelas privadas deben compartir con los de escuelas públicas para que mejoren las relaciones entre bolivianos”, escribe Verónica (15 años). El cuarto tema, con el 11.3% de las respuestas, relaciona la protección del medio ambiente a nivel local (La Paz percibida como una ciudad sucia) y global (el planeta se nos muere) con la basura, los árboles y el reciclaje. En quinta posición (6.4 %), encontramos a las numerosas propuestas que vinculan directamente la promoción activa de una niñez interesada en el futuro del país. Las dos siguientes familias de propuestas tienden a reflejar la ya aparentemente bien anclada asociación mental entre la necesaria renovación de la política (4.3%) y la lucha contra la corrupción (4.1 %). “Que cambien de Presidente”, sentenciaba Claudia (9 años) dos meses antes de la crisis de octubre de 2003 y de la salida constitucional del jefe de Estado. “Fuera la corrupción”, clamaba Mario. Esta casi generalizada admisión de la ecuación “política = corrupción” se encuentra sin embargo, mitigada por otra asociación mental, que lleva más bien a acatar el orden. Así, resulta interesante efec- tuar el paralelo entre los deseos expresados por Katuska (14 años): “Obedezcan a sus padres y serán felices” y Marco Andrés (8 años), debemos “cumplir con lo que el Presidente ordena”. Pero a medida que pasan los años, los jóvenes tienden a rebelarse frente a esa percepción paternal del gobierno, al mismo tiempo que reclaman más poder para ellos y el conjunto de la sociedad. Así Pablo (15 años) reclama una mayor “participación de la ciudadanía en la resolución de los problemas del país”. El clamor para una profundización de la democracia está muy presente. La meta final, a criterio de los jóvenes, consiste en “que lleguemos a ser potencia“. Lo dice Gonzalo (11 años): “cambiemos el mundo”. “Quiero que Bolivia sea grande”, concluye César (8 años). Las propuestas orientadas a una respuesta tecnológica a la crisis (2.4 %) son variadas. Daniela (23 años) se propone inventar “píldoras en contra de la mediocridad”; Ximena (14 años) planea “una máquina que reparta comida a los pobres”, Andrés (11 años) “un aparato que convierta las cosas normales en comida para los pobres”, Beatriz (22 años) trabaja en un concepto de “chupetes medicinales para los niños”, mientras Nicolás (9 años) quisiera una maquina “para limpiar el planeta”. Finalmente, en el plano económico, existe un fuerte consenso infantil y juvenil en que los bolivianos debemos promover el ecoturismo, el consumo y la exportación de productos nacionales. Sergio (9 años) sugiere que se “pague el sueldo cuando se debe” para reactivar la economía. En el terreno fiscal, un debate opone a los jóvenes que creen que debemos pagar nuestros impuestos como Pamela (14 años) con los partidarios de una reducción de los mismos como Fabián (12 años) y Pablo (23 años). Fuente: Análisis del “Juego Interactivo del Desarrollo”, Feria del Libro de La Paz (28 de agosto al 7 de septiembre 2003). 135 Recuadro 4.2 Los medios como herramientas para entenderse Los medios de comunicación electrónicos han transformado la mediación masiva al ofrecer nuevos recursos para construir la imagen de uno mismo, del mundo y hasta del discurso cotidiano. De esta manera, las historias de vida posibles de las personas se mezclan con las tramas del cine, los noticieros, los documentales o los periódicos. Porcentaje de gente que ve televisión Al respecto de los medios, según la ECADI 2003, el 70.8% de los bolivianos ve la televisión. De ellos, el 77.3% está frente a ese aparato a diario. Las preferencias televisivas en orden de importancia son: noticias nacionales e internacionales, películas, programas deportivos, científicos, de entretenimiento y de debate político (ver gráficos. De esta manera, por las múltiples formas que adoptan los medios (cine, televisión, teléfonos o computadoras), se instalan con rapidez en el centro de la vida cotidiana de las personas y entregan los recursos que hacen que hoy día la imagen del yo sea un proyecto de construcción cotidiana. Porcentaje de programas más vistos 60 54.7 Programas de debate político 50 Programas de entretenimiento 40 Programas científicos o educativos 29.2 30 20 Programas deportivos 16.1 Películas 10 0 Telenovelas Noticias Internacionales Diario Al menos una vez a la semana Nunca Noticias Nacionales 13.0 16.1 20.8 27.4 32.7 35.0 52.2 66.6 Fuente: ECADI, 2003 neral de los demás, porque piensa que la gente no es honesta. El IDH 2002 en Bolivia mostraba como el 54.1% de los bolivianos desconfía de las instituciones en general. A esto se suma un fuerte recelo de los partidos políticos, los líderes sociales y la denominada “clase política”. A la vez, los intensos conflictos sociales de los últimos tiempos estuvieron acompañados de muestras de desconfianza, tendencias a la fragmentación y fortalecimiento de posiciones particularistas entre líderes sociales y la comunidad (IDH 2002). ¿Cómo entender la desconfianza? La confianza es el contacto que establece una persona o un actor social con otro para aumentar con ello sus propias capacidades de acción. En este sentido, la confianza se definiría como una “apuesta sobre las acciones futuras de los otros” (Farro, 2001). A su vez, la desconfianza implica relaciones 136 desiguales de poder. Así, mientras el desbalance de poder no es extremo, se puede mantener la confianza entre las partes, pero cuando éste es muy grande, surge la desconfianza que puede llegar al extremo de invalidar la posibilidad de que el actor con mayor poder pueda entablar algún compromiso creíble con la otra parte (Ibidem). En ese sentido, la historia de Bolivia está plagada de desbalances extremos de poder que han alimentado la desconfianza hasta constituirse en un rasgo propio de la cultura nacional. Sin embargo la desconfianza, además de relacionarse con una carencia de poder, es también obra de una carencia de información y de transparencia. Así, no habría necesidad de desconfiar de alguien, cuyos procesos mentales fueran transparentes y si sus actividades fueran constantemente visibles (Giddens, 1977). En este sentido, la desconfianza denota escepticismo, es decir, una actitud negativa respecto a la integridad de los interlocutores, Recuadro 4.3 Bolivia, país de migrantes Las migraciones son un nuevo ingrediente en la producción de las subjetividades modernas. Así, deben ser pocos los bolivianos que no tengan un pariente, un amigo o un conocido que no haya salido de su lugar de origen. Según la ECADI2003, el 57% de los encuestados migró alguna vez a otra localidad, otro departamento u otro país. Las migraciones masivas son fundamentales hoy día, porque obligan a las personas a alejarse de las certidumbres de su hogar y país de origen y amplían sus visiones y aspiraciones de cambio. Características migratorias 0 10 20 30 40 50 60 Personas que alguna vez han vivido fuera de su lugar de nacimiento 48.8 42.4 Otro departamento Otro país 80 57.1 Otra comunidad o localidad Destino 70 8.8 Fuente: ECADI, 2003 pero también respecto a las pretensiones de validez de determinados sistemas nuevos o desconocidos para la gente. La noción de desconfianza hace referencia también a expectativas que se piensa que podrían ser defraudadas. Para Giddens (1977), la noción de confianza está estrechamente ligada a la de riesgo. Una persona que tiene la posibilidad de escoger, porque tiene claridad respecto a las alternativas a las que se enfrenta, tendrá también mejores chances para asumir riesgos. Desde esta perspectiva, en Bolivia, los extremos desbalances de poder, producto de una cultura y práctica política elitista y de la exclusión económica, social y política de amplios segmentos de la sociedad, exacerbada en el último tiempo, promueven la desconfianza del otro y respecto al futuro. La Nación Al mismo tiempo, el 97% de los bolivianos afirma sentirse orgulloso de serlo. Esto ocurre a pesar de las dificultades que ha enfrentado y enfrenta el país para construir un imaginario nacional, que incluya la diver5 sidad cultural, y una institucionalidad política y socialmente legítima. El capítulo 3 de este Informe discute la crisis del nosotros y de la nación, por lo que aquí nos limitaremos a decir que los valores de autoestima y unidad que podrían ser un enorme potencial para una inserción activa e incluyente de Bolivia en la globalización, en la práctica, al no poder plasmarse, se convierten en elementos simbólicos que más bien contribuyen a alimentar la desconfianza. En síntesis, el consenso que alcanzan tres factores, la disposición al cambio, la aspiración a tener una nación y la desconfianza, permiten aproximarse, al menos hipotéticamente, a un núcleo de sentido común, que estaría en la base de las actitudes de los bolivianos cuando piensan en el cambio moderno y la globalización. Por sus rasgos abarcadores y de consenso,5 se puede decir que estamos ante elementos anclados en el sistema de valores compartidos por los bolivianos y presentes en su memoria histórica. Éstos son tan amplios, que se encuentran por encima de contextos concretos y grupos sociales específicos, abarcan a todos, hombres y mujeres, jóvenes y adul- Una de las maneras como se llega a establecer cuáles son los elementos del núcleo de una representación social es precisamente por su repetición, son aquellos elementos que sobresalen por su mayor frecuencia de aparición y por su carácter consensual. Por supuesto, como se discute en Abric (2001), para establecer los elementos de un núcleo de representación de sentido, se requiere más que una medición cuantitativa de la frecuencia de aparición de un elemento, se requiere estudiar de manera cualitativa factores tales como su valor simbólico, su valor asociativo y su valor expresivo. Sin alcanzar aquí ese nivel de profundidad en el análisis cualitativo, es posible afirmar que en el discurso público, así como en las relaciones entre el Estado y la sociedad , el cambio, la nación y la desconfianza son elementos permanentes y reiterativos. 137 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 tos, a las distintas regiones, áreas urbanas, rurales y distintos estratos socio-económicos. Estas representaciones socio-culturales, anidadas en las mentes de los individuos, son una especie de pensamiento social sobre el cambio en la globalización a partir del cual la gente en Bolivia estructura sus actitudes, ideas, creencias y percepciones sobre la realidad concreta que vive y comparte. Ahora bien, para adentrarse en la siguiente sección del capítulo cabe preguntarse: ¿cómo se objetivan estas representaciones socio-culturales en contextos concretos de cambio? Esto dependerá de los grupos específicos de pertenencia de que se trate. En otras palabras, toda la información recibida y las situaciones concretas que una persona enfrenta, son leídas e interpretadas por la gente a través del núcleo de sentido común, histórica y culturalmente construido en una sociedad. Sin embargo, la forma en que éste es transformado en sistemas de saber concretos frente a situaciones y contextos específicos, depende de la experiencia, la vivencia y la interrelación particular de la persona dentro de su grupo específico de pertenencia (Abric, 2001). Consecuentemente, si bien el sistema de saber social es compartido y consensual, su objetivación en situaciones concretas es diversa y de hecho puede estar plagada de tensiones, como se verá en el acápite que sigue. Cambio, riesgo e innovación Hoy en día pensamos y actuamos en un contexto de profundos cambios. Asistimos a una fractura dentro de la modernidad, un cambio de época, uno estructural. Tal transformación se desprende de la sociedad industrial clásica y configura un nuevo contexto denominado “sociedad de riesgo”. Por ello, el riesgo puede ser definido como un estado que hace época, un atributo de la sociedad actual, vale decir que cada vez más, cuando las personas lo enfrentan, lo están haciendo con la incertidumbre en un sentido general, abarcador y abstracto con profundas repercusiones sobre su capacidad de acción. Es ese el marco de experiencia de la humanidad hoy día, una en la que el pasado aún predomina, mientras el futuro empieza a perfilarse y a introducirse por todas partes en el horizon- 6 138 te del presente. Las consecuencias de la globalización son cada vez menos controladas, aunque se aparente que sí lo son (Beck, 1997). En este nuevo contexto, la noción de riesgo tiene una connotación fundamental. En su acepción clásica, los riesgos eran personales, implicaban amenazas concretas, ligadas a la experiencia y coraje de cada uno.6 Ahora las amenazas ya no están ligadas solamente a la experiencia particular de personas o grupos sociales ni al lugar concreto de su surgimiento, sino que alteran la seguridad de las personas a escala global (Beck, 1998). Lo que pasa en un lugar determinado del globo puede afectar prácticamente la vida de la gente en cualquier otro sitio. Ejemplos de ello son las crisis económicas en el Asia, las repercusiones del terrorismo en Norteamérica, las catástrofes ecológicas o el comportamiento de los mercados financieros en el mundo. Otro rasgo que distingue el riesgo actual es que no se agota en la incertidumbre respecto al presente, sino que contiene esencialmente un componente de futuro. Vale decir que el riesgo se basa en la incertidumbre por los daños visibles ahora y lo que estos entrañan respecto al futuro. El riesgo es real en tanto es amenaza perceptible en el presente, pero al mismo tiempo, irreal, porque es simbólico o subjetivo como proyección de las amenazas del futuro. Esto incide en cómo actúa la gente hoy en función de las amenazas que supone tendrá que enfrentar más adelante. En ese sentido, se actúa o se deja de hacerlo en función de lo que se prevé que pueda suceder mañana. Por ejemplo, la anticipación del desempleo como angustia actual, pero proyectada como una amenaza mayor en el futuro, repercute en la vida, las decisiones y el estado de ánimo del presente (Beck, 1998). Al mismo tiempo y a pesar de la connotación de amenaza y de creciente incertidumbre, la capacidad de asumir riesgos adquiere ahora una importancia trascendental debido a que está muy relacionada con la capacidad de innovación. Por ejemplo, una predisposición hacia el riesgo es considerada hoy la fuente misma de la energía orientada a la creación de riqueza en una economía moderna (Giddens, 2000). El riesgo es una dinámica que moviliza a una sociedad En una sociedad como la boliviana en la que una mayoría se ha debatido históricamente y en la actualidad, enfrentada a una lucha cotidiana por su sobrevivencia, cada día implica enfrentar un nuevo riesgo. que quiere conquistar su propio futuro y que está dispuesta a renovarse y a innovar en muchos planos para conseguirlo. En Bolivia, como se vio en el anterior acápite, hay una actitud abierta al cambio, expresada en una amplia disposición a abrirse e integrarse al mundo y una aspiración al manejo de códigos de modernización. A esto se suma que más de la mitad de los bolivianos (55%) opina que Bolivia tiene que modernizarse, aunque pierda algo de su cultura y una abrumadora mayoría (84%) considera que el país debe tener amplio acceso a las nuevas tecnologías de información, porque éstas contribuyen al desarrollo del país (ver gráfico 4.4). Los datos de la ECADI-2003, muestran además que la mayoría (65%) muestra un actitud abierta a situaciones adversas al coincidir con la frase: “siempre se puede salir adelante y empezar de nuevo». Frente a una competencia abrumadora, el 77.9% “trata de mejorar su propio trabajo” y poco menos de un cuarto de la población dice sentirse entusiasmada por una situación que le exige nuevas habilidades (cuadro 4.1). Sin embargo, la apertura al cambio contrasta en Bolivia con su aversión al riesgo. Mientras el 75% de la población se muestra favorable al cambio, sólo un 35% está dispuesto a arriesgarse. Por ejemplo, enfrentados a una situación de riesgo relativo como la migración que permitiría mejorar sus condiciones de trabajo y duplicar sus ingresos, la mayoría estaría dispuesta a enfrentar riesgos menores Condiciones subjetivas para el informacionalismo Gráfico 4.4 Apertura a tecnologías de información (en porcentaje) Las computadoras y el Internet están mejorando nuestra vida 70 Las computadoras y el Internet aportan al desarrollo del país 68 Las computadoras y el Internet también sirven a la gente pobre 59 Las computadoras y el Internet enriquecen nuestra cultura Hoy en día no se puede vivir sin computadora y sin Internet 54 49 Fuente: ECADI-03 Recuadro 4.4 Los indígenas y el Internet Desde la conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América, en octubre de 1992, varios países del continente han experimentado el resurgimiento de las identidades indígenas. En Guatemala, con la entrega del Premio Nóbel de la Paz a Rigoberta Menchú (1992), en México con el alzamiento zapatista de 1994, en Ecuador con el derrocamiento del gobierno en 1997 o en Bolivia con la gran votación obtenida por el candidato Evo Morales, los discursos políticos se han vestido con tejidos multicolores, reivindicando la diversidad y el fin del colonialismo. Muy lejos de lo que podría suponerse, los movimientos indígenas han roto fácilmente su aislamiento y se han transformado en actores globales. Esto es tan evidente que su presencia internacional se amplía cada vez más mediante la red Internet. De acuerdo a un estudio de Manuel Chiriboga (2003), en la década de los 90, la mayor parte de las organizaciones indígenas construye sus propias páginas electrónicas gracias al apoyo técnico de fundaciones internacionales como Nativeweb. En inicio, la nueva herramienta de comunicación simplemente pasó a reemplazar al fax o al correo aéreo. Sin embargo el proceso de integración al mundo no se detuvo. Actualmente, el 80% de las organizaciones indígenas del Ecuador tiene acceso a Internet. Otro de los pasos ha sido la inscripción de los dirigentes y activistas de base en listas de distribución de textos. Esta práctica ha proporcionado, dice Chiriboga, un sentido de comunidad al tener la posibilidad de repartir documentos de manera descentralizada y horizontal. Pero, sin duda, el cambio más importante ha sido comprender que el movimiento indígena trasciende las fronteras nacionales. Por primera vez se percibe la necesidad de ganarse a la opinión pública internacional e influir en los organismos globales de gobernabilidad. En el caso del Ecuador, ya existe una agencia de noticias llamada “Pachamama”, orientada a dar la batalla por la información, y en el de la Fundación Menchú, se patrocinan videoconferencias sobre temas de interés general que articulan a los movimientos de Sur, Centro y Norteamérica. Son las fuerzas locales que se vigorizan entre sí descubriendo sus parentescos y diferencias, aprendiendo de las experiencias de los otros y distinguiendo nuevas sendas. Este hecho muestra que la globalización proporciona oportunidades incluso para oponerse a su curso y modificar su naturaleza. Fuente: Chiriboga, 2003:58-64 139 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Gráfico 4.5 Disposiciones subjetivas favorables a…. 80% 75% 70% 60% 50% 45% 40% 35% 30% 22% 20% 10% 0% Mercado Riesgo Fuente: ECADI-03 Nuevas Cambio tecnologías decir, abierta a encarar cambios como la integración al mundo o el aprendizaje de las nuevas tecnologías, y restringida cuando se trata de encarar riesgos? Como se veía antes, la apertura al cambio parece estar estrechamente relacionada con la modernización introducida sobre todo a través de los medios de comunicación y las migraciones, que hacen que la experiencia de la gente esté cada vez más liberada de sus ámbitos más inmediatos de socialización y expuesta a intensos procesos de integración simbólica. A su vez, la disposición al riesgo se presenta en Bolivia como una construcción subjetiva más compleja, porque, como veremos, involucra a la confianza. Cambio y riesgo y sólo en una proporción cercana al 25% se animaría a cambiar enfrentando un riesgo mayor. De la misma manera, el 27.1% preferiría quedarse con su trabajo actual, aunque éste no satisfaga del todo sus expectativas. El 26.7% se cambiaría de empleo si le ofrecen no sólo condiciones considerablemente mejores, sino también una garantía de permanencia de por lo menos cinco años. Menos de la mitad (46.2%) estaría dispuesto a perder su seguridad de trabajo actual a cambio de mejorar sus ingresos. Frente a una posibilidad incierta de duplicar su patrimonio, alrededor de 75% preferiría preservarlo en su volumen actual (ver cuadro 4.2) ¿Cómo se puede entender estas disposiciones aparentemente tan contradictorias, es La correlación entre las disposiciones al cambio y al riesgo da cuenta de la actitud de las personas frente a la modernización y la integración simbólica, además de la confianza subjetiva en el otro y en el futuro, lo que les permite actuar frente a la incertidumbre. En otras palabras, la correlación entre cambio y riesgo habla de cómo las personas gestionan sus aspiraciones y evalúan sus opciones y posibilidades de futuro. Cuando en Bolivia se contrastan la disposiciones favorables al cambio y al riesgo, la confluencia de estos sólo alcanza al 27.3% de la población. Podría denominarse a esta una situación como de adaptación pragmática o instrumental, puesto que combina una inclinación al cambio con una actitud pro- Cuadro 4.1 Actitudes de cambio, en porcentaje Frente a una fuerte competencia, ¿qué hace? ¿Cómo se siente frente a una situación de trabajo nueva? ¿Qué piensa frente a la adversidad? ¿En qué momento histórico ha estado mejor el país? Fuente: ECADI-03 140 Baja Media Alta Total Hace todo lo posible para eliminarla 5.4 Los imita o se asocia con ellos 16.5 Trata de mejorar su propio trabajo 77.9 100 Preocupado 66.1 Motivado - Entusiasmado 33.8 100 Es cosa del destino, sólo podrá salir adelante con ayuda 34.3 Siempre se puede salir adelante y empezar de nuevo 65.7 100 Lo mejor está recién por venir 27.9 100 Antes 64.3 Ahora 7.7 Cuadro 4.2 Actitudes de riesgo, en porcentaje Le han ofrecido irse a otro país donde le ofrecen un mejor trabajo y doblarle sus ingresos Baja Media Alta Total Enfrentaría la nostalgia de su país y la lejanía de sus seres queridos 45.4 Enfrentaría el desarraigo de sus hijos y la discriminación 30 Enfrentaría la violencia física que puede atentar contra su vida o la de sus hijos 24.6 100 Se cambiaría de trabajo si le ofrecen doblarle el sueldo y un contrato por solo un año 46.2 100 Tiene un trabajo aceptable pero no alcanza a sus expectativas, aunque goza de una cierta seguridad laboral No se cambiaría de trabajo 27.1 Se cambiaría de trabajo si le ofrecen doblarle el sueldo y un contrato de 5 años 26.7 Es comerciante y tiene un pequeño capital que quiere hacer trabajar. Se ha enterado de que puede comprar mercadería en la frontera y venderla en la ciudad, pero la frontera es peligrosa y hay robos, asaltos y hasta asesinatos Se queda con su pequeño capital antes de correr riesgos 75.2 Hace el viaje y el negocio con la posibilidad de duplicar y triplicar su capital 24.8 100 Ha heredado una casa de sus padres que la heredaron de sus abuelos, al mismo tiempo tiene la posibilidad de emprender un negocio que promete ser próspero que requiere un buen capital de arranque Se queda con la casa y renuncia al negocio 76.6 Vende la casa y hace el negocio 23.4 100 Fuente: ECADI-03 activa sobre el futuro (gráfico 4.6), a pesar de las señales adversas del entorno. Entretanto cerca de un cuarto de la población (17.7%) tiene una baja disposición al riesgo y al cambio al mismo tiempo. Esta situación podría denominarse como de inseguridad material básica. En ella no existe capacidad para manejar la incertidumbre, pero aparentemente tampoco una para aspirar a cambiar. Se trata del segmento opuesto al anterior, que representa una barrera para el desarrollo humano e informacional. Revisten particular interés los dos segmentos siguientes: el primero por aglutinar a una mayoría relativa respecto al conjunto y el segundo porque, aún tratándose de un grupo relativamente reducido, merece una atención especial por sus proyecciones futuras. Ambas agrupaciones generan demandas y presión sobre el Estado. Poco menos de la mitad de los bolivianos (47%) posee una disposición abierta al cambio, aunque no es proclive al riesgo. Se trata de una mayor exposición a la modernización y la integración simbólica, asociada a una alta desconfianza, inseguridad y es- cepticismo respecto a la orientación de ese cambio. En una situación como ésta, en la que el recelo respecto al futuro bloquea la capaGráfico 4.6 Matriz de disposición de "cambio" y "riesgo" Riesgo Alto 7.9 % 27.3 % Cambio Alto Cambio Bajo 17.7 % 47.0 % Riesgo Bajo Fuente: ECADI-03 141 Recuadro 4.5 Los ámbitos de la confianza Como se sabe, la confianza se estructura normalmente en contextos localizados e íntimos. El primer contexto para ello es precisamente la familia y todas las relaciones de parentesco basadas en conexiones sociales fiables. Algo parecido puede decirse de la comunidad local como ámbito de relaciones sociales y garantía de solidez en el tiempo. La religión ha sido también un medio para consolidar la confianza, al igual que la tradición vista como forma para organizar las prácticas, las creencias y la temporalidad. Por ello mismo, el impacto de la separación espaciotemporal que caracteriza a la sociedad actual, así como la intensa secularización vigente, desconectan algunas de estas relaciones básicas de confianza de sus contextos más inmediatos. Hoy en día lo local y lo global están entretejidos de manera estrecha (Giddens, 1997). Así, mientras se incrementa la distancia de los individuos de sus ámbitos de relación más próximos, en general la confianza declina, pues ésta no se extiende naturalmente hacia los ámbitos deslocalizados, sino que se recluye en los entornos más cercanos e inmediatos como la familia. De acuerdo a la ECADI-2003, en Bolivia el 73% de la gente deposita su confianza en los miembros de su familia, mientras que sólo un 15% lo hace en sus amigos, un 10.2%, en sus compañeros de trabajo, apenas 7.4%, en las personas de su barrio o comunidad y sólo 2%, en personas desconocidas. Es más, el índice de confianza ha disminuido en Bolivia. Pasó de 77.1 en 2001 a 89.2 en 2003. Como se sabe, la confianza, que permite enfrentar el riesgo, suele ser depositada cada vez más en compromisos anónimos y por tanto, está muy motivada por señales simbólicas. En Bolivia, en la actualidad, la confianza no está siendo reforzada por señales públicas que inviten a asumir dicha actitud. Como se muestra en el capítulo 3, el Estado- nación, en torno al cual se organizó la vida política del país, sigue siendo un proyecto inacabado, debilitado y sumido en una encrucijada entre las demandas internas y las presiones externas de un mundo globalizado. Aunque en Bolivia existe una fuerte aspiración de tener una nación, no hay una cohesión social que sustente tal aspiración. Hoy en día, predomina un multiculturalismo limitado, asociado a la presencia coincidente de una estra- tificación social y étnica de sello colonial. Por su parte, el Estado está cuestionado en su legitimidad y estabilidad, y en gran medida, ya dejó de ser un interlocutor fiable. La imagen del Estado–padre, que sostenía una estructura simbólica de amparo y confianza, se ha resquebrajado. Por otra parte, el Estado y la sociedad parecen estarse relacionando ahora de una manera perversa, por lo que no necesariamente hay coherencia entre lo que se hace y se dice. Esto tiene que ver, por ejemplo, con la corrupción instalada en todas las esferas y ámbitos de la sociedad. Posiblemente los factores que más restringen la confianza en el otro y en el futuro sean la pobreza y la desigualdad. A esto se ha sumado también, como muestra el IDH 2002, la mejora de algunos indicadores sociales claves como el de la educación. Estos aspectos llevaron a un mayor escepticismo de la integridad de las personas y la eficacia de los sistemas expertos en su labor de disminuir la desigualdad. Al mismo tiempo, generaron expectativas, que al no poder ser adecuadamente canalizadas, derivaron en frustración y aumento de la desconfianza. Porcentaje de niveles de confianza interpersonales Niveles de confianza 90 Una persona de la calle Gente del barrio o comunidad Compañeros/as de trabajo 2.6 89.2 77.1 80 70 7.4 60 50 10.2 40 Amigos/amigas Miembros de su familia 15.0 30 73.2 22.9 20 10.8 10 Fuente: ECADI-03 0 2001 Confianza alta 2003 Confianza baja Fuente: Para el 2001 ECP -01 y para el 2003 ECADI-03 Fuente: Elaboración propia 142 Condiciones subjetivas para el informacionalismo Recuadro 4.6 La política como constructora de la confianza En el plano de la política y la cultura, las reformas iniciadas en Bolivia a mediados de los 80 han sido excluyentes. Implicaron cambios en el ámbito de la ciudadanía a través de una confluencia perversa entre un proyecto político participativo, que tuvo su momento trascendental con la recuperación de la democracia, y un otro que, a partir de mediados de los 80 buscó dar estabilidad a las reformas estructurales a través del pacto entre élites inter-partidarias. La confluencia perversa radica aquí en el hecho de que ambos proyectos aspiraron a contar con una base de participación activa de la población, aunque desde perspectivas distintas. Es así que la participación política de la sociedad es interpretada simbólicamente, desde un lado, como una acción perturba- dora de la modernización y un signo de atraso, mientras la ciudadanía es pensada, desde otro lado, como una gestión activa de la modernización, aunque restringida en lo político (Dagnino, 2003). De esta manera, debido a su experiencia histórica, los rasgos de los movimientos sociales y su tradición de movilización popular es posible suponer que la desconfianza en Bolivia vive en la memoria histórica de amplios sectores (Calderón, 1999), y allí encuentra un ámbito de oposición a la globalización debido a la exclusión económica, política, material y simbólica vigentes. Como vemos, se trata de un panorama que no aporta elementos materiales ni simbólicos que permitan a los bolivianos mirar el futuro con confianza y seguridad. Fuente: Elaboración propia cidad de actuar y arriesgarse, pero donde al mismo tiempo, existen aspiraciones de cambio, la salida lógica parece ser una demanda al Estado, o en definitiva, la protesta social a fin de que las autoridades generen las señales propicias de confianza para que los individuos puedan arriesgarse y perseguir sus metas transformadoras. Esta argumentación se refuerza con el hecho de que a pesar de los cambios en el rol del Estado a partir de la estabilización de mediados de los 80, la mayoría de los ciudadanos le atribuía a éste en 1999 la principal responsabilidad en el impulso del desarrollo del país (ver gráfico 4.7). Es por eso que las demandas ciudadanas van frecuentemente dirigidas a las entidades estatales. Por último, un grupo reducido de la población (7.9%) tiene una actitud favorable al riesgo, pero carece de una disposición a cambiar. Son aquellos que se arriesgan, pero para no cambiar. Parecería tratarse aquí de un grupo portador de un rechazo deliberado de la modernización, entre otras cosas, porque no ve en ella una opción de futuro. Una mirada de conjunto muestra aquí un mapa de capacidades de cambio y riesgo muy diverso en el que se presentan toda clase de tensiones, lo que sin duda contribuye a exacerbar la fragmentación social. Hagamos a continuación un análisis más detallado de cada uno de estos cuatro grupos a fin de detectar en ellos sus fortalezas y debilidades. Grupo de adaptación pragmática o instrumental Este grupo, que representa al 27.3% de la población boliviana, combina altas disposiciones al cambio y al riesgo. Es una situación que puede caracterizarse como de adaptación pragmática, porque en ella, a pesar de las limitadas señales simbólicas que permiten pensar en el futuro con cierta confianza, persiste una inclinación a tomar riesgos, comprometerse con ellos e incidir en el futuro del país. En este segmento existen personas de todas las edades, aunque sobresalen quienes tienen entre 15 y 19 años. En cuanto a su nivel socio económico son, aunque no exclusivamente, de nivel socio-económico medio y alto. Están en todas las regiones del país, pero de manera preponderante en las áreas urbanas de Santa Cruz y Tarija, así como en el valle cochabambino urbano y rural. No destaca en este grupo ninguna auto-identificación étnica en particular, aunque sí se Gráfico 4.7 ¿Quién debería ser el principal responsable del desarrollo del país? El Estado 61% Los ciudadanos 30% Las empresas 9% Fuente: ENAP-DH 1999 143 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 observa un marcado uso de Internet (ver cuadro 4.3). Estamos ante un grupo en el que se conjuga una gran capacidad de adaptación, que puede explicarse por la juventud de sus miembros, con una mayor seguridad material al tratarse de los estratos socio-económicos medios y altos y con logros educativos muy por encima de la media del país. Además el grupo tiene una relativa mayor seguridad simbólica, porque se trata sobre todo de las regiones que albergan una clara esperanza de futuro por ser las más dinámicas de la economía. Se trata de un sector en el que, al parecer, los costos de las reformas de los últimos años no han recaído con la misma fuerza que en otros, porque es el único en el que impera la visión de que el país está mejor que antes y también la esperanza de que incluso puede mejorar en el futuro. Como vemos, para este grupo, la inseguridad simbólica y la baja disposición al riesgo de los otros grupos, puede ser vista como una amenaza, porque contribuye al conflicto, poco propicio para el emprendimiento. Posiblemente aquí anida un fuerte individualismo. Grupo de inseguridad material básica Este grupo se diferencia del anterior, porque en él no sólo no hay una disposición de riesgo, tampoco la hay al cambio. Se podría decir que su deseo de cambio está restringida, lo mismo que su capacidad para asumir la incertidumbre. Estos individuos representan menos de un cuarto (17.7%) del total de la población. El grupo está conformado de manera preponderante por personas adultas de más de 40 años. Sobresalen en él aquellas de nivel socio-económico muy bajo o de extrema pobreza. Su zona principal de ubicación son las áreas rurales de los departamentos de Oruro, Chuquisaca y Potosí, que concentran los niveles más altos de pobreza. Su autoidentificación étnica es indiferenciada y de manera preponderante no usan Internet. Por sus rasgos más sobresalientes es posible determinar que en este grupo, la capacidad de cambio, riesgo e innovación está limitada por sus precarias condiciones de vida y sus limitadas oportunidades de acceso a capacidades básicas sobre todo educativas. En efecto el promedio de escolaridad es de 6.7 Cuadro 4.3 Tipología de grupos de población según su disposición al cambio y al riesgo Tipo de Grupo Adaptación pragmática Inseguridad simbólica Inseguridad material Oposición y/o rechazo Descripción Riesgo y Cambio Sólo Cambio Ninguno Sólo Riesgo Total 27.3 47 17.7 7.9 Edad 15 a 19 Más de 50 Más de 40 Más de 40 C A/B D A/B E E Nivel Socioeconómico Región Santa Cruz - Tarija Urbanos, Cochabamba urbano y rural Oruro, Chuq. Potosi urbano Oruro, Chq. Potosí rural La Paz rural Amazonía urbana y rural Grupo étnico Indiferenciado Indiferenciado Indiferenciado Indígena Si No No No 9.8 9.2 6.7 7.8 El país está mejor ahora que antes, pero lo mejor está recién por venir Lo mejor para el país está recién por venir El país estaba mejor antes El país estaba mejor antes Uso de internet Años promedio de escolaridad Visión de futuro Fuente: ECADI-03 144 años, por debajo del promedio de escolaridad del país y es el más bajo en relación a los otros tres grupos analizados. Aquí no existe una orientación de futuro, por el contrario, su mirada está puesta en el pasado. Grupo de “inseguridad simbólica” Este es un grupo que, como ya se vio es proclive al cambio, lo que puede entenderse también como una aspiración al mismo, pero muy reacio al riesgo. Representa el grupo proporcionalmente más numeroso, poco menos de la mitad de la población de Bolivia (47%). En este grupo están personas de todas las edades, sin embargo pesan más las adultas. El nivel socio-económico dominante en este grupo es bajo, pero también existen personas con un nivel alto. Esto lleva a pensar que una baja disposición al riesgo podría explicarse por agudas carencias materiales, pero sobre todo a un escepticismo reflexivo y crítico respecto de las posibilidades de futuro y las vías de desarrollo. Aquí están presentes además altos niveles educativos y, se puede suponer, también procesos de integración simbólica relativamente altos. El promedio de escolaridad en este grupo está entre los más altos (9.2 años) y muy por encima del que tiene el país. Por supuesto, como en todos los grupos, existen en éste personas de diferentes regiones, sin embargo destacan las de las zonas urbanas de Oruro, Chuquisaca y Potosí. Se trata de las regiones más golpeadas por las reformas de los últimos años e históricamente ligadas a la minería y a una fuerte tradición sindical. Su auto-identificación étnica es indiferenciada y las personas en este grupo suelen no usar Internet. Su visión está puesta en el futuro, lo que refuerza la idea de una aspiración de cambio y modernización, que sin embargo, por la desconfianza crítica que parece imperar en este grupo, su opción de salida podría situarse en vías consideradas alternativas. Grupo de oposición y rechazo Este grupo es peculiar. Está conformado por personas con una inclinación por el riesgo, aunque no por el cambio. Son quienes se arriesgan, pero para no cambiar. En este sentido como se vio antes, rechazan deliberadamente el cambio. En Bolivia este grupo representa a menos de un 8% de la población, pero la hipótesis es que podría acrecentarse en el futuro, alimentado por la frustración y la imposibilidad de canalizar sus expectativas. En Bolivia, este grupo está conformado sobre todo por personas adultas, con un nivel socio-económico de extrema pobreza, ubicados sobre todo en el área rural del departamento de La Paz, aunque también sobresale en este grupo la amazonía urbana y rural en los departamentos de Beni y Pando. El nivel educativo promedio en este grupo no es precisamente el más bajo del conjunto, y se encuentra cercano al promedio nacional. A diferencia de los anteriores grupos, en este se puede encontrar una auto-identificación étnica indígena, que claramente sobresale en el conjunto, tanto en la región del altiplano como en la de la amazonía. Esto haría pensar que una opción de rechazo a la modernización en el país, estaría ligada quizás a una afirmación de la identidad indígena. En síntesis, la capacidad subjetiva para el riesgo y la innovación se encuentra bloqueada para más de tres cuartas partes de la población boliviana. El factor que determina este hecho parecería ser la desconfianza respecto al otro y las posibilidades de futuro. Esta situación podría originarse no sólo en la inseguridad material básica, causada por la pobreza y la exclusión, sino también en una inseguridad simbólica, provocada por la debilidad de las señales de confianza del presente, que se proyecta al futuro obstruyendo la capacidad de innovación para una mayoría de los bolivianos. Esta forma de inseguridad simbólica se alimenta de, y nutre, al mismo tiempo, la crisis del nosotros, la debilidad del Estado, el multiculturalismo limitado, la modernización y la integración simbólica, características, estas dos últimas, de la globalización de la que Bolivia no está exenta. A ello se suma la exclusión económica y política de amplios segmentos sociales y regionales del país. De esta manera se podría afirmar que cuanto mayor es dicha exclusión, mayor será la desconfianza y la inseguridad simbólica respecto al futuro. En efecto, en los grupos sociales y regiones más golpeados por las reformas de los últimos 20 años, pero también en aquellas donde las esperanzas de un repunte económico parecen menores, anida el escepticismo sobre las vías de integración en la globalización y, dadas las condiciones actuales, impera una mayor inseguridad y desconfianza sobre el futuro. Condiciones subjetivas para el informacionalismo 145 Recuadro 4.7 El boliviano de los mil millones En octubre de 1997, Marcelo Claure se mudó a Miami para fundar una pequeña compañía especializada en la venta de teléfonos celulares. La idea era potente y muy pronto demostró ser además altamente rentable. A este empresario boliviano se le ocurrió que en Estados Unidos hacía falta una tienda que tuviera en su escaparate los principales teléfonos móviles adquiribles en el mercado y que, al ofertarlos, pudiera también asesorar a sus clientes sobre las mejores opciones de acuerdo a las necesidades de cada individuo. Así, cuando alguien quisiera comprar un aparato, no debía ir por todas las empresas, sino sólo dirigirse a esa oficina, en este caso, Bright Star. Desde su creación, la empresa de Claure ha multiplicado sus ganancias sistemáticamente. En 1997, obtuvo 14 millones de dólares en ventas, en 1998, 73; en 1999, 140; en 2000, 355; en 2001, 631 y en 2002, 849. Para 2003, Bright Star calculaba alcanzar sus primeros mil millones. La compañía posee 21 oficinas en 16 países: Estados Unidos, Canadá, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú, Puerto Rico y Venezuela. En 2003, Marcelo Claure fue galardonado como “el empresario hispano del año” por la revista Hispanic Business Magazine. No es para menos, Bright Star es la segunda compañía más grande de los Estados Unidos liderada por un inmigrante latinoamericano. Pero, ¿quién es este boliviano de los mil millones de dólares? Un especialista en economía y finanzas, con estudios en Massachussets, que desde 1993 empezó a abrirse campo en la venta de servicios inalámbricos. Entre ese año y 1997, fue alto ejecutivo de importantes empresas, hasta que decidió fundar la suya. Según la CNN, Claure arrancó con 300 mil dólares y una oficina para tres personas. Hoy da empleo a 700 trabajadores. "Nuestro plan era romper en 10 años la barrera de los mil millones de dólares y lo hemos logrado en cinco y medio. Nuestro plan era ser el número uno en Latinoamérica en cinco años y lo hemos logrado en tres, nuestro plan era ser en 12 años el número uno en todas las Américas y lo hemos logrado en seis años", señaló Claure a la cadena televisiva. Este boliviano de 32 años de edad es un representante típico de la sociedad de la información. Descubrió que era posible añadir valor agregado a una actividad tan simple como la venta de celulares y aportó al proceso con conocimientos nuevos a fin de optimizar rendimientos. Claure no ofrece sólo aparatos, sino soluciones adaptadas a cada interés y necesidad. Arriesgó para cambiar y salió airoso. Ello no significa que la meta ideal de la gente sea cumplir el llamado “sueño americano”, sino que asumir riesgos es parte fundamental del desarrollo. Fuente: página web: www.brightstarcorp.com, CNN en español Al mismo tiempo, a mayor exposición a la modernización y a la integración simbólica, mayores parecen ser las aspiraciones de cambio, pero también más amplia la desconfianza y el escepticismo respecto a la integridad de las personas que toman esas decisiones, y a la efectividad de las mismas y mayor también es la demanda para que el Estado propicie la inclusión y participación amplia en las decisiones del futuro. Por las diferentes razones descritas, las tendencias subjetivas encontradas prefiguran escenarios no sólo limitados para el informacionalismo y una inserción activa de Bolivia en la globalización, sino que tienden a deteriorarse si no se realizan acciones ambiciosas que reviertan la inercia de los procesos. Disposiciones subjetivas y economía El sentido común interactúa en una sociedad de manera directa con la economía. 146 En ese sentido, tenemos desde la relación simple que involucra a la cultura en forma de bienes transables, producidos y distribuidos a través de la industria, hasta aspectos más complejos relacionados con la ética y los valores relativos al trabajo, el emprendimiento o la iniciativa empresarial. De la misma manera, los procesos económicos exitosos en una economía volcada al mercado, dependen de la confianza mutua y las implícitas normas sociales y culturales. La Historia también cuenta y una lectura de ésta que promueva la tolerancia de la diversidad puede tener una influencia tan decisiva en la economía de un país como su opuesto, es decir, una lectura “monocultural” del pasado, promotora del conflicto (Sen, 2002). Sin embargo, la relación entre cultura y economía no es estática. Las condiciones socio-culturales y el desarrollo económico de un país, enfrentados a situaciones concretas, pueden sufrir grandes variaciones. De esta manera, las formas en que las personas evalúan los procesos económicos, incluso en un mismo contexto socio-cultural, pueden ser heterogéneas, aunque las voces disonantes no siempre sean las escuchadas en los ámbitos públicos (Kuran, 2002, Sen, 2002). En segundo lugar, una buena parte de los cambios en la economía o en la subjetividad de las personas, provienen de la interacción entre culturas, las que, cuando se estructuran sobre bases positivas, pueden iluminar nuevos caminos para lograr un desarrollo económico acorde con los valores y aspiraciones presentes en una sociedad. Sin embargo, la interrelación económica entre los países a escala global hoy, y sobre todo su velocidad e intensidad, rompen la interacción en la que hasta hace poco el aprendizaje mutuo podía implicar libertad y juicio, y es muchas veces sobrepasada por la superioridad del mercado. Mucha gente en el planeta considera ahora que los valores y prioridades de una cultura volcada al mercado son material y culturalmente empobrecedores y rechaza la globalización desde sus aspectos más básicos. Otros, en cambio, evalúan estos procesos desde las asimetrías de poder y advierten sobre el peligro de que éstas terminen destruyendo las culturas locales, lo cual es una preocupación genuina. Sin embargo también es evidente que estos problemas no pueden ser resueltos frenando la globalización, puesto que sus fuerzas son inconmensurables dentro de un mundo ya ampliamente interconectado (Sen, 2002). En consecuencia, el problema no parece ser cómo frenar la globalización económica, sino cómo lograr beneficios de ella con una mayor equidad para la mayoría. En definitiva, la pregunta es cómo incrementar las opciones reales de la gente no sólo para preservar, sino para potenciar aquello que valora, lo cual, desde esta perspectiva, es muy distinto a apegarse a lo tradicional sin opción de salida posible o eliminar de manera arbitraria sus opciones sobre la base de un rechazo a priori de todo lo que sea externo y ajeno. A partir de estas consideraciones, se analizarán ahora las disposiciones subjetivas de los bolivianos respecto de algunos de los principales asuntos de la economía nacional en la globalización como son el comercio exterior y la inversión externa directa a través de empresas transnacionales que operan en el país. Este análisis de la subjetividad se realiza sobre los antecedentes descritos en el capítulo 2 de este Informe en torno a la situación de la economía boliviana. Como se plantea en ese capítulo, la interrelación de la economía boliviana con la global es extremadamente frágil y restringida como para influir en las decisiones y transformaciones económicas de su desarrollo futuro. Esta debilidad de la economía boliviana es estructural: no existe el financiamiento que permita disminuir los rezagos sociales y en infraestructura. Esto a su vez no permite dinamizar el sector productivo y las exportaciones, lo que nos condena a un ahorro interno bajo que, para cerrar el círculo vicioso, impide, a su vez, financiar el desarrollo nacional. Como se vio en el capítulo 2, el patrón de crecimiento económico de Bolivia ha estado siempre muy vinculado a las exportaciones. A pesar de ello, la inserción del país en el comercio exterior ha sido y es muy frágil. Como se sabe, dado el bajo ahorro interno, el desarrollo del país depende cada vez más de los flujos externos de financiamiento bajo la forma de deuda externa, cooperación para el desarrollo y últimamente, la inversión interna directa. ¿Se refleja esta realidad en la subjetividad de los bolivianos? y si es así, ¿cómo lo hace? Una primera constatación es que sólo el 21.7% de la gente en Bolivia manifiesta una opinión favorable a la integración de la economía nacional al mercado globalizado. Este es entre todos los factores hasta ahora analizados en este capítulo, el que expresa una menor disposición de apertura de la sociedad a la globalización (ver gráfico 4.14). Al parecer esta disposición negativa no se refiere de manera particular a la inversión externa en el país. En efecto, al mismo tiempo, más de la mitad de las personas en Bolivia (61.7%) está de acuerdo en que Bolivia reciba más inversiones extranjeras, mientras que un porcentaje menor al anterior, aunque aún mayoritario (57.5%), concuerda en que las inversiones extranjeras que llegan al país son buenas, no importa de dónde vengan (gráfico 4.8). Este grado de acuerdo empieza a cambiar cuando se habla de las empresas transnacionales. En este caso, las aguas están divididas. Sólo el 47% está de acuerdo en que se deben establecer más transnacionales en el país, mientras que 41.3% opina lo contrario y un significativo 11.7% no desea emitir una opinión al respecto, ya sea porque no Condiciones subjetivas para el informacionalismo 147 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 tiene un criterio formado o porque no sabe de qué se trata. Las tendencias se vuelcan claramente cuando se trata de evaluar el sentido común de las personas sobre el desempeño y la transparencia de las transnacionales. En este caso, el 61% afirma que lo único que estas empresas buscan, es llevarse la riqueza de Bolivia hacia fuera. Hay pues en la opinión pública una cierta percepción de que las transnacionales están divorciadas del desarrollo. Donde mayor consenso se da, es a la hora de proteger a la industria nacional. En este caso, 66.7% está de acuerdo en que no se debe dejar entrar productos extranjeros a fin de proteger la producción local. En síntesis, la gente en Bolivia no tiene una disposición negativa cuando se trata de abrir la economía nacional al mercado externo, sobre todo cuando hay que evaluar la importancia de la inversión extranjera para el país. Efectivamente, la mayoría ve con buenos ojos su arribo, mientras se muestra muy desconfiada respecto a los resultados de esta apertura para el país. Por otra parte, en la mayoría parece primar una orientación nacionalista para la economía, expresada en un esquema de sustitución de importaciones que en Bolivia nunca tuvo un desarrollo significativo ante la Gráfico 4.8 Disposiciones subjetivas relativas a la apertura de la economía nacional al mercado externo 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 61.7 32.3 6.0 57.5 36.6 6.0 47.0 41.3 11.7 61.0 31.5 7.5 66.7 26.2 7.1 Bolivia debe recibir más inversiones extranjeras Las inversiones extranjeras que llegan al país siempre son buenas no importa de donde vengan Se deben establecer más transnacionales en el país Las empresas extranjeras solo buscan llevarse la riqueza de Bolivia para afuera Para proteger la industria nacional hay que impedir que entren productos extranjeros, aunque sean mejores y más baratos De acuerdo 148 En desacuerdo No sabe/No responde primacía de la exportación de materias primas, la base de nuestra economía. Es más, el nuevo perfil económico productivo posible para Bolivia en la globalización, no parece descansar, como se discute en el capítulo 2 de este Informe, en una sustitución de importaciones, sino en la posibilidad de dar un salto cualitativo a partir de la tradicional exportación de materias primas, que permita, a su vez, la expansión social de las capacidades informacionales, y, por consiguiente, un salto educativo y el financiamiento paralelo de otros esfuerzos más consistentes de generación de riqueza. En ambos casos, tanto en lo referido a la desconfianza respecto a los resultados de la apertura de la economía a inversiones extranjeras, como en lo referente al perfil económico productivo que pervive en el sentido común de la mayoría, encontramos un bloqueo cuya incidencia puede ser significativa para el futuro económico del país. ¿Cómo se explica este bloqueo? Para empezar es normal que la gente de cualquier país valorice su economía nacional. Así, por ejemplo, es imposible pensar en la existencia de Malasia sin la presencia de un nacionalismo económico de base. Sin embargo, como han demostrado varios estudios y como se señalaba el propio IDH 2002, Bolivia se ha caracterizado hasta ahora por tener un patrón de desarrollo, que no incorporó las nuevas tecnologías a la productividad, ni promovió mecanismos de inclusión social y simbólica, ni fomentó suficientemente la equidad socio-cultural. El país sigue viviendo de sus recursos naturales (el estaño, la coca, y ahora, posiblemente, el gas), sin haber logrado que su uso produzca una transformación productiva socialmente incluyente. Esto puede ser explicado por muchos factores, entre ellos, el predominio de intereses particularistas en contra de la idea de nación que se aspiraba a construir con la Revolución del 52 (ver: PNUD - FES - ILDIS , 2003). Sin duda además, el relativo fracaso de la experiencia nacionalista y otros “traumas de más largo alcance, configuran un fatalismo, pero también una gran desconfianza respecto de las posibilidades de la economía (IDH 2002). Pero las explicaciones de este fracaso parecen no estar sólo en la Historia, sino en la incapacidad de la nueva política económica iniciada a mediados de los 80 para resol- ver estos problemas. En efecto, como se muestra en el capítulo 2, los ingresos de la mayor parte de los grupos de ocupación se habrían reducido en este periodo, mientras los sectores de mayor dinamismo económico están ligados a las empresas transnacionales. Este contraste trajo frustración y escepticismo a la mayoría de la población con respecto a las reformas. En efecto, como se puede apreciar en el cuadro 4.4, el nivel socio-económico de extrema pobreza es el más adverso a la apertu- Condiciones subjetivas para el informacionalismo ra de la economía nacional al mercado externo. Esto coincide además con el hecho de que en esas regiones hay más pobreza. Nos referimos a Oruro, Chuquisaca y Potosí, la amazonía rural y La Paz urbana (incluye El Alto y otras ciudades intermedias). A la inversa, mientras más alto el nivel socio-económico, mayor es la disposición de apertura al mercado exterior, sobre todo en las regiones de mayor expansión económica relativa como en la integridad de los departamentos de Santa Cruz y Tarija, la amazonía Cuadro 4.4 Disposición de apertura de la economía al mercado externo Baja Media Alta E CyD A/B 15 a 19 20 a 39 40 y más La Paz urbano, Oruro Chuquisaca y Potosí urbano y rural y la Amazonía rural Cochabamba rural Santa Cruz y Tarija rural y urbano, Amazonía urbana, La Paz rural y Cochabamba urbana Criollos y otros* Mestizo e indígena Nivel socioeconómico Edad Región Autoidentificación étnica Fuente: ECADI-03 *Otros corresponden a las personas que no se consideran pertenecientes a ningún pueblo indígena ni tampoco se consideran mestizas Recuadro 4.8 Las reformas económicas de la Revolución boliviana Ocurrió en Cochabamba, en ocasión de la Conferencia Internacional organizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS) para conmemorar el cincuentenario de la Revolución Nacional boliviana. Allí participó con una ponencia Juan Antonio Morales, presidente del Banco Central de Bolivia. A él se le pidió que hiciera una evaluación económica del proceso histórico. Morales planteó que si bien la Revolución nacional cumplió con varias demandas sociales secularmente postergadas, no trajo al país ni modernización ni progreso económico. En concreto, las acciones tomadas por el Estado desde el 9 de abril de 1952 condujeron a la redistribución de bienes, más que al crecimiento económico. Fue un impulso hacia la igualdad ciudadana, pero en general, un mal proyecto productivo. Morales llega incluso a imaginar lo que hubiera pasado con Bolivia si no sucedía la Revolución. Él llega a la conclusión de que los niveles de crecimiento de la economía boliviana no hubieran sufrido grandes modificaciones y se hubiesen mantenido muy similares a los del resto de los países de la región. En síntesis, la Revolución fracasó en su intento por construir una economía moderna y exportadora, debido, entre otras cosas, al clientelismo, la pobreza, el predominio de las ideas redistributivas, la baja calidad de la burocracia estatal y la fragmentación creciente de la sociedad en grupos enfrentados. Pero Morales también critica a los sectores empresariales que nunca pudieron superar la protección del gobierno para salir a competir libremente. ¿Puede decirse por ello que la Revolución fue históricamente prescindible? Incluso alguien tan pesimista como Morales consideró en esa ocasión que si bien el proceso no benefició al país en lo económico, es indudable que construyó los equilibrios sociales necesarios para seguir avanzando. El reto del país es entonces combinar la redistribución con el crecimiento, es decir, la justicia social con la prosperidad. El pensamiento social en América Latina ha llamado a este desafío un avance en zigzag. Fuente: Morales, PNUD, FES-ILDIS, 2003 149 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Recuadro 4.9 La gente opina sobre las políticas económicas En 1995, el Informe de Seguridad Humana mostraba como un 79% de la población boliviana entendía que el país estaba igual o peor que antes de las reformas estructurales ejecutadas durante la década anterior. Aquella era una clara señal de que se estaba incubando un estado de disconformidad social con la situación económica en esos diez años de ajuste. El malestar detonó en 2000 y, cual terremoto, sigue generando réplicas hasta ahora. En la percepción de la gente, la “estabilidad” no sólo tenía que ver con la evolución del índice de precios o del tipo de cambio, como ocurre con muchos eco- nomistas, sino con conceptos más subjetivos como la incertidumbre. Sin duda, la inflación resultó ser una fuente de inestabilidad o inseguridad en lo que vendrá y también fue exitosamente eliminada por la Nueva Política Económica de 1985, sin embargo debe admitirse que otros cambios estructurales como la llamada capitalización provocaron mucha inestabilidad en la subjetividad de individuos y grupos. Al respecto, ese Informe argumentaba que si la población no percibe que su situación concreta mejora y que ella misma es el principal artífice de ese cambio, éste tenderá a ser percibido con frustrante irritación. Fuente: PRONAGOB, PNUD y otros, 1996. Recuadro 4.10 Los jóvenes y la globalización En ocasión del lanzamiento del libro “¿Es sostenible la globalización en América Latina?”, los investigadores del IDH reunieron a 70 estudiantes de cuarto de secundaria (16 a 18 años) matriculados en 20 colegios fiscales y privados de La Paz y El Alto para discutir el lugar de Bolivia en el mundo. El análisis de las 138 preguntas formuladas por escrito por estos jóvenes demuestra que la nueva generación considera el impacto de la globalización sobre el desarrollo de Bolivia y su identidad cultural con una mezcla de temor y escepticismo. La mayor parte (32) de las preguntas redactadas cuestionan directamente los efectos de la globalización sobre Bolivia y Latinoamérica (11 preguntas). “¿Cómo podrá nuestro país competir o sobrellevar la globalización si es pobre?”, pregunta Carla Verónica (17 años) del colegio Simón Bolívar. En la mayoría de los casos, las preguntas dejan entrever la posición de los jóvenes en el contexto internacional. Bolivia 150 es percibida con un enano subdesarrollado, sub-escolarizado, poco conectado a Internet, que saldrá perdiendo en el juego. Se dice además que no cuenta con “una buena democracia ni buenos gobernantes” (Josué Emilio, 16 años, Colegio San Miguel). En muy pocos casos, los jóvenes creen que la globalización pueda favorecer al país. “Con el gas y un desarrollo muy amplio para Bolivia, lograremos un nuevo sistema político, económico y social”, escribe Germán (16 años) del colegio San Simón de Ayacucho. El miedo expresado por los jóvenes tiene un origen económico, pero sobre todo cultural (22 preguntas): “¿Y qué pasa con las culturas ancestrales?”, cuestiona Félix (19 años) de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), ya que la globalización es percibida por Favio Armando (18 años, del Colegio San Miguel) como un proceso de “unificación mundial”, que, según Jonathan (17 años, San Miguel) responde a “pensamientos extranjeros y no a la realidad de nuestro propio país” y que por lo tanto amenaza con “causar la muerte de nuestra identidad como bolivianos”, añade Juan Rodolfo (18 años del colegio Gran Bretaña). En ocho casos, los jóvenes cuestionan los intereses ocultos detrás de la globalización y el desequilibrio en las relaciones de fuerza que conllevan a su ampliación/imposición planetaria en un marco de “dependencia y manipulación” (Freddy, 17 años, colegio Germán Busch) y de “opresión de los países más potentados sobre los subdesarrollados”, afirma Juan Fabio (16 años, colegio Germán Busch). Como consecuencia de esta perplejidad surge la siguiente ecuación (reflejada en 7 preguntas): globalización = individualismo = americanización = neoliberalismo = imperialismo. “¿Creen que es posible que algún día la globalización esté libre de la política de EEUU o creen que pueda existir otra globalización no propuesta por los intereses políticos norteamericanos?”, pregunta Jorge Andrés (17 años) del colegio Leonardo Da Vinci. Esta ecuación conduce a tres jóvenes a proponer un debate teórico sobre la necesidad de “desglobalizar la sociedad”. En siete casos, los jóvenes cuestionan la relación entre la globalización, el desarrollo y una democracia percibida como “sólo para los que tienen poder y no para el pobre” (Carla Victoria, 18 años del colegio San Miguel). “¿Cuál viene primero, el huevo o la gallina, la democracia o la globalización?”, pregunta Abel Moisés (18 años) también del colegio San Miguel. “¿Si la democracia viene junto con la globalización, ¿cuál se respetará primero?”, se hace eco Josué Emilio del mismo establecimiento educativo. Finalmente, los representantes de la “generación 21060” (según la expresión de Jorge, 18 años, del colegio Leonardo Da Vinci) se preguntan (en 9 casos), con una visible dosis de an- gustia, ¿cuál será el papel que les tocará asumir a un nivel personal o colectivo frente a la globalización?, “¿por qué le cae a los jóvenes la responsabilidad de mejorar la sociedad? ¿Entonces para qué elegimos a las autoridades?”, escribe otro joven. “¿Cómo es posible que una persona como yo influencie de alguna manera en la globalización?”, añade William (15 años) del colegio Mariscal de Ayacucho. Fuente: Elaboración propia urbana (fundamentalmente Pando) y la zona urbana de Cochabamba. Como se puede apreciar, la auto-identificación étnica no explica con claridad una alta o baja disposición a la apertura de la economía, lo que lleva a imaginar que en Bolivia los bloqueos respecto a ella no provienen solamente de los deseos de preservar la cultura, sino principalmente de las deficientes condiciones de vida de la gente, generadas por una inserción pasiva en la globalización. Aquí el dato generacional es muy significativo, porque los que tienen en promedio entre 15 y 19 años son los más contrarios a una apertura de la economía al mercado externo globalizado. ¿Cómo explicar esta opinión en un grupo en el que, bajo otras condiciones, podría estar depositada la esperanza del cambio debido a su predilección por el riesgo y las nuevas tecnologías? Por una parte, evidentemente los resultados de la estabilización y las reformas estructurales han resultado insuficientes. La ideología de mercado fue perdiendo peso a medida que las reformas no lograban resultados (ver capítulos 1 y 2 de este Informe). También se puede pensar en la influencia de la escuela que, como se analiza en el capítulo 6, no está cumpliendo a cabalidad con su labor modernizadora. Otra explicación posible es que son los jóvenes los más expuestos a la integración simbólica en la globalización, mientras que al mismo tiempo, padecen más de una integración material desigual e inequitativa, lo que genera frustración en ellos. El cruce entre apertura al cambio y a la integración de la economía nacional en el mercado externo introduce un elemento nuevo en el análisis, que permite aproximarse no sólo a la orientación del desarrollo, presente en la subjetividad de los bolivianos, sino también a los medios que ellos consideran aceptables para alcanzarlo. Como se vio antes, la población boliviana está abierta al cambio, lo cual se expresa en su disposición a integrarse al mundo y a manejar los códigos de modernización en su vida cotidiana. Posee entonces una actitud siempre dispuesta a empezar de nuevo ante situaciones adversas, a mejorar su trabajo y a aprender nuevas habilidades. Esta actitud fue interpretada como una aspiración de cambio, que estaría difundida en un 75% de la población. En cambio, la apertura a las transnacionales y al mercado exterior alcanGráfico 4.9 Matriz de disposición de "cambio" y "apertura al mercado" Alta apertura al mercado 4.8 % 16.9 % Cambio alto Cambio bajo 18.9 % 59.4 % Baja apertura al mercado Fuente: ECADI-03 151 Cuadro 4.5 Tipología de grupos de población según su disposición al cambio y al mercado Tipo de Grupo Confianza Desconfianza Desaliento Pasividad y conservadurismo Descripción Cambio y mercado Sólo cambio Ninguno Sólo mercado Total 16.9% 59.4% 18.9% 4.8% Edad Indiferenciada 15 - 19 Indiferenciada Indiferenciada A/B A/B y C E E Santa Cruz y Tarija rural y urbano, La Paz rural La Paz urbana, Oruro Chuq. y Potosí urbanos, Cochabamba urbana y rural Oruro- Chuquisaca y Potosí rural, Amazonía rural y urbana, Santa Cruz y Tarija rural Indiferenciado Indiferenciado Criollos y otros 9.3 9.5 7.3 El país podría estar mejor en el futuro El país está mejor ahora que antes y podría estar mejor en el futuro El país estaba mejor antes 14.3 10.0 9.0 Nivel socioeconómico Región Grupo étnico Años promedio de escolaridad Visión de futuro Confianza (1) Santa Cruz y Tarija rural, Amazonía urbana y rural (2) Indiferenciado 7.9 Indiferenciada 13.0 Fuente: ECADI-03 (1) Ver anexo metodológico (2) Otros corresponden a las personas que no se consideran pertenecientes a ningún pueblo indígena ni tampoco se consideran mestizas za sólo a un 27.1% (“alta apertura al mercado”). Posiblemente esto se debe a la forma y los resultados que buscaron estas políticas específicas. El rechazo sería contra ellas. Este repudio se debe a que la gente percibe altos niveles de corrupción en las autoridades que gestionaron dichos cambios. Aparentemente no se está contra el cambio moderno, sino contra las formas históricas concretas y los resultados que estos cambios generaron en Bolivia. Cuando se contrastan estas dos opiniones, se concluye que sólo para un 16.9% de los bolivianos, la apertura al cambio se conjuga con una actitud similar con respecto a la economía. Es decir, se aspira a cambiar y se percibe además que la llegada de las transnacionales ofrece oportunidades para hacer consistente ese paso. Para otro segmento numéricamente similar al anterior (18.9%), existe una aversión por el cambio y también por una apertura de la economía al mercado externo. Es una actitud de rechazo o indiferencia frente al cambio modernizador y de desaliento o indiferencia frente a las transformaciones en la economía. 