Correspondencia A Sus Hijas - Instituto Progreso Y Esperanza

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JOSÉ ABRAHAM MARTÍNEZ BETANCOURT 1903-1982 OBISPO DE LA DIÓCESIS DE TACÁMBARO Y FUNDADOR DE LAS SIERVAS DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN CORRESPONDENCIA A SUS HIJAS Tacámbaro Mich. México 1 HOMENAJE AL EXCMO. SR. DR. D. JOSE ABRAHAM MARTINEZ BETANCOURT EN EL PRIMER CENTENARIO DE SU NACIMIENTO 1903-2003 Pbro. Hilario Téllez Lejos de mí, pretender hacer una biografía del Sr. Abraham, no tengo la capacidad, ni el tiempo, ni los elementos para ello, ni sería ésta la oportunidad para presentarla. ¿Una semblanza? Confieso que no tengo una idea clara de que sea eso. Si usamos el símil de las artes plásticas, tendré que decir que no es, desde luego, una fotografía, ni una pintura idealizante, ni un boceto y menos una caricatura que requiere un talento especial. Simplemente trato de hacer unos trazos con brocha gorda que nos ayuden a aflorar la figura tan amada que todos llevamos en nuestros corazones. Para Ello, trataré primero de hacer lo que dice S. Pablo en su primera carta a los Corintios: Os trasmití lo que a mi vez he recibido , o traducido a nuestro lenguaje. Tal como me lo contaron se lo cuento . Invitaré luego a contemplar sus obras y a reflexionar sobre ellas; aunque mejor podríamos decir SU OBRA, con mayúscula, porque todo lo concibió y realizó en perfecta unidad. Finalmente, con toda modestia, daré mi testimonio de lo que mis ojos vieron, mis oídos oyeron y mis manos palparon, como dice el Apóstol y evangelista, mi propia experiencia, lo que viví en el trato cercano que Dios me concedió. ¿Cómo lo haré? De la única forma que yo sé hacerlo, en un relato llano, popular, sin filigranas retóricas. Ese es mi estilo, no tengo otro, no me da para más; a tenor de Espigando en mis Recuerdos . Pero vengamos ya a delinear esa amada figura: tratemos de descubrir sus raíces, pues como me decía mi padre: Para cortar la sandía, hay que fijarse en la guía . SUS RAICES Nuestro ilustrísimo personaje nació en Peribán, Mich. El día 16 de Marzo de 1903 de una familia de Santos. Sus Padres, D. José Trinidad Martínez y Doña. María de Jesús Betancourt Alcázar, aunque se dice que el apellido paterno de D. José Trinidad era Tolentino; pero como desde muy pequeño quedó huérfano de padre y su mamá Doña María de Jesús Martínez asumió los roles de padre y madre, los vecinos lo identificaron simplemente como Trino, el hijo de Doña María de Jesús Martínez, Trino Martínez, y terminó por adoptar este apellido que heredó después a todos sus hijos. Fue catalogado como un hombre bueno, humilde, piadoso, honrado a carta cabal, entregado al servicio de Dios, fiel, y eficaz colaborador en los trabajos manuales y evangelizadores de la parroquia, asiduo en la oración y especialmente en la adoración y cuidado del Santísimo Sacramento. Todo sin descuidar su servicio a la comunidad como el carpintero del pueblo. Se me ocurre que, como a Jesús, pudieron haber llamado al Sr. Abraham El hijo del carpintero . Don José Trinidad se había casado en primeras nupcias con Doña Serafina Gallegos quien murió a los pocos años, después de haberle dado cuatro hijos varones: Marcelino, Miguel, José María y Cristóbal. Solo Miguel y José María llegaron a la edad adulta y fueron excelentes y celosos sacerdotes, conocidos entre nosotros como el P. Miguelito y el P. Chemita, ambos de reconocidas virtudes, santos, en el sentir del pueblo. 2 A su tiempo, D. José Trinidad contrajo nuevas nupcias con Ma. De Jesús Betancourt Alcázar, descendiente de una familia francesa llegada al país a mediados del siglo XIX y establecida, después de un largo peregrinar, en la región de Peribán y Los Reyes. La Sra. Ma. De Jesús le dio a D. Trino otros cuatro hijos, tres varones y una mujer: Antonia, Pedro, Lorenzo y José Abraham, único que llegó a la madurez y se convirtió no solo en buen sacerdote sino en un Obispo Santo. Pero la familia Betancourt ya se había revelado como una familia levítica; numerosos sacerdotes y religiosas de este apellido habían surgido en esta diócesis de Tacámbaro y Zamora y tuvimos la suerte de conocer a los Padres Francisco y Andrés Betancourt Franco, a nuestro queridísimo P. Eudoro, a Rafael y Pedro; a la Hna. Juanita y la Inolvidable tía Luisita, La novicia rebelde que después de consagrar los últimos cincuenta años de su vida al servicio del Sr. Abraham, murió como profesa de las Siervas de la Inmaculada Concepción y voló al cielo donde vive su eterno juniorado. Estas son sus raíces familiares, no sólo biológicas sino también espirituales. En efecto, de sus padres heredó la fe, la piedad, la rectitud, la laboriosidad, la humildad, la caridad... y de sus hermanos aprendió la santidad sacerdotal traducida en bondad, sencillez, fortaleza, valentía, celo apostólico, paz interior... testimonios que quedaron profundamente grabados en su alma de niño, desde que los acompañaba en sus ires y venires llevando el bien a los pobres, a los enfermos y pecadores. Toda esta semilla tenía que germinar, brotar de lo más profundo, y fructificar a su tiempo para manifestarse en la vivencia de su propia vocación al sacerdocio y al episcopado. Todo árbol bueno produce frutos buenos . Así el Sr. Abraham, fruto de este maravilloso árbol familiar, al convertirse a su vez en árbol bueno, no podía menos que producir buenos frutos. SUS OBRAS Pero vengamos ya a contemplar esos buenos frutos, sus obras como ya decíamos, su obra, la Diócesis. Sí, porque la Diócesis de Tacámbaro, en toda su integridad, es la obra del Sr. Abraham, pues, sin desconocer ni menospreciar la meritoria labor de sus predecesores, es legítimo decir que fue él quien verdaderamente le dio una definida identidad. Para llegar a aquilatar con justicia la magnitud de ésta su obra, creo conveniente hacer algunas consideraciones no sólo sobre las condiciones imperantes al momento de tomarla en sus manos, sino también sobre los antecedentes anteriores y seguramente no superados. Al ejecutarse la bula de creación de la Diócesis con las parroquias periféricas de las Diócesis de origen, la legislación eclesiástica vigente tenia tres años de haber sido promulgada, me refiero al Código de Derecho Canónico de 1917, y con aquellos medios de comunicación de la época no creo hacer la menor injuria si me atrevo a decir no sólo que no estaba rigiendo la vida de la Iglesia en esta región, sino que puedo asegurar que los sacerdotes ni siguiera habían visto el librito. Sólo pensemos que nuestro actual Código, está cumpliendo en estos días veinte años, (25 de Enero de 1983), los medios de divulgación actuales son envidiables y yo me pregunto: ya lo estamos viviendo? ¿Ya lo hemos siquiera leído? ¿Lo consultamos? ¿Al menos lo tenemos en nuestros polvorientos anaqueles? ¿Ya podemos colegir qué pastoral se encontraría el primer Obispo, el Excmo. Sr. Don Leopoldo Lara y Torres? Y pensar que para llegar a conocerla tenía que cruzar aquel inmenso territorio tan accidentado y sin el más miserable camino carretero, todo a pezuña de mula más que de caballo. Diríamos que su tarea tenía que irse desmontado el terreno, limpiándolo 3 de malezas, diseñar su proyecto de Diócesis y abrir las cepas para sentar los cimientos. Pero su labor fue prematuramente truncada por la persecución religiosa de 1926 y él mismo fue definitivamente desterrado de su Diócesis. Pasaron ocho largos años antes de que viniera el segundo Obispo, el Excmo. Sr. Don Manuel Pío López Estrada (1934) y encontró la situación tal vez en peores condiciones que las iniciales pues además de que los sacerdotes se habían dispersado remontándose a los cerros, se habían acostumbrado a realizar su pastoral a salto de mata, acomodándose a las circunstancias del momento , es decir , al margen del Derecho, a pura ley natural. Además él mismo no se sentía seguro todavía y cuando al fin pudo salir a la luz, tuvo que hacer los mismos recorridos, con los mismos medios, para tener una visión de la realidad antes de dar algunos pasos para reorganizarlo todo de nuevo; pero una vez más se interrumpió el proceso porque a escasos cinco años, el 30 de junio de 1934, lo trasladaron a Jalapa, Ver. Y ese mismo día, por coincidencia, moría en Morelia el Excmo. Sr. Lara; de manera que a la vez perdíamos dos obispos. El Padre Abraham, vicario parroquial de San Jerónimo y secretario de la Mitra con nombramiento de Vicario General, fue elegido como Vicario Capitular o Administrador Diocesano como se dice ahora. Ya desde la secretaría de la Mitra había podido enterarse de la problemática de algunas parroquias, más, al ser nombrado Vicario General. Pero de hecho le ataba su condición de Vicario parroquial. Ahora como Administrador Diocesano en Sede Vacante tenía la oportunidad de salir a conocer de cerca las parroquias que le faltaban. Así cuando en mayo de 1940 el Excmo. Sr. D. Luis María Martínez, encargado de los negocios de la Delegación Apostólica, le comunicó que el Papa pensaba en él para el obispado de Tacámbaro; sabía lo que se le ofrecía, la magnitud de la tarea; pero pensaba para sus adentros: Tal vez nadie se arriesgue... como es la última diócesis de la República... pero si el Papa lo dice... y aceptó y se quedó tan tranquilo sin temores ni triunfalismos, simplemente se preparó a cumplir como los buenos. Y cuando, publicado el nombramiento, le preguntaron cuándo sería la consagración, contestó con aplomo: Luego, luego que se pueda, ya está el nombramiento ¿Qué otra cosa buscamos? Fue consagrado y tomó posesión como tercer Obispo de Tacámbaro el 20 de octubre de 1940. A partir de ese día se dispuso a montar y cabalgar por todo el territorio para visitar a los sacerdotes, animarlos a seguir con ardor su apostolado y convocarlos a la celebración del primer Sínodo Diocesano, encaminado a analizar la situación, descubrir los mayores retos y volver toda la vida diocesana a los cauces del Derecho Canónico. Después de un año de intenso trabajo de preparación, se celebró este primer Sínodo en el año 1942 en el que se establecieron algunos criterios sobre la unidad diocesana, la vida de los sacerdotes, la educación, el seminario, y la administración de los sacramentos, conclusiones que fueron como leyes para la Diócesis, y se insistió sobre catequesis, misiones y escuelas. Como fruto de este Sínodo surgió la inquietud de organizar escuelas católicas en la Diócesis; pero ante la dificultad para conseguir personal docente, se fue llegando a la conclusión de que era necesario fundar una congregación religiosa que tuviera este carisma y fuera formado por jóvenes de la propia diócesis. Urgido por los sacerdotes, fue madurando la idea y por fin, después de elaborar un proyecto de estatutos y de conseguir una religiosa experimentada como Cofundadora, el Sr. Abraham expidió el Decreto de Erección de la Pía Unión de Siervas de Inmaculada Virgen María el 12 de mayo de 1945 con la personalidad jurídica que el código señala a las asociaciones canónicamente erigidas. 4 Desde entonces, en el corazón del Sr. Obispo corrieron paralelas la preocupación por la formación de sus sacerdotes y la preocupación por la formación de sus religiosas. Ambas le rendirían abundantes frutos, pues para el final de su ejercicio episcopal en 1979, el 90% del Presbiterio de Tacámbaro, incluido el nuevo obispo, era fruto de su seminario, el seminario que él refundara desde su investidura de Vicario Capitular. Amén de todos los sacerdotes que habían quedado en Apatzingán y en Ciudad Altamirano; en tanto que sus ya numerosas religiosas atendían colegios florecientes, dentro y fuera de la Diócesis. Otras dos pasiones ocupaban su corazón de pastor: La Acción Católica y la catequesis. La primera como una forma de tomar en cuenta a los laicos, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, e implicarlos en la misión salvífica de la Iglesia. En su tiempo florecieron las llamadas cuatro ramas: la U.C.M. de los señores; la U.F.C.M. de las señoras; la A.C.J.M. de los jóvenes y la J.C.F.M. de las señoritas. En esta misma línea fundó e impulsó la obra de las vocaciones sacerdotales, O.V.S., con el fin de que sacerdotes y fieles laicos apoyen la formación y santificación de los sacerdotes con su oración, interés y una modesta aportación económica. La catequesis, como base fundamental para la vida cristiana por el conocimiento de Dios y de su plan de salvación, quiso que fuera tarea primordial de todo seminarista; se atendían todas las rancherías cercanas a Tacámbaro aun de la parroquia de Tecario. En este campo el Sr. Abraham llegó a ser reconocido nacionalmente como el Obispo Catequista. Entre sus muchas virtudes destaca como una estrella rutilante su pobreza de espíritu; su desprendimiento era proverbial; no solo hizo la opción por los pobres sino que vivió la opción por la misma pobreza. Esta actitud quedó especialmente patente con la erección de la Diócesis de Apatzingán. Cedía la mitad de su Diócesis, la región de la esperanza, que había repuntado como un polo de desarrollo económico; el desértico Plan de Tierra Caliente se había convertido en una fértil llanura vestida de esmeralda por la variedad de cultivos; cedía la región de Coalcomán, clave para la economía Diocesana y semillero fecundo de vocaciones. Cedía Acahuato, privilegiado centro de culto mariano y, sin duda proveedor de recursos económicos. Hasta los mismos Obispos se preguntaban ¿Cómo va a subsistir Tacámbaro? Pero él sólo pensaba en el bien espiritual de los fieles. Así respondía cuando alguien de aquella región se quejaba: Ahora van a estar mejor atendidos con un Obispo más cerca de ustedes . Pero no bastó con esta división (alguien diría con este despojo) unos años más tarde, al crearse la Diócesis de Ciudad Altamirano cedió Huetamo en plenas perspectivas de desarrollo por las obras de la Cuenca del Balsas, y San Lucas con el único santuario mariano que nos quedaba. Sin embargo la obra del Sr. Abraham, la Diócesis de Tacámbaro, menguó con la creación de estas Diócesis, sino que cobró nuevo crecimiento material y espiritual con la nueva vitalidad que le infundió Vaticano II cuya doctrina y espíritu se empeñó en difundir y llevar a comprensión y vivencia. no sólo no impuso de el Concilio una mejor 5 ¡Cuantas cosas más se podrían decir para ponderar la obra del Sr. Abraham! Ojalá un día alguien se anime a hacer algo más completo y mejor documentado. MI EXPERIENCIA VIVA DEL SR. ABRAHAM Lo que mis ojos vieron, lo que mis oídos oyeron, lo que mis manos tocaron, mi experiencia viva del Sr. Abraham: quiso Dios enlazar mi vida de tal manera a la suya, que fue para mí más que un obispo; un padre, un amigo, un maestro. Pude ser testigo directo de muchas de sus virtudes: su amor a Dios, a Cristo y a su Iglesia, especialmente a sus Diocesanos Sacerdotes, Religiosas, y laicos; amor manifestado en la facilidad de retener nombres, lugares y hasta anécdotas de cada uno. Era interesante viajar con él, porque de pronto decía: Mira, allá, debajo de ese cerro pelón, hasta el fondo de la barranca, hay un ranchito que se llama El Jabalí , allí vive doña Julia, una señora gorda y malhablada pero muy buena. Un día la tumbó el burro porque en la cuesta se arranó por su peso y ella se soltó diciéndole maldiciones al burro pero cuando le dijeron que allí iba yo, ya no hallaba donde meterse por la pena . Después, siempre que se encontraba con alguna persona de El Jabalí le llamaba por su nombre o al menos le llamaba Cleto o Cleta y le preguntaba por doña Julia y por su burro. La gente se sentía feliz de que se acordaba de ellos, de su ranchito y hasta de sus historias. Su amor al Papa rayaba en la idolatría, tenía un respeto extremo por todo lo que viniera del Vaticano, así fuera del barrendero, y era celosísimo del secreto Pontificio. Yo mismo fui victima de él: Cuando se iba a crear la Diócesis de Apatzingán, él obtuvo el permiso para hacer algunos cambios antes de la división; quiso cambiar para acá a los que acá teníamos nuestras familias y enviar allá a los que las tuvieran allá. La medida me cayó como bomba; más cuando la notificación de mi cambio me llegó con mi sucesor, que ya llevaba su nombramiento de Párroco de Parácuaro. Era el día 31 de Enero de 1962, miércoles de semana de viernes primero. Tarde se me hizo para desocuparme y correr a Acahuato para entrevistarme con el Sr. Obispo quien se encontraba en aquel Santuario que él ya sabía y visitaba por última vez. Estaba dispuesto al cambio; pero quería saber el por qué, por qué el cambio tan intempestivo y el por qué de la prisa; pero no pude sacarle prenda. Hasta dos o tres meses después, cuando se publicó la noticia, entonces acudí al Obispado para comentar la novedad y el Sr. me recibió con este saludo: ¿Ahora sí, ya supiste por qué te cambiaste? Se me cayó el peso que había llevado encima todos esos meses. Algo que la gente aún añora es su costumbre de bendecir en todo momento y a toda persona, así fuera el más furibundo anticlerical; él sabía que sus manos habían sido consagradas para bendecir y siempre bendijo: en el templo, en su oficina, en la calle, en la plaza, en la carretera, donde quiera él bendecía, a la izquierda y a la derecha, o como se dice, A diestra y siniestra . Y la gente se siente triste porque sus sucesores ya no bendicen. Su generosidad no tenía límite, todo lo daba a la fila interminable de que acudía a él. gente Otra característica era su tenacidad, no transigía hasta que se salía con la suya. Nosotros decíamos simplemente es un Betancourt . Porque cuando éstos se 6 convencen de algo, no ceden ni por Dios Padre, muestra es sin duda: El Padre Eudoro, El tío Pancho B. Franco, la santa tía Luisita...., Pero un día se encontraron dos Betancourt: estábamos preparando el famoso concilito, una primerísima Asamblea Eclesial, con alcances Diocesanos; se trataba de estudiar juntos los documentos conciliares y buscar la forma de aplicarlos. Los inmediatos responsables: el Padre Eudoro, El Padre Luis Morales y un servidor, habíamos pensado que fuera en Fátima por los espacios que podíamos disponer, así fuimos a comunicarlo al Sr. Obispo; pero él no estuvo de acuerdo, tenía que ser en catedral. Y comenzaron los jaloneos entre él y el P. Eudoro, mientras el P. Morales y yo nos limitamos a oír y de vez en cuando aventurar una frase en apoyo al P. Eudoro, hasta que el Sr. se impacientó y cortó por lo sano: Bueno si ya decidieron que fuera allá, háganlo allá y cuando organicen algún acto en catedral me avisan para asistir y comenzó a bendecir al suelo. Nos arrodillamos para recoger aquellas bendiciones y salimos calladitos; claro que el concilito se celebró en catedral y con mucho éxito. En él pudimos ver una vez más su apertura a las críticas y sugerencias para encarrilar a la Diócesis por el nuevo camino trazado por el Concilio Vaticano II. Creo que valdría la pena hacer un día la reflexión profunda de ese, que fue sin duda una semillita, que sembrada por el Sr. Abraham, nació a su tiempo y comenzó a multiplicarse hasta que cubrió todo el campo. Seguramente allí tienen su raíz todos los trabajos posteriores: asambleas Diocesanas, de foranía, Parroquiales; planes a todos los niveles; el II Sínodo Diocesano, y la participación cada vez más activa y consciente de las religiosas y de los laicos en todo trabajo de la Iglesia. La obra del Sr. Abraham sigue haciéndose sentir. Ahora ya está en el cielo y nada le afectan nuestros reconocimientos o nuestras críticas. En la vida nada le hizo perder la paz interior ni las adversidades, ni las incomprensiones, ni las lisonjas. Un día me atreví a llamarle santillo, tenía un hipo que no se le quitaba con nada, ni porque acudió a Salud Barriga para que le echara unas maldiciones al hipo a ver si lo espantaba. En este contexto le dije: Usted pues que es santillo, dígale a Diosito que ya le quite ese hipo. Me miró con unos ojos burlones mientras me decía: Sí, dí que estas piedras se conviertan en pan . Me estaba llamando Tentador. Pero en otra ocasión tuve que hablarle fuerte: Fue la hermana María Eugenia a decirme que el Sr. Obispo estaba muy raro, no había querido comer, no quería hablar, ¿Se sentiría mal? ¿Llamaría al médico? Fui y después de mucho rogarle, logré que me confiara su pena: pensaba que pronto se moriría y que iba a llegar a la presencia de Dios con las manos vacías. ¡Cuidado Señor!, casi le grité, ¡Eso es una tentación! ¿Cómo puede decir eso? ¿Con eso nos acaba a todos porque si eso dice Usted, qué podemos decir nosotros? No, Dios sabe bien lo que ha hecho porque en realidad es Él quien lo ha hecho por su medio. No es bueno desconocer los dones de Dios. Por favor arranque de su mente y de su corazón ese feo pensamiento porque es una tentación del Maligno . Me miró al principio con asombro, luego, dulcificando la mirada, terminó diciendo: ¡Qué bueno! Muchas gracias. Rematé con un chiste y lo dejé tranquilo. Por algún tiempo anduve inquieto por mi atrevimiento pero al fin me tranquilicé pensando que los santos son humanos, están expuestos a las tentaciones y necesitan de ayuda. ¡Qué bueno que me atreví! Pero la tragedia se cernía inexorable. Ya en una ocasión había tenido que levantarlo del suelo, se había caído en la puerta de aquel bañito que yo llamaba 7 siempre el pecado mortal de la Diócesis contra el Sr. Abraham . Tuve que brincarme aquella bardita para tomarlo por detrás, de las axilas, y levantarlo en peso mientras mi hermana y la Hna. María Eugenia le acomodaba los pies sobre el piso para que se apoyara porque estaba completamente suelto y yo ya no aguantaba más el peso. Como pudimos lo llevamos a la cama. Vimos entonces la necesidad de alfombrar toda la habitación y así se hizo con la ayuda de una señora de Apatzingán que se enteró del problema. El único pequeño rincón que no se alfombró fue el vado de la puerta que comunicaba a otra habitación. ¡Y volvió a caerse! Y se golpeó la cabeza en el único pedacito sin alfombra ¡menos de un metro cuadrado! Corrieron mi hermana Reina y Mica a prestarle auxilio, Reina llamó al P. Ismael Díaz, que en ese momento se dirigía a las oficinas de la Curia donde yo ya estaba atendiendo, corrió por el doctor Julio que vivía a la vuelta de la esquina y me habló por teléfono para darme la infausta nueva. En tanto Mica y el P. Ismael habían levantado al Señor y con mucho esfuerzo lo habían subido a la cama. Cuando llegué al lugar de la escena ya estaba el doctor atendiéndolo, tratando de detener la abundante hemorragia externa; tenía una herida en la parte derecha del occipital, le puso anestesia local, unos vendoletes y luego unas puntadas. Cuando lo ví, sentí un vuelco en el estómago, parecía que el mundo se me venía encima: el Sr. Morales se había ido a Europa y apenas ese día llegaría a México. Toda responsabilidad recaía sobre mí que había quedado al frente de la Diócesis y al cuidado del Sr. Abraham. Todavía alcancé a preguntarle qué le había pasado y me contestó: me flaquearon las piernas y me caí . Estas fueron las últimas palabras que le escuché, porque lo fue invadiendo una somnolencia y se quedó dormido. Todos pensamos que era efecto de la anestesia y nos quedamos tranquilos creyendo que descansaría un poco. Pero pasaba el tiempo y no daba señales de despertar, mi angustia no tenía medida y ya habíamos determinado llevarlo a Morelia para hacerle una tomografía, cuando llegó el Sr. Morales y se hizo cargo de la situación. En medio de mi pena me sentí descansado. Pero el Sr. Abraham no despertaría más. Lo llevamos a Morelia y las tomografías revelaron un gran derrame cerebral. En la clínica Morelia del doctor Mier lo operaron de inmediato y le extrajeron un enorme coágulo de sangre molida pero ya no despertó, estaba cerebralmente muerto; pero su organismo y su corazón se resistían a darse por vencido. Equipado con una serie de sondas de toda clase y calibre, lo regresamos a su casa y a su cama donde, después de largos días de angustia de parte nuestra, expiró el día ocho de abril de 1982, jueves santo por la madrugada. Él, tan devoto de la Eucaristía, volaba al cielo el día de la Institución y sus restos mortales descansarían para siempre al pie del Sagrario Monumental de su Iglesia Catedral. Después de tenderlo por unas horas en la capilla del hospital lo llevé a Morelia para que lo prepararan en la funeraria. Tuvimos que sepultarlo el sábado santo, diez de abril, con una Solemne Liturgia de la Palabra, pues en esos días no se puede decir Misa exequial. Me tocó ceremoniar aquella Liturgia a la que asistieron todos los obispos de la región Don Vasco y algunos más como el Señor Gilberto Valbuena que voló desde la Paz. Hoy, después de veinte años de su partida, su recuerdo permanece vivo en el corazón de la Iglesia Diocesana. Han pasado los días de llanto y de tristeza para dar lugar a la acción de gracias a Dios por este regalo que nos concedió y para pedirle nos conceda contemplarlo y honrarlo un día en los altares. AMEN. 8 CORRESPONDENCIA A LA RVDA. MADRE MA. DEL CARMEN GUZMÁN ALVARADO, COFUNDADORA La Reverenda Madre Ma. Del Carmen Guzmán Alvarado nació en Acambay, Méx., el 19 de junio de 1896. Sus padres fueron Don Ramón Guzmán Chaparro y Doña Manuela Alvarado Ruiz, esposos que formaron un hogar profundamente cristiano. Dios adornó la vida de la M. Carmen con una gran personalidad rica en cualidades humanas que le permitieron ejercer su misión como Confundadora de la Congregación Siervas de la Inmaculada Concepción Su carácter era enérgico disciplinado, tenía una constancia y tenacidad que la llevaba a realizar sus actividades con responsabilidad y empeño. Era valiente, emprendedora y audaz. Trabajadora esforzada y exigente consigo misma y con los demás. Piadosa y amante de la oración con gran espíritu de fe y de confianza en el Señor. Sensible y creativa, humana y comprensiva, se interesaba por las familias de las hermanas. Franca y sincera, pero a la vez discreta y prudente, culta e inteligente, se esforzaba por estar siempre actualizada con los problemas del mundo y de la sociedad; fina y educada, a la vez fue firme y convencida de sus principios y criterios pastorales; animadora de las hermanas, paciente, tolerante, y bondadosa. Mujer de su época que actuó con la mentalidad y los criterios religiosos que estaban vigentes en su momento. Sufrió, como todos, las incertidumbres de los cambios producidos por la renovación teológica y Pastoral que trajo el Concilio Vaticano II. En este contexto quiso crear unidad y mantener concordia y paz entre las hermanas. Fue buena administradora y tuvo el don de gobierno; obediente, dócil y respetuosa ante el Fundador. Ejerció su liderazgo con energía y con humildad, y se distinguió por su preocupación y capacidad en la formación de las religiosas. 9 Apat zingán, Mich. , a 11 de ener o de 1945. Sr it a. Mar ía del Car men Guzmán. Tacuba, D. F. RESPETABLE SEÑ ORI TA: Recibí su at ent a del día 30 de diciembr e y mucho agr adezco la buena volunt ad que manif iest a par a ayudar a nuest r a Diócesis. Acá las necesidades de los f ieles son muy gr andes, y est oy segur o que lo que pueda hacer Ud. Por nosot r os ser á en gr an bien de las almas y con ello ganar á más mér it os delant e de Dios Nt r o. Señor . Mañana comienza aquí el Congr eso Eucar íst ico; hemos t enido muchas dif icult ades, mas yo esper o que Dios Nt r o. Señor nos ha de ayudar a vencer las. De aquí sigo par a la Cost a y he de volver a Tacámbar o el día 26 ó 27 del pr esent e mes. Yo pienso ir luego a México par a ar r eglar lo que Ud. cr ea que haga f alt a t odavía. Encomendándome a sus or aciones y pidiendo a Dios Nt r o. Señor que pr emie sus t r abaj os con dones divinos, quedo af mo. en Cr ist o y segur o ser vidor que de cor azón la bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 10 A 17 de ener o de 1945. R. M. Ma. Del Car men Guzmán H. M. I . G. Villa de Guadalupe, D. F. RESPETABLE M AD RE: La Sr it a. Ma. I r ene Flor es ha sido admit ida par a la Pía Unión, de Sier vas de la I nmaculada Concepción. Por lo mismo r uego a V. R. t enga la bondad de r ecibir la ent r e las j óvenes que se est án pr epar ando. Encomendándome a las or aciones de V. R. quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 11 Tacámbar o, Mich. , a 2 de noviembr e de 1948. Muy Rever enda Madr e Ma. Del Car men Guzmán. Villa de Guadalupe, D. F. M UY RESPETABLE M AD RE: Tengo el gust o de pr esent ar le a la Sr it a. Ma. Paz Rauda de San Juan de Viña de la que hablé a Ud. y quedamos en que se ir ía est e mes par a esa casa, pues desea dedicar su vida a ser vir a Dios Nt r o. Señor . Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón la bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 12 Tacámbar o, Mich. a 28 de sept iembr e de 1949. Sr it a. Ma. Del Car men Guzmán. Villa de Guadalupe, D. F. M UY RESPETABLE M AD RE: Le mando los nombr es y dir ecciones de los sacer dot es de la Diócesis. No conviene t odavía que Conchit a se dé cuent a de que el Padr e Manduj ano se va par a Huet amo, pues pudier a cont ar lo a su casa ant es de t iempo. Encomendándome a sus or aciones y con saludos par a t odas las Her manas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. P. D. Por las pr esent es let r as, delegamos al Sr . Pbr o. D. José Ma. Mar t ínez, par a que r eciba la r enovación de los vot os de t odas las Her manas pr of esas. Sier vas de Mar ía I nmaculada, el día 8 de diciembr e del pr esent e año. Tacámbar o, a 26 de noviembr e de 1949. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 13 Tacámbar o, Mich. , a 7 de mayo de 1951. Muy Rever enda Madr e Ma. del Car men Guzmán. Villa de Guadalupe, D. F. RESPETABLE M AD RE: Hoy le mandé un t elegr ama par a ver si le f uer a posible venir el miér coles t empr ano a Mor elia pues ese día est ar é yo allí t ambién, a f in de ar r eglar los asunt os pendient es. En caso de que no pueda conseguir per miso par a ese día, y se lo dan par a el domingo de Pent ecost és, ese día pont if icar é en Mor elia, en la I glesia de San Agust ín. Van a ir al XXV aniver sar io de la Juvent ud Cat ólica Femenina Mexicana, unas 12 muchachas de est a par r oquia. Yo quisier a que les ar r eglar an hospedaj e en el Colegio Guadalupano de allí de la Villa; per o si no es posible, ent onces en Tacuba. Me ser ía muy út il saber qué t ant o puede cost ar les diar iament e par a que ya vayan sabiéndolo y pr evenidas. Van t ambién seis del Comit é Diocesano, per o ellas se hospedar án con t odas las de los Comit és Diocesanos en el Colegio Flor ida j unt o a la Plaza de Tor os. Si es posible, convendr ía que a las r euniones del Colegio Flor ida f uer a al menos una de las her manas que ya han est udiado Secundar ia par a que asist ier a a las r euniones de maest r as. También a Rosa Pedr aza podr ía convenir le ir a esas r euniones. Recibí la car t a de la her mana Esper anza y por eso t ambién quisier a ver a Vuest r a Rever encia. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 14 Tacámbar o, Mich. , a 25 de mayo de 1951. M. R. Madr e Ma. Del Car men Guzmán. Villa de Guadalupe, D. F. M UY RESPETABLE M AD RE: De Mor elia of r ecen un lot ecit o que est á cer ca del colegio Plancar t e, t iene 25 met r os de f r ent e por 40 de f ondo a $20. 00 met r o cuadr ado. Le cuent o est o nada más par a t ener la al t ant o de las posibilidades que hay, pues veo que sale muy car o poner se a const r uir en est os días. Ya avisé a la Madr e San Miguel par a que nos haga el f avor de conseguir nos la casa en donde vive el car nicer o. Muy agr adecido por la bondad con que r ecibier on a nuest r as j óvenes de la J. C. F. M. y encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 15 A 29 de noviembr e de 1954. M. R. M. Ma. Car men Guzmán, H. M. I . G. México, D. F. M UY RESPETABLE M AD RE: Rosit a y su mamá andan muy at ar eadas ar r eglando la casa de los escalones par a cuando vengan ust edes. Yo esper o que par a el día 4 est é ya list a. Le hace f alt a baño, per o lo est án ar r eglando de pr isa. Ahor a est oy con un apur o: los honguit os t endr án que dej ar la cocina del Seminar io el día 24 de diciembr e par a ent r ar a su segundo noviciado, y no t enemos quien se encar gue de la cocina mient r as ellas se dedican a su f or mación. ¿No habr á ent r e las Sier vas de la I nmaculada unas t r es o cuat r o her manas que, apar t e de ser de las de mayor edad, sean muy ser ias y r espet uosas y puedan encar gar se de los t r abaj os que dej an en el Seminar io las Misioner as de Tier r a Calient e, mient r as est as r egr esan? Tr es o cuat r o her manas no alcanzar ían par a el quehacer ; per o se me ocur r e que podr ían t omar a su ser vicio algunas sir vient as par a complet ar el per sonal. Dios mediant e ir é a México el vier nes pr óximo y acabar emos de t r at ar est e asunt o; y si V. R. est á con salud par a venir a Tacámbar o con las her manas, que ser ía lo mej or , aquí per sonalment e ver á cómo est án las cosas y si algo puede hacer se por el Seminar io. Encomendándome a las or aciones de V. R. y de t odas las her manas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 16 A 5 de oct ubr e de 1963. M. R. M Ma. Del Car m en Gu zm án, H. M. I . G. Méxi co, D. F. M U Y RESPET ABLE M AD RE: Ten ían l as her m an as el deseo de volver se pu l gui t as par a ven ir a pl an ch ar m e l a r opa; per o, bendi t o sea Di os, m e en con t r é l a sot an a, l a m an t el et a y l as cot as m u y bi en pl an ch adas de m odo qu e n o cr ean qu e an do ar r ugado com o l a m ayor ía, si n o m uy pl an ch adi t o. Eso sí, de aqu í a qu in ce días qu i en sabe cóm o an de. Per o esper am os en Di os qu e m ás adel ant e l es con ceda ven i r a apr en der mu ch as cosas. Fu i a Sant a Mar ía l a Mayor a vi si t ar a San Jer óni m o, qui en f ue sepu lt ado en est a Basíl i ca cer ca de l a cu ni t a del Ni ñ o Di os; per o n o pu de en cont r ar su sepu l cr o. Me di cen qu e h ace m u ch os años l o escon di er on l os can ón i gos par a que n o se l os r ecl am ar an , y ah or a n o saben en dón de l o pu si er on ; per o yo l e r ecé cer ca del l u gar en donde debe de est ar . A n osot r os n os da t r abaj o en con t r ar l o; per o él sal dr á m u y con t en t o el día del Ju i ci o di ci en do: ¡qu é t al . A qu e n o m e h al l ar on ! Tam bi én m e acor dé de cu an do l as h er m an as m e pi er den l os papel es y t am bi én de cu an do yo m i sm o l os pi er do. Ya f u i a v i si t ar l os sepu l cr os de San Pío X, Pío XI I y Juan XXI I I y l es r ogué qu e in t er cedan ant e Di os por t odas u st edes. El nu ev o Papa es del gadi t o y se ve com o al f i l er en m edi o de t an t o or n am ent o. Per o t i en e un al m a gr an de en vi r t udes y gr andes deseos de pon er a l a I gl esi a a t on o con nu est r os t i em pos. Tam bi én ust edes deben vi vir si em pr e adapt adas a l os t i empos; per o si n el af án de qui enes despr eci an l as vi r t u des por que l es par ecen cosa ant i cu ada. Las vir t udes son si empr e de act u al i dad, com o es si em pr e de act u al i dad el t ener san gr e y car ne y h uesos en el cu er po; com o es de act u al i dad el t ener qu e com er y v est ir se. Por eso en vez de descui dar l a hu m i l dad, l a car i dad, l a obedi en ci a, l a cast i dad, l a pobr eza y ot r as vi r t u des, es necesar i o per f ecci on ar l as m ás. Los i nven t os de n uest r o t i em po y el adel ant o de cada qu i en en l a ci en ci a n o deben ser vi r n os par a debi l i t ar l a v ir t ud, si n o par a au m en t ar l a m ás y así ser m ás pur os, m ás hu m i l des, m ás encendi dos en car i dad, m ás obedi en t es qu e l os sant os de si gl os pasados, puest o qu e t enem os m ayor es m edi os qu e pueden apr ovechar se par a nu est r a san t i f i caci ón . Pídan l e al Padr e Car r eón suf i ci ent es copi as de l a n ueva or aci ón por el Con ci l i o, aconsej ada por el Papa par a que l a r ecen an t es del Of i ci o l os sacer dot es y l as r el i giosas, aun qu e el Of i ci o qu e r ecen no sea el del Br evi ar i o si n o el qu e m an dan l as Con st i t uci on es. En com en dán dom e a su s or aci ones, qu edo Af m o. en Cr i st o y s. s. qu e de cor azón l as ben di ce con t odo y al um n os. + José Abr ah am Obi spo de Tacám bar o 17 Roma, a 24 de oct ubr e de 1963. M. R. M. Ma. Car men Guzmán, H. M. I . G. México, D. F. M U Y RESPETABLE M AD RE: ¡También por acá hay maicit o! Ya van cuat r o veces que nos dan sopa de elot es con papas. Est á buena, per o los elot es de aquí, aunque est án muy suavecit os, no est án t an dulces como los del Valle de México. Cr eo que por las not icias que se han publicado, ya se habr án dado cuent a de que hemos pensado en el Conci lio en las Religiosas; y eso que t odavía no les llega su t ur no. Tendr emos que t r at ar t ambién acer ca del per f eccionamient o de la vida r eligiosa de modo de exigir de las r eligiosas la sant idad de vida que debe haber en ellas, per o al mismo t iempo f acilit ar les los medios espir it uales par a conseguir esa sant idad. A est o pienso que se r educe t odo lo que se t r at ar á acer ca de las r eligiosas. Pídanle m ucho a Dios que ilumine al Concil io par a que pueda hacer mucho t ambién por ust edes. Las muj er es andaban como enyer badas por que convidar on a algunos cat ólicos dist inguidos por su ciencia y su exper iencia en lo que debe ser hoy la vida cr ist iana, y a ellas no las han convidado. Quisier an asomar siquier a un oj o y una or ej a. Per o hoy se salier on con la suya: vi que en una de las t r ibunas había algunas m uj er es asist iendo a la Misa del Conci lio; per o después de Misa dij o el Car denal Pr esident e: ext r a omnes que quier e decir salgan t odos , y ellas t ambi én salier on a la car r er it a ant es de t ener t iempo de hablar . Tienen que pr epar ar se las her manas con un mayor conoci m ient o de la doct r ina cr ist iana, pues el Concilio qu ier e la r ef or ma de la vida de modo que de ver as vivam os la doct r ina de Cr ist o, y ¿cómo vam os a vivir la sin conocer la? ¿Cómo vivir l a con per f ección como los sant os, si no la conocemos bien? Ya me unif or mé con t odos. También yo ando ar r ugado. Per o andan peor los pobr ecit os Misioner os que t r aen sot ana y mant elet a de nailon. ¡Con t al que no se me ar r ugue el alma y adelant e en vir t ud, t odo ir á bien! Esf uér cense por ser cada día más humi ldes, obedient es, llenas de car idad y Dios nuest r o Señor , como buen Padr e, las amar á más. Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón l as bendice a dos manos. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 18 Roma, a 8 de noviembr e de 1963. M. R. M. Ma. Del Car men Guzmán, Villa de Guadalupe, D. F. M UY RESPETABLE M AD RE: Recibí su at ent a del día 28 y agr adezco muchísimo las not icias que me manda de las Her manas. Oj alá sean cada día más buenas. Esa es mi gr an pr eocupación. Y puest o que quisier an volar hast a acá, les digo que hay un modo: pedir a Dios const ant ement e por el Concilio, a veces con la or ación por el Concilio, a veces con simples j aculat or ias. También of r eciendo a Dios t odas las cont r ar iedades, r aspones, et c. Por el éxit o del Concilio. Así est án aquí pr esent es en una gr ande obr a de Dios. Ayer est uvier on aquí las r eligiosas mexicanas que viven en Roma. Er a diluvio. Par ecía ot r o Concilio, Bendit o sea Dios. El nos ha de conceder un día que t ambién las Sier vas vengan a conocer est os lugar es y a est udiar al pie de la Roca sobr e la cual Jesucr ist o f undó la I glesia Cat ólica. Cuando f ui a San Giovanni Rot ondo, donde vive el Padr e Pío, est igmat izado como San Fr ancisco de Asís, al dar me cuent a de que el Padr e celebr a la Sant a Misa un poco ant es de las cinco de la mañana, hice el pr opósit o de asist ir a esa Misa. Desde ant es que abr ier an la iglesia ya había una gr an mult it ud ant e la puer t a mayor y cuando la abr ió el her mano sacr ist án, par ecía que se había r event ado una pr esa: t odos ent r ar on a car r er a t endida hast a el comulgat or io. Después en el t r en venía j unt o a mí un español que me dij o: Pues yo t ambién t uve que ent r ar cor r iendo a la iglesia y no había ot r o r emedio; por que t odos lo empuj an a uno y si ust ed no cor r e, lo t ir an al suelo y pasan sobr e ust ed . En est e ambient e de Roma yo me sient o como el español de Solsona: si uno se met e ent r e los buenos, lo llevan a empuj ones y cor r iendo hacia la sant idad. Per o t ambién hay gent e muy mala y el que se met e ent r e los malos va cor r iendo al inf ier no. En nuest r a pat r ia se est án f or mando ya esos gr upos de malos que envuelven sobr e t odo a los est udiant es. Ahor a es cuando las Sier vas deben est ar cada día más unidas par a empuj ar a t oda la Diócesis hacia la sant idad, de modo que t odos puedan decir un día: Yo ent r é al cielo cor r iendo, y así vine t odo el camino, por que est as 19 buenas her manit as que cor r er . me venían empuj ando y no había más Encomendándome a las or aciones de t odas, af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Obispo de Tacámbar o P. D En est a semana celebr é t r es Misas, una por la Madr e Fr ancisca, ot r a por la Madr e Amelia y ot r a por la Madr e Lupit a. Del car r o no sé que decir por que no conozco esa mar ca. Mej or ser ía que se pusier an de acuer do con el Padr e Car r eón que puede ver lo. Además necesit ar ía pagar a plazos la cant idad que f alt e. Puede vest ir con hábit o a las her manas que se gr aduar án el día 20, sir ve que hacen la pr ueba a ver si no se caen con él. 20 3 Sept iembr e, 1965. M. R. M. Ma. Car men Guzmán H. M. I . G. M UY RESPETABLE M AD RE: Me dio mucho gust o que nos t ocó un avión blanco y azul, los color es de la I nmaculada. Hemos hecho un buen viaj e y he venido r ezando par a encomendar las a Uds. a Dios, o plat icado con el P. Jesús, o con el P. Miguel Ar r oyo, que viene acompañando a su her mano el Sr . Obispo de Tuxpan. El P. Jesús viene ext r añando los f r ij oles de allá, nos dier on salsa de ver dur as, t ant it o macar r ón, pescado con ar r oz y más hier bit as muy sabr osas, un past elit o, mant equilla, pan, caf é con leche y un chicloso de ment a par a hacer saliva. Son las 4: 30 p. m. y nos est án avisando que dent r o de media hor a est ar emos en Nueva Yor k. Est amos volando sobr e Washingt on y le r ezo un r esponso a Kennedy. El avión disminuye la velocidad y comienza a baj ar , Gr acias a Dios, ya comienzo a r ecoger mis papeles y ar r eglar mi mochila. Est amos ya en Des Mouse en Nueva Yor k. Llegamos a las 5: 00 hor a de México, 7: 00 de aquí; per o al Hot el llegamos a las 9: 30. A las 10: 40 pedí la conf er encia y me la dier on luego ¡Qué gust o me dio oír las hablar t an clar it o como si est uvier a en México! ¡Cuánt as cosas buenas nos da Dios por medio de la int eligencia del hombr e! Doy gr acias a Dios por sus benef icios dur ant e el viaj e y le pido que a t odas las haga muy sant as. La gr acia de Dios impulsar á ese Jet que se llama Cr uz par a llevar nos al cielo. De cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o P. D. Se me ocur r e que el lunes podr ían poner aquí en el avión a la Her mana y como el vuelo or dinar io llega después del vuelo en que nos vamos nosot r os, yo podr ía decir les a las hnas. que la r ecibier an en el Aer opuer t o. Vea si lo cr ee convenient e. 21 Roma, a 16 de sept iembr e de 1965. R. M. Ma. Car men Guzmán, H. M. I . G. México, D. F. M UY RESPETABLE M AD RE: Est oy como los muchachos cuando est án est udiando t er cer o y cuar t o al mismo t iempo. Como el año pasado no vine, ahor a apenas comenzar on las clases ( Concilio) , he t enido que est udiar la mat er ia de est e año y t ambién la del año pasado par a poner me al cor r ient e. Comencé por desvelar me par a r ezar y est udiar , como las her manas, per o me dor mía en las sesiones y se me caían los cuader nos y el lápiz, y mej or cambié de hor ar io. Por eso t uve que int er r umpir la escr it ur a de car t as; per o al ar r eglar el hor ar io, les he dej ado su lugar cit o, t ant o más que si no me dist r aigo con ot r a cosa, voy a t er minar medio chif lado, pensando solament e en discur sos. He est ado esper ando con ansia alguna car t a de allá, pues desde hace quince días no he t enido not icias ni de México ni de Tacámbar o. El lunes que llegué a Roma llegó t ambién una car t a de la her mana Ma. Luisa Est r ada, per o no t r aía not icias de nuest r a Diócesis ni de las Sier vas. Hoy celebr amos el 16, con canciones, sombr er os y t r aj es de char r o y hast a balazos ( con pet ar dos) par a que no f alt ar a nada, y hast a hubo un padr ecit o que a medio día se sir vió copet eado el plat o de f r ij oles, que por cier t o est aban muy sabr osos; nos dier on t ambién chiles; per o ni modo de pr obar los yo. Per o yo cr eo que en t oda la t empor ada no nos volver án a dar f r ij oles hast a volver a México, por que eso no se acost umbr a aquí. Aquí apar eció la solicit ud de la H. Vict or ia par a la r enovación. Se ve que la her mana quer ía venir aunque f uer a en gar abat it os. ( Rect if ico: no son gar abat it os. Est á muy bien escr it a la pet ición; per o pide hacer cinco vot os. Que aclar e cuáles son los ot r os dos) . Tan luego como encuent r e en español la encíclica acer ca de la Eucar ist ía, se la mando par a que la lean muy bien las her manas y así no se vayan a dej ar engañar por algunos t eólogos j óvenes, impr udent es y amant es de novedades que ya andaban, aun en México, dif undiendo algunos er r or es hoy condenados por la Encíclica. Recibier on su mer ecido. 