Cultores De Divinidades Indígenas. H. M. Rabanal (2012)

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ESTUDIOS DE HISTORIA ANTIGUA EN HOMENAJE AL PROF. MANUEL ABILIO RABANAL ISBN: 978-84-472-1399-3 ESTUDIOS DE HISTORIA ANTIGUA EN HOMENAJE AL PROF. MANUEL ABILIO RABANAL ESTUDIOS DE HISTORIA ANTIGUA EN HOMENAJE AL PROF. MANUEL ABILIO RABANAL Gloriam patriae suae legionensis auxit et amicitiam omnibus rebus humanis anteposuit Juan Manuel Abascal Palazón Antonio Caballos Rufino Santiago Castellanos García Juan Santos Yanguas (editores) 2012 Estudios de historia antigua en homenaje al prof. Manuel Abilio Rabanal / Juan Manuel Abascal Palazón … [et al.] (editores). – León : Universidad de León, Área de Publicaciones ; Sevilla : Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 2012 398 p. : il., fot., gráf., mapas ; 24 cm. – (Historia y Geografía / Universidad de Sevilla ; n. 221) ISBN 987- 84-9773-607-7 (Universidad de León), 978-84-472-1399-3 (Universidad de Sevilla) 1. Rabanal Alonso, Manuel Abilio (1941-)-Discursos, ensayos, conferencias. 2. Historia antigua-Discursos, ensayos, conferencias. I. Abascal Palazón, Juan Manuel [et al.]. II. Rabanal Alonso, Manuel Abilio (1941-). III. Universidad de León. Área de Publicaciones. IV. Universidad de Sevilla. Secretariado de Publicaciones. 929 Rabanal Alonso, Manuel Abilio (082) 94(3)(082) Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso escrito de los Secretariados de Publicaciones de la Universidad de Sevilla y de la Universidad de León. © UNIVERSIDAD DE LEÓN ÁREA DE PUBLICACIONES 2012 Edificio de Servicios. 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Servicio de Reprografía ÍNDICE Presentación por Juan Manuel Abascal Palazón, Antonio Caballos Rufino, Santiago Castellanos García y Juan Santos Yanguas ............................................................................ 11 Publicaciones del Profesor Manuel Abilio Rabanal Alonso ............ 15 ESTUDIOS DE HISTORIA ANTIGUA Federico Lara Peinado: El vaso ritual de Gudea: Ningišzida evidente, Inanna encubierta......................................................................... 27 José María Blázquez Martínez: Arabia y los árabes en Estrabón y en Diodoro Sículo ......................................................................................... 45 Gerardo Pereira Menaut: La ciudad romana perfecta no debe ser hermosa, sino sexy ......................................................................................... 81 Joaquín Muñiz Coello: La casa y el sagum. Símbolo y coerción en la sociedad romana ............................................................................................ 89 Manuel Salinas de Frías: La Provincia Ulterior entre Décimo Bruto y Augusto ............................................................................................. 105 Milagros Cavada Nieto: Gallaecia en las Guerras Cántabras ............. 123 Juan Santos Yanguas: Segovia, ¿municipio flavio o ciudad con estatuto privilegiado en época de Tiberio? Notas de lectura ................ 143 Juan Manuel Abascal Palazón: Inscripciones romanas de Aragón y Cataluña en manuscritos de la Real Academia de la Historia ........... 149 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava: Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica ............................................................................................. 185 Mª Dolores Dopico Caínzos: Publice privatimque hospitia (Liv. 1.45.2) La hospitalidad en el libro I de Livio ........................................... 219 Sonia María García Martínez: La epigrafía romana en la provincia de León: una aproximación a un compendio bibliográfico.................... 235 Lorenzo Abad Casal: Pedro Ibarra Ruiz y el descubrimiento de las termas occidentales de la Alcudia de Elche .............................................. 249 Luis A. García Moreno: Un imperdonable acto del Padre Flórez contra las antigüedades cristianas de España ........................................... 275 José María Solana Sainz: Construcción y reparación de vías y puentes en Hispania romana: el término restituit recogido en los miliarios................................................................................................ 287 Narciso Santos Yanguas: Vía romana y minería aurífera en el valle del río del Oro y del Valledor (Allande, Asturias) .................................. 333 David Natal Villazala: Gloriosa Propago. La propaganda teodosiana en Orosio .................................................................................... 361 Santiago Castellanos García: Hidacio y el final de la dinastía teodosiana ....................................................................................................... 373 Pablo C. Díaz Martínez: Percepción del espacio y la naturaleza en Valerio del Bierzo ........................................................................................... 383 CVLTORES DE DIVINIDADES INDÍGENAS EN EL CONVENTVS ASTVRVM: ONOMÁSTICA PERSONAL Y CONDICIÓN CÍVICA Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava Universidad del País Vasco El noroeste peninsular constituye un ámbito privilegiado para el estudio en época imperial de la epigrafía latina de carácter votivo relativa a las divinidades indígenas y a los dedicantes que les rinden culto1. Esta relevante documentación, en la que convergen diversos aspectos de la religio de las comunidades cívicas localizadas en esta área septentrional hispana, se distribuye en tres divisiones administrativas de una sola prouincia romana –los conuentus Asturum, Bracarum y Lucensis–, pero extendiéndose el antiguo territorio adscrito a los dos primeros en áreas peninsulares diversas desde una actual valoración política. Si este último aspecto tiene una especial incidencia en el conuentus Asturum, considerando los límites propuestos para la ciuitas Zoelarum, también es esta Esta contribución ha sido realizada en el marco del proyecto HAR2008-00358/HIST, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Agradezco a la profesora Mª C. González Rodríguez, directora del proyecto de investigación, la valiosa, eficaz y en todo momento generosa colaboración científica que me ha proporcionado durante la elaboración de este trabajo. Esta propicia colaboración no me exime, en cualquier caso, de los errores que se puedan encontrar en el mismo. 1 185 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava demarcación intraprovincial romana la más amplia en extensión2, con una distribución de la epigrafía votiva objeto del presente análisis, además de en tres municipios del distrito de Bragranza (Portugal), en cuatro demarcaciones provinciales españolas: León; Asturias entre las cuencas del Navia y del Sella; el área oriental de Orense, incluyendo las comarcas de Valdeorras, Terra de Trives y nororiental de Viana; y la zona noroccidental de Zamora desde la comarca de Sanabria a la cuenca del Esla. Dentro de este ámbito conventual disponemos de una significativa representación de dedicaciones individuales y colectivas a divinidades con nombres indígenas. La teonimia de naturaleza indígena, así como latina con epíteto local, constituye uno de los criterios de selección epigráfica en el análisis propuesto, siendo únicamente la expresión onomástica de los dedicantes individuales nuestro propósito de estudio. La reciente publicación de una contribución relativa a las dedicaciones colectivas en la provincia Tarraconense evita la inclusión de estas evidencias, pero nos permite tener en cuenta su análisis y las rigurosas conclusiones aportadas3. A partir del análisis de la estructura del nombre personal y de la naturaleza lingüística de los antropónimos que identifican a estos devotos individuales, nos interesa aproximarnos a su condición jurídica y social y a los procesos de integración socio-política y de romanización que pudieron darse entre estos fieles –en su mayoría de origen hispano4– que, al igual que las Esta amplitud en extensión no supone un mayor número de dedicaciones votivas a divinidades locales, v. A. Tranoy, La Galice romaine. Recherches sur le nord-ouest de la péninsule ibérique dans l’Antiquité, París 1981. De Boccard, pp. 263-300, consideración que no ha variado con el incremento de epígrafes votivos en el conuentus. Un preciso análisis de las fuentes escritas (autores greco-latinos, epigrafía) relativas al término «astures» durante las guerras de conquista y con posterioridad, cuando en época altoimperial se documenta la estructura administrativa romana del conuentus Asturum, se encuentra en Mª C. González Rodríguez, Los Astures y los Cántabros Vadinienses. Problemas y perspectivas de análisis de las sociedades indígenas de la Hispania indoeuropea, Vitoria. Universidad del País Vasco 1997 (Anejos de Veleia. Series minor 10), pp. 38-51. 3 Las dedicaciones colectivas, de carácter público o privado, a divinidades con nombres indígenas han sido estudiadas recientemente por Mª C. González Rodríguez y F. Marco Simón, “Divinidades y devotos indígenas en la Tarraconensis: las dedicaciones colectivas”, Palaeohispanica 9 (=Acta Paleohispanica X), 2009, pp. 65-81. Destacan las tres localizadas en el conuentus Asturum (EPRLe 4 y 29; ERBr 1) y dos posibles (ERA 11, EPRLeón 19), frente a una insegura del Lucensis (IRPLu 6) y ninguna en el Bracarum (v. pp. 65-70, 78-79). 4 Del conjunto de los dedicantes analizados dos ciudadanos romanos no fueron hispanos, si se consideran las funciones que desempeñaron dentro del ejército romano. Por otra parte son los únicos que especifican sus cargos: legado de la legio VII Gemina (ERPLe 25) y centurión de la misma legión (Aquae Flauiae I2,106). El legado de la legión Cn(aeus) L(ucius) 2 186 Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica divinidades objeto de su devoción5, no permanecieron inmutables ante las nuevos modelos organizativos y culturales aportados por Roma. La heterogénea tipología de denominación con la que se presentan estos devotos, con estructuras onomásticas indígenas, romanas y de conexión entre ambos sistemas, permite desarrollar un análisis pormenorizado de estos usos onomásticos que, más allá de una clasificación tipológica y lingüística de las designaciones personales, puede en casos concretos remitir a una determinada condición cívica, teniendo en cuenta los aspectos jurídicos y socio-políticos que esta condición implica en época romana. Esta consideración cívica adquiere un particular interés en este ámbito conventual de relieve montañoso, en el que con anterioridad a la fundación romana de Asturica Augusta, concluido el proceso de conquista, solo Lancia y Noega evidencian un carácter urbano. Avanzado el período imperial esta condición ciudadana no es, por otra parte, la representación que proyectan la mayoría de los territorios adscritos a las ciuitates o comunidades políticas acreditadas por Roma en esta administración conventual. Esta configuración territorial, con disposición o no de un centro urbano, no interfiere en las diversas condiciones jurídicas y sociales que pudieron disponer quienes, además de mostrarse como devotos de divinidades de nombre indígena, eran miembros de pleno derecho de los diferentes populi que en época altoimperial conformaron las nuevas ciuitates adscritas al conuentus Asturum6 y en cuyo panteón cívico fueron integradas las divinidades precedentes. Situar la perspectiva de análisis en los devotos individuales permite valorar un aspecto esencial en el estudio de estas dedicaciones. En la mayoría de los casos los dedicantes se han visto relegados en las investigaciones ante el particular atractivo lingüístico, epigráfico e histórico de las divinidades a las que rendían culto, máxime cuando la amplia mayoría de ellas representaban Terentius Homullus Iunior podría haber sido originario de Perusia (Regio VII), v. P. Le Roux, L’armée romaine et l’organisation des provinces ibériques d’Auguste a l’invasion de 409, París. De Boccard 1982, pp. 279 y 315. 