152 Pero, en una abrumadora mayoría, que alcanza casi al 60%, se detecta un anhelo de cambio y una actitud inversa hacia la apertura de la economía. En este caso se combinan deseos de cambiar con una elevada desconfianza respecto al desempeño específico y los resultados de una economía abierta a la globalización. Los capítulos 1 y 2 de este Informe abundan en detalle sobre la calidad de la globalización en la región y en Bolivia. El IDH 2002 muestra la crisis de legitimidad de la política y el de 1998, los déficits estructurales de la competitividad del país. Por último, para un número poco significativo (4.8%) de los bolivianos, la aversión por el cambio se combina con una inclinación hacia la apertura económica. En este caso la actitud detectada es pasiva y conservadora, pues se prefiere cruzarse de brazos, mientras todo queda librado a las fuerzas del mercado. Como se puede apreciar, el mapa de las disposiciones en torno al cambio y al mercado en Bolivia se estructura sobre todo en torno a la desconfianza y en mucho menor medida alrededor del rechazo o la indiferen- cia. Una actitud confiada que ve opciones de alcanzar la transformación a la que aspira mediante la apertura de la economía al mercado externo globalizado, está representada por un segmento social que no alcanza al 17%, mientras que una actitud que podría asociarse con una especie de liberalismo ortodoxo, es asumida por una proporción muy pequeña de la gente que no alcanza ni al 5% del total. A continuación, conozcamos, ahora con detalle, los cuatro grupos, en los que puede clasificarse la población boliviana con respecto a sus posiciones en torno a las reformas económicas y los deseos de cambio. Los confiados En este segmento se conjugan una aspiración al cambio con una inclinación favorable a la apertura de la economía al mercado exterior globalizado. El nivel socio-económico que sobresale en este grupo suele ser el alto, mientras la edad resulta indiferenciada. Las personas de este segmento están en todas las regiones del país, aunque de manera preponderante en los departamentos de Santa Cruz y Tarija, donde vemos importantes repuntes de la economía, expresada en el incremento de la participación cruceña en el PIB nacional a partir de los 90 y en las perspectivas de crecimiento de la industria gasífera en el sur del país. El promedio de años de escolaridad en este grupo es superior al promedio de Bolivia (9.3) y la visión preponderante de futuro es que “lo mejor podría estar recién por venir”. Se trata sin duda de un grupo en el que prima una actitud confiada respecto al futuro, basada en un mejor desempeño económico respecto al conjunto nacional y también donde la confianza subjetiva se asienta en las chances de un salto económico que podría darse a partir de las reservas de gas. La confianza en los demás es extremadamente baja en este grupo (como lo es para el conjunto del país), aunque comparativamente es la más elevada, pues está por encima del promedio del país. cree que la apertura de la economía, una acción incrementada de las transnacionales y mayores salidas al mercado exterior sean la vía para el logro de sus aspiraciones. En consecuencia, es un grupo, en cuya subjetividad anidan vías alternativas de desarrollo económico, que al parecer, no pasan mecánica o instrumentalmente por la atracción de las transnacionales y que se inclinan por la preservación y fortalecimiento de la industria nacional y del mercado interno. Por sus características se puede pensar también en que es un grupo que exige una participación más equitativa en la distribución de los beneficios de las reformas económicas. La duda es cómo este grupo puede plantear opciones económicas distintas. Sin lugar a dudas, esta percepción constituye una oportunidad ineludible. En cuanto a su ubicación geográfica, el grupo se concentra más en las zonas urbanas de La Paz, Oruro, Chuquisaca, Potosí y Cochabamba. Se trata de las regiones occidentales más golpeadas por el declive de la minería y donde en los últimos 20 años se ha experimentado un decaimiento económico con la consecuente profundización de las desigualdades sociales, la agudización del conflicto social y la dificultad de construir instituciones regionales creíbles y confiables (IDH en La Paz y Oruro, PNUD 2003). Pero además se trata de regiones en las que, a diferencia de lo que pasa en Santa Cruz o Tarija, se ha deteriorado la capacidad para atraer inversiones y dinamizar la economía. El nivel socio-económico preponderante de este grupo está en los estratos altos y medios. El índice de confianza en este grupo es muy bajo (10%) mientras que su visión de futuro se centra en el presente, así como en las posibilidades de mejorar en el futuro. Lo que diferencia a este grupo del anterior no es tanto su meta de futuro, que es el cambio, sino los medios para alcanzarlo, entre otras cosas, porque los mecanismos que han caracterizado hasta ahora la inserción de Bolivia en la globalización no han logrado incluirlos ni llenar sus expectativas. Condiciones subjetivas para el informacionalismo Los desalentados o excluidos Los desconfiados Como se vio antes, éste es un el sector mayoritario, porque abarca casi a un 60% de la población. Comparte con el anterior una alta disposición y expectativa de cambio, sin embargo, se diferencia de éste, porque no Este grupo está conformado por aquellas personas que carecen de una disposición al cambio y también de una inclinación favorable a las transnacionales y al comercio exterior. Aquí encontramos a los más excluidos por las reformas estructurales, los más 153 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 pobres entre los pobres. Sus miembros no visualizan un desarrollo posible para Bolivia y rechazan una apertura de la economía al mercado. Es un grupo indiferenciado en términos de edad y sobresalen en él, las personas sumidas en la extrema pobreza. Su ubicación preponderante está en las áreas rurales de Chuquisaca, Potosí y Oruro, zonas donde los escenarios de pobreza son más críticos, porque concentran no sólo los niveles más elevados de necesidades básicas insatisfechas, que llegan a superar a un 90% de la población, sino que además su ritmo de reducción de estas necesidades fue muy modesto en el periodo 1992-2001 (IDH altiplano marítimo, 2003). También se destacan en este grupo la amazonía rural y urbana y las zonas rurales de Santa Cruz y Tarija, lo que muestra las grandes brechas entre áreas urbanas y rurales en estos departamentos. Mientras la ciudad de Santa Cruz tiene a menos del 50% de su población en el marco de necesidades básicas insatisfechas, más del 90% de su población rural está ahí. Algo similar ocurre en Tarija. En la región de la amazonía, el caso de Pando es similar a los anteriores, mientras que Beni se caracteriza por grandes necesidades básicas insatisfechas que superan el 70% en todo su territorio. La visión de futuro en este grupo denota desaliento y pesimismo respecto al presente y al futuro (“Bolivia estaba mejor antes”), mientras que la confianza es la más baja del total dado que alcanza a sólo un 9%. Los pasivos-conservadores En este grupo se juntan las personas renuentes al cambio, mientras admiten de buen grado la llegada de capitales extranjeros en un marco de una apertura económica. Representan menos del 5% de la población, en el que parece mandar un conservadurismo de mirada optimista respecto a las perspectivas de futuro del país, combinada por un deseo de mantener el statu quo basado en las fuerzas del libre mercado. En este grupo, la edad es indiferenciada, el nivel socio-económico preponderante es muy bajo, mientras que su ubicación regional se coloca en las áreas rurales de Santa Cruz y Tarija y en la amazonía urbana y rural. En síntesis, en la subjetividad de los bolivianos, la realidad de la economía boliviana parece reflejarse de una manera más clara, que sus posibilidades futuras. La gen154 te está abierta a la inversión externa, pero desconfía, dada su reciente experiencia, de sus resultados. En la mayoría parece primar la desconfianza alimentada por una historia de exclusión de los beneficios de las reformas económicas de los últimos 20 años. En efecto, es la gente más pobre y son las regiones menos dinámicas en lo productivo, donde se concentra una mayor renuencia ante la apertura a las transnacionales y al comercio exterior. A partir de esta evidencia empírica se puede concluir que lo que obstruye una inserción más activa de la economía boliviana en la globalización, es la propia frustración ligada a procesos y a los resultados insuficientes en esta área. Al mismo tiempo, para más de 70% de la población, la orientación de futuro está cifrada en el cambio, aunque no existe el mismo consenso cuando se habla de los medios considerados aceptables para el logro del mismo. Mientras para cerca de una cuarta parte de quienes aspiran el cambio, la vía aceptable para alcanzarlo es la apertura a las transnacionales y al comercio exterior, para la mayoría, todo pasa aparentemente por una opción más bien endógena de potenciación interna. Quizás allí radique el secreto del futuro subjetivo de la globalización en Bolivia: combinar un “desarrollo desde adentro” con una inserción más productiva en la globalización. En ambos casos, estas opciones provienen sobre todo de personas de estratos altos y medios, mientras que la población más pobre parece situarse más entre el desaliento y el pesimismo ante las opciones de desarrollo del país. Una visión regionalizada de estas distintas disposiciones permite afirmar que en los grupos y regiones de claro liderazgo económico, se confía más en una inserción en los mercados globalizados. Este dato, presente en zonas como Santa Cruz y Tarija, se debe a que son centros de apoyo logístico, administrativo y técnico de las áreas más dinámicas de la economía nacional como el gas y los productos agroindustriales. La desconfianza en cambio se concentra en los grupos sociales y las regiones más afectadas por el tipo de inserción excluyente en la globalización, que ha caracterizado a Bolivia en los últimos años. Ahí están las regiones del occidente en las que la economía ha tendido a decaer, profundizando las desigualdades sociales, agudizando los conflictos y profundizando la debilidad institucional. En definitiva, se podría decir que las disposiciones subjetivas respecto al curso que debe seguir la economía, están marcadas por los márgenes de inclusión y exclusión económica y social de grupos sociales y regiones, donde a mayor marginación, mayores son los obstáculos para una inserción activa en la globalización, lo que establece un círculo vicioso de estancamiento y deterioro económico que termina afectando al conjunto del país. Por tanto, la exclusión de vastos grupos sociales y regiones no puede ser vista sólo como un saldo inevitable de la globalización, sino que es uno de los principales impedimentos para hacer sostenible la economía y la propia nación. Conclusiones Condiciones subjetivas para el informacionalismo Los anteriores tres informes de desarrollo humano en Bolivia han venido insistiendo sistemáticamente en la necesidad de mejorar la competitividad, ampliar la inclusión social y promover la deliberación como las vías obligadas para avanzar. El presente documento pretende dar un paso más allá al señalar además algunas pistas para alcanzar esos objetivos deseables. He ahí la utilidad atribuida a esta investigación. A modo de conclusión de este capítulo se puntualizarán algunas de las pistas encontradas, las que, sin embargo, quedan abiertas a posteriores discusiones y a una mayor profundización: Recuadro 4.11 La fórmula del este y sudeste asiático Cuando se habla de la sorprendente dinámica de desarrollo que ha experimentado el este y sudeste asiático (Corea, Taiwán, Singapur o China), se pensaría que se trataba de países con óptimas condiciones de partida para desarrollarse económicamente. No es el caso. Durante las décadas del 50 y 60, el ingreso real y las condiciones de vida en esa zona eran similares y, a veces peores, que aquellos de las sociedades africanas. En suma, allí, hasta hace poco, la política había sido conflictiva y el crecimiento económico, limitado. De lugares con estas características no se esperaba una superación acelerada de sus enormes problemas sociales. Incluso pensando en el mejor escenario, era poco realista suponer que pudieran competir con las industrias de alta tecnología de los países altamente desarrollados. Sin embargo, a pesar de tales condicionantes, los países del este y sudeste asiático han vivido verdaderos milagros de prosperidad, habiendo eliminado la pobreza y la inestabilidad social en pocas décadas. Al mismo tiempo, ese impulso les ha permitido lograr una sorprendente competitividad industrial y altos niveles de vida para sus ciudadanos. ¿Cómo lo lograron? Su éxito se realizó gracias a una participación escalonada en la red productiva regional a través del comercio y la inversión. La oferta interconectada estuvo dada en principio entre Japón y el grupo conformado por Corea, Taiwán, Hong Kong y Singapur. Luego se extendió a Malasia, Tailandia, Filipinas e Indonesia. El tercer pelotón estuvo compuesto por China y Vietnam. Una vez iniciado este dinamismo regional, cada país fue sometido a una presión constante para mejorar su tecnología, desarrollar su capital humano y mejorar su competitividad. Las empresas multinacionales jugaron un rol clave como portadoras de capital, tecnología y gestión empresarial. Fueron verdaderos agentes de la integración económica. Desde el lado de la demanda, el crecimiento del este y sudeste asiático dependió mucho de un mercado externo monumental, especialmente americano. Pero eso no fue todo. Su estrategia consistió además en generar un alto crecimiento económico, favorecido por la intervención de un Estado fuerte, aunque no siempre democrático, que jugó un rol primordial en el momento de enfrentar las desigualdades de ingresos y velar por la equidad social. El resultado fue una franca disminución de los índices de pobreza, que en este caso fue el resultado de una estrategia de desarrollo efectiva y no su causa. Sin duda, uno de los hechos más criticados de este modelo ha sido la ausencia de libertades individuales y el peso agobiante de la autoridad sobre diversos aspectos de la vida social. Varios analistas han calificado a estos excesos como producto de los “valores asiáticos”. Amartya Sen, un académico muy próximo a esta zona geográfica, ha advertido que no existen valores unánimes ni aceptados por todos en la región y que en toda cultura hay disidentes. Con tales argumentos, este Premio Nóbel de economía ha logrado combatir una especie de automatismo cultural, que atribuye éxitos económicos a sociedades aparentemente sumisas y disciplinadas. Sen se ha destacado pues por articular la libertad con el desarrollo. Fuente: Ohno, Kenichi, 2003, Sen, 2000 155 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 - - - 156 En Bolivia existe una alta disposición al cambio, pero además el país está cambiando y lo está haciendo al calor de los propios procesos de modernización de los que no está exento. En este contexto, hay una plena aceptación del paradigma tecnológico-informacional. Dado que ese es un enorme potencial en contextos desafiantes tan profundos como los que propone la globalización, es necesario matizar el anterior hallazgo dando cuenta, al mismo tiempo, de las limitaciones que esta sociedad enfrenta a la hora de traducir esta disposición al cambio en oportunidades reales de crecimiento económico y desarrollo humano. Tales límites vienen dados por la debilidad de la economía y la pobreza, sin embargo ese no es el único factor de bloqueo dentro de una sociedad mucho más compleja de lo que se supone. Un mapa de las disposiciones subjetivas hoy en Bolivia, muestra al menos cuatro situaciones que requieren particular atención: • Una es la incidencia de la pobreza en los contextos actuales de cambio. El análisis empírico permite aseverar que, en el marco de sus condiciones subjetivas, para cerca de una cuarta parte de la población boliviana, la pobreza extrema es un obstáculo importante para cualquier ambición de cambio y más aún para poner en marcha una dinámica que transforme sus condiciones de vida. Ello provoca desaliento sobre el futuro. • Sin embargo para la mayoría de la población pobre en el país, la situación descrita no es sólo un asunto emergente de la pobreza. Es, ante todo, producto de las crecientes aspiraciones de cambio y progreso, unidas a la desconfianza de poder alcanzar algún día esas metas, dadas las condiciones presentes en las que se desenvuelve su vida. En este caso, los bloqueos parecen provenir no sólo del desaliento, sino sobre todo de una inseguridad reflexiva sobre el futuro, que se alimenta de la desconfianza del otro, principalmente, del que tiene el monopolio de las decisiones, y, por consiguiente, de la exclusión de la mayoría de los ámbitos de decisión política. Como - lo que la gente observa no le da las señales necesarias para mirar el entorno con confianza y seguridad, rechaza las vías en curso y propone otras posibles que al no poder ser canalizadas adecuadamente, se estrellan contra un Estado cada vez más presionado y débil. • En Bolivia siempre se ha pensado mucho en los pobres y poco en las clases medias y las élites. Hoy parece necesario prestar atención a estos segmentos sociales. En efecto, el mapa de la subjetividad en el país muestra que unas son las disposiciones al riesgo y la innovación de las élites en regiones y contextos de dinámica económica emergente, y otras muy distintas las de las élites en contextos estancados o en retroceso. En el primer caso, las disposiciones son altas, en el segundo, son bajas y están bloqueadas quizás por la misma inseguridad discutida en anteriores líneas para los segmentos pobres. La realidad actual muestra señales adversas a la confianza en el futuro. En un contexto así, prospera el escepticismo respecto de las acciones y decisiones del otro. Parece tratarse, en definitiva, de una inseguridad en el futuro que paraliza la capacidad de innovación incluso en segmentos de la sociedad más favorecidos y con buena instrucción. • Por último existe un segmento social conformado por personas que acumulan una capacidad subjetiva de riesgo e innovación, basada en una adaptación pragmática a las transformaciones en curso que pareciera, más allá de las limitaciones, incidir de manera activa en tales procesos. Este segmento es minoritario frente a una mayoría para la cual esta opción está fuera de su horizonte subjetivo. De manera general, cerca del 70% de la población tiene una actitud favorable al cambio y sólo un 30% aparece como “indiferente” o “reacia”. Sin embargo esa mayoría enfrenta una tensión en su seno, pues estaría considerando que las políticas y estrategias de desarrollo no la favorecieron e incluso la perjudicaron en sus aspiraciones a favor de una integración al mundo con equidad. Esta valoración - mayoritaria en Bolivia estaría además influenciada por una memoria histórica y cierto “sentido común”, orientados a descifrar las transformaciones en curso. El desafío para este grupo parece ser lograr una inflexión en las políticas de integración en los mercados globales más sensible a las demandas de crecimiento con equidad existentes en la sociedad, pero también una inclinación pro-activa y abierta a la innovación social y económica. Una actitud pro-activa en contextos de cambio económico, tecnológico y social tan intensos y acelerados como los que se viven hoy, radica normalmente en grupos en principio minoritarios, que cumplen el rol de mostrar nuevos horizontes y transformar la sociedad. Muchas veces las visiones mayoritarias tienden a ser conservadoras y a retrasar los cambios necesarios. Por ejemplo, como muestra este informe, una vía exclusivamente endógena para la economía boliviana, muy presente en ciertos discursos políticos y alimentada por un mayoritario escepticismo sobre los resultados actuales de la globalización, no parece ser la opción más realista, considerando los desafíos de desarrollo y las restricciones del país. En este caso, la necesaria innovación quizás implique políticas que equilibren la apertura a los mercados globales con opciones de desarrollo endógeno y estructuras institucionales heterodoxas. En síntesis, el cambio no tendría que ser visto sólo como una desviación de la opinión mayoritaria, sino como una búsqueda de alternativas estratégicas sobre las cuales la sociedad tendría que estar lista a deliberar. En ese sentido, es posible pensar en que ciertas minorías, al margen de su poder y extracción social, consigan señalar el Condiciones subjetivas para el informacionalismo Recuadro 4.12 Las élites bolivianas ante el desarrollo y la globalización El Informe de Desarrollo Humano en Bolivia del año 2000, se intentó conocer qué piensan las élites regionales bolivianas acerca de los principales desafíos del desarrollo humano. ¿Por qué se habló con ellas? Sobre todo porque uno de los rasgos de la globalización es justamente la posibilidad abierta para las regiones de desmarcarse de sus respectivos Estados nacionales a fin de rearticularse con la economía mundial de forma autónoma. Hoy, regiones tan importantes como California, Sao Pablo, Cataluña o Renania del Norte se han transformado en polos vitales del mercado, la técnica y la manufactura. ¿Puede vislumbrarse lo mismo en Bolivia? La consulta realizada en 2000 encontró tres pensamientos dominantes de las élites en el país. La primera planteaba que la región se relacionara productivamente con el mundo, olvidándose del resto de la nación, considerada más bien como un lastre prescindible. La segunda señalaba que lo prioritario era que la región se integrara mejor al país interno, fortaleciendo el mercado nacional y dándole la espalda a un mundo hostil, ajeno y competitivo. La tercera opción comprendía que vincularse con mercados exteriores no es impedimento para hacerlo al mismo tiempo con el frente económico interno, es decir, conexión por doble vía. ¿Qué regiones se inclina hacia una u otra dirección? En general se observa que Beni, Pando y una fracción de Santa Cruz tienden a pensar más en un nexo directo con el mundo, dejando de lado al resto de Bolivia. En el caso de los dos primeros, esta salida es vista, sin embargo, con pesimismo, mientras una parte de los cruceños parece celebrar su desconexión con la república, pues tendría como contraparte que ellos sean “alguien” en el planeta. En el otro extremo, es decir, en el polo favorable al mercado interno y a la cohesión nacional al margen del planeta, están Cochabamba y Chuquisaca. Por su parte, quienes aspiran a conectarse con los mercados externos y al mismo tiempo, aglutinar las fuerzas económicas internas, son La Paz, Oruro, Tarija, Potosí y un segmento de las élites cruceñas. En general, los tarijeños, una parte de los cochabambinos y los cruceños miran sus opciones con optimismo, imaginando que sus regiones serán capaces de enfrentar activamente su inserción económica. Al contrario, el fatalismo predomina en benianos, pandinos, paceños, potosinos, orureños, chuquisaqueños y una parte de las élites cochabambinas, es decir, en las zonas con desempeños económicos declinantes y experiencias traumáticas con diversas estrategias de desarrollo y crecimiento. Estos datos son importantes dentro de este capítulo del IDH 2004, porque muestran de manera indirecta cómo la desconfianza en el porvenir engendra fatalismo y poca fe en las posibilidades colectivas, en este caso, de una región confrontada con su aprendizaje conjunto y sus expectativas. Fuente: PNUD, 2000 157 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 camino del cambio y se constituyan en agentes de innovación. La pregunta es entonces cuánta consistencia, transparencia, convicción y habilidad tendrán estas minorías para involucrar a una mayoría, las más de las veces escéptica, en procesos amplios de innovación y adaptación al cambio. Estos temas, creemos, tienen una importancia excepcional en la formulación de las ideas que se pue- - den establecer entre las élites regionales y la nueva multiculturalidad existente en las regiones (ver: PNUD, 2002 y 2003). A la luz de estas consideraciones es posible también decir que el cambio y la innovación no sólo dependen de reformas institucionales o políticas bien diseñadas. Éstas no tendrán éxito si además no están inscritas en la subjetividad, los valores, sentimientos, el sentido co- Recuadro 4.13 Políticas de subjetividad Crisis, complejidad, incertidumbre y desconfianza son términos muy presentes en la sociedad actual. Los individuos modernos viven sumidos en el temor por lo que viene y vendrá. El miedo se ha convertido pues en un sentimiento cotidiano. La fórmula para vencerlo es sin duda la confianza, es decir, la posibilidad de entregarse sin mucho cálculo a los demás. Sólo una red social de amigos, colegas, vecinos o familiares permite que las personas de hoy se desenvuelvan con algo de seguridad en un mundo cada vez más competitivo y ajeno. ¿Por qué se ha incrementado tanto la incertidumbre en el porvenir? Seguramente uno de los factores que la explican mejor es el hecho de que la vida social se ha hecho más compleja e incomprensible. Para contar con cierto número de certezas, hace falta cada vez más conocimiento e información. La carencia de datos sobre el entorno, una vez más, puede ser salvada de manera más acelerada por la confianza. Uno confía en el otro, porque supone que sabe más o que puede ayudarnos a resolver nuestras dudas. En tal sentido, en el mundo de hoy la confianza ya no se asienta sólo en la familiaridad con los hechos o en las percepciones del pasado. Ahora ésta necesita encontrar un balance nuevo y estabilizador, donde la disposición subjetiva de la gente hacia un cambio incierto no se base sólo en la experiencia directa, asegurada por la tradición, los supuestos, los mitos o la religión, ni tampoco en la convicción de que Fuente: Elaboración propia 158 hay que empezar todo de cero. Actualmente la confianza sólo puede ser construida a través de acumulaciones culturales diversas y, al mismo tiempo, desde la posibilidad de exista comunicación entre ellas. Pero, ¿cómo construir confianza entre las personas habida cuenta de las dificultades aludidas aquí brevemente? Un primer paso, sobre todo en Bolivia, debería ser la refundación de las premisas institucionales, sociales y políticas del país, logro que podría esperarse, por ejemplo, de la prometida Asamblea Constituyente. Como se observa, la ruta pasa por una genuina profundización de la democracia, un manejo más flexible de la diversidad, una mayor capacidad para asumir responsabilidades individuales y colectivas, en síntesis, más oportunidades para que cada uno se convierta en sujeto o artífice de su propia vida. Se trataría de una estrategia que provoque dudas constructivas, no paralizantes, que, a su vez, generen más preguntas que respuestas, y por ello promuevan el diálogo, pilar central para edificar nuevos consensos. Si se observa bien, lo planteado busca influir en la subjetividad de las personas y los grupos sociales, es decir, pretende transformar sus predisposiciones, articular las voluntades y producir un cambio en los comportamientos y las actitudes. ¿Por qué no pensar entonces en una suerte de políticas de la subjetividad?, es decir, en medidas institucionales orientadas a ensanchar la confianza entre las personas, antesala indispensable para la construcción de actores sociales pro activos. ¿En qué podrían consistir tales políticas? Veamos algunas sugerencias: - Una meta fundamental parece ser restituir la dignidad de las personas, sobre todo, de las más pobres y excluidas. Ello implica su acceso a los servicios elementales, parte vital de la lucha contra la pobreza. - Junto a una mejora de las condiciones de vida, otro espacio importante en el que tendría que incidir una política de subjetividad es el de la convivencia intercultural. A fin de alcanzar un interculturalismo ciudadano (ver el capítulo 3 de este Informe), parece importante transformar los principales centros de producción simbólica y socialización como las escuelas, los medios de comunicación y los ámbitos públicos en general. Allí debería promoverse el respeto por las diferencias y la dignidad de los marginados. - En el plano institucional, sería importante promover la transparencia, lo que implica no sólo proporcionar a la población información de manera abierta, sino una rendición periódica de cuentas de las autoridades a fin de fortalecer la confianza en el manejo de los intereses públicos. - Además, y principalmente en el marco de la resolución de conflictos, es indispensable que la palabra de las autoridades y los actores sociales sea respetada y que los acuerdos a los que se arribe, sean un referente cierto y confiable para avanzar en una nueva relación encaminada a obtener soluciones. mún y la memoria histórica de la gente. Quizás una de las mayores limitaciones de las reformas liberales de los últimos años haya consistido precisamente en no haber considerado suficientemente que las verdaderas transformaciones sociales se hacen en la subjetividad de la gente y quizás ese constituya el mayor desafío político para Bolivia ahora que se requiere, ante todo, reconstruir la confianza y un nuevo sentido del nosotros. Es más, ésta parece ser una tarea ineludible desde cualquier opción política que se plantee con seriedad un país capaz de mirar al futuro con algo de seguridad. Condiciones subjetivas para el informacionalismo Al parecer Bolivia está en un momento en el que ya son insuficientes las viejas formas de influir políticamente sobre la sociedad. Hoy en día, dadas las tendencias encontradas, tanto el conservadurismo social como la demagogia sólo contribuirán a profundizar la desconfianza y la crisis de la democracia. Es necesario por tanto, afrontar los conflictos y las tensiones de manera abierta y mediante nuevos consensos. 159 Campo informacional e Internet Capítulo 5 Campo informacional e Internet Introducción La sociedad contemporánea se ha transformado considerablemente en los últimos años. La dinámica social ha dado un salto cualitativo a partir de las recientes mutaciones tecnológicas y las bases que sostenían a la sociedad industrial se están reconfigurando, dando paso a una nueva realidad: la sociedad-red (Castells 1997). El rasgo fundamental de este cambio es que en el núcleo mismo de la lógica capitalista se ha instalado la tecnología de la información. Como bien sugiere el IDH 2001: “La revolución tecnológica y la mundialización están creando la era de las redes; y esto está cambiando la manera en que se crea y se difunde la tecnología” (IDH 2001:4). Cabe recordar que desde los inicios de la historia del capitalismo hasta nuestros días, la tecnología y el conocimiento siempre estuvieron en el centro de su dinámica productiva. Sólo cuando la máquina, junto al trabajo, fueron usados como un motor para la producción, hubo posibilidades para la acumulación propiamente dicha del capital y nacía por tanto el capitalismo. Sin embargo, lo que ha hecho que el actual período sea un quiebre con respecto al pasado, es que, por un lado, el modelo industrial, centrado en torno al trabajo como valor, dejó de generar capitales y sentidos de desarrollo, y por otro lado, la tecnología de la información se instaló en el centro fundamental de la vida social, transformando así distintos ámbitos de la actividad humana, que van desde la economía y sus dinámicas productivas, hasta la sociedad y la cultura. Como ya se mencionó en el primer capítulo de este Informe, la sociedad informacional se distingue por las siguientes características: 161 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 - - - Su capacidad para producir y usar tecnologías de información como instrumento fundamental para el desarrollo. La intensificación de los flujos de información y comunicación convertidos en el eje de la globalización económica. El acceso que se tenga a dichos flujos es vital para las sociedades. La selectividad de estos flujos de información, dependiendo de la productividad y competitividad y del poder que se tenga en ellas. Estas redes inciden además en la sociedad sobre todo porque: • Determinan la posición de los actores, organizaciones, instituciones y economías. Éstos se distinguen entre sí según sea su posición en la red. • Definen las diferencias dentro de las redes como entre ellas, según sea la importancia estructural de los flujos de información creados por ellas. (Castells, 1997) Dado que la sociedad-red está asociada al uso, producción y consumo de información, su relación con ésta es ahora un aspecto crucial del desarrollo, tanto por sus potencialidades en la producción como por su capacidad para modificar la vida cotidiana. La conformación de un campo informacional, espacio estratégico para el desarrollo humano, adquiere un gran valor y su evolución facilita o impide la interacción permanente y simultánea entre los ejes de esta nueva sociedad. Es entonces de una importancia capital conocer el estado de este campo para saber con qué capacidades se cuenta para enfrentar un desarrollo informacional. Como se ha argumentado a lo largo de este Informe, Bolivia requiere de un estilo de desarrollo capaz de saldar los rezagos del pasado (desarrollo pendiente), pero que a la vez, pueda enfrentar los desafíos de la globalización informacional (desarrollo necesario). Este capítulo señala que para lograr un modelo informacional de desarrollo, es fundamental contar con un campo Internet sólido, activo, vinculado a la cultura y a la producción. Sólo así, el país estaría en condiciones de resolver el desarrollo pendiente y el necesario. No habrá pues desarrollo humano sin una cultura informacional estable y activa. Como se argumentará a lo largo del capítulo, en Bolivia, este campo tiene lógicas duales y en algunos casos, excluyentes. Por ello, hay que buscar una lógica integradora y de inclusión social, articulada a la dinámica económica. La globalización en Bolivia no será sostenible ni favorable al desarrollo humano, si no va de la mano de un informacionalismo, que coloque en el centro a los actores sociales el uso de nuevas capacidades. Las preguntas que guían este texto son: ¿quiénes son los actores del campo informacional?, ¿cuáles son sus potencialidades?, ¿cuáles son las formas de uso de Internet en el país?, en síntesis, ¿cómo está el campo informacional en Bolivia? Para estudiarlo y esbozar algunas respuestas a estas interrogantes, se deben analizar primero las condiciones estructurales de la tecnología, es decir cuál es el soporte material en el que funcionan los actores, tarea que se realiza al inicio. En la segunda parte, se ingresa al mundo de los “usuarios” de Internet, intentando explorar el perfil del usuario boliviano. Finalmente, se profundiza en el conocimiento de los “productores” del informacionalismo, particularmente en el ámbito laboral, estudiantil y el de los ensambladores. Recuadro 5.1 Tecnología para reducir la pobreza La tecnología ha sido un poderoso instrumento de desarrollo humano y reducción de la pobreza. Las inversiones en tecnología, al igual que las realizadas en educación, pueden dotar a las personas de mejores instrumentos, de modo que sean más productivas y más prósperas. La tecnología es un instrumento y no sólo un beneficio, del crecimiento y el desarrollo. Fuente: IDH, 2001: 1 162 Infraestructura en uso La topografía del país hace que sea casi imposible tener una cobertura amplia de redes cableadas, ya que los costos son elevados y el mercado demandante de estos servicios, demasiado pequeño. Sin embargo luego de la apertura del mercado de las telecomunicaciones, hoy en día se cuenta con más de 1.800 operadores registrados (SITTEL). Para propósitos de este informe, se ha visto por conveniente estudiar las siguientes infraestructuras: • Red de telefonía fija • Red de telefonía móvil • Red de fibra óptica Red de telefonía fija Esta área es quizás la más antigua en términos de infraestructura, porque se remonta a las redes analógicas de teléfono que existían con aparatos rotatorios. Los principales actores en este ámbito hasta antes de la apertura al mercado fueron las cooperativas de teléfonos. Después de ésta, entraron nuevos competidores al sector como ENTEL y AES Communications. En el gráfico 5.1 se puede observar la evolución de líneas fijas en servicio en el país. El mayor crecimiento de los últimos cinco años se dio el 2002 como resultado de una apertura de mercado que provocó un descenso en las tarifas y una mayor cobertura. Gráfico 5.1 Evolución de las líneas fijas en servicio en Bolivia 700.000 600.000 500.000 400.000 300.000 200.000 2002(1) 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 1990 1989 1988 0 1987 100.000 1986 La rápida expansión de las nuevas tecnologías de la información demanda el uso de redes de telecomunicaciones más amplias, con mayor y mejor cobertura. La infraestructura tradicional en este terreno siempre estuvo dividida entre los servicios de datos para transmitir información y aquellos de voz, orientados a la telefonía, pero durante los últimos años y con la gran penetración mundial de la red Internet, hoy se habla de una convergencia de tecnologías que combinan en una misma vía la telefonía, la radio, la televisión o el Internet. Bolivia ha tenido acceso a la red desde 1992 cuando el PNUD, en trabajo conjunto con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), creó un proyecto llamado Bolnet. El primer acceso fue mediante un enlace satelital que conectaba a la ciudad de La Paz con la de Nueva York donde se encuentran las oficinas centrales del PNUD . Dicho enlace tenía un ancho de banda comparable al que hoy tiene un hogar y atendía a varios usuarios pioneros en el empleo del correo electrónico y el intercambio de información interactiva. Al igual que el de otros países de la región, el mercado boliviano de telecomunicaciones se ha caracterizado por ser un monopolio estatal regulado y administrado como empresa pública. Sin embargo en el marco de la llamada capitalización, Bolivia vendió el 50% de las acciones de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones ( ENTEL ) mediante una licitación pública internacional a Telecom Italia, la cual se comprometió a administrar la entidad, en el marco de un mercado monopólico por cinco años, para luego apoyarla en la transición hacia un mercado abierto. Para regular el mercado de telecomunicaciones, así como otros monopolios, producto de la capitalización, se crearon varias superintendencias sectoriales, cuyo rol principal es garantizar el cumplimiento de las leyes, un buen servicio al cliente y, principalmente, fijar las tarifas para los servicios. En este sector, la Superintendencia de Telecomunicaciones (SITTEL) informa que el suyo es uno de los que ha exhibido mejores gestiones y mayor crecimiento en los últimos cinco años. Por otro lado, el gobierno posee un viceministerio de telecomunicaciones para la formulación o revisión de leyes referidas al tema, su uso y cobertura. Así, en los Campo informacional e Internet últimos dos años, ha trabajado en un proyecto de cobertura rural sobre todo para poblaciones de al menos 10 mil habitantes. 1985 La infraestructura tecnológica Fuente: Sittel. (1) Preliminar. 163 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Sin embargo, pese a este crecimiento acelerado, Bolivia apenas cuenta con 620 mil líneas fijas, de las cuales sólo un pequeño porcentaje son digitales, las que, de aumentar, permitirían otro tipo de aplicaciones de alto rendimiento. El principal obstáculo que enfrentaron las líneas fijas para su expansión fue el elevado costo de la acción ofertada por las cooperativas que oscilaba entre los 500 y los 1.500 dólares, lo cual restringió el consumo a la clase media y alta. Las cooperativas cubren en general áreas muy definidas y locales, mientras que ENTEL lo hace en las zonas no atendidas por cooperativas o, junto con otros operadores, atiende los servicios de larga distancia nacional e internacional. En este servicio, ENTEL tiene la mayor participación del mercado. Hasta finales de 2002 contaba con el 91% del mercado de larga distancia, aunque se estima que para fines de 2003 bajará a 71% debido a la fuerte competencia en este mercado sobre todo con la utilización de servicios de voz sobre IP (conversaciones telefónicas vía Internet). Red de telefonía móvil Tras la capitalización, se otorgaron licencias a dos operadores dentro de la telefonía móvil: ENTEL y TELECEL. La empresa pionera en este campo fue TELECEL que en 1992 ingresó al mercado boliviano para ofrecer telefonía celular analógica, primero en La Paz y luego en las otras ciudades grandes del país. ENTEL introdujo un sistema digital ( TDMA) con amplia cobertura y esquema de servicios más amplios que la ya experimentada para entonces por su competidora. Ello obligó a TELECEL a mejorar su plataforma de tecnología digital (TDMA) a fin de hacerse competitiva. Cuando ingresó el segundo operador de telefonía móvil, el principal cambio fue el descenso de las tarifas, pues de un costo de 50 centavos de dólar, éste bajó a 15 en promedio, lo cual dio paso una expansión acelerada de esta tecnología en la medida en que dejó de ser un servicio de lujo para convertirse en un fuerte competidor de la telefonía fija. Después de poco tiempo, el mercado recibió al tercer operador del área: Nuevatel, que para distinguirse de los anteriores, optó por instalar una plataforma tecnológica digital (GSM) con capacidad para soportar datos y no sólo voz. Nuevatel utiliza como nombre comercial el término “Viva”. A su vez, ENTEL decidió lanzar al mismo tiempo que Viva, una plataforma adicional a su ya instalada TDMA, basada en GSM,1 para poder captar la mayor parte del mercado de telefonía móvil con lo que se convirtió en el principal proveedor de este servicio integrando. Para finales del 2002, en Bolivia se contaba con alrededor de un millón de líneas móviles. En el gráfico 5.2 se puede observar el crecimiento de las líneas móviles comparado con el de las líneas fijas. Gráfico 5.2 Cantidad de líneas fijas y móviles en servicio 1.800.000 1.600.000 1.400.000 1.200.000 1.000.000 800.000 600.000 400.000 200.000 0 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002(1) Líneas fijas en servicio Líneas móviles en servicio Total líneas en servicio Fuente: Sittel. (1) Preliminar. 1 164 Para ver más datos sobre las diferencias entre TDMA y GSM , ver el glosario de este Informe. Como se observa, la telefonía móvil ha crecido considerablemente y gracias a los bajos costos para adquirir un aparato portátil, su penetración en las ciudades ha sido rápida. En el gráfico 5.3 se observa la densidad de telefonía en Bolivia y cómo la móvil ocupa el mayor volumen. La telefonía móvil tiene una densidad aproximada del 10% dentro de la población total y su mayor concentración está en el eje central como se puede ver en el cuadro 5.1. Red de fibra óptica Campo informacional e Internet Luego de la implementación de tecnologías móviles y de los elevados costos por el uso de señales satelitales, ENTEL instaló una red de fibra óptica en las principales ciudades del país. Dicha red es usada articulando servicios como la telefonía de larga distancia, la transmisión de datos o el acceso a Internet. La citada fibra óptica sale del país por Tambo Quemado y va hacia Arica para Gráfico 5.3 Evolución de la densidad telefónica en Bolivia 20.00% 18.00% 16.00% 14.00% 12.00% 10.00% 8.00% 6.00% 4.00% 2.00% Densidad telefónica fija 2002(1) 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 1990 1989 1988 1987 1986 1985 0.00% Densidad telefónica móvil Fuente: Sittel. (1) Preliminar. Cuadro 5.1 Densidad de telefonía móvil por departamento 2002(1) Departamento 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Beni 0.00% 0.35% 0.77% 1.34% 2.52% 2.88% 3.47% Chuquisaca 0.18% 0.65% 1.06% 1.81% 2.62% 3.41% 3.02% Cochabamba 0.43% 1.28% 2.56% 4.70% 7.07% 9.72% 11.11% La Paz 0.65% 2.10% 3.93% 7.09% 9.40% 12.21% 13.61% Oruro 0.13% 1.02% 1.80% 2.60% 3.27% 4.94% 4.94% Pando 0.00% 0.00% 0.68% 1.30% 2.36% 2.33% 2.69% Potosí 0.04% 0.29% 0.43% 0.85% 1.28% 1.53% 1.70% Santa Cruz 0.78% 2.52% 5.38% 8.46% 10.63% 13.31% 14.52% Tarija 0.02% 0.87% 1.57% 2.57% 4.00% 5.42% 5.39% 0.47% 1.60% 3.15% 5.38% 7.25% 9.43% 10.40% Total nacional Fuente: Sittel (1) Primer semestre de 2002. 165 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Red de fibra óptica BRASIL La Paz - Desaguadero La Paz - Cochabamba Patacamaya - Tambo Quemado Cochabamba - Santa Cruz Santa Cruz - Puerto Suárez PANDO Cobija PERU BENI Trinidad LA PAZ La Paz SANTA CRUZ COCHABAMBA Cochabamba Santa Cruz de la Sierra Oruro ORURO Sucre Potosi POTOSI CHUQUISACA Tarija TARIJA PARAGUAY CHILE ARGENTINA Recuadro 5.2 Bolivia: equipamiento o activos que poseen los hogares En cuanto a los usos sociales se refiere, es evidente el crecimiento del empleo de tecnologías de la información. En lo que respecta a los medios de comunicación, no cabe duda que la radio es el medio más popular, seguido por la televisión. Más del 75% de la gente tiene una radio en el hogar, y el 54% tiene un televisor. Lo interesante es que en los relativamente pocos años de existencia de las computadoras en el país (en comparación con la radio por ejemplo), actualmente un 10 % de la gente afirma tener una computadora en casa. Cuadro 5.2 Equipamiento o activos que poseen los hogares Equipo Porcentaje (a) Radio o equipo de sonido (a) Televisor 54.37 (a) Teléfono o celular 22.69 (b) Televisión por cable (b) Computadora 6.10 10.00 (b) Conexión a internet 3.40 Fuente: Elaboración propia en base a datos del: (a) Instituto Nacional de Estadística (b) PNUD 2003 166 75.71 Recuadro 5.3 Diálogos entre la cultura y la cibernética en Bolivia Con respecto a las experiencias bolivianas de uso de tecnología a partir de las especificidades culturales, existen interesantes casos de multiculturalidad informacional a los que vale la pena poner atención. Se han instalado varios telecentros en zonas rurales que permiten un contacto directo de comunidades campesinas con el mundo. Asimismo, hay experiencias del uso de la tecnología para mejorar la comunicación intercomunitaria o al interior de sindicatos y organizaciones sociales. En este recorrido vale la pena resaltar una experiencia entre tantas otras: Iván Guzmán de Rojas: El traductor Atamiri A mediados de los años 80 el ingeniero Iván Guzmán de Rojas construyó un programa de computación llamado Atamiri que tiene la particularidad de traducir una lengua a tres diferentes idiomas simultáneamente, y para ello utiliza la estructura de la lengua aymara como puente. Se crea, en ese momento, el primer modelo de traducción multilingüe en el mundo. El recorrido de este descubrimiento es curioso. Antes que inventar un programa para traducir, Guzmán de Rojas quería “que la computadora pueda enunciar frases bien formadas en aymara, para comprobar que si se aplican las reglas de ingeniería, estoy construyendo frases bien formadas en un idioma entendido por los hablantes, y por tanto estoy demostrando que hay una ingeniería detrás del idioma”(Mesa, 1996). Trabajando en esa dirección, Guzmán de Rojas vio que un matrimonio entre un programa de computación y la estructura lingüística del aymara podía dar más resultados: “bien pronto me di cuenta de que al manejar esas matrices y al hacer un diccionario usando las categorías sintácticas del aymara que son posicionales en una matriz, podía yo definir la gramática del español, inglés y alemán. Cuando me di cuenta de que podía haber un traductor detrás de eso, se me ocurrió bautizar a ese programa con el nombre de Atamiri” (Ibid.). El nombre vino precisamente de la palabra aymara “atamaña”, que significa interpretar. Si a esa palabra se le añade el sufijo “iri”, da como resultado la idea del traductor, el intérprete. Frente a la pregunta de por qué el aymara, cuáles las ventajas y límites de este programa de traducción, Guzmán de Rojas responde: "El aymara funciona por su estructura algorítmica, es decir que en toda su sintaxis y su conjugación existen reglas que nos llevan siempre a un resultado. Eso es enormemente cómodo para hacer un programa cuando uno está construyendo problemas de lenguaje en la computadora, ya sea de traducción o simplemente de generación de frases bien formadas " (Ibid.). Por múltiples razones, entre otras económicas, el programa Atamiri no logró desarrollar todas sus potencialidades aunque sí respondió a varias necesidades puntuales. Sin embargo, lo importante de la experiencia fue la posibilidad de aprovechar las ventajas instaladas en la cultura con las distintas ofertas tecnológicas del momento, para proponer un producto útil en el mundo moderno. Más allá de los éxitos o fracasos del programa, fue una de las primeras iniciativas que mostraron la compatibilidad e incluso afinidad entre dinámicas ancestrales y modernas. Fuente: Mesa, 1996 Recuadro 5.4 Una tarjeta inteligente La experiencia de INNOVA – PROilustra cómo frente a una realidad complicada, se elaboró una propuesta tecnológica capaz de adaptarse a las condiciones culturales de la población para dar respuestas a las necesidades económicas de la gente. Vale la pena comentar esta historia. La empresa INNOVA – PRODEM tenía por meta desarrollar una estrategia para llegar al mundo campesino con servicios financieros. En un principio, se replicó la experiencia urbana, y se toparon con las primeras dificultades. En DEM una primera etapa se fundaron agencias bancarias en determinadas localidades, lo que permitía empezar a construir una cultura de confianza en una institución bancaria. Cuando se logró consolidar una lógica de fondos financieros en el área rural, se ingresó a una nueva etapa, donde no sólo se ofrecieran créditos campesinos, sino también la posibilidad de ahorrar, lo que implica que la institución debe ser vista como un lugar seguro donde el cliente puede depositar su dinero con la certeza de que estará a salvo. Esto implicó un paso adelante, pues se tuvo que abatir el miedo y la desconfianza generalizada de la gente frente a instituciones financieras que exigían demasiados trámites y ofrecían formas torpes de trato al campesino para prestarle servicios básicos. Una vez instalada la cultura bancaria y cuando el cliente podía manejarse en ese mundo sin miedo, surgieron nuevas necesidades. Por un lado, cómo tener un sistema de identificación, en regiones donde el uso de carnet de identidad no es muy común y que permita un 167 fácil acceso a la propia cuenta. Y, por otro lado, cómo construir un sistema a partir del cual el cliente pueda retirar su dinero en cualquier momento del día, incluso sin tener contacto con un cajero. A estos temas, hay que añadir que en muchos lugares, la infraestructura de comunicación no es regular, por lo que no se puede tener información inmediata sobre las transacciones locales, lo que es indispensable para evitar fraudes en el sistema bancario. La solución a estos problemas vino mediante la conjugación de dos tecnologías perfectamente complementarias. Primero se estableció un sistema de identificación a través de la lectura de la huella digital, lo que permitía que las personas, más allá de que cuenten o no con un documento oficial, ya tenían acceso a sus cuentas. Hay que recordar además, que en el ámbito rural boliviano no es extraño utilizar la huella digital para identificarse, pues es la forma más común de realizar trámites oficiales. Con esta tecnología, se salvaba el problema de la identificación, pero quedaba todavía el del retiro de dinero cuando se desee y que esto no represente un peligro para el banco. Para ello, se acudió al sistema de tarjeta inteligente. Ésta posee un chip que guarda toda la información básica del cliente y que permite realizar transacciones inmediatas sin riesgos. Así, se instalaron cajeros automáticos donde, por más que no se esté conectado en línea, el cliente puede retirar dinero sin ningún problema, pues la información queda grabada tanto en el cajero como en la tarjeta personal. La actualización de los cajeros se la realiza regularmente, pero no tiene que ser inmediata ni se necesita estar en línea. La peculiaridad que PRODEM ha sido entonces la creación de una tarjeta inteligente con identificación a través de huella digital. Este sistema que une dos tecnologías de punta para responder a las necesidades económicas concretas en un contexto cultural particular, ha tenido una importante acogida. En dos años, el número de clientes ha crecido de 1.397 en marzo de 2001, a 57.398 en octubre de 2003. El éxito de esta propuesta tecnológica se debe a la capacidad de adaptación tecnológica a las necesidades económicas, tomando en cuenta las especificidades culturales. A partir de esa experiencia, se ha dado un dinamismo especial a las microfinanzas en el ámbito rural, y la tarjeta inteligente con huella digital se ha convertido en un ejemplo interesante que permite nuevas transacciones económicas en lugares donde las condiciones tecnológicas generales no son las más adecuadas. Fuente: Folleto Innova Recuadro 5.5 Internet y la transformación productiva Como lo han demostrado varios estudios, el ingreso del Internet ha modificado la vida social, desde la sexualidad hasta las relaciones productivas. Y no es para menos, pues las potencialidades de este soporte tecnológico no tienen límites, o más bien el límite es la propia experiencia humana. En La Galaxia Internet, Manuel Castells estudia los efectos del Internet sobre la sociedad, la empresa y la vida cotidiana. De hecho, “el Internet es un medio de comunicación que permite, por primera vez, la comunicación de muchos a muchos en tiempo escogido y a una escala global”, y en esta dinámica, Fuente: Castells, 2001 168 transforma nuestras vidas y la realidad. En el aspecto productivo, “el uso apropiado del Internet se ha convertido en una fuente de productividad y competitividad”. En Estados Unidos, en el año 2000 el valor de transacciones comerciales a través de la red alcanzó 400.000 millones de dólares. Así, la transformación tecnológica ha afectado al sistema económico en su conjunto, en los “procesos de creación, intercambio y distribución de valor”. El uso estratégico del Internet, con una vinculación activa con el mundo productivo y económico, puede ser un gran impulsor del desarrollo. luego conectarse a la red de ENTEL Chile, con lo cual alcanza un acceso internacional. Por otro lado, AES Communications le compró a ENTEL un ducto paralelo de fibra, gracias a lo cual pudo ofrecer menores precios y mejor tecnología. La red de AES cubre actualmente la ciudad de La Paz y la salida internacional por Arica, pero a diferencia de ENTEL, tras pasar por Arica, se conecta con una fibra transoceánica que va hasta los Estados Unidos sin tener que utilizar servicios adicionales en Chile. Las redes de fibra óptica de ENTEL y AES son usadas para transmitir datos y voz por lo que pueden brindar al público telefonía de larga distancia e Internet. Además existen las empresas de televisión por cable que, a la fecha, se limitan a proveer servicios de televisión por suscripción y no han ampliado el uso de sus redes. Usos sociales del Internet: perfil del usuario Como se ha señalado, para el desarrollo informacional y la inserción en la globalización es fundamental una cultura Internet. En lo que sigue se examinará el tipo de uso del Internet en el caso boliviano, a partir de las formas de apropiación de este instrumento tecnológico. Existe un sector que acude regularmente a las computadoras y al correo electrónico. En cuanto al uso de las computadoras, un 30% las utiliza “a veces” o “cotidianamente”, pero es generalizada la aspiración de poder emplearla con mayor frecuencia (80% de la población), su uso tiene que ver sobre todo con actividades laborales o de estudio. Los más familiarizados con este instrumento son los jóvenes urbanos de clase alta. El correo electrónico es útil para un 10% de la gente y entre quienes lo utilizan, el 84% lo hace por lo menos una vez a la semana, lo que muestra un hábito instalado (ECADI 03). De acuerdo a los datos de Sittel (2002), el crecimiento en el uso del Internet ha sido muy importante en los últimos años. Mientras en 1996 sólo un 0.21% de la población era usuaria de Internet, el 2002 este porcentaje llegaba al 3.22 (ver cuadro 5.3). Esta información se la puede complementar con la Encuesta de Capacidades Informacionales (ECADI 03), según la cual el Internet ha sido empleado alguna vez por el 25% de la población boliviana. Siguiendo esta misma fuente, entre los que usan Internet, un 67.7% lo hace por lo menos una vez por semana y dado que poca gente posee computadora en casa con conexión a la red, se sirve de establecimientos comunitarios y públicos, lo que implicaría una transformación en las formas de sociabilidad. Eso explica, en parte, el crecimiento, precio barato e importancia de los cafés Internet. De quienes no utilizan Internet, un 52% no lo hace, porque no sabe cómo funciona o no tiene quién les enseñe o asesore, Campo informacional e Internet Cuadro 5.3 Evolución en el uso de Internet Evolución Internet Cantidad de abonados Usuarios de Internet Usuarios de Internet como porcentaje de la población Computadoras personales Densidad de acceso a Internet (computadoras conectadas a Internet cada cien habitantes) Tasa de crecimiento abonados Proveedores legales de acceso a Internet por cada mil habitantes Servidores Servidores (hosts) de Internet por cada mil habitantes 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 (1) 2.620 6.286 11.776 18.830 25.880 37.019 48.999 15.000 35.000 50.000 80.000 120.000 180.000 270.000 0.21% 0.47% 0.66% 1.02% 1.49% 2.18% 3.22% 28.000 30.000 60.000 100.000 140.000 sd sd 0.03 0.08 0.22 0.23 Sd sd sd - 139.92% 87.34% 59.90% 37.44% 43.04% 32.36% 0.0004 0.0006 0.001 0.0017 430 550 626 948 1.324 0.06 0.07 0.08 0.12 0.16 Fuente: Sittel, 2002, Datos reportados a la Superintendencia de Telecomunicaciones por los operadores del servicio. (1) Preliminar. 