22 Mucho deseo que, a mi r egr eso, puedan t odas decir me que han adelant ado en la piedad. Sin la piedad no se llega a la sant idad. Y si no hemos de buscar la sant idad, ¿ent onces par a qué ser vimos? Quier o que pidan mucho a Dios Espír it u Sant o que nos ayude, pues t enemos que r esolver asunt os muy delicados. No es mi int ención que of r ezcan ust edes sacr if icios especiales, per o sí que cumplan con su deber con mayor per f ección y con el anhelo de ser vir a Dios. Que sean más humildes, más cuidadosas en la pobr eza, más pur as, más obedient es y sobr e t odo más llenas de amor a Dios. Es lo mej or que pueden dar le a Dios por el éxit o del Concilio. Aunque ya en la Const it ución sobr e la I glesia, se habló de la vida r eligiosa, en est a sesión se vot ar á un decr et o especial sobr e la Renovación de la Vida Religiosa. Rueguen a Dios que nos ayude, y, aunque oigan decir que habr á algunas novedades, sepan que est as novedades no ser án par a dest r uir lo que en sí es la vida r eligiosa, sino par a per f eccionar la adapt ándola a los t iempos pr esent es; y no piensen en adelant ar se. Al Sant o Padr e le da mucha pena que la gent e se adelant e. Tenemos que poner en ej ecución las nuevas disposiciones hast a que él dé la or den de adelant e . Él es el Vicar io de Cr ist o y él es el que t iene que dar las ór denes. El que camina con él, camina con Cr ist o. También aquí hay quienes se adelant an. He vist o que en algunos lugar es se da la Comunión est ando los f ieles de pie, he vist o a los acólit os ayudando en la Misa de pie. Per o en el Concilio nos han dicho que han or ganizado las Misas de modo que veamos cómo deben ser conf or me a las últ imas nor mas, y los audit or es r eciben de r odillas la Comunión y los acólit os est án de r odillas cuando no hay necesidad de que est én de pie. Nos hacen cant ar a t odos y hast a nos dier on nuest r o libr it o de cant os. En cuant o a la Misa, hay más cosas que cont ar les, per o ya est á r esult ando muy lar ga est a car t a. No se me olvida mandar les la bendición. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 23 Roma, a 18 de sept iembr e de 1965. M. R. M. Ma. Del Car men Guzmán. Hij a de Mar ía I nmaculada de Guadalupe. México, D. F. M U Y RESPETABLE M AD RE: Ant ier escr ibí a V. R. con mucho pendient e por que t odavía no r ecibía ninguna car t a, salvo una que no er a de allá, y no se imagina el gust o con que r ecibí hoy la car t a de V. R. con not icias de las Sier vas, que es como decir con not icias de mi Diócesis. También me da mu cho gust o saber que las her manas est án muy empeñadas en por t ar se mej or par a conseguir de Nuest r o Señor muchas gr acias par a el Conci li o. Y sin duda hast a yo alcanzo, por que he seguido mej or de salud que ot r as veces y est o se debe sin duda a las or aciones y sacr if icios de las Her manas. Además, est a not icia me t r anquiliza, pues el compor t amient o de ellas me t iene siempr e con mucho pendient e, no por que no conf íe en ellas, sino por el ansia que sient o de conseguir que sean cada día mej or es y logr en llegar a la sant idad. Cuent en con que seguir é pidiendo mucho a Dios por ust edes, aunque par a est o t enga que sacr if icar me y desvelar me. Y, además, r ogar é a Dios que le conceda a V. R. la salud par a que pueda cont inuar haciendo el bien. Est a mañana f ui a celebr ar la Sant a Misa en el alt ar de San Gr egor io el Gr ande, en donde una Misa vale por unas Gr egor ianas. Fui hoy sábado por que est á lej os de aquí y hoy es día de vacación en el Concilio. De allí nos f uimos a San Juan y Pablo en donde est á el Museo de San Pablo de la Cr uz y de Gema Galgani. Vimos el cuader no de apunt es de S. Gema, de cuando el demonio se lo quiso ar r ebat ar y lo dej ó ahumado y ar añado, y t ambién las discipl inas: esas sí er an par a pegar r ecio: y me acor dé del r ancher o Est uvimos t ambién en San Pedr o Ad Vincula cont emplando la her mosa iglesia y las cadenas de San Pedr o. De all í volvim os de pr isa a casa por que ya er a medio día. Menos mal que ya sé combinar los aut obuses con el t r en subt er r áneo par a llegar más pr ont o. Est oy escr ibiendo a t odas por or den de ant igüedad. Ayer escr ibí a la her mana Modest a. Esper o que t odas aquellas a quienes no había escr it o en años ant er ior es, hayan r ecibido ya su car t a. Como las her manas se han por t ado muy bien, m añana les voy a dar un pr emio. Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón l as bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbaro 24 Roma, a 26 de sept iembr e de 1965. R. M. Ma. Del Car men Guzmán. México, D. F. M U Y RESPETABLE M AD RE: Hoy r ecibí su at ent a de f echa 21 del pr esent e mes con muy buenas not icias acer ca de las her manas que est án haciendo sus ej er cit aciones. Est as not icias me llenan de gr ande consuelo y alegr ía y me animan a pedir a Dios con mayor insist encia que las pr emie ayudándoles a per sever ar en sus pr opósit os y ser cada día más buenas hast a llegar a la sant idad. He comenzado a pedir a Dios por Josef ina, la her mana del Padr e David. Esper o que ya est a semana les pueda enviar complet a la Encícli ca acer ca de la Eucar ist ía. Yo est aba sumament e af ligido al ver que en México comenzaban a espar cir se muchos er r or es acer ca de est e Mist er io en que Dios nos pr ueba su ar dent ísimo amor ; por eso la apar ici ón de est a Encícl ica me consoló m uchísimo. Bendit o sea Dios. Ayer f uim os con ot r os dos Excm o. Sr es. a Lor et o y anoche r egr esamos. Yo pensaba ir t ambién a Asís, per o no f ue posible: t uve que condescender con ellos que no podían est ar f uer a de Roma más de un día: per o en ot r o domingo me dar é mi escapadit a a Asís. Fuimos por un camino nuevo par a mí, por Riet i, por ent r e bosques y lagos pr eciosos. Los campos est án ver des aún, a pesar de que est amos en t empor ada de secas: no obst ant e hoy ha est ado lloviendo, per o así me f ui por l a mañana a San Pedr o y al Museo del Capit ol io. Quer ía ir t ambién a visit ar el sepulcr o de Sant a Mar ía Gor et t i y a Pomezia, a una Misa que est a t ar de celebr a el Sant o Padr e par a una per egr inación de 3, 000 git anos de diver sas naciones; per o t emí que el mal t iempo me hicier a daño. Qué bueno que las her manas Elisa y Of elia est án ahor a muy list as con el t eléf ono. Dios las bendiga. A las her manas Aur or a, Ma. De los Ángeles y demás de la Huacana: que ayer est uve en Tolent ino y visit é la t umba de San Nicolás y le pedí que ayude a sus pr ot egidas par a que se sant if iquen. Celebr é la Sant a Misa en la Sant a Casa de Lor et o y r ogué en Misa a Nuest r o Señor y a su Sant ísima Madr e por t odas las Sier vas. No cabe duda que Dios me ha dado muchos r egalos en est os días. Ayúdenme a dar le gr acias y t ambién ust edes alcanzar án par t e, t ant o más que dicen que lo qu e es del Padr e es de las Hij as. Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón l as bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 25 Roma, a 29 de sept iembr e de 1965. M. R. M. Ma. Del Car men Guzmán, H. M. I . G. México, D. F. M UY RESPETABLE M AD RE: Como no es posible hablar mucho por t eléf ono y el ot r o día se quedar on t r ist es algunas her manas por que no alcancé a hablar les, ahor a discur r í cont ar les algo por medio de una cint a gr abada. Se las mando por cor r eo. Después me di cuent a de que me olvidé de la her mana Josef ina y quien sabe si se me pasar ía ot r a t ambién. Les r uego me per donen y est én segur as de que de t odos modos pido a Dios t ambién por ellas, par a que de ver as t r abaj en por su sant if icación aun a cost a de her oísmos. Encomendándome a las or aciones de t odas, y con el deseo de que no dej en de anot ar su examen de conciencia, como se los r ecomendé, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o P. D. El 4 de oct ubr e pr ocur en ver por t elevisión la visit a del S. Padr e a New Yor k. Aquí t ambién ver emos por t elevisión. 26 15 de oct ubr e de 1965. APRECI ABLE M AD RE: Les escr ibo est as líneas par a saludar las y avisar les que no t engan pendient e de mí, pues, bendit o sea Dios, he est ado bien de salud. Hast a me sient o mej or . En t odos los lugar es sant if icados por la pr esencia t ant os sant os como han pasado por Roma, no he dej ado encomendar las a Dios nuest r o Señor , par a que por int er cesión de los Sant os no dej e de dar les abundancia gr acias par a que puedan ser cada día más buenas. de de la de Per o t ambién es necesar io que no dej en de apr ovechar la gr acia de Dios, pues no bast a la vocación a la sant idad par a con eso sant if icar se uno. Con la vocación a la sant idad t enemos cier t ament e el llamamient o divino, las gr acias necesar ias y el der echo a pedir t odavía a Dios más gr acias; per o además de t odo est o necesit amos apr ovechar esos t esor os en la bat alla que t odos los días t enemos que sost ener con el demonio. Sean muy humildes, muy obedient es, despr endidas de los bienes de la t ier r a y muy pur as. Y si par a ser así se necesit an sacr if icios hast a el her oísmo, hay que ser her oicas, pues par a llegar a la sant idad hay que pr act icar la vir t ud hast a el her oísmo. Saludos par a Cecilia, Eva y Delia. Encomendándome a sus or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice con t odas sus alumnas. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 27 Roma, a 20 de oct ubr e de 1965. M. R. M. Ma. Del Car men Guzmán, H. M. I . G. México, D. F. M U Y RESPETABLE M AD RE: Est uve casi solo en Misa, per o me sir vió por que así est uve más r ecogido y en mayor uni ón con Dios. Cualquier añadidur a en las cer emonias me habr ía dist r aído. Mis buenos her manit os no pudier on asist ir por que la Capil la del sepulcr o de San Pedr o es muy pequeña y no habr ían cabido; per o of r ecier on por mí la Sant a Misa y mañana t endr emos concelebr ación en la Capil la del Colegio. El Padr e Amezcua vino con el encar go de ar r eglar la com ida de ayer , y mis her manit os han r eser vado su homenaj e par a después, si bien ayer vinier on a la com ida. Hoy me ll evó el Excmo. Sr . López a comer en casa de unas monj it as f r anciscanas alemanas. Cuando f ue a pedir que nos pr epar ar an una com ida par a 9 per sonas, le dij er on ¿Ot r a vez va a celebr ar 50 años? ; No, les dij o, ahor a son 25 . ¿Ent onces ahor a cont amos par a at r ás? , decían muy alegr es las monj it as. Per o de t odo hay. He ido t r es veces a la Congr egación de Religiosos y el Excmo. Sr . Ar zobispo de México dice que a él le t oca t r ami t ar la apr obación de ust edes por que la super ior a vive en México. No nos cost ea por que ent onces la er ección canónica la hace él como Con gr egación Diocesana de México y t ant o los sacer dot es como l os f ieles de nuest r a Diócesis no quedar án cont ent os. Per o ya me r esolvier on que cualquier a de los dos podemos t r amit ar la apr obación; ahor a me f alt a conseguir qu e ceda el Excmo. Sr . Mir anda, clar o que por la buena. Necesit o las f echas de est ablecimient o de la casa en México, f echas de f undación de cada una de las casas, f echa en que hubo la pr imer a t oma de hábit o, f echa de las pr imer as pr of esiones, f echa del t r aslado del noviciado a Tacámbar o. También la edad de V. R. , f echa de Pr of esión t empor al y f echa de pr of esión per pet ua. También en qué casas est uvo ant es de super ior a. Yo esper o que Dios nos ha de ayudar a ar r eglar t odo est o muy bien, a pesar de las dif icult ades. El demonio sabe poner est or bos cuando a él no le cost ea, per o Dios est á con nosot r os y t enemos que t r iunf ar . A las her manas f avor de decir les que pidan por mis apur os, si ellas piden a Dios que me ayude, más pr ont o se ar r eglar á t odo. Que Dios les siga ayudando, les pr emie lo que han hecho por mí en est e día y les pr emie su af án de llegar a ser ver dader ament e buenas. Encomendándome a las or aciones de V. R. y con saludos par a t odas las Her manas, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacám bar o. 28 Roma, a 25 de oct ubr e de 1965. M. R. M. Ma. Del Car m en Gu zm án, H. M. I . G. Méxi co, D. F. M U Y RESPET ABLE M AD RE: Est a n oche acabo de pl at i car con el Excm o. Sr . Ar zobi spo de Méxi co: Le pl at i qué que en l a Sda. Congr egaci ón h abían per m i t i do qu e cu al qu i er a de l os dos t r am i t ar a l a apr obaci ón de l as Si er vas y él i n m edi at am en t e m e di j o qu e hi ci er a yo l os t r ám i t es y él con m uch o gu st o ayudaba en l o qu e f u er a n ecesar i o. Se v e que el Excmo. Sr . Sol am en t e deseaba que t odo se h ici er a con f or me a los cán ones; per o t am bi én deben h aber in f lu i do l as m uch as or aci on es y sacr i f i ci os que en est os días h an of r eci do por m í nu est r as bu en as her m an as l as Si er vas. Adem ás, Di os qu er ía qu e en el día de m i f i est a l e of r eci er a t am bi én al gu n a cosa am ar gu i t a. Hoy n os en t r egar on el Decr et o de l a r en ov aci ón de l a vi da r el i gi osa ya i m pr eso en u n cuader n o m u y bi en pr esen t ado, t al com o l o va a apr obar el San t o Padr e den t r o de t r es días. Yo com enzar é l u ego a cor r egir l as Con st it u ci ones con f or me al Decr et o, pu es así m e di j er on en l a Sagr ada. Con gr egaci ón. Ah or a sí t endr é m ás en que apoyar m e par a pedi r l es a l as h er m an as qu e adel ant en en mu ch as cosas qu e ya l es est aba pi di en do y qu e ah or a el Conci li o apr u eba, sobr e t odo en l a h um i l dad, l a car idad, l a u ni ón y el bu en cu m pl i m i en t o de l os t r es vot os. El j u eves ser á l a com i da que l os Obi spos m exi can os nos of r ecen a m í y al Excm o. Sr . Ar zobi spo de Oaxaca. El vi er nes est am os i n vit ados el Excm o. Sr . López y yo a u n a casa de m an t el es m u y l ar gos y el m i sm o vi er n es en l a t ar de, Di os m edi an t e sal go con el Padr e Am ezcu a a Jer u sal én par a vol ver el día 7 de novi embr e, pu es el 8 com i enzan de n uevo l as sesi on es despu és de l as vacaci ones de m u er t os. Mañ an a t er m i n an ya l as di scu si ones en el Conci l i o. Ya sol am ent e t enem os que esper ar a que l as Com i si ones t er m i n en de h acer l as cor r ecci on es a l os esquem as qu e f al t an y segu ir h aci endo l as vot aci on es. Mañan a h abr á vot aci ones acer ca del esquem a de l a l i ber t ad r el i gi osa y ya ser á l a sext a vez que pasa por el Con ci l i o est e esqu em a y por l o m enos t endr á que vol ver t odavía ot r a vez. Todavía n o pu edo asegur ar que r egr ese el día 7 qu e acabem os a t i em po. m as yo esper o En com en dán dom e a l as or aci ones de V. R. y con salu dos af ect u osos par a t odas l as Her m an as, qu edo af m o. en Cr i st o y s. s. qu e de cor azón l as ben di ce. + José Abr ah am . Obi spo de Tacám bar o. P. D. El día 20 qu er ía m an dar l a Encícl i ca per o n o cu po en el sobr e. Después l as m an dé com o i m pr esos, per o com o est oy t an di st r aído n o pu se cabal es l as est am pi l l as. Favor de av i sar m e si l l egó. 29 Roma, a 28 de oct ubr e de 1965. M. R. M. Ma. Del Car men Guzmán, H. M. I . G. México, D. F. M U Y RESPETABLE M AD RE: Muy cont ent o he pasado est e día 37 aniver sar io de mi or denación sacer dot al pues hoy f uer on apr obados algunos decr et os muy quer idos: los Obispos, la r enovación de la vida r eligiosa, el Seminar io, la educación cr ist iana y nuest r a car idad par a con los no cr ist ianos. En esos decr et os est án las ilusiones de mi vida. Por eso est aba hoy t an cont ent o, y, par a acabalar la, est uvimos t ambién muy cont ent os en la comida, r eunidos los Obispos mexicanos par a r ecor dar y celebr ar los 50 años de sacer docio del Excmo. Sr . Alba y los 25 de mi episcopado. Mis buenos her manit os f uer on los que discur r ier on est a f iest a y convidar on t ambién al Excmo. Sr . Raimondi. Les escr ibo cor t it o por que est oy pr epar ando mi viaj e de mañana a Jer usalén; per o sent ía que si no les escr ibía dos r englones r event aba. En el Calvar io of r ecer é a Nuest r o Señor las cr uces de cada una de ust edes, par a que nuest r o Señor les ayude a ser sant as. Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. José Abr aham Mar t ínez Bet ancour t Obispo de Tacámbar o 30 Jer usalén a 31 de Oct ubr e de 1965. M. R. M. Ma. Del Car men Guzmán H. M. I . G. Villa de Guadalupe D. F. M U Y RESPETABLE M AD RE: En est e viaj e he gozado más que en el ant er ior por que ahor a no vengo en r ebaño. Vinier on t ambién ot r os dos gr upos numer osos de Obispos per o yo me j unt é con el P. Amezcua y el Her mano Cacho, f undador de los oper ar ios Guadalupanos del Sant ísimo Sacr ament o, un sacer dot e de Texcoco y un Per iodist a de México. Vamos a donde se nos ant oj a y nos est amos t odo el r at o que quer emos. En est os moment os me voy al Sant o Sepulcr o son las ( 9: 00 a. m. ) y pienso est ar me en el calvar io t oda la mañana pensando en lo mucho que Dios nos ama y como desde la Cr uz r eina sobr e nuest r os cor azones. Hoy celebr é la Sant a Misa en el Calvar io y pedí a Dios por ust edes. El j ueves a medio día nos ir emos Dios mediant e a Nazar et h y el domingo r egr esar emos en la mañana en Jet . A ver si mis her manit os no se f ij an en nuest r o gr upo y luego nos dan lat a diciendo que es la per egr inación de los f undador es. Me t r aj e las Const it uciones par a adapt ar las al Concilio aquí j unt o al calvar io. Saludos a t odas las Her manas. Encomendándome a sus or aciones quedo af mo. en Cr ist o que de cor azón las bendice. José Abr aham Mar t ínez Bet ancour t Obispo de Tacámbar o 31 Roma, 7 de noviembr e de 1965. M. R. M. Ma. Del Car men Guzmán, H. M. I . G. Villa de Guadalupe, D. F. M UY RESPETABLE M AD RE: Todavía est a mañana celebr é la Sant a Misa en Nazar et . De allí salimos al Aer opuer t o, que queda como de Tacámbar o a Mor elia y a las 12: 15 est ábamos en el aer opuer t o de Roma. Ayer celebr é la Sant a Misa por t odas las Sier vas en la Gr ut a de la Anunciación, a f in de pedir a Dios nuest r o Señor por la int er cesión de la Sma. Vir gen, que a t odas las haga vivir como ver dader as sier vas suyas. Dur ant e la Misa est aba yo emocionado pensando que en ese mismo lugar la Sma. Vir gen se declar ó la sier va del Señor : He aquí a la sier va del Señor ; hágase en mí según t u palabr a . Humildad, obediencia, sumisión a Dios, amor a la pur eza, t odo est o r esplandece en Ella al poner su cor azón ent er ament e en manos de Dios. Por eso cr eí que aquel er a el lugar más a pr opósit o par a celebr ar la Sant a Misa por nuest r as Sier vas y pedir a Dios que las haga ver dader as sier vas suyas. Después de la Sant a Misa puse baj o el alt ar las Const it uciones de las Sier vas pidiendo a Dios que las bendiga. En los pocos t iempos que t uve libr es en Nazar et , cer ca de la Gr ut a est uve cor r igiendo las Const it uciones, de acuer do con la ment e del Concilio, en lo que r espect a a los vot os de pobr eza, cast idad y obediencia, pues me par eció que er a el lugar más a pr opósit o par a hacer ese t r abaj o, t eniendo ant e la ment e la vida pur a, pobr e y obedient e de la Sma. Vir gen en Nazar et . Les agr adezco muchísimo lo que en la Villa y en el Colegio 10 de Mayo hicier on por mí el día 20. Dios nuest r o Señor se los pr emie y las haga cada día más buenas. Me da gust o que t ant o la Hna. Vict or ia como V. R. est én ya mej or . Al llegar de Tier r a Sant a con gr an alegr ía r ecibí las not icias de ust edes, después de var ios días de viaj e sin saber nada. Ya venía con muchas ganas de encont r ar car t as. Le agr adecer ía que me mandar a luego un pr oyect o de cómo pueden quedar r epar t idas las Her manas par a el año ent r ant e. Me agr adar ía mucho que se encont r ar a la 32 posibilidad de mandar unas her manas a est udiar música a Mor elia, por que de no ser así, veo que nunca van a apr ender música. Además hay que t ener en cuent a que no se les car gue t ant o esf uer zo a las enf er mas, sobr e t odo si además de enf er mas t ienen que est udiar y dar clases. Bendit o sea Dios que ellas t ienen muchos deseos de hacer el bien. Per o sobr e nosot r os, como super ior es, est á la gr ave r esponsabilidad de cuidar de su salud. Quizá haya necesidad de r educir un poco las act ividades de la Pr o- Hogar y no f undar por ahor a un nuevo Colegio, pues veo que algunas de las her manas que est án en México ni mor al ni f ísicament e podr án aguant ar ot r o año allí, a no ser que quer amos que acaben de per der su salud y hast a su vocación. Ya no t enga pendient e acer ca de la dif icult ad que había par a la t r amit ación de la apr obación, pues ya est á r esuelt a y a mí me t ocar á hacer los t r ámit es; per o no dej en de pedir a Dios que t odo siga bien; per o hay que t ener en cuent a que par a que se consider e a la Congr egación como de Tacámbar o, la Casa Madr e t iene que est ar t oda en Tacámbar o no solament e el Noviciado, desde ant es de la er ección canónica como Congr egación. Mucho le agr adezco los dat os que me envió pues me ser vir án mucho par a hacer los t r ámit es. Encomendándome a las or aciones de t odas ust edes, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice, que par a est o no me he dist r aído. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. P. D. No me caí en Tier r a Sant a, a pesar de andar a veces por los r iscos. Tant o el P. Amezcua como el P. Or ozco, el Her mano Cacho y el Sr . I bar r a anduvier on muy al pendient e de mí, cuidándome. Tr aj e var ias nar anj as del Mont e de las Bienavent ur anzas; lást ima que no aguant en hast a diciembr e par a llevar les, aunque f uer a un par . 33 Roma, a 20 de noviembr e de 1965. M. R. M. Ma. Del Car men Guzmán, H. M. I . G. México, D. F. M UY RESPETABLE M AD RE: Recibí su at ent a del día 14 y mucho agr adezco sus not icias, pues con ellas sient o como si est uvier a allá en la Villa. Todavía me f alt an 18 noches par a ir me de Roma, y cuent o las noches por que, aunque t enga sueño y descanse dur miendo, sient o el t ener que dor mir y no apr ovechar más el t iempo. Est oy cont ent o aquí ent r e mis her manos Obispos, per o ya t engo ganas de est ar allá. Si no hay cont r at iempos, esper o llegar el día 10; per o como a veces llega muy noche el avión, aunque me da mucho gust o ver a las Her manas a la llegada, yo pr ef er ir ía que no f uer an de noche al aer opuer t o, pues quien sabe no convenga que anden por allá t an noche. El mar t es a las 6 de la t ar de ( 11 a. m. de México) , est ar emos de visit a con el Sant o Padr e los obispos mexicanos. Le pedir é que las bendiga. Ant ier , en la Sesión Pública del Concilio, el Sant o Padr e nos dio muchas sor pr esas: r ecor dó cómo est e Concilio ha sido el más gr ande y solemne en la hist or ia de la I glesia. Anunció que después del Concilio seguir án t odavía t r abaj ando algunas Comisiones, ent r e ellas la de la Lit ur gia: que habr á ot r a r eunión, aunque no t an numer osa, de obispos, dent r o de dos años, aquí en Roma, con ocasión del 19° cent enar io del mar t ir io de San Pedr o; que la Cur ia Romana seguir á t r abaj ando pues su t r abaj o ha sido ej emplar , aunque los def ect os se not en más por est ar en lugar pr eeminent e en la I glesia, y se har án las r ef or mas necesar ias par a poner la al día; que lo que más impor t a es nuest r a pr opia r ef or ma aplicando f ielment e las nor mas del Concilio. Dio t ambién la or den par a que comiencen ya los pr ocesos de Sant if icación de Su Sant idad Pío XI I y de Su Sant idad Juan XXI I I , lo cual llenó a t odos de alegr ía y saludamos el anuncio con un pr olongado aplauso lleno de gr ande car iño hacia t an amados Pont íf ices. Anunció t ambién que en Roma, y como r ecuer do del Concilio, se edif icar á una iglesia en honor de Mar ía Madr e de la I glesia, y el día 8, en la cer emonia de la clausur a del Concilio est ar á incluida la bendición de la pr imer a piedr a. 34 En cuant o a la r enovación de la vida, nos decía el Sant o Padr e: No debemos, Vener ables Padr es, pr eocupar nos t ant o de est as r ef or mas ( de la Cur ia) , cier t ament e necesar ias, cuant o de aquellas mor ales y espir it uales que nos hagan más conf or mes a nuest r o divino Maest r o, y más apt os par a los deber es de nuest r a r espect iva vocación. Debemos at ender pr incipalment e a est o: a nuest r a ef ect iva sant if icación y a la r eal capacidad de dif undir el mensaj e evangélico . Ya ant es el Sant o Padr e nos había dicho que la r ef or ma debía comenzar por nosot r os los Obispos. Por eso, j unt o con algunos ot r os Obispos, est uve en r et ir o t oda la semana pasada, baj o la dir ección del Padr e Lombar di, menos en las hor as del Concilio. No alcancé a avisar les a ust edes par a que pidier an por mí, per o me conf or maba pensando que de t odos modos lo hacen. El Sant o Padr e r ecor dó t ambién los t r es moment os espir it uales del Concilio: pr imer o ent usiasmo, est upor , alegr ía, esper anza cuando se anunció el Concilio. Comenzó el Concilio y comenzar on t ambién las dudas de muchos, las cr ít icas, la impaciencia de las novedades, mient r as el Concilio seguía su labor callada, ponder ada y pr udent e. Apar ecier on inquiet udes, cor r ient es, t emor es, audacias, ár bit r os; t odo se hizo dudoso, incluso los cánones de la ver dad y de la aut or idad, hast a que comenzó a hacer se oír , suave, medit ada, solemne la voz del Concilio. En est e últ imo t r amo del Concilio sus gr aves y alent ador as palabr as dir án cuál debe ser la f or ma de vida de la I glesia. Viene por est o el t er cer moment o, el de los pr opósit os, el de la acept ación y de la ej ecución de los Decr et os conciliar es. Y est e es el moment o par a el que cada uno debe disponer su pr opio espír it u. La discusión acaba, empieza la compr ensión. A la acción del ar ado que r evuelve la t ier r a, sucede el cult ivo or denado y posit ivo. La I glesia se r eor ganiza con las nuevas, nor mas que el Concilio le ha dado. La f idelidad la car act er iza; una novedad la calif ica, la de la conciencia acr ecent ada de la comunidad eclesial, de su mar avillosa t r abazón, de la mayor car idad que debe unir , act ivar , sant if icar la comunión j er ár quica de la I glesia. Es est e el per íodo de la ver dader a puest a al día pr econizado por nuest r o pr edecesor de vener ada memor ia Juan XXI I I aggior nament o o puest a al día quer r á decir de ahor a en adelant e par a nosot r os, sabia penet r ación del espír it u del Concilio que hemos celebr ado y aplicación f iel de sus nor mas f eliz y sanament e emanadas . Pensamos que en est a línea se debe desar r ollar la psicología nueva de la I glesia: cler o y f ieles t endr án que 35 desar r ollar una magníf ica labor espir it ual par a la r enovación de la vida y de las acciones según Cr ist o Nuest r o Señor : y a est a labor invit amos a nuest r os Her manos y a nuest r os Hij os: aquellos que aman a Cr ist o y a la I glesia est én aquí con Nos en la pr of esión más clar a del sent ido de la ver dad, pr opio de la t r adición doct r inal que Cr ist o y los apóst oles inaugur ar on; y con él, el sent ido de la disciplina eclesiást ica y de la unión pr of unda y cor dial que nos hace conf iados y solidar ios como miembr os de un mismo cuer po . Ya el Sant o Padr e había hablado, hace ocho días a los seminar ist as españoles acer ca del f undament o que la unidad t iene en la aut or idad. Se f unda especialment e en la car idad, per o es la aut or idad la que da las ór denes que nos unen a t odos en la misma empr esa de salvación. Decía el Sant o Padr e: Y viene ahor a una gr an palabr a que el mundo moder no casi no quier e oír : la obediencia. En el r enacimient o que la I glesia y la sociedad cr ist iana piden par a dar una nueva f az al mundo cont empor áneo, se impone el t r abaj o comunit ar io, se necesit a est ar y vivir unidos; por lo t ant o hay que ser obedient es. Hoy como ayer es ley la act it ud de r espet o y obediencia, a ej emplo de Cr ist o hecho obedient e hast a la muer t e ( Flp. 2, 8) . Cult ivad est a disposición en la zona ínt ima de vuest r a per sonalidad; dad a vuest r o ser vicio una int encionalidad sobr enat ur al de sumisión a la volunt ad de Dios, pr esent e en t oda ley j ust a y en t oda legít ima aut or idad; seguid el lema del Divino Maest r o: Yo hago siempr e lo que es de su agr ado ( Jn. 8, 29) . Me puse a copiar t odas esas palabr as del Papa, par a que las her manas puedan ver cuáles son los deseos del Vicar io de Cr ist o en est os moment os, aunque me apena mucho el pensar que, mient r as el Concilio quier e que las r eligiosas de vida act iva vivan t ambién vida cont emplat iva por que en ella est á el f undament o de su unión con Dios y de su apost olado, en México por el ambient e, t an dist int o del ambient e de nuest r os pueblos, y por la necesidad de ej er cit ar el apost olado, se descuida mucho la vida espir it ual con gr avísimo daño del alma de las her manas. Ese mismo descuido de lo espir it ual viene a ser una de las causas de f alt a de cumplimient o de los vot os. Per o sin duda Dios pr emiar á amplísimament e a quienes, a pesar de las dif icult ades, luchen por conser var su vida de unión con Dios. Si quer emos cumplir con el Concilio, y cr eo que t odos quer emos por que t odos deseamos con ansia esa r enovación de vida, ser á pr eciso ar r eglar las cosas de modo que las her manas t engan la suf icient e at ención espir it ual y el t iempo 36 necesar io par a cumplir con sus deber es espir it uales. De ot r o modo ser ía pr ef er ible dej ar la Pr o- Hogar , pues no debemos ej er cit ar el apost olado a cost a de la r uina espir it ual de la her manas. Est o ser ía cont r a la int ención del Concilio. Si yo t uvier a algún sacer dot e libr e par a enviar lo a México a ayudar les en lo espir it ual, lo har ía con mucho gust o; per o en est os moment os no lo encuent r o y además est o no es obligación de la Diócesis de Tacámbar o sino de la de México que debe pr opor cionar les la necesar ia at ención espir it ual; aunque por ser ust edes de nuest r a Diócesis de Tacámbar o y no de la de México, debemos pr opor cionar les la necesar ia at ención espir it ual con gust o dar emos esa ayuda apenas la encont r emos. Y lo peor es que no podr emos mandar les a las her manas j óvenes de Tacámbar o por que el Concilio or dena que las r ecién pr of esas no se dediquen al apost olado, sino que se les t enga en el Juvenado par a complet ar su f or mación. Yo cr eo que est a pena de la f alt a de suf icient e at ención espir it ual par a las her manas que est án en esa ciudad es lo que más me ha t enido pr eocupado y como dist r aído en est os días. Per o no dej o de pedir le a Dios que nos ayude a r esolver est a sit uación. También le pido a Dios que le ayude a V. R. a conseguir esa salud que hace f alt a. Per o aunque hay cosas que me pr eocupan, t ambién hay cosas que me consuelan: por ej emplo el empeño que est án poniendo algunas her manas en ser buenas y cumplidas hast a donde les alcanzan las f uer zas, y las nuevas r elaciones que Tacámbar o va t eniendo con los sant os del cielo: San Pío X f ue el f undador de la Diócesis, Pío XI I nos quiso, como pude compr obar lo, y cr eo que ahor a con más r azón nos quier e; Juan XXI I I me conoció y un día me convidó a comer a su casa, cr eo que ahor a desde el cielo seguir á pidiendo par a nosot r os el aliment o de la ver dad y de la gr acia de Dios par a que podamos ser sant os; y ya se comenzó el pr oceso de Beat if icación de I sabel de Cast illa, cuyo nombr e lleva uno de nuest r os Colegios. Desde ant ier est án los obr er os t r abaj ando en la Plaza de San Pedr o, pr epar ándola par a la clausur a del Concilio. Ya est án levant ando las t r ibunas par a los invit ados especiales, como son, ent r e ot r os, los r epr esent ant es de la mayor par t e de los Gobier nos del mundo. El Sant o Padr e quier e que la 37 Misa y las demás cer emonias sean en la plaza par a que puedan gozar de ellas muchos f ieles. Como est amos en las aguas, pídanle a Dios que ese día t engamos buen t iempo par a que así puedan asist ir más de 300, 000 f ieles que son los que pueden caber ent r e la Plaza de San Pedr o, la plaza Pío XI I y la Vía de la Conciliación. Muchos saludos par a t odas las her manas y que Dios las haga cada día mej or es, cumpliendo con lo que apr endier on en las Ej er cit aciones. ¿Han leído las Car t as Semanales ? El día 8 a las 3: 30 a. m. , hor a de México, comenzar á a ent r ar la pr ocesión de los Sr es. Obispos a la Plaza de San Pedr o. A las 4: 00 a. m. comenzar á la cer emonia de Clausur a del Concilio y en ese moment o quier e el Sant o Padr e que t odos los cat ólicos en t odo el mundo est én unidos en or ación con él y sus Obispos. El día 7 acuést ense t empr ano par a que a las 4 de la mañana del día 8 est én list as en la capilla ( o ant e la t elevisión) or ando j unt ament e con nosot r os. La cer emonia t er minar á ent r e las 6 y 6: 30, con la bendición a t odo el mundo. Pueden convidar al P. David par a que les dé el r et ir o y les celebr e la Misa del día 8 y r eciba la r enovación de los vot os. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 38 Roma, a 21 de noviembr e de 1965. M. R. M. Ma. Del Car men Guzmán, México, D. F. M U Y RESPETABLE M AD RE: Me apr esur o a aclar ar una idea que en mi car t a de ayer quedó incomplet a por mi pr isa en escr ibir y por lo at ar ant ado que est oy. No hice dist inción ent r e capellán y conf esor . Al decir que la Ar quidiócesis de México t iene la obligaci ón de dar les capellán conf esor y no aclar é que el Conf esor debe señalar lo la Mit r a y el capellán o lo da el Pár r oco int er esado, si t iene modo de dar lo, o lo busca la Com unidad, con l icencia de la Mit r a. El Pár r oco pr opor ciona el capellán, o bien por que así se compr omet ió, o por equidad, pues si las Her manas ayudan a la Par r oquia, conviene que t ambién la Par r oquia les f acil it e la asist encia espir it ual si t iene sacer dot es par a ello. Per o en la ciudad de México l a escasez de sacer dot es es muy gr ande y no siempr e podr á el Pár r oco dar capellán. En est e caso, t oca a las her manas ir a la Par r oquia, pues la r eligiosa no se consagr ó a Dios par a ser ser vida sino par a ser vir a Di os en su I glesia y además su ej emplo, asist iendo a Misa y comulgando en la Par r oquia con much a devoción, har á mucho bien a los f ieles, per o en est e caso hay que pr ever que t engan el t iempo suf ici ent e no solo par a ir de car r er a a comulgar , si no t ambién par a hacer su medit ación y oír la Sant a Misa. Con t odo, hacen muy bien en pedir al Sr . Cur a y a mí que se les dé capellán por si acaso se pr esent a est a posibil idad, y au n pedir lo con mucha insist encia. En cuant o al conf esor , vayan pensando a quién conviene pedir , par a pedir lo a la Sagr ada. Mit r a a mi r egr eso. O si ust edes quier en pedir lo ant es, pueden hacer lo, sir ve que van apr endiendo par a cuando yo f alt e; per o ent onces, al hacer la pet ición, r ecuer den a la Mit r a que t ienen una escuela en la Par r oquia de Fát ima, par a que así se sient an más obligados a señalar les conf esor . El P. Amezcua se f ue a España a ar r eglar algunos asunt os; per o hoy vino el P. Filemón y me llevó a dar una vuelt a. Fuimos a la Escala Sant a y la subí de r odillas pidiendo a Dios por ust edes. Según la t r adición, es la escaler a del palacio de Pilat os, por donde subió nuest r o Señor después de la f l agelación y cor on ado de espinas. Sant a Elena la t r aj o de Jer usalén y est á a la ent r ada de la capilla que dur ant e muchos siglos f ue la capil la del Papa cuando los Papas vivían en Let r án j unt o a la Cat edr al. Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón l as bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 39 Roma, a 28 de noviembr e de 1965. M. R. M. Ma. Del Car men Guzmán, Villa de Guadalupe, D. F. M U Y RESPETABLE M AD RE: Recibí su at ent a del día 14, a la que se t ar dó en cont est ar por que desde el día 20 me pr opuse no hacer ot r a cosa mañana y t ar de que t er minar la r evisión de las Con st it uciones, par a acomodar l as a las disposiciones del Concil io. Bendit o sea Dios ya t er miné la cor r ección. Ha habido necesidad de pasar las en limpi o de nuevo y esper o ent r egar las est a semana al Padr e Oñat e que es el que se va a encar gar de est ar apr esur ando el est udio y apr obación de la Sagr ada Congr egación de Religiosos, pues en la Congr egación me dij er on que como yo n o est oy siempr e aquí, er a necesar io que dej ar a un Delegado que siguier a haciendo l os t r ámit es en mi nombr e. No hay pr isa par a ar r eglar casa par a el Consej o, pues me dicen que la apr obación t ar dar á por lo menos un año, por que en la Congr egación t ienen ahor a mucho t r abaj o y h abr á que esper ar t ur no. Per o de t odos modos yo cr eo que ser á necesar io dar a cada her mana una copia de est as nuevas Const it uciones par a que vayan apr endiendo a cumplir las. En Tacámbar o pueden copiar las las her manas con el mimeógr af o. Piense en est o mient r as r egr eso par a ver qué r esolvemos. ¿No ser ía bueno nombr ar t ambién Consej er as, solament e con vot o consult ivo, par a que vayan apr endiendo y no las coj an despr evenidas las nuevas Const it uciones? El Conci li o habla de las Religiosas en casi t odos los Decr et os, y por eso t uve que r epasar los r ecor dando su hist or ia y además consult ar ot r os decr et os ant iguos en la Bibl iot eca. En est os moment os me doy cuent a de que sí le cont est é la car t a del día 14, por cier t o que f ue un per iódico. Per o no le hace que ahor a t ambién escr iba, pues las her manas ya han de est ar con ansia de saber por qué no escr ibo. Ya t engo ar r eglada mi salida par a el día 9, lo que no me ar r eglan t odavía es el bolet o de Nueva Yor k a México. Ahor a he est ado bien de salud. Per o ya llegó el f r ío con t oda su f uer za, t ant o que ya me voy a poner los guant es por que se me est án r event ando las manos y me sale un poqu it o de sangr e. ¡Así est á de br avo el f r ío! Ayer y hoy cayó gr anizo y a la mej or est a noche cae nieve. Los cer r os ya est án nevados. Encomendándome a sus or aciones y con bendiciones par a t odas las her manas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de t odo cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. P. D. Me acaban de t r aer l a r eser vaci ón del avi ón a Nu eva Yor k. Me f al t a l a de Nu eva Yor k- Méxi co. Despu és del día 3 ya n o deposi t en en el cor r eo car t as par a m í; ser ía dif íci l qu e al can zar a a r eci bir l as. 40 15 de diciembr e de 1967. M. R. M. MA. Del Car men Guzmán, H. M. I . G. México, D. F. M U Y RESPETABLE M AD RE: Se me ha ocur r ido decir le que si a V. R. le par ece más convenient e que t odas las her manas hagan sus ej er cicios en México en vez de hacer los unas aquí y ot r os allá, por mi par t e no hay dif icult ad. Aún es t iempo de disponer así los ej er cicios, t ant o más que no les he dicho con segur idad a dónde les t oca, a las que me han pr egunt ado. Yo esper o que la or den les llegue por conduct o de la H. Evangelina que es la Secr et ar ia. Yo est oy muy mej or ado de mis r eumas, de modo que esper o poder ir a la Villa a dir igir los ej er cicios. Per o en caso de que me volvier a la enf er medad, ya el P. Cr uz est á de acuer do par a ir luego a suplir me. Pido a Dios que conceda V. R. la salud y sobr e t odo le dé más gr acias par a adelant ar en el camino de la per f ección cr ist iana. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. José Abr aham Mar t ínez Bet ancour t Obispo de Tacámbar o P. D. Est ar é desocupado par a el día 25, de modo que ese día en la noche podr emos comenzar , par a t er minar el día 31 por la mañana. 41 A 25 de marzo de 1968. M. R. M. Ma. Del Car men Guzmán, H. M. I . G. México, D. F. M UY RESPETABLE M AD RE: Agr adezco muchísimo las f elicit aciones y el r egalo que t uvier on la amabilidad de enviar me con mot ivo del día de mi Sant o. Especialment e les agr adezco las or aciones t an abundant es que of r ecier on a Dios por mí. No he podido ir en est a Cuar esma, y t al vez no alcance a ir en los días que f alt an, pues ya viene el pr imer domingo de Pasión; per o si t engo opor t unidad, de r epent e me pr esent o por allí. De Buenavist a me escr ibió una alumna, Ma. Guadalupe Gut iér r ez. Ya me había hablado, per o no r ecuer do si ya t er mina pr imar ia est e año. En pr incipio no se le podr ía r ecibir pues no es legít ima; per o de t odos modos cr eo que convendr á t omar inf or mes por si acaso vale la pena. Cr eo que la H. Evangelina puede conocer la. Pido a Dios que a t odas les ayude a pasar est a Cuar esma of r eciendo a Dios con gust o t odos los sacr if icios, par a acompañar le como Cir eneos en el camino del Calvar io. Especialment e V. R. t iene mucho que of r ecer a Dios. En cuant o a mí, est oy mej or , bendit o sea Dios, aunque la pr esión no quier e baj ar sino muy poco. Encomendándome a las or aciones de ust edes, y con saludos par a el Padr e David, quedo af mo. en Cr ist o que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 42 CORRESPON DEN CI A A ALGUN AS SUPERI ORAS GEN ERALES MADRE MA. DE LA PAZ RAUDA PACHECO, SUPERIORA GENERAL (1975-1982) EN EL SEPELIO DEL EXCMO. SR. OBISPO JOSÉ ABRAHAM 10 DE ABRIL DE 1982 Excelentísimo Sr. Obispo y Amado Padre: Has empezado a vivir, ahora estás más cerca de nosotros; sentimos tu presencia al estarnos realizando como personas consagradas; prometemos llevarte a los demás en la práctica de una vida humilde, pobre, alegre y en la caridad fraterna que tanto nos recomendaste. Confiamos que intercedas por tus religiosas, tus novicias, tus postulantes, aspirantes y por las nuevas generaciones que vendrán a formar parte de esta familia religiosa. No ha terminado tu Obra, la Congregación está en tus manos. Tus Hijas, Las Siervas de la Inmaculada Concepción , pedimos perdón a Dios por las muchas veces que lastimamos tu corazón. Reconocemos tu esfuerzo y dedicación por habernos insertado en el Cuerpo Místico de Cristo como almas consagradas. Lucharemos por ser mejores cada día. Recibe Padre, nuestra gratitud. Bendícenos desde el cielo. 43 Sr i t a . Ev a n g e l i n a M or a Su p e r i or a Ge n e r a l de las Si e r v a s de la I n m a cu l a d a Con ce p ci ón APRECI ABLE H ERM AN A: Recibí t u f elicit ación y con ella t ambién el r egalo que ust edes t uvier on la bondad de enviar me. Dios nuest r o Señor les pr emie t odas sus bondades; a Él le pido que les ayude a compr ender cada día mej or el mist er io Pascual que consist e en acompañar a Cr ist o nuest r o Señor en su pasión y en su muer t e par a acompañar lo t ambién en su r esur r ección glor iosa. En su pasión, of r eciéndole t odas nuest r as penas; en su muer t e, mur iendo nosot r os al pecado, y en su glor iosa r esur r ección viviendo r esucit ados en la vida de la gr acia par a alcanzar después la def init iva r esur r ección. Encomendándome a t us or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 44 A 29 de septiembre de 1968. R. M. Evangelina Mor a, S. I . C. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Te escr ibo par a que no est és con pendient e por la Madr e Car men, especialment e ahor a que t e quedast e de Nuest r it a . La Madr e ha est ado mej or que allá en México. Ant ier f ue a Mor elia, mañana va a Zamor a, pasado mañana a Tecar io con las pr of esas de aquí y el miér coles, Dios mediant e, vuelve a México. Pido a Dios que r eciba t odos t us sacr if icios y t e ayude a adelant ar en vir t ud par a que puedas alcanzar la per f ección de vida cr ist iana que Él quier e de t i. Anoche me quedé en Mor elia y hoy t empr ano me vine a Tacámbar o. Muchos saludos par a la M. Esper anza cuando vuelva, y par a t odas las her manas. Encomendándome a t us or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 45 A 8 de septiembre de 1970 R. M. Evangelina Mor a, S. I . C. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Los Obispos pedimos a la CI RM que nos hicier a el f avor de ayudar a las Pías Uniones y el P. de la Mor a, Pr esident e de la CI RM, me acaba de comunicar que la Madr e I melda Tij er ina, H. M. A. , que f ue Super ior a Gener al de las Salesianas es la encar gada de ayudar a nombr e de la CI RM a las Pías Uniones que hay en la República. Est e ser vicio que pedimos a la CI RM no es par a f iscalizar o j uzgar , sino únicament e par a ser vir les en lo que pueda la CI RM y desean que acudan a la CI RM con t oda conf ianza. Conviene que escr ibas a la Madr e Tij er ina exponiéndole la ayuda que necesit an, por ej emplo par a f or mación de super ior as, especialment e Maest r as de novicias, inf or mación r espect o a pr ogr amas par a la f or mación de novicias y j unior as, inf or mación sobr e cur sos de f or mación espir it ual y ot r as cosas que cr eas necesar ias. La dir ección de la M. Tij er ina es: Amor es 1318, México 12, D. F. Encomendándome a t us or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 46 A 2 de noviembr e de 1970. R. M. Evangelina Mor a A. S. I . C. M UY RESPETABLE M AD RE: Los Obispos de la Región sépt ima nos damos cuent a de la gr an desor ient ación que en mat er ia r eligiosa hay act ualment e ent r e los est udiant es. Var ias son las causas de esa desor ient ación, per o ent r e ellas est án t ambién las def iciencias que hay en la f or mación cr ist iana en los colegios. Por eso en nuest r a pr óxima r eunión pensamos hacer una r ef lexión acer ca de nuest r as r esponsabilidades en est e punt o, y desear íamos que los Super ior es mayor es de las Congr egaciones que t ienen casas en las r egiones past or ales 6 y 7, nos hicier an la car idad de asist ir , si les es posible a nuest r a r eunión y decir nos qué ayuda esper an de nosot r os par a mej or ar la f or mación cr ist iana de los j óvenes. Rogamos, pues a V. R. que nos acompañe de 12: 00 a 1: 00 p. m. en la casa de descanso del Excmo. Sr . Car denal Gar ibi en San Pedr o Tlaquepaque, el día 12 del pr esent e mes. Est ar emos pr esent es, Dios mediant e: el Excmo. Sr . Ar zobispo de Guadalaj ar a y los Excmos. Sr es. Obispos de Apat zingán, Zamor a, Colima, Aut lán y Tacámbar o. Encomendándome a las or aciones de V. R. , quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que la bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. Coor dinador de la Región Pacíf ico Medio 47 Tacámbar o a 11 de ener o de 1971. RESPETABLE H I JA EN JESU CRI STO: Con r elaci ón a mi ent r evist a con la R. M. Car men, el sábado pasado, debo inf or mar que, aunque ella ant es, sin que yo se lo pidier a, m e había pr opuest o ent r egar la economía del I nst it ut o, sin embar go, ant ier que le hablé se negó a ent r egar los document os t ant o los de secr et ar ía como los de economía. En cuant o a los de economía, ella por escr it o dio la r espuest a y me dij o: pón gale allí su f ir ma . De palabr a pr opuso que ir ía con ust ed al li cenciado que ar r egla est os asunt os a las r eligiosas par a ver cómo podr ía ar r eglar se t odo lo que per t enece al I nst it ut o. Con est a pr omesa me r esolví a poner el Vo. Bo. a la car t a de su cont est ación, aunque más bien deber ía haber f ir mado de ent er ado . De t odos modos ust edes quedan en liber t ad de ar r eglar est os asunt os como cr ean que más conviene par a bien de t odas las her manas, pues desde el Capít ulo de hace un año ha cesado mi aut or idad com o Fundador , puest o que habiendo ya Super ior a Gener al y Consej o elegido en el Capít ulo Gener al, la aut or idad debe ej er cer la ust ed con su Capít ulo, y mis apr obaciones ya no son mandat o sino simple consej o, a no ser en los casos en que el der echo Canónico m e concede aut or idad en calidad de Or dinar io. Si dur ant e un año seguí concediendo algun os per misos f ue solament e por que las super ior as de las casas de la ciu dad de México se negar on a r econocer a la nueva Super ior a Gener al y al nuevo Consej o, y yo quer ía buscar de algún modo la unión; per o est o no puede cont inuar así y por eso me he pr opuest o no ej er cer en adelant e la aut or idad en el I nst it ut o sino en los casos pr evist os por el Der echo Canónico y document os concil iar es. Como la Madr e Car men no sost uvo su pr omesa de ar r eglar bien los document os cit ados de acuer do con ust ed y el Consej o, en bien de t odas las her manas, den por no puest a mi f ir ma, pues en est e caso ya no vale ni com o consej o. Dios nuest r o Señor guar de a ust edes muchos años. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. A la R. H. Evangelina Mor a Aguir r e: S. I . C. Super ior a Gr al. de las Sier vas de la I nmaculada Concepción. Ciudad. c. c. par a la M. R. M. Ma. del Car men Paulín Sup. Gr al. De las HH. M. I . G. y par a R. M. Ma. Car men Guzmán, H. M. I . G. 48 A 3 de sept iembr e de 1972. M . R. M . Ev a n g e l i n a M or a Ag u i r r e Super ior a Gr al. de las Sier vas de la I nmaculada Concepción. Ciudad. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Como algunas her manas est án pensando ya en pedir los vot os per pet uos y par a est a vez ya no habr á los pr ivilegios que hubo en diciembr e del año pasado, cuando t uvimos la pr imer a pr of esión de vot os per pet uos, ur ge que se r eúna el Consej o par a det er minar , aunque sea de maner a t r ansit or ia y como exper iment o mient r as se celebr a el Capít ulo Especial, cuál ha de ser la pr epar ación que debe dar se a las Her manas que van a hacer los vot os per pet uos, pues es de desear que la pr of esión r eligiosa, que solo en cuant o per pet ua adquier e t odo su valor , sea pr óximament e pr ecedida de un per iodo de pr epar ación suf icient ement e lar go, que sea como un segundo noviciado ( I nst r ucción Renovat ionis causam, no. 35) . Y puest o que f alt a una Consult or a, conviene que hagan t ambién la consult a o la elección de la Consult or a suplent e. Al mismo t iempo ser ía bueno pensar si par a la elección de Consult or a suplent e conviene que el vot o del Consej o sea deliber at ivo o solament e consult ivo, pues hace f alt a poner est o en las Const it uciones. Finalment e, mucho les r ecomiendo el secr et o acer ca de lo t r at ado en las Junt as del Consej o, pues me doy cuent a de que algunas her manas se quej an por que luego se sabe lo que se t r at ó en el Consej o y t ambién a veces sucede que las her manas conocen sus nombr amient os mucho ant es de que se los comunique la Super ior a Gener al y est o no les par ece bien. Encomendándome a las or aciones de ust edes, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 49 25 de mar zo de 1973. M. R. M. Evangelina Mor a. Super ior a Gener al de las Concepción Sier vas de la I nmaculada RESPETABLE M AD RE: En at ención a que hay ser ias dudas par a que la her mana Josef ina Nambo t enga ver dader a vocación par a la Congr egación de Sier vas de la I nmaculada Concepción, cr eo que por lo menos deben dar le per miso par a que por t odo est e año vaya a su casa como un t iempo de pr ueba. Así lo hacemos t ambién con nuest r os seminar ist as cuando t enemos dudas acer ca de su vocación y vemos que sí es convenient e est e pr ocedimient o. De t odos modos ya le mando la dispensa de vot os por que, a mi par ecer , es lo que más conviene. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 50 Tacámbar o, Mich. a 23 de mayo de 1976. R. M . M A. D E LA PAZ RAU D A PACH ECO SU PERI ORA GEN ERAL Pido a Dios nuest r o Señor que les r et r ibuya en abundancia con sus dones divinos las or aciones y sacr if icios que ust edes han of r ecido a Dios Nuest r o Señor con mot ivo del día de mi sant o. Y est as pet iciones las seguir é haciendo a Dios nuest r o Señor cont inuament e pues me sient o deudor de t odos por los benef icios que me han conseguido de par t e de Dios. Encomendándome a sus or aciones quedo Cr ist o y s. s. que de cor azón los bendice. af mo. en Muchas gr acias por el r egalo de Uds. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 51 Tacámbar o, Mich. , México a 30 de agost o de 1981. R. M. Ma. De la Paz Rauda Super ior a Gr al. De las Sier vas de la I nmaculada Concepción Ciudad M UY RESPETABLE M AD RE: Viendo las necesidades que expone la M. Abigaíl Ambr iz, me at r evo a pr oponer le que si necesit a a la M. Mar ía Aguayo par a la enseñanza, por mi par t e no hay dif icult ad par a que la dediques a su especialidad y solament e t e pido que, en est e caso, le mandes a la her mana Mar ía Eugenia aunque sea una post ulant e, par a que la acompañe, pues ya en est a semana t ienen que ir al Colegio las niñas que est án en est a casa. Encomendándome a t us or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 52 CORRESPONDENCIA A LAS HERMANAS SIERVAS DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Las SIERVAS DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN, bajo la Acción del Espíritu Santo, nos consagramos a Dios siguiendo a Cristo Siervo y Maestro a ejemplo de María la humilde sierva del Señor; vivimos plenamente nuestra filiación divina en la vida fraterna. Confiando en la capacidad que nos viene de Dios, nos entregamos a la misión evangelizadora de la Iglesia, a través de la pastoral Educativa y Parroquial, sirviendo con alegría, sencillez, humildad y abnegación en los lugares más incomunicados y donde es más sentida la pobreza de sus gentes . 53 Roma, a 30 de noviembr e de 1965. MUY ESTIMADAS HIJAS EN JESUCRISTO: No sé si se habr án f ij ado en que el Decr et o del Concilio da el pr imer lugar a la cast idad. Y no es a causa de algún equívoco o dist r acción, sino después de haber se discut ido. La r azón por la que el Concilio da el pr imer lugar a la cast idad es por que en ella se cont iene la consagr ación o ent r ega t ot al de nuest r o cor azón a Dios, después del amor a Dios es la más gr ande de t odas las vir t udes. Cuando de ver as amamos a Dios y le hemos consagr ado sincer ament e nuest r o cor azón, hemos dado el paso decisivo que nos ayuda a pr act icar t odas las demás vir t udes. Al r enovar los vot os, piensen que, por amor a Dios, volunt ar iament e quedan cr ucif icadas con El en la cr uz. Y abr azadas f uer t ement e a la cr uz de Cr ist o llegar án a la glor ia de Dios en los esplendor es de la sant idad. Par a acomodar nos t ambién en est o al Concilio, desde est e año digan en est e or den sus vot os: r enuevo mis vot os de cast idad, pobr eza y obediencia . Desde aquí las acompaño en su r enovación y pido a Dios que las ayude no solo a pr onunciar la, sino a vivir la int ensament e como ver dader as r eligiosas. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de t odo cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 54 Tacámbar o, a 13 de sept iembr e de 1966. M UY ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Si por algún r et r aso no alcanzo avión el mismo día 9 en Nueva Yor k, me hospedar é en Leo House ( se pr onuncia Lío Jáus) . - 332 West 23 St r eet . Teléf ono WA- 91- 010. En el mismo día 9, desde las 8: 00 p. m. , comenzar án a llegar a México, en ot r os aviones, los Excmos. Sr es. Obispos. Cr eo que yo voy a ser el últ imo en llegar . Teniendo en cuent a la conveniencia de que las Sier vas de la I nmaculada Concepción t engan ya su Consej o hemos cr eído convenient e hacer la elección de la pr imer a Consej er a, que al mismo t iempo ser á Vicar ia Gener al. A est a elección seguir án después las de las demás consej er as. Per o hemos cr eído convenient e que el pr imer escr ut inio se haga t eniendo en cuent a el vot o de t odas y cada una de las Her manas par a cumplir de algún modo lo que manda el Decr et o del Concilio, de oír la opinión de t odas. Los demás escr ut inios se har án después por medio de Delegadas, como lo or denan las Const it uciones de las Sier vas. Delegamos al Sr . Cur a D. Tomás Damián par a que pr esida la elección de la Comunidad de las Sier vas de Huet amo, y, en su def ect o podr á subst it uir lo el Padr e Vicar io. El or den ser á el siguient e: 1. Se r ezan las pr eces al Espír it u Sant o. 2. Se r epar t en las papelet as, una a cada her mana, par a que anot e el nombr e de la Her mana que cr ea digna de ese car go. Cada quien dobla su papelet a y la deposit a en un sobr e que est ar á en la mesa de quien pr eside. 3. El vot o es secr et o y nadie puede leer lo ni saber lo sino solament e la her mana que lo escr ibe. 4. Son elegibles las pr of esas que t ienen ya 30 años de edad y gana la elección la que obt enga 32 vot os. Si alguien cr ee que el of icio de Consej er a puede desempeñar lo alguna Her mana que t enga menos edad, puede vot ar por ella, per o t eniendo 55 en cuent a que par a ser elegida necesit ar á cont ar con 41 vot os. 5. Par ece convenient e que la elegida sea pr u de n t e par a que sepa llevar su car go; di scr e t a par a que sepa guar dar el secr et o en las cosas que sea necesar io; per o sobr e t odo p i a d osa par a que viviendo más unida con Dios, pueda r ecibir de El mayor es gr acias. Ter minada la vot ación, el Pr esident e cer r ar á el sobr e, anot ar á la palabr a Elecciones en el anver so del sobr e, y f ir mar á en el r ever so cr uzando la f ir ma a lo ancho del sobr e. En la misma f or ma f ir mar á t ambién la Super ior a de Huet amo. Y se r eza la acción de gr acias. Est e sobr e se deposit ar á dent r o de ot r o, dir igido a la R. M. Super ior a Gr al. De las Sier vas con el nombr e y domicilio acost umbr ado y se enviar á luego de modo que pueda est ar en La Villa a más t ar dar al medio día del día 17 de est e mes de sept iembr e, pues en esa t ar de se har á el r ecuent o de t odos los vot os de t odas las casas. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 56 Tacámbar o, a 23 de sept iembr e de 1966. En at ención a que ser ían pocas las delegadas par a el Capít ulo Gener al si se obser van las r eglas t al como lo mandan las Const it uciones de las Sier vas de la I nmaculada Concepción, a sugest ión de la Super ior a Gener al, concedemos que los gr upos de vot ant es, par a la elección de Delegadas al Capít ulo Gener al, sean solament e de seis y a lo más de nueve, en at ención t ambién a la dif icult ad par a las comunicaciones. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 57 Tacámbar o, Mich. A 1 de noviembr e de 1966. AM AD I SI M AS H I JAS EN JESU CRI STO: El Concilio Vat icano I I en su Decr et o Chr ist us Dominus ( no. 13) nos dice que los obispos t ienen ant e t odo el deber de llegar a los hombr es y buscar y pr omover el diálogo con ellos . Además la Const it ución del Concilio acer ca de la I glesia nos dice que el Obispo no se niegue a oír a sus súbdit os ( No. 27) . Mas viendo la gr an dif icult ad par a dialogar con t odas las r eligiosas y debiendo apr ovechar est e modo de ej er cit ar la misión apost ólica ( Eclesim Suam) , he pensado enviar os de cuando en cuando una car t a par a t odas, sin per j uicio de que, cuando deseen hablar me, me lo digan con t oda conf ianza, pues de mi par t e est oy muy dispuest o a oír las, acat ando con sincer idad y amor los decr et os del Concilio. La exper iencia nos enseñar á si est e modo de diálogo r esult a ef icaz. Ent r e t ant o, os exhor t o a pr act icar ent r e vosot r as mismas el diálogo, con las car act er íst icas del ver dader o diálogo que son: clar idad, af abilidad, conf ianza y pr udencia. Est o os ayudar á a dialogar después con los padr es de f amilia de vuest r os alumnos y con ot r as per sonas con quienes t engáis necesidad de t r at ar . 1. CLARI D AD . Debéis r evisar vuest r o lenguaj e con diligencia apost ólica par a ver si es compr ensible, si es popular , si es escogido. Hay dos peligr os: el de quer er hablar con t ér minos t an elevados que solament e algunas per sonas podr ían compr ender nos, o el peligr o de quer er hablar de un modo t an popular que of endamos con nuest r os t ér minos r ast r er os o dej emos mal par ado el pr est igio de nuest r o I nst it ut o. 2. AFABI LI D AD . Cr ist o nos exhor t ó diciendo: Apr ended de mí que soy manso y humilde de cor azón ( Mt . 9, 29) . Nuest r a af abilidad debe ser humilde. También aquí debemos evit ar dos ext r emos: el de un diálogo or gulloso, hir ient e, of ensivo, al cual nos inclina nuest r a pr opia sober bia, y el ext r emo de quer er ser t an af ables que en vez de at r aer a las per sonas hacia Dios, las at r aigamos hacia nosot r os y así las dej emos det enidas en el camino de su salvación. 3. CON FI AN ZA. Tant o en el valor de la pr opia palabr a como en la disposición par a acoger la por par t e del int er locut or . Pr ocur emos quit ar los complej os de inf er ior idad: si est udiamos las Sant as Escr it ur as, como nos lo manda el Concilio, t endr emos en nuest r os labios la palabr a divina que 58 de suyo es ef icaz. Además, no pensemos que t odos est án mal dispuest os par a oír nos; y si nos const a que alguna per sona est á indispuest a cont r a nosot r os, r ecor demos que la car idad t odo lo vence, no la cr it iquemos, t r at émosla con car idad, seamos ser viciales con ella y Dios se encar gar á de pr epar ar su cor azón. 4. PRU D EN CI A. La Pedagogía nos enseña que hay que t omar en cuent a las condiciones psicológicas y mor ales del que oye. Tener en cuent a est as condiciones nos ayudar á a t r at ar con mucha t áct ica a las per sonas, y t ambién a no exponer nos a peligr os. La pr udencia t ambién nos enseña a no t r at ar con f amiliar idad sino con r espet o a los demás par a que ellos t ambién vean con r espet o nuest r a per sona y nuest r as ideas y así el diálogo r esult e f r uct uoso. El diálogo no solo ayuda a buscar la unidad en la car idad, en medio del mundo que nos r odea, sino que es t ambién un gr an auxiliar par a poder vivir con per f ección la vida de comunidad. Sigo r ogando a Dios par a que t odas sean humildes, alegr es y unidas en la car idad de Dios. Encomendándome a sus or aciones, quedo af ect ísimo y segur o ser vidor que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 59 22 de diciembr e de 1966. AM AD Í SI M AS H I JAS EN JESU CRI STO: Reciban mis sincer as f elicit aciones de Navidad y Año Nuevo y est én segur as de que pido a Dios y seguir é pidiendo par a que Él les ayude, con el auxilio poder oso de su gr acia, a adelant ar en las vir t udes, siendo cada día más dóciles en el apr ovechamient o de los dones del Espír it u Sant o. La Navidad viene ya, y, con ella el Niño Dios. Siempr e llega en la Sagr ada Eucar ist ía, per o ahor a de un modo especial llama a la puer t a de nuest r o cor azón. Y es t an bueno que, cuando penet r a en nuest r o cor azón aunque encuent r e en él desor den y f r ialdad, no nos r epr ende de modo que lo oigan desde f uer a, sino en la int imidad: No r omper á la caña cascada ni apagar á la mecha que se ext ingue ( I s. 42, 3) . Así t r at ó a Zaqueo, a la Samar it ana, a f in de hacer se Pont íf ice miser icor dioso y f iel en las cosas que t ocan a Dios, par a expiar los pecados del pueblo. Por que en cuant o El mismo padeció siendo t ent ado, es capaz de ayudar a los t ent ados ( Heb. 2, 17- 18) . Siendo r ico se hizo pobr e por nuest r o amor , y, compadecido de nuest r a miser ia, ent r ando en est e mundo dice: No quisist e sacr if icios ni oblaciones, per o me has pr epar ado un cuer po. Los holocaust os y sacr if icios por el pecado no los r ecibist e. Ent onces yo dij e: heme aquí que vengo par a hacer , o Dios, t u volunt ad . ( Heb. 10, 5- 7) Y aunque er a Hij o, apr endió por sus padecimient os la obediencia ( Heb. 5, 8) . En medio de las alegr ías de la Nochebuena, t ambién nosot r os t enemos que pr act icar la obediencia. No quier o hablar con mis palabr as, pues, aunque yo sea vuest r o Obispo, sient o que valgo poca cosa par a poder hablar y dar ej emplo. Por eso más bien os r ecuer do las palabr as que el Sant o Padr e, Vicar io de Cr ist o en la t ier r a, pr onunciaba el 5 de oct ubr e pasado: Amados hij os e hij as: A vosot r os que habéis venido aquí impulsados por el amor a la I glesia en su unidad, en su aut ent icidad, en su pot est ad, a vosot r os que conocéis algo del est ado de f er vor y de r enovación en que se encuent r a la I glesia después del Concilio y que par t icipáis cier t ament e con buena volunt ad en el pr oceso de f lor ecimient o, de r ef or ma, de novedad, de desar r ollo que pone al cler o y a los f ieles en f er ment o y movimient o de int enciones, act ividades, usos e inst it uciones; a vosot r os que sent ís el est ímulo del Espír it u Sant o par a salir del conf or mismo, de la iner cia, de la t ibieza, par a hacer algo bueno y út il par a la I glesia, pr oponemos est a pr egunt a que es nuest r a y vuest r a: ¿De qué cosa t iene ahor a mayor necesidad la I glesia? Dar emos 60 hoy una r espuest a sencillísima, que vosot r os que sois buenos, f ieles y f er vor osos, podéis compr ender y acept ar . La I glesia t iene necesidad de obediencia. Sí, hij os e hij as que amáis a la I glesia, de obediencia y más aún que de la ext er ior obediencia pasiva de ej ecución, de la obediencia int er ior y del espír it u espont áneo de obediencia. Nos par ece oír alguna r eacción benévola, si no de vosot r os, sí de algunos coment ar ist as hipot ét icos de est a lección f amiliar de cada semana. He aquí la pr imer a: ¿Acaso no se ha hablado ya muchas veces de est e t ema? Sí, es ver dad, hemos hablado ot r as veces y con Nos han hablado de ella Obispos y Super ior es, o sea los r esponsables de la comunidad a quien se r ef ier e la obediencia. Per o la necesidad de hablar de nuevo y de hablar de la obediencia clar ament e, per manece. Per manece sí, por una cier t a int oler ancia, un cier t o espír it u de indisciplina, de emancipación que sur ge aquí y allá en diver sas esf er as del Pueblo de Dios, hast a ahor a muy ej emplar es en la pr áct ica de la obediencia, más aún hast a ahor a or gullosos y honr ados de dar a est a vir t ud evangélica su pr opio esplendent e t est imonio. Per manece por la necesidad cr ecient e en est e per íodo posconciliar de cohesión int er na en la est r uct ur a eclesiást ica: ¿Cómo r enovar espír it u, obr as y est r uct ur as en la I glesia si ella no est á de acuer do consigo misma? ¿Cómo acer car nos a los her manos separ ados si la división aún la pur ament e int encional y disciplinal, disminuye la ar monía que es y debe ser la car act er íst ica de la sociedad eclesial, r esf r ía la car idad, mengua la capacidad de ej emplo y de apología en quien a ellos se dir ige? ¿Y cómo hablar al mundo que quisiér amos evangelizar si viene a menos ent r e nosot r os la sabidur ía y la aut or idad par a hacer lo por def ect o de aquella aut ent icidad apost ólica que sólo la obediencia calif ica y vivif ica?. Tal vez en est e punt o se pr oduzca una segunda r eacción. ¿La obediencia int er pr et a el espír it u del Concilio? ¿No hablaba el Concilio de los der echos de la per sonalidad, de la conciencia, de la liber t ad? Sí, ha hablado de est os t emas per o cier t ament e no ha pasado por alt o la obediencia. En est os moment os no es nuest r a int ención hablar de est os mismos t emas her mosísimos, si bien complej os y delicados, sobr e la liber t ad de los hij os de Dios, y sobr e el sagr ado car áct er de la conciencia y sobr e la plenit ud que la vida cr ist iana conf ier e a la per sonalidad humana. Per o quer emos sencillament e r ecor dar os cómo ést as pr er r ogat ivas del alma cr ist iana, no se per j udican, más bien se conser van y moder an por la obediencia que r ige en la t r ama comunit ar ia de la I glesia, cuant o se r ef lexiona que el or den, es decir la per f ección, la plenit ud a la que se ender eza la economía de la salvación cr ist iana, no son pr opiament e ant r opocént r icas 61 ( como la ment alidad moder na est á t ent ada de pensar ) sino geocént r icas: 0 I n Deo salut ar i meo en Dios est á mi salvación. ( Lc. 1, 47) , dir emos con nuest r a Señor a, y añadir emos con el Concilio que debemos buscar no t ant o la sat isf acción de nuest r os deseos, cuant o el cumplimient o de la volunt ad divina ( Cf r . Pr esbyt , Or d. No. 15) . Es her moso escr ibía hace unos días el P. Wenger , en La Cr oix ( 15 sept . 66) - que el Concilio cumpla est a f unción de mot or en el pensamient o y en la vida de las per sonas y de las inst it uciones, per o t ambién es ver dad que algunos at r ibuyen de buena gana al Concilio sus pr opias opiniones, e ident if ican demasiado f ácilment e las deliber aciones conciliar es con sus pr opios deseos y buscan así eximir se de la nor ma est ablecida . Per o ent onces, insist ir án t al vez nuest r os coment ar ist as: ¿Nada se ha cambiado en la obediencia con el Concilio? ¡Oh no! Cr eemos que t ant o el espír it u con las f or mas de obediencia r eciben del Concilio una nueva vida. Tendr íamos mucho que decir . Per o si algo hemos ent endido de la doct r ina cent r al del Concilio sobr e el mist er io de la I glesia, sacar emos f ácilment e la per suasión que la obediencia ant es de ser r ever encia pur ament e f or mal y j ur ídica a las leyes eclesiást icas y sumisión a la aut or idad eclesiást ica, es penet r ación y acept ación del mist er io de Cr ist o quien por medio de la obediencia nos ha salvado. Es cont inuación e imit ación de su act it ud f undament al: el sí a la volunt ad del Padr e es compr ensión del pr incipio que domina t odo el plan de la Encar nación y de la Redención ( cf r . Lumen Gent ium No. 3) , Así la obediencia se convier t e en asimilación de Cr ist o el Divino obedient e, llega a ser nor ma f undament al de nuest r a pedagogía de f or mación cr ist iana, coef icient e indispensable de la unidad int er ior de la I glesia, f uent e y signo de su paz, llega a ser cooper ación ef ect iva par a su misión evangelizador a, llega a ser ej er cicio ascét ico de humildad y espir it ual de car idad ( cf r . Phil. 2, 5- 12) , se convier t e en comunión con Cr ist o y con quien par a nosot r os es r epr esent ant e y apóst ol de Cr ist o. Y est o es t ant o más pr ecioso cuando pensamos en la r elación que hay ent r e quien manda y quien obedece, o sea ent r e quien en la I glesia est á r evest ido de aut or idad y quien est á suj et o a ella, sale del Concilio r eaf ir mado, pur if icado, pr ecisado y per f eccionado: a par t ir de la doct r ina sobr e la Const it ución or gánica y j er ár quica de la I glesia y las vir t udes act ivas pr opias de ella ( cf r . Lumen Gent ium nn. 27, 37) no menos que de la f inalidad de ser vicio de la índole past or al de la pot est ad eclesiást ica y t ambién de la exalt ación que el Concilio ha hecho 62 del pueblo de Dios, del sacer docio del Obispo y de la f unción de los laicos en la I glesia de Dios. Hay alguien que ha quer ido en est o un cambio r adical de las r elaciones ent r e car idad y obediencia como si se t r ansf or mase en un diálogo que vincule la aut or idad y exima de la obediencia. Per o más que diálogo que le quit ar ía el mér it o específ ico y que es más bien pr opio de la colabor ación y del consej o, podemos not ar que el concept o de t al r elación, sin excluir la r esponsabilidad y la decisión r eser vadas a la aut or idad, se enr iquece con element os que no ignor a el uso cat ólico y que ahor a quedan mayor ment e valor izados y que son el r espet o, la conf ianza, la unión, la colabor ación, la cor r esponsabilidad, la bondad, la amist ad, la car idad que lo r econduce a su cont enido evangélico y a su est ilo ver dader ament e cr ist iano y eclesial. Es decir , a donde la obediencia se hace f ilial, act iva y gozosa. De est a obediencia decíamos- t iene necesidad la I glesia par a que no quede en vano el f r ut o del Concilio y par a que la I glesia sea ver dader ament e el Reino de Dios y la luz de las gent es. A vosot r os, por t ant o, amadísimos hij os, la r ecomendamos con nuest r a bendición apost ólica . Sed siempr e obedient es como nos lo pide el Vicar io de Cr ist o. Después del Concilio la obediencia sale r ef or zada y pur if icada y de ninguna maner a va cont r a la per sonalidad y la ment alidad moder na. Sed humildes y conseguir éis ser ver dader ament e obedient es. Pido a Dios que os conceda vivir siempr e alegr es, humildes y buscando la unidad en la car idad. Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 63 1969 M U Y ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: La Madr e Car m en les h a en vi ado ya l a convocat or i a par a el pr óxim o Capít u l o. Yo qui sier a que t odos a u n a, of r eci ér am os a Di os nu est r as or aci on es y sacr i f i ci os por el éxi t o del r ef er i do Capít u l o y esper o qu e t odas t om en en ser i o est a t ar ea, pu est o qu e el bi en es mu y gr ande. Por m i par t e cuen t en con que n o dej ar é de pedi r t odos l os días a Di os par a que est e nu evo Capít u l o sea pr i n ci pi o de u na gr an san t i dad en t odas l as Si er vas. Me apen a qu e var i as veces les he pr om et i do n or m as acer ca del uso de l os apar at os de r adi o y t el evi si ón. Ah or a l es com u ni co un as nor m as que n o son m ías, sin o de l a San t a Sede. Por l o m i sm o h ay qu e apegar se a esas n or m as con gr an de am or a Di os, a qu i en debem os agr adar . Si por cu m pl i r l as t en em os qu e su f r i r al go, en el l o Di os ser á gl or i f i cado. Est a s n o r m a s so n l a s si g u i e n t e s: a) Nu nca se podr á per m i t ir apar at os de r adi o mu ch o m en os apar at os t el evi si vos i n di vi du al es que se u sen l i br em ent e y si n cont r ol del su per i or . b) Los apar at os de r adi o y t el evi si ón deben est ar si em pr e y excl u si vam en t e en algun a sal a de l a com un i dad, en l ugar m an i f i est o baj o el cont r ol del Su per i or o de u n del egado su yo. c) Los Su per i or es deben con t r ol ar el t i em po dedicado a l a t el evi si ón o a l os pr ogr am as r adi of ón i cos, de m odo qu e n o vengan per t u r badas l as ocu paci ones y l os deber es del pr opi o est ado o del of i ci o con f i ado a cada u n a, el apost ol ado, l as pr áct i cas de pi edad, l os ej er ci ci os de l a vi da com ún , l as h or as dest i nadas al descan so según el h or ar i o de l a com u ni dad. d) Los Su per i or es deben pr oh i bir l as vi si ones y audi ci ones que por r azon es de m or al idad o m u n dani dad n o sean con ven i ent es a l a v i da r el i gi osa, f u er a de l as t r an sm i si ones de l as cr ón i cas di ar i as o de l as t r an sm i si ones con car áct er i n st r u ct i vo o r el i gi oso, com o t al es deben o por l o m en os pu eden ser consi der adas t odas l as dem ás, r espect o a l a vi da r el i gi osa y por t an t o se h an de pr oh i bi r si se bu sca sól o con f i n es r ecr eat i vos par a l os r el i gi osos. e) Si r azon es de apost ol ado exigen cl ar am ent e excepci on es r aci on al es con r espect o a det er m i n ados r el i gi osos y, en casos con cr et os el j u zgar t al es excepci on es se h a de r eser var si em pr e al Su per i or , el cu al gr avem ent e gr avada l a con ci enci a pr ocur ar á que el pel i gr o sea l o m ás r em ot o posi bl e, cu i dan do de escoger r el i gi osos apt os, que t en gan u n sól i do espír i t u r el i gi oso, san a exper ien ci a de l a vi da y qu e sepan di st i n gui r bi en n o sól o cu an t o pueda r esul t ar dañ oso a l os di ch os r el i gi osos, si n o t am bi én cu ant o pueda ser dañ oso a aqu ell os par a l os cu al es se da el apost ol ado. Encom endándom e a su s or aci ones quedo af ect ísi m o en Cr i st o y s. s. qu e de cor azón l as bendi ce. + José Abr ah am Mar t ínez B. Obi spo de Tacám bar o. 64 Tacámbar o, Mich, a 13 de f ebr er o de 1967. M U Y AM AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Su Sant idad el Papa Pablo VI , en su Const it ución apost ólica acer ca de la r ef or ma de la disciplina penit encial, nos ha enseñado el espír it u con que debemos ej er cit ar la vir t ud de la penit encia, especialment e los sacer dot es y los r eligiosos: quienes pr of esan los consej os evangélicos por seguir más de cer ca la vida de pobr eza del Señor y t ender más f ácil y ef icazment e a la per f ección de la car idad, han de sat isf acer de f or ma más per f ect a el pr ecept o de la penit encia . Quier e el Sant o Padr e que nuest r a penit encia sea int er ior y ext er ior . La penit encia ext er ior es camino par a llegar a la int er ior o sea al cambio de vida. La penit encia debe hacer se t ambién con espír it u de sincer idad y de car idad, es decir , nuest r o espír it u de penit encia debe est ar f undado en nuest r a ínt ima convicción de que necesit amos hacer penit encia por nuest r as culpas y en nuest r a gener osidad par a con Dios que por nosot r os dio gener osament e hast a la últ ima got a de su sangr e. Por eso ant e t odo debemos ej er cit ar la penit encia con la f idelidad per sever ant e a los deber es del pr opio est ado, con la acept ación de las dif icult ades pr ocedent es del t r abaj o pr opio y de la convivencia humana, con el pacient e suf r imient o de las pr uebas de la vida t er r ena y de la pr of unda insegur idad que las invade. Además, quienes se sient an af ligidas por la debilidad, las enf er medades, la pobr eza, la desgr acia, o que son per seguidas por amor a la j ust icia, son invit adas a unir sus dolor es al suf r imient o de Cr ist o par a que puedan no sólo sat isf acer más int ensament e el pr ecept o de la penit encia, sino t ambién obt ener par a los her manos la vida de la gr acia, y par a ellas la bienavent ur anza que se pr omet e en el evangelio a quienes suf r en . A est o podemos añadir ot r as penit encias, pues el amor es muy ingenioso par a encont r ar las: como pr ivar nos de algo que nos gust a, pr ivar nos de algún pr ogr ama de r adio aunque sea de los que nos est án per mit idos, o de alguna ot r a diver sión lícit a, et c. , per o sin llegar al ext r emo de aislar nos complet ament e de los demás, pues t ambién t enemos que pr act icar la car idad aunque nos cuest e. También somos ingeniosos par a buscar disculpas: que nos pueden hacer daño el cilicio o la disciplina, que si ayuno me doler á la cabeza ( y es nat ur al) , que t al cosa es lo que me cae bien par a 65 mi salud y lo que pasa es que nos gust a, que est oy débil par a hacer disciplina, que si me pongo el cilicio pr ovoco la mala cir culación de la sangr e, que si me quedo dor mida después del t oque es par a t r abaj ar mej or , que si quer emos ir a las playas es par a est ar más sanos que si en vez de caminar a pie buscamos ot r o medio más cómodo, es par a apr ovechar el t iempo. Lo que f alt a muchas veces es más gener osidad par a con Dios en nuest r o cor azón. Unámonos pues a los suf r imient os de Cr ist o por medio de la penit encia, pues t enemos que cumplir en nuest r o cuer po lo que f alt a a la pasión de Cr ist o: nuest r a cooper ación en la penit encia. También podemos hacer penit encia ej er cit ando la pobr eza en el vest ir . A algunas se les puede ocur r ir usar medias de seda y t r anspar ent es por que son más cómodas. Mor t if icándoos en est o hacéis penit encia y aplast áis la vanidad. Y ya que de vest ido hablamos, no est ar á por demás comunicar a ust edes que la Conf er encia Episcopal Mexicana acor dó los siguient es punt os: 1. La Conf er encia alaba el espír it u de obediencia de que siempr e han dado muest r as las Religiosas. 2. Alaba el pr opósit o de ej ecut ar cumplidament e el Decr et o Conciliar Per f ect as car it at is . 3. En cuant o al númer o 17 del mencionado Decr et o Conciliar , incúlquese el amor al Sant o hábit o, como señal de consagr ación. 4. Conf or me al últ imo pár r af o del cit ado númer o del Decr et o Conciliar , la Conf er encia alaba los I nst it ut os que, de acuer do con lo mandado por el Sagr ado Concilio, han r ef or mado su hábit o haciéndolo más sencillo, y con t ales car act er íst icas que les per mit e aun usar lo en la calle. 5. Por lo que hace al vest ido seglar , la Conf er encia Episcopal exhor t a a t odas las r eligiosas a que solo lo usen como una necesidad impuest a por cir cunst ancias lament ables que hay en nuest r a Pat r ia, y que t al uso por ningún mot ivo degener e en abusos de espír it u mundano, en que ya no se dist ingan las Religiosas consagr adas a Dios de las per sonas seglar es. 66 6. La Conf er encia Episcopal r econoce que cor r esponde al Obispo de cada Diócesis per mit ir el uso del vest ido seglar o bien, unif or me de calle, sobr e t odo en las pr incipales ciudades, o par a enseñar en las escuelas o al acudir a Of icinas del Gobier no. 7. Fuer a de est os casos que det er minar á en su Diócesis cada Obispo, la Conf er encia Episcopal Mexicana exhor t a a las r eligiosas a usar el sant o hábit o en sus casas y aun f uer a de ellas, cuando est a sea posible. Aquí t ienen ust edes un modo más de ej er cit ar la humildad, la obediencia y la penit encia, con amor a Dios. Por mi par t e quier o de ust edes una penit encia: que est e año no me den r egalos mat er iales con mot ivo del día de mi Sant o, per o sí un buen t esor o espir it ual. Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 67 7 de mar zo de 1969. A LAS SU PERI ORAS LOCALES D E LAS SI ERVAS D E LA I N M ACULAD A CON CEPCI ÓN APRECI ABLES H I JAS EN JESU CRI STO: Me he r esuelt o a escr ibir les est a car t a par a r ecor dar les la gr an r esponsabil idad que ust edes t ienen por las her manas encomendadas a sus cuidados: no solo deben t ener cuidado de que coman, vist an decent ement e y t engan a mano l as medicinas cuando est án enf er mas, sino t ambién, y especialment e cuidar de la vocación y sant if icaci ón de las her manas. Deben cuidar esas vocaciones como u n pr ecioso don de Dios, del cual deber án dar a Él est r echa cuent a. Todos l os días piensen en est o en el examen de conciencia. Y com o esas vocaciones van dir igidas a l a sant idad, t engan mucho cuidado en f oment ar t odo cuant o ayude a las her manas par a su sant if icaci ón. Cu iden de que no se impidan los act os de piedad con el pr et ext o de que hay mucho qué hacer . Est os descuidos causan muchos m ales a las almas y desor ganizan la vida de comunidad, pues no habiendo amor a Dios se acaban t ambién los deseos de ser buenas y hacer el bien. También es necesar io que den siempr e buen ej emplo de obediencia a los super ior es mayor es ( Obispo, Super ior a Gener al) . Si no hay ese ej emplo, ¿cómo pueden ust edes exigir que las obedezcan a ust edes? No hacer caso de la aut or idad de los Super ior es mayor es es como despoj ar nos de la pr opia aut or idad. Finalment e, no olviden el diálogo. Han pasado los t iempos en que t odo se mandaba al est ilo dict ador y los super ior es muchas veces no daban ot r a r azón sino por que yo mando . Hoy el Concil io n os enseña que debemos usar el diálogo. El Sant o Padr e Pablo VI , Vicar io de Cr ist o, nos dice: ¿Tendr emos que decir que la aut or idad ha per dido pr est igio, r azón de ser , r esponsabil idad en el ambient e de una f ami lia r eligiosa, que est á engendr ada pr ecisament e por la aut or idad, así com o dir igida, sant if icada, animada y educada? ¿Y podemos decir que la obediencia se ha disuelt o en diálogo democr át ico y en la volunt ad de la mayor ía numér ica o de la minor ía dest acada, cu ando sabemos que est a vir t ud es esencial par a la vida r eligiosa y par a la comunidad r eligiosa, y que, más aún, com o enseña Sant o Tomás: en t odos los vot os de la r eligión el vot o de obediencia es el más gr ande? ( Suma Teológica 1111, 186, 8) . Cier t ament e que no; ant es conf ir mamos la necesidad de un suave ej er cicio de la aut or idad y de una sincer a pr áct ica de la obediencia; el ambient e y el espír it u de la vida r eligiosa quedar ían f at alment e compr omet idos, en donde f alt ar an la obedi encia y l a 68 aut or idad. Per o una y ot r a, vosot r os lo sabéis, exigen f or mas nuevas, más elevadas, más dignas de la sociedad eclesial, más vir t uosas y más conf or mes con el espír it u de Cr ist o; est e doble pr oblema de la aut or idad y de la obediencia debe ser uno de los t emas est udiados en la r eest r uct ur ación de vuest r as r eglas y en la evolución de vuest r a ment alidad r eligiosa, y exigir at ención, pr udencia, conf ianza, par a dar le las soluciones que sugier an los t iempos y r eclama el Concil io. Ahor a solo vamos a cit ar unas sabias y siempr e célebr es palabr as de San Agust ín sobr e la act it ud r esponsable de quien dir ige una comunidad r eligiosa; dice est e Sant o Maest r o en su car t a f amosa a las inquiet as monj as de su t iempo ( A. 423) , que la super ior a no se consider e dominador a por aut or idad, sino más bien f eliz por ser vir por car idad ( Ef , 2, 1; Pl, 33, 964) . También había dicho poco ant es: obedézcase a la super ior a com o a una madr e con el debido honor , par a no of ender a Dios en ella ( Discur so del 12 de ener o 1967 a las Super ior as mayor es de I t alia) . También el Episcopado mexicano, en su Car t a Past or al del añ o pasado nos dice cómo el diálogo es indispensable par a conseguir que haya com pr ensión ent r e los ser es humanos, par a que el mundo sea más hum ano . Muchas veces los conf lict os son r evelador es de la ausencia del diálogo o de su mal f uncionam ient o . El diálogo es mucho más que la simple inf or m ación, es cr eer en el hombr e y es amar al hombr e. Es compr ender , buscar y dar una comuni cación que excluya la condenación a pr ior i . No apr ovechar el diálogo es dar a ent ender que est amos inf at uados cr eyendo que solament e nosot r os somos poseedor es de la ver dad y de t oda la ver dad. ¿Y qué dir íamos si la super ior a, por evi t ar el diálogo, evit ar a aún el sent ar se a la m esa con sus súbdit as? No debemos r omper el diálogo por que r esult a peor . Apr ovechen pues el diál ogo y pr ocur en r eunir a sus súbdit as al menos una vez al mes par a dialogar con ellas acer ca de los pr oblemas de la casa, espir it uales y t empor ales. Per o r ecuer den que el diálogo no es monólogo de la super ior a ni r egañada, sino búsqueda comunit ar i a y car it at iva de la ver dad y del bien. Encomendándome a sus or aciones, quedo af ect ísimo en Cr i st o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 69 15 de diciembr e de 1969. A LAS SI ERVAS D E LA I N M ACU LAD A CON CEPCI ÓN : El Decr et o Eclesiae Sanct ae en el No. 27 dispone que los r eligiosos llamados conver sos coadj ut or es o con ot r os nombr es obt engan gr adualment e vot o act ivo en det er minados act os de la comunidad y en las elecciones. Por ot r a par t e, muchas her manas han manif est ado su deseo de t omar par t e en el pr óximo Capít ulo especialment e en las vot aciones. Además, dado el int er és que t odas t ienen por los asunt os que se van a t r at ar , me par ece convenient e que en est e Capít ulo Gener al t odas las her manas t omen par t e par a que se manif iest e más clar a la volunt ad de la comunidad y las delegadas y super ior as no t engan que car gar solas con el San Benit o de no haber hecho bien las cosas. Y si la ment e del Decr et o es que se vaya dando el vot o aún a las menos inst r uidas, cr eo que est a es una opor t unidad muy buena par a conceder a t odas el vot o en el Capít ulo. Por eso quer emos que t odas las her manas vengan al Capít ulo, no solo las super ior as y las delegadas. Las esper o a t odas en Tacámbar o el día 22 del pr esent e mes en la noche o a más t ar dar el día 23 t empr ano a f in de que el Ret ir o les sir va de pr epar ación par a la Navidad y par a el Capít ulo. Si alguna t iene impediment o par a venir , pida el per miso exponiendo sus r azones. Ent r e t ant o pidamos t odos t odavía con mayor insist encia al Espír it u Sant o que nos ayude a decidir lo que más est é de acuer do con la volunt ad divina. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 70 Tacámbar o, a 24 de diciembr e de 1969. ALPRECI ABLES H I JAS EN JESU CRI STO: Me per mit o r ecor dar les que el canon 507 del Código de Der echo canónico, en el pár r af o 2º . Est at uye lo siguient e: Guár dense t odos de pr ocur ar vot os ni dir ect a ni indir ect ament e, t ant o par a sí mismos como par a ot r os . Por lo mismo les r ecomiendo que cumplan muy bien est e mandat o de la I glesia por que de lo cont r ar io ponen en peligr o la validez de algunas elecciones. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 71 A 10 de abril de 1970. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: No dej o de est ar apenado por la división que hay ent r e ust edes y est o se agr ava por la cir cunst ancia de que ya las per sonas de f uer a se dan cuent a de las dif icult ades que hay ent r e ust edes. Hay además ot r a comunidad r eligiosa en esa ciudad y las gent es con f acilidad hacen compar aciones en las que ust edes salen per diendo y t ambién t odo el I nst it ut o. Tengan mucho cuidado de no andar acept ando invit aciones de casa en casa como muchas veces se los he pr ohibido. Cuiden t ambién muchísimo de no cont ar a seglar es, hombr es o muj er es, las dif icult ades que hay en la comunidad, pues con est o ust edes mismas se desacr edit an y hacen quedar mal a la comunidad. En vez de est ar pensando en sus dif er encias, piensen en cómo pueden con car idad poner se de acuer do. Mons. Piani, cuando se t r at aba de las dif icult ades con el Gobier no, decía: ya que hemos de vivir j unt os, vámonos poniendo de acuer do . No podr emos poner nos de acuer do en of ender a Dios o en f alt ar al Reglament o, per o sí en ot r as muchas cosas y sobr e t odo en ver qué hacemos par a no of ender a Dios ni f alt ar al Reglament o. Reúnanse cada ocho días par a dialogar acer ca de cómo poner se de acuer do, en el hor ar io y en ot r as cosas, per o dialoguen sin f alt ar a la car idad y pensando en ceder hast a donde sea posible con t al de vivir unidas en la car idad. Especialment e t engan cuidado en no descuidar los act os de piedad. Si descuidan la Sant a Misa no les puede ir bien. Si descuidan la medit ación, el examen de conciencia, la lect ur a espir it ual y el Sant o Rosar io, se ir á debilit ando su amor a Dios y después ser án incapaces de compr ender el amor de Dios. Sigan est os consej os, no los despr ecien y Dios las bendecir á. