El Invierno Siempres Se Convierte En Primavera

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DESERTACIÓN DEL PRESIDENTE IKEDA ACERCA DEL GOSHO DE NICHIREN DAISHONIN El Invierno Siempres se Convierte en Primavera 0     DISERTACIÓN DEL GOSHO NICHIREN DAISHONIN   2   EL INVIERNO SIEMPRE SE CONVIERTE EN PRIMAVERA   2   Disertación   4   El budismo es el principal aliado de los que sufren   6   El último deseo de Shakyamuni: guiar a Ajastashatru a la iluminación   7   El invierno siempre se convierte en primavera: Tenemos asegurado el logro de la Budeidad.   10   Los rigores del invierno hacen florecer los capullos de la victoria   12   La maravillosa “gente común” dedicada a la Ley Mística   14   Los lazos de maestro y discípulo son eternos   15     1     Disertación del GOSHO NICHIREN DAISHONIN El invierno siempre se convierte en primavera Hacer surgir el gran poder de la fe: La convicción monumental del Daishonin y su fuerza inspiradora Su difunto esposo tenía un hijo enfermo y una hija. Me es inevitable pensar en la angustia que él pudo haber sentido, sabiendo que se marchaba de este mundo, probablemente acongojado por las criaturas y dejando sola a su anciana esposa, frágil como un árbol marchito. Además, estoy seguro de que una de sus preocupaciones ha sido la situación de Nichiren. Como las palabras del Buda de ninguna manera son falsas, el Sutra del loto sin falta se propagará ampliamente. Quizá su marido haya sentido que algo iba a suceder, y que este sacerdote llegaría a ser muy respetado. Cuando me exiliaron, en contra de sus expectativas, tiene que haberse preguntado por qué el Sutra del loto y las diez demonios permitían que sucediera algo semejante. ¡Si aún viviera, qué feliz se sentiría de saber que Nichiren ha sido perdonado! ¡Con qué satisfacción vería que mis predicciones se han vuelto realidad, ahora que el Imperio mongol ha invadido el país y que la crisis se cierne sobre el Japón! Así son los sentimientos de la gente. Los que creen en el Sutra del loto parecen vivir en invierno, pero el invierno siempre se convierte en primavera. Ni una sola vez, desde la Antigüedad, alguien ha visto u oído que el invierno se convierta en otoño. Tampoco hemos sabido de ningún creyente en el Sutra del loto que continúe siendo una persona común. El Sutra dice: «Si hay personas que escuchan la Ley, ni una sola dejará de lograr la iluminación»>. 2     Su esposo dio la vida por el Sutra del loto. Su única fuente de subsistencia era un pequeño feudo que le fue confiscado a causa de su fe en el Sutra del loto. Sin duda, para él esto ha sido como ofrendar la vida por el Sutra. El niño Montañas Nevadas pudo canjear su cuerpo por media estrofa de una enseñanza budista, y el bodhisattva Rey de la Medicina pudo quemarse los brazos como ofrenda al Buda, porque ambos eran venerables, y para ellos este acto era tan natural como verter agua sobre el fuego. Pero su esposo fue un hombre común, así que para él habrá sido como echar papel a las llamas- Por lo tanto, no tenga dudas: los beneficios que él obtuvo han sido, con toda seguridad, tan grandes como los que recibieron aquellos. Probablemente, a cada instante del día y de la noche esté contemplando a su esposa y a sus hijos en los espejos celestiales del sol y de la luna. Ya que usted y sus hijos son simples seres humanos, no pueden verlo ni oírlo ; tampoco el sordo oye el trueno, ni el ciego ve el sol. Pero, no lo dude, su marido los está protegiendo. Es más, incluso puede estar muy cerca de ustedes. Justo cuando pensaba que debía ir a verla, de una forma u otra, usted me hizo llegar esta túnica. Fue una circunstancia completamente inesperada. Ya que el Sutra del loto es la más noble de todas las enseñanzas, es posible que en esta existencia yo llegue a adquirir cierta influencia. Si eso sucede, por favor, tenga la tranquilidad de que cuidaré a sus hijos, ya sea que usted viva o que esté observando desde el más allá. Cuando estuve en la provincia de Sado y durante mi estadía en este lugar [en Minobu], usted envió a su servidor para que me ayudara. ¿En qué existencia podría olvidar lo que usted ha hecho por mí? Saldaré esta deuda de gratitud prestándole servicio en la próxima existencia. 