169 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 pero si pudiera, a un 53.3% de la gente encuestada le gustaría hacerlo, lo que muestra una alta predisposición al uso (ECADI 03). El grupo socioeconómico alto es el que mayor acceso tiene tanto a la computadora como al Internet. El 62% del sector social A/ B (de ingresos económicos altos y medios) ha hecho uso del Internet, mientras que en el sector E (los pobres) sólo lo ha hecho en un 3.8%. Como se ha visto, esta experiencia se presenta sobre todo en el ámbito urbano (36.2% vs. 8.2% rural), y el mayor porcentaje de los que acuden tanto a la com- putadora como al Internet son jóvenes. La distancia en cuanto a edad es marcada, el 46% de los jóvenes de 15 a 19 años ha empleado el Internet, mientras que los mayores de 50 años tan sólo lo han hecho en un 6%. Se puede concluir entonces que el grupo social que más recurre a las ofertas computacionales es el de los jóvenes urbanos de clase alta (ver cuadros 5.4, 5.5 y 5.6). Como se puede apreciar en los gráficos que siguen, existe una diferencia entre los que han utilizado el Internet, los que no lo han hecho y les gustaría, y los que ni han Cuadro 5.4 Uso de computadora e Internet por nivel socioeconómico (en porcentaje) Nivel socioeconómico Pregunta / Respuesta Alto Medio Alto Medio Pregunta: ¿Con qué frecuencia utiliza usted computadora? Respuesta: Cotidianamente 36.6 19.3 5.3 1.2 Pregunta: ¿Alguna vez ha utilizado internet? Respuesta: Si 62.5 40.2 18.3 3.8 Pobre Pobre Extremo Fuente: ECADI - 03 Cuadro 5.5 Uso de computadora e Internet por área geográfica (en porcentaje) Área geográfica Pregunta / Respuesta Pregunta: ¿Con qué frecuencia utiliza usted computadora? Urbana Rural 16.8 2.1 36.2 8.2 Respuesta: Cotidianamente Pregunta: ¿Alguna vez ha utilizado internet? Respuesta: Si Fuente: ECADI - 03 Cuadro 5.6 Uso de computadora e Internet por rangos de edad (en porcentaje) Pregunta / Respuesta Rangos de edad 15-19 20-29 30-39 40-49 50 y más 14.3 19.0 9.7 5.7 3.0 45.9 37.9 21.5 10.4 5.9 Pregunta: ¿Con qué frecuencia utiliza usted computadora? Respuesta: Cotidianamente Pregunta: ¿Alguna vez ha utilizado internet? Respuesta: Si Fuente: ECADI - 03 170 Gráfico 5.4 Uso de Internet (% total de encuestados) 60 53.3 50 40 30 25.3 21.4 20 10 0 Ha utilizado No ha internet utilizado y le gustaría utilizar Internet No ha utilizado y no le gustaría utilizar Internet Fuente: ECADI - 03 usado ni les interesa. De las personas que les gustaría utilizarlo y no lo han hecho (53% del total de la población), un 19.5% no lo hace, porque el servicio es muy caro o no existe una conexión disponible, el 51.9% no sabe cómo funciona o no tiene quien le enseñe, y un 24.2% no ha tenido la necesidad ni le ve utilidad alguna. En cuanto al uso del Internet se refiere, es interesante distinguir tres tendencias: - Los desinteresados (21.4% del total de encuestados). Son aquellos que no han utilizado Internet y no les gustaría hacerlo, es decir que marcan una distancia importante frente a este recurso tecnológico. Este grupo es sobre todo de nivel socio económico D y E (48.8% y 34.8% respectivamente), pertenece al ámbito rural (61%) y está compuesto tendencialmente por mayores de 50 años (48%) lo que marca una importante diferencia en la edad. - Los excluidos por razones económicas, pero incluidos debido a su subjetividad (19.5 % de los que les gustaría utilizar Internet). Este sector es también del nivel socioeconómico D y E (42 y 31.7%), con predominio de las áreas rurales y de jóvenes y adultos situados entre los 20 y los 39 años. Tiene disposición instalada para el uso del Internet, pero no posee ni recursos económicos (“es muy caro”) ni los equipos necesarios. - Finalmente, el tercer grupo es el de los educacionalmente impedidos (52% de los que les gustaría utilizar Internet), que son aquellas personas con una alta disposición al uso de Internet, pero caren- te de conocimientos o de ayuda para hacerlo. Este sector se encuentra mayoritariamente en el grupo D (53.1%), es urbano (61%), y son jóvenes y adultos entre los 20 y los 39 años. Campo informacional e Internet Se puede concluir que en Bolivia existe, aunque todavía es pequeña, una práctica Internet instalada en un sector que utiliza regularmente la red en su vida cotidiana. Sin embargo, lo que hace más complicado el panorama es una importante brecha entre los usuarios de Internet, los que alguna vez lo han usado, y los que desearían usarlo y tienen impedimentos económicos o de conocimiento para hacerlo. Esta situación abre un ámbito de necesidades insatisfechas muy grande, que puede generar frustraciones mayores si el tema no es tratado adecuadamente como un problema. Se ha generado una distancia digital interna y también una demanda subjetiva instalada que, dadas las características económicas y educativas de la población, no puede ser satisfecha. Con respecto a la finalidad en el uso del Internet, ésta se concentra sobre todo en la búsqueda de información para el colegio o universidad o para alimentar la vida profesional y laboral (ver cuadro 5.7). Cualquier política pública al respecto debería tener en cuenta este hecho. Los que participan en grupos de discusión o chat, lo hacen sobre todo para conocer nuevos amigos e intercambiar música, cine o entretenimiento, de modo que no es un espacio que privilegie la discusión cívica o el encuentro de grupos de afinidades iden- Cuadro 5.7 Uso de Internet Usted utiliza Internet para… Mucho Poco Nada Buscar información para el colegio o la universidad 62.1 21.3 16.2 Buscar información profesional y para el trabajo 42.2 21.0 34.8 Bajar música o software de la red 17.9 24.6 56.1 Navegar sin objetivo concreto 13.6 25.2 60.4 Leer noticias y periódicos on-line 12.6 33.9 52.3 Jugar juegos en red 11.7 22.3 65.3 Participar en chats 11.5 26.9 60.2 Trabajar en la casa 5.6 8.8 82.8 Llamar por teléfono al extranjero 5.3 15.6 78.1 Para comprar discos, libros, etc 4.0 15.7 79.4 Hacer un curso on line 2.6 12.1 84.3 Fuente: ECADI - 03 171 Gráfico 5.5 Personas a las que les gustaría utilizar Internet y no lo han hecho porque... No sabe cómo funciona o no tiene quién le enseñe o asesore 51.9% No ha tenido la necesidad o no le ve la utilidad 24.2% titarias puntuales (mujeres, indígenas o fumadores.). A su vez, los usuarios de Internet presentan algunas racionalidades interesantes. Mientras tienen una posición hostil a las inversiones extranjeras y en general a las empresas transnacionales, se inclinan a favor de la exportación del gas boliviano. Tienen además una visión más optimista del futuro, que los que no usan Internet, y aparecen como menos tolerantes ante la posibilidad de que exista un presidente indígena de Bolivia en 2025 (ver gráfico 5.6).2 Aquellos que usan Internet, confían en su familia y sus amigos (ver gráfico 5.7). Sin embargo, su auto-identificación la constru- yen sobre todo con base en sí mismos, su grupo de edad como segunda opción, y finalmente el grupo social al que pertenecen. Los referentes de “Bolivia”, o “religión”, que son los principales a la hora de construir su identidad entre aquellos que no usan Internet, son aquí menos importantes (ver gráfico 5.8). Un reflejo evidente del campo Internet en el país está en el número de personas interesadas en convertir la informática en su carrera profesional. Un 12.8% de los estudiantes entrevistados optó por fijarse como meta ser ingenieros informáticos o técnicos en computación, que es el porcentaje más alto al lado de ciencias económicas, y se co- Gráfico 5.6 El servicio es muy caro o no tiene conexión 19.5% Percepciones generales (en porcentaje) 0 10 20 30 40 50 60 80 70 Otros 4.4% Fuente: ECADI - 03. 50 De acuerdo Las inversiones extranjeras que llegan al país siempre son buenas 63 49 En desacuerdo 33 71 De acuerdo 55 Las empresas transnacionales sólo buscan llevarse la riqueza de Bolivia En desacuerdo 26 37 46 No debe ser exportado 63 Sobre la exportación del gas 52 Debe ser exportado 36 29 30 Peor que ahora Percepción de la situación de Bolivia el 2025 49 Mejor que ahora 45 31 Nada Aprobación de un Presidente indígena para el 2025 39 39 Poco Mucho 28 25 26 Usa internet No usa internet Fuente: ECADI-03 2 172 Para analizar algunas diferencias de percepción entre las personas que alguna vez han usado Internet con relación a las que nunca lo han hecho, se estableció un grupo de control de las siguientes características: 1) personas que viven en zonas urbanas, ii) de nivel socioeconómico medio-alto (A/B – C) y iii) de 15 a 29 años de edad. Del grupo de personas que cumplen con todos estos requisitos (520 personas – 14.4% del total de encuestados) el 75% (389 personas) alguna vez utilizaron Internet, mientras que el 25% (131 personas) nunca lo hicieron. Los gráficos sobre “percepciones generales”, “sociabilidad y confianza” e “identificación”, deben ser leídos con esta aclaración metodológica. Campo informacional e Internet Gráfico 5.8 Gráfico 5.7 Sociabilidad y confianza (en porcentaje) Autoidentificación 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 0 5 10 15 Nada Grupo indígena 15 21 2 25 4 5 5 Región donde vive 1 1 7 8 Grupo social Mucho 24 13 Ocupación laboral o productiva Confianza en los amigos Usa Internet 3 8 64 Poco Nada 35 17 Bolivia Poco 30 12 84 75 Confianza en la familia 25 9 Religión Mucho 20 73 Personas de su edad 12 14 22 12 33 Usted mismo No usa internet Usa internet 29 No usa internet Fuente: ECADI-03 Fuente: ECADI-03 loca por encima de las otras ingenierías (10.8%). Y cuando la pregunta es qué piensan estudiar en el futuro, “informática o computación” se ubica como respuesta del cuarto lugar (7.5%), luego de las tradicionales carreras de ingeniería (16.1%), medicina (15.2%) y derecho (10%). Como se puede apreciar, existe un sector que usa Internet de manera intensa, lo que influye directamente en sus proyectos, percepciones y vida cotidiana. En el siguiente apartado se analizará cómo se conforma el campo informacional, particularmente en el ámbito laboral y estudiantil. El mundo informacional Se ha dicho que para poder emprender un desarrollo humano informacional o desarrollo necesario, es importante conocer Recuadro 5.7 Chatear en el canal “La Paz” Para entender las nuevas formas de interacción en la sociedad-red, hay que comenzar revisando la experiencia en los últimos años a partir de la proliferación de los “cafés Internet”, que hoy existen en todo el país a un mínimo costo promedio de 3 bolivianos la hora (menos de 50 centavos de dólar). El local, cualquiera, a una determinada hora, después de las clases, está atiborrado de jóvenes, colegiales y universitarios que saturan los programas de chat. ¿Quiénes están conectados?, ¿cuántos? y ¿para qué? A fin de responder a estas preguntas, revisemos la experiencia del chat “canal La Paz”. En un inicio, el más concurrido y accesible es el “Internet Relay Chat” (IRC), desarrollado en 1988 por Jarkko Oikarinen, en la Universidad finlandesa de Oulu, que permitió que las interacciones simultáneas que se establecían desde hace años, en una base de unoa-uno, pudieran ocurrir y popularizarse entre muchos usuarios a la vez. El canal La Paz se encuentra dentro del programa de charla mIRC, el más común de los IRC, creado por Khaled Mardam-Bey. Para empezar a chatear lo primero que hay que hacer es regis- trarse con un alias o “nick”. Al ingresar al canal La Paz, aparece la larga lista de nicks de todos los que están “presentes” y son usuarios del canal en ese momento. El canal es una microcomunidad virtual donde se comparte un lugar común en el “ciberespacio” y también se juega a “estar juntos” o a “hacer las cosas juntos”. Para ello, los cibernautas manejan ciertos códigos en común que deben ser aprehendidos rápidamente. Allí existen reglas, categorías, jerarquías y relaciones de poder. En primer orden esta el “founder”, 173 fundador del canal: Maury. Su nick se distingue por un símbolo “arroba”@, al principio de la lista, Luego, por orden alfabético, está la lista de “operadores” o policías del canal, también identificables por un signo “@” en su nick, que juegan a ordenar el tráfico y repartir infracciones. Los “operadores” tienen el rol de cuidar que las conversaciones en el canal público sean fluidas, sin repeticiones, insultos, ni molestias a otros usuarios, lo que se comienza a evaluar desde la presentación del nick. Un alias obsceno o de índole sexual será inmediatamente castigado con un “kick” o un “ban”: el primero es una suspensión momentánea del canal y el segundo una más seria y prolongada. Los “operadores” son otros asiduos al chat y por ello se ganaron reconocimiento y posibilidad de control social. Los “operadores” son más de 20 y los usuarios del canal más de 150 en horarios pico entre las 4 de la tarde y 8 de la noche. La relación social en el chat co- mienza cuando el usuario del chat escoge un alias: A_L_A_N, Alba, Afrodita, Ajayu, Angel, Boliviano, Blue_Devil, Chico_Lendo, DanieleX, Gatito, Juanjito, Loco, Maury, MeSiAs, Morena, Morochita, No_Me_Escriban, Oscar, Romeo, Sergio, Udabolcito, Vico Rico o Wistus, Son cientos de alias, por los que cada uno construye su personaje junto a sus máscaras, uno que interactúa con un repertorio propio en el "teatro virtual" del chat. En este ambiente, los cibernautas pueden permanecer desde minutos hasta horas, dependiendo del rol que jueguen en esta microcomunidad virtual, tal el caso de los “turistas”, que sólo aparecen en la lista de contactos y participan muy esporádicamente, o los “observadores” cuyos nicks aparecen siempre en la lista de contactos, pero que no intervienen en el canal público. Todos los usuarios del Canal La Paz tienen la opción de iniciar conversaciones privadas. Todo se desarrolla con el propio ritmo y lenguaje del chat: una escritura que intenta copiar la ra- pidez y la fluidez de la oralidad. Pero las posibilidades de socialización van aún más allá: los miembros del canal tienen una fecha aniversario y un cronograma de actividades para sus encuentros, vale decir, que el grupo de “chateadores” pasa de la comunicación virtual al contacto clásico interpersonal y grupal. En este caso, la conversación pasa del “click” o apretar la tecla “enter”, al contacto cara-a-cara, momento en el que los “ciberamigos” o los “cibernovios” asumirán el protocolo del contacto físico, fuera del mundo virtual donde cualquier personaje es posible, lejos de la máscara con la que interacturaron en el "teatro electrónico" del chat. ¿Una nueva identidad en la red? ¿Oportunidad para jugar con las medias verdades o medias mentiras? Sólo la puesta en escena del personaje. El "teatro electrónico” es un lugar donde el juego de las máscaras rompe la monotonía y nos conduce a comprender una parte de las transformaciones sociales que se producen a partir del fenómeno Internet. Fuente: Sandóval, 2003 Recuadro 5.8 El Algunos sectores indígenas han sabido utilizar las facilidades del Internet para consolidar sus organizaciones y potenciar sus demandas en ámbitos que van más allá de su propio territorio. Como lo ha mostrado Manuel Chiriboga (2003), en América Latina algunos movimientos indígenas han conseguido utilizar el Internet de distintas maneras, ya sea como mecanismo de denuncia y búsqueda de solidaridad activa, para la construcción de consensos y reformas o para el intercambio de experiencias alternativas. El caso boliviano es amplio y vale la pena señalar, a título de ejemplo, la experiencia de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) como organización que usa la red para dar un paso adelante en su capacidad de 174 CIDOB y el Internet comunicación interna. La CIDOB surge a finales de los 70 y toma su forma actual a mediados de los 80. Agrupa en su seno a más de 30 pueblos de las tierras bajas, y ha sido un actor social fundamental en los últimos años, organizando las grandes marchas de 1990 y 1996 por el derecho a la “tierra y territorio”. Su estructura organizativa contempla una secretaría de comunicación, que ha jugado un rol importante en distintos momentos de la historia de esta organización. En los últimos años, la CIDOB se puso como reto implantar una estructura de Internet que les permita mejorar su comunicación al interior de la institución y de ésta con el mundo externo. El desafío para los indígenas no fue fácil, y de hecho im- plicó temores que debieron ser resueltos en el camino. Así relata su experiencia el weehnayek Pablo Rivero, secretario de comunicación: “Para mí fue una gran novedad, lo primero que recuerdo es que estaba muy nervioso. Al ver las teclas de la máquina, tan delicadas, como un vaso de cristal, pensé que al sólo toque se iban a romper. Me habían dicho que hay que tener cuidado con los programas, por eso tenía miedo de equivocarme y dañar el equipo. Lo que más me costó manejar fue el mouse, a veces ingresaba a otros sitios, porque no sabía cómo dirigirlo. Una vez que me acostumbré a la computadora, lo que más me llamó la atención eran las páginas web, el darme cuenta de que tenían tantas cosas para ver y que podía informarme de todo a nivel nacional e internacional. Para nosotros aprender a usar Internet era importante, porque nos habían dicho que así sería más fácil comunicarnos a un costo más bajo. El principio de comunicación inmediata es clave para nosotros. Sin embargo, no me imaginaba lo que representaría estar tan lejos y llegar al instante con el mensaje. Comprendí que teníamos la posibilidad de brindar a otros hermanos con rapidez y eficien- cia la información que necesitaban. Antes había la dificultad de que siempre había de recibir documentos después de tres o cuatro días. Todo esto ha significado un cambio total en el diario vivir y en el campo dirigencial, con las negociaciones con el gobierno sobre las Tierras Comunitarias de Origen (TCO) o las empresas petroleras, todos estos campos en los que las bases necesitan de información permanente. A través de Internet podemos tener acceso inmediato a infor- mación de nuestras bases”. Esta experiencia buscó además la capacitación de indígenas de distintas organizaciones afiliadas a la CIDOB en el uso del Internet. La organización tiene conciencia de que para que la comunicación sea sostenible, se debe buscar un presupuesto estable para que la conexión a Internet sea permanente, lo que se ha convertido en uno de sus objetivos. Fuente: Historias TIC Bolivia, 2002: 17 cuál es el mundo de la información, sus actores e intercambios. Es lo que se hará en este apartado. Para ello, primero se abordará el mundo profesional, compuesto por las llamadas tecnoélites y los técnicos populares; luego los estudiantes de universidades privadas y de institutos; y después los ensambladores de computadoras (técnicos en hardware). Sin duda hay otros actores más, pero no son los que responden a las inquietudes de este estudio.3 El mundo profesional: las tecnoélites versus los técnicos populares Las tecnoélites Las tecnoélites en Bolivia están conformadas por aquellos profesionales con un capital cultural sólido y estable, que respalda su posición en el mundo laboral. En general, se trata de ingenieros o licenciados, con estudios en una universidad local o en el exterior. En su mayoría, poseen grados de maestría en diferentes países. Aunque su origen social varía, en general provienen de un sector medio o alto urbano con distintas potencialidades de origen, entre otras, un colegio particular, el castellano como lengua materna o un acceso libre a bienes culturales (música, televisión o libros). En cuanto al medio laboral se refiere, la tecnoélite se inserta en empresas privadas, estatales, universidades u organismos internacionales. Sus posibilidades laborales son 3 diferentes, van desde directores de los centros de cómputo de las transnacionales hasta responsables de sistemas en instituciones del Estado. Aunque muchos de ellos estudiaron en el extranjero, su reinserción laboral no fue un problema significativo, dado que el capital educativo que traían consigo los colocaba en un lugar cómodo para competir. Además, en muchos casos funcionaron las conexiones tradicionales mediante el parentesco y la amistad, muy útiles a la hora de conseguir trabajo. “Cuando yo volví, era el boom de los informáticos. Al llegar no era muy complicado encontrar trabajo, de hecho cuando llegué, ya tenía trabajo esperándome, no tuve mayor problema, y por algunos años el área de sistemas estuvo con bastante demanda, no me fue difícil...” (PNUD, 2003). Sin embargo, la inserción laboral se dificultó cada vez más con el ingreso de nuevos profesionales que compiten con calidad: “Antes se cotizaban más caro a los informáticos, ahora hay gente que hace el trabajo por nada. Antes la tecnología era mucho más difícil, pero con la aparición del sistema operativo Windows, es más fácil interactuar con la máquina y se requiere menos al especialista. Con Windows y el movimiento del ratón: copiar archivos, mover duplicados, borrar y llevar documentos, se ha hecho algo tan sencillo que ya no se requiere de un informático. El DOS era más complicado, había que memorizar comandos, lo que hacía indispensable la presencia de un profesional” (PNUD, 2003). A fin de conocer mejor las maneras en que se encaró esta investigación, es decir, qué grupos focales se formaron, por ejemplo, ver el anexo metodológico. 175 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 La presencia de nuevos profesionales en el medio conforma un campo más competitivo. Se crearon por eso nuevas instancias de agrupación a fin de colocar filtros y garantizar un mejor posicionamiento. Por un lado, en la actualidad, ya son muchos los profesionales en el terreno y se da el ingreso al mercado de técnicos sin título universitario, pero muy capaces de resolver problemas concretos. El área de la informática puede ser fácilmente ocupada por otras personas con un saber empírico o de cursos cortos, sostiene un informante clave: “La de las tecnologías de la información es una de las áreas más invadidas por todos; por ejemplo si yo no soy médico, no voy a entrar a una operación, si no soy economista, tampoco voy a hacer algo de economía, en cambio a sistemas todo el mundo acaba entrándole” (PNUD, 2003). La tecnoélite se siente amenazada por quienes logran ingresar al mercado sin formación académica, lo cual obliga a rebajar las remuneraciones. Si bien los profesionales ofrecen desempeños de mayor calidad, cuyo soporte técnico está garantizado, el mercado no aprecia ese saber, y termina contratando a los que ofrecen un producto menos elaborado y con menor garantía, aunque sí más barato: “En el mercado, un empírico termina siendo más útil que un titulado con grado. El tema económico es el que manda, se puede contratar a una persona que por 500 dólares haga un trabajo igual o mejor que el que venga con título y pida 1.000. El mercado en nuestra sociedad incentiva y motiva a los empíricos. Al empresario no le interesa si el que va a hacer el trabajo es titulado o no, sino que más bien se fija en el precio” (PNUD , 2003). A esta realidad, hay que sumarle el hecho de que algunas empresas internacionales, por ejemplo Microsoft, ofrecen diplomas de ingenieros (con fecha de vencimiento) sin mediación académica local, vinculando directamente a los técnicos con el ámbito internacional. Así, los “empíricos” o “seudoinformáticos” son una masa formada en institutos y que a primera vista pueden hacer un trabajo similar al de los que pasaron por las aulas universitarias. En todo caso, lo que queda claro es que al ser éste un medio donde el diploma no garantiza el conocimiento, se deben construir nuevas lógicas asociativas que permita mantener la legitimidad de la profesión. Así surgió, por ejemplo, el colegio de informáticos. A finales de los 90 hubo una amplia titulación desde las carreras de informática de distintas universidades que generó una gran cantidad de profesionales, lo que condujo a la creación de una organización colegiada. Por ello, en este ámbito existen algunos dilemas todavía no resueltos, que generaron diversos conflictos. Uno de ellos es la diferencia entre licenciados en informática e ingenieros de sistemas o entre éstos últimos y los ingenieros electrónicos. De alguna manera, la creación de una institución que acoja a todos tiene también por meta dotar de una identidad propia a quienes trabajan en este campo. Recuadro 5.9 Los seudo-informáticos “El conocimiento científico del informático es irremplazable, y eso no lo da tres meses de paso en un instituto, se requiere un conocimiento académico de muchos años de estudio” (PNUD, 2003). “Los famosos institutos generan informáticos a pasos acelerados. Les enseñan a manejar un paquete, se especializan en algo, pero a mi juicio son seudo-informáticos que han aprendido a manejar una herramienta, incluso pueden desarrollar un software, pero nada más. Los institutos sacan en seis meses un Fuente: PNUD, 2003 176 programador pero no es lo mismo que un profesional. La programación, me decía un profesor, es un arte. Viendo tus programas puedo decir cuán buen artista eres tú. El problema es que el usuario final está satisfecho con el producto y no ve otros aspectos más finos. Pero en el trabajo del profesional hay toda una teoría por detrás que no te va a dar un instituto. Ahí te orientan para el uso de la herramienta, pero la lógica, el concepto y la teoría te lo va a dar la universidad” (PNUD, 2003). La inscripción al Colegio de Informáticos exige presentar un título universitario, pagar una cuota de inscripción y una cuota anual. La barrera para los “empíricos” es, sobre todo, su carencia de diploma. Según los directivos de esta organización, es difícil convencer a los informáticos de que se inscriban al gremio y las funciones de la entidad aún no están establecidas ni son de visible utilidad para sus miembros. En todo caso, el rol del Colegio debería ser “avalar los trabajos que hagan los profesionales informáticos” (PNUD, 2003) y funcionar de manera similar al colegio de médicos o de abogados, que tienen el poder para respaldar o condenar a un profesional que no esté haciendo buen ejercicio de sus conocimientos. Esta es una tarea aún pendiente. Aunque las metas que identifican la técnoelite son distintas, se pueden concentrar alrededor de los siguientes temas: - Consumo vs. creación. Según esta perspectiva, Bolivia es un país donde desde las prendas de vestir hasta las tecnologías, se utiliza lo que se ha creado en otros lugares. El mundo de la información no escapa a esta realidad: “Tenemos cuatro puntos de café Internet y con eso pensamos que estamos en todo lado; las empresas de telefonía ofrecen algunos servicios; se pueden comprar computadoras en todo lado; pero aún así la cultura informática en nuestra sociedad es todavía pobre, no hay creación ni investigación” ( PNUD , 2003). Se reconoce entonces que existen algunas experiencias interesantes de innovación, o que en algunos sectores se desarrollan “sistemitas y programitas para satisfacer nuestros sistemas de contabilidad y de manejo de información, pero todavía es una lógica de aplicación” (PNUD, 2003). En este sentido, sólo invertir en la investigación universitaria podría generar una nueva relación con la tecnología. Se deberían fortalecer las políticas de apoyo a la investigación científica. - Problemas estructurales para la creación. Las pocas iniciativas que existen de investigación e innovación tecnológica chocan con problemas propios del país. Al no existir una demanda fuerte del mercado local ni importantes inversiones, hay que buscar nexos internacionales. Pero las condiciones para ello no están dadas, los problemas administrativos, de transporte y comunicación o la - burocracia no dejan que creaciones locales con grados de competitividad internacional se establezcan como empresas consolidadas. Mientras una empresa de un país vecino invierte y tiene condiciones para producir, una local debe luchar contra la corriente, saltando vallas propias de la estructura administrativa boliviana. Hace algunos años, las posibilidades reales de investigación en tecnología eran más limitadas. Hoy el propio mundo de la comunicación facilita intercambios que permiten avanzar un poco más en la investigación (por ejemplo con la presencia de Linux y otras ofertas), pero el problema está lejos de ser resuelto. Incluso no faltarán personas que sostengan que las condiciones del desarrollo tecnológico ya están dadas para la creación de software y hacer de ello una herramienta del desarrollo, pero se requiere una inversión importante en capital humano altamente calificado. Distancia tecnológica. Si bien la expansión de las comunicaciones parecería acortar las distancias en el mundo de la información, algunos sectores consideran que es aún mayor la muralla que se construye entre aquellos que poseen la tecnología y quienes carecen de ella. Es cierto que desde cualquier café Internet se puede acceder a conocimientos y lugares impensados antes, pero los avances tecnológicos de países más desarrollados no están al alcance de las manos locales. Campo informacional e Internet En cuanto a la vida cotidiana, no existe un patrón que englobe los comportamientos. Algunas personas participan activamente en redes virtuales, otras conforman comunidades con base en afinidades particulares, otras buscan información puntual, pero también están quienes llegando a casa no encienden la computadora. La tecnoélite anhela que el uso de la tecnología pueda ser útil para el desarrollo. Algunas propuestas van en esta dirección: - Una política de Estado. Se reclama una política estable que fomente el uso y la investigación en las tecnologías de la información: “Cualquiera que sea el gobierno de turno, tiene que invertir en esto si no queremos quedarnos atrasados y obsoletos. La informática es la herramienta con la cual se pueden conseguir muchos logros. Hay que darle su impor177 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 - - - - tancia dentro del Estado, porque sino, vamos a seguir siendo el último de los países” (PNUD, 2003). Es claro que esta dinámica debe vincularse con la lógica privada, pero “si dejas todo en manos del libre mercado, no se va a producir una democratización de la tecnología y del conocimiento. Este proceso debe estar fomentado, aunque no exclusivamente, desde el Estado, que debe democratizar el acceso a la información y reducir las brechas digitales” (PNUD, 2003). Las iniciativas privadas también deben jugar un rol fundamental, considerando que la capacidad del Estado es limitada y que sus responsabilidades son mayores. Se debería reforzar una articulación entre empresa privada, investigación universitaria y Estado a fin de fortalecer el campo productivo y el del conocimiento. Una política de investigación. Varias personas coinciden en que si no hay investigación, no se podrá ir adelante: “El conocimiento científico del informático es insustituible” (PNUD, 2003), y puede jugar un importante rol en el desarrollo. Base material tecnológica. Se deben fortalecer instituciones de servicios que permitan formas más rápidas y efectivas de comunicación, uso de Internet y demás beneficios de la red. Se tiene que reforzar el sistema educativo a fin de formar profesionales en todo el país que puedan responder a las necesidades puntuales de las regiones. Entre estos debates, en algunos casos más articulados que otros, y lejos de una visión homogénea, funciona la tecnoélite. Los técnicos populares Como ya se dijo, en los últimos años en Bolivia ha habido una explosión de los profesionales en el campo de la informática. Gran parte de éstos no atraviesa por las universidades y recibe su formación en varios institutos. Se ha conformado así lo que se podría denominar un grupo de técnicos populares, proveniente de las clases medias y bajas urbanas, que vive en la periferia, su formación primaria la realizó en colegios fiscales y su especialización en diversos institutos técnicos. Una parte de su conocimiento se basa en la experiencia empírica, articulada con una enseñanza un poco más formal re178 cibida en los centros de estudio. No es difícil encontrar que alguno de sus familiares tenga como lengua materna el aymara o quechua y provienen de hogares poco familiarizados con el mundo tecnológico. Aprender a ser un técnico popular implica transitar por distintos canales. Pasaron por diversos institutos tomando cursos y recogiendo conocimientos de manera fragmentada. Este recorrido pedagógico fue complementado por el trabajo concreto y la información brindada por los amigos de forma no institucionalizada. La inestabilidad de los centros de aprendizaje marca esa forma de aprender, pues éstos se abren y cierran con mucha facilidad. Paralelamente, se articula la enseñanza con la universidad. Muchos toman cursos en ella y se encuentran en alguno de los años de una carrera, pero sin haber conseguido la licenciatura. Aunque no son ingenieros o licenciados titulados, su horizonte educativo contempla algún día alcanzar el grado, porque “para conseguir un trabajo siempre hay que enviar currículo y adjuntar certificados de lo que tú has estudiado, y los empleadores se van más a eso que a la capacidad que uno tiene realmente. Para conseguir trabajo lo que vale es el cartón”, dice uno de ellos (PNUD, 2003). Sus saberes son muy útiles: instalar computadoras o programas o elaborar algún software. Los técnicos populares trabajan, pero también estudian en sus momentos libres. En realidad, la frontera entre una y otra experiencia no está muy delimitada: en el trabajo aprenden cómo trabajar mejor. La búsqueda de una fuente de trabajo es un vía crucis. No tienen ni capital social ni económico ni cultural para poder afianzarse en el mercado. Su historia laboral registra instituciones por las cuales pasaron en medio de la inestabilidad dominante. En los años de vida profesional que cuentan, son muchas las empresas que los han acogido y por lo tanto, frecuentes los cambios de empleador. A la vez, este constante movimiento implica nuevos aprendizajes y el manejo de nuevas destrezas, sobre todo aquella de moverse en la incertidumbre. En un segundo momento de su biografía laboral, cuando los técnicos populares han logrado un conocimiento lo suficientemente solvente como para lanzarse al mercado, se aventuran a la construcción de empresas autónomas, poniendo al servicio del público todo lo aprendido antes: “Hoy por hoy estamos abriendo una nueva empresa, don- de damos servicios a empresas y usuarios sobre lo que es computación, instalaciones, cableados de red, todo lo que es el servicio al usuario, es decir damos soporte técnico” (PNUD, 2003). Su vida laboral cabalga normalmente entre dos mundos: el servicio técnico y la enseñanza en institutos. En algunas ocasiones, también tienen la posibilidad para elaborar software. En la enseñanza, se privilegian las destrezas empíricas: “En este instituto damos clases prácticas, hay que enseñarle al alumno para qué sirve una máquina, no necesariamente la parte teórica que no es muy útil. Hay que enseñarles el método que se va a usar y el que más les va a servir, que pierdan el miedo a la máquina y que la vean como una herramienta necesaria” ( PNUD, 2003). La competencia en el mundo de la enseñanza ha hecho que los salarios bajen considerablemente: “Yo cobraba 200 bolivianos por un curso de Windows, y ahora 50; los ingresos han bajado hasta en un 80%, eso hace que tengamos que diversificar nuestra oferta planteando otros servicios como la elaboración de software, de paquetes educativos o dar seminarios especializados” (PNUD, 2003). Ya que la competencia es fuerte y no existe un sistema de titulación que la legitime en el mercado, las empresas pueden darse una imagen de “seriedad” a través de “la experiencia, y la antigüedad”. “Las empresas con las cuales se ha trabajado y a las cuales se ha respondido con responsabilidad; el respaldo se lo gana a través del tiempo, demostrando que has hecho sistemas en diferentes entidades” (PNUD, 2003). Prima aquí entonces una ética basada en la acumulación temporal de conocimiento y no en el grado académico. A pesar de los inconvenientes, sea en la oferta de servicios o en la enseñanza, los técnicos populares tienen una visión empresarial muy desarrollada y grandes dotes para administrar el riesgo. Sus pequeñas empresas son medianamente rentables, aún teniendo condiciones adversas y mucha competencia: “Nuestra empresa va a ir bien, porque es cuestión de echarle ganas, sino no tienes perspectivas, pues como está la competencia hoy día, hay que moverse harto, y eso es justamente lo que estamos haciendo: atender bien a los clientes, porque un cliente satisfecho es uno que vuelve” (PNUD, 2003). Las formas de asociación en este sector son más inestables. Algunos contemplan la Campo informacional e Internet Cuadro 5.8 Cuadro sintético comparativo del mundo profesional Tecnoélite Capital cultural y social Mundo laboral Problemas Desarrollo Técnicos populares Colegios privados Universidades nacionales o extranjeras Colegios fiscales Institutos de diversa índole Maestrías en el extranjero Inestabilidad en los centros de aprendizaje Clase media y media alta urbana Clase urbana popular Colegio de Informáticos No tienen afiliación estable Meritocrático: prima la tenencia de un diploma Empírico temporal: prima el saber empírico y acumulativo. Empresas estatales, privadas o internacionales Inestabilidad laboral Autonomía y visión empresarial Capacidad de riesgo Enseñanza universitaria Servicios técnicos, enseñanza Consumo vs. creación Falta de política pública estatal Falta de investigación científica Dificultades laborales No hay política de empleo Política no deja que otras personas trabajen Valorización de lo teórico Valorización de lo práctico Creación de una política estatal Formación e investigación Democratización del acceso a la red Democratización de la información Fortalecer las estructuras de comunicación 179 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 necesidad de tener una organización matriz para respaldar su trabajo y seriedad, la que todavía no existe. Respecto al colegio de informáticos, se sienten automáticamente excluidos por no ser profesionales. “Me imagino que son medio celosos, porque a uno no le van a dar una buena bienvenida, me podrían rechazar ‘tú no eres eso, ándate’; algo así me imagino”, teme uno de ellos (PNUD, 2003). El tema laboral no está separado del político. Ellos perciben que no hay apoyo del Estado para este sector: “Estamos surgiendo solos sin ayuda del gobierno y nuestra meta es ser una empresa sólida” (PNUD , 2003). Con respecto a su visión de desarrollo, se percibe la crisis por la cual atraviesa el país y se propone que ésta sea solucionada al mismo tiempo que se expande el Internet. En otro orden, éste debería servir para difundir informaciones sobre el país a fin de que “la gente se entere y sepa buscar datos de las cosas que tiene Bolivia, sus costumbres, tradiciones, leyes, gobernantes y turismo” (PNUD, 2003). En esa dirección, se debería, dicen, democratizar el acceso a la web y promover facilidades estructurales para que la población pueda comunicarse de manera eficaz. El mundo de los estudiantes: universidades vs. institutos Estudiantes universitarios En su versión de ingeniería de sistemas o licenciatura en informática, la carrera de informática tiene una década de vida en el país como oferta estable de universidades privadas y públicas. Este apartado se referirá a los estudiantes de las primeras. Se trata de estudiantes urbanos provenientes de los sectores acomodados que en su mayoría, realizaron el bachillerato en colegios particulares. El costo de la carrera es variable, por ejemplo, en Santa Cruz, la UPSA cuesta aproximadamente 950 dólares el semestre; la Católica, 850 y la Uni-Kuljis 550. Aunque existen excepciones, los padres tienen un trabajo estable y algunos, incluso una tradición familiar en el rubro. Si bien algunos estudiantes requieren trabajar para cubrir sus estudios, sus responsabilidades son menores y su situación económica es holgada. La mayor obligación laboral está reservada para después del egreso. Su interés por la carrera tiene dos argumentos: las puertas que se abren para conseguir mejores oportunidades de trabajo (“es Recuadro 5.10 Por qué estudiar ingeniería de sistemas - A mí en colegio me gustaban dos carreras: administración e ingeniería de sistemas y entré a la segunda, porque me llamaba más la atención la tecnología, aprender cosas nuevas. En este mundo todo cambia rápido, va avanzando día a día, hasta se podría decir que cada hora aparecen cosas nuevas. Entras a una cosa y al minuto ya están actualizado y encuentras algo diferente.... - Yo escuché en el colegio que esta es la carrera del futuro, por eso estoy aquí. - Mi padre es electrónico, siempre estuve rodeado de hierros, cables. Desde pequeño mi padre me enseñó a armar, Fuente: GFSC PNUD, 2003 180 desarmar, arreglar televisores y eso me llamó la atención. Mi padre me metió a un instituto de computación antes de salir bachiller, yo no quería, pero él me metió y le hallé el gusto. Me gustó programar y ahora me gusta. - Con esta carrera uno encuentra trabajo en cualquier parte... - A mí siempre me gustó armar y desarmar cosas, entonces dije, esta carrera debe ser así, debe ser fácil, pero cuando entré, me di el sustito, pero me gustó bastante. Aquí aprendes cosas nuevas, vas al Internet, ves otras cosas y le agarré el gusto, me quedé en la carrera, es muy bonita. Campo informacional e Internet Recuadro 5.11 Incertidumbres del mundo laboral - Mi idea es entrar a trabajar a una empresa y poco a poco tender al sector privado, tratar de independizarme y no depender de la política. En nuestro medio eso es difícil, porque las empresas, especialmente estatales, se manejan políticamente; entra un gobierno, todos afuera, y meten a gente de su partido. Así, uno tiene que preocuparse de quién va a ganar las elecciones, y al final los conocimientos pasan a un segundo plano. - Yo quisiera independencia en mi trabajo. Me gustaría tener una oficina en casa, tranquila, trabajando en las horas que yo decida, sin horarios ni tener que marcar tarjeta, que sea yo quien escoja mi horario. Siempre hay que relacio- narse con alguna persona que te dé el trabajo, pero la idea es que tú decidas cuándo y cómo hacerlo. - Quiero estudiar en el extranjero y después volver al país para poner una empresa, pero no depender de nadie. Eso es lo mejor para la carrera que hemos elegido. - Yo quiero adquirir conocimiento, porque eso significa tener más poder. Con conocimiento puedes optar a distintos trabajos, se te abren las puertas, y en los exámenes de competencia si eres bueno, puedes ganar. Ahora por ejemplo tener una licenciatura no es nada, hay muchos profesionales de todo lado, lo mínimo es tener la maestría, lo demás depende de vos. Fuente: GFCBBA PNUD, 2003 la carrera del futuro”) y la posibilidad de aprender “cosas nuevas”, en un mundo que no para de transformarse y ofrecer nuevas posibilidades. En algunos casos, prima un paradigma empresarial. Se valora el hecho de que la universidad les ofrezca, además de conocimiento, un espíritu empresarial. En el futuro, se espera tener una empresa propia, capaz de darles estabilidad económica y social, y un mecanismo de generación de empleo y desarrollo del país: “Esa es la meta que tenemos, tener nuestras empresas y de esa manera ayudar a otras personas dándoles trabajo y que Bolivia salga ganando. Aquí todos queremos ser empresarios” (GFSC). El ser empresario, identidad que en ocasiones prima más que la de ser informático, lograría cumplir con el objetivo de “ser libre, trabajar bien y hacer trabajar bien a las personas, y así ayudar al país” (GFSC). Asimismo, hay la tendencia a establecer un trabajo donde se pueda permanecer más tiempo en casa, sin tener que “marcar tarjeta”, y relacionándose con personas de otras disciplinas que también requieren de un profesional de sistemas. “Pienso hacer una maestría en el extranjero, volver aquí y poner alguna empresa. Aquí no se puede depender de alguien para el trabajo. Quiero ser independiente y escoger mi tiempo de trabajo. Ese es mi ob- jetivo: tener mi empresa, mi lugar donde trabajar y yo ser el dueño” (GFCBBA). Así se combina la lógica individual con la satisfacción profesional. El mundo laboral no deja de ser una interrogante. Todos quieren una posición estable, pero tienen conciencia de que nada está asegurado, por lo que hay que capacitarse mucho haciendo especializaciones. En este grupo, las expectativas a futuro son grandes. Se ve la posibilidad de ir al extranjero, pero siempre se concluye en que se debe volver para colaborar con Bolivia. Los institutos de computación son percibidos como espacios de aprendizaje técnico, pero son vistos como un estadio inferior al de la licenciatura: • En cuestión de tiempo y de costo, el instituto es más rápido y barato que la universidad, pero el nivel de estudio no es el mismo. Se sale técnico superior y se puede entrar a una empresa a trabajar y tener experiencia laboral, pero en cuestión de conocimiento, no llegan a ser ingenieros de sistemas. • En los institutos aprenden Word, Excel, a resolver los problemas de una máquina, pero ahí se quedan, sólo dan soluciones en ese momento. Cuando uno sale de ingeniero tiene las posibilidades de ver más allá.(GFSC) 181 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Al igual que otros sectores, se piensa que el Internet es una necesidad para el desarrollo: “Un país sin tecnología no llega a ninguna parte” (GFSC). El mayor uso de las oportunidades computacionales facilitaría el acceso a la información, los trámites o a la burocracia estatal. También se relaciona la tecnología con el mundo productivo, y así con la posibilidad de vender productos nacionales en el exterior. Estudiantes de institutos Los estudiantes de los institutos de informática provienen sobre todo de sectores populares, viven en las periferias urbanas y realizan sus estudios en el centro de las ciudades. Salen de colegios fiscales y tienen alrededor de 20 y 28 años. Su familia cuenta con escasos recursos culturales, sociales y económicos. Estudiar en algún instituto no Recuadro 5.12 La informática y el desarrollo - Yo creo que mi profesión sirve para el desarrollo. Con un sistema adecuado, un servicio puede ser más eficiente. Por ejemplo antes, si ibas a un organismo estatal, digamos el tránsito o el registro civil, tomaba semanas sacar el certificado de nacimiento. Era un trámite que aburría a la gente, muchos no iban sólo por no hacer colas. Ahora gracias a la computación eso ha mejorado mucho. - Con un sistema de informática podemos colaborar a que los productos como la piña o el palmito puedan ser exportados. Hay que facilitar a la gente el aprendizaje, mejorar los sistemas de educación y se podría vender mejor. - Hoy en día estamos en la era de la compra y la venta. El problema es que en Bolivia todavía no hay un banco que reciba cheques que puedas dar por computadora, no hay conexiones entre empresas y bancos. Desde este punto, la informática puede influir mucho, porque puede haber muchas ramas que comercialicen, y eso favorecería la exportación. Podría haber páginas web para que las empresas muestren sus productos y así logren hacer acuerdos. - No creo que la carrera de informática vaya a sacar a Bolivia del subdesarrollo, pero podría facilitar mucho. Se necesita un replanteo de los valores y un cambio de actitud de la gente. Mucha gente cree que ser boliviano es ser menos, y no les cabe la idea de que desde aquí se pueda pensar en grande. Esa actitud no nos va a conducir a nada bueno. Fuente: GFCBBA PNUD, 2003 Recuadro 5.13 Génesis del gusto por la computación - A mí desde chico me gustaba el tilín (centro de juegos). Iba a la escuela y de ahí con mis amiguitos nos íbamos allí con 20 centavos. Mi mamá me reñía y me decía “estás aquí viendo tele no más, deberías salir a jugar fútbol” y me botaba a la calle, y yo me iba al tilín. Tenía mi casero, don Oscar, en una casita ponían Nintendo y con 20 o 40 centavos me iba a jugar; mi vicio llegó hasta tal punto que mi mamá me mandaba a comprar pan y me iba donde don Oscar, mi mamá me buscaba y me cascaba. Luego me fui a vivir a la ciudad de El Alto y hacía lo mismo hasta quinto básico. Después ya era un vicio más controlado, en el trayecto de ir al colegio y Fuente: GFLP PNUD, 2003 182 volver a mi casa, iba al tilín. Eso fue hasta cuarto medio. En toda la escuela no he llevado computación, recién cuando entré a medio empecé a llevar cursos y trabajé con las computadoras Atari, llevé Lotus y programación. Recién ahora obtuve mi máquina y ya estoy más o menos tranquilo. - Desde niño me gustó el Atari. Un día me fui al trabajo de mi papá, donde había computadoras y esos jueguitos como viboritas que ahora hay en los celulares, empecé a jugar, a crecer y me gustaban las computadoras, sobre todo los juegos. Cuando entré directamente a las computadoras, a ensamblar, a cargar, arreglar, poco a poco fui aprendiendo. Nos enseñaron a ensamblar, a hacer mantenimiento y me gustó. - Yo he entrado a este mundo a través de las revistas. A mí me gustaba ver dibujos animados, desde chico veía He-Man y de ahí me ha nacido el interés por agarrar el lápiz, he estudiado dibujo y ahora he hecho mis propios dibujos. El problema era cómo animarlos, y por eso he tenido que aprender a animar en computadora, y desde ahí nace mi interés. Veía muchos dibujos animados y ahora estoy haciendo mi propia revista que va a salir pronto a la venta, es el primer comic boliviano con animación japonesa, pero utilizando tecnología boliviana. es muy complicado, pues se ofrecen horarios de trabajo, que no exigen tiempo completo, y además los costos son bajos (15 dólares al mes, por ejemplo). El ingreso al mundo de la computación encuentra tres motivaciones: - “Es la carrera del futuro”. Se percibe que la computación es una destreza requerida en cualquier institución, y que en el futuro este uso será mayor, por lo que se requerirán más personal capacitado. - Es una herramienta que habilita rápidamente para ingresar al mundo laboral. Frente a la pregunta de por qué estudiar esa profesión, se responde “primero yo hacía ensamblado y mantenimiento de computadoras, y después un amigo me dijo que con la programación íbamos a ganar un poco más de dinero, y vamos a tener trabajo, por eso entré” (GFLP). - Es un espacio de creatividad. La carrera es atractiva por la capacidad de creación que ofrece. A través de algunos conocimientos elementales, se pueden construir programas con una infinidad de funciones. Lo importante es que ese es un espacio abierto e ilimitado a la imaginación. Campo informacional e Internet En todo caso este es un sector que valoriza el estudio, el placer del conocimiento y la innovación: “No hay otra en esta vida que no sea estudiar. No hay otra, estudiar, estudiar y estudiar, no hay dónde perderse. Si dejas de hacerlo, otros te ganan” (GFLP). El estudio en el instituto técnico es percibido como un paso intermedio antes de llegar a la universidad. El objetivo final es la licenciatura y alguna maestría: “Las empresas ahora prefieren contratar a personas que han estudiado y se han capacitado mucho. Por eso conviene ir avanzando y no quedarse, especializarse más para encontrar mejores trabajos y ganar mejor” (GFLP). Así, mu- Recuadro 5.14 Universidad versus institutos - El estudio en el instituto es más rápido, te dan la práctica para que puedas hacer un programa, en cambio en la universidad te dan más cálculo, álgebra, física y todas esas cosas numéricas, y después recién te mandan al campo de la computación (programar, armar, desarmar). En la universidad te preparan para que puedas pensar mejor, en los institutos nos dan lo básico de matemáticas, y más se van a la práctica. Nosotros somos más capos en la computadora, ellos en los números. La universidad es muy teórica, les enseñan procesos y métodos, pero no cómo manejar las máquinas, suponen que eso ya se sabe. Nosotros sabemos qué cosa tenemos que hacer, pero no qué pasos lógicos tendrían que seguirse para realizar ese proceso. - En la universidad lo primero que te enseñan es teoría, números, cálculo, matemáticas, álgebra y todas esas cosas. Recién cuando llegas a tercer año empiezas en aprender programación. En cambio, en el instituto, en un corto tiempo, ya puedes hacer un pequeño programa. Cuando uno va a un trabajo donde necesitan un programador te pueden agarrar, en cambio en la universidad necesitas un tiempo muy largo para poder trabajar en una empresa o en algún lado y así poder seguir tus estudios. - La diferencia es que en la universidad sacas licenciatura, en cambio en un instituto es técnico superior. Es mejor sacar un cartón de licenciado de la universidad. - En mi caso estoy trabajando y con eso pago mis estudios en mi instituto. Cuando salga de allí voy a buscar un buen trabajo. Por lo pronto lo que nos han dicho en el instituto es que hay pasantías en empresas, y si eres bueno te vas va quedar a trabajar ahí. Supongo que con eso va a ser un sueldo más de lo que estoy ganando ahora. Eso me va ayudar para poder entrar a la universidad, porque en ella hay muchos más gastos en libros, fotocopias y una y otra cosa. Entonces, primero un instituto, salgo, consigo un mejor trabajo, y luego la universidad. Fuente: GFLP PNUD, 2003 183 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 chos de estos estudiantes toman al instituto como un instrumento para subir un peldaño más hacia la titulación universitaria. En esta dirección, algunos buscan lograr primero un título de técnico, para luego hacerlo validar en la universidad (normalmente alguna privada) y finalmente, en algún momento, conseguir la licenciatura. La gran ventaja que ofrece esta “profesión intermedia”, es que se puede trabajar y estudiar al mismo tiempo. Ahora bien, no faltan estudiantes que hacen las dos cosas a la vez, estudian en el instituto cuestiones empíricas, y continúan la carrera universitaria en sus tiempos libres. Además, poseer un conocimiento de técnico, conseguido en un instituto en un tiempo corto (un año), facilita el ingreso al mercado laboral. En cambio, hacer la licenciatura de cinco años retarda el ingreso al mundo laboral, aunque cuando llega el momento haya una mejor remuneración. Otra de las diferencias entre el instituto y la universidad es que el contenido del primero es más bien práctico, mientras en el segundo se profundiza teóricamente (ver recuadro 5.13). El circuito de estudios puede ser quebrado por las vinculaciones generadas entre estudiantes de institutos y grandes transnacionales sin mediación de las universidades locales. Un estudiante puede relacionarse directamente con una empresa y obtener un título de ingeniero que le abre las puertas del mun- do, tanto para estudios como para el trabajo (ver recuadro 5.15). Estos vínculos directos rompen con las lógicas de legitimación local, y abren las puertas a personas que sólo teniendo cierto dinero (para pagar las mensualidades) y con conocimiento empírico puedan acceder a diversos puestos (ver recuadro 5.14). El mundo laboral para este sector es inestable y de muy difícil acceso. El ideal es trabajar en una gran empresa que ofrezca un buen salario, pero ésta es una meta casi inalcanzable. Además, para entrar en las grandes firmas, hay que tener un “padrino”: “De qué sirve que te prepares tanto, que seas bueno en tu rama si no tienes nadie que apoye tu currículo. Tú das tu hoja de vida y viene el amigo de tal o de cual y dice ‘este es mi hijo, amigo y sobrino’, y tú quedas rechazado. En las empresas grandes, los currículos están amontonados, tú vas, le dejas a la secretaria y te dice: ‘ya joven, pase al almacén’. Hoy no es fácil conseguir trabajo, los buenos trabajos no salen en el periódico” (GFLP). De todos modos, al futuro se lo ve con esperanza. Se busca conseguir una posición sólida en el mundo laboral, o eventualmente tener una empresa o negocio propios. En todo caso, se trata de lograr un ingreso estable y dar a los hijos una mejor suerte que la de sus padres: “Yo quisiera ser un gran profesional, tener una maestría y trabajar en una empre- Recuadro 5.15 Ser ingeniero Microsoft P: ¿Además de ser ingeniero qué te gustaría hacer? - Quiero hacer una maestría en Japón. P: ¿Por qué? - Me interesa cierta rama de la informática, y tengo la posibilidad de hacer maestría allá, para eso necesito sacar mi licenciatura para irme allá, me han ofrecido allá trabajo, vivienda y todo. P: ¿Quién? - Estamos yendo con la casa Microsoft, porque hemos sacado el certificado de Ingeniero de Sistemas de la línea Microsoft; entonces mediante ellos nos hemos apoyado para ir allá, para que nos den ese apoyo. O sea, nosotros somos ingenieros Fuente: GFLP PNUD, 2003 184 de sistemas sólo de esa línea. P: ¿Tú y quién más? - Somos 20 personas que reciben ese curso, que es caro, pero de ahí tenemos la posibilidad de salir a Estados Unidos e ir a hacer especializaciones a Japón. P: ¿Y qué esperas encontrar en Japón? - Mejores oportunidades de trabajo, porque acá es un poco muerto el campo de la computación. El