Crónica Hispano-americana.

   EMBED

Share

Preview only show first 6 pages with water mark for full document please download

Transcript

NÚM. 1 3 . MADRID. AÑO XVI. CRÓNICA HISPANO-AMERICANA. FUNDADOR, MECIOS DE SUSCRICION: S» ESPAÑA, 34 rs. trimestre, 96 adeantado.—En el EXTRANJERO, M francos al año, suscribiéndose directamente; si no. 60.—En ULTRAMAR, 12 pesos fuertes. PROPIETARIO Y DIRECTOR. — D . E D U A R D O ASQUERINO. ANÜKCIOS EN ESPAÑA: medio real línea.—COMUNICADOS: 20 rs. en adelante por cada linea—REDACcto.N T ADMINISTRACIÓN: Madrid, calle de Floridablanca, nüm. 3. Los anuncios se justillcan en letra de 7 puntos y sobre cinco columnas.—Los reclamos y remitidos en letra de 8 puntos y cuatro columnas.—Para mas pormenores véase la última plana. COLABORADORES: Señores Amador de los Rios, Alarcon, Arce, Sra. Avellaneda, Sres. Asijuerino, Auñon (Marqués de), Alvarez (Miguel de los Santos), Ayala, Alonso (J. B.), Araquistain, Anchorena, Benavldes, Bueno, Borao, Bona, Bretón de ios Herreros, Blasco (Eusebio), Campoamor, Camus, Canalejas, Cañete, Castelar, Castro y Blanc, Cánovas del Castillo, Castro y Serrano, Conde de Pozos Dulces, Colmeiro, Correa, Cueto, Sra. Coronado, Sres. Calvo Asensio, Dacarrete, Echegaray, Eguilaz, Bscosura, Estrella, Fernandez Cuesta, Ferrer del Rio, Figuerola, Figueroa (Augusto Suarez de), Forte«a, (Jarcia Gutiérrez, Gayangos, Graells, Harzenbusch, Janer, Feliu, Labra, Larra, Larrañaga, Lasala, Lorenzana, Llórente, Mata, Mané y Flaquer, Montesino, Mollns (Marqués de), Martos, Moya (F. J.), Ochoa, Olavarrla, Olózaga, Osorio, l'alacio. Pasaron y Lastra, Pl Margall, Poey, Reinuso, Retes, Rios y Rosas, Rivera, Rivero, Romero Ortiz, Rolrigue/. y Muñoz, Rosa y González, Ros d e Olano, Rosselí, Ruiz AJguilera, Rodríguez (Gabriel), Selgas, Sanz, Segovla, Salvador de Salvador, Salmerón, Sanromá, Serrano Alcázar, Selles, Saamartiu, Trueba, Torres Mena, Tubiiio, Varea, Valora, Boix. Vidart, Wllson (baronesa de). Las dificultades exteriores, como todos vemos, se van disipando como por enReviita general, por D. Mariano Calavia.—£/ culto canto; la fuerza de la opinión pública es de la Virgen en. la Edad Media, por D, Gonzalo tan vigorosa, que nada al cabo puede Calvo Ásenlo.—La educación de la mujer, por contrarestarla, y es luchar vanamente D. E. H —La tumba de Chateaubriand, por O J. M. Vergara y Vergsra.—{/» episodio antes de los contra la corriente el pretender resistirla Arapiles —Ezpoticionde Lyon.—Lot partidos po- y el querer oponerse á sus naturales y litices ante la Historia, por D. J T. Mena.—Don lógicas tendencias. Aureliano Fernandez Guerra, por D. E. d« AmiPero no basta tener el buen deseo de eb.—El teatro de Shakspearf, por í>. H. de D. H. —SSperro.—Carta abierta AlSr. D, E. H.,para servir á la opinión y el anhelo de cumentregar i D. Francisco Flores y Garda, por don plir sus justos designios; la dificultad esJ0;é María Prellezo —Recuerdos de Portugal, po>- tará siempre en los procedimientos y en D. Modi?8to Feruanlrz y González.—Don Juan Francesh y Serret.—Plagios y coincidencias. (Mo- la manera de poner en juego los medios saico literario), por D Edu*rdodeCort4z»r.—La de acción oportunos para el caso. Mucho manodeDios.—ACorinaipoetia), por D. Pedro confiamos en la previsión, en el arte, en Mata—Anuncios. ;ji dk»t|üaio de las circunstancias de que VIeaailíftiffido muestra elocuentelos homL A AMfiRlGA. brea encarg^ados de corresponder á esta MADRID 13 DE JULIO DE 1872. misión altísima qoA les está encomendada; pero no por eso hemos de descuidar REVISTA GENERAL. Constituido el ministerio radical, afir- (pues que tai es el cometido de la prenmad > de nuevo su programa por medio sa) el evidenciarles constantemente y el de una circular dirigida á los recientes ponerles á cada paso de manifiesto el esg'obernadores nombrados, señaladas las collo de cada momento, el obstáculo que bases g-enerales de su conducta, anun- haya que vencer á cada instante, y princiadas las más capitales reformas inme- cipalmente las dificultades interiores, las diatas por tan largo tiempo esperadas, más graves siempre, las que más enerremovido el personal de la adminis- gía necesitan para ser rechazadas, y sotración y publicado el decreto de di- bre las oue más perentoriamente debe solución de las Cortes que tan abu- tenerse fija la atención y activo el peneiramente habia logrado confeccionar samiento. el gabinete Sagasta, puede decirse que Como hemos tenido ocasión de obserla política ha entrado en su periodo nor- var por los últimos acontecimientos, á mal j Que han cesado los acontecimientos. los partidos populares de hoy en adelanY efectivamente; las noticias de emo- te les ha de ser muy fácil conquistar el ción, las laboriosas luchas interiores de poder. A medida que la conciencia púloa dos bandos mal avenidos que consti- blica gana en penetración, gana tamtuían el conato de partido conservador, bién en poderío, y acaba por sobrepolas crisis repentinas, el oscurecimiento nerse á todo y por subordinarlo todo, por del horizonte, lo pavoroso y sombrío de resistente que sea, á sus indeclinables las perspectivas, la insurrección carlista propósitos. Pero si en algunas horas de ue iba constituyéndose en la enferme- sacrificio y en algunos dias de prueba ad natural del anterior estado de las los partidos populares alcanzan el poder, casas, todo, todo se va disipando á más necesitan para conservarlo y hacerlo serandar, y la calma renace, y la confianza vir á sus fines naturales una permanenaumenta, y la estabilidad de lo consti- te discreción y un espíritu constantementuido se robustece y entra en caja sin te reflexivo, que no deje caba por atar ni soldadura por hacer. Por de pronto, esfuerzos de ninguna especie. Puede decirse con profundísima razoc, jamás el poder debe alucinar á los que que los sucesos han cambiado radical- para rectos fines lo consiguen. Quédese mente de aspecto. En vez de hechos ex- allá para los que lo solicitan como medio teriores, explosivos, ruidosos, agitados, de especulación, como asunto de grantodos aguardan hechos interiores, re- jeria y como medro personal y egoísta, formas llevadas á cabo insensiblemente, el hacer del poder un sibaritismo repugacontecimientos Íntimos que, sin ^movi- nante y un endiosamiento tan vacío comiento apenas, trasformen el deplorable mo inocente al cabo. El poder político,en estado de nuestra administración, de su recto y racional sentido, no es, ni seniiestra Hacienda, de nuestro crédito, rá jamás otra cosa que un medio y una de nuestra riqueza material y moral; al- pura condición exterior para el cumpliXO en fiu que sea como el comienzo de miento de los fines sociales, morales, administrativos y jurídicos Í a revolución, realizándose por dentro, económicos, en las entrañas de nuestra sociedad, en de los pueblos. Es completamente inútil «1 fondo de nuestra historia, en sos ci- pjosar acerca del poder otra Ci;sa dismientos, en el origen mismo de noestru tinta. Los partidos conservadores de nuestra 'Visibles decadencias, y en la fOcífite de donde hasta aquí han emanado les Ota- patria han pensado siempre (y aquí ectá Íes que todos sentimos y que todos la- su pecado original) que el ,poder era comentamos. Si esta DO es la misión del mo una especulación, como una especie partido radical, ¿qué otra pudiera serlo? de agencia para servir las pretensiones SUMARIO. 3 de los amigos, de los paniaguados, de más frecuentes y comunes en tal géaero los que con la humillante sonrisa del de reaccionarios, el gabinete Ruiz Zorcortesano mendigaban el favor de los rilla ha publicado un decreto mandando restablecer los ayuntamientos y diputaaltísimos, altísimos liliputienses, que solo podían ser ablandados á prueba de ensa- ciones provinciales, arbitrariamente desyar con ellos posturas laudatorias y de tituidos por el gabinete Sagasta, al cual, dirigirles memoriales saturados de adu- por lo visto, le eran estas corporaciones lación é impregnados de, esa literatura un estorbo legal para su engendro paroficiosa que soto sabe em|ílear la bajeza. lamentario. Reivindicar los fueros del derecho vioPrecisamente porque los partidos conservadores no han tenido otra noción, ni lado, desagraviar la soberanía de la nahan podido dis[ioner de otros medios, ni ciou expresada por meaio del sufragio han sido más que las últimas superficia- universal en la constitución de sus podeles consecuencias de la política de Ma- res locales; hacer del respeto á la mani3uiavelo, es por lo que su reinado ha si- festación siempre solemne de e.sta sobe0 8lempr« efimero, violento y repug- ranía, la pauta permaaente d« la conducta del gobierno, que antes que go-nante. La conducta de los partidos conserva- bieruo de un partido es gobierno de la dores de España ha debido ser eu este nación entera, es, ciertamente, un acto punto de gran enseñanza para el partí- que honrará siempre al poder que á tales do radical que acaba de subir al poder. eternos principios de justicia se atempeObservando atentamente los procedi- re y á tales bases inquebrantables de ramientos de aquellos, ha debido apercibir- zón se someta. Asi lo expresa el señor ministro de la se de cuál es el camino que siguen los vividores políticos, para alcanzar á la som- Gobernación terminantemente en el nobra de la adulación un prestigio inme- table preámbulo que acompaña á ese derecido y una reputación postiza; ha de- creto: «Lo que importa y urge, dice, es bido conocer cuántos lazos hay para el reintegrar en su estado legítimo las corprestigio y la virilidad de los principios; poraciones pupulares; lo que uo cabe dien confiar á manos ó inhábiles ó prosti- latar es el restablecimiento de las leyes; tuidas el éxito de las grandes reformas y lo que no se puede permitir es que ayunel resultado de los grandes esfuerzos; ha tamientos nombrados sin facultades y debido notar por qué caminos se ingiere contra derecho sigan ocupando el puesel inepto, y qué sendas emprende el es- to que corresponde á los elegidos del peculador de todas las situaciones, y el pueblo.» que toma á oficio lucrativo el echarse á Mediante tales rectificaciones, á favor pretendiente de lo que el vulgo llama de procedimientos semejantes es como con profundísimo sentido «e/ sol que mis ha de lograrse que, no ya un partido decalienta.» terminado, sino la nación entera, se haPor de pronto, el partido radical debe ga, en cierto modo, ministerial, franca y en este terreno ser sumamente precavi- desinteresadamente. España esta ya verdo. De este puuto de partida depende en daderamente cansada de vivir en la opogran parte el éxito, que con fundadísima sición, y en la oposición violenta y anrazón espera de el la opinión pública. gustiosa de estos últimos años. Las convicciones no se cambian jamás España tiene profunda necesidad de repentipamente, y solo al escéptico ó al descanso, está ávida de vivir la vida de positivista de nuestros dias le es fácil en- las naciones que son dueñas de sus prosayar todo género de posturas, con tal pios destinos; siente contra las agitacioque estas le sean provechosas, y con tal nes meramente políticas un disguato que no puede ya contener, y quiere princique le deparen lucro. Después de esto, que como regla infle- palmente descaosar de los recelos de tanxible ue circunspección y de conducta, tos años, de las desconfianzas que le han debe, en nuestro concepto, tener muy inspirado tantos hombres, de los desasopresente el partido radical, es otro de sus siegos que le han proporcionado tantas cometidos, Ja interpretadion fiel, exacta ambiciones bastardas como ha visto flodel espíritu de las leyes y de los precep- recer y encunbrarse, en la confianza da un gobierno leal, celoso, vigilante y ' tos constitucionales vigentes. atento á las garantías de su libertad, de y no se crea que esta interpretación su derecho y de su honra. fidelísima consiste solo en ajustarse al contenido inmediato del texto y á su maEspaña ha comprendido ya que las asterial cumplimiento, sino que además, y piraciones políticas, cuando uo envuelpor encima de esto, es á la trascendencia ven en su fondo un contenido social y de la ley y á su sentido regenerador á lo humano, regenerador sensato y pacífique debe á la par atender con minuciosa camente hábil de su vida y de sus cosescrupulosidad. tumbres viciadas, no tienen razón de ser, Un acto importantísimo acerca de este y está decidida á relegar al olvido para punto acaba recientemente de realizar el siempre todo lo que no sea más que ministerio Zorrilla. Con el objeto de rec- egoísmo de posición, monopolio de clase tificar uno de los abusos conservadores y exclusivismo persoual. España está LA AMERICA.- -AÑO XVI.—NÜM. 13. saturada de g-eneralea ineptos, de tribu- fundos desastres y humillaciones la han como elemento autoritario ejerció una que responde perfectamente á sos múltiples y nos de pcffa, de charlatanes políticos, de traído. saludable y fecundísima influencia en espinosas manifestaciones, y sobre ludo i los conservadores atildados, de literatos suAfirmar su vida interior, renovar su aquella Edad de hierro, entregada ¿ la fines de la creación. Bstas consideraciones tlevarisn el desaliento que repentinamente se tras- administración, su ejército, su Hacien- eterna guerra, y cuya expresión comple- i nuestro espíritu, si no supiéramos que el ini})erfíciales orman en ministros, de audaces que lo da, dar á sus nacientes instituciones po- ta era el desorganizador feudalismo. ciador de an pensamiento o de una idea en el Ahora bien, dadas estas condiciones mundo de la ciencia, no es el llamado á darla escalan todo, porque precisamente para líticas verdad, robustez y estabilidad, es nada sirven, de intrigantes adocenados toda su obra. Si estos elementos sabe de vida, y teniendo en cuenta el culto cima y perfeccioaamiento por lo regular, porque que, solo halagando vanidades y acari- combinar hábilmente M. Thiers, habrá que á la mujer tributaban los bárbaros, esto es la obra del tiempo en el que la idea se ciando imposibles, pueden medrar; de hecho la gran cosa, y la Francia deberá fácil es comprender y explicarse el in- desenvuelve y desarrolla y adquiere su compledemagogos por despecho, de intransi- algo más positivo en el porvenir á su menso prestigio que debía alcanzar en mento y perfección, y así, por mucho que desde nuestras fuerzas, por mucho que gentes por codicia; en una palabra, Es- modesta iniciativa, que á los que le de- aquellos tiempos la poética creación de confiemos confesemos, confesamos, nuestra debilipararon el ruido de cañones de Marengo la Virgen. En la Edad Media, Jesús era dad para tan como paña ha llegado á adquirir la persuasión ardua empresa, nos creemos en el y el choque de espadas á que tan aficioDios, el demonio le disputaba el imperio deber de exponer la necesidad de llenar este vaintima de que esa nube de gusanos que nuestras viejas tradiciones al descompo- nada se mostró en sus días de desvane- de las almas, y en la tremenda y gigan- cío y de iniciar la idea de dar á la mujer una tesca lucha entre Dios y el demonio li- educación conveniente, siquiera nuestros esfuernerse han ido produciendo, hay que ex- cimiento. brada, la figura expléndida de María, zos solo sirvan para abrir discusión sobre tan vitirparla radical y decisivamente. M. CAl.WtA. eternamente bella, y amorosa, se levan- tal asunto para la sociedad y para el porvenir Cuanto sucede, pues, desde el advenitaba coronada de resplandores, como del mundo. miento de los radicales al poder, es perDe la discusión sale la verdad, como del roca EL CULTO DE LA VIRGEN iris de paz para la conciencia, y refugio fectamente lógico y naturalísimo. Al y amparo de toda suerte de tribulacio- del pedernal sale la luz; que se haga la luz y se volver laa cosas á su posición adecuada, BN Lk. EDAD MEDIA. produzca la verdad es nuestro deseo; que el nes y dolores. y al encauzarse su corriente, so podían hombre se fije en tan importante materia, y El catolicismo es una forma de civiliaugurar fácilmente todos los hechos que Y si se registran los empolvados cro- rompa e! mundo la serie de preocupaciones que ahora presenciamos. El asentimiento vi- zación y un alto elemento de moralidad, nicones, y paramos nuestra atención y le ofuscan é impiden llegar al perfeccionamiengoroso y espontáneo (jue la opinión que no se comprende como hecho his- estudiamos cuanto la ciencia teológica to de esta importante y esencial pane del géneÍ)resta á la nueva situación, la benevo- tórico sino en los tiempos de la Edad produjera, encontraremos la expresión ro humano es el fin que nos anima y el rodvil encia que con ella tienen los partidos Medía, en los que creció y se desarrolló acabada del entusiasta amor con que la que pone hoy la pluma en nuestras manos. ¡Ojahoaradamente interesados en la regene- al par da la cultura de los pueblos bár- Virgen fué reverenciada en todas aque- lá consigamos nuestro deseo y veamos consaración de nuestra patria, el pavoroso baros. Y ninguno de sus dogmas está llas centurias en las que la humanidad, grarse al exclarecimiento de esa cuestión el taasombro de los descalabrados por su in- más en consonancia con el carácter y la al entregarse á las más cruentas empre- lento y el genio! Manifestados nuestros deseos, y, expuestas hábil conducta, todo, todo estaba como vida de los nuevos pueblos, que el poéti- sas, entonaba himnos sublimes en loor nuestras aspiraciones, hecha la franca confesión pendiente de la solución suprema á que co de la Madre de Dios. de la hermosísima madre del Redentor de nuestra insuficiencia, debemos empezar por Aquellas generaciones de guerreros, liemos venido á causa de la imposición divino. reconocer, que para llegar ordenadamente al ineludible de las circunstancias, y por el nacidos para la lucha sangrienta, y para ¿Y cómo no, si aquel culto respondía término que nos proponemos, preciso es que estado y actitud inquebrantable de los los que su fiesta era la muerte; aquellos y aun exaltaba el que á la mujer aque- abordemos algunas cuestiones preliminares, y partidos, de las cosas y de los hombres. feroces hijos de Odin, que no sentían llas generaciones dedicaran instintiva y para esto t{uo desceodamus á tiempos de remota Hasta las protestas biliosas de los con- otro amor que el que su cortante framea groseramente en los albores de su cul- anligfledad, tomando como punto de partida de trabajos é investigaciones desde el servadores "se adivinaban, así como los les ínspiraDa, ni sabían entonar otros tura, amparadas por el símbolo santo de nuestros principio del mundo, presentándonos frente i trasnochados pujos convencionales con Cantos que los que la ira y la terrible la cruz, en los grandes y prodigiosos frente del origen del género humano. que inauguraron su pataleo, y el sálvese venganza ponían en sus labios, trému- días del pontificado y del imperio? María No ignoramos las diferentes opiniones de las los de cólera; aquellos espantosos conquien puedafínalque han dado en su úlera la intercesora con Jesús en bien del diversas sectas en que el mundo está dividido timo manifiesto, tan anticuado en su li- quistadores, traídos á Europa por el hu- humano linaje, en el siglo x, en aquel respecto á tan importante y trascendental suceracán, y ante cuyo esfuerzo no hubo mu- tétrico siglo, cuyas inspiraciones som- so, pero 00 es este el lugar oportuno ni para teratura como vacío en su contenido. ralla que se resistiese, ni aliento romano brías se suceden en toda aquella edad, y exponerlas, ni para impugnarlas, porque esto ¿Qué más podemos decir acerca de (jue no se entibiara, para quienes el tro- se condensan y subliman, como nube trabajo á nada conducirla, ni para el objeto que este documento desdichado? Si no lo di- teo más preciado era la ensangrentada tempestuosa, sobre la homérica frente nos proponemos, ni para la idea que vamos á jeran todo las circunstancias en que ha Cabeza del enemigo, y su más ilustre del inexcedible poeta ñorentino, á sus dilucidar, y por otro lado acaso fastidiarla en aparecido, hablarían muy alto en contra gloria la alcanzada en los campus de ba- ruegos y amantes súplicas debió la hu- vez de educar y convencer á nuestros lectores, suya la carencia de atirmaciones y la y sobre todo i la mujer para quien en primer absoluta falta de doctrinas propias que talla; sentían en su alma un vago anhe- manidad nueva y gloriosa existencia: término escribimos, á quien encaminamos nueslo que los dominaba y convertíalos en ella detenia el rayo, pronto á caer sobre tros trabajos. «n él se notan. ¿Dónde está el tan cacareado sistema de gobierno de los conser- sumisos esclavos, en cuanto esta escla- la cabeza del reprobo: ella calmaba las Preciso nos es sin embargo escoger una de vadores? ¿Bastan acaso unas cuantas vitud era compatible con su innata fiere- tempestades, y hacia del seno de las nie- esas opiniones, y al hacerlo debe ser en armonía censuras inspiradas por el despecho, za, una misteriosísima deleitación, un blas surgir expléudido y coronado de con la que domina entre nosotros; adoptamos, para suponer seriedad de convicciones y algo piadoso y sublime al contemplar á resplandores inmortales el sol próximo pues, la exposición de ios libros sagrados, y es4e principios en un partido que tan ino- la mujer, á su eterna compañera, aierva á extinguirse: ella inspiraba á ios tro- cogemos el Génesis, y al hacerlo así debemos que es, porque ante rsa autoridad enportunamente di::imulauuas y otros, pre- ante las antiguas civilizaciones, y se veros y Juglares las más ardientes y en- confesar madeceitios, no tanto porque ella fué la creencia cisamente en los momentos en que debía prosternaban confusos y admirados, rin- tusiastas concepcionea, y en el siglo xu •Je nuestros padrea, y porque es la de la mayoestar más interesado en ponerlos de re- diendo amante culto á la más alta per- la Iglesia enseñó á pronunciar á las tur- ría de nuestro pueblo, razones por demás sufisonificación de tan desconocido senti- bulentas muchedumbres el Ave-María; cientes para que la adoptemos, cuanto porque lieve? miento, á la diosa Veleda. ¡Grande y au- y ea el siglo xv la más alta representa • largos años de estudio y de meditación nos la han El resultado ae todo ello no ha podido gusto sentimiento, tan en consonancia hecho conocer como la única que descansa sobre ser más fatal para los firmantes de la con la misión histórica que venían á cion de la ciencia teológica la declaró sólidos é incuestionables principios, ya se consicasi dogmáticamente, más hermosa que dere con lostojos de la filosofía, ya con los de la protesta. Han evidenciado que son vie- realizar al mundo! Eva, y hasta, según confesión de los fe, y como además el corazón de la mujer ea rejos, que están gastados, que el país los La mujer, para el hombre del Norte, conoce profundamente, que sus procedi- no es una sierva; y si no llega en la cos- doctores de aquel entonces, el culto que ligioso, y conviene que lo sea sobre todo y por mientos han pasado y que todo en ellos tumbre de la ferocidad á sentir dentro de se la consagraba hirió de celos á su di- cima de toda otra educación, nos afirmamos más es mezquino, pobre, raquítico y extóril. su alma el amor, ese eterno misterio de vino hijo. Y fueron tantas y tau porten- y más en esta idea y desde estos principios heTodas esasfirmasen otro tiempo vale- Psíquís, que de tal manera enlaza dos al- tosas las excelencias que en aquella de- mos de proceder. Sentadas esta% premisas, hemos llegado al deras y casi tomadas seriamente como mas, que las confunde hasta convertir- licada y poética concepción cristiana en- punto Coloquemdnos, pues, frente garantía de prestigio, son hoy valetudi- las en una, ni tampoco á comprender el contraron los hijos de la guerra, que Ma- á frentededepartida. la creación, traspasemos con los ojos ría llegó á ser considerada digna de finarias, enfermizas, y están gusanadas cariñoso respeto que de ese amor se desdel espíritu los tiempos y los espacios que nos por dentro y por fuera. Arriba han per- prende, y tanto á quien le guarda enal- gurar en la Trinidad cristiana, y sabio separan de la época que estudiamos, preséntedido su autoridad postiza y no pueden tece, su misma aspiración vaga á ese varón hubo que describió encantado la menos en el lugar en que los libros Santos copasar ni aun por caricaturas; abajo han ideal sublime que el cristianismo realiza, augusta ceremonia en la que la pobre locan tan poética escena. Veamos salir de la quedado tan al descubierto, que hasta el mismo instintivo afecto que en él tan esposa de José pasó á ocupar el trono nada ante la voz poderosa del Creador, la tierra sus flores y sus plantas; el cíelo con sos la opinión de hábiles de que algún día por completo domina, condiciones son de oro al lado del de el Dios de los cató- con astros y sus estrellas, el aire con sus brisas, los di-ífrutaron.se les ha evaporado por com- de adelantamiento y progreso, al par licos. coa sus aguas, los animales con sus múltiPodía darse mayor fanatismo! El cul- rios pleto. ples y variadas especies; las aves con sus vistoque innegables, facundas por todo ex- to 1de la Virgen recuerda las fiestas y sos pinmages y armoniosos trinos, la creación, Después de esta reseña de la política tremo. adoraciones del paganismo. La Edad en fin, con su indescriptible belleza, con sus fasinterior, apenas si nos queda na la que El mundo romano se moría, y la agoindicar de importante sobre las cosas ex- nía de aquella civilización ponía en ries- Medía fué supersticiosa hasta llegar á cinadores encantos, y un movimiento de agrasorpresa se apodera del alma y la arrebata teriores. Francia, resignándose á sufrir go de muerte á la humanidad. Una id^a la irreverencia, y en sus extrañas cos- dable con dolor las consecuencias que se van salvadora, y generaciones nuevas y ro- tumbres religiosas ¡cuánto no blasfemó y cautiva al par que la excita y exalta. Por mocho que paremos la atención en el ¿educiendo de su funesta guerra, es to- bustas, vírgenes de todo sensualismo, de los mismos misterios de la religión cuadro que á grandes rasgos hemos trazado do lo notable ocurrido en esta quincena. que pudieran cumplirla sobre la tierra, que profesaba! más y más nos convenceremos que es digno del GONZALO CALVO ASBNSIO. La lectura del tratado con Alemania he- eran de absoluta nece.sidad para que la mayor detenimiento y de la más constante y escho por Thier8,ha producido en la Asam- vida humana se determinase, y la sociecrupulosa meditación, y sin erobargodeprestarblea de Versalles el efecto dolorosísímo dad regenerada entrara en una era desle todo el interés que su magoiflceocia reclama, LA EDUCACIÓN DE LA MUJER. de una herida que se pone al descubier- conocida y grandiosa. Los bárbaros ahucuanto mis en él noi fijamos, mis comprendemos que á su belleza y hermosura falla su to con el objeto de aplicarle una nueva yentaron la muerte, que como buitre sanmejor ornato, su más bello complemento; pero cura. Han vuelto á reproducirse momen- griento devoraba las entrañas de la poEn el anterior articulo dejamos demostrada la oigamos la voz de Dios, que satisfecho do sa táneamente las antiguas quejas, y el odio drida Roma; la idea de la personalidad, necesidad de educar cooveoieaiemeoteá la mu- obra, por que había visio que era bueoa, exclaal imperio, y el anatema que el país lan- que reintegraba al hombre, que aun no jer; mas como quiera qae esta educación baya ma: «Hagamos