3     Disertación “Me enteré de una magnífica expresión budista…”, dijo sonriendo Jutta Unkart. Seifert, ex subsecretaria del Ministerio Federal de Educación, Artes y Deportes de Austria, cuya amistad mi esposa y yo tenemos el agrado de cultivar desde hace años. Tras esas palabras, citó un pasaje de El invierno siempre se convierte en primavera, uno de los escritos de Nichiren Daishonin. Y explicó entonces que en Austria tenían dichos similares como “Después de la lluvia viene el sol”. Dijo que había aprendido a vivir con actitud luminosa y positiva, capaz de brindar esperanza e inspirar a los demás, observando el ejemplo de sus padres, que eran ambos no videntes. Las palabras del Daishonin no cesan de alentar a personas de todas las latitudes del planeta. Incontables individuos se han sentido renacer y han avanzado en la vida con energía y determinación, inspirados en su amor rebosante y en su convicción inamovible. En sus disertaciones sobre el Sutra del loto, Josei Toda, segundo presidente de la Soka Gakkai, a menudo nos decía que si poníamos en práctica aunque sea una sola frase o pasaje de los veintiocho capítulos del Sutra, llegaríamos a ser capaces de entender el Sutra en su totalidad. Del mismo modo, los que pongan en práctica aunque sea una sola frase o pasaje de los escritos de Nichiren Daishonin, demuestren su validez en forma real y posean profunda convicción en ellos, contarán con el recurso de una fortaleza a prueba de todo. Desde luego, es importante conocer en profundidad los tratados y cartas principales del Daishonin, especialmente, los cinco escritos principales,1 y estudiar las enseñanzas y doctrinas a fondo. En especial, espero que los jóvenes se armen de espíritu de búsqueda y se desafíen en el estudio de los escritos del Daishonin. Hecha esta aclaración, quiero instarlos a que tomen cualquier pasaje o fragmento de los escritos y lo graven en su corazón. Incorpórenlo como parte de su vida, hagan daimoku en torno a esas palabras inspiradoras y esfuércense por ponerlas en práctica, a medida que lidian con los problemas de la vida y luchan contra diversas adversidades. Esta es la quintaesencia del estudio budista en la Soka Gakkai: apuntar a que tenga relevancia práctica en nuestra vida cotidiana.                                                                                                                         1 Cinco escritos principales: son los cinco escritos más importantes de Nichiren Daishonin establecidos por su sucesor y discípulo directo, Nikko Shonin.   Ellos son: 1)”sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra”, 2) “la apertura de los ojos”, 3) “el objeto de devoción para observar la vida”, 4)”la selección del tiempo” y 5) “saldar las deudas de gratitud”.   4     Las palabras de oro del Daishonin son una fuente de aliento infinito y de inspiración para los miembros de la SGI de todo el mundo; ellas incentivan a los practicantes a transformar su vida y obtener sólidas victorias. Uno de estos famosos pasajes de los escritos es el que estudiaremos aquí, que dice: “Los que creen en el Sutra del loto parecen vivir en invierno, pero el invierno siempre se convierte en primavera”. No creo exagerar si digo que estas palabras resumen la filosofía de esperanza que yace en la raíz del budismo de Nichiren Daishonin. Juntos, estudiemos este escrito, titulado El invierno siempre se convierte en primavera, con el propósito de comprender más profundamente el corazón de Daishonin. *** Su difunto esposo tenía un hijo enfermo y una hija. Me es inevitable pensar en la angustia que él pudo haber sentido, sabiendo que se marchaba de este mundo, probablemente acongojado por las criaturas y dejando sola a su anciana esposa, frágil como un árbol marchito. Además, estoy seguro de que una de sus preocupaciones ha sido la situación de Nichiren. Como las palabras del Buda de ninguna manera son falsas, el Sutra del loto sin falta se propagará ampliamente. Quizá su marido haya sentido que algo iba a suceder, y que este sacerdote llegaría a ser muy respetado. Cuando me exiliaron, en contra de sus expectativas, tiene que haberse preguntado por qué el Sutra del loto y las diez demonios2 permitían que sucediera algo semejante. ¡Si aún viviera, qué feliz se sentiría de saber que Nichiren ha sido perdonado! ¡Con qué satisfacción vería que mis predicciones se han vuelto realidad, ahora que el Imperio mongol ha invadido el país y que la crisis se cierne sobre el Japón! Así son los sentimientos de la gente. 2                                                                                                                         2           Diez hijas de la madre Demonio: Diez demonios hembra que aparecen en el capítulo “Dharani” (26º del Sutra del loto. juran resguardar y proteger a los devotos del Sutra. Se dirigen al Buda a unísono y proclaman: “a aquellos que […] molesten y perturben a los que predican la Ley, la cabeza se les partirá en siete pedazos, como las ramas del árbol de arjaka”.   