problema acá no es el profesional, es económico. Un buen profesional no va a cobrar lo que uno realmente vale. Si yo valgo unos 2.000 o 3.000 dólares, acá no me van a pagar más de 1.000 bolivianos o 800 bolivianos. Así, ya no tiene sentido. sa. Tal vez no ganar mucho, pero lo suficiente para mantener a mi familia y mis hijos. Quisiera que mis hijos puedan estudiar y tengan lo que yo no he tenido”. “De niño yo tendía algunos antojos: ‘quiero que me compren esto, y esto otro’; de adolescente decía: ‘quiero esta ropa, viajar, salir con mis amigos’. Quiero darles una vida mejor a mis hijos, que puedan estudiar en buenos lugares, donde les enseñen bien, que no tengan la necesidad de trabajar para poder estudiar y que sólo se dediquen al es- Campo informacional e Internet Recuadro 5.16 Usos de la red - Yo charlo con gente del extranjero que no conozco. Les digo que aquí se come chairo, mando fotos del folclore y del carnaval. Cuento las costumbres de San Juan, Año Nuevo, Navidad, digo que las vacaciones son de tal manera, que las reuniones para los bolivianos son familiares, estar con los hijos, abuelos, tíos, y que todos se sientan a compartir en la mesa; eso les cuento. Después ellos me cuentan cómo es la cosa por allá, las diferencias. En Navidad algunos se quedan solos o están en un campus de puro universitarios, esas cosas me cuentan. Me dicen ‘yo te envidio, porque estás con tus papás y tus hermanos, en cambio nosotros estamos solos’. Creo que en esa parte los bolivianos somos más hogareños. - Yo tenía una chica virtual. Es fregado, pero bonito. Cuando uno está frente a una pantalla se vuelve poeta, se inventa todo y como hay páginas donde puedes sacar poemas, lo haces y le mandas y te dice ¡corazón, qué poeta eres! Mientes y te mienten, porque puedes bajar fotos y te mandan una foto de una supermodelo y en realidad es todo lo contrario, o tú mandas la de un fisioculturista, así es... Fuente: GFLP PNUD, 2003 Recuadro 5.17 Ser Hacker - Yo he sido hacker. Un amigo mío tenía su café Internet donde no había mucha clientela, porque al lado estaba la competencia, con una ñata linda que atraía mucho la atención. Me he conseguido un programa que destroza máquinas, y les he quemado todas sus placas, tarjetas, monitores, hemos hecho lo que hemos querido, y ellos no sabían qué estaba pasando. Así hemos logrado tener clientela. Yo quisiera ser un hacker profesional, pero para eso hay que estudiar mucho. - A mí me atrae la robótica y la genética, tratar de crear vida artificial, inteligencia artificial y también programas, eso es lo que más me gustaría ser. Un sueño loco que tengo es que me gustaría ser un hacker, un pirata informático, que es una persona muy inteligente, porque entra a cualquier campo de base de datos a través del Internet. P: ¿Por qué quieres ser un hacker? - Me gusta, porque yo veo que esos hombres son muy inteligentes, hasta aparecen en las noticias. Por ejemplo aquí había un hacker que estaba entrando a sistemas del gobierno y la policía no sabía qué hacer. Su mente corre más rápido que la de otros, es gente muy preparada tienen sueños y los llevan a cabo. Eso es lo que veo en un hacker: diseña nuevas formas de implementar, yo creo que sus computadoras deben ser hiper veloces, deben crear muchas cosas. - Yo creo que no se necesita mucha experiencia para ser un hacker, cualquiera puede serlo, lo único que tienes que hacer es adentrarte más al Internet, conocer más a fondo. Para ser hacker no se necesita un estudio de maestría, incluso creo que hay programas en Internet que te permiten acceder fácilmente a distintos lugares, es sencillo, no es cosa del otro mundo. - En esa parte yo también estoy de acuerdo en que no se necesita aprender tanto, sólo es en base a la experiencia Quisiera entrar a un campo bien cerrado como en Estados Unidos, entrar a un lugar prohibido, eso es lo que más me gusta, hacer lo que nadie puede lograr. A mí nunca me ha gustado ser alguien del montón, siempre he querido ser diferente y por eso cuando me dicen “no se puede”, yo digo “se puede”, y me entro y lo hago bien. No lo haría por maldad o dañar a alguien, sino porque yo creo que puedo dar una salida correcta. Fuente: GFLP PNUD, 2003 185 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Recuadro 5.18 Manifiesto Hacker Yo soy un hacker, entra en mi mundo... El mío es un mundo que comienza en la escuela: soy más listo que la mayoría de los otros niños, esta basura que nos enseñan me aburre... Hoy hice un descubrimiento. Encontré una computadora... Espera un segundo, esto es bueno... Ella hace lo que yo quiero que haga. Si comete un error, es por que yo lo cometí. No porque yo no le guste... Exploramos y nos llaman criminales. Buscamos el conocimiento y nos llaman criminales. Construyen bombas atómicas, libran guerras, asesinan, engañan, nos mienten haciéndonos creer que es por nuestro bien, y nosotros seguimos siendo los criminales. Sí, soy un criminal. Mi crimen es la curiosidad. Mi crimen es juzgar a las personas por lo que dicen y piensan, no por su apariencia externa. Mi crimen es el de ser más listo que tú, algo por lo que jamás me perdonarás. Soy un hacker, y este es mi manifiesto. Podrás detener a éste en particular, pero no podrás detenernos a todos... después de todo, somos todos parecidos The Mentor Fuente: http://www.ticbolivia.net/html/popup2.asp?dsubject=2&id=554 Cuadro 5.9 Cuadro sintético comparativo del mundo estudiantil Estudiantes de universidades Colegios privados Clase media y media alta urbana Menor responsabilidad laboral Mayor dependencia del núcleo familiar (padres) Mayores posibilidades de dedicarse sólo al estudio, el trabajo no es imperioso en ese momento Continuidad en los estudios (misma universidad) Colegios fiscales Clase urbana popular Mayor responsabilidad laboral Menor dependencia del núcleo familiar Responsabilidades laborales: trabajar y estudiar a la vez. Se mueven en los dos mundos Inestabilidad y falta de planificación en las opciones de estudios Menor vinculación con el extranjero y si la tienen, apoyada en estructuras familiares y sociales Vínculo con el extranjero de forma directa, con mucha incertidumbre, sin mediación institucional. Valoración del estudio como asenso social Motivación del estudio Es la carrera del futuro Asegura el trabajo Es un mundo de novedades Es la carrera del futuro Asegura el trabajo Un espacio para la creatividad Expectativas futuras Tener un buen salario y ser empresarios. Tener “algo propio” Tener maestrías en el extranjero Tener una vida tranquila e independiente Se preparan para que el futuro sea exitoso (cobijados en estructuras familiares) En el trabajo se mete la política Trabajar en buenas empresas o tener empresa Ser licenciados, alguna maestría Ascenso social, asegurar su futuro y el de los hijos Viven ya el mundo de la incertidumbre y la responsabilidad (deben mantenerse) Para un buen trabajo hay que tener padrino Visión con respecto al otro Los técnicos son menos que los ingenieros La diferencia entre el ingeniero y el técnico es la teoría y la práctica El desarrollo Intensificar los servicios de información Relacionar el mundo productivo y la exportación con la red Rol del Estado para facilitar servicios Educación aprovechando la red Mejorar el servicio público Modernizar e informatizar la sociedad Usar la red para la exportación Capital cultural y social 186 Estudiantes de institutos tudio. A mis hijos yo les voy a decir ‘hasta aquí he llegado yo y ustedes tienen que ir un pasito adelante, ustedes tienen que ganarme’” (GFLP). Las expectativas profesionales de este sector son muy ambiciosas en algunos casos. Algunos quieren salir al exterior, hacer algún capital, exportar su trabajo y ser conocidos en el plano internacional. En esta dirección, ya existen algunos vínculos construidos, ya sea a través de familiares y amigos o mediante canales formales. Como en otros casos, el uso del Internet es diverso en la vida cotidiana. Algunos acuden a él para fortalecer sus relaciones sociales y pasan tres horas al día chateando con amigos, otros consiguen pareja y continúan relaciones más o menos estables, y otros no usan el Internet más que bajo objetivos estudiantiles. Estos mundos virtuales no siempre son los mismos, en algunos casos la sociabilidad cara-a-cara involucra a un colectivo distinto que el de la relación virtual, aunque también hay experiencias donde el soporte tecnológico es más bien un medio para fortalecer la relación directa. Las inquietudes sociales y las posibilidades de que la red sea un servicio para el desarrollo son fundamentales en criterio de estos estudiantes. Todos coinciden en que la computación puede ser una opción interesante para acelerar el crecimiento, mejorar los servicios públicos, la exportación o la industria. Es más, formulan preguntas absolutamente pertinentes: “¿Por qué al momento nadie se ha animado a desarrollar un sistema operativo made in Bolivia que pueda ser compatible con todos los sistemas operativos?, ¿por qué en toda América predomina Windows?, ¿qué nos falta a los bolivianos para desarrollar nuestro propio sistema operativo? y ¿por qué tenemos que pagar tanto?” ( GFCBBA). Así, entre aspiraciones, sueños, frustraciones y proyectos de futuro, los estudiantes continúan sus labores en los institutos, esperando que el tiempo traiga consigo nuevos horizontes. Campo informacional e Internet El mundo de los ensambladores (hardware): Sopocachi versus Eloy Salmón Este es uno de los eslabones de la cadena del mundo de la computación: el armado de máquinas con insumos de distintos orígenes. Se trata de personas que pueden ensamblar computadoras y venderlas a precios más bajos que aquellas con una marca conocida. Dado que la competencia es grande en este ámbito, cada sector debe construir un Recuadro 5.19 El oficio del ensamblador - vendedor - En mi caso, mi tío tiene una tienda donde se venden computadoras, partes de computadoras y equipos completos. Viene la gente y te pide una computadora, siempre piden la última, y tú le das las partes que tienes: esta es la tarjeta madre, el disco duro, video, sonido y demás. Muchas veces tienen miedo, porque como hay varias tiendas, se dice que se venden cosas usadas y en varias ocasiones es verdad. Entonces, se le dice al cliente que al momento de ensamblar la computadora se le va a mostrar las partes originales, que se abrirán los paquetes delante suyo y podrán anotar los códigos de cada componente, y que si quieren, podrán cambiarlo si viene fallado. - Tengo una tiendita de abarrotes y ahí le pongo “se ensamblan computadoras”. Generalmente los vecinos me dicen: “está mal mi computadora, vémelo”, entonces se lo instalamos. Los clientes me piden computadoras y yo les aconsejo esta es más carita, esta más barata, según lo que tienen a ver para qué les alcanza... - Un 60% de la gente no conoce de esas cosas y algunos vendedores los marean con palabras que no entienden y parece chino. Yo he tenido la experiencia de armar y vender hace tiempo computadoras. Trato de explicar lo más claro al cliente. Depende qué es lo que él quiere, porque el cliente no sabe nada de computadoras, siempre nos pregunta y hay que orientarlo. Fuente: GFLP PNUD, 2003 187 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 discurso que lo legitime con respecto al otro que realiza un trabajo similar. Aunque este ámbito esté menos organizado que el de los profesionales o estudiantes, se pueden apreciar dos lógicas que luchan en este mismo campo: los ensambladores de Sopocachi y los de la calle Eloy Salmón.4 El primer grupo se promueve con una publicidad que resalta lo siguiente: “La PC como debe ser: - Usamos los mejores componentes - Ensamblaje de primera calidad - Examine el interior antes de aplicar el sello de garantía - Entrega inmediata - La mejor garantía - Buenas ideas hechas realidad” El valor que vende este sector es que sus máquinas tienen garantía y que su trabajo es serio y respaldado por experiencia profesional de años en empresas importantes. Ellos ofrecen un mejor trabajo que “los muchachitos de la Eloy Salmón, que ensamblan computadoras sin calidad”. Su profesionalidad está en los años de trabajo y el comprador puede comprobarla antes de realizar su compra. Por ello hay la posibilidad de abrir la máquina para auscultarla personalmente. Su lema es: “La amargura de la baja calidad permanece mucho después de que se olvida el dulce sabor del precio bajo”. Por su parte, los “ensambladores de la Eloy Salmón” son un grupo poco compacto que realiza esta actividad como algo complementario. Su saber está respaldado por la experiencia empírica: “un amigo me ha explicado y poco a poco he ido aprendiendo a instalar y armar equipos, había sido fácil. Yo pensaba que se necesitaban conocimientos, pero poco a poco te vas metiendo y aprendiendo cosas. La primera vez que agarras una tarjeta te parece extraño, la segunda es más fácil. Cuando uno está en el medio, va aprendiendo nomás” (GFLP). Por la “facilidad” de su trabajo, este grupo no valora su conocimiento, y lo considera más bien instrumental: “Ensamblar no es una carrera, todo el mundo sabe. Antes era más difícil, ahora hasta los niños pueden, mientras hay más tecnología, más fácil es, cada año que pasa se hace más sencillo” (GFLP). Los ensambladores están vinculados al mercado popular, particularmente venden 4 188 computadoras y accesorios en las galerías de las calles Uyustus y Eloy Salmón. Este mercado está vinculado a una red internacional de importación de partes que luego son armadas localmente. Los precios ofrecidos en estas tiendas son, sin duda, mucho más competitivos que otras grandes importadoras, lo cual favorece el uso popular de las computadoras. Conclusiones Se ha empezado este capítulo con la pregunta sobre el estado del campo informacional en Bolivia, para con base en él, ver las perspectivas del desarrollo humano. Se ha partido de la idea de que para emprender este desafío, se requiere de una cultura Internet activa. El Internet y en general la cultura informacional adquieren entonces un peso estratégico, pues son ellas las que facilitan la inserción en la sociedad red. Para analizar el campo informacional en Bolivia se han descrito primero los usos tecnológicos en general, luego las particularidades del uso del Internet, y finalmente se ha puesto atención sobre el mundo informacional, donde actúan profesionales y estudiantes. Luego de este recorrido, se puede concluir lo siguiente: • En Bolivia existe un campo informacional activo conformado por “usuarios” y “productores”, con distintos actores al interior y tensiones no resueltas. • Lo más importante es que existe una disposición ciudadana favorable al paradigma técnico informacional. Este consenso permite pensar en un escenario futuro en el que se desarrolle una revolución de expectativas, es decir, un deseo de inclusión tecnológica como demanda social. • Existe una contradicción entre las potencialidades de la estructura instalada en materia de tecnologías de la información, el número de usuarios permanentes de Internet, los que alguna vez lo han utilizado, y quienes tienen deseo de hacerlo, pero encuentra obstáculos económicos o educativos. Esta situación puede tender a ser explosiva si las crecientes expectativas de inclusión y participación en la sociedad no son satisfechas. Lo que hoy es una aspiración, se puede convertir en una frustración que venga a hacer Sopocachi es un barrio residencial de La Paz mientras que la calle Eloy Salmón se sitúa en una zona popular. • • • • más complejo el panorama de exclusiones sociales que vive el país. El desarrollo informacional debería reducir esta peligrosa distancia y encontrar mecanismos de inclusión. Pero, este dato muestra la fuerza social del desarrollo necesario. En cuanto a las lógicas culturales y los usos de la tecnología, existen puertas interesantes con gran potencialidad. La apropiación de la base tecnológica que ofrece la red, no sólo de parte de los actores del mundo de la información, sino de actores sociales que la utilizan para sus necesidades puntuales, aparecen como una puerta interesante. Estas experiencias específicas (uso de la red para la venta de productos comunitarios o la comunicación indígena en el campo) muestran que poner la tecnología al servicio de las necesidades colectivas puede dar un resultado favorable al desarrollo humano. El campo informacional se amplía y no se limita al ámbito urbano. En él se posesionan sobre todo jóvenes de clases altas y medias, que luchan en dos universos opuestos, sea en el ámbito profesional, estudiantil o en el del manual de funcionamiento (hardware). Las experiencias en este mundo son heterogéneas y existen distintos patrones de incorporación al campo. La identidad del usuario de Internet se construye con base en la relación consigo mismo, lo que se podría denominar la individuación de la identidad, pero también en contacto con el grupo de edad y el social. Esta tensión debería ser administrada para que no vaya en desmedro de dinámicas socializantes. El ámbito de los “productores” está marcado sobre todo por una polaridad entre espacios académicos formales y los autodidactas con experiencias empíricas. El fortalecimiento del mundo informal debería lograr su perfeccionamiento y reconocimiento por distintas instituciones. Ello permitiría ampliar un movimiento creativo y de innovación al mundo Internet. Hasta el momento la • • dualidad está alentando la competencia en lugar de sacar provecho de las distintas formas de uso y apropiación compartida del informacionalismo. Se debe buscar establecer un círculo virtuoso que aproveche esta dualidad para generar un mayor dinamismo y que los distintos sectores, fortaleciendo el campo, puedan jugar un rol fundamental en el desarrollo. En el futuro se deberían construir puentes que articulen el mundo informal con el formal a fin de conseguir un campo integrado. A pesar del dinamismo del mundo informacional, éste sigue siendo una experiencia restringida que no representa una base sólida para otro tipo de desarrollo. La innovación encuentra dificultades de diversa índole para dar pasos importantes y aportar a la sociedad. Como se afirmaba, el consumo prima sobre la creación. El mercado todavía no está consolidado como para generar una dinámica mayor, y el Estado no apuesta a fortalecer este ámbito en el marco de una estrategia de desarrollo. El vínculo entre lo que aquí se ha denominado mundo Internet y otras esferas sociales no es sostenido. Parece importante impulsar un matrimonio entre la dinámica cultural local y los actores Internet (en sus distintos ámbitos) para vincular de manera más estable la capacidad informacional instalada con las necesidades sociales. Ese vínculo podría acelerar la lógica del desarrollo informacional en Bolivia. Campo informacional e Internet Como se ha afirmado, el nuevo enfoque de desarrollo humano requiere de capacidades informacionales. Sólo a partir de una deliberación, que utilice las potencialidades tecnológicas, se podrá lograr un desarrollo humano que salde las deudas del desarrollo pendiente y avance hacia y desde el desarrollo necesario. Sólo así Bolivia estará en mejores condiciones para afrontar la globalización insertándose en ella, respetando sus propias dinámicas culturales, y a la vez, utilizando las múltiples oportunidades existentes. 189 Capítulo 6 Los maestros frente al cambio Introducción La educación y el conocimiento son fundamentales para el desarrollo de las capacidades de una sociedad y son claves para que los ciudadanos puedan optar por tener la vida que desean vivir. El presente capítulo tiene un carácter exploratorio y sólo pretende avanzar algunas ideas sobre las dinámicas educativas. En el caso boliviano, la educación y el conocimiento son decisivos para el logro de un desarrollo necesario e informacional y para poder enfrentar con éxito el desarrollo pendiente. La pregunta es cómo se estructuran ambos desde las mismas bases del interculturalismo y las posibilidades de un desarrollo informacional sostenible e incluyente. Los maestros, el sistema educativo, los gobiernos locales, los padres de familia y el Estado son claves al respecto. Ellos, junto a la sociedad boliviana, están viviendo los cambios que venimos narrando en este Informe. Sin embargo, si hay un actor estratégico en este dinamismo, son los propios maestros y el sistema educativo en el cual se desempeñan. De ahí que el presente capítulo, que sólo plantea algunas pautas de análisis, coloca un énfasis especial en este actor estratégico del desarrollo boliviano. La escuela es un espacio fundamental para enfrentar los desafíos del desarrollo necesario, esto significa, encarnan la posibilidad y la exigencia de que la sociedad boliviana se articule de manera virtuosa a la globalización. Sin embargo, esto puede ocurrir sólo si se resuelven al mismo tiempo las tareas del desarrollo pendiente, es decir, la suma de sus rezagos estructurales, aunque considerando siempre, en ambos casos, los valores y aspiraciones de la sociedad. Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 En este espacio, las visiones y percepciones de los actores del proceso educativo son vitales para comprender el rol de la escuela en el cambio informacional, así como el papel de la educación en la formación del nuevo sentido de nación.1 Ambos están vinculados a los desafíos del desarrollo humano en un contexto de globalización y fragmentación. En el país, la escuela está sometida a una reforma desde mediados de los 90 y ha sufrido transformaciones que permiten vislumbrar sus debilidades y capacidades para enfrentar los desafíos del cambio informacional en una época caracterizada por la incertidumbre respecto al porvenir del Estado nacional, expresada en la ausencia de un proyecto de construcción societal y estatal con capacidad hegemónica. La reforma educativa, aprobada como ley en 1994, modificó los fines y objetivos de la educación boliviana pues estableció como principios básicos el reconocimiento de la heterogeneidad sociocultural de la sociedad y la vigencia de una educación inter- cultural y bilingüe; otorgando prioridad a la educación primaria, haciendo énfasis en la participación de la comunidad y en la promoción de la igualdad de acceso a las mujeres y los sectores de escasos recursos (Contreras 1998: 320). Estas modificaciones tuvieron consecuencias obvias en la labor de los maestros, porque implicaron “el diseño de un nuevo currículo, con un tronco común de carácter intercultural, y el énfasis en la modificación de los roles del maestro y de los alumnos para priorizar el aprendizaje” (ibidem:322). Sin embargo, su implementación se enfrentó a varios obstáculos, porque no estableció un pacto entre el Estado y las organizaciones sindicales del magisterio que criticaron su carácter elitista y tecnocrático. Ellas pusieron en evidencia las dificultades de llevar adelante una reforma sin establecer un mínimo consenso con los actores sociales involucrados, en este caso, los maestros. En los últimos años, esta reforma, junto a las otras transformaciones políticoinstitucionales puestas en práctica desde mediados de los 80, fue cuestionada por los Recuadro 6.1 La Reforma vista por dos maestros Las transformaciones aplicadas a la educación boliviana desde mediados de los años 90 tuvieron por objetivo poner a la escuela a la altura de las últimas necesidades históricas del país. Provistos de un fuerte respaldo internacional, los cambios despegaron en la educación primaria y fueron ascendiendo gradualmente año con año. Sus principios fueron la interculturalidad, el bilingüismo y el constructivismo como método de enseñanza. En 2002, el equipo de difusión del IDH realizó varias entrevistas con educadores para conocer su criterio sobre la Reforma. Estas son algunas de sus afirmaciones. “Hace muchos años, cuando yo era alumno, si yo le discutía al profesor sobre algo que había experimentado por casualidad o por accidente, pues alguna vez encontraba una verdad, y le decía, profesor, pero yo he hecho de esta manera. ‘Y ¿quién eres tú para hacer eso? ¿Qué sabes tú?’, entonces cortaba lo que actualmente se está promoviendo, que es la creatividad. Eso ha ido en detrimento de los valores que teníamos nosotros aquí en el país. Cuánta gente con esa habilidad creadora ha tenido que emigrar a otros países para que se le dé lugar, mientras ellos no han podido desarrollarse aquí, precisamente por esa situación del magisterio. Ahora la reforma sí está bien, puede ser buena, pero hay que seguirla arreglando”. Pedagogo, Vallegrande. “En realidad, la Reforma no es un producto de la necesidad de las bases, es decir, de la gente que realmente va a recibir educación. La reforma educativa, por necesitar un aparato burocrático muy grande, seguramente requirió mucha inversión económica para aplicarse, pero no se ha mejorado la calidad educativa en el área rural, los salarios de los profesores no han subido de ninguna manera, los estímulos son, en los hechos, un chantaje. Se estimula al docente diciéndole: si tú no trabajas no te pago ese bono al cumplimiento. Por lo tanto no es un plan nacional, es un proyecto hecho en una oficina”. Profesora, Sucre. Fuente: Revista del Futuro, PNUD, 2002 1 192 Para la elaboración de este acápite se realizaron 16 grupos focales (8 en La Paz y 8 en Santa Cruz) a maestros de base de tres tipos de escuela: particular, fiscal (del ámbito urbano y rural) y “de convenio” (vinculados a la Iglesia católica). Se agruparon a maestros y maestras comprendidos entre 20 y 39 años y mayores de 40 años, así como, a asesores pedagógicos de la Reforma Educativa y a docentes de normales y universidades. Asimismo, se realizaron entrevistas a funcionarios responsables de diseñar e implementar la reforma educativa (para más detalles, ver el anexo metodológico). resultados deficitarios de su implementación y la pérdida de legitimidad del proyecto de reformas iniciado en la década de los 80. Como señala el anterior Informe de Desarrollo Humano en Bolivia, a partir del año 2000, la sociedad boliviana ingresó en “un momento de cambio en las tendencias estructurales derivadas de la democracia y la economía de mercado” (PNUD 2002:38), que tuvo un epílogo con las transformaciones acontecidas en octubre de 2003 que han abierto una coyuntura caracterizada por la necesidad de cambio en las relaciones entre Estado y sociedad y en la orientación de las políticas públicas. En este acápite, se analizan dos facetas presentes en la mirada subjetiva de los maestros, vinculadas a los cambios sufridos por el país en los últimos años: • Una, en relación al sentido de lo nacional como comunidad de pertenencia en un momento de inflexión del proyecto liberal-democrático y de emergencia de un multiculturalismo de raigambre indígena. • Otra, en relación a los fines de la educación escolar sometida a la reforma educativa y a la incidencia de las nuevas tecnologías en la consecución de sus objetivos que se debaten entre la transmisión de conocimiento y la formación de un espíritu crítico. La Nación: unidad y disyunción La idea de nación ha sufrido cambios sustantivos en la discursividad política, puesta de manifiesto en el texto constitucional reformado en 1994, que reconoce el carácter pluriétnico y multicultural de la sociedad y, por ende, en las pautas que definen la elaboración e implementación de las políticas públicas. Una de sus expresiones es la orientación de la reforma educativa que contempla la inclusión de temas “transversales” en el currículo escolar, tales como la interculturalidad, la equidad de género y los valores democráticos, como el de la ciudadanía y el reconocimiento de la diversidad étnico-cultural a través de la aplicación de programas de educación intercultural y bilingüe. Empero, no se trata de una modificación limitada al ámbito estatal, sino que se expresa en las demandas y los discursos de diversos actores sociales que ponen en evidencia la existencia de nuevos referentes identitarios, en clave étnica, regional y de género, que defi- nen sus aspiraciones y relaciones con la sociedad y el Estado. La idea de nación no se expresa sólo en la caracterización de la sociedad y en el reconocimiento de su diversidad, sino también en la manera en que los actores sociales perciben el papel de las instituciones públicas en las que se materializa el sentido de lo nacional. Se advierte en las percepciones de los maestros, la crisis del paradigma del nacionalismo revolucionario que estableció, durante varias décadas, un concepto homogéneo de nación que, en el discurso estatal se manifestó mediante la negación de la diversidad social o en su asimilación en clave clasista y corporativa. Se ha producido entonces una transformación de la idea de nación homogénea o mestiza, en el sentido de construcción de la “bolivianidad”, que subordinaba otros referentes identitarios en un sujeto supra-clasista que la representaba: el “pueblo”, entendido como alianza de clases cuyas diferencias se dirimían en el seno del Estado, como síntesis y expresión de la nación. El fracaso del nacionalismo revolucionario, después de cinco décadas de predominio discursivo, ha dado paso a una visión de nación anclada en el multiculturalismo de raigambre étnica y en las diferencias identitarias regionales. Se formula otro tipo de unidad o unificación nacional a partir del reconocimiento de la diversidad étnica y regional, aunque esta intención convive con una noción de disyunción expresada como conflicto. La consigna de las “dos Bolivias”, dominante en el imaginario social de los últimos años, está en el sustrato de estas percepciones asentadas en la disyunción, porque la existencia de “dos Bolivias” (cambas y collas, indios y k’aras) exige supuestamente una elección entre alternativas e implica enfrentamiento. En el primer caso, en el que prevalecen identidades étnicas, conviven percepciones que circunscriben la diversidad a manifestaciones culturales e idiomáticas con visiones políticas propias de un multiculturalismo excluyente. Esta postura está presente entre los maestros de La Paz, sobre todo rurales, que critican la historia estatal, porque ésta eliminaría la particularidad histórica indígena, en este caso, aymara, y se expresaría, por ejemplo, en el valor de los héroes nacionales como Simón Bolívar o Eduardo Abaroa en desmedro de personalidades históricas propias como Tupac Katari. Esto es algo eviden- Los maestros frente al cambio 193 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 te en los maestros rurales menores de 40 años que, según los profesores de las normales, expresan la decadencia de la labor docente vista como apostolado, porque se han incorporado al magisterio debido a su exclusión del mercado laboral y no por vocación propia de servicio, lo cual hace que sus posturas sean una mera reacción contra la discriminación que sufren (“los Mamani y Condori son los que hablan de las ‘dos Bolivias’: k’aras/explotadores, indígenas/ explotados”). En el segundo caso, en el que predominan las identidades regionales, también se concibe el sentido de la nación como comunidad de diversas culturas pero, es el caso de los maestros de Santa Cruz, se enfatiza en las tensiones y conflictos provocados por el peso de las identidades regionales que apelan, por ejemplo, al “orgullo” de ser camba. Esto se manifiesta incluso en el uso de símbolos patrios en los actos cívicos, donde se sustituye la bandera nacional por los emblemas locales. Algunos maestros consideran que el regionalismo es inevitable, pero que la interculturalidad, propugnada por la reforma educativa, es un antídoto apropiado, porque promueve el respeto entre culturas, aunque la tarea concientizadora de los maestros se debilita, porque es en los hogares donde al final se fomenta el regionalismo. Una manifestación extrema de la exacerbación de las diferencias identitarias regionales es el proyecto de “nación camba” que coincide con posturas que, entre los maestros de La Paz, enarbolan consignas de “nación aymara” o “naciones indígenas”. Ambas cuestionan o niegan la existencia de una nación boliviana y postulan la coexistencia de varias naciones a ser representadas por el Estado boliviano. En general, la nación es definida por los maestros como una comunidad pluriétnica y multicultural, aunque la diversidad es pensada sobre todo en términos de manifestaciones “folklóricas”, invocadas como ingredientes de la identidad nacional en peligro por la asimilación de hábitos culturales foráneos por parte de los alumnos. La música y los bailes autóctonos serían la expresión de lo nacional frente a lo foráneo y una manifestación de la riqueza cultural y, por ende, de la diversidad étnica. El carácter plurilingüe de la sociedad boliviana es otro factor subrayado por los maestros, aunque el uso de idiomas nativos está sometido a la discrimina2 194 ción y se manifiesta en la negación del origen étnico por parte de los estudiantes. Otros maestros consideran que el bilingüismo refuerza la identidad particular/local y debilita la pertenencia a la comunidad nacional. La nación también está vinculada a la riqueza de recursos naturales, que es utilizada como un ejemplo positivo para crear una conciencia de orgullo nacional, aunque, como en el tema del gas, puede provocar conflictos y desavenencias. El mito del “mendigo sentado en una silla de oro”, constantemente invocado por los maestros, expresa la persistencia del nacionalismo revolucionario cuando se contrapone la nación a lo foráneo, concebido como amenaza. Los maestros de La Paz y Santa Cruz conciben el sentido de lo nacional asociado a manifestaciones cívicas de corte decimonónico como el canto del himno, la realización de horas cívicas o la iza de la bandera, como valores de pertenencia y orgullo. Sin embargo, consideran que esta devaluación de lo cívico se debe a la influencia de los medios de comunicación y los valores transnacionales que éstos difunden y, sobre todo, al hecho de que sus propias actitudes no son ejemplo de civismo para los estudiantes. A pesar de ser recurrente, la asociación entre nacionalismo y civismo no oculta un hecho vinculado a la reforma educativa, que parece ser decisivo en la formación de una idea de nación relacionada con otros valores, más bien característicos de la apelación a una conciencia ciudadana. Se trata de la incorporación en el currículo escolar de temáticas “transversales” que expresan valores y principios de ciudadanía democrática como la interculturalidad, la equidad de género y los derechos humanos.2 La democracia es continuamente invocada en el manejo de las “transversales”. Es decir, en el aula se abordan estos temas que resultan sustantivos, mientras se deplora la pérdida de valores cívicos en las actividades extra-aula, como las horas cívicas y los desfiles. Para los maestros, el aula no es sólo un espacio en el cual imparten conocimientos, sino un ámbito de transmisión de experiencias cotidianas dirigidas a formar en valores (“los diez primeros minutos de mi clase son utilizados para tratar temas de actualidad que permitan transmitir valores a mis alumnos”, es una expresión constante en los maestros). Este último aspecto se expresa en la mención constante a actividades de capacitación a maestros y estudiantes en la norma sobre Derechos del Niño/a y Adolescente. A pesar del reclamo por la pérdida de civismo, se puede señalar que la formación cívica de antaño, vinculada al uso de textos marcadamente normativos, ha dado paso a la formación de una conciencia ciudadana, aunque esta última está circunscrita a la educación primaria y por ello se critica la conducta de los alumnos de secundaria en su relación con los símbolos patrios. Los asesores pedagógicos de la reforma educativa y los profesores de normales y universidades que forman a los maestros, no se diferencian mucho de los educadores de base respecto al sentido de nación que prevalece en el espacio educativo. Sin embargo, hacen énfasis en la formación en valores a través de los temas “transversales”, en los cuales tienen incidencia, y consideran que su tarea es fundamental para una adecuada labor pedagógica.3 Instituciones y nación En general, aunque con énfasis en los maestros de La Paz, la crisis de valores y la mengua del sentido de pertenencia a la nación son asociadas a la ausencia de una conducta imitable por parte de las autoridades gubernamentales y de la “clase política” en general, quienes no proporcionan ejemplos de unidad y provocan enfrentamientos, más aún, promoverían la corrupción a través de la partidización en la asignación de cargos, lo cual se traduce en la ausencia de incentivos para el mejoramiento del desempeño docente, porque los méritos no son decisivos para ascender en el magisterio. Similar crítica se vierte contra el sindicalismo del sector por su oposición a la reforma educativa, lo cual genera una situación de enfrentamiento frente al gobierno, la que sitúa a los maestros entre dos fuegos y les exige una adaptación meramente instrumental. También son criticadas las juntas escolares, porque los padres de familia actuarían de manera negativa, insistiendo en el reclamo de los derechos de sus hijos, desdeñando sus deberes y contradiciendo los objetivos de la formación en valores. En suma, las instituciones del Estado y de la sociedad civil no respaldarían la labor de los maestros y, por ende, no tendrían referentes institucionales que refuercen su tarea formativa. Al contrario, estas instituciones y sus miembros aten3 tarían, con sus ejemplos negativos contra los valores que promueven los maestros en el aula. Las visiones acerca de lo nacional apuntan a rescatar la diversidad étnica y cultural, pero los maestros no establecen una necesaria relación entre nación multicultural y Estado, porque este último es “comprendido” sólo como gobierno, que carece de legitimidad porque, entre otras cosas, no estableció un pacto con el sindicalismo del magisterio y la aplicación de la reforma se produjo sin el consenso de éste. Así, se expresa una idea renovada de nación, pero también se desconfía de las instituciones y autoridades estatales. En suma, no se percibe un cuerpo docente homogéneo como en el pasado, cuando la labor de “apostolado” adquiría sentido, porque eran los promotores de una idea de comunidad asociada al nacionalismo revolucionario (un pueblo, una nación, un Estado). En sus filas se percibe la desconfianza y las discrepancias que caracterizan a la sociedad en sus diversos estratos, con el agravante de que se trata de los actores sociales responsables de transmitir los valores que expresan, o deberían expresar, la unidad o cohesión nacional. Si bien es rescatable que se adecuen a las nuevas condiciones discursivas de lo nacional y vinculen esta nueva visión con los valores ciudadanos, la incertidumbre respecto al decurso de la reforma educativa exige discutir cuál será el papel de los maestros, y la escuela, en la construcción de un nuevo sentido de lo nacional con base en la interculturalidad y no en un multiculturalismo excluyente. Los maestros frente al cambio Cambios en la educación En los últimos años, los maestros han enfrentado cambios de diversa índole que afectan su desempeño por la oferta educativa diseñada por la reforma y por los insumos culturales provenientes de un contexto social nítidamente influenciado por los medios de comunicación masiva y las nuevas tecnologías como el Internet. Dos aspectos salen a relucir en las percepciones de los maestros cuando se indaga acerca de los cambios a los que se enfrenta su labor: • Una valoración positiva de la reforma educativa, expresada en el cambio de pa- Paradójicamente, ninguno de los grupos de maestros de base se refirió a la actuación de los asesores pedagógicos. 195 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 • radigma educacional que transita del conductismo al constructivismo. Una postura ambigua sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el proceso formativo. Los maestros no manifiestan resistencia al cambio promovido por la reforma educativa, sin embargo se sitúan en medio de una pugna entre el Estado y el sindicalismo respecto a la orientación del proceso. Incluso quienes critican la reforma educativa o no la aplican en su labor docente, consideran que es positivo el cambio del conductismo al constructivismo como orientación general de la educación. Esta postura se sustenta más en la crítica al modelo verticalista y repetitivo de la enseñanza tradicional, que en una valoración real del constructivismo como propuesta específica. Esa mirada que pretende superar la conducta docente del pasado se expresa en el reiterado uso de la frase “la letra entra con sangre”, una metáfora útil para denunciar una relación en la cual el maestro era el único depositario del saber y el alumno un mero receptor pasivo. En la actualidad, los maestros se perciben como guías o “facilitadores” y no como “dictadores”, consideran que los alumnos construyen su conocimiento con la ayuda del profesor y, además, en adecuación al entorno cultural. Es posible que la coincidencia generalizada de los maestros de base de las distintas escuelas en torno al constructivismo como nueva orientación de su desempeño sea consecuencia de un discurso cuasi/oficial imperante en el magisterio y como expresión, además, de un deseo de “estar a tono” con las exigencias de una modernización promovida por la reforma educativa. Sea como sea, este discurso resulta efectivo para criticar las pautas de antaño y se articula, además, con las metas perseguidas por los temas “transversales” que, al invocar o promover la democracia, refuerzan el criterio de horizontalidad en la relación entre profesor y alumno. Estas percepciones se combinan con una aceptación generalizada, aunque con fuerte sesgo normativo, de una formación con sentido crítico como complemento a la mera transmisión de conocimientos, un rasgo de la educación tradicional que reforzaba el carácter verticalista y repetitivo de la enseñanza. Este aspecto, a diferencia de la pluralidad de sentidos respecto a lo nacional, que se afincan ya sea en lo étnico (La Paz) o en lo regional (Santa Cruz), muestra una visión compartida por los maes196 tros de base que rescatan el constructivismo como una nueva pauta, que los aleja de la educación tradicional y jerárquica, aunque no dejan de manifestar la incongruencia entre los enunciados de esa corriente pedagógica y la pervivencia de hábitos y conductas autoritarias suyas en el aula. Por otra parte, la valoración positiva del cambio en la concepción de la educación contrasta con la evaluación de los maestros acerca de los resultados de su tarea formativa, percibidos de manera negativa por culpa de factores externos a la escuela: la familia y los medios de comunicación. En el primer caso, cuestionan la escasa o nula intervención de los padres en la tarea educativa o bien critican su participación en defensa de los derechos de sus hijos, porque agudizan la pérdida de autoridad de los educadores, relajando la disciplina y, con ello, el cumplimiento de deberes. Como dicen algunos, sobre todo quienes trabajan en colegios particulares y son mayores de 40 años, la escuela educa “contra la sociedad y la familia”. Existe una abierta predisposición en los maestros a adaptarse a las exigencias de cambio y se expresa en la búsqueda de capacitación, en la mayoría de los casos, una estrategia personal, a pesar de la debilidad de incentivos, porque la consecución, por ejemplo, de una licenciatura en pedagogía o la producción intelectual no se traduciría en una mejora salarial ni en un ascenso de categoría en el escalafón docente. A juicio de los asesores pedagógicos, los maestros rurales y los más jóvenes trabajan con más empeño que los antiguos y del área urbana, menos propensos al cambio y a la adaptación a las nuevas condiciones. Aunque es preciso señalar que en relación a otros aspectos, como la idea de nación, los maestros de menor antigüedad que trabajan en las zonas rurales, son portadores de visiones excluyentes y conflictivas con respecto a la diversidad étnico-cultural. Así, se puede plantear lo siguiente: quienes ingresan al magisterio como parte de una estrategia de movilidad social y ansia de estabilidad laboral tienden a adaptarse al cambio, aunque asumen una postura crítica respecto al orden establecido, porque su esfuerzo personal no logra romper las barreras de la discriminación y la exclusión social. Los maestros de colegios rurales y fiscales urbanos de La Paz están más cerca de esta posición. En el otro polo se sitúan los profesores rurales de Santa Cruz que no cuestionan la reforma educativa y se adaptan al cambio sin conflicto, porque no esgrimen posturas ideológicas y su horizonte de movilidad social consiste en conseguir un puesto de trabajo en los centros urbanos. Perciben los problemas del regionalismo y valoran la interculturalidad como elemento propio de la democracia, que permite superar esos prejuicios. Sus temores no están referidos a su condición étnica o social, y más bien se circunscriben al espacio educativo, donde las juntas escolares aparecen como elementos que pueden atentar contra su estabilidad laboral. Se trata de dos percepciones que ponen en evidencia las tendencias a la fragmentación y a la polarización que sufre la sociedad boliviana. En suma, el cambio de paradigma educativo, sumado a la orientación hacia valores democráticos, ha modificado de manera nítida las percepciones de los maestros acerca de su rol, sustentado en una crítica a la educación tradicional y una apelación a criterios de modernidad, cercanos a los valores ciudadanos. Sin embargo, los maestros consideran que el principal escollo para su tarea formativa está en el contexto social, porque ni la familia ni los medios de comunicación apuntalan su tarea. A pesar de estas apreciaciones, es evidente que la labor de los maestros es importante para socializar a las nuevas generaciones mediante la difusión de valores democráticos. Los recaudos expresados por los educadores respecto a la influencia negativa de la familia y los medios de comunicación, porque no coadyuvan a su labor formativa, muestran la importancia de su labor, puesto que la escuela no puede ser reemplazada por otras instituciones o mecanismos de socialización dado que no existen instituciones más eficaces ni con mayor potencialidad democrática que la escuela. Esta visión crítica respecto a la familia y los medios de comunicación permitiría precisamente reencauzar la labor de la escuela para fortalecer una pedagogía democrática en la construcción de una comunidad de ciudadanos y promover una actitud favorable al informacionalismo, como veremos más adelante. Los maestros frente al cambio Incidencia de las nuevas tecnologías en la labor docente Como vimos, los maestros declaran que forman a los alumnos con sentido crítico y bajo valores cívicos, pero no pueden evitar ni contrarrestar la influencia negativa de los medios de comunicación ni la ausencia de apoyo de la familia. Los medios son deplorados, porque promoverían valores ajenos a las culturas nativas y provocarían enajenación. Esta visión con tono apocalíptico es Recuadro 6.2 La brecha entre la cultura escolar y la virtual Si nunca acabó de saldarse la brecha entre socialización televisiva y práctica pedagógica en las escuelas públicas de América Latina, ¿qué ocurre ahora con Internet y el uso de redes informáticas? Tenemos situaciones múltiples: la escuela se equipa y promueve el uso de redes tanto en maestros como en alumnos, angostando las brechas entre cultura virtual y cultura escolar, y permitiendo un uso cada vez mayor de la red en las dinámicas de aprendizaje en las escuelas; o bien, los alumnos absorben a mayor velocidad el nuevo lenguaje y al poco tiempo compiten con los profesores en el acceso a conocimiento actualizado, y se aburren todavía más en las salas de clases; o bien se produce una tensión inmanejable entre la sala de clases y la de redes, dado que la segunda atrae mucho más que la primera. Sabemos que el grueso de las escuelas en la región aún adolece de rezagos agudos en estilos pedagógicos y contenidos curriculares. Sabemos que la familiaridad con las redes virtuales es mucho más fácil en niños y adolescentes que en adultos, tal como lo es aprender un nuevo idioma. Sabemos que el costo de informatizar la educación pública permitiría, a lo sumo, una sala especial con terminales de red, pero no un uso intensivo-extensivo en las aulas. Pero también sabemos que una vez que comienza a usarse la red digital, ese uso crece exponencialmente y tiene enorme efecto de contagio, que el mismo produce cierta especialización y puede socializarse entre alumnos y entre éstos y los profesores; que la incorporación de este “modo digital” del conocimiento permitiría al profesor descansar del estilo expositivo y monologante, obviamente mucho más agotador, lo cual tarde o temprano terminará apreciando y que el estudio en la red no aniquila la Enciclopedia, sino que la hace accesible, amigable y adaptable al gusto de los usuarios. Fuente: Hopenhayn, 2003 197 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 parcial y transmite una percepción convencional acerca de los efectos de la innovación tecnológica, cuyos efectos, positivos o no, dependen del uso que le asignen los maestros. A ello hay que añadir la necesidad de que se imparta un aprendizaje del manejo de nuevas tecnologías, a pesar de sus limitaciones salariales y la inexistencia de programas específicos de equipamiento y capacitación en la reforma educativa, pues de lo contrario emerge el riesgo de anacronismo en sus alumnos. Los maestros valoran cautelosamente el uso del Internet con apreciaciones que ponderan su capacidad informativa (“es una biblioteca más”, dice un maestro en Santa Cruz) y su apoyo a la labor investigadora de los alumnos y maestros. Sin embargo, atentaría contra el hábito de lectura y escritura, porque los alumnos se limitarían a “bajar” e “imprimir” la información sin realizar pesquisa alguna. Además coartaría la capacidad de razonamiento y fomentaría el individualismo, al eliminar el trabajo de investigación en equipo y poner de manifiesto situaciones de discriminación debido a la desigual posibilidad de acceso al manejo de computadoras, donde resaltan las diferencias entre colegios públicos y privados en cuanto a disponibilidad de infraestructura. La mirada es más negativa aún cuando se evalúa el impacto combinado de la televisión y el Internet como aparentes factores de distorsión en la formación educativa, pues consumen el tiempo libre de los alumnos desprovistos de vigilancia familiar. Los maestros no se resisten al cambio informacional, aunque perciben que los obstáculos para su adaptación radican en las carencias socioeconómicas que limitan su acceso a la tenencia y manejo de computadoras, y en las deficiencias de infraestructura, en el caso de los colegios fiscales y en las escuelas rurales, en algunos casos, desprovistos de recursos y/o de energía eléctrica, que impiden un acceso equitativo de maestros y alumnos al uso de estas tecnologías. Mientras en los colegios particulares y de convenio se apoya la capacitación de los maestros y el equipamiento de las aulas, en las escuelas fiscales se reclama la ausencia de una política estatal de apoyo, no sólo en este campo, sino en la provisión de materiales que permitan cumplir los objetivos de la reforma educativa. En suma, no existen condiciones para un acceso equitativo a las nuevas tecnologías y esto afecta las percepciones de los maestros sobre su papel en la escuela. Es frecuente escuchar que el maestro hace su tarea solo, enfrentado a un contexto social y familiar adverso, a la presión de las autoridades y los dirigentes sindicales que adoptan posiciones enfrentadas, a condiciones laborales desventajosas y a una mengua del prestigio social que, en el pasado, gozaba la labor docente. No existen posturas y actitudes nítidamente contrapuestas respecto a estos temas Recuadro 6.3 Ser moderno en la escuela y en el mundo de hoy ¿Qué son los códigos de modernidad? El término ha venido siendo usado por los Informes de Desarrollo Humano de Bolivia desde que éstos comenzaron a ser producidos en el país. De acuerdo a Juan Carlos Tedesco (1992), los códigos de modernidad son los conocimientos y destrezas necesarios para participar en la vida pública y desenvolverse productivamente en la sociedad moderna. ¿Qué hay que saber para ello? La lista puede variar mucho, pero en ella siempre estarán elementos como: aritmética básica, lectura y comprensión de un texto escrito o de los mensajes de los medios de comunicación, caFuente: Tedesco, 1992 198 pacidad para analizar los hechos del entorno y la participación en trabajos de grupo. Sin ello, fuera o dentro de la escuela, un individuo suele estar desamparado. En ese sentido, los maestros y sus centros de enseñanza son hoy actores estratégicos para relacionar las tradiciones de la gente con las exigencias de una vida moderna. Por eso mismo, la escuela moderna, dice Tedesco, no es sólo la que enseña a leer, escribir o calcular. Debe ir más allá, por ejemplo inculcando valores como el liderazgo, el civismo, la solidaridad o el dominio de los lenguajes como el de la computación. Los maestros frente al cambio Recuadro 6.4 El uso de la sala de informática del colegio sigue muy limitado Los adolescentes paceños de nivel socioeconómico medio bajo, entrevistados en el marco de dos grupos focales, afirmaron contar con alguna sala de computación en sus colegios. Empero, estas salas son usadas sobre todo para aprender lenguajes y paquetes utilitarios. Ninguno de los adolescentes afirmó que se usaran para emprender juegos interactivos o pedagógicos como herramientas didácticas por parte de los profesores. Es decir, las salas de computación son usadas casi de manera exclusiva para las “clases de informática”. Los demás docentes no han integrado esta herramienta en su dinámica pedagógica. Es probable que esto se deba a la escasa disponibilidad de los equipos en estos colegios, y a una falta de familiaridad con el uso educativo de la computadora. Aunque hay un contacto relativamente regular con el mundo interactivo, la relación con los juegos educativos es irregular y hasta excepcional. Fuente: Diagnosis S.R.L., 2003 entre los maestros de colegios urbanos y rurales, y entre los de colegios particulares, fiscales y de convenio que permitan vislumbrar diferentes capacidades para enfrentar los retos del cambio informacional. Empero, los mayores de 40 años subrayan los lados negativos del uso de Internet o consideran que los maestros no están a la altura de los cambios tecnológicos (en Santa Cruz y La Paz, respectivamente), mientras en el caso de Santa Cruz, matizan su crítica con ejemplos sobre la información distorsionada que se puede recuperar de Internet (“cuando busqué monumentos de Santa Cruz me encontré con Carla Morón; cuando busqué mujeres célebres cruceñas, me encontré con Las Magníficas”). Los formadores de maestros (profesores de normales y universidades) ven las cosas de otra manera, puesto que inquieren acerca de los contenidos de la enseñanza y relativizan la influencia de los medios tecnológicos utilizados. Al contrario, los asesores pedagógicos consideran que el acceso diferenciado a las nuevas tecnologías, por desigualdades socioeconómicas, afecta la calidad educativa. Por ello señalan que el conocimiento crítico es más evidente en la educación primaria (donde además trabajan) y no faltan quienes conciben que “a más tecnología, el alumno queda con la mente más en blanco”. En suma, no existe una postura única respecto a la influencia de las nuevas tecnologías y resalta una predisposición general a la actualización permanente y a la adap- tación a las nuevas condiciones de la labor educativa transformada por el uso generalizado de las nuevas tecnologías. En esa medida, los maestros tienen un potencial subjetivo favorable al cambio informacional, más aún, si vemos que esa predisposición es también evidente en relación a las nuevas pautas de la enseñanza y a los nuevos contenidos del currículo escolar, a pesar de las condiciones laborales desfavorables y la carencia de infraestructura educativa y material pedagógico. En el caso del uso de nuevas tecnologías, el desafío es generar condiciones para que las escuelas y los maestros dispongan de posibilidades de acceso, dado el cambio ya ha sido aceptado por la mayoría, pero sobre todo que la sociedad de la información exige trabajar en red de manera interactiva y permanente. Allí anida el principal desafío del futuro. Visión de futuro Los maestros tienen una visión de futuro que se bifurca entre expectativas individuales relativamente fatalistas y percepciones positivas sobre el impacto de la educación, a pesar de su posición cauta respecto al destino de la reforma. El fatalismo individual se manifiesta al pensar en la jubilación, el desempleo a causa de la privatización de la enseñanza, el desplazamiento por los maestros jóvenes y el estancamiento en la carrera docente debido a razones políticas y al desdén por los méritos profesionales en las entida199 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Recuadro 6.5 Deserciones La televisión, por su fácil acceso, se convierte en una verdadera biblioteca de dibujos animados, cada vez más numerosos y diversos, que los niños siguen en cantidad de horas semejantes a las que invierten en la escuela. Un niño puede desertar de la escuela, pero difícilmente desertará de los dibujos animados. Una infancia moderna sabe preferir aquellos flujos de información menos marcados por la disciplina moralizante. Fuente: Hopenhayn, 2003 des públicas. Quienes son optimistas respecto a su futuro son los asesores pedagógicos y los formadores de maestros, aunque ellos formulan apreciaciones negativas acerca del porvenir de la reforma educativa. Es decir, a menores expectativas personales, mayor parece ser la confianza en el impacto positivo de la reforma educativa; y a mayores expectativas personales, menor sería el optimismo respecto a los avances en la educación boliviana. Con todo, los maestros trasmiten escepticismo respecto al futuro cuando evalúan sus posibilidades de desarrollo o superación personal, pese a que manifiestan una clara predisposición para adaptarse a las exigencias de la reforma educativa, a las necesidades de una actualización acorde a los nuevos contenidos y a los retos que plantea el uso de nuevas tecnologías. Los maestros en la mirada de las autoridades4 Las autoridades involucradas en el diseño e implementación de políticas en el sector educativo no miran con buenos ojos la tarea de los maestros que, según dicen, complota contra la implementación de la reforma educativa. La principal critica apunta a que ellos separan la teoría de la práctica. Dicen que el discurso de la interculturalidad y del constructivismo, asumido por los maestros como una nueva manera de concebir su labor y asignar un nuevo sentido a lo nacional, así como, el discurso de los valores democráticos promovidos por los temas “transversales”, no condicen con la calidad de en4 5 200 señanza que proporcionan y la persistencia de prácticas autoritarias en el aula, reforzadas por el carácter conservador del discurso sindical, que va a contramano de la predisposición al cambio presente sobre todo en las nuevas generaciones de maestros. El corporativismo sindical inmoviliza también esta predisposición al cambio, porque su presión tiende a reproducir un sistema cerrado, sustentado en la inamovilidad funcionaria. Es decir, no hay pérdida de cargo cualquiera sea la falta, sino cambio de destino, que asegura la estabilidad laboral y garantiza las expectativas de movilidad social. La noción de sistema cerrado no es metafórica, porque el acceso a los diversos cargos en el sector está mediado por la venia o la censura sindical. Además, la formación docente en las normales, vale decir, el título de maestro, es un requisito para cualquier otro cargo de índole profesional en el sector (abogados/maestros, auditores/maestros, etc.), lo que asegura la lealtad corporativa y otorga a la dirigencia sindical posibilidades de presión de las autoridades y de un manejo clientelar de sus bases. La estabilidad laboral y la movilidad social motivan la elección de una profesión que antes era considerada un apostolado. El incremento del número de maestros puede ser explicada por esta diversificación de razones de ingreso al magisterio y la existencia de múltiples estrategias basadas en la seguridad de disponer de una fuente de empleo permanente y con posibilidades de ascenso.5 Este sistema cerrado posee un sistema de recompensas sin castigos ni sanciones, que sumado a la inexistencia de incentivos sala- Fueron entrevistados profesionales que se desempeñaron como Director General de Servicios TécnicoPedagógicos, Asesor General y Coordinador de la Comisión de Ética del Ministerio de Educación. Todos con una experiencia de casi una década en el proceso de reforma educativa. En los últimos años, el número de maestros se ha incrementado de 5.000 a 