5 Como se observa en las evidencias de culto público halladas en el núcleo urbano y en el territorio de Asturica Augusta y en las ciuitates Zoelarum y Paesicorum, entre otras ciudades y comunidades cívicas del noroeste peninsular, v. Mª C. González Rodríguez, “Sobre la religio de los pueblos del NO durante el Alto Imperio: algunas observaciones”, Paleohispanica 5 (=Acta Paleohispanica IX), 2005, pp. 775-792 (775-776, 779-783). 6 Lancia se documenta como ualidissima ciuitas y urbs en Floro (Epit. II, 33, 57). Noega es designada comο πόλις en Estrabón (III, 4, 20) y como oppidum en Mela (III, 13-14) y Plinio (NH IV, 111). Según este último autor (NH III, 28) eran veintidós los populi adscritos al conuentus: Iunguntur iis Asturum XXII populi diuisi in Augustanos et Transmontanos. 187 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava un hápax en el corpus de evidencias de teonimia indígena de los tres conuentus del noroeste hispano7. Aunque no exista un estudio específico en este sentido, diferentes contribuciones aluden a estos oferentes. En los corpora de epigrafía romana de las actuales áreas provinciales en las que se distribuyen las dedicaciones votivas objeto de análisis se encuentran útiles comentarios lingüísticos e históricos sobre algunos de estos devotos individuales de divinidades con teonimia indígena que son particularmente significativas en aquellas conmemoraciones procedentes de la provincia de León, que representan el mayor porcentaje del corpus analizado. Debemos esta relevante contribución, realizada en colaboración con S. Mª García, al profesor Rabanal, a quien dedicamos este merecido homenaje. Ambos también son autores de diversos trabajos sobre aspectos religiosos y sociales relativos al proceso de romanización en el conuentus Asturum, a los que se pueden añadir en las últimas dos décadas contribuciones de otros investigadores centradas en este ámbito conventual sobre la presencia femenina en la epigrafía votiva o sobre la religión romana8. Mª C. González Rodríguez, “Noms des divinités préromaines du Nord-Ouest hispanique: bilan provisoir”, en: J. d’Encarnação (coord.), Divindades indígenas em análise. Actas do VII workshop FERCAN, Coimbra-Oporto. Centro de Estudios Arqueológicos das Universidades de Coimbra e Porto 2008, pp. 81-104. 8 ERPLe, v. también el apartado de abreviaturas de corpora epigráficos. Entre otros trabajos sobre aspectos religiosos y sociales relativos al proceso de romanización de este ámbito conventual, v. M. A. Rabanal Alonso, A. Ferreras Valladares, “La triada Capitolina en el conuentus Asturum”, en: S.M. Ordóñez, P. Sáez (coords.), Homenaje al Profesor Presedo, Sevilla 1994, pp. 623-636; M. A. Rabanal Alonso, “El culto imperial en el conuentus Asturum”, Estudios Humanísticos. Geografía, historia y arte 19, 1997, pp. 11-22; M. A. Rabanal Alonso, S. Mª García Martínez, “Elites sociales y manifestaciones religiosas en las capitales conventuales del noroeste peninsular”, en: L. Hernández, J. Alvar (eds.), Jerarquías religiosas y control social en el mundo antiguo. Actas del XXVII Congreso Internacional Girea-Arys IX, Valladolid 2004, pp. 357-366; S. Mª García Martínez, M. A. Rabanal Alonso, “La romanización durante el Bajo Imperio de los conuentus Lucensis y Asturum: aspectos socio-económicos”, Estudios Humanísticos. Geografía, historia y arte 14, 1992, pp. 113-144; S. Mª García Martínez, “La mujer en el conuentus Asturum: su reflejo epigráfico”, Estudios Humanísticos. Geografía, historia y arte 16, 1994, pp. 31-60; S. Mª García Martínez, J. Mª Bragado Toranzo, “Una nueva deidad indígena en el conuentus Asturum”, Studia Zamorensia 4, 1997, pp. 2130; Mª A. Pelayo Arce, M. del Rivero Sierra, “La presencia femenina en la epigrafía votiva de los conuentus Asturum y Cluniensis”, en: Actas del XX Congreso Arqueológico Nacional (Santander 1989), Zaragoza 1991, pp. 459-466; I. Sastre Prats, Onomástica y relaciones políticas en la epigrafía del conuentus Asturum durante el Alto Imperio, Madrid. CSIC 2002 (Anejos de AEspA 25); F. Diego Santos, “Problemas de onomástica en las fuentes antiguas. Dioses indígenas en el conuentus Asturum y las ciudades en las fuentes literarias” (1ª ed. 1984), 7 188 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava a cuatro demarcaciones provinciales españolas y al distrito portugués de Braganza: diecisiete dedicaciones fueron halladas en León, siete en Orense, dos respectivamente en Asturias y en Zamora, y cuatro en tres municipios de Braganza. Dentro de esta distribución geográfica, destaca la significativa concentración de evidencias en la cuenca del río Sil, desde la localidad leonesa de Villablino a la comarca orensana de Valdeorras, y en menor medida en el norte de la región de Braganza (v. mapa). Aun cuando el lugar de procedencia de los epígrafes no es un criterio seguro para determinar su origen, desde una perspectiva histórica, esta aglomeración de testimonios estaría en relación con los territorios de importante riqueza minera que ocuparon en la Antigüedad los Astures Augustani –en torno a dos de sus principales πολεις: Bergidum Flauium e Interamnium Flauium–, así como con la ubicación de las ciuitates de los Gigurri y de los Zoelae, cuyos centros principales no evidencian un carácter urbano, siendo designado el núcleo central de los Gigurri por Ptolomeo con el término φόρος10. El material empleado como soporte de estas dedicaciones votivas es mayoritariamente el granito, como en otros contextos epigráficos del noroeste peninsular, y en menor medida la arenisca, la caliza, el mármol y en un solo caso el bronce. El granito en particular, pero también los otros tres soportes pétreos, se caracterizan por presentar importantes dificultades de lectura de lo grabado en su superficie, que se amplían cuando se analiza el documento desde una reproducción fotográfica, siendo el examen directo el que permite observar de una forma más segura la definición del trazado de las letras o las características paleográficas11. En este sentido, sólo hemos tenido en cuenta para el presente estudio las dedicaciones votivas que han sido objeto de una autopsia reciente y presentan una lectura segura de la estructura onomástica de quienes actúan como dedicantes individuales12 o aquéllas de las que disponemos de una editio princeps con una 190 en un epígrafe de Cacabelos, León (CIL II 5672)”, Palaeohispanica 10 (Serta Palaeohispanica in honorem Javier de Hoz), 2010, pp. 63-79]. 10 Ptol., II, 6, 28 y 37. A. Balil Illana, “Forum y fora en el Noroeste peninsular”, en: Los foros romanos de las provincias occidentales, Madrid. Ministerio de Cultura 1987, pp. 143-146. 11 P. Le Roux, “Cultos y religión en el Noroeste de la Península Ibérica en el alto Imperio romano: nuevas perspectivas”, Veleia 26, 2009, pp. 265-285 (271); Mª C. González Rodríguez, “Problemas de división y restitución de nombres de divinidades indígenas en la epigrafía votiva del noroeste español: el ejemplo de Couxil (Cartelle, Orense, Hispania Citerior)”, en: J. Alberto Arenas-Esteban (ed.), Celtic religion across space and time. IX workshop FERCAN, Molina de Aragón. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha 2010, pp. 131-137 (133-136). 12 Estas autopsias han sido realizadas en el caso de las evidencias localizadas en las provincias españolas por Mª C. González Rodríguez, Joaquín Gorrochategui Churruca, Manuel Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica rigurosa autopsia y nombres seguros, aunque actualmente se incluyan entre las desaparecidas13. Se han descartado las lecturas onomásticas inseguras y de restitución dudosa, evitando testimonios imprecisos en la valoración final14. Las treinta y dos evidencias analizadas presentan una cronología relativa correspondiente al periodo imperial, desde los siglos I al III, pero con una mayor concentración en el siglo II y primera mitad del III15. Ramírez Sánchez y Sivia Alfayé Villa. Los testimonios portugueses han sido examinados por A. Redentor. Ambas autopsias se han desarrollado dentro de dos proyectos de investigación, HUM 2005-02850/HIST y HAR2008-00358/HIST, financiados respectivamente por el Ministerio de Educación y Ciencia y el Ministerio de Ciencia e Innovación y dirigidos por la primera investigadora. 13 Hemos examinado las publicaciones relativas a las dedicaciones actualmente desaparecidas en los archivos y fondos bibliográficos sobre inscripciones latinas de Hispania del Centro CIL II de la Universidad de Alcalá de Henares. Agradecemos a su directora, Helena Gimeno Pascual, que nos facilitara esta comprobación en enero de 2010. 14 Se descartan, entre los epígrafes votivos que disponen de dedicantes, las dedicaciones colectivas (v. supra n. 3), así como las que presentan dificultades de lectura e interpretación debido a su deficiente estado de conservación, habiendo sido todas reutilizadas con posterioridad como material de construcción: ERPLe 5, 13, 14, 18 y 24. En tres de estos epígrafes se han practicado autopsias recientemente (v. supra n. 12). Las inscripciones nº 13 y 14, localizadas en la ermita de Santa Eulalia (Folgoso de la Ribera, León) presentan una naturaleza incierta. El epígrafe nº 18 no se grabó en un ara, sino en una roca en Boñar (León), y forma parte actualmente del muro de un edificio. Ha sido revisado por H. Gimeno Pascual y A. U. Stylow, en “Analecta epigraphica hispanica: manuscritos, calcos, dibujos, duplicaciones”, Sylloge Epigraphica Barcinonensis 3, 1999, pp. 85-112 (90-92 y 108-109). Indican los autores que esta inscripción se incluyó en el corpus de Roma por un error de interpretación de un manuscrito (ms. Vat. Lat. 6040), duplicándose su publicación en el CIL (II 5726, VI 152). Ofrecen una nueva lectura en la que restituyen dos textos epigráficos: Fonti sacr[um] –realizada por Vipstanus Alexis, liberto de Vipstanus Broccus– y una posible dedicación a un Genius. De este modo se corrige el epíteto indígena de la lectura del CIL en la que se establecía una doble dedicación: Fonti Saginie(n)si y Genio Brocci. Se han incluido las inscripciones ERPLe 1 y 7, aunque presentan serias dificultades de reconstrucción (v. apartado A). 15 Los criterios paleográficos y onomásticos, así como las fórmulas de consagración y la estructura del texto, han sido los aspectos tenidos en cuenta en los diferentes corpora empleados (v. abreviaturas), así como en las autopsias epigráficas. Sobre estos criterios de datación epigráfica, v. E. W. Haley, Foreigners in Roman Imperial Spain. Investigations of Geographical Mobility in the Spanish Provinces of the Roman Empire. 30 b.C.-a.D. 284, Nueva York. Columbia University 1986, pp. 616-617; M. Dondin-Payre, M. Th. Raepsaet-Charlier (eds.), Noms, identités culturelles et romanisation sous le Haut-Empire, Bruselas. Timperman 2001, pp. IX-XIV; E. Cantón Serrano, “Propuesta de datación de las inscripciones vasconas”, en: J. Alonso Aldama, C. García Román, I. Mamolar Sánchez (eds.), Homenaje a la profesora Olga Omatos, Vitoria. Universidad del País Vasco 2007, pp. 83-100. 