9 Septiembre 1909 - Gobierno

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ANO XV NÚM. 348 PA MPLONA 9 de Septiembre de 1909 Con censura eclesiástica DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN ÜBIioíeca (£afólico-ropagan3isfa PAMPLONA ENFERMEDAD YMEDICINA N cumplimiento de su deber fue el Sr. Fiscal del Tribunal Supremo á Barcelona, para estudiar á raíz de la catástrofe los motivos y causas que la engendraron, y después de conferenciar con las autoridades, oír á los interesados, recoger los latidos de la opinión y acumular cuantos datos pudo para Formar juicio exacto y poder comunicarnos sus luces desde las alturas de su cargo y en la próxima fiesta de la apertura de los Tribunales, donde ha de leer la indispensable Memoria, regresó á Madrid sin novedad en su salud. Pero los periodistas, que son indiscretos por naturaleza y que viven de eso precisamente, no dejaron á sol ni á sombra al Sr. Fiscal hasta conseguir algunas declaraciones, especie de adelanto á cuenta de las que ha de consignar en la dicha Memoria. Y el Sr. Fiscal, todo amabilidad y dulzura, condescendió con el deseo de los chicos de la prensa largando por delante unas cuantas verdades sobre los sucesos de Barcelona, que han publicado todos los periódicos y que no tenemos necesidad de reproducir íntegros, pero que comentaremos en parte, en virtud de nuestro derecho y en cumplimiento del deber profesional que nos manda hablar de los asuntos de actualidad. 1T TEJERÍA, 40, 2.°, lzq.a U tomando extraordinarias medidas para que no nos invada el cólera, declarado en Rusia y amanecido en Holanda, y á pesar de ello existen serios temores de que nos toque algún chispazo: ¿qué sería si no se tomase medida alguna y se recibiesen á libre plática todos los buques sospechosos, y más aún, se declarase inatacable é ilegislable el contagio, como derecho de los pueblos modernos erigido en principio? Si aun persiguiendo á muerte el antimilitarismo como Forma y expresión del antipatriotismo* seria difícil librar á todos los españoles de esa peste perniciosa que ha brotado en las entrañas de los pueblos apóstatas, como brotan nuevas enfermedades y contagios de las llagas que no se curan, ¿qué será no persiguiéndolo? ¿qué será cruzándose de brazos ante la invasión? ¿qué será deFendiendo esas y otras propagandas infames, como derecho nuevo y sustancia de la vida moderna á lo cual no se puede tocar? Así se vio y sintió que cundía la indisciplina; que et nombre bendito de Patria no despertaba llamaradas de amor como en otras ocasiones; que al verla en grave pe-, ligro no todos sus hijos se preparaban á formar una muralla á su alrededor; que había aversión y odio en vez de compasión y cariño y espíritu de sacrificio, y que todos estos horrores habían tomado un nombre, el nombre conque gráficamente les señaló el Sr. Fiscal del Tribunal Su- premo: antimilitarismo. Según el Excmo. Sr. D.Javier Ugarte, Fiscal del Tribunal Supremo mientras escribimos estas líneas, los sucesos tristísimos de Barcelona han tenido un carácter esencialmente antimilitarista. Y es verdad y este es el mal de moda en Francia y en Italia, que como no podía menos de ocurrir ha invadido nuestro territorio y causa grandes estragos en él. Porque si ahora mismo se están ¡Ay! pero nuestra desgracia e's mayor y los sucesos de Barcelona no son sólo manifestación de antimilitarismo;, lo son principalmente de anticristianismo; tienen el sello de otro odio más grave aún que el odio á la Patria, y es el odio á la verdad, el odio á la Religión católica, el odio á la Iglesia de Jesucristo, que es la depositaría y guardiana de la verdad en el mundo. Pasados los primeros bro- LA AVALANCHA 198 tes de insubordinación, ó si se quiere, elevada la sedición á la categoría de hecho consumado, siquiera no durase más que pocos días, se vio que las turbas no se dirigieron á persuadir á los soldados que dejaran el servicio militar, ni contra las oficinas públicas representantes de los poderes que ellos consideraban sus enemigos, ni siquiera contra los registros de la propiedad que es la última parte del programa de Lerroux; sino que con cierta tranquilidad y como obedientes á un plan se dirigieron contra las parroquias é iglesias, contra los conventos y asilos, contra los lugares santificados por la presencia de Dios Nuestro Señor, donde en mil formas y maneras se ejercita la caridad, rodeada de todas las otras virtudes que sólo brotan en el jardín de la Iglesia católica. Ni aun se puede decir que el robo y la sed de riquezas, manchados con el estigma de sacrilegos, fueran el principal móvil de los sediciosos; porque los robos sacrilegos fueron lo menos en los horribles sucesos de Cataluña; lo más fue el incendiar, el destruir, el acabar con cuanto tuviese el sello de Cristo, y aun sin ánimo de lacro en muchas ocasiones. Y esto es lo que pone los cabellos de punta. Y esto es lo que hiela la sangre en las venas. Y esto es lo que está pidiendo á gritos reparación y desagravio proporcionados á la ofensa. Y esto es la quinta esencia de los horribles sucesos de Barcelona, y lo que les distingue de todos los demás y lo que les imprime carácter. Y contra esto hay que reaccionar si queda sangre en nuestras venas, si hemos de merecer el dictado de católicos españoles que no se avergüenzan de su historia. Y á nosotros, pobres periodistas metidos en el ruido del mundo, no se nos ocurre al llegar aquí, fuera de los remedios de carácter general, más medicina que la que hace más de tres siglos consigpó Santa Teresa de Jesús en el primer capítulo de su Camino de perfección, cuando vino á saber los daños de Francia, de estos luteranos y cnanto iba en aumento esta desventurada seta: i.° "llorar con el Señor y suplicarle remedio de tanto mal,, 2.° poner toda ansia en que "pues tiene tantos enemigos y tan pocos amigos, que éstos fuesen buenos,,. Y como consecuencia de estas premisas, hacer ese poquito que puedo y es en mi. ¡Oh! Si cerrando los oídos á las sirenas de las mescolanzas y prudencias de la carne, cada cual hiciese lo que puede y es en él, llorando con el Señor y poniendo todo ahínco en que los pocos amigos que le quedan fuesen dignos de tal nombre, otra sería nuestra suerte y aun habría salvación para España. ESTANISLAO. LOURDES Y SU CLÍNICA MÉDICA el año pasado tuve el honor de formar parte de la Peregrinación navarra á Lourdes, trató de hacerme cargo de lo que en la Oficina de comprobaciones médicas pasaba, siendo recibido bondadosamente por su jefe, el respetable Dr. Boissarie, quien ha hecbo de Lourdes una clínica especialisima, sin más objeto que reconocer y diagnosticar los enfermos que lo soliciten, y comprobar la curación de otros tratando de explicar el modus operandi de las curaciones realizadas. UANDO La seriedad y respetabilidad de los médicos encarga* dos de la Oficina, la minuciosidad con que llevan á cabo los reconocimientos, y sobre todo el tacto clínico y seriedad del Dr. Boissarie, son cualidades en las que todo el que aquella clínica visita no puede ineuos de fijarse y deducir en consecuencia: que loa juicios clínicos que allí se formen y salgan á la publicidad con la firma del doctor Boissarie, son dignos de todo respeto por BU ciencia, conciencia y especial pericia en lo que á la explicación natural ó extraordinaria de los hechos allí realizados se refiere. Allí vimos un registro donde consta que cientos de doctores do todo el mundo han asistido para