35.000 maestros. riales o de posibilidades de ascenso por mérito profesional, se ha traducido en una mercantilización de la labor docente acompañada por prácticas de corrupción de mínima cuantía que ponen en entredicho las afirmaciones de los maestros acerca de educar con el ejemplo. Un aspecto que pone en evidencia la ruptura entre teoría y práctica en relación al tema de la formación en valores democráticos es la dificultad para poner en marcha una comisión de ética que permita sancionar a los maestros en un ámbito libre de presiones sindicales y considerando las faltas de los maestros, en casos en que sea necesario, como delitos penales y no como meras faltas administrativas. Las sanciones, hasta la fecha, sólo se traducen en un cambio de escuela, porque no existe la posibilidad de pérdida de cargo, a pesar de la gravedad de la falta cometida. Es decir, la resistencia al funcionamiento de esta comisión, cuya función es inhibir más que sancionar, pone de manifiesto el peso de la presión sindical en términos corporativos y la ausencia de mecanismos que velen por la adscripción de los maestros a los valores que transmiten en las aulas. Empero, los problemas en el desempeño docente no sólo provienen del corporativismo sindical. La otra cara de la medalla es la influencia de la politización partidista en el acceso a cargos promovida por los gobiernos de turno. A ello se suman las debilidades formativas en los maestros, puesto que muchos consideran que su formación ha concluido con su egreso de la normal y sus expectativas se enmarcan en una estrategia instrumental. Por eso, para las autoridades educativas, la adopción del constructivismo como paradigma educativo resulta una mera pose. Asimismo la aceptación de los temas “transversales” puede percibirse como una adecuación pasiva a las exigencias de la reforma, puesto que, en ambos casos, la práctica educativa cotidiana no se sustenta en esos elementos (esto explica por qué se produce el distanciamiento entre maestros y asesores pedagógicos). Respecto a las visiones de nación presentes en los maestros, las autoridades sostienen que la aceptación de la interculturalidad es, en la mayoría de los casos, simplemente testimonial, porque no se implementa en el aula ni acompaña el ejercicio de la docencia. Además, esto se da porque existe mucha rotación entre los maestros, alrede- dor del 60%, lo que atenta contra la posibilidad de evaluar la pertinencia en el uso de los nuevos contenidos. En el caso de las “transversales” se percibe un problema adicional: su contenido es homogéneo, mientras la realidad es heterogénea. A esto se suma el hecho de que hay un descontrol en la oferta de temas vinculados a las “transversales”, porque diversas instituciones que trabajan en aspectos referidos a ecología, derechos humanos, salud y sexualidad, o equidad de género exigen presentar sus programas provocando dispersión y superposición en la oferta educativa. En relación a la reacción o respuesta de los maestros al uso de nuevas tecnologías, las autoridades creen que no existe resistencia ni temor entre los maestros y que estos se encuentran en una fase inicial de adaptación a su uso. Existen varias experiencias de incorporación de nuevas tecnologías en unidades educativas del ámbito rural, la mayoría con apoyo de la cooperación internacional y de empresas transnacionales, señaladas como ejemplos susceptibles de ser seguidos por otras unidades educativas. Sin embargo estos ejemplos ponen en evidencia la ausencia de una política estatal al respecto. En suma, la mirada de las autoridades desconfía y relativiza las percepciones de los maestros respecto a su disposición al cambio, sin embargo, comparte el criterio de que la reforma educativa ha modificado sus visiones y su labor, creando condiciones subjetivas favorables a la educación en valores democráticos y al cambio informacional. Los maestros frente al cambio Hacia una escuela red Al influjo de la reforma educativa, la escuela se ha transformado y ha propiciado una adecuación de la labor docente a las nuevas pautas pedagógicas afincadas en el constructivismo. Los cambios en las visiones de los maestros y diversos actores involucrados en su formación, se expresan en el predominio de una concepción menos verticalista de la relación entre educadores y alumnos, en una enseñanza que completa la transmisión de valores cívicos asociados a criterios de ciudadanía y en una visión de nación sustentada en la interculturalidad y la tolerancia puesto que la nación es concebida como una comunidad política asentada en la diversidad étnica, cultural y regional. Sin embargo, este reconocimiento de valores democráticos convive con la descon201 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 202 fianza en las instituciones estatales y al papel de los medios de comunicación masiva y la familia que aparecen, ante la mirada de los maestros, como obstáculos para la formación impartida en el aula. Aunque estas percepciones pueden considerarse como expresiones de una adaptación funcional a las presiones internas y externas, son el nuevo sentido común en el sector educativo. Asimismo, los maestros son proclives al cambio a pesar a su entorno socioeconómico desfavorable y a condiciones laborales deficitarias que, empero, no limitan su capacidad de adaptación a los desafíos planteados por los nuevos criterios pedagógicos y por la necesidad del uso de nuevas tecnologías, percibidas como una amenaza aunque, también, como una posibilidad de desarrollo. Es posible promover una articulación entre la socialización de la escuela a las metas del desarrollo humano, puesto que existen condiciones subjetivas en los maestros favorables a la diseminación de un sentido de nación afincado en la interculturalidad y la democracia, así como, para su adaptación al cambio informacional y la posibilidad de la promoción del informacionalismo mediante el uso de las nuevas tecnologías. Para cumplir este propósito es necesario que sobre la base de un pacto entre el magisterio y el Estado, la reforma educativa pueda promover la deliberación entre los actores, orientados a la capacitación de los maestros en el uso de nuevas tecnologías y establezca espacios de intercomunicación de experiencias para atenuar los prejuicios reduccionistas de carácter étnico y regional, que atentan contra la formación de una cultura ciudadana. La escuela y el país mismo requieren de maestros con valores democráticos y habilidades informacionales para que su labor formativa sea eficaz. Estos espacios de intercomunicación pueden constituir una red de aprendizaje de experiencias entre los maestros a través del uso de nuevas tecnologías en las escuelas, en una perspectiva de su uso con fines auto-formativos, paso previo al despliegue de su labor educativa con los alumnos. Para ello, es preciso que los maestros ocupen el centro del aprendizaje informacional antes que se conviertan en, o actúen como, transmisores de estos valores y habilidades. Siguiendo a Castells (1999: 506), la educación como red puede concebirse como un conjunto de escuelas interconectadas que permita a los maestros la difusión de valores democráticos resultantes de experiencias pedagógicas en el aula para promover la tolerancia y la equidad, así como, la difusión de experiencias vitales que transmitan las prácticas de ejercicio de interculturalidad en las distintas regiones del país a fin de promover un sentido democrático e inclusivo de nación. La reforma educativa ha modificado las percepciones de los maestros en torno a lo nacional, aunque estos cambios forman parte de modificaciones generales que expresan el momento de cambio que vive la sociedad desde principios de esta década. La escuela como espacio de socialización y los maestros como actores centrales del proceso formativo son el nexo entre el pasado y el futuro, sin embargo, a pesar de responder a los nuevos parámetros identitarios, étnicos y regionales, que caracterizan el sentido de lo nacional en clave de diversidad u heterogeneidad sociocultural, y pese a mostrar una aptitud proclive al cambio informacional, que exige nuevas destrezas y conductas en su labor educativa, se enfrentan a la incertidumbre, porque la reforma educativa, como las otras reformas estructurales, es cuestionada y no existen propuestas alternativas en este ámbito. A la desconfianza en las instituciones estatales y en las autoridades públicas, se suma la indeterminación respecto al decurso de la reforma y del conjunto de transformaciones institucionales promovidas en los últimos años. Sin embargo, la posibilidad de continuidad y cambio en función del desarrollo humano tiene en la educación uno de sus factores centrales, porque es capaz de generar “espacios públicos deliberativos, en donde las personas actúen como iguales, con sus diferencias socioculturales, sin duda, pero en función del bien común, es decir, del desarrollo de todos y muy especialmente, de los más pobres y excluidos” (PNUD 2002:39). La escuela-red puede propiciar esta salida. Como señalamos, un elemento que puede apuntalar esta tendencia es su actitud favorable hacia las nuevas tecnologías. Los maestros cuestionan la reforma educativa en varios aspectos, pero no se muestran hostiles al uso de nuevas tecnologías, a pesar de las condiciones adversas que deben enfrentar debido a su situación salarial, a la carencia de infraestructura escolar y a la ausencia de una política estatal de apoyo a la actualización docente en este campo y a la carencia de equipamiento apropiado en las escuelas. En la medida en que existe una postura pro- clive a la adaptación al uso de nuevas tecnologías, es posible apuntalar un relanzamiento de la reforma educativa en este aspecto que permita establecer el pacto necesario entre el magisterio y el Estado, considerando las diversas facetas de su problemática como sector como los incentivos salariales y profesionales por la vía de su capacitación en nuevas tecnologías y mediante su uso en la escuela. La formulación de una política pública dirigida al uso de nuevas tecnologías, al margen de su importancia en términos educativos y por la necesidad de adaptación al cambio informacional, permitiría establecer pautas renovadas para hallar un consenso entre las autoridades educativas y las organizaciones sindicales, habida cuenta de la nula resistencia de las bases del magisterio a la aceptación de esta innovación. Ahora bien, el manejo de nuevas tecnologías en las aulas debería considerarse muy vinculado con la labor de transmisión de va- lores democráticos que promuevan el sentido de pertenencia a una comunidad nacional. Es decir, los maestros pueden ser actores del cambio en función de dos objetivos básicos: • Promover la unidad nacional a través de una educación que propicie la convivencia democrática mediante la transmisión de valores ciudadanos en una sociedad diversa étnica y culturalmente. • Promover el informacionalismo y el trabajo en red a través del uso de nuevas tecnologías en las escuelas. Los maestros frente al cambio El salto informacional es parte del desarrollo necesario, mientras que la cohesión o unificación nacional es parte de las tareas del desarrollo pendiente. Ambas labores son inexcusables en una perspectiva de desarrollo humano. Todos los aspectos económicos y socio culturales que hemos estado analizando deben contrastarse respecto al Estado y su rol estratégico en el desarrollo. 203 Capítulo 7 Estado, descentralización y gobierno electrónico El Estado: de su descrédito a su rehabilitación En noviembre de 1989, los primeros escombros del Muro de Berlín parecían confirmar una convicción largamente argumentada desde el inicio de la Guerra Fría: el Estado es incapaz de moldear a la sociedad. En efecto, en los países comunistas que por entonces se rebelaban contra sus autoridades, ésta había terminado triunfando sobre décadas de intervención estatal en los espacios incluso más íntimos de la vida cotidiana. A partir de ese hecho, se erguía entonces una ola general de desprestigio académico y social sobre el Estado como entidad central y reguladora del funcionamiento de las naciones y sus pueblos. Para entonces, en América Latina, el fin de la Guerra Fría también tuvo importantes consecuencias. La más visible de todas fue la crisis de legitimidad del llamado “Estado patrimonial-corporativo”, vigorosamente alentado en décadas pasadas por gobiernos de fuerte respaldo popular e incluso militar. Se cerraba una época y comenzaba otra (Calderón-Dos Santos, 1995). La coyuntura sirvió entonces para que se impusieran con amplitud las privatizaciones en todo el planeta. Junto al desmantelamiento del comunismo y de las políticas desarrollistas de matriz estatal, se experimentó entonces el auge planetario del neoliberalismo y de una nueva época marcada por la subordinación de los órdenes políticos a los rendimientos económicos y financieros. Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 206 El signo dominante de esta última década ha sido por tanto la creencia generalizada en que el Estado debe permanecer necesariamente como un actor marginal, dada su condición de enemigo potencial de la libertad económica, requisito al que se le atribuye el crecimiento y la prosperidad. La corrientes en boga promovieron entonces la premisa de que había que tener sólo “tanto Estado como fuera necesario” y, al mismo tiempo, “tanto mercado como fuera posible”. Visto así, el primero era comprendido como un complemento discreto del avance empresarial, mientras el segundo acababa catapultado como el motor dinámico de la transformación de los países. Podría decirse entonces que a lo largo de estos años imperó en América Latina una idea meramente económica o mercantil de las funciones estatales. Como vemos, fueron excluidas de la discusión las variables propiamente políticas en la comprensión del Estado democrático en tiempos de globalización. Tal reducción al énfasis meramente económico no tardó en revelar sus graves falencias. Como se pudo evaluar más adelante, varios procesos exitosos de inserción en la globalización de países en vías de desarrollo tuvieron al Estado como un factor central. En ellos, las entidades oficiales tuvieron el acierto de apuntalar a los protagonistas del crecimiento económico y las exportaciones en ámbitos en los que las debilidades del sector privado resultaban evidentes: la investigación, la diplomacia, la educación, el conocimiento de nuevos mercados, el impulso a la infraestructura pública y la promoción de los servicios. En esos casos, entre los que sobresalen principalmente los del sudeste asiático, el Estado, a pesar de su descrédito internacional, estuvo en condiciones de ocupar un nuevo rol, ésta vez, insustituible, que consistía en generar las mejores condiciones para que las empresas locales pudieran competir en el mundo, atraigan capitales extranjeros y generen empleos. A partir de allí, se planteó un modelo alternativo al neoliberalismo, consistente en construir una sólida alianza de actores económicos y estatales articulados en la promoción de un crecimiento más integral y eficiente. A pesar de dicho rescate del rol del Estado como vigoroso agente complementario de la economía, las variables propiamente políticas siguieron siendo mantenidas al margen del debate. Así, el Estado, una entidad surgida para regular las relaciones de poder entre los individuos y comunidades, quedaba relegada como apéndice suplementario de las ciencias económicas. Este confinamiento no era casual. Para la doctrina liberal, el Estado siempre fue una especie de mal necesario, es decir, un potencial tirano tentado a confiscar la riqueza privada y social. Sin embargo, al despuntar el siglo, el esquema neoliberal fue perdiendo vigor en consonancia con una serie de crisis económicas globales y publicitadas quiebras de grandes empresas transnacionales. De manera simultánea en varios países del mundo se empezaron a sufrir las consecuencias de un modelo de acumulación de riqueza que dejaba en el camino intolerables brechas de inequidad y exclusión (Calderón-Dos Santos 1995, Vega 2004, Calderón, 2002). En ese contexto de nuevas incertidumbres, se fue abriendo paso la idea de que el Estado tiene que ser algo más que un complemento a la producción o a las exportaciones (para entonces el Estado patrimonialista estaba obsoleto). En virtud de las explosivas desigualdades, cuyo agravamiento fue atribuido al neoliberalismo, empezó a discutirse sobre los nuevos roles del Estado, convocado reiteradas veces a salir de su marginalidad. La situación exigía una recuperación de la política a fin de ponerle freno a la ya desbordada economía. Apareció entonces la idea de que el Estado puede ser un “reconstructor de comunidades políticas y sociales” (Berthin, 2003), es decir, un espacio abierto desde donde pueden administrarse fuerzas económico-sociales en disposición de apuntalar la democracia y la prosperidad económica al mismo tiempo. De modo que el acento volvía a ser puesto en las funciones propiamente políticas del Estado, es decir, en aquellas orientadas a construir y fortalecer sistemas humanos de acción. Se trataba de que la sociedad fuera capaz entonces de beneficiarse, pero también de enriquecer, extender y regular las metas económicas de cada país. Como vemos, a las clásicas definiciones burocráticas o meramente reguladoras del Estado, se le añadía ahora una de carácter socio-político. En ella, el Estado asumía como garante no sólo del libre actuar de las empresas, sino también de los derechos de los ciudadanos, que, por norma, constituyen el poder político. De esta manera, la forma estatal resultaba comisionada a promover que los rendimientos económicos contribu- yeran a generar similares condiciones de vida y mayor inclusión social. En este marco, se hizo fuerte la concepción de “gobernabilidad sostenible” (Berthin, 2003) entendida como un incremento permanente de la participación ciudadana, una expansión de la deliberación como mecanismo para la toma de decisiones y un respeto escrupuloso de los derechos humanos. De esa manera, la concepción de un Estado que asume como su principal tarea la búsqueda y consagración del bien común, permitió que las reformas económicas mundiales, aceleradas desde 1989, intentaran ser conciliadas con una nueva ola de participación y demandas surgidas desde la sociedad. El paulatino desgaste del neoliberalismo y de sus recomendaciones, junto a una creciente corriente de movimientos sociales contrarios a la globalización pensada desde y para las élites, permitieron que el desprestigio previo de lo estatal fuera reemplazado por una necesidad cada vez más amplia de ejercer intervenciones públicas justificadas y puntuales, aunque esta vez se trataba de edificar un nuevo tipo de Estado. Del mismo modo y en el marco de la pérdida evidente de soberanía de las naciones ante el empuje sostenido de la globalización, adquirió capacidad explicativa el concepto de Estado-red (Castells, 1998). De acuerdo a esta mirada, los llamados Estadosnación ya son insostenibles tal como fueron concebidos en el siglo pasado. En esta era de la sociedad de la información; la soberanía, concebida como la capacidad de acción y decisión de cada Estado, ha perdido valor. Los nuevos fenómenos mundiales contemporáneos que trascienden las fronteras y las definiciones tomadas en su interior, han reconfigurado radicalmente las relaciones mundiales de poder. Sin embargo, si bien los Estados-nación salen de esta coyuntura fuertemente debilitados, se vislumbra la continuidad de su poder, pero mediante nuevos mecanismos. Castells señala con claridad que el Estado actual “ha perdido soberanía, pero no capacidad de acción” en la medida en que aprenda a actuar en red. Se habla entonces de la nueva potencia del Estado para actuar en un mundo más complejo. De modo que la nueva capacidad de acción de los Estados en el mundo emerge ahora gracias a su articulación con otros poderes internos y externos, con los cuales genera acuerdos y trayectorias comunes en función de metas concretas y modificables. En esa medida, a pesar de su pérdida de poder en los últimos años, Castells (1998) sigue considerando al Estado como un actor vital de intervención estratégica, siempre y cuando conecte sus mermadas capacidades con las de otros actores concomitantes. Es el tiempo del poli-centrismo, y por ello mismo, del surgimiento de redes de poder flexibles y compuestas. En tal sentido, el Estado no es más “el” actor, sino uno de varios, dentro de un esquema de soberanía compartida. Por ello, justamente en condiciones como las que se viven en la globalización, hoy más que nunca, el Estado requiere ser reforzado en su capacidad para intervenir en la sociedad-red y en la sociedad de la información, pero sobre todo alimentar y alimentarse de la comunidad de ciudadanos (Touraine, 1973). La condición principal para el Estadored es, sin duda, una descentralización profunda en los diferentes planos de decisión. En cierto sentido, los distintos niveles de deliberación y gestión terminan articulados precisamente en una red, en la que cada nodo tiene autonomía para decidir, pero en la que, a su vez, todos se hacen responsables de los efectos finales de su conducta. Castells señala que este proceso transfiere poder de los centros a las redes. Este cambio no liquida al Estado-nación, simplemente lo redefine y lo conmina a compartir autoridad con otras instituciones menores o mayores que él. Así, la red procesa información y la distribuye a fin de que las decisiones del conjunto sean compartidas por todos los miembros. En el camino se descentraliza hacia las partes, pero también se coordina en el conjunto. ¿Cuál es el resultado de esta profunda transformación estatal? El Estado, configurado en red, es hoy el principal instrumento del que disponen los ciudadanos para controlar e influir en la globalización en función de sus intereses y valores. He ahí la pertinencia de lo aquí discutido con el tema central de este Informe: la vía boliviana hacia el informacionalismo. Como ya se habrá advertido, la noción de Estado-red armoniza plenamente con la ya enunciada antes como construcción política pública, basada en la deliberación y en el acatamiento activo de la sociedad. Ambos conceptos son tributarios de una democracia entendida como patrimonio común nunca acabado y siempre perfectible. Un Estado capaz de procesar las discrepancias de la sociedad y convertirla, a su vez, en un actor reforzado en el mundo es justamente el equi- Estado, descentralización y gobierno electrónico 207 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 208 valente a uno que actúa en red, acumulando fuerzas ajenas y contribuyendo con las propias a la consecución de metas colectivas relevantes. En palabras de Lechner (1996), se trata de pasar de una democracia puramente electoral a una considerada como principio de organización de toda la sociedad y ámbito privilegiado de coordinación social. En el mismo sentido, como señala el Informe sobre el Desarrollo de la Democracia en América Latina (2003), dentro de sus nuevas funciones, el Estado debe ser el encargado de democratizar, es decir, de lograr que los procedimientos democráticos alcancen a todo el territorio y a todas las clases sociales. Hasta ahí, el desarrollo conceptual de lo que fue y podría ser el Estado en tiempos de informacionalismo. ¿Qué ocurrió sin embargo en América Latina y en Bolivia? Según Calderón (1998), las ideas de reforma del Estado, en el sentido de modernizarlo, reducirlo “a lo que sabe hacer” y desde ahí fortalecerlo en sus nuevas funciones, tropezaron con la inercia del patrimonialismo imperante en la etapa previa. Se habla aquí de una especie de “populismo neoliberal”. Este concepto pone en evidencia una modernización adaptativa (efecto de fusión, según Germani, 1962), por la cual, ciertos sectores estatales fueron transformados, mientras otros preservaban sus viejos rasgos y hasta los robustecían. Calderón (1998) afirma en ello que “mucho ha cambiado para mantenerse igual” (asincronía estructural). En efecto, los Estados en América Latina habrían ido reemplazando sus pactos con los sectores sociales por otros con empresas transnacionales y agentes externos implicados en la liberalización de los mercados planetarios. Esa distancia interna entre ciudadanos y autoridades habría sido la causa de una erosión creciente de la legitimidad democrática en el continente. El resultado fue una inserción pasiva y dependiente de las dinámicas globalizadoras, con consecuencias nocivas para la fortaleza de la democracia. La consecuencia de esta articulación elitista ha sido además la formación de grandes movimientos que impugnan hoy sus rasgos excluyentes. Por otra parte, como ya se dijo, esta modernización incompleta mantuvo intactas varias redes prebendales y patrimoniales a fin de favorecer a ciertos sectores de la sociedad, cuyo respaldo aparecía como indispensable para la reproducción político-electoral de los ejecutores del proceso. En ese sentido, la co- rrupción y la ineficiencia siguieron signando el caminar de los Estados latinoamericanos, cuyos aparatos burocráticos mantuvieron su lealtad a grupos exclusivos de poder. Como se observa, las grandes reformas estatales de la década pasada, no alcanzaron los propósitos para los que fueran invocadas, lo cual, al final, se convirtió en un obstáculo real para una inserción pro activa en el mundo. Como ya se deduce de este apretado análisis, el Estado sigue siendo un factor central del desarrollo humano, la democracia y el desarrollo informacional y necesario. No puede hablarse de estos últimos conceptos, mientras no se proceda a una reforma integral y completa de las estructuras estatales. Sólo removiendo las causas que alientan el patrimonialismo, es decir, la privatización abusiva del espacio público, es posible pensar en contar con un capital institucional digno de una sociedad activa y autorregulada. Y sólo mediante esos profundos cambios institucionales es posible imaginar un Estado-red boliviano, descentralizado, flexible, transparente, participativo y profesional. En el presente capítulo, se indagan precisamente las posibilidades de reforma del Estado a partir del uso de las herramientas del informacionalismo. En su planteamiento, Castells (1998) adelanta algunas pautas para ello. Entre los principales principios del Estado-red, el autor registra la subsidiaridad, la flexibilidad, la capacidad de coordinación, la apertura a la participación ciudadana, la transparencia, la modernización tecnológica de la administración y la profesionalización de sus funcionarios. Su aplicación en la práctica debiera dar como resultado un Estado capaz de moverse con habilidad y rapidez en distintos ámbitos con la ayuda de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Bajo esta idea, el Internet debiera ser empleado en este contexto como una herramienta para extender formas de consulta y de co-decisión hacia la mayor parte de la población. Un Estado que emplea estos recursos interactivos puede hacerse más accesible a la mirada vigilante de sus ciudadanos y por tanto, revestirse de vigorosos impulsos participativos. Una propuesta interesante de esta fusión teórico-práctica y las realidades del mundo se la ha denominado “gobierno electrónico”. Su funcionamiento en diversas sociedades del mundo muestra una manera concreta de aproximar a los ciudadanos al Estado y, a Recuadro 7.1 La democracia como coartada En octubre de 2002, Carlos Mesa, el entonces vicepresidente de Bolivia, clausuró la Conferencia Internacional “Revoluciones del Siglo XX. La Nación en la Globalización”, organizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS). En esa ocasión, el periodista e historiador advertía que gracias a las profundas reformas encaradas en el país desde 1952, quedaron sentadas las bases para una práctica democrática e institucional, que empezaría a desarrollarse plenamente tres décadas más tarde. Sin embargo, en aquellos días insurreccionales, faltaba aún mucho por hacer en esa perspectiva. Mesa afirmaba para ese periodo: “La sociedad boliviana no concibió la resolución de su futuro a través del diálogo ni sobre la base del orden constitucional”. Pero, ¿por qué los bolivianos no decidieron, sino mucho más tarde, que sus conflictos debían ser resueltos por procedimientos institucionales? Mesa respon- día que aquel orden legal instituido carece incluso hoy de plena legitimidad, pues ha sido capturado por las élites y no representa a las mayorías. Por ello, el Vicepresidente de aquel 2002 conflictivo, imaginaba que sólo la democracia y su continuidad institucional podían permitir reformas de consenso, capaces de administrar el cambio con estabilidad. Y es a partir de 1985, desde cuando comienzan a sucederse periódicamente las elecciones nacionales y municipales, que la democracia, según Mesa, deja de ser una coartada “para ocultar cartas bajo la manga”, y se transforma en un espacio capaz de cobijar a todos los sectores sociales y políticos. Como prueba de esa marcha hacia una continuidad institucional impecable, Mesa miraba con optimismo el gran viraje sucedido en las elecciones de 2002. Estas eran palabras al respecto: “Son ilustrativos la ejecución concreta del proyecto integrador democrático que representaron la reforma agraria y el voto universal, el poder para el pueblo a través del voto, expresado, por primera vez después de decenas de intentos, en la elección de senadores y diputados que representan de manera coherente la idea de la pluriculturalidad del artículo primero de la Constitución. Es una representación que hace transversal el retrato de Bolivia en lo étnico, social, cultural, económico y político; el Otro aparece ahora con peso propio, no es un espectador, sino un protagonista, no está en la marginalidad de la política, sino en su centro (…) Los resultados de la elección que colocaron a Evo Morales a tiro de piedra de la Presidencia marcan un giro, una posibilidad real para quienes pensaron que el poder era un plato reservado para las élites; la ruptura de un nuevo camino histórico, que todos estamos recorriendo juntos”. Como validación de aquella ansiada continuidad constitucional, Mesa accedió al mando de la Nación en octubre de 2003, un año después de haber clausurado la Conferencia citada. Fuente: PNUD-ILDIS, 2003 partir de ello, construir nuevos pactos de eficiencia y avance conjunto. Al incorporar este tema en el IDH 2004, se considera a la tecnología como un complemento de procesos sociales más complejos y decisivos. En ese sentido, las virtudes de un gobierno mejor conectado con la vida cotidiana de sus habitantes no tendrían ningún valor si no se encara antes la ya aludida reforma del Estado, cuyos componentes son, por supuesto, más institucionales y sociales, que meramente técnicos. De modo que no es la tecnología la que va a resolver los problemas de gestión, sino una nueva administración ágil, flexible, descentralizada y participativa. La importancia de la capacidad tecnológica Pese a que la tecnología no es el ingrediente decisivo de las reformas estatales pendientes, es indudable que los nuevos desafíos de la era del conocimiento vienen convirtiendo a la capacidad tecnológica en un factor importante para todas las sociedades, sobre todo para aquellas como la boliviana, que viven coyunturas de transformación. Existe suficiente evidencia empírica para constatar que las naciones que incrementan su capacidad tecnológica, adquieren nuevas capacidades gubernamentales y cuando los recursos son limitados y las demandas sociales son crecientes, los gobiernos tienen que funcionar con más eficiencia. Varios gobiernos han empezado a usar y aplicar nuevas tecnologías, no sólo para fomentar nuevos productos, procesos y formas de organización productiva, sino también para expandir la creación de riqueza, difundir beneficios con más eficiencia, promover sistemas de conocimientos, insertarse en el mundo globalizado y maximizar sus beneficios. Aquellos países son justamente los que tienen más posibilidad de incremen209 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 tar su productividad y competitividad, y sobre esa base mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y la calidad de su gobernabilidad democrática. Al contrario de lo que generalmente se piensa, el uso y la aplicación de tecnologías no implican menos intervención del Estado, cuyo rol en temas como éste no sólo es esencial, sino imprescindible en cada una de las etapas de una buena estrategia tecnológica. Por ejemplo en, la conceptualización, implementación y evaluación de estrategias; en determinar las políticas y estructuras de regulación; en la entrega de programas y servicios a la ciudadanía; en el uso de la infraestructura de información para mejorar las prácticas administrativas y en fomentar la participación e interacción de la ciudadanía. Los caminos hacia la sociedad de la información pueden ser múltiples, dependiendo de los objetivos y la estrategia. Sin embargo, la inserción de una sociedad en la era de la información tiene algunos requisitos básicos. Por ejemplo, la infraestructura física. Es decir, desde computadoras, televisores, teléfonos fijos y celulares y uso y aplicación del Internet, hasta redes de fibra óptica, redes inalámbricas, electricidad e Intranet. Otro requisito básico son los medios que permiten que esta infraestructura pueda ser usada apropiadamente. Aquí nos referimos a las aplicaciones de software, los servicios de almacenamiento remoto en línea, programas multimedia y páginas web, además de iniciativas de gobierno-electrónico (gobierno-e). La construcción de una sociedad de la información no se puede hacer en un vacío, ni mucho menos genera resultados automáticamente. El alcance y resultados de estas políticas públicas dependen de las características y condiciones sobre las que se construyen. La construcción de la sociedad de la información es también un proceso evolutivo, por lo tanto, la adaptación en cada so- Gráfico 7.1 Relación Desarrollo Humano y nuevas tecnologías Desarrollo Humano Nuevas tecnologías Flujos de información y transferencia de conocimientos 210 Formas de organización política y económica ciedad dependerá de sus rasgos peculiares y del tipo y nivel de desarrollo. Gobernabilidad, tecnología y Desarrollo Humano El uso de las nuevas tecnologías produce profundos cambios y ajustes en la vida cotidiana, aunque el impacto real es difícil de medir. Por ejemplo, pueden modificar la percepción del tiempo y el espacio, las relaciones de pertenencia, los vínculos de solidaridad, las ideas de proximidad y permanencia, la prevalencia de la escritura frente a la imagen y la oralidad en el desarrollo cultural. Se puede establecer además una relación más lineal entre uso y aplicación de tecnologías y el desarrollo humano. Por ejemplo, éstas pueden mejorar la entrega de servicios de salud y educación y la eficiencia económica, pueden facilitar el intercambio de información, aumentar la participación ciudadana y fomentar la creación de redes globales y nacionales de conocimiento. Existen hoy dos ejes clave que marcan la relación entre desarrollo humano y las nuevas tecnologías (ver gráfico 7.1). Primero, el creciente flujo de información y la transferencia de conocimiento. Esto supone una reducción de la brecha informativa a través de una ampliación del acceso mediante una red integrada. El desafío fundamental en este eje está vinculado al creciente número de personas que quedan excluidas de la información, a pesar de que el costo de producción de información es cada vez menor. El uso de información entonces, puede llegar a coadyuvar a crear conocimientos relacionados con los diferentes aspectos del desarrollo humano como el diseño y la agenda e implementación de políticas. Después a cerrar la creciente brecha de conocimiento entre países en desarrollo y desarrollados, además de la interior de cada país, estos conocimientos pueden contribuir en áreas claves como educación, salud, modelos empresariales, emprendimiento y gestión administrativa en el sector público. El incremento del flujo informativo en los ámbitos nacional y mundial se convierte entonces en una oportunidad para integrarse mejor al intercambio global de las ideas. Un segundo eje tiene que ver con nuevas formas de organización política y económica que incorporan el uso y la aplicación de las nuevas tecnologías. Es decir, su uso y aplicación pueden coadyuvar al desarrollo y fortalecimiento de la estructura institucional política y productiva. Las instituciones hacen posible una interacción efectiva entre Estado y sociedad, combinando reglas formales e informales, códigos y normas de cumplimiento. La reconfiguración institucional que incorpora a la tecnología como factor de desarrollo puede tener también una incidencia positiva en la forma y el comportamiento de la organización y en las reglas del juego. A su vez, esto puede reducir la incertidumbre y desconfianza hacia las instituciones, porque el uso de nuevas tecnologías puede generar resultados más eficientes. De este modo, vincular hoy el desarrollo humano con la tecnología implica no sólo medios, herramientas, instituciones e infraestructura, sino también políticas concertadas que permitan fomentar y/o consolidar la interacción de actores locales, nacionales y globales y facilitar la conexión individualizada y/o colectiva con los grandes centros de información, producción de conocimientos y del debate político. En otras palabras, se trata de desarrollar las capacidades informacionales de una sociedad. En la coyuntura actual de Bolivia, la ampliación y mejora de los flujos de información y comunicación podría promover, por ejemplo, una reforma del Estado patrimonial y cambiar la dependencia económica de los recursos naturales. Hacia la transformación del Estado y la política El primer paso hacia el cambio requerido consiste en definir los principios que debieran orientar la reflexión sobre la transición hacia una sociedad de la información. El segundo paso consiste en formular una estrategia. Es decir, se trata de diseñar una acción simultánea en varios campos (integrada) con un enfoque armonioso y secuencial. A medida que la sociedad global de la información evoluciona, se ha hecho evidente que la cuestión para países en desarrollo como Bolivia no es si implementar o no políticas e iniciativas tecnológicas, sino más bien cuándo y cómo. Por ello, es vital contar con una estrategia sólida, vinculada a aspectos nacionales y globales e incorporando una gama de actores. En muchos países del mundo se están aplicando ya estrategias nacionales de inserción a la sociedad mundial de la información (ver casos de otros países en los recuadros 7.2, 7.3 y 7.4). Si bien no todas son iguales, comparten algunos elementos clave. Por ejemplo, • El enfoque holístico liderado por el Estado. • La definición clara del papel de las iniciativas tecnológicas para el desarrollo. • La institucionalización de la participación del sector privado y la sociedad civil. • La definición de metas precisas en cooperación con una gama de actores. • La deliberación sobre políticas tecnológicas en temas que van más allá del campo de tecnología como la eficiencia administrativa, la transparencia, la gobernabilidad y los nuevos enfoques de aprendizaje. Estado, descentralización y gobierno electrónico Gobierno-e como medio para la deliberación Es un hecho que los gobiernos en todo el mundo se han visto y se verán enfrentados al reto de incorporar nuevas formas de organización y trabajo, para lo cual las nuevas tecnologías son posibilidades abiertas para avanzar en una nueva manera de hacer gestión y políticas públicas y de promover el desarrollo humano. Una de las principales iniciativas al respecto es la del gobierno electrónico (gobierno-e), que se adhiere a una nueva forma de organización económica y social. Al respecto, podría decirse que la incorporación de nuevas tecnologías a la gestión pública es la principal innovación en el funcionamiento del Estado desde las reformas administrativas de fines del siglo XIX. Cuando las tecnologías se incorporan a la gestión gubernamental permiten una nueva forma de gestión pública, más transparente e innovadora con capacidad de reducir la brecha entre Estado y sociedad. El concepto de gobierno-e evolucionó hace más de una década como un instrumento, que, apoyado por las tecnologías y con origen en las sociedades industrializadas, se expande cada vez más en las llamadas sociedades en desarrollo y transición. El progreso del gobierno-e en América Latina es aún lento, aunque México, la Argentina, Chile, Brasil, Perú y Colombia han apostando ya a estrategias de mediano y largo plazo en este sentido. Sin embargo, la mayoría de los países en la región, como Bolivia, carece aún de una visión estratégica, de coordinación programática y de un enfoque equilibrado entre el uso y la aplicación de nuevas tecno211 Recuadro 7.2 Singapur: líder de políticas y Gobierno-e en Asia Con todo lo logrado en la última década en materia de gobierno-e, Malasia no es el caso más exitoso de Asia. Es Singapur (http://www.egov.gov.sg/). Desde la década de 1990, Singapur ha sido reconocida y premiada por sus políticas innovadoras en esta materia. En junio del 2000, Singapur lanzó oficialmente la primera parte de su estrategia de gobierno-e, cuyo principal objetivo era utilizar estas nuevas tecnologías en el sector público en beneficio del desarrollo, conocimiento y el buen gobierno. Esta primera estrategia, se concentró en trabajar y fortalecer las tres dimensiones del gobierno-e: gobierno a gobierno, gobierno a empresa y gobierno a ciudadano. Los logros de esta primera iniciativa han sido impresionantes. Por ejemplo, en el portal gobierno a ciudadano (http://www.ecitizen.gov.sg/), se puede interactuar con el sector público en línea las 24 horas del día, siete días a la semana ya sea para obtener informa- ción como para hacer trámites. En octubre 2001, este portal recibía en promedio 240.00 visitantes al mes; para mayo de 2003, eran cerca de 9 millones de visitas mensuales. Otro logro reportado fue el SingPass o el Acceso Personal de Singapur, que permite establecer un sistema de autenticación personal para servicios electrónicos (una identificación electrónica). En el portal gobierno a empresa (http://www.business.gov.sg/) se dieron otros logros importantes. Por ejemplo, las licitaciones y compras en línea en un solo portal. Para fines del 2002, se reportó que el valor de compras y licitaciones ascendía a más de 260 millones de dólares. Se empezó a ofrecer en línea el trámite de obtener licencias para construir y abrir negocios. También puso en línea un servicio de registro empresarial donde nuevas empresas podían registrarse y las actuales podían reportar cambios. Fue una gama de mejoras en costo, tiempo y eficiencia. Por ejemplo, con la aplicación del gobierno-e el costo y tiempo promedio de incorporar una empresa se redujo en más del 100% y para obtener permisos de construcción, se redujo 10 veces. Entre el 2000-2003, el gobierno de Singapur invirtió más de 1.500 millones de dólares en su estrategia de gobiernoe y habilitó en línea más de 1.600 servicios gubernamentales. Es sobre esa base que el 15 de julio del 2003, el gobierno de Singapur lanzó oficialmente una segunda estrategia multibillonaria de gobierno-e (2003-2006), que tiene tres objetivos concretos: 1. Consumidores satisfechos plenamente. 2. Ciudadanos conectados. 3. Gobierno en red (varias agencias un solo gobierno). Finalmente, al igual que Chile, en Singapur la clave ha sido la sincronización estratégica de las políticas con las iniciativas de gobierno-e. (http://www.egov.gov.sg/g2b.htm). Fuente: elaboración propia Recuadro 7.3 Vietnam: pensando gobierno-e en grande El caso de Vietnam es muy diferente a todos los otros, no sólo porque su estrategia de gobierno-e está en una etapa inicial, sino por el rígido régimen político vigente y su nivel medio de desarrollo humano. Vietnam tiene una historia de ocupación, de guerra con los Estados Unidos, de partición, de reunificación, de reconstrucción económica profunda y de implantación de uno de los regímenes comunistas más ortodoxos. Además, Vietnam sigue siendo un país rural. Lo que convierte al caso de Vietnam en único es que a pesar de tener varios condicionantes adversos, el gobierno ha apostado a una estrategia de gobierno-e como palanca de cambio hacia la era de la información. El proyecto fue de reforma fue lanzado al estilo de la 212 Perestroika (“Doi Moi” o renovación, en idioma vietnamita) que desde 1986 se implementó con resultados positivos. Por ejemplo, entre 1993-1997, Vietnam registró un crecimiento económico anual promedio del 9%. A partir de 2000, el país dinamizó el intercambio comercial y se abrió hacia el escenario internacional con dos iniciativas clave: su incorporación oficial como miembro de ASEAN (el pacto regional de libre comercio) y un tratado de libre comercio con los Estados Unidos conocido como BTA. Ambas iniciativas apuntaron a incrementar la competitividad, la inversión extranjera y el uso de nuevas tecnologías. En esta área, la visión estratégica de mediano plazo para Vietnam toma como modelos a India y China. El go- bierno está implementando un plan maestro de políticas tecnológicas (1996-2005), y ha asignado la responsabilidad única de coordinación e implementación Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente--MOSTE (http://www.moste.gov.vn/). MOSTE es a su vez la principal agencia reguladora. En lo que respecta a gobierno-e, una primera iniciativa ha sido la creación de una Intranet gubernamental ( CPNET), la cual vincula a 40 entidades en el ámbito central y a 61 gobiernos provinciales. Sin embargo el uso y acceso al Intranet, al igual que el Internet es todavía limitado y restringido. El uso de Internet en Vietnam es más regular en el sector empresarial que en el mismo gobierno y está altamente concentrado en los centros urbanos, particularmente Hanoi y ciudad Ho Chi Minh (86% del total). Los programas de cooperación internacional han apoyado al sector empresarial. El proyecto ENTERWEB apoyado por Canadá (www.enterweb.org) y SMEnet apoyado por Alemania (www.smenet.com.vn) son los ejemplos más destacados. El gobierno ha priorizado dos áreas importantes que en los próximos años servirán de base para seguir fortaleciendo el desarrollo tecnológico y la estrategia de gobierno-e: la infraestructura tele-comunicacional y la emergente industria de hardware y software. Hasta mediados de los 90, Vietnam tenía un sistema de telecomunicaciones obsoleto, limitado e inadecuado. Sin embargo, en la última década, el gobierno priorizó una inversión masiva en el sector de telecomunicaciones y hoy Vietnam es considerado uno de los pocos países en el mundo con el crecimiento más dinámico en este sector. Proyectos como el TVH (Tailandia-Vietnam-Hong Kong) de fibra óptica submarina y digitalizada y el sistema nacional de satélite (VINASAT) ilustran la magnitud del esfuerzo. El desafío principal es la alta tasa de ruralidad, que acompañada de un débil sistema de carreteras y la topografía difícil, han creado una barrera para la expansión de la telecomunicación. De cualquier manera, para el 2002 más de 7.600 de las 9.000 villas rurales (85% de cobertura) estaban ya conectadas a la red de telecomunicaciones nacional. La emergente industria de hardware y software en Vietnam tiene ya casi cinco años de vida. El proyecto involucra la creación de parques para el desarrollo y exportación de recursos tecnológicos, atraer a compañías extrajeras en el área electrónica, para que establezcan operaciones y plantas en estos parques, ofrecer una serie de incentivos, incluyendo mano de obra y generar ingresos para el Estado a través de la exportación. Para fines de 2002, más de 300 compañías participaban de este programa, de las cuales el 66% eran extranjeras y el 33% nacionales. Un tercio de estas compañías ofrecían servicios de software, más de la mitad servicios de ensamblaje de computadoras, y el resto lo que se conoce como servicios de Outsourcing (contratación externa). En total, esta industria produce actividad económica con un valor estimado de 690 millones de dólares anuales.1 Por el momento, el crecimiento de la industria de hardware y software en Vietnam está siendo dinamizada por el mercado doméstico. La inversión del gobierno en el sector industrial y de telecomunicaciones (entre ambos más del 65% de la inversión total) y la alta demanda por computadoras y por sus repuestos han facilitado la emergente industria en Vietnam. Más del 70% de las computadoras que se vendieron en Vietnam en 2002, fueron ensambladas allí. La exportación de estos productos es mínima, pero creciente. El plan maestro de políticas tecnológicas (1996-2005) ha puesto objetivos concretos para este sector, los cuales deben ser logrados para 2005. Por ejemplo, son logros fundamentales que el 4% del PIB provenga de este sector; que la industria de hardware genere actividades valoradas en más de 1.000 millones de dólares anuales; que la de software genere actividades valoradas en más de 500 millones al año; que la penetración del Internet en el país se incremente siete veces; y contar con más de 50 mil profesionales en el sector, de los cuales la mitad sean programadores. Fuente: elaboración propia Recuadro 7.4 Malasia: apuntando más allá del Gobierno-e Durante los últimos 22 años, Malasia ha estado gobernada por un régimen político rígido y autocrático. El principal desafío político en Malasia ha sido implementar un proyecto nacional de desarrollo, equilibrando una sociedad multi-étnica con un proyecto de transformación productiva. La visión de la estrategia nacional de desarrollo en Malasia tenía dos objetivos claros: no depender de exportaciones de produc- 1 tos tradicionales como la goma, el estaño y el gas y competir en el escenario global exportando alta tecnología. A primera vista es difícil rescatar el contenido de la estrategia de gobierno-e en Malasia. Después de todo, el proyecto nacional de desarrollo de Malasia requería poca transparencia, participación e interacción ciudadana, debido a la naturaleza autocrática del gobierno. Sin embargo, detrás de estos antecedentes y dilemas yace uno de los proyectos de gobierno-e más ambiciosos del planeta. Al igual que Costa Rica, la experiencia malaya es más una consecuencia que una iniciativa explícita, pero de cualquier manera está ligada estratégicamente a un proyecto tecnológico de nación amplio y ambicioso, cuyo objetivo principal es el desarrollo de una sociedad del conocimiento que quiebre la dependencia Para ilustrar, la misma industria en la India genera actividades con un valor agregado de mas de US$6,000 millones anuales. Esta es la misma visión que Mahbub Ul Haq elaboró para Bolivia, cuando este visitó Bolivia en 1994. Ver Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)-Bolivia. Desarrollo Humano Sostenible: Seminario Organizado por el PNUD para Altos Funcionarios del Gobierno Nacional de Bolivia. La Paz: PNUD , 1995. 213 histórica en productos tradicionales de exportación. Las raíces de la estrategia tecnológica en Malasia se remontan a 1988 cuando el Instituto Malayo de Sistemas Microelectrónicos (MIMOS) estableció una red computarizada universitaria conocida como Rangkaian Komputer Network. Más adelante, en 1994, el gobierno encargó una estrategia a un grupo de expertos, (Visión Malasia 2020). Inmediatamente se creó el Consejo Nacional de Información y Tecnología (NITC, www.nitc.org.my) como una instancia de diálogo, bajo el liderazgo del Primer Ministro, acompañado por MIMOS y asesorado por líderes del sector público y privado. En 1996, NITC lanzó la Agenda Nacional de Información y Tecnología (NITA), cuyo objetivo principal era convertir a Malasia en una sociedad del conocimiento. NITA se enfoca en tres áreas clave: recursos humanos, info-estructura y aplicaciones. Entre 1996-2003, la implementación de NITA se intensificó con una serie de proyectos en el área legal, institucional, tecnológica y de gobierno-e. Por ejemplo, en el ámbito legal se diseñaron e implementaron un paquete de cinco leyes: 1. Ley de Firma Digital (1997). 2. Ley en Contra del uso de Computadoras para Actos Criminales (1997). 3. Ley Legalizando el Uso del Internet para Consultas Medicas (1997). 4. Ley de Propiedad Intelectual (1997). 5. Ley de Comunicaciones (1998). En el área institucional, se reforzó al NITC y a MIMOS, y se crearon entidades gubernamentales complementarias, por ejemplo: el Comité Gubernamental de Información, Tecnología e Internet; el Comité para la Implementación del Gobierno Electrónico, y el Consejo para Implementar el Súper Corredor Multi-media (MSC). De igual manera, dentro de la estructura organizacional de la Oficina del Primer Ministro, en 1997, se creó la Unidad de Planificación para la Modernización del Sector Público (MAMPU, www.mampu.gov.my) como cabeza de la política global, que incluye el gobierno-e. En ese contexto, MAMPU diseñó e implementó varias iniciativas de gobierno-e, como www.mcls.mampu.gov.my que permite a cualquier visitante hacer un paseo virtual por el gobierno de Malasia, incluyendo el nivel federal, estatal y municipal; www.my SPEED .com y http://www.myeg.com.my/ que permiten hacer trámites en línea; el proyecto Gerakan Desa Wawasan que desde 1996 permite a pequeñas comunidades rurales recibir computadoras gratis y a acceder al Internet; y “Perolehan”, el principal portal para compras estatales. Otra iniciativa innovadora de gobierno-e es la ciudad-e o Proyecto S J 2 0 0 5 ( w w w. m p s j . g o v. m y y www.usj.com.my). Quizás la iniciativa más ambiciosa relacionada al gobierno-e en Malasia es el Súper Corredor Multi-media (MSC), administrada por la Corporación de Desarrollo Multi-Media (www.mdc.com.my). Es un megaproyecto diseñado para apoyar la industria, los productos tecnológicos y atraer compañías en el área de alta tecnología. Es una iniciativa gubernamental que pretende recrear un nuevo “Valle de Silicona” en Malasia. El MSC tiene lo último en tecnología instalada para uso comercial e individual, y la infraestructura no tiene nada que envidiar a los que se puede encontrar en California. En 1997, el gobierno estableció la Universidad Multi-Media (UMM) en Cyberjaya, la primera en el mundo en su clase. El currículo de UMM está exclusivamente enfocado a materias y programas de alta tecnología. Cuenta con más de 12.000 alumnos de más de 30 países. En sus pocos años de existencia, UMM se ha convertido en un centro formador de líderes y expertos y se espera que a mediano plazo, tenga el mismo efecto que tuvo la Universidad de Stanford en los Estados Unidos (www.mmu.edu.my). Entre 1996 y fines del 2002, Malasia había invertido más de 30.000 millones de dólares en el sector, esto equivale a un promedio anual de más del 6% del Producto Interno Bruto (PIB) y a más de 260 dólares de gasto por habitante. Hoy, cerca a 4 millones de malayos usan el Internet regularmente, y el número de computadoras personales ha incrementado de 850 mil en 1995 a cerca de 2.5 millones. La ruta hacia la sociedad del conocimiento en Malasia ya está marcada y parece estar avanzando adecuadamente. Fuente: elaboración propia Recuadro 7.5 Siete rasgos básicos del Gobierno-e 1.Fácil de usar, conectando a la gente a los distintos niveles de gobierno nacional e internacional, de acuerdo a sus preferencias y necesidades. 2.Disponible y de acceso universal, en la casa, el trabajo, los centros educativos, las bibliotecas y otras localidades apropiadas a cada comunidad. 3.Privacidad y seguridad, además de autenticación, que generen confianza. 4.Innovador y enfocado a resultados, enfatizando velocidad y capacidad de absorber y/o adaptar avances tecnológicos. Fuente: elaboración propia 214 5. Colaboración, con soluciones desarrolladas entre aliados públicos, privados, no-gubernamentales y centros de investigación. 6. Optimo en costos y beneficios, a través de una estrategia de inversión que produzca ahorros, ganancias, y beneficios a largo plazo. 7. Transformacional, fomentando tecnología a través de liderazgo personal y organizacional para cambiar la forma de hacer gobierno, y no solo automatizando las prácticas y procesos existentes. logías, reforma política y transformación productiva.2 Cualquier estrategia política de desarrollo o cualquier diseño institucional tendrán que tomar en cuenta una visión de largo plazo en sentido renovado. La experiencia de Bolivia Desde la década del 90, en Bolivia se ha venido dando (más indirectamente) cierta promoción de iniciativas de gobierno-e, como inversiones en el sector telecomunicaciones, iniciativas en el campo legal y el desarrollo de mecanismos de cooperación público-privada. Sin embargo es muy débil la articulación de las diferentes iniciativas. Adicionalmente, las actuales condiciones económicas, políticas y sociales vigentes en Bolivia y un serio vacío institucional han desfavorecido el diseño de una política institucional, deliberada y concertada en este tema, la que antes que nada debe ser el resultado de una decisión política, enmarcada en una estrategia general de desarrollo. Recién en marzo del 2002 se oficializó en Bolivia un marco para una eventual estrategia de gobierno-e, cuando se promulgó el decreto 26.553 y estableció el marco legal e institucional básico para la implementación de nuevas tecnologías.3 Este mismo decreto creó la Agencia para el Desarrollo de la Sociedad de la Información en Bolivia (ADSIB), entidad descentralizada, bajo tuición de la Vicepresidencia de la República, que es la responsable de proponer establecer e implementar la estrategia de políticas informacionales en Bolivia, incluyendo la de gobiernoe (http://www.bolnet.bo/). A pesar de ese importante avance, no existe todavía en Bolivia una estrategia integrada de gobierno-e debido a la falta de liderazgo político y la ausencia de políticas. En el último año, las actividades hacia el gobierno-e en Bolivia han estado impulsadas 2 3 principalmente por asistencia técnica de donantes como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y corporaciones como Microsoft, y se han concentrado en actividades que servirán de insumos para una eventual estrategia de gobierno digital. Por ejemplo, se han elaborado los “Lineamientos para la Estrategia de Bolivia en la Era Digital”. Se aprobó también el decreto 26.624, que dispone que todas las redes y portales gubernamentales deban registrarse bajo el dominio “gov.bo.” Además, se aprobó la creación oficial del Registrador de Dominio Internet en Bolivia bajo la responsabilidad de la Red Boliviana de Comunicación de Datos (BOLNET), responsable de reglamentar y ordenar el registro de los nombres de dominio Internet en el país. Complementario a esto, bajo resolución suprema 22.116 de mayo de 2002, se dispuso que todos los funcionarios públicos dependientes del Poder Ejecutivo cuenten con una dirección personal de correo electrónico. En septiembre del 2003, las autoridades bolivianas firmaron un acuerdo con Microsoft para iniciar un programa de gobierno digital. El objetivo del plan es contar con un sistema para atender solicitudes, quejas y demandas de los ciudadanos hacia las diferentes entidades gubernamentales, a través del Internet como canal de comunicación hacia el gobierno. El ciudadano recibiría un número único de su solicitud o queja, al cual podrá dar seguimiento. Se producirán y harán públicos reportes estadísticos para identificar el tiempo promedio de atención a cada persona y por funcionario, además del número de casos resueltos por empleado. Como parte del acuerdo principal, Microsoft ha otorgado un descuento para adquisiciones relacionadas con el proyecto, invertirá en programas de educación y donará licencias Estado, descentralización y gobierno electrónico Varias experiencias de gobierno-e en América Latina han sido consideradas como exitosas en sus fases iniciales. Si bien son diversas, comparten algunos rasgos de éxito. Por ejemplo, los proyectos de gobierno-e son parte integral de una modernización del Estado, de una transformación productiva e incluyen todos los niveles de gobierno, desde la municipalidad hasta la Presidencia. La introducción del gobiernoe es también continua y progresiva, porque la naturaleza del sector público no permite que se hagan cambios orgánicos radicales de manera súbita. De igual manera, el gobierno-e sirve de catalizador eficaz para instar a las empresas privadas y a la ciudadanía a usar servicios en línea, tales como el pago de impuestos, adquisiciones y compras estatales. Como se vio en el capítulo 5, después de la capitalización de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL) en 1995, el mercado e infraestructura experimentaron una expansión. Por ejemplo, entre 19962002, la telefonía fija en Bolivia creció 50%, pero más significativo fue el crecimiento exponencial en el mismo periodo de la telefonía celular que sobrepasó los 2,230%. A partir del año 1999 la densidad telefónica incrementó mucho más que en los años anteriores. Esto se explica principalmente al masivo ingreso de la telefonía celular y el abaratamiento de los aparatos celulares. La telefonía celular alcanzó los niveles de la telefonía fija en el año 1999, y a partir del año 2001 la superó. 