5     El budismo es el principal aliado de los que sufren El Daishonin compuso esta carta en el monte Minobu, en mayo de 1275, un año después de haber regresado de su exilio en Sado. Se la dirigió a la monja laica Myoichi, quien residía en Kamakura. Unos cuatro antes (en 1271), el Daishonin había sido objeto de la persecución de Tatsunokuchi y exiliado a Sado (donde permaneció durante dos años y medio, hasta marzo de 1274). Estos hechos desembocaron en un cruel hostigamiento contra los seguidores del Daishonin en Kamakura. Entre ellos, Myoichi y su esposo, quienes sufrieron esta persecución en carne propia de diversas formas, entre ellas, la confiscación de sus tierras. No obstante, mantuvieron la fe firme en el Sutra del loto. Fueron genuinos discípulos, que lucharon constantemente con actitud solidaria hacia el Daishonin. Desafortunadamente, la muerte del esposo se produjo antes de que el Daishonin obtuviera el indulto que puso fin a su exilio. Por su parte, Myoichi, ya viuda, quedó sola y en precario estado de salud a cargo de dos hijos, uno de los cuales padecía una enfermedad. Así y todo, aun en medio de circunstancias tan adversas. Myoichi siguió prestando apoyo sincero al Daishonin: por ejemplo, le envió un sirviente para que lo ayudara durante su estadía en Sado, y también más tarde, cuando aquel ya se había retirado al monte Minobu. El Daishonin escribió esta carta que hoy nos ocupa, en respuesta al obsequio adicional de una túnica que la monja laica le había enviado. El budismo es el principal aliado de las personas que sufren. Existe para que experimenten la felicidad suprema aquellos que padecen dificultades más extremas. Por lo tanto, es responsabilidad de los líderes budistas brindar su máximo apoyo en este proceso. El invierno siempre se convierte en primavera es una carta de aliento extraordinario. Si hay algo que queda claro, es que Myoichi estaba perseverando con bravura en la práctica budista en esas circunstancias. Mientras muchos de los seguidores del Daishonin y la sociedad japonesa en general, se vieron influenciados por el caos, en la época posterior al exilio en Sado (en 1271) y ante la invasión mongola (producida en año anterior, 1274), esta carta parecería indicar que la monja laica no vaciló en lo más mínimo y siguió practicando con corazón puro, sin separarse espiritualmente del Daishonin. A la vez, Myoichi enfrentaba diversas circunstancias adversas que podrían compararse con la rigurosa época invernal. Es posible imaginar que el Daishonin escribió esta carta de cálido aliento, con el hondo deseo de que esta señora fuera 6     feliz y desplegara su Budeidad sin falta, y con el propósito de despejar todo asomo de pena o aflicción que estuviera agobiando su alma. Como afirma el Daishonin, “lo importante es el corazón”. Ya que Myoichi había mantenido la fe firme hasta ese momento, pese a toda clase de circunstancias, entonces era doblemente importante que prosiguiera con actitud renovada y llena de esperanza. El Daishonin quería encender una llama inextinguible de esperanza en lo profundo de su vida, alimentada con el combustible de la fe, para que más allá de todo lo que pudiera ocurrir, ella eliminara todas las ilusiones y arremetiera sin la menor traza de duda o de vacilación, con confianza inamovible. El invierno siempre se convierte en primavera es un escrito de rebosante amor compasivo: cada palabra y cada frase están imbuidas del deseo apasionado que animaba al Daishonin: alentar a sus discípulos. El último deseo de Shakyamuni: guiar a Ajastashatru a la iluminación Al comienzo de esta carta, el Daishonin considera las preocupaciones que habrá tenido el esposo de Myoichi en vísperas de la muerte, referidas a la familia que dejaba atrás. Imagina que los pensamientos del esposo habrán estado enfocados en su pequeña hija, en su hijo enfermo y en las dificultades en las que se vería su viuda teniendo que criarlos sola, sin su ayuda. Es posible que el Daishonin, al conjeturar los sentimientos del marido, haya querido dar voz a las propias inquietudes y aflicciones de Myoichi. Sin embargo, el budismo no es una filosofía proclive al sentimentalismo o al pesimismo. Estas reflexiones sobre el esposo, seguramente, habrán infundido a Myoichi paz espiritual y tranquilidad, y la habrán llevado a sentir que el Daishonin comprendía todo lo que ella venía experimentando, y que estaba velando a cada instante por el bienestar de ella y de sus hijos. En la primera mitad de la carta, el Daishonin cuenta que también Shakyamuni cargaba un peso en su corazón en vísperas de su muerte. En especial, lo afligía la suerte del rey Ajatashatru3. El buda estaba muy preocupado por el monarca [que,                                                                                                                         3 Rey Ajatashatru: Rey del estado indio de Magadha, que vivió en la época de Shakyamuni. Mal influenciado por Devadatta,   accedió al trono asesinando a su padre, el rey Bimbisara, seguidor del Shakyamuni. También a instancias del perverso Devadatta, Ajatashatru intentó matar al Buda y a sus discípulos soltando en dirección a ellos una manada de elefantes embriagados sin control. Luego, atormentado por la culpa de haber matado a su padre, el rey enfermó de una dolencia horrenda que le