191 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava Destaca en el conjunto de dedicaciones la mínima presencia de dedicantes femeninas, con sólo una evidencia procedente de la localidad leonesa de Cacabelos –donde se establece la localización de la antigua Bergidum Flauium–, frente a veintinueve menciones de devotos masculinos16. Esta particularidad entra dentro de las características que presenta la epigrafía votiva de la zona y del ámbito hispano, siendo la iniciativa masculina la predominante y vinculándose preferentemente a divinidades de tradición indígena las dedicaciones desarrolladas por mujeres, que en la mayoría de los casos presentan un proceso de latinización onomástica17. En este paisaje que conforma el conuentus Asturum, con un destacado carácter rural, donde se advierten importantes dificultades de identificación de santuarios con estructuras arquitectónicas y no disponemos de inscripciones que nos informen de la existencia de templa, aedes, aedicula o fana –expresiones latinas que aluden a la existencia de construcciones sagradas–, cobra un relevante significado, como en otras áreas del noroeste peninsular, el hábito epigráfico votivo desarrollado por estos dedicantes con carácter privado. Una concentración óptima de dedicaciones a determinadas divinidades locales permite hablar de la existencia de espacios sagrados destinados a estos redefinidos dioses, integrados en los nuevos panteones y cultos cívicos. Tanto en estos casos, como también en aquellos en los que las dedicaciones se evidencian descontextualizadas, los textos epigráficos ponen de relieve un lenguaje religioso en el que el devoto manifiesta su pietas, identificándose como el responsable de cumplir la promesa contraída con una divinidad local concreta, una vez recibido el favor y la protección divina solicitada. Con su identificación onomástica, por otro lado, el dedicante proyecta una oportuna autorrepresentación dentro de las prácticas colectivas o ceremonias públicas en las que pudieron desarrollarse los sacrificios privados que implicaría el uotum, explicitado en las fórmulas de consagración –características de la religión romana– grabadas en la última línea de estas dedicaciones18. En el caso del legado de la legio VII Gemina, Cnaeus Lucius Terentius Homullus Iunior, disponemos de tres epígrafes votivos dedicados a la misma divinidad: Nymphis Fontis Ameui (ERPLe 25). 17 H. Gallego Franco, “La mujer en las estructuras religiosas de Hispania septentrional. Consideraciones en base a la epigrafía votiva hispanorromana del territorio castellano-leonés”, Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones 9, 2004, pp. 69-89 (73-76). 18 F. Marco Simón, “Las inscripciones religiosas hispanas del ámbito rural como expresión del hábito epigráfico”, en: Espacios, usos y formas de la epigrafía hispana en época antigua y tardoantigua. Homenaje al Dr. Armin U. Stylow, Mérida 2009 (Anejos AEspA 48), pp. 197210; P. Le Roux, “Cultos y religión, v. infra n. 11”, pp. 271-274; Mª C. González Rodríguez, “Los santuarios del territorio en las ciuitates de la Asturia Augustana: el ejemplo del 16 192 Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica LA EXPRESIÓN ONOMÁSTICA DE LOS DEDICANTES La autorrepresentación exhibida por los dedicantes analizados, desarrollada de forma espontánea y conveniente a través de su identificación onomástica, constituye una evidencia significativa para descubrir aspectos relativos a las características jurídicas y socioculturales de quienes no nos aportan otros elementos de reconocimiento en sus dedicaciones votivas, desprovistas de un carácter oficial, si exceptuamos los dos devotos que especifican su condición de legatus legionis y de centurio de la Legio VII Gemina19. En una primera aproximación al análisis propuesto, que remite a los procesos de integración política de las comunidades cívicas del conuentus Asturum en las estructuras organizativas romanas y a las formas de actuación del Estado romano en el ámbito provincial, podemos destacar la documentación de diversas nomenclaturas personales. Estas reflejan diversos estadios o modelos antroponímicos que, si se ordenan partiendo de la tradición indígena y llegando a la romana, incluyen desde los dedicantes portadores de nombre único (sin filiación básicamente) y antroponimia indígena, hasta la adopción –con el desarrollo del proceso de latinización antroponímica– del sistema onomástico romano. Esta última tipología implica la fórmula de los tria nomina (praenomen, nomen o gentilicio y cognomen), sin mención entre nuestros devotos de la tribus. Esta nomenclatura romana, con carácter oficial en época altoimperial, experimenta a partir de la extensión de la ciudadanía romana con la Constitutio Antoniniana y en época tardía una evolución hacia el nombre único latino20, también documentado en nuestro análisis. Deus Vagus Donnaegus”, Actas del II Simposio Internacional sobre los santuarios suburbanos y del territorio de las ciudades romanas (Madrid. mayo 2009), en prensa. Sobre las expresiones templum, aedes, aedicula y fanum en la epigrafía hispana, v. Mª C. González Rodríguez, “La epigrafía de los espacios sagrados”, en: J.M. Iglesias (ed.), Actas de los XVIII Cursos Monográficos sobre el Patrimonio histórico (Reinosa, julio 2007), Santander 2008, pp. 39-56; eadem, “Santuarios y epigrafía en las ciudades hispanorromana: una aproximación”, en: P. Mateos, S. Celestino, A. Pizzo, T. Tortosa (eds.), Santuarios, oppida, ciudades: arquitectura sacra en el origen y desarrollo urbano del Mediterráneo Occidental, Mérida 2009 (Anejos AEspA 45), pp. 407-416. Sobre la escritura en las dedicaciones votivas y el desarrollo de la comunicación entre dedicantes y divinidades, v. J. Rüpke, “Dedications accompanied by inscriptions in the Roman Empire: functions, intentions, modes of communication”, en: J. Bodel, M. Kajava, Dediche sacre nel mondo greco-romano. Diffusione, funzioni, tipologie, Roma. Institutum Romanum Finlandiae, American Academy in Rome 2009, pp. 31-41. 19 V. supra n. 4. 20 I. Kajanto, “The emergence of the late single name system”, en: H-G. Pflaum, N. Duval (eds.), Actes du Colloque International sur L’Onomastique Latine (Paris 1975), París. CNRS 193 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava Esta estructuración de los modelos antroponímicos documentados tiene en cuenta la naturaleza lingüística y el proceso de acomodación al sistema onomástico romano, pero no refleja, como expondremos a continuación, un proceso de evolución gradual hacia una indefectible adopción del sistema onomástico romano, no documentándose una cronología necesariamente más temprana entre los dedicantes que revelan una designación no romana. El modelo antroponímico de tradición indígena (nombre único sin filiación o excepcionalmente con ella) coexiste con otros modelos que presentan onomástica mixta y fundamentalmente latina, así como con estructuras relativas básicamente a la consolidación o evolución del sistema romano (tria nomina, duo nomina, mononimia latina). Como se expondrá más adelante, no es seguro que cada una de estas tipologías relativas a la onomástica personal de los devotos analizados represente una precisa caracterización cívica o naturaleza jurídica y proyección social. Esta consideración se hace más evidente por la dificultad de determinar mediante la expresión onomástica indicada, particularmente en aquellos devotos procedentes de comunidades beneficiadas con el ius Latii a partir del edicto de Vespasiano, quién de estos estaba en posesión de la ciuitas Romana, si ninguno con la fórmula de los tria nomina menciona su adscripción a una tribus. La aproximación a estos aspectos jurídicos y sociales, sobre todo con anterioridad al edicto de Caracalla y a la evolución de la nomenclatura romana en época tardía, requiere de un análisis pormenorizado de cada una de las expresiones onomásticas documentadas, valorando diversas variables, entre otras, la cronología relativa y el lugar de procedencia de las dedicaciones, la origo indicada o posible de los dedicantes, y si parten de una iniciativa masculina (29 ejemplos) o femenina (1 ejemplo). Sin adelantar las consideraciones relativas a la integración jurídica, que serán expuestas en los análisis de las diferentes tipologías, la expresión onomástica de estos devotos refleja en la mayoría de los ejemplos un significativo proceso de latinización y de acomodación al sistema onomástico romano, pero asimismo las inevitables variantes que surgen en los sistemas de denominación personal derivadas del contacto e interrelación entre prácticas lingüísticas (indígena y latina) y hábitos onomásticos (nomenclatura romana o no) de tradiciones culturales diversas21. 194 1977, pp. 421-430; B. Salway, “What’s in a name? A survey of roman onomastic practice from c. 700 B.C. to A.D. 700”, JRS 84, 1994, pp. 124-145. 21 Diferentes estudios han puesto de relieve cómo la expresión onomástica permite una adecuada aproximación en época imperial a los procesos de acomodación de los provinciales a la civilización romana, aportando información sobre la difusión de la lengua latina y las condiciones jurídicas (peregrina, romana, ciues de comunidades beneficiadas con el ius Latii) Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica Onomástica indígena: nombre único y sistema binominal Seis dedicantes presentan onomástica indígena, cuatro de ellos nombre personal y dos una estructura binominal. Si consideramos los treinta devotos documentados, representan un 20% del total de evidencias. Si exceptuamos las expresiones Craro y Caeiaio, que son las únicas que podemos considerar inseguras dentro del conjunto de la antroponimia indígena analizada22, el resto de las designaciones se documentan en el área septentrional y algunas de ellas o sus variantes en el noroeste peninsular (Ancetolus, Veicius, Elaesus, Elanicus, Taurinus)23. La estructura que presentan estas designaciones de naturaleza lingüística indígena, derivadas de la adscripción de estos provinciales al nuevo marco administrativo con carácter cívico que introduce Roma: la ciuitas. Destacan, entre otras contribuciones de los últimos quince años, A. Chastagnol, “Onomastique et droit latin”, en: Idem. La Gaule romaine et le droit latin, Lyon. De Boccard 1995, pp. 49-190; M. Dondin-Payre y M.Th. RaepsaetCharlier (eds.), v. supra n. 15; M. Dondin-Payre, “L’expression onomastique de l’identité autochtone en Afrique du Nord antique”, en: C. Briand-Ponsart (ed.), Identités et culture dans l’Algérie antique, Rouen. Universités de Rouen et du Havre 2005, pp. 135-177; Eadem, “Dénomination et romanisation en Afrique. Une onomastique africaine?”, en: B. Cabouret (ed.), Questions d’histoire. L’Afrique romaine de 69 à 439. Romanisation et Christianisation, París. Editions du Temps, 2005, pp. 274-287. Para el ámbito septentrional hispano se han desarrollado recientes estudios, v. A. Redentor, “Manifestações religiosas”, v. supra n. 8; P. Ciprés Torres, “La onomástica de las inscripciones romanas del País Vasco. Estructura del nombre personal y estatuto jurídico”, Veleia 23, 2006, pp. 85-128, E. Cantón Serrano, “Onomástica y organización social de los vascones”, en: J. Andreu (ed.), Los vascones de las fuentes antiguas: en torno a una etnia de la Antigüedad peninsular, Barcelona. Universitat de Barcelona (Instrumenta 32) 2009, pp. 423-455. 22 Ambas son dos hápax en la onomástica indígena peninsular. Caeiaio? ha sido leída en una dedicación hallada en localidad leonesa de Candín de difícil interpretación debido a las características de la inscriptio (ERLe 7). Su mención en un posible sistema binominal después del antropónimo indígena Elaesus permite considerar que dispuso de la misma naturaleza lingüística. Respecto al ara de San Miguel de Laciana, como se indica en ERLe1 y se comprobó en la autopsia (26.06.2009: v. supra n. 12), en primer lugar iría el teónimo [Augo Propeddi, con un epíteto similar en su declinación que otros de la zona (ERLe 26)] y después el dedicante, existiendo una única interpunción entre el teónimo y el antropónimo. Craro aparece registrado en OPEL II p. 82 y en NPILH p. 337, con referencia a esta dedicación votiva. No se observó en la autopsia otra interpunción en la segunda línea que conduzca a asegurar la presencia de una expresión onomástica con sistema binominal Cr (abreviado) y Aro. Por otra parte, en esta lectura, si Aro está registrado en OPEL I p. 172 y Arus en NPILH p. 287 – documentado en la epigrafía del noroeste peninsular–, es problemática la interpretación del primer nombre, para el que se ha propuesto la lectura Cr(escens) (HEp 1, 1989, 403), cuando no se documenta con esa forma abreviada (v. OPEL II pp. 83-84 y en NPILH pp. 337-338). 