215 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 educativas de software en convenio con el Ministerio de Educación. Factores que condicionan el vínculo entre lo necesario y lo pendiente Pese a estos avances, existen varios factores en Bolivia que están limitando el uso y la aplicación de estas tecnologías. Por ejemplo, al igual que Vietnam, la infraestructura para apoyar su desarrollo y expansión es todavía poco empleada, aunque en los últimos años hubo progresos en la zona urbana de la red central (La Paz, Cochabamba, Santa Cruz). La apertura del mercado de telecomunicaciones ha generado inversiones, aunque la mayoría han abarcado sólo las capitales departamentales de la red troncal ya mencionada. De acuerdo a la Superintendencia de Telecomunicaciones ( SITTEL), la densidad telefónica representaba para fines del 2002 poco menos del 20%, y de este total existe una alta concentración de líneas telefónicas en la red troncal. Por ejemplo, las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz concentran al 90% de la telefonía celular, lo que significa que el resto de Bolivia tiene menor acceso. De acuerdo a SITTEL en el 2002, la penetración telefónica en el sector rural en Bolivia apenas alcanzaba a 3.85 por cada mil habitantes. Por último, pese a una inversión en el sector de telecomunicaciones, que desde 1995 superó más de dos billones de dólares, el impacto ha sido limitado. Por otro lado, en Bolivia el acceso a la información no es masivo, aunque de acuerdo a ADSIB, el uso y difusión de estos recursos se están expandiendo paulatinamente. Hay grandes planes de expansión, particularmente en el área rural. Por ejemplo, existe la idea de instalar tele-centros multipropósito, con acceso a Internet en el área rural y hay algunos proyectos de pequeña escala patrocinados por la cooperación internacional. De igual manera, el Proyecto de Sistema Integrado de Gestión y Modernización Administrativa (SIGMA) contempla instalar un sistema de satélite y fibra óptica para conectar a más de 100 municipios. Aunque estas iniciativas son propicias, su impacto se ve aún limitado debido a otros condicionantes como la energía eléctrica. Las diferencias entre el sector urbano y rural son muy significativas. El 97% del sector urbano cuenta con este servicio mientras que en el sector rural sólo se beneficia un 26%. 216 De igual manera, no se cuenta todavía en Bolivia con ningún reglamento expreso o ley para el comercio electrónico. Sin embargo, existen seis disposiciones legales relacionadas con el tema: 1. La ley SIRESE. 2. La ley de telecomunicaciones. 3. La ley de derechos de autor. 4. El código penal. 5. Las modificaciones al código penal. 6. Los decretos 25.704 y 25.870 sobre el gravamen arancelario a las importaciones. Por otro lado, el decreto 26.455, relacionado al proyecto SIGMA, es lo más cercano que Bolivia tiene a una ley de firma digital. Se tiene un proyecto sobre un capítulo de “Disposiciones Generales en Comercio Electrónico,” el mismo que será incorporado al Código de Comercio. Sin embargo no existe un marco legal adecuado para la protección intelectual y contra la piratería, la cual ha crecido mucho en los últimos años. El tener uno de los ingresos per cápita más bajos y de los índices de pobreza más altos de la región latinoamericana, es un límite duro, pues son pocos los ciudadanos bolivianos que hoy pueden tener acceso a los servicios telefónicos, adquirir computadoras, subscribirse a un operador de Internet y realizar compras o trámites en línea. Adicionalmente, como ya se dijo en anteriores capítulos, el stock de recursos humanos en el campo tecnológico en Bolivia es también limitado. Gran parte de la población está marginada de poder acceder a una educación formal de alta calidad, y muchos más no pueden acceder a una educación con contenidos de ciencia y tecnología. Aún más, la adquisición de destrezas para el campo tecnológico es precaria, no sólo por la baja calidad de la oferta universitaria y vocacional, sino también por las escasas oportunidades de empleo y los bajos sueldos a los cuales acceden los pocos especialistas que eligen esa carrera. El bajo poder adquisitivo se refleja además en las empresas que no pueden dedicar presupuestos ni esfuerzos significativos para invertir en soportes logísticos ni físicos que les permitan hacer publicidad y vender a través de Internet (comercio-e/negocio-e). De acuerdo a estudios hechos por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), poco más del cinco por ciento de los sitios web comerciales bolivianos realiza transac- ciones comerciales básicas. A esto hay que añadir el bajo nivel de propiedad de tarjetas de crédito, pues se estima que en Bolivia no hay más de 200 mil en circulación. Finalmente las nuevas tecnologías no siempre se definen sólo por su existencia (infraestructura y computadoras), sino por su acceso y uso. En el caso de Bolivia, el uso de Internet, como se vio en detalle en el capítulo 5 de este Informe, no se está difundiendo tanto a través de computadoras que están físicamente en el hogar o en la escuela, sino más bien mediante cafés y medios públicos. Si bien estos medios garantizan un mínimo acceso, la calidad y el potencial de aplicación se ven limitados. De igual manera, iniciativas como el gobierno-e, no sólo requieren uso, sino también familiaridad con el lenguaje, los programas y destrezas respectivas. La participación y uso de estos recursos en países como Bolivia reflejan las características de una sociedad desigual. Es decir, se reproduce la misma segmentación que se da en la educación, el trabajo y la conexión con el mundo. Existe un sector pequeño muy articulado a la dimensión global, otro sector pequeño de articulación infrecuente y un tercer sector mayoritario que está excluido. Resulta pues indispensable para impulsar la gobernabilidad electrónica desarrollar un campo integrado de Internet como se propone en el capítulo 5 de este Informe. Hacia una estrategia de Gobierno-e para apoyar la gobernabilidad En el marco de una intensa búsqueda de soluciones y cambios para expandir el Desarrollo Humano, desde hace más de una década Bolivia ha venido emprendiendo varias transformaciones estructurales con diversos resultados. Sin embargo, pese a esos esfuerzos, no se pudo reformar adecuadamente el sistema político y su principal núcleo problemático; los privilegios patrimoniales. Es decir, la modernización de la política en Bolivia ha sido lenta y poco estratégica. Por ello, el desafío principal sigue siendo reorientar reformas hacia la construcción de un nuevo orden estatal que amplíe y promueva nuevos espacios de representatividad, participación y deliberación ciudadana y que sirvan para reconciliar el desarrollo democrático con el desarrollo humano (IDH , 2002). El uso y aplicación de recursos tecnológicos y el diseño e implementación de una estrategia de gobierno-e, podrían permitir explorar vías novedosas para reorganizar la estructura gubernamental y las formas de interacción entre Estado y sociedad. Desde 1998, los Informes de Desarrollo Humano (IDH) en Bolivia han intentado colocar temas estratégicos que sirvan como insumos para el arduo trabajo de reorientar las políticas públicas a favor del Desarrollo Humano. Los IDH han tratado de ir más allá de la coyuntura, resaltando cuestiones centrales sobre la gobernabilidad democrática y de largo plazo para el Desarrollo Humano de Bolivia. Por ejemplo, el IDH 1998 resaltó la importancia de expandir una cultura cívica basándose en el manejo de nuevos códigos de la era de la información para que existan mayores y crecientes aptitudes para moverse en un mundo altamente competitivo y cambiante. Para ello, subrayó que era importante fortalecer los mecanismos de participación. El IDH 2000 resaltó que cuando el Estado ha adecuado su estructura institucional a potencialidades, como fue el caso de la Ley de Participación Popular ( LPP), no sólo puede haber una implementación más eficiente de políticas públicas, sino que también se fortalece la posibilidad de contar con políticas de desarrollo humano más incluyentes. De ahí que se hacía imprescindible el fortalecimiento y/o creación de espacios para la deliberación y participación. Por su parte, el IDH 2002 planteó acertadamente que Bolivia necesitaba transitar de una forma de Estado patrimonial a un nuevo tipo de ordenamiento estatal, capaz de articular pro-activamente la inserción del país en la globalización, de ampliar el espacio de lo público en que se debatan y deliberen las opciones de desarrollo y de incorporarse en la lógica de redes que demanda la sociedad de la información y el conocimiento. Lamentablemente durante la última década, la dinámica patrimonial ha seguido dominando el comportamiento del sistema político y de la economía política en Bolivia. Los eventos de octubre de 2003 demostraron que la falta de modernización en el sistema político puede implicar costos muy altos, no sólo para la sociedad y sus distintos ámbitos, sino también para la viabilidad de la gobernabilidad democrática. Si bien, la dinámica patrimonial es una característica más o menos generalizada en todos los sistemas políticos del mundo, en el caso de Bolivia se puede sostener que el Estado pa- Estado, descentralización y gobierno electrónico 217 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 218 trimonial ha experimentado reformas que además de ser parciales e inconclusas, no han respondido bien a la realidad altamente cambiante y competitiva (Calderón-Gamarra, 2002). El proceso democrático en Bolivia no se ha interrumpido. Sin embargo, la falta de reformas apropiadas ha debilitado la capacidad del Estado y la credibilidad de los gobiernos democráticos. A su vez, la desconfianza se ha incrementado. Por ello, la manera de articular, en sinergia, lo institucional, lo representativo y lo ciudadano, se ha convertido en la cuestión estratégica para Bolivia en esta coyuntura, donde la desconfianza de y, al mismo tiempo, la demanda hacia la política continúa incrementándose sin que ésta tenga la capacidad de responder adecuadamente. Una de las reformas centrales de la última década ha sido la Participación Popular, que desconcentró un nivel significativo de poder hacia los municipios, se sustentó en la participación ciudadana, y pretendió acortar la brecha entre lo rural y lo urbano y redistribuir en forma más equitativa los recursos públicos. Desde que la LPP fue promulgada en 1994, ha generado un nuevo escenario donde nuevos sujetos sociales y políticos, marginados hasta entonces, tienen un nuevo espacio para incorporarse a la vida nacional. Existe ya un marco institucional que define funciones, atribuciones y espacios de vinculación entre los distintos niveles del Estado (gobierno central, prefecturas y municipios). Efectivamente, la LPP ha ampliado la escena pública en Bolivia y ha generado la oportunidad de expandir y fortalecer la participación ciudadana. Sin embargo, al marco general de la LPP no se le ha asignado un valor transformador. Es decir, la nueva arquitectura gubernamental creada por la LPP no ha roto la jerarquía y fragmentación del Estado patrimonial. Una estrategia de gobierno-e en el marco de la LPP podría darle un nuevo valor a lo público. Por ejemplo, fomentaría redes conversacionales verticales y horizontales; promovería y fortalecería formas de cooperación entre actores; recrearía un nuevo lenguaje de complicidad entre los distintos niveles del Estado y entre éste y la ciudadanía y permitiría escenarios compartidos de información y una mejor gestión del conocimiento para evitar la dispersión de la información. Si no se dinamiza la participación popular en Bolivia, persistirán los obstáculos y desempeños diferenciados en- tre municipios, gobiernos regionales y las diferentes instancias del gobierno central. Por ello, es una tarea imprescindible fortalecer las capacidades y fuentes de información de los distintos actores que forman parte de la LPP (comités de vigilancia, organizaciones territoriales de base e instancias locales de gestión). Instituciones débiles y organizaciones ineficientes tienden a convertirse en obstáculos para el desarrollo humano. Sin embargo, las instituciones y las estructuras organizativas también pueden ser reformadas. Apostar a una política de desarrollo informacional para la inserción de Bolivia en la economía global, y a iniciativas como el gobierno-e son una oportunidad de reorganización institucional que mejore el rendimiento y la eficiencia de la gestión pública en el ámbito nacional y municipal a través de la LPP. En sí, de lo que se trata no es sólo de dar un salto institucional cualitativo con el uso y la aplicación de nuevas tecnologías, sino también de orientarlo con el uso y aplicación de las mismas a fin de fortalecer la competitividad y acelerar la transformación productiva. Es decir, el uso y la aplicación de recursos tecnológicos (por ejemplo, a través de una iniciativa de gobierno-e) en los distintos niveles del gobierno pueden conformar una nueva plataforma institucional para la expansión del desarrollo humano. Nueva gobernabilidad para la era del desarrollo informacional necesario La construcción de una sociedad de la información no se puede hacer en un vacío, ni es un proceso que genera resultados automáticos. El alcance y resultados de políticas tecnológicas dependen mucho de las condiciones sobre las que se construyen. Son considerables las orientaciones políticas de los actores sociales, su capacidad para llegar a acuerdos y traducirlos en resultados, además de los desafíos del proceso de diseñar e implementar una estrategia de uso y aplicación de nuevas tecnologías en las funciones del gobierno (gobierno-e). La transición de una forma de gobierno tradicional hacia una donde procesos gubernamentales internos y externos utilicen medios electrónicos para facilitar una gestión más eficiente, eficaz y de alto impacto, requiere de coordinación interinstitucional. Bolivia tendrá que tomar en cuenta una serie de desafíos en su tránsito hacia la sociedad de la información. Requisitos necesarios para una estrategia de gobierno-e Un tema crucial para cualquier estrategia de gobierno-e es la expansión de la infraestructura y los servicios, al igual que la expansión del acceso, lo cual puede darse en varias dimensiones. Se puede dar, por ejemplo, si se promueve el acceso y el uso universal de la tecnología, proporcionando un mínimo básico de conectividad para toda la sociedad, y diseñando e implementando iniciativas y políticas públicas que reduzcan los costos de acceso. De igual manera, no es sólo acceso, sino también mejorar la calidad del acceso. Los beneficios de cualquier iniciativa serán limitados y la brecha y disparidades se profundizarán si la frontera tecnológica se mantiene estática. Por ejemplo, tener capacidad de banda ancha, pero poca posibilidad de adaptarla; uso y aplicación limitada de programas informáticos entre las pequeñas y medianas empresas y dependencia de programas informáticos comerciales (e.g., Microsoft, Oracle) con poca capacidad para llenar los nichos de mercado y proporcionar soluciones adecuadas y sostenibles para los pequeños actores, como las municipalidades, los pequeños hospitales y clínicas y las escuelas. Otro tema clave para el gobierno-e es contar con un marco regulador adecuado, no sólo para ampliar y fortalecer los derechos humanos fundamentales y el derecho a la información, la comunicación y la libertad de expresión, sino también para la ampliación y renovación de los fundamentos tecnológicos de la sociedad de la información. La regulación del sector de las telecomunicaciones y el fortalecimiento de los mercados de hardware y software son también temas clave. El financiamiento de iniciativas de gobierno-e es también estratégico. En estrecha colaboración con el sector privado y los donantes, el gobierno debe buscar fuentes de financiamiento. La Inversión Extranjera Directa (IED), la cooperación internacional y las empresas transnacionales podrían ser importantes fuentes, para lo cual es fundamental definir objetivos nacionales. El Estado debe cumplir un papel más importante en el financiamiento de la investigación y promover mayor interacción entre los agentes que participan en los sistemas de innovación. Las destrezas y la calidad de los recursos humanos son también elementos clave para cualquier estrategia de gobierno-e. Es indispensable capacitar a los usuarios y operadores, además de la formación y mantenimiento de una fuerza de trabajo que pueda sostener a la sociedad de la información. La transformación de la educación, en todos sus niveles, es una prioridad. Las universidades tienen que formar perfiles profesionales más adecuados. Las demandas y currículos cambian rápidamente, de manera que hay que ajustar constantemente programas y formadores (profesores) a fin de minimizar los desajustes en materia de capacitación profesional. La aplicación y el uso de nuevas tecnologías en la vida cotidiana, requieren una nueva forma de aprendizaje que debe estar institucionalizada como proyecto de Estado de largo alcance, y concentrarse en los maestros y educadores. Por ejemplo, se pueden establecer incentivos para alentar a los maestros a integrar estos recursos en sus actividades docentes cotidianas. Para complementar el esfuerzo, deben establecerse redes institucionalizadas de desarrollo de recursos humanos en el sector público y privado, incluyendo las universidades y otras instituciones para contar con un grupo amplio de “formadores-maestros-instructores,” que sirvan como base para impulsar la innovación y el conocimiento. Para fortalecer las actividades académicas y docentes en temas como gobierno-e y la sociedad de la información, se puede promover también actividades investigación y desarrollo a través de una red electrónica inter-universitaria. Estado, descentralización y gobierno electrónico Estrategias de gobierno-e Existen diferentes enfoques de gobierno-e. Algunos países han intentado estrategias de gobernabilidad y de nuevas tecnologías, sin que ambas estén conectadas. Otros han enfocado sus estrategias de gobierno electrónico desde una perspectiva más amplia que implica dos ámbitos, gobernabilidad y nuevas tecnologías, que son mutuamente incluyentes. Los más exitosos han apuntado a utilizar el manejo de la información como un medio no sólo para vincular reformas de gobernabilidad con iniciativas tecnológicas, sino también para tener una estrategia de desarrollo más integrada. De igual manera, se han dado diferentes enfoques de políticas dentro de las cua219 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 les puede estar una estrategia de gobiernoe. El mapa de una estrategia nacional puede tomar distintas direcciones y enfoques. En algunos casos, la estrategia implica tratar estos asuntos de forma sectorial para fortalecer la exportación y/o el mercado nacional. En otros, se enfatiza el papel de estos recursos como un medio facilitador para posicionarse competitivamente en el ámbito económico global y/o promover desarrollo. En la práctica, los países más exitosos han combinado diferentes enfoques o han empezado enfatizando un nicho de políticas para luego moverse a otro. Indistintamente de la selección o combinación de enfoque, los casos exitosos demuestran que el objetivo principal es alimentar de arriba-para-abajo o viceversa una estrategia nacional integrada y concertada (grafico 7.4). El gobierno-e puede ser parte de cualquiera de estos enfoques. Por ello, las estrategias de gobierno-e son multidimensionales, porque cubren políticas e iniciativas en varios sectores como el desarrollo tecnológico, la industria, la competitividad, las telecomunicaciones y el manejo de la información. Las estrategias de gobierno-e involucran también una amplia gama de actores. El Estado, el empresariado, la sociedad civil y el mundo académico tienen que estar involucrados en un proceso sinérgico. Cualquier estrategia de gobierno-e tiene que tener también la capacidad de transformar la manera tradicional en la que el gobierno interacciona con los gobernados. Es decir, un país como Bolivia puede tener en teoría una estrategia de gobierno-e, pero si ésta no está anclada a una visión de trans- formación más amplia de la sociedad, lo más probable es que tenga poco impacto. De igual manera, cualquier estrategia de gobierno-e, tiene que reflejar el nivel verdadero de voluntad política, y tomar en cuenta los recursos disponibles, el ambiente regulador y la capacidad de la población para utilizar las nuevas herramientas. La principal motivación de una estrategia de gobierno-e debe ser mejorar la entrega de servicios, el acceso y la disponibilidad de información. Por ello, la implantación de estrategias de gobierno-e tiene que ser parte de un proceso más amplio de reforma de modernización del Estado, y el ritmo de su implantación debe ser gradual, pero consistente y constructivo. La aplicación y/o adaptación de estos nuevos recursos es costosa y tiene que estar vinculada también a un cambio productivo. De otra manera, ninguna estrategia de gobierno-e será sostenible. Riesgos y desafíos Como cualquier otra iniciativa, el gobierno-e tiene riesgos. No se trata de aceptar a ciencia cierta el riesgo y esperar que cualquier iniciativa de gobierno-e tenga resultados favorables. Se trata más bien de identificar el riesgo que está dispuesto a asumir el gobierno, y de comprometerse a manejar dicha estrategia de acuerdo a la infraestructura y capacidad financiera, gubernamental, tecnológica y de destrezas humana vigente. Como se planteó antes (grafico 7.1), puede haber una relación causal entre tecnología y desarrollo humano, pero ésta no es directa ni automática. En sí, varios factores Gráfico 7.2 Mapa de enfoques para políticas tecnológicas México, Costa Rica, Chile, Singapur, Malasia, Vietnam Estrategia Nacional de nuevas Tecnologías Costa Rica, Malasia 220 Nuevas tecnologías como sector México, Vietnam, Singapur, Chile Nuevas tecnologías como facilitadoras 1.Enfoque de exportación 2. Capacidad nacional y mercado doméstico 3. Posicionamiento global Costa Rica, Malasia Brasil Malasia, Chile Vietnam, Singapur 4. Enfoque de desarrollo México Estado, descentralización y gobierno electrónico Gráfico 7.3 De la tecnología hacia el Desarrollo Humano Gobierno-e/Sociedad del conocimiento e Información Procesos Gente Estrategias Destrezas Administración Tecnología 4 jar nuevas relaciones inter-gubernamentales y alianzas estratégicas con la sociedad civil y el sector privado para asegurar calidad de, y accesibilidad al gobierno-e. El gobierno-e puede ser un novedoso medio, recurso y/o herramienta para el desarrollo humano, pero no es una solución mágica a los complejos desafíos del desarrollo humano y la gobernabilidad democrática. La ampliación del desarrollo humano puede darse no sólo asegurándole a la ciudadanía acceso a información, sino también fortaleciendo el marco institucional mediante reformas normativas y legales (hardware) y a través del uso y aplicación (software). Es decir, el gobierno-e no sólo puede tener una incidencia positiva en el desarrollo económico (e.g., incremento en la productividad) y democrático (e.g., incremento de la transparencia gubernamental y difusión de la Gráfico 7.4 La secuencia de un circulo virtuoso de política tecnológica para el Desarrollo Humano 1) Objetivos Gobierno-e, sociedad de la información 2) Formas de organización, redes burocraticas 4) Destrezas inciden en que el gobierno-e sea o no palanca de cambio y que incida o no incida en el desarrollo humano (grafico 7.3). Bolivia es un claro ejemplo para ilustrar el hecho de que no es suficiente contar con un plan de gobierno-e y una visión básica para, por y con la sociedad de la información. Si no hay gente con suficientes destrezas, disponibilidades subjetivas, procesos estratégicos en marcha y capacidad administrativa para llevar a cabo reformas necesarias, cualquier plan de gobierno-e puede quedar trunco. Para lograr transformaciones exitosas de gobierno-e, el liderazgo político y gerencial son esenciales. Tiene que haber líderes que no sólo entiendan el valor del recurso tecnológico, pero que también estén dispuestos a utilizar su voluntad política para empujar este tipo de reformas. El gobierno debe priorizar explícitamente programas e iniciativas de gobierno-e, siempre maximizando los recursos disponibles. 4 El manejo del cambio tecnológico implica también una cierta secuencia de elementos, que además involucra distintos sectores de una sociedad (grafico 7.4). Requiere objetivos claros y una ruta para lograrlos. Esto por su parte implica diseñar nuevas formas de organización (redes burocráticas), implementar nuevos arreglos institucionales que puedan mediar la orientación de políticas y permitir su implementación. Claro está que el éxito de las iniciativas de gobierno-e depende también de una activa participación ciudadana, al igual que de la calidad de los recursos humanos, y el manejo y administración de políticas. El gobierno necesita for- 5) Uso y aplicación de nuevas tecnologías 6) Resultados 3) Arreglos institucionales Debe manejar estratégicamente también la oferta de paquetes comerciales de software ( Microsoft, Oracle, Visa , Master Card, Linux ), de manera que el ritmo y orientación de sus políticas no sean dictados por presiones comerciales ( software gratuito), sino más bien por un plan y visión gubernamental coherente. 221 Cuadro 7.1 Estrategia de gobierno-e, oportunidades y amenazas en distintas dimensiones Dimensión política Oportunidades Amenazas Puede ser parte integral de una reforma y modernización del estado. Limitación presupuestaria, falta de un marco legal adecuado (en contra de piratería), falta de apropiación ( ownership), proceso decisorio lento, estructuras jerárquicas, falta de visión integrada y consensuada y ausencia de voluntad política. Reinventar la gobernabilidad, optimizar recursos, apostar a la competitividad y a la transparencia. Burocracia pesada y patrimonial, piratería, corrupción, inestabilidad política y resistencia al cambio. Dimensión social Predisposición de la gente a aprender y usar los nuevos recursos. Educación básica deficiente, analfabetismo (incluyendo tecnológico), poca aceptación social de servicios automáticos y déficit de destrezas. Incremento laboral, mejoramiento al sistema educativo, mejor costo/beneficio laboral y fomento del uso del Internet. Fuga de cerebros, resistencia al cambio, brecha digital y privacidad. Dimensión económica Optimización de recursos y transparencia para negocios (licitaciones) y trámites. Falta de inversión y control presupuestario, y desproporción entre gasto e inversión. Mejoramiento en la relación costo/eficiencia, y nuevos negocios. Alta percepción de corrupción. Dimensión tecnológica Posibilidad de un salto cualitativo, tecnología como factor de empuje y arranque. Falta de destrezas necesarias, alto costo del Internet, débil infraestructura tecnológica, alcance limitado e inexistencia de licencias de software nacionales. Disponibilidad de tecnología de segunda mano, fomento de la invención y creatividad. Dependencia de tecnología comercial y adaptación constante. información), sino que también puede ser parte de un diseño más amplio de políticas de reforma y modernización del Estado. En la última década, la implementación de iniciativas de gobierno-e fue intensa en varias sociedades desarrolladas y en desarrollo, particularmente debido a su aspecto novedoso. Sin embargo, hoy se conoce mucho más sobre estrategias de gobierno-e que hace una década, y su implementación depende menos de la tecnología promocionada por firmas comerciales, y más de cambios sociales, culturales, políticos e institucionales al interior de cada sociedad. El gobiernoe generará resultados positivos si es parte de una estrategia de modernización estatal integrada, con objetivos claros y un plan de implementación de mediano plazo, sistémico y consistente. La tecnología y su implementación son meras herramientas para alcanzar objetivos, tales como el bienestar de la gente y su comunidad. Las prioridades que 222 se establezcan para alcanzar esos objetivos influirán de forma evidente en cualquier agenda o estrategia de gobierno-e. Si Bolivia apuesta a una política de recursos tecnológicos y de gobierno-e, deberá tomar en cuenta las oportunidades y amenazas (cuadro 7.1) y los desafíos respectivos (recuadro 7.6). No se trata sólo de lograr conectividad y expandir el acceso. La adopción, integración exitosa y el impacto de estas nuevas tecnologías en las estructuras de una sociedad también depende de otros elementos. Entre ellos está el marco regulador y su capacidad conjunta para permitir y favorecer la interacción de los procesos electrónicos. De igual manera, son imprescindibles los mecanismos y recursos financieros, que puedan garantizar la sostenibilidad y mantenimiento. Asimismo, las destrezas y los recursos humanos representan la fuerza motriz que hace posible el uso de la tecnología. Los esfuerzos en estas tres áreas deben ser parte de una política integrada y estratégica, enfocada en la constante necesidad de mejorar la infraestructura y los servicios respectivos. Este resultado habrá de surgir, finalmente, del juego político de toma de decisiones, donde los mecanismos del Estado y la voluntad política son preponderantes. En la perspectiva del Desarrollo Humano, desde la que trabajan estos Informes hace ocho años, el gobierno electrónico sólo puede ser entendido como parte de una reforma del Estado, y ésta como parte de un proyecto de Nación. En este y en anteriores informes se ha sostenido que ello supo- ne antes que nada valores compartidos de unidad, diversidad y equidad. Supone también una visión de entrada activa en la globalización con informacionalismo, una economía basada en recursos naturales, pero en uso de la informatización y la inclusión productiva, una inter-alteridad asumida, un nosotros compartido que afirme las raíces y busque el futuro. Supone también un campo de Internet más integrado y una red activa de deliberación y educación entre maestros, escuelas y localidades. Supone finalmente una sociedad con actores activos con sueños renovados de nación. Estado, descentralización y gobierno electrónico Recuadro 7.6 Desafíos en la implementación de estrategias de Gobierno-e • Desarrollo y mantenimiento de la infraestructura tecnológica • Marco legal adecuado • Brecha digital (accesibilidad y alfabetismo tecnológico) • Confianza (asegurar la privacidad y seguridad) • Transparencia • Infraestructura tecnológica adecuada y compatible • Gestión de datos, información y conocimiento • Colaboración con el sector privado y académico • Diseño de aplicaciones de acuerdo a necesidad • Campaña de comunicación y educación • Administración de personal con miras al cumplimiento de los objetivos de la estrategia de gobierno-e • Inversión en programas sostenibles que generen ahorros • Evaluación periódica y regular del progreso y la inversión 223 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Anexo del capítulo 7 ¿Cuáles son las características principales del Gobierno-e? El gobierno-e involucra una amplia gama de actores, actividades, y sectores. En cuanto a los actores, el principal es el Estado, que lidera el proceso. Dentro de éste obviamente se debe destacar a los líderes gubernamentales de turno, quienes a través de su capacidad y voluntad política pueden construir una visión integrada de gobiernoe, consensuarla e implementarla. De igual manera, está el funcionario público quien con su capacidad de adaptación y aprendizaje puede convertirse en el principal operador de las iniciativas. Otro actor principal es el empresario e industrial, especialmente aquel que cree en la innovación, al igual que aquel que enfrenta al riesgo con visión y holgura. No hay duda, que unos de los principales actores es además la ciudadanía en general, en particular aquella que no sólo demanda más eficiencia y transparencia gubernamental, sino la que está interesada en involucrase en los asuntos públicos. Finalmente, pero no menos importante, son los investigadores, técnicos y científicos, quienes apoyados por una infraestructura adecuada, pueden convertirse en agentes de conocimiento y cambio. El gobierno-e implica también innovaciones en otras áreas claves como el liderazgo, la deliberación, la inversión productiva, la educación y la ciudadanía. Además puede fomentar la automatización, la informatización y la transformación, lo cual puede traducirse en una mejora en el buen gobierno, y por ende en más confianza. Por ejemplo, esto último puede incidir en la eficiencia gubernamental, produciendo lo mismo Gráfico 1 Actividades del Gobierno-e y sus posibles efectos en la gobernabilidad Automatización Eficiencia ✓ Gobierno que es menos costoso ✓ Gobierno que hace más ✓ Gobierno que es más ágil Informatización + Confianza Buen gobierno + Confianza ✓ Gobierno con mejor desempeño ✓ Gobierno innovador Transformación 224 Efectividad a menor costo; en la productividad, generando más al mismo costo; y en la velocidad, produciendo más, de manera más rápida y al mismo costo. También puede incidir en la efectividad, en cuanto el gobierno no sólo puede producir más, más rápido y al mismo costo, sino también producir algo de mayor calidad, novedoso e innovador (gráfico 1). Finalmente, aunque el gobierno-e involucra una gama amplia de actividades y de actores que interaccionan vertical y horizontalmente en dimensiones políticas, económicas, y sociales, tiene una vinculación estratégica de tres dimensiones: • Dimensión 1: Gobierno a gobierno- En muchos aspectos la vinculación intragubernamental representa la columna vertebral del gobierno-e. Antes de interactuar y ofrecer servicios más eficientes a la ciudadanía y al empresariado, el gobierno debe mejorar y actualizar su propio sistema interno (back office). Usando nuevas tecnologías, el funcionamiento cotidiano del gobierno puede mejorar el acceso a la información, los procedimientos e incrementar la transparencia, eficiencia y responsabilidad. • Dimensión 2: Gobierno a empresa Esta dimensión implica tanto la venta de productos y servicios gubernamentales al público (front office), como también la compra de productos y servicios del sector privado (licitación y compras, enfatizando la comodidad, la transparencia y la competencia). Es decir, tiene que ver con la interacción entre el sector gubernamental y empresarial, y con reducir prácticas clientelares y el uso de medios corruptos para acelerar transacciones. • Gobierno a ciudadano- Se trata de hacer de las transacciones gubernamentales lo menos burocráticas, ganando en rapidez y facilidad. Implica también mejoras en el acceso a la información pública, a través del uso de herramientas de diseminación, como sitios web y/ o kioscos informativos. El principal objetivo del gobierno-e es facilitar la interacción entre el ciudadano y el gobierno. Es decir, puede ayudar a atenuar el centralismo burocrático a través de la creación de ventanillas únicas, donde el ciudadano pueda obtener soluciones e información en varios temas, en un sólo lugar, sin necesidad de interacciones físicas con un representante de cada una de las agencias gubernamentales involucradas. Hacia el gobierno-e: enfoque Un elemento esencial de la estrategia gubernamental de gobierno-e es el enfoque holístico, que entable un diálogo abierto con toda la sociedad. Cualquier estrategia debe partir de una iniciativa en pequeña escala, pero con un objetivo más amplio, el de integrar eventualmente a todo el sector público, las instituciones nacionales, regionales, locales e internacionales, las autoridades reguladoras y técnicas, el ámbito académico, los proveedores de servicios del sector privado y la industria de la alta tecnología, las instituciones intermediarias y la sociedad civil. Por lo general, en lo que se refiere a la política de gobierno-e, una de las primeras medidas del Estado es establecer una autoridad nacional que actúe como organismo coordinador. Se trata de una instancia con rango de ministerio o una subsecretaría, que tenga una estrecha relación con el tema (i.e., ciencia y tecnología, comunicaciones, indus- Anexo del capítulo 7 Recuadro 1 Las distintas fases de una estrategia de Gobierno-e El gobierno-e no es sólo un asunto de dar computadoras a las autoridades de gobierno, de contar con un portal gubernamental electrónico o de automatizar prácticas tradicionales. En última instancia, ninguno de estos recursos puede incrementar por sí mismo la efectividad gubernamental, ni la promoción de la participación cívica. El énfasis exclusivo en soluciones tecnológicas tampoco puede cambiar la mentalidad de la gente o de los servidores públicos. Sólo una estrategia bien diseñada e implementada puede contribuir a expandir el desarrollo humano. Por lo general, las estrategias de gobierno-e están divididas en tres fases: Fase inicial: inicio del uso de recursos tecnológicos y expansión del acceso a la información gubernamental Los gobiernos generan una cantidad sustantiva de información, mucha de la cual puede ser útil para los ciudadanos y los negocios. El Internet puede servir no sólo para hacer accesible esta información, sino para hacerlo eficientemente. Se puede iniciar un proyecto proveyendo en línea o en una página/portal web información sobre regulaciones, documentos y solicitudes. También facilitar a los ciudadanos y empresas el acceso a información gubernamental, sin necesidad de que éstos vayan físicamente a las oficinas de gobierno, hagan colas o paguen sobornos. Este puede ser un avance revolucionario de la gobernabilidad democrática que a su vez puede alimentar el conocimiento para diseñar e implementar políticas de desarrollo humano y hacerle el seguimiento respectivo. Fase 2: Interacción para ampliar la participación ciudadana en el gobierno Hacer pública la información a través del Internet es sólo un primer paso. El gobierno-e tiene el potencial de involucrar a los ciudadanos y de hacerlos interactuar con los servidores públicos. El fortalecimiento de la participación ciudadana en los asuntos gubernamentales puede contribuir a regenerar confianza en las instituciones públicas. El gobierno-e interactivo tiene dos vías, que pueden involucrar funciones básicas como contacto y comunicación a través del correo electrónico. Los usuarios pueden retroalimentar, comentar y sugerir. Esta fase del gobierno-e puede también involucrar la creación de foros temáticos electrónicos donde los ciudadanos y gobernantes deliberen, intercambien ideas y expandan su conocimiento sobre distintos temas. El objetivo en esta fase es promover una interacción electrónica fecunda entre Estado y sociedad. Para el desarrollo humano esto significaría crear un espacio publico, donde no sólo Es- tado y ciudadanía puedan dialogar y deliberar, sino también donde se fomente una comunicación más amplia entre diversos sectores de la sociedad como empresarios, educadores y sociedad civil. Fase 3: activar servicios gubernamentales y trámites en línea (transacción y transformación) Se puede llevar este proyecto mucho más allá de la información e interacción, creando sitios web que permitan a los usuarios hacer trámites y completar transacciones en línea. Los ahorros en costos, la responsabilidad y transparencia a través de registros electrónicos y el incremento en la productividad pueden ser resultados óptimos de esta fase. Las fases 2 y 3 permiten una evolución de la comunicación e interacción unidireccional hacia una de dos vías entre el gobierno, la ciudadanía y sus diferentes sectores, al igual que dentro del gobierno. La interacción electrónica se convierte entonces en una alternativa a la atención presencial, incluyendo el procesamiento de formularios, el pago de transacciones y la eventual entrega del servicio. Las fases 2 y 3 permiten una integración vertical y horizontal del gobierno-e que puede llevar a una interconectividad total (gobierno digital) y empezar a incidir más directamente en temas clave como la transparencia, el ahorro y el desarrollo humano. Fuente: elaboración propia 225 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 tria y comercio). En otros casos se han creado comités interministeriales especiales, o instancias ligadas directamente a la Presidencia. En otras instancias, la agenda de gobierno-e está ligada al Ministerio de Finanzas, en vista de su carácter intersectorial.5 El Estado tiene que definir las metas y objetivos precisos del gobierno-e, que además estén en línea con las necesidades existentes. Las iniciativas nacionales para el gobierno-e también deben concentrarse en la identificación y evaluación de la adopción de tecnologías adecuadas.6 Hay dos líneas adicionales de política pública donde el rol del Estado es estratégico. La primera es reemplazar los canales obsoletos de comunicación o los mecanismos incompletos de coordinación y traer incrementos de eficiencia y participación democrática. La segunda es la construcción de un marco legal adecuado para el uso y aplicación de nuevas tecnologías. Al mismo tiempo, los elementos esenciales en el uso y aplicación de gobierno-e son sin duda: 1. Encontrar un equilibrio estratégico entre conveniencia, rapidez, seguridad y privacidad. 2. Mantener a la ciudadanía plena y continuamente informada sobre la dinámica del gobierno-e, incluyendo sus ventajas y limitaciones. ¿Por qué Gobierno-e? Las nuevas tecnologías se definen como sistemas mediante los que se recibe, manipula y procesa información, y que facilitan la comunicación entre dos o más interlocutores. Por lo tanto, su uso y aplicación son algo más que informática y computadoras, puesto que no funcionan como sistemas aislados, sino en conexión con otros a través de una red. Por un lado, la red hace que se abra el espacio comunicativo de la política a una mayor cantidad de actores para que sean escuchados y ejerzan su representatividad. Por otro lado, presupone una ciudadanía descen5 6 226 tralizada, canales inmediatos de comunicación, sin fronteras, con la capacidad de multiplicar exponencialmente los interlocutores en el diálogo público. En el nuevo escenario global, tener voz y estar presente en el diálogo a distancia no es sólo una reivindicación expresiva, sino también una conquista cultural y política del ciudadano. Ser emisores de mensajes y propuestas significa, entre otras cosas, participar en igualdad de condiciones en el intercambio simbólico y tener presencia en espacios que pueden afectar a distintos grupos sociales. Las redes de comunicación electrónica se están constituyendo en vías cada vez más potenciales de acceso al ámbito público para amplios sectores sociales y culturales tradicionalmente privados de expresión más allá de sus entornos restringidos. El gobierno-e puede servir a una variedad de propósitos. Por ejemplo, a mejorar la entrega de servicios públicos, a la interacción con el sector privado, al acceso de información, o a tener un impacto cualitativo en la eficiencia de la gestión pública. Los beneficios se pueden traducir logros como una menor corrupción y mayor transparencia, menos discrecionalidad, menor monopolio en la toma de decisiones, un crecimiento de los ingresos y una reducción de costos de operación. El gobierno-e puede tener también consecuencias significativas en el modo de procesar y distribuir información, y esto tiene implicaciones para el desarrollo humano. Los flujos de información, las comunicaciones y los mecanismos de coordinación se están digitalizando en muchos sectores de la sociedad, lo que se traduce en la aparición progresiva de nuevas formas de organización socio-política y productiva. Desde el punto de vista del desarrollo humano es importante determinar cómo medios como el gobiernoe pueden coadyuvar al logro de objetivos económicos y políticos más amplios y a la integración de las diversas sociedades a la dimensión global de la información. En todos los casos exitosos de gobierno-e, se ha definido claramente el papel de esta instancia, a fin de evitar la superposición de responsabilidades. La cooperación armoniosa, por un lado, o las luchas de poder, por el otro, entre las distintas autoridades que participan en la iniciativa nacional de gobierno-e pueden ser decisivas en el éxito o el fracaso del programa. Independientemente de qué órgano público esté encargado de llevar a cabo la iniciativa nacional de gobierno-e, la estrecha colaboración con una serie de otros organismos del sector público (i.e., el regulador en el ámbito de las telecomunicaciones) es fundamental. Si bien el liderazgo del Estado es una condición sine qua non en este proceso, el sector privado debe esforzarse por complementar su labor. El principal reto en este proceso es la provisión de aplicaciones. A menudo la tecnología comercial no es flexible, y si bien hay programas y aplicaciones genéricas, no necesariamente se garantiza poder satisfacer las necesidades locales en los ámbitos de los servicios públicos y desarrollo humano. Se trata de un ejemplo clásico que justifica la intervención estatal. Recuadro 2 Costa Rica: Gobierno-e como corolario estratégico de la política de desarrollo En lo que respecta a gobierno-e, la experiencia de Costa Rica es muy particular, y a su vez distinta de la de Chile y México. Chile enmarcó su iniciativa de gobierno-e en un proceso sistémico, ordenado y ligado a la modernización del Estado. En cambio, la estrategia de México parte de una iniciativa de gobierno-e, y desde allí crea una política de Estado para cerrar la brecha digital y promover un desarrollo integral. Así la iniciativa de gobierno-e en México sirve como plataforma para implementar y lanzar políticas estratégicas verticales y horizontales de reforma del Estado. En contraste, hasta hace poco, la estrategia de gobierno-e en Costa Rica no fue implementada desde un objetivo explícito; más bien, fue una ampliación lógica o el resultado de una estrategia nacional de desarrollo, cuyo eje principal era la exportación de tecnologías. La historia de gobierno-e en Costa Rica viene acompañada por varios factores facilitadotes como: - Su histórica inversión en desarrollo humano, particularmente en educación y capacidad. - La política de promoción de exportaciones, particularmente la ley de zonas francas bajo un régimen de incentivos. - La activa participación de la Coalición Costarricense de Iniciativas para el Desarrollo (CINDE), institución no gubernamental sin fines de lucro y declarada de interés público, fundada en 1983 por líderes empresariales con fondos de la Agencia Norte Americana para el Desarrollo Internacional (USAID) con el propósito de diseñar y promover una estrategia de inversión en sectores de alta tecnología. - Las políticas e iniciativas gubernamentales en varias áreas clave como educación, infraestructura y comercio exterior. - La llegada de INTEL a Costa Rica en 1997, la cual desde 1999 ha contribuido al crecimiento económico y al incremento de exportaciones con contenido tecnológico. Los resultados agregados de esos factores han permitido que Costa Rica inicie recién en 2001 un proyecto nacional e integrado de gobierno-e, que se conoce como gobierno digital. Hasta el 2002, más del 90% de las entidades de la administración pública tenían sus propios portales, y cerca del 10% de los municipios. Recién en el 2003, se inauguró el portal único de gobierno (www.gr.co), a través del cual se pretende integrar a las distintas iniciativas de gobierno-e. El proyecto de gobierno digital en Costa Rica tiene cinco áreas de trabajo: 1.Mejorar la infraestructura digital, expandiendo y mejorando el acceso al Internet, lo que implica la actualización o reemplazo de infraestructura para mejorar la conectividad, telefonía y cableado de red. 2.Acceso universal a Internet, que es el componente más novedoso del proyecto de gobierno-e costarricense, porque el gobierno ofrece direcciones de correo electrónico gratis a cualquier costarricense que lo pida, a través de un portal único “Comunicación sin Fronteras (www.costarricense.cr)”. A la fecha más de 212 mil costarricenses tienen correo electrónico gratuito. Esa iniciativa t permite que comunidades alejadas y rurales accedan al Internet a través de unidades móviles. Esta iniciativa está siendo implementada por una alianza estratégica entre el ITCR y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). 3.El fortalecimiento y la integración de la empresa privada en la economía global. Para ello, se han dado una serie de iniciativas como el sistema de información del sector agropecuario costarricense (www.infoagro.go.cr), el de información empresarial (www.siec.go.cr), una base de datos completa de los productos costarricenses (www.marketplacecostarica.com) y un portal dedicado a la mediana y pequeña empresa (www.mipyme.com). 4. La estrategia de gobierno-e con trámites, declaración y retorno de impuestos y registro nacional, que permiten una interacción más fluida con la ciudadanía a través del uso y aplicación de estas nuevas tecnologías. 5.El marco legal, en particular con la meta de seguir fortaleciendo la validez y el uso de firmas y documentos electrónicos, al igual que derechos intelectuales y de propiedad. Fuente: elaboración propia 227 Recuadro 3 México: Gobierno-e como instrumento para cerrar la brecha digital La estrategia de gobierno-e de México es distinta a la de Chile, aunque tiene objetivos similares. El proyecto de gobierno-e de México, conocido como Sistema Nacional e-México, se inició oficialmente en el año 2000, como uno de seis estrategias de la Agenda para el Buen Gobierno.7 El proyecto mexicano de gobierno-e es ambicioso, ya que apunta a cerrar una enorme brecha digital. México es miembro del Tratado de Libre Comercio (TLC) ya desde casi una década. Sus dos contrapartes al norte (EE.UU. y Canadá) han dejado a México atrás en el campo tecnológico y gobierno-e. Por ejemplo, el gobierno de México estima que en la actualidad hay mas de 5 millones de usuarios de Internet, es decir sólo el 5% de la población. En contraste, los Estados Unidos y Canadá, en promedio tienen 20 veces más usuarios de Internet que corresponde a cerca del 60% de sus respectivas poblaciones. En cuanto al número de computadoras se estima que México tiene sólo alrededor de seis millones, un número hasta 20 veces menor que en los Estados Unidos y Canadá. La brecha digital en México no es sólo un problema externo, es uno que se profundiza al interior del país. Por ejemplo, mientras que en la región noroeste el 34% de sus cabeceras municipales tienen la posibilidad de acceso a Internet vía dial-up, a costo de una llamada local, en el sureste este indica- dor es sólo de alrededor del 4%. En la actualidad, de las más de 26 mil cabeceras municipales, no más de 3.400 tienen conectividad. La administración pública mexicana muestra un importante avance en el empleo de nuevas tecnologías para su operación cotidiana, sin embargo, existe todavía un amplio espacio para mejorar su uso en beneficio del país. En diciembre del 2000, el Presidente Vicente Fox encomendó al secretario de comunicaciones y transportes, encabezar el Sistema Nacional e-México. Después, en agosto del 2001, se conformó un Consejo del Sistema Nacional e-México, en el que participan diversas dependencias del gobierno federal, con el cual quedaron integradas bajo un mismo enfoque las políticas y proyectos de cada dependencia. Más adelante, en julio del 2002, se firmó un Convenio de Conectividad e-México, el primer paso hacia la intercomunicación entre las grandes micro-regiones del país. El Sistema Nacional e-México tiene tanto componentes sociales como tecnológicos, a través de los cuales se pretende ofrecer a la ciudadanía servicios básicos como aprendizaje, salud, intercambio comercial, y trámites de gobierno. Son al mismo tiempo punta de lanza del desarrollo tecnológico. La iniciativa tiene tres grandes ejes: 1) Conectividad, a través de la cual se pretende incrementar la infraestructura y cobertura del servicio telefónico en los hogares mexicanos y se prevé pasar de las 12 líneas por cada 100 habitantes en el año 2000 a alrededor de 25 líneas por cada 100 habitantes en el 2006. 2) Contenidos, el proyecto pretende trabajar en cinco áreas transversales como e-Aprendizaje (acceso a la educación y capacitación), e-salud, eeconomía, e-ciencia, tecnología e industria, y e-gobierno. 