cubrió la piel de llagas pestilentes. Por consejo de su médico y ministro Jivaka, buscó acercarse a Shakyamuni, quien respondió enseñándole las doctrinas del Sutra del nirvana. Así, Ajatashatru pudo erradicar su karma negativo y prolongar su vida.   7     influenciado por el perverso Devadatta, había cometido graves faltas contra la Ley, a raíz de las cuales se encontraba sufriendo agónicamente]. Huelga decir que la preocupación del Buda por todos los seres vivos es imparcial y sin discriminación. Sin embargo, así como los padres que aman a todos sus hijos por igual se preocupan más por los que están enfermos, el Buda no puede menos que afligirse por los seres vivos destinados a experimentar los malos caminos. En esta carta, el Daishonin utiliza el ejemplo de Shakyamuni para ejemplificar la preocupación de su esposo, a su propio modo, por el futuro que aguardaría a su familia cuando él ya no estuviera. En el transcurso de este análisis, el Daishonin utiliza ciertos adjetivos para referirse a Myoichi: “anciana”, y “frágil como un árbol marchito”. Esto no debe tomarse literalmente, como indicio de que la señora tenía una edad avanzada o que era demasiado frágil Probablemente haya utilizado estos términos para expresar lo que tenía en mente el esposo moribundo al pensar en la situación de su mujer. Sin él a su lado para protegerla, o bien para expresar los propios sentimientos de inseguridad y falta de confianza en sí misma que afectaban a Myoichi. A continuación, con respecto al hecho de que el esposo hubiera muerto antes de que el Daishonin fuese indultado, escribe: Como las palabras del Buda de ninguna manera son falsas, el Sutra del loto sin falta se propagará ampliamente. Quizás su marido haya sentido que algo iba a suceder,, y que este sacerdote llegaría a ser muy respetado. Cuando me exiliaron, en contra de sus expectativas, tiene que haberse preguntado por qué el Sutra del loto y las diez demonios permitirían que sucediera algo semejante. ¡Si aún viviera, que feliz se sentiría de saber que Nichiren ha sido perdonado! ¡Con qué satisfacción vería que mis predicciones se han vuelto realidad, ahora que el Imperio mongol ha invadido el país y que la crisis se cierne sobre el Japón! Así son los sentimientos de la gente. El Daishonin alienta una y otra vez a Myoichi, decidido a llegar a las fibras más íntimas de su corazón y a disipar de su alma hasta la última nube de su oscuridad 8     o ilusión interior. Es un pasaje que denota la lucha seria y apasionada de un mentor resuelto a velar por su discípula. Aquí, el Daishonin habla de “los sentimientos de la gente”. Observa que el esposo de Myoichi seguramente habrá lamentado el exilio de su maestro, y se habría regocijado al ver cumplida su profecía referida a la invasión mongola. Es natural, dice, ya que el corazón y los sentimientos de la gente suelen fluctuar de la alegría al pesar, en función de las circunstancias cambiantes. Pero aquí debemos recordar que el sentir del esposo estaba imbuido de la fe en la Ley Mística, y de la consagración al kosen-rufu, por lo cual podía sentirse alborozado ante la propagación del Sutra del loto . En su pecho anidaba el corazón de un discípulo leal, que compartía el mismo compromiso que su mentor, el Daishonin, devoto del Sutra del loto. Si vemos con la mirada de la Budeidad los “sentimientos de la gente” – es decir, los pesares y alegrías de este discípulo referidos a su mentor -, podemos decir que el esposo de Myoichi luchó valientemente junto a su maestro hasta el final, y culminó su existencia en forma triunfal, sin nada que reprocharse. Por lo tanto, en el pasaje siguiente, el Daishonin escribe: “El invierno siempre se convierte en primavera”, aclarando que el esposo de Myoichi sin falta ha logrado la Budeidad. A juzgar por los comentarios del Daishonin sobre los “sentimientos de la gente”, vemos que buscaba elogiar la fe de este creyente que imbuía tales sentimientos, y también dar a Myoichi la tranquilidad de que su esposo, sin falta, se encuentra en un estado iluminado. El corazón humano es mutable por naturaleza: cambia en forma incesante. Por ejemplo, Myoichi probablemente se haya sentido triste al pensar que su esposo no vivió lo suficiente para ver a su maestro indultado. Es natural que la gente albergue estos sentimientos melancólicos. Pero el problema es que esta forma de sentir da lugar a dudas e ilusiones que nublan nuestra fe. Por tal razón, el Daishonin le aseguraba a Myoichi que su esposo había logrado la iluminación, ya que él había mantenido correctamente la fe hasta el final de su vida. Quería cerciorarse de que Myoichi no perdiera la postura vibrante de la fe necesaria para seguir viviendo con esperanza. Los sentimientos de lamentación, queja o disconformidad pueden fácilmente conducirnos al estancamiento en la fe. Es fundamental que