23 Mª L. Albertos Firmat, “La onomástica personal indígena del noroeste peninsular (astures y galaicos)”, en: Actas del III Coloquio sobre lenguas y culturas paleohispánicas (Lisboa 1980), 195 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava con nombre único o con sistema binominal, es la que se considera en los estudios onomásticos asociada a la “nomenclatura peregrina”, en el sentido de que es la más frecuente entre quienes disponen de una condición libre, pero no de la ciudadanía romana. La ausencia de filiación en cinco de los seis dedicantes nos permite establecer algunas consideraciones sobre la utilización en estos casos de una variante de esta nomenclatura. En primer lugar, la inexistencia de cualquier indicación que permita considerar que alguno de los dedicantes formara parte de quienes integraban la población dependiente, carente de ingenuitas, nos lleva a pensar que la omisión de la filiación en principio no es una evidencia clara que argumente un análisis desde esta perspectiva. Habría que tener en cuenta, por otra parte, la predisposición a la gradual desaparición de la filiación, mediante el nombre único del padre, derivada de la propia evolución de este modelo onomástico. La datación establecida en las dedicaciones que presentan antroponimia indígena y ausencia de filiación contribuye a pensar en esta tendencia onomástica. Por otra lado, cuando se indica la filiación con carácter indígena –en el caso de Burrilus Auelci f(ilius)– se trata de la dedicación que presenta la segunda cronología relativa más temprana dentro de las que se sitúan en este apartado. En este caso se emplea la expresión latina f(ilius) que indicaría un nivel de latinización mayor que si sólo se mencionara el nombre del padre en genitivo. En este único ejemplo con indicación de la filiación no se observa una homonimia entre padre e hijo. Pero el sistema binominal documentado por uno de los devotos, Elanicus Taurinus, presenta dos nombres de la misma raíz que otros documentados en el área septentrional y en particular en el noroeste peninsular (Elanus, Elanius y Taurus, sin desestimar para esta última expresión la influencia latina). La presencia de esta idéntica raíz y de sufijos llamados “patronímicos” podría estar indicando la existencia de antropónimos “hereditarios” dentro de una misma familia o grupo familiar, sin que deban ser analizados únicamente desde una relación de paternidad y sin presencia, en cualquier caso, en todos estos usos onomásticos indígenas del nomen o gentilicio propio del sistema de denominación romano24. 196 Salamanca. Universidad de Salamanca 1985, pp. 255-310; eadem, “La onomástica personal indígena de la región septentrional”, Veleia 2-3, 1985-1986, pp. 155-194. 24 Mª L. Albertos Firmat, “La onomástica...región septentrional”, v. supra n. 23, pp. 172 y 183; NPILH pp. 350 y 524. Esta autora establece la inclusión de Taurus y Taurinus en la onomástica indígena y considera que “la variante latina normal es Taurius, no Taurus, ni Taurinus”. Como cognomen latino se documenta en I. Kajanto, The latin cognomina, Roma. G. Bretschneider 1982 (1ª ed. Helsinki 1965), pp. 196 y 329. Habría que tener en cuenta, por otro lado, que los ejemplos indígenas del antropónimo Taurus están localizados de forma preferente en el área lusitano-galaica, área en la que también se sitúan la mayoría de las evidencias Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica Dos de estos dedicantes completan la expresión de su nombre personal –seguido de la filiación en el caso de Burrilus– con la referencia a la unidad organizativa indígena de la que forman parte. Constituye una información opcional en la autorrepresentación de estos dos devotos, que bien mediante la alusión al castellum en el que habita Ancetolus o de la gens a la que pertenece Burrilus, alude a su inclusión en unidades organizativas, ambas documentadas en el conuentus Asturum. Pero esta información espontánea, que permite situar a ambos en sus respectivas entidades organizativas de procedencia con una nomenclatura tradicional indígena25, va precedida en la expresión onomástica de Ancetolus por la mención de la ciuitas, de la entidad política de la que es originario y de la que participa de sus vínculos asociativos reconocidos por Roma. Esta referencia a la origo, que identifica a este devoto como ciuis o ciudadano de pleno derecho desde una perspectiva administrativa romana de la ciuitas Auriensis, es preceptiva en su autorrepresentación como dedicante de un ara a la diosa Nauia, si consideramos que esta consagración la realizó fuera del territorio adscrito por Roma a su comunidad cívica de procedencia, posiblemente la civitas de los Gigurri26. de sus variantes Taurinus y Taurina. Por otra parte, se ha considerado la existencia de un radical taur- diferente del latino y de sistemas onomásticos no romanos o relativos a una “nomenclatura peregrina”. V. estas consideraciones en AILR pp. 424-426. No obstante, pudo existir una influencia latina en la difusión de estos antropónimos, en particular si tenemos en cuenta una cronología avanzada en algunos de estos epígrafes, como se ha propuesto para la dedicación objeto de análisis (EBr 8; A Redentor, “Manifestaçãoes religiosas, v. supra n. 8”, p. 268, que considera el nombre del dedicante como una estructura duonominal mixta). 25 Esta preferencia por la nomenclatura tradicional indígena también se observa en algunos miembros de estos grupos familiares documentados en el área indoeuropa peninsular, que indicaron su pertenencia a un grupo de parentesco real mediante genitivo de plural. Pero de forma simultánea otras familias fueron acomodándose gradualmente al sistema onomástico romano. Se ha propuesto, en este sentido, que los miembros de estas últimas familias pasaron a indicar el grupo de parentesco mediante un antropónimo con sufijo -co en el mismo caso que los demás elementos del nombre personal en fórmulas onomásticas influenciadas por el sistema onomástico romano; v. M. E. Ramírez Sánchez, “Epigrafía latina y relaciones de parentesco en la región celtibérica: nuevas propuestas”, en: S. Armani, B. Hurlet-Martineau, A.U. Stylow (eds.), Epigrafía y sociedad en Hispania durante el Alto Imperio: estructuras y relaciones sociales, Alcalá de Henares. Universidad de Alcalá de Henares (Acta Antiqua Complutensia IV) 2003, pp. 13-31; J. Gorrochategui Churruca, “Interferencias lingüísticas en el material epigráfico hispano-celta”, en: E. R. Luján (ed.), Festchrift für J. de Hoz, Innsbruck (en prensa). 26 Mª. C. González Rodríguez, “Reflexiones sobre las unidades organizativas indígenas del área indoeuropea”, en: eadem, J. Santos Yanguas, Las estructuras sociales indígenas del norte de la Península Ibérica, Vitoria. Universidad del País Vasco 1994, pp. 139-166; G. Pereira-Menaut, “La formación histórica de los pueblos del norte de Hispania. El caso de Gallaecia como paradigma”, Veleia 1, 1984, pp. 271-287. 197 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava La cronología relativa propuesta permite considerar el período entre el siglo I y el siglo III –con mayor número de evidencias entre finales del siglo II y principios del III– como el que pudo corresponder al desarrollo de estas dedicaciones con onomástica indígena. De ser así, si la ausencia de filiación no remite en algún caso a una condición dependiente, y a excepción de Ancetolus, que pudo realizar la dedicación con anterioridad a la dinastía Flavia, estos dedicantes procederían de comunidades cívicas con vínculos asociativos originariamente peregrinos a los que se habían agregado los derechos civiles –como el ius commercii y el ius conubii– asociados a la concesión del ius Latii, beneficio jurídico otorgado por el emperador Vespasiano a todas las ciuitates peregrinas de las tres provincias hispanas27. Si tenemos en cuenta los lugares de procedencia de las dedicaciones, aun cuando no sea un criterio seguro para determinar su origen, entre estas comunidades cívicas se encontrarían ciuitates adscritas al conuentus Asturum, como la ciuitas Zoelarum entre cuyos ciues o habitantes de pleno derecho estarían Burrilus y Elanicus Taurinus, si se tiene en cuenta la delimitación propuesta para su territorio28. Asimismo habría que considerar la presencia de un ciuis de Bergidum Flauium, si valoramos la proximidad entre el lugar de procedencia de la dedicación de Veicius y el que se establece como localización actual del centro principal (Cacabelos, León). Siguiendo la cuenca del Sil hacia el norte, se situaría el núcleo de Interamnium Flauium, en cuyo territorio o en zonas próximas pudieron realizarse las dedicaciones de antroponimia insegura de Craro y Elaesus Caeiaio. También habría que tener en cuenta las comunidades cívicas adscritas al conuentus Bracarum, entre las que se incluiría la ciuitas Auriensis mencionada en la origo de Ancetolus. En algunos casos estas comunidades cívicas pudieron disponer de un centro urbano, con funciones de mansio en diferentes vías romanas de la zona y en particular en la uia Noua que iba de Bracara Augusta a Asturica Augusta, así como distinguir su designación con un epíteto imperial, poniendo de relieve el beneficio flavio. En otros casos, como evidencian las ciuitates de los Zoelas y de los Gigurri –si consideramos el lugar de procedencia de la dedicación de Ancetolus– las aglomeraciones adscritas a su territorio no reflejaron una estructuración 198 27 Sobre el concepto de ius Latii, v. D. Kremer, Ius Latinum. Le concept de droit latin sous la République et l’Empire, París. De Boccard 2006; sobre su concesión a las tres provincias hispanas, v. P. Le Roux, Romanos de España. Ciudades y política en las provincias (siglo II a.C.siglo III d.C.), Barcelona. Bellaterra 2006 (1ª ed. París 1995); E. Ortiz de Urbina Álava, Las comunidades hispanas y el derecho latino. Observaciones sobre los procesos de integración local en la práctica político-administrativa al modo romano, Vitoria. Universidad del País Vasco 2000. 28 A Redentor, “Manifestações religiosas”, v. supra n. 8, pp. 256-257 y 261-262. Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica urbana29. Pero en ambos casos la disposición o no de un núcleo urbano no interfirió en los privilegios jurídicos asociados al derecho latino que pudieron disfrutar a partir del período flavio sus habitantes de pleno derecho o ciues, entre los que se encontrarían quienes desde una iniciativa privada exhibieron su onomástica indígena en estas dedicaciones votivas. El carácter no romano de su onomástica, con antropónimos sin evidencia o escasa en otros testimonios a excepción de Elaesus, así como la práctica ausencia de decoración en la mayoría de los soportes epigráficos que financiaron, permite considerar su pertenencia o vinculación a familias no aristocráticas y sin posesión de la ciudadanía romana. Estos devotos serían descendientes de familias en las que el ius conubii, incluido entre los vínculos asociativos de las comunidades beneficiadas con el derecho latino, había sido desarrollado dentro de un matrimonio en el que el padre no disponía de la ciudadanía romana o ninguno de los dos progenitores. Ser descendientes de un matrimonio mixto, legítimo dentro del contenido del beneficio latino, pero con un progenitor ciudadano romano, les hubiera proporcionado modificaciones en su expresión onomástica al obtener la condición jurídica del padre, considerando los efectos del conubium30. Onomástica mixta La designación de Iulius Reburrus refleja un progreso de la latinización onomástica y representa el 3’3%, del conjunto de nomenclaturas personales estudiadas. Su primer nombre es el que dispone de un mayor número de evidencias entre los nomina latinos documentados en Hispania. Reburrus, de naturaleza lingüística indígena, y sus variantes se documentan principalmente en las regiones galaica, astur y lusitana y presentan una amplia concentración en el conuentus Bracarum y numerosas evidencias en el Asturum. Frecuente entre los cognomina hispanos, ocupa el tercer lugar entre los nombres indígenas y para las menciones 29 Bergidum Flauium se documenta como mansio en la confluencia de las vías XVIII (uia Noua), XIX y XX del Itinerario de Antonino (425, 4; 429, 2; 431, 1) e Interamnium Flauium se localiza como mansio en la vía XVIII (uia Noua) en el mismo Itinerario (429, 3; 431, 2). Se establece su localización entre las ciudades leonesas de Ponferrada y Bembibre, en la localidad de Cobrana (Congosto), donde se encuentra el castro de las Murielas (TIR K-29, p. 61). Sobre las ciuitates de los Zoelae y Gigurri, v. Mª C. González Rodríguez, Los Astures v. supra n. 2, pp. 38-39, 69-72, 91-95; E. Ortiz de Urbina Álava, Las comunidades hispanas, v. supra n. 27, pp. 122-123, 128 y 163; v. supra nn. 10 y 26. 