al hombre á nuestra imagen y zó contra todos esos pretendidos poderes había pasado de ciudadano, era la co- de reconocer un fín en consonancia con su mi- semejanza» y 4 '» eficacia de esta palabra, el conservadores que, á pretexto de garan- lumna de fuego que guiaba á aquellos sión en el mundo, antes que de aquella nos hombre broia del seno de la nada, para ser sotizar los intereses, los llevan entre flores feroces coiiquistadores por las ásperas ocupemos con el espacio y la detención que tan berano, y Señor de la creación entera que debia al precipicio, ha sido otra vez repetido vertientes de la vida. Pero esto no basta- capital materia exige, preciso noses ocuparnos, subvenir i sus necesidades y contribuir á sa felicidad y á su dicha, á sus goces y á sus plade un modo tan inexorable como severo ba: había elementos de regeneración; siquiera sea á grandes rasgos, de la segunda. ceres. y decidido. Hemos manifestado con toda franqueza, y haspero con ellos solo se imposibilitaba toA su vista se desenvuelve aquel panorama donde nos lo ba permitido la índole de nuesDespués de todo, con estos recuerdos da obra, porque faltaba el enlace, la tra- ta tro trabajo, nuestra opinión, encaminada al de- inmenso de belleza indescriptible, ante sus ojos algo gana la opinión pública en la na- bazón, la unidad, sin las que la sociedad seo de que la mujer reciba una educación coa- pasan las aves y las fieras, patentes están los ción vecina. Ellos le hacen reconocer con no hubiera podido cimentarse sobre só- veniente, y con la misma franqueza estamos en cielos, patentes están las flores, patentes las más intensidad que nunca, dónde ha es- lidas bases, y el catolicismo, que como el deber de abordar esta cuestión, por mis que plantas, patentes los frutos, á sus pies murmutado la verdadera causa de sus males, y dogma se imponía á la conciencia del nos creamos insuficientes para salir airosos de ran las aguas cristalinas, sobre su frente gime son como el aguijón para que persevere guerrero, conservaba las grandes tradi- empresa tal, que desde luego confesamos qne el blando céfiro, todos sus sentidos se embriaen sus propósitos rectificadores, y para ciones autoritarias de la Roma Cesárea, exige más meditación, más estudio, y sobre to- gan de placer, así á la vista del colorido de los mayor caudal de ciencia y de talento que el frutos como al resplandor de los astros, así á que volviendo otra vez en si, atienda con que habían de servir para consolidar la do la percepción del aroma de la fragante flor, la eficacia que jamás ha tenido á sus ne- sociedad y fundar un sistema de go- queLaposeemos. misión de la mujer en la tierra es harto im- como al gusto del sabroso alimento, así en el gocios interiores, sin preocuparse de cor- bierno. portante para que nos no arredre la idea de po- cristal de las aguas como en la trasparencia de rer aventuras caballerescas que tan mal El catolicismo bajo estos dos diversos nerla en condiciones de llenarla cumplidamente la atmósfera, y al fruto y í la flor, al astro y i parada la han dejado, y que á tan pro- aspectos, como elemento civilizador, y por medio de una educación adaptada i ella, y la luz, al rio y al ambientei al ave y al insec- CRÓNICA HISPANO-AMERICANA. to, al peseado y al caadrúpedo, á todo itnpoae la mujer de la delicadeza y unción necesaria pa- lo nos ocuparemos de los medios y el modo de oco después de Cristo, no hubiera pedU nombre Adán, osteatanJo la profanda sabiduría ra ese cariño que todo lo supera y que uo pocas practicarla y perfeccionarla. o para su tumba ninguna imagen, ni la que niagaa hombre volverá i poseer j la su- veces las lleva hasta el heroísmo. La mujer del de su corona, sino esa que pocos años E. H. sentimiento y de la unción es la que debe edublimefilosofíaqne sus hijos no alcanzarán. antes recordaba á los esclavos ladrones. carse, y por tanto á estos fines han de tender Satisfecho debiera estar el primer hombre. Para que esto suceda es preciso que la Todo h estaba sometido, todo le obedecía, era los preceptos. Es, por tanto, necesario, que la cruz diga y signifique mucho. «1 rey, el Señor, el legislador del maado; para educíon sea adaptada á las condiciones físicas y LA TUMB.4 DE CHATEAUBRIAND. Di la vuelta alrededor de la tumba,, quien todo había sido criado por la mano de Dios, morales de lamujer, paraque produzca su efecto. Ningún peligro tiene el hombre en sus gray sin embarco, la Sagrada Escritura nos dice lento cual si contara los pasos: ocupé ^u« te durmió, excitando de este modo nuestra ves y trabajosas faenas; pero tendría muchos la Forma la orilla del mar una ribera pe- tanto tiempo como el que empleé en dercuriosidad ; y llevando < nuestro entendimiento mujer si á estas se consagri«se; ningún incooveñascosa y dentellada, donde si hay peli- redor de la de Napoleón en los Inválidos. nieute ofreceal hombre uo estudio profundo; no una duda, grave, nueva, una grave y debatida pocos experimentaría la mujer consagrándose á gros durante el temporal en que la in- En ambas me preocupaba la historia del cuestión, si al terreno filosófico teológico nos hubiéramos de encaminar: nosotros no lo hare- las ciencias, y desde luego hay uno acreditado vade el mar, en cambio pueden ir las muerto. Pero acaban peregrinaciones mos: preferimos seguir la opinión de un filósofo por la experiencia, y es que las mujeres que á mujeres bástala orilla durante la bonan- más largas aun y esta también acabó. Me senté en el escalón de la tumba, y «ristiano que asegura que este sueño no fué tal ellas han consagrado sus cuidados, sobre no lle- za. Esta orilla es tajada y está erizada al sueño, sino un dulce estopor, hijo de la falta de nar su misión en la casa, no han sido madres; pió de rocas agudas que el mar pule y me recliné en la r^a que la circuye y una compañía en que se encontraba para com- testigos dti este aserto son Isabel del Saúco y La recé. Sí recé: descendiendo de las poétiLatina entre nosotros, y M. Genlis entre los afila al azotarlas. Tras de la temible e s - cas regiones de la gloria humana y de partir tanta dicha, tan grande felidicidad. collera se vé el monstruo enroscado en franceses. Tampoco debe dedicarse á la literaPartiendo de este principio y haciendo nuesla poesía terrena, recé despacio un Patra esta opinión, aparece que al volver en st de tura siu licencia de su marido, según una ley un golfo lleno de bajíos y de corrientes. dre Nuestro en sufragio de esa alma. Le vigente; y esta ley esiá fundada en la posibiliDe las rocas para arriba viene una pene»ie arrobamiento en que, según la opinión qne seguimos, el alma del primer padre pedia á au dad de que el calor de la imagioacioD, tan fácil diente cascajosa que tiene de vez en deseé en prosa cristiana, que es la verde exaltar, no las lleveá consecueociasque pueHacedor una compañera, encontró satltfdcha su cuando algunas hebras de yerba, y que dadera poesía, que Dios le diera su eterpetición, hallando á su lado á Eva, lo cual dice dan turbar la dulce armunfa del matrimonio. forma una colina. Este islote se llama el no descanso, y que luciera para él la con Irresistible elocuencia que la mujer fué la Nosotros aun señalaríamos otros de no menor Gran Bé. Tras de esta colina hay un ba- eterna luz. Largo rato pasé después megracia primera que Dios otorgara i la primer peso y trascendentales coosecuencla?. jío arenoso que el mar inunda todas las ditando por qué arte de magia cabia plegaria de su criatura predilecta, y que la muAcaso al leer las anteriores líaeas no falle tardes, y después de estd bajío se sube á tauta grandeza en tan pequeño espacio. jer trajo á la tierra una importantísima misión quien crea que la mujer no debe sereducadt; Con el brazo izcjuierdo enlazado á un baespiritual que llenar cerca del hombre, la de en- tal vez alguna de las muchas que hoy se dedican la otra colína en tierra firme, donde está laustre de la reja, reclinado sobre el otro dulzar sus amarguras, enjugar sus lágrimas y á la literatura se crea ofendida al leer nues- edificada la ciudad. Salí por la puerta ser el ángel de su consuelo; una misión física que tro juicio y nos considere como enemigos, sien- correspondiente, bajó hasta el arenal, lo que apoyaba en mi rodilla, permanecí cumplir, la de continuar en compañía del hom- do sus mejores amigos: á las primeras respon- atravesé, subí la colina solitaria hasta allí buen espacio, mientras un zuavo, bre, IH grande y admirable obra de la creación. derá nuestro trabajo, además de llamtrlas la llegar á su cumbre, busquó con los ojos que no tenia ganas de meditar, tentaba Asi lo dice sn organismo, asi lo publica la deli- atención sobre nu punto que no poco interesa al el monumento que deseaba y que está un descenso hasta la escollera. cadeza y unción de so alma. hombre y es la imposibilidad de que cuide de en la mitad de la falda al lado del mar; Reconstruí mentalmente toda mi vida Desde este momento, oí podemos ni debemos sus hijos y esposo, atienda á su familia y arregle se le vé solitario. Yo tenia una falsa idea desde el dia en que cayó en mis manos considerar á la mujer como ana hembra más en su casa la que tiene todo au cuidado puesto en el primer libro del muerto, cuya tumba la naturaleza; dolada de inteligencia, como el los hijos de su inteligencia: fijaríamos, además, del monumento: me habla figurado algo, honraba hasta ese instante. Vi el ancho no sé qué de mármol: debía haber no sé su atención en el cariño que las vigilias, tan prohombre, no debe carecer de los elementos nececorredor de Casa-Blanca, en que leí ese aarios para ejercitarla; pero estos elementos de- pías del estudio, han de caberle en las horas del qué de adornos griegos, de recuerdos ro- libro y en que quince años después esben estar en armonía con los fines que bao de recoglmíeoio, tan apetecidos para el retiro del manos. cribí en la pared el borrador de unos llenar, así es qne la robustez física del hombre estudio: á las segundas diremos que su porveLa tumba de Cecilia Metella, que h a DOS dice su misión, al par que la complexión de- nir está allí ádoude su misión en el mundo la lla- blift visto en la Via Apia de Roma, me versos á Átala. Pobló aquella casa querida con la sombra de mis muertos, y licada de la mujer publica la suya, y usa y otra ma, que es al lado de su esposo y en los quehaestablecen, con la diferencia, la necesidad de ceres de la casa, y que su gloria está en educar hacía creer que Chateaubriand hubiera volví á pasar el mar para encontrarme medios diversos y métodos distintos para culti- virtuosos hijos que sean la gloria soya y de la dado la idea de una cosa, si no parecida, allí, solo y desconocido, en una playa de varlas en pro de la sociedad, en beneficio del patria, y esto no puede hacerlo si su corazón y de un orden extraño y tinico. Pero al ver Bretaña, meditando en una lengua que mundo. El hombre represeúta el trabajo, la mu- su inteligencia no está toda, absolutamente toda este monumento me sentí herido en mi jer el sentimiento; aquel tiene mayores y más á estos fines consagrada; y las decimos más; que vanidad, porque habia creído compren- no me entenderla ninguna de las perso • extendidos horizontes donde ejercitar sus fuer- el siglo presente es de positivos cálculos, y que der al poeta y su genio, y me habia ñas que andaban ese dia por allí. zas físicas y sus potencias; la mujer, espacios el hombre, antes de unir su suerte á la mujer, equivocado totalmente. El me habia e n Volvió el zuavo de su peligrosa excurmás reducidos, donde brillan sus virtudes y pesa y examina, acaso más de lo que á la musión, llamándome á gritos que cortaron gañado como Zéuxis á los pájaros con la campean las bellísimas condiciones de sus deli- jer interesa, en las conveniencias de esta unión, mis coloquios y ahuyentaron las somcados sentimiento;; la fuerza en el espíritu del siendo este cilculo no pocas veces un obstáculo sencillez y la verdad. Nada de fantasprimero da más libertad á sus hechos; la delica- para contraería. Alabarán los hombres, cree- magoría ni de aparato: lo que encontré bras evocadas. Llegóse él también á la deza en el corazón de la segunda presta más mos, las mujeres, sus producciones, pero no se- allí y que era tan diferente de lo que ha- tumba á pedirma noticias sobre el muerancion á los sentimientos de su alma; por esto rán ellas el medio mejor para atraerlos é incli- bia soñado, si hirió mi vanidad artística to, de quien no conocía sino el nombre. requieren métodos diferentes la enseñanza de la narlos al matrimonio. y mi inventiva, me hizo comprender y Interesaron mis respuestas á las perso; una y la del otro, aplicaciones diversas, distinEstoy oyendo que me ponen por modelos de admirar al hombre que y a admiraba. ñas que por allí andaban y se acercaron. tos procedimientos. la opinión contraría una Santa Teresa, una sor Siete pies de tierra, lo suficiente para Habia uua pareja de recien casados, unos Desde el momento en que se examinan estos Inés y alguoas otrasqne tanta y tan merecida esconder un cuerpo humano y no un artesanos y una madre con dos joveacidos seres, desde el instante en que se somete gloria adquirieron; mas por lo mismo que es- alma, tienen en derredor unas piedras tos. Todos ellos se sentaron eu derredor al análisis físico su organismo, asalta á la vista tos ejemplos son excepciones, está justificada que detienen en el declive la tierra que de la tumba: el novio se sentó junto á mi sos diferentes posiciones en la naturaleza y se la regla que establecemos, y plenamente en y al lado de él su novia, que cogía una «omprenden, sin grande esiadis ni esfuerzo, las sn lugar nuestro Juicio. Además, enciérrense se amontonó sobre su cuerpo. Encima funciones que en el mundo vienen á desempe- en un claustro, que para estaa no escribimos; no hay flores ni se h a sembrado orgu- de sus manos entre las suyas. Todo mi auditorio conocía vagamente iSar; por ley de la naturaleza estas faociones en- allí están en su lugar los trabajos mentales y llosamente un laurel. Una grama tupida trañan sus deberes, y por ley de la naturaleza literarios; pero querer vivir en la sociedad y como la de todas las campiñas verdea á Chateaubriand, y el que más adelantaestán obligados á llenarlos y cumplirlos; y como llenar en ella su puesto separándose de sus allí, y á la cabecera, plantada entre la do estaba sabia que había sido un guerlas leyes de la naturaleza son eternas é iamuia- principales deberes ó abandonándolos, ni nos cabeza y el corazón del muerto, hay una rerol Fué menester, pues, rectificarles bles, y de ellas arrancan los deberes y derechos parece justo ni lógico, ademis de ser alta- cruz tosca de piedra común, u n a verja las ideas. Como yotenia la palabra y tode la especie humana, á estas leyes debemos mente perjudicial, no tanto para sí como para dos oían con atención, menos la novia, acudir, en primer término, para establecer los los demás, como una simple reflexión comprue- de hierro rodea el sepulcro. ¡Ni un nombre! Más, ¿para qué nom- que no veia sino á su esposo; menos la principios que ligan á los seres sociables en el ba con la continua perspectiva de las que al nundo, y regular su modo de aér y de vivir en estudio se dedican. Uaa simple visita á sus ca- bres? Allí se lee y se leerá siempre: \Clia- chiquilla que, como una mariposa, revosas será una prueba más elocuente que mis pa- teaubriandl Este nombre escrito en un laba eu torno de la tumba, se estableció la tierra. mármol se borraría con los siglos y al- un completo silencio, en el cual no se ola Partiendo de estos principios, es evidente y labras. fuera de toda duda que, escrito el derecho naMuchas y muy graves reflexiones podríamos g ú n sabio futuro no podría deletrearlo. sino mi voz, que en una lengua extraña tural en el corazón humano por el dedo su- hacer, que serian oportunas y estarían muy en En vez de mármol se conserva en la me- para mi y despacio, porque no la poseía premo de Dios, la naturaleza misma se encarga su lugar respecto á esta para nosotros viciosa moria de los hombres, más seguro. De lo suficiente para hablarla como propia, 4e enseñar y dirigir al Ser intelectual en el educación, y perjudicial nso de la ioteligencia de generación en generación se irán dicien- les contaba la vida del hombre sobre su «nmplimiento de estas leyes inoludibles é ilegis- las mujeres, pero como nuestro objeto sea tralables, debiendo encaminarse todas sus fuerzas zar solamente á grandes rasgos cuadros cual do ai despedirse una de otra y al ver la cadáver. < esclarecer, según los tiempos, y facilitar, se- conviene á lás publicaciones periódicas, y como tumba solitaria: iChateaubriandl En un Esto era extraño, y extraña también gún los sexos, el cumplimiento de estos deberes, además observamos en la perversión de ideas rico panteón pueden ser violados los la escena de un americano hablando de y el goce de los derechos que encarnan. Tene- que arrastran y trastornan la sociedad en el pre- huesos por robarse el oro: aquí nadie irá un bretón en una playa de Bretaña. De mos, pues, necesidad en nuestro trabajo de re- sente siglo, que esta es una, ó acaso la princi- á robar un puñado de tierra por descu- vez en cuando una ola más recia sonaba montarnos á los primeros tiempos, de ver como pal , y que no basta el perióJico para contener brir los restos hechos tierra. al despedazarse en los escollos ó se oia el hombre compila en ellos su destino, de exa- sus progresos, de aquí que solo nos ceñimos á el viento en una ráfaga más silbadora. No ocultaré que tuve la esperanza de minar como la mujer llenaba el suyo; tenemos exponer, anotándolos, los males, en la esperan—«Chateaubriand, les decía yo. nació necesidad de pasear nuestra imaginación, y re- za que su exposición ha de despertar á genios é ver la sombra de Chateaubriand sobre correr eoQ ella el mundo, sometiendo á nuestro ilustraciones más competentes para procurar su su tumba: no ocultaré tampoco que cuan- en aquella casa que se vé allí, y se la estudio las prácticas ó costumbres de lodos los remedio. do el sol rompió su barrera de nubes, no mostraba con el dedo, en 1768. Era despueblos de la tierra, el modo cómo en ellos la Queremos que la inteligencia de la mujer no alcance á ver otra sombra que la de la cendiente de poderosos caballeros y nomujer y el hombre se producen en las respecti- esté inactiva, pero queremos qne toda, absoluta- cruz sobre yerba verde. Segunda lección bles señores; pero su familia había venivas órbitas que están uno y otro ser llamados á mente toda, pues de toda necesita, se consagre recorrer, y el modo como se conducen estas dos al mudo de llenar sus deberes en la casa y en la para mi vanidad: ¿á qué buscar en los do á menos con el tiempo, que aumeninteligencias en el uso de sus respectivas funcio- familia, y al tener este deseo, damos á la mujer sepulcros otra sombra que la de la cruz? taba su nobleza y disminuía su fortuna. Gracias á Job, uno puede hablar de- Sus dotes extraordinarias para la poesía nes, en el cumplimiento de sos sagrados y altos la mejor prueba de todo el Interés que nos iosdeberes. Da este examen, de esUs mediíaciooea pira. No esti su misión en la cátedra, ni en el lante de las tumbas. Pasé como una flor. le vinieron de su madre y de un tío macomo de premisas ciertfsimas y evidentes, hemos ateneo, ni ha de vestir la toga ni el arnés por Mis dios se secaron como el heno. Creo que terno, que eran poetas. Con el nombre de partir para sacar conclusiones qne igualmen- más qne no haya faltado en su sexo quien haya mi Redentor vive y en el último dia me he de su padre Renato, el carácter de su U ciertas y de incontrastable verdad, nos hagan desempeñado cátedras con aplauso, y postrado de levantar de la tierra. iQué es el hom- hermana Lucila y el suyo, forjó después senur principios que nos pongan en camino del enemigos con valor; ¿pero cnanto más no brilla su Rene, y pintó como escenario de su acierto que deseamos en esta importante cues- la que presenta ordenada su familia, tiene arre- bre!... Lo visitas por la mañana, y al mo- novela elcastillo de Combur^fo, en que mento lo pruebas. tión. glada su casa, hace feliz con su delicada ternura Pero el que ignore las palabras de Job se ci ió y que vosotros conocéis, pues no Desde el Génesis hasta nuestros días, desde el á su msrldo, y conduce y dirige y forma el co- no puede hallar nada delante de esos está lejos de San Malo. Gomo era sepueblo más inculto ha«ta el más civilizado, ve- razón de sus hijos, inspirada de ese amor que la monteciUos que el rey de la creación gundón, tuvo que labrarsa su suerte. mos que la mujer solo se ocupa de criar sus hi- llevarla por ellos al mayor de los sacrificios? Destinado primero á la carrera eclesiáisjos, cuidar de so esposo y familia, y atender á A estos fines debe encaminarse la educación forma con sus huesos. En la tumba no tica y después á la de marina, no sila dirección y gobierno de la casa, y compren- de la mujer; llenándolos, se glorifica y glorifica á puede verse sino la nada ó Dios. Una cruz guió ni una ni otra por tomar la de las demos la razón de aquella sublime y terrible BU familia y á su patria, y por esto hay necesi- sobre una tumba lo dice todo. El que sentencia, «en dolor pariráa tus hijos, y estarás dad de preparar y educar su inteligencia á este aquí yace creyó y oró, y al morir espe- armas, que dejó por la de viajero. Ensujeta á tu marido,» así como examinando los efecto; así llenará cumplidamente su cometido, ró. ¿Habrá sido confirmada su esperanza? tonces estuvo en América, de donde voldeberes del hombre y sus ocupaciones en el mon- asi el mundo y la sociedad la respetará, y los La cruz lo asegura. No se adopta un sig- vió trayendo una prisionera que habia cogido en los desiertos de la Florida, á do los vemos en perfecta armonía con aquella aplausos qne en esta obra consiga y los laureles otra lanzada sobre su frente: «Con el sudor de que en este palenque adquiera su frente, serán no de infamia por mil generaciones, si Átala. tu rostro comerás ta pan.» ínmorules, serán un escudo, porque nadie hay por algún medio no hay seguridad de —lAtalal me dijo la novia: yo la coTenemos aquí un principio que, como axioma ni más respetado ni más fuerte que el que cum- que es ya áigno de gloria. Un esclavo de verdad infinita, viene i demostrarnos lo que ple sus deberes dentro de la Órbita que el dedo mendigo muerto un dia antes de Jesu- nozco. dejamos dicho; que el hombre fué dotado de la de Dios le tiene trazada en el mundo. Cuál deba cristo no hubiera aceptado para su tum—Seguramente, le repliqué. ¡Quién «oficíente robuilez para el trabajo, al paso qne ser su educación, lo liemos dichoi en otro articu- ba semejante di«tintívor un rey al morir, no conoce á Átala I S LA AMERICA.—AÑO XTL—NUM. 13. —Yo la he visto eu los grabados de hipotecarlo. En sus últimos años se vio el camino se bifurca, dudó un momento EXPOSICIÓN DE LION. una posada. {Je I' ai vue dam les gravuresprecisado á vender sus Memorias de Ul-cuál Labia de seguir. tratumba, para poder sostenerse y dejar Dirigió su mirada en derredor, como d' une auberge.) El domingo último se inauguró la Ex—Pues bien, esa Átala fué la que trajo un pan á su viuda para los primeros dias para orientarse, y al fijar los ojos en el posición universal é internacional de del duelo. La Francia, que cubre doce ó labriego, fuese recto á interrogarle. de América. Lion. sobre la cual da los siguientes porveinte veces cualquier empréstito que se En el estilo propio del que, descono- menores Una correspondencia de aquella —¿Y se casó con ella? —No era mujer: era un carácter, una levante tín su nombro, no quiso cubrir ciendo un idioma, se ve, sin embarsfo, ciudad. «El palacio de la Exposición se halla novela. Las Atalas, agregué, no sirven ni una el que levantaba en el suyo Cha- en la precisión de usarle, y con la altipara esposas. Los tipos de pasiones exa- teaubriand, ni el que después levantó vez de conquistador, preguntó á nuestro establecido cerca del parque de la Tete Bernardo por el camino que á Salaman- d'Or en el muelle construido para impeeradas apenas alcanzan á servir para Lamartine. Para ambos fué sorda, y ambos tuvie- ca conducía. dir al Ródano que inunde los Broteaus. eroinas de novela. Poco debió agradar á esto la forma en Ír ocupa un espacio de 1.700 metros de A su regreso á Francia, su familia le ron que vender su sudario. La humaniproporcionó un buen casamiento con dad ha sido hecha de barro, dice la Es- que se le interrogaba, y haciendo un argo por 18 á 70 de ancho. La entrada del palacio de la Exposiuna señorita noble, bella y rica; tales critura, y la Escritura se prueba todos mohin que lo mismo podia significar ignorancia que desprecio, continuó el tra- ción se halla situada en la miima entracualidades no le inspiraron una pasión á los dias.» Yo hablaba, hablaba animado por el bajo por un instante interrumpido. da del parque de la Tete d'Or. y se comese hombre, que vivió enamorado de En el segundo sentido, sin duda, lo in- pone de once cuerpos de edificios que fantasmas creadas por su imagiaacion. silencio de mi auditorio. Mi zuavo azoMaria Teresa Lavigne, que fué su espo- taba con su varita las escasas yerbas terpretó el oficial cuando le amenazó fie- tienen la figura de un arco de circulo sa en 1792, le acompañó hasta su muer- que crecían eu las grietas del peñón, y ramente, y pronto á convertir el amago en los cuales se han establecido ocho galerías y dos pabellones, en cuyo cente y le sobrevivió. Ella le amó, pero él mis dos novíDs se miraban sonriéndose eu hecho, desenvainó su espada. Antes de que pudiera esgrimirla, Car- tro hay la gran nave de gusto morisco no la hiüo dichosa, aunque sí supo esti- y entrelazando sus manos sentados en el marla. Es dado á los poetas cantar la fe- borde de una tumba, como lo hace siem- racedo, que espiaba sus acciones, se aba- que sirve de entrada principal al palalicidad, pero no sentirla ni darla. Sus mu- pre la felicidad en el mundo, mientras el lanzó rápido como el rayo, descargando cio de la Exposición, pero que aun no essas son celosas y echan amargura en to- viajero americano les contaba la historia sobre el insolente francés el azadón, ins- tá concluida. Las galerías y los corredoda copa que no se liba con ellas. El cielo de su mismo compatriota, que ellos ig-^ trumento de su trabajo, derribándolo del res ocupan una superficie de más de 40.000 metros, esto es. una superficie no concedió más hijos á aquel matrimo- üoraban. Yo no hubiera podido hablar caballo. La herida causada privó en pocos ins- igual á la del Palacio.de la Industria de nio que las obras del esposo, hijos que tanta eu una lengua extraña si uo me se aman más antes de tenerlos que des- hubiera servido muchas veces de las pa- tantes de la vida al temerario que le ame- los Campos Elíseos. Hé aquí las dimensiones exactas de las pués de que nacen: tales son los libros. labras mismas dal muerto, que se me nazó. Inmediatamente abandonó Bernardo diferentes galerías de la Exposición: Su nacimiento es tan doloroso como el de habian quedado en la memoria cuando La primera galería destinada á las los hijos verdaderos; pero una vez naci- leía su libro postumo en la biblioteca real sus tareas, y fué á dar el oportuno conodos se separan de sus padres y vau á de París. Así, según he leido en un libro cimiento al alcalde de Alaejos, que á la máquinas en movimiento, á la metalurde viajes, habia una tribu en América