observar y quizás fiscalizar la manera de hacer clínica en Lourdes: no sé que nadie haya notado deficiencias en cuanto al proceder técnico del Dr. Boissarie. Una circunstancia, de grandísima importancia á mi juicio, me llamó la atención, y es, yo creo, eí hecho sobre que se funda toda la seriedad del clínico de Lourdes; esto es, que con táctica suavH y especial descarta del objeto de sus juicios clínicos públicos, de curación ó de mejoría, á toda persona enferma, ó supuesta tal, de histerismo ó nerviosismo: con este proceder se quita á los enemigos el arma poderosa déla sugestión ó auto sugestión obrando cosaa'extraordinarias en esa clase de enfermedades nerviosas. De modo que teniendo tales condiciones de seriedad y de pericia son respetabilísimos los diagnósticos de Lourdes, lo mismo el diagnóstico de la enfermedad como el diagnóstico de la curación ó salud; por eso creo sería de la mayor trascendencia que jamás se pronunciara la palabra «milagro» antes de que lo hicieran en las Oficinas de comprobación ó en su Boletín. De esta manera, cuando algún suceso extraordinario fuera puesto eu duda ó se juzgara de efecto sugestivo, y por lo tanto de naturalena histérica, le remitiríamos al diagnóstico clínico de Lourdes, y que se entendiera con los doctores que allí dictaminan quizás, y sin quizás, con más ciencia y conciencia que sus censores. FERMÍN IRIOARAT. LA REVOLUCIÓN ES AHT1ESPAH0LA Muchos años hace que un anciano, católico á macha martillo y espaüol neto, me decía: —Tengo para mí que aun quedan en España descendientes de moros y judíos, los cuales secundan con actividad los planes siniestros de la revolución, que es en su fondo anticatólica y por ende autiespañola. No se explican de otra manera ciertos hechos de la historia contemporánea, como la desamortización eclesiástica y el degüello de los frailes, así como la rápiia pérdida de nuestras colonias del continente americano. Aquel anciano, tan buen cristiano como excelente español, DO andaba descaminado al juzgar los sucesos que entonces se venían deearrollando dentro de la política española. Es posible que algunos de los fautores de la revolución española sintieran en su alma un odio de raza, un rencor atávico hacia la religión católica, por ser descendientes de aquellos moriscos y judíos que aparentemente se convirtieron al cristianismo en tiempos de Felipe IIT, por no abandonar los pueblos en que vivían. En lo que no cabe duda alguna es en el carácter genuinamente anticatólico y aatiespafiol de la revolución uuiversal, como probaré brevemente con datos aportados de la historia moderna. La revolución tiene su raíz en el libre examen del protestantismo, heterodoxia enemiga irreconciliable de la. Iglesia de Jesucristo. Nació con Lutero y Calvino en Alemania y fue secundada activamente en Inglaterra por el polígamo déspota Enrique VIII y por Cromwel, precursor de los revolucionarios posteriores de la raza latina. En todas partea, absolutamente en todas las naciones en LA AVALANCHA \ su genealogía histórico política y por los procedimientos que imperan las ideas revolucionarias, el catolicismo ha que ha empleado y emplea en contra de la iglesia. En sufrido y sufre agravios y atentados gravísimos que en cuanto á sus doctrinas, todo el mundo sabe que son franocasiones se traducen por violentas agresiones gubernaca y cínicamente heterodoxas, y como tales han sido conmentales ó populares. Descuellan por su enormidad el denadas solemnemente en numerosos documentos ponincendio de iglesias y santuarios en gran número, ejecutificios. tado por luteranos y calvinistas del siglo XVI, en el norAhora voy á probar que la revolución es antiespafíola. te y centro de Europa; la tiránica persecución A los catóPor sus doctrinas, así en lo político como en lo religiolicos en Alemania, Suecia y Noruega, Dinamarca é Inso, la revolución pugna con las tradiciones españolas, es glaterra, persecución mantenida siglos enteros y que en planta exótica en esta tierra, donde á pesar de los cienIrlanda adquirió los caracteres de un cruentó y larguísiaños de cultivo que ya lleva no se ha aclimatado aún, mo martirio; las violencias horribles de la guillotina de pues salta á la vista del más miope en política, que la los revolucionarios franceses, que ademas abolieron el mayoría del pueblo español permanece alejado del moviculto católico; el despojo de los Estados pontificios y la miento revolucionario. usurpación, por parte del Gobierno de Italia, del poder temporal de los Papas;la desEl protestantismo, padre amortización eclesiástica, desdel revolucionarismo moderpojo violento de los bienes rao, no ha podido olvidar de la Iglesia cometido en nunca que España fuó, en IOB las naciones católicas; y por tiempos de Carlos V y Feliúltimo, el atentado á la lipe II, el martillo que aplastó bertad y derecho de los catóá la herejía de Lutero y Cal-, licos, ejecutado con la expulvino, batiéndola eii sus guasión de las asociaciones reliridas del norte y centro de giosas en varias repúblicas Europa, y atajándola en su hispano americanas; en Pormarcha al mediodía, evitantugal y eu Francia, con el do que en esta bendita tierra despótico hecho, derivado de de las creencias redentoras esa expulsión, de separar la introdujera eu siniestra figuIglesia del Estado en benera la protesta religiosa. Por ficio y provecho de unos eso Inglaterra y Holanda se cuantos radicales. convirtieron en piratas d e nuestro imperio colonial y En Espafia las primeras formaron una inicua cruzada llamaradas de la revolución coutra Espafia, en los sise apercibieron en el reinado glos XVI y XVII; por eso de Carlos III, traduciéndose alemanes, holandeses, ingleen la expulsión de los jesuísesylosprotestantes de Frantas. El segundo acto anticlericia difamaron nuestro buen cal ó anticatólico lo represennombre en Europa, escritó Mendizábal con su decrebiendo una historia llena de to de desamortización de los monstruosas mentiías acerbienes de la Iglesia y de los ca de nuestra colouización. establecimientos piadosos y En los pníees dominados por benéficos. El tercer acto de España, la población india la tragediarovolucionariafuó ha crecido y se ha civilizado la horrible matanza de reá pesar de que los extranjeligiosos el afio 1835. La reros nos han calumniado auvolución de 1868, que proclagurando que nuestro fanatismó la libertad de asociación tüoy nuestra crueldad hacían y el respeto á la voluntad que desaparecieran á millonacional, decretó la expul* nes los pieles rojas. En las sión de algunas asociaciones colonias de los protestantes religiosas ó implantó, contra es donde realmente ee ha exlos deseos de la inmensa tirpado la raza aborigen, hamayoría de los españoles, la ciéndola desaparecer como á libertad de cultos y el malas ñeras y á loa reptiles vetrimonio civil como único leEPISCOPAI, DEL SIGLO gal, considerando como un uenosos. DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO DE ESTELLA concubinato el matrimonio El odio de los protestantes (fotografía de £. yedra Xedesma Saldafía) católico. El epílogo, por ahoá Espafia ha sido heredado, ra, porque en lo porvenir no en toda su integridad, por sabemos los horrores que nos prepara la revolución, el los revolucionarios europeos y especialmente por los franepílogo de esa tragedia anticatólica lo han representado ceses, que prosiguen su vitanda obra de difamar á nueslos incendios de templos, los asesinatos de religiosos, el tra patria por