30 V. supra n. 35. Sobre la cuestión del conubium en las comunidades latinas, v. S. Dardaine, “Citoyenneté, parenté, conubium dans les réglements des municipes flaviens de Bétique”, en: S. Armani et alii, Epigrafía y sociedad, v. supra n. 25, pp. 93-106 (99-104). 199 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava localizadas fuera del territorio peninsular se ha establecido un origen hispano, en su mayoría en relación con el cuadrante noroccidental31. Como se evidencia en la mayoría de los dedicantes con expresión onomástica indígena, este devoto tampoco indica su filiación. El dilatado período cronológico estimado para esta dedicación, así como la designación del dedicante con antropónimos de naturaleza latina e indígena ampliamente documentados en el ámbito hispano, y el propio carácter privado del epígrafe sin la indicación de la fórmula onomástica oficial, son aspectos que no permiten descartar alguna de las diferentes perspectivas de análisis en la expresión onomástica de este devoto. En este sentido, su denominación podría indicar una condición socio-jurídica dependiente, remitiendo el primer antropónimo al gentilicio latino de su patronus en el caso de haberse producido un proceso de manumisión. Aunque en el sistema binominal de Iulius no dispongamos de cognomina latinos propios de este grupo social dependiente, este nomen se evidencia con cierta frecuencia entre libertos que lo acompañan de un cognomen de origen griego o de su antiguo nombre indígena32. También podría remitir a una evolución onomástica con la incorporación de elementos latinos y la desaparición de la filiación, que precisaría su condición de ingenuus. En este segundo caso la presencia de un sistema binominal mixto y la cronología establecida a partir de finales del siglo I permitiría considerar la condición jurídica no romana de este devoto, adscrito a una ciuitas beneficiada con el derecho latino a partir de los Flavios. Por otra parte, la reutilización de este ara en una ermita localizada en la montaña leonesa y en el curso alto del Bernesga, a 32 km del núcleo de establecimiento de la Legio VII Gemina, no contribuye a aportar otros elementos de análisis que propicien una posible opción entre estas dos perspectivas de análisis expuestas. Onomástica latina: tria nomina Entre los veintitrés dedicantes documentados con onomástica latina, aquellos designados con tria nomina son prácticamente la mitad (once), representando un  47’8%. Evidencian, asimismo, un destacado porcentaje (36’6%) entre los 200 31 Iulius es el nomen latino más documentado en NPILH pp. 29, 151-163 y 480-482. Para Reburrus v. Mª L. Albertos Firmat, “La onomástica...noroeste peninsular”, v. supra n. 23, pp. 292-293; AILR pp. 384-389. 32 NPILH pp. 29-30. Sobre los cognomina latina que expresan cualidades mentales o morales con frecuencia testimoniados entre esclavos y libertos hispanos (Clemens, Firmus, Modestus, Quietus, Seuerus, Domesticus, etc.) v. E. W. Haley, Foreigners, v. supra n. 15, p. 622; I. Kajanto, Latin cognomina, v. supra n. 24, p. 69. Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica treinta dedicantes documentados y las diferentes estructuras onomásticas, de carácter indígena (20%), mixto (3’3%) y latino (76’6%). La datación de estas dedicaciones se sitúa entre el segundo tercio del siglo I y la segunda mitad del siglo III. La fórmula de los tria nomina; de la filiación mediante el praenomen paterno, seguido de f(ilius) entre el nomen y el cognomen; así como la referencia a la adscripción a una tribus remite a la estructura del nombre propia de un ciudadano romano. El uso de esta fórmula era ya habitual a partir del principado de Claudio33, cuando el emperador prohíbe a los peregrinos utilizar nomina romanos y usurpar la ciudadanía romana, un fenómeno de usurpación que se ha estimado que no tuvo un carácter generalizado. Pero no siempre la designación mediante el praenomen, nomen y cognomen presenta la indicación de la filiación y la pertenencia a una tribus –evidencia precisa esta última mención de la condición de ciuis Romanus–, particularmente cuando los tria nomina se documentan en inscripciones de carácter privado. En opinión de algunos investigadores, que han centrado sus estudios en Galia y en Germania, el nomen romano o nombre gentilicio fue un elemento onomástico inherente a la condición de ciudadano romano y la designación mediante tria nomina estaría evidenciando esta naturaleza jurídica o condición cívica concreta34. Esta valoración del nomen o gentilicio, sin embargo, ha sido cuestionada en otros contextos provinciales en los que actuó el derecho latino, como se refleja en diferentes contribuciones relativas a las comunidades hispanas a partir de la dinastía Flavia. En las provincias hispanas se ha considerado que tanto los tria nomina, como otros tipo de sistemas onomásticos, pudieron ser desarrollados por quienes siendo miembros de populi beneficiados con la Latinidad no habían sido promocionados a la ciudadanía romana al no formar parte de sus aristocracias locales. Su condición latina les aproximaba desde una perspectiva potencial a la ciudadanía romana y la aplicación del conubium entre romanos y no romanos propiciaría a sus descendientes una distinción onomástica mediante tria nomina, sin dejar de ser cives Latini en su comunidad35. Como lo refleja Suetonio (Claud. 25, 3) cuando se refiere al hecho de que Claudio prohibiera a los peregrinos (peregrinae condicionis homines) utilizar nomina romanos (uetuit usurpare Romana nomina dum taxat gentilicia) e hizo decapitar en el Campo Esquilino a quienes usurparan la ciudadanía romana (ciuitatem Romanam usurpantes in campo Esquilino securi percussit). Con Marco Aurelio se reglamentan las declaraciones del estado civil y el carácter oficial y obligatorio de la fórmula onomástica propia de un ciudadano romano (SHA, Vita Marci 9, 7-9). 34 V. supra n. 21 los trabajos de A. Chastagnol, M. Dondin-Payre y M.Th. Raepsaet-Charlier. 35 P. Le Roux, “Rome et le droit latin”, Rev. hist. droit 76, 1998, pp. 315-341 (333-335), pone de relieve cómo la asimilación parcial a un ciudadano romano adquiriría formas diversas 33 201 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava Teniendo en cuenta estas consideraciones, únicamente la mención en la nomenclatura personal de la adscripción a una tribus precisaría una naturaleza jurídica romana. Ninguno de los once devotos incluidos en este apartado y designados con tria nomina la menciona, tampoco la filiación que identifica a los ingenui. El carácter privado de sus dedicaciones votivas permite considerar que quienes disponían de la ciudadanía romana no se vieron obligados a detallar su denominación oficial, además de que a partir del siglo II tuviera lugar un proceso de desaparición de la mención de la tribus de las fórmulas onomásticas, particularmente documentado en la Bética. Por tanto, es difícil reconocer en qué casos de los que se testimonian tria nomina –sin más elementos del formulario oficial– nos encontramos con devotos que formaron parte del populus Romanus al disfrutar de su ciudadanía o con devotos en los que su condición latina se manifestaba con una expresión onomástica próxima a la romana, sin ser todavía ciudadanos romanos. Un dedicante precisa en tres conmemoraciones con idéntico texto la filiación mediante el praenomen paterno, que también se encuentra entre sus dos praenomina: Cn(eus) L(ucius). En este caso, su condición de legatus legionis permite establecer que estaba en posesión de la ciudadanía romana, siendo Terentius su gentilicio, compartido por todos los miembros de su familia y sin ser objeto de una decisión individual. También dispone de dos cognomina, Homullus Iunior, testimonio que permite considerar que uno sería idéntico al de su padre y el otro adoptado libremente para su oportuna identificación familiar. Además de la ciudadanía romana, dispuso de una relevante condición social al ejercer una función dentro del ejército romano reservada a los miembros del orden senatorial, aunque originariamente perteneció a una familia de rango ecuestre. Su posible origo de Perusia (Regio VII) y su función al frente de la Legio VII Gemina, en cuya área de establecimiento se localizaron las dedicaciones, permite sugerir, además de una iniciativa privada, un cierto reconocimiento oficial a la dedicación que realiza. Aproximadamente en el año 140 desarrolla un exvoto a una divinidad clásica con epíteto indígena, las Nymphae de la fons Ameuus, en relación con la importancia que el aprovisionamiento de agua debía tener en el funcionamiento del campamento legionario36. 202 según las tradiciones locales y su permanencia en las comunidades latinas provinciales. C. González Román, “La Lex Irnitana y la onomástica de los municipios flavios”, MHA 23-24, 2002-2003, pp. 77-102. Establece cómo la heterogeneidad jurídica en los municipia flauia de la Bética no se manifiesta en sistemas onomásticos específicos, no pudiendo considerarse a los tria nomina como un sistema onomástico privativo de los ciudadanos romanos. V. supra n. 21 los trabajos de P. Ciprés Torres y E. Cantón Serrano para la zona septentrional. 36 V. supra n. 4; M. A. Rabanal Alonso, Astorga romana: burócratas, administradores y funcionarios, Astorga. Centro de Estudios Asturianos “Marcelo Macías” 1988, p. 36; G. Andrés Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica También estaba en posesión de la ciudadanía romana L(ucius) Cornelius Placidus, que después de sus tria nomina indica su cargo de centurio legionis VII Cl(audiana), epíteto que permite datar su dedicación a Atilaecus en el principado de Claudio II (268-270) en una zona próxima a la explotación aurífera de Las Médulas. La función de centurión situaba a Cornelius al frente de una de las centurias en las que estaban divididas las diez cohortes que estructuraban la legión, documentando un rango intermedio en la jerarquía del ejército romano37. En algún caso entre los nueve devotos restantes se podría considerar, por otra parte, su condición no libre. G(aius) Sulpicius Africanus se documenta en una dedicación procedente del actual concejo de Mieres como dedicante de un ara a la divinidad Nimmedus Aseddiagus y de una estela conmemorativa a un praefectus symmachiariorum Asturum, G(aius) Sulpicius Ursulus, que había participado en las guerras dácicas durante el principado de Trajano y que había ocupado cargos de centurión y prefecto en diferentes legiones. Con el mismo praenomen y nomen que su posible patrono, habría que considerar para este posible liberto la misma condición ciudadana que la disfrutada por Ursulus38. Por otra parte, considerando el conjunto de evidencias, entre los praenomina se documenta en cinco ocasiones L(ucius); en dos C/G(aius) y M(arcus); en una P(ublius), Q(uintus) y G(neus). Esta disposición por el número de evidencias coincide con el orden de frecuencia de praenomina en Hispania39. Entre los nomina documentados se encuentran aquellos que remiten a gentilicios importados o de procedencia itálica, relativos a familias imperiales, como Iul(ius) o Aur(elius), o a relevantes familias romanas con significativa actividad militar y política en la península Ibérica, en el caso de Cornelius, Emili[u]s (sic), Iunius, Pompeius y Sulpicius40, destacando Iulius y Cornelius entre los nomina con importante difusión en el ámbito hispano41. Pero algunos de estos nomina están Hurtado, Una aproximación a la religión del ejército romano imperial: Hispania, Logroño. Servicio de publicaciones de La Rioja 2005, pp. 164-165 y 477. 37 V. supra n. 4; G. Andrés Hurtado, Una aproximación, v. supra n. 36, p. 482. En otras zonas del noroeste también se evidencian diferentes dedicatorias votivas a divinidades locales realizadas por soldados durante el desarrollo de su servicio militar, v. P. Le Roux, “Cultos y religión”, v. infra n. 11, p. 275. 