sazón lo era D. Manuel González. gia, etc., tiene 190 metros de largo y 42 sonreír á otras almas. Ocultaron el cadáver por temor á las de ancho y ocupa una superficie de 7.080 Siguió la gran revolución que, so pre- que acababa de matar al enemigo caído texto de arreglar los negocios de Fran- con las armas que la quitaba cuando ya represalias, sí el hecho acaecido llegaba metros. á noticia de los invasores. La segunda galería, destinada ¿ mácia, torciólos del mundo. Chateaubriand, no podía defenaerla*. Mi zuavo me recordaba que era hora Entre los objetos hallados en los bolsi- quinas de coser, quinquillería, etc., tiene como noble y como bretón, como poeta y como realista, tomó parte en la causa de partir, porque si uo podíamos que- llos del traje se encontraba un pliego 185 metros de largo y 18 de ancho y de esos reyes que se iban como los dio- darnos incomuaicados cuando la marea cerrado, que llevaba en el del interior de ocupa una superficie de 3.330 metros. La tercera galería, en que se hallan ses de Roma. Su vida fué entonces una viniese á ocupar sus nidos de la noche. su casaca. Apresuráronse á romper el sello, pero de manifiesto chimeneas, objetos de calarga carrera de desventuras de que no Nos levantamos para irnos, pero antes sacó otro fruto que poder escribir uno de metí trea veces mi brazo pjr entre la ver- su curiosidad quedó frustrada en aquel lefacción, etc.. tiene 35 metros de largo y 85 de ancho y abarca uua superficie los libros de Los Mártires, aquel en que ja de hierro, arrancando cada vez un pu- momento. El contenido estaba en francés: nadie de 1.225 metros. Eudoro cuenta su vida de soldado. Sol- ñado de graua, y destinado cada uno paLa cuarta galería contiene objetos de dado, combatiente, herido y después ra dos amigos que tenían en mi lejana de los presentes en el momento conocía emigrado, pasó á Inglaterra, donde apu- Bogotá, y á quienes conocía como admi- aquel idioma, entonces poco generaliza- ambulancia y de campamentos, cueros, ró la miseria hasta su último grado: radores del mismo que yo admiraba: el do entre nosotros y odiado quizá por ser armas, etc.. tiene 185 metros de largo y 18 de ancho y su superficie es de 2 230 una noche cayó desfallecido de hambre tercer puñado era para mí. Chactas, dice el de los onemigos de la patria. La importancia del documento, si real- metros. «n una calle, y en otra durmió en un ce- Ciíateaubriand, guardaba una magnomenterio, porque no tenia otro refugio, lia del desierto que le habia dado Átala; mente la tenia, les era desconocida. La quinta galería, destinada á proaunque á la verdad es el único que tie- yo quiero guardar conmigo unos hilos Recordó, sin embargo, un sugeto la ductos quimicos, vinos, licores, etc., y á nen los desgraciados, pero no para pasar de la yerba que cubre los restos del can- circunstancia, á la sazón importantísi- sala de conferencias, tiene 110 metros de tor de Átala. Los otros son los que envío ma, do que en el pueblo existia un vir-' largo y 40 de ancho, siendo su superficie una noche de la vida. Escribió en esa época su Ensayo sobreá Vds., amigos mios, y hó ahí la histo- tuoso y en gran manera ilustrado sacer- de 4.449 metros. dote, el 3r. D. Antonio Santana, que saLa sesta galería en que se hallan exlas revoluciones, libro odioso, volteriano,ria del manojito de yerba. bia la lengua francesa, por haber sido puestos artículos alimenticios, papeles indigno de su genio y de su corazón. J. M. VBR8.VRA T VBROABA. antiguo colegial en el famoso Tri lingua pintados, muebles, mármoles. objetos Después se convirtió y escribió en comde la Atenas española. iiaos de cerrajería, pavimentos de lupensación el Genio del Cristianismo, que Mándesela recado; acudió con presteza jo, etc., tiene 95 metros de largo y 40 deshizo en pocos días la obra de la im)iedad de muchos años. AHÍ probó que UN EPISODIO ANTES DE LOS ARAPILES. al llamamiento, y sus amigos le pusie- de ancho y uua superficie total de 3 800 ron al cabo del suceso acaecido. metros. ! a civilizacioa es cristiana y la barbarie Pronto su clarísimo talento comprenLa sétima galería (parte central), conincrédula. Volvió al fin á Francia y obdió la inmensa importancia que el papel tiene objetos de cerámica, de platería, tuvo destinos del mismo Napoleón, á En la provincia de Valladolid, y como hallado podría tener en los críticos mo- muebles, cristales, etc.. y tiene 70 mequien se los devolvió airado el dia en que á la mitad del camino que de esta ciudad mentos que la nación atravesaba. tros de largo y 70 de ancho, y además el supo el asesinato del duque de Enghíen. conduce la de Salamanca, se halla siApresuróse á leerle, y en efecto, era ábside. La superficie que ocupa es de Cuando cayó aquel coloso, á quien él tuada la ávilla de Alaejos, una de las ri- superior á todo encarecimiento. 4.900 metros. admiraba y odiaba al mismo tiempo, re- cas é importantes de Castilla la Vieja. Lo que tenia en sus manos era un desLa octava galería, destinada á instrucobró en la corte borbónica el rango deLa tradición que en ella se conserva, y pacho dirigido por José N. Bonaparte al mentos de música, relojes, bisutería, jobido á su nacimiento noble y á sus ser - que sucintamente vamos á referir, se re- mariscal Marmont, eu que le ordenaba yería, perfumería, etc.. tiene 95 metros vicios. Fué embajador en Roma y des- monta en que los franceses, que procurase esquivar la batalla con de largo y 40 de anchoy comprende una pués en Londres, donde pasó en carroza dueños aldetiempo casi toda España, hacían Wellington, porque esperaba reforzar superficie de 3.800 metros. Eor la calle en que un dia se arrastró de aquellas fértiles comarcas teatro de sus el ejército de aquel con el grueso de la La novena galería está destinada & ambre. operaciones militares. división Polombini y el cuerpo del cen- objetos de bellas artes, pieles, prendas., Después de alcanzar hasta la dignidad El vencedor de Waterlóo, lord "We- tro, fuerte de 10.000 honbres. de vestir, hilados, etc.. tiene 110 metros de par, que renunció, y de haber figura- llington, apenas hacia un mes que, desdel efecto que l^ traducción de largo y 40 de ancho, siendo su superdo noblemente en las más peligrosas in- pués de reñidos asedios, se habia pose- delJuzgúese parte producirla en todos los ánimos. fice de 4.400 metros. trigas en favor de los BorSones destro- sionado de los fuertes de San Vicente, La décima galería contiene tejidos. Ni Dispusieron que sin pérdida de tiempo nados por los Orleans, se retiró á su tier- San Cayetano y la Merced, en la ciudad el propio Carracedo montase á caballo y longitud es de 218 metros, su latitud de ra de Vallée-aux-Loups, que habla com- de Salamanca. llevase á lord Wellington el despacho á 18 y superficie de 3.780 metros. prado con el producto de sus obras, y El mariscal francés Marmont, duque Cristóbal, donde se sabia acampaba La undécima galería está destinada á en donde «hacia sombra á los árboles de Ragusa, llegó tan solo á aquella po- San el general. objetos de enseñanza y tiene 35 metros que habla sembrado,» esperando que se blación á presenciar, digámoslo así, la A la caída de la tarde del 21 llegaba al de largo y 35 de ancho, ó sea uaa sula devolvieran cuando ellos fueran jóve- rendición de las tropas que defendían cuartel general el munsajero y entrega- perficie total de 1.225 metros. nes y él viejo. Sin embargo, no pudo dichos fuertes. ba el precioso documento. En los 40.000 metros de superficie no conservar esa tierra ni su casa de Paris; Los ejércitos de ambos generales, desWellington, con esta importante no- va comprendida más que la parte cufué separándose de todo, y al morir no pués de varias maniobras, marchaban ticia, hábilmente el des- bierta; y en un espacio considerable perposeía sino la casa de su madre que se paralelamente de uno y otro lado del cuidoydeaprovechando Marmot. que prolongando de- teneciente al parque de la Tete d'Or hay ve alli, y estos siete pies de tierra que Guareña, inspirándose, al parecer, mu- masiado su ala izquierda, se creaba una jardines. Exposiciones particulares, casihabia pedido de regalo al ayuntamiento tuo respeto. difícil posición, presentó con rapidez la tas rústicas, cafés en que se dan concierde San Malo cuando era ministro podeSentaron por fin sus reales el 20 de batalla á su enemigo, obteniendo un se- tos y en que lucen sus habilidrdes bailaroso. Julio del año 1813, el inglés en su anti- ñalado triunfo sobre las armas francesas, rinas y cantantes para proporcionar ra¿Comprendéis el doloroso apólogo de gua posición de San Cristóbal, el fran- y quizá de los más importantes que re- tos de solaz al público. En uno de estoa su vida? DB todas sus prosperidades no le cés en una extensa llanura entre Alba y gistran los anales de aquella gigantesca cafés, situado en el extremo del parque, quedó sino su tumba. El mismo señaló Salamanca. lucha contra la invasión napoleónica. caben 3.000 personas.» su lugar, que es este: desde aquí se vé Eu la mañana del 21, un honrado vePequeñas causas suelen á veces enel balcón de la alcoba de su madre, en cino de Alaejos trabajaba en un terreno gendrar grandes efectos, y no seria El emperador de Rusia ha querido coaque él nació, y el mar que lo arrulló. propio de su amo, cercano á la pequeña aventurar que la victoria de los «Arapi- solidar con su presencia en Crimea la ¿Comprendéis este otro apólogo aun más laguna denominada en el país de Pedro les» se debe en no pequeña parte al mo- importancia de los resultados que le dedoloroso que el otro, y que como el otro Mella, y en el punto precisamente donde desto bracero de Alaejos. que eu su odio vuelve en Oriente el tratado de Londres, uede aplicarse á toda la humanidad? coinciden dos caminos: el de la derecha invasores prestó, sin sospecharlo, y los cañones de Odesa y Sebastopol haa Ílesde su cuna paáo mirar su tumba. va á Fuentesauco, el del frente á Sala- áunlosimportante servicio á su patria. saludado al buque imperial que por priPara conseguir este suelo de su enter- manca. La certificación expedida a petición de mera vez selpresentaba en el mar Negro, ramiento ^astó tres años desde el dia en Rápido trotar de un caballo hirió su Bernardo el Rucho por el mismo lord después de las desgracias que condujeque lo pidió basta el dia en que se lo oído, y levantando la cabeza vio venir Wellington la conservó durante su vida. ron á la tumba al czar Nicolás. Su hijo, concedieron. El año en que yo nací le di- sobre el bruto á un oficial francés, cuyo y no sabemos si sus herederos la ten- el emperador Alejandro, aprovechó la jeron sus compatriotas: «Ahí tenéis ya el vistoso uniforme no fué bastante á que drán todavía á la fecha que escribimos reunión de la oficialidad de marina para lugar de vuestra supultura, ¡y ojalá esté interrumpiese su campestre labor Ber- estas mal trazadas líneas. decirles que con placer inauguraba la repor largo tiempo vacío!» nardo Carracedo, el Rucho. generación de la escuadra rusa en el Antes de ocupar su sepulcro, tuvo que Al llegar el extranjero al sitio en que mar Negro. f CRÓNICA. HISPANO-AMEBICANA. las primeras discusiones parlamentarias, ticos, de que lo tenían de su parte; cuya teniéndose, por lo tanto, extraño á los que fueron empeñadas y borrascosas al- artera extrategia sirvió poderosamente accidentes de la política palpitante. ANTE LA HISTORIA. gunasi terminando, por último, con una para asegurar el éxito de las elecciones. Los partidos, sin embargo, se dispusegunda escena del abrazo de Vergara, Para justificarse Espartero de tan gra- taban con celo sus favores, por medio de LIL entre las poco antes enardecidas oposi- tuita complicidad y condenar al propio halagos y sugestiones: los moderados se Cerrada la legislatura de las Cortes ciones. Si el ministerio no hubiera esta- tiempo la conducta ministerial en las lisonjeaban de atraerlo á su causa por la Constituyentes el 4 de Noviembre de do envenenado por los odios de partido; elecciones, hizo publicar después una eficaz mediación de Cristina, entre la 1837, quince dias después, el 19, se inau- sentir en su corazón los latidos dol pa- especie de protesta, bajo el nombre de su cual y Espartero mediaba una inteligenguraba la de las ordinarias, cuya ma- átriotismo y en su cabeza los consejos de secretario Línage; documento conocido cia tan cordial é íntima, como lo permiyoría era de significación moderada, y la prudencia, ¿quién duda que habría en la historia con el nombre de Manifiesto tían la alta alcurnia de aquella y el hontan genuica, como no se había conocido aprovechado coyuntura tan favorable y de Mas de las Matas, que fué el pueblorado comedimiento de éste; mientras que otra en el trascurso de la vida parlamen- rara, para restaurar, al calor de aqnel donde se firmó. los progresistas, adivinando en el humiltaria. La situación política tomó ese gran triunfo de la libertad, los gastados de hijo del pueblo al soldado de la liberLIV. rumbo, anunciado primero por un he- resortes de la máquina constitucional? no podían concebir se expusiese & cho negativo, el de la omisión de menlas Cortes con toda pom- tad, Bien lejos de obrar así, provocó la an- paReuniéronse manchar las limpias glorias del campacionar la Milicia Nacional en el discurso tigua regia, anunciándose en el discurso reproduciendo la cues- de la corona proyectos reaccionarios so- mento con las pestilencias de la corte. regio de apertura, y después sucesiva- tión dediscordia, ayuntamientos, la exacerbó bre imprenta periódica, elecciones, dipuLos moderados, aristócratas por linamente por actos positivos bien remarca- con otros dos proyectosy sobre Milicia taciones provinciales, ayuntamientos y je algunos y por presunción todos, hados. ascos de la pobre cuna del hijo El 16 de Diciembre se constituyó un Nacional é imprenta, igualmente con- diezmos. La escasa minoría progresista ciendo carretero de Granátula, y menosprecombatió con enérgica inteligencia todos del ministerio bajo la presidencia del conde trarios al espíritu de libertad. Aquellas Cortes, compuestas en su in- los fraudes electorales, por medio del ciando al militar de filas, sin barniz acade Ofalia, personaje de origen y fama mensa mayoría de progresistas, á pesar examen de actas; concitando la animo- démico, le adulaban importunos porque absolutista, haciendo el Sr. Moa su rfetemían y necesitaban, en tanto, al iuí bajo tales auspicios, y aun cuando del dogmatismo electoral del Sr. Borre- sidai de la opinión liberal, dentro y fue- le menos, no pudieran derribarle de su go y de la presión oficial de toda una sira de la Cámara, contra un gobierno que pedestalque eu él se reservó la cartera de la Guerra para colocar sobre él un ídolo para Espartero, como no la aceptase, tuación completamente moderada, vié- tales desvarios cometía, y contra la ma- de su hechura, que á esto tendían las nombróse á Carratalá, á quien vino á ronse forzadas á acfeptar la lucha, con yoría moderada, cuyas tragaderas con- calaverescas exhibiciones de Narvaez tanto desacuerdo provocada, como con memoró Fray Gerundio coa aguda sátisuceder Latre, más acepto á palacio. El Madrid y Sevilla, en el año autarior, primer acto notable de este ministerio tenacidad sostenida, por el malhadado ra. Adoleciendo las listas del vicio legal por bajo la protección de la famosa sociedad reaccionario, fué solicitar de nuevo de ministerio Pérez de Castro Arrazola; y de formación, obra de unas diputacio- secreta intitulada de Jovellano.s: los proFrancia la intervención armada, ó el envíoconvencido éste, á los primeros embates, nes proviuciales incompetentes, y agra- gresistas, por el contrario, sentían vivas de su impotencia, acudió otra vez, en 31 vada esta causa con la aprobación de de un cuerpo de tropas á las Provincias simpatías hacía por analogías concode Octubre, á la atrabiliaria tregua de actas, las más escandalosas, no bien mitantes, pero noél lo Vascongadas, precisamente cuando el cansaban coa imfracaso de la celebre expedición de don suspender las sesiones por veinte dias. constituido el Congreso, huyeron de él portunas y pérfidas obsesiones. Pero la mayoría parlamentaria, que coalgunos de los diputados progresistas, Carlos acaba de despejar los horizontes Deslindados así los campos de los dos de la guerra civilj, hacia la aurora de la nocía ya la táctica de los moderados, an- dejando consignadas formales protestas. libertad. Tan tenaz insistencia, por par- ticipándose á la lectura del decreto de Las actas y el discurso de la corona partidos, en los momentos críticos de te de políticos sin conciencia ni valor fué suspousion, presentó tma proposición habían consumido mes y medio de tareas que venimos ocupándonos, el moderado rechazada, con acuerdo de las Cámaras motivada en los principios más rigoro- parlamentarias, y el 6 de Abril comenzó elevó su último memorial á Espartero francesas, por medio del célebre jamás sos de la doctrina constitucional, enca- la discusión batallona, no sobre el pro- por medio de la procuración de la reina de M. Mole, ministro que era de Nego- minada á que declarase el Congreso: que yecto de ley de ayuntamientos, sino so- gobernadora, la cual, con sus hijas y cios extranjeros, pronunciado en tono los españoles no están obligados á pa- bre otro (ie simple autorizacian para toda la corte, marchó al efecto hacía gar contribuciones, arbitrios, ni otra es- plantear aquel. Estraña á nuestro objeto Barcelona, bajo el especioso pretexto de repulsivo y como didciplinario. empréstitos ó anti- la crónica de esta famosísima campaña tomar baños de mar, pero realmente en La cuestión de recursos inetálicos no pecie de impuestos, que no hayan sido votados ó parlamentaría; bástanos consignar que busca de aquel que se hallaba por allá apuraba menos al ministerio, por lo cual cipaciones autorizados, según el art. 73 de la Cons- el 5 de Junio quedó resuelto el asunto en tras Cabrera y demás secuaces de don se cubrían apenas, siempre tarde, aun titución. el Congreso, y sumarísimamente pocos Carlos. Tan urgente é imperioso se conlas necesidades más perentorias del ejérAprobada esta proposición, casi sin dias después eu el Senado, con manifies- sideró el viaje, que, para emprenderlo, cito. A la región política, lanzó el proyecto debate, por 91 votos contra 3, el minis- ta violación del art. 70 de la Constitución fué necesario desbaratar el plan de la de ley de ayuntamientos, caja de Pan- terio debió darse por muerto allí mismo, vigente, del Código de 1837, aceptado campaña ea que estaba empeñado el dora, de la cual volvieron á sacar los teniendo contra sí el país legal y care- tras años hacia por los moderados, con ejército liberal, para escalonarlo sobre el moderados los vendavales revoluciona- ciendo de recursos para gobernar. Pero las manifestaciones más expontáneas y itinerario de la Corte, y aua así corrieron las augustas viajeras grave riesgo rios; y en medio de tales desaciertos y esta herida, mortal por necesidad, en placenteras. Los moderados sinceros han confe- de caer en poder de la facciou de Balmacontrariedades, la tremenda derrota del cualquiera organización común, apenas ejército de Oraá ante la plaza de More- se manifestó leve en la callosa del minis- sado, que la ley de ayuntamientos deseda. Los ayuntamientos de todo el reino se 11a, yendo á parar de rechazo sobre el terio, y reaccionando esta con nuevos 1840 fué, cuando menos, una indiscreministerio, determinó su calda á fines de brioá, excepción hecha de Alaix, que ción de su partido;» pero los arguciosos hablan manifestado contrarios á la repronunció el 18 de Noviembre, víspera é intransigentes han sostenido, que con forma antiliberal de los mismos, y los Agosto de 1838. día en que debían reanudarse las in- ella y las demás que se preparaban se de los pueblos del tránsito de la corte El que le sucedió, presidido por el du- del terrumpidas sesiones, lanzó un decreto produciría una reacción necesaria en el aprovecharon la coyuntura para hHcerlo que de Frías, no fué más afortunado du- de disolución de las actuales Cortes y de sentido genuino de la Constitución de entender así á S3. MM. entre aclamaciorante su breve existencia, pues vivió en- convocatoria otras nuevas para el 18 1837, la cual, según ellos, habían anu- nes entusiastas y respetuosas; sigaifltre motines y conmociones populares, de Febrero dede1840. lado los progresistas, por medio de las cándose notablemente en esta unánime originados principalmetite por el enardelas corporaciones populaMedida tan arriesgada, anunciaba ya, leyes orgánicas con que la completaron. demostración cimiento de los pechos liberales contra invicta Zaragoza. los facciosos, á causa de los bárbaros sin ambages, el advenimiento de una El Sr. Pastor Díaz su pretencioso dog- resEndaLlaérida esperaba Espartero á Sus asesinatos cometidos por estos sobre la pulítica anticonstitucional y reacciona- matízador, ha dicho (1) á este propósito: Magestades, con las llaves de la rebelde vencida hueste de Pardiñas eu los cam- ria á todo trance; y como el norte do ella «El gobierno responsable y fuerte debia Morella en sus victoriosas manos; les tener agentes propios: las Cortes de 37, pos de Maella. Y en este tiempo se ma- estaba fijo en unas Cortes devotas, pael ejército, les dio escolta hasta nifestaron también los levantiscos inten- ra traerlas cual se deseaba, se pusieron le dieron por agentes á diputaciones in- presentó desde donde marchó de tos de Narvaez sobre Madrid y Sevilla, en juego medios tan reprobados como dependientes. Los funcionarios del go • Esparraguera, nuevo sobre Cabrera, fugitivo ya, y en bíerno debían ser obedecidos en los pueconjurados á tiempo por Espartero, con- eran los finesa que soaspiraba. Renovóese punto se celebró la primera confetra el cual iban principalmentedirigidos. se casi por completo el personal de la ad- blos: las leyes de 37, colocaron al frente rencia política. Recapitulando en ella Las sesiones de Cortes suspendidas en ministración, sobre todo en aquellas pro- de los pueblos autoridades que no esta- Espartero las quejas déla opinión, acen17 de Julio, se reanudaron el 8 de No- vincias donde las autoridades habían mos- ban obligadas á obedecer al gobierno. tuadas con la franca sinceridad de sus El Poder Ejecutivo tenia en sus manos trado más templanza en presencia de la viembre, en cuyo día se anunció otro miconsejos, mostróse dispuesta Cristina á el mando de la fuerza armada: aquelllas nisterio, caracterizado por Pérez de Cas- lucha electoral anterior; se persiguióá los el personal y la política del actro y Arrazola, cuyos nombres no daban progresistas de más prestigio; se amor- Cortes armaron y centralizaron la Mili- cambiar tual gobierno; compromiso que corrobosatisfacción á la opinión, alarmada por dazó la voz de la prensa independiente; cia nacional con separación del poder ró en la segunda entrevista celebrada las amargas reminiscencias de los dos se conservaron las diputaciones , contra público.» Infiérese de estas amañadas ya en Barcelona el día 13 de Julio, si alegaciones, que los que las emplean el precepto legal que disponía su renoanteriores. bien con frió indiferentismo. confunden el gobierno constítucíjnal Afrontó este la temeraria cuestión de vación parcial periódica, acordada adeLVI. con el absoluto; que desconocen las lemás por decreto ad hoc de 24 de octubre, ayuntamientos, elocuente y vigorosísiyes fisiológíco-políticas de los poderes; mamente combatida por la minoría pro- porque habiendo sido exploradas, se maNo tardó en hallarse la causa secreta gresista, hasta el punto de que, no pu- nifestaron dispuestas en su mayor nú- que juraron con mentales reservas pú- de este cambio de miras, porque al día diendo el ministerio contrarestarla en el mero á secundar los planes del ministe- nicas, el pacto sacrosanto de la alianza siguiente fué sancionada cautelosamenterreno por él elegido, apeló al mañoso rio, como los secundaron á maravilla, en j de 1837; que lo que pretendían de los te la funesta ley de ayuntamientos, y recurso de aplazar los debates, suspen- el importantísimo punto de la rectifica-' progresistas no era una concordia sino burlado bajamente Espartero, por cuandiendo las sesiones de Cortes el día 8 de cion de las listas electorales; y prepara- una abdicación; en una palabra, que hu- to lo contrario era una de las bases de su de Febrero de 1839. Semejante medida, da así la máquina, amarróse á ella el biesen empleado los materiales destina- programa. Puesto en trance tan critico, cuando estaban por votar las contribu- país, arrastrándole en busca delbellocino dos á levantar el alcázar de la libertad, su conciencia y la pública vindicta la en reforzar los macizos muros del mo- exigían un acto que aclarase sucesos de ciones, cuando nabia pendientes de dis- electoral. cusión otros proyectos de ley y cuando Triunfó el gobierno por medio de sus nárquico palacio. tan equivoco sentido, y para ello, hizo se hallaban en estado de sitio algunos agentes, pero á la manera de Pirro con LV. dimisión motivada de todos sus cargos, distritos militares, enconó más los áni- sus elefantes en Heráclea, contra el cónProvisto el gobierno con el material por medio de un notable documento, femos, dando lugar á manifestaciones hos- sul Levino, que se lamentaba como pu- de guerra reacionario fabricado en las chado el 16 eu Barcalcma, que comenz;itiles, aun cuando pacificas, en Madrid, diera haberlo hecho de la más infausta malaventuradas Cortes de 1840, solo le ba con este significativo párrafo: «Un y muy desagradables en Valencia. Tres derrota; soypfrdido, exclamó, si consigo faltaba un jefe militar que llevara á eje- triste desengaño, demasiado sensible á de los ministros, aconsejándose en la otra victoria como esta. cución sus planes, y al efecto pensó en mi corazón, me ha conveacido de que en prudencia, dimitieron sus cargos, sienMas es indispensable hacer constar, Espartero, la figura más descollante en- el día no puedo ser útil á mi Reina ni á flo reemplazados por otros que, alentan- que el ministerio habia agravado lo cri- tre las filas del ejército y entre las ma- mi Patria, porque sin duda los homdo á los resistententes, llevaron las co- minal de su política con lo artero de su sas del pueblo. Empeñado por afición y bres que ostentan hipócritamente intesas al extremo, en Junio, de disolver las conducta. Consignamos ya oportuna- por deber en las graves atenciones que rés por tan caros objetos haa podido más Cortes. mente, cómo se habia tratado de com- demandaba la reñida lucha sostenida en el ánimo de V. M. que este soldado prometer á Espartero en la conjuración contra el carlismo, tuvo Espartero el fiel á sus itromesas, á sus juramentos y Lili. reaccionaria, asociándolo oficiosamente buen juicio de no contribuir al acrecen- 4 los deberes que su cargo le imponía.» Coincidiendo la reunión de las nuevas á los ministerios moderados, que venían tamiento de las discordias intestinas en- El 17 , declarándose el poder confeso Cortes en 1.° de Setiembre, con los me- sucediéndose con tan anómala intermi- tre la familia liberal, cuando habia un de los tremendos cargos desenvueltos morables sucesos de Vergara, estos y la tencia; más no curándose estos de los enemigo común 4 quien combatir; man- contra él por Espartero en su citada excuestión de fueros vascongados, ligada desaires de aquel, corrieron al presente posición, le aseguraba el presidente del ¿ ellos, dieron abundante materia para la voz, á manera de santo y seña poliConsejo de ministros, á nombre y por (1) En 3U obra citada, ptfgiaa 35. LOS PARTIDOS POLÍTICOS 6 LA AMERICA.