mantengamos la postura valiente y pura de seguir avanzando siempre hacia algo superador. Como señala el Daishonin: “La poderosa espada del Sutra del loto debe ser blandida por 9     alguien valiente en la fe”. Si nos desafiamos en nuestra revolución humana con la convicción de que obtendremos la victoria fina en la vida, podremos expandir enormemente nuestro estado interior. Podremos lograr una condición de libertad ilimitada que nos permitirá abrazar todas las dificultades y penurias como un gran océano. Sin falta, llegará un momento en que veremos con total claridad el sentido y el significado de cada una de las experiencias que hemos tenido que vivir. Por dicho motivo, es fundamental que nuestro avance se base en la entonación del daimoku, tanto en épocas de sufrimiento como en circunstancias dichosas. Si actuamos así, en tiempos duros encontraremos la sabiduría necesaria para transformar el veneno en remedio, y en épocas de felicidad, podremos avanzar con un optimismo y una esperanza mayores aún. Seremos grandes “personas comunes”, con estados de vida sublimes, capaces de encarnar en nuestra vida real las palabras del Daishonin, “ sufra lo que tenga que sufrir; goce lo que tenga que gozar”. *** Los que creen en el Sutra del loto parecen vivir en invierno, pero el invierno siempre se convierte en primavera. Ni una sola vez, desde la Antigüedad, alguien ha visto u oído que el invierno se convierta en otoño. Tampoco hemos sabido de ningún creyente en el Sutra del loto que continúe siendo una persona común. El Sutra dice: «Si hay personas que escuchan la Ley, ni una sola dejará de lograr la iluminación». El invierno siempre se convierte en primavera: Tenemos asegurado el logro de la Budeidad. “Los que creen en el Sutra del loto parecen vivir en invierno, pero el invierno siempre se convierte en primavera”, dice el Daishonin. Antes de poder celebrar el arribo de la estación vernal, primero debemos resistir el invierno. Lograr la Budeidad en esta existencia implica una feroz lucha por transformar nuestro karma, y superar los innumerables desafíos que se nos presentan en el 10     curso de la práctica budista, simbolizados en los tres obstáculos y los cuatro demonios,4 y en los tres enemigos poderosos.5 “Los que creen el Sutra del loto parecen vivir en invierno”… Estas son las palabras bondadosas de un padre estricto, que nos aconseja seguir el camino seguro hacia el logro de la Budeidad, luchando contra todos los impedimentos kármicos y triunfando sobre ellos. La forma en que logramos la Budeidad se resume en las palabras: “El invierno siempre se convierte en primavera”. El invierno se convierte en primavera, no en otoño. Es un principio invariable de la naturaleza. Del mismo modo, dice el Daishonin, los que practican la Ley Mística, la gran enseñanza para el logro de la iluminación, con certeza llegan a ser budas, y nunca permanecen en el estado ilusorio de una persona común, no iluminada. Como promete el Buda en el Sutra del loto, los que escuchan y abrazan la Ley Mística lograrán la Budeidad sin una sola excepción. Es un principio universal de la vida. Desde la perspectiva del Buda, todos tienen derecho a ser felices. Todos tienen el potencial de experimentar la vida con júbilo vibrante. Pero los que practicamos el budismo de Nichiren Daishorin incluso sabemos cómo tomar contacto con la fuerza de la Ley Mística en nuestra vida. Por eso, no sólo tenemos derecho a la felicidad, sino que poseemos la importante misión de ayudar también a otros a lograr esa felicidad en su existencia. “El invierno siempre se convierte en primavera” significa que las personas comunes, que triunfan sobre todos los desafíos que encuentran en el curso de su “El invierno siempre se convierte en primavera” significa que las personas comunes, que triunfan sobre todos los desafíos que encuentran en el curso de su práctica budista, sin falta llegarán a ser budas. Las palabras del Daishonin, cual poderoso rugido de león, proclaman que sus discípulos tenemos asegurado el logro de la Budeidad, en la medida en que trabajamos para que nuestros semejantes tomen conciencia de esa Budeidad y la manifiesten en su propia vida desde el interior.                                                                                                                         4 Tres obstáculos y cuarto demonios: Diversos obstáculos e impedimentos que afectan la práctica del budismo. Los tres obstáculos son: 1)el obstáculo de los deseos mundanos; 2) el obstáculo del karma; 3) el obstáculo de la retribución. Los cuatro demonios: 1) el demonio de los cinco componentes; 2) el demonio de los deseos mundanos; 3) el demonio de la muerte; 4) el demonio del rey Demonio del sexto Cielo. 