38 ERA 9 y 22. S. Mª García Martínez, “El fenómeno de la esclavitud en el noroeste hispanorromano según la evidencia epigráfica”, MHA 18, 1997, pp. 195-217 (p. 202, n. 89), lo incluye entre los libertos privados. 39 NPILH p. 28-29. 40 S. L. Dyson, “The distribution of roman republican family names in the Iberian Peninsula”, Ancient Society 11-12, 1980-1981, pp. 257-300. 41 NPILH pp. 29-30. 203 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava escasamente representados, como [Pl]acidi[u]s y Ser(uius), o testimoniados como cognomen y nombre personal, como Arquius, que podrían remitir a un “gentilicio patronímico” o “de formación patronímica”. Esta práctica onomástica se ha considerado habitual en comunidades con derecho latino, donde la promoción a la ciudadanía romana o la ciudadanía romana potencial no entrañan un obligatorio reconocimiento hacia un emperador u otro intermediario42. En estos casos parecen integrar una serie de nomina formados a partir de cognomina (Placidus, Seruus) o de un nombre personal frecuente en la onomástica indígena de Lusitania y del noroeste peninsular (Arquius/Arquio)43. El praenomen y nomen estaría indicando entre estos devotos su estatuto jurídico romano o el significativo grado de integración de sus portadores, si se considera que entre estos designados con tria nomina se pueden encontrar dedicantes susceptibles de obtener esta promoción jurídica a partir del beneficio de la Latinidad. El cognomen, adoptado libremente, permitiría su identificación individual en el ámbito privado y posiblemente en el ámbito local. Entre los cognomina de estos devotos destaca Clemens, muy popular entre esclavos y libertos, como otros que expresan cualidades mentales o morales44. Su portador, P(ublius) Arquius Clemens, indica con la especificación de la origo su procedencia de la ciuitas de los Gigurri45 y el ara que dedica a Consus S[---]emensis –quizá remitiendo el epíteto al núcleo concreto de procedencia de Clemens entre los Gigurri– es la que presenta la decoración más significativa de todo el conjunto analizado, pero también es la única dedicación sin fórmula final votiva. Destacan en su parte frontal dos cornua, con una flor de cinco pétalos esculpida en su interior, y representaciones semejantes en la parte posterior. En el lateral derecho presenta un jarrillo para libaciones y en el lateral izquierdo posiblemente el asa de una pátera, una decoración para la que se encuentran paralelos próximos en Astorga, en una dedicación a la diosa Fortuna sin mención del dedicante46. La autorrepresentación que exhibe Clemens y la cuidada decoración que incluye en su dedicación privada evidencia su óptimo grado de integración, probablemente completado con la ciudadanía romana. Por otro lado, en el territorio que la investigación actual vincula a esta ciuitas de los Gigurri se localizaron dos dedicaciones realizadas por M(arcus) Emili[u]s 204 42 NPILH pp. 197, 221, 286; D. van Berchen, Les routes de l’histoire. Études sur les Helvètes et leurs voisins dans l’Empire romanin, Ginebra. Université de Lausanne 1982, pp. 155-164; M. Dondin-Payre y M.Th. Raepsaet-Charlier (eds.), Noms, v. supra n. 15, pp. VI-VII. 43 I. Kajanto, The latin cognomina, v. supra n. 24, pp. 262 y 314; AILR pp. 180-181. 44 V. supra n. 32. 45 V. supra n. 10 y texto correspondiente. 46 ERPLe 12 y 34. Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica Lepid[i]-nus y Q(uintus) Iul(ius) Tiro, el primero derivado del cognomen laudatorio Lepidus y el segundo obtenido de las funciones elementales dentro del ejército47. En una dedicación a la divinidad protectora de la comunidad, Deus Aernus, realizada en el centro no urbano de la ciuitas de los Zoelas, M(arcus) [Pl]acidi[u]s Placi[d]ia-nus pone de relieve en su designación un cognomen derivado de su gentilicio y ambos en relación con el cognomen Placidus, en clara alusión a sus cualidades mentales48. Muy próximas al núcleo central de Interamnium Flauium, las dedicaciones de L(ucius) Aur(elius) Fr(onto), C(aius) Iunius Silanus ponen de relieve en su autorrepresentación las peculiaridades físicas de ambos49. A poca distancia del núcleo central de Bergidum Flauium, L(ucius) Pompeius Paternu[s] es designado con un cognomen de parentesco. Este cognomen se ha puesto en relación con una última adaptación al sistema onomástico romano de la alusión a los vínculos de parentesco en el área indoeuropea peninsular50. Entre los Astures Transmontani el cognomen de L(ucius) Ser(uius) Secund(us), documentado en el territorio asociado a la ciuitas de los Paesici, expresaría un orden asociado al lugar que ocupan los hijos dentro de una familia teniendo en cuenta su nacimiento51. Los lugares de procedencia de las dedicaciones que presentan tria nomina no son diversos de los relativos a las evidencias con onomástica indígena, si se tienen en cuenta las delimitaciones propuestas para las comunidades cívicas adscritas al conuentus Asturum, con disposición de un centro urbano o no: Bergidum Flauium, Interamnium Flauium y las ciuitates de los Zoelae y Gigurri. A esta nómina habría que añadir la ciuitas de los Paesici y la Legio VII Gemina. De este núcleo urbano y área de estacionamiento a partir de época Flavia de la unidad legionaria homónima procede la autorrepresentación del legado de la legión y miembro del orden senatorial, que remite a la proyección del poder romano en la zona. Analizadas todas las expresiones onomásticas relativas a los tria nomina, entre los once dedicantes se encontrarían quienes disfrutaron de una ciudadanía romana efectiva, tanto ingenui hispanos como de fuera de la península –considerando I. Kajanto, The latin cognomina, v. supra n. 24, pp. 283 y 320. ERBr 3; Mª C. González Rodríguez, “Los santuarios”, v. supra n. 18. 49 I. Kajanto, The latin cognomina, v. supra n. 24, pp. 236-237. S. Mª García Martínez, “El fenómeno”, v. supra n. 38, p. 201, nn. 65-66, considera a L(ucius) Aur(elius) Fr(onto) un liberto público por su onomástica (nomen) con características imperiales. I. Kajanto, pp. 69 y 133134 no sitúa el cognomen como habitual entre libertos. 50 J. M. Abascal Palazón, “Los cognomina de parentesco en la Península Ibérica. A propósito del influjo romanizador en la onomástica”, Lucentum 3, 1984, pp. 219-260 (251-256); M. E. Ramírez Sánchez, “Epigrafía latina”, v supra 25, pp. 27-29. 51 I. Kajanto, The latin cognomina, v. supra n. 24, p. 292; v. supra n. 5. 47 48 205 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava los devotos con funciones militares–, sin descartar la posible presencia de libertos que pudieron obtener este estatuto jurídico en el caso de que sus patronos formaran parte del populus Romanus. Entre los ingenui hispanos con esta ciudadanía privilegiada, se localizarían, teniendo en cuenta la cronología de las dedicaciones, quienes desarrollaron el contenido esencial del derecho latino, la ciuitas Romana per honorem, sin que se pueda afirmar que fuera la única vía de adquisición de esta ciudadanía seguida por este grupo de dedicantes. Por otro lado, si se considera discutible que los tria nomina –sin más elementos del formulario oficial– fueran la estructura del nombre propia de un ciudadano romano y que el nomen o gentilicio fuera un elemento onomástico inherente a esta condición cívica concreta, dentro de estos once dedicantes se pudieron encontrar quienes, beneficiada su comunidad política con una condición cívica latina, se aproximaron desde una perspectiva potencial a la ciudadanía romana y con la aplicación del conubium, siendo descendientes de matrimonios mixtos, pudieron conseguir una distinción onomástica mediante tria nomina. El significativo grado de integración que reflejaban les situaba –con anterioridad al ejercicio de una magistratura cívica– entre los óptimos candidatos a obtener esta ciudadanía, entre el grupo de renovación de las élites locales. Onomástica latina: duo nomina Entre los treinta dedicantes documentados, seis evidencian duo nomina, representado un 20% del total de las estructuras onomásticas y un 26,08% de los veintitrés dedicantes con onomástica latina. La datación relativa de estas dedicaciones se sitúa entre los siglos II y III. La omisión del praenomen en la expresión onomástica de estos seis devotos podría estar vinculada a la propia evolución que experimenta el sistema onomástico romano durante el Imperio, con una función progresivamente más importante del cognomen como elemento identificador ante la reiteración del praenomen y del nomen en el ámbito familiar52. Pero también podría deberse esta expresión duonominal a un proceso de acomodación onomástica al modelo de denominación del ciudadano romano entre algunos de estos dedicantes, sin que esta acomodación significara disponer de una condición cívica propiamente romana. La expresión onomástica de Carisius Fronto en una dedicación a Mentouiacus, localizada dentro del territorio adscrito a la antigua ciuitas de los Zoelae, podría 206 52 B. Salway, “What’s in a name?”, v. supra n. 20, pp. 130-131; E. W. Haley, Foreigners, v. supra n. 15, p. 616. Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica estar relacionada con una probable condición cívica romana o bien con la evolución que experimenta el sistema onomástico romano. El dedicante lleva un gentilicio que no es frecuente en el ámbito hispano y que ha sido puesto en relación con el legado de Augusto en la prouincia Lusitania, P(ublius) Carisius, que actuó contra los astures en el 25 a.C. Este gentilicio también se documenta en el epitafio dedicado a P(ublius) Carisius Fronto, con idéntico cognomen y procedente de la misma localidad de la actual provincia de Zamora, donde se localizó el ara votiva. La coincidencia de nomenclatura no permite precisar si se trata del mismo individuo en los dos epígrafes o si el devoto era descendiente del difunto con tria nomina, reflejándose en su expresión onomástica una evolución posterior por la desaparición del praenomen53. Respecto a la segunda perspectiva de análisis, quizá pueda ser ilustrativo el ejemplo de Antistius Placidus Cili filius. Es el único devoto que indica la filiación al final de su fórmula onomástica, recordando la nomenclatura peregrina. Desarrolla esta indicación mediante el nombre único del padre (Cilius), de naturaleza lingüística indígena y con amplia difusión en Lusitania54. Si Antistius puede ser considerado el nomen, siendo el primero de su familia que lo evidencia, en este caso la adopción del gentilicio no deriva del nombre único del padre, a diferencia de lo que ha sido considerada la práctica habitual entre los nuevos ciudadanos romanos portadores de tria nomina, en particular si esta promoción está en relación con el beneficio del derecho latino y su contenido esencial: la ciuitas Romana per honorem55. Por otro lado, su dedicación a Aegiamunniaegus se desarrolla en una tabula aenea, soporte metálico que implicaba una distinción en la práctica votiva, no desconocida en la tipología de exvotos documentada en otras áreas del mundo romano. En la tabula se especifica la expresión Alterniaicinus en letras más pequeñas señaladas con puntos –quizá grabadas con posterioridad a la fundición de la placa de bronce– y antes de la fórmula final votiva. Ha sido interpretada como una probable alusión a la ciuitas de procedencia de Antistius, vinculándose el lugar de hallazgo de la dedicación al territorio adscrito o limítrofe a la antigua ciuitas de los Gigurri56. Diego Santos 1954 (2009), pp. 357-365; A Redentor, “Manifestações”, v. supra n. 8, p. 266. NPILH p. 328; AILR pp. 280 y 282. Esta disposición de la filiación al final de la fórmula onomástica, así como la excepcionalidad de su indicación en los ejemplos analizados, coincide con el testimonio tansmitido por las evidencias de duo nomina disponibles en el ámbito hispano, que en la mayoría de los casos tampoco presentan filiación, v. P. Ciprés Torres, “La onomástica”, v. supra n. 21, pp. 116-118; E. Cantón Serrano, “Onomástica”, v. supra n. 21, p. 430. 