—AÑO XVI.—NÜM. 13. encargo de 8. M., que no habiendo caido I en «uno de esos extremos en que la ar- biertas de cuadros; en un lado un pintor que Pezuela, conde de Cheste, general, alto, fl], de la gracia de ésta, ni desmerecido su rogancia de los reyes ó la altivez de tor- trabajsbá en un lienzo y alrededor un círculo coy pálido, traductor de tres poemas: Dante confianza, no tenia & bien admitirle la pes ministros tiene que postrarse ante la de hombres, parte sentados y parte de pié, y en Tasso y Camoé:is. Siguen los traductores: Gabino Tejado, traexpresada dimisión. fuerza de una insurrección popular,» medio un joven que estaba leyendo. Este joven, me dijo el Sr. Guerra, era Zorrilla. de I promesi sposi, de Taparelli y da Paliativo tan vulgar, no podía calmar nombró Cristina el día 12 un ministerio La sala era el estudio del pintor Esquivel, muer- ductor otros muchos escritores católicos; filósofo, atillos dolores de aquella crisis, y el pacien- progresista, bajo la presidencia de don to hace pocos años, famoso en su tiempo, y en dado prosista, de aspecto manso y benigno. A te acudió por sí al remedio heroico de su Vicente Sancho, No habiendo aceptado cuyo estudio soliaa reunirse ios más ilustres es- su lado un joven de ruda apariencia y de granterapéutica instintiva; ¿ la revolución. El éste, nombró á Espartero, facultándole critores y artistas quefl3recieroaen España des- des cejas. Poeta, más conocido como autor de 18, por la tarde, Barcelona en masase pro- para que eligiese por compañeros á los de 1800 acá. El cuadro representa ana de estas una Historia de la liter'ilura española, en diez nunció por la Constitución y el duque de la que bien le pareciese; lo cual efectuó,' reuniones, que tuvo lugar en su casa no sé qué grandes tomos, llamado aquí el Tiraborchi esVictoria, contra el ministerio y la ley de deíjpueá de haber pasado á Madrid para dia del año 1846, para oir leer al mismo Zorrilla pañol, más justo, pero no menos difuso. uno de sus dramas. Lo pintó Esquivel en el misSombrero en mano, el duque de Rivas; esto ayuntamientos, y llamado aquel á pala- sondear todo el fondo de la situación, mo año, y lo compró el ministerio de Fomento es, no es él ni tu retrato, sino un cuadro que cio, le rogó Cristina que conjurase el pe- proponiendo como candidatos á los seño- por mil duros. confusamente le representa; á la sazón embajaligro de que se veia amenazada. Por con- res Ferrer, Cortina, Gómez Becerra, FerEl que posee Guerra es una fotografía, pero dor en Ñipóles, ya ha muerto. Gran poeta drasejo de Espartero accedió al relevo del nandez Gamboa, Chacón y Frías. Con tan excelente que, sabiendo que son parecidísi- mático y lírico, autor del célebre drama Don Alministerio moderado, nombrando otro estos, bajo la presidencia de Espartero mos á los originales los retratos del cuadro, se varo y de admirables TOmmcds históricos, figuprogresista, caracterizado de tal, princi- sin cartera, quedó constituido el minis- puede decir que por ella se conocen de vista en ra severa y simpática, alto, pálido. Valladares y Garriga y Cirios Doncel, poetas palmente por González, Sancho y Fer- terio en Valencia el dia 9 de Octubre, pocos instantes lodos los más notables personaraz; pero expuesto su programa, y no después de prestado el debido juramento jes del moderno Parnaso español. Zorrilla leia dramáticos, complemento el uno del otro, que y lee prodigiosamente, lamo que, después de escribieron siempre juntos. El primero más resiendo aceptado por la corona, se des- en manos de Cristina. Ventura de la Vega y de Cañete, se le atribuye flexivo, el segundo más inspirado, ambos discrecompuso eu parte por la retirada inmeJ. T. M. la palma entre los lectores hoy en dia. El audi- tísimos: sus dos obras más célebres son: Zas diata del presidente. torio está atentísimo i la lectura, en actitudes traeesiirat de Juana y El guante de Coradino. Hostigada la corte en Barcelona, huye diversas; algunos hablan al vecino al oído, otros Va estamos en medio del salón, detengámomeditan con los brazos cruzados y la cabeza ba- nos un momento. De aquí adelante casi lodos los á Valencia, donde es recibida con receD. AURELIANO FERNANDEZ GUERRA. ja; el cuadro está lleno de vida, parece que se que vamos á encontrar viven aún. En medio esloso silencio, con el silencio aforístico de oye la voz del poeta, y «stá uno tentado de ten- tá Zorrilla, pequeño, moreno, con dos bígoiillos Mirabeau; y sin entender su alcance ó afilados, gran cabellera negra, ojos grandes, da Da la Naxione, periódico florealiao, copiamos der el oido para recoger las palabras. despreciándole, repuesta un tanto de la Nuestros lectores desearían acaso conocer á frac y corbita blanca y tápalos. pesadumbre revolucionaria, acepta la re- coa grande complaceacia, por cuanto es mu; Lee con voz solemne y sonora, con entonanuncia de los ministros progresistas, honrosa para nuestro país, esta descripcíoa de la los lustres españoles que rodean al joven poeta: hecba al ilustre dcadémico por ua escri- también yo tuve ese deseo; pero la sala está ción enfática y agradable, aunque algo monótoreemplazándoles el 30 de Agosto con visita completamente llena de gente, y por rápida que na, como Prati, con quien tiene macho» puntos tor italiano: otros sacados de la panacea moderada, fuese la reseña que yo hiciera resultaría larga, de semejanza, por ejemplo, en el lentimiento f Madrid 16. Cortázar. Ateta, etc. Conocido en Ma... .Una de las primeras preguntas que hice pero nos serviremos en parte de las palabras del católico, en la prodigiosa facilidad de versificadrid, el 31 por la noche, este suceso, hi- en Madrid fué la siguiente: «¿Cuites, entre los Sr. Guerra, y de los juicios que he oido á otr?.s ción, en lo vago, ardiente y atrevido de sus bazo en la opinión las veces dú la mecha que viven, vuestro primer prosista?» Me nom- personas muy doctas; y entonces les parecerán ladas y poemas. braron á varios, pero el nombre que oí más breves. El primero, á la izquierda, es un sacerPasemos á la derecha de la sala. La fisonomía aplicada á la mina. Despierta de súbito la revolución en i menudo fué el del Sr. D. Aureliano Fernandez dote alto, de rostro franco y sereno, qua se pa- que llama antes la atencioo es la de Fernandez recería á Pío IX si tuviese la mirada más viva y el seno de todas las clases, pero con es- Guerra, académico de la real Arademia española, algunas facciones méuos marcadas. Saludémos- de la Vega, bello perfil realzado por una abuncorresponsal de la real Academia de ciencias de cabellera castaña, ano de los fundadores espíritu tal de orden, que las mismas Berlín, miembro y director honorario del Institu- le, porque es el príncipe de los poetas líricos dfuite del Liceo, célebre sociedad de artistas y escritomasas populares más acaloradas se di- to arqueológico de Roma. Su trabajo más nota- contemporáneos, autor de la tragedia El Osear res, en la quefigurabanpríncipes y reyes, y rigen al ayuntamiento pidiéndole que la ble fué la publicación de las obras de Quevedo, y de la Oda del Dos de Mayo, y traductor de / que concluyó en 1834. regularice y represente. La corporación coa gran copia de notas críticas, comentarios, promesl sposi. Su llama Nicasio Gallego, y faDespués de Fernandez, Ventura de la Vega, municipal responde al llamamiento, y discursos críticos, una maravilla, según lodos, lleció ya hace años, con general sentimiento. pequeño, calvo, buenos ojos, poeta de gran imaapoyada en la Milicia nacional, con la de erudición y de ingenio, que le cosld largos Este escucha i Zorrilla con profundo recogi- ginación. Deseó, y lo dijo públicamente, escribir miento, pero con las cejas fruncidas, como si di- la mejor comedia, la mejor tragedia y el mejor cual iraterniza el ejército, después de años de fatigas; se dedicd también á la poesía jese: «Tengo algunas cosas que advertir.» lírica, y escribid algunas odas y baladas que se drama del teatro español moderno. Consiguió, una ligerísima colisión, se forma una leen «ún con admiración. Junto á él se ve un semblante redondo y lle- quizá, su deseo con la comedia El hombre de Junta provisional de gobierno, el memoraObtuvo fama de escritor dramático de valia no de salud, que inspira paz y bondad desde una mundo, que agradó y sigue agradando muchísible 1. de Setiembre de 1840; conducta con cuatro dramas, que fueron acogidos con gran legua: es Gil y Zarate, lio de Manuel Tamayo, mo. Quedó atrás en su tragedia César, respecque siguen inmediatamente las provin- aplauso. La peña de lo» enamorado», Alonso muerto hace pocos años, autor dramático de va- to al Edipo de Martínez de la Rosa, y la Virgicias. Cano, La hija de Cervantes y La rica-hembra; lor escaso, más conocido como autor de una His- nia de Tamayo. No superó con su drama Feresta última tiecha en colaboración coa Tamayo; toria de la instrucción pública, muy querido nando de Antequera ni el Alfonso el Casto de LVII. ilustró y anoid á Cervantes; escribió acerca de nuestro, ya que no por otra cosa en gracia á su Hartzenbusch, ni el ¿Quién es elláí de Bretón, Sobrecogida de estupor la corte, en- cuestiones arqueológicas, filológicas y de histo- sobrino. Quitémonos otra vez el sombrero; al ni La locura de amor de Tamayo. Junto ti pincastíllase con el ministerio en palacio, ria, y publicó, por úliimu, varios discursos aca- lado de Gil y Zarate está Bretón de los Herreros; tor y á Ventura de la Vega está Luis Olona, donde después de meditaciones y conse- démicos que están reputados como modelos de vive aun, octogenario, gran poeta cómico, pin- autor aplaudidisimo de zarzuelas notables por tor insuperable de la antigua clase media; autor su vis cómica y su enredo. 'os intranquilos, se resuelve ordenar á estilo y de lenguaje por los más severos culti- del drama famoso ¿QutVn es ellal y de la come- , Henos ya en Esquivel, el pintor que se vuelispartero que marche con su ejército á vadores de la clásica prosa española. ve hacia Zorrilla, teniendo e.a la mano la paleta Nació en Granada el año 1816; fuá primero dia Marcela. sofocar el movimiento insurreccional de aburado, y después profesor de literatura ea la Más allá. Ros de Olano, que también vive, y el pincel. Fué hombre de modales rudos, vioMadrid. Colocado este caudillo en una Uaiversidad de Madrid. Es también miembro de general, inventor del morrión militar que lleva lento, caprichoso, pero de nobilísimo corazón. situación ouáloga, aun cuando mucho las Academias de la lengua y de la historia, y su nombre, poeta elegante y extravagante, es- Nació en Sevilla, copió á Murillo, amó la poetimado como general por los poetas y como poe- sía, ganó mucho dinero, lo gastó todo en socormás estremada, á la en que so vio poco vive completamente extraño á la política. Los hombres más eminentes en literatura y ta por los generales. Próximo á él Biírgos, el rer artistas necesitados y murió pobre después antes en Barcelona, salió de ella inspide una vida agitadísima. Dejó tres cuadros de rándose en el mismo atinado y patriótico en ciencias son ó fueron sus íntimos amigos. gran traductor de Horacio, que ya ha muerto, fama, San Miguel, Judil y Sara, fué amigo íninluistro que fué de Fomento, encuentra los vercriterio, es decir, resistiendo el cnnipli- Quintana, él du.(ue de Rívas, Zorrilla, Espron- sos de Zorrilla poco clásicos, y está pronto á le- timo de los principales escritores de su tiempo, ceda. Hubiera bastado mucho menos para que miento de semejante orden, por las razonaciera en mí un deseo vivísimo de conocerle; vantarse para decírselo cara á cara, suceda lo le llamaban el amigo de los poetas. Guerra hanes que explicó en su célebre manifiesto sobf, pues, las escaleras de su casa con emo- que suceda. bla de él conmovido, y esto basta para hacerme del 7; del cual trascribimos á continua- ción; pero fué una emoción de pocos instantes; Otro saludo: aquel hermoso anciano de fren- venerar so memoria. ción, los párrafos que más cumplen al cuando lo vi, me pareció haberlo visto otras te despejada, de ojos grandes y mirada apacible, Y ahora hagamos un saludo más profundo qae veces. Es uno de aquellos hombres serenos y es Martínez de la Rosa, ministro, poeta, histo- nunca, porque estamos delante del gran poeta objeto de esta historia. beoévolos que agradan tanto á los jóvenes, riador, autor dramático, crítico, traductor, alma de la guerra de la Independencia, del secretaria Su contexto literal es como sigue: "En el pronunciamiento que se ha verificado porque les ofrecen ana bella imagen de la edad noble, hombre querido en Europa y ana de las de la Junta central, del redactor de las terribles madura, y que al mismo tiempo tratan con los principales glorias de España. Un paso más proclamas contra Napoleón y la Francia, don ya, ha sido poca la sangre vertida. El jóvenes con gusto, porque son jóvenes ellos objeto se me dice que no es otro que el mismos todavía de corazón y de inteligencia. Yo atrás: Ferrer del Rio que, á primera vista, se Manuel José Quintana, la figura colosal de ¡a puede tomar por Silvio Spaventa, alto, grueso, sostener ileso el trono de Isabel II, la quisiera envejecer de ese moJo, le dije al en- ojos grandes con gafas, periodista é historiador moderna literatura española; su alma está retratada en su semblante, tiene facciones viriles, regenciade V. M., la Constitución del trar. laboriosísimo, corresponsal de ios periódicos dilatadas sus pupilas, su porte lleno de majestad Estado y la independencia nacional El empezó enseguida á discurrir acerca de americanos, escritor tenaz, pero vigoroso y de y de fiereza. Fué escritor profundo, gallardo y puro: sus Vidas de los españoles célebres es una Por el relato de esta exposición se evi- aquellas cosas en que ya adivinaba que yo abri- estilo bonghiano. Otro saludo: aquel hombrecillo sin barbas, de las más bellas colecciones de bibliografías de dencia, sin hacinar otros antecedentes, gaba intención de preguntarle, y lo hizo con que la dirección de los negocios no ha una sencillez, con una claridad, con una viveza risueño, cou un aire modesto, no hay que juz- todas las liieraturas, sus Odas guerreras son llevado el sello de la prudencia, ni de la tan espontánea y agradable, que yo sentía cada garlo por su aspecto, como decía Galdino á Inés rayos. una de sus palabras estampárseme en la memo- hablando del padre Zacarías: es nada menos que Cerca de él ¡ahí en un cuadro, porque ya haimparcial jucticia que hace fuertes y ria como un nombre de amigo, y creo que Hartzenbusch, que aún vive, á Dios gracirs, respetables los gobiernos. El empeño cuando salí de su casa habría podido escribir, príncipe de los escritores dramáticos, conoce- bla muerto en 1846, José Espronceda, el autor de Bl Diablo mundo y de El estudiante de ha sido constante desde la disolución con pocas equivocaciones, todo lo que le oí. Al dor profundo del corazón humano y «seritor Saíamanco, ingenio vigoroso, joven gallardo, de las anteriores Cortes, de desacredi- cuarto de hora lo quería bien y pensaba ya con elegante. valiente, calavera, que tuvo en su vida y hay tar al partido Jiberal denominado del pro- sentimiento en el dia en que me fuera de MaMás allá Rodríguez Rubí, ministro no há mu- en sus obras algo de Byron, de Musset y de Tosgreso , estableciendo un sistema de pro- drid. Cada vez que me llamaba, como aquí es cho de Isabel II; poeta de moda del 42 ai 51, y colo, maravilloso por su armonía y su vigor. tección exclusiva en favor del otro parti- uso, Don Edmundo, acudia á mis labios la pala- que ahora acompaña en la emigración á la reina Malogrado para ti^spaña y para el mundo en lo bra gracias. Por poco no le digo Leí mifadel caída. Escritor cómico de imaginación vigorosa, mejor de su edad. do llamado moderado, que se procuró au- frene. pero cuya fama quizá exceda de lo justo. A la derecha Manuel Cañete, otro lector famentar con periíonas de precedentes sosIsidoro Gil, hermano de Zarate, traductor in- moso, barbilampiño, pero hombre, como aquí se Quisiei'a que los lectores me creyeran, ese', pechosos, y haciendo patrimonio de esta hombre más semejante á Manzoni que he cono- fatigable de obras francesas en tiempo del ro- dice, de pelo en pecho, crítico insigne, ilustrafracción todos los principales destinos cido .hasta ahora. Mucho menos avanzado en manticismo, y el primero que españolizó á Víc- dor del antiguo teatro español, defensor acalodel Estado Yo creo, Señora, que pe- edad, con el cabello gris todavía, más fresco, tor Hugo y áDumas. rado de la primacía literaria de Italia, sobre loligra el trono de mi reina, y estoy per- más vivaz que nuestro ilustre conciudadano, Sigamos adelante: Flores, cara de diplomáii- do eu la cuestión de los origines del teatro mosuadido que pueden evitarse ios males de pero afable, franco é ingenuamente modesto co- co, novelista de fama, autor de Ayer, hoy y derno, escritor dramático, autor de dos conocidos dramas, de Bl dtique de Alba y Un rebato mi país apreciando los consejos que para mo él. Es un hombre de corta estatura, con los mañana, libro que merece leerse. Cayetano Rossell, de pies sobre una silla, no en Granada. conjurarlos me pareció dar á V. M. To- ojos negros, la voz juvenil y una risa natural y sé si para coger un libro en un estante ó para Más á la derecha Pedro Madrazo, ilustre eadavía, Señora, puede ser tiempo: un sonora que alegra. En pocos momentos me hizo ver cien cosas mejor ver á Zorrilla. Es un hombre simpático, oritor de Bellas Artes, poeta lírico no sin méfranco manifiesto de V. M. á la nación preciosas. De una colección de antiguos manus- poeta lírico notable, autor de una hiztoria rito, hermano de Madrazo, el más célebre de ofreciendo que la Constitución no será critos sacó un legajo de poesías de Góngora, con apreciadísima premiada por la real Academia, los pintores que viven. alterada, que serán disueltas las actua- las enmiendas hechas de su puño; nn paquete El combate de Lepanto, y hoy exclusivamente Al llegar aquí, el Sr. Fernandez Guerra se les Cortes, y que las leyes que acordaron de mannscritos de Quevedo, una orden escrita dedicado á estudios bibliográficos. echó í reír, y comprendió que habíamos llegado se someterán á la defiberacion de las que de puño y letra de Felipe IV para desterrar de la Más acá un hablador infatigable y amenísi- delante de su retrato. Yo miré al retrato y le minuevamente se convoquen, tranquilizará corte á Quevedo y muchos otros curiosos ma- mo, represenlado en actitud de distraer á los ré á él. El miró al retrato y me miró i mí, y los ánimos, 8i|al mismo tiempo elige nuscritos. Entre lus modernos me enseñó el Don que están junto á él; es Escosura, jóvende bue- convinimos en que ya se le parecía poco. Las V. M. seis consejeros de la corona de Juan Tenorio que le regaló el mismo Zorrilla, na presencia, perioiiista. escritor dramático, au- personas que además del aspecto tienen agradayo observé con gran curiosidad los borro- tor de Bárbara de Blomberg y de La corle del ble la voz, la acción, la sonrisa, lo son en todo concepto liberal,jmros, justos y sabios.» donde aquello que hacen y dicen, pierden mucho en los nes, las a'iiciones y enmiendas, después de ha- Buen-Reliro, Este manifiesto, fué como la sanción au- ber leído coa gran placer todo el trabajo. Molins, cara larga y grave, con gran corbata retratos, gusta de un pronunciamiento universal, Le restituía el Don Juan Tenorio cuando tro- á lo Lamármora, actual director de la real AcaDespués de Guerra, y más acá, hacia el esllevado á cabo sin alarmas ni vejámenes pezó mi mirada con un cuadro cuyo asunto no demia, buen poeta lírico y sobre todo dramáti- pectador, encontramos la figura austera y en nombre de las instituciones represen- comprendí al pronto y se lo pregunté. El cuadro co, autor de ¿oSo Áfor/o <í« Afoíina y de mu- tranquila de Cándido Nocedal, jefe del partido católico carlista, orador, jurisconsullo y escritor tativas mancilladas; y hallándose el país representaba una gran sala, con las paredes cu- chos y apreciables discursos académicos. Í CRÓNICA HISPANO-AMERICANA. de gran mérito, aulc de una bella Hittoria de ante, por las aéreas regiones de lo espi- Su alma, empero, le llama por su nom- de su designio. El triste, desventurado bre, y cautivo de trenzadas ligaduras, dócil amante no guarda odio ni resentimiento Bspaña, y no menos estimario por lo elevado de ritual. sn ingenio, amigo ínlimo y profundo admirador No tan angélica como Desdemona, no azor, vuelve árenovar la sabrosa y aman- alguno, no va armado de rencor ó vende Guerra. tan gentil como Porcia, pero si más ve- te plática, deseando al terminarla ser el ganza; la fiera resolución que le domina Deirá«deél, apoyado en la pared, loliUrio, hemente, más apasionada, más intere- sueño y la paz, para, paz y sueño, apo- solo atañe á su persona, no va más lejos, con nna gran cabellera, Romero Larragaña, y con tal que no le estorben, será manso poeta lírico y dramático de fama por los años sante y conmovedora en sus elevados sentarse en el corazón y los ojos de Julieta. ¡Qué imágenes,qué ideas estas tan en- cordero para los extraños, corriente sin 1836 á 1830, y ahora inspector de la Biblioteca arranques, la Julieta de Shakspeare caracteriza el tipo bello, perfecto, superior, cantadoras y bellas, tan propias de la si- olas para sus mismos contrarios. La prinacional. Entre los que se hallan más próximos al es- de la más perfecta, superior y bella sen- tuación, tan en armonía con los puros vilegiada imaginación de Shakspeare, pectador, hiere la vista una cara ancha, con dos sación del alma. Haciéndola, ó bien in- sentimientos de los dos amantes! Todo que amenudo, tras una frase ligera, tras ojos que brillan bajo las gafas, y que revelan un térprete de su exquisita sensibilidad, ó nuevo, todo original del poeta, está sin una idea incompleta, tras una simple ingenio suspicaz y pronto. Es Mesonero Roma- bien irrecusable testimonio de su rara embargo escrito en la conciencia del in- palabra, deja adivinar un segundo pennos, peta lírico y dramático, pintor excelente concepción, el eminente poeta la ha eter- dividuo, y el que lo siente, el que lo oye, samiento, una perfecta sucesión de code costumbres, conocido sobre todo por ciertos sas, en la entrevista de Romeo con el bocetos ó ioi9ue;os que tuvieron gran boga. Imi- nizado reina entre sus heroínas, y le ha juzgándole natural y propio, se pregun- Boticario, en la despedida de aquel y 1(5 generalmente i los franceses y escribid una ceñido el laurel de su nombre inmortal. ta si no lo ha escuchado ó sentido otra Baltasar, hace ya ver de un modo notoJulieta, unificada con Romeo, es la fiel vez, si es posible que se diga ó se sienta bellísima Historia de Madrid. Finalmente el durio los benignos sentimientos que gerque de Frias, sentado, con la cara vuelta hacia representación de la tragedia del amor, de otro modo. minan en el corazón de su protagonista, el que mira, con un pié sobre otro; muy pare- como dice M. Guizot, lo mismo que ÓteY sin embargo, pálida aparece segu- elevando por medio de esta mezcla" de cido á Rossini, poeta, saludémosle, moderno de lo, lo mismo que Macbeth, arrastrados ramente esta graciosa escena, comparalos más eminentes, autor de la renombrada por sus infernales consejeros, conforman da con la mas dulce , más tierna, más dulzura y fortaleza, de desesperación é Oda á Felipe U, que es como nuestro 5 [de Maindulgencia, el carácter del héroe prinyo, embajador en Francia y jefe de guerrillas las tragedias de los celos y la ambición. encantadora de la despedid» de Romeo y cipal de su tragedia. Lo hemos dicho antes, y no nos cansa- Julieta. durante la guerra de la Independencia. Los primer os resplandores del dia orlanEl que disculpa y hasta defiende la Duran es el último á las derecha del cuadro: remos de repetirlo, por más que la docta del mísero droguista, el que anel gran Ilustrador de los antiguos romances es- pluma de Chateaubriand haya querido en Oriente las nubes crepusculares, tas venalidad elhalla una voz de injuria para tildar el pañoles, varón grato á la musas y á la fecunda consignar diferencias, Shakspeare so- torchas de la noche se han extinguido yno aparente olvido de fray Lorenzo, el que restauración de las letras. bresale sin rival por la pureza y natura- rienle dia trepa á la cima de las brumosas Estos son los personajes del cuadro; y ahora lidad de sus creacciones, por la vi7a y montañas: los dos esposos, cobradas ya tiene en cuenta la bondad de su sirvienel que quiera leer dramas, comedias y tragedias extraordinaria similitud con que retraía las primicias de su misteriosa unión, tris- te en el supremo instante de darle el úlya sabe cdmo y dónde buscarlas, gracias al buen los sentimientos humanos. Así como es- tes en medio de su fugaz ventura, pla- timo adiós, el que poco más adelante impintor Esquivel y al amabilísimo Sr. Fernandez plora perdón del propio Tybal, á quien (Juerra.que rae permitid detenerme á estudiar tos predominan, como se elevan y des- tican tiernamente, prolongando en lo ve reposando en su sangrienta mortaja, cienden, como se cambian á merced de Eosible el acuerdo de su amoroso deseo, aquella fotografía. a luz que se distingue no es para Ju- debe á la fuerza dirigir á París las conCoando llamé á su puerta brillaba un hermo- impulsos repentioosé indefinibles, asi su sísimo sol; cuando tomé el sombrero para mar- prodigiosa imaginación los detalla, sin lieta la luz de la aurora, es solo la luz cretas frases con que paga su.s insultos: charme era casi de noche. Salí coa cuatro d cinco esfuerzo, sin ningún premeditado estu de algún meteoro que el sol ha exhalado «Te pa- amo más que á mí mismo, vive, y libros bajo el brazo, corrí á mi caba y me puse i dio, sin quitar ni añadir un solo punto ra servir de conductor á su dulce bien; di, á contar desde hoy, que la piedad de leer ávidamente Algunos datos nuevos para ilus- á la verdad, postergando siempre á ésta la voz que ha penetrado en los oídos de un furioso te impuso el huir.» trar el Quijote, y leí muchas horas seguidas, no todoficciosocompuesto, toda floridez y éste es la del ruiseñor, cantante de laño- Pero el prometido de Julieta, despresé si más fascioado por la belleza de la armociando las súplicas de este sublime deche, no la de la alondra, anunciadora del niosísima prosa, d aturdido por la profusión de elevación. Fehaciente testimonio de este proce- día. Romeo comprende lo contrario, ve la mente, se empeña en contrariarle, y se la doctrina, d seducido por la fuerza del razonader son los interesantes caracteres que, inmediata necesidad de partir, más pre- hace él propio víctima de su persistente miento que campea en este precioso libro. Leí y después pensé en el cuadro, y después aparte el de los protagonistas, fijuraii fiere ser sorprendido por complacer á su afecto y de su injusta acusación. Muere, me volvieron á la memoria los versos amatorios en la pieza que traducimos á continua- adorada, y conviene al fin en que el gris pues, á manos de Romero, y Romero, su matador, no se encoleriza ante la sangre que el Sr. Guerra mismo me habla leído con un ción. resplandor de la mañana es solo el pálido fuego juvenil, y por último, me dije á mí mismo que ha vertido; por el contrario, se lareflejo de la frente de Cintia. Fray Lorenzo, Mercucio, la Nodriza, que aquel era uno