5 Tres enemigos poderosos: Tres clases de personas arrogantes que persiguen a los que propagan el Sutra del loto en la era malvada posterior a la muerte del buda. Se los describe en una estrofa de veinte versos contenida en el capítulo 13º (“Aliento a la devoción”) del Sutra del loto. El gran maestro Miao-lo de la China resume esas tres clases de oposiciones diciendo que son laicos arrogantes, sacerdotes arrogantes, y falsos venerables arrogantes.   11     Los rigores del invierno hacen florecer los capullos de la victoria Aquí hay un principio importante: lo que hace real la dicha de la primavera es el invierno que la precede. Sólo cuando uno supera los rigores del invierno inclemente mediante el poder de la fe, puede deleitarse con una primavera de triunfo. Tomemos como ejemplo los cerezos que florecen en época vernal. Las yemas de las flores se forman en verano, y luego entran en un estado latente durante el otoño. Esas yemas deben experimentar el frío del invierno, porque ete clima activa el proceso de pleno crecimiento que ls conducirá a florecer, etapa que se conoce como “quiebre de la latencia”. El helado invierno es necesario para el desarrollo de los capullos. Estos, una vez que despiertan de su estado dormido, comienzan a hincharse con los primeros calores de la primavera y entonces dan flor. El invierno puede ser una función que active el poder inherente y el potencial latente. Este principio se aplica tanto a la vida como a la práctica budista. Todos los seres vivos poseen la semilla de la Budeidad, también conocida como naturaleza de Buda. Esta semilla contiene un potencial tan vasto e ilimitado como el del mismísimo universo. Despierta de su estado dormido y madura con miras a su florecimiento mediante la fe en el Sutra del loto, que nos permite remontar los obstáculos del invierno. En otras palabras, se logra mediante nuestra propia lucha contra los obstáculos que surgen en el transcurso de nuestra práctica budista, o sea, los tres obstáculos y los cuatro demonios, y los tres enemigos poderosos. Cuando resistimos y superamos las dificultades invernales y salimos victoriosos mediante nuestra práctica de la Ley Mística, podemos hacer que las flores brillantes de la victoria se abran radiantes en nuestra vida. Sin embargo, si en medio de los rigores del frío dejamos de luchar o de avanzar en la fe, si dudamos del poder de la fe y aflojamos en la práctica, terminaremos con resultados incompletos, y eso en el mejor de los casos. Se dice que aún en el caso de los cerezos, si el clima frío necesario para romper el ciclo de latencia resulta más corto de lo requerido, la floración de los capullos se demora y es irregular. La clave de nuestra victoria yace en la intensidad y pasión con que podamos luchar durante el invierno, y a sabiduría con que utilicemos ese período, cuán significativamente vivamos cada día, con la convicción de que la primavera llegará, sin falta. La fe en el Sutra del loto significa abrirnos paso con bravura a través del invierno de la adversidad. Cuando enfrentamos la ardua tarea de transformar nuestro karma, podemos celebrar la llegada de la primavera, y construir un cimiento de buena fortuna y de felicidad en nuestra vida. Por lo tanto, no esquivemos la 12     crudeza invernal. Si tenemos el valor de enfrentar los desafíos del frío, podremos avanzar ilimitadamente hacia la espléndida primavera que es el logro de la Budeidad y del kosen-rufu. El Sutra del loto enseña la importancia de remontar los inviernos de la vida. Y el Daishonin nos asegura: “El invierno siempre se convierte en primavera”. Nuestro esfuerzo constante por transformar el invierno en primavera es el camino esencial para lograr una plenitud y un crecimiento insuperables en nuestra vida. Si nos aplicamos con todas nuestras fuerzas a recorrer este camino, podremos activar el logro de la Budeidad en esta existencia y disfrutar de un glorioso estado primaveral que resplandezca de infinita buena fortuna y de beneficios, a través del pasado, presente y futuro.** *** 5 Su esposo dio la vida por el Sutra del loto. Su única fuente de subsistencia era un pequeño feudo que le fue confiscado a causa de su fe en el Sutra del loto. Sin duda, para él esto ha sido como ofrendar la vida por el Sutra. El niño Montañas Nevadas6 pudo canjear su cuerpo por media estrofa de una enseñanza budista, y el bodhisattva Rey de la Medicina7pudo quemarse los brazos como ofrenda al Buda, porque ambos eran venerables, su esposo fue un hombre común, así que para él habrá sido como echar papel a las llamas. Por lo tanto, no tenga dudas: los beneficios que él obtuvo han sido. con toda seguridad, tan grandes como los que recibieron aquellos. 