el gran pecado, según ellos, de ser reacciopillaje de objetos sagrados y la profanación de los Bepulnaria, es decir, católica. Desde Balzac á Víctor Hugo, y cros, cometidos bárbara y sacrilegamente por las turbas de Duinas á Teófilo Gautier, todos los escritores revolurevolucionarias de Barcelona. cionarios han mentido y mienten á destajo de España y Y hay que levautar acta de un hecho que se repite sin de sus costumbres, creando una opinión falsa sobre los excepción en todos los lugares en que domina la revoluLoa cuentos revolucionarios son atrozmente hiperbólición de arriba ó de abajo: en todas ellas la cabeza de turcos y ridículos, á veces. En un libro titulado Au tour dn co sobre la cual se descargan las iras del radicalismo la mondiy escrito por S. Arago, se afirma que en Filipinas constituyen las personas y cosas de la religión católica. hay innumerables cojos y contrahechos, á causa de la Ni un solo atentado se registra contra protestantes y jucostumbre de hacer reverencias y de arrodillarse ante las díos, por parte de los revolucionarios. Es más, loa que infinitas cruces—afirma muy serio el radical Arago—de solemnemente afirman que aborrecen á la teocracia de que está plagado el campo de aquellas islas. todos los cultos, respetan, miman y adulan al Key de Pocos días hace que un periodista francés, con objeto Inglaterra, que asume en su persona el supremo poder de burlarse de lo que los radicales llaman fanatismo esreligioso. pañol, inventó la fábula de que en uno de los combates Probado está ya que la revolución es anticatólica por *».'.*' V LA AVALANCHA 200 librados en el campo de Melilla, cuando la lucha era más encarnizada, los soldados de nuestro ejército suspendieron el fuego para rezar el Ángelus, dando con ello ocasión á los moros para destrozar nuestras filas y causarnos una derrota. Y este cuento chiao fue copiado con fruición por los periódicos españoles de la izquierda, que antes que patriotas son revolucionarios. Nada de extraüo tiene que tas hordas radicales de Barcelona hayan puesto el sello á la nefanda obra de anticatolicismo y antiespafíolismo, incendiando y saqueando iglesias y conventos, y asesinando á inermes religiosos al mismo tiempo que protestaban de la gnerra. Esas turbas incendiarias, sacrilegas, profanadoras y asesinas, que han cometido los abominables hechos de Barcelona, constituyen la más fiel y práctica expresión del radicalismo revolucionario. Su odio á Dios y á la patria te ha hecho ostensible, patente, sin lugar á duda alguna. La mano criminal que prendió fuego á los templos armó los brazos de aquellos salvajes para hacer desaparecer la idea de la patria, en loa momentos en que ésta se halla empeñada en una guerra extranjera. La Escuela Moderna y otros centros laicos que forman el aummun del progreso revolucionario, el superadicalismo intelectual, hau enseñado á esoa bárbaros modernos que la religión es una monserga, la patria un accidente creado por la tiranía, el ejército un instrumento de los explotadores del pueblo, la familia una servidumbre que se opone A la libertad del hombre. Ya lo saben las llamadas clases conservadoras. La revolución persigue una finalidad horrible, absolutamente negativa y destructora de la sociedad religiosa, de la sociedad conyugal y de la sociedad política. Huelgan ya loa .absurdos dnctrinarios de que la inteligencia no delinque, que la palabra oral ó escrita no ea punible, que el derecho público no es católico ni prolestante ni judío, y que Jos males de la libertad se curan con la propia libertad. La sociedad no puede renunciar al legítimo derecho •de deft-nsa, y debe hacer una ley de excepción para evitar los estragos de propaganda criminal y deletérea. Si no lo hiciera así, los horribles excesos de la semana roja de Barcelona tendrán repeticiones terribl. s y generales. SATURNINO. EL ÚLTIMO CARTUCHO (Conclusión.) Llevaría unas tres semanas cuando Elena, desesperada ya, no consintió en pasar más tiempo ain ver á su prometido. Y quieras que no, tuvo el bonachón de su padre que complacer á la niña. . —¿No me conoces?—preguntaba anegada en lágrimas á su amante.—Por verte he atropellado por todas las conveniencias, y si tú quieres me quedaré á cuidarte en lugar de esa Hermana ó en su compañía. —¿Para qué?, yo no necesito nada, respondíale con entera calma: la Hermana y tú podéis retiraros con tal que no se vaya Ella —¿Quién es ella?—preguntóle Elena afanosamente. — Mírala, mujer, la Virgen del Olvido. No reparas qué hermosa y cuánto me quierel De allí tuvieron que Bacar á la pobre Elena, trastornada y convulsa diciendo que eu pobre Félix se tnoría-irremisiblemente. Así lo creyó también au padre, quien procuró acostumbrarla á esta idea para que no fuese tan ruda y sen1 tida la desgracia. Han transcurrido dos meses; la juventud y natural robustez de Félix han triunfado del mal, porque la voluntad de DÍOB no ha querido acabar BUB días. Convaleciente aún, pero con fuerzaa ya, horas antes de emprender un viaje, toma la pluma y escribió: «Amada Elena: He sabido que con buen acuerdo y excelente previsión tu papá te ha ido acostumbrando ó. la idea de perderme: primero porque imaginó, como todos, iban á tener fin mis días en este mundo; después porque al hablar conmigo y verme tal otro de lo que ful, está en la convicción de que la fuerza del mal acabó con mi poquísimo seso. Dios se lo pague al buen señor el bien que nos ha hecho á ti y á mí. A ti porque desprendida ó desprendida casi de mi cariño, te evita el pesar que la lectura de estas letras pudiera ocasionarte, y á mí porque eso de llamar loco á quien no piensa y tiente como la turbamulta de los mundanos tiene muy ilustre abolengo, tan ilustre y tan antiguo que se remonta á nuestro Divino Redentor. Ese fue el primer loco según el mundo; en pos de Él y dejando á un lado la innumerable legión de los mártires contagiados de su locura, han aparecido por dicha muchos locos: Francisco de Asís, Ignacio de Loyola, Juan de Dios y otros y otros que sería prolijo enumerar, á los cuales la multitud inconsciente solía gritar: «Al loco, al loco.» »Yo, querida mía, era un calavera aturdido que se casaba contigo para satisfacer una pasión que la posesión había de extinguir más ó menos pronto, y también para disfrutar de tus cuantiosas riquezas—que á nadie amarga un dulce—las cuales, comido el pan de boda, habrían de proporcionarme nuevos goces que me alejaran de ti. Y el mundo me hubiera alabado eso, juzgándolo muy natural, y me habría llamado espléndido, galante y otros epítetos de encomio. Por mi paite si tal proceder te hubiera hecho derramar lágrimas te tachara de tonta, puesto que tenías á tu disposición joyas y galas y cuanto quisieres; y si por el contrario, me imitaras en mi vida de disipación y galanteos, como hacen algunas arrastradas por el mal ejemplo de quien Dios puso para guarda y sostén de su debilidad, me encolerizara abominando de ti, hundiéndote con mi desprecio en el precipicio al cual directa ó indirectamente yo le hubiera arrastrado. ¿Ciees que exajero? ¿Subes, Elena querida, de qué manera quise despedirme de mi vida de mozo? Arrebatando á una pobre niña el honor, único bien que posee en el mundo. Y lo hacía creyendo llevar á cabo una proeza, y entre mis amigos, sucios y disolutos como yo, lo hubiera BÍdo. >Pt;ro la Sma. Vi'gen del Olvido me iluminó: al mirar su faz purísima y radiante de hermosura me avergoncó de raí mismo y abominé del