de los más hermosos dias que del hecho, y siempre rebosando Capuleto, cada uno en particular, es tipo Dulce, encantadora condescendencia, menta había pasado en España. conmiseración, cumple la postrera vo¡Qué agradable y venerable personal Atiles de de perfección admirable, tipos ó pintu- que seduce más por la sencillez, por la luntad de Páris, y siempre luchando con ras que van ofreciendo al lector contraspropiedad de su expresión que por otra dormirme repetí dos d tres veces á solas, sonla indispensable idea de su suplicio, juzriendo, üon Edmundo, y tratando de imitar tes inesperados de pureza y sublimidad, cosa; idea no nueva ni extraordinaria se- gándose perdido para el mundo, muerto aquella voz alegre y benévola; y no sé por qué de sencillez y grandeza, siempre ade- gurameate, sí extraordinaria y nueva se aparecía en mi mente la imagen de uu an- cuados á las situaciones, siempre en ana- por su forma, por el conjunto en que se llamándose, deposita á la muerte en la ciano que me quería mucho, y que no vive ya, logia con el sentimiento especial que de- envuelve, por la atmósfera de qiie bro- explendente tumba de su amor. y que acaso si leyese esta carta, en la que he de- terminan. ¡Su amor! ¡Oh! ¡qué ideas brotan de la ta. Esta atmósfera y este conjunto, compositado un reflejo del amor que le profesaba, El bello protagonista de esta pieza, en binación de gozo y de melancolía, de calenturienta mente de Romeo al conhabría bendecido á sn ahijado ausente. cuya repentina mudanza de afecto han inefable dicha y de pesar profundo, efec- templar de nuevo á la que llena su alma E. DE Amcis. to de una satisfecha esperanza y de una toda! «¡.Vmormio, esposa mia! lapice; la querido muchos fundar una crítica severa, sin ver, como dice razonadamente esperanza desvanecida, engendra, si no muerte, que ha extraído la miel de tu no ha tenido poder aúu sobre tu Víctor Hugo, que el nombre deRosalina los primeros, loa más reales, los más con- aliento, EL TEATRO DE SHAKSPEARE, beldad: no has sido vencida; el carmín de es solo el psudónimo de la belleza ideal sistentes y tristes presentimientos en el la luce en tus labios y mejillas, que absorbe la mente de aquel; Romeo, alma de los dos amantes. Ya no es una do belleza aún no ondea la pálida enseña de la Las obras del ingrenio, del talento, del meridional en su conducta, meridional simple, infundada, particular frase, cual muerterte. — ¿Por qué luces tan bella estudio, de la fe, de la perseverancia y en su lenguaje, hijo legítimo de la ex- la emitida por el taciturno Montagüe al aún?» del amor á las bellas letras tendrán siem- tremosa Italia, hablando el idioma del entrar en la mansión de Capuleto; es, sí, Este preciso, arrobador lenguaje; éste, pre nuestro humilde pero entusiasta aplau- Petrarca, puro amador de sus antítesis, una doble, idéntica sensación de funesto so. Por eso hoy, con toda sinceridad, se lo de sus tiernas alegorías, de sus gracio- porvenir, en que la vista y la imagina- sin duda, raro modo de pintar un tal tributamos A la nueva traducción de sas al par que vehementes comparacio- ción se aunan para dejar lüás honda hue- conjunto de encontradas emociones, toShakspeare que acaba de dar á la estam- nes. Romeo, buscado y hallado por lla y hacer más esperado, más indefecti- das ellas respirando pureza, naturalidad Shakspeare en las leyendas italianas, ble el romántico, solemne, moral y gran- y vigor, ésta sublime contemplación de pa el marques de Dos Hermanas. Comprende una de las más admirables mantenido italiano con asombrosa maes- dioso desenlace de la tragedia. «Ahora, la belleza en la muerte, quizá no alcance creaciones del gran poeta: Julieta y Ro- tría, todo italiano en su pasión por Ju- que abajo estás, dice Julieta al mandar el artificio y refinamiento de la exquisimeo, sublime epopeya del amor, que no lieta, también oriunda de las regiones su postrer adiós á Romeo, me parece que ta pintura del Petrarca, pero le exceda del Sur, aparece desde el principio hasta te veo como un muerto en el fondo de en robustez y verdad. Laura y Julieta, envejecerá nunca. Esta obra, como las dos que ya le han el fin de la pieza tal como el pensamien- una tumba. O mis ojos se engañan, ó pá- ambas envueltas en el blanco sudario da precedido. Ótelo y El mercader de Vene-to, como el alma, como la vida de la in- lido apareces.» «Pues de igual suerte te la tumba, son dos tipos casi uniformes, cia, ha sido fielmente traducida del ori- teligencia le buscaran para hacer de él ven los míos, contesta el infeliz desterra- que han eternizado dos plumasmaestraa; ginal inglés, con presencia de las prime- la vida, el alma, la encarnación del amor. do; el dolor penetrante deseca nuestra son dos efigies sorprendentes, que han desposeído á la muerte de sus negros ras ediciones y de los textos dados á luz Su graciosa declaración en el baile de sangre » Esta despedida, lo volveremos á decir, horrores; dos primorosos modelos termipor los más célebres comentadores del máscaras y su más bello é interesante eninmortal poeta. cuentro con Julieta en el jardín de Capu- prepara admirablemente la sublime es- nados por insignes pinceles, represenForma el voh'tmen III de sus obras, se-, leto, elevan á superiores regiones la más cena del cementerio, escena en que tando un argumento mismo, sin rival el gun el orden en que las va publicando desprevenida imaginación,preparándola Shakspeare, dejándose arrastrar por su uno por la suavidad de sus toques, sin su ilustrado y concienzudo traductor; y sin esfuerzo á las escenas que subsiguen. poderoso genio, arrebatando á los héroes ejemplar el otro por la pujante verosimísu impresión es tan correcta, lujosa y «¡Oh cara acreencia! mi vida es propie- de su tragedia el florido y dilatado idio- tud de su colorido; son, en verso, cuaelegante como el II, que comprende Él dad de mi enemiga,» dice Romeo al sa- ma (j[ue les hace hablar desde el principio, dros de amor tan bellos y distintos, cober el nombre de su amada; exclamación prestándoles en cambio la concreción, el mo en prosa, los patrióticos cuadros tramercader. En la seguridad de complacer á nues- únicamente comparable con la breve, laconismo de la raza sajona, la ruda y zados por las inmortales plumas de Détros lectores, dándoles una idea acabada expresiva sentencia que muy poco des- vigorosa imaginación del Norte, los co- mostenos y Cicerón. ¿A quién, sino á Shalcspeare, se le hude la última obra del marqués de Dos pués emite Julieta: «Si está casado, es loca á la altura del drama horrible en Hermanas, insertamos la Introducciónprobable que mi sepulcro sea mi lecho que figuran, haciéndoles propios, dignos biera ocurrido, en el supremo instante de con que el mismo la encabeza, trabajo nupcial.» representantes de él. ¿Quién, sino un j finalizar su brillante tragedia, el capri critico de relevante mérito, que muestra Amantes que en el primer albor de su consumado maestro, hubiera así roto de choso cúmulo de conceptos que, sin susen su fondo y en su forma la erudición y misterioso y singular afecto se expresan improviso todas las reglas, tan lalrgo pender el rápido curso da la acción, la v conducen, a.sombrando siempre, á su el buen gusto del marqués su autor. ya de este modo, deben necesariamente tiempo continuadas? «Aléjate de aquí, dice Romeo á Balta- desenlace? Inagotable como una corrienproducirse como lo hacen en la bellísima Hé aqui dicho trabaio: escena segunda del segundo acto; deben sar asi que llega á la tumba de su ama- te caudalosa que. desbordando á trechos, «INTRODUCCIÓN. remontarse á las esferas celestes y ha- da, y haz cuenta que sí, receloso, vuel- conforma y alimenta profundos cauces La obra cuya traducción ofrecemos blar el puro, cadencioso idioma de los ves para espiar lo que tengo el designio en su carrera, sin menguar en su podehoy á nuestros lectores es «na de las arcángeles; deben entregarse á esos rap- de llevar á cabo, te desgarraré pedazo á rosa desembocadura; prestando eterna más bellas, de las más selectas que en- tos, á esas expansiones inocentes que pedazo, y sembraré este goloso suelo con vida á sus creaciones, comparables, 83cierra el teatro de Shakspeare Graciar brotan de las almas vírgenes, que, ro- tus miembros. Como el momunto, mis gun Lamartine, á los vírgenes bosques sentimiento, naturalidad; sublime len- deadas de extremas castidades, divisan proyectos son salvajes, feroces, mucho de las orillas del Mississipí, que rebosan guaje, expresión del amor ardiente que el terrestre paraíso de su felicidad supre- más fieros, más inexorables que el tigre perenne frondosidad, la mente, el genio fecundo del inmortal poeta, después de aspira á la correspondencia, del amor ma. Rome) tiene que dejar á su Julieta; hambriento ó el mar embravecido.» correspondido que lucha con la contra- nada le importa que le sorprendan, nada Este rudo, preciso y aterrador discurso haber puesto en boca de su.s protagonisriedad, del amor triunfante y satisfecho puede temer de sus enemigos los Capu- viene á ser un anticipado resumen de lo tas los mil bellos, selectos discursos que que pierde improviso el cielo de su ven- letos, nada de su encono, si la mirada de que va á sucederse en el cementerio. El hemos citado ya, halla nuevas y más extura; hé aquí, en pocas palabras, el cua- su bien se dulcifica, mas tiene que partir alma de Romeo, toda entregada aun traordinarias locuciones que darles, nuedro cada vez más correcto (jue va á en- y apartarse de su edén querido, como el pensamiento, al pensamiento, á la idea vos y más admirables, más robustos, tretener nuestra imaginación y á re- amor del amor se aleja, como el niño quede reposar al lado de Julieta, no intenta más precisos, más adecuados conceptos, montarla, sorpresa, extasiaday anhe- vuelve á la escuela, con semblante contrito; mostrarse inflexible sino en la ejecticion conquistadores de imperecedera fama. 8 LA AMERICA.-AÑO XVI.—NÜM. 13. La belleza de Julieta, su aspecto de vida tipo de humanoconocimiento, de bondad sirven de fiel preámbulo á la conclusión irresistible. «Deten la airada mano, dice á Romeo. ¿Eres hombre? Tu figura lo en brazos de la muerte, despierta un admirable. Lafilosofíadel monje, escri- del drama. Realizada la unión de los amantes, no pregona, mas tus lágrimas son de mujer mundo de ilusión, de celosa duda en la be Méziéres, es solo el juicio que pronunimaginación de Romeo. cia el poeta; cuando habla, oímos lo que vuelve á presentarse el monje hasta la y tus salvajes acciones manifiestan la «¿Debo creer, la dice entonces, domi- éste se dice en voz alta á si mismo, co- escena tercera del siguiente acto. Pero ciega rabia de una fiera. ¡Bastarda hemnado por la ferviente llama de su amor, municándonos los resultados de su expe- ¡en qué circunstancias tan difíciles! Gra- bra de varonil aspectol /Deforme monsdebo creer que el fantasma de la muerte riencia personal y las conclusiones á que ves acontecimientos han tenido lugar en truo de doble semejanzal me has dejado se halla apasionado, y que el horrible, le ha llevado el conocimiento del mundo. pocas horas. Romeo, insultado grosera- atónito. ¿Por qué injurias á la naturaledescarnado monstruo te ¿uarda aquí en Profundo en el estudio de la humana na- mente en las calles de Verona, detenido za, al cielo y a la tierra? Naturaleza, cielas tinieblas para hacerte su dama? Te- turaleza, penetra sus debilidades, sus en medio do su felicidad por el fatídico lo y tierra te dieron vida, y á un tiempo meroso de que así sea, permaneceré á tu contradicciones, sus impacientes deseos, rencor de un encarnizado enemigo de au quieres renunciar á los tres... Haces inlado eternamente, y jamás tornaré á re- y sin mostrarse ni indiferente ni tirano linaje, paciente primero, después deses- juria á tu presencia, á tu amor, á tu entirarme de este palacio de la densa no- para con sus propias hechuras, sonríe perado, ha tenido que vengar la muerte tendimiento: con dones de sobra, verdache. Aquí, aquí voy & estacionarme con ante su extravío,' se lastima de su debi- de su íntimo confidente, de su hermano dero judío, no te sirves de ninguno para los gusanos, tus actuales doncellas; sí, lidad, las amonesta á veces llamándolas de juventud, de su leal compañero Mer- el fin, ciertamente provechoso, que haaquí voy á establecer mi eternal perma- al deber; pero siempre lleno de compa- curio, cortando la vida de Tybal. el pre- bría de dar realce a tu exterior, á tus nencia y á sacudir del yugo de las estre- sión, extiende al fin su mano protectora, dilecto pariente, el más querido primo de sentimientos, á tu inteligencia. Tu noble configuración es tan solo un cuño llas enemigas este cuerpo causado de y con sabios consejos invita á la con- la noble Julieta. El príncipe, lleno de amarga pesa- de cera, desprovisto de viril energía; tu vivir.» formidad. Extraña, fantástica, pero última y su«Sin ser joven ni exaltado cual sus hé- dumbre, cansado de ver holladas las le- caro juramento de amor un negro perblime emanación de un alma, cuya vida roes, ama la juventud, excusa la pasión, yes, influido por los Capuletos, violen- jurio, que mata la fidelidad que hiciste se hallaba concentrada en la vida, en el y su alma noble y generosa acepta las tando su indulgente carácter, ha dictado voto de mantener; tu inteligencia, este alma de la que supo tornarle el alma y causas de aquellos á quienes condena su un fallo de destierro; y el nuevo consor- ornato de la belleza y del amor, contrala vida, de que se hallaba carente. te, que aun no ha gustado las primicias riedad al servirles de guia, prende fuego razun.» de su amor, el infeliz victorioso , que por tu misma torpeza, como la pólvora El carácter de Romeo, de una ternura Este bosquejo, que rinde merecido tri- maldice su infeliz estrella y comprende en el frasco de un soldado novel, y te excesiva, que casi, según Hallam, pudiera tomarse por afeminamiento si el buto al inmortal poeta, compendia en su infeliz percance, ha buscado refugio hace pedazos en vez de ser tu defensa. varonil coraje con ^ue venga la muerte pocas frases el venerable carácter de fray en la celda del religioso, en el humilde ¡Vamos, hombre, levántate! Tu Julieta de Mercucio no hiciera ver otra cosa, se Lorenzo. Ministro evangélico, ministro albergue de su cariñoso protector. vive,—un mar de bendiciones llueve soha pretendido determinar por cierto ilus- de la caridad y de la ciencia, se parece bre tu cabeza, la felicidad, luciendo sus Enterado de todo por Romeo, el montre crítico como la viva encarnación del bien poco, como dice acertadamente Víc- je ha salido en busca de noticias, y vuel- mejores galas, te acaricia:—vea reunirinfortunio. Según el escritor citado, la tor Hugo, al moDJe ignorante, engaña- ve con ellas. Su alma, llena de resigna- te con tu amante.» fatalidad acompaña sin cesar al joven dor y trapacista que han puesto en evi- ción yfilosofía,no presiente sin duda la ¿Cómo desatender tan vigoroso lenMontagüe, y cuanto bueno intenta ha- dencia Bücacio y Rabelais. Sin ser má- espantosa tormenta que está á punto de guaje? ¿Cómo desoír la potente argucer, se trueca por su intercesión en de- gico, como el Lorenzo de la leyenda ita- estallar; su despejado juicio, aleccionado mentación del veraz amigo y consejero? sastroso y funesto. ¿ Es esto verdad? M. liana, puede augurar, en fuerza de su por la experiencia, al saber el mal, ha ¿Cómo rechazar, en fin, la seductora tenMaginn confunde ciertamente la falta de ciencia profunda; sin ser ligero, sin ser pensado en el remedio, y la esperanza tación de correr á las plantas de J ulieta, prudencia con la falta de fortuna. El ge- confiado, como el sacerdote del drama bien futuro se mezcla ya en su cora- solo castigo impuesto por el monje á sus nio impaciente y ardoroso de Romeo, impreso en 1597, puede acordar su anuen- del zón el dolor del infortunio presente. injustos, frenéticos arranques? que se presta admirablemente al desar- cia á la unión de los amantes, basándo- Así,con La calma ha vuelto á los agitados espues, el inquieto amante, rollo del importante y especial papel que se en un fin altamente provechoso é in- estimando cuando en .uénos la vida que el terri- píritus, y esta milagrosa conversión derepresenta en la tragedia, no pudiera en vocando la intervención celeste para des- ble pesar que le oprinae, inquiere la re- be recibir el merecido encomio. «Me hadiverso sentido arribar al culminante vanecer sus escrúpulos. solución del príncipe, el buen sacerdote bría quedado aquí toda la noche para oir desenlace que le es propio. Una mente Cuanto dice y opera el monje desde consejos», dice la Nodriza. reflexiva, un espíritu frío jamás pueden que entra en escena, va envuelto en una le contesta sin vacilar: «Un fallo menos saludables «Si una alegría superior á toda alegría, riguroso que el de muerte ha pronunpreiitar alimento á una pasión exaltada, tal atmósfera de grandeza yfilosofía,de y uu amor vehemente tiene á la fuerza rectitud y experiencia, de abnegación y ciado su boca. De aquí, de Verona, es- agrega Romeo, no me llamara á otra que ser ciego y dejarse arrastrar por las de bondad, que atrae por completo la tás desterrado. No te impacientes, pues parte, seria para mí un gran pesar separarme de tí tan pronto.» Sencillas, envertiginosas corrientes de la exaltación. atención, desviándola poderosamenta de el mundo es grande y extenso.» Al oír estas frases, la exaltación del cantadoras frases con que cierra admiLa fatalidad no es la inseparable compa- todo otro motivo. Desde que se le oye, se rablemente Shakspeare esta borrascosa ñera del protagonista; la fatalidad es el adivina el importante papel que está lla- joven se desborda. preciso, adecuado y moral fin de la tra- mado á representar en la tragedia, se «Fuera del recinto de Verona, excla- escena. Como última de las muy notables en gedia. Romeo no lleva el infortunio á la comprende todo el alcance de su ciencia, ma, el mundo no existe; solo el purgatomansión de los Capuletos; el inveterado todo el poder de su intervención, y cada rio, la tortura, el propio infierno. La que resalta la figura de Fray Lorenzo rencor de las dos nobles familias do Ve- uno de sus elevados axiomas, de sus con- proscripción es la muerte con un nombre citaremos la primera del acto cuarto. rona es la causa verdadera y determi- clusiones sorprendentes, son brillantes supuesto: llamar á ésAt destierro, es cor- I Los padres de Julieta, tergiversando la nante de los sucesos que ocurren; San- compuestos que contribuyen á la excel- tarme la cabeza con un hacha de oro y poderosa causal que ocasiona el acerbo pesar de su hija, atribuyendo á la muerson y Gregorio lo predican desde el co- situd de la pieza. sonreír al golpe que me asesina.» te de Tybal su continuo lloro, han remienzo de la primera escena. La tormenta ha estallado, la lucha se Si las dimensiones en que debemos en- halla en su primer período de crecimien- suelto desposarla con Páris, y ya fijado El joven Montagüe, perdido y deses- cerrar este prólogo no fueran inconve- to; y antes que el poderosj timón de la en esto el intransigíble Capuleto, el noperado, en vez de contrariedad, halla niente, citaríamos aquí toda la escena sabiduría arrumbe la débil nave comba- ble anciano, que tan bien auna lo cabaventura al lado de Julieta, se cura de sus tercera del acto segundo. La singular tida, enormes oleadas de loco frenesí de- lleroso y lo cortés á lo pertinaz y á lo antiguos errores, y en alas de una suer- descripción de laaurora que poneShaks- ben jugar con ella á su capricho. dominante, es inútil toda resistencia. te propicia, recibe pronta corresponden- peare en boca de fray Lorenzo, el graRomeo ha partido para Mantua, la in«El destierro es un suplicio, no una dulgente cia de su amada, la habla sin ser visto cioso cuanto exacto símil con que este gracia, y buena Nodriza, ayuda hasta prosigue diciendo Romeo: el pa- alli de la aflijida en el jardín, después del baile, y lleva á finaliza su monólogo, los dulces, senci- raíso está joven, ha cambiado reaquí, donde vive Julieta. ¿No cabo su enlace con ella, sin que ningu- llos y oportunos cargos con que repro- tenias, para matarme, alguna singular pentinamente de parecer, y ya harto cha el monje la inconstancia de Romeo, na contrariedad se le presente. mistura, un puñal aguzado, un rápido comprometida, se niega á patrocinar sus La muerte de Tybal solo le ocasiona todo, sí, instruye y encanta á la vez, medio de destrucción, siempre menos vil amores. Lady Capuleto defiende al conde su yn destierro, y aun ya desterrado, lo- puro contraste, no de lágrimas é hilari- ue el destierro?—Tú no puedes hablar gra llegar al pináculo de la dicha y salir dad como en la escena final del acto, si e lo que no sientes. Si fueras tan joven sobrino y odia á Montagüe. ¿A. quién para Mantua, sin dar con nadie en su no de majestad y sencillez, de sublimi- como yo, el amante de Julieta, casado acudir? Propicio confidente del misterioruta. El que tanto alcanza, el que halla dad profunda y gracia encantadora. de hace una hora, el matador de Tybal, so enlace que une los destinos de Julieta, La tercera eminencia del drama no ha si estuvieses loco de amor como yo, y solo queda el monje franciscano; solo, sí, siempre' en sus cuitas un amigo y protector religioso que le tiende la mano, el sido, empero, hasta aquí sino bosqueja- como yo desterrado, entonces podrías en la celda de Fray Lorenzo puede aqueque se aparta de su amor llena el alma da á medías; las maestras pinceladas que hacerlo, entonces, arrancarte los cabellos lla encontrar el consuelo y la protección de consuelos y esperanzas, no puede ser, van á darle vida imperecedera en el lien- y arrojarte al suelo, como lo hago en es- que necesita. Las circunstancias son, empero, difíno puede determinar la encarnación del zo colosal donde ya aparece comienzan te instante, para tomar la medida de una ciles, y solo acudiendo á un extremo reinfortunio. Romeo, vastago de una ima- en la escena cuarta del acto segundo. fosa que aún está por cavar.» ginación meridional, sin duda engendro Romeo, mudo y febril, no cuidoso de otra La excepcional disposición de Romeo, curso es dable salvar el conflicto en conde un amor perdido en la noche de los cosa que de su pronto enlace con Julie- con tan vivos y naturales colores refle- cepto del sabio religioso. Su joven protiempos, educado en extranjero clima y ta, penetra, devorando su impaciencia, jada, habría hecho de seguro sucumbir tegida llega á él armada de valor y repor preceptor extranjero, sin variación en la celda del monje: Fray Lorenzo, á la ciencia si el genio siempre inagota- solución, dispuesta á darse la muerte ande sentimientos, pero con ganancia de pensativo, pero determinado, midiendo ble de Shakspeare no se alzara omnipo- tes que su mano, unida á la de Romeo, sirvirilidad, extraordinario compuesto de con calma la gravedad de la situación, tente, para continuar elevando sin me- va de sello á otro pacto. Nada asusta á la dulzura y de fuerza, figurando en medio viene á su lado. Su alma está en Dios, dida la actitud de sus grandiosos perso- fiel y enamorada consorte; precipitarse de los máltipies contrastes que amolda el su alma pide al cielo que presida el pactonajes. Sublime es la que muestra el des- desde lo alto de una torre, discurrir por las elevado y caprichoso genio de Shakspea- sacrosanto que vá á celebrarse, para quedichado amante; la voz de la nodriza, sendas de los bandidos, velar donde se abrire, es, á semejanza de las escenas que le la conciencia no le reproche en las horas lasveconcretas, desgarradoras frases ver- gan serpientes, encadenarse CM OSOS feroces, imprimen movimiento, melancólico ó nideras; pero Romeo no es capaz de tidas al entrar, han puesto el colmo á la permanecer durante la noche en un osario expresivo, severo ó jocoso, débil ó fuer- apreciar esta solemne invocación; para desesperación de Montagü(>; el dulce repleto de rechinanta esqueletos, de fétidos te, nuncio de desventuras ó felicidades, él la presencia de su amante es la suma bien por quien su alma suspira, llora y trozos de amarillas y descarnadas calaveras, solo inmutable en el dominante senti- felicidad, el contemplarla un breve ins- gime cual él, el nombre de Romeo la ser envuelta con un cadáver en su propia todo lo osara, á todo está pronta armiento de su pasión, que es el que real- tante compensa todos sus futuros dolo- aniquila, lo propio que el disparo de un mortaja, mente constituye la base de su carácter. res, enlazado á su bien nada le importa ma mortífera. ¿Cómo resistir á esta idea? para conservar la inmaculada esposa de su «¡Oh! dime, religioso, prorumpe el joven dulce bien. Inocente y sencillo, lo propio que Ju- que la muerte, vampiro del amor, desplegue La profunda experiencia del monje, el lieta, lleno como ésta de bondad, ambos su osadía; llamar suya á Julieta es su en su parasismo, dime en qué vil parte de este cuerpo reside mi nombre, para gran conocimiento que tiene de las yeramantes se conquistan la general sim- único afán. bas y las plantas, le han hecho poseedor patía: todos les quieren, todos desean su ¿Qué entiende de remordimientos la que pueda arrasar la odiosa morada.» de un misterioso narcótico, de un brababien y todos, deseándolo, les conducen volcánica fantasía del exaltado joven' La borrasca ha llegado á su más culpor medios extraordinarios á la fatal «¡Ah! esos violentos trasportes, exclama minante 'punto: un momento de duda, je eficaz que opera el exacto símil de la pendiente de su destino. La fatalidad, al oirle elfilósofofranciscano, son como un instante de perturbación, y el propio muerte. Tenida por difunta, Julieta no como lo hemos dicho, es la base moral el fuego y la pólvora, que, al ponerse en acero que ha pasado el pecho de Tybal será nuevamente desposada, el furor de Capuleto no se hará extensivo á nade la tragedia, la ley á que en común se contacto, se consumen. La más dulce irá á hundirse en el de su contrario. Montagtle podrá reunirse secretaobedece; cuantos personajes figuran en miel, por su propia dulzura, se hace emLa solemne voz de Fray Lorenzo pre- die, mente con su amada, y un dia quizá, aquella, contribuyen sin pensarlo á este palagosa y embota la sensibilidad del viene el golpe; su discurso, enérgico al terminadas las contiendas de los parienindispensable fin. paladar. El que va demasiado aprisa, lle- principio, reflexivo después, manantial tes, revocado el fallo del príncipe, una La importante figura de fray Lorenzo ga tan tarde como el que va muy despa- de indulgentes esperanzas á lo último, dicha y ventura general se extenderá A resalta notablemente y es un acabado cio.» Breves, proféticas expresiones que todo lo convierte á efecto de una magia todos. 3 CRÓNICA HISPANO-AMERICAÍÍA. 