6                                                                                                                           6 Niño Montañas Nevadas: Nombre con que vivió el buda Shakyamuni en una existencia anterior, en la cual practicó austeridades en las Montañas Nevadas, en pos de la iluminación. El niño Montañas Nevadas había dominado todas las enseñanzas no budistas, pero aún desconocía el budismo. Entonces, la deidad Shakra decidió poner a prueba su determinación. Disfrazado de demonio, recitó la primera mitad de una enseñanza budista. El escucharlo, el niño suplicó al demonio que le expusiera la mitad restante, pero éste exigió a cambio su carne y su sangre. Cuando el pequeño escuchó el resto de la enseñanza, subió a un árbol y se arrojó a las fauces del demonio. En ese momento, este recuperó su forma verdadera y, ya como Shakra, lo acogió en sus brazos. Shakra elogia la disposición del niño Montañas Nevadas a dar la vida en aras de la Ley, y predice que sin falta logrará la Budeidad.   7 Bodhisattva Rey de la Medicina: bodhisattva que, según se afirmaba, poseía el poder de curar las dolencias físicas y mentales. En el capítulo homónimo del Sutra del loto (23º) se describe las austeridades que llevó a cabo en una existencia anterior, cuando vivió con la identidad del bodhisattva. Contemplado con Agrado por Todos los Seres vivos, y se pone de relieve su dedicación abnegada a la Ley.   13     Probablemente, a cada instante del día y de la noche esté contemplando a su esposa y a sus hijos en los espejos celestiales del sol y de la luna. Ya que usted y sus hijos son simples seres humanos, no pueden verlo ni oírlo; tampoco el sordo oye el trueno, ni el ciego ve el sol. Pero, no lo dude, su marido los está protegiendo. Es más, incluso puede estar muy cerca de ustedes. La maravillosa “gente común” dedicada a la Ley Mística Los que siempre se basan en la fe y en la práctica con la actitud de no escatimar su vida [en bien del kosen-rufu] son maravillosas “personas comunes”. En esta sección, el Daishonin compara el esfuerzo del niño Montañas Nevadas con el de una persona corriente. Si bien, nos dice, no es tan difícil que una figura venerable como Montañas Nevadas de la vida en busca de la verdad eterna, es extremadamente difícil que una persona común lleve a cabo una práctica altruista y sacrifique algo de extremo valor, como lo había hecho el esposo de Myoichi, al soportar la confiscación de sus feudos, que eran equivalentes a su vida y su sustento. En consecuencia, el Daishonin propone que no hay diferencia entre el beneficio obtenido por Montañas Nevadas, quien dio la vida por la Ley, y el beneficio del esposo de Myoichi, quien perseveró en la fe sin escatimar su vida. El señor Toda empleaba el término “persona común iluminada desde el tiempo sin comienzo”. En otras palabras, la gente común que dedica su vida a la Ley Mística puede entrar en el “reino del tiempo sin comienzo”, es decir, en el estado eternamente vigente de la Budeidad. El esposo de Myoichi mantuvo la fe sin titubear, pese a perder las tierras de la cual él y su familia dependían para obtener el sustento. El beneficio infinito que logró como resultado de esa fe altruista y generosa seguramente significó que, en la muerte, su vida se fusionó con el estado de Budeidad del universo – un estado que, a menudo, los escritos de Daishonin refieren como “la tierra pura del Pico del Águila” – y habitó libremente en un estado de vida libre e ilimitado. Esto es claro si lo vemos desde la perspectiva de los escritos de Daishonin. Este también nos dice que, desde este estado eterno, el marido siempre está velando por su esposa y sus hijos y protegiéndolos, como el sol y la luna en el firmamento. Es cuestionable que el marido ha logrado la Budeidad. Así que la preocupación del Daishonin se dirige, en cambio, hacia la esposa que lo sobrevivió. Cálidamente le dice a Myoichi, quien cuida a un hijo enfermo y se desafía en circunstancias 14     muy difíciles, que no tiene nada que lamentarse y que su esposo sin falta estará cuidándola desde la tierra pura del Pico del Águila. A partir de estas palabras, podemos sentir la sincera consideración del Daishonin, que abraza a Myoichi y a sus hijos como una suave brisa primaveral. El Daishonin también le asegura a la monja laica que no debe albergar ningún duda. Sé que no soy el único en sentirme conmovido por la profunda benevolencia del Daishonin, evidente en estas palabras de aliento. Es obvio que deseaba con ardor impartir felicidad a todas las madres y a los hijos, y a todos los seres humanos que sufrían. Esta calidez palpitante en su amor compasivo es, en verdad, como el sol vernal que derrite la nieve del invierno. El Daishonin quería elogiar la firme fe de este matrimonio, y apoyar en la viudez a Myoichi, y también a su familia. Quería que esos seguidores que habían compartido sus horas más cruciales avanzaran con esperanza y orgullo hasta el final, y lograran un estado de tremendas victorias y agradecimiento hacia su práctica budista. Con ese espíritu, el Daishonin siempre alentó a sus creyentes, imbuido