mundo, de sus leyes, de sus juicio?, de su empecatado modo de ser. Figúrate que mi alma era como un gran encerado en el cual se leían multitud de vicios, falsas ideas, erróneas apreciaciones del deber, de la virtud, do la honra, del amor mismo; pues la Señora borró con su mano divina todo cuanto había escrito. Por eso soy tan otro de lo que fui, por eso lo he olvidado todo, todo, menos á ti por quien rogaré mientras viva. »Me preguntas quizás, amiga mía, qué es lo que voy á escribir en ese encerado? Yo, nada. La Sma. Virgen escribirá lo que quiera. Lógico parece suponer que l!a mandóme loco el mundo, me dirija Ella por los caminos de esos otros locos de que al principio te hablaba; si ts así, no lo sentiré. »Te devuelvo, pues, tu palabra, y que nuestra divina Madre te dé toda la dicha que para ti ambiciono, ¿Te acuerdas cuando dimos limosna á la Virgen del Olvido, para que siempre noa amaramos? Mira cómo nos lo ha concedido. En su Corazón dulcísimo noB amaremos siem pre sin hastío, celoB é infidelidades. Adiós; cuando visitea su ermita fija tus ojos en la santa imagen; quizás ella te mire como me mirara, y te sonría cun aquella sonrisa que hace olvidar todo cuanto da el mundo, hasta sus goces tuás legítimos; pero no dudes que en cambio derra* maría sobre ti consolaciones y delicias sin cuento y destellos de celestial sabiduría. »Así lo desea tu sincero y fiel amigo.—.Féfe.» AURORA LISTA. LA AVALANCHA NAVARROS ILUSTRES Exento. Sr. D. Fr. José Aranguren de S. Agustín, arzobispo de Manila Exmo. é Iltmo. Sr. D. Fr. JOBO Aranguren, del Consejo de Su Majestad, Caballero gran Cruz de Isabel la Católica, Teniente general de los Reales Ejércitos por mar y tierra de las partes orientales y Arzobispo de Manila, nació en Barásoain, villa del reino de Navarra, partido judicial de Tafalla, el día 1G de Febrero de 1801, siendo sus padrea D. Bernardo y D.a Nicolasa Leoz, de dicha villa, quienes le educaron con esmero, y dando desde muy joven muestras de singular talento, lo dedicaron á lns estudios, cursando y aprobando Humanidades, Filosofía y Derecho en las universidades de Zaragoza y Valencia. Sintiéndose llamado al estado religioso, ingresó á los 24 afios de edad en el noviciado de Agustinos descalzos de Alfaro, en el que pronunció los votos en 8 de Diciembre de 1825; y vista su disposición, ordenado de sacerdote, perfeccionado en los estudios y previos los ejercicios de oposiciones, fue nombrado Lector de Teología, encargándole sus superiores la cátedra de dicha asignatura que desempeñó á satisfacción de los mismos hasta 1829, en que, accediendo á sus deseos de consagrarse al apostolado en Filipinas, le fue concedida la licencia necesaria, marchando á dichas remotaa regiones en 27 de Abril de 1829, con la primera misión que á aquellos países fue desde Monteagudo, á cuyo punto en dicho año se había trasladado el colegio de Alfaro, y que era la 24.a de dicha provincia agustina. Llegado á Manila en 2 de Octubre, continuó desempeñando la misma cátedra en el convento de dicha capital, dedicándose además á las tareas del pulpito y confesonario. Aprendido el idioma tagalo, en 10 de Agosto de 1831 fue nombrado misionero de Capas; en 1834, secretario de la Provincia, y en 1835 se le encargó la administración espiritual de Masinloe, donde permaneció hasta 1843, desempeñando también los cargos de Prior vocal de Baclayou, en 1827; Vicario provincial de Zambales y Definidor, en 1840. Vacante el arzobispado de Manila por defuuciún del Iltrao. Sr. D. Fr. José Segui, ocurrida en 4 de Julio de 1845, fue nombrado para tan elevado cargo por real cédula d* 16 de Noviembre del mismo año, y preconizado porS. S. Gregorio XVI, en 19 de Enero de 1846, fue consagrado én la eateiral do dicha ciudad á 31 de Enero de 1847, por el Iltmo. Sr. D. Fr. Romualdo Jiineno, obispo de Ruapá, inpartihus infidelium. Adornado de aquellas cualidades que deben resplandecer en un prelado, mucho más siendo de tan alta jerarquía, distinguióse sobremanera por BU tacto y prudencia en la solución de casos difíciles que se le ofrecieron durante el gobierno de la archidiócesis; por eu entereza de carácter en defender los fueros do la Iglesia; por su caridad "con los pobres, rectitud de miras, espíritu de abnegación y pobreza, celo de la gloria de Dios, esplendor del culto, incolumidad de la fe y observancia de la moral cristiana; por sus trabajos eu pro del decoro del clero y por su acendrado patriotismo, de todo lo cual se conservan preciosos testimonios. Interesado en conocer personalmente las necesidades de la grey confiada á su celo pastoral, visitó todas !as parroquias y misiones de su vasta diócesis, sufriendo penalidades sin cuento á causa de lo dificultoso de las comunicaciones por mar y tierra en aquel tiempo. Prestó decidido y va'ioso apoyo para la fundación del Banco Español Filipino, para el establecimiento en aquellas islas de Hermanas de la Caridad que se dedicasen al L 201 cuidado de los enfermos en los hospitales y á la enseñanza, y enfin,para cuantas obras pudiesen redundar en beneficio de aquellos pueblos, sin perdonar para ello sacrificio alguno en los catorce años que rigió la diócesis; por lo cual no es de extrañar se conserve gratísima memoria de tan benemérito prelado, y que su nombre ocupe un lugar distinguido entre los más ilustres varones que ha tenido aquella sede metropolitana. Doctísimo eu el Derecho canónico y en la legislación ultramarina, las muchaB circulares y documentos que salieron de su pluma pueden considerarse como una nueva fuente y suplemento del derocho canónico filipino; y por su gran experiencia y profundos conocimientos de la especial situación del archipiélago fue muchas veces consultado en materias civiles por las autoridades superiores de dichas islas, conservándose sus acertadísimas contestaciones en la secretaría del Gobierno superior, como documentos de inestimable valor. Lleno de méritos falleció con la muerte de los justos en Manila, á 18 de Abril de 1861, á los 60 de edad, y por encargo que había dado en vida, su corazón fue entregado á la corporación de Agustinos recoletos, que lo conserva, como joya de iuestim;ible valor, en su convento de Manila. Su cadáver, embalsamado, yace al lado de la epístola del altar mayor de la catedral de dicha ciudad, en modesto sarcófago de mármol que le dedicaron sus hermanos de religión. Entre otras memorias ó pruebas del cariño á su patria, hizo edificar á sus expensas la hermosa fachada de la iglesia parroquial de Barásoain, su pueblo natal, que tanto llama la atención de los que la ven desde el ferrocarril, y cuya fotografía publicó esta revista en su número d& 8 de Agosto de 1905. I. I. PINCELADAS DE BASCONIA EL CRISTO DE LEZO (Continuación) iQuó alegre volvió Josecho á su casa! ¡Con qué candor relató á BU madre todos los detalles que pudo observar en el santuario de Lezo! A los pocos días llenaba su vehemente aspiración; el padre lo llevó á la pesca, con objeto de que lograra lo que con tantas instancias se lo había rogado. Transcurrió el día con toda la felicidad, salvo algunos ligeros mareos que el muchacho experimentó como primera vez que había embarcado. La trainera estaba lejos del puerto. El día declinaba sus cansadas fuerzas sobre la noche que, pujante, avanzaba entre el sileucio y augusta soledad de los mares. El retorno de la embarcación se verificaba con toda velocidad: los trece remeros avanzaban cou titánicos movimientos hacia el