9 Así piensa en su interior Fray Loren- accidente intempestivo, resultado de un gen la concentrada cólera de Tybal, el condido y extraordinario, halló, de sezo, mientras que la arrebatada jó veu in- súbito capricho, de uaa imaginación fa- indiferentismo de lady Capuleto y el in- guro, en la historia citada, el mejor arvoca su auxilio. El aparente ánimo de tigada: es el acontecimiento necesario, esperado, cínico cambio do la Nodriza. gumento del exquisito drama coa que soesta le provoca; pero ¿tendrá la fuerza, de donde debe surgir el desenlace. Ty- Dulce, benigno, indulgente, á más de ñaba su imaginación. Pero ¿cuál de los la calma y la tranquilidad necesarias en bal tiene que matar á Mercucio, á fin de hidalgo y caballero, nadie habría temido libros, cuál de las obraaquehemos apunal padre de Julieta, todo se hubiera tro- tado sirvió de original? el crítico instante de la ejecución? Indis- que Romeo mate á Tybal.» El papel de la Nodriza, secundario cado en lo contrario, esta exquisita piepensable es convencerse de ello á todo Verplauck sostieue que Shakspeare. trance y para evitar un compromiso su- ciertamente, llama sin embargo la aten- za no llevaría el nombre de tragedia. exceptuaado el ideado carácter de MerShakspeare todo lo ha medido, todo lo curio, lo tomó todo de Brooke,- Maloae y premo. Sí, lo es; y hé aquí la causa de ción por la extrema propiedad de que le :a iniauciosa, de la terrífica relación que ha revestido la suprema concepción del ha pesado concienzudamente en ella; su Heerviu, dando como harto probable qua hace á su protegida el sabio franciscano. poeta. El vulgo, como dice con harto genio poderoso ha revestido de tales en- el poeta sacase determinados antecedenRasgo maestro que todos reconocen, juicio M. Taine.jamás sigue una directa cantos, de tal propiedad, grandeza y si- tes de la novela de Payuter ó de alguna doctas plumadas que encierran todo lo línea de razonamiento; vagando entre militud este seductor compuesto, que ha otra traducción ea prosa de Boisteau, docto y maestro que, de maestro y de cien incidentes, dando vueltas alrededor desecado los manantiales que contribu- aseguran, como Verplanck, que el poedocto, pueden encerrar lo.'i maestros ras- de una idea, produciendo infinitas repe- yeron á darle vida. ¿Qué son hoy las tra- ma inglés es laindiscutibiebase del draticiones, llevado sin cesar á la senda del diciones, las leyeudas, los poemas, que ma ea cuestión; M. Lloyd, apoyado ea gos de un ingenio privilegiado. Shakspeare se muestra en la descrip- último pensamiento que cruza por su antes del drama presente ya exaltaban Walker, asevera que la tragedia Hairiación de que hablamos tan profundo fisió- mente, se afana horas tras horas por al- este episodio de amor sublime? Si se ci- na, de Luigi Groto, única que consigna logo como inteligente conocedor de la canzar una sonrisa, y conseguida no tan, sí se comentan, si se buscan, á la magnífica escena del ruiseñor, y ea época que retrata, é injurian su nombre, puede sufrir que se le escape. Este exac- Shakspeare lo deben; los nombres de sus la que aparece una antitética deflaicioa injurian su saber, hasta desconocen su to, este verdadero símil del vulgarismo, héroes despiertan siempre la memoria de del amor, enteramente igual á la que genio los que, no harto pacientes para se ajusta admirablemente á la madre este inmortal maestro. Shakspeare produce en su tragedia, deestudiarle ú ofuscados por su inmensa Prudencia: ella quiere, ella ama á JulieY, sin embargo, lo acabamos de apun- termina el directo origen de esta última; claridad, han pretendido recurrir al cam- ta porque la ha criado, y no puede pres- tar ahora mismo, y lo hemos también Fraucisco Michel, conviniendo en qua la po de la interpretación para darse cuen- cindir, por lo tanto, cuando la hablan dicho al comenzar el prólogo, Shaks- mayor parto de los toques de Romao y ta de la belleza y propiedad que encierra de la infancia de su niña, de ensartar las peare buscó en fuentes extrañas el argu- Julieta guardan estrecha analogía coa viejas, las mil veces contadas ocurren- mento de su magnifica composición. Los los que relata en su historia Girolamo este final escénico. Otra notable figura de la tragedia es cias de su crianza. Deténganla ó no en su nombres, incidentes, situaciones, la ma- dalla Corte (I), acepta com) fundamento la de Mercucio, personaje de la entera relato, las produce; deténgala ó no las yor parte de los detalles y caracteres que más probable de la tragedia inglesa el creación de Shakspeare, nacido de su comenta; y al comentarlas, olvida por aparecen en la historia de que hablamos que determina el comiutador Malone; fantasía, puro compuesto de las dotes completo el asunto que ha dado margen se encuentran en otros libros igualmen- Le Tourneur la haca pura emaaaeioa del más singulares. Contraste de Romeo, á la historia, y solo viene á él cuando, te determmados. romauce de Baadello. hombre descortés, presuntuoso, incre- ya fatigada la lengua, sin otra recomVifta, pues, esta variedad da opiaioLuigi Da Porto, oficial oriundo de Veyeute, pero siempre humorista, gracio- pensa que su propia hilaridad, tiene ne- necia, los compiló en una novela que vio aes, ¿quédebamosjuiciosamaate peasar? so y satírico, ayuda admirablemente al cesidad de reposo. A resolver tau solo por la más genela luz en 1535, s^is añ is después de su Impúdica, licenciosa, de buen cora- muerte, aseverando que le fueron conta- ral concordancia, el poema debió ser la realce y buen desarrollo del drama, prestándole importantes componentes, de que zón, mezcla de pronunciado cinismo y dos por un tal Peregrino, viejo arquero legítima fuente en que se iaspiró el poecarecía en su origen. Amigo y confiden- de ridicula dignidad, sensible y egoísta de su regimiento, que le hizo compaña ta. Presciudieudo del fondo de la histote del protagonista, perenne compañero á un propio tiempo, atrevida, medrosa y en cierto viaje de Gradisca á UJina, á rii, en que todos convienen, el último, del bueno y amable Benvolio, á entram- voluble seguu las circunstancias, patro- través de los entonces devastados cami- lo mismo qua Brookd, apallida Montabos ama y con entrambos se concuerda cina durante los dos primeros períodos nos del Frioul. Según el relato de Da gües á bs parientes de Romeo, Fray admirablemente, sin excusarlos por ello del drama los amores de Julieta; es la Porto, el triste suceso de Romeo y Julie- Juau al mensajero del harmauo Lorauza secreta y activa confidente del matrimo- ta tuvo lugar á principios del siglo xiii, y Freetown á la residencia de ios Capude sus picantes jocosidades. Franco en demasía, su propia íran- nio de Romeo, la fiel mensajera de los cuando Bartolomeo de la Escala era se- letos; determina las personas que deban queza le excusa; licencioso oportuno, infelices esposos, la ciega admiradora y ñor de Verona. concurrir al festín del conde, y llama despeja de celajes las dudosas situacio- panegirista de Fray Lorenzo. Contraria Escalus al príncipe de Varona. La sangrienta rivalidad de los Mónnes; atrevido y valiente, es el verdadero de Tybal, lamenta su muerte con pene- teseos y Capuletos, la entrevista de los Paynter no personifica á los convidarepresentante de la causa de los Monta- trantes chillidos, le ensalza bástalas nu- amantes, el injusto desafío de Tebaldo, dos; dá el nombre de Villafranca á la gües y el real y positivo adversario de bes, reniega de su asesino y concluya au iamajiata muerte, el destierro de su tradicional mansioa de los Capuletos, y Tybal. el intransigible defensor de los por traer á éste á la alcoba de Julieta. matador, la intervención del monje fran- el de Sigaor Escala, ó señor Bartolomeo Censura del paterno abuso, falta de tacto ciscano, la entrega y toma del narcótico, de la Escala, al primer jefe magúate da Gapuletos. Mercucio conoce todos los refranes, y penetración para apreciar el grado de el terrible sopor de Julieta, su enterra- la ciudad. Tales difereucias, por pequetodas extrañas relaciones, todas lasagu- familiaridad que Capuleto le dispensa, miento en el cementerio de San Francis- ñas qua apareziaa, pruebaa irrecasaOla(le/.as que pueden aplicarse á una situa- cree poder mezclarse en los serios y gra- co, la trasmisión de esta noticia por con- m'^jnte, como ya lo hemos dicho, qua ción determinada, y loí ensarta sin pie- ves asuntos de la familia; y al verse hu- ducto de Pedro, el suicidio de Romeo, Shakspuara siguió paso á paso el poamia dad ni compasión para satisfacer su in- millada, al sentirse deprimida por el or- forman en compendio el contenido de la de Brooke. cesante afán de hablar, cuidándose poco gulloso imperio de su señor, en vez de novela citada, que en su parte final ofreSi además de la general se toman en ó nada de los sentimientos que ataca, de rebelarse empequeñece, en vez de forta- ce el doloroso cuadro del reconocimiento cuauta las coacordaucias particulares, si la gravedad ó importancia de las perso- leza cobra miedo, y olvidando cuanto ha de los esposos. no solo el conjunto sino los detalles, por uas que le oyen. A las puertas del pala- hecho en pro de Julieta, sin medir los insignificantes que sean, dabiu haceraos Veiuticuatroaños después delfallecicio de Capuleto, enristra con Romeo, se compromisos que la envuelven, cambia miento de Da Porto, y diez y ocho á con- formar uaa opinión, creamos qua Shasburla de su amor, combate sus escrú- repentinamente de idea, y después del tar de la publicación de su Giulietla, un peara sacó antecadeates da Payater y de pulos, y tomando pié de una confesión borrascoso final de la escena quinta del acreditado romancista, el monje domiai- Groto. El primero dio á luz su libro ea inocente y natural, se aferra al aéreo acto tercero, da por todo consuelo á su co Mateo Bandello , hizo reaparecer en 1567, ciuco años después de la publicacarro de la reina Mab, y le sigue incan- protegida que se case coa París. un nuevo libro, compilación de cuentos, ciou del poema, siguiendo flalmanta el sable por las mil extrañas revueltas del El carácter de la Nodriza, lo decimos dado á la estampa eii Luca, el relato an- texto de B )Í3teau, Ubro apreciado por tofantástico sueño. de nuevo, se halla fielmente dibujado. terior, que, contentivo de reformas y dos los eruditos de la época, y que, por Uaa advertencia de Benvolio le re- Es el fiel tipo de esas viejas, asquerosas, adiciones de poca monta, logró pasar la exactitud de su versioa, debió conomonta al más original espiritismo, y le consentidas serviciales de las grandes como de su propia inventiva. Este libro cer y consultar el autor da ROMEO Y JÜUShace descender á la más grosera conclu- familias, á quienes por habitud se sufre, obtuvo un gran éxito, y de aquí segura- TA.. La magnífica y encautadora escena sión; la vetusta faz de la Nodriza desata á quienes, en fuerza de su miíraa anti- mente el que Pedro Bjísteau, de origen del ruiseñor, aparte da otras notables sisu lengua licenciosa; una pura recon- güedad, se consulta en los caseros asun- bretón, se hiciera de él y trasladara á su militudes, induce á creer lo qus hamos vención de Tybal presta pábulo á sus tos, & quienes odian y maldicen los cria- idioma la trágica relación de Romeo y apuntado del según lo. Tales lo que juicio mmente sa dessarcásticos insultos y le lanza á la lu- dos. Shakspeare, con la charla la ha da- Julieta, introduciendo en ella dos novacha. Herido de muerte por su contrario, do el origen, con el asma le ha impreso ciones de suma importancia, el original prende, y lo que hau pensado sobra el ni se alarma, ni cambia de habitud; la el ridículo, con lo mudable, la condición carácter del Boticario y el desenlace fi- particular de que hablamos ¡os más docestocada, que le ha llegado á través del esencial de su carácter. nal, que hace morir á los amantes sin tos y eruditos literatos. Que Shaskspeabrazo protector de Romeo, no es tan proPara acudir á la terrible prueba del alcanzar la última y suprema entrevista re, curioso, prolijo, amanta da las antiguas leyendas, rebuscador da viejas trafunda, en su concepto, como un pozo, ninarcótico, preciso era que Julieta se vie- en el cementerio. de rarezas literarias, tuviese & tan ancha como una puerta de iglesia, pero se desamparada de todos, que solo hallaPedro Boisteau dio á luz la cambiada diciones, la vista otros antecedentes, no es cosa liará ciertamente su efecto. ra.recurso en la profunda ciencia de Fray traducción del romance de Bondello, soTal es, tal se muestra Mercurio desde Lorenzo. El postrer consuelo de la joven bre el año 1559, y basada ea ella, aun- por cierto que pondremos en duda. La trágica relación de que aos ocupaque empieza hasta que concluye: la bur- acababa de naufragar; la fuga de la casa que con graves alteraciones, en 1562_ la lona sonrisa, el dicho agudo, no le aban- paterna era imposible. La imprudente historia fué convertida ea ua poema iu- mos sa ramouta á épocas biea anteriores, hasta sorprendente analogía donan ni en el critico instante de perder negación del aya debía precisar la vero- gléá por ArthurBroaka, bajo el siguien- ycouguarda diversos hachos históricos. Piramoy lavida; esencia de su naturaleza extraor- similitud dramática, y este magnífico te título: Tlie Tragicall History of Romeus Tisbe se amaron como Julieta y Romeo, dinaria es la mofa, y por eso, al concluir, toque no podia escapar al maestro pincel and Juliet, containing a rare Example of y contrariados en su pasión, tuvieron ua del gran poeta. true Constancie: vith the subtill Counsels, uo teniendo de quién burlarse, se burla ñu semejante. Jenofonte da Efeso, en su ani Practices of an oíd Fryer, and their de sí mismo. «Créemelo, dice á Romeo; Y aquí viene de punto hablar sobre el poema Los Efesiacos, relata una ocurrenill event. para este mundo eáttiy en salsa. ¡Maldi- carácter de los esposos Capuletos. Algu del todo parecida; Girolamo della Este poema, publicado por Richard cia ción sobre vuestras dos familias! Ellas nos críticos han tachado á Shakspeare el Corte, refiriéndose al año do 1303, tamme han convertido en pasto de gusanos." no haberlos representado coa más digni- Tottet, se reimprimió por el propio li- bién la coasigua ea su Historia di VeraSegún un muy respetable crítico, M. dad y elevación de conducta, conside- brero en 1582. na; Masuccio di Salerno, novelista antiEn el de 1567, es decir,, en el interme- quísimo, la cuenta en su Novellino; ThoDryden, Shakípeare se vio en la necesi- rando impropio de su alto linaje la casi dad de matar á Mercucio en medio de la jovial grosería que ostentan de ordinario dio de las dos ediciones que acabamos mas Dalapeend, en su fábula de Herm%pieza, para que Mercucio no acabase con y la innatural impiedad con que tratan á de citar, WiUiamPaynter tradujo lite- phroditas y Salmacis, hacj mención da él; pero en esto hay falta de verdadero su hija. Los que tal sostienen, olvidan, ralmente la versión de Boisteau y la in- ella; B. Rich, en au diálogo entre Marcriterio. El inmortal poeta, que ha sabido seguramente, que esa acritud, que esa sertó en el tomo 2.° de una compilación curio y un soldado, asevera que el asunpresentar, desenvolver y llevar felizmen- obstinación, sou el principal justificante de diversos cuentos, titulada El palacio to, por demasiado tradicional, se hallaba te á conclusión otros tan difíciles carac- de Julieta. Joven, pura é inocente, ar- del placer. representado en tapices. teres como el de que ahora nos ocupa- rastrada por el amor sublime á los ma¡Cuántos ensayos, cuáatos afanes para De todos modos, llegaran ó no estos mos, habría podido, variando de ánimo, yores extremos, ¿cómo pudiera, sin sen- inmortalizar una triste, lamentable hisantiguos datos á manos del poeta, innedar vida más duradera al amigo y com- tir dureza semejante, arribar hasta el toria, digna de inmortal, lamentable recesarios debieron ser después de la pupañero de Romeo, sin riesgo de sucum- suicidio? El géaio duro, pertinaz y dés- cuerdo! blicación de Bandello y da las versionea l3ir. «La muerte de Mercurio, dice John- pota de Cíipuleto es el que requiere el jeAsunto de amor, el más sublime de son, no ha sido en manera alguna preci- fe de la enemiga casa de Montagüe para los sentimieutos humanos, Shakspeare, que de ella se hicieron. JOLIBIA r Rosiso pitada; ha vivido el tiempo que le estaba mantener el odio tradicional de su fami- el más promudo conocedor de las pasioasignado en la construccioade la pieza.» lia, es el que demanda la suprema deci- nes, debió gustarlo con avidez, y aficio(1) htorie di Verona, del Sigaor della Cor-. «Su fin, añade Víctor Hugo, no es un sión del monje franciscano, es el que exi- nado á lo antiguo, á lo curioso, á lo es- le, édile. de 1394. 10 LA AMERICA.-AÑO XVI.-NUM, 13. no puede, no debe considerarse bija sino la muerte de Julieta, lo comprueban coa qae en todo tiempo ha sido tarea harto espinosa procura morder; rehusa los alimentos, la bebidoctos escritos muchos distinguidos lite- retratar i los hombres tales como realmente da, 6. loma de lodo, pero en corta cantidad. de estos últimos y precisos originales. existido; por eso recorremos las páginas de Después de dos ó tres días de este estado se SI, lo repetimos, nija de ellos, mas solo ratos. «La afectuosa reconciliación de los han historia, y nos confundimos al observar nn aumentan los síntomas; el animal deja de pronpor su argumento; bija, engendro exqui- dos enemigos (Montagüe y Capuleto), la la caos de opiniones contradictorias acerca de los a casa de su amo, huye por lodos lados, pera sito y primoroso de Shakspeare, por las justa defensa del sabio monje, dice Tieck, hechos de este ó aquel personaje. ¿Y esto qué tol su andar es ioclerlo, su lana se eriza, su mirada mil Dellezas que atesora, por las felices justifican la continuación del drama. Pa- prueba? Que desde la época mis remota hasta se extravia, marcha con la cabeza baja, con la y acertadas innovaciones que presenta, ra que la glorificada esencia de éste hi- los tiempos que alcanzamos, los historiadores no cola entre piernas, y arrojando por la boca una por los maestriicas que encierra la ciudad del Tajo. Después de examinar, aunque ligeramente, modelos que todavía existen en nuestro país. habrá de salir el carcomido edificio del La capital del vecino reino presenta un as- Las personas que han visitado la Alhambra de las bellezas artísticas y naturales de Cintra, el viajero tiene á su disposición durante el verano pasado en justa expiación del mal (jue ha pecto sorprendente por la multiplicidad de consGranada encuentran algo parecido entre una y seis ú ocho ómnibus que le conducen á Lisboa en producido y do los vicios constitutivos de trucciones, que recuerdan iodos los drdeoesar- otra coQstruccioo. las últimas horas de la tarde (<). su origen. quitecidnicos, y por las sinuosidades del suelo, Y antes de llegar á la capital, todavía puede Des le las torres del castillo, que parece esEl porvenir solo aterra á los egoístas, que hacen más vanada la vista de la población; conderse entre las nubes, se descub.-e un ex- ver en el camino las magníficas obras ejecutadas pero el viajero encuentra mayores atractivos en cuyo temor de sufrir va hasta la avertenso horizonte, y en dias claros se ve el Mar, para la conducción de aguas, y el sin número de sión contra los que sufren, así comonun- ¡a poética Cintra, que Inspiré á Camocns sus Mafra, y algunas leguas de Uerra. La dilatada casas de campo que rodean á Lisboa. versos más melodiosos, y hasta el tétrito lord ca sorprendió á los fuertes, que viendo Byron Parécenos que en tan breve período de tiemno pudo ser indiferente lanzando Clores, vista del Océano no puede ser más imponente po, desde las siete de la mañana hasta igual bajo la mortalidad social la imperdura- si bien con espinas, sobre este nuevo paraíso. ni más conmovedora. bilidad humana, sonríen ante las granEntre las muchas bellezas que avaloran el hora de la tarde, no es posible encontrar un esA cinco leguas al Noroeste de Lisboa se halla des catástrofes que preparan el nuevo Cintra, en terreno poco llano , pero apacible, y castillo, so encuentra en primar lérmioo la ca- pectáculo qus más halague á la inteligencia. dia, y al ver los primeros rayos de luz su romántica sierra, tan decantada por la belle- pilla. E\ viajero, se detiene ante el altar mayor, Además, el viaje es cómodo, el gasto reducido, la impresión agradable. Aunque uno sea indifeue asoma rasgando las negras nubes za de sus bosques y la amenidad de su clima. porque en él existen trabajos artísticos de gran rente, que no puede serlo, á las obras de los valía, aparte de la signilieaeion religiosa que el horizonte del presente, dirán con más Proldngase esta hasta el mar, donde termina el inspira siempre la creencia católica; las escul- hombres, que suponen grandes trabajos 6 infe:—«Ailelantel Adelantel Confiemos en el cabo de Roca, y desde ella se descubre la em- turas de las eñgies que allí se veneran tienen rasnsos tesoros, al menos rindamos culto á los bocadura del Tajo, bahía deSetubal y las islas porvenir] •> un mérito extraordinario; retratan á lo vivo el principios de la naturaleza, cuando esta se prede Berlangas y Peniche. carácter, la humildad, hasta la ñsQoomfa del senta en todo su expleodor. Con todo lo cual queda del Sr. D. E. H. La comunicación entre Cintra y Lisboa se re- que vive solo y exclusivamente para sus semeobsecuente servidor, su más adicto y siente de la falta de un ferro-carril, siquiera MODESTO FsRNJiNoez v GONZIILEZ. laal compañero que ledesea valor yener- fuese movido por fuerza animal. Sin em bargo, jantes, y en dosornaciaas laterales ae ve la Pasión y muerte de Jesucrislo, trabijo delicadísimo gía para la lucha y mejor éxito en 1^ son tantos los carruajes, dmnlbus y diligencias como ejecutado sobre mármol y en espacio suDON JUAN FRANCESCH Y SERRET. que encuentra el forastero, que por una cantidad mamente reducido. La capilla, en su forma y empresa. insigniflcaote realiza un viaje de ida y voelta, Salud, etc., etc. en su fondo, es digna de un monarca, y pusobre todo en los meses de verano. En el resto diéramos decir de un artista. ¿Quién es el Sr. Francesch? preguntan Vuestro afectísimo del año es preferible un coche de alquiler duen estos momentos todas las personas El palacio conserva gran número de pinturas rante un dia' que suele costar 4.000 reís (unos JOSÉ MARÍA PRELLEZO. que han sabido por los periódicos el atre84 reales pntximamente), y en cuyo espacio de y objetos antiguos que le hacen codiciable á ojos vido golpe de mano que ha intentado dar Madrid, Julio 2 de 1872. extranjeros. El hombre de ciencia tiene allí á su tiempo se examinan, aunque muy á la ligera, las preciosidades artísticas del castillo de la Pe- disposición una selecta biblioteca Je útil y va- en Ríus al frente de 600 carlistas. El hecho justifica la curiosidad del púña y las bellezas naturales que esmaltan la sier- riada lectura; el escultor encuentra no pocos modelos que imitar; el naturalista observa una blico: un hombre que detiene un tren, ra de Cintra. RECUERDOS DB PORTUGAL. lozana y una verdadera riqueza en hace apearse á los viajeros, manda á la Ante todo, el viajero, una vez instalado en el vegetación exóticas; el pintor puede reproducir en pueblo que está á la falda de la montaña, tiene plantas lienzo las obras de los grandes artistas; al ar- gente que tiene á sus órdenes que suba «\ estas cobaes vlllis submetida? A junta también Maf a em pouco espapo, que proveerse de uno ó más v jiocípedos del gé- quitecto se le presentan ante sus ojos construc- á los coches y dice al maquinista «¡á nero asinus, si no quiere llegar rendido de fa- ciones de envidiable gallardía, y el que solo vive Reus! •> no es una persona vulgar. E ñas serras iJa Lúa conheci las tiga al palacio y castillo del rey D. Fernando. de los trabajos agrícolas, que vaya á la posesión Subj ig\ i fiia Guiira ó duro brafo, En efecto, el Sr. Francesch es, ó era, Uesdo la población, que reúne todos los encan- del rey Don Fernando para examinar las má- porque á estas horas ha muerto, un homCiiiir», onde a5 naaades escon iida4 N.s foatcs, vaoíUi{iiJo aodoce lapo. tos de la naturaleza y del arte por el iamenso quinas, artefactos, saltos de agua y procedibre de talento, de instrucción militar y Onde amor as em-fda brandamente. número de casas de campo y de caprichosos jar- mientos de cultivo. Ñas íguai accedindQ foKO árdante.• de carácter enérgico. dines, hasta el castillo, modelo de arquitectura (CAMOUNS.—Oí Luisadas.) Después de recorrer las habitaciones de pala¡Lástima que todas estas condiciones gdtica, no hay otro camino que una pendiente I. en forma de caracol, muy pronunciada, accesi- cio, el viajero vuelva á la plataforma, que se se hayan puesto en actividad para conble á los carruajes, pero que la prudencia acon- halla á la entrada de la capilla. El punto do visEspaña y Portugal conslltnyen la Península seja no usar en aquel punto como medio de lo- ta que en aquel sitio ofrece el castillo y cuanto tinuar las luchas civiles que amenazan, ibérica. Lascostumbre?, la lengua, la religión, la comoción. le rodea, es de lo más pintoresco, pu s so en- no acabarse nunca en nuestro país! ¿Pero quién es el Sr. Francesch? manera de ser de la familia, los derechos civiles cuentra á una altura de novecientos y tantos es que se ve á los extranjeros y i los hijos metros sobre y poitlicos de los naturales presentan en ambos delAsí el nivel del mar. Desdo allí se ve Un oficial de ingenieros que ingresó, país, sea cual fuere su clase y categoría, en pafses idéiiicos caraci^íres y tienen no pocos en lo alto del monte la estatua colosal de Vasco en la Academia en 1850; dedicado á los humildes cabalgaduras, llegando á constituir espuntos de semejanza. Hasta en las variaciones de Gama, que se reproduce en miniatura en uno estudios de ciencias exactas, al salir de del clima, en la riqueza del suelo y en las obras te detalle uno de ios más divertidos del viaje. de los cristales de la capilla. la Academia se encontró en el mundo del arte se encuentia algo especial que les disAntes de llegar al pueblo, el viajero encuen- sin las nociones indispensables para no tingue de las demás naciones. A pesar de la (1) En España era muy raro ((ue ge leyese tra abiertas las puertas de los partes, bosques, Identidad de origen, pocos pueblos habrá que un libro portugués, si se exceptúan algunas per- jardines á invernaderos. El botánico más exi- chocar cou esta sociedad ligera, que no hayan tenido menos relaciones entre si; y es que sonas, como los Srss. Romero Ortiz, Valera, gente tiene que rendir culto á la variedad de fa- averigua el fondo de las personas, Limisus híbitaotes fomentan y conservan cierta indi- Barrantes, Martínez (U. Joaquín Benigno), Bala- milias y especies que allí existcu, y á la pródi- tándose á juzgarlas superficialmente. ferencia, que puede llamarse tradicional. guer. Amador, Moreno Nieto, García Barzana- ga naturaleza que las cobija en su seno. (1) El viaje en ómnibus es un medio de trasLos gobiernos han procurado, y hoy más que llana (D. Jasé), Calvo Asensio, Castelar, CamRodean al castillo, en un perímetro de dos nunca procuran, estrechar los intereses comer- poamor y Fernandez de los Rios, aficionados co- leguas castellanas, extensos terrenos cultivables, porte barato. Cuesta el billete personal desde ciales, facilitando las transacciones mercantiles mo pocos al estudio de aquella literatura. En hallándose destinados en su mayor parte i pra- Lisboa á Cintra, haciendo escala ea Altada Porealhata, 20 reales. Estos carruajes parten de la de ambos pueblos. El telégrafo y el ferro-carril Portugal no eran mucho más conocidos nuestros dos, huertas y alamedas. plaza del Pelouriuho. Sin embargo, las familias hacen cada dia más fícil esta obra meritoria, y libros. Gracias ahora al empeño de hombres ó los amigos que excedan de dos personas y no es de creer que llegue un momento, y quizá es- ilustrados de ambos países, nuestras relaciones III. pasen de cinco, deben elegir un coche de alquité cercano, en que las tarifas postiles, telegrá- literarias con aquel reino se han estrechado y íicis, aduaneras, monetarias y del giro mutuo, prometen ser fecundas. Para dar una idea de Instalado ya en la población, no debe abando- ler, ajustándolo antes, condición que la prudenesto, bastarl decir que las corporaciones cien- narl» el viajero sin visitar el palacio real, que cia aconseja usar á todo extranjero que visite la se confundan entre sf. Se observa desde los últimos años una afluen- tíficas de España han enviado á las de Portugal se encuentra en la plaza del mismo nombre. Es capital del reino lusitano, sobre todo con losconcia mayor de españoles en territorio portu- en el espacio de dos años 6.820 volúmenes , y un edificio notable por la irregularidad de su ductores de carruajes. Convíeoe advertir á nuestros lectores que la gués; podiendo asegurarse que en Lisboa llega las de Partugal han enviado ee cambio á las de arquitectura, por sus elevadas almenas de fori 40 000 el nlSmero de nuestros compatriotas, España 7.012. Consta además que en el comer- ma cónica y por la belleza de su ornamentación, moneda española se admite en pago de toda clacio de libros de Portugal ha crecido mucho el que recuerdan gusto puro arábigo. Todo en él se de transacciones, y el tipo oficial del cambio y excede de 20.000 en la comercial Oporto. Los es antiguo, pero airoso; y aunque las construc- es 940 reis por cada duro español; pero los parlibros de lo» escritores más conocidos entre nos- pedido de obras españolas. otros, las publicaciones periódicas, y hasta las En Lisboa se han establecido tres cátedras do ciones de su época están fortificadas con gran- ticulares no llegan más alli de 930, ó á lo surevistas de modas, circulan de mano en mano. lengua castellana, y aun se va á establecer otra. des fosos y torreones para 1« defensa, el pala- mo 933. 