3) Sistemas, enfocado en tres iniciativas innovadoras: - El “Portal de Portales,” cuya meta principal será el ciudadano. Estará organizado en función de los ejes principales de vida: hogar, auto, familia, impuestos, educación, salud, negocio. - El Punto Neutral de Acceso a Red (NAP), o el centro neurálgico donde se intercambiará el tráfico de las redes de datos de todos los operadores de redes públicas y privadas. - El Centro de Cómputo de Gobierno. Cuando esté funcionando en su totalidad, el portal de e-México llegará al 80% de los mexicanos y se convertirá en un vehículo para fomentar la participación ciudadana, además de ser un instrumento para democratizar el acceso a la información. El proyecto de gobierno-e de México está pasado de ser una fase básica de publicación y diseminación de información gubernamental, a ser un sistema interactivo y educacional para la ciudadanía. Fuente: elaboración propia 7 228 Los seis objetivos de la agenda de buen gobierno en México son: un gobierno que cueste menos, uno con estrategias de calidad, profesional, digital, desregulado, y transparente. Recuadro 4 Chile: Gobierno-e como parte de un proceso de ingeniería política Desde 1990 y de forma sistemática y consistente, se han dado en Chile iniciativas orientadas a modernizar el Estado, las cuales a partir del 2001 incorporan la implementación de una estrategia de gobierno-e. El aspecto clave de la experiencia chilena ha sido la creación de instancias amplias de diálogo que han permitido el diseño y la implementaron de una política institucional deliberada y concertada, en distintas etapas del proceso. El Proyecto de Reforma y Modernización del Estado (PRYME) iniciado el año 2000, es uno de los pilares principales de la estrategia de gobierno-e en Chile. El PRYME surge de la necesidad de adecuar la organización y las prácticas del sector público a los requerimientos del desarrollo económico y social del país en el siglo XXI. Es en si un esfuerzo real que se vincula al rediseño y reorganización del aparato estatal, a la gestión pública integral, a una nueva institucionalidad y a contar con un Estado que esté al servicio de la ciudadanía. La Agenda Tecnológica es el otro pilar de la estrategia de gobierno-e en Chile, que a partir del año 2000 se institucionalizan iniciativas importantes como la creación de la Intranet gubernamental, que es una red de comunica- ciones de cobertura nacional para todos los servicios públicos, administrada y negociada por el nivel central; el portal Internet del Estado chileno (www.estado.cl) que representa un esfuerzo de sistematización y actualización permanente de datos de interés para los funcionarios públicos y los usuarios, el cual también presenta múltiples formas de búsqueda de información, más de 350 referencias a sitios web y más de 20 mil documentos disponibles; el Portal de Trámites del Estado (www.tramitesfacil.gob.cl) que pretende facilitar y optimizar los procesos de vinculación de los ciudadanos con los organismos del Estado; licitaciones y compras electrónicas transparentes (www.chilecompra.cl); y finalmente pero no menos importante se aprobó la firma electrónica para el sector publico. Durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos (2000-2005), se da un énfasis especial a la modernización tecnológica como una condición del desarrollo, por ser una herramienta fundamental para favorecer el manejo eficiente de la gestión pública y mejorar la relación de los ciudadanos con el estado. La estrategia de gobierno-e se vincula estrechamente con el PRYME, y a su vez estas iniciativas están estra- tégicamente vinculadas a la parte operativa de los tratados de libre comercio con los Estados Unidos, con la Unión Europea y Corea del Sur. El concepto de gobierno-e se convierte entonces en una visión del uso de las nuevas tecnologías, al ser reconocido y valorado como un recurso apropiado para gobernar de una manera significativamente distinta y para facilitar los cambios que requiere el proceso de modernización del estado. Así, el gobierno-e se convierte en un eje y objetivo fundamental de un proyecto integrado de modernización del estado. Es parte de una política de Estado amplia, coherente, de mediano y largo plazo, y con indicadores de progreso que pueden ser medidos y monitoreados sistemáticamente. El proyecto se encuentra evolucionando entre la interacción y completar la integración del gobierno-e. Por ejemplo, en mayo del 2000, se podían realizar 13 trámites en línea; mientras que para mediados del 2003, se pueden realizar más de 120 trámites. Para mediados del 2003, 95% de las reparticiones públicas contaban con un sitio de Internet orientados a los usuarios. De igual manera para el 2003, el 55% de personas y empresas que pagan impuestos a la renta lo hacen por Internet. Fuente: elaboración propia 229 Glosario Altermundialización Los movimientos de crítica a la globalización han crecido considerablemente en los últimos años. Este movimiento ha tenido varias manifestaciones y encuentros a nivel internacional con múltiples participantes de distintos lados del planeta. El término altermundialización señala que este movimiento no se opone a la globalización en sí, sino que más bien propone otro tipo de globalización, otro mundo posible, donde la relación entre países sea diferente, justa y equitativa. Campo informacional o campo Internet La noción de campo es tomada de Pierre Bourdieu (1997), cuando al leer la realidad identifica espacios sociales con dinámicas semi autónomas, donde los agentes que están en su interior luchan, se enfrentan y compiten de acuerdo a la posición que ocupan en la estructura. Es en este campo de fuerzas que los actores se deben posesionar con respecto a los demás, y para ello utilizan sus distintos capitales. En el caso del estudio, el campo informacional es aquel espacio social de poder donde interactúan aquellos agentes que tienen algún interés. Por eso fue dividido en el ámbito laboral, el estudiantil y el manual. Comunitarismo cerrado Comunitarismo cerrado se refiere a un grupo que se edifica en torno a una base religiosa y étnica, donde no existe referencia ni relación con el otro. Al contrario, dicha identidad se edifica negando al otro, que es identificado claramente como un enemigo irreductible. Por lo tanto, el rasgo central de este tipo de identidad es su esencialismo. Para Wieviorka (2001), se trata de una lógica en la que identidad y acción se confunden: “El actor es en sí mismo el sentido de su acción, él no se distancia de la historicidad que lo orienta. Es por ello que da a veces, en los casos extremos, la imagen de integrismo, de la referencia obstinada, sin concesión posible, a la tradición, a los valores, a los fundamentos que él reclama”. Confianza y desconfianza La confianza es el contacto que establece una persona o un actor social con otro para aumentar con ello sus propias capacidades de acción. En ese sentido, la confianza se definiría como una “apuesta sobre las acciones futuras de los otros” (Farro, 2001). A su vez, la desconfianza implica relaciones desiguales de poder. Así, mientras el desbalance de poder no es extremo, se puede mantener la confianza entre las partes, pero cuando éste es muy grande, surge la desconfianza que puede llegar al extremo de invalidar la posibilidad de que el actor con mayor poder pueda entablar algún compromiso creíble con la otra parte (Ibidem). Sin embargo la desconfianza, además de relacionarse con una carencia de poder, es también obra de una carencia de información y de transparencia. Así, no habría necesidad de desconfiar de alguien si sus actividades fueran constantemente visibles y cuyos procesos mentales fueran siempre transparentes (Giddens, 1977). En este sentido, la desconfianza denota escepticismo, es decir, una actitud negativa respecto a la integridad de los interlocutores, pero también respecto a las pretensiones de validez de determinados sistemas nuevos o desconocidos para la gente. La noción de desconfianza hace referencia también a expectativas que se piensa podrían ser defraudadas. Para Giddens (1977), la noción de confianza está estrechamente ligada a la de ries231 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 go. Una persona que tiene la posibilidad de escoger, porque tiene claridad respecto a las alternativas a las que se enfrenta, tendrá también mejores chances para asumir riesgos. Conflicto Touraine (1973) entiende el conflicto como la relación de oposición entre los principales actores sociales de la que participan en un mismo conjunto, sea un sistema de acción histórica, una institución o una organización. Crisis En el sistema conceptual planteado por Touraine (1973), crisis es la ruptura de uno de los ejes de un sistema. Por ejemplo, en el caso del sistema de acción histórica, se habla de crisis de historicidad, de racionalidad o de representitividad. Cultura informacional o cultura Internet Para Manuel Castells, “la cultura de Internet es la cultura de los creadores de Internet. Por cultura entiende un conjunto de valores y creencias que forman el comportamiento. Los esquemas de comportamiento repetitivos generan costumbres que se imponen mediante las instituciones así como por las organizaciones sociales informales (Castells, 2001:51). Desarrollo Humano Los Informes de Desarrollo Humano fueron impulsados por el PNUD bajo el impulso fundamental de Mahbub Ul Haq como uno de sus principales arquitectos. “La esencia de la filosofía del desarrollo humano, dirá Ul Haq, consiste precisamente en enfocarlo desde los objetivos últimos del desarrollo mismo, vale decir desde el cumplimiento de las aspiraciones de la gente, desde el progreso que busca, desde lo que necesita y quiere hacer”. Conceptualmente, el “desarrollo humano” está asociado a las naciones de “libertad real” e “igualdad compleja”. Libertad real se entiende como el desarrollo de las diversas capacidades humanas para que las personas y las comunidades, de acuerdo a sus valores, 232 decidan el tipo de vida que desean llevar. Igualdad compleja se entiende como la participación que realizan unos y otros ciudadanos en el ámbito político con vistas a preservar o a cambiar el sistema de intereses dominantes, construyendo así el vínculo de la comunidad de ciudadanos. Este enfoque no supone una noción lineal del progreso, sino una redefinición de lo que se puede y se desea hacer, en función de la complejidad del mundo moderno y de los valores culturales de la sociedad de la que se habla (IDH Bolivia 2002). Economía global o economía informacional La economía global no es, en términos de empleo, sino una pequeña parte de la economía mundial, pero es la parte decisiva. La globalización de la economía implica también el comercio internacional como factor del crecimiento económico, el aumento considerable de la inversión extranjera directa, la globalización de una parte esencial de la producción de bienes y servicios en torno a empresas multinacionales y a sus redes auxiliares, la interpenetración internacional de mercados de bienes y servicios, la formación de un mercado global de trabajadores de alta calidad (desde los ingenieros de software hasta los futbolistas) y la importancia de las migraciones internacionales de mano de obra desplazada por las crisis económicas hacia zonas con mayores oportunidades de empleo y progreso. Las fuentes de productividad y competitividad en la nueva economía global dependen de la capacidad de generación de conocimiento y procesamiento eficaz de la información. Ésta depende, a su vez, de la capacidad cultural y tecnológica de las personas, empresas y territorios. En la economía informacional, la educación y la innovación son fuerzas productivas directas, pero a pesar de ser condiciones necesarias para el nuevo modelo de desarrollo, no son suficientes, porque, en la medida en que el excedente se transfiere al mercado financiero, el comportamiento de este mercado, sometido a percepciones de psicología colectiva y a turbulencias informativas de todo origen, influye decisivamente en el tamaño de la riqueza o pobreza de las naciones (Castells, 1997 y 2003). Era de la información Castells (2003:19) entiende la era de la información como “la transformación histórica multidimensional definida por la transformación del sistema productivo, del sistema organizativo, del sistema cultural y del sistema institucional sobre la base de una revolución tecnológica que no es la causa, pero sí el soporte indispensable”. lls señala que este proceso transfiere poder de los centros a las redes. Este cambio no liquida al Estado-nación, simplemente lo redefine y lo conmina a compartir autoridad con otras instituciones menores o mayores que él. Así, la red procesa información y la distribuye a fin de que las decisiones del conjunto sean compartidas por todos los miembros. En el camino se descentraliza hacia las partes, pero también se coordina en el conjunto. Estado de lo público GSM Estado de lo público es un “estado que genere transparentemente condiciones para que la sociedad se desarrolle y busque la deliberación y la integración de los ciudadanos, independientemente de sus condiciones socioculturales, en una sola comunidad política, pero que a la vez tenga por meta que éstos puedan convivir con una responsabilidad nacional compartida (...). El Estado en función de lo público no es privado ni estatal; es un Estado que potencia la capacidad de la acción de los actores del desarrollo y que busca participar y satisfacer los acuerdos que emergen de las experiencias deliberativas” (Calderón, 2002:86) Es la sigla de “Groupe de travail Spéciale pour les services Mobiles” Es un estándar para comunicaciones celulares digitales originado en Europa, con mayor variedad de servicios de datos que TDMA. Estado Red De acuerdo a la mirada de Castells (1998), los llamados Estados-nación ya son insostenibles tal como fueron concebidos en el siglo pasado. En esta era de la sociedad de la información; la soberanía, concebida como la capacidad de acción y decisión de cada Estado, ha perdido valor. Los nuevos fenómenos mundiales contemporáneos que trascienden las fronteras y las definiciones tomadas en su interior, han reconfigurado radicalmente las relaciones mundiales de poder El Estado actual “ha perdido soberanía, pero no capacidad de acción” en la medida en que aprenda a actuar en red. Se habla entonces de la nueva potencia del Estado para actuar en un mundo más complejo. La condición principal para el Estadored es, sin duda, una descentralización profunda en los diferentes planos de decisión. En cierto sentido, los distintos niveles de deliberación y gestión terminan articulados precisamente en una red, en la que cada nodo tiene autonomía para decidir, pero en la que, a su vez, todos se hacen responsables de los efectos finales de su conducta. Caste- Glosario Globalización tecno-económica Cuando se habla de globalización tecnoeconómica se hace referencia a profundas transformaciones en la estructura de la producción, el comercio y el financiamiento mundial, aceleradas por las innovaciones tecnológicas de la información y comunicación, pero también por cambios normativos encaminados a promover la liberalización y desregulación de los mercados nacionales. Estos cambios se hacen evidentes, por ejemplo, en la transnacionalización del mercado de bienes y servicios, la mundialización financiera y una nueva división del trabajo. Gobierno electrónico Por gobierno electrónico se entiende una nueva forma de organización de la burocracia estatal y del ejercicio de la política que sea capaz de responder a los desafíos de la globalización, la economía informacional y las transformaciones socio-culturales. En esta dirección, la tecnología juega un rol decisivo en la aproximación entre ciudadanos y Estado. No se trata sólo de implementar políticas de tecnología, si no de la capacidad de vinculación con la gente y capacidad de resolver problemas concretos. El gobiernoe es mucho más que contar con un portal web gubernamental para obtener información, registrarse o tener acceso a una base de datos. Si bien implica el uso gubernamental del Internet, tampoco es sólo la automatización de los servicios públicos. El gobierno-e está vinculado más bien a distintas esferas de la vida cotidiana (negocios, política o apren233 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 dizaje). En sí, es un componente de un sistema moderno de gobernabilidad y, como tal es un medio y no un fin. El gobierno-e permite crear dos palancas de cambio. Primero, la de la parte interior del funcionamiento gubernamental (back office), que implica recursos humanos, sistemas y procesos. Y segundo, la palanca de los procesos externos de entrega de servicios gubernamentales (front office), que implica participación ciudadana, coordinación intray inter-gubernamental, además de concertar con actores sociales. El objetivo interno del gobierno-e se centra en facilitar las actividades gubernamentales y mejorar el desempeño. Implica más rapidez, transparencia, responsabilidad, efectividad y eficiencia. Por otro lado, el objetivo externo del gobiernoe es cumplir las expectativas de la población a través de una interacción más simplificada y eficaz. Se asume que el uso de estas tecnologías incrementa cualitativamente la interacción entre la población y el gobierno y da mejores resultados. IP Viene de “Internet Protocol”, es un protocolo de comunicaciones sobre el cual funciona Internet. Identidad Castells define Identidad como “el proceso por el cual los actores sociales construyen el sentido de su acción atendiendo a un atributo cultural (o conjunto articulado de atributos culturales) al que se da prioridad sobre otras fuentes posibles de sentido de la acción” (Castells, 2003:22). No hay nada más colectivo (más social) que la construcción de la identidad (De Lucas, 2003). Lo decisivo no es quién/qué soy, sino qué soy en relación los demás, quién y cómo llegamos a ser en/por/como consecuencia de nuestra relación. La identidad surge de una “operación” basada en el juego de las semejanzas y las diferencias, un proceso continuo de formación, transformación y conservación. Como individuo soy en otros, como nosotros ante los otros. No existen esencias identitarias totales, estáticas, excluyentes, esenciales, mediante la identificación de atributos constantes, estables, constitutivos de entidades inmutables. La identidad responde a las necesidades y deseos 234 concretos, no a la fatalidad de la esencia cultural. Por eso son dinámicas y múltiples (Vega, 2004). Informacionalismo y globalización Informacionalismo se refiere a la “productividad, competitividad, eficiencia, comunicación y poder a partir de la capacidad tecnológica de procesar información y generar conocimiento (...). Las tecnologías base no determinan pero son indispensables para el nuevo sistema. Globalización no es sinónimo de internacionalización. En sentido estricto, es el proceso resultante de la capacidad de ciertas actividades de funcionar como unidad en tiempo real a escala planetaria. Es un fenómeno nuevo, porque sólo en las dos últimas décadas del siglo XX se ha constituido un sistema tecnológico de sistemas de información, telecomunicaciones y transporte que ha articulado todo el planeta en una red de flujos en los que confluyen las funciones y unidades estratégicamente dominantes de todos los ámbitos de la actividad humana” (Castells 2003:19-20). Interculturalismo Es la cara opuesta del multiculturalismo; es la política que erige una sociedad pluralista a fin de resolver sus conflictos culturales internos. El interculturalismo instala en el centro de sus valores a la diversidad, pero no premia lo diverso per se, sino que lo atesora a fin de resolver los conflictos, transformándolos en disensos. En ese sentido, propicia la conformación de una comunidad incluyente que administre las diferencias y las armonice bajo mecanismos democráticos (IDH 2004). Multiculturalismo El multiculturalismo es “una política que promueve las diferencias étnicas y culturales”, es decir, una acción pública que no sólo acepta las distinciones entre los grupos humanos, sino que además las ensalza. Es entonces lo contrario de una sociedad pluralista o abierta, a la que Sartori define como aquella que “acoge incluso a quienes la rechazan”, que pese a ello, pelea por su integración y, en tal sentido, no renuncia nunca a conformar una sola comunidad entre diferentes (Sartori, 2001). Riesgo y sociedad del riesgo El riesgo puede ser definido como un estado que hace época, un atributo de la sociedad actual, vale decir que cada vez más, cuando las personas lo enfrentan, lo están haciendo con la incertidumbre en un sentido general, abarcador y abstracto con profundas repercusiones sobre su capacidad de acción. Es ese el marco de experiencia de la humanidad hoy día, una en la que el pasado aún predomina, mientras el futuro empieza a perfilarse y a introducirse por todas partes en el horizonte del presente (Beck, 1997). En este nuevo contexto, la noción de riesgo tiene una connotación fundamental. En su acepción clásica, los riesgos eran personales, implicaban amenazas concretas, ligadas a la experiencia y coraje de cada uno. Ahora las amenazas ya no están ligadas solamente a la experiencia particular de personas o grupos sociales ni al lugar concreto de su surgimiento, sino que alteran la seguridad de las personas a escala global (Beck, 1998). Lo que pasa en un lugar determinado del globo puede afectar prácticamente la vida de la gente en cualquier otro sitio. Otro rasgo que distingue el riesgo actual es que no se agota en la incertidumbre respecto al presente, sino que contiene esencialmente un componente de futuro. Vale decir que el riesgo se basa en la incertidumbre por los daños visibles ahora y lo que estos entrañan respecto al futuro. El riesgo es real en tanto es amenaza perceptible en el presente, pero al mismo tiempo, irreal, porque es simbólico o subjetivo como proyección de las amenazas del futuro. Esto incide en cómo actúa la gente hoy en función de las amenazas que supone tendrá que enfrentar más adelante. En ese sentido, se actúa o se deja de hacerlo en función de lo que se prevé que pueda suceder mañana. Por ejemplo, la anticipación del desempleo como angustia actual, pero proyectada como una amenaza mayor en el futuro, repercute en la vida, las decisiones y el estado de ánimo del presente (Beck, 1998). Sociedad red o sociedad de la información La sociedad red la forma actual de la sociedad luego de las profundas transformaciones tecnoeconómicas de las últimas décadas. El rasgo fundamental de este cambio es que en el núcleo mismo de la lógica capitalista se ha instalado la tecnología de la infor- mación. La sociedad informacional se distingue por las siguientes características: - Su capacidad para producir y usar tecnologías de información como instrumento fundamental para el desarrollo. - La intensificación de los flujos de información y comunicación convertidos en el eje de la globalización económica. El acceso que se tenga a dichos flujos es vital para las sociedades. - La selectividad de estos flujos de información, dependiendo de la productividad y competitividad y del poder que se tenga en ellas. Estas redes inciden además en la sociedad sobre todo porque: o Determinan la posición de los actores, organizaciones, instituciones y economías. Éstos se distinguen entre sí según sea su posición en la red. o Definen las diferencias dentro de las redes como entre ellas, según sea la importancia estructural de los flujos de información creados por ellas. (Castells, 1997) Glosario Sociedad pluralista Sociedad pluralista es aquella que “acoge incluso a quienes la rechazan”. No es simplemente tolerante, sino mucho más que eso, porque la tolerancia se limita al mero respeto de los valores ajenos. Tolerar es pues “aguantar” al diferente, dejarlo estar, pero sin compartir nada con él; algo mínimo y reducido. En cambio, una sociedad pluralista va más allá, afirma como su valor propio que la diversidad y el disenso la enriquecen. En esa medida, no sólo admite en su seno a los distintos, sino que reconoce que lo diverso le es valioso y que el disenso es la base de una democracia digna de tal nombre. (Sartori, 2001). TDMA Viene de “Time Division Multiple Access” Es un estándar para comunicaciones celulares digitales originado en Estados Unidos. Técnicos populares Los técnicos populares es otro eslabón del campo informacional. Esta vez, a diferencia de la tecnoélite, es un sector proveniente de la clase media baja cuya formación se la realizó en institutos o centros no universitarios (en algunos casos sólo tienen un conocimiento empírico), pero compiten con 235 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 muchas capacidades en el mercado laboral informacional. Tecnoélite La tecnoélite es uno de los productores que actúan en el campo informacional. Se 236 trata de un grupo profesionalmente capacitado en universidades y que trabaja en un lugar importante de la producción del Internet. Su procedencia social suele ser de la clase media o media alta y poseen un capital educativo, económico, simbólico y social elevado. 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Antes de calcular el propio IDH, es necesario crear un índice para cada uno de sus Índices y estadísticas Del capítulo 2 Índice de especialización de las exportaciones de Herfindahl: Este índice es una medida absoluta de especialización. Su valor varia de 0 a 1, mientras más se acerca a este último valor mayor es el nivel de concentración de exportaciones en una determinada región. Se lo calcula de la siguiente manera: Supongamos que la estructura exportadora de una región medida por algún indicador (valor bruto de producción y valor de las exportaciones) está conformada por j=1,…,n sectores (INj). El total de las exportaciones es igual a un valor INtot: n HI = ∑ j=1 Componente Variable Definición Una larga vida Esperanza de vida al nacer Es el número de años que viviría un recién y saludable siguieran siendo las mismas a lo largo de toda su vida, periodo 2001. Fuente: INE. Conocimientos Alfabetización de adultos Tasa neta combinada de matriculación del nivel inicial, primaria y secundaria Índice de progreso (avance) social Un nivel de vida decoroso Años promedio de escolaridad Número de años en promedio de escolarización de la población igual o mayor a 19 años, periodo 2001. Fuente: INE. Consumo per cápita ($PPA/año) Consumo ajustado al PIB per cápita (PPA en $us/Año) periodo 2001. Fuente: UDAPE. Valores de referencia para el cálculo del IDH Indicador Esperanza de vida al nacer (años) Índice de Desarrollo Humano Municipal Para el cálculo de este índice se utilizó una metodología similar a la detallada en el Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003 (PNUD, 2003: 341) pero con variaciones en los indicadores que componen el índice a fin de hacerlo más sensible a la rea- secundaria se define como el número de alumnos inscritos en el nivel (inicial, primaria y secundaria) que tienen la edad para asistir total en edad correspondiente, periodo 2001. Fuente: Ministerio de Educación. INtot Índice de esperanza de vida + Índice de educación Índice de avance social = 2 La cobertura neta inicial, primaria y a ese nivel como porcentaje de la población 2 La base para la elaboración de este índice son los índices individuales estimados para cada una de las variables sociales que componen el IDH. Es la proporción de personas de 15 años o más que saben leer y escribir, periodo 2001. Fuente: INE. ( ) INj nacido vivo si las pautas de mortalidad existentes en el momento de su nacimiento Valor máximo Valor mínimo 85 25 Tasa de alfabetismo (%) 100 0 Tasa neta combinada de matriculación (inicial, primaria y secundaria) 100 0 15 0 40.000 100 Años promedio de escolaridad (años) Consumo per cápita (PPA, dólares EEUU) 263 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 tres componentes. A fin de calcular los índices de esos componentes – esperanza de vida, educación y consumo ajustado al PIB per-cápita- se escogen los valores mínimos y máximos (valores de referencia)- para cada uno de los tres indicadores (ver cuadro pag. anterior, valores de referencia). Respecto de cualquier componente del IDH se computan índices individuales aplicando la fórmula siguiente: Previamente se calcula un índice de nivel educacional a partir de la siguiente formula: Índice Índice Índice Indice. 2 Tasa.de. 1 Matriculación neta 1 Años.promedio. alfabet + combinada + de.escolaridad de.educ = 4 4 4 Finalmente se calcula el IDH de la siguiente manera: Valor.efectivo-Valor.minimo Indice = Valor.maximo-Valor.minimo En el caso del índice de consumo per capita: log(valor.observado) - log(100) Indice.consumo = log(40.000) - log(100) Categoría IDH = Indice. esperanza. de.vida + Indice.nivel. educacional + Indice.consumo 3 Para un análisis más preciso sobre el cálculo del Índice Municipal de Desarrollo Humano referirse al documento Ranking Municipal de Desarrollo Humano. Productos A. Bienes primarios Fruta fresca, carne, arroz, cocoa, te, café, madera, carbón, petróleo crudo, gas, minerales concentrados y chatarra B. Bienes industrializados - Manufacturas basadas en recursos naturales - Preparados de fruta fresca y carnes, bebidas, productos de madera, aceites vegetales. Metales básicos (excepto acero), derivados del petróleo, cemento, piedra preciosas, vidrio. - Manufacturas de baja tecnología - Textiles, ropa, calzado, manufacturas de cuero, bolsos de viaje. Cerámica, estructuras simples de metal, muebles, joyería, juguetes, productos plásticos. - Manufacturas de tecnología media - Vehículos de pasajeros y sus partes, vehículos comerciales, motocicletas y sus partes. Fibras sintéticas, químicos y pinturas, fertilizantes, plásticos, hierro y acero, cañerías y tubos. Maquinaria y motores, máquinas industriales, bombas, barcos y relojes. - Manufacturas de alta tecnología - Maquinas para procesamiento de datos, de telecomunicaciones, equipos de televisión y transistores, turbinas, equipos generadores de energía. Artículos farmacéuticos, aviones, instrumentos ópticos y de precisión, cámaras fotográficas B. Bienes industrializados - Electricidad, películas cinematográficas, impresos, transacciones especiales, oro, monedas, animales (mascotas), obras de arte. 264 Clasificación de la estructura de las Exportaciones de Bolivia La clasificación adoptada para las exportaciones bolivianas se basa en el documento de la CEPAL “Panorama de la inserción Internacional de América Latina y el Caribe 2001-2002). Esta clasificación agrupa los bienes según las características tecnológicas de su proceso productivo (DCII/II) y utiliza los datos del comercio organizados según la Clasificación Uniforme para el Comercio Internacional, versión 2 (CUCI Rev 2). El detalle de las categorías y ejemplos de productos se encuentran en el cuadro de la página anterior. Matriz de competitividad Del capítulo 3 Anexo estadístico Estos índices están calculados en base a preguntas de la Encuesta de Capacidades Informacionales 2003 (ver cuadro de la parte inferior de esta página). Índice de tolerancia El Índice de Tolerancia mide el grado en que las personas se sienten o sentirían cómodas teniendo como socio a alguien que consideren racial o culturalmente distinta y que en caso de conflicto tratarían de comprender sus razones. Del capítulo 4 Índice de confianza interpersonal Las matrices de competitividad analizadas en el documento son extraídas del Trade CAN que es una base de datos de comercio global. La fuente de datos del Trade CAN es COMTRADE, base oficial de datos de comercio mantenida por la Oficina de Estadística de las Naciones Unidas. Los datos brutos son los valores en dólares corrientes de las importaciones anuales, por rubro y país de origen en la Clasificación Uniforme para el Comercio Internacional, versión 2 (CUCI Rev2). Componentes ¿Con cuál de las siguientes frases está Ud. más de acuerdo? Tal como estamos hoy día en Bolivia… a. No se puede confiar en los demás porque la gente no es honesta (0) b. Se puede confiar en los demás porque la gente es honesta (1) Metodología Valores o categorías Se asigna el puntaje establecido entre paréntesis a cada respuesta Se construye una variable dicotómica: • 0 puntos: "Baja confianza" • 1 punto: "Alta confianza" Componentes Metodología Valores o categorías 1a.¿Se sentiría a gusto (cómodo) con un aymara como … vecino/a, amigo/a, socio de negocios, miembro de su familia? 1b.¿Se sentiría a gusto (cómodo) con un quechua como … vecino/a, amigo/a, socio de negocios, miembro de su familia? 1c. ¿Se sentiría a gusto (cómodo) con un blanco (kara) como … vecino/a, amigo/a, socio de negocios, miembro de su familia? 1d. ¿Se sentiría a gusto (cómodo) con un cholo o chola como … vecino/a, amigo/a, socio de negocios, miembro de su familia? 1e. ¿Se sentiría a gusto (cómodo) con un gringo o gringa como … vecino/a, amigo/a, socio de negocios, miembro de su familia? 1f. ¿Se sentiría a gusto (cómodo) con un homosexual (lesbiana gay) como … vecino/a, amigo/a, socio de negocios, miembro de su familia? Se utiliza el método de análisis factorial con el objetivo de seleccionar la variable más representativa que resuma y no duplique la información contenida en las 6 preguntas iniciales sobre tolerancia. Esa variable es la de "socio". A partir de esa variable y la suma de sus combinaciones (aymara, quechua, blanco, cholo y gringo) se construye el índice de convivencia asignándole el siguiente puntaje: 0 para los valores de 0 - 5 (alta tolerancia a la convivencia) y 1 para los valores de 6 - 10 (baja tolerancia a la convivencia) Luego se combina el índice de convivencia (IC) con la pregunta 2 de la siguiente manera: (a)cuando IC=0 y P2= 1, el puntaje es 1 (b) cuando IC=0 y P2=2, el puntaje es 0, (c) cuando IC= 1 y P2=1 el puntaje es 0 y (d) cuando IC=1 y P2=2, el puntaje es 0. Se construye una variable dicotómica: • 0 puntos: "Baja tolerancia" • 1 punto: "Alta tolerancia" 2. Cuando se trata de resolver un conflicto ¿qué considera Ud. que es más importante? ¿Tratar de comprender las razones de los demás o convencerlos de lo equivocados que están? 265 Índice de actitud de riesgo Este índice mide la capacidad de acción de una persona frente a situaciones de incertidumbre sobre su presente y/o futuro 266 Componentes Metodología Valores o categorías 1. Supongamos que le han ofrecido irse a otro país donde le ofrecen un mejor trabajo y doblarle sus ingresos, pero Ud. está conciente que yéndose a otro país Ud. tendría que enfrentarse a: 1a. La nostalgia de su país , usted ¿Se iría o no se iría? 1b. La lejanía de sus eres queridos, usted: ¿se iría o no se iría? 1c.Que sus hijos se desarraiguen de su país, usted ¿Se iría o no se iría? 1d. La discriminación hacia los bolivianos, usted ¿Se iría o no se iría? 1e. La violencia física que puede atentar contra su vida o la de sus hijos ¿Se iría o no se iría? Para la pregunta 1: Paso 1 Se asigna valores de la siguiente manera: si la respuesta a la pregunta 1a. es afirmativa se le asigna el valor1, si la respuesta a la pregunta 1b es afirmativa se le asigna el valor 2 , si la respuesta a la pregunta 1c es afirmativa se le asigna el valor 3, si la respuesta a la pregunta 1c es afirmativa se le asigna el valor 4, si la respuesta a la pregunta 1d es afirmativa se le asigna el valor 5. Si una persona tiene el valor de 5 en la pregunta 1e se le atribuye un índice de riesgo alto independientemente de las respuestas que tuvo en las otras preguntas y así sucesivamente considerando que el valor mayor incluía a los valores menores (índice de Guttman) El puntaje original va de 0 a 12 puntos. Se trabaja con una variable dicotómica bajo el siguiente criterio: 2. Supongamos que Ud. tiene un trabajo aceptable y aunque no gana a la altura de sus expectativas, goza de un cierta seguridad laboral. Supongamos que sucediera que: 2a. Le ofrezcan doblarse el sueldo y con un contrato de solo un año. ¿Se cambiaría o no se cambiaría? 2b. Le ofrezcan doblarle el sueldo y un contrato por cinco años. ¿Se cambiaría o no se cambiaría? Paso 2: Las personas que obtienen el valor cero en todas las preguntas se les asigna un valor de cero, las personas que obtienen un máximo valor de 1 o 2 se les asigna un valor de 1 (actitud de riesgo baja), las personas que obtienen un máximo valor de 3 o 4 se les asigna el valor de 2 (actitud de riesgo medio) y a las personas que obtienen el valor máximo de 5 se les asigna un valor de 3 (actitud de riesgo alto) 3. Imaginemos que usted es un comerciante y tiene un pequeño capital que quiere hacer trabaja. Por un pariente se ha enterado que puede comprar mercadería en la frontera y venderla en la ciudad lo que en un mes significaría que su capital se duplique o triplique. Pero la frontera es muy peligrosa, hay muchos asaltos, robos y hasta asesinatos. Ud. puede perder todo su dinero y hasta la vida ¿Ud . qué haría? a. Quedarse con su pequeño capital y no correr riesgos? (0) b. Hacer el viaje y el negocio con la posibilidad de duplicar y triplicar su capital? (3) Paso 3: a partir del paso 2 se le asigna cero a todas las personas que tienen el valor de 0 y 1 y se le asigna un valor de 3 a las personas que tienen un valor de 3. 4. Suponga que Ud. ha heredado una casa de sus padres quienes, a su vez, la heredaron de sus abuelos. Ud. Está muy contento con la casa. Al mismo tiempo tiene la posibilidad de emprender un negocio que promete ser muy próspero, pero requiere un buen capital de arranque. ¿Ud. Qué haría? a. Vender la casa y hacer el negocio? (3) b. Quedarse con la casa y renunciar al negocio? (0) Luego de asignados los puntajes en las preguntas 1 y 2 se suman a las preguntas 3 y 4 que tienen asignados los puntajes entre paréntesis. Para la pregunta 2: Se le asigna un valor de 0 a la respuesta no se cambiaría y 3 a si se cambiaría. Si responde a la 2a que si se cambiaría es actitud de riesgo alto, si responde a la 2b que si se cambiaría es actitud de riesgo medio. Cuando el valor es 0 y 2 es una actitud de riesgo medio y cuando responde 3 es riesgo alto • 0 - 5 puntos="Baja disposición al riesgo" • 6 - 12 puntos="Alta disposición al riesgo" Índice de Apertura al cambio Componentes Metodología 1. Supongamos que hasta ahora Ud. había trabajado relativamente tranquilo, pero resulta que hace dos semanas se han instalado al lado suyo personas que le están haciendo una fuerte competencia. ¿Ud. que hace? a. Hace todo lo posible para que se vayan. (0) b. Trata de imitarlos. (1) c. Se asocia con ellos. (2) d. Trata de mejorar su trabajo y ganarles. (3) A cada pregunta se le asigna el puntaje establecido entre paréntesis y luego se suman. Valores o categorías El puntaje original va de 0 a 12 puntos. Se construye una variable dicotómica: • 0 - 5 puntos: "Baja disposición al cambio" • 6 - 12 puntos: "Alta disposición al cambio" 2. Si Ud. s e viera enfrentado a una nueva situación de trabajo donde no conoce a nadie y tiene que aprender nuevas habilidad es porque lo que sabía hacer no le sirve. ¿cómo se sentiría..? a. Motivado – Entusiasmado (3) b. Preocupado (0) 3. Imaginemos que Ud. está caminando un día por la calle y se encuentra con una antiguo amigo que le cuenta que ha perdido todo lo que tenía y le confiesa que "está en la calle" ¿qué es lo primero que a Ud. se le viene a la mente..? a. Ud. piensa "está fregado, solo podrá salir adelante si alguien lo ayuda" (0) b. Ud. piensa "siempre se puede salir adelante y empezar de nuevo" (3) c. Ud piensa "son cosas del destino, no hay nada que hacer" (0) 4. Según Ud ¿En qué momento histórico el país ha estado mejor? a. Antes (0) b. Ahora (3) c. Lo mejor está por venir (3) Índice de Disposición de Apertura de la economía al mercado externo Componentes Metodología Valores o categorías Subíndice de inversión: 1. Dígame por favor si Ud. está de acuerdo o en desacuerdo con que “Bolivia debe recibir más inversiones extranjeras” 1. Para el subíndice de inversión: se asignan puntajes de la siguiente manera: (a) Cuando la P1=1 y P2=1, el puntaje es 3, (b) Cuando la P1=1 y P2=0, el puntaje es 1, (c ) Cuando la P1=0 y P2=1, el puntaje es 1, (d) Cuando la P1=0 y P2=0, el puntaje es 0. El puntaje original va de 0 a 9 puntos. Se construye una variable dicotómica: 2. Dígame por favor si Ud. está de acuerdo o en desacuerdo con que “Las inversiones extranjeras que llegan al país siempre son buenas, no importa de dónde vengan”. De acuerdo (1) En desacuerdo (0) 2. Para el subíndice de empresas transnacionales se asignan puntajes de la siguiente manera: (a) Cuando la P1=1 y P2=1, el puntaje es 3, (b) Cuando la P1=1 y P2=0, el puntaje es 1, (c ) Cuando la P1=0 y P2=1, el puntaje es 1, (d) Cuando la P1=0 y P2=0, el puntaje es 0. • 0 - 5 puntos: "Baja disposición a la apertura de la economía al mercado externo mercado" • 6 - 9 puntos: "Alta disposición a la apertura de la economía al mercado externo" Subíndice de empresas transnacionales : 1. Dígame por favor si Ud. está de acuerdo o en desacuerdo con que “Se deben establecer más transnacionales en el país”: De acuerdo (1) En desacuerdo (0) 2. Dígame por favor si Ud. está de acuerdo o en desacuerdo con que “Las empresas transnacionales solo buscan llevarse la riqueza de Bolivia para afuera”: De acuerdo (0) En desacuerdo (1) 3. El índice de industria nacional se le asigna el puntaje establecido dado que es una sola pregunta Luego de asignado el puntaje se suman los tres subíndices Subíndice de industria nacional 1. Dígame por favor si Ud. está de acuerdo o en desacuerdo con que “Para proteger la industria nacional hay que impedir que entren productos extranjeros al país, aunque sean mejores y más baratos” De acuerdo (0) En desacuerdo (3) 267 Índice de Apertura Tecnológica Componentes Metodología Valores o categorías 1. Las computadoras y el Internet están cada vez más presentes en la vida de la gente en nuestro país. Dígame por favor ¿Con cuál de las siguientes frases está usted más de acuerdo? 1a. Hoy en día no se puede vivir sin computadoras y sin Internet (1) o Hoy en día se puede vivir sin computadoras y sin Internet (0) 1b. Las computadoras y el Internet no aportan al desarrollo del país (0) o Las computadoras y el Internet aportan al desarrollo del país (1) 1c. Las computadoras y el Internet atentan contra nuestra cultura (0) o Las computadoras y el Internet enriquecen nuestra cultura. (1) 1d. Las computadoras y el Internet no sirven a la gante pobre (0) o Las computadoras y el Intenet también sirven a la gente pobre (1) 1e. Las computadoras y el Internet están mejorando nuestra vida (1) o Las computadora y el Internet testan empeorando nuestra vida. (0) Se asigna el puntaje establecido entre paréntesis y se suman todas las respuestas El puntaje original va de 0 - 5, se construye una variable dicotómica: • 0 - 3 puntos = “Baja disposición a la apertura tecnológica” • 4 - 5 puntos = “Alta disposición a la apertura tecnológica” Disposición de apertura de la economía al mercado externo Indicador Total Nivel Socioeconómico Alto/Medio Alto Medio Pobre Pobre Extremo Edad 15-19 20-29 30-39 40-49 50 y más Región Amazonía urbana Amazonía rural Santa Cruz - Tarija urbana Santa Cruz - Tarija rural Oruro - Chuquisaca - Potosí urbano Oruro - Chuquisaca - Potosí rural La Paz urbana La Paz rural Cochabamba urbana Cochabamba rural Autoidentificación étnica Mestizo - indígena Mestizo Indígena Criollo y otros(1) Fuente: ECADI-03 Apertura de la economía al mercado externo 21.70% 24.2% 22.9% 21.8% 18.8% 16.5% 22.6% 21.1% 24.3% 23.9% 27.6% 17.1% 25.4% 34.6% 15.3% 16.7% 15.1% 27.2% 24.5% 21.7% 21.9% 23.4% 20.8% 19.0% (1) Otros corresponden a las personas que no se consideran pertenecientes a ningún pueblo indígena ni tampoco se considera mestizo Los que están por encima de la media tienen alta disposición a la apertura de mercados Los que están por debajo de la media tienen baja disposición a la apertura de mercados 268 Referencias Estadísticas Anexo estadístico Tipología de grupos de población según su disposición al cambio y al riesgo Tipo de Grupo Descripción Total Adaptación Inseguridad Inseguridad Oposición pragmática simbólica material y/o rechazo Riesgo y Cambio Solo Cambio Ninguno Solo Riesgo 27.3 47 17.7 7.9 15-19 31.9% 48.4% 12.5% 7.3% 20-29 28.0% 45.9% 17.4% 8.7% 30-39 29.1% 46.0% 17.7% 7.2% 40-49 27.9% 42.9% 20.2% 9.0% 50 y más 20.6% 51.3% 20.6% 7.5% Alto/Medio Alto 32.2% 55.7% 9.9% 2.1% Medio 34.6% 45.2% 12.6% 7.6% Pobre 23.8% 50.4% 18.1% 7.8% Pobre Extremo 23.3% 37.6% 27.3% 11.8% Amazonía urbana 16.9% 46.5% 23.9% 12.7% Amazonía rural 21.1% 36.8% 28.9% 13.2% Santa Cruz - Tarija urbana 31.6% 46.3% 12.6% 9.5% Santa Cruz - Tarija rural 17.1% 49.7% 24.9% 8.3% Oruro - Chuquisaca - Potosí urbano 26.8% 50.7% 15.5% 7.0% Oruro - Chuquisaca - Potosí rural 20.4% 41.0% 30.6% 8.0% La Paz urbana 28.3% 48.9% 16.7% 6.2% La Paz rural 25.8% 48.7% 15.5% 10.1% Cochabamba urbana 31.3% 49.7% 11.1% 7.8% Cochabamba rural 35.0% 43.5% 18.1% 3.5% Mestizo - indígena 29.5% 46.5% 17.7% 6.3% Mestizo 26.7% 46.2% 16.8% 10.3% Indígena 21.3% 49.4% 18.7% 10.6% Criollo y otros 24.3% 47.8% 17.3% 10.6% Sí 38.0% 48.0% 8.0% 6.0% No 23.7% 46.7% 21.0% 8.6% El país estaba mejor antes 27.3% 40.3% 24.5% 11.5% El país esta mejor ahora 37.4% 49.0% 9.9% 3.7% Lo mejor para el país está recién por venir 33.1% 61.9% 4.1% 0.9% Edad Nivel socioeconómico Región Grupo étnico Uso de Internet Visión de futuro 269 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 Tipología de grupos de población según su disposición al cambio y al mercado Tipo de Grupo Descripción TOTAL Edad 15-19 20-29 30-39 40-49 50 y más Nivel Socioeconómico Alto/Medio Alto Medio Pobre Pobre Extremo Región Amazonía urbana Amazonía rural Santa Cruz - Tarija urbana Santa Cruz - Tarija rural Oruro - Chuquisaca - Potosí urbano Oruro - Chuquisaca - Potosí rural La Paz urbana La Paz rural Cochabamba urbana Cochabamba rural Grupo étnico Mestizo - indígena Mestizo Indígena Criollo y otros(1) Visión de futuro El país estaba mejor antes El país esta mejor ahora Lo mejor para el país está recién por venir Confianza Desconfianza Desaliento Cambio y mercado Solo cambio Ninguno Pasividad y conservadurismo Solo mercado 16.9% 59.4% 18.9% 4.8% 12.8% 17.4% 17.2% 19.7% 18.0% 67.8% 58.0% 60.3% 54.5% 56.0% 15.6% 19.4% 18.5% 21.1% 20.1% 3.8% 5.2% 4.0% 4.6% 5.9% 21.5% 17.8% 17.9% 11.3% 65.5% 62.8% 59.0% 52.6% 10.2% 14.2% 19.2% 28.7% 2.8% 5.2% 3.8% 7.5% 17.1% 9.5% 21.7% 25.5% 12.8% 12.2% 12.6% 20.2% 18.7% 14.9% 47.4% 47.6% 54.9% 40.4% 64.9% 57.2% 67.3% 55.9% 63.5% 65.5% 25.0% 35.7% 19.7% 25.0% 19.9% 26.3% 17.5% 17.1% 12.0% 12.9% 10.5% 7.1% 3.8% 9.0% 2.4% 4.2% 2.6% 6.7% 5.8% 6.7% 17.6% 18.8% 14.7% 12.9% 60.9% 53.9% 59.7% 58.5% 17.2% 22.7% 19.3% 22.6% 4.2% 4.6% 6.4% 6.0% 14.1% 18.5% 22.9% 51.8% 70.2% 73.2% 27.2% 9.4% 2.8% 6.9% 1.9% 1.0% Fuente: ECADI-03 (1) Otros corresponden a las personas que no se consideran pertenecientes a ningún pueblo indígena ni tampoco se considera mestizo Del capítulo 5 Grupo de control para análisis de datos Para analizar las diferencias de percepción entre las personas que alguna vez han usado Internet con relación a las que nunca lo han hecho y que esta comparación no este sesgado por las diferencias socio-económicas que podrían existir entre ambos grupos, se construyó un grupo de población para este análisis con características socio-demográficas y de edad muy similares y que divergen solamente en cuanto a su utilización de 270 Internet. Este grupo llamado de “control” tiene las siguientes características: 1. Personas que viven en zonas urbanas, 2. Personas de nivel socioeconómico medio-alto (A/B – C) 3. Personas de 15 a 29 años de edad. Del grupo de personas que cumplen con todos estos requisitos (520 personas – 14.4% del total de encuestados) el 75% (389 personas) alguna vez utilizaron Internet, mientras que el 25% (131 personas) nunca lo hicieron. Los gráficos sobre “percepciones generales”, “sociabilidad y confianza” e “identificación”, deben ser leídos con esta aclaración metodológica. 271 Clasificación 2001 0.70 0.75 0.66 0.64 0.81 0.83 0.88 0.85 0.86 0.80 0.82 0.78 0.71 0.81 0.74 0.76 0.70 0.76 0.76 0.64 0.73 0.67 0.73 0.40 0.87 0.70 0.41 0.89 0.75 0.57 2001 0.722 0.777 0.655 0.672 0.849 0.834 0.832 0.831 0.806 0.800 0.788 0.779 0.777 0.775 0.752 0.751 0.737 0.731 0.719 0.672 0.667 0.652 0.643 0.467 0.908 0.684 0.440 0.927 0.744 0.561 0.75 0.86 0.70 0.85 0.94 0.93 0.86 0.89 0.90 0.86 0.86 0.85 0.90 0.84 0.88 0.84 0.81 0.85 0.74 0.85 0.71 0.65 0.66 0.51 0.95 0.74 0.50 0.96 0.82 0.59 2001 Valor del índice Indice de de desarrollo esperanza Indice de educación humano (IDH) de vida 0.72 0.71 0.61 0.52 0.79 0.74 0.76 0.75 0.66 0.74 0.68 0.71 0.72 0.67 0.64 0.66 0.71 0.58 0.66 0.52 0.56 0.63 0.53 0.49 0.91 0.62 0.41 0.93 0.67 0.52 2001 Indice del PIB 66.7 70.3 64.4 63.3 73.9 75.0 77.9 75.8 76.5 73.1 74.4 71.8 67.8 73.5 69.4 70.5 66.7 70.5 70.4 63.3 68.8 65.3 69.1 49.1 77.1 67.0 49.4 78.1 69.8 59.1 2001 .. 89.2 74.5 86.0 96.9 97.6 95.7 95.9 96.8 91.4 92.1 91.9 87.3 92.8 90.2 93.5 84.0 91.8 79.2 86.0 75.6 69.2 66.8 50.8 .. 78.1 55.0 .. 86.6 63.0 2001 64.0 81.0 60.0 84.0 89.0 c,d 84.0 c 66.0 76.0 c 76.0 74.0 c 75.0 d 71.0 95.0 c 68.0 83.0 c,d 64.0 c,e 74.0 c 72.0 c 64.0 84.0 c 62.0 c 57.0 c 65.0 c,d 52.0 e 89.0 64.0 41.0 92.0 70.0 51.0 2000-01 7.376 7.050 3.850 2.300 11.320 8.400 9.460 9.190 5,259 d,g 8,430 f 5.750 7.040 7.360 5.670 4.570 5.210 7.020 3.280 5.260 2.300 2.830 4.400 2,450 d,f 1,860 f 23.135 4.053 1.186 26.989 5.519 2.230 2001 Tasa de Tasa bruta Esperanza de alfabetización de combinada de PIB per vida al nacer adultos (% de 15 matriculación cápita (PPA (años) años de edad y primaria, secundaria en USD) mayores) y terciaria (%) b Indice de desarrollo humano y sus componentes .. .. .. 114 34 40 42 43 52 55 59 64 65 69 82 84 94 97 105 114 115 119 121 150 .. .. .. .. .. .. 2001 Puesto en el ranking mundiala Fuente: Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003. Nota: a. La clasificación según el IDH se determina utilizando valores del IDH con seis decimales. b. Los datos se refieren al año escolar 2000/01. Los datos de algunos países pueden proceder de estimaciones nacionales o elaboradas por el Instituto de Estadística de la UNESCO. Para más detalles, véase http://www.uis.unesco.org/. Como los datos provienen de fuentes distintas, las comparaciones entre países deben realizarse con cautela. c. Estimaciones preliminares del Instituto de Estadística de la UNESCO, sujetas a revisión. d. Los datos se refieren a un año distinto del especificado. e. Datos correspondientes al año escolar 1999/2000, facilitados por el instituto de Estadística de la UNESCO para el Informe de Desarrollo Humano 2001. f. Estimación basada en una regresión. g. Aten, Heston y Summers 2002. Mundo América Latina y el Caribe Países en Desarrollo Bolivia Argentina Uruguay Costa Rica Chile Cuba México Panamá Colombia Brasil Venezuela Perú Paraguay Rep. Dominicana Ecuador El Salvador Bolivia Honduras Guatemala Nicaragua Haití Desarrollo humano alto Desarrollo humano medio Desarrollo humano bajo Ingresos altos Ingresos medios Ingresos bajos Tabla 1 Parte B: Indicadores de desarrollo humano Bolivia en el mundo Bolivia en América Latina Grupos de países Tabla 2 1995 0.829 0.814 0.815 0.811 .. 0.771 0.768 0.758 0.738 0.765 0.729 0.744 0.703 0.720 0.692 0.631 0.648 0.617 .. 0.456 0.451 0.443 0.342 0.347 0.605 0.704 0.405 0.567 0.380 0.414 1990 0.807 0.799 0.794 0.780 .. 0.757 0.750 0.731 0.712 0.755 0.702 0.726 0.683 0.704 0.653 0.598 0.626 0.587 .. 0.457 0.413 0.414 0.330 0.319 0.572 0.756 0.420 0.614 0.417 0.461 1985 0.804 0.779 0.776 0.752 .. 0.748 0.744 0.711 0.691 0.737 0.691 0.714 0.675 0.694 0.614 0.573 0.603 0.563 .. 0.461 0.368 0.384 0.305 0.297 0.530 0.739 0.422 0.626 0.429 0.478 1980 0.797 0.775 0.774 0.735 .. 0.729 0.729 0.696 0.678 0.729 0.668 0.708 0.654 0.672 0.595 0.546 0.571 0.551 .. 0.446 0.326 0.352 0.265 0.267 0.480 0.718 0.413 0.570 0.426 0.470 0.784 0.756 0.749 0.700 .. 0.684 0.710 0.667 0.643 0.715 0.639 0.674 0.625 0.627 0.595 0.511 0.522 0.514 .. .. 0.287 0.336 0.265 0.263 0.433 .. 0.380 0.544 0.419 0.462 Argentina Uruguay Costa Rica Chile Cuba México Panamá Colombia Brasil Venezuela Perú Paraguay Rep. Dominicana Ecuador El Salvador Bolivia Honduras Guatemala Nicaragua Haití Nepal Bangladesh Chad Guinea-Bissau Egipto Moldavia, República de Costa de Marfil Zimbabwe Congo, Rep. Dem. del Zambia Evolución del índice de desarrollo humano (1975-2001) 1975 Clasificación Fuente: Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003. Grupos de países Bolivia en América Latina De mejor desempeño (1975-2001) De menor desempeño (1975-2001) 272 0.386 0.363 0.496 0.396 0.700 0.648 0.373 0.376 0.502 0.499 0.467 0.643 0.652 0.667 0.672 0.719 0.731 0.737 0.751 0.752 0.775 0.777 0.779 0.788 0.800 0.806 0.831 0.832 0.834 0.849 2001 163 167 145 161 108 120 166 165 139 143 150 121 119 115 114 105 97 94 84 82 69 65 64 59 55 52 43 42 40 34 2001 Puesto en el ranking mundial 273 Clasificación 58.4 61.0 55.8 46.7 67.1 68.7 67.8 63.4 70.7 62.4 66.2 61.6 59.5 65.7 55.4 65.9 59.7 58.8 58.2 46.7 53.8 53.7 55.1 48.5 70.2 56.9 43.5 71.5 62.3 48.7 1970-75 b b 66.6 70.4 65.1 63.9 74.2 75.3 78.1 76.1 76.7 73.4 74.7 72.2 68.1 73.7 69.8 70.9 66.7 70.8 70.7 63.9 68.9 65.8 69.5 49.5 .. 67.4 .. .. 70.7 59.6 2000-05 (años) Esperanza de vida al nacer Hombres 2000-05b 64.4 66.5 62.0 60.0 72.3 73.2 81.1 76.8 79.1 71.5 76.3 70.9 59.7 73.2 68.0 71.4 62.3 70.3 67.3 60.0 65.4 59.0 66.5 34.5 78.8 65.3 39.1 80.9 68.6 54.2 Mujeres 2000-05b 72.9 78.7 69.2 68.0 85.3 85.8 88.3 86.3 85.1 82.1 85.1 80.8 76.5 83.5 77.0 79.8 72.0 78.6 77.6 68.0 73.4 70.5 75.2 36.1 88.3 74.4 41.7 89.5 79.5 59.6 96 86 109 144 59 48 62 78 34 79 46 69 95 47 115 57 91 87 111 144 116 115 113 148 32 102 139 22 86 127 1970 56 28 61 60 16 14 9 10 17 24 19 19 31 19 30 26 41 24 33 60 31 43 36 79 9 45 104 5 31 80 2001 Probabilidad al nacer de Tasa de mortalidad infantil sobrevivir hasta los 65 añosa (por 1.000 nacidos vivos) Salud Tasas de mortalidad materna notificadas 147 123 167 243 71 57 83 98 43 110 68 108 135 61 178 76 128 140 162 243 170 168 165 221 42 155 226 28 122 203 1970 81 34 89 77 19 16 11 12 9 29 25 23 36 22 39 30 47 30 39 77 38 58 43 123 11 61 162 7 38 119 2001 .. .. .. 390 41 26 29 23 33 55 70 80 160 60 190 190 230d 160 120 390 110 190 150 520 .. .. .. .. .. .. 1985-2001c (por 1.000 nacidos vivos) (por 1.000 nacidos vivos) Tasa de mortalidad de niños menores de 5 años Fuente: Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003. Nota: a. Los datos se refieren a la probabilidad, al nacer, de sobrevivir hasta los 65 años de edad, multiplicada por 100. b. Los datos se refieren a estimaciones o proyecciones correspondientes al período especificado. c. Los datos correspondientes a la mortalidad materna son los facilitados por las autoridades nacionales. Periódicamente, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) los evalúan y realizan ajustes para explicar los problemas manifiestos de informes insuficientes y de errores en la clasificación de la mortalidad materna, así como para elaborar estimaciones sobre los países que no cuentan con datos. Los datos se refieren al año más reciente disponible en el período especificado. d. Los datos se refieren a un año o período distinto del especificado, difieren de la definición normalizada o se refieren sólo a parte de un país. Mundo América Latina y el Caribe Países en desarrollo Bolivia Argentina Uruguay Costa Rica Chile Cuba México Panamá Colombia Brasil Venezuela Perú Paraguay Rep. Dominicana Ecuador El Salvador Bolivia Honduras Guatemala Nicaragua Haití Desarrollo humano alto Desarrollo humano medio Desarrollo humano bajo Ingresos altos Ingresos medios Ingresos bajos Tabla 3 Bolivia en el mundo Bolivia en América Latina Grupos de países Clasificación Servicios básicos y de salud 61f 77 51 70 .. 94 93 96 98 74 92 86 76 68 71 94 67 86 82 70 75 81 85 28 .. 51 51 .. 60 44 82f 86 78 83 .. 98 95 93 91 88 90 91 87 83 80 78 86 85 77 83 88 92 77 46 .. 82 62 .. 82 76 .. .. .. 50-79 50-79 50-79 95-100 80-94 95-100 80-94 80-94 80-94 0-49 80-94 50-79 0-49 50-79 0-49 80-94 50-79 0-49 50-79 0-49 0-49 .. .. .. .. .. .. .. .. .. 130 294 375 178 115 590 130 117 109 158 203 117 117 216 138 121 130 83 90 61 25 .. .. .. .. .. .. .. 12 18 23 .. 3 5 4 13 5 18 13 10 21 11 14 26 5 14 23 21 25 29 50 .. 15 31 .. 10 25 Personas Médicos desnutridas a servicios de sostenible a sostenible a saneamiento fuentes de agua medicamentos (% de la adecuados mejoradas esenciales asequibles (por 100.000 habitantes) población total) a (%) (%) (%) 1990-2002b 1998/2000c 2000 2000 1999 Población con acceso… 119 41 144 116 30 15 7 10 6 19 28 29 44 22 94 43 88 94 36 116 46 48 35 190 12 137 188 9 85 197 2001d (por 100.000 habitantes) Casos de tuberculosis 79 95 78 94 99 99 92 97 99 99 99 86 99 94 88 51 96 99 99 94 99 92 98 71 .. 80 73 .. 85 75 Contra la tuberculosis (%) 2001 72 91 69 79 94 94 82 97 99 97 97 75 99 49 97 77 98 99 97 79 95 90 99 53 91 74 57 89 86 60 Contra el sarampión (%) 2001 Niños de un año totalmente inmunizados .. .. .. 2.1 4.2 2.0 6.7 2.2 4.9 1.8 4.6 1.2 3.0 2.5 1.3 0.7 1.6 1.5 1.4 2.1 3.3 1.8 7.0 1.2 .. .. .. .. .. .. 1990 .. .. .. 4.9 4.7 5.1 4.4 3.1 6.1 2.5 5.3 5.4 3.4 2.7 2.8 3.0 1.8 1.2 3.8 4.9 4.3 2.3 2.3 2.4 .. .. .. .. .. .. 1998-2000 (% del PIB)e Gasto público en salud Fuente: Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003. Nota: a. Los datos sobre el acceso a medicamentos esenciales se basan en estimaciones estadísticas recibidas de las oficinas regionales y nacionales y de los asesores regionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) o extraídas de la Encuesta Mundial sobre la Situación en materia de Medicamentos realizada en 1998-99. El departameno divide las estimaciones en cuatro grupos, a saber: acceso muy reducido (0 a 49%), acceso reducido (50 a 79%), acceso medio (80 a 94%) y acceso óptimo (95 a 100%). La OMS suele utilizar estos grupos, recogidos aquí para interpretar los datos, ya que las estimaciones reales pueden arrojar resultados más precisos que los que podrían generar los mismos. b. Los datos se refieren al año más reciente disponible en el período indicado. c. Los datos se refieren al promedio de los años especificados. d. Los datos se refieren a la incidencia de los casos de tuberculosos con frontis positivo. e. Es posible que los datos de algunos países difieran ligeramente de los facilitados en el cuadro 6 (de la OMS 2003b, Informe de Desarrollo Humano 2003). f. Los datos se refieren a las cifras totales según UNICEF 2003b. Mundo América Latina y el Caribe Países en desarrollo Bolivia Argentina Uruguay Costa Rica Chile Cuba México Panamá Colombia Brasil Venezuela Perú Paraguay Rep. Dominicana Ecuador El Salvador Bolivia Honduras Guatemala Nicaragua Haití Desarrollo humano alto Desarrollo humano medio Desarrollo humano bajo Ingresos altos Ingresos medios Ingresos bajos Tabla 4 Bolivia en el mundo Bolivia en América Latina Grupos de países 274 275 Clasificación .. 85.0 67.2 78.1 95.7 96.5 93.9 94.0 95.1 87.3 89.0 88.4 82.0 88.9 85.5 90.3 79.4 87.6 72.4 78.1 68.1 61.0 62.7 39.7 .. 71.8 42.8 .. 80.9 54.8 .. 89.2 74.5 86.0 96.9 97.6 95.7 95.9 96.8 91.4 92.1 91.9 87.3 92.8 90.2 93.5 84.0 91.8 79.2 86.0 75.6 69.2 66.8 50.8 .. 78.1 55.0 .. 86.6 63.0 .. 92.7 81.1 92.6 98.2 98.7 97.4 98.1 99.3 95.2 95.3 94.9 91.8 96.0 94.5 95.6 87.5 95.5 83.8 92.6 79.7 73.4 68.2 54.8 .. 84.5 59.8 .. 93.1 68.0 .. 95.2 84.8 96.1 98.6 99.1 98.3 98.9 99.8 97.2 96.9 97.0 95.5 98.1 96.9 97.2 91.4 97.3 88.5 96.1 85.5 79.6 72.0 65.3 .. 87.8 71.5 .. 95.4 75.9 2001 1990 1990 2001 (% 15 a 24 años) (% 15 años y más) 82 87 80 91 .. 91f 86 88 92 100 91 .. 86 88 .. 93 .. .. 75g 91 89f .. 72 22 97 86 50 97 92 69 1990-91 84 97 82 97 107h 90h 91 89h 97 103h 100 89 97h 88 104h,i 92h 93 99 81i 97 88 84 81 .. 98 88 59 97 93 74 2000-01b (%)a Tasa de alfabetización Tasa de alfabetización Tasa neta de matriculación en primaria de adultos de jóvenes Educación .. .. .. .. 30 24 18 43 21 31 27 31 23 .. .. 22 25 .. 20 .. 26 .. 31 .. .. .. .. .. .. .. Estudiantes de terciaria en ciencias, matemáticas e ingeniería (% de todos los estudiantes de terciaria) 1994-97c .. .. .. 2.3 1.1 3.0 4.4 2.5 .. 3.6 4.7 2.5 .. 3.0 2.2 1.1 .. 2.8 1.9 2.3 .. 1.4 3.4 1.4 .. .. .. .. .. .. 1990e .. .. .. 5.5 4.0h 2.8h 4.4 4.2h 8.5 4.4h 5.9 .. 4.7 .. 3.3h 5.0 2.5 1.6 2.3j 5.5 4.0j 1.7 5.0 1.1j .. .. .. .. .. .. 1998-2000c % del PIBd Gasto público en educación Fuente: Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003. Nota: a. Los datos se refieren al año escolar 1990/91 ó 2000/01. La tasa neta de matriculación es la tasa de niños matriculados con la edad oficial en el nivel de educacion indicado y con respecto a la población en edad escolar. Las tasas de matriculación superiores a 100 reflejan una discrepancia entre esos dos conjuntos de datos. b. Los datos de algunos países pueden corresponder a estimaciones nacionales o del Instituto de Estadística de la UNESCO. Para más detalles, véase http://www.uis.unesco.org/. Como los datos provienen de distintas fuentes, la comparación entre países debe realizarse con cautela. c. Los datos se refieren al año más reciente disponible durante el período especificado. d. Los datos se refieren al gasto público total en educación, incluido el gasto corriente y de capital. e. Los datos pueden no ser comparables entre países debido a las diferencias en los métodos de recopilación de datos. f. Los datos se refieren al año escolar 1991/92. g. Los datos se refieren al año escol ar 1992/93. h. Estimaciones preliminares del Instituo de Estadística de la UNESCO, sujetas a ulterior revisión. i. Los datos se refieren al año escolar 1999/2000. j. Cuando no se dispone de estimaciones nacionales, los datos corresponden a la estimación del Instituto de Estadística de la UNESCO. Mundo América Latina y el Caribe Países en desarrollo Bolivia Argentina Uruguay Costa Rica Chile Cuba México Panamá Colombia Brasil Venezuela Perú Paraguay Rep. Dominicana Ecuador El Salvador Bolivia Honduras Guatemala Nicaragua Haití Desarrollo humano alto Desarrollo humano medio Desarrollo humano bajo Ingresos altos Ingresos medios Ingresos bajos Tabla 5 Bolivia en el mundo Bolivia en América Latina Grupos de países Clasificación 30.721.0 1.905.2 6.110.3 8.0 268.6 18.7 16.1 66.5 .. 617.8 10.2 82.4 502.5 124.9 54.0 7.2 21.2 18.0 13.7 8.0 6.4 20.5 .. 3.7 25.935.7 4.443.6 233.1 24.583.9 5.155.7 1.082.1 2001e 44.995.0 3.666.7 18.579.4 19.6 424.4 28.2 36.7 141.6 .. 838.2c 16.7 302.8 1.268.6 139.5 120.4 29.4 59.7 42.3 33.7 19.6 18.6 51.4 .. 15.1c 27.530.2 16.505.9 878.0 25.180.8 14.720.0 5.587.4 2001e PIB Miles de PPA en miles millones de de millones de USD USD 5.133 3.752 1.270 936 7.166 5.554 4.159 4.314 .. 6.214 3.511 1.915 2.915 5.073 2.051 1.279 2.494 1.396 2.147 936 970 1.754 .. 460 22.005 1.102 315 26.395 1.928 432 2001 USD 7.376 7.050 3.850 2.300 11.320 8.400 9.460 9.190 .. 8430c 5.750 7.040 7.360 5.670 4.570 5.210 7.020 3.280 5.260 2.300 2.830 4.400 .. 1860c 23.135 4.053 1.186 26.989 5.519 2.230 2001 PPA en USD 1.2 0.7 2.3 -0.4 0.4 1.4 1.2 4.1 .. 0.9 0.8 1.5 0.8 -0.9 -0.7 0.6 1.8 0.2 0.1 -0.4 0.1 0.1 -4d -2.0 2.0 1.7 0.1 2.1 1.6 1.6 1.2 1.5 2.9 1.4 2.3 2.1 2.8 4.7 3.7d 1.5 2.1 0.8 1.4 -0.6 2.4 -0.6 4.2 -0.3 2.4 1.4 0.3 1.4 -0.1d -2.5 1.7 2.1 0.3 1.7 2.2 1.4 1975-2001 1990-2001 Tasa de crecimiento anual del PIB per cápita (%) Economía y desigualdad. PIB per cápita .. .. .. 24.6 .. 21.6 20.7 43.2 .. 34.6 29.8 42.7 65.8 44.0 22.3 91.1 17.7 15.4 33.6 24.6 91.8 29.1 70.7 .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 12.3 .. 11.2 11.5 19.3 .. 17.0 14.7 20.3 29.7 17.7 11.7 31.8 10.5 9.2 17.3 12.3 30.3 15.8 27.9 .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 44.7 .. 44.8 45.9 57.5 .. 51.9 48.5 57.1 60.7 49.5 46.2 57.7 47.4 43.7 50.8 44.7 59.0 55.8 60.3 .. .. .. .. .. .. .. 20% más rico Coeficiente respecto del de Ginib 20% más pobrea (Encuestas entre 1995 y 1999) 10% más rico respecto del 10% más pobrea Indice de desigualdad Fuente: Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003 Nota: Dado que las encuestas subyacentes sobre los hogares difieren tanto en la metodología como en el tipo de datos recogidos, los datos de distribución no son estríctamente comparables entre países. a. Los datos muestran la relación entre la participación en los ingresos o consumo del grupo más rico y la del grupo más pobre. b. El coeficiente de Gini mide la desigualdad a lo largo de toda la distribución de los ingresos o consumo. Un valor de 0 representa la igualdad perfecta y un valor de 100, la desigualdad perfecta. c. Estimación basada en una regresión. d. Los datos se refieren a un período más corto que el especificado. e. Las cifras de países, grupos de países, regiones y mundiales están expresadas en totales. Mundo América Latina y el Caribe Países en desarrollo Bolivia Argentina Uruguay Costa Rica Chile Cuba México Panamá Colombia Brasil Venezuela Perú Paraguay Rep. Dominicana Ecuador El Salvador Bolivia Honduras Guatemala Nicaragua Haití Desarrollo humano alto Desarrollo humano medio Desarrollo humano bajo Ingresos altos Ingresos medios Ingresos bajos Tabla 6 Bolivia en el mundo Bolivia en América Latina Grupos de países 276 277 25 24 5 18 41 31 .. 20 34 15 Países en desarrollo Bolivia Argentina Uruguay Costa Rica Chile Cuba México Panamá Colombia 14 39 44 27 31 24 40 25 46 20 19 19 26 20 19 21 Perú Paraguay Rep. Dominicana Ecuador El Salvador Bolivia Honduras Guatemala Nicaragua Haití Desarrollo humano alto Desarrollo humano medio Desarrollo humano bajo Ingresos altos Ingresos medios Ingresos bajos 23 10 24 35 35 .. 19 38 21 8 39 16 33 34 33 19 23 36 21 25 18 24 10 20 45 33 18a 30 35 19 14 18 17 38 32 34 43 24 55 28 .. 33 21 18 28 28 24 20 22 30 a 20 27 20 26 32 25 14 a 20 19 1990 28 2001 Fuente: Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003. 28 30 24 a 26 29 .. 5 .. 82 61 52a 79 47 .. 16 .. .. 19 .. .. 18 29a .. 14 .. 85 .. 15 13 .. 0 13 8 87 92 .. .. 0 38 62 76 19 5 0 27 9 24 72 91 38 17 0 22 5 78 95 18 58 0 55 38 44 62 29 48 (.) 12 2 88 98 31 .. .. .. .. .. .. 24 .. (.) 16 10 84 .. 23 24 0 22 18 78 82 16 81 2 11 10 89 90 23 78 6 54 52 44 47 13 17 0 39 25 61 74 19 20 0 13 21 87 78 33 a 7 85 43 1 18 11 80 87 15 0 62 27 38 66 56 0 42 39 58 61 28 0 33 29 66 71 .. 0 22 5 78 95 .. 8 73 60 .. .. .. 4 49 34 .. 16 78 73 .. 40 1990 2001 .. 1990 2001 65 1990 7b 22 24 1a 19 a 23 .. 3 8 1a 10 7 4 .. 4 2 2 18 7 1a 22 .. 1 36 2 9 10 27 15 23 2001 De productos manufacturados De productos de alta tecnología (% de exportaciones de (% de exportaciones de mercancías) manufacturados) Exportaciones De productos primarios (% de exportaciones de mercancías) Comercio .. 16a 35 43 19 11 18 34 18 29 2001 De bienes y servicios (% del PIB) Nota: a. Los datos se refieren al año 2000. b. Los datos se refieren a 1999. 20 Venezuela 7 12 Brasil 20 1990 (% del PIB) América Latina y el Caribe Clasificación Importaciones de bienes y servicios Mundo Tabla 7 Bolivia en el mundo Bolivia en América Latina Grupos de países 51.440 5.934 46.811 729 151 16 2 58 51 75 28 380 349 45 451 61 105 171 235 729 678 225 928 166 631 23.263 13.646 144 15.181 24.823 2001 d Total (millones de USD) .. 0.4 1.6 11.2 0.1 0.6 4.0 0.3 .. 0.1 1.9 0.2 (.) 0.2 1.5 1.1 1.4 1.5 7.2 11.2 14.7 2.6 32.9 5.9 .. 1.3 8.3 .. 1.0 3.5 1990 .. 0.2 0.6 9.1 0.1 0.1 (.) 0.1 .. (.) 0.3 0.5 0.1 (.) 0.8 0.9 0.5 1.0 1.7 9.1 10.6 1.1 .. 4.4 .. 0.5 5.7 .. 0.3 2.2 2001 (% del PIB) 1.0 0.7 0.9 0.6 1.3 0.0 2.8 2.2 .. 1.0 2.6 1.2 0.2 0.9 0.2 1.5 1.9 1.2 (.) 0.6 1.4 0.6 0.0 0.0 1.0 0.6 0.4 1.0 0.7 0.4 1990 (% del PIB)b 2.5 3.7 3.0 8.3 1.2 1.7 2.8 6.7 .. 4.0 5.0 2.8 4.5 2.8 2.0 1.1 5.6 7.4 1.9 8.3 3.1 2.2 .. 0.1 2.4 2.6 1.9 2.4 3.3 0.8 2001 Entradas netas de inversiones extranjeras directas Ayuda para el desarrollo y otros recursos Ayuda oficial para el desarrollo (AOD) recibida (desembolso neto)a .. 0.5 0.5 -0.5 -1.4 -2.1 -2.5 5.1 .. 2.7 -0.1 -0.4 -0.1 -1.2 0.1 -0.2 (.) 0.5 0.1 -0.5 1.0 -0.1 2.0 0.0 .. 0.5 0.3 .. 0.6 0.7 1990 (% del PIB)b,c .. 0.1 (.) -0.3 -2.6 2.6 1.1 1.9 .. 0.5 12.7 1.5 0.1 -0.6 0.6 -1.3 2.5 0.6 3.0 -0.3 -1.1 -0.3 .. 0.0 .. -0.1 -0.6 .. 0.1 -0.6 2001 Otras corrientes privadas Fuente: Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003. Nota: a. La AOD recibida es el total de las corrientes netas de AOD procedentes de los países del CAD, otros países de la OCDE, organizaciones multilaterales y los países árabes, así como Estonia e Israel. Un valor negativo indica que la amortización de los préstamos de AOD supera la suma de AOD recibida. En las cifras totales no se incluye la ayuda oficial neta. b. Un valor negativo indica que la corriente de capital hacia el exterior del país supera la corriente de capital que entra en el país. c. Otras corrientes de capital privado combinan corrientes de inversión de cartera no generadoras de deuda, corrientes relacionadas con la deuda y préstamos bancarios y comerciales. d. Las cifras de países, grupos de países, regiones y mundiales están expresadas en totales. Mundo América Latina y el Caribe Países en desarrollo Bolivia Argentina Uruguay Costa Rica Chile Cuba México Panamá Colombia Brasil Venezuela Perú Paraguay Rep. Dominicana Ecuador El Salvador Bolivia Honduras Guatemala Nicaragua Haití Desarrollo humano alto Desarrollo humano medio Desarrollo humano bajo Ingresos altos Ingresos medios Ingresos bajos Clasificación según el IDH Tabla 8 Bolivia en el mundo Bolivia en América Latina Grupos de países 278 279 2001 2000-05a 5.1 4.4 4.1 3.7 4.1 6.8 8.4 5.9 7.6 8.0 11.5 10.2 10.3 14.6 16.0 9.9 13.8 14.1 10.3 37.3 2.6 4.4 4.1 3.7 4.1 74.8 35.3 43.3 43.4 38.7 Valor (%) .. 