puerto que abandonaron. Todos remaban á compás, como si una fuerza magnética hiciera jugar aquellos fornidos brazos, como si el cansancio y agotamiento de energías fuera un mito para la gente pescadora. Josecho admiraba aquella precisión, le enardecía el íuido armonioso de los remos; cada vez le gustaba más la vida del mar. De repente, el movimiento cesa, loa remos ladean, el patrón colócase en pie, la trainera se convierte en juguete de loa flujos y reflujos, y toda la tripulación se descubre... Es la oración á bordo de un frágil maderamen. Cuadro sin igual; el sol en su período agónico sombrea con colores rojos la delgada embarcación; el siseo de la oración se confunde con el ruido de las olas; eu la pi>pa, el patrón venerable parece que con su majestuosidad hace recordar el poder absoluto déla Providencia; en la proa el débil niño angelical trae á la memoria la pequenez de aquellos seres ante la eterna grandiosidad de la obra del Creador. Todo convidaba á meditar la infinita hermosura de Dios: el silencio de la 6oledad imponente, 202 LA AVALANCHA el mirarse de los cíelos y los mares, el pausado acercarse do la noche; el maravilloso surgir de las estrellas, el cuadro inimitable de la embarcación en medio de tantos hermosos cuadros de la naturaleza, el colosal astro del día abandonado por !a noche serena del Oriente y recogido cual mísero mendigo por el esplendoroso día del Occidente, el cambio original de luces y colorea, el rápido en- mos de salir para que te habitúes al manejo del remo j dirección de la trainera. Conforme, padre; tenemos viento favorable, la brisa parece de buen día; no hay cuidado á borrasca ni tempestad. ¡Adelante! vamos mar adentro. Eu efecto, al rayar el día la trainera estaba ya de marcha y Josecho en la dirección de la misma, con la compañía de sus trece tripulantes y su padre Juan María, que todavía no acaba de dejar, por completo, los trabajos del mar: así pasaron meses y meses, alternando padre é hijo en el cargo de patrón y amo de Mancho. El trato amable del intrépido joven, sus iniciativas en todas las ocasiones propicias, aquellas arengas á la tripulación en momentoB de temporal, el hábil manejar del remo, la fuerza de atleta de que Dios le había dotado; todo ello, unido á otras condiciones de carácter, hicieron de él digno y querido sucesor de su padre. *# * Era el mes de Diciembre, y la trainera, como de costumbre, salió del puerto de Donostiya á las faenas ordinarias. Al pisar la embarcación el padre hizo mirar hacia el cielo á su hijo, prediciéudole al mismo tiempo un futuro temporal. La marinería discrepaba de su opinión, sosteniendo la idea de que a pesar del viento sur que reinaba, el temporal no amenazaba, por lo menos durante el día. Volvió el viejo patrón á insistir, robusteciendo su afirmación por medio de varias citas do casos análogos, y lo que más fuerza le daba, por su larga y continua experiencia. Aquel día habíase cumplido uno de los aniversarios del debut de Josecho en el mar, y por lo tanto nadie faltó á la misa de la auroraDesapareció la Maricho. Nada anormal ocurrió por la mañana; pero pasado el medio día salió un viento sur brusco y de plomo, se despedazaron cristales; las puertas de las ventanas producían un ruido infernal; algún mirador que otro fue arrancado de cuajo por el feroz viento; en el puerto se iban tomando precauciones; los buques surtos en él redoblaban sus amarras; faltaban muchas embarcaciones y la impaciencia era objeto de muchas gentes. Las mujeres, que tranquilas remendaban las redes, levantáronse presas de un estupor y miedo justos; el mar crecía cual ESTELLA.—Capitel del claustro de S. Pedro nube de humo y sus encrespadas olas ba (fotografía de 3>. €m'iHo pliego) irían gran parte de tierra firme; el cielo- se encapotó de tal manera que á las nubes de sucedieron las del azul Prusia oscuro. |Quó brirse de las nubes por el tinte obscuro de la noche. Es azul celeste ¡qué temorl Los esposos, los hijos, los herun cuadro imposible de ser reproducido por el hombre; impaciencia! su grandiosidad abarca multitui de pensamientos y de manos, los pedazos que faltaban en el hogar, los seres paisajes sentimentales. queridísimos de la familia; todos, todos faltaban. El aguaJosecho rezó con fervor acordándose de aquel Cristo cero comienza; arrecia la lucha de los elementos; se visque víó en Lezo y al que tenia que volver á visitar. Enlumbra algún siniestro relámpago y nadie ha llegado vidiaba en aquel solemne momento, más que nuuca, á su al puerto. Lus gritos, las angustias, el mirar vehementípadre; envidiaba también á los marineros que con aquel simo de aquelloB ojos en todas direcciones, ofrecían un acento de piedad respondían al unísono á la hermosa cuadro de tristeza. ¡Noticiasl ¿De dónde? ¿Cómo? ¿Cuánoración del patrón. do? No las había. Por fin, aquellos ojos fuera de sus órbitas, aquellos Bores en estado de desesperación, logran, Pasaron ya algunos años, en los cuales Josecho se faver una embarcación que lucha horriblemente con la temmiliarizaba entre la gente de mar: arreglaba aparejos,esta pestad. Al poco rato llegan á puerto una, dos, hasta dieciofiaba anzuelos; de cuando en cuando daba una mano de cho embarcaciones, entre los bramidos del temporal, el pintura á la trainera; de color azul pálido llevaba la faja caer de torrentes de agua, el sordo ruido del trueno, el de la parte Buperior, en la que Josecho invertía tola su agudo silbar del viento y el aniquilamiento de fuerzas habilidad por tratarse de un color que le era simpático y que se consumían de tanto remar. Ya en tierra, las preque al mismo tiempo le recordaba el adorando, vida mía • •-• —Sí, adorando las cuentas largas. Bien, basta de monsergas; pero esta noche es la última. Desde mañana, cabra fuera, peso duro en la montera. D. Rufino, cogiendo los sellos y saliendo escapado para telégrafos: —¡Gracias, ilustre protectora de los periodistas y corresponsales modeetosl II «Sr. Director de El Monitor. Muy Sr. mío y distinguido compañero: No rae explico el silencio de usted ante mis repetidas cartas y notas telegráficas. Sacrificado gustoso por el ingrato oficio de corresponaal, ansio que el periódico de su digna dirección sea el mejor informado; pero, conforme convinimos, yo necesito que se me giren fondos mensuales para atender al servicio. Es una porquería decirlo, pero la estanquera no me quiere fiar sellos, el tendero no me quiere liar garbanzos, el panadero se me plantó hoy y no quiere 6arme el pan. Y tan y mientras el periódico de su digna dirección me es en deber 435 peaettiB con 3/í céntimos, según el extracto de cuentas que acompaño. Yo suplico á usted que llame la atención del Sr. Administrador sobre estos retrasos que tantos perjuicios me ocasionan, y á la mayor brevedad se sirva girarme siquiera 500 pesetas para pagar deudas y quedarme con un módico remanente. Es de usted con la más atenta consideración etc. etc. RUFINO VIVIDOR.» III A los ocho días, en tipos del 12 y en lugar visible, publica El Monitor el siguiente suelto: *A nuestros lectores La consigna del Monitor, desde el día que vio la luz pública, fuó siempre, todo por los lectores y para los lectores, y fieles á esa consigna hemos sacrificado tiempo y recursos en mejorar el periódico, no omitiendo desvelo para el logro de nuestras honradas aspiraciones. Hoy dumos otra prueba de nuestra lealtad, á costa de un nuevo sacrificio que nuestros lectores sabrán apreciar en todo