3 CBÜNICA fflSPANO-AMEBlCANA. franqueza de confesar paladinamente lo que en sus creaciones intelectuales incluye como fruto de diferentes entendimientos. Pasemos á Iks coíacidencias. Lo es intencional cuando un autor intercala ó cita en determinada obra un episodio, un incidente, un ras?;o caracterfstico, un concepto, nn verso, ana rase que claramente se vé que aquel ha interpuesto de un modo expreso entre las suyas propias, ya como tributo de admiración d afecto al autor del pensamiento dramático, Krico, poético 6 céiníco que se ha hermanado y ligado al irabajo en que se incluye, ya para confirmar con opinión de extraños la de uno propio, ora como recuerdo consagrado á un autor de mérito, ora cual medio de amplificar un fruto intelectual embrionario. La coincidencia eatual resalta de la doble, triple y basta múltiple homogeneidad d igualdad de pensamiento en que incurren diferentes autores, ignorantes por completo de esa uniformidad de ideas propia y extrañas. Aun pudiera decirse que el plagio delicado es la misma coincidencia intencional, d vice-versa. Yo prefiero las cuatro clasificaciones mencionadas, porque la coincidencia intencional se contrae i menores proporciones imitativas que el plagio delicado: este al conjunto de una obra: aquella á partes de la misma. Toda cita es coincidencia de pensamiento cuando este no nace del conocimiento de aquella. El deslindar esto solo podría hacerse con ayuda de la buena fe de los autores. Respecto de algunas coincidencias, no hay necesidad más que del estudio para determinar lo intencional ó casual de cada caso. IIL Emitir ideas, y cuando con hechos concretos puedan confirmarse, citar y enumerar estos es el medio mejor de hacer resaltar la bondad y exactitud de las mismas. Quien quiera que á estudios literarios se dedique con alguna preferencia ó siquiera atención, habrá observado con cuánta frecuencia la lectura de una comedia recuerda otra; cémo un asunto, un detalle, un verso, un pensamiento, poae en la memoria otro parecido. Dramas, saíneles, novelas, cuentos, artículos de costumbres, poesías enteras, versos sueltos, fábulas, epigramas, refranes, modismos y locuciones vulgares, nos recuerdan á cada momento otras locuciones, otras poesías, otros artículos, otros dramas más ó meaos semejantes. Todo ello no es sino efecto del mismo plagio 6 de la mismi coiociJeocia. Es más: á veces el drama hace pensar en la novela, el cuento en la comedia, el verso en el artículo, la poesía en el refras; y así, por el mismo drden, anos por otros, cualquier trabajo literario recuerda los que en algo se le asemejen, aun siendo frecuentemente, na ya literario, sino es también propio de distinto ramo del saber humano, que también en ciencias, armas y artes existen coincidencias y plagios, los cuales, por referirse estos ligeros apuntes únicamente á las letras, no citaré también. Quizá lo haga algún dia. De antiguo, de muy antiguo parten aquellas y aquellos, y su campo de acción por la redondez de la tierra ha sido tal, que un estudio detenido de los preceptos bíblicos primero, y después de las producciones de los clásicos latinos y griegos, de las de escritores de la Edad Media y del dia, nacionales y extranjeros, ya ingleses, ya alemanes, ya italianos, ya franceses y portugueses y árabes y hebreos, nos suministraria vasto arsenal de textos que confirmara mis aserciones. Ni á la publicación á que este escrito se halla destinado permite gran variedad de citas, ni para ellas he hecho trabajo de preparación alguno: son las siguientes, la reunión de aquellas que á mi propósito cuadrando vienen á la memoria en la presente ocasión, y que citaré coa la coordinación misma en que se ocurran i la mente. IV. 13 Nombrar la honra sugiéreme otro ejemplo de tener á bien los autores leerme sus trabajos licoincidencia; en cierta leyenda heráldica se es- terarios y consultar mi opinión humildísima sobre los mismos, que me autorizan á proclamar tampa lo que sigue: «Da la vida por la onra, y la onra por el alma.» en alta voz que existen «coincidencia» literaNo es el mismo pensamientoel que dicta Cal- rias,» porque de buena fe me asegurat)an aquellos no conocer producciones á las que yo sacaderón en Bl Alcalde de Zalamea, diciendo: ba de las de estos analogías, parecidos y se«Al rey la hacienda y la vida mejanzas. se ha de dar; pero el honor Y esto en todos géneros, cuentos, fábulas, es patrimonio del alma, cantares. y el alma sdlo es de Dios.» Prescindiendo de lo privado y aludiendo á lo La situación de dicha gran comedia calderoniana, en qae el hijo digno y noble del alcalde de dominio público, citaré dos cosas. La conocidísima fábula de Samaniego La c(Pedro Crespo se parte con las tropas del capitán D. Lope de Figueroa, y la familia del bisoño garra y la hormiga, halla su similar en título, capital y terminación con otra del doctor le ve alejarse por lo blanco del camino i la luz asunto D. Antonio Mira y Amescua. de la pálida luna, es escena que el espectador Termina la de aquel fabulista así: • que la conozca ha de recordar siempre que vea «iHoial ¿Con que cantabas el final del primer acto del buen drama de PéCuando yo andaba al remo? rez Echevarría Leu Qaintae, cuando en un tanPues ahora que yo como. to parecidas circunstancia Julián marcha á serBaila, pese á tu cuerpo.» vir al rey. Ré aquí la conclusión de la del arcediano del Pocos plagios y pocas coincidencias habrá tau Guadix: frecuentes como de situaciones dramáticas: bas«Pues cantaste en el verano. ta por eso la citada comprobación de que en toDanza, hermana, en el invierno.» das partes se hallan, d como suele decirse, Como en cantares coinciden también autores «En todas partes cuecen habas diferentes, se tendrá leyendo los que signen, y en la mia á calderadas.» Proverbio.d refrán que viene de molde para bellísimos por cierto, y que han publicado en intercalar texto italianp, justificando con él la 1871 poetas que ni se conocen, ni :ie tratan, ni eoiocideocia que apunté de nacionales y ex - tenían noticia alguna de su>¿respeciivas composiciones. tranjeros: • Tutto il mondo é fallo como la casa noitra.» D. Augusto Ferran, en xu libro La pereza: «Por la noche pienso en tí, «El hábito no hace al monje,» Y en tí pienso á todas horas; Y mientras tanto yo viva. •Debajode unamalacapa hay un buen bebedor.» Vivirá en mí tu memoria.» Del jévan D. Tomls Senderos.—Kerioi, 11brito microscdpico: «Las apariencias engañan,» «¿Quieres saber cdmo pasa ¿no expresan ideas muy semejantes cada ano de Todo el dia para mi? dichos adagios? La mitad en tí pensando, Los refranes sirven continuamente para títuY la otra pensando en tí.» los de obras dramáticas, para artículos literaEl mencionar cantares me trae á la memoria rios, denominación de libros y aun de poesías. que en una marza, canclonj montañesa se dice: Uno solo de aquellos da titulación á más de un «Dama, si queréis amor, amad.» trabajo, y todo esto no es menos que coincidir Pensamlenta es este que el autor del libro en pensamiento ya creando, y esta es la coincidencia; ya adoptando, que también es coincidir de donde la copio le compara con el de Séneca: en adoptar. «Si vii amari, ama.» Cuando Alarcoa en sos Poetlai eérias y huPara resolver si Bl cura de aldea, drama del morUtieas dice: Sr. Pérez Escrich, y La oración de la tarde, de ¿Y qué hiyaun lirio más,qué importa al mundo? D. Luis Mariano de Ltrra, eran plagio una obra no plagia ó coincide intetuionalmenlt con Es- de otra, d meramente coincidencia, se eelebrd prooceda al final de su canto III de Bt diablo años ht una reunión en la que, si no me engaño, se decidid lo segundo. mundo en Ante tal prueba, ¿hacen falta más? Trueqúese en risa mi dolor profundo. Diré, sin embargo, que como hay coinciden¿Qué haya un cadáver más. qué importa al mondo? cias buenas y malas, hay quien coincide intenlo mismo que el Sr. Campoamor en el poema cionalmente con Lope de Vega Carpió, parodianLa novia y el nido, coincide coa Fr. Luis de do su León, que dijo: «En una de fregar cayd caldera; «Que descansada vida Trasposición se llama esta figura.» La del que huye el mundanal ruido. D. Pedro Antonio de Alarcoa, muy dado, al Y signe la escondida parecer, de intercalaciones de ajenos versos, Senda por donde han ido hablando de las granadinas, dice: Los pocos sabios que en el mundo han sido,» «Las de ojos negros y gentil cintura escribiendo ahora el académico de la española: Te recomiendo yo, pálidas diosas; «¿Para qué habrán servido (Trasposición se llama esta figura).» Los nidos todos que en el mando han sido? • No tengo que decir á qué gusto pertenece coRecuerdos como los citados, inlencionales se- piar d imitar ciertos errores. Es verdad que dice guramente, podrían apuntarse multitud de ellos; el refrán, y la linda comedia de D. Fernando más los expuestos en verso, y el siguiente en prosa y verso, serán suficiente para mi objeto: Martínez Pedresa, mí particular amigo; «De gustos no hay nada escrito.» «Más dura que el mármol á sus quejas» De cuyo precepto existe además esta otra loera una dama, y estas partían de su amante. Así cución francesa: se expresa el Sr. Fernandez Guerra hablando de «Oi n« doit pat disputer des gouts.» una comedia de Ruis de Alareon. Igual nacionalidad tiene la siguiente coinposiGarcilasodejd escrito en su Égloga I, poelon de Malherbe: niéndolo en boca del pastor Salido: PLAGIOS T COINCIDENCIAS. *EUeétait de cet monde, ou let plus belles choset «O más dura que mármol á mis quexas.» ont I» pire deslin, AI mismo autor pertenece este terceto; (MOSAICO LITERARIO.) Et rose elle á vecu ce que vivenlles rotes, «En msdio del invierno está templada L'espace d'un mail(jima difereocia. trarca á la fuente de Valclasa , patria de su ra, exclamaba: «El vulgo es necio, y pues lo paga, es justo Hay persona qué llama plagio á las situacioqueridísima Laura: Hablarle en necio para darle gusto (i).» "Cesa bella mortal passa é non dura;» nes dramáticas que recaerdau otras; á las comPues bien; en La picara Juitina, novela comtChiare, fretche é dolce acque,» la segunda con Rioja, el cual en la silva á It posicioaes que coa otras coincidan ea algo; á puesta por el licenciado Francisco López de yesteoiro de Voliaire: rosa dejd dicho: los títulos de prodacciooes literarias que algunos semejantes traigan i la memoria; ti los ver- tlbeda según unos, y según otros fray Andrés «C/o»r« fontaine, onde oimable, onde puré» (2). «Pura, encendida rosa, Pérez, leonés, dominico y autor de diferentes sos y cantares asimilables á cantares y versos Emula de la llama La edición de las obras que tengo á la mano de distinto aaior; á cualquier asunto, en fio, que libros más, se dice: Que sale con el dia, del célebre egloguisia, comprende varias notas, «Que con los discretos hablo bien, y con los en otro anilogo haga pensar. ¿Cdmo naces tan llena de alegría. las que se van detallando los versos en que Pero como entre el plagio y la coincidencia necios hablo en necio para que me entien- en Si sabes que la edad que te dá el cielo el vate bucólico imité dcopid, ó como yo digo, » de pensamiento median, repito, notables dife- dan Es apenas un breve y veloz vuelo?» coincidid C O D pensamientos é imágenes de Virgirencias, conveniente me parece fijarlas y deterLa palabra necio me recuerda otros dos casos lio, Ovidio, Tíbulo, Horacio, Sanázaro, Tedcrito, El mismo escritor y Jorge Manrique, y ana minarlas aquí. ' que pueden parecer contraposición, y, sin em- Propercio y algunos otros clásicos primitivos. Gdngora, ofrecen punto de examen en el preEl plagio se divide y snbdívide en varias cla- bargo, coineidencla también. sente artículo. Unas ciertamente que serian inspiradas por ses, como sucede con la coincidencia misma: Cervantes hace exclamar al eandnigo del Qui- obras del autor de la Bneidaj de las Geórgicat, El racionero cordobés, calterano y poDzanta hay plagio grotero y plagio delicado: la coinci- jote: «Que vale más ser loado de ios pocos sa- 6 por las del que escribid las Traiformacionet, dencia se clasifica en xnUncionai y eamal. bios, que victoreado de los mochos necios;» y d por el elegiaco vate, 6 por el modelo epístola» poeta, esofibia: «Arroyo, ¿en qué ha de parar Estas divisiones admiten cada una otras sub- después Iriarle termina una de eos fábulas así: riod cualquiera otro de los escritores antes menTanto arribar y subir. divUiones entre st: de buen gusto d de mal gus«Si el sabio no aprueba, malo; cionados. Tú, por ser Guadalquivir, to, 6 sean plagios 6 coincidencias oportunas d si el necio aplaude, poor.< Pero muchas serian coincidencias, como hay Guadalquivir por ser mar.» Inoportunas. Excusado creo iadicar qué es de Véase cdmo los cuatro, Lope y fray Andrés motivo para creerlo, de sin número da casos de Halla aaalogías el lector, ea esa pintara del nial gusto y qué lo es de bueno. Pérez por un lado, y Cervantes é Iriarte por algunas que por su carácter privado no puedo en lo qne para la vida, coa el decir del vate El del lector apllcari por sí propio el corres- otro, han venido á coincidir en el fondo de cua- citar aquí, aunque yo aseguro que existen. Típondiente i cada caso en las subdivisiones; se- tro textos, en que el talento debe ser siempre tulos de obras, composiciones y asuntos de otras, sevillano: flalaremos únicameste la primera clasificación. hoofado por el genio. «Como los ríos en veloz corrida prosa y versos, inédito todo, conozco yo, por Se llevan á I& mar, tal soy llevado 11. A último suspiro de mi vida.» (i) En alguna parte he leído yo en lagar de (1) Un comentador del poeta toledano, funPlagio groiero as aquel en que el antor de la Yo sí, y las anteriores citas no so dir< qoa «paga,» poner «quiere;» pero en la nota 305 dado en el testimonio de Tamayo de Vargas, obra ha utilizado ajeno pensamiento, revistiéndifieren del pensamiento dominante en la com" dolé con detalles propios de su ingenio, y aun á de las del libro Don Juan Ruis de Alareon y asegura que la composición se refiere á la fuen- posición conocidísima de Jorge Manriqae, en te sita en la casa del autor, y conocida en BaMendoza por D. Luis Fernandez Guerra, se veces del de diferente escritor, anunciando y puque, segan él, señoríos y rios y todo, Irá: «i ae tres por Fuente de Garcilaso. blicando el trabajo as( elaborado como producto asegura que Lope dijo: (2) Battura cita la composición de Voltaire acabar.» del autor del remedo, plagio delicado se llama «Porque como las paga el vulgo, ea justo Y es cieMo; todofinél mando acaba y muere. como Inspirada por otra de Petrarca. -«1 en que el plagiario tiene la ingenuidad y la Hablarle en necio para darle gasto». Enamorado Francesch de ana bellísima joven perteneciente & uoa familia de la aristocracia española, TÍO UÜ día y otro pag:ada su pasión con desdenes. Francesch no tenia una posición distingruida, ni una figura arrogrante, ni una eleg-ancia sorprendente, ¿por qué aspiraba á enamorar á una joven de las mas elegantes, de las más bellas, de las más aristocráticas de nuestra sociedad? Las ciencias matemáticas servirán para muchas cosas, pero no conquistan corazones. El pobre oficial de ingenieros devoró en sileucio los desdenes y se propuso perder la vida ó adquirir por su valor una posición brillante en el ejército: solicitó y obtuvo con este objeto ir á la guerra de África, y en ella se portó con tanto arrojo que se le veia siempre en los lugares de más peligro. Puede decirse que Francesch durante la campaña vivió en las guerrillas. Pero la suerte no acompaña siempre al valor, y el enamorado militar, quo iba buscando algo que le enalteciera á los ojos délas gentes, volvió de la guerra con algunas cruces que colocar sobre su pecho y algún grado más en su carrera, pero inútil para el servicio de las armas j desfigurado por un balazo recibido en a rodilla derecha. Una gloria coja no suele entusiasmar al bálIo sexo. Desde aquella época quedó Francesch en situación de retirado, y su carácter se agrió de tal manera, que sus amigos necesitaban en ocasiones dominarse para conservar sus buenas relaciones. Sin embargo de hallarse retirado, el 22 de Junio salió á la calle á combatir la insurrección y obtuvo una recompensa por sus servicios en favor de la causa del orden. Como matemático, era Francesch un hombre muy notable y ha tenido en Madrid una academia donde acudían casi todos los jóvenes que se preparaban para ingresar en carreras especiales. Desde que la revolución de Setiembre reanimó al apagado partido carlista, Francesch se acogió á esta bandera y h a hecho en los últimos años diferentes viajes á la residencia del pretendiente, obteniendo expresivas muestras de distinción del príncipe á quien acataba como á su rey. Guantas personas conocían á Francesch y sabían que estaba al frente de una partida esperaban ó temían que llevase á cabo alguna acción extraordinaria, y en efecto, la entrada de Reus del cabecilla carlista es un acto de arrojo que, á haber sido secundado por la suerte, hubiera puesto en un conñicto al g o bierno. El acto del cabecilla carlista y de los que le acompañaban, y la defensa bizarra que han hecho las tropas del g o bierno, prueban una vez más que qued a n héroes en España. Í LA AMERICA.~AÑO XVI —NüJI. 13. 14 IguaUodolo todo la muerte: hasta los enemigos ton perdonados entonces, «Qae m<8 allá de la muerte No hay venganzas ni rencores.» como ha dicho Larra (D. Luis Mariano), y ya antes Quintana expresó la idea del perdón de ofensas, consignando que: «La muerte de un contrario valeroso, solamente el que es vil la solemniza.» V. Creo que el haber escrito ahora aquí «la muerte» me pone en afán de ir matando mi entusiasmo por aglomerar citas. Aun me quedan frescas y bullenles en la memoria otras cuántas coincidencias de Descartes; eon Aristóteles; de Shakespeare con Sdphocles; Villamediana con Cervantes; Rojas Zorrilla con Ruiz de Alarcon; Hurtado con Moratio; Castro y Serrano con Víctor Hugo; Ruiz Aguilera con Florentino Sauz, y otras varias que no cito en obsequio á la brevedad; y para terminar de una vez el presente articulo, donde todavía hallarla el lector «plagios ó coincidencias,» si señalase más símiles entre el Dante y Calderón, y Petrarca y Balbuena, Campoamor, iüscalaote, Gguilaz, Ochoa y otros escritores de diferentes países y naciones y distintos tiempos y edades, que acabaran de completar este cuadro, verdadero mosaico literario. Dejémoslo para mejor ocasión. EonARDO DE CoaT>Z4R. LA MANO DE DIOS. menzó á trabajar en el taller de un distinguido artista. Los días festivos y las horas que debiera consagrar al descanso las ocupaba en estudiar la máquina de la torre. Cerca de medio siglo habla trascurrido, y el atrevido artista cumplía el juramento hecho ante la Providencia en la torre de la catedral. Era el 31 de Diciembre de 1842; toda la comarca vestía gala; los habitantes se apiñabau en plazas y balcones; las clases todas de la sociedad preparaban festejos y obsequios en honor del privilegiado artista: á las seis de la tarde el reloj había de regir. Las autoridades de Strasburgo dispusieron una lucida procesión, en la qne se hallaba lo más distinguido de la ciudad y los contornos. Llegada aquella á la catedral se celebró una solemne fiesta religiosa para dar gracias al Señor por tan memorable sucedo. Schwilque, después de recibir la bendición del obispo, se dirigió sereno y con paso firme á la torre de la catedral, acercóse i la máquina y la tocó con su mano; al puato el reloj se puso en movimiento; el ángel marcó las seis, los apóstoles se inclinaron ante el Divino Maestro, el cuadrante señaló las evoluciones atmosféricas, agitó sus alas el gallo y produjo el canto; y la campana, doblando, anunciaba á los vecinos que se habia veriñcado el milagro, escogiendo la Providencia como insirumealo á Schwilque. El prelado pronunció en la catedral una sentida oraciooi excitando á los fieles á dar gracias al cielo por haber escogido un hijo de Strasburgo para probar una vez más la grandeza del poder divino. La ciudad de Strasburgo, hoy presa de los alemanes, se hallaba enriquecida por multitud Una sola persona faltaba en tan solemne cede monumentos y obras notables de ar^e de ex- remonia. traordinario mérito, distinguiéndose entre ellos El anciano sacristán, testigo del juramento, lina magnlQca catedral, cuya elevadísimt torre habia pagado algunos años antes su tributo á la mide sobre 4Ü0 pies de altura. naturaleza. ¡Cuál habría sido su entusiasmo en aquel dial Las crdiiicas aseguran que antes de la edad cristiana existia en el sitio en que está aquella catedral construida un bosque sagrado, el cual fué más tarde destruido por los romanos, levanÁ CORINA. tándose un templo á Hércules. El reloj de dicha catedral, obra de Habrecht, Madrid Agosto de 1867. faé construido en 1580; en él se observan todas Cuando partiste de Madrid, Corina, las revoluciones de! calendario, las ecuaciones también sentí brotar mis tentaciones solares y lunares, el cómputo eclesiástico y de abandonar la capital de España otras muchas preciosidades artísticas. Al dar las y á las proviucias emigrar del Norte. lloras se inclinan doce apóstoles ante el trono Ya entrando en la estación del Mediodía, del Señor; ostenta asimismo un gallo como símmovióme aquel trajín de tanto coche, t)olo de vigilancia, el cual, coando la campana de ómnibus tanto con febril carrera marca las horas, agita las alas y produce un sosus criaiagos lanzando más que al trole; nido Imitado al de esa ave. Aquel coiiiíüuo descargar de gentes, Refieren las crónicas de aquellos tiempos que de mundos, sombrereras, sacos, cofres; temiéndose que el autor de tan grande obra, coaquella efervescencia de viajeros, nocida por la tercera maravilla de Alemania, de deudos y de amigos y consortes, pudiera construir otra análoga, y ser entoneei que las aceras á poblar volaban, aquella menos célebre, el magistrado le mandó y el pórtico á llenar de bote en bote; sacar los ojos, y en veogania el artista de haber aquel tomar billetes á zarpazos, recibido tan brutal recompensa, cortó uno de el entrar y salir de los salones, ios principales resortes de la máquina, quedandonde los bultos facturados Hueveo do esta completamente imposibilitada de funciosin alterar la flema de los hombres nar. que los pesaO) numeran y rotulan, Bu los últimos años del pasado siglo na hijo extraños siempre al exterior desorden; de aquella ciudad, de nueve años, llamado aquella discordancia do murmullos; Schwilque, pasaba todo el dia observando el reaquel concierto monstruo de mil voces loj de la catedral, y era objeto constante de las donde es el grito del silbato un figle reprensiones del anciano guardián de ta basílica, y un bajo el murmurar de los vapores; como asimismo de sus padres por su escasa la súbita explosión de abrazos, besos aplicación y conllaua falta de asistencia á la esy llantos, y gemidos, y trasportes cuela. con que las despedidas hasta mnevea Un dia el niño Schwilque preguntó coo gran los más empedernidos corazones, empeño al sacristán: al resonar la voz de la campana —ÍPbr qué no anda ese reloj? que la partida anuncia i raudos toques; —Muy curioso eres, respondióle. A tí ¿qué te las lochas que, al entrar [en los andenes, importa? provoca aqut una madre, allá una jóvea, —Gs que deberla ser una grande obra cnandp á quienes el favor no otorga venia toda la máquina estuviese «o movimiento. de acompañar al pié de los wagones —Ya lo creo, coatestó el interpelado; este real hijo y al amante que se marchan, loj era conocido como la tercera maravilla de) tal vez sin esperanza de que tornen; país. el confuso rumor que engendran juntos con su áspero chirriar los carretones, —¿Y por qué no le hacen funcionar? con sus broncos bufidos las calderas, —le se esperaba á ti p»ra que lo consigas, los coches añadidos con sus cboques; replicóle con ironía. los estridentes silbos del alarma Callóse el muchacho, y el buen guardián se de la campana el último redoble; dirigió solícito á enseñar á unos extranjeros toel largo tren que con los ralis rozando rfasla» bellezas artísticas y objetos importantes empieza ya i toover su grave mole; que encerraba la catedral, ganoso de aumentar los votos y los ruegos que se cruzan su exiguo salario coa algunas monedas que le al darse al fin los últimos adioses; proporcionaba su oficio de cicerone. todo, Cerina, me incitaba el pujo Los viajeros lamputaron que la máquina del de no volver al seno de la corte; reloj no se hallase corriente, extrañándoles que de encasquetarme uñ hongo, de colgarme en UH pait lan artista no se hubiera atrevido la limosnera al hombro y un capote ninguno á componerlo. ó manta echarme, con botinas blancas Bt jóv^n Schwilque, que había acompañado ( Qo traje en sus matices uniforme lo* viajeros y oido la conversación, contestó con y huir á cualquier parte, á Cataluña. la mayor seriedad: i Bisrrilz, á Vichy, óquedarme en Móstoles, - ^ « e » bien; yo le haré andar. y luego regresar, mintiendo imbécil —ÍESUS aun ahí, buena alhaja/... Tú te ha^ que vi la Expósicton, que vi los montes vuelto loco, dfjole el sacristán. y lagos de Suiza, y en el Tiber —No eíi verdad, repuso el niño postrándosp del centenar las místicas funciones, de hinojos y exclamando: ^ las márgenes del Rhin y de Is Mancha, —líuro ante la presencia del Dios de los cier el gran Canal, y el Támesis y Londres. los que me escucha, y cuya protección imploro, Todo á partir brindaba. Puro el cielo que contando con su ayuda, yo volverá la vid^ sus trasparentes alas á la noche á eáa máquiml... [SI, hago voto de hacer andar tendía plateadas por la luna el relojl que en plena fas sus tibios resplandores Qoeidóse Jesimef^a silencio murniurando una sobre la tierra á derramar venia; devota oración. Los circunstantes se rieron de en tanto que los vuelos juguetones Ja promesa del muchacho, y se retjraron admtdel céBro nocturno mitigaba rj4os de la fQripjalidad y aplomo con qpe pabladel abrasado suelo los ardores. ba en medio it> sus e(>f^oa años. Y masque todo, tú, bella Corina, ííjk euaqto halMsolo »| sacristán, que aun no que igual á la azucena, cuyo broche había vuelto de SQ estupor al ver la promesa del se abre al rayar el alba, cautivabas joven desaplicado, rogóle pidiese á su p»dre le de todos las miradas y alencionei; iwrmltieie aprender el oficio de relojero; acce4ii gustoso el padre, y el joven Sehwltqne co- brindabas á partir á tus amigos y á cuantos de tu espíritu conocen las altas cualidades y bellezas que hacen de tí un jardín de hermosas flores. Por un wagón tu cuerpo devorado nos ibas á robar los dulces goces que al rededor de tí tu claro ingenio sabe verter como un fecundo polen que engendra sentimientos esquisitos en todo corazón de ritmo noble y abre al alma un raudal en donle bebe el delicioso néctar de los dioses. Al contemplarme en el anden, herido per tantas y tan varias impresiones debajo de techumbres colosales robustos esqueletos de.cien bosques; eo medio de ese inmenso laberinto que llaman Estación, cuyo horizonte no aSarcan las pupilas detenidas por máquinas y trenes, que á montones alrededor se agrupan de talleres pertrechos, mercancías, fraguasi dockes, vías en toda dirección cruzadas que el suelo por kilómetros absorben; echado á discurrir qué pensarían, devueltos á su ser nuestros mayores, allí desde so tumba trasladados, al arrancar un tren, y las visiones que su espantada mente asaltarían, resucitar creyendo en algún orbe de los desconocidos ó encentrarse cercanos del inñerno á las regiones; cuando los ecos desgarrando rudo el moderno dragón con silbo enorme sos nudos sacudió y huyó rugiendo y estremeciendo el suelo con su roce. En ese triste instante en que se sienten los que son de una marcha espectadores el corazón opreso y las mejillas bañadas por las lágrimas qne correo; ya solo vi de tu gentil semblante brillar entre las sombras los dos soles que Dios te dio por ojos como brillan de la cadente estrella los fulgores. 