55 M. Dondin-Payre y M.Th. Raepsaet-Charlier (eds.), Noms, v. supra n. 15, pp. VI-VII. 56 Se desconoce la localización de la que fue la probable ciuitas de procedencia de Antistius. En el CIL II 2523 se indica la mención en Ptolomeo (II, 6, 57) de la πόλις de ᾽Αλτέρνια entre 53 54 207 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava Los cuatro dedicantes con duo nomina restantes presentan una cronología relativa no anterior al siglo II. Sus cognomina remiten a peculiaridades físicas, con nombres peyorativos (Capito) o no (Oculatus, Flauus) y a su fortaleza física y mental (Valens)57. Tres de ellos son designados con nomina que evocan gentilicios importados, relativos a la familia imperial o a relevantes familias romanas de época republicana (Claudius, Cornelius, Valerius). Este último nomen se ha puesto en relación en el ámbito hispano con la obtención de la ciudadanía romana por los veteranos de las unidades auxiliares. Su unión al cognomen Flauus estaría, por otro lado, testimoniando una relación con la nueva nomenclatura romana adoptada por un dedicante con un origen local58, que puede tener relación con el lugar de procedencia del epígrafe, asociado al antiguo territorio de la ciuitas de los Gigurri. Los exvotos procedentes de Braganza se sitúan en el territorio de la ciuitas de los Zoelae, dedicado uno a su divinidad tutelar: Deus [A] ernus. El desarrollado por Claudius Capito para una divinidad clásica con epíteto indígena, Tutela Bolgens[is], se localizó en el núcleo urbano de Bergidum Flauium. De nuevo, los lugares de procedencia de las dedicaciones que presentan duo nomina no son diversos de los relativos a las evidencias con onomástica indígena y tria nomina. Únicamente tenemos una representación menos diversificada, concentrada en tres comunidades cívicas. Teniendo en cuenta las perspectivas de análisis expuestas para la expresión onomástica con duo nomina, la designación de los seis devotos documentados, que podrían remitir a ingenui hispanos, aunque sin descartar la presencia de libertos entre los que no indican la filiación, pone de relieve diferentes fases de integración y condiciones cívicas que no parecen reducirse a un denominador común: la ciuitas Romana. Algunos pudieron disfrutar de una ciudadanía romana efectiva, obtenida por diferentes vías, entre ellas su participación en unidades auxiliares que colaboraron con el ejército romano y, teniendo en cuenta la cronología, el beneficio de la Latinidad a partir de la dinastía Flavia. Para otros su condición cívica latina les facilitó una disposición a culminar en breve tiempo este proceso de integración. 208 los Carpetanos; como Alternum o Asterum mansio de localización incierta mencionada por el Anónimo de Rávena (5, 3, p. 342, 17 y 4, 42, p. 304, 8) entre Dianium (Denia, Alicante) y Saetabi ( Játiva, Valencia) 57 I. Kajanto, The latin cognomina, v. supra n. 24, pp. 224, 227, 235 y 247. 58 NPILH pp. 30-31. Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica Onomástica latina: mononimia Seis son los devotos designados con un nombre único latino: cinco hombres y una mujer. Representan un 20% del total de las estructuras onomásticas y un 26,08% de los veintitrés dedicantes con onomástica latina. La datación relativa de estas dedicaciones se sitúa entre los siglos II y III. La dedicación realizada por Flauia, única desarrollada por una mujer dentro del conjunto analizado, presenta una expresión onomástica de nombre único frecuente en el ámbito femenino59. Es evidente en su designación el proceso de latinización onomástica y de adecuación a la nomenclatura romana, presentando un gentilicio patronímico derivado del cognomen paterno (Flauus). Ambas expresiones onomásticas y la toponimia antigua del lugar de procedencia de la dedicación, Bergidum Flauium, evocan la dinastía Flavia y el beneficio de la Latinidad concedido a las comunidades peregrinas por Vespasiano. En este sentido, la posibilidad de que Flauia fuera ciudadana romana podría proceder con bastante probabilidad de la transmisión familiar (progenitor, ascendiente masculino) o bien del vínculo conyugal, cuando en uno u otro ámbito a los que estaba adscrita se encontrase un exmagistrado promocionado a la ciudadanía romana60. También en el caso de Flauinus se documenta un nombre único, pero como cognomen derivado a su vez de un cognomen paterno Flauus61. De este modo, enfatiza en su autorrepresentación la pertenencia a una misma estructura familiar en la que el empleo de dos cognomina permite identificar por sus peculiaridades físicas al padre y al hijo, pero asimismo diferenciarlos dentro del ámbito privado por la derivación cognominal. También son cognomina Flaccus y Fronto, pero en los dos casos no presentan relación con la nomenclatura paterna indicada en su filiación. La filiación del primero, expresada con el cognomen Auitus, pone de relieve las relaciones de parentesco. La filiación de Fronto nos transmite su procedencia de un ámbito indígena, en el que ya se advierte una acomodación a la nomenclatura romana al emplear la expresión f(ilius) con el genitivo Reburri62. Por último, en el dedicante con nomen Fl[aui]us tampoco parece derivar el nomen de su filiación, cuya expresión precisa es actualmente ilegible. Las expresiones onomásticas con mononimia latina parecen remitir a ingenui hispanos que precisan su filiación, a excepción del devoto Anniu[s] con una V. supra n. 17 y comentario en el texto. Mª C. González Rodríguez, M. Ramírez Sánchez, “Observaciones, v. supra n. 9”, pp. 63-79. 61 NPILH pp. 367-370; I. Kajanto, The latin cognomina, v. supra n. 24, p. 227. 62 NPILH pp. 294, 366, 372-373 y 480-482; I. Kajanto, The latin cognomina, v. supra n. 24, pp. 240, 236 y 304. 59 60 209 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava dedicación a Nauia Sesmaca localizada en el antiguo territorio cívico adscrito a los Gigurri y con un nomen no habitual en la nomenclatura de la población dependiente. Por otro lado, y teniendo en cuenta la cronología propuesta, algunas designaciones estarían reflejando cómo sus estructuras onomásticas muestran cierto paralelismo con las resultantes de la evolución de la nomenclatura romana, particularmente con la universalización de la ciudadanía romana entre los provinciales a partir del edicto de Caracalla. En este sentido, en tres exvotos localizados en las proximidades de los núcleos de Interamnium Flauium y de Asturica Augusta, se potencia la utilización del cognomen (Flaccus, Flauinus, Fronto) como elemento identificador en el contexto privado. Pero en los tres ejemplos se emplean cognomina latinos (Auit, Flaui) o nombre personal indígena (Reburri) en la filiación mediante el nombre paterno, al igual que en la filiación de los designados con nomina (Flauia y posiblemente Fl[aui]us), frente al preceptivo praenomen del sistema onomástico romano altoimperial. Formular la filiación mediante el cognomen era una práctica más significativa desde una perspectiva familiar y social, a diferencia de la utilización del praenomen que remitía a la condición cívica. Esta indicación cognominal de la filiación permitiría en algunos casos una diferenciación entre miembros de un mismo ámbito familiar que eran designados con idéntico praenomen y nomen. Pero no sería una práctica generalizada, si tenemos en cuenta otros ejemplos, como el transmitido por el dedicante Fronto. Indica la filiación mediante el nombre personal del padre, lo que parece sugerir que fue el primero de su familia en utilizar un cognomen latino. Examinadas las treinta expresiones onomásticas relativas a los cultores individuales de divinidades indígenas en el conuentus Asturum, destaca el predominio de la onomástica latina (76,6 %) y, en particular dentro de este sistema onomástico, el alto porcentaje de dedicantes designados con tria nomina (47,8 %). Entre estos portadores de tria nomina se documentan un legado y un centurión de la Legio VII Gemina. Ambos revelan la proyección militar romana en un área con una importante riqueza minera y ponen de relieve en sus dedicaciones la trascendencia de las divinidades indígenas en la protección de las actividades desarrolladas por el ejército romano en la zona. La datación establecida para veintidós de las veintitrés evidencias con antroponimia latina (con empleo de tria y duo nomina o mononimia) se sitúa con posterioridad al edicto de Vespasiano63. Sin descartar otros procedimientos oficiales de promoción a la ciudadanía romana, el contenido esencial del edicto flavio La dedicación de P(ublius) Arquius Clemens ha sido datada en el segundo tercio del s. I d.C., considerando los rasgos paleográficos y la disposición de elementos en el epígrafe (v. ERPLe 12). 63 210 Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica –la ciuitas Romana per honorem– debió de ser una oportuna vía de adquisición de esta condición cívica, seguida por varios de estos devotos con anterioridad al edicto de Caracalla. Su destacada proyección socio-política dentro de sus comunidades de origen posibilitó su promoción jurídica, extensiva a algunos miembros de sus familias selectas que todavía no la poseían. Expresaron su designación personal mediante el sistema de denominación romano, aun cuando no incluyeran en sus dedicaciones con carácter privado otros elementos de la preceptiva fórmula oficial, como la indicación de la tribus que certificaba su condición cívica romana. Por otra parte, algunos de estos devotos con onomástica latina pudieron aproximarse desde una perspectiva potencial a la ciudadanía romana. Beneficiada su comunidad política con una condición cívica latina, la aplicación del conubium entre romanos y no romanos propiciaría a sus descendientes una distinción onomástica mediante tria nomina, sin dejar de ser cives Latini en su comunidad. El significativo grado de integración que reflejaban les situaba –con anterioridad al ejercicio de una magistratura cívica– entre los óptimos candidatos a obtener esta ciudadanía y en el grupo de renovación de las élites locales. Entre los portadores de tria y duo nomina también habría que considerar la posible presencia de libertos que pudieron obtener la ciudadanía romana en el caso de que sus patronos disfrutaran de esta condición cívica, una consideración quizá descartable entre los portadores de monominia por la indicación de la filiación en cinco de las seis evidencias documentadas. Si tenemos en cuenta el conjunto de los treinta dedicantes, el alto porcentaje de los designados con tria nomina o el predominio de aquellos con onomástica latina no refleja un proceso de evolución gradual desde un modelo antroponímico de tradición indígena hacia una indefectible adopción del sistema onomástico romano. En este sentido, devotos con onomástica indígena o mixta (23,3%) ofrecen dedicaciones a siete divinidades indígenas y para seis de estas ofrendas se estima una cronología relativa a partir de período flavio, pudiendo alcanzar el siglo III. Esta estimación cronológica conduce a considerar a estos devotos como miembros de pleno derecho de comunidades cívicas con vínculos asociativos originariamente peregrinos a los que se habían agregado los derechos civiles vinculados a la concesión del ius Latii. Tanto lo devotos que exhiben en sus dedicaciones una onomástica latina, como aquellos que presentan una nomenclatura de naturaleza lingüística indígena o mixta, adoptan de forma espontánea un hábito epigráfico votivo y unas fórmulas de consagración características de la religión romana. Cultores con una expresión onomástica diversa (indígena, mixta o latina) coinciden en designar a las divinidades indígenas invocadas con la expresión latina deus, precisando su protagonismo dentro de los nuevos modelos organizativos y culturales aportados 211 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava por Roma. Cada uno de ellos, en posesión de la ciudadanía romana o no, se identifica como el responsable de cumplir el uotum, la promesa contraída con la divinidad indígena solicitada. Este uotum, explicitado en casi todas las evidencias analizadas, implicaría una serie de sacrificios o comportamientos religiosos destinados a esta divinidad benevolente, que formaba parte de un panteón cívico integrado por diferentes poderes divinos, óptimos para la continuidad de una comunidad política concreta. Dentro de la organización religiosa de las ciuitates del conuentus Asturum es donde estos devotos desarrollaron sus prácticas religiosas, por lo tanto dentro de un contexto organizativo romano. Los lugares de procedencia de las dedicaciones analizadas, aun cuando no sea un criterio seguro para determinar el contexto cívico del que eran originarios los devotos o donde tuvieron lugar las prácticas religiosas que implicaba el uotum, permiten considerar que estas dedicaciones votivas se desarrollaron tanto en comunidades políticas con disposición de un centro urbano como en ciuitates que no dispusieron de este centro monumental. Con independencia de su onomástica personal y condición cívica, ingenui hispanos, un legado y un centurión de la Legio VII Gemina y posiblemente algún liberto o devotos con una condición social dependiente se documentaron entre los cultores espontáneos de divinidades indígenas integradas en los panteones cívicos de las ciuitates del conuentus Asturum. La elección de una divinidad indígena a la que expresar una devoción espontánea no venía determinada por una condición cívica concreta, sino por las circunstancias específicas que caracterizaban la percepción religiosa de cada dedicante y por la capacidad de la divinidad invocada para dar una respuesta positiva a la solicitud del devoto. 