lo que vale, y consiste en el cambio de corresponsal que notarán nueBtros constantes abonados, comparando la extensa información telegráfica y telefónica de la respetable Agencia Trapaloni que hoy empieza su campaña con el antiguo servicio de nuestro corresponsal. Y nada más. INTELLIGENTIBUS PAUCA.» Que en lenguaje claro y limpio, aunque ahora no se gasta, quiere decir:—Don Rufino, ¡adiós pesetas del alma! Y adiós cuenta de la estanquera. Y expresiones al tendero y al panadero. Una tarde, una de aquellas tardes que alegran la vida, en que el corazón olvida sus dudas y sus querellas; una tarde de sábado, enfin,que con eso está dicho todo, entre corresponsales Y ahora caigo en la cuenta, discreto lector, de que como tú no eres corresponsal madrileño de periódicos de provincias, no sabes lo que significan las tardes del sábado, y no tengo más remedio sino el de explicártelo. Pues allá voy. Has de saber, lector amigo, que muchos periódicos de provincias no se publican los domingos, quién por respoto á la ley que manda santificar las fiestas, quién por estar bien con la ley civil del descanso dominical, quién por mor de los aperreadus dineros. De esta casta de pe- riódicos unos son mañaneros y otros nocturnos, y á éstosse les sirven desde Madrid los últimos fiambres de cuatro á cinco de la tarde, después de lo cual los pocos ó muchos Rufinos y Vividores que en la Corte se dedican á las nobles tareas del periodismo corresponsalero, se entregan al descansó ó al recreo. Con esto por delante ya puedo adelantar en la narración y contarte que D. Rufino, el nuestro, iba camino de la Casa de Campo con su caña de pescar, y removiendo en BUS adentros las vontajas ó inconvenientes de un juicio de menor cuantía para rescatar las 435 pesetas con 35 céntimos que tenía grabadas en el alma. Llegó porfiná su sitio semanal y echó al agua su caña perfectamente cebada. Largo rato llevaba en el oficiosin novedad alguna, cuando un prójimo guasivo le preguntó si picaban. Picóse D. Rufino de la burla, y levantando sus ojos y su voz cuentan que dijo todo esto:—De todos los oficios sufridos y para sufridos que hay en el mundo, no conocí ninguno más expresivo que el de pescador de caña, como no sea el de corresponsal de periódicos, que también ejerzo, aunque indigno. Dijo, y levantándose de su asiento abandonó la pesca y volvió á su domicilio, cuidando de no pasar por las calles donde moraban la estanquera, el tendero y el panadero. V Para persuadirse de que el anterior bosquejo casi histórico se refiere á tiempos pasudos, no hay que mirar mássino que es anterior á los sellos especiales para Telégrafos y á la nueva ley de justicia municipal que en el número primero del artículo 18 eleva la cuantía de la competencia de los tribunales municipales, de 250 á 500 pesetas. Desecha, pues, lector amigo toda sospecha maliciosa á propósito de periódicos y de corresponsales de periódicos. PEDRO CEESPO. ÁNGELES DE CARIDAD Con este mismo epígrafe publica El Telegrama periódico de Melilla, lo siguiente: «Lo son eeas abnegadas Religiosas del Buen Consejo, que prestan sus solícitos cuidados á los heroicos defensores de la Patria en los hospitales de Melilla, ilustres sautúarios donde se guardan las gloriosas reliquias supervivientes de nuestros últimos combates en el Rif. Ángelesdigo, y digo poco, porque su sacrificio lento y su abnegación incesante en aras del amor á sus hermanos las elevasobre aquellos espíritus y las transforma en heroínas del noble ideal de la fraternidad humana, predicado por Jesucristo y sostenido por su Iglesia á través de siglos ygeneraciones. Al visitar los heridos y ver aquellos rostros sonrientes de nuestros oficiales y soldados, envueltos en nimbos de gloria y coronado? de laureles, tuvimos el jubiloso gozo de ver rodeando sus lechos á esas simpáticas Hermanas de nivea toca y de rasgos virgiuales, que prodigaban sus maternales cuidados á los que la Patria venera, con h o iiores Butepóstumos, en los altares del heroísmo y en los templos de la gloria. Ayer era Sor María, aquella monja premiada con las condecoraciones de todas las Potencias de Europa, la que en la guerra franco-prusiana se atraía con su heroica conducta las simpatías de todo el mundo; hoy, como siempre, lo son estos nuevos ángeles de caridad, dispuestos á sacrificarse por sua conciudadanos, en previsión de la cual han solicitado el envío de seis Religiosas máe, que deBde las escabrosas montañas de Asturias y del corazón, de Castilla ban volado al auxilio de nuestros soldados, de aquellos que en los hospitales de Melilla ostentan como sus más preciadas condecoraciones las heridas resplandecientes del combate. LA AVALANCHA Reciban esas buenas Hermanas los parabienes de toados. Y mientras las hordas salvajes y antipatrióticas del anarquismo en Barcelona reciben los anatemas de todo «1 mundo civilizado, nosotros, los que luchamos en el Rif, los que deseamos una España grande y respetada, alzamos nuestras manos para aplaudir la obra humanitaria de las Religiosas del Buen Consejo, que de dia y de noche prodigan sus solicitas atenciones á loa soldados he* ridoa en la cainpsfia de Melilta. A. F . O., oficial del Ejército de operaciones.* Madre, militares vienen, muy apuestos y bizarros, luciendo BUS uniformes en sus fogosos caballos: ¡cómo me guata la tropa! yo quisiera ser soldado. Madre, ha venido el obispo, el que para confirmarnos dicen que pega en la cara, mas dicen que no hace daño; yo quisiera ser obispo, y estar siempre confirmando. ¡Madre, qué función vi anoche! una función de teatro: todos aplaudieron mucho, y á mi me gustaba tanto!... ¡Ay! yu quisiera eer cómico, para recibir aplausos. Madre, el lacayo de.enfrente se va en coche paseando; en una mano las riendas, y el látigo on la otra mano. ¡Qué bien se debe ir en coche!.., yo quisiera ser lacayo. Madre, de la iglesia vengo, y en los altaros más altos he visto muchas imágenes con trajes negros y blancos: cómo me gustaban todas!... ¡Ay! yo quisiera sor santo! * ** 205 la riqueza de la materia. Cierta tradición sin fundamento Hupoue que este báculo viene de Oriente, pero es temeraria suposición. LOB obiBpoa de Oriente no UBaron jamás esta cíase de báculos enroscados; los de ellos eran rectos y terminaban con una cruz ó con una thau ~. La labor de éste, por otra parte, denuncia á la legua la mano de obra de los esmaltadores de Limoges del siglo XIII. ¿Por qud representa una serpiente en combinación con un leóu? La explicación nos parece sencilla: desde los orígenes del Cristianismo se empleó la figura de serpiente para personificar la virtud de la prudencia, que según San Bernardo es la reguladora de todas las demás, y siu la cual toda virtud es vicio. La prudencia, que tanto recomendó Jesucristo á sus discípulos 1, debía principalmente brillar en la conducta de los obispos, y sin duda alguna eate convencimiento hizo que á las imágenos de los antiguos pastores de la grey cristiana sirviese como de aureola ó marco la serpiente. Este fue sin duda el motivo por el cual el báculo de los obispos, entre los latinos y eu los tiempos antiguos, llevaba casi siempre una serpiente en BU extremidad superior. El leoncillo que muestra nuestro báculo de Estella, tan graciosamente combinado con el escamoso reptil que le tiene sujeto por la cola, bien podría ser emblema de la fortaleza dominada pur la prudencia, t Paisaje en Amezti, en el valle de Baztán.