1 Despareciste! y á Madrid volviendo mi anhelo por marcharme trasformóse en esc sentimiento que en mí sabe con toda privación estar conforme. Mas, fuera de perderte, hermosa amiga no ceas que sufriese rudo golpe quedándome en Madrid, Ya de los viajes no encuentro el chiste, y á la vida inmóvil me siento cada vez más inclinado. De mis contados días á la postre me voy asemejando á los moluscos que eutre sus conchas su existencia esconden. Un tiempo fué que con fruición profunda hubiera yo surcado aguas salobres, la vuelta al mundo dando y recorriendo sus continentes é islas y hasta islotes. Hoy solo pienso en recorrer mi cuarto y hacer eon mi fortuna filiforme un delgado capullo que me encierre hasta que en polvo inerte me trasformen. Yo me hallo bien en mi Madrid querido, mientras del sol el refulgente coche por Leo, Virgo y Libra va rodando ' que es tiempo para mí de vacaciones. Dueño y señor de mi persona vivo, ¿y no es este un placer de primer^ orden? mis circunstancias prenso y saco jugo, que es para vivir bien un gran resorte. Despunta el sol y de mi alcoba escapo, de par en par abriendo los balcones, y el ambiente saneo de mi albergue segttu la docta higiene lo dispone. Asalto mi petaca, saco un puro que es bueno, ya que no de los mejores, como arda bien y sin chupar con fuerza nublados de humo, que no aspire arroje. I e bruces al balcón, tomando el fresco veo pasar las lindas maritornes con su novio soldado, las cuadrillas de las burras de leche, los gritones traperos, horchateros, buñoleros, carruajes de alquiler, trabajadores los carros de limpieza) las mujeres que eo busca van de sucios papelotes; los perros sin bozal que la estrignina no hizo morir en tiesas convulsiones, los médicos, en fia, y cirujanos que empiezan ^u revista de dolores y ese prosaico cuadro de costumbres que muchos nunca han visto y que muy pobre les pareciera al verle, me distrae si ya no me abre campo á reilexiones. Aguardo á que mi fámula me diga que el consabido chocolate tome y en traje matinal, hacia el Retiro principio doy á mi far niente dolce. Recorro las sombrías alamedas donde se ocultan pardos ruiseñores que dan al sol naciente la alborada con vos que siempre con delicia se oye. Veo correr el agua en arroyuelos y escucho sus moaótonos rumores con un placer que no tas cansa nnuca aunque no tenga el tema variaciones. Aquí me para de no hogar de hormigas el incesante afán y las labores; allá una verde oruga, que sus alas labrando está en las hojas que corroe. De un álamo al amor, me siento á veces en ódel yiqne Dejo tal Tal ó la contemplando ora en la cual porvenir merced se vez vagar alas arena me deshace arpegio mi abismo deerrante musa escribiendo del mi desgarro áideal el arranca loca en proporción antojadiza, curso elmis fanusla que pensamiento eldulces recuerdos, no de brote; velo discorde, unal que nombres, celaje informe. arpa corre. ora son Icaros también mis ilusiones. De nuevo emprendo mi paseo y busco los setos y los árboles que oponen á los solares rayos el follaje juguete de aireciUos retozones. Corros de niñas y elegantes pollas me alegran eon los juegos, en que rompen al invadir los sotos, donde tienden alguna vez sus redes los amores. Salgo, por fio, del parque, y á mi choza me vuelvo antes que Febo se remonte y esparza su candente caballera por las sombrías calles que me acogen. Algún lugar amigo por ventura me place saludar sin que trastorne sus usos ni costumbres, ni me obligue á estar de cumplimiento hecho un Quijote^ Eotro en mi casa, y de su ambiente corto con el aire exterior las relaciones, y así consigo que á templada altura conserve mi termómetro su azogue. Un parco almuerzo mi apetito halaga , coo su tacita de café por postre, y al quinto, sexto, ó sétimo cigarro voy dando por chupadas pasaporte. Con la familia en pláticas amenas entretenido sigo, y á las doce en aofiba y fresca alcoba el cuerpo entrega sin resistencia alguna á los colchones. Echo mi siesta coo sopor profundo, si algo entre cejas no me tiene insomne, y sin conciencia de mí ser, Imito de la gallega gaita los roncónos. Dispiértanme i las cuatro, me desnudo, un baño de placer media hora dóime, y el retintín de platos y cubiertos hiriendo va mis tí-npanos acorde. Gastrónomo vulgar, mi sobria mesa fácil las fuerzas qne perdí repone, y vuelvo á mi café y á mi cigarro y á mi balcón en pos de distracciones. Un nietecito que es el diablo mismo hermoso para mí, porque es mi prole á esa hora es mi solaz y esparcimiento sin que me enfade nunca aunque alborote.. El y ia calle mi ánima recrean; si hay toros, en su arroyo apenas cojea los ómaibas, ya llenos, ya vacíos ue cruzan en opuestas direcciones, os filas de macetas las aceras parecen matizadas de colores coa los vestidos que las bellas lucen bajando al Prado con airoso porte. La tarde va espirando coa dulzura y así que el Sol canicular traspone, ya estoy andando con mi abrigo al brazo, y al Prado voy también con pretensiones. En un sillón de hierro que me ceden por medio real qne yo les doy en cobre, la fresca brisa del salón me orea y allí las horas permanezco inmóvil. Bu la fuente de Apolo oir me agrada el dulce murmurar de sus pilones, y ver sus leves ondas que rielan al reflejar la luz de los faroles. Las vueltas y revueltas de la gente, las arpas de los hijos del Piamonte, el canto estrafalario de los chicos que truecan en chicharra su gañote^ los clarines del parque de artilleros que dan á su retreta un lindo toque la luna cuyos rayos argentinos se asocian á ese cuadro en ocasiones, son para mí un coojunt) de recreos que eogañín mi atención y que respondea al bienestar tranquilo que yo busco hastiado de más vivas diversiones. Si es noche de verbena doy mil vueltas en torno de los puestos de licores, rosquillas y buñuelos, envidi.indo del pueblo las ardientes espansiones. Allá á las diez por lo común me alejo; hacia un caté cantante tomo el tole, * y en tanto que la espuma de cerveza de la ponchera cóncava basta el tope sube y que un vaso y otro vaso apuro, bañando en esa espuma mi bigote; testigo soy de los oltrages hechos al arte de Rossini y de Bethowen. Muy rara vez asisto á los Elíseos menos aun de Alfonsos y de Poles á los redondos circos y otras partes donde por un placer hay cien sudoresi^ Me recojo por fin en mi vivienda, y asi que dan en mi reló las once, parodio á Tito y acostado exclamo: Posible es que mañana mejor obre. Gscusado es decir que en esos diaa se torna mi tintero piedra pome» que es el polvo la fuod» d^ "n'» "broa y que el habla escatinoaa mis pnlmonesr Tal es la vida que en la corte llevo durante la esucion de los calores, amen de otras frioleras que me callo de la prudencia á los consejos dócil. iLa lástima es, Corina, que tan Urde lo qne esa vida es buena ahora notel iQaé tiempo tan perdido el que al trabajo, be consagrado en años anterioresl ¡Cómo ha de ser, huyamos por lo estárileí un bobas y Un tristes digresiones, lo cierto es que yo gozo en el verano en ostra convertido de la corte. Procura, pues, amiga que en tu viaja deMadrid: tu salud187i.—Imprenta la posesión recobres, de LA AIIÍRIOA, y vuelvas á Madrid quisiera 4 cargo de Josécomo Cayetano Condequien traza i tu solaz estos borrones. Floridablanca, 3. PEDRO MATA. S CRÓNICA HISPANO-AMERICANA.. 15 SECCIÓN DE ANUNCIOS. TONI-WUTRITir au Quinquina et a u Cacao c o m b i n e s 43, m e R é a n m u r %9 e t %9, r a e P a l e s t r * Los facultativos lo recomiendan con éxito en las enfermedades que dependen de la pobreza de la sangre, en las nevro*ia* de todas clases, las ñorei blanea$, It diarea crónica, perdidas seminales involuntarias, las hemoragias pasivas, las escrúfulas, las afecciones escorbútica», el periodo adinámico ae Uu ealenturai tifoidales, etc. Finalmente conviene de un modo muy particularmente especial á los convalecientes, íi los niílos débiles, á las mugeres delicadas, e t i las penonts de edad debilitadas por los años y lus padecimientos. La Uniotí medical, la Gaceta de los Hospitales, la Abeja medica, las Sociedades de medidna, bán cOD«Ut«do la. superioridad superioridad del del presente presente iremedio sobre los demás tónicos.* En Dudnos-Ayres : A. DEMARCHI y HERMANOS, y en las.principales farmacias de las AmericaK Depósitos en La Habana : SARRA y C" 43, ruó néaíuniar %9 c t 9t», r u é P a l e i t t r o Cliez J . L E B E A Ü L T , pharmacieo. k París los MALES DE ESTOMAGO, GASTRITIS, GASTRALGIA y las IRRITACIONES de los INTESTINOS Sen carados n i p i n n I I T r i p | f * Q • p » n r Q del»KI-iAl«GaE!»'IE»,nieRichelieu,26,enParis.—EsieagradabIealimento,queestáaprobadoporlaAcademIaimperii| por el uso del n A u H n U U i U C L U w A n f l D l I O de Medicina de Francia y por todo$ los Médicos mas ilustres de París, forma un almuerzo tan digcsiivo como reparador.— Fortifia el estdmago y los inleslinos, y por sus propriedades analépticas, preserva de las fiebres amarilla y tifóidm y de las enfermedades epidémicas.— Desconfiese de las Falsificaciones.-^ , Depósito en las principales Farmacias de las Américas. Deide el descubrimiento de estos TVnlet perfetíoi, M abandonan esos Untes débiles LLAHADOS AGUAS, que I exigen operaciones repetidas y que. mojan demasiada « n iBStontaneaaiente ü eabell* y • la cábese. — Otcuro, cattaño, eatlano claro, 8 fra, —• b * lu color primlUvo, por una glmpto aplioacioo, Negro rublo. 10 fi'S. — Iir. CALLHANN, « 9 , m e d e grasar ol Uñar, lin ownchar la cara, 7 m Mour axmaco, FABSULCÉUTIOO DE Í> qtMsas, IAUREASO DS LOS BOBPITAUBB OS PABIS r C e h l v a l e r , FABIS.—LA HAIAUA, • A B B A 7 C ^ n e d a d e a de aJ«M ni «tmaeMW. i a , m e d e rsícbiquier. Parla. . INOFENSIVOS JlríiT^ir r^^\ IRRIGADOR Invención del Doctor ÉGUISIER. Los irrigadores que llevaD l i estampilla ORAPIERft FILS, son losúDieoi que nada dejan que desear. Estos instrumenlos reconocidos como iuperiores; de perfección acabada, ninguna relación lienenconlos numerosas imitaciones esparcidas en el comercio. Precio: 14 i 32 fr. *eg;un el tamaño INTURES DU CA D O C T E U K L L M A N N ledalli i li UtMti 4t Iti Cieldu iidMtriilet It Pirii. • RRAGUERO CON MODERADO NO MAS CANAS PARA EL TRATAMIENTO Y LA CURACIÓN DÉLAS HERNIAS. »^*^^^^W^^>S^VS^^^^^^»»i^^V»*»^^VW»«^^WV*l»WM«^MNWtf<^ Estos nuevos Aparatos, dc superioridad Incontestable, founen todas las perfecciones del AHTZ BE&NiAaio ; ofrecen una fuerza que uno mismo modera á su gusto. Todas las pelotillas son el en Interior de cautcbú maleable; no tienen acción ninguna irritante y no perforan el anillo. Se encuentran en nuestros almacenes toda especie de Bragueros y Suspensorios. D R A P I E R & F I L S , 41, ruede Rivoli, y 7, boulevard Sebastopol, en Paris. VERDADERO LE ROY EN LIQUIDO ó PILDORAS Del Doctor SlGíiORET, ÚDÍCO Sucesor. 61, me de Seine. fABlS Los médicos mas célebres reconocen hoy dia la superioridad de los CTacuatlTos sobre todos los demás medios que se han empleado para la V © MELANOGKNi TINTCRA SOBRBI ÁLIKim de D I c g U E U A R E atoé N u e v a . I n v e n c i ó n , c o n p r i v i l e g i o s . g. d. g. CURACIÓN DE LAS ENFERMEDADES ocasionadas por la alteración d« los humores. Los evacuativos de I.K HOY son los mas Infalibles y mas eficaces: curan con toda segu^ ridad sin producir Jamas malas consecuencias. Se toman con la -J ^ mayor facilidad, dosados generalmente para los adultos i una ó ^'a. dos cucharadas ó k 26 i Pildoras durante cuatru ó cinco, .» ^ k ' días seguidos. Nuestras frascos van acompañados siempre «4 B V. de una Instrucción Indicando el tratamiciitu que debe .que se exija el verdadero La ROY. En los tapones ^ (9 l^ieguirse. Recomendamos leerla con toda atención y ^ Vle los frascos hay el H ^vsello Imperial de A PEPSINE BOÜDAÜLT EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE 1867 la medalla nniea para l a pepaiaa pura §!• •ido «lorgadii A RDESTRA PEPSINA BOODADLT la tQla «eonaejada por el D ' CORVISART m M l c o del Emperador n a p o l e ó n III y l a aola e m p l e a d a e n loa HOSPITALES n E PARÍS, con éxito infaübU) en Eiiair, Tino, J a r a b e BOVDAVLT y poWoa (Frascos de una onza), en lae Oaalrllla GaalralRlaa Asruraa Naaaeaa Rrnetoa Oprealon Pltoltaa Gaaea Jaqnoea DIarreaa •f loa Tomlloa de laa majerea eBsbaraaadaa PARÍS, KN CASA d e HOTTOT, S u c c , 24 R P B DBS LOMBARDS rOCONFIfSE DE LASFALSIflGACIONESDE.lLA VERDADERA PEPSINA BOUDAULT ^AWE^OWV^Il 0 1 HDAR Para tsflir «a aa Biaata, asi totfos lea Bauaas, les eabeilea y la barba, sin peligre para la pM y sin alagaa alee. Bsu Uolura es aayaiM* á *»• dae tas asadas hasta al Ma i a hoy. Fábrica eo Rúan, me Salntfllcolat, W. » Depósito «n casa de los principales patnadorss y pertumadoraa del mundo. cata en raria, rae st^Uonort, WT. NICASIO mM'W. ESTABLECIDO CON UBRB'lfA MERCERÍA Y ÚTILES l E ESCRITORIO en } Valparaíso, Santiago y Copiapó, los tres puntos mas importantes de la república de Chile. admite toda clase de coaslga*ciones, bien sea en los ramos arriba indicados ó en cualquiera otro que se le confie bajo .condiciones equitativas para el reml tente. Nota. La correspondencli ¡debe dirigirse á Nicasio Ezquerra, Valparaíso (Chile.) GÉLI3*CÓÑfÉ Farmacaotioo ds I" olasse de la Facultad da Paris. Aprobadas por la Academia de Medicina da Paris. Este Jarabe este empleado, hace mas de 30 aOos, por los Reiulu de dos informes dirigidoa a dicha Academia el aOe masOcelebres médicos de todos loa paites, par» curar las 1840, y hace poco tiempo, que las Grigeas de Gélii j AUTORIZADO BN FRANCIA, EN AUSTRIA, EN BÉLGICA Y EN RÜSSIA. onfermedadeg del coraxon y las diverias hldropetiai. ConU, son el mas grato y mejor ferruginoso para la curaciom > i í * JííáíSÍ,'.'.* 'S? ÍS'P'teles recomiendan el nuevss, Invetedaras 6 rebeldes al marearlo y También se emplea con feli» éxito para la curación de las tiaide la oloroaii (colorM piMot); las perdidas blancas: ROB VEGETAL BOTVÍAO LAPFECTEÜR, otros remedios, asi como los empeines y laa en piíacionei y opresiones nerviosas, del asma, de los catarros las debilidades de temperamento, em ambos sexos; aprobado per la Real Sociedad ds Hadldna. i fermedades cutineas. El Rob sirve para curar: crónicos, bronquitis, tos convulsiva, esputos de sangre exaranllaadO eos la Irma del doctor Ginmitmu ¿ Herpes, abeesos, gou, marasmo, catarros para facilitar la menstruación, sobre todo a 1M Javadni-Gtrntí, médico da la Paenlud ds Paris de la vejiga, pálidas, tumores blancos, asmu tinción de Tox, etc. nés, etc. Esta remedio, de muy boen gnsto y mny flclí nerviosos, úlceras, sarna dejensrads, reumatisda tomar con el mayor sigilo, se emplea en la mo, hipoeondrlas, hidropesía, mal de piedra, Deposito general en casa de LABÉLONTE y C, calle d'Abonklr, 09, plaia del Caire. Barloa rsal bace mas de i asenta afios, y cura eiaiis, ga8th)-enteriUs, escréfulu, eaeorbuto. •ñ poco tiempo, ron pocos gastos y sin temor .--Jlí'JÍ**; •" Batana, Lerlrerend, Reyea; Fcraaiidea y C , Sara y C ; - en Ktjico, • . r a o W I n a a e H y Vi Depósito, noticias y prospectos, grills encasa 4» cecaidaa, todas las enfermedadaa iIlBUtlcas ds los principales boticarios, «spésito general en la casa de Doctor CUrandeao de •alnt.^erTato, II, caUe Rlehir, Pl«». ¿¡ffliio « » ^ . ' ' ' J i ? " í " ' " " l ' r ñ ? S , ? » * 1 . ' • - • • « « « • ! - •" Banoi-Ayret, Demarchl h e r u . a n o . , - en Santiago y TaU -DepOslio en todas las o»"''",'-''"«"/>'« * t o /W«í/Ic4h«, yaiUaseta Onaaqne Tilla la parauo, H o n s l a r d l a n - en Coítoo, BoHca central i — en iiato, Dupeyron y « • : — «n GitavOQuil, GauUi G a l w y C* ,•/ en l u principalet farmacias de la America y da las Filipinaa. » v , «n üuayaipt», u-ui , u.s««i tapa, y lleva lafirmaOlraudeau de Salnt-Gervaia. n •» ROB BOYVEAU LAFFEGTEUR S 16 LA AMEEICA.—AÑO XVI.- -NÜM. 13. PIIDORIS DiniET -EiU nueva coniblnaeion, fundada ^sobre principios no Iconotidoa por loi Imidlcot antlguoa, filena, con ona preeiilon digna de alenrion, toda* lai condicione! del problema del medicamento purgante.—Al reveí de otros purgativos, este no obra bien sino •uando se toma con mu; buenos alimentos y bebidas fortlDcantes. Su efecto es seguro, ti paso que no lo es el agua de Sedlitz } otros purgativos. Es fácil arreglar la dtfsis, según la edad y la fuerza de las personu. Los nlBos, los ancianos j tos enfermos debilitados lo soportan sin dificultad. Cada jual escoje, para purgarse, la bora ; la comida que miüor le convengan según sus ocupaciones. La molestia que causa el purgante, tstando completamente anulada por la buena llimentaclon, no se halla reparo alguno eo purgarse, cuando haj'a necesidad.»Los médicos que emplean este medio no encuentran 'ermos que se nieguen á purgarse so pred« mal gusto 6 por' temor de debilitarse. la ¡Wrueeion. En todas las buenas das. C«Jasde30rs.,7del0rs. S0Ak TENEDURÍA DE LIBROS. EL TAETUFO, POR D. EMILIO GALLDR. N u e r a edición refondida oon n o t a b l e s a n m e n t o i e n la teoría y en. COMEDIA E N TRES ACTOS. la práotioa. Obra recomendada por la Sociedad Económica de Amigos del país de AU Se vende en Madrid, en la librería de Cuesta, calle de cante,; de grande aceptación por el comercio en España y América. Carretas, núm, 9. Un tomo de SOOpiginas próximamente, en 4.° proiongado, que se vende ' 30 reales en las principales librerías, y haciendo el pedido al autor en Alicante. Barcelona, Miabó, Espadería, i4.—Cádiz, Verdugo y compafiia.—Madrid Bailly-BallUere—Habana, Chao. Habana. 100. CATECISMO D E L A RELIGIÓN NATURAL, Jaunctra, Call<>«lila"'«»<» O» Medicinare Frahda «por ^0 médicos de ios Hospitales de P . i ^ S e nalla en las principales librerías. •fulenes han heclio constar su superioridad •»• ure todos los oíros peciorales y su Indudable imucia contra los lloaMdiaos, artpp*. brttá. •lonas y las AfMolenu dol pmtae y de la JiARABE DEPURATIVO" BaeOBTItAa OINAllIllaSAMtRS» CON iODURO OE POTASIO » • «.•». l a a e s a , • l >M « • • UaM-ltalM-raal, rarla. Kl lodsro de potasio «a an Terdatoe alleranta, an depuratiro d« traada eleacia; asociado al jarab« Mevrtasas da naranju amargas «s ^M«s racibido por todos loa esld.«agoa a«a eaai (ñera la eenstitu•ioadal anfanaosin p a r t w W BT , l « a « l a laa fnn e i o n u . Su eompos. *í«« aiempra Í(IH1 permite i loa •jWleea iQar l u dóala aefia los *<«M» «sero/«Io,«, Mtrtuiiv, • w i « w w « . HfUHcM saemdafMtt , t*nUriu,t»nrt^mití,«.aaMa,a«.. MU k-,Jt»mMma».mmmmm^mur (lACAHODT DE LOS ÁRABES de n B i . A i « « n K « n K único alimento aprobado por la Academia dt Mrillciiia de Francia,fiesiableceá la» person a» »i(er.na» díl «.tOmno 6 de los Int«MBo« tmihc, i l„, mifl.s y < la, per„„as dél'len «or sus propiedades aaisMptlus, preserva fi tas riabrM amarilla y tifóld... Ca(i« frasco y caja lleva, sobie la etiqueta, el Bwiilj.e y rúbrica de oiXAliaRBHiBii, y hi «!t»s de su casa, calle de Hichelieu. M,eiiPa. '"/>"/'"'""• ""«''"'o <•«» la> fiíltlflcutíona. ItepOsiiua en las principales Farmacias de AinencM. ilíili i i P iS- VAPORES-CORREOSDEA. LÓPEZ Y COMPAÑÍA. LINEA TRASATLÁNTICA. EXPRESO ISLA DE CUBA. E l MAS ANTIGUO EN ESTA CAPITAL R e m i t e á la Penínsqia por los v a p o r e s - c o r r e o s toda clase d e efectos y s e liace cargo d e agenciar e n la ctírle f u a l q u i e r a comisión q u e s e l e confie. —Habana, Mercaderes, nüm. 1 8 . — RAMUtEZ. EL ÜHIVÉRSÍI PRECIOS DE SUSCniCION. Madrid, un mes 8 reales. Provincias, un trimestre, d i r e c t a m e n t e . . . . 30 » por comisionado . . . . 32 » Ultramar y extranjero. 70 y 80 Para P a e r t o - R i c o y. IB H a b a n a , salea d e Cádiz los dias 15 y 3 0 d e cada mes. Prestan este servicio vapores d ^ 3 . 0 0 0 á 3 . 5 0 0 toneladas d e d e s p l a z a m l e a t o . GOMBINA.GION CON LA. O) 19 1 ^ TRASATLÁNTICA. C/D 11 un LINEA DEL MEDITERRÁNEO EN m §ls^ r CZ3 CX3 C30 9 Salidas de Barcelona para Valencia, Alicante, Milaga y Cádiz los dias 7 y 22 de cada mes. Regreso de Cádiz los dias 1.* y 16. Para paiages, fieles y otros informes dirigirse i D. JULIÁN MORENO, ALCALÁ .28. o o a a CORRESPONSALES DE LA AMÉRICA EN ULTRAMAR Y DEMÁS CONDICIONES DE LA SUSCRICION. ISLA DE r.llBA. riLIFlNAS. CENTBO AMÉRICA. Haliana.—STes. M. Pujóla y C " , agentes Manila.—Sites. Sammers y Pnertas, agen- Guatemala—En la capital. D. Ricardo E s cardille. tes generales con quienes se entienden generales de la isla» San Salvador.-H. Luis de OJeda. los de los demás puntos de Asta. Alatamas.—Sies. Sánchez y C." S. Miguel.—J). José Miguel Macav. Trinidad.—h. Pedro Carrera. La Vnion.—D. Bernardo Courtaae. SANTO noamco. Cienfvegot.—n. Francisco Anido. Hondura! (B. Alejandro Bonilla. Cárdenas.—í). Ángel R. Alvarez. tonio de Barruel. Puerlo-Plata.~D. Miguel Malagon. Hernia.—^. E n eterio Fernandez. Costa Rica (S Jo«i).—D. José A. Mendoza. MUa-Clar .—I). Joaquín Anido Ledon. SAN TECHAS. Mtttizanillo. - D . Eduardo Ccdina. KCETA GRANADA. Ivivicav.—t). Bnfael Vidal Oliva. ¿"di! Antonio de Rio-Blvnco.—'b. José Ca- (Capital).—1>. l u i s Gnasp. JSoffoW.—Sres. Medina, hermanos. Curaiao.—Tü. Juan Blasinl. denas. Santa Marta.—D. José A. Barros. Calataiar.—V>- Juan Ferrando. Cartagena.—D. Joaquín F. Velez. a^jico. €iiitarUn D. HlrólUo Escobar. J>fl»omd.—Sres. Ferrari y Deilatorre. ^valeo.—D- J"»" <'rPSi o y Arango. Colon.—D. Matías Villa verde. Bnxo y Fernandez. Ueígtiin.—D- José Wannel Guerra Alma- (Capital).—SKS. Cerro deS. Antonio.—S,T. Castro Viola. VífííffKi.—D.Juan Carredano. Mondren.—Í). Fsntiafio Muñoz. Tampieo.—H. Antonio Gutiérrez y Victo- MedelHn.—'D. Isidoro Isaza. Cííífl «cctia.-TiD()niiní¡o Kosain. ry. (Con estas agencias se entienden t o - Mompot.—STes. Rlbcu y hermanos. Pasto.—n. Abel Torres. Cimarrona.—1). Francisco 1 ina. das las del resto de Méjico.) Sabanaldaga.—D. José Martin Tatls. Jarvco.-D. Luis Guerra Clialius. Sineelejo.-h. Gregorio Blanco. Soíitio la Cratide.-h. hidaleci9Banios. VEKEZVELA. Barranquilla.-D. Luis Armenia. Quemado de tiUnes.—D. Agustín Mellado Pinar ael Rio.—r>. .losé María Gil. Coroeaí.—D. Evaristo Fombona. PERlS. tltmedus.—í). Alejandro D e ' p d o . Ptierto-Cal>ello.—T). Juan A. Segresláa. 5nn/icf(?.-Sres. Collaro y Miranda. La Guaira.—Sres. Marti, Allgrétt y C timo.—Sres. Calleja y conipañia. Maraicabo.—St. D'Empaire, nijo. Arequipa.—D. Manuel de G. Castresana. CiudadBoHvar.—h. Andrés J. Montes. PCEBTO-RICO. Iguigue.—Ti. O. E. Billinghurst. Barcelona.—T>. Martin Hernández. Puné.—D. Francisco Laudaela. Pietri. San jBflB.—Viuda de Gcnzalex, imprenta Carípano.-ST. Tacna.—h. Francisco Calvet. PWiippe Beanperthuy. y librería. Fortaleza 18, agente g e n e Uattirin.—li. Trfí«//o.—Sres. Valle y CasUllo. ral conquienseentendeián los estable- Yalencia.—D. Julio Buysse. Callao.—h. 1. R. Aguirre. Coro.—D. J. Thielen. cidos en todos los puntos importantes Arica.-D. Carlos Eulert. de la Isla. Piura.—}i. E . de Lapeyrouse y C BRASIL. La P s i . — D . José Herrero. Cohija.—Xi. Joaquín Dorado. Coenabamha.—D. A. López. Potoni.—Xi. Juan L . Zaoala. (. ruro.—D. José Cárcamo. Rio-Janeiro.—n. M. D. VlUalba. Ria grande del Sur.—íi. J. Torres Creh^ net. PARAGDAT. ECUADOR. Atunetm.—l>. Guayaquil.—H. Isidoro Recalde. Antonio Lamota. tKDGDAT. cmLE. Santiago.—^Ttt. Juste y compaBia. Yalparaiio.—h. Nicaslo Ezquerra. Copiapó.—h. Cirios Ferrari. La Serena.—Sres. Alfonso, hermanos. Buaseo.—V. Juan E, Cameíro. Concepción.—T>. JoséM. Serrate. Montevideo.—D. Federico Real v Prado. S a t o Orienlal.—STeB. Canto y Morillo. COTANA INGLESA. D m e r a r a . — H H . Rose Ouff y C.* PLATA. Suenog-Airef.~I>. Federico Real y Prado. Catamarca.—D. Mardoqueo Molina. Córdoba.—í). Pedro RIvas. Corrientes.—D. Emilio VIgll. Paraná.—i'. Cayetano RIpoll. Rosario — D. Eudoro Carrasco. Salta. . Sergio García. Santa / f — D . Remigio Pérez. Tuctt au.—X). Dionisio Moyano. Gua egi. ayehú.—h. Luis Vidal. P a íondK.—D. Juan Larrey. Tucuman.—h. Dionisio Moyano. TRmiDAD. Trinidad. ESTADOS'QtnDOS. Nueva- York.—U. Eugenio Didler. 5. FranetseodeCatilwiíia.—M. H. Payot. Nueva Orleant.—U. Víctor Hebert ESTRAIfiKRO. Parí».~Mad. C. Denné Sehmit. r o e ftvart, núm. z . Míído.—Librería de Campos, rúa n o t a de Almada, o s . LMrí».-%ni. Chldley y Cortázar." 7 1 . Store Street. CONDICIONES DE LA PUBLICACIÓN. POLÍTICA, ADMINISTRACIÓN, COMEECIO, AETES, CIENCIAS, INDUSTRIA, LITERATURA, etc.—Este periódico, que se publica en Madrid los dias 13 y 2» de cada mes, hace dos numerosas ediciones, una para Espafia, Filipinas y el extranjero, y otra para nuestras Antillas. Santo Dommgo, San Thomas, Jamaica y demás posesiones extranjeras, América Cential, Méjico, Norte-América y América del Sur. Consta cada número de 16 á 20 páginas. La correspondencia se dirigirá á D . Eduardo Asquerino. . . Se suscribe en Madrid: Librería de Duran, Carrera de San Gerónimo; López, Carmen; Moya y Plaza, Carretas.—Provincias: en las principales librerías, ó p o r m e ' io de libranzas déla Tesorería Central, Giro Mutuo, etc., ó sellos de Correos, en carta certificada.—Extranjero: Lisboa, librería de Campos, rúa nova de Almada, 6 a i aris, librería Española de M. C. d'Denne Schmit, rué Favart, núm. 2: Londres, Sres. Chidley y Cortázar, 17, Store Street. Para los anuncios extranjeros, reclamos y comunicados, se entenderán exclusivamente en París con los señorea Laborde y compañía, rué de Bondy, 42.