3.6 4.1 4.4 5.0 7.8 8.2 8.6 8.8 10.3 11.4 11.4 11.9 13.9 14.6 17.2 19.9 22.9 24.3 41.6 2.5 3.6 4.1 4.4 5.0 52.0 55.1 56.0 58.6 61.8 3.1 2.4 4.1 4.3 3.2 7.9 8.1 7.2 8.6 6.5 12.7 9.8 8.2 16.0 14.0 20.8 24.4 30.8 33.2 49.2 0.3 2.4 4.1 4.3 3.2 10.7 73.6 59.7 75.2 83.5 Tasa de analfabetismo adulto* (% de 15 años de edad y mayores) Probabilidad al nacer de no sobrevivir hasta los 40 años de edad* (% de la cohorte) Indice de pobreza humana (IPH-1) .. 2 7 5 9 10 9 17 12 22 13 20 15 14 17 23 12 8 23 54 0 2 7 5 9 17 35 76 58 41 2000 Población sin acceso sostenible a fuentes de agua mejoradas (%)* 5 5 1 5 4 7 7 5 8 5 6 7 15 5 10 12 25 24 12 17 6c 5 1 5 4 13 43 47 34 40 1995-2001b Niños de peso inferior al normal* (% menores de 5 años) .. 2 3 4 5 9 10 11 13 16 18 19 21 25 27 32 38 43 44 68 1 2 3 4 5 90 91 92 93 94 Clasificación Puesto en el ranking mundial (IPH-1)d Fuente: Informe de Desarrollo Humano 2001, Informe de Desarrollo Humano 2003. Nota: El IPH-1 para países en desarrollo mide las privaciones en los tres aspectos básicos del desarrollo humano que refleja el índice de desarrollo humano. Se mide según la probabilidad al nacer de no sobrevivir hasta los 40 años, la tasa de analfabetismo de adultos y según el promedio no ponderado de el porcentaje de la población sin acceso sostenible a un fuente de agua mejorada y el porcentaje de niños con peso insuficiente para su edad. * Señala los indicadores utilizados para calcular el índice de pobreza humana (IHP-1). a. Los datos se refieren a la probabilidad, al nacer, de no sobrevivir hasta los 40 años de edad, multiplicada por 100. Se trata de proyecciones según la variante media correspondientes al período especificado. b. Los datos se refieren al año más reciente disponible durante el período indicado. c. Los datos se refieren a un año o período distinto del especificado, difieren de la definicion normalizada o se refieren sólo a parte del país. d. Clasificación según el IPH-1 de 94 países en desarrollo. Argentina Uruguay Chile Costa Rica Cuba Panamá Colombia Venezuela México Paraguay Brasil Perú Ecuador Rep. Dominicana Bolivia El Salvador Honduras Guatemala Nicaragua Haití Barbados Uruguay Chile Costa Rica Cuba Zimbabwe Malí Etiopía Burkina Faso Níger Clasificación Pobreza Humana Tabla 9 Grupos de países Bolivia en América Latina Cinco primeros Cinco últimos .. .. .. .. 0.389 0.381 0.358 0.357 0.342 0.321 0.311 0.277 0.274 0.271 0.254 0.253 0.253 0.244 0.208 0.185 .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 2001 Valor del índice de adelanto tecnológico (IAT) 98 62 21 28 65 93 101 66 134 93 65 28 69 26 27 48 24 48 17 13 31 76 21 7 382 26 4 461 41 10 1990 169 162 87 63 137 224 230 233 283 130 218 63 172 78 51 104 102 110 47 29 b 51 109 65 10 511 102 10 592 152 30 2001 Líneas telefónicas ( por 1.000 habitantes) 2 (.) (.) 0 1 (.) 0 1 0 0 (.) 0 0 (.) 0 0 0 (.) 0 0 0 (.) (.) 0 10 (.) (.) 13 (.) (.) 1990 153 160 75 94 217 193 76 342 155 164 167 94 76 59 204 67 134 146 36 30 1 263 97 11 529 73 8 608 128 10 2001 Abonados a teléfonos móviles ( por 1.000 habitantes) Salud .. .. .. .. 0.1b (.)c (.)c 0.4c .. .. (.)b .. .. .. .. 0.1d .. .. .. .. .. 0.1c .. .. 2.6 .. .. 3.2 .. .. 1990 79.6 49.0 26.5 21.8 36.2 100.8 93.4 201.4 119.0 41.4 46.6 21.8 27.0 76.6 10.6 25.9 23.4 21.5 13.8 14.4 10.7 46.8 17.1 3.6 328.2 22.0 2.8 396.9 36.8 6.4 2001 Usuarios de Internet ( por 1.000 habitantes) .. .. .. .. 9.2 8.7 4.1 6.2 19.6 1.9 7.2 0.3 1.9 0.7 0.5 0.3 0.3 1.7 (.) 0.4 .. 1.2 0.5 0.0 .. .. .. .. .. .. 2001 11.9 0.7 0.1 0.2 0.4 0.6 0.2 0.3 (.) .. 0.6 0.2 (.) 0.0 32 .. 0.2 .. 0.0d .. .. 0.0d .. .. 60.2 0.2 (.) 76.4 0.4 (.) 2001 .. .. .. 0.3 0.4 0.4 0.2 0.5 0.3 0.3 0.8 0.3 0.3 0.1 .. 0.1 .. .. .. 0.1 0.5 0.3 .. .. 2.6 .. .. 2.6 .. .. 1996-2000a .. .. .. 98 225 713 533 370 219 124 323 98 101 229 .. 83 47 .. .. 73 480 194 103e .. 2,335f 588g .. 3,281h 778 .. 1996-2000a .. .. .. .. 32 34 36 37 38 42 43 46 47 48 52 53 54 55 61 64 .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 2001 Anfitriones en Ingresos en Gasto en Científicos e Puesto en la internet concepto de investigacióny ingenieros en I+D el ranking (por 1.000 royalties y desarrollo (I+D) (por millón de mundial personas) derechos de licencia (% del PIB) habitantes) (IAT) (USD por habitante) Fuente: Informe de Desarrollo Humano 2001, Informe de Desarrollo Humano 2003. Nota. El índice de adelanto tecnológico (IAT) refeja en qué medida un país está creando y difundiendo la tecnología y construyendo una base de conocimiento humanos, éste se concentra en cuatro dimensiones: Creación de tecnología, difusión de innovaciones recientes, difusión de viejas invenciones y conocimientos especializados. El cálculo se realizó para 72 países. La tabla se clasifica de acuerdo al IAT según líderes potenciales, seguidores dinámicos y marginados. a. Los datos se refieren al año más reciente disponible durante el período especificado. b. Los datos se refieren al año 1991. c. Los datos se refieren al año 1992. d. Los datos se refieren al año 2000. e. Los datos se refieren a un año anterior a 1996. f. Los datos se refieren al año 1998. g. Los datos se refieren al año 1996. h. Los datos se refieren al año 1997. Mundo América Latina y el Caribe Países en desarrollo Bolivia México Argentina Costa Rica Chile Uruguay Panamá Brasil Bolivia Colombia Perú Paraguay Ecuador El Salvador Rep. Dominicana Honduras Nicaragua Cuba Venezuela Guatemala Haití Desarrollo humano alto Desarrollo humano medio Desarrollo humano bajo Ingresos altos Ingresos medios Ingresos bajos Clasificación Tabla 10 Bolivia en el mundo Bolivia en América Latina Grupos de países 280 281 3.8 2.5 1.9 1.4 3.4 2.4 1.3 0.8 18.6 9.7 7.7 2.6 12.3 5.1 1.9 1.3 105.4 71.3 100.7 3.4 50.1 21.8 19.2 0.9 2156 1528 810 387 1442 845 318 226 8.2 16.7 14.0 Países en desarrollo Bolivia 3.9 2.9 1.5 1.9 0.9 1.4 0.8 0.9 3.2 3.7 1.8 1.4 1.5 6 1.4 0.5 1.1 1.7 0.5 0.8 0.6 0.7 0.7 0.1 10.9 1.3 6.3 7.6 5.1 12.4 14 3.2 7.2 1.5 3 4.2 2.6 2.5 2.3 1 0.2 40.2 8.7 3.9 4.4 4.5 4.9 5.5 3.9 5.2 1.7 1.2 4 1.3 1.1 2 0.4 0.2 28.7 2.2 62.5 49.2 152.4 88.0 69.6 45.7 26.9 61.6 57.5 102.0 3.4 68.4 116.7 19.2 8.9 114.6 118.1 23.2 38.7 28.7 29.5 17.0 30.0 9.8 33.4 13.3 104.0 0.9 15.6 29.8 21.5 0.4 97.1 24.4 1049 1655 1331 788 1878 2533 668 838 788 624 587 387 499 335 267 37 7245 939 823 846 820 561 975 1823 502 245 433 361 274 226 215 30.2 4.5 14.4 17.7 28.7 Cuba México Panamá Colombia Brasil 54.8 62.0 42.2 74.7 Honduras Guatemala Nicaragua Haití 41 303 12.2 2.3 0.5 40.6 12.6 5.4 31.4 4.3 0.6 118.5 129.6 65.6 99.8 39.2 9.9 8651 1391 352 5637 578 106 3.4 7.3 29.8 Ingresos altos Ingresos medios Ingresos bajos Fuente: Informe de Desarrollo Humano 2001, Informe de Desarrollo Humano 2003. Nota: a. Estimación del consumo de leña, carbón, bagazo (residuos de caña de azúcar), y desechos animales y vegetales. 0.4 2.6 0.5 28.8 4.5 162 116 63.3 Desarrollo humano bajo 322 14.0 Bolivia 4871 34.5 El Salvador 3.3 17.5 Ecuador 10.8 14.3 Rep. Dominicana Desarrollo humano medio 49.6 Paraguay Desarrollo humano alto 24.6 Perú 240 2.3 2.5 23.5 8.3 194.6 31.6 2406 876 11.3 Chile 1 3.2 12.4 0.4 2.3 10.8 0.2 0.8 2.8 0.8 1.2 5.3 1.8 4.2 1.1 13.9 10.3 391.9 100.1 1630 860 54.2 Costa Rica 0.7 2 1.6 2 25.2 1924 948 Uruguay Venezuela 3.8 3.8 10.3 6.5 20.7 29.8 102.0 3.3 48.5 2038 1170 4.0 21.0 Argentina Mundo 15.7 1999 1980 1998 1970 1998 1970 Per cápita (toneladas métricas) 2000 (por hectárea de tierra cultivable y de cultivo continuado) (kg por hectárea de tierra cultivable y de cultivo continuado) Emisiones de dióxido de carbono 1980 (kilowatios-hora) Tractores en uso Consumo de fertilizantes 1997 (% del uso total de energía) Consumo de electricidad per cápita América Latina y el Caribe Clasificación Consumo tradicional de combustiblea Consumo energético y productivo Tabla 11 Bolivia en el mundo Bolivia en América Latina Grupos de países Anexo metodológico Visión general del Informe Desde hace más de diez años, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) viene promoviendo el desarrollo humano como parámetro de pensamiento y acción en torno a los problemas críticos de la sociedad, el Estado y la economía. Para ello produce Informes de Desarrollo Humano en tres planos: mundial, regional, y nacional. El desarrollo humano postula conceptualmente el incremento de las capacidades de la sociedad y las personas, propone una aproximación integral a los problemas del desarrollo, enfatiza la necesidad de articular acciones y políticas de integración, reducción de la pobreza, fortalecimiento de la competitividad económica, construcción de instituciones democráticas legítimas y de capacidades políticas democráticas. Los informes de desarrollo humano son un instrumento de medición del progreso humano, aunque no sólo eso, sino que además buscan promover alianzas regionales, situar el desarrollo humano entre las prioridades de la agenda de los países y analizar y proponer políticas públicas que reflejen las prioridades de la gente y contribuyan a fortalecer sus capacidades. Hasta el momento, se han producido más de 500 informes de desarrollo humano en el mundo y su paradigma ha inspirado un movimiento intelectual en todas las regiones y países en favor de una acción pública centrada en la gente y, por lo tanto, a favor de los Objetivos del Milenio, que la organización de las Naciones Unidas se ha propuesto alcanzar hasta el año 2015. Bolivia cuenta a la fecha con cuatro informes nacionales (incluyendo éste), siete regionales, uno sobre seguridad humana y otro planteado desde la perspectiva de género (cuadro 1). Cuadro 1 Informes de Desarrollo Humano en Bolivia Año Informes nacionales 1998 2000 2002 Informes regionales 1995 1995 1995 2003 2003 2003 2004 Informes temáticos 1995 2003 Informe de Desarrollo Humano en Bolivia 1998: "Equidad, Competitividad e Institucionalidad" Informe de Desarrollo Humano en Bolivia 2000: "Valores y Aspiraciones de la Sociedad boliviana" Informe de Desarrollo Humano en Bolivia 2002: "La Política y su vinculación con los Procesos de Desarrollo" Informe de Desarrollo Humano de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra: "Elay Santa Cruz". Sostenibilidad y Desarrollo Humano : "La Calidad de Vida en Cochabamba" Informe de Desarrollo Humano en la ciudad de La Paz: "Desarrollo Humano en las Montañas". Informe de Desarrollo Humano en el Norte Amazónico Informe de Desarrollo Humano en Tarija Informe de Desarrollo Humano en La Paz y Oruro: El Altiplano Marítimo y la Integración Regional Informe de Desarrollo Humano en Santa Cruz Informe de "Seguridad Humana en Bolivia" Informe de Desarrollo Humano de Género en Bolivia 245 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 El IDH 2004: “Interculturalismo y Globalización: La Bolivia Posible” Este informe se preguntó en inicio cómo afectan la economía de la información y la sociedad-red al proceso de desarrollo humano boliviano y qué políticas serían deseables y viables para ampliarlo y, así, disminuir aceleradamente la pobreza. No obstante, el informe se planteó también la necesidad de elaborar una estrategia informacional que encare la tensión prevaleciente entre una economía bloqueada (IDH 2002) y una intersubjetividad en crisis (IDH 2000 y 2002). Dicho de otro modo, se vio la necesidad de comprender las condiciones socio-culturales y económicas desde donde se podría provocar un salto informacional. En consecuencia se planteó retomar dos temas centrales: por un lado, la estabilización o transformación económica, y por otro, la crisis de la construcción de la nación, relacionada con asuntos diversos como la desconfianza, la falta de unidad y de equidad en la diversidad y en definitiva, la crisis de la vinculación intersubjetiva entre diferentes. En otras palabras, este documento enfatiza la necesidad de que en Bolivia se asuma la incertidumbre como un tema común, y, sobre esa base se desarrolle el capital subjetivo como motor fundamental para construir un futuro compartido. Este informe se sustenta en un extenso cuerpo de información primaria recabada por medios propios durante un año de investigación en colaboración con instituciones y personas especializadas. Además se cuenta con información secundaria, producida principalmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), así como por centros especializados en análisis sociales y económicos (ver cuadro 2). Cuadro 2 Principales herramientas metodológicas del idh- 2004 • Una encuesta de opinión pública (ECADI-2003) de representatividad nacional, departamental y urbano - rural. • Grupos de discusión en ámbitos urbanos y rurales de todo el país. • Entrevistas en profundidad con actores estratégicos. • Estudios de caso • Información estadística de fuente secundaria Cuadro 3 Talleres temáticos que precedieron la preparación del informe 246 Conferencia Internacional: Santa Cruz de la Sierra - Bolivia “Situación y perspectivas de América Latina en la Sociedad de Información: Reflexiones con Manuel Castells” Marzo, 2002 Ruth Cardoso Manuel Castells Manuel Chiriborga Emilio De Ipola Ivan De Rementería Victor Fajnzylber Sonia Fleury Martín Hopenhayn Emma Kiselyova Roberto Laserna Alejandra Moreno Toscano Ernesto Ottone Jorge Schvarzer Judith Sutz Alicia Szmukler Brasil España Ecuador Argentina Chile Francia Brasil Chile España Bolivia México Chile Argentina Uruguay Bolivia Anexo metodológico Conferencia Internacional: Cochabamba - Bolivia Octubre, 2002 Fernando Calderón Armando Ortuño Natasha Loayza Christopher Pinc Hugo José Suarez “La Nación en la Globalización: 50 años de Revolución Nacional Alain Touraine Zhang Lun Mohamed Abdel Aleem Rolando Cordera Campos Haroldo Dilla Alfonso Guillermo Justiniano Fernando Mayorga Juan Antonio Morales Esteban Ticona Alejo Gustavo Fernandez José Ortiz Mercado Carlos Toranzo Carlos Mesa José Gordillo Bolivia Bolivia Bolivia Bolivia Bolivia Homenaje a los de 1952” Francia China Egipto México Cuba Bolivia Bolivia Bolivia Bolivia Bolivia Bolivia Bolivia Bolivia Bolivia Cuadro 4 Libros y estudios de caso (monografías) sobre actores, temas y regiones que acompañaron la preparación del informe Libros • • ¿Es sostenible la globalización en América Latina? Debates con Manuel Castells Fernando Calderón (coordinador) Tenemos pechos de bronce, pero no sabemos nada. Revoluciones del Siglo XX. Homenaje a los 50 años de la Revolución boliviana PNUD - ILDIS Informes de Desarrollo Humano Informe de Desarrollo Humano en Tarija - 2003 Equipo Informe de Desarrollo Humano Informe de Desarrollo Humano del Norte Amazónico 2003 Equipo Informe de Desarrollo Humano Informe de Desarrollo Humano en La Paz y Oruro - 2003 Equipo Informe de Desarrollo Humano Informe de Desarrollo Humano en Santa Cruz - 2004 Equipo Informe de Desarrollo Humano Informe de Desarrollo Humano de Género en Bolivia - 2003 Equipo Informe de Desarrollo Humano Transformaciones Regionales en Bolivia en un momento de crisis, Inflexión y cambio Equipo Informe de Desarrollo Humano Serie Cuadernos de Futuro • Nuevos Actores Sociales Vol. I Notas sobre el Desarrollo Humano y la sociología del actor Fernando Calderón y Natasha Loayza Élites en la globalización Fernando Calderón y Christian Jetté Los Indígenas en el Beni Hugo José Suárez La región chaqueña: Conflictos y Gobernabilidad Miguel Castro 247 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 • • • • • Capacidades políticas del movimiento evangélico boliviano Julio Córdova Nuevos Actores Sociales Vol.II Un análisis de la planificación participativa en Sucre James Blackburn El caso del Diálogo Nacional 2000: Procesos participativos y políticas de pobreza Christopher Pinc Paraíso o Infierno, un país soñado desde los extremos: La Bolivia deseada por sus jóvenes escritores Rafael Archondo La Revolución Nacional José Medina Echavarría Tras las huellas del Poder: Una mirada histórica al problema de las conspiraciones en Bolivia Ximena Medinacelli y María Luisa Soux Formación y Evolución del Espacio Nacional Alberto Rivera (editor) Crisis Inflexión y Reforma del sistema de partidos en Bolivia Eduardo Gamarra y Fernando Calderón El procesamiento y análisis de esta información, así como la construcción de los diferentes indicadores e índices de desarrollo humano estuvo a cargo del Equipo de Desarrollo Humano Aplicado (EDHA) del PNUD. Acompañaron a la elaboración de este informe talleres, conferencias y una selección de estudios de caso, sobre temas y regiones relevantes para este estudio. Ficha técnica 1: Encuesta de Opinión Pública ECADI-03 La Oficina del Informe de Desarrollo Humano – PNUD contrató a la empresa Apoyo Opinión y Mercado Bolivia S.A. para que realice una encuesta, cuya finalidad principal fue obtener información socio-demográfica, de acceso y uso de Internet, educación e inserción laboral, disposiciones subjetivas al cambio, al riesgo, a las nuevas tecnologías de información y a la apertura de la economía al mercado. Además se indagó sobre las capacidades para la tolerancia intercultural de la población objetivo. Universo y ámbito de la investigación De acuerdo a los requerimientos de la investigación, el universo del estudio estuvo compuesto por hombres y mujeres mayores de 16 años de edad, residentes en zonas urbanas y rurales de los 9 departamentos del país, pertenecientes a todos los niveles socioeconómicos (ver cuadro 6). La metodología del estudio fue la aplicación de encuestas en hogares.1 Diseño de la muestra El diseño muestral proporcionó una muestra probabilística nacional, la cual es estratificada y polietápica. Se definió un es- Cuadro 5 Encuesta de opinión pública: resumen de la ficha técnica 1 248 • La muestra abarcó a 3.617 personas • El universo de estudio estuvo compuesto por hombres y mujeres mayores de 16 años de edad. • La muestra fue diseñada para ser representativa en los 9 departamentos a nivel urbano y rural. • La muestra fue probabilística, estratificada y polietápica. • La tasa de no repuesta global fue de 12% • El trabajo de campo se realizó entre el 29 de julio y el 29 de agosto de 2003. Un hogar se define como un grupo de individuos que comúnmente viven dentro del mismo espacio físico y que comparte la misma olla de comida. Instituto Nacional de Estadística. Bolivia. Anexo metodológico Cuadro 6 Bolivia, Población total según área geográfica Población Departamento % Bolivia Urbano Ciudades capitales eje 2.445.843 2.422.327 23.516 29.56 Resto ciudades capitales 1.482.197 1.407.565 74.632 17.91 Ciudades intermedias (Más de 20.000 hab.) 2.395.988 1.026.805 1.369.183 28.96 Entre 2.000 y 20.000 hab. 1.919.162 308.533 1.610.629 23.19 29.517 0 29.517 0.36 1.618 0 1.618 0.02 8.274.325 5.165.230 3.109.095 100 Rurales compactas (500 a 1.999 hab.) Rural disperso (menos de 500) Población Total Rural Fuente: Instituto Nacional de Estadística en base a información del CNPV 2001 trato separado por cada uno de los tipos de ciudad2 (ver cuadro 8). A continuación se presenta un detalle de cada una de las etapas de la selección muestral. Distribución de la muestra entre los estratos Dado que se deseaba conocer estimaciones específicas para los diferentes tipos de ciudades, se tomaron muestras de acuerdo al peso de cada una de ellas. El número total de entrevistas para cada estrato se obtuvo: - Estimando la proporción de la población elegible en el estrato (tipo de ciudad) en relación al total de la población elegible en todo el dominio. - Multiplicando dicha proporción por el tamaño de la muestra para el dominio. Por tanto, el tamaño de muestra, calculado en 3.617 personas, quedó distribuido de la siguiente manera (ver cuadro 7): Poblaciones seleccionadas El detalle de las poblaciones seleccionadas se muestra en el cuadro 9. Segunda etapa de muestreo La segunda etapa del muestreo fue la selección aleatoria de manzanos dentro de cada una de las poblaciones seleccionadas. Para tal efecto, se utilizó un registro computarizado de todas las zonas que comprenden las ciudades y un registro numerado desde “1” hasta “n” de los manzanos que las componen. El sistema computarizado trabaja con una base de datos que contiene información de todo el país compuesta por los siguientes campos: departamento, provincia, municipio, sección municipal, zonas censales, manzanos y nivel socioeconómico (para las ciudades capitales). Cuadro 7 Ciudades capitales eje 888 cuestionarios Resto ciudades capitales 697 cuestionarios Ciudades intermedias (más de 20.000 hab.) Entre 2.000 y 20.0000 hab. Rurales compactas (entre 500 y 2.000 hab.) Total 2 1.028 cuestionarios 974 cuestionarios 30 cuestionarios 3.617 cuestionarios Se definieron cuatro tipos de ciudad: ciudad capital (más de 100.000 habitantes), ciudades medianas (entre 10.001 y 100.000 habitantes), ciudades pequeñas (entre 2.001 y 10.000 habitantes) y población rural (hasta 2.000 habitantes). 249 250 Cochabamba Cochabamba Cochabamba Cochabamba La La La La La La Oruro Oruro Oruro Oruro Oruro Pando Pando Pando Potosí Potosí Potosí Potosí Santa Cruz Santa Cruz Santa Cruz Tarija Tarija Tarija 1 3 4 5 1 2 3 4 5 6 2 3 4 5 6 2 4 5 2 3 4 5 1 3 4 2 3 4 Resto ciudades capitales Ciudades intermedias (Más de 20.000 hab.) Entre 2.000 y 20.000 hab. Rurales compactas (500 a 1.999 hab.) SUBTOTAL DEPARTAMENTO Ciudades intermedias (Más de 20.000 hab.) Entre 2.000 y 20.000 hab. SUBTOTAL DEPARTAMENTO % HORIZONTAL URBANO/RURAL Ciudades capitales eje Ciudades intermedias (Más de 20.000 hab.) Entre 2.000 y 20.000 hab. Rurales compactas (500 a 1.999 hab.) SUBTOTAL DEPARTAMENTO % HORIZONTAL URBANO/RURAL Ciudades capitales eje Resto ciudades capitales Ciudades intermedias (Más de 20.000 hab.) Entre 2.000 y 20.000 hab. Rurales compactas (500 a 1.999 hab.) Rural disperso (menos de 500) SUBTOTAL DEPARTAMENTO % HORIZONTAL URBANO/RURAL Resto ciudades capitales Ciudades intermedias (Más de 20.000 hab.) Entre 2.000 y 20.000 hab. Rurales compactas (500 a 1.999 hab.) Rural disperso (menos de 500) SUBTOTAL DEPARTAMENTO % HORIZONTAL URBANO/RURAL Resto ciudades capitales Entre 2.000 y 20.000 hab. Rurales compactas (500 a 1.999 hab.) SUBTOTAL DEPARTAMENTO % HORIZONTAL URBANO/RURAL Resto ciudades capitales Ciudades intermedias (Más de 20.000 hab.) Entre 2.000 y 20.000 hab. Rurales compactas (500 a 1.999 hab.) SUBTOTAL DEPARTAMENTO % HORIZONTAL URBANO/RURAL Ciudades capitales eje Ciudades intermedias (Más de 20.000 hab.) Entre 2.000 y 20.000 hab. SUBTOTAL DEPARTAMENTO % HORIZONTAL URBANO/RURAL Resto ciudades capitales Ciudades intermedias (Más de 20.000 hab.) Entre 2.000 y 20.000 hab. SUBTOTAL DEPARTAMENTO % HORIZONTAL URBANO/RURAL Descripción del segmento 79.963 172.427 109.113 1.018 362.521 82.007 233.737 531.522 100.0 517.024 693.366 242.303 3.018 1.455.711 100.0 793.293 649.958 317.118 584.872 4.958 267 2.350.466 100.0 215.660 24.370 140.220 10.269 1351 391.870 100.0 22.324 24.784 5.417 52.525 100.0 145.057 359.922 199.197 4.837 709.013 100.0 1.135.526 584.810 309.135 2.029.471 100.0 153.457 161.968 75.801 391.226 100.0 8.274.325 Total 8,274,325 4.423 46.565 61.363 1.018 113.369 74.722 216.772 313.396 59.0 341 388.611 207.332 3.018 599.302 41.2 3.708 2.608 246.705 540.074 4.958 267 798.320 34.0 14.430 16.687 113.023 10.269 1351 155.760 39.7 1.504 24.784 5.417 31.705 60.4 12.091 270.966 182.036 4.837 469.930 66.3 19.467 272.494 191.862 483.823 23.8 17.674 52.433 73.383 143.490 36.7 3.109.095 Rural 3,109,095 120 120 60 300 3,500 1,458 2,042 3,500 340 170 90 600 80 210 110 400 130 140 30 300 170 30 100 300 200 170 80 150 600 140 190 70 400 65 145 90 300 50 130 300 2,040 100 80 180 340 90 30 460 70 50 10 130 130 130 155 20 175 200 170 20 10 400 140 85 10 235 65 105 40 210 10 120 Urbano 2,040 1,460 20 40 60 120 80 60 140 10 160 100 270 140 30 170 15 30 80 125 60 140 200 105 60 165 40 50 90 50 120 180 Rural 1,460 Muestra ajustada Total 3,500 14 40 56 110 6 81 57 143 7 153 103 3 265 9 142 31 181 11 13 87 8 1 119 1 1 63 138 1 0 204 0 107 57 1 165 4 39 51 1 94 42 122 177 Rural 1,315 104 84 2 190 330 92 35 457 75 50 10 0 135 119 0 0 119 154 6 21 0 0 181 202 165 18 11 0 0 396 142 84 10 0 235 63 104 40 0 206 4 10 123 Urbano 2,185 Muestra real 118 124 58 300 336 173 91 600 82 203 112 3 400 128 142 31 300 165 19 107 8 1 300 203 166 81 149 1 0 600 142 191 67 1 400 66 143 90 1 300 46 132 300 Total 3,500 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Nacional de Población y Vivienda 2001. Instituto Nacional de Estadística (INE) 75.540 125.862 47.750 0 249.152 7.285 16.965 218.126 41.0 516.683 304.755 34.971 0 856.409 58.8 789.585 647.350 70.413 44.798 0 0 1.552.146 66.0 201.230 7.683 27.197 0 0 236.110 60.3 20.820 0 0 20.820 39.6 132.966 88.956 17.161 0 239.083 33.7 1.116.059 312.316 117.273 1.545.648 76.2 135.783 109.535 2.418 247.736 63.3 5.165.230 Urbano 5,165,230 Población Distribución de la muestra de acuerdo a departamento, segmento de población y área geográfica (urbano/rural) 1 El cuadro está elaborado en base a 3500 encuestas esperadas, las efectivas fueron 3617 Paz Paz Paz Paz Paz Paz Chuquisaca Chuquisaca Beni Beni Beni Beni Departamento _3 4 2 3 4 5 Seg. Cuadro 8 251 Chuquisaca Chuquisaca Chuquisaca Chuquisaca Cochabamba Cochabamba Cochabamba Cochabamba Cochabamba Cochabamba La La La La La La La Oruro Oruro Oruro Oruro Oruro Pando Pando Pando Pando Potosí Potosí Potosí Potosí Potosí Potosí Potosí Santa Santa Santa Santa Santa Santa Tarija Tarija Tarija Tarija 2 3 4 4 1 3 3 3 4 4 1 2 3 3 4 4 4 2 3 4 4 4 2 4 4 5 2 3 3 3 3 4 4 1 3 3 3 4 4 2 3 3 4 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 Cercado Aniceto Arce Eustaquio Méndez José María Avilé Andrés Ibáñez Ignacio Warnes Chiquitos Sara Vallegrande Sara Tomás Frías Rafael Bustillo Cornelio Saavedra Chayanta Tomás Frías Antonio Quijarro José María Linares Nicolás Suárez Manuripi Nicolás Suárez Nicolás Suárez Cercado Eduardo Avaroa Cercado Sebastián Pagador Tomás Barrón Pedro Domingo Murillo Pedro Domingo Murillo Omasuyos Caranavi Ingavi Sud Yungas Los Andes Cercado Quillacollo Mizque Punata Capinota Arque Oropeza Hernando Siles Yamparáez Tomina Cercado Vaca Díez Vaca Díez Yacuma Cercado Provincia Sección Capital - Trinidad Primera Sección - Riberalta Segunda Sección - Guayaramerín Primera Sección - Sta. Ana del Yacuma Primera Sección - San Javier TOTAL MUESTRA BENI Sección Capital – Sucre Primera Sección – Monteagudo Primera Sección – Tarabuco Cuarta Sección - Villa Alcalá TOTAL MUESTRA CHUQUISACA Primera Sección - Cochabamba Primera Sección - Quillacollo Primera Sección - Mizque Primera Sección - Punata Primera Sección - Capinota Primera Sección - Arque TOTAL MUESTRA COCHABAMBA Sección Capital - La Paz Cuarta Sección - El Alto Primera Sección - Achacachi Primera Sección - Caranavi Tercera Sección - Tiahuanacu Primera Sección - Chulumani Cuarta Sección - Puerto Pérez TOTAL MUESTRA LA PAZ Sección Capital - Oruro Primera Sección - Challapata Primera Sección - Caracollo Primera Sección - Santiago de Huari Primera Sección - Eucaliptus TOTAL MUESTRA ORURO Sección Capital - Cobija Primera Sección - Puerto Rico Primera Sección - Porvenir Segunda Sección - Bolpebra TOTAL MUESTRA PANDO Sección Capital - Potosí Tercera Sección - Llallagua Primera Sección - Betanzos Primera Sección - Colquechaca Primera Sección -Tinguipaya Primera Sección - Uyuni Segunda Sección - Caiza "D" TOTAL MUESTRA POTOSÍ Sección Capital - Santa Cruz de la Sierra Primera Sección - Warnes Segunda Sección - Pailón Primera Sección - Portachuelo Primera Sección - Vallegrande Segunda Sección - Santa Rosa del Sara TOTAL MUESTRA SANTA CRUZ Primera Sección - Tarija Segunda Sección - Bermejo Primera Sección - Villa San Lorenzo Primera Sección - Uriondo TOTAL MUESTRA TARIJA Sección de provincia Municipio 153.457 33.310 21.375 12.331 1.135.526 41.570 27.915 22.681 16.837 15.052 145.057 36.909 36.308 31.037 21.794 18.705 9.637 22.324 4.003 3.713 1.194 215.660 24.370 19.860 10.221 5.424 793.293 649.958 70.503 51.153 17.231 13.204 7.830 517.024 104.206 26.659 26.140 16.945 11.496 215.778 26.504 19.554 4.034 79.963 75.977 40.444 18.654 2.690 135.783 26.059 2.752 0 1.116.059 17.872 7.126 16.369 7.801 4.119 132.966 29.327 4.168 0 0 10.551 0 20.820 0 0 0 201.230 7.683 4.412 2.999 2.474 789.585 647.350 7.540 12.083 0 2.724 0 516.683 78.324 2.677 14.742 7.487 0 193.876 7.285 2.442 0 75.540 64.511 33.095 12.877 0 17.674 7.251 18.623 12.331 19.467 23.698 20.789 6.312 9.036 10.933 12.091 7.582 32.140 31.037 21.794 8.154 9.637 1.504 4.003 3.713 1.194 14.430 16.687 15.448 7.222 2.950 3.708 2.608 62.963 39.070 17.231 10.480 7.830 341 25.882 23.982 11.398 9.458 11.496 21.902 19.219 17.112 4.034 4.423 11.466 7.349 5.777 2.690 Población representada Total Urbano Rural 4,875,510 4,219,391 656,119 58.9% 81.7% 21.1% Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Nacional de Población y Vivienda 2001. Instituto Nacional de Estadística (INE) 1 El cuadro está elaborado en base a 3500 encuestas esperadas, las efectivas fueron 3.617 Cruz Cruz Cruz Cruz Cruz Cruz Paz Paz Paz Paz Paz Paz Paz Beni Beni Beni Beni Beni 2 3 3 4 4 1 2 3 4 5 Departamento Seg. 65 95 50 40 50 300 120 50 90 40 300 140 70 60 60 40 30 400 200 170 40 40 50 50 50 600 170 30 40 40 20 300 130 70 70 30 300 80 50 60 50 50 60 50 400 340 70 50 50 50 40 600 120 80 40 60 300 180 130 340 40 10 40 20 10 460 100 80 10 130 70 50 175 130 20 400 155 10 20 235 200 170 120 140 45 10 30 10 10 210 110 65 70 35 40 40 60 120 30 40 10 30 30 140 20 60 50 50 50 50 270 70 70 30 170 10 40 20 50 40 50 200 15 30 40 20 20 125 25 50 30 30 30 165 50 90 10 50 80 40 180 25 15 Poblaciones seleccionadas Total Urbano Rural 3,500 2,040 1,460 Poblaciones seleccionadas de acuerdo a departamento, segmento de población y área geográfica (urbano/rural) No. Cuadro 9 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 El sistema filtra la información para cada una de las ciudades y genera números aleatorios entre 1 y el número total de manzanos, respetando el peso de cada nivel socioeconómico.3 Además, la selección de los manzanos de inicio, respeta el peso de las diferentes zonas censales. Este proceso fue realizado para cada una de las ciudades o poblaciones seleccionadas en la primera etapa. La fase siguiente consistió en la selección de los hogares al interior de los manzanos seleccionados de inicio. Esta selección se realizó de manera automática, generando hojas de ruta en la que se detallan cuatro puntos, a saber: ˛ Esquina de inicio. El sistema selecciona de forma aleatoria una de las cuatro esquinas para el inicio del recorrido. ˛ Sentido del recorrido. Selecciona aleatoriamente el sentido (horario o anti-horario) que debe seguir el encuestador una vez que está ubicado en la esquina de inicio. ˛ Hogar de inicio. El hogar en que se deben iniciar las entrevistas es obtenido de forma aleatoria entre los primeros cinco hogares del manzano. ˛ Salto sistemático. El salto a partir del hogar de inicio es cada tres hogares. Por otra parte, los recorridos de “zona” deben ser detallados en el formulario denominado resumen de ruta que nos proporciona información de lo sucedido en la realización del trabajo de campo. La identificación de los manzanos se realizó con el uso de mapas cartográficos de las zonas censales seleccionadas, lo cuales fueron diseñados por el INE y actualizados por Apoyo Bolivia. Después las personas a ser entrevistadas (hombres y mujeres mayores de 16 años) fueron elegidas de acuerdo al método del siguiente cumpleaños (se debe entrevistar a la persona próxima a cumplir años). Mediante el cuestionario se recababa la diversa información (ver cuadro 11). En el cuadro 10 se describen todas las etapas del muestreo: Factores de ponderación La información recopilada se ponderó de acuerdo a las variables de población departamental y zona (urbana/rural), disponibles a partir del último Censo de Población y Vivienda 2001 llevado a cabo por el INE. Adicionalmente se controlaron en la muestra la presencia de algunos bienes claves en el hogar (radio, TV) y a partir de ello se realizaron ajustes para que la muestra también Cuadro 10 Etapas del muestreo Etapa Unidad de Muestreo 3 252 Método de selección 1 Zona o ciudad Muestreo proporcional al tamaño Población 2001 en base al Censo Nacional de Población y Vivienda de ese año. Instituto Nacional de Estadística. 2 Manzano Muestreo proporcional al tamaño Número de viviendas ocupadas en el manzano de acuerdo al censo 2001. INE 3 Vivienda / hogar Muestreo sistemático • Selección aleatoria de una de las cuatro esquinas (1, 2, 3 ó 4) • Selección aleatoria del sentido de recorrido (‡ o fl) • Selección aleatoria de la primera vivienda a visitar (1, 2, 3, 4 ó 5) Departamento de muestreo de Apoyo Bolivia. 4 Persona Recuento de todas las personas que viven en el hogar Selección de la próxima a cumplir años, mayor de 16 años. Equipo de campo Apoyo Bolivia. La selección, en el caso de las ciudades menores (medianas, pequeñas y población rural), fue absolutamente aleatoria, debido a que no existe información diferenciada por nivel socioeconómico. 253 Antonio Ejemplo 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 Nombre Número de miembros en el hogar (CIRCULAR) Cuadro 11 1 A7 35 A8 28-Jul A8 1. Sí 1 1 A10 17 A11. Curso 26. Postgrado 5 A12. Nivel 25. Instituto policial o militar 24. Técnico de Instituto 23. Técnico de Universidad 22. Universidad (Licenciatura) 21. Normal EDUCACION SUPERIOR O TECNICA Adultos (CEMA) 20. Centro de Educación Media de 19. Educación Básica de Adultos (EBA) 12. Curso de Alfabetización EDUCACION DE ADULTOS 18. Secundaria (1 a 4 años) 2 A13 - SISTEMA ACTUAL 7. otro no pariente A9 4. Superior (universitaria, técnica) 16. Medio (1 a 4 años) 6. otro pariente 17. Primaria (1 a 8 años) 3. Secundaria 15. Intermedio (1 a 3 años) 5. hijo/a (prekinder – kinder) 1. Educación preescolar 2. Primaria 2. No 14. Básico (1 a 5 años) 13. Educación Pre-escolar 11. Ninguno ¿A qué nivel asiste? 4. esposo/a 2. No 1. Sí ¿Actualmente asiste a una escuela, colegio, universidad o instituto técnico? SISTEMA ANTERIOR 2. padre/madre ¿Cuál fue el CURSO y NIVEL más alto de instrucción que aprobó? 3. hermano/a 1. ENTREVISTADO 2. Mujer Edad 1. Hombre Sexo Fecha de Relación de cumpleaños parentesco con Sabe leer (DÍA/MES) el entrevistado y escribir Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 sea representativa en los sectores rurales más empobrecidos. La ponderación permitió desproporcionar la muestra a fin de tener adecuada representatividad en cuanto a su tamaño. Por ejemplo, para los 3.617 casos que componen la muestra, el realizar un muestreo completamente proporcionado al tamaño departamental hubiera obligado a seleccionar el 0,63% de la muestra en el departamento de Pando (la población pandina es de 52.525 habitantes, el 0,63% del conjunto demográfico del país). Es decir, hubiera correspondido seleccionar el 0,63% de la muestra en este departamento. Sin embargo el 0,63% de los 3.617 casos que componen la muestra son 23 casos, que no hubieran permitido realizar un análisis detallado en este departamento. Entonces se procedió a “desproporcionar” la muestra, tomando una cantidad que en términos estadísticos sea significativa y que permita el trabajo con los datos, para luego “ponderarla” de acuerdo a sus factores reales y tener así una lectura adecuadamente proporcionada para el total del país. En el caso de nuestro ejemplo (Pando) se realizaron 300 encuestas en este departamento, lo que permite un análisis eficiente y seguro. Estos 300 casos representan el 8,3% de la muestra y se les debe aplicar un factor de corrección (ponderación) a efectos de que no participen de forma sobredimensionada en el resultado total. Este factor, para el caso de Pando, se obtiene del cociente entre 23 y 300. En términos generales a los resultados de Pando se les aplicó un factor que bordeaba el 0,076. El caso inverso sucede en las poblaciones grandes. En Santa Cruz hubiera correspondido hacer el 24,53% de la muestra. Esto equivale a 887 casos, que claramente se entiende como un tamaño de muestra demasiado grande para los fines de la investigación. Al final se hicieron 634 encuestas en Santa Cruz y a las mismas se les aplicó un factor de ponderación que, dependiendo de la zona y la tenencia de bienes claves, podía variar entre 0,64 y 3,36. Ciertamente el escenario ideal puede ser el de tener factores de ponderación tendientes a 1,00 que no expandan demasiado los casos de observación. Bajo este criterio puede ser recomendable un factor de ponderación que no supere el valor 2,0 y aceptable, los mayores a 2,0 siempre y cuando no se presenten en cantidades significativas al interior de la muestra. Los rangos aplicados se ven en el cuadro 12. Asimismo, el coeficiente de asimetría (caracterización del grado de asimetría de una distribución alrededor de su media) se ubica en un adecuado 1,44. Diseño del cuestionario El cuestionario y todos los instrumentos fueron desarrollados por la Oficina del Informe de Desarrollo Humano – PNUD, en coordinación con la empresa Apoyo Bolivia, y luego fueron adecuados a su aplicación en el campo. El primer borrador del cuestionario, en su mayoría compuesto por preguntas cerradas (simples y de opción múltiple), fue reestructurado a partir de la información recabada en una prueba piloto y de las pautas proporcionadas por el cliente. Equipo de encuestadores Un equipo de encuestadores4 con experiencia, en su mayoría estudiantes universitarios de los últimos semestres o de institutos de educación superior, fue seleccionado y luego capacitado en el manejo del cuestionario, así como en el seguimiento de las instrucciones para la selección muestral. Cuadro 12 Rango del factor de ponderación Casos en los que se presenta Menor a 2,0 4 254 % 3.327 92.0 Entre 2,0 y 3,6 165 4,6 Superior a 3,6 125 3,5 El equipo de encuestadores estuvo conformado por más de 120 encuestadores, 30 supervisores y 9 coordinadores regionales. El trabajo de campo El trabajo de campo se inicio el 29 de julio de 2003. La tarea fue dividida en dos etapas. La primera comprendió las ciudades más grandes y la segunda a las ciudades medianas, pequeñas y a la población rural. En la segunda etapa se determinaron rutas de trabajo de acuerdo a la distancia y al tiempo de viaje a las ciudades (localidades) seleccionadas en la primera etapa muestral (ver cuadro 13). La fase de campo concluyó el 29 de agosto de 2003. Tasa de respuesta Durante la fase de campo se tuvo que realizar hasta cinco visitas. Se habían programado un máximo de tres, para lograr encontrar a las personas seleccionadas. Si luego de tres oportunidades (en diferentes horas y días), la persona seleccionada no era encontrada, debía reemplazarse por otra en el siguiente hogar seleccionado. En caso de que el seleccionado se negara a responder a la entrevista, se procedía de la misma forma. La tasa de no-respuesta global fue de 12%. Anexo metodológico Supervisión Con el fin de verificar la validez de la información recopilada se supervisó al menos el 30% de la producción de cada encuestador. La misma fue aplicada al día siguiente de la aplicación del cuestionario y estuvo a cargo de supervisores capacitados, quienes establecieron después la consistencia y veracidad de la información. Para cumplir esta tarea, se utilizó una hoja de supervisión donde se detallan el Cuadro 13 Trabajo de campo Ruta Departamento 1 Tarija 2 Cochabamba 3 La Paz 4 Pando 5 Santa Cruz 6 Potosí Provincia Municipio Cercado Aniceto Arce Eustaquio Méndez José María Aviles Cercado Quillacollo Mizque Punata Capinota Arque Pedro Domingo Murillo Pedro Domingo Murillo Omasuyos Caranavi Ingavi Sud Yungas Los Andes Nicolas Suarez Nicolas Suarez Nicolas Suarez Manuripi Andrés Ibañez Ignacio Warnes Chiquitos Sara Sara Vallegrande Tomás Frias Rafael Bustillos Cornelio Saavedra Chayanta Tarija Bermejo Villa San Lorenzo Uriondo Cochabamba Quillacollo Mizque Punata Capinota Arque La Paz (capital) El Alto Achacachi Caranavi Tiahuanacu Chulumani Puerto Perez Cobija Porvenir Bolpebra Puerto Rico Santa Cruz de la Sierra Warnes Pailon Portachuelo Santa Rosa del Sara Vallegrande Potosí (capital) Llallagua Betanzos Colquechaca 255 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 7 Oruro 8 Chuquisaca 9 Beni Tomás Frias Antonio Quijarro José María Linares Cercado Eduardo Avaroa Cercado Sebastian Pagador Tomas Barron Oropeza Hernando Siles Yamparáez Tomina Cercado Vaca Díez Vaca Díez Cercado número de encuesta, el nombre de la entrevistada, la dirección donde se realizó la entrevista y el manzano. Además, se hicieron preguntas de control para verificar la calidad de la información proporcionada. En el caso de las ciudades menores, la supervisión fue coincidental. En la supervisión fueron rechazadas 23 entrevistas, 12 de ellas se lograron recuperar con los mismos entrevistados. Las restantes se reemplazaron. Tinguipaya Uyuni Caiza "D" Oruro (capital) Challapata Caracollo Santiago de Huari Eucaliptus Sucre (capital) Monteagudo Tarabuco Villa Alcalá Trinidad Riberalta Guayaramerín San Javier trascripción del 30% de las preguntas abiertas, para luego pasar a una codificación. Para este proceso se utilizaron boletas guía, que permitieron una identificación rápida y efectiva de las preguntas que deberían ser codificadas. En esta tarea se involucraron 12 personas debidamente capacitadas. La rigurosidad del control de calidad del trabajo de campo permitió reunir las condiciones óptimas para el posterior procesamiento. Se previó una sobre-muestra de 150 casos. Adicionalmente, un equipo de apoyo de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano se sumó a la empresa para el seguimiento y supervisión del trabajo de campo. Edición y codificación de los cuestionarios Un segundo control de calidad fue realizado mediante la revisión de todos los cuestionarios, lo que permitió detectar errores sistemáticos que pudieran haberse presentado durante el relevamiento de información. En detalle se trató de identificar: - Consistencia de rango - Control de flujos Relaciones lógicas entre las variables En esta fase de la investigación se rechazaron 18 entrevistas que debieron ser sustituidas. Así también, en la fase de edición, se elaboró una tabla de códigos a partir de la 5 256 El programa fue diseñado en Fox Pro. Generación de la base de datos El vaciado de la información se efectuó mediante un programa automatizado 5 de entrada de datos que controla también consistencia de rangos, control de flujos y saltos y las relaciones lógicas entre las variables. Esta tarea fue realizada en coordinación directa con el equipo de edición y codificación. Sistematización de los datos El procesamiento de la información estuvo a cargo del equipo del IDH. Ficha técnica 2: Grupos de discusión Ser un etnógrafo, aparte de importunar a personas sutiles con preguntas obtusas significa aportar menos al perfeccionamiento del consenso que al refinamiento del debate y su vocación esencial no es dar respuestas a nuestras preguntas más profundas, sino darnos acceso a respuestas dadas por otros. (Clifort Geertz) El grupo de discusión es un método apropiado cuando se busca aproximarse a la manera cómo la gente percibe o valora ciertos temas o cómo se siente respecto a ellos, cuando lo que interesa investigar es la intensidad de las opiniones y la complejidad de las conductas y motivaciones de las personas. Este fue un recurso central en la investigación de este Informe. Se organizaron 45 grupos focales en todo el país con la participación de 373 personas. Los grupos de discusión se organizaron en cuatro bloques, utilizados en distintos capítulos del Informe: - Comunitarismos de base social, religiosa y étnica (en el capítulo 3) - Protagonistas de las protestas sociales del 12 y 13 de febrero (en el capítulo 3) - Actores centrales de la educación – maestros (en el capítulo 6) - Campo informacional e Internet (en el capítulo 5) Veamos en detalle cada uno de ellos. Comunitarismos de base social, religiosa y étnica La pregunta central de investigación en este bloque partió de la necesidad de trabajar la noción de sociedad nacional, diversidad de actores y proyectos articulados por una idea de nación. Vale decir, la reconstrucción de la idea del nosotros. La hipótesis de partida fue que en Bolivia la idea del nosotros está en crisis, es decir, la sociedad boliviana no es capaz de dar cuenta plena de sí misma, ni a través de representaciones políticas y mucho menos mediante el mercado. Los límites de este referente auto-interpretativo generan la crisis del nosotros, la cual explica también la crisis de futuro que vive hoy el país. La re-definición del sentido del nosotros es un factor de primer orden en las perspectivas de Bolivia para integrarse en la sociedad-red y la economía de la información y el conocimiento. Si un Estado debilitado y cada vez más alejado de la sociedad no da cuenta del nosotros, la pregunta es: ¿cómo se reconstruye éste en una situación de diversidad compleja (étnica, religiosa, social, regional, etc.)? Al mismo tiempo, ¿cuáles son los “protocolos de comunicación”, es decir, las formas concretas para establecer estos vínculos?, es decir, ¿cómo se ve la gente a sí misma, como ven a otros distintos y cómo perciben la nación? y ¿qué papel cumpliría una comunidad de ciudadanos? El diseño de los grupos de discusión contempló la determinación de los quiebres críticos para la conformación de los grupos y la selección de participantes acordes con las preguntas centrales de la investigación. Se establecieron como variables críticas, el grupo de pertenencia y el estrato socioeconómico, las variables secundarias fueron la región y el género. Adicionalmente se convocaron a dos grupos de discusión con inmigrantes bolivianos en la ciudad de Buenos Aires. En este caso las variables discriminatorias críticas fueron ocupación y la región o lugar de procedencia. El protocolo de discusión estuvo centrado en tres ejes: - La identidad Anexo metodológico Cuadro 14 Plano de grupos focales 1 Grupo o comunidad Nivel socio-económico Élites Estratos medios y bajos 6 Grupo étnico Grupo socio-económico (1) Empresarios de transnacionales (La Paz y Santa Cruz)6 (2) Campesinos del Valle Alto (Cliza y Punata- Cochabamba) (3) Trabajadoras de la Castaña (Riberalta – Beni) (4) cooperativistas mineros (Potosí) (5) Q’aqachacas (Challapata – Oruro) (6) Chiquitanos (Lomerío – Santa Cruz) (7) Jalq’as (Irupampa y Masaya – Chuquisaca) Participaron Repsol/ YPFB, Soft Drink Services, Gas Transboliviano, Petrobras y Grupo religioso (8) Opus Dei (La Paz) (9) Carismáticos (La Paz) (10) Asamblea de Dios (La Paz) AES . 257 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 - El “otro distinto de uno” La Nación. Protagonistas de las protestas de 12 y 13 de febrero Las cicatrices de la crisis política y social previa al proceso electoral de 2002, la emergencia de nuevas organizaciones políticas de orientación crítica, la dispersión del voto, el escaso margen de diferencia entre las tres fuerzas más votadas y el virtual agotamiento del sistema de pactos entorpecieron la conformación de un gobierno sólido y duradero. En este nuevo contexto, la viabilidad de la administración de gobierno, e incluso del sistema político en su conjunto, estaba estrechamente vinculada a su capacidad de gestión de la crisis económica. Por lo mismo, el desafío de consolidar a Bolivia como centro energético del cono sur, y más específicamente, el reto de viabilizar el contrato de venta de gas a California, adquirieron un carácter estratégico. Los hechos del 12 y 13 de febrero de 2003 pusieron al descubierto los rasgos estructurales de la crisis política, económica y social de Bolivia y configuraron una nueva coyuntura política de crisis, degradación e inestabilidad que alcanzó su punto más crítico en octubre colocando en riesgo el mismo proceso democrático. La corriente de cambio se fortaleció, pero el lazo y la cohesión social quedaron fuertemente debilitados. Estos hechos incrementaron la desconfianza, el miedo al desorden y un sentimiento generalizado de orfandad en el conjunto de la sociedad boliviana, especialmente en La Paz. A principios de marzo de 2003, se encargó a la Empresa Diagnosis la realización de nueve grupos de discusión conformados por algunos de los principales protagonistas de los hechos de febrero, buscando indagar sus percepciones sobre la crisis de febrero. La concepción y contenidos de estos grupos de discusión estuvieron a cargo del Equipo de Desarrollo Humano Aplicado (EDHA). Composición de los grupos focales El protocolo de discusión en estos grupos se centró en: - Sentimientos respecto al país y a su futuro - Visión de la crisis política - Nivel de tolerancia del otro “diferente” - Credibilidad en las acciones del gobierno y de los partidos después de la crisis Actores centrales de la educación Actores centrales de la educación La escuela es un espacio fundamental para encarar los desafíos de una articulación virtuosa de la sociedad boliviana a la economía y la sociedad del conocimiento. Desde esta perspectiva, las visiones y percepciones de los diferentes actores del sistema educativo resultan fundamentales para comprender el rol que está jugando y puede jugar la escuela en el futuro. En Bolivia, a partir de los años 90, la educación ha iniciado una reforma en la que se privilegiaron el reconocimiento del carácter pluricultural y multilingüe de la sociedad y una educación intercultural. La reforma Cuadro 15 Composición de los grupos Nº Edad Sexo Ocupación Nivel Socio Económico Residencia La Paz 1 2 3 4 5 6 25-45 25-45 25-45 25-45 17-18 24-45 Hombres y Mujeres. Hombres. y Mujeres. Mujeres Hombres Hombres Hombres y Mujeres. Medio bajo Media empobrecida Bajo, popular Medio bajo, bajo Medio bajo, bajo Media alto y alto Diversa Diversa Vendedoras Obreros de la Cervecería Est. 4to Sec. colegio Ayacucho Empresarios, ejecutivos Villa Cocapabana Zona San Pedro Mercado Rodríguez Diversas zonas Diversas zonas Zona sur El Alto 1 2 3 258 19-22 25-45 25-45 Hombres y Mujeres Hombres y Mujeres. Hombres y Mujeres. Medio bajo Popular / pobreza Alto aymara / mestizo Estudiantes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) Oficios, desocupados Empresarios Feria de la 16 de Julio Diversas zonas Zonas alejadas Ceja Anexo metodológico Cuadro 16 Plano de los grupos según variables de corte Maestros de base La Paz Edades Privada De convenio Fiscal Urbana Rural Grupo 57 Grupo 6 Grupo 11 Grupo 12 20 a 39 Grupo 1 Grupo 3 40 y más Grupo 2 Grupo 4 20 A 39 Grupo 7 Grupo 9 40 y más Grupo 8 Grupo 10 Santa Cruz implicó importantes modificaciones en la labor práctica dentro del aula, cambios de la currícula, y en los roles del maestro, de los alumnos y de la comunidad educativa en su conjunto. Sin embargo la implementación de esta reforma ha tenido altibajos originados en la falta de consenso entre el Estado, las instancias corporativas y sindicales del magisterio y los maestros. En este marco, interesó acercarse a la mirada subjetiva de los maestros vinculada a las transformaciones que ha vivido el país en los últimos años y particularmente respecto al sentido de lo nacional, a los fines de la educación escolar y a la relación entre educación y formación de un espíritu crítico en un contexto de profundos cambios. El estudio partió de la hipótesis de que el papel estratégico que cumplió la escuela como agente socializador respecto al sentido de nación y civismo se ha venido desdibujando, predominando hoy día una visión corporativa en la que el sentido de lo nacional ha ido perdiendo fuerza, lo que alimentaría una desconfianza respecto al cambio y dificultaría el papel estratégico de los maestros como actores fundamentales de desarrollo. Se encargó la realización de 16 grupos focales con maestros de base (8 en La Paz y 8 en Santa Cruz) a la Empresa Marketing SRL. La concepción, diseño y elaboración de contenidos estuvo a cargo del EDHA. Se realizaron 12 grupos focales con maestros de base. En este caso, las variables discriminatorias críticas fueron el tipo de administración de la escuela: particular, fiscal (urbana y rural) y “de convenio” (escuelas vinculadas a la Iglesia Católica) y la edad (20 a 39 años y 40 y más). Se consideró como variable 7 secundaria el nivel socio-económico establecido a partir del ingreso familiar y estrechamente correlacionado con el tipo de administración de la escuela (pública o privada). Además se organizaron dos grupos focales con asesores pedagógicos y dos con formadores de maestros. • Asesores pedagógicos La Paz (grupo 13) • Asesores pedagógicos Santa Cruz (grupo 14) • Formadores de maestros La Paz (grupo 15) • Formadores de maestros Santa Cruz (grupo 16) El protocolo de discusión en estos grupos giró en torno al tema de si los maestros son formadores de ciudadanía y sentido de lo nacional como comunidad de pertenencia. Los grupos focales fueron complementados con entrevistas a funcionarios responsables de diseñar e implementar la Reforma Educativa. Campo informacional e Internet Para la elaboración del capítulo 5 se realizó una estrategia metodológica variada que incluyó la realización de seis grupos focales. - Ensambladores populares (La Paz) - Estudiantes de informática (La Paz) - Estudiantes de instituto de informática (Cochabamba) - Estudiantes de instituto de informática (Santa Cruz) - Estudiantes de Unikuljis (Santa Cruz) - Estudiantes de universidades (Cochabamba) Los grupos 5 y 6, 13 y 14 estuvieron compuestos por maestros de base comprendidos de manera equitativa entre los 20 y 39 años y 40 y más 259 260 Lugar Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Zona 16 de Julio y Ceja del Alto Ciudad de el Alto Ciudad de La Paz Ciudad de el Alto Ciudad de La Paz Riberalta - Beni Challapata - Oruro Ciudad de Sucre Potosí San Antonio de Lomerio - Sta Cruz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de Santa Cruz Ciudad de Santa Cruz Ciudad de Cochabamba Ciudad de Cochabamba Cliza y Punata - Cochabamba Ciudad de Santa Cruz Buenos Aires - Argentina Buenos Aires - Argentina Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de La Paz Ciudad de Santa Cruz Ciudad de Santa Cruz Ciudad de Santa Cruz Ciudad de Santa Cruz Ciudad de Santa Cruz Ciudad de Santa Cruz Ciudad de SantaCruz Ciudad de Santa Cruz Ciudad de La Paz y El Alto Ciudad de La Paz y El Alto Descripción del grupo Vendedoras del Mercado Rodriguez Personas que viven en villas o barrios de clase media baja Trabajadores obreros de la cervecería boliviana nacional Estudiantes de 4to curso de secundaria del colegio Ayacucho Comerciantes de grandes negocios de la ciudad de el Alto Universitadios de la Universidad Pública de El Alto Personas que viven en barrios de clase media o baja Personas que viven en zonas alejadas de El Alto Personas que viven en la zona sur de La Paz Trabajadores de la castaña, algunos dirigentes sindicales Qaqachacas Jalq'as Maragua e Irupampa Mineros cooperativistas independientes y de COMIBOL Chiquitanos Pastores y líderes de la nueva iglesia "Asambleas de Dios" Católicos Carismáticos Pastores del Opus Dei Ensambladores, Vendedores y Asistentes de computadoras Estudiante de Institutos, programadores y analistas de sistemas Estudiantes de la universidad "Unikuljis" de Santa Cruz Estudiantes de institutos de computación Estudiantes universitarios Estudiantes de institutos técnicos en computación Campesinos y Pobladores de áreas rurales Directivos y Gerentes de las principales transnacionales Imigrantes bolivianos en Argentina de diferentes estratos sociales Imigrantes bolivianos en Argentina con diferentes rasgos culturales Maestros de Base de colegios fiscales del área urbana Maestros de Base de colegios fiscales del área urbana Maestros de Base de colegios privados en el área urbana Maestros de Base de colegios privados en el área urbana Maestros de Base de colegios fiscales del área rural Maestros de Base de colegios de Convenio Asesores pedagógicos Formadores de maestros, profesores de Normales y docentes Maestros de Base de colegios fiscales del área urbana Maestros de Base de colegios fiscales del área urbana Maestros de Base de colegios privados en el área urbana Maestros de Base de colegios privados en el área urbana Maestros de Base de colegios fiscales del área rural Maestros de Base de colegios de Convenio Asesores pedagógicos Formadores de maestros, profesores de Normales y docentes Estudiantes de La Paz para la validación del juego interactivo Estudiantes de El Alto para la validación del juego interactivo 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 Total Resumen de los grupos de discusión Nº de grupo Cuadro17 - - 25 25 25 17 25 21 25 25 25 20 25 20 18 22 30 25 30 20 18 20 20 18 20 32 20 23 41 30 40 27 39 37 23 24 40 27 40 24 22 28 23 13 18 53 50 39 50 39 52 39 42 50 63 39 58 38 52 39 54 49 43 16 30 45 45 45 18 45 24 45 45 45 39 68 45 35 45 55 35 45 30 25 25 25 24 27 Edad 8 7 7 8 8 8 8 8 8 8 12 10 9 11 7 10 8 5 5 6 7 6 4 11 5 9 12 8 8 8 8 8 8 8 8 8 8 8 8 8 8 8 8 15 16 374 Participantes 5 3 5 5 5 3 5 6 2 4 6 6 6 6 6 5 3 8 7 8 188 6 1 2 4 3 8 4 5 5 4 2 5 3 4 4 7 5 8 4 8 8 186 3 7 8 4 6 3 5 4 4 5 5 9 3 3 5 3 5 4 4 3 3 4 5 5 4 9 3 3 3 5 3 2 6 4 2 2 2 2 2 3 5 Varones Componente de género Mujeres Los ejes conceptuales en estos grupos fueron: - Identidad y cultura - Usos y relaciones sociales en la red - El concepto de Nación - Desarrollo e Internet Adicionalmente se realizaron dos grupos focales con estudiantes de colegios de La Paz y El Alto con el propósito de validar el “juego interactivo del Milenio” (usos de Internet por los más jóvenes). Ficha técnica 3: Entrevistas en profundidad La estrategia metodológica de la entrevista en profundidad responde a investigaciones donde el objetivo es indagar sobre los valores, sistemas de sentido o modelos culturales de los entrevistados. El objetivo es, en unas pocas horas de diálogo, lograr la emergencia de la forma de ver el mundo, las in- tenciones y creencias de la gente. El supuesto teórico es que la palabra es capaz de canalizar, en su enunciación, una serie de estructuras de sentido que organizan el pensamiento del entrevistado, y que le permiten tener una visión de coherencia y actuar con naturalidad en determinado contexto. En el Informe se utilizó la entrevista para comprender la “cultura Internet”. Por ello, en cada encuentro se buscó que el entrevistado reconstruya su mundo, particularmente a partir de su experiencia profesional, y que sitúe en él sus valores, jerarquías y legitimidades. Se realizaron entrevistas semi-estructuradas siguiendo una matriz conceptual similar a aquella que serviría para la elaboración de los grupos focales, pero se adecuó el instrumento a las necesidades propias de la entrevista. La elección de los entrevistados surgió luego de varias indagaciones, a través de entrevistas exploratorias, intentando llegar a la persona más adecuada cuya experiencia de vida y profesional permita, luego del análi- Anexo metodológico Cuadro 18 Entrevistas a profundidad Sector Tecnoélites Actores • • • • • • • • Renato Ampuero Wálter Espinoza Camilo Eid Cliford Paravicini Jimmy Camacho Ana María Galindo Elizabeth Scott Ing. Saavedra Total Tecnoélites Experiencias Particulares • • • • Marcel Guzmán de Rojas Iván Guzmán de Rojas Sergio Prudencio Nidia Bustillos Rodríguez Total especialistas Total entrevistas Cajeros automáticos de Prodem Proyecto Infotambos 4 • Angel ChambIi • Iván Peña Total Técnicos Populares Especialistas Sisteco Cochabamba Encargada de Sistemas de Petrobras, Santa Cruz Licenciada en informática, Contraloría Universidad Cumbre Santa Cruz 8 Total Experiencias Particulares Técnicos Populares Tesoro General de la Nación Colegio Informáticos Impuestos Internos Técnico informático Técnico Informático 2 • Jaquelín Sandoval • Gabriel Mariaca Socióloga, especialista en el chat en La Paz Fondo Indígena 2 16 261 Informe Nacional de Desarrollo Humano 2004 262 sis, sacar conclusiones más abarcadoras. Una vez terminadas las entrevistas, se procedió a la construcción de modelos culturales, buscando mayores grados de abstracción, y comparando cómo estos modelos interactúan dentro de un mismo campo, en este caso el campo Internet. Para el trabajo cualitativo, primero se elaboró una matriz teórica con cinco áreas conceptuales: Identidad y cultura grupal, conformación social de la comunidad, usos y relaciones sociales en red, el concepto de nación, desarrollo e Internet. El acercamiento a estos temas se lo hizo a partir de la selección de cinco unidades de análisis: - La tecnoélite. Profesionales con título universitario que actualmente trabajan en el medio. - - - Experiencias particulares innovadoras. Personas que en ese ámbito tuvieron un desempeño destacado o alguna experiencia especial. Los técnicos populares. Técnicos que trabajan cotidianamente con la computación sin que tengan un respaldo educativo universitario. Los estudiantes (universitarios y de institutos). La tecnoélite, las experiencias particulares innovadoras y los técnicos populares fueron estudiadas a través de entrevistas en profundidad Una vez realizada la recolección empírica de información, se procedió a la trascripción respectiva. Los materiales fueron sometidos al análisis estructural de contenido.