— Amezti es un elevado monte cerca de Elizondo, el cual se denomina así por hallarse muy poblado de roble carvallo, que en lengua vascongada se llama ametea. En él se encuentran yacimientos de baritina ó sulfato de barita, cuyo mineral tiene gran aceptación en el mercado, donde se cotiza á 25 pesetas la tonelada. Cuando llueve torrencialmente se forma en aquel monte una notable cascada que los vascongados llaman urantzy. Desde su cima se contempla todo el hermoso panorama del valle Baztán: al pie se encuentran Elizondo, Elvetea, Irurita, Leoároz y otros; al Sud, los pueblos do Rasabmúa, y al Este los de JBaztangoiza, Errazu, Arizcun y Azpilicueta, así como también la villa de Maya. Capitel del claustro de San Pedro, en Estella. Yo ful, hermana del alma, al camposanto á buscarte; vi tu nombre en una losa que me decía: Aquíyace. Como decía Aquí yace, allí comencé á buscar, y sólo hallé tierra y polvo que me dijo: Aquí no está! * ** ¿Por dónde se va al cielo? va preguntando con balbucientes voces un viejo subió; que es sabio, y viejo, . y aun no sabe el camino para ir.a! cielo. Al llegar á lo angosto do una vereda, encontró A un niño humilde guardando ovejas; preguntó al niño, y él al viejo, y al sabio, mostró el camino. —En nuestros números del 8 de Agosto de 1896 y 23 de Junio de 1909 publicamos dos fotografías de conjunto del bellísimo claustro de la iglesia de San Pedro de Estella, obra del siglo XIII, y hoy damos á la estampa el detalle de uuo de los más originales capiteles, inspirado en el arte bizantino. Este miembro decorativo representa el sepulcro del Re lentor, velado por dos ángeles, uno de los cuales levanta en alto la cruz, y el otro el copón que contiene el Pan de los Angeles. El sarcófago se halla lujosamente decorado con floroncillos de relieve, realzada su tapa CULI besantes, bajo nn arco ó lucillo de cuya clave penden un. pabellón y una lámpara votiva. EL LUJO CASTIGADO ALARCÓN. NUESTROS GRABADOS Báculo episcopal del siglo XIII, de la iglesia rt>s esterlinas. Y cada libra esterlina son cinco duros. Eu pieles y sus accesorios, 1.000; ea vestidos parit co1 Estote prudentes sirut serpentes. San Pablo inculcaba la misma doctrina á BU discípulo Timoteo; Oportet episcopuut.., ease prudtnUm: I. Tim. III. 2. 206 LA AVALANCHA midas, 1.000; para baile y ópera, 1.000; «salidas de teatro>, 500; vestidos para visitas, 600; matines, batas, etc., otras 600; vestidos para automóvil, 400; negligÓ8 160; ropa blanca, 300; vestidos de montar, botas, guantes, etc., 150; zapatos, etc., 360; abanicos, alhajas pecmefias, 500; pañuelos, guantes de calle y visita, etc., 410. Total, 7.720 libras esterlinas. Es decir, que una señora americana, para ser tenida por elegante, necesita gastar todos los años no menos que 38.000 duros. Y si esto acontece en la sociedad moderna, no menos, sino quizá más, acontecía en la sociedad antigua de la civilización pagana. Cuenta Plinio, que en una cena vio á Paulina, dama romana, cubierta con un tejido de perlas y esmeraldas que valía cuarenta millones de sestercios. Y Sulio—dice el mismo—gastó sumas enormísimas para que su sobrina pudiera presentarse en un convite cargada de joyas. Estos excesos, abusos sin nombre de los dones de Dios, tienen su castigo en el orden temporal social; y así son tan frecuentes los casos en que hombres riquísimos y fastuosos vienen á parar al más miserable estado por su locura y prodigalidad. Pero también á veces quiere Dios mostrar con sus misericordiosas severidades la reprobación de este funesto vicio del lujo. He aquí un caeo que refiere el P. Sefieri, sucedido en Roma en el tercio último del siglo XVIII. € Vivió en Roma—dice—no há mucho, una mujer casada, pero tan vana que gastaba cada día seis horas en vestirse, pulirse, peinarse, retocarse, cubriendo el exceso de aquella locura con el acostumbrado manto de agradar á los ojos de su consorte. Mas la muerte, que descubre grandes mentiras, descubrió también ésta. Murió el marido, y la mujer, habiendo quedado viuda, ¿qué hacía? No pudiendo, según la costumbre de las personas de su porte, parecer en otro hábito que de luto, observaba este orden: mientras se estaba en casa iba pomposamente vestida, y allí á todas horas, bizarra como antes y galana como antes, admitía las visitas como lo pudiera hacer una novia; y después, cuando se hallaba precisada á salir de casa, entonces solamente, con grande pena, se ponía de luto, pesándole esto más á la soberbia, que el estado de viuda. *Poro después de algún tiempo enfermó la mísera: y ved aquí que la cabeza, asiento principal de aquella vanidad maldita, se le hincha como una grande bola; se le inficiona la piel; se le caen los cabellos; Be le ponen negras las mejillas, antes tan resplandecientes, y los ojos, desmedidamente crecidos, parece que Be le quieren saltar de su eitio. ¿Qué más? Aquella lengua que se había atrevido á cubrir con tantas mentiras la soberbia que encerraba en el corazón, se le salió fuera de la boca, tan extrañamente, que no pudiendo recogerla tenía que morderla sin querer. En ese afán ee murió la infeliz: dichosa ella si la pena del cuerpo le sirvió en aquel extremo para purificar y humillar el espíritu.» Esto lo refiere el P. Sefieri en su Cristiano instruido, tomo IV, parte tercera, discurso treinta, punto séptimo, página 297. El m u n d o d e la a l d e a SUNTO propio del narrador de una revista católica como LA AVALANCHA es loar la vida interna de las aldeas, ese pequeño mundo en el cual no pueden vivir, como no sea vida obscura, los vicios ni manifestarse las costumbres corrompidas que habitan palacios en las grandes ciudades. Descuella en las aldeas la iglesia, y alrededor de ella se congregan, como los hijos en torno de una madre, las demás casas vecinales, y en ese templo y en esas casas se perpetúan los recuerdos y las tradiciones de otras épocas. Y en la iglesia por boca del sacerdote, y en el hogar por la del venerable abuelo ochentón, el trabajador del campo recibe la savia de las creencias consoladoras que se fortalecen cotí el ejemplo, y va á misa los domingos, y cumple con el precepto pascual y hace vida honesta y laboriosa. Son hombres de bien, por natural inclinación de los varones sencillos á lo bueno y a lo justo... El mundo de las grandes poblaciones no es así. Indiferencia religiosa, malas costumbres, ejemplos perniciosos y escándalos de todo linaje sou el pan nuestro de cada día. Por eso, entre los desvalidos y pobres de aquéllas y los campo hay enorme distancia, tan enorme como la que media entre el que eleva á menudo y el que no levanta jamás la vista al cielo. Y de ahí también la diferencia que existe entre la vida de la aldea y la de la ciudad. No es sólo que se respiran airea más puros y oxigenados y no se sacrifican comodidades necesarias ó por lo menos convenientes á exigencias de la moda ni á mandatos de artificiosa cortesía, ni tampoco los encantos de un vivir que se desliza tranquilo á la sombra de árboles patriarcales. Eso es algo, pero es la cascara, lo externo. Lo mejor es el ambiente moral, la vida interna, la paz de las conciencias, la alegría de las almas que se advierte en los aldeanos que tienen sus casas alrededor del templo, y moran, por consiguiente, muy cerca de Dios... M. P. REVUELTA En el convento de Padres Capuchinos de Hijar (Aragón) falleció el miércoles de la semana última, tan santamente como había vivido, nuestro ilustre paisano el virtuoso religioso Fr. Evangelista de Ibero. Fue eate humildísimo hijo de San Francisco de Asís uno de los hombres más entusiastas que hemos conocido de nuestra querida patria euskara, y por su prosperidad y grandeza hizo siempre toda clase de sacrificios. Los conventos de Lecároz, Estella y Alsasua tuvieron la suerte de conocer los singulares dotes que adornaban á nuestro llorado amigo. Como orador sagrado fue notabilísimo; cuantas veces subió al pulpito logró cautivar al auditorio con su persuasiva y elegante palabra. Para nuestra Sociedad propagandista tuvo siempre el P. Evangelista delicadas atenciones, facilitándola en memorable ocasión el bellísimo sermón que predicó eu la catedral de Pampiona en la función dedicada al glorioso San Miguel de Excelsis, el día 8 de Abril de 1902, para poder repartirlo á nuestros consocios. A la venerable Orden seráfica le acompañamos en el sentimiento que experimenta en estos momentos por pérdida tan irreparable, y suplicamos á todos nuestros amigos encomienden á Dios en sus oraciones el alma del fervoroso capuchino y esclarecido navarro Fr. Evangelista de Ibero. R. I. P. C o n s u l t a d e actualidad.