212 Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica I. Onomástica Indígena Dedicante Filiación Origo / Org. soc. indígena Fórmula Consagrac. Teónimo Procedencia Referencia Nombre único Ancetolu[s] Auri(ensis?) exs c(astello) Sesm[aca?] uotum possit q(uoius) e(um) c(ompotem) f(ecit) Nauia[e] Prox. Puebla de Trives (Or) [D] CIL II 2601: Cornide (ms. Matr. 18, 38) Scheda T. 22 (no post. a f. I) exs gente Arniciorum ex u[oto?] Madarssu Soelagau Vigo de Sanabria, Galende (Za) [A] Bragado, García1997: L II: +Blacau Redentor 2006, pp. 261-622 (f. I- 1ª m. II) Craro uotum s(oluit) l(ibens) m(erito) Augo Propeddi San Miguel de Laciana, Villablino (Le) [A] ERPLe 1: L. II: Cr(---) Aro (f. II- p. III) Veicius uotu(m) s(oluit) l(ibens) m(erito) Deo Bodo Carracedelo (Le) [A] ERPLe 2 (f. II-p. III) Burrilus Auelci f(ilius) Sistema binominal Elaesus Caeiaio ? ex uot[o] De(o) Co(ssue) Calu(i)celaeo? Villasumil, Candín (Le) ERPLe 7 (f. II-p. III) Elanicus Taurinus uo(tum) l(ibens) sol(uit) Laesu Ousilhão, Vinhais (Br) [A] ERBr 8 (III) II. Onomástica Mixta: Latina + Indígena Dedicante Filiación Origo Fór. Consag. Teónimo Procedencia Referencia Sistema Binominal Iulius Reburrus u(otum) s(oluit) Deis Equeunu(bo) La Vid, La Pola de l(ibens) m(erito) Gordón (Le) [A] ERPLe 17 (f. I-p. III) [A]: Autopsia [D]: Desaparecida (As): Asturias, (Le): León, (Or): Orense, (Za): Zamora, (Br): Braganza 213 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava III.1. Onomástica Latina Dedicante Filiación. Origo Fór. Consag. Teónimo Procedencia Referencia Tria Nomina: Praenomen +Nomen + Cognomen Gigurrus P(ublius) Arquius Clemens San Pedro de Trones, Puente de Domingo Flórez (Le) [A] ERPLe 12 L II: S[---]ensi (2º terc. I) L(ucius) Aur(elius) Fr(onto) ex uoto l(ibens) m(erito) p(osuit) Deo Domino Cossue Segidiaeco Arlanza, Bembibre (Le) [A] ERPLe 11 (f. II-p. III) L(ucius) Cornelius Placidus ex u(oto) m(erito) Atilaeco Barco de Valdeorras (Or) [A] Aquae Flauiae I2, 106 (268-270) M(arcus) Emili[u]s (sic) Lepid[i]nus u(otum) s(oluit) l(ibens) m(erito) Por[o]lo Villamartín de Valdeorras (Or) [A] Aquae Flauiae I2, 90 L I-II: Aemilius (1ª m. III) Q(uintus) Iul(ius) Tiro u(otum) s(oluit) l(ibens) m(erito) Tilleno San Martiño de Viloria (Or) [A] Aquae Flauiae I2, 130 (a partir f. I) C(aius) Iunius Silanus u(otum) s(oluit) l(ibens) m(erito) Vdunnaeco Santibáñez del Toral, Bembibre (Le) [A] ERPLe 15 (f. II-p. III) M(arcus) [Pl]acidi[u]s[-] Placi[d[ianus u(otum) l(ibens) r(edidit /-etulit) Deo Aerno Castro de Avelãs (Br) [A] ERBr 3 (2º m. II) L(ucius) Pompeius Paternu[s] u(otum) m(erito) s(oluit) Mandicae Ponferrada (Le) [A] ERPLe 21 (1ª m. II) L(ucius) Ser(uius) Secund(us) u(otum) s(oluit) l(ibens) m(erito) Euedutoniu Barciaeco Naraval, Tineo (As) ERA 10 (a partir f. I) G(aius) Sulpicius Africanus u(otum) s(oluit) l(ibens) m(erito) Nimmedo Aseddiago Ujo, Mieres (As) ERA 9 L II: Seddiago (p. II) Nymphis Fontis Ameui León (Le) [A] ERPLe 25 (tres inscripciones con idéntico texto) (aprox. 140) Cn(eus) L(ucius) Terentius Homullus Iunior 214 Conso S[---]emensi L(ucii) f(ilius) [A]: Autopsia [D]: Desaparecida (As): Asturias, (Le): León, (Or): Orense, (Za): Zamora, (Br): Braganza Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica III.2. Onomástica Latina Dedicante Filiación. Origo Fór. Consag. Teónimo Procedencia Referencia Dvo Nomina: Nomen + Cognomen Antistius Placidus Cili filius Alterniaicinus u(otum) s(oluit) ) Aegiamunniaego Viana do Bolo CIL II l(ibens) m(erito) (Or) [D] 2523:Quiroga Ponce de León (ms. 18, 57) Scheda T. 29 (II-p. III) Carisius Fronto ex uoto Mentouiaco Villalcampo (Za) [A] Diego Santos 1954 [2009], p. 357 (II-III) Claudius Capito pro s(alute) sua et s(uorum) p(osuit) ex uo(to) Tutela[e] Bolgens[i] Cacabelos (Le) [D] AE 1928, 176 Scheda T. 1973 (II-III) Cornelius Oculatus u(otum) s(oluit) l(ibens) m(erito) Bandue Espinhosela (Br) [A] ERBr 4 (no ant. 2ª m. II) Lucr(etius) Valens ex uoto Deo [A]erno Olmos, Macedo de Cavaleiros (Br) [A] ERBr 2 (a partir 2ª m. II) [V(alerius)] Fl(auus) sacrum [posit(um)] dedicauit pro salute sua et suorum D(iis) d(eabus) Caulecisaec(is) Castro Caldelas (Or) [D] CIL II 2551: Muratori Scheda T. 35 (a partir m. II) [A]: Autopsia [D]: Desaparecida (As): Asturias, (Le): León, (Or): Orense, (Za): Zamora, (Br): Braganza 215 Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava III.3. Onomástica Latina Dedicante Filiación Fór. Consagra. Teónimo Procedencia Referencia Mononimia (Hombres) Anniu[s] u(otum) Nauiae Sesmacae Pos. Puebla de Trives CIL II 2602: (Or) [D] Cornide (ms. Matr. 18, 57) Scheda T. 21 (III) Tutelae Cal[ubrigensi?] Rodanillo, Bembibre (Le) [D] AE 1994, 962: ms. P. Sarmiento HEp 10, 2000, 349 (II-III) Flaccus Auit uot(um) l(ibens) so(luit) pr(o) filio Fl[aui]us +u[-]ni ex [u]oto l(ibens) Cos[so] S(acrum?) uel [s(oluit)] S(egidiaeco?) San Esteban del Toral, Bembibre (Le) [A] ERPLe 10: Tu[ro]ni (f. II-p. III) Flauinus Flaui a(ram) p(osuit) Cossue Nidoleio Noceda (Le) [A] ERPLe 8 (f. II-p. III) Fronto Reburri f(ilius) u(otum) s(oluit) l(ibens) m(erito) Caraedudi uel Caraedudi(o) Celada, San Justo de CIL II 5663: J. la Vega (Le) [D] Lozano de Castelló ERPLe 3 (f. II-p. III) Mononimia (Mujer) Flauia Fl(aui) in hono(rem) uel hono[r(em)] Argael(orum) f(ecit) l(ibens) Deae Degant[ae, -iae] Cacabelos (Le) [A] [A]: Autopsia [D]: Desaparecida (As): Asturias, (Le): León, (Or): Orense, (Za): Zamora, (Br): Braganza 216 González, Ramírez, 2010 (a partir m. II) Cultores de divinidades indígenas en el Conventus Asturum: onomástica personal y condición cívica ABREVIATURAS AE: L’Année Épigraphique, París. Universitè de Paris I, CNRS. AILR: Vallejo Ruiz, J. M., Antroponimia indígena de la Lusitania romana, Vitoria. Universidad del País Vasco (Anejos de Veleia series minor 23) 2005. Aquae Flauiae I2: Rodríguez Colmenero, A., Aquae Flauiae I. Fontes epigráficas da Gallaecia meridional interior, Chaves 1997 (1ª ed. 1987). Câmara municipal de Chaves. Bragado, García 1997: Bragado Toranzo, J.M., S.Mª García Martínez, “Una nueva deidad indígena en el conuentus Asturum”, Studia Zamorensia 4, 1997, pp. 21-30. CIL: Corpus Inscriptionum Latinarum, Berlín Diego Santos 1954: Diego Santos, F., “Las nuevas estelas astures. Importantes datos del ángulo sureste augustano para la onomástica indígena”, en: Idem, El conuentus Asturum y anotaciones al noroeste hispano, Oviedo. KRK Ediciones 2009, pp. 349-391 (artículo publicado en BIDEA 23, 1954, pp. 461-492). ERA: Diego Santos, F., Epigrafía romana de Asturias, Oviedo (1ª ed. 1959) 1985. Instituto de Estudios Asturianos. ERBr: Redentor, A., Epigrafia romana da região de Bragança, Lisboa 2002. Instituto Português de Arqueologia (Trabalhos de Arqueologia 24). ERPLe: Rabanal Alonso, M.A., S.Mª García Martínez, Epigrafía romana de la provincia de León: revisión y actualización, León 2001. Universidad de León. González, Ramírez, Mª C. González Rodríguez, M. Ramírez Sánchez, “Observaciones sobre la fór2010: mula in hono. Argael. en un epígrafe de Cacabelos, León (CIL II 5672)”, Palaeohispanica 10 (Serta Palaeohispanica in honorem Javier de Hoz), 2010, pp. 63-79. HEp: Hispania Epigraphica, Madrid. Universidad Complutense. IRG IV: Lorenzo Fernández, J. (ed.), Inscripciones romanas de Galicia IV. Orense, Santiago de Compostela 1968. Instituto Padre Sarmiento de Estudios Gallegos. NPILH: Abascal Palazón, J. M., Los nombres personales en las inscripciones latinas de Hispania, Murcia. Universidad de Murcia 1994. OPEL: Lörincz, B., Redö, F., Onomasticon prouinciarum Europae latinarum, vol. I, Budapest. Archeolingua 1994; Lörincz, B., Onomasticon prouinciarum Europae latinarum, vol. II, Viena. Forschungs gesellschaft Wiener Stadtarchäologie 1999. Scheda T.: Schedae epigraphicae (Tarraconensis), quas M. L. Albertos Firmat de inscriptionibus Hispanis ad nomina uernacula praesertim spectantibus ex im. phot. ab amicis missis, permultis oculatim descriptis sibi parauerat; quarum exempla, paulo antequam mortem obiit a. 1986, Stylow dedit. TIR K-29: Balil Illana, A., G. Pereira Menaut, F. J. Sánchez Palencia (eds.), Tabula Imperii Romani. Hoja K-29: Porto (Conimbriga, Bracara, Lucus, Asturica), Madrid. Instituto Geográfico Nacional 1991. 217 Manuel Abilio Rabanal Alonso, nacido en Carrocera (León) el 27 de octubre de 1941, estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca, introduciéndose en el estudio de los clásicos y la Historia Antigua con maestros de la talla de Manuel C. Díaz y Díaz, Martín Sánchez-Ruipérez y José María Blázquez Martínez, y luego, en Sevilla, con Francisco José Presedo. Completó su formación en Staufen, Friburgo y Múnich, y en el ámbito arqueológico participó en excavaciones arqueológicas en Baza, justamente en el momento del descubrimiento de la Dama, en Carteia o en Cástulo. Fue sucesivamente profesor en las Universidades de Salamanca, Sevilla y Complutense de Madrid. En junio de 1979 accedió por oposición a la Cátedra de Historia Antigua, ejerciendo entre 1979 y 1987 en la Universidad de Alicante y desde entonces en la de León. En su extensa producción, siendo autor de veinticinco monografías, caben citar títulos como La romanización de León (1990) o, junto a Sonia García Martínez, La epigrafía romana en la provincia de León (2001). Sus artículos en revistas y aportaciones a obras colectivas alcanzan casi el centenar, tratando temas que van, desde el estudio de las tablillas micénicas, a las vías romanas o la municipalización, pasando por el análisis de los pueblos indígenas hispanos, las inscripciones de Asia Menor, la religión indígena y romana, o los diversos campos de la epigrafía, entre otros muchos temas. Su labor de formación de jóvenes investigadores se concreta en la dirección de una decena de Tesis doctorales y una veintena de Memorias de Licenciatura. Fue Director del Departamento de Historia Antigua de la Universidad Complutense de Madrid (1976-77), Director del ICE de la Universidad de Alicante (1980-83), Director del Departamento de Historia Antigua de la misma Universidad (1979-86) y Director del Departamento de Estudios Clásicos de la Universidad de León (desde 1987 hasta 2002). En 1997 fue nombrado Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia. Si destacable es su dilatada trayectoria académica, los editores de este merecido homenaje quieren destacar complementariamente de forma especial su entrañable condición humana. Esta obra pretende ser y representar una muestra de reconocimiento por ello. ISBN: 978-84-472-1399-3