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o 72 Tacámbaro, Mich. a 19 de diciembre de 1970. JOSÉ ABRAH AM M ARTÍ N EZ, Ob i sp o d e Ta cá m b a r o, con v oca a l a s Si e r v a s de l a I n m a cu l a da Con ce pci ón a u n Pr e ca p í t u l o q u e t e n dr á l u g a r e n Ta cá m b a r o e n l os dí a s 2 6 , 2 7 y 2 8 d e d i ci e m b r e d e 1 9 7 0 . Con la asist encia de t odas las Sier vas, se t r at ar án los siguient es t emas: 1. Vida Comunit ar ia. A car go de las casas de Buenavist a y la Casit a. 2. Vida humana. A cargo de la casa de la Huacana. 3. Vida de Piedad. A car go de la casa de Mor elia. 4. For mación par a la vida r eligiosa. Noviciado. 5. Vida de apost olado. Guadalupe y Pro-Hogar. A car go del A cargo de las casas de la Villa de 6. Gobier no de la comunidad. Huet amo. A car go de la casa de 7. Economía. A cargo del Juniorado + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 73 Tacámbar o, Mich. a 2 de sept iembr e de 1974. APRECI ABLES H I JAS EN N U ESTRO SEÑ OR JESU CRI STO: En est os días t er minamos el t r abaj o que empr endimos par a t r at ar de poner al día las Const it uciones de Ust edes. Hemos t enido en cuent a en pr imer lugar las enseñanzas del Sant o Evangelio y además los Decr et os del Concilio Vat icano I I , lo que el Sant o Padr e, el Papa, ha or denado que ya se ponga en pr áct ica, las exhor t aciones de su Sant idad, los Decr et os e I nst r ucciones de la Sagr ada Congr egación de Religiosos y el Código de Der echo Canónico en lo que aún est á vigent e. Nuest r a int ención es que ust edes t engan una nor ma par a vivir su consagr ación a Dios en la vida r eligiosa t al como debe ser y no al ar bit r io de cada quien, pues no debemos vivir engañándonos, debemos vivir nuest r a vida t al como Dios la quier e. Est a pr imer a edición ser á par a que ust edes cumplan lo que en ella se señala, con ver dader o espír it u de amor a Dios, y así la exper iment en, a f in de que, en el pr óximo Capít ulo Gener al, puedan vot ar sus ar t ículos con pleno conocimient o y con exper iencia de lo que vot an. Agr adecemos sincer ament e a t odas las Her manas que nos ayudar on en est a t ar ea ya sea con su est udio ya sea con sus or aciones. Dios se los pr emie. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 74 Tacámbar o, Mich. a 26 de mayo de 1975. APRECI ABLES H I JAS EN JESU CRI STO: Ust edes bien saben cómo las enf er medades no me per mit en est ar al t ant o de t odo lo que se r ef ier e a la Congr egación Diocesana de Sier vas de la I nmaculada Concepción, ni me ayuda la cabeza par a discur r ir lo que sea más convenient e, por eso con est a f echa he encomendado al Excmo. Sr . obispo auxiliar y vicar io Gener al de la Diócesis Don Gilber t o Valbuena, la at ención y cuidado de vuest r a Congr egación. Yo esper o que la at ención solícit a que ha t enido él siempr e par a las r eligiosas y la exper iencia que t iene en el t r at o con r eligiosas unido a la gr acia de Dios le ayudar á par a poder llevar adelant e en cuant o a nosot r os t oca est a obr a que es par a bien de ust edes y de la niñez y j uvent ud. Yo, de t odos modos seguir é inf or mándome hast a donde es posible de t odo lo que se r ef ier e a est a Congr egación y cont inuar é r ogando a Dios nuest r o Señor que les ayude a cosechar mucho f r ut o espir it ual par a glor ia de Dios. Encomendándome a las or aciones de t odas ust edes quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez Obispo de Tacámbar o. 75 29 de Junio de 1978 ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Apr ovecho est e pr imer Bolet ín par a r ecor dar les que hace algunos meses pedí a t oas las r eligiosas de la diócesis, como cuelga por mis 50 años de sacer docio, que en la Misa en que demos gr acias a Dios el día 30 de oct ubr e, a la hor a de las of r endas, pr esent e cada comunidad un cuader no en el que est é escr it o t odo lo que hicier on dur ant e el año a f avor de la evangelización y cat equesis. ¿No se les ha olvidado? De ust edes las Sier vas esper o t ambién ot r o r egalo: que sigan luchando con mayor empeño por pr act icar la vir t ud de la car idad. Así se f acilit ar á su camino hacia la sant idad. Encomendándome a sus or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 76 22 de Julio de 1978. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Se acer ca ya el Capít ulo Especial par a la elección de dos nuevas consej er as. Por mi par t e les suplico que se encomienden mucho al Espír it u Sant o par a que Él nos ayude a elegir a las que en r ealidad quisier a Dios par a est e ser vicio. Además, piensen en la elección de per sonas que además de vivir unidas a Dios en la ver dader a or ación y en los sacr ament os, t r at ando de conocer la volunt ad de Dios par a cumplir la, t engan madur ez humana, sepan r espet ar la dignidad de las per sonas y amen de ver as a la Congr egación par a que ayuden a hacer la pr ogr esar en vez de pr ovocar conf lict os a la super ior a gener al y a las her manas. Además, deben r ef lexionar los capít ulos de las Const it uciones y del Dir ect or io en donde habla acer ca de las Consej er as. ( Págs. 42- 44; 88- 96 y 101 al 104) . Encomendándome a sus or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 77 5 de Agost o de 1978. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Me pr egunt an cómo quisier a ver las a ust edes. Var ias cosas t endr ía que decir , por ahor a me r ef er ir é solament e a la gr ande vir t ud de la car idad. Quisier a que siempr e pudier a la gent e decir : est as her manit as son admir ables en la car idad . Que nunca digan de ust edes se pelear on las her manit as , ni t ampoco mamá, la madr e Clet a habla mal de la Super ior a y de las demás madr es , t ampoco la madr e Cir iaca cr it ica mucho a las gent es de est e pueblo , por que la car idad nos une a t odos y a Dios. La car idad ayuda a conser var unida la comunidad y sost iene las vocaciones de las compañer as. Una vocación vale muchísimo delant e de Dios. ¡Qué t r ist e ser ía y qué r esponsabilidad t an gr ande ant e Dios si con nuest r as f alt as de car idad dest r uyér amos una vocación! Guar den est os consej os en su ment e y en su cor azón y les asegur o que Dios est ar á muy agr adecido con ust edes. Encomendándome a sus or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 78 18 de Agost o de 1978. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Hace casi dos meses, una numer osa Congr egación r eligiosa, en una de sus pr ovincias, ent r egó a sus r eligiosas las hoj as en las que se les indicaba su dest ino par a el pr óximo año escolar . Lo not able f ue que nadie pr ot est ó por el cambio, t odas lo r ecibier on con muy buen espír it u. A mí me par ece que est o indica mucha madur ez humana y cr ist iana. Me dio la impr esión de que er an t er r ibles como un escuadr ón a bander as desplegadas como dice la amada en el Cant ar de los Cant ar es 6, 4. Todo lo sabe hacer el gener oso amor a Dios; cuando exist e est e gr ande amor , t odo se f acilit a y se obr an mar avillas. Comiencen t ambién ust edes est a año escolar ent r egándose gener osament e a ser vir a Dios en su I glesia, por amor a Él y obt endr án gr andes r esult ados. Per o, ant e t odo, no descuiden la or ación, pues la unión ínt ima con Dios pr oduce amor . Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 79 15 de Sept iembr e de 1978. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Hoy día en que r ecor damos a la Sma. Vir gen de los Dolor es al pie de la Cr uz, viene a mi ment e cómo nos r ecibió a t odos aún a los pecador es sin que sint amos que por ser pecador es nos r echaza. Yo pienso que igual conduct a debemos obser var con las per sonas que se apar t ar on del camino por donde Dios las llevaba y vuelvan de nuevo al camino de Dios, pues t enemos la t endencia de ver con malos oj os al que enmienda sus pasos y no sabemos per donar y alegr ar nos por la her mana que vuelve como se alegr a Cr ist o y su Sant ísima Madr e. Unidos a Dios por el amor , par t icipamos de su alegr ía. Separ ados de Dios por la sober bia nos dej amos llevar por el despr ecio al pr ój imo. En cambio la Sant ísima Vir gen se alegr a de nuest r a conver sión por que ella par t icipa siempr e del amor de Dios. Oj alá sepamos imit ar la. Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 80 7 de Oct ubr e de 1978 ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: El Papa Juan Pablo I pasó por el Sumo Pont if icado con la velocidad de un comet a. Así lo quiso Dios. Per o en t an poco t iempo nos dej ó como pr eciosa enseñanza su bondad y la sencillez par a comunicar se con los demás. Par ece que Dios quiso decir nos a t odos: por aquí est á el camino, síganlo . En 33 días se ganó el car iño de t odo el mundo y en las cuat r o cat equesis que alcanzó a explicar nos dej ó sencillez y pr eciosas enseñanzas par a t oda nuest r a vida. Sin duda a nosot r os nos f alt a mucho camino por andar . ¿O acaso ya sabemos ser pacient es y af ables con los demás? ¿Ya no se dej an llevar por la envidia? ¿No guar dan r encor es? ¿Saben disculpar y aguant ar a las compañer as? ¿No hay cr ít icas o indir ect as hacia las her manas?. De una r ef lexión ser ia acer ca de la bondad podemos sacar por consecuencia qué calif icación nos t oca delant e de Dios. San Br uno, uno de los gr andes luminar es de la vida consagr ada, decía: Alegr aos por que habéis escapado de los múlt iples peligr os y nauf r agios de est e mundo t an agit ado. Alegr aos por que habéis llegado a est e puer t o escondido, lugar de segur idad y de calma, al cual muchos son los que desean venir , muchos los que incluso llegan a int ent ar lo, per o sin llegar a él. Muchos t ambién, después de haber lo conseguido, han sido excluidos de él, por que a ninguno de ellos le había sido concedida est a gr acia desde lo alt o . Tened por bien cier t o que t odo aquel que ha llegado a disf r ut ar de est e bien t an deseable, si llega a per der lo, se ar r epent ir á hast a el f in, si es que t iene un mínimo de int er és y solicit ud por el bien de su alma . Per o una de las cosas necesar ias par a que podamos apr ovechar el bien de una vida consagr ada es la bondad, sin la cual no podemos vivir unidos en la car idad. Encomendándome a las or aciones de ust edes, af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 81 4 de Noviembr e de 1978. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO. Con gr ande emoción me dir ij o a ust edes par a dar les las gr acias por t odo lo que hicier on por mí y par a mí, con mot ivo de mis cincuent a años de sacer dot e. Dios se los ha de pr emiar en abundancia. Acudo a Dios par a que les dé un pr emio por que sólo Él puede pagar como ust edes mer ecen. Además, t odo lo que se ha hecho en est os años en bien de las Sier vas de la I nmaculada Concepción se debe al modo como ust edes han cor r espondido a nuest r as iniciat ivas, y lo que ust edes han hecho en bien de la I glesia es mér it o t ambién de ust edes at endiendo a lo que les hemos pedido en nombr e de Dios. Est os cincuent a años han sido mot ivo de alegr ía por que ust edes y yo hemos podido dar gr acias a Dios por t odo cuant o nos ha ayudado y of r ecer le lo que hemos podido hacer . Especialment e agr adezco sus t r abaj os de Evangelización. Voy a guar dar con car iño el r esumen que ust edes ent r egar on hace un mes. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 82 25 de Noviembr e de 1978. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Acabo de llegar de la Paz, cont ent o por que vi. que las her manas est án en casa pobr e per o cont ent as de su pobr eza. Como es t ier r a de misión allá se acost umbr a que las r eligiosas se hospedan pr imer o aún en una casa de car t ón y después van or ganizando y levant ando sus colegios o cent r os de Evangelización. Tienen a su car go la I glesia del Sagr ado Cor azón y además ayudan a la Evangelización en ot r as I glesias. Por ahor a t ienen dor mit or ios y una salit a. Al pr incipio t enían su cocina en un t ej abán per o ahor a ya t ienen su cocina, comedor y me t ocó inaugur ar lo. Me vine t r anquilo por que vi que el Excmo. Sr . obispo Valbuena, los Sacer dot es y los seglar es se pr eocupan por ellas. También f uer on muy bien r ecibidas por las per sonas del gobier no pues en Baj a Calif or nia el gobier no t iene mucho int er és en que no haya analf abet as y pr omueve mucho la cult ur a. La Baj a Calif or nia t iene en la República el pr imer lugar en alf abet ización. Hoy t uve la alegr ía de celebr ar la Sant a Misa de acción de gr acias por los 25 años de vida Religiosa de las her manas Leonila Fr ías, Cr ist ina Magaña, Ter esa Gut iér r ez y Mar ía Asunción Campos. Concelebr ó el Excmo. Sr . Mor ales y var ios sacer dot es; luego nos invit ar on a comer en el noviciado y no hubo guaj olot e de per pet uos. Todos pedimos a Dios nuest r o Señor que conser ve est as her manas muy unidas a su cor azón divino par a que logr en ser desde ahor a como ángeles del cielo. Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 83 10 de Diciembr e de 1978. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: La I glesia nos invit a cada año a pr epar ar nos par a r ecor dar , con una r enovación de vida, la venida de Cr ist o, y ust edes har án est a pr epar ación valiéndose de los Ej er cicios Espir it uales, como medio excelent e par a r ef lexionar y hacer buenos pr opósit os. Su Sant idad el Papa, el día 5 de est e mes decía a los r eligiosos: la vocación r eligiosa es un gr an pr oblema de la I glesia de nuest r o t iempo. Pr ecisament e por est o es necesar io, ant e t odo, r eaf ir mar con f uer za que ella per t enece a la plenit ud espir it ual que el mismo espír it u de Cr ist o suscit a y f or j a en el pueblo de Dios . Est a plenit ud espir it ual se llama Sant idad y ust edes deben ser t est igos ant e el mundo de est a sant idad por eso conviene que t omen muy en ser io los Ej er cicios Espir it uales. Piensen que, por medio de ellos, Dios les habla y así, en vez de pensar en los def ect os aj enos, piensen en los pr opios par a enmendar los, movidas por el amor a Cr ist o que ha sido inf init ament e bueno con ust edes. En la vida Espir it ual hay, como hoy se dice, dos dimensiones, la ver t ical y la hor izont al. La ver t ical se r ef ier e a nuest r as r elaciones con Dios y la hor izont al a nuest r as r elaciones con nuest r os pr ój imos. En la pr imer a t iene lugar especial la or ación. El Sant o Padr e decía t ambién a los r eligiosos: Vuest r as casas deben ser sobr e t odo cent r os de or ación, de r ecogimient o, de diálogo - per sonal y comunit ar io- con el que es y debe ser siempr e el pr imer y pr incipal int er locut or en la labor iosa sucesión de vuest r as j or nadas. Si sabéis aliment ar est e clima de int ensa y amor osa comunión con Dios, os ser á posible llevar adelant e, sin t ensiones t r aumát icas o peligr osas disper siones, la r enovación de la vida y de la disciplina a que os ha compr omet ido el Concilio Vat icano I I . El alma que vive en cont act o habit ual con Dios y se mueve dent r o del ar dient e r ayo de su amor , sabe def ender se con f acilidad de la t ent ación de par t icular ismo y ant ít esis, y cr ean el r iesgo de dolor osas divisiones. Y añade el Sant o Padr e ot r as consecuencias par a la dimensión hor izont al: El alma en cont act o con Dios, sabe int er pr et ar a la j ust a luz del Evangelio las opciones por los más 84 pobr es y por cada una de las víct imas del egoísmo humano, sin ceder a r adicalismos socio- polít icos, que a la lar ga se manif iest an inopor t unos, cont r apr oducent es y gener ador es ellos mismos de nuevos at r opellos; sabe acer car se a la gent e e inser t ar se en medio del pueblo, sin poner en cuest ión la pr opia ident idad r eligiosa sin obscur ecer la or iginalidad específ ica de la pr opia vocación, que der iva del peculiar seguimient o de Cr ist o, pobr e, cast o y obedient e . Ent r e t ant o yo pedir é a Dios que les ayude a hacer sus Ej er cicios Espir it uales, sacar muy buenos pr opósit os y, lo que es más impor t ant e, cumplir los. Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 85 1 de Ener o de 1979 ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Por volunt ad del Sant o Padr e est e día est á dedicado a celebr ar la Jor nada de la Paz, puest o que f alt a paz en el m undo: Las f amil ias suf r en por f alt a de paz, en los pueblos muchas veces hay f alt a de paz, ent r e las naciones t ambién hay f alt a de paz y en t odas par t es va cr eciendo la violencia. El Sant o Padr e Juan Pablo I I quier e que est e año lo dediquemos a pr omover la educaci ón par a la paz. ¿Qué les t oca hacer a ust edes? La educación com ienza por la f ami lia y por la escuela, por consiguient e ahí t ienen ust edes un campo ampl io par a desar r ollar su act ividad en medio de la sociedad en que viven. Per o t enemos en la Sagr ada Familia un ej emplo her moso que nos ayuda a buscar en nosot r os la paz y alent ar a los demás a que la busquen. Tenemos que enseñar a los niños a que honr en a sus padr es. Quien honr a a sus padr es puede esper ar que su or ación sea escuchada por Dios. También t enemos que enseñar a los niños a ser obedient es y buenos con sus padr es ancianos, de modo de no causar les t r ist eza y t ener les paciencia cuando t ienen ocur r encias de viej it o. Que sepan ser car iñosos y compr ensivos con los ancianos; no r eír me de las dif icu lt ades que t ienen par a caminar ni de sus manos t emblor osas; no gr it ar les con enf ado ellos comienzan a est ar sor dos; ayudar les cuando ya no pueden caminar , ni lament ar se por que al abuelit o se le volt eó la t aza del chocolat e. También a los padr es de f amilia es necesar io exhor t ar les a que sean compr ensivos con sus hij os y no los exasper en. Además deben dar les buen ej emplo viviendo sumisos mut uament e como l o pide el r espet o debido a Cr ist o de modo que las esposas se somet an a sus esposos como si se somet ier an a Nuest r o Señor y siempr e con gr an bondad. Que los m ar idos am en a sus esposas como Cr ist o amó a su I glesia y se ent r egó a la muer t e por ella par a sant if icar la y hacer la compar ecer ant e su pr esencia t oda r esplandecient e sin mancha n i def ect o ni cosa par ecida, sino Sant a e I nmaculada ( Ef . 5) . Que Dios Nuest r o Señor conceda a t odas ust edes un año muy f ecundo en apost olado y en gr acia divin a. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr i st o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 86 21 de Ener o de 1979 ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Todos est amos ent usiasmados con la venida del Sant o Padr e a México y deseamos ar dient ement e ir a ver lo par a escuchar su palabr a de Vicar io de Cr ist o. Tr eint a mil r eligiosas t endr án la opor t unidad de ver al Papa y escuchar sus consej os. Por desgr acia no t odas nuest r as her manas alcanzar on bolet o. Yo esper o que cuando se publique la alocución del Sant o Padr e a las Religiosas t odas se int er esen por leer la y poner la en pr áct ica. El Papa es el vocer o de Nuest r o Señor y el que a t odos gobier na en nombr e de Cr ist o, por eso, hay que t omar muy en ser io sus consej os. Mal har íamos si solament e most r ár amos ent usiasmo por su venida y no llevár amos a la pr áct ica sus palabr as. Quien sigue al Papa, sigue a Cr ist o, quien se apar t a del Papa se apar t a de Cr ist o. Cuando Thier s minist r o del r ey de Fr ancia est ando en Roma pidió audiencia con el Papa, puso la condición de no t ener que ar r odillar se ni besar le la mano, el Papa dij o como él gust e ; y al encont r ar se delant e del Papa Gr egor io XVI sint ió algo que él nunca había sent ido, olvidó sus pr ej uicios de pr ot est ant e, se ar r odilló y le besó el pie. Muy j ust if icado, pues, es que t engamos t ant a alegr ía por la venida del Sant o Padr e a México por r ecibir sus enseñanzas. Encomendándome a sus or aciones quedo de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 87 11 de Febr er o de 1979 ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: El Sant o Padr e est uvo en nuest r a Pat r ia. Lo vimos y lo oímos. En él oímos la voz del Vicar io de Cr ist o; escuchamos la voz del sucesor de San Pedr o, a quien dij o Jesús: Apacient a mis ovej as, apacient a mis cor der os . Pasado el ent usiasmo de la visit a del Papa t enemos el peligr o de olvidar sus palabr as y no cumplir sus consej os. Recor demos que el Sant o Padr e insist ió pr incipalment e en la necesidad de la or ación especialment e en la vida r eligiosa. Ver dader ament e necesit amos acudir a Dios conf iados en su poder y en su bondad par a pedir le que nos conser ve la vida, que nos par t icipe abundant ement e su vida divina de la gr acia, que nos ilumine par a saber lo que t enemos que decidir y que nos dé valor y f or t aleza par a per sever ar en el bien. Sin la or ación r esult a vacía nuest r a vida, y nos sent imos sin f uer zas par a volar hacia Dios. Él sabe muy bien lo que necesit amos quienes est amos consagr ados a Él, per o t enemos que pedír selo por que así le gust a a Dios. Figúr ense, si t eniendo necesidad de pedir le nos olvidamos de El, ¿qué ser ía si no t uviér amos necesidad de pedir le? Examinemos pues nuest r a or ación ment al. ¿Nos ha ser vido de ver as par a r ef lexionar acer ca de nuest r a vida a la luz de la Palabr a divina? ¿Nos ha ser vido par a adelant ar en las vir t udes? Si la r espuest a es negat iva es señal de que no hacemos bien nuest r a or ación y t enemos que indagar el por qué, par a pr ocur ar la enmienda. También nuest r o cuer po t iene el deber de alabar a Dios y lo hacemos con palabr as y act it udes o sea con la or ación vocal. La car t a a los Hebr eos nos invit a a acompañar a Cr ist o en su pasión t ambién con palabr as pues nos dice: Por Él of r ezcamos de cont inuo a Dios sacr if icios de alabanza, est o es, el f r ut o de los labios que bendicen su nombr e ( Heb. 13, 15) . Tiene una gr an impor t ancia la or ación pr ivada. Es el pr imer paso par a poder hacer bien la or ación comunit ar ia; cuando no 88 sabemos hacer la or ación per sonal, nuest r a or ación comunit ar ia r esult a una mer a f ór mula, sin sent ido, sin amor , sin int imidad con Dios. Pensemos que cuando hacemos or ación comunit ar ia la hacemos en nombr e de t oda la comunidad y nuest r o Señor nos dij o: Donde est án dos o t r es congr egados en mi nombr e, allí est oy yo en medio de ellos ( Mt . 18, 20) . La Misa es la or ación comunit ar ia por excelencia. Nosot r os podemos asist ir a Misa t odos los días, per o no t odos los f ieles pueden hacer lo y Dios mer ece ser alabado diar iament e; por eso la I glesia or dena a sacer dot es y r eligiosos que no solament e asist an a Misa t odos los días a nombr e de la comunidad cr ist iana sino que t ambién en var ias hor as del día r ecen, a nombr e de la I glesia, la Lit ur gia de las Hor as. Decía Nuest r o Señor : Es necesar io or ar y nunca desf allecer ( Lc. 18, 1) ; aunque t engamos dif icult ades par a hacer bien nuest r a or ación no dej emos de cumplir con la r ecomendación del Papa que es t ambién la de Cr ist o de or ar siempr e y nunca desf allecer . Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 89 4 de Mar zo de 1979. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Ust edes son ya ochent a y aunque solament e t r eint a y cuat r o est án en nuest r a Diócesis, las consider o como gr upo muy impor t ant e par a el desar r ollo de la vida cr ist iana en nuest r a Diócesis. En las escuelas, con la palabr a y más aún con el ej emplo, además de las ciencias humanas, enseñan la doct r ina de Cr ist o; var ias her manas, en los sábados o domingos y aún en las t ar des de los días de clase, ayudan a las obr as par r oquiales como la cat equesis o los gr upos de j óvenes, ayudan t ambién en la par t icipación del pueblo en la Lit ur gia; cuat r o dedican su t iempo complet o a la Evangelización y Cat equesis. Hay def iciencias como en t odo lo humano, per o veo en la mayor ía de ust edes un ver dader o esf uer zo por super ar se, no sólo en las ciencias, sino sobr e t odo en la vir t ud y est o me anima por que el buen ej emplo de una alient a a las demás. Sobr e t odo veo que en ust edes mej or a la or ación y est o es muy impor t ant e por que, habiendo buena comunicación con Dios, habr á t ambién gr andes adelant os. Si no est amos bien unidos con Dios podr emos hacer mucho r uido, r ecibir gr andes alabanzas y solament e nos ilusionar emos con un f r ut o pasaj er o. Recor demos const ant ement e las palabr as que les dice el Papa Es la vuest r a una vocación que mer ece la máxima est ima por par t e del Papa y de la I glesia, ayer como hoy. Por eso os quier o expr esar mi gozosa conf ianza en vosot r as y alent ar os a no desmayar en el camino empr endido, que vale la pena pr oseguir con r enovado espír it u y ent usiasmo. Sabed que el Papa os acompaña con su or ación y se complace en vuest r a f idelidad a la pr opia vocación, a Cr ist o, a la I glesia . La cuar esma t iempo de r enovación, es t iempo a pr opósit o par a que ust edes per f eccionen su vida de acuer do con las enseñanzas del Papa. Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 90 18 de Mar zo de 1979. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Est oy muy agr adecido con ust edes por la f elicit ación que me enviar on con mot ivo del día de mi sant o y especialment e por los t esor os espir it uales of r ecidos a Dios. Algunas her manas vinier on per sonalment e a visit ar me, a pesar de las molest ias del viaj e; Dios les pr emie sus sacr if icios. Además quisier on obsequiar me con dos pr of esiones r eligiosas: ayer pr of esar on las her manas Mar ía Sánchez y Mar ía Magaña. Est o f ue un r egalo a Dios, of r ecido por mí. Que Dios Nuest r o Señor las bendiga a t odas por lo bondadosas que han sido conmigo y les ayude a conser var la conf ianza en Dios sobr e t odo en medio de los sust os de los t emblor es. Encomendándome a sus or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 91 22 de Abr il de 1979 ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Un señor t enía un per r o al que puso por nombr e sult án ; per o el animal se empicó a ir a los nidos a comer se los huevos. El amo pensó luego en un r emedio: vació hast a la mit ad un huevo y lo r ellenó de nuevo con chile piquín. Tr es veces se lo enseñó y el per r o br incaba par a quer er lo coger . Por f in, en el últ imo br inco, se lo solt ó en el hocico y el per r o se dio t al enchilada que se r evolcaba y gemía lleno de dolor . Per o el escar mient o f ue bueno por que no se volvió a acer car a los huevos. Nosot r os ya sabor eamos las dulzur as del amor de Dios al pensar en Semana Sant a, lo que Él hizo por nosot r os, y t ambién pr obamos la amar gur a de la cont r ición al pensar en las of ensas que le hemos hecho a Dios. ¿Ser emos menos list os que el per r o que se enmendó de sus mañas o volver emos de nuevo a los ant iguos caminos de of ensa a Dios? Yo esper o que sabr emos cont inuar la r ef or ma de vuest r a vida. ¿Por qué un animal ha de ser más list o que nosot r os que t enemos int eligencia y volunt ad? Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 92 21 de mayo de 1979. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: El Sant o Padr e es el encar gado de dir igir nos por los caminos de Dios y ha insist ido mucho en la f idelidad que debemos a Dios en el cumpl imient o de nuest r as pr omesas. Cuando a Dios se le pr omet e una cosa hay que cumplír sela; los vot os no son un j uego; son una pr omesa hecha a Dios que obliga en conciencia, nuest r os vot os son un t esor o, no por que despr eciemos el mat r imonio, puest o que la r enuncia al mat r imonio por amor al r eino de los cielos es una elección hacia lo m ej or par a aquellos que han r ecibido de Dios est e don del Espír it u Sant o. Tienen además nuest r os vot os un gr an sent ido social por que la r eligiosa que r enuncia a la m at er nidad mat er ial asume ot r a mat er nidad espir it ual a semej anza de la pat er nidad de la que habla San Pablo ( 1 Cor . 4, 15) , ( Gal. 4, 19) se mult iplican los hij os espir it uales encomendados a su cuidado por el Buen past or y est os hij os son más numer osos que los que puede t ener una f amilia hu mana. Son hij os del espír it u por que la educación que da la r eligiosa es ant e t odo una f or mación espir it ual más que una inst r ucción y si alguien no la cumpl e debe examinar su conciencia delant e de Dios y seguir el camino de su vocación. Libr ement e acept a la r eligiosa los vot os y libr ement e debe seguir cumpl iéndolos par a mant ener la palabr a dada a Cr ist o y a la I glesia. Mant ener la palabr a es la señal de la madur ez int er ior de la r eligiosa y expr esión de su dignidad per sonal ( Juan Pablo I I , car t a a los sacer dot es) . Encont r ar án ust edes muchas dif icu lt ades per o ent onces debemos r ecor dar las palabr as de San Pablo: t odo lo puedo en aquél que m e conf or t a ( Fil. 4, 13) Ref lexionen muy bien t odo est o par a que no se dé el caso de acudir a una dispensa como medidas administ r at ivas, siendo que se t r at a de una pr of unda cuest ión de concienci a y de una pr ueba de humanidad. Además, ¿Cómo podr íamos aconsej ar a los casados que andan en busca del divor cio, si nosot r os f alt amos a una f idelidad más gr ande t odavía?. Tenemos que cooper ar a la edif icación del Cuer po Míst ico de Cr ist o en vez de debilit ar su unión espir it ual. Encomendándome a las or aciones de ust edes quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón l as bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 93 3 de j unio de 1979 ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Celebr amos hoy la f est ividad de Pent ecost és y es muy nat ur al que demos gr acias al Espír it u Sant o por t odo lo que nos ayuda par a ser buenos: por medio de El, Jesucr ist o nos da una par t icipación de la vida divina y el mismo Espír it u Sant o per manece en vosot r os sust ent ando esa vida divina, nos da f or t aleza par a la lucha, ilumina nuest r o ent endimient o par a conocer el camino del bien, inf unde en nosot r os el amor divino pues él mismo es el amor de Dios y con sus dones nos ayuda a per f eccionar nos en la vir t ud. Realment e el Espír it u Sant o est á siempr e t r abaj ando en nosot r os, sin Él no podr íamos vivir unidos en la car idad. ¿En r ealidad vivimos unidos en la car idad? ¿Ya no nos ent r et enemos en cr it icar al pr ój imo? ¿Le hacemos pesada la vida a alguna compañer a par a que se vaya y pier da su vocación? ¿Nos at r evemos a cor r er a alguien sin el consent imient o de la super ior a compet ent e?; si se t r at a de una her mana ser ía una gr an f alt a de car idad; si se t r at a de una alumna, además de f alt a de car idad ser ía f alt a de cumplimient o del deber por que debemos ingeniar nos par a educar las y no esper ar que lleguen ya educados. No olvidemos que el Espír it u Sant o est á siempr e con nosot r os par a ayudar nos; apr ovechemos su pr esencia y seamos dóciles a sus inspir aciones. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 94 25 de j unio de 1979. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: En el ar t ículo 1º . De las Const it uciones de las Sier vas se nos dice cómo el espír it u que debe animar a nuest r a Congr egación es el de Hij as de Dios y miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o, y con alegr ía me doy cuent a de que la Conf er encia de Puebla le ha dado impor t ancia a est a idea que es f undament al en la vida cr ist iana; por ej emplo en el no. 204 nos dice: El padr e, al enviar nos al Espír it u de su Hij o, der r ama su amor en nuest r os cor azones ( Rom. 5, 5) convir t iéndonos del pecado y dándonos la liber t ad de los hij os. Liber t ad, ést a necesar iament e vinculada a l a f il iación y a la f r at er nidad . En el núm er o 207 leemos: Jesucr ist o, Salvador de los hombr es, dif unde su espír it u sobr e t odos sin excepción de per sonas. Quien en su evangelización excluya a u n solo hombr e de su amor , n o posee el Espír it u de Cr ist o; por eso, la acción apost ólica t iene que abar car a t odos los hombr es dest inados a ser hij os de Dios . En el númer o 238 habla de la I glesia como f amil ia de Dios com o r ealidad más pr of unda e ínt ima del pueblo de Dios . Quien est á consagr ado a Di os de un modo especial, como l o est amos nosot r os, con mayor r azón debe consider ar se hij o y f ami lia de Dios. Mas adelant e nos dice: La I glesia no es el lugar donde los hombr es se sient an sino donde se hacen r eal, pr of unda, ant ológicament e, f ami lia de Dios . Se convier t en ver dader ament e en hij os del Padr e en Jesucr ist o, quien les par t icipa su vida por el poder del Espír it u, mediant e el baut ismo. Est a gr acia de la f iliación divina es el gr an t esor o que la I glesia debe of r ecer a los hombr es de nuest r o cont inent e . ( No. 240) . Nuest r o car isma es la Evangelizaci ón por medio de la enseñanza y par a cumplir lo bien necesit amos sent ir nos her manos. De la f iliaci ón en Cr ist o nace la f r at er nidad cr ist iana. El hombr e moder no no ha logr ado const r uir una f r at er nidad univer sal sobr e la t ier r a, por que busca una f r at er nidad sin cent r o ni or igen común. Ha olvidado que la única f or ma de ser her manos, es r econocer la pr ocedencia de un mism o Padr e ( No. 241) . Tomemos en ser io nuest r a condición de hij os de Dios par a que podamos cumplir m ej or nuest r os deber es par a con Dios y par a con nuest r os her manos. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr i st o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 95 30 de Sept iembr e de 1979 ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Acabo de leer una car t a que hace algunos años escr ibió San Juan Bosco. Decía: no cast igues nunca sino después de haber agot ado ot r os medios . ¡Cuánt as veces, mis quer idos hij os, en mi lar ga car r er a, he t enido que convencer me de est a gr ave ver dad! Es cier t ament e, más f ácil ir r it ar se que t ener paciencia, amenazar a un niño que t r at ar de convencer lo; dir ía, es t ambién más cómodo a nuest r a impaciencia y sober bia cast igar a los t r aviesos que cor r egir los, sopor t ándolos con benignidad y f ir meza. La car idad que les encomiendo es la misma que usaba San Pablo con los f ieles r ecién conver t idos, car idad que a menudo le hacía llor ar y or ar incesant ement e cuando se le most r aban menos dóciles y no cor r espondían a su celo incansable. Nada puede, dice San Gr egor io, f or mar un cor azón, que es como plaza inexpugnable, sin el af ect o y la dulzur a. Mant eneos f ir mes en buscar el bien e impedir el mal; sed sin embar go, siempr e dulces y pr udent es. Sed per sever ant es y amables y ver éis como Dios os har á dueños hast a de los cor azones menos dóciles. Una vez más he de of r ecer os como ej emplo mi pr opia exper iencia. He t r opezado a menudo con car act er es t an t er cos, t an r eacios a t oda insinuación humana, que no me daban ninguna esper anza de salvación, y sent ía la necesidad de t omar medidas sever as con ellos. Y he, aquí que solo por la car idad se doblegar on. He de conf esar con cier t o dolor que en la poca sumisión de est os muchachos t enemos nosot r os nuest r a par t e de culpa. He compr obado r epet idas veces que quienes exigían a r aj at abla silencio, disciplina, esa act it ud de obediencia pr ont a y ciega de sus alumnos, er an en cambio, los que conculcaban los saludables avisos que yo u ot r o super ior les dábamos. Est oy per suadido de que los maest r os que no per donan lo más mínimo a sus alumnos, suelen per donar se del t odo a sí mismos. Por ende, si quer emos apr ender a mandar , 96 apr endamos ant es a obedecer , y busquemos con pr ef er encia ser más bien amados que t emidos. En cir cunst ancias más gr aves es más ef icaz una or ación al Señor , un act o de humildad ant e él, que una t empest ad de palabr as, las cuales, si por un lado r inden al que las pr of ier e, por ot r o, no r epor t an ninguna vent aj a ant e las of ensivas . Quisier a que t odas ust edes t uvier an siempr e muy pr esent es est as sabias palabr as de San Juan Bosco y las llevar an a la pr áct ica. Encomendándome a sus or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 97 11 de noviembr e de 1979. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: No me canso de r ecor dar a ust edes la or ación por ser algo indispensable en la vida del cr ist iano y especialment e en la vida r eligiosa; per o a veces oigo decir que no saben hacer or ación, yo cr eo que muchas sí saben per o les f alt an algunos cr it er ios par a saber si est án haciendo bien la or ación. Por eso les voy a dar cr it er ios par a que ust edes mismas sepan j uzgar si van bien o no. Hay quienes piensan que si no sient en gust o par a or ar no sir vió su or ación. Per o la ver dader a or ación no es f r ut o de los sent idos, sino de la volunt ad de conver sar con Dios par a alabar lo, cont ar le nuest r as alegr ías, nuest r as penas y necesidades, conseguir su auxilio y dar le gr acias por el amor que nos t iene. No vemos a nuest r o Señor , ni lo oímos, ni lo sent imos par a dar le la mano, por eso nos da t r abaj o hablar le; per o si un día sient en f acilidad par a hablar le, t engan en cuent a que no es mér it o de ust edes sino don de Dios que en su bondad quier e ayudar las y denle las gr acias. Si al medit ar t ienen ust edes af ect os de ar r epent imient o, de amor o de agr adecimient o a Dios, es señal de que van adelant ando. Si después de la or ación sient en más f acilidad par a pr act icar la f e, la esper anza y la car idad, es señal de que van adelant ando. Si t ienen más conf ianza en Dios que en sus pr opios pr opósit os, es señal de que van adelant ando. Si en la or ación consiguen más amor de Dios que consuelo, es buena señal. Si en la or ación sient en más f acilidad par a t r at ar a Dios como Padr e, al Hij o como her mano y al Espír it u Sant o como huésped del alma y así vivir en unión con Dios, es buena señal. Si en la or ación saben acept ar la volunt ad divina, si no sólo t e r esignas, sino que la or ación despier t a en t i el espír it u de r esponsabilidad y de iniciat iva, buena señal, si con la or ación adquier es paz, humildad y car idad, buena señal, vas adelant ado. No se desanimen, pues, por que no les sale per f ect a la or ación, per o sigan luchando por adelant ar en ella. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 98 20 de ener o de 1980 ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: El día 3 de noviembr e pasado el Sant o Padr e habló a los m aest r os de secundar ia que se habían r eunido en Roma par a est udiar el t ema Una escuela par a el hombr e y les decía: La enseñanza debe est ar en concr et o al ser vici o de la vida y pr epar ar a la vida; est o quier e decir que debe f or mar al hombr e, y no inf or m ar nos simplement e; debe cont r ibuir a elevar lo; debe hacer lo cr ecer en el or den del ser . Les r ecor daba t ambién cómo sus alumnos se encuent r an en un moment o decisivo de la vida, en medio del paso de la niñez a la pr imer a madur ez, paso ar duo en que las t r ansf or maciones f isiol ógicas se ent r elazan con las psicológicas. Va desapar eciendo el niño y con él su mundo de ensueño, j uego e inocencia; va apar eciendo el hom br e con una solidez ya no gr ave en lo f ísico y en un ár ea más desar r ollada y complej a de su espir it ualidad; f ant asía, r azón, volunt ad, amor , liber t ad. Y añadía el Papa: en est e pr oceso no os podéis limit ar a obser var , no podéis per manecer pasivos o, a lo más, t ocados de cur iosidad; est áis implicados en aquél per sonalm ent e en cuant o a educador es r esponsables por encar go expr eso conf er ido, ant es que por los padr es públicos, por los t ít ulos nat ur ales del der echo- deber de dar educación, los padr es de vuest r os alumnos. De la r elación act iva ent r e educador y educando debe br ot ar un aument o de humanidad; el hombr e adult o est á llamado a seguir , or ient ar y ayudar al adolescent e que va haciéndose hombr e, con el cuidado de evit ar f or mar lo t ant o como el dej ar lo solo . Además cuando el educador es cr ist iano, t iene abundant es mot ivaciones par a su act ividad pedagógica y el ideal ser á f or mar l a humanidad cr ist iana en el encuent r o de su alumno con la per sona de Cr ist o, hij o de Dios y hombr e per f ect o, par a que el Evangeli o impr egne la ment alidad de los alumnos en el t er r eno de su f or mación y que la ar monizaci ón de su cult ur a se logr e a la luz de la f e . Los psicólogos han not ado que en nuest r a pat r ia, en est os últ imos años, se ha cuadr uplicado la agr esividad y la violencia en los niños y en los adolescent es por lo cual es de esper ar se que dent r o de pocos años, t endr emos un ambient e de mucha vi olencia y muchas dif icu lt ades. El r emedio est á en que a los niños y a los adolescent es se les dé una buena f or maci ón en el ambient e f amiliar , pr incipalm ent e y t ambién en la escuela, t ant o de palabr a como con el ej emplo a f in de f or mar a los f ut ur os ciudadanos de acuer do con el modelo qu e es Cr ist o. Los r eligiosos y r eligiosas, llevando una vida de comunidad par ecida a la vida de f amil ia, son un gr an ej emplo y modelo par a alent ar en las f amil ias el espír it u de f amilia de Dios y comunidad cr ist iana. Est a t ar ea concier ne a ust edes y esper o que sepan cumpl ir la. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr i st o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 99 1 de mar zo de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Con la nueva Lit ur gia de las Hor as par ece como si ya no hubier a quedado lugar par a que ust edes r ezar an el Of icio de la Sma. Vir gen Mar ía en los sábados. Lo que sucede es que hay que r espet ar cier t as f iest as o t iempos del año, per o hay aún muchas opor t unidades; en cuar esma y en Advient o hay que r ezar el of icio del t iempo, per o quedan ot r as opor t unidades. En los sábados 19 y 26 de abr il; 10, 17 y 24 de mayo ( el 24 las Vísper as ya son de Pent ecost és, el 31, es f iest a de la Vir gen) ; 7, el 14 es f iest a del I nmaculado Cor azón de Mar ía; est o en el mes de j unio; 5, 12 y 19 de j ulio; 2, 9, 16 y 26 de agost o; 6 y 20 de sept iembr e; 11 y 25 de oct ubr e; 8, 15 y 29 de noviembr e; 6 de diciembr e. En est os sábados se puede r ezar el Of icio de Sant a Mar ía en sábado. Es muy bueno cont inuar f oment ando en nosot r os, y en las demás per sonas, la devoción a la Sant ísima Vir gen Mar ía. A Dios le agr ada mucho que le t engamos devoción a la Sant ísima Vir gen, puest o que es madr e suya y la quier e mucho. Hace pocos años vivían en Alemania dos endemoniados que blasf emaban de Dios y de las almas sant as, un día les pr egunt ar on por qué no decían nada en cont r a de la Sant ísima Vir gen y ellos cont est ar on: El j ef e se aguant a cuando hablamos de él, per o cuando hablamos en cont r a de la Vir gen nos va muy mal . Además, es muy poder osa la int er cesión de la Sant ísima Vir gen delant e de Dios a f avor nuest r o. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 100 29 de mar zo de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Mañana, Domingo de Ramos comienza la Semana Sant a. Llevar emos en las manos nuest r os r amos par a simbolizar el t r iunf o de Cr ist o sobr e la muer t e y sobr e los pecados, y, al mismo t iempo r ecor dar nuest r o f ut ur o t r iunf o el día de vuest r a muer t e cr ist iana y el día de vuest r a r esur r ección. Todavía no vemos ese t r iunf o, per o ya lo esper amos conf iados en nuest r o esf uer zo y en la miser icor dia de Dios. El Tr iduo Sacr o compr ende desde las segundas Vísper as del Jueves Sant o hast a la Misa de Glor ia de la noche del Sábado Sant o. Todo ese t iempo es de r igur oso lut o y por lo mismo debemos de evit ar paseos y diver siones. El j ueves lo dedicamos a visit ar a los enf er mos y pedir a Dios por ellos. El vier nes lo dedicamos a r ef lexionar sobr e la pasión y muer t e de Cr ist o. El Sábado, como es cost umbr e cuando hay algún dif unt o vist amos la imagen de Jesús muer t o por nuest r os pecados, r ezamos el r osar io ant e la imagen de la Sant ísima Vir gen par a pr esent ar le nuest r as condolencias, t ant o más que nosot r os mismos somos los culpables de la muer t e de su Hij o. Y así celebr amos el velor io. Est e no es día de paseos ni diver siones, ni embr iagueses. Es día de t r ist eza que t er mina con la celebr ación de la Resur r ección de Cr ist o. Pensemos que f or mamos par t e del Cuer po Míst ico de Cr ist o y Él es la par t e pr incipal, por lo mismo debemos sent ir como nuest r os los dolor es que Él suf r e así como Él hace suyos nuest r os pecados par a r edimir los. Quien no sient e pena ant e los suf r imient os de Cr ist o es por que no lo ama, ni le agr adece lo que hace por nosot r os, ni se sient e solidar io con Él. Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 101 20 de abr il de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: El Señor ha r esucit ado Aleluya y nosot r os t ambién hemos r esucit ado a una nueva vida de la gr acia aleluya. Nuest r o compr omiso baut ismal, r ef r endado en la Conf ir mación y en la Pr imer a Comunión nos exige que vivamos r esucit ados a la vida de Cr ist o. Por eso nuest r a medit ación cont inua debe ser el Sant o Evangelio y los escr it os de los Apóst oles par a conf or mar nuest r a vida con las enseñanzas de Cr ist o. Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 102 11 de mayo de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Todos los años medit amos el mes de mayo par a honr ar a la madr e del cielo, la Sma. Vir gen Mar ía, de un modo especial. El r osar io lo r ezamos con mayor solemnidad, el alt ar se ador na con más f lor es y la misa es más alegr e y no podía ser de ot r a maner a puest o que t r at amos de cor r esponder con amor al sublime amor de nuest r a Madr e del cielo. Per o además de esf or zar nos por enmendar en nosot r os el amor a la Sma. Vir gen, t enemos que f oment ar ese amor y devoción t ambién en las per sonas que nos r odean especialment e en los niños, pues el amor dif unde amor y hemos de luchar por vivir t odos imit ando las vir t udes de la Sma. Vir gen. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 103 1 de j unio de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Ter mina ya el mes de Mar ía, per o dur ant e t odo el año t endr emos necesidad de cont inuar con nuest r a devoción a la Sant ísima Vir gen por que cont inuament e necesit amos cor r esponder a su amor mat er nal y necesit amos t ambién su valiosa int er cesión ant e Dios, por que solos nada valemos y nada podemos. En el mes de j unio t enemos que desar r ollar nuest r a devoción al Sacr at ísimo Cor azón de Jesús pues el amor inf init o con que Jesucr ist o nos ha amado, hast a el ext r emo de dar su vida por nosot r os en la cr uz exige de nosot r os una gr an cor r espondencia de amor . Ahor a est á de moda la devoción a Cr ist o Rey, per o pensemos que el amor al Sagr ado Cor azón de Jesús y el amor a Cr ist o Rey son dos aspect os del mismo amor . En el amor al Cor azón de Jesús consider amos el amor humano divino de Cr ist o hacia nosot r os; a est e amor t enemos que cor r esponder f or mando en nuest r o cor azón un t r ono de amor dándole t odo nuest r o amor par a que Él sea nuest r o Rey de amor . La cr uz es el t r ono de amor en el calvar io, por eso con amor nos unimos a su cr uz. Nuest r as penas y t r abaj os son nuest r a cr uz y of r eciéndoselos con amor , par t icipamos aquí de su cr uz y después par t icipar emos de su glor ia. Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 104 18 de j unio de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Las super ior as de la Congr egación est án haciendo t r ámit es par a conseguir de la Sant a Sede el Decr et o Laudis, con lo que las Sier vas dej ar ían de ser Congr egación Diocesana par a llegar a ser Congr egación de Der echo Pont if icio. Las et apas par a la apr obación de una Congr egación r eligiosa son var ias: pr imer o la Sant a Sede da el per miso par a que se f unde la Congr egación de Der echo Diocesano, después le concede el Decr et o Laudis cuando la Congr egación ya es digna de alabanza por su adelant o espir it ual y por su apost olado; después de est o, cuando han dado muest r as convincent es de su gr an adelant o en la vida r eligiosa, les concede la apr obación def init iva. Finalment e apr ueba las Const it uciones en f or ma def init iva. Las palabr as Decr et um Laudis signif ican decr et o de alabanza, de modo que lo que se est á pidiendo a la Sant a Sede es que las alabe a ust edes por su adelant o espir it ual en la vida r eligiosa y por sus obr as de apost olado. Pienso que ust edes ya mer ecen alabanza por sus obr as de apost olado, per o ust edes mej or que yo, sabr án cont est ar las siguient es pr egunt as: ¿Mer ecemos ya que la Sant a Sede nos alabe? Por nuest r o adelant o espir it ual? ¿Hay ya f r ut os de sant idad? ¿De obser vancia r eligiosa y pr ovecho espir it ual? ¿Hay la ver dader a f or ma de gobier no y ver dader a disciplina? ¿Cómo anda el cumplimient o de los vot os? ¿Hay espír it u r eligioso o mundano? ¿Reciben buena f or mación las her manas? ¿Ya llegamos a 200 her manas o al menos a 120 qué es lo que acost umbr a pedir la Sagr ada Congr egación? ¿Funciona ya el j unior ado? ¿Cómo anda la educación en la f e par a las her manas y par a los alumnos? Si quer emos que nos alaben t enemos que mer ecer lo enmendando lo que haya que enmendar , a f in de que los obispos que t ienen la obligación de dar los inf or mes puedan dar los muy buenos de acuer do con el int er r ogat or io que les he puest o a ust edes. Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 105 9 de agost o de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Me pr egunt an cuál es el espír it u del f undador puest o que las per sonas que les dan conf er encias a ust edes les hacen esa misma pr egunt a. Es cost umbr e en la vida r eligiosa que el espír it u del f undador est é expr esado en las mismas Const it uciones, gener alment e en el capít ulo I I , en donde se habla del espír it u de la Congr egación, pues se supone que es el espír it u que le inf undió el f undador . El ar t ículo 1° del capít ulo I I de las Const it uciones de las Sier vas les hace saber que es el espír it u de hij as de Dios y miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o y por eso t ienen que ident if icar se con Cr ist o de modo de acost umbr ar se a pensar las cosas como El las piensa y quer er las como El las quier e. Toda sociedad debe t ener una míst ica par a que sus miembr os t engan una f uer za espir it ual que los impulse a conseguir los bienes de la sociedad. Ust edes como hij as de Dios y miembr os del cuer po Míst ico de Cr ist o no sólo t ienen que ident if icar se con Él y con Nuest r a Madr e del cielo sino t ambién int er esar se por t odo lo que per t enece al Cuer po Míst ico de Cr ist o y por el bien de nuest r os her manos. De esa idea cent r al nace nuest r o anhelo de sant if icación y nuest r a sed de apost olado especialment e en el campo de la enseñanza. Par a t ener est e espír it u necesit amos t ener espír it u de f e y t ambién humildad, por que el sober bio no sabe acept ar la f e per o una vez que t enemos f e, nuest r a humildad sost enida por la gr acia, se convier t e en vir t ud sobr enat ur al y se desar r ollan t odas las demás vir t udes hast a pr act icar las en gr ado her oico y así llegar a la per f ección de la vida cr ist iana. Ent r e las vir t udes t iene lugar pr incipal la car idad por que es la r eina de t odas ellas y la que une t oda nuest r a vida cr ist iana, como la ar gamasa que une t odas las piedr as de un edif icio. Vivan siempr e su vida de hij as de Dios y miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o en la pr áct ica de los Consej os Evangélicos y llegar án a la per f ect a car idad o sea a la per f ección de la vida cr ist iana. Encomendándome a las or aciones de ust edes, af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 106 1 de sept iembr e de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Se acer ca la f est ividad del nacimient o de la Sant ísima Vir gen Mar ía y por eso quier o hablar les acer ca de ella a quien debemos mucha vener ación y un gr ande amor puest o que es nuest r a Madr e y nuest r a Reina; y es Reina de Amor , puest o que es Madr e de la I glesia que es el r eino de la I glesia de Cr ist o y el Reino de Cr ist o es el Reino de Amor . De ella quier o r ecor dar que es descendient e del Rey David y por ello, aún en lo humano, no es una muj er cualquier a sino que per t enece a la f amilia r eal, por lo que viene a ser pr incesa de la casa r eal de David. Que ella es descendient e de David lo sabemos por la misma Sagr ada Escr it ur a, pues San Pablo, en su Car t a a los Romanos, nos dice: Acer ca de su Hij o, que le nació, según la car ne, del linaj e de David ( Rom. 1, 3) . Y en r ealidad Cr ist o concebido por obr a del Espír it u Sant o, sin concur so de var ón no podía ser del linaj e de David, como est aba enunciado en las Sant as Escr it ur as, si no hubier a t omado car ne de Mar ía Vir gen, su madr e, que per t enecía al linaj e de David. Además t enemos el t est imonio de los sant os Padr es. Por ej emplo Ter t uliano dice que Cr ist o es del linaj e de David per o a t r avés de la car ne de Mar ía, que pr ocede del linaj e de David; y San Agust ín dice: Diciendo el apóst ol que Cr ist o pr ocede del linaj e de David, según la car ne, no podemos dudar cier t ament e que t ambién la Vir gen Mar ía t enía consanguinidad con la est ir pe de David. Además, por mandat o de ley los Hebr eos t enían obligación de pr oveer que sus hij as, her edar an de los bienes pat er nos, no se casar an sino con un var ón de la misma t r ibu, por lo mismo, si const a clar ament e por el Evangelio que San José er a descendient e de David, la Sant ísima Vir gen t enía que ser t ambién descendient e de David. Algunos coment ar ist as piensan que t al vez la Sant ísima Vir gen er a t ambién de la t r ibu de Leví por su par ent esco con Sant a I sabel, per o est o no es dif icult ad por que las per sonas de la t r ibu de Leví podían casar se con per sonas de ot r a t r ibu puest o que a ellos no les había t ocado nada de la r epar t ición de la t ier r a; per o par a est o bast a que alguno de los ant ecesor es per t enecier a a la t r ibu de Leví par a que ella f uer a par ient e de Sant a I sabel. Además est e par ent esco con per sonas de la t r ibu de Leví engendr a en nuest r a ment e un pensamient o her moso por que Jesucr ist o no solament e t enía que ser Rey como 107 descendient e de David, sino t ambién sacer dot e et er no , per o est o no es dif icult ad, pues no sabemos en r ealidad de dónde le venía el par ent esco a la Vir gen con Sant a I sabel. De t odos modos vemos cómo Dios Nuest r o Señor , aunque escogió par a madr e a una muj er pobr e, quiso que t ambién f uer a una muj er dist inguida por su or igen, la hizo llena de gr acia y la más sant a ent r e t odas las muj er es, y además, nos la dio como Madr e y Reina, par a que nos cuide a t odos nosot r os. Nuest r o Señor enseñó a sus discípulos a que supier an ser ser viciales con los demás y la Vir gen Sant ísima nos pone el ej emplo por que sigue siendo ser vicial con t odos nosot r os, por eso la quer emos t ant o y le celebr amos el aniver sar io de su nacimient o con gr an alegr ía. Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 108 15 de sept iembr e de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: La palabr a comunión signif ica t r at o f amiliar comunicación de unas per sonas con ot r as, par t icipación en lo común y t ambién la r ecepción de la Eucar ist ía. El document o de Puebla No. 68 insist e mucho en comunión y par t icipación, más aún, comunión y par t icipación son el hilo conduct or de t odas las ideas expr esadas en el document o. Per o en el r ef er ido document o la palabr a comunión se r ef ier e a la unión, comunicación con Dios y con nuest r os her manos. Con Dios nos comunicamos por medio de la or ación y Él por su par t e no solo se une con nosot r os sino t ambién se nos comunica por medio de la gr acia dándonos una par t icipación de la vida divina y, por medio de la Eucar ist ía, dándonos el Cuer po de Cr ist o y t ambién su sangr e, su alma y su divinidad, y, por medio de Cr ist o, t oda la Tr inidad se comunica con nosot r os en la comunión. De est e modo no solo hay comunión sino t ambién par t icipación. Por nuest r a par t e, aunque est amos más acost umbr ados a quer er r ecibir que a dar , debemos seguir el ej emplo de Cr ist o que se da t odo a nosot r os y nos dice que es más dichoso dar que r ecibir . Debemos pues vivir en comunión y par t icipación con Dios y con nuest r os her manos, t ant o más que somos miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o de acuer do con el Espír it u de nuest r a Congr egación. La Sant ísima Vir gen Mar ía vivió en cont inua comunicación con Dios y par t icipando en la vida de Cr ist o desde Belén hast a el Calvar io. Par t icipó en sus alegr ías y en sus penas, lo acompañó en su pr edicación suf r iendo con Él las incomodidades, los despr ecios y los r echazos, lo acompañó en su pasión y en su muer t e, est uvo al pie de la cr uz sint iendo en su cor azón los suf r imient os del hij o. Ella de ver as supo pensar las cosas como Dios las piensa, y quer er las como Dios las quier e aún en medio del dolor . La Sant ísima Vir gen de los Dolor es es ej emplo par a nuest r a vida. También nosot r os t enemos que vivir en cont inua comunicación con Dios par t icipando en sus pr oyect os y en su act ividad par a la evangelización y salvación de los hombr es. Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 109 5 oct ubr e de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: El día 13 de oct ubr e de 1917 la Sant ísima Vi r gen cumplió su pr omesa de pr esent ar se nuevament e en Cova de I r ía y le dij o a Lucía: Yo soy nuest r a Señor a del Rosar io. He venido par a exhor t ar a los pecador es a que cambien de vida y no of endan más a Nuest r o Señor , ya demasiado of endido; a que r ecen el Sant o Rosar io y hagan penit encia por sus pecados . Nuest r o deber es ayudar a la Sant ísima Vir gen, comenzando con nuest r o pr opio cambio de vida par a cont inuar con nuest r o apost olado. Es bueno r evisar nuest r as Const it uciones par a ver cómo las hemos cumplido y cómo nos ha dado Dios una vocación especial a la sant idad nos ser vir á much o r ef lexionar acer ca del cuest ionar io que sir ve par a los inf or mes a la Sant a Sede. No hay que desanimar se si al examin ar nos nos damos cuent a de que aún nos f alt an muchas cosas. El cuest ionar io cont ienen un ideal al que hay que l legar per o a ese ideal no se llega sino paso a paso; lo impor t ant e es caminar siempr e hacia delant e y no est acionar nos. Además t endr emos ot r a opor t unidad de r ef lexionar en el pr óxi m o Capít ulo; ent onces ver emos cómo han cum plido ust edes y se r enovar án los planes espir it uales y de apost olado. Especialm ent e t ienen que pr epar ar se en la pobr eza de espír it u, en la car idad y en la or ación. La pobr eza de espír it u t iene impor t ancia par a el Capít ulo por que yo cr eo que t odos nos damos cuent a de que hay muchas per sonas que cr een que solo lo que ellas piensan est á bien pensado y solo sus planes son válidos; les f alt a pobr eza de espír it u. Es necesar io consider ar que t ambién las demás puedan t ener buenas ideas y no pensar que lo que nosot r os pr oponemos es bueno. Por est e camino se alar gan las discusiones, se pier de el t iempo y dif íci lment e se llega a una buena solución. Quien es pobr e de espír it u sabe consider ar las r azones de las demás y encont r ar la mej or solución. Ser pobr e de espír it u es ent r e ot r as cosas, saber se despr ender de las pr opias ideas par a buscar la ver dad y el bien en donde ver dader ament e se encuent r a. El egoísmo nos conduce a la act it ud cont r ar ia: No quer er decir lo que nosot r os pensamos par a que no se r ían de nosot r os y par a que no nos cont r adigan, pensando: al cabo no me h acen caso , es no quer er ser vir a los demás apor t ando nuest r o gr anit o de ar ena que en muchos casos puede ser vir . Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr i st o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 110 26 de oct ubr e de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Ant ier est uve en Buenavist a en donde est án apenados por que unos ladr ones r obar on el Sagr ar io de la Par r oquia y t ir ar on las Host ias en el Campo par a llevar se el Copón. Ahor a en las par r oquias de la Diócesis de Apat zingán est án haciendo act os de desagr avio a Dios Nuest r o Señor por t an inicua pr of anación. Las her manas de Buenavist a est án unidas en el desagr avio. El canon 2320, que t odavía est á en vigor , or dena: El que ar r oj ar e por t ier r a las especies consagr adas o las llevar e o r et uvier e con mal f in, es sospechoso de her ej ía, incur r e en excomunión lat ae sent ent ise r eser vada de un modo especialísimo a la Sede Apost ólica; es por el mismo hecho inf ame, y si es clér igo, debe además ser depuest o . Además el Obispo t iene obligación de dar a conocer a la Sant a Sede lo sucedido. Par a que est as cosas no lleguen a suceder el Der echo Canónico or dena en el canon 1269 lo siguient e: 1. - La Sagr ada Eucar ist ía debe guar dar se en un Sagr ar io inamovible colocado en medio del alt ar . 2. - El Sagr ar io debe est ar ar t íst icament e elabor ado, cer r ado con solidez por t odas par t es, convenient ement e ador nado a t enor de las leyes lit úr gicas, vacío de t oda ot r a cosa, y cust odiado con t ant a diligencia que se alej e el peligr o de cualquier pr of anación sacr ílega. 3. - Cuando lo aconsej e una causa gr ave apr obada por el Or dinar io del lugar , no est á pr ohibido guar dar la Sagr ada Eucar ist ía dur ant e la noche f uer a del alt ar , en un lugar decent e y más segur o, siempr e sobr e un cor por al, obser vando lo que pr escr ibe el canon 1271 ( acer ca de la lámpar a encendida) . 4. - Debe guar dar se con sumo cuidado la llave del Sagr ar io en donde se r eser va el Sant ísimo Sacr ament o, oner ando la conciencia del sacer dot e que est á al cuidado de la I glesia o del Or at or io . La Sagr ada Congr egación de Sacr ament os el 26 de mayo de 1938 y la I nst r ucción de la Sagr ada Congr egación de Rit os, sobr e el cult o del Mist er io Eucar íst ico, del 25 de mayo de 1967 volvier on a r epet ir el encar go de no emit ir nada de cuant o la I glesia pr escr ibe par a evit ar cualquier pr of anación y hur t os sacr ílegos. En est os días hubo t ambién un sacr ilegio par ecido al de Buenavist a en la par r oquia de la Huacana, en vist a de lo cual r ecomiendo mucho a ust edes que t engan mucho cuidado par a 111 que en sus Or at or ios se cumplan bien las pr escr ipciones de la I glesia par a la segur idad del Sant ísimo Sacr ament o, pues ser ía muy t r ist e que t ambién a ust edes les t ocar a un sacr ilegio de est os. Hay que t ener en cuent a que la Sant a Sede or denó t ambién que la llave del Sagr ar io se guar de en algún mueble cer r ado con llave. La Eucar ist ía es el Sacr ament o del amor y debe apenar nos que se le t r at e con f alt a de amor y de r espet o; además es convenient e que t ambién nosot r os nos unamos, por medio de sacr if icios, Hor as Sant as expiat or ias y asist encia a la Sant a Misa, a los act os de expiación que hacen los demás f ieles. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 112 9 de noviembr e de 1980. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: El Evangelio de la Misa de ayer me hizo r ecor dar que debemos ser buenos administ r ador es de los bienes de Dios pues dij o nuest r o Señor : Si vosot r os no sois f ieles administ r ador es de las r iquezas t er r enas ¿quién nos conf iar á las ver dader as? Y si no habéis sido f ieles en lo t er r eno que no es vuest r o, ¿quién os conf iar á lo espir it ual que si es vuest r o? ( Lc. 16, 10) . Dios nos ha escogido par a administ r ar sus bienes espir it uales a f avor nuest r o y de nuest r os her manos y la buena administ r ación de los bienes t empor ales es como una escuela par a que podamos administ r ar bien los bienes espir it uales. Así lo piensa Nuest r o Señor . La I glesia, en el canon 535 or dena que el Or dinar io del lugar t iene el der echo de ent er ar se de las cuent as económicas de las casas r eligiosas de Der echo Diocesano y aún de las ot r as Congr egaciones en lo que se r ef ier e a los dot es. Est o lo or dena la I glesia par a cumplir con el mandat o de Dios Nuest r o Señor de que haya una buena administ r ación en lo t empor al y t ambién par a cumplir con su deber de vigilar par a que se cumplan bien las Const it uciones. Les r ecuer do est as cosas par a que cuando los Or dinar ios del lugar quier an ent er ar se de la administ r ación t empor al de la Congr egación no vayan a t omar lo a mal, pues ellos no hacen más que cumplir con su deber . Administ r en, pues, muy bien los bienes t empor ales, lleven cuent a escr it a de t odo par a que Dios Nuest r o Señor les conf íe t ambién los bienes espir it uales. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 113 18 de ener o de 1981. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Vamos comenzando un nuevo año. No debemos inf luenciar nos por nuest r os def ect os del año pasado. Con ánimo y con alegr ía cont inuemos nuest r a lucha par a logr ar ser mej or es. Dios est á int er esado en ayudar nos y nos ayudar á. Pensemos en mej or ar en la or ación, en el cumplimient o de las Const it uciones, del Dir ect or io y de los hor ar ios par a que Dios nuest r o Señor nos conceda per sever ar en su amor y en nuest r as pr omesas al mismo t iempo, por medio de su cor azón Divino par a que se nos conceda la apr obación Pont if icia de nuest r a Congr egación; por que la apr obación no es obr a solament e de nuest r as pet iciones escr it as sino de cómo nos por t emos delant e de Dios. Pr ocur en hacer t odo su apost olado con amor a Dios y con alegr ía y si algún día no sient en ganas de cumplir con algún deber díganle con t oda f r anqueza a Dios Nuest r o Señor : Señor , no t engo ganas per o lo har é por que t ú lo quier es, ayúdame . Con la palabr a y con el ej emplo enseñemos a los demás lo que es la vida cr ist iana. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 114 14 de f ebr er o de 1981. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Un buen númer o de Sier vas cont est ar on el cuest ionar io y est o me pr oduj o una gr an alegr ía pues en ello veo el int er és gr ande que ellas t ienen por adelant ar en la vida espir it ual. Dios Nuest r o Señor les ha de pr emiar est e her moso t r abaj o. Si adelant amos en nuest r a vida espir it ual, Dios nos ayudar á más y nuest r os t r abaj os pr oducir án mej or es f r ut os. Día y medio est uvimos t r abaj ando est udiando las r espuest as de ust edes y t r at ando de hacer un r esumen de lo que ust edes manif est ar on. Algunas f r ases de ust edes no est án al pie de la let r a, per o pr ocur amos que las ideas quedar an incluidas en el r esumen que va en est e mismo númer o de SI ERVA. En los númer os siguient es ir emos examinando más det enidament e las r espuest as que coincidan en la misma idea, pues var ias her manas quisier an saber qué calif icación mer eció su r espuest a. No vamos a calif icar est o, ust edes mismas lo har án al compar ar ant e Dios su opinión con los r esult ados de t odo el est udio. Encomendándome a sus or aciones y agr adecido por sus r espuest as, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 115 15 de mar zo de 1981. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Pido a Dios Nuest r o Señor que las llene de bendiciones a t odas ust edes como un pr emio a sus f elicit aciones por mis 78 años de vida. Todos somos miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o y por eso est oy segur o de que lo que ust edes han hecho por mí lo ha r ecibido Dios Nuest r o Señor como hecho a El. Quisier a que no olvidar an nunca dos ver dades que son el mot or int elect ual de nuest r o apost olado y de nuest r a vida de f e, est as ver dades son bien conocidas de ust edes y son de f e: La ver dad de que somos hij os de Dios y además somos miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o. Apoyen muy bien su vida en est as dos ver dades t an impor t ant es en la vida cr ist iana; cuando t engan alguna pena piensen en que, como miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o, Dios r ecibe como suya la pena de ust edes y como hij as él t iene que consolar las iluminándolas con su Palabr a Divina y con la f uer za de su inf init o amor ; si t ienen una empr esa dif ícil t ambién Dios las ayuda con su f uer za y las alient a con su amor pat er nal. Si vivimos est as dos ver dades t endr emos encendido un pot ent e mot or que nos ayudar á a salir adelant e en t odos nuest r os apur os. Apr ovechen pues est as dos ver dades que además son el Espír it u de la Congr egación. Encomendándome a las or aciones de ust edes af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 116 29 de j unio de 1981. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Nos conmovió pr of undament e el at ent ado en cont r a de la vida de su Sant idad el Papa, y con r azón cuando a San Pedr o le dio Nuest r o Señor la aut or idad supr ema en la I glesia y el Papa es el sucesor de San Pedr o, y por lo mismo el her eder o de esa pot est ad. Y decimos que la aut or idad del Romano Pont íf ice es supr ema, o sea que est á sobr e cualquier a ot r a aut or idad, por que Jesucr ist o dij o a San Pedr o: Todo lo que at ar es en la t ier r a ser á at ado en el cielo y ( Mt . 16, 18- 19) , Al decir t odo ya indica que la aut or idad que Dios pr omet e a San Pedr o es Supr ema, y al ent r egar le esa aut or idad Nuest r o Señor le dij o: Apacient a mis ovej as apacient a mis cor der os ( Jn. 21, 17- 18) , no hace ninguna acepción. Además los pr imer os cr ist ianos y los pr imer os Padr es de la I glesia siempr e ent endier on como supr ema la aut or idad del Papa. Por eso en la vida r eligiosa, la pr imer a aut or idad es el Sumo Pont íf ice, más aún por encima de los Obispos y de los Super ior es Gener ales y lo que el Papa manda dir ect ament e o por medio de las Congr egaciones Romanas hay que cumplir lo. Siendo t an gr ande la aut or idad del Vicar io de Cr ist o es nat ur al que nos haya impr esionado mucho el at ent ado cont r a él y hemos r ogado a Dios Nuest r o Señor que le conceda la salud par a que nos siga gober nando como lo ha hecho con t ant a af ición y car iño. Encomendándome a las or aciones de ust edes quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 117 16 de j ulio de 1981. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: San Pablo escr ibió una car t a a los Cor int ios r epr endiéndolos por las divisiones que había ent r e ellos y or denándoles que ej er cit ar an la car idad. Est a car t a mía no t iene la f inalidad de r epr ender por f alt as de car idad, pues he oído decir que en la últ ima r eunión gener al que ust edes t uvier on, aunque no hubo sacer dot es que las asesor ar an, t r abaj ar on muy bien, con mucha ar monía, car idad y paz, de lo cual me alegr o muchísimo, como t ambién me alegr o cuando me dicen que en alguna casa viven unidas en la car idad. Se ve que los Cor int ios no asimilar on bien la car t a de San Pablo, pues el Papa San Clement e, t er cer sucesor de San Pedr o, t uvo que escr ibir les ot r a car t a exhor t ándolos a cumplir los mandamient os de Dios en la concor dia de la car idad y les decía: Ya veis, quer idos her manos, cuán gr ande y admir able cosa es la car idad, y como no es posible descr ibir su per f ección , y luego los exhor t aba a la or ación diciéndoles: Roguemos, pues, y supliquémosle al Señor que, por su miser icor dia, nos per mit a vivir en la car idad, sin humana par cialidad, ir r epr ochables; t odas las gener aciones desde Adán hast a el día de hoy, han pasado. Mas los que f uer on per f ect os en la car idad, según la gr acia de Dios, ocupan el lugar de los j ust os . Luego les decía que si hubier an cumplido los mandamient os de Dios en la concor dia de la car idad, a f in de que por la car idad se les per donar an los pecados ser ían dichosos. De nuevo exhor t aba a la or ación par a pedir a Dios el per dón de los pecados comet idos por las acechanzas del adver sar io pues los que pr oceden en su conduct a con t emor y car idad pr ef ier en ant es suf r ir ellos mismos y no que suf r an los demás; pr ef ier en que se t enga mala opinión de ellos mismos, ant es de que sea vit uper ada aquella ar monía y concor dia que j ust a y bellament e nos viene de la t r adición. Más le vale a un hombr e conf esar sus caídas, que endur ecer su cor azón . Y después pr egunt ando si hay alguien que sea gener oso, compasivo y lleno de car idad, añade: Pues diga: si por mi causa vino la sedición, cont ienda y divisiones, yo me r et ir o y me voy a donde quer áis y est oy pr ont o a cumplir lo que la comunidad or denar e, con t al de que el r ebaño de Cr ist o se mant enga en paz . ¿Ya veis por qué me alegr o mucho por los act os de car idad que me cuent an ust edes? Encomendándome a las or aciones de ust edes quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 118 17 de Sept iembr e de 1981. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Desde el domingo 6 de sept iembr e las l ect ur as de la Misa nos han pr esent ado la pal abr a de Dios di ciéndonos cómo debe ser la comunidad. La vida de comunidad t iene sus dif icu lt ades, por eso Dios Nuest r o Señor nos aconsej a cómo debemos llevar la par a que en r ealidad seamos f ami lia de Dios y mi embr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o. Por eso el domingo XXI I I oím os cómo Jesucr ist o dice la f or ma en que debemos cor r egir a nuest r os her manos y el lunes, después de hablar nos de la pr edicación de la Doct r ina de Cr ist o, nos dice que no debemos est ar acechando al pr ój im o par a acusar lo. El ej empl o de la Sant ísima Vir gen y de San José nos muest r a la pr udencia que debemos t ener cuando sospechamos de alguien en la comunidad y el mi ér coles la Palabr a de Dios nos ha r ecor dado que debemos mor ir al mundo y poner nuest r o cor azón en el cielo par a que nuest r a vida est é escondida en Cr ist o y evit emos muchos pecados que t r ast or nan la vida de la comunidad, t ant o de la comunidad f amiliar como de la comunidad r eligiosa y de la comunidad social. El j ueves hemos oído que debemos ser compasivos, magnánimos, humi ldes, af ables y pacient es y debemos sopor t ar nos mut uament e y saber per donar cuando nos hacen algo, puest o que Él t ambién nos ha per donado mucho. Especialm ent e nos manda el Apóst ol que t engamos amor por que el amor es el que nos une a t odos, que seamos agr adecidos, que nos aconsej emos mut uament e par a el bien y que t odo lo hagamos unidos a Cr ist o. En cuant o a los enemigos, Jesucr ist o dice que les hagamos el bien, que deseemos par a ellos cosas buenas y pidamos por ellos. Así es como en vez de enemigos t endr emos amigos. No debemos j uzgar al pr ój im o y, si per donamos, Dios Nuest r o Señor t ambién nos per donar á. Jesucr ist o t enía por enemigo a Pablo y lo convir t ió por el camino del amor . Somos maest r os y ej emplo par a los demás per o si est amos ciegos, es decir si no ponemos en pr áct ica en nuest r a vida de comunidad las enseñanzas de Cr ist o, no podr emos guiar y alent ar a los ciegos que andan af uer a. Tenemos que poner más at ención en acept ar nuest r os pr opios def ect os par a cor r egir los que en buscar los aj enos par a cr it icar los. Así como Cr ist o vino al m undo par a salvar a los pecador es, t ambién nosot r os miembr os del Cuer po Míst ico, t enemos que ayudar nos par a que el mundo se salve y no esper ar a que Él t enga 119 que decir nos: ¿Por qué me hablas t ant o per o no haces lo que t e digo? nos exponemos a que San Pedr it o nos dé con la pu er t a en las nar ices. Per o si nuest r a vida est á bien ciment ada en las ver dades divinas de que somos hij os de Dios y miembr os de su Cuer po Míst ico, de segur o vamos a hacer las cosas como Dios las quier e. El dom ingo pasado r ecor damos que debemos per donar las of ensas por que el r encor y la cóler a son cosas abominabl es y Nuest r o Señor nos pone el ej emplo; ¿qué har íamos nosot r os si nos invadier an los nor t eamer icanos y pusier an de pr esident e de la República a los nor t eamer icanos y lo m ismo hicier an con el gober nador y el pr esident e Municipal y, además, los soldados f uer an ext r anj er os? De segur o que eso mismo sent ir ían los j udíos por que est aban dominados por los Romanos, no obst ant e, Nuest r o Señor at endió a la pet ición de un of icial del ej ér cit o y no por miedo y conveniencia sino por amor . El día de Nuest r a Señor a de los Dolor es, San Pablo nos r ecor dó las cual idades que debe t ener el obispo, y son en r ealidad las cualidades que deben t ener t ambién quienes Consagr adas a Dios ayudan al obispo en la evangelizaci ón, t ambi én como maest r as. Además r ef ir iéndose a las muj er es que deber ían ayudar a la I glesia dice que deben ser r espet ables, no chismosas, j uiciosas y f ieles en t odo, com o la Sant ísima Vir gen Mar ía. En las comunidades sucede muchas veces lo que nos cuent a San Lucas: Tocamos la f laut a y no habéis bailado, cant amos canciones t r ist es y no habéis llor ado ( Lc. 7, 32) . Unas pr oponen una cosa buena y ot r as pr oponen ot r a buena t ambién y cada quien se af er r a a su opinión por que la ven buena, per o no saben escoger lo mej or . El Sant o Padr e Juan XXI I I decía: Ya que t enemos que vivir j unt os, vámonos poniendo de acuer do , ya se ent iende que invocando al Espír it u Sant o par a que nos ayude a encont r ar la solución , por que muchas cosas buenas se dej an de hacer cuando no nos ponemos de acuer do. De segur o que en los días siguient es la palabr a de Dios en la Sant a Misa nos seguir á diciendo cómo debemos vivir en comunidad par a que Dios sea ser vido y nuest r a Pat r ia enalt ecida. He quer ido r ecor dar les est as cosas par a que las gr aben bien en su ment e y n o las olviden nunca. Encomendándome a sus or aciones quedo Cr ist o y s. s. que de cor azón l as bendice. af ect ísimo en + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o 120 24 de oct ubr e de 1981. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: EL TÍ TULO DE SUPERI ORA se ha devaluado un poco por que en t iempos pasados hubo super ior as muy aut or it ar ias. Hoy algunas super ior as pr ef ier en llamar se coor dinador as por no hor r or izar a las her manas con el nombr e ant er ior . El Papa Juan XXI I I , siendo la aut or idad supr ema de la I glesia, ej er cía espléndidament e su of icio de coor dinador par a pr epar ar el Concilio. Él no hizo el pr ogr ama se lo encomendó a una comisión de Obispos y Car denales quienes t r abaj ar on de acuer do con las suger encias de t odos los Obispos del mundo. La Comisión r edact ó el pr imer document o de t r abaj o, y luego lo envió a t odos los Obispos par a que hicier an las suger encias que f uer an necesar ias; r edact ar on de nuevo el document o y con la aut or ización del Papa, se mandar on a impr imir los esquemas y con ellos comenzó a t r abaj ar el Concilio. Comenzó el Concilio con la r ecomendación del Papa Juan XXI I I de dar liber t ad par a que t odos expr esar an su opinión siempr e que cada or ador no r epit ier a lo que ot r os ya habían dicho, y, par a dir igir las sesiones, nombr ó a cuat r o Car denales que se t ur naban en la dir ección de los debat es. Allí se oían las más dispar at adas opiniones y yo pensaba ¿qué llegar emos a una conclusión?; per o el Papa t enía f e en la pr ovidencia de Dios y en la asist encia del Espír it u Sant o. El Concilio siguió su mar cha y el Papa con gr an t r anquilidad iba siguiendo los acont ecimient os y, cuando t er minó la pr imer a et apa, el Papa cont ent o aunque mucha gent e cr it icaba que habíamos t r abaj ado t ant o solament e par a apr obar la int r oducción de San José en el Canon de la Misa, per o él apoyaba con hechos las pet iciones de la mayor ía, y así el día 4 de noviembr e de 1962 en vez de decir la homilía en lat ín la dij o en it aliano. Est aba sat isf echo por que había logr ado que los Obispos se conocier an y supier an escuchar las apor t aciones de los demás y est udiar sus r azonamient os. Cuando t er minó el Concilio en su pr imer a et apa el Papa, usando de su aut or idad apr obó las suger encias que habían hecho los Obispos acer ca de la cont inuación del Concilio y dio la or den par a que el Concilio siguier a adelant e. Juan XXI I I nunca dej ó sent ir el peso de su aut or idad sobr e los miembr os del Concilio per o sí su aut or idad sobr e los miembr os; daba suger encias que muchos nos 121 sir vier on, est a ha unido el Colegio Episcopal como la cabeza con el cuer po. El Papa Pablo VI siguió el mismo camino de su ant ecesor y cuando llegó a su t ér mino el Concilio, después de r evisar los Decr et os vot ados f avor ablement e los apr obó solament e con su aut or idad supr ema. Per o nos advir t ió a t odos que no nos adelant ár amos a cumplir los; él se encar gar ía de ir nos señalando los pasos que habr ía de dar poco a poco par a su ej ecución. Así lo hizo y además nos f ue est imulando par a cumplir con las decisiones del Concilio. Juan XXI I I hizo lo que después or denar ía el Concilio cuando dice que los super ior es gobier nen a sus súbdit os como hij os de Dios y con r espet o a la per sona humana, f oment ando su sumisión volunt ar ia ( P. C. No. 14) . Par a f oment ar la sumisión volunt ar ia hizo que los mismos Obispos sugir ier an y discut ier an lo que después f uer an los Decr et os del Concilio, dej ando al sucesor el t r abaj o de llevar lo adelant e y dir igir su cumplimient o. En est e ej emplo encont r amos lo que es la coor dinación, ent r e t odos se discut e lo que hay que hacer baj o la aut or idad del coor dinador quien después se encar ga de est imular a las per sonas par a que se cumpla lo que ya se decidió y así se f oment a la sumisión volunt ar ia. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 122 15 de noviembr e de 1981. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Me han pr egunt ado si el Espír i t u De la Congr egación de Sier vas de la I nmacu lada Concepción es la hum ildad, la f e, el ser miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o o hij as de Dios. Las Const it uciones dicen que el espír it u de hij as de Dios y miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o, per o, par a ser lo de ver dad, necesit amos t ener f e en la palabr a de Dios y en el magist er io de la I glesia y par a t ener est a f e necesit amos t ener humi ldad, acept ando lo que Dios nos r evela y la I gl esia nos pr opone. La humildad y la f e se pr esuponen, com o par a levant ar un edif icio se pr esupone que hay un buen f undament o en el piso y buena ciment ación. Cuando yo est udiaba Teología Ascét ica en la Univer sidad Gr egor iana me di cuent a de que ser miembr o del Cuer po Míst ico de Cr ist o es algo f undament al en la vida cr ist iana, pues por ser ver dader os miembr os del Cuer po Míst ico, t enemos que par ecer nos a Cr ist o im it ándolo en pensar las cosas como Él las piensa, quer iéndolas como Él las quier e y ej er cit ándolas de un modo conf or me a su volunt ad; por eso cumpl imos su m andat o de enseñar a t odas las gent es t r at ando de hacer lo como El lo hizo y como Él las har ía en nuest r os t iempos, y, por lo m i smo baj o la aut or idad de San Pedr o. Por ot r a par t e, en el l ibr o del P. Plus D i os e n n o sot r os, que me r ecomendó m i pr of esor de Teología Ascét ica, compr endí algo de l o que es la gr an dicha de la inhabit ación de Dios en nosot r os par t icipándonos su vida divi na par a que seamos ver dader os hij os adopt ivos de Dios y miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o. Por eso cuando se of r eció la f undación de las Sier vas, pensé que había que poner una sólida est r uct ur a espir it ual par a sost ener a las her manas en el apost olado y escogí: H i j a s d e D i os y m i e m b r os d e l Cu e r p o M í st i co d e Cr i st o. Y como h abía que escoger un lema, las mismas Sier vas pidier on que f uer a el mío: N u e st r a su f i ci e n ci a v i e n e d e D i os, t omado de la 2ª . Car t a de S. Pablo a los Cor int ios ( 2ª Cor . 3, 5) , pues siendo nuest r a t ar ea de enseñar una t ar ea de la economía divina, par a la cual necesit amos el auxil io de Dios, nuest r a conf ianza par a cumplir con est e mandat o nos viene no de nosot r os mismos sino de la capacidad y el auxilio que nos da Él par a cumplir la misión qu e nos encomienda al dar nos la vocación; y si nos at r evemos a caminar hacia la sant idad, no es por que podamos alcanzar la solament e con nuest r o esf uer zo, sino por qu e nuest r a suf iciencia viene de Dios que nos par t icipa su vida divina por medio de la gr acia y nos hace ver dader os miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o. Esper o que ahor a puedan ent ender mej or est as ver dades que per t enecen a la cienci a de Dios. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón l as bendice. José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 123 6 de diciembr e de 1981. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Dent r o de unos cuant os días celebr ar emos el 450 aniver sar io de las apar ici ones de la Sant ísima Vir gen de Guadalupe en el cer r o del Tepeyac. No es una ver dad de f e, per o hay suf icient es t est imoni os par a cr eer que es ver dad, además de los milagr os que obr ó Dios en conf ir mación de est a ver dad, por ej emplo, el m i lagr o de las r osas cuando quedó mar avil losament e pint ada la imagen de la Vir gen en la t ilma de Juan Diego. Dur ant e t odo est e año y en t oda la República ha h abido pr epar at ivos par a celebr ar dignament e est e acont ecimient o. Y no podía ser de ot r a maner a pues t odos quer emos mucho a la Sant ísima Vir gen y sent imos la necesidad de celebr ar con gr an alegr ía est a f echa. ¿Tú qué has hecho par a pr esent ar lo como obsequio a l a Sant ísima Vir gen Mar ía el día 12? Que nuest r a f iest a de la I n maculada Concepci ón t e sir va com o r et ir o par a pr epar ar t e a la f iest a de sus apar icion es. Me pr egunt an t ambién qué signif ica la palabr a CARI SMA . Mucho se ha discut ido últ imament e acer ca del cont enido de esa palabr a; acabo de encont r ar me una def inición descr ipt iva que me par ece buena y es la que sigue: Los car ismas son dones y vir t udes par t icular es dados por Dios a un m iembr o o gr upo de per sonas en la comunidad, a t r avés del Espír it u y que se dest inan al bien de t odos los miem br os y de t oda la comunidad . ( Document o f inal de los per it os par t icipant es en el encuent r o sobr e los minist er ios, sept iembr e 1980, CELAM) . Los ver dader os car ismas, según el sent ido bíbl ico son gr acias sobr enat ur ales concebidos por medio del Espír it u Sant o; per o ahor a han dado en llamar car isma a t odo don nat ur al conf undiendo así los bienes nat ur ales con los sobr enat ur ales. Por ej emplo, los dones o cualidades par a ser maest r a son un don nat ur al aunque t ienen a Dios como cau sa últ ima, per o cuando la I glesia apr ueba ese don en alguna per sona y le da alguna misión o minist er io, es de esper ar que ese don se convier t a en car isma por l a gr acia del Espír it u Sant o, pues nuest r o Señor dij o a sus apóst oles: Todo l o que at ar eis sobr e la t ier r a ser á at ado en el cielo y t odo lo que desat ar eis ser á desat ado en el cielo . Esper o que celebr en con gr an devoción y car iño las f iest as que t enemos en est e mes en honor a la Sant ísima Vir gen Mar ía; ella sabr á r ecompensar las dándoles mayor es car ismas par a su per f eccionamient o espir it ual y par a su apost olado, pues los car ismas no solo ayudan par a hacer el bien a los demás sino par a nuest r a pr opia sant if icación. Y dispensen que ya no les escr iba más por ahor a, est oy un poco más quebr ant ado en salud. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón l as bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Ant iguo Obispo de Tacámbar o. 124 7 de diciembr e de 1981. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: De nuevo les escr ibo acer ca del Cuer po Míst ico de Cr ist o por que, si capt an bien lo que est o signif ica en nuest r a vida, habr án dado un gr an paso en la vida espir it ual y en su vida apost ólica. Est a doct r ina se encuent r a ya en aquellas palabr as de Jesús: Yo soy la vid y vosot r os los sar mient os ( Jn. 15, 5) y como la vid no puede dar f r ut o si los sar mient os no est án unidos a la vid, es nat ur al que t enga que haber comunidad de vida ent r e ellos, como t iene que haber comunidad de vida ent r e Cr ist o y nosot r os. San Pablo insi st e muchas veces en que Jesucr ist o es la cabeza y nosot r os somos los miembr os de su Cuer po Míst ico. La cabeza es la par t e pr incipal del cuer po por que Él es el hombr e Dios, el pr imogéni t o de t odas las cr iat ur as, aquel en quien se complace el Padr e, nuest r o pr incipal m odelo, la causa mer it or ia de nuest r a sant if icación y ant e Él se ha de doblar t oda r odilla de cuant o hay en el cielo, en la t ier r a y en los mismos inf ier nos. Cr ist o, nuest r a cabeza, es el cent r o de unidad de t odos nosot r os. En nuest r o cuer po hay var iedad de ór ganos, en la I gl esia hay var iedad de miembr os y t odos ellos encuent r an su unidad en la cabeza. Si no t uviér amos algo que nos unier a ser íamos solament e un amont onamient o de ser es vivos; par a unir nos a t odos Cr ist o est ableció en su Cuer po Míst ico, que es la I glesia, una var iedad de ór ganos vivos inst it uyendo la j er ar quía, per o Él sigue siendo el cent r o de unidad por que es el cent r o invisible per o r eal, que comuni ca a los j ef es j er ár quicos la dir ección y el movim ient o; como en un cuer po, de la cabeza sale el gobier no par a t odos los miembr os. Cr ist o cabeza es t ambién pr incipio de inf luj o vit al por que anima y vivif ica a t odos nosot r os sus miembr os. También en cuant o hombr e r ecibió la plenit ud de gr acias par a comunicár nosla, así nos dice San Juan: Y hemos vist o su glor i a, glor ia que r ecibe del Padr e como hij o único, lleno de gr acia y de ver dad pues de su plenit ud hemos r ecibido t odo, y gr acia por gr acia . ( Jn. 1, 14 y 16) . De esa plenit ud El nos r epar t e a t odos por medio del Espír it u Sant o. Oj alá nos ident if iquemos ver dader ament e con Cr ist o par a que así podamos r ecibir de su plenit ud las gr acias y car ismas que necesit amos par a sant if icar nos y par a sant if icar a los demás. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbaro 125 28 de f ebr er o de 1982. ESTI M AD AS H I JAS EN JESU CRI STO: Nuest r a vida de comunidad se f unda t ambién en la doct r ina del Cuer po Míst ico de Cr ist o, pues una comunidad debe est ar unida; comunidad desunida no es comunidad. Cada uno de nosot r os t iene su pr opio modo de ver las cosas por que las vemos a t r avés de nuest r as pr opias conveniencias, en cambio unidos a Cr ist o y t r at ando de pensar las cosas como Él las piensa y quer er las como Él las quier e, es decir , f or mando un solo cuer po con Él, nuest r o pensamient o t iene que ser el de Cr ist o, nuest r a act ividad t ambién la de Él y ent onces sí f or mamos ver dader a comunidad pr esidida por Él. San Pablo en el capít ulo I V en la Epíst ola a los Ef esios nos dice que hay un solo cuer po y un solo Espír it u, un solo Señor , una sola Fe, un solo baut ismo. Un solo Dios y Padr e de t odos que act úa por medio de t odo, que habit a en t odas y nos comunica un único Espír it u y, a pesar de la var iedad de miembr os de est e cuer po Míst ico, t odo est á or denado a la per f ección consumada de los sant os par a la obr a del minist er io par a la edif icación del Cuer po Míst ico de Cr ist o, hast a que lleguemos j unt os a encont r ar nos en la unidad de la f e y del pleno conocimient o de hij os de Dios, a la madur ez del var ón per f ect o, a un desar r ollo or gánico pr opor cionado a la plenit ud de Cr ist o, par a que no seamos ya niños, f luct uando de acá par a allá, dando vuelt as a t odo vient o de doct r ina , sino que andando en ver dad, por la car idad que cr ezcamos en t odo sent ido par a ser como Él, que es la cabeza, Cr ist o por quien t odo el Cuer po bien concer t ado y t r abado, gr acias al ínt imo cont act o, según la act ividad cor r espondient e a cada miembr o, va obr ando su pr opio cr ecimient o, en or den a su pr opia f or mación en vir t ud de la car idad. De t odo est o podemos sacar como consecuencia que Dios Padr e nos comunica su Espír it u por Cr ist o su Hij o uniéndonos en Él par a que con Él f or memos una r ealidad sobr enat ur al su Cuer po Míst ico, y así f or mando par t e de ese cuer po t enemos que r ealizar nosot r os a Cr ist o de modo que seamos ant e el mundo imágenes vivas de Cr ist o. San Pablo nos dice que t enemos que llegar a un desar r ollo pr opor cionado a la plenit ud de Cr ist o, pensemos que la plenit ud de Cr ist o somos nosot r os mismos. Cuando Cr ist o se t r anspar ent e en nuest r a vida habr emos llegado a la plenit ud de Cr ist o; ahor a est á en nosot r os per o como niño por que nosot r os lo obligamos a ello con nuest r as niñer ías. Cuando hayamos 126 conseguido que nuest r a vida sea la vida de Cr ist o, ent onces podr emos decir que exist e en nosot r os el pleno conocimient o de Dios y cuando t odos hayamos llegado a est a sobr enat ur al t r ansf or mación en Cr ist o, ent onces ser á posible encont r ar nos t odos j unt os en la unidad de la f e. Sant a Ter esit a del niño Jesús supo compr ender muy bien est a doct r ina de San Pablo sobr e el Cuer po Míst ico por eso llevó t an bien su vida de comunidad y llegó a la sant idad. Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 127 CORRESPON DEN CI A PARTI CULAR A DI VERSAS HERM AN AS Bendit o sea Dios que siempr e sent imos que nuest r o r ef ugio est á en Él y en la Sma. Vir gen Mar ía. Baj o la pr ot ección de ellos, ya pueden pasar t odas las t empest ades que quier an, que al f in nos sent imos segur os ( JAMB) 128 A 28 de noviembr e de 1949. Sr i t a . Espe r a n z a Ga r cí a RESPETABLE SEÑ ORI TA: Recibí pr egunt as. tu at ent a del día 21 haciéndome algunas En cuant o a las que van a ent r ar al Noviciado, conviene que hagan sus ej er cicios; y si la Her mana Guadalupe ya cumplió sus seis meses de Post ulant ado, podr án ent r ar el 8 de diciembr e al Noviciado, de lo cont r ar io conviene que las t r es se esper en par a f ebr er o, además, cr eo que de t odos modos t ienen que esper ar se est as t r es pues hay que avisar a la St a. Mit r a de México con dos meses de ant icipación y yo no me acuer do si or dené ya a la Madr e que dier a el aviso. Evangelina podr á ent r ar al Post ulant ado en f ebr er o, pues me par ece que ya t er minó el quint o año; en cuant o a Paulina, cuando vaya a México, les r esolver é; y en cuant o a Concha, yo cr eo que hay que esper ar par a ver cómo se por t a. Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a t odas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 129 26 de mayo de 1958. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Aunque er es t an ber r inchuda, t e concedí r enovar los vot os como un obsequio a la Sant ísima Vir gen y con la esper anza de que en est e año Cent enar io de sus apar iciones en Lour des, t e ayude con mayor es gr acias par a ser cada día más buena. No olvides que Dios nos hizo ber r inchudos, per o no par a pelear con la gent e sino par a pelear nos con el demonio y ganar le en t odos los combat es. Apr ovecha las gr acias que Dios t e da par a que consigas t u salvación y t u sant if icación. San Fr ancisco de Asís r ecor daba con f r ecuencia las palabr as de Nuest r o Señor : De t al modo amó Dios al mundo que nos dio a su Hij o Unigénit o . Animado por est e amor de Dios a sus cr iat ur as, S. Fr ancisco se decidió a ent r egar se complet ament e a Dios y, por Él, suf r ir t odos los despr ecios de la gent e, hast a de su mismo padr e. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 130 26 de mayo de 1958 APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Desde el domingo de Resur r ección no he est ado un día desocupado; por eso no he podido ir a La Huacana. Hast a est a semana he podido r espir ar un poco. Dios mediant e ir é al r et ir o de ust edes el sábado de la semana ent r ant e o sea el 7 de j unio. Si piensan que es mej or que vaya el domingo, me avisan. El Sant o Padr e ha insist ido de nuevo en que debemos buscar el modo de llegar a la sant idad. Por lo mismo aunque el demonio ponga muchas dif icult ades, es necesar io caminar por ese camino. Encomendándome a sus or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 131 A 16 de noviembr e de 1960. R. M . Em a Gu í z a r . RESPETABLE M AD RE: Recibí el r ecado pr egunt ando qué día puedo ir a la Misa de las niñas. Tengo est e mes muy ocupado; per o me quedan las t ar des de los días 23, 24 y 25. Avísenme qué día de est os t r es pr ef er ir ían. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 132 A 24 de mar zo de 1960. Sr i t a . Em a Gu í z a r , S. I . C. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Anoche llegué de México; per o enf er mo y por lo mismo no voy a poder ir par a pasado mañana. Per o Dios mediant e ir é par a el pr óximo sábado. O me voy el vier nes en la t ar de par a volver el sábado por la t ar de o me voy muy t empr ano el sábado par a alcanzar a volver el mismo sábado. No dej en de avisar me a qué dir ección se les mandan las car t as. ¿Ya est án en la casa nueva? La Madr e Car men ya se conf or ma con que le hayas escr it o aunque sea un t elegr ama. Sigan luchando por llegar a conseguir la sant idad de la vida pues par a eso nos quier e Dios y t enemos que conseguir lo. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 133 19 de oct ubr e de 1963. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: En medio de las r uinas de la ant igua Roma, j unt o al Capit olio y el Palat ino, se levant a hoy el monument o más gr ande y más her moso que en el mundo se ha const r uido par a glor if icar a un hombr e. Y est e hombr e f ue el que ar r ebat ó al Sant o Padr e Pío I X los Est ados Pont if icios. En aquellos t iempos par ecía que mucha gent e ya no colabor ar ía con la I glesia, per o a dist ancia de un siglo la I glesia se muest r a al mundo más glor iosa y es más r espet ada. Somos pequeños y miser ables inst r ument os en manos de Dios; per o Él puede hacer con nosot r os mar avillas si nos pr est amos a colabor ar con Él. Por eso es necesar io que t odas sean cada día más buenas y más ent r egadas en manos de Dios por el cumplimient o de los vot os hast a el her oísmo. Y si vemos que alguna f alla, no nos asust emos ant e ese ej emplo. Conf iemos en Dios, seamos dóciles con Él y Él nos llevar á a la vict or ia. No olviden que la humildad es sumament e necesar ia. Si nos sent imos indispensables, Dios nos humillar á haciendo poco caso de nosot r os par a que veamos que no valemos nada. Pr epár ense t odas muy bien en la humildad, la car idad y el cumplimient o de sus vot os hast a el her oísmo par a que la r enovación de sus vot os pr oduzca mayor es f r ut os. Encomendándome a sus or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice con t odo y alumnas. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 134 Roma, a 19 de oct ubr e de 1963. Sr it a. Ana Mar ía Cast illo, S. I . C. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: La f uent e de Tr evi, que mandó const r uir el Papa Benedict o XI V, t iene agua en abundancia, como que Roma est á r odeada de gr andes manant iales con agua de muy buena calidad. Admir an la f uent e los t ur ist as, la admir an los pecador es, la admir an los Sant os que por allí han pasado. Los t ur ist as admir an el ar t e, los pecador es se f ij an en las f igur as, los sant os piensan en la abundancia de gr acias que se der r aman de la abundancia del Cor azón Divino par a bien de t odos nosot r os y se admir an de que el agua sea t an limpia y cr ist alina, cuando a nosot r os, cr iat ur as int eligent es, nos cuest a t r abaj o conser var el alma limpia. Per o el agua es humilde, por eso Dios la pur if ica y en sus br azos la levant a par a ar r oj ar la de nuevo a las mont añas. ¡Cuánt a humildad nos f alt a! El agua cor r e al mar par a ser pur if icada. A nosot r os nos cuest a t ant o r econocer nuest r os er r or es y pedir dispensa. Pongan siempr e mucho empeño en ser humildes. La humildad nos t r ae más amor de Dios y llena el alma de alegr ía. Humildes y ser viciales sean siempr e par a imit ar a nuest r o Señor que vino a la t ier r a no a ser ser vido sino a ser vir . Con saludos par a t odas las her manas, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abraham Martínez Betancourt Obispo de Tacámbaro 135 Roma, a 24 de oct ubr e de 1963. Sr it a. Ema Guízar , S. I . C. Apr eciable hij a en Jesucr ist o: Aunque habr á un t ema especial acer ca de los r eligiosos, ya en est os días se ha hablado en el Concilio, pues los r eligiosos f or man t ambién par t e del Pueblo de Dios que es la I glesia. Los seglar es est án llamados a la sant idad, pues Dios a t odos nos dice Sed per f ect os como mi Padr e celest ial es per f ect o ; per o a los r eligiosos Dios los ha llamado a una sant idad más elevada; la consagr ación de ellos a Dios t iene que ser más per f ect a, así como son t ambién mayor es las gr acias que Dios les da par a que las apr ovechen. La vida cr ist iana se manif iest a en la per f ección con que cumplimos nuest r os deber es. Por eso sigan luchando por ser siempr e muy obedient es sin r espingar , con mucha car idad con las compañer as, ayudándose mut uament e pues así ayudamos a Dios, at ent as a pedir per misos en vez de pr esumir los. Con los niños y las niñas muy cuidadosas, sin at ener se a que ot r as los vigilen, no sea que por at ener se t odas se excusen de la vigilancia. No me canso de pedir a Dios por t odas ust edes, par a que Dios las haga muy buenas. Ust edes pidan cont inuament e por el Concilio. No alcancé a ar r eglar les su paseo a la Soledad. ¿A dónde han ido ahor a? Ya sé que t ú y la her mana Esper anza anduvier on por los zar zales. ¿Qué quehacer les dier on? Yo cr eo que lo har ían muy bien pues en t odo debemos pensar en ser vir a Dios. Apenas t enga un poquit o de t iempo ir é a visit ar a Sant a Mar ía Gor et t i y le pedir é mucho por t odas. Encomendándome a las or aciones de ust edes, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 136 2 de noviembr e de 1963. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: En el cent r o de Roma, j unt o a los gr andes monument os de nuest r o t iempo, est án los gr andes monument os ant iguos en r uinas. Con los hechos nos est án pr edicando la vanidad de la vida pr esent e: los monument os de hoy ser án t ambién r uinas un día. Y de est os monument os no se podr á decir lo que hoy hemos r epet ido en las misas acer ca de nuest r a alma: La vida se cambia, no se acaba; y conver t ida en r uinas est a mor ada t er r ena, obt iene en los cielos una mor ada et er na . Est a t ar de, Dios mediant e, asist ir é a la Misa que el Sant o Padr e celebr ar á en la Basílica de San Pedr o, y allí r ogar é no solo por los que han muer t o, sino t ambién par a que nosot r os, al f in de nuest r a vida, alcancemos una mor ada et er na en los cielos. Ent r e t ant o, hay que luchar sin descanso por ser cada día más humildes, más ser viciales con los demás consider ándonos como los últ imos; más llenos de amor de Dios, más obedient es, menos t r amposillos, par a que Dios nuest r o Señor nos quier a más. ¡Cuánt o me pr eocupa r ecor dar que las alumnas se han vuelt o capr ichudillas y volunt ar iosas! Mucho le r uego a Dios Nuest r o Señor que las haga muy buenas par a que puedan ser vir de algo en la t ier r a y no sean mer os diablillos. Encomendándome a t us or aciones y a las de t odas las her manas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice con t odo y alumnos y alumnas. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 137 9 de noviembr e de 1963. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Recibí t u car t a de f echa 28 de oct ubr e con t us f elicit aciones que mucho agr adezco, y ayer r ecibí t u at ent a del día 4 pidiendo el per miso par a usar la capa y t oca blanca en la gr aduación que ust edes van a t ener el día 20. Les concedo est e per miso y vale t ambién par a t u compañer a, y la Madr e puede ampliar lo si f uer e necesar io. Conviene que t odos los días, además del examen gener al, pienses un r at it o, al menos lo que uno dur a en r ezar un Padr enuest r o, cómo t e has por t ado en cuant o a la sober bia. Muchas r eligiosas usan un cor doncit o en donde est án ensar t adas 10 cuent as de r osar io par a ir anot ando dur ant e el día las f alt as en que han caído y así poder hacer un examen par t icular . Haz est o al menos mient r as yo r egr eso y veo qué más puedes hacer . Los t iempos en que est amos exigen una gr an sant idad par a que podamos hacer t odo el bien que necesit an nuest r os her manos. Per o podemos est ar segur os de que Dios nos ha de ayudar a cumplir con su divina volunt ad hast a el her oísmo, pues al llamar nos a un est ado de per f ección, se ha compr omet ido al mismo t iempo a dar nos las gr acias necesar ias. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 138 Roma, a 1º . De diciembr e de 1963 Sr it a. Ma. Elena Guzmán, S. I . C. Ap r e ci a bl e h i j a e n Je su cr i st o: En est os moment os acaba de pasar en la Basílica de San Pedr o la beat if icación del j oven her r er o Nuncio Sulpr izio, cuya vida cor t a per o llena de humillaciones, enf er medades y suf r imient os, como er a huér f ano desde pequeñit o, es un ej emplo mar avilloso de cómo Dios Nuest r o Señor nos lleva al cielo, per o no por el camino de los goces t er r enos, sino por el camino de los suf r imient os. Por eso hoy en el alt ar mayor de San Pedr o est á r epr esent ado Nuncio j unt o al yunque de la f r agua por que en el t r abaj o, hecho por amor de Dios, comenzó su sant if icación. No hay que olvidar que el que quier a azul celest e que le cuest e . Así par a ser buenos necesit amos ej er cit ar las vir t udes y est o cuest a sacr if icio. Par ecer ía que suf r ir la pobr eza y ser amables y ser viciales con los compañer os ser ía cosa muy sencilla; sin embar go es cosa dif ícil. Todos est án de acuer do que la bondad y la gr an car idad de su Sant idad Juan XXI I I f ue sacr if icio, f ue f r ut o de una vida de her oísmo. No f ui est a mañana a San Pedr o por que est aba ya ar r eglando uno de los velices que voy a enviar por delant e; per o por la r adio est oy oyendo en est os moment os los Kir ies de la Misa de la beat if icación y le pido al nuevo beat o que les ayude a ust edes a ser muy buenas y a sant if icar se en aquella f r agua de calor que es la Huacana. Encomendándome a las or aciones de t odas ust edes, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. José Abr aham Mar t ínez Bet ancour t Obispo de Tacámbar o 139 México, D. F. a 3 de j ulio de 1965. Sr it a. Emma Gíizar S. I . C. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Recibí t u car t a del 20 de j unio y est uve esper ando que llegar as a Tacámbar o. Tal vez no f ue posible encont r ar en qué ir y por eso t e quedast e en Car ácuar o. Pido a Dios Nuest r o Señor que les ayude y que vivan cada día más unidas con Dios Nuest r o Señor y ent r e sí. La car idad les ayudar á mucho par a que Dios N. S. les bendiga t odos sus t r abaj os apost ólicos. Encomendándome a t us or aciones quedo t u af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice a t odas. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 140 8 de Sept iembr e de 1965. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: En est os días de la Semana de Past or al, nos han r ecor dado las nor mas de los misioner os: r ezar bien, aunque no se consiga ot r o bien quer ían con t oda su alma ver el éxit o de su apost olado, per o sobr e t odo se f ij aban en la or ación. Hacían dos hor as diar ias de medit ación por que sabían que sin medit ación no podemos acer car nos ínt imament e a Dios ni hacer buen apost olado. Per o t ambién se sacr if icaban no comiendo car ne y vist iendo lana en medio del calor de Filipinas. Por eso consiguier on que aún los f ieles usar an cilicios y disciplinas y aún dur ant e muchos años sin comet er pecado mor t al. Nunca descuiden ust edes la or ación. r espir amos y se asf ixia nuest r a vida espir it ual. Sin ella no Y no nos cont ent emos con la medit ación. Nuest r a or ación debe ser cont inua, aún en medio del t r abaj o. Y lo conseguir emos si nos pr eocupamos por ver en t odo a Cr ist o Obr er o que pr eside nuest r o t r abaj o y quier e ayudar nos. Hoy es f iest a de la Nat ividad de la Sma. Vir gen Mar ía. Encomiéndense a Ella y denle como cuelga el cor azón, ya bien despr endido de t odo lo t er r eno. Encomendándome a las or aciones de t odas, af ect ísimo en Cr ist o que de cor azón las bendice. quedo + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 141 Rom a, a 17 de sept i em br e de 1965. Sr i t a . Em m a Gu í z a r , S. I . C. APR ECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Me est oy dan do cu ent a de qu e, por un a di st r acci ón, n o an ot é a t i em po qu e y a h abía escr i t o a la Her m an a Em m a Am ezcua, y t al vez l e escr i bí ot r a vez. Si así f u e, el l a est ar á mu y cont ent a, per o l as dem ás n o h an de est ar t an t o. ¡Que m e per don en si m e equ i voqu é! Ten go que escr i bir a l as Her m an as Ju l i a y Est el a, per o n o est oy segu r o del l u gar en don de est án . Escr i bi r é a l a pr i mer a a Buen avi st a y a l a segu nda a l a Hu acan a. Si n o es así avísenm e par a n o h acer ot r o enr edo, o par a r em endar l o. De sal u d est oy m ej or que en l as v eces ant er i or es. Di os, h ast a h e cam i nado m u ch o y n o m e he can sado. Ben di t o sea Pi dan mu ch o a Di os qu e n os ayu de por qu e n os h a qu edado al ú l t i m o l o m ás di f íci l de r esol ver . Adem ás, y est o l es i n t er esa m u ch o a u st edes, en est a et apa se t r at ar á acer ca de l a r enovaci ón de l a vi da r el i gi osa en l os r el i gi osos. No qu i er o que se pon gan a h acer m ás sacr i f i ci os de l os qu e ya h acen , l o qu e l es pi do es que cu m pl an m ej or su s deber es par a que con el l o n os al can cen del Espír i t u San t o l as gr aci as qu e n ecesi t am os. Of r ezcan, pu es, a Di os el esf uer zo por ser m ás h um i l des, m ás pr act i can t es de l a pobr eza, m ás pur as, m ás obedi ent es y m ás l l en as del am or de Di os en agr adecim i ent o por su s bondades par a con nosot r os. Así con segu ir án m ás gr aci as de Di os y m ás gl or i a. El San t o Padr e h a i do ya dos veces a l as r eu ni ones del Conci l i o. La segu nda vez l l egó si n m ás acom pañ am i en t o que dos Obi spos y en vez de i r al t r on o se ar r odi l l ó en el suel o j unt o al al t ar par a oír l a San t a Mi sa. Est o n os i m pr esi on ó m uch o, por qu e n os di o ej em pl o de l a r ever enci a y h um i l dad con qu e h ast a el úl t im o de l os f i el es debem os asi st ir al Sant o Sacr i f i ci o de l a Mi sa. Qu i er o qu e, cu an do r egr ese, m e pu edan deci r u st edes qu e ya son m ás bu en as, qu e ya am an m ás a Di os, qu e ya cum pl en m ej or su s deber es. El Excm o. Sr . Navar r o est á aquí en el Col egi o Pío Lat i n o ( Vía Au r el i a 511. - Rom a ( 631) ) . Est á mu y cont ent o h aci endo r ecu er dos de Huet am o. En com en dán dom e a l as or aci on es de t odas, qu edo af m o. En Cr i st o y s. s. qu e de cor azón l as ben di ce. + José Abr ah am Obi spo de Tacám bar o P. D. Mu ch os sal u dos par a t odos l os conoci dos, especi al m ent e par a qu i en es f u er on a Méxi co a despedi r m e. 142 17 de sept iembr e de 1965. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Ya est oy en el Concilio y muy at ar eado por que est oy en cuar t o sin haber est udiado el t er cer o. Por eso ahor a t engo doble t r abaj o: Est udiar los pr oyect os de est e año, y t ambién los del pasado por que t odos hay que r esolver los en est a et apa. Pidan mucho al Espír it u Sant o que nos ayude, t ant o más que a ust edes les cost ea, por que est e año se va a t r at ar la r enovación de la vida r eligiosa en los r eligiosos. Recuer den que cuando Sant a Ter esa de Jesús r enovó la Or den Car melit ana, lo hizo buscando una mej or obser vancia de la vida r eligiosa. De est a r ef or ma del Concilio no vayan, pues, a esper ar una r elaj ación de la vida r eligiosa, sino más bien un mej or cumplimient o, aunque adapt ado a las necesidades de nuest r os t iempos. Todo el día 10 est uve pensando en La Huacana; en la Sant a Misa, pedí a Dios por esa Par r oquia, par a que Dios nuest r o Señor les conceda ser cada día más buenos y vivan t odos consagr ados a amar y ser vir a Dios, y que Dios bendiga t ambién a las vocaciones de la Huacana. Ust edes t ambién pidan a Dios por nosot r os. No quier o que vayan a hacer sacr if icios especiales. Lo que deseo es que cumplan mej or sus deber es par a que nos alcancen del Espír it u Sant o las gr acias que necesit amos en el Concilio. Siendo más humildes, más amant es de la pobr eza, más pur as y más llenas de amor de Dios y ser viciales con sus compañer as. Dios conceder á más gr acias par a el Concilio y par a ust edes. De salud he est ado bien, gr acias a Dios, y aún mej or que en ocasiones ant er ior es. He caminado mucho sin f at igar me; per o t engo buen cuidado de no caminar mucho cuest a ar r iba por que ya sé que me hace daño. Encomendándome a las or aciones de t odas, y con saludos par a las buenos amigos del Colegio, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 143 Roma a 19 de Sept iembr e de 1965. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: La f ot ogr af ía que va por f uer a de est a car t a t e r ecor dar á que en esa her mosa Basílica, en donde est á la t umba de San Pedr o, est amos r eunidos los Obispos de t odo el mundo par a dar a la I glesia las nor mas que son necesar ias par a est os t iempos. La t ar ea es dur a, aún par a los que no t enemos ot r o t r abaj o que oír , j uzgar y vot ar . Por eso les pido que of r ezcan a Dios t odos los sacr if icios que se les van pr esent ado, par a conseguir de Nuest r o Señor el éxit o del Concilio par a bien de t odos los hombr es. Si a t i no t e t ocó ir a México a las ej er cit aciones, inf ór mat e con las her manas que f uer on y pr ocur a t ú t ambién unir t e a ellas en la pr áct ica de los pr opósit os que en las ej er cit aciones hicier on. Sobr e t odo t r abaj a por la unidad y la car idad que son muy necesar ias en est os moment os de desunión y f alt a de car idad. Unida con Cr ist o y unida con t us her manas. Llena de car idad con Dios y llena de car idad con el Pr ój imo, no por lo que est e vale, sino por que es cr iat ur a de Dios y Él r ecompensa lo que hacemos por sus cr iat ur as. Hoy a medio día est uve en la Plaza de San Pedr o par a r ecibir la bendición del Sant o Padr e. La Plaza est aba llena de gent e y el Papa nos pidió que r ezár amos el Angelus por la paz del mundo por que las not icias de est a mañana son inquiet ant es par a quien de cor azón desea la paz. Él mismo ir á a Nueva Yor k el 4 de oct ubr e par a hablar en la ONU a los r epr esent ant es de las Naciones acer ca de la paz. Nosot r os debemos est ar unidos con el que es Cabeza visible de la I glesia, el Sant o Padr e; sus pr eocupaciones deben ser nuest r as pr eocupaciones. Rueguen, pues, t ambién por la paz del mundo uniéndose a las pet iciones del Sant o Padr e. Muchos saludos par a t odas las Her manas. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 144 20 de sept iembr e de 1965. APRECI ABLE H I JA EN JESU CR I STO: Mi est ancia en Roma est á poniendo ant e mi ment e el r ecuer do de una gr an mult it ud de Sant os f undador es que vivier on aquí y dedicar on su vida al apost olado; per o ant es f undar on esa vida apost óli ca en una vida espir it ual de ínt ima unión con Di os. Las Sier vas de la I nmaculada est án dedicadas al apost olado y por eso las f or m an par a ser apóst oles; per o al mismo t iempo t ienen que ir llenando cada día más su vida de un espír it u sobr enat ur al que viene a ser vida divin a en nuest r as almas. Par a que ust edes t engan mér it o ant e Dios cuando le sir ven en nuest r os her manos ( dando clase, enseñándoles labor es, cuidando l a casa, et c. ) , es necesar io que ese apost olado pr oceda de una ínt ima unión con Dios; de ot r o modo ese apost olado se queda como calabaza vacía, dando la f igur a por f uer a per o por dent r o sin nada con qué compr ar la glor ia. Ar r egla, pues, t u hor ar io de modo que puedas dedicar le a Dios el t iempo necesar io par a cumpl ir con los deber es de piedad como Misa, Medit ación, lect ur a espir it ual, r osar io, examen de conciencia. Y digo que ar r egles t u hor ar io por que, si bien lo pr imer o es nuest r a unión con Dios y luego nuest r o apost olado, hay que ar r eglar las cosas de modo que no nos pongamos a r ezar a la hor a en que las demás est án esper ando el desayuno o t enemos ot r a cosa que no puede cambiar se de hor a. Todo est á en que sepamos acomodar lo espir it ual y lo t empor al de m odo que t odo quepa en las hor as del día y t eniendo en cuent a que lo pr imer o es lo espir it ual por su impor t ancia. Cuando de ver as t e pr opongas cumplir con Dios y con t us compañer as, no es dif íci l que ést as t e llamen sant a, y a t i t e dar á ver güenza; así es el demonio, quier e asust ar nos por medio del amor pr opio par a que no sigamos los cam inos de Dios. Per o r ecuer da que el que se asust a y se det iene en el camino, no llegar á al f inal. Conf ía en Dios y t r at a de ser buena con Dios y ser vicial con t us compañer as. Recuer da que en las Ej er cit aciones nos enseñan que debemos buscar la unión y la car idad. Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a t odas las her manas, quedo af ect ísimo en Cr ist o que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 145 22 de sept iembr e de 1965. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Recibí t u at ent a con el gust o que ya t e has de imaginar por que f ue de las pr imer as car t as que he r ecibido de México. Mucho t e agr adezco t us or aciones y le pido a Dios que t e pr emie lo que haces por mí. Hoy el Evangelio de la Misa nos habla de cómo los apóst oles no pudier on ar r oj ar al demonio de un endemoniado y est aban discut iendo con los escr ibas. Así nos ponemos a alegar cuando nos vemos impot ent es par a socor r er al pr ój imo con obr as. En t us conver saciones no t e dé pena decir t u j uicio conf or me a las enseñanzas de la f e; cuando vas de compr as no sigas la pr udencia ni las máximas del mundo; en las penas no anheles los consuelos de la t ier r a sino los de Dios. Y si t e sient es impot ent e a veces par a ser buena, cóget e de Dios y t en conf ianza en Él. Jesús dij o al Padr e del endemoniado: Todo es posible par a el que cr ee , y el buen señor dij o a Jesús: Cr eo, Señor , per o ayuda mi incr edulidad . Y nuest r o Señor lo ayudó e hizo el milagr o. Ar r iésgat e por los caminos de la per f ección cr ist iana, que Dios t e ayudar á. Si vier as lo que est oy haciendo t e dar ía mucha r isa a t i y a t us compañer as. Se me at or ó el encaj e del r oquet e en una banca y se r ompió. Yo no sé de esas cosas, per o ya hice bien mis cálculos y ya ver án qué bien va a quedar el r emiendo. Muchos saludos par a t odas las her manas y mucho les agr adezco sus or aciones. Saludos a la Madr e Car men. Encomendándome a las or aciones de t oas ust edes quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 146 27 de sept iembr e de 1965 Sr i t a . M a . Eu g e n i a Sol or i o SI C H u e t a m o , M i ch . APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: El sábado f ui a Lor et o en donde se encuent r a la Sant a Casa que habit ó la Sma. Vir gen. El camino est aba pr ecioso con mont es, pr eciosos bosques y lagos. Pasamos por Tolent ino y allí visit é la Basíl ica de San Nicolás, par a r ogar j unt o al sepulcr o de est e gr an Sant o por las her manas de Huacana puest o que él es el Pat r ón de la Huacana. Lo not able es que unos 40 años después de su muer t e, est ando el cuer po incor r upt o, r ecor t ar on los br azos. Del cuer po quedan los huesos; per o los br azos se conser van incor r upt os y var ias veces han der r amado sangr e. De est o hay 11 pr ocesos par a at est iguar el pr odigio. En Lor et o r ogué mucho a Dios, dur ant e la Sant a Misa celebr ada en la Sant a casa, por t odas ust edes par a que Dios las haga vivir una vida de sant idad, como la vida de Jesús, Mar ía y José en esa Sant a Casa. Vino a Roma una per egr inación de git anos ( allá les llaman t ambién húngar os) . Son t r es mil, y anoche, en honor del Sant o Padr e, por su cumpleaños, r epr esent ar on un her mosísimo ballet con bai les y pr eciosa música española, r epr esent ando la par ábola de las Bodas. El escenar io est aba pr ecioso y los vest idos t ambién. Con much os sacr if icios se pr epar ar on par a el est r eno de est e ballet , baj o la dir ección de dos bailar ines f amosos, Luisillo y Car men Amaya que t ambi én son git anos y salier on en la r epr esent ación. Fue algo ver dader ament e pr imor oso. Per o t ambién es her moso consider ar que muchos de esos gr upos de git anos caminan ya con capellán y con una comunidad de Her manit as de Jesús, que a veces t ienen que levant ar se a media noche a envolver de pr isa las t iendas de campaña par a ir se a seguir a los git anos en su lar go per egr inar . Y ya han salido vocaciones de ent r e ellos, aún par a r eligiosas, a pesar de que las muchachas git anas son r ebeldes par a la obediencia y amant es de mucho caminar . Y est án dando her mosos ej emplo de obediencia y r ecogim ient o. Apr endan ust edes cómo quer er es poder . Muchos saludos par a t odas. Que sean muy sant as. Encomendándome a t us or aciones, Cr ist o y s. s que de cor azón las bendice. quedo af ect ísimo en + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 147 Roma, a 27 de sept iembr e de 1965 Sr it a. Alicia Cor t és Tacámbar o, Mich. APRECI ABLE H I JA EN JESU CR I STO: Ant ier f ue día de vacación y lo apr oveché par a ir a Lor et o a visit ar la Sant a Casa de la Sma. Vir gen y del Niño Jesús. El camino est aba pr ecioso. Por ent r e mont es con her mosos bosques y lagos y los cam pos ver des como si ya est uviér amos en las aguas. Aquí el mes que ent r a comenzar á la t empor ada de las lluvias. Pasamos por Tolent ino. Allí com imos canelones r ellenos y pollo asado. Visit amos la Basílica de San Nicolás, que es muy her mosa y en ella est á la ur na con los r est os del Sant o. Lo not able es que unos 40 años después de muer t o, est aba su cuer po t odavía incor r upt o y l e cor t ar on los br azos. Ahor a de su cuer po quedan los huesos, per o los br azos est án t odavía incor r upt os y var ias veces han der r amado sangr e. Once veces se ha hecho pr oceso canónico par a at est iguar est e pr odigio. En Lor et o celebr é la Sant a Misa a las 4 de la t ar de en la Sant a Casa, y en ella r ogué mucho a Dios Nuest r o Señor por t odas ust edes, a f in de que las haga vi vir una vi da de per f ección como la vida que en esa casa llevar on San José, la Sma. Vi r gen y el Niño Di os. Ayer f ue cumpleaños del Sant o Padr e y f ue a Pomezia a celebr ar Misa a los git anos ( allá les llamamos t ambién húngar os y aquí les dicen ( zíngar i) . Er a u na per egr inación de t r es mil git anos que de diver sas naciones se r eunier on en Roma como per egr inos. Ent r e ellos viven comunidades r eligiosas de Her manit as de Jesús que los acompañan en su lar go cam inar par a acompañar los con el buen ej emplo, la inst r ucción cr ist iana y la pr esencia r eal de Jesucr ist o en la Eucar ist ía. Por eso ya han salido vocaciones sacer dot ales de ent r e ellos y t ambién vocaciones r eligiosas, lo que es admir able, pues las git anas son de t emper ament o r ebelde par a la obediencia y amant es de no est ar f ij as en un lugar , y, no obst ant e, est as vocaciones han r esult ado admir ables por su obediencia y por su r ecogim ient o. De ellas hay que apr ender que quer er es poder . Saludos a t odas las her manas. Que sean t odas sant as. Encomendándome a t us or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 148 Roma, a 29 de sept iembr e de 1965. Sr i t a . Em m a Gu í z a r , S. I . C. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Hoy r ecibí t u at ent a del día 22 con ver dader o gust o por las not icias que me t r ae. Es la quint a car t a que r ecibo de ust edes. De salud sigo mej or que ot r as veces, bendit o sea Dios, solament e el oj o der echo se ha declar ado un poco en huelga y quizá por eso me he caído dos veces; per o ya est oy caminando con mayor es pr ecauciones. ¡Qué bueno que le est án of r eciendo a Dios el t r abaj o de por t ar se mej or ! Así más oir á sus or aciones por el Concilio. Yo t ambién le est oy pidiendo a Dios que les ayude. Ya t omo en cuent a las bendiciones que me pides par a añadir las a las ot r as. Mons. Navar r o est á en est a misma casa y luego le di los saludos de ust edes. Él t ambién las saluda y les manda la bendición. En est os días est amos discut iendo los pr oblemas de la f amilia y la educación de los hij os en el seno de la f amilia, luego seguimos con los pr oblemas sociales, en seguida los pr incipios mor ales que deben nor mar la sociedad polít ica, después la comunidad de las naciones y la paz; en seguida las Misiones y luego las r eligiosas. En est a semana t er minar emos el pr imer Decr et o de est a et apa, acer ca del of icio past or al de los Obispos. Tengan pr esent e que el Concilio nos ha est ado r ecor dando que sin vida espir it ual no hay ver dader o apost olado; mient r as mayor sea nuest r a unión con Dios, mayor ser á el f r ut o en las almas. Tr abaj en pues mucho en llegar a la sant idad par a que sea gr ande el f r ut o que puedan cosechar y pr esent ar a Dios. Sost énganse en sus buenos pr opósit os con la conf ianza en que Dios les ayudar á. Muchos saludos par a t odas las her manas y par a t odos los bienhechor es del Colegio. Encomendándome a t us or aciones y de las her manas, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 149 14 de oct ubr e de 1965. APRECI ABLE H ERM AN A: El P. Filemón est á en ot r a casa y por eso apenas ayer , al salir de ej er cicios, me envió t u car t a. Per o ya escr ibí en la list a que mañana llevar é los nombr es de las per sonas par a quienes quier en bendiciones. Ahor a t endr é que mandar muy a t iempo la list a a la casa en donde escr iben las bendiciones por que me dicen que t ienen t ant o r ecar go con mot ivo del Concilio, que apenas podr án ent r egar las dent r o de cuar ent a días. En est os días hemos est ado llenos de f iest as. La f iest a del 11 de oct ubr e en que la lit ur gia nos hablaba de la humildad de la Sma. Vir gen y de la humildad de Jesucr ist o al dej ar se mandar por una cr iat ur a suya. La f iest a del 12 de oct ubr e en que el Sant o Padr e nos r ecibió a t odos los mexicanos y bendij o la pr imer a piedr a del Seminar io mexicano de Roma; en esa t ar de f ue la f iest a de la colocación de la pr imer a piedr a en el lugar en donde se levant ar á el edif icio. La f iest a de la beat if icación del Excmo. Sr . D. Juan Nepomuceno New man, Obispo de Filadelf ia, en el día de ayer . Y hoy en el Concilio un Excmo. Sr . Obispo nos habló her mosament e de lo que es la cast idad: Una ver dader a ent r ega de nuest r o cor azón a Dios con un gr an espír it u de humildad. ¿Qué somos nosot r os delant e de Dios sino una pobr ecit a cr iat ur a que no vale sino lo que Dios la hace valer ? Somos de Él y por eso debemos vivir par a Él y ent r egar nos complet ament e en sus manos. Piensa pues siempr e en que hay que seguir machacando la sober bia par a llegar a ser humildes y así ent r egar nos de ver as en las manos de Dios. Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a t odas las her manas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 150 22 de oct ubr e de 1965. APRECI ABLE H I JA EN JESU CR I STO: Recibí t us car t as del 29 de sept iembr e y del 6 de oct ubr e. Agr adezco t us f elicit aciones y le pido a Dios que t e pr emie, con l a gener osidad que él sabe, t us or aciones y sacr if icios por mí. Me alegr a saber que est án pensando en ser de ver as buenas y aún llegar a la sant idad. Ese es t u deber y más ahor a que el Decr et o acer ca de la r enovación de la vida r eligiosa insist e en la lucha por la sant idad. Si Dios nos amó hast a el gr ado de dar por nosot r os su vida, ¿por qué nosot r os hemos de est ar nada más haciendo la maña? Si t e da pena, no le digas a t u Padr e espir it ual que quier es ser sant a, dile sencil lament e que quier es ser per f ect a r eligiosa y con eso bast a, pues par a ser per f ect a r eligiosa hay que ser sant a. Has de t ener cur iosidad de saber qué comemos hoy . Ant ier con mot ivo de mi f iest a, nos dier on a medio día: Ver mout h blanco con unos bocadillos, sopa de macar r ón m uy buena y pollo con ver dur as; past el, manzan il la o caf é, un poco de vino t int o, vino blanco y sidr a. Ayer a medio día en la comida que se of r eció al Excmo. Sr . López: ver mout h y salame, con somé, pollo con papas y ej ot es, chíchar os t ier nit os y un poco de ar r oz, t odo est o en el mismo plat o con el pollo; un poco de vino, past elillos y caf é o t e. El Excmo. Sr . López me r egaló una mit r a dor ada y un cor dón par a la cr uz pect or al. Acá t engo ot r o r oquet e, el de apadr inar par a cuando va el Sant o Padr e a San Pedr o. El ot r o es el que se r ompió un poco, per o no se echa de ver mucho. De salud sigo bien, per o no se me ha quit ado lo dist r aído. Uno de est os días ya est aba ent r ando a San Pedr o con r oquet e, mant elet a y sombr er o. Al ent r ar a San Pedr o me di cuent a de que no llevaba bonet e, per o sí llevaba bien sumido el sombr er o. Y así me había i do desde est a casa. Muchos saludos par a la Madr e y t odas las her manas. Le dices a la Madr e que ant ier no cupo la Encícl ica de la Eucar ist ía en el sobr e con la car t a. Va apar t e como i mpr eso. Encomendándome a t us or aciones, Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. quedo af ect ísimo en + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 151 Roma, a 23 de oct ubr e de 1965. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Dios Nuest r o Señor t e pr emie las f elicit aciones que t uvist e la amabilidad de enviar me. Así se lo pido de t odo cor azón. No se t e vaya a olvidar el compr omiso de ser cada día más buena. Tienes que luchar por llegar a la sant idad, cuest e lo que cuest e. Ten la segur idad de que si Dios ve t u esf uer zo, no dej ar á de ayudar t e aún con gr acias especiales par a que de t al modo t e despr endas complet ament e de lo t er r eno, que pueda Dios t omar posesión cabal de t u cor azón ent r egado complet ament e a Él. No se t e olvide hacer al examen de conciencia y anot ar lo t odos los días. Pues est e ayuda muchísimo par a adelant ar en la vir t ud y par a animar se uno a ser más const ant e en la or ación. Si t e f alt an hoj as par a el examen, dile a la Madr e Ana Mar ía o a la Her mana Ma. De los Ángeles. Encomendándome a t us or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice con t odas t us her manas. José Abr aham Mar t ínez. Obispo de Tacámbar o. 152 Roma, 23 de oct ubr e de 1965. Sr it a. Alicia Cor t és, S. I . C Tacámbar o, Mich. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Agr adezco t u f elicit ación y especialment e los sacr if icios que has of r ecido a Dios por mí. A Él le pido que t e pr emie con esa gener osidad con que Él sabe pr emiar hast a un vaso de agua. Lo que más gust o me da es ver en las car t as de ust edes la buena volunt ad con que quier en luchar por llegar a la sant idad. Est a es cier t ament e la mej or f elicit ación y la que más me llena de alegr ía. Sigue luchando por cumplir cada día mej or t us vot os, pues son los medios que Dios pone en t us manos par a despr ender el cor azón de t odas las cr iat ur as y luego ent r egár selo complet ament e a Dios. Así se logr a la ver dader a unión con Dios y se comienza a per f eccionar nuest r a unión con el pr ój imo. No vayas a dej ar de anot ar t u examen de conciencia, pues ayuda mucho par a adelant ar en el camino de la per f ección. Si ya no t ienes hoj a par a anot ar , haz un act o de humildad y pídele ot r a hoj it a a la Madr e Anit a. Encomendándome a t us or aciones y con saludos af ect uosos par a la Madr e y par a t odas las her manas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 153 24 de oct ubr e de 1965. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Est oy t r as un cer r o de car t as, per o con la esper anza de cont est ar las t odas en est a semana. Ent r e esas car t as est á la t uya con la gr at a not icia de que t e has pr opuest o ser muy buena hast a quit ar t e las mañas. Es la mej or not icia y la que más me alegr a, pues eso es lo que yo t ambién anhelo de ust edes, que sean ver dader ament e sant as muy unidas con Dios por el amor , a f in de que así puedan est ar muy unidas ent r e sí y con t oda la I glesia. Tu misión es el buen ej emplo, y con est e apost olado puedes ganar muchas almas par a Dios. Clar o que Él no necesit a de nosot r os par a hacer caminar a los demás; no obst ant e, Él ha quer ido conceder sus gr acias mediant e nuest r as or aciones y nuest r o apost olado par a dar nos ese honor y hacer nos valer algo. Le pedir é a Dios que t e siga ayudando a hacer muchos act os de humildad t odos los días, par a acompañar a nuest r o Señor en sus humillaciones. Saludos muy af ect uosos par a la Madr e Car men y par a t odas las her manas. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 154 24 de oct ubr e de 1965. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Tant o las f elicit aciones de ust edes como las de los niños me han llenado de alegr ía, pues veo la buena volunt ad de t odos, sobr e t odo, me da gust o que est én t an bien dispuest as par a luchar por su pr opia sant if icación. Anima siempr e a las her manas par a que cada día vayan despr endiendo más su cor azón de t odo lo t er r eno par a que lo llenen bien de Dios. Al cr ecer la unión de car idad cr ece al mismo t iempo la unión de gr acia, y de la unión con Dios viene como consecuencia la unión ent r e ust edes y con t oda la Sant a I glesia. Sigan pues t r abaj ando con mucho empeño par a llegar a sant as a como dé lugar . Desde acá las encomiendo a Dios par a que no les vaya mal con los ladr ones. Ust edes asegur en bien las puer t as y además no vayan a salir lej os a paseos. Dale t ambién su t é a la her mana Asunción par a que se le aplaquen los ner vios. Pr ont o t endr é la bendición par a el niño enf er mo y se la mandar é luego. Déj alo que siga cumpliendo su deber de est udiar . A Guido de Font galand no lo beat if icar on por que cuando supo que vivir ía poco ya no se pr eocupó por est udiar . Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a las her manas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 155 Roma, a 27 de oct ubr e de 1965. Sr it a. Emma Guízar , S. I . C. Ap r e ci a bl e h i j a e n Je su cr i st o: Muchísimo agr adezco las f elicit aciones que me envías de par t e t uya y de par t e de las Her manas y de los niños. Ya he mej or ado mucho de mi oj o der echo. Ya dist ingo los r englones, aunque t odavía no puedo leer con él. Todo est o sin duda por las or aciones de los niños. Dios les pr emie t odas las or aciones que han of r ecido por mí. Yo t ambién le pido que les pague con gr acias abundant es par a que consigan llegar a sant as. No dej en de leer y medit ar el Decr et o acer ca de la r enovación de la vida r eligiosa y el Decr et o acer ca de la educación cr ist iana. Los dos se publicar án mañana en la Sesión solemne del Concilio. El Concilio ya se acer ca a su f in. Ayer t er minar on las discusiones y ahor a solament e est amos vot ando lo que f alt a. Ya llevamos 413 vot aciones y est as son por escr it o. Pidan al Espír it u Sant o que les ayude a las Comisiones par a t er minar pr ont o la r edacción de los decr et os que f alt an. Oj alá pudier a est ar en México ya par a el 8 de diciembr e. Di sus saludos a Mons. Navar r o y él t ambién las manda saludar . De mi par t e muchos saludos par a t odos los alumnos y bienhechor es. Encomendándome a t us or aciones y de las her manas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. P. D. Pasado mañana salgo a Jer usalén; allá las encomendar é a N. S. Regr eso el 7, Dios mediant e. 156 8 de noviembr e de 1965 APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Ayer llegué de r egr eso de Tier r a Sant a y con ganas de encont r ar car t as. Felizment e encont r é la t uya y una de la Madr e Car men. Muy cont ent o est uve en aquella t ier r a en donde vivió 33 años Nuest r o Señor dándonos her mosos ej emplos de cómo debemos vivir nosot r os par a alcanzar la per f ección cr ist iana. El sábado celebr é la Sant a Misa en la gr ut a de la Anunciación en Nazar et h, pues allá la Sma. Vir gen se declar ó Esclava o más bien Sier va del Señor y por eso celebr é la Misa por t odas ust edes las Sier vas, pidiendo a Dios que les ayude par a ser ver dader ament e Sier vas de Jesús como la Sma. Vir gen Mar ía. Me llevé las Const it uciones par a cor r egir las adapt ándolas a los Decr et os del Concilio. En Nazar et h, j unt o a la gr ut a donde la Sma. Vir gen nos dio ej emplos pr eciosos de pobr eza, cast idad y obediencia, est uve cor r igiendo los capít ulos acer ca de los vot os de las Sier vas. Lo demás del t r abaj o lo hice en Jer usalén, j unt o al Sant o Sepulcr o, especialment e lo que se r ef ier e al espír it u de la Congr egación. Todavía me f alt an de cor r egir los últ imos capít ulos. Est o lo har é Dios mediant e, en est a semana. Como una of r enda a Dios de par t e de ust edes, coloqué mi t r abaj o y el de ust edes, condensado en las Const it uciones, en el Calvar io y en la gr ut a de la Anunciación, par a que Dios las bendiga y les ayude a ser obser vant es. En cuant o a los Est at ut os de los Misioner os ya no los busquen; ahor a r ecuer do que alguien me los pidió pr est ados, nada más que no r ecuer do quién. Pueden hacer los ej er cicios de modo de t er minar los el día 8 por la mañana, o el día 7; per o como adivino que quier en que la pr of esión de las novicias sea el día 12 por la t ar de, de t odos modos pueden hacer los ej er cicios ant es, y ent r ar en un pequeño r et ir o el día 12 a medio día, par a t er minar lo a las 4: 30 de la t ar de. El P. Car r eón est á al t ant o de los nuevos Decr et os del Concilio; por eso conviene que él que mas o menos est á al t ant o del Concilio, les explique los númer os 39- 40 y 42 al 47 de la Const it ución Dogmát ica sobr e la I glesia, además la Const it ución acer ca de la r enovación de la vida r eligiosa. Est e Decr et o se lo mandar é al Padr e apenas apar ezca, aunque sea en it aliano. El mismo podr á ver 157 quién de los ot r os padr es le puede ayudar a dar las ot r as plát icas, par a esos días. Así, hast a los duendes har án t r anquilos sus ej er cicios. En la pr óxima car t a dir é a la Madr e Car men cómo se me ocur r ió que hagan los ej er cicios y t ambién lo de los hábit os. El día 17 voy a celebr ar la Sant a Misa por las alumnas que t er minan Secundar ia. Ya hice la anot ación en la libr et it a. A la her mana Anit a le sucedió t al vez lo que el r ancher o del r ecado; Compadr e, pr ést eme su caballo , pues yo sient o que le dij e lo mismo a las t r es a quienes escr ibí ese día aunque con palabr as acomodadas par a cada quién, y no t uve int ención de r egañar a ninguna, per o el diablo es list o y sabe apr ovechar se de t odo aún par a conseguir que uno r espingue. Voy a pedir a Dios por la her mana par a que le ayude a ser cada día más humilde. Se ve que el diablo la t r ae ahor a cont r a ella, per o Dios le ha de ayudar a vencer . Est o sucede t ambién cuando lo cur an a uno: no a t odas les duele igual la quit ada de un par che. Muchos saludos par a el P. Capellán, par a el P. Or t iz y sus muchachas y par a t odas las her manas y que sean más buenas. Encomendándome a las or aciones de t odas ust edes, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 158 15 de noviembr e de 1965. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Te agr adezco muchísimo t u f elicit ación y especialment e las or aciones que has of r ecido a Dios por mí, Él t e ha de pr emiar con abundancia. Pr esent a t ambién mi agr adecimient o a t us discípulos y diles que les mando la bendición. No t e ent r ist ezcas por t us def ect os. Si yo t e doy br oma por t us ber r inches es por que de algo t enemos que br omear par a no est ar t r ist es y ya sé que con eso t odas t e br omean. Per o puedes est ar segur a en que yo conf ío que has de vencer , pues t eniendo las ener gías que t ú t ienes y usando de const ancia, logr ar ás ganar le la pelea al demonio. No t e desanimes por que después de una vict or ia el demonio t e pr esent a luego ot r a bat alla. El hace la lucha y a nosot r os nos t oca def ender nos usando no solo de nuest r as f uer zas, sino especialment e del excelent e escudo de la gr acia de Dios. Mucho sient o la pena que t ienes por la enf er medad de t u mamá. Pido a Dios que le dé la salud y, ent r e t ant o lo ayude a of r ecer por sus hij os la cr uz que en est os moment os lleva sobr e sus hombr os. Est oy bien, nada más cansado. Todos los días, pido por ust edes y les mando la bendición, par a que Dios las ayude en sus exámenes y en los de los niños. Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a la Madr e Car men y par a t odas las her manas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 159 APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Est oy en Roma viendo y oyendo muchas cosas her mosas; per o al mismo t iempo pienso qué pequeño es uno. Aquí ent r e t ant os Obispos yo vengo a ser apenas una mor onit a; ant e la sabidur ía de muchos, me sient o ignor ant e; ant e la exper iencia de mis compañer os, me par ece que he pasado por el mundo sin dar me cuent a de lo que pasa y de la necesidad que hay de hacer algo más por Dios. Realment e nada somos, nada podemos y nada valemos. Per o con los auxilios de Dios har emos mucho por que al f in Dios es el que lo hace t odo y nosot r os no somos sino inst r ument os que a veces hast a le est or bamos, cuando la sober bia nos t r ansf or ma en malos inst r ument os. Tienen, pues, que ser siempr e muy humildes, muy ser viciales con sus her manas par a imit ar a Jesucr ist o que, siendo Dios, no vino a ser ser vido sino a ser vir . En est a t ier r a en donde han vivido millar es de Sant os, por t odas par t es me encuent r o el r ecuer do de sus ej emplos de humildad y car idad. Así t enemos que ser t ambién nosot r os. Así se lo pido a Dios par a t i y par a t odas t us her manas r eligiosas. Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a t odas las de esa casa, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 160 APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Mient r as escr ibo est a car t a, ust edes no despier t an t odavía, per o ya est oy r ogando a Dios que los ayude por que hoy empezar án sus ej er cit aciones. En ellas sin duda les hablar án de la unidad y de la car idad, las dos cosas en que mucho insist ió nuest r o Sant ísimo Padr e el Papa Paulo VI , en la inaugur ación del Concilio. Unidad y car idad se complet an por que la car idad es la unión ínt ima con Dios por el conoci mient o y por el am or . Cuant o más se conoce a Dios más se le ama y cuant o más se le ama más se desea conocer lo mej or . Car idad par a con Dios, par a con la I glesia y par a con la humanidad. Car idad par a con Di os que nos ama t ant o que podemos decir que est á loco de amor por nosot r os y especialment e por sus almas escogidas, por las que El ama más. Y n uest r a r espuest a debe ser t ambién amor . Amor manif est ado en las obr as: en nuest r a obediencia, en nuest r a humildad, en nuest r o deseo sincer o de vivir consagr ados a El en t odos los mom ent os de nuest r a vida. Car idad par a con la I glesia, pueblo de Dios, f am ilia de Dios, cuer po Míst ico de Cr ist o, car idad que se manif iest a en nuest r o cuidado por no mur mur ar sino más bien hablar bien de nuest r os pr ój im os, no r ezongar ni negar nos a ser vir a nuest r os her manos por que son cr iat ur as de Dios. El amor es ingenioso y const ant ement e encuent r a ocasiones par a manif est ar se en la car idad con nuest r o pr ój im o. Car idad par a con la humanidad por que t odos los hombr es han sido l lamados al mismo dest ino et er no y en nuest r o af án de apost olado par a at r aer a Dios aún a los que no le conocen, t enemos que r ecor dar lo que decía San Pablo: la car idad de Cr ist o nos apr emia . Pr act ica siempr e una gr an car idad con t us compañer as, t eniéndot e por la m enos sabia ent r e ellas y sir viéndoles con amor , y Dios t e dar á una gr an r ecompensa. Que de est as ej er cit aciones t odas salgan más r esuelt as a pr act icar la unidad y la car idad. Encomendándome a t us or aciones, Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. quedo af ect ísimo en + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 161 26 de sept iembr e de 1966. APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO: De acuer do con los ar t ículos 255- 260 de las Const it uciones, t ienen que hacer ust edes, lo más pr ont o posible, la elección de la Delegada de esa casa par a el Capít ulo gener al. Aunque las Const it uciones dicen que los gr upos ser án de 12 her manas, la Super ior a gener al me pidió y yo le concedí dispensa par a que los gr upos f uer an solament e de seis her manas por que de lo cont r ar io habr ía muy pocas delegadas en el Capít ulo. Las her manas por quienes ust edes pueden vot ar par a Delegadas, conf or me al ar t . 255, cr eo que son: la hna. Mar ía Aguayo, Ter esa Gut iér r ez y la hna. Ma. Elena Ginor i, a no ser que me equivoque, pues deben ser maest r as y al menos con 3 años de pr of esión r eligiosa. La her mana. Conchit a encer r ar á su vot o en un sobr e, y así cer r ado, conf or me al ar t . 260, mandar á el sobr e j unt ament e con el act a a la R. M. Car men par a r evolver el vot o de ella j unt ament e con los de Mor elia. Por t i no t ienen que vot ar por que t ú como Super ior a, de t odos modos t ienes que venir al Capít ulo en la f echa en que después se les indicar á. Per o t ú si t ienes que vot ar . Par a la elección, pr imer o van a la capilla y r ezan las pr eces al Espír it u Sant o, luego se r eúnen en la sala y cada quien escr ibir á en su bolet a el nombr e de dos her manas par a elegir a las dos escr ut ador as, y en est a pr imer a vot ación ser vir án de escr ut ador as las dos her manas más j óvenes en pr of esión. Las dos her manas que obt engan mayor númer o de vot os ser án las escr ut ador as en la vot ación siguient e. Enseguida las escr ut ador as r ecién elegidas r epar t ir án las bolet as y har án lo que dice el ar t . 257. Una vez elegida la Delegada, quedar á como suplent e la que después de la Delegada haya obt enido mayor númer o de vot os en la últ ima vot ación. Y si llegar on hast a la t er cer a vot ación par a Delegada y dos quedar on empat adas, ent onces la mayor en pr of esión ser á la Delegada y la ot r a ser á la suplent e, y si las dos pr of esar on el mismo día ent onces la mayor en edad ser á la Delegada. 162 Las escr ut ador as t ienen obligación gr ave de no decir por quién vot ó cada quién, aunque se hayan dado cuent a por la f or ma de la let r a o por ot r o mot ivo, y deben quemar las bolet as al t er minar la vot ación menos la de la H. Conchit a: su bolet a se va en sobr e cer r ado a México. Ter minada la elección, r ezan la acción de gr acias, la que designen secr et ar ia r edact a el act a, la f ir ma y la mandan a la H. Car men j unt ament e con el sobr e de la her mana. Conchit a. Par a ust edes 6, mayor ía absolut a son al menos cuat r o vot os, y mayor ía r elat iva la que t enga más vot os aunque sean solo dos. Pido mucho a Dios nuest r o Señor que les ayude a ser cada día más humildes y más ent r egadas a Dios. Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 163 29 de sept iembr e de 1966. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Hoy r ecibí t u at ent a del día 24 y con ella los sobr es de las vot aciones. Por mi car t a del día 26 t e dar ás cuent a de que ahor a la vot ación t enía que haber se hecho conf or me a las Const it uciones; per o no t engas pendient e pues de t odos modos valió la que hicier on ust edes allá y hast a con la vent aj a de que los escr ut ador es f uer on nada menos que un Obispo y un Not ar io Eclesiást ico. Ent r e el P. Eugenio y yo abr imos el sobr e del gr upo de la Huacana y cont amos los vot os: La her mana. Ter esa Gut iér r ez obt uvo mayor ía absolut a y por eso bast ó esa vot ación y ella queda nombr ada delegada al Capít ulo Gener al, le siguió en vot os la her mana. Mar ía Aguayo y por lo mismo ella ser á suplent e par a el caso de que por enf er medad o algún ot r o mot ivo gr ave no pueda venir al Capít ulo la her mana. Ter esa. También pueden acompañar se las dos. Mañana har á el act a el P. Eugenio par a mandar una copia a la M. Car men y ot r a a esa casa. Per o desde hoy t e comunico el r esult ado par a que la her mana. Ter esa se vaya pr epar ando al viaj e. Si llegan pr ont o los r esult ados de t odas las vot aciones, yo esper o que el Capít ulo podamos t ener lo el día 8 de oct ubr e por la t ar de. Ya les avisar é la f echa def init iva. De los gr upos de Tacámbar o r esult ar on delegadas las her manas Amalia y Ma. De Lour des. De los demás gr upos t odavía no sé. Ya quemamos las bolet as de los vot os, menos el de la her mana. Conchit a por que su sobr e se abr ir á hast a t ener j unt os los t r es sobr es del gr upo Mor elia, pues nos f alt a t odavía el sobr e de la her mana. Ana Mar ía. El Capít ulo Gener al ser á aquí en Tacámbar o. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice, con t odas las her manas. + José Abr aham Mar t ínez. Obispo de Tacámbar o. 164 15 de f ebr er o de 1967. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Recibí t u at ent a del día 14, que me t r aj o not icias de ust edes. Gr acias a Dios. Hoy ar r eglar é con el Sr . Cur a lo del agua del Colegio, par a que no t engan ust edes pendient e. Con gust o le r ogar é a Nuest r o Señor les ayude par a que puedan ar r eglar los t r ámit es de la r eincor por ación. Pr ocur en vivir int ensament e su vida de piedad, pues de ella depende que t odo vaya bien y sea gr ande el f r ut o de su apost olado. Ya quedó el Sr . Cur a en que él pagar á el agua del Colegio. Nada más t ienen que t ener cuidado de que no se queden abier t as las llaves ni levant adas las válvulas de los W. C. par a que no se t ir e en balde el agua. Encomendándome a las or aciones de t odas quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 165 27 de f ebr er o de 1967. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Te escr ibo par a r ecor dar les que est a es la últ ima semana de empadr onamient o y obliga en conciencia a t odas las que ya t ienen 21 años de edad. No se les vaya a olvidar . Aún la Sma. Vir gen f ue a empadr onar se hast a Belén, a pesar de que no le obligaba según las leyes de ent onces. Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 166 12 de mar zo de 1967. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Esper o que t odas est én muy bien y pr epar ándose par a celebr ar con mucha devoción la Semana Sant a. Como apenas est ás haciendo t us pininos de super ior a, quier o me dispenses que t e dé algunos consej os que pueden ser vir t e mucho. No se t e vaya a olvidar pedir per miso siempr e que t engas que salir a ot r a par t e f uer a de la Huacana, y conviene que t e f ij es en que t ambién las her manas lo pidan cuando t ienen que salir . Además, es bueno que cuando salgan, lleguen a casa de las her manas o alguna casa r eligiosa, pues así lo disponen las leyes de la iglesia. Si en el lugar hay Sier vas, clar o est á que pr ef er ent ement e deben llegar a la casa de las Sier vas. La volunt ad de la I glesia es que cuando alguna her mana sale de viaj e no vaya sola ni con algún niño o niña, sino con ot r a her mana, o si est o no es posible, con alguna muj er piadosa y de exper iencia. Y no se les olvide que vivo siempr e con el pendient e de que en alguna de esas salidas vayan a llegar ya de noche de r egr eso a la Huacana. Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 167 Villa de Guadalupe, D. F. , a 2 de mayo de 1968 R. H Ma. Elena Ginor i La Huacana, Mich. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: He sabido que ya t ienes list a la t esis, de lo cual me da mucho gust o pues ya t emía que t e quedar as sin apr ovechar la últ ima opor t unidad de pr esent ar la. Dios t e bendiga. Dios t ambién t e ayude a of r ecer le siempr e t odos t us t r abaj os y af licciones por el advenimient o de su Reino a t odos los cor azones. Yo est oy mej or ando y esper o est ar de r egr eso en Tacámbar o apenas pase el día 10. Nuest r o Señor les ha de pr emiar t odas las or aciones y sacr if icios que han of r ecido por mí. Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a t us compañer as, quedo af mo. en Cr ist o y s. s que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez Bet ancour t Obispo de Tacámbar o 168 15 de j unio de 1968. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Est uve ausent e de Tacámbar o y por eso hast a ayer me ent r egar on t u car t a y t u t elegr ama. I nt ent é hablar t e por t eléf ono per o no f ue posible. Ya le escr ibí al Sr . Cur a par a que t e pr opor cione lo necesar io par a los gast os de la escr it ur a. Avísale a la Madr e Paz qué día t iene que ir . Ya que no puedo ir a t ier r a calient e, cuando vengas a Ar io, a Pát zcuar o o a Mor elia, avísame par a hacer lo posible por ir a ver me cont igo par a los asunt os que t engas pendient es. Yo t engo que salir hoy al Capulín, per o Dios mediant e r egr esar é el lunes. Luego ver é como se paga la deuda que t e has echado encima por los exámenes de la her mana. Ma. Elena. No dej es de of r ecer le a Nuest r o Señor t odas t us penas par a que t us suf r imient os no sean en vano. Él pr emiar á las cont r adicciones que suf r es por Él y la car idad que t engas con las her manas y demás pr ój imos. Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a t odas las her manas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 169 23 de noviembr e de 1968. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Agr adezco t u at ent a car t a y sobr e t odo las or aciones que has of r ecido a nuest r o Señor por mi salud. Dios Nuest r o Señor pr emie t us bondades. Dice el doct or que ya he mej or ado un t r eint a por cient o, de modo que t odavía me f alt a bast ant e par a est ar bien. Como no puedo ir por ahor a, me valgo de est as let r as par a r ecomendar t e una vez más que sigas luchando por ser cada día mej or , con mucha car idad con t odas, aunque algún día ellas no t engan car idad cont igo, pues no lo haces por ellas sino por Dios. En la obediencia r ecuer da que la aut or idad de la super ior a es aut or idad de Dios, y si alguna vez cr ees que t e manda alguna cosa inj ust a puedes hacer t us obser vaciones exponiendo t us dif icult ades, per o con mucho r espet o y car idad. Después de exponer t u punt o de vist a t e t oca obedecer . Encomendándome a t us or aciones y pidiendo a Dios que t e ayude a ser cada día más buena, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 170 A 4 de febrero de 1969 R. M. Emma Guízar , S. I . C. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Te escr ibo par a r ecor dar t e que hubo un convenio ent r e Escuelas Par t icular es y Secr et ar ía de Educación par a no pedir ninguna cuot a dur ant e el año. Quier o que no dej en de cumplir lo en mi caso. Por lo mismo les r uego que no piensen en mandar me más r egalo par a el día de mi Sant o que un Tesor o Espir it ual, pues me ser vir á muchísimo par a que Dios me ayude en mis muchos t r abaj os. Te aviso t ambién que el vest ido apr obado par a México f ue el que habían pr opuest o: j umper azul con blusa blanca o de un color ser io, per o sin escot e ni t r anspar ent e, manga lar ga. Medias color humo, y si no las hay pueden pr oponer ot r o color . Peinado decent e. Te doy la not icia par a que no t e ext r añe si vas a México. En Huet amo t ienen que at ener se a lo que or dene o per mit a el Excmo. Sr . Navar r o. Ruego a Dios que les ayude especialment e a conseguir su sant if icación, y como ést a consist e especialment e en la car idad, no descuiden nunca la medit ación, pues sin ella no se adelant a en la car idad. Encomendándome a t us or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 171 14 de f ebr er o de 1969 R. H. Ma. Elena Ginor i, SI C Buenavist a Tomat lán, Mich. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: En est os días las lect ur as cont inuas de la Sant a Misa, nos han r ecor dado con f r ecuencia la necesidad de la or ación cont inua. Y yo me acuer do de t u sueño casi invencible. Por eso se me ocur r ió escr ibir t e hoy unos cuant os r englones. Especialment e t e r ecomiendo la medit ación. Sin ella no adelant amos en el amor de Dios, pues la medit ación nos hace r ef lexionar en las cont inuas manif est aciones del amor de Dios par a con nosot r os. En t odas las páginas de la Sant a Escr it ur a encont r ar ás hechos o palabr as que nos dan a ent ender lo mucho que Dios nos ama. Y cuando vemos pat ent e el amor de Dios, nos sent imos compr omet idos a pagar le con la misma medida, es decir , con amor . Si descuidas la medit ación, t e ir ás debilit ando en el amor de Dios. A veces no podemos medit ar , o por enf er medad, o por una pr ueba de Dios; per o t ambién sucede con f r ecuencia que no podemos medit ar por que est amos en est ado habit ual de pecado venial: alguna aver sión que no podemos quit ar , et c. En ese caso lo que hay que hacer es t r abaj ar par a no vivir habit ualment e con el pecado venial encima, y est o es posible con el auxilio de la gr acia de Dios. Puede ser que a veces caigamos en el pecado venial, per o si inmediat ament e nos enmendamos evit amos así est ar habit ualment e en ese est ado. Pido a Dios que t e ayude a ser muy buena y siempr e muy agr adecida a Dios por sus benef icios. Encomendándome a t us or aciones, quedo af mo. Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. en + José Abr aham Mar t ínez Bet ancour t Obispo de Tacámbar o 172 A 25 de mar zo de 1969. R. M. Emma guízar S. I . C. Apr eciable hij a en Jesucr ist o: Recibí la f elicit ación que me enviar on con mot ivo del día de mi sant o y mucho les agr adezco t odo lo que han hecho por mí per o especialment e las or aciones que of r ecier on a N. Señor . Con est as or aciones me dan mucho ánimo y al mismo t iempo me consiguen de Dios más f or t aleza par a poder cont inuar en la misión que Él me ha encomendado. Ahor a que hay más r eligiosas en Huet amo t odas pr ocur en por t ar se mej or , ser más const ant es en sus act os de piedad, más or denadas en su Reglament o y muy obser vant es de las const it uciones. Ahor a hay el peligr o de que las gent es comiencen a compar ar las con las nuevas r eligiosas y no quier o que Uds. Vayan a per der en la compar ación, pór t ense pues muy bien. Sean muy car it at ivas con las nuevas, muy ser viciales y no vayan a cr it icar las, por que las cr ít icas al f in y al cabo se pueden devolver en cont r a de Uds. Mucho le pido a Nuest r o Señor que les ayude a ser cada día más buenas como pr emio a las bondades de Uds. par a conmigo. Encomendándome a sus or aciones quedo Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. af mo. En + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 173 17 de mayo de 1969. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Recibí t u at ent a del día 12 y sir vió que me escr ibier as por que así me acor dé de mandar el per miso par a que vayas a acompañar a la her mana Aur or a en caso de que no t enga con quien ir se a su casa. Mucho les agr adezco t odas las at enciones que t uvier on conmigo ahor a que est uve en La Huacana y le pido a Dios Nuest r o Señor que las pr emie y las bendiga en abundancia. Ej er cít at e cada día más en la humildad por que est o es muy necesar io par a ser vir mej or a Dios Nuest r o Señor . Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 174 A 19 de mayo de 1969 R. M. Emma Guízar , S. I . C. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Te aviso que, Dios mediant e, el j ueves me oper an en Mor elia. Pide a Dios por mí. Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a t odas las Her manas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obi spo de Tacám bar o. 175 3 de j ulio de 1969 APRECI ABLE H I JA EN JESU CR I STO: Tú y ot r as dos her manas no est uvier on por aquí en est os días. Por eso t e escr ibo ahor a. Todavía n o est oy complet ament e sano, per o ya he mej or ado mucho, bendit o sea Dios. El vier nes me dij o el doct or que convenía que per manecier a aquí ot r os quince días, pues si me iba a Tacámbar o allá comenzar ía luego las act ividades aunque yo no quisier a, y pr ont o est ar ía aquí de r egr eso buscándolo. Por eso aquí est oy t odavía: escr ibo una car t a y descanso, luego escr ibo ot r a y así va pasando el t iempo. Aquí of r ezco a Dios sacr if icios por ust edes. Tú t ambién of r ece a Dios t odas t us penas par a que Él en cambio nos ayude a conseguir una ver dader a r enovación de ment alidad según el Concilio. Pr ocur a asist ir a las conf er encias en donde t r at an de l o que debe ser la r enovación de la vida r eligiosa, y si t e encuent r as libr os que t r at en est e t ema léelos t ambién. Especialm ent e t e r ecomiendo el libr o del Padr e Guer r er o en donde colecciona t odo lo que el Sant o Padr e ha dicho acer ca de la r enovación de la vida r eligiosa, pues en est o el mej or maest r o es el Vicar io de Cr ist o. Si no nos ponemos al día vamos a est ar en peligr o hast a de r ebuznar . La r ef or ma del unif or me hay que hacer la si así le par ece al Obispo del lugar en donde se t r abaj a, aunque sin seguir las modas del mundo, sino un est ilo act ual que no sea el de la gent e mundana, y que sea f uncion al o sea que f acilit e el cumpli mient o de los deber es y del apost olado, e higiénico. Además de la r enovación ext er na, im por t a t odavía más la r enovación int er na, y en est a vamos muy at r asados. La r ef or ma int er na debe ser en el sent ido de una r enovación más con scient e y vigor osa de los aut ént icos valor es de la vida r eligiosa. La r enovación, como dij o el Papa el 28 de mayo, solo ser á ef icaz si f avor ece una vida r ecogida y aust er a, el amor a la disci plina, el f er vor de la or ación , la gener osidad en el sacr if icio. Luch a con empeño por que t u r ef or ma sea así. Encomendándome a t us or aciones, con saludos de las her manas de aquí, y pidiendo a Dios que t e ayude a vivir cada día mej or t u consagr ación a Dios, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 176 29 de abr il de 1969 APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: A mi r egr eso me encont r é t u at ent a del día 18 de abr il en la que veo t u buena volunt ad de ser vir a Dios nuest r o Señor aunque par a ello t engas que hacer muchos act os de humildad como Él lo hizo cuando vino a r edimir nos y lo sigue haciendo t odavía a cada paso. Le est oy pidiendo a Nuest r o Señor que t e ayude en el diálogo a f in de dar t e a compr ender su punt o de vist a par a que t odo camine bien par a glor ia de Dios. Dispensa que no t e escr iba más lar go por que después de est ar muchos días f uer a, ahor a t engo muchas cosas que at ender , solament e t e r ecomiendo una vez más que sigas luchando por la adquisición de las vir t udes de la humildad y de la car idad pues est o t e ayudar á a r esolver los pr oblemas. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 177 29 de oct ubr e de 1969. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Por f or t una Dios no t e pide más de lo que t ú puedes. Si t e esf uer zas por cumplir t u deber del mej or modo que puedas, Dios t e lo t oma en cuent a como si f uer as una sabia. Cier t ament e los hombr es no ven nuest r as int enciones y nuest r os esf uer zos y por eso a veces no nos compr enden ni nos ayudan, per o debemos est ar bien especialment e con Dios. En t us clases sé humilde y pr ocur a pr egunt ar t odo lo que no sepas. Pr egúnt ale a la Madr e Ma. Luisa o a la her mana Tar cila. Dios se ha valido de la necesidad par a poner t e de nuevo en Tur icat o. Al acept ar de buena volunt ad est e sacr if icio, sin duda nuest r o Señor est á cont ent o cont igo. Est ás mal de salud, por eso t ienes deber de cuidar t e, t omar t us medicinas, pedir más medicinas cuando t e f alt en y venir a ver al médico cuando t er mines el t r at amient o. Me dicen que si t u enf er medad es algo de úlcer a int est inal, el suer o es excelent e r emedio. Sigue con mucho empeño adelant ando en la piedad, pues es lo pr incipal; el apost olado es consecuencia de la piedad. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o 178 1 de f ebr er o de 1970. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Acer cándose ya el día de mi sant o t engo la pr eocupación de que quier an enviar algún r egalo. Mas como t odas las casas est án ahor a con pocos r ecur sos, les r uego encar ecidament e que no me envíen sino un t esor o espir it ual, pues me dar ía mucha pena que t r aj er an t ambién algún r egalo mat er ial. Esper ando que cumplan con est e deseo quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 179 A 8 de marzo de 1970. R. M. Emma Guízar , S. I . C. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Por var ios conduct os he sabido que aún sigues delicada de salud. ¿Qué no convendr ía que t e vinier as una t empor ada a Tacámbar o par a que de aquí est és yendo a Mor elia a ver un especialist a? O si pr ef ier es est ar en Mor elia, t ambién est ar ía bien por que de lo cont r ar io vas a quedar en pur o car caj e, dispensándome la compar ación. Podr íamos sacr if icar alguna de las casas pidiéndole a una Her mana que vaya a suplir t e. Of r ece ent r e t ant o a Dios t odos t us suf r imient os. Si hemos de suf r ir , es mej or que lo hagamos ganando mér it os. Encomendándome a t us or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 180 A 8 de mar zo de 1970. R. H. Ma. Eugenia Lucer o, S. I . C. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Agr adezco las or aciones que has of r ecido a Dios por mi salud. Bendit o sea Dios ya voy mej or ando. La f uer t e inf ección que t enía en la f ar inge y en los br onquios ya va cediendo. Me alegr as con la not icia de que t e est ás por t ando bien con los niños. Dios nuest r o Señor los quier e mucho. En cuant o a t u enf er medad, no dej es de ir a ver al médico. Ahor a que est oy enf er mo, ust edes las Sier vas sí me mandan a que me examine el médico con sus apar at os, o me t r aen al médico, y yo me aguant o por que debo cuidar mi salud. Tú t ambién dej a que t e lleven al médico, no t e quedes silencit a sin decir lo que t ienes y cuida t u salud. No dej es de comer , clar o que no sin medida, sino hast a donde puedas. La comida t ambién es necesar ia par a la salud. Pr ocur a vivir unida con t odas, y aunque alguna amanezca de malas y t e haga mala car a, t ú siempr e t r at a bien a t odas y hazles buena car a. Acuér dat e de la Pasión del Señor . Encomendándome a t us or aciones, Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. quedo af mo. en + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 181 29 de abr il de 1970. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Anoche hablé con la Madr e Car men y me dij o que le habían hecho las dos oper aciones a la madr e Ma. Luisa y había salido bien. Bendit o sea Dios. De t odos modos sigan pidiendo a Dios por ella, pues el peligr o no cesa sino después de las 72 hor as. La her mana Cr ist ina est á allá cuidándola. La Misa de hoy nos habló de la gr acia y la car idad. Es la gr acia f uent e de car idad. Le pido a Dios nuest r o Señor que la gr acia sant if icant e pr oduzca en t odas ust edes sus f r ut os; que siempr e vivan ínt imament e unidas a Dios par a que así puedan t odas vivir unidas en la car idad de Dios. Encomendándome a las or aciones de ust edes, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 182 A 31 de mayo de 1970 R. M. Emma Guízar , S. I . C. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Ayer hubo Consej o y se vot ó si a Huet amo r egr esar ían t odas o algunas de las her manas que vinier on a vacaciones. El Consej o apr obó que volvier an las t r es her manas y est uvier an t odavía el mes de j unio allá, par a no est r opear el examen de los niños. Tan luego como pasen los exámenes mandas a Tacámbar o a t odas las her manas con t odas sus cosas. Dej an allá a la her mana Soledad par a que t e acompañe en las vacaciones, t ant o en los días que t engas que est ar en Huet amo, como en los días que est és en México. Yo me quedo pidiendo a Dios que les ayude a vivir unidos en la car idad y dando buen ej emplo a t odo el pueblo. Encomendándome a t us or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. Te f elicit o por el día de t u sant o. Of r ecí por t i una Misa. 183 1 de j ulio de 1970. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Ayer llegué a casa muy agr adecido por t odas las at enciones de ust edes. Dios nuest r o Señor les pr emie sus bondades. Ahor a t e escr ibo par a hacer les dos r ecomendaciones, pues cr eo que mucho les ser vir án par a cuando se les pr esent e la ocasión. Mucho les r ecomiendo que cuando la comunidad salga de paseo, pr ocur en no llevar per sonas aj enas a la comunidad, pues ahor a se acost umbr a mucho t omar un aper it ivo y t omar cer veza dur ant e la comida y en est o a veces las gent es insist en mucho. Si ust edes les hacen caso dan mal ej emplo, si se disculpan y no condescienden no f alt ar á t ampoco qué piensen; per o vale más no dar el mal ej emplo. Por eso les r ecomiendo mucho que ni por compr omiso vayan a t omar alguna bebida que cont enga alcohol, como cer veza, licor es, et c. También les r ecomiendo que si alguna vez les encomiendan ar r eglar algún salón que va a ser vir par a bailar vean a ver cómo se disculpan o piden que les cambien esa comisión por ot r a que no sea indecor osa par a ust edes. Hay que cuidar mucho el buen ej emplo par a poder hacer un gr ande bien a las almas. Yo est aba segur o que la Madr e t e har ía est as r ecomendaciones cuando f uer a a la Huacana o ahor a que vinist e a Tacámbar o; per o como me acabo de dar cuent a de que no t e las hizo, yo me t omo la liber t ad de dar t e est os consej os que son par a que mej or puedas conducir t u comunidad y par a bien de t odas. Pido a Dios que t e ayude a ser muy buena y a of r ecer le siempr e t odos los sacr if icios de t u vida par a acompañar lo con la cr uz. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice con t odas las her manas. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 184 24 de oct ubr e de 1970. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Mucho les agr adezco que hayan dej ado venir a la her mana Ampar o par a que le ayudar a a mi t ía en la f iest a del día 20. Dios les pr emie est as bondades. Ya me dí ot r o cabezazo, per o, bendit o sea Dios, ya no me duele. Ni me alcanzó a r omper la piel. Mucho me int er esa que sigan f oment ando la piedad, por que en la vida r eligiosa la piedad es f undament al; si se descuida t odo comienza a ir se por un volader o. También deben cuidar la pur eza en las lect ur as. Una r eligiosa que ha cogido la manía de leer cuader nos o novelas que no van de acuer do con la pur eza, no debe r enovar sus vot os; t ampoco debe r enovar los la que t enga amist ades peligr osas, a no ser que se apar t e def init ivament e de ellas. Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a t odas las her manas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. Saludos t ambién de par t e de mi t ía. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 185 24 de oct ubr e de 1970. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Me da mucho gust o saber que al f in encont r ast e dir ect or espir it ual. En la vida de per f ección cr ist iana es muy necesar io el dir ect or espir it ual, pues nosot r os nos engañamos muchas veces y necesit amos que alguien nos guíe par a no t omar algún camino er r ado. Ahor a lo que t ienes que hacer es ser sincer a con t u dir ect or y nunca t r at ar de conseguir que de t odos modos él t e apr uebe lo que a t i se t e ocur r a, nada más por que a t i t e conviene o t e par ece bien. Dios t iene sus planes sobr e cada uno de nosot r os y no acost umbr a hablar nos par a r evelar nos sus planes; per o en los sucesos de nuest r a vida y en la doct r ina del Evangelio podemos ir conociendo qué es lo que Dios quier e de nosot r os. Nada más que no siempr e somos capaces de ver esos sucesos a la luz del Evangelio; el int er és puede hacer nos t or cer la int er pr et ación de la doct r ina divina y aplicar la más a los hechos que nos suceden, por eso necesit amos mucho de un dir ect or espir it ual. Pido a Dios nuest r o Señor que t e ayude a apr ovechar muy bien est e benef icio par a t u sant if icación. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. Saludos par a t u compañer a, la her mana Ampar o y par a t odas las her manas. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 186 1 de noviembr e de 1970. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Agr adezco muchísimo t u car t a y le pido a Dios que t e pr emie t us bondades. Yo est oy mej or del oj o, bendit o sea Dios. Ya casi est á bien del golpe, aunque ya no voy a ver bien con él, per o no por el golpe sino por que ya est aba mal desde ant es. Siquier a el golpe f ue en el oj o malo y no en el bueno. Hoy le pido al Padr e Fr ancisco que no dej e de nombr ar les conf esor pues est o es muy necesar io. Anímalas a t odas a que t engan su dir ect or espir it ual, aunque no sea de allá, al f in que no es necesar io ver cada ocho días al dir ect or y puede ser dist int o del conf esor . El calor de allá es dur o. Se sient e uno desguanzado; per o mient r as más t r abaj o le da a uno cumplir su r eglament o y hor ar io, más mér it o t iene uno delant e de Dios. Si Él no ve la per f ección en lo que hacemos, al menos que vea el esf uer zo que hacemos par a ser vir le muy bien en t odo. Somos hij os de Dios y de la Vir gen par a ser vir a nuest r o Señor en la I glesia ( y est e es un r esumen del espír it u de las Sier vas, explicado en el cap. 2 de las Const it uciones) . Le pido a Dios que les ayude apor t ar se siempr e como hij as de Dios y ser ver dader as Sier vas, sir viendo a Dios en su I glesia. Ust edes lo sir ven en la educación cr ist iana de los niños. No dej en de leer y medit ar los capít ulos 3 y 4 de la pr imer a car t a de San Juan pues ahí explica cómo deben ser los hij os de Dios. Saludos de par t e de mi t ía. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 187 30 de noviembr e de 1970. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Me da gust o ver t u buena volunt ad par a luchar por ser buena y agr adar cada día más a Nuest r o Señor . Especialment e t e r ecomiendo que sigas con el empeño de adelant ar en la humildad, por que la humildad es el cimient o de nuest r a vida espir it ual. Recuer da que, si algo somos, no es por nosot r os, sino por la abundant e gr acia que Dios nos da. Por eso decía San Pablo: Qué es lo que t ienes que no hayas r ecibido? ¿Y si lo r ecibist e, por qué t e glor ías como si no lo hubier as r ecibido? Si algo valemos es por Dios. Si algo podemos es por el poder de Dios. Si algo somos es por que Dios nos ayuda a ser lo. Nuest r a cooper ación es muy pequeña aunque a nosot r os nos par ezca muy gr ande. La cooper ación de Dios es la que vale mucho. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 188 23 de mar zo de 1971. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Recibí t u car t a de f elicit ación que mucho agr adezco y le pido a Nuest r o Señor que t e ayude a cont inuar en la lucha por ser cada día más buena. Recuer da que uno de los medios par a pr act icar la humildad es la pobr eza volunt ar ia. Da t r abaj o pedir alguna cosa a los super ior es por que nos est or ba la sober bia. Y cuando ya pedimos y no nos hicier on caso o se les olvidó, más t r abaj o nos da pedir de nuevo. Si en est e caso nos dej amos llevar por la sober bia, es posible que pensemos: no vuelvo a pedir . También puede ser que pensemos: no me dan, yo coger é de donde haya. En ambos casos nos dej amos llevar de la sober bia en vez de pr oceder con humildad. También hay ocasiones en que la super ior a no t iene qué dar a sus súbdit as y ent onces hay que t ener humildad par a esper ar y luego volver a pedir . La pobr eza es una cr uz, por eso se necesit a humildad par a llevar la cr uz. No t e digo est as cosas por que cr ea que f alt as a la pobr eza, sino par a enseñar t e un camino por donde t ambién puedes pr act icar la vir t ud de la humildad, con el f in de que al ej er cit ar la pobr eza, ej er cit es t ambién la humildad. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 189 15 de abr il de 1971. APRECI ALBE H I JA EN JESU CRI STO: Dios t e pr emie por t u car t a del 28 de mar zo. En ella veo t u esf uer zo por ser buena y est o me llena de alegr ía. Est amos celebr ando la r esur r ección de Cr ist o con alegr ía, per o sin olvidar que a esa alegr ía se llega por el camino de la cr uz. En el Calvar io, en medio est aba el inocent e, el que sin haber pecado t omó nuest r o lugar par a padecer por nosot r os suf r iendo lo que nosot r os mer ecíamos. A un lado est aba un ladr ón obst inado en su pecado e incr epando a Cr ist o con ir onía, como cuando el pecador no quier e conver t ir se y r ezonga en cont r a de Cr ist o par a disculpar se. Al ot r o lado est aba Dimas r econociendo su pecado: ¡Feliz ladr ón que ant e la cr uz cor r igió su vida! Bendit o sea Dios que r econoces t us def ect os, pues así sient es más la necesidad de acudir a Dios con humildad par a pedir le que t e ayude a enmendar t e par a est ar después con El en el par aíso. Cuando más nos sent imos pecador es, más debemos acer car nos a Dios par a que nos ayude, pues sabemos que El en vez de despr eciar nos quier e ayudar nos. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 190 10 de sept iembr e de 1972. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Acaban de venir las her manas Flavia y Josef ina y me dier on t u r ecado. Con mucho gust o t e mando la bendición y le pido a Dios que t e ayude a hacer les un gr an bien a aquellas gent es de la Ruana, a las que r ecuer do mucho por que t odos f uer on muy buenos conmigo. Mient r as más unida est és a Dios, mayor ser á el f r ut o que logr es par a Dios; por eso no se t e olvide cumplir muy bien t us vot os pues ellos t e ayudar án a despr ender t e más de las cr iat ur as par a vivir más unida a Dios. Saluda mucho de mi par t e a la her mana. Aur or a y a la her mana. Ma. Auxilio. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 191 29 de abr il de 1973. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Ayer en la t ar de llegué de México y ya me t r aj e el t er mo que ust edes me hicier on el f avor de r egalar me. Muchas gr acias. Me ser vir á mucho. Dios se los pr emie. A Huet amo no podr é ir por que el día 10 t endr é que est ar en México en Car diología. Ust edes no dej en de avisar me cuando ya est é bueno el camino par a ir de nuevo a visit ar las. Ent r e t ant o no olviden la impor t ancia de cumplir muy bien sus vot os. Par a ello es necesar io el auxilio de la gr acia de Dios, per o ést a la pueden conseguir con la or ación y los sacr ament os. Tiene especial impor t ancia la or ación per sonal pues, quien hace bien su or ación per sonal, podr á hacer bien la or ación comunit ar ia y per manecer en la pr esencia de Dios de modo que su t r abaj o se t r ansf or me en or ación. Ayer escr ibí al Sr . Cur a de I nguar án. Si en I nguar án no hay car t er o, mucho, les agr adecer ía le pidier an a uno de sus alumnos de I nguar án el f avor de avisar le al Sr . Cur a par a que r ecoj a la car t a de la Agencia de cor r eos. Encomendándome a las or aciones de ust edes, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 192 7 de j unio de 1974. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Hoy me sent í con f uer zas par a escr ibir y por eso t e mando est as let r as pidiendo dispensa por no haber t e escr it o ant es con mot ivo de la muer t e de t u mamá. Tan luego como supe la not icia me puse a r ogar a Dios por su alma y al día siguient e of r ecí a Nuest r o Señor la Sant a Misa por ella. Ella se ha adelant ado a nosot r os; per o si nos por t amos bien, ya la alcanzar emos y pr ont o est ar emos t odos j unt os en la glor ia de Dios. Mucho vale una madr e. Y no t enemos con qué compr ar su vida t er r ena, per o vale más el buen Jesús, nuest r o Salvador y, al dej ar t e ella, t e dej ó ya con Nuest r o Señor par a siempr e. Aquí Él es nuest r o consuelo, nuest r a alegr ía, nuest r a f or t aleza, per o después de nuest r a muer t e nos dar emos bien cuent a de t odo lo que Él vale, o, más bien, conocer emos más lo que Él vale en sí y par a nosot r os, pues nunca alcanzar á nuest r o ent endimient o a compr ender t odo lo que Él es, aunque est emos siempr e viendo nuevos aspect os de lo que es y aunque est emos siempr e exper iment ando en dist int as f or mas la gr andeza de su amor . Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obi spo de Tacám bar o. 193 7 de j unio de 1974. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Hoy r ecibí la t ar j et a que a nombr e t uyo y de t us compañer os me enviast e de Acapulco, Dios t e lo pague. La t ar j et a me hace pensar que en nuest r a vida t ambién hay noches, a veces obscur as, a veces iluminadas. Complet ament e obscur as, cuando no buscamos la luz de Dios; medio obscur as cuando apr ovechamos poco esa luz, ya sea por culpa nuest r a, ya sea por que es pr ueba de Dios; iluminadas, cuando vemos la volunt ad de Dios y la acept amos con amor . De nosot r os depende mucho que las noches que vamos encont r ando en la vida no sean complet ament e obscur as. Dios siempr e est á dispuest o a ayudar nos. Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a t odas quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 194 7 de j unio de 1974 APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Hoy r ecibí la t ar j et a que me mandast e de Acapulco y mucho t e la agr adezco. A veces sent imos que nuest r a vida es una puest a de sol, por la suavidad y por la t r ist eza de que el día se t er mina y no hicimos casi nada par a Dios. Ot r as veces sent imos la vida como un at ar decer oscur o y t empest uoso que nos invit a unas veces a cont emplar la maj est ad de la t empest ad y ot r as veces, a buscar dónde r ef ugiar nos. Bendit o sea Dios que siempr e sent imos que nuest r o r ef ugio est á en Él y en la Sma. Vir gen Mar ía. Baj o la pr ot ección de ellos, ya pueden pasar t odas las t empest ades que quier an, que al f in nos sent imos segur os. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 195 10 de j unio de 1974. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Recibí la t ar j et a que me enviast e como r ecuer do de t u viaj e por el Pacíf ico. Dios t e lo pr emie y sobr e t odo t enga en cuent a t us or aciones por mí par a que t e las pr emie t ambién. Dicen que las cosas se par ecen a su dueño. El paisaj e de la t ar j et a es melancólico. Per o alegr ement e iluminado por la luz que baj a del cielo. Piensa que en t us hor as de suf r imient os y t r ist ezas es Dios quien t e ilumina y da la alegr ía necesar ia par a seguir haciendo el bien a los pequeñit os. ¿Qué podr íamos hacer nosot r os si no nos sost uvier a la luz de Dios que nos señala el camino que hemos de seguir y calient a nuest r o cor azón en amor de Dios y nos f or t alece par a vencer t odas las dif icult ades? Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 196 Tacámbar o, a 24 de agost o de 1974. Teniendo necesidad de que alguien nos ayude en los t r abaj os de escr it or io de nuest r as of icinas de la Cur ia y conociendo la buena volunt ad, ef iciencia, r esponsabilidad y espír it u de ser vicio a la I glesia de la her mana Ma. Ref ugio Ar r iaga, de la Congr egación de Sier vas de la I nmaculada Concepción, y cont ando con el acuer do de su Super ior a Gener al, por las pr esent es let r as la nombr amos Auxiliar de las of icinas de nuest r a Cur ia Diocesana. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 197 20 de mayo de 1975. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Agr adezco t u at ent a del día 2 del pr esent e y especialment e las or aciones que of r ecist e a Nuest r o Señor por mi salud. Le pido a Dios nuest r o Señor que t e pr emie est a car idad concediéndot e abundant es gr acias par a que puedas imit ar mej or a Cr ist o y vivir siempr e ident if icada con Él de t al modo que apr endas a pensar las cosas como Dios las piensa y a quer er las como Dios las quier e. Encomendándome a t us or aciones, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 198 4 de noviembr e de 1975. APRECI ABLE H I JA EN JESU CR I STO: Recibí t u at ent a en la que me cuent as las pr eocupaciones por t u genio que quizá t e impi da hacer los vot os per pet uos. No cabe duda que t odavía t e f alt a humildad y er es br usca en el t r at o con el pr ój im o, t e dej as ar r ast r ar por las pr imer as impr esiones f uer t es, siempr e t e veo como en t ensión y en r at os est ás alegr e y en r at os est ás t r ist e, a veces alent ada por la esper anza, a veces t e domina la in quiet ud, unas veces con ent usiasmo ot r as veces con desalient o. Si t e cont r adicen o humi llan t e dej as llevar de ar r ebat os y a veces en est os ar r ebat os se t e escapan palabr as violent as. Tot al que con f r ecuencia pier des el dom inio de t i misma y mor t if icas a los que est án cer ca de t i. Oj alá me equivoque, per o est a es la i mpr esión que t engo. Per o est o no es r azón par a desalent ar t e. ¿Qué hiciér amos si Dios nos hubier a hecho a t odos pan con at ole ? Ser íamos una bola de gent e aguada. Un caballo br ioso no es un mal caballo, l o que hace f alt a es educar lo. El apóst ol Sant iago ya andaba pidiéndole a Nuest r o Señor que hicier a llover f uego del cielo sobr e el pueblo que no los había r ecibido; per o apr endió a cont r olar se y f ue un gr an apóst ol. San Fr ancisco de Sales er a muy cor aj udo y así f ue hast a su muer t e; per o logr ó dominar se de t al modo que llegar on a llamar le el Sant o de la dulzur a . Seas o no r eligiosa t ienes que apr ender de t odos modos a dominar t us ner vios y t us impulsos viol ent os. Par a ello t e ser vir á no solo l a gr acia de Dios, sino t ambién t u pr opia colabor ación apr endiendo a t ener a r aya desde el pr incipio cu alquier movi m ient o desor denado; si sient es que t e empieza el cor aj e, domínalo luego. Apr ende a r ef lexionar ant es de hacer alguna cosa y así r ecobr ar ás poco a poco el domin io sobr e t i misma. Yo cr eo que en lugar de est ar quebr ándot e la cabeza pensando en si har ás los vot os per pet uos, debes pensar si est ás dispuest a, por amor a Dios, a educar t u t emper ament o y así f or mar bi en t u car áct er . Si est ás r esuelt a a t r abaj ar en est e sent ido, de segur o podr ás cumpl ir con los vot os per pet uos. Per o est o lo t ienes que r esolver t ú, conf iando mucho en el auxilio de Nuest r o Señor . Dispénsame por f avor si t e hablé t an clar o; per o no es por que no t e est imo, sino por que la misma car idad nos enseña a aplicar la medicina aunque duela, una vez que hemos locali zado l a enf er medad. Encomendándome a t us or aciones y con saludos par a las her manas, quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s. que de cor azón t e bendice. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 199 4 de sept iembr e de 1981. H n a . M a r í a Eu ge n i a Lu ce r o ( Hna. que Sr . obispo en sus últ imos años de vida) at endió al Excmo. APRECI ABLE H I JA EN JESU CRI STO: Te agr adezco sincer ament e t odo lo que has hecho por mí en los seis años que llevas en est a casa. Me has cuidado con mucha diligencia, delicadeza y pr udencia, aunque pudier a par ecer les lo cont r ar io a quienes no t e conocen bien. Est oy segur o que Dios t e pr emiar á t ant a bondad y lo que t e has pr eocupado par a que yo no est é depr imido. Est oy segur o que Dios t e dio vocación r eligiosa, apr ovéchala. Te dio t ambién el pr ecioso don de la alegr ía. Empléala par a comunicar t u alegr ía a t us compañer as. Sé siempr e alegr e, aún en medio de las penas, pensando que hay que vivir siempr e alegr ement e cr ucif icados con Cr ist o, nuest r o amor divino. Por eso, nunca t e desalient es en las cont r adicciones, lleva la cr uz con alegr ía por que no vas sola sino con Cr ist o que no quier e que dej es de acompañar lo. Dios t e ha dado t ambién af ect o hacia los pequeños, t an amados de su divino cor azón, per o no vayas a dej ar que por ellos t e olvides de su Amor , más bien ama a Dios en los niños por que ellos son miembr os de su Cuer po Míst ico. Por t u alegr ía y por t u bondad con los niños, yo cr eo que t u especial car isma es el kínder . Lást ima que por cuidar me a mí hayas dej ado de ej er cit ar ese car isma dur ant e seis años. En cuant o a t u alegr ía, solament e t e r ecomiendo que siempr e la ej er cit es sin molest ar a nadie; a veces suceder á que, sin quer er lo, mor t if iques a alguien, ent onces pide disculpa y no t e mor t if iques más, pues a quien t enemos que t ener cont ent o es a Dios. Si algún día Dios t e llama a seguir lo por ot r o camino en la vida r eligiosa, pr imer o asegúr at e de que el llamado sea ver dader ament e de Dios y no del diablo con el señuelo de huir de las dif icult ades, por lo mismo, ant es piénsalo muy bien y pr ocur a la apr obación de t u dir ect or espir it ual. Si no t ienes dir ect or espir it ual, r ecuer da que en la vida r eligiosa es obligat or io t ener lo pues se t r at a de llegar a la per f ección y muchas veces puede uno equivocar se si se dej a llevar por las inclinaciones nat ur ales, y el dir ect or puede ver muchas cosas 200 con más clar idad que nosot r os. A nosot r os nos pueden cegar los int er eses pr opios y el demonio se puede valer de nuest r as inclinaciones par a desviar nos. Recuer da t ambién que, como miembr os del Cuer po Míst ico de Cr ist o, t enemos que compar t ir con Cr ist o la cr uz. El que quier a seguir lo t iene que t omar t odos los días su cr uz. Él ya no padece en su cuer po r eal, per o padece en su Cuer po Míst ico. Lo que nosot r os suf r imos, Él lo une a sus suf r imient os en la cr uz, por eso decía San Pablo: Vivo cr ucif icado con Cr ist o . El deber de nosot r os cr ist ianos es vivir cr ucif icados con Cr ist o. Que la bendición de Dios Padr e Todopoder oso, del Hij o y del Espír it u Sant o descienda sobr e t i y per manezca siempr e. Dispensa las er r at as, per o ya me da t r abaj o escr ibir en máquina. + José Abr aham Mar t ínez B. Obispo de Tacámbar o. 201 CORRESPONDENCI A A SU TÍ A LUI SI TA ( Her mana de su mamá) La t ía Luisit a como la conocimos t odos, f ue par a el Señor Abr aham, casi una madr e, por que su car iño y su celo apost ólico no t uvier on límit es; si no, pr egúnt enselo a los niños que pr epar ó par a la Pr imer a Comunión. ¿Cómo f ue que pr of esó el 25 de diciembr e? Con su voz pacient e y t r anquila nos explicó: Una vez est ando enf er ma me dij er on que podía pedir los vot os en la hor a de la muer t e y así se lo pedí al Fundador ( el Señor Abr aham) y cuál f ue mi sor pr esa que al ot r o día el señor obispo me dio una solicit ud par a la madr e super ior a quien llegó días después con las her manas del Consej o y me dij er on que est aba admit ida en la Congr egación y que el noviciado podr ía r ealizar lo en mi casa, por mot ivos de enf er medad. En agost o de 1975 el señor Valbuena me implant ó el noviciado; no cumplí con los dos años de noviciado que dict a el r eglament o por que pr of esé el 25 de diciembr e, de 1976, est oy muy cont ent a, me sient o f eliz . ( Ent r evist a hecha por Víct or Mendoza) 202 Roma a 12 de oct ubr e de 1962. Sr i t a . Lu i sa Be t a n cou r t Tacámbar o, Mich. M U Y ESTI M AD A TÍ A: El sábado que salimos de México llegamos después de las 4 de la t ar de a Nueva Yor k por que hubo una hor a de r et r aso par a salir de México y por que la hor a de Nueva Yor k va adelant ada. No alcanzamos a ir a la ciudad. Apenas alcanzam os a ar r eglar el t r asbor de de avión. Salim os de Nueva Yor k un poco después de las 7 de la noche y como a las 8 nos dier on la cena; f ue t an abundant e que no pudim os acabar con ell a. Nos dier on unos zapat os de est ambr e par a pasar la noche y no me los puse por que no supe que er an par a eso. Tampoco se los puso el P. Car r eón, per o ya andaba per diendo uno de los de cuer o. Esa f ue la noche más cor t a que he pasado en mi vida, pues a las 6 hor as de haber se obscur ecido, amaneció de nuevo. Hor a y media ant es de llegar a Roma vim os las luces de una ciudad y comenzamos a at r avesar por Fr ancia. Est aba nublado y al salir el sol el espect áculo er a her mosísimo. En Niza comenzamos a par ar ar r iba del Mar Medit er r áneo y a las 8 de la mañana est ábamos baj ando en el aer opuer t o de Roma, cer ca del mar . La nueva casa del Pío Lat ino est á en un lugar her moso ent r e col inas a l a or il la de Roma y ent r e ot r os Colegios. Hacen cont r ast e las casas de ladr il lo color de r osa con l o ver de de los pr ados y de los pinos. Ya he vist o cuat r o veces al Sant o Padr e, especialment e ayer que f ue la inaugur ación del Concilio. Nunca había vist o una mult it ud t an gr ande de Obispos como ahor a; hast a me acuer do del r ancher o cuando vio muchos padr ecit os. Ter mino ya par a que se vaya hoy est a car t a. mandé ot r a par a la Hoj it a del Concil io. Al cabo ya Saludos a t odos los de la casa. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón los bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. Ext r añé el cambi o de comida y ya me andaba pasando lo que a Tr ino en México, per o me at endier on a t iempo y no me alcanzó a t r onar el est ómago. 203 Roma a 24 de oct ubr e de 1962. Sr i t a . Lu i sa Be t a n cou r t Tacámbar o, Mich. M U Y ESTI M AD A TÍ A: Hoy r ecibí su car t a y con gr ande alegr ía por que f ue la pr imer a car t a que r ecibí desde que est oy en Roma. Sigo mej or , bendit o sea Dios y eso que no dej o de salir mañana y t ar de. En la mañana par a ir a la asamblea, o sea a la Congr egación Gener al y por l a t ar de par a ir a al guna conf er encia que nos ilust r e más sobr e los punt os que se est án t r at ando. Est a t ar de f uimos con el Excm o. Dr . López a visit ar un r at it o al Excmo. Sr . Car denal de Polonia, quien est á muy agr adecido con Tacámbar o por que est amos pidiendo a Dios por Polonia. Est e r uego lo va a r epet ir por la Radio Vat icana en est os días al dir igir se las naciones de Amér ica par a decir que t ambién él pone a Polonia baj o la pr ot ección de Nuest r a Señor a de Guadalupe, Pat r ona de México y Emper at r iz de Am ér ica. Yo t ambién en est os días les voy a hablar por r adio a los f ieles de Tacámbar o. Ser á un saludo cor t it o. Llamen a alguien que les sepa poner el r adio en la Est ación del Vat icano, en la onda de 25 met r os, pues se est án per diendo de cosas muy int er esant es que han est ado t r asmit iendo en est os días par a México y de las cuales nada les cont é pensando que allá est aban oyendo la est ación del Vat icano. Yo t odos los días oigo aquí las t r ansmision es de la Radio Vat icana en it aliano y en español. Recuer den que la hor a en que se oye en México es a las 6: 30 de la t ar de. El Excmo. Sr . López ent r egó al Excm o. Sr . Car denal una imagen de la Sma. Vir gen de Guadalupe impr esa en seda, que le mandar on de la Basílica de Guadalupe. El n os r egaló a cada quién una imagen de Nuest r a Sr a. De Chenzt oj ova, con dedicat or ia. No r ecuer do el domi cil io del P. Raf ael, por eso le mando una car t a par a él, a f in de que se la mande cuando le escr iba. Cuént enme si siempr e f ue Jesús a Tacámbar o y salude de m i par t e a Chema y a Boni. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón la bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 204 A 26 de oct ubr e de 1962. Sr i t a . Lu i sa Be t a n cou r t . Tacámbar o, Mich. M UY ESTI M AD A TÍ A: Hoy r ecibí su at ent a del día 19 y con ella el cheque que me manda el Padr e Raf ael. Muchas gr acias. Pasado mañana, Dios mediant e cumplir é t r eint a y cuat r o años de sacer dot e. Celebr ar é la Sant a Misa aquí en el Colegio y por la t ar de vamos a r eunir nos los compañer os, pues con ocasión del Concilio he t enido el gust o de encont r ar me de nuevo con muchos compañer os de ent onces, que nos or denamos sacer dot es el mismo día. El lunes celebr ar é la Sant a Misa sobr e el sepulcr o de San Pedr o, pues hace 34 años allí celebr é mi pr imer a Misa. De los que me acompañar on ya solament e queda el Padr e Sor ia que t ambién celebr ó allí su pr imer a Misa. Ya he t enido cuidado de no caminar mucho a pie y est o me ha ser vido par a est ar cada día mej or . Ext r año la pist achit o par a caminar de un lado a ot r o, por que aquí los aut os de alquiler cobr an muy car o; per o ya me est oy dando mis mañas par a ir de un lugar a ot r o sin ocupar car r os de alquiler mas que cuando es muy necesar io. A San Pedr o nos vamos en un camión los Obispos del Pío Lat ino. El camión viene por nosot r os y nos esper a a la salida par a t r aer nos como a buenos niños de Colegio. El P. Car r eón la manda saludar a ust ed y a t odas las de por r a . Ayer f ue día de vacación y nos f uimos a visit ar el sepulcr o de San Pablo, y t ambién el lugar en donde f ue decapit ado, la gr ut a de la Vir gen de la Revelación, de allí nos f uimos a Mont ecasino al sepulcr o de San Benit o y Sant a Escolást ica, y de r egr eso llegamos a Genazano a visit ar la Basílica de Nuest r a Señor a del Buen Consej o. Est oy t omando f ot ogr af ías a color es par a poder les cont ar muchas cosas a mi r egr eso, sobr e t odo acer ca de las iglesias t an her mosas que hay por acá. La Abadía de Mont ecasino f ue dest r uida en la últ ima guer r a y ahor a est á ot r a vez her mosísima, decor ada con már moles pr eciosos. Saben colocar los t an bien y escoger t an bien los color es que con ellos f or man her mosos dibuj os. 205 Ot r as cosas les he cont ado en las t r es car t as que les he enviado ya, par a que se las lean el domingo. Per o no sé si esas car t as le habr án llegado al Sr . Cur a Reyes. La Madr e Mar ía Luisa est uvo en Roma cinco días cuando comenzó el Concilio; vino a visit ar me y siguió luego con el gr upo de per egr inos a cont inuar la gir a. El Domingo pasado f uimos a Galor o adonde nos convidar on a comer las r eligiosas mexicanas que est án est udiando aquí en Roma, allí est aba t ambién la Madr e Esper anza con su compañer a guadalupana. Fue el Excmo. Sr . Gar ibi y ot r os 40 Obispos mexicanos. Ese día comimos comida mexicana y gozamos visit ando iglesias y cont emplando los her mosos paisaj es de los alr ededor es de Roma. Saludos par a t odos. Siempr e los est oy r ecor dando. Especiales saludos a Jesusillo si t odavía est á allí. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. No se asust en por que acá se han muer t o algunos Obispos viej ecit os. De t odos modos en el mundo se muer en uno o dos Obispos cada semana, y como ahor a est amos aquí casi t odos, nada t iene de ext r año que los que han de mor ir muer an aquí. Hast a t ienen la vent aj a de que inmediat ament e r eciben los suf r agios de más de dos mil Obispos. 206 Roma, a 28 de noviembr e de 1962. Sr i t a . Lu i sa Be t a n cou r t Tacámbar o, Mich. M UY ESTI M AD A TÍ A: En invier no el sol es f loj it o. Sale muy t ar de y se acuest a t empr ano. Son las 5 de la t ar de en est os moment os, est a lloviendo y ya est á bien oscur o; lo cual no es de ext r añar por que t odos los días a las 5 se obscur ece. Ya nos f alt an solament e semana y media par a que t er mine la pr imer a par t e del Concilio. El día 9 de diciembr e por la mañana ser á la Canonización de cuat r o sant os y a medio día saldr emos en avión par a Jer usalén. Volver emos el día 18 par a comenzar luego nuest r o viaj e de r egr eso a Tacámbar o, pues la pr óxima t empor ada del Concilio comenzar á hast a el día 8 de sept iembr e. Quer emos ir nos de aquí por Venecia, Suiza, Ar s, Fát ima, Lour des, Par ís y Br uselas; per o t odavía no sabemos qué día t omar emos el avión en Par ís, pues depende de lo que t ar demos en est e viaj e. Mi deseo es est ar allá el 1° de Ener o. El Padr e Car r eón anda ahor a por el Nor t e de I t alia. Se f ue con el Padr e Melgoza y el Padr e Valient e; los esper amos mañana en la noche. Ya sabe pagar el camión y pedir mant equilla en it aliano; per o t odavía no ha apr endido a pedir gelat inas. Por su car t a del día 18 veo cuánt as gent es me mandan saludar . Favor de saludar las a t odas y decir les que no me olvido de pedir por t odos especialment e cuando visit o los sepulcr os de los Sant os. El Sant o Padr e est á un poco enf er mit o y t ienen que oper ar lo; per o él se est á aguant ando par a est ar con nosot r os en las f est ividades del día 8 y el 9 de diciembr e. Encomendándome a sus or aciones y con saludos par a t odos los de esa casa, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón los bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o. 207 A 26 de Diciembr e de 1962. Sr i t a . Lu i sa Be t a n cou r t . Tacámbar o, Mich. M UY ESTI M AD A TÍ A: Vine a visit ar al Sr . Cur a D. Fr ancisco Mor r illo el Padr e que est uvo un año ayudándonos en el Seminar io. Est á haciendo un f r ío como par a caér sele a uno las or ej as; por eso hoy no pienso salir de casa y aquí est oy encer r ado y sent ado j unt o a la lumbr e como t odos los viej it os r eumát icos. Ya nada más voy a Fát ima, Lour des y Br uxelas y salgo luego par a Tacámbar o ant es de volver me palet a. Pensaba descansar un día en Nueva Yor k per o con est e f r ío mej or me baj o de un avión par a subir me luego al ot r o. Si el f r ío y la nieve no nos det ienen en el camino, esper o llegar par a el 6 de ener o, per o es muy posible que no llegue sino hast a el 12 pues con t ant a nieve que ha caído a veces est án cer r ados los caminos y hay días en que ni los aviones quier en levant ar el vuelo. Me admir o de que no me ha dado guer r a la t os ni los br onquios. Bendit o sea Dios. A Lour des y Fát ima voy a r ogar a Dios y a la Sma. Vir gen por t odos. El r ecibir á los f r illazos que t enga que aguant ar en el camino. Encomendándome a bendice y saluda a t odas. sus or aciones, de cor azón las + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 208 A 4 de oct ubr e de 1963. Sr i t a . Lu i sa Be t a n cou r t Tacámbar o, Mich. M UY ESTI M AD A TÍ A: Hoy r ecibí su at ent a del día 27 con not icias de allá Bendit o sea Dios que t odos est án bien. A El le pido le dé salud a Mar gar it a Car r eón y a sus niños. A pesar de que me vine con algo de br onquit is, est e año he est ado bien de salud, quizá un poco mej or que el año pasado. Hast a hubier a quer ido ir me a Asís, pues ahor a t enemos libr es los sábados y domingos; per o t engo quehacer aquí y necesit o quedar me en paz. Además en est os días ha est ado lloviendo mucho como si ya est uviér amos en t iempo de aguas y así es mej or no salir . En el avión me cansé menos que el año pasado, a pesar de que t uvimos más hor as de viaj e por que nos llevar on hast a Copenhague, la capit al de Dinamar ca, muy cer quit a de Rusia y de Suecia. Llegamos a Roma a la una de la t ar de y los seminar ist as de Tacámbar o nos est aban esper ando en el aer opuer t o. El Padr e Filemón llegó el sábado t ambién a la una y f uimos a encont r ar lo. Él comienza mañana los ej er cicios espir it uales. Ayer celebr ó la Sant a Misa ant e t odos los Obispos del Concilio un Señor Obispo f r anciscano que cumplió 50 años de sacer dot e y t ambién 50 de Misioner o en Áf r ica. Compr é ot r os dos par es de medias, dos bandas y t r es solideos. Y mient r as muchos andan con el vest ido ar r ugado por que no t ienen quien se los planche, yo me encont r é la sot ana, la mant elet a y los r oquet es muy limpios y planchados, bendit o sea Dios. El Excmo. Sr . López est á hospedado t ambién en est e Colegio y los manda saludar . Oj alá se alivie el seminar ist a de Apat zingán. Así se lo pido a Dios. Al Excmo. Sr . Álvar ez le est oy pasando las not icias que ust edes me mandan de su seminar ist a. Muchos saludos par a t odos los de la casa y par a t odos los que acost umbr an llegar a pr egunt ar por mí. Encomendándome a sus or aciones quedo Af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 209 Roma, a 8 de oct ubr e de 1963. Sr i t a . Lu i sa Be t a n cou r t Tacámbar o, Mich. M UY ESTI M AD A TÍ A: Hoy r ecibí su at ent a del día 3 de oct ubr e. A la ent r ada del r ef ect or io hay un casiller o. Cada hueco t iene un nombr e y me da mucho gust o encont r ar car t as en el huequit o en donde est á mi nombr e. Per o a veces me llevo chasco por que con f r ecuencia se equivoca el que r epar t e las car t as y pone en mi huequit o las car t as del Excmo. Sr . Vélez Mar t ínez de Toluca, o las del Excmo. Sr . Mar t ínez A. de Tar aumar a, y a veces aún las del Padr e J. A. Llaguno. Fui a una mer cer ía y me sur t í de hilos par a poder me r emendar en casos ur gent es, pues los cor dones de la banda ya se habían despegado de t r es lugar es y los había pegado con hilo de ot r o color . Par ece que ya est oy menos at ar ant ado que el año pasado par a manej ar la aguj a. Hast a r emendando dur ant e el Concilio sir ve uno a Dios. Las uvas est án dulcísimas y muy suavecit as, las per as par ecen de azúcar y mant equilla y las manzanas aunque no par ezcan bien madur as est án suaves por dent r o. Dur aznos ya no alcancé, per o los dur aznos aquí son t ambién especiales. El queso est á de lamer se uno los dedos y los macar r ones t ambién. No t enga pues pendient e por la comida. Además no dej o de t omar la medicina que me r ecet ó el doct or al pasar por Mor elia. Ya f ui a visit ar a las Br igidit as de aquí. Todos est os días ha habido muchas Misas de Obispos en la iglesia de Sant a Br ígida. Muchos saludos par a las viej it as de la casa y par a las Clet illas y el Clet illo, y par a t odos los que van a pr egunt ar por mí. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 210 A 18 de oct ubr e de 1963. Sr it a. Luisa Bet ancour t Tacámbar o, Mich. M U Y ESTI M AD A TÍ A: Recibí su at ent a del día 11 con las not icias de la ida al Cubilet e. El día 14 est uve pensando en que est ar ían en el Cubilet e los de Tacámbar o y que t ambién allá se acor dar ían de pedir a Dios por mí, como lo hicier on el año pasado. Anoche mismo le pasé la not icia al Excmo. Sr . D. Vict or ino Álvar ez de que su seminar ist a ya est aba muy m ej or ado, y le dio mucho gu st o. Voy a conseguir lu ego las bendiciones de Alf on so y Doña Felícit as, a ver si me las pueden ent r egar ant es de volver me, pues me dicen que est e año hay mucho r ecar go, y como solo un señor Obispo f ir ma a nom br e del Sant o Padr e las bendiciones, me las ent r egar án hast a dent r o de cuar ent a días por lo m enos. Ayer le di sus saludos al Excmo. Sr . López y est uvo acor dándose de cuando est uvo allá. A la Madr e Esper anza no la veo desde el día de la audiencia con el Sant o Padr e; per o cuando la vea o se of r ezca hablar le por t eléf ono, le dar é los saludos. Saludos par a Ter esa Or t iz. El día de su sant o me acor dé en la Sant a Misa de ella. Mañana la or quest a de Sant a Cecilia ( 150 pr of esor es de música) n os dar á un Concier t o a los Padr es Concil iar es. Con la or quest a cant ar án los cor os que vinier on de Alemania. El Excmo. Sr . López ya se f ue est a t ar de a oír el últ imo ensayo. El domingo par a celebr ar el Día de las Misiones, el Sant o Padr e, consagr ar á en San Pedr o 12 Obispos, casi t odos misioner os, ant e la pr esencia de los Obispos que asist imos al Concil io. Oyer on el discur so del Sant o Padr e a los mexicanos el día 12 de est e mes? De aquí lo t r ansmit ier on por r adio y t ambi én por t elevisión. Sigo bien de salud, y quizá aun mej or , bendit o sea Dios. Encomendándome a las or aciones de t odos y con saludos af ect uosos, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón los bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 211 Roma, a 8 de noviembr e de 1963. Sr i t a . Lu i sa Be t a n cou r t M UY ESTI M AD A TÍ A: Le mando est e papelit o en donde est á la Basílica de San Juan de Let r án, y en la plaza la est at ua de San Fr ancisco de Asís, por que pasado mañana t engo que ir a San Juan, la Cat edr al del Papa, con capa y mit r a a la f est ividad de la t oma de posesión del Sant o Padr e Pablo VI . Dicen que est a f iest a es muy her mosa. Díganle a alguno de los Padr es del Seminar io, o al Padr e Zar agoza, que les busque la est ación del Vat icano. Cr eo que les har á est e f avor . Se oye en 25 met r os, en la segunda banda de abaj o par a ar r iba, j unt o a la est ación de Cuba. No les digo que le hagan ese encar go al Padr e Car r eón por que él a esa hor a ha de est ar t ambién oyendo y gr abando lo que oye. En est a semana el est ómago hizo un int ent o de enf er mar se, per o como mi cuar t o est á f r ent e al Her mano enf er mer o, él me dio unas past illas que me aliviar on luego. Y no f ue por el queso. Muchos saludos par a t odo aquel mont ón de gent es que se acuer dan de mí. Sigo pidiendo por t odos y enviándoles mi bendición. Saludos par a t odos los de la casa. Que sean t odos muy buenos. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón la bendice con t oda la r aza. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 212 Roma, a 17 de noviembr e de 1963. Sr i t a . Lu i sa Be t a n cou r t Tacámbar o, Mich. M U Y ESTI M AD A TÍ A: Recibí su car t a de f echa 10 de noviembr e y le agr adezco sus let r as. Dent r o de un mes, Dios mediant e ya est ar emos allá en posadas comiendo cacahuat es y colaciones y cant ando villancicos, si Dios nos da licencia. Ya f alt an solament e dos semanas y media par a salir de Roma y volver a la Diócesis. Hoy f ui con el P. Filemón, Fr ancisco Mer los, Julio Piment el, I gnacio Rodr íguez y un seminar ist a de Guadalaj ar a que nos conduj o el aut o que alquilamos, hast a Fer r ier e y allá celebr é la Sant a Misa en la cocina de la casa de Sant a Mar ía Gor et t i, hoy conver t ida en capilla. De allí nos f uimos a Nept uno en donde est uvimos ant e los r est os de Sant a Mar ía Gor et t i; luego, después de hacer macar r ones y pescado asado, a la or illa del mar , nos f uimos al hospit al en donde mur ió Sant a Mar ía Gor et t i y est uvimos r ezando en el cuar t o en donde ella mur ió, hoy conver t ido en capilla. Fuimos al sepulcr o de Emma Allegr ini, y nos volvimos a Roma por la or illa del mar , cont emplando los her mosos paisaj es de la Cost a. 213 Roma, a 18 de sept iembr e de 1965. Sr it a. Ma. Luisa Bet ancour t . Tacámbar o, Mich. M UY ESTI M AD A TÍ A: Por f in est oy ya en Roma y hoy t engo mucho gust o por que r ecibí la pr imer a car t a con not icias de allá. Ya est amos muy aplicados en el Concilio, aunque como los muchachos que pier den un año: ahor a t engo que est udiar t er cer o y cuar t o al mismo t iempo par a poder saber de qué se t r at a en las discusiones. De salud est oy mej or que en años ant er ior es, bendit o sea Dios. He caminado mucho a pie y no me he cansado aunque me voy siempr e con pr ecauciones. Ant ier celebr amos el 16 y hubo cant os y t r aj es de char r o y sombr er os de char r o y chile, aunque no lo t omé, y unos f r ij oles muy bien hechos. El Padr e Jesús se t omó un plat o bien lleno por si no nos vuelven a dar . Todavía alcancé dur aznos y est án deliciosos. Pescado nos dan t odos los días. De modo que no t enga pendient e, que nos t ienen muy bien at endidos. ¿Cómo est uvo allá el imaginando el desf ile. 16? Desde acá me est aba Ya he r ecor r ido var ias iglesias y en t odas pido a Dios por ust edes, hast a por los j uanet es de Tr ina, par a que ya no ande r engueando. Hay que pr epar ar nos par a llevar a cabo las r esoluciones del Concilio. Es necesar io pensar en llegar a una vida de sant idad o sea de ver dader a consagr ación a Dios. Ya el decr et o De Ecclesia apr obado el año pasado habla de est a consagr ación a Dios, lo que hace f alt a es vivir la. Encomendándome a las or aciones de t odos y con saludos par a t odos los t acambar enses, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón los bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 214 Roma, a 27 de sept iembr e de 1965. Sr it a. Ma. Luisa Bet ancour t . Tacámbar o, Mich. M UY ESTI M AD A TÍ A: Hoy r ecibí su at ent a del día 21 con gr at as not icias de ésa. Gr acias a Dios y t ambién a ust ed que me escr ibe. He seguido muy bien de salud, nada más un poco cansado por que t engo que ir est udiando al mismo t iempo los esquemas de est e año y los del año pasado. Esper o que venga por aquí Pepe Fr anco par a ver lo ant es de que t er mine el Concilio, y llevar lo a conocer algunos lugar es her mosos de Roma. El sábado f ui a Lor et o. Queda de aquí como de Mor elia a México; per o alcanzamos a ir y volver el mismo día. En Tolent ino comimos pollo asado y unos macar r ones gr uesos r ellenos de picadillo; yo no sé como se llama eso, per o ust ed sí ha de saber ; me dij er on el nombr e, per o ya se me olvidó. Est uve t ambién en la Basílica de San Nicolás y j unt o a la ur na en donde est án los r est os del Sant o r ogué por t odos, especialment e por los de la Huacana y Chupio que t ienen por pat r ón a San Nicolás de Tolent ino. A Lor et o llegamos hast a las 4: 00 de la t ar de. A la ida hicimos más t iempo por que nos desviamos por las her mosas mont añas, bosques y lagos de Riet i. En Lor et o celebr é la Misa en la Sant a Casa y luego nos r egr esamos de pr isa hast a Roma. Tenía int ención de ir t ambién a Asís; per o los Excmos. Sr es. que iban conmigo quer ían est ar ese mismo día de r egr eso en Roma y t uve que condescender con ellos. Ot r o día me dar é mi escapadit a a Asís. Nos dicen que pr obablement e a media et apa del Concilio nos dar án unos 10 ó 12 días de vacación; si est o r esult a cier t o, apr ovechar é esos días del mej or modo posible. Muchos saludos par a el P. Car r eón y demás Padr es, par a los de casa y de f uer a. Todos los días les mando la bendición. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 215 Roma, a 10 de oct ubr e de 1965. Sr i t a . M a . Lu i sa Be t a n cou r t M UY ESTI M AD A TÍ A: Recibí su at ent a del día 28 y le agr adezco las not icias que en ella me da. Veo que sí le est á ayudando a Dios par a que nos volvamos a ver . Él quier e ayudar nos, per o quier e que t ambién nosot r os hagamos algo de nuest r a par t e. Muy bien est á que los muchachos le ayuden en el cuidado de las plant as par a que ust ed no se f at igue. Ahor a est amos discut iendo el Decr et o acer ca de las Misiones y cr eo que a f ines de la semana comenzar emos a est udiar y discut ir el Decr et o acer ca de la vida sacer dot al. Ruéguele a Dios que nos ayude mucho en est e Decr et o pues es muy impor t ant e que t engamos muchos sacer dot es sant os y buenos apóst oles de Nuest r o Señor . Yo sigo muy bien de salud, bendit o sea Dios. Est e año hay una novedad en el r ef ect or io: nos han dado f r ij oles y elot es cocidos. Y por cier t o que nos saben muy buenos. Muchos saludos par a los Padr es, especialment e par a los que van a casa. Dígale por f avor al Padr e Zar agoza que mañana le mando el discur so del Papa acer ca de las cooper at ivas. Saludos a Tr ina, Sar a, Lupe, Ma. Elena y Diego, y a t odos los que me mandan sus saludos. Voy a conseguir las bendiciones que desean las Álvar ez. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice. + José Abr aham Obispo de Tacámbar o 216 Roma, a 21 de oct ubr e de 1965. Sr i t a . Lu i sa Be t a n cou r t Tacámbar o, Mich. M UY ESTI M AD A TÍ A: Ayer r ecibí su at ent a del día 10 y agr adezco muchísimo las f elicit aciones que t uvo la amabilidad de enviar me. Pido a Dios que le pr emie sus or aciones y sacr if icios. Pasé el día muy cont ent o: Misa sobr e el sepulcr o de San Pedr o, en el alt ar de mi pr imer a Misa y j unt o al sepulcr o de S. S. Pío XI I el que me nombr ó Obispo: comida con muchos de mis Vener ales. Her manos Obispos. Muchos cablegr amas y un mont ón de car t as hast a de niños; por t eléf ono me hablar on las Sier vas de México y las de Tacámbar o. También yo me he caído dos veces aquí en Roma, en la calle, per o no ha pasado del por r azo. Como mis oj os no me ayudan, a veces no veo bien dónde t er mina la banquet a. Ust ed cuídese, ya ve cómo los viej it os muer en a veces de un por r azo. Pido a Dios por Vicent it a Mer cado, viva o muer t a. Han llegado las car t as de la Madr e Anit a. Yo er a el que no sabía cómo escr ibir le por que no t enía el domicilio como es ahor a. También nosot r os est uvimos t odo el día 4, pegados a la t elevisión viendo el viaj e del Sant o Padr e. El día 5 acababan de t er minar las discusiones en el Concilio cuando llegó a la Sesión y nos cont ó su viaj e. Del aer opuer t o se f ue dir ect ament e a la Basílica de San Pedr o. Yo me había llevado el r adio chiquit o y me di cuent a a qué hor as llegó al aer opuer t o, el discur so que dij o al llegar y a qué hor as llegó a la Plaza de San Pedr o. Así los Excmos. Sr es. Obispos que est aban j unt o a mí en el aula est uvier on oyendo la descr ipción del paso de Su Sant idad por la plaza. Muchos saludos par a t odos, especialment e par a los que est án r ogando por mí a Dios nuest r o Señor . Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón los bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 217 Roma, a 26 de oct ubr e de 1965. Sr i t a . Lu i sa Be t a n co u r t . Tacám bar o, Mi ch . M U Y EST I M AD A TÍ A: Reci bí su at en t a de f ech a 21 del pr esent e, con t ándom e cóm o est u vo al l á l a f iest a del 20. Di os nu est r o Señ or les ha de pr em iar t odo l o qu e hi ci er on por m í, pues l o n ecesi t o más ah or a qu e el Con ci l i o n os h a apr et ado l as t u er cas par a qu e t odos pen sem os m ás en n uest r a pr opi a san t i f i caci ón . Qu i zá t enga que h abl ar ot r a vez por Radi o Vat i can a pu es m e i n vi t ar on. En caso de h acer l o, les avi sar é a t i em po. En ese caso con vi en e que desde un os días an t es l es ar r egl e el r adi o el P. Car r eón y ya n o l o vu el van a m over ( sol amen t e m over án l a per i l la de encender l o) , por qu e es di f íci l encon t r ar l as est aci ones de on da cor t a cu an do un o n o t i en e exper i en ci a par a el l o. Ya pasó l a sem an a de vacaci ones, per o no sal í. Me l a pasé escr i bi en do y est u di an do. Hoy t er m i n ar on ya l as di scu si on es de l os esqu em as; per o t odavía n os f al t an m uchas vot aci ones. De m odo qu e l as sesi ones t i en en qu e segui r par a est ar hacien do vot aci on es y de cu an do en cu an do t endr em os u n poco de vacaci ón par a dar t i em po a l as Com i si on es par a pr epar ar l o qu e t en em os que vot ar . Por eso l a sem an a ent r ant e ser á t am bi én de vacaci ón y ah or a sí voy a apr ov ech ar l a par a ir a Jer u sal én con el Padr e Am ezcu a. Sal i m os, Di os m edi ant e, el vi er nes 29 a l as 4: 30 de l a t ar de ( 9: 30 de l a m añ an a en México) y esper am os vol ver el sábado 6 por l a m añ ana o a m ás t ar dar el dom i n go 7 día del San t o de Tr i n a. En el Cal var i o l as en com endar é a Dios n uest r o Señ or y a nu est r a Señ or a de l os Dol or es. De salu d si go m ej or qu e en ot r as ocasi ones. Y eso qu e aqu í l l ev am os ot r o r égi m en de com i da: por l a m añ an a u vas o un a per a, un a r eban adi t a de qu eso y u na t aza ch i ca de caf é con l ech e. A m edi o día, f r ut a, sopa agu ada, car ne con ver dur as, un a r eban ada de qu eso y t é. En l a n och e, sopa agu ada, car n e o hu evos con ver dur as, f r u t a y t é. En com en dán dom e a su s or aci ones y con sal u dos par a t odos l os de casa y par a t odos l os qu e m e h an m an dado salu dar , quedo af m o. En Cr i st o y s. s. qu e de cor azón l os ben di ce. + José Abr ah am . Obi spo de Tacám bar o. Mañ an a celebr ar é l a San t a Mi sa por Vi cent i t a. Por f avor m án den me h acer en Mor el i a l a sot an a m or ada con m ant el et a, pues al l á n o m e f i j é y m e t r aj e l a m an t el et a aguj er ada por l a pol i l l a y así h e an dado aqu í. El P. Car r eón sabe don de vi ve el Sast r e Gar cía San són que es el qu e t i ene l as m edi das. Cu an do l l egue, paso por Mor el i a a que me l a pr u eben. 218 Roma, a 14 de noviembr e de 1965. Sr i t a . Lu i sa Be t a n cou r t . EX CELEN TÍ SI M A TÍ A: Volví muy cont ent o de Tier r a Sant a por que ahor a ya no t uve necesidad de ir a t odas par t es siguiendo algún gr upo: Como ya conozco, ahor a me iba solo a donde más me gust aba y allí me est aba leyendo en la Sagr ada Escr it ur a lo que sucedió en ese lugar e imaginándome que est aba viendo aquellos sucesos. Solament e a las par t es lej anas me f ui en gr upo con ot r os per egr inos. Ya no me han dicho nada de ir a la Radio Vat icana. Tal vez ya se les olvidó. No t enga pendient e por que solament e como dos plat illos. Es que no ha vist o cómo me los dan de copet eados. Hast a pr egunt an por mí mis buenos her manos, por que dicen que no me ven det r ás del plat o. El Concilio t er minar á, Dios mediant e el día 8 de diciembr e, como a las 4 de la mañana hor a de allá; en esos moment os los cat ólicos de t odo el mundo est ar án unidos en or ación con el Sant o Padr e y sus Obispos. Per o el éxit o f inal del Concilio lo ver emos después, cuando t odos pongamos en pr áct ica lo que el Concilio nos ha enseñado. Que Dios le ayude a hacer mucho bien a los niños de ANAC. Encomendándome a las or aciones de t odos y con saludos par a t odos los que me han mandado saludar , quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que de cor azón los bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. 219 Roma, a 3 de diciembr e de 1965 Sr i t a . M a . Lu i sa Be t a n cou r t . Tacámbar o, Mich. M UY ESTI M AD A TÍ A: Recibí su at ent a del día 26 y t ambién la ant er ior . Mucho le agr adezco que me dé not icias de allá, pues aunque est e ocupado, me sir ve de dist r acción est ar sabiendo algo de Tacámbar o. Pidan a Dios que nos dé buen t iempo par a el día 8, pues así podr á ser la clausur a del Concilio en la Plaza de San Pedr o y más de 200, 000 f ieles podr án gozar de las cer emonias y t omar par t e en ellas. Ha est ado lloviendo, por que aquí est amos en las aguas, y hace mucho f r ío. Per o el día 8 me voy a poner los dos suét er es par a aguant ar el f r ío en la plaza. Hoy esper o la car t a de Tr ina, aunque yo cr eo que ya no alcanzar emos a conseguir la Bendición por que se necesit a t iempo par a ello. Encomendándome a sus or aciones, quedo af mo. En Cr ist o y s. s. que a t odas bendice. + José Abr aham. Obispo de Tacámbar o. Saludos par a t odos los que me mandan saludar . 220 This document was created with Win2PDF available at http://www.daneprairie.com. 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