de convicción y de benevolencia. *** Justo cuando pensaba que debía ir a verla, de una forma u otra, usted me hizo llegar esa túnica. Fue una circunstancia complemente inesperada. Ya que el Sutra del loto es la más noble de todas las enseñanzas, es posible que en esta existencia yo llegue a adquirir cierta influencia. Si eso sucede, por favor, tenga la tranquilidad de que cuidaré a sus hijos, ya sea que usted viva o que esté observando desde el más allá. Cuando estuve en la provincia de Sado y durante mi estadía en este lugar [en Minobu], usted envió a su servidor para que me ayudara. ¿En qué existencia podría olvidar lo que usted ha hecho por mí? Saldaré esta deuda de gratitud prestándole servicio en la próxima existencia. Los lazos de maestro y discípulo son eternos   Los verdaderos discípulos siempre buscan saldar la deuda de gratitud que los une a su mentor, a lo largo de toda su vida. Yo he pasado mi vida entera así, para retribuir al maestro Toda lo mucho que le debo. 15     Por su parte, Myoichi envió a un criado para que asistiera al Daishonin, y mandó de obsequio la túnica mencionada en este escrito. En respuesta, el Daishonin dice a esta madre, consagrada al kosen-rufu y siempre firme y leal en las horas más difíciles, que él se consagrará a saldar la deuda de gratitud que mantiene con ella, no sólo en esta existencia, sino también en la próxima, ya que si algo llegara a sucederle a esta creyente, él se ocuparía de cuidar a sus hijos pequeños. Sus palabras abrazan de calidez y de bondad a toda esta familia. Nada equipara la buena fortuna de tener un maestro en el mundo del budismo. Ninguna comunicación es más sincera que la entablada en el maravilloso mundo de maestro y discípulo, y compartida por los camaradas de fe que dedican la vida a la Ley Mística. Los lazos de maestro y discípulo perduran a través de las tres existencias. Este lazo eterno es creado por los discípulos que luchan junto a su mentor para superar grandes obstáculos y trabajan por lograr el kosen-rufu, dicho de otro modo, por los que batallan en aras de superar las pruebas del invierno. En febrero de 1951, las empresas del señor Toda cayeron en bancarrota. Estábamos pasando por el peor momento. Mi mentor salió al pequeño jardín que había afuera de su modesto despacho, y mirando un rincón de la tierra helada, descubrió unos minúsculos brotes verdes que pugnaban por romper los terrones áridos del invierno. Entonces, el señor Toda dijo: “Al fin está llegando la primavera… Cuando llega la temporada vernal, irrumpe una nueva vitalidad renovada, como esta. El invierno siempre se convierte en primavera. La fe en el Sutra del loto es como el invierno, en ese sentido”. En esa época, yo escribí en mi diario: Primavera… Pronto llegará la primavera, la estación luminosa de esperanza. Mi pasión y mi gran convicción crecerán como los árboles y la hierba… ¡Jóvenes, pongámonos de pié! ¡Jóvenes, avancemos! ¡Jóvenes, en marcha! ¡Siempre, siempre hacia delante! Sin temer a los riscos peligrosos ni a las olas tempestuosas… 16     Hoy, la Soka Gakkai y eñ señor Toda son difamados, y maliciosamente puestos en tela de juicio. Pero de lo más hondo de mi corazón brota una poderosa emoción. ¡Ya veremos, dentro de diez o veinte años, cuando hayamos crecido… Con este espíritu, me puse a construir la Soka Gakkai que hoy todos admiran. Como viví toda mi existencia basado en la inseparabilidad de maestro y discípulo, hoy puedo dar la bienvenida, junto al maestro Toda que habita eternamente en mi alma, a la primavera del kosen-rufu mundial. Hoy, en todas las latitudes del globo hay personas que elogian nuestra labor y depositan en ella sus mayores expectativas. Hemos triunfado en cada aspecto. Y la SGI está gozando de una gloriosa primavera de beneficios, rebosante de valores humanos incalculables que florecen orgullosamente, en todo el mundo. Hoy, embarcados en la segunda fase del kosen-rufu, las personalidades más destacadas de todos los campos observan atentamente nuestro movimiento, que preanuncia el comienzo de una nueva primavera para la humanidad. Ellos confían en nuestro esfuerzo y lo consideran una brillante fuerza de cambio, que impulsará al género humano en dirección a una primavera de paz y de felicidad para todos, alejándolo de un invierno de guerra y de sufrimiento. Con convicción y optimismo, con alegría y vitalidad, hablemos con los demás sobre esta gran filosofía de esperanza sintetizada en las palabras “El invierno siempre se convierte en primavera”. Iluminemos la humanidad con la luz del amor compasivo y con la sabiduría del budismo de Nichiren Daishonin, y de esa forma abramos las puertas de una primavera de paz, un primavera de cultura, y una primaveral era de la humanidad. En todo el mundo se eleva el sol pletórico de brillo: la Ley Mística, clave de la felicidad radiante. 17