—Ea El Mensajero del Corazón de Jesús, revista mensual de Bilbao que dirigen los Padres de la Compañía de Jesús, aparece ea la sección de «Telefonemas» del número del corriente mes, la siguiente oportunísima consulta acompañada de la respuesta: «Tiroteo.—¿Es conforme al espíritu cristiano tirotear, como lo han hecho algunos religiosos, á los que los asaltan, aun dejando heridos y muertos á algunos de los agresores?—Y aunque los hubieran dejado secos á todos; sí, señor. Ea muy conforme al espíritu cristiano; primero, porque es licita la defensa propia; segundo, porque es conveniente escarmentar bandidos y no fomentar crímenes; tercero, además los superiores deben defender eV 207 LA AVALANCHA sua subditos, y aun dado caso que ellos quieran dar más •ó menos prudentemente la vida á manos de unos barbaros asesinos como los de Barcelona, pero las vidas de sus subditos que les están encomendadas las deben defender. Puede muy bien un superior, antes que dejar matar á uno de sus encomendados que sea inocente, matar á todo un ejército de hombres y mujeres que le acometan. Por eso, los superiores de las órdenes religiosas deben procurar por todos los medios posibles y prudentes tener defendidos á sus subditos y conventos de las hordas que los acometan.» Triunfo del catolicismo en Inglaterra.—En lá Cámara de los Comunes ha sido aprobado, en segunda lectura, por 133 votos contra 123, el Biguiente bilí en favor de los católicos ingleses. «1.° Los católicos podrán en adelante desempeñar los cargos de lord canciller de Iuglaterra y lord intendente de Irlanda, de que estaban excluidos por la ley de emancipación de 1827. 2.° Las Ordenes religiosas establecidas en Inglaterra, donde viven por condescendencia, serán provistas de título legal y autorizadas á adquirir y poseer toda clase de bienes; y 3.° El rey, el día de su coronación, no calificará en la fórmula del juramento de blasfema ó idolátrica la traneubstanciación y el culto á los santos, limitándose á jurar que mantendrá la religión protestante.» ben darla á otros y conservarla para sí, y repeler al que se la quiera quitar. Y si vis pacem, para bellum, «si quieres tener paz, prepara guerra». ¡Bien por l o s l i b r e r o s alemanes!—En la asamblea general que los libreros y editores alemanes han celebrado recientemente en Leipzig fue aprobada la conclusión siguiente, contra la pornografía, y se acordó rogar su publicación á la prensa seria de todos los países: «La Asamblea general de Boerseverín, de libreros y editores alemanes, censura con profunda tristeza el aumento inquietante de uua literatura deplorable, que sin ninguna consideración al bien público, sin ningún sentimiento de responsabilidades respecto á la salud moral y física de la juventud, desencadena las más viles pasiones de la naturaleza humana y amenaza gravemente las bases mismas de nuestra civilización. •Los representantes de la librería y empresas editoriales de Alemania, Austria y Suiza, reunidos en Leipzig,rechazan toda solidaridad con los autores y propagadores de esa literatura envenenada, y consideran como el primer deber de todo librero honrado el de asociarse con todas sus fuerzas en la empresa de exterminar radicalmente ese azote pú'ilico, con la propaganda intensiva de buenos libros y por una lucha enérgica y sin contemplaciones contra la literatura pornográficas razón de Jesús, de Bilbao, entresacamos el siguiente párrafo: «Prudencia,—Que los religiosos acaben de persuadirse que tienen que estar fuertes y preparados. El que no pueda resistir, para huir; y el que pueda resistir, para resistir. He visto una casa religiosa con cuatro castilletes á los cuatro lados, con aspilleras y fuegos cruzados; es la que más me ha gustado. Es la arquitectura de los tiempos. El modo de edificar conventos debe acomodarse á Í8B exigencias actualeB. Ministros de un Dios de paz, de- U n a p r i n c e s a monja.—El convento benedictino de la Isla de Wight acaba de recibir un nuevo miembro de la Casa real de Austria entre sus monjas. La princesa Adelaida, hija mayor de la duquesa María Antonia de Parma, ha tomado el velo definitivamente. Había sido admitida al noviciado el 19 de Marzo, y ahora, á la edad de veintitrés años solamente, se ha decidido á abrazar para siempre la vida del claustro. Una inclinación característica á la vida religiosa ha sido notada en la familia de la Princesa. Su abuela, la viuda archiduquesa Adelaida de Braganza, se halla en el convento de la Isla de Wight; una tía, la princesa Inés de Lowenstein, está allí también, y BU tío, el príncipe Kari Lowenstein, es fraile dominico. t t D. Mariano Calvo y García, : JULIA MANTEROLA 1 ALDAZ, Los conventos del porvenir.—De un suelto titulado «Hasta otra » que publica El Mensajero del Co- socio de la Biblioteca Catúlíco-Propagacúísta. falleció en Pamplona el 20 de Agosto de 1909. —D. E. P.— sDCla dB ta Biblloteoii caiaiico-Propapandista. falleció en Pamplona el 25 de Agosto de 1909, —D. E. P.— £ a referida, Sociedad y su órgano en la prensa L a A v a l a n c h a , ruegan á los sacias, lectores y personas piadosas, Hagan la caridad de encomendarle á asios en sus oraciones. £ a referida Sociedad y su árgano en la prensa L a A v a l a n c h a , ruegan á los socios, lectores y personas piadosas, Hagan la caridad de encomendarle á ©ios en sus oraciones. Su Santidad el Papa León XIII, en Breve de 19 de Diciembre de 1890, concedió sesenta dtai de indulgencia por rasar cinoo Padrenuestros y averaariasen sufragio de las almas de loa •ocios difuntos. Su Santidad el Papa León XIII, «n Brove de 19 de Diciembre de 1890,concedió sesenta dlaa de indulgencia por rer.ar cinco Padrenuestros y Avemarias en sufragio de las almas de loa sooioa difuntos. PAMPLONA.—Imprenta, Librería y Centro de suscripciones de J. García, calle de la Estafeta, número 31. 208 LA AVALANCHA Descubrimiento científico LA VASCONIA Origen, hasta ahora desconocido, del éusquera, antigua lengua navarra, DICCIONARIO VASCO CALDAICO-CASTELLANO, por el académico y catedrático de Pamplona Dr. D. Juan Fernández Amador de loa Ríos. Se vende en la librería del Sr. Ara tu bu ru, á tres pesetas cuaderno. SOCIEDAD ANÓNIMA NOVEDADES Papeles de cartas